Ha Llegado El Aguila - Jack Higgins
Ha Llegado El Aguila - Jack Higgins
Ha Llegado El Aguila - Jack Higgins
Jack Higgins
A mis hijos, Sarah, Ruth, el joven Sean y la pequea
Hannah, que, cada uno a su modo, han sufrido y sudado
por mi culpa, pero sobre todo a Amy, que ha aprendido
a convivir con ese pequeo clic tan significativo cada vez
que ha atendido el telfono en los ltimos dos aos...
1
Alguien estaba cavando una tumba en una esquina del
cementerio cuando entr y atraves el prtico. Lo recuerdo con toda
claridad porque luego me pareci que eso haba preparado el
escenario para cuanto sucedi a continuacin.
Cinco o seis cuervos se alzaron de las hayas que haba en el
extremo oeste de la iglesia como si fueran hatos de harapos negros;
se gritaron airados unos a otros, mientras yo avanzaba por entre las
tumbas y me acercaba a la que estaban abriendo; me sub el cuello
del abrigo para protegerme de la lluvia.
El hombre que estaba all hablaba consigo mismo en voz baja.
Era imposible captar lo que murmuraba. Me situ a un lado del
montn de tierra fresca y tuve que saltar para eludir la tierra que una
pala tiraba hacia arriba desde el fondo; mir adentro.
Una maana poco agradable para hacer esto.
Alz la vista, y se apoy en la pala. Era un viejo muy viejo, con
una gorra de pao y un traje ajado y sucio de barro; llevaba un
chaquetn sobre los hombros. Sus mejillas estaban hundidas, vacas,
cubiertas de barba gris mal afeitada; los ojos eran muy hmedos y
ausentes.
Volv a intentarlo.
La lluvia dije.
Pareci comprender, esta vez. Levant un momento la vista,
mir el cielo sombro y se frot la barbilla.
Ser an peor antes de que por fin aclare, ya lo he dicho.
Le va a complicar las cosas afirm.
En el fondo del agujero haba por lo menos quince centmetros
de agua.
Empuj con la pala un extremo de la tumba y sta termin de
abrirse, como algo podrido que estallara; la tierra cay desde los
bordes, a raudales.
Podra ser peor. Han puesto a tantos en este patio de huesos
a lo largo de los aos, que la gente ya no reposa en la tierra. Ahora se
los sepulta sobre restos humanos.
Se ri, dejando al descubierto las encas desdentadas; se
inclin, escarb un poco la tierra a sus pies y sac el hueso de un
dedo.
No se lo deca?
Incluso los escritores profesionales, que sienten la llamada de
la vida en toda su infinita variedad, sienten tambin definidamente
sus lmites en ciertas ocasiones; decid que era tiempo de seguir
caminando.
Estoy bien encaminado? Aquel edificio es una iglesia
catlica?
Aqu somos todos catlicos. Siempre lo hemos sido.
Entonces quiz me pueda ayudar. Estoy buscando una
tumba, puede estar tambin dentro de la iglesia. De Gascoigne...
Charles Gascoigne. Un marino.
Nunca le he odo nombrar. Hace cuarenta y un aos que soy
sepulturero en este lugar. Cundo le enterraron?
En 1683.
Su rostro no cambi de expresin. Me dijo con calma:
Bueno, eso es antes de mi tiempo, ya ve usted. El padre
Vereker... quizs l sepa algo.
Estar dentro?
All o en el presbiterio. Al otro lado de los rboles, detrs del
muro.
En ese instante, por alguna razn, los cuervos de las hayas
estallaron sobre nuestras cabezas; docenas de cuervos que se
echaron a volar entre la lluvia, llenando el aire de clamores. El viejo
mir hacia arriba y lanz el dedo de hueso contra las ramas. Y
entonces dijo algo muy extrao:
Bastardos ruidosos! Regresen a Leningrado.
Estaba a punto de volverme, pero me detuve, intrigado.
Leningrado? Por qu dice eso?
De all vienen. Tambin las golondrinas. Se agrupan en
Leningrado y se vienen aqu en octubre. El invierno les resulta
demasiado fro por all.
Tanto?
Ahora pareca muy animado. Cogi medio cigarrillo que llevaba
en la oreja y se lo puso en la boca.
En invierno hace all un fro capaz de helarle las pelotas a un
mono. Un montn de alemanes muri en Leningrado durante la
Cuarenta y un aos.
Vaci el vaso de cerveza.
Tmese otra y hbleme de Steiner.
La armnica ces de tocar. Se hizo un silencio absoluto. El viejo
Laker Armsby me clav la vista desde el otro lado de la mesa, por
encima del vaso de cerveza, con esa expresin taimada otra vez.
Steiner? Bueno, Steiner era...
Nos interrumpi George Wilde, que tom el vaso vaco y puso
un mantel sobre la mesa despus de pasarle un pao.
Seor, ya es la hora, por favor.
Mir la hora. Las dos y media.
Est equivocado. Falta media hora todava.
Tom mi vaso de vodka y me lo pas.
Esta casa es libre, seor, y en un pueblo tranquilo como ste
solemos actuar como mejor nos parece sin que nadie tenga que
interrumpirnos, sin que nadie se moleste por ello. Si digo que se
cierra a las dos y media, se cierra a las dos y media. Si yo fuera usted,
apurara el vaso, seor.
Sonrea amistosamente. La tensin del aire poda cortarse con
un cuchillo. Todos me miraban, rostros duros e inexpresivos con ojos
como piedras; el gigante de la barba negra se acerc a un extremo de
la mesa, se apoy en ella y me clav la vista.
Ya le ha odo dijo en voz baja, amenazante. Beba de una
vez, sea bueno y mrchese a casa.
No discut porque la atmsfera era cada vez ms hostil. Me beb
mi vodka con agua tnica. Tard deliberadamente ms de lo preciso,
no s si para demostrarles algo o para demostrrmelo a m mismo,
y me fui.
No estaba irritado, cosa extraa, sino fascinado por todo ese
asunto increble. Por supuesto, ya haba llegado demasiado lejos y no
iba a retroceder. Necesitaba algunas respuestas y se me ocurri que
exista una manera obvia de obtenerlas.
Sub al Peugeot, cruc el puente y sal del pueblo, pas la iglesia
y el presbiterio y tom la carretera hacia Blakeney. A unos
trescientos metros de la iglesia entr por un camino secundario, dej
el coche y volv a pie. Llevaba conmigo una cmara pequea que
siempre tena en la guantera.
2
En cierto modo fue Otto Skorzeny quien lo empez todo el
domingo 12 de septiembre de 1943 cuando alcanz el xito en uno de
los golpes de mano ms brillantes y audaces de la Segunda Guerra
Mundial. Con ello demostr adems, con gran satisfaccin de Adolf
Hitler, que ste, como de costumbre, tena la razn y el alto mando
de las fuerzas armadas se equivocaba.
De sbito, Hitler se haba interesado personalmente en saber
por qu los alemanes carecan de unidades de comandos semejantes
a las inglesas que con tan buenos resultados estaban operando desde
el principio mismo de la guerra. Para satisfacerle, el alto mando
decidi formar una unidad de esa clase. A la sazn, Skorzeny, un
joven teniente de las SS, perda el tiempo en Berln despus que su
regimiento le licenciara. Le ascendieron a capitn y le convirtieron
en jefe de las Fuerzas Especiales Alemanas. En realidad, ninguna de
ellas significaba mucho, lo cual responda perfectamente a los deseos
tranquilamente:
Y por qu no, mi Fhrer? Despus de todo, cualquier cosa
es posible, aunque parezca milagrosa. Usted lo ha demostrado con
el rescate del Duce.
Exacto.
Hitler haba recuperado la calma.
No es una extraordinaria oportunidad para demostrar lo que
es capaz de conseguir la Abwehr, herr admiral?
Canaris estaba atnito; no daba crdito a sus odos.
Mi Fhrer, debo entender que...?
Un comando ingls atac el cuartel general de Rommel en
frica dijo Hitler, y otras unidades han atacado la costa francesa
en varias oportunidades. Debo creer que los alemanes no son
capaces de hacer lo mismo?
Palme amistosamente a Canaris en los hombros y le sugiri:
Estdielo, herr admiral. Empiece a hacerlo. Estoy seguro de
que conseguir usted algo. Est de acuerdo, herr Reichsfhrer?
Desde luego dijo Himmler sin vacilar. Se puede hacer,
cuando menos, un estudio de la viabilidad de la operacin... La
Abwehr podr hacerlo, verdad?
Sonri ligeramente a Canaris, que se mantena erguido,
asombrado. El almirante se humedeci los labios y dijo con voz
ronca:
A sus rdenes, mi Fhrer.
Hitler le pas el brazo por los hombros.
Bien. Saba que poda confiar en usted.
Extendi los brazos, como si fuera a empujarlos a todos y se
inclin sobre el mapa.
Y ahora, caballeros, consideremos la situacin en Italia.
Canaris y Himmler regresaban esa noche a Berln. Partieron de
Rastenburg al mismo tiempo pero en vehculos distintos, para
recorrer los catorce kilmetros hasta el aeropuerto. Canaris lleg
quince minutos tarde y cuando finalmente subi al Dornier no
estaba exactamente de buen humor. Himmler ya estaba instalado en
su asiento y Canaris vacil un instante antes de unrsele.
Radl.
Canaris se volvi a sentar.
No haca ms que darle vueltas al asunto del Gran Sasso y de
lo condenadamente milagroso que era todo ese asunto y de por qu
la Abwehr no era capaz de hacer algo parecido.
Se puso de pie de un salto, se acerc a la ventana y mir a
travs de las cortinas la maana gris.
Sabe lo que propuso que hiciera, Max? Que raptara a
Churchill.
Radl se sorprendi violentamente.
Por Dios, no es posible que estuviera hablando en serio.
Cmo podemos saberlo? Un da es s, otro da es no. Ni
siquiera aclar si lo quiere vivo o muerto. La operacin de rescate de
Mussolini se le ha subido a la cabeza. Ahora parece creer que todo es
posible. Sacar al diablo del infierno. Cit esa frase bastante en serio.
Y qu dijeron los dems? pregunt Radl.
Goebbels se qued impasible, el Duce pareca angustiado.
Himmler es el ms difcil. Respald al Fhrer. Dijo que por lo menos
podramos estudiar el caso. Un estudio de la viabilidad de la
operacin, eso dijo.
Ya veo, seor dijo Radl, vacilante. Pero cree usted que
el Fhrer lo piensa seriamente?
Por supuesto que no replic Canaris. Se fue hasta la cama
de campaa que tena a un extremo de la habitacin, se sent y se
desat los zapatos. Se olvidar muy pronto. Le conozco; cuando
est as propone cualquier cosa. Y dice toda clase de tonteras. Se
meti en la cama y se cubri con la manta. No; yo dira que
Himmler es el nico problema. Es indudable que anda detrs de m.
No dejar de recordarle este estpido asunto en el futuro, cuando le
convenga; aunque slo sea para mostrarle que no hago lo que se me
ordena.
Qu quiere que haga yo entonces?
Exactamente lo que insinu Himmler. Un estudio de las
posibilidades. Un hermoso y largo informe que les haga creer que
realmente lo hemos estudiado. Por ejemplo, verdad que ahora
Churchill est en Canad? Es posible que regrese en barco.
Seguramente puede hacer como si considerara seriamente la
*
El autor se refiere a la Noche y Niebla, expresin con que se calificaba a los
prisioneros polticos que deban ser ejecutados sin dejar rastro. (N. del E.)
**
Defensa territorial. (Nota del E.)
3
El martes siguiente lleg a la Tirpitz Ufer el informe de Joanna
Grey. Hofer lo esperaba ansiosamente. Lo llev directamente a Radl,
que lo abri y examin su contenido.
Haba fotos de las dunas de Hobs End, de los accesos a la playa.
La posicin estaba sealada mediante un cdigo de referencias. Radl
le pas el informe a Hofer.
Prioridad absoluta. Que lo descifren y qudate con ellos
mientras lo hacen.
La Abwehr acababa de poner en prctica el uso de la nueva
unidad Solnar de codificacin que efectuaba en algunos minutos el
trabajo que antes exiga varias horas. La mquina tena un teclado
normal de mquina de escribir. El operador proceda a copiar el
mensaje tal como estaba codificado y la mquina lo descifraba
automticamente y lo entregaba en un sobre sellado. Ni siquiera el
operador poda conocer el contenido del mensaje.
Veinte minutos despus, Hofer regres al despacho de Radl y
esper en silencio mientras el coronel lea el informe. Radl alz la
vista, sonriente, y lo dej a un lado.
Lea esto, Karl, lalo. Excelente, realmente admirable. Qu
mujer!
lanzaste fuera.
Le castaeteaban los dientes, tena mucho fro. Steiner se
inclin para asegurar la cuerda.
S, eras un pedante berlins de dieciocho aos, que acababa
de salir de la universidad. Siempre andabas con un libro de poesa en
el bolsillo. Eras el hijo del profesor, capaz de nadar cincuenta metros
bajo el fuego enemigo para traerme un calmante cuando me hirieron
en el canal Alberto.
Deb dejarte solo dijo Ritter. No ves dnde me has
metido? En Creta, despus esa misin que no quera ver ni en
sueos, Rusia y finalmente esto. Qu negocio! Cerr los ojos y
agreg en voz baja: Lo siento, Kurt, pero estoy mal.
