Mujer Feminista
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LA MUJER FEMINISTA:
Con La Mujer Feminista queremos interpelar las estrategias discursivas del patriarcado que intentan
deslegitimar y tergiversar las teoras feministas. Una serie de interpretaciones sesgadas, escuetas y miopes sobre estas teoras evidencian la presencia de un positivismo misgino y patriarcal, y su intento
de excluir a las mujeres del campo del saber. Excluirlas, borrarlas de la historia, pormenorizar sus
aportes acadmicos, negar su incidencia en los mbitos sociales, econmicos y polticos, sus alianzas transgresoras, y cualquiera de sus acciones revolucionarias, son los medios para mantener
un orden social en el que lo masculino, blanco y heterosexual es an el nico escalafn posible
donde el poder y los derechos se conjugan y coexisten.
Frente a ello, el quinto nmero de Mulier Sapiens tiene el objetivo de abordar la incidencia,
los aportes y las proyecciones de las teoras feministas en Bolivia y en Amrica Latina, para
la transformacin de modelos sociales, culturales, econmicos y polticos que siguen una
lnea patriarcal y desequilibrada. Modelos en los que la mujer, la infancia, el y la indgena,
los animales, la naturaleza, y todo aquello y aquella que est fuera del prototipo dominante, no son sujetos de derecho sino de explotacin. La revista propone, entonces,
abordar la temtica desde la revisin histrica del Patriarcado, la Poltica, la Economa,
el Cuerpo y la Psicologa, campos atravesados ineludiblemente por la violencia. Los
artculos presentes en este nmero proporcionan teoras y experiencias de accin
que pueden ampliar el panorama de los lectores y promover una aproximacin menos sesgada a los feminismos.
La Mujer Feminista es tambin una suerte de reivindicacin de la bruja. La imagen
de la bruja es la imagen de la mujer autnoma, la portadora y transmisora de conocimientos, la sabia, la ligada a la naturaleza, la que renuncia a toda imposicin, la que
denuncia las imposturas, la que contradice, la que se niega, la que es duea de s, la
extraa, la soltera, la que no quiere parir, la que hace temblar de miedo al statu quo. La
bruja es tambin la artista, la pintora, la creadora de sueos. Ella es la literata, la poeta.
Cuando leemos sobre una bruja que fue sumergida en el agua, sobre una mujer poseda por los demonios, sobre una mujer sabia que vende hierbas, pienso que estamos
sobre la pista de una novelista perdida, una poeta silenciada..., escribe Virginia Wolf, la
gran bruja. En fin, la imagen de la bruja es la mxima representacin de la subversin.
La bruja es la mujer feminista por excelencia que insiste en trasladar las teoras en
acciones cotidianas, individuales y colectivas, que tengan como fin la construccin de una
sociedad ms justa. Una sociedad en la que -parafraseando a Simone de Beauvoir-, amar,
estudiar, trabajar, reproducirse, vivir, no sea para las mujeres un peligro mortal.
Daniela A. Elas
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06 - 07
El presente artculo se estructura en base a un dilogo establecido entre el filsofo boliviano Blithz Lozada(1) y su interpretacin del mtodo seguido por Michel Foucault para constelar un
discurso sobre las mujeres segn la genealoga de la femineidad
y de acuerdo a la estructura de la arqueologa del patriarcado. Contrastaremos su propuesta interpretativa con otras
provenientes de lecturas antropolgicas sobre los orgenes del patriarcado portadoras de una mirada de gnero.
Este trabajo se presenta como un mnimo ejercicio que
devela la posibilidad del mtodo para, por una parte,
interpelar su propio discurso, y por otra, cuestionar
la univocidad de los discursos y los saberes. Para
concluir, ennumeraremos algunos topos discursivos para interpelar desde diferentes frentes el
modelo civilizatorio predominante.
1. Genealoga de la femineidad y
arqueologa del patriarcado
Como bien dice Lozada, no es posible prescindir de la figura de Michel Foucault como
influencia en la elaboracin terica y toma de
posicin poltica del feminismo. Aun cuando
Foucault, en contra de la redistribucin genrica del poder, dibujara un diagrama de
fuerzas sistmico y traslcido, comprensivo
de toda relacin entre los sexos. Aun cuando en contra de un movimiento poltico con
estrategia propia, l propusiera - juntamente
con Deleuze - la resistencia nmada vlida para
cualquier perspectiva genrica. Aun cuando en
contra de caracterizar la historia como un conjunto de variantes de dominacin del patriarcado,
pensara ese concepto como una mixtificacin; y
finalmente, aun cuando el feminismo postmoderno se distanciaba del diferencialismo ontologizante,
pues el autor estableca que las distinciones entre los
sexos son el resultado de las relaciones y las redes de
poder sustentadas por un determinado saber triunfante.
Sin embargo, a pesar de estas consideraciones, y mejor aun
(1) Particularmente este dilogo se entabla con el segundo captulo denominado Microfsica de la resistencia gineomrfica del libro Foucault, feminismo, filosofaUniversidad Mayor de San Andrs. Instituto de Estudios boliviano. La Paz. 2000.
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loga, etc.) han formado tambin saberes ms restringidos sobre la mujer, han desplegado tecnologas del yo especficamente
femeninas, han pensado el ser femenino y la femineidad, y les
han dotado a las mujeres de ciertos roles, conductas y funciones
normales y provechosas para el agregado social (cf. LOZADA,
2000: 41-42).
pensarlo como el estrato que sirve de soporte a los saberes triunfantes en la mayora de las historias contemporneas de Occidente
(LOZADA, 2000:118).
El diagrama que Michel Foucault elabor en relacin al yo y su
entorno permite establecer las pautas de relacin que se dan
entre el entorno social del mundo contemporneo y las mujeres.
Segn l, cuando la accin del sujeto se alimenta de la energa patriarcal, esta accin se caracteriza como una conducta propia del
padre rector, del macho falocrtivo, logocntrico y legaliforme y
acta de forma tpicamente machista.
Foucault extiende el hilo del anlisis genealgico de la sexualidad contempornea hasta el helenismo griego, momento de
constitucin del sujeto varonil, patriarcal y falocrtico, cuya identidad sexual y carcter se adquiere por el otro, es decir, por la
mujer-esposa tomada como su objeto. A partir de dicha consolidacin se establece un orden poltico e ideolgico que
Su impulso activo de poder, su energa patriarcal, le impelen a
excluye lo femenino como existencia singular, apunta a la
afirmarse ratificando lo que considera su identidad. En este
construccin heterosexual de la subjetividad, disocia
caso impone un orden racional al ser, crea la ley y observa
lo privado de lo pblico - lo cual recluye a la mujer
su cumplimiento estrictamente, rige una disposicin y un
en el mbito domstico -, y adems entraa la
movimiento sincrnico de las cosas, su palabra expreasuncin de una ideologa especfica de poder
sa la verdad, y l es el ncleo de organizacin del
pastoral anclada en la familia, el matrimonio
mundo. Tal sujeto, cosifica y nombra su accin, se
...la
existencia,
antes
de
la
instauracin
y el bienestar, proceso que contina hasta la
dirige a transformar, la naturaleza a crear la tecdel
patriarcado,
de
una
civilizacin
primiactualidad y que constituye y profundiza el
nologa y la ciencia, y a permitir que la barbarie
tiva
que
vivi
largos
periodos
de
paz,
en
ethos occidental (cf. LOZADA, 2000: 42-48).
