Caserios

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Los caseros

Caseros y caseras.
El concepto de casero es muy cercano
en el tiempo. Hace mencin, por lo
general, a un edificio o casa de labranza,
si bien es frecuente que hoy da se
aplique, tambin, a casas convertidas en
residencias habituales de personas no
dedicadas a la granjera.
Hasta el XIX, el vocablo empleado no
era casero sino casera; designaba al
conjunto de edificios y elementos que
integraban una explotacin. Una casera
estaba compuesta por la vivienda
principal, horno, cobertizo, hrreo y
dems anexos necesarios para el
quehacer cotidiano. Formaban parte de la
casera los animales domsticos y
tambin las tierras.
Las tierras consistan, normalmente, en
heredades compuestas por pequeos
terrenos, inmediatos a la casa, dedicados
a huerta para el consumo familiar, a los
que se sumaban otros terrenos mayores,

22

todava cercanos a la vivienda, donde


sembraban cereales (llamados por esa
razn tierras de pan sembrar) o que eran
empleados como pastizal. Finalmente,
existan otros terrenos alejados y
disgregados, tanto propios como
comunales (pero de uso privativo), que
podan emplearse para la produccin de
castaos, nogales, o para dedicarlos a la
simple obtencin de madera con
plantaciones de especies como bortos y
robles.
En sentido ms amplio, entendida la
casera como transmisin de generacin
en generacin dentro de una misma lnea
familiar a travs del mayorazgo, el
significado cobra mayor entidad, ya que
se anexaban las sepulturas familiares, el
lugar que se ocupaba en la iglesia y - en
algunas ocasiones - rentas o ttulos.
Finalmente la casera bizkaina y la
vasca en general inclua conceptos ms

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

abstractos e intangibles, como la cualidad


de ser solar, origen o cuna de un apellido
o estirpe. Esta cualidad de ser generadora
o creadora, sumada a interpretaciones
que hablan de la idealizacin de su forma
para convertirla en tero materno y
regazo acogedor, ha propiciado que la
mente popular vasca dotase a la casa de
una simbologa propia, que recoge mitos
y creencias ancestrales y que provoca
conocidas referencias matriarcales.
En estas pginas utilizaremos el
trmino casera para designar al conjunto,
amplio, comentado ms arriba; as mismo
el trmino casero lo emplearemos
nicamente para referirnos al edificio
principal. De todas formas podr
comprobarse, en algunas citas recogidas
aqu, que muchos autores utilizan indistintamente ambos trminos; en este caso
es el contexto el que determinar la
amplitud que quiere drsele.

Evolucin.
Sobre la evolucin de las caseras y el
aspecto externo que fueron adoptando a
travs del tiempo, Juan Ramn de Iturriza
escriba, a finales del siglo XVIII, lo
siguiente: "las primitivas caseras de este
ilustre Seoro fueron menores que las
presentes, edificadas sobre cuatro o seis
postes de rboles bravos y cubiertas por
los cuatro ngulos con zarzas, arbustos
de retama, tajamanil y tablones por
causa de mucha abundancia de
maderamen y breve edificio, de cuya
construccin existen algunas pocas; y
por los repetidos incendios que experimentaban por causa de llenarlas de paja
de mijo, centeno, heno y otros
combustibles peligrosos, empezaron a
fabricarlas de cal y canto, nominndolas
Ormaecheas (que denota cerradas con
paredones) para distinguir de las otras
casas que eran de maderamen desde el
suelo hasta el tejado... El casco de
algunas caseras tiene 120 pasos de circunferencia para que en los cortijos
quepan en invierno de 35 a 40 cabezas
de ganado vacuno, ovejuno, cabruno y
caballar; las ms tienen soportal para el
resguardo de los carros, narrias,
herramientas de labranza y oteros de
gallinas; hornos para el cocimiento de
pan y borona; colmenas de abejas, heros
de losa labrada para el trillo de varias
semillas; pajares y lagares para majar la
manzana con unas formidables y
pesadas vigas para estrujarla, llamadas
vulgarmente dolara-aichac, aunque de
algunos aos a esta parte, por causa de
que no se hacen las sidras coladas, no
usan, por lo que se van perdiendo."
(ITURRIZA Y ZABALA, JUAN RAMN.
"Historia General de Vizcaya". 1973)

