Este documento resume la investigación sobre el Evangelio de Marcos, considerado la primera biografía de Jesús. Explica que Marcos utilizó tradiciones orales sobre Jesús que habían sido transmitidas por 40 años por sus discípulos en Palestina. Estas tradiciones circulaban entre tres grupos: 1) seguidores galileos populares que transmitían milagros, 2) discípulos cercanos que transmitían enseñanzas y dichos, y 3) una comunidad en Jerusalén. Marcos recopiló estas tradiciones orales en la primera biografía es
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Este documento resume la investigación sobre el Evangelio de Marcos, considerado la primera biografía de Jesús. Explica que Marcos utilizó tradiciones orales sobre Jesús que habían sido transmitidas por 40 años por sus discípulos en Palestina. Estas tradiciones circulaban entre tres grupos: 1) seguidores galileos populares que transmitían milagros, 2) discípulos cercanos que transmitían enseñanzas y dichos, y 3) una comunidad en Jerusalén. Marcos recopiló estas tradiciones orales en la primera biografía es
Este documento resume la investigación sobre el Evangelio de Marcos, considerado la primera biografía de Jesús. Explica que Marcos utilizó tradiciones orales sobre Jesús que habían sido transmitidas por 40 años por sus discípulos en Palestina. Estas tradiciones circulaban entre tres grupos: 1) seguidores galileos populares que transmitían milagros, 2) discípulos cercanos que transmitían enseñanzas y dichos, y 3) una comunidad en Jerusalén. Marcos recopiló estas tradiciones orales en la primera biografía es
Este documento resume la investigación sobre el Evangelio de Marcos, considerado la primera biografía de Jesús. Explica que Marcos utilizó tradiciones orales sobre Jesús que habían sido transmitidas por 40 años por sus discípulos en Palestina. Estas tradiciones circulaban entre tres grupos: 1) seguidores galileos populares que transmitían milagros, 2) discípulos cercanos que transmitían enseñanzas y dichos, y 3) una comunidad en Jerusalén. Marcos recopiló estas tradiciones orales en la primera biografía es
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LA PRIMERA BIOGRAFA DE JESS
Santiago Guijarro Oporto
Universidad Pontificia de Salamanca
El Evangelio de Marcos ha sido uno de los principales descubrimientos de la investigacin crtica sobre el Nuevo Testamento. Desde que al Evangelio de Mateo se le otorg un lugar preferente en la vida de la Iglesia cosa que ocurri muy pronto el Evangelio de Marcos pas a un discreto segundo plano, pues se pensaba que era un resumen de los otros dos sinpticos. Esta situacin cambi cuando, a comienzos del siglo XIX, se plante la llamada cuestin sinptica, que trataba de explicar las semejanzas y diferencias existentes entre los tres primeros evangelios. Muy pronto se lleg a la conclusin de que Marcos era el evangelio ms antiguo y de que, tanto Mateo como Lucas, lo haban utilizado en la composicin de sus respectivos relatos sobre J ess. Desde entonces, los estudios sobre Marcos nos han ido desvelando la sorprendente riqueza y originalidad de este evangelio. Marcos no es slo el evangelio ms antiguo, sino el que puso las bases para transmitir de una forma nueva los recuerdos sobre J ess. La novedad y originalidad de Marcos, que todava seguimos descubriendo, slo se entiende bien, cuando se conoce qu tradiciones utiliz, cmo las incorpor en su relato y cul fue la forma final que dio a su obra. Por eso, estas son las tres preguntas que guiarn la exposicin que sigue.
Las antiguas tradiciones palestinenses sobre Jess Aunque algunos pretenden situar la composicin del Evangelio de Marcos en poca temprana, la mayora de los estudiosos est de acuerdo en que fue escrito hacia el ao 70 d.C., es decir, en el paso de la primera a la segunda generacin de discpulos 1 . Su autor, a quien llamamos Marcos desde que en el siglo segundo este relato se atribuyera a un discpulo de Pedro llamado as, utiliz diversas tradiciones sobre J ess que haban sido conservadas y transmitidas durante cuarenta aos por sus discpulos. La identificacin de estas tradiciones ha sido posible gracias a los estudios histrico- crticos de los ltimos aos, que nos han permitido distinguir cada vez con ms precisin entre los elementos tradicionales y los redaccionales, es decir, entre los materiales anteriores a Marcos y su labor como autor de la obra final. Si leemos este evangelio con un poco de detenimiento, advertiremos que las tradiciones utilizadas por Marcos llegaron a l bsicamente de dos formas: como tradiciones sueltas y en forma de colecciones. Algunas de ellas son claramente tradiciones sueltas, como por ejemplo, el relato de la purificacin del leproso en Mc 1,40-45, que est situado en
