Maiorano - Ombusman
Maiorano - Ombusman
Maiorano - Ombusman
y Ciencias Sociales
Abogaca
Derecho Administrativo
N 11
003935
Profesor:
Dr. Jorge Luis Maiorano
1
Objetivos
I.- En lo terico:
1.- Que los alumnos conozcan la creciente importancia del derecho administrativo y la variada problemtica
jurdica que encierra (particularmente, y entre otras facetas, la referida a las innumerables relaciones de
distinto tipo que la Administracin Pblica entabla a diario con los ciudadanos); considerando que todos
estos aspectos son de singular inters para los futuros abogados, sea que hayan de actuar en la funcin
pblica, en el ejercicio libre de la profesin (nunca totalmente desconectado del quehacer de la
Administracin, aunque se desenvuelva principalmente en el mbito del derecho privado) o como simples
ciudadanos. Al mismo tiempo, se pretende brindar un conocimiento integral de la materia, apuntando, en
especial, dada la extensin de esta y teniendo en cuenta los cambios normativos que habitualmente se
producen en su mbito, a sus aspectos bsicos y a sus principios generales de constante aplicacin.
2.- Que los alumnos tomen debido conocimiento de la trascendencia de la elaboracin doctrinaria en una
materia en la que se introducen fenmenos jurdicos novedosos emergentes de una produccin normativa
abundante y no siempre ordenada o exenta de complejidades.
Al respecto, cabe sealar que en la confeccin de este programa se ha procedido con un criterio amplio,
dando cabida a que se contemplen, como temas de estudio y debate o simplemente como manifestaciones
de la realidad, las distintas posiciones doctrinarias sobre cuestiones fundamentales y actuales del derecho
administrativo.
3.- Que se asuma la capital importancia que tiene, en esta materia, el derecho judicial aplicable a las
distintas cuestiones en estudio, dado que es el Poder Judicial el que, en ultima instancia, traduce el
derecho vigente, el que se aplica en la realidad.
4.- Vincular el programa de estudios con fenmenos jurdico-administrativo del presente (ello, sin
perjuicio de la consideracin que merezca la perspectiva histrica o del necesario examen de instituciones
arraigadas desde tiempo atrs), en especial de nuestro pas (por ejemplo, la trascendencia de la reforma
constitucional de 1994, la proteccin de los derechos de incidencia colectiva, la posicin que el Estado
asume ante la sociedad en la actualidad, los cambios que supone la intervencin del Estado en la actividad
econmica, etc.), sin descuidar por ello las nuevas orientaciones del derecho comparado y su proyeccin
de futuro. En este aspecto, se har especial hincapi en la importancia del control como medio para una
efectiva vigencia del Estado de Derecho.
5.- Por ultimo y fundamentalmente, que la problemtica relacionada con la responsabilidad del Estado y
el procedimiento y proceso administrativos, merezca una consideracin ms amplia, dada la conexin de
estos temas con la efectiva vigencia del principio de legalidad y la necesidad de brindar a los alumnos
como futuros profesionales y ciudadanos- necesariamente insertos en el medio social en que los rganos
de aqul actan, un cabal conocimiento de los mecanismos jurdicos que tienden a garantizar esa efectiva
vigencia y el consiguiente respeto de los derechos individuales y de los intereses de la comunidad.
II.- En lo prctico:
El programa procura establecer una estrecha conexin y paralelismo entre el aspecto terico y el prctico
de la enseanza del derecho administrativo. Ello, partiendo de la base de que la teora es el presupuesto
cientfico necesario para encarar la practica y esta ultima conduce a la mejor compresin de la primera a
travs de un acercamiento a la realidad, y que el desarrollo de ambos aspectos constituye condicin
necesaria para el futuro ejercicio profesional. En tal orden de ideas, se ha contemplado en el apartado B
del programa de la asignatura un plan de trabajo referido en especial a la labor que debern realizar los
alumnos a medida que avancen en el estudio de los temas contemplados en el apartado A de aquel.
Tal plan de trabajo supone, al margen del necesario estudio previo de los textos, una activa participacin
en clase de los alumnos, superando la clsica postura pasiva de stos frente a la exposicin del docente.
Por lo dems, dicha participacin no se reduce al coloquio o a la redaccin de escritos de rutina,
realizacin de visitas o tareas similares. Involucra tambin, sobre la base de las pertinentes labores de
investigacin, el anlisis critico de distintos temas, que conduzca al alumno a la maduracin de sus
propios conceptos y con ello a ir adquiriendo la habilidad necesaria para encarar por s la solucin de los
casos concretos que se planteen, o a sentar los cimientos de una responsable tarea creativa en el campo
del derecho administrativo.
2.- Contenidos:
BOLILLA I
1. Conceptos fundamentales de la Teora del Estado. Elementos y funciones. Teoras.
2.
La Administracin Pblica. Concepto. Funciones. Delimitacin. Historia y Derecho de la
Administracin Pblica. Estado de Polica y Estado de Derecho. El Estado de Derecho: distintas versiones;
evolucin. Estado liberal, intervencionista, de bienestar, regulador, subsidiario. Evolucin en nuestro pas
y en el derecho comparado. Su influencia en el Derecho Administrativo y en la Administracin Pblica.
3. Presupuestos jurdico y poltico del Derecho Administrativo: anlisis, evolucin.
4. Derecho Administrativo. Concepto. mbito. Sus rasgos definitorios y peculiaridades. La ecuacin
Derecho Administrativo-Administracin Pblica. Relaciones del Derecho Administrativo. La Ciencia de la
Administracin.
BOLILLA II
1. Las fuentes del Derecho Administrativo. Nocin. Clasificacin. La Constitucin Nacional: su
trascendencia para el derecho administrativo.
2. La ley: especies y lmites. Los tratados: su jerarqua normativa. Incidencia de la reforma constitucional
de 1994. El decreto ley: concepto.
3. Los reglamentos: concepto, clasificacin, fundamento y lmites. La reforma del ao 1994 en la
Constitucin Nacional: su importancia en materia de reglamentos.
4. Las fuentes materiales. La costumbre. La doctrina. La analoga. Los principios generales del derecho.
5. Validez espacial y temporal del Derecho Administrativo. Importancia de la reforma constitucional del
ao 1994.
BOLILLA III
1. La organizacin administrativa. Concepto. Los rganos administrativos. Concepto. Elementos.
Naturaleza. Clasificacin.
2. Principios bsicos de la organizacin administrativa: la competencia y la jerarqua. Caractersticas y
clasificacin de la competencia. Improrrogabilidad: delegacin y avocacin. Concepto, rgimen legal.
3. Sistemas de organizacin administrativa: la centralizacin, la descentralizacin, la concentracin y la
desconcentracin. Concepto, rgimen jurdico y efectos.
4. La organizacin administrativa en particular. La Administracin Central: el Poder Ejecutivo, la Jefatura
de Gabinete, los Ministerios.
BOLILLA IV
1. La personificacin de la Administracin Pblica. La pluralidad de figuras jurdicas. Las personas
pblicas: estatales y no estatales; criterios de distincin. Personas jurdicas de base privada y ejercicio de
funciones administrativas. Entidades autrquicas; empresas del Estado, formas societarias; otras formas de
gestin. La intervencin del Estado en la economa: concepto, alcances, rgimen jurdico, ejemplos.
2. Las relaciones nter orgnicas e interadministrativas. Concepto y caracteres. Conflictos nter orgnicos e
nter administrativos. Resolucin y rgimen jurdico aplicable.
3. Potestades administrativas. Concepto y clasificacin. Vinculacin y libertad de la Administracin:
facultades regladas y discrecionales. Lmites de las facultades discrecionales.
BOLILLA V
1. Situacin y relacin jurdica. La relacin jurdico-administrativa: concepto, sujetos; clases y elementos
constitutivos. Del administrado al ciudadano o contribuyente: su situacin jurdica. Situaciones de
carcter pasivo. Sujeciones, derechos y obligaciones.
2. La posicin jurdica del ciudadano en su relacin con la Administracin Pblica Nacional. Situaciones de
carcter activo. Derecho subjetivo e inters legitimo: concepto, consecuencias de la distincin. Criterios de
diferenciacin. El inters simple. Los derechos de incidencia colectiva: concepto, rgimen jurdico y
jurisprudencial. Las acciones colectivas y su recepcin jurisprudencial.
BOLILLA VI
1. Actividad jurdica y actividad material de la Administracin. El acto administrativo. Concepto. Su
vinculacin con el principio de legalidad. Relaciones entre el acto administrativo singular, el acto
administrativo general normativo y no normativo y el contrato administrativo. El acto interno. Concepto y
caractersticas.
2. Acto de gobierno: origen y evolucin de la teora. Rgimen jurdico. El acto institucional: concepto,
rgimen jurdico. Acto jurisdiccional: concepto, rgimen jurdico.
3. Validez, vigencia y eficacia del acto administrativo: concepto y diferencias. Efectos del acto
administrativo. Condiciones e iniciacin de su eficacia. La retroactividad del acto administrativo. Lmites.
4. Elementos esenciales del acto administrativo: rgimen legal. Caracteres. Presuncin de legitimidad:
concepto, fundamento, rgimen jurdico. Ejecutoriedad: concepto, rgimen jurdico. La ejecutoriedad frente
a la interposicin de recursos administrativos y judiciales. La suspensin de los actos ejecutorios. La regla
solve et repete. La inactividad de la Administracin.
5. La teora de las nulidades del acto administrativo. Las nulidades como problema de la teora general del
derecho. Soluciones del Cdigo Civil y del ordenamiento jurdico administrativo. Evolucin jurisprudencial
y estado actual de la cuestin.
6. La extincin del acto administrativo: anulacin y revocacin. Concepto, clases, rgimen legal y
jurisprudencia. La caducidad del acto administrativo.
7. La revocacin del acto administrativo regular e irregular. La doctrina de la denominada cosa juzgada
administrativa. Evolucin jurisprudencial y estado actual de la cuestin.
8. Saneamiento del acto administrativo. Ratificacin y confirmacin. Procedencia y efectos. La conversin:
supuestos en que procede. Efectos.
BOLILLA VII
BOLILLA XI
1. Teora general del control sobre la Administracin Pblica. Del control individual al control social:
evolucin y anlisis; incidencia de la reforma constitucional de 1994.
2. El sistema de control financiero de la gestin estatal. Rgimen jurdico. Ley N 24.156 y Constitucin
Nacional La Sindicatura General de la Nacin. La Auditoria General de la Nacin. Rgimen normativo,
funciones.
3. El Ombudsman o Defensor del Pueblo. Antecedentes. Funciones y rgimen jurdico. Legitimacin
procesal. Jurisprudencia. Situacin actual en el orden nacional y provincial. Derecho comparado. El
Ombudsman en el sector privado.
BOLILLA XII
1. Derechos reales administrativos. Dominio pblico y dominio privado: diferencias y relaciones.
2. El dominio pblico: nocin y elementos constitutivos. Caracteres. Rgimen jurdico. Origen y cesacin.
Clases y rgimen jurdico. Afectacin y desafectacin. Proteccin: va administrativa y va judicial. El
principio de auto tutela.
3. Composicin del dominio pblico y privado del Estado.
BOLILLA XIII
1. Limitaciones a la propiedad. Las meras restricciones: concepto y rgimen jurdico. Las servidumbres
administrativas: concepto, rgimen jurdico. Ejemplos.
2. La expropiacin. Fundamento. Recaudos constitucionales y legales. Elementos constitutivos: sujeto,
objeto, procedimiento, indemnizacin. Cuestiones que suscitan. Jurisprudencia. El avenimiento
extrajudicial. El contencioso expropiatorio. La expropiacin irregular. La ocupacin tempornea. La
retrocesin. Rgimen legal y jurisprudencia.
BOLILLA XIV
1. La responsabilidad del Estado. Su evolucin histrica. Estado de Derecho y responsabilidad del Estado.
Fundamento: diversas teoras.
2. La responsabilidad del Estado por hechos y actos administrativos. Principios generales. Soluciones
legales y jurisprudenciales.
3. La responsabilidad del Estado por actos legislativos. Fundamento. Soluciones jurisprudenciales.
4. La responsabilidad del Estado por acto judicial. Fundamento. Soluciones legales y jurisprudenciales. La
cuestin en el derecho provincial.
5. La responsabilidad de los agentes o funcionarios pblicos.
del
Quinzio Figueiredo, Jorge Mario. El Ombudsman. El Defensor del Pueblo, pg.15, Editorial Jurdica de Chile.
Santiago, 1992.
Varias fueron las razones que se conjugaron para posibilitar este original
proceso de deshielo histrico: primero, la circunstancia de que la Institucin se
aplic, con xito, en un pas con un sistema diverso al sueco y al fins; en
segundo trmino, su institucionalizacin estuvo estrechamente relacionada con
la necesidad de crear un rgano de control no tradicional de la Administracin
la cual haba asumido, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, un intenso rol
interventor.
Recordemos que, al culminar ese conflicto blico, comenz a verificarse
un notable protagonismo estatal. Precisamente uno de los grandes tpicos de
la ciencia poltica de mediados de siglo XX ha sido el estudio del extraordinario
crecimiento que experiment la actividad estatal, en particular a travs de la
Administracin Pblica.
Este incremento de la actividad administrativa respondi, en parte, a un
cambio en la concepcin de los derechos subjetivos; de aquellas categoras
jurdicas subjetivas que denotaban, primordialmente, una abstencin por parte
del poder estatal, tpicas del constitucionalismo liberal derechos de libertad, de
igualdad, de propiedad privada se pasa (por va del constitucionalismo social)
a derechos de naturaleza prestacional donde el Estado asuma compromisos
de ndole positiva, tales como brindar educacin, salud, bienestar, cultura,
esparcimiento, un medio ambiente equilibrado, etctera.
Era la poca del Estado de bienestar o welfare state, generalizado
hace cinco dcadas y fuertemente cuestionado en el ltimo tramo de este siglo.
A partir de Dinamarca, la Institucin comenz a difundirse masivamente
por el mundo. Los primeros pases que la incorporaron a sus sistemas jurdicos
fueron Noruega y Nueva Zelanda, en 1962.
En todos ellos, y hasta mediados de la dcada de los aos 70, el
Ombudsman estuvo comprometido slo con el control de legalidad de la
actividad administrativa, incluyendo la discrecionalidad y la arbitrariedad. Era, y
es, el Ombudsman que atiende lo que se ha dado en llamar acertadamente
maladministration o, en trminos ms castizos, la disfuncionalidad
administrativa.
En esa poca, la figura del Ombudsman ya se empleaba,
indistintamente, en sistemas de derecho administrativo y en los del llamado
rule of law, caracterizado como un mecanismo no tradicional de control
administrativo, con un procedimiento informal y de fcil accesibilidad por parte
de los ciudadanos; representaba una magistratura de persuasin o de opinin.
En la mayora de esos pases, el titular del Organismo era designado por
el Parlamento a quien tena la obligacin de informar anualmente sobre las
actividades desarrolladas.
Un rasgo comn a los pases que incorporaron la figura en los aos
sucesivos a 1960, fue su creacin en Estados que ya conocan un desarrollo
avanzado como estados democrticos de derecho. El Ombudsman fue
incorporado como un complemento de instituciones ya existentes desde largo
tiempo pero cuya accin protectora para el ciudadano se consider, por lo
visto, insuficiente. Ejemplo de ello son las instituciones del Ombudsman en la
mayor parte de los pases del norte y centro de Europa, en Israel y en algunos
Gil Robles y Gil Delgado, Alvaro. El Defensor del Pueblo. De la utopa a la esperanza. En la obra
colectiva Los derechos del Europeo. Madrid, 1993.
justo ni equitativo que el sacrificio sea de las mayoras y las ganancias sean
privadas promoviendo que el orden jurdico interno sea consecuente con la
equidad y justicia social sin las cuales no puede existir una sociedad que
dignifique al ser humano.
Para hacer frente a la globalizacin que vive la sociedad mundial, el rol del Estado
es hoy quizs ms importante que antes porque es quien debe administrar las
consecuencias de la globalizacin. Por eso urge que los Estados reformulen su rol
ante la sociedad con polticas econmicas incluyentes, no excluyentes; generen la
conciencia tica de obediencia al derecho establecido y una cultura de respeto a la
dignidad del ser humano y sus derechos; profesionalicen a los servidores pblicos
con salarios decorosos para quienes tienen el deber de servir a la sociedad;
castigue a quienes infringen la ley y trabajen solidariamente con la sociedad, las
entidades intermedias y el Ombudsman para terminar con la corrupcin, la
marginalidad y la pobreza.
Pero me siento obligado a formular aqu una reflexin que tal vez amortige la
expectativa generada en derredor de la figura del Ombudsman: el Defensor del
Pueblo, por s solo, no podr lograr que se respeten los derechos humanos en un
pas; no es el Salvador de la Patria ni un Rey Midas que converta en oro todo lo
que tocaba; necesita ser acompaado por los medios de comunicacin, valorado
por la sociedad y comprendido por el Gobierno.
Acompaado por los medios de comunicacin porque necesita de la prensa para
difundir su tarea; valorado por la sociedad quien deber ver en l un referente
legtimo, confiable e independiente a quien acudir para plantear sus quejas,
denuncias e insatisfacciones; y, adems, deber ser comprendido por el Gobierno
de quien no se constituir en un opositor sino, en cambio, en un colaborador
crtico poniendo de manifiesto las reas donde se producen violaciones a los
derechos humanos. La tarea del Defensor no es criticar para destruir sino criticar
para construir, para sensibilizar a las autoridades acerca de las asignaturas
pendientes, acerca de las dolencias que afectan el tejido de una sociedad.
La situacin en Amrica Latina
Si siguiera la lnea de evolucin y crecimiento de la figura del Ombudsman que he
relatado, no podra negar que su
futuro sera venturoso.que solo lo
acompaara el xito y su reconocimiento unnime. Casi podra, en ese sentido,
hablarse de una obra acabada.
Sin embargo, mi visin es un tanto distinta.
Y nada mejor para expresar ciertos temores acerca de su desarrollo futuro que
referirme brevemente a lo que ha sucedido en Amrica Latina. Desde ya no
quisiera que se tomara esta reflexin como una referencia localista, de alcance
solo regional y sin proyeccin ulterior. Me atrevo a decir que es una seal de alerta
para las dems instituciones que existen en algunas regiones del mundo.
Maiorano, Jorge Luis. Servicios Pblicos y el Ombudsman. Memoria Del III Congreso Anual de la Federacin
Iberoamericana de Ombudsman (FIO), pg. 183 y sigtes. Lima, Per, 1999.
Ampliar en Maiorano, Jorge Luis. El Defensor del Pueblo en Amrica Latina: su compromiso con la
proteccin de los derechos humanos. Revista de Derecho Pblico, Universidad Autnoma de Centro
Amrica, n 1, pg. 149 y ss. San Jos, Costa Rica, 1996.
Maiorano, Jorge Luis. La UNESCO y el Defensor del Pueblo, La Ley, 1996, tomo D, pg. 1712 y ss. Buenos Aires, 1996.
4
5
Maiorano, Jorge Luis. La UNESCO y el Defensor del Pueblo, Ob. cit., pg 1712.
Maiorano, Jorge Luis. La UNESCO y el Defensor del Pueblo, Ob. cit., pg 1712.
6. Para darle permanencia a una cultura de paz, es necesario que los Estados y
los pueblos adopten medidas concretas para eliminar el hambre y la mala nutricin
y para lograr que las necesidades humanas bsicas sean satisfechas. Asimismo,
es necesario terminar cuanto antes con el analfabetismo existente.
7. La Cultura de Paz y los Derechos Humanos solo sern posibles en el marco de
la aplicacin de los principios democrticos de justicia, equidad, libertad y
solidaridad como lo establece el prembulo de la Constitucin de la UNESCO, y
no en la aplicacin o imposicin de modelos ajenos al contexto cultural e histrico
de los pueblos.
8. La inversin de recursos humanos o materiales para la construccin de una
cultura de paz debe ser por lo menos tan grande como el de la guerra, a fin de
eliminar la ventaja comparativa de esta ultima, en tal sentido, para lograr construir
una cultura de paz, es necesario apoyar iniciativas destinadas a lograr el control
del comercio de armas, a reducir los presupuestos militares y a utilizar dichos
recursos en educacin, salud y en beneficio del desarrollo de otros derechos
econmicos, sociales y culturales. Nunca ha sido tan urgente la necesidad de
limitar, y a la larga, poner trmino, a la produccin de armamentos.
9. Cultivar valores que favorezcan la paz, los derechos humanos y la democracia
representa un desafo esencial para la educacin. La educacin debe desarrollar
la capacidad de resolver conflictos con mtodos no violentos. Por consiguiente,
debe promover el desarrollo de la paz interior en la mente de los estudiantes para
que puedan asentar con mayor firmeza las dotes de tolerancia, solidaridad,
voluntad de compartir y atencin hacia los dems. La educacin debe ensear a
los ciudadanos a respetar el patrimonio cultural, a proteger el medio ambiente y a
adoptar mtodos de produccin y pautas de consumo que conduzcan al desarrollo
social. Tambin es necesario que promueva el equilibrio y la armona entre los
valores individuales y los colectivos.
10. La cultura de paz es un proceso humano que se desarrolla en la prctica
colectiva y la vivencia de los Derechos Humanos. Los Ombudsman de Ibero
Amrica apreciando los conceptos filosficos que orientan el programa de Cultura
de Paz de la UNESCO, consideran en su doble misin de promotores y
defensores de los derechos humanos, la conveniencia de integrar un movimiento
internacional que, por medio del intercambio y contribucin mutuo de experiencias,
facilite el cambio cultural de actitudes de violencia y exclusin como solucin de
divergencias, en actitudes de dilogo, tolerancia, consenso y participacin. Para el
efecto acordamos la creacin de la Red Iberoamericana de Ombudsman para la
Cultura de Paz, cuyos objetivos sean aprobados en la prxima reunin de la
Federacin Iberoamericana de Ombudsman.
11. Los Ombudsman de Ibero Amrica valoramos la cooperacin tcnica de la
UNESCO para poder incorporar en las estrategias de educacin, formacin y
promocin de los derechos humanos los objetivos del Plan de Accin a favor del
Programa.
12. Consideran que, como parte de la formacin de una cultura de paz, debe
tenerse siempre presente que el papel de las fuerzas armadas debe estar
circunscrito a la preservacin de la seguridad democrtica. Asimismo, que la
funcin de seguridad publica y persecucin de los delitos corresponden a las
corporaciones policacas civiles. En todos los casos los ejrcitos deben estar
Cultura de Paz y Derechos Humanos, 4-96 Coleccin Cuadernos de Derechos Humanos, pag. 49 y sigtes, Guatemala,
1996.
Su futuro
Concluyo este ttulo afirmando que el Ombudsman en su versin actual, si es
edificado sobre la base del modelo original, aunque no necesariamente a su
imagen y semejanza, no pierde su identidad de tal. Es ms, no slo no la ha
perdido sino que, a mi juicio, la ha consolidado a partir de que afirm su condicin
de interlocutor privilegiado entre el pueblo, sus necesidades y el poder en
cualquiera de sus expresiones; adems, se erige en un mediador calificado desde
su posicin de independencia, no para buscar responsables, s para articular
CAPTULO PRIMERO
NOCIONES GENERALES
1. La expropiacin como instituto destinado a conciliar los intereses pblicos con los
privados. Sus obstculos. Transformaciones que produce en el derecho de propiedad.
2. Concepto. Sus caracteres.
3. El fundamento jurdico de la expropiacin. Diversas teoras: dominio eminente, colisin
de derechos, funcin social de la propiedad, de las reservas, de la finalidad del Estado.
Valoracin. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
4. Naturaleza jurdica de la expropiacin. Teoras: de derecho privado, de derecho mixto y
de derecho pblico. Valoracin. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Nacin: su evolucin.
5. Rgimen jurdico expropiatorio. Su evolucin en el orden nacional. Leyes nmeros 189,
13.264 y 21.499.
6. Una advertencia.
1 Fallos: 268-112: "Provincia de Santa Fe c/ Nicchi, Carlos Aurelio", sentencia del 26 de junio de 1967.
ltimamente en el mismo sentido: "Gobierno Nacional c/ Roca Schroeder, Agustina y otros", sentencia del 22
de junio de 1976, revista El Derecho t" .7o, pgina 169.
2 Belloc, Hilaire: La crisis de nuestra civilizacin, pgina 247.
3 Encclica Populorum Progressio, nmero 23, edicin CLAS, pgina 49, Buenos Aires, 1967.
3. Son varias las teoras que han pretendido fundamentar la expropiacin. Algunas de ellas
actualmente slo encierran un valor histrico dado que han quedado superadas por el
transcurso del tiempo.
As, antiguos juristas propugnaron la teora del dominio eminente. De acuerdo a esta
concepcin, el poder de quitar la propiedad, cuando el inters pblico lo exige, es
reconocido como un derecho de superioridad que el Estado se ha reservado sobre todo el
territorio.
De origen feudal, ella se vincula al derecho que el soberano ejerca sobre los bienes
de sus sbditos. Estos, que slo posean un derecho de goce precario y revocable, se
encontraban sujetos a la expropiacin que no evidenciaba ms que el ejercicio de un
poder directo y especial del soberano.
Esta postura, adoptada por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin en varios de
sus pronunciamientos4, ha sido rechazada por considerar que ella slo justificar, en
ltima instancia, la expropiacin de inmuebles y no de los restantes bienes. Asimismo, si
fuera la expresin de un poder originario e ilimitado, no tendra cabida el derecho a la
indemnizacin, que es un recaudo inexcusable del instituto. Por ltimo, en el mismo
sentido, la magnitud de ese poder impedira requerir la devolucin del bien si al mismo se
lo hubiera desvinculado de la afectacin originarla.
Otra de las tesis alude a la colisin de derechos que provoca la superioridad del
derecho pblico sobre el derecho privado. Es indudable, como lo ha sealado Marienhoff
que, si bien no es idnea para fundamentar la expropiacin, esta teora es adecuada para
justificar y explicar el instituto expropiatorio5. En realidad, el conflicto es una consecuencia
de la expropiacin; surge cuando ella es utilizada. Si es una consecuencia nunca puede
convertirse en su fundamento.
Se ha acudido tambin a la teora de la funcin social de la propiedad. Duguit, su
mximo expositor, seal que la propiedad inmobiliaria, capitalista y hereditaria, no puede
explicarse sino por su utilidad social y slo ser legtima si se demuestra que en una poca
dada es socialmente til. La medida de su existencia ser la utilidad social6.
Por su estigma totalitario, esta 'concepcin no se ajusta a nuestra tradicin jurdica.
La Constitucin Nacional, a diferencia de Duguit, reconoce un derecho subjetivo a la
propiedad privada sujetando el mismo a las reglamentaciones que condicionan su
ejercicio. La propiedad, sin ser una funcin social, tiene una funcin social. Esta, a su vez,
ha sido dignamente puesta de manifiesto por la doctrina contenida en las encclicas
papales. As, el recordado Papa Juan XXIII expres en su encclica Mater et Magistra que
"en nuestro tiempo, tanto el Estado como las entidades de derecho pblico han extendido
el campo de su presencia e iniciativa; pero no por esto ha desaparecido, como algunos
errneamente se inclinan a pensar, la razn de ser de la funcin social de la propiedad
privada: puesto que ella surge de la naturaleza misma del derecho de propiedad7 .
4 Fallos: 1o4-247: "Arias Mura, Nicols c/ Provincia de Salta", Sentencia del 12 de junio de 1906; 252-31o:
"Bauz c/ Administracin General de Vialidad Nacional", sentencia del 18 de mayo de 1962; 256232: "Nacin
Argentina c/ Ferrocarriles y Elevadores Depietri", sentencia del 29 de julio de 1963.
5 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV,
pgina p3/p4, Buenos Aires, 1973.
6 Duguit, Len: Trait de Droit Constitutionnel, t III, pginas 664 y siguientes, citado por Villegas
Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 327, Buenos Aires, 1956.
7 Encclica Mater et Magistra, nmero 24, edicin CLAS, pgina 71,
Buenos Aires, 1962.
Cdigo civil, y las lees que la regulan no estn comprendidas en la atribucin concedida al
Congreso para sancionar los cdigos"10.
El Cdigo civil es inaplicable para regir lo atinente a la expropiacin por que en el se
regula el derecho privado con validez para toda la Nacin. Por el contrario, la legislacin
expropiatoria al no haber sido delegada por las provincias en la Nacin es atribucin
concurrente de ambas. AL respecto, hay concurrencia de fines. Por su origen -un acto
estatal que califica la utilidad pblica-, por sus procedimientos -judicial y extrajudicial- y por
su finalidad la satisfaccin del bien comunitario- la expropiacin no puede ser materia del
derecho privado.
Un criterio ms moderno, que cuenta con el apoyo de un sector de la doctrina y al
cual se plegara la Corte Suprema de Justicia de la Nacin hasta 1957, conceptu a la
expropiacin como un instituto mixto, regido en parte por el derecho privado y en parte por
el derecho pblico.
Ese Alto Tribunal dijo, al decidir los autos "Provincia de Santa Fe c/ Sociedad Puerto
de Rosario" en 1937, que "la expropiacin es, sin duda, una institucin de derecho
administrativo, pero la etapa ltima tendiente a obtener ante los jueces la fijacin del precio
o valor de la cosa expropiada presenta los caracteres de una causa civil. EL ejercido de la
facultad acordada a la Nacin y a las provincias para tomar la propiedad privada
hacindola ceder ante las exigencias de orden general, ejercicio que se traduce en la
eleccin de los bienes y en la serie de trmites subsiguientes necesarios para llegar a la
declaracin legislativa impuesta por el artculo 17 de la Constitucin, pertenecen al campo
del derecho administrativo. Cuando esta primera faz ha concluido y el acuerdo con el
propietario acerca del precio no se obtiene privadamente y es necesario para fijarlo y para
tomar la posesin en caso de urgencia acudir a los jueces con un depsito previo del valor
asignado al bien, la causa, que requiere la natural intervencin del propietario, pertenece al
derecho civil"11. Este era el criterio sostenido tradicionalmente por Bielsa12.
A partir de 1957, la Corte Suprema abandon esa tesitura que por otra parte, haba
adoptado por razones eminentemente utilitarias para enrolarse en la concepcin que
considera a la expropiacin como un instituto homogneo, regido en todas sus etapas por
el derecho pblico y ms concretamente, por el derecho administrativo.
Este criterio es el que ms se ajusta a la figura expropiatoria tal como sta fuera
concebida por nuestros constituyentes. En ella nada hay de privado. EL Estado al
expropiar ejerce una potestad otorgada por la Carta Magna. La indemnizacin que recibe
el expropiado no es un precio, sino la compensacin econmica que, por mandato
constitucional, le corresponde al propietario del bien afectado a la utilidad pblica. Ese
monto, si bien puede ser convenido por mutuo acuerdo en el caso de avenimiento aunque
siempre dentro de los valores indemnizables fijados por la ley, no es abonado porque lo
disponga una de las partes, sino por expresa orden constitucional.
El criterio publicista de la expropiacin, que cuenta a su favor con el apoyo de un
amplio sector de la doctrina nacional y extranjera13, es el que aparece plasmado, a pesar
10 Fallos: 238-335: "Esquivilln de Ign c/ Nacin Argentina", sentencia del 5 de agosto de 1957.
11 Fallos: 178-85. Conforme: Fallos 18o-48; 182-15, entre otros.
12 Bielsa, Rafael: Derecho Administrativo, t III, pginas 427 y 47o, Buenos Aires, 1947 y Principios de
Derecho Administrativo, pgina 996, Buenos Aires, 1966. En el mismo sentido ver: Lafaille, Hctor: Derecho
Civil. Tratado de los derechos reales, t I; pgina 4oo, Buenos Aires, 1943.
13 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 1158/162, Buenos Aires,
1973; Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pginas 332/341, Buenos Aires, 1956;
Diez, Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 244, Buenos Aires, 1969; Fiorini, Bartolom: Manual
de Derecho Administrativo, 2 parte, pginas 869/871, Buenos Aires, 1968; Villegas A. W lter: Rgimen
jurdico de la expropiacin, pginas 26/29, Buenos Aires, 1973; Oyhanarte, Julio: La expropiacin y los
servicios pblicos, pginas 24/33, Buenos Aires, 1957 y Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio en
Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pginas 34/35, Buenos Aires, 1977; Sayagus Laso,
Enrique: Tratado de Derecho Administrativo, t II, pgina 314, Montevideo, 1959.
CAPTULO SEGUNDO
LA CALIFICACION DE UTILIDAD PBLICA
7. La causa expropiante. Su importancia.
8. Evolucin de la causa expropiatoria en el derecho comparado y en el derecho nacional
hasta la ley 21.499.
9. La "utilidad pblica" en la ley vigente. Su alcance. Valoracin de la solucin legislativa.
10.rgano competente para declarar la utilidad pblica. Jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin. Potestad de las provincias. Jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin. Criterio de delimitacin.
11. Declaracin especfica o genrica. Procedencia. Rgimen legal.
12. Revisin judicial de la declaracin legislativa de utilidad pblica. Jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nacin: su evolucin. Momento en que puede plantearse
la impugnacin.
7. Entre los distintos elementos que conforman al instituto expropiatorio, se destaca aqul
que justifica su procedencia. La "causa" expropiante es el ttulo en virtud del cual cede, por
imperio constitucional, la garanta de inviolabilidad de la propiedad. En realidad y como lo
sostuvo la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, la exigencia de que la expropiacin
responda a una causa de utilidad pblica representa, desde el punto de vista de los
particulares, una garanta constitucional establecida en resguardo de la propiedad
privada14.
Resulta entonces de fundamental importancia, precisar la evolucin, los lmites y el
contenido de la causa expropiatoria en nuestro derecho.
8. La causa de la expropiacin ha recibido distintas denominaciones con el correr del
tiempo, no slo en nuestro pas, sino tambin en las legislaciones extranjeras. La
evolucin operada en este sentido no ha sido sino una manifestacin ms de la
transformacin producida en la figura expropiatoria.
Limitada en un principio a los bienes inmuebles indispensables para la Construccin
de obras pblicas, la expropiacin y por ende su causa- evolucionaron luego hacia la
satisfaccin de los aspectos vinculados a la salubridad pblica y posteriormente a las
necesidades de carcter espiritual. Al consolidarse este concepto, fueron superadas todas
las restricciones existentes sobre el objeto expropiable: Cualquier bien o cosa poda ser
expropiado. Las diversas "causas expropiantes" que se fueron sucediendo no hacen ms
que demostrar a la par que las distintas concepciones filosficas y polticas que le han
dado marco- la creciente importancia de la expropiacin como tcnica instrumental del
Estado15.