madera. A partir del XVI el empleo de la


madera va disminuyendo de manera
progresiva casi en la misma medida que
aumenta el de la piedra.
Una reconstruccin de la evolucin
de este segundo tipo, basada en
imgenes de algunos caseros ms
antiguos de Bizkaia, sera la siguiente:
En un primer momento, son de planta
rectangular; ms amplia en el frente que
a los costados y con el caballete del
tejado perpendicular a la fachada.
Dispone su fachada en tres mdulos.
Los de los costados, amplios, trabajados
en piedra, y el del centro, de menor
longitud, con esqueleto de madera.
La disposicin es asimtrica, porque
se hace descansar al caballete
directamente sobre la culminacin de
uno de los muros laterales -el ms largo, que para este fin se refuerza con sillera.
Posiblemente dispusieron de un patn
o escalera exterior, en madera, adosada a
la misma fachada, siguiendo el ejemplo
de las casas-torre.

Muskiz. Casa en Montao.


Mungia. Casero Landetxo.

En un segundo paso, an parecera


arriesgado eliminar uno de los mdulos
laterales de la fachada como elemento
portante, por lo que se mantiene el
caballete descansando sobre l, pero se
amplia claramente el mdulo central.

El modelo.
Los ejemplares ms antiguos de
caseras conservados hasta hoy (la mayor
parte del siglo XVI) no alcanzan a
avanzarnos cul pudo ser el aspecto de
otras ms primitivas, de las que pudieran
haber derivado. Tampoco disponemos de
pinturas u otros elementos, referidos a
Bizkaia, que nos ayuden en esa labor. Sin
embargo, hay unanimidad en los
estudiosos de la casa vasca en suponer
que los edificios ms antiguos, anteriores
al XV, seran muy semejantes a los
descritos lneas arriba por Iturriza,
construidos, casi en exclusiva, de

tipo de casero, caracterstico de los


ltimos aos del siglo XV e inicios del
XVI, con los laterales alzados hasta el
mismo tejado, y la parte central
retranqueada (situada en un plano
retrasado con respecto a la alineacin
general), que lleva un dintel de madera,
apoyado en dos gruesas vigas, y que se
encarga de soportar el pendoln o pie
derecho central sobre el que, a su vez,
descansar la cabecera del caballete.
Las formas renacentistas irrumpirn
proponiendo cambios en las edificaciones tradicionales.
El casero en profundidad del XVI,
con planta rectangular, heredero del
casero gtico, alcanz una difusin
total. Disminua la altura de los mdulos

laterales, alzndolos nicamente hasta el


primer piso. En los muros se apoyaban
gruesos postes verticales, con otros
horizontales insertados entre ellos, sobre
los que se clavarn las tablas que
cubrirn la estructura. La primera planta

Gordexola. Casa en El Pontn.

Una evolucin lgica conduce a


buscar la simetra en la fachada,
igualando la longitud de los costados y la
de estos con la del centro. Surge as un

Orozko. Urgoiti. Casero Munukogoikoa

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

23

es, al mismo tiempo, la vivienda y la


cuadra. La segunda, en la que el aire
corre con facilidad, servir de granero.
Con el casero en profundidad
convive, al menos desde comienzos del
siglo XVI, la casa cbica, extendida por
toda nuestra geografa pero que ser
acogida con especial inters en las
Encartaciones. De tres plantas, dotada de
patn exterior, diferencia desde el primer
momento el espacio destinado a cuadras
(planta baja) y a vivienda (primera
planta). Sobre ellas se sita el granero. Se
trata de una disposicin que, con
pequeas variantes zonales, se repetir
ms adelante en el tiempo. Esta
arquitectura popular tomar prestadas
numerosas propuestas de las construcciones palaciegas de tipo cbico.