1 J . Marcus, Mark 1-8. A New Translation with Introduction and Commentary (New York: Doubleday 2000) pp. 37-39.
La primera biografa de J ess 2 el centro de un trptico compuesto por Marcos 2 . En otros casos las tradiciones llegaron hasta l agrupadas en colecciones o en composiciones ms extensas, que son fcilmente identificables en su relato. Observamos, por ejemplo, que las controversias de J ess con sus adversarios, tanto las que mantiene con los fariseos en Galilea (Mc 2,1-3,6), como las que sostiene con diversos interlocutores en J erusaln (Mc 12,13-37), aparecen juntas. Lo mismo ocurre con las parbolas que pronuncia junto al lago (Mc 4,1-34) o con los milagros que realiza despus de pronunciarlas (Mc 4,35-5,43). Parece poco probable que J ess se dedicara primero a discutir con sus adversarios, luego a pronunciar parbolas y ms tarde a hacer milagros de forma ordenada y sin mezclar una cosa con otra. Lo que ha ocurrido es que Marcos ha insertado en su relato colecciones de controversias, de parbolas y de milagros que ya existan 3 . Lo ms probable es que tanto las tradiciones sueltas, como las colecciones y composiciones conservadas en los primeros grupos de discpulos, llegaran hasta Marcos a travs de la tradicin oral, aunque tambin cabe la posibilidad de que algunas de ellas hubieran sido ya puestas por escrito. En todo caso, estas colecciones escritas conservaban el estilo y el sabor de la tradicin oral, pues an no se haba dado un proceso de composicin literaria semejante al que realiz Marcos. Podemos considerar, por tanto, que la tradicin anterior a Marcos fue bsicamente una tradicin oral. Estas tradiciones orales se conservaron y transmitieron en contextos diferentes. Los estudiosos de la Escuela de la Historia de las Formas, que fueron quienes descubrieron su importancia, pensaban que haban sido conservadas, transmitidas y, a veces, inventadas en los distintos contextos de la vida comunitaria, que ellos identificaban con la predicacin, la catequesis y la celebracin 4 . Todos esos contextos son importantes, pero hoy sabemos que no todos los grupos de discpulos de la primera generacin tenan una organizacin tan compleja como la que ellos presuponan. Hemos descubierto que las tradiciones no slo se transmitan en diversos contextos comunitarios, sino en diversos grupos de discpulos, que tenan sensibilidades distintas, se haban organizado de formas diferentes, y acentuaban aspectos diversos. Esto significa que cada uno de estos grupos conserv un tipo de tradiciones y que utiliz mecanismos diferentes para transmitirlas. La identificacin de estos diversos grupos en que se transmitieron las tradiciones sobre J ess no es tarea fcil, porque tenemos muy pocas informaciones sobre ellos. El grupo de discpulos de la primera generacin que mejor conocemos es el formado en torno a
2 Esta observacin se puede confirmar externamente, pues un antiguo papiro perteneciente tal vez a un evangelio perdido, el llamado Papiro Egerton 2, contiene este mismo relato como tradicin independiente; vase: A. de Santos Otero, Los evangelios apcrifos (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos 1999) pp. 94. 3 Sobre las agrupaciones pre-marcanas sigue siendo un referente obligado el estudio de H. W. Kuhn, ltere Sammlungen im Markusevangelium (Gttingen: Vandenhoeck & Ruprecht 1971). 4 La localizacin de las tradiciones en su contexto vital (Sitz im Leben) es uno de los principales presupuestos de esta escuela, vase: R. Bultmann, Historia de la tradicin sinptica (Salamanca: Sgueme 2000).