En Francia, la Declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano estableci
que nadie poda ser privado de su propiedad sino cuando la "necesidad pblica",
legalmente comprobada, lo exiga evidentemente (art. 17). Se trataba, como puede
advertirse, de un concepto con alcance restringido, limitado a los supuestos de evidente
necesidad. Este criterio se mantuvo en las constituciones de 1791, 1793 y del ao III,
siendo reemplazado por el de "utilidad pblica" contenido en el Cdigo Civil francs de
1804 y en la Constitucin de 1848.
La Constitucin de los Estados Unidos de Amrica consagr, por su parte, en la
enmienda V el principio de que la propiedad privada no poda ser tomada para "usos
pblicos" sin justa indemnizacin.
En nuestro pas, la causa expropiante tambin paso de un concepto con alcance
restringido a una nocin amplia, comprensiva de cualquier supuesto expropiatorio.
Mientras el Estatuto de 1815 y el Reglamento de 1817 autorizaban la expropiacin en
caso de necesidad y, slo respecto de una clase de bienes -las armas- las Constituciones
14 Fallos: 251-246: "Nacin Argentina c/ Ferrario, Jorge J.", sentencia del 1o de noviembre de 1961.
15 Ampliar en Cassagne, Juan Carlos: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin
diferida, en La Ley Nacional de Expropiaciones n 2l.499, pgina 41 y siguientes, ediciones AADA, Buenos
Aires, 1977. Este tratadista expresa entre otros conceptos: "Si se parte, de una concepcin extremadamente
individualista sobre el derecho de propiedad es evidente que el inters social tendr un marco limitado de
actuacin y las causales que motivan el sacrificio, del derecho del particular se vern restringidas al' mximo.
Si, en cambio, se postula la aplicacin de teoras colectivistas o socialistas, ninguna valla, positiva ni principio
de derecho natura, podr servir para frenar el mpetu dogmtico de quienes conciben que la conveniencia de
la comunidad de los bienes cualquiera fuere el valor y magnitud que ellos tuvieran- justifica y legitima que
su transferencia al dominio del Estado se realice sin indemnizacin.
comn, sea ste de naturaleza material o espiritual". Ese texto fue convertido luego en el
artculo 19 del rgimen normativo actualmente en vigencia. Cabe acotar que en el orden
provincial, algunas de las leyes de expropiacin sancionadas ltimamente, ya haban
adoptado la frmula del "bien comn" para precisar la Causa expropiatoria. Es el caso de
las legislaciones de Jujuy y Neuqun, ambas de 1973, y de La Rioja que data de 197421.
La norma de la ley nacional, como sostiene Cassagne, se encuentra inspirada en la
concepcin que sobre el bien comn fluye de la doctrina social de la Iglesia y comporta
una superacin de la primitiva nocin de utilidad pblica22, con la cual empero, no deja de
guardar concordancia, tal como se infiere del texto del artculo 4 de la ley 21.499 de
acuerdo al cual, pueden ser objeto de expropiacin todos los bienes, convenientes o
necesarios, para la satisfaccin de la utilidad pblica.
La caracterizacin de la utilidad pblica en base a la frmula del bien comn resulta
ponderable teniendo en cuenta el profundo contenido humanista que esa expresin
encierra. Dado que el bien comn "consiste y tiende a concretarse en el conjunto de
aquellas condiciones sociales que consienten y favorecen en los seres humanos el
desarrollo integral de su propia persona"23, la expropiacin al vincularse -merced a su
causa- a tan elevado cometido se reviste de una jerarqua jurdico-institucional singular.
Es por ello, que la expresin "bien comn" ha de considerarse tan alejada de las
tendencias que ponen el acento en la comunidad de bienes, en su divisin natural y
aritmtica entre todos los miembros de la comunidad, como de la llamada corriente
sociologista o del mito estatal, de inspiracin hegeliana, que concepta al Estado como
nico sujeto del bien, al cual los particulares deben doblegarse24.
Utilidad pblica y bien comn se corresponden complementndose. Toda
expropiacin que tienda a satisfacerlos quedar encuadrada dentro de la Ley
Fundamental, mientras que cuando falte la utilidad pblica o el bien comn, la expropiacin
ser rrita por contrariar la normativa constitucional.
10. La Constitucin Nacional ha confiado la responsabilidad de calificar la utilidad pblica
al Poder Legislativo, as lo dispone el artculo 17 de la Carta Magna. Se requiere pues, una
ley formal no resultando suficiente a esos efectos una ley material, por ejemplo: un
reglamento u ordenanza municipal. Se han desechado de esta forma otros sistemas en los
cuales la calificacin se llevar a cabo exclusivamente por el rgano ejecutivo (es el caso
de Francia)25, o bien por el ejecutivo y el legislativo, segn los casos (rgimen vigente en
Italia)26.
21 Provincia de Jujuy -ley 3o18, art. 1.-; provincia de Neuqun -ley 8o4, art. 1-; Provincia de La Rioja -ley
3466, art. 1.-. Sobre legislaciones provinciales, ver Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16,
Buenos Aires, 1977.
22 Cassagne, Juan Carlos: Lineamientos esenciales de la nueva ley de expropiaciones, en Revista Derecho
Empresario, t IV-A; pgina 385, Buenos Aires, 1977.
23 23 Encclica Mater et Magistra, nmero ll, pgina 38, ediciones CLAS, Buenos Aires, 1962.
24 24 Cassagne, Juan Carlos: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin
diferida, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 2l.499, pgina 44, Buenos Aires, 1977.
25 Laubadere, Andr de: Trait lmentaire de droit administratif, t 2, N 411, pginas 216/217, Pars, 1963.
26 Alessi, Renato: Sistema instuzionale del diritto administrativo italiano, pginas 625/626, Miln, 196.
27 En ese sentido se pronunci la Procuracin del Tesoro de la Nacin el 9 de diciembre de 1957: Coleccin
Dictmenes, t 63, pgina 241.
28 Fallos: 33-162, sentencia del 14 de abril de 1888.
los poderes pblicos Que, por consiguiente, aunque no hay una lnea precisa que
deslinde y distinga lo que es utilidad pblica de lo que no lo es, a los efectos del ejercicio
del derecho de expropiacin, lo cual exige, sin duda, que se acuerde en todos los casos la
mayor deferencia al juicio y declaraciones del Congreso a tal respecto, toda vez, sin
embargo, que aquel cuerpo claramente exceda de los lmites de su atribucin,
constitucional, los tribunales estn en el deber de ejercer accin en proteccin y garanta
del derecho individual agredido y de la propiedad tomada fuera de las formas autorizadas
en la Constitucin 34.
A partir de este fallo, el Alto Tribunal volvi a la tesis primitiva, la cual fuera
parcialmente atemperada en 1961 en supuestos de excepcin.
En efecto, al decidir ese ao los autos "Nacin Argentina c/ Ferrario, Jorge J." la
Corte Suprema sostuvo que si los jueces comprueban que la utilidad pblica no existe o ha
sido desconocida por la Administracin, estn obligados a proteger las garantas
constitucionales declarando la invalidez de los actos del Estado que pretenden vulnerarlas
cuando mediare alguno de los supuestos de gravedad o arbitrariedad extremas35.
Debe advertirse entonces que para esta jurisprudencia actualmente en vigencia36los supuestos que posibilitan la revisin judicial de la declaracin legislativa son limitados.
Slo es admitida esa revisin en los casos de arbitrariedad o gravedad extremas. La
doctrina, por su parte, se muestra conteste en admitir la facultad del rgano judicial de
controlar la declaracin legislativa de utilidad pblica37.
Con relacin al momento en que puede plantearse la impugnacin de la voluntad
legislativa, la Corte Suprema se pronunci acertadamente, sosteniendo que ella puede
efectuarse tanto antes como durante la tramitacin del juicio expropiatorio38.
Obviamente, si la inexistencia de la utilidad pblica se advierte luego de consumada la
expropiacin, el propietario puede acudir a la accin de retrocesin legislada en los
artculos 35 a 50 de la ley 21.499.
CAPITULO TERCERO
LOS SUJETOS DE LA RELACIN EXPROPIATORIA
p. Quines son los protagonistas de la expropiacin? Sujeto activo y sujeto pasivo:
concepto. Supuesto en que el procedimiento expropiatorio es instado por el expropiado.
14. La Nacin y las provincias como nicos titulares de la potestad expropiatoria. Clases
de sujeto activo: originario y derivado. Rgimen legal.
15. Los particulares como sujetos expropiantes: en qu supuestos pueden actuar como
tales?
16. EL beneficiario de la expropiacin. Concepto.
17. Importancia de esta figura. Su rgimen en la legislacin provincial.
18. Quin puede ser sujeto pasivo de una expropiacin? Rgimen legal.
13. El ttulo II artculos 2 y 3 del rgimen legal vigente, en el mbito nacional- contempla
la determinacin de los protagonistas de la expropiacin, bajo la denominacin "sujetos de
la relacin expropiatoria". Se advierte aqu, en lneas generales, una sensible mejora en la
sistemtica legislativa con relacin a la derogada ley 13.264. Esta, a pesar de contar con
un ttulo referido al sujeto expropiante, careca de una enumeracin precisa al respecto.
Slo de diversos artculos no ordenados sistemticamente 3, 5 y 9- surga que los
"concesionarios de obras y servicios pblicos", el "Estado" y el "Estado Nacional" podra
actuar como expropiantes.
Los sujetos de la relacin jurdico-administrativa constituida como consecuencia de la
expropiacin son dos: el activo o expropiante y el pasivo o expropiado.
El sujeto activo es quien impulsa el trmite para consumar el desapropio. Es,
adems, el que paga la respectiva indemnizacin. El sujeto pasivo es el titular del bien
sobre el que recae la expropiacin.
En supuestos de excepcin, el procedimiento expropiatorio es instado por el
expropiado. Se trata de aquellas hiptesis en que, mediando una ley que declara la utilidad
pblica de un bien y un agravio al derecho de propiedad por conductas o comportamientos
indebidos del expropiante o situaciones de hecho que impiden disponer de l en
condiciones normales, el afectado acude a la llamada accin de expropiacin irregular.
Esta figura -cuyo estudio se realizar en profundidad al considerar el ttulo VIII de la ley
(captulo X)- trastoca, procesalmente hablando, los roles en el procedimiento expropiatorio.
EL expropiado, invirtiendo la situacin usual, impulsar la accin contra el expropiante.
Ello, por supuesto, no implica que el "actor" en estos juicios -el propietario- por asumir ese
carcter, se convierta en expropiante.
14. Como se seal en el captulo anterior, con la declaracin legislativa de utilidad
pblica, se inicia el trmite expropiatorio. Esta calificacin, efectuada por ley formal,
pueden realizarla tanto la Nacin como las provincias, segn el carcter de la utilidad,
nacional o local. La Nacin y las provincias son, los nicos titulares de la potestad
expropiatoria ya que ejercen por s mismas y de manera directa la facultad de declarar la
utilidad pblica. Se trata de una atribucin privativa y excluyente. Ninguna otra persona fsica o jurdica, pblica o privada- detenta la potestad de calificar la utilidad pblica.
Pero si bien la calificacin la realiza siempre el rgano legislativo correspondiente, en
ocasiones la promocin de la expropiacin es llevada a cabo por personas distintas del
Estado, tal el caso de las entidades autrquicas, empresas del Estado y particulares, todos
ellos autorizados por ley. Se exige as un desdoblamiento en la categora de sujeto activo:
originario y derivado.
El artculo 2 de la ley 21.499 se refiere -obviamente por su carcter de ley local- a un
solo sujeto activo originario: el Estado Nacional.
Cuando expropia la Nacin, la concurrencia de dos rganos distintos -Legislativo que
califica la utilidad pblica y Ejecutivo que promueve la expropiacin- no supone diversidad
de sujetos activos. Es siempre la Nacin quien acta como sujeto activo originario.
Adems de la Nacin y de las provincias, pueden actuar tambin como sujetos
activos de la expropiacin distintos tipos de entes estatales y an administrativos o
particulares. Son los llamados "sujetos activos derivados" los que obran en virtud de una
delegacin autorizada por la Nacin o las provincias.
Resulta obvio que esta delegacin slo comprende la facultad para expropiar no as
para calificar o declarar la utilidad pblica, la cual, reitero, debe ser ejercitada
inexcusablemente por el rgano Legislativo correspondiente.
39 Marienhoff, Miguel S.: La nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones N 21.499, pgina 14, Buenos Aires, 1977.
40 Grau, Armando E.: El juicio de expropiacin, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina
129, Buenos Aires, 1977.
41 Cassagne, Juan Carlos: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin diferida, en
La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas 51/52, Buenos Aires, 1977.
42 Fallos: 108-269: "Ferrocarril Central Crdoba c/ Velige, S.", sentencia del. 18 de febrero de 1908.
es dado en trminos inequvocos o por una implicancia igualmente clara"43 43. Esta es
tambin la opinin de la doctrina nacional44.
La ley derogada, la diferencia del ordenamiento vigente, contemplaba expresamente
la situacin de los concesionarios de obras y servicios pblicos disponiendo que stos
sustituan a la autoridad expropiante en los derechos y obligaciones no atinentes a la
calidad de poder poltico (art. 3).
43 Fallos: 155-12: "Fisco Nacional c /Compaa del Dock Sud de Buenos Aires Ltda.", sentencia del 12 de
julio de 1929.
44 Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pginas 63/64, Buenos Aires, 1973; Villegas
Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 388, Buenos Aires, 1956; Diez Manuel M.:
Derecho Administrativo, t IV, pginas 254/255, Buenos Aires, 1969.
16. Una figura no regulada por la ley es la del "sujeto beneficiario". Se trata de aqul a
quien se destina el objeto expropiado. Si es el Estado quien expropia, lo usual es que el
bien o cosa desapropiados se incorporen a su dominio, pblico o privado segn el fin que
se le asigne. Aqu, el expropiante y el beneficiario se identifican. Pero puede suceder que
el Estado o alguno de sus entes jurdicos menores (entidades autrquicas, empresas del
Estado, etc.) no acudan a la expropiacin con la finalidad de retener el bien en sus
patrimonios sino con el objetivo de transferirlo a manos privadas. En este caso, el sujeto
activo no expropia para s, sino para terceros, generalmente particulares.
La Constitucin Nacional no prohbe este proceder. Como lo seala un tratadista, lo
ineludible es la concurrencia de los requisitos exigidos por la Ley suprema para la
procedencia de una expropiacin, a saber: utilidad pblica calificada por ley formal e
indemnizacin previa45. Cumplidos esos recaudos, resulta indistinto que el bien se
incorpore a un patrimonio estatal o privado, siempre, por supuesto, que sea afectado a la
finalidad prevista por el legislador. La jurisprudencia ha admitido en diversas oportunidades
la posibilidad de expropiar inmuebles; para destinarlos a planes de colonizacin46.
17. La importancia que adquiere la figura del beneficiario en la actualidad, as como las
complejas cuestiones que ella suscita, han sido puestas de manifiesto por la doctrina
extranjera, la cual, empero, reconoce la falta de un estudio exhaustivo sobre el tema47.
La aparicin del "beneficiario" como sujeto distinto al ente expropiante, originario o
derivado, ha dilatado considerablemente el instituto expropiatorio puesto que supone que
la utilidad pblica, el inters social, el inters pblico, en suma, la causa expropiante
cualquiera sea su denominacin de acuerdo al rgimen jurdico que se considere, no slo
se 'Ver satisfecha; por el Estado y sus dependencias -,beneficiarios tradicionales- sino
tambin por los propios particulares que coadyuvan as a su realizacin. Las legislaciones
provinciales de Santa Fe y Formosa, sancionada esta ltima en abril de 1977 sobre la
base de la ley nacional vigente, aunque salvando algunas de las observaciones que a ella
se le efectuaron inicialmente, han admitido la figura del beneficiario. Nuevamente, se
evidencia aqu la fecundidad del derecho provincial; para regular situaciones e
instituciones desconocidas o carentes de reglamentacin en el orden nacional.
El artculo 4 de la ley 7534 (1975) de la provincia de Santa Fe -texto trascripto por la
ley 490 (1977) de Formosa- establece que "pueden ser beneficiarios de la expropiacin no
slo los entes; pblicos, sino tambin los sujetos privados, cuando a la utilidad particular
acompae tambin el inters pblico en medida predominante o, cuando menos,
equivalente"48.
45 . Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 204, Buenos Aires, 1973.
46 C.S.J.N. Fallos: 237-707: "Nacin Argentina c /Argal S.A.", sentencia del 22 de mayo de 1957; S.C. Bs.
As.: "Bonfant, Alberto c /Provincia de Buenos Aires", sentencia del 3 de marzo de 1964, revista El Derecho, t
14, pgina 274.
47 Garrido Falla, Fernando: Tratado de Derecho Administrativo, Vol. II, pgina 254, Madrid, 1960; Garca de
Enterra, E.: Los principios de la nueva ley de Expropiacin Forzosa, pgina 48, Madrid, 1956; Rivero Ysern,
E.: El derecho administrativo y las relaciones entre particulares, pgina 193 y siguientes, Sevilla, 1969.
48 Vase Revista Argentina de Derecho Administrativo, N 15/16, pginas 163 y 250, Buenos Aires, 1977.
Sobre el mismo tema: Ulla, Decio F. y Snchez Gambino, E.: El instituto de la expropiacin en la Provincia de
Santa Fe en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas 243/244, Buenos Aires, 1977.
49 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 205, Buenos Aires, 1973.
50 Ver al respecto: Cassagne, Juan Carlos: Derecho Administrativo, Vol. l, pgina 226 y siguientes, Buenos
Aires, 1977.
51 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 206 y 220, Buenos Aires, 1973.
ltimamente en: La nueva ley 'nacional de expropiacin, revista Jurisprudencia Argentina 1977-II, pginas
749/750. En contra: Canas, Jos: Tratado terico prctico de la expropiacin: pblica, t II, pginas 781/783,
Buenos Aires, 19,67; Diez, Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 258, Buenos Aires, 1969.
CAPTULO CUARTO
EL OBJETO EXPROPIABLE
19. Expropiacin y propiedad. Alcance del vocablo "propiedad" en el plano constitucional
segn la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin. Bienes o valores
excluidos.
20. EI objeto expropiable segn la Constitucin Nacional y la ley 21.499. Enumeracin. El
artculo 4 con relacin a su precedente.
21. La expropiacin de edificios de embajadas extranjeras. La cuestin en la doctrina. Mi
opinin.
22. Los bienes dominiales de las provincias son expropiables?
Soluciones de la doctrina. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
Rgimen legal.
23. Expropiacin de bienes necesarios y convenientes. Procedencia. Jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nacin: su evolucin. Rgimen legal.
24. Declaracin de utilidad pblica con alcance especfico y genrico. Procedencia.
Jurisprudencia de la Corte suprema de Justicia de la Nacin. Rgimen legal.
25. La expropiacin del subsuelo con independencia de la superficie. La cuestin segn el
Cdigo Civil, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin y la ley
21.499. La expropiacin de bienes sometidos al rgimen de la propiedad horizontal.
Previsin legal.
26. Expropiacin parcial de inmuebles. Su rgimen en las leyes 13.264 y 21.499.
27. Expropiacin parcial de bienes sometidos al rgimen de la propiedad horizontal.
Condiciones para su ejercicio. Rgimen legal. Jurisprudencia.
52 Fallos: 137-47: "Horta, Jos c/ Harguindeguy, E.", sentencia del 21 de agosto de 1922
53 Fallos: 144-220: "Mango, Leonardo c/ Traba, E.", sentencia del 20 de agosto de 1925.
Todo derecho que tenga un valor reconocido como tal por la ley, sea que se origine
en las relaciones de derecho privado, sea que nazca de actos administrativos (derechos
subjetivos privados o pblicos), a condicin de que su titular disponga de una accin
contra cualquiera que intente interrumpirlo en su goce, as sea el Estado mismo, integra el
concepto constitucional de propiedad. Los derechos emergentes de una concesin de uso
sobre un bien del dominio pblico (derecho a una sepultura), o de los que reconocen como
causa una delegacin de la autoridad del Estado en favor de particulares (empresas de
ferrocarriles, tranvas, luz elctrica, telfonos, explotacin de canales, puertos, etc.) se
encuentran tan protegidos por las garantas consagradas en los artculos 14 y 17 de la
Constitucin como pudiera estarlo el titular de un derecho real de dominio"54.
De acuerdo a esta doctrina, con ms de medio siglo de vigencia, el artculo 17 de
nuestra Carta Magna ampara todos los derechos patrimoniales de contenido econmico.
Quedan pues, excluidos de la nocin de "propiedad" -y, por ende de la expropiacin-, los
bienes o valores innatos al ser humano. Son los llamados derechos a la personalidad:
derecho a la vida, al honor, a la libertad, a la integridad fsica, al nombre55. Una
expropiacin que tuviera por objeto alguno de estos atributos jurdicos violara
expresamente la Ley Suprema.
20. Si bien el derecho positivo de algunos pases limita el objeto de la expropiacin a
ciertos bienes -tal el caso de Francia e Italia con respecto a los inmuebles y los derechos
relativos a stos-, en el derecho argentino no existe ese tipo de restriccin.
El objeto de la expropiacin es, por regla general, ilimitado siempre que el mismo se
considere "propiedad" segn su concepto constitucional. La doctrina nacional se muestra
conteste con esta opinin56.
De la letra de la Carta Magna y de la ley de expropiaciones no surge, en principio,
limitacin alguna. As, pueden ser objeto de expropiacin en general, todos los bienes, es
decir todos los objetos materiales e inmateriales susceptibles de valor econmico (art.
2312, Cd. Civ.), y en particular: inmuebles, muebles semovientes, buques, aviones,
automotores, universalidades jurdicas (establecimientos industriales, archivos, museos,
etc.) , derechos (emergentes de un contrato, de propiedad intelectual, de propiedad
industrial), la fuerza hidrulica, los bienes afectados por el concesionario para la prestacin
del servicio pblico, el espacio areo, los cadveres de seres humanos, las iglesias, etc.57.
El artculo 4 de la ley 21.499 guarda similitud, en lneas generales, con el texto del
artculo del mismo nmero de la ley 13.264. Se ha introducido, empero, una modificacin
que precisa conceptualmente su contenido. Mientras el texto derogado permita la
54 Fallos: 145-307, sentencia del 16 de diciembre de 1925. En el mismo sentido, ver: Fallos: 147-5: "Devoto
c /Ferrocarril Central Buenos Aires", sentencia del 2 de agosto de 1926.
55 Conf. Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa, pgina 397, Buenos Aires, 1967;
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 209, Buenos Aires, 1973.
56 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 207/210, Buenos Aires, 1973;
Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa, pgina 397, Buenos Aires, 1967; Villegas
Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pginas 362/364, Buen Aires, 1956; Canas, Jos:
Tratado terico prctico de la expropiacin pblica, t ll, pgina 772 Y siguientes, Buenos Aires, 1967; Diez,
Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 255, Buenos Aires, 1969; Villegas, A. Walter: Rgimen
jurdico de la expropiacin, pginas 70/72, Buenos Aires, 1973.
57 Ver al respecto: Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 223/230),
Buenos Aires, 1973; Diez, Manuel M.: Derecho Administrativo t IV, pginas 256/257, Buenos Aires, 1969;
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 364, Buenos Aires, 1956; Gordillo,
Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa, pgina 398, Buenos Aires, 1967; Cassagne, Juan
Carlos: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin diferida, en La Ley Nacional de
Expropiaciones N 21.499, pginas 52/53, Buenos Aires, 1977.
58 Conf. Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa, pgina 397, Buenos Aires, 1967.
En la nueva redaccin fue superada aquella objecin puesto que se exige que el bien
pertenezca al "dominio" pblico o privado.
21. Un anlisis particular merece la eventual expropiacin de edificios pertenecientes a
embajadas extranjeras.
Se afirma que sobre dichos objetos no puede recaer la expropiacin ante la
imposibilidad que el Estado promueva juicio expropiatorio por la presumible negativa del
Estado expropiado a comparecer sin su consentimiento por haber rechazado el
avenimiento o cohesin amistosa59.
De lo expuesto se infiere que, segn este criterio, la posibilidad de un bien de ser
objeto de expropiacin queda sujeta a que sta se consume mediante el proceso
contencioso. Quien sostiene esta posicin afirma, con relacin a la expropiacin de bienes
dominiales de las provincias, que "si hubiere consentimiento se tratara de un supuesto de
cesin amistosa o avenimiento, que entonces excluye la expropiacin propiamente
dicha"60. A mi juicio aqu se cae en el error de identificar "expropiacin" con "juicio
expropiatorio". En el caso aludido, si declarada la utilidad pblica de un bien inmueble
perteneciente a una embajada extranjera, el Estado titular de la misma se aviene a su
desapoderamiento sin necesidad de proceso judicial, podr negarse que hubiera existido
expropiacin y que el objeto de ella fuera la sede de una representacin diplomtica
extranjera? Entiendo que no. La expropiacin existir siempre que se encuentren
cumplidos los extremos previstos por el artculo 17 de la Constitucin Nacional, a saber:
calificacin legislativa de la utilidad pblica e indemnizacin previa.
Por ello, no creo acertado sostener de manera absoluta que no pueden expropiarse
los edificios de embajadas extranjeras. A lo sumo, para la consumacin de dicha
expropiacin, slo podr acudirse, en principio, a un procedimiento expropiatorio, el
avenimiento, pero si ste se concreta, la expropiacin como figura jurdica existir con los
mismos elementos que si se hubiera llevado a cabo por juicio expropiatorio. Cuando se
acuda y se concrete este procedimiento extrajudicial habr expropiacin sin juicio, pero
expropiacin al fin.
22. El legislador ha considerado prudente incluir en el cuerpo normativo una referencia
singular a la expropiacin de ciertos bienes. Ello se advierte en los artculos 4 y 6 que
aluden a la expropiacin de bienes del dominio pblico, del subsuelo con independencia
de la superficie y de inmuebles sometidos al rgimen de la propiedad horizontal.
A diferencia de la ley 13.264 que contemplaba en un artculo -el 5- la expropiacin de
bienes del dominio provincial sin distincin alguna entre "pblicos" y "privados", la ley
21.499 prev en el artculo 4 la expropiacin de bienes del dominio pblico. Va de suyo
que se refiere concretamente a los bienes dominiales de las provincias puesto que el
Estado no podr expropiar sus propios bienes. El artculo 3, al establecer que "la accin
expropiatoria podr promoverse contra cualquier clase de personas, de carcter pblico o
privado", da sustento a esta interpretacin con la cual coincide la doctrina que ha
comentado dicho precepto61.
59 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 231/232, Buenos Aires, 1913.
60 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 317, Buenos Aires, 1973; del
mismo autor: La nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de Expropiaciones N
21.499, pgina 17, Buenos Aires, 1977.
61 Villegas, A. Walter: La ley general de expropiaciones N 21.499 con relacin a su precedente, en Revista
Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pgina 19, Buenos Aires, 1977; Marienhoff, Miguel S.: La
nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas
17/18, Buenos Aires, 1977.
62 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV pgina 219, Buenos Aires, 1973; del
mismo autor: Tratado del Dominio Pblico, pginas 256/261, Buenos Aires, 1960; Diez, Manuel M: Derecho
Administrativo, t IV, pgina 258, Buenos Aires, 1969; Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho
Administrativo, t VI, pginas 305/368, Buenos Aires, 1956; Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la
Economa, pgina 398, Buenos Aires, 1967; Canas, Jos: Tratado terico prctico de la expropiacin
pblica, t II, pgina 780, Buenos Aires, 1967.
63 Villegas A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pgina 77 y siguientes, Buenos Aires, 1973; del
mismo autor: La ley general de expropiaciones N 21.499. con relacin a su precedente, en Revista
Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pginas 18/20, Buenos Aires, 1977.
64 Fallos: 128-62: "Empresa Ferrocarril del Sud c / Municipalidad de La Plata", sentencia del 17 de
septiembre de 1918. En Fallos: 108-240: "Compaa General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos
Aires c/ Busto", sentencia del 18 de febrero de 1908, la Corte Suprema ya haba interpretado que la Nacin
poda expropiar bienes situados en los territorios provinciales, sin ningn tipo de distincin en cuanto al
carcter de los mismos.
expropiacin de bienes contiguos o adyacentes70. Esta tesis la abandon al fallar los autos
"Municipalidad de la Capital c /Isabel A. de Elortondo". En esta oportunidad, el Alto
Tribunal dijo que "la teora fundamental del derecho de expropiacin por utilidad pblica, tal
como ha sido incorporada en la Constitucin y tal como lo admite la legislacin en general
de los pases libres, es otra adems, y no se extiende a nada ms que autorizar la
ocupacin de aquella parte de la propiedad privada que sea indispensable a la ejecucin
de la obra o propsito pblico de que se trate, no pudiendo ir nunca ms all, ni cumplirse
en consecuencia respecto de bienes que no sean necesarios a aquellos fines"71.
70 Fallos: 4-311: "Procurador Fiscal de Santa Fe c/ Hu, Francisco", sentencia del 18 de junio de 1867; 6-67:
"Procurador Fiscal de Santa Fe c/ Seorans y Rosas", sentencia del p de agosto de 1868.
71 Fallos: 33-162, sentencia del 14 de abril de 1888.
72 Fallos: 85-303: "Casado, Carlos c /Bombal, J.", sentencia del 19 de junio de 1900; 93-219: "Gibbs, Jorge c
/Provincia de Mendoza", sentencia del 5 de diciembre de 1901.
73 Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t. VI, pginas 371/376, Buenos Aires, 1956;
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 210/213, Buenos Aires, 1973;
Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pginas 87/91, Buenos Aires, 1978.
74 Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pgina 48, Buenos Aires, 1973.
Derecho Administrativo de la Economa, pgina 398, Buenos Aires, 1967; Canas, Jos: Tratado terico
prctico de la expropiacin pblica, t II, pgina 774, Buenos Aires, 1967.
80 Fallos: 28-270: "Gobierno Nacional c /Vieyra, R.", sentencia del 30 de mayo de 1885.
81 Conf. Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 216, Buenos Aires, 1973.
derecho de propiedad debe encuadrar dentro de alguno de los supuestos previstos por los
incisos b) y c) del artculo 51. As lo; prescribe el artculo 9.
En nada obsta a la procedencia de esta accin que ella sea promovida por uno slo
de los propietarios. En ese sentido, la Cmara Nacional, de Apelaciones en lo Civil de la
Capital Federal tiene expresado que "las particulares caractersticas del rgimen de
propiedad horizontal, en el que es preciso conciliar el inters de muchos con el ejercido del
derecho de propiedad de cada uno, no constituye impedimento para que quien lo
considere menoscabado o restringido (pueda intentar la accin de expropiacin inversa (la
ley la, denomina irregular). Por ello siempre que el derecho de propiedad de uno de los
copropietarios sufra lesin, ste no tiene por qu esperar la conformidad de todos los
dems para exigir la expropiacin de su unidad82.
82 "Ramas, Leonor c /Municipalidad de la Ciudad de Bs. As.", sentencia del 8 de marzo de 1973, revista E .J
Derecho, t 48, pgina 255. Conforme el mismo tribunal en "Transvaal S.C.A. c /Municipalidad de la Ciudad
de Bs. As.", sentencia del 15 de marzo de 1973, revista El Derecho, t 48 pgina 252.
CAPTULO QUINTO
LA INDEMNIZACIN
28. Por qu es el elemento que mayores cuestiones suscita? Qu debe entenderse por
indemnizacin en materia expropiatoria?
29. Contenido y oportunidad de su pago. Sus caracteres segn la Constitucin Nacional y
la ley vigente.
30. Su naturaleza jurdica: carcter resarcitorio. Doctrina que la distingue del "precio":
aplicacin de ella en la ley 21.499. Mi opinin.
31. Qu valores se indemnizan y cules resultan excluidos?
32. Valor objetivo: nocin. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin. Su
determinacin.
33. La indemnizacin debe ser actual. A qu "tiempo" debe referirse la valuacin del
bien? Distintos criterios. Su evolucin en la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin.
34. Criterio adoptado por la ley vigente para fijar el valor del bien. Valoracin. Importancia
de la desposesin.
35. Daos que se indemnizan: rgimen legal y jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin y dems tribunales sobre el particular.
36. La depreciacin monetaria. Su evolucin en la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin. La recepcin normativa.
37. La necesidad de pedido expreso para obtener su reconocimiento. Jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nacin. Solucin legislativa.
38. Criterio de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin sobre las pautas a aplicar para
determinar la desvalorizacin monetaria. Su justificacin. Crtica.
39. Sobre que montos se hace valer la desvalorizacin monetaria? Jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nacin: su evolucin. Objeciones que ella merece. La
situacin luego de sancionada la ley 21.499.
40. Rgimen previsto por la ley nacional respecto de la desvalorizacin monetaria. Hasta
que momento se efecta la actualizacin? Qu pautas se aplicaran?
41. Los intereses forman parte integrante de la indemnizacin. Jurisprudencia anterior a la
ley vigente. Rgimen actual: tasa aplicable. Valoracin de la solucin legislativa.
42. El resarcimiento de las mejoras. Cuales se indemnizan? Falta de armona legislativa.
43. Exclusin de los valores afectivos, ganancias hipotticas y lucro cesante.
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
44. El valor llave y el valor empresa en marcha. Nocin. Jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin.
45. No se toma en cuenta el mayor valor que confiera al bien la obra a ejecutarse.
46. En la ley vigente se indemnizan los valores histrico y panormico. Situacin anterior.
47. Exencin de impuestos o gravmenes. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nacin. Criticas al rgimen legal. Alcanza la exencin al monto obtenido por la
va del avenimiento? Mi opinin.
48. Improcedencia de reducir la indemnizacin por el coeficiente de disponibilidad.
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
49. La indemnizacin ha de ser previa. La cuestin en las leyes 189 y 13.264. Solucin
actual.
50. La indemnizacin ha de ser nica. Situacin de los terceros. Valoracin del rgimen
vigente. Mi opinin.
51. La indemnizacin ha de pagarse en dinero en efectivo. Jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin. Su justificacin. Situacin de los terceros.
52. Prescripcin de la accin para demandar el pago deja indemnizacin.
83 Fallos: "Agros S.A. c /Consejo Nacional de Construcciones Antissmica" y de Reconstruccin de San Juan
(Instituto Nacional de Prevencin Ssmica) ", sentencia del 7 de octubre de 1976, revista EI Derecho, t 70,
pgina 167. Del mismo Tribunal ver: "Provincia de Bs. As. C /Bonabello, Ricardo", sentencia del 22 de
diciembre de 1971, revista El Derecho, t 43, pgina 566.
