Este documento analiza la vivencia y el afrontamiento de la transición del nido vacío en parejas matrimoniales. Examina factores como la perspectiva del ciclo vital, los estilos de apego y las formas de afrontamiento. Los hallazgos demuestran que el estilo de apego influye en cómo las parejas afrontan esta transición del ciclo vital. La teoría del apego explica cómo los vínculos tempranos afectan el desarrollo de conductas de apego que influyen en la vivencia de transiciones poster
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
81 vistas17 páginas
Este documento analiza la vivencia y el afrontamiento de la transición del nido vacío en parejas matrimoniales. Examina factores como la perspectiva del ciclo vital, los estilos de apego y las formas de afrontamiento. Los hallazgos demuestran que el estilo de apego influye en cómo las parejas afrontan esta transición del ciclo vital. La teoría del apego explica cómo los vínculos tempranos afectan el desarrollo de conductas de apego que influyen en la vivencia de transiciones poster
Este documento analiza la vivencia y el afrontamiento de la transición del nido vacío en parejas matrimoniales. Examina factores como la perspectiva del ciclo vital, los estilos de apego y las formas de afrontamiento. Los hallazgos demuestran que el estilo de apego influye en cómo las parejas afrontan esta transición del ciclo vital. La teoría del apego explica cómo los vínculos tempranos afectan el desarrollo de conductas de apego que influyen en la vivencia de transiciones poster
Este documento analiza la vivencia y el afrontamiento de la transición del nido vacío en parejas matrimoniales. Examina factores como la perspectiva del ciclo vital, los estilos de apego y las formas de afrontamiento. Los hallazgos demuestran que el estilo de apego influye en cómo las parejas afrontan esta transición del ciclo vital. La teoría del apego explica cómo los vínculos tempranos afectan el desarrollo de conductas de apego que influyen en la vivencia de transiciones poster
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17
1
ESTILOS VINCULARES Y AFRONTAMIENTO DE LA
PAREJA EN LA TRANSICIN DEL NIDO VACO CARMONA-GONZLEZ, E., MARTNEZ-SUREZ, G. F., NIO-JIMNEZ, L. A., RODRGUEZ-BARRAGN, A. J., SIERRA-PUERTO, P. S. & URIBE-VALDIVIESO, C.* Universidad Piloto de Colombia El propsito de este estudio fue identifcar la vi- vencia y el afrontamiento de la transicin del nido vaco en cada miembro de la pareja matrimonial estudiada. Los factores considerados fueron la perspectiva del ciclo vital, los estilos de apego, los sentimientos ante el nido vaco y la forma de afrontamiento. Se realiz una investigacin de tipo cualitativo, comprensivo e interpretativo, con el objetivo de entender dicha transicin desde la vivencia y perspectiva propia de los individuos que se encuentran atravesando por ella, teniendo en cuenta sus apreciaciones y percepciones. Los principales hallazgos obtenidos en las entrevistas a profundidad demuestran la infuencia del estilo de apego en el afrontamiento de esta transicin del ciclo vital. The purpose of this paper was to identify the empty nest transition living and confronting of each marital couples member. The factors consi- dered were the life span perspective, attachment style, feelings about empty nest transition and the confronting ways. This work was framed inside the line of qualitative, comprehensive and inter- pretive investigation in order to understand the empty nest transition from peoples perspective and living, keeping in mind their appreciations, perceptions and symbols. The main discoveries obtained in deep interviews reveal the inuence of attachment style in the confrontation of this life span transition. RESUMEN ABSTRACT Palabras claves: Ciclo vital, familia, pareja, matrimonio, nido vaco, apego y afron- tamiento. Keywords: Life span, family, couple, marriage, empty nest, attachment and confrontation. Recibido: 30/01/09 Aprobado: 30/05/09 * Asesora de trabajo de grado. Correo de contacto: [email