10-Nueva Gestión Pública Cejudo
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DIPUTACIN
NDICE
agradecimientos15
la nueva gestin pblica. una introduccin al concepto y a la prctica, por guillermo m. cejudo
17
75
[5]
PRESENTACIN
presentacin
estamos empeados en luchar por la democracia, la equidad, la perspectiva de gnero, la rendicin de cuentas y la sustentabilidad.
marcelo ebrard casaubon
Jefe de Gobierno del Distrito Federal
PRLOGO
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11
Se trata de materiales originalmente escritos en espaol por especialistas locales y regionales, y de traducciones que ponen las teoras y
experiencias internacionales ms relevantes al alcance no slo de los
servidores pblicos tanto del Gobierno del Distrito Federal como de
otros estados de la Repblica, sino tambin de lectores en los pases
de habla hispana interesados en encontrar y conocer una visin actual de la administracin pblica que a todos nos impacta.
Es de notar que un esfuerzo tan amplio requiri la participacin
de todo un equipo de trabajo encabezado por el notable coordinador
general de esta obra, el doctor Luis F. Aguilar Villanueva, especialista
seero en la gestin pblica en el mundo, de amplia y reconocida
trayectoria avalada por decenas de sus libros y publicaciones, a quien
se reconoce como el introductor del enfoque de las polticas pblicas
en Amrica Latina, y ahora presidente del Comit Expertos de Administracin Pblica de la onu. Para cada tomo de los que integran la
Biblioteca, Luis F. Aguilar convoc a un muy destacado especialista,
referente en su campo de conocimiento, quien reuni el trabajo de
mltiples expertos.
El volumen 1 de la serie est a cargo del propio Luis F. Aguilar; inicia con un ensayo sobre la disciplina de las polticas pblicas escrito
por l especialmente para la ocasin e incorpora textos fundamentales sobre el tema que le da ttulo: Poltica pblica.
El segundo tomo se llama Administracin pblica y explora aspectos
relativos a la complejidad organizacional e institucional; fue compilado por el doctor Enrique Cabrero Mendoza, eminente investigador
en las reas de gerencia y finanzas pblicas, anlisis organizacional
y gestin municipal y polticas pblicas, quien se desempea como
director general del prestigiado Centro de Investigacin y Docencia
Econmicas (cide).
Administracin pblica mexicana del siglo xx es el ttulo del tercer volumen, editado por la doctora Mara del Carmen Pardo, cuyo currcu
lum, trayectoria acadmica y publicaciones la consolidan como una
de las autoras imprescindibles en el estudio de la administracin pblica. Ella encabeza los textos dedicados a analizar la evolucin de la
administracin pblica mexicana a la luz del avance de la modernizacin de la sociedad mexicana y de su sistema poltico.
Participacin ciudadana en las polticas pblicas es el volumen 4 de la
serie, realizado por el doctor Manuel Canto Chac, destacado profesor-investigador y autor de obras publicadas en Mxico, Espaa y Co-
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AGRADECIMIENTOS
[15]
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el entorno
En 1991 Christopher Hood public el artculo A New Public Management for All Seasons,1 que ha sido reconocido como el texto fundador del debate acadmico sobre la ngp.2 Fiel a su estilo, el profesor
Hood no promueve nuevas prcticas, sino que identifica un fenmeno entonces novedoso que estaba ocurriendo en pases anglosajones
Public Administration 69, nm. 1 (1991): 3-19; incluido en esta antologa.
Otro texto, sin duda fundamental, que sent las bases de la discusin en torno a la
ngp fue el de Peter Aucoin, Administrative Reform in Public Management: Paradigms,
Principles, Paradoxes and Pendulums, Governance 3, nm. 2 (1990): 115-137.
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2
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y que rompa, por lo menos en teora, con lo que parecan ser los
cnones de la administracin burocrtica y cuestionaba gran parte de
los supuestos y premisas del estudio y la prctica de la administracin
pblica.
Aunque el texto es de 1991, se refiere a prcticas vigentes desde
inicios de los aos ochenta. Puede decirse que la ngp existi antes de
contar con tal nombre. Los gobiernos de Nueva Zelanda, Australia
y Gran Bretaa intentaban dar respuestas nuevas a la llamada crisis
fiscal del Estado3 o a la supuesta quiebra del sistema de bienestar.4 Los
problemas que los estados desarrollados vivieron en los aos setenta
(inflacin, desempleo, crisis energtica, desencanto con los servicios
pblicos provistos directamente por el Estado, etctera) abrieron la
puerta de dos cuestionamientos severos al modelo administrativo
tradicional. El primero tuvo que ver con los lmites de la administracin.5 Tras el New Deal en Estados Unidos y la construccin de los
sistemas de bienestar en gran parte de Europa occidental (y de estados desarrollistas en pases latinoamericanos y asiticos) se haba
expandido el sector pblico no slo como agente de provisin de
bienestar sino tambin como generador directo de bienes y servicios
a la ciudadana. Ante esto, gobiernos de distinto cuo conservadores y laboristas construyeron un discurso en torno a la idea de un
Estado que haba sobrepasado sus lmites adecuados y que, por lo
tanto, deba retraerse a un tamao ms modesto.6
Esta expansin generada por la construccin del Estado de bienestar a partir de la segunda mitad del siglo xx tuvo repercusiones no
slo en el mbito de actuacin del sector pblico (que ampli sus
fronteras frente al mercado y la sociedad), sino tambin en la forma
de organizacin dentro de la burocracia estatal.7 El mayor tamao
James OConnor, The Fiscal Crisis of the State, Nueva York, St. Martins Press, 1973.
Claus Offe, Contradicciones del Estado de bienestar, Mxico, Alianza, 1991.
5
Vase Christopher Hood, The Limits of Public Administration, Londres, Wiley, 1976.
Vale la pena revisar tambin la actualizacin que apenas hizo de un debate que, demuestra, no es viejo ni est resuelto: Can We: Administrative Limits Revisited, Public
Administration Review 70, nm. 4 (2010): 527-534.
6
Paul Pierson, Dismantling the Welfare State?: Reagan, Thatcher and the Politics of
Retrenchment, Nueva York, Cambridge University Press, 1994. Vase tambin Torben
Iversen, Capitalism, Democracy, and Welfare, Nueva York, Cambridge University Press,
2005.
7
Richard Rose, El gran gobierno: un acercamiento desde los programas gubernamentales,
Mxico, Colegio Nacional de Ciencias Polticas y Administracin Pblica, 1998.
3
4
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del gobierno hizo necesarias reglas ms homogneas, procedimientos estandarizados, vigilancia centralizada y jerarquas slidas que
buscaban facilitar el control de un creciente aparato administrativo.8
El segundo lmite tuvo que ver con este arreglo interno del sector
pblico: al criticar el tamao y la ambicin del Estado se cuestionaron
tambin los mtodos de organizacin y las prcticas de gestin.
As, al poner bajo la lupa el mbito y los mtodos de la accin
estatal, la respuesta de diversos gobiernos implic una revaloracin
del mercado y de los instrumentos de gestin privada. En Estados
Unidos, Ronald Reagan declaraba que el gobierno no era la solucin
a los problemas, sino que era el problema, en tanto que Margaret Thatcher nombraba a gerentes de empresas privadas como encargados de
hacer ms eficiente al sector pblico. La ngp como prctica surgi en
este entorno de ideas econmicas y polticas favorables al mercado y
recelosas del Estado, con gobiernos que haban hecho campaa criticando los excesos de las burocracias.9 Adems de este entorno favorable e ideas propicias, haba tambin razones internas: burocracias
con estructuras esclerticas, funcionarios desapegados de las preocupaciones cotidianas de la gente, reglas excesivas y procesos lentos e
ineficaces, que derivaban en una evidente insatisfaccin ciudadana
con el desempeo de sus gobiernos.
primeras experiencias
La respuesta a este desencanto con el tamao y las prcticas del Estado se tradujo en medidas concretas iniciadas por pases anglosajones
en las dos ltimas dcadas del siglo xx, que generaron modificaciones sustanciales en la gestin pblica. En Nueva Zelanda, desde los
aos ochenta hubo cambios significativos, basados en la idea de contratos de desempeo entre agencias gubernamentales en su papel
8
Esto no quiere decir que existiera un paradigma tradicional burocrtico, como se
afirm repetidamente. Por el contrario, siempre hubo retos intelectuales y prcticos a
esta ortodoxia. Vase Laurence Lynn, The Myth of the Bureaucratic Paradigm: What
Traditional Public Administration Really Stood For, Public Administration Review 61,
nm. 2 (2001): 144-160.
9
Daniel Savoie, Thatcher, Reagan, Mulroney. In Search of a New Bureaucracy, Pittsburgh,
Pittsburgh University Press, 1994.
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los costos para el sector pblico. Para gobiernos que vivan presiones
fiscales y demandas sociales, la ngp ofreca respuestas prometedoras.
Hacer ms con menos (o, como lo propondra el entonces vicepresidente estadunidense Al Gore: alcanzar un gobierno que trabaja
mejor y cuesta menos)21 pareca posible.
difusin global
Fueron precisamente estos tres pases los que generaron inicialmente
la idea de una tendencia a reformar comprehensivas al sector pblico
en diversos pases, en respuesta a lo que se perciba como exceso de
rigidez en los procesos y dispendio de recursos. Los mecanismos e
instrumentos concretos variaban, pero el objetivo era claro: mayor
competencia en el sector pblico y estructuras menos jerrquicas y rgidas. Sin embargo, a pesar de algunos intentos retricos por presentar esta tendencia como una revolucin global con ms similitudes
que diferencias,22 la hiptesis de homogeneidad en los procesos de
reforma en la gestin pblica ha sido rebatida por diversos autores.23
Si bien cada una de las experiencias en los tres pases mencionados
puede considerarse un benchmark case (caso de referencia),24 otros
pases presentan diferentes procesos de reforma, con resultados distintos.25
21
Al Gore, A Government that Works Better and Costs Less, Washington, National Performance Review, 1993.
22
David Osborne y Ted Gaebler, Reinventing Government: How the Entrepreneurial Spirit
is Transforming the Public Sector, Reading, Mass., Addison-Wesley, 1992 (existen varias versiones en espaol); Donald Kettl, The Global Public Management Revolution, Washington,
Brookings Institution, 2000.
23
Christoph Knill, Explaining Cross-National Variance in Administrative Reform:
Autonomous versus Instrumental Bureaucracies, Journal of Public Policy 19, nm. 2
(1999): 113-139; Christopher Hood, Control, Bargains, and Cheating: The Politics
of Public-Service Reform, Journal of Public Administration Research Theory 12, nm. 3
(2002): 309-332.
24
El trmino ha sido formulado por Barzelay, op. cit.
25
Los esfuerzos acadmicos por entender estos procesos de cambio han sido variados. Desde el anlisis comparativo tradicional se han hecho descripciones de los
contenidos de los cambios al sector pblico y comparaciones de resultados entre
pases; se han identificado elementos comunes y diferencias, y se han producido
lecciones o generalizaciones (vase Christopher Pollitt, Is the Emperor in his Underwear? An Analysis of the Impacts of Public Management Reform, Public Mana-
25
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trayectorias distintas: en algunos casos se trat de reformas estimuladas por organismos internacionales en pases con alta dependencia
de ayuda extranjera (como en frica) o en proceso de integracin
(como en Europa del Este antes de su adhesin a la Unin Europea).
En otros pases como muestra para Amrica Bresser Pereira29 la
inclusin de algunos elementos de la ngp fue ms selectiva y en respuesta a necesidades concretas de los gobiernos. No fueron reformas
comprehensivas tan ambiciosas como las intentadas en los pases anglosajones, sino iniciativas parciales, que recuperaban algunos (pero
no todos) los componentes de las reformas ms agresivas de aquellos
pases. 30
27
Aunque muchos de estos cambios parecen cotidianos 30 aos despus (a quin sorprende hoy el ataque a las jerarquas centralizadoras?, por qu deberan preferirse los procesos a los productos de la
accin gubernamental?), en su momento cada uno de estos postulados significaba una separacin drstica del canon de la administracin pblica, preocupado por el orden, la previsibilidad, el control
jerrquico, el mrito y la subordinacin a las autoridades electas, y,
mediante ellas, al proceso democrtico.33 Estos postulados, adems,
prevean instrumentos de gestin distintos de los usuales en la administracin tradicional: en vez de la regulacin detallada (manuales de
operacin y de procedimientos, perfiles de puestos, reglamentos precisos que definan los mbitos de accin de cada funcionario y agencia pblica), se exaltaban las virtudes de la autonoma gerencial: que
los directivos pudieran tomar decisiones no constreidas por procedimientos legales o restricciones en el ejercicio del presupuesto, con
tal de alcanzar objetivos sociales deseados. En el mismo sentido, se
hacan a un lado las jerarquas y los controles centralizados para promover la competencia (dentro del sector pblico entre agencias o
entre funcionarios o con proveedores privados) y la introduccin
de mecanismos de mercado (subcontratacin, pagos diferenciados,
incentivos al desempeo, cuasimercados) en la organizacin del sector pblico. Significaba, finalmente y esto es lo que explica gran
parte de las resistencias encontradas en la implementacin de las reformas de la ngp, una alternativa contrastante con el diseo de los
sistemas de relaciones laborales basados en el mrito y la estabilidad.
En efecto, para la ngp el sistema de servicio civil encarnaba muchos
de los defectos de la administracin tradicional: la devocin por las
reglas, la estabilidad concedida a los funcionarios con independencia
de los resultados de su desempeo, la regulacin detallada y unifor32
Christopher Hood, The New Public Management in the 1980s: Variations on a
Theme, Accounting, Organizations, and Society 20, nms. 2-3 (1995): 93-109.
33
Max Weber, La burocracia, y Woodrow Wilson, El estudio de la administracin, en Jay M. Shafritz y Albert C. Hyde (eds.), Clsicos de la administracin pblica,
Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1999: 117-125 y 73-96; Dwight Waldo, Conclusion: Notes on the Present Tendencies, en The Administrative State, Nueva Jersey,
Transaction, 2006: 206-212; Luther Gulick y Lyndall Urwick (eds.), Papers on the Science
of Administration, Nueva York, Institute of Public Administration, 1937.
28
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me. Su propuesta era flexibilizar los mecanismos de contratacin, disminuir las reglas (o conceder excepciones a cambio de convenios de
desempeo) y construir sistemas de pagos diferenciados e incentivos
ligados a los resultados.
Las propuestas de la ngp no se derivaban de un desarrollo terico
uniforme que hubiera culminado en los aos ochenta en un conjunto de recomendaciones prcticas. Por el contrario, eran la amalgama
de instrumentos de gestin diversos que parecan relevantes para
atender los problemas del sector pblico en esos aos en los trminos definidos por quienes impulsaron las reformas, y acordes
con la ideologa antiestatista y liberal que reaccionaba a lo que se
perciba como excesos del Estado de bienestar. En pocas palabras, las
condiciones econmicas, polticas e ideolgicas volvieron aceptables
estos postulados que, sin embargo, se haban generado tiempo atrs.
El origen intelectual de la ngp se encuentra en dos escuelas de
pensamiento: la teora de la eleccin pblica (public choice), acompaada por el nuevo institucionalismo econmico, y el gerencialismo
(managerialism).34 De la teora de la eleccin pblica35 la ngp toma el
escepticismo frente a los instrumentos tradicionales de gestin (pues
ve en la planeacin y el control centralizados una receta para tomar
decisiones equivocadas y emprender la implementacin fallida), la
obsesin por introducir mecanismos de mercado que hagan contrapeso a las tendencias concentradoras y autocomplacientes de los burcratas y las agencias pblicas, y el inters por construir sistemas de
incentivos que hagan que el desempeo y los resultados de los funcionarios sean premiados o castigados, bajo el supuesto de que stos
actan siempre conforme a decisiones estratgicas que maximizan
sus ganancias, y no por vocacin o valoraciones normativas.
Del gerencialismo que es menos una disciplina que un moG. Gruening, Origin and Theoretical Basis of New Public Management, International Public Management Journal 4 (2001): 1-26.
35
Los textos clsicos son: Gordon Tullock, The Politics of Bureaucracy, Washington,
Public Affairs Press, 1965; William A. Niskanen, Bureaucracy and Representative Government, Chicago-Nueva York, Aldine-Atherton, 1971; James M. Buchanan y Gordon Tullock, The Calculus of ConsentLogical Foundations of Constitutional Democracy, Ann Arbor,
University of Michigan Press, 1962; Anthony Downs, Inside Bureaucracy, Heights, Ill.,
Waveland Press, 1994. Una actualizacin puede verse en Patrick Dunleavy, Democracy, Bureaucracy and Public Choice. Economic Explanations in Political Science, Nueva York,
Harvester Wheatsheaf, 1991, y Dennis Mueller, Public Choice iii, Cambridge, Cambridge
University Press, 2005.
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crticas
Junto con este entusiasmo inicial surgieron distintas posiciones crticas a la ngp, a sus promesas y a sus lmites.44 Adems de aquellos que
la rechazaban con el recurso simple de calificarla como una moda intelectual ms y, por lo tanto, indigna de ser debatida seriamente, hay
tres tipos genricos de crticas a la ngp. La primera, proveniente de
autores en la tradicin de administracin pblica, se concentra en dos
aspectos esenciales respecto al sustento terico de la ngp. Se adverta,
en primer lugar, la falta de soporte terico o emprico para gran parte de las implicaciones prcticas de sus postulados. Se argumentaba,
por ejemplo, que, al no tener bases slidas, las doctrinas de la ngp
carecan de confiabilidad en los resultados prometidos, por lo que la
certeza de sus proponentes era, al menos, cuestionable. En segundo
trmino, se apuntaba en la tradicin de Simon y los proverbios de
la administracin45 hacia la incongruencia entre algunos de sus postulados (por ejemplo, entre asumir que los directivos requieren ms
autonoma para innovar y generar valor pblico, y sostener al mismo
tiempo que los funcionarios buscan siempre maximizar presupuesto
y, por lo tanto, debe vigilrseles y controlrseles estrictamente).46
Un segundo tipo de crticas comparta el escepticismo de la visin
anterior, pero mantena una posicin ms constructiva. Se reconocan las posibles incoherencias y lo ingenuo de algunas de sus propuestas. Sin embargo, lo que se propona era someter las propuestas
a revisiones analticas slidas antes de rechazarlas o aceptarlas y a
estndares estrictos de argumentacin, en lugar de los artilugios retricos que proponentes y crticos solan usar para defenderlas o descain his Underwear? An Analysis of the Impacts of Public Management Reform, Public
Management 2, nm. 2 (2000): 181-199.