Sbitamente les arrebat el oleaje y les impuls con violencia
hacia las rocas de LEquet, en la punta de Burhou. All haba un
barco o lo que de l quedaba; haba sido un pequeo barco francs
de cabotaje que una tormenta haba arrojado contra los escollos a
principios de ese ao. Los restos del casco se inclinaban en ngulo
hacia el fondo. La ola les arroj dentro; Steiner se solt del torpedo,
se agarr con una mano a la cubierta de la embarcacin y sostuvo la
cuerda de Neumann con la otra.
La ola retrocedi y se llev el torpedo. Steiner se las arregl
para ponerse de pie y se arrastr por la cubierta inclinada hacia los
restos del puente. Se afirm en la decrpita entrada del puente y
situ all a su compaero. Se acomodaron como pudieron en el
cascarn oxidado y sin techo del puente mientras empezaba a llover
suavemente.
Qu haremos ahora? pregunt Neumann dbilmente.
Quedarnos sentados contest Steiner. Brandt saldr
pronto con su bote de salvamento; esperar a que la niebla aclare un
poco.
Me puedo aguantar con un cigarrillo dijo Neumann.
Sbitamente se qued tenso, con la vista clavada a travs de la
puerta.
Mira eso.
Steiner fue a cubierta. El agua corra rpidamente a medida que
la marea suba, se retorca y saltaba entre los escollos y las rocas.
Arrastraba los desperdicios de la guerra, una coleccin flotante de
4
Radl entr en el despacho del primer piso de la Prinz
Albrechtstrasse y encontr a Himmler sentado detrs de un gran
escritorio repleto de expedientes. Vestido con el uniforme completo
de Reichsfhrer SS, pareca un demonio de negro en la penumbra;
su rostro era fro e impersonal con la mirada inexpresiva detrs del
monculo.
El joven del abrigo de cuero negro que haba acompaado a
Radl, hizo el saludo de los nazis y deposit el portadocumentos sobre
la mesa.
A sus rdenes, herr Reichsfhrer.
Gracias, Rossman respondi Himmler. Espreme fuera.
Le puedo volver a necesitar.
Rossman sali y Radl se qued esperando que Himmler
terminara de ordenar y apartar a un lado del escritorio todas las
carpetas, como quien se prepara para la accin. Tom el
portadocumentos y lo mir pensativamente. Cosa extraa, Radl
haba recuperado algo de su tranquilidad y hasta cierto grado de
humor negro que siempre le haba ayudado en ocasiones anlogas.
Hasta a los condenados se les permite fumar un ltimo
cigarrillo, herr Reichsfhrer.
Himmler sonri, lo que era bastante si se consideraba que el
tabaco era una de sus principales aversiones.
Por qu no? Me han informado que es usted un valiente,
seor. Obtuvo la Cruz de Caballero en la campaa de Rusia, no es
cierto?
As es, herr Reichsfhrer.
Radl sac la caja de cigarrillos y la abri hbilmente con su
nica mano.
Y ha trabajado desde entonces con el almirante Canaris?
Radl esperaba, fumaba el cigarrillo, trataba de hacerlo durar;
Himmler mantena clavada la vista en el portadocumentos. La
habitacin resultaba verdaderamente agradable en la penumbra. Un
brasero resplandeca y haca brillar un retrato autografiado del
Fhrer enmarcado en oro.
Casi todo lo que sucede hoy en la Tirpitz Ufer llega a mi
pronto, Steiner sinti que una mano se posaba con violencia sobre su
hombro; le hicieron girar y se encontr ante el rostro de un
comandante inmaculadamente uniformado. Llevaba alrededor del
cuello, colgando de una cadena, una brillante insignia de bronce de
la polica militar. Steiner suspir y se quit la capa. Dej a la vista no
slo las insignias de su rango, sino tambin la Cruz de Caballero y las
Hojas de Roble de su segunda recompensa.
Steiner dijo. Regimiento de paracaidistas.
El comandante le salud cortsmente, pero slo porque estaba
obligado a hacerlo.
Lo siento, seor, pero las rdenes son rdenes.
Cmo se llama? pregunt Steiner.
El tono de voz del comandante, levemente alterado, era clara
seal de posibles complicaciones futuras.
Otto Frank, seor.
Bien, ahora que lo sabemos, nos podra explicar qu
demonios est ocurriendo aqu? Tena entendido que el ejrcito
polaco se rindi en el 39.
Estn arrasando el ghetto de Varsovia.
Quin?
Una unidad especial. SS y otros grupos al mando del
Brigadefiihrer Jurgen Stroop. Son bandidos judos, seor. Han
luchado casa por casa, en las habitaciones, en las cloacas; llevamos
trece das de combate. Decidimos acabar con ellos. Quemarlos. Es el
mejor modo de exterminar las ratas.
Durante la convalecencia de las heridas que sufriera en
Leningrado, Steiner haba visitado en Francia a su padre. Le
encontr considerablemente cambiado. Su padre haba dudado
mucho tiempo de las bondades del nuevo orden. Y seis meses antes
haba visitado un campo de concentracin en Auschwitz, Polonia.
El comandante del campo era un cerdo llamado Rudolf
Hoess, Kurt. Un asesino condenado a cadena perpetua y liberado en
la amnista de 1928. Se dedicaba a matar judos por miles en
cmaras de gas especialmente construidas y luego incineraba los
cuerpos en hornos enormes. Pero antes les extraa detalles como
dientes de oro y cosas anlogas.
El viejo general se haba colmado con eso.
5
Alderney es la que queda ms al norte de todas las islas del
canal y la ms prxima al litoral francs. Cuando el ejrcito alemn
avanzaba inexorablemente hacia el oeste en el verano de 1940, los
isleos britnicos decidieron que les evacuaran. El 2 de julio de 1940
aterriz en la pequea pista junto a los acantilados un avin de la
Luftwaffe. El lugar estaba desierto. Las pequeas y estrechas calles
empedradas de St. Anne, completamente silenciosas.
En el otoo de 1942 haba all una guarnicin de cerca de tres
mil hombres de las tres armas y varios campamentos Todt***, que
empleaban el trabajo de esclavos del continente para construir los
enormes emplazamientos de cemento para los caones de las nuevas
fortificaciones. Haba tambin un campo de concentracin
custodiado por miembros de las SS y de la Gestapo, el nico
establecimiento de este tipo que existi en suelo britnico.
Al atardecer del domingo, Radl y Devlin volaron desde Jersey
en un aeroplano Stork. El Stork iba desarmado, as que volaron a
nivel del mar durante la media hora que dur el viaje. Slo en el
ltimo momento se elev el aparato los doscientos cincuenta metros
necesarios para situarse y aterrizar.
Mientras el Stork se deslizaba sobre las enormes rompientes,
Alderney apareci ante sus ojos como un mapa. La baha de Braye,
St. Anne, la isla completa, de unos cinco kilmetros de largo por dos
de ancho aproximadamente, muy verde, con grandes farallones a un
costado y tierra que descenda en una serie de pequeas bahas
arenosas y calas al otro lado.
El Stork gir contra el viento y descendi sobre una de las
pistas de csped del aeropuerto junto a los acantilados. Era uno de
los aeropuertos ms pequeos que Radl haba visto, apenas
merecedor de tal nombre. Haba una pequea torre de control, una
serie de edificaciones prefabricadas diseminadas por el campo y
ningn hangar.
Junto a la torre de control haban estacionado un Wolsley
***
La organizacin Todt se encargaba de la construccin de infraestructuras.
(N. del E.)
Neuhoff le corrigi.
El coronel Steiner, Ritter Neumann y catorce paracaidistas.
Radl le mir, sorprendido.
Qu est diciendo? Y los otros?
Muertos, seor dijo Neuhoff con sencillez. Sabe algo de
la operacin Pez Espada? Sabe lo que hacen esos hombres? Se
sientan encima de los torpedos y...
Lo s.
Radl se puso de pie; tom las rdenes del Fhrer y las guard
en el sobre.
Hay alguna operacin planeada para hoy?
Eso depende de los contactos que haga el radar.
Suspndalas todas ahora mismo. Levant el sobre con la
carta de Hitler. Es la primera orden que doy amparado en esto.
Neuhoff sonri.
Me encanta poder dar esa orden.
Comprendo dijo Radl. El coronel Steiner es amigo suyo?
Y me honro de serlo dijo Neuhoff. Si llega a conocerle
comprender por qu lo digo. Pero tambin pienso que un hombre
tan extraordinariamente dotado tiene que ser de mayor utilidad para
el Reich si est vivo.
Y precisamente por eso estoy aqu dijo Radl. Dnde
puedo encontrar a Steiner?
Poco antes de entrar a la baha hay una taberna. Steiner y sus
hombres la suelen usar de cuartel general. Le acompaar hasta all.
No hace falta dijo Radl. Prefiero verle a solas. Queda
lejos?
A unos quinientos metros.
Bien. Entonces iremos andando.
Neuhoff se puso de pie.
Sabe cunto tiempo se va a quedar aqu?
He dado orden al Stork de que parta a primera hora de la
maana. Es esencial que estemos en el aeropuerto de Jersey antes de
las once, pues a esa hora parte nuestro avin hacia Bretaa.
Dar las rdenes para que le acomoden a usted y a... su
amigo. Neuhoff mir de soslayo a Devlin. Le gustara cenar con
nosotros esta noche? A mi esposa le encantar, y quizs el coronel
ataca.
Y entonces qu? pregunt Radl, completamente
exasperado. Acaso es ms importante vengarse del Fhrer por lo
del consejo de guerra? Por qu est aqu? Steiner, usted y sus
hombres morirn muy pronto todos si se quedan aqu. Eran treinta
y uno hace un par de meses. Y cuntos quedan? Quince? Le debe
esto a sus hombres; se lo debe a s mismo. Deben correr este riesgo
para vivir.
O para morir en Inglaterra.
Radl se encogi de hombros.
Ir y volver. Directamente. As va a resultar. Como un reloj
suizo, tal como ha dicho usted.
Pero lo terrible de los relojes suizos observ Devlin es que
basta que falle la ms pequea pieza para que todo el reloj se
detenga.
Bien dicho dijo Steiner. Bien dicho, seor Devlin. Pero
dgame una cosa, por qu participa usted en esto?
Es muy simple. Porque hay una posibilidad. Y soy el ltimo
de los aventureros.
Excelente. Steiner se ri, encantado. Eso s que lo puedo
aceptar. Jugar el juego. El mayor y ms grave juego. Pero no sirve de
mucho, usted lo sabe. El coronel Radl dice que estoy obligado para
con mis hombres, que ste es el modo que tienen para no morir aqu.
Pero, para serle franco y claro, no creo que le deba nada a nadie.
Ni siquiera a su padre? dijo Radl.
Se produjo un silencio. Slo se oa el sonido del mar sobre las
rocas, abajo. La cara de Steiner adquiri una tensin y palidez
extremas; se le oscurecieron los ojos.
De acuerdo; hable.
La Gestapo le tiene en la Prinz Albrechtstrasse. Como
sospechoso de traicin.
Steiner record la semana que haba pasado con su padre en su
cuartel general de campaa de Francia en el 42, record lo que le
haba dicho el viejo; comprendi de inmediato que lo que le decan
era verdad.
Ah, me doy cuenta dijo en voz baja. Si soy un buen hijo y
hago lo que me mandan, ayudar a mi padre.
y Sturm le grit:
Olvida esa vieja tontera. Toca algo que valga la pena. Se
abri la puerta y apareci Ilse Neuhoff.
Puedo entrar ya?
Rugi el grupo. Un instante despus estaba subida en el
mostrador.
Una cancin!
Muy bien dijo riendo. Cul queris?
Steiner se puso de pie. Habl con dureza, rpido.
Alles ist verrckt.
Se produjo un sbito silencio. Ella le mir, plida.
Ests seguro?
Es perfectamente adecuada le dijo. Me puedes creer.
Hans Altmann empez a tocar, con toda la fuerza e intencin
de que era capaz. Ilse se incorpor lentamente, baj del mostrador,
se puso las manos en las caderas y empez a cantar esa cancin
extraa y melanclica, conocida por cuantos haban luchado en la
campaa de Rusia:
Qu hacemos aqu? De qu se trata? Alles ist verrckt. Todo
es una locura. Todo se ha ido al infierno.
Tena lgrimas en los ojos. Extendi los brazos como si quisiera
abrazarles a todos, y de repente todos comenzaron a cantar, despacio
y en tono grave, mirndola. Steiner, Ritter, todos, incluso Radl.
Devlin los mir a la cara uno por uno, desconcertado; se volvi,
abri la puerta y se precipit afuera.
Estoy loco o son ellos los locos? susurr.
La terraza estaba oscura porque haba que apagar todas las
luces. Pero Radl y Steiner salieron a fumarse un cigarrillo despus de
la cena, ms para estar tranquilos que por cualquier otra razn. A
travs de las gruesas cortinas de las ventanas podan or a Liam
Devlin, Ilse Neuhoff y a su marido, que rean alegremente.
Devlin es un hombre encantador dijo Steiner.
