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Introduccin a Carl Rogers y el Enfoque Centrado en la Persona

Sergio Ferreiro
Carl Ransom Rogers (EEUU, 1902 1987) proviene de una zona rural prxima a la ciudad
de Chicago, de un hogar de clase media, protestante y muy conservador. Fue un chico muy
inteligente, y progresaba rpido en la escuela; su familia era muy religiosa y estricta, y el trabajo
arduo era el valor supremo. Se sinti muy cuidado y protegido durante su infancia, Y a pesar de
tener varios hermanos, se distingui siempre por su temperamento ms bien solitario y retrado,
aunque el contacto social muy restringido tambin era una de las caractersticas de su familia.
Probablemente por influencias de su entorno, (aunque l sugiere que tal vez por la falta de ellas)
se interes por la agronoma y comenz a estudiar esta disciplina al principio por su cuenta, y es
entonces cuando toma conciencia de lo que significa la ciencia aplicada, lo que implica hacer una
hiptesis y la dificultad de respetar los mtodos para demostrarla. Luego estudia agricultura en la
Universidad. Recuerda especficamente en una de sus conferencias a uno de sus profesores,
quien les deca: No seas un vagn de municiones, s un rifle, algo que sin duda adopt como
gua para toda su vida: no solo acumular saberes, tambin hacer con ellos algo til. Luego, a raz
de algunas conferencias religiosas a las que asisti, se despert en l una incipiente vocacin
sacerdotal, y se cambi a la carrera de Historia, que le pareci ms afn. Al cumplir 20 aos fue
seleccionado para participar en un encuentro mundial de estudiantes en China, que durara seis
meses. De este modo conoci gente de muchos orgenes y se vio forzado a admitir que otras
personas, que crean en cosas diferentes a las que sus padres le haban inculcado, tambin eran
personas buenas, honestas y sinceras. Esto hace que las relaciones familiares se pongan tensas,
pero a la vez le da por primera vez la sensacin de independencia. Sigue su preparacin religiosa
durante algn tiempo ms, pero por fin decide abandonarla, ya que sus inquietudes acerca del
sentido de la vida hacan que sus creencias cambiaran todo el tiempo, y no poda apegarse a una
creencia nica.
A partir de ese momento comienza a estudiar filosofa de la educacin y psicologa en la
Universidad de Columbia, donde tiene contacto con las ideas de John Dewey, y se recibe en 1931;
antes de recibirse ya trabajaba en orientacin infantil. Se interioriza del enfoque freudiano, y
contina trabajando con nios en estado de vulnerabilidad social; a esta altura ya est casado y
tiene su propia familia, aunque todava no consolida su posicin econmica, porque sus ingresos
son bastante escasos. Pero l dice que siempre sinti que si hallaba una oportunidad de hacer lo
que ms me interesara, todo lo dems se solucionara por s solo. Trat a diario y durante varios
aos con menores judicializados, delincuentes y desvalidos, y su preocupacin constante era si lo
que estaba haciendo era eficaz, si estaba bien, si produca algn resultado positivo. Reconoce que
las desilusiones que tuvo en ese perodo hicieron ms por l que ninguna otra cosa. Primero,
porque las enseanzas de sus maestros no siempre eran aplicables ni daban resultado en la
prctica. Segundo, cuando comprob que muchas veces los entrevistadores hacan gala de sus
habilidades para culpar al entrevistado de su conducta, y lo intil o en todo caso efmero resultado
de este mtodo, todo lo cual le pareci poco menos que monstruoso. Adems vio en la prctica
que seguir ad pedem literam un manual de procedimientos usualmente no serva para nada,
pues los sujetos son todos diferentes; que cierto orden en el proceso deba generarse desde la
experiencia y no poda imponerse desde fuera. Entiende por fin que a menos que el terapeuta
quiera demostrar todo lo que sabe, lo mejor sera confiar en la direccin en la que el paciente
desea ir, ya que es el nico que sabe de verdad lo que le est ocurriendo, aunque de ello no sea
consciente aun. Adems, cuando empez a interesarse por la investigacin, comprob que lo que
se haca en la universidad en materia de psicologa no tena nada que ver con sus inquietudes.