44
Vase, para una revisin de estas posiciones, Linda Kaboolian, The New Public Management: Challenging the Boundaries of the Management vs. Administration
Debate, Public Administration Review 58, nm. 3 (junio de 1998): 189-193, y David Are
llano Gault, Nueva gestin pblica: el meteorito que mat al dinosaurio? Lecciones
para la reforma administrativa en pases como Mxico, Reforma y Democracia, nm. 23
(junio de 2002).
45
Herbert A. Simon, The Proverbs of Administration, Public Administration Review,
6, nm. 1 (1946): 53-67.
46
B. Guy Peters y Vincent Wright, Public Policy and Administration, Old and New,
en Robert E. Goodin y Hans Dieter Klingemann (eds.), A New Handbook of Political Science, Nueva York, Oxford University Press, 1998, pp. 628-644.
33
34
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su labor para atender los criterios con los que son medidos (el caso de
los hospitales ingleses en los que importaba ms reducir los tiempos
de espera que la atencin efectiva de enfermedades es citado frecuentemente), o las empresas subcontratadas que abandonan criterios de
cobertura y calidad para privilegiar los ingresos inmediatos, generalmente a costa de la viabilidad futura de los servicios.
Cualquiera de estas tres posiciones contiene diagnsticos que cualquier analista o decisor debe tomar en cuanto valore la ngp. El conjunto de crticas ha servido no slo para exhibir la falibilidad de la
ngp (como ocurre con cualquier otro conjunto de doctrinas sobre
gestin pblica), sino tambin, ante todo, para construir argumentos
ms sofisticados con el fin de dilucidar qu instrumento de gestin es
relevante para qu organizacin, en qu condiciones, con qu propsitos y
bajo qu supuestos.
maduracin
Tras los primeros aos de debate sobre la ngp, la discusin acadmica y prctica evolucion hacia preguntas nuevas. Qued asentado
que, en efecto, haba una serie de reformas comprehensivas al sector
pblico en algunos pases, pero que no se trataba de una revolucin
global. De igual forma, al tiempo que se reconoca la novedad (y pertinencia) de muchos de los cambios asociados con la ngp, se aceptaba
que no significaba el fracaso de formas alternativas de gestionar el
sector pblico, ni el descarte automtico de la administracin clsica. Finalmente, se entendi que el xito relativo de muchas de estas
reformas estaba determinado no nicamente por su contenido (por
el virtuosismo tcnico de ciertas decisiones), sino tambin por el proceso que llevaba a decidir sobre cierta iniciativa y su ejecucin eficaz.
Gracias a ello, las preguntas planteadas se volvieron ms sofisticadas. Con su libro The New Public Management. Improving Research and
Policy Dialogue, Michael Barzelay dio inicio a un programa de investigacin en bsqueda de respuestas a la pregunta de qu explica el
cambio y la continuidad en las polticas de gestin pblica en diversos
pases.51 Los hallazgos muestran que las razones para que un pas se
51
Michael Barzelay, The New Public Management: Improving Research and Policy Dia-
35
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1066.
55
Patrick Dunleavy y Helen Margetts, Digital Era Governance: it Corporations, the State,
and E-government, Nueva York, Oxford University Press, 2006.
37
ngp en mxico
Antes de concluir con una visin del legado de la ngp, esta seccin
ofrece un repaso breve de la experiencia de ngp en Mxico. Al igual
que en gran parte de Amrica Latina,58 la ngp como discurso y
como prctica lleg a Mxico debido a cambios dramticos en la
poltica y la economa.59 Las discusiones sobre gestin pblica, el tamao y la estructura del Estado y el tipo de relacin entre gobierno y
sociedad estaban forzosamente enmarcadas en debates ms amplios
y complejos sobre la democratizacin y el papel del Estado en la economa.60 Los retos de la administracin pblica eran no slo los de
aumentar la eficacia y reducir los costos. Haba tambin que responder a las necesidades de una sociedad que comenzaba a hacer or su
voz y hacerlo en un entorno de precariedad fiscal.
Entre el catlogo de instrumentos de gestin asociados con la ngp,
la experiencia mexicana recuper poco de los relacionados con la
introduccin de mecanismos de mercado al sector pblico, y prefiri el componente gerencial, pero aun aqu las iniciativas fueron tmidas, pues hubo muy poco progreso en dotar de autonoma plena
a agencias y funcionarios, o para alterar los mecanismos de pago al
56
Stephen Osborne (ed.), The New Public Governance. Emerging Perspectives on the
Theory and Practice of Public Governance, Londres, Routledge, 2010.
57
Luis F. Aguilar Villanueva, Gobernanza y gestin pblica, Mxico, Fondo de Cultura
Econmica, 2006.
58
Vase el documento del clad incluido en esta antologa. Vase tambin Jos Luis
Mndez, Vieja o nueva administracin pblica? Una propuesta ante los dilemas de la
modernizacin administrativa, Reforma y Democracia 27 (1999): 219-246.
59
Luis F. Aguilar, La reforma del Estado mexicano, Gestin y Anlisis de Polticas
Pblicas 47 (1994): 121-144.
60
Cejudo, op. cit.
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40
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legado
Los debates tericos y las mltiples experiencias de ngp en las ltimas
dos dcadas han dejado no slo un entendimiento ms completo de
la ngp, sino tambin la capacidad de reconocer que los instrumentos
de gestin asociados con la ngp no tienen que coexistir siempre. En
otras palabras, no puede decirse como se lleg a sugerir que slo
cuando se llevan a cabo reformas ambiciosas como la australiana o la
britnica estamos ante evidencia de ngp en accin. Por el contrario,
los componentes de la ngp forman parte de un abanico de opciones
de instrumentos de gestin para resolver problemas administrativos,
y pueden usarse y se han usado de manera selectiva en funcin
de las prioridades de cada gobierno. Hay gobiernos en los que los
mecanismos de mercado para fomentar competencia se han aplicado
con gran xito, en paralelo con los instrumentos que sirven para dar
ms autonoma de gestin. Pero hay otros en los que el marco legal
o las preferencias polticas han impedido que ciertos instrumentos
sean utilizados (la subcontratacin o la eliminacin de restricciones
presupuestales) y, sin embargo, algunos ms hayan sido adoptados libremente. La conclusin, evidente ya, es que es un error ver a la ngp
como un paquete de reformas que no puede ser desagregado en sus
componentes.
A esto es a lo que se refieren aquellos autores que proponen entender a la ngp como una caja de herramientas, a la que los tomadores de decisiones pueden acudir para escoger cul instrumento es
ms til para resolver un problema concreto. Estas herramientas estn
asociadas con las dos ideas fundadoras de la ngp: ms competencia y
ms flexibilidad en las administraciones pblicas. Por lo tanto, cuando algunos de estos dos objetivos sean los que se persiguen, la ngp
ofrecer alternativas para definir la forma de gestionar las organizaciones pblicas.
Entender as a la ngp es menos deslumbrante que imaginarla como
un paradigma global que lleva a soluciones fciles y automticas o
como una conspiracin neoliberal que debilita al Estado y a sus fun-
41
cionarios. Pero, por ello mismo, permite comprender mejor el legado de las tres dcadas de ngp: conocimiento de los efectos de estos
instrumentos, ideas sobre por qu ciertos pases intentaron y lograron llevar a cabo reformas ambiciosas, y propuestas alternativas a la
forma de organizar al sector pblico an vigente en la mayor parte
del mundo.
Quienes descartan a la ngp como agotada o superada suelen tener
como referente aquellas experiencias en las que, tras reformas agresivas, se moder el alcance de ciertas iniciativas, se corrigieron decisiones fallidas e incluso se revirtieron algunas reformas. Pero qu
hay de aquellos pases donde los postulados de la ngp tuvieron una
aplicacin tmida? El diagnstico que dio origen a la ngp en los pases
anglosajones a principios de los aos ochenta no parece extrao a
quienes cotidianamente lidian, en muchas regiones, con burocracias
excesivamente rgidas y cerradas, costos altos y baja calidad de los servicios y reglas homogneas que en poco contribuyen al desempeo
eficaz de los funcionarios. No quiere decir esto que todos los pases
deban pasar inevitablemente por una etapa neogerencial; quiere decir, simplemente, que los problemas para los que la ngp pretende ser
una solucin siguen vigentes, y que, en tanto lo sean, la ngp podr
ser una fuente de ideas sobre cmo organizar al sector pblico.
Tres dcadas de reformas a la ngp muestran que la administracin centralizada, jerarquizada y homognea no es la nica opcin.
Es posible construir agencias gubernamentales autonmas, disear
esquemas de monitoreo y control que no dependan de restringir
la capacidad de decisin de los funcionarios y, ante todo, moldear
agencias pblicas que respondan a las necesidades y preferencias de
los ciudadanos. No significa que sea la solucin para todos los problemas administrativos, ni que no existan alternativas que en ciertas
condiciones sean ms apropiadas. Pero es una caja de herramientas
vigente y til. No puede olvidarse, sin embargo, que, como con toda
herramienta, la efectividad depende de la capacidad del usuario para
escoger la adecuada y usarla con habilidad.66
Entre las habilidades del usuario de esas herramientas es indispensable ser capaz
de evitar lo que Hood y Peters (op. cit., p. 278) identifican como los tres rasgos de
reformas administrativas (incluidas las inspiradas por la ngp), que explican los resultados pobres que se encuentran frecuentemente: adoptar casualmente modelos sin
fundamentos, ignorar la evidencia histrica y utilizar la evidencia de manera selectiva.
66
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bibliografa bsica
En esta seccin propongo al lector una lista mnima de textos bsicos
disponibles en espaol para avanzar ms en el tema (en adicin a lo
incluido en esta antologa).
Aguilar, Luis F., La reforma del Estado mexicano, Gestin y Anlisis de Polticas Pblicas 47 (1994): 121-144.
Arellano Gault, David, De la administracin pblica a la nueva gestin pblica: cinco dilemas, El Estado del Arte de la Administracin Pblica (Revista
Conmemorativa del Colegio), Mxico, Colegio Nacional de Ciencias Polticas
y Administracin Pblica, 1999, pp. 35-48.
Cabrero, Enrique, Innovacin en gobiernos locales: un panorama de experiencias
municipales en Mxico, Mxico, Centro de Investigacin y Docencia Econmicas-Fundacin Ford, 2001.
Cejudo, Guillermo, Los motores del cambio en la administracin mexicana:
los lmites de la nueva gerencia pblica, en Mara del Carmen Pardo y
Ernesto Velasco (eds.), La gerencia pblica en Amrica del Norte. Tendencias
actuales de la reforma administrativa en Canad, Estados Unidos y Mxico, Mxico, El Colegio de Mxico, 2009.
Guerrero, Juan Pablo, La reforma a la administracin pblica mexicana en el nuevo rgimen poltico. Por dnde empezar? Ideas para la creacin de un gobierno
transparente, responsable y cercano a la ciudadana, Mxico, Centro de Investigacin y Docencia Econmicas, Cuaderno de Trabajo ap, 2001.
Martnez Vilchis, Jos, Nueva gerencia pblica: anlisis comparativo de la
administracin estatal en Mxico, Convergencia. Revista de Ciencias Sociales
39 (2005): 13-49.
Moore, Mark, Gestin estratgica y creacin de valor en el sector pblico, Barcelona,
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Este artculo trata acerca del contenido doctrinal del grupo de ideas
conocido como nueva gestin pblica (npm, por sus siglas en ingls), de la procedencia intelectual de estas ideas; discute por qu resultaron tan convincentes en la dcada de los aos ochenta y expone
las crticas que se han hecho a las nuevas doctrinas. Se pone especial
nfasis en la afirmacin de que la nueva gestin pblica ofrece una
llave maestra para proveer mejores servicios pblicos. Este artculo
expone que la nueva gestin pblica ha sido criticada principalmente
en trminos de una supuesta contradiccin entre los valores de equidad y de eficiencia, pero cualquier crtica que pueda sobrevivir a
la afirmacin de la nueva gestin pblica en su infinita reprogramabilidad debe ser formulada en trminos de posibles conflictos entre distintos valores administrativos. La conclusin es que la iniciativa
de investigacin Management in Government llevada a cabo por el
Consejo de Investigacin Econmica y Social (esrc, por sus siglas en
ingls) ha sido ms valiosa ayudando a identificar ms que a responder definitivamente las preguntas conceptuales clave acerca de lo que
hizo emerger la nueva gestin pblica.
[48]
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Doctrina
Gestin profesional
activa en el sector
pblico
Estndares y
mediciones explcitos
del desempeo
Mayor nfasis
en controles de
resultados
Cambio hacia la
desagregacin de las
unidades del sector
pblico
Hacer hincapi
en las prcticas
administrativas del
sector privado
Hacer hincapi en
una mayor disciplina
y ahorro en el uso de
los recursos
Nm.
Significado
Justificacin tpica
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gacin de frmulas simplistas y recetas estereotipadas para una mejor gestin pblica en Estados Unidos, que muestran sorprendentes
similitudes con los bien documentados cultos cargo de Melanesia
(Lawrence, 1964; Worsley, 1968). Sin embargo, esta explicacin no
puede decirnos por qu la variante de la nueva gestin pblica del
recurrente culto cargo de la adminstracin pblica apareci en el
momento en que lo hizo, en lugar de cualquier otra.
Un tercer enfoque, menos escptico, puede ser considerar el surgimiento de la nueva gestin pblica a travs de una lente hegeliana
e interpretarla como una atraccin de opuestos que hacen historia.
Los opuestos en este caso son dos enfoques histricamente distintos de
la administracin pblica que en cierto sentido estn fusionados en
la nueva gestin pblica. Uno es la tradicin alemana del desarrollo econmico guiado por el Estado (Volkswirtschaft) encabezado por
directores pblicos profesionales, con sus races en el cameralismo
(Small, 1909). La otra es la tradicin anglosajona de la economa
liberal, unida a una preocupacin por la alineacin del inters personal con el deber en la administracin, que tiene sus races en el
utilitarismo (Hume, 1981). Pero, al igual que la interpretacin del
culto cargo, la interpretacin de la sntesis de opuestos no nos
ayuda a entender por s misma por qu estas dos tradiciones distintas
de la administracin pblica se unieron en este momento particular en
vez de en cualquier otro.
Una cuarta y quiz ms prometedora interpretacin del surgimiento de la nueva gestin pblica es como respuesta a un conjunto
de condiciones sociales especficas que surgieron en los pases desarrollados durante la larga paz que sigui a la segunda guerra mundial
y al periodo de crecimiento econmico que la acompa (vanse
Hood, 1990b y 1991). Entre las circunstancias que pueden haber contribuido a precipitar la nueva gestin pblica destacan:
cambios en el nivel del ingreso y la distribucin que sirvieron para
debilitar en el electorado a la coalicin Tocqueville, favorable al
crecimiento gubernamental, y para sentar las condiciones para una
nueva coalicin electoral ganadora preocupada por los impuestos
(vanse Tocqueville, 1946: 152; Peacock 1979; Meltzer y Richard,
1981);
cambios en el sistema sociotcnico asociado con el desarrollo de
tecnologas de punta del ciclo Kondratiev de finales del siglo xx
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Transportabilidad y difusin
Primero, gran parte de las doctrinas modernas fueron recibidas como los instrumentos para resolver las enfermedades de la gestin
en muchos contextos diferentes y en distintas organizaciones, campos de la poltica, niveles de gobierno y pases. De Dinamarca a Nue-
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La neutralidad poltica
En segundo lugar, se aseguraba que la nueva gestin pblica era un
marco de trabajo apoltico dentro del cual podan alcanzarse muchos valores diferentes en forma eficaz. El argumento fue que las
distintas prioridades y circunstancias polticas podan tener cabida
alterando los escenarios del sistema de gestin, sin necesidad de
reelaborar el programa bsico de la nueva gestin pblica. Este marco no fue, segn sus defensores, una mquina que pudiera ajustarse
para responder exclusivamente a las demandas de la nueva derecha o a cualquier otro partido o programa poltico (vanse, por
ejemplo, Scott Bushnell y Sallee, 1990: 162; Treasury and Civil Service Committee, 1990: ix, 22, 61). En este sentido, la nueva gestin
pblica adopt las apelaciones de universalidad de la administracin
pblica tradicional, la cual tambin pretenda ofrecer un instrumento neutral y general para alcanzar cualquiera de los objetivos de los
representantes electos (Ostrom, 1974; Thomas, 1978; Hood, 1987).
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imponerse a s mismo, particularmente en el estricto control de recursos y la implantacin de un conjunto de indicadores de desempeo publicados y cuantificables para determinar los costos y beneficios
globales del sistema.
La tercera crtica comn es que la nueva gestin pblica, a pesar
de su afirmacin manifiesta de promover el bien pblico (servicios
pblicos mejores y ms baratos para todos), es en realidad un vehculo para obtener ventajas particulares. El reclamo es que es un mo
vimiento diseado para servirse a s mismo y para promover los intereses profesionales de un grupo de lite de nuevos gerencialistas
(directores superiores y funcionarios de los departamentos centrales
de control, consultores de gestin y escuelas de negocios) en lugar
de a la masa de clientes del servicio pblico o al personal de bajo
nivel (Dunleavy, 1985; Yeatman, 1987; Kelleher, 1988; Pollitt, 1990:
134-137). El remedio que estos crticos sugieren en forma implcita es
tener recortes desproporcionados en lo gerencial en lugar de en el
equipo operacional (vase Martin, 1983) y poner en marcha medidas para empoderar a los consumidores, por ejemplo por medio de
nuevos sistemas de democracia directa (vase Pollitt, 1990: 183-184).
La cuarta lnea de crtica, a la que prestar ms atencin en el
resto de este artculo, se refiere a la apelacin a la universalidad de la
nueva gestin pblica. En oposicin a la afirmacin de la nueva gestin pblica de que es una gestin pblica para todo momento, estos
crticos argumentan que los diferentes valores administrativos tienen
implicaciones diferentes para los aspectos fundamentales del diseo
administrativo, implicaciones que van ms all de alterar la configuracin de los sistemas.
Para que su contraargumento tenga alguna relevancia, debe ser capaz de sobrevivir a algunas objeciones obvias. En primer lugar, debe
demostrar que la objecin es ms que una discusin semntica acerca
de la lnea que divide un programa diferente y un cambio de entorno. Para ello, debe demostrar que el problema de incompatibilidad
radica en el programa de investigacin del ncleo duro de la nueva
gestin pblica ms que en sus cinturones elaborativos (Lakatos,
1970). En segundo lugar, debe ser capaz de demostrar que es ms
que una proposicin obvia y trivial. Con el fin de sobrevivir a esta
objecin, necesita demostrar que hay diferentes implicaciones del
sistema de gestin de diversos valores relativamente ortodoxos y dominantes, sin referencia a los valores en los extremos del espectro de la
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simple dicotoma entre eficiencia y equidad puede ser contrarrestada por los defensores de la nueva gestin pblica con el argumento
de que la eficiencia puede ser concebida de forma que no entre
en conflicto con la equidad (vase Wilenski, 1986), y estos valores
de equidad podran muy bien programarse como parte del establecimiento de metas y el proceso de indicacin de desempeo, si existe
una fuerte presin poltica para hacerlo.
