Ollantay - Anonimo
Ollantay - Anonimo
Ollantay - Anonimo
OLLANTA
Proemio
Ollanta es la nica pieza dramtica que nos ha legado la poesa quichua, pues aunque
actualmente se hacen en la sierra varias representaciones teatrales, ellas son engendros tan
informes e irregulares que no han merecido los honores de impresin1.
He aqu el argumento del drama:
Ollanta, guerrero de gran valor, se enamora de la princesa Cusi-Coillur, hija del
emperador Pachactec, y se atreve a pedirla en matrimonio. Pachactec rechaza las pretensiones
de Ollanta, por no ser de la sangre noble del Sol, y encierra a su hija en el monasterio de las
Vrgenes; pero Ollanta la seduce y tiene de ella una hija llamada Ima-Smac. Luego se subleva el
guerrero, y se atrinchera en el castillo de Ollantay-Tambo. El emperador lo combate, pero muere
al fin sin venganza del ultraje. El nuevo Inca Tpac-Yupanqui, hijo de Pachactec, logra tomar
el castillo y conduce a los prisioneros al Cuzco. Cuando Ollanta iba a ser condenado a muerte, se
1
Ollanta u Ollantay era curaca de sangre del distrito de Tampu. Dotado de carcter enrgico y de grandes
talentos militares, as como de una hermosa presencia varonil y de finsimas maneras, no tard en obtener el alto
rango de general y presidente de Anti-suyo.
Resida en la Corte del Cuzco por su empleo, donde estas cualidades personales y los servicios prestados a
la patria le captaron el favor del monarca y las adulaciones de los cortesanos.
Apoyado en sus mritos y valimiento, concibi la atevida idea de poner los ojos en una usta, o hija
legtima del rey, logrando la correspondencia de su amor hasta el extremo de hacer delincuente a la joven
princesa.
Un hecho semejante no poda permanecer oculto: lleg a maliciarlo la corte y slo el Inca ignoraba.
Harto conoca Ollanta lo difcil de su situacin, pues ni los lauros ni gracias de la fortuna eran capaces de
sacarlo de la esfera de vasallo para aspirar a un enlace que se consideraba como divino.
Traalo esto en la mayor inquietud. Su alma sombra y meditabunda tema por instantes que una vez
descubierto el sacrlego atentado, la perdicin de la infanta objeto de sus amores y la suya propia eran
irremediables.
Sin embargo, lleg un da en que el rey deba pasar una revista del ejrcito, para apercibirlo a la conquista de
Chincha-suyo.
Este acto era muy solemne: cada general presentaba las tropas de su mando, y haca el Inca la revista en
medio de la corte y grandeza, desplegando toda la maginificencia de los hijos del Sol.
Envanecido Ollanta con la distincin y preeminencia de que disfrutaba, crey que sta era la ocasin propicia
para el osado intento de pedir la mano de la infanta, esperando que la brillantez y buena disciplina de sus
soldados aumentaran el afecto que el rey le profesaba, y que ste no sera capaz de desairarlo en pblico.
As, cuando lleg su turno, se acerc al rey con airosa bizarra teniendo el champi, o alabarda, con una mano
y la gorra en la otra, y le habl en estos trminos:
Sapa Inca, esto es oh gran seor! Tengo el honor de poner a sus pies el contingente de bravos Antis que
has mandado se apresten para la campaa. Ellos conmigo a la cabeza sabremos, como siempre, cumplir con
nuestra obligacin. Cierto estoy de que las invencibles armas del Imperio triunfaran sin resistencia en todas
partes. El gran Pachacmac anuncia a mi corazn grandes prosperidades. El esplendor que te rodea, la afabilidad
que ahora mismo luce en tu faz, prometen gracias y beneficencias, y son un impulso de mi esperanza para
atreverme a pedirle la ltima y mayor gracia a que podr aspirar en mi vida.
El Inca lo oy con agrado y le dijo:
Si le queda a mi poder algo ms con qu exaltarte, puedes pedirlo con franqueza. Ya sabes que aprecio tus
buenos servicios.
Capac Inca, dijo Ollantay, ya que me permites hablar, permite igualmente que te recuerde, en apoyo de
mi solicitud, que la casa de Ollantay deriva su antigedad desde el tiempo en que su padre el Sol dio posesin
de estas tierras al primer Inca Manco-Cpac; pues apenas comenz a llamar as a las diferentes tribus, los curacas
de Tampu fueron los primeros que con su gente se le asociaron y le ayudaron a establecer su dominio. Todos
mis ascendientes, unidos a los tuyos han sacrificado siempre sus vidas por la dilatacin del Imperio, y no ha
habido conquista donde no se hallan encontrado. Este es un dogma de nuestro anales y quipos conocidos de
toda la nacin. Bajo de estos principios y siendo t el rbitro y legislador del Estado, en tu mano est enaltecer
como quieras la casa de Ollantay y conceder a m y a mi prosperidad la ltima dicha que me resta pedirte; pero,
seor...
Por qu no concluyes, le dijo el Inca, qu desconfas? No hablas con tu rey y padre?
Seor, es as, y esa dulce palabra que acabas de pronunciar es la misma que te pido ver realizada
concedindome la mano de tu usta.
Al concluir Ollanta, un murmullo de asombro y de indignacin se levant entre todos los circunstantes.
El Inca con rostro displicente y airado le contest.
Hasta hoy he credo que mi vasallo Ollanta era hombre de sana razn. Nunca me persuad que fuese capaz
l, ni otro alguno de tan execrable sacrilegio contra Dios, contra mi real persona, contra la divinidad de mi
sangre y contra la ms sagrada ley establecida por mi padre el Sol y observada por todos los Incas sus hijos. Sin
duda has perdido el juicio, cuando me pides una cosa que ni el mismo Sol, mi padre, puede conceder por la
divinidad de su naturaleza. Ignoras, atrevido, que la exaltacin de tu casa es debida ms que a su mrito a la
dignacin de vuestros reyes, y que aun cuando ms se encumbrase nunca podrs t salir de la condicin de
rebelin se hizo tan execrable que los historiadores temieron manchar sus pginas nombrndolo.
Sin embargo, absurdo me parece afirmar que la historia no se ocupa sino de hombres buenos y
acciones loables, relegando al olvido las maldades, que, por desgracia, en la vida humana van
siempre mezcladas con las ms heroicas virtudes.
Yo creo que los historiadores no tuvieron noticia de Ollanta, porque la tradicin se
haba casi perdido. En efecto, segn el seor Barranca, ha sido necesario hacer las ms prolijas
investigaciones sobre la existencia de Ollanta; y slo, ya en nuestro siglo, don Juan Huallpa,
cacique de Beln en el Cuzco, es quien ha comunicado que hubo tal traicin, esto es: que ha
existido Ollanta, y que su rebelin fue causada por el rapto de una doncella o virgen del
convento del Sol. Una tradicin pues tan oscura y tan debilitada apenas poda llegar al
conocimiento de los cronistas3.
Los siglos en su marcha van borrando continuamente las huellas de los
acontecimientos; y Ollanta es un personaje tan antiguo, que ha pasado a la categora de mito.
Suponen algunos que fue jefe de un pequeo seoro situado en los Andes, y anterior al
advenimiento de Manco-Cpac. El mismo seor de Barranca dice:
Ollantay-Tambo, nombre de la fortaleza, de un pueblo y de un ro, forma la llave de
las naciones situadas en la parte oriental del imperio, que son los Antis, Pillcopatas, Campas y
Tonos, que habitan los valles de Paucartambo y Santa Ana. La construccin de sus
monumentos, que difieren de los del Cuzco y de los dems situados en diversos puntos de la
Repblica, dan sin duda alguna fuerza a esta teora. Cuando penetramos en el monumento de
Ollantay-Tambo para observar de cerca su fisonoma e interrogarle sobre su antigedad: todo
manifiesta que la raza que lo construy ha sido la quichua, cuya civilizacin se asimil con la
introducida por el fundador del imperio.
Casi todos los historiadores convienen en atribuir a las construcciones de OllantayTambo un origen antiqusimo. El seor Lorente en su Historia antigua del Per se expresa as:
En el territorio del Cuzco hubo fortalezas y templos que, si no todos, en gran parte
fueron anteriores a los hijos del Sol. Tal fue entre otras la fortaleza de Ollantay-Tambo situada a
diez leguas del Cuzco en un cerro escarpado y casi inaccesible, a donde se suba por estrechsimo
sendero. Todava se admiran all piedras de enorme grandeza y de una labor esmerada, y paredes
que estn como colgadas sobre el borde angosto del abismo en una serie de pendientes
escalonadas.
En los Anales del Cuzco que public en dicha ciudad el seor Po B. Mesa, los aos
1866 y 1867, se lee que el pueblo de Ollantay-Tambo dista once leguas del distrito de
Urubamba y que ningn cronista habla del autor de esas soberbias fortificaciones, cuya ruinas
admiran tanto a los viajeros, siendo Garcilaso el nico que dice que los incas enriquecieron los
valles de Yucay y Tampu con suntuosas fbricas, especialmente Viracocha, pero sin decir una
palabra del constructor de esa fortaleza, lo cual prueba de una manera casi satisfactoria que
dicho monumento precedi en mucho al periodo incaico, y que los emperadores peruanos no
haran sino modificarlo y embellecerlo.