Kortezubi. Oma. Casero Zierre

Zamudio. Casero Kadalso.

En el XVIII, el casero con estructura


de postes se vio desplazado; al principio,
lentamente
hasta
desaparecer
totalmente, siendo sustituido por un
nuevo recurso aplicado a la arquitectura
popular: el soportal con arco de medio
punto rebajado, en sustitucin de la viga
carrera. La posibilidad de poder cargar
sobre l grandes lienzos de pared
trabajados en piedra, permiti adoptar
nuevos esquemas: cambia la disposicin
de las fachadas, aumenta el nmero de
pisos, se alteran las distribuciones
interiores, se incrementa el nmero de
luces a la vez que se hacen ms
amplias... Este tipo de construccin
alcanzar su mayor extensin y
popularidad en la zona oriental de
Bizkaia.
Sin embargo el gran triunfador de este
siglo es el casero cbico, con tejado a
cuatro vertientes, que, con sus
variedades, se difunde ampliamente por
toda Bizkaia.
En ambos modelos se diferenciarn
totalmente los pisos dedicados a
vivienda y a cuadras.

Casero en Arteaga.
Guees. Casero en Santxosolo.

En el siglo XVII triunfa definitivamente


el casero con estructura de postes. Su
forma, segn Julio Caro Baroja, ha
evolucionado como sigue: "en los ms
antiguos los postes verticales del piso
superior se entraman con vigas
horizontales situadas a una distancia
menor de un metro y con otras oblicuas
muy largas. Posteriormente disminuir el
nmero de vigas horizontales en
beneficio de un mayor nmero de
verticales colocadas regularmente. En
una fase final, las oblicuas ganan terreno.
Tambin cambiar la estructura y en
lugar de cubrir el entramado con madera
se rellenarn los huecos con ladrillos y
sustancias minerales. En Bizkaia y Araba
los elementos de madera son menores
que en Gipuzkoa y se concentran, sobre
todo, en el centro de la fachada."
(BAROJA, JULIO CARO. "Los vascos".
1971)

24

Abadio. Gaztelua. Casero Iturriaga-Etxebarria

Orozko. Casero Usuluze.

Berriz. Casero Isuntze.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

Como caractersticas que pudiesen


englobar a la mayor parte de nuestros
caseros destacan las siguientes: edificio
exento, de cuerpo prismtico y
compacto, con la fachada principal
orientada al medioda o al saliente.
Cuando la planta es rectangular
(normalmente "en profundidad", aunque
tambin a lo ancho), la cubierta tiende a
ser a dos aguas, con el caballete perpendicular a la fachada, aunque tampoco es
extraa una tercera cubierta, en cola de
milano, de menor tamao, situada con
preferencia en el lado ms expuesto (con
la finalidad de reducir lienzo de pared).
En los caseros de planta cuadrada, que
crecen en altura, es usual la cubierta a
cuatro aguas. Tambin es comn para
todos ellos hallarse dispersos o formando
pequeas barriadas.

Dispersin del casero.


La mayor parte de los autores
coincide en sealar la dispersin de la
casa bizkaina, de tipo Atlntico, en contraposicin a las de tipo Meridional,
Medio o Pirenaico. La vivienda Atlntica,
en la que se engloba la nuestra, est
caracterizada por casas de piedra y
entramados de madera, de cubierta a dos
aguas no muy inclinada (de 20 a 40),
con el caballete perpendicular a la
fachada principal, propio de la zona
donde existe diseminacin.
Henao refiere que Bizkaia estaba

de casas estavan de manera que entre


una y otra ava alguna distancia,
jurisdicin, en que sembravan sus
legumbres y plantaban algunos frutales.
Y con este respecto poblavan siempre
que se ofreca averlo de hazer, de
manera que, aunque la poblacin no
fuese de ms de veinte casas, tomava en
partes ms de media legua de distrito, y
con el mismo nmero de gente, en otras
ms, por la disposicin del puesto ser
ms o menos acomodado" (ECHAVE,
BALTASAR. Ao 1607).

