Raimondi, Narración
Raimondi, Narración
Raimondi, Narración
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Lima, Callao, Miraflores, Barranco, Chorrillos y Magdalena
Al sur de Ancn y a orillas del Rmac est la capital del Per. Hllase al centro de la
Repblica, pero en sitio detestable respecto a climatologa. No hay lugar en la costa que sea
ms insalubre, ms hmedo; que tenga menos das de sol y donde la brisa del mar sople con
menos fuerza. Edificada al medio de un llano que cercan los cerros de San Jernimo, San
Cristbal, Agustino y San Bartolom, las nubes amontnanse sobre ella en invierno, y en
todo tiempo fltale las corrientes de aire que observamos siempre en las orillas del ocano.
Si se la hubiera edificado en el sitio donde est el Callao, su crecimiento como ciudad y
puerto habra sido extraordinario, y su extensin llegara por la playa hasta Chorrillos. Fue
en 1821 la primera ciudad de la Amrica del Sur: hoy ocupa el sptimo lugar. Un libro
entero sera necesario escribir para precisar las causas geogrficas, polticas y econmicas
que la exhiben hoy, en vsperas de celebrar el primer centenario republicano, en el atraso en
que se halla. Fue tambin la primera ciudad de la Amrica Latina que canaliz sus acequias
y que tuvo desde el siglo XVIII magnfico servicio de agua potable. Esta es hoy
insuficiente, hallndose viejos y en mal estado los tubos de distribucin. Respecto a los
canales que conducen las aguas excluidas, debemos decir que an estn inconclusos,
faltando los colectores terminales.
Fltale a Lima pavimento, aseo e higiene en las calles y en los hogares. Todo est
cubierto de polvo, y por este motivo la mortandad de sus pobladores es horrorosa. No -
200- tiene hoteles higinicos y los pocos que hay carecen del confort que existe en Norte
Amrica y Europa. Los escasos edificios pblicos que tiene y que en su mayor parte fueron
construidos durante el coloniaje, estn en mal estado de conservacin. En este mismo
estado de desaseo y descuido se encuentra por lo menos el 70% de la edificacin privada.
La fachada de la Catedral hace 25 aos que no se restaura y que ni siquiera se la quita el
polvo que la cubre (1920).
Las rentas municipales han sido siempre escasas. Por muchos aos nunca pasaron de
un milln de soles. Hoy todava no alcanzan al doble. El producto de los predios rsticos y
urbanos correspondientes al distrito de su jurisdiccin no le pertenece. La desproporcin
que existe entre el crecimiento de la ciudad y el pequeo aumento de las rentas municipales
es notable.
La accin del Poder Ejecutivo en lo que toca a ornato y embellecimiento fue mediocre
hasta 1879 y casi nula despus de esa fecha. Los monumentos a Bolvar, al Dos de Mayo, el
Palacio y los Parques de la Exposicin, la Penitenciara, la Alameda de los Descalzos y una
que otra obra ms, fueron hechas en la primera poca republicana. Hallndose al presente
(1921) en parte destruida y en parte remendada en forma grotesca la alameda de los
Descalzos, es interesante saber lo que ella fue cuando la admir y la describi en 1867 un
distinguido viajero chileno.
Precioso paseo de quinientos metros de largo ms o menos.
Est situado a la extremidad oriental de la ciudad. Su
entrada es de una sencillez agradable; forman las columnas
unidas entre s por verjas de hierro, en cuyas extremidades
descansan pequeas estatuas de mrmol, sin alusin alegrica
alguna correspondiente al objeto.
-201-
En toda la extensin, a uno y otro lado, lo encierra una
verja de hierro trada de Europa, de un trabajo magnfico y cuyo
importe es crecido. A la parte exterior se encuentran los
elevados y preciosos rboles que la forman, en su mayor parte
castaos silvestres, y al interior una cenefa de variadas flores,
en cuya lnea y a distancias iguales, estn colocadas sobre
pedestales, colosales estatuas de mrmol que representan los
doce signos del Zodiaco. Entre estas se ven distribudos gran
nmero de jarrones trados de Europa y cada cual colocado
sobre un pedestal de dos metros de alto; completan el adorno de
este paseo doce faroles de gas.
A la extremidad, bajo un dosel de pltanos y otros rboles
tropicales, hay una fuente campestre al centro de un estanque
circular. Paralelo a esta fuente, en la avenida de la derecha, se
encuentra un kiosco, donde se sitan las bandas de msica, que,
con sus melodas, dan ms atractivo a este delicioso paseo, que
ha costado la suma de ciento diez y nueve mil cuarenta y siete
pesos, ochenta y siete medio y centavos.
Convaleciente la Repblica de la miseria en que vivi en los primeros treinta aos que
siguieron a la guerra del Pacfico y ahora con mayores ingresos que los que tuvo antes de
1879, el Gobierno vuelve a dar a Lima las obras que su municipio ni su vecindario le
pueden proporcionar. Entre stas figuran el Palacio Legislativo, la apertura de avenidas, el
monumento y la plaza de San Martn y el saneamiento de la capital.
Por estas causas, que ms que causas son efectos, pues la falta de dinero no es causa
sino efecto, Lima no es ciudad monumental ni notable por el costo de sus edificios.
Naturalmente, este motivo no es aplicable al abandono, a lo sucio y a lo terroso en que la
ciudad vive y ha vivido desde 1821. Para ser limpio no se necesitan ingentes cantidades de
dinero. La escoba, el trapo, el jabn y el agua, estn al alcance de las modestas fortunas.
Somos sucios por incuria y apata, y nos abandonamos porque la negligencia es una de las
caractersticas nacionales. Vecinos y ediles en Lima, -202- se disputan el triste privilegio
de no conservar nada de lo que existe. Lo que se ha hecho en la Alameda de los Descalzos
es una prueba de lo que decimos. El municipio compone un desperfecto en la vereda o en la
calzada slo cuando l implica un peligro para el trfico. Los baches en el pavimento
necesitan tener lo menos dos metros de circunferencia para que se piense en taparlos. La
decencia urbana no existe. Trabajo cuesta que los vecinos conserven, aseen y pinten sus
fachadas.
Otra causa por la cual Lima tiene el aspecto feo y antiguo que le da el 80% de sus
viejsimas casas, es la poca tendencia que hay por la obra voluntaria de la reedificacin.
Grandes incendios nunca los hemos tenido. Antes haban terremotos y Lima fue dos veces
reedificada. Hace siglo y medio que ninguno nos visita.
Quienes construyen casas de lujo para vivir, lo hacen en Miraflores y en Barranco, y
ahora en San Miguel, Magdalena y La Punta. En 1903 y 1904 algo se mejoraron las
fachadas de los edificios de comercio; pero con anterioridad a esta fecha y a contar desde
1879, la reedificacin en Lima estuvo casi totalmente paralizada. La guerra primero, y las
consecuencias de miseria que trajo la paz de Ancn, ocasionaron este pavoroso
estacionarismo, este estancamiento urbano que dur 25 aos.
Indudablemente que Lima ha crecido. Una comparacin entre el plano de Joany de
1872 y el que lleva por fecha el ao de 1919, pone en evidencia que la ciudad tiene por lo
menos un 33% ms de extensin. Este crecimiento no puede ser motivo de orgullo
nacional, habiendo aumentado en el mismo tiempo diez veces el rea urbana de Buenos
Aires, tres el de Santiago de Chile y seis el de la Habana.
-203-
La Prensa, prestigioso diario limeo, comentando la inconveniencia de celebrar el
centenario republicano, dijo de Lima en 1920 lo que va a continuacin:
La ciudad principal de una nacin debe, segn el criterio
generalmente profesado, ser el exponente de los progresos y de
la cultura alcanzada por todo el pas; y de aqu resulta que a
pocos meses de distancia de la fecha clsica, nos preguntemos
angustiados la opinin que de nuestras energas cvicas y de
nuestra capacidad nacional, van fatalmente a formarse los
extranjeros que en dicha ocasin nos visiten.
No ha de ser con toda certitud muy halageo el concepto
que provocara en los visitantes que recibamos las
caractersticas de una poblacin que, cualesquiera que sean las
condiciones de cultura y de inteligencia de sus habitantes, se
ofrece, despus de un siglo de vida independiente, en
condiciones que poco difieren de las que ostentaba cuando
fuera una simple ciudad principal de una colonia espaola. Los
espritus ms optimistas habrn de reconocer con nosotros que
los progresos alcanzados por la ciudad de Lima en el curso de
estos ltimos cien aos han sido debidos ms a la fuerza
avasalladora de las inmediatas necesidades pblicas que al
esfuerzo consciente y disciplinado de las autoridades y de las
instituciones llamadas a procurar, para la capital de la
repblica, todas aquellas ventajas que el espritu del siglo
colocaba al alcance de las asociaciones humanas.
De este esfuerzo desordenado y fatal hacia un
mejoramiento que aqu nadie deseaba ni buscaba, ha provenido
el carcter defectuoso e improvisado que en Lima ostentan
todos los servicios pblicos. Ellos se resienten de la falta de
reglamentaciones previsoras capaces de presidir a su ejercicio y
es por esta circunstancia, por esta falta de previsin y de
doctrina en los encargados de orientar la actividad comunal que
hoy, pese a todos los dineros invertidos, la capital del Per se
ofrece a la consideracin de los extraos como una ciudad
dotada de un alumbrado deficiente y sumariamente instalado
con una pavimentacin indigna de una urbe con las tradiciones
y la antigedad de la nuestra, con un servicio de agua que no
basta a surtir las necesidades de la mitad de sus pobladores, y
con un estado higinico manchado por la existencia de
vergonzosas endemias, capaz de atemorizar a quienes, viniendo
de lugares ms cultos, juzgan que la garanta ofrecida a la salud
del hombre es la primera ventaja que a sus visitantes debe
ofrecer una ciudad moderna.
-204-
Si a estas circunstancias que se refieren al lado prctico del
problema agregamos los atentados contra la fisonoma peculiar
y contra el aspecto tradicional que antao Lima ofreca y que se
han cometido en los ltimos tiempos, podremos con toda
facilidad darnos cuenta de la opinin que la capital ha de
merecer dentro de siete meses a sus visitantes. Ciudad que no
ha respetado sus caractersticas peculiares, y poblacin donde
las nuevas construcciones se han levantado de acuerdo con los
caprichos particulares y sin que norma alguna legal fuera capaz
de regir y uniformar el desenvolvimiento urbano, Lima va a
presentarse en el centenario desprovista de su aspecto
tradicional, tarada con el estigma de esas poblaciones atrasadas
que poseen servicios pblicos descuidados, y convertida por el
inters particular y el descuido gubernativo y municipal, en una
ciudad llena de escombros, y sin atractivo alguno para el turista
que las visite. Nuestro valor como pueblo, y nuestras cualidades
como raza susceptible de progresar no pueden menos de
resentirse de semejante constatacin.
En el primer tomo de esta obra, en el captulo Atraso Urbano, hemos manifestado lo
que es el puerto del Callao. Esto nos releva de decir lo que es esa ciudad. Las mismas
causas que ya hemos mencionado y que han motivado el atraso de Lima, existen tambin en
el Callao, habiendo en ese puerto una ms y es su proximidad a la capital. Pocas son las
personas que teniendo negocios relacionados con el movimiento martimo, mejoran sus
propiedades o viven en ellos. La atraccin de Lima es notable. La Punta crece y se
embellece, no por ser un barrio del Callao sino un balneario de la capital.
La insalubridad de Lima ha favorecido el crecimiento de Miraflores, Barranco y
Magdalena, lugares cuya edificacin adquiere cada da mayores proporciones, habiendo
principiado desde hace diez aos la aficin por las construcciones de carcter monumental.
Antes de cincuenta aos, Lima ser nicamente un centro de negocios, donde pasarn la
noche gentes pobrsimas que no puedan vivir fuera de l.
-205-
La mayora de la poblacin ocupar el litoral que se extiende desde Chorrillos hasta La
Punta, y cuando este litoral est totalmente poblado, la capital del Per principiar en la
orilla del mar y ser tan extensa como Buenos Aires.
El ltimo censo de la Repblica se hizo en 1876. Por este motivo es difcil saber qu
poblacin rene Lima y sus alrededores, incluyendo Callao, Chorrillos, Barranco,
Miraflores y la Magdalena. Ahora diez aos se le calculaba esta poblacin en 250000
habitantes. Hoy que el trfico de pasajeros ha aumentado extraordinariamente, tambin los
consumos y que se hallan totalmente ocupados los barrios nuevos construdos en
Miraflores, Barranco y otros lugares, hay que aceptar que la cifra de 300000 habitantes es
la que corresponde a Lima y anexos mencionados.
Una descripcin de lo que fue nuestra capital en los aos que precedieron a la
independencia, es de utilidad al estudio que hacemos. Tadeo Haenke, explorador y
naturalista alemn, que nos visit en 1808, dijo de Lima en esa poca, lo que va a
continuacin:
Comprende la ciudad unos dos tercios de legua de largo, y
casi lo mismo de ancho. Hacia la parte N corre el ro que separa
el arrabal de San Lzaro y se une a la ciudad por un puente de
piedra, construido en tiempos del Marqus de Montes-Claros, y
sirve de entrada a la ciudad y de trnsito a la plaza que se halla
poco distante. Esta es de las mayores, y tal vez la mejor de
todos los dominios espaoles despus de la de Madrid, a la cual
se asemeja mucho, aunque no tienen tanta elevacin los
edificios que la componen. Es cuadrada, y cada lado lo
componen 190 pasos regulares, constando por consiguiente su
superficie de 36100 pasos o unos 90250 pies geomtricos,
computando cada paso por algo menos de dos y medio pies
geomtricos. Miran sus cuatro frentes a los cuatro vientos
principales; al E cae la Catedral, con fachada de orden corintio,
y el edificio Arzobispal; al N el Palacio del Virrey, edificio
irregular y vasto, pero sin fachada ni adornos: avistan a la plaza
algunas de las galeras de -206- Palacio, y la entrada de las
caballerizas, y hay adelante un conjunto de tiendas pequeas,
que equivalen a las covachuelas de San Felipe el Real de
Madrid, y que se llaman en Lima cajones de Rivera. En los
lados de O y medioda hay dos galeras de portales con tiendas
de paos y sedas, las unas con cuatro arcos y las otras con
treintaiocho.
Consiste el principal adorno de la plaza en una muy
primorosa fuente de bronce afiligranada, que se halla en el
centro, pintada de verde, bastante capaz, y sobre la cual
descansa la estatua de la Fama, de una y tres cuartas varas de
alto, con las armas reales en una mano y en la otra el clarn,
concurriendo tambin a darle cierto aire de grandeza el
conjunto de gentes, vivanderos, compradores y caballeras de
los indios, negros mulatos y blancos, y de cuantas castas hay en
la Amrica, siendo esta plaza una de las ms abastecidas del
orbe, en donde se encuentran a un tiempo las frutas de Amrica
y Europa, a precios bastantes cmodos y baratos.
Todos los gneros se conservan en parajes sealados,
puestos con orden y aseo sobre mesas, o en el suelo sobre las
anchas y frescas hojas del pltano. Suelen ser negras las
vivanderas en la mayor parte de estos gneros, y a juzgar por su
buena ropa y el modo con que se manejan, puede asegurarse
que muchas de ella pasan una vida cmoda, y las ms se
enriquecen.
Las calles de Lima son, en general, anchas y rectas; corren
una de N a S y otras de Oriente a Occidente, formando cuadras
o manzanas de casas, de 150 varas cada una. Todas las calles
estn empedradas, notndose mucho aseo desde el nuevo
establecimiento de carros de limpieza formado en el ao de
1792.
Las habitaciones interiores tienen bastante capacidad y
conveniencia. Las paredes son todas de adobe, y la techumbre
de simples caas cubiertas de argamasa de barro; la duracin
del adobe compite con la de las piedras sillares de otras partes,
y el techo permanece como si fuera de robustas maderas y de
tejas bien cocidas. Dos circunstancias particulares obligan a los
habitantes a preferir esta clase de edificios. La primera, que
jams se experimenta en este pas otra lluvia que una llovizna a
que llaman gara, que corrompe las caas con mucha lentitud,
y nunca es tan abundante que disuelva la greda y tierra de que
se compone; y la segunda, que hallndose esta ciudad sujeta a
frecuentes terremotos (de que se dar noticia en otra parte) la
misma fragilidad del edificio contribuye a su conservacin,
pues siguiendo ste en las conmociones el movimiento de la
tierra, es menos factible la destruccin y ruina -207- del
edificio que si su robustez opusiese al mpetu del
estremecimiento un cuerpo ms resistente, contra el cual sera
mayor el choque y ms terribles sus efectos.
Dentro de las murallas, y en los barrios ms apartados, se
cultivan varias huertas; y muchas casas principales tienen
jardines para diversin y recreo.
Se cuentan en Lima 3641 casas y 355 calles, repartidas en
cuatro cuarteles, y estos en 35 barrios, celado cada uno por un
Alcalde elegido entre los vecinos de distincin, y sujetos a
cuatro Alcaldes de Corte. Hllase tambin dividida en seis
parroquias que son la del Sagrario, Santa Ana, San Sebastin,
San Marcelo, San Lzaro y Santiago del Cercado, servidas por
10 curas. Ascienden sus rentas a 14800 pesos anuales, y en los
arrabales y en las grandes haciendas que ocupan su territorio,
hay adems otros ocho curatos cuyo total de renta asciende a
10033 pesos.
Ya dijimos anteriormente que se divide la Ciudad en
treintaicinco barrios, compuestos de 3641 casas; y ahora
aadimos que segn el ltimo censo, formado en el ao de
1790, asciende a 52627 personas el nmero de las que la
habitan. De estas hay 17215 espaoles, 3912 indios, 8960
negros, y el resto de las castas producidas de estas tres
principales, sin contar los clrigos que suben a 292 y 991
religiosos, 572 mojas y 84 beatas. Comprndese entre las clases
de espaoles ms de trescientas casas de nobles establecidas en
Lima, y que pueden considerarse subdivididas en las tres clases:
primera de los conquistadores y, pobladores de aquel Reino,
segunda de los sujetos que han sido empleados por Su
Majestad, hijos de casas solariegas e ilustres de la Pennsula; y
tercera, de los que se han formado por el comercio. Muchas de
ellas han logrado ttulos de Castilla, y se cuentan en el da hasta
el nmero de 49. Mantinense todas con gran opulencia,
sosteniendo un crecido nmero de domsticos y esclavos con
las grandes rentas que disfrutan unos y otros con sus
mayorazgos, tambin por los varios puestos que ocupan,
empleos polticos y militares, y los muchos consagrados al
comercio, numerndose hasta 400 comerciantes.
Sguense a estos los hacendados, cuyo nmero sube a
sesenta: los eclesisticos, abogados, escribanos, mdicos, los
empleados en oficinas particulares y del Rey, los abastecedores
y otras personas acomodadas, cuyos salarios, sueldos y
emolumentos puestos en perpetua circulacin mantienen y
vivifican el trfico interior, sustentando varios oficios
mecnicos y liberales que sostienen 1027 artesanos como
plateros, herreros, -208- zapateros, sastres, silleros de
montar, pasamaneros, bronceros, pintores, carpinteros,
hojalateros, relojeros, impresores, albailes, canteros,
escultores, guitarreros, tintoreros, chocolateros, cereros,
sombrereros y botoneros, casi todos reducidos a gremio para el
pago de alcabala, igualmente que los pulperos, que llegan a 130
con otras tantas tiendas.
Hallan igualmente motivo de ocupacin muchas mujeres
pobres en trabajar todo gnero de costura y bordados de hilo y
seda, tejer trencilla, calcetas, hacer ramos y flores de mano,
botones de hilo, bordar zapatos y componer medias de seda,
hacer agua de rostro, aguarrica y aguardiente de mbar, de lo
cual se mantienen muchas, dedicndose otras (dentro y fuera de
los conventos) a dulceras, bizcocheras y tamaleras, hacer
plumeros y rizar mantos, con otros varios destinos en que se
emplean muchas espaolas pobres. Entre la gente baja o de
color hay chicheras, arroceras, humiteras, carniceras al por
menor, y cocineras de todo gnero de guisos de la tierra.
A pesar de todos estos recursos se encuentran en Lima
innumerables personas de ambos sexos, que no hallando
ocupacin se abandonan al ocio y corren precipitadas, como es
natural, por la carrera de los vicios.
Contribuye principalmente a esta falta de destino, la
particular circunstancia de carecer enteramente de fbricas y
manufacturas que entretengan y sustenten a crecidas masas de
operarios, a excepcin de algunos pocos telares de pasamanera
que tiene el gremio de extranjeros, y la fbrica de sombreros
que est mandada suspender. De aqu es que puede asegurarse
sin temor de errar que no bajarn de tres mil personas, incluso
los esclavos y criados, las que como meros jornaleros deben
adquirir su alimento diario, cantidad excesiva para los pocos
recursos que presenta esta gran capital, y medio inefable que
arrastra a los peligros a muchas personas honradas, a quienes
tal vez harn malas las circunstancias. Pero si esta falta se hace
sensible entre los hombres, an es ms lastimosa entre las
mujeres, cuyos menores recursos para vivir las exponen
continuamente a ser las vctimas de esta misma falta de medios
en un pas que poda ser el ms feliz de la tierra. Concurre
mucho a aumentar las necesidades, entre las mujeres espaolas,
la fatal preocupacin de considerar como deshonroso el
ejercitarse en oficios destinados a gente de ms baja condicin,
habindoles faltado tambin el medio de subsistir que
proporcionaba a muchas la costura de camisas y otros gneros
que llegan de Europa, y que en el da se remiten cosidos desde
-209- Cdiz. As que aquellas que tuvieron la desgracia de
perder a sus padres o parientes, sin heredar de ellos algunos
bienes, se ven reducidas, a una condicin ciertamente miserable
y desdichada.
Se ofrece sin duda a primera vista la idea de que un pas
tan falto de medios de subsistencia deben ser por consiguiente
baratos los jornales, y se encontrarn muchos operarios; pero,
por el contrario, en ninguna parte son respectivamente ms
caros, y los edificios salen costossimos por la exorbitancia de
la mano de obra. Un palafrenero gana diariamente ocho reales
de aquella moneda, que compone veinte reales velln; el oficial
doce, y a proporcin todos los dems, habiendo tambin peones
de seis, siete y ocho reales que no pasan de tales. Con todo, no
pueden mantenerse y andan siempre andrajosos, prueba cierta
de que trabajan poco. As me lo aseguraron en Lima,
dicindome que se ocupan slo dos das a la semana, y que los
restantes los emplean en jugar o enamorar. No parece que
puede atribuirse este exceso de los jornales al precio de los
comestibles, pues adems de que todos se encuentran con cierta
equidad, se dan trabajadores por s mismos una vida miserable,
gastando apenas un real diario en la comida y cena. Es preciso
convenir, en que es slo efecto de su ociosidad natural,
fomentada en cierto modo por las circunstancias del pas.
Habiendo hablado de la comodidad en que se venden todos
los artculos de consumo diario, parece oportuno insertar aqu
una lista de algunos de los principales, en comprobacin de
nuestra opinin.
Dan seis o siete papas por medio real: ocho camotes o
batatas por medio real; una col, un real: una arroba de vaca, dos
pesos: un cuarto de carnero, cuatro reales: una gallina, seis
reales, y la polla cinco; un cabrito, doce reales; el borrego doce
reales; un pavo tierno, dos pesos; un lechoncito, dos pesos,
advirtiendo que estos dos ltimos artculos no se venden
regularmente en la plaza, y cuando se necesitan es necesario ir a
buscarlos por las chcaras o huertas. Un par de pichones, tres
reales; y lo mismo una docena de palomitas cucules, a real
cada una; manteca a dos y medio reales la libra; un pedazo de
tocino, como de onza y media, a medio real; un jamn de
Chilo, doce reales; uno de Jauja, dos pesos; un pavo, cuatro
reales. Los garbanzos a cinco pesos la -210- fanega; cada
copal de quinua a siete pesos; la carga de carbn a tres pesos; la
de aceite, de cinco a seis pesos; la carga de lea, a doce reales;
un queso grande veinte reales, y el pequeo ocho reales.
Encuntrase igualmente el pescado con comodidad: cada bonito
a real; los lenguados, a tres y cinco reales, y an ms si excede
el tamao regular; pmpano, (aunque este es bien raro) a seis
reales cada uno; bacalao de Chile a tres reales la libra; congrio
de Cobija a tres reales. La sal es baratsima, por la inmediacin
de las salinas de Chilca y Huaura. Esta ltima es sal piedra y se
proveen de ella todos los minerales, en que hay un consumo
prodigioso, embarcndose tambin mucha porcin para Chile
por el puerto de Huacho.
El pan es de dos clases y dan un panecito de a libra por
medio real, y del otro ms barato, a que llaman semitostados,
por medio real; la fanega de trigo vale dos pesos fuertes. Un
toro de lidia vale de veinte y cinco a treinta pesos, y lo mismo
el que se compra para el arado. Una yunta de bueyes ya hechos,
ochenta pesos; una vaca diez o doce pesos; los caballos de cien
a trescientos pesos, segn su calidad y propiedades, aunque los
que comnmente se usan valen, por lo regular, cincuenta pesos.
Una mula de calesa vale sesenta pesos, pero con otra pareja
igual vale doscientos, y el mejor burro de los trados de Valles
vale diez pesos.
Esta breve exposicin del precio medio de la mayor parte
de gneros de Lima, dar una idea de la abundancia de esta
gran capital, no habiendo memoria de que se haya padecido en
ella escasez, aunque por breve tiempo haya tomado algn
incremento el precio del trigo, duplicando y aun triplicando el
valor indicado; bien es verdad que goza de esta excelencia por
un principio fsico que procede de su situacin. Ella est
colocada en la costa, donde se goza por ms de un espacio de
quinientas leguas de un temperamento benigno, empezndose a
experimentar el fro a diez o veinte leguas tierra adentro, en el
pas que llaman de Sierra. Por otra parte, la abundancia del
Reino de Chile, y su temperamento igual al de Europa hacen a
Lima feliz, pues lo que se siembra y cosecha en las costas y sus
valles se cosecha tambin en la Sierra, y en Chile. Por esta
razn, si el mal tiempo pierde la sementera en un paraje, se
logra en otro: y aun cuando en todo se perdiese no se hara
sensible la escasez por la diversidad de los temperamentos,
pues sucedindose las estaciones -211- en diversos meses,
cuando se est sembrando el trigo en la costa est ya en la
Sierra en grano, y en Chile en las eras.
El sabio Mateo Paz Soldn tambin se ocup de Lima en 1855, y su descripcin es de
inters por haber retratado nuestra capital 47 aos despus de haberla visitado Haenke. He
aqu la Lima de 1855.
Tiene Lima sin contar lo que no est dentro de murallas,
diez y ocho calles principales en direccin de NE a SE, y ocho
transversales de E a O prximamente, que cortan a las
anteriores en ngulos rectos.
Hay acequias en el medio de las calles, que corren de SE a
NO, las ms acanaladas de media vara de alto y ancho. Por
desgracia del pas, estos canales son los destinados a hacer
limpieza general y exhalan vapores que es difcil respirar sin
dao de la salud, sobre todo a las once de la noche, hora en que
arrojan enormes cantidades de inmundicias. Gracias a la
bondad del clima que no hay frecuentes pestes en Lima slo por
esta causa.
La Plaza Mayor es algo irregular por el resalte que el
Palacio Arzobispal y el Sagrario hacen sobre ella.
Enfrente del Portal de Botoneros est el Palacio de
Gobierno, de la ms humilde fachada y con un antemural de
unas pequesimas tiendas, que llaman La Rivera, sobre las que
se eleva una balconera tan vieja y extravagante que no es fcil
describir.
Encima de los dos Portales hay edificios con balcones de
celosa, a excepcin del cabildo y parte de lo que ha construido
Mr. Morin para su hotel. La Municipalidad ocupa el dicho
local.
Casi en todas las calles de la ciudad hay faroles de gas,
unos sobre repisas de fierro clavadas en la pared, otros que se
elevan junto a las aceras sobre columnas de fierro fundido. Son
cinco los que tiene cada cuadra; pero el Correo, Palacio, casa
del Gran Mariscal Castilla, tienen dos, uno a cada lado de la
Portada.
Lo que se llama Palacio es una confusa, intrincada y
heterognea aglomeracin de salones desproporcionados en sus
dimensiones, salas y retretes de diferentes formas de
construccin, que forman un verdadero laberinto. Ocupa una
manzana entera, inclusive el local de la Polica, el de las Cortes,
-212- Tesoro, juzgados de primera instancia, Tribunal Mayor
de Cuentas, etc.
El Palacio Arzobispal es de muy triste y pobre fisonoma:
apenas merece el nombre de casa de un hombre de mediana
condicin.
En cada ngulo de la plaza hay un piln, formado en un
zcalo y tres y medio puntos guarnecidos de molduras, de uno
de los cuales sale una pirmide adornada de florestas de medio
relieve, que despide por tres caos el agua a su taza que es
tambin de bronce. Circunvalan esta obra, en que brillan la
magnificencia y buen gusto arquitectnico, veinte piezas de
artillera que sostienen gruesas cadenas de fierro las que cercan
el todo de la Fuente, dejando un paso por en medio y cuatro
muy estrechos por sus cuatro ngulos para que no entren los
animales. Se construy en 1650 y cost 85000 pesos.
De una arca general, situada en Santo Toms (en la
Plazuela), parte el agua que corre en esta Fuente y las dems
piletas de la ciudad por diversas caeras. Est doce varas y
tercia sobre el nivel de la Plaza Mayor.
El Puente es un monumento de consideracin, construido
en 1610, bajo el virreinato del marqus de Montes Claros. El
terremoto de 28 de octubre de 1746 ech por tierra el arco
triunfal de su entrada, sobre el que haba una estatua ecuestre de
Felipe V. Se rehzo en 1752 y 1771. Hoy se halla encima un
magnfico reloj de dos fases, una que mira hacia la Plaza y otra
a San Lzaro. Se debe esta mejora al general Castilla que lo
hizo traer de Londres en 1850.
La Penitenciara ser el primer monumento del Per y de la
Amrica.
La estatua ecuestre elevada a la memoria del Libertador
Bolvar es un bello monumento de bronce. Tiene 4 metros de
altura y representa a Bolvar en actitud de saludar al pueblo. Es
obra del escultor Adn Tadolini que llev por el modelo 4500
escudos romanos o sean 4824 pesos. Fundida en Munich por
Miller por 11300 escudos romanos o 12113 pesos. El costo
total incluso, flete, conduccin, colocacin de la reja, etc., es de
22251 pesos.