El historiador Cieza de Len habla de la fortaleza en estos trminos:
Por todas partes (del valle de Yucay) se ven pedazos de muchos edificios, y muy
grandes, que haba: especialmente los que hubo en Tambo; que est el valle abajo tres leguas,
entre dos grandes cerros, junto a una quebrada, por donde pasa un arroyo, y aunque el valle es
3
Garcilaso, hablando de las fuentes que haba en el Templo del Sol en el Cuzco, dice:
De donde se puede colegir la poca tradicin, que aquellos Indios del da de hoy tengan de sus Antiguallas,
pues hoy ha cuarenta y dos aos ya la tenan perdida de cosas tan grandes, como eran las aguas, que iban a la
casa de su Dios el Sol.
Vase cun pronto desaparece a veces una tradicin.
del temple tan bueno como de suso he dicho, lo ms del ao estn estos cerros bien blancos de la
mucha nieve que en ellos cae. En este lugar tuvieron los Incas una gran fuerza de las ms fuertes
de todo seoro, assentada entre unas rocas; que poco gente bastaba a defenderla de mucha.
Entre estas rocas estaban algunas peas tajadas, que hacan inexpugnable el sitio; y por lo baxo
est lleno de grandes Andenes, que parecen murallas, unas encima de otras, en el ancho de las
cuales sembravan las semillas que coman.
El drama que tiene por protagonista a Ollanta es tambin muy antiguo. El seor
Barranca, a quien tengo que citar con frecuencia, se apoya para asegurarlo en los fundamentos
siguientes:
1 Que no se nota en el drama la ms pequea alusin al cristianismo, ni a la sociedad
de la poca en que se pretende haber sido escrito:
2 Que contiene muchos cantos, que se encuentran actualmente en boca de los indios
de la raza pura.
3 Que la lengua del drama ofrece notables diferencias comparada con la que hoy se
habla, como es cierto grado de aspereza propia en el desarrollo primitivo de una lengua.
4 Contiene palabras que han desaparecido y algunas que si existen estn tan
desfiguradas, que para conocer su forma genuina es necesario recurrir a los vocabularios escritos
inmediatamente despus de la Conquista.
5 Los manuscritos ofrecen notables diferencias, no slo en cuanto a la extensin de
cada dilogo, sino tambin en cuanto a los interlocutores.
6 El lenguaje cortesano es esencialmente incsico, usndose en l voces y frases que
hoy son inusitadas.
7 Hay una multitud de palabras que se hablan en otros lugares, especialmente en el
Sud del Per.
8 La sociedad que figura en el drama es completamente pagana, pues no se nota en
ella vestigio alguno de la civilizacin invasora.
9 La divisin de la accin no es conforme a las reglas del drama moderno, pues hay
algunas escenas que son verdaderos actos; como tambin el uso de los coros.
10 La existencia de una rima regular en el drama quichua no prueba nada sobre su
origen moderno; porque no es difcil probar que ella ha sido conocida desde mucho tiempo antes
de la Conquista.
11 Los caracteres diferenciales que distinguen el drama antiguo del moderno se
aplican perfectamente al drama en cuestin.
No es posible pues admitir que el drama hay sido compuesto por el doctor don
Antonio Valdez, cura de Sicuani, que muri en 1816, como han credo muchos siguiendo la
noticia emitida por el Museo Erudito, peridico que publicaba en la ciudad del Cuzco don Jos
Palacios, por los aos de 1837. El drama no puede ser original del doctor Valdez; lo nico que
ste hizo fue poner en orden las piezas antiguas conservadas por la tradicin.
Las musas peruanas deben un voto de gratitud y respeto al doctor Valdez por haber
salvado del olvido esta preciosa muestra del ingenio quichua; empero apenas es dable disculpar a
tan laborioso compilador, el poco estudio que hizo de la historia patria para fijar la poca
probable de la accin, pues incurre en muchas inexactitudes y contradicciones, cayendo en el
grave anacronismo de hacer a Tpac-Yupanqui sucesor de Pachactec (Acto segundo, escena
VIII). Yo he procurado hacer en esta obra todas las rectificaciones posibles, unas veces en la
misma versin, otras en notas que me han parecido indispensables. El doctor Valdez estuvo feliz
en la invencin de ciertos nombres de los personajes, como Piqui-Chaqui (el de pies ligeros),
cualidad propia de un escudero o sirviente; Cusi-Coillur (estrella de alegra), epteto muy
adecuado tambin para una querida, etc.; pero fue desgraciado en los de Coya (emperatriz),
Huillca-Uma (pontfice), Mama-Ccacca (madre guardiana), porque dichos nombres no son
analizamos filolgicamente. En aquellas razas antiguas y aun ahora entre nuestros indgenas,
todo nombre posee un sentido simblico. La segunda parte de la palabra Ollantay (antay)
significa de los Andes, cosa venida de los Andes; pero en quichua no hay ninguna raz que sea ol u oll,
esta slaba era en boca de los peruanos ull o uill. La verdadera forma del nombre es pues uillantay,
o mejor uilla-Antay; y como uilla significa leyenda, tradicin, historia, crnica, uilla-Antay
significa la leyenda y la historia de los Andes. Una prueba evidente de la antigedad del drama
consiste en que todas las tradiciones posteriores han personificado su ttulo y han visto all un
personaje llamado Ollantay. Debo decir no obstante que varios manuscritos llevan la variante
Apu Ollantay, es decir crnica del jefe de los Andes 7.
Pero este ttulo mismo liga el acontecimiento a las razas primitivas que han dejado en
los Andes las vastas ruinas de Ollantay-Tambo (palacio de Ollanta.) En este caso, o bien la
leyenda no poda ser contempornea de Titu-Yupanki, abuelo de Ata-Huallpa, como resultara
de la forma actual del drama, o bien Ollantay no fue el constructor de los monumentos en
cuestin. Todo aquel conjunto de palacios y murallas no es obra ni de un solo hombre, ni de un
sola generacin; las canteras inmensas abiertas en los cerros y en los cuales los trozos de piedra
estn todava amontonados por millares, revela la morada de tribus numerosas ms bien que el
campamento provisorio de un rebelde. Si los conocimientos puestos en escena en el drama
tuvieron lugar bajo los ltimos Incas, es preciso convenir en que ellos no son contemporneos de
las ruinas: es preciso ver en ellos una guerra de emancipacin, o bien una revolucin del jefe de
los Andes Apu-Uilla-Antay a la cabeza de las antiguas tribus de su raza.
Apu-Ollantay, extranjero al linaje de los Incas, pide en matrimonio a una princesa real
a quien ama y de la cual es amado. El Inca Pachakutek rehsa semejante unin, contraria a las
leyes del imperio; pero la princesa, muy poco sensible a las razones de etiqueta, se deja seducir.
7
El seor Barranca dice que la radical de Ollanta es ullu, que denota el amor fsico y envuelve una oracin
elptica, que desarrollada sera Ccahuari-Ullanta.
Yo tengo tres razones para rechazar esta opinin:
1 Ullu no es raz sino un nombre sustantivo; la raz de este nombre, y de cuantos pueden formarse con ella,
sera la slaba ull, que el seor Lpez identifica con uill.
2 Significando ullu el miembro generador del hombre y de los animales, es difcil creer que ninguna
persona (por salvaje que fuese) acepte como nombre propio un trmino de origen tan lbrico. Para considerar a
Ollanta como representante del amor fsico, o sea, un dios de la lujuria, correspondiente al Prapo griego o al
Tiazolteucti mejicano, era preciso haber encontrado en la religin quichua algunos vestigios de su culto, lo que
no consta de las historias de la tradicin.
3 Ollanta no puede ser elipsis de Ccahuari-Ullanta; pues esta frase, que quiere decir literalmente mira a
Ollanta, tuvo su origen en la guarnicin de soldados jvenes y esogidos que tenan siempre los Incas, para
impedir las irrupciones que pudieran hacer los indios brbaros de Paucartambo y Santa Ana, cuyas tribus
principales enumera el seor Barranca en un prrafo que cit poco antes. Esta frase sera un especie de amenaza a
aquellos indios, como quien les deca: cuidado con el castillo de Ollanta! Por consiguiente, lejos de formarse
el vocablo Ollanta de la frase Ccahuari Ullanta, sta debi nacer de aqul.
El autor del artculo del Museo Erudito sobre la rebelin de Ollantay dice: Ninguno de los historiadores
del Per relata el motivo que tuvieron los gentiles para la fbrica de esta grande obra militar, ni tampoco este
sitio fue en aquella poca un lmite o frontera del imperio de los Incas que necesitase de tales fortificaciones para
su seguridad contra alguna nacin belicosa de los Antis; esta misma es por su naturaleza una barrera que la pone
a cubierto de toda invasin por aquella parte.