Berango

compuesta por "repblicas que constan


de casas esparcidas a distancias y trechos
dilatados" (P. HENAO).
Zamcola, quien propuso el Puerto de
la Paz en Abando, se refiere a las casas
de su Dima natal como "repblica de
casas
y
haciendas
dispersas"
(ZAMACOLA, J.A. "Historia de las
Naciones Vascas". 1818)
Las primeras concentraciones urbanas
o poblaciones tendan a mantener cierto
alejamiento entre ellas. Esa disposicin
antigua era la que todava se intua en el
siglo XVII: "Las congregaciones o juntas
Galdames.

Zeanuri.

"Otro si dixeron, que auan de fuero, y establecan por ley,


que qualquier Vizcayno pueda hazer en Vizcaya en su heredad propia
casa fuerte, o llana qualquisiere"
(Fuero de Bizkaia. Ttulo 24, ley II)
A finales del siglo XVIII, segn
Iturriza, existan en Bizkaia 13.610
casas de las que, aproximadamente,
3.610 se hallaban en el casco de las
villas y en los pueblos de Mundaka,
Elantxobe, Ea y Aulestia. Las diez mil
restantes se hallaban esparcidas por
montaas y llanuras. A finales del
siglo XX, el nmero de caseros
existentes en Bizkaia no haba
variado considerablemente,
situndose en torno a los 9.500. Sin
embargo, son cada vez menos los
que mantienen una forma tradicional
de explotacin.
Dima. Biterio.

Loiu. Casero Bengoetxe.

A comienzos del siglo XVII eran


comunes las casas de madera y an
se manifiestaba claramente para los
contemporneos la diferencia entre
aquellas y las casas armadas en
piedra: "Llmase a la casa YCHIA,
que quiere dezir cerrado, y agora
ECHEA, y tambin ETSEA, y a la que
est cercada de pared tapia,
llamavan ORMAYCHIA, por
llamarse a la pared HORMA"
(ECHAVE, BALTASAR, ao 1607)

"Las caseras dispersas que pueblan


el suelo montuoso de aquel pas
(Bizkaia) cuentan en su mayor parte
siglos de existencia. Dotadas de
tierras diversas, en proporciones fijas,
de modo que puedan responder a las
exigencias complejas de un buen
cultivo, aseguran el bienestar del
labrador y se perpetan ntegras en
la misma familia de propietarios o
colonos" (TRUEBA, ANTONIO.
"Organizacin social de Bizkaia".
1966)
Zeanuri. Ipiaburu. Casero Hernandorena.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

25

El casero occidental bizkaino


Existe un modelo de casa de labranza
caracterstica de la zona en que se
confunden las tierras de Bizkaia y
Cantabria. Algunos tratadistas se han
limitado a sealarlo como de "tipo
cntabro" -si quien escriba era bizkainoo de "tipo bizkaino" -si quien escriba era
cntabro-. Parece obvio que sea as, ya
que el tipo de casa existente en esta zona
est llamado, por su carcter fronterizo, a
recoger elementos de una y otra
comunidad. Sin embargo, de la simbiosis
ha surgido una casa con carcter propio e
interregional. Su mbito se halla, aproximadamente, en la comarca comprendida
entre el ro Asn y el eje formado por la
carretera Balmaseda-Muskiz, abarcando
completamente los valles de Karrantza,
Turtzios, Villaverde, Artzentales, Guriezo
y Liendo, extendindose a la zona
occidental de los concejos de Sopuerta y
Zalla, el barrio de Montellano (Galdames)
y penetrando en el valle de Somorrostro
(Santurtzi, Muskiz, Abanto y Zierbena),
as como al valle del Asn. El centro
geogrfico de esta comarca es el valle del
ro Agera, lugar en el que se da la mayor
concentracin.
Los elementos arquitectnicos que, a
simple vista, carcaterizan el casero de
esta comarca son los pipianos, tambin
denominados cortafuegos o fraileak,
rematados por grandes sillares de piedra
que sobresalen de la fachada y sirven de
soporte y proteccin a las grandes
balconadas de madera que cruzan la
fachada principal de extremo a extremo.
Esta disposicin de elementos propicia un
espacio cubierto en la delantera de la
casa, a modo de portaln, utilizado para
el depsito temporal del forraje o la
realizacin de determinadas labores
relacionadas
con
la
actividad
agropecuaria. Estos balcones suelen
ocupar la primera planta del casero
(destinada comnmente a vivienda) y la
segunda planta o camarote, denominado
sobrado, destinado tradicionalmente al
almacenamiento de heno y otros
productos. No es raro ver caseros con un
nico balcn en la primera planta, y otros
con tres, fruto de remodelaciones o
ampliaciones en altura para la obtencin,
por ejemplo, de una segunda vivienda.
Otro elemento caracterstico es la
tipologa del tejado, de cuatro vertientes,
una de las cuales, la delantera -y tambin,
en ocasiones, la trasera- est rematada en
forma de cola de milano. La combinacin
de los elementos descritos da como
resultado un casero exento (salvo raras
excepciones) que aparece aislado o
integrado en barriadas o vecindades.
El origen de este tipo de vivienda rural
lo encontramos, probablemente, en el
ltimo cuarto del siglo XVIII, llegando a

