Este documento analiza las políticas sociales en Chile y su evolución. Explica que los gastos sociales crecieron rápidamente entre 1920 y 1972, alcanzando una cobertura amplia. Luego, entre 1973 y 1980 disminuyeron los beneficios y cobertura. Analiza el sistema de seguridad social de reparto que funcionó hasta 1980 y su reforma, introduciendo un nuevo sistema de capitalización individual. Finalmente, examina las políticas de vivienda social en Chile.
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Este documento analiza las políticas sociales en Chile y su evolución. Explica que los gastos sociales crecieron rápidamente entre 1920 y 1972, alcanzando una cobertura amplia. Luego, entre 1973 y 1980 disminuyeron los beneficios y cobertura. Analiza el sistema de seguridad social de reparto que funcionó hasta 1980 y su reforma, introduciendo un nuevo sistema de capitalización individual. Finalmente, examina las políticas de vivienda social en Chile.
Título original
Politicas Sociales y Desarrollo Jose Pablo Arellano (2)
Este documento analiza las políticas sociales en Chile y su evolución. Explica que los gastos sociales crecieron rápidamente entre 1920 y 1972, alcanzando una cobertura amplia. Luego, entre 1973 y 1980 disminuyeron los beneficios y cobertura. Analiza el sistema de seguridad social de reparto que funcionó hasta 1980 y su reforma, introduciendo un nuevo sistema de capitalización individual. Finalmente, examina las políticas de vivienda social en Chile.
Este documento analiza las políticas sociales en Chile y su evolución. Explica que los gastos sociales crecieron rápidamente entre 1920 y 1972, alcanzando una cobertura amplia. Luego, entre 1973 y 1980 disminuyeron los beneficios y cobertura. Analiza el sistema de seguridad social de reparto que funcionó hasta 1980 y su reforma, introduciendo un nuevo sistema de capitalización individual. Finalmente, examina las políticas de vivienda social en Chile.
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Las politicas sociales se han constituido en una
parte importante de la acci6n del Estado en d kbi -
to socioeconbmico, al menos durante 10s t i l t h cuannta 6 0 s . Dc hecho, desde fines del siglo pasa- do, en algunos paises el Estado empicza a jugar un nuevo rol para as cpar la satisfaccitjn de ciertas . neceri Cs ewmialcs de la poblacih. Es lo que sc ha conocido en esos paises como el kdfare state. En crtpr actiones aeguidas por d Estado se ia- cluycn gcnerahente dus grades grupos dt politicas. Por URI parte, aqudas que repiam br rckioncs lrbotrlcr, Iu condicicmer de t&jo y las remum- rrcioner. Por la otta, Am orientatha a utish l.r mccdada dc educ dh, dud, nutricih. vivienda y s ~ d . &c l t w r s y n d o g u p o d e p o l i t i - prcrro que b Bar gmpm &politicas utja interm- cu el Que ac dmda ce CIt C libro. No obt.ate, lscion#los, en algunos casos t rcneia a las primeras. Las politicaa socides en estudio conllevan el us0 de recursos pirblicos y/u obligan a destinar fon- dos pnvdos para satisfacer ciertas necesidades in- dividual-. En este sentido se diferencian del rol mis tradieional que ha tenido el Estado, como proveedor de bienes y servicios de us0 colectivo. En 10s paises latinoamericanos la adopci6n de las politicas sociales ha sido mk restringida y pos- tenor en el tiempo que en 10s paises industrializados. Sin embargo, generalmente ellas han sido introduci- das, tambiCn, en una etapa comparativamente mC temprana de desarrollo. Ello ha ocurrido, en parte, como respuesta a la gravedad que alcanzan en 10s paises subdesarrollados 10s problemas de pobreza y desigualdades socioecon6micas. Las politicas so- ciales han sido vistas como un medio importante para combatir estas situaciones de pobreza. Sin embargo, tse no es su Gnico prop6sito como, a veces equivocadamcnte, re pretende al evaluarlas. Por una parte las politicas sociales est& orienta- dps a combatir y, sobre todo, a prevenir la pobreza asociada a situaciones y circunstancias- especificas, como la eafermedad, la vejez, la invalidez, el analfa- betismo, etc. En estos casos las politicas sociales cumpIen la funcibn de dar seguridad, en una socie- dad de matm que descansa cada vez menos en la familia y la cmunidad ldcal para enfrentar ciertos atadas de neceidad econbmica. Esta funcibn de quridad es requcrida por todoe 10s estratos socio- ~ O O ~ ~ C Q S y no s6lo por lor mir pobres. De all; qw b poiiticru, rocider, cmmdo cumpIm este rol de lelpn, rurte c h o a r l es g ~s , atin pminiendo la gobnm a, mh que eso, przvinknk el detcrioro de 10 . 10s niveles de vida que el trabajador sufrirk ante la presmcia de riesgos especificos. A1 mismo tiempo, con las politicas sociales se busca enfrentar y diviar situaciones de pobreza mL permanentes. En 10s paises subdesarrollados muchas de las familias pobres lo son no por una eventudi- dad sino en forma permanente. Vale decir, no son pobres porque esthn desprotegidos frente a un riesgo especifico --como la enfermedad del jefe de hogar, por ejemplo- sino porque su actividad econ6mica les reporta ingresos muy insuficientes para atender sus necesidades. Para esa gran cantidad de pobres las politicas sociales se transforman en canales para satisfacer sus necesidades bhicas de salud, nutri- ci6n, educaci6n y vivienda. Destacar este importante papel de las politicas sociales en el combate contra la pobreza tzo e*- le a afirmar que son las mis importantes ni, mucho menos, las linicas politicas que el Estado puede adoptar para ese fin. A distancia de la cmcepci6n neoliberal, que considera que las politicas sociales son las linicas que eficientemente pueden embti r la pobreza, creemos que, si se @ere tenm &to, la idea de eliminar la pobreza debe manihstakse y estar presente en toda la estrategja de dmarroIlo que siga un pais. El anaisis de las politicas sociales &e se d z a en este libro esti referido casi exdusivamcnte a sua aspectos econ6mico-financieros. Ello ti ae ullp ab- ble justificaci6n. En primer lugar, &has palitirars tienen una gran significaci6n para el funthaaden- to de la economia. Su importancia provienc tan& de la cantidad de 10s recursos que manejan eomo del hecb de que modifican la naturdezo de 01 Wf rcabee: d ci & m d d c o , sobre 10s incentivos a tra- at no b r l o , etc. AI m h o tiempo, muchos efcctoa ~ Q R duraderos y se manifiestan en p h .largus. Pihsese en 10s propamas de retiro pm vejez, de educach, de vivienda. La magnitud de lor recur so^piblicos que manejan 10s programas s o u ak s ha llegado en Chile a una cifra equivalente al 25% de la produccicin del pais (PGB); y actual- mente representa drededor de un 17% del PGB. Ella enmehe recursos por un monto equivalente a cera de la quinta parte del ingreso que, en prome- dio, mmejan las familia chilenas. Desde otro punto de vista el anaisis econbmi- co-fmanciero puede servir de ayuda para mejorar el dieiio y operacicin de las politicas sociales. Permite preciaar mejor las alternativas de asignacibn de re- cursos limitados, y 10s posibies efectos de distintas omas de organizar 10s programas. En este libro se abordan ambas dimensiones: lor efectos de las politicas sociales sobre el resto de la economia y el funcionamiento interno de esas politicas. El di si s de la experiencia chilena reviste al- gJn inteds, mk all& del propio pais, al menos por dos razones. En primer lugar, la significacibn cuanti- miwa que him ,tenid0 estsui politicas es enonne y amy dgua si se la oompan con otros paisa en h k i t x t Latina. En regundo lugar, la experiencia es en thninos de 10s enfoques que parr diseiiar las politicas y, por lo u fir0 se ha mganhaclo en cinco capitulos. a-- o h 0u1ia brevc &i6n histckka de la caalpaciones interesantes. evolucibn de las politicas sociales. Este capitdo revela el raipido y fuerte desanollo de los programas sociales que tuvo lugar en Chile entre 1920 y 1972. Los gastos sociales crecen diez veces mk riipido que el ingreso nacional, permitiendo una vasta cobertura de 10s programas y una ampliacibn de 10s beneficios. Es asi corno en Chile 10s gastos sociales alcanzan una significacibn