Pero la misma existencia de esta fortaleza declara su necesidad, desde que semejantes obras no se ejecutan
jams por puro capricho. Adems, se ve hasta hoy en lo alto de una roca a la orilla oriental del ro Yucay, que
forma una estrecha entrada al pueblo de Ollantay-tambo, la pintura al temple de un indio en la actitud de arrojar
una piedra con la honda, y que parece un centinela que custodia dicha entrada. Esta pintura presenta indicios de
la ms remota antigedad, y asombra considerar cmo logr el artista suspenderse sobre el abismo para realizar
su trabajo. No podra imaginarse a este centinela pronunciando con voz de trueno las amenazadoras palabras
Ccahuantuari-Ulla?
Cuando el auditorio ha podido ya presentir esta catstrofe, todava desconocida para el jefe de la
familia imperial, el autor pone en escena un coro de doncellas que, en una serie de estrofas
lricas, hacen con la malicia ms exquisita alusin a las desgracias de la princesa. La virginidad de
Kusi-Kkoillur es un campo de maz que da las ms bellas esperanzas; el tuya, pajarito voraz,
pretende devorar sus granos.
De Ollanta corran no pocos manuscritos en manos de los curiosos, hasta que fue
publicado por Tschudi en su obra en dos volmenes titulada Die Kechua-Sprache el ao 1853 8. en
1862 dio a luz don Jos S. Barranca su ajustada traduccin en prosa. El original quichua, que
est en versos octoslabos rimados9 y distribuido en tres actos, puede verse al fin de la Gramtica
de este idioma publicada en Londres por el doctor don Jos Fernndez Nodal en 1872.
Markham que ha estudiado esta produccin, ha puesto en ingls algunas escenas. En la
traduccin francesa de las Antigedades peruanas estn trasladados a dicha lengua el lamento de
Cusi-Coillur y el soliloquio de Ollanta despus que lo rechaz el Inca, trozos que Rivero inserta
solo en quichua.
Como no hay en castellano ninguna versin mtrica de una de las ms hermosas
producciones de la lengua quichua, y sin rplica la nica que existe escrita en lengua americana,
segn expresin del seor Barranca; me atrevo a presentaros, como muestra, el primer acto del
drama, sometindolo a vuestro dictamen, para continuar o suspender mi tarea10.
Es de sentirse que esta obra, la ms extensa y perfecta que se haya escrito sobre el idioma quichua, no est
hasta ahora traducida al castellano. Como entre nosotros no deja cuenta a ningn particular la publicacin de
libros, el Gobierno debera costear la traduccin de tan importante obra; y, en general, la de todas aquellas que
acerca de nuestro pas se publican en lenguas extranjeras.
9
Garcilaso dice que los antiguos peruanos no usaron consonantes en sus versos, que casi siempre eran de ocho
slabas. Proposiciones tan absolutas no merecen refutarse. Poda conocer Garcilaso todas la obras poticas de
aquella poca? Estoy seguro de que conoci muy pocas, pues en sus Comentarios la fbula sobre la lluvia,
truenos, etc., est tomada del padre Blas Valera, y l por su parte no cita, como muestra de poesa quechua, sino
una copla de cuatro versos tetraslabos.
10
Aprobado el primer acto por el Club Literario, proced a la traduccin de los otros dos.
PERSONAJES
OLLANTA, general de Anti-suyo
PACHACTEC, emperador del Per
CUSI -COILLUR, su hija
TPAC-YUPANQUI , hijo y sucesor de Pachactec
COYA, emperatriz, madre de Cusi-Coillur
R UMI -AHUI , general de Hanan-suyo
HUILLCA-U MA, sumo sacerdote
ANCO-ALLIN-AUQUI , anciano
ORCO-HUARANCA, general
IMA-SMAC, nia de diez aos, hija de Ollanta
PITU-SALLA, virgen del Sol
MAMA-CCACCA, superiora del convento del Sol
PIQUI -CHAQUI , criado de Ollanta
U N INDIO CAARI
CORO DE HOMBRES
CORO DE MUJERES
INCAS, SOLDADOS Y PUEBLO
La escena pasa en el Cuzco y en Tampu a fines del siglo XIV y principios del XV.
ACTO PRIMERO
Un santuario del Sol. Puertas laterales; en el foro un altar y encima un gran sol de oro; nichos en los
muros con dolos de oro y plata; en el suelo varias cestas con flores y vasijas de barro esparcidas.
E SCENA I
Ollanta con manto bordado de oro y
una maza al hombro, tras l Piqui-Chaqui1.
OLLANTA
Has visto, Piqui-Chaqui, a Cusi-Coillur2
en su palacio?
PIQUI -CHAQUI
No; y el Sol evite3
que a su dintel me acerque. Pero siendo
hija ilustre del Inca4, cmo, dime,
ambicionas su tlamo? No temes?...
OLLANTA
No, no me asusta su imperial estirpe.
Siempre he de amar a mi paloma5 tierna;
slo va de ella en pos mi alma sensible.
PIQUI -CHAQUI
Pues yo presumo que te hechiza el diablo6,
no as, seor, tu espritu delire.
Antes que viejo seas, hay mil otras
doncellas lindas que a tu amor se brinden,
el da en que tu loco pensamiento
descubra el Inca, la segur terrible
cortar tu garganta, y sers luego
asado como carne.
OLLANTA
Eh!, no me sirves
ms que de estorbo. Basta de argumentos!,
o aqu al instante, con mi brazo firme,
la existencia te arranco y te destrozo.
1
2
3
4
5
6
PIQUI -CHAQUI
Bien, lo puedes hacer: nadie lo impide.
Como a difunto can 7 chame fuera;
pero ya no podras exigirme
cada ao, cada da, cada noche
que busque a Cusi-Coillur.
OLLANTA
Ya te dije
que no me arredra ni la misma muerte
con su guadaa atroz. Y aunque cubrirme
amenazase un monte, y mis rivales
al mundo entero contra m conciten,
yo rabioso con todos luchara
por abrazar a Coillur.
PIQUI -CHAQUI
Y si horrible
el demonio saliera?
OLLANTA
Hasta al demonio.
con mi planta hollar.
PIQUI -CHAQUI
Si las narices.
le hubieras visto ya, no hablaras eso.
OLLANTA
Sea as, Piqui-Chaqui; pero dime
sin embozo ninguno, Cusi-Coillur
no es una flor brillante?
PIQUI -CHAQUI
Vaya un chiste!
Muerto por Cusi ests. No la conozco.
Mas sera tal vez una que vide
salir entre las vrgenes sagradas8
ayer, al punto en que la aurora re,
hermosa cual la luna9, y refulgente
cual la ruta del Sol.
OLLANTA
7
Pues ya la viste.
Ella sin duda fue (qu alegre y bella!).
Ahora mismo a su alczar debes irte
y procurar hablarla, que ella siempre
est de buen humor.
PIQUI -CHAQUI
No me es posible
ir a palacio, porque all de da
no se conoce a las que van con quipe10.
OLLANTA
Cmo! No has dicho ya que la conoces?
PIQUI -CHAQUI
Seor, con eso nicamente quise
manifestar que, como toda estrella,
ser en la noche que tu dama brille;
y as en la noche la conozco solo.
OLLANTA
Sal de aqu, brujo. Mi adorada rinde
la luz del mismo Sol con su hermosura.
Rival no tiene.
PIQUI -CHAQUI
Aguarda hasta que mires
llegar entonces algn viejo o vieja
capaz de hacer esos oficios viles;
que, aunque hurfano y pobre, no consiento
que de rufin infame se me tilde.
E SCENA II
Dichos, Huillca-Uma con una tnica negra y una daga en la mano11. Squito de sacerdotes. Vienen por la
derecha.
10
Palabra quichua introducida en el castellano y significa el bulto o carga que las Indias llevan a la espalda.
Alusin picaresca de Piqui Chaqui. Como las mujeres nobles no llevaban quipe, pueden tomarse estas palabras
por un reproche a Ollanta: Siendo t plebeyo, tu querida debe ser tambin plebeya.
11
De huillca, dolo, cosa sagrada, y uma, cabeza: jefe de las cosas sagradas, Gran Sacerdote.
Garcilaso llama al gran sacerdote Villac-Umu y dice que viene de villac, el que dice, y umu, adivino,
hechicero: el adivino que dice.
El seor Barranca deriva la palabra Huillca-Uma de huillca, nieto, generacin, y umu, cabeza o jefe de la
familia (de los sacerdotes).
Los sacerdotes del templo del Sol en el Cuzco eran Incas de sangre real. El Pontfice era casi siempre un to
o hermano del Rey.
Segn Garcilaso, los sacerdotes no usaban traje particular, pero Gmara dice que vestan de blanco.
HUILLCA-U MA
Vvido Sol!, ante tu faz postrado (Todos se arrodillan.)
la marcha adoro que constante sigues.
Ya cien llamas12 se encuentran preparadas
que en tu fiesta mi mano sacrifique.
Derramar su sangre en tu presencia,
y en el fuego verslas consumirse
despus que hagamos el preciso ayuno.
OLLANTA
He all, Piqui-Chaqui, al sabio insigne
Huillca-Uma. Ese len13 va acompaado
del mal presagio: siempre nos aflige
anunciando cuidados y desgracias.
Cunto aborrezco yo su empleo triste!
PIQUI -CHAQUI
Calla: no hables as, que ese agorero
sabe mejor que t lo que concibes.