26

su mayor difusin en el XIX, coincidiendo


con el afianzamiento de la actividad
agropecuaria, para la que el edificio est
expresamente ideado.
El edificio combina elementos de la
arquitectura regional montaesa (solanas
y pipianos fundamentalmente) con la
concepcin del casero vasco (edificio
exento, de estructura profunda, con
fachada perpendicular al caballete,
presentando tambin coincidencias con
las casas de ciertas regiones de la
montaa de Nafarroa, donde la
balconada es tambin elemento
importante.

Lanestosa.

Karrantza. Villanueva de Presa.

Artzentales.

Abanto. Murrieta.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

Abanto. Las Carreras.

La casa cbica.
Aunque no tan espectacular como el
casero profundo, no falta en ningn
lugar de nuestra geografa.
Admite numerosas variantes que van
desde modestos edificios hasta otros que
semejan palacios.
En la zona ms occidental, lindante
con el casero truciense, aparece un tipo
de construccin recia, con piedra sillar
en las esquinas y contorno de puertas y
ventanas, y el resto de mampostera. La
planta es rectangular (aunque la
diferencia entre anchura y longitud no es
muy pronunciada) y el techado a cuatro
aguas. Dispone, normalmente, de una
sola entrada que comunica a una sala en

la que se diversifican los accesos: uno


para las cuadras, situadas en la parte
posterior de la primera planta, y otro
para la vivienda, que se halla en la
primera planta, a la que accede por una
escalera interior. En el tico se halla el
granero, con amplios y numerosos
huecos de ventilacin. En la primera
planta, sobre la entrada, se halla la sala o
habitacin principal, que dispone de
balcn cuya puerta de acceso se halla
situada sobre la puerta principal.
En el valle de Arratia se encuentra otro
modelo de vivienda que ha dado en
llamarse "casa arratiana". Un tipo de
construccin tildado muchas veces de

"humilde" al compararlo con otras


tipologas inmediatas, manifestndose
notoriamente en sus muros, aparejados
con escasa sillera, y dejando sin revocar
la mampostera. Consta de tres plantas,
con cubierta a cuatro vertientes. La planta
baja es independiente del resto del
edificio y se dedica enteramente a
cuadras. La vivienda se halla en la
primera planta a la que se accede por una
escalera o patn exterior que puede ser de
madera o trabajada en piedra. En el
ltimo piso se halla el granero. El vuelo
del alero es muy pronunciado, por lo que
es necesario el empleo de tornapuntas
destinados a sostener el peso.

Zalla

Zalla

Guees.

Galdames

Sopuerta

Iurre

Dima

Zeberio

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

27

Casero con imprenta en ladrillo a la vista.


