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ANTROPOLOGA
de la VEJEZ:

el cuerpo negado

Jos Luis Vera Corts

En las actuales sociedades industrializadas existe un verdadero culto

al cuerpo. Aquel que no responde a los atributos considerados deseables o positivos, es estigmatizado socialmente. En este contexto, un
cuerpo que ha envejecido se percibe como feo, enfermo, improductivo o no deseable.

Introduccin
ecuerdo dos libros de grandes autores que abordan, desde su experiencia,
el envejecimiento su propio envejecimiento y que, por su contenido, me
parecen altamente contrastantes e interesantes.
El primero es del fisilogo espaol Santiago Ramn y Cajal, y lleva por
ttulo El mundo visto a los 80 aos. Impresiones de un arterioesclertico. El segundo
fue escrito por Henry Miller, y se llama Al cumplir ochenta.
En el primer caso, Ramn y Cajal describe el proceso fsico de deterioro en el
que se encontraba en 1934, cuando public su libro. En el segundo, Miller reflexiona sobre su vida y, con argumentos basados en su experiencia, transmite una
visin optimista de su condicin octogenaria.
Mientras que en el texto de Cajal se hace referencia a un proceso que es universal y que presenta pocas variaciones, el texto de Miller se refiere a su experiencia y a su contexto social. Al hacerlo, abre la puerta a la reflexin sobre cmo
se envejece en Occidente, cmo se vive esta etapa de vida en otras sociedades, y
cmo vara esta vivencia dependiendo de la clase social o del gnero.
No todas las fases del ciclo vital son experimentadas por las diferentes sociedades de la misma manera. De hecho, algunas ni siquiera son reconocidas o nombradas. Por ejemplo, mientras en nuestra sociedad la adolescencia es una etapa reconocida y caracterizada por diversas problemticas, algunas sociedades no viven
ese periodo, y no le asignan un trmino. Al respecto, es importante aclarar que la

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Envejecimiento

pubertad es una fase biolgica de desarrollo y

maduracin de los sujetos, mientras que la
adolescencia se define como una fase social de
insercin en un grupo cultural. Los nios
de algunas sociedades pasan de la infancia a
la adultez mediante un ritual de paso, sin atravesar por la adolescencia, mientras que en
nuestra cultura la adolescencia es un periodo,
necesariamente transitorio, claramente identificado por la sociedad y experimentado por
un colectivo.
Ms all de reflexiones sobre si el proceso de envejecimiento es parte de un proceso
de desgaste, y por ello la manera en que se envejece constituye una especie de biografa
que refleja la experiencia vivida, o si como
opinan algunos es parte de un proceso biolgico programado en nuestra especie, las diferentes sociedades viven de modos distintos esa
etapa de la vida.
Si bien el proceso de envejecimiento est
estrechamente relacionado a un deterioro de
lo corporal, sobre el cuerpo pesan valores, expectativas y construcciones de tipo simblico
que determinan que exista una significacin
social particular del cuerpo. Para entender mejor las diferentes maneras de envejecer, veamos cmo damos significado al cuerpo de los
ancianos en nuestra sociedad, y cmo lo hacen otros grupos humanos.

El cuerpo y el envejecimiento
en Occidente
Aunque pareciera que envejecer es un
proceso que depende exclusivamente de
una serie de fenmenos fsicos y biolgicos
por los que atraviesa el cuerpo, reconocer la
existencia de un conjunto de significados que
se construyen sobre el mismo, y que derivan
en la construccin de un cuerpo social, hace
que replanteemos la trama de significados del
proceso de envejecimiento.
Nuestro cuerpo es un referente obligado en
nuestra forma de relacionarnos con los dems

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y con el mundo en general. Sobre l se tejen una gran cantidad

de valores y significados que socialmente constituyen estereotipos sobre lo que es considerado bello, sano, productivo o deseable, en contra del cuerpo visto como feo, enfermo, improductivo o no deseable.
Vivimos en una poca donde existe un verdadero culto al
cuerpo. Aquellos cuerpos que no se ajustan a los atributos
considerados deseables o positivos son estigmatizados socialmente. Se trata de cuerpos que slo habitan el espacio de lo
privado, de lo que no se exhibe o muestra socialmente. Son
cuerpos olvidados por la sociedad, y en ese sentido son olvidados por el colectivo.
Pero, cules son los atributos considerados deseables y por
qu? Nuestra sociedad valora fundamentalmente las posesiones
materiales y la capacidad para generarlas. Es decir, a la par de