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Dada su preparacin en ciencias desde muy joven, Rogers se preocupa todo el tiempo por
hacer sus propias investigaciones, muestreos, hacer hiptesis y ponerlas a prueba, recopilar datos;
pocos de sus colegas se preocuparon tanto como l por dar orden y encontrar sentido a la
experiencia teraputica; califica a todas sus hiptesis como provisorias y si bien su inquietud es
encontrar verdades, reconoce que lo ms valioso a que podemos aspirar es el proceso incesante
de buscarlas, evitando que la teora se convierta en un dogma inmutable.
En 1940 acepta una ctedra en la Universidad del Estado de Ohio. Cuando trata de
formular algunas de sus ideas, comprendi que las innovaciones, por geniales que parezcan
pueden ser percibidas como amenazas mortales por otras personas. Pero en lugar de retroceder,
lo que hace es escribir y publicar su libro Counseling and Psychotherapy (en castellano:
Orientacin psicolgica y psicoterapia), que resulta ser muy exitoso. Sigue su carrera docente en
las Universidades de Ohio, Chicago y Wisconsin. En 1951, public Psicoterapia Centrada en el
Cliente, donde aborda aspectos centrales de su teora. A partir de 1964 sigui atendiendo
pacientes, escribiendo, realizando investigacin y dando conferencias, hasta su muerte en 1987.
La Teora
Rogers sabe desde el principio que muchos psiclogos y educadores tienden a enojarse
mucho ante sus puntos de vista, que son tenidos como ingenuos o incompletos. l lo atribuye a
que su manera de trabajar representa una grave amenaza para los principios incuestionables de
la clnica de entonces; al decir de Nietzsche hay espritus que revuelven las aguas para que
parezcan profundas, lo cual no es ni por asomo el caso de Rogers. Sus hiptesis son bien
simples y estn basadas en sus muchos aos de experiencia con pacientes. Es una teora basada
en el existencialismo y de abordaje fenomenolgico. Rogers era un devoto lector del filsofo dans
Kierkegaard, precursor del existencialismo, a quien cita incansablemente en varias de sus obras. A
diferencia de Freud, considera que las personas son bsicamente buenas y que la salud es lo que
hace que el desarrollo de la vida sea normal. O sea, que la enfermedad mental sera una
distorsin de la natural inclinacin. A esta disposicin la llama tendencia actualizante, y la
define como una fuerza innata que motiva a los seres a desarrollar al mximo todo su potencial.
Ntese que extiende este concepto a todos los seres, no solo a los humanos, y que va mucho ms
all de la simple supervivencia: hasta el total y pleno funcionamiento. Segn su concepcin es
propio de todos los seres vivos hacer lo mejor que podamos. En el caso de los seres humanos
reconoce una mayor complejidad, y la sita en relacin directa con el potencial de actualizacin,
que ser cada vez mayor cuanto mayor sea la complejidad del sistema.
Rogers crea que nuestro organismo sabe qu es lo que necesita, a travs de lo aprendido
evolutivamente. (Filognesis) De tal modo que a cada situacin en la vida le correspondera una
valoracin organsmica, positiva o negativa, de diferentes intensidades: tanto lo que viene de
fuera, como el amor, el afecto, la atencin, pero tambin desde dentro: autovaloracin, autoimagen
positiva, y estos ltimos se desarrollan en nuestra vida a partir de la influencia de aquellos. En
este aspecto la teora de Rogers tiene puntos en comn con la de Maslow, segn la cual los seres
vivos elegirn lo que sea mejor para ellos entre todo lo que se halle disponible. Hasta aqu todo
parece funcionar bien, pero estn las patologas.