E SCENA III
Dichos, menos los sacerdotes.
OLLANTA
Hablarle quiero, ya que aqu me ha visto.
Oh, sabio Huillca-Uma!, mi alma humilde
con afecto profundo te venera.
Tu proftica ciencia es infalible;
breme pues el porvenir, descubre
los sucesos que en m deben cumplirse.
HUILLCA-U MA
Ollanta poderoso!, a tus pies yace
la gran comarca que valiente riges.
A dominar t solo bastaras
cuantas naciones en la tierra viven.
OLLANTA
Tiemblo de verte aqu entre el aparato
de tanta bella flor, cestas de mimbre,
cenizas fras, cntaros de barro,
todos, cual yo, se maravillan. Dime,
si an el tiempo no llega de la fiesta,
estos raros objetos de qu sirven14?
12
13
Se ofrecan al Sol canastillos llenos de flores, frutas, coca y piedras preciosas; vasos de chicha con los que
hacan libaciones; y la ceniza que quedaba de los animales quemados en los sacrificios, tenan un uso especial.
Haba una ceremonia equivalente a nuestro sacramento de la penitencia: despus que se confesaba el Indio, pona
el sacerdote un puado de ceniza sobre una piedra, el Indio, la soplaba, reciba en seal de perdn una piedrecita
llamada pacra (cosa limpia) y luego iba a purificarse en la confluencia de dos ros (tincu-mayo).
El seor Barranca ha traducido:
Tiemblo al verte aqu; como tambin al presenciar estas cenizas fras, cimiento, adobes, vasos y cestos.
El quichua dice:
...chiri ushpa,
Tica, turu-ccaca, runcu.
Esto es; ceniza fra, flores, vasos de barro, cestas; pero el seor Barranca toma la voz turu (barro, lodo) por
adobes. En cuanto al cimiento, no lo encontramos en el original. Por otra parte, no sospecho qu uso pudiera
hacerse en una fiesta religiosa de cimientos y adobes, a no ser que se tratase de construir algn edificio.
15
Garcilaso refere que las enfermedades de los Emperadores Incas no eran consideradas como las de la gente
comn, sino como mensajeros de su padre el Sol para que fuesen a descansar con l; y que no permitan
sacrificios por su salud, por no contradecir la voluntad del cielo. Pero a ser cierto esto, tampoco hubieran
consentido en curarse, dejndose morir sin emplear ninguna medicina, lo cual no suceda, pues el mismo autor
dice que se curaban con sus herbolarios.
16
Rupicola peruviana; se usaban en los sacrificios junto con otras aves.
17
Segn Garcilaso, no se hacan holocaustos a la Luna; as pudiera sustituirse el verso por este otro:
A nuestro padre el Sol se verifiquen.
18
Puede ser una alusin a los tres das festivos que instituy Pachacutec en cada mes para descanso y
entretenimiento del pueblo.
19
Los sacerdotes solan ser al mismo tiempo mdicos.
Montesinos asegura que los primitivos peruanos conocieron la escritura, pero se fue perdiendo poco a poco
desde que con la dominacin de los Incas se introdujeron los quipos. Conocindose la escritura en Asia, y
habiendo venido de all colonias al Per, en los tiempos remotos, la opinin de Montesinos es del todo
aceptable. Agrega este historiador que la escritura jeroglfica desapareci del todo a causa de una irrupcin de
brbaros en tiempo del Inca Titu-Yupanqui-Pachacuti, en el cuarto ciclo milenario de la creacin del mundo.
24
Bella comparacin propia del genio ndico; significa: tu corazn est corrompido, pero aun es capaz de
volver a su primitiva pureza y de hacer buenas obras. Con esta especie de milagro pretenda el Pontfice curar la
pasin de Ollanta.
25
El texto dice: sin retirarte.
PIQUI -CHAQUI
Me dorm cual piedra,
y so malagero.
OLLANTA
Y di, qu viste?
PIQUI -CHAQUI
28
Esto es, so que te iban a poner preso. Cuando a fines de Octubre faltaban las lluvias, los Indios amarraban
en el campo una llama negra, derramaban chicha alrededor y no le daban de comer hasta que caa la lluvia. En
virtud de esta consideracin, el sueo de Piqui-Chaqui puede significar tambin: Estamos en mal tiempo,
atravesamos una poca crtica.
29
Emperatriz, la esposa del Inca.
30
Los peruanos hacan espejos de azfar, o de oro, plata y cobre bruido. Los hombres nunca se miraban al
espejo; lo tenan a infamia por ser cosa mujeril.
Pero en la escena II dice Ollanta al Gran Sacerdote que est desposado con Cusi-Coillur, que su madre la Reina
lo sabe y solo el Inca lo ignora. Aqu la Coya demuestra no saber nada de los amores y matrimonio de Ollanta,
y adems lo llama Inca, sin pertenecer a la raza del Sol, aunque por ser gobernador de Anti-Suyo pudo
pertenecer a los incas de privilegio, esto es, a los peruanos ennoblecidos por gracia especial del emperador.
Ahora, entre los incas, el ceremonial del casamiento estaba reducido a que el monarca uniese en pblico las
manos de los novios. Cmo poda entonces el Inca ignorar el matrimonio de su hija? Y si Ollanta se hizo
casar por alguno de los incas o ministros encargados de enlazar a los plebeyos y con conocimiento de la Coya,
cmo esta no se da por enterada de ello con Cusi-Coillur? Solo hay una explicacin, y es que, como reina y
como madre, crey acaso conveniente, en pro de su dignidad y por respeto a las leyes patrias, mostrarse
ignorante de ese matrimonio clandestino; pues suponer que Ollanta mintiese a Huillca-Uma dicindole que
estaba casado sin estarlo, es cosa difcil, porque la mentira era aborrecida y lo es hoy mismo hasta entre los
salvajes de la montaa. Era tal el respeto que los indios guardaban a la ley, que el que la quebrantaba, acusado
de su propia conciencia, iba a publicar ante la justicia sus ocultos pecados; porque adems de creer que su alma
se condenaba, teman que por su culpa sobreviniesen males al Imperio. As lo asegura Garcilaso.
Chasca, de largos y crespos cabellos; el planeta Venus. La mitologa peruana lo consideraba como paje del
Sol.
33
Garcilaso, autoridad fidedigna en cosas de los Incas, dice que en Aclla-huasi no entraba ningn hombre, y
que ni el mismo Inca quera gozar del privilegio que como Rey poda tener verlas y hablarlas, para que nadie se
atreviese a pedir igual privilegio, y aqu lo vemos rodeado de sus cortesanos y guardias. En mi opinin esta
escena no pasa quiz en Aclla-huasi sino en el palacio de la Emperatriz, como puede juzgarse por lo que
Pachactec dice a su hija ms adelante:
Regocjate, Coillur, con tus siervos
bajo el amparo del materno alczar.
Pero el doctor Valdez, no estaba muy al corriente de las leyes y usos del Imperio, e introdujo dicciones o
pensamientos suyos en los lugares que juzg como vacos. Yo, alentado por este ejemplo, me he permitido
algunas veces alterar el texto; ya suprimiendo redundancias o ripios; ya parafraseando ms bien que traduciendo
el quichua, siempre que las ideas expresadas requeran, a mi entender, ms claridad o vigor; ya, en fin,
acomodndome a la verdad histrica antes que a la exactitud de la versin.
Pachatutec: de pacha, mundo, y cutec, el que cambia: El que cambia o trastorna el mundo. Se llama TituManco-Capac; pero su padre Viracocha le mud el nombre, para que se conservase el recuerdo del triunfo sobre
los Chancas, que estuvieron a punto de destruir el Imperio. Tambin pueden haberlo llamado as, por sus
grandes reformas en las leyes y administracin de la Monarqua.
Ay, pajarillos,
no devoris
de mi Princesa
la cara mies.
Maizal35 tan bello
da gozo ver;
sus tiernas hojas
no marchitis.
El grano es duro
para romper,
mas por adentro
suavsimo es.
Aves golosas,
miedo tened,
porque en la liga
vais a caer.
All os haremos
pegar los pies;
de ello el piscaca36
da entera fe.
En estos campos
verlos podis,
aprisionado
desfallecer.
Tendris vosotros
la suerte de l
si de los granos
uno comis37.
35
36
37
PACHACTEC
Regocjate, Coillur, con tus siervos
bajo el amparo del materno alczar. (Vase.)
COYA
Cantad con ms dulzura, caras ninfas;
idos los que cantasteis la desgracia.
E SCENA IX
Dichos, menos los hombres. Las mujeres cantan.
Dos amantes palomitas
penan, suspiran y lloran
y en viejos rboles moran
a solas con su dolor.
Por altas cumbres desiertas
una se escap ligera
dejando a su compaera
llorar tan infausto amor.
Buscndola tiende el ala
por todas partes incierta;
pero al fin hallla muerta,
y as en su idioma cant:
Paloma, d estn tus ojos?
D est tu pecho amoroso,
y tu pico delicioso,
que otro tiempo me encant?
Y la paloma cuitada
vagaba de roca en roca,
confusa, atnita, loca,
presa de horrible afliccin.