84 Conf. Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 233, Buenos Aires, 1973.
rubros considerados por la ley, en tanto que el precio resulta establecido de comn
acuerdo por las partes90, no parece razonable suponer que al fijar la compensacin
monetaria en el procedimiento extrajudicial o cesin amistosa, las partes puedan apartarse
de las normas que -con carcter general- establece el articulo lo. No debe olvidarse que
los rubros all previstos se refieren al contenido del resarcimiento, ms especficamente, a
su calidad de "justo". Por ello, estimo que, a los fines de la ley, ambos trminos deben ser
asimilados.
31. El articulo 10 de la ley fija los valores que forman parte integrante de la indemnizacin
y los que resultan excluidos de su cmputo. Dos variantes fundamentales pueden
sealarse con relacin al texto del artculo 11 de la ley 13.264: 1) fue suprimida la
prohibicin de indemnizar los valores histrico y panormico; 2) se estableca de manera
expresa que la depreciacin monetaria y los intereses integraran la indemnizacin. Estas
innovaciones han significado una importante transformacin en el aspecto patrimonial que
la expropiacin obviando, al mismo tiempo, las criticas que se formularon al rgimen
derogado, el cual contena diversas normas que vulneraban la garanta, de inviolabilidad
de la propiedad, tanto en lo referente al contenido de la indemnizacin cuanto al momento
de su pago, son parte integrante de la indemnizacin conforme al nuevo rgimen legal: 1)
el valor objetivo del bien; 2) los daos que sean consecuencia directa e inmediata de la
expropiacin; 3) la depreciacin monetaria; 4) los intereses.
No se indemnizan, en cambio: 1) las circunstancias de carcter personal; 2) los
valores afectivos; 3) las ganancias hipotecarlas; 4) el mayor valor que confiera al bien la
obra a construir; 5) el lucro cesante.
32. El valor objetivo ha sido definido por nuestro ms Alto Tribunal como "lo que la cosa
realmente vale para la generalidad en el mercado de los bienes de esa especie,
correspondiente al lugar del expropiado y al tiempo de la desposesin"91. La calidad de
"objetivo" supone que en su determinacin se debern dejar de lada los factores subjetivos
o individuales que puedan deformar la valuacin. A esos efectos, el valor se precisar con
criterio tcnico resultando del anlisis del mercado de ofertas y demandas en la misma
forma que lo hubiera realizado el propietario de haber actuado libremente.
Dicho valor debe representar pues, la suma por la cual al contado, o en trminos
razonablemente equivalentes al contado, el dueo del bien deseoso de vender pero no
obligado a hacerlo hubiera vendido su propiedad a un comprador deseoso de ello opero no
obligado a hacerlo92.
33. La indemnizacin expropiatoria, segn ya lo sealara, debe ser "justa". Ello supone
que el expropiado recibir un valor equivalente a aquel del cual se lo priva. Complemento
de la calidad de "justa" es el recaudo que el resarcimiento sea "actual", es decir, que
compense al titular del bien el valor del mismo al momento de sufrir el desapoderamiento.
As, reviste singular importancia determinar el momento que habr que considerar para
fijar la valuacin del bien expropiado. En otros trminos, a qu "tiempo" o "poca" deber
remitirse el avalo?
Es indudable que la trascendencia de este problema se ha visto acrecentada con el
transcurso del tiempo por factores de diversa ndole, entre ellos, la variacin de los
90 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pagina 323, Buenos Aires, 1973.
91 Fallos: 217-804: "Consejo Agrario Nacional c/ Maso", sentencia del 17 de septiembre de 1950.
92 Canas, Jos: EI justiprecio en la expropiacin publica, pagina 96 y siguientes, Buenos Aires, 1952
93 Conf. Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, paginas 140/141, Buenos Aires, 1973.
94 Fallos: 237-38: "Nacin Argentina c/ Dring Lausen", sentencia del 15 de febrero de 1957.
95 Fallos: 204-534: "Garca Laborde c/ Direccin General de Fabricaciones Militares", sentencia del 6 de
mayo de 1946
Este criterio tuvo vigencia en el derecho judicial argentino hasta 1967 cuando la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin, al fallar los autos "Provincia de Santa Fe c/ Nicchi,
Carlos A.", opt por la fijacin del valor a la fecha de la sentencia, definitiva. Cules
fueron las razones que impulsaron este cambio tan fundamental? EI sistema previsto por
la ley 13.264, respecto del pago de la indemnizacin y la depreciacin monetaria existente.
Al no coincidir la desposesin con el pago, la suma fijada en aquella ocasin quedaba
sensiblemente reducida por la depreciacin monetaria. Es que conforme al rgimen de la
ley 13.264, el propietario, al sufrir la desposesin, slo reciba a cuenta una suma muy
alejada del valor real, el cual slo era reconocido luego de largos aos de juicio. De ah
entonces que aquel Tribunal haya expresado "que indemnizar es, en suma, eximir de todo
dao y perjuicio mediante un cabal resarcimiento. Y ese cabal resarcimiento no se logra si
el dao o perjuicio subsisten en cualquier medida. Por eso tiene dicho esta Corte que la
indemnizacin debe ser integral; el valor objetivo del bien no debe sufrir disminucin ni
desmedro alguno, ni debe el propietario experimentar lesin en su patrimonio que no sea
objeto de cumplida y oportuna reparacin. Que esto es as porque la expropiacin, tal
como esta legislada en nuestra Constitucin Nacional, es un instituto concebido para
conciliar los intereses pblicos con los privados. Y la conciliacin no existe si estos se
sacrifican sustancialmente a aquellos y si no se compensa al propietario la privacin de su
bien, ofrecindole el equivalente econmico que le permita, de ser posible, adquirir otro
similar al que pierde en virtud del desapoderamiento. Que para mantener intangible el
principio de la justa indemnizacin frente a la continuada depreciacin de la moneda, el
valor del bien expropiado debe fijarse al da de la sentencia definitiva, supuesto, que
entonces se trasfiere el dominio y que el pago sigue a esa sentencia sin apreciable
dilacin"96.
34. Al elaborarse el proyecto que luego sera convertido en ley 21.499, los integrantes de
la Comisin redactora deben haberse visto enfrentados ante la alternativa de optar por
alguno de los dos momentos considerados preferentemente por la doctrina y
jurisprudencia: el de la desposesin y el de la sentencia definitiva. Apartndose de la
jurisprudencia dominante, previeron en el artculo 20 que "la sentencia fijar la
indemnizacin teniendo en cuenta el valor del bien al tiempo de la desposesin".
Este momento seala para el propietario la privacin del uso y goce de su bien. Para
l, la expropiacin se consuma con la desposesin del bien. Con razn se ha afirmado que
el procedimiento de fijar la indemnizacin en el momento de la sentencia definitiva, trae
aparejadas innumerables indeterminaciones y dificultades para establecer el valor del bien
con independencia de las influencias positivas o negativas de las obras publicas, puesto
"que, en el tiempo transcurrido, la misma seguramente fue ya ejecutada, creando a su
alrededor un mercado de oferta y demanda completamente distinto al existente al
momento de la posesin del bien por' el organismo expropiante"97.
EI "tiempo" de la sentencia definitiva, si bien ofrece la ventaja de su mayor
proximidad con el pago efectivo, suscita, como recin lo apunte, serlas dificultades para
determinar la valuacin del bien. Por el contrario, el de la desposesin podra decirse que
es un momento "puro", alejado de los factores que aumentan o disminuyan ese valor.
Para la fijacin del valor del bien expropiado deber tomarse entonces, el que dicho
bien tenla al momento de la desposesin, segn el sistema del costo de reproduccin o
96 Fallos: 268-112, sentencia del 26 de junio de 1967. Este criterio fue reiterado luego, entre otros, en Fallos:
268-238; 268-325; 28-489; 268-510; 269-27; 271-198; 274-418; 275-292.
97 Guerrero, Dante: El Tribunal de Tasaciones, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 93,
Buenos Aires, 1977.
98 Ver al respecto: Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 257/262, Buenos
Aires, 1973.
Entre otros, la jurisprudencia: consider como tales: los honorarios de los ingenieros
por: la confeccin de planos y proyectos de la obra que el propietario pensaba realizar99;
los gastos de mudanza100; las sumas abonadas por despido de personal del expropiado101;
en alguna oportunidad, tambin se indemnizaron la reduccin de los alquileres
devengados antes de hacerse efectiva la expropiacin102 y los gastos de adquisicin. de
una nueva propiedad103.
La ley 21.499 se ha apartado, al igual que su antecesora, del rgimen previsto por el
artculo 520 del Cdigo Civil. Mientras este prescribe que "en el resarcimiento de los daos
e intereses slo se comprendern los que fueren consecuencia inmediata y necesaria de
la falta de cumplimiento de la obligacin", el artculo lo requiere que el dao sea
consecuencia directa e inmediata, se advierte aqu una distinta exigencia que en la
legislacin civil.
36. Adems de "actual", la indemnizacin expropiatoria para que invista la calidad de
"justa", debe ser "integral". Ello implica que el expropiado ser cubierto de todo aquello de
que, se lo priva, no pudiendo ser disminuida la indemnizacin por deducciones que
lesionen ese principio. De tal forma, el resarcimiento debe incluir el cmputo de la
depreciacin monetaria y los intereses, estando exento de toda deduccin que vulnere la
integridad, por ejemplo, por la imposicin de gravmenes o tributos.
Una innovacin destacada en el nuevo rgimen legal es la previsin expresa de que
la depreciacin monetaria forma parte integrante de la indemnizacin. Se ha puesto fin as
a una cuestin que, en su momento, provoc profundas diferencias de criterio entre la
Corte Suprema de Justicia de la Nacin y los restantes tribunales del pas.
En ocasin de pronunciarse en los autos" Administracin General de Obras
Sanitarias c /Torquinst y Bernal" en 1958" el Alto Tribunal, fundado, entre otros
argumentos, en que el proceso de deterioro de la moneda revesta carcter general
afectando los intereses de todos los habitantes y no los del expropiado en particular, neg
el reconocimiento de una suma por aqul concepto. El voto en disidencia del Dr. Alfredo
Orgaz destac que el pago en moneda depreciada constitua un enriquecimiento injusto
del Estado a costa de los particulares, "tanto menos justificable cuanto que el -Estado toma
en cuenta esa depreciacin para reajustar los impuestos, tasas y contribuciones exigibles
99 C.S.J.N. Fallos: 277-450: "Gobierno Nacional c /LANUA S.A.", sentencia del 11 de septiembre de 1970;
CNCiv sala. E: "Sola, A. C /Municipalidad de la Ciudad de Bs. As", sentencia del 8 de febrero de 1971,
revista EI Derecho, t 40, pgina 629; dem: "Bertham, Gustavo c /Municipalidad de la Ciudad de Bs. As.",
sentencia del 21 de abril de 1970, revista EI Derecho, t 34, pgina 382; sala A: sentencia del 12 de febrero
de 1974, revista EI Derecho, t 54, pgina 258.
100 C.S.J.N. Fallos: 204-205; CNCiv sala C: "Municipalidad de la Ciudad de Bs. As" c/Dobelaere, "J.",
sentencia del 5 de octubre de 1972, revista EI Derecho, t 46, pgina 252; dem: "Municipalidad de la Ciudad
de B.S. As c /Garca, Alfredo", sentencia del 23 de mayo de 1972, revista EI Derecho, t 43,pgina 574; sala
D.: "Municipalidad de la Ciudad de Bs. As c /Pose Rama, Eliseo", sentencia del 29 de agosto de 1972, revista
EI Derecho, t 45, pgina 439.
101 C.S.J.N. Fallos: 258-213 "Menndez c /Banco Hipotecario Nacional", sentencia del 22 de abril de 1964;
270-210: "Nacin Argentina c /Schaffhausen", sentencia del 5 de abril de 1968
102 CCiv. 2 Cap. Sentencia del 18 de junio de 1937, revista Jurisprudencia Argentina, t 58, pgina 867;
CCiv. 1. Cap. sentencia del 6 de agosto de, 1947, revista La Ley, t 48, pgina 271; en contra: CCiv. 2 Cap.
sentencia del 24 de julio de 1945, revista La Ley, t. 39, pgina 392.
103 CNCiv sala D: "Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires c/ Pose Rama, Eliseo", sentencia del 29 de
agosto de 1972, revista EI Derecho, t 45, pgina 439. En contra, CNCiv sala C: "Municipalidad de la Ciudad
de. Bs. As. c/'Dobelaere, J.", sentencia del 5 de octubre de 1972, revista EI Derecho, t 46, pgina 252; dem:
"Municipalidad de la Ciudad de Bs. As c /Domnguez, V.",' sentencia del 14 de noviembre de 1972, revista EI
Derecho, t. 46, pgina 253.
los ndices generales de encarecimiento del casto de vida puesto que no todos los bienes
seguan una curva pareja de incremento, sino que, por el contrario, algunos haban sufrido
rebajas. "No es posible, por consiguiente, aplicar a todos ellos el mismo ndice de
reevaluacin sin evidente injusticia. Los jueces deben ponderar en cada caso la naturaleza
del bien de que se trata y sus caractersticas y apreciar su valor real al momento de dictar
sentencia". Conclua el Tribunal afirmando que "el problema, por tanto, debe ser resuelto
por aplicacin del principio segn el cual, probada la existencia de un perjuicio pero no su
monto, corresponde al juez fijarlo prudencialmente. Al hacerlo, podr tener en cuenta las
estadsticas oficiales sobre encarecimiento de la vida, pero sin olvidar otros elementos de
juicio que influyen en cada caso Concreto y que muchas veces aconsejaran la aplicacin
de ndices inferiores de los que resultan de aquellas estadsticas"113.
Esta postura, consistente en relegar los ndices oficiales -de por s ya insuficientes- y
propiciar el prudente arbitrio judicial para reducir todava ms los ndices provenientes de
estadsticas
gubernamentales,
import
una
solucin
de
compromiso.
Es
que establecer,-como lo hizo el fallo, -la regla de valor -al da de la sentencia definitiva
equivala a multiplicar por cinco, por diez o por mas el costo de las expropiaciones. Se
impona al Estado una carga tremendamente acrecentada; y ello con relacin a asuntos en
que no acta -como negociante sino como agente del bien -comn. Compensatoriamente,
pues, el Tribunal trat de atenuar el impacto y, as construy una interpretacin muy
cuestionable en el plano terico, impuls el prudente arbitrio judicial en la materia y,
mediante l, descart la aplicacin literal de los ndices oficiales114.
Recientemente, la Corte Suprema ha confirmado su doctrina estimando, que para
actualizar el monto indicado por el Tribunal de Tasaciones no es necesario a tal fin
atenerse a pautas estrictas de correccin de los valores, pues la fijacin de la
indemnizacin en definitiva, queda sometida al prudente arbitrio judicial115.
Este criterio es observable por diversas razones: 1) porque no se trata, como dice la
Corte, de asignarle un nuevo valor al bien expropiado. El valor de este queda fijado en el
momento de la desposesin. Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido entre la
desposesin y el pago definitivo y frente al deterioro en el signo monetario, se pretende
corregir el valor de ese signo monetario. Se actualiza el valor de la moneda, no el valor
originario del bien, el cual no se altera116; 2) porque del modo sealado por la Corte, el
expropiado carece de bases ciertas para formular sus. Pretensiones quedando sujeto a lo
que a "ojo de buen -cubero" determine el juez, y 3) porque ese arbitrio judicial se emplea
en sentido restrictivo para reducir los montos resultantes de la aplicacin de: ndicesoficiales y extensivo, pues no se limita a ponderar la naturaleza y alternativas del bien
expropiado, sino que incluso considera para fijar el reajuste por desvalorizacin,
cuestiones tan ajenas a ello como la falta de activacin del juicio y la conducta procesal de
las partes117.
39 Sobre que montos se hace valer la desvalorizacin monetaria? Hasta 1975, la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin sostuvo que la adecuacin al valor actual por incidencia
de la depreciacin monetaria debe hacerse sobre la diferencia entre la suma ya pagada
por el expropiante y el valor fijado al bien -en la sentencia, ya que es slo sobre la parte no
pagada que la variante en el valor tuvo lugar. Desech pues, computaron plus por
depreciacin monetaria respecto del importe que ya habla sido retirado por el
propietario118.
La posicin de la Corte Suprema, que contaba con el apoyo de un sector de la
doctrina119, fue modificada al decidir los autos "Provincia de Buenos Aires c/Maggio y
Braida". En dicho fallo, por el voto de los Dres. Masnatta, Levene y Ramella y
contemplando la desvalorizacin monetaria en favor del Estado, se pronuncio por la
valorizacin tambin del depsito efectuado por el expropiante; Argument que desechar
114 Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo Rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho.
Administrativo, N 15/16, pginas 39/ 40 Buenos Aires, 1977.
115 "Provincia de Tucumn c /Compaa Azucarera Concepcin", sentencia del 24 de agosto de 1976,
revista La. Ley, t 1976-D, pgina 318.
116 Marienhoff, Miguel. S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 288/289, Buenos Aires, 1973.
117 Vase al respecto la sentencia de la CNCiv. sala D: "Municipalidad de la Capital c/ Olivera Romat, G. y
otros", sentencia del' 7 de abril de 1976, revista La Ley, 1976-D, pagina 561.
118 Fallos: 268-510: "Provincia de Santa Fe c /Lietti, sentencia del 6 de septiembre de 1961; criterio
reiterado en 277-118: "Gobierno Nacional: c /Berro", sentencia del 6 de julio de 1970; 279-116:
"Administracin General de Vialidad Nacional c /Fiorito y Hnos. S.A.C.I.", sentencia del 8 de marzo de 1971.
119 'Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, 19 IV, paginas 275/276, Buenos Aires, 1973;
'Villegas, A. Walter T: Rgimen jurdico de la expropiacin, pagina 336, Buenos Aires, 1973.
120 Sentencia del 23 de diciembre de 1975, revista El Derecho, t. 66, pgina 410. Esta doctrina fue luego
aplicada por el mismo Alto Tribunal en "Gobierno Nacional c /Roca de Schroder, A.", sentencia del 22 de
junio -de 1976, revista El Derecho, t 70 pagina 169. "Golson, Len c /Municipalidad de la Ciudad de Bs. As,
sentencia del 21 de octubre de 1976, revista El Derecho, t 70, pagina 165; "Gobierno Nacional c/ Ortiz de
Zarate, sentencia del 29 de junio de 1976, revista El Derecho, t 70, 'pgina 163. Sostiene idntico criterio la
C.N.Civ. vase: sala A, "Municipalidad de la Ciudad de Bs. As. c /Lago, B de" 'Sentencia del 16 de agosto, de
1976, revista El Derecho, t 71, pgina 201; sala D; "'Municipalidad de la Ciudad de Bs. As. c /Testa, Juan
A.", sentencia del 27 de agosto de 1976, revista El Derecho, t 71, pagina 198; .sala E, "Municipalidad de la
Ciudad de Bs. As. c/ Fusi, Carlos", sentencia del 27 de agosto de 1976, revista EI Derecho, t 71, pagina
195; dem, "Mujca de Alfonso Correas c /Municipalidad de La Ciudad de Bs. As", sentencia del 11 de agosto
de 1976, revista EI Derecho, t 71, pagina 191; dem, "Municipalidad de la Ciudad de Bs. As. c /Gandulfo
Schoo", sentencia del 30 de noviembre de 1976, revista La Ley, t 1977-C, pagina 486.
del razonamiento hipottico que el propietario del bien expropiado pudo cubrir el deterioro
de la moneda que se le entreg mediante operaciones que le permitan simultneamente
cubrir esa devaluacin y disponer de ese numerario a la vista en el momento en que
reunido todo el dinero pueda efectuar .el reemplazo de la cosa que se le expropiara121.
Esta cuestin, de obvia importancia durante la vigencia de la ley derogada en la cual
el expropiado reciba a cuenta una suma muy alejada del monto que en definitiva se le iba
a reconocer y que no le permita sustituir al bien desapoderado por otro similar, a mi juicio,
ha perdido trascendencia con la sancin de la ley 21.499. De acuerdo al nuevo rgimen, el
propietario es desposedo a cambio de una suma que, en el caso de los inmuebles y
merced a la tasacin efectuada por el Tribunal de Tasaciones de la Nacin, se identifica
prcticamente con el valor real del bien. Es factible suponer pues, que con el monto
consignado el expropiado podr efectuar aquel reemplazo.
Por otra parte y as lo expresaron la Corte Suprema de Justicia de la Nacin y la
Cmara Nacional de Apelaciones en lo Federal, la aplicacin del criterio que admite la
valorizacin del deposito inicial, queda limitado a aquellos supuestos en que el expropiado
haya retirado los fondos depositados. Es as entonces, que no cabe reajuste por lo ya
depositado "toda vez que la expropiada no retir deposito alguno fundndose - con razn,
porque no estaba obligada a recibir pagos parciales (art. 742, Cod. Civil)-, en que exista
una diferencia en menos entre lo depositado en autos y lo, ofrecido por la actora en su
escrito de demanda"122.
40 Cul es el rgimen previsto por la ley 21.499 para el computo de la desvalorizacin
monetaria? Luego que el artculo lo sienta el principio general que el importe por
depreciacin de la moneda integrara la indemnizacin, el articulo 20 prescribe que para su
establecimiento se descontara del valor fijado en la sentencia la suma consignada en el
juicio, segn lo previsto en el artculo 22, efectundose la actualizacin sobre la diferencia
resultante hasta el momento del efectivo pago.
De su lectura se extraen las siguientes conclusiones: l) al igual que la Corte Suprema
de Justicia en el caso Nicchi ("y que el pago sigue a esa sentencia sin apreciable dilacin.
Porque si as no fuese, debe incluso quedar a salvo el derecho del expropiado a ser
resarcido de la mora injustificada que lo perjudique"123), la ley 21.499 establece que la
actualizacin se efectuara "hasta el momento del efectivo pago". Este criterio, actualmente
vigente, se ha fundado en que el propietario no debe experimentar lesin alguna en su
patrimonio que no sea objeto de cumplida y oportuna reparacin, y que no solo se logra
con el reconocimiento de la depreciacin monetaria sobre; vigente a la sentencia, lo cual
no importa establecer una indemnizacin mayor a la acordada sino nicamente mantener
constante su valor adquisitivo real124. De ah pues, que proceda el reajuste aun en el
121 Bercaitz de Boggiano, A. L.: Injusticia de la actualizacin del depsito inicial en el juicio expropiatorio,
revista Jurisprudencia Argentina 1977-III, pagina 226. En el mismo sentido ver: Fornieles, Jorge S.: EI
revalo del deposito inicial en los juicios de expropiacin: un error de concepto, Revista El Derecho, t .73,
pagina 819.
122 C.S.J.N. "Provincia de Tucumn c /Compaa Azucarera Concepcin S.A.'" sentencia del 24 de agosto
de 1976, revista La Ley, 1976-D, pagina 318. En el mismo sentido, ver CNFed. sala I civ. y com. "Direccin
Nacional de Vialidad c /Gilotaux S.A.", 'sentencia del 28 de diciembre de 1976, revista EI Derecho, t 73,
pagina 245.
123 Fallos: 268-114
124 Conf. C.S.J.N. "Gobierno Nacional c /Roca de Schroder, A.", sentencia del 22 de junio de 1976, revista
EI Derecho, t 70, pagina 169; dem: "Bianchi Giocondo c /Municipalidad de la Capital", sentencia del 30 de
noviembre de 1976, revista La Ley 1977-A, pagina 530; dem "Provincia de Tucumn c /Compaa Azucarera
Concepcin S.A.", sentencia del 24 de agosto de 1976, revista La Ley, 1976-D, pagina 318. Adems Fallos:
273-387; 274-418; 276-111; 279-105; 279-116; 281-314; 281-354.
125 Conf. Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho
Administrativo, N. 15/16, pagina 41, Buenos Aires, 1977
126 Marienhoff, Miguel S.: La nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones N 21.499, pginas 21/22, Buenos Aires, 1977.
127 C.S.J.N.: Fallos: 277-75: "Nacin Argentina c /Fideicode", sentencia del 2~ de junio de 1970. Adems,
Fallos: 273-379; 272-89.
128 C.S.J.N.: Fallos: 275-292; 278-20; 280-284; 281-188.
129 C.S.J.N.: "Pcia. de Tucumn c /Compaa Azucarera Concepcin S.A.", sentencia del 24 de agosto de
1976, revista La Ley 1976-D, pgina 318; C.N.Fed. sala I civ. y com. "Direccin Nacional de Vialidad C
/Gilotaux", sentencia del 28 de diciembre de 1976, revista El Derecho, t 73, pagina 245; CNCiv. sala A,
"Municipalidad de la Ciudad de .Bs. As. c /Lago, B. de", sentencia del 16 de agosto de 1976, revista El
Derecho, t 71, pagina 201; dem sala D, "Municipalidad de la Ciudad de Bs. As. c /Testa, Juan A"; sentencia
del 27 de agosto de 1976, Revista El Derecho, t 71, pagina 198; dem, sala E, "Municipalidad de la Ciudad
de Bs. As. c /Fusi, Carlos L.", sentencia del 27 de -agosto de 19176, revista El Derecho, t 71, pagina 195.
130 Sobre tasa del seis por ciento ver: C.S.J.N.: Fallos: 283-235; 283-267, revista El Derecho, t 47, pagina
321; dem: "Provincia de Tucumn c /Compaa Azucarera Concepcin S.A.", sentencia del 24 de agosto de
1976, revista La Ley 1976-D, pagina 318; CNFed. Mendoza: "Direccin Nacional de Vialidad c /Timonieri,
Francisco", sentencia del 24 de octubre de 1975, revista La Ley, 1976-B, pagina 278.
Sobre tasa del ocho por ciento ver: CNFed. sala I civ. y com. "Direccin Nacional de Vialidad c /Gilotaux
S.A.", sentencia del 28 de diciembre de 1976, revista El Derecho, t 173, pagina 245
131 Cassagne, Juan C.: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin diferida, en La
Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pagina 21, nota b), Buenos Aires, 1977.
132 Salvat, Raimundo M.: Tratado de Derecho Civil Argentino. Derechos Reales, t I, pgina 256, Buenos
Aires, 1966.
133 Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa,
pginas 402/403, Buenos Aires, 1967.
134 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pagina 242, Buenos Aires, 1973; Legn,
Fernando: Tratado integral de la expropiacin publica, pagina 483, Buenos Aires, 1934; Gordillo, Agustn A.:
Derecho Administrativo de: la Economa, pagina 402, Buenos Aires, 1967. A favor del reconocimiento del
valor afectivo puede verse Villegas, A. Walter: Expropiacin; por causa de utilidad pblica, publicacin del
Instituto Argentino de Estudios Legislativos, paginas 318/319, Buenos Aires, 1939.
135 CSSanta Fe, sentencia de 17 de abril de 1949; C 2 Apel. La Plata, sala I, sentencia del 29 de noviembre
de 1949; CFed. Cap. sentencia del 29 de noviembre de 1949; CFed. Cap. sentencia del 2 de noviembre de
1950; SCBs. As sentencia del 6 de noviembre de 1956, entre otros citados en revista EI Derecho, t 59,
pagina 576, N 142.
136 Fallos: 241-267: "Grando y Acosta c /Nacin Argentina", sentencia del 5 de septiembre de 1958.
137 CSJN: Fallos: 259-237: "Nacin Argentina el Astilleros Tigre", sentencia del 14 de agosto de 1964; 242254: "Musso c /Nacin Argentina", sentencia del 14 de noviembre de 1958; 250-738: "Nacin Argentina c/
Lamuraglia", sentencia del 18 de septiembre de 1961.
138 Conf. Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa, pagina 403, Buenos Aires, 1967;
Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pagina 228 y siguientes, Buenos Aires 1973; Diez,
Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, paginas 270/271, Buenos Aires, 1969; Canas, Jos: Tratado
terico prctico de la expropiacin publica, t II, pagina 681 y siguientes, "Buenos Aires, 1967. Ver adems
votos en disidencia del Dr. Boffi Boggero en Fallos: 242-254; 254-441
145 Sala F: "Municipalidad de la Capital c /Propietario de la finca Gral. Hornos 48", sentencia del 12 de julio
de 1976, revista Jurisprudencia Argentina 1977-II, pgina 147. Ver adems del mismo Tribunal: sala E,
sentencia del 10 de noviembre de 1966, revista El Derecho, t 18, pgina 814; dem: sentencia del 20 de julio
de 1971, revista El Derecho, t 41, pgina 751.
146 Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pagina 327, Buenos Aires, 1973.
147 Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho
Administrativo, nros. 15/16, paginas 44/45, Buenos Aires, 1977
inmueble con plena disponibilidad material y jurdica. Este no es el caso del Fisco
expropiante dadas sus facultades para conseguir de inmediato el desalojo de quienes
ocupan el inmueble (art. 24, ley 13.264 -actualmente articulo 26-. Mantener en este
supuesto la reduccin del precio, importara acordar un 'beneficio injusto al expropiante
por' cuanto recibira el inmueble como libre de indisponibilidad, pero pagndolo como
ocupado"150. Posteriores pronunciamientos tanto de la Corte Suprema de Justicia como de
los restantes tribunales inferiores, confirmaron aquel parecer151.
Es indudable que la conclusin a la que arriban tanto la jurisprudencia como la
doctrina, se enmarca dentro del postulado bsico de que la expropiacin no puede ser
causa de lucro para el expropiante y el expropiado. La integridad de la indemnizacin se
vera gravemente lesionada si el expropiado recibiera el valor asignado al bien con la
reduccin que importa la aplicacin de un coeficiente por encontrarse ocupado; por su
parte, el expropiante lograr con ese proceder un beneficio injusto ya que el estado de
ocupacin no Ie es a l oponible atento lo prescripto por el artculo 26 de la ley 2l.499.
La opinin de la jurisprudencia no ha sido abandonada si bien un supuesto de excepcin
decidido por la Cmara Nacional de Apelaciones en lo Federal de la Capital Federal. Este
tribunal admiti la deduccin del aludido coeficiente, si bien ello se justificaba en ese caso
por sus particulares caractersticas152.
49. De acuerdo a lo que dispone el artculo 17 de la Constitucin Nacional, la expropiacin
debe ser previamente indemnizada. Es el nico de los caracteres de la indemnizacin que
fue contemplado de manera expresa por los constituyentes. He ah su importancia.
El propietario seguir siendo tal mientras no perciba ntegramente su indemnizacin.
A pesar que el texto 'constitucional no deja margen a dudas en el sentido que, nunca el
expropiado perder la propiedad de su bien antes de haber sido ntegramente resarcido,
durante muchos aos en nuestro ordenamiento jurdico que vulneraba abiertamente la
garanta aludida.
La primera ley nacional de expropiacin N 189 dispona en su articulo 89 que
"terminado el juicio, el dueo es obligado a recibir lo que de el resulte por toda
indemnizacin; y hecho que sea o verificada la consignacin, se declarar transferida la
propiedad". Aqu, todo se ajustaba a la Constitucin. La transferencia de la propiedad se
produca luego de terminado el juicio y pagada la indemnizacin. En cambio, la ley 13.264
no se limita a otorgar la posesin del bien con una indemnizacin insuficiente, provisional y
arbitrariamente fijada, sino que en virtud del artculo 19 y mediando slo la notificacin de
la consignacin de esa suma, autorizaba la transferencia de la propiedad. Aqu, la
indemnizacin no era previa ya que el expropiado solo reciba una suma, muchas veces
nfima; la indemnizacin definitiva recin la obtena luego de largos aos de proceso. Pero
a todo esto, su propiedad ya la habla perdido mucho tiempo antes. De acuerdo a este
rgimen, lo "previo" no era la indemnizacin sino la transferencia de la propiedad.
Por estas razones es que considero que el mejor sistema y el que, por otra parte,
asegura la vigencia de las garantas constitucionales, es el que permite la intervencin de
los terceros en el juicio expropiatorio. En la ley vigente, tal solucin pudo haberse
contemplado a travs de incidentes especiales160.
51. En una disposicin novedosa, la ley 2l.499 en su artculo 12 prescribe que la
indemnizacin se pagar en dinero en efectivo, salvo que mediara conformidad del
expropiado en el sentido de aceptar otra especie de valor.
Si bien la nota al articulo 2511 del Cdigo Civil dice que "la indemnizacin debe
consistir exclusivamente en una suma de dinero", las anteriores leyes de expropiacin
nros. 189 y 13.264 guardaron silencio sobre el particular. La jurisprudencia en diversos
pronunciamientos supli ese vaco normativo expresando: 1) que no poda sustituirse la
indemnizacin por una obligacin de hacer si el expropiado se oponla161; 2) que deba
fijarse en
162 CSJN: Fallos: .l15-59: "Ferrocarril Central Argentino c/Fusse", sentencia del 21 de
noviembre de 1911.
163 CSJN: Fallos: "Alanis, V. c/Gobierno Nacional", sentencia del 26 de febrero de 1930.
164 Ver': Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 306 y 308,
notas nros. 502/503 y 506. Buenos Aires, 1973.156-367
CAPITULO SEXTO
EL PROCEDIMIENTO EXTRAJUDICIAL
53. La expropiacin y su procedimiento. Sus fuentes. Clases. Importancia.
54. Innovaciones de la ley 21.499 en materia de procedimiento expropiatorio.
55. La cesin amistosa o avenimiento expropiatorio. Importancia.
56. Desigualdad de tratamiento segn el tipo de bien. Critica.
57. Caracteres del procedimiento extrajudicial en la ley 13.264. Sus consecuencias.
58. Variantes que introduce La ley nacional de expropiaciones No. 21.499. Trmite del
avenimiento.
59. EI incremento del diez por ciento. Fundamento. Procedencia.
60. Naturaleza jurdica del avenimiento: distintas teoras. EL avenimiento como contrato
administrativo: fundamento. Lmite.
61. La expropiacin es slo una, los procedimientos son dos.
62. La situacin de los incapaces a impedidos para disponer de sus bienes. Solucin legal.
63. EI perfeccionamiento de la expropiacin cuando media avenimiento. Cuestin que
suscitan los artculos 29 y 32 de La ley 21.499. Mi opinin. Exigencia de escritura
pblica para la transferencia de la propiedad: opinin de la Procuracin del Tesoro de
la Nacin.