Posiblemente, el ladrillo comenz a
utilizarse como sustituto de la madera en
las casas urbanas, a causa del peligro de
incendio que el uso excesivo de aquella
representaba.
Garibay fecha su uso en Bilbao,
alternando con la cantera, a partir del
incendio de 1571. No se trataba de un
material en absoluto extrao, y prueba
de ello es la existencia de edificios como
"El Portaln", en Vitoria-Gazteiz, del siglo
XV, en el que el entramado de ladrillo
cubre prcticamente toda la fachada, por
lo que la cita de Garibay debe
entenderse, ms bien, como referencia a
un uso mucho ms generalizado que el
que se hubiese dado hasta entonces.
El empleo del ladrillo en los caseros,
para cubrir los huecos existentes entre
los postes exteriores, parece haberse
puesto de moda en tiempos muy
cercanos a esa fecha, tal vez a mediados
del siglo XVI, sustituyendo a la madera o
a otro tipo de imprentas compuestas por
cantos y restos de ferreras o por simples
entramados vegetales revocados con
masa.
El entramado de ladrillo se
populariz, de manera singular, en una
franja que casi atraviesa Bizkaia de parte
a parte, desde el valle de Asa hasta el
Duranguesado, dndose la mayor
profusin de ejemplares en Abadio y
Berriz.
La caracterstica disposicin del
ladrillo, en horizontal, dejando entre
hiladas una faja de relleno, con los
postes de madera ya sea a la vista ya
cubierta por ladrillo fabricado a la
medida -y que mantiene el dibujo de las
vigas-, otorga al casero una belleza
plstica inigualable.
Los ltimos ejemplos corresponden a
los ltimos aos del siglo XVII, coetneos
de los primeros en abandonar totalmente
el uso de la madera en la fachada,
realizndola totalmente en piedra,
descargando el peso sobre un arco
rebajado, y tambin de la nueva moda
que empezara a rasear las fachadas y
tapar la mampostera.

Guees. Errekalde.

28

Zamudio. Casero Cadalso.

Casero Cadalso. Detalle de la fachada.

Abadio. Casero Gaztelugoitia.

Abadio. Anexo del casero Gaztelugoitia.

Berriz. Casero Isuntze.

Berriz. Casero Isuntze. Detalle del forro de la


viga carrera sujeto con grapas.

Berriz. Casero Berrizbeitia.

Zeanuri.

Elorrio. Casero en San Agustn de Etxebarra.

Arteaga.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

El casero palacio.
Algunas casas torre olvidaron su
funcin militar para servir como
autnticos caseros de labranza y deben
considerarse como un grupo con
carcter propio, en el que se fundieron
elementos de uno y otro tipo de
construccin. El conjunto adopta un aire
palaciego. De esta tipologa nos
ocupamos en el apartado correspondiente a las Casas Torre, como casas torre
modificadas. Adems de este hbrido,
hubo un casero que podra considerarse
su equivalente en el tiempo, con
funciones propias de casa de labranza, al
que se le dot expresamente de formas
pretendidamente palaciegas. Este tipo de
caseros se desarrolla fundamentalmente
desde el siglo XVIII y alcanza su mejor
expresin en los existentes en el entorno
de Elorrio-Markina.
En el casero palacio son protagonistas el volumen y la piedra. Inmensos
lienzos de mampostera, rematados de
sillera en todas sus aristas, se extienden
en profundidad y en altura. El arquitecto
ha perdido el temor al peso que descarga
en la fachada sobre arcos de medio
punto rebajados. Los vanos se hacen
amplios y abundantes. Los marcos de
ventanas y balcones lucen algn
elemento decorativo.
Uno o en ocasiones dos amplios arcos
con sus dovelas decoradas abren la
fachada. Sobre l o ellos es frecuente ver
el relieve de una cruz.
Ocupando un lugar preeminente, en
el centro de la fachada o incrustado en
una de sus esquinas se sita el escudo de
armas el cual, siguiendo el gusto del
siglo XVIII, har referencia no slo a una
sino a cuatro o ms ramas familiares.
A veces las cuadras, an formando
parte del mismo conjunto, parecen un
adosado.
En estos edificios descomunales, de
tan amplios planos, la prdida de
espacio es tan grande que el uso efectivo
del casero se debe complementar con
una construccin auxiliar destinada a dar
cabida al carro y a los aperos de
labranza.

