Tema 1 Ambito Moralidad

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TEMA 1 EL MBITO DE LA MORALIDAD: TICA y MORAL

Qu es la tica?
Es la disciplina filosfica que se ocupa de los asuntos morales, nuestra CONDUCTA bajo el punto
de vista del bien, del deber o del valor, calificndola como buena o mala, debida o incorrecta,
valiosa o sin valor moral.
Es una disciplina conocida con dos nombres diferentes, tica y Moral, que vienen de distintas
races etimolgicas.
I.

APROXIMACIN SEMNTICA:

ARANGUREN (1909-1996) fue el primer sistematizador de los estudios ticos en Espaa e hizo
hincapi en esta doble etimologa. As:

tica deriva de las palabras griegas:

thos: Esta posea dos sentidos fundamentales, de los cuales

El ms antiguo haca referencia a residencia, morada, lugar donde se


habita.

Martin Heidegger seala que la actual traduccin de thos por carcter o


modo de ser piensa en trminos modernos, no griegos; significando el
trmino thos estancia o lugar donde se mora.

A partir de ese sentido, el significado fue evolucionando hasta llegar a


designar el lugar desde el que (metafricamente) se vive, esto es, las
disposiciones del hombre en la vida, su carcter.

thos:

Platn y Aristteles derivaron thos de thos, es decir, derivaron el carcter de


la costumbre y acercaron el sentido de thos (costumbre) al de hxis (hbito que
se adquiere a travs de la repeticin). De ah la importancia de la educacin.
El carcter sera una segunda naturaleza, fuente de nuestros actos y resultado de ellos, frente al
temperamento o talante, que nos es dado y en relacin al cual hemos de forjar nuestra
personalidad moral. Como deca Kant, el carcter es lo que el hombre hace de s mismo por
voluntad, sometida a la ley moral.

Moral: Los trminos thos y thos fueron traducidos al latn con mos, de dnde provino
moral.

Pero en la traduccin prevaleci el sentido de costumbre o hbito, en detrimento del resto de


acepciones, con lo que la reflexin tica se desliz desde el plano del carcter moral al de su
desgajamiento en hbitos y finalmente hacia una atomizacin de la vida moral, que acabara

centrndose en los actos (buenos o malos), tomados aisladamente. Esto difumina la unidad de la vida moral,
porque esos actos en realidad no se entienden sin un trasfondo y una cierta unidad que les da sentido.
As entre los actos, los hbitos y el carcter hay una especie de crculo:

Nuestros actos y hbitos dependen de nuestro carcter.

Nuestro carcter se forja a travs de sucesivas elecciones y decisiones; es decir, a travs de actos y
hbitos.

El modo de ser ser el resultado de nuestra disposicin o talante, elaborado por el carcter que, a travs del
comportamiento, nos vamos apropiando. Pero el centro de gravedad est en la vida en su conjunto, ms que en
los actos aislados, que slo cobran relevancia en cuanto se supone que en ellos se expresa la vida moral; es
decir, el objeto unitario de la moral sera la vida en su unidad temporal o, como suele denominarse, la vida moral,
dentro de la cual los actos y hbitos constituyen simples elementos.
En el sentido apuntado, tica y moral vendran a ser sinnimos y en l se imbricara la vida moral (ethica
utens) y la reflexin filosfica sobre ella (ethica docens), en cuanto a disciplina susceptible de ser enseada.
Para la gran tradicin moral occidental, el fin de la tica consista en:

El aumento en el conocimiento.

El perfeccionamiento del hombre, pues con respecto a la virtud no basta con conocerla y proclamarla,
sino que hay que intentar tenerla y practicarla.

Aun siendo cierto que siempre habr una gran distancia entre la conducta y los referentes ideales, se tratara de
mermarla.

Diferencia entre tica y moral: Podemos distinguirlas basndonos en las diferencia entre el filsofo
moral (cuya labor es terica, referida a la prctica) y el moralista (cuya labor es alentar y reformar la
prctica moral de los humanos).

La distincin se funda en que, aunque el filsofo moral reflexiona sobre la vida prctica, no por ello tiene
forzosamente que jugar el papel de moralista, sino que puede limitarse a una reflexin terica general sobre el
fundamento de la moralidad. Partiendo de esta perspectivva, podemos decir que:

La moral hace directa referencia al comportamiento humano y lo califica en bueno o malo, hacindose
cargo del mismo los diferentes cdigos o principio que tratan de regular las acciones de los hombres.
Ejemplo: Moral griega, cristiana, budista, marxista

La tica (tambin denominada filosofa moral o Moral con mayscula, para indicar que nos referimos a
una disciplina) es la rama de la filosofa que piensa la vida moral, sin proponerse prescribir o aconsejar
como lo hacen los principios morales, sino ms bien reflexionando sobre ellos, para intentar ver cmo
funcionan y dar razn de los mismos, buscando sus categoras especficas.