Vertiendo un raudal de llanto
vuela por el orbe entero,
y dice en son lastimero:
Dnde ests, mi corazn?
El tiempo cruel me separa
de mi paloma querida!
exclamaba, y abatida
en el suelo se postr.
Estremecise su cuerpo,
y al rayar la luz del da,
despus de larga agona
a su pena sucumbi38.
38
CUSI -COILLUR
Dice verdad el yarav. Callaos,
que ya mis ojos son fuentes de lgrimas.
E SCENA X
Pachactec, Ollanta y Rumi-ahui39.
PACHACTEC
Notables magnates, la estacin se acerca
en que por fin los batallones salgan
con direccin al Colla-suyo. Listo
para salir tambin est Chayanta40.
Apercibos, y afilad las flechas
para partir la prxima semana.
OLLANTA
Muy mal resistirn esos cobardes,
pues se alzarn el Cuzco41 y sus montaas.
Y ochenta mil soldados que ya esperan
el sonido del parche42 y de las flautas43.
Por mi parte ya tengo prevenidas
mi maza de combate y mi macana.
PACHACTEC
Otra orden os dar. Todos aquellos
a quienes a luchar las leyes llaman,
deben ser proclamados, porque hay muchos
que aprecian ms su sangre que la espada.
Al despuntar de la aurora
en el puro azul del cielo,
por ltimo desconsuelo
se estremece con dolor...
y bamboleando su cuerpo
cae ya desfallecida,
y al morir enternecida
suspira llena de amor!
Traduccin del seor Barranca.
De rumi, piedra, y ahui, ojo. Este mismo nombre llev despus un Capitn de las tropas de Atahualpa,
por tener nube en un ojo.
40
Provincia que tena veinte leguas de largo y otras tantas de ancho situada en el Alto Per (hoy Bolivia).
Pero por el contexto parece que Chayanta fuera nombre de algn general del Imperio.
41
Cosco, ombligo; ciudad capital del Imperio, llamada as por estar situada en el centro.
42
Huhncar, tambor de guerra. Tinya, tamboril usado en las fiestas.
43
Pututu, trompeta; se hacan del caracol del Murex tritonis o de la cola del buey disecada.
39
R UMI -AHUI
Magnfico seor, cuando juntarse
a los ms bravos orden Chayanta,
a fin de que los Yuncas44 se vistiesen
de cuero y el camino nos limpiaran,
un corazn mezquino ha demostrado
que su cobarde espritu disfraza,
prohibiendo que a pie la tropa marche
antes que las salidas se hallen francas.
Pero ya que muchsimos hoy mismo
prontos estn para cargar las llamas,
bien se puede partir. Todo est listo.
Ya me arde el pecho en impaciente saa.
PACHACTEC
Qu! Pensis por ventura ir al encuentro
de serpiente feroz o bestia brava?
Pretendis devastar esas naciones?
Sin verter sangre, sin daarles nada,
principiaris con la mayor dulzura45.
OLLANTA
Yo preparado estoy a la campaa,
y sin embargo, oh Inca, mi alma tiembla
con una idea cruel que la desgarra.
PACHACTEC
Dmela pronto, aunque mi cetro pidas.
OLLANTA
A solas te hablar.
PACHACTEC
Vete y descansa,
valiente general del Hanan-suyo46;
y si yo te llamare, ven maana.
R UMI -AHUI
Tu pensamiento es mo, que se cumpla.
El Sol te guarde, altsimo Monarca. (Vase.)
44
E SCENA XI
Pachactec, Ollanta.
OLLANTA
Bien conoces, oh Inca poderoso,
que fui tu compaero de la infancia,
y que tu dicha y tu fulgente gloria
he procurado siempre en la batalla.
Gracias a mi valor y bizarra
yugo has impuesto a innmeras comarcas.
Por ti he vertido mi sudor, y siempre
tu escudo he sido y tu celoso guarda.
Para triunfar y sojuzgarlo todo
doquier mostr sagacidad y maa.
Fui terror de los pueblos, y sobre ellos
caa yo como broncnea maza.
La sangre de tus fieros adversarios
no ha derramado mi tajante espada?
Dnde no se pronuncia con respeto
el claro nombre del glorioso Ollanta?
Yo conquist los Yuncas de los Antis
para servir de esclavos en tu alczar;
yo dom la altivez y podero
de los terribles belicosos Chancas47;
la soberbia humill de Huanca-huillca48,
poniendo su cerviz bajo tu planta.
Yo tu imperio aument con cien naciones,
ya empleando la razn, ya la arrogancia,
derramando mi sangre, y exponiendo
la vida ma entre las hordas brbaras.
T, mi padre y seor, me has regalado
este dorado yelmo y esta maza,
sacndome del seno de la plebe;
pero as como es tuya esta macana,
tuya ser tambin mi valenta,
tuyas sern mis nclitas hazaas.
T general me has hecho de Anti-suyo,
que como a ti me quieren y me acatan.
Cincuenta mil soldados me obedecen,
defensores valientes de la patria;
mas, cual siervo sumiso, a ti me acerco,
y hago de mis servicios remembranza
para que, como padre generoso,
47
OLLANTA
Ah, Cuzco! Ah, beautiful city!
From this day to the end of time
Than art filled with my enemies.
Thy perverse bosom will I tear,
Thy heart will I give to the condors.
O, enemy! O, Inca, mi enemy!
Thousands of antis will I entice;
50
51
52
OLLANTA
Ve, Piqui-Chaqui, y dile a Cusi-Coillur
que esta noche me aguarde.
PIQUI -CHAQUI
Ayer fui por la tarde,
pero las galeras vi desiertas.
Hice ruido, di voces reiteradas;
nadie me respondi. Todas las puertas
se encontraban cerradas.
All nadie viva.
En el palacio ni un perrillo haba.
OLLANTA
Y los criados?
PIQUI -CHAQUI
53
53
Ucucha Hesperomys, roedor indgena. Ratas no se conocieron en el Per hasta los tiempos de Blasco Nez
Vela, primer virrey, en que vinieron en un buque espaol.
54
Tucu, Bubo Virginianus.
OLLANTA
Tal vez cree que el Inca enfurecido
que me busquen ordena.
PIQUI -CHAQUI
Orco-Huaranca s, pero no el Inca.
Cunto odio a este mueco!
OLLANTA
Que ha fugado del Cuzco el bho avisa,
y aun de mi corazn lo anuncia el eco.
PIQUI -CHAQUI
Y dejamos a Coillur tan de prisa?
OLLANTA
Crees que pueda dejarla? Ay, dulce esposa!
Ay, paloma! Ay, mi amante!
PIQUI -CHAQUI
Escucha est cancin. No hay quin la cante?
Cantan afuera.
He perdido en un momento
la paloma que cri;
los valles registra atento,
e indaga adnde se fue.
Por su celeste hermosura
de Coillur el nombre tiene,
grato y lleno de dulzura
cual a ella sola conviene.
Su frente clara y serena
55
De oro, cerro, y huaranca, mil. Uno de los generales ms valientes que secundaron la revolucin de
Ollanta.
Planta que da flores con ptalos rojos en el exterior y blancos en el interior, de la familia de las Begoniaceas.
Lupinus, planta leguminosa papillonacea; sus corolas son blancas, amarillas o matizadas de violeta con
blanco; aqu se alude a los lupinos blancos que probablemente seran los ms comunes.
58
Los Incas no saban fabricar vidrio. Llamaban quespi o yurac crespi (cristal de roca o simplemente cristal) al
cuarzo hyalino de los mineralogistas.
59
Una paloma he criado
que perd en un momento,
busca en la comarca atento
y averigua dnde est
pues, ella tiene por nombre
por su rostro tan gracioso
57
OLLANTA
Amada ma! Estrella deslumbrante
suspendida en la altura!
Corresponde a tu gala y hermosura
la pobre endecha de tu triste amante?
Plegue al Sol que se ahuyenten tus pesares
para que alegre vivas,
y que jams en tu nima recibas
los dardos que el dolor lanza a millares.
Mas si ya para siempre te he perdido,
si te he abierto la tumba,
deja tambin que a mi pasin sucumba,
y beba al fin el cliz del olvido.
PIQUI -CHAQUI
Tal vez han muerto a Estrella:
ya de noche no brilla.
OLLANTA
No ser maravilla
que el Monarca me crea lejos de ella.
Que infieles los amigos me abandonan,
y por hacerme mal nada perdonan.
PIQUI -CHAQUI
Ninguno trata de causarte dao,
porque eres generoso.
Con todos eres franco, dadivoso;
mas conmigo tacao.
OLLANTA
OLLANTA
Ay Ccoyllur, brillante estrella,
de la zafirica altura!
Corresponde a tu hermosura
esta mi triste cancin?
Que huyan tus penas y angustias
para que as ests contenta
y libre de la tormenta
que el pesar hace sentir.
Si te he perdido, el juicio
perder con amargura!
Si te doy la sepultura
tambin deber morir!
Traduccin del seor Barranca.
Si tuvieras, qu haras?
PIQUI -CHAQUI
Muchas cosas.
Obsequiar vestiduras bien lujosas,
parecer rico, deslumbrar la gente...