61
mantenerlo simple
mantenerlo honesto
mantenerlo slido
y centrado
y justo
y resistente
Estndar de xito
Frugalidad (hacer
empatar los
recursos con
las tareas para
lograr objetivos
determinados)
Rectitud
(logro de equidad,
reciprocidad
y descarga de
deberes adecuada)
Resistencia (logro
de confiabilidad,
adaptabilidad,
solidez)
Estndar de fracaso
Desperdicio
(problemas,
confusin,
ineficiencia)
Malversacin
(injusticia,
parcialidad, abuso
de poder)
Catstrofe (riesgo,
crisis, colapso)
Dinero y tiempo
(Costo de los
recursos de
productores y
consumidores)
Confianza y derecho
(consentimiento,
legitimidad,
proceso debido,
derechos polticos)
Seguridad y
supervivencia
(confianza, dar la
vida)
nfasis en el control
Salidas
Proceso
Entrada / Proceso
Holgura
Bajo
Medio
Alto
Objetivos
Fijo / Sencillo
Informacin
Anlisis de costos,
segmentado
(Activos
comerciales)
Estructurado
Intercambio rico,
gestin colectiva
Acoplamiento
Ajustado
Medio
Holgado
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2] sistemas de recompensa que funcionan mediante pago por resultados (que evitan pagar por lo que no se ha recibido), e
3] ingeniera administrativa de costos (usando con moderacin los
recursos para proveer servicios pblicos cuyo costo, durabilidad o
calidad no sean mayores a los absolutamente necesarios para una
tarea definida, sin una excesiva preocupacin por los factores externos).
La principal moneda con la que se miden el xito o el fracaso
para realizar los valores de tipo sigma es el tiempo y el dinero, en el
costo de los recursos de los consumidores y productores.
Puede argumentarse que un diseo ortodoxo para alcanzar los
valores de tipo sigma puede ser muy similar a las estructuras mecanicistas que con frecuencia han sido identificadas por la teora de
contingencia como aplicables a condiciones ambientales definidas
y estables (vanse Burns y Stalker, 1961; Lawrence y Lorsch, 1967).
Ya que el grupo sigma de valores hace hincapi en empatar los recursos con objetivos definidos, el establecimiento de objetivos fijos y
verificables debe ser central en cualquier diseo para alcanzar esos
valores. Cuantos menos objetivos incompatibles se incluyan, ms rpidamente puede identificarse y eliminarse lo innecesario. Del mismo
modo, cuanto ms nfasis se ponga en el control de resultados, en
lugar de en el proceso o la entrada, el proceso de identificacin del
desperdicio ser ms inequvoco. Para hacer del control de salida una
realidad, se necesitan dos caractersticas. Una es hacer nfasis en las
bases de datos de salida. Este nfasis, a su vez, requiere una infraestructura tecnolgica de reporte que tender a hacer que cada unidad de gestin se encuentre estrechamente unida en trminos de
informacin. La otra es la definicin clara de responsabilidades, que
involucre la separacin de las actividades de pensamiento y ejecucin y la desintegracin de las organizaciones en partes separadas y
no traslapadas para llegar lo ms cerca posible del ideal de unidades
fciles de rastrear y de administrar y con un objetivo nico. De ello
se desprende que la informacin en un sistema de control como ste
ser muy segmentada y valiosa, por lo que ser vigilada con extremo
cuidado y tendr un valor de cambio. Estas caractersticas de diseo
se acercan mucho a las recetas que ofrece la lnea de gestin corporativa de la nueva gestin pblica.
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Compatibilidad
A partir de esta discusin, sintetizada en el cuadro 2, una implicacin
fundamental es que estos tres conjuntos de valores administrativos se
superponen en algunos de sus rangos, como los crculos que se intersectan en un diagrama de Venn. Por ejemplo, la falta de honradez
con frecuencia genera despilfarros y a veces conduce a la catstrofe.
La frugalidad, la rectitud y la resistencia pueden ser satisfechas por un
conjunto particular de arreglos institucionales en ciertos contextos.
Sin embargo, la discusin tambin sugiere la hiptesis de que dos
de los tres amplios conjuntos de valores a menudo pueden ser satisfechos por el mismo principio de organizacin para un conjunto de dimensiones bsicas del diseo administrativo, pero es difcil satisfacer
los tres conjuntos de valores para cualquiera de esas dimensiones, y
probablemente imposible hacerlo para todas. En pocas palabras, el
inters central por la honestidad y por evitar la distorsin de la poltica en la administracin pblica puede tener diferentes resultados
de diseo a partir de un inters central por la frugalidad, y un inters
central por la resistencia puede tambin tener diferentes repercusiones. Si la nueva gestin pblica es un diseo para poner la frugalidad
en el centro del escenario, es posible que en el lmite sea menos
capaz de asegurar la honestidad y la resistencia en la administracin
pblica.
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la crisis de legitimidad
El Estado contemporneo, como ya lo planteaba Wolfe,1 se caracteriza por una manifiesta crisis de legitimidad. La sola presencia estatal,
sus formas de actuacin, su racionalidad para percibir las demandas,
procesarlas y actuar son, hoy por hoy, fuertemente cuestionadas por
amplios grupos del cuerpo social. Los empresarios y grupos conservadores solicitan un inmediato repliegue estatal, invocando las corrientes econmicas neoliberales donde el Estado debera concretarse a su
funcin de gendarme y la libre empresa impulsar el crecimiento econmico en mercados competitivos. Los obreros, campesinos y grupos
progresistas, que pugnan por un cambio en las condiciones sociales,
igualmente cuestionan a un aparato estatal que no ha sido capaz, ni
lo es hoy, de dar respuesta a sus demandas ni de actuar con agilidad y
eficacia en la resolucin de los problemas que aquejan a los estratos
ms numerosos y a la vez ms desfavorecidos de la pirmide social.
Finalmente, los estratos medios de la estructura social han perdido
la capacidad de creer en la idea de un Estado protector y benefactor;
por el contrario, surgen nuevas formas de organizacin profesional,
gremial, urbana, ecolgica, etc., en busca de la autogestin de los
problemas colectivos tratando, en la medida de lo posible, de evitar
la participacin estatal la cual, desde la percepcin de estos grupos,
contamina polticamente el sentido de las acciones, entorpece administrativamente su eficacia y desvirta su contenido.
Este fenmeno sera de carcter universal, ms como resultado de
la evolucin social, econmica y tecnolgica del mundo contempo* Enrique Cabrero, Del administrador al gerente pblico. Un anlisis de la evolucin y
cambio en la administracin pblica, y del perfil de dirigentes de organizaciones gubernamentales,
2a. ed., Mxico, inap, 1997, pp. 15-24, 72-89.
1
A. Wolfe, Los lmites de la legitimidad. Contradicciones polticas del capitalismo contemporneo, Mxico, Siglo XXI, 1980.
[75]
76
rneo que como resultado estricto de gobiernos especficamente ineficaces, o de regmenes particularmente inoperantes o autoritarios.
Esto es lo que explica que la voluntad ciudadana a travs de las elecciones no sea ya la va ms importante de la bsqueda democrtica
y participativa. El abstencionismo es un fenmeno creciente a nivel
mundial;2 la cercana de las polticas de facto, implementadas por los
diversos partidos polticos en el poder, ha disminuido el inters del
electorado en las plataformas polticas de campaa esto sera, segn Lindblom,3 un fenmeno natural en la policy decision making.
Por ltimo, se da una fuerte tendencia del electorado a neutralizar
la accin estatal, es decir, que se apoya a un partido para la conduccin nacional y a otros para la regional y local, o se diversifica el apoyo
por poderes Ejecutivo y Legislativo.
Las nuevas formas democrticas que parece buscar la sociedad
civil son de otro tipo. Existe un manifiesto inters en la participacin directa, no slo en la formulacin de las demandas como tradicionalmente se ha dado, sino tambin en su gestin, es decir en sus
formas de solucin e implementacin de acciones; adems, tambin
en la evaluacin de su impacto (beneficios o perjuicios). Se tiende,
entonces, al surgimiento de grupos sociales involucrados en la solucin de sus propios problemas, que manejan o realizan un estrecho
seguimiento de los avances, recursos y resultados finales. Todo esto,
en otras palabras, es la bsqueda de un aparato estatal que sirva a la
sociedad, y no ms una sociedad que sirva al aparato. Un servidor
pblico que efectivamente d un servicio a la sociedad, y no ms a
sus propios intereses.
Estamos por lo tanto frente a un desplazamiento o reacomodo en
el sistema de legitimidad4 o paradigma que da coherencia, lgica y
sustento al quehacer de los entes en una articulacin social. Como
lo plantea Romain Laufer,5 los sistemas de legitimidad han evolucioWolfe, op. cit.
Charles Lindblom, The science of muddling through, Public Administration Review, vol. 19, 1959.
4
R. Laufer y A. Burlaud, Management public, gestion et legitimit, Pars, Dalloz,
1980; vase tambin R. Laufer y C. Paradeise, El prncipe burcrata (1982), Mxico,
Trillas, 1988.
5
Romain Laufer define el concepto de legitimidad en un sistema social como el
sistema de smbolos culturales estructurados que le es comn [al sistema social] [...] El
concepto de legitimidad implica que los medios utilizados para alcanzar los fines organizacionales, as como los fines en s mismos, estn en armona con fines y necesidades
2
3
77
78
79
aunque se puede aadir que en una segunda fase el tamao organizacional tambin podra inducir mayor complejidad.12
Un aparato administrativo incapaz de responder eficazmente a las
demandas de la sociedad dio como resultado el cuestionamiento del
Estado como ente obeso, ineficaz e ineficiente. Un aparato organizacional que se reproduce a s mismo con su lgica interna e intereses
propios, y que se desvincul de la sociedad, habra sometido a una
crisis de legitimidad al propio Estado.
Ciertamente se trata de una crisis de la relacin Estado-sociedad,
y es precisamente el aparato de la administracin pblica el puente
responsable de dicha relacin. Esto explica la evolucin al mtodo de
accin como el criterio legitimador del ente estatal, dado que es la
accin estatal misma la que se cuestiona, es decir, la administracin
pblica.
80
81
82
83
84
85
24
1957.
86
Como un problema
de eficiencia
(insumo/producto)
Como un
problema
de eficacia
(logro de
objetivos)
Visin
mecnica
Visin
orgnica
Como un problema
de legitimidad
(democratizacin)
Origen de la
administracin pblica
Crisis de recursos
Concepcin de la crisis de la
administracin pblica
Ineficiente
Desperdicio de recursos
Exceso de personal
Tcnicas administrativas
obsoletas
Ineficaz
Reglamentacin arcaica
Crisis en logro de
objetivos estatales
Ineficaz
Estructura decisoria viciada
Crisis de la legitimidad
Aparato que se
reproduce a s mismo
Unilateral
Aparato de dominacin
La sociedad sirve al aparato
87
Objetivo de la
modernizacin
Tipos de solucin
Soluciones propuestas
Lmites de la propuesta
Tcnico
administrativos
Achicamiento
del aparato
Racionalizacin
del gasto
Nuevas tcnicas
administrativas
Aparato chico =
aparato eficiente?
Cambio de
estructura
normativa y
organizacional
Jurdicoadministrativo
Nueva normatividad
Nuevas estructuras
Fracaso de
las reformas
administrativas
Cambio de la
dinmica
organizacional
y ajuste de los
procesos de
identidad
Socioadministrativo
organizacionales
Nueva dinmica
organizacional
Nuevas estructuras
decisorias
Dificultad para
inducir el cambio
organizacional
PolticoAdministrativa
Democratizacin
del aparato
Equilibrio de la
participacin social
Aparato que sirva a
la sociedad civil
Riesgo de
populismo y
demagogia
Agotamiento
de la credibilidad
Capacidad de
concertacin
Cambios de tcnicas
y procedimientos
para mayor
racionalizacin
Cambio de formas
de interlocucin y
participacin
Estado-sociedad
humano implica un cambio profundo de razonamiento que es especialmente difcil para un mundo administrativo profundamente
marcado por tradiciones de control y reglamentacin que estaban
adaptadas a la sociedad industrial.26
Por otra parte, y particularmente refirindose al Estado, Crozier
menciona cmo esta crisis de gobernabilidad del Estado arrogante
tiene races profundas en las estructuras estatales; la bsqueda del
Estado modesto y moderno debera orientarse fundamentalmente a
inversiones prioritarias en los sistemas humanos internos y externos
26
M. Crozier, ibid.
88
sobre los cuales trabaja el Estado. El autor hace nfasis en el desconocimiento y desinters acerca del comportamiento de los agentes
dentro de la administracin (funcionarios), y fuera (usuarios y clientes) de la misma.
Ciertamente, como se comentaba en el apartado anterior, las
estructuras organizacionales y decisorias se han rigidizado al punto de la ineficacia. Crozier sugiere que incluso han inducido a un
retraso intelectual en los agentes del aparato; hay capacidades para
ajustes empricos en los sistemas, pero se ha perdido la capacidad
de creatividad e inventiva ante nuevos problemas y nuevos sistemas
administrativos. Desde su punto de vista, este problema aunque
es general adquiere dimensiones crticas en pases en desarrollo, por lo que la inversin intelectual en conocimiento y formacin de recursos humanos aparece como una prioridad absoluta.27
El supuesto de base de Crozier, el cual compartimos en nuestra visin de la modernizacin de la administracin pblica, es que el
cambio se deber inducir va el recurso humano, es decir que el cam
bio necesario no es slo de estructuras o responsabilidades del funcionario, sino de actitudes y procesos de identificacin. Adems dicho cambio ser inducido, en una primera fase, fundamentalmente
por los principales actores de la pirmide gubernamental: secretarios, directores, jefes de dependencias, responsables de programas,
etc. El desarrollo de nuevas capacidades y conocimientos en los cuadros directivos del aparato estatal induce un cambio en los modos
y mecanismos de razonamiento de las lites gubernamentales. Este
cambio se podr traducir, en una segunda fase, en una nueva mstica
y dinmica de los procesos decisorios, nuevas actitudes y proceso de
identidad en el resto de la pirmide organizacional para, finalmente,
relajarse en nuevas estructuras, nuevos mtodos y nuevos sistemas
administrativos.
El planteamiento anterior constituye de hecho una estrategia para
la modernizacin. Si bien el proceso debe integrar los niveles de la
eficiencia, eficacia y legitimidad, requiere ante todo una forma de
desdoblamiento que le permita tener un efecto multiplicador que
abarque la totalidad del aparato. Partiendo de esta premisa la dinmica inductiva del proceso modernizador se podra visualizar de la
siguiente manera:
27
M. Crozier, ibid.
89
90
Crisis de
legitimidad
del aparato
(+)
Propensin al cambio
(percepcin de la
necesidad del cambio)
(+)
Identificacin de
cuadros directivos
con el proyecto
de cambio
(+)
(+)
Desarrollo de actitudes favorables
al cambio en los diversos niveles
decisionales
()
(+)
Eficacia
del aparato
(+)
Eficiencia
del aparato
Diseo de cambios administrativos
y reestructuracin de sistemas,
modelos y normas
(+)
91
en primera instancia, de los procesos modernizadores, permite suponer que es en este sector donde se pueden analizar los primeros efectos, rumbos y caractersticas del cambio en el aparato. Cabe suponer
que analizar la evolucin y caractersticas del perfil del gerente de
empresas pblicas que el Estado decide mantener bajo su propiedad
puede tomarse como un efecto demostracin de los cambios que
tendr, en el mediano plazo, el perfil del gerente pblico en la administracin central.
Con lo anterior no se pretende negar la especificidad propia del
perfil de un empresario pblico y de un administrador del aparato central; sin embargo s se sugiere la existencia de una tendencia
dominante que se reflejar por igual hacia la gerencia pblica como
expresin empresarial e innovadora de la administracin pblica. En
ltima instancia, como lo comenta Romain Laufer, y ms adelante
nos referiremos a este aspecto en detalle, la gestin pblica en el nuevo sistema de legitimidad es un requisito tanto para la administracin
central como para la empresarial.
En el siguiente apartado proponemos una revisin de experiencias
nacionales en materia de reformas y procesos modernizadores en la
administracin pblica, y a la luz de estos procesos se profundiza sobre cambios organizacionales y el nuevo rol de los gerentes pblicos.
92
93
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100
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102
consideraciones finales
El cambio necesario en la administracin pblica slo se podr generar va una nueva cultura en el administrador o gerente pblico. Es
por esto que el recurso humano en el sector pblico se constituye en
la variable clave del cambio; este aspecto, si bien no ha sido la caracterstica dominante en procesos de reforma en curso, poco a poco
genera un movimiento en este sentido.
El enfoque que a lo largo de este trabajo hemos llamado de la gestin pblica parece dar una respuesta las expectativas de la sociedad
contempornea; sin embargo la realidad, las inercias y las creencias
enraizadas hasta lo ms profundo de la administracin pblica hacen
de este proceso de cambio un reto por resolver. En el caso mexicano,
particularmente, existen indicios claros de un cambio en la administracin pblica. Con las especificidades del sistema poltico y administrativo de Mxico la empresa se ve particularmente compleja. A
partir del anlisis de trayectorias y perfiles profesionales de gerentes
de empresas pblicas mexicanas queda claro que la tradicin, la his-
103
Administracin pblica
tradicional
Gestin pblica
Prerrequisitos bsicos
Bsqueda de:
Eficiencia
Eficacia
Legitimidad
Dominante, unilateral
Modesto, participativo
Base de la legitimidad
de la A.P.
Jurdica/Tcnica
Vinculacin
Estado-sociedad
Naturaleza y
dinmica del
aparato
Estructura
organizacional
Vertical, jerarquizada
Alta formalizacin, estable
Roles definidos
Funcional
Horizontal
Flexible
Roles cambiantes
Por proyectos, equipos,
matricial
Sistema de planeacin
Sistema de direccin
Sistema de evaluacin
Control normativo
Evaluacin de impacto
Evaluacin del desempeo
Sistema administrativo
dominante
Administracin clsica
Cogestin
(Estado-sociedad)
Percepcin del
contexto
Turbulento (demandas
cambiantes, conglomerado
social en proceso de
transformacin)
Enfoque estratgico
Hacia la armonizacin y
logro de inquietudes sociales
ante un escenario de recursos
limitados
Aparato estatal que confluye
con un contexto institucional,
en torno a la sociedad
Herramientas tcnicas
Administrador pblico
Gerente pblico
104
toria, la cultura poltica y fundamentalmente la estructura de la administracin pblica mexicana no permiten fcilmente el surgimiento
de un nuevo protagonista que pueda adquirir una autonoma relativa
que le permita actuar en una realidad que en momentos se presenta
como dialctica.
