Resúmen de La Venganza de La Vaca

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LA VENGANZA DE LA VACA

SERGIO AGUIRRE
INTRODUCCIN:

Una mujer dorma y un ruido fuerte la despert. Quiso prender la luz del
velador y no pudo. No haba luz en la casa. Senta un olor fuerte. En la
oscuridad y a ciegas se levant. El olor era cada vez ms fuerte. Se dio
cuenta que era olor a excremento de animal. Empez a caminar por la casa a
oscuras y pronto pis algo hmedo y pastoso. Empez a gritar y luego
tropez con algo. Cuando la luz volvi ya haba cado por las escaleras.

CAPTULO I

Hay seis amigos de la secundaria. Marcela, Rafael, Leticia, Carlos, Manuel y


Cristina. Estos cinco ltimos son ms unidos. Rafael y Cristina eran novios.

Falleci la mam de Rafael y Leticia le avis a Marcela, como haba acordado


con Cristina. Estn en el velorio. Les recuerda hace un ao atrs la muerte de
otra persona que los conmovi a los cinco.

Tenan que volver a reunirse y organizarse.

CAPTULO II

Acordaron reunirse en las afueras en la casa de campo del abuelo de Cristina


en Las Vertientes, una casa de campo de principios de siglo. Ya haban
pasado unos das all hace dos aos, pero para divertirse. Esta vez era
diferente.

Carlos viva en Los Molles, al norte de la provincia de Crdoba. En la capital


de esta provincia se encontrara con Manuel. A su vez Leticia iba a pasar a
buscar a Marcela. Rafael pas por Cristina, ambos fueron en auto. A Rafael
este viaje lo pona muy nervioso. Por la hora no llegaran antes de las 14
horas a Las Vertientes.

CAPTULO III

Rafael y Cristina, esperaban al resto llegar. An no eran las 11 del medioda.


Luego lleg Leticia y Marcela. Ms tarde Carlos y Manuel. Se dispusieron a
tomar mate. Luego de almorzar hicieron una caminata. El casa era grande y
haba cerca un riachuelo. Cristina cont que a veces entraban animales a la
casa, vacas. Parece que Cristina y Rafael no comen carne. Empiezan a hablar
de algunas experiencias raras, relacionadas con las vacas.

CAPTULO IV

Carlos, en complicidad con Cristina, relata cmo conoci a Clara, una chica
que atenda una cantina en Los Molles, lugar donde viva l y fue a pasar
unas vacaciones. La cosa es que Carlos cuenta cmo era Clara, callada, muy
sumisa, a penas hablaba, aunque l buscaba oportunidad para poder
entablar una conversacin. Carlos siempre iba por una coca. Las primeras
palabras se las pudo sacar con tirabuzn. Cualquier cosa en ella haba
enamorado terriblemente a Carlos. l insista con sacarla a pasear, hasta que
un da le dieron permiso de las ocho hasta las doce. Pasaron las horas en una
confitera del centro y a las once Carlos se dispuso a llevarla. Al despedirse,
con un movimiento rpido, Carlos alcanz a besarla. Fue en ese preciso
momento que encontr en Carla algo horrible, algo monstruoso que no poda
decirlo en palabras.

Decidi no ir a la cantina por unos das.

Y a Clara volvi a verla pasada una semana. Ella fue a su casa a invitarlo
para su cumpleaos.

All estaba Carlos en la casa de Clara. Conoci a sus hermanos, raros y a su


mam, que tena una boca grande y horrible. Mientras cenaban todos
permanecan callados, coman lentamente. Carlos quera salir de ese lugar y
le pidi a Clara de ir a caminar. Fueron hacia el establo y all el olor a guano y
a excremento de vacas era penetrante. Mientras caminaban, en un instante
Carlos no pudo zafar de Clara quin lo bes con su gran boca y su lengua
dando vueltas, recordndole a la madre comiendo durante la cena. Sali
corriendo y subi a su moto, mientras recordaba esa gigantesca boca de
vaca que sac Clara para besarlo.

Luego la novela comenta sobre la profesora de Ingls de los chicos. Una


docente, llamada Susana, con un hijo, Nicols y su marido. Susana era una
excelente profesora, muy amable y muy preocupada por los alumnos. Los
chicos, excepto Marcela, se haban hecho muy compinches con ella y solan ir
a visitarla. Ella los quera como si fuesen sus hijos. Rafael, se fue un ao a
Inglaterra y ella se encarg de hacerle una despedida en su casa.