Elorrio. Zenita.

Imgenes superiores: Elorrio. Casero Etxebarra. Vista general y detalles de la fachada y balcn.

Axpe. Donibane.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

29

La casa ilustrada.
La idea de emplear distintivos en las
viviendas para que, a travs de ellos, fuese
posible identificar a sus dueos es,
posiblemente, contempornea a los
primeros tipos de habitacin construidos
por el gnero humano.
En ocasiones, mediante el empleo de
ciertos smbolos, -permanentes o no-, que
han de ser reconocidos por el resto de la
sociedad, se han expresado un sinfn de
ideas. En algunos, como en los edificios
religiosos, en los de corte palaciego o en
los institucionales, la simbologa forma
parte intrnseca de ellos. En el edificio
civil, sin embargo, los smbolos son menos
frecuentes, pero ello no quiere decir que
no existan.
Refirindonos exclusivamente a ste
ltimo tipo de edificios y, -en concreto, a
los de nuestra tierra-, podemos apreciar
que tambin en ellos se ha utilizado la
simbologa para representar diversas ideas.
Por ejemplo, creencias (mediante cruces,
smbolos solares, ciertas plantas tenidas
como mgicas), actitudes (una caldera
colocada en lo ms alto de las casas-torre
era smbolo de hospitalidad), condicin
social (mediante escudos o, incluso,

colores)...
La correcta integracin de aquellos
elementos en el edificio se converta en
ornamentacin; no es extrao notar que,
con frecuencia, se llegaba a olvidar el
significado original para limitar la
simbologa a mera funcin decorativa. El
elemento ms claro es el escudo, capaz de
adquirir tanta importancia y un lugar tan
preeminente en la arquitectura que lleg a
condicionar la disposicin de elementos
estructurales como puertas y ventanas.
Como es lgico, el lugar elegido para
la colocacin de los smbolos coincide
con los lugares ms sobresalientes de las
casas y caseros: fachadas, puertas o
ventanas principales.
Son ejemplos notables de casas
ilustradas mediante frescos: El palacio de
Icaza, en Larrabetzu. Etxe Pinto, en
Berriatua, antigua casa cural, con frescos
de finales del XVIII. En Markina queda
alguna casa, en mal estado, con frescos,
como Munibetxea o el palacio de Murga.
Otro elemento decorativo, -no muy
abundante aunque lo suficiente para ser
reseado-, es el empleo de bustos, de
personas o animales, muy semejantes a las

que encontramos en los prticos de


algunas iglesias. Su intencin era
normalmente retratar a los dueos de la
casa; en ningn caso parecen querer
historiar una idea.

Durango. Bustos en la fachada de la torre de


Lariz.

Durango. Casa consistorial. Aunque sometida a numerosas reformas, se trata de un edificio cuya construccin se proyect por el Regimiento de
la villa en el ao 1566. Las obras fueron lentas: la traza, obra del maestro cantero Bernab de Solano, an no haba concluido en 1582. Se dio
por terminado en 1609, cuando Juan de Garay pint en su fachada los escudos reales y de la villa. La primera reforma se efectu en 1770,
debida tanto al mal estado del edificio como a que no se hubo completado inicialmente. En la reforma de 1944, la Junta de Cultura de Bizkaia
mantuvo el acertado criterio de conservar la planta y los soportales, nicos de su estilo en Bizkaia. Se encarg al bilbaino Eloy Garay que
reconstruyese las pinturas que haba pintado, en el ao 1771, Ignacio de Zumarraga con motivos arquitectnicos, ngeles, etc.

