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El espionaje de los EEUU
Despus del sorpresivo bombardeo de los japoneses a Pearl
Harbor, en 1941, el gobierno norteamericano cre el antece-
dente de la CIA, la Agencia Nacional de Seguridad. En los aos
50 la primera accin de la CIA consisti en colocar al Sha en el
gobierno iran, para contrarrestar la influencia sovitica en la
regin. Durante los aos 60 la CIA fall en Vietnam: si los es -
pas erraban, llegaban los soldados. Sin embargo, durante esta
dcada la influencia de la Compaa, como le llaman sus
agentes, se hizo patente en todo el mundo. En especial en
Amrica Latina: los polticos latinoamericanos ms de una vez
han sido o se han convertido en espas. Existe un testimonio
estremecedor sobre las relaciones entre polticos y espas en
Am rica Latina: La Compaa por dentro. Diario de la CIA, de
Philiph Agee.
Agee revela, por ejemplo, que el presidente mexicano
Adolfo Lpez Mateos le pasaba informacin al director de la
agencia en Mxico. El jefe de la CIA en el D.F se gan la volun-
tad del mandatario, que gobern de 1958 a 1964, consiguin-
dole un auto y un departamento para su querida. El sucesor
de Lpez Mateos, Gustavo Daz Ordaz, tambin trabaj para la
Agencia por el mismo precio. Alfonso Lpez Michelsen, quien
fuera presidente de Colombia (1974-1978), colabor tambin
con la Agencia, segn Agee. Jos Figueres, presidente de Costa
Rica (1948-1949; 1953-1958; 1970-1974), fue agente tambin.
Agee, sin embargo, se centra en el caso de Ecuador: Reinaldo
Va rea Tern, agente a sueldo de la CIA, lleg a ser vicepresi-
dente del Ecuador, en 1962, despus de la cada de Velasco.
Ministros y diputados de Velasco y Arosemena espiaban para
la agencia. Y hasta la taqugrafa que transcriba las reuniones
reservadas de la Junta Militar reciba un sueldo de la CIA.
Cul era el principal objetivo de la CIA en el Ecuador y en la
Amrica Latina de los aos sesenta? Conseguir que los gobier-
nos rompieran relaciones con Cuba, que pretenda expandir
su revolucin. En Ecuador no lo consiguieron con Velasco,
quien fue derrocado en 1961. Pero lo lograron con Arosemena,
quien rompi relaciones en 1962.
No obstante, en los aos 70 el espionaje de los EEUU se
traz una estrategia diferente de dominio. Antes que los agen-
tes de espionaje y que los soldados, la Agencia Nacional de
Seguridad desarroll un programa econmico de domina-
cin. Sus artfices son los economic hit man, o los gangsters
econmicos. Los EHM propiciaron la alianza entre las grandes
empresas, la banca internacional y los gobiernos cmplices.
Pases estratgicos (sea por su ubicacin o porque posean
petrleo) adquiran deudas impagables con instituciones
financieras (BM, FMI). El dinero tena que ser destinado a la
construccin de presas, sistemas elctricos o carreteras que
Espas en el poder
por David Guzmn J.
n espa puede ms que un ejrcito. Puede, incluso, colocarse al frente del ejrcito enemigo. Puede, en
ciertas circunstancias, gobernar un pas. Sea como espa descubierto, como Putin en Rusia, o como espa
encubierto, secreto todava, como ha sucedido en Amrica Latina con ms de un gobernante. Aqu rese-
amos una breve historia del espionaje norteamericano y pasamos a contar la vida y milagros de dos agentes
famosos.
U
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deban ser edificadas por las grandes empresas. Las obras no
mejoraban el nivel de vida ni acababan con la miseria, sino
que la extendan. Las corporaciones y las instituciones finan-
cieras sostenan a los gobiernos implicados. Cuando los eco-
nomic hit man fallaban, entraban en escena los agentes de la
CIA.