La estatua de Cristbal Coln, obra de Salvatore Revelli,
es un bello grupo de mrmol, en el que est el grande hombre
descubriendo la Amrica, representada por una India a la que
entrega la cruz smbolo del cristianismo y civilizacin y sta
deja la flecha smbolo de la barbarie.
La Maquinaria para la plvora trada ltimamente de
Europa -213- por su director el ilustrado seor Cabello es
excelente. Ser una de las mejores de la Amrica del Sur.
La Mquina de Moneda trada de Estados Unidos con
todas las mejoras y adelantos en este ramo, merece una especial
mencin. Cost el plantificarla 44000 pesos.
La Fbrica del Gas establecida en 1855 fuera de la ciudad
en el espacio comprendido entre san Jacinto y la portada del
Callao, es de una maquinaria muy buena; pero la contrata es
demasiado onerosa para el pblico. Se calcula que en 1860 el
consumo mensual era de 3500000 pies cbicos que alumbraban
10560 luces particulares y 1780 faroles de las calles, lo que
daba una entrada de 40000 $ por mes.
El Teatro no corresponde al estado de ilustracin y
grandeza de Lima; es de una arquitectura fea, demasiado
pequeo y viejo. Tiene 3 filas de palcos fuera de la cazuela y
una platea. Puede contener a lo ms 2000 espectadores. Fue
fundado en 1602 por Juan Gutirrez Molina en la calle llamada
de la Comedia vieja. Import 58000 $ y se traslad al sitio en
que hoy est en 1662 y cost 62132 $.
Se est concluyendo una Plaza del Mercado en parte del
que antes era convento de la Concepcin, obra que se debe a la
energa del que entonces era ministro don Jos G. Paz Soldn.
Desgraciadamente dura su construccin mucho y cuesta por
consiguiente ms de lo que deba.
Tres son los paseos principales de Lima: el de la Alameda
Vieja, poco frecuentado: el de la del Acho y Amancaes. Sin
embargo se visita todava la bellsima Portada del Callao, en
que los pjaros, rboles, etc., hacen muy ameno el sitio.
La Alameda de los Descalzos o Alameda Vieja ya se le
llamar Nueva porque se ha hecho completamente desde el
nivelado.
La Alameda de Acho es amensimo sitio; tiene a su
derecha al Ro Rmac y a su izquierda en el valo, la Plaza de
Acho, en el que se ha colocado ltimamente la estatua de
Coln.
En este como en otros paseos y en las casas particulares se
descubre la grandeza y opulencia de la antigua Ciudad de los
Reyes. Multitud de lujossimos coches, tirados por briosos y
hermosos caballos, ruedan por las calles como en las primeras
ciudades de Europa. Asombra el lujo de las casas de los ricos y
aun de los que slo tienen medianas entradas; y hay algunos de
aquellos que remudan cada tres o cuatro aos toda la mueblera,
que cuesta algunos miles de pesos. Una soire de las personas
de tono, es asunto de cuatro o cinco mil pesos; o cuando menos
de mil.
-214-
Es un escndalo que en una ciudad de tanta importancia
como Lima, no haya agua limpia para el consumo, por que unos
cuantos negros aguadores han monopolizado este ramo, a tal
extremo, que maltratan brutalmente a los que van a las piletas
pblicas a sacarlas, no siendo aguadores matriculados. No hay
precio, ni splicas que basten para que le surtan a uno de agua
el da que no quieren traerla o cuando la casa est lejos de la
Plaza. Parece increble semejante narracin y sin embargo es la
verdad.
Este mal cesar pronto con la colocacin de caeras de
fierro por una empresa particular. El agua vendr por tubos de
fierro a las pilas pblicas y los particulares podrn tenerla en
sus casas pagando segn convenio.
La poblacin de la capital ha tenido la siguiente marcha.
Lima la fund Pizarro con 10 espaoles. Este nmero se
acrecent hasta 70 pues de Sangallan vinieron 30 y 25 de Jauja.
Despus la poblacin ha sido en las diferentes pocas la
siguiente:
1600 .......... 14262
1700 .......... 37259
1790 .......... 52627
1820 .......... 64000
1836 .......... 54618
1859 .......... 100341
Segn este ltimo censo practicado por el doctor Fuentes
resulta: que 23714 eran limeos, 37030 son de los otros pueblos
del Per y 39597 son extranjeros. Pero es necesario no prestar
mucha fe a todos estos censos por la dificultad que hay para
hacerlos y las falsas ideas que hay en el pueblo, de tal modo
que en las casas jams se dice el nmero completo de
inquilinos. Hay quien cree que atendiendo a la mortalidad de
Lima, su consumo y movimiento, la poblacin llega a 150000
habitantes.
Durante los dos aos de 1859 y 1860 la mortalidad ha sido
la siguiente:
1859 1860
Hombres 1334 1235
Mujeres 1079 994
Prvulos 1816 1435
-215-
El valle de Lima es extenso y las aguas del Rmac riegan 18000 hectreas. Los nicos
reservorios que tiene el Per se encuentran en la cuenca de este ro. Hllanse ubicados a
4000 metros de altura en las llamadas lagunas de Huarochir. Las obras de arte en ellas
realizadas represan y almacenan 36816048 metros cbicos de agua, cantidad que sirve para
el riego del valle de Lima en la poca de sequa. La obra se termin en 1875, cost cerca de
un milln de soles de 48 peniques y fue hecha por el contratista, seor Dionisio Derteano,
sirviendo de ingeniero el chileno don Aurelio Lasarria.
De Lima a Tarapaca
La distancia que media entre Lima y Lurn se recorre desde hace diez aos en
ferrocarril. Entre ambos lugares existe una va angosta, la que se pretende llevar hasta
Pisco. El trazo se ha hecho a distancia del litoral y desde las lomadas altas por donde pasan
los trenes que arrastran las locomotoras, se divisan hacia el lado del mar las poblaciones de
Miraflores, Barranco, Chorrillos, las haciendas de San Juan y Villa y por ltimo el distrito
de Pachacamac, que se halla a continuacin de la tablada de Lurn. Esta pampa principia en
quebrada Honda, tiene 20 kilmetros de largo y tierras excelentes para el cultivo si fuera
posible irrigarlas, lo que hasta ahora nadie ha intentado. La escasa dotacin de agua que
tiene el valle de Lurn y la falta de reservorios, hacen imposible el aumento de su
agricultura. No se ha sugerido proyecto alguno para aumentar la dotacin que lleva el ro en
la poca de estiaje. nicamente se ha proyectado perforar pozos para irrigar las tierras
ridas situadas al sur del valle, lo que hasta -216- ahora no se ha practicado a pesar de la
concesin dada al doctor Peachy.
A partir de Lurn, el camino contina por las lomas y llanos de un extenso arenal de
siete leguas, arenal que se halla contiguo a las caletas de La Capilla, la Lancha, Cruz de
Palo y Curayaco. Viene despus el distrito de Chilca, cuyo puerto est a 12 kilmetros de
Pachacamac, habiendo tomado ahora mucha importancia por motivo de explotarse en los
cerros de sus alrededores algunos yacimientos de yeso, producto que se lleva al Callao por
mar. Chilca dista de Lima 13 leguas. Posee su distrito excelentes tierras de cultivo, las que
podran irrigarse si se abrieran pozos artesanos. Siendo abundante la cantidad de agua que
pasa por el subsuelo, los habitantes de Chilca plantan sus sementeras en pozas profundas
que hacen en el terreno para acercarse por este medio a las partes hmedas.
Despus de atravesar un nuevo desierto de arena, se llega a Mala, valle que riega el ro
de su nombre. Su extensin no tiene ms de media legua. Fertilizan el terreno en tiempo de
estiaje, varios puquios o veneros de agua, siendo sta abundante en los meses de verano.
Tiene 3000 hectreas cultivables, existiendo numerosos terrenos secos y susceptibles de ser
irrigados. Contigua a la hacienda de Bujama se encuentra la baha y caleta del mismo
nombre. El pueblo de Mala, que dista 8 kilmetros de Bujama, es una miserable aldea con
una sola calle larga y tortuosa, provista de una sola plazoleta donde se ve un pobrsimo
templo.
Ms al sur est el ro Omas, que irriga una faja angosta inmediata a Coeyllo. Cerca de
la costa los terrenos se ensanchan y cuando el ao es lluvioso pueden irrigarse hasta 1000
hectreas de terreno. No hay proyectos para -217- almacenar aguas o alumbrar las
subterrneas, lo que podra ser ms eficaz, siendo stas abundantes. Asia, as como Coeyllo,
son tambin miserables aldeas.
Siguiendo ms adelante se encuentra el importante valle de Caete, cuyas principales
haciendas son Casa Blanca, Santa Brbara, Arona, Unanue, Herbay alto y Herbay bajo. El
puerto de Cerro Azul se encuentra al norte del valle. Cerca de l existen extensos terrenos
bajos, susceptibles de ser drenados y cultivados. Estn cubiertos de grama y algunos
empantanados. Al oriente y a mayor altura de la acequia superior, existen las clebres
Pampas del Imperial. En 1904 se dio permiso a don Primitivo Sanmart para hacer en ellas
estudios de irrigacin. Recin hoy (1920), el ingeniero Sutton por cuenta del Gobierno ha
principiado trabajos en vasta escala.
Costa Iquea
Un viaje hacia el sur en demanda de Chincha, exige el paso del ro Caete y el cruce
de la milla y media de playa que precede a los barrancos escarpados de arcilla que separa el
mar de las pampas de oco, notables por sus ricos terrenos. Ya en su trmino y antes de
entrar a Chincha Alta, se atraviesa la quebrada de Topara, que tiene poca agua porque su
cuenca no llega a la zona de lluvias anuales. En ella hay pequeos lotes de terrenos
cultivados, pero no hay irrigacin de importancia.
Un ro cuyo rgimen es igual al del Rmac y cuyo nombre es el de Chincha, fertiliza en
ese valle 15000 hectreas. La poblacin urbana se ha concentrado en Chincha Alta, no
siendo mucha la que habita en Chincha Baja. Toda la provincia cuenta con 21840
habitantes. Son estos laboriosos y ricos, hallndose muy repartidas las tierras de labor y
siendo muy adecuadas para el cultivo del algodn.
-218-
Es el valle de Chincha uno de los mejor cultivados en la costa del Per, y su progreso
pudiera ser mayor si los capitalistas hubieran irrigado las extensas pampas de oco, donde
hay 70000 hectreas de tierras limpias, de buena calidad y apenas con una gradiente de 0.25
por ciento. En 1899 fue iniciado por don Federico Amat el propsito de represar las lagunas
y vertientes que existen en la cumbre de la cordillera en Yangas y Castrovirreina, con el
objeto de obtener toda el agua que se necesita para las pampas de oco. En 1903 se
principi con gran actividad algunas secciones del canal y la apertura de los socavones,
pero por falta de dinero y por haberse declarado defectuosos los primeros estudios, la obra
qued paralizada. Hoy despus de 17 aos, pero bajo mejores auspicios, se han vuelto a
iniciar estudios de irrigacin en esas pampas.
A nueve leguas de Tambo de Mora se encuentra el puerto y la ciudad de Pisco. Para
llegar a l se hace necesario cruzar el nuevo desierto que media entre las haciendas de
Lurinchincha y Caucato. Dista Pisco tres leguas de la boca del ro y es lugar de importancia
por tener comunicacin fcil con el valle de su nombre y con Ica. El valle de Pisco tiene
10000 hectreas de terrenos irrigados, pudiendo aumentar esta cifra en diez mil hectreas
ms, si se irrigan las pampas del Cndor.
Existiendo una va frrea de Pisco a Ica que tiene 47 millas de largo, y camino abierto
y transitado de Ica hasta Palpa y Nazca, nadie que desee seguir viaje por tierra al sur,
tomar la extensa y arenosa pampa conocida con el nombre de Tablazo de Ica. Principia
este tablazo al sur del pueblo de San Andrs y viene a terminar cerca del puerto de Lomas.
A caballo, no podra recorrrsele en menos de tres das. Es una de las planicies ms
dilatadas y ms estriles que tiene -219- la costa del Per. No tiene agua permanente y
aunque la tuviera, siendo su situacin relativamente alta y quebrada e irregular su
superficie, no habra manera de aprovecharla. En su litoral estn las bahas de la
Independencia, Caballos, San Nicols y San Juan, ninguna de las cuales tiene siquiera una
caleta habilitada, ni siendo posible establecerla por la sequedad del terreno. Hllase cortado
el tablazo por los ros Ica y Grande, los que nunca llevan agua, exceptuando algunos das en
el verano. Esta agua, cuando pasa, no es de ninguna utilidad al tablazo, siendo profundo y
angosto el can por donde ella corre y muy altas e irregulares las pampas que forman la
planicie, toda ella es estril por las causas apuntadas y probablemente lo ser siempre. Es
muy rica en depsitos de fierro, los que estn reconocidos pero no explotados. Si no
existiera la va martima al lado del tablazo, y fuera necesario cruzarlo para ir de norte a
sur, su existencia sera daosa y de perjuicio para la comunicacin.
Tiene el territorio del Per, especialmente en la parte costea, parajes numerosos que
nunca servirn para la agricultura. Este tablazo, como tambin el de Piura, pertenecen al
nmero de ellos.
La esterilidad del litoral entre Pisco y el norte de Lomas, est compensada con la
vegetacin que anima y encanta el valle de Ica y los que al sur de l se encuentran en Nazca
y Palpa. El agua es en la costa del Per la civilizacin y la vida, la riqueza y la esperanza.
El ro que pasa por el medio de la angosta faja de terreno que principia en Huamani y
termina en Ocucaje, irriga el valle de Ica en una extensin de 11000 hectreas, siendo
susceptibles de aumentarlas en 20000 hectreas ms, si se lleva a cabo la construccin del
canal que derive hacia el Pacfico las aguas de las lagunas de -220- Ocrococha y
Choclococha y se realiza la apertura de otro canal que pase hacia el ro Ica las aguas
excedentes del ro Pisco.
Son comunes en la costa del Per los equvocos que sufri la Naturaleza al distribuir
sus aguas sobre los terrenos del litoral. Lo que vemos en el ro de Pisco, cuyo exceso de
aguas va al mar siendo escasas las tierras de cultivo, lo encontramos tambin en Piura con
el Chira y en Chimbote con el Santa, dos ros cuyas aguas en invierno y en verano se
pierden en el ocano, no teniendo, aun irrigndolo todo, ms terrenos que fecundar. Si el
Chira y el Santa corrieran en el departamento de Lambayeque, esa zona agrcola sera rival
de Puerto Rico.
El ingeniero Sutton ha puesto en evidencia la posibilidad de desaguar las lagunas de
Choclococha y Ocrococha sobre el origen del ro Ica mediante la construccin de un canal,
cuya longitud sera la de 114 kilmetros y su costo completo Lp. 961998290.
La extensa pampa de Huayur separa la ciudad de Ica de los vallecitos que irriga el Ro
Grande. Compnese ste de siete afluentes, y sobre dos de ellos, respectivamente, estn
situadas las poblaciones de Palpa y Nazca. Cada afluente irriga un valle, y cuando todos
ellos se unen y forman uno solo, el ro se ve estrechado por las paredes de un can
profundo, corren dentro de l sus aguas a tanta hondura, que difcil y tal vez imposible sera
derivarlas para irrigar las altas planicies del tablazo de Ica, del cual ya hemos tratado.
Costa Arequipea
Viene a continuacin la pampa de Tunga, tan seca, rida, extensa y arenosa como la de
Huayur. Por su parte longitudinal y provisto de agua, de alimento y de forraje para las
acmilas, debe viajar quien intente ir de Nazca a Lomas. Antes -221- de llegar a este
ltimo lugar y despus de pasar muy cerca del gran cerro de Tunga y de los que a
continuacin le siguen, llamados los Cerrillos, se atraviesa la quebrada de Jaguey, que rara
vez tiene agua, y antes de terminar el viaje se atraviesan las hermosas pampas de la Bella
Unin, una de las promesas de nuestra presunta irrigacin. Tienen estas pampas 36000
hectreas de extensin, y segn el ingeniero Daro Valdizn, hay posibilidad de represar
seis lagunas andinas para irrigarlas y obtener agua para cultivar alrededor de 6000
hectreas. La obra est en proyecto desde 1898 y no obstante que algn dinero se gast en
ella, hasta ahora nadie intenta continuarla.
El camino que viene de Nazca termina en el puerto de Lomas y sigue por la playa
pasando por la caleta de Chavia, que dista seis leguas del pueblo de Acar. Hllase este
pueblo a media legua de la gran hacienda de Chocavento, la nica de importancia que tiene
el estrechsimo valle que riega el ro de Lomas. Dista Acar 19 leguas de Chala, 24 de
Nazca y 109 de Lima. Hllase el puerto de Lomas a 7 leguas de Acar, Lomas no tiene agua
y est rodeado de arenales. Tendr mayor trfico el da que se irrigue las pampas de la Bella
Unin.
Toda la importancia agrcola que hemos visto en la costa norte del Per y an en la
parte central, pirdese en el sur a principiar desde Lomas. Son causas principales de este
hecho, la falta de puertos y la fisiologa del territorio austral. Desaparecen en l los terrenos
montaosos, aquellos que dieron origen a los valles que existen desde Salaverry hasta Cerro
Azul, siendo sustituidos por llanuras costaneras que si en Piura y Lambayeque son bajas y
estn casi a la misma altura del mar, en la parte meridional de nuestro territorio hllanse a
gran altura y son de muy difcil irrigacin, -222- no corriendo los ros por encima de
ellas sino por su fondo y por el medio de profundsimos caones. Esta caracterstica, que en
pequeo la hemos visto en la desembocadura de los ros Ica y Nazca, la encontramos con
mayor longitud en los ros Ocoa, Majes, Vtor, Tambo, Moquegua y Loa. El de Ocoa que
debera regar las pampas de su nombre, el Majes las de Siguas, y el Tambo, las de Islay y la
Clemenc, casi desde su origen socavan profundamente su lecho, siendo as que al llegar a
la costa, sus aguas hllanse a un nivel tan bajo que no pueden irrigar las altas y sedientas
pampas que le rodean. El ro de Ocoa, considerado como de primera clase en la costa por
su caudal, casi ntegramente pierde sus aguas en el ocano. Adase a este inconveniente la
falta de un puerto, siendo inabordable la costa por donde desemboca el ro. Una y otra
razn geogrfica han impedido al hombre del siglo republicano sacar provecho en esta bien
regada zona de nuestra costa. Algo semejante podemos decir de los ros Majes y Tambo. El
primero tiene por puerto a Quilca y el segundo a Mollendo, ambos distantes de sus
respectivos valles y ambos en condiciones desfavorables para el movimiento martimo.
A ocho leguas al sur del puerto de Lomas est el valle de Yauca, estrecha faja de
vegetacin, a donde se llega despus de cruzar un camino llano, sin agua, cubierto de arena
en su mayor parte e interrumpido por algunos cerros. Entre Yauca y Jaqu se encuentra la
hacienda de Mochica, con terreno propicio para su irrigacin, si se represara la gran laguna
de Ancascocha, situada al norte de la ciudad de Coracora, cerca del pueblo de sierra
Chavia. Aguas arriba de Yauca y a no mucha distancia de l, existe una angostura en roca
slida por cuyo fondo corre el ro, y que -223- tiene todas las condiciones para ubicar en
ella un dique o presa para formar un extenso reservorio. Esta obra de escaso costo, irrigara
tierras valiosas que hoy son improductivas.
De Yauca a Chala hay ocho leguas de un nuevo desierto, el que se atraviesa por un
camino spero, pero ventajosamente favorecido por la Naturaleza, hallndose en su paso la
quebrada de Atiquipa. Es hermosa la vegetacin que cubre este oasis, y mucho ms lo verde
que se ponen los elevados cerros de la comarca en la poca de lomas. Por su calidad y
extensin, las lomas de Atiquipa son unas de las mejores de la costa del Per. El pueblo,
capital del distrito en el cual est el vallecillo, se llama tambin Atiquipa, y es notable por
su clima. Entre Yauca y Chala se encuentra el gran Morro de Chala, que por su altura de
3740 pies sobre el nivel del mar es uno de los ms elevados de la costa del Per.
El pueblo de Chala se encuentra a dos leguas del mar y del sitio en que se halla
ubicado el puerto del mismo nombre, como lugar agrcola tiene poca importancia, siendo
ms valioso como sitio de trnsito entre el puerto y las provincias de Parinacochas y
Lucanas.
Nada parece ms desolado en la costa del Per que el desierto de 30 leguas que media
entre Chala y el puerto de Atico; pero an ms desolado es el que sigue a Atico y termina
en la caleta de Quilca. Ms que ros, en esta extensa faja de terreno, lo que falta en ella son
puertos. Por carencia de estos, cuanto se exporta de Chparra es menester transportarlo por
tierra a Chala, puerto donde cada 15 das arriba un vapor. Hllase Chparra a 1050 metros
de elevacin y a 12 leguas del mar. Su valle tiene 400 hectreas de -224- terreno
cultivado, siendo posible irrigar las pampas que le son adyacentes, si a poco costo se
cerrara con un dique la angosta y profunda garganta que el ro ha excavado en roca viva en
su propio cauce.
Atico, bajo su aspecto agrcola es ms pobre que Chparra. Junto al mar hay puquios
que proporcionan agua para cultivar 100 hectreas de terreno. Su importancia es tan
modesta, que slo en forma eventual tocan en l vapores para embarcar ganado.
A quince leguas de la caleta de Gramadal y a 1850 metros de elevacin, se encuentran
el pueblecito de Caravel, situado en una angosta, pedregrosa y seca quebrada, donde
apenas hay agua para irrigar 200 hectreas de terreno. El trfico de este pueblo se hace por
Atico o Chala, circunstancia desfavorable que mantiene su aislamiento e impide su
progreso. Obras hidrulicas en la laguna de Parinacochas o a inmediaciones del nevado de
Sarasara podran aumentar el caudal de las aguas que lleva el ro que pasa por Caravel.
No hay trfico directo entre Atico y Ocoa, siendo necesario para ir de un punto a otro
hacer un largo rodeo pasando por la poblacin de Caravel. Relativamente a la importancia
que tiene el ro de Ocoa, su valle es uno de los ms abandonados del Per. Apenas hay
1000 hectreas bajo riego, habiendo posibilidad para irrigar 20000 hectreas. La situacin
del ro, cuyo cauce se halla en el fondo de un can profundo, y lo costoso que sera derivar
sus aguas hacia las pampas contiguas, ha impedido el progreso de esta importante seccin
territorial de la costa del Per. Tambin ha sido grave inconveniente, la falta de un puerto,
quedando a mucha distancia el de Quilca. Inicironse los primeros -225- trabajos de
irrigacin en 1870, poca en que se concedi la restauracin del antiguo canal de los Incas
y permiso para abrir uno nuevo con 143 kilmetros de largo, de los cuales 125 deban
excavarse en la parte rocosa de los barrancos del ro. Este canal deba tener capacidad para
diez metros cbicos por segundo y su costo se estim en 4500000 soles de 48 peniques. La
obra comenz en 1873 y mucho trabajo se hizo con el auxilio fiscal, pero la guerra con
Chile impidi su trmino.
Habiendo apenas 1000 hectreas cultivadas, todo el distrito de Ocoa slo tiene 2000
habitantes, de los que 600 corresponden a la capital.
La ciudad de Caman es el centro del importante valle que irriga el Majes, tiene este
ro bastante agua y an en la estacin seca es difcil vadearlo. Las pampas costaneras
inmediatas al Majes poseen tierras de cultivo susceptibles de ser irrigadas; sin embargo,
corriendo el ro por un cauce encajonado, la posibilidad de esta obra, por ahora parece
impracticable, cerca de Camia existen tierras irrigables, cuya propiedad pertenece a los
seores Pirola, Flores y Rivera. Esta circunstancia ha obligado al Supremo Gobierno a
cancelar la concesin que se hizo para la fcil empresa de darles agua. Tambin ha existido
el propsito de irrigar parte de la faja angosta de terrenos costaneros vecinos a Camia.
Parte de los trabajos se llevaron a cabo en 1872 y hoy estn completamente abandonados.
Tiepe el Valle de Majes el inconveniente de no tener salida al mar. Quilca, su puerto ms
cercano, encuntrase a buena distancia de l, y se halla separado del pueblo de Caman por
un rido y sediento desierto. Los productos de la regin tienen que transportarse a lomo de
mula, sufriendo un recargo enorme en -226- el costo de produccin. Los agricultores que
residen en el centro del valle dan salida a sus algodones por Vitor, situado en el ferrocarril
de Mollendo a Arequipa. La playa de Caman es baja y pantanosa. A esta desventaja hay
que aadir una ms, la existencia de bajos peligrosos, uno de los cuales fue causa del
naufragio del Tucapel, perdido totalmente en una noche oscura en esta peligrossima costa.
Caman no tendr importancia ni nadie acometer la empresa de irrigarlo hasta que no se
construya en la desembocadura de su ro un desembarcadero, lo que se pudiera conseguir
construyendo y anclando en el mar un dique flotante, dique que podra conectarse con tierra
por medio de una va area o sea de un cable carril montado sobre torres.
Corta es la distancia que media entre Caman y Quilca, distancia que slo tiene ocho
leguas de largo, y que va por la pampa de Siguas. Tuvo Quilca, como puerto durante los 30
aos que siguieron al de 1821, importancia extraordinaria. Islay primero y Mollendo
despus, le arrebataron la supremaca que le dio la Colonia. Por su parte norte desemboca el
ro Vitor del que es afluente el Siguas.
El total de las tierras cultivadas en la cuenca del Vitor puede estimarse en 10000
hectreas, de las cuales corresponde a la campia de Arequipa y su alrededores 8000
hectreas, al Valle de Siguas 1500, teniendo la vecindad de Quilca, o sea los terrenos del
litoral, apenas 500.
Este ro, como todos los del sur del Per, corre por el fondo de la estrecha quebrada
que se ha formado en la pampa de su nombre, la misma que colinda por el norte con la de
Siguas y por el sur con la de Islay. Hallndose encajonado, slo riega la angosta faja de
terrenos que est en su nivel, dejando en seco los terrenos elevados. Acerca de -227-
ellos no existe hasta ahora ningn proyecto de irrigacin, no obstante que hay agua
abundante en el ro para tal propsito. Mejor suerte ha tenido la campia de Arequipa, a la
que se intenta beneficiar con un aumento de agua en su ro, el Chili, mediante la
construccin de una represa en el ro Colca, tributario del Majes. La obra est en proyecto
desde 1830, pero slo en 1905 fue estudiada por el ingeniero Hurd, quien la declar factible
a un costo de Lp. 21866000. La ejecucin de esta represa dara un caudal permanente de
agua de 2000 litros por segundo, lo que sera bastante para irrigar 632 hectreas. Hay
tambin el propsito ya estudiado de construir un dique de 35 metros de altura a un costo
de Lp. 14577000 en el angosto can existente en el Chili en un lugar que dista 35
kilmetros aguas arriba de Arequipa. Se ha calculado que el reservorio almacenara 24
millones de metros cbicos de agua, las que podran regar en poca de sequa 1140
hectreas de terrenos.
Consecuencia lgica del estado de proyecto en que se hallan hasta ahora las obras de
arte necesarias para retener y aprovechar las aguas del Vitor es el atraso en que vive la
poblacin que habita su cuenca. Arequipa, por otras causales, vive y progresa en forma
diferente, y de ella trataremos ms adelante.
Nadie que quiera ir de Quilca a Mollendo cruzar el escabroso litoral que media entre
ambos puertos. Son tantos los barrancos, tan empinados los acantilados, tan numerosos los
caletones que interrumpen el paso, que solo en viaje de carcter cientfico se puede caminar
a las inmediaciones del ocano.
La travesa se hace por mar, en pequeos vapores que tienen un movimiento regular
cada semana. Dos leguas antes -228- de Mollendo se encuentra la que fue ciudad de
Islay. Al verla sin vida y en ruina los edificios que an quedan en pie, el espritu se
entristece y se revela contra la inconstancia de los hombres que intervinieron en este
injustificado abandono. Desgraciada la suerte de las comarcas costeas que no tienen un
puerto real. Lo mismo aconteci en Lambayeque con San Jos, Pimentel y Eten y en el
departamento de La Libertad con Malabrigo, Huanchaco y Salaverry. Al ocuparnos del
ocano ya hemos precisado los males que a nuestra costa hizo la accin corrosiva de la
corriente Humbold. Por esta misma causa el departamento de Arequipa no tiene puertos.
No fue desacertada la eleccin de Meja como punto terminal de los ferrocarriles del
sur. Como playa para construir una poblacin es lo mejor que existe entre Quilca e Ilo. Por
desgracia, la caleta, con ser tan mala como la de Mollendo, tiene el inconveniente de sufrir
el embancamiento que le producen las arenas que arroja el ro Tambo.
Siendo Moliendo la salida de Arequipa, Puno, La Paz, Cuzco y hasta Abancay, y
teniendo un radio de influencia en extensin territorial tan grande como toda Francia, deba
ser un puerto de gran importancia. No lo es por hallarse inconclusas las lneas frreas que
deben unirlo al Madre de Dios y al Bajo Urubamba. La causa geogrfica ms importante
que mantiene estacionario el sur del Per, es la pobreza de la mayor parte de las comarcas
cruzadas por el ferrocarril sur interandino. Entre Mollendo y Arequipa no hay nada
importante que explotar, lo mismo pasa entre Arequipa y Puno. Ferrobamba, al norte de la
pampa, de Arrieros, y Cerro Verde, en Tiabaya, hasta ahora no son sino bellas promesas.
-229-
De Moliendo se pasa a Meja y de Meja al centro del valle de Tamba. El viaje se hace
en ferrocarril. Tiene el ro Tambo tanta agua como el de Ocoa. l apenas irriga 3000
hectreas y por consiguiente, su exceso de agua se pierde en el mar. La ltima concesin
dada por el Gobierno para irrigar las pampas de Islay y Clemenc, pampas adyacentes al ro
de Tambo, se hizo en 1903. Corriendo el ro por el fondo de un profundo can, la obra
proyectada resulta difcil y costosa. Ella demanda un esfuerzo econmico extraordinario, y
por esto, ni siquiera los estudios preliminares se han hecho. Si la excelencia de los terrenos
que vemos en las pampas de Cachendo y la joya es algo seductor, an son ms ricos los de
las pampas de la Clemenc, y a esta ventaja hay que aadir mejores condiciones
topogrficas para el riego. Los hombres de la centuria que vence en 1921 no han tenido
dinero para acometer esta y otras empresas semejantes.