protected] 2 Con el presente proyecto de investigacin se pretende comprender y dar a conocer la vivencia y el afrontamiento de la transicin del nido vaco en los miembros de tres parejas matrimoniales, considerando esta transicin como una fase nor- mal del desarrollo de la vida en pareja, la cual consiste en la partida del ltimo hijo del hogar (Bates, 2005). Se encuentra que gran parte de los estudios realizados con respecto al tema del nido vaco se han centrado en su tratamiento como sndrome o trastorno; este afecta en su mayora a las mujeres y es asociado al inicio del climaterio o perodo de descenso de la produccin de estrgenos a partir de la menopausia (aproxi- madamente entre los 40 y los 60 aos de edad), lo que explica en parte la aparicin de sntomas neuropsicolgicos como los cambios en el estado de nimo, la capacidad de concentracin y me- moria, la emisin del lenguaje, los patrones de sueo-vigilia, el deseo y el disfrute sexual (Pe- yton, 2007), que se combinan con la prdida de caractersticas valoradas por la sociedad como la juventud y la capacidad de procrear (Jimnez- Snchez & Marvn-Garduo, 2005). El nido va- co ha sido descrito como un factor que afecta el bienestar psicolgico de la mujer adulta por haber sido asociado a la depresin que causa el sentimiento de la prdida del rol parental (Kelle- her, 1992, citado por Hui-Ling, 2002); sin embar- go, tambin ha sido califcado como un perodo productivo y feliz en la mujer (Owen, 2004), pues todo su tiempo ya no se emplea en el rol parental (French, 1992, citado por Hui-Ling, 2002). Este estudio se realiz desde un enfoque dis- cursivo, a travs del cual se develan los sentidos y los signifcados propios de la poblacin fren- te a la transicin del nido vaco, tenindose en cuenta constructos tericos como el apego, el estilo vincular, el afrontamiento y el ciclo vital, los cuales permiten entender cmo se relacio- nan e intervienen diferentes variables en la apa- ricin de esta transicin, haciendo ver la natu- raleza cambiante del ser humano en cada etapa del desarrollo (Werner & Kaplan, 1963, citados por Sroufe, 2000). Dado que en Colombia los estudios consultados no profundizan en relacin con el tema del nido vaco y la mayora de los estudios realizados en otros pases dan cuenta de las respuestas a esta transicin enmarcadas dentro del modelo mdico asociado al sndrome, se hace importante y esencial en este estudio conocer cmo se vive esta transicin desde la experiencia de cada individuo: cmo es la vi- vencia y el afrontamiento de la transicin del nido vaco en cada miembro de la pareja ma- trimonial? De manera ms especfca, cul es el estilo vincular que posee cada miembro de la pareja?, de qu manera ha afrontado cada miembro de la pareja la transicin del nido va- co?, y por ltimo, cules son los signifcados que le atribuye cada miembro de la pareja a la transicin del nido vaco? INTRODUCCIN 3 Teora del apego Conductas de apego Bowlby (1979) fue el pionero en el desarro- llo de la teora del apego, combinando concep- tos del psicoanlisis que se centra en la con- cepcin del comportamiento desde el punto de vista del ser humano como ente subjetivo y de la etologa la cual se centra en el desarro- llo del comportamiento denominado ontogne- sis y basado principalmente en el estudio de los primeros aos de vida del ser humano. Este autor enfoc sus estudios principalmente en la etologa, reconociendo que desde los dos meses de vida los nios pueden trasmitir men- sajes emocionales mediante la expresin del rostro, la emisin de sonidos y dems compor- tamientos que permiten la interaccin afectiva con la fgura de apego, a diferencia de la pos- tura de Freud, quien consideraba que el nio en sus primeros cinco aos de vida presenta un Yo dbil, inmaduro e incapaz de percibir las necesidades y sentimientos de los dems. La etologa hace referencia al desarrollo humano, demostrando la existencia de una maduracin continua y de un aprendizaje indi- vidual, en el que existen comportamientos flo- genticos que se pueden