Tambin tiene otras cualidades. Si hubiera ms irlandeses
como l, hace mucho que los ingleses se habran marchado de
Irlanda. Supongo que les fue til la reunin que tuvieron esta tarde
6
El mircoles 6 de octubre, poco despus del medioda, Joanna
Grey recibi un gran sobre depositado dentro de un ejemplar del
Times que le dejaron en un banco preciso de Green Park, Londres.
Obra de su habitual contacto de la embajada de Espaa.
Una vez en posesin del contenido, se fue directamente a Kings
Cross y tom el primer rpido al norte. En Peterborough cambi a un
tren local que se diriga a Kings Lynn, donde haba dejado el coche
gracias a la gasolina que haba ahorrado del cupn que le entregaban
nariz con el ndice y se las volvi a poner con sumo cuidado. Era un
gesto infinitamente siniestro en cierto sentido. Habl y su voz
pareca el ruido del viento que arrastra hojas secas.
Qu est insinuando, Untersturmfhrer?
Slo que en esto me encuentro en ciertas dificultades. Como
sabe el Reichsfhrer, a los miembros del Cuerpo Britnico Libre se
les garantiz que no haran la guerra ni participaran en ninguna
accin armada contra Gran Bretaa ni contra la Corona ni en nada
que pudiera causar dao o detrimento al pueblo britnico.
Quizs este caballero estara ms contento sirviendo en el
frente oriental, herr Reichsfhrer? dijo Radl. El grupo Sur del
ejrcito del mariscal Von Manstein? All hay muchos puntos
apropiados para quienes estn ansiosos de entrar en accin.
Preston se dio cuenta de que se haba equivocado gravemente
y trat de corregirse a toda prisa.
Le puedo asegurar, herr Reichsfhrer, que...
Himmler no le dio ninguna oportunidad.
Usted habla de voluntarios donde yo no veo sino un acto de
sagrado cumplimiento del deber. Una ocasin de servir al Fhrer y
al Reich.
Preston escuchaba con toda atencin. Actu muy bien, y Devlin
empez a gozar de verdad con el espectculo.
Por supuesto, herr Reichsfhrer. Es lo nico que deseo.
Es verdad o no que usted jur eso? Que hizo un juramento
sagrado?
S, herr Reichsfhrer.
Entonces no hay nada ms que decir. Desde este momento se
puede considerar a las rdenes del coronel Radl aqu presente.
Como usted diga, herr Reichsfhrer.
Coronel Radl, me gustara hablar con usted en privado dijo
Himmler y mir de reojo a Devlin. Herr Devlin, tendra la bondad
de pasar a la antesala con el Untersturmfhrer Preston?
Preston le salud con un Heil Hitler bastante crispado, dio
mediavuelta con una precisin digna de los Granaderos de la
Guardia, y sali. Devlin le sigui y cerr la puerta.
No haba seales de Rossman; Preston dio una patada, furioso,
a uno de los sillones y tir la gorra en la mesa. Estaba plido de ira.
Tengo a uno.
En el mismo momento la base se puso en contacto y la voz
familiar del comandante Hans Berger, que controlaba el vuelo de su
grupo, le reson a Gericke en los auriculares.
Vagabundo Cuatro, aqu Caballero Negro. Tengo una noticia
para usted. Me escucha?
Perfectamente le dijo Gericke.
Gire a la derecha ocho..., siete grados. El blanco est a diez
kilmetros aproximadamente.
El Junker sali de las nubes en ese instante y Bohmler, el
observador, le toc el brazo a Gericke. Gericke vio inmediatamente
la presa. Un bombardero Lancaster que volva a casa a la luz de la
luna. Una delicada nubecilla de humo se iba formando detrs de uno
de sus motores exteriores.
Caballero Negro, habla Vagabundo Cuatro dijo Gericke.
Le tengo a la vista y no me hace falta ms ayuda.
Volvi a entrar en las nubes, descendi doscientos metros, se
dej llevar directamente hacia la derecha y emergi a unos tres
kilmetrospor detrs y debajo del averiado Lancaster. Pareca un
blanco inmvil, que se les desplazara por encima como un fantasma
con esa nube de humo que se mova tenue y suavemente.
Durante la segunda mitad de 1943 muchos cazas alemanes
empezaron a operar de noche con un arma secreta que se conoci
con el nombre de Schraege Musik, un par de caones de 20
milmetros montados en el fuselaje y preparados para disparar hacia
arriba en un ngulo de entre 10 y 20 grados. Este arma permita a los
cazas nocturnos atacar desde abajo y desde atrs. Desde esa posicin
el bombardero presentaba un blanco enorme y estaba virtualmente
ciego. No usaban balas trazadoras; de este modo, gran cantidad de
bombarderos fueron derribados sin que sus tripulaciones supieran
siquiera quin les atacaba.
As sucedi ahora. Durante una fraccin de segundo Gericke
apunt al blanco, y cuando giraba a la izquierda para regresar, el
Lancaster cay en picado en direccin al mar, mil metros ms abajo.
Un paracadas, luego otro. Un momento despus el avin estall
convertido en una brillante bola color naranja. El fuselaje cay al
mar; uno de los paracadas se incendi y ardi un instante.
agradezco.
Prager se march y Gericke se sent de nuevo. Radl le dijo:
Con ese Lancaster son treinta y ocho los aviones derribados,
verdad?
Parece muy bien informado, seor dijo Gericke. Me
acompaa con un trago?
Por qu no? Un coac me vendra bien.
Gericke llam al mozo y le dio la orden.
Treinta y ocho aviones y an no le han concedido la Cruz de
Caballero coment Radl. No es raro?
As sucede a veces dijo Gericke, acomodndose.
Lo s dijo Radl. Pero no debe olvidar que durante el
verano de 1940, cuando usted volaba en los Messerschmidt 109 en
la base de Calais, le dijo al Reichsmarschall Goering, que estaba
inspeccionando su escuadrilla, que opinaba que el Spitfire era un
avin mejor. Sonri amablemente. La gente de esa importancia
no olvida a los jvenes oficiales que hacen observaciones de esa
ndole.
Con todo respeto, le debo sealar que durante mi trabajo slo
me puedo fiar del presente, porque maana muy bien puedo estar
muerto; por eso me gustara que apreciaran un poco ms ese tipo de
observaciones. Por otra parte, y por la misma razn, me gustara
saber de qu se trata todo esto.
Es muy simple dijo Radl. Necesito un piloto para una
operacin bastante especial.
Usted necesita?
Est bien, el Reich le dijo Radl. As le parece mejor?
Me da lo mismo dijo Gericke, que vaci el vaso de
Schnapps y llam al mozo para que le trajera otro. Por lo dems,
me encuentro muy bien aqu.
Una persona que consume tanto licor a las cuatro de la
madrugada? Lo dudo. En todo caso, no hay opcin.
As estn las cosas? pregunt Gericke, molesto.
Puede confirmarlo, si quiere, con el Gruppenkommandeur.
El mozo le trajo el segundo vaso de coac, Gericke se lo bebi
de un trago e hizo una mueca.
Dios, me carga este licor.
gesto y la frase.
Mejor que a ninguna mujer.
Saba que trabaj usted con la Compaa Area Landros de
Brasil, desde junio a noviembre del 38. Fueron en total 930 horas de
vuelo. Bastante para un joven de 19 aos. Debe de haber sido una
poca difcil para volar.
Por eso me escogieron?
Todo est en su expediente.
Dnde consigui este aparato?
Era un transporte del comando de la RAF. Abasteca a la
resistencia holandesa hace cuatro meses. Uno de sus amigos
nocturnos lo derrib. Slo sufri daos superficiales en los motores.
Creo que fue la bomba de gasolina. El observador estaba muy
malherido, no poda saltar, as que el piloto prefiri hacer un
aterrizaje de emergencia en una zona pantanosa. Desgraciadamente
fue a dar muy cerca de un cuartel de las SS. Consigui sacar a su
amigo, pero no le dio tiempo para destruir el aparato.
La puerta estaba abierta y Gericke salt adentro. Se instal en
la cabina, detrs de los controles y por un instante se sinti de vuelta
en Brasil, con la jungla verde debajo, el Amazonas retorcindose
como una enorme serpiente de plata desde Manaos hacia el mar.
Radl se sent a su lado. Sac una pitillera de plata y ofreci a
Gericke uno de sus cigarrillos rusos.
Podra volar en uno de estos aparatos, entonces?
Adnde?
No muy lejos. Atravesando el mar del Norte hasta Norfolk.
Ida y vuelta. Nada ms.
Y qu voy a hacer, slo dar una vuelta?
Dejar caer diecisis paracaidistas en Norfolk.
Gericke, atnito, aspir el tabaco demasiado fuerte y profundo
y casi se atragant. El humo ruso le golpe el fondo de la garganta.
Se ri, feliz.
La operacin Len Marino, por fin. Pero no cree que ya es
un poco tarde para invadir Inglaterra?
Esa zona del litoral carece de radar de baja altura contest
Radl con calma. No habr problema alguno si se mantiene a un
mximo de doscientos metros de altura. Vamos a preparar el avin,
7
El mircoles llovi todo el da; por la tarde entr la niebla del
mar del norte hacia los pantanos de Cley, Hobs End y Blakeney.
sentido.
Qu quiere decir?
Oh, la gente, el estado general de las cosas. No era como me
lo esperaba.
Pensaba especialmente en el restaurante de la estacin de
Leeds, repleto toda la noche con viajeros de todo tipo, todos a la
espera de un tren para algn sitio. El cartel de la pared deca, irona
curiosa en este caso: Es ms vital que nunca que usted se pregunte:
Es necesario este viaje?. Record el buen humor, el buen talante
general, y lo contrast con su ltima visita a la estacin central de
Berln. Comparacin desfavorable para esta ltima.
Parecen muy seguros de que van a ganar la guerra coment
mientras Joanna le traa la bandeja a la mesa.
Es un paraso de locos le dijo ella, con calma. No
aprendern nunca. Nunca han conseguido la organizacin ni la
disciplina que el Fhrer le ha dado a Alemania.
Devlin record la Cancillera seriamente afectada por las
bombas,tal como la acababa de ver, las enormes porciones de Berln
que eran simples amontonamientos de cascotes y desperdicios
despus de cada ofensiva area aliada, y se sinti casi obligado a
sealar que las cosas distaban mucho de ser como en los buenos
viejos tiempos. Pero tuvo la clara sensacin de que una observacin
de ese tipo no sera bien recibida.
As que se bebi el t y la mir mientras se acercaba a un
aparador, lo abra y sacaba una botella de whisky. No poda sino
maravillarse pensando lo que en realidad era esa mujer de rostro
plcido y pelo blanco que vesta una falda perfecta de tweed y un par
de botas Weilington.
Sirvi generosamente dos vasos y alz uno en una especie de
saludo.
Por la Empresa Britnica dijo ella, con los ojos brillantes.
Devlin pudo haberle dicho que la Armada Invencible fue
saludada con anlogos eptetos, pero record lo que haba sucedido
a esa desventurada expedicin y prefiri no decir nada de eso.
Por la Empresa Britnica dijo solemnemente.
Bien. Dej el vaso. Ahora djeme ver todos sus papeles.
Tengo que asegurarme de que tiene todo lo que necesita.
duda.
Crea que todo estaba arreglado dijo Joanna Grey. Es
as, Henry? Pero ests tan ocupado, ya lo s.
Te lo dije o no, muchacha? Debo estar en Holt dentro de
media hora. No hay ms que hablar. Le llevar a la casa, le mostrar
el lugar, etctera. Y empiezo a pensar que t conoces Hobs End
mejor que yo.
Mir la hora, olvid un instante lo que estaba diciendo y dnde
estaba, le pas el brazo por la cintura a Joanna, se corrigi
rpidamente y le dijo a Devlin:
Y no olvide presentarse ahora mismo a la polica en
Fakenham. Sabe lo que necesita llevar?
S, seor.
Ninguna otra pregunta?
El arma, seor le dijo Devlin. Crea que usted quera que
saliera a cazar un poco.
Ah, s. No hay problema. Llame a Grange maana por la
tarde y me ocupar del contrato. Tambin puede llevarse la
motocicleta, Se lo ha dicho la seora Grey? Slo le darn quince
litros de gasolina al mes, pero todos tenemos que sacrificarnos.
Tendr que aprovecharlos lo mejor que pueda. Un solo Lancaster,
Devlin, consume ms de nueve mil litros de gasolina para llegar al
Rhur. Lo saba?
Se volvi a atusar el bigote.
No, seor.
Pues ya ve. Todos tenemos que estar preparados para dar lo
mejor de nosotros mismos.
Henry, vas a llegar tarde le advirti Joanna y le tom del
brazo.
S, es cierto, cario. Muy bien, Devlin, le ver maana por la
tarde.
Devlin se toc la frente y esper que salieran por la puerta
principal antes de dirigirse al saln. Observ cmo se marchaba sir
Henry en su automvil, y estaba encendiendo un cigarrillo cuando
volvi Joanna Grey.
Dgame una cosa le dijo. Es verdad que l y Churchill
son amigos?
rpidamente se apart.
Y ahora saca la conclusin que quieras sigui Devlin,
antes de que la pasin me enloquezca definitivamente.
Ella cogi la boina, se puso de pie de un salto y tom las riendas
del caballo. Se volvi a mirarle con cara seria. Pero mont, se
acomod en la silla y gir la cabalgadura para volver a mirarle; y
ahora sonrea.