La ciudad ms importante de la costa sur del Per y tambin la segunda de la
Repblica, es Arequipa. Paz Soldn dijo de ella en 1855, lo que sigue:
Esta ciudad es sin duda de las ms importantes, bajo mil
respectos, no slo del Per, sino de Amrica. Segn Weddell es
la ms agradable de toda Sur Amrica, tanto por la amenidad de
su clima, como por las costumbres sencillas y dulces de sus
habitantes.
Fundose esa ciudad por orden de Francisco Pizarro y con
bando solemne el da 15 de agosto de 1540. Su primer sitio, fue
atrs de Caima, pero despus se traslad al en que hoy se halla,
por presentar ms extensin y comodidades. Al trazarla se
cuid de que sus calles se cortasen en ngulos rectos y en
direccin casi de NS y EO, y de que cada cuadra tuviese 150
varas de largo y doce poco ms o menos de ancho. Para
conservar la salubridad, comodidad y aseo, se cortaron acequias
en el medio de las calles, as rectas como transversales, cuyo
cauce est bien acanalado. Las calles que corren -230- de E a
O son ocho (las principales) y las otras tambin ocho: sus
aceras todas estn bien enlosadas con una especie de piedra
blanca volcnica, llamada Sillar y el piso restante empedrado
con guijarros.
Los edificios de Arequipa son de la piedra arriba indicada
que se extrae de canteras muy prximas a la ciudad.
Las portadas de las casas tienen en general alguno de los
rdenes de arquitectura, lo mismo las ventanas que caen a la
calle. Los patios y traspatios son de la extensin mayor que
permite el terreno, tanto por la comodidad, cuanto por el temor
de los temblores que son muy frecuentes, aunque creemos, que
los terremotos que han asolado en otros tiempos la ciudad, no
derribaran las actuales casas, porque en esa poca se hacan
estas o de adobe o de piedra sillar con barro en vez de cal, casi
sin cimientos. Dase as mismo toda la latitud posible al pesebre
o corral. Es tal la sequedad del clima que toda porquera, lejos
de fermentar, se seca antes de veinticuatro horas.
La mayor parte de las casas tienen huertas o jardines,
regados por acequias pequeas que hacen ramificar de las de las
calles. Algunos de estos jardines estn en el medio del traspatio
en forma rectangular y con balaustradas de fierro. Es muy
pintoresca la casa que posee esta clase de pequeo huerto, lo
mismo que la perspectiva general de toda la ciudad, a causa del
bello contraste que forma el verde de las plantas con la blancura
de los edificios. No creemos que se halle otra poblacin de
aspecto ms risueo y potico, ni que se halle menos expuesta a
las inmundicias y miasmas.
Desde donde arranca la bveda que es, poco ms o menos,
de cuatro varas corre en derredor de las habitaciones una
comiza que le da grande belleza. Las paredes interiores se
estucaban antes; pero hoy se emplea el papel, por ser ms
vistoso, pronto y barato, aunque de menos duracin.
De un estudio que hicimos en 1909 sobre las provincias del Sur, extractamos los
siguientes acpites:
Hemos llegado a Mollendo. Desde la cubierta del vapor
contemplo la ciudad, el rompeolas, la extensa y cerril costa que
casi verticalmente se levanta desde el ocano, y en cuyos
declives empinados, rugosos y casi sin playas revientan con
furia las embravecidas olas. La mar est agitada. Cundo deja
de estarlo y cmo no ha de ser as si aqu no hay golfo,
ensenada, baha, ni nada que defienda al puerto de los vientos y
las correntadas del sur?
-231-
Hacia el norte, a tres leguas de distancia, est la baha de
Islay. All hubo puerto posiblemente desde los primeros das de
la colonia como tambin intensa vida comercial, todo lo cual,
fue abandonado por darle al valle de Tambo una vida que hoy
no tiene ni nunca tendr. Esta obsesin, calurosamente
sostenida por los hombres que gobernaron en 1868, dio a los
ferrocarriles del sur un puerto infernal y a los contratistas
oportunidad para prolongar en 47 kilmetros ms una lnea que
tiene en total 172 y para cobrar por todo aquello quince
millones de soles, cuando otros, partiendo de Islay, ofrecieron
hacer el ferrocarril por ocho.
El gobierno de don Manuel Pardo trat de subsanar la
crueldad cometida con Islay en 1868, uniendo este puerto con
Mollendo por medio de un ferrocarril. Estudiada la obra dio un
presupuesto de tres millones de soles. Un precio tan alto para
hacer un remiendo que si daba beneficios tambin alargaba la
extensin de la va, dio por resultado que nada se hiciera. Otro
seor Pardo, el que gobern hasta 1907, pens sustituir
Mollendo con el ideal puerto de Ilo; pero el ingeniero peruano
seor Jimnez Velzquez, evidenci por medio de sus estudios,
no la imposibilidad de la obra, sino lo caro e inconveniente de
ella. Fue entonces necesario, de cualquier modo, hacer un
puerto en ese escarpado barranco; y esto es lo que al fin, con
magnfico xito, se ha conseguido despus de varios aos de
trabajo. La obra se ha llevado a cabo mediante la construccin
de un rompeolas gigantesco, cuya posicin sobre el mar da
origen a una abrigada caleta. Dicho rompeolas ha sido hecho a
conciencia por los ingenieros Curri y Lpez Aliaga y la
circunstancia de haber resistido en los ltimos aos terribles
bravezas de mar, acredita su completa solidez. Su costo ha sido
de un milln de soles y su capacidad hllase limitada a un
movimiento aproximado a 1500 toneladas diarias.
An no se hallan terminadas del todo las obras del puerto y
ya se vislumbra la poca -nada lejana- en que su presente
capacidad sea sobrepasada por un notable aumento de carga y
descarga para los actuales muelles.
Para la poca en que la dificultad se presente, pueden
encontrarse dos caminos de salvacin. Extender el rompeolas
hasta el sitio en que estaba la isla del Toro, o abrir de nuevo el
puerto de Islay y en este caso construir un ferrocarril que
partiendo desde la baha de Matarini -dos kilmetros al norte de
Islay- pase no por Mollendo sino por las lomas que estn
encima de l, que se interne por la serrana de la costa -232-
poco antes de Meja y llegue a Huagri, o sea a la pampa de la
joya y empalme con el actual ferrocarril del sur en el kilmetro
N. 70.
Posiblemente por esto se decidir la Peruvian Corporation,
y por tal motivo acaba de pedir una autorizacin al supremo
gobierno para hacer los estudios que el caso requiere.
Pasa con la realidad de las cosas lo que con la verdad y la
justicia. Tardan pero llegan. Despus de cuarenta aos, Islay va
a recibir la reparacin que merece por el ultraje que a su fama e
intereses se le hiciera en 1868. Para entonces, qu quedar de
Mollendo? Cuando las generaciones venideras, navegando a la
vista de las playas que ahora contemplo, vean sobre esas
escarpadas lomas los vestigios de una poblacin y al rompeolas
firme, indestructible, ao tras ao, dando a las embravecidas
olas sus rocallosas defensas, no se preguntarn con asombro
por qu se hizo Mollendo?
Estoy en viaje hacia Arequipa y desde la ventanilla del
Pullman que a ella me conduce, vuelvo a contemplar la
interminable pampa de la joya. Su extensin es de tal naturaleza
que forma horizonte por el norte y por el sur. Aquello es un
ocano de tierra fecunda e improductiva. Los siglos han pasado
sobre ella como los aos sobre el vientre de la mujer estril.
Sobre su suelo, jams semilla alguna fue fecundada por el roco
del cielo. Qu emporio de riqueza! De esa pampa se recoge
tierra para formar jardines en Mollendo! Qu sera el sur del
Per si en las llanuras de la joya y en las colindantes de la
Clemenc lloviera como llueve en el Cuzco! Por fortuna, la
naturaleza que nunca hace el bien por entero ni el mal completo
y que ha dado a esos territorios un cielo sin nubes y por tanto
exento de vapores acuticos, ha compensado su deficiencia
dndonos las aguas del ro Tambo. Es cierto que ellas, despus
de que bajan de las cordilleras, corren a muchsimos metros
ms abajo del nivel de las pampas de la joya; pero tambin lo es
que es posible desviarlas en su origen y a corto declive traerlas
por gigantescos canales a las alturas en que se encuentran las
pampas. Millones de metros cbicos de agua arroja el Tambo
cada ao al mar. Cambiemos su curso, derivemos sus aguas
hacia los llanos; y eso que hoy se pierde vivificar la semilla
del trigo y del algodn y nos dar anualmente algunos millones
de libras esterlinas. La obra es factible. Fue estudiada en 1904
por un sindicato que presidi el seor Primitivo Sanmart;
siendo ella una de las posibilidades econmicas ms valiosas
del sur del Per.
Antes de entrar a Arequipa, el tren se detiene en Tiabaya,
-233- y desde la explanada del paradero admiro la hermosa
carretera construida por la Andes Exploration, en una
extensin de catorce kilmetros y a un costo de doce mil libras.
Ella conduce a las minas de Cerro Verde, exploradas durante
cuatro aos por la citada compaa mediante un gasto de ciento
cincuenta mil libras. La obra de reconocimiento ha sido larga y
penosa por el estado de guerra en que ha estado el mundo y de
dificultad para conseguir materiales de perforacin.
Discurriendo sobre el porvenir de Arequipa, pienso que
ella no ser una gran ciudad hasta que no ejerza sobre el norte
de Bolivia, sobre Tacna, Arica, Tarapac, Antofagasta, y todo
el sur del Per la misma atraccin que Lima tiene sobre toda la
repblica. Arequipa, por su plano, su clima, su proximidad al
mar, su situacin central y sus bellezas naturales, tiene
incomparable superioridad sobre La Paz, Puno, Cuzco,
Apurmac y las poblaciones del Per y Bolivia que Chile
retiene por la fuerza. Posee, pues, lo principal, lo que no se
compra, lo que no se consigue aunque se gasten muchos
millones. Puno y La Paz siempre sern insufribles por el fro y
la altura sobre el nivel del mar; Iquique y Antofagasta,
poblaciones sin races, centros temporales que pronto vendrn a
menos cuando el salitre artificial se imponga en el mundo. Sin
embargo, faltan a la ciudad del Misti comodidades, higiene y
arte en la disposicin de las cosas, y a todo ello debe dar
preferencia si quiere alcanzar la superioridad a que mi fantasa
la invita. Ya tiene tranva elctrico, magnfico hospital y un
buen mercado. Le faltan ahora pavimento, agua, desage y un
buen hotel. Le falta tambin higienizar el hospital Goyeneche y
ponerlo, para que sepa sacar mejor partido de l, bajo el
absoluto control de la Sociedad de Beneficencia.
Sigo mi viaje. El tren asciende y se interna hacia el este.
No aparto la vista del montono paisaje que nos acompaa.
Nada tan estril en la sierra del Per como la zona que media
entre Arequipa y Crucero Alto, trecho que en la lnea frrea se
recorre en 187 kilmetros. Exceptuando la campia de
Arequipa, bellsimo oasis que el Chili riega, cuanto alcanza la
vista hasta el lmite del horizonte es estril y deshabitado. La
vida milenaria del planeta se sigue en las capas de lava y ceniza
que muchas veces arroj el Misti por su crter. Estos campos,
en otros tiempos cubiertos de vegetacin, tienen mucho de la
aridez lunar. Aqu, como en el astro de la noche, la vida ha
concluido, y cuanto rodea el volcn sera un desierto, si el Chili
piadosamente no calmara en parte la sed -234- de esta tierra
que por causas inescrutables, Dios, en sus iras, quem para
siempre.
A los 29 kilmetros de Arequipa, camino hacia Puno, est
el paradero de Yura, el mismo que conduce a las termas de
igual nombre. Hllanse stas en las faldas del Chachani, entre
dos laderas de escasa altura, al medio de un pequeo valle que
se extiende de norte a sur, y cuyo fondo acaricia un miserable
arroyuelo. A lo largo de este valle, en la falda septentrional de
la ladera y en terreno empinado y sinuoso hay numerosas casas,
y en lo profundo, en una especie de caada, las aguas que dan
renombre al lugar. Yura posee las mejores aguas termales que
hay en la Amrica del Sur. As lo creen los hombres de ciencia
que las han estudiado, entre ellos el sabio doctor Escomel.
Algn da eso ser un centro social, por motivos teraputicos,
igual a Colorado Sprins en Estados Unidos. Es imposible
hablar de Yura sin recordar los inmensos beneficios hechos a
las termas por los seores coronel Zapata y Vctor Larco
Herrera.
De Arequipa al Loa
Moquegua, Locumba y Sama, son ros de segunda importancia. La fisiologa del
terreno en que estn ubicados difiere poco de la que caracteriza al departamento de
Arequipa. Todos tres corren por el fondo de quebradas profundas, las que apenas dan
cabida a estrechas zonas de cultivo. Las aguas del ro de Moquegua jams llegan al mar en
la estacin seca y a veces no pasan ms all de la ciudad de su nombre. Hay el propsito de
derivar hacia el Pacfico las aguas de la gran laguna Istunchaca. La obra requiere construir
un dique, hacer un canal y despus un tnel, todo lo cual es muy costoso. La escasez de
agua y la falta de mercado, habindose perdido el de Tarapac desde 1879, acabaron con la
importancia de Pacocha como puerto y de Moquegua como ciudad. Poco ha ganado la
comarca con la reconstruccin del ferrocarril que hoy parte de Ilo.
A veinte leguas al sur de este puerto, se encuentra Locumba, poblacin que apenas
tiene 250 habitantes. Se halla -235- a 413 metros sobre el nivel del mar, y es el centro de
un valle frtil, pero muy estrecho y escaso de agua.
La quebrada de Samamarca por hoy el trmino de la jurisdiccin peruana. Ocupamos
nicamente la banda norte del ro. La capital del distrito lleva el mismo nombre y hllase a
diez leguas de Tacna.
Mas al sur estn Tacna, Arica, Pisagua e Iguique, poblaciones peruanas de
importancia ocupadas por la fuerza militar de Chile desde el ao de 1880. Tacna fue por
muchos aos la ciudad de trnsito obligado entre Arica y La Paz, y tuvo notable
importancia comercial. Igual importancia tuvo Iquique en los tiempos en que era gobernada
por el Per y en los que se inici la gran industria del salitre, de la cual, hasta 1879, la
nacin peruana tuvo poco provecho.
-236-
Captulo VIII
La sierra
Dnde termina la costa y dnde principia la sierra?
Es costa todo lo cisandino y sierra nicamente lo interandino? Caravel, Arequipa,
Moquegua, son pueblos de costa? Ninguno de nuestros gegrafos ha dado importancia a
esta serie de cuestiones. Slo Adams, en sus famosos mapas hidrolgicos, ha separado con
una lnea imaginaria la zona lluviosa de la zona seca, y considerando como sierra la primera
y la segunda como costa ha resuelto la dificultad. Exceptanse de esta regla el valle de
Tumbes, que por hallarse en el golfo de Guayaquil es costa y recibe anualmente lluvias.
Tambin los desiertos de Piura y Lambayeque, donde torrencialmente llueve
peridicamente.
No siendo uniforme la fisiologa de la cordillera en la parte que termina en el litoral y
de consiguiente muy variada la altura de sus contrafuertes y de sus pampas o tablazos, la
lnea Adams se acerca y se aleja del mar en forma al parecer caprichosa, pero en realidad
sujeta a la formacin andina. En el norte del departamento de Piura principia en el mar. -
237- Se aleja al este de los despoblados de la Chira y Olmos, para volver hacia el mar en
el departamento de Lambayeque, pasando casi por Chongoyape. Sigue prxima al mar
hasta Pisco, donde vuelve a alejarse del ocano y as sigue hasta el ro Loa, haciendo una
excepcin en Chala, donde por algunas leguas se aproxima mucho al litoral. En el
Departamento de Lima pasa por Chosica a 54 kilmetros del mar, y en el sur, al interior de
la ciudad de Moquegua, y por consiguiente a 110 kilmetros del puerto de Ilo.
Sierra y Andes es la misma cosa, y hallndose estos en su parte occidental constituidos
por montaas agresivas cuyos contrafuertes en forma de formidables espolones penetran
hasta el mar, posible es divisarlos desde el ocano en los das claros y serenos en que la
visual cruza el cielo difano de la serrana. Cuando las primeras cortinas de montaas
costaneras son bajas, la mirada alcanza las distantes cimas que se elevan en la zona de las
nubes. Muchas de estas hllanse nevadas. El Huascarn, contemplado desde la baha de
Chimbote en los escasos das del ao en que se le puede ver desde el mar, es de un efecto
maravilloso. La blancura de su montaa hace contraste con el amarillento sucio de la lnea
costanera. Es en estos momentos cuando la mirada, alcanza 24000 pies.
Si hermosa y apacible es la vista de nuestras serranas contempladas desde el litoral, el
espectculo de ellas en plena altura es soberbiamente grandioso. Si entre Ayabaca y
Huanachuco, los pasos o abras que conducen de la costa a la sierra nunca llegan a 4000
metros, en el centro y en el sur esos pasos alcanzan 5700 metros. Nuestras lneas frreas los
han cruzado en dos puntos, siendo interesantsimo para quien desee formarse idea de
nuestra serrana, contemplarlos viajando por ferrocarril entre los puntos comprendidos -
238- entre San Bartolom y Huancayo o entre Oroya y Cerro de Pasco. La ascensin
culmina en el tnel de Galera, pero an ms alto se encuentra Morococha, la regin
semipolar de nevadas y ventisqueros, de inaccesibles picachos, de bellsimas lagunas, en
cuyas aguas se reflejan el azul profundo del cielo y los lmpidos rayos solares. La altura
flucta entre 15000 y 17000 pies, y siendo el fro intenso, hllase habitado nicamente por
mineros. En estos parajes no crece ni siquiera la paja. En ellos la desolacin es tal que ni
an llamas y vicuas la recorren. Es la zona desierta y brava de los Andes, la zona de los
contrastes, siendo comn observar al lado de severas cumbres y diamantinos nevados,
ondulaciones y llanadas tan suaves y tan amplias como las que vemos en los tablazos de la
costa. De noche, la temperatura desciende varios grados centgrados bajo cero, las aguas de
los charcos se hielan y slo resisten este inclemente fro enanas plantas forrajeras que viven
a raz del suelo y se hallan revestidas de gruesas pelculas que les dan abrigo. Es en estas
alturas donde se encuentran las tierras ms planas de nuestras serranas, y las que seran
ms propicias para el cultivo del trigo si el fro fuera ms clemente. Como ya lo hemos
dicho, si ellas estuvieran a diez o doce mil pies de altura, nuestra riqueza ganadera sera
igual a la de la Argentina. El ancho de estos ondulantes llanos vara de una a tres leguas, y a
su trmino, en nuestro camino hacia el este, el descenso se manifiesta en forma placentera
para la vista. A trece mil pies principian los buenos pastos que alimentan el ganado vacuno
y lanar, un poco ms abajo los cultivos de papas, quinua y cebada, cultivos, que vemos ya
encerrados por altos cerros que les sirven de abrigo en las noches de helada. La zona del
temple principia -239- con la quebrada. Cuando sta es estrecha y empinados los cerros,
abundan los rincones abrigados y poticos. Oroya es un buen ejemplar de estos parajes. Por
el fondo de sus tierras pasa el majestuoso Mantaro, y sus aguas turbias hacen contraste con
el oro plido de las cumbres en la hora en que el sol declina y la tarde languidece.
De Oroya parten tres caminos. Uno por las pampas de Bombn hacia el Cerro de
Pasco, otro para los valles de Jauja y un tercero para Tarma por Tilarno. Este es el nico de
los tres que todava no se trafica por ferrocarril, siendo necesario emplear automvil para
recorrer por carretera las siete leguas que median entre ambos puntos. Las cuatro primeras
se hacen por terreno de puna. El camino cruza pampas y faldas cubiertas de pastos
naturales. No siendo ste abundante, escaso es el ganado que vive en la comarca. Las
sequas y las heladas le son adversas. Mientras el terreno no se irrigue y el establo no se
construya, la mortandad de los carneros y vacunos no podr disminuir. La soledad, el
melanclico silbido del aire en los momentos en que roza los erizantes tallos del pajonal, el
fro, la altura, lo ttrico del paisaje, ejercen accin deprimente sobre el espritu, le anonadan
y le desmoralizan. No hay nada que haga grata la vida en estas punas. En ellas, cuando el
viento no tiene la defensa de los cerros, apenas crece un pasto raqutico. La mitad de la
sierra est a esta altura y en esta desolacin, y por esta causa a ms de otras, la agricultura y
ganadera andinas vivieron en la pobre condicin en que todava estn hoy. La naturaleza
venci aqu al hombre. Los ferrocarriles, los canales de irrigacin, el abrigo por medio de
estufas elctricas en los establos y en la casa del pastor, modificarn estas fatales
condiciones naturales.
-240-
Cruzada la puna en una extensin de tres leguas, violentamente principia el descenso
hacia Tarma. Campos de cebada, mustios, raquticos y sin fruto al principio por la altura;
lozanos y espigados despus por el abrigo que les da la honda quebrada, nos ponen en
evidencia de los grados de calor que la naturaleza va ganando en estas andinas regiones a
medida que en ellas se baja. El primer rbol que a nuestra vista aparece es el quinual,
arbusto de dursima madera que tarda mucho en crecer. Ms abajo viene el aliso, el sauce,
el guindo, el eucaliptus y por ltimo el cedro en las quebradas profundas y muy abrigadas.
A proporcin que se baja todo se hace animado y vistoso. La alegra vuelve al espritu y la
esperanza tambin. El panorama cambia: la pampa y la falda andina son reemplazadas por
la quebrada. Al llegar a ella, vemos por el fondo correntoso arroyo, y con satisfaccin
contemplamos las acequias laterales sacadas de su cauce para irrigar numerosas mesetas
inclinadas. En ellas se cultiva trigo, papas, ocas y cebada. En la puna la pampa y el suave
declive se miden por miles de hectreas, ac abajo slo por centenares. All arriba hay
terreno, pero no crece el trigo. Como causa geogrfica, esta formacin fsica debida a la
altura, ha sido y es una desdicha, y esto no nicamente en esta comarca que describimos,
sino en toda la sierra del Per, siendo todo ella igual con muy pocas excepciones.
Como an estamos en la zona de las heladas, todava no vemos el maz. Sigue el
descenso, unas veces por veredas empinadas, otras por suaves gradientes y al fin entramos
al temple, donde ya se encuentra hasta la caa de azcar. El fro cesa, el ambiente trnase
grato y perfumado. Bandadas de palomas cruzan en todo sentido y numerosos -241-
pajarillos, entre ellos el chuichu nos encantan con sus trinos.
Las variantes de esta descripcin cambian al infinito, tambin el paisaje y la
climatologa segn la latitud; pero las lneas generales, el aspecto montaoso de las
cordilleras, las alturas, los descensos, la invariable quebrada, son casi similares en toda la
serrana. Exceptuando la puna, el tono del paisaje es siempre bello y maravillosas las
perspectivas. Siendo posible contemplarlo todo en diversos planos, las vistas panormicas
son numerosas. Qu cosa ms bella que el valle del Cuzco visto desde Sacsahuamn, el de
Arequipa desde Jess, el de Caraz desde Pueblo Nuevo. El Huascarn, el Misti, el
Coropuna, el Pelagatos y otros centenares ms de picos y montaas nevadas pueden
contemplarse por toda una vida sin que jams causen hasto.
Cuando la bajada es rpida y va desde 16000 pies a 7000 pies, como sucede en la
provincia de Tarma, el contraste es soberbio, y encantador. No sucede lo mismo cuando el
descenso es apenas de 2000 pies, como pasa entre la Oroya y Huancayo. Es entonces suave
la gradacin y propicio el terreno para el paso del ferrocarril construido. El ro y la va
frrea caminan casi paralelos. Al principio, a poca distancia el uno del otro, en la estrecha
quebrada que pasa por Huari y Pachacayo, pero despus, y a comenzar desde Llocllapampa,
completamente separados el uno del otro. La monotona del paisaje entre Oroya y
Llocllapampa termina en este lugar. El aspecto del valle, contemplado desde la colina a
cuyo pie est la ciudad de Jauja, es encantador.
Hllase Jauja a 11000 pies de altura y al costado norte de una extensa y elptica llanura
de doce leguas de largo -242- por tres en su mayor anchura. Suaves colinas rodean el
llano y le dan aspecto de zona costanera. Todo l hllase cultivado y bordeado de
numerosos lugarejos. A distancia las torres de sus iglesias y el amontonamiento de sus
blancas casas, parecen puntos enclavados en el verde amarillo de los rboles que forman la
lnea del horizonte. Jauja, como valle, es lo ms valioso de la sierra del Per y nico que
rene en terreno plano tan extensa latitud. Las tierras frtiles del Vilcanota tal vez son ms
extensas, pero planas.
Hallndose la pampa de Junn a mayor elevacin que la del valle de Jauja, es diverso el
espectculo que nuestros ojos contemplan al recorrer en ferrocarril las fras punas que
terminan en el mineral del Cerro de Pasco. Es esta llanura, como tambin el hermoso lago
que existe en su centro, una de las muchas variantes que presenta la serrana nacional. Ella
es formada por el nudo de Pasco y en pequeo es un smil del altiplano boliviano. La
misma altura, el mismo fro, el raquitismo en la fauna, la vida penosa del ganado y la
inconfortabilidad del habitante. Con tres mil pies menos de altura aquellas ttricas llanuras
hubieran sido ms verdes y ms productivas que el valle de Jauja. Deshabitadas por el fro
y pauprrimas por sus condiciones adversas a la agricultura, seran uno de los tantos
intiles pramos de nuestra cordillera, si la naturaleza no les hubiera dado la gran riqueza
que tienen en minerales.
Los apuntes de Riva-Agero contienen una admirable descripcin de lo que es nuestra
serrana. Ella completa la deficiente pintura que hemos hecho del paisaje interandino y por
eso ntegramente los copiamos.
-243-
Si procuramos armonizar y fundir las innumerables
divergencias de los detalles pintorescos, para obtener la
expresin de conjunto, el ntimo sentido de la tierra andina,
llegamos a dos notas fundamentales: ternura y gravedad. Hay
indecible ternura, esquiva y pastoril, en las lagunas altsimas
ceidas de totoras y pobladas de nuumas, quellhuas e ibis
blancos; o todava ms elevadas entre orillas roquizas y
gramosas, zafiros olvidados en copas de piedra, solitarios
espejos de inviolable castidad, en que slo se miran las
cspides glaciales. Hay una ingenua ternura en los ondulados
pramos, cuando las aguas del verano los visten de un verde
nuevo y de menudas flores silvestres, azules y amarillas. Hay
una incomparable ternura, melanclica y resignada, cuando la
lluvia destila en las arboledas de las aldeas, cuando golpea los
techos de teja y gotea incesantemente en los cobertizos de icho,
mientras mugen en la sombra crepuscular los ganados, chispean
mal protegidas las hogueras campestres, y suena lejana y fluida
la msica indgena, de monotona penetrante y dulce, como un
canto de infancia arrullador y maternal. Y hay gravedad en
todos los aspectos de este pas fragoso, claro y fro; en sus
despoblados, peascales y peoles, y en sus quiebras que son
bandas de vegetacin entre abismos; en las laderas de trigo, y
en los dentellados picachos; en la sobriedad ms que europea de
la flora, y en la inextricable maraa de las cadenas de los
Andes, que toman formas de monstruos y esfinges; en el
atormentado relieve de los altos y hondonadas; en los hoscos
perfiles de los cerros, y en su colorido que va en los prximos,
del bermejo sangriento al ureo tono de la piel de los pumas,
hasta revestir en las lontananzas la serenidad episcopal de la
amatista. Pas triste y luminoso, de encumbrados pastos y de
yermos, de idilio y de epopeya, hirsuto y aspersimo, con una
que otra muelle intermisin en sus valles calientes.
Penetremos en algunas de las tpicas poblaciones serranas.
Est oculta en el repecho de una quebrada repuesta, con
riachuelos cascajosos, huaycos floridos, y potreros que declinan
en lomas y adenes; cercada por el verde vivo de los cebadales y
los alfalfares, y el verde plata de los quishuares, los magueyes y
los recientes alcanfores. Es capital de distrito y tal vez de
provincia, aunque no lo parezca por la ruindad y sordidez de su
casero. Las ms de las viviendas, blanqueadas de cal; otras
presentan al desnudo sus adobes parduzcos, a veces de color
ocre y como dorado; y nunca faltan en buen nmero las
destechadas y arruinadas. Al lado de las tejas y las -244-
coberturas de paja, se elevan las horrendas planchas de
calamina, que son all el signo de la renovacin y el progreso.
Si ha sido villa de vecindario espaol, habr de seguro casas de
sillar y abovedadas. Las pocas de dos pisos tienen barandas y
balcones abiertos de madera; casi todas, ventanas escasas y
estrechas, de balaustres torneados y crucecitas en lo ms alto de
los aleros. Se intercalan a cada paso las tapias de los corrales y
las huertas. En la entrada de los caminos, desde mayo las cruces
de las capillas y humilladeros estn adornadas con diversidad
de flores y estolas blancas. Las principales callejuelas, con
cuestas, escalones, y piso de guijarros, lucen cursis nombres
modernos de ciudades costeas, remotos ros de la montaa o
caudillos revolucionarios; pero muchas conservan an aejas
denominaciones castellanas, como calle del Suspiro, de la
Amargura, de la Alcabala, del Corregidor; y hasta suelen
designarse los barrios por los trminos quechuas de Hanan y
Hurin (alto y bajo), y por el origen de los mitimaes, Yuncas,
Huancas, Collas, procedentes de la poca incaica. Se hallan
rincones con muros de pirca, toccos irregulares, y toscas
fuentes de lmpida agua entre molles y alisos, que dan la ms
neta sensacin indgena. La iglesia parroquial, de macizas y
rechonchas torres, tiene en la fachada, sobre piedra o cemento,
burdos mascarones de ngeles, palomas y culebras semejantes a
los ms informes balbuceos de la escultura romnica medieval;
y en su interior guarda de ordinario retorcidos altares
salomnicos, un Santo Sepulcro y un Santiago a caballo de los
tiempos de la Colonia. En el arco toral, entre andas con
imgenes vestidas, se ven rudsimas pinturas de artistas indios,
que representan a los apstoles y patronos con primitiva y
brbara rigidez.