Segn John Perkins, autor de Confesiones de un gngster eco-
nmico, el ejemplo por antonomasia de gangsterismo econ-
mico fue el que ejercieron en Arabia Saudita. Las grandes
compaas construyeron un pas en el desierto, al mismo
tiempo que los EEUU se aseguraban el abastecimiento de pe -
trleo saudita y fortalecan el poder de la familia Saud. El costo
de la construccin deba pagarse con los
petrodlares: as, Arabia Saudita tena que
de volver el dinero que reciba a cambio del
pe trleo. No se endeudaba, pero quedaba
en cadenada a las grandes empresas.
Perkins seala que personajes como
Jaime Rolds, Omar Torrijos y Sadam Hu -
sein se re sistieron a las intenciones de la
banca internacional, se negaron a cumplir
los deseos de las grandes corporaciones
(pe troleras o constructoras), es decir, no se corrompieron. No
entraron en connivencia con los poderes transnacionales. El
resultado: los agentes de la CIA, a los que Perkins llama chaca-
les, entraron en escena en el caso de Rolds y Torrijos. Y en el
caso de Sa dam fue necesaria una invasin, porque los chaca-
les fallaron.
Noriega
A principios de diciembre de 1989 Panam declar la guerra
a Estados Unidos. La madrugada del 20, 26 mil soldados nor-
teamericanos invadieron el pas. La cifra de muertos paname-
os oscila entre 3 mil y 6 mil vctimas. Murieron 23 soldados
estado unidenses.
La cau sa de la ope -
racin: capturar al
Ge ne ral Ma nuel
An t o nio No rie ga.
Noriega (1934)
fue agente de la
CIA desde los aos
cincuenta, in cluso
antes de obtener
una beca para es -
tudiar en la Aca -
demia Mili tar de
Chorrillos, en Pe -
r. En 1968 No riega apoy al general Omar To rrijos en su ascen-
so al po der. To rrijos, quien firm con Carter el tratado para la
entrega del canal en 1999, en carg a Noriega el control del apa-
rato de Inteligencia del pas (es decir, Noriega deba espiar para
Torrijos y para Carter).
Durante los aos 70, como jefe de inteligencia de Panam,
Noriega inicia sus relaciones con Cuba y colabora con la gue-
rrilla sandinista que pretenda derribar a Somoza. Obvia men -
te, sigue espiando para la CIA, pero tambin espa para los
comunistas.
En 1975 un subalterno le ofrece dinero para permitir el ate-
rrizaje de un avin en territorio Panameo. As Noriega inicia
sus relaciones con el cartel de Medelln.
Noriega espiaba para los norteamerica-
nos, para las guerrillas sandinistas, para
Cu ba, para Torrijos, y les pasaba informa-
cin a los narcotraficantes. A la CIA le en -
viaba da tos so bre Castro, Ortega y Torrijos,
y a la DEA le en viaba traficantes de poca
monta; le soplaba a Castro, a Ortega y a To -
rrijos sobre lo que pensaba hacer la CIA; a
los narcotraficantes les adverta sobre lo
que pensaban hacer los norte americanos. Esta compleja
triangulacin (nacionalismo revolucionario; imperialismo
norteamericano; narcotraficantes) le permiti fortalecer y
corromper a las capas medias del ejrcito: un capitn cercano
a Noriega va la ms que un mayor o que un coronel. Para
1983, el ao en que muere Torrijos po siblemente en un aten-
tado de la CIA, No riega controlaba prcticamente a toda la
Guardia Nacional y estaba listo para ofrecer los aeropuertos,
cruces de frontera, bancos, puertos y servicios militares al
servicio de los narcos. Pero, en realidad, al servicio de cual-
quiera que le re portara una ganancia: en 1984 Noriega cola-
bor con los contras de Nicaragua, envindoles armas norte-
americanas.
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Noriega espiaba para
los norteamericanos, para
las guerrillas sandinistas,
para Cuba, para Torrijos,
y les pasaba informacin
a los narcotraficantes.