En el curso de la historia, la cultura ha creado condiciones que difieren mucho de las
ideales para el desarrollo pleno de la persona, aunque a primera vista no lo parezca. Mucho del
avance de la tecnologa, para usar un ejemplo cercano y muy recurrido, ha distorsionado
severamente nuestra valoracin organsmica; como ejemplo elemental, beber gaseosas
azucaradas es considerado generalmente ms deseable que beber agua, a pesar de que no es
ms sano sino todo lo contrario. Adems, la vida social nos condiciona severamente y nos impone
unos ideales yoicos muy exigentes a cambio de otorgarnos valor. De modo que lo que obtenemos

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suele ser porque lo merecemos, y no porque lo necesitamos, de donde el merecimiento o no de
algo es decidido por otros, a veces muy significativos. Lo ms comn es que nos hagan sentir
queridos solo cuando nos portamos bien, siendo esto ltimo definido ambiguamente por alguien
distinto a nosotros, si bien suele ser alguien muy significativo, y cuanto ms se cumplan esta
ambigedad y esta significatividad, mayor influencia tendrn. Esto ocurre primero con los padres,
luego con los maestros, luego con el entorno laboral, etc. Est claro que todos necesitamos que
nos valoren para poder autovalorarnos, y que necesitamos recompensas. Estas recompensas
positivas condicionadas acaban siendo condicionantes de nuestra subjetividad. El complejo de
consideracin positiva suele dejar en segundo plano a la valoracin organsmica, tanto ms
cuando la consideracin que se recibe es mayor. Entonces resulta que se produce una distorsin
en la valoracin organsmica y un desvo de nuestra tendencia actualizante, y resulta que una
gran persona no siempre es una persona feliz, porque su autovaloracin est condicionada por
las expectativas de los dems y no por las propias, a las cuales perdi completamente de vista.
(Recordemos los graves conflictos que tuvo Rogers con su familia cuando decidi abandonar la
religin y luego cuando decidi casarse, o los problemas que tuvo cuando expuso sus ideas;
seguramente sufri mucho pero pudo seguir adelante. Otros, tal vez no hubiesen podido)
Entonces resulta que el verdadero YO, segn Rogers, consiste en nuestra tendencia
actualizante ms nuestra valoracin organsmica de las recompensas positivas para nosotros que
recibiremos, lo cual va construyendo nuestra experiencia. Pero resulta que las recompensas
positivas que recibimos suelen estar afectadas por las condiciones de vala que nos han sido
impuestas, o sea, que hemos introyectado. De modo que lo que desarrollamos es un ideal de Yo
que es parecido al que los dems esperan de nosotros; es en realidad una idea, algo que
siempre est fuera de la realidad, y que es inalcanzable. El conflicto entre ese ideal y nuestro yo
verdadero se llama incongruencia. Para Rogers, la neurosis es incongruencia.
Mecanismos de defensa: Rogers reconoce dos mecanismos de defensa: la NEGACIN Y
la DISTORSIN PERCEPTIVA.
Al producirse una incongruencia entre la autoimagen y la experiencia, necesitamos adaptar
esa experiencia al concepto que tenemos de nosotros mismos, para salir de la situacin percibida
como amenazante. Rogers engloba todas las defensas en el punto de vista perceptivo, entonces
dice que mediante la negacin, se bloquea por completo la situacin amenazante; los impulsos, la
represin, la memoria, lo percibido subliminalmente, todo ello est englobado en el concepto
Rogeriano de Negacin de la percepcin. Puede ocurrir que en la terapia un paciente le diga al
terapeuta:Lo estoy escuchando, s que debera entender lo que me dice, pero no tengo idea de lo
que significa.
