El Pensamiento Filosofico y Politico de John Locke
El Pensamiento Filosofico y Politico de John Locke
El Pensamiento Filosofico y Politico de John Locke
(Repblica Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar
DE
JOHN LOCKE
thse expos dans les Deux Traits du gouvernement (Paris, 1991). Diremos, desde ya, que
ser un auxiliar invalorable.
1. La situacin poltica.
Creemos que es necesario hacer un breve esbozo de la situacin poltica del
pas ingls para que mejor pueda apreciarse la actuacin del pensador que nos ocupa.
La Inglaterra del siglo XVII afront perodos ciertamente turbulentos. En esta poca de
transicin, la lucha entre el poder de los monarcas y el Parlamento se hizo enconada y, a
veces, sangrienta.
En la primera mitad del siglo, al Estuardo Jacobo I (1603-1625) le haba sucedido en el
trono Carlos I (1625-1649), quien tuvo que sufrir la Revolucin de 1648, que no se limit a
deponerlo sino que lo ejecut. Apareci, entonces, un gobernante de mano fuerte, Oliverio
Cromwell, que atemper los nimos, pero se transform en un dictador.
Restaurados los Estuardos con Carlos II (1660-1685), el conflicto entre el Rey y el
Parlamento volvi a renovarse. El monarca pretenda el poder absoluto y, por su parte, el
sector popular deseaba establecer un gobierno republicano. Los centros visibles de las
fuerzas en pugna se concentraban alrededor de los poderes mencionados.
A la muerte de Carlos II, le sucedi Jacobo II (1685-1688), en cuyo reinado estall la
segunda revolucin del siglo, sta la de 1688, que acab definitivamente con el poder de
los Estuardos. Guillermo de Orange ser el nuevo rey, a quien el sector popular le exigir
una Declaracin de Derechos.
Este breve esbozo demuestra la difcil situacin que atravesaba la poltica inglesa: dos
revoluciones y la ejecucin de un rey, en un lapso relativamente breve. Sin lugar a dudas,
cada ingls haba tomado partido. El padre de nuestro John Locke se haba enrolado en el
partido del Parlamento y eso influira en el pensamiento del hijo, que abraz la misma
causa poltica.
2. La situacin religiosa.
Pero, adems de ese farragoso horizonte poltico, en Inglaterra se viva
una situacin de
econmicos. Por si fuera poco, en este volcnico proceso, mediaban tambin turbulencias
surgidas de sectores cientficos, tecnolgicos y filosficos.
En el orden religioso, como se sabe, en Europa se haba quebrantado la unidad de la fe,
cosa que ocurri igualmente en Inglaterra, con perfiles propios y singulares. Enrique VIII
(en 1534) e Isabel I (en 1562), con el Acta de Uniformidad), haban introducido una
reforma religiosa extrema (la Iglesia anglicana) para liberarse de la ingerencia del Papado,
aunque los catlicos sumaban aun una parte importante de la poblacin. A todo ello,
haban de agregarse los calvinistas que, por fuera de la Iglesia anglicana, sostenan que los
catlicos, autorizando el culto de las imgenes, haban vuelto a caer en la idolatra.
A su vez, se llam puritanos a los religiosos fundamentalistas, quienes se opusieron a la
Iglesia anglicana, la nica oficial en Inglaterra despus de la Reforma antes mencionada, y
rechazaban toda jerarqua eclesistica.
Los factores religiosos se entrelazaban con los sociales, econmicos y polticos, ya que los
Estuardos, que haban querido gobernar el pas de manera absoluta y sin cortapisas, haban
establecido impuestos sin convocar al Parlamento. Ello enfureci a la ya fuerte clase
burguesa, que pretenda, igualmente, intervenir en las relaciones exteriores del pas.
Y el problema religioso, siempre presente, determin que el Parlamento, votase un bill de
exclusin para impedir que el duque de York, que era catlico, ocupara el trono de
Inglaterra. A raz de esta circunstancia surgieron dos partidos: los whigs y los torys. Huelga
decir que John Locke, sigui a su padre calvinista puritano- en materia religiosa, como as
en su pensamiento poltico, ya que perteneci tambin al primero de los partidos
nombrados.
Quiere decir que John Locke, que conoci y estudi la obra de Calvino, titulada Institucin
cristiana (publicada en 1535), pudo sostener, fundadamente, que la religin supone, en
primer lugar, el conocimiento de Dios y, luego, el conocimiento del hombre.
formulado la ley de atraccin universal de los cuerpos fsicos y haba publicado en 1687 su
Philosophie Naturalis Principia Mathematica. En esa poca, los sabios escriban en latn,
de tal forma que exista una ventaja para todos ellos, pues podan leerse recprocamente en
un idioma comn en todas las latitudes, lo que significaba una positiva ventaja.
Newton present su originalsima comunicacin a la Academia de Ciencias de Londres,
Academia que haba sido aprobada por el rey Carlos II, mediante una Carta del ao 1662.
La obra de Newton vena a aportar un espaldarazo a la tesis que sostena que la fuente de
todo conocimiento cientfico est en la observacin y en la experiencia; y, en su virtud,
matemticamente, se poda preveer el movimiento de los astros y la aceleracin de los
cuerpos. Sin embargo, quizs sera menester hacer notar que Newton no excluy la
intervencin divina en el universo, extremo que, de algn manera, vinculaba el
conocimiento cientfico con las actitudes religiosas.
En el orden biolgico, a su vez, W. Harvey, mdico de Carlos I, haba efectuado serios
trabajos sobre la circulacin de la sangre. Escribi una obra que titul De motu cordis,
luego de haber efectuado estudios en Italia. Naturalmente, sus trabajos habran despertado
el inters de Locke, que era mdico.
El florecimiento de los estudios cientficos no se daba solamente en Inglaterra. En toda
Europa, desde el siglo XVI, luego de los investigaciones de Nicols Coprnico, se
intensificaron. El paso del sistema astronmico geocntrico al heliocntrico intensific el
despertar cientfico general. En efecto, la publicacin en 1543, del libro De revolutionibus
orbium coelestium produjo ecos por doquier.
As tambin, en el siguiente siglo, el frondoso aporte de Galileo Galilei, desde que
escribiera IL Sagiatore (1623) hasta sus famosos Dilogos, conocidos en todo el mundo
cientfico, conmovieron profundamente a toda la comunidad. En todo ello, la fundacin de
la Academia de los Lincei (1603) en Italia haba marcado una etapa fundamental.
En el mismo orden, pero en otras materias, la actividad desplegada por Grocio,
Pascal, Spinoza y, en la propia Inglaterra, por Hobbes, tea el panorama general con una
fuerza incontenible.
No queremos dejar de mencionar las obras de carcter especficamente religiosas y de
honda significacin. As, Richard Hooker, el juicioso Hooker, como lo denomina el propio
Locke, escribi una obra teolgica que tuvo un verdadero ascendiente en la comunidad
inglesa. Este telogo haba lanzado a la luz Laws of Ecclesiastical Polity en el ao 1594,
obra que fue considerada esencial en la formacin de la teologa anglicana. Como se ver
ms adelante, Locke la cita con frecuencia cuando analiza los argumentos que esgrimir
contra Filmer.
Por su parte, Robert Filmer, en este perodo de luchas sangrientas, escribe
(aproximadamente en 1640), una obra que sealar la consolidacin de una polmica
religiosa harto encendida y que indicar la culminacin de un proceso. El tema es teolgico
y religioso y tena como objetivo apoyar la tesis del derecho divino de los reyes,
confirmacin de la creencia de la necesidad de monarquas absolutas. Ell libro de Filmer se
titul El Patriarca o el poder natural de los reyes y apareci publicado recin en 1680. Si
se quiere tena como antecedente la obra de Herbert de Cherbury, La verdad, de 1628, que
ya haba querido concluir con las controversias religiosas, pero, por el contrario, ello no
hizo sino exacerbarlas.
La abundante lista de los polemistas nos impide ser exhaustivos. Sin embargo, resulta
necesario citar aun la obra de J. Milton que, hacia 1647, escribi la Areopagtica, en la que
reclama libertad para interpretar la Biblia y poder as acercarse a la verdad en estos temas
poltico-religiosos, que se discutieron con tanta intensidad.
Probablemente, la ejecucin del rey Carlos I, sirvi de acicate para estas discusiones que se
volcaron al pblico con verdadero fervor. Filmer, no slo escribi la obra ya mencionada,
sino un opsculo hacia 1648 sobre la necesidad del poder absoluto de los reyes y
especialmente del de Inglaterra. Sum luego sus Observaciones sobre el origen del
gobierno acerca del Leviathan de Hobbes, el contra- Salmasius de Milton y el De
jure belli de Grocio, y, en 1652, las Observaciones sobre Aristteles en su teora
poltica.
Con este breve inventario cerramos este esbozo de este panorama sobre el siglo XVII en
Inglaterra, no sin antes, expresar aun algunos comentarios generales que ayudan a
caracterizar la poca.
En el siglo que nos ocupa se comienza a advertir un activo crecimiento demogrfico y la
influencia de las ciudades que se hace perceptible, especialmente en el caso de Londres,
que avanza hacia lo que ser una gran urbe. Diramos que se prepara para el industrialismo
que se har evidente ms tarde, en pleno siglo XVIII.
Y, si queremos tildar de revolucin intelectual y cientfica, la que ocurre bajo los ojos de la
comunidad social, debemos forzosamente mencionar los avances en las comunicaciones.
Inglaterra ya se perfila como una potencia martima y afianza su flota mercante interna y
externa, fluvial y ocenica.
En el orden econmico se van gestando las grandes compaas comerciales y las
instituciones bancarias. Los burgueses, enriquecidos gracias al comercio, aparecen con
pretensiones polticas y se va insinuando, poco a poco, un capitalismo emergente.
En ese medio, se insina tambin lo reafirmamos- una nueva concepcin del mundo que
en el orden socio-cultural se hace ntida y se reflejar en el orden poltico para proyectarse
en el mundo jurdico, como ocurre siempre que la humanidad acusa mutaciones histricas
en un momento y en un lugar determinados. Las concepciones fijas de la poca medieval,
ceden el paso a otras ms mviles y flexibles que advienen con la Edad Moderna.
Pasaremos ahora a perfilar la formacin intelectual de John Locke para que nos sea ms
clara su actitud ante los problemas que la historia puso en su camino.
John Locke (1632-1704) provena de una familia diramos, hoy - de clase media. Su
padre que era jurista- le form en la religin calvinista y, sin duda, le influy tambin
polticamente para abrazar el partido del Parlamento, contra la tesis de la monarqua
absoluta y el origen del poder divino de los reyes. Estudi en Oxford y se orient hacia el
estudio de las ciencias naturales para recibirse de mdico.
Entr al servicio de Lord Ashley, conde de Shaftesbury, circunstancia que marc en gran
parte su vida, ya que este personaje intervino activamente en la azarosa poltica inglesa de
la poca.
Ley y escribi incansablemente. A edad temprana (hacia 1660 y 1664) redact sus
Ensayos sobre la ley natural
oportunamente.
Viaj a Francia en dos oportunidades. Es de destacar que los viajes a Francia por parte de
los ingleses y, a la inversa, a Inglaterra por parte de los franceses siempre estimul
intelectualmente, con singular intensidad, a los protagonistas. Citemos, por ejemplo, el
caso de Voltaire y Montesquieu, y el de Adam Smith y el del propio Locke.
Este ltimo, viaj hacia 1672 quizs un poco antes- y tom conocimiento de la filosofa
cartesiana. Tambin se aplic al estudio de las teoras de Pierre Gassendi (1592-1655)
natural del sur de Francia- , que, segn un autor, cultiv una mezcla de escepticismo
contra los dogmticos y de empirismo y sensualismo gnoseolgico.