580
OLLANTA
Eh!, no pienses en eso. S valiente,
y as te tendrn miedo.
PIQUI -CHAQUI
Ay!, no es mi cara de tener denuedo.
Yo de todo me ro, y de flojera
ni una mano moviera.
Ser el visco60 no puedo;
con que lo seas t ser bastante.
Qu pito lejos suena?
OLLANTA
Quiz a prenderme vienen. Adelante!
590
PIQUI -CHAQUI
Ay!, yo me voy a desmayar de pena.
(Vanse con precipitacin.)
ACTO SEGUNDO
Sala del despacho en el Palacio Imperial.
E SCENA I
Pachactec, Rumi-ahui.
PACHACTEC
Mi supremo mandato
para que a Ollanta busquen he expedido,
y trarmelo aqu no han conseguido.
Como un torrente, en ira me arrebato.
T no has visto a ese hombre?
60
Lerco o rerco, visco; est empleado por elegancia en vez de upa, sordo, mudo, tonto. La frase debe
interpretarse: no puedo hacerme sordo a los peligros que corremos. Sin embargo, lerco no es palabra de la
lengua quichua sino de un dialecto de provincia; la voz legtima es allca-ahui.
R UMI -AHUI
Te ha temido.
PACHACTEC
Tras l corre.
R UMI -AHUI
Y qu va
elegir, seor? Tres das hace
que de su casa ha huido.
Nadie sabe d est ni quin lo gua.
E SCENA II
Dichos, un indio con un quipo61.
INDIO
De Urupampa este quipo te he trado.
Me han mandado que venga
de prisa, sin que un punto me detenga.
Ya te he visto, seor. (Hace que se va.)
62
PACHACTEC
Y qu sucede?
INDIO
El mismo quipo revelarlo puede.
PACHACTEC
Rumi-ahui, desata.
R UMI -AHUI
He aqu una varita donde se ata
de lana una madeja,
y que esto solo comprender nos deja:
existen tantos hombres sublevados
cual granos de maz ves amarrados.
PACHACTEC
Pero, qu has visto t? Di claramente.
INDIO
61
Quipo, nudo. Hilo de varios colores anudados de diferentes maneras que los peruanos sustituyeron a la
escritura jeroglfica y con los cuales ejecutaban las operaciones de la aritmtica.
62
De uru, gusano, araa, y pampa, llanura, campo. Hoy se dice Urubamba; es provincia del departamento del
Cuzco.
Erythroxylon Coca. Las hojas secas de esta planta mascan los indios para recobrar las fuerzas.
El color pardo era el luto entre los antiguos peruanos.
TODOS
Viva nuestro Inca amado
por tiempo dilatado!
La borla roja dadle;
tquele en suerte hacer nuestra ventura,
y al trono de oro alzadle.
(Todos gritan a la vez.)
Salve, salve, seor! Por siempre vive!
(Erigen un trono sobre el cual hacen sentar a Ollanta.)
ANCO-ALLIN-AUQUI 66
Halageo recibe
la borla que tu pueblo te ha ofrecido.
Cuan grande es Vilcanota67
en toda su extensin Rey te proclama,
y ansa la derrota
del enemigo que a la lid nos llama.
(Le pone un rico manto y le cie el llauto y la mascapaycha. 68)
OLLANTA
S noble, Orco-Huaranca;
gobierna en nombre mo
el Anti-suyo, que mi diestra arranca
de ese Inca odioso al despotismo impo.
Toma estas flechas y morrin dorado,
para que seas fuerte y denodado.
(Orco-Huaranca se arrodilla y Ollanta le pone
el casco y le cuelga la aljaba.)
TODOS
Que viva Orco-Huaranca, el valeroso!
OLLANTA
Oh, Anco-Allin, pues eres
el anciano ms sabio y ms virtuoso,
te debo conferir de Huillca-Uma
la dignidad sacerdotal y suma.
T ponme con tu mano
estas insignias de Inca soberano,
y as a la muerte misma
con ellas vencer.
66
y o lamentos y quejas,
y un acento que a la muerte
llamaba con ansia fiera.
Por todas partes entonces
gir la mirada incierta.
Erizseme el cabello,
se hel la sangre en mis venas,
y grit aterrorizada:
Quin eres t, que en tristeza
y en angustias sumergida,
exclamas con voz tan tierna:
Scame de aqu, Sol mo;
scame de aqu, mi prenda?
Busco en rededor, pero nada
los ojos mos encuentran:
la paja tan solamente
susurraba en la pradera.
Me pareci que lloraba
toda la Naturaleza,
y sin poder evitarlo
me puse a llorar con ella,
ay!, mi corazn quera
del pecho salirse fuera;
y aun ahora, a tal recuerdo,
mi alma de espanto se llena
como si ya para m
llegase la hora postrema.
Ac tambin, Pitu-Salla,
el mismo dolor impera;
aqu ha formado su nido,
aqu sus arpones vuelan,
y eternamente renace
llanto que la faz anega.
Mira, adorada nodriza,
a aconsejarme no vuelvas,
porque abomino esta casa
y a la gente que la puebla.
PITU-SALLA
Entra, hija ma; evitemos
que alguna anciana te vea.
IMA-SMAC
Es para m esta morada? (Vase.)
E SCENA VI
Pitu-Salla, Mama-Ccacca vestida de blanco.
MAMA-CCACCA
Sabe ya qu se le ordena
esta nia?
PITU-SALLA
Qu le digo?
MAMA-CCACCA
Olvidaste mi advertencia?
PITU-SALLA
Qu quieres! La pobre llora
tanto! Nada la consuela,
y en rechazar los vestidos
del Aclla-huasi se empea.
MAMA-CCACCA
Y qu! No la has reprendido?
PITU-SALLA
No hay reprensiones para ella.
Yo le presento la ropa
porque deseche la vieja
que viste; le hago entender
que su profesin se acerca;
que ya sali de la infancia,
y de ninguna manera
llegar a ser Escogida
si a tal afliccin se entrega,
permaneciendo tan solo
en la condicin de sierva.
Que es una hija sin madre
la infeliz siempre recuerda...
(Se va Mama-Ccacca.)
E SCENA VII
PITU-SALLA
Ay, qu funesto presagio
es la mariposa aquella!
Revlame, cielo santo,
lo que de Ima-Smac sepas;
pues dentro de estas paredes
todo sepultado queda,
como en la nieve que cae
sobre la florida yerba.
Ay, desdichada Ima-Smac!
Qu calabozo te espera!
E SCENA VIII81
La misma decoracin de la Escena I.
Rumi-ahui, Piqui-Chaqui, de dos lados opuestos;
el segundo como espa.
R UMI -AHUI
Es posible, Piqui-Chaqui,
que a venir ac te atrevas?
Por ventura con Ollanta
el traidor morir anhelas?
PIQUI -CHAQUI
Por ser natural del Cuzco
a destierro me condenan;
morar no puedo en los valles
y me regreso a mi tierra.
R UMI -AHUI
Dime qu hace Ollanta.
PIQUI -CHAQUI
Ovilla
un quipo.
R UMI -AHUI
No entiendo.
PIQUI -CHAQUI
Dame
algo, y te impondr de todo.
R UMI -AHUI
Codicioso ests! Te diera
un palo y tres para ahorcarte.
PIQUI -CHAQUI
Ollanta... Ollanta... Slo esta
palabra recuerdo.
R UMI -AHUI , lo amenaza.
Piqui
81
Esta escena es la VII del Seor Barranca. En algunas copias del drama pasa esta escena entre Huillca-Uma y
Piqui-Chaqui.
cuidado!
PIQUI -CHAQUI
Ollanta... a la fecha...
Ollanta... ahora... levanta...
construye una fortaleza
asombrosa, inexpugnable,
de duras enormes piedras.
Ata dos hombres enanos
que en gigante se conviertan.
Pero dime, Rumi-ahui,
por qu ese vestido llevas
arrastrando como el ala
de las gallinas enfermas?
lzalo, que con el barro
hasta lo negro se empuerca.
R UMI -AHUI
Pues no sabes que est el Cuzco
un mar de lgrimas hecha?
Ha muerto el Rey, y de duelo
est la nacin entera82.
PIQUI -CHAQUI
Y muerto ya Pachactec,
quin es el que nos gobierna?
R UMI -AHUI
Su hijo Tpac-Yupanqui
83
82
El quichua dice Pachacutec pampascata; Pachactec est enterrado; pero debe recordarse que los peruanos no
enterraban a sus reyes, sino que embalsamados y vestidos los cadveres eran colocados en el templo del Sol en
sillas de oro.- Tucuimi y anata pacham, todo el mundo est de negro (luto). Vase la nota nmero 65 en la
escena III.
83
El heredero de Pachactec fue su hijo Inca Yupanqui, el cual puso el mismo nombre a su hijo y sucesor;
pero los indios llamaron a este Tupac (Resplandeciente), para diferenciarlo de su padre. Sin embargo, el seor
Lorente duda si Inca Yupanqui y Tpac-Inca-Yupanqui fueron dos Emperadores o uno solo.
La traduccin del Seor Barranca dice:
P IQUI -C HAQUI
Quin gobernar ahora despus de Pachactec?