La DISTORSIN PERCEPTIVA es mucho ms frecuente; es el mecanismo de defensa que
posibilita simbolizar de modo distorsionado la experiencia, para que se pueda vivir como menos
amenazadora. Ej.: Un alumno que se considera a s mismo poco capaz obtiene una excelente nota
y dice:Tuve mucha suerte, o bien el profesor es un tonto. O sea, emite una opinin que coincide
con su autoconcepto, distorsionando la experiencia. Ocasiona grandes resistencias, pues si el
paciente logra eliminar la distorsin perceptiva de sus experiencias se ver obligado a aceptar que
siente cosas que dice no sentir; por ejemplo, que odia a su padre, o que tiene tendencias
homosexuales, o que es ms prejuicioso de lo que crea, etc. Se parece en algunos casos a la
proyeccin y en otros a la racionalizacin, y si es muy frecuente implica un estilo atribucional
neurtico. Esta situacin no cierra la brecha entre el yo verdadero y el yo ideal, sino que
solamente consolida la incongruencia. Como es una situacin que tiende a repetirse y se refuerza
con la repeticin, la persona cada vez se aleja ms de su funcionamiento pleno, y genera ms alto
nivel de ansiedades de todo tipo, hasta el punto en que necesitar ayuda para reencauzar su vida.

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Rogers no describe enfermedades. Llama a la persona sana, de funcionamiento
completo; es aquella persona que est abierta a la experiencia, que percibe con precisin lo que
le pasa, que conoce bien sus sentimientos y puede diferenciarlos de aquellas cuestiones que solo
son necesidades de compensar incongruencias; percibe y acepta la realidad tal como es, viviendo
su existencia en el presente. Las personas de funcionamiento completo confan en la propia
valoracin organsmica: solo yo se lo que debo hacer, lo que est bien para m. Esto no justifica
cualquier conducta: supone ante todo que esta valoracin organsmica est en contacto con la
tendencia actualizante, la que le sirve de criterio. La persona tiene libertad experiencial; asume
las oportunidades con responsabilidad, y acta creativamente. Una persona comprometida con su
actualizacin se ver obligada a contribuir con la actualizacin de su entorno. En Jung y en
Erikson se encuentra esta misma apelacin.
La terapia de Rogers.
Pone en prctica una terapia que llama primero no directiva, luego Centrada en la
persona. El enunciado de su sistema es muy sencillo; no as su implementacin. Segn esto, el
terapeuta no es un gua para el paciente, no es una pantalla en blanco, no es un consejero, no
interpreta nada, no pretende ensear ni persuadir. Debe salir del centro de la escena hasta el
punto en que es la persona la que se hace cargo de su propio proceso. Estar ah implica, s, la
ejecucin de ciertas tcnicas, aunque no nos explica gran cosa de ello y solo lo sabemos por lo
que podemos observar en sus registros. El mismo Rogers dice todo el tiempo que lo principal est
dado por la naturaleza y calidad del vnculo que se establezca entre el terapeuta y el paciente. Si
puedo crear un cierto tipo de relacin, la otra persona descubrir en s mismo su capacidad de
utilizarla para su propia maduracin y de esa manera se producirn el cambio y el desarrollo
individual Segn l hay una especie de trpode sobre el cual se asienta todo: 1) Aceptacin
positiva incondicional; 2) Empata; 3) Congruencia. Resulta que si somos capaces de desarrollar
estas tres condiciones en el vnculo, a pesar de que no actuemos como gua el paciente se
conducir como si as fuera. Y dice que es una terapia de apoyo y no reconstructiva. El paciente
debe mantenerse independiente del terapeuta, o nunca se curar; y esto depende del terapeuta.
Las tcnicas que se suelen utilizar parten del REFLEJO: repetir reformulando, recapitular, hacer
preguntas abiertas, pedir aclaraciones, no solo para entender sino para que el paciente se escuche
a s mismo.Cuando la opinin de una persona acerca de s misma cambia, tambin cambia su
conducta. La aceptacin, la empata y la congruencia son condiciones necesarias y suficientes,
al decir de Rogers. Pero pocas cosas son tan difciles como ponerlas en prctica. Mostrarse tal
como uno es, poder aceptar al otro tal como viene, poder contemplar la situacin desde el marco
de referencia ajeno, son habilidades sociales que las personas tienen en alguna mayor o menor
medida, pero en un terapeuta rogeriano ( y en cualquier terapeuta, segn l deca) son
absolutamente imprescindibles. De donde se deriva que ante todo es sumamente importante el
trabajo sobre uno mismo, para poder luego con el tiempo trabajar con los dems. Slo
cuando me acepto como soy puedo modificarme, y solo de ese modo los vnculos son lo que
parecen ser; no me resulta beneficioso comportarme como si yo fuera distinto de lo que soy. He
descubierto el enorme valor de permitirme comprender a otra persona.