La tica se revela como un saber terico-prctico porque reflexiona sobre la vida moral de los hombres y porque,
aunque adopta la adecuada distancia reflexiva de la accin diferencindose de la retrica/propaganda, guarda
suficiente relacin como para advertir que se investiga con la finalidad de ser buenos.
En resumen:

tica y moral con minscula = Moral vivida

tica y Moral o filosofa moral = Reflexin filosfica sobre la moralidad, sobre las diversas formas de moral
vivida.

Sealar que este uso no es regular en todos los autores.


II.

LA ESTRUCTURA CONSTITUTIVAMENTE MORAL DEL HOMBRE:

El sentido ms obvio de la palabra moral es el que considera a la vida humana en trminos de su bondad o
maldad.
Ejemplo: Bueno aparece en ARISTTELES como el predicado fundamental de la vida moral. Posteriormente, esa centralidad la han
pretendido ocupar el deber con KANT y el valor con MAX SCHELER.

El significado ms usual de moral ya se refiera al bien, deber o valor es el adquirido por su contraposicin a
inmoral entendido como lo malo, indebido o no valioso.
Sin embargo, antes que a inmoral, el trmino moral puede contraponerse a otros como amoral y desmoralizado.

A.

Moral amoral: (tica Esttica)

Etimolgicamente, la a-moralidad supone la supresin de las dicotomas a las que antes se haca referencia
(bueno-malo, debido-indebido). Un sujeto amoral no sera aquel que elige lo malo frente a lo bueno (ese sera el
inmoral), sino que sera el que ni siquiera se cuestiona la alternativa y pretende situarse ms all o ms ac
de la misma.
1.

Ms ac de la alternativa entre el bien y el mal, no hacindose cargo de la misma:

Hay que hablar en este punto de Kierkegaard (1813-1855) y del hombre del estadio esttico, el que toma
sus decisiones desde una cierta indiferencia. Elige ahora esto, luego lo otro, sin que en ninguna de esas elecciones
comprometa su existencia. Digamos que lo que el hombre elige es no elegir.
Sin embargo, el propio KIERKEGAARD mostr cmo no elegir supone tambin una forma de eleccin, aunque en
sentido impropio.
La diferencia radical entre el hombre del estadio esttico y el del estadio tico no es que uno elija el mal y otro
el bien, sino que:

El hombre del estadio esttico no quiere hacerse cargo de la cuestin, colocando a merced del capricho
en sus elecciones.

El hombre del estadio tico s tiene en cuenta esta cuestin, teniendo en cuenta esta cuestin.

Esta disyuntiva no expresa la eleccin entre Bien y Mal, sino aquella eleccin mediante la cual se elige Bien y Mal,
o se anula el Bien y el Mal. Por tanto, en la eleccin no se trata de elegir bien, sino de la seriedad, la forma, el
pthos con el que se elige.
Kierkegaard considera que es la eleccin la que nos constituye. Subraya la importancia que para la vida
humana tiene el hacerse cargo de que no todo da igual, de que no todo vale lo mismo, de que unas cosas son
mejores que otras. El indiferente pasa por alto su responsabilidad y, al negarse a realizar as su libertad,
se abandona a la COSIFICACIN, se convierte en cosa.
Ejemplo: Ya seal Fernando Savater que el indiferente es cosa entre cosas: sabe que de las cosas no puede esperarse nada,
porque todas dan lo mismo, y l no se siente llamado a introducir en ellas las debidas distinciones.

2.

Ms all de la alternativa:

En Ms all del bien y del mal, Nietzsche seala que ofrece una crtica a la modernidad, sin sealar que sus
intenciones consistan el anular toda disyuntiva entre bien y mal.
El texto nace como intento de acabar con la jerarqua de valores establecida en el mundo moderno a travs de la
secularizacin1 de la moral cristiana, que l consideraba una moral de la decadencia y del resentimiento,
prolongada en la democracia y en el socialismo. Segn Nietzsche, el perdn nace de la cobarda, el ideal de
igualdad del temor a lo superior.
No intenta anular la disyuntiva entre el bien y el mal, sino establecer otro bien y otro mal, crear una nueva
jerarqua de valores. Defiende la figura del superhombre frente a la moral del rebao, en vez de una moral
reactiva, que no pretende nada y es propia de espritus sometidos, l propone la moral de alguien rudo, poderoso,
plantado en s mismo.
Sin embargo, parece difcil situarse ms ac o ms all de la moralidad desde una perspectiva individual. Tampoco
se han dado sociedades en las que no haya un sistema de normas y preferencias vinculantes para el grupo.
As pues, el fenmeno de la amoralidad ha de entenderse como un problema ms psicopatolgico que tico o como
un concepto lmite en el que los casos de autntica privacin del sentido del bien y del mal seran la excepcin que
confirma la regla.