relativa igual al promedio en 10s paises de la OECD. La evolucibn descrita se asocia a las caracteris- ticas del desarrollo econbmico y a la democratiza- cibn politica registrada en el pais durante esos cincuenta aiios. Los dos capitulos siguientes se dedican al exa- men del sistema de seguridad social. E1capitulo I1 repasa la experiencia del sistema de reparto que funcion6 entre 1924 y 1980. Se distinguen tres periodos. La etapa de formacibn, que va entre 1924 y 1951, en la cud se crean Ias instituciones de previsi6n y se incorpora a ellas el peso de la poblacibn trabajadora. En este period0 el sistema se desarrolla desde abajo hacia arriba, incorporando primer0 a 10s trabajadores de menores remunera- ciones. Entre 1952 y 1972 se produce una riipida expansibn, que eleva 10s desembolsos del sistema en mis de 6 veces, con un crecimiento mayor entre 10s sectores medios. DespuCs de 1973 disminuyen 10s beneficios y la cobertura, al mismo tiempo que se adoptan medidas para uniformar el tratamiento que reciben distintos grupos laborales. ]En este capitulo se otorga especial atencibn a 1% deficiencias que mostraba el sistema de reparto antes de su reforma. Se examinan su situacibn Fnanciera y 10s aportes del Estado, la rentabiiidad 13 la quidad em la diatribucibn de y su efkku5a rrdminirutrativa. De di p d r de lor defectas que tenia el RO. CLP PQBibfr deduck k convenienda de crgitulo 111 evdk bs principiales efectos de la h%ma previsional de 1980. Despub de una bre- ve desaipc%n de 10s principales cambios que intro- duce el nuevo sistema se evallian 10s motivos que tlevuan id 70% de 10s trabajadores afiliados al anti- gus sistema a inscribirse en las nuevas entidades (AFP). Se examinan, a continuacibn, 10s principales factores que determinan el comportamiento futuro de Ias pensiones y se analiza por qut las AFP regis- tran mayores costos de operacibn que las antiguas cajas de previsi6n. En otra seccibn se evaldan 10s efectos lregreeivos sobre la salud de la poblacihn mais necesitada que pueden originarse a raiz de 10s cambios en el sistema de dud previsional (ISAPRES). TamWn se estudian 10s principales efectos so- bre el funcionamiento macroeconbmico que pueden esperarse de la reforma: un fuerte y creciente dt- ki t f i s d y una mayor concentraci6n del control del capid, antes que un mayor ahorro e inver- si&. El capitulo IV estudia las politicas de vivienda sqpib en Chile durante 10s atimos 20 aiios. Se &finen las caracteristicas del problema habitacional y se tdfi an 10s mecanismos usados para enfrentar- lo. Alli se concluyc que, a menos que haya una me- entre la cantidad de recums que el a k comtrucci6n habitaeional y el iviendas ofrccidzp, el dkficit habitacio- ua sistnma p+& de capitalizadijn. Sin embargo, no basta con que el pais dispong de 10s recursos suficiemtes para atender el crcci- miento de la poblacibn; tambiin se requiere que esos recursos se distribuyan entre las familias de acuerdo a las necesidades. En esto juega un papel importante la politica de subsidios. En 10s atimos aiios han h bid0 algunos programas bastante exitosos, y otros deficientes, para llegar a 10s necesitados. La expe- riencia acumulada ofrece varias lecciones para mejo- rar la efectividad de 10s programas de vivienda. El capitulo V examina en forma comparativa la cantidad de recursos destinados a 10s programas sociales en AmCrica Latina y el grado en que ellos logran favorecer a la poblacibn m8s necesitada. Se observa que, en el hemisferio, se destina alrede- dor de un 11% del PGB a programs sociales. En 10s paises de la OECD este cuociente es el doble. En ambos grupos de paises se observa -en base a la limitada informacibn disponible- que estos recursos se distribuyen mG igualitariamente que el ingreso, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de 10s m6s pobres. Sin embargo, todavia es necesa- rio mejorar su progresividad, ya que, generalmente, 10s sectores de mayores rentas reciben beneficios considerablemente m8s cuantiosos por familia que 10s que reciben 10s mG pobres. Con el objeto de mejorar la progresividad se analizan, en este capitulo, 1 s caracteristicas de 10s bienes y servicios que el Estado subsidia como parte de su politica social. Todos 10s capitulos son cornplernentados con uno o mh anexos en 10s que se analizan, en forma exhaustiva, algunos aspectos importantes que si30 se enuncian en el texto. Con el10 se preted6 hacer m& accesible el libro a lectores no espeiali- .* plrpUkoo rspccoor k h i a s que revisten I A ~ L p 8 ~ ~ l o s c y r i t u t o r c s t i i n r c f e r i - dwi J -a & de 19s politicas s o c i d ~, sblo 4 pdlauo y d hltimo- abordrn el fornucgemd. QS restantes se abocan a ca esptcifica: se@dad social y sdud o V i v i d . Aunqw iadudabkmente esto resta uni- dad d conOeniQ & hbro redm casi inevitable, ya que cada &ea de politiu social tiene sus especi- fidades propias. A pdsar de nuestros deseos las po- lithis de sdd son apenas estudiadas y las de edu- c& esth cui tothente ausentes. Afortunada- ems son las ireas que han sido mL analiza- La eventual dispersihn de 10s distintos capitulos es tunbib pclucto de la forma en que se ha escri- to este li40. Lo que ahora corresponde a cada uno de loe capitulos t wo su o r i p en algiul trabajo hiependieate, escrito durante 10s atimos seis a i h ~ A pew de qw 10s trabajos han sido revisados y a mp l i d o s para formar parte de este volumen es p d d k que no sieanpre la integracih haya sido Bd. todo feliz. Por idtimo, convienc advertir sobre el context0 en d a d bc escribieron estos trabajos que ahora presentama cn la forma de un libro. Ellos consti- myen d fmo de la reflexih y adi si s realizados durante un period0 de profundas cambios en la politia mtid y en la sociedad chilena. Dede el prtwle aatorhrio la idcologia neol i W pretcndia, y 611: mzI$us &rems b @&, modificar dkal mente 10s sociak qwe p ~ r mL de einmmta aiios das por OtFOs autorep. ficiencias y defectos que evidentemente era necesa- rio corregir, se dio curso a modificaciones y trans- formaciones de alcance y significaci6n mucho ma- yor. Varios capitulos se escribieron precisamente para discutir las reformas impuestas en esa perspec- tiva y para llamar la atenci6n sobre 10s problemas mayores que podian derivarse de tales cambios. El tono polimico que ello requeria a h se mantie- ne, en alghn grado, en la presente versi6n. En el proceso de investigacihn que ha permitido escribir este libro he recibido ayuda de muchas per- sonas. Cooperaron como ayudantes de investigacihn: Rahl Eduardo Sbz, Cecilia Garcia y Mabel Cabe- zas. Mis colegas de CIEPLAN participaron en vario! seminarios de discusi6n sobre el tema y realizaror aportes durante todo el proceso. Numerosos otros especialistas leyeron uno o mis capitulos y contri- buyeron a mejorarlos. Cornelio Gonzdez cuid6 la edici6n. Rosa J aime y Paulina CortCs transcribieron 10s manuscritos. A todos ellos mis agradecimientos. Los errores que todavia puedan quedar son respon- sabilidad del autor. Un reconocimiento especial a la Fundaci6n Interamericana, que con su apoyo hizo posible la realizaci6n de este trabajo. 