Se observ, en este anlisis, que todava aparecen los viejos vicios
de la administracin pblica. Los directivos de ms alto nivel de la
empresa pblica, por ejemplo, requieren acumular antigedad en el
sector central y hacer mritos en el mismo: son raros los casos de
quienes a partir de una carrera en el sector paraestatal o en la propia
empresa han tenido acceso al nivel directivo; esto muestra la lgica de
promocin por la pertenencia a grupos y no por la profesionalizacin
y experiencia en la tarea. Las camarillas todava no ceden el espacio
al profesionalismo y la carrera de gerentes pblicos; la alta rotacin
de cuadros es una constante en el aparato. El nivel estratgico tiene
una alta movilidad que se basa en el cambio no slo de cargos sino
tambin de dependencias. En el nivel ejecutivo se observa ms una
alta movilidad de cargos ocupados y una considerable presencia de
itinerarios que se ciclan con el sector.
Los niveles decisorios analizados aparecen ms como estancos que
como escalones de una carrera profesional en el sector. La lgica de
ascensos, como ya se mencion, todava responde en mucho a la tradicin de la administracin pblica. Los viejos vicios que se manifiestan todava de una forma dominante en el aparato estatal inducen
serios problemas en la eficiencia, la eficacia y la legitimidad. Los altos
costos de la rotacin y movilidad son evidentes, dado que la dependencia rara vez capitaliza la experiencia adquirida por los cuadros
directivos. Se podra pensar que a nivel del aparato s se capitaliza esa
experiencia; sin embargo, es tal la diversificacin de puestos y dependencias en la carrera de un funcionario que cabe pensar ms bien en
una dispersin, falta de concentracin y visin estrecha del horizonte
de accin por parte de los directivos; esto incide en evitar decisiones
de impacto a largo plazo a cambio de una bsqueda por el efecto de
corto plazo, con los consecuentes problemas de eficacia organizacional en el grupo directivo, el cual en sustitucin va tender a desarrollar
una identidad con el grupo poltico al cual pertenece, lo que va a
incidir en mantener como premisas decisorias la estrategia del grupo,
antes que la de la dependencia a la que temporalmente pertenece.
El nuevo perfil requerido en el escenario actual, dadas las condi-
105
106
cuadros provenientes de instituciones privadas aparezca automticamente el nuevo perfil. Por otra parte, es claro a partir del diagnstico
de perfiles realizado que la formacin profesional es un elemento
que se afina con la prctica profesional, dando as un perfil resultante. Es necesario por lo tanto tener claro el perfil requerido y evitar
sesgos ante la simplificacin del problema. En este aspecto las instituciones de formacin y capacitacin de gerentes pblicos tienen un
gran reto y una gran responsabilidad.
No est claro todava hasta dnde incidirn las iniciativas de cambio en la administracin pblica mexicana, y hasta dnde se darn
reacomodos en la estructura profunda del sistema poltico y administrativo de nuestro pas, todo esto a partir de las experiencias de
alternancias en el poder y democratizacin del sistema; sin embargo,
cabe mencionar que de no lograrse esto en el corto y mediano plazo
los sntomas de un agotamiento en el aparato administrativo estatal
desbordarn su administracin pblica y el servicio civil; pasan de
ser deseos a ser una inaplazable necesidad. Hoy por hoy las inercias,
tradiciones y vicios de la administracin pblica son ya difciles de revertir, por lo que la induccin del cambio aparece adems de urgente
como una tarea compleja.
Las administraciones pblicas contemporneas se debaten entre la
tradicin y el cambio; la dinmica del mundo contemporneo as lo
exige, pero cabe preguntarse si la reaccin ser oportuna o se ahondar lo que antes era una idea y hoy es una contundente realidad: la
crisis de legitimidad del aparato estatal.
107
apndice metodolgico
Lista de empresas pblicas estudiadas
Empresas pblicas consideradas
en la investigacin
Nm. de encuestas
realizadas
Porcentaje
F.F.C.C.N. de M.
10.44
10.44
Nafinsa
10.44
Conasupo
7.46
Aeromxico
7.46
7.46
7.46
Tabamex
4.47
Infonavit
4.47
4.47
Ruta 100
4.47
Aceros Rassini
4.47
Banobras
Telfonos de Mxico
Petrleos Mexicanos
Fonatur
1.49
Total: 67
Total: 100%
Total: 18
108
Especialidad
Institucin
Lugar
Fecha
Licenciatura
Maestra
Doctorado
Posgrado
Especializacin
Otros
109
Especialidad
Institucin
Doctorado
Maestra
Licenciatura
Otros
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Relatora del Seminario Internacional Redimensionamiento y Moderni-
113
[114]
115
promoviendo la implementacin de la Next Steps Initiative (Iniciativa Prximos Pasos), la Citizens Charter Initiative (Iniciativa de la
Carta Ciudadana), la iniciativa Competing for Quality (Competencia
para la Calidad), la iniciativa Resource Accounting and Budgeting
(Responsabilidad y Diseo Presupuestario de Recursos), y la Private
Finance Initiative (Iniciativa de Financiamiento Privado), pfi.
En los aos ochenta, la gestin pblica se convirti en un rea
activa de formulacin de polticas en muchos otros pases, especialmente en Nueva Zelanda, Australia y Suecia. Al mismo tiempo,
la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico
(ocde) estableci su Comit y Secretariado de Administracin Pblica (puma, por sus siglas en ingls), confiriendo a la gestin pblica el
rango acordado habitualmente a dominios ms convencionales de la
poltica. En los aos noventa, la gestin pblica fue un tem fundamental en la agenda del presidente Clinton. Las primeras acciones
de la administracin Clinton incluyeron el lanzamiento de la National Perfomance Review (Revisin de Desempeo Nacional) y la
suscripcin de la Government Performance and Result Act (Acta de
Desempeo y Resultados de Gobierno). En el momento que escribo
este libro, hay pocos indicios de que los asuntos de la gestin pblica
vayan a desaparecer de las agendas polticas gubernamentales en un
futuro cercano.
El trmino nueva gestin pblica expresa la idea de que el caudal
acumulado de decisiones sobre polticas a seguir en los pasados 20
aos ha redundado en un giro sustancial en el ejercicio del gobierno
y la gestin del sector estatal en el Reino Unido, Nueva Zelanda,
Australia, Escandinavia y Amrica del Norte. Una interpretacin benigna es que estas decisiones han sido una respuesta defendible, aunque imperfecta, a los problemas de las polticas a seguir. Esos problemas, as como sus soluciones, fueron enunciados dentro del proceso
de formulacin de polticas. El proceso de determinacin de agenda, en particular, ha estado fuertemente influido por el compromiso
electoral de mejorar las conquistas macroeconmicas y de contener
el crecimiento del sector pblico, as como por una creciente percepcin de las burocracias pblicas como ineficientes. El proceso de
generacin de alternativas ha estado fuertemente influido por ideas
provenientes de la economa y de diversos enclaves dentro del campo
de la gestin.
116
michael barzelay
Investigacin
Argumentacin
doctrinaria y de
las polticas
Tema
Tema
Diseo y
operacin
de
programas
P olticas
de gestin
pblica
C onduccin
control y
evaluacin
Enfoque
Co ntenido
de las
polticas
Pr oceso de
diseo e
implementacin
de las
polticas
Roles
polticos
y
burocrticos
117
118
michael barzelay
ilustran la operacin de programas. Sparrow describe y analiza cambios en la operacin de programas dentro de las reas de proteccin
ambiental, vigilancia y administracin de rentas pblicas. En este contexto, la ngp se referira al desarrollo de rutinas innovadoras puestas
en prctica a fin de mejorar los resultados de los programas, ya sea de
cumplimiento voluntario o coercitivo. Bardach describe y analiza los
esfuerzos para alcanzar una colaboracin sustancial entre burcratas
de base que operan en diferentes programas sociales. En este contexto, la ngp se referira al desarrollo de rutinas llevadas a la prctica para
alcanzar una unidad de esfuerzos a pesar de las reglas institucionales
inhibitorias.
119
Argumentacin
La segunda rama principal de la literatura sobre la ngp es la argumentacin doctrinaria y de las polticas (vase la grfica 1). Una divisin
analtica til es la que separa los trabajos que se concentran en los roles polticos y burocrticos, por un lado y los que lo hacen en los procesos de conduccin, control y evaluacin, por otro. Gestin estratgica y
creacin de valor en el sector pblico (Moore, 1995 [trad. espaola: 1998])
es un ejemplo excelente de esto ltimo. Moore ilustra y defiende un
argumento acerca de lo que los ejecutivos y funcionarios de nivel gerencial en el gobierno deberan hacer (crear valor pblico) y cmo
1
Todos los trabajos incluidos en la bibliografa revisada en el captulo 2 corresponden, en lo sustancial, a esta categora.
120
michael barzelay
121
122
michael barzelay
tarde para desplazar el nfasis de los estudios de la ngp del mero reconocimiento de tendencias a la investigacin de las polticas.3
El propsito intelectual que se persigue en los captulos 2 y 3 es
explicar los cambios en las polticas de gestin pblica. Este propsito
difiere de la explicacin de los cambios en las ideas aceptadas sobre
la gestin pblica, que han sido la esfera de inters de estudios explicativos de la ngp (Hood y Jackson, 1991). Las ideas entran aqu en
discusin como factores explicativos; sus efectos estn medidos por
las imgenes de los asuntos en cuestin, las estructuras afectadas por la
participacin en las tomas de decisin, los cursos de accin alternativos considerados, la evaluacin de las polticas por las que se opt en
el pasado, etctera. Para reiterarlo, los resultados que se van a explicar son opciones de polticas, no estilos o temas u otras descripciones
caractersticas de la nueva gestin pblica.
El captulo 2 revisa la literatura monogrfica sobre casos de cambios de polticas de gestin pblica en Australia, el Reino Unido, Estados Unidos, Canad, Alemania y Suecia. El captulo 3 utiliza mtodos de investigacin orientada a los casos para desarrollar generalizaciones sobre la formulacin de las polticas de gestin pblica.
Estos mtodos se aplican primero a casos que son emblemticos de
la nueva gestin pblica: el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.
El caso elegido para ser explicado es el cambio general de las reglas
institucionales que abarcan planeacin de gastos y gestin financiera, funcin pblica y relaciones laborales, recaudacin, organizacin
y mtodos, y auditora y evaluacin. El mismo mtodo se despliega
para explicar un cambio ms limitado en Alemania durante el mismo
lapso. Explicar similitudes y diferencias entre casos es una base para
desarrollar generalizaciones histricas limitadas acerca de la formulacin de las polticas de gestin pblica.4
El anlisis emprico indica que el cambio general de las polticas
tendencia hacia explicaciones mecnicas, estticas, que en su mayor parte ponen entre
parntesis la cuestin del cambio y en ocasiones caen inadvertidamente en el determinismo institucional (Steinmo, Thelen y Longstreth, 1992: 14-16).
3
Esta aseveracin no se aplica especficamente a los trabajos subsecuentes de Aucoin y Hood sobre la ngp, sino nicamente a los artculos citados. Desafortunadamente, sus trabajos ms recientes (Aucoin, 1995; Hood, 1996) no son ni remotamente tan
conocidos como los primeros artculos.
4
Generalizaciones histricas limitadas es el trmino utilizado por Ragin (1987)
para describir lo que se aprende de la investigacin orientada a los casos en las ciencias
polticas y sociales.
123
Estos cambios fueron influidos por una combinacin de otros factores, incluyendo algunos no institucionales como la reorientacin de
la poltica econmica y la presencia de argumentos basados en opciones pblicas y presunciones gerencialistas e institucionales otros
como los sistemas parlamentarios, los gobiernos de un solo partido y
los roles y responsabilidades iniciales de las agencias centrales.
Tal conocimiento es potencialmente til para los responsables de
formular las polticas en tanto analizan las perspectivas y condiciones
para el cambio de las polticas de gestin pblica. Como mnimo, los
anlisis se volvern sensibles a factores casuales, como la imagen de
una funcin pblica ineficiente, un amplio dominio de formulacin
de polticas de gestin pblica y el potencial para que las agencias
asesoras centrales sirvan como base institucional para la capacidad
de emprendimiento en la formulacin de polticas. Sobre esta base,
la estimacin de la factibilidad de los cambios en las polticas puede
sustentarse en la investigacin.
La presuncin de que ejemplos de la ngp como el Reino Unido y
Nueva Zelanda merecen emulacin universal es a menudo la base de
discusiones en los crculos profesionales y oficiales. Encuadrar la ngp
como una tendencia es lo que alienta esta presuncin; su aceptacin
estimula la formulacin de polticas por imitacin antes que la resolucin de problemas.5 El anlisis de las polticas de gestin pblica,
Alex Matheson, jefe de la divisin Diseo Presupuestario y Gestin Pblica (Public
Management Service, puma), de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo
Econmico, en una comunicacin personal.
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acerca de la nueva gestin pblica, como los de Meyer (1983), Dunleavy (1991) y Hood y Jackson (1994).
Como muchos de los trabajos que cumplen estos dos criterios se
enfocan sobre los casos de uno o de dos pases, el captulo ha sido
organizado por pas. El examen comienza con Australia y contina
con el Reino Unido, Estados Unidos, Canad, Suecia y Alemania. La
ltima seccin considera perspectivas para el progreso de la investigacin, en caso de que la literatura profundice las presentes lneas.
Al escribir esta resea, he puesto el nfasis en el argumento explicativo de los trabajos; en el proceso, pude haber puesto palabras en
boca de muchos colegas.
Pido licencia potica con el fin de demostrar que una literatura
descriptiva y explicativa coherente sobre la formulacin de polticas
de gestin pblica est comenzando a tomar forma. Esta demostracin es esencial para sealar el tema ms amplio de que la ciencia
poltica tiene un valioso papel que jugar en la investigacin sobre la
nueva gestin pblica.
australia
El libro de Michael Pusey (1991), Economic Rationalism in Canberra,
examina la formulacin de polticas econmicas y la reforma de la
gestin pblica bajo el gobierno laborista de Australia de los aos
ochenta. Una controversia fundamental es que las polticas en el dominio tanto de la gestin econmica como de la pblica derivan de
un mismo paradigma poltico, conocido como racionalismo econmico. Utilizando informacin de encuestas, el libro proporciona evidencia emprica para el postulado de que los funcionarios superiores
haban abrazado los principales dogmas del racionalismo econmico.
Se ha dado a estos compromisos compartidos un peso sustancial para
explicar el contenido de las reformas de la gestin del sector pblico
en Australia y la facilidad con que fueron implementadas.
Pusey describe los postulados del racionalismo econmico de la
siguiente manera. Primero, polticas nacionales dirigidas a mejorar
el desempeo econmico descenderan en cascada la jerarqua de las
polticas, esto es, desde las polticas macroeconmicas hasta las polticas de mercado laboral y luego, ms abajo, hasta las polticas de edu-
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sostienen el postulado de que Australia desarroll, en los aos ochenta, una gran capacidad para evaluar el programa fundamental y las
decisiones del gasto en funcin de la direccin estratgica establecida
por la coalicin dominante en el gabinete. El anlisis de los autores
indica que los vnculos entre la estrategia general de las polticas y el
planeamiento de gastos conformaron un patrn coherente de innovacin en las polticas a travs de la mayor parte de la dcada difcil.
Campbell y Halligan tambin proporcionan razones para creer que
las reformas de la gestin financiera mejoraron la eficiencia de las
operaciones en gran escala, como la administracin de rentas.
Campbell y Halligan prestan especial atencin al ejercicio de autoridad y liderazgo del primer ministro Bob Hawke y del ministro del
Tesoro Paul Keating, por una parte, y a la capacidad organizativa de
las agencias centrales con las que trabajaron ms estrechamente, por
otra. El hilo central de su argumento es que el logro de una estrategia
coherente en cuanto a las polticas y, dentro de sta, la innovacin en
las polticas de gestin pblica, se debi a una simbiosis entre los
altos ejecutivos polticos y los funcionarios superiores. Esta simbiosis
es examinada desde dos ngulos. El primer anlisis es en trminos de
accin intencional: otorga gran importancia a la manera en que los
ministros clave construyeron y representaron sus papeles. La relacin
entre los ministros y los funcionarios se describe como ajustada en
ciertos aspectos y libre en otros, de un modo que produjo autoridad
poltica y debate interno de las polticas tanto como compromiso organizativo y continuidad. Tanto Campbell y Halligan como Pusey sostienen que los ministros y los funcionarios compartan el paradigma
de las polticas del racionalismo econmico y que tenan gran inters
en ser respetados por gerenciar la economa de un modo evidentemente responsable. El segundo conjunto de factores que Campbell
y Halligan describen como contribuciones a una simbiosis entre los
ministros y los funcionarios son factores institucionales, como la composicin de la alta administracin pblica australiana, el diseo organizativo del centro del gobierno y la competencia burocrtica en
determinadas agencias. El estudio de Campbell y Halligan, que aqu
slo se sintetiza brevemente, es una contribucin sustancial a la investigacin de estudios de caso sobre la nueva gestin pblica.
New Managerialism: Administrative Reform in Whitehall and Canberra,
de Spencer Zifcak (1994), incluye cuidadosos estudios de caso sobre
tres iniciativas de gestin pblica que tuvieron lugar durante los aos
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ochenta: planeamiento corporativo, gestin y diseo presupuestario de programas, y mejoramiento de la gestin financiera. El autor
reconstruye las tres iniciativas propuestas por un comit de investigacin designado por el gobierno de Bob Hawke, a poco de haber
asumido, y presidido por el empresario John Reid. En 1983 el comit
de investigacin apoy firmemente el lema de gestin para los resultados. Especficamente, el informe recomend que los funcionarios
departamentales y ministros utilizaran procesos de planeamiento corporativo para acordar las metas, estrategias y prioridades. El informe
tambin llam a un amplio programa de mejoramiento de la gestin
financiera de todo el espectro del servicio para que los funcionarios
de cargos gerenciales estuvieran ms al tanto de las implicaciones de
sus decisiones sobre los recursos. Un equipo de trabajo, que incluy
a consultores del sector privado, solicit luego las opiniones de los
funcionarios superiores en Canberra acerca de cules mejoras de la
gestin eran necesarias. Sobre la base de estas consultas, el equipo de
trabajo recomend que la planeacin corporativa fuese introducida
en todos los departamentos para lograr una adecuacin ms efectiva
entre las exigencias de recursos de cada organismo y las metas del gobierno en cuanto a las polticas. El proceso de planeacin corporativa
que parece ser una versin de manual de la planeacin estratgica
(Mintzberg, 1994) fue conducido por los departamentos antes que
por los ministros.