Grupos de encuentro.
Breve resea de su origen, razones y efectos de su difusin y caractersticas de su proceso
Inmediatamente despus de la 2 Guerra Mundial, en el Centro de Asesoramiento
Psicolgico de la Universidad de Chicago, Rogers se dedica a la capacitacin de counselors para
atender especficamente a los veteranos de la guerra. Pronto llega a la conclusin de que ninguna

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formacin de tipo cognitivo sera suficiente puesto que todos ellos ya tenan alguna; de modo que
comenzaron a trabajar en grupo, reunindose todos los das y tratando de comprenderse mejor, de
tomar conciencia de cuales actitudes seran ms tiles y menos autodestructivas, y establecer
vnculos productivos para transferirlos luego a su trabajo especfico con los pacientes. Al poco
tiempo se dieron cuenta de que ste era tambin un mtodo apropiado para fomentar el desarrollo
personal, la comunicacin, y que resultaba de por s teraputico, an cuando no fuera ese el efecto
que en principio se busc. O sea, que mediante este dispositivo se vinculaba el aprendizaje
cognitivo con aqul que cada uno obtena de su propia experiencia, lo cual redundaba en grandes
beneficios para todos. A este estilo grupal, en el cual la comunicacin y el desarrollo personal eran
centrales, lo llam entonces GRUPO DE ENCUENTRO. Derivaciones y adaptaciones de este
dispositivo hay muchas, de las cuales Rogers tambin da cuenta reconociendo como cuestiones
comunes a todos, el ser pequeos, con mnima o nula estructura, y con una finalidad elegida
libremente por sus miembros. As aparecen los Grupos T, los centrados en la tarea, de conciencia
sensorial, o corporal, o de expresin creativa, gestlticos, de juegos, de adicciones, etc. (los AA ya
existan desde antes). En cada uno de estos casos hay a su vez particularidades relacionadas con
el modo de coordinar y con la tarea.
Al coordinador del grupo de encuentro lo llama FACILITADOR, y le prescribe la tarea de
desarrollar un clima psicolgico de seguridad, donde gradualmente se puedan generar la libertad
de expresin y la confianza mutua. Con la libertad y la confianza acrecentadas, y con la
comunicacin mejorada, surgen nuevas ideas, y lo nuevo deja de ser una amenaza y se convierte
en una posibilidad deseable. Lo que los miembros del grupo experimentan, tiende a ser transmitido
en los dems mbitos de su vida diaria, o sea que suelen mejorar sus vnculos familiares,
laborales, etc. El proceso grupal suele comenzar con una cierta ansiedad, pues al no haber una
estructura prevista el problema es bsicamente Qu hacemos ahora. Pero paulatinamente se
pone de manifiesto que la finalidad ms importante para todos es encontrar maneras de
relacionarse, con los otros y sobre todo, con uno mismo. Al explorar los sentimientos y actitudes
reciprocas y hacia s mismos cada vez se hace ms claro que lo que primero exhibieron era una
fachada, una mscara; la persona real va apareciendo lenta y cautelosamente. Probablemente
crea que sus sentimientos verdaderos no seran aceptables para el resto, aunque generalmente lo
que ocurre es que se le acepta ms cuanto ms genuino se vuelve. Entonces los integrantes
comienzan a modificar sus sentimientos hacia los dems y tambin hacia s mismos, aceptando
sus experiencias NEGADAS o SIMBOLIZADAS DISTORSIONADAMENTE, acercndose a su
verdadero yo. Con frecuencia llegan a un nivel de intimidad al cual no han podido llegar ni siquiera
con su propia familia o pareja.