En sentido concordante Marienhoff, Miguel. S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 315,
Buenos Aires, 1973; Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 423, Buenos
Aires, 1956
Marienhoff, Miguel S.: La nueva ley nacional de expropiaciones: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones n 21.499, pgina 24, Buenos Aires, 1977.
3
Ver al respecto: La Ley. Nacional de Expropiaciones n 21.499, pgina 24, nota c), Buenos Aires; 1977.
Mayer, Otto: Le droit administratif allemand, t III, pginas 70/72, Pars, 1905; Salvat, Raimundo M.: Tratado
de Derecho Civil Argentino -Derechos Reales- quinta edicin con actualizacin de Manuel J. Argaaraz, t II,
pgina 98, Buenos Aires, 1962
5
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 428, Buenos Aires, 1956; Diez,
Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 289, Buenos Aires, 1969.
6
Fleiner, Fritz: Instituciones de Derecho Administrativo, pgina 252, Barcelona, 1933; Oyhanarte Julio: La
expropiacin y los servicios pblicos, pginas 118 y 120, Buenos Aires, 1957; del mismo autor: Aspectos del
nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pgina 36, Buenos
Aires, 1977. Es la Posicin de la -Corte Suprema expresada en Fallos: 185-301: "Rodrguez Guichou",
sentencia del 13 de diciembre de 1939.
7
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 319, Buenos Aires, 1973.
8
Conf. Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 320, Buenos Aires, 1973.
9
Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho
Administrativo, N. 15/16, pgina 35, Buenos Aires, 1977.
10
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, Pgina 317, Buenos Aires, 1973.
11
Villegas, A. Walter: Expropiacin por causa de utilidad pblica, publicacin del Instituto Argentino de
Estudios Legislativos, pginas 144/145, Buenos Aires, 1939; Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho
Administrativo, t IV, pgina 321, Buenos Aires, 1973.
12
Villegas, A. Walter: La ley general de expropiaciones n 21.499 con relacin a su precedente, en Revista
Argentina de Derecho Administrativo, nros. 15/16, pgina 28, Buenos Aires, 1977; Oyhanarte, Julio: Aspectos
del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho Administrativo, nros. 15/16, pginas
37/38, Buenos Aires, 1977.
13
Conf. Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho
Administrativo, N. 15/16, pgina 37, Buenos Aires, 1977.
14
Coleccin Dictmenes; t 141, pgina 186.
CAPITULO SEPTIMO
EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL
64. Cundo el expropiante debe acudir a la accin judicial de expropiacin. Fundamento.
65. EI procedimiento judicial no tiene como nico objeto fijar la indemnizacin.
66. Trmite del proceso expropiatorio. Su especialidad. Caracteres.
67. Distincin entre juicio de expropiacin "normal" y juicio de expropiacin "anormal".
Terminologa improcedente.
68. Las partes en el proceso expropiatorio. Situacin de los terceros.
69. EI juicio de expropiacin no se encuentra sujeto al fuero de atraccin.
70. Juez competente.
71. Fundamento de la solucin legislativa. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nacin.
72. Competencial originarla de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin. Jurisprudencia:
su evolucin. Critica.
73. Traslado de la demanda. Supuestos en que se desconoce al demandado o se ignora
su domicilio. Solucin de la ley.
74. Posesin judicial: como se obtiene. Su rgimen en las leyes 13.264 y 21.499.
75. Efectos de la posesin judicial sobre los terceros ocupantes.
76. La contestacin de la demanda: su contenido. Reconvencin y excepciones previas.
77. Anotacin de la litis. Efectos.
78. Apertura a prueba. Su rgimen legal. Medios probatorios.
15
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 481, Buenos Aires, 1956; Diez,
Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 289, Buenos Aires, 1969.
16
Conf. Marienhoff Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t" IV, pginas 325/326, Buenos Aires,
1973; Grau, Armando E.: El juicio de expropiacin, en La Ley Nacional de Expropiaciones n 21.499, pginas
127/128, Buenos Aires, 1977
17
Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pgina 358, Buenos Aires, 1973.
Ver al respecto CSJN: Fallos: 251-246: "Nacin Argentina c/ Ferrario, Jorge J.", sentencia del 10 de
noviembre de 1961.
19
Fiorini, Bartolom: Derecho Administrativo, t II, edicin actualizada, pgina 160, Buenos Aires, 1976.
20
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, tIV, pgina 331, Buenos Aires, 1973.
18
21
En el mismo sentido ver Grau, Armando E.: El juicio de expropiacin, en La Ley Nacional de
Expropiaciones n 21.499, pgina 127, Buenos Aires, 1977.
22
Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pgina 369, Buenos Aires, 1973.
23
Grau, Armando E.: EI juicio de expropiacin, en La Ley Nacional de Expropiaciones n 21.499, pginas
132/133, Buenos Aires, 1977.
entender que la ley debi haber contemplado esta circunstancia a fin de determinar
integralmente la situacin de los terceros evitando su desproteccin. Algunos antiguos
precedentes jurisprudenciales establecen que es juez competente el mismo de la
expropiacin,24 salvo que este proceso haya terminado, supuesto en el cual serla
competente el juez de turno25.
69. El juicio expropiatorio no se encuentra sujeto al fuero de atraccin de los juicios
universales. El artculo 19 de la ley 21.499 contiene, en este sentido, similar precepto al
que prevea la ley 17.484 de 1967, que fuera derogada por' imperio del artculo 73 de la ley
nacional vigente.
70. Una de las modificaciones ms trascendentes que la ley ha introducido al proceso
expropiatorio es la determinacin del juez competente para entender en este tipo de
causas.
El artculo 21 aplica las reglas generales establecidas por' el artculo 5, incisos 1 y
2, del Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin respecto de las acciones reales.
As, tratndose de bienes inmuebles, incluso por accesin, ser competente el juez federal
del lugar donde se encuentre el bien calificado de utilidad pblica. En el supuesto de
bienes que no sean inmuebles, la competencia ser del juez del lugar en que esos bienes
se encuentren o del domicilio del demandado, a eleccin del actor.
Pero la disposicin de la ley no se detiene all. Adems de dar por entendido que la
accin que ejerce el expropiante es de carcter real -puesto que esa es la naturaleza del
derecho invocado como fundamento de la pretensin procesal- establece la intervencin
del juez federal con jurisdiccin en lo contencioso administrativo. Se ha innovado as con
relacin a la situacin anterior a la ley 21.499 puesto que durante la vigencia de la ley
13.264, las acciones expropiatorias se ejercitaban ante los jueces federales con
jurisdiccin en lo civil y comercial.
71. La intervencin de los jueces federales, con jurisdiccin en lo contencioso
administrativo,
obedece
a
la
naturaleza
jurdica
que
24
Cam. Civ. 1 Cap. revista La Ley, t 6, pgina 930; idem revista La Ley, t 12, pgina 398; Cam. Civ. 2
Cap. revista Jurisprudencia Argentina, t 66, pgina 899.
25
Cam. Civ. 2 Cap. revista La Ley, t 40, pgina 299.
26
Marienhoff, Miguel S.: La nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones n 21.499 pginas 29/30, Buenos Aires, 1977.
27
Bielsa, Rafael: Derecho Administrativo, t III, pginas 427 y 470, Buenos Aires, 1947; del mismo autor:
Principios de Derecho Administrativo, pgina 996, Buenos Aires, 1966; Bidart Campos, Germn J.: Derecho
Constitucional, t. II, pginas 345/346, Buenos Aires, 1966.
28
Entre otros pueden verse Fallos: 178-85: "Provincia de Santa Fe c/ Sociedad Puerto de Rosario", sentencia
del 18 de junio de 1937; 182-15: "Peralta Ramos c/ Provincia de Buenos Aires", sentencia del 3 de octubre
de 1938; 182-29: "Safores", sentencia del 5 de octubre de 1938.
29
Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho
Administrativo, N. 15/16, pgina 84, Buenos Aires, 1977.
30
Fallos: 238-335: "Esquivilln de Ign c/Nacin Argentina", sentencia del 5 de agosto de 1957; 241-73:
"Administracin General de Obras Sanitarias c/Torquinst y Bernal", sentencia del 7 julio de 1958.
31
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 158 y siguientes, Buenos Aires,
1973; Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pginas 332/341, especialmente pgina
339, Buenos Aires, 1956; Diez, Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pginas 242/245, Buenos Aires,
1969; Oyhanarte Julio: La expropiacin y los servicios pblicos, pginas 24/33, Buenos Aires, 1957; del
mismo autor: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho Administrativo, N.
15/16, pginas 34/35, Buenos Aires, 1977; Fiorini, Bartolom: Derecho Administrativo, t II, pgina 143,
edicin actualizada, Buenos Aires, 1976; Gordillo, Agustn A.: Derecho Administrativo de la Economa,
pgina 396, Buenos Aires, 1967.
32 Fallos: 250-269, sentencia del 26 de julio de 1961.
33
Fallos: 291-232, sentencia del 31 de marzo de 1975.
de terreno ubicadas en su jurisdiccin. La minora del Tribunal, representada por los Dres.
Manuel Arauz Castex y Hctor Masnatta, sin cuestionar la naturaleza pblica del instituto
expropiatorio, admiti la competencia originarla del Alto Tribunal.
La Corte Suprema ha vuelto al criterio abandonado en el caso "Azzalini". Al decidir los
autos "Provincia de Misiones c/CEVA S.A." seal "que esta Corte no comparte el criterio
establecido en los autos "Provincia de La Rioja c/Luis Azzalini s/sucesin" (Fallos, t 291,
pg. 232. Rev. La Ley, t. 1975-B, p. 610) en cuanto reconoce competencia a los
respectivos tribunales locales para entender en casos como el presente", agregando que
"adhiere a la antigua y reiterada jurisprudencia que ha establecido su competencia
originarla en los juicios expropiatorios seguidos por una provincia contra vecinos de otra,
en los que no se discute la declaracin de utilidad pblica, sino tan slo el monto
resarcitorio, habida cuenta del carcter civil que debe reconocerse a los litigios en los que
se debate exclusivamente tal aspecto (Fallos, t 250, ps. 269 y 482; t 252, p. 39; t 254, p.
441; t 265, p. 7)"34.
La falta de congruencia denunciada reside en que a pesar de admitir implcitamente
la naturaleza pblica de la expropiacin, la Corte Suprema considera a la etapa
concerniente a la fijacin del monto indemnizatorio como "causa civil". Si la expropiacin
es ajena por completo al derecho civil, cmo se justifica que una de sus etapas revista
ese carcter?
Es de desear pues, que nuestro mas Alto Tribunal en casos futuros vuelva a la
doctrina correcta, la cual atento el carcter pblico de la expropiacin, no puede ser otra
que aquella que propugna la improcedencia de su competencia originarla cuando una
provincia es parte y se cuestiona nicamente el monto de la indemnizacin35.
EI artculo 21 de la ley ha dejado a salvo la situacin de la Municipalidad de la Ciudad
de Buenos Aires (hoy Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires) respecto de la
cual y como es tradicional, los juicios en que sean parte tramitaran ante la Justicia
Nacional en lo Civil de la Capital Federal.
34
Sentencia del 22 de marzo de 1977. Ver el fallo publicado en Revista Argentina de Derecho Administrativo,
nros. 15/16, con nota de Siseles Osvaldo: Competencia originarla de la Corte Suprema en juicios de
expropiacin, pgina 271 y siguientes, Buenos Aires, 1977.
35
En el mismo sentido, ver Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 330/331,
Buenos Aires, 1973; Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pginas 113/15, Buenos Aires,
1973.
expropiado podr acudir a todos las medios de prueba que el derecho objetivo pone a su
disposicin.
Por su parte, el artculo 17 dispone que a falta de avenimiento acerca del valor de los
bienes que no sean inmuebles, se deber sustanciar prueba pericial, sin perjuicio de la
intervencin de las oficinas tcnicas a que hace referencia el artculo 13. A esos efectos,
cada parte designar un perito y el juez un tercero, salvo que los interesados -expropiante
y expropiado- concordaran en la designacin de uno slo. Se ha sustituida al perito nico
nombrado de oficio segn el rgimen de la ley 13.264, tildada en algn momento de
inconstitucional, admitindose asimismo, la intervencin de las oficinas tcnicas
competentes que tuvieron participacin al valuar el bien a los efectos del avenimiento.
79. La ley N 189, primera en el orden nacional en materia expropiatoria, adopt el sistema
pericial para fijar la indemnizacin. Ello dio origen a innumerables excesos,
suficientemente puestas de manifiesto por la jurisprudencia y doctrina36, ya que, salvo
contadas excepciones, los peritos actuaban con una evidente parcialidad en favor de sus
mandantes, expropiante y expropiado, lo cual se traduca de manera palmaria en los
avalos practicados sobre un mismo bien. Existe algn antecedente en el cual los peritos
llegaron a establecer diferencias siderales: el de la actora, fij el valor del inmueble en $
2.720.913,98 m/n; el de la demandada, en $ 10.040.462,26 m/ n y el tercero en $
4.818.181,05 m/n37.
Todo ello determin el demrito de los informes provenientes de los peritos por su falta de
seriedad y honestidad, en muchos casos.
La ley 13.264 puso trmino a la llamada "industria del peritaje". Para eso acudi al Tribunal
de Tasaciones de la Nacin al que erigi en el organismo tcnico insustituible para valuar
los inmuebles en la etapa judicial de la expropiacin.
80. Este organismo fue creado por el artculo 74 del decreto-ley 33.405 del 11 de
diciembre de 1944, ratificado posteriormente por la ley 12.922. A pesar de encontrarse
instituido, no fue sino hasta 1948 en que se constituy por primera vez. Sucesivos
decretos, nmeros 8668 del 29 de septiembre de 1961; y 4831, del 31 de mayo de 1962, le
dieron la conformacin preexistente al momento de la sancin de la ley 21.626.
81. Por esta norma, sancionada el 19 de agosto de 1977 y reglamentada por decreto N
3722 del 12 de diciembre del mismo ao (ver ambos textos en anexo legislativo, pgina...),
se introdujeron fundamentales variantes en su estructura. En la actualidad, el Tribunal de
Tasaciones de la Nacin funciona como ente autrquico en jurisdiccin de la Secretara de
Estado de Transporte y Obras Pblicas del Ministerio de Economa de la Nacin. Adems
de La personalidad jurdica pblica estatal que le deviene del carcter de ente autrquico,
cuenta con recursos propios constituidos con los aranceles que fije el Poder Ejecutivo
Nacional, con las partidas que le asigne anualmente el presupuesto y con los restantes
fondos que eventualmente se le destinen (art. 14, ley 2l.626) .
36
202 Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pginas 168/171, Buenos Aires ,1973;
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t. VI, pgina 434, Buenos Aires, 19&6. En la
jurisprudencia ver CSJN: Fallos: 2o-375: "Vonder Wall e/ Fisco Nacional", sentencia del 19 de octubre de
1878; Fallos: 32-66: "Ferrocarril de Bs. As. y Rosario c /Canessa", sentencia del 13 de agosto de 1887;
Fallos: 139-236: "Fisco Nacional c/ Ferrocarril Midland", sentencia del 10 de diciembre de 1923.
37
CSJN: Fallos 18l-352: "Fisco Nacional c /Unzu", sentencia del 7 de setiembre de 1938, citado por
Villegas, A. Walter: Rgimen jurdico de la expropiacin, pgina 169, Buenos Aires, 1973.
Sus funciones, adems de tasar los inmuebles sujetos a expropiacin y dictaminar acerca
de su valor en los trminos de la ley 21.499, se resumen en la tasacin de los inmuebles
que el Gobierno Nacional, sus entidades descentralizadas y la Municipalidad de la Ciudad
de Buenos Aires proyecten adquirir o enajenar y practicar, en general, todas aquellas
tasaciones que le fueran requeridas por organismos nacionales, centralizados o
descentralizados o por la Municipalidad de la Capital.
El Tribunal esta integrado por doce miembros permanentes, todos ellos designados por el
Poder Ejecutivo Nacional, los cuales constituyen tres salas integradas cada una por cuatro
miembros. La designacin, si bien en todos los casos es efectuada por el Poder Ejecutivo,
lo es a propuesta de distintos organismos pblicos y entidades profesionales.
Los seis miembros designados a propuesta de organismos estatales son: uno por el
Comando de Ingenieros del Ejrcito Argentino, uno por el Banco Hipotecario Nacional, uno
por el Banco de la Nacin Argentina, uno por la Secretara de Estado de Transporte y
Obras Pblicas, uno por la Administracin General de Obras Sanitarias de la Nacin y uno
por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Los citados permanecen en sus
funciones mientras dura su buena conducta, pudiendo ser removidos por el Poder
Ejecutivo Nacional. Al igual que los miembros designados a propuesta de las entidades
profesionales, no invisten representacin ni mandato de los organismos que los hayan
propuesto.
Los restantes seis miembros duran tres aos siendo designados a propuesta de las
siguientes entidades profesionales: uno por la Unin Argentina de Asociaciones de
Ingenieros, uno por el Instituto Argentino de Tasaciones, uno por la Federacin Argentina
de Sociedades de Arquitectos, uno por la Cmara Argentina de la Construccin, uno por la
Federacin Argentina de Asociaciones de Ingenieros Agrnomos y uno por la Federacin
Argentina de Agrimensores.
Entre los miembros de los organismos pblicos se designa al Presidente, mientras que los
vicepresidentes primero y segundo son elegidos entre la totalidad de los restantes
integrantes del Tribunal.
82. Como ya se ha visto, el Tribunal de Tasaciones, de acuerdo al rgimen establecido por
la ley 21.499, interviene en los dos procedimientos expropiatorios: extrajudicial y judicial,
tratndose de bienes inmuebles. En el avenimiento, a fin de fijar el valor mximo a que
alude el artculo 13. En el proceso judicial, a fin de emitir dictamen a pedido del juez
competente.
En esta ltima instancia, a los doce miembros permanentes del Tribunal se le suman dos
miembros accidentales, uno en representacin del expropiante y otro del expropiado. A
esos efectos, ambos -expropiante y expropiado- son intimados a efectuar esas
designaciones en el trmino de quince das bajo apercibimiento de continuar el
procedimiento sin su representacin. Advirtase pues, que el expropiado slo se encuentra
representado en el Tribunal durante la produccin del dictamen que servir de prueba
pericial en el juicio expropiatorio, no as durante la etapa prejudicial a los fines del
avenimiento. Es de lamentar que no se haya previsto su representacin en esta etapa, ya
que seguramente el propietario otorgara al monto ofrecido por el expropiante un mayor
grado de verosimilitud si as fuera (38).
Segn lo sealara, la ley 21.626, con la finalidad de agilizar el funcionamiento del Tribunal,
ha previsto la distribucin de sus integrantes en Salas. Cabe acotar aqu que esa
38
En el mismo sentido Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de
Derecho Administrativo N. 151 16, pgina 45, Buenos Aires, 1977.
circunstancia tiene singular importancia atento que, conforme el artculo 4 de aqulla, las
Salas practican y producen por s mismas todos los dictmenes, a excepcin de aquellos
que servirn de prueba pericial en los juicios expropiatorios. En este ltimo supuesto, si
bien los dictmenes resultan proyectados por las Salas, son aprobados por el Tribunal en
pleno. Es decir, que mientras las Salas intervienen a los efectos de la valuacin para el
procedimiento extrajudicial, es el Tribunal en pleno quien produce los dictmenes que
tendrn el valor de prueba pericial en juicio.
83. Se .ha discutido el alcance y la eficacia de los dictmenes producidos por el Tribunal
de Tasaciones. Este organismo, cuyo bien ganado prestigio le vali que el nuevo rgimen
expropiatorio le asignara intervencin tambin en el procedimiento extrajudicial, cumple
funciones consultivas o asesoras (39). Su participacin es obligatoria en los dos tipos de
procedimientos expropiatorios. Sus dictmenes son de requerimiento obligatorio para el
expropiante y para el juez. Mientras en el procedimiento extrajudicial el valor asignado
resulta definitivo y slo cabr aumentarlo en un diez por ciento tomando como base,
precisamente, dicho valor, en el contencioso expropiatorio el dictamen es uno de los
elementos con que cuenta el juez para fijar el monto indemnizatorio.
As, el artculo 15 admite expresamente otros medios probatorios. No obstante, al igual
que durante la vigencia de la ley 13.264, el dictamen del Tribunal de Tasaciones
constituir, seguramente la base de la decisin judicial en lo que se refiere al valor objetivo
del bien expropiado. No creo acertada la afirmacin de A. Walter Villegas quien sostiene
que la ley 21.499 quita al dictamen del Tribunal su preponderancia en la evaluacin (40).
La jurisprudencia ha sentado a travs de diversos pronunciamientos distintas reglas que
giran en general en derredor, de la conclusin que expuse. Ellas son:
1) el dictamen del Tribunal de Tasaciones tiene, en principio, importancia decisiva para la
determinacin del valor objetivo del bien expropiado, aunque medie disconformidad de los
interesados, siempre que no existan elementos de juicio concreto y apto para revelar un
error u omisin de entidad suficiente (41);
2) aunque el dictamen del Tribunal de Tasaciones no es obligatorio para la Corte, cuando
se trata de una opinin casi unnime de carcter tcnico, no cabe apartarse de ella, sin
razones de grave entidad que lo justifiquen (42);
3) el dictamen, por la seriedad -garantizada por su origen- de la informacin obtenida
adquiere particular eficacia si la demandada no proporciona elementos de juicio idneos
que persuadan de la incorreccin de las cifras proporcionadas (43);
39
40
206 Villegas, A. Walter: La ley general de expropiacin N 21.499 con relacin a su precedente,
en Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pgina 26, Buenos Aires, 1977. En
idntico sentido que el texto, ver Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en
Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16 cuando afirma que "en los juicios que
versen sobre inmuebles, la prueba fundamental seguir siendo, sin duda, la que provenga del
Tribunal de Tasaciones", pgina 45, Buenos Aires, 1977.
41
CSJN: "Municipalidad de la Capital c /Lucente, Francisco", sentencia del 8 de setiembre de 1972, revista
La Ley, t 148, pgina 354.
42
CSJN: Fallos 274-418: "Obras Sanitarias c /Garda Espina", sentencia del 17 de setiembre de 1969; dem:
Fallos: 279-116; 281-319; 283-392
43
CNFed. sala I, civ. y com. "Direccin Nacional de Vialidad c/ Gilotaux S.A.", sentencia del 28 de diciembre
de 1976, revista El Derecho, t 73, pgina 245.
4) de las conclusiones del Tribunal de Tasaciones no es permitido apartarse slo por una
mera discrepancia de las partes, sino cuando los motivos que se alegaran justificaran
acabadamente dejarlo de lado total o parcialmente (44);
44
CNCiv. sala D "Municipalidad de la Ciudad de Bs. As. C/ Testa, Juan A.", sentencia del 27 de agosto de
197.6, revista El Derecho, t 71, pgina 198
5) si bien el dictamen del Tribunal de Tasaciones no es obligatorio para los jueces, para
prescindir de la tasacin practicada es necesario que se revelen errores, omisiones u otros
elementos de juicio capaces de desvirtuarlo, sin que sea suficiente la disconformidad del
perito propuesto por la expropiada(45).
84. En materia de alegatos, se demuestra una vez mas la "especialidad" del juicio
expropiatorio. No obstante encontrarse expresamente prohibida dentro del proceso
sumario la presentacin de alegatos (artculo 495 del CPOC), el artculo 19 -cuarto prrafoprev que las partes podrn alegar por escrito sobre la prueba dentro del plazo comn de
diez das, computados desde que el Secretario certificare sobre la prueba producida. El
plazo para alegar, que en el proceso ordinario -artculo 482 del CPCC se extiende a seis
das, ha sido ampliado aqu a diez das.
85. Una vez presentados los alegatos o vencido el plazo para ello, la causa se encontrar
lista para ser decidida. El juez llamar autos para sentencia, debiendo pronunciar la misma
dentro de los treinta das de haber quedado firme esa providencia.
86. A diferencia de la ley derogada que contemplaba en el artculo 27 la formacin de
incidentes -los cuales deban resolverse sumariamente, en forma verbal y actuada- la ley
21.499 guarda silencio al respecto. Estimo que ello no debe llevar a negar la posibilidad de
su formacin en el proceso expropiatorio reglamentado en la ley vigente. En todos aquellos
aspectos en que la ley ha querido apartarse de las normas propias del proceso sumario,
as lo ha expresado. El silencio no puede implicar apartamiento de las reglas ordinarias.
Sern entonces, de aplicacin los artculos 175 a 187 del Cdigo Procesal Civil y
Comercial de la Nacin con especial consideracin del ltimo artculo citado, el cual
establece que en los procesos sumario y sumarsimo, regirn los plazos que fije el juez,
quien asimismo adoptar de oficio las medidas adecuadas para que el incidente no
desnaturalice el procedimiento principal"(46).
87. En materia de cargo y monto de costas la nueva ley ha introducido sensibles variantes.
Se ha contemplado adems, lo relativo a los honorarios profesionales en los juicios
expropiatorios.
La ley 13.264 en su artculo 28 prevea un complejo rgimen de excepcin para las costas
en las acciones expropiatorias, el cual fuera tildado de inconstitucional ante la justicia con
suerte diversa.
El citado artculo impona el cargo de las costas al expropiante cuando la indemnizacin
excediera de la ofrecida ms la mitad de la diferencia entre la suma ofrecida y la
reclamada; en el orden causado cuando el monto fijado en definitiva no excediera de esa
cantidad o si fuera superior a la ofrecida, el expropiado no hubiese contestado la demanda
o no hubiese expresado la suma por l pretendida; y, a cargo del expropiado, cuando la
indemnizacin se fijara en igual suma que la ofrecida por el expropiante.
Se pretenda con un rgimen como el derogado evitar que los demandados entraran en
reclamaciones desproporcionadas que aumentarn, aun ms, el costo de la expropiacin.
45
211 CNCiv. sala E "Blajean Bent, Enrique y otra c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires", sentencia
del 31 de agosto de 1976, revista El Derecho, t 71, pgina 196.
46
Conf. Grau, Armando E.: EI juicio de expropiacin, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 142,
Buenos Aires, 1977.
47
217 Marienhoff, Miguel S.: La nueva Ley Nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones N 21.499, pgina 28 Buenos Aires, 1977.
52
Oyhanarte, Julio: Aspectos del nuevo rgimen expropiatorio, en Revista Argentina de Derecho
Administrativo, N 15/16 pgina 45, Buenos Aires, 1977.
53
54
55
Fallos: 186-15l: "Nacin Argentina c/ Bianchi", sentencia del 13 de marzo de 1940. Del mismo tribunal ver
Fallos :211-1547; 214-420; 240-382; 241-382.
56
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 337, Buenos Aires, 1973. En el
orden provincial, algunas legislaciones silencian toda referencia al respecto, mientras que otras fijan plazos
diversos. por ejemplo: ley 570 (Pcia. de Bs. As.) -45 das; ley 1487 (Pcia. de Corrientes) -45 das; ley 3018
(Pcia. de Jujuy) -no menos de 60 das; ley 804 (Prov. del Neuqun) -no menos de 60 das.
91. Tanto el expropiante como el expropiado podrn interponer contra las resoluciones
judiciales todos los recursos que legisla el Cdigo Procesal Civil y Comercial.
Entre estos se encuentra el recurso de apelacin en tercera instancia ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nacin cuando la Nacin sea parte, directa o indirectamente, y
el valor disputado en ltimo trmino, sin sus accesorios, sea superior a $ 200.000.000.
Este ltimo monto, que fuera fijado por la ley N 21.708, queda sujeto a la actualizacin
que semestralmente efectuar la Corte Suprema, con arreglo a los ndices oficiales de
precios mayoristas no agropecuarios (art. 49).
Para la procedencia de este recurso no es indispensable pues, que acte la Nacin
directamente pudiendo hacerlo indirectamente a travs de algunos de sus entes
descentralizados. En ese sentido, la Corte Suprema de Justicia declar, en una oportunidad, la procedencia de este recurso deducido por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires (57).
A los efectos del cmputo del monto fijado como lmite por la ley reglamentaria del recurso,
la desvalorizacin monetaria y los intereses, en virtud de la modificacin introducida por la
ley 21.499, no se consideran como meros accesorios sino integrantes de la indemnizacin
(58).
Tambin, cada una de las partes, podr acudir en los trminos de la ley 48, al recurso
extraordinario de inconstitucionalidad para ante la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
92. La ley derogada nada estableca sobre desistimiento del juicio expropiatorio,
reglamentando si el abandono.
Ambas figuras se diferencian claramente: mientras el desistimiento slo puede producirse
en un proceso ya iniciado, el abandona supone, precisamente, la falta de promocin del
proceso o juicio expropiatorio. EI desistimiento de la accin, o del proceso como lo llama el
artculo 304 del Cdigo Procesal Civil Comercial de la Nacin, se traduce en un acto del
demandante que implica un modo anormal de terminacin del mismo. EI abandono
demuestra la inaccin del expropiante que no promueve el proceso contenciosoexpropiatorio dentro de ciertos plazos.
El artculo 29 faculta al expropiante a desistir de la accin en tanto la expropiacin no hay
a quedado perfeccionada, siendo las costas a su cargo. El mismo artculo, como se
recordar, establece que la expropiacin queda perfeccionada cuando se ha operado la
transferencia del dominio al expropiante mediante sentencia firme (inscripta en el caso de
los bienes inmuebles, conf. art. 32), toma de posesin y pago de la indemnizacin.
Ante la falta de un precepto especfico, la doctrina anterior a la ley 21.499 no coincida en
sus afirmaciones. Mientras Villegas Basavilbaso sostena que el desistimiento era
procedente hasta que el expropiante hubiere tomado posesin del bien (59), Marienhoff
postulaba que slo el perfeccionamiento de la expropiacin mediante el pago de la
indemnizacin definitiva y la toma de posesin impedan el desistimiento (60).
No debe olvidarse que conforme el rgimen prevista por la ley 13.264, y contrariando las
disposiciones del artculo 17 de la Constitucin Nacional, la consignacin de un depsito
provisorio notificado al propietario, determinaba la transferencia de la propiedad (art. 19).
57
Fallos: 225-532: "Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires c/ Mspero", sentencia del 7 de mayo de
1953.
58
Conf. Marienhoff, Miguel S.: La nueva ley nacional de expropiacin, en La Ley Nacional de Expropiaciones
N 21.499, pgina 22, Buenos Aires, 1977.
59
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 445, Buenos Aires, 1956.
60
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 344/346, Buenos Aires, 1973.
61
62
Ver La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 144, nota 13), Buenos Aires, 1977.
Fallos: 238-335: "Esquivilln de Ign c/ Nacin Argentina, sentencia del 5 de agosto de 1957.
"Gobierno Nacional c/ Las Palmas del Chaco Austral S.A.", sentencia del 8 de mayo de 1975, revista El
Derecho, t 65, pgina 262.
64
Conf. Dromi, Jos Roberto: El juicio de expropiacin y la procedencia de la perencin de la instancia,
revista Jurisprudencia Argentina, Doctrina serie contempornea, 1969, pgina 327.
65
Canasi, Jos: Tratado terico prctico de la expropiacin pblica, t II, pgina 711, Buenos Aires, 1967,
Dromi, Jos R.: El juicio de expropiacin y la procedencia de la perencin de la instancia, revista
Jurisprudencia Argentina, Doctrina serie contempornea, 1969, pgina 327.
66
Dromi, Jos R.: El juicio de expropiacin y la procedencia de la perencin de la instancia, revista
Jurisprudencia Argentina, Doctrina serie contempornea, 1969, pgina 328.
67
Fallos: 240-370: "Administracin Gral. de Vialidad Nacional c/ Revazenhi", sentencia del 25 de abril de
1958; 250-602: "Loperena c/ Provincia de La Pampa", sentencia del 30 de agosto de 1961; 262-199: "Nacin
Argentina c/ Snchez Llamas", sentencia del 21 de julio de 1965
68
CSJN: "Provincia de Buenos Aires c /Bonabello, R.", sentencia del 2 de diciembre de 1971, revista EI
Derecho, t 43, pgina 566.
CAPITULO OCTAVO
PLAZO DE LA EXPROPIACIN
94. EI abandono. Presupuesto.
95. EI abandono y su relacin con la caducidad, el desistimiento y la retrocesin.
Semejanzas y diferencias.
96. Rgimen de la ley 21.499 con relacin a su precedente 13.264.
97. Excepciones al abandono: diversos supuestos.
98. Efectos que produce. Situacin del expropiado frente a los terceros: dictmenes de la
Procuracin del Tesoro de la Nacin. Mi opinin.
99. La expropiacin diferida: razones que fundamentaron su inclusin en la ley 21.499.
Antecedentes.
100. Su reglamentacin en las leyes 20.139 y 21.499: diferencias.
101. Recae slo sobre bienes inmuebles. Inaplicabilidad del abandono.
102. La calificacin legislativa. Declaracin del expropiante. Fijacin del valor: interviene el
Tribunal de Tasaciones.
103. EI avenimiento en la expropiacin diferida: su rgimen singular. Actualizacin del
valor. Procede el plus del diez por ciento.
104. Qu sucede si el propietario no acepta la tasacin ofrecida? Fijacin judicial del
valor: normas aplicables.
105. Cundo pone fin el expropiante al diferimiento? Reglas aplicables.
106. Facultades del propietario durante el diferimiento. Obligacin de los escribanos.
Valoracin de la solucin legislativa.
69
Ver Marienhoff, Miguel S.: La nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones N 21.499, pgina 32, Buenos Aires, 1977.
Vase Procuracin del Tesoro de la Nacin: Coleccin Dictmenes: t 81, pgina 39.
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pginas 446/447, Buenos Aires, 1956.
72
Coleccin Dictmenes: t 65, pgina 79.
71
pedir del Poder Ejecutivo el reconocimiento, por decreto, que el Estado Nacional no haba
promovido el juicio dentro del trmino legal significando ello el abandono de la
expropiacin (73).
Creo que esta ltima es la solucin correcta. No se requerir una ley derogatoria de la
que declarar la utilidad pblica, ya que su mandato ha caducado por voluntad de otra ley.
Ser suficiente pues, un Decreto del Poder Ejecutivo que declare configurado el abandono.
99. Otra de las innovaciones que la ley general sobre la materia incluye en su articulado,
es la reglamentacin de la figura denominada "expropiacin diferida", o como la llama la
ley "reserva de inmuebles para obras o planes de ejecucin diferida".