B.
1.

Moral desmoralizado:
El nimo como moral:

Cuando decimos de alguien que se encuentra desmoralizado o que est bajo de moral, no pretendemos
decir que se comporte de mala manera. La vida moral consiste en obrar bien y en mantener, en medio de
las dificultades que la vida acarrea, el suficiente nimo para afrontarla.
El sentido, pues, que adquiere moral cuando se contrapone a desmoralizado viene a ser el de fuerza para
vivir, nimo, coraje, que luego habrn de emplearse en el bien o en el mal, pero sin los cuales ni uno ni otro
pueden realizarse. Ese significado del trmino es previo al de moral como bueno, hasta el punto de que
este ltimo ha de montarse sobre aqul.

2.

Moral como estructura:

1 Secularizacin es el proceso que experimenta una sociedad cuando la religin pierde influencia sobre ella y otras esferas
del saber ocupan su lugar. La ilustracin es un periodo secular ejemplar.

Fue ARANGUREN quien subray la importancia radical de este aspecto de la moral, refirindose al concepto de
moral como estructura.
A pesar de que en la actualidad los antroplogos discuten la posibilidad de una cierta capacidad de aprendizaje en
los animales, una de las diferencias bsicas entre los animales y el hombre podra expresarse diciendo que el
animal se halla AJUSTADO AL MEDIO, frente al caracterstico DESAJUSTE que con ste mantiene el ser
humano.
Pues ante estmulos similares, la respuesta del animal se puede predecir, dado que su equipamiento biolgico
le proporciona respuestas instintivas, no racionales. Al hombre en cambio, ningn aspecto de la realidad le
viene ofrecido unvocamente. Al poder dar diferentes respuestas y hacer diversas propuestas, tiene que
interpretar la realidad y elegir, lo que comporta una vida inestable que, a la vez, es la otra cara (y el riesgo) de
su propia libertad.
La naturaleza, en el hombre, siempre se encuentra mediada por la cultura, entendida en el sentido
antropolgico, como lo que se refiere a los sistemas polticos y sociales, la variabilidad de las relaciones sexuales y
los aspectos ms instintivos del impulso de conservacin, hasta el punto de que lo que en unas sociedades es
considerado apetecible, en otras provoca repugnancias. A esto se refera ORTEGA cuando deca que un tigre es
siempre un primer tigre, mientras que el hombre no es ya nunca Adn. As destaca ORTEGA frente a la
seguridad instintiva del animal, la vida humana es un quehacer: la vida nos ha sido dada, pero, a diferencia de
los animales, esta no nos ha sido hecha, teniendo cada uno que determinar su propia vida.
As, hay algo de lo que los hombres no somos libres: de dejar de serlo, pues como deca SARTRE
(existencialista no cree en el poder de la pasin; el hombre es responsable de su pasin) estamos
condenados a la libertad.
A esta obligada eleccin ZUBIRI y ARANGUREN la denominaron moral como estructura. Pero el hombre,
estructuralmente moral, puede conducirse luego debida o indebidamente, moral o inmoralmente, que es a los que
ambos autores se referan como moral como contenido: el hombre, animal hominizado, no se encuentra
directamente humanizado, siendo esta tarea de encontrar su humanidad una tarea principalmente moral.
[El hombre es estructuralmente moral porque por naturaleza est obligado/condenado a elegir. El resultado de la
eleccin en s, si bien o mal, ya no hace referencia a la moral como estructura, sino a la moral como contenido].

El hombre, que es animal hominizado, no se encuentra directamente humanizado, sino que esta tarea de encontrar
su humanidad, su rostro humano, es una tarea bsicamente moral.

3.

Determinismo y libertad:

Al destacar la forzosa libertad humana, parece que nos hemos acercado a la posibilidad de que, aunque el hombre
se piense libre, su conducta se puede encuentrar sometida a un estricto determinismo. KANT trata esta cuestin
en la tercera de las antinomias a las que se refiere en la Dialctica trascendental de su Crtica de la razn pura
y concluye la imposibilidad para la razn prctica de resolverla, pues por ms que nuestra conciencia se presente
como libre, no se puede saber si esa conciencia de libertad es una ilusin que no somos capaces de desentraar en
su significacin real.
Por eso, para KANT, la libertad ser asunto de la razn prctica, indemostrable para el uso terico y sin
embargo condicin de posibilidad de la vida moral, puesto que no sera posible imputar responsabilidad moral
a quien careciese de libertad, la cual aparece como un requisito indispensable, como la razn de ser de la
moralidad, si bien esta es la va de acceso o la razn de conocimiento de la libertad.