El Departamento de Finanzas ofreci su experiencia en la planeacin corporativa y el diseo presupuestario de programas para
estructurar en unos pocos aos antes de anunciar pblicamente el
Financial Management Improvement Program (Programa de Mejoramiento de la Gestin Financiera), fmip, en 1986. El estudio de Zifcak
sugiere que las reformas australianas dieron como resultado una impresionante delegacin de responsabilidades de gestin presupuestaria y financiera. Este resultado se atribuye a la emergencia gradual
de una sinergia entre los marcos presupuestarios y de gestin. Los
nuevos procedimientos de presupuesto dieron confianza a Finanzas
de que la totalidad de los gastos de los departamentos se hallaba bajo
un firme control, reduciendo sus preocupaciones a cmo gastaban
los departamentos los fondos asignados a ellos. Finanzas introdujo
tambin un extenso sistema de gastos de mantenimiento (incluyendo, por ejemplo, los costos de personal), bajo el cual los fondos no
gastados podran pasar a cuenta nueva. Los departamentos fueron
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De acuerdo con Yeatman, la cultura de la funcin pblica australiana devino gerencialista durante los aos ochenta cuando los
candidatos formados en la universidad fueron seleccionados para posiciones de nivel medio y superior de acuerdo con el mrito (en oposicin a la antigedad, por ejemplo). Este tipo de empleados pblicos
se caracterizan por su compromiso con una concepcin de la administracin pblica altamente racionalizada y orientada a las tareas,
cuya descripcin de oficio genrica es mejoramiento de la gestin.
Las ideas cerradas acerca de los medios por los cuales han de cumplirse las metas caen bajo sospecha; nada conserva su carcter sagrado.
Al mismo tiempo, dichos funcionarios de nivel gerencial son tericamente promiscuos (Yeatman, 1987: 349). En contraste con los
burcratas clsicos, los gerentes tipo idea no estn comprometidos
con obligaciones sustantivas de la funcin pblica, tales como una
administracin de gobierno transparente y equitativa; tampoco estn
comprometidos con los fines sustantivos de las profesiones sobre las
cuales el Estado de bienestar se ha apoyado para lograr sus metas sociales. Dichos gerentes utilizan sus conocimientos tcnicos y responsabilidades en los procedimientos para idear medios perfeccionados
y as alcanzar los fines especificados por las autoridades polticas y los
altos funcionarios.
El artculo de Yeatman seala que tambin las jerarquas de los
sindicatos estn conformadas por individuos entrenados en la universidad. El mayor de los sindicatos estuvo liderado por un miembro
de la nueva clase de la intelligentsia tcnica: Bob Hawke. Como resultado, tanto los ejecutivos polticos como los rangos ms altos de los
funcionarios de Canberra fueron reclutados de la misma base social,
contribuyendo a la simbiosis sealada tanto por Campbell y Halligan
como por Pusey.
reino unido
The End of Whitehall: Death of a Paradigm?, de Colin Campbell y Graham Wilson (1995), es una amplia relacin temtica y narrativa de la
formulacin de polticas de gestin pblica en el Reino Unido bajo
los gobiernos de Margaret Thatcher y John Major. Campbell y Wilson
argumentan que la reforma de la gestin del sector pblico comenz
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en 1976, cuando el Fondo Monetario Internacional impuso un rosario de condiciones, incluyendo un tope para lo que muchos departamentos podan gastar, a cambio de rescatar la libra. De all que, segn
Campbell y Wilson, la prctica de imponer lmites de caja a los departamentos qued perfectamente establecida por el tiempo en que
los conservadores derrotaron a los laboristas y Thatcher se convirti
en primera ministra. Wilson introdujo este sistema, sostienen los
autores. Callaghan lo extendi y fortaleci. La seora Thatcher recibi gratuitamente el crdito por ello (Campbell y Wilson, 1995: 21).
Los autores consideran altamente significativo el uso de los lmites
de caja por parte de la seora Thatcher para reducir salarios en el
sector pblico. El gobierno se convirti en un jugador agresivo en
las negociaciones con los sindicatos de la funcin pblica, que condujeron a huelgas en 1980. Campbell y Wilson (1995: 27) sostienen
que las agrias negociaciones de 1980 con los sindicatos de la funcin
pblica produjeron ajustes mucho ms consistentes con los lmites
de caja de lo que podra pensarse. La postura del gobierno en estas
negociaciones parece haber resultado de considerable significacin
para controlar el crecimiento del gasto pblico.
Campbell y Wilson atribuyen la influencia aparentemente profunda de la seora Thatcher sobre la reforma de la gestin a su estilo
de amplio liderazgo antes que a intervenciones particulares, como el
establecimiento de la Efficiency Unit (Unidad de Eficiencia) dentro
de la oficina de la primera ministra o la formacin de cargos de alto
nivel en la funcin pblica. Como regla, la primera ministra oper
ampliamente sobre el supuesto de que las cuestiones de detalle caeran en la mira una vez que su gobierno se ganase una aceptacin universal para su estrategia econmica (Campbell y Wilson, 1995: 26).
La seora Thatcher, adems, abordaba el liderazgo de una manera
ms en consonancia con el gerencialismo que sus predecesores inmediatos. Puesto que los tres gobiernos anteriores haban puesto un nfasis considerable en una coordinacin de consenso, enfocando los
objetivos polticos en conjunto, la seora Thatcher impuls que esos
ministerios y departamentos formularan sus objetivos y concentraran
sus esfuerzos en lograrlos (Campbell y Wilson, 1995: 35). La seora
Thatcher, adems, hizo responsables a sus compaeros de gabinete
de dejar una marca propia en sus departamentos. Esta postura, de
acuerdo con Campbell y Wilson, emerga de una desaprobacin del
modelo de liderazgo de sus predecesores.
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Al poner nfasis en la calidad de los servicios antes que en la eficiencia, esta iniciativa estuvo basada sobre valores diferentes de aquellos
estrechamente ligados con la predecesora de Major. De hecho, segn
Campbell y Wilson, la Citizens Charter fue concebida como un medio
por el cual John Major podra diferenciarse del thatcherismo en la carrera por las elecciones generales de 1992. El concepto de la Citizens
Charter se entrelazaba con un discurso que se apropiaba del concepto continental del mercado social. El mensaje que se pretenda
transmitir era que Major combinaba neoliberalismo con sensibilidad
por las necesidades del ciudadano medio. Despus de las elecciones
generales, la Citizens Charter pas de ser un eslogan de campaa a
convertirse en una iniciativa de gestin pblica centralmente regentada, estrechamente identificada con el primer ministro.
Despus de las elecciones de 1992, Major cre una cartera ministerial a partir de la serie de pequeas unidades dentro de la Oficina
del Gabinete que se ocupaban de la reforma de la gestin pblica, a
las que coloc bajo la esfera de la nueva Office for Public Service and
Science (Oficina para los Servicios y las Ciencias Pblicas), opss. William Waldegrave fue designado a cargo de la opss, siendo la primera vez que un ministro era individualmente responsable del manejo
gubernamental de la reforma de la gestin del sector pblico. Un
ambicioso thatcherista cuya reputacin poltica haba sido debilitada
en el pasado por su desempeo como ministro de Salud, Waldergrave
aprovech la oportunidad para encabezar la corriente de la reinvencin de gobierno (Campbell y Wilson, 1995: 72). Una iniciativa
especfica que surgi de la opss fueron las pruebas de mercado. De
acuerdo con los autores, los departamentos fueron forzados a alzarse
con negocios por 1500 millones de libras que podran haberse dado a
licitacin. Mientras tanto, el Tesoro y otros departamentos de gobierno continuaron implementando la Next Steps Initiative mediante el
establecimiento de organismos, cada uno con sistemas de gestin de
personal y financiera hechos a medida.
Las nuevas iniciativas emprendidas desde la opss fueron percibidas
por los ejecutivos del organismo como completamente inconsistentes
con el concepto de gestin de las agencias de Next Steps. Campbell y
Wilson sostienen que la Citizens Charter, y especialmente las pruebas
de mercado, terminaron por ser vistos como una reintroduccin de
la microgestin, esta vez desde la opss en lugar del Tesoro. Muchos de
los entrevistados teman que las pruebas de mercado socavaran sus
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estados unidos
El ensayo de Donald Kettl sobre la campaa Reinventing Government
(Reinventando el Gobierno) de la administracin Clinton, Building
Lasting Reform: Enduring Questions, Missing Answers (1995), es una ingeniosa mezcla de anlisis poltico y comentario sobre una reforma
en progreso. Kettl sostiene que la National Performance Review (Revisin de Desempeo Nacional), npr, est destinada a convertirse en
un hito en la reforma de la gestin del sector pblico en el gobierno
federal de Estados Unidos. En trminos polticos, la npr demuestra
que la reforma de la gestin pblica es un asunto que puede mantenerse entre las prioridades de la agenda presidencial durante al menos un mandato completo. En trminos sustantivos, la npr demuestra
que el liderazgo ejecutivo desde la Casa Blanca puede tener un impacto en la gestin de los departamentos federales y en actividades o
programas especficos. En ambos aspectos, la npr parece haber roto
el molde de la reforma de la gestin pblica en el gobierno federal.
Kettl se dispone a explicar por qu la gestin del sector pblico
ingres inicialmente en la agenda presidencial en 1993. La razn ms
inmediata fue la firmeza electoral de H. Ross Perot, que obtuvo el
19% del voto popular en las elecciones presidenciales de 1992. Se
consideraba a Perot como el ltimo beneficiario de lo que Kettl llama el movimiento de reduccin de la poltica estadunidense, manifestado por primera vez en la rebelin del impuesto a la propiedad,
en 1970. Como la reduccin del dficit haba estado entre los temas
clave de la retrica poltica de Perot, la Casa Blanca de Clinton concluy que sera polticamente peligroso desatender el movimiento de
reduccin. Polticamente, la npr fue concebida para acaparar el voto
a Perot en las elecciones presidenciales de 1996.
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La administracin Clinton capitaliz el apoyo popular a la reduccin vinculando la npr con un corte dramtico en la fuerza de trabajo
de la funcin pblica federal, declarando ahorros presupuestarios de
100 millones de dlares. Segn Kettl, la reduccin estaba en el corazn de la alta poltica de la npr, jugada en las relaciones entre la
presidencia y el Congreso. La administracin se aboc a lograr por su
cuenta reducciones de personal y ahorro de gastos.
Doctrinariamente, la npr recogi muchos de los principios de la
gestin pblica efectiva defendidos por David Osborne y Ted Gaebler
en Reinventing Government, un libro que se convirti en best-seller durante la campaa presidencial de 1992.
Las fuentes de estos principios incluan doctrinas de gestin de
calidad total, reingenera y cultura organizativa. El otorgamiento de
facultades al empleado y el servicio al consumidor emergieron como
temas vitales, compartiendo incmodamente el asiento con el tema
de la reduccin. En lo sustancial, la npr abarcaba cambios en el sistema federal de contratacin, el traspaso de responsabilidad a ciertas
reas de la gestin de personal (por ejemplo, reclutamiento), la implementacin del Government Performance and Result Act de 1993,
la reorganizacin de la Office of Management and Budget (Oficina
de Gestin y Presupuesto), omb, un programa para establecer estndares de servicio y una extensa batera de medidas estrechamente
vinculadas con los departamentos y organismos especficos. El modelo completo de actividades e ideas tenda a sustentar el postulado
de la administracin de que los objetivos de la npr estaban diseados
para el mejor trabajo as como para el menor costo del gobierno
federal.
Kettl identifica tres razones por las cuales la reforma del sector
pblico permaneci entre las prioridades de la agenda de Clinton
durante todo su primer mandato. Primero, la cuestin obr a favor
de Clinton, lo que se evidenci en un salto de 18 puntos en el rating
de aprobacin del presidente en el momento del lanzamiento del
npr en septiembre de 1993 el ms amplio triunfo que Clinton experiment en su primer mandato. Segundo, despus del avance
republicano en el Congreso en las elecciones de 1994, la reforma de
la gestin del sector pblico pareca ser una de las pocas reas en
las cuales la administracin podra romper el cerco poltico. Tercero, el npr result identificado con el vicepresidente Al Gore, quien
cosech beneficios sustanciales al ser considerado un lder en esa
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rea. Con todo esto, pronto el npr se convirti en parte de los fundamentos para la campaa de reeleccin del presidente en 1996
(Kettl, 1995: 11).
Kettl seala que los primeros intentos de reforma de la gestin
pblica en Estados Unidos no consiguieron llegar tan lejos como el
npr. La reorganizacin del rea ejecutiva del gobierno propuesta por
el presidente Roosevelt en 1938 fue vetada por un Congreso que vio
en la medida un desfavorable traslado de poder al presidente. Pero
como seala Kettl, el npr fue visto como una maniobra de reduccin,
no como un plan para alterar la relacin de poder entre el presidente y el Congreso. Ni siquiera el tema de mejor trabajo levant las
sospechas parlamentarias de un abuso del Ejecutivo. El npr se propona facultar al personal designado polticamente en las agencias
subsidiarias. Con dos excepciones de corta vida, el npr evit cuidadosamente cualquier sugerencia de reorganizaciones mayores de los
departamentos y organismos federales. En el pasado, tales propuestas
de reorganizacin se haban encontrado con la oposicin parlamentaria porque amenazaban con redefinir las jurisdicciones de la Casa
Blanca y de la comisin del Senado.
Kettl identifica adems una cantidad de modos en que el xito
poltico del npr se debi a mucho ms que la atraccin popular por la
reduccin del gobierno federal. Primero, la administracin no cre
una nueva burocracia para hacer funcionar el npr. El esfuerzo por
reinventar el gobierno se organiz como un proyecto en la oficina
del vicepresidente, cuyo personal eran principalmente funcionarios
de carrera en prstamo de sus organismos de origen. Segundo, la administracin fue muy hbil en su manejo de los medios para definir
la cuestin de la reforma de la gestin pblica. Un ejemplo citado
a menudo es una aparicin nocturna del vicepresidente Al Gore en
un talk show de televisin, donde utiliz un martillo para romper un
cenicero en un intento por criticar las prcticas de contratacin federal. Tercero, la administracin fren la oposicin a la reduccin
por parte de los lderes sindicales que representaban a los empleados federales organizados. El hecho de que los sindicatos apoyaran
el npr se atribuye principalmente a la voluntad de la administracin
de hacer cambios estructurales e informales en las relaciones de gestin del trabajo dentro del gobierno federal. Se estableci el National
Partnership Council (Consejo Nacional de Asociaciones), compuesto
por los ms altos lderes sindicales y miembros selectos del gabinete,
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una de cuyas tareas fue asistir a la administracin para proponer nueva legislacin concerniente a las relaciones de gestin laboral. Kettl
apunta que pudo haber habido una lgica poltica as como gerencial
para la deteccin de ms del 50% de superfluidad entre los rangos gerenciales intermedios, cuando los sindicatos propendan a representar a trabajadores que no pertenecan al nivel de supervisin. Cuarto,
la administracin se gan el apoyo de los cargos polticos y de los
funcionarios de carrera para el npr vendindolo como un medio para
mejorar la gestin.
No obstante, desde la perspectiva de la administracin Clinton,
el npr no fue, de hecho, un xito poltico absoluto. En palabras de
Kettl, el Congreso se mostr ansioso por apoyar las propuestas de
ahorro en general, pero a menudo se resista a tomar las decisiones
concretas necesarias para llevarlas a cabo. Varias de las propuestas
de reduccin de presupuesto, como el cierre de la escuela del internado mdico militar, fueron simplemente rechazadas por los poderes
correspondientes en el Congreso. El rea legislativa incluso bloque
planes para recortar los niveles de provisin de personal en las actividades coercitivas del Departamento del Tesoro. Y el proceso legislativo asociado con la reforma de la gestin pblica estuvo cargado de
conflictos.
Kettl atribuye al npr haber acelerado las mejoras de la gestin en el
gobierno federal, especialmente all donde el gabinete y los funcionarios de carrera tomaron las riendas: consumaron acuerdos polticos con los jefes legislativos; cabildearon por la eliminacin de las
liquidaciones de la omb; trabajaron para cambiar la cultura de la burocracia, y apoyaron las propuestas de las jerarquas inferiores. Hasta
cierto punto, el movimiento de reinvencin logr concretar resultados legislativos, especialmente en trminos de la modernizacin del
proceso de contratacin.
Aun as, el principal argumento de Kettl es que el proceso de reinvencin no es autosustentable: persisten dudas sobre hasta qu punto la reorganizada Oficina de Gestin y Presupuesto ser capaz de
implementar el Acta de Desempeo y Resultados de Gobierno, y las
contradicciones en la frmula mejor trabajo y menor costo estn
destinadas a dar un fruto amargo.
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canad
El trabajo ms importante sobre reforma de la gestin pblica en
Canad es el libro de Peter Aucoin, The New Public Management: Canada in Comparative Perspective (1995). El principal inters emprico
de Aucoin es describir y evaluar, ms que explicar, las polticas de
gestin pblica en Canad. Aucoin sostiene que el gobierno federal
de Canad ha hecho relativamente poco para incrementar la rendicin de cuentas por su desempeo y resultados, los recortes de gastos no fueron acompaados por estrategias creativas para mejorar la
eficiencia y la descentralizacin administrativa se detuvo en el nivel
departamental. Canad, argument en su momento, se qued considerablemente atrs de sus compaeros en los sistemas Westminster.
El caso canadiense de reforma de la gestin pblica en los aos
ochenta, de todas maneras, no escasea en acontecimientos en torno a
las polticas de accin.
En 1986 el gobierno de Brian Mulroney respald formalmente un
programa conocido como Increased Ministerial Authority and Accountability (Autoridad y Responsabilidad Ministerial Acrecentada),
imaa. La imaa estableca un proceso por el cual las agencias y departamentos centrales podran ver una reduccin en algunos controles
administrativos centrales a cambio de consolidar la responsabilidad
orientada a resultados (Aucoin, 1995: 129). En 1989 el primer ministro dio su apoyo a una evaluacin y renovacin interna fundamental
de la gestin pblica, llamada Public Service 2000 (Funcin Pblica
2000). Por la misma poca, la principal agencia central la Treasury
Board Secretariat (Secretara de la Junta del Tesoro) aprob cinco Special Operating Agencies (Organismos Operativos Especiales),
soa, cuyas estructuras y procedimientos habran de reorganizarse de
acuerdo con sus orientaciones.