Si la costa es fcil recorrerla longitudinalmente sin que su arenoso suelo oponga al
paso mayores tropiezos, no es la sierra la que nos da iguales facilidades. Lo impide la
intrincada armazn de altsimos cerros, regulares y en concierto en sus lneas generales,
pero disparatados y confusos en las orientaciones de los ramales. No creemos que sera
difcil atravesar la cordillera occidental andando en lnea recta sobre el lomo de ella, o sea
por jalcas y punas desde el Chinchipe hasta el Loa. Un ferrocarril que por estas alturas se
trazara, sera de poca gradiente y de econmica -245- construccin. Desgraciadamente, la
vida humana de nuestras serranas no est en esas jalcas y punas sino en el fondo de las
quebradas. A ellas forzosamente hay que entrar si se desea conocer la parte poblada del
territorio andino, siendo paso obligado para pasar por ellas la ruta que da el curso de los
ros.
As como la larva necesita subir a la superficie del agua en que se desarrolla para
aspirar el aire que la vivifica, as tambin las poblaciones andinas del Per han tenido que
comunicarse con algn puerto del litoral para buscar contacto con el mundo civilizado y
poder desarrollar sus industrias, su comercio y hasta su existencia social y poltica. Muchas
veces esta comunicacin no es la ms corta sino la ms fcil. Ayacucho, que ha sido
favorecido por el ferrocarril que llega a Huancayo, tiene ahora salida por el Callao, no
obstante que Pisco le es ms cercano. Abancay, que como puerto natural tiene tambin a
Pisco, se comunica con el de Mollendo y construye una carretera al Cuzco. Lo mismo
pasar con Cajamarca, que ahora hace su trfico por Pacasmayo, pero que indudablemente
lo har por Chimbote cuando se termine la lnea que se ha comenzado de Chiquicara a
Cajabamba. Por estas causas, pueblos cercanos entre s, muchas veces con fcil
comunicacin, viven sin intercambio de productos como sucede entre Huars y Hunuco,
entre Abancay y Ayacucho, entre Coracora y Ayacucho, Pataz y Chachapoyas.
Prescindiendo de las zonas cisandinas, ninguna de las cuales tiene importancia,
exceptuando aquella en que est Arequipa, ciudad que hemos considerado como poblacin
costanera, comenzaremos el estudio de la serrana peruana por la parte norte.
-246-
Ncleo Cajamarquino
Es uno de los ms ricos del Per, pero tambin es uno de los ms pobres en industrias
y comercio por causa de numerosos motivos geogrficos. De estos, ninguno tan radical
como la incomunicacin en que ha vivido con el mundo a causa de la muralla andina del
lado del Pacfico, muralla que le ha cerrado el paso por la nica va por donde se puede
entrar. Otra causa de atraso ha sido la escasa poblacin que vive en todo el departamento.
Como zona tropical para la agricultura, tiene Cajamarca las riqusimas tierras de la
provincia de Jan. Puede cultivarse en ellas caf, cacao, caa de azcar, algodn, tabaco,
pudiendo sus pastos naturales dar alimento a ganados que se cuenten por cientos de miles.
Algn da, esta zona y la que le sigue y termina en el Nieva y las cabeceras del Mayo,
tendrn un milln de habitantes. Hoy, y durante todo el tiempo de la Repblica, ha sido
comarca casi deshabitada y en el ms completo abandono. La tierra en el noventa y nueve
por ciento de su extensin est inculta. Una colonia europea con 100000 pobladores que
explotara Jan y, que comenzara por unirlo con el mar por medio de un ferrocarril,
producira tanto cacao como Guayaquil, tanto algodn como Piura y tanta azcar como
todos los valles costaneros del Per.
Sus lmites -los de la provincia de Jan- llegan por el norte hasta el Ecuador y por el
oeste hasta el pongo de Manseriche. Topogrficamente le pertenece todo el norte del
departamento de Amazonas. Tambin le pertenece Huancabamba, provincia que se halla en
su cuenca, que es netamente -247- serrana y que sin embargo por motivos de
comunicacin pertenece a Piura.
El suelo de la provincia es bajo debido a la depresin existente en la cordillera del
Pacfico. Huarmaca, que se halla en la cumbre de esta cordillera, apenas tiene 2194 metros
de altura. Jan de Bracamoros, San Ignacio y Bellavista, sus principales poblaciones,
tienen respectivamente en metros, 740, 1324 y 441 de altura. Su extensin es
extraordinaria. Los gegrafos le dan 50000 kilmetros cuadrados, siendo su lmite natural
por el oriente la cordillera que atraviesa el pongo de Manseriche. Cruzado por otras
subcordilleras y habiendo stas dado origen a varios caudalosos ros, el aspecto fsico de la
zona es uniforme en lo rugoso del terreno y en la carencia de grandes llanos. Todo es
onduloso y en las partes bajas de pendiente suave, lo que motiva el que sea propicio para la
agricultura y para la ganadera. Es una de las provincias donde llueve ms en el Per. Por
esta causa, sus ros principales, el Chamaya y sus afluentes el Chotano y el Huancabamba,
el Chinchipe y sus tributarios el Tabaconas y el Canchis, son notables por el caudal de sus
aguas. El Chinchipe tiene origen en la cordillera oriental del nudo de Loja. Recibe algunos
afluentes de importancia en territorio peruano, y aunque es caudaloso, no tiene mucha
corriente. En el sitio llamado Zapote, tiene mucha playa. Sus aguas cristalinas en verano
hacen contraste con las del Maran, turbias en todo el ao. Se le une en el punto llamado
Tomependa. En tiempo de lluvias, dificulta la comunicacin, siendo peligroso pasarlo en
balsas. Tiene mucho oro en su lecho. En sus orillas estn las mejores haciendas del distrito
de San Ignacio. Cerca de Bellavista, en un punto alto llamado Tablarumi se -248-
contempla la unin del Chinchipe con el Maran y los llanos por donde ste serpentea,
formando en su cauce islas cubiertas de vegetacin. Mas all se ve la garganta en que se
engolfa el Maran para desfilar por una serie de angosturas que se llaman pongos. El
primero que se divisa es el de Rentena. Vienen a continuacin los llamados Cumbinana,
Escurrebragas, Huarancayo, hasta que se llega al de ms altura y renombre, que es el
llamado pongo de Manseriche. Tiene cinco kilmetros de largo y a su trmino, el Maran
interandino deja para siempre los cerros que le comprimieron y entra en plena regin de los
bosques.
Riegan tambin la provincia de Jan el Utcumayo, el Imaza, el Nieva, que se halla en
la provincia de Luya, pero que en realidad forma la misma zona. El Santiago viene del
Ecuador y es navegable en canoas por un largo de 40 leguas. Raimondi visit Jan en 1862,
y sus apuntes dicen de ella lo siguiente:
San Ignacio est situado al extremo N de la provincia de
Jan, a poca distancia del lmite con el Ecuador, sobre una
meseta casi llana a 10 kilmetros del ro Chinchipe y a ms de
500 metros sobre su nivel.
El pueblo es muy reducido, pues est formado de pocas
casas agrupadas alrededor de la iglesia. Otras estn diseminadas
en terreno ondeado a diferente distancia, habiendo unas que se
encuentran hasta a 5 kilmetros.
En los das de trabajo no se ve gente, porque todos estn en
sus chacras, y slo en los das domingos, al tiempo de la misa,
se nota algn movimiento.
El pueblo es muy miserable y falto de recursos, y para
obtenerlos es preciso esperar mucho tiempo por la distancia en
que viven sus habitantes. Aun el pasto natural que es bastante
abundante en muchos puntos de la provincia, no lo hay en las
inmediaciones del pueblo, y slo se encuentra grama pequea y
desabrida, que no mantiene a las bestias, pues lejos de
reponerse se aniquilan completamente. El pan y otros artculos
de suma necesidad se encuentran muy rara vez.
-249-
Esta poblacin est situada sobre una alta lomada
continuacin de la cadena que llaman en el lugar la cordillera.
El pueblo est formado por pocas casas de adobes o de palos y
por la iglesia; sta, aunque muy sencilla, presenta sin embargo
vista agradable por tener sus paredes bien blanqueadas.
El pueblo es muy escaso de recursos, porque sus habitantes
viven diseminados a largas distancias y hasta el gobernador rara
vez visita a su pueblo. Los transentes que no encuentran al
cura, se ven apurados para conseguir hasta lo ms indispensable
para la vida.
Si Chirinos es una poblacin casi desierta y falta de
recursos, en cambio tiene temperamento agradable y es uno de
los lugares ms sanos de toda la provincia de Jan. Lo que tiene
de inmejorable es su vista: situado como hemos dicho en la
cumbre de una alta lomada y como cabalgada sobre la misma
cuchilla, domina todos los terrenos inmediatos y la vista se
extiende sin obstculos a larga distancia, presentndose por un
lado la cadena de cerros montaosos por donde viene el camino
de Huancabamba y por el otro el hermoso cuadro que presenta
abajo el caudaloso ro Chinchipe, que se distingue por largo
trecho caracoleando como monstruosa culebra en terreno llano
entrecortado de cerros.
Jan est situado en una especie de hoyada llana cerrada
por un lado por los cerros que dan origen al ro, y por los
costados por el barranco en cuya parte superior se hallan las
pampas.
Esta posicin lo perjudica, porque hace que el aire no se
renueva fcilmente y se halle impregnado de miasmas que
hacen el clima malsano.
Como el agua del ro corre entre montes, conserva
temperatura bastante baja y como en la poblacin hace bastante
calor, se cree que la baja temperatura del agua de que se hace
uso sea la causa de las frecuentes pulmonas que hay en la
poblacin.
Al mencionar la ciudad de Jan, se podra formar
fcilmente idea muy errnea sobre su extensin. La tal ciudad,
capital de provincia, no tiene siquiera la apariencia de pueblo
pequeo, pues est formada por la reunin de 58 casas, algunas
de las cuales no pasan de ser miserables ranchos de caa brava,
sin enlucido siquiera.
Aunque las casas se hallan dispersas en su mayor parte y
sin orden alguno, se dice que hay en esta poblacin, seis calles,
cuyos nombres hemos indicado.
La ciudad es un desierto, pues muchas veces no se ve -
250- un solo individuo, ni se puede encontrar un hombre para
que corte un poco de pasto.
El pueblo ms clido es el de Bellavista, y despus la
capital y el pueblo de Perico, situado en la orilla del Chinchipe.
En Bellavista, en el mes de noviembre que no es el ms
clido, el termmetro centgrado subi al medioda hasta 32.
En la provincia de Jan hay plaga de garrapatas que son de
dos clases.
En los pueblos situados a cierta elevacin sobre el mar,
entre 1500 y 2500 metros, hay garrapatas que viven en las
casas. Tan asquerosos y molestos animales infestan casi todas
las casas y viven en la tierra del piso, principalmente en los
ngulos. Suben tambin a las camas.
Esta clase de garrapatas producen picaduras casi
venenosas, porque el escozor y la mancha duran muchsimos
das y si se rasca el individuo o tiene la sangre mala, produce
entonces llagas muy persistentes y difciles de curar.
En los lugares ardientes no se encuentra esta clase de
garrapatas, pero en cambio hay otra que vive en el monte y se
adhiere al cuerpo cuando se roza los arbustos viajando a bestia
o a pie. Esta ltima especie pertenece a la familia de las araas;
y se fijan tanto a la piel que para desprenderlas es preciso
arrancarlas con las uas. Su picadura no produce tanto escozor
como la de la otra.
En 1860, la provincia de Jan tena 11864 habitantes. Hoy esta cifra, despus de 60
aos, apenas llega a diez mil pobladores, y el territorio hllase en las mismas condiciones
de atraso en que la vio Raimondi. Hace 40 aos que se intenta cruzarlo por medio de un
ferrocarril que principie en Paita y termine en Puerto Limn, (Manseriche). Hasta ahora
slo se han hecho los estudios. No es solamente falta de poblacin y falta de caminos lo que
tienen la provincia abandonada y hasta desconocida del gegrafo en ms de la mitad de su
extensin, sino tambin la vecindad de los salvajes jbaros, cuyas invasiones no ha sido
posible detener en las cercanas del Maran. En 1845 y 1846 los pueblos de Capellin y
Puya fueron destruidos por ellos. El clima tambin -251- le ha sido adverso. Suave, seco
y templado en las alturas, que no son muchas, en la parte baja en las orillas de sus ros, es
hmeda en exceso y propicio para el paludismo. El cielo, casi siempre hllase encapotado
con negras nubes y los temporales de agua acompaados de truenos, rayos y relmpagos se
repiten a menudo.
Tiene el camino que conduce de Jan a Chota 123 kilmetros. Viniendo hacia el sur, se
pasa por los caseros de Cayadud, Pimpinos y Tacabamba. De ciudad a ciudad, la va corre
casi de norte a sur, y en todo el trayecto, exceptuando cerros y bosques, no hay cosa ms
que ver. Cerca de Pimpinos hay que pasar en balsa el caudaloso Chamaya. Para
comunicarse con el mar o mejor dicho con Chiclayo, es esta la nica va abierta y que tiene
recursos para el trnsito. Estos despoblados entre zona y zona en la sierra del Per, tienen
alguna semejanza con los desiertos de la costa; slo que, lo que es onduloso y ardiente en la
parte martima, es quebrado y fro en la serrana, y aunque en una llueve y hay bosques y
pastos naturales y en la otra slo se ve aridez, en las dos hay soledad y desamparo
completo.
La provincia de Chota est formada por la curva de este a oeste que violentamente
hace la cordillera de la costa. Tiene, como las provincias de Hualgayoc, Cajamarca y
Cajabamba, terrenos andinos y tambin cisandinos. Estos comienzan en las inmediaciones
de Chongoyape y en ellos estn las poblaciones de Cachn, Huambos, Querocoto y Llama.
Este ltimo notable por sus campos de trigo. Al otro lado de la cordillera estn Cutervo, que
ya es capital de provincia y Lajas. Chota se halla situada a la derecha del ro Chotano, en
una meseta bastante llana. Tiene una preciosa campia, como 2000 habitantes y edificacin
de buen aspecto. Es una -252- provincia rica en agricultura pero desolada por
muchsimos motivos, todos de carcter geogrfico, algunos o muchos de los cuales no han
podido ser vencidos por sus laboriosos pobladores.
Bambamarca, capital de la provincia de Hualgayoc, queda al SE de Chota y a 13
kilmetros de l. Es una bonita aldea formada por tres jirones cortados en ngulo recto por
otros tres. Tiene temperamento agradable y preciosa campia. Siguiendo el ro que nace en
la cordillera occidental est Hualgayoc, mineral famoso por su riqueza, y que ha vivido
cien aos en pauprrimo estado por falta de un ferrocarril a la costa.
Celendn es una provincia bien poblada. Tiene 14000 habitantes, de los cuales, 2840
pertenecen a la capital. Hallndose todava su comunicacin en manos del arriero y a
mucha distancia del mar, su vida agrcola y comercial es insignificante. Entre las ciudades
de Cajamarca y Celendn hay 88 kilmetros. Son sus hijos laboriosos y en la selva se han
hecho notables en la extraccin del caucho y en el comercio.
De Hualgayoc a Cajamarca hay 72 kilmetros, los que se recorren en su mayor parte
por terrenos fros y solitarios. Las haciendas de Porcn y Yamachilla estn en su trnsito.
San Pablo, Asuncin y Magdalena se hallan en el lado cisandino. Ichoacn, Jess y San
Marcos en el andino.
Cajamarca es la capital del departamento. Tiene 14600 habitantes y fue durante el
coloniaje ciudad de primera importancia. Tambin lo fue en poca precolombina. Las
grandiosas construcciones de una y otra poca hacen contraste con el estacionarismo
urbano de los tiempos republicanos. Todo lo que hay bueno en Cajamarca pertenece al
siglo -253- XVIII y a los anteriores. Templos y mansiones de hidalgos hllanse en
semirruina. No solamente no se ha construido nada nuevo, sino que tampoco ha habido
espritu ni dinero para conservar lo antiguo. La ciudad es hermosa; tiene numerosos jirones.
No habindose modernizado, ntase el sello de las cosas que han sido abandonadas por
descuido. La causa principal tal vez nica del atraso en que ha vivido cien aos hllase en
la falta de comunicacin rpida y eficaz. La provincia de Cajamarca y las que las rodean
son eminentemente agrcolas. Ellas solas pueden dar todo el trigo que se consume en la
costa del Per. Desgraciadamente, la agricultura no puede existir en buenas condiciones
econmicas en lugares donde el transporte a los puertos de mar se hace a lomo de burro.
Desde 1867 los hijos de Cajamarca solicitaron al Estado la construccin de un ferrocarril.
ste se comenz en 1871, lleg hasta la Magdalena, y no solamente por dificultades
econmicas no pudo pasar de all, sino porque en 1878, gran parte de los terraplenes
cercanos al ro fueron destruidos por el agua. La guerra del Pacfico impidi reconstruir lo
destruido. Hoy llega a Chilete y una carretera en construccin completar la obra. Van a
cumplirse 50 aos desde la fecha en que se puso el primer riel en Pacasmayo y todava el
ferrocarril de Cajamarca no llega a su destino. Las consecuencias de esta incomunicacin
las vemos en el atraso en que est todo el departamento. Hay en l riqueza y poblacin
(229500 habitantes), para un gran desarrollo minero y agrcola, y sin embargo, casi todo
est en la misma situacin en que se hallaba en 1821.
La provincia de Cajabamba tiene extraordinarias riquezas. El valle de Condebamba
puede dar tanta azcar como -254- el de Chicama. Hoy todava se muele la caa con
trapiches de madera movidos por bueyes. En minera tiene a Sayapullo, Araqueda y la zona
carbonfera de Huayday. Recin ahora, en las postrimeras del siglo republicano, todo esto
despierta y recobra la vida que tuvo en la colonia. As como las malas hadas encantaban a
los prncipes de la fbula y encantndolos los inmovilizaban, as tambin la Repblica, por
muchas causas, tuvo el fatal privilegio de paralizar la labor industrial de la sierra del Per.
El departamento de Cajamarca es una muestra de este estacionarismo, en el cual, como no
hemos podido ir adelante, hemos ido para atrs.
Provincias serranas de La Libertad
Las provincias de Otuzco, Huamachuco, Santiago de Chuco y Pataz, forman la
serrana del departamento de La Libertad. Hllanse cruzadas tres de estas provincias en la
mitad de su extensin por la profunda quebrada que lleva por su fondo las aguas del ro
Maran. En ellas, la riqueza minera es superior a la agrcola. La provincia de Pataz tiene
mineralizacin suficiente para ser algn da el primer centro productor de oro en el mundo.
Su extensin es enorme, encontrndose vetas aurferas desde el lmite del departamento de
Amazonas hasta el sur de Buldibuyo. No es tanto la potencia de las vetas lo que hace
notable la zona, sino la alta ley de oro que sus minerales contienen. Dista Tayabamba, que
es la capital de la provincia, 431 kilmetros de Trujillo. Andando 40 kilmetros diarios, se
necesitan once das de viaje a mula por caminos malsimos. Por liviana y pequea que sea
una maquinaria de minas, no es posible transportarla desde el mar hasta Buldibuyo en
menos de -255- ocho meses. El costo de la conduccin es superior al de la maquinaria.
Los placeres de oro del ro Maran son numerosos. Ninguno de ellos, como tampoco las
minas de Pataz, sern explotados hasta que un camino carretero no inicie la apertura
posterior de un ferrocarril.
Raimondi visit estas provincias en 1860. De entonces ac han transcurrido 60 aos,
siendo tan pocas las variaciones que el viajero encuentra hoy en ellas, que casi puede
decirse que todo se halla en el mismo estado y en algunos lugares, quien sabe si peor que
antes. Copiamos algunos acpites de su interesante itinerario:
El pueblo de Pataz est en un declive de cerros muy
inclinados; de modo que no tiene un trozo de terreno llano.
Es un pueblo que da nombre a la provincia, aunque al
presente no sea la capital. En otra poca era mucho ms
habitado y corra en l bastante dinero por la gran cantidad de
oro que se sacaba de sus minas. Entonces era la capital de la
provincia; pero habiendo disminuido el trabajo de las minas,
fue empobreciendo y su comercio decayendo poco a poco.
Las casas en general estn blanqueadas y cubiertas con
tejas, lo que le da aspecto ms decente que el de los dems
pueblos de esta provincia. Pataz, con sus anexos, tendr como
3000 habitantes. Tiene una escuela de nios.
Su temperamento es templado y bastante agradable; de
modo que no se siente excesivo calor ni tampoco demasiado
fro.
Los habitantes se dedican al trabajo de minas y a la
agricultura. En el da como el trabajo de las minas es muy poco
activo a causa de la falta de brazos y de emprendedores
capitalistas, se han dedicado ms a la agricultura que a la
minera.
Parcoy es la capital de la provincia de Pataz pero no la
residencia del subprefecto actual, que vive en Chilla. Est
situado en la confluencia de dos riachuelos que bajan al ro de
Alpamarca. El pueblo se halla construido sobre el declive de un
cerro; por lo que no hay un trozo de terreno llano y las calles
son todas planos inclinados. Las casas estn dispuestas sin
orden y si hay algunas callecitas son muy torcidas -256- y
estrechas. Se ve que este pueblo ha sido fundado por el
descubrimiento del oro y que poco a poco se han ido
aumentando las casas sin tener la idea de formar pueblo. La
iglesia presenta el mismo aspecto que otras de esta provincia;
no tiene torres y las campanas se hallan sobre un arco como las
de Cajamarquilla, Condurmarca, Soledad, etc. Parece que todos
estos pueblos han seguido el mismo modelo en su construccin.
Las casas en general tienen feo aspecto y dan mala idea de la
capital de la provincia.
En Parcoy en tiempo de invierno, cuando caen fuertes
aguaceros, corre el agua por las calles y arrastra pequeas
partculas de oro, a veces hasta el peso de un tomn. En esta
poca los muchachos se ocupan en recoger estas pequeas
pepitas, llamadas en el lugar astillas.
Huailillas es pueblo nuevo fundado a principios de este
siglo. Anteriormente se hallaba como a unos dos kilmetros del
lugar que ocupa el pueblo actual, en el que se notan todava los
restos del convento en que vivan los misioneros.
El pueblo de Huailillas est situado casi en la confluencia
de los ros que bajan de Buldibuyo y de Tayabamba. Su
temperamento es inmejorable, porque no se experimenta ni fro
ni calor y en sus alrededores se obtiene casi toda clase de frutas.
La caa no da muy grande y necesita para madurar de dos y
medio a tres aos. Los pacaes abundan; las naranjas y las
chirimoyas son muy buenas; la uva da preferentemente.
El pueblo est construido en terreno llano pero no presenta
la regularidad de Buldibuyo; sus calles son algo tortuosas y sus
casas de aspecto triste. La plaza es regular; la iglesia algo
miserable tiene una pequea torre. Los habitantes son en su
mayor parte blancos y en general tienen buenas facciones. No
tiene escuela.
Este pueblo con sus anexos contaba hace pocos aos como
1200 habitantes, pero el tifus se llev como 300 y en el da no
cuenta ms que con 900.
Tayabamba.- Es el mejor pueblo de la provincia de Pataz y
aunque es antiguo, la mayor parte de sus casas han sido
blanqueadas y tienen habitaciones bastante cmodas. Una gran
parte tiene techos de tejas y altos.
La plaza es regular; la iglesia se est construyendo
actualmente y se halla casi concluida. Su fachada, aunque
sencilla, es mil veces mejor que la de los dems pueblos de la
provincia. En efecto, tiene dos torres de regular forma que le
dan aspecto simtrico agradable a la vista.
-257-
Collay.- Este pequeo pueblo queda al NE de Tayabamba,
a la otro banda del ro que pasa al pie de este ltimo pueblo y a
ms de 3 kilmetros de distancia.
Collay ha sido un pueblo de misin, tiene plaza bastante
grande, iglesia de regular tamao, y las casas son de adobes con
techos de paja y no blanqueados.
Los habitantes de Collay como los de Tayabamba, cuando
han acabado sus siembras, se van a los lavaderos de oro y
regresan a sus hogares en tiempo de cosecha. Sus cultivos son
de trigo, papas, ocas y habas; tambin cultivan maz pero en los
terrenos ms bajos.
Territorio Chachapoyano moyobambino
Nacen en el nudo de Pasco tres cordilleras, las que, antes de volverse a unir en el nudo
de Loja, forman extensos territorios entre los grados 6. y 8. de latitud austral. La longitud
de estos territorios, medidos desde Huarmaca hasta la ciudad de Moyobamba puede
estimarse en 300 kilmetros, y excluyendo la provincia de Jan, de la que ya hemos
hablado, slo existen en ellos dos centros importantes de poblacin, uno que se agrupa
alrededor de Chachapoyas y otro en la vecindad de Moyobamba. El primero, polticamente
tiene bajo su jurisdiccin a Jumbilla, San Carlos, Leimebamba, Lamud y otras
insignificantes aldeas; y el segundo a Saposoa, Calzada, Habana, Rioja, Soritor, Tarapoto,
Lamas, Tabalosos y algo ms de msera significacin. Tiene la primera zona 36000
habitantes y la segunda 38000, y en conjunto, las dos, 120000 kilmetros cuadrados. Hay
en ellas mayor extensin territorial que Cuba, y teniendo ambas los ms frtiles y regados
terrenos agrcolas de la Repblica, algn da darn la misma cantidad de azcar que hoy
produce la gran Antilla. (Ao de 1920, 4000000 de toneladas). En este clculo territorial no
hemos incluido a la zona que se halla -258- entre Chachapoyas, Pataz, el ro Huallaga y
el Tocache. Llmase zona del ro Huayabamba o territorio inexplorado del Per, porque en
verdad es la nica seccin peruana que el gegrafo desconoce. Tiene 150 kilmetros de N a
S y 200 de E a O. Esta ignorancia es vergonzosa no slo para el Per, sino tambin para las
naciones ricas del universo, cuyas sociedades geogrficas tienen dinero para realizar
exploraciones.
Sin poder decir una palabra del Nieva, del Santiago, del Apaga, ros cuyas extensas
cuencas estn tan despobladas como el Huayabamba, nos concretaremos al Mayo y al
Utcubamba. El primero irriga 400 leguas cuadradas y es tal vez como zona agrcola la ms
valiosa que tiene la sierra del Per. La colonia le dio mucha importancia. La extensin
urbana que tiene Moyobamba prueba nuestra opinin. Raimondi, que la visit en 1859,
calcul su poblacin en 15000 habitantes. Hoy, ms o menos, tendr 8000. La viruela, el
paludismo, la disentera y el sarampin la han despoblado. Tambin la miseria de sus
pobladores, los cuales, en cantidad sensible cuando el apogeo del caucho emigraron para
siempre a Iquitos y a Yurimaguas. Tuvo 36 jirones. La mitad de ellos estn hoy en
escombros. Su aislamiento y la industria del sombrero acab con la agricultura. Cada
familia tiene su chcara y cultiva lo que necesita para vivir. La tierra es tan frtil que no
necesita arado ni abono. El sembro se hace cavando un hueco con un palo en punta y
depositando la semilla en dicho hueco.
Siendo Moyobamba, centro de una de las zonas ms ricas del Per, no solamente no ha
progresado nada en 100 aos de vida independiente, sino que cada vez ha ido a menos.
Dista 18 das de Pacasmayo por camino de herradura, -259- y como no tiene tampoco
fcil salida por Yurimaguas, vive en terrible aislamiento. Si el Mayo y el Alto Huallaga
fueran navegables, sera hoy una gran ciudad. El pongo de Aguirre la tiene encerrada entre
cordilleras. La tierra frtil y abundante que posee la comarca no tiene valor. No se cultivan
artculos de exportacin porque no hay quien los compre, y nadie los compra porque no hay
caminos para sacarlos al exterior. El mismo ro Mayo, no obstante ser navegable por
canoas, an no ha sido explorado en sus nacientes. Lo mismo se puede decir del Tnchiman
y del Indoche, sus principales afluentes. Raimondi visit la zona Moyobambina en 1859.
Tiene inters la siguiente relacin que hizo de ella:
Moyobamba grande y antigua ciudad exista antes de la
conquista. En el da tiene como 14 o 15000 habitantes, la mayor
parte blancos.
Las calles son muy largas y en general muy rectas. Las
casas tienen feo aspecto por estar en su mayor parte cubiertas
de hojas de palmera que les da el aspecto de chozas.
El interior est en relacin con el exterior: sus paredes
estn desnudas y la mayor parte no blanqueadas, el piso de las
habitaciones no tienen siquiera una estera; en fin, carecen de
todas las comodidades que hacen agradable la vida en lugares
tan aislados como estos.
Los techos de paja, las paredes con grietas y la poca
limpieza, hacen que el interior de estas casas est infectado por
una multitud de cucarachas y de hormigas, verdadero azote que
todo lo ataca y destruye y del que con dificultad se puede
salvar.
En Moyobamba residen el prefecto, subprefecto, juez de
1. instancia, etc.
Por lo que respecta a iglesias, no tiene una buena. La
catedral, llamada tambin iglesia Matriz, aunque grande, tiene
feo aspecto, y una capilla llamada del Seor del Perdn, y otra
de Beln estn en completa ruina.
El comercio es bastante activo siendo casi la ciudad la que
provee a toda la provincia de Mainas que es muy extensa; tiene
sus tiendas de comercio regularmente surtidas, pero los
artculos son muy caros a causa de la dificultad de
proporcionrselos.
-260-
En Moyobamba llueve mucho, de manera que las chcaras
no necesitan riego. En la estacin de verano no pasa 15 das sin
que llueva, principalmente en los movimientos de luna.
En la poca de lluvias se puede decir que llueve todos los
das durando a veces hasta por 15 o 20 das consecutivos. Las
lluvias empiezan indistintamente por la maana, tarde o noche,
y no guardan aquella regularidad que se nota en las de la sierra,
donde comnmente empiezan despus de medio da.
Tarapoto es la segunda ciudad del departamento de San Martn. Dista 132 kilmetros
de Moyobamba. Tiene cerca de 8000 habitantes y ms comercio y agricultura que la citada
capital. Su principal cultivo es tabaco. Lamas se encuentra en las inmediaciones y tambin
vive de la industria del tabaco. En los frtiles terrenos de esta provincia se produce en
estado salvaje caf, algodn, caa de azcar y cacao. ltimamente, con xito se ha plantado
la vid.
Mucho ms al sur de Tarapoto se encuentra Saposoa, con 3000 habitantes, capital de la
provincia de Huallaga, aldea que se halla situada a orillas del Sapo, ro navegable todo el
ao por canoas. Es viajando en balsas por este pintoresco afluente del Huallaga como se
puede contemplar la rusticidad y la desolacin en que se hallan sus orillas. Siendo tan
silenciosas, nos hacen el efecto de una selva encantada. Al sur, al este y al oeste de Saposoa
principia el dominio de la gentilidad. Las frtiles llanuras que le rodean hllanse pobladas
por salvajes emigrados del Pachitea y el Ucayali.