La primera biografa de J ess 3 Pablo, pero a juzgar por sus cartas entre ellos no se transmitieron muchas tradiciones sobre las acciones y palabras de J ess. stas se transmitieron, sobre todo, entre los discpulos de J ess en Palestina, que era donde haban nacido y donde se daban las condiciones ms favorables para su transmisin oral. Ahora bien, sobre estos grupos slo tenemos informaciones indirectas que podemos deducir, precisamente, de las composiciones y agrupaciones anteriores a los evangelios. En ellas encontramos indicios que nos permiten identificar tres formas de seguimiento de J ess en Palestina durante la primera generacin: el de sus seguidores galileos; el de su discpulos galileos y el de la comunidad de J erusaln. En cada uno de estos grupos se transmitieron de forma peculiar diversas tradiciones sobre J ess, que ms tarde Marcos reuni en su relato 5 . El grupo de los seguidores galileos de J ess estaba formado por antiguos simpatizanates pertenecientes en su mayora al estrato social ms popular, el de los campesinos. En los evangelios estn representados por la gente o las multitudes que buscan a J ess para escuchar sus enseanzas o para solicitar de l algn beneficio. Despus de la muerte de J ess estos seguidores no crearon nuevas estructuras sociales, sino que se mantuvieron integrados en sus anteriores grupos de pertenencia (la familia y la aldea). Entre ellos se conservaba el recuerdo de que J ess haba anunciado y hecho presente el reinado de Dios. Estos recuerdos se transmitieron como una tradicin popular, que daba mucha importancia a los milagros de J ess. De ella proceden, probablemente, una buena parte de las sanaciones, exorcismos y otras acciones portentosas que Marcos ha recogido en su evangelio, aunque con ciertas reservas, como se advierte en los diversos mandatos de no difundir algunos de ellos (Mc 1,44; 5,43; 7,36; 8,26) 6 . El segundo grupo, el de los discpulos galileos de J ess, estaba formado por antiguos seguidores suyos que haban estado estrechamente vinculados a l, es decir, por el grupo de sus discpulos ms cercanos, que le seguan a todas partes y reciban de l una enseanza particular. Despus de la muerte de J ess formaron, junto con las familias que les haban ofrecido apoyo a ellos y a J ess durante su actividad pblica, un grupo ms organizado. Estos discpulos conservaron, sobre todo, la tradicin discipular de los dichos de J ess (dichos, parbolas, ancdotas y controversias), porque en ellos encontraban las claves para definir su identidad como grupo y para orientar su comportamiento 7 . Estas tradiciones se transmitieron de manera informalmente controlada, es decir, con ayuda de una estructura social que controlaba la fidelidad de la transmisin. Marcos asumi esta tradicin al integrar en su relato las enseanzas de J ess, sus parbolas (Mc 4.1-34), las ancdotas sobre l y las controversias con sus
5 He expuesto con ms detalle los argumentos que permiten identificar estos tres tipos/grupos de seguidores de J ess en un artculo titulado La tradicin sobre J ess y los primeros grupos de discpulos en Galilea, que aparecer prximamente en la revista Estudios Bblicos. 6 Sobre los milagros y sus transmisores, vase: G. Theissen, Colorido local y contexto histrico en los evangelios. Una contribucin a la historia de la tradicin sinptica (Salamanca: Sgueme 1997) pp. 112-128. 7 Sobre los apotegmas y sus transmisores, vase: Theissen, Colorido local pp. 129-140
La primera biografa de J ess 4 adversarios (Mc 2,1-3,6), pero lo hizo tambin de forma crtica, como se advierte en su forma de presentar a los Doce, que son los principales representantes de este grupo. Finalmente, el grupo reunido en torno a la comunidad de J erusaln, sobre todo en el periodo en que sta estuvo bajo la gua de Santiago (43-62 d.C.), estaba formado por antiguos seguidores de J ess vinculados al judasmo. Despus de su muerte estos discpulos siguieron vinculados a sus grupos de origen o formaron grupos de discpulos de J ess cercanos a los fariseos (Gl 2,11-15; Hch 11,2; 15,5) 8 . A este grupo debemos las tradiciones comunitarias, que se transmitieron de manera formalmente controlada, es decir con ayuda de estructuras sociales muy definidas que garantizaban la fidelidad de dicha transmisin, como corresponde a una comunidad ms organizada. Marcos asumi tambin estas tradiciones e hizo de una de ellas, el relato de la pasin (Mc 14- 16), uno de los ejes de su relato. As pues, el autor del Evangelio de Marcos se encontr con diversas formas de la tradicin sobre J ess que se haban conservado y transmitido en grupos diferentes de discpulos. Es interesante observar que estos grupos de discpulos estaban asentados en Galilea y en J udea, donde se haba desarrollado la actividad de J ess, porque este dato aporta luz al debate sobre el lugar de composicin del evangelio. Durante mucho tiempo se ha pensado que el Evangelio de Marcos fue compuesto en Roma, pero son cada vez ms los que opinan con buenos argumentos que fue compuesto cerca de Palestina, tal vez en la regin de Siria 9 . Esta regin tena estrechos lazos comerciales con Galilea y era lugar de paso entre J udea y Siria, lo cual explicara bien que el autor del Evangelio de Marcos conociera tanto las tradiciones populares y discipulares de Galilea, como las comunitarias de J erusaln. La tradicin de que este evangelio fue compuesto en Roma podra explicarse, entonces, porque fue desde este gran centro del cristianismo naciente desde donde se difundi. Despus de la guerra judeo-romana y de la destruccin del templo de J erusaln en el ao 70 d.C. la situacin de Palestina cambi drsticamente y los grupos de discpulos de J ess asentados en ella se dispersaron, desapareciendo as las condiciones para la transmisin oral de los recuerdos sobre l. Uno de los mritos de Marcos consiste en haber conservado esta tradicin al incorporarla en su relato. Otro no menos importante fue el haberlas articulado para componer, a partir de ellas, un relato coherente. Veamos a continuacin cmo lo hizo.