17 CAPITUU) I BREVE REVISION HISTORICA DE LAS POLITICAS SOCIALES El prop6sito de este capitdo es aportar ante- cedentes sobre la evoluci6n de las politicas sociales en Chile durante el presente siglo. La experiencia chilena reviste interis no s610 por ser uno de 10s pioneros en Amirica Latina en el desarrollo de politicas sociales y en la bhsqueda de una mayor igualdad. de oportunidades, sino tambitn por 10s diferentes enfoques utilizados. Asimismo, esta revisibn hist6rica permite poner en perspectiva la contribucibn al desarrollo socio- econbmico chileno del esfuerzo desplegado en este campo, y el significado de las reformas a las poli- ticas sociales que se han realizado en 10s liltimos aiios en el pais. Como se seiidb, por politicas so- ciales se entenderin aquellas medidas adoptadas por el Estado en relacibn con la educacibn, la dud, la nutricibn, la vivienda y la seguridad social. Esta definici6n excluye las politicas que tienen que ver con la organizacibn del mercado laboral, las con- 19 diciones de t rakp y 1m remuneraciones. Nc, UUS- tmte, la evidente interrelacibn de estas atimas con Irs politicas que aqui se examinan hari nee& tenerlaw en cuenta. El anflisis enfatiza lor ~SPGC~OS econ6mico-financieros de las medidas adoptadas, lo cud no significa desconocer la evolucibn politico- social que esti intimamente relacionada con las politicas socides. Detrb de la9 politicas seguidas por el Estado pa- ra organizar la prestacibn de 10s servicios que satisfa- cen estas necesidades han existido dos motivaciones principales. Por una parte se procura organizar la produccibn masiva de estos servicios que tradicionalmente eran provistos por la familia. Durante el siglo pasado las necegidades de salud, de proteccibn para la vejez y enfermedad, y muchas veces las de educacibn y vivienda no eran satisfechas, o si lo eran, ello se hacia a travis de la familia. Con la urbanizacibn e indus- trializacibn del presente siglo se hizo necesario or- gsnizar socid y masivmente la satisfaccibn de estas necesidadee. Este proceso se produce a lo largo de cui to& d period0 que aqui se examina. For otra parte, el Estado ha procurado redistri- buir el hagreso a trav6s de la prestacibn de estos Scrvicios. Parte importante de las politicas que se siguen, y de sus caracteristicas, responde al intento de septum en al& grad0 la satisfaccibn de estas nectudades de la capacidad dc pago de las perso- nas. hi , est= politicas se han utilizado para me- joru lap condiciones de vida de lap familias de me- notes i npsos. btus dos prop&itos esth presentes, a veces hdtLncamcnte, otras vecee en forma separada, dunate d periods bajo estudio. Ser6 precis0 tener esta m t e para entender la acci6n del Estado. I. LA CUESTION SOCIAL Y LA LEGISLACION DE LQS AROS 20 Durante el siglo XIX, y pricticamente hasta la crisis del aiio 30, el motor del desarrollo nacional estuvo constituido por la demanda externa. Hafta el iiltimo tercio del siglo XIX 10s minerales de alta ley -cobre, plata y oro- y las exportaciones agrico- las fueron 10s sectares dinimicos de la economia. En las Gltimas dos dicadas del siglo pasado, y hasta poco despuis de la Primera Guerra Mundial, la ex- plotacibn del salitre fue la actividad motora. La estructura social era bastante simple. Tres cuartas partes de la poblacibn habitaba en el sector rural (viase Cuadro 1). La sociedad era dominada por una oligarquia que controlaba sin contrapeBo y que orientaba el aparato del Estado a la cons- truccibn de la infraestructura bCica para las labores de exportacibn. La explotacibn del salitre en el norte introdujo cambios importantes, tanto por las caracteristicas de su extraccibn como por estar controlada por extranjeros. El desarrollo de la actividad produjo una fuerte migracibn de mano de obra desde la zona central del pais, lo que fue incubando un proleta- riado hasta entonces desconocido. Esto fue origi- nando un movimiento obrero organizado, que, en breve, llegb a convertirse en un actor social importante. Por otra parte, la propiedad extranjera de las salitreras fue uno de 10s factores que favore- ci6 un papel m& activo del Estado. Este Gltimo establecib mecanismos para captar, en beneficio del dtsarrollo de la economia domistica, parte de 10s frutos de la exportacibn. Con 10s recursos de la tri- butaci6n a las exportaciones se acelerb la cons- trucci6n de ferrocarriles e infraestructura bisica. La urbanizacibn y 10s primeros esfuerzos de in- dusWeacGn fawreciaon la expansib de 10s perviios. Con e&os tiltimos re empieza a desarro- Ilpr una cloe media, compueota de empleados y profesionales, que tendrh gran significacibn en el futuro. Tobs estos cambios van diversificando la eco- nomia y la ertructura social. En este context0 se derrwolla, a partir de las liltimas dos dkcadas del sigio pasado, la llamada cuestibn social con que se dude ai conjunto de consecuencias sociales que tuvo esta diversificaci6n de la estructura econbmi- ca. En esta etapa surgen nuevos problemas sociales, derivados de las condiciones de vida y de trabajo de 10s obreros. El surgimiento de organizaciones obrem y la aparici6n de huelgas y protestas calle- jeras 4as que en varias ocasiones terminan en he- chos violentos- convierten estos nuevos problemas en fuentes de preocupacibn, primen, para las &lites y luego para la nacimte opinibn p6blica. La llamada cuestibn social se ocupa, principalmente, de as- pectos relacionados con las condiciones de trabajo, 1s organizaciones laborales y sus formas de nego- ciacibn. Sin embargo, tambikn incluye 10s temas reiativos a la vivienda, la salud y la previsi6n de 10s trabajadores. Numerosos escritos de la kpoca revelan las con- diciones de vida y trabajo que prevalecian a comien- zos de erte siglo . Alrededor de la cuarta parte de 1as famifias que Vivian en l a ciudades lo hacian en mnventiuos, en 10s que se hacinaban mk de 4 personas por pieza. La inexistencia de alcantari- llado y qua potable, junto a un deficiente sistema de recolecci6n de basuras, generaba serios problemas sanitarios. La tam de mortalidad superaba 10s 30 pot 1.000 habitantes, y a nivd infantil se elevaba a SO4 pot cada mil nifios nscidos. Pdcticamente la mitad de la poblaci6n era analfabeta (vi ae Cua- dro 1). En cuanto a las condiciones de trabajo, no exis- tian 10s convenios colectivos; todos 10s acuerdos eran individuales y verbales. No existian normas que obligaran -al descanso dominical ni que impusieran una duracibn mixima a la jornada laboral. El trabajo infarrtil y femenino se prestaba a numerosos abusos. Las remuneraciones no s610 eran bajas sino que, ademis, se encontraba difundida la prictica del pago en especies y/o con fichas. Estas tiltimas obli- gaban a comprar en las pulperias que rnonopolizaba el empleador. No existian normas minimas de higie- ne y seguridad en el trabajo, asi como tampoco in- demnizaciones por accidentes laborales. Frente a esta situacibn 10s trabajadores recu- rrieron a la huelga. A pesar de que has eran ilega- les, de que se consideraban delitos sujetos alas nor- mas del Cbdigo Penal y de que 10s lideres obreros eran perseguidos, en la tiltima ddcada del siglo pasa- do se registraron cerca de 200 huelgas. En las dos primeras dtcadas de este siglo la huelga se intensific6 y se produjeron hechos de gran violencia que costa- ron la vida a miles de trabajadores2. A nivel institucional, el Congreso debati6 diver- sos proyectos de ley para enfrentar esta cuestibn social. En relacibn al problema habitacional, entre 1887 y 1906 se presentaron al menos 7 proyectos de ley para promover la construccibn de viviendas obre- ras, despuds de lo cud se aprobaron incentivos tributarios para fomentar la construccibn. En ma- teria de dud, luego de dos dkadas de intentos fallidos, en 1918 se aprobb un Cbdigo Sanitario que 2 Sobre las condiciones de trabao y el movimicnto obrcro pueden verse 10s trabajos de Buria (195d,, R m h z Necochea (1956), Mo- rris (1967) y Przarro (1978). otorpba atribuciones a la autoridad para enfrentar epidemias y otros problemas del Area. En materia educaciond, desde 190 1 se presentaron proyectos que hacian obligatoria la enseiianza primaria, la que se convirtib en ley en 1920. En relacibn a las condiciones de trabajo, y des- puis de largos debates y numerosos proyectos se aprobaron, en 1914, una ley que establecia para 10s empleados de comercio un descanso de una hora y media para almorzar; en 1916, una rudimentaria indemnizacibn por accidentes del trabajo, y en 1917 el perfeccionamiento de una disposicibn de 1907 ue establecia la obligacibn del descanso do- minical . Las cuestiones principales no fueron re- sueltas sino hasta 1924. Es interesante analizar brevemente las distintas posiciones que existian en relacibn a la forma de abordar la cuesti6n social, ya que en buena me- dida ellas seguirian en el trasfondo de la discusibn en las dkcadas siguientes. Tres fueron las posturas principales que se es- grimieron para abordar 10s nuevos problemas que vivia el pais. Por una parte estaba el Partido Conser- vador, que, mayoritariamente, ignorb el problema y no se interesb por 61. Quienes le prestaron aten- cibn reconocian entre sus causas el olvido y descui- do de las clases dirigentes respecto del estudio de la situacibn, necesidades y legitimos derechos del proletariado y proponian a la clase alta que ... si quiere conservar su influencia legitima (sobre las clases inferiores) debe acercarse a ellas, tratarlas con familiaridad, estudiar sus necesidades y procu- 9 3 Otras dos lcyes de la Cpoca fueron la de das-cunas, dictada en 1917, que obligaba a Ias empresrs industriales con mis de 5 0 obrc- ras a tener una sal. para sus hijos menores de 1 aiio; y la Icy de marzo de 1923, que fijaba en un mi x i o de 80 kgs el peso de los sa- que podrim ser cagrdos por la h e m de un hombre. 