Este tipo de grupos se extendi rpidamente en Estados Unidos, y es evidente que fue por
demanda espontnea de personas que lo necesitaban; de boca en boca y como un reguero de
plvora se difundieron estos dispositivos; el mismo Rogers seala que contrariamente a lo que
sostienen las estridentes voces que provienen de la derecha, esto no ha sido una conspiracin.
Atribuye esta gran difusin a La deshumanizacin creciente de nuestra cultura, en la cual no
cuenta la persona y a que las personas buscan algo que no encuentran en su medio laboral, ni
en la iglesia, ni por cierto en su escuela o universidad, y lo que es bastante triste, en la vida familiar
moderna. Es el ansia de relaciones reales e ntimas, en las que los sentimientos puedan
expresarse en forma espontnea compartir experiencias profundas, desencantos y alegras,
correr el riesgo de probar nuevas formas de conducta Y frente al miedo y resistencia que
suscitaron en algunos sectores sociales, entre otras cosas expresa:
En la derecha milita una gran proporcin de personalidades autoritarias Tienden a creer
que el hombre es bsicamente malo por naturaleza. Rodeadas, como todos nosotros, por magnas
fuerzas impersonales que segn parece, no podemos controlar, buscan un enemigo con el fin de
odiarlo. En diferentes perodos de la historia el enemigo han sido las brujas, los espritus

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demonacos, los comunistas, y ahora son la educacin sexual, la sensibilizacin, el humanismo
irreligioso, tal como ellos lo llaman, y otros demonios actuales.

Apndice
El Enfoque Centrado en la Persona establece una posicin tica.
Peter F. Schmid es un cientfico y psicoterapeuta austraco, actualmente en actividad, especializado
en Rogers y su enfoque centrado en la persona. Entre muchas otras actividades, dirige desde 2006 el
programa de Psicoterapia Centrada en la Persona en la Universidad de Sigmund Freud. Utilizo algunas de
sus opiniones como puntos de partida para exponer un punto de vista no siempre tenido en cuenta acerca de
Carl Rogers y su terapia.

En Preguntndose para responder, Schmid afirma que ya que la psicoterapia no se ha

iniciado a partir de moralismos sino desde una mirada fenomenolgica, habiendo llegado a
donde lleg debe ser considerada un fenmeno tico.
La base de la psicoterapia es responder a las incongruencias de una persona que se halla
en un estado de vulnerabilidad, y el terapeuta est obligado a responder solidariamente,
responsabilizndose de la calidad del vnculo. As que no habra dudas de que la psicoterapia est
fundada ticamente. (Fenomenologa + Verdades experienciales + Encuadre no directivo +
Prioridad de la necesidad del otro + Reconocimiento del otro como persona humana = Psicoterapia
como fenmeno tico).
El filsofo lituano Emmanuel Lvinas (1906-1995) tambin fue motivado por el punto de
vista de Rogers y puso una base filosfica a la psicoterapia basada en el enfoque centrado en la
persona postulando que la autoconciencia no consistira en aquello que de m reflexiono, sino que
el punto de partida es ser el otro del Otro. O sea que soy la experiencia del vnculo con otro que
reconozco. Ese otro es un ser nuevo, un desconocido con el cual encontrarse como persona,
como fin en s mismo, y no como objeto de conocimiento. La autoconciencia sobreviene entonces
en el contacto, en el vnculo, y ello indica y corrobora la interdependencia de los seres humanos;
responder a la demanda del otro fundada en su ansiedad o sufrimiento es una manifestacin de
solidaridad, y a la vez de autorrealizacin, ya que no somos sin el otro. De modo que en la
psicoterapia del enfoque centrado en la persona se cumple un deber solidario, donde el otro es
central. A la vez resulta por lo menos audaz situar a la solidaridad y la autorrealizacin como si
fuesen caras de la misma moneda, siendo que todo el tiempo se nos trata de convencer de lo
contrario.