Volvera a Francia durante los aos 1675 y 1679. Se sostiene que estuvo especficamente
en Montpellier. En este lugar, sede de la Facultad de Medicina ms antigua y ms
prestigiosa a la sazn, permaneci por ms de un ao, probablemente, probablemente por
razones de salud y porque hall buenos incentivos filosficos y cientficos para realizar
una estada fructfera. Quiere decir que, todava en esta poca, le interesaban
profundamente los conocimientos que proporcionaban las ciencias naturales y la
posibilidad de acceder a ellos.
Montpellier no era, por otra parte, un foco intelectual dedicado de manera absoluta a las
ciencias mdicas. El sur de Francia, que haba conocido las cruentas luchas religiosas
contra los ctaros y, en verdad, todo el Languedoc, profesaba, en general, ideas muy
particulares acerca de la filosofa y acerca de los problemas del conocimiento. Ms aun: los
problemas de la relacin entre las ciencias particulares y la filosofa, las intrincadas
cuestiones de los mtodos cientficos y las disputas sobre la autoridad de Aristteles, no
eran temas extraos para los estudiosos.
Un ejemplo paradigmtico
estimamos muy til- es el de Francisco Snchez (nacido hacia mediados del siglo XVI y
fallecido en 1623 los bigrafos difieren-). Habra nacido en Espaa o en Portugal
tambin en esto difieren- y se gradu como mdico en Montpellier. Se radic ms tarde en
Toulouse, en cuya ciudad, en 1581, public un libro titulado Quod nihil scitur (Que nada
se sabe). Esta obra se mostraba como evidentemente filosfica, respiraba escepticismo,
de los
produjeron un avance prodigioso de las ciencias particulares (entre ellos, Galileo) lo que
signific la explicable utilizacin del mtodo inductivo, con la consiguiente necesidad de
acudir a la observacin y al experimento. El punto de partida del conocimiento, en este
mbito, obligatoriamente comenzaba por experiencia. No fue extrao, en consecuencia,
que fueran las ciencias mdicas, las que pregonaran la apertura de un nuevo horizonte en el
rea del conocimiento y que algunos mdicos fueran indudables protagonistas.
Adems, geogrficamente, esta apertura se dio en el sur de Francia en una franja de
ciudades que iba de Aix-en-Provence en el este hasta Burdeos en el oeste, pasando por
Montpellier, Toulouse y Carcassonne, entre otras ciudades. Era, en parte, el viejo territorio
de las llamadas herejas de la Occitania, fundamentalmente la de los Ctaros del siglo XIII,
territorio, en ocasiones polticamente independiente, en otras dependiente del rey de
Aragn y, finalmente, del rey de Francia. Las herejas fueron ahogadas, pero existi
siempre una atmsfera muy singular, propicia a las novedades.
Nuestro mdico-filsofo estudi ciencias mdicas en Montpellier y se radic luego en
Toulouse, donde realiz autopsias frecuentes y escribi en 1576 su principal libro que ya
mencionamos que habra abierto el camino a Descartes- y que se publicara en 1581 (1).
Francisco Snchez no debe ser confundido con su homnimo, un humanista espaol
(1523-1601), insigne gramtico, que tambin se preocup por los problemas
metodolgicos de las ciencias y critic el imperio de la metafsica escolstica y el abuso de
la dialctica, lo que le vali ser acusado ante la Inquisicin.
No es de extraar, pues, que Locke se viera alentado en estas latitudes por sus
preocupaciones gnoseolgicas y se esmerase en meditar sobre la participacin que la
experiencia y el raciocino tienen en el conocimiento cientfico, luego de sus viajes a
Francia y, especialmente, despus de su larga estada en Montpellier.
Debe recordarse que Locke, ya desde 1671, haba orientado sus estudios hacia los
problemas del conocimiento (problema de la aptitud de la mente humana para conocer y
analizar el origen de las ideas). En este perodo ya haba escrito su De intellectu humano,
punto de partida de lo que ms tarde ser el famoso Ensayo sobre el entendimiento
humano. Si esto es as, habra meditado sobre la materia durante diez y nueve aos antes
de publicar sus conclusiones.
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Es decir, Locke se formula el siguiente plan de trabajo: es preciso, para orientar nuestra
conducta en el obrar y en el hacer (praxis), conocer previamente cul es el origen de
nuestras de ideas y, por sobre todo, tener en claro cul es la capacidad de nuestro
entendimiento. En otras palabras: la gnoseologa debe ser previa a la ontologa y, con ello
a la tica y a la poltica. Y, desde otro ngulo: el conocer debe ser anterior al obrar y
al hacer. Esta frmula anticipa a la Ilustracin y, a su fase epigonal, la de los idelogos
franceses.
Con lo que va dicho, ya estamos adelantando que Locke sufri un cambio en la orientacin
de sus estudios. Si bien, en el comienzo se interes ms por las ciencias naturales, ms
tarde se dedic ms bien a los estudios filosficos (gnoseolgicos) e, igualmente, a las
actitudes polticas, morales y religiosas. El profesor John Dunn, en la obra que hemos
citado ms arriba (2) cree que hay fundamento para decir que Locke sufri una crisis entre
los aos 1660 a 1667, que, si bien no provoc una ruptura total en su pensamiento, le incit
a una empresa autnticamente intelectual. Para decir esto, Dunn se apoya, especialmente,
en el carcter cerrado y aislado de sus primeros escritos. Esto, evidentemente, no le
suprimi el inters por la visita a Montpellier, donde el eje de los estudios pasaba tambin
por el hombre en su perspectiva somtica y psquica.
En los ltimos aos de los Estuardos (perodo de Jacobo II), tanto la situacin personal de
Shaftesbury, como la de Locke, dadas sus ideas, hacan que peligrase la vida de los
opositores, razn por la cual Locke hall refugio en Holanda, hacia la dcada de los aos
ochenta (1683 a 1688). All conoci a Guillermo de Orange, futuro soberano de Inglaterra,
y regres a su pas consumada la segunda revolucin de ese siglo en Inglaterra.
En el ao 1690 Locke public como ya dijimos- dos obras importantsimas: Ensayo sobre
el entendimiento humano (An Essay Concerning Human Understanding) y los Dos
tratados sobre el gobierno civil (Two Treatises on Government) (3).
Estas obras habran sido escritas a lo largo de varios aos, especialmente en el caso de la
primera de ellas. Con respecto a la obra sobre el gobierno se sostiene que parte del
segundo tratado habra sido escrito antes que el primero, cosa que es posible, dado que el
primer tratado constituye su contestacin a Filmer. El libro de ste recordemos- haba
sido publicado en 1680.
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se desarrollaron siempre contra una tesis contraria. Hay siempre una dialctica y una
confrontacin en el desarrollo de sus argumentaciones.
Tena cosa realmente diplomtica- la virtud de no arremeter agresivamente contra el
adversario. Por el contrario, generalmente no lo nombraba.
En el Ensayo sobre el entendimiento humano, dice textualmente: Es opinin establecida
entre algunos hombres que en el entendimiento hay ciertos principios innatos...(6). Los
vocablos algunos hombres aluden a Descartes y a los cartesianos en general. Esas
alusiones, sin mencionar nombres, son utilizadas en ste y otros escritos de Locke.
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Hemos querido reproducir este extenso prrafo porque refleja fielmente el mtodo de
Locke. Planteado un problema cualquiera sea- lo que primeramente debe estudiarse es la
aptitud de la mente humana para penetrarlo, y, slo luego, cabe estudiarlo en s mismo
para hallar la solucin.
En consecuencia, el problema poltico que Locke abraza en el Ensayo sobre el gobierno
civil, ha sido tratado con posterioridad al problema gnoseolgico y en ese orden debe ser
considerado.
Y cuando critica la expresin
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receptculo hasta entonces vaco, y la mente, familiarizndose poco a poco con alguna de
esas ideas, las aloja en la memoria y les da nombre. Ms adelante, la mente las abstrae y
paulatinamente aprende el uso de los nombres generales (11). Esas verdades son
adquiridas por la experiencia y en manera alguna son innatas. Es menester reflexionar
para llegar luego a la conclusin de que las proposiciones menos generales se conocen
antes que esos principios generales. Concluye Locke expresando que no ve fundamento
para poder pensar que esos dos clebres principios son innatos... (12).
Ello en lo que atae a los principios especulativos. Lo mismo ocurre en relacin con los
principios prcticos. As, los principios morales no son innatos. Y, en cuanto a stos,
utiliza un argumento que estima de enorme fuerza: Quien lea la historia de la humanidad
con detenimiento y examine a los diversos pueblos de la tierra para considerar sus
acciones desde puntos de vista diferentes, se convencer de que no se puede nombrar
ningn principio moral ni ninguna regla de virtud que no sea en otro lugar del mundo
despreciado y condenado por las costumbres generales de esa sociedad que se rige por
opiniones pragmticas o reglas de vida opuestas a la de la otra... (113).
Por cierto, se habr advertido que nosotros estamos exponiendo el pensamiento de Locke y
no nos interesa adherir o no a sus afirmaciones, ya que no se trata de ello, sino de mostrar
cmo edifica su tesis al tiempo que hace el comentario crtico a los cartesianos.
Tiempo antes haba aparecido el libro De veritate, de Lord Herbert, quien, se propuso
enumerar seis principios innatos, tema que completa en otro libro: De religione laici. Las
conclusiones de tal autor, donde se entremezclan problemas filosficos y teolgicos, son
firmemente rebatidas por Locke.
Despus de aseverar que en el mundo hay principios contradictorios, se propone
explicar cmo se adquieren esos principios y, examina ese tema para continuar con el
problema del origen de las ideas y formula su clebre conclusin: Todas las ideas
proceden de la sensacin o de la reflexin, y razona de este modo: Supongamos, pues
que la mente sea, como se dice, un papel en blanco, limpio de toda instruccin, sin
ninguna idea. Cmo se llega entonces a tenerlas? De dnde se hace la mente con esa
prodigiosa cantidad que la imaginacin limitada y activa del hombre ha grabado en ella,
con una variedad casi infinita? De dnde extrae todo ese material de la razn y del
conocimiento? A estas preguntas contesto con una sola palabra: de la experiencia; he
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aqu el fundamento de todo nuestro saber, y de donde en ltima instancia se deriva: las
observaciones que hacemos sobre los objetos sensibles externos, o sobre las operaciones
internas de nuestra mente, las cuales percibimos, y sobre las que reflexionamos nosotros
mismos, son lo que proveen a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar.
stas son las dos fuentes de conocimiento de donde parten todas las ideas que tenemos o
que podamos tener de manera natural (14).
He aqu, en consecuencia, la teora del conocimiento de John Locke, como coronamiento
de su postura empirista, absolutamente opuesta al racionalismo cartesiano. La muy extensa
obra del autor ingls, que despliega un arsenal argumentativo de envidiable traza,
sobrepasa, en la edicin indicada, ms de mil pginas en dos volmenes. No
acompaaremos en el interrumpido camino al frtil filsofo, ya que, para nuestro
propsito, basta lo que hemos expuesto.
Para desarrollar este tema previamente expondremos la actitud de Roberto Filmer, autor
de la obra Patriarca o el poder natural de los reyes, tesis que Locke se propone rebatir.
Se observar que Filmer en el ttulo no utiliza el vocablo divino sino el trmino natural;
pero en el estudio del tema, para Filmer, se trata del origen divino del poder de los reyes,
como se ver en el anlisis de la cuestin.
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como si eso fuera poco, haba aadido a su bibliografa las Observaciones sobre Aristteles
en su teora poltica. No era, pues, un improvisado en el tema y tena experiencia en el
arte de la dialctica y de la argumentacin.
En esos aos de la dcada del ochenta se haba producido tambin una feroz controversia
parlamentaria sobre la expulsin del heredero de Carlos II, acusado de papista. Como se ve
los grandes temas polticos estaban saturados de problemas religiosos.
La lectura del Patriarca no nos sorprende por la gran cantidad de citas de las Sagradas
Escrituras sino especialmente por el amplio conocimiento de los clsicos griegos y latinos.