25 mrtwmedsd * ss, sea pm le arecih privada, sea poa la La bcnefimncia privada habk sido imphada por estos sectores en diversas Qreas. Desde 1881 se desarrollaron 10s patronatos destinitdos a cons- trtlir .h&iones obreras, y con bastante anterior- ridad la beneficencia para el cuidado de enfermos y ancianos. Se promovia tambiin la organizacibn de 10s trabajadores en 10s circulos catblicos obre- r6s y en la Asociacibn Cristiana de Obreros. En cierta medida, la forma de soluci6n planteada por estos sectores procuraba restablecer en la industria el tip0 . de relaciones entre patr6n y trabajador que prevdecia en el sector rural. Distinta fue la postura del Partido Radical, que agrupaba a sectores laicos, de profesionales y burocracia. Ellos promovieron la acci6n protectora del Estado. Uno de sus lideres planteaba en 1896, 2Qd es lo que necesitan 10s desvalidos para no sucumbir en esta contienda despiadada? Solo pro- tecubn, Q sea, la garantia de que el Estado igualarii las condiciones de 10s combatientes dando armas a 10s ddbiles para luchar con 10s fuertes. Esto es lo que el individualismo niega a lor desvalidos. (V. Letelier, 1896). Entre 10s obreros tuvieron importancia las pos- tu- anarquistas y socialistas. En esta hltima linea se s i d a el Partido Dembcrata, fundado en 1887 del que m6 adelante surgiria el Partido Comunista En 1907 el principal de sus lideres, L. E. Recaba RCR, promovia el sociaiismo sefialando que s610 a wci di ea la industria, suprime el patr6n y con dl suprime la acaparacibn de fortunas en manos de unos cuantos individuos que aumentan la miseria @Mi CaJH. popular, y coloca el salario en enndicioner e i t a- tivas, igualitaiao, asegtlrando la subsirtencia y ? a fe- licidad de todos. (Citado en Silva, 1974, paigina 796). Estas posturas estaban de una u otra manera pre- sentes en 10s debates relativos a la institucionalidad necesaria para enfrentar cada una de las cuestiones que aqui se analizan. Estaban presentes, por ejem- plo, frente a las relaciones de trabajo y su regula- ci6n. Tambih eran parte en 10s debates sobre la forma de enfrentar 10s problemas de salud. En 1917, en el Primer Congreso de Beneficencia Pliblica con participaci6n de 10s mCdicos que atendian en 10s hospitales, se proclam6 deber del Estado mantener 10s establecimientos pirblicos necesarics para aten- der enfermos, ancianos e indigentes. En la discusi6n del C6digo Sanitario una de las partes alegaba, ci- tando a V. Letelier, que procede convencerse de que el mejoramiento de las condiciones de higiene de 10s pueblos no es, en manera alguna, obra de ini- ciativa individual y que hay que doblegar tambiin en esta materia la resistencia de 10s individualistas y de 10s librecambistas. (Citado por Romero, 1977, pagina 43). Similar discusi6n se produjo a raiz de la ley de enseiianza obligatoria, a la cud 10s conservadores se oponian argumentando que atropellaba la libertad paterna. Los radicales, en cambio, no sblo estaban a favor de la obligatoriedad sino que agregaban que el Estado debia tener bajo su direccibn toda la ins- trucci6n pliblica y no delegarla en corporaciones particularess. Este debate sobre la cuestibn social fue URQ de 10s tbpicos principda en la campaiia para la eleccibn presidencial de 1920. 5 V b Vial (19.81). p@ms 137,175 y ss. Artuivr Alespandri triunfh con tan programa que plpntepba que al ser el proletariado un factor ccxmhdco ixmeqlrs;rble, el Estado debe tener 10s elementos necesarios para defenderlo, fisica, mord e intdectualnwnte. Debe exigirse para i l habitmiones higiknicas, c6modas y baratas que res- -den su sdud.... Hay que velar porque su tra- brjo sea remunerdo en forma que satisfaga las necesidades minimas de su vida y las de su familia ... Hay que protegerlo en 10s accidentes, en las enfer- medades y en la vejez .... Las mujeres y 10s niiios reclaman tambikn la protecci6n eficaz y constante de 10s poderes pbblicos ... (Alessandri, Programa Presidencid, ver Godoy, 1971). El triunfo de Alessandri abri6 paso a una amplia legislacidn social. En 1921 el gobiemo present6 d Coqreso un conjunto de leyes sociales las que, despuks de tres &os de postergaci6n, fueron apro- badas bajo presibn militar en 1924. En esa ocasi6n se dictaron leyes sobre contratos de trabajo, sindi- catos, derecho a huelga, tribunales de conciliaci6n y arbitraje, indemnizaci6n por accidentes del traba- jo; y se crearon la Caja de Seguro Obligatorio y la Caja de Previsi6n de Empleados Particulares. &e mismo aiio se cre6 el Ministerio de Higiene, Asis- tencia y Previsihn Sociales. Al aiio siguiente se cre6 la Ca.ja Nacional de Empleados Phblicos, haciendo redidad un proyecto que se debatia desde 191116. Entre 1924 y 1925 se establecieron, tambiin, un impuesto a las rentas y el impuesto global comple- mcnta~o con tasas progrcsivas. De esta forma, 10s problemas sociales dejan de sa vistos como asuntos de caridad y pasan a ser considcrados cuestioncs de justitia' . Esta postura, 6 P.rrr UII rclrto del pronro de aprobnci6n de estu leycs, dme poblrte (1949). 7 vrlioro nutend robre c~tc period0 sc r e b e en Omgo er 01. (1979). . y la idea del Estado protector, seak predominenEer durante la mayor parte de las dCcadas siguientrr. En resumen, hacia fines del siglo xu(. y durante las primeras dCcadas del XX se produce un trascen- dental cambio de actitud y un reordenamiento de fuerzas rente a 10s problemas sociales, que culmina con la dictaci6n de las leyes de 1924. Esto trae consigo la creaci6n de nuevas instituciones y un au- mento del personal y de 10s gastos fiscales en el campo social. La expansi6n es marcada y segura- mente lo hubiera sido a h m h de no ser porque la crisis del salitre y la gran depresi6n mundial golpean dramiticamente a Chile. El Cuadro 2 muestra el fuerte aumento de 10s gastos en programas sociales que se verifica despuis de 1920. Estos se elevan en casi cinco veces entre 1920 y 1930. Los recursos se destinan mayoritariamente a la educaci6n. Algo similar ocurre con el nlimero de empleados pliblicos segiin se observa en el Cuadro 4. 2. LA EXPANSION DE LOS GRUPOS MEDIOS: 1932-5 5 La crisis de 1930, que golpeb fuertemente a la economia chilena, frenb el proceso que se habia iniciado con la legislaci6n de 10s aiios 20. La segunda mitad de la ddcada es de gran inestabilidad poli- tics, la que se supera con la vuelta al poder de Ales- sandri en 1932. A Cste le siguen, a partir de 1938, tres gobiernos radicales que llegan a la presidencia tras la constitucibn del Frente Popular. Con la crisis del 30 la economia del pais result6 gravemente lesionada a consecuencia de su fuerte dependencia del exterior. En respuesta a 10s proble- mas se acenth el proceso de sustitucibn de impor- taciones, con fuerte apoyo estatal. Para ello se pro- tege la industria y se destinan m& recursos a la cons- 29 2 - Fbcd &d 1900-1980 &h G.Ro FiscdSOcid Compn- tiel gasto ao&l $e) c del SdadpWi - h- yi.iCnda E h - mill. $ p c ~ c/gorto CE, A h m M u6n y urba- c mi h social y numo Tmbajo c del gasto fical social (1) (2) (3) f4J Q J (6) (7) 1981 f i cd 100 . AA 1905 1.1 1.1 9.7 1910 1.5 1.3 8.9 1915 1.3 1,2 8.9 1920 1.3 1.0 6.6 1930 5.9 2.7 18.1 PI 36 - 64 1935 7.0 2.8 23.5 25.6 109- 4,4 60 1940 cl 1945 12.7 4.4 28.1 12.1 26,9 13.6 47.4 1950 1951 22.2 6.0 31,7 14.0 28.5 11,4 46.1 1960 40.4 8.6 39.6 25.7 36.2 7.5 30.5 1965 63.4 10,O 45.2 20.1 26,4 20,7 32.9 1970 109.3 10.5 42.5 22.2 27.0 9.6 41,2 1975 86.4 10.3 360 25.0 31.5 8,7 34.8 1980bl 132.4 10.3 37.1 31,s 29,s 5,s 33.5 at Sobrccstimado. ya que sc exduyen gastos extrapresupuestarios. b/ lnduye 10s gpdos de FNDR y otros programas rcgionala y aportes ENACAR y SOQUIMICH. J A partir de 1940 10s cuocimtes son calculados robre cifras nomi- nala. Fuentes: GMO Fiscal 1905-1930: Humud (1974) en base a rcgistro de datos de g.rtas presupuestarios. 