La importancia de la parte habitada del departamento de Amazonas es inferior al de
San Martn. El despueble de Chachapoyas y la miseria en que hoy se encuentra, no tiene
cotejo con ninguna otra capital de departamento. Fue -261- Chachapoyas en el siglo
XVIII ciudad de muchsima importancia. Entre sus pobladores aun quedan restos de esa
raza superior y viril que contribuy a formar el gobierno de Mainas. Hace medio siglo que
ese pueblo lucha por salir del aislamiento en que le han colocado los nuevos rumbos que la
Repblica dio a la comunicacin en el norte del Per. Hombres como el Obispo Ruiz,
Eguren, don Mariano Albornoz, Aguilar y otros intentaron abrir trochas para los ros
navegables. Por desgracia, sus esfuerzos fueron infructuosos. Hoy no les queda otro recurso
que salir a los llanos y frtiles pastales del valle del Utcubamba. Bagua grande y Bagua
chica sern muy pronto centros ganaderos de primera importancia. El viajero Ralfh deca
de Chachapoyas lo siguiente en 1917:
Este rico e importante departamento, pero con riquezas
ignoradas, y por consiguiente inexplotadas, se encuentra
sumido en el ms doloroso atraso material. Sin industrias de
ningn gnero, sin agricultura, sin ganadera, no obstante los
inmensos terrenos de vegetacin lujuriosa, sus grandes mantos
de carbn, sus inagotables minerales de oro, bosques
grandiosos, todo lo que la prdiga mano de la naturaleza ha
podido derramar en beneficio del hombre, se encuentra
acumulado en el frtil Amazonas. Pero su decadencia es tal que,
repetimos, doloroso es ver sus pueblos y caseros anmicos,
habitados por miserables indios que con indiferencia
musulmana slo se preocupan de averiguar si ste o aquel
gamonal ha ganado su poltica, para ser tenientes
gobernadores, jueces de paz, etc.
Chachapoyas, la capital del departamento, es un poblachn
antiqusimo: su estado material es el mismo que, sin duda, tuvo
en el siglo XV: si algo progres, qued estacionario cuando
menos. En dicha ciudad, que luce un buen colegio nacional de
instruccin media, un seminario regido por su ilustrado obispo,
seor Lissn; con establecimientos intelectuales perfectamente
organizados, como el Kindergarten, los centros escolares, etc.;
las instituciones locales, oficiales -262- y la administracin
pblica en general, son la irrisin y el sarcasmo mayor que en
una repblica democrtica puede existir. Es en Chachapoyas
donde la desorganizacin administrativa y comunal est en
relieve; donde la culpable indiferencia de los ms redunda en
provechos de los menos.
La sierra Ancachsina
El ocano Pacfico y el Maran andino, respectivamente por el oeste y el este; y el
nevado de Pelagatos y el nudo de Pasco, a su vez por el norte y el sur, limitan la extensa
zona de nueve provincias que constituyen uno de los territorios ms bellos, ms ricos y ms
poblados que existen en los Andes peruanos. Si Paita es el puerto natural de todo el norte y
algn da comunicar con Jan, Chachapoyas, Moyobamba, Puerto Limn y Yurimaguas,
abarcando una zona de influencia ms grande que todo el Ecuador, Chimbote, puerto
principal sobre el ro Santa, es la salida de las provincias meridionales de Cajamarca, de
Pataz, Santiago de Chuco, Huamachuco y las de todo Ancachs y aun las provincias del 2 de
Mayo, del Maran y Huamales. Es tanta la riqueza que hay en su zona de influencia, es
tan valioso en oro Pataz y el resto del territorio en plata, cobre y carbn, que algn da
tendr ms movimiento comercial que el que hoy hallamos en Valparaso. La depresin de
la cordillera en las nacientes del ro Chuquicara, dar fcil paso al ferrocarril que hoy sale
de Chimbote y que terminar en Hualgayoc y Chota por el norte, en Pataz y el ro Huallaga
por el NE. La ruptura de esta misma cordillera en el can de Pato, servir de entrada a este
mismo ferrocarril para todo el Callejn de Huaylas, y por el SE hasta Huallanca y
Aguamiro. Estupendas riquezas, muchas de ellas ya descubiertas y reconocidas, -263-
aguardan impacientes la construccin de la gran va troncal de Chimbote. La obra principi
en 1871, y hoy despus de 50 aos, recin intenta cruzar el can de Pato. Esta demora,
demasiado desesperante para los que aman el progreso rpido, es la principal causa por la
cual el suelo andino de Ancachs, en muchos lugares hllase tan deshabitado y pobre como
lo estaba en 1821.
Una cordillera y dos ros, el Santa y el Maran, han formado el arrugado territorio
ancaschino. La cordillera tiene dos ramales paralelos y numerosos contrafuertes en los
lados del ro Maran y del ocano Pacfico. Por el medio de los ramales que llevan los
nombres de cordilleras Blanca y Negra, respectivamente, pasa el ro Santa, al que se le une
el Chuquicara, que baja del norte. Los contrafuertes del lado oriental originan los ros
Rupac, Yanamayo y Puccha, que descienden al Maran; y los del lado occidental, los ros
Samanco, Casma y Huarmey que terminan en el mar.
El suelo de Ancachs alimenta una poblacin que llega hoy a 300000. La riqueza
minera es inmensamente superior a la agrcola, reuniendo favorables factores de
explotacin como no existen en otras partes del mundo. Con raras excepciones, esta riqueza
hllase en las mismas condiciones en que se encontraba en el siglo XVIII. Si alguna
industria en el Per necesita transporte ferroviario, esta es la minera. Ancachs no tiene ms
movilidad que aquella que le da el arrieraje, y como no hay medio de explotar en vasta
escala cobre, carbn, tungsteno y otros metales haciendo uso de mulas y burros, su vida
principal, que ser algn da la minera, aun ni se ha desarrollado.
Raimondi visit la sierra de este departamento en 1860, y lo encontr en un estado de
atraso y de incultura que -264- felizmente, ha desaparecido. No hay nada que embrutezca
ms que el aislamiento, el alcohol, la ociosidad y la miseria. El relativo incremento que ha
tomado la minera en Pallasca, Huari y Recuay, las exportaciones de lana y de ganado, que
cada vez son mayores y el dinero que dejan los contratistas de las haciendas de la costa en
el enganche de operarios, dan al departamento el dinero que necesita para pagar las
mercaderas europeas y costeas que consume. Siendo todas las provincias de clima fro, el
intercambio de cereales entre una y otras no es intenso.
Es Ancachs la Suiza del Per y algn da ser por excelencia el pas del turismo. Tiene
en climas desde el calor del trpico en el Maran hasta el fro de la Siberia en la cordillera
Blanca. Sus cadas de aguas son numerosas y ellas darn fuerza elctrica para todos los
usos de la vida. Por esta causa es uno de los pases donde la existencia ser confortable y
barata. Los panoramas del Callejn varan al infinito y son siempre de extraordinaria
belleza. El ro Santa corre por el medio de las dos cordilleras y sus orillas proporcionan
espectculo encantador. Sus aguas no forman remansos ni corren nunca lentas. De cuando
en cuando se precipitan en forma de cascadas. El Huascarn es tan imponente y majestuoso
como el Misti. Slo por verlo merece hacerse una excursin a Yungay.
Tomando como punto de partida Huars, tenemos las siguientes distancias en
kilmetros: a Yungay 45, a Caraz 140, a Cabana 180, a Pomabamba 150, a Chiquian 91, a
Huari 95, a Casma 129, a Aija 55, a Carhuaz 37, a Recuay 23. La ciudad de Caraz tiene
3500 habitantes y Huars 20000. El ferrocarril de Chimbote a Recuay tendr cuando est
concluido 266 kilmetros.
-265-
De las provincias orientales, Huari es la ms importante. Es rica en minas famosas y
en magnficas planicies para pastos. Posee al ro Maran en lugares en que su valle es
sano y explanado, terrenos favorables para los cultivos de coca. Tambin los ros
Yanamargo y Puccha irrigan terrenos adecuados al cultivo de cereales. Toda la provincia
tiene 70000 habitantes, correspondiendo a Huari, la capital, 3400.
Como riqueza minera en el Departamento, no hay nada superior a la de Pallazca.
Cuando se termine el ferrocarril que parte de Chuquicara, ser un nuevo Cerro de Pasco y
tal vez superior a Yauli y Morococha. Raimondi visit la serrana de Ancachs en 1860. De
sus apuntes tomamos los siguientes prrafos:
Conchucos es pueblo bastante antiguo; se halla situado en una pequea llanura
formada por el ensanchamiento de la quebrada, la que en su curso es bastante estrecha.
La poblacin llega a 1200 habitantes.
El pueblo tiene poca regularidad en su plano y las calles estn mal trazadas, pero
estando la mayor parte de las casas cubiertas de tejas y blanqueadas, no tienen aquel
aspecto miserable que ofrecen muchos pueblos de la sierra del Per.
Pallasca es pueblo grande cuyas casas se hallan situadas sobre el declive de una
lomada. Parece bastante antiguo y en el da se observa an el convento con una iglesia muy
adornada.
El convento tiene portales a dos lados del patio, una sala y cuartos bastante espaciosos.
En la actualidad sirve de casa parroquial.
Las casas de Pallasca estn casi todas cubiertas de tejas, pero muy pocas tienen las
paredes blanqueadas. La plaza es bastante grande.
El pueblo tienen como 3000 habitantes y el distrito ms de 7000.
Sus moradores, se ocupan tanto en la agricultura como en el trabajo de las minas.
-266-
Las minas de Pallasca son de oro, el que se saca de vetas y
tambin de los lavaderos en la playa del ro. El oro de Pallasca
es de buena calidad y actualmente (1860) se paga 20 reales el
castellano.
Huandoval es pueblo regular que tendr como 1300
habitantes. Pertenece al distrito de Cabana, y aunque no es
capital de distrito es sin embargo residencia del Gobernador.
La plaza es bastante grande, la iglesia tiene aspecto algo
feo. Las casas estn cubiertas de tejas y pocas hay blanqueadas.
Los habitantes se ocupan en la agricultura; cultivan alfalfa
para recoger la semilla que se vende a 20 reales arroba.
El pueblo de Cabana es el ms poblado del distrito y sus
habitantes trabajan en los lavaderos de oro y cultivan tambin
alfalfa, cuya semilla venden a los de Santiago de Chuco,
Huamachuco, Cajamarca, etc.
Los de Tauca tienen cultivos de varias clases, asemillan la
alfalfa y pocos son playeros o buscadores de oro en el ro.
Los de Llapo tienen semilleros de alfalfa y caaverales en
los Temples.
Corongo es pueblo grande, con calles bien alineadas que se
cruzan en ngulo recto.
Las casas estn construidas con tapiales. La mayor parte no
estn blanqueadas. Como todas las casas de la sierra casi no
tienen ventanas, de modo que en general son muy oscuras.
La poblacin de Corongo est formada casi en su totalidad
por individuos de raza indgena, y aunque la mayor parte de los
coronguinos van a Lima, muy pocos hablan el castellano,
siendo su lengua la quechua.
La plaza es de regular tamao, la iglesia no est en
proporcin con el pueblo, pues es pequea y de aspecto
miserable.
Sihuas es la capital de la provincia de Conchucos; sin
embargo Corongo es mucho ms grande.
En Sihuas se notan casas algo regulares y sus habitantes
son los ms civilizados de la provincia.
Huaylas es pueblo bastante grande; tiene algunas casas de
aspecto decente con techos de tejas.
La plaza es regular, algunas calles son rectas y largas, pero
un poco angostas.
El piso de las calles est empedrado. Los habitantes son
agricultores.
-267-
La campia de sus alrededores es muy linda y presenta
vista muy hermosa, y no sin razn se ha llamado a este pueblo
con el nombre de Cosecha, pues sta es muy abundante.
Caraz es regular, tendr cerca de 4000 habitantes. Tiene
casas decentes, tiendas de comercio y buen empedrado. Las
calles estn bien trazadas, la mayor parte de las casas
construidas de adobes estn blanqueadas, algunas tienen altos y
casi todas techos de tejas.
Su temperamento es algo clido y cuando hay sol se
experimenta calor sofocante.
El pueblo es en general bastante sano; se conoce las
tercianas, pero slo de cuando en cuando; la enfermedad de
verrugas no es rara.
La poblacin est situada casi en la orilla derecha del ro
de Huaylas, en el delta que forma este ro con otro riachuelo
que pasa a un lado de la poblacin.
Sus habitantes se ocupan en la agricultura, y el cultivo ms
general es la caa de azcar.
El carcter de los habitantes es muy afable y hospitalario,
de modo que este pueblo no desmiente el nombre de Dulzura
que se le ha dado.
Yungay es pueblo bonito, situado a algunas cuadras a la
derecha del ro de Huaylas en hermosa llanura, en la que se
notan cultivos de caa, alfalfa, maz, etc.
La poblacin tiene aspecto decente, las casas en general
estn regularmente construidas y algunas de ellas son bastante
elegantes, tanto en su aspecto exterior como interior.
Este pueblo tiene una escuela de nios y otra de nias
situadas en buenos locales. Sus calles estn bien trazadas y
empedradas. Los patios de las casas estn bien empedrados, y
generalmente tienen dibujos variados.
En los habitantes de Yungay se notan facciones regulares;
las mujeres por lo general, tienen talla elevada.
Lo que da a este pueblo aspecto agradable, es la vista de la
cordillera nevada que se halla situada muy cerca.
La cordillera de Yungay es tan escarpada que la nieve
resbala con facilidad, de manera que cubre la parte ms baja
hasta un nivel muy inferior al de las nieves perpetuas.
Carhuaz es pueblo bastante grande, su plano es regular,
sus casas en general tienen aspecto decente, tanto en su interior
como en su exterior.
Las calles y principalmente los patios de las casas estn
bien empedrados. Las casas de la parte central de la poblacin
estn blanqueadas, las dems, a pesar de la abundancia -268-
de yeso en las cercanas de la poblacin, no estn enlucidas, y
de lejos el pueblo no presenta buena vista por el color oscuro de
las paredes.
Los techos de las casas son de tejas; la plaza bastante
grande y su catedral de regular aspecto.
En Carhuaz se encuentra sociedad agradable, habiendo
muchas familias decentes.
La poblacin se halla situada a pocas cuadras del ro de
Huaylas en su orilla izquierda.
El camino que se dirige de Carhuaz a la costa atraviesa una
lnea recta el callejn y pasa el ro de Huaylas sobre un puente
de madera, para subir al otro lado la Cordillera Negra.
Sus habitantes son bastante afables y hospitalarios, la plebe
en general se entrega al vicio de la bebida.
Huari.- Dichosa provincia, favorecida por la Naturaleza en
su posicin y producciones, vive entregada a su desidia y en
manos de autoridades participantes de las inclinaciones de los
habitantes y que por tanto muy poco propenden al bienestar de
la provincia. En el pueblo de Chavn, pueblo ruinas, de pocos
habitantes, sin industrias, y entregado a la bebida, cuando llega
algn extranjero comienzan sus relaciones con l por relatar las
jaranas que han tenido. Lo nico que llama la atencin es el
castillo de que ya se habl en otro lugar.
Pueblo de San Luis.- Un miserable villorrio en el que no se
ve ms que una aglomeracin de casas ruinosas, paredes
desquiciadas, techos cados, calles llenas de barro y carencia
hasta de lo ms necesario para la vida. He aqu el sombro
cuadro que presenta el pueblo de San Luis; sin embargo parece
haber sido en otro tiempo algo distinto de lo que es al presente.
Chacas.- Es pueblo un poco mejor que San Luis: sus casas
son ms decentes y menos ruinosas, su plaza ms regular, sus
calles ms limpias. Adems de esto en Chacas se encuentran
algunas familias decentes que forman reducida sociedad, que
falta enteramente en San Luis.
En Chacas da muy bien la alfalfa y el trigo.
La industria de los habitantes de Chacas es la agricultura y
la minera.
El pueblo de Chacas tiene nevados a un lado y otro, de
manera que es bastante fro y est sujeto a tempestades.
Pomabamba parece antiguo pueblo que actualmente se
halla en estado ruinoso. Su plaza es bastante grande y en su
centro -269- existe un grupo de sauces y algunos cedros. El
terreno est cubierto de yerba. La iglesia, de miserable
apariencia, tiene gran cementerio. La torre se halla cada y
parece que actualmente se piensa en levantar otra. Las casas,
exceptuando pocas situadas en la plaza, son fesimas.
En Pomabamba hay oficina de correos y pocos artesanos
como herreros, hojalateros, silleros, etc.
El pueblo de Llamelln es bastante grande, sus casas no
estn blanqueadas, excepto pocas; la mayor parte de sus techos
son de paja. La iglesia hace diez aos que se ha empezado a
construir, pero por falta de fondos adelanta muy lentamente,
mientras tanto las ceremonias religiosas tienen lugar en una
capilla situada en una esquina de la plaza.
En Llamelln hay escuela, pero como en todos los dems
pueblos de la repblica el preceptor est muy mal pagado; por
esta razn no puede entregarse enteramente a la enseanza,
pues le es insuficiente el miserable sueldo que gana para
subvenir a sus necesidades. El local, situado en la plaza, se
halla en estado deplorable.
Los habitantes se dedican a la agricultura y principalmente
al sembro de trigo que exportan hasta el Cerro de Pasco.
El pueblo, aunque dista solamente 15 kilmetros del
Maran tiene clima bastante fro por estar situado sobre una
falda muy elevada.
Chuquibamba.- Es pueblo situado en las mismas orillas del
Maran que lo divide en dos partes y que comunican entre s
por un puente formado por grandes palos de aliso. El Maran
en este punto pasa entre dos rocas de esquisto talcoso y se
estrecha tanto que sera muy fcil la construccin de un puente
de cal y canto. El ancho del Maran en este punto es de 15
metros.
El puente de palo se renueva cada dos aos, de manera que
estos gastos frecuentes se compensaran con la ejecucin de un
buen puente de cal y canto.
Chuquibamba goza de temperamento templado, muy
agradable y al mismo tiempo muy sano; cuando al contrario
casi todos los lugares situados a orillas del Maran, ms abajo
de Chuquibamba, estn infectados de tercianas malignas.
Las casas del pueblo, exceptuando pocas, tienen aspecto
miserable.
Chavn de Pariarca es pueblo ms grande que Singa y
situado en la banda derecha de la quebrada del Maran.
Su temperamento es algo frgido pero no tanto como
Singa. -270- Su poblacin pasa de mil almas, casi todos
indgenas. En Chavn no hay sociedad; si se exceptan al cura,
el gobernador y el juez de paz, no hay persona con quien hablar
castellano.
Chavn es bastante escaso de recursos. Su plaza es grande,
sus casas de aspecto miserable, porque todas tienen techo de
paja. Su industria es la agricultura. La casa parroquial se llama
el convento.
Hunuco, Junn y Huancavelica y Ayacucho
Los ros Huallaga y Maran en la primera etapa de su carrera constituyen la regin
departamental de Hunuco. Situada la zona al SO del nudo de Pasco, hllase atravesada por
tres cordilleras, las mismas que nacen en dicho nudo y le dan un suelo quebrado y en parte
boscoso. Es fra y elevada en Huallanca, Queropalca, Baos y las lagunas de Huayhuach
que dan origen al Maran. Es templada en Aguamiro, la Unin, Llata, Ambo y Hunuco, y
calurosa en las partes bajas del Huallaga y en las nacientes del Pachitea. Tiene de puna, de
sierra, y lo que es ms valioso, en Chinchao, Panao y Pozuzo, extensa ceja de montaa.
Llega por el norte hasta Pataz y San Martn y por el oeste hasta Loreto. Poblada en la parte
fra y con singular riqueza minera en el altiplano, tiene tambin importantes regiones
agrcolas en las despobladas zonas inmediatas a los ros seminavegables que la cruzan.
Hunuco, ciudad metrpoli del departamento, tuvo poblacin y comercio intensos hasta
fines del siglo XVIII. Sus numerosos templos, casi todos en el suelo, sus amplias seoriales
residencias, su blanca y aristocrtica poblacin atestiguan su pasada grandeza. El
decaimiento de la minera en Huallanca, en el Cerro y en sus vecindades aurferas, y el
progreso que la costa tom en la Repblica con detrimento de la Sierra han convertido a -
271- Hunuco en ciudad andina de tercera categora. Su infortunio es tanto, que el
resurgimiento actual del Cerro, no es a ella sino a Oroya, Tarma y Huancayo a quienes est
beneficiando. Hubo hace diez aos una esperanza para Hunuco: la construccin del
ferrocarril a Pucalpa. No se hizo y no se har, siendo la va natural para el Pachitea la que
parte de Ninacaca, casero situado cerca del pueblo de Junn, y pudindose hacer la entrada
al Ucayali por el sur de Pataz. El ferrocarril intercontinental en su larga carrera por todo el
interior del Per, tampoco le favorecer. Recuay, y Cerro quedarn unidos sin tocar
Hunuco, pudiendo pasar la va por las altas cumbres de la cordillera. Tiene este trazo
ventajas tcnicas de un orden econmico superior y el cruce de algunas zonas cuprferas y
carbonferas de importancia. Bajar de Recuay a Hunuco pasando dos cordilleras para
despus subir al Cerro es de todo punto innecesario y ruinoso para el trfico.
El departamento tiene 98000 habitantes, y la capital, Hunuco, 6000. Dista del Cerro
115 kilmetros, de Llata 125, de Unin 80, de Ambo 25, de Huacrachuco 320, de Panao
50, de Pozuzo 110, del Mairo 165. El camino de Hunuco a Ambo es el nico que es bueno
y ancho.
Hallndose la ciudad de Hunuco a 2915 metros sobre el nivel del mar y el Cerro a
4352, hay que subir para llegar a esta ltima ciudad la diferencia que media entre ambas.
Hay el propsito de unirlas por medio de una carretera para camiones, la que pondr a
Hunuco a ocho o diez horas del Cerro, viaje que hoy se hace a mula en malas condiciones
en tres das. Hasta que dicha carretera no sea un hecho, no hay que aguardar en Hunuco
ningn progreso.
Comienza el departamento de Junn con los pueblos de -272- San Rafael,
Pallanchaca y Huariaca y termina por el sur en Pucar. La cordillera occidental de los
Andes lo separa del Departamento de Lima y los ros navegables de oriente de los
verdaderos territorios de Montaa. Como zona minera y agrcola en explotacin es lo ms
importante que tiene la sierra del Per. Cajamarca, Ancachs, Huancavelica y Cuzco
posiblemente tienen suelo ms feraz y ms abundantes filones metalferos. Junn ha tomado
la importancia que posee por las facilidades que para la explotacin de sus ricos productos
le dan sus buenas vas de comunicacin. Es la nica seccin territorial andina que se halla
cruzada de norte a sur y de este o oeste por ferrocarriles y carreteras. Cuzco y Puno, que
tambin tienen buena comunicacin, no han progresado tanto como Junn porque sus
ferrocarriles estn incompletos. Viajes que antes se hacan de Lima a Huancayo y al Cerro,
respectivamente en nueve y diez das, ahora se verifican para ambos lugares en 18 horas.
En minera, lo que hasta 1900 se produca en un ao, ahora se produce en un da. La
carretera primero y el riel despus han transformado todo Tunn. Uno y otro sirven para
explotar en vasta escala los yacimientos mineralizados de Cerro, Huarn, Yauli,
Morococha, Casalpalca, Yauricocha y otros de no menor importancia. La obra de
engrandecimiento industrial an no tiene 20 aos de comenzada y ya da estupendos
resultados. Junn es la muestra de lo que ha podido ser el Per desde Hualgayoc en el norte
hasta Yabricoya y Collahuasi en Tarapac, si toda la sierra hubiera sido comunicada con el
mar durante la primera centuria por ferrocarriles o siquiera carreteras. Junn como centro
industrial minero, marcha a la cabeza del despliegue nacional, y lo que hoy produce es una
revelacin de lo rica que es la inexplotada sierra del Per.
-273-
El centro de Junn es Oroya. Actualmente se construye en su hermosa planicie una
fundicin para tratar 2500 toneladas diarias y una ciudad moderna con capacidad para 8000
pobladores. Tiene actualmente plantas elctricas para desarrollar 12000 caballos de fuerza y
agua para triplicar ese poder.
A 50 kilmetros de distancia hllase Tarma, lugar privilegiado por su belleza y su
clima. Ser lugar favorito para residencia temporal de jefes y empleados de la Gran Central
Metalrgica, y puerta de entrada a la regin agrcola de Chanchamayo y del Peren. Hacia
el norte, en el kilmetro 92, hllase la estacin de Ninacaca, de donde arranca el trazo
ferrocarrilero que llegar a las mrgenes del Pachitea y a las Pampas del Sacramento. Ms
adelante, Shelvi, Ricrn y Fernandini, que sirven respectivamente para la salida por va
frrea, de los productos de la compaa Francesa, de Nuarn, la Vanadium Company, y los
ricos mantos de carbn y plata de la instalacin Huaraucaca. Por ltimo el Cerro, hasta
ahora el mineral de cobre ms desarrollado que tiene el Per.
Por el sur, la lnea frrea alcanza 122 kilmetros Beneficia las zonas de Jauja,
Concepcin y Huancayo, y pronto servir para comunicar los altiplanos de Yauyos,
Jattunhuasi y Huancavelica. Por el oeste tiene 222 kilmetros, llega hasta el Callao y
favorece a Yauli, y Morococha.
Tarma es la ms bella provincia de Junn. El valle de Jauja tambin tiene bellezas, pero
es triste y sus panoramas despiertan sentimientos melanclicos. Albino Carranza, en una
magnfica monografa de Tarma, escrita en 1895 hace del suelo provincial la siguiente
interesante descripcin:
-274-
La poblacin, segn el censo de 1876, es de 45030
habitantes distribuidos de la manera siguiente:
Tarma, inclusive la Oroya 136422
Acobamba 9965
Chanchamayo 1408
Vitoc 1060
Junn 7712
Carhuamayo 4640
Marcapomacocha 1277
Yauli y Chacapalca 5326
Total 45030
El terreno es en su mayor parte quebrado; pero al N
presenta la extensa llanura llamada pampa de Junn, donde se
encuentra la laguna de Bombn, conocida hoy con el nombre
de Chinchaycocha o de los Reyes. A poca distancia del pueblo
de Junn en el casero de Chacamarca, existe una modesta
pirmide, conmemorativa de la clebre batalla que se libr en
ese lugar el 6 de agosto de 1824, erigida en 1846 por el prefecto
del departamento don Mariano E. de Rivero.
En el territorio de la provincia se encuentran innumerables
vallecitos, formados por las sinuosidades y declives de las
montaas, a los que se desciende por caminos accidentados,
formando un contraste agradable, entre lo pintoresco de la
vegetacin en las quebradas y la aridez e imponente majestad
de esas grandes moles granticas, cubiertas de nieves perpetuas
en las alturas. Muchas veces el viajero, al trasmontar una de
esas eminencias se encuentra sorprendido al divisar en torno
suyo el panorama ms encantador. Supngase ver a larga
distancia un pueblo que se encuentra en el fondo de un
delicioso valle o recostado en la falda de un cerro, en un plano
inclinado, presentando grupos de casas con sus cobertizos en
formas irregulares, sus blancas paredes con techos de tejas o de
paja y todas rodeadas de verdes cercos donde pastan diversidad
de animales, distinguindose las propiedades divididas por
hileras de rboles. En otros lugares, la campia se presenta bajo
distinto aspecto: las cabaas y casitas campestres diseminadas
en un vasto mar de vegetacin, cruzados por arroyos que llevan
en su curso tortuoso direcciones caprichosas o por canales
tirados a cordel semejando hilos de plata que van a fecundar la
tierra. Ms all se ve torrentes que se precipitan -275-
bulliciosos entre peascos, luego llegan a la llanura refrenando
su mpetu, corren suavemente sobre lecho de fina arena y
finalmente van a mezclar sus pursimas aguas con las de un ro
que lleva consigo los rezagos de las borrascas de las alturas;
otros van a perderse entre las tranquilas aguas de un pequeo
lago de los muchos que se ven esparcidos aqu y all, como
espejos que reproducen las imgenes de esa bella naturaleza.
As se va descendiendo de la eminencia como por escalones de
vegetacin ms o menos exuberante, desde la paja y las yerbas
enanas que se vivifican con el fro de las altas y perpetuas
nieves, hasta los corpulentos rboles que se desarrollan con el
calor de los rayos solares en las profundas quebradas. Esta es
una sucesin de pintorescos y variados cuadros que se
presentan a la vista del viajero.
La va de Ninacaca, cuando sea una realidad y los rieles lleguen hasta el Pachitea,
resolver el problema de la comunicacin que hoy se hace en forma morosa y a mula por el
gran camino de herradura que va de Tarma a La Merced y se prolonga hasta el Pichis
navegable. Los valles de Chanchamayo, Tulumayo y Peren son importantes, aunque muy
lejos de competir en tamao con los de Jan y Moyobamba. Perdidos aquellos a fines del
siglo XVIII, tiene la Repblica el honor de haberlos reconquistado para la civilizacin. El
salvaje ha sido abatido y las hermosas praderas en que viva, convertidas en plantaciones de
caf. De Tarma a La Merced hay 72 kilmetros de un camino de Herradura que fcilmente
puede convertirse en carretero.
Como poblacin de importancia, en el Departamento de Junn, la ms notable es hoy
Huancayo. Es manifiesto el progreso agrcola y minero que ha tomado en los ltimos diez
aos. El Cerro decae en su vida urbana. Ya no tiene razn de ser lo que fue. Oroya le est
quitando poblacin y pronto le arrebatar totalmente su comercio y la supremaca poltica
departamental. Estando construida la ciudad -276- del Cerro sobre las minas,
posiblemente ser necesario derribarla. Una de las caractersticas de la minera es la
mudanza. La edificacin de Oroya y la muerte del Cerro despus de tres siglos de
existencia, prueba lo que decimos. Tarma ser muy pronto la ms bella ciudad de reposo
que tenga el centro del Per.
A partir de Marcavalle para el sur, vuelven a unirse las cordilleras que separan el valle
de Jauja. El Mantaro pierde su amplitud, sus playas, su relativa mansedumbre y por larga
distancia corre por el fondo de un can. As atraviesa Huancavelica, hace en la provincia
de Tayacaja una circunferencia casi completa, y sin favorecer nada la comarca por donde
pasa, desemboca en el Apurmac y forma el En.