R UMI -AHUI
Tpac-Yupanqui ocupar el trono; aunque el Inca ha dejado muchos hijos, sin embargo de ser aquel, el menor y
haber todava otro mayor. Todo el Cuzco le ha elegido, y el Inca le ha dejado el cetro y las armas. As no
podemos elegir a otro.
P IQUI -C HAQUI
Haba trado mi cama.
La Monarqua peruana no era electiva sino hereditaria, y el cetro recaa necesariamente en el hijo
primognito del Rey difunto. Y si muerto Viracocha le sucedi su hermano Pachactec, fue solamente porque
(Se va Piqui-Chaqui.)
E SCENA IX
Tpac-Yupanqui, Rumi-ahui, Huillca-Uma, nobles y sacerdotes.
TPAC-YUPANQUI
Nobles Incas, salud! En este da
al padre Sol las gracias tributemos;
y a fin de que se aumente la alegra,
a este campo a las vrgenes llamemos.
De esas nias, que son nuestros amores,
a orar aprenderemos con pureza;
vengan ornadas de fragantes flores,
que realcen su cndida belleza.
HUILLCA-U MA
Ayer hasta los cielos se ha elevado
el humo del divino sacrificio;
Pachacmac85 est regocijado,
y todo ahora nos ser propicio.
Despus del holocausto de las aves,
cuando el pecho de una guila86 partimos
para hacer los augurios, ya t sabes
que corazn ninguno descubrimos.
Esto nos dice que ser vencida
la provincia insurrecta; con presura
emprender es preciso la partida.
Al Anti-suyo.
TPAC-YUPANQUI
S; se me figura
que de aquella regin la guila vino
I will cudgel your life out of you.
P IQUI -C HAQUI
Ollantay? O, he is at work.
Ollantay? He is raising a wall,
To last for ever.
85
86
R UMI -AHUI
No debo an mostrarte mi apellido.
INDIO
Vers al Inca si aguardarlo quieres. (Vase.)
E SCENA XI
Rumi-ahui, Ollanta.
R UMI -AHUI
Ante tus plantas, Inca poderoso,
prosternado te adoro. Compadece
a este pobre vasallo.
OLLANTA
Lastimoso
es tu estado, tu aspecto me estremece.
Cul es tu nombre?
R UMI -AHUI
Mucho me conoces:
yo soy Rumi, seor; por eso vengo
a humillarme a tus pies. Oye mis voces,
favorceme.
OLLANTA
S; para m tengo
que has de ser de los mos el ms bravo.
R UMI -AHUI
Lo ser, y esta sangre ha de probarte
que a ti me entrego por sumiso esclavo.
OLLANTA
Aqu tienes mi mano. Alza. En qu parte
te han puesto, Rumi, as? Bajo mi techo,
quin te ha trado y a presencia ma?
Te har dar ropa nueva. De mi pecho
el puro afecto apreciars un da.
Pero, cmo has cado en desamparo?
R UMI -AHUI
El Inca que hoy nuestra nacin domina
Especie de calndula que da una flor amarilla; hoy se aplica tambin el nombre de sunchu a la calndula
pluvialis, planta trada por los espaoles.
El sunchu no tiene la propiedad destructora que el poeta le atribuye; sin embargo, puede ser que
suministrase alguna sustancia venenosa, que causase la locura y la muerte; pues el Seor Barranca traduce.
Como el Sunchu rojo devora y mata en medio del delirio.
OLLANTA
Aceptado,
una fiesta tendremos muy lucida.
ACTO TERCERO
La misma decoracin de la Escena V del Acto II. Es de noche.
E SCENA I
Ima-Smac, Pitu-Salla.
IMA-SMAC
Di, Pitu-Salla querida,
por qu la verdad ocultas,
y en duda tal me sepultas
que acabar con mi vida?
Por qu no quisiste ayer
ese misterio confiarme,
y gozas en torturarme
si al cabo lo he de saber?
Paloma, dime lo cierto:
quin es esa encarcelada
que llora desesperada
all en el fondo del huerto?
Y luego, por qu razn
no permiten que me vea?
PITU-SALLA
Voy a hacer lo que desea
tu doliente corazn.
IMA-SMAC
Lo ignoro por completo.
Muchos aos habr que odio esta casa,
mas como vivo en ella no les cuento.
PITU-SALLA
Le calculo diez aos.
CUSI -COILLUR
Y tu nombre?
IMA-SMAC
Ima-Smac me llaman, pero pienso
que a mi nombre tal vez no correspondo.
CUSI -COILLUR
Ay, hija ma! Acrcate a mi pecho!
T eres mi nica dicha, hija del alma!
Ven, hija ven! Mi jbilo es inmenso.
Yo te puse ese nombre.
IMA-SMAC
Ay, madre ma!,
no me abandones, pues al fin te encuentro.
O te habr conocido nicamente
para llorar mi desamparo eterno?
Me dejars en la orfandad? En dnde,
oh madre ma, refugiarme puedo?
Ay, a quin volver los ojos mos?
Ay! Quin proteger mis aos tiernos?
Dame tu mano, auxliame. (Se abrazan con efusin.)
PITU-SALLA
No grites.
Mira que para m ser el tormento.
Salgamos, no nos oigan las matronas.
IMA-SMAC
Sufre algo ms en tu maldito encierro,
unos das tan solo, madre ma,
que yo de aqu sacarte te prometo.
Sin aliento me voy. Ay! Cmo hubiera
para mi alma infeliz algn veneno!
E SCENA IV
La misma decoracin de la escena I del acto segundo.
Tpac-Yupanqui, Huillca-Uma.
TPAC-YUPANQUI
Pontfice sagrado,
nada de Rumi-ahui te han contado?
HUILLCA-U MA
Oh, Monarca excelente,
a Huillcanota ayer fui diligente;
encontr en los senderos
una gran cantidad de prisioneros.
Todos pertenecan
a las naciones Antis, y decan
que estaban subyugadas,
sus campos y heredades destrozadas,
y sus propios hogares
incendiados tambin a centenares.
TPAC-YUPANQUI
Y tomaron a Ollanta?
Tal vez ha huido con ligera planta.
HUILLCA-U MA
Aseguran que ha sido
quemado luego que cay vencido.
TPAC-YUPANQUI
El Sol me dio su amparo,
como que soy de su linaje claro.
S! Ellos caern presto;
que para eso de juez ocupo el puesto89.
E SCENA V
Dichos, un indio caari90.
INDIO
Con este quipo de prisa
89
No sabemos a qu atribuir la contradiccin que se nota entre esta escena y la siguiente. En efecto, aqu el
Inca pide noticias de Ollanta, y luego cuenta el mismo Inca que l encabez la expedicin contra el rebelde
llevndolo cautivo a la capital
90
Los Caaris estaban destinados a la servidumbre; era una raza tenida por inferior, como la de los Ilotas en
Grecia.
Rumi-ahui me ha mandado.
TUPAC-YUPANQUI , a Huillca Uma.
Ve qu dice.
HUILLCA-U MA
En este quipo
hay de carbn un pedazo,
lo cual indica que ya
Ollanta ha sido quemado.
Estos tres y cinco nudos
manifiestan que ya Tampu
se ha rendido a discrecin
y est del Inca en las manos.
Estos tres y cinco nudos,
que ha sido muy rudo el caso.
TPAC-YUPANQUI
Y en la toma del castillo,
qu parte es la que has tomado?
INDIO
Poca, mas soy el primero,
poderoso soberano,
en traerte la noticia
que tus armas han triunfado,
y que la sangre traidora
se ha vertido en esos campos.
TPAC-YUPANQUI
Cmo! Con harta frecuencia
a los mos no he ordenado
que no se vierta la sangre
de esas gentes a quien amo
y compadezco?
INDIO
Seor,
su sangre se ha respetado.
Mandad que esta misma noche
de aqu corran a tomarlos.
TPAC-YUPANQUI
T has visto que estuve yo
mis huestes encabezando,
durmiendo en la confluencia
del ro Queru cercano
y escondido en Yanahuara91;
porque como en ese prado
existen para celadas
muchos bosques solitarios,
oculto en una cabaa
hube de estar por espacio
de tres das con sus noches,
con paciencia soportando
las intemperies y el hambre.
Rumi-ahui mientras tanto
vino a verme, y declarme
el plan que haba adoptado.
Que debamos nosotros
partir por la noche al campo,
as que l se regresase
a desempear sus cargos;
que iban a celebrarse
fiestas de gran aparato,
y que luego que estuviesen
por el licor embargados,
atacramos de noche
con el cuerpo veterano.
Despus que tal estrategia
me hubo manifestado,
a su puesto regresse,
y aquella noche aguardamos.
Entre tanto el buen Ollanta
se encontraba celebrando
en el cuartel con los suyos
del Sol la fiesta, entregados
por espacio de tres das
al desenfreno ms craso.
Nosotros a medianoche
les camos por asalto,
y como una tempestad
sobre el torren estallamos.
Ollanta inmediatamente
se sobrecogi de espanto,
y luego que volvi en s
se hall preso en nuestras manos.
Rumi-ahui todava
no estaba del todo sano.