Frente a lo que es, al orden del ser (a lo dado, que est regido por la causalidad), el hombre trata de establecer lo
que debe ser. Y aunque, si estuviramos determinados tal intento sera un fracaso, el ombre no puede renunciar a
l como no puede suprimir su lenguaje moral: pues aunque ser buenos o malos resulte independiente de nuestra
voluntad, la moralidad subsiste como la lucha por hacer lo que nos dicta nuestra conciencia.
Esto no quiere decir que el hombre no se encuentre sometido a mltiples condicionamientos. Pues se
suele distinguir entre conductas compulsivas y deliberadas o, como las llamaban los escolstico (siguiendo lo
establecido por ARISTTELES en el Libro III de la tica Nicomaquea): actus hominis, los que lleva a cabo el
hombre sin plena deliberacin; y actus humani, los nicos incumbidos por la tica, sin descuidar que la falta de
deliberacin tambin puede ser imputada al hombre.
Pues, cuando excusamos la conducta de una persona, por una serie de circunstancias, lo hacemos a costa de
convertirla en cosa entre las cosas, sin poder evitar lo impuesto por la causalidad. Tal beneficio de la causalidad
(segn MUGUERZA) puede ser aplicado siempre que hablemos en PASADO; pero no podemos utilizarlo en
primera persona y para referirnos al futuro, pues en ese mismo momento claudicaramos de nuestra
responsabilidad y de nuestra humana condicin, convirtiendo nuestra libertad en facticidad, que es a lo que
SARTRE llamaba mala fe.
Es cierto que la libertad y la responsabilidad no se ejercen en ausencia de condicionamiento. De hecho,
lejos de pensar la libertad como falta de lmite es en su seno donde hemos de realizarla y cuando los lmites
sobrepasan un cierto grado hablamos de conducta coaccionada. Frente a la idea de que el lmite impide la vida
humana, FREUD destac que slo la renuncia a una imaginaria plenitud y omnipotencia da acceso al orden humano
del deseo y al lenguaje, por el que simbolizamos lo ausente. Pero la falta de lmites no permite nuestra
realizacin (los lmites SON NECESARIOS), sino que nos extrava y al carecer de todo tipo de referencias no
sabramos hacia dnde dirigirnos. En cambio, el lmite, la perspectiva, nos orienta y nos abre al mundo.

III.
A.

MORAL INMORAL, MORAL COMO CONTENIDO:


Moralidad y eticidad:

A partir de la condicin estructuralmente moral se monta ese otro nivel de la moralidad por el que el humano trata
de ajustarse a la realidad no slo de cualquier forma, sino de la manera ms justa/buena/preferible (que es a lo
que ZUBIRI y ARANGUREN denominaban moral como contenido).
Estos contenidos de la moralidad suelen venir ofrecidos socio-histricamente por las religiones, las normas de
convivencia, es decir: por los cdigos culturales. Esa normatividad encarnada en las instituciones denominada
eticidad (Sittlichkeit) por HEGEL cuando se refiere a las valoraciones sedimentadas en las instituciones
superadoras de la mera moral.
HEGEL critica a KANT, insistiendo en el formalismo de sus principios morales, su universalismo abstracto la
impotencia del deber y el rigorismo de la conviccin que no tiene en cuenta las circunstancias y posibles
consecuencias de un aplicacin descontextualizada de dichos principios.
sta polmica se ha renovado por las ticas discursivas e K.O.APEL y HABERMAS y el debate entre LIBERALES y
COMUNITARISTAS, al insistir stos ltimos en que la subjetividad siempre viene mediada y se constituye en
horizontes sociales, que son los nicos desde los que las elecciones ticas pueden cobrar sentido.
HEGEL concede que la reflexin sobre el deber como principio universal de la voluntad autnoma puede trascender
la eticidad, las formas de vida de una comunidad; por eso, su propuesta de superar la mera moral en las

instituciones del Estado busca evita un repliegue en la pura interioridad que privada de contenidos objetivos,
carecera de criterios para rebasar su particularidad y se extraviara en lo arbitrario.
Sin embargo, la historia ms reciente cuestiona radicalmente el ideal hegeliano y marxista de la coincidencia
entre el hombre y el ciudadano; porque cuando el espritu de un pueblo es pervertido hasta el punto de
alimentar una eticidad mortfera, el espritu que ha desertado de las instituciones que se han vuelto criminales se
refugia en la conciencia moral de un pequeo nmero de individuos (RICOEUR).