se civilice. El poder que ostenta proviene de la
la
que
todo
giraba
alrededor
de
la
figura
Respecto a su arqueologa del patriarcado,
palabra revelada, del conocimiento convertido
femenina,
sin
que
por
ello
la
mujer
domi(4)
Foucault se refiere al estrato del patriarcaen maquinaria de guerra y de las imgenes
ne
al
hombre
o
se
pretenda
el
dominio
y
do, oponindolo al substrato matrstico con
persuasivas configuradas como ideologa. Sus
control de la naturaleza.
la tesis siguiente:
smbolos por excelencia son el abordaje y la
penetracin: conquistar y ollar, convertir y po[] existira un dominio del saber, articulado en
seer, mandar y proteger, lastimar y someter
un momento histrico preciso, la idea de que el
(LOZADA, 2000:125).
patriarcado produce, regula, distribuye y hace circular
enunciados que se traducen en prcticas sociales, en deCuando en su accin se ha disminuido al
finitiva la sistemtica descripcin del patriarcado como una
mximo la energa patriarcal y es predominante
arqueologa, es decir como un saber objetivo y estructurado, permite
la fuerza matrstica llevada a la consecucin que las
condiciones sociales permitan, aparecen los gestos de las madresposa ginrquica y resulta la actitud voluptuosa, filiocntrica
y caotiforme de la hembra. An ms, resulta evidente para Fou(4) Por estrato se entiende la capa o el nivel en el que se da la agregacin de componentes del mismo tipo, aunque puede que por la accin de factores externos, para
cault que exista en la historia una predominante intervencin del
que este material se acumule, se ha dado previemente la constituci;on de una base de
estrato patriarcal en el pliegue de la subjetividad, y esto no porsedimentos diferentes sobre la cual se agregan los dems componentes cuantitativaque en el atvico origen filogentico de la especie los hombres
mente ms significativos. El concepto de substrato, ligado a substancia lo que yace
sometieron a las mujeres, sino porque la afirmacin de la fuerza
por debajo de las cosas connota la idea de un estrato inferior a la parte inferior del
estrato. Podemos relacionar ambos conceptos y afirmar que los estratos que tienen
activa en el individuo es anterior a la reactiva: slo existe volunbase estn constituidos por los sedimentarios como por la agregacin de partes del
tad reactiva si antes se ha dado alguna forma de voluntad activa.
mismo tipo, en consecuencia, tienen un substrato que corresponde sedimentos estraSe puede caracterizar la voluntad reactiva en la disposicin del
tigrficos (cf. LOZADA, 2000: 117).
10 - 11
cuerpo del sujeto a ser conquistado, abordado y colonizado; por su autopercepcin de mercanca adquirible, por la idea de territorializacin y colonizacin de
uno mismo, por la identidad horadada, la existencia
cosificada y ordenada por algn extrao, por la imagen de la mujer: madresposa fiel, abnegada, sensible
a los sufrimiento del mundo, por la sumisin y prdida de energa activa, y por el mensaje mariano de
obediencia y esperanza. Estos modelos slo sealan
rasgos puros, tanto hombres como mujeres pueden
adquirir rasgos andromrficos proclives a la energa
patriarcal o a la reaccin geneomrifica que realizan en su especificidad histrica, segn las formas que
pueden llevar a cabo y de acuerdo al tono individual
y creativo que son capaces de imprimirle. Esta estructura de subjetividad tambin permitira entender por
qu se da el dominio y el poder en la especie humana,
ya que al interior de la energa reactiva se encontraran
los grupos tnicos dominados, las culturas minoritarias
oprimidas, los otros racialmente distintos, los intolerables,
insanos, infames, deleznables y, por supuesto, las mujeres
(cf. LOZADA, 2000:123-130).
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un paradigma centrado en los valores y las cualidades de la madre (LOZADA, 2000:171). Es decir, un tipo ideal de caracterizacin de la femineidad y como un componente de la naturaleza
humana, pero no asentado sobre supuestos histricos; es ms,
Lozada dice:
A esta altura de las disquisiciones resulta anecdtico si hubo o no
matriarcado con las caractersticas que tal o cual discurso establezca. Por el modo como en la cultura occidental se ha construido el
ideal de madre, duea y seora del espacio domstico; es posible
concluir que ciertos elementos de la cultura matrstica seguramente se han forjado en una organizacin domstica y
econmica centrada en la administracin de las mujeres
(LOZADA, 2000: 172).
El problema que vemos con esta conclusin es
que se asume que el ideal femenino de la cultura occidental madre, duea y seora del espacio domstico se forja desde el substrato
el arte como lenguaje, en el cual la mujer y los
de una cultura matrstica, cuando en realidad
smbolos que la rodean son representados y pueeste ideal se ha forjado en el ejercicio de
den ser interpretados antes de la aparicin de la
la fuerza activa del patriarcado. Advertimos
escritura; y por tanto, de la historia, la literatura, la
tambin en que el autor establece la cultura
filosofa y la ciencia.
matrstica como un discurso idlico, sustento
de un tipo de femineidad carente de fundamentos histricos. Sin embargo, la revisin
de una antropologa feminista nos permite sustentar la existencia de una cultura matricial respaldada por fenmenos histricos, por un lado; y
por otro lado, por una propuesta donde el principio
matrstico no constituye un concepto de tipos puros
sino ms bien una forma de comprender, explicar y transformar el mundo donde se juegan de manera polivalente fuerzas
contradictorias, ms all de lo activo y lo reactivo. Es decir, de
tesis, anttesis y sntesis.Veamos cmo se revela esta concepcin
considerando slo una veta de anlisis: el papel que jugaron las
proto diosas o diosas madres en la prehistoria de la humanidad
previa al surgimiento de las primeras grandes civilizaciones y la
aparicin de los dioses patriarcales. Precisamente ser el culto a
la Diosa Madre, y los smbolos originados a partir de ella, los que
nos permita reconstruir con otra mirada la historia(6).
(6) El culto a la Gran Diosa paleoltica se proyecta en las comunidades agrarias del periodo neoltico, como demuestra el descubrimiento en la dcada de los sesenta de las
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Bibliografa
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Martha Arbalo
Licenciada en Arquitectura. Tiene una maestra en Desarrollo Urbano y un
doctorado en Diseo, especialidad Lnea Estudios Urbanos. Es docente de la
Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Simn (UMSS), de
Cochabamba, Bolivia. Fue Coordinadora del We Effect Bolivia, antes Centro
Cooperativo Sueco, e investigadora del Centro de Planificacin y Gestin de
la UMSS. Teniendo como centro de su inters el feminismo y los estudios de
gnero, ha trabajado con organizaciones de mujeres y mixtas sobre economa
solidaria y cooperativismo en entornos urbanos y rurales.
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Introduccin
...basadas en el logro de la
sostenibilidad de la vida en
igualdad, las economistas feministas se han dado a la tarea de
renovar el concepto, de darle un
nuevo sentido y articular respuestas que aportan valor a la
construccin de otro modelo de
sociedad.
Posteriormente, dando un giro, visiones formuladas por hombres comprenden a la economa como
la ciencia que estudia la organizacin de los recursos humanos y materiales disponibles para producir
y distribuir bienes con el fin de satisfacer necesidades individuales y colectivas de las sociedades.
Aun cuando consideraba a los seres humanos como
hombres-recurso, la definicin atenda al proceso
dentro de la organizacin social, a la produccin
como actividad de transformacin de los llamados
recursos naturales y a la satisfaccin de las necesidades humanas
como expresin de la reproduccin de las personas (cf. PREZ,
2006: 38). Del conjunto de actividades encargadas de posibilitar
la reproduccin de la vida, slo se consideraba trabajo a aquel
pagado por un salario, dando por hecho que el trabajo domstico era una suerte de rol biolgico asignado a la mujer por la
naturaleza.