Me dijeron que todos los irlandeses estaban locos. Ahora s
que lo creo. Ir a la misa del domingo por la tarde. Y t?
T crees que voy a misa?
El caballo estaba quieto, se revolva en semicrculo, pero ella le
controlaba bien.
S le dijo, seria. Creo que s.
Solt las riendas y parti al galope.
Oh, Liam, eres un idiota se dijo Devlin en voz baja mientras
empujaba la motocicleta a lo largo de la duna, junto a los rboles,
hacia el sendero. No vas a aprender nunca?
Se dirigi a la parte superior del dique, y avanz con calma
ahora hasta la granja. Encontr la llave donde la haba dejado, bajo
la piedra junto a la puerta, y entr. Dej el arma a la entrada, y entr
en la cocina. Se quit el impermeable y se qued parado. Sobre la
mesa haba un jarro de leche y una docena de hermosos huevos en
un bol.
Virgen Mara dijo en voz baja. Te vas a preocupar de esto
tambin?
Toc suavemente el bol con la punta de los dedos, pero cuando
se volvi para dejar el impermeable ya se le haba endurecido el
rostro.
8
Un viento fro circulaba por Birmingham y lanzaba la lluvia
contra las ventanas de cristal del apartamento de Ben Garvald, sobre
el garaje de Saltley. Su aspecto era imponente con la bata de seda y
la cicatriz en la garganta y el pelo rizado y negro muy bien peinado;
preocupando como loco pensando con quin iba a tener que trabajar.
Termin de cruzar a tierra y estrech calurosamente la mano
de Steiner.
Eran las 4.30 de la tarde cuando Devlin atraves el pueblo y
continu ms all de Studley Arms. Mientras cruzaba el puente
escuchaba el rgano y vea las luces, muy suaves en las ventanas de
la iglesia porque an no estaba oscuro. Joanna Grey le haba dicho
que la misa de la tarde se celebraba ms temprano, para evitar la
obligacin de apagar todas las luces. Record la observacin de
Molly Prior mientras suba por la colina y sonri. Se detuvo junto a
la iglesia. Ella estaba all: el pony, amarrado a la cerca, esperaba
pacientemente, comiendo de la bolsa que tena sujeta del hocico.
Haba dos automviles, un camin y varias bicicletas.
Devlin abri la puerta. El padre Vereker bajaba del altar con
tres nios vestidos con casullas rojas y tnicas blancas. Uno de los
nios llevaba un recipiente con agua bendita. Vereker rociaba con
agua las cabezas de los fieles para purificarles de sus pecados.
Asperges me, entonaba. Devlin se desliz por la nave lateral hasta
encontrar un banco libre.
No haba ms de diecisiete o dieciocho personas en la iglesia.
Entre ellas sir Henry y una mujer que seguramente sera su esposa,
as como una joven de pelo negro de poco ms de veinte aos con el
uniforme de las auxiliares femeninas de la fuerza area, Pamela
Vereker sin duda. Estaba George Wilde con su esposa. Les
acompaaba Laker Armsby, muy limpio, de tieso cuello blanco y un
traje negro muy viejo.
Molly Prior estaba al otro lado de la nave central, con su madre,
una mujer de aspecto agradable, de edad mediana y rostro
bondadoso. Molly llevaba un sombrero de paja adornado con flores
artificiales, inclinado sobre los ojos, y un vestido de algodn floreado
abotonado desde el cuello a la falda; le quedaba apretado y la falda
evidentemente corta.
Apostara a que lleva ese vestido hace tres aos por lo
menos, se dijo Devlin. Ella se volvi de sbito y le vio. No le sonri,
se limit a mirarle durante un segundo y apart la vista.
9
El fusil ametrallador Sten fue quiz la mejor arma de
produccin en serie de la Segunda Guerra Mundial. Constitua el
armamento bsico de la infantera britnica. Poda parecer burdo y
ellos. Hay veces, Max, en que ni siquiera tengo que dar una orden.
Lo comprendo perfectamente.
Entonces cmo diablos esperan que acepte un extrao y,
peor an, a alguien como ese Preston? Tom la ficha que le haba
pasado Radl y la sacudi violentamente. Un mezquino criminal, un
delincuente, un actorcillo que ha actuado desde que naci, incluso
ante s mismo. Tir la ficha, molesto. Ni siquiera sabe lo que es
ser un soldado de verdad.
Lo cual me parece lo ms serio por el momento acot Ritter
Neumann. Y nunca ha saltado desde un avin en vuelo.
Radl sac uno de sus cigarrillos rusos y Neumann se lo
encendi.
Me pregunto, Kurt, si no ests dejando que te dominen las
emociones.
De acuerdo dijo Steiner. As que mi mitad
norteamericana no soporta a este ratn porque es un traidor y un
tipo capaz de cambiar de posicin segn le convenga, y mi mitad
alemana tampoco estima mucho por lo mismo. Mira, Max, tienes
alguna idea de lo que significa el entrenamiento para saltar en
paracadas?
Sacudi la cabeza, exasperado, y le pidi a Ritter Neumann que
se lo explicara.
Antes de seis saltos no se obtiene el certificado de aptitud y
se debe saltar por lo menos seis veces al ao para mantenerlo dijo
Neumann. Y esto vale para cualquiera, desde el recluta hasta el
general. El sueldo es de 65 hasta 120 marcos por mes, segn el
rango.
Y?
Para llegar a ganarlo, hace falta un entrenamiento previo, en
tierra, de dos meses, y hacer el primer salto, solo, desde doscientos
metros. Despus vienen cinco saltos en grupo en distintas
condiciones de luz, incluso en plena oscuridad, disminuyendo
continuamente la altura. Y finalmente el ltimo acto. Saltar desde
nueve aviones en condiciones de combate desde menos de
cuatrocientos metros de altura.
Muy impresionante dijo Radl. Pero me parece que
Preston tendr que saltar slo una vez, seguramente de noche, pero
espaldas.
Devlin se arrodill y meti la cara en el agua del canal. Alz la
cabeza para respirar y encontr a Molly a su lado y a Vereker
inclinado sobre Seymour.
Dios mo, Devlin, poda haberle matado dijo el sacerdote.
No lo he hecho respondi Devlin. Desgraciadamente.
Como ansioso de demostrar que viva, Seymour gru y trat
de sentarse. En ese mismo instante apareci la seora Prior
empuando una escopeta de dos caones.
Llveselo de aqu le dijo a Vereker. Y cuando recupere la
cabeza dgale que si vuelve aqu a molestar a mi hija le matar como
si fuera un perro.
Laker Armsby meti en el agua del canal un viejo recipiente de
hierro enlozado y lo vaci sobre Seymour.
Mira cmo ests, Arthur le dijo cariosamente. Creo que
es el primer bao que te das desde el bautizo.
Seymour gru otra vez y se apoy en la canaleta, tratando de
levantarse. Vereker le pidi a Laker que le ayudara y entre los dos le
llevaron al Morris.
Y la tierra, de sbito, comenz a dar vueltas en torno de Devlin,
como un mar tormentoso. Cerr los ojos. Pudo or el grito de alarma
de Molly y sinti su fuerte y joven hombro bajo su brazo. Y luego su
madre estaba al otro lado e iban caminando juntos hacia la casa. Le
llevaban entre las dos.
Despert en la cocina, sentado en una silla junto al fuego, con
la cara apoyada en los pechos de Molly, que le pasaba un pao
mojado por la frente.
Ya me siento bien dijo.
Molly le mir ansiosa.
Dios mo, si cre que te haba partido la cabeza con ese golpe.
Es una debilidad personal le dijo Devlin, consciente de su
preocupacin y serio por un instante. Despus de un lapso de
mucha tensin, a veces me desvanezco como una luz. Debe de ser
algo psicolgico.
Qu es eso? le pregunt ella, desconcertada.
No te preocupes le dijo. Pero djame apoyar la cabeza de
nuevo, para poder verte los pezones.
El qu?
Molly Prior. No ests aqu para eso. Tienes un trabajo que
hacer.
Vamos, vamos. No tengo absolutamente nada que hacer antes
de la reunin con Garvald el 28.
No seas idiota. La gente de estos sitios es igual en todo el
mundo. T lo sabes perfectamente. Desconfa del forastero y ocpate
de ti mismo. No les ha gustado lo que le has hecho a Arthur
Seymour.
Y a m no me gust lo que trat de hacerle a Molly Prior
dijo Devlin, casi riendo y algo asombrado. Que Dios nos salve,
mujer, si slo la mitad de lo que me cont esta tarde Laker Armsby
es cierto. Hace tiempo que tendran que haberle encerrado para
siempre. Hay agresiones sexuales en tal cantidad que no se pueden
contar; y de joven liquid a dos hombres por lo menos.
Nunca recurren a la polica en lugares como stos. Se las
arreglan por s mismos coment Joanna, negando con la cabeza,
impaciente. Pero esto no nos lleva a ninguna parte. No podemos
ensear a los locos a ser sensatos. As que deja en paz a Molly.
Es una orden, seora?
No seas idiota. Estoy apelando a tu sensatez, nada ms. Se
fue al coche, acomod atrs al perro y se situ al volante.
No hay novedades de sir Henry? le pregunt Devlin
mientras ella pona en marcha el motor.
Le mantengo en forma, no te preocupes sonri Joanna.
El viernes por la noche hablar por radio con Radl. Te contar lo que
resulte.
Se march. Devlin abri la puerta y entr en la casa. Vacil
largo rato y finalmente ech el cerrojo y se fue al saln. Baj las
cortinas, encendi un pequeo fuego y se sent al lado con un vaso
de Bushmills entre las manos.
Era una vergenza, una condenada vergenza, pero quiz tena
razn Joanna Grey. Sera idiota buscarse complicaciones. Pens en
Molly un momento y despus, resueltamente, tom un ejemplar de
The Midnight Court, en irlands, que tena entre la pequea
biblioteca que haba llevado consigo, y se oblig a concentrarse.
Empez a llover. El agua azotaba el cristal de las ventanas.
10
Durante la Segunda Guerra Mundial los paracaidistas alemanes
se distinguan de los britnicos por un aspecto muy importante: el
tipo de paracadas que utilizaban.
La versin alemana, distinta de la que usaban los pilotos y la
tripulacin de la Luftwaffe, no tena correas que unieran las cuerdas
al arns. Las cuerdas se unan directamente al sistema que llevaba el
paracaidista en la espalda. Esto modificaba completamente el
proceso del salto. Por este motivo, en Landsvoort, un domingo por
la maana, Steiner prepar una demostracin del paracadas
britnico normal. Se iba a efectuar en el viejo establo de la granja.
Los hombres se agruparon en semicrculo. Harvey Preston, en
di mi palabra, no es cierto?
Por supuesto dijo Radl, retrocediendo hasta la puerta.
Gracias de nuevo.
Se volvi y se march lo ms rpido que pudo.
Himmler volvi la cabeza, suspir, como exasperado, y volvi
a escribir.
Devlin lleg a la iglesia cuando la misa casi haba terminado.
Se desliz por la nave de la derecha y se sent en un banco. Molly
estaba de rodillas junto a su madre, vestida exactamente igual que el
domingo anterior. El vestido no tena rastro alguno de los malos
tratos a que lo haba sometido Arthur Seymour. ste tambin estaba
en la iglesia, en la misma posicin que sola ocupar, y vio a Devlin en
seguida. No manifest emocin alguna, pero se puso de pie y se
desliz por la nave lateral hacia la salida.
Devlin esper mirando a Molly, toda inocencia, arrodillada a la
luz de las velas. Pas un momento y la muchacha abri los ojos y los
gir lentamente, como si hubiera advertido fsicamente su presencia.
Abri ms los ojos, le mir fijamente, y baj la vista otra vez.
Devlin se levant poco antes del final del servicio religioso y
sali rpidamente. Estaba sobre la moto cuando empezaron a salir
los fieles. Caa una suave llovizna. Se subi el cuello del impermeable
y se qued sentado, a la espera. Por fin sali Molly caminando junto
con su madre por el sendero. Le ignoraron completamente. Subieron
a la carreta, la madre tom las riendas y se marcharon.
Ah, bueno se dijo Devlin en voz baja, quin la puede
culpar?
Puso en marcha la moto y en ese momento oy que alguien le
llamaba. Era Joanna Grey, que se le acercaba. Le dijo, en voz baja:
Esta tarde ha estado en casa Vereker durante dos horas. Se
quiere quejar de ti a sir Henry.
No le culpo.
No puedes hablar seriamente ms de un minuto seguido?
Demasiada tensin respondi Devlin.
Ella no le pudo contestar porque en aquel momento se
aproxban los Willoughby.
*
Frase tomada de la Divina Comedia de Dante (Nota del Editor)
11
A las cuatro de la tarde del jueves 28 de octubre, Joanna Grey
entr con su coche al patio de la granja de Hobs End y encontr a
Devlin trabajando en la motocicleta.
Te he estado buscando toda la semana le dijo. Dnde has
estado?
Por ah contest l en tono alegre, limpindose la grasa de
las manos con un trapo viejo. Por estos alrededores. Ya le dije que
no tena nada que hacer hasta la reunin de esta noche con Garvald,
as que decid echar un vistazo a la regin.
Eso he odo le dijo Joanna, sombra. En esa moto y con
Molly Prior a cuestas. Te vieron en Holt en el baile del martes
pasado.