Orco-Huaranca marchaba
afligido y cabizbajo,
pero empuaba con furia
la cadena en que iba atado.
De aquesta manera el Inca
91
La misma confusin reina en esta escena: el rey recibe el quipo que le trae el indio Caari sobre la derrota de
Ollanta, siendo as que dicha derrota le es tan conocida como que el rey mismo fue quien la verific.
prisionera se ha tomado.
Se puso fuego a sus casas,
sus montaas se allanaron.
TPAC-YUPANQUI
Y, d estn los enemigos?
R UMI -AHUI
All esperan en el campo
perecer con cruel castigo.
TPAC-YUPANQUI
Todos sern castigados.
Que los nios y mendigos93
sean destruidos, aun cuando
sucumba el Cuzco con ellos.
Conduce aqu a esos malvados.
E SCENA VII
Dichos, Ollanta, Orco-Huaranca, Piqui-Chaqui
cargados de cadenas y con los ojos vendados.
TUPAC-YUPANQUI , a Rumi-ahui.
Destales la venda.
En dnde est ese Ollanta?
Orco-Huaranca, en dnde?
(A los presos.)
Seris ejecutados sin tardanza.
(A Piqui-Chaqui.)
Quin te impuls a esto?
PIQUI -CHAQUI
Poderoso Monarca,
sabes que entre los Yungas
hay de piques grandsima abundancia,
lceras ocasionan
que se curan con agua
caliente; como a pique94
tambin puedes matarme si te agrada.
TPAC-YUPANQUI
Anco-Alli, responde:
cmo es que con Ollanta
te has perdido? (A Rumi-ahui.)
93
En tiempo de los incas no se conoca la mendicidad. Las tierras estaban divididas en tres partes: una para el
Sol, otra para el Inca y la ltima para el pueblo.
94
Pulex penetrans, pique, parsito del hombre y de los animales indgenas de la Amrica.
Destale.
No es cierto, di, que el Rey te veneraba
como padre; y no es cierto
que en su afecto y su gracia
has encontrado siempre
cuanta merced apeteca tu alma?
En su nimo flexible
no pes tu palabra,
y no te conceda,
y con exceso, todo lo que ansiabas?
Haba para ti algo
oculto? Por qu no hablas?
Vil Ollanta, responde!
Responde t, traidor Orco-Huaranca!
OLLANTA
Seor y padre mo,
no me preguntes nada;
nuestro crimen rebosa
por todas partes y patente se halla.
TPAC-YUPANQUI
S!, veamos la muerte
que la ley os prepara.
Dinos t, Huillca-Uma,
cul es tu parecer en esta causa.
HUILLCA-U MA
El Sol me ha concedido
benignidad sobrada.
TPAC-YUPANQUI
Pues habla entonces, Rumi.
R UMI -AHUI
A tan grande traicin y pertinacia,
la pena que se aplique
debe ser adecuada:
el ltimo suplicio
es el castigo que la ley seala.
El Inca muchas culpas
echa a esta gente en cara;
as, pues, ahora mismo
que se amarre cada uno a cuatro estacas;
que pasar por encima
a sus criados se haga;
y que toda su tropa
sea luego a flechazos traspasada.
De este modo con sangre
se tomar venganza
del ultraje inferido
a sus padres augustos y a la patria.
PIQUI -CHAQUI
Si destruir a los antis
es tu deseo, manda
que se encienda una pira,
y en ella de una vez que todos ardan.
R UMI -AHUI
Miserable! Una piedra
te arrojo si no callas.
Mira que ahora tengo
de roca el corazn, de roca el alma.
TPAC-YUPANQUI
Ya os que se ordena
que muris en la estaca.
Llvalos, Rumi-ahui.
Muera esa gente desleal e ingrata!
(Llanto y gritos en el interior.)
R UMI -AHUI
A estos viles traidores
arrastrad a la plaza!
Estiradlos, hacedlos
cien mil pedazos...
TPAC-YUPANQUI
Rumi-ahui, basta!
Yo doy la libertad a estos cautivos.
Os podis alejar de mi presencia.
La muerte merecis: yo os dejo vivos.
Quiero usar con vosotros de clemencia.
Y esta vez perdonaros, y otras ciento,
y la ambicin que os ofusc traidora
relegar al olvido. En el momento
como el ciervo95 en los bosques huid ahora!
(Vanse los prisioneros.)
Y t escchame, Ollanta:
t, que del Anti-suyo el gran distrito
has gobernado con prudencia tanta,
recibe hoy el perdn de tu delito;
pues yo deseo, como padre tierno,
95
R UMI -AHUI
De esa manera, arguyo
que dos incas habr en el Anti-suyo?
TPAC-YUPANQUI
No, Rumi; no habr dos. De esa comarca
gobernador a Orco constituyo,
y para hacer las veces del monarca
aqu en el Cuzco Ollanta permanece.
OLLANTA
Inca, vive mil aos! Me enaltece
tu bondad en extremo.
En m qu has encontrado, Rey insigne,
para confiarme tu poder supremo?
(Se inclina y le besa la mano.)
TPAC-YUPANQUI
96
La borla amarilla, como se ha dicho, era la insignia del Prncipe heredero. Si Tpac dejaba a Ollanta en su
lugar, deba hacerle poner la borla roja.
97
El cetro era una especie de segur de oro, en quichua champi.
TPAC-YUPANQUI
No conozco a tu esposa.
Condcela ante m para obsequiarla.
Nada me ocultes.
OLLANTA
Ay, dolor! Mi hermosa,
mi adorada paloma aqu en el Cuzco
en solo un da se perdi volando.
En vano por doquier corr a buscarla,
y aun ahora la busco
por ella a todo el mundo preguntando:
ha desaparecido,
cual si la tierra hubirala comido. (Con pena.)
Tal es mi situacin!
TPAC-YUPANQUI
No te entristezcas.
Ante todo conviene que obedezcas.
Huillca-Uma, ejecuta
lo que he dicho.
HUILLCA-U MA
Sabed, pueblos, que Ollanta
al trono de los Incas se levanta
y por Rey se reputa!
Salve, salve, Inca Ollanta!
TODOS
Salve, salve, Inca Ollanta! (Le abrazan.)
TPAC-YUPANQUI
Vosotros acatadle!
R UMI -AHUI
Compaero,
tu exaltacin al trono me procura
indecible placer. Al pueblo entero
causa sea de gloria y de vent2ura.
E SCENA VIII
Dichos, Ima-Smac.
MUCHAS VOCES, afuera.
Adnde se dirige esa muchacha?
Fuera, fuera de aqu! No dejis que entre!
IMA-SMAC, en la puerta.
Por lo que ms amis, dadme permiso
para hablar a mi Rey.
TPAC-YUPANQUI
Qu ruido es se?
U N INDIO, entrando.
Una nia llorando est a la puerta,
y con el grande Tpac hablar quiere.
(Se inclina y se retira.)
TPAC-YUPANQUI
Introdcela ac.
IMA-SMAC
Quin es el Inca
para echarme a sus pies?
HUILLCA-U MA
All lo tienes,
hermosa nia. Por qu lloras?
IMA-SMAC
Hijo
del Sol, oh Rey, cual padre favorceme.
En una crcel de granito, presa
mi infortunada madre desfallece.
All la confin feroz tirano
para que pereciera lentamente.
Ya en su sangre tal vez est baada.
TPAC-YUPANQUI
Qu tirano es aqul? Ollanta, vete
ahora mismo a averiguar lo cierto.
OLLANTA
Vamos, pues, nia bella. Quin pretende
a tu madre matar?
IMA-SMAC
No, t no vengas;
es preciso que el Inca la contemple,
l la conoce, mas t no. Marchemos
pronto, seor; no sea que la encuentre
convertida en cadver. Ven, oh Inca.
No desoigas mi splica. Obedceme.
1590
OLLANTA
Abrid aquella puerta! El Inca viene!
ESCENA IX
No duermas, habla.
TPAC-YUPANQUI
El pecho se desgarra
al presenciar tormentos tan creles.
Reposar por ahora necesitas;
despus tranquila me dirs quin eres.
Cul es el nombre de tu madre?
IMA-SMAC
Oh, Inca!
Por qu no haces primero que la suelten?
HUILLCA-U MA
Yo desatarla y auxiliarla debo.
(La desata con ayuda de algunos criados.)
OLLANTA
Qu nombre dices que tu madre tiene?
IMA-SMAC
Cusi-Coillur.
TPAC-YUPANQUI
Yo creo que te engaas.
Ya en el sepulcro Cusi-Coillur duerme
sosegada y feliz.
OLLANTA
Inca, esta nia
es hija de mi esposa.
TPAC-YUPANQUI
Me parece
un sueo todo! Oh, dicha inexplicable!
Ven, hermana: permite que te estreche
en mis brazos. Despus de tantas penas
deja que en tu regazo me consuele.
(La abraza y la sienta a su lado.)
CUSI -COILLUR
Ya t sabes, hermano, los martirios
que ha largos aos que padezco. T eres
el que me has de librar de estos dolores
que al sepulcro terrfico me impelen.
TPAC-YUPANQUI
Qu delito te atrajo, hermana ma,
tantas angustias y dolor tan fuerte?
Agosto-1875