Completando el giro, despus de la II Guerra Mundial, los Sistemas de Cuentas Nacionales instaurados, tanto por el bloque socialista como por el capitalista, centraron la interpretacin de la
economa en la produccin de mercancas, el mercado
y el trabajo asalariado. Como resultado, por un
lado la economa poltica clsica, y por otro,
la perspectiva marxista, consideran trabajo
nicamente a aquel que produce los bienes
y servicios a intercambiarse en el mercado, contando con una remuneracin.
Vista la situacin de esta manera, el
resto de los procesos, actividades y
prcticas de reproduccin de la vida
son parte de la no-economa y producto del no-trabajo (cf. PREZ, 2006:
41-42). Se consolida as la condicin histrica de invisibilidad y exclusin polticaeconmica de la mujer dentro de las distintas
teoras econmicas, tanto en su condicin de
actora como en su situacin de estudiosa o cientfica.
Para aclarar el significado de la expresin compuesta notrabajo, es preciso mencionar que la teora econmica divide
el trabajo en productivo y reproductivo, aun cuando, en algunas ocasiones, sus lmites son difusos. Dentro de ambas formas
puede existir trabajo no pagado. Las actividades productivas no
pagadas, son parte de las reivindicaciones de los hombres y mujeres trabajadoras e imprescindiblemente deben incluirse en el
salario. De manera complementaria, las prcticas y actividades
reproductivas no pagadas se orientan al cuidado de los cuerpos, al cuidado y mantenimiento de los bienes domsticos y los
espacios de vida dentro y fuera de la vivienda, y al cuidado del
entorno medio ambiental natural y transformado, as como a la
educacin, la formacin, el apoyo psicolgico y el mantenimiento
de las relaciones sociales en el entorno familiar. Este conjunto de
actividades y prcticas integran el llamado trabajo de cuidado,
cuyo tratamiento y bsqueda de reconocimiento es parte fundamental de la economa feminista o economa del cuidado, no
slo como parte de una nueva teora econmica, sino especficamente en su valorizacin y aporte a la reproduccin de la vida(1).
Observando la realidad, es de hacer notar que el no reconocimiento del trabajo de la mujer no se da solamente en el modo
de produccin capitalista. An antes de la consolidacin de las
sociedades patriarcales y clasistas, la divisin sexual del trabajo
determin la asignacin de una serie de roles naturales a las
mujeres y los hombres ligados, en el primer caso, a la maternidad,
y en el segundo, al cuidado del grupo contra agresiones, a la caza
y a la pesca.
Esta situacin, junto a la apropiacin del cuerpo de la mujer
como la primera mercanca a ser negociada, dio lugar a una muy
temprana negacin del trabajo de la mujer como fuente de valor.
En cadena, la opresin del hombre por el hombre, la propiedad
de la tierra como otra mercanca fundamental y la bsqueda del
dominio de la naturaleza, encaminaron a la humanidad hacia sucesivos modelos histricos antropocentristas, de dominacin de
gnero y de clase y, con ribetes que parecen naturales, de generacin.
(1) Durante los ltimos aos, la cantidad de trabajo reproductivo o de cuidado pagado
ha ido en aumento. Por un lado, por la existencia de mujeres que realizan actividades
de cuidado para otras mujeres; y por otro lado, por la presencia de instituciones de
distintos niveles del Estado, realizando este trabajo con base en la contratacin de
personal especializado.
28 - 29
Con el advenimiento del modelo capitalista y la economa dirigida y controlada por entero con mecanismos de mercado, stos
se orientaron no slo sobre los bienes comunes y los suntuarios,
sino sobre todo a los factores de produccin (tierra, trabajo y
dinero). La conversin en mercanca de la vida misma, es el punto de destruccin del sistema. La acumulacin del capital global,
el mercado liberado mercantilizando todo, la propiedad privada
absoluta, la integracin de toda la realidad material y simblica
en el proceso de valorizacin y acumulacin del capital, la explotacin de la fuerza de trabajo, la divisin sexual del trabajo y la
opresin de la mujer, junto al no reconocimiento de su trabajo,
han dado lugar a la crisis del modelo capitalista actual, que de
manera generalizada se refleja en una profunda crisis econmica
y medioambiental.
Si las comunidades primitivas mantenan relaciones de igualdad
intra e intergenricas impulsadas por la necesidad de mantener la
vida, con los cambios mencionados, en la estructura de poder social en la cual los hombres tienen una posicin de dominio sobre
las mujeres se asienta y se naturaliza la funcin de la maternidad,
el cuidado de los hijos y el rol domstico de las mujeres. Siguiendo este razonamiento, es dable afirmar que en correspondencia
con los mecanismos de adaptacin de los mamferos, y no como
resultado de determinaciones de la naturaleza, hombres y mujeres nacen con predisposiciones diferentes ligadas a la histrica
divisin sexual del trabajo. Estos roles son los que las mujeres
creemos seguir teniendo y que las necesidades de dominacin
masculina se empean en mantener y perpetuar.
Coincidencias, o ms bien urgencias comunes, dejan ver aproximaciones entre estos planteamientos y los discursos indigenistas
ecuatorianos y bolivianos. Con la mira en un nuevo modelo civilizatorio, se plantea revertir las ideas de progreso y desarrollo que
ponen en riesgo la reproduccin misma de la vida, para reconstituir el sentido de comunidad en las relaciones humanas y de articulacin en sus relaciones con la naturaleza. De lo que se trata,
afirman, es de pensar que el desarrollo hace referencia al vivir
mejor y la reproduccin de la vida al vivir bien poniendo en el
Jugando tambin, en alguna medida, con la ceguera de gnero,
centro los derechos de la Madre Tierra, an sobre los derechos
abrazan juicios peligrosos. Tal es el caso de afirmar que en el
humanos. De acuerdo a planteamientos del Pacto de Unidad, sigmundo andino la dominacin de gnero no existe, pues se vive
nifica vivir en armona, en complementariedad, en equilibrio con
en complementariedad. Esto es pretender tapar el sol con el
la naturaleza y las sociedades, en equidad y eliminando las desdedo argumentando pasados y presentes de igualdad inexistente
igualdades y los mecanismos de dominacin. Es
a ojos vista de la historia pues, an hoy, persisvivir bien entre nosotros, vivir bien con lo que
ten desigualdades y opresiones de gnero, escaLa conversin en mercanca de la vida
nos rodea y vivir bien consigo mismo.
so empoderamiento y negacin del trabajo de
misma es el punto de destruccin del
la mujer y de sus aportes econmicos a travs
sistema. La acumulacin del capital gloEn los hechos, la naturaleza es vista como una
de las prcticas de cuidado.
bal, el mercado liberado mercantilizando
entidad viva e histrica que contiene a los seres
todo, la propiedad privada absoluta, la
humanos en contraposicin a consideraciones
La Constitucin Poltica boliviana define un
integracin de toda la realidad material y
que la ven como una masa de recursos externos
modelo econmico basado en la economa plusimblica en el proceso de valorizacin y
a explotar o conservar (cf. CORAGGIO y LAral en el que se destacan como formas alternaacumulacin del capital, la explotacin de
VILLE, 2014: 27). Este amplio espectro de nuetivas distintas a la mirada econmica capitalista,
la fuerza de trabajo, la divisin sexual del
vas utopas y sus variantes se constituyen en
la organizacin econmica comunitaria y la sotrabajo y la opresin de la mujer, junto
perspectivas decoloniales que conceptualizan
cial cooperativa. A continuacin, de manera
al no reconocimiento de su trabajo, han
de otro modo la interdependencia entre
breve, esbozar algunas de las caracterstidado lugar a la crisis del modelo capitaeconoma y poltica, pretendiendo crucas de sus planteamientos centrales.