Una causa muy digna de tomar en cuenta le contest.
Alas por la Victoria. En realidad su amigo Vereker se present a
hacer un discurso apasionado sobre la ayuda de Dios para derrotar
a los hunos. Lo encontr bastante irnico, en vista de que por todas
partes en Alemania sola ver carteles con la leyenda Dios con
nosotros.
Te dije que la dejaras tranquila.
Lo intent, pero fue imposible. En todo caso, qu quiere
usted? Estoy ocupado. Tengo ciertos problemas con el magneto y
quiero que esta cosa funcione perfectamente para el viaje a
Peterborough de esta noche.
Han trasladado tropas a Meltham House le dijo Joanna.
Llegarn el martes por la noche.
Devlin frunci el ceo.
Meltham House... No es el sitio donde se entrenan las
fuerzas especiales?
Exactamente. Queda a unos trece kilmetros, por la costa, de
Studley Constable.
Y qu tropas?
Rangers norteamericanos.
Bueno. Y qu problemas nos puede acarrear su presencia?
Ninguno en realidad. Suelen estacionarse all mismo. Hay
una zona con grandes bosques, una zona pantanosa y una buena
adentro.
El taller haba sido un establo en otros tiempos y era
sorprendentemente amplio. Haba una escalera que llevaba a un
altillo de madera. En una esquina poda distinguirse un viejo coche
casi desarmado,pero quedaba espacio de sobra para el Bedford de
tres toneladas y para la camioneta en que Garvald y su hermano
haban viajado desde Birmingham. Ben Garvald se paseaba,
impaciente, golpendose las manos de vez en cuando. Tena fro a
pesar del grueso abrigo y de la bufanda.
Por Cristo, qu humedad deca. No hay seales todava
de ese pequeo irlands?
Slo son las 8.45, Ben dijo Reuben.
No me interesa qu mierda de hora sea.
Garvald se volvi a un hombre joven, de gran tamao, que
estaba apoyado en el camin y lea un peridico.
Trae maana alguna estufa, Sammy, o te arrancar las
pelotas. Comprendido?
Sammy, que llevaba el pelo negro muy largo y tena una cara
fra, de aspecto bastante peligroso, no se inmut en absoluto.
Okey, seor Garvald, me ocupar de eso.
Mejor que lo soluciones, querido, o te mando de nuevo al
ejrcito le dijo Garvald y le acarici la cara. Y no te gustara, eh?
Sac un paquete de Gold Flake, tom un cigarrillo y Sammy se
lo encendi sonriendo imperturbable.
Usted es una garanta, seor Garvald, una verdadera
garanta. Reuben les llam urgentemente desde la puerta.
Acaba de entrar en el patio.
Garvald tir a Sammy de la manga.
Deja abierta la puerta para que entre ese bastardo.
Devlin entr seguido del viento y de la lluvia. Llevaba
impermeable y pantalones de hule, un casco viejo de cuero y unas
gafas protectoras que haba comprado en una tienda de objetos
usados en Fakenham. Tena el rostro lvido. Apag el motor y se
quit las gafas. Tena grandes crculos rojos alrededor de los ojos.
Una noche asquerosa para hacer el negocio, seor Garvald
le dijo y coloc la BSA sobre su soporte.
12
Segua lloviendo a la maana siguiente cuando Devlin se dirigi
a casa de Joanna Grey. Aparc la moto junto al garaje y se acerc a
la puerta trasera. Ella le abri de inmediato y le hizo pasar. An
estaba en camisn; en el rostro se le adverta la tensin y la ansiedad
que experimentaba.
Gracias a Dios, Liam. Le cogi la cara entre las manos y se
la sacudi. Apenas he podido dormir. Me he levantado a las cinco
y llevo horas bebiendo whisky y t. La mezcla es infernal a estas
horas de la maana le aclar y le bes cariosamente. Ah,
sinvergenza, me alegra tanto verte.
El perro bailaba y saltaba cerca, tratando de ser incluido en las
manifestaciones de afecto. Joanna Grey se ocup en la cocina y
Devlin se qued junto al fuego.
Cmo sali todo? pregunt la mujer.
Muy bien.
Trataba de parecer indiferente; presenta que a ella no le iba a
gustar el modo en que haba solucionado las cosas.
No intentaron nada? le pregunt, con la sorpresa
manifiesta en la cara.
Oh, s le dijo. Pero consegu convencerles.
No hubo disparos?
No fue necesario dijo, tranquilo. Fue suficiente que les
enseara el Muser. No estn acostumbrados a las armas de fuego
en la hermandad britnica del crimen. Los puales les resultan ms
familiares.
Trajo una bandeja con desayuno servido y la dej en la mesa.
Dios, los ingleses. A veces me desesperan.
Quisiera beber algo, a pesar de la hora. Dnde est el
whisky? Se march y volvi con la botella y un par de vasos.
Es un crimen a estas horas, pero te voy a acompaar. Y qu
hacemos ahora?
Esperar. Tengo que poner a punto el jeep. Y nada ms. Usted
tendr que mantener entusiasmado a sir Henry hasta el ltimo
momento. Aparte de eso, podemos dedicarnos a mordernos las uas
los seis das que faltan.
Oh, no lo s. Pero siempre nos podemos desear buena suerte.
Joanna alz el vaso. Que Dios te bendiga, Liam, y tengas larga
vida.
Y a usted tambin, amor mo.
Joanna volvi a alzar el vaso y bebi. De sbito algo se le agit
a Devlin en las entraas, como un cuchillo. En ese instante supo, sin
la menor posibilidad de duda, que todo ese condenado proyecto iba
a resultar del peor modo imaginable.
Pamela Vereker tena treinta y seis horas libres ese fin de
semana. Quedaba en libertad a las siete de la maana. Su hermano
viaj a Pangboume a recogerla. Tan slo entrar en el presbiterio no
pudo resistir la tentacin y se quit el uniforme; se puso pantalones
de montar y un suter.
A pesar de este cambio simblico y de esta separacin temporal
de los hechos cotidianos de la vida en una base de bombarderos de
la fuerza area, se segua sintiendo cansada y tensa. Almorz y sali
en bicicleta hasta Meltham Vale Farm, a diez kilmetros por la
carretera de la costa, donde el administrador tena un potro de tres
*
Batalla de la guerra de Crimea (25 de octubre de 1854).
con Shafto y sus muchachos con los cascos colgando y los prisioneros
con un aspecto adecuadamente amedrentado. Directo al estudio 10
de la MGM. Y la gente se lo crey todo. Los comandos de Shafto.
Life, Colliers, Saturday Evening Post. Lo haba conseguido. Era
alguien. Hroe popular. Dos cruces por servicios distinguidos, la
Estrella de plata con hojas de roble. Todo, menos la medalla de
Honor del Congreso; y acabar consiguindola aunque tenga que
matarnos a todos en el empeo.
Y por qu se incorpor a esta unidad, mayor Kane?
pregunt ella, tensa.
Para quedarme pegado a un escritorio le dijo. Creo que
eso lo resume todo. Y he tratado de hacer todo lo posible para que
me licencien.
As que no ha participado en ninguna de las expediciones de
las que me ha hablado?
No.
Entonces le sugiero que piense dos veces antes de mencionar
con tanta frivolidad las acciones de un hombre valiente, sobre todo
si cuenta siempre con la ventaja de estar sentado detrs de escritorio.
Se sali de la carretera y estacion el vehculo a un costado. Se
volvi, a mirarla, y le sonri cariosamente.
Eh, me gusta eso. Le importa si lo anoto para usarlo en la
gran novela que, como buen periodista, siempre estoy a punto de
escribir?
Vyase al diablo, Harry Kane.
Alz la mano, como para golpearle, y Kane sac un paquete de
cigarrillos Camel y le ofreci uno.
Fume antes un cigarrillo. Suaviza los nervios.
Lo acept, le dej que se lo encendiera y aspir hondo, con la
vista clavada en los pantanos y las dunas y en el mar situado ms
all.
Lo siento, he reaccionado con demasiada violencia, pero esta
guerra se ha convertido para m en algo muy personal.
Su hermano?
No slo eso. Mi trabajo. Ayer por la tarde estaba trabajando
y capt a un piloto por la radio. Estaba malherido, combatiendo
sobre el mar del Norte. Se le haba incendiado el Hurricane y qued
13
Jack Rogan tena 45 aos. Llevaba casi un cuarto de siglo
trabajando de polica, tiempo suficiente para que a muchos de sus
vecinos les pareciera insoportable. Pero sa es la suerte del polica y
no se poda esperar otra cosa, como sola decirle a su esposa.
El martes 2 de noviembre entr a su despacho a las 9.30. En
realidad no tena por qu estar en Scotland Yard a esa hora ni ese
da. Haba pasado una larga noche interrogando, en Muswell Hill, a
los miembros de un club irlands y tena derecho a descansar en
cama algunas horas; pero antes deba terminar con algn papeleo.
Acababa de sentarse en su escritorio cuando golpearon a la
puerta y entr el detective inspector Fergus Grant, su ayudante.
Grant era hijo menor de un coronel retirado del ejrcito de la India.
Se haba formado en el Winchester y el Hendon Police College. Uno
de los de la nueva generacin, que se supona deba de revolucionar
el gremio. A pesar de lo cual l y Rogan se llevaban muy bien. Rogan
alz una mano, a la defensiva.
Fergus, lo nico que quiero es firmar unas cuantas cartas,
tomarme una taza de t y marcharme a casa a dormir. Esta noche ha
sido un infierno.
Lo s, seor respondi Grant, pero acabamos de recibir
un informe inslito de la polica de Birmingham. Y creo que le va a
interesar.
Te refieres a m en particular o al departamento irlands?
A ambos.
Muy bien dijo Rogan, que retir la silla y empez a llenarse
la pipa con tabaco que sac de una vieja petaca de cuero. No estoy
con nimos para seguir leyendo, as que cuntame.
Ha odo hablar de un tal Garvald, seor?
Te refieres a Ben Garvald? pregunt Rogan, despus de
pensar un momento. Malas noticias durante muchos aos. El
mayor villano del norte.
Ha muerto esta maana. Gangrena a consecuencia de un
balazo. Se le intervino demasiado tarde.
Rogan encendi un fsforo.
Mucha gente va a exclamar que sta es la mejor noticia del
ao. Pero qu tiene que ver con nosotros?
Fue un irlands el que le dispar en la rodilla derecha.
Eso s que es interesante dijo Rogan, que se qued miran
fijamente a su ayudante. Es el modo oficial de castigar que tiene el
IRA cuando alguien trata de traicionarles. Cmo se llama el
irlands?
Dej escapar una maldicin. El fsforo que tena en la mano
izquierda le haba quemado los dedos.
Murphy, seor.
Podra ser. Hay ms?
Posiblemente s continu Grant. Garvald tena un
hermano y se ha quedado tan afectado con su muerte que est
cantan como un pjaro. Lo nico que desea es ver a Murphy contra
la pared.
Tendremos que averiguar primero si podemos obligarle.
Cul es el motivo de todo esto?
Grant se lo cont con cierto detalle y, al terminar, Rogan haba
fruncido el ceo.
Un camin del ejrcito, un jeep, pintura de camuflaje? Que
querr hacer con esas cosas?
Quizs intentan asaltar una base militar, seor, con el fin
obtener armas.
Rogan se puso de pie y avanz hasta la ventana.
No, eso no me lo trago, a menos que descubramos pruebas
suficientes. No estn lo bastante activos para eso, de momento. No
son capaces para ese tipo de operaciones, creo que usted lo sabe
tambin. Aqu y en Irlanda le hemos roto el espinazo al IRA. Y De
eso.
Uno de los hombres de la Gestapo se movi con rapidez y le
golpe en el vientre con la punta de su bastn. Steiner cay al suelo
con un grito de agona. Otro golpe en la sien le dej completamente
inconsciente.
A la celda dijo Rossman y sali.
Los hombres de la Gestapo le cogieron de los tobillos y salieron
arrastrando al general cabeza abajo. Marcaban el paso con una
precisin militar que no se alter ni cuando bajaron la escalera.
Max Radl golpe la puerta del despacho del Reichsfhrer y
entr. Himmler estaba sentado junto al fuego, bebiendo caf. Dej
la taza y se acerc al escritorio.
Esperaba que ya estuviera en camino le dijo a Radl.
Salgo esta noche para Pars. Como debe saber, herr
Reichsfhrer, el almirante Canaris no se ha ido a Italia hasta hoy por
la maana.
Desgraciadamente. Sin embargo, usted tendr tiempo
sobrado de todos modos. Se quit los lentes y los empez a limpiar
meticulosamente como era su costumbre. Le el informe que le
entreg Rossman esta maana. Qu hay de esos rangers
norteamericanos que han aparecido en la zona? Explqueme.
Despleg el plano en el escritorio y Radl le seal con el dedo
el emplazamiento de Meltham House.
Ver usted, herr Reichsfhrer, Meltham House queda a tres
kilmetros al norte, por la costa, de Studley Constable. A unos
diecinueve o veinte de Hobs End. La seora Grey no cree que haya
algn problema en esa direccin. Por lo menos eso es lo que ha
comunicado en el ltimo mensaje.
Su irlands parece a la altura de las circunstancias coment
Himmler, y el resto ser cuestin de Steiner.