La riqueza agrcola de Huancavelica hllase en las suaves planicies que a buena altura
bordean los afluentes del Mantaro. Si hubiese comunicacin ferroviaria, esa regin dara
todo el trigo que se consume en Lima. Si en agricultura puede ser importante, en minera lo
ser ms. Es insignificante el valor de sus tierras trigueras, al lado del que tienen los
riqusimos yacimientos de cobre, plata, carbn y azogue que poseen sus cordilleras.
Huachucolpa es una magnfica promesa. Recin hoy se conoce su valor y pronto ser un
centro minero superior a Yauli y Morococha. Las minas de cinabrio de Santa Brbara han
permanecido paralizadas siglo y medio. Hace apenas tres aos que han merecido la
atencin del seor Fernandini, quien gasta en la regin cerca de cien mil libras en
reconocerlas mediante la apertura de un nuevo y profundo socavn. En lo industrial,
exceptuando, Ruispicisa, propiedad de los seores Pflucker, todo Huancavelica ha vivido
cien aos en la ms completa improductividad. El movimiento civilizador iniciado en Junn
-277- y que como ya hemos dicho, no se ha orientado hacia Hunuco, comienza a
extenderse por este departamento. Cuando el ferrocarril pase por sus cordilleras, asombrar
al Per por su riqueza minera.
De Lima a la ciudad de Huancavelica hay 445 kilmetros, de los cuales 344 se hacen
por ferrocarril. Las otras distancias, partiendo de Huancavelica son las siguientes: a Pampas
70 kilmetros, a Castrovirreyna 110, a Huando 30, a Moya 85, y a Lircay 45.
Si algn departamento de la sierra del Per ha vivido en asfixiante aislamiento durante
cien aos este ha sido el de Ayacucho. Su capital, llamada ayer Huamanga, ya no es el paso
obligado entre Lima y Buenos Aires, ni tiene ahora como en tiempo de la colonia la riqueza
que todava se ve en la magnificencia de sus templos y edificios, y en la cantidad y calidad
de sus blancos pobladores. Ayacucho es el departamento ms incomunicado que tiene el
Per. Chachapoyas y Moyobamba hllanse en el camino que va del ocano al ro
Amazonas y por mucho tiempo fue necesario tocar en ellas para ir de Pacasmayo a Iquitos.
Ayacucho no tiene ni siquiera esta ventaja, y como se halla escondido en el ltimo rincn
del Per, de nada le han servido sus riquezas agrcolas y mineras, su proximidad a las
bellsimas cejas de Montaa que irrigan los ros Pampas y Apurmac. No es sta la nica
causa de su atraso, hay otra ms importante: la falta de caminos. La civilizacin y el
progreso se resisten a entrar cabalgados sobre el lomo de una mula. La capital ayacuchana
dista de Pisco 390 kilmetros. Por la Oroya hay ms distancia, siendo 588 kilmetros los
que median entre Lima y Ayacucho hacindose 333 kilmetros de viaje por ferrocarril.
Como ciudad es una de las ms hermosas del Per. Tiene 32 templos y una rea urbana que
-278- corresponde a 60000 pobladores. Hoy slo tiene 27000. El estado de estos templos,
casi todos en ruina, el abandono en que se encuentran las seoriales mansiones, son
exponentes de la miseria en que ha vivido Ayacucho durante cien aos. Hermosas casas de
veinte habitaciones, apenas tienen cuatro o cinco que se pueden habitar. La invencin de las
anilinas mat su principal industria, que fue la cochinilla. Hoy vive del dinero que le
produce la exportacin de cueros de chivo y del ganado en pie que baja a la costa.
El departamento, en latitud, va desde los contrafuertes de la cordillera martima hasta
los terrenos bajos y boscosos que inician la Montaa del Per. Su principal ro en la parte
sur es el Pampas, al que alimentan el Pampamarca y el Soras. La provincia ms cercana al
mar es la de Lucanas y su distancia a la capital del departamento es tan larga, que es
imposible que la autoridad poltica pueda visitarla y atenderla con oportunidad. Lo mismo
acontece con Coracora, capital de la provincia de Parinacochas. Lucanas hllase cortada
por la cordillera de Huanzo y es notable por la elevada y extensa pampa conocida con el
nombre de Quilcate. Es provincia rica en pastos naturales y en yacimientos de cobre y
plata. Tiene 36000 habitantes, de los que corresponden a Puquio, la capital, 2950.
La provincia de Cangallo tiene su mayor poblacin al norte del caudaloso Pampas.
Esta cruzada por cadenas de cerros cuya altura es favorable a la ampliacin que pudiera
darse a la industria ganadera.
Pasa por Huanta la gran divisoria que marca el divortium aquorum del Mantaro con el
Apurmac. Posee numerosos valles, algunos ocupados por salvajes campas. Sus productos
son tropicales y subtropicales. En La Mar, la mayor -279- parte de los cerros son bajos,
hay menos fro que en Huanta, y desde sus cumbres se divisa la prodigiosa vegetacin que
cubre el valle del Apurmac.
La capital de Ayacucho hllase separada de otras poblaciones por las siguientes
distancias: de Cangallo 65 kilmetros, de Huancap capital de la provincia de Fajardo 90,
de Huanta 35, de San Miguel capital de La Mar 60, de Puquio 280, de Coracora 355. Con
distancia tan largas y una poblacin que para todo el departamento es de 238000 habitantes,
ya es de imaginarse los enormes despoblados que es necesario caminar para ir de una
provincia a otra.
Las pampas de Ninabamba y de Chinche que forman all
una meseta, fueron sin duda lecho del Pampas, en remotas
edades.
Apurmac, Cuzco y Puno
Es el ro Apurmac paso obligado entre Ayacucho y el Cuzco, siendo Andahuaylas y
Abancay las poblaciones de ms importancia que se hallan en el trnsito. Pertenecen las dos
al departamento de Apurmac, constituido por las provincias de Antabamba, Abancay,
Aimaraes, Andabamba y Cotabambas. Tiene la segunda hacia el norte la ciudad de
Abancay, la cual la separa 420 kilmetros del puerto de Chala, distancia que por lo spero
del camino no es posible recorrer en menos de cuatro das. Cotabambas hllase al medio
del departamento, y su suelo rugoso y desigual tiene extraordinaria importancia minera.
Aimaraes tambin es rica en minerales, pero hallndose estos inexplotados, slo vive de la
ganadera. Challuanca, su capital, tiene 1500 habitantes. Andahuaylas, despus de
Abancay, como ciudad, clima y riqueza es lo mejor de toda la comarca. Dista 90 kilmetros
de Abancay y tiene 5380 pobladores.
-280-
El mismo alejamiento en que ha vivido Ayacucho es tambin la causa de la
despoblacin y atraso que hallamos en Apurmac. Por fortuna, la proximidad al Cuzco, a
donde ya llega el ferrocarril, ha comenzado a transformar su agricultura, y la terminacin
del camino carretero que hoy se hace entre Cuzco y Abancay, camino que tiene 340
kilmetros, dar a esta ciudad y a las que le son inmediatas intensa vida agrcola y minera.
Posiblemente todo el valle de Abancay quedar cultivado de algodn y su bienestar ser
consecuencia de la comunicacin que no tuvo durante los ltimos cien aos. Hllase
tambin en el suelo de este departamento, importantsimas riquezas en cobre y oro.
Cochaysahuas es una muestra, siendo Ferrobamba lo ms importante, no slo en el sur del
Per, sino tal vez lo ms valioso que tiene la Repblica en cobre. El yacimiento hllase
estudiado pero no explotado.
Es el Cuzco lo ms clsico de la sierra del Per. La provincia de su nombre es la ms
poblada de todas, y su capital, no estando considerada Arequipa como poblacin andina, la
ms populosa de la zona fra. El ferrocarril acaba de penetrar en ella y sus benficos efectos
an no son palpables. Su aislamiento durante la centuria republicana fue tan completo y su
despoblacin tan grande, que recin principia a despertar de la miserable situacin en que
ha vivido desde la poca en que los espaoles la entregaron a la Patria. Sustituida por la va
martima la comunicacin terrestre que existi entre Lima, el Alto Per y Buenos Aires,
comunicacin que obligaba al paso del viajero por Ayacucho y el Cuzco, paralizadas las
minas de Huancavelica, Puno y Potos, el sur del Per, especialmente Cuzco, dej de ser lo
que haba sido durante los tres siglos del coloniaje. -281- El decaimiento en todo orden
que hemos patentizado al hablar de Ayacucho y Cajamarca, lo encontramos casi en igual
magnitud en la ciudad predilecta de los Incas, en aquella que hollaron sus regias sandalias y
a quien debemos llamar por su antigedad y clasicismo la Atenas de Amrica. Qu poco
queda en ella de las grandezas de ayer! Es ciudad de ruinas, de recuerdos, de pasados
esplendores, ciudad que posiblemente no volver a ocupar el rango que tuvo, ni la
magnificencia que le dieron los incas y los espaoles. No es que la Repblica le haya sido
fatal, ni que los presidentes que gobernaron el Per la hubieran abandonado, sino que su
posicin geogrfica es mala y cada da ser peor.
Siendo la provincia del Cuzco el centro de una vasta zona que va desde Abancay hasta
Puno, los valles y ciudades que le son anexos, sufren el sino estacionarismo que hallamos
en ella. Fueron estos valles durante la colonia graneros del Alto Per, mercados seguros del
altiplano, el cual dejbales ingentes sumas de plata extrada y sellada en Potos. Por los
aos de 1824 a 1840, la contribucin que pagaba el indio cuzqueo era la ms saneada
renta del Estado. Una revolucin en el Cuzco pona econmicamente en peligro la
estabilidad del gobierno de Lima. Posteriormente y en los aos que sucedieron a la
supresin del tributo indgena, el Cuzco y sus provincias vivan de los contingentes fiscales
tomados de las rentas del guano y que se enviaban desde Lima. Hoy que el ferrocarril ha
llegado a la capital incaica y que se le prolonga hasta que llegue a Santa Ana, que se abre
una carretera al Apurmac, que se estudian yacimientos mineros y se trata de dar salida a
los valles de la Convencin, volver a la vida que siempre tuvo y una centuria entera
paraliz.
-282-
Raimondi visit las comarcas cuzqueas en 1865. Son interesantes sus descripciones.
Ellas nos dan una idea de lo que ellas fueron por esos tiempos, y sus narraciones deben
formar parte de este captulo para que se tenga idea de la miseria andina del Per en su
parte ms poblada y en los mejores aos de nuestra riqueza fiscal.
Marangani pertenece a la provincia de Sicuan. Se halla
situada a la orilla izquierda del ro Vilcanota y a la derecha de
un riachuelo que tributa sus aguas a este ltimo. Tiene regular
extensin, pero en general sus casas son pequeas y ofrecen
mezquino aspecto. Su plaza es grande. La iglesia de una sola
nave, su interior est adornado con cuadros que representan los
hombres ms ilustres de la Compaa de Jess, lo que hace
presumir que haya sido fundada por los jesuitas.
El pueblo tiene temperamento algo templado y en sus
inmediaciones, a ms de los cultivos de trigo, cebada, quinua,
papas, etc., se encuentra un poco de alfalfa, pero en muy
pequea cantidad.
Tinta en otra poca era capital del partido del mismo
nombre; pero actualmente es distrito de la provincia de
Canchis, cuya capital es Sicuani, como hemos dicho.
Se halla situada en la orilla izquierda del ro Vilcamayo.
Tiene bastante extensin, pero sus casas son de humilde aspecto
y las calles durante el da estn completamente desiertas,
porque sus moradores se ocupan en los trabajos del campo y no
regresan a sus hogares sino por la tarde, cerca de la oracin.
El nmero de los habitantes de Tinta no guarda proporcin
con su extensin, porque gran parte de terreno est ocupada por
pequeos corrales anexos a cada casa, cultivados con cebada,
quinua o papas; de manera que en la mayor parte de las calles
se encuentra paredes de adobes con una o dos casas cuando
ms.
La plaza es un verdadero campo, con pasto, y las casas que
la flanquean no tienen por cierto arquitectura elegante.
En la plaza hay una iglesia y una capilla a su costado; la
primera es de pobre apariencia exterior e interiormente -283-
y la capilla no tiene techo. La torre es de piedra, pero muy baja.
En la misma plaza, delante de la iglesia se nota una como
meseta o altar de piedra labrada, sobre el cual se elevan tres
enormes cruces tambin de piedra; en ellas hay que admirar la
longitud de la piedra que forma la rama mayor que es de una
sola pieza y en la cruz del medio, que es la ms grande, la
piedra llega a tener como cuatro metros de largo.
Tinta por lo general es poblacin muy sucia y en casi todas
las casas el patio es un chiquero con fangal en el que se
revuelcan los cochinos que son muy abundantes; tambin se
encuentra en cada casa vacas y borricos.
Urcos es capital de la provincia de Quispicanchi que ha
sido dividida, formando, con parte de ella, la nueva provincia
de Acomayo.
Urcos, como se ha dicho, es capital de la provincia, pero
las autoridades no viven en l: el subprefecto reside en Oropesa
y el gobernador en el pueblo inmediato de Huaroc.
En el pueblo hay escasez de recursos, hallndose con
dificultad pasto. Tambin carece de posta, de manera que los
transentes no encuentran sino con trabajo lugar donde alojarse
y las bestias que necesiten.
En el departamento del Cuzco los pueblos presentan menos
comodidades que los del departamento de Puno, siendo difcil
que las autoridades residan en el pueblo, pues habitan
comnmente en sus haciendas.
En hermoso anfiteatro de cerros y a orillas del riachuelo
Huatanay, se eleva la gran ciudad del Cuzco, capital en otra
poca del dilatado Imperio de los Incas.
En esta poblacin fundada por Manco-Capac, por donde
quiera que se dirija la mirada, se nos presenta a la vista
importantes restos de generacin laboriosa, pasada ya: y no se
puede dar ya paso sin que se despierte en el viajero infinidad de
recuerdos que lo trasladan, en imaginacin, a aquella poca
remota, en la cual el Cuzco, cuna y centro de la civilizacin,
seoreaba sobre tan vasto Imperio.
Si la ciudad del Cuzco admira por los restos de sus
antiguos monumentos, no es menos digna de observacin por
los suntuosos templos erigidos bajo la dominacin espaola.
Cado el Imperio de los Incas por el arrojo de unos cuantos
intrpidos y temerarios espaoles, el Cuzco cambi luego -
284- de aspecto. Sobre las ruinas de la ciudad pagana, se
levantaron prontamente gran nmero de hermosos y ricos
templos y de espaciosos conventos y monasterios que cubren
gran extensin de la ciudad.
La ciudad del Cuzco tiene calles estrechas y sucias. Sus
veredas estn en mal estado, notndose gran nmero de lozas
partidas y movibles, las que en tiempo de lluvias son muy
molestas, porque no se puede pisar sobre ellas sin que salga,
por efecto de la compresin, un surtidor de barro que ensucia a
los transentes.
Las plazas principales de la poblacin son tres y se hallan
situadas en la parte central de la ciudad. Estas son: la plaza
mayor, la cual es muy grande, cuadrada y presenta hermosa
vista. A un lado de esta plaza se nota la Catedral, en otro la
iglesia de la Compaa, con su hermosa fachada y en los otros
lados hay portales con tiendas. Enmedio de la plaza se observa
una pila de piedra de forma algo tosca.
La plaza del Cabildo est separada de la primera por una
sola calle, es un poco ms pequea y tiene portales en los tres
costados.
En uno de estos portales se nota el Cabildo en cuyo local
existe la Prefectura. Tambin esta plaza tiene pila de piedra. Por
ltimo, la plaza de San Francisco, se halla separada de la
precedente, tambin por una sola calle.
En esta plaza no hay portales ni pilas y todos los sbados
por la tarde se hace una especie de feria que llaman el Baratillo,
vendindose zapatos, gneros, ponchos y mil otras frusleras de
poco valor.
A medida que han aumentado las tiendas de comercio, este
baratillo ha ido decayendo de ao en ao; de manera que al
presente no es ni sombra de lo que fue.
La mala orientacin econmica de la Repblica en materia de comunicaciones y la
influencia de los polticos que gobernaron el Per all por los aos de 1868 a 1872,
favorecieron la construccin del ferrocarril a Puno. 32000000 de soles de 48 peniques cost
unir Puno con Arequipa. Hacen 44 aos que la locomotora lleg al Collao y todava no se
palpan los provechos de tan estupendo desembolso. Con muy ligeras variantes, el suelo de
ese altiplano cosecha la -285- misma cantidad de productos alimenticios que sus
habitantes necesitan para su manutencin. Algo ha mejorado la industria ganadera y las
exportaciones de lana son mayores, pero nadie an en ese fro suelo que circunda el Lago,
ha cambiado los mtodos antiguos y rutinarios que establecieron los conquistadores
espaoles. Tanto el ganado vacuno, como el lanar y caballar, por la accin del clima y la
negligencia en que se tienen los pastos, han desmejorado notablemente. El vacuno es
pequeo, siendo necesario si se quiere mayor cantidad de leche y carne, cruzarlo con razas
europeas superiores. El ganado lanar es raqutico y su lana spera. Son pocos los carneros
Rambouillet introducidos. Ramadas no existe. Los vacunos o lanares no tienen donde
cobijarse durante las tempestades y los fros que all son continuos. Nadie ha hecho uso del
ferrocarril para introducir madera y construir techos. Las pariciones de las ovejas acontecen
en los meses de agosto y diciembre, respectivamente de heladas y granizadas. En ambos
tiempos el fro mata la mitad de los corderillos recin nacidos. Las lanas no se lavan o se
lavan mal y el precio desmejora. La mayor parte de los campos estn cubiertos de pastos
poco nutritivos, como es la paja ichu. Si esos campos se irrigaran despus de abonarlos
cada ao, desaparecera el raquitismo del ganado. Como producto alimenticio se produce en
las comarcas abrigadas papas, quinua, quiahua, habindose hecho magnficos
experimentos en el cultivo del lino. Este cultivo en vasta escala, pudiera ser una fuente
valiosa de explotacin si la rutina y la lucha econmica en que se hallan propietarios e
indios no esterilizara toda innovacin, todo nuevo factor de riqueza. El planto del pino
sera tambin una riqueza en el departamento de Puno. Se tendra a bajo -286- precio
madera y combustible. Hasta ahora, ni autoridades ni hacendados han hecho ningn ensayo.
Adems de las minas de plata que trabajaron los espaoles en el siglo XVIII y que
todas se hallan paralizadas, existe en el altiplano de Puno, petrleo en Pusi, y en diferentes
lugares mrmoles y tierras apropiadas para fabricar cemento hidrulico.
Estas observaciones que hemos hecho sobre la inmovilidad en que se encuentran las
pocas industrias que tiene este departamento, ponen en evidencia que no es nicamente
comunicacin lo que el Per necesita para su progreso. A Puno llegan los rieles del gran
ferrocarril troncal del sur, y sin embargo su estado actual es tan lastimoso como el de ahora
50 aos. Su minera es nula, su agricultura escasa. Esta realidad prueba que no son
nicamente el medio fsico y la incomunicacin los factores que detienen el progreso
material del Per, sino tambin la calidad y la cantidad del habitante.
Posee el departamento de Puno, como todos los de la sierra, importante zona de ceja de
Montaa. Ayacucho tiene al Bajo Apurmac, Cuzco a los valles de la Convencin, Puno
posee la regin de Carabaya. La riqueza minera de esta provincia es extraordinaria.
Durante la colonia produjo 33000000 de pesos en oro. Durante la Repblica solo se ha
explotado la mina Santo Domingo y algunos bosques, para extraer cascarilla y caucho. La
regin no tiene caminos, exceptuando el que une la altiplanicie del Collao con las nacientes
del Inambari.
Con el departamento de Puno termina la sierra poblada del Per. Arequipa, Moquegua,
Tacna y Tarapac son departamentos de costa. Lo que existe en las nacientes de -287- los
grandes ros Apurmac, Pachachaca y Majes, es tan desolado como los desiertos del litoral.
Entre Arequipa y Juliaca no existe una mediana poblacin, no obstante que la distancia de
uno a otro punto es de 305 kilmetros. Lo mismo ocurre entre Arequipa y Cailloma
poblaciones que separa 214 kilmetros pasando por Pampa de Arrieros. Entre Cailloma y
Santo Toms, capital de la provincia de Chumbivilcas, la distancia es an mayor, siendo tan
brava la cordillera de los Andes en esos parajes que ni siquiera hay caminos entre una y
otra poblacin. Vetas de minerales inexplotados y pastos para alimentar escasas manadas
de carneros, son las nicas riquezas que existen en esas extenssimas mesetas andinas, cuya
superficie cuadrada es tanta, que en ella cabra toda la serrana de Hunuco, Junn y
Huancavelica. El da que por esas mesetas cruce el proyectado ferrocarril andino que por
las alturas se estudia entre Huancavelica y Pampa de Arrieros, estas punas, que si son
valiosas es nicamente por sus riquezas mineras, tendrn la vida y el progreso que les falta
y que nunca tuvieron ni aun en los tiempos coloniales.
-288-
Captulo IX
La montaa
Si llamamos sierra a todo lo que es interandino, debiramos considerar como montaa
a lo que est fuera de la cordillera. Esta definicin simplicsima como todo aquello que no
consulta la naturaleza de las cosas sino las exigencias de la lgica, en realidad no es
aplicable al territorio del Per. La sierra oriental no termina en las ltimas estivaciones de
la cordillera, ni la montaa est siempre en tierras planas. Cajamarca y Amazonas,
departamentos netamente andinos, tienen, uno en la provincia de Jan, y el otro al oeste del
Pongo de Manseriche terrenos de montaa. Pasa lo mismo con la provincia de Pataz en los
lugares inmediatos al Huallaga, y an en Huari en los sitios en que est unido a las
montaas del Monzn. Hunuco tiene al Pozuso, Junn los valles de Chanchamayo y del
Peren y a puerto Bermdez en el Pichis, Jauja y Huancayo las montaas del Pangoa.
Ayacucho las montaas de Huanta, el Cuzco los valles del Bajo Urubamba, y Puno la zona
de Carabaya, que est en plena Montaa y sin embargo es una de las ms andinas del Per.
-289-
No hay nada que divida mejor en nuestro territorio las tierras que son serranas de las
que no lo son, como las manifestaciones climatolgicas. Pertenecen a la montaa las
comarcas cuya temperatura media es de 24 a 28 grados y cuya atmsfera hllase tan
cargada de humedad que en pocos das los zapatos y los libros se cubren de verdes
vegetales microscpicos. No es nicamente la humedad y excesos de calor lo que
caracteriza las tierras de montaa, tambin las caracteriza las frecuentes lluvias, la
extraordinaria cantidad de agua que cae, las tempestades y los huracanes que preceden los
cambios de estacin.
La regin de que tratamos principia en el Ecuador y termina en Bolivia, teniendo al NE
y al E, respectivamente a Colombia y al Brasil. La parte sur y algo del centro es ondulosa,
la del norte y el este casi toda llana. Hallndose la parte plana formada por terrenos de
aluvin, no solamente es baja y susceptible de inundarse sino exenta de rocas y aun hasta
de piedras rodadas en las playas de los ros.
Tiene la montaa del Per dos entradas, una oriental por el ro Amazonas y otra
occidental por la cordillera de los Andes. Si fcil es para quien viene del Brasil surcar las
aguas de los ros peruanos que salen a esa repblica, difcil y muchas veces imposible es
penetrar a la regin de los bosques por el lado del Pacfico. Si en las alturas hay malos
caminos y con dificultad se puede caminar a bestia, en las tierras montaosas slo es
posible caminar a pie. En ellas no hay caminos y muchas veces imposibilidad de hacerlos.
Esa suave gradiente que observamos en la Argentina cuando se trasmontan los Andes
chilenos y se desciende a Mendoza, no tiene similitudes en el oriente del Per. Ya hemos
descrito, al -290- tratar de los ros, lo que son las bajadas al Maran, al Urubamba, y lo
que es la entrada a los valles de Jan por el lado de Piura y a los de Moyobamba por la
cuesta de los Ventaabras por donde se desciende al Inambari, al Chanchamayo, al
Huancabamba, al Alto Madre de Dios, al Bajo Apurmac y otros ros de menor importancia.
Esta valla andina, esta muralla estupendamente alta, y geolgicamente formada por un
terreno deleznable que todava las lluvias siguen socavando y haciendo cada da ms
intransitable, ha sido la ms poderosa causa geogrfica habida en el Per desde los tiempos
precolombinos para que los hombres hayan fracasado en la conquista de los bosques
amaznicos. Inconveniente fsico de tan grande magnitud, ha mantenido incomunicado el
Pacfico con el Amazonas y ha sido motivo para que Iquitos y otras poblaciones del
Maran y Ucayali hayan llevado vida semiindependiente, muchas veces teniendo ms
contacto con el Brasil, los Estados Unidos y Europa que con las ciudades andinas y con la
misma capital del Per. Hacen 50 aos que se proyecta llevar un ferrocarril de Paita al
Pongo de Manseriche, y 25 que se piensa comunicar los departamentos de Junn, Cuzco y
Puno, respectivamente con el Pachitea, el Bajo Urubamba y el Madre de Dios. Nada se ha
hecho porque la Repblica no ha tenido fuerza econmica para realizar obras tan colosales,
y porque el mundo tampoco ha tenido necesidad absoluta de los productos alimenticios e
industriales que se pueden obtener en esta parte del territorio nacional.
La comunicacin telegrfica, recin se ha conseguido mediante el sistema inalmbrico.
Esto, el aeroplano y el hidroavin, en parte salvarn la falta del ferrocarril. Hoy es -291-
posible, en cada momento, saber desde el Pacfico lo que ocurre en la montaa, conocer sus
necesidades diarias y atenderlas. Antes se necesitaba un mes para esto. Cuanto a la
navegacin area, no solamente servir para el transporte de pasajeros sino tambin para
movilizar carga, y lo que es ms importante, para descubrir zonas boscosas y civilizar al
salvaje.
La navegabilidad de los ros de oriente ha favorecido la comunicacin de nuestros
puertos fluviales con el Brasil, Nueva York y Europa, pero hallndose el Amazonas a
espaldas de los puertos del Pacfico y por consiguiente en divorcio con ellos, las ventajas de
esta comunicacin han sido verdaderamente locales y de ningn provecho para la costa y la
sierra. No hay ningn inconveniente en salir embarcado del Callao y llegar en la misma
nave a Iquitos, pero para hacer este viaje es necesario dar la vuelta por el canal de Panam
y en aos anteriores cuando esta va estaba cerrada, pasar por el estrecho de Magallanes,
para despus entrar al ro Amazonas. Esta fue la ruta que sigui el vapor Constitucin en
1896, en los das difciles en que Loreto proclam un movimiento separatista y en que fue
necesario enviar por mar una expedicin militar. La travesa dur cerca de dos meses. Si el
Tumbes fuera un ro navegable de larga extensin y separado del Bajo Maran por una
lengua de tierra igual a la del istmo de Fiscarrald, el intercambio de productos entre la costa
y la montaa habra alcanzado tan estupendo desarrollo, que ya las selvas de Loreto
estaran notablemente pobladas.
A ms de la situacin geogrfica y de la muralla de los Andes, causas sustantivas del
aislamiento de la montaa, -292- existen tambin otras de carcter fsico de no menor
importancia. Es una de ellas, lo impenetrable e inadecuado para la agricultura y la
ganadera que son los bosques de la montaa por causa de la tupida y arbrea vegetacin
que la cubre. Nadie desconoce el extraordinario valimiento de nuestra selva, su importancia
forestal y la riqueza que all se encuentra en maderas de construccin, de tinte, de
ebanistera y ramaje para fabricar papel. Nadie niega lo que valen los Manchales de caucho,
seringa, cascarilla, canela, vainilla, cacao, blsamo, resinas, etc., que abundan en su seno;
pero todo el mundo sabe y en especial el montas, el terrible trabajo humano que se
necesita para desmontar un lote de terreno, si sobre l se quiere cultivar caa de azcar,
algodn, tabaco, etc. Si toda la selva o la mayor parte de ella estuviera cubierta de
pajonales, sencilla sera la labor del colono y muy semejante a la que se hace en la pampa
argentina. Por desgracia, los pajonales son escasos y los rboles de los bosques tan altos y
desarrollados, como seculares que son, que por lo comn exigen muchos das de labor para
derribarlos, para quemarlos y lo que es ms penoso, para extraer las races. En la costa y en
la sierra no hay bosques, pero hace falta irrigacin. En la montaa agua sobra, como que
pocos lugares hay en el globo donde llueva tanto. En cambio es menester desmontar, y este
trabajo es tan costoso que por su causa no hay en todo el oriente, zona que tenga bajo
cultivo una extensin igual al diminuto valle de Tambo. Si el promedio de una fanegada de
tierra en la costa, a orillas del mar y cerca de un puerto, puede valorizarse en los ltimos 40
aos en 500 soles, y el desmontar en la montaa una extensin igual costaba esa cantidad y
en algunas -293- partes tal vez algo ms, cmo es posible suponer que el agricultor
peruano hubiera preferido radicarse en la montaa y soportar todos sus inconvenientes e
incomodidades, teniendo en la costa al mismo precio y en mejores condiciones tierra que
comprar? Al tratar de agricultura, en Causas Econmicas, ya tendremos oportunidad de
extendernos sobre este motivo geogrfico desfavorable a nuestro progreso.
Consecuencia de la selva es la falta de caminos. Va que en nuestra montaa no se abra
en diez metros de ancho, vulvese a cerrar en muy pocos aos. Una trocha dura 20 a 24
meses y en algunos sitios el follaje es tan tupido y los rboles tan altos, que es fcil estarse
uno o dos das desorientado y perdido en los bosques, a pie y cargado con la cama, los
vveres y el rifle al hombro. Esta misma vegetacin tupida y boscosa de la montaa hace
estrecho el panorama, no siendo posible contemplar la lnea del horizonte sino en los
grandes ros o en las cumbres que dividen las cuencas hidrogrficas. Es tambin, esta tupida
vegetacin causa adversa para la vida del montas en lo que toca a la fauna. No es
nicamente del len y del tigre de quienes hay que cuidarse sino tambin de numerosos
insectos sanguinarios y de ponzoosas araas, como tambin de culebras y vboras, algunas
de las cuales son terriblemente venenosas. Raimondi hizo un estudio de la fauna de nuestro
oriente. Siendo el ms completo y cientfico de cuantos se han escrito, y contribuyendo su
publicacin a darnos idea de lo que es la regin de los bosques, le damos cabida en nuestro
libro.