lista actual...
zar las relaciones de gnero, de clase
y de raza. Al establecer conexiones
30 - 31
se da y tiene que darse sobre un camino minado donde el neoLa nueva alternativa es posible tan slo cuando el accionar se
liberalismo ha dejado plvora, y lo que es ms peligroso an,
centra en la vida y en su reproduccin multidimensional, relaha dejado sus actores e instituciones que como camaleones en
cionada con los procesos de reproduccin biolgica, de reproel proceso de mudanza de color, sobre todo en los pases con
duccin econmica en una nueva concepcin del trabajo, de regobiernos llamados de izquierda, estn cambiando sus discursos,
produccin de los saberes y concepciones y de reproduccin de
como lo hicieron antes durante los procesos de
la sociabilidad. Democratizar, desmercantilizar
instauracin de la participacin popular.
y descolonizar los procesos y las prcticas de
Es
imprescindible
abandonar
la
reproduccin de la vida en el espacio y el tiemPara allanar este difcil caminar es necesario
po es la labor que debe surgir en colectivo, de concepcin de la naturaleza como una
masa
de
recursos
a
explotar
o
conserestablecer puentes entre todas las alternativas
las interacciones y el dilogo entre propuestas
var,
para
entenderla
como
una
entidad
emergentes que plantean que otra economa es
emancipadoras (cf. ARBALO, 2008: 95-100).
viva, sujeto de derechos.
posible. A partir de espacios de dilogo y discusin necesitamos revisar la conceptualizacin
Con un paralelismo que invita al encuentro
de poder, la separacin de la vida en esferas de accin relativapermanentemente entre economa feminista y ecofeminismo,
mente autnomas, cambiar las formas de pensar los problemas
pues tienen base comn en la filosofa feminista, este ltimo fue
de la identidad individual, los lazos de solidaridad y las miradas
introducido al debate a mediados de los aos 70 en un contexto
hacia el futuro; potenciar distintas formas de regulacin del merde transformacin del movimiento feminista. Criticando la no
cado anulando valores y prcticas mercantiles.
existencia de posiciones claras del feminismo en torno a la crisis
ambiental, conceptualiza la vida en trminos de tejidos intercoDebemos actuar sobre la absolutizacin del derecho de pronectados y postula la necesidad de una nueva ciencia asentada en
piedad privada, la competencia sin lmites entre personas, empreel conocimiento de los pueblos indgenas sobre la naturaleza y lo
sas y pases; potenciar las economas locales con mayor autarqua
local. De acuerdo a Vandana Shiva, una de sus principales expoy autonoma; sustituir las viejas nociones de desarrollo, crecinentes, la ciencia actual es absolutamente reduccionista y sirve
miento ilimitado y progreso; desarrollar una racionalidad reproa estructuras econmicas basadas en el lucro y
ductiva; reorganizar las esferas de la produccin
la explotacin. En el cambio, la naturaleza debe
Democratizar, desmercantilizar y descolonizar
... lograr articular un movimiento que siendo
y la reproduccin superando la predominancia
verse como un organismo vivo y la mujer, consilos procesos y las prcticas de reproduccin de
del principio de distribucin en la afirmacin parte de la totalidad de las fuerzas de cambio de
derarse productiva y activa (cf. VEGA, 1995: 11la vida en el espacio y el tiempo es la labor que
de los de soberana y reciprocidad, logrando nuestras sociedades, enarbole la necesidad de una
16). Pensada bajo el foco de la integralidad de la
debe surgir en colectivo...
nueva economa para la vida que rompa con la
que lo comunitario deje de estar subsumido de
vida, esta propuesta no puede verse sino es arinvisibilizacin y la explotacin de la mujer.
manera brutal por la economa industrial y el
ticulada a las visiones de la economa feminista.
comercio justo se imponga sobre el intercambio de mercado. Es imprescindible abandonar la
En gran medida, con la economa feminista y el ecofeminismo
concepcin de la naturaleza como una masa de
las respuestas a las preguntas formuladas prrafos anteriores ya
recursos a explotar o conservar, para entenderla como una entiestn dadas, an cuando debe profundizarse el trabajo para lodad viva, sujeto de derechos.
grar articular un movimiento que, siendo parte de la totalidad
de las fuerzas de cambio de nuestras sociedades, enarbole la neDado que las minas estn siendo desperdigadas tambin por
cesidad de una nueva economa para la vida que rompa con la
los llamados gobiernos de izquierda, ahogados por las contradicinvisibilizacin y la explotacin de la mujer.
cin entre las necesidades materiales y econmicas de los pueblos y los requerimientos impuestos por la crisis ecolgica conUn camino minado
tempornea en la cual los pases centrales mantienen sus mismos
niveles de produccin y consumo mientras los perifricos nos
Debemos tomar en cuenta que en el continente ms desigual
convertimos en las principales vctimas de los cambios climticos
del planeta, el crecimiento de estas nuevas maneras de pensar
34 - 35
por ellos generados, es imprescindible rechazar los llamados fascismos sociales (cf. DE SOUSA SANTOS,
2008: 280-289), y mantener la lucha con la
mirada puesta en el cambio, en la otra economa posible, en el traslado del epicentro de los
mercados a los procesos vitales.
El momento poltico es clave para aprovechar la oportunidad de despejar ilusiones del mercado autoregulado,
democratizar la economa y plantear proyectos alternativos
de integracin social y reconversin productiva de mediano y
largo plazo, y a escala continental. Es tambin un momento difcil
porque la poltica qued vaciada de su sello movilizador y transformador, indispensable para rescatar la economa y el trabajo.
Cerrando puertas
Haciendo una rpida sntesis, el artculo plantea descolonizar
la teora econmica y el imaginario sobre economa y desarrollo y concebir una nueva forma de vida colectiva que cambie la
realidad concreta de la vida cotidiana con base en la autogestin
generalizada. No slo desde la filosofa poltica y la teora crtica
que plantean el posdesarrollo y el decrecimiento, entre otros,
sino tambin tomando lo sustantivo emancipador de alternativas
organizativas econmicas solidarias y, fundamentalmente, reconociendo los planteamientos feminista como sustantivos para
la invencin de una nueva teora econmica que no se limite a
aproximaciones nacionales o regionales, pero que acte rompiendo la opresin de gnero, la nacional y la clasista.
Pese a que las mujeres son algo ms de la mitad del mundo,
el no lograr una alianza entre todos estos grupos y la impronta
de la emancipacin nacional, puede llevar al famoso y peligroso
particularismo sin universalismo. En el contexto, la condicin emancipadora de una nueva economa slo ser posible
con el trabajo equitativo de hombres y mujeres en la reproduccin de la vida y la construccin de una prctica y una
teora econmica cualitativamente diferente.
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Mara Galindo
Integrante de Mujeres Creando, movimiento feminista
autnomo. La primera lesbiana pblica de la sociedad
boliviana. Se dedica a la radiodifusin a travs de Radio
Deseo 103.3 fm. Ha producido una serie de 6 trabajos
audiovisuales y 6 libros. Es la autora de la tesis de la despatriarcalizacin, que afirma; ha sido plagiada por el gobierno
boliviano. Trabaja en distintos campos indagando sobre
lenguajes y estrategias de lucha feminista. Se reconoce a s
misma como ex acadmica y agitadora callejera.