Es preciso poner de relieve que el hombre no se debe abandonar sin ms a la normatividad socialmente vigente y,
an cuando concuerde con ella, habr de asumirla personalmente si no quiere ser un mero producto de la presin
social, cayendo en lo que HEIDEGGER llam la banalidad del das Man/del se (se dice, se hace); si quiere
seguir la ley que se da a s mismo y no una imposicin ajena (la moral cerrada de HENRI BERGSON).
Si el hombre simplemente se abandona a la vigencia social, se hace ESCLAVO en vez de dueo de s ( ROUSSEAU:
el impulso del simple apetito es esclavitud; la obediencia a la ley que uno se ha prescrito es libertad).

B.

Bueno en sentido instrumental y en sentido moral. Tcnica y prctica.

Cabra preguntarse, es que el hombre puede elegir el mal, lo menos bueno? La tica a Nicmaco de
ARISTTELES se abre con la declaracin de que: El bien es aquello hacia lo que todas las cosas aspiran, por lo
que parece que el hombre no puede obrar mal.
Sin embargo, bueno es un trmino ambiguo, no usndose siempre en sentido moral. En ciertas ocasiones tiene
un significado puramente instrumental (en cuanto adecuado a su fin), como cuando decimos que un cuchillo es
bueno porque corta bien. Ya desde ARISTTELES y la ESCOLSTICA se sale al paso de esta equivocidad, al
indicar que el hombre se comporta sub ratione boni, lo que no quiere decir que su comportamiento sea moralmente
bueno. As, nuestros intereses pueden hacernos olvidar otros aspectos que deberan haber sido tenidos en cuenta
en nuestras elecciones.
Fue KANT el que se ocup de aclarar este tema en la Crtica de la razn prctica. As, las expresiones bonum
y malum entraan una ambigedad, que las hace susceptibles de un doble sentido, que solvent al distinguir
entre:

das Gute (lo bueno) y das Wohl (lo provechoso) para referirse a bonum.
das Bse (lo malo) y das bel (lo perjudicial) para referirse a malum.

Las primeras expresiones hacen referencia al aspecto moral, las segundas a lo meramente apetecible, a lo
instrumental, sin relacin a la voluntad en cuanto determinada por la ley de la razn.
Hay un adagio escolstico que dice: nihil appetimus, nisi sub ratione boni; nihil aversamur, nisi sub ratione mali
[nada apetecemos que no se halle bajo la razn de lo bueno, ni nada detestamos que si no es en razn de lo malo ].
Tiene un uso correcto pero, dado que las expresiones latinas bonum y malum entraan ambigedad, es susceptible
de un doble sentido generador de confusin. El idioma alemn tiene la suerte de ser tan rico que alberga
expresiones que no dejan pasar por alto esa diversidad de acepciones. El alemn cuenta con mayor nmero de
conceptos, lo cual facilita la exactitud de los trminos y las ideas.
Esto es importante porque se pueden extraer dos juicios absolutamente distintos cuando:

Se pondera lo bueno y lo malo inherente a una accin.

Se considera en torno a nuestro provecho y perjuicio (es decir, si se mira desde el punto de vista
instrumental).

El provecho/perjuicio siempre significan slo una relacin con nuestro estado de agrado o
desagrado, y cuando deseamos o aborrecemos un objeto, tal cosa tiene lugar nicamente por
cuanto ese objeto queda relacionado con nuestra sensibilidad y con el sentimiento de
placer o desplacer que produce.
Sin embargo, el bien o el mal significan siempre una relacin con la voluntad en tanto que
sta se vea determinada por la ley de la razn a hacer algo como un objeto suyo, pues la
voluntad constituye la facultad de convertir una regla de la razn en causa motriz de una accin
(mediante la cual pueda realizarse un objeto). Este bien o mal queda por lo tanto estrictamente
referido a acciones y no al estado sensitivo de las personas.
Y de haber algo absolutamente bueno o malo, nicamente podra serlo el modo de actuar, la
mxima de la voluntad y por ende la propia persona que acta en cuanto buen o mal ser
humano, mas nunca cabra calificar as a una cosa.
En la Crtica para la razn pura, KANT diferenci entre dos usos de la razn en atencin a la
relacin del conocimiento con su objeto:

Uso terico de la razn/conocimiento terico, que consiste en emplear el


conocimiento para determinar el objeto y su concepto.

Uso prctico de la razn/conocimiento prctico empleado para convertir el objeto en


realidad.

Prctico se define en el Canon de la obra como todo lo que es posible mediante libertad. Pero
este sentido es tan amplio que abarca:
o

La tcnica o aplicacin prctica de la razn terica, que trata de escoger los


medios idneos para conseguir un fin previamente estipulado.

Lo moral o propiamente prctico, donde la libertad se ejerce de manera


eminente en la discusin y eleccin, no de lo que es bueno como medio para
algo o en funcin d elo agradable/conveniente, sino de lo bueno en s.