transformar a travs del aprendizaje y las experiencias individua- les. Cuando el ser humano nace, no tiene la capacidad de manejar las emociones propias; por tal razn, se da gran importancia a las re- laciones tempranas que se establecen con los cuidadores principales, puesto que son ellos los que responden a las reacciones o necesi- dades del individuo, constituyendo los vnculos afectivos que generan sentimientos positivos (seguridad, confanza, etc.), o negativos (inse- guridad, miedo, etc.), dependiendo del grado de compromiso que tiene el cuidador con la respuesta a las necesidades del nio y de la capacidad que tiene el nio para alcanzar o conservar la proximidad con el cuidador (Bo- tella, 2005). Los vnculos que se constituyen en la infancia se mantienen en forma de modelos del mundo representacional en el adulto; estos surgen en los primeros meses de vida y se enriquecen, reinterpretan y remodelan durante el ciclo vi- tal (Martnez & Santelices, 2006). Lo an- terior permite concluir que desde que se nace se tiene la necesidad de relacionarse con los cuidadores principales y en el transcurso del ciclo vital surgen nuevos lazos. Las experien- cias buenas o malas adquiridas en este proce- so emocional, quedan registradas en el mundo mental del ser humano y ponen en ejercicio las conductas de apego que se organizan de acuerdo con los sistemas conductuales. Bowlby (1993) defni la conducta de ape- go como cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance o conserve proximidad con respecto a otro individuo dife- renciado y preferido; en tanto la fgura de ape- go permanezca accesible y responda, la con- ducta puede consistir en una mera verifcacin visual o auditiva del lugar en que se halla y en el intercambio ocasional de miradas y saludos. Empero, en ciertas circunstancias se observan tambin seguimiento o aferramiento a la fgura de apego, as como tendencia a llamarla o a llorar, conductas que en general mueven a esa fgura a brindar sus cuidados. Bowlby (1979) plantea la existencia de cuatro conductas que estn inmersas en los vnculos de apego, a las cuales denomin bsqueda de proximidad, an- siedad por separacin, refugio seguro y base segura. La bsqueda de proximidad hace re- ferencia a la capacidad que se adquiere para lograr centrar la atencin del cuidador en la necesidad inmediata y se evidencia a travs de respuestas como sonrisas, llanto, contac- tos, etc. Estas conductas se activan frente a la separacin de la fgura de apego o las seales de amenaza, con el objetivo de restablecer la proximidad; la ansiedad por separacin se ac- tiva frente a la ausencia del cuidador; el refu- gio seguro permite identifcar las fguras a las que se puede recurrir en caso de coaccin o problema; y la base segura, en la que la com- paa y el respaldo del cuidador le permiten al individuo conocer y explorar el mundo. La formacin del vnculo de apego comienza con la proximidad fsica, la cual inicialmente es mantenida por actos intencionales del cui- dador y el comportamiento refexivo por parte del individuo; en este momento los individuos aprenden a asociar al cuidador con el confort y el alivio, diferencindolos de la aficcin o del dolor (refugio seguro). El dolor de la separa- cin es el indicador de que el vnculo de apego est completamente formado. Es de notar que estos componentes, que en conjunto defnen el apego, surgen en secuencia (Hazan & Zeif- man, 1999). 4 Estilos de apego Modelos operantes internos (MOI) Ainsworth (1963) realiz estudios cientfcos a partir de los cuales encontr informacin im- portante respecto a las diferencias en la calidad de la relacin madre-hijo y su infuencia sobre la formacin del apego. Al respecto, se encuen- tra reseado en la literatura el mtodo experi- mental realizado por Ainsworth, Blehar, Waters & Wall (1978), denominado la situacin del ex- trao; este permiti examinar el equilibrio entre las conductas de apego y de exploracin bajo situaciones de alto estrs. Se bas en dejar la madre y el individuo en un saln de juegos con