No hay palabras para dar una idea de la inmensa variedad
de reproducciones naturales, y de la actividad de la naturaleza
-294- en el continuo desarrollo de sus seres. En efecto, en la
dilatada comarca, surcada por los ros Huallaga, Ucayali y
Amazonas, se renen todas las condiciones ms favorables para
la vida; tales como, una atmsfera constantemente cargada de
vapores acuosos, una temperatura bastante elevada y un suelo
virgen y fecundo. En esta singular regin, por doquier, se fije la
vista, se nos presenta delante los ojos, una exuberancia de vida
tan grande, que toda la materia parece estar animada por
aquella misteriosa fuerza, que rige el mundo orgnico, y al ver
estas densas nubes de molestos mosquitos y vidos zancudos,
se dira que la naturaleza haya comunicado el soplo de la vida
hasta a los mismos tomos de la atmsfera que nos rodea.
En estas solitarias regiones, no modificadas an por la
mano destructora del hombre, la naturaleza se halla
continuamente en activo trabajo, experimentando en profundo
silencio, los ms grandes cambios en el mundo orgnico y
ostentando su munificencia con las ms variadas y ricas
producciones.
Pasando ahora a los animales mamferos dainos al
hombre, que se encuentran es esta parte del Per, nombraremos,
entre los principales, el sanguinario tigre o jaguar (felisenza,
lin.) el len o puma (felis concolor, lin.), el feroz uturunco
llamado tambin tigrillo (felis pardalis; lin.), el oscollo (felis
celidogaster tmm.); los que viven de rapia, atacando tanto a
los animales del monte como a los domsticos.
El gnero oso tiene dos representantes; el ursus ornatus,
cuv. y el ursus frugilegus tschudi; conocido por los indgenas
con el nombre de hacamari. El primero casi siempre vive en los
lugares fros y se alimenta de venados, vicuas y guanacos,
atacando tambin a los becerros y a las pequeas vacas; el
segundo al contrario habita los bosques y se nutre de materias
vegetales, principalmente de los frutos del humiro o yarina
(phyt elephas macrocarpa), tambin entra en los sembros de
maz en donde hace grandes daos.
El hediondo aaz (mephitis amazonica, licht.) que se
defiende de los animales que lo atacan despidiendo un olor
sofocante y pestilencial.
El omeiro (galictis brbara, vagn.); la flexible comadreja
(mustela agilis, tschudi) y la carachupa o mucamuca (didelphys
azarae temm.), hacen sus invasiones en los corrales
destruyendo un gran nmero de gallinas.
En fin, otro grupo de animales, no menos perjudiciales al
hombre, que los precedentes es el de los murcilagos, que -
295- chupan la sangre, tanto al hombre como la de sus
animales domsticos. Los murcilagos, son tan abundantes, en
algunas partes del Per; que no se puede dormir, sin cubrir
enteramente la cama con un mosquitero. Las especies
principales, que causan mas daos, pertenecen a los vampiros
(phyllostoma) y son, los phyllostoma bastatum, innominatum, y
erythromos tschudi.
Por ltimo, tenemos que citar aqu algunos mamferos, que
el vulgo mira como peces, porque los ve vivir en el agua; estos
son, los bufeos y las vacas marinas.
De los bufeos, se notan dos especies, de las que una es la
inia geoffrensis, blanv., de la talla de ms de dos varas y que se
encuentra en el Amazonas, Napo, Ucayali y otros ros, a ms de
600 leguas del mar: otra especie, un poco ms pequea es el
delphinus fluviatilis, gervais, que se nota en los mismos ros.
Las vacas marinas (manatus), que se pescan en los ros de
la provincia litoral de Loreto, pertenecen a dos especies, estas
son; el manatus americanus, tilisius; y el manatus latirostris,
harlan. Las vacas marinas son unos animales que adquieren una
talla de casi tres varas de largo y son dignas de inters, por su
carne, sana y agradable. Los indios del Ucayali y Amazonas,
cazan frecuentemente a estos animales, de los que comen su
carne asada.
Si la provincia litoral de Loreto tiene, como hemos visto,
reptiles muy tiles, tambin tienen otros que son el espanto de
los indios por su voracidad o por la actividad de su veneno. Los
reptiles de esta clase, que merecen ser citados, son los voraces y
temibles lagartos, (champsa) los que a pesar de ser conocidos
indistintamente, con el simple nombre de lagartos, pertenecen
sin embargo a tres especies distintas: a saber, champsa
scleropes, nigra (wagl). Esta ltima especie, esto es, el
champsa nigra, es la mayor llegando a tener ms de cinco varas
de largo.
Entre las variadas y horribles serpientes citaremos: el
gigantesco yacumama (boa murina, lin), el que a pesar de no
ser venenoso, es sin embargo temible por su prodigiosa fuerza.
Los indios exageran mucho la talla de este animal, la que casi
nunca pasa de cinco varas de longitud y el grosor de un muslo.
Los indios tienen adems la preocupacin de que el yacumana o
serpiente boa pueda atraer a un hombre con su resuello.
La mortfera culebra de cascabel (croths horridus, dand),
de veneno muy activo, pero que no puede ocultar su -296-
presencia, por el ruido que hace el choque de algunos anillos
crneos que rematan su cola. La peligrosa echidna (ocellata,
tschudi) que, aunque de pequea talla, su picadura es sin
embargo mortal. Los venenosos jergn (bothrops pictus, dum.)
y flamn (lachess rhombeata pr. mat.); el elegante coralillo
(elaps affinis, fitz), y por ltimo algunas especies de grandes
bothrops, casi tan peligrosos como la culebra de cascabel.
Entre las hormigas citaremos la especie ms notable, por
los daos que causa en los sembros de coca. Esta especie es de
una talla ms que mediana y provista de una gruesa cabeza
armada de fuertes y cortantes mandbulas, con las que parte
como con tijeras las hojas de coca, para trasportarlas hacia su
hormiguero. Esta especie es la oecodonta cephalotes (lep. st.
targ.) conocida en las montaas de Hunuco, con el de cutaca,
en Tocache se le llama ronguera, y en la parte ms al norte de
la provincia, se conoce con el nombre de curuhuinsi o tambin
runahuinsi.
Otra especie perteneciente el gnero atta y conocida en las
montaas del Cuzco con el nombre de chaco, invade en ciertas
pocas las casas y hace una polica de todas las cucarachas,
araas y cuantas otras sabandijas encuentra.
Una tercera especie, de color negro, es conocida en las
montaas del Cuzco con el nombre de opasisi (cryptocertis
atratus, fabric.). Otra especie mucho ms grande, cuya talla
pasa a veces de una pulgada, se conoce con el nombre de Isula,
y se teme mucho sus dolorosas picaduras.
En fin, en el interior del tallo y ramas de unos rboles
llamados en la montaa del Cuzco, Palo santo, y en la provincia
litoral Tangarana (triplaris peruviana, fisch et triplaris
poeppigiana, wedd), se encuentra otra especie de hormiga
(myrmica triplarina), la que lleva el nombre del rbol en donde
vive; llamndose en las montaas del Cuzco, hormiga del palo
santo y en la provincia litoral, hormiga Tangarana. Esta especie
es de un color amarillento, de talla pequea y muy gil; su
picadura es muy dolorosa. Basta dar un pequeo golpe en el
tronco del rbol para que salgan y traten de picar al que se
acerca a su morada.
Por ltimo, citaremos entre los insectos perjudiciales al
hombre y que habitan la provincia litoral de Loreto, al
destructor comejn (termes obscurum). Este pequeo animal,
construye grandes nidos de barro, los que a veces se hallan
colocados entre las ramas de los rboles y tienen ms de dos
pies de dimetro; otras veces se hallan pegados a un lado del
tronco -297- o lo rodean a manera de anillo, o tambin se
elevan del suelo como pequeas chozas. Este nido se halla en
comunicacin con el suelo, por medio de tubos de barro
construidos por los mismos animales y que a veces bajan a lo
largo del tronco desde la parte ms elevada del rbol. Mas lo
que hace este animalillo muy perjudicial al hombre, es que no
se contenta con hacer sus galeras sobre los rboles, sino que las
hace en las mismas casas, escavando todos los palos y
destruyendo en muy poco tiempo la ms slida madera. Cuando
estos animales no son perseguidos por el hombre, construyen en
poco tiempo sobre todos los palos sus largas galeras cubiertas
y trabajan despus con mucha actividad en su interior; de
manera que poco a poco, toda la madera se reduce a polvo,
pierde su solidez, y cae bajo el peso del techo.
En las aguas poco corrientes algunos puntos de la
provincia litoral de Loreto, tales como en las inmediaciones de
Jeveros se encuentra una especie de sanguijuela conocida en el
pas con el nombre de Callo-callo (hoementeria ghiliani, F.
lippi).
Una causa ms del atraso en que se halla el oriente por motivo de razones fsicas, es el
relieve de la zona, que si en algunas partes es alta, al extremo de presentar punas iguales a
las de la sierra y hermosas laderas propias para cultivos de algodn, caf, cacao y caa de
azcar, en la regin boscosa y favorable para la navegacin a vapor, es tan llana y baja que
cuando los ros crecen el terreno se inunda por centenares de kilmetros. El Amazonas, el
Yavar, el Bajo Ukayali, el Bajo Maran y otros, corren por el medio de comarcas tan
bajas y planas, que cuando no estn inundadas, estn secndose. En sitios como estos,
donde el llano forma horizonte y la vista alcanza hasta cuarenta kilmetros, el hombre no
tiene donde edificar ciudades, ni medios de cultivar artculos alimenticios. Slo es posible
explotar caucho, jebe, tagua, maderas y algunas resinas. Es por esta causa y tambin por la
escasez de poblacin, que Loreto importa casi -298- todo lo que consume. Hasta el
azcar y el chocolate se traen del extranjero.
Como causa secundaria podemos mencionar la existencia de numerosas tribus salvajes
en los mejores terrenos de la montaa. Ya tendremos oportunidad al hablar del habitante, de
manifestar el papel que el salvaje ha hecho en la civilizacin del Per, especialmente en los
tiempos republicanos.
Raimondi estudi en 1860 las principales causas que haban impedido hasta ese ao el
desarrollo comercial de nuestro oriente. Muchas de ellas subsisten a pesar de haber
trascurrido 70 aos, y siendo todas pertinentes al estudio que estamos haciendo, dmoles
cabida en nuestro libro.
Cuando se echa una mirada sobre la admirable disposicin
hidrogrfica de la provincia litoral de Loreto, y se observa esa
intrincada red de ros y canales, preparada de antemano por la
naturaleza, para el fcil y econmico trasporte de las ricas
producciones de esta comarca, se queda sorprendido no
encontrar ac y all florecientes y animadas ciudades, sino que
por lo contrario hallar a esta tierra de promisin, que rene en s
los ms grandes elementos de prosperidad, todava sumergida
en el ms profundo letargo.
Cul es la causa que ha impedido el desarrollo del
comercio en esta tan bella como rica porcin del Per? Algunos
sin duda lo atribuirn a la escasez de brazos; pero cmo no ha
sucedido lo mismo con las risueas y animadas orillas del
Mississipi, que un poco ms de un medio siglo hace no eran
sino vastas soledades? No, en mi concepto la falta de brazos, no
ha sido el obstculo al desenvolvimiento del comercio de la
regin que nos ocupa. La verdadera causa es el aislamiento de
esta provincia con las otras naciones. En efecto, por un lado la
limitada y onerosa navegacin de la compaa de vapores
brasilera, y por el otro falta de caminos, a travs de la elevada
cordillera que la separa de los puertos del Pacfico.
El otro mal que adolece esta parte del Per, es la escasez
de brazos, que se hace sentir cada da ms a medida que va
desarrollndose un poco el comercio. Como hemos visto, -
299- esta escasez depende de que la mayor parte de los brazos
tiles de esta provincia, son empleados en el trasporte de las
cargas, tanto por tierra, cuanto por ro, emplendose en este
trabajo, casi todos los hombres de Chasuta, Yurimaguas,
Balsapuerto, Jeveros, Laguna, Nauta etc. Ahora, es preciso
decir, que para ese trabajo se les obliga casi de viva fuerza, y
estos pobres indios deben contra su voluntad salir del seno de
sus familias, abandonar el trabajo de sus chacras, y servir como
bestias de carga, llevando sobre el dorso por los ms escabrosos
caminos, un fardo que con su cama y alimentos, tiene ms de
cuatro arrobas de peso. Este trabajo forzado ha ocasionado la
notable disminucin de la poblacin, la que se ha reducido en
algunos pueblos, a menos de la mitad y en otros, a la cuarta
parte; y tomando por ejemplo la ciudad de Jeveros, diremos que
en 1840, por un censo hecho por el Ilustrsimo seor obispo
Arriaga, de 15 almas de poblacin; en el da no llega a tres mil.
Balsapuerto, que en dicha poca tena 400 familias, actualmente
cuenta solamente cien. Parece que los indios para no servir de
cargadores, emigran y van a habitar lugares muy apartados, en
donde no son inquietados por las autoridades. Los pueblos
situados en las orillas de los ros suministran los bogas, o sea
los remeros y poperos, que sirven para dirigir las canoas, que
continuamente suben y bajan por los ros con cargas; de manera
que, como acabamos de decirlo, todos los mejores hombres, los
brazos ms tiles, vienen empleados en esta clase de trabajo y
todava no son suficientes, permaneciendo las cargas muchas
veces por varios das en los pueblos de Balsapuerto y Nauta por
falta de indios para trasportarlas.
Ahora se comprende fcilmente como esta ocupacin debe
ser perjudicial al progreso de la agricultura y de la industria de
la provincia litoral de Loreto, quitndole los principales brazos
tiles.
Otra medida conducente al mismo fin, es la de sustituir las
embarcaciones para el trasporte de las cargas por los ros, con
pequeas lanchas de vapor, economizando de este modo el gran
nmero de brazos empleados en el da como bogas.
Con estas medidas todos los brazos que ahora se emplean
para el trasporte de las cargas, tanto por tierra como por ro,
quedaran expeditos para los trabajos de la agricultura, o para
otra cualquiera industria, tal es por ejemplo el cultivo del caf,
cacao, ail, algodn, y todos artculos de pronta realizacin; o
la fabricacin de los sombreros, la preparacin del pescado
salado, del que el vecino Brasil aumenta cada da su consumo,
la extraccin de la sal de las inagotables -300- salinas de
Callanayaco y Pilluana cuyo artculo se exporta tambin al
Ecuador, etc. Con buenos caminos, no slo se exportaran con
ventaja las producciones de la provincia, sino que tambin los
departamentos vecinos hallaran una salida para sus
producciones y de este modo el comercio de la provincia litoral
de Loreto tomara tanta extensin que podra cubrir los gastos
necesarios, para la plantificacin de una compaa nacional de
navegacin por vapor en grande escala; y evitar de este modo el
funesto resultado del monopolio que hace pesar sobre el Per la
compaa brasilera.
A estas causas hay que agregar las que ya hemos apuntado al tratar de nuestros ros de
Oriente, siendo maravilloso y digno de orgullo para los peruanos del primer siglo
republicano, que con medios civilizadores tan diversos, las regiones de los bosques y
especialmente Loreto, hayan alcanzado el notable progreso geogrfico, industrial y
comercial que hallamos en ellas. Dbese esto principalmente, al espritu superior, al
carcter y energa de sus exploradores y a la labor tenaz y abnegada de los cascarilleros,
primero, y despus de los caucheros. Aquellos, en su tiempo, ocuparon todas las cejas de
montaa, los segundos el corazn mismo de la zona fluvial y hasta sus ms recnditos
afluentes. Es cierto que lo explotado es como uno en mil y que los albores del ao de 1921
encuentran la montaa tan virgen como estaba antes que Coln descubriera la Amrica,
pero ese uno en mil es un esfuerzo gigantesco, es labor de titanes y sin duda alguna el paso
ms audaz y extraordinario hecho por la Repblica en el camino de la civilizacin y de su
progreso material. En esta labor de cultura, es la geografa la que ms se ha enriquecido. Es
notable la manera como los hombres de ciencias, en especial nuestros marinos corrigieron y
aumentaron nuestro mapa. Una comparacin -301- entre lo editado ltimamente y lo que
Paz Soldn public en 1855, nos da idea del atraso geogrfico en que hemos vivido en
nuestros primeros tiempos republicanos, atraso que ocasion los inconsultos tratados de
lmites de 1851 y 1867. Raimondi en el 3.
er
tomo de su gran obra El Per, hace la historia
de las exploraciones y descubrimientos de los ros orientales.
Una de las caractersticas de nuestro oriente es la forma errante como sus habitantes
han vivido en los ltimos cien aos. Los asaltos de los salvajes y la fuga de los pobladores
para librarse de la tirana de los gobernadores y principalmente del enganche para explotar
el caucho, despoblaron por completo antiguas aldeas fundadas en su mayor parte por
misioneros franciscanos. A estas causas hay que aadir el establecimiento del Apostadero
de Iquitos, el impulso dado a Contamana en el Ucayali y Yurimaguas en Huallaga. Si
Iquitos lleg a tener 15000 habitantes en la poca de la prosperidad del caucho, en su
mayor parte obtuvo esta poblacin a expensas de pueblos desaparecidos como Nauta,
Pebas, Omaguas, Sarayacu, Balzapuerto, etc., etc., y del despueble de Moyobamba.
Raimondi visit Loreto en 1856 y hall las siguientes poblaciones de importancia.
Yurimaguas.- Este pueblo se halla situado en un terreno
elevado, a la orilla izquierda del Huallaga, entre la
desembocadura de los ros Sanusi y Paranapuras, a dos das de
bajada de Chasuta. Yurimaguas es uno de los puertos del
Huallaga que tiene mejor vista al ro. No hay palabras para
describir el hermoso paisaje que se presenta a los ojos del
viajero, situado sobre la meseta donde se halla construido el
pueblo. Desde este punto su vista se extiende a lo lejos sobre el
ro Huallaga sembrado de numerosas islas cubiertas de las ms
esplndida -302- vegetacin; mientras que el agua de este
caudaloso ro se desliza suavemente a sus pies, siguiendo
taciturna su majestuosa marcha, en medio de esta rica pero
despoblada regin. Contemplando este bello cuadro de la
naturaleza virgen, el observador experimenta una sensacin de
melancola, y quisiera cambiar esta muda escena en otra ms
viva y animada, viendo la tranquila corriente surcada por
numerosos vapores, llevando el comercio y la vida en el seno
de esta apartada comarca.
El pueblo de Yurimaguas, tendr a lo ms 250 habitantes.
Los individuos de Yurimaguas son activos e industriosos y al
mismo tiempo los ms diestros navegantes del Huallaga. Los
habitantes de Yurimaguas fabrican ollas y toda clase de vasijas
de tierra con un arte admirable. Los cntaros que se usan en
Moyobamba para llevar agua, son generalmente construidos en
Yurimaguas. Estos cntaros son barnizados exteriormente y
tienen sobre un fondo blanco, caprichosos dibujos de color
negruzco y colorado.
La principal ocupacin de los habitantes de Yurimaguas es
la de servir de bogas en la navegacin del Huallaga y el
Paranapuras. Algunos hacen viajes a las salinas de Callanayaco
y Pilluana, situadas en las orillas del Huallaga, un poco ms
arriba, para traer cargas de sal.
En el pueblo de Yurimaguas se usan, como moneda, las
agujas, los anzuelos, tocuyo, machetes, etc. Las cosas de poco
valor, tales como pltanos, yucas etc. se pagan con agujas o
anzuelos; as, por ejemplo, cinco agujas grandes representan el
valor de un medio y con ellas se puede obtener una cabeza de
pltanos. El trabajo personal se paga con tocuyo, machetes,
hachas etc. Los tocuyos que sirven de moneda en toda la
provincia litoral de Loreto, son de varias clases; pero los
principales son tres; esto es: el del pas, el ingls y el
norteamericano.
Jeveros.- Esta poblacin es la capital del distrito, y al fin
del siglo pasado lo era de la provincia, residiendo en Jeveros en
aquella poca, la autoridad principal. La poblacin de Jeveros
tiene el ttulo de ciudad y se halla situada a una legua de la
orilla derecha del ro Rumiaco, afluente del Aipena, el que
tributa en el Huallaga cerca de la confluencia de este ltimo con
el Maran. La ciudad de Jeveros dista de Moyobamba menos
de treinta leguas; pero el camino es tan malo que se necesitan a
lo menos ocho das para trasladar las cargas de un punto a otro.
A pesar de que la poblacin de Jeveros se halla habitada por
indios que andan medio desnudos y que casi todas sus casas
estn formadas de palizadas, con techos -303- de hoja de
palmera, tiene, sin embargo un aspecto agradable. Sus casas son
dispuestas en calles derechas y ms anchas que las de Lima,
siendo todas de 18 a 20 varas de ancho. Estas calles se cruzan
en ngulo recto, y en casi todos los puntos de cruzamiento, se
nota una grande cruz. Su iglesia aunque rstica es bastante
grande y regular; pero lo que da a la poblacin de Jeveros un
sello especial, es la grande limpieza que reina en sus calles y
plaza.
La poblacin de Jeveros ha disminuido de un modo
considerable el nmero de sus habitantes, existiendo un censo
hecho en 1840 por el Ilustrsimo seor obispo Arriaga, que da a
Jeveros una poblacin de cerca de 5000 habitantes. Otro censo
hecho en 1859 hace ver que Jeveros en el da no tiene mas de
3000 habitantes. Los indios de Jeveros son inteligentes, dciles
y obedientes, su ocupacin es servir en las casas de
Moyobamba y cultivar las chacras de las inmediaciones de esta
ciudad; servir de cargueros para el trasporte de los efectos que
vienen a Jeveros por el ro Aipena; y por ltimo en fabricar
cerbatanas para cazar, preparar cerillos con una especie de cera
negra mezclada con resina copal que recogen en el monte y
fabricar grandes velas, o mejor antorchas para alumbrarse a
todo viento, las que preparan en forma de grandes cilindros con
resina copal envuelta en hojas de palmera. Estas antorchas se
conocen en el lugar con el nombre de Shupive.
Los indios de Jeveros son bien desarrollados y se pueden
considerar como los mejores indios para toda clase de trabajos.
El salario que ganan es de cuatro pesos al mes si es afuera de
Jeveros (en Moyobamba por ejemplo). En su misma poblacin
se les paga diez varas de tocuyo y diez reales en plata por cada
mes. El trasporte de una carga de tres arrobas y media desde
Jeveros a Moyobamba, vale dos pesos.
Balsapuerto.- El pueblo de Balsapuerto se halla situado en
la orilla izquierda del ro Cachivaco, afluente del Paranapuras.
El pueblo de Balsapuerto est situado casi en la mitad del
camino entre Moyobamba y Jeveros. Balsapuerto ha sido en
otra poca un pueblo bastante grande; pero actualmente, lo
mismo que Jeveros, va continuamente decayendo y
despoblndose de un modo muy notable. As en 1840,
Balsapuerto tena 400 familias, las que juntas hacan una
poblacin de cerca de 2000 almas; mas, poco a poco algunas de
estas familias desertaron del pueblo, para irse a establecer a otra
parte. En 1846, hubo una grande emigracin, habindose
separado del pueblo 108 familias, y desde esta poca ha ido
continuamente disminuyendo, quedando actualmente slo 100
familias, -304- las que equivalen a una poblacin de 500
almas poco ms o menos. Los que abandonaron este pueblo se
fueron a establecer a Tarapoto, Yanayaco, Santa Catalina,
Sarayaco, cerca de Loreto, y hasta en la misma frontera del
Brasil. Con esta gran desercin, la mayor parte de las casas de
Balsapuerto, se hallan en un estado ruinoso o completamente
abandonadas. La causa principal de esta desercin es el
continuo trabajo que se les hace sufrir, obligndolos casi de
viva fuerza a servir de cargueros.
Nauta.- El pueblo de Nauta ha sido fundado solamente el
ao de 1830 y tiene actualmente como 1200 habitantes. Por su
posicin, la que es en la orilla izquierda del Maran y casi
enfrente de la desembocadura del Ucayali, el pueblo de Nauta
est llamado a engrandecer mucho. En efecto, en el trnsito de
todas las embarcaciones que bajan al Brasil con sombreros y
pescado salado y de las que vienen cargadas de efectos
variados, y adems casi en la boca del caudaloso Ucayali,
adonde se dan cita todos los pescadores de la provincia, el
pueblo de Nauta domina los dos ms grandes ros y va
adquiriendo mayor importancia cada da.
Ahora mismo, en Nauta se hallan establecidas algunas
casas extranjeras, con un buen surtido de efectos de cambio,
tales como tocuyos y telas de varias clases, hachas, machetes,
cuchillos, agujas, granos de vidrio colorado, anzuelos y adems
varios comestibles que no se hallan de venta en la misma
capital de la provincia.
Todos los efectos de comercio se hallan ms baratos en
Nauta que en Moyobamba, lo que es debido a su fcil
comunicacin con el Brasil, Estados Unidos y Europa:
trasportndose todas estas mercaderas por agua, mientras que
para entrar a Moyobamba hay siempre que atravesar escabrosos
y difciles caminos, sea que los efectos vayan a Moyobamba
por los caminos de tierra o por los ros.
El pueblo de Nauta se halla en un terreno un poco elevado
y a la altura de 153 varas (128 metros) sobre el nivel del mar.
Las casas de los indgenas estn construidas de caa brava
(ginerium sagitatum, beauv.); las de los extranjeros son de
tapiales y las nicas que presentan alguna comodidad. Las casas
no estn dispuestas en orden y slo forman una calle que de la
plaza se dirige al ro. El desembarcadero en tiempo de creciente
del ro es fcil; pero cuando este ro baja es muy molesto por la
cantidad de barro que deja el agua al retirarse. En esta poca se
entra en una quebradita, a pocos pasos ms abajo y se
desemboca a un costado de la poblacin.
-305-
El principal trabajo de los habitantes de Nauta es el de
servir de boga en la navegacin del Maran y del Ucayali.
Iquitos.- El pueblo de Iquitos, se halla situado en la orilla
izquierda del Amazonas, casi en la confluencia del ro Nanay y
a un da de bajada desde Omaguas. El pueblo se halla colocado
en un terreno un poco elevado; actualmente tiene una poblacin
que pasa de 400 almas, y dividido como en dos pueblos, de los
que uno tiene casas ms cmodas y es habitado por unos 100
individuos, originarios del pueblo de Borja, destruidos por los
salvajes; el otro es habitado por indios de Iquitos, los que no
slo viven en el pueblo, sino que una gran parte habitan en el
estado salvaje los bosques de las inmediaciones. Estos andan
desnudos y slo se cubren cuando vienen a la poblacin para
hacer sus cambios.
Pebas.- El pueblo de Pebas se halla situado en un terreno
elevado, en la orilla izquierda del ro Amazonas, casi una legua
ms abajo de la desembocadura del ro Ambiyaco y como a
diez leguas ms abajo de Chorococha. Pebas es un lugar de
misiones habitado por indios de la nacin de los pebas y
algunas familias de peruanos blancos. El pueblo tiene como
trescientos habitantes, los que se ocupan como los de Iquitos en
tejer hamacas y bolsas de Chanvira, y adems en la fabricacin
de veneno para cazar por medio de la cerbatana.
Loreto.- La poblacin de Loreto, situada en la orilla
izquierda del Amazonas, no tiene otra importancia que la de
haber dado su nombre a toda la provincia por ser la ltima
posesin peruana, hacia el E, sirviendo de lmite al Per con el
Brasil.
Con el nombre de Loreto, se comprende todo el territorio
ocupado por varios caseros; pero el verdadero pueblo de
Loreto, tan mentado, es formado de diez o doce casas, bastante
alejadas una de otra y construidas sobre un piso muy desigual;
sus pobladores, en nmero de 80 o 100, son casi todos
portugueses o brasileros.
Caballococha.- La poblacin que se conoce con este
nombre, se halla situada a seis o siete leguas antes de Loreto, en
la orilla de una laguna bastante grande, a ms de media legua
de distancia de la orilla derecha del Amazonas. Caballococha es
un lugar de misiones; sus casas son construidas en un terreno
llano y habitado por indios Ticunas. La poblacin tendr 150
200 habitantes, los que son muy inconstantes, variando
continuamente de lugar.
Sarayaco.- La poblacin de Sarayaco se halla situada a una
legua de la orilla izquierda del ro Ucayali, y a ms de -306-
noventa leguas ms arriba de la desembocadura de este ro.
Sarayaco es un pueblo de misiones, fundado en 1790 por el
reverendo padre Girbal, con algunas familias de infieles
Setebos; desde entonces ha ido continuamente aumentando su
poblacin, de manera que en 1859, cuando yo pas por este
lugar, Sarayaco tena 1030 habitantes. La poblacin actual de
Sarayaco es muy heterognea, hallndose en este pueblo
individuos de casi todas las tribus de infieles que habitan las
mrgenes del ro Ucayali. La poblacin puede dividirse en tres
partidos principales panos, omaguas y llanicos; pero estos
ltimos se han mezclado con los otros, de manera que en la
poca de mi trnsito por este pueblo no exista ms que una sola
mujer que fuera llamea legtima. Adems de estos tres partidos,
viven en Sarayaco algunos indios setebos, sipibos, conibos,
amahuacas, remos, campas, mayorunas y capanahuas. Por
ltimo, en Sarayaco se hallan tambin algunos indios de los
diferentes pueblos ribereos del Huallaga.
El pueblo de Sarayaco goza de un buen clima, siendo
situado sobre un terreno elevado y arenoso, el que por su
grande permeabilidad al agua, se halla completamente seco,
poco despus de la cada de los ms grandes aguaceros. Las
casas son numerosas y situadas a una cierta distancia una de
otra, de suerte que el pueblo ocupa una extensin de terreno
bastante grande. La altura del pueblo de Sarayaco sobre el nivel
del mar es de 19 varas (16 metros).
Contuman.- San Buenaventura de Contuman es una
pequea poblacin fundada en 1807 por el reverendo padre
Mrquez, con algunas familias de conibos; se halla situada en la
orilla derecha del Ucayali, a siete leguas ms arriba de
Bepuano. Pocos aos despus de su fundacin tena 150
habitantes, pero despus de la Independencia del Per fue
completamente abandonado; y en 1858 se han ido a establecer
all dos familias de indios sipidos.
El autor de este libro visit Loreto en 1894 y encontr el desarrollo comercial y la
prosperidad urbana que se manifiesta en las siguientes notas, notas que tomamos de las
correspondencias que ese mismo ao fueron enviadas a El Comercio de Lima.
La capital de la provincia de San Martn es Tarapoto,
poblacin que si hoy tiene una mediana importancia, la tendr
-307- ms tarde muy grande por su posicin geogrfica,
nmero de habitantes y produccin de un tabaco tan bueno
como el mejor de Cuba. Est a cuatro horas de camino del
puerto de Shapaja, que est situado en la banda izquierda del
caudaloso Huallaga. Cuenta pues Tarapoto para el desarrollo de
su agricultura, con una va de agua. Su tabaco, por su calidad,
ser solucionado algn da en el extranjero para mejorar a otros
escasos de aroma y fuerza. Es insignificante la produccin
actual, y no se siembra ms porque no hay mercado, existiendo
al lado de los actuales cultivos miles de hectreas cubiertas de
bosques que no tienen dueo alguno.