La articulacin de las tradiciones sobre Jess en forma de relato Si comparamos las colecciones y composiciones que recogen las antiguas tradiciones sobre J ess con el Evangelio de Marcos, advertiremos en seguida que entre unas y otro
8 Este es el grupo palestinense mejor conocido, gracias a las informaciones de las cartas de Pablo, del libro de los Hechos y del historiador judo Flavio J osefo. De forma indirecta, el relato de la pasin, que fue compuesto en esta comunidad, ofrece tambin algunas informaciones sobre ella; vase: S. Guijarro Oporto, El relato pre-marcano de la pasin y la historia del cristianismo naciente Salmanticensis 50 (2003) 345-388, pp. 379-386. 9 Vase: Marcus, Mark 1-8pp. 30-37.
La primera biografa de J ess 5 hay dos diferencias muy notables. La primera es que ninguna de estas tradiciones abarca todo el conjunto de la actividad de J ess, como hace Marcos, sino que se centran en aspectos parciales de ella como sus milagros, sus parbolas, sus controversias o su pasin. La segunda es que el Evangelio de Marcos es un relato, mientras que ninguna de estas colecciones y composiciones, a excepcin del relato de la pasin, tena forma narrativa. Es cierto que los relatos de milagro y las ancdotas contienen algunos elementos narrativos, pero refieren episodios puntuales dbilmente conectados entre s. La originalidad de Marcos consisti en haber creado a partir de estas tradiciones un relato en que estos episodios formaban parte de una trama ms compleja. En la tarea de elaborar un relato coherente sobre J ess a partir de las tradiciones ya existentes Marcos pudo haberse inspirado en dos modelos que ya existan y que l combin magistralmente. El primero fue un esquema temporal tradicional que le permita reunir en una composicin unitaria la mayor parte de las tradiciones precedentes. El segundo, el relato de la pasin, que le ofreca un modelo narrativo que imitar.
El esquema tradicional y el modelo narrativo En las primeras comunidades y grupos cristianos circulaban breves resmenes que incluan los episodios y momentos ms significativos de la actuacin de J ess en un esquema temporal. El libro de los Hechos contiene varias versiones ligeramente diferentes de uno de estos resmenes. En estos resmenes la actividad de J ess se situaba en un marco temporal que comenzaba con la predicacin del Bautista y terminaba con su exaltacin como juez: Ya conocis lo que ha ocurrido en el pas de los judos, comenzando por Galilea, despus del bautismo predicado por Juan. Me refiero a Jess de Nazaret, a quien Dios ungi con Espritu Santo y poder. El pas haciendo el bien y curando a los oprimidos por el demonio, porque Dios estaba con l. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el pas de los judos y en Jerusaln. A l, a quien mataron colgndolo de un madero, Dios lo resucit al tercer da y le concedi que se manifestase, no a todo el pueblo, sino a los testigos elegidos de antemano por Dios, a nosotros que comimos y bebimos con l despus que resucit de entre los muertos. El nos mand predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos (Hch 10,37-42). En este resumen, la muerte y resurreccin de J ess ocupan un lugar central, lo mismo que en la antigua frmula recibida y transmitida por Pablo (1 Cor 15,3-5) 10 . Sin embargo, el autor del Evangelio de Marcos no se inspir en este resumen. De haberlo hecho habra narrado las apariciones del resucitado, que ocupan en l un lugar muy relevante. Debi inspirarse, ms bien, en otro muy parecido a este, que tambin circulaba entre los primeros grupos cristianos. Dicho resumen comenzaba, como el anterior, con la predicacin de J uan Bautista, pero conclua con la venida de J ess como Hijo del hombre al final de los tiempos, y en l se daba mucha menos importancia a la muerte y resurreccin de J ess.
10 C. H. Dood, La predicacin apostlica y sus desarrollos (Madrid: Fax 1974) hace un estudio detallado de este esquema temporal, que relaciona con el kerygma paulino con buenos argumentos.