Por cierto, no faltan las menciones de Aristteles y Platn, a las que se agregan las de
Epimnides, Soln, Jenofonte, Tucdides, Livio, Tcito, Cicern, Plutarco, Suetonio y
Ulpiano. Evidentemente, figuran tambin filsofos catlicos como Francisco Surez, el
Cardenal Belarmino y telogos como Hooker. Los ms citados son Aristteles no
obstante las observaciones que se hacen a su teora poltica- y el Cardenal Belarmino. No
le va muy en zaga Francisco Surez, lo que demuestra el prestigio europeo que haba
logrado el metafsico espaol.
Pero se trata de saber ahora cmo Robert Filmer haba planteado su teora poltica y cules
fueron los fundamentos que la sustentaban.
En su captulo primero Filmer sostiene, como tesis, que los primeros reyes fueron padres
de familia. Por otra parte, critica a sus contrarios lo que l llama un dogma fraguado en
las escuelas y luego fomentado por los papistas posteriores como buena teologa. Este
dogma segn Filmer- puede sintetizarse de la siguiente manera: La humanidad posee
por naturaleza y desde su origen el don de la libertad contra toda sujecin y el derecho de
elegir la forma de gobierno que le plazca; y que el poder que cualquier hombre posea
sobre los dems le fue entregado en un principio por decisin de la multitud (17)). Pero,
mutando la terminologa, sostiene de inmediato que esta vulgar opinin...no se encuentra
en los antiguos padres y doctores de la Iglesia primitiva, sino que contradice la doctrina y
la historia de las Sagradas Escrituras, la prctica constante de todas las antiguas
monarquas y los mismos principios de la Ley Natural. Y, adelantando una consecuencia
de su adopcin, concluye: Es difcil decir si resulta ms errnea en teologa o ms
peligrosa en poltica.
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la multitud puede
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Sostiene Filmer que esto no ha sido negado por Belarmino. De ello infiere la siguiente
conclusin, que, para mejor seguir su sentido, transcribiremos textualmente: No veo,
pues, cmo expresa Filmer- los hijos de Adn o de cualquier otro hombre pueden estar
libres de la subordinacin a sus padres; y siendo esta sumisin de los hijos la fuente de la
autoridad real por disposicin del mismo Dios, se sigue que el poder civil no slo en
trminos generales es de divina institucin, sino que tambin lo es en su asignacin
especfica a los primeros padres, lo cual descarta por completo esa nueva y comn
distincin que refiere a Dios slo el poder universal y absoluto, pero dejando el poder
respectivo, en cuanto a la forma especial de gobierno, a la eleccin del pueblo.
Este seoro de Adn, que por propia autoridad, tena sobre el mundo entero, y que por
derecho heredado de l disfrutaron los patriarcas, fue tan extenso y tan amplio como el
dominio ms absoluto de cualquier monarca desde la creacin... (20).
Despus de enunciar la tesis Filmer hace unas citas bblicas y argumenta que, aun despus
del diluvio, el poder patriarcal continu, como lo prueba en parte el nombre mismo de
patriarca. En esas citas bblicas, Filmer relata que Nemrod (entre los hijos de No) fue,
por legtimo derecho, rey o seor de su familia y ....primer fundador de la monarqua
(21). Siempre apoyndose en las Escrituras contina Filmer relatando la continuacin del
poder patriarcal, aun en la poca de la cautividad en Egipto. Afirma situaciones como sta:
Despus del regreso de los israelitas liberados del cautiverio, Dios, llevado de especial
solicitud hacia ellos, eligi a Moiss y a Josu, sucesivamente para gobernarlos como
prncipes en el puesto y lugar de los supremos padres (22).
Para explicar la razn del cambio de nombre expresa que patriarca fue un trmino
adecuado, pero cuando pasaron algunas generaciones y los derechos pasaron al legtimo
heredero, se utiliz el ttulo de principe o rey. Es decir, el poder real se extiende a los
prncipes y en las cabezas de familia independientes. Las monarquas ms grandes se
formaron por la unin de las familias y de pequeos reinos. Nuevamente, sostiene a cada
paso la intervencin divina. As dice: Todos estos principales caudillos y padres tienen
poder de consentir en la unin y de conferir a quien quieran sus derechos paternos de
autoridad soberana: y el que es as elegido no ostenta el poder como un donativo del
pueblo, sino como una delegacin de Dios, de quien recibe su carcter real de padre
universal, aun cuando esta delegacin sea atestiguada por mediacin de los prncipes del
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pueblo . Aade aun: ..es muy justo el juicio de Dios que tiene el poder de dar y quitar
los reinos... (23). Finalmente, remata el captulo con estos argumentos: Para confirmar
este derecho natural del poder real encontramos en el declogo que la ley que ordena la
obediencia a los reyes se expresa en los trminos Honrars a tu padre, como si todo poder
residiese originariamente en el padre, pues... los derechos naturales de un padre como los
de un rey, encontraremos que son una misma cosa... (24).
Gestada as su tesis, en el captulo segundo para apuntalarla- se dedica a argumentar en
contra de la tesis contraria, de tal forma que lo titula Es antinatural que el pueblo
gobierne o elija gobernantes. Filmer reafirma que su razonamiento reposa en la
autoridad de las escrituras. Si esto es as las razones del cardenal Belarmino aparecen
como una paradoja sin sustento. Y, aqu, quienes no encuentran fundamentos en las
escrituras se vuelcan hacia la autoridad de Aristteles, pero ste, en la Poltica (cap. 16) no
dice que todos los hombres sean iguales sino que cita esta afirmacin como opinin de
otros. Por eso, la razn natural tiene pocas esperanzas de probar por medio de
Aristteles la libertad natural de la multitud (25).
Filmer se apoya tambin en San Crisstomo cuando dice que Dios hizo a toda la
humanidad de un solo hombre para que ste enseara al mundo a ser gobernado por un
rey, y no por una multitud (26).
Aristteles en verdad, a veces, no se ve favorecido por Filmer y le acusa de forjar fantasas.
Se vuelca luego hacia Francisco Surez, a quien tampoco le otorga razn y textualmente
dice: Surez, el jesuita, se rebel contra la autoridad real de Adn, en defensa de la
libertad y el libre albedro del pueblo. Y arguye de este modo: por derecho de creacin,
Adn tena solo el poder econmico, pero no el poder poltico...(27). Argumentos de este
tenor se dispersan a lo largo de las pginas, razn por la cual no seguiremos al detalle las
disquisiciones de Filmer. Sin embargo, queremos anotar aun alguna crtica a Aristteles
pues entiende que no se pronuncia en su Poltica, de manera terminante acerca de la mejor
forma de gobierno, aunque en la tica segn Filmer- expresa que la Monarqua es la
mejor forma de gobierno y el Estado Popular la peor (28).
Pasa ms tarde a la historia de Roma, aunque a veces entremezcla a griegos con romanos
para encontrar que Tucdides, Jenofonte, Livio, Tcito, Cicern y Salustio no comulgaban
21
con el poder del pueblo y describan con intensos colores el vivo retrato... de esta bestia
de muchas cabezas (29).
Concluye la relacin de sus ideas en este punto afirmando: Si es antinatural que la
multitud elija sus gobernantes o gobierne o participe en el gobierno, qu puede pensarse
de esa condenable conclusin, a la que demasiados llegan, de que la multitud puede
corregir a su prncipe o deponerle si es necesario? Ciertamente, es imposible expresar
adecuadamente lo antinatural e injusto de esta posicin: porque aun admitiendo que el rey
haga un contrato con su pueblo, bien originariamente en sus antepasados, bien
personalmente en su coronacin (que ambas formas de pacto son imaginadas por algunos,
que no pueden, empero, ofrecer pruebas de una ni de otra), no hay ley en ninguna nacin
mediante la cual pueda considerarse roto un contrato sin un previo juicio legtimo
pronunciado por el juez que corresponda a los que lo rompen... (30).
De estas manifestaciones de Filmer puede inferirse que la teora del contrato o del pacto o
del consentimiento habra estado muy difundida y defendida en Inglaterra. Y, si Filmer
escribi esas lneas hacia el ao 1640, no afirmaba lo que deca por causa de Locke, ya que
ste tena ocho aos en ese entonces. Por otra, parte, como veremos ms adelante, Locke
gustaba hablar de asentimiento o consentimiento y no de un contrato o de un pacto. La
expresin inglesa no admite equvocos, pues, textualmente escribe: For admit that a King
make a Contract or Paction with his people.
En el captulo tercero, Filmer aborda el tema de las leyes positivas que segn sus dichosno infringen el poder natural y paternal de los reyes (31). La tesis es, pues, la siguiente:
el poder real procede de la ley de Dios, no hay ley inferior que lo limite.
Claramente, con estos enunciados, podemos inferir que, luego de fundamentar la tesis del
poder real, Filmer se encamina a sostener que ese poder real es absoluto. As se advierte
con las repetidas citas de Walter Raleigh, en las que se elogia el hecho de que los reyes de
Jud e Israel no estuvieron sujetos a ninguna ley, pues hacan lo que les placa en las
ms importantes materias. Invoca aun la autoridad del Nuevo Testamento, de San
Agustn, de San Ambrosio, del ingls Bracton, de San Pablo y San Pedro, cuya sntesis
establece que estos ltimos resuman la cuestin de esta manera:... obedece las leyes del
rey o de sus ministros. Por lo cual es evidente que ni San Pedro ni San Pablo proponan
otra forma de gobierno que la monrquica, ni, mucho menos, ninguna sumisin de los
22
23
costumbres, al principio, se hicieron legales slo mediante algn superior que, o bien
orden, o bien consinti su comienzo. Y el primer poder que encontramos (como lo
confiesan todos los hombres) es el poder real, que existi tanto en sta como en todas las
otras naciones del mundo mucho antes de que se pensara en ninguna ley o en ninguna otra
clase de gobierno: de lo cual se infiere necesariamente que la misma ley comn, y las
costumbres de este pas, fueron en su origen leyes y rdenes de los reyes, al principio no
escritas.
Y tampoco podemos pensar que las costumbrtes comunes (que son los principios de la
ley comn, y pocas en nmero) son tales, o son tantas, que bastan a dar reglas especiales
para decidir cada causa particular. La diversidad de casos es infinita e imposible de ser
regulada por ninguna ley; y, por consiguiente, encontramos que, hasta en las Leyes
Divinas promulgadas por Moiss, slo hay algunas Leyes Principales, que no determinan,
sino slo dirigen el Gran Sacerdote o Magistrado, cuyo juicio es el que determina, en los
casos especiales, cmo debe aplicarse la ley general. Lo mismo sucede con la Ley Comn;
porque, cuando no existe una norma perfectamente adecuada, los jueces recurren a
aquellos principios o axiomas de la Ley Comn de acuerdo con los cuales han
pronunciado juicios sobre casos semejantes otros jueces anteriores, todos los cuales
reciben su autoridad del rey para dar sentencia en su nombre y representacin, de
acuerdo con las normas y precedentes de los antiguos tiempos; y cuando los precedentes
faltan, los jueces recurren a la ley general de la razn, sin que ninguna Ley Comn les
dirija. Ms an: muchas veces, aunque existan precedentes que les orienten, los jueces
apoyndose solamente en mejores razones, han cambiado la ley,
tanto en causas
criminales como civiles, y no han tenido tanto empeo en seguir los ejemplos de jueces
anteriores como en examinar y corregir sus razones. Es por esto por lo que muchas leyes
estn arrumbadas y en desuso, y la prctica es completamente contraria a como era en
tiempos anteriores, como el lord canciller Egerton demuestra con varios ejemplos (35).
Los extensos prrafos transcriptos nos aportan una nocin clara de las ideas de Filmer
respecto del origen de la ley positiva, sus especies, nociones todas que han sido
desarrolladas desde el punto de vista del poder absoluto del rey. Singularmente interesante
y expresiva nos resulta la informacin acerca del origen de las costumbres y del common
law ingls.