Susana se dispuso a corregir las pruebas, mientras coma con algo de culpa
unos caramelos. Pensaba en pedirle a Leticia una dieta para adelgazar.
Cuando termin vio que todas las pruebas estaban bastante bien, salvo la
ltima que tena casi todas las respuestas mal. Era de una alumna. Se qued
preocupada, porque justamente se haba encargado de explicarle la semana
anterior. Le entristeci no poder aprobarla.

Esa tarde Susana entreg las notas y luego propuso una tarea. Al volver a su
escritorio vio un papel doblado, que qued all, hasta que se retiraron todos.
Susana junt los trabajos y luego abri esa nota. Qued perpleja, los ojos se
le llenaron de lgrimas: SOS UNA VACA. Pens que no era justo. Trat de
calmarse. Camin sin rumbo. Pens que era justo, pues se vea gorda como
una vaca...

Par en una esquina y vio un cartel de un lugar donde se hacen dietas o se


busca adelgazar. Entr a preguntar. La doctora tard en atenderla. Pens que
si tardaba ms, llegara Nicols de la escuela y no la encontrara. Ya casi la

atenda y decidi irse. En ese momento se desat una gran tormenta y no


consegua taxi.

Cuando Nicols lleg a su casa, toc timbre y nadie sali. Record que su
mam guardaba una llave debajo de una maceta. Busc y al encontrarla
abri su casa. Una vez adentro se dispuso a mirar la tele, ir al bao. Pero
record los caramelos de leche que su mam le haba comprado. Los busc
hasta que vio las bolsas de supermercado sobre la heladera. Corri las sillas
para alcanzarlas, alcanz una, all no estaban. Tuvo que ponerse en puntitas
de pie para llegar a la otra. Peg un saltito. En ese momento la silla hizo un
ruido y Nicols empez a caer para atrs.

CAPTULO V

Carlos termin de contar su escalofriante experiencia con Clara. No poda


entender s era su imaginacin o eso era verdad. Necesitaba contrselo a sus
amigos. Como estaba dubitativo decidi ir a una curandera. Ella lo mand a
la casa de l hijo de un mdico en Villa Fontana, que le haba pasado algo
similar.

Mientras Cristina y Marcela fueron a preparar caf, Marcela le coment a


Cristina que no poda creerlo, a lo que Cristina seriamente le dijo que eso
desgraciadamente puede ser cierto. Que saba bien porqu se lo deca.
Marcela comenz a sentir cierto temor. No poda entender como una persona
podra ser una especie de vaca.

Cristina coment sobre una historia que haba sucedido hace muchos aos
en esa misma casa. Ella haba encontrado un escrito de su abuelo mientras
limpiaban y acomodaban cosas. Decidi hablar de esto, ya que el relato de
Carlos le hizo confiar en que estas cosas raras pueden suceder.

Estaba escrito en un cuaderno celeste, que an permaneca en la casa y que


todos aceptaron que Cristina lo leyera.

En el cuaderno, el abuelo de Cristina cuando era nio, contaba la historia de


los Tr, una familia venida de Hungra a principio del siglo XX. Haban
llegado junto con las vacas y eran cinco de familia: el padre, la madre, dos
hermanos gemelos y la hermana mayor. El padre se llamaba Lepo y Emma la
hija mayor. Los varones trabajaban en el campo, siempre estaban en el
corral. El padre pareca dirigir a sus hijos con la mirada. Caminaban
silenciosos y lentamente. Una caracterstica de los Tr era que no hablaban.
Solo lo hacan como ltimo recurso. Casi no se relacionaban con la gente. A
veces les decan las bestias. Cuenta como a su abuelo les produca rechazo
esta familia. Otra caracterstica de esta familia era que tena la piel muy,
muy blanca y fina y en algunas partes se les notaba las venas.

Un da de noche buena, luego de irse a dormir todos, como todo chico, le


cost dormirse ya que quera jugar con su regalo de navidad. Fue esa noche
que al quedarse despierto descubri el secreto de los Tr. Escuch un ruido,
como un gemido y se asom por la ventana. Vio salir a los gemelos que
comenzaron a dar vueltas en crculo. Al rato sali la madre que comenz a
dar vueltas su cabeza en crculos. Luego entraron.

Pas el verano y estando jugando en su habitacin escuch un ruido, como


un silbido, un golpeteo. Sali de su habitacin y vio a Emma mirndose en el
espejo con los ojos abiertos y la lengua afuera. Golpeaba con sus dedos el
espejo. Se qued paralizado y no poda reaccionar. Cuando Emma lo vio le
dijo frunciendo el ceo: no diga nada.