No creo que nos falle.
S, me olvidaba dijo secamente Himmler. En realidad se
juega algo muy personal en esta operacin.
Quiz me podra informar algo ms sobre la situacin del
general Steiner?
14
Exactamente a las 11.15 horas de la maana del viernes, en
Meltham House, Harry Kane, que estaba controlando las evoluciones
de una compaa que se preparaba para una maniobra de asalto,
recibi una orden urgente: deba presentarse inmediatamente ante
Shafto. Lleg a la antecmara del puesto de mando y encontr a todo
el mundo en tensin. Los empleados parecan espantados y el
sargento Garvey se paseaba de un lado a otro fumando
nerviosamente.
Qu ha pasado? pregunt Kane.
No s, mayor. Lo nico que s es que comenz a tirarlo todo
hace unos quince minutos, cuando recibi un despacho urgente del
cuartel general. Y ech fuera del despacho al joven Jones. De una
patada.
Kane golpe en la puerta y entr. Shafto estaba de pie junto a
la ventana, con la fusta en una mano y un vaso en la otra. Se volvi,
furioso, y cambi de expresin.
Ah, es usted, Harry.
De qu se trata, seor?
Muy sencillo. Esos bastardos del estado mayor que han
tratado todo el tiempo de desplazarme, parece que finalmente lo han
conseguido. Deber entregar el mando a Sam Williams la prxima
semana, en cuanto terminemos estos ejercicios.
Y usted, seor?
Debo regresar al pas. Me han nombrado jefe de instruccin
en Fort Benning.
Bohmler.
No me lo preguntes a m contest Gericke, molesto. Nadie
me dice nada. Si creen que somos lo suficientemente buenos para
meternos en la boca del lobo, por lo menos nos podran decir de qu
se trata.
Si en realidad es tan importante dijo Bohmler, quizs es
mejor no saberlo. Voy a revisar el aparato Lichtenstein.
Subi al Dakota y Gericke se apart y encendi un cigarrillo
observando una vez ms el avin. El sargento Witt haba hecho un
estupendo trabajo con las insignias de la RAF. Oy que se acercaba
un vehculo por la pista. Ritter Neumann al volante, Steiner a su lado
y Radl atrs. Se detuvo a dos metros de distancia. Nadie se baj.
No pareces muy contento de la vida, Peter dijo Steiner.
Y por qu iba a estarlo? contest Gericke. He pasado
todo un mes en este agujero, he trabajado todas las horas de Dios en
este avin, y para qu?
Toda la amargura le sali fuera. Abarc con un gesto la niebla,
la lluvia, todo el cielo.
Con esta niebla de mierda nunca podremos despegar.
Oh, pero tenemos toda la confianza en que un hombre de tu
talla ser capaz de conseguirlo.
Empezaron a bajarse del vehculo y a Ritter, especialmente le
resultaba casi imposible contener la risa.
Pero qu es lo que pasa aqu? exclam Gericke, casi
violento. Qu demonios sucede?
Pero si es muy sencillo, mi querido pobre, miserable y
endurecido hijo de puta dijo Radl. Tengo el honor de informarte
de que se te acaba de conceder la Cruz de Caballero.
Gericke se qued mirndole boquiabierto y Steiner dijo,
amablemente:
As que, querido Peter, finalmente pasars un fin de semana
en Karinhall.
Koenig, con Steiner y Radl, estudiaban los planos. El oficial
Muller se mantena a respetuosa distancia, pero no se perda ningn
detalle.
Hace unos cuatro meses deca el joven teniente un
pesquero britnico armado fue torpedeado a la altura de las
paredes.
En la Prinz Albrechtstrasse, Himmler estaba solo en su
despacho trabajando a la luz de una pequea lmpara. El fuego se
apagaba, la habitacin estaba ms bien fra, pero no pareca advertir
esos dos detalles y escriba sin detenerse. Golpearon discretamente
a la puerta y entr Rossman.
Qu pasa? dijo Himmler y alz la vista.
Acabamos de recibir un mensaje de Landsvoort, de Radl, herr
Reichsfhrer: Ha llegado el guila.
El rostro de Himmler no manifest emocin alguna.
Gracias, Rossman dijo. Mantngame al tanto.
S, herr Reichsfhrer.
Rossman se retir y Himmler volvi a su trabajo. El nico
sonido en la habitacin era el continuo rasgar de la pluma en el
papel.
Devlin, Steiner y Joanna Grey estaban examinando un gran
plano a escala de la zona.
Mire aqu, detrs de Santa Mara estaba diciendo Devlin,
la Hondonada de La Anciana. Pertenece a la iglesia y su establo est
vaco.
Se pueden trasladar all maana dijo Joanna Grey.
Hablen con el padre Vereker y le dicen que estn efectuando unos
ejercicios y quieren pasar la noche en el establo.
Y estn seguros de que aceptar? le pregunt Steiner.
Sin duda alguna indic Joanna Grey. Eso sucede
habitualmente. Los soldados aparecen en ejercicios o de camino y
desaparecen al da siguiente. Nadie sabe quines son. Hace nueve
meses tuvimos aqu una unidad checoslovaca y sus oficiales apenas
si saban un par de palabras en ingls.
Y otra cosa. Vereker fue paracaidista en Tnez agreg
Devlin, as que apenas vea las boinas rojas querr ayudar en lo que
pueda.
Y hay todava otro factor ms a nuestro favor en lo que se
ttulo pstumo.
De sbito se aclar el humo y pudo distinguir el mar a travs de
una niebla intermitente. La costa holandesa no poda estar
demasiado lejos. Haba por lo menos dos barcos all abajo. Varias
filas de balas trazadoras se alzaron en la noche en direccin a su
avin. Alguna condenada caonera que le quera mostrar los dientes.
Verdaderamente muy gracioso.
Trat de moverse en el asiento y descubri que tena el pie
izquierdo atrapado por un trozo de fuselaje roto. No importaba
mucho; estaba demasiado bajo para saltar. Estaba a slo cien metros
sobre el mar. La caonera le persegua como un galgo, le disparaba
con todo. Las balas se cebaban en el Dakota.
Bastardos estpidos! exclam Gericke.
Se ri dbilmente y dijo en voz baja, como si Bohmler estuviera
todava a su lado:
A quin se supone que estoy combatiendo, en todo caso?
Repentinamente una violenta rfaga de viento apart el humo
y vio el mar a no ms de treinta metros acercndose velozmente.
En ese instante volvi a ser el gran piloto de siempre y cuando
verdaderamente le importaba como nunca en la vida. Todos los
instintos vitales le dieron nuevas fuerzas. Tir de la palanca y a pesar
del espantoso dolor del brazo izquierdo la pudo mantener atrs y
elev as lo que quedaba de los alerones.
El Dakota casi salt; la cola empez a descender. Aceler por
fin un poco y lo mantuvo horizontal mientras caa sobre las olas;
volvi a tirar con fuerza de la palanca de mando. Choc tres veces
contra el agua, se desliz por encima como un gigantesco patn y se
detuvo. El motor ardiendo silbaba furioso mientras las olas le
cruzaban por encima.
Gericke sigui sentado un momento. Todo negativo, nada haba
resultado conforme a los libros. Y no obstante lo haba conseguido
contra toda posibilidad. El agua le empez a llegar a los tobillos.
Intent levantarse, pero tena el tobillo completamente aprisionado
por el fuselaje. Cogi el hacha contra incendios que haba en el techo
de la cabina y empez a golpear el fuselaje y el tobillo. Se rompi el
tobillo en el intento, pero ya no razonaba.
No le sorprendi en lo ms mnimo encontrarse de pie, con el
15
Poco despus de las diez de la maana del sbado, Molly
cabalg por el campo hacia Hobs End. La violenta lluvia de la noche
anterior se haba convertido en una fina llovizna, pero los pantanos
continuaban cubiertos de niebla.
Se haba levantado temprano y haba trabajado enrgicamente
toda la maana. Aliment el ganado y orde las vacas
personalmente, porque Laker Armsby tena que cavar una tumba.
Un sbito impulso la llev a decidir que deba cabalgar de inmediato
a pesar de la promesa que le haba hecho a Devlin de esperar a que
l la visitara. Estaba aterrorizada; algo le poda suceder a Liam. La
pena que se aplicaba a los implicados en actividades de contrabando
o de mercado negro sola ser muy importante.
Llev el caballo por el pantano y se acerc por detrs a la casa
a travs de la barrera de caas, dejando que el animal escogiera el
camino. El agua fangosa lleg al vientre de la cabalgadura y le entr
un poco a las botas Wellington. No le import, se inclin sobre el
Devlin haba salido con las primeras luces del alba a verificar
si la marea alta haba borrado todas las huellas de las actividades de
la noche anterior. Despus del desayuno haba vuelto a salir con
Steiner, para mostrarle cuanto pudiera verse de la zona del estuario
y del Point, donde les deban recoger una vez terminada la
operacin. Estaba a unos treinta metros de la casa cuando Preston
surgi del pantano y de la niebla con la joven sobre los hombros.
Qu pasa? pregunt Steiner.
Es Molly Prior, la joven de que le habl.
Empez a correr y entr al patio en el momento en que Preston
cruzaba la entrada.
Djela inmediatamente, condenado! le grit Devlin.
No tengo por qu obedecer sus rdenes le contest Preston.
Pero intervino Steiner, que haba seguido de cerca a Devlin.
Teniente Preston le dijo en tono acerado , deje
inmediatamente a la seorita.
Preston vacil un momento, pero dej a Molly en el suelo. La
joven se le encar y le golpe en el rostro.
Y deje quietas las manos, degenerado le espet.
Todos se rieron en el establo. Molly se volvi y vio a travs de
la puerta abierta una fila de caras sonrientes, el camin, y el jeep con
la ametralladora Browning a punto.
Devlin se acerc y apart a Preston.
Ests bien, Molly?
Liam dijo Molly, espantada, qu pasa aqu? Qu estn
haciendo?
Pero Steiner se hizo cargo de la situacin con delicadeza y tacto.
Teniente Preston dijo framente, pdale disculpas
inmediatamente a la seorita. Preston vacilaba y Steiner le
oblig. Ahora mismo, teniente!
Preston se puso firme.
Acepte mis humildes excusas, seorita. Ha sido un error le
dijo con cierta irona, se volvi y entr al establo.
No s cmo expresarle cunto siento este desgraciado
incidente le dijo Steiner a Molly y la salud muy serio.
El coronel Carter, Molly explic Devlin.
Del batalln de paracaidistas polaco dijo Steiner.
Puedes confiar en m.
Apret los tacones contra el vientre del caballo y parti al
galope por el pantano.
Devlin volvi atrs rpidamente. Ritter estaba junto a Steiner
en el establo.
Todo solucionado? pregunt Steiner.
Devlin pas a su lado velozmente y entr al establo. Los
hombres conversaban en pequeos grupos y Preston estaba
encendiendo un cigarrillo. Tena el fsforo encendido en la mano.
Alz la vista, sonriendo burlonamente.
As que ya sabemos lo que ha estado haciendo estas semana
Era buena, Devlin?
Devlin alz la mano y lanz el puo derecho. Golpe a Preston
en la mejilla y ste cay despatarrado de espaldas sobre las piernas
de uno de los hombres. Steiner sujet a Devlin del brazo.
Voy a matar a ese bastardo! aull Devlin.
Steiner se situ frente al irlands y le puso las manos sobre
hombros. Devlin se sorprendi de su fuerza.
Vyase a la casa le dijo tranquilamente. Yo me encargo de
esto.
Devlin le mir furibundo, con esa cara plida de asesino una
vez ms. Pero se le suaviz un tanto la expresin al observar a
Steiner. Se march y empez a correr por el patio. Preston se levant
y se llev la mano a la cara. El silencio era completo.
Hay un hombre que le va a matar si tiene ocasin, Preston
le dijo Steiner. Tenga cuidado. Si vuelve a hacer cualquier cosa
irregular y Devlin no le mata, ser yo mismo quien lo haga. Le hizo
gesto a Ritter. Toma el mando.
Cuando entr en la casa, Devlin estaba bebiendo un Bushmills.
El irlands le mir con una sonrisa nerviosa.
Dios mo, es verdad que le habra matado.
Y qu fue de la joven?
No hay problema. Est convencida de que sigo en el ejrcito
que estoy metido hasta el cuello en una operacin ultrasecreta le
dijo, y la molestia que senta consigo mismo era evidente en su
expresin. Su nio querido, as me llamaba. Y eso soy en realidad.
Empez a servirse otro trago, vacil y volvi a cerrar la botella.De
seor.
As que ahora se llama Devlin y est trabajando de guarda de
un pantano, para sir Henry Willoughby, el seor de la comarca. Se
merece una sorpresa, por cierto. Queda muy lejos ese lugar?
A unos trescientos cincuenta kilmetros contest Grant y
sacudi la cabeza. Pero qu diablos querr hacer por ah?
Lo vamos a averiguar muy pronto dijo Rogan y quit la
vista del informe.
Qu debemos hacer, seor? Llamo al Constabulary de
Norfolk para que le apresen?
Ests loco? le dijo Rogan, sorprendido. No sabes cmo
es la polica rural? Un puado de buenas personas. No, lo vamos a
arreglar personalmente, Fergus. T y yo. Hace mucho que no paso
un fin de semana en el campo. Ser un cambio de aires muy
agradable.