24
Por otra parte, Filmer adelanta la premisa de que en general las leyes son oscuras por s
mismas y es necesario encargar a alguien de su aplicacin a los casos particulares para
que, examinando las circunstancias, decidan cundo son violadas y por quin (36)
Va de suyo que el poder real dicta la ley y la aplica, es decir, ejerce la judicatura. Se
califica como razonable esta actividad del rey y se expresa que desde antiguo los reyes
ingleses presidan en persona los tribunales de justicia. Ms tarde, cuando la cuestin se
torn compleja y ardua la actividad del juzgador, se confi a jueces que no son ms que
sustitutos del rey; de ah que sean llamados justicia del rey, cesando su poder cuando
ste est presente. Y como confirmacin de esta atestacin de Filmer, ste agrega citas del
clebre Bracton, en las que se explicita, si cabe, la actividad judicial del rey.
En definitiva, queda demostrado que el poder real es absoluto y as debe serlo, ya que
ejerce todo el poder, desde la administracin, el dictado de las leyes (la facultad del
Parlamento cede ante el Rey), la regulacin del orden social, la administracin de justicia,
las relaciones exteriores, etc. El poder es absoluto.
Incluso en los casos en que la costumbre o la ley Comn o Common Law, que,
generalmente se considera buena y justa, sea necesitada de correccin, es el Rey
nicamente quien puede disponerlo as. Es natural que pueda haber sobrevenido alguna
circunstancia especial con el tiempo y es, entonces, la autoridad absoluta del prncipe quien
dispone su modificacin.
Tanto insiste Filmer en estos detalles no menores, por cierto- que luego de haber repetido
ms de una vez el concepto, escribe an este prrafo: Todo lo que venimos afirmando
sobre la dependencia y sumisin de la Ley Comn respecto del Prncipe soberano puede
afirmarse igualmente de todas las leyes particulares, porque el Rey tambin es su nico
autor inmediato, corrector y moderador...(37). Ms claro, imposible. Y tambin, ello es
coherente con la afirmada premisa del poder absoluto,. que reposa en la persona del Rey.
En esa poca el Parlamento tena ya cierta antigedad y segn Filmer- como institucin
fue trado de Francia, aunque haba sido precedido por una Junta de origen anglosajn.
En sus comienzos los reyes la convocaban para consultar importantes asuntos de Estado.
As, el Parlamento ingls tuvo su origen en esas grandes asambleas. Pero, veamos la
opinin que de este naciente poder tiene Filmer: Grandes son los beneficios que tanto el
Rey como el pueblo pueden recibir de un parlamento bien ordenado; no existe mejor
25
expresin de la majestad del supremo poder de un Rey que una de estas asambleas en las
que todo su pueblo le reconoce por soberano seor, y se dirige a l mediante humildes
peticiones y splicas, y por su consentimiento y aprobacin refuerza todas las leyes que el
Rey ordena a peticin suya y por su consejo y mediacin (38).
Pareciera Filmer compartir la opinin de que, en sus primeros tiempos, slo la nobleza y el
clero formaban parte de las Asambleas. Pero, luego de alguna disquisicin, opina que al
utilizarse la expresin hombres prudentes, se permite inferir que los Comunes formaban
parte de aquellas Asambleas.
Se concluyen estos temas aseverando que, segn algunos historiadores, fue Enrique I,
quien promovi por primera vez la reunin de los Comunes con caballeros y diputados
designados por l, porque hasta este tiempo slo algunos nobles y prelados del Reino eran
llamados a consulta acerca de los ms importantes asuntos de Estado (39).
Los argumentos de Filmer tienden todos ellos a quitarle importancia al Parlamento como
institucin y transformarlo en un rgano consultivo, conforme fuere la voluntad del rey.
Pero no slo eso. Aprovecha la circunstancia para rebatir, al mismo tiempo, la tesis que
combate en cuanto sta afirma que los hombres nacen libres e iguales. As, afirma que
...en los primeros parlamentos, instituidos y continuados desde el tiempo de Enrique I, no
puede encontrarse ninguna libertad natural del pueblo; porque todas aquellas libertades
proclamadas en los parlamentos son libertades de gracia del Rey y no libertades de
naturaleza del pueblo; porque si la libertad fuera natural, ello dara poder a la multitud
para reunirse cundo y dnde les placiera, para conferir la soberana, y para limitar y
dirigir su ejercicio mediante pactos (40). Esta conclusin es una consecuencia de la tesis
patriarcal segn la cual el padre tiene poder sobre los hijos, incluso el poder de vida y
muerte. Los hijos no nacen libres: estn sometidos a la autoridad del padre mientras ste
viva y aunque ellos mismos se hayan transformado, a su vez, en padres.
Finalmente, todos los estatutos o leyes se establecen en virtud de la voluntad del Rey, y,
en todo caso, a ruego del pueblo. Aqu, Filmer invoca, en su apoyo, la autoridad del Rey
Jaime escrita en su Verdadera Ley de la Libre Monarqua, y la del telogo Hooker, que,
como veremos ms adelante, ser tambin muy ledo y citado por Locke. Curiosamente,
Filmer se basa en una expresin francesa: Le Roy le veult de Hooker, aunque segn
nuestra opinin- no resulta claramente convincente para el caso.
26
2.2. La refutacin de John Locke a Filmer. El Primer Tratado del Gobierno Civil.
Hemos dicho que, generalmente, los editores no incluyen este Primer Tratado sobre el
Gobierno Civil, y, como en el caso de la edicin de Aguilar, simplemente publican el
segundo, con el ttulo de Ensayo sobre el gobierno civil (Madrid, 1990); o, ms
explcitamente, como lo hace Alianza Editorial, titulan el libro Segundo Tratado sobre el
Gobierno Civil
27
28
ejemplo, cuando llama Filmer primitivo ttulo de gobierno a las palabras que Dios dice a
Eva en Gn. Iii. 16) (46). Los argumentos de Locke se acercan de verdad a la irona
cuando declara: ...me parece difcil concebir cmo pudo Adn tener derecho natural a ser
gobernante antes de ser padre, cuando slo por ser padre tendra tal derecho, a no ser que
nos encontremos con que era padre antes de ser padre y tena un derecho antes de
tenerlo (47).
Y cuando Filmer cita a Grocio, revela Locke que no le afianza en su argumentacin porque
si Adn era rey desde su creacin, lo era no en acto, sino en estado, es decir, en realidad,
no rey en modo alguno. (48). La asercin que hace al Adn creado gobernante no es
verdadera sino una suposicin de Filmer sin prueba alguna, de acuerdo a la crtica
lockeana.
Ataca luego, en el captulo cuarto, que el ttulo de la soberana de Adn lo fuera por
donacin en el acto de la creacin. Esta vez Filmer se haba apoyado en Selden para decir
que Adn, por donacin de Dios (Gn. I 28), fue hecho seor general de todas las cosas
y que esa manifestacin concuerda con la Biblia. Esa expresin, para Locke, no significa
otra cosa que otorgarle la propiedad y no hacerle monarca absoluto. De ah que,
interpretando el Gnesis en el lugar citado, se dirige a demostrar que: a) Dios no dio poder
inmediato a Adn sobre los hombres; b) que por esta concesin Dios no le dio el dominio
privado sobre las criaturas inferiores, sino un derecho en comn con la humanidad. Para
ello hace una crtica a fondo, desmenuzando los versculos 24, 25, 26 y otros de la Biblia.
Repasa, ms tarde la nueva concesin hecha a No y sus hijos. Cita: Y Dios dijo: hagamos
al hombre a nuestra imagen y semejanza y demos a ellos el dominio sobre los peces, etc.
El hombre, pues, es capaz de dominar, pero no por eso se sigue que Adn sea monarca.
Finalmente, Locke resume as su pensamiento acerca de la cuestin:
Respecto del argumento de nuestro autor (Filmer) en pro de la monarqua de Adn,
fundado en Gnesis, I, 28, donde yo creo que, para todo lector cuerdo, es imposible
encontrar otra cosa que el establecimiento de la superioridad del gnero humano sobre
todas las dems criaturas en sta nuestra tierra habitable. Adems, ...aunque Dios
hubiera dado a Adn dominio privado, tal dominio privado no podra darle soberana.
(49).
29
En sucesivos captulos Locke sigue abordando la cuestin desde todos los ngulos, sin
descuidar aspecto alguno. Despus de sealar que Filmer se vale para sus argumentos
incluso de la afirmacin del ttulo de Adn a la soberana por sujecin de Eva, apoyndose
especialmente en Gnesis, III, 26, le reprocha a Filmer que cuando encuentra los vocablos
mandar o someter infiere que ello implica la obediencia de un sbdito hacia su prncipe.
Los pasajes invocados por Filmer significan para Locke solamente la sumisin de las
especies inferiores a la Humanidad y...la sumisin que debe una esposa a su marido,
ambas muy lejanas a la que los sbditos deben a los gobernantes de las sociedades
polticas (50).
Desde otro punto de vista, analiza luego el ttulo a la soberana de Adn por la paternidad
(cap.sexto). Filmer haba argido que otra prueba a la soberana se infera de la suposicin
de un derecho natural de dominio sobre sus hijos por ser su padre. Es decir, nadie ha
nacido libre. Para Filmer, el nacimiento implica convertirse en sbdito de quien lo
engendr; aqu cita, una vez ms, a Grocio. Es aqu donde Locke hace gala de erudicin y
de un enorme don argumentativo. Trae ejemplos y argumentos desde lugares tan lejanos
para su mundo como del Per y acude a Garcilaso de la Vega cuando redacta la Historia
de los Incas.
Otra vez le enrostra que el mandato <honra a tu padre> no da el derecho a gobernar y
establecer la forma de gobierno monrquico. El honrar al padre y a la madre es
simplemente el acatamiento que debemos a nuestros padres naturales, como es evidente
por la interpretacin de nuestro Salvador (Mat. XV,4).
Locke va ms all de la refutacin en este movimiento dialctico, puesto que ella le impele
a sentar las bases de su propia tesis. Si la creacin no da otra cosa que el ser, el hombre
como consecuencia- nace libre y esa libertad es una libertad natural. Hace ver que el propio
Filmer no ha podido negar que autores como John Hayward, Blackwood y Barclay,
defensores del derecho divino del poder real, admiten que el comn acuerdo de la
natural libertad e igualdad de la humanidad como verdad incuestionable (51).
Y es en este punto donde hace una relacin circunstanciada de dudosas expresiones de
Filmer haciendo proceder cada afirmacin con las palabras algunas veces (sometimes).
La lista enumera quince casos. Realmente, ha empujado la crtica hasta el extremo.
30
Pero eso no es suficiente aun para el minucioso espritu de Locke, ya que en el capitulo
siguiente (sptimo), inserta textualmente la afirmacin de Filmer: Las bases y principios
del gobierno dependen necesariamente del origen de la propiedad, para dedicarse a
refutar este extremo. El problema se plantea, especialmente, al producirse el fallecimiento
de Adn y advenir sus herederos a sustituir al causante. En este captulo y en los siguientes
se trata, por consiguiente, de la transferencia del poder monrquico soberano de Adn.
En los pasajes citados, de Filmer, la herencia es la nica va que reconoce para transferir
el poder monrquico a los prncipes, pero de las aseveraciones surge que, en realidad,
acude tambin a otras causas, como la concesin o la usurpacin. El afinado anlisis de
Locke, encuentra en la argumentacin contradicciones inadmisibles, pues nuestro autor, hace- unas veces, a la herencia sola; otras veces, slo a la concesin y a la herencia;
otras, slo a la herencia y la usurpacin; otras veces, a las tres juntas, y, por ltimo, a la
eleccin o cualesquiera otros...los medios por los cuales la real autoridad de
Adn....puede ser transferido a los futuros reyes y gobernantes... (52). De manera
terminante, Locke sostiene que no puede afirmarse que el derecho que tiene el hijo de
heredar la propiedad, implica tambin el derecho a heredar la autoridad que el padre tena
sobre otros hombres. Fundamenta el aserto en que procediendo el poder paternal
solamente de la generacin, porque slo en ella lo coloca nuestro autor, no puede ser
transferido ni heredado. Y concluye: No siendo Adn monarca...y no siendo heredable
su imaginaria monarqua, el poder que existe actualmente en el mundo, no es el que tuvo
Adn, puesto que todo lo que Adn pudo poseer, segn las opiniones de nuestro autor, lo
mismo la propiedad que la paternidad, necesariamente muri con l y no pudo ser
transmitido por herencia a la posteridad (53).