Otra cosa que cuenta el cuaderno celeste es que en una oportunidad estaban
marcando al ganado con hierro caliente y uno de los gemelos se interpuso
entre las vacas y termin marcado en la espalda. Era cosa de no creer. Los
Tr parecan animales y no personas.

Los Tr estaban convirtindose en vacas. El abuelo de Cristina tena sueos


y en esos sueos se dio cuenta que los gemidos que escuchaban eran en
realidad mugidos, s, mugidos como mugen las vacas.

Tal es el horror, que aunque pasen los aos jams olvidar a los Tr.

Cristina le escribe a Rafael una carta cuando estaba l en Inglaterra:

Le cuenta, luego de haberle avisado por telfono, de la muerte de Nicols,


que Nicols haba muerto desnucado. Cmo le haba afectado a Susana la
nota que le dejara un alumno/a sobre el escritorio. Lo peor de todo es que
gracias a esa nota Susana se haba atrasado para llegar a su casa. Cristina
estaba muy mal, porque quera mucho a Susana y saba que a ella le
preocupaba su gordura. Lo que no poda entender cmo alguien poda ser
tan cruel. Carlos piensa que tienen que buscar al que hizo eso. Cristina le
pide a Rafael que apure su regreso.

Rafael se qued pensando y el estar en Inglaterra lo pona mal. No haber


podido estar junto a Susana en ese difcil momento y no estar junto a sus
amigos que eran como de su familia. Esto lo desesper y decidi volver a la
Argentina.

Debajo de la carta de Cristina alcanz a ver el titular del times, Tragedia en


Sothersby Farm tom el diario y lo ley.

Esa noche Rafael no poda dejar de pensar en Susana, en Nicols y en la


vacas...

CAPTULO VI

Carlos continu contando sobre el joven que le dijo la curandera que fuera a
ver. l visit la casa del mdico y el hijo enseguida supo de qu estaba
hablando. Los Jurez, una familia rara que haba conocido durante unas
vacaciones tenan sus particularidades. No bajaban nunca al pueblo, solo por
provisiones y en ocasiones la hija mayor iba a la veterinaria. No hablaban
con nadie. Como los chicos no iban a la escuela, la maestra Ada fue a
visitarlos en su citren. Nadie sabe qu sucedi, pero al otro da la maestra
abandon el pueblo.

Esto cont el hijo del mdico:

En una ocasin la mujer de don Juarez se enferm y mi pap fue a visitarlos.


Cuando llegamos a la casa, los hermanos gordos y muy parecidos al padre
nos rodearon y giraban alrededor nuestro. Mientras mi padre revisaba a la
seora me retir al auto a escuchar msica y me llam la atencin cmo
estaban recostados los hermanos debajo de la sombra de una algarrobo. Con
el torso medio levantado y las piernas estiradas, otros con la espalda hacia
arriba y la cabeza erguida.

Era raro, una enfermedad de manchas en la piel que jams haba visto y no
hay comezn, ni dolor. Son manchas negras por todas partes del cuerpo y
con alguna pilosidad (pequeos bellos).

Al otro da nuevamente mi pap fue a ver a los Jurez. Como se demoraba,


mi mam me pidi que fuera a verlos. Al llegar, me d cuenta que era tarde.
La hija estaba llorando en la galera. Sobre la cama estaba la enferma y me
di cuenta que haba muerto. Un olor de excremento de vaca inundaba la
habitacin. Mi padre me envi de nuevo a casa. Al salir volv a ver a los
hermanos echados a la sombra del algarrobo masticando lentamente.

Los chicos se reunieron: Rafael volvi de Inglaterra y comenzaron a dilucidar


quin de sus compaeros podra haber sido el que escribi la nota. Entre los
desaprobados estaban:

Martn Guevara,
Constanza Brunetti,
Florencia Mondino,
Agustn ortega
Martn Bastos

Abordaron a todos, intentando buscar rastros que pudieran delatarlos.

La verdad lleg por accidente. Estaba Leticia en el Club y lleg Marcela El


resto estaba en otros lugares, Rafael y Cristina en Pinamar, Manuel en
Mendoza, y Carlos en Los Molles.

Empezaron a hablar de varias cosas y de las carreras que eligieron para


estudiar en la Universidad y Marcela dijo que tendra que aprobar ingls para
poder entrar a la facultad. Leticia qued helada. Desconoca que Marcela
adeudara ingls. Adems Marcela cont la bronca que tena porque su padre
le haba prometido un viaje especial a Punta del Este si terminaba el
secundario sin llevarse materias.