Tiene una cita en el despacho del juez esta tarde le record
Grant. Por las pruebas del caso Halloran.
Saldr de all a las tres. A las tres y media en el peor de los
casos. Retira un coche y esprame con todo listo. Partiremos
directamente desde all.
Debo explicar esto a mis superiores, seor?
Qu te sucede hoy, Fergus? exclam, irritado, Rogan.
Todo el mundo est en Portsmouth. Muvete ahora mismo.
Muy bien, seor dijo Grant, incapaz de explicarse a s
mismo la extraa reticencia que senta.
Ya tena la mano en la puerta cuando Rogan le llam:
Fergus.
S, seor?
Llama al arsenal y pide un par de Browning pesadas. Este
personaje dispara y despus pregunta de qu se trata.
Grant trag saliva.
Me ocupar de eso, seor le dijo con voz levemente
temblorosa y sali.
Rogan se levant y se aproxim a la ventana. Flexion los dedos
de las manos. Estaba tenso.
Correcto, bastardo dijo en voz baja, vamos a ver si eres
tan bueno como dicen.
16
En Londres, Rogan sali de los tribunales cuando el Big Ben
daba las tres de la tarde. Cruz la calle de prisa en direccin a Fergus
Grant, que le esperaba al volante de un Humber. El inspector estaba
de muy buen humor, a pesar de la lluvia.
Todo en orden, seor? pregunt Fergus.
Si al amigo Halloran le caen menos de diez aos, soy
Napolen. Las conseguiste?
En la guantera, seor.
Rogan la abri y encontr las dos automticas Browning.
Revis el seguro de una, lo volvi a cerrar. La sopes. Se senta bien
con ella en la mano. Se la introdujo en el bolsillo interior de la
chaqueta.
Muy bien, Fergus, partamos en busca del amigo Devlin.
En ese mismo momento, Molly se acercaba a la iglesia.
Montaba su caballo y avanzaba por senderos secundarios. La fina
llovizna que caa le haba obligado a ponerse el viejo impermeable y
un pauelo en la cabeza. Llevaba una mochila a la espalda cubierta
con tela de saco.
At el caballo bajo los rboles de la parte trasera del presbiterio
y entr al cementerio por la puerta de atrs. Mientras daba la vuelta
a la entrada principal, oy una orden de mando en la colina y se
nunca.
El grupo que avanzaba por la hondonada estaba formado por
Brandt, el sargento Sturm, el cabo Becker y los soldados Jansen y
Hagl. Se desplegaron frente al viejo molino. Haca treinta aos que
estaba abandonado y tena el techo lleno de agujeros all donde
faltaban las tejas.
La enorme rueda de madera sola permanecer inmvil, pero el
agua del arroyo, enriquecida con las abundantes lluvias recientes,
haba ejercido tanta presin que la barra que bloqueaba la rueda,
carcomida por el xido, se haba partido. Y la gran rueda se mova
ahora con crujidos y gemidos como de ultratumba, convirtiendo el
agua en espuma.
Steiner, que estaba sentado en el jeep observando con atencin
e inters esa enorme rueda de molino, se volvi para mirar a Brandt,
que correga al joven Jansen la tcnica del disparo desde la posicin
de tumbado en el suelo. Al otro lado del molino, corriente arriba, el
padre Vereker y los dos nios tambin estaban observando lo mismo.
El nio de George Wilde, Graham, tenia once aos y pareca muy
entusiasmado con las actividades de los paracaidistas.
Qu estn haciendo ahora, padre? le pregunt a Vereker.
Bueno, Graham, consiste en poner los codos en la posicin
correcta dijo Vereker. Si no lo hacen as no pueden apuntar bien.
Mira, ahora les est enseando el paso del leopardo.
Susan Turner se aburra con el ejercicio y, cosa nada
sorprendente en una nia de cinco aos, se interesaba mucho ms
por la mueca de madera que su abuelo le haba hecho la tarde
anterior. Era una hermosa nia de pelo rubio, evacuada de
Birmingham. Sus abuelos, Ted y Agnes Turner, estaban a cargo de
la estafeta de Correos del pueblo, de un almacn y de la central
telefnica. Viva con ellos desde haca un ao.
Cruz al otro lado del puente, pas bajo la barrera y se sent al
borde. El agua, de color marrn y llena de espuma, pasaba a gran
velocidad a no ms de sesenta centmetros de donde ella estaba.
Sostena la mueca por uno de los brazos exactamente sobre la
superficiedel agua y se rea mientras el agua baaba los pies de la
mueca. Se inclin un poco ms, sujetndose en la baranda hasta
meter las piernas de la mueca en el agua. La baranda cedi y la nia
para usar la radio. No quiero que nadie sepa que est de nuestra
parte hasta que sea absolutamente indispensable. La ver yo mismo
ms tarde sonri. Es un caso difcil, Ritter.
Hemos salido de situaciones peores, Kurt.
Bien le salud Steiner, formalmente. En marcha,
entonces. Se volvi y empez a caminar hacia la iglesia.
En el saln de la estafeta de Correos, Agnes Turner lloraba
mientras pona ropa nueva a su nieta. Betty Wilde, sentada a su lado,
sujetaba con fuerza a Graham. Los soldados Dinter y Berg estaban
de pie a ambos lados de la puerta, esperando que las mujeres
terminaran.
Estoy tan asustada, Betty deca la seora Turner. He ledo
cosas tan terribles. Que matan y asesinan. Qu nos van a hacer a
nosotras?
Ted Turner, que estaba en la pequea habitacin tras el
mostrador del Correo donde atenda las llamadas telefnicas, dijo,
agitado:
Qu estn haciendo a mis mujeres?
Nada respondi Harvey Preston, y as ser mientras usted
haga exactamente lo que le dicen. Si intenta dar un mensaje cuando
alguien llame, si intenta el menor truco continu y dej ver el
revlver, no le matar a usted, sino a su esposa, se lo prometo.
Cerdo le espet el anciano. Y se atreve a llamarse ingls.
Y mejor que usted, viejo le dijo Harvey Preston y le golpe
en la cara con el dorso de la mano. No lo olvide. Se sent en el
rincn, encendi un cigarrillo y cogi una revista.
Molly y Pamela haban terminado su trabajo en el altar y
recogan los restos de hojas y hierba con los que Molly haba tratado
de adornar la pila bautismal.
Me parece que le falta algo coment Pamela. Hojas de
hiedra. Eso es. Voy a buscar algunas.
Abri la puerta, atraves la entrada y arranc dos o tres
manojos de hojas de la enredadera que rodeaba la torre. Iba a entrar
inglesa...
Joanna volvi a mirarle cara a cara.
Inglesa? grit. Boer, condenado! Boer! Cmo voy yo
a ser inglesa? Me insulta usted con ese nombre.
Todos los que la miraban estaban verdaderamente
horrorizados. Todos advirtieron claramente el sufrimiento infinito
de Vereker.
Oh, Dios mo suspir el sacerdote.
Ritter la tom del brazo.
Regrese inmediatamente a su casa. Pngase en contacto por
radio con Landsvoort. Informe a Radl de la situacin y mantenga
abierto el canal.
Ella asinti y sali velozmente. Ritter se qued inmvil, por
primera vez en toda su carrera militar, sin saber qu hacer. Qu
demonios vamos a hacer ahora?, pens. Pero l no tena respuesta.
No la poda haber sin Steiner.
Usted y Jansen se quedan aqu le dijo al cabo Becker y se
march.
La iglesia qued silenciosa. Vereker camin por la nave central.
Se senta terriblemente mal. Subi los peldaos del altar y se volvi
a mirar a los presentes.
En ocasiones como sta slo nos queda rezar dijo. Y suele
ayudar bastante. Arrodllense por favor.
Se persign, junt las manos y empez a orar en voz alta con
una voz firme y muy tranquila.
17
Harry Kane estaba supervisando un ejercicio prctico de
tcticas de combate en el bosque situado detrs de Meltham House
cuando le lleg una urgente orden de Shafto para que regresara a la
casa con todo el grupo. Kane encarg a su sargento, un tejano de
nombre Hustler, de Forth Worth, que le siguiera con sus hombres,
y se puso en marcha inmediatamente.
Lleg junto con varias secciones que se estaban entrenando en
y me fui donde Joanna y ella me dispar cerr los ojos otra vez.
Estoy tan cansada, Harry.
Kane se puso de pie y Shafto sali con l de la habitacin. Se
arregl la gorra en el espejo.
Bueno, qu le parece? Esa mujer, la Grey, para empezar.
Debe de ser la mayor puta de todos los tiempos.
A quin se lo debemos comunicar? Al Departamento de
Guerra y al cuartel general de East Anglia, para empezar...
Tiene idea del tiempo que pasara pegado al telfono
mientras esos bastardos calienta-sillones del estado mayor deciden
lo que conviene hacer? le interrumpi Shafto. Est claro lo que
pienso? golpe con el puo sobre la mesa. No, por Dios. Voy a
aplastarles la nariz a esos alemanotes yo mismo, aqu y ahora, y
tengo los hombres necesarios. Accin inmediata! se ri con
fuerza. El lema de Churchill. Me parece bastante apropiado.
Kane se dio cuenta de todo en ese instante. A Shafto todo esto
le pareca una gracia concedida personalmente por los dioses. No
slo la salvacin de su carrera, sino el comienzo definitivo de la
misma. El hombre que salvara a Churchill. Un hecho de armas que
tendra un lugar en los libros de historia. Si el Pentgono no le
conceda las estrellas de general despus de esta operacin, habra
disturbios en las calles.
Esccheme, seor le dijo Kane, tozudo. Si lo que dice
Pamela es cierto, es muy posible que esto sea un lo tremendo. Y con
todo respeto debo sugerirle que el Departamento de Guerra no vera
con buenos ojos que...
Shafto volvi a golpear el escritorio con los puos.
Qu mosca le ha picado? O esos muchachos de la Gestapo
le han trabajado a usted tambin? se volvi hacia la ventana,
furioso, y casi inmediatamente gir una vez ms sobre sus talones,
sonriendo ahora como un escolar contrito. Lo siento, Harry, ha
sido un exabrupto. Tiene razn, por supuesto.
De acuerdo, seor, qu hacemos?
Shafto mir la hora.
Las 4.15. El primer ministro debe de estar cerca. Sabemos por
dnde viene. Creo que sera una buena idea que cogiera un jeep y se
cruzara en su camino. Segn la informacin que nos dio la joven,
molino, que quedaba entre las dos ltimas casas a la vista. Chasque
los dedos para que Krukowski le pasara el telfono.
Mallory, me escucha?
Afirmativo, coronel respondi de inmediato Mallory.
Qu demonios est ocurriendo all arriba? Le estaba
esperando con buenas noticias.
Tienen un buen punto de apoyo en el primer piso de un
molino. Disponen de un excelente campo de tiro. Nos destrozaron el
primer jeep, que qued bloqueando la carretera. Ya he perdido
cuatro hombres.
Pierda unos pocos ms entonces le aull Shafto en el
telfono, pero entre all, Mallory, qumeles vivos. A cualquier
precio.
El fuego era muy intenso en aquellos momentos. Shafto trat
de hablar con la otra seccin.
Est bien, Hustler?
Coronel, Hustler al habla contest una voz desfallecida.
Espero verle sobre esa colina de la iglesia de un momento a
otro.
Ha sido muy duro, coronel. Atravesamos el campo, como
usted nos dijo, y camos en una trampa. Pero nos estamos acercando
a la parte sur del bosque en este momento.
Bueno, brase paso de una vez, por Cristo.
Le devolvi el telfono a Krukowski.
Por Cristo Jess! dijo amargamente. En realidad no se
puede confiar en nadie; cuando llega el momento definitivo de hacer
el trabajo para el cual nos han preparado, resulta que tengo que
hacerlo todo personalmente.
Baj la cuneta del camino en el mismo momento en que el
sargento Thomas y tres hombres regresaban.
Nada que informar, coronel.
Qu es eso de nada que informar?
No haba nadie, seor, slo eso le dijo y le pas un puado
de cartuchos.
Shafto le golpe en la mano violentamente y desparram los
cartuchos por el suelo.
De acuerdo, quiero que los dos jeeps ataquen juntos con dos
18
Estaban por lo menos a tres kilmetros del pueblo cuando
Steiner advirti por primera vez el insistente chirrido del telfono de
campaa. Alguien estaba llamando, pero desde demasiado lejos
como para que se le pudiera or.
Acelera le dijo a Klugl. Algo va mal.
Cuando les faltaba poco ms de un kilmetro el estrpito de
armas ligeras le confirm los peores temores. Amartill su Sten y
mir a Werner.
Estn listos para utilizarlas. Seguro que las necesitaremos.
disparando desde detrs del muro contra los rangers del bosque,
cuando Devlin y Steiner llegaron de regreso. El irlands cambi de
marcha, puso un pie en tierra y dej patinar la motocicleta hasta
girar en el punto exacto. Pas bajo la entrada del cementerio y
continu por el sendero hasta el prtico de la iglesia. Ritter, Altmann
y Werner se retiraron paso a paso, utilizando las lpidas para
cubrirse, y finalmente se pusieron a salvo bajo el prtico sin ms
daos.