1935-1957: Departamento de Estudior Financieros, Minis-, t d o de Hacienda (1959). incluye d$os de gastos presu- pueeuios y eJ Ktnpresupuaumw . Entre 1934 y 1947 10s ~llffee CX~~~~CI UPUCS&OS (no sc mntabilizaban en el pre- s ucsto. slno dinctamente en Teaoreria) representaban I% de 25% de 10s presupuestarios. 1960-1%9: Dirccfidn de Presupuestos, Ministerio de Ha- &ad. (1961.1973). 1970-1980: Mi ni mno de Hacienda (1981). ODEPUN (1982) y Marshall (1981). DQfl.ceonr: 1928-70, Indice de Plreios al Connumidor, INE. 1971-79, hdicc de Preaos .I Consumidor, corrqido, Cor tPEmy M d d (1981). H3II 1908: Cdculado en base a t ass de crecimiento de prodwqi6n cmi ~~adas pol. ~Jler#ra y Davis (1%~). 1940-1960: CUeulor de Ltniz y ROW (1974), curdro VU, en base a crtkaciona de CORPO. 1925 3, l 2.1 12.1 n/ 17 - 83 , t 1960-19800: ODEPLAN, Cuenm Nacionalcs. &6a dc in tarst y al faanento indurttiilt, COIL cuys propbit0 se crea la CQRFO en 19W. En materia social, d periodo se inicia con la diczscibn del Cbdigo del Trabajo, en 198 1, en el cud se re6nen c integran las Ieyes de la dicada anterior. A esa legidacibn, que, s e g b se Go, era de naturdeza eminentemente protectora del trabajador, se le van agregando una serie de disposiciones. Las principales dicen relacibn con la fijacibn de renl)meraciones minimas y con el pago de indemnizacioner por des- pido. Asimismo se crean nuevos beneficia y, en varios casos, nuevas instituciones phblicas para aten- der 10s programas que se van iniciando. En materia habitacional, en E936 se crea la Caja de Habitacibn Propular, con el fin de favorecer la construccibn de viviendas para 10s trabajadores. Ello se logra con alghn financiamiento statal y, principalmente, a travis de 10s fondos que a tal pro- pbsito deben dertinar las cajas de previsi6n'. En materia de salud, en 1938 se organizan servi- cios para ofrecer atencibn midica preventiva a 10s trabajadores y se extiende, en el cas0 de 10s obre- ros, la atencibn curativa a la mahe y al niiio. En 1952 el beneficio se hace extensivo a toda la fami- lia. Esto filtimo se acompaiia con una reorganiza- cibn institucional que lleva a la forrnaci6n del Ser- vicio Nacional de Salud (SNS). En el campo previsional, ademis de la incorpo- racibn de nuevos grupos de trabajadores, se estable- cen paulatinamente nuevos beneficios, tales como la asignacibn familiar, el subsidio de cesantia y el de 8 Para un anilisis del periodo pucde verse Instituto de Economi'a, Universidad de Chile (1956). Muiioz (1982). Muiioz y Amagada (1977). 9 En 1952 se cnr una nueva institucibn (CQRVI), continuadon de la anterior, In cud asume, adem&, imiiei?tivro dispenrr en OULI enti- dades phblicas. $1 maternidad. La reforma YUC en 1952 dio lugar a la creacih del SNS y del Servicio de Seguro Social me- jora sustancialmente las prestaciones que se habian establecido para 10s obreros en las ddcadas anterio- res. Ese mismo aiio se organiza un rdgimen de pen- siones por antigiiedad, invalidez y muerte para 10s empleados particulares. En el campo educacional continha la expansi6n de matri cw en todos 10s niveles y, con especial intensidad, en el nivel medio (vdase Cuadro 6). En 1953 se crea la J unta Nacional de Auxilio Esco- lar para apoyar con alimentacibn y utiles escolares a 10s estudiantes de menores recursoslo. Este aumento de 10s beneficios y prestaciones se refleja en 10s mayores gastos fiscales en progra- mas sociales, 10s que m& que se triplican entre 1930 y 1955 (Cuadro 2). El gasto fiscal ofrece, sin embar- go, una idea parcial del crecimiento, ya que no in- cluye las instituciones phblicas descentralizadas, muchas de las cuales habian sido creadas precisa- mente para ofrecer 10s servicios sociales (por lo que ellas registran el mayor aumento). Si se incluyen 10s gastos de estas instituciones, 10s gastos reales del sector publico en programas sociales se multiplican por 4,5 veces entre 1935 y 1955. En este ultimo aiio alcanzan a un 15% del PGB (Cuadro 3). El aumento de personal tambidn continha, aunque con menos fuerza que el de 10s gastos, ya que 10s benefi- cios que mis se expanden son pagos monetarios (Cuadro 4). El aumento mk marcado de 10s gastos corres- ponde a 10s de previsibn social, seguidos por 10s de salud y vivienda. Los gastos en educaci6n tam- 10 Ea heresante ~ l o t u que en e s t ~ pcriodo. gobemdo por 10s ndierles -tr.dicion.lmentc pucid.riar de Ir cdumibn p6blin-, hay un &em urg de 1.r ~ C I U I priv.du p i u al rnejorunicnto de las subwnciones (Cuadro 6. columna 5). bi#n crtcen a am r&b-rrmh dts que el del PGB, pcro menor J cle 10s programas imteriores. Cuadto 3 - Gasto Pliblico Social 1935-1983 AlSo Gasto Pciblico Social Componentes del gastqpublico Mil mill. % del Salnd Priblica, Revisidn Vivienda Ednca- 51981 PCB Asistencia Y cidn social y Ur banho Trabajo % del gasto publico social ( 1) 0) (3) (4) ( 5) (6) 1925 a/ 1935 al 1945 al 1955 1961 1963 1965 1967 1969 1970 1971 1972 1974 1975 1977 1979 1981 1983 bl 3.1 12.3 23.3 55,l 90,4 124,2 159.5 180.8 206,9 274.4 226,2 182,6 153.2 165,8 191,7 202,l 206.1 85.4 2.1 5.2 8.0 17.0 18.9 14,9 17,9 16.3 20,l 20.0 18,O 20,l 15.7 18,7 16.2 19,9 16.4 25,2 15.8 25,8 . 16,8 17,6 16,2 18.3 18,O 17.4 20,3 15,4 19,4 17.1 24,6 14.3 21.8 41.4 51,4 46.6 45,s 46.0 43.6 45.2 45,9 44.4 36.6 41,9 40.4 44.2 43,4 47,l 20.4 20,3 11,s 18,l 15.1 18,2 17.9 18.6 17.8 20.6 17,8 22.4 16.0 22.4 16,3 21,9 .15,9 23,O 213 25,7 15,7 24,4 13,4 25.9 9,9 26,6 9,4 25,3 5.3 23,O Fusnte: 1925-35: Cols. 1 y 2. Cuadro 2 rnb hposiaones prcvkio ndcs sedn Bustos (1936) y I+evis&n S o d . 1955-80: id. Cudm 2. a/ Lcvementc subcstimada, ya que no induye leyes espeddes ni otros bgresos de 1.s instituaon- desecntdhdrr. bf hnbrio. Chdm 4 - Empleo Sector f i bko Also Sector Bcal o Sector piblico cedt ydi do To& a/ Sector Total a/ b/ Sector Poblacibn s o d social b/ activu (miles de personas) (1) (2) (3) (4) (5) 1925 26.6 1.3 1931 38,7 11.8 1935 41.2 13.5 1940 47.7 15.4 1.812 1945 62,3 23,6 1.947 1950 73.6 28.6 2.093 1955 80,4 31.7 2.283 1960 91.2 41.4 2.494 1965 116.3 54.0 225.5 103,9 2.721 1970 147.5 74.1 280.0 133.8 2.932 1975 325,s 173,O 3.112 1979 292.6 176.3 3.481 a/ Bxcluycdefensa. W Bxcluye univcrsidadcs, Inotituto de Educaci6n Rural. Ptrmu: (1) y (2). 1925-1935: U d a y Garcia (1971). 1 W7 0 : Muiior, Gatica y Itornapera (1980). (3) y (4). Md a l l y Romrguen (1981). (5). Mmhrio de Hacienda (1981) y proyeccioncs de Camti de Poblsci6n. Los programas de previsibn, salud y vivienda es- t4n muy interrelacionados en este periodo, tanto en su fmanciamiento como en la poblaci6n a la que atienden. La previsibn y la salud se financian con aportes -0bli torios y crecientes durante el perio- contribuciones estatales en el cab0 de 10s obreros. La vivienda, entretanto, es financiada maywitaria- do- de empeadores r y trabajadores, adem& de fitate con la0 reservas de les mstituciones previsio- nales. Estas son tiestinadas en su mayor parte a otorgar pdstamos hipatecarios a 10s impo- nmtes para la compra de vivienda, y a la inversibn directa en compra de bienes ra'ces. Como se seAal6, la expansihn de 10s gastos so- ciales refleja tanto una mayor cobettura como un mejoramiento de 10s beneficia. En cuanto a lo pri- mero, el aumento de la poblacibn cubierta por la sepridad social da una idea aproximada de su evolu- cion. Los trabajadores afiliados a Osta pasan de poco mais de 900 mil en 1935, a cerca de 1.600.000 en 1955, representando alrededor del 65% de la poblaci6n activa. En tirminos de personas benefi- ciadas el aumento es a h mayor ya que, mientras a comienzos del periodo tenia derecho a atencibn midica exclusivamente el trabajador, en 1955 el derecho se habia extendido a toda su familia. Por lo tanto, podria decirse que la mayor cobertura generb UR aumento de cerca de 100% en el gasto pcblico social. El resto, hilsta explicar el creci- miento en 4,5 veces registrado entre 1935 y 1955, corresponde a aumentos en Ios beneficios por per- sona, 10s que se habrian elevado en cerca de 150 por ciento en tkrminos reales" . El aumento de cobertura de 10s servicios es ma- yor entre 10s grupos medios, constituidos por 10s empleados. Entre 10s obreros el nhmero de afiliados a la seguridad social se eleva en 69%, mientras entre loe empleados pcblicos lo hace en 180% y entre 10s empleados del sector pnvado en 220%. Tal expan- sibn se produce mientras la poblacibn activa crece en 33%. 