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Antropologa de la vejez: el cuerpo negado

que existe un culto al cuerpo, existe tambin un culto a la potencialidad de ste como generador de vida y como generador
de bienes materiales. En otras palabras, existe un valor social
que se le atribuye al cuerpo productivo, frtil, joven. Valioso
socialmente por poseer o generar bienes, riqueza, vida; y ello se
equipara, por tanto, a deseable.
De esta forma, el cuerpo del anciano es comnmente relegado y hasta negado, desposeyndolo de los atributos de un
cuerpo con apetencias y deseos. Parecera que los ancianos
no deben tener apetencias de ningn tipo. La considerada como
desmesura de la carne les es negada, y confinada en todo caso al
espacio ntimo y de orden estrictamente privado. Los estigmas
se suman, pues en efecto hay diferencias de orden cultural en
cmo concebimos el cuerpo de los hombres y de las mujeres, de
forma que ser mujer y anciana implica un doble estigma.

En cualquier caso, es posible combatir el

estigma, pero para un anciano la nica posibilidad de hacerlo est representada por la posesin de bienes que puedan ser redistribuidos a
las personas cercanas. El cuerpo no dejar de
ser estigmatizado, pero el anciano no ser reprobado de un modo abierto en su contexto
social.
Sin embargo, hay que mencionar que los
grupos humanos se reproducen, adems de
biolgicamente, socialmente. De esta forma,
al relegar al anciano se relega con l a su memoria y experiencia, mismas que representan
un valor til en la reproduccin social de los
grupos culturales. Es decir, al ponderar la capacidad productiva y reproductiva del cuerpo
joven, se eliminan atributos importantes de
los ancianos, que desempean un papel importante en la sociedad, ya que se trata de valores que le permiten al grupo social identificarse como tal.
As, en Occidente, el cuerpo del anciano se
convierte en un tema tab, pues al negar
su cuerpo y sus apetencias, se niega su historia,
y con ello su identidad. Por ello, Occidente
teme profundamente al envejecimiento, pues
se trata de una etapa que va acompaada de un
desvanecimiento de la presencia socialmente
valorada de los cuerpos jvenes: su potencial
productivo.
Al final, el anciano interioriza el discurso
social que lo margina, y se convence de que, al
no ser igualmente productivo que antes, se ha
convertido en un ser menos valioso, de forma
que termina por automarginarse, descartando
de s mismo una serie de atributos que le dan
un valor distinto, pero importante en la dinmica de reproduccin social.
No obstante, el signo negativo que en Occidente estigmatiza al cuerpo de los ancianos
es construido en mbitos sociales y culturales especficos, por lo que no debera considerarse como constante para todos los grupos
humanos, como s lo es el proceso biolgico
del envejecimiento.

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Sin embargo, con la transicin demogrfica (cada vez ms ancianos y menos nios)
que caracteriza a muchas sociedades, un mayor
nmero de personas habita actualmente el llamado continente gris del envejecimiento.

Otras formas de envejecer

Tal vez habra que empezar por preguntarnos cundo se es viejo en una sociedad. La
respuesta tendra que estar necesariamente vinculada a los criterios especficos de cada
sociedad.
Hay que notar que el envejecimiento y las
edades asociadas a l en nuestra sociedad fueron prcticamente desconocidas para sociedades pretritas, en las que la esperanza de vida
era mucho menor que la actual. En algunas sociedades de cazadores recolectores, la esperanza de vida no era superior a los 40-45 aos,
mientras que en otras, con condiciones de
supervivencia extrema, la esperanza de vida
se situaba hacia los 25-30 aos.
El desarrollo de la medicina y la mejora de
las condiciones generales de vida han modificado radicalmente ese dato en las sociedades
actuales. En ese sentido, la vejez que conocemos hoy es una creacin histrica. Lo anterior
no quiere decir que no haya habido viejos en
etapas antiguas; slo que su reconocimiento y
problemtica nos la planteamos slo hasta hoy
en da.
Es muy importante mencionar que el valor
social de los ancianos depender de las caractersticas de las diferentes sociedades. Si nos
referimos, por ejemplo, a sociedades de corte
tradicional y que conservan las tradiciones
identitarias del grupo, el anciano tendr un
valor especial y positivo; su memoria y experiencia sern consideradas fundamentales,
pues son poseedores de un saber til en la
vida cotidiana. En sociedades caracterizadas
por la constante innovacin y el desarrollo,
como las actuales sociedades industriales, los
ancianos, al haber perdido su potencial pro-