La primera biografa de J ess 6 De este segundo esquema no ha llegado hasta nosotros una formulacin resumida como la que hemos citado ms arriba del libro de los Hechos, pero s dos composiciones que se inspiraron en l: el Documento Q y los trece primeros captulos del Evangelio de Marcos. En efecto, tanto Q como Mc 1-13 comienzan con la presentacin del Bautista, a la que sigue el bautismo y las tentaciones de J ess (Q 3,2b - 4,14 =Mc 1,1-13), y terminan con un discurso de J ess sobre la venida del Hijo del hombre (Q 17,23 - 22,30 =Mc 13) 11 . Esta coincidencia es sorprendente, porque estas dos composiciones son muy diferentes entre s, tanto por el gnero literario dominante (narrativo en Marcos y discursivo en Q), como por el tipo de tradiciones que recogen. Es muy probable, por tanto, que Marcos se sirviera de un esquema temporal tradicional, que comenzaba con la predicacin de J uan Bautista y terminaba con el anuncio de la venida de J ess como Hijo del hombre, para componer los trece primeros captulos de su evangelio, articulando narrativamente diversas tradiciones populares, discipulares y comunitarias 12 . El segundo modelo en que parece haberse inspirado fue, probablemente, el relato de la pasin. Este relato es la composicin narrativa ms antigua del cristianismo naciente y la nica de este gnero que conoci Marcos. Un anlisis redaccional minucioso de los tres ltimos captulos de su evangelio (Mc 14-16) permite identificar detrs de ellos un relato ms antiguo que posee todos los rasgos caractersticos de una narracin: un marco espacio-temporal preciso, unos personajes bien caracterizados y una trama que relaciona de forma articulada los diversos episodios referidos 13 . Este relato, que posea una verdadera trama narrativa pudo haber servido de modelo a Marcos en el momento de componer su relato sobre J ess. Un indicio de ello es la importancia que le otorga desde el punto de vista literario y teolgico en el conjunto de su obra. Es tal, que algunos han llegado a definir este evangelio como un relato de la pasin con un amplio prlogo.
La fusin del esquema temporal con el modelo narrativo Marcos fundi con gran maestra las tradiciones reunidas en los primeros trece captulos segn el esquema temporal y teolgico tradicional con el relato de la pasin. De este modo, el relato menos articulado de los trece primeros captulos se integr dentro de un verdadero marco narrativo 14 . Esta fusin de los dos grandes bloques del evangelio se advierte al observar las referencias cruzadas que el evangelista introdujo en ellos.
11 Sobre este esquema comn a Mc 1-13 y a Q, vase: J . Schrter, Erinnerung an Jesu Worte. Studien zur Rezeption der Logienberlieferung in Markus, Q und Thomas. (Neukirchen: Neukirchener Verlag 1997) pp. 436-458. 12 E. Trocm, La formation de l'vangile selon Marc (Paris: Presses Universitaires de France 1963) piensa, incluso, que la labor de Marcos consisti en unir dos composiciones anteriores a l : Mc 1-13 y Mc 14-16. 13 Puede verse la reconstruccin que he propuesto en: Guijarro Oporto, El relato pre-marcano de la pasin pp. 355-369. 14 He expuesto con ms detalle las modificaciones redaccionales que conectan estas dos partes de la obra de Marcos en: S. Guijarro Oporto, Marcos y el relato de la pasin, en: F. Contreras Molina (coord.), Homenaje al Prof. Antonio Rodrguez Carmona (Verbo Divino: Estella 2005) 000-000.
La primera biografa de J ess 7 Observamos, en primer lugar, que en los trece primeros captulos (Mc 1-13) se han introducido referencias explcitas al relato de la pasin para crear una tensin narrativa y vincularlos con los captulos finales (Mc 14-16). Veamos algunos ejemplos. El primero podra ser la conclusin de las controversias galileas (Mc 2,1-3,6), que dice as: En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para planear el modo de acabar con l (Mc 3,6). Esta conclusin no formaba parte de la coleccin de controversias que utiliz Marcos, sino que fue aadida por l para hacer presente la pasin de J ess en el momento del primer enfrentamiento con sus adversarios 15 . La alusin ms clara a la futura pasin de J ess son los llamados anuncios de la pasin. Es muy probable que estos tres anuncios se hayan compuesto a partir del segundo (Mc 9,31), que reproduce, probablemente, una palabra de J ess. Este desarrollo, sin embargo, ha tenido presente el relato de la pasin, pues la formulacin del primer anuncio y sobre todo la del tercero reproduce literalmente los diversos momentos de dicho relato (Mc 10,32-34) 16 . La futura pasin de J ess se anticipa tambin en la forma de presentar la entrega de J uan Bautista (Mc 1,14) y su posterior pasin (Mc 6,17-29; Mc 9,11-13), que anticipa la de J ess. Marcos utiliza en estos pasajes una terminologa caracterstica del relato de la pasin, lo mismo que en la caracterizacin de J udas (Mc 3,19: el que lo entreg) y en el anuncio de la pasin de los discpulos (Mc 13,9-13). Todas estas referencias indican que Marcos ha tenido un especial inters en vincular los trece primeros captulos de su evangelio con el relato de la pasin, anticipando con diversas alusiones lo que despus se narra con ms detalle. Esta misma intencin es la que le movi a introducir en dicho relato una serie de aadidos que retomaban temas narrativos o teolgicos esbozados en los primeros trece captulos. Dos de estos aadidos vinculan la pasin de J ess con el principal escenario de su actividad: Galilea. El primero de ellos, la promesa de un reencuentro en Galilea despus de la resurreccin (Mc 14,28), se halla en la escena en que J ess anuncia el abandono de los discpulos y las negaciones de Pedro (Mc 14,26-31). El segundo evoca esta misma promesa en la escena del sepulcro vaco (Mc 16,7). Se trata de dos versculos redaccionales que tienen la funcin de cohesionar las dos partes del relato. Marcos ha acentuado tambin la presentacin negativa de los discpulos en el relato de la pasin, haciendo de l el momento culminante de un proceso de incomprensin iniciado en los captulos precedentes (Mc 14,3-10; 14,11-12; 14,32-42). Para subrayar su incomprensin y su fracaso como seguidores de J ess ha incluido una serie de personajes secundarios que se comportan como verdaderos discpulos. Estos personajes comienzan a aparecer ya en Mc 1-13, pero en el relato de la pasin son ms visibles.