Rogers propone un acercamiento fenomenolgico en el cual el paciente es un Otro que se
acerca y a quien tengo que conocer, despojado de todo preconcepto. Pero ese conocimiento no es
de sujeto a objeto, sino de sujeto a sujeto, persona a persona. Si bien la terapia es por demanda
del otro, desde esta perspectiva no slo ese otro sino tambin el terapeuta se modifican, y ambos
progresan hacia su realizacin. Es un nuevo concepto de autorrealizacin no individualista,
superador del individualismo de la modernidad tanto como del posmoderno, y en esto Rogers se
anticip varios aos. El hecho de que se d tanta importancia a la expresin no verbal, es una
caracterstica inusual en la poca del surgimiento del Enfoque Centrado En La Persona. El
Focusing, desarrollado por Eugene Gendlin, quien trabaj durante 11 aos al lado de Rogers, pone
al cuerpo en primer plano, haciendo foco en las sensaciones sentidas pero no simbolizadas. Segn
el paradigma cientfico modernista o tradicional esto se aproximara a lo irracional. Tambin tomar

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al individuo como un Todo, mayor que la suma de sus partes, atendiendo no solo al discurso verbal
sino a la expresin corporal y a lo espiritual; lo que hoy en da se llama visin holstica constituye
una novedad superadora de aqul paradigma. Que el Enfoque centrado en la persona de algn
modo elija sujetarse al deber, al elegir en libertad el modo de responder solidaria y
obligatoriamente a la demanda de otro, lo vincula con ciertos ideales muy anteriores a los del
posmodernismo, sin embargo. No me parece contradictorio: el mismo Rogers conceba a su
enfoque como una serie de principios tentativos. Schmid cree que las posiciones de Rogers no
son en modo alguno anticuadas. Por el contrario, an no se ha comprendido plenamente su
radicalismo, su profundo humanismo y sus potencialidades crticas. Y aquellos que acusan a
Rogers de ser individualista y tpico americano de Estados Unidos deberan leer lo que escribi
acerca del temor que provoca en los grupos reaccionarios la experiencia grupal que l mismo
implement basada en la no-directividad, a la que llam Grupos de Encuentro: parece que Rogers
oper un verdadero cambio sobre s, partiendo de un hogar rgido y conservador para convertirse
con el tiempo en un intelectual de izquierda que afortunadamente pas inadvertido al Macarthismo.
Es imposible ejercer la profesin desde el enfoque centrado en la persona sin una posicin
tica, porque la doctrina de Rogers es en s misma una tica. La ortodoxia incluye en el caso del
enfoque centrado en la persona la apertura y la flexibilidad; y ello no significa de ningn modo estar
a la moda, como si todo pudiera ser tomado relajadamente y en modo light, sino que est en la
base de la terapia rogeriana, puesto que Rogers no dice nada acerca del cmo debe ser la prctica
teraputica, y solo especifica como condiciones necesarias la empata, la aceptacin positiva
incondicional y la congruencia. Algunos han manifestado que no seran suficientes, mientras
Rogers segua afirmando mi experiencia me dice que en el contexto de una relacin, si no hago
nada para impedir el proceso, ste ocurrir de todos modos lo cual implica creer en la tendencia
actualizante y a la vez descartar algunas prcticas corrientes (antes y ahora) tales como etiquetar
a los pacientes como requisito previo al inicio de la terapia, haciendo del diagnstico una especie
de estigma, que calma a quien lo pone, y no a quien lo lleva. Al poner a todas las personas en un
plano de igualdad a los efectos de la terapia, no hace sino reconocer la dignidad de toda persona
humana; al punto que concibe la terapia centrada en la persona como una relacin personal no
diferente de las que establecemos en la vida cotidiana cuando somos plenamente capaces de
ejercer aquellas habilidades sociales antes citadas como condiciones necesarias. De este modo
se excluye la directividad del terapeuta como parte de la relacin; quien dirige en este caso es el
paciente en tanto demandante, pues su necesidad est primero, es prioritaria. Hay una presencia
del otro cuyo llamado debe ser respondido, ya que se ha abierto y revelado y no se ha sometido
como objeto de conocimiento sino como lo que es ante todo: una persona, que busca ser
reconocida, es decir, espera ser comprendida, no juzgada, respetada. Y una vez ms aparece la
dignidad como fundamento del enfoque centrado en la persona.