Nuestro feminismo
ni maquilla, ni rellena
Haciendo teora desde la poltica concreta
Quiero en estas lneas hacer una sntesis de nuestro discurso
feminista. Un discurso construido de cara a las urgencias cotidianas y en base a lo que nosotras denominamos poltica concreta, que significa desarrollar pensamiento atadas al nivel de
respuesta inmediata, a la realidad diaria de las mujeres en nuestro
pas. Con una mano sujetamos los sueos utpicos irrenunciables mientras que con la otra mano sujetamos una realidad social
de emergencia continua, de absurdos, de cuestiones inslitas,
0138 -02
39
de abundancia de
trabajo, de impotencia, irona y alegra. Nos
exigimos crear y confabular,
y en ese camino formulamos y
reformulamos esto que es Mujeres
Creando.
Entendemos pues el feminismo como la respuesta de insubordinacin compleja, simultnea, que tenemos las mujeres a escala
mundial contra los mandatos patriarcales. No importa la cultura,
religin, lugar geogrfico o tiempo histrico al que pertenezcamos. No es que la humanidad se funda sobre el sometimiento
acatado y consentido de las mujeres, sino que las mujeres hemos
contestado individual o colectivamente a esos mandatos de sometimiento desde todos los tiempos y todos los lugares.
40 - 41
un enlatado de lo otro respecto de lo heterosexual, sin revisar las bases jerrquicas que lo conforman. Por eso desde lo
GLBT como enlatado no se ha logrado ni poner en cuestin las
jerarquas externas ni menos an siquiera interpretar las microjerarquas internas que un sujeto como lo GLBT disfraza.
Afirmamos que uno de los problemas centrales de la crisis del
feminismo es la ausencia de sujeto, y luego, la ausencia de discusin poltica terica e ideolgica sobre ese sujeto. Cierro entonces esta reflexin inicial sobre el sujeto dejando la mesa puesta
para el debate con vino servido, con limn para sazonar la ensalada, y dulce para endulzar el caf.
ralizan al sujeto vctima de la violencia las mujeres- , que la sumergen dentro la familia y el mbito domstico y que dan protagonismo a la polica y el aparato judicial para resolver y enfrentar
la violencia contra las mujeres. Nuevamente una salida patriarcal
que desautoriza todo el saber de autodefensa construido en los
grupos feministas y toda la capacidad de gestin e interlocucin
que habamos alcanzado.
Sin embargo, la oenegizacin y tecnocratizacin del feminismo
no slo ha tenido consecuencias en los temas, el contenido de
los temas a priorizar y las supuestas soluciones a proponer. La
oenegizacin ha generado, adems, una dinmica de relacionamiento social que me gustara describir:
1. Relacin jerrquica y clientelar entre benefactoras y beneficiarias, y relaciones jerrquicas asalariadas y tecnocratizadas al interior de las propias trabajadoras de las oeneges. No importa si
luego se ha sustituido el trmino beneficiarias y se lo ha mutado,
modernizado o disfrazado con eufemismos.
2. Trabajar en funcin de lo que es financiable y no, de lo que es
necesario. Los requerimientos, temticas e iniciativas no salen
desde nuestras sociedades, sino que son impuestas por los organismos internacionales va oeneges.
3. Ningn escenario de evaluacin e impacto social de cara a las
sociedades, sino evaluaciones de cara a los financiadores y en
base a crculos de consultores que forman parte de las mismas
redes de oeneges.
4. Las oeneges estn basadas en una legitimidad jurdica formal
y no en una legitimidad social; sin embargo, funcionan y operan
como sociedad civil, hablan y negocian a nombre de la sociedad
y suplantan actores como los movimientos sociales, y en otros
casos, intermedian a estos actores o, por ltimo, los oenegizan
tambin.
5. Han generado en torno de las temticas con las que han trabajado compartimentos estancos, fragmentando el abordaje de
los temas y convirtindolo en cuestiones aisladas unas de otras,
convirtindolas en cuestiones de especializacin; y con esto, han
empobrecido el anlisis de cada uno de los temas y al mismo
tiempo los han despolitizado.
Feminismo & Poltica
6. Conformacin de crculos nacionales e internacionales de legitimacin y deslegitimacin que son las famosas redes para el control de los fondos.
7.Tecnocratizacin de la categora de gnero y desideologizacin
del quehacer feminista para convertirlo en acciones fragmentarias complementarias con el estado y la institucionalidad.
Guin Oficial
Hemos acuado este trmino hace tiempo analizando la
prostitucin, sin embargo, es una categora que podra ser aplicada a otros universos tambin como el del medio ambiente, las
lesbianas, los indgenas, etc., etc.
Trminos y temticas se convierten en un guin oficial de encierro y de enmudecimiento.
Usas el lenguaje de las oeneges porque es reiterativo, los organismos internacionales gastan muchsimo dinero en difundir sus
visiones de mundo a travs de categoras de reinterpretacin
de la pobreza, del placer, de la cultura o de lo que sea. Su uso
reiterativo es casi invasivo y se va socializando y adoptando casi
inconscientemente.
Esos lenguajes son enmudecedores porque si bien recogen algo
de lo que son las expectativas de los movimientos, responden en
realidad a un proceso de traduccin y adecuacin tecnocrtica.
Hoy en la ciudad de El Alto, por ejemplo, una de las ms pobres
de Bolivia, una joven que no tiene acceso al estudio, la vivienda
o la salud, te habla de empoderamiento como si fuera una varita
mgica que le permitir realizar sus sueos. Objetivo cumplido,
ha adoptado la jerga oenegera en algn taller de autoestima y ha
54 - 55
El guin oficial es la jerga oenegera. El guin oficial es la traduccin y distorsin de las expectativas construidas en el movimiento. El guin oficial es la temtica de encierro y los lmites conceptuales que te definen desde fuera y que luego adoptas como
propios. El guin oficial es el lenguaje polticamente correcto. El
guin oficial es, por eso, el enmudecimiento.
Reconceptualizando al movimiento
Construir movimiento implica construir un sujeto colectivo
que sea capaz de situarse en la sociedad en un determinado lugar
con horizontes propios, con un lenguaje propio y que, a partir de
esa accin y de esa prctica poltica, sea capaz de reconstruir las
relaciones sociales que le rodean. Al mismo tiempo, una organizacin es un sujeto capaz de subvertir todos los lugares de dolor
y opresin que, como sujeto colectivo, es capaz de nombrar y de
transformar.
Construir movimiento es romper el enmudecimiento y construir una voz propia, es decir, que es imposible concebir la existencia de un movimiento sin la construccin de un lenguaje. En
movimiento es, entonces, una fuerza expresiva en la sociedad.
Donde no hay lenguaje no hay movimiento.
Construir movimiento es construir un espacio de ruptura con
el orden establecido, no complementarlo. El movimiento es, por
tanto, el lugar que te permite ubicarte en una perspectiva subversiva, en una perspectiva inquietante y rebelde.
Crisis en el sujeto: a nombre de quin habla el feminismo? Crisis en la prctica poltica: cules son sus contenidos y de dnde salen, quin los enuncia? Crisis en el
lenguaje: tiene hoy el feminismo o los feminismos un lenguaje propio que moviliza, conmueve, interpela? Crisis en las
prcticas polticas y los lugares de esas prcticas: est hoy el
feminismo en la calle, cmo se conecta con la sociedad?
