Jeremias 10-7
Jeremias 10-7
Jeremias 10-7
Porque a ti es debido el
temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus
reinos, no hay semejante a ti. Jeremas 10.7
El mundo est en oscuridad, es decir, el mundo vive engaado. La ignorancia
y el error dominan al mundo, vivimos en un mundo que rechaza de la luz de
la verdad. (Juan 3.19)
Es necesario establecer esta realidad, porque a causa del pecado el hombre
carece de un entendimiento correcto de quin es Dios y cul es su deber hacia
el Creador.
En el mundo hay muchas personas que abiertamente se rebelan contra Dios
negando su existencia y por lo tanto rechazan cualquier responsabilidad
delante de l. Estos claramente no temen a Dios, y detestan la idea de un
Juicio, prefieren engaarse a s mismos que considerar reconocer que tendrn
que dar cuenta de sus pensamientos y acciones.
Lamentablemente entre la mayora de los que afirman creer en Dios son muy
pocos los que entienden que Dios es digno de ser temido.
El maligno ha logrado introducir un falso concepto de Dios haciendo que las
personas piensen que el amor de Dios es contradictorio con la idea de un Dios
al cual se debe temer. La gente por lo tanto, ha preferido creer en un Dios
que solamente es amor y que no ejecutar un Juicio.
Aunque para la mente humana el concepto de amor y el de temor no pueden
coexistir a la vez, la Biblia nos ensea ambas cosas y si creemos que las
Sagradas Escrituras son la revelacin de Dios para nosotros, debemos aceptar
lo que Dios dice de s mismo.
En nuestro texto bblico, el profeta Jeremas hace una pregunta retrica que
se supone que debera tener una respuesta obvia, todos deberan temer a
Dios. Pero lamentablemente esto no es as. Consideremos las razones.
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alc mis ojos al cielo, y mi razn me
fue devuelta; y bendije al Altsimo, y alab y glorifiqu al que vive para
siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos
los habitantes de la tierra son considerados como nada; y l hace segn su
voluntad en el ejrcito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien
detenga su mano, y le diga: Qu haces?... Ahora yo Nabucodonosor alabo,
engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son
verdaderas, y sus caminos justos; y l puede humillar a los que andan con
soberbia. Daniel 4.34,35
Este rey bas su alabanza a Dios en la grandeza de Su soberana y en el
reconocimiento de que Dios puede humillar a los que andan con soberbia.
En las manos de Dios est nuestra salud, nuestra estabilidad financiera,
nuestro xito en las cosas que emprendemos, nuestras metas, y nuestro
destino eterno tambin.
O pensamos que Dios no tiene nada que ver con nuestras enfermedades,
fracasos y tropiezos?
Aunque Dios no es el agente activo del mal, ningn mal acontece sin Su
permiso y esto debera hacer que tengamos temor de l.
Satans quiere daar, destruir, matar y sin la accin bendita de Dios a nuestro
favor, el enemigo puede daarnos y destruirnos. Pero Dios est en control.
El profeta Jeremas reconoci esta tremenda realidad despus la destruccin
de Jerusaln y escribi:
Quin ser aquel que diga que sucedi algo que el Seor no mand? De
la boca del Altsimo no sale lo malo y lo bueno? Lamentaciones 3.37-38
Este profeta reconoci que todas las tristezas que haban venido sobre Israel
eran un castigo merecido, enviado por Dios.