No puede ignorar Filmer que existe el poder civil en el mundo, ya que esto es evidente. La
gran cuestin estriba en saber quin debe tenerlo. Si Filmer parte del supuesto de que la
asignacin del poder civil es de institucin divina, debe demostrarlo. Pero, en su libro
jams nos dice alega Locke- qu quiere decir heredero, ni el modo de conocer quin es
el heredero ms prximo o el verdadero. Y, en el razonamiento de Filmer, la transmisin
de ese poder monrquico de Adn, queda cuando ms- limitado al linaje y posteridad de
Adn. Locke, ante esto, queda perplejo. Pero, seor nos dice- en lenguaje llano, (el
31
poder) pueden poseerlo todos, ya que no existe persona viviente que no tenga el ttulo de
pertenecer al linaje y posteridad de Adn (54). Advierte aun que Filmer parece insinuar
que heredara el poder el hijo mayor. Si bien la ley de Moiss dobla la parte de los bienes
al mayor, pero de ah no se infiere que le correspondiese superioridad o dominio.
Analiza Locke minuciosamente las palabras que Dios dijo a Can acerca de su hermano
Abel y llega a la conclusin de que, segn la ley, el privilegio de primogenitura no era
otra cosa que una doble participacin... y que el dominio no era parte de la
primogenitura (55). En suma, no nos dice quin sea ese heredero. Quedara la duda, de
que se tratase del progenitor ms viejo y la duda sera ms fuerte en el caso del patriarca
que muere sin hijos que le sucedan inmediatamente. As se pronuncia Locke.
Queremos reflejar ahora uno de los ltimos pensamientos, realmente juicios lapidarios, que
nos va desgranando Locke, ya cerca del final de su clebre refutacin:
Y, por consiguiente, toda esta baranda acerca de la paternidad de Adn, la grandeza de
su poder y la necesidad de su suposicin, en nada ayuda a establecer el poder de aquellos
que gobiernan ni a determinar la obediencia de los sbditos que han de obedecer, si no
puede decirse a quin se ha de obedecer y quines han de obedecer. El mundo, en su
estado actual, se halla invenciblemente ignorante sobre quin es el heredero de Adn. Esta
paternidad, este poder monrquico de Adn que recae en sus herederos, no sera de mayor
utilidad para el gobierno de la Humanidad de lo que sera para tranquilidad de las
conciencias de los hombres o para asegurar su salud el que nuestro autor les hubiese
asegurado que Adn tena poder de perdonar los pecados o de curar las enfermedades, el
cual, por divina institucin, descenda a su heredero, mientras este heredero fuera
imposible de conocer (56).
Pareciera, al leer estas ltimas lneas, que, finalmente, Locke ya no puede sofrenar la
irona. Definitivamente, no encuentra quin es el heredero, y lo que le exaspera es el hecho
de que tampoco Filmer ha pergeado alguna regla para identificarlo.
No est dems recordar que las Escrituras son, con exclusividad, el punto de partida
documental, de las tesis involucradas en el debate. Si bien es cierto, que los contendientes
principalmente Filmer- acuden a algunas autoridades intelectuales para apoyar sus
asertos, una y otra vez, retornan a interpretar las Escrituras. Locke, respecto de la forma de
gobierno, asevera que ellas nada dicen al respecto. Relatan, es verdad, cmo la Humanidad
32
llega a dividirse en naciones y a hablar diversas lenguas, pero los padres recalca Lockeno eran los gobernantes, segn esa fuente.
Y, si se pueden hallar huellas de poder paternal hasta que los israelitas entraron en Egipto,
donde el poder parternal se interrumpi...luego, ...hemos visto que durante dos mil
doscientos noventa aos no existen en absoluto tales huellas...(57). El exigente crtico,
que es Locke, hace un examen a fondo desde el punto de vista histrico y nos anoticia que
la lnea sucesoria no deja margen para hallar su rastro.
Por ltimo, concluye: Desde el fin del cautiverio...hasta la destruccin por los romanos,
alrededor de seiscientos cincuenta aos, el antiguo y primitivo derecho de sucesin lineal
al gobierno paternal se perdi de nuevo, y sin l continuaron los israelitas formando un
pueblo en la tierra prometida. De modo que, de los mil setecientos cincuenta aos en que
fueron el pueblo preferido por Dios, no tuvieron gobierno real hereditario ni durante un
tercio de ese tiempo y durante dicho tiempo no existe la menor huella de un solo momento
de gobierno paternal, ni del restablecimiento del antiguo y primitivo derecho de sucesin
lineal a l, ya se le suponga derivado, o bien, como, segn los principios de nuestro autor
es la nica verdad, de Adn (58).
As concluye el primer tratado sobre el gobierno civil de John Locke. Se ha preocupado
por refutar a Filmer, tanto mediante argumentos surgidos de la interpretacin racional de
las Escrituras, como de los argumentos de la filiacin histrica del poder paternal o
patriarcal.
33
Recordemos tambin que Filmer haba sentado su tesis en tres puntos: a) Adn tuvo su
poder natural de origen divino del Creador; b) Los primeros reyes fueron padres de familia,
que heredaron su poder natural de Adn; c) Las leyes positivas no pueden infringir el poder
natural y paternal de los reyes. Quizs sera preciso aclarar que el vocablo natural, en
Filmer, evoca el poder divino que tiene su origen en el Creador.
Ahora bien: en el captulo primero, que no lleva ttulo, nos dice John Locke: a) Adn no
tena autoridad divina sobre sus hijos ni sobre el dominio del mundo: b) Aun, si la hubiere
tenido, sus herederos no poseyeron ese derecho; c) Aun, si sus herederos hubieren tenido
ese derecho, no hubiera sido posible determinar con certeza a quien corresponda, ni haba
regla alguna para determinarlo; d) Y aun, si se hubiesen determinado los herederos, no
habra, en el mundo en la poca en que Locke escriba- posibilidad de sealar la casa
dinstica ms antigua.
As, refutaba John Locke, la tesis del poder divino e ilimitado de los reyes, defendida por
Filmer, basndose ambos, especialmente, en las Escrituras, sin menospreciar, adems,
argumentos de autoridad de otras fuentes.
Aun antes de profundizar su materia, haciendo alarde de un mtodo claro y preciso, Locke
define qu entiende por poder poltico. Por ello, escribe: Poder poltico es el derecho de
hacer leyes que estn sancionadas con la pena capital, y, en consecuencia, de las
sancionadas con penas menos graves, para la reglamentacin y proteccin de la
propiedad; y el de emplear las fuerzas del Estado para imponer la ejecucin de tales leyes,
34
y para defender a ste de todo atropello extranjero; y todo ello nicamente con miras al
bien pblico.
En lo fundamental, el poder poltico es el poder normativo (hacer las leyes y hacerlas
cumplir) con ms la facultad de dirigir las relaciones exteriores del Estado.
Hay, en su caso, una atomizacin del poder poltico, puesto que cada ser humano es libre e
igual a todo otro ser humano. Con Filmer, unos nacan para tener el poder absoluto y otros
nacan para ser sbditos y con el deber de obedecer al patriarca. En un caso (Locke), el
poder estaba en manos de toda la comunidad de seres humanos; en el otro (Filmer), estaba
concentrando nicamente en el monarca.
35
36
Locke ha hablado de una Ley natural , conforme a la cual vive el hombre. Como sabemos,
especialmente en sus aos ms jvenes, se haba volcado al estudio de las ciencias
naturales; estudi ciencias mdicas, y, como resultado de ello, escribi algunos artculos
que fueron publicados con el ttulo de Essays on the Law of Nature.
Como premisa, supone un orden poltico, por cierto legtimo, en el que quien tiene el poder
ejerce una actividad legislativa ilimitada en las cuestiones indiferentes al orden religiosoy se sirve del ejemplo de la constitucin inglesa de Carlos II (61). Pero, como buen
empirista, afirma que ningn precepto poltico es una deduccin a priori, derivado de la
ley divina. La funcin legislativa es la funcin por excelencia de todo gobierno civil y ella
debe ser ejercida para servir los intereses de los ciudadanos.
Pero el problema que le intriga es el hecho de saber cmo se puede conocer la ley
natural? Por cierto, aqu acude a la razn y a la experiencia de los sentidos; no obstante,
Dunn asevera que el mecanismo no es descripto con claridad. Y es en este punto donde
Locke procura derivar la experiencia moral del hombre de la experiencia religiosa.
37
3 Existe, pues, una ley natural que tiende a que el hombre viva en paz y se consolide
como especie y no slo eso; debe conservarse como tal y lograr que se constituya como
gnero humano. Pero, por otra parte, la ley natural debe ser naturalmente ejecutada para
que se logre su fin. En ese estado natural, cualquier hombre puede castigar a otro por
cualquier dao que haya hecho, pues nadie es superior a otro. La afirmacin de Locke
es categrica: ...cualquier hombre tiene el poder de castigar a un culpable, hacindose
ejecutor de la ley natural (64). Pero el derecho de exigir una reparacin slo lo tiene la
parte perjudicada.
Se pregunta luego, como para reafirmar su tesis, si existieron alguna vez hombres en
estado de Naturaleza y la respuesta es afirmativa. Tal es as, que ese estado de Naturaleza
debe concluir en algn momento y lo describe as: ...el estado de Naturaleza entre los
hombres no se termina por un pacto cualquiera, sino por el nico pacto de ponerse todos
de acuerdo para entrar a formar una sola comunidad y un solo cuerpo poltico (65).
Despus de citar a Filmer, no obstante haberlo hecho a lo largo de todo el primer Tratado,
sobre su concepcin de la libertad y de corregirle, expresa que la libertad del hombre
sometido a un poder civil consiste en disponer de una regla fija para acomodar a ella su
vida, que la regla sea comn a cuantos forman parte de esa sociedad, y que haya sido
dictada por el poder legislativo que en ella rige (66). Acerca de la libertad y de su
opuesto, la esclavitud, se vale de ejemplos extrados del xodo (v. XXI).
38
CXV, 16) por la que sabemos positivamente que Dios entreg el mundo a Adn y No y
sus hijos; es decir aclara- se la dio en comn al gnero humano, para el sustento y el
bienestar suyo. En verdad, vincula a la tierra con el trabajo, pues dice: ...cada hombre
tiene la propiedad de su propia persona. Nadie, fuera de l mismo, tiene derecho alguno
sobre ella. Podemos tambin afirmar que el esfuerzo de su cuerpo y la obra de sus manos
son tambin autnticamente suyos. Por eso, siempre que alguien saca alguna cosa del
estado en que la Naturaleza la produjo y la dej, ha puesto en esa cosa algo de su
esfuerzo, le ha agregado algo que es propio suyo; y por ello, la ha convertido en
propiedad suya. Y, a continuacin, subraya: El trabajo puso un sello que diferenci del
comn. La referencia al trabajo es una constante en Locke y remarca la influencia de la
tradicin religiosa calvinista que tanto le seduce. En pginas siguientes, encontramos la
insistencia: El trabajo que me perteneca, es decir, el sacarlos (se refiere a diversos
bienes naturales) del estado comn en que se encontraban, dej marcada en ellos mi
propiedad.
Pero, el derecho de propiedad es limitado. Es verdad que la ley natural es la que nos da ese
derecho, pero ella misma pone un lmite a ese derecho. Dios nos da las cosas en
abundancia y la Revelacin nos confirma con la voz de la razn para que gocemos de ellas.
Pero, vase la advertencia lockeana: El hombre puede apropiarse las cosas por su trabajo
en la medida exacta en que le es posible utilizarlas con provecho antes de que se echen a
perder. Todo aquello que excede a ese lmite no le corresponde al hombre, y constituye
parte de los dems. A pesar de decirlo de manera clara, Locke reafirma todava el
concepto con estas palabras: La extensin de tierra que un hombre labra, planta, mejora,
cultiva y cuyos productos es capaz de utilizar, constituye la medida de su propiedad. Este
lmite no parece compatible con el capitalismo de nuestros das, como alguien ha afirmado.