Aucoin sostiene que estas iniciativas en cuanto a las polticas hicieron poca mella en la prctica de la gestin pblica en el gobierno federal. Incluso despus de cuatro aos, la imaa fue implementada en no
ms de un tercio de departamentos gubernamentales. El concepto de
los soa, aunque aplicado en reas como la provisin de servicios comunes, no emergi como la forma organizativa tpica para las actividades
operativas dentro de los departamentos subsidiarios. La implementacin de ambas iniciativas desilusion a aquellos que tenan esperanzas
en una transformacin a gran escala del gobierno federal de Canad.
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suecia
No hay en ingls ningn artculo extenso sobre la reforma de la gestin del sector pblico en Suecia. Sin embargo, dos artculos generales, uno de Rune Premfors (1991) y otro de Jon Pierre (1993), y
un captulo de un libro por Stuart Wilks (1996), ofrecen una visin
significativa y valiosa del caso. Estas tres obras se considerarn juntas
en la presente seccin.
Premfors sostiene que un extenso y abarcado periodo de la reforma de la gestin del sector pblico comenz con el regreso al poder de los socialdemcratas a fines de 1982, luego de seis aos en
la oposicin. Segn Premfors, la anterior coalicin de tres partidos
llev adelante la reforma en forma ad hoc. Los socialdemcratas, por
otra parte, comenzaron por establecer un ministerio para la administracin pblica, el Departamento Civil, dirigido inicialmente por un
conocido impulsor de la descentralizacin en el sector pblico, Bo
Holmberg. Premfors describe al ministro y a los funcionarios como
alguien que disfruta de considerable libertad al formular el abordaje
gubernamental de la gestin del sector pblico y al proponer medidas en cuanto a las polticas de accin.
De acuerdo con el anlisis de Pierre, la pregunta clave acerca de la
cual giraba la reforma del sector pblico sueco era cmo apuntalar la
legitimidad de un sistema de polticas y finanzas pblicas que produca servicios pblicos adecuados, pero al costo de impuestos muy elevados. En 1976 aparecieron las primeras rupturas en la legitimidad reconocida del sistema, cuando los socialdemcratas perdieron poder
por primera vez en 40 aos frente a una oposicin no socialista que
buscaba molestar al gobierno de la sap (Social Democracia) asociando
el papeleo con la nocin general de Estado de bienestar y las polticas
redistributivas. Esta estrategia retrica funcion, creando una salida
para la frustracin de los ciudadanos ante el papeleo burocrtico.
De nuevo en el poder a comienzos de los aos ochenta, los socialdemcratas se comprometieron pblicamente a impedir que el
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alemania
Como ocurre con Suecia, relativamente poco es lo que se ha escrito
en ingls sobre la reforma de la gestin del sector pblico en Alemania. Existe una considerable literatura en ingls sobre el desarrollo
del Estado alemn en general. Pero al contrario de Suecia ha
habido una relativa ausencia de acciones polticas en la reforma de la
gestin del sector pblico alemn para ser explicadas. Segn Arthur
Benz y Klaus Goetz (1996: 6), la continuidad y la estabilidad han sido las marcas de pureza del desarrollo del sector pblico en los aos
ochenta. La misma caracterizacin ms o menos se aplica a la primera mitad de los noventa. La principal tarea al analizar el caso alemn
es, por lo tanto, explicar la continuidad y la estabilidad.
Benz y Goetz sostienen que las propuestas para alterar el arreglo
institucional formal en el sector pblico alemn son fciles de vetar.
El cambio institucional tiende a plantear la necesidad de llevar a cabo
procedimientos formales, un proceso que alienta la participacin y
la confrontacin abierta de intereses conflictivos y que, por lo tanto,
obra contra una rpida y unvoca reorganizacin institucional (1996:
16). Esta observacin se aplica al sistema federal como un todo, as
como al nivel departamental dentro del gobierno federal. Una segunda explicacin para la continuidad y la estabilidad institucional en
Alemania es la dbil presin para el cambio. Benz y Goetz sugieren
que una razn clave para la falta de demanda de cambio es que la base
normativa de la actividad del Estado ha permanecido estable. Especficamente, el amplio apoyo al Estado de bienestar ha sido constante.
Los autores acentan tambin el hecho de que muchas actividades
respaldadas por el Estado son llevadas a cabo por organizaciones no
gubernamentales y privadas, un patrn que se ha vuelto ms pronunciado a lo largo de las dcadas de los aos ochenta y noventa. Benz y
Goetz sostienen que este patrn explica por qu hay un apoyo generalizado al estilo existente de relaciones Estado-sociedad y una resistencia a una reorientacin mayor hacia las ideologas de mercado.
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Algunos escritos inditos recientes sobre la gestin pblica en Alemania tambin llaman la atencin sobre las cambiantes doctrinas y
prcticas en el nivel municipal (Lffler, 1996). El paquete doctrina-
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La imagen que podemos deducir de esta explicacin es que la reforma de la gestin pblica en Alemania es un proceso de abajo hacia
arriba. Por cierto, la presin para la reforma se siente ms en el nivel
municipal, y una suerte de movimiento de cambio de la gestin
pblica municipal est en marcha.15 No obstante, Klages y Lffler
(1996: 1) advierten que todava no hay suficientes indicadores de si el
proceso de modernizacin se trasladar eventualmente hacia arriba.
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bibliografa
Aucoin, Peter (1990), Administrative Reform in Public Management Paradigms, Principles, Paradoxes, and Pendulums, Governance 3 (2): 115-137.
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Bardach, Eugene (1998), Getting Agencies to Work Together: The Practice and
Theory of Managerial Craftmanship, Washington, D.C., Brookings.
17
Alguien podra suponer que las opciones en cuanto a las polticas pueden ser
descritas mediante los temas familiares de la nueva gestin pblica, tales como dejar
que los gerentes gerencien, gestionar por los resultados, infundir competencia y as
sucesivamente (Schwartz, 1994a, 1994b), pero yo argumentara que esos temas y las opciones en cuanto a las polticas son analticamente distintos (Barzelay y Hassel, 1994).
Los temas entran en juego en la racionalizacin de un conjunto de opciones sobre las
polticas como un haz complementario (Hirschman, 1963), en tanto se pretende que
las opciones en cuanto a las polticas alteren las rutinas organizativas (Levitt y March,
1990).
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introduccin
La reforma del Estado se ha convertido en el tema central de la agenda poltica mundial. El origen de este proceso tuvo lugar cuando el
modelo de Estado montado por los pases desarrollados en la posguerra, propulsor de una era de prosperidad sin precedentes en el capitalismo, entr en crisis hacia fines de la dcada de los aos setenta.
En un primer momento, la respuesta a la crisis fue la neoliberal-conservadora. Dada la imperiosa necesidad de reformar el Estado, restablecer su equilibrio fiscal y equilibrar la balanza de pagos de los pases
en crisis, se aprovech la oportunidad para proponer simplemente la
reduccin del tamao del Estado y el predominio total del mercado.
La propuesta, sin embargo, tena poco sentido desde el punto de vista
econmico y poltico. En efecto, despus de algn tiempo se constat
que la solucin no estara en el desmantelamiento del aparato estatal,
sino en su reconstruccin.
Se trata de construir un Estado para enfrentar los nuevos desafos
de la sociedad posindustrial, un Estado para el siglo xxi que, adems de
garantizar el cumplimiento de los contratos econmicos, debe ser lo
suficientemente fuerte como para asegurar los derechos sociales y la
competitividad de cada pas en el escenario internacional. Se busca,
de este modo, una tercera va entre el laissez-faire neoliberal y el antiguo modelo social-burocrtico de intervencin estatal.
La construccin de un nuevo tipo de Estado es tambin el gran
tema para Amrica Latina. Pero ms all de la existencia de un contexto global de reformas, se presentan importantes peculiaridades
latinoamericanas: en primer lugar, en lo que tiene que ver con la
* Este documento fue preparado por el Consejo Cientfico del clad y aprobado en
su sesin del da 14 de octubre de 1998 por el Consejo Directivo del clad, que est compuesto por las mximas autoridades gubernamentales responsables de la modernizacin de la Administracin Pblica y de la reforma del Estado de los 25 pases miembros.
[159]
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165
cidos. Este nuevo modelo procura responder con mayor rapidez a los
grandes cambios ambientales que acontecen en la economa y en la
sociedad contemporneas.
Aun cuando se haya inspirado en la iniciativa privada, el modelo
gerencial debe indefectiblemente adecuarse al contexto poltico democrtico en el cual se encuentra inserto el sector pblico. La especificidad de la organizacin gubernamental se deriva, en primer trmino, de la motivacin que la gua: en tanto que las empresas buscan
obtener lucro, los gestores pblicos deben actuar de conformidad
con el inters pblico. Ciertamente, los polticos tambin se orientan
por el deseo de ser reelectos y los burcratas pueden ser capturados
por los intereses econmicos. Pero es la necesidad de pasar por el
escrutinio democrtico lo que hace a la accin de polticos y burcratas pasible de control pblico. Este control puede estar presente
en los arreglos de la democracia representativa, en los mecanismos
de la democracia directa o, como ha sucedido ms recientemente, en
la participacin de los ciudadanos en la evaluacin de las polticas
pblicas, formas tpicas del modelo gerencial. Este tipo de control
democrtico no tiene similares en las organizaciones privadas.
En el proceso decisorio se encuentra otra diferencia entre el sector
pblico y el sector privado. En el sector privado el nmero de participantes es restringido, y la capacidad para tomar decisiones ms rpidas es mayor. El gobierno, por su parte, toma sus decisiones de acuerdo
con procedimientos democrticos, que involucran un nmero mayor
de actores y una mayor demora en el proceso decisorio, sobre todo
porque tal sistema presupone el control mutuo entre los poderes y
la fiscalizacin de la oposicin. Finalmente, la legitimidad de una
empresa resulta de su supervivencia en la competencia en el mercado, en tanto que los gobiernos se legitiman por la va democrtica.
En suma, como bien ha sido afirmado, el gobierno no puede ser
una empresa, pero s puede tornarse ms empresarial;6 vale decir
que puede ser ms gil y flexible ante los gigantescos cambios ambientales que afectan a todas las organizaciones.
En los pases donde se lleva a cabo, la reforma gerencial presupone, completa y modifica la primera gran reforma del Estado moderno, la reforma burocrtica weberiana, que instaur un servicio
6
Segn Gerald Caiden, Administrative Reform Comes of Age, Berln-Nueva York,
Walter de Gruyter, 1991, p. 88.
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171
173
de un apoyo tcnico proveniente del gobierno central. Si en la mayora de los pases de la regin la construccin de una burocracia nacional ya se ha completado en una u otra forma, en el mbito subnacional todava queda mucho por hacer. Sin embargo, esta medida debe
servir como estmulo para que, en los hechos, los gobiernos locales
asuman las polticas y lo hagan siguiendo los principios gerenciales,
procurando evitar el retorno al centralismo burocrtico caracterstico
de la historia administrativa de la regin.
Asimismo, la reforma gerencial del Estado en el mbito subnacional ser ms exitosa en la medida en que se adelanten las reformas
poltico-institucionales, toda vez que la burocracia local latinoamericana ha sido el locus privilegiado del patrimonialismo. De esta manera, el potencial de democratizacin de las relaciones entre el poder
pblico y los ciudadanos, contenido en el modelo gerencial, slo podr ser plenamente realizado en el caso de que sean modificadas las
relaciones entre la clase poltica, la burocracia y la sociedad civil en
el plano local.
Cabe todava destacar que el proceso de descentralizacin en Amrica Latina ha estado caracterizado por la intensificacin de la competencia por recursos entre los niveles de gobierno, lo que muchas
veces ha redundado en relaciones intergubernamentales predatorias.
Los principales resultados de este proceso han sido el crecimiento del
endeudamiento de los gobiernos subnacionales de algunos pases de
la regin y la agudizacin de la guerra fiscal por inversiones, ambos
fenmenos con consecuencias deletreas para los gobiernos nacionales. Como bien ha sido argumentado, ms importante que definir estrictamente lo que cada nivel de gobierno debe hacer es la necesidad
de establecer mecanismos de cooperacin entre ellos.12
Por estas razones, el clad defiende decididamente la descentralizacin, con tal de que este proceso se acompae del mantenimiento
de tareas esenciales por parte de los gobiernos centrales, de la vinculacin de las reformas gerenciales con la reforma poltico-institucional en el mbito local y de la creacin de incentivos de cooperacin
entre los niveles de gobierno.
12
Segn Rmy Prudhomme, The Dangers of Decentralization, World Bank Research Observer, 1995, 10(2): 218.
175
177
17
Segn Les Metcalfe y Sue Richards, La modernizacin de la Gestin Pblica, Madrid,
inap, 1989, p. 50.
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dad que tiene el Estado en la actualidad de tornarse ms transparente, ni hace que el aparato estatal sea capaz de realizar la funcin de
Estado red, catalizador de distintos intereses sociales y de los provenientes del mercado.
El clad propone una nueva burocracia y no el fin de la burocracia.
Con nuevos estmulos en el ambiente de trabajo, dado el modelo gerencial de gestin, los funcionarios se volvern ms autnomos y responsables (empowerment) y no sern piezas de un engranaje sin vida.
Ciertamente, tendrn que ser ms entrenados y bien remunerados
para asumir la obligacin de responder precisamente a las metas de
los contratos de gestin y a las demandas del ciudadano-usuario. Para
una parte del funcionariado, los contratos de trabajo sern flexibilizados, pero la dignificacin de la funcin pblica seguir siendo un
objetivo del Estado.
La reforma gerencial del Estado tampoco es conservadora, como
proclaman algunos grupos, muchos de ellos temerosos de perder su
statu quo. Por el contrario, se trata de una propuesta esencialmente
progresista, pues:
Afirma la responsabilidad del Estado en relacin con los derechos
sociales y su papel financiador en el rea de los servicios sociales de
educacin, salud y cultura;
presupone que la funcin del Estado en el plano del empleo no
es dar empleo, sino crear las condiciones favorables para el pleno
empleo. Para esto, es preciso garantizar la existencia de condiciones
macroeconmicas saludables, y sobre todo, invertir masivamente en
educacin, la gran puerta para la empleabilidad en el siglo xxi;
busca ampliar el espacio pblico, con la creacin del concepto de lo
pblico no estatal, y procura aumentar las formas de participacin
popular en la evaluacin y en el control de los servicios pblicos;
supone que la accin colectiva o la cooperacin entre las personas
dotadas de espritu pblico es posible y efectiva. Obviamente, es
preciso que haya siempre algn sistema de controles y equilibrios
(checks and balances) en el seno de la burocracia y en el sistema poltico, aunque cabe insistir en que sin un presupuesto de confianza,
orientador de la accin humana, no es posible edificar una convivencia social, ni organizaciones eficientes y efectivas. El clad adopta, por lo tanto, una posicin contraria a aquella que se basa en la
desconfianza ilimitada en los seres humanos. Paradjicamente, sta
La propuesta adoptada por el clad de reforma gerencial es esencialmente democrtica. Esto es as porque la reforma gerencial del
Estado presupone transparencia en la administracin pblica, ampla
el espacio del control social y transforma lo pblico y no el mercado autosuficiente en el concepto orientador de la reforma, renovando el papel de la democracia representativa y de la afirmacin de
los derechos humanos, incluso de los derechos republicanos, en la
proteccin del patrimonio pblico.
Para tener xito, los proponentes de la reforma gerencial tendrn,
ante todo, que convencer a los distintos sectores en lo que tiene que
ver con el diagnstico; seguidamente, los reformadores tendrn que
establecer nuevas alianzas, basadas en los principios democrtico-republicanos, con la alta burocracia pblica, el empresariado, los trabajadores y los intelectuales. Este proceso probablemente se extienda
en el tiempo, pero lo importante es tener conciencia de que se trata
de la reforma que preparar al Estado para el siglo xxi. Es en este
sentido que el clad apoya integralmente el proyecto de reforma gerencial del Estado latinoamericano.
Amrica Latina pas por una gran crisis en la dcada de los aos
ochenta y est buscando superarla a lo largo de los aos noventa. Ya
existe una conciencia de los errores cometidos por las reformas anteriores, y por esto es preciso asumir la reforma gerencial, para la cual
Amrica Latina ya est preparada, como el instrumento fundamental
para hacer al Estado capaz de actuar positivamente en pro del desarrollo econmico sustentado, de la mejor distribucin de la renta y de
la consolidacin de la democracia.
En un artculo, hace algunos aos, defend que la actual moda administrativa conocida como la nueva gestin pblica, ms que llevarnos
hacia una posburocracia (Barzelay, 1992), nos llevaba a una ultraburocracia (Arellano, 1995). La idea principal de esta aseveracin
resida en que las pretensiones retricas de la nueva gestin pblica
(ngp o New Public Management en ingls), por un gobierno ms eficiente que se administra de una manera ms parecida a la forma en
que lo hacen las organizaciones privadas, en realidad son el sntoma
de un cambio profundo en el espacio social y tecnolgico donde se
mueve la administracin pblica y no tanto un cambio de paradigma
en trminos organizativos (Moe, 1994). En otras palabras, vista la ngp
como un todo, no estamos enfrentando el surgimiento e implementacin de nuevas ideas, ni mucho menos de programas y propuestas
totalmente originales en el sector pblico. Tampoco es que la ngp
se haya reproducido por doquier debido a la fuerza de las ideas, al
poder y la razn de los intelectuales defensores del nuevo institucionalismo econmico y el gerencialismo. Es verdad que, en cierto sentido, algunas de las ideas de la ngp van a contracorriente de la visin
weberiana de la burocracia. Pero en diversos momentos es claro que
en realidad se estn abriendo nuevos derroteros para la burocracia
weberiana.
Gracias a la tecnologa de la informacin y a la capacidad de mover y procesar datos, por ejemplo, se eleva la capacidad de establecer
decisiones normativas y tcnicas, difcilmente disputables en la arena
poltica sin por lo menos presentar una opcin igual de slida en lo
* David Arellano Gault, Nueva gestin pblica: el meteorito que mat al dinosaurio? Lecciones para la reforma administrativa en pases como Mxico, Reforma y
Democracia, nm. 23, junio de 2002.
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tcnico. De la misma manera, la expansin y sofisticacin de los contratos y los sistemas de incentivos calculados a travs de mecanismos
de costos de transaccin y teoras de agente-principal, en lugar de llevarnos a una dinmica contraria a la burocracia weberiana (tal como
la idea de posburocracia plantea), nos acercan al reino del dominio
formal de las reglas y las normas en los contratos organizacionales e
institucionales, como la burocracia weberiana pretende.