Parece un juego de palabras: as como no se puede descolonizar sin despatriarcalizar, no se puede despatriarcalizar sin descolonizar.
Aquello que necesitamos como movimiento no son derechos,
sino utopas. Horizontes de lucha que nos permitan descolocar
las energas del feminismo de esta suerte de trampa liberal en
la que el proyecto colonial de la cooperacin internacional y
los estados nos han metido, y retomar un horizonte de lucha
utpico capaz de llevarnos a la reconceptualizacin de todos y
cada uno de los presupuestos tericos del feminismo, al repensamiento completo de las categoras y lenguajes de lucha; y en ese
contexto, a superar de una vez por todas el uso de la categora
gnero, como al mismo tiempo a repensar el sujeto de la lucha
feminista. Todo esto supone la despatriarcalizacin.
EGES
ESCUELA DE GENERACIN DE SABERES
58 - 59
Jimena Silva
Licenciada en Psicologa. Profesora asociada Universidad Catlica del
Norte (UCN). Doctora en Antropologa, postdoctorado en Gnero,
Trabajo y Minera. Ha dirigido el Magister de Psicologa social de la escuela de Psicologa (UCN). Es docente-investigadora, responsable de
la lnea de investigacin: Gnero Sexualidad y Juventudes, desde all ha
desarrollado modelos metodolgicos de investigacin biogrfica para
los estudios del cuerpo desde enfoques socioculturales y crticos. Ha
realizado etnografas en comunidades y organizaciones campesinas e
investigacin-accin con juventudes y mujeres inmigrantes. Ha publicado artculos, captulos de libros y libros en su lnea de investigacin en
revistas cientficas (ISI, Scopus, Scielo) de Chile y el extranjero.
la accin social.
1.3. Cuerpo recuperado
Si bien el giro lingstico otorg un rol central al lenguaje en la
construccin del mundo, tambin releg al cuerpo en su dimensin material. Lo anterior fue objeto de fuertes crticas por el
pensamiento feminista, post-marxista y el anlisis Foucaultiano
sobre los mecanismos del poder. Autores inscritos en estas perspectivas tericas nos han invitado, por tanto, a situar la discusin
en un espacio que no sea fuera del mismo cuerpo.
Nightingale y Cromby (2001) defendern que el cuerpo es un
lugar ntimo donde la naturaleza y la cultura se encuentran, por
lo que la centralidad depositada en el lenguaje, olvida precisamente aspectos de la materialidad del mundo social. Se niegan
posibilidades para la accin y se olvidan los regmenes de poder
que constrien la experiencia humana.
Razn por la cual, Foucault puso nfasis en su anlisis sobre la
materialidad en la genealoga del poder y los mecanismos de subjetivacin de la experiencia humana. Este proceso ha sido complejizado por pensadoras feministas como Gayle Rubin (1986),
quien planteaba que la socializacin de gnero producira adems
una escisin entre ambos sexos, generando en el mbito simblico un binarismo de gnero que va a regir los comportamientos.
A su vez, Preciado (2002) deposita en las tecnologas de gnero
la responsabilidad de la implementacin de la disciplinariedad del
cuerpo sexogenerizado.
Lo anterior, incidir en que se vislumbre la necesidad de recuperar la experiencia corporal como perspectiva de anlisis para
la comprensin del mundo social, en tanto, una subjetivacin de
gnero (Puleo, 2013) que permite conocer las identidades y posiciona al cuerpo no slo como un territorio objetal, sino, como
un agente productor y reproductor de los significados que se
han incorporado en el proceso de socializacin de gnero.
1.4. Giro hacia la corporeidad
Autoras tales como Judith Butler (2003), Moira Gatens (1996)
y Elizabeth Grosz (1994), han analizado el carcter simblico y
las representaciones del cuerpo femenino y cmo a partir de
Feminismo & Cuerpo
66 - 67
2. Modelo metodolgico
2.1 Antecedentes de trabajos con Mapas del
cuerpo
El concepto de Mapas Corporales empez a difundirse como
tcnica con algunas aplicaciones como El sistema de las Flores de
Bach, desarrollado por Dietmar Krmer y Helmut Wild, el ao
2000. Este sistema permite que todos sean expertos y se acerquen al cuerpo desde una perspectiva de salud alternativa a la de
la medicina occidental y acadmica. Con otro enfoque, el Instituto de la Mscara de la Universidad de Buenos Aires, dio a conocer el trabajo Mapa Fantasmtico Corporal de Mario Buchbinder
y Elina Matoso (2011), prologado por David Le Breton. Estos
autores, proponen un dispositivo de intervencin creado, entre
otros fines, para el diagnstico institucional denominado Mapa
Fantasmtico Institucional (MFI) (Stopiello, 2011). Estas formas
de aplicacin ofrecen esta tcnica dentro de la lgica diagnstica
y de intervencin que permite elaborar un conjunto de saberes
bajo una disposicin de asimetra de poderes sobre la salud
Figura 1. Modelo inicial para la investigacin con Mapas
fsica y mental del cuerpo a
Corporales
partir de saberes expertos.
A diferencia de lo anterior,
con el modelo propuesto de
mapas corporales en la investigacin biogrfica, no se busca
favorecer un proceso diagnstico ni de intervencin; por el
contrario, se estimula la emergencia de significados y discursos encarnados en un cuerpo
protagonista de la biografa
del sujeto. Sus procedimientos buscan articular saberes
en una co-construccin de
escritura, relato oral y grfica autobiogrfica, con las que
se elabora una geografa de la
experiencia corporal a partir
de relaciones interpersonaFeminismo & Cuerpo
la Figura 1.
Procedimiento general
Por ltimo, se representan los elementos simblicos de la experiencia con el cuerpo. As, por
Es relevante que durante toda esta fase los
ejemplo, las caractersticas de la autoimagen. En
participantes desarrollen una postura frente a
otro nivel de representacin, se registran distinFigura 5. Ejemplo de mapa corporal
sus experiencias de dolor o sufrimiento, y as
tos discursos provenientes de la imagen social
tambin, a aquellas experiencias satisfactorias.
construida sobre diversas creencias. Mediante
Esta postura promueve su empoderamiento, ya sea desde el auestos discursos se busca facilitar la expresin de inscripciones
torreconocimiento de sus potencialidades como de la autointerculturales encarnadas. Finalmente, con el conjunto de elementos
pretacin de las opciones de transformacin que el sujeto posee.
simblicos se trabaja en el proceso de recuperacin subjetiva.
El rol de los que acompaan esta fase, como monitores o guas,
es de escucha activa, facilitando la manifestacin de las experiencias vitales, participando con el grupo en las interpretaciones.
70 - 71
Es pertinente explicitar que si bien el modelo suscita interrogantes biogrficas y las expresiones de emociones, con ste no
se busca realizar un trabajo clnico desde el punto de vista diagFeminismo & Cuerpo
nstico.
2.1.6. Fase de cierre
El trabajo detallado de elaboracin del mapa corporal se realiza
en soledad, en un dilogo con el s mismo y sus propias autointerpretaciones. Es por esto que, en la etapa de cierre, se genera
un espacio donde tanto el grupo como el sujeto deciden voluntariamente compartir su experiencia. Este es un proceso de
reflexividad intersubjetivo, donde los participantes han generado
oportunidades de reconocerse y hacer un trabajo con aquellos
obstculos que dificultan su bienestar y calidad de vida. Los sujetos dialogan bajo una modalidad grupal sobre sus hallazgos. La
metodologa permite que discutan e interpelen a sus propios
hallazgos graficados en el mapa (ver Figura 3 y 4).