11 l%ta estimreiBn es cancordante con la que H abtiene d eomparar cp b c n c f i b pre+ioEdes y dc dud por tnb. j rdor ami- de fhgwa S a d en I935 J? 1955. qrr regulrm lec condicioaes de trabajo, las mmunerrcioneg, 10s beneficios previsionales y de dud y d acceso a 12 vivienda. En material educa- chnal, en cmbio, las politicas son de carhcter mais general y en todo cas0 no qarecen asociadas a gru- pos ocupacimales. De esta forma, a lo largo del periodo que aqui se estudia, la expansibn de 10s beneficios socialek resulta en una legislacibn sumarnente compleja y en una estructura muy desigual de beneficios y con- tribucioms. Tal vez la muestra m& clara de esto es lo ocurrido con el sisterna previsional. Al finalizar el geriodo existian miS de 35 inrtituciones con be- nekios, aportes y reglamemos muy diferentes, las . que habian sido creadas durante 10s primeros aiios de'este periodo" . A l p o s otroe ejemplos: el salario rninirno se estsbl d em 1934 para lor obreros del salitre y en 1997 para 10s empleadas particulares. En la in- 8uOt;ria se h e estddeciendo por ramas de activkhd, Bo tal.bnna que en 1951 regia psra 10s obreros del CUCIY), mdiiios, panificadares y griificos. En 1 9 s se hiro obligatoAo para t o h s los obreros industria- br. En 1953 se est&k& para 1- otneros agrico- l a. Ademir de establecerse en distintos m o m t c ~ ~ , 10s montoe minima eran muy diferentes para cada una de -0s gmpd' . A I ~ O sirnilaw ocu~rc: ~rra,h i enrorEt l oci h de 199 izu+ewmizaeioncs p r despidr~ ~ori ei ones sabre k materia dictadas en 19SB para has obreros de banciacrPs y dd petaeo, gp 1937 p a 10s mpleados particuiares, en 1940 para lor obreroe de ferrocmiles, en 1942 para el personal de alcantarillados, en 1943 para 10s obreros municipdes, et c. Entre lor distintos gnrpos, el nh- mer0 de sernanas de indernnizaciih por aiio tra- bajado, y la forma en que se contabilkan 10s aiios de servicio, tambikn difieren. Otro ejemplo son las asignaciones f di ares. Ellas se establecieron en 1937 para 10s empleaeios particulares y en 1953 para 10s obreros. Los montos de estos beneficia, asi como 10s requisites para acceder a ellos, variaban sustmcialmente de una institucih previsional a otra. Casi cualquia nuevo beneficio que se establecib durante el period0 s i p6 este mismo procedimiento de introduccih deugual y a hstiempo. Ello motivb la utiliracibn de otro xnecanismo de ascenso y progreso, cmsistente en cambiusc de categoria ocupacional y/o dgimen previsional, con lo cud se lograba acceder a mayores beneficios. Ejemplos de este tipo fueron, entre otros, 10s empleados t6cnicos de la Caja de Sqpro Obligatorio, los de notarias y srchivos j udi des y loo fotograbadores, que se incarpwarom P la Caja Nacionrl de Empleadoe Piiblicos entre 1936 y 1938. Loa peluqueros y 10s trabajadores del petriileo se trashdamn a la Coja de Empleados Puti dares en I947 y 1950, respectivamente" . L. ewl uei h anterior ntrkurdb en que, a find- del pcriodo, se registraba -*ma Chnci a bastante 13 VE. 14 de %ol pzrbrd.sarr rdlwuky 8 - h b m e meto pucdc VCm Ffrmch-D8& (19Y3). wbh d i m conaibuyca -8 +cu 1. c zp p i & aair ripid. P - P= - t i ao contrastdm con el periodo anterim, la kuestih oocial estaba referida caari &inmcnte a las codci ones de vida del prole- tariado, sector que motiv6 la0 politicas sociales 6 importrates adoptadas en 10s aiios 20. Al ~ Q S dos razonea parecen estar detrb de este cam- Bio de hfasis: el xcem de 10s grupos medios al Poder Sjecutivo con el Partido Radical, l e que ayud6 a procesar e inoorftorar sly0 demandas, y el deterioro dsl pock de p d n de 10s obreros, consecuencia de una legislacilk del trabrjo que habia logrado ~ # a r 10s cdct os y reduck drbticamente 10s hechoo de violencia que marcaron el periodo previo. I de a la atencihn, por otra parte, la forma en que ee expanden 10s nuevos beneficios sociales du- rm&e ate periodo..Como se Go, son escasas 1s dormas globales y de carher $nerd -&do, i ddabhente, las & 1952 las mas significativas- y frecllentes lm que afectrn a pqueiios gmpos. Eo- * se da +& a 00ra camctcristica, que es el cambio ap h natardezit de las politicap. Del Estado protec- targQ del periad~ a m t e e IC pass en estos &OB a um Thtrdo benefPctor. El insgis cambia desde la pt ecci h al obrem contra lor excesos pnwoca- abes p fo imdustthkach &ente, d otorga- de mmma bglcfuojor de salad, wivimda y os a travds de law politicas sociales odo termina a mediados de lor d o e 50, fresls radmc ~p M d n se =der6 a pa* de 1958, siio en bs pmcios subkron en casi 50r, mien- en la a$& cads saaterios la inflaeiijn Uegb en promedio 4 18s anllPlL5. Dmde esa &pe a la infiacibn sea6 ma de las prindpdes pr eoc u& ~ scm6dcas del pais. Entre sus causas est6 el conflict0 por la distri- bucibn del ingreso, el cud utiliza como un anna im- portante las politicas sociales y laborales. En efecto, no siempre 10s mayores gastos y transferencia que involucraba el aumento de beneficios contaban con un financiamiento decuado, por lo que a menudo terminaban generando presiones inflacionarias. Como se seiialb, entre 1930 y 1955 el gasto fiscal social mL que se triplicb, mientras en igual period0 las recaudaciones tributarias solamente se duplicaron (Cuadro 5). Las dificultades para el financiamiento de 10s programas sociales tambiin pueden apreciarse en la evolucibn de 10s mecanismos de financiamiento que contemplan las leyes que disponen nuevos benefi- ci a. Frecuentemente, en sus inicios el programa es financiado directamente por una de las partes envueltas. Esto limita la efectividad del prograrna y genera efectos indirectos no deseados. Sblo des- pues de un tiempo se establece un sistema de finan- ciamiento mais general, que disminuye las distorsio- nes y aumenta la efectividad del prograrna. Algunos ejemplos: la ley de instruccibn pri- maria obligatoria, de 1920, exigi6 a 10s propietarios agricolas y de empresas industnales construir escue- l a. Mi s tarde se irian atorgando subvenciones a las escuclas particulares. Esa mbma ley obligaba a 10s padres a enviar a sus hi@ a la eseuela, pero d o 9 aiios despuis se maron las juntas de audio escolar municipales, que ayudaban a enfrentar parte de 10s costos que tal obligacih imponia a la familia. La ley de accidentes del trabajo, de 1916, obligaba al p a t h a indemnizar al obrero accidentado. S610 a partir de 1924 el empleador pudo eximirse de I- responsabilidad, contratando un seguro en algun Cuadm 5 - Ingresos del Sector Piiblico 192 \ - 1979. Minirccrib de Hadend. (1981). (3) y (4). 193545, Balances de lu indtuciones de Scguri- d d social. Dcn.etorcr y PGB id. Curdm 2. CW8 de l a &@dd StpecirJ. MatricutCT irraitrrpio- nes pa- blicas 1911 327.7 1915 362,l 1921 478,4 1925 500.0 1930 530.3 1936 568,7 1940 649,5 1945 682.1 1950 797,6 1955 976.0 1960 1.162.6 1965 1.5283 1970 1.756.5 1975 1.899.5 1980 1.754.1 1982 1.676,O 43.6 46.7 61,3 63.5 68.8 72,9 87,4 122,o 148,9 201.6 233.2 311.8 5%,2 848,4 969.7 982.3 2,9 4.3 5.4 6.2 4.9 6.4 6,4 7,1 11.0 17.0 26.0 39,3 77.0 147.0 119.0 119.5 11.1 11.6 14.2 14.0 13,s 13,6 14.7 14.6 15.7 17.7 18.7 22.2 25.9 28,4 25,6 zr.2 a/ Se ha crlculado como % de la poblaci6n total porque no hay a h de pobImi6n m dad esoolu pur aodo el pcriodo. sin embargo, cl porccntje de pobl.ci6n en esc pup0 (menos de 19 aiios) es relative mente constante dredcdor de un 48%. Fneutes: 1911-1955, INE, Anuorio Estadktico, Wios 6 0 s . 