Fue incorporada al anteproyecto originario, como explica Marienhoff, a pedido de la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La Comisin no encontr inconvenientes en
su regulacin "1) porque por esa va se ha ganado en lo atinente a la unidad del rgimen
expropiatorio, ya que se ha evitado, o tratado de evitar, que haya un rgimen general de
expropiacin y otro especial para la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires o para
cualquier otra reparticin del Estado que deba llevar a cabo obras similares; 2) porque el
referido sistema de expropiacin diferida, dada la forma en que aparece expresado en la
ley, respeta escrupulosamente las garantas constitucionales" (74).
La magnitud y costo de las obras destinadas a satisfacer los requerimientos impuestos
por el prodigioso desarrollo urbano pueden determinar como inconveniente, cuando no
imposible por razones financieras, el desapoderamiento inmediato y simultneo de todos
los bienes calificados de utilidad pblica. En esos casos, lo prudente es individualizar los
bienes que sern afectados de manera inmediata y someter el resto a un rgimen que
permita a la vez, su pronta utilizacin en el momento oportuno y hasta entonces, la libre
disponibilidad a sus propietarios.
Este fue, por otra parte, el objetivo que tuvo en miras la ley 20.139 sancionada en
1973 y relativa a la expropiacin de bienes para la ejecucin de las obras de Salto Grande,
la cual contemplar por primera vez en el derecho argentino, la figura de la expropiacin
diferida. (75).
El mensaje de elevacin del proyecto que luego fuera convertido en ley, ilustraba
sobre ese aspecto en estos trminos: ". . . Se prev que en aquellos casos en que los
inmuebles no sean necesarios en forma inmediata, el propietario podr optar por
permanecer en el mismo, acogindose al rgimen de expropiacin diferida contenido en el
artculo 3. Se procura as no desalojar los inmuebles sino cuando el estado de las obras lo
exija, con lo cual se permitir que muchas explotaciones rurales continen hasta
comienzos del ao 1978 en que empezar el embalse del agua. . ."
La importancia de este instituto es obvia. Se convierte en un instrumento adecuado
para conciliar el inters pblico -representado por la conveniencia de llevar adelante una
obra en etapas sucesivas- con los derechos de los propietarios afectados quienes pueden
continuar con la utilizacin de sus bienes hasta el momento en que el expropiante los
requiera. Nos demuestra, asimismo, el permanente esfuerzo de los juristas para dar solucin a los problemas emergentes del desarrollo comunitario dentro de lmites que
impliquen el resguardo de los derechos individuales. Por ello, y fuera de alguna objecin
que merece la reglamentacin legal de esta figura, la expropiacin diferida marca un nuevo
73
Vase La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas 60 (nota n) y 72 (nota h), Buenos Aires,
1977; Mancuso, Francisco y Berizonce, Roberto O.: La expropiacin diferida. Reserva de inmuebles para
obras o planes de ejecucin diferida calificados por ley formal, en revista Jurisprudencia Argentina, 1977-III,
pgina 736 y siguientes.
77
Villegas, A. Walter: La ley general de expropiaciones N 21.499 con relacin a su precedente, en Revista
Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pgina 31, Buenos Aires, 1977.
declarar sujetos a expropiacin a los respectivos bienes, calificar a las obras o planes
como de ejecucin diferida.
Tratndose de una calificacin con alcance genrica, el expropiante deber
individualizar aquellos inmuebles que se requerirn de inmediato y las que quedarn
reservadas bajo el rgimen del diferimiento. Mientras los primeros sern desapoderados
sin dilacin, los restantes continuarn en poder de sus propietarios hasta que el
expropiante los requiera.
Determinados pues los inmuebles que quedan sujetos al diferimiento expropiatorio, el
expropiante a fin de valuar dichos bienes solicitar el dictamen del Tribunal de Tasaciones
de la Nacin. As lo establece el articulo 34, inciso a).
Tasado el bien objeto de expropiacin diferida, el valor asignado debe ser comunicado
de modo fehaciente al propietario. Este, que no se encuentra obligado a expedirse, puede
pronunciarse por la aceptacin a por la denegatoria de la suma ofrecida dentro del plazo
que seguramente establecer el mismo expropiante. A pesar que la ley no ha establecido
nada al respecto, es doble suponer que el expropiante fijar ese plazo ya que ser recin a
su vencimiento, en caso de silencio del propietario, cuando se encontrar habilitado para
iniciar la accin judicial prevista por el inciso c) del artculo 34.
103. En el rgimen de la expropiacin diferida tambin tienen aplicacin los dos
procedimientos expropiatorios tradicionales: el avenimiento o cesin amistosa y el judicial
o contencioso expropiatorio.
EI avenimiento en la expropiacin diferida presenta una caracterstica que lo diferencia
de aquel que es empleado en la expropiacin "inmediata". Mientras en sta, el acuerdo de
voluntades entre expropiante y expropiado se encuentra sujeto a la aprobacin del Poder
Ejecutivo (art. 32), en la expropiacin con diferimiento se requiere la intervencin del juez
quien homologar el acuerdo celebrado (art. 34, inciso b). Va de suyo que no obstante el
silencio de la ley, ser juez competente el que resulte por aplicacin de la regla contenida
en el artculo 21 de la ley.
La intervencin del juez se producir a pedido de cualquiera de las partes interesadas,
es decir, expropiante o expropiado.
Una vez homologado el convenio, el valor atribuido al bien es considerado firme para
ambas partes. Mas ello no implica que ese monto sea rgido, insusceptible de variacin
alguna. La ley ha previsto que dicho valor se podr reajustar slo de conformidad a lo
prescripto en el artculo 10. Al emplear el trmino "slo", es evidente la intencin del
legislador de excluir toda nueva tasacin (78). La variacin del monto fijado por el Tribunal
de Tasaciones, aceptado por el propietario y homologado por el juez, nicamente se
obtendr a travs del cmputo de la desvalorizacin monetaria. Puesto que la ley tampoco
aqu ha fijado las pautas o criterios que se tomarn en cuenta para efectuar el ajuste por
depreciacin monetaria, cabr concluir que tendr tambin aplicacin, en esta modalidad
expropiatoria, el "prudente arbitrio judicial".
Debe entenderse que en el supuesto de concretarse el avenimiento, automticamente
el valor asignado al bien se incrementar en un diez por ciento, por todo concepto,
conforme lo dispone el artculo 13. Esta interpretacin es la que se ajusta a la finalidad que
impuls al legislador a establecer ese plus en el caso del procedimiento prejudicial. Son de
aplicacin aqu las consideraciones que efectuar en el captulo sexto, nmero 58. A ellas
me remito.
78
Cassagne, Juan Carlos: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin diferida, en
La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 59, nota 1) Buenos Aires, 1977.
la fijacin del valor del bien, de conformidad con las normas de los artculos 10 y 11".
Dado que, como ya lo sealara, no surge de ningn precepto de la ley la obligacin del
propietario de expedirse acerca del ofrecimiento efectuado por el expropiante, el citado
inciso c) debe ser interpretado en el sentido que el expropiante se ver en la necesidad de
solicitar ante la justicia la fijacin del valor del bien no slo cuando el propietario no acepte
su oferta sino, adems, cuando este no se pronunciare dentro de los plazos previstos por
aqul.
Por otra parte, el propietario puede haber rechazado la fijacin amigable del valor del
bien por su pretensin de impugnar ante la autoridad judicial la ley calificadora de la utilidad pblica y del diferimiento, as como la individualizacin administrativa del inmueble o la
superficie del bien.
Para la fijacin del valor del bien, la ley remite a los artculos 10 y 11. Son de
aplicacin pues, las normas comunes en materia de expropiacin no diferida. Teniendo en
cuenta que conforme lo prescribe el artculo 11, el propietario slo ser: indemnizado de
las mejoras necesarias luego de la calificacin legal, es de lamentar que la ley no haya
previsto un rgimen especial para las mejoras efectuadas en los bienes sujetos al
diferimiento expropiatorio. Es que por aplicacin de las normas comunes, el propietario de
un inmueble, sometido a esta modalidad, slo tendr derecho a ser resarcido de las
mejoras necesarias an en el caso de que la expropiacin se consume tal vez veinte o
treinta aos despus de la calificacin legislativa. No es aventurado suponer que durante
tan largo lapso, el titular del bien haya introducido al mismo otro tipo de mejoras, las
cuales, sin embargo, no son reconocidas por la ley (79).
El proceso judicial iniciado por el expropiante tiene como finalidad inmediata la "fijacin
del valor del bien" (inciso c). A diferencia de lo que ocurre en la expropiacin no diferida, el
expropiante no pretende, en principio, el desapoderamiento del bien.
Otra diferencia importante se puede apuntar entre el juicio de expropiacin diferida y el
que se promueve en los casas ordinarios. En estos, y de conformidad a la regla contenida
en el artculo 20, el valor del bien se establece, al momento de la desposesin. En cambio,
en la expropiacin con diferimiento puesto que no existe desposesin del bien ya que el
permanece en manos de su propietario, el valor se fija al momento del dictamen del
Tribunal de Tasaciones, siendo reajustado hasta el efectivo pago. Tambin a diferencia de
lo que sucede en la expropiacin "inmediata", el expropiado -salvo en la hiptesis del
inciso e)- no percibe el valor asignado. Slo lo har efectivo y hasta ese momento se
reajustar, cuando el expropiante necesitare tomar posesin de inmediato del bien.
105. Este es el supuesto contemplado por el inciso e) del artculo 34. Aqu la ley prev un
supuesto que pone fin al diferimiento. Si el expropiante antes que se dicte sentencia
requiriera el inmueble, se proceder conforme lo establecen los artculos 22, 23 y 24 de la
ley. El expropiante consignar pues, la suma fijada por el Tribunal de Tasaciones y
obtendr as la posesin del inmueble. El expropiado podr retirar esa suma, perdiendo a
partir del momento de la anotacin de la litis en el Registro de la Propiedad, la
disponibilidad del bien. Dictada sentencia, el titular del bien percibir la indemnizacin
definitiva, representada por el valor fijado por el juez con la deduccin de la suma
consignada y percibida, actualizndose la diferencia hasta el momento del efectivo pago.
79
En el mismo sentido, ver Reiriz, Mara Graciela: La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 72,
nota i), en especial pgina 75, Buenos Aires, 1977.
106. La expropiacin diferida se caracteriza por la falta de desposesin del bien, el cual
sigue en poder de su propietario. Este puede disponer de el libremente hasta el momento
en que el expropiante necesitare tomar posesin.
El inciso f) supone que la expropiacin no se va a concretar en forma inmediata, es
decir, que el expropiante no requerir el bien sino transcurrido un plazo prolongado. As,
permite al expropiado transferir libremente el inmueble a terceros con la condicin que el
adquirente conozca la afectacin y consienta el valor fijado, en el caso de encontrarse
determinado. Por ello, es que prescribe que una vez fijado ese valor, el mismo ser
comunicado de oficio por el juzgado interviniente por el expropiante -segn se haya
iniciado o no el juicio expropiatorio- al Registro de la Propiedad Inmueble que corresponda.
Los escribanos intervinientes en las operaciones de transferencia de inmuebles
sometidos al rgimen de la expropiacin diferida, se encuentran obligados a dejar expresa
constancia en las escrituras respectivas, del conocimiento de la afectacin o del
consentimiento del valor firme por parte de los terceros adquirentes, segn sea el caso.
Estos suceden a los propietarios en todos los derechos y obligaciones relativas al
inmueble resultando a partir del momento de la inscripcin de la transferencia, acreedores
del expropiante por el total de la indemnizacin.
A pesar de la sana intencin del legislador de permitir la disponibilidad del bien,
parece realmente poco probable que el propietario pueda transferir "libremente" el
inmueble en condiciones normales. Debe advertirse que el tercero adquiere un bien que se
encuentra sujeto a una expropiacin pendiente de concrecin. Esa adquisicin, por otra
parte, si el bien tiene atribuido un valor firme, supone consentimiento del mismo. Ese valor
slo, podr ser reajustado conforme la depreciacin monetaria. Todo ello lleva a preguntar:
salvo que acte con nimo de liberalidad, dnde puede estar cifrada su expectativa de
lucro?
Si el titular del bien al tratar de disponer del mismo se encuentra frente a una
situacin de "evidente dificultad o impedimento" para hacerlo en condiciones normales (art.
51, inciso b), podr acudir a la accin de expropiacin irregular. En este supuesto, es el
expropiado quien pone fin al diferimiento. (80)
80
Conf. Cassagne, Juan Carlos: Expropiacin: causa, sujeto y objeto. Las obras o planes de ejecucin
diferida, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas 59/61, Buenos Aires, 1977.
CAPITULO NOVENO
LA RETROCESIN
107. Vigencia de la causa expropiatoria. La retrocesin en el derecho nacional desde la ley
189 hasta la ley 21.499. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
108. Terminologa. Concepto.
109. Naturaleza jurdica de la retrocesin: accin procesal, derecho o accin real
administrativa.
110. Supuestos en que procede la retrocesin.
111. Cambio de destino: distintas hiptesis. Cundo existe jurdicamente cambio de
destino? Casos en que no procede la retrocesin; por no existir dicho cambio.
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
112. Cambio de destino luego de haberse satisfecho la utilidad pblica. La solucin legal.
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin.
113. Destino frustrado. Distincin con el abandono. Lmite establecido por la ley a la
inactividad del expropiante.
114. Objeto de la retrocesin. Principio. Caso de los bienes consumidos.
115. Retrocesin de una parte del bien expropiado.
116. Los sujetos activo y pasivo de la retrocesin. Rgimen legal. El sucesor a titulo
singular no esta legitimado activamente para, promover la accin de retrocesin.
Cuestin acerca del sujeto pasivo si el expropiante fue un particular.
117. La retrocesin procede tambin si la expropiacin se consuma mediante avenimiento.
Se puede obtener tanto por cesin amistosa como por accin judicial. Descuido de la
ley al reglamentar el procedimiento extrajudicial. Solucin propuesta.
118. En materia de cambio de destino se requiere el reclamo administrativo previo.
Normas aplicables. La intimacin fehaciente en el caso de no haberse asignado
destino alguno. Distintas hiptesis que puedan plantearse como consecuencia de la
intimacin. Soluciones propuestas.
119. El juez competente en la retrocesin promovida por la va judicial. Distintos
supuestos. El procedimiento aplicable y la naturaleza de la litis.
120. Los presupuestos exigidos por la ley para la procedencia de la accin de retrocesin.
La cuestin acerca del perfeccionamiento de la expropiacin.
121. Efectos de la retrocesin. Devolucin por el accionante de la suma recibida. No
se exige consignacin.
122. La actualizacin del monto a reintegrar. Valoracin de la solucin legislativa.
Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin: su evolucin. La
doctrina y su opinin. La retrocesin encierra un contenido republicano. Crtica de la
jurisprudencia que admite la actualizacin monetaria. Mi opinin.
123. El monto a reintegrar si el valor del bien sufri alteraciones en ms o en menos. Las
distintas hiptesis en la reglamentacin legal. Objeciones que se formulan.
Devolucin de los valores en concepto de daos directos e inmediatos y del plus en
materia de avenimiento.
124. La devolucin del bien por el expropiante. Plazo: cmo se establece. Jurisprudencia.
EI reintegro se har libre de todo ocupante y de las cargas, gravmenes o
servidumbres que pesaren sobre el bien.
81
Fallos: 139-150: "Ayerza c /Provincia de Bs. As.", sentencia del 12 de noviembre de 1923.
Fallos: 271-42; tambin en revista La Ley, t 131, pgina 152 y siguientes con nota de Canasi, Jos: La
retrocesin en la expropiacin pblica y la actualizacin del valor del bien que se devuelve, por efecto de la
desvalorizacin monetaria. Su improcedencia; revista EI Derecho, t 23, pgina 529 con nota de Vidiri, Jos
L.: Retrocesin y desvalorizacin de la moneda. Antes de ese fallo diversos tribunales ya haban admitido la
retrocesin, a pesar de la falta de reglamentacin legal. Entre otros: CNFed. sentencia del 21 de abril de
1966, revista El Derecho, t 14, pgina 625; dem: sentencia del 2 de marzo de 1967, revista El Derecho, t
18, pgina 476; CFed. La Plata, sentencia del 20 de diciembre de 1963, revista EI Derecho, t 7, pgina 587.
82
Marienhoff. Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 366 y siguientes, Buenos Aires,
1973.
84
Fallos: 271-54: "Ortega, Juan de Dios y otros c /Direccin General de Fabricaciones Militares", sentencia
del 12 de junio de 1968 (considerando 7).
85
Dromi, Jos Roberto: Accin de retrocesin, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 156,
Buenos Aires, 1977; del mismo autor ver Accin de retrocesin. Presupuestos procesales y sustanciales en
revista La Ley 1975-A, pgina 156.
86
Cassagne, Juan Carlos: El derecho de retrocesin y los presupuestos especiales de la pretensin procesal
en la nueva ley de expropiaciones, en Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16, pginas
70/71, Buenos Aires, 1977; en el mismo sentido: Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t
IV, pgina 369, Buenos Aires, 1973.
87
Fallos: 271-42, especialmente pgina 54, considerando 7: "que el derecho de retrocesin nace cuando el
expropiante no da al bien expropiado la afectacin dispuesta por el legislador o le da una distinta."
2) cuando no se le diere destino alguno dentro del plazo fijado (destino frustrado).
111. Cambio de destino: este supuesto, a pesar de no haber sido contemplado
expresamente por la ley 189, fue admitido por la jurisprudencia y la doctrina.
EI expropiante no puede arrogarse la potestad de asignar al bien expropiado un
destino diverso al que determinara el legislador, precisamente porque ello implicara
asumir el ejercicio de funciones legislativas de carcter indelegable. El texto constitucional
no deja margen a dudas; la calificacin o declaracin de utilidad pblica debe ser
efectuada por ley formal. Este es el mandato de la Ley Fundamental y el expropiante esta
obligado a cumplirlo. Claro es que las circunstancias de hecho determinarn en cada caso
si cualquier apartamiento del fin concreto de utilidad pblica previsto por el legislador
configura ese "cambio de destino".
Deben distinguirse en este sentido dos situaciones dismiles:
a) que el cambio de destino tenga por finalidad satisfacer una utilidad puramente privada, y
b) que, por el contrario, se pretenda la satisfaccin de una utilidad pblica diferente a la
que especficamente fundament la expropiacin.
En la primera hiptesis, ninguna duda cabe que la accin de retrocesin ser
procedente ya que en esencia tal actitud evidenciar una "desviacin de poder'' por parte
del expropiante.
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 373, Buenos Aires, 1973.
Fallos: 272-88: "Nacin Argentina c/ Tonello, ngel y Jos", sentencia del 6 de noviembre de 1968; ver,
adems, Fallos 277-192: "Gascn, Julio c /Nacin Argentina", sentencia del 8 de julio de 1970.
89
al servido pblico, debe concluirse que el uso real y efectivo por un prolongado perodo de
tiempo... en ese destino, hizo cesar en forma definitiva los derechos de las actoras a la
posesin y dominio de esos bienes, por lo que carecen de todo derecho para reclamar la
retrocesin de la expropiacin, o en su defecto, una indemnizacin, pues su derecho de
propiedad qued amparado en su momento con el pago del importe judicialmente fijado"
(90).
De conformidad con esa jurisprudencia la ley, en su artculo 40, establece la
improcedencia de la accin de retrocesin si el bien expropiado ha cumplido la finalidad
que motiv la expropiacin, quedando luego desvinculado de ella por esa razn.
113. Destino frustrado: la otra hiptesis que posibilita el ejercicio de la accin de
retrocesin se resume en una inactividad del expropiante. Este, a pesar del transcurso del
tiempo, no afecta el bien expropiado ni a la utilidad pblica prevista por el legislador ni a
ninguna otra. En suma, no le asigna al bien destino alguno.
90
Fallos: 266-193: "Colombo, Rosa de c /Transportes de Bs. As.", sentencia del 25 de noviembre de 1966;
ver, tambin, Fallos: 272-88; 277-192.
91
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 375, Buenos Aires, 1973; Villegas
Basavilbaso, Benjamn; Derecho Administrativo, t VI, pgina 456, Buenos Aires, 1956; Diez, Manuel M.:
Derecho Administrativo t IV, pgina 303, Buenos Aires, 1969.
92
. Diez Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 304, Buenos Aires, 1969; Villegas Basavilbaso,
Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 458, Buenos Aires, 1956. Por su parte, Marienhoff, Miguel S.
postulaba, la aplicacin de los plazos del abandono, ver Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina
376, Buenos Aires, 1973.
93
Conf. GordiIlo, Agustn A.: La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 159, nota b), Buenos
Aires, 1977.
94
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 383 y autores citado en nota 626,
Buenos Aires, 1973.
95
Marienhoff, MigueI S.: La nueva ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de
Expropiaciones N 21.499, pgina 33, Buenos Aires, 1977; Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pgina 461, Buenos Aires, 1956.
96
En el mismo sentido Dromi, Jos Roberto: Accin de retrocesin, en La Ley Nacional de Expropiaciones N
21.499, pgina 176, Buenos Aires, 1977; Cassagne, Juan Carlos: EL derecho de retrocesin y los presupuestos especiales de la pretensin procesal en la nueva ley de expropiaciones, en Revista Argentina de
Derecho Administrativo, N. 15/16, pgina 74, Buenos Aires, 1977. En contra Marienhoff, Miguel S.: La nueva
ley nacional de expropiacin: su contenido, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pgina 33,
Buenos Aires, 1977.
Dromi, Jos R.: Accin de retrocesin, en La Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas 176/177,
Buenos Aires, 1977.
98
Conf. Dromi, Jos R.: Accin de retrocesin, en La. Ley Nacional de Expropiaciones N 21.499, pginas
162/168, nota d) y pgina 177, nota n) Buenos Aires, 1977. En contra Estrada, Juan Ramn de: en la misma
obra, pgina 177, nota n).
99
Durante la vigencia de la ley 13.264, la Procuracin del Tesoro de la Nacin tuvo ocasin de pronunciarse
sobre la procedencia de la retrocesin en sede administrativa. En una oportunidad se inclin por la afirmativa
(Coleccin Dictmenes, t 84, pgina 174, dictamen de fecha 15 de febrero de 1963), pero al poco tiempo
modifica, su criterio manifestndose por la improcedencia de que la retrocesin se plantear en dicha sede
por las cuestiones que suscita las que, consider, correspondan fueran planteadas ante la justicia
(Coleccin Dictmenes, t 88, pgina 265, dictamen de fecha 26 de febrero de 1964).
Administracin100. Por otra parte, la existencia del decreto para el supuesto de avenimiento
surge del artculo 32 de la ley para la transferencia del dominio de inmuebles. En suma
pues, y no obstante el vaco legislativo, la retrocesin obtenida por la va del avenimiento
queda perfeccionada con el decreto que apruebe el convenio celebrado entre las partes.
118. En materia de procedimientos se mantiene la distincin entre aquellos dos supuestos
que originan la retrocesin: destino frustrado y cambio de destino. En este ltimo caso, la
ley (art. 39, in fine) dispone que el expropiado deber formular el reclamo administrativo
previo a la demanda judicial. Este reclamo, cuyo trmite no ha sido regulado por la ley de
expropiacin, adems de operar como presupuesta especial de la pretensin procesal, es
un medio para facilitar el avenimiento entre las partes101. Para la reglamentacin del
reclamo administrativo previo
100
, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, .pgina 388, Buenos Aires, 1973.
Conf. Cassagne, Juan Carlos: EI derecho de retrocesin y los presupuestos especiales de la pretensin
procesal en la nueva ley de expropiaciones, en Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16,
pgina 72, Buenos Aires, 1977.
101
son de aplicacin las normas previstas en los artculos 30 y 31 de la ley 19.549, las que se
extendern por va analgica al Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires 102.
Es obvio que si el reclamo administrativo previo resulta admitido, la retrocesin no se
habr logrado por accin judicial sino por "gestin administrativa". En este caso, no llegara
a existir "juicio" alguno.
El otro supuesto en el cual resulta procedente la accin de retrocesin ha merecido
una consideracin distinta por parte del legislador en lo referente a los trmites previos a la
instancia judicial. As como en el caso del "destino diferente" se exige la interposicin del
reclamo administrativo previo (art. 39, in fine), tratndose de la hiptesis de "falta de
destino" se requiere una intimacin fehaciente al expropiante para que le asigne el destino
contemplado en la ley expropiatoria (art. 39, primer prrafo). Esta intimacin deber
efectuarse luego de transcurridos dos aos de inactividad (art. 35). Se trata de dos
supuestos distintos en los cuales se han previsto trmites diversos. No es lo mismo
reclamo administrativo previo que intimacin fehaciente; los plazos para obtener un
pronunciamiento tambin difieren: en el reclamo 90 das (art. 31, ley 19.549); en la
intimacin 6 meses.
En sntesis, si el expropiante no ha dado destino alguno al bien expropiado luego de
transcurrido el plazo de dos aos computado desde que la expropiacin qued
perfeccionada (ya sea por la va del avenimiento o por la va contenciosa), el expropiado,
de conformidad a lo establecido por el artculo 39, deber intimar fehacientemente al
expropiante para que le asigne al bien el destino que motiv la expropiacin.
Todava es posible suponer luego de esa intimacin, tres situaciones diferentes: a) que
se asigne al bien el destino previsto por el legislador; b) que se asigne un destino diverso a
aqul; y c) que no se asigne destino alguno.
En el supuesto contemplado en a), la retrocesin carecera ya de sustento por faltar
uno de los presupuestos fundamentales.
En el caso citado en b) y siempre que el nuevo destino no guarde conexidad o
correlacin con el que fuera determinado por el rgano legislativo, la accin judicial
quedar expedita desde que el cambio se produjo. EI propietario no tendr necesidad de
acudir entonces al reclamo administrativo previo puesto que el expropiante al afectar el
bien a un destino diverso al previsto por la ley, a pesar de la intimacin, ha demostrado
una clara conducta que hace presumir la ineficacia cierta del procedimiento transformando
el reclamo previo en un ritualismo intil (art. 32, inciso e), ley 19.549).
En la ltima hiptesis, transcurrido el plazo de seis meses sin que el expropiante le
asignare al bien su destino o sin que hubiere iniciado los respectivos trabajos, los que
deber mantener conforme a los planes de obra aprobados, quedar habilitada la instancia
judicial sin necesidad de reclamo administrativo previo (art. 39, primer prrafo).
Con buen criterio, el legislador ha contemplado en este ltimo artculo, la hiptesis que
el expropiante frente a la intimacin y a fin de evitar el curso de la retrocesin, disponga la
iniciacin de trabajos en el bien expropiado. Claro es que la interpretacin sobre la
naturaleza y ritmo de los trabajos iniciados debe ser muy estricta, pues en caso contrario la
ejecucin de cualquier trabajo preparatorio por insignificante que l sea, se constituir en
un obstculo para la promocin de la retrocesin. En ese sentido, la ley exige que los
respectivos trabajos debern ser mantenidos conforme a los planes de obra aprobados.
102
Conf. Cassagne, Juan Carlos: El derecho de retrocesin y los presupuestos especiales de la pretensin
procesal en la nueva ley de expropiaciones, en Revista Argentina de Derecho Administrativo, N. 15/16
pgina 72, Buenos Aires, 1977; Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 390,
Buenos Aires, 1973.
Marienhoff Miguel S. : Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 389, Buenos Aires, 1973; Villegas
Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pginas 465/466, Buenos Aires 1956; Petracchi,
Enrique S.: De la retrocesin, en la Revista Lecciones y Ensayos, pginas 48/49, Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales N 24, Buenos Aires, 1962.
104
Villegas Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, t VI, pginas 464/465, Buenos Aires, 1956.
105
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 392, Buenos Aires, 1973.
acuerdo a los planes de obra aprobados y la denegatoria expresa o tcita del reclamo
administrativo previo, segn el caso.
Por ltimo, el inciso c) prev la obligacin del accionante de restituir, dentro del plazo
que se fije, la suma que hubiere percibido del expropiante en concepto de "precio" o de
"indemnizacin", con la actualizacin que correspondiere.
121. Reconocido el derecho que le cabe al expropiado de exigir la devolucin del
respectivo bien, en sede administrativa o judicial, corresponde estudiar los efectos que
produce la retrocesin.
El accionante -expropiado- deber devolver al expropiante la suma recibida, dice la
ley, como "precio" o "indemnizacin" con la actualizacin que correspondiera (art. 42,
inciso c).
La ley no ha contemplado la consignacin previa del monto percibido en ocasin de
consumarse la expropiacin. Este presupuesto de admisibilidad de la demanda aparece
pues, obviado en todas las hiptesis, ya sea que el bien objeto de la retrocesin hubiese o
no sido objeto de modificaciones que alteren su valor original. Hasta la sancin de la ley
21.499, la doctrina se inclinaba por propiciar el depsito previa si el bien se haba
mantenido en el mismo estado en que fuera expropiado y el mero ofrecimiento del
inmediato depsito- del monto definitivo cuando el expropiante hubiere introducido
modificaciones106. La jurisprudencia, por su parte, no se mostraba uniforme107.
EI artculo 48, en este sentido, prev que en el caso de que se hiciere lugar a la
accin, la sentencia (o el acto administrativo, debi agregar) establecer la suma a
reintegrar al expropiante y el plazo en que deber hacerlo.
106
Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo t IV, pgina 393, Buenos Aires, 1973; Villegas
Basavilbaso, Benjamn: Derecho Administrativo, pginas 463/464, Buenos Aires, 1956.
107
A favor de la consignacin: CNFed. sentencia del 24 de julio de 1968, Revista El Derecho, t 26, pgina
253; CApel. Azul, sentencia del 5 de mayo de 1966; revista Jurisprudencia Argentina 1967-l, pgina 67. En
contra: CFed. La Plata, sentencia del 4 de julio de 1965, revista El Derecho, t 24, pgina 220.
122. Como ya se adelant, la ley ha optado por la actualizacin del valor que debe restituir
el accionante. No comparto la solucin legislativa de esta cuestin.
Resulta necesario, a fin de valorar el sistema estatuido, resear los antecedentes
doctrinarios y jurisprudenciales sobre el particular.
Es sabido que la Corte Suprema de Justicia de la Nacin admiti el cmputo de la
desvalorizacin monetaria en la expropiacin a partir del fallo "Provincia de Santa Fe c/
Nicchi, Carlos A.", el 26 de junio de 1967.108 La vinculacin existente entre la expropiacin
y la retrocesin determin que pretendiera aplicarse idntico tratamiento a la suma que
deba reintegrar el expropiado al lograr, como consecuencia de la retrocesin, la
devolucin del bien que fuera desapropiada.
Nuevamente nuestro ms Alto Tribunal tuvo oportunidad de sentar un rumbo en este
sentido. Al decidir los autos "Ortega, Juan de Dios y otros c/ Direccin General de
Fabricaciones Militares"; sostuvo que "si bien esta Corte ha decidido modificando su
jurisprudencia anterior, que la desvalorizacin operada en el signo monetario debe tenerse
en cuenta a fin de acordar al propietario la indemnizacin integral a que tiene derecho
(fallo de fecha 26 de junio de 1967, recado en la causa S.217, Provincia de Santa Fe c/
Nicchi, Carlos A. s/ expropiacin), juzga, en cambio, que tal doctrina no es aplicable en la
hiptesis de la retrocesin"109. Revoc, pues, la sentencia apelada dictada por la Cmara
Federal de Tucumn; la cual haba decidido que el expropiado deba reintegrar al
expropiante
el importe recibido en concepto de indemnizacin pero en valores
actualizados al momento de la ejecucin de la sentencia110. Este ltimo tribunal mantuvo,
empero, su tesis tal como se puede comprobar en fallos de reciente data111.
108
Fallos: 268-112. Ver revista EI Derecho, t 18, pgina 839 nota de investigacin de la jurisprudencia:
Incidencia de la depreciacin monetaria en el valor de la expropiacin.
109
Fallos: 271-42.
110
Ver el fallo de 2 instancia en revista La Ley, t 128, pgina 833, con nota de Canasi, Jos: La
imprescriptibilidad de la accin de retrocesin en la expropiacin pblica.
111
"Rey y Padilla c/ Direccin General de Ingenieros", sentencia del 14 de abril de 1976, revista La Ley 1976C, pgina 167 con nota de Canasi, Jos: La retrocesin; del mismo tribunal: "Musto, Marcelino c/ Direccin
Gral. de Fabricaciones Militares", sentencia del 5 de agosto de 1976, revista La Ley 1977-B, pgina 225, con
nota de Canasi, Jos: La accin de retrocesin y algunas facetas de su contenido jurdico y econmico.
112
SCBs. As.: "Provincia de Bs. As. c/ Gonzlez y Barosela de EIicabe", sentencia del 7 de mayo de 1968,
revista La Ley, t 132, pgina 379; del mismo tribunal: "Caimi, Daniel y otros c/Prov. de Bs. As.", sentencia
del 19 de febrero de 1974, revista La Ley 1975-A, pgina 154, con nota de Dromi, Jose R.: Accin de
retrocesin. Presupuestos procesales y sustanciales; CNCiv. sala B: "Vallone de Demundo, l. c/Municipalidad
de la Capital", sentencia del 22 de octubre de 1971, revista La Ley, t 148, pgina 648.
113Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pgina 386, Buenos Aires, 1973; Diez,
Manuel M.: Derecho Administrativo, t IV, pgina 308, Buenos Aires, 1969; Canas Jos: La retrocesin en la
expropiacin pblica y la actualizacin del valor del bien que se devuelve por efecto de la desvalorizacin
monetaria, su improcedencia, en revista La Ley, t 131, pgina 152.
114 Marienhoff, Miguel S.: Tratado de Derecho Administrativo, t IV, pginas 386/387, Buenos Aires, 1973.
115 "Rey y Padilla Soc. Civil c/ Direccin Gral. de Ingenieros", sentencia del 18 de noviembre de 1975,
revista EI Derecho, t 66, pgina 630. Ultimamente, el mismo Tribunal en idntico sentido: "Castagneto
Marini, Carlos A. c/ Municipalidad de la Ciudad de Bs. M.", sentencia del 30 de junio de 1977, revista EI
Derecho, t 73, pgina 749.
y otros c.
el orden y la seguridad jurdica (del voto del Dr. Negri) cuando es el Estado quien
incumple el Derecho y quiebra la seguridad jurdica. En un verdadero Estado de
Derecho, el Estado tambin est sometido al Derecho y no por encima de l, a la
inversa de lo que la realidad cotidiana se empecina en demostrarnos.