La dimensin narrativa est compuesta por la recuperacin de
espacios de memoria y sus interpretaciones, organizados estos
espacios en nudos o conglomerados biogrficos significativos.
Esta dimensin se subdivide a su vez en: a) discursos normativos
sobre el cuerpo y restricciones, castigos, mandatos de belleza, esttica y de gnero (Scott, 1990; Muraro, 1994; Butler; 2001; Facio,
1994; 2002; Esteban, 2006; Araujo, 2009), y b) prcticas vinculadas
a lo que ocurre a nivel topogrfico del cuerpo como el uso de
biotecnologas, medicamentos, dispositivos mdicos correctivos
o estticos entre otros.
Con los anlisis de estos dos niveles interpretativos -discursos
y prcticas-, es posible visibilizar discrepancias entre discursos
tericos y las prcticas subjetivas, especialmente respecto a las
ideas que dominan sobre los procesos de socializacin de gnero
del sujeto. Los mapas corporales permiten, as, producir conocimientos que revelan que el sujeto es un activo y permanente
transformador de las normas sociales, lo que alimenta las argumentaciones en contra de la excesiva linealidad de las concepciones clsicas de los procesos socializadores, los cuales sostienen que se produce una vinculacin ms o menos directa entre
norma introyectada y comportamiento (ARAUJO 2009: 250).
La dimensin grfica est compuesta por representaciones de
autoimagen e imagen social interpretadas por cada sujeto como
su gramtica corporal. Dicha gramtica se plasma en formas,
colores, tramas e instalaciones, que articulan emociones, sufri72 - 73
progresivamente en cada etapa de produccin de materiales simblicos. Esta forma de proceder se aproxima a la postura antropolgica de campo. El anlisis se va haciendo con los participantes a lo largo de toda la investigacin y consiste en construir
con ellos paulatinamente una representacin de la cultura encarnada en sus cuerpos.
Para el tratamiento de todos los materiales recolectados en
el proceso, se trabaja desde una comprensin intertextual, inspirados en los trabajos de Julia Kristeva (1967), Jaques Derrida
(1971), Michel Foucault (1976) y Roland Barthes (1987). Estos
autores utilizan la intertextualidad para dar cuenta de las mltiples posibilidades de juegos del lenguaje. Barthes, por ejemplo,
habla de un ideal de textualidad donde abundan las redes que
actan entre s sin que ninguna pueda imponerse a las dems. El
texto que se produce usando la intertextualidad es una galaxia
de significantes y no una estructura de significados; el texto no
tiene principio, pero s diversas vas de acceso, sin que ninguna de ellas pueda calificarse de principal. Asimismo, los cdigos
que se movilizan se extienden hasta ms all del alcance la vista;
stos son indeterminables. Tambin, los sistemas de significados
pueden imponerse a este texto absolutamente plural, pero su
nmero nunca est limitado, ya que est basado en la infinidad
del lenguaje (Kristeva, 1967).
El anlisis se produce entrando desde los microtextos seleccionados del conjunto de relatos orales y escrituras autobiogrficas,
articulando con la idea de armar un intertexto con las grficas de
los mapas corporales, sus texturas, color e conos, integrados a
las emociones recogidas en el proceso. Se propone no jerarquizar la bsqueda, jugando con los hallazgos como en una red de
significados. En este juego, la tcnica de interpretacin incorpora
algunos aportes de la teora del anlisis del discurso (De Villers,
1999; Van Dijk, 2002; Canales, 2000), rompiendo con elementos
estructuralistas de su vertiente clsica. Para los dibujos se trabaja
con aportes de Bateson (1998), incorporando algunos elementos de las tcnicas proyectivas (Machover, 1949) y antropolgicas
(Barthes, 1987; 1986)(1).
Con este modelo aplicado a la investigacin social, en su objetivo de producir conocimientos nuevos sobre la corporalidad, se
propone trabajar el material para interpretacin y anlisis en dos
momentos: 1) Orden de relatos y materiales, 2) organizacin de
temas y/o categoras emergentes en grillas o matrices articuladoras. A su vez, el primer momento 1) Orden de relatos y materiales, posee las siguientes etapas: Etapa (1.A) Proceso de anlisis
e interpretacin: Comprensin global del relato autobiogrfico,
eleccin de fragmentos o microtextos significativos de acuerdo
a los criterios de bsqueda o dimensiones a estudiar. Etapa (1.B)
Organizacin de fragmentos en grillas: Se integran los microtextos del relato que acompaan al mapa corporal intentando armar una red intertextual significante. Etapa (1.C) Integracin de
elementos del dibujo del mapa corporal: Se arma un nodo compuesto de color, forma de la imagen e conos, con relatos en una
grilla; lo que permite organizar una intertextualidad. 2) Organizacin de temas y/o categoras emergentes en grillas o matrices
articuladoras. Etapa (2.A) Hallazgos: Durante todo el proceso los
hallazgos invitan a interpretar y hacer nexos entre un lenguaje y
otro, pero cuando se han entramado todos los textos se alcanza
un nivel de complejidad interpretativa. Este nivel facilita hacer
contrapunto con elementos tericos coherentes con las bsquedas, las que otorgan mayor consistencia y densidad al anlisis
para ir respondiendo las interrogantes y los objetivos, si se trata
de investigacin. Etapa (2.B) Elaboracin de las conclusiones o
reflexiones finales: El trabajo del investigador/a consistir en resolver las interrogantes iniciales sobre el problema que a partir
de la aplicacin de este modelo le ha permitido comprender y
generar conocimiento nuevo.
(1) Del trabajo de Gregory Bateson se destaca el rol de las interacciones simblicas y
el valor de los significados culturales en las interacciones humanas. Para el caso de Machover, su aporte consiste en realizar una propuesta desde perspectivas psicodinmicas
para anlisis de elementos proyectivos de los conflictos intrapsquicos en el uso de
metodologas grficas. Finalmente, en el caso de Roland Barthes, se destacan sus aportes para relevar el valor del color, la imagen, la luz en las creaciones artstico-culturales,
donde el autor otorga alto valor simblico al contenido grfico. As tambin contribuye
con importantes rupturas metodolgicas en la aplicacin de la intertextualidad para los
anlisis de productos culturales.
74 - 75
4. Discusin
Las investigaciones que utilizan el mtodo biogrfico en ciencias sociales, tradicionalmente, han dejado vacos de conocimiento sobre los discursos que el cuerpo produce. En esta experiencia de construirse sujeto sobre la materialidad del cuerpo
se articulan imgenes subjetivas con los procesos identitarios y
psico-sexuales a lo largo de la vida, ubicando al cuerpo en un
lugar protagnico en la biografa personal.
En las historias y relatos de vida, si bien se construyen representaciones sobre las experiencias vividas por el cuerpo, es el
sujeto que habla el que elabora el discurso sobre l, dejando en
silencio la corporeidad desde su propio lenguaje. Por lo tanto, el
modelo metodolgico de mapas corporales para la investigacin
biogrfica propone recuperar lenguajes corporeizados en sus
dominios sexual, cultural, social y de gnero, abriendo pasajes
hacia la compleja relacin entre autoimagen, prescripciones culturales normativas y los contextos sociales.