Por otra parte y aunque esto no parezca congruente con nuestro anlisis- es el
pensamiento que nuestro Alberdi expresara alguna vez, no obstante el juicio que le
mereciera J. Jaurs.
El pensamiento del lmite que Locke le pone al derecho de propiedad se reitera
constantemente en las pginas siguientes: el lmite est siempre en el trabajo de un
hombre y las necesidades de la vida.
39
Con respecto al concepto de igualdad, Locke formula tambin algunas precisiones dignas
de ser tenidas en cuenta. La igualdad casi nunca es absoluta y slo corresponde a cierta
clase de igualdad. La edad, por ejemplo, y las condiciones personales de cada individuo,
puede dar a ciertos hombres un justo derecho de precedencia. Igual cosa ocurre con las
facultades y mritos que puede colocar a algunos en algn grado de superiodad respecto
del nivel medio de la poblacin. En suma, la igualdad de la que habla Locke es la del
derecho que todos los hombres tienen a su libertad natural. Con ms detalle, aclara que:
De lo que se trata es de que cada cual tenga libertad para disponer, como bien le
parezca, de su persona, de sus actos, de sus bienes y de todo cuanto le pertenece,
40
sometindose a lo que ordenen las leyes bajo las cuales vive, para no verse sometido, de
ese modo, a la voluntad arbitraria de otro, y poder seguir libremente la suya propia. El
hombre tiene libertad de decidir y obrar, pues Dios le ha dotado de inteligencia.
6. As, lenta pero firmemente, llegamos al captulo VII, que trata el tema de la
sociedad poltica o civil.
Segn Locke, Dios cre al hombre condicionndolo, no a una vida solitaria, sino a vivir en
sociedad con otros hombres, lo cual supuso el lenguaje. En consecuencia, primero fue la
41
unin del hombre y la mujer y, naturalmente, a ello siguieron los hijos. La sociedad as
iniciada, andando el tiempo, se constituy con el agregado de los servidores. Por cierto, en
ese momento histrico, comenz la relacin de amo y criado. Pero todo ello, no signific
aun una sociedad poltica. La sociedad conyugal signific un pacto voluntario entre un
hombre y una mujer destinado a la procreacin, a la crianza y educacin de una prole
comn y a la conservacin y continuacin de la especie.
Es de destacar la explicacin de la relacin entre el amo y los criados por cuanto admite
Locke que stos podan vlidamente vender sus servicios durante cierto tiempo a cambio
de un salario. Este vnculo laboral tendr, en el futuro, una extraordinaria proyeccin y, en
cierto sentido, preanuncia las reflexiones de Carlos Marx, que, probablemente, encontr en
el pensador ingls una fuente de inspiracin. No se detiene Locke nicamente en el
asalariado sino que incursiona en el problema de la esclavitud.
Qu es necesario, entonces, para pasar del estado de Naturaleza al estado de sociedad civil
o poltica? Sociedad civil o sociedad poltica son expresiones utilizadas como sinnimas.
42
Implican ellas la constitucin de un Estado y esto significa que esa Institucin tiene el
poder de dictar o hacer las leyes. Tiene el poder de la paz y de la guerra y ambos poderes
estn encaminados a la defensa de la propiedad. El derecho de propiedad y el derecho
del trabajo son, por cierto, actividades fundamentales de los ciudadanos y el factor de
progreso de la comunidad. Propiedad y trabajo estn en la raz de la conducta en sociedad
y tienen una profunda significacin de origen religioso.
Locke resume de esta manera la funcin de dos de los poderes del Estado: ...nos
encontramos con el origen del poder legislativo y del poder ejecutivo de la sociedad civil,
que tiene que juzgar, de acuerdo con leyes establecidas, el grado de castigo que ha de
aplicarse a los culpables cuando han cometido una falta dentro de ese Estado; y tambin
es ese el origen del poder para las sentencias que en determinados momentos tenga que
dictar, apoyndose en las circunstancias de hecho, sobre la vindicacin de atropellos
cometidos desde el exterior. En ambos casos, cuando ello sea necesario, puede emplear
toda la fuerza de todos sus miembros (67).
He aqu claramente indicados el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. El Poder Judicial
permanece an en las tinieblas, absorbido por el primero. Cuando se habla de sentencias, a
veces, se refiere a cuestiones entre comunidades o naciones. Es decir, el Poder Judicial no
se halla perfilado aun de manera independiente. Veamos cmo lo explica con sus propias
palabras: ...siempre que cierto nmero de hombres se une en sociedad renunciando cada
uno de ellos al poder de ejecutar la ley natural, cedindolo a la comunidad, entonces y
slo entonces se constituye una sociedad poltica o civil (68).
Como digno partidario de la divisin de los poderes y como firme adversario del prncipe
absoluto, dedica Locke pginas enteras a argumentar contra los Zares, Grandes Seores o
el que sea, que renen en s la suma de todos los poderes. Y, en ello, se inspira en la
opinin de Hooker, que transcribe en largas notas. No vacila en referirse a las selvas de
Amrica y al caso de Roberto Knox, que relata su naufragio y su prisin en Ceiln. Nada
es suficiente para el enftico pensador poltico y todo argumento procura apoyar su teora
poltica. Finalizando el captulo pontifica en cita, otra vez, de Hooker: Siendo la ley civil
un acto de la sociedad del cuerpo poltico, se deduce de ese hecho que debe regir a todas y
43
cada una de las partes de ese mismo cuerpo. En otras palabras, el poder poltico se ha
atomizado, se ha subjetivado; pertenece a cada uno de los individuos que constituyen la
comunidad poltica.
7. Nadie ... puede ser arrancado de esta situacin y sometido al poder poltico de
otros sin que medie su propio consentimiento. As comienza el captulo siguiente. Cada
individuo, cede algo de su poder, para constituir la sociedad poltica y lo cede por
consentimiento, palabra clave en el pensamiento de Locke. Desde ahora es menester
prestar atencin cuando aparece ese trmino. Locke gusta hablar de consentimiento, ms
que de contrato, pacto o
Locke repite una y otra vez con distintas palabras los mismos conceptos. Veamos: ...lo
que inicia y realmente constituye una sociedad poltica cualquiera no es otra cosa que el
consentimiento de un nmero cualquiera de hombres libres capaces de formar mayora
para unirse e integrarse dentro de semejante sociedad. Y eso, y solamente eso, es lo que
dio o podra dar principio a un gobierno legtimo (70).
Ms terminante, imposible.
Pasemos por alto el anlisis de las objeciones que podran hacerse segn Locke- a la tal
teora y a las citas de Jos Acosta, que trata de lo ocurrido en las selvas americanas, en su
libro del ao 1590 y publicado en Sevilla. Y digamos rpidamente que al tratar lo que
ocurriera en Israel, en esa ocasin, cita el libro de los Jueces, XI,11; XII: IX; Samuel, VIII,
20; IX, 16; XI; IX, 27, pero en esos casos Dios segn esas menciones- intervino
directamente.
Ms adelante los hombres, constituida la sociedad poltica, advirtieron que era menester
colocar los lmites al poder. Y, aqu, nuevamente las citas de Hooker. Si bien, al principio,
44
reunidas varias familias pusieron por lo general ese gobierno en manos de una sola
persona, y prefirieron estar bajo un nico soberano, sin pensar en lmites de manera
expresa a ese poder, ni en reglamentarlo, porque se juzgaron bastante salvaguardados por
la prudencia y honradez de su soberano. (71).
Surgen, evidentes, tres necesidades: la primera, es la de contar con una ley establecida,
aceptada, conocida y firme que sirva por comn consenso, de norma de lo justo y de lo
injusto, y de medida comn para que puedan resolverse por ella todas las disputas que
surjan entre los hombres; la segunda, es menester la existencia de un juez reconocido e
imparcial, con autoridad para resolver todas las diferencias, de acuerdo con la ley
establecida; y la tercera, es preciso la existencia de un poder suficiente que respalde y
sostenga la sentencia cuando sta es justa, y que la ejecute debidamente (74).
45
9.
En dos captulos (X y XI) Locke nos hablar de las formas de gobierno y del alcance del
poder legislativo. Una vez ms el juicioso Hooker es citado. A esta altura ya podemos
decir que, los puntos fundamentales de la teora, se basan en la obra del telogo que
estableci la organizacin jerrquica de la iglesia anglicana. Hooker haba llamado la
atencin de la importancia del Poder Legislativo y, ms, cuando afirma expresamente que
deben elaborarse leyes humanas y que slo son vlidas por consentimiento. Incluso el
vocablo consentimiento haba sido ya utilizado por Hooker y como vimos- por otros
contemporneos. Fue adoptado por Locke, que, generalmente, evit usar otros trminos,
como contrato o pacto.
46
En todos estos lmites se advierte siempre que se sigue, en gran parte, el pensamiento de
Hooker, que es extensamente citado. Se recalca, por lo dems, que estas leyes son leyes
humanas y, como dice el telogo, deben acomodarse a las leyes generales de la
Naturaleza, y no pueden ir en contra de ninguna ley positiva de las Escrituras. No siendo
as estn mal hechas.
Hay, ciertamente, alguna referencia a la imposicin de impuestos, problema que haba
generado los conflictos ms graves en la poca de los Estuardos.
natural la impone al poder legislativo de toda comunidad poltica, cualquiera sea su forma
de gobierno.
10.
Para que nuestras menciones queden claras, es menester sealar que Locke
ya haba esbozado su teora sobre la base de tres poderes. Como hemos dicho ms arriba,
no se haba tenido en cuenta al Poder Judicial como poder independiente. El tercer poder,
en el caso de la teora lockeana, es el Poder Federativo.
47
Pero, veamos la cuestin con las propias palabras del mismo Locke. El Poder Legislativo
es aqul que tiene el derecho de sealar cmo debe emplearse la fuerza de la comunidad
poltica y de los miembros de la misma (76). Naturalmente, hace las leyes, pero no es
conveniente que el mismo poder las ejecute, porque existe la necesidad de un poder
permanente que cuide de la ejecucin de ellas.
Por otro lado, Locke dice que existe en toda comunidad poltica otro poder al que podra
aplicarse el calificativo de natural, puesto que corresponde a una facultad que cada uno
de los hombres posea naturalmente antes de entrar en sociedad y, luego, hace mencin
de las disputas que surgen entre uno cualquiera de los miembros de la sociedad y otras
personas que se encuentran fuera de la misma, que corresponden a la comunidad
entera (77). Aqu, tenemos el germen del tercer poder que Locke denomina Poder
Federativo, y que, en cierta manera, ejerce la funcin de superar conflictos y, aunque
preanuncia el Poder Judicial, no es aun ciertamente el poder, cual tenemos hoy en los
pases republicanos. Locke hace algunas consideraciones acerca de esta cuestin y, en
definitiva, pareciera aseverar que el Poder Ejecutivo, que tiene a su cargo la ejecucin de
las leyes en el interior de la comunidad, y otro que tiene a su cargo la seguridad y los
intereses de la poblacin en el exterior.... En una aclaracin algo ms precisa, Locke
aade: Por esa razn lleva ese poder consigo el derecho de la guerra y de la paz, el de
constituir ligas y alianzas, y el de llevar adelante todas las negociaciones que sea preciso
realizar con las personas y las comunidades polticas ajenas. A ese poder podra, si eso
parece bien, llamrsele federativo.
11.
48
12. Hay aun otros temas tratados por Locke, como, por ejemplo, el de la
prerrogativa (desarrollado en el captulo XIV). Es una cuestin para situaciones
imprevistas y excepcionales, que por el bien de la sociedad (se) exige que (se) dejen
varias cosas al buen juicio de la persona que ejerce el poder ejecutivo . Y la define as:
A esa facultad de actuar a favor del bien pblico siguiendo los dictados de la discrecin,
sin esperar los mandatos de la ley, o incluso en contra de ellos, se llama prerrogativa
(79). Ms todava: La prerrogativa no es sino el poder de realizar el bien pblico sin
norma previa. Pero no obstante ello, el ejecutivo debe someter, luego, su decisin a la
aprobacin del legislativo. En suma, es un poder residual.