Recapitulando y como conclusin personal: La pregunta que subyace en toda teraputica
es en definitiva siempre la misma: Quin soy en realidad? De donde la bsqueda es por ser la
persona que uno realmente es. Es una afirmacin tautolgica: soy lo que soy. Sin embargo ocurre
que cuando el individuo comprende y siente en qu consiste su libertad, se encamina
inexorablemente hacia su autorrealizacin, a pesar de la angustia, la violencia y las dificultades.
Entonces SER es ser un proceso. En todos los idiomas evolucionados existe el verbo ser; que en
muchos de ellos significa a la vez estar. El idioma castellano (entre pocos) tiene dos verbos
diferentes: ser y estar. Para entendernos mejor: aquella tautologa ya no es tal, si digo que SER es
ESTAR SIENDO, y este modo de decirlo denota continuidad: el proceso es el de ...convertirse en
persona: la vida siempre se encuentra en un proceso de llegar a ser. Esta posicin irreducible de
Rogers ha sido frecuentemente considerada ingenua, simplista o incompleta, inclusive aludida
peyorativamente como preparatoria. (Schmid tambin refiere esto). La defensa de Rogers ha sido
siempre apelar a ejemplos extrados de su propia experiencia, de los cuales saca conclusiones que

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siempre caracteriza como hiptesis provisionales, por lo cual hace honor al mandato
fenomenolgico Volvamos a las cosas mismas. O sea, sorprendmonos, pongamos de nuevo a
la persona en el centro de la cuestin, en este caso. No niega el psicoanlisis, si bien resta
importancia a algunas cuestiones; le parecen estrechos los lmites del conductismo, sin
desmentirlo totalmente; coincide con algunos postulados de la psicologa de la Gestalt, y por
momentos su visin de la vida nos recuerda a Jung. Ejerce una terapia absolutamente no
directiva, basada en muy pocos supuestos. Se nutre de su experiencia, e insta a los terapeutas a
que tengan y utilicen la suya propia y la tengan como su mxima autoridad. No da mtodos ni
procedimientos. De modo que todos sus desarrollos tericos se invisten de una individualidad que
consiste en no afirmar prcticamente nada ms que su posicin tica. Lo cual no dudo es un rasgo
de genialidad, pues a pesar de estar en condiciones de admitir aportes de otras experiencias que
de hecho muchos autores han efectuado ya, convierte a su teora en principio en irrefutable.
Sergio Ferreiro
Counselor-Psiclogo Social
14/03/2015

Bibliografa citada y/o consultada:

Rogers, Carl R.: El Proceso de Convertirse en Persona Traduccin de Liliana
Wainberg -Paids, Buenos Aires, 2008
Rogers, Carl R.: Grupos de Encuentro Trad Ana Mara Payr de Bonfanti Amorrortu
editores, Buenos Aires, 1973
Rogers, Carl R.: Terapia, personalidad y relaciones interpersonales Trad. De A.
Carmona y O. Castillo Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires, 1985
Schmid, Peter F.: Preguntndose para responder. La posicin tica y el reto de la
terapia centrada en la persona y sus "condiciones necesarias y suficientes"
Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, vol. 5, nm. 15, 2006- Universidad
Bolivariana- Santiago, Chile
Todas las citas textuales estn entrecomilladas y/o en bastardilla.