De esta manera, estudiar bajo el modelo metodolgico estas
formas adoptadas desde el orden simblico expresado en el
cuerpo podra ofrecernos informacin que facilitara la elaboracin de nuevas interpretaciones de ese orden, y que nos permita
generar procesos de reflexividad al interior del mtodo biogrfico a la vez que reconstruirnos como sujetos.
Todas estas articulaciones exigen del investigador avanzar ms
all de lo que han alcanzado las herramientas proyectivas en el
diagnstico clnico en Psicologa, donde el sujeto es evaluado en
una relacin asimtrica. Estas articulaciones tambin permiten
avanzar en las investigaciones biogrficas con una tcnica que
contribuye con informacin relevante sobre experiencias corporales en su complejidad semitico-material.
Con los Mapas Corporales se precisa que el protagonista de la
biografa se convierta en autor de la interpretacin, los cuerpos
no son tratados entonces como objetos de estudio especficos
para su clasificacin de sanos o enfermos (lo cual llevara, en
cierta forma, a reinstalar el dualismo cartesiano), sino que son reconocidos en amplias dimensiones constitutivas e insoslayables
de toda prctica social. Lo anterior cobra sentido en el contexto
76 -77
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derecha. El espacio del nacimiento se ubica en la parte izquierda que simboliza la
relacin con los orgenes de la vida. Referido al inicio de la totalidad de los vivientes.
El crecimiento est ubicado en la parte de abajo en relacin con la dimensin de la
conservacin, restauracin y recreacin de todo lo creado: La Pachamama representa
lo masculino y femenino y sentido de la fecundidad que de la existencia. La muerte
se ubica en la parte derecha, articulado al sentido de la conclusin, cumplimiento,
llegada, culminacin. Espacio de la proyeccin, despus de concluir una etapa de la vida.
Estas representaciones inscritas o encarnadas desde la comunidad lingstica posee un
peso fundamental en la socializacin corporal de los sujetos. Si bien posee algunos procesos en comn con la cultura occidental eurocentrada, los cultos y representaciones
corporales andinas generan interpretaciones duales, vinculadas a deidades vigentes en
su imaginario que no se encuentran en la occidental (Silva, 2008).
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Jimena Araos
Licenciada en Psicologa por la Universidad Mayor de
San Simn. Magster en Psicologa Clnica Mencin Psicoterapia Sistmica por la Universidad Catlica del Norte
(Chile). Especialista en Psicoterapia. Se desempe como
Coordinadora de la Oficina de Ciudadano Global sede
Antofagasta, donde abord e investig ampliamente temas de interculturalidad, gnero y migracin. Actualmente
se encuentra colaborando con la investigacin FONDECYT- Chile, titulada Paternidad, familia y pareja en trabajadores mineros y no mineros de la Regin de Antofagasta.
Aportes del
FEMINISMO
a la PSICOLOGA
84 - 85
cambio de valores
sociales y jurdicos. Se
busca que la justicia legisle
aspectos que hasta ese momento
eran considerados privados. Se cuestiona el estereotipo sexual de la mujer en los
medios de comunicacin, las artes y la publicidad. Se plantea la abolicin del patriarcado pues se
establece que la reivindicacin del lugar de las mujeres
va ms all del derecho al voto y el acceso a la educacin,
sino que es la estructura social la que provoca y mantiene las
desigualdades.
sible y disfrutar
del contacto con nios;
mientras que en el caso de los hombres,
stos deban ser ms agresivos, independientes y fuertes.
Todo lo anterior ubicaba a ambos en polos opuestos, es decir, la
salud mental estaba asociada al grado de diferenciacin de unos
y otras (cf. BURN 1996).
ga no ha quedado fuera.
Dicho lo anterior, har referencia al desarrollo de esta disciplina. A principios del siglo XX, la psicologa comenzaba rpidamente a posicionarse como una ciencia objetiva, cuantitativa y
emprica, en la que los investigadores buscaban cuidadosamente
mantener su distancia de los sujetos de estudio y, apelando a la
sobrevaluada objetividad, esperaban comprender y predecir el
La psicologa feminista cuestiona el supuesto de salud mental
comportamiento humano. Durante la Segunda Guerra Mundial,
planteado en trminos de adaptacin y propone un criterio de
emerge el inters en aplicar los principios de la psicologa para
crtica y debate ante las representaciones sociales que se ofrece
aminorar los efectos de experiencias traumticas. Los veteranos
a las mujeres.
de guerra aparecen en bsqueda de ayuda y alivio para su sufrimiento y confusin. En este escenario, los resultados eran conDentro de esta reformulacin de la problemtica de saludensiderados verdades universales, las cuales podan generalizarse
fermedad mental de las mujeres, se plantea que muchos de los
a un amplio nmero de individuos, en distintas
trastornos identificados podran ser interpretasituaciones y momentos, dejando de lado la inEn la dcada de los 70s, el movimiento dos como modos de resistencia de stos a la
dividualidad y el contexto.
opresin (cf. DIO BLEICHMAR 1985).
feminista cuestiona la parcialidad androcntrica del conocimiento psicolgico
En la dcada de los 70s, el movimiento femi- generado en los distintos mbitos, la cual
Otros aportes significativos del feminismo en
nista cuestiona la parcialidad androcntrica del
este mbito tienen que ver con la investigacin
reflejaba un modelo masculino de la
conocimiento psicolgico generado en los disde aspectos que no haban sido antes considerealidad.
tintos mbitos, la cual reflejaba un modelo masrados, como la violencia domstica y sus conculino de la realidad. Es decir que cuando las
secuencias en el bienestar y calidad de vida de
mujeres eran estudiadas, eran evaluadas de acuerdo al estndar
las mujeres. Estas lneas de investigacin no slo ponen nfasis
masculino. De tal modo, la personalidad y comportamiento feen el mundo interno de los sujetos, sino tambin en el contexto
menino eran vistos como desviados o deficientes en comparasocial, cultural e histrico en el que se inscriben, y cmo es que
cin con los hombres.
la interaccin de todo este sistema mantiene las desigualdades
de gnero en las distintas esferas (cf. BARRET; TREPPER; FISH
Estas supuestas diferencias femeninas funcionaban como es1995). De esta manera, se comienza a desnaturalizar situaciotndares aplicables a todas las mujeres, y fueron utilizados para
nes como la violacin dentro del matrimonio o el noviazgo, y a
sostener su dominacin y marginacin de espacios para los cuaresignificarlas como agresiones y no como parte normal de la
les eran poco aptas. Es as que se justifica la poca participacin
sexualidad humana (cf. BARRET;TREPPER; FISH 1995).Todo esto
de las mujeres en mbitos educativos o laborales dominados por
permite hacer modificaciones a nivel educativo, legal y en trmilos hombres, e incluso, en el modo de generar polticas pblicas,
nos de polticas de atencin a las vctimas y agresores.
modelos de intervencin y acompaamiento.
Sin embargo, no slo se hace una crtica a los mbitos de invesDe este modo, la salud mental estaba pensada en trminos de
tigacin, sino tambin a los mtodos utilizados. As, se cuestiona
cumplimiento y aceptacin de los roles de gnero. Se asuma, por
la nocin de que toda ciencia debe ser objetiva, ya que los vaejemplo, que una mujer saludable deba ser sumisa, expresiva, senlores personales y polticos no pueden dejarse de lado (o neu88 - 89
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COMUNIDAD MONTESSORI
Una educacin para ni@s sin que dejen de ser ni@s
EGES
ESCUELA DE GENERACIN DE SABERES
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Infante - Promocin Integral de la Mujer y la Infancia