Sobre este tema, John Dunn, en su obra ya citada, realiza un profundo estudio acerca del
particular y le dedica un captulo especial.
13.
Podramos decir que la parte final de este Segundo Tratado insiste en temas ya
49
50
Ahora bien, si el vencedor ha hecho la guerra por una causa justa, posee un derecho
desptico sobre las personas de cuantos efectivamente han ayudado a la guerra contra l,
o han tomado parte en la misma, y lo posee tambin a indemnizarse de los perjuicios
recibidos y del costo de la guerra, incautndose del trabajo y de los bienes de los
vencidos, siempre que no perjudique los derechos de terceros. Pero ese vencedor no tiene
derecho alguno sobre el resto del pueblo...(82).
Contina Locke haciendo referencia a los problemas que se suscitaron en Inglaterra con las
diversas invasiones, en este caso, los daneses. Y, por ltimo, recala en cuestiones bblicas,
apoyndose en Reyes, XVIII.
De igual manera, la tirana es el ejercicio del poder fuera del Derecho. En vida de
Locke, se haba sufrido la tirana de Cromwell, de tal forma que no vacila en hacer
mencin de ejemplos concretos de la historia de Inglaterra y tiene la oportunidad de hacer
referencia al pacto que hizo Dios con No despus del diluvio para sealar que el poder
tiene lmites y que cuando se sobrepasan dichos lmites los reyes son tiranos o perjuros.
En definitiva, el tirano abusa de su autoridad.
El problema que se plantea en consecuencia es ste: Se puede, segn eso, resistir a los
mandatos de un monarca? La respuesta deviene inmediata: nicamente debe oponerse
la fuerza a la fuerza injusta e ilegal. Debemos llamar la atencin que, tratando este tema,
Locke acude a la invocacin divina, lo que demuestra su apego a los principios religiosos
que le orientan siempre. Veamos cmo lo dice: Quien en cualquier otro caso opone
resistencia, atrae sobre s mismo la justa condenacin de Dios y de los hombres (84).
51
14.
Para ello,
A su vez, la disolucin del gobierno puede ser causada por causas externas o internas.
Conforme con su tesitura, la alteracin del Poder Legislativo puede ser causa de la
disolucin, en caso cuyo los miembros de la comunidad readquieren su libertad y pueden
nombrar otro rgano legislativo. Se contemplan seguidamente los conflictos entre el
monarca y el cuerpo legislativo, cosa bastante corriente en la historia parlamentaria inglesa
de esos tiempos.
El casuismo histrico y la imaginacin aportan el fundamento de diversas disquisiciones al
respecto. Pero, en definitiva, todo conflicto debe ser resuelto en funcin de los fines que
todo gobierno debe perseguir, esto es, el bien del gnero humano. En el supuesto de que
ello, manifiestamente, no sea el fin circunstancial de un rgano legislativo, todos estn de
acuerdo en que quienes invaden por la fuerza las propiedades de un pueblo, sean sbditos
del mismo o sean extranjeros, pueden ser resistidos en su intento por medio de la fuerza
(85). Hasta ese extremo se justifica la resistencia. El uso de la fuerza, sin derecho, por parte
del poder poltico, le hace entrar en estado de guerra contra el pueblo, y esto justifica que
el propio pueblo pueda utilizar la fuerza para resistirlo. Al respecto, Locke cita a un jurista
escocs (William Barclay), quien, haba manifestado en una obra aparecida con el siglo
XVII que es necesario reconocer que hay ciertos casos en que los pueblos tienen derecho
a ofrecer resistencia al rey. Tanto quiere Locke apoyar su tesis que transcribe
literalmente en latn un extenso prrafo del citado Barclay ( Contra Monarchomaches, I,
III, cap., 8). Esta tesis es sostenida enfticamente por Locke, de tal manera que aun insiste
en expresar: La propia defensa es una ley de las Naturaleza, y no puede negarse a la
comunidad ni siquiera en contra de su rey. Sin embargo, le pone un lmite: ...pero en
52
Y, al llegar a este punto, Locke se pregunta si, al existir un conflicto entre el gobierno y el
pueblo, quin ha de ser el juez? Por supuesto, el lector seguramente ya conoce la
respuesta: no queda otro recurso que apelar al Cielo.
Antes que ello ocurra, si quienes ejercen el poder lo pierden, el poder siempre revierte al
pueblo, que, en definitiva, es el soberano.
53
54
Es decir, Filmer parece no preferir el vocablo pacto o el vocablo contrato cuando hace
mencin de la formacin de la sociedad civil o poltica. Es verdad, que, en algunas
ocasiones nos habla de contrato o pacto, pero es preciso analizar en qu contexto lo hace.
En la mayora de las ocasiones consentimiento es el vocablo preferido, aunque tambin
como dijimos- se utiliza el trmino asentimiento. Si prestamos una mayor atencin,
veremos tambin que cuando transcribe prrafos del Cardenal Belarmino, ste utiliza igual
expresin. Veamos: La instauracin por encima de la multitud de un rey o cnsul u otros
magistrados depende del consentimiento de la multitud misma... (89).
Ello quiere decir que, en la comunidad poltica inglesa, algunos intelectuales eran afectos a
utilizar preferentemente tal trmino, lo que probablemente contribuy a que John Locke
imitara esos ejemplos. Decimos contribuy porque conjeturamos que Locke tena
convicciones propias acerca de los mecanismos psquicos que llevaban a los individuos a
ese consenso, a ese consentimiento o a ese asentimiento en los asuntos pblicos.
Apenas comienza su obra, ya nos dice, citando ideas de Filmer, que los esclavos
no tienen jams derecho a pactar o consentir (to compact or consent) (90).
Ms adelante -siempre refutando a Filmer- expresa: ....el gobierno tiene que volver
al viejo sistema de ser construido por los designios y el consentimiento de los
hombres...(and the consent of men )(91) ...persuadir a aquellos que, por el
consentimiento de sus
55
...lo que puede ser transferido por pacto... (by compact) (100).
En las sociedades temporales voluntarias, aquel que tiene ese poder por
consentimiento...( power by consent) (103).
56
Se afina el
consentimiento es
57
En el orden familiar (captulo VI) el consentimiento puede ser tcito cuando se acata la
autoridad y el gobierno del padre. Locke lo expresa as: Era, pues, cosa fcil y natural
que los hijos, por consentimiento tcito y casi espontneo, acatasen la autoridad y el
gobierno del padre (110).
El consenso tcito es utilizado tambin por Locke en el orden econmico. Cuando nos
habla de la invencin del dinero, es tambin el consenso tcito el que le atribuye
un determinado valor (111). Y cuando nos explica, apoyado en el Gnesis, cmo los
israelitas se dividieron las tierras (Abraham y Lot) lo hace tambin con la teora del
consentimiento.
Y, para concluir esta serie de ejemplos, cuando Locke se refiere al valor de los metales
como el oro y la plata, se basa en el consenso humano, haciendo la salvedad que el
trabajo, en gran medida, contribuye a fijar su valor (112). .
58
.1. A travs de la lectura de las obras principales de Locke no puede dudarse acerca
de las dimensiones teolgicas y filosficas del pensamiento del escritor ingls. En todo
caso, creemos que su personalidad no debe enfocarse unilateralmente: exponer sus ideas
polticas en absoluto desmedro de las tesis filosficas y, especialmente, gnoseolgicas, es
esconder una faz que debiera ser puesta en evidencia en la primera pgina. Por lo dems,
escatimar el relieve de sus races religiosas es quitar el teln de fondo de su figura
histrica.
No se trata, a esta altura del devenir de los tiempos, de apoyar o no sus tesis centrales. Al
margen de nuestras opiniones sobre l, es preciso no omitir la referencia a los ngulos
sobresalientes de sus reflexiones. Ms all de la influencia que gener, merece el homenaje
de encuadrar su pensamiento en sus justos lmites y evitar utilizarlo para llevar agua a
molinos ajenos, y, sobre todo, de otros tiempos.
El pensamiento lockeano mucho debe a su teologa puritana, que le nutri desde la cuna.
Si olvidamos este hecho histrico no habremos abrevado en las fuentes en las cuales
obtuvo su savia nutricia y no advertiremos el punto de partida de sus ideas fundamentales.
2. Locke se aferr a la raz empirista del punto de partida del filosofar ingls,
plante la prioridad del problema gnoseolgico y adopt el mtodo adecuado a esa actitud,
que se mostraba como eficaz para la demostracin de sus premisas. Su enftico y tenaz
genio polemista y la fecundidad de su razn argumentativa le permitieron seducir y
convencer a sus seguidores, que fueron muchos, y le sealaron como la persona indicada
para refutar a Filmer. La magnitud de la fama de sus adversarios le sirvi de puente para su
consagracin. No obstante que el Discurso del Mtodo de Renato Descartes haba
cautivado a los franceses, y no slo a ellos, emprendi una larga tarea para intentar
demoler las tesis de una obra pequea en su extensin pero profunda en sus lineamientos
inteligibles y extraordinariamente moderna en su concepcin, pese a algunas reservas
acerca de su originalidad.. Trabaj en ambas con tesn a lo largo de muchos aos quizs
veinte- avanzando en la redaccin de ellas, siempre polemizando contra pensadores ya
fallecidos, pero vivos en la inteligencia de la posteridad. El extremo racionalismo
59
cartesiano atacado en su raz- en el orden filosfico y el origen divino del poder refutado
en su tesis principal- en el orden poltico, cimentaron su fama.
60
5. Entre sus primeros trabajos, se encuentra un Ensayo sobre la ley natural (Essays
on the Law of Nature). Estaba convencido de la existencia de una ley natural en el universo
y crea en ella porque crea en la existencia de Dios. La argumentacin al respecto
descansa, primordialmente, en fundamentos teolgicos. En temprana hora la inquietud del
filsofo se pregunta si podemos conocer esa ley natural y la respuesta es afirmativa. Dios
ha creado un mundo ordenado y sometido a leyes;
creacin. En el caso del hombre, Dios le cre dotado de razn; mediante sta y la
experiencia logra el hombre conocer la ley natural.
Pero el problema no es tan simple. Quiz lo sea con relacin al mundo fsico y biolgico,
pero en cuanto entramos al universo de las acciones del hombre, de la praxis, la cuestin se
complica. En primer lugar, qu prescribe la ley natural acerca de la conducta del hombre?
La tradicin y la teora del consentimiento general de la humanidad, no es el camino
adecuado y suficiente Nos queda la reflexin racional, que puede descubrir algunas
prescripciones simples. stas, en virtud de una conducta dirigida en consonancia, nos
puede conducir por el buen camino. El problema est en el hombre, en la conducta del
hombre, en la necesidad de obligar; lo que requiere obediencia a alguien. Y es aqu, en
consecuencia, cuando existe la absoluta necesidad de someterse a una autoridad terrestre.
61
John Dunn, en la obra escrita sobre Locke (113) transcribe unas lneas de los Essays. En
ellas se dice:: Dios, principio universal ha delegado algunos de sus poderes a un hombre
el mayor (de ms edad) o el monarca por ejemplo- y le ha acordado ejercer el poder...
Aade Locke que los conflictos humanos son consecuencia de la Cada. Por ende, la
autoridad terrestre, sea el Parlamento con la sancin de leyes, los reyes, los padres, los
amos, deben establecer las normas a las cuales el hombre debe ajustar su conducta.
Los hombres viven en conflicto permanente entre s por la propia condicin humana. Y los
principales conflictos surgen en virtud de cuestiones econmicas. Otra vez transcribe: ...
no puede enriquecerse una persona sino en detrimento de otra (114).