En la Fundamentacin para una metafsica de la costumbres (1785), KANT diferenci entre


dos tipos de imperativos:

Los imperativos hipotticos dependen del fin propuesto o de determinadas condiciones


(si A entonces B) y basta con que a alguien no le importe la condicin para que dejen de
regir.

Pueden ser problemticos cuando el fin o la condicin de los que dependen pueden ser
sustituidos por otros, dando lugar a reglas de habilidad tcnica. Y, si se tratase de un fin al
que ha de suponerse tienden todos los seres humanos (como sera la felicidad), nos
encontraramos con imperativos hipotticos asertricos, de carcter pragmtico, como
los que se encuentran en los consejos prudenciales para la felicidad.

Los imperativos categricos no estn sometidos a ninguna condicin y formulan


simplemente debes o no debes tal o cual.

En el Canon, KANT haba insistido en que la moral no se ocupa tanto de la felicidad, que ya
procuramos por mera inclinacin, sino de hacernos dignos de esa felicidad a la que
aspiramos:
Felicidad es la satisfaccin de nuestras aspiraciones (extensiva, atendiendo a su variedad;
intensiva, en relacin a su grado; y protensivamente, respecto de su duracin). La ley prctica
derivada del motivo de la felicidad es la pragmtica (regla de prudencia). En cambio, la ley
consistente en la dignidad de ser feliz es la moral (ley tica).

Por eso, considera slo prcticos los imperativos categricos que se expresan en mandatos de
moralidad, por ser donde se ejerce la libertad del ser humano, capaz de obrar conforme a las
leyes de la naturaleza y a su autonoma (conforme a las leyes que se da a s mismo). Estos
mandatos expresan leyes prctico morales y no reglas tcnico-prcticas.
La distincin kantiana entre tcnica y prctica es paralela a la establecida por ARISTTELES
entre poiesis (fabricacin, cuyo fin es distinto del que fabrica), que produce obras exteriores al
agente, y praxis (realizacin), que es la accin inmanente que tiene su propio fin.
C.

ticas materiales y formales:

Conviene sealar que la moral como contenido no es necesariamente una tica material, sino
que puede venir constituida por una tica formal:

Algunos cdigos morales prescriben de modo bastante concreto lo que se debe hacer,
regulando el contenido de nuestro comportamiento (ticas materiales).

En otras ocasiones, en cambio, los principios morales son puramente formales y ofrecen,
tal como dira KOLAKOWSKI, una tica sin cdigo.

La filosofa moral de KANT, por ejemplo, se preocup, ms que de establecer una serie de
preceptos morales, de indagar qu condiciones ha de reunir un precepto para ser considerado
moral, a saber: ser autnomo (expresin de la ley que se da cada cual a s mismo) e
incondicionado. As se expresa el imperativo categrico, cuya primera versin deca:
Obra slo segn aquella mxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta
en una ley universal.

No dice qu hemos de hacer en concreto, sino tan slo CMO hemos de obrar para que
nuestro comportamiento sea efectivamente moral. De este modo, la moral como
contenido es puramente formal, vaca de contenido.

IV.

MORAL COMO ACTITUD

Junto a la moral como estructura y la moral como contenido se puede destacar, segn
ARANGUREN, la importancia de la moral como actitud, cuya gua sera la conciencia,
sometida a mltiples condicionamientos, pero, al fin y al cabo, ltima instancia de la tica , pues
slo los individuos son capaces de actuar moralmente, responsabilizndose de sus acciones.

A.

El individualismo tico y la tica social:

La conciencia puede y debe abrirse al dilogo con los dems, cuyas razones tendr que tener en
cuenta, y deber de dejarse interrogar por la filosofa de la sospecha, as denominada por

RICOEUR, para desenmascarar sus dobleces y engaos. La conciencia es la instancia


irrebasable de la moral.
De ah se deduce un individualismo tico que insiste en el que el individuo es el nico e
insustituible protagonista de la moral. Sin embargo, tal individualismo no debe olvidar que la
gnesis del individuo est socialmente mediada, esto es que la identidad personal se genera a
travs de una serie de identificaciones o que la individualizacin se produce a travs de la
socializacin.
La conciencia debe abrirse al dilogo con los dems posibilitando que el individualismo no lleve a
desentenderse de los otros. Ya que, si bien la decisin moral se ejerce en ltima instancia de
manera solitaria, desde la responsabilidad intransferible de cada cual; eso no significa que no
pueda ser solidaria, generando una tica social/transpersonal a nivel:

tica interpersonal/de la alteridad, en la que el otro es un alter concreto.

tica impersonal/de la aliedad, en la que el otro es un alius, otro innominado y


distante, al que estoy obligado en las tareas colectivas de la sociedad y de la humanidad
comn.