Hood (1994) defiende que, de alguna manera, utilizando la metfora de la extincin de los dinosaurios, lo que est cambiando es
el hbitat donde creca sanamente la burocracia de la era industrial. Siguiendo con la metfora, Hood establece que, en todo caso, la
transformacin que se vive no es similar a que la vieja administracin
pblica, como dinosaurio grande y lento, haya perecido en un proceso acelerado de extincin debido a la cada de un meteorito (en este
caso, las ideas de la ngp) que destruyera de un solo golpe la fuerza y
la capacidad de existencia del gigante.
La informativizacin del mundo en general ha creado las condiciones para una administracin pblica que rompe con varias de
las restricciones tecnolgicas que la burocracia que estudi Weber
enfrent y que ahora efectivamente le permiten establecer un sistema
de informacin que hace slido el dominio de la regla, las normas y
la direccin hacia resultados calculables (ideal de la burocracia weberiana). El desarrollo de mecanismos de direccin basados en resultados, el fortalecimiento de la rendicin de cuentas a partir de la
medicin de productos e impactos, el desarrollo de contratos que
explcitamente controlan o dirigen el oportunismo y el egosmo racional de los seres humanos no van en contra de la lgica weberiana,
sino que estn en total concordancia con el espritu de la burocracia
que tipific Weber.
De alguna manera, cuando analizamos la ngp, es difcil separarla
tanto del contexto de toma de decisiones sobre el que se sostiene
(como Barzelay, 2000, nos ha enseado ltimamente) como de la retrica que la sustenta (Hood y Jackson, 1991). Entender la ngp como
un paradigma dominante nuevo, que en la prctica se impuso por la
simple fuerza de su racionalidad, es por dems ingenuo o propio de
los reformadores que se ven obligados a convencer a como d lugar a
los participantes y al pblico de la bondad de sus reformas. Ni la ngp
se ha impuesto por la capacidad o racionalidad de sus ideas, ni es una
serie ordenada de ideas enteramente nuevas, ni la vieja administra-
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ante estos intereses). En la ltima parte, de reflexiones finales, se discute la importancia de esta argumentacin para comprender la agenda de reforma de los aparatos pblicos en realidades especficas, en
este caso Mxico y Amrica Latina en general.
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Para resolver esta problemtica, la app identificaba dos vas de solucin posibles: una, mantener vigente el aforismo de los padres fundadores de Estados Unidos, el cual estableca que el gobierno es un
mal necesario que se debe controlar, siendo la nica manera lgica
de controlarlo mantenerlo pequeo, limitado y amarrado (Federalist
Papers, 1981). Pero en una sociedad industrial, en pleno crecimiento, esto era imposible, se arga (Wilson, 1887). Era indispensable
que la ap fuera separada, mejor an, aislada de las influencias polticas y econmicas, llenas de intereses particulares y mecanismos para
influir sobre las decisiones pblicas.
Adems de esta separacin, artificial, claro, pero necesaria hasta
cierto punto, es indispensable, continuara el argumento de la app, la
creacin de una serie de mecanismos tambin artificiales pero necesarios, que construyeran la particularidad de las reglas de accionar
de la ap: ante el podero de los intereses econmicos, un slido aparato burocrtico, tcnico, capaz de dar sentido a la poltica pblica
en su impacto econmico; ante los vaivenes de los polticos electos,
un sistema artificial (y algunos pensamos que en trminos organizacionales, anacrnico [Frant, 1993; Arellano, 2001]) de desarrollo del
personal burocrtico con sus propias reglas y aislado de la influencia poltica (el servicio civil de carrera); ante la dificultad de tomar
la eficiencia y racionalidad econmicas como los criterios bsicos de
accin, dadas las posibilidades de ser capturado por los intereses polticos y econmicos, el desarrollo de un sistema detallado, rgido, en
constante perfeccionamiento, de reglas, procesos y normas, vigilado
constantemente por instancias tcnicas e incluso por organismos independientes externos al aparato burocrtico (Peters, 1996).
La ap de la era progresiva, entonces, tena una clara determinacin
en la constitucin de un sistema especfico, de particulares caractersticas, que construa su propio lenguaje, fuera de la administracin de
negocios y de la argumentacin econmica basada en el ptimo de
Pareto. De alguna manera se estaba consciente de lo complejo de la
tarea e incluso de lo artificial de algunos de los mecanismos (como el
servicio civil de carrera, en vez de un sistema ms flexible y descentralizado de administracin de personal). Pero habra que aceptar que era
una solucin importante al dilema de los aparatos gubernamentales
en sistemas democrticos representativos, en los cuales la influencia
poltica y la separacin de poderes crean un marco institucional oscuro
y dispar para la toma de decisiones ejecutiva dentro de un gobierno.
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gestin pblica (ngp) para denotar un profundo cambio en los estilos gerenciales en el sector pblico. Hacer entendibles y aplicables
las propuestas de reforma emanadas de la economa requera una
retrica y un discurso de cambio, un lenguaje propio que hablara de
profundas transformaciones en las bases y supuestos de la app. El discurso de entrada en este sentido fue gerencialista, que abogaba por
romper el supuesto mito de las diferencias de gestin entre el sector
privado y el sector pblico. En trminos generales, amplios diagnsticos devenidos de la economa, que hablaban de problemas de diseo
institucional en las democracias, encontraron salida prctica con la
idea de que los instrumentos generales que hacen a las empresas privadas eficaces podran ser replicados, por lo menos simulados, en el
sector pblico.
En resumen, algunos autores sintetizaran esa supuesta revolucin
con la llegada de un nuevo paradigma, que va de un nfasis en la poltica pblica a uno en las capacidades gerenciales; de un fuerte nfasis
en los procesos a un nfasis en los resultados; de jerarquas ordenadas
a la competencia en espacios de mercados o cuasimercados; de seguridad en el trabajo y salarios precisos para la burocracia a evaluacin
del desempeo y firma de contratos especficos amarrados a la obtencin de ciertos resultados (Aucoin, 1990; Pollit, 1993).
Con el fin de dar mayor claridad a las bases de este supuesto cambio, hemos construido un cuadro (cuadro 1, p. 212) que recupera en
sntesis estas modificaciones paradigmticas (con base en Ferlie et al.,
1996; Hood, 1994; Gruening, 2001).
Es posible observar que en este listado general de confrontacin
de paradigmas existen aparentemente diferencias sustantivas entre la
ngp y la app. Pero como la columna de posibles impactos deja entrever, la diferencia radical y la bondad particular de la ngp comienzan a
ponerse en entredicho.
Una primera razn de esto es que la ngp no se ha implementado
de manera sistemtica de tal forma que permitiera la evaluacin de sus
polticas o propuestas. Paradjicamente, un enfoque que en la retrica habla de evaluar por resultados especficos no se ha aplicado la
regla a s mismo. Los problemas que autores como Pollit et al. (1998)
y Norman (2001) han encontrado para evaluar los efectos concretos
de las polticas estilo ngp en el Reino Unido y Nueva Zelanda son
sintomticos. En la prctica encontramos ms bien resultados mixtos (James, 2001; Christensen y Lgrid, 2001), con posibles xitos de
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sido pasada por alto algunas veces (Rami, 2001): las fallas de mercado y las fallas de gobierno no son monopolio de realidades culturales especficas, sino fenmenos generales de sociedades compuestas
por individuos racionales y egostas. Con ello, las realidades polticas
pueden ser muy distintas (Westminster, corporativistas, colectivistas,
etc.); sin embargo, el fenmeno de burocracias con intereses propios, capturas sistemticas del inters social por grupos econmica
o polticamente poderosos, agendas polticas escondidas detrs de
polticas gubernamentales (o estructuras gubernamentales e incluso
discursos o defensas dogmticas del derecho pblico, Rami, op. cit.),
forman parte del diagnstico general.
Seguir con el debate
= moderno, nuevo, verdadero vs app = arcaico, viejo, equivocado
es tan falso como plantear
ngp = sistemas Westminster vs app y regmenes tradicionales, latinos,
corporativistas
ngp
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de agentes y principales, con agendas de diversos niveles, concernientes a intereses y grupos polticos de muy distinta ndole.
Barzelay (2000) ha defendido enfticamente que es indispensable
preguntarse dos cosas para hablar en serio de la implementacin de
las ideas de la ngp en un pas en especfico: qu razones llevan a los
tomadores de decisiones gubernamentales de un pas a implementar
reformas administrativas? y qu objetivos de poltica se persiguen en
el proceso y cmo se van adaptando a la realidad institucional? Definitivamente ste pareciera ser un camino ms fructfero a mantener
en la discusin de dicotomas conceptuales o luchas entre paradigmas, que difcilmente tiene un slido y nico marco de referencia.
Para el caso de pases como Mxico, la agenda no est entonces en
discutir si se deben aplicar los principios de la ngp o si sta es imposible
de implementar por razones tecnolgicas o culturales (es decir, porque no estamos preparados o porque la cultura poltica es muy diferente). Efectivamente, la ngp fue creada en culturas polticas diversas
y bajo condiciones de un hbitat de la administracin pblica (y
necesariamente, por lo tanto, del sistema poltico) muy distintas. Pero
la pregunta fundamental es por qu queremos reformar nuestros
aparatos gubernamentales y qu objetivos queremos alcanzar dadas
nuestras condiciones polticas y sociales?
Es indudable que nuestras administraciones pblicas deben cambiar, y es tambin claro que la utilizacin a ciegas de ideas de la ngp
est fuera de lugar ante las condiciones que encontramos en pases
como Mxico. Pero ambas premisas no nos llevan a negar la utilidad
de diversos principios de la ngp para la reforma en tales realidades.
As como el punto de partida de la ngp en los pases anglosajones
ha sido liberar la burocracia de la sobrerregulacin, dndole un sentido a la accin gubernamental ms tcnico por resultados y dirigido
a la sociedad (evaluado por la atencin al cliente), en pases como
Mxico estos principios van acompaados de una serie de objetivos
con mayor alcance: evitar que la administracin pblica sea la arena
poltica del rgimen, estableciendo los mecanismos institucionales
para separar la carrera poltica de la administrativa y asegurando un
nivel alto de vigilancia poltica y social sobre las acciones del aparato administrativo. El marco analtico de la ngp nos ensea que al
transformar nuestra visin del aparato pblico como un cuerpo profesional y tico de la funcin pblica por una en la cual el aparato es
un cuerpo flojamente acoplado de grupos e individuos con intere-
210
ses en un marco institucional que define las reglas del juego, nuevas
posibilidades de cambio y reforma se abren (Arellano et al., 2000a).
Implementar un sistema de calidad total, de atencin al cliente, de
contratacin y competencia o un presupuesto por resultados en un
aparato poco vigilado, con dbiles esquemas de rendicin de cuentas
y con un servicio civil de carrera poco transparente o inexistente que
hace del aparato un manipulable instrumento de la poltica, puede
ser poco efectivo a menos que al mismo tiempo se complementen
esas acciones con el fortalecimiento de los mecanismos de control,
vigilancia y transparencia de la administracin pblica, para ubicarla en un espacio social distinto: del espacio de representacin social
clientelar al de caja de resonancia de los intereses sociales y de la
toma de decisiones de poltica pblica.
En otras palabras, ninguna reforma administrativa que se conciba
a s misma como una transformacin exclusivamente tcnica, basada
en palabras como calidad, innovacin, cliente, evaluacin por
resultados, tendr posibilidades de xito en el corto plazo en hbitats administrativos altamente clientelares (al ser un mecanismo de
representacin social, como hemos referido anteriormente), poco responsables (al ser la vigilancia tanto del Congreso como dentro del Ejecutivo poco integrada y capaz), basados en la lealtad pero poco profesionales (al ser el servicio civil inexistente o dbil), y acostumbrados a
la opacidad informativa y la sobrenormativizacin (como mecanismos
para diluir responsabilidades, tomando decisiones de manera autoritaria y poco dadas a la negociacin y la cooperacin) (Guerrero, 2000).
La reforma administrativa en pases como Mxico es mucho ms
que una reforma tcnica o administrativa en sentido estricto: implica
un esfuerzo de transformacin de los marcos polticos y los juegos
institucionales. La discusin no es si debemos abandonar las ideas de
la vieja administracin pblica o si podemos implementar las ideas
de la ngp devenidas de realidades polticas distintas. La cuestin es
la inteligencia para enfrentar los problemas especficos y valerse de
las herramientas adecuadas a las necesidades de transformacin de los
aparatos administrativos en hbitats como ste.
Para comenzar, una de las lecciones fundamentales de lo que
hemos denominado la Administracin Pblica Progresiva (app) no
puede ser olvidada en estos contextos: los aparatos pblicos pueden
ser capturados por intereses econmicos y polticos, por lo que es
necesario aislarlos de alguna manera para asegurar equidad y con-
211
212
Contratos y
creacin de
competencia y
cuasimercado
Las probadas
tcnicas del
sector privado
permiten
visualizar
variables
fundamentales
que eviten el
desperdicio
de recursos y
posicionen al
cliente como
razn de ser de la
administracin
El proceso y la norma
son mecanismos
creados por la
legislatura y la
administracin
para evitar no slo
la corrupcin, sino
adems la inequidad
en el tratamiento
hacia los diferentes
grupos sociales. La
eficiencia no es el
nico valor ap, sino
tambin el trato legal,
justo y equitativo
Positivos:
Bsqueda de mecanismos de
mejora regulatoria y tcnicas
administrativas cambiantes y
adaptativas
La creacin de
competencia
entre unidades
de servicio
reduce costos,
permite la
evaluacin y
elimina subsidios
a grupos de
inters
Positivos:
Mejora en los mecanismos de
accin burocrtica ante una
vigilancia y un control externo
ms objetivo y mensurable.
Implementacin de nuevas
opciones de coordinacin.
Focalizacin en la eficiencia de la
accin
Negativos:
Debilitamiento de la conciencia
de rendicin de cuentas y
complejizacin de los sistemas
de control. Excesiva retrica
gerencialista (con rasgos
tecnocrticos) como solucin
a problemas sociales graves y
complejos
Negativos:
La regulacin se hace compleja.
Requiere sistemas tcnicamente
ms complejos para asegurar
vigilancia sistemtica de la
sociedad sobre las agencias y
las personas responsables de los
resultados y las consecuencias
de mediano y largo plazos. En
otras palabras, es muy difcil
establecer contratos completos
para especificar la naturaleza de
los servicios requeridos, haciendo
que los contratistas utilicen su
oportunismo para otorgar servicios
de baja calidad social
213
Cuadro 1 (continuacin)
Idea fuerza
de la ngp
Evaluacin del
desempeo
Discrecionalidad gerencial
inteligente
basada en
resultados
El servicio
pblico debe
enfatizar la
productividad
del trabajo de
los servidores
pblicos,
haciendo la
rendicin de
cuentas un
asunto medible y
transparente
El servicio civil de
carrera permite
proteger el trabajo
de la administracin
pblica de las
influencias de corto
plazo de los polticos.
La profesionalizacin,
la permanencia en la
carrera administrativa
y sueldos seguros
y transparentes
aseguran una
burocracia
profesional, neutra
y alejada del track
poltico
Positivos:
Introduccin sistemtica de
conceptos de productividad.
Recuperacin del valor del trabajo
pblico. Mejor y ms intensa
dinmica laboral en ele sector
pblico
La rendicin de
cuentas efectiva
es aquella que
demuestra la
eficiencia y la
eficacia, no el
seguimiento
de normas y
procedimientos
La administracin de
programas requiere
un seguimiento
escrupuloso de las
normas y procesos
que asegure el
cumplimiento de los
objetivos definidos
desde el Poder
Legislativo y una
rendicin de cuentas
precisa y mensurable
Positivos:
Recupera la necesidad de
establecer una administracin
inteligente y capaz como requisito
de la accin pblica. Pugna por
hacer ms realista la percepcin
social sobre el papel y la
importancia de las burocracias en
el accionar de un buen gobierno
Negativos:
Las dificultades para medir
el desempeo razonable y
transparente implican la creacin
de complejos sistemas de control.
Estos sistemas tienden a ser
bastante imperfectos, siendo
relativamente fcil burlarlos,
simularlos y adaptarlos por los
individuos y los grupos. La retrica
de estas reformas se convierte en
el mayor activo ante la dificultad
de mostrar resultados concretos y
sostenidos
Negativos:
Deja poco clara la relacin
entre accin gerencial y control
legislativo y social de tal accin.
La retrica de la ngp tiende
a fortalecer la primera y a
menospreciar la segunda. Se
tiende, implcitamente, a sostener
una neodicotoma polticaadministracin
214
Cuadro 1 (continuacin)
Idea fuerza
de la ngp
Control por
resultados
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215
216
217
introduccin
Hay un eje comn en la modernizacin en los pases de la ocde
(Naschold, 1995: 1) Tambin hay un amplio (aunque no completo)
acuerdo en cuanto a los contenidos de este eje. Los elementos bastante similares son listados por una serie de comentaristas (por ejemplo,
* Christopher Pollit, Justification by Works or by Faith? Evaluating the New Public
Management, Evaluation, Sage, julio de 1995, vol. 1, nm. 2. pp. 133-154. Traduccin
de Isabel Fernndez Espresate.
** Decano de Ciencias Sociales y codirector del Centro de Evaluacin de Polticas
Pblicas y Prctica (ceppp) de la Universidad de Brunel. Adems de su experiencia acadmica como investigador y profesor, ha trabajado en la ocde, HM Treasury y diversas
organizaciones pblicas.
[218]
219
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christopher pollitt
221
1993; Pollitt, 1994). Tambin en el Reino Unido, el proceso de desagregacin de los departamentos centrales en las funciones esenciales,
ms una red de agencias ejecutivas, entre 1989 y 1995, dio lugar a
una situacin en la cual alrededor de 63% de los servidores pblicos
estaban trabajando en agencias (Chancellor of the Duchy of Lancaster, 1994). En Nueva Zelanda, incluso los ms altos funcionarios ejecutivos ahora se relacionaban con sus ministros a travs de acuerdos
de desempeo cuasicontractuales. Las normas han sido prescritas
no slo por cuestiones operativas, sino tambin por la calidad del
asesoramiento sobre polticas (State Services Commission, 1992). En
Australia, el porcentaje de la fuerza laboral remunerada representada
por el servicio pblico cay de 5.7% en 1975 a 2.6% en 1993.