15 Probablemente no es casual que Marcos utilice aqu una expresin muy parecida a la que usa el relato de la pasin para referirse a la confabulacin de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley para entregar a J ess en manos de Pilatos (Mc 15,1) 16 Dentro de la seccin en que se encuentran estos tres anuncios pueden identificarse otros tres aadidos redaccionales en que se alude a la futura pasin de J ess: el anuncio de su futura resurreccin (Mc 9,10); la referencia al bautismo que sufrir J ess, en clara alusin a su muerte (Mc 10,38); y el anuncio de que J ess dar su vida por todos (Mc 10,45).
La primera biografa de J ess 8 Todos ellos encarnan actitudes propias del discpulo, que contrastan con el abandono, la traicin y la negacin que caracterizan a los Doce en este momento decisivo: una mujer annima, que unge a J ess en casa de Simn (Mc 14,8); Simn de Cirene, que toma sobre s la cruz de J ess (Mc 15,21); el centurin, que le reconoce como Hijo de Dios en la cruz (Mc 15,39); J os de Arimatea, que espera la irrupcin del reinado de Dios (Mc 15,42-47); y las mujeres, que presencian su sepultura y reciben el anuncio de su resurreccin (Mc 15,40-41; 16,1-8). Finalmente, es en el relato de la pasin donde culmina la presentacin de J ess iniciada de forma oculta y enigmtica en los captulos precedentes. El momento clave de esta revelacin es su comparecencia ante el Sumo Sacerdote. En ella J ess responde a la segunda pregunta, que se refiere a su identidad, reconociendo que l es el Mesas, el Hijo del Bendito (Mc 14,61). Ahora bien, esta segunda pregunta no formaba parte del relato tradicional de la pasin, que slo contena la acusacin de haber anunciado la destruccin del templo (Mc 14,57-58). En este momento, lo mismo que en la confesin del centurin ante la cruz, que tambin fue introducida por Marcos (Mc 15,39: Hijo de Dios), se revela que la condicin de J ess como Mesas e Hijo de Dios es inseparable de su pasin y muerte. Marcos devela as el secreto sobre la verdadera identidad de J ess que ha dominado los captulos precedentes (Mc 8,30), y entrelaza la presentacin que hace de J ess durante su ministerio pblico con el relato de su pasin 17 . El resultado de este trabajo redaccional de Marcos es una obra coherente que posee una personalidad propia desde el punto de vista literario y teolgico. Este es un aspecto que han subrayado recientemente los estudios narrativos sobre Marcos, mostrando de manera convincente que este evangelio, tal como ha llegado hasta nosotros, posee los rasgos propios de un autntico relato 18 . El segundo mrito de Marcos consisti, por tanto, en introducir la tradicin precedente sobre J ess en un molde nuevo llamado a tener gran fortuna en el cristianismo naciente.
La composicin de la primera biografa de Jess El evangelio de Marcos se ajusta a las indicaciones que daban los maestros de retrica contemporneos sobre cmo deba componerse una diegesis, es decir, un relato. Ahora bien, el relato era un gnero literario muy amplio y flexible y por ello cabe preguntarse si se trata de un tipo de relato particular. Esta pregunta nos introduce en una
17 El llamado secreto mesinico es, como se sabe, uno de los rasgos ms caractersticos de la presentacin de J ess en Marcos. A travs de este recurso el evangelista trata de precisar en qu sentido puede decirse que J ess es Mesas. Lo interesante, desde el punto de vista de la composicin del evangelio, es que este motivo propio del redactor sirve para vincular estrechamente la manifestacin de J ess en los primeros trece captulos con su revelacin en el relato de la pasin. Sobre el motivo del secreto en Marcos, vase: W. R. Telford, The Theology of the Gospel of Mark (Cambridge: University Press 1999) pp. 41-54. 18 El anlisis narrativo de Marcos en su forma final puede verse en el excelente estudio de D. Rhoads J . Dewey D. Michie, Marcos como relato (Salamanca: Sgueme 2002).