B.

tica de la conviccin y tica de la responsabilidad:

Hablando de la conciencia encontramos el contexto adecuado para introducir una nueva


categorizacin de la tica, planteada por MAX WEBER (1864 1920) en Politik als Beruf,
donde contrapone los conceptos de:

Gesinnungsethik/tica de la intencin o de la conviccin: La asimila a la tica kantiana,


que

se mueve por principios incondicionados,

con

independencia

de los

resultados derivados de su actuacin, es decir, sin entrar en un clculo de las


consecuencias derivadas de su accin.
Esta tica resulta acsmica y polticamente inoperante.

Verantwortungsethik/tica de la responsabilidad: El poltico se mueve conforme a esta


tica, pues tiene que estar atento a las consecuencias previsiblese incluso
laterales o no deseadas de su accin.

Esta tica desliza al poltico por la pendiente de la violencia y el mal, porque ninguna tica
del mundo puede eludir el hecho de que para conseguir fines buenos hay que contar en
muchos casos con medios moralmente dudosos y con la posibilidad de consecuencias laterales
moralmente malas.
Se ha sealado este dilema como un falso dilema, pues como KANT insista una buena voluntad,
no es tal por lo que produzca o logre, ni por su idoneidad para conseguir un fin propuesto, siendo
su querer lo nico que la hace buena de suyo. Ms no por ello se desentiende de los fines que
estime moralmente deseables y que se deben lograr, haciendo para ello acopio de todos los
recursos que se hallen a su alcance; slo que la moralidad de la accin no reside en el
resultado, pues al valor de la buena voluntad nada aade la utilidad ni el fracaso.
De ser as, no hay dos tipos de tica sino que lo que manifiesta WEBER es la compleja relacin
entre tica y poltica.

V.

TICA Y METATICA

Decamos que el contenido de la moral suele proceder de las tradiciones sociales, concepciones de
la vida y el mundo, de la cultura antropolgicamente entendida. Y que la reflexin filosfica de
la tica no tiene por qu tener un carcter normativo (su papel no es el de reformadores morales)
pero ello no implica una asepsia axiolgica ya que, aunque no intente dirigir la accin de un
modo inmediato, su crtica y reflexin sobre la moral tiene incidencia en el obrar.
Esa doble vertiente de la tica queda catalogada en la distincin entre tica normativa y
metatica/tica crtica.

A.

tica normativa: ticas teleolgicas, deontolgicas, axiolgicas.

La tica normativa es una disciplina filosfica que trata de sealar lo bueno o lo malo en la
vida humana, lo que debemos hacer en el orden de los principios, siendo misin de la phrnesis
(prudencia aristotlica como deliberacin sobre lo bueno de forma general) su aplicacin a la
inmensa variabilidad de los casos particulares.
La tica al reflexionar y criticar la moral como forma de vida, investiga en qu medida lo moral es
una dimensin constitutiva del hombre y las categoras en que puede expresarse . Los principales
modelos de tica normativa han sido dos:

Los teleolgicos (de tlos, fin), ejemplificados por la tica aristotlica en la que el Bien
es aquello a lo que las cosas tienden, siendo la eudaimona (la felicidad) el fin buscado
por los humanos.

La tarea fundamental de la tica, segn ARISTTELES, consiste en esbozar un modo de vida


del cual podamos razonablemente esperar que nos conduzca a la felicidad.

Los deontolgicos (de don, deber).

KANT seala que la tica no se preocupa tanto de la felicidad como de que nos hagamos
dignos de ella. A su entender, si la naturaleza hubiera tenido como fin que el hombre fuese
simplemente feliz, le habra equipado con lo necesario para ello , a travs de un sistema
instintivo con los fines y los medios necesarios para conseguirlo. Sin embargo, al dotarle de
razn y libertad, parece que el humano queda alejado de la verdadera satisfaccin, de
lo cual deduce KANT que el fin de la razn no es la consecucin de la felicidad, sino el
hacernos dignos de ella, a travs de una buena voluntad
Si la razn nos ha sido asignada como capacidad prctica, que debe tener influjo sobre
la voluntad, entonces el autntico destino de la razn tiene que consistir en generar
voluntad buena en s misma y no como medio con respecto a uno u otro propsito.

Por tanto, aqu la buena voluntad queda asimilada al cumplimiento del deber por el
deber.
Ambos modelos forman los dos paradigmas ticos por excelencia: el teleolgico aristotlico y
el deontolgico kantiano; con todas sus variantes hasta la actualidad y con sus tensiones.

En el mundo contemporneo, MAX SCHELER, con su tica axiolgica (de axin, valor),
trat de otorgar al concepto de valor la centralidad que antes haban detentado el fin y el
deber, estableciendo as un tercer paradigma tico.