una persona desconocida; inicialmente jugaba el nio en presencia de la madre, subsiguiente- mente se retiraba la madre y quedaba la persona desconocida con el nio en el saln de juegos; posteriormente regresaba la madre y nueva- mente se retiraba con la persona desconocida y el nio quedaba solo; por ltimo, regresaban nuevamente la madre y la persona desconocida al lugar donde estaba el nio jugando. Ainsworth (1979) seala que un individuo muestra una clara discriminacin y preferencias consistentes hacia el cuidador principal, dado que, aun si varios cuidadores se encuentran dis- ponibles, el individuo de manera confable busca y mantiene la proximidad a uno de ellos, en es- pecial si se encuentra afigido. Por tal razn, el apego es descrito por Ainsworth como un lazo afectivo que se forma entre el individuo y la f- gura materna y, a partir de las diferencias que encontr en el comportamiento de los individuos frente a la situacin planteada en el experimen- to, perfla tres estilos de apego: a) estilo seguro, b) estilo ansioso ambivalente y c) estilo evita- tivo. Estilo seguro. Existe poca ansiedad y no hay presencia de evitacin, hay seguridad en el apego, agrado con la proximidad y con la inter- dependencia, existe confanza y bsqueda de apoyo; en momentos de difcultad y frente a re- acciones de ira o enojo tienen gran control sobre sus emociones y buscan las posibles soluciones a la situacin. Estilo ansioso ambivalente. Las emociones ms frecuentes en los individuos en un contex- to extrao son la angustia exacerbada ante las separaciones del cuidador y la difcultad para lo- grar la serenidad cuando este regresa, y al inte- ractuar con el cuidador se muestra contradicto- rio entre querer y no querer estar con l, dado que siente enojo y preocupacin. La ansiedad es una emocin caracterstica de este estilo de apego, tambin busca la proximidad, presenta gran preocupacin al pensar que puede ser re- chazado y tiene difcultad para entablar relacio- nes (Fonagy, 2004). Estilo Evitativo. Las emociones ms frecuen- tes de los individuos en un contexto extrao son la ausencia de angustia y de enojo ante las se- paraciones del cuidador y la indiferencia cuan- do este vuelve; prevalecen el distanciamiento y la evitacin. Existe ausencia de seguridad en este estilo de apego, los individuos se sienten impulsados a no buscar ayuda de los dems y preferen el distanciamiento emocional, son fcilmente susceptibles al enojo, pero buscan encubrirlo negando el sentimiento a travs de un comportamiento positivo; sin embargo, hay certeza de que existen cambios en el sistema nervioso, como la aceleracin del ritmo cardiaco, entre otros (Botella, 2005). Las experiencias adquiridas respecto a las interacciones habituales con los padres se inte- riorizan y permiten la creacin de los MOI en- tendidos como esquemas o mapas interioriza- dos en los que se encuentran personas y objetos signifcativos, los cuales fltran la informacin que tiene el ser humano acerca del s mismo y del mundo exterior (expectativas propias que se construyen a lo largo de la experiencia per- sonal), permiten interpretar y responder a la conducta de sus fguras de apego, puesto que se realiza la integracin de experiencias pasa- das y presentes en esquemas emocionales. Los modelos internos se desarrollan en un entorno familiar relativamente estable y refejan la reali- dad social (positiva o negativa) que el individuo experimenta y genera la posibilidad de viven- ciar, percibir y explicar los acontecimientos que se presentan durante la vida, construir planes y hablar del futuro (Bowlby, 1980). Los MOI actan rpidamente sobre el indivi- duo, seguidamente este acta sobre el entorno buscando la proximidad con las fguras de ape- go, y se pueden activar o desactivar de acuer- do con la respuesta experimentada respecto a la necesidad. Sin embargo, los modelos repre- sentacionales no pueden entenderse como algo que queda fjado en la primera infancia y que no cambia a lo largo de la vida, dado que la calidad del vnculo con otras personas y la conducta pro- pia del individuo se interioriza y constituye una realidad poblada de personas y situaciones sig- nifcativas para el individuo, los cuales persisten, se complementan, se remodelan y se reestruc- turan en el mundo representacional del adulto (Pinedo & Santelices, 2006). 