El tabaco de San Martn no tiene otra plaza de expendio
que la de Iquitos. En ese puerto lo compra a vil precio el
comerciante por mayor, y lo negocia para el consumo de la
misma poblacin y de toda la regin fluvial, especialmente para
el Ucayali y el Yavar. Al Brasil se le exporta en pequeas
cantidades. A su vez, el comerciante de Tarapoto pone la
cuerda al cuello al pobre agricultor, a quien no compra su
producto, sino que lo cambia por mercaderas, las que le da con
el recargo que quiere. El beneficio del tabaco se hace por
mtodos imperfectos. Por fortuna es tan rico el suelo para este
cultivo, que el aroma natural de la hoja se sobrepone a todo, y
el tabaco de Tarapoto es el mejor del Per. Esperamos que el
producto se abra paso en esta provincia, y que muy pronto
veamos venir una empresa que traiga tabaqueros de la Habana
para comprar por plata y no por mercadera hoja sin
preparacin para beneficiarla a la manera que se hace en Cuba.
Este tabaco as beneficiado se puede vender, a buen precio en
cualquier mercado europeo.
Algo parecido pasa en Moyobamba con el sombrero; el
que no se puede vender primero en la Costa sin ir antes a Piura
a ser beneficiado en el lavado y en el blanqueo. Este viaje
recarga notablemente el costo de la mercadera; para evitarlo, la
casa de don Vicente Najar, ha trado dos industriales piuranos,
para encargarles de la preparacin de la notable cantidad de
sombreros que exporta.
Tarapoto como poblacin es muy parecida a Moyobamba,
aunque mucho ms pequea. El termmetro marca hoy,
diciembre l., 31 grados centgrados, y materialmente nos
estamos ahogando de calor. Su comercio est formado por
varios almacenes en los que slo se consiguen telas de algodn.
Los vveres son escassimos y muy caros. Pan y carne los hay
de vez en cuando, y hasta los pltanos y yucas son escasos.
-308-
Al tercer da de haber salido de Shapaja amanecimos en
Yurimaguas, hoy capital de la provincia del Alto Amazonas y
lugar de importancia por ser el puerto que comunica al Per
Occidental con el Per Fluvial. Esta circunstancia le dar gran
desarrollo el da que la inmigracin pueble Loreto. Yurimaguas
tiene que ser con respecto al Per, lo que el Par respecto al
Brasil, esto es: la puerta de entrada a la regin de los ros. En la
actualidad es una ciudad en construccin y por tanto de
contraste: al lado de una magnfica casa y en una calle
principal, se ve una choza de caa con techo de palmera.
Yurimaguas slo tendr doce aos de construida.
Anteriormente no era sino una triste ranchera de indios, con
dos o tres casas de blancos. Era entonces un desembocadero sin
industria y sin comercio. Hoy est trasformada debido a la
evolucin comercial que ocasiona en Mainas la industria del
caucho. Varios negociantes se establecieron en Yurimaguas, no
como lugar productor sino punto estratgico. Por l se exportan
en grandes cantidades, tabaco, ganado, frjol, sombreros,
aguardiente, caf, etc., productos todos que vienen de las
provincias de San Martn y Moyobamba y de algunos pueblos
del departamento de Amazonas. Muchos de estos productos,
como el tabaco que viene de Tarapoto, se negocian en esta
plaza, la que ya por su cuenta los remite a Iquitos o al Brasil.
No es pues Yurimaguas, lugar productor. En ella no hay ms
industria que la fabricacin de aguardientes, la que se hace en
varias haciendas situadas en ambas mrgenes del Huallaga, en
donde se muele la caa en trapiches movidos a vapor. Excusado
es decir que la internacin de mercaderas para las provincias
de Moyobamba y San Martn se hace por este puerto.
Yurimaguas est edificada sobre una planicie elevada de
terrenos, de manera que no tiene por qu temer las
inundaciones peridicas del Huallaga. Puerto, propiamente
dicho, no existe. Los vapores atracan al lado de una playa llena
de lodo, en la cual principia un suave barranco, atravesado en
todo sentido por profundos surcos. El barranco no es alto y en
su lmite superior, est la hermosa pampa en donde se
construye la ciudad. Al presente slo existe una plaza de forma
irregular y varias calles no muy rectas; pero todas con diecisis
metros de anchura y con nuevos edificios. Estos son de dos
pisos, de estilo elegante, lo que demuestra gusto y fortuna en
sus propietarios. Al presente se construye seis buenas calles. La
madera labrada viene de Iquitos y las tejas y ladrillos, se hacen
en una fbrica especial que hay en las inmediaciones. Si
continua la fiebre edificadora, Yurimaguas ser -309- gran
poblacin dentro de diez aos. Lo sensible en este progreso, es
que las calles no se estn haciendo a cordel y que dentro de un
siglo, cuando se quiera enderezar tanto entuerto, tendr que
gastar el Municipio algunos millones para hacerlo. Por qu las
autoridades no piden al Gobierno que se autorice al ingeniero
seor C. A. Prez, para que haga el trazo de la ciudad de
Yurimaguas? El plano de este trazo quedara en la
municipalidad, para que por l se rijan todos los que quieran
edificar.
Este puerto est situado a igual distancia de todas las
capitales de provincia de este departamento, y como punto
central ser algn da la capital de Loreto. En sus
inmediaciones posee como cuatrocientas leguas cuadradas de
terrenos no inundables completamente planos: en donde pueden
cultivarse todos los productos tropicales. No se crea que todos
los terrenos de Loreto son propios para la agricultura: existen
algunos miles de leguas cuadradas, que quedan en cada ao
bajo de agua por dos o tres meses. A ms de estos terrenos
propios que posee Yurimaguas, es el nico puerto de salida de
los inmensos valles de Moyobamba, Jeberos, Tarapoto y
Saposoa, valles en los cuales existen los mejores terrenos de
cultivo de todo Loreto, los que se poblarn algn da y traern a
Yurimaguas, para su expendio, sus mltiples productos. Algo
parecido a lo que pasa en Chile con Valparaso.
En suma: yo espero mucho de ese puerto: juzgo que ms
tarde ser un rival de Iquitos y uno de los primeros de la
Repblica.
La instruccin primaria se da en Yurimaguas en cuatro
escuelas: dos de varones y dos de mujeres. La fuerza pblica
est formada por dos soldados bajo las rdenes de un mayor de
ejrcito, de nacionalidad italiana, que recibi ese grado el ao
de 1854.
Iquitos es una ciudad que a grandes pasos marcha a su
formacin, pero que todava no est concluida. No existe
muelle ni explanada ni algo parecido a un desembarcadero: los
vapores atracan a lo largo de una orilla desde la cual principia
un barranco alto y profundamente accidentado por la accin de
las aguas. Despus de que ha llovido, todo aquello se convierte
en un lodazal. Propiamente hablando no hay puerto. Sobre
dicho barranco que tendr una altura de diez metros, se ha
formado un terrapln con gradiente de 30%. Por ella corren
sobre rieles los carros que suben y bajan las mercaderas. Es un
andarivel a vapor que parte desde la orilla del ro y que termina
en la factora del Estado. Por medio de un -310- desvo que
hay frente a esta factora, la carga sujeta a revisin pasa al
Almacn Fiscal.
Si de lo que se llama el puerto se pasa a la ciudad, el
desencanto es todava mayor. El suelo de las calles est en su
primitivo estado, lo nico pavimentado en las calzadas son las
veredas, mejora que ha sido hecha por los mismos propietarios,
usando tierra aplanada o ladrillo. La calzada, propiamente
dicha, est cubierta de yerba menuda, la que se produce con
exuberancia al medio de ella, donde las aguas han formado su
propia acequia. Esta, por no tener gradiente igual las empoza de
trecho en trecho y da origen a charcos y lodazales de lo ms
insalubres. En estos ltimos meses el municipio ha ordenado
que los vecinos arenen las calles; pero la orden se ha cumplido
a medias. Por el centro de la calzada, cuando llueve, corren
verdaderos riachuelos, los que sera peligroso atravesar en das
de tempestad, si el Municipio no hubiera construido, de madera,
como tambin de mampostera largos y fuertes puentes que van
de vereda a vereda.
El aspecto que a la poblacin le dan sus construcciones es
agradable, no obstante que la mayor parte de los techos son de
hoja de palma y que las paredes estn blanqueadas con cal. Al
presente comienza a construirse con ms gusto y costo. En estas
nuevas fbricas las paredes que dan a la calle estn
ornamentadas con azulejos iguales a los que tienen los
conventos de Lima. Los techos se cubren de buena teja, la que
viene desde Europa, como tambin las puertas y ventanas que
son de buen estilo. Muchas residencias y almacenes de
comercio han sido construidos en esta forma.
La ciudad se extiende sobre una alta y magnfica planicie.
Est formada por largos jirones que siguen la ondulacin del
Malecn sobre el ro. Tiene ste un curso caprichoso por haber
seguido las variantes que frente a Iquitos hace el Amazonas.
Tiene este malecn un ancho variable, nunca menor de quince
metros. El da que se le arregle construyndose sobre el
barranco un muro slido, que se le terraplene, adoquine y
adorne con rboles y bancas de mrmol, ser la primera avenida
de Iquitos. En l estn situadas las Casas de Gobierno, el
Almacn Fiscal, la Factora y la hermosa casa de los Seores
Welche y Compaa y otras muchas de elegante construccin.
Siguen a este jirn tres que le son paralelos; el principal y ms
extenso tiene el nombre de El Prspero. Es uno de los ms
largos de la ciudad y tendr catorce cuadras. Las cuadras en
Iquitos tienen cien metros de largo por diecisis de ancho. Son
todas tiradas a cordel; sufriendo se los girones vueltas bruscas
-311- por la ondulacin del ro, cuyo curso ha servido de base
al trazo.
La propiedad tiene enorme valor. Una habitacin con
puerta a la calle, acompaada de una pequea huerta cuesta
quince y hasta veinte soles por mes. Por lo regular se calcula en
dos por ciento mensual el inters del capital invertido en fincas.
Esta alza en los arriendos ha despertado fiebre de edificacin y
consecuentemente el crecimiento de la ciudad, cuyo nmero de
casas se ha duplicado, casi en ocho aos. Terrenos para edificar
todava vacantes en el Malecn y en el Prspero se venden
hoy por treinta y cuarenta soles la vara cuadrada.
Solares que en el ao de 1887 se dieron gratis por el
Gobierno y que entonces no tenan valor, se encuentran hoy en
el cedro de la poblacin, habiendo servido para levantar sobre
ellos buenos edificios. Ya no hay terrenos municipales ni
tampoco del Estado que pedir, pues el permetro de la ciudad ha
llegado a las chcaras que rodean la poblacin. En este reparto
gratuito de solares, ni el Gobierno ni tampoco el Municipio se
han reservado nada. Esta ciudad necesita, como que no los
tiene, mercado, cuartel, teatro, parque municipal y locales para
escuelas; siendo as que el da que Iquitos se engrandezca y
necesite de estas construcciones, le ser necesario principiar por
comprar terrenos que en otro tiempo se regalaron.
Como edificios pblicos se puede citar la Casa de
Gobierno, la Factora y la Iglesia Matriz. El aspecto actual de la
primera revela la desidia de sus moradores. Es todava un
edificio magnfico, indudablemente lo mejor que se ha hecho en
el Per como casa de gobierno despus de la del Callao; sin
embargo, como Caraz inconclusa en su interior y no se la ha
refaccionado desde el ao de 1863 en que se le construy,
acabar por venirse abajo si se sigue mirando con indiferencia,
su rpido deterioro. El patio principal, pavimentado en parte
con fondos de botella, muchos rotos o hundidos est tan
profundamente tupido de yerba y cargado de basura que su
vista es la mejor prueba que puede tener un extranjero que
arribe a esta orilla del Amazonas de lo que es el desgobierno en
el Per. En este enorme local estn las oficinas de la Aduana,
las de la Subprefectura, las del juzgado de Primera Instancia, y
adems el Correo, la Capitana del puerto, la Crcel y el Cuartel
de Polica.
Con la Factora del Estado pasa lo mismo que con la Casa
del Gobierno. Se gast en levantarla cien mil libras esterlinas y
hasta hace pocos era la primera del ro Amazonas, -312- no
existiendo en el Per ninguna igual. Desgraciadamente pronto
ser la ltima, aumentndose cada vez ms el deterioro del
local y el de las mquinas. Existen en ella fundiciones para
fierro y bronce, mquinas completas para aserrar maderas, para
hacer ladrillos y tejas. Tiene una maestranza con un gran
martillo a vapor y talleres de herrera y de carpintera. Tiene
tambin tres calderos, una mquina a vapor y mucha
maquinaria desarmada y hasta encajonada. Todo est
notablemente deteriorado. Slo funcionan las sierras. Casi todo
lo dems est paralizado, y como la accin oxidante del aire en
Iquitos es enrgica, muy en breve lo poco que todava sirve
hoy, quedar convertido en fierros viejos.
Actualmente est escriturada a razn de dos mil soles por
ao. Por qu no se busca quien la tome por diez aos sin pagar
nada con tal que la refaccione? Iquitos necesita una buena
factora. Tan cierto es esto que la casa Welche cansada de pagar
caprichos al Estado por trabajos mal hechos, ha trado su propia
maestranza y sus mecnicos contratados directamente de
Europa.
La iglesia Matriz se ha construido al medio de la nica
plaza que posee la ciudad. No tiene gusto ni armona en su
arquitectura. Los primeros cuerpos de las torres principian tan
cerca del suelo que parece que se hubieran hundido por efecto
de un temblor. Lo mejor sera demolerla y levantarla en otro
lugar con mayores dimensiones y mejor material de
construccin. Retirada de all la Iglesia desaparecera el
obstculo que impide cuadrar, como la de Lima, esta plaza, que
como repito, es la nica que tiene Iquitos.
Las primeras noticias que se tienen de Iquitos se remontan
al ao de 1684, siendo el padre Acosta en sus crnicas el
primero que habla de la existencia de unos indios llamados
Iquitos, indios que habitaban a orillas del ro Nanay.
Posteriormente, el padre Fritz, alemn, de la Compaa de
Jess, hizo varias reducciones de indios salvajes en el
Amazonas peruano, entre los cuales estaban los iquitos. Les
fund una iglesia y levant el pueblo de su nombre en la
confluencia del Nanay con el Amazonas o sea en lugar distinto
al que hoy ocupa. Reducido a prisin el padre Fritz en el Brasil,
sus misiones quedaron abandonadas. Esto, unido a las continuas
correras, que hacan los portugueses en el Amazonas peruano
para robarse los indios y hacerlos esclavos en el Par, dio por
resultado que los semisalvajes iquitos se internaran al bosque.
Un siglo ms tarde fueron nuevamente reducidos por los
jesuitas, quienes los trajeron al sitio en que hoy est la ciudad.
-313- En 1826 fue visitada por el teniente de la marina
britnica, Henry Listen Maw, quien declara haber encontrado
un pueblo con una iglesia muy limpia, la que no estaba
consagrada. Encontr habitado el pueblo por mestizos
moyobambinos, que en compaa de indios salvajes colectaban
zarzaparrilla para el Intendente de Moyobamba.
En 1840, habiendo sufrido el pueblo de Borja una feroz
invasin de salvajes, sus pobladores abandonaron sus
residencias y vinieron a establecerse en Iquitos, donde fundaron
un barrio aparte del que ocupaban los semisalvajes.
Principia el movimiento civilizador de Iquitos en 1863,
poca en la que la comisin de marina, enviada por el Gobierno
a Loreto design este puerto como lugar adecuado para levantar
el apostadero fluvial. La eleccin de este sitio, en la que slo se
consult el favoritismo, fue mal hecha por haberse levantado el
puerto en lugar cuyo canal est fuera del brazo principal del ro.
El Gobierno compr los terrenos donde se halla hoy Iquitos,
edificando sobre ellos la casa que posee y la factora.
Con motivo de haberse trado a fuerza de oro alguna gente
para llevar a cabo las obras de edificacin y para tripular dos
vapores Napo, Putumayo, Morona y Pastaza, Iquitos dej de
ser la miserable ranchera que era en 1863, para transformarla
en algo mejor. Formaba parte de la reducida poblacin o
civilizada, los numerosos empleados fiscales, la guarnicin, por
ese entonces mandada por el mayor Remigio Morales
Bermdez, hoy Presidente de la Repblica, y por los mecnicos
ingleses contratados en Europa para armar la maquinaria de la
factora y que ganaban una y dos libras esterlinas al da.
Indudablemente una buena parte del producto del guano de las
Islas de Chincha se gast en Loreto con bastante liberalidad, en
llevar a cabo una labor altamente nacional y civilizadora.
La crisis financiera del Per iniciada en 1873 acab con
este ficticio progreso de Loreto que haba durado varios aos y
que import a la Nacin, lo menos doce millones de soles.
Comenz entonces a faltar el dinero, como que los contingentes
fiscales se hacan cada vez ms escasos y como consecuencia
vino el xodo de empleados fiscales y el de los contratistas
ingleses.
En 1878, ya Iquitos estaba casi abandonado: las casas no
tenan ningn precio y se ofrecan gratis con tal que habitaran
en ellas. La vegetacin invadi las calles y stas quedaron
convertidas en bosques. La desolacin y la ruina fueron
completas. Los vapores nacionales, cuyos nombres he dado ya,
fueron -314- vendidos a vil precio, y por tal motivo su trfico
regular qued paralizado. Unos pocos aos ms en igual
desamparo y la prdida del naciente puerto fluvial hubiera sido
un hecho.
Tal era la crtica situacin de Iquitos, cuando en los ros
afluentes del Amazonas peruano se descubri el caucho y el
procedimiento adecuado para su beneficio. Las primeras
planchas imperfectamente obtenidas fueron enviadas al Brasil,
donde se vendieron a buen precio. Este favorable buen xito
despert el espritu industrial de varios extranjeros y de
numerosos peruanos, los que se lanzaron a los ros en busca de
la codiciada goma. Por esa poca el rbol que la produca
hallbase todava en cantidad considerable en la misma orilla
de los ros y por tal causa las ganancias fueron colosales. El
ensanche que en pocos aos tom esta providencial explotacin
dio vida propia a este puerto, y salv a Loreto de la tutela
econmica del gobierno de Lima. Esto aconteci poco ms o
menos en 1881. Desde entonces todo ha sido riqueza y progreso
para este priviligiado suelo, progreso que puede seguir en
aumento si se quitan las trabas comerciales y administrativas de
que me ocupar oportunamente.
Iquitos, es el centro ms importante de todo Loreto. Vive
de la explotacin de las gomas de sus ros, y da vida con sus
contingentes de dinero a todas las provincias del Departamento.
Por su poblacin, comercio, situacin fluvial y aspecto urbano
est llamada a ser la capital de Loreto. Orgullos de provincia y
falta de buena comunicacin entre Lima y este puerto, impiden
por el momento que esta sentida necesidad se realice. Todo es
cuestin de tiempo. El da que mueran los hbiles y muy
respetados polticos moyobambinos, don Manuel del guila,
don Vicente Njar y don Jos Reyes Guerra, y se establezca una
lnea de vapores segura y quincenal con Yurimaguas,
Moyobamba tendr que ceder a Iquitos el honor de ser la
Capital del Departamento.
No faltan al presente quienes desean hacer dos
departamentos de lo que hoy es uno slo, nicamente para
contemplar a Iquitos y a Moyobamba y quien sabe si para
atrapar alguna senadura o prefectura. Esto, por el momento no
sera de ningn provecho, y por hoy, slo traera mayores
gastos de administracin, y por tanto mayores desembolsos
para la aduana de este puerto. Si Moyobamba quiere dividir el
Departamento para ser siempre capital, que lo haga cuando
tenga rentas propias para vivir.
Tratar ahora de exponer algo sobre la parte comercial de
la provincia del Bajo Amazonas, concentrada en este puerto. -
315- Iquitos es la nica ciudad del Departamento que por la
importancia de sus capitalistas da vida a la explotacin de las
gomas elsticas de todos los ros peruanos, y a las industrias del
sombrero de paja, del tabaco, de la ganadera y de la
fabricacin de aguardiente. Su comercio abarca todo Loreto.
Moyobamba y sus distritos le envan sombreros y un poco de
caf; Tarapoto, Saposoa y Yurimaguas, frjoles, tabaco, ganado
vacuno, sombreros, aguardiente y un poco de jebe; los ros
Maran, Ucayali, Morona, Pastaza, Tigre y Napo, caucho,
jebe y aguardiente. El nico ro que por su situacin se est
independizando del comercio de Iquitos es el Yavar, gran
productor de gomas y del cual me ocupar cuando lo visite.
De todos estos artculos, el tabaco y el sombrero son los
nicos que tienen poco mercado. Pasa lo contrario con las
gomas elsticas, cuya demanda es tal, que las mismas casas
compradoras radicadas aqu mandan sus lanchas hasta los ms
lejanos puestos de los caucheros para negociarles sus productos
por dinero y por mercaderas.
Las principales casas de comercio en Iquitos son las
siguientes: Welche y Ca., Mourraille, Hernndez y Ca., Morey
y guila, Kahn hermanos, Maxius y Levi y Pinto hermanos.
Ninguna de ellas trabaja con menos de cien mil soles, estando a
la cabeza de todas la casa alemana Welche y Ca, que tiene en
movimiento un capital de un milln de soles.
Estas y otras casas de menor cuanta son las que importan
cuanto se consume en Iquitos y las que exportan las gomas.
Pocos son los productores de caucho o jebe que mandan
directamente sus productos al extranjero. Casi todos hacen sus
negocios por intermedio de una tercera persona.
El comerciante bajo la forma de habilitador hace aqu de
banquero. No hay cauchero o shiringuero (explotador de jebe)
que no tenga su cuenta corriente en alguna de estas casas. El
crdito ha echado profundas races. Basta que un hombre posea
cuatro, cinco o ms peones para que cualquiera le habiliten su
empresa de buscar caucho. Para nada se tiene en cuenta la
nacionalidad ni los antecedentes del individuo. Y cosa rara: las
estafas y abusos no son comunes. Ello es natural siendo tan
enriquecedor el negocio de las gomas.
El ao pasado (1893) se ha cobrado en aduana por
importacin 13818765 soles y por exportacin, 7260203 soles.
Estimando en dos millones de soles el valor de la mercadera
que viene del Brasil y que no paga derechos de acuerdo con los
tratados vigentes, puede calcularse el comercio de Loreto -
316- en siete millones de soles por ao o sea cuatro de
exportacin y tres de importacin.
La aduana de este puerto fue establecida en 1881 por don
Tadeo Terry, prefecto de Loreto durante la dictadura de Pirola.
No es tema para una correspondencia, analizar su organizacin
interior, ni tampoco probar que no han sido justos los motivos
que ha tenido el actual visitador, seor Idiaquez, para separar de
su puesto al administrador seor Carlos Conroy. Me limitar a
decir que desde Iquitos es imposible evitar los abusos de
Yavar. El ao pasado se han contrabandeado miles de kilos de
goma. El hecho se ha descubierto en el Brasil, siendo el
presidente del Estado de Manaos el que en su mensaje nos ha
dado la prueba, asegurando haber recibido en Manaos de
procedencia peruana en el primer semestre de 1893, 848437
kilos de goma, siendo as que los datos oficiales de la Aduana
del Per slo anotan la cantidad de 558751 embarcados en todo
el ao de 1893 con destino a Manaos.
Dnde se hace este grosero desfalco de las rentas
fiscales? Todos saben que no es aqu sino en el Yavar, como
tambin se sabe la forma cmo se realiza el fraude. No
obstante, nadie pone remedio al mal porque se dice que es
imposible hacerlo. Cuando viaje por el Yavar explicar la
manera como se enriquecen all con el contrabando.
Si es tarea fcil decir algo sobre Iquitos comercial, difcil
es ocuparse del tpico bajo el aspecto social. Digamos primero
lo que se ve, para decir despus algo de lo que no se ve.
Ostensiblemente observo un pueblo rico, obsequioso,
liberal, trabajador, audaz, progresista y civilizador. Como
consecuencia, aqu todo el mundo tiene dinero. No hay
empleado, ya sea fiscal, industrial o comercial, que no est
pagado al da, lo que nunca sucede en Lima, ni jornalero que
gane menos de diez soles en la semana. Un artesano en los
ramos de carpintera, herrera o albailera no trabaja a jornal
por menos de cinco soles diarios.
Los sueldos de los empleados subalternos, fiscales o de
comercio son iguales a los que se ganan en Lima; pero como se
vive sin las exigencias sociales de la Capital, siempre sobra
dinero. Los de rango superior estn mejor pagados que en la
costa. El administrador de la Aduana gana trescientos soles, el
prefecto cuatrocientos, el juez de primera instancia trescientos.
Un empleado interesado en una casa de comercio no da un mes
por menos de trescientos soles. Como se ve hay buena base
econmica para el bienestar social. Es general encontrar
numerosos jvenes nacidos en diversas provincias del Per,
inclusos -317- muchsimos limeos, a quienes no falta una
chacarita o una casa compradas con sueldos, y adems una
reserva de cuarenta o cincuenta libras en oro.
Aqu no hay mendigos, ni hospitales de beneficencia.
Todos tienen dinero para llamar un mdico y pagar las
medicinas. No hay vagos ni pelicheros, como tampoco existe
esa juventud malograda de Lima que vive de sus padres. Muy al
contrario, los jvenes principian a trabajar desde los catorce
aos, y cuando cumplen veintiuno son dueos ya de un capital.
Todo pueblo rico es obsequioso y ste no se excepta de la
regla. No hay comida por modesta que sea que no termine con
champagne. En estos das se ha fundado una sociedad para dar
funciones teatrales con fines humanitarios. Para llenar el objeto
faltaba un teatro, y en 24 horas se colect 1500 soles para su
construccin.
No hay sentimientos religiosos. Dudo que exista una
ciudad en el mundo en la que las obligaciones con la iglesia
estn tan abandonadas como se les tiene aqu. En Loreto nadie
se confiesa, ni nadie fomenta el culto con sociedades como las
Hijas de Mara u otras parecidas. Esto es en lo mstico el
reverso de la medalla de lo que pasa en Cajamarca, en Lima y
en Arequipa.
Cuando se le pregunta a una seorita si va a misa, responde
que no porque hace mucho calor; y no se crea que aborrece la
religin, ni muchos menos a sus ministros. Nadie ms querido y
respetado que el padre Pedro, el cura vicario de esta Doctrina, y
el dignsimo obispo de Chachapoyas, el cual en su visita en
setiembre ltimo, recibi un acatamiento y una serie de
banquetes tan costosos, como no los vio nunca en la religiosa
Cajamarca. Como se ve, falta el sentimiento religioso. La
Iglesia es un pasatiempo, no una necesidad espiritual.
Como ya lo he dicho, Iquitos y, en general todo Mainas,
est habitado por un pueblo eminentemente trabajador, audaz,
progresista, civilizador. El hombre de la regin fluvial no
descansa nunca, como que nunca sacia su sed de riqueza. No le
arredra el hambre, las enfermedades, las fieras, los salvajes, ni
las contrariedades morales. En la regin del caucho se le ve
surcar en una dbil canoa, acompaado de unos cuantos peones
y provisto de escasos vveres, durante treinta o cuarenta das, al
termino de los cuales desembarca en una playa situada en lo
ms recndito de los ros. All principia a internarse por dos o
tres das ms por trochas peligrosas en busca del codiciado
rbol gomero. Al fin le encuentra, y al medio de la -318-
mancha de rboles hallada, forma su campamento. En l se le
espera la flecha traidora del salvaje, el ataque igualmente
traidor del tigre. Nada de esto le arredra: lucha con la
Naturaleza, con el salvaje, con las fieras, con su gente misma,
muchas veces insubordinada y amenazando asesinarle.
Al agricultor o al ganadero lo vemos luchando, tambin,
valientemente por arrancar al suelo montaoso sus ricos
productos. Acompaado de escasos peones, muchos de ellos
semisalvajes, arriba a una orilla tupidamente cerrada por
gigantescos rboles. El bosque principia en la orilla del ro y
por muchas semanas tiene que pasar la noche en la canoa, por
ser imposible encontrar en tierra un palmo de terreno sin
vegetacin. Al cabo de un ao el trabajo trasforma ese bosque
impenetrable en deliciosa pradera, cuyo pasto da alimento a
numeroso ganado vacuno. Son numerosos los rboles que ese
infatigable trabajador ha tenido que derribar, muchos de los
cuales tuvieron uno o dos metros de dimetro.
Iquitos, al presente, sigue siendo el verdadero puerto de la regin montaosa y el nico
que est en conexin directa con Nueva York y Europa por medio de la navegacin
trasatlntica. Hasta hace seis aos era el segundo puerto del Per y uno de los lugares ms
comerciales de la Repblica. Hoy la cada de las gomas sudamericanas le ha puesto casi en
ruina. La poblacin, que en sus mejores das alcanz a 30000 habitantes, llega ahora 1920,
a 12000. Numerosas tiendas de comercio se han cerrado, como tambin algunos grandes
almacenes para el depsito de mercaderas. Sus calles y plazas estn desiertas a toda hora
del da, y en muchas de ellas, las vacas se alimentan con la yerba que ha crecido por el
abandono en que se les tiene.
La cada de las gomas amaznicas es debida a la competencia que le hacen las
plantaciones inglesas del Lejano Oriente. Semillas de rboles de jebe y caucho fueron
llevadas y cultivadas hace muchos aos en Ceyln, Java, Borneo -319- y la Pennsula de
Malaya. Las semillas han dado el fruto que hoy sorprende al mundo, y el mercado de la
goma que antes estaba en Par, Manaos e Iquitos, hoy se halla en Singapure. Las gomas de
Loreto necesitan navegar 2500 millas antes de llegar al ocano, y pagar fuertes impuestos
de exportacin. sta y la anterior causa han muerto la industria gomera no slo en el Per
sino tambin en el Brasil y en Bolivia.
El espritu industrial de los loretanos trata de sustituir el caucho con plantaciones de
algodn. Loreto tiene numerosos recursos a ms del algodn. Todos los productos de los
trpicos crecen en su suelo con extraordinaria abundancia. Petrleo ha sido descubierto en
los ros Maran, Ucayali y Napo. Tambin se ha descubierto oro en abundancia en el Bajo
Napo, habindose hecho importantes estudios por la Consolidated Goldfield Limited.