La primera biografa de J ess 9 problemtica que ha sido objeto de debate desde los comienzos de la investigacin crtica sobre los evangelios: el de su gnero literario 19 . Los estudiosos de los evangelios en general y de Marcos en particular han aportado dos soluciones a este problema. Algunos de ellos afirman que los evangelios constituyen un gnero literario peculiar creado por los primeros cristianos. Otros, sin embargo, consideran que siguen el modelo de las biografas antiguas. La afirmacin de que los evangelios constituyen un gnero literario peculiar est muy vinculada a la conviccin de que pertenecan a la literatura popular y no eran, por tanto, asimilables ni comparables a las obras literarias de la poca. Segn esta opinin los evangelios seran una especie de kerygma narrado, cuya principal intencin habra sido exponer narrativamente los contenidos fundamentales de la predicacin. Por su parte, la afirmacin de que los evangelios siguen el modelo de las biografas antiguas se fundamenta en una comparacin con este tipo peculiar de relato, que en la literatura griega reciba el nombre de bios y en la latina era denominado vita 20 . Las biografas antiguas eran relatos breves compuestos a base de ancdotas en las que se pona de manifiesto el honor del protagonista. Solan comenzar informando acerca de sus antepasados y educacin, luego se exponan sus acciones memorables y se elogiaban sus virtudes y, finalmente, se narraba su muerte y las consecuencias de la misma. A medida que se estudian estas biografas y se descubre la variedad de formas que podan adquirir, se impone la conviccin de que Marcos se inspir en ellas para componer su relato sobre J ess. Es interesante observar que fue el primero que utiliz este molde literario, pues, aunque la tendencia hacia el gnero biogrfico es ya perceptible en el Documento Q, que incluye numerosas ancdotas sobre l y el relato de las tentaciones 21 , el mrito de haber compuesto la primera biografa de J ess corresponde a Marcos. En este proceso la incorporacin del relato de la pasin fue un paso decisivo, porque aportaba una informacin muy importante para las antiguas biografas: el relato de las circunstancias de la muerte de J ess (pasin) y de sus consecuencias (resurreccin). En el esquema tradicional, centrado en las dos venidas de J ess, esta informacin tena muy poca importancia, porque su orientacin no era tan decididamente biogrfica. La incorporacin del relato de la pasin propici la fusin del esquema temporal tradicional con el esquema temporal propio de las biografas, que situaba la actividad del protagonista entre su nacimiento y su muerte. Con la introduccin del esquema biogrfico, las palabras y las acciones del J ess terreno quedaban situadas en el pasado. Su muerte y resurreccin introduca un corte que las situaba en una poca distinta. Aparece as en el horizonte de la tradicin sobre J ess la categora del recuerdo, como evocacin de un pasado significativo para el presente. Esta categora, que no era tan
19 Un resumen de esta discusin puede verse en: D. E. Aune, El Nuevo Testamento en su entorno literario (Bilbao: Desclee de Brouwer 1993) pp. 23-99. 20 Vase el detallado estudio de R. A. Burridge, What are the Gospels. A Comparison with Graeco-Roman Biography (Cambridge: Cambridge Univ. Press 1992). 21 S. Guijarro Oporto, Dichos primitivos de Jess. Una introduccin al Proto-evangelio de dichos Q (Salamanca: Sgueme 2004) pp. 57-60.