En este tema Dunn insiste sobre el problema capital planteado por Locke en los Essays,
esto es, cmo podemos conocer con precisin el contenido de la ley natural. Como opina
que no hay ideas innatas no puede frecuentar esa va. Entonces, no queda otro camino que
apoyar la tesis de que el conocimiento adviene por la experiencia de los sentidos y la
razn, segn ratifica a lo largo de la obra. Pero veamos ahora el juicio que esta conclusin,
as levemente esbozada, le merece a Dunn: La manera en que Locke supone de hecho que
el conocimiento adviene, a saber por la aplicacin de la razn a la experiencia de los
sentidos, es asaz prometedora, pero su mecanismo no est descripto con mucha claridad
115).
Todos los razonamientos de Locke acerca de una ley natural para la praxis, evidencian la
necesidad de una tica. Vamos a resumir aqu y a transcribir en parte las conclusiones
lockeanas, pero lo haremos con palabras de Dunn:...cada vez que Locke comienza a
esbozar el perfil de una tica busca la forma esencial que debe revestir, y la piedra
angular que elige es siempre la relacin del Creador y la creacin: todos los valores
humanos pueden ser deducidos de una manera o de otra, de esta matriz inagotable. Este
abstracto ncleo religioso y ms o menos sentimental, garantizaba para Locke, de forma
cierta, la existencia de un orden moral, pero no favoreca para nada una descripcin
precisa de este orden. En esta ruptura total e ineluctable, nos es dado constatar hasta qu
punto la experiencia moral derivaba para Locke de la experiencia religiosa, pero tambin
62
hasta qu punto estaba convencido que la condicin humana no est dotada de ningn
valor intrnseco (116). En otras palabras, se ratifica que, para Locke, la tica deriva de la
tradicin y de la experiencia cotidiana, sometida a la reflexin racional. Y, en todo caso, el
hombre es un ser humano, profundamente humano, segn ratifica reiteradamente. La
condicin humana signa todos sus actos.
6. En otro orden,
tambin la importancia del factor religioso nsito en la cuestin. Al tratar este problema,
por una parte, nos encontramos con la autoridad gubernamental y, por la otra, con la
libertad e independencia de los individuos. En todo caso, siempre navegamos asidos a la
conducta humana y a la descripcin de la accin prudente. Si se quiere, la tolerancia
implica una limitacin de la autoridad.
La razn de haber tratado este problema radica en la propia situacin religiosa de Inglaterra
y de otros pases de la poca que no podan soslayar enconadas y cruentas contiendas, que
la historia nos muestra en toda su plenitud.
Dunn le dedica un breve captulo al tema y menciona la Epstola de tolerantia, que datara
de 1667 y cuyo estudio relaciona la actitud liberal o no, de la sociedad poltica, con las
creencias religiosas.
En una situacin, no siempre firme, Locke sostiene que la autoridad civil no tendra
autoridad intrnseca sobre las cuestiones religiosas. De ah que la actitud tolerante
debiera ser una gua atendible en este punto.
63
Opinamos que este autor exagera la crtica, por cuanto Locke en su tiempo- pone lmites
a la acumulacin indeterminada de la riqueza. Es probable que, con el tiempo, el desarrollo
de las ideas de Locke haya sobrepasado el justo punto en que fueron expresadas. Locke,
precisamente, siempre analiza los lmites y las consecuencias de la aplicacin de sus ideas
ms all de las situaciones concretas. As lo hace tambin con los lmites de los poderes,
incluso del legislativo.
Es menester obrar con cuidado cuando se analiza una teora esbozada a los trescientos
aos de haber sido enunciada y se olvida la transicin de los tiempos medievales a los
modernos.
La idea y la funcin del trabajo en el medio social es uno de los puntos capitales del
pensamiento lockeano. Para Locke, influenciado notoriamente por sus convicciones
religiosas, el hombre no viene a este mundo para vivir mano sobre mano, disfrutar plena y
absolutamente de los placeres y las diversiones: el hombre tiene deberes, debe conducirse
solidariamente en sociedad, aunque la recreacin prudente es permitida. No es dueo
tampoco de privarse de la vida (suicidio), porque ella debe desarrollarse en funcin social.
La teologa calvinista impregna de sentido la vida del hombre, cosa que Locke respeta
profundamente.. De ah que todo hombre se deba a su vocacin y sta es una exhortacin
divina, pero una exhortacin que corresponde interpretar a cada individuo adulto (118).
Todos deben ser responsables de encontrar en el mundo una manera correcta y prudente de
seguir su vocacin y desarrollarla y, al mismo tiempo, hacer uso de los bienes y de las
cosas naturales de este mundo, conforme los designios divinos.
Todo tipo de trabajo honrado debe ser respetado. As, la accin de un pastor que cuida
sus ovejas, en su gnero, es tan merecedora de aprobacin, desde el punto de vista de
Dios, como la accin de un juez que pronuncia su sentencia o de un magistrado o un
ministro de gobierno. Estas palabras que nos aporta Dunn (119) y que han sido escritas
por Locke, son una buena muestra de su espritu igualitario, inspirado por sus profundas
convicciones religiosas.
Por otra parte, Locke es un ardiente partidario de la educacin de todos los hombres. A
este respecto, se inspira en el pensamiento de Pascal y le asigna al hombre la
64
65
9. Como corolario final, queremos recalcar una vez ms la influencia que ejerci la
estada en Francia y, especialmente en Montpellier, en las ideas empiristas y gnoseolgicas
de Locke. Para tal fin, nos valdremos de su cuaderno de viajes (122). Sabemos que el
espritu ingls
66
NOTAS.
(1) SANCHEZ, F., Que nada se sabe, Madrid, Biblioteca Renacimiento, Coleccin Gil
Blas, dirigida por Ricardo Len, de la Real Academia Espaola, Clsicos
espaoles, sin ao de edicin.
Es sta la primera traduccin del latn a la lengua castellana, con prlogo de
Menndez y Pelayo.
Trataremos de exponer un ligero resumen de sus ideas. El ttulo, de por s, es
realmente ilustrativo, aunque, quiz, en su breve dimensin nos d una idea
equivocada acerca de la verdadera intencin del autor. Es verdad que Snchez es un
escptico, pero no a ultranza, como pareciera expresarlo en su primera frase con
que comienza el libro: Ni esto s, que nada s. Es una evidente y dura crtica
contra la autoridad de Aristteles, contra todo aristotelismo, contra la autoridad
libresca, contra la escolstica decadente de la crisis del Renacimiento, contra el
razonamiento exclusivamente deductivo y silogsticoy contra todo abuso de la
dialctica y la retrica. Es una argumentacin fervorosa a favor del mtodo
emprico, a favor de la observacin y la experiencia y a favor del mtodo inductivo.
Si se tiene presente que el autor es mdico, resulta explicable la actitud.
Snchez arremete contra los nombres comunes y las definiciones verbales. As, por
ejemplo, los trminos ente, verdad, bien, sustancia, cuerpo, etc., utilizados por los
filsofos verbales, como los l los califica, para l nada significan. La ciencia que
pretenda apoyarse exclusivamente en el razonamiento silogstico, no es
verdaderamente tal.
Y cuando se pretende demostrar que la ciencia es conocimiento por sus causas,
por la va metdica deductiva, no se arriba a objetivo alguno. En todo caso, la
ciencia es el perfecto conocimiento de la cosa y, para ello, es menester saber
cules son sus elementos, que se reducen a tres: a) el ente que conoce; b) la cosa
que se conoce; y c) el conocimiento mismo. En suma, slo hay o podra haber
una ciencia: la de la naturaleza de las cosas, por las cuales todas ellas seran
perfectamente conocidas.
Por otra parte, segn Francisco Snchez, todo conocimiento proviene de los
sentidos. En verdad, un mdico que se precie de tal no podra aseverar otra cosa.
Pero ocurre que los sentidos nos traen del exterior una misrrima pobreza. Si bien
es verdad que acude a la vista, al tacto, al gusto, al odo y el olfato, la
imperfeccin humana excluye un conocimiento perfecto.
No obstante, Snchez no es un escptico. Si bien es menester conocer las cosas en
s mismas, para ello, existe un solo camino: los nicos criterios de la Ciencia son:
el experimento y la crtica. Es decir, la experiencia y la razn son las guas
seguras, dado que los datos de la experiencia deben ser examinados por la razn
humana. La tesis del nada se sabe cede ante el tenaz hombre de ciencia que ha
descargado las reservas acerca de cierta manera de conocer, lo cual no significa que
no haya otro camino. De tal manera, que en las ltimas pginas del libro nos dice:
Es mi propsito fundar, en cuanto me sea posible, una ciencia segura y fcil,
basndola no en quimeras y ficciones, ajenas a la realidad de las cosas y tiles
67
slo para mostrar la sutileza y el ingenio de quien escribe, sino en los mtodos
firmes y positivos que puedan conducir a una concepcin cientfica
verdaderamente racional y elevada. Yo, en tanto, cindome a examinar las
cosas, propondr en otro libro si es posible saber algo y de qu modo; esto es, cul
puede ser el mtodo que nos conduzca a la ciencia en cuanto lo permita la humana
fragilidad.
Pareciera que lo estuviramos leyendo a Descartes. Sin embargo, este libro fue
escrito sesenta y un aos antes que el Discurso del Mtodo y publicado en
Toulouse (Tolosa) en el ao 1581.
Dice, muy acertadamente, Menndez y Pelayo que Snchez demuestra un
escepticismo que es slo propedutico. No sabemos si lleg a darnos cuenta de su
mtodo ni tan siquiera si pudo concebirlo claramente- pero lo cierto es que quera
rehacer toda la ciencia, comenzando por las ciencias naturales que le
apasionaban. El prologuista espaol resume de esta manera su pensamiento acerca
de Snchez, el mdico hijo de mdico. ...la originalidad de Snchez consiste en
ser un escptico empedernido en cuanto a toda la realidad metafsica superior al
mundo de los fenmenos, y un fogoso creyente en los resultados de la ciencia
experimental, como no poda menos de serlo un tan clebre anatmico como l
l..., que haba formado una sociedad secreta para hacer la diseccin de los
cadveres del hospital de Tolosa.
Es cierto tambin que, desde el punto de vista filosfico los escolsticos de la
poca podan catalogarlo como un pensador definitivamente nominalista, para
quien la llamada Metafsica se reduce a puras definiciones nominales.
Curiosamente, Menndez y Pelayo, al referirse a estos problemas., afirma que
Snchez arrastraba la misma duda que Locke, que llevaba en germen todo el
materialismo del siglo pasado (se refiere al siglo XVIII). Quiz este juicio sea
exagerado pero s compartimos con el ilustre espaol esta ltima aseveracin: La
ciencia de hoy, hasta sin darse cuenta de ello, aspira a este conocimiento ntegro y
cabal, as por razn del objeto como por razn de la inteligencia conocedora, y
forzosamente ha de parecernos incompleta lo mismo una lgica puramente
deductiva, como vino a serlo en manos de sus discpulos de decadencia de la
lgica de Aristteles, que una lgica puramente inductiva, de las que en lengua
inglesa abundaban tanto. Ambos procedimientos del espritu, excelentes cuando
recta y adecuadamente se aplican a sus respectivos objetos, resultan estrechos y
peligrosos en cuanto pretenden ser nicos y emanciparse de aquella primitiva
intuicin sinttica dentro de la cual se razona.
Recordemos que la obra que hemos comentado ligeramente fue publicada por
primera
vez en el ao 1581 en Tolosa, aunque habra sido escrita en 1576. El autor habra
nacido en 1532 y fallecido en 1623.
Por esa misma poca, otros filsofos abordaban temas semejantes. En verdad,
haban sido precedidos por Juan Luis Vives (1492-1540), nacido en Valencia,
quien denunci el abuso de la dialctica y de la retrica de los aristotlicos.
Es la crisis de la poca del Renacimiento, cuya crtica comienza a hacerse sentir.
No se debe entender, en todo caso, que la crtica fuese al mismo Aristteles,
aunque tampoco ste conformaba todas las opiniones. El caso de Vives es notable
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