5 El apego adulto El apego en los adultos es la tendencia esta- ble de un individuo de hacer esfuerzos sustancia- les en buscar y mantener proximidad y contacto con uno o unos pocos individuos especfcos, que le proporcionan el potencial subjetivo de seguri- dad fsica y/o psicolgica (Berman & Sperling, 1994). El individuo interacta de forma continua con otras personas en diferentes contextos (tra- bajo, universidad, familia, etc.), tiene relaciones cercanas y algunas son consideradas como re- laciones de apego en el sentido que suministran un potencial de seguridad. Hazan & Zeifman (1999) reconocen que existe evidencia de que las relaciones vincula- res poseen las mismas caractersticas que los vnculos existentes entre nios y cuidadores y que se desarrollan de acuerdo con el mismo proceso, al menos en trminos de secuencia en la que entran a jugar varios componentes. Este descubrimiento provee soporte a la afr- macin que el mismo sistema comportamental se encuentra involucrado en los vnculos de pareja y en la relacin entre nios y cuida- dores. Tambin encontraron congruencias que incluyen la naturaleza del contacto fsico que tipifca y distingue los vnculos de apego, as como los factores que infuyen en la seleccin de las fguras de apego, las reacciones hacia el quebranto y la prdida del vnculo y el rol del apego en la adaptacin psicolgica y bio- lgica. El contacto fsico, para Freud (citado en Hazan & Zeifman, 1999), en los nios y sus cuidadores, como en los adultos que son compaeros sexua- les, se caracteriza por invertir mucho tiempo en abrazar tiernamente, besarse, mantener contac- to fsico, etc. Aunque con intenciones diferentes, este comportamiento particular se limita nica- mente a las relaciones existentes entre padres e hijos y las relaciones de pareja. Sin embargo, algunas formas de contacto ntimo pueden ocu- rrir entre otro tipo de relaciones sociales, pero su ocurrencia es ms restringida. Collins & Read (1994), citados por Feeney & Noller (2001), mencionan que los individuos desarrollan una jerarqua de modelos, con una serie de modelos generalizados en lo ms alto de la jerarqua, modelos para clases particulares de relaciones (miembros de la familia o iguales) en un nivel intermedio, y modelos para relacio- nes particulares (padre, esposo o esposa) en el nivel ms bajo. Por tal razn, los estilos de apego varan de acuerdo con el tipo de relacin hijo-padre, padre-hijo, pareja; por ejemplo, una mam puede tener un estilo ambivalente con su hijo y un estilo seguro con su pareja. En este sentido, se encuentran tipos de apego propios de la pareja, a saber: Pareja segura. Los dos miembros de la pareja se caracterizan por la presencia de una buena autoestima y la confanza que existe sobre s mismo y sobre el otro, estn orientados inter- personalmente y tienen la creencia de agradar- les a los dems, interactan con el mundo exte- rior de manera tranquila y desinteresada. Pareja insegura. Son personas que no estn orientadas interpersonalmente, desconfan del mundo exterior, dudan de la honestidad e inte- gridad de los dems. Pareja mixta. Es un complemento del esti- lo seguro y el estilo inseguro (Feeney & Noller, 2001). Afrontamiento Se refere a la serie de pensamientos y accio- nes que capacitan a las personas para manejar situaciones difciles (Stone & cols., 1988, cita- dos por Lazarus & Cohen, 1977). Consiste, por lo tanto, en un proceso de esfuerzos dirigidos a manejar de la mejor manera (reduciendo, mini- mizando, tolerando o controlando) las demandas internas y ambientales. El afrontamiento queda- ra defnido como aquellos procesos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas espe- cfcas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recur- sos del individuo (Lazarus & Cohen, 1977). Para Frydenberg (1994, citado en Gonzlez, Montoya, Casullo & Bernabu, 2002), el afrontamiento es- tara determinado por la persona y el ambiente, y por su interaccin, ya que estas son estrate- gias conductuales y cognitivas para lograr una transicin y una adaptacin efectiva. 