Dada la magnitud y la importancia de estos impactos, se podra
suponer que la nueva gestin pblica ha sido objeto de una evaluacin intensiva, particularmente cuando algunas de las tcnicas que
constituyen su arsenal ponen gran nfasis en la evaluacin como un
medio para cerrar el crculo de la retroalimentacin. La revisin
de documentos clave de un conjunto de pases parece mostrar que, a
ms de una dcada del cambio por las reformas, las evaluaciones de
los directivos han estado lejos de ser numerosas. Evaluaciones ms limitadas de cambio en una institucin o dimensin han sido ms
comunes, pero no son el principal enfoque de este artculo (y en todo
caso, usualmente parecen sufrir de las mismas limitaciones tericas y
metodolgicas de sus homlogos ms ambiciosos). Aqu existe una
paradoja: mientras la doctrina de la nueva gestin pblica insiste en
que los servicios pblicos deben invertir en producir resultados cuantitativos (por ejemplo HM Treasury, 1988), algunos aspectos fundamentales de las reformas parecen haber permanecido casi inmunes a
tales requerimientos.
propsitos
Dada la aparente escasez de evaluaciones amplias y rigurosas de las
reformas de la nueva gestin pblica, este artculo plantea tres preguntas principales:
222
christopher pollitt
alcance y propsito
Es un lugar comn en la literatura relevante que la evaluacin puede
tener una variedad de propsitos y que puede llevarse a cabo a travs de una amplia gama de niveles, que varan de la autoevaluacin
individual a una gran escala de comparaciones internacionales de las
economas enteras o de los sistemas sociales. Como la nueva gestin
pblica es un fenmeno internacional y ha sido probablemente
promovida ms vigorosamente por las autoridades nacionales a nivel de los gobiernos, este artculo se centra principalmente en las
evaluaciones de amplio alcance. Tales evaluaciones incluyen aquellas
que se centran en sectores enteros (por ejemplo, educacin, cuidado
de la salud) o en las grandes organizaciones nacionales multifacticas
(el servicio pblico australiano), o, ms all incluso de estos grandes
estudios nacionales, las comparaciones internacionales llevadas a cabo por la ocde o el Banco Mundial. Inevitablemente, por lo tanto,
muchos puntos ms finos del detalle estn sujetos a ser pasados por
alto y algunos casos locales que exhiben interesantes variaciones de
las tendencias ms amplias podran desvanecerse sin ser reconocidos.
En lo que a los efectos de las evaluaciones revisadas se refiere, se
223
mantiene una postura catlica incluyente. Hay muy pocas evaluaciones a gran escala disponibles, como para que sea razonable ignorar o
excluir algunas categoras. Nuestro tour dhorizon incluir, por lo tanto, primero, los anlisis acadmicos relativamente puros (por ejemplo, Hyndman y Andersen, 1995; Dunleavy y Hood, 1994; Robinson y
Le Grand, 1994); en segundo lugar, estudios realizados por acadmicos como consultores de los organismos estatales (por ejemplo, Naschold, 1995; St.-Martin, 1994); tercero, las evaluaciones de rganos
intergubernamentales (por ejemplo, ocde, 1993b, 1994); cuarto, los
anlisis realizados por cada gobierno (por ejemplo, Chancellor of the
Duchy of Lancaster, 1994; Employment Service, 1993; Management
Advisory Board, 1994; Task Force on Management Improvement,
1992; Trosa, 1994); quinto, escrutinios por las entidades fiscales del
Estado (Auditor General of Canada, 1993; General Accounting Office, 1993), y sexto, las valoraciones ms conocedoras/discursivas que
son a veces ofrecidas por altos funcionarios pblicos y polticos (Sedgewick, 1993; Waldegrave, 1994).
Los propsitos dominantes varan un poco a travs de este portafolio. Algunos de los trabajos ms acadmicos estn dirigidos principalmente a teorizar
o simplemente a describir nuevos mecanismos de gestin. Por el contrario, muchas de las publicaciones del
gobierno parecen haber sido producidas ante todo para satisfacer las
necesidades bsicas de la responsabilidad pblica, o para vender
las reformas como logros de una administracin en particular. Una
honorable y de hecho nica excepcin a este estrecho gnero
es la muy ambiciosa evaluacin de $A 1.1 millones de una dcada
de reforma australiana (Task Force on Management Improvement,
1992). Otras evaluaciones tienen un carcter ms formativo, es decir,
estn destinadas a implementar las reformas para llevar a cabo su
trabajo rpida y eficazmente. Como era de esperarse, los mtodos
particulares empleados tambin varan, y stos tendrn un enfoque
importante en la ltima parte del artculo.
Sin embargo, incluso antes de abordar la primera pregunta es
necesario identificar los tipos de declaraciones efectuadas por los defensores de la nueva gestin pblica. El grado en que se pretende
lograr efectos es casi siempre un inters primordial de los evaluadores, incluso si siguen teniendo en cuenta, adems, los efectos no
deseados y otras caractersticas procesuales de un proyecto o programa. Efectos deseados (impactos, resultados) son de inters por s
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225
Nuestra ltima cita proviene del primer ministro del Reino Unido,
John Major. Poco despus de suceder a la seora Thatcher, se identific de una manera muy personal con la Citizens Charter. En la
introduccin del primer Libro blanco escribi que su nuevo programa
establece los mecanismos para mejorar la oferta, calidad, valor y responsabilidad. No todos se aplican a todos los servicios. Pero tienen un objetivo
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christopher pollitt
comn: elevar el nivel de los servicios pblicos por arriba y ms all de los
mejores disponibles en la actualidad (Primer ministro, 1991: 2).
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tendencias de la nueva gestin pblica, como la aplicacin de procesos de reingeniera empresarial o la radical descentralizacin de la
autoridad para fijar las condiciones salariales y de personal.
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christopher pollitt
es la comparacin adecuada para el nuevo estado de cosas? La lnea base del desempeo de la organizacin antes de la reforma
puede no ser apropiada porque en algunos casos (muchos?) el
desempeo de la organizacin bajo el rgimen de pre-npm puede
haber estado cambiando de todos modos (para bien o para peor).
Por lo que bien puede ser una necesidad que el evaluador construya una explicacin contrafctica (para una discusin ms amplia del papel de las explicaciones contrafcticas en argumentos de
ciencia social, vase Elster, 1978).
4] Existe la necesidad de teorizar acerca de los contextos poltico-organizacionales en los cuales los elementos particulares de reforma
estn siendo inyectados, as como de analizar las caractersticas de
las reformas en s mismas. Lo que funciona en un contexto puede
no funcionar en otro (una reforma tapn particular slo puede
encajar en un tipo de organizacin hueco. Vase Pollitt, 1995).
5] La definicin y la medicin de los costos y beneficios de los programas de la nueva gestin pblica plantean una serie de dificultades.
Hay una necesidad de identificar y medir los costos (y beneficios) de
la transicin (de una sola vez) a partir de la aplicacin de las reformas. stas podran incluir los directos costos de inversin en nuevos it, documentacin, formacin e informacin al pblico de los
cambios. Tambin podran ser beneficios generados por el efecto
Hawthorne. De manera ms ambiciosa, podramos desear estimar
los costos de oportunidad (por ejemplo, tiempo y atencin dedicados por el personal a aprender sobre las nuevas prcticas, lo que significa que la calidad de los servicios actuales disminuye durante un
periodo transitorio). Del mismo modo, si no ms importante, hay
una cuestin de continuidad (recurrente) de costos y beneficios.
(Entre ellos, bien pueden encontrarse cambios significativos en los
costos de transaccin.) Estos cambios pueden ser positivos (es decir,
el servicio es ms fcil de ejecutar despus de las reformas), o pueden ser negativos (muchos comentaristas han resaltado el aumento
de los costos de transaccin que puede acompaar los cambios de la
administracin jerrquica unificada a los mercados o cuasimercados
con su parafernalia de los contratos y el apoyo de it).
6] Ms fundamentalmente, qu criterios deberan utilizarse para
evaluar las reformas? La ms comn y la ms fcil aproximacin es
medir los efectos identificables de una reforma particular contra
los objetivos o metas establecidos. Hay, sin embargo, al menos dos
229
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Lo que nos interesa aqu no es tanto las conclusiones de estas evaluaciones, por interesantes que sean, sino ms bien la fuerza de sus
fundamentos. Qu tan adecuadas son las evaluaciones en las que los
gobiernos y otros expertos proclaman el xito, o el prximo xito, de
la nueva gestin pblica? Esta pregunta puede ser respondida con un
examen detallado de cmo los estudios existentes hacen frente a los
seis problemas enumerados en la seccin anterior. Desde el momento en que un estudio particular se pronuncia sobre los seis problemas
de forma explcita y adecuadamente, podemos tener confianza en
sus conclusiones. En la medida en que todos o algunos de estos pro-
231
blemas siguen sin resolverse, o son abordados de forma metodolgicamente inadecuada, nuestra confianza en las conclusiones de ese
informe en particular se ver reducida. Nuestra revisin se organiza
en el mismo orden en que los seis problemas fueron presentados en
la seccin anterior.
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No parece ser suficiente reconocimiento que la mayor parte de la informacin sobre los resultados reportados en gpra proporcionan slo una puntuacin que indica qu tan bien se est midiendo la caracterstica. Los indicadores de resultados, en general, no dirn qu tan extensamente el programa ha generado los resultados observados (National Academy of Public
Administration, 1994: 4).
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En otras partes del mismo informe, organismos determinados aluden brevemente a sus propios contrafcticos:
Muchas de las reformas se habran producido de todos modos debido a la
gran complejidad del gobierno y la sociedad.Es difcil especular sobre lo que
podra haber sido alcanzado (Attorney Generals Department, Task Force on
Management Improvement, 1992: 3.3).
O:
Es difcil aislar una fuente de cambio cultural de otra, pero nuestra postura es
que hubisemos cambiado de todos modos, lo que refleja un cambio general
en los valores de la comunidad en general y en el sector pblico (Oficina
Australiana de Estadstica, en el Task Force on Management Improvement,
1992: 3.2).
237
dimiento anterior los efectos del estatus de la agencia en el desempeo del Employment Service (es, por sus siglas en ingls) (Employment Service, 1994: 5).
Veinte pginas despus, sin embargo, se presentan las conclusiones y el tono ha cambiado notablemente:
El establecimiento del Employment Service (es) como una agencia ejecutiva
ha creado una organizacin de alto desempeo, claramente centrada en la
consecucin de sus principales objetivos [...] El establecimiento del es como
una agencia ha aadido un valor considerable a la aplicacin de las polticas
del mercado de trabajo y ha mejorado el funcionamiento de los trabajos del
mercado de trabajo(Employment Service, 1994: 29).
teorizando contextos
Este cuarto problema evaluatorio puede ser brevemente descrito.Bsicamente, ninguna de las evaluaciones oficiales de gran escala
revisadas en este artculo hace ningn tipo de referencia sistemtica
a los diferentes contextos organizacionales (en donde el contexto
238
christopher pollitt
se puede entender como los factores que abarca, los propsitos que
la organizacin persigue, la cultura, la tecnologa y la situacin del
mercado).Por lo general, se discute cmo la receta de la nueva
gestin (presupuestos delegados, pruebas de mercado, contractualizacin, etctera) debera ser aplicada en todos lados.Slo de vez en
cuando se alude a la importancia de los diferentes contextos, como
con el Steering Group de Nueva Zelanda sobre la recomendacin
de Reformas del Estado del Sector 37, el cual seala: Hacienda
debera considerar, en consulta con los departamentos, la mayor
diferenciacin de los requisitos de informacin a los departamentos en funcin de su tamao y los riesgos involucrados(Steering
Group, 1991: 24).
La posibilidad de que estilos de gestin, tcnicas y estructuras fundamentalmente diferentes podran ser apropiados para diferentes funciones o niveles se excluye de la consideracin. Sin embargo, ste
ha sido un tema pblico administrativo (por ejemplo, Pollitt, 1995;
Stewart, 1992) y de la literatura de contingencia en la teora de la
organizacin (por ejemplo, Donaldson, 1985: cap. 14; Mintzberg,
1979).Es a la luz de este cuerpo de teora y pruebas concernientes
a la importancia de los diferentes contextos que Dunleavy y Hood
escribieron de la propagacin mundial de la nueva gestin pblica:
Si la historia de la reforma de la gestin pblica nos dice algo, es que
gran parte de esta clonacin y reproduccin sern profundamente
inadecuadas para los casos particulares (1994: 15).
Es necesario considerar que la cuestin an carece de tratamiento
sistemtico en las evaluaciones gubernamentales de los programas de
nueva gestin pblica.
239
en todos los niveles est dedicando para ajustarse al nuevo esquema en lugar de atender sus habituales funciones de operacin).En
el caso de la introduccin del Currculum Nacional para las escuelas
britnicas se dice que ms de 600 millones se gastaron en detallados
cambios secuenciales debido a la inviabilidad del plan de estudios
que se haba introducido.
Adems, las reformas, obviamente, crean continuidad, beneficios
y costos peridicos. Por ejemplo, si un programa puede ser puesto
en marcha con un 20% menos del personal, este ahorro se repetir
cada ao hasta la siguiente serie de cambios.Curiosamente, la clara
identificacin de estos costos y beneficios slo ocurre ocasionalmente
en el conjunto de las evaluaciones que hemos analizado.Por ejemplo, la oficina del Fiscal General australiano es bastante tpica cuando
seala: Es imposible cuantificar el costo/ahorro, pero un rango y un
volumen mayor de demandas de los ministros estn siendo atendidas
con los mismos niveles de recursos (Departamento del Fiscal General, Task Force on Management Improvement, 1992: 4.3).
En la npr de Estados Unidos, detrs de las promesas rimbombantes de ahorro, la situacin parece similar: En casi todos los casos,
poner cifras concretas sobre el ahorro producido en realidad, ms
all de la reduccin de la fuerza laboral federal, requerira un extraordinario anlisis presupuestario(Kettl, 1994: 9).
Los costos de transaccin son uno de los componentes importantes (pero no el nico) en esta ecuacin de efectos permanentes.Pueden ser bastante difciles de localizar, ya que pueden ocurrir en distintas ubicaciones de la organizacin en la que surgen, y se diferencian
de aquellos tipos ms evidentes de los costos y beneficios.Tomemos
el caso de las reformas de mercado interior en el Servicio Nacional
de Salud del Reino Unido. Por un lado, un flujo ms rpido de los
pacientes graves parece haberse logrado en muchos hospitales (aunque atribuir a todos ellos la reforma es problemtico, como se indic
anteriormente). Esto parece ser un beneficio permanente, y que puede medirse con relativa facilidad. Al mismo tiempo, sin embargo, el
negocio de conseguir estos pacientes dentro y fuera del hospital bien
puede haberse convertido en algo ms complicado. El paciente ahora flucta para ser captado en acuerdos de contratos/servicios entre
compradores y proveedores.
Cada lado de esta relacin cuasimercado tiene que contar con personal con experiencia en los aspectos tcnicos de la contratacin de
240
christopher pollitt
una manera que no sea necesariamente bajo la jerarqua administrativa anterior, donde la confianza y la autoridad jerrquica eran sustitutos de la contabilidad detallada. Muchos sistemas de informacin ms
elaborados ahora tienen que ser instalados de modo que los proveedores puedan asignar los costos con mayor precisin de lo que antes requeran. En otras palabras, los costos de transaccin se han incrementado, al menos al principio (Robinson y Le Grand, 1994: 257-258).
El ejemplo del Servicio Nacional de Salud britnico puede ser generalizado a otros contextos de la nueva gestin pblica. Teniendo en
cuenta las crticas jerrquicas a la nueva gestin pblica, Dunleavy
y Hood remarcan que:
Si la contratacin se convierte en norma, los jerarquistas insisten en la necesidad de desarrollar modelos de alta confiablidad de relaciones obligacionales de contrato [] en lugar de relaciones de contrato distantes de poca
confianza [...] dentro del servicio pblico, a fin de retener la capacidad de
negociar a travs de las fronteras de la organizacin sin costos de transaccin
en una crisis masiva (Dunleavy y Hood, 1994: 12).
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En Australia, el Task Force on Management Improvement consider necesario advertir que haba una necesidad en el gobierno por
evitar cualquier insinuacin de que todo funcionario pblico debe
rendir cuentas al cliente con quien trata (Task Force on Management Improvement, 1992: 37).
De hecho, una de las principales preguntas que se asoma a la vuelta de la esquina de algunas de las evaluaciones oficiales es acerca del
papel de los polticos en el mundo de la nueva gestin pblica. Estarn dispuestos a renunciar a su hbito de microgestin ad hoc de
esos casos, proyectos o programas que captan su atencin? Estn los
ministros equipados para el papel estratgico de la supervisin de un
sistema complejo, altamente descentralizado de prestacin de servicios pblicos? Un tema que surgi en la revisin de Nueva Zelanda
fue que los ministros tenan pocos recursos para cumplir sus objetivos en las reas estratgicas de toma de decisiones y la rendicin de
cuentas de sus departamentos.
Adems, entre los funcionarios pblicos algunos consideraron
que los ministros no se sienten inclinados a pensar estratgicamente,
al menos en la medida en que les obliga a comprometerse con un
248
christopher pollitt
conjunto de resultados en el contexto de un plan corporativo (Steering Group, 1991: 64, 47).
A medida que nos acercamos a comentarios de fuentes ms independientes, las expresiones de preocupacin se vuelven ms claras. En
su encuesta de 3 800 directivos pblicos, Talbot encontr que la mayor
brecha entre retrica y prctica ocurri en el tema de la interferencia
poltica. Los directivos reportaron una disminucin de su capacidad
de no mezclarse con la interferencia poltica en decisiones operativas
(Talbot, 1994: 38, 41). Kettl (1994: viii) concluye que en Estados Unidos el npr trata de ganar poder en el Congreso y en la burocracia, y,
al interior de esta ltima, desde los niveles ms altos a los ms bajos, y
encuentra poca evidencia de que el Congreso quiera que se apruebe.
Dunleavy y Hood (1994: 16), al analizar la experiencia internacional,
comentan: lo que est en juego en estas reformas no son slo cuestiones y operaciones de pan y mantequilla, costos y respuesta a corto
plazo. Finalmente, son cuestiones constitucionales, y en ese sentido
afectan los fundamentos de la vida y la capacidad polticas.
Es hasta cierto punto ingenuo esperar que las revisiones internas
puedan dirigirse a estas cuestiones de sensibilidad poltica de una
manera realmente abierta. Es necesario establecer un mecanismo
que dote a los evaluadores de fuertes derechos de acceso y de independencia probada. Este enfoque sera costoso, tomara tiempo y
seguramente sera conflictivo para los ejecutivos polticos y sus autoridades superiores. Aun tras 15 aos de agitacin en muchos sectores
pblicos, una respuesta evaluativa de este tipo no parece desproporcionada dado lo que est en juego.
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