B.

tica crtica o metatica: Teoras descriptivistas y no-descriptivistas

Ms all de la tica normativa, la Metatica al pretender un estatuto de cientificidad neutral, se


ha concebido como un examen libre de presupuestos, como un estudio de segundo grado del
lenguaje moral, un metalenguaje de ese leguaje-objeto que sera el lenguaje de la moral. No
se encarga de los problemas normativos de la tica, sino de analizar el significado de los
trminos y enunciados.
Desde este punto de vista, las teoras ticas se clasifican en:
1.

Descriptivistas:

Dentro de stas:

Las teoras naturalistas dicen que las condiciones de verdad de los enunciados morales
son similares a las de las ciencias empricas, por lo que los mtodos de stas seran
suficientes para determinar su verdad o falsedad, sin precisar de ninguna premisa
tica, dado que el significado de los enunciados ticos (como la definicin aristotlica del
Bien como aquello a lo que todas las cosas tienden) es similar al de aquellos otros en los
que no aparecen trminos ticos.

Las teoras intuicionistas:

A principio del S. XX, G.E. MOORE critica esa concepcin al pensar que incurre en la que
denomin falacia naturalista. Con su punto de vista dio lugar a la posicin intuicionista,
que comparte con el naturalismo el que los enunciados ticos pueden ser verdaderos o falsos
y el que los trminos ticos se refieren a propiedades, pero sosteniendo que stas no son
definibles ni empricamente observables (bueno sera tan indefinible e inanalizable como
amarillo) sino que son propiedades morales sui generis, slo accesibles a la intuicin.
2.

No descriptivistas:

Encuentran sus antecedentes en HUTCHESON y D. HUME. Para el No-descriptivismo, los


trminos ticos no se refieren a propiedades y los enunciados ticos no pueden ser
considerados/metalingsticamente parafraseados como verdaderos o falsos, sino nicamente
correctos o incorrectos (desde un punto de vista moral).
Ejemplo: Esta mesa es blanca es una proposicin que puede ser metalingsticamente
parafraseada diciendo: Esta mesa es blanca es una proposicin verdadera o falsa, porque la
mesa es un hecho del mundo, no un valor introducido en l.
Si decimos matar es malo, la afirmacin parece descriptiva pero es prescriptiva, pues malo no
es ningn hecho del mundo, sino un valor introducido por el sujeto que juzga, por lo que,
suponiendo que lo malo ha de evitarse, equivale a no se debe matar. De una proposicin
prescriptiva, como la anterior, nicamente cabe decir que nos parece correcta o incorrecta,
pero no verdadera o falsa.

Dentro de las teoras no-descriptivas podemos sealar:

El emotivismo creado por C.L.STEVENSON y que sigue la teora verificacionista del


significado del positivismo lgico considera que un enunciado tico no describe nada
del mundo, sino que expresa las actitudes o emociones del hablante, haciendo imposible
el discurso racional en tica.

El prescriptivismo creada por R.M. HARE insiste en que la funcin de los


enunciados ticos, aunque no sea descriptiva, es asimilable a la de otros
enunciados no fcticos (como ordenar, prescribir, aconsejar), slo que las convicciones
ticas no deberan identificarse con la posesin de actitudes, deseos o emociones
personales, sino con la de actitudes impersonales o morales si es que el discurso
tico es racionalmente posible, sin reducirse a la retrica emotiva.

Finalmente conviene sealar que, pese a la diversidad de orientaciones de la filosofa moral


analtica (de la metatica), cuya tarea consiste simplemente en esclarecer el lenguaje de la
moral, no parece que sus intentos de neutralidad valorativa/axiologica hayan logrado la
neutralidad que ellas mismas reclamaban, comportando, en cambio, el riesgo de renunciar a la
labor crtica de la filosofa y a la propia razn en la implcita aceptacin del orden de cosas dado.
Sin tener que compartir todos los presupuestos del racionalismo crtico de K.S.POPPER y
H.ALBERT, estos destacaban que la metatica no puede tomar la metodologa practicada en los
sistemas ticos como un factum que se puede entender pero no cambiar, sino que habr de
iluminar crticamente las reglas de juego que fcticamente se dan. Pues slo cuando se plantea la
cuestin de en qu medida la pretensin a un reconocimiento general parece aceptable empieza la
revisin filosfica, que ha de consistir tanto en una valoracin crtica de tales normas con
independencia de que se trate del dominio moral, poltico, cientfico, econmico o cualquier otro.
Esa pretendida neutralidad de los filsofos morales analticos en realidad se ha manifestado en una
indisimulada preferencia por el utilitarismo, como bien indic en su da J. MUGUERZA porque
han abandonado el anlisis del lenguaje moral para ponerse a dar consejos sobre el mejor modo
de ordenar nuestros asuntos en la prctica moral de la vida cotidiana.

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