30

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

En el XVIII se puso de moda ocultar la mampostera cubrindola con un raseado en el que se imitaba, mediante pinturas, un acabado en
sillera. Tambin era frecuente lucir los caseros y pintar sus fachadas con una amplia gama de colores, especialmente ailes, tierras, ocres y
rojizos que contribuan, segn el color dominante, a diferenciar unas comarcas de otras. Los frescos como decoracin en las fachadas de las
casas es frecuente desde el siglo XVII, aunque los ejemplares conservados en Bizkaia datan ya del siglo XVIII. El rea con frescos de mayor
incidencia parece corresponder a la zona oriental de Bizkaia, en el entorno conformado por las villas de Larrabetzu, Durango, Markina y
Areatza-Villaro. En las imgenes superiores pueden verse los frescos existentes en los palacios de Ikatza y La Angulera, ambos en Larrabetzu.
En las inferiores dos vistas del palacio Gortazar de Areatza-Bilaro.

Orozko. Otro motivo dominante en la


decoracin exterior es el uso repetido de
bustos, bien de personas, bien de
animales, siguiendo una tradicin muy
extendida en numerosos prticos de
nuestras iglesias y ermitas. A veces hacen
referencia a los dueos de la casa; en
otras ocasiones recuerdan figuras
mgicas, como en este dibujo, en el que
se muestra una cabeza labrada en el
entramado de un casero de Urgoiti, en
Orozko, hoy da ya desaparecida.

Markina. Palacio Murga o Bidarte. Muestra


algunos restos, en la galera superior, de
motivos pictricos.

Goikolexea. Palacio Oloste. Curiosa muestra


de palacio rural del XVII. Expone en su
fachada varios bustos masculinos y
femeninos.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

31

Detalles comarcales.
Cada valle de Bizkaia tiene sus peculiaridades que le asemejan o le
diferencian de otros. A veces, los
caseros existentes en diferentes barrios
de un mismo valle son completamente
distintos entre s.

En la Merindad de Uribe est ampliamente extendido el uso de cortafuegos o


muros avanzados laterales, semejantes a los utilizados en la Bizkaia ms
Occidental. Loiu, Erandio, Getxo, Sopela, Mungia, Bakio, Bermeo...

Erandio-Goikoa.

Berango.

Sopela.

Meaka.

Mungia.

Meaka.

Loiu.

En Mungialde es comn que el casero


disponga de una vivienda auxiliar, situada
ante la casa, a escasos metros, que se
dedica a los usos ms diversos: granero,
almacn de herramientas y utensilios de
labranza, cuadra secundaria para ganado
no vacuno (caballo, cabras...), etc.
Al finalizar el Antiguo Rgimen, ni
Mungia ni su comarca consiguieron
introducirse en el entramado comercial
bizkaino. Su salida natural al mar, a travs
del puerto de Plentzia, no ofreca grandes
oportunidades y prefiri servirse de la
conexin que estableca con Asa por
medio de Derio, integrado en su territorio.
Cuando, a comienzos del XVIII, desaparecieron las ferreras instaladas a las orillas de
sus ros, la actividad principal de la
comarca se redujo al sector agrcola. La
prueba de su reducido desarrollo
econmico se muestra en la escasez de
palacios, edificios residenciales e, incluso,
en la escassima nmina de caseros inmediatamente posteriores al siglo XVII. En el
entorno de Mungia apenas hay caseros de
arco rebajado, con fachada en piedra.

Existe una variedad de caseros que


fueron construidos a partir de los ltimos
aos del siglo XVII, de fbrica modesta,
que aprovechan para la construccin
materiales del entorno. Tienen su acceso
a travs de un arco de medio punto cuyas
dovelas estn trabajadas con vasta
mampostera en lugar de piedra sillar. En
ellos se manifiesta una ausencia total de
elementos de arquitectura culta o de
cualesquiera otros que encareciesen
intilmente la obra. Se hallan extendidos
desde Kukullaga, en Etxebarri, junto a
Bilbao, hasta Ipiaburu, en Zeanuri. La
mayor cantidad se halla en Zeberio y son
tambin frecuentes en lugares como
Basauri, Orozko y Miraballes.

Mungia.

32

Zeberio.

Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseros y Mitos

También podría gustarte