6 Estilos de afrontamiento Conductas de afrontamiento Estrategias de afrontamiento Son las tendencias personales para hacer frente a diferentes situaciones, ya que son los responsables de las preferencias individuales en el uso de determinados tipos de estrategia de afrontamiento, as como de su estabilidad tem- poral y situacional (Fernndez-Abascal, 1997). En relacin con lo anterior, Endler & Parker (1990) conciben los estilos de afrontamiento como patrones de conducta relativamente esta- bles que pueden ser vistos como caractersticas de personalidad que interactan con el ambien- te. De acuerdo con los diferentes planteamien- tos, frente a determinada situacin las personas pueden: Confrontar la situacin generando respuestas positivas o negativas frente a la problemtica (genera cambio en las ideas de la persona res- ponsable). Distanciarse generando respuestas que le permitan olvidar el problema. Auto controlarse guardando los problemas para s mismas. Buscar apoyo social, en un amigo, un familiar, etc., con el objetivo de nivelar el estrs, la an- siedad y la problemtica. Escapar y evitar la situacin realizando activi- dades que le permitan aislarse (consumir alco- hol o drogas). Planicar la solucin del problema, creando planes de accin para que las cosas funcionen mejor. Reevaluar positivamente la situacin, buscan- do las enseanzas de la problemtica. Hansen (2003) explica que los rasgos de per- sonalidad, entidades adaptativas, individua- lizadas, nicas para cada persona (citado por Cloninger, 2003), infuyen en la conducta de afrontamiento. Krzemien (2007) plantea una relacin entre estilos de personalidad y afronta- miento situacional frente al envejecimiento en la mujer, donde la mayora de los estilos y estra- tegias de afrontamiento se asocian con deter- minados rasgos de personalidad. Las personas utilizan con mayor frecuencia un conjunto pre- ferencial de estrategias de afrontamiento que se encuentran asociadas a las caractersticas de personalidad que son relativamente estables a travs del tiempo y de las diferentes situaciones, lo cual es coherente con la defnicin de estra- tegias de afrontamiento que plantean Lazarus & Folkman. Son los procesos concretos que utiliza cada individuo en diferentes contextos, los cuales pueden variar de acuerdo con las condiciones desencadenantes. Lazarus & Folkman (1984) opinan que las estrategias de afrontamiento pueden ser inadaptativas o adaptativas, efca- ces o inefcaces, y explican que no hay procesos buenos ni malos, puesto que dependen de fac- tores que implican tener en cuenta la persona, la problemtica y el contexto en el que se da la situacin. Por tal razn, categorizan las es- trategias de afrontamiento en dos dimensiones bsicas: el mtodo utilizado, la forma en que acta el sujeto para evitar o activar la situacin y la focalizacin de la respuesta, que da lugar a subdimensiones de estrategias de afronta- miento: la evaluacin de la situacin, dirigido al problema con el objetivo de cambiar las peti- ciones o los sucesos del entorno causantes del estrs, o dirigido a la emocin donde el suje- to aminora el estrs y disminuye la molestia y el dolor emocional, con el objetivo de evitar el problema. En otras palabras, el sujeto puede dirigirse hacia la resolucin del problema con el objetivo de cambiar las peticiones o los sucesos del en- torno causantes del estrs, o bien hacia el con- trol de las emociones donde el sujeto aminora el estrs y disminuye la molestia y el dolor emocio- nal, con el objetivo de evitar el problema. 