Leticia supo en ese momento quin haba escrito la nota.

CAPTULO VII

Carlos termin de contar la historia del hijo del mdico. Buscaban entre ellos
parecidos entre las familias: que vivan en el campo, que tenan hermanos
varones y una hija mayor. Pero nada ms los una. Eso s, que eran muy
extraos.

Rafael record, debido a estos relatos, algo extrao que tambin le sucedi a
la hija de la familia donde l viva en Inglaterra. Ella se dedicaba a estudiar
mitos y creencias indgenas de Europa y deca que muchas veces se
dedicaban a adorar al diablo y a hacer maldiciones. Un castigo por
excelencia era la de reducir la condicin humana a la de animal. Un da
concurri a la demolicin de una casa que haba vivido gente hasta la dcada
del 50. Antes de destruirla encontr unos prrafos de una diario ntimo de
una joven que haba vivido all con la familia Kitteredge: Jane Sharpe

Esta joven fue a trabajar all como empleada domstica, pero era tratada por
el matrimonio como una nieta. Casi no la dejaban salir a hacer las compras y
la seora Kitteredge se ocupaba de hacerle de comer los mejores manjares.
Pas el tiempo y Jane comenz a engordar y casi no sala de la casa porque
se encontraba en ella muy a gusto. Hasta le haban regalado un televisor
para su dormitorio. Un da conoci a un chico en una tabaquera y l qued
en llamarla. Jams recibi la llamada de Richard. Pas el tiempo y Jane se

senta cada vez ms pesada y dorma y dorma mucho. A los Kitteredge


pareca no molestarles que ella estuviera todo el da encerrada. Un da
encontr en su mesa de luz pasto seco. No le llam la atencin.

Los das pasaron y cada vez estaba ms sedentaria. Ya casi no poda


levantarse y no poda hacer nada para adelgazar. Richard pas por lacas y ni
siquiera la haba reconocido.

Esto no pareca preocuparles a los Kitteredge. Les pidi que llamaran a un


mdico y se enojaron. Comenz a tener pesadillas en donde estaba en el
medio del campo y rodeada de vacas. Luego le empezaron a salir manchas
en la piel, cosas tupidas. Ya casi no le quedaban partes de piel. Le picaba. La
seora Kitteredge le traa pasto y ella lo coma. Ya no pudo escribir ms. El
cuerpo le dola y nadie pudo ayudarla.

CAPTULO VIII

Todos estaban horrorizados. Muertos de miedo con las historias de vacas.

Entre ellos empezaron a hacer comentarios y preguntarse si estas historias


pueden ser verdad. Se cre un clima de tensin y de miedo hasta que
decidieron ir a acostarse.

Leticia, Carlos, Rafael, Manuel y Cristina discutieron durante tres das qu


hacer. Rafael comenta que cuando recibi la carta de Cristina haba una
noticia sobre un chico que muri embestido por una vaca... l dice que le
gustara acorralar a la persona que escribi la nota. Luego decidieron que
Marcela tena que pagar por haber escrito esa nota. Haran que el terror
jams le dejara olvidar esa palabra.

Lo organizaron de manera que Marcela no sospeche nada. Primero se


acercaron como amigos, luego la invitaron a pasar unos das a la casa de los
abuelos de Cristina. Mientras todo estaba organizado. Durante la estada
dejaran ver pasar a las vacas. Conseguiran relatos escalofriantes sobre
vacas que parezcan verdicos. Luego se iran a dormir. Una vez dormida

Marcela se encargaran de concretar su trampa. Ellos saldran y cerraran


todas las puertas con llave. La planta alta la humedeceran con estircol de
vaca. En el pasillo justo a la mitad del paso colocaran la cabeza seccionada
de una vaca que Rafael y Cristina consiguieron en un matadero. Manuel
volteara la mesa de roble para hacer un ruido fuerte. Cristina y Leticia
estaban listas para cortar la luz.

Despus que Manuel hizo tumbar la mesa, Marcela se despert, pese a su


sueo pesado. Luego de un rato escucharon sus gritos. Los ruidos dieron el
indicio que haba encontrado la cabeza. Encendieron la luz. Ahora queran
que Marcela sintiera el terror, su castigo, que pagara por la muerte de
Nicols, por el dolor de su amiga Susana. Lleg el momento que todos
haban esperado. Hubo silencio y despus el ruido del cuerpo de Marcela
cayendo por las escaleras.

En ese momento tuvieron miedo. Miedo de haber ido demasiado lejos.

CRISTHIAN BRAVO

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