1958-1979, R. Echcvrrria, R. Hevia y G. Lhpez, Bstadk ticas de Ma t r i d a y Poblaci6n 1958-1979, PUE, abd 1981. 198W2, INE, Boletin de Educacibn y Cdtmm. 41 de las compaiiias autorizadas. El subsidio de mater- nidad, dispuesto en 1938, tambikn debia ser pagado por el empleador, teniendo un evidente efecto sobre sus decisiones de contratacibn. En 1952 el sistema se refomb, adoptando caracteristicas de seguro S O G ~ ~ . Lo mismo ocurrib con las asignaciones fami- liares de 10s obreros: inicialmente el gobierno procurb, por medio de la negociaci6n colectiva, que fueran de cargo del empleador. Desde 1952 se generalizaron, financiaindose con una contribu- ci6n proporcional al salario. La frecuencia de este tip0 de problemas de di- seiio en las politicas revela que, en la mayoria de 10s casos, no fue ficil imponer 10s costos y ob- tener el financiamiento de 10s nuevos programas. Esta apreciaci6n se confirma al observar la comple- jidad del financiamiento de numerosos programas, para 10s cuales se creaban varios impuestos recau- dados con ese fin especifico. Un ejemplo ilustrativo de esto lo constituye la Ley 11.766 (Ley Herrera), que estableci6 un fondo para financiar la construc- ci6n de escuelas al cual concurrian contribuciones sobre 10s salarios; diversos impuestos sobre loterias, cameras y juegos, y gravaimenes sobre la propiedad de bienes rakes agricolas. En el financiamiento de la seguridad social, numerosas leyes especiales proveian mL del 5s de 10s aportes estatales. Recapitulando, las dos dkcadas que van desde 1935 a 1955 est& marcadas por una fuerte expan- si6n de 10s beneficios sociales. Esta expansi6n gene- ral es superada por algunos sectores, entre 10s grupos medios, que registran un mayor mejoramiento. El Estado amplia su rol protector del period0 an- terior, convirtikndose en un Estado benefactor. 42 Desde mediados de lor 50 hats 1964 se redace e1 erechiento de 10s gastoo sociales y, en algunlcw &OB, &too se estrncan o disminuyen como produc- to de ko nedidas antiinflarcicmarias. Con todo, 10s gatom rocides crecieron en egos ~ Q S algo m6s que el PGB, llegando al 17% del product0 en 1964 (Cuadro 3). Buena parte de 10s aumgntos registra- dos a fines de 10s 50 y prinupios de 10s 60 obede- cieron a politicas dispuestas con anterioridad, tales como 1 s de salud y previsi6n social, las cua- les tenian efectos con rezago. Entre 1964 y 1970 el gobierno de la Democracia Cristiana lleva adelante un programa que contempla entre sus objetivos prioritarios la redistribuci6n del ingreso. Las politicas sociales comtituyen un instru- mento de primera importancia para ese prop6sito. Se pretende expandir 10s beneficios e incorporar a 10s campesinos y a 10s sectores marginales urbanos, 10s cuides tradicionalmente habian sido mmginados. El gasto pliblico social en t6rminos reales mds que se duplic6 en el sexenio, para lo cual se obtuvo un aumento a h mayor de 10s ingresos tributarios e impoaiciones previsionales. Todas las keas de pro- gramas sociales creeen como proporeih del PGB, absmhdose el aumento m& marcarla en previsi6n y Aducaci6n. El gsto piiblico social lIega, de esta forma, a cerca de 20% del PGE en 1970 (Cuadro 9). En este periodo se impbaron, ademis, una reforma agraria que consult6 la expropiackh del 15% de la superficie agricda, la sindicaIizaci6n m el campo y la organizaci6n vecinal entre 10s sectores populares urbanos'6. Entre 1970 y 1973 la Unidad Popular lleva ade- lante un programa que enfatiza a h mB la redistri- buci6n de ingresos. En este cas0 el instrumento preferido es la redirtribuci6n del patrimonio, para lo cual se continca con la expropiaci6n agricola y se constituye un irea de propiedad social en la indus- tria, la que reuni6 cerca del 70w del capital indus- trial. Se buscaba la organizaci6n de una economia socialista. En el bienio 1971/72 10s gastos sociales se eleva- ron en mb de 30w con respecto a 1970, mmo parte de una politica fiscal expansiva y de redistribucibn de ingresos seguida en esos &os. Los ingresos tri- butarios y por imposiciones, en cambio, no aumen- Se trata, en sintesis, de un decenio en el cud continlian las tendencias de dicadas anteriores, en la direcci6n de mejorar 10s beneficios de 10s grupos medios y el proletariado urbano. Claros ejemplos en tal sentido son el mejoramiento de 10s pagos pre- visionales; la construccih de viviendas; el desarro- Ilo, a partir de 1968, de la medicina curativa para 10s empleados, y la fuerte expansibn de la educaci6n media y universitaria. A esta tendencia hist6rica se agrega la atenci6n de sectores antes postergados: 10s campesinos y 10s pobres urbanos. Esto liltimo, a travis de su incorporaci6n a 10s distintos servicios sociales, pasando por la vivienda, la educaci6n y la salud. Mb de al gh esfuerzo por hacer mL equitativa la distribucibn de 10s beneficios al interior de 10s trabajadores, frenando el mejoramiento relativo de .
taron.
4 , 17 Pun un rnilisis del gobierno de Allende ueden verse Bitar (1979) Y De Vvldcr (1974). El emceso de rcdmcn!uci6n de In Dmnie- 10s g q u s me b , result6 h'u~trulo~~. En G ~ W - CwIPcia, la i ncorgori dh de nuevos ppot soei&s pro- la fuezte expansib de gzstos ya deocrita. JAM antecedentes di spodl es (Foxley, A n k t Y ~ d r n o , 1980) revelan que 10s ptos publlic~s eran progresivos alrededor de 1970. Loo gastoo so- cides favorecian especialmente a la mitad mk p- bre dd pais, en una propmcibn bastante mayor a la que ese grupo obtenia del ingteso nacional. Sin duda hhi a todavia importantes mirgenes para mejorar la progresividad de 10s gastos, pero hay que destacar que ell- estaban logrando su objetivo de redistribucih en favor de 10s mk pobres. El periodo termina con la caida del gobierno de Allende. Concluyen, de esta forma, 5 dicadas de continua expansibn de 10s servicios socides finan- ciados con recursos publicos. Entre 1920 y 1970 el gasto social por persona se elev6 en mis de 30 veces, en tanto que el PGB per cipita lo hizo en 2,3 veces. Estos recursos vinieron a financiar la provisibn de nuevos servicios que beneficiaron progresivarnen te a nuevos sectores sociales. A RETIRADA DEL ESTADO: 1974-1982 En este periodo se produce una importante caida del gasto pCblico social, no s610 en compara- ci6n con 10s 6 0 s 1971 y 72, cuyo nivel era dificd de sostener con 10s ingresos tributarios existentes, smo tambiin en cornparaci6n con 16a &os 1969-70. Por primera vee desde 10s &os 20 se produce una caida significativa y permanente de 10s gastos sociales. El volumen globd de gastos es menor d de 1970 hasta 1980. El gasto social por habitante nm recupera el nivel de 1970 durante todo el pe- riodo. En tdrminos relativos el gasto priblico social pasa de representar un 20% del PGB, en la segunda mitad de 10s 60, a un 16% a fines de este period0 (vkase Cuadro 3). Este drhtico cambio de las tendencias histbri- cas obedece a la profunda transformacibn que vive el pi& bajo el gobierno militar, lo que en el cam econ6mico se manifiesta en la implemenjacibn un modelo neoliberd . tendencias. Por una parte se lleva adelante politica antiinflacionaria, que se basa en una fuer reduccibn de 10s gastos de gobierno. Por otr disminuci6n de gastos es estimulada por una e tegia de desarrollo de largo plazo, que desc fundgmentalrnente en el sector privado y que cura reducir al Estado a su minima expresibn. esta forma, tanto 10s objetivos de corto como largo plazo favorecen el recorte de gastos guber mentales. sectores de menores rentas provenga bkicament del crecimiento econ6mico, antes que de polit de redistribucih del ingreso. Con todo, la poli de reduccibn del rol del Estado en materia de gas sociales es moderada en comparacibn a otros cam- pos. Esto obedece a que la politica fiscal es el iinico instrumento d cud se reconoce dghn papel en la correcu6n de inequidades significativas en la dis- tribucibn del ingreso. Existen otras ireas, limitrofes con la que aqui se estudia, como la politica laboral, por ejemplo, donde la retirada del Estado ha sido mk pronuncia- da. Las