Resulta destacable pues, el pronunciamiento anotado ya que se inscribe en una
valiosa jurisprudencia del ms Alto Tribunal de la Repblica que ha sido calificada,
con acierto, como paradigmtica. (11)
(1) Villegas, A. Walter. Rgimen jurdico de la expropiacin, n 138, in fine, pgina
204,
Buenos
Aires,
1973;
Villegas
Basavilbaso,
Benjamn.
Derecho
Fallos 315:606
(11)
1
El Defensor del Asegurado en la Argentina: hacia una superacin de los
conflictos entre las Compaas de Seguros y sus asegurados.
Dr. Jorge Luis Maiorano (*)
1. INTRODUCCION
El titulo de este artculo hace referencia a una figura que fue creada por la
Asociacin Argentina de Compaas de Seguros, en coordinacin con la
Asociacin de Aseguradores del Interior (ADIRA), y que se ha constituido en el
primer Ombudsman sectorial corporativo de la Argentina. Desde agosto del
ao 2007, se encuentra en pleno funcionamiento a los fines que precisa el
mismo encabezamiento: una forma de superar los conflictos que se presentan
entre los asegurados y sus Compaas Aseguradoras.
Como se trata de una figura novedosa en el panorama jurdico y empresarial
argentino, es conveniente formular algunas referencias de carcter histrico
sobre las razones que han impulsado su creacin y los antecedentes del
derecho comparado.
2. ANTECEDENTES
Como resultado de una singular parbola, mi relacin con la figura del
Ombudsman o Defensor del Pueblo ha transitado por diversas etapas:
inicialmente, la faz acadmica, durante casi 15 aos de mi vida: 1980-1994 en
los cuales aprend y ense junto a los ms destacados Ombudsman del
mundo; posteriormente, lleg el privilegio de la prctica cotidiana ejerciendo el
cargo de Defensor del Pueblo de la Nacin Argentina fundando esta Institucin
Constitucional durante los aos 1994 a 1999; una vez vencido mi mandato,
retorn a la prdica doctrinaria, obviamente con la generosa experiencia que
me habia brindado la Providencia.
Desde que dej aquella funcin me propuse incorporar a la Argentina al mundo
2
de los Ombudsman privados o corporativos, tal como sucede en los pases
mas avanzados.
Hace algunos aos publiqu un articulo que se llam: Diagnstico y
Tratamiento: hacia una superacin de los conflictos entre empresas y usuarios
de servicios o consumidores de bienes; en esa oportunidad me propuse dar a
conocer algunas reflexiones acerca de cmo se pueden articular
nuevas
3
electricidad destruyen los aparatos electrodomsticos y las reclamaciones se
convierten en carreras de obstculos; la inseguridad ciudadana que ha ganado
lamentables espacios a expensas de un detrimento gravsimo de nuestra
calidad de vida y as los ejemplos podran multiplicarse aunque siempre las
consecuencias
son
las
mismas:
impotencia,
desazn,
desesperanza,
incredulidad, impunidad.
Esto recuerda a los llamados grupos vulnerables integrados por personas
cuyos derechos, por diversas circunstancias, estn en condiciones de ser
agraviados, menoscabados, violados o desconocidos, con mayor facilidad.
En toda sociedad, no solo en la nuestra, existen estos grupos de personas,
(colectivos, como se lo denomina en Espaa) que ofrecen una mayor
vulnerabilidad frente a los ataques, por accin u omisin, a sus derechos. As,
por ejemplo, en toda sociedad hay aborgenes, personas con capacidades
diferentes, desocupados, enfermos internados en hospitales pblicos, nios en
situacin de abandono, procesados y condenados privados de su libertad,
mueres golpeadas, etc. Nadie puede discutir, por ejemplo, que los derechos de
los
discapacitados,
en
cualquiera
de
sus
manifestaciones,
aparecen
4
Sucede que todos, sin excepcin, formamos parte de un grupo altamente
vulnerable: como usuarios y consumidores. En particular, acerca de los
usuarios de servicios pblicos prestados por empresas monoplicas qu duda
puede caber que los usuarios cautivos de un monopolio no podemos defender
nuestros derechos con absoluta firmeza dada la desigualdad entre las partes.
Hay dos temas que se impusieron en los ltimos aos del siglo pasado y que
concitaron la atencin de juristas, economistas, polticos y ONG; me refiero a la
proteccin del medio ambiente y los derechos de los usuarios y consumidores.
Afortunadamente ya casi es un mero recuerdo aquella concepcin tradicional
que se resuma en la clsica expresin: lo que es de todos no interesa a
nadie. Hoy, lo que es de todos nos interesa a todos y es deber de todos
protegerlo.
Analicemos entonces la situacin de los usuarios de servicios y consumidores
de bienes como un grupo altamente vulnerable a quien el Estado y las propias
empresas proveedoras de esos bienes y servicios deben atender de manera
prioritaria. No olvidemos que ese universo est integrado por millones de
personas (en realidad, todos somos usuarios y consumidores) pero que se
presenta como un colectivo amorfo, inorgnico, disperso y difuso.
De ah la importancia que toda la temtica del derecho del consumidor ha
adquirido en las ltimas dcadas. Es que esta rama del Derecho trata,
precisamente,
de
enmendar
corregir
los
defectos,
deficiencias
5
comercio. No resulta difcil determinar quines han sido los deformadores del
sistema mercantil, es evidente que no han sido los consumidores, cuyos
intereses se han visto totalmente menospreciados; han sido los productores,
cuyos intereses se han respetado escrupulosamente.
La Constitucin reformada en 1994 instal una comunidad dinmica entre el
hombre y el sistema, en el caso, entre el ciudadano y la democracia. Si bien la
Constitucin histrica -de 1853- tena reglas de juego para ese dilogo
institucional, es indudable la incorporacin de nuevas herramientas dinmicas
de participacin que estn apuntando a una modificacin en la clsica
democracia representativa.
A travs de ellas, los ciudadanos como habitantes, adems de titularizar los
derechos civiles y humanos universalmente compartidos (arts. 14; 16; 17; 18;
19; 45), son titulares de derechos en cuanto integrantes de un colectivo social;
tal el caso del derecho al medio ambiente sano, equilibrado y apto para el
desarrollo humano (art. 41) y como consumidores y usuarios.
Si bien con anterioridad a la reforma constitucional de 1994, los derechos de
usuarios y consumidores ya tenan respaldo legal, es innegable que su
constitucionalizacin les ha otorgado un respaldo jurdico innegable.
En realidad, el proceso de gestacin de los citados derechos proviene de la
finalizacin de la segunda guerra mundial, como obvia secuela de las
transformaciones econmicas y sociales operadas como directa consecuencia
de ese conflicto blico. El desarrollo econmico que caracteriz dicho perodo,
con la consecuente masificacin de la produccin y del comercio, propici
adems de la mejora del nivel de vida del ciudadano, la aparicin del derecho
del consumidor. Su formulacin dimana pues, directamente de las necesidades
sociales recientes, provocadas por tecnologas avanzadas y mercados
ampliados.
Los convencionales constituyentes de 1994, a tono con las ms modernas
tcnicas normativas, incluyeron en la Carta Magna reformada, el artculo 42 el
6
cual, en su redaccin actualizada, prescribe que Los consumidores y usuarios
de bienes y servicios tienen derecho, en la relacin de consumo, a la
proteccin de la salud, seguridad e intereses econmicos; a una informacin
adecuada y veraz; a la libertad de eleccin y a condiciones de trato equitativo y
digno. Las autoridades proveern a la proteccin de esos derechos, a la
educacin para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma
de distorsin de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales,
a la calidad y eficiencia de los servicios pblicos, y a la constitucin de
asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislacin proveer
procedimientos eficaces para la prevencin y solucin de conflictos, y los
marcos regulatorios de los servicios pblicos de competencia nacional,
previendo la necesaria participacin de las asociaciones de consumidores y
usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.
La importancia de dicho precepto radica en que se han reconocido al mximo
nivel jurdico del pas los derechos humanos de tercera generacin o derechos
de la solidaridad, superando el egosmo de los derechos individuales y el
inters sectorial o limitado, de los derechos econmicos, sociales y culturales.
Obviamente para que esa norma no se convierta en declaracin programtica
sin operatividad, la propia Constitucin Nacional ha previsto las garantas
necesarias a fin de tutelar esos derechos (art. 43 CN)
No obstante el virtuosismo de dichas normas, cotidianamente los consumidores
de bienes o usuarios de servicios se encuentran ante estructuras de poder
econmico ya consolidadas, lo cual explica la subordinacin estructural del
consumidor y del usuario a las empresas proveedoras de bienes o servicios.
A fin de dar solucin a esos problemas deben asumir un rol decisivo los tres
actores de este proceso: el Estado, los consumidores y las empresas
prestadoras de servicios o proveedoras de bienes para armonizar los diversos
intereses en juego que, frecuentemente, colisionan.
Cabe sealar, empero que, a mi juicio, ellos no tienen el mismo nivel de
responsabilidad; es que, racionalmente, no se puede asimilar al usuario o
7
consumidor, que es la parte dbil en la relacin de consumo, con las
obligaciones que le caben al Estado como garante del orden jurdico y titular
del poder pblico y a las empresas como proveedoras de bienes y gestoras de
servicios.
Desde el Estado los verdaderos responsables de imprimirle un sello
determinado, son los gobernantes. A ellos les cabe la obligacin de hacer
cumplir el ordenamiento jurdico que, en materia de defensa de los derechos de
usuarios y consumidores, est representado por el artculo 42 y concordantes
de la C. N.; la ley de Defensa del Consumidor n 24.240 y su modificatoria
26.361, entre otras.
Es una obligacin ineludible del Estado, como gestor primario del Bien Comn,
alcanzar posiciones de equilibrio entre los distintos sectores que conforman
una sociedad y, en este caso particular, entre los intereses, muchas veces
encontrados,
de
usuarios,
consumidores
empresas
prestadoras
de la
economa argentina.
Tambin, en lo que atae a los ms dbiles en esta cadena, han cambiado las
modalidades
de
venta,
los
hbitos
de
los
compradores,
en
suma,
8
almacenar alimentos, ya que los precios de los artculos de la llamada canasta
familiar aumentaban hasta un 10 % diario.
Hoy, en cambio, existe una mayor conciencia colectiva acerca de sus derechos
individuales y colectivos. El consumidor es mucho ms exigente; demanda
informacin adecuada y veraz; condiciones de trato equitativo y digno;
acatamiento de las normas en materia de salubridad; en suma, si bien dista
mucho de lo que acontece en los pases ms desarrollados, el consumidor
argentino de nuestros das est abandonando la actitud paciente y sumisa; se
queja, protesta y hace or con mayor frecuencia.
A ellos, en realidad a nosotros, nos corresponde la responsabilidad de ejercer
los derechos consagrados en las normas jurdicas, ya sean legales o
constitucionales. Una de las enseanzas que me dej el intenso ejercicio del
cargo de Defensor del Pueblo de la Nacin se resume en esta mxima
incuestionable: derecho que no se conoce es derecho que no se ejerce y
derecho que no se ejerce es derecho que se atrofia. Es que los usuarios y
consumidores debemos adoptar un rol activo en la defensa de esos derechos,
ya que ellos no son concesin graciosa del Estado sino legtimo reconocimiento
de capacidades preexistentes e innatas al ser humano.
Veamos ahora qu pueden hacer las Empresas para contribuir a superar esta
situacin. En primer lugar, recordemos que usuarios y consumidores somos, en
realidad, todos los habitantes del pas. Lo son, por ejemplo, los usuarios de un
servicio de salud (privado o estatal); los consumidores de bienes (por ej.
alimentos, electrodomsticos, etc.), los usuarios del servicio educativo (estatal
o privado); los clientes de una compaa de seguros o de un banco; los
usuarios de servicios pblicos domiciliarios; los usuarios del Sistema Nacional
de Aeropuertos; los usuarios del transporte pblico; etc.
3. LOS DEFENSORES SECTORIALES U OMBUDSMAN PRIVADOS
As como en el sector pblico, ante la insuficiencia de los mecanismos
tradicionales de control, se ha generalizado la figura del Ombudsman o
9
Defensor del Pueblo de tal forma que hoy existe en poco mas de 100 pases,
en los mbitos empresariales privados, trazando un paralelo, se ha abierto
paso la creacin de Ombudsman sectoriales o especializados instituidos con la
finalidad de armonizar las relaciones entre los clientes, consumidores o
usuarios y las empresas prestadoras o proveedoras.
Para poner en evidencia los sectores o actividades en las cuales se ha creado
esta figura basta resear los siguientes ejemplos, con la mencin de los
respectivos pases: para el servicio de aguas (Austin-Texas, EE.UU.; Reino
Unido); Bancos y Finanzas (Australia, Canad, Gran Bretaa, Suiza, Colombia,
Irlanda, Japn, Bogot); Consumidores (Costa Rica, Suecia, Noruega,
Dinamarca, EE.UU., Finlandia); Corporaciones Privadas (Texaco, International
Technology Group of Xerox Corp); Electricidad (Australia, EE.UU.); Empresas
Constructoras (EE.UU.; Gran Bretaa);Inmobiliarias (Salisbury -Gran Bretaa-);
Materiales Peligrosos: (California, EE.UU.); Neuropsiquitricos (Washington, St.
Paul -Minnesota, Condado de King, EE.UU.-); Seguros (Nueva Zelanda,
Canad, Irlanda, Singapur, Espaa, Brasil, Sudfrica, Gran Bretaa, Pases
Bajos, Nueva Zelanda); Servicios Funerarios (Pases Bajos, Reino Unido);
Telecomunicaciones (Canad, Australia); Universidades: Universidad de
Santiago de Compostela, Universidad Jaime I, Universidad de Murcia, todas en
Espaa; Instituto de Tecnologa de California, Universidad del Estado de
Portland, Universidad de Princeton, Escuela de Medicina de la Universidad de
Michigan, Universidad del Estado de Michigan, Universidad de Illinois del Norte,
Universidad del Estado de Colorado, Florida Atlantic University, Universidad de
Los ngeles,
10
11
en el Instituto de Tecnologa de California; en la Universidad de California y en
la Universidad Atlntida. En Australia, en la Universidad de Tecnologa de
Sydney; en Espaa: Universidad Jaime I; Universidad de Murcia; Universidad
de Santiago de Compostela (Defensor del Estudiante y de la Comunidad
Universitaria de la Universidad de Santiago de Compostela). En Italia, por su
parte, est previsto en la Universidad de Foschia; el Defensor de los
Estudiantes de la Universidad de Foscari de Venecia: en Canad: Universidad
de Alberta, Universit Laval de Qubec, Universidad de Notario: Ombudsman
de la Universidad de Notario; en la Universidad de York; en Mxico,
Universidad Autnoma de Mxico (UNAM) donde se denomina Defensora de
los Derechos Universitarios.
En materia aseguradora se han previsto figuras similares; as, por ejemplo, en
Espaa, hace unos aos, el Grupo Winterthur instituyo el Defensor del Cliente;
en Australia se lo denomina Ombudsman del Seguro; en Irlanda, Ombudsman
del Asegurado; en Singapur, Nueva Zelanda y Finlandia, Bureau del
Ombudsman del Seguro; en EE. UU, Ombudsman para los Reclamos de
Seguros de New Jersey; en India: Guruciberntico-de Seguros; en Gran
Bretaa, el Insurance Ombudsman Bureau atiende los reclamos de clientes y
empleados de ms de doscientas empresas del sector. Tal vez el ejemplo ms
reciente lo pone en evidencia la nueva Ley de Sanidad, sancionada hace pocas
semanas en EEUU ya que, entre las obligaciones que impone a las
aseguradoras, se encuentra la creacin de un defensor del asegurado que
recibir las reclamaciones del nuevo rgimen.
Por su parte, tambin en EE.UU. existen otros Ombudsman sectoriales o
especializados, tales como el de los Negocios, la Oficina del Servicio del
Ciudadano, el Defensor del Contribuyente, el Ombudsman del Servicio de
Proteccin y Regulacin, el Ombudsman para los materiales peligrosos y para la
Administracin de la Pequea Empresa. En Brasil se ha producido ininteresante
desarrollo de la figura de los ouvidores, especialmente en el sector de las
empresas pblicas; tal el caso del Ombudsman de Petrobrs. En el Reino
Unido, a su vez, se encuentran el Ombudsman de las Empresas de
12
Construccin y para los Servicios Funerarios; en Suiza, el Ombudsman del
Consumidor y en Costa Rica, el Procurador para la Defensa del Consumidor.
13
administrativa interna ante la propia aseguradora antes de acudir el Defensor
del Asegurado; 7. el reclamo no procede cuando el asegurado haya acudido
con anterioridad a la va administrativa, judicial, arbitral o de mediacin previa a
la va judicial, salvo que desista en estas vas en forma expresa; 8. para el
asegurado la resolucin es obligatoria solo si l la acepta en el plazo mximo
de 10 (diez) das hbiles desde que le sea notificada; 9. la presentacin de un
reclamo ante el Defensor no limita el derecho del asegurado de acudir
posteriormente ante la Justicia ni de desistir en cualquier momento del
procedimiento; 10. se constituye en un rbitro entre las partes con posiciones
encontradas; 11. ello no le impide actuar como un mediador que acerca a las
partes a fin de que, en una instancia independiente, puedan encontrar puntos
de coincidencia o acercamiento que, quizas, en la instancia interna y
burocrtica de la empresa, no se han podido hallar; 12. el Defensor cuenta con
20 (veinte) das hbiles para dictar su pronunciamiento; 13. en caso que el
Asegurador no diere cumplimiento a lo resuelto por el Defensor, el recurrente
tendr derecho a reclamar judicialmente la ejecucin de la Resolucin. El
Defensor deber informar
14
cotidianos. Como lo sostuviera en el articulo antes aludido, es una exigencia de
las modernas sociedades encontrar frmulas tendientes a la superacin de los
conflictos que afectan a usuarios de servicios y consumidores de bienes, como
grupo altamente vulnerable; en ese sentido, adquiere singular valor la
incorporacin de un instituto nuevo desde el propio sector empresarial privado,
sin intervencin alguna del Estado. Es una muestra de la madurez y
responsabilidad con que las Compaas Aseguradoras asumen la ardua tarea
de generar un espacio de dilogo entre los asegurados y sus Compaas en
quienes aquellos confan sus bienes y valores. Es una ventaja diferencial que
las Compaas adheridas ofrecen gratuitamente a sus asegurados a quienes
les estn mostrando un camino de conciliacin que desalienta la judicializacin
de toda controversia.
Debo remarcar como premisa inicial, en una etapa de profundo descrdito de
las Instituciones, que el Defensor del Asegurado, a pesar de ser designado por
la AACS y ADIRA, ha desarrollado su labor con total y absoluta independencia,
sin entorpecimiento alguno en sus funciones; las Compaas adheridas al
rgimen han prestado una inestimable colaboracin al responder los pedidos
de informes comprendiendo que la funcion asignada al Defensor del Asegurado
no es la bsqueda de culpables sino la solucin a los problemas que plantean
los asegurados.
5. EL BALANCE DE CUATRO AOS DE GESTION.
Del anlisis de los sucesivos conflictos que he debido resolver como Defensor
del Asegurado surgen algunas reflexiones que adquieren mayor valor por su
repeticin casi constante. Y esta es tal vez una de la ms interesante.
Permtaseme esta comparacin que he ledo en un lcido artculo sobre
cuidados paliativos: la muerte nos visita da a da, sin embargo vivimos como
si furamos inmortales ; en verdad, si asumiramos plenamente la finitud de
nuestra vida, por supuesto que estaramos ms preparados para esa instancia
ineludible; bien, he formulado esta reflexin ya que la misma puede aplicarse al
contrato de seguro; tengo la conviccin que cuando contratamos un seguro no
15
pensamos en el siniestro concreto: el incendio de una casa, el choque del
automvil, etc. y ello nos lleva, inconcientemente, a descartar la lectura de las
clusulas que se aplicaran ante ese evento que obviamente, consideramos
ajeno o lejano a nosotros. En cambio, cuando el siniestro acaece, alli los
asegurados tal vez le piden a la pliza algo que ella no ha previsto porque el
propio asegurado no lo contempl.
16
17
sus propios argumentos, conforme la pliza contratada y las leyes que rigen la
materia
.
Veamos ahora cules son las reflexiones que surgen del trabajo llevado a cabo
durante los dos primeros aos de gestin:
a)
Defensor dado que las resoluciones que se adoptan son razonadas y sobre
todo, motivadas; la motivacin del acto administrativo es uno de sus elementos
fundamentales para que el destinatario del mismo conozca cul ha sido el
razonamiento de la Administracin para adoptar esa decisin; aqu sucede lo
mismo, el Defensor explica, motiva profusamente sus decisiones lo cual lleva,
tanto al asegurado como a las Compaas, la conviccin de que la decisin es
fruto de una valoracin razonada de los elementos aportados por la partes; en
cambio, advierto que las comunicaciones de las Compaas donde niegan el
reclamo del asegurado pecan de exigidad y caen, en algunos casos, en un
formalismo burocrtico que irrita, generalmente, al asegurado;
b) pero as como sealo esta falencia, debo puntualizar que cada vez ms se
acenta la tendencia a que, una vez que el asegurado ha ingresado su reclamo
ante el Defensor y ste le ha dado curso al mismo, algunas Compaas
Aseguradoras revn sus pronunciamientos negatorios iniciales y acogen
favorablemente la pretensin del asegurado. Esto implica que la figura del
Defensor del Asegurado no inspira temor sino confianza, produciendo as un
efecto disuasorio ms que imperativo generando una instancia revisora dentro
de la misma Compaa cuestionada... En el mismo sentido, puntualizo que las
Compaas Aseguradoras han acatado y cumplido diligentemente las
decisiones que no les fueron favorables. Esta circunstancia implica, a la vez,
madurez y confianza en la labor que desarrolla el Defensor;
c)
18
cobertura con un contenido determinado cuando en realidad el alcance era
otro, usualmente ms exiguo. La solucin a este problema frecuente y que
convierte a la pliza en un objeto de difcil comprensin, tal vez radique en
clusulas ms precisas, despojadas de trminos tcnicos especficos o de
difcil comprensin. En el mismo sentido, las remanidas letras chicas de las
clusulas particulares no contribuyen a una informacin adecuada y veraz para
los asegurados ya que se enmarcan en el usual procedimiento de excepciones,
remisiones, interpretaciones y otras formas de limitar las normas generales.
Seria deseable que en el marco de un contrato de adhesin donde el
asegurado no puede discutir o negociar las clusulas del contrato, esas
clusulas destilen claridad alentando de esa forma la lectura de la pliza por
parte del tomador del seguro. Ello, sin dudas, garantizara en mayor medida la
seguridad jurdica de ambas partes: del Asegurador que le ofrece a su cliente
textos claros, sin artilugios o proclives a interpretaciones dispares y para el
asegurado, la confianza de estar celebrando un contrato en el cual lo nico que
desea que no suceda es el siniestro, pero si se produce ese evento daoso,
estar cubierto tal como l lo pretendi.
No me cabe la menor duda que, con la adecuada difusin, el Defensor del
Asegurado se insertar paulatinamente en el mercado asegurador como un
instrumento de solucin de conflictos extrajudicial. En esa tarea de difusin
desempean un importante papel, las propias Compaas, los productores y las
organizaciones sectoriales especializadas.
El principal obstculo es el desconocimiento de la figura ya que, como toda
figura novedosa, debe ser conocida por sus destinatarios, los asegurados. Una
vez que ese conocimiento se generalice las conclusiones y experiencia sern
mayores. Con el correr del tiempo, el Defensor del Asegurado se constituir en
un valioso instrumento de las Aseguradoras quienes recibirn de una figura
independiente un diagnstico de los reclamos de sus clientes teniendo as la
oportunidad de superar esas falencias.
19
Ojala el camino que ha sealado la Asociacin Argentina de Compaas de
Seguros, con el acompaamiento de ADIRA, sea seguido por otros sectores
donde la indefensin es evidente; as, por ejemplo, deberan implementarse
defensores sectoriales, como sucede en los pases ms avanzados del mundo,
en servicios tales como Bancos, tarjetas de crdito, prepagas de salud,
servicios pblicos en general, universidades, empresas de telefona celular,
entre otros.
El primer paso ya est dado; ahora solo resta transitarlo y difundir los
beneficios de esta figura que ya esta a disposicin para todos los asegurados
en las Compaas que han adherido al Rgimen definido por la AACS. Para m,
en lo personal y ante la distincin que me confiriera la AACS para fundar la
figura, implica el regreso a una funcin que ms que un cargo, como me
ensearon mis maestros hace muchos aos, es un verdadero oficio.
(*) Defensor del Asegurado
Defensor del Pueblo de la Nacion (m.c)
Profesor Titular de Derecho Administrativo.
www.defensorasegurado.org.ar
www.jorgeluismaiorano.com
[email protected]
INTRODUCCION
1. MODALIDES DE SU INCORPORACION
El Ombudsman. Defensor del Pueblo y de las instituciones republicanas. 2da. edicin, 4 tomos.
Ediciones Macchi, Buenos Aires, 1999.
Ver: Maiorano, Jorge Luis. El Ombudsman. Defensor del Pueblo y de las instituciones republicanas, en
la obra colectiva El Defensor del Pueblo en la Repblica Argentina, pg. 31 y sigtes. Buenos Aires,
1991.
originarios
se
encuentran
comprometidas
con
desafos
2. LA SITUACION ACTUAL
la
Constitucin
de
Guatemala
en
1985;
los
regmenes
que
hasta
hace
algunos
aos
eran
desempeadas
por
en
esos
procesos
de
transformacin
econmica
antes
apuntados4.
Creo firmemente que Amrica Latina ha sido el campo propicio para
el
se
van
reconociendo
competencias
han
aumentado
defendiendo
tambin
al
progresivamente,
amparo
de
las
sus
crecientes
Maiorano, Jorge Luis. Servicios Pblicos y el Ombudsman. Memoria Del III Congreso Anual de la
est
determinando
el
reconocimiento
por
parte
del
sistema
3. RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL.
Federacin Iberoamericana de Ombudsman (FIO), pg. 183 y sigtes. Lima, Per, 1999.
Ampliar en Maiorano, Jorge Luis. El Defensor del Pueblo en Amrica Latina: su compromiso con la
proteccin de los derechos humanos. Revista de Derecho Pblico, Universidad Autnoma de Centro
Amrica, N 1, pg. 149 y ss. San Jos, Costa Rica, 1996.
Cultura),
quien,
ya
en
1996,
comprometi
los
Ombudsman
Maiorano, Jorge Luis. La UNESCO y el Defensor del Pueblo, La Ley, 1996, tomo D, pg. 1712 y ss.
Buenos Aires, 1996.
7
Maiorano, Jorge Luis. La UNESCO y el Defensor del Pueblo, Ob. Cit., Pg. 1712.
Maiorano, Jorge Luis. La UNESCO y el Defensor del Pueblo, Ob. cit., pg. 1712.
10
11
inters
pblico-inters
privado,
macroeconoma-
del
Ombudsman.
As,
por
ejemplo,
acta
contra
las
Cultura de Paz y Derechos Humanos, 4-96 Coleccin Cuadernos de Derechos Humanos, pag. 49 y
sigtes, Guatemala, 1996.
12
13
cercenamientos
presupuestarios,
hostigamientos
varios,
las
14
quienes
piden, a veces a gritos, que alguien los defienda de los abusos privados o de
las omisiones estatales.
Amrica Latina hoy est poblada de Defensores del Pueblo; esto evidencia un
notable avance sobre la situacin que se verificaba a comienzos de la dcada
de los aos 80; algunas de esas Instituciones ya pueden mostrar varias
generaciones de Defensores; pero, a cambio, cabe recordar las vicisitudes
han sufrido los titulares de esas Instituciones y las declaraciones que tuvo
necesidad de formular la Federacin Iberoamericana de Ombudsman para
frenar aviesas intenciones de cercenar facultades o presionar a los
Defensores.
Por eso sostengo que el Defensor del Pueblo en Amrica Latina no es, ni
mucho menos, una obra acabada. Hoy las urgencias son otras: urge fortalecer
a estas instituciones demostrando a los Gobiernos que los Defensores o
Procuradores no son sus enemigos, no pretenden con sus crticas socavar al
poder sino, en cambio, ilustrarlo y sensibilizarlo para que conozcan las
insatisfacciones cotidianas del pueblo que van minando la confianza en sus
instituciones; urge poner en evidencia que los ajustes presupuestarios nunca
pueden justificar la eliminacin o debilitamiento de una Institucin benfica
para los pueblos y que slo puede molestar al soberbio y al autoritario.
15
(*) [email protected]
www.jorgeluismaiorano.com
para
cuestionar
2
razonamiento a la figura del Defensor del Pueblo llegamos a la conclusin
que si fuera un rgano ms del Estado (quien s es sujeto de derecho) no
podra ejercer la legitimacin procesal en contra del propio Estado; en
cambio, si se lo considera un ente, con personalidad jurdica propia y
distinta a la del Estado, entonces s esa legitimacin procesal encuentra
sustento jurdico y un sujeto hbil para accionar.
2. Mi relacin con la Institucin y su gnesis normativa.
Mi relacin con la figura del Ombudsman se remonta al ao 1980 cuando
lleg a mis manos un folleto de la embajada de Dinamarca en la Argentina
que difunda las bondades del Ombudsman; acicateado por mi
especializacin en derecho administrativo comenz all una vinculacin que
se ha mantenido durante 30 aos y en los cuales puedo recordar los
siguientes hitos: a) tuve la responsabilidad de redactar en 1984 el proyecto
de ley que, luego de 9 aos de un verdadero embarazo legislativo, se
convirti, en 1993, en la ley 24.284, orgnica del Defensor del Pueblo; b)
por obra una singular conjuncin de la Providencia y la Politica, el da 02 de
diciembre de 1993 refrend, como Ministro de Justicia, el Decreto 2.469 por
el cual se promulg como Ley, aquel proyecto antes mencionado; c) en
1986, defend exitosamente mi tesis doctoral titulada El Ombudsman:
defensor del pueblo y de las instituciones republicanas; d) en 1987 se
public la primera edicin de una obra que llevaba el mismo nombre de
dicha tesis; e) en 1993, tambin como Ministro de Justicia propici la
creacin, por Decreto 1598, del primer Ombudsman sectorial del pais,
llamado Procurador Penitenciario (hoy previsto por la ley 25.875); f) durante
todos esos aos me fui especializando en materia de Ombudsman o
Defensor del Pueblo, asistiendo a congresos nacionales e internacionales;
g) obviamente desconoca que aquellos dos factores fundamentales:
Providencia y Poltica, me iban permitir constituirme en el primer Defensor
del Pueblo de la Nacin y como tal fundador de la Institucin en el orden
nacional; ello se concret el 17 de octubre de 1994 cuando asum la
honrosa misin de fundar una Institucin que ya contaba, desde agosto del
mismo ao, con sustento constitucional; h) durante los aos de mi mandato
alcanc el honor de constituirme en el primer latinoamericano e hispano
parlante que fue investido como Presidente del Instituto Internacional del
Ombudsman (IOI), institucin de carcter internacional que agrupa a todos
los Ombudsman del mundo; i) cumplido mi mandato no abandon la pasin
y compromiso por esta benfica figura; continu difundiendo sus ventajas,
perfiles, debilidades y posibilidades de extensin al mbito privado ; j) as
las cosas, en la actualidad, desde el ao 2007 estoy ejerciendo el cargo de
Defensor del Asegurado que se ha constituido en el primer Ombudsman
sectorial privado del paspor lo visto mi compromiso y relacin con el
Ombudsman parecen no tener fin(2)
Aclarado entonces el primer punto del ttulo de este apartado, voy a encarar
el segundo que se refiere a su gnesis normativa. Como sealaba en el
prrafo precedente, mediante la ley 24.284 se cre la Defensora del Pueblo
como una institucin independiente que, actuando en el mbito del
3
Congreso de la Nacin, tena (tiene) como misin la proteccin de los
derechos e intereses de los individuos y la comunidad frente a los actos,
hechos y omisiones de la administracin pblica nacional que impliquen el
ejercicio ilegtimo, defectuoso, irregular, abusivo, arbitrario, discriminatorio,
negligente, gravemente inconveniente o inoportuno de sus funciones,
incluyendo aquellos capaces de afectar los intereses difusos o colectivos.
Al ser sancionada la reforma constitucional de 1994, se incorpor como
artculo 86 una norma que prescribe El Defensor del Pueblo es un rgano
independiente instituido en el mbito del Congreso de la Nacin, que
actuar con plena autonoma funcional, sin recibir instrucciones de ninguna
autoridad. Su misin es la defensa y proteccin de los derechos humanos y
dems derechos, garantas e intereses tutelados en esta Constitucin y las
leyes, ante hechos, actos u omisiones de la Administracin; y el control del
ejercicio de las funciones administrativas pblicas. El Defensor del Pueblo
tiene legitimacin procesal. Es designado y removido por el Congreso con el
voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de cada una de
las Cmaras. Goza de las inmunidades y privilegios de los legisladores.
Durar en su cargo cinco aos, pudiendo ser nuevamente designado por
una sola vez. La organizacin y funcionamiento de esta institucin sern
regulados por una ley especial.
Ante dos normas sucesivas que regulan la misma figura, aunque de distinto
rango jurdico, una legal y otra constitucional, cabe formular algunas
consideraciones. La primera: cules son las diferencias entre una figura y
la otra? La segunda: pueden compatibilizarse ambas?
En primer lugar quiero sealar que la institucin es la misma; lo que
diferencia a una reglamentacin de la otra, adems del rango jurdico antes
apuntado, son las funciones y las facultades que tiene asignadas para el
cumplimiento de las mismas. La primera reglamentacin, prevista por la ley
24.284, luego modificada parcialmente por la ley 24.379, configur al
Defensor del Pueblo de acuerdo al modelo clsico europeo de origen
nrdico donde la figura, tradicionalmente, no necesit de otro recurso que la
persuasin para cumplir su cometido; como su actividad estaba limitada a lo
que se denomina maladministration o disfuncionalidades administrativas,
ningn compromiso tena con los derechos humanos; en cambio, la
Constitucin Nacional le ha asignado dos funciones diferentes, aunque
complementarias: a) la defensa y proteccin de los derechos humanos y
dems derechos, garantas e intereses tutelados en la misma Constitucin
Nacional, los tratados y las leyes; b) el control del ejercicio de las funciones
administrativas pblicas. Defensa y control son, entonces, funciones
diversas pero complementarias; el fundamento de esta afirmacin reside en
que en todas las actuaciones promovidas, invariablemente, comienza
defendiendo y termina controlando o a la inversa, empieza controlando y
termina defendiendo los derechos aludidos.