La primera biografa de J ess 10 importante en Q, debido a su esquema temporal, es, sin embargo, clave en la biografa de J ess compuesta por Marcos y lo ser en las de Mateo y Lucas, que siguieron su modelo. La composicin del evangelio de Marcos supuso, por tanto, un avance decisivo en la configuracin de la tradicin sobre J ess. Logr situar las composiciones sueltas y las colecciones precedentes en un marco temporal y geogrfico que les confera unidad, y situ el conjunto en un esquema biogrfico que daba una personalidad propia a su obra. A pesar de todo, el resultado de su intento fue limitado. Esta limitacin es especialmente visible en el comienzo de su relato, donde Marcos parece no seguir el modelo de las biografas antiguas. Segn la preceptiva de la poca, las biografas deban comenzar narrando la infancia y la educacin del protagonista para mostrar que procedan de una estirpe honorable, que haban nacido en un lugar renombrado y que haban recibido una educacin adecuada. Marcos, sin embargo, comienza su relato con la presentacin de un J ess ya adulto. A pesar de ello, no renunci a este objetivo tan importante de las biografas antiguas, sino que lo logr presentando a J ess como Hijo de Dios, que haba sido anunciado en los orculos profticos y que haba experimentado un proceso de iniciacin bajo la gua de un gran profeta (Mc 1,9-13), mostrando as que el honor de J ess no procede de su ascendencia humana, sino de su relacin con Dios. Algunos aos ms tarde, Mateo y Lucas vieron la necesidad de ajustar su relato al modelo comn de las biografas e incluyeron una narracin sobre la infancia de J ess (Mt 1-2; Lc 1-2). Estas observaciones sobre el gnero literario de Marcos muestran que la actividad redaccional llevada a cabo por su autor para ensamblar el relato de la actividad de J ess (Mc 1-13) con el relato de su pasin (Mc 14-16) no tuvieron slo como objetivo dar una mayor unidad literaria al conjunto de su obra, sino incorporar las tradiciones sobre J ess a un molde literario bien conocido en la literatura de entonces: la biografa (bios/vita). La adopcin a este nuevo gnero literario tuvo importantes implicaciones teolgicas. En la tradicin precedente el centro de atencin eran aspectos parciales de la actividad de J ess: sus enseanzas, sus acciones, su pasin; y esta concentracin en aspectos parciales daba como resultado visiones fragmentadas de l. En el relato de Marcos, sin embargo, todo el inters se centra en la persona de J ess. Esto no quiere decir que la tradicin precedente no estuviera interesada en J ess. Se trata de un cambio de acento, que ser decisivo en el desarrollo de la cristologa, pues las biografas antiguas tenan como principal objetivo ensalzar el honor de sus protagonistas. Lo importante no eran sus acciones o sus enseanzas, sino la persona, su carcter, su honor. Por esta razn, tanto en las biografas antiguas como en el evangelio de Marcos se advierte un especial inters por caracterizar al protagonista 22 .
22 R. A. Burridge, Gospel Genre, Christological Controversy and the Absence of Rabbinic Biography: Some Implications of the Biographical Hypothesis, in: D. G. Horrell C. M. Tuckett (eds.), Christology, Controversy and Community. New Testament Essays in Honor of David R. Catchpole (Leiden: Brill 2000) 137-156, ha mostrado la relevancia teolgica que tiene la adopcin del gnero literario biogrfico. Burridge oberva que, aunque al nivel de la tradicin oral existen bastantes semejanzas entre las tradiciones rabnicas y las tradiciones sobre J ess, las primeras no dieron lugar a biografas, mientras que las segundas s.
La primera biografa de J ess 11 El gnero biogrfico permita, en efecto, una caracterizacin ms precisa y compleja de los personajes, lo cual, a su vez, facilitaba la expresin de la fe en J ess y la presentacin de modelos a imitar 23 . Estos dos aspectos constituyen la principal novedad teolgica de Marcos con respecto a las composiciones precedentes. Este evangelio es, en efecto, el primero que presenta a J ess como un personaje complejo, que se va escondiendo y manifestando a lo largo del relato hasta llegar a la revelacin abierta de su verdadera identidad, la cual, paradjicamente, tiene que ver con la cruz. La presentacin de los discpulos ocupa tambin un lugar importante en el relato de Marcos. Son tambin personajes complejos, que primero siguen incondicionalmente a J ess y luego le abandonan. Esta presentacin de J ess y de los discpulos, que constituye el eje narrativo y teolgico del Evangelio de Marcos, no habra sido posible si su autor no hubiera articulado la tradicin precedente en forma de relato y si este relato no hubiera adoptado la forma de una biografa. La innovacin de Marcos tuvo una enorme fortuna, pues determin de manera decisiva la forma en que la iglesia apostlica recibi la tradicin sobre J ess. De hecho la tradicin normativa sobre J ess, es decir, la recogida en el canon del Nuevo Testamento, ha llegado hasta nosotros a travs de cuatro relatos, dos de los cuales dependen directamente de Marcos. En efecto, el ejemplo de Marcos fue seguido por Mateo y por Lucas, que de forma independiente emprendieron la tarea de reelaborar su vida de J ess con el objeto de completarla, ajustarla mejor al modelo de las biografas helensticas y adaptar su mensaje a la situacin de sus destinatarios. Sin embargo, es a Marcos a quien corresponde el mrito de haber compuesto la primera biografa de J ess.
23 Sobre la caracterizacin de los personajes en Marcos, vase: Rhoads Dewey Michie, Marcos como relato pp. 136-186.