negociaciones salariales colectivas permane- En relacih a 10s gastos sociales confluyen Asimismo se espera que el mejoramiento de 1 19 P. n un mil& del modelo puedc verse Hoxley (1982). ci era ~ ~ s p ~ d i d ~ hats 1979 y l a &@&SSCS posteriores reduccn sipificativamente el pock de 10s trorbajadores en ccsmparacibn con la ant i pa le gislacih. Asimismo la actividad sindicd ha enfren- tad0 importantes trabas, ue a h persisten. hi sindical en el cuadro 7. En contraste con la tendp- cia de las d6cadas anteriores, puede decirse que en este period0 el Estado ha tendido a asumir la protecciirn del empleador, abandonando su tradi- cional rol de protector y benefactor del trabajador. J unto a las medidas adoptadas para atorgar al sector privado un mayor rol en la econamia se ha realizado un esfuerzo por introducir el mercado co- mo mecanismo de racionamiento e instrumento disciplinador de numerosos imbitos de la vida social que antes le eran ajenos. Los distintos servicios so- ciales que qui se examinan son un claro ejemplo en tal sentido. En todas estas keas, educacibn, sa- lud, vivienda y previsibn, se han realizado reformas que apuntan hacia una mayor injerencia del sector privado y del mercado. En materia de educacibn, la gesti h del nivel primario y secundario se traspas6 a las muni- cipalidades con el objeto de descentraliaar las de- cisiones. En el nivel universitario se elev6 el monto cobrado a 10s alumnos como matricula, cornpensin- dolo en parte con un crkdito estatal a bajo interis. Simultheamente se cambib el sistema de financia- miento estatal a las universidades, el que ha pasado a ser motivo de competencia entre ellaa. Una mag& tud creciente de 10s aportes estatales al sistema uni- versitario est& asociada a la praporcih de los 20 mil estudiantes con mayom puntajes en la prueba naci od de aptitud acadimica, que ingresan a cada universidad. Asi se procura que las universidades cornpitan por 10s fondos estatales tratando de atraer a 10s estudiantes de mayor rendimiento. se comprueba ficilmente 9 observar la afdiaciirn A h Ttpb.jadores rin8~calizadi~s Nhaero de sindicatos Im'ks) s de la fwno de trabqo -~ W32 1940 1952 1961 1965 1970 1973 1977 1983 -~ 54,8 162.3 9.1 284,4 13,2 263.3 10.4 302,s 11,l 627,7 21.4 934,3 30.8 1.009,4 31.3 320,9 b/ 8.6 42 1 1.997 1.868 2.059 4.581 6.502 6.834 4.401 1.888 ~ ~ ~ ~~ ~~~~~ - af Sindhms industriales, profcsionalcs y gicolas. bl Total a Nd nacional, Dkcei6n dd Trabajo. Funcc: Banera (1980) en base a a h oficiales. Ha habido tambiin numerosos intelrtos por traspasar las actividades de salud al Area privada. Las reformas que se han introducido han sido menos significativas que las inicialmente propues- ma0. Por una parte se estableci6 ue la asignaci6n de fondos entre establecimientos %ospitalarios del sector pGblico estarii crecientemente asociada a la pnestaci6n de servicios, para cada uno de 10s cua- les se him definido precios de cuenta. La variaci6n de di dos precios pretende ser usada como incentivo en el manejo hospitalario. Por otra parte se ha au- torizado que el apsrte obligatorio al sistema de salud 2D p-. (198E) mdiza Irs discusiona en mmo a ww pro- que &ea lor mdaritdos sea ui l i zado para eo s at r a~ la at& de d u d COR entidades privadas. ~ t i m s , de reciente creacgn, deben proprcionar, al menou, una atend& equivalermte a la de 1% ku- tituciones pbblicas . Otro tanto ocwre en el campo previsional, donde 1s perniones pasan desde un rkgimen de reparto administrado por entidadear publicas a uno privado de capitalizacibn. Los fondos dc pensiones quedan en man- de la0 nuevas sociedades adminis- tradoras de fondos y de Ips compaiiias de seguros. En materia habitacional se modifica el sistema de subsidios otorgando un rol mayor a las empresas inmobiliarias. Simultkeamente se pretende que el financiamiento dependa exclusivamente de la asigna- ci6n de recursos resultante del mercado de capitales, y se eliminan una serie de regulaciones sobre el mercado de suelos urbanos . Estos cambios institucionales, que asignan un papel central al mercado, y la aplicacih general del modelo neoliberal, favorecen una nodificacih de 10s valores en la direccibn de un mayor individualis- mo. Esto es especidmente clam por el infasis otor- gad0 al consumidor y por la apelacibn a la conve- niencia de ampliar su libertad y espacio de eleccibn. Este es el discurso que justifica todas las reformas citadas. Desaparece totalmente, en cambio, el roi de la comunidad organizada, que habia sido crecien- temente enfatieado en 1% decadabs anteriores. Era 49 h cammidad ormnizada --en e el con- ~ u ~ i d ~ r dc estot &os- la que aoumia decisiones e . induro acciones directas para la provisi6n de servi- cior weiales tales como vivienda, salud y, en menor medida, educaci6nZ3. Hay, detrb de este cambio, elementos tanto ideol6gicos como politicos. El modelo autoritario no permite la organixaci6n en la base y requiere de la atomizacibn. En sintesis, este liltimo es un period0 que se aparta significativamente de las bakes sobre las cuales se habian organizado las politicas sociales desde 10s aiios 20. 5. CONSIDERACIONES FINALES Sin duda el aspect0 mb llamativo de las politi- cas sociales descritas es su riipido y fuerte desarrollo. Entre 1920 y 1972 10s gastos sociales crecen diez mes mb ripido que el producto nacional. En comparacion con el rest0 de AmCrica Latina, Chile ocupaba el primer lugar en tdrminos de la propor- cibn de su producto destinada a gastos sociales. El 20% registrado para el pais es comparable al pro- mcdio que destinaban a programas sociales 10s paisa de la OED. Europa, Estados Unidos y J apbn gastaban el 22% del producto en programas socides. Podci discutirse la eficiemia con que se utilixa- ban y distribuian tales recursos en Chile y, sin duda, se encontrmh numerosas deficiencias y aspec- tos que debian mejorar. Sin embargo, lo que el desmollo descrito y 10s recursos desembolsados es- th indicando, es el fuerte knfasis y prioridad que el pais otorgb a la satisfaccibn de las necesidades de educacibn, vivienda, salud y previsibn social de su poblacibn. La expansibn de 10s beneficios sociales recibe un fuerte impulso del proceso de creciente demo- cratizacibn politica que vivib el pais desde 1925. En esa Cpoca 10s electores representaban el 7,4+ de la poblacibn. La incorporacibn de la mujer, en 1949, amplia la base electoral hasta llegar al 20,5 por ciento en 1958. Tanto o mis importante que la mayor cantidad de electores es el perfeccionamiento del sistema electoral y el control del cohecho, que se establece desde 1958. La expansibn continlia de tal forma que en 1970 la base electoral alcanza al 36n de la poblacibn nacional. La mayor democratizacibn politica impulsa una democratizacibn en lo econbmico. La satisfac- cibn de las necesidades bisicas es uno de 10s ele- mentos esenciales a una mayor equidad en lo eco- nbmico. En este context0 debe entenderse la expan- sibn de 10s programas sociales. Una de las caracteristicas del proceso de desa- rrollo de 10s programas sociales fue su crecimiento dispar. Como se vio, mh que reformas globales predominaron 10s avances de grupos, 10s que luego eran seguidos por otros hasta alcanzar a toda la poblacibn. En este proceso se dio una dinimica similar a la que describen las teorias de salarios relativos. Los nuevos beneficios sociales adquiridos por un grupo, que sirve como lider, son luego de un tiempo obtenidos por el resto de 10s trabajado- res, que se mueven por emular a 10s primeros. Se produce, como hemos visto, una incorpora- cibn sucesiva de nuevos grupos. Este es, natural- mente, un proceso no exento de conflictos, lo que 51 m bwna d d a es resultado dc 1 s cmactenrncas ck b demratiraci6n politica rcgistrada. La evoi udn futura de estas pditicas depen- der& del proceso politico que se desarrolle en el pais. A medida que iste logre una profundizacibn dernocriitica, las politicas sociales adquirirain un papel importante. Uno de 10s desafios pri se& conciliar la universalidad de la cobertu U E L ~ mayor equidad en 10s beneficios y una eficiencia. 52