El cabo Becker haba abierto la puerta; entraron todos y Becker
la cerr y ech los cerrojos. El estruendo en el exterior adquiri
mayor violencia. Los refugiados se juntaron, tensos, ansiosos.
PhilipVereker salt del altar y se enfrent a Devlin, plido de ira.
Otro condenado traidor!
Ah, bueno sonri Devlin. Qu agradable encontrarse de
nuevo con los amigos!
En el molino todo estaba silencioso.
Esto no me gusta nada coment Walther.
Nunca te ha gustado nada le dijo Brandt y frunci el ceo.
Pero qu es eso?
Se oa el sonido de un vehculo que se aproximaba. Brandt trat
de asomarse por la entrada del altillo que permita observar la
carretera y de inmediato qued bajo fuego enemigo. Retrocedi.
Cmo est Meyer?
Creo que ha muerto.
Brandt sac un cigarrillo mientras aumentaba el ruido del
vehculo.
Piensa un poco dijo. El canal Alberto, Creta, Stalingrado,
y dnde va a terminar el camino? En Studley Constable.
Encendi el cigarrillo.
El scout iba por lo menos a sesenta kilmetros por hora cuando
el sargento Garvey vir a la izquierda y lo estrell contra las puertas
del molino. Kane, de pie en la parte trasera, junto a una
ametralladora antiarea Browning, ya estaba disparando hacia arriba
contra el suelo de madera. Las enormes descargas de calibre 50
redujeron el techo apedazos con toda facilidad. Oy los gritos de
ms.
Becker asinti y se desliz silenciosamente en la sombra.
Dispar su Sten con silenciador y al clic metlico del arma respondi
el del cerrojo, que se solt; empuj con fuerza la puerta de la sacrista
y stase abri.
Se interrumpi el fuego y Garvey grit desde arriba:
No tiene bastante todava, coronel? Me parece que estamos
haciendo una carnicera innecesaria, pero le aseguro que seguiremos
si usted nos obliga.
Preston cedi entonces, se puso de pie de un salto y se adelant
a descubierto.
S! Salgo! Ya tengo bastante!
Bastardo! grit Becker y sali corriendo desde las sombras
de la sacrista y golpe a Preston con la culata de su arma en el
crneo.
La Thompson escupi una breve descarga que dio de lleno en
la espalda de Becker y le lanz de cabeza a travs de las cortinas de
la base de la torre. Se agarr de las cuerdas, moribundo, como
tratando de aferrarse a la vida, y en lo alto se oy el tair de una de
las campanas por primera vez en varios aos. Volvi el silencio.
Garvey grit:
Le doy cinco minutos, coronel!
Ser mejor que nos apartemos de aqu dijo Steiner a Devlin
en voz baja. En la sacrista nos podremos defender mejor.
Por cunto tiempo? pregunt Devlin.
Se oy un leve crujido. Devlin aguz la vista y vio que
alguienestaba de pie a la entrada de la sacrista, en el umbral de la
puerta rota.
Liam? susurr una voz conocida.
Dios mo exclam Devlin. Es Molly. De dnde diablos ha
salido?
Se arrastr por el suelo y se reuni con ella; regres en seguida.
Vamos! dijo y le pas el brazo por debajo de los hombros
a Ritter. La pequea nos ha conseguido una escapatoria. Si este
muchacho se pone de pie, podemos dejar esperando a esos otros all
arriba.
Se deslizaron en la sombra, llevando a Ritter entre ambos. En
19
El primer ministro haba ocupado la biblioteca sobre la terraza
posterior de Meltham House. Harry Kane sali de all a las 7.30.
Corcoran le estaba esperando.
Cmo est?
Interesadsimo le contest Kane. Quiere conocer todos los
detalles de la batalla. Parece fascinado con Steiner.
Todos lo estamos. Pero lo que me gustara saber es dnde se
encuentran ese condenado y el irlands.
Deben de estar cerca de la casa donde viva el irlands, seguro.
Pero poco antes de volver aqu Garvey me inform por radio que
cuando fueron a revisar la casa de Devlin encontraron a dos
inspectores de la Seccin Especial que le estaban esperando.
Caramba dijo Corcoran. Y cmo demonios le
encontraron?
Parece que se trata de una investigacin policial en curso. En
todo caso es muy poco probable que regrese all ahora. Garvey se ha
quedado en la zona y ha establecido dos controles en la carretera de
la costa. No podemos hacer mucho ms hasta que no nos enven ms
hombres.
Van a llegar, hombre, van a llegar dijo Corcoran. Desde
que sus muchachos pusieron de nuevo los telfonos en
funcionamiento he hablado varias veces con Londres. En un par de
horas todo el norte de Norfolk estar bloqueado. Y por la maana
toda esta zona quedar bajo la ley marcial. Y continuar en esas
condiciones hasta que encontremos a Steiner.
En todo caso no tiene ninguna posibilidad de acercarse al
primer ministro afirm Kane. He apostado varios hombres en la
puerta, en la terraza, y por lo menos una docena dispersos en el
jardn, camuflados y con ametralladoras. Les he dado rdenes
estrictas. Que disparen primero. Ms tarde hablaremos si se produce
algn accidente.
Se abri la puerta y entr un joven cabo con un par de hojas
mecanografiadas en la mano.
Tengo las listas definitivas, mayor. Si quiere usted verlas... Se
march y Kane empez a mirar la primera hoja.
Han dejado que el padre Vereker y algunos de los habitantes
del pueblo se ocupen de los cuerpos de los alemanes.
Cmo est l? pregunt Corcoran.
Con algunas lesiones, pero en general bien. Segn lo que
informan, han muerto todos, a excepcin de Steiner, su segundo y el
irlands. En total, catorce muertos.
Pero cmo demonios se las arreglaron para escapar? Me
gustara averiguarlo.
Bueno, se abrieron paso a la sacrista para eludir el fuego de
Garvey y los hombres que estaban en los ventanales. Mi teora es que
Pamela y la joven Prior, cuando salieron por el tnel que conduce al
y se volvi.
La respuesta, seor.
Radl se senta extraamente mareado; no vea bien.
Lala, Witt dijo.
Visitaremos el nido de todas maneras. Algunos aguiluchos
pueden necesitar ayuda. Buena suerte. Witt pareca
desconcertado y agreg: Por qu dijo eso ltimo, seor?
Porque es un joven muy inteligente y sospecha que voy a
necesitar tanta suerte como l sacudi la cabeza lentamente.
Qu hemos hecho con estos muchachos? Atreverse a tanto,
sacrificarlo todo, y para qu?
Por favor, seor dijo Witt, que pareca muy preocupado.
Igual que este ltimo de mis cigarrillos rusos sonri Radl, todo
lo bueno termina tarde o temprano, amigo mo.
Se volvi hacia el operador y se acerc para hacer lo que deba
haber hecho por lo menos dos horas antes.
Ahora me puede poner con Berln.
En el lmite este de la granja Prior haba una casa vieja y
arruinada que quedaba detrs de un bosque en el lado opuesto de la
carretera principal a Hobs End. Sirvi para ocultar el Morris.
Eran las 7.15. Devlin y Steiner dejaron a Ritter al cuidado de
Molly y bajaron a travs del bosque para realizar un cauto
reconocimiento del terreno. Llegaron justo a tiempo para ver a
Garvey y a sus hombres que suban por la carretera del dique en
direccin a la casa del guarda. Retrocedieron por el bosque y se
agazaparon junto a una pared para estudiar la situacin.
Las cosas no estn nada bien coment Devlin.
No hace falta que vuelva a la casa. Puede atravesar
directamente el pantano y llegar a tiempo a esa playa le dijo
Steiner.
Para qu? suspir Devlin. Tengo que hacerle una terrible
confesin, coronel. Sal con tanta prisa que me olvid la radio al
fondo de una maleta llena de trastos que tengo colgada detrs de la
puerta de la cocina.
Amigo mo, es usted realmente nico se ri Steiner. Dios
Cabo Bleeker?
Bleeker emergi de la oscuridad pocos instantes despus y
subi. Tena empapado el uniforme de combate, el casco le brillaba
con el agua, la crema negra de camuflaje de la cara se le haba
corrido.
Garvey y sus hombres atraparon a Steiner en la carretera de
la costa dijo Kane. Comunquelo a los dems.
Se acab, entonces dijo Bleeker. Seguimos de guardia,
seor?
No, pero deje una guardia por turnos. Que los hombres
coman algo caliente.
Bleeker baj la escalera y se perdi en la oscuridad. El mayor
se qued all un rato, con la vista fija en la lluvia; finalmente entr.
Devlin, Molly y Ritter Neumann se acercaron a la casa de Hobs
End, que estaba completamente a oscuras. Se detuvieron junto a la
pared.
Me parece que est tranquilo susurr Devlin.
No vale la pena susurr Ritter.
Y si no hay nadie seramos unos condenados cobardes dijo
Devlin, que segua pensando en recuperar el radiotransmisor.
Empiecen a avanzar a lo largo del dique. Los alcanzar.
Se desliz fuera de su alcance antes de que ninguno de los dos
pudiera protestar y atraves cautelosamente el patio. Se detuvo a
escuchar junto a la ventana. Todo estaba silencioso. Slo la lluvia y
un ruido incesante. Ni un tomo de luz adentro. La puerta principal
se abri con un leve empujn, crujiendo ligeramente. Devlin entr al
vestbulo con el Sten a punto.
La puerta del saln estaba abierta y haba unos cuantos leos
casi apagados en la chimenea. Devlin entr, y en seguida se dio
cuenta de que haba cometido un grave error. La puerta se cerr tras
l y sinti el can de una Browning en el cuello; dej caer el Sten al
suelo.
No se mueva dijo Jack Rogan. De acuerdo, Fergus,
aclaremos un poco esta situacin. Enciende la luz.
Brill un fsforo mientras Fergus Grant lo acercaba a la mecha
20
Casi un ao despus del da en que hice el asombroso
descubrimiento en el cementerio de Santa Mara y Todos los Santos
regres a Studley Constable, esta vez invitado directamente por el
padre Philip Vereker. Me hizo pasar un joven sacerdote de acento
irlands.
Vereker estaba sentado en una silla de respaldo inclinado junto
al fuego, en su despacho, con una manta sobre las rodillas. Era un
hombre moribundo sin lugar a dudas. La piel pareca habrsele
pegado a los huesos de la cara y los ojos impresionaban por su
dolorossima expresin
Ha sido muy amable en venir.
Siento encontrarle tan enfermo le dije.
Tengo cncer de estmago. No hay nada que hacer. El obispo
ha sido muy gentil al dejarme terminar aqu y permitirme que
prepare al padre Damin y le instruya sobre las caractersticas de la
parroquia. Pero no le he hecho llamar por esto. Me he enterado de
que ha pasado un ao muy ajetreado.
No comprendo le dije. La primera vez que estuve aqu no
me quiso decir nada. En realidad me expuls del pueblo.
Es muy sencillo. Durante muchos aos slo he sabido la
mitad de la historia. Y de sbito he descubierto que deseaba
conocerlo todo antes de que fuera demasiado tarde.
As que le cont todo lo que saba, pues no vea ninguna razn
para no hacerlo. Cuando termin, las sombras caan ya sobre el
jardn y la habitacin estaba en la penumbra.
La profesin?
El teatro, seor Higgins. Foster era actor de Music Hall, muy
bueno. La guerra fue su salvacin.
Cmo?
No slo realizaba una muy aceptable imitacin del primer
ministro. Se le pareca de modo impresionante. Despus de
Dunkerque empez a agregar un acto especial a su espectculo, una
especie de final. No tengo nada que ofrecerles sino sangre, sudor y
lgrimas. Les combatiremos en las playas. El pblico se
entusiasmaba.
Y el servicio de inteligencia le llam a sus filas?
Le contrataba en ocasiones especiales. Si el primer ministro
deba viajar por mar en el apogeo de la guerra submarina, resultaba
til hacerle aparecer pblicamente en otro sitio. Esa noche realiz la
mejor actuacin de su vida. Todos crean que era l, por supuesto.
Slo Corcoran saba la verdad.
De acuerdo le dije. Y dnde est Foster?
Muri, junto con ciento ocho personas, cuando una bomba
cay sobre un pequeo teatro de Islington, en febrero de 1944. As
pues, todo fue para nada. No sucedi, en realidad, nunca. Y mucho
mejor as para todos los afectados.
Empez a toser con violencia. Se le estremeca todo el cuerpo.
Se abri la puerta y entr una monja. Se inclin sobre l y le susurr
algo.
Lo siento me dijo Vereker. Pero ha sido una velada muy
larga. Creo que tengo que descansar. Gracias por haber venido y
haberme completado el cuadro.
Volvi a toser. Sal rpidamente. El padre Damin me
acompa amablemente a la puerta. Le di mi tarjeta en la escalera.
Si empeora... vacil. Sabe lo que quiero decirle. Me
gustara que me lo hiciera saber.
Encend un cigarrillo y me apoy en el muro de piedra de la
entrada del cementerio. Iba a comprobar los datos, por supuesto,
pero Vereker me haba dicho la verdad. No poda dudarlo. Pero
cambiaba esto un pice de toda la historia? Mir el lugar donde
Steiner se haba enfrentado esa tarde, haca tanto tiempo, con Harry
Kane. Pens en l, en su ltima vacilacin, fatal para l, en la terraza