La otra diferencia fundamental entre las dos normas antes sealadas y que
le asigna un matiz peculiar a la conformacin constitucional, consiste en la
atribucin de la facultad de actuar procesalmente mediante la legitimacin
procesal. El diseo que el constituyente le ha otorgado al Defensor del
Pueblo de la Nacin al conferirle legitimacin procesal, lo ubica a la
vanguardia de los modelos vigentes en el derecho comparado; es que,
4
adems de la clsica atribucin de convencer antes que vencer, de
persuadir antes que sancionar,incidir antes que decidir, le atribuy la
posibilidad de acudir a los estrados de la Justicia (y de la propia
Administracin) para interponer acciones y recursos.
La Institucin del Defensor del Pueblo ha interesado desde su nacimiento a
la doctrina; dentro de esa variedad destaco, sin embargo, por su enjundia y
profundidad dos estudios muy valiosos; el de la Dra. Susana G. Cayuso
titulado El Defensor del Pueblo de la Nacin. Consecuencias de su
reconocimiento constitucional (3) y el de la Dra. Maria del Carmen
Jeanneret de Perez Cortes que lleva por ttulo La legitimacin del afectado,
del Defensor del Pueblo y de las asociaciones. La reforma constitucional de
1994 y la jurisprudencia. (4) Y han sido la legitimacin del Defensor del
Pueblo y la interpretacin que la jurisprudencia le ha atribuido a su ejercicio
a travs del tiempo, los temas que han concitado la mayor atencin por
parte de la doctrina que se ocup de la Institucin. No es para menos dado
que la Constitucin Nacional le atribuy a un ente estatal la facultad de
promover, ante la Justicia, acciones y recursos para el cumplimiento de sus
funciones y, en la mayor parte de los casos en que lo ha hecho, es el propio
Estado el sujeto demandado. Toda una novedad.
Sobre el alcance de sus competencias, es necesario precisar que la funcin
de defensa y proteccin de los derechos humanos en general la ejercita
ante los actos, hechos u omisiones de las Administracin (en sentido
orgnico), mientras que la funcin de control del ejercicio de las funciones
administrativas pblicas (en sentido material) tiene una extensin tal que le
permite extender su mbito de accin, tanto a las empresas privadas que
prestan servicios pblicos como a todos los rganos que las ejercen dentro
de la estructura del Estado; esta posicin ha sido acertadamente expresada
argumentando que el Defensor puede, por la Constitucin, tomar
injerencia en el modo en que se administra el servicio de justicia; o en
aquellas otras funciones administrativas que ejercen, por ejemplo, el
Consejo de la Magistratura o an el Poder Legislativo (5)
Como el tratamiento del tema ofrece variadas aristas de enfoque, he
decidido abordarlo desde las siguientes pticas: 1.en qu consiste la
legitimacin que la Constitucin Nacional le atribuye al Defensor del Pueblo
de la Nacin?; 2.qu son los derechos de incidencia colectiva?: 3. cmo
debe interpretarse el artculo 86 de la Constitucin Nacional frente al
artculo 43 de la misma norma?; 4. qu tipo de acciones puede interponer
el Defensor del Pueblo de la Nacion y cules son las que no puede
interponer?; 5.puede presentarse como parte interesada en el
procedimiento administrativo?; 6.qu interpretacin le ha dado la
jurisprudencia a esa legitimacin procesal?
3. Qu es la legitimacin del Defensor del Pueblo?
La legitimacin, en palabras de Couture, es la posibilidad de ejercer en
juicio la tutela del derecho (6). Es pues, un medio valioso con que cuenta la
institucin del Ombudsman nacional para cumplir su misin de defensa y
5
proteccin de los derechos humanos y de control del ejercicio de las
funciones administrativas pblicas. En todo caso, agrega al clsico matiz
persuasorio de la figura del Ombudsman, la moderna facultad impugnatoria.
Tngase presente que esta no es una atribucin de los Ombudsman
clsicos y s una manifestacin de una nueva generacin de estas
Instituciones. El fundamento de la atribucin de legitimacin procesal al
Defensor del Pueblo radica, prioritariamente, en la necesidad de asignarle a
esta figura un instrumento ms efectivo y contundente que el mero poder
moral. No olvidemos que nuestras sociedades no tienen, en este aspecto, el
desarrollo que otras de pases ms avanzados; en estos, por ejemplo, los
del Norte de Europa, la sola inclusin del nombre de un funcionario
cuestionado en los Informes Anuales que el Ombudsman presenta ante el
Parlamento, implica una descalificacin de tal importancia que lo obliga
moralmente a renunciar a su cargo. Esa mayor conciencia ciudadana y
mayor respeto a la ley convierten en innecesaria esta facultad que, sin
embargo, en nuestro caso, es un arma fundamental para las funciones que
tiene asignada la Institucin.
4. Qu son los derechos de incidencia colectiva?
Una de las modificaciones de mayor significacin jurdica que ofrece la
Constitucin Nacional, segn su reforma de 1994, es el reconocimiento de
la categora de los derechos de incidencia colectiva que supera a la que
se conoca doctrinariamente, hasta su sancin, como intereses difusos,
supraindividuales, meta jurdicos o meta individuales. Obviamente escasa
trascendencia hubiera tenido ese reconocimiento si no se hubiera atribuido
a un sujeto la defensa de los mismos. Y es aqu donde se conjugan la
institucin del Defensor del Pueblo de la Nacin y estos modernos
derechos.
En realidad, el ensanchamiento de la base de la legitimacin procesal es
una de las facetas naturales de la modernizacin del derecho, que ya no
solo admite la mera demanda individual del portador de un derecho
subjetivo, sino, adems, la de otras personas menos aforadas pero que no
obstante alcanzan a exhibir un grado de inters suficientemente protegido
como para pasar el umbral de los tribunales. El reconocimiento o no de la
existencia de derechos colectivos a favor de determinados grupos o
colectividades, ha devenido en una de las cuestiones jurdicopolticas ms
interesantes del momento.
Hay numerosos derechos (derecho a la vida, a la libertad personal, a la
dignidad, a la libertad de pensamiento) que son perfectamente ejercitables y
aplicables en forma individual. Junto a ellos existen, sin embargo, otros
derechos de carcter social o poltico (huelga, asociacin, reunin) cuya
puesta en prctica slo tiene sentido si se ejercita en forma colectiva. No
parece caber duda alguna, por lo tanto, en lo referente a la posibilidad de un
ejercicio colectivo de los derechos humanos.
Un tanto ms polmica resulta la posibilidad del reconocimiento de una
titularidad colectiva de los derechos humanos. Esta es una cuestin sobre la
6
que han corrido ros de tinta y de sangre desde los inicios de este siglo.
Ya en los tratados posteriores a la I Guerra Mundial se le otorg, por
ejemplo, una atencin especial a la proteccin de las minoras tnicas.
Sin embargo, fueron las Naciones Unidas quienes a travs del Pacto de
Derechos Civiles y Polticos de 1966, otorgaron carcter oficial al
reconocimiento y garanta de ciertos derechos colectivos, tales como el
derecho a practicar la religin en comunidad con otros, el derecho a la
proteccin de la familia por parte del Estado. Particularmente explcito
resulta el articulo 27 del citado Pacto, el cual prescribe que ...en los
Estados en que existan minoras tnicas, religiosas o lingsticas, no se
negara a las personas que pertenezcan a dichas minoras el derecho que
les corresponde, en comn con los dems miembros de su grupo, a tener
su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religin, y a emplear
su propio idioma.
Lo cierto es que los hombres del mundo convocados por el prembulo
constitucional argentino, son tratados luego como habitantes, nacionales
y extranjeros, ciudadanos, esclavos, personas, autor e inventor,
propietario, reos detenidos; hombres en la redaccin de 1853/1860,
sumndose luego otros conceptos como trabajadores y familia, en 1957
y ahora, por virtud de la reforma constitucional varones y mujeres,
indgenas, usuarios y consumidores.
Como sostiene Gurutz Juregui ...el grado de reconocimiento de estos
derechos ha alcanzado una notable intensidad. As lo demuestra la
configuracin de una categora de derechos colectivos a los que la doctrina
anglosajona ha denominado derechos de la tercera generacin, para
diferenciarlos de los derechos individuales y poltico sociales clsicos. (7)
El sentido autntico que dio lugar al nacimiento de los derechos colectivos
fue la necesidad de complementar y perfeccionar los derechos individuales
en su contexto social. Los derechos colectivos permitieron pasar a la
defensa del ser humano genrico o abstracto, al ser humano en la
especificidad o en la concrecin de sus diversas maneras de estar en la
sociedad, de pertenecer a una sociedad (como nio, usuario, viejo,
trabajador, jubilado, aborigen, enfermo).
El liberalismo tuvo la gran virtud de crear y establecer normas dirigidas a
proclamar y promover la autonoma de las personas otorgndoles, a travs
de la ciudadana, la titularidad y el ejercicio de derechos subjetivos. Pero
ello resultaba insuficiente. Las personas no eran ni son tomos aislados,
sino que deben individualizarse por va de la socializacin. De ah la
necesidad de estructurar, junto a los derechos individuales, una serie de
derechos colectivos. Primero fueron los derechos sociales y econmicos
gracias a la presin de la clase trabajadora; posteriormente, los derechos
culturales; ms recientemente los llamados derechos de la tercera
generacin (derecho al desarrollo, a un medio ambiente equilibrado, a la
proteccin de sus derechos como usuarios y consumidores, etctera).
Gran parte de la historia del mundo en los dos ltimos siglos se explica por
la presencia y accin de numerosos colectivos (movimiento obrero,
feminista, pacifismo, ecologa, anticolonialismo, derechos de los
inmigrantes, de los pueblos indgenas, etctera).
7
En todo caso hay que considerar a los derechos colectivos en nuestra
Constitucin Nacional llamados de incidencia colectiva , como un elemento
indispensable para un eficaz y ms adecuado desarrollo de todos y cada
uno de los individuos en si mismo considerados. Se trata de lograr que los
seres humanos logren, uno a uno considerados, un mejor desarrollo
individual, una dignidad y libertad ms acordes con las circunstancias
concretas en las que les ha tocado vivir en sociedad.
La incidencia colectiva no convierte al colectivo en una mera suma de
daos singulares, quebrando la unidad sustancial del colectivo. La
incidencia colectiva es una manera elegida por el constituyente para
denominar a la tutela de los derechos colectivos de la sociedad, en su
conjunto o de cada sector social. El colectivo, como centro de imputacin de
normas ha quedado consolidado por la legitimacin que el constituyente le
ha otorgado al Defensor del Pueblo de la Nacin quien acta en defensa de
todo el pueblo o de cada sector afectado.
El Defensor del Pueblo se constituye en un legitimado extraordinario, con
caractersticas especficas. El ordenamiento jurdico contempla, sin
embargo, casos de legitimacin anmala o extraordinaria que se
caracterizan por la circunstancia de que resultan habilitadas para intervenir
en el proceso, como partes legtimas, personas ajenas a la relacin jurdica
sustancial en el que aquel se controvierte. En estos casos se produce una
disociacin entre los sujetos legitimados para demandar y los sujetos
titulares de la respectiva relacin sustancial. El Defensor del Pueblo no
defiende un derecho propio sino un derecho colectivo; l tiene la misin de
representar a ese colectivo y de defenderlo a travs de la legitimacin. (8)
Tal como en su momento lo hizo con el amparo en los casos Siri (9) y Kot
recientemente la Corte Suprema de Justicia de la Nacin ha renovado
su activismo judicial al dictar un pronunciamiento que matiza el alcance de
los derechos de incidencia colectiva, es decir, que va ms all del precepto
previsto en el artculo 43 de la Constitucin Nacional; al resolver el caso
Halabi (11) efecta la siguiente clasificacin de los derechos: a) derechos
individuales; b) derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto
bienes colectivos o comunes y c) derechos de incidencia colectiva
referentes a intereses individuales homogneos (12). En el primer caso, la
regla general de legitimacin consiste en que los derechos sobre bienes
jurdicos individuales deben ser ejercidos por su titular; en este caso, es
evidente que el Defensor del Pueblo de la Nacin no debe ejercitar su
legitimacin en defensa de derechos subjetivos individuales que tienen el
carcter singular de su exclusividad o egosmo; en el segundo caso, se
trata de derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos siendo los legitimados para defenderlos el particular afectado, el
Defensor del Pueblo y asociaciones que concentran el inters colectivo. Los
bienes que se protegen por esta accin que deriva del artculo 43 de la
Constitucin Nacional, no pueden ser objeto de apropiacin individual en
cuanto, por pertenecer a toda la comunidad, son indivisibles.
La tercera categora de derechos tutelados por la accin de amparo del
artculo 43, segundo prrafo, es la de los derechos de incidencia colectiva
referentes a intereses individuales homogneos como es el caso de los
(10),
8
derechos personales o patrimoniales derivados de afectaciones al ambiente
y a la competencia, de los derechos de los usuarios y consumidores como
de los derechos de sujetos discriminados. (13) Aqu no hay un bien colectivo
sino derechos individuales enteramente divisibles.
Se abre, pues, una alternativa para que el Defensor del Pueblo acte en
defensa de esos derechos de incidencia creados por la iniciativa judicial,
ms all de que ellos tengan la condicin de intereses individuales. Lo que
le permite al Defensor del Pueblo actuar en este tipo de procesos no es el
inters individual sino la condicin primaria de derechos de incidencia
colectiva.
5. Cmo se armonizan los artculos 86 y 43 de la Constitucin
Nacional?
El problema acerca de cmo debe interpretarse el artculo 86 de la
Constitucin Nacional surge porque existe otro precepto, artculo 43, que
regula la intervencin del Defensor del Pueblo en defensa de los derechos
de incidencia colectiva. Ese artculo 43 prescribe en la parte pertinente
Podrn interponer esta accin (de amparo) contra cualquier forma de
discriminacin y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la
competencia, al usuario y al consumidor, as como a los derechos de
incidencia colectiva en general, el afectado, el Defensor del Pueblo y las
asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la
que determinar los requisitos y formas de su organizacin.
Acertadamente sostiene Cayuso que desde la reforma constitucional el
accionar del Defensor del Pueblo se ha visto fuertemente condicionado por
el alcance que a las normas constitucionales e infraconstitucionales le han
asignado principalmente algunos sectores de la doctrina y del Poder
Judicial (14); ms adelante me dedicar a analizar las etapas y las
razones que ha esgrimido la Jurisprudencia para condicionar el ejercicio de
esa facultad; ahora, cabe resolver la aparente confrontacin entre la norma
especfica del artculo 43, que solo habilita al Defensor del Pueblo para
accionar por la va del amparo, y el articulo 86 que, sin ambages, expresa
con claridad Tiene legitimacin procesal; digo aparente
confrontacin porque una interpretacin armnica e integradora no debe
terminar limitando o condicionado la voluntad del constituyente; lo que quiso
la Convencin Constituyente fue incorporar una nueva institucin de
defensa de los derechos fundamentales y de control de la actividad
administrativa atribuyndole puntualmente una facultad que la ley 24.284,
vigente al momento de ser sancionada la reforma constitucional, no le habia
atribuido en su diseo legal (15); y esta facultad o atribucin, que es la
legitimacin, no puede ser menguada por una interpretacin mezquina; as
entonces, como lo ha sostenido la doctrina ms relevante (16), el principio
general radica en el artculo 86 mientras que el artculo 43 es solo una
muestra puntual del ejercicio de esa legitimacin; no en vano dicha norma
est prevista cuando el convencional regul la figura del amparo colectivo;
por ello, los supuestos del artculo 43 (proteccin contra la discriminacin,
proteccin de los derechos ambientales; de la competencia; de los usuarios
9
y consumidores y de incidencia colectiva) son casos enunciativos que
permiten la aplicacin del principio general. En otros trminos, la
legitimacin del artculo 86 no se agota con la enumeracin del artculo 43.
Debe advertirse que el artculo 43 citado distingue, en la procedencia del
amparo, tres categoras diversas de sujetos que pueden reclamar ante el
acto ilegtimo, la agresin discriminatoria, la proteccin del consumidor, la
defensa al medio ambiente sano y ecolgicamente equilibrado o los de
incidencia colectiva en general: a) el afectado; b) el Defensor del Pueblo (de
la Nacin) y c) las asociaciones registradas.
Quiroga Lavi ha sostenido que La legitimacin del Defensor del Pueblo
(de la Nacin) para interponer amparos judiciales en representacin del
pueblo pone de manifiesto, ahora de una manera inequvoca, que el
derecho protegido no es un derecho individual de incidencia colectiva, sino
que es grupal. A qu viene lo de la incidencia colectiva resulta vlido
preguntarse. Tiene el sentido de definir el efecto de la legitimacin de
rganos que no actan en nombre propio, sino a nombre del sector o clase
grupal, cuyos derechos colectivos se encuentran afectados. La incidencia
cumple la funcin de personificar el ente colectivo (sociedad o grupo social
de pertenencia), a partir de la legitimacin procesal que no es la accin
popular. En el caso del Defensor del Pueblo (de la Nacin), no podra actuar
si no hubiera un pueblo a quien l representa o defiende, por imperio de la
Constitucin. Se corrobora esta funcin del Defensor con la competencia
que a dicho rgano del Estado le reconoce el art. 86 de la Constitucin
Nacional cuando en su segundo pargrafo sostiene que el Defensor del
Pueblo tiene legitimacin procesal (17). Es que el amparo es una va
procesal de excepcin, con lo cual el constituyente razonablemente pudo
entender la necesidad de corroborar la legitimacin genrica con la
posibilidad de utilizar esta accin especial para que no existan dudas a ese
respecto. El mismo autor, Quiroga Lavi ha sealado que con la
legitimacin asignada por el artculo 43 de la Constitucin Nacional se
corrobora la competencia que a dicho rgano le reconoce el artculo 86 de
la Constitucin Nacional cuando en su segundo prrafo sostiene que el
defensor del pueblo tiene legitimacin procesal.
En coincidencia con esa posicin, Gozaini afirma: ...En Argentina, la
legitimacin procesal que se otorga al Defensor del Pueblo es
representativa. Tiene legitimacin procesal, dice la Constitucin, de forma
que no se analiza ni piensa en el vnculo obligacional que debe portar quien
deduce un reclamo ante la justicia, sino, antes que nada, en la importancia
de los valores que defiende. (18)
En virtud del artculo 86 antes citado, el Defensor del Pueblo de la Nacin
siempre legitimacin procesal. Ello implica que los jueces no pueden, bajo
ningn aspecto, denegar esa legitimacin. Esa sola posibilidad atentara
contra las funciones que la Constitucin le ha atribuido. Por ello ha
sostenido el maestro Bidart Campos que la legitimacin procesal es una
herramienta de primer orden en la apertura de las rutas procesales que
poco o nada valen las garantas y las vas idneas si el acceso a la justicia
se bloquea en perjuicio de quien pretende su uso y le deniegan la
legitimacin. (19)
10
Con relacin al tema de los derechos de incidencia colectiva y,
indirectamente al ejercicio de la legitimacin del Defensor del Pueblo, se
plantea una cuestin harto interesante: los derechos previstos en el artculo
43 constituyen una limitacin a la posibilidad de otros no previstos? o, por
el contrario, son parte de una nmina puramente enunciativa? La cuestin
reviste singular importancia porque de plantearse la segunda alternativa
podran abrirse otros campos de accin del Defensor del Pueblo.
Yo sostengo que esa nmina es solamente enunciativa; es decir, contempl
los derechos que los convencionales constituyentes consideraron
prioritarios en ese momento - ao 1994 - pero no impiden la inclusin de
otros valores, derechos o demandas que tiene la sociedad hoy y que
pueden resultar prioritarias con respecto a alguna de las que fueron
previstas hace ya 16 aos; asi, por ejemplo, quin puede negar que la
inseguridad es hoy ms que una sensacin?, es un verdadero flagelo que a
todos nos afecta en acto o en potencia; si ella es una demanda de la
sociedad de nuestros das, que no fue prevista puntualmente en 1994,
constituye entonces un derecho y quienes estn obligados a proveerla, son
los gobernantes, representantes del Estado.
Antes de la reforma constitucional de 1994, los derechos considerados
"implcitos" slo surgan del artculo 33 de nuestra Ley Suprema, el cual
establece que "las declaraciones, derechos y garantas que enumera la
Constitucin, no sern entendidos como negacin de otros derechos y
garantas no enumerados, que nacen del principio de la soberana del
pueblo y de la forma republicana de gobierno. Este artculo 33 no fue
previsto en la Constitucin de 1853 y fue incorporado en la reforma de 1860
propuesta por Buenos Aires y tiene como fuente a la enmienda IX de la
Constitucin Norteamericana.
Dicho artculo 33 tiene por fin evitar que "la autoridad pblica, los
particulares o grupos que stos forman, puedan desconocer derechos y
garantas esenciales del hombre, del sistema republicano y de la soberana
del pueblo, por el solo hecho de no estar enumerados formalmente, sea por
enumeracin imperfecta, por omisin involuntaria o porque no pudieron ser
previstos cuando se sancion la Constitucin" (20). La existencia de normas
de esta ndole resulta necesaria para hacer efectiva la
proteccin
constitucional de los nuevos derechos y garantas que vayan apareciendo
como consecuencia de las nuevas necesidades de los habitantes de un
determinado Estado. (21)
En la actualidad, ese artculo 33 de la Constitucin Nacional, luego de que
la reforma constitucional de 1994 incorporara con rango constitucional
diversos tratados sobre Derechos Humanos (art. 75 inc. 22 de la C.N.),
debe interpretarse en el sentido de que los derechos enumerados en los
instrumentos internacionales "constitucionalizados" han pasado a
enriquecer la enumeracin efectuada en nuestra Carta Fundamental. (22)
Si bien los derechos de la tercera generacin surgen expresamente de los
arts. 41 y 42, referidos al derecho a un medio ambiente sano y a la tutela de
los usuarios y consumidores, respectivamente, cabe destacar la generosa y
amplia frmula que se desprende del art. 43 de nuestra Ley Suprema.
11
Dicha norma, al referirse a la accin de amparo establece en su segunda
parte que "...Podrn interponer esta accin contra cualquier forma de
discriminacin y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la
competencia, al usuario y al consumidor, as como a los derechos de
incidencia colectiva en general...". De esta forma, el constituyente de 1994
nos ha sealado que "los arts. 41 y 42 configuran una especie de los
denominados 'derechos de incidencia colectiva' y se ofrece amparo, no slo
a fin de la proteccin de los explcitamente incorporados al texto, sino
tambin respecto a los restantes derechos de incidencia colectiva, en
general".
A lo precedentemente indicado, cabe agregar lo normado en el artculo 29,
inciso c) de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos en tanto
establece que "Ninguna disposicin de la presente Convencin puede ser
interpretada en el sentido de: c)..."excluir otros derechos y garantas que
son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrtica
representativa de gobierno...". Por todo ello, el Defensor del Pueblo est
facultado para promover las acciones judiciales necesarias a fin de que las
autoridades responsables brinden la seguridad que la sociedad reclama.
En idntico sentido, tambin la sociedad en general resulta titular de otro
derecho de incidencia colectiva que se ha ido perfilando paulatinamente
como tal al amparo de las normas nacionales e internacionales sancionadas
recientemente: el derecho a la transparencia en la gestin pblica (por
ejemplo, las cifras del INDEC o el financiamiento de las campaas
polticas); no olvidemos que si la polucin agravia al medio ambiente y
afecta la calidad de vida de la sociedad, la corrupcin (secuela de la falta
de transparencia) agravia la calidad de las instituciones de una sociedad. Y
el Defensor del Pueblo de la Nacin tanto por la va del control del ejercicio
de las funciones administrativas pblicas como por la proteccin de los
derechos humanos, est habilitado para interponer acciones judiciales
tendientes a la defensa de la transparencia como un nuevo derecho de
incidencia colectiva (23)
12
iniciando el proceso ante la CIDH. En ese mltiple carcter puede
demandar, querellar, recurrir, reclamar, denunciar, los actos hechos u
omisiones lesivos a los derechos y garantas mencionados. (25)
Como lo expondr posteriormente, existen antecedentes jurisprudenciales
en los cuales se admiti la legitimacin del Defensor del Pueblo ante
tribunales provinciales en defensa de derechos humanos.
ntimamente vinculada al tema que abordara en los prrafos anteriores, se
encuentra otra de no menor importancia: en qu casos no puede ejercer
esa legitimacin el Defensor del Pueblo de a Nacin?
A mi juicio aqu la cuestin no ofrece dudas: el Defensor del Pueblo de la
Nacin que tiene atribuida la legitimacin procesal para el ejercicio de las
funciones asignadas por la Constitucin Nacional, no puede utilizarla como
si fuera un abogado particular; es decir, en otros trminos, su presentacin
ante la Justicia debe estar comprometida con la defensa de derechos
colectivos, no subjetivos. (26) El Defensor del Pueblo de la Nacin no es
abogado de parte, es abogado del pueblo, de la sociedad y, en este sentido,
la accin judicial esta reservada para la defensa de los derechos de
incidencia colectiva o derechos colectivos, no individuales; si fuera abogado
en causas individuales ello implicara una arbitraria invasin en las
funciones propias de todo profesional del Derecho. Vale, en ese sentido,
efectuar una aclaracin en orden a la congruencia de la ley 24.284 y el
artculo 86 de la Constitucin Nacional. La ley 24.284, que acta como
orgnica de la Institucin, fue sancionada antes que la Constitucin
Nacional y solo prev la actuacin del Defensor del Pueblo ante la
Administracin; nada estableci sobre su actuacin ante la Justicia; por ello
guard silencio sobre su legitimacin procesal; fue la Constitucin Nacional
la que le asign esa facultad; por ello, ante la Administracin s puede
actuar ante la vulneracin tanto de derechos individuales como de derechos
colectivos; en cambio, segn la Constitucin Nacional, la legitimacin est
vinculado solo a valores colectivos, valores de los cuales es titular la
sociedad o un grupo de la misma.
Antes de ahora expres que estamos ante un verdadero abogado de la
sociedad, que acta por la sociedad cuando sus derechos son vulnerados.
Y son los derechos de incidencia colectiva, no los individuales, los que
motivan su actuacin; no es abogado de parte sino abogado de la
sociedad porque ella, a diferencia de lo que aconteci hasta 1994, es titular
de derechos; por ejemplo, derecho a un medio ambiente sano, a la
proteccin de su patrimonio histrico, cultural, entre otros. No es un
Defensor oficial sino, precisamente, como su denominacin lo indica, un
Defensor del Pueblo y de los derechos de los cuales ese Pueblo resulta
titular. (27)
Puede presentarse como parte interesada en el procedimiento
administrativo?
El tema que abordo a continuacin gira en derredor de analizar la
posibilidad de que el Defensor del Pueblo de la Nacin utilice la
13
legitimacin procesal en sede administrativa. En el mbito nacional, la
norma procedimental por excelencia es la ley 19.549, vigente pacficamente
desde 1972; su decreto reglamentario original - 1759/2 - que luego fuera
modificado parcialmente por el decreto 1883/91, aprob el reglamento de
procedimientos administrativos; el articulo 3 prev Iniciacin del trmite.
Parte interesada. El trmite administrativo podr iniciarse de oficio o a
peticin de cualquier persona fsica o juridica, publica o privada, que
invoque un derecho subjetivo o inters legtimo; estas clsicas facultades
jurdicas que habilitan el acceso al procedimiento administrativo y al proceso
judicial en algunas jurisdicciones, se han visto superadas, en realidad,
enriquecidas con el ensanchamiento de esa base de legitimacin con la
aparicin de los derechos de incidencia colectiva. Si el Defensor del Pueblo
de la Nacin, por la va del artculo 86 de la Constitucin Nacional cuenta
con esa valiosa alternativa de utilizar la legitimacin procesal para
accionar judicialmente, tal como ejemplifica el artculo 43 por la va del
amparo colectivo, obviamente tambin podr presentarse en sede
administrativa; quien puede lo ms, es decir, acudir a Justicia, puede lo
menos, que es la instancia administrativa, previa a la judicial. Por ello no
cabe duda alguna que el Defensor del Pueblo est habilitado para
interponer denuncias, reclamos y recursos en sede administrativa,
obviamente siempre para el mejor cumplimiento de las funciones atribuidas.
(28)
14
cual se le ha asignado una misin especifica que no deja de ser original,
como se ver a continuacin.
1. El primer caso en el que se ejercit esa legitimacin fue a travs de una
accin de amparo interpuesta contra el Estado Nacional (Poder Ejecutivo
Nacional Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y
Culto) con el objeto de que adoptara las medidas necesarias para impedir el
trnsito por aguas territoriales argentinas y el ingreso a los puertos de
nuestro pas, del buque britnico Pacific Pintail, que transportaba plutonio
desde un puerto de Francia hacia Japn. Invoc la defensa de los derechos
que protegen al medio ambiente, vinculado ello con la prohibicin de
ingreso al territorio nacional de residuos radioactivos, establecida en el
ltimo prrafo del artculo 41 de la C.N. La legitimacin fue aceptada por el
Tribunal interviniente, Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Contencioso Administrativo Federal n 11 y por el demandado quien no
formul reparos sobre el particular. Una vez producido el informe previsto
por el artculo 8 de la ley n 16986, la causa devino abstracta ya que al
momento de dictar sentencia, ya se haban dictado las disposiciones
administrativas pertinentes prohibiendo el ingreso del citado buque a las
aguas territoriales argentinas. (29)
2. Un pronunciamiento singular, que reviste indudable importancia y que se
ha convertido en un caso testigo para el futuro de la Institucin, fue la
sentencia dictada por la Cmara 3 del Crimen de General Roca en los
autos Defensor del Pueblo de la Nacin Dr. Jorge Luis Maiorano. La causa
se origin en una actuacin de oficio promovida por la Institucin y en la
cual se investigaba la violacin a los derechos humanos en la Crcel de
Encausados de aquella ciudad de Ro Negro. Tras la denuncia formulada,
funcionarios de la Institucin se trasladaron a Gral. Roca y visitaron la
Alcalda, comprobando que los detenidos en esa dependencia estaban
sometidos a un tratamiento que implicaba una clara violacin al sistema
constitucional nacional e internacional. Ante tan manifiesta situacin
violatoria de los derechos humanos, el Defensor del Pueblo decidi
promover una accin judicial de amparo contra el Gobierno de la Provincia.
Se trataba de la primera oportunidad en que la Institucin del Ombudsman
nacional empleaba la facultad de la legitimacin procesal ante autoridades
provinciales. Debo reconocer que, en alguna medida, intua que la Justicia
local poda denegar la accin basada en una interpretacin aislada de las
normas. Advirtase que no se trataba de un establecimiento penitenciario
federal (el cual queda directamente alcanzado por la competencia de la Ley
orgnica del Defensor del Pueblo); era un instituto provincial, bajo la
responsabilidad de autoridades locales.
La accin fue fundamentada en la violacin de los artculos 18 y 23 de la
Constitucin Provincial; 18, 31 y 75, inciso 22 de la Constitucin Nacional;
art. XXV de la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre; art. 5 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos; art. 5,
incisos 2, 4, 5 y 6 del Pacto de San Jos de Costa Rica; los arts. 7 y
10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (ley 23.313) y
art. 16.1 de la Convencin contra la Tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanas o degradantes (ley 23.338). El Tribunal acogi favorablemente la
accin incoada y conden al Poder Ejecutivo provincial a subsanar las
15
diversas falencias comprobadas en plazos que iban de treinta das a un
ao, bajo el apercibimiento de disponer la libertad de cada uno de los
detenidos o su prisin domiciliaria.
Sobre este importante precedente jurisprudencial, sostuvo Quiroga Lavi
que el Defensor del Pueblo de la Nacin no puede declinar su
competencia cuando un derecho humano, tutelado por la Constitucin
Nacional, se encontrare afectado por cualquier autoridad. La interpretacin
tiene lgica, porque si la doctrina y el propio legislador nacional han
entendido que es competencia del Congreso de la Nacin legislar sobre las
garantas procesales que permiten hacer efectivos los derechos
reconocidos en la Constitucin Nacional, no obstante que la materia
procesal sea materia legislativa reservada a favor de las provincias (por eso
hay leyes federales de amparo y hbeas corpus), pues es tambin lgico
que el Defensor del Pueblo no pueda inhibirse de realizar su intervencin
tutelar ante la violacin a un derecho de la Constitucin, sea quien fuere el
agente de la violacin. Estamos frente a una mutacin praeter legem, es
decir ampliativa de la competencia federal de cara a la tutela de los
derechos fundamentales de todos los habitantes de la Nacin (30)
3. Tal vez uno de los casos ms resonantes fue el caratulado Fras Molina
Nelida N. c. Caja Nacional de Previsin de la Industria, Comercio y
Actividades Civiles y Fras Molina Nelida N. c. Caja Nacional de Previsin
para el Personal del Estado y Servicios Pblicos en los cuales,
inicialmente, el Defensor del Pueblo exhort al Alto Tribunal a resolver ms
de 65.000 causas previsionales en trmite que llevaban varios aos de
demora; posteriormente, solicit ser tenido por parte y un pronto despacho,
siendo rechazada, en ambos expedientes la legitimacin invocada por
considerar: a) que el artculo 16 de la ley 24284 dispone que el Poder
Judicial queda exceptuado del mbito de competencia de la Defensora del
Pueblo; b) que, a la luz de ese precepto, el Defensor del Pueblo no est
legalmente autorizado en su competencia para investigar la actividad
concreta del Poder Judicial; c) que, menos an, estara legalmente
autorizado para promover acciones o formular peticiones ante el rgano
jurisdiccional respecto a actuaciones de cualquier tipo desarrolladas en el
mbito de dicho poder. (31)
Vale aqu recordar que, dando curso a las numerosas presentaciones que
recibi por parte de los afectados quienes peticionaban su intervencin, el
Defensor del Pueblo sostuvo que la injustificada demora en resolver las
causas aludidas implicaba una manifiesta violacin al precepto previsto por
el artculo 8 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos el cual
establece que toda persona tiene derecho a ser oda con las garantas y
dentro de un plazo razonable, por un Tribunal de justicia. En dichas causas
no solicit un pronunciamiento favorable en las causas pendientes; slo
pidi ser tenido como parte y, una vez aceptada tal peticin, urga un pronto
despacho en aquellas miles de actuaciones pendientes de resolucin. No
pidi ser tenido como parte en defensa de un derecho exclusivo o
excluyente sino en defensa de un derecho constitucional que afectaba a
una colmena de perjudicados es decir, una dimensin social que
solidariamente abraza intereses ajenos pero similares: son los de la
16
categora o grupo amenazados por igual con la violacin de eso que hemos
rotulado genricamente como derecho a la dignidad de la vida.