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Desde 1984 el general Noriega gobern median-
te presidentes impuestos por l. Hizo al menos
dos fraudes electorales y cometi ms de un asesi-
nato. En 1989 la situacin se vuelve insostenible
para No riega. Resiste a dos golpes militares, el se -
gundo de los cuales es liderado por el jefe de su
guardia personal. Este se gundo golpe tiene un
xito parcial; el mayor Moi ss Giroldi logra apresar
a Noriega pero se niega a enviarlo en un helicp-
tero rumbo a los EEUU y vacila ante la tentativa de
sus subordinados de matar al tirano. Fuerzas lea-
les al general lo restituyen en el poder y fusilan a
los rebeldes.
EEUU invade Panam, captura a Noriega y lo
condena a 40 aos de prisin por narcotrfico. La
pena se reduce a 30 aos y luego a 20. En 2010 No -
riega fue extraditado a Francia. En caso de ser en -
viado a Panam, donde se reclama su extradicin,
es posible que Noriega slo deba guardar prisin
do miciliaria, pues la ley panamea contempla
que las personas mayores de 74 aos no pueden ir
a la crcel.
Putin
De espa de la KGB en Dresden, Alemania oriental,
Putin se convirti en asesor para asuntos in ter -
nacionales del alcalde de Petrogrado, Sobchak. Esto sucedi
durante el derrumbe de la Unin Sovitica. Mientras la URSS
se caa a pedazos coexistan las viejas y nuevas instituciones;
Putin fue durante un breve lapso agente de la KGB y asesor del
alcalde elegido. Justo en ese mismsimo momento el director
de la KGB encabez un golpe de estado contra Yeltsin.
Putin se crey perdido. Estaba en medio
de dos fuerzas que luchaban por el poder.
Pisaba en las dos orillas: en territorio dem-
crata (Yeltsin y Sobchak) y en tierra golpista
(KGB). Cualquiera de los dos bandos pudo
ha berlo acusado de ser un doble agente. Y
Putin se hubiera quedado en el aire, si es
que algo peor no le suceda. En ese momen-
to el futuro lder de Rusia pens que, en caso de perderlo todo,
la nica alternativa que le quedaba era con ver tirse en taxista.
Pero no fue as. Putin hizo carrera de tecncrata con el alcal-
de de Petrogrado. Fue asesor de Sobchak en relacin con las
inversiones que llegaban desde Occidente. Para tratar con los
extranjeros fue crucial su experiencia como espa en Alemania
oriental, donde deba reclutar policas para convertirlos en
informantes, y vigilar a periodistas, acadmicos y diplomticos.
Acabado el gobierno de Sobchak en Petrogrado Putin fue a
Mosc. El crculo de antiguos compaeros de la KGB (inspira-
do por la blat, un sentimiento de lealtad inexorable) lo ayud
a ascender hasta la direccin de la OSF, la agencia que reem-
plaz a la KGB. Putin, como director de la OSF, ayud a
Sobchak a escapar de Rusia. Su antiguo jefe haba sido acusa-
do de corrupcin, pero la blat hizo que Pu -
tin le cubriera las espaldas y lo ayudara a
fugarse.
En ese preciso momento Boris Yeltsin
buscaba un sucesor. Tras desechar algunos
candidatos crey que el gesto de Putin, el de
proteger a su antiguo jefe, lo converta en el
candidato ideal. Yeltsin, como Sobchak,
gobernaba rodeado por de nuncias de corrupcin. Alguien
deba cu brirle las espaldas a l, como a Sobchak.
Hijo de un obrero y una mucama, Putin ha ba deseado ser
espa desde la adolescencia. A los 16 aos se present en una
oficina de la KGB, pero fue rechazado. Sin embargo, las cir-
cunstancias lo hicieron incursionar en la poltica, con lo cual
se acab su carrera de espa. Y la blat y Yeltsin lo hicieron pre-
sidente de Rusia I
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El futuro lder de Rusia
pens que la nica alternativa
que le quedaba era
convertirse en taxista.
Dibujo de Gabriel Ippoliti
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