Edgar Morin - Pensar El Mediterraneo-2 PDF
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Edgar Morin
Norte y sur
Cmo establecer comprensin entre sur-Europa y nor-frica siendo sur el norte del
otro y siendo norte el sur del otro? Hoy todo parece oponer una Europa de la apertura a
un islam del hermetismo. Pero en el pasado el Islam fue Bagdag, Granada, Estambul,
apertura y tolerancia religiosa; el imperio otomano de religin musulmana toler en su
seno pueblos ortodoxos, catlicos, judos cuando la Europa catlica extirpaba y
expulsaba de su seno todo lo que era islmico. La paradoja es que fue la intolerancia y
absolutismo catlico quienes provocaron el nacimiento por reaccin del laicismo
europeo.
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mal de una concepcin teolgica de la poltica. Sami Nar explica muy bien por qu y
cmo el carcter laico fue eliminado en Argelia.
Es preciso aadir que en las naciones euro-occidentales, la relacin
antagonista/complementaria entre capital y trabajo, patronos y asalariados, izquierda
evolutiva y derecha conservadora ha podido determinar sociedades igualmente
democrticas y capitalistas donde el mundo salarial ha sido protegido progresivamente
por el estado asistencial. Por el contrario, las naciones rabe-islmicas emancipadas
recientemente no han conocido un dilogo semejante, han padecido la opresin sin
contrapartida de los poderosos, de las dictaduras burocrticas militarizadas. Todo pasa
como si la oposicin entre estos dos mundos atendiera no a la naturaleza de sus
religiones sino ms bien a un desajuste histrico de uno a dos siglos.
Europa podra suministrar una capital aportacin cultural al dilogo mediterrneo nortesur, oeste-este: la de la problematizacin que procede del renacimiento; problematizar el
mundo, la naturaleza, Dios, el hombre; es la del dilogo, es decir el juego fecundo de
oposicin de las grandes ideas verdad/duda, razn/religin, creencia/ciencia; es la de la
tolerancia propia del estado laico; no solo la tolerancia en primer grado, la que acuerda
el derecho de expresin a las ideas que juzgamos errneas hasta detestables, sino
tambin la tolerancia en segundo grado, que conlleva la consciencia de que lo opuesto a
nuestras verdades profundas son otras verdades profundas, y que es, por consiguiente, la
consciencia de la parte de verdad que hay en la idea enemiga; es la racionalidad no solo
crtica sino autocrtica, que, siempre abierta y en movimiento se opone a la razn fra,
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El camino
No existe verdadera comunicacin mas que cuando hay no solo comprensin mutua de
las diferencias y sino tambin, an ms ac de las diferencias, un sentimiento de
identidad comn. El problema preliminar est en la necesidad de asumir y reconocer la
paradoja de una identidad mediterrnea a pesar de diferencias y oposiciones de
religiones, culturas, historia, y situacin econmica.
De ah la necesidad de un cierto nmero de condiciones no menos preliminares.
La consolidacin del sentimiento y de la consciencia mediterrnea en el seno de los
pases euro-mediterrneos, que necesita la constitucin de una identidad permanente de
consultas no slo entre las naciones europeas que bordean el mediterrneo, sino tambin
entre las provincias o regiones especficamente mediterrneas en el seno de estas
naciones, y el desarrollo de movimientos de ciudadanos mediterrneos.
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Invade la vida cotidiana: regula viajes, consumo, ocio, educacin, servicios, y provoca
lo que Geroge Ritzer llama macdonalizacin de la sociedad. Se extiende sobre el
planeta. As la racionalidad hermtica produce la irracionalidad. El pensamiento nico
no es ms que una rama economicista del pensamiento reductor disyuntivo que reina en
todos los espacios, y que solicita igualmente los quebrantamientos de este pensamiento
nico. El pensamiento disyuntivo y el pensamiento reductor, incapaces de levantar los
desafos de los problemas del planeta, son tambin incapaces de tratar los problemas
mediterrneos. El pensamiento cuantitativo no puede ser ciego a las calidades
mediterrneas.
Maternizar y sacralizar
Edgar Morin