Dicho pronunciamiento fue severamente criticado por la doctrina
especializada teniendo en cuenta que: 1) la peticin del Defensor del
Pueblo no se formul en los trminos del artculo 16 citado, sino con
fundamento en el artculo 86 y concordantes de la Constitucin Nacional; 2)
que el Defensor del Pueblo no pretenda investigar a la Corte Suprema de
Justicia sino solo peda, una vez tenido como parte, un pronto despacho
para los miles de jubilados cuyos tiempos biolgicos no coinciden con los
tiempos procesales de la Corte Suprema. (32)
En cualquier caso, su presentacin logr el efecto deseado, aun a costa del
rechazo de su legitimacin, dado que habiendo planteado una demanda
contra el Estado Nacional ante la Comisin Interamericana de Derechos
Humanos el 06 de octubre de 1996, el mximo Tribunal de Justicia resolvi,
dos meses y dieciocho das despus, el caso Chocobar poniendo fin a
aquella situacin de denegacin de justicia que el Defensor del Pueblo
habia denunciado.
4. Un fallo de la Sala V de la Cmara Nacional de Apelaciones en lo Federal
y Contencioso Administrativo, en la causa Consumidores Libres
Cooperativa Limitada c/ Estado Nacional (33) pretendi avanzar en una
interpretacin cercenante de la legitimacin procesal atribuida por la
Constitucin Nacional. La Corte Suprema de Justicia de la Nacin por
mayora confirm el pronunciamiento. Para ello, si bien reconoci que el
artculo 43 otorga " legitimacin para promover la accin de amparo a
sujetos potencialmente diferentes de los afectados en forma directa", tal
ampliacin constitucional no importa la automtica aptitud para demandar.
Sobre el Defensor del Pueblo reiter la limitacin que surge de la ley
reglamentaria de la figura, conforme lo venia sosteniendo. Vale recordar, no
obstante, que el voto de la minora acogi la queja planteada por el
Defensor del Pueblo, declarando procedente el recurso extraordinario y
dejando sin efecto la sentencia apelada. Para ello, entendi que el a quo
omiti el anlisis normativo cuya ilegalidad y arbitrariedad manifiesta se
haba alegado a los efectos de la procedencia de la accin. En el
considerando 9 del voto se manifiesta que: "las razones antedichas son
suficientes para admitir los cuestionamientos del seor Defensor del Pueblo
de la Nacin en su presentacin directa".
La importancia de este pronunciamiento reside en que un sector de la
doctrina se apoy en ese recaudo para arrimar agua al molino de la
interpretacin estrecha de aquella legitimacin. (34). En esa oportunidad, la
citada Sala sostuvo que: ...la legitimacin procesal que indiscutiblemente
confiere al Defensor del Pueblo el prrafo 2 del artculo 86 de la
Constitucin Nacional, no es susceptible de ser infinitamente dilatada de
forma tal que sustente su intervencin judicial en defensa de la pura
legalidad. (35) La impugnacin cuestionaba el decreto 702/95 abiertamente
violario del orden jurdico; el Defensor del Pueblo invoc su funcin de
control del ejercicio de las funciones administrativas pblicas.
17
La doctrina ya haba denunciado la ...poca aficin que existe en el plano
jurisdiccional para recibir pretensiones que encaminen a un proceso donde
las partes no sean aquellas que vlidamente estn en condiciones de
demandar y resistir...la va judicial es reacia a soportar sujetos
impersonales, por cuanto se categoriza en posicin de privilegio la atencin
sobre los derechos subjetivos, sin permitir que los dems intereses tengan
recepcin ni cabida.... (36) Es que, segn se ha expresado, algunos jueces
prefieren cerrar las puertas de la legitimacin para as garantizar un
presunto marco de seguridad jurdica que se pretende con ello preservar.
(37)
18
de inconstitucionalidad del decreto 1517/98 mediante el cual fue elevada la
alcuota del IVA que tributaban las prestadoras de medicina prepaga,
rechaz la legitimacin procesal del Defensor del Pueblo, revocando la
sentencia de grado. El Alto Tribunal sostuvo que el artculo 86 de la
Constitucin Nacional no impeda que los jueces pudieran examinar, en
cada caso, "si corresponde asignar a aqul el carcter de titular de la
relacin jurdica sustancial".Reiter una vez ms el argumento de la ley
reglamentaria 24.284, agregando que no resultaba atendible la invocacin
de derechos de incidencia colectiva puesto que las personas y empresas
afectados ya haban promovido las respectivas acciones judiciales.
7, Posteriormente, se fueron sucediendo varios pronunciamientos en
diversas causas donde se examin tanto la legitimacin como el alcance de
la ley reglamentaria 24.284. En ese sentido se inscriben los autos Defensor
del Pueblo de la Nacin c/ Ministerio de Economa y Obras y Servicios
Pblicos s/ amparo en los cuales la Procuradora Fiscal analiz la
legitimacin procesal del Defensor del Pueblo a los fines de precisar si
exista caso o controversia; sostuvo que no se daba dicho supuesto "cuando
se procura la declaracin general y directa de inconstitucionalidad de las
normas o actos de los otros poderes" pues est ausente "la determinacin
del derecho entre partes adversas"; esa afirmacin fue acompaada con la
ratificacin del alcance de la ley reglamentaria del Defensor del Pueblo en
cuanto excluye del mbito de competencia de la figura al Poder Judicial,
reiterando que si "iniciada su actuacin se interpusiese por persona
interesada recurso administrativo o accin judicial, el defensor del pueblo
debe suspender su intervencin".La mayora de la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin acompa ese dictamen;(41) en otra causa Mondino
Eduardo R. (Defensor del Pueblo de la Nacin) la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin desestim la presentacin relativizando el alcance del
artculo 86 de la Constitucin Nacional toda vez que pareciera exigir que en
cada caso se deber comprobar "el carcter de titular de la relacin jurdica
sustancial en que se sustenta la pretensin".;(42) similares
pronunciamientos se dictaron en autos Asociacin de Esclerosis Mltiple
de Salta c. Ministerio de Salud s/amparo. (43)
8. En el ao 2004 se vislumbr un cambio de criterio en la Corte Suprema
de Justicia; anunciado en autos Asociacin de Superficiarios de la
Patagonia c/ Yacimientos Petrolferos Fiscales (44), se acentu en autos
Defensor del Pueblo de la Nacin c/ PEN M E- decreto 1738/92 y otro s/
proceso de conocimiento, (45) resueltos el 24 de mayo de 2005; en esa
ocasin, el Defensor del Pueblo promovi una demanda ordinaria a fin de
plantear la inconstitucionalidad de las normas que disponan el reajuste de
las tarifas del gas. Si bien la Corte Suprema rechaz el recurso por no
dirigirse contra una sentencia definitiva, no adopt posicin expresa
respecto a los cuestionamientos y alcances de la legitimacin del Defensor;
en cambio, la minora integrada por los Ministros Petracchi, Zaffaroni,
Lorenzetti y Maqueda, por sus propios votos, si bien coinciden en que las
impugnaciones no se refieren a una sentencia definitiva, afirman que, en el
marco del artculo 86 de la Constitucin Nacional, el Defensor del Pueblo
est habilitado para iniciar cualquier tipo de accin judicial. As, los Jueces
Petracchi, Zaffaroni y Lorenzetti destacan que no puede prosperar el
19
reconocimiento del accionar del Defensor en representacin de los
derechos de usuarios y, al mismo tiempo, intentar justificar que slo puede
ejercer aqulla en el contexto de una accin de amparo. Fundamentan su
posicin tanto en la interpretacin armnica de los artculos constitucionales
como en los debates llevados a cabo en la Convencin Constituyente
reformadora de 1994. Avanzan aun ms y rechazan la pretensin de vedar
al Defensor cuestionar o fiscalizar la actividad formal o material del
Congreso de la Nacin, toda vez que la nulidad de las normas
reglamentarias que se persigue se funda en la violacin expresa de la ley
de convertibilidad. Por su parte, el Ministro Maqueda sostiene que la
voluntad final del constituyente fue no limitar ni restringir la legitimacin
procesal del Defensor del Pueblo; por ello concluye que el funcionario tiene
facultad para promover todo tipo de acciones judiciales "en todo aquello que
hace a su competencia, tanto en el mbito nacional como ante rganos o
tribunales internacionales" (46); determina el alcance preciso y correcto de la
ley reglamentaria infraconstitucional y apoya la facultad del Defensor del
Pueblo para solicitar la declaracin de inconstitucionalidad de normas en las
que se funde el acto, hecho u omisin lesiva del derecho fundamental.
Este pronunciamiento, aun con las afirmaciones de solo algunos de los
miembros de la Corte Suprema de Justicia, adquiere un valor fundamental e
implica un antes y un despus en materia de legitimacin del Defensor
del Pueblo de la Nacin. Pone fin a una triste etapa en la cual el precepto
constitucional, tan claro e inequvoco, fue malformado por una interpretacin
mezquina y parcial de las normas en vigencia.
9. Durante el ao 2007, la Corte Suprema de Justicia tuvo ocasin de
pronunciarse favorablemente en diversas presentaciones que efectu el
Defensor del Pueblo de la Nacin; as, por ejemplo, en la causa Defensor
del Pueblo de la Nacin c/ Estado Nacional y otra (Provincia del Chaco) s/
proceso de conocimiento, promovi demanda contra el Estado Nacional y
la Provincia del Chaco a fin de que se los condene a adoptar las medidas
que resulten necesarias para modificar la actual condicin de vida de los
habitantes de la regin sudeste del Departamento General Gemes y
noroeste del Departamento Libertador General San Martn de esa provincia,
en su gran mayora pertenecientes a la etnia Toba, quienes se encuentran
en una situacin de emergencia extrema, con sus necesidades ms bsicas
y elementales insatisfechas. En tanto tramita el proceso ordinario, la Corte
Suprema de Justicia hizo lugar a una medida cautelar solicitada ordenando,
al Estado Nacional y a la Provincia del Chaco, el suministro de agua potable
y alimentos a las comunidades indgenas que habitan en la regin sudeste
del Departamento General Gemes y noroeste del Departamento Libertador
General San Martn de esa provincia, como as tambin de un medio de
trasporte y comunicacin adecuados, a cada uno de los puestos sanitarios.
(47)
20
de la Provincia de Buenos Aires, que padecen enfermedades oncolgicas,
en particular linfoma de hodgkin o mal de hodkin, el suministro de los
medicamentos para el tratamiento de esas patologas, tanto en sus
cantidades necesarias como as tambin en los perodos que corresponden
a su ingesta. La causa se origin con motivo de una presentacin efectuada
ante la Defensora por la madre del paciente, Carmen Lobo, quien peticion
en nombre de su hijo, Federico Hoppe, quien padece dicha enfermedad. La
Corte Suprema de Justicia hizo lugar a la accin y orden a la Provincia de
Buenos Aires el suministro al seor Hoppe de los medicamentos necesarios
para continuar con su tratamiento oncolgico, en el Hospital de Vicente
Lpez, en un plazo de cinco das. Este pronunciamiento guarda similitud
con el caso comentado en el apartado 5 del presente titulo y adquiere
singular relevancia a los efectos de resolver un tema que abordar ms
adelante, cual es el efecto de las sentencias que resuelven amparos o
acciones que interpone el Defensor del Pueblo; el tema, lo adelanto, radica
en resolver si el efecto es nter partes o, en cambio, se proyecta al colectivo
y alcanza efecto erga omnes. (48)
Un pronunciamiento del 26 de junio del 2007, si bien rechaz la accin de
amparo promovida por el Defensor del Pueblo de la Nacin contra el Estado
Nacional- Poder Ejecutivo- con motivo de los decretos que establecieron el
llamado corralito bancario, nros.1570/01 y 1606/01, contribuy
decididamente a marcar un lmite a la legitimacin del Defensor del Pueblo
que coincide con lo que vena sosteniendo en el apartado. Sostiene la
Corte Suprema que Queda exceptuada de la legitimacin del Defensor
del Pueblo contemplada en el art. 43, segundo prrafo, de la Carta Magna
la proteccin de los derechos que son de carcter patrimonial, puramente
individuales, cuyo ejercicio y tutela corresponde exclusivamente a cada uno
de los potenciales afectados (doctrina que surge de las causas "Colegio de
Fonoaudilogos de Entre Ros c/ Estado Nacional s/ accin de amparo"
[Fallo en extenso elDial - AA1C24], y "Cmara de Comercio, Industria y
Produccin de Resistencia c/ AFIP s/ amparo" agregando que "En
estos casos ser cada individuo, titular del derecho lesionado quien podr
demandar su reparacin. La reforma de 1994 de ningn modo ha querido
conferir la legitimacin al Defensor del Pueblo para reemplazar a los
particulares en la defensa de sus derechos patrimoniales."(49)
10. Otro trascendental pronunciamiento se produjo con motivo del caso
Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/daos y
perjuicios (daos derivados de la contaminacin ambiental del ro Matanza Riachuelo) donde se admiti la participacin del Defensor del Pueblo de la
Nacin, como tercero interesado en los trminos de la ley 25.675 y de
conformidad a lo previsto en el art. 90 del Cdigo Procesal Civil y Comercial
de la Nacin; en dichos autos se denunciaba la contaminacin ambiental
provocada por la cuenca Ro Matanza-Riachuelo reclamndose los daos y
perjuicios que provoca la contaminacin de origen industrial y los basurales.
En esta causa, adems de reconocerse la legitimacin del Defensor el
Pueblo, se le asign puntualmente la coordinacin de la participacin
ciudadana mediante la conformacin de un cuerpo colegiado en el que
intervienen los representantes de las organizaciones no gubernamentales
que actan en dicha causa como terceros interesados.(50)
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lo que debe demostrar el Defensor del Pueblo es que defendiendo a una
persona, defiende al resto. Es algo as como que presenta ese caso testigo
como muestra del agravio colectivo. Permtaseme este ejemplo para
demostrar este extremo: cuando se necesita conocer el estado de salud de
una persona, no se le extrae toda la sangre de su cuerpo; es suficiente una
pequea muestra. El anlisis de ella, hasta una pequea gota, puede
permitir el diagnstico del resto del cuerpo.
Un tema que tiene relacin con el prrafo precedente es el que se vincula al
alcance o dimensin de los derechos de incidencia colectiva. La pregunta
es la siguiente: la afectacin a esos derechos debe ser unnime? o,
puede ser solo un parte de ella? Aclaro que resulta imposible que sea
toda la comunidad; en cualquier tema, siempre habr quienes no
acompaen o no se sientan representados por una presentacin del
Defensor del Pueblo. Esa colmena de perjudicados no comprende o
incluye a todos los integrantes de la comunidad; puede ser que sean los
discriminados por razones ideolgicas, sexuales, fsicas; esos discriminados
no deben necesariamente coincidir todos en la misma persona o grupo; en
otros trminos, hay grupos de perjudicados, grupos de discriminados,
grupos de consumidores, grupos de usuarios; incluso en materia ambiental,
si bien ya es antigua aquella mxima de que lo que es de todos no interesa
a nadie, tambin es indudable que la afectacin por la contaminacin del
Riachuelo tiene una relevancia distinta y distante a quienes habitan, por
ejemplo, en el interior de la provincia de Buenos Aires o en la provincia de
Tierra del Fuego. Esto implica que el Defensor del Pueblo debe ejercitar a
legitimacin con prudencia, pero sin detenerse a analizar la cuestin en
trminos puramente dogmticos.
Cabe plantear, adems, si el Defensor del Pueblo puede plantear la
declaracin de inconstitucionalidad de una norma; a esos efectos debe
tenerse que el artculo 43 de la Constitucin Nacional contempla la
posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de leyes o normas en las que
se funda el acto u omisin lesiva de un derecho fundamental, estando
habilitados para su cuestionamiento cualquier persona; este precepto es lo
suficientemente amplio para impedir la exclusin del Defensor del Pueblo.
A su vez, el segundo prrafo del Art. 43 determina supuestos especiales e
individualiza a los sujetos habilitados para interponer la accin de amparo,
dentro de los cuales se encuentra el Defensor del Pueblo. En consecuencia,
sera contradictorio reconocer que mediante la accin de amparo, el
Defensor del Pueblo est habilitado para solicitar la declaracin de
inconstitucionalidad y, al mismo tiempo, negarle la facultad cuando se trate
de otro tipo de accin que, precisamente, por la diversa naturaleza respecto
del amparo permite un examen exhaustivo de los hechos y normas
cuestionados y que, precisamente, es la razn de la intervencin del
Defensor del Pueblo. Por otra parte, la facultad de solicitar la
inconstitucionalidad de una norma violatoria de la Ley Fundamental,
encuentra un argumento adicional en una de las funciones del Defensor del
Pueblo cual es el control del ejercicio de las funciones administrativas
pblicas.
10. Conclusiones
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Notas:
(1) Maiorano, Jorge Luis: El Defensor del Pueblo y la Auditora General de la Nacin, en la obra colectiva La
Constitucin Argentina de nuestro tiempo, pginas 229/240, Ediciones Ciudad Argentina, Buenos Aires,
1996.
(2) Maiorano, Jorge Luis: El Ombudsman: defensor del Pueblo y de las instituciones republicanas, primera
edicin, Ediciones Macchi. Un volumen de 448 Pg. Buenos Aires, 1987; El Ombudsman. Defensor del
Pueblo y de las instituciones republicanas, 2da. Edicin, ampliada y actualizada, Ediciones Grupo Macchi, 4
tomos, 1764 pginas, Buenos Aires, 1999; www.defensorasegurado.org.ar; El defensor del asegurado: hacia
una superacin de los conflictos entre las compaas de seguros y su asegurados publicado en la Revista El
Derecho, Derecho de Seguros, jueves 22 de abril de 2010; El Defensor del Pueblo de la Nacin. Una nueva
institucin de la Repblica., en Derecho Administrativo. Obra colectiva en homenaje al Profesor Miguel S.
Marienhoff, Abeledo- Perrot, 1998, pp. 387 y siguientes.
(3) Cayuso, Susana: El Defensor del Pueblo de la Nacin. Consecuencias de su reconocimiento constitucional,
en obra colectiva El Poder Legislativo. Aportes para el conocimiento del Congreso de la Nacin, pginas
831/852, publicado por la Asociacin Argentina de Derecho Constitucional y la Fundacin Konrad Adenauer,
Montevideo, 2008.
(4) Jeanneret de Prez Cortes, Mara: La legitimacin del afectado, del defensor del pueblo y de las asociaciones.
La reforma constitucional de 1994 y la Jurisprudencia, La Ley, tomo 2003-B, seccin doctrina, pgina 1333 y
siguientes.
(5) Punte, Roberto y Kaufer Barbe, Pablo: El defensor del pueblo 10 aos despus. Necesidad del dictado de
una ley reglamentaria que le permita desplegar sus facultades constitucionales. La situacin en Amrica
Latina, septiembre, 2004, El Dial DC48D; cfr. Marcelo Bazan Lascano Potestades de Control y de Amparo
Pblico del Defensor del Pueblo en la Constitucin Nacional-ED 178-1037 y Alberto Spota en El Defensor
del Pueblo en ED 170:986.
(6) Couture. Estudios de Derecho Procesal, t. III, pgina 208. Buenos Aires, 1951.
(7) Gurutz Juregui, Derechos individuales o derechos colectivos? Diario El Pas, 12 de agosto de 1998,
pgina 10. Madrid.
(8) Piero Calamandrei, Instituciones del Derecho Procesal, Traduccin de la 2 Edicin Italiana, Tomo I, pginas
174 y siguientes; Hugo Alsina, Tratado Terico Prctico de Derecho Procesal Civil y Comercial, segunda
edicin, Tomo I, 1956 pginas 388 y siguientes. (Doctrina citada por la Corte Suprema de Justicia in re
Defensor de Pueblo de la Nacin inciso Dto. 1316/02 c/ Estado Nacional P. E .N. decretos 1570/01 y
1606/01 s/amparo ley 16.986, D. 2080. XXXVIII, D. 2113. XXXVIII, sentencia del 26.06.2007)
(9) CSJN Fallos 239:450
(10) CSJN Fallos 241:291
(11) CSJN 24/02/2009, ElDial.com - AA4FEF
(12) Considerando 12
(13) Conf. Boico, Roberto J. La nueva etapa del amparo colectivo LL. 2009-B, 189; Garca Pulles, FernandoLas
sentencias que declaran la inconstitucionalidad de las leyes que vulneran derechos subjetivos. LL 2009-B;
Sola, Juan Vicente El caso Halabi y la creacin de las acciones colectivas, LL 2009-B, 157; Cassagne, Juan
Carlos Derechos de incidencia colectiva. Los efectos erga omnes de la sentencia, LL 2009-B, 649;
Toricelli, Maximiliano Un importante avance en materia de legitimacin activa, LL 2009-B.
(14) Obra citada en nota 3, pgina 840.
(15) Maiorano, Jorge Luis, obra citada en nota 2, tomo II, pgina 411 y siguientes.
(16) Cayuso, Susana G. articulo citado en nota 3; Gozaini, Osvaldo Alfredo: Legitimacin procesal del defensor
del pueblo (Ombudsman), LL, 1994-E, pgina 1378; Spota, Alberto. Sistemas de controles de la
Administracin pblica en la Constitucin Nacional y sus mecanismos operativos posibles. Pautas y
sugerencias fundamentales, Asociacin Argentina de Derecho Constitucional, pgina 83, Buenos Aires,
1996; Bidart Campos, German Jos: Manual de la Constitucin reformada, tomo III, pgina 327, Buenos
Aires, 1999; Quiroga Lavi, Humberto: Los derechos de incidencia colectiva en una primera interpretacin
de la Corte Suprema de Justicia, ED, ao XXXIV, n 9111; del mismo autor: El Defensor del Pueblo ante los
estrados de la justicia, LL,1995-D, pgina 1058;
(17) Quiroga Lavi, Humberto: El Defensor del Pueblo ante los estrados de la Justicia. LL, Tomo LIX-1995, citado
en nota anterior; del mismo autor: Rquiem al amparo colectivo. LL, Tomo 1998-C, pgina 1337 y
siguientes.
(18) Gozaini, Osvaldo: Legitimacin procesal del defensor del pueblo (Ombudsman), LL. 1994-E, pgina 1378.
(19) Bidart Campos, Germn Tratado elemental de derecho constitucional argentino, tomo VI, La reforma
constitucional de 1994, pagina 309.)
(20) La Enmienda IX de la Constitucin de los EEUU establece "La enumeracin en esta Constitucin de ciertos
derechos no podr alegarse para negar o menoscabar otros retenidos por el Pueblo".
(21) Gros Espiell, Hctor, "Los derechos humanos no enunciados o no enumerados en el constitucionalismo
americano y en el artculo 29 c) de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos", en Anales de la
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Crdoba, pgina 89.tomo XXXVII, 1998.
(22) Gros Espiell, Hctor, obra citada, pgina 67.
(23) Jimnez, Eduardo Pablo, "Los derechos implcitos de la tercera generacin. Una nueva categora expansiva
en materia de derechos humanos", en ED, tomo 167, pgina 1060, 1996.
25
(24) Ver antecedentes en Maiorano, Jorge Luis, obra citada en nota 2, tomo II, pgina 533 y siguientes.
(25) Gordillo, Agustn A. Tratado de Derecho Administrativo, Parte General, tomo 1, XII- 30, 10 edicin, Buenos
Aires, 2009. En idntico sentido JIMENEZ, Eduardo Pablo y GIL DOMINGUEZ, Andrs El defensor del
Pueblo en Argentina y Per: dos propuestas constitucionales latinoamericanas. L.L. 1997-F-1431.
(26) Maiorano, Jorge Luis, obra citada en nota 2, tomo 2; pgina 535 y siguientes; conf. Cayuso, Susana, obra
citada en nota 3, pgina 851.
(27) Hace algunos aos, el titular de la Institucin, con fundamento en los artculos 86 y 43 de la CN y en la ley
23098, se present judicialmente en defensa de la libertad del testigo Jorge Julio Lpez, desaparecido en
circunstancias no debidamente aclaradas. Nadie puede dudar en que la intencin fue loable; no cuestiono la
intencin que puede haber tenido el Defensor del Pueblo, pero s alerto a los Colegios Profesionales de
Abogados, a los profesionales del Derecho y hasta a los estudiantes de Derecho que les puede estar
apareciendo un competidor cualificado que har ms difcil an el ejercicio cotidiano de la abogaca.
Pensemos que esta accin de hbeas corpus la ha iniciado el Defensor sin que nadie se la solicite; en esta
lnea de pensamiento cmo podra negarse el Defensor a promover otra accin judicial cuando un familiar
de otra persona ausente se lo solicite? Qu abogado puede competir con una institucin estatal que tiene
recursos humanos, materiales y jurdicos distantes y lejanos a cualquier profesional del Derecho?
Y si el da de maana se presenta una persona alegando que su trmite de habilitacin de un comercio
sufre demoras Inexplicables y le solicita al Defensor del Pueblo que promueva una accin judicial en defensa
de
su
derecho?,
con
qu
argumentos
el
Defensor
se
lo
negar?
Desde ya adelanto que si se lo niega, cometer una inequidad flagrante; pero si accede al pedido estara
invadiendo, como lo ha hecho, el mbito de las incumbencias profesionales de los abogados. Ver sobre el
particular: Maiorano, Jorge Luis: Peligroso ejercicio de la legitimacin del Defensor del Pueblo de la Nacin
(o cuando a los abogados les surge un poderoso competidor), 2006, www.jorgeluismaiorano.com
(28) Conf. Gordillo, Agustn A. obra citada en nota 19.
(29) Maiorano, Jorge Luis, obra citada en nota 2, tomo II, pgina 545.
(30) Quiroga Lavi, Humberto: LL, Tomo 1996A, pgina 749; en el mismo sentido: Corti, Horacio Guillermo.
Crtica y Defensa de la Supremaca de la Constitucin. LL, tomo 1997-F, pgina. 1033 y siguientes.
(31) CSJN, Fallos, 318:384 y Fallos, 319: 1828.
(32) Quiroga Lavi, Humberto: obra citada en nota 12, con motivo de la infundada resolucin de la Corte Suprema
de Justicia en el caso Fras Molina, sostuvo que: ...En efecto, la Corte Suprema no puede sostener, en
forma dogmtica y por va de principio, que el Defensor del Pueblo carece de competencia para formular
exhortaciones al tribunal sobre las causas en trmite, cuando el art.86 de la Constitucin le confiere a dicho
rgano legitimacin procesal y el art.43, prr. 2, lo legitima para interponer amparos en tutela de los
derechos de incidencia colectiva en general. Con el art. 86 alcanza y sobra, por supuesto, porque si
cualquier ciudadano puede pedir a las autoridades, en relacin con sus propios derechos, cmo no lo va a
poder hacer el Defensor en relacin con los de incidencia colectiva cuando l dispone de personera
constitucional para tutelarlos. Que no se diga que el derecho del Defensor solamente est referido al
trmite de la accin de amparo, primero porque la legitimacin del art.86 es amplia y no restrictiva a una sola
va procesal. El derecho a pedir un pronto despacho no se vincula al derecho previsional de fondo, respecto
del cual el Defensor no hizo manifestacin alguna, en las causas que consideramos. Que el Defensor no ha
ejercido un derecho individual, a nombre de Fras Molina o Varona, est claro cuando exhorta a la Corte a
eliminar o disminuir el atraso en el dictado de sus fallos en todas las causas referidas con ajuste de haberes
previsionales. Los casos de marras eran casos testigos de la afectacin del inequvoco derecho de incidencia
colectiva que al respecto tienen todos los jubilados; Gordillo, Agustn A. obra citada en nota 19; Maiorano,
Jorge Luis:La legitimacin del Defensor del Pueblo. De la Constitucin a la Corte Suprema, LL, 1997-A,
pgina 808 y siguientes.
(33) LL, t. 1995-E, pgina 469 y siguientes.
(34) CNFed. Contencioso Administrativo, Sala V, octubre 201995 "Consumidores Libres Coop. Ltda. C. Estado
Nacional. Suplemento de Jurisprudencia de Derecho Administrativo, La Ley 6121995, pgina 3, con nota
de Cassagne, Juan Carlos: De nuevo sobre la legitimacin para accionar en el amparo.
(35) Cabe preguntarse inicialmente los convencionales constituyentes dejaron algn margen para dilatar o
restringir la legitimacin, tal como sostuvo el tribunal? Cuando la Constitucin Nacional expresa que el DPN
tiene legitimacin procesal, los jueces no pueden decir, ligeramente, no tiene legitimacin procesal, s
pueden fallar negando la pretensin pero nunca restringiendo el acceso a la Justicia. Lo que el Constituyente
ha previsto de modo imperativo no se convierte en facultativo por interpretacin del juez. Distinta hubiera sido
la situacin, y por supuesto la solucin, si el constituyente hubiera derivado a la ley reglamentaria las
condiciones particulares de su ejercicio. Obviamente ello no quiere decir que el Defensor tenga
necesariamente razn en el fondo de la cuestin sino tan solo la posibilidad de exponer sus argumentos en
sede judicial.
(36) Gozaini, Osvaldo A. obra citada en nota 13.
(37) Jimnez, Eduardo Pablo: Evaluacin de algunos matices conflictivos respecto de la legitimacin para obrar
en el amparo en procura de la defensa de los derechos humanos de la tercera generacin, ED, tomo 170-,
pgina 1151 y siguientes, 1997.
(38) Barra, Rodolfo. Amparo, jurisdiccin y discrecionalidad administrativa. ED, tomo 178- pgina 628 y siguientes,
1998,
(39) CNFed. Contenciosa Administrativa, Sala IV, junio 2 de 1998. La ley. Suplemento Constitucional. Buenos
Aires, 5 de noviembre de 1998.
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(40) CSJN, Fallos: 323: 4098
(41) CSJN, Fallos: 326: 3639
(42) CSJN, Fallos: 326: 4931
(43) CSJN, Fallos: 327: 1402
(44) CSJN, Fallos: 327: 2967
(45) Son muy contundentes algunos prrafos de los votos de los Ministros Petracchi, Zaffaroni y Lorenzetti; por
ejemplo, uno de ellos Que toda vez que la primera regla que rige la interpretacin de las normas jurdicas
consiste en atenerse a las palabras utilizadas en su redaccin, corresponde sealar que respetando la
literalidad de la clusula constitucional cuya inteligencia se cuestiona (Artculo 86 de la Constitucin
Nacional), puede observarse que dicha clusula no limita ni restringe la legitimacin procesal que le confiere
al Defensor del Pueblo sino que -si se quiere, de un modo lacnico- se limita a expresar: El Defensor del
Pueblo tiene legitimacin procesal. Parece entonces, cuanto menos desatinado, suponer que pese a los
trminos omnmodos utilizados por el convencional en el Artculo 86 de la Constitucional Nacional (norma
que especficamente crea el instituto del Defensor del Pueblo y le confiere legitimacin procesal), lo que ha
querido aqul es otorgarle solamente la legitimacin procesal que le fue reconocida en el Artculo 43 de la
Constitucin Nacional para interponer el recurso de amparo. En efecto, se oponen a esta clase de
razonamientos, al menos, los siguientes obstculos: a) Cabra preguntarse cul sera el sentido de
incorporar a la Constitucin Nacional una expresa disposicin en materia de legitimacin procesal del
Defensor del Pueblo al regular este instituto (Artculo 86 de la Constitucin Nacional) si, en rigor de verdad,
dicha legitimacin ya estaba contemplada en otra disposicin que en forma genrica regula el instituto del
amparo (Artculo 43 Constitucin Nacional)?, o bien, si slo se trataba de una reiteracin, no es ms
sensato suponer que el convencional as lo habra expresado recurriendo, por ejemplo, a frmulas tales
como: el Defensor del Pueblo tiene legitimacin en los trminos del Artculo 43 de la Constitucin Nacional?;
b) por otra parte, una interpretacin como la pretendida por los apelantes, implicara lisa y llanamente ignorar
la existencia del Artculo 86 de la Constitucin Nacional, echando por tierra consolidados principios
elaborados por el Tribunal en materia de interpretacin legislativa que son aplicables a la interpretacin de
las normas constitucionales, segn los cuales no cabe presumir la inconsecuencia o falta de previsin del
legislador, razn por la cual las normas deben ser entendidas evitando darles un sentido que ponga en
pugna sus disposiciones, procurando adoptar como verdadero el que las concilie y deje a todas con valor
(Fallos: 310:195; 312:1614 y 1849; 313:132 y 1149; 314:458; 315:727; 319:1131; 320:2701; 321:2453 y
324:1481, entre otros); c) finalmente, es claro el mezquino resultado al que se arribara, si se repara en el
hecho de que temas como los aqu discutidos encierran, por lo general, asuntos de suma complejidad cuyo
discernimiento excede aqulla va rpida y expedita (as lo ha declarado esta Corte, por ejemplo, en el
precedente Provincia de Entre Ros, -Fallos: 323:1825-), de manera tal que si la accin de amparo es la
nica tutela a la que puede acudir el Defensor del Pueblo pero sta, a su vez, no es la va apta para resolver
el conflicto planteado, sera letra muerta la legitimacin procesal consagrada por la Constitucin Nacional ;
por su parte, el Ministro Juan Carlos Maqueda dijo En tal sentido, una interpretacin armnica con el texto
constitucional indica que la ley reglamentaria argentina est regulando la actividad del Defensor del Pueblo
en el mbito puramente administrativo y con el objetivo de ordenar la tramitacin de las posibles quejas
presentadas ante l. En consecuencia, aquellas disposiciones que refieren a su competencia deben ser
ponderadas en relacin con sus facultades de investigacin de acuerdo con el alcance dado al concepto de
administracin pblica nacional que a tales efectos determina la primera parte del Artculo 14 de la ley. Por
tal razn, el ltimo prrafo de la norma indicada, al disponer que Quedan exceptuados del mbito de
competencia de la Defensora del Pueblo, el Poder Judicial, el Poder Legislativo, la Municipalidad de la
Ciudad de Buenos Aires y los organismos de defensa y seguridad, no puede ser sino entendido como
restriccin de la capacidad de investigacin administrativa en tales rganos. Restriccin que no guarda
relacin alguna con la legitimacin procesal para iniciar acciones judiciales (Apartado 12 de su voto)
(46) CSJN 18/09/2007, ElDial AA40F6
(47) CSJN 24/04/2007, ElDial AA3CCA
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