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ductivo, podrn ser relegados mediante diversas estrategias para

ser recluidos o negados.
Hay que decir que este trato no es privativo de las sociedades occidentales, y que adems, en Occidente mismo, depender de los bienes que se hayan podido atesorar a lo largo
de la vida.
En actuales sociedades de cazadores-recolectores, donde la
supervivencia material se encuentra constantemente amenazada, los ancianos son frecuentemente relegados por su incapacidad de participar en actividades directamente vinculadas con
la apropiacin del alimento, y frecuentemente son abandonados a su suerte en los constantes desplazamientos del grupo.
Este comportamiento, que ha sido reportado para el grupo de
los sirion en Bolivia, no se repite, sin embargo, para los tiwisa
de Australia, donde los ancianos tienen notable influencia en
su grupo, no por la posesin de bienes materiales, sino por su
papel social en el control de las mujeres. Todo pacto social pasa
por la promesa de la entrega de mujeres en edades casaderas, y
los ancianos son considerados los nicos capacitados para llevar a cabo tales alianzas. Este comportamiento tambin ha sido
descrito, con algunas modificaciones, en los leles del Congo.
En pequeas sociedades tribales que basan su subsistencia
material en patrones bsicos de produccin agrcola, los ancianos son valorados positivamente, pues se reconoce su cercana
con los fundadores del clan, y ello les faculta para participar en
la reparticin social de los bienes del grupo, incluida la tierra.
En esos casos, los jvenes tienen frecuentemente comportamientos de admiracin y respeto para los viejos.

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Mxico envejece:
Antropologa
de laperfil
vejez:demogrfico
el cuerpo negado
actual

De hecho, en algunos grupos de Senegal,

durante el bautizo de los nios se hace referencia a lo deseable de que el nio viva mucho
tiempo y acumule tanta inteligencia que su cabeza florezca y no pueda caminar ms.
De este modo, el proceso de envejecimiento en las diferentes sociedades involucra al
menos dos niveles de anlisis en el mbito social: el primero de ellos descriptivo, donde se
reconoce el proceso de deterioro de algunas
cualidades fsicas, y un segundo nivel de corte fundamentalmente valorativo, en el que
sobre ese cambio se emite un juicio de valor,
basado en los atributos culturales especficos
de los grupos humanos.
En todo caso, como afirmaba Marcel Proust,
tener cuerpo es la gran amenaza para el espritu.

Jos Luis Vera Corts es antroplogo fsico por la

Escuela Nacional de Antropologa e Historia y doctor en
filosofa de la ciencia por la Universidad de Valencia. Es
investigador del Instituto Nacional de Antropologa e
Historia y autor de diversos artculos y de los libros El

hombre escorzado. Un estudio sobre el concepto de eslabn perdido en la evolucin humana y Las andanzas

El valor de los ancianos depender tambin del gnero y de

las caractersticas especficas del grupo social. Por ejemplo, en
algunas poblaciones de la Guyana, donde los hombres en bsqueda de trabajo tienen mucha movilidad, los nicos miembros
estables de las familias son las mujeres ancianas, y ello les confiere un alto valor social, pues se considera que son las mujeres,
y particularmente las mayores, las encargadas de regular las
alianzas entre los miembros del grupo.
En algunas sociedades, el hecho de alcanzar una avanzada
edad se considera gozoso, sobre todo si se gener una amplia
descendencia. Se convierte, por as decirlo, en el smbolo del
xito del grupo, y jams se le apartara de l. Ello ocurre en muchos grupos africanos en los que, por ser agrupaciones de tradicin oral, los viejos representan el vnculo con el pasado y la
identidad: su memoria es la nica manera de transmitir saberes
importantes para la reproduccin social del grupo. Esta importancia ha sido menguada por la introduccin de la escritura y
de los libros, que hacen que los ancianos sean innecesarios para
esos fines.

de caballero inexistente. Reflexiones en torno al cuerpo

y la antropologa fsica .
[email protected]

Lecturas recomendadas
Le Breton, D. (1995), Antropologa del cuerpo y
modernidad, Buenos Aires, Nueva Visin.
Miller, H. (2004), Al cumplir ochenta, Mxico,
UNAM.
Minois, G. (1989), Historia de la vejez. De la
Antigedad al Renacimiento, Madrid, Nerea.
Ramn y Cajal, S. (1934), El mundo visto a los
ochenta aos. Impresiones de un arterioesclertico, Madrid, Maxtor.
Vera, J. L. (1999), Los estigmas del cuerpo,
Longevidad, ao 1, nm. 4, pp. 11-13.

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