7 Perspectiva del ciclo vital En la perspectiva del ciclo vital, el desarrollo humano est mediado por mltiples factores, los cuales permiten hablar de una perspectiva biop- sicosocial puesto que la biologa, el ambiente, la historia, la edad, el contexto, la sociedad y la cultura estn inmersos a lo largo del ciclo vital y dan lugar a tres agentes que permiten el enten- dimiento de dicha postura; el primero se refere a las infuencias normativas relacionadas con la edad, a caractersticas biolgicas o ambientales que se identifcan con la edad (procesos biolgi- cos de la pubertad o la menopausia) y caracte- rsticas socioculturales (ingreso al colegio, nido vaco, jubilacin, etc.); el segundo alude a las infuencias normativas relacionadas con la his- toria, las cuales se basan en circunstancias his- tricas que suceden durante el ciclo de vida de una generacin y tienen un impacto positivo o negativo en quienes la conforman (guerras, cri- sis econmicas), y la tercera hace referencia a las infuencias no normativas que tienen relacin con las experiencias personales que cada uno vive, no son propias de las consecuencias infui- das por la edad o la historia, son acontecimien- tos poco frecuentes que tienen un gran impacto en la vida del individuo (muerte de un padre, divorcio, etc.) (Baltes, 2000). La perspectiva del ciclo vital considera el de- sarrollo del ser humano como duradero, multi- dimensional, multidireccional y plstico. Baltes (1987) explica que el desarrollo del ciclo vital debe considerarse como duradero ya que no est sometido a ningn perodo de edad; mul- tidimensional porque existen dimensiones biol- gicas que implican cambios en la naturaleza del individuo; cognoscitivas que implican cambios en el pensamiento, la inteligencia y el lengua- je del individuo; socioemocionales que implican cambios en las relaciones emocionales con otras personas, cambios emocionales y cambios en la personalidad; multidireccional ya que el desa- rrollo implica crecimiento y deterioro; plstico refrindose a la capacidad que tiene el ser hu- mano para amoldarse al cambio, el cual permite que sea fcilmente adaptable a las variables ex- ternas del ambiente. 8 Nido vaco Sotillo (2000) afrma que es una desadap- tacin, un mal afrontamiento de una situacin social-actual, y que puede etiquetarse como un trastorno afectivo enmascarado, de caractersti- cas depresivas donde reinan los sentimientos de tristeza y de prdida. Las mujeres que lo pade- cen, muchas veces no son conscientes de lo que les pasa, sino que acuden a la consulta del mdi- co por dolencias fsicas, aunque suelen delatarse con expresiones como: la casa est vaca, me falta algo, hay un silencio deshabitual, etc. El ser consciente de la situacin es un paso hacia la adopcin de medidas correctivas que supongan el afrontamiento de la situacin (Sotillo, 2000). Bates (2005) plantea que, aunque esta tran- sicin involucra tanto a padres como a madres, es a ellas a quienes les causa ms angustia, de- presin y estrs, debido a la prdida de varios componentes en su rol de madres, rol que es uno de los ms importantes en las vida de algunas mujeres; por tal razn esta transicin es vista como un cambio perjudicial en el bienestar fsico y psicolgico de la mujer. Sotillo (2000) conside- ra la transicin del nido vaco como el momento de mayor vulnerabilidad en la pareja ya que, al partir los hijos, surge uno de los instantes ms frgiles desde el punto de vista psicolgico para aquellas mujeres que han construido su proyecto vital sobre la base de una familia regular. Aunque esta transicin puede afectar por igual al padre y a la madre, suele implicar ms a la madre, sobre todo si esta nunca ha trabajado por fuera del ho- gar y el cuidado de sus hijos no era nicamente su papel central, sino exclusivo; esto como con- secuencia de una educacin que fue fundada en la idea de que la madre debe permanecer en el hogar y solamente cuidar de sus hijos, olvidando otras dimensiones de sus vidas (Sotillo, 2000). Las madres sienten el nido vaco, como un vaco en su identidad, al no haber construido otros es- pacios en su vida y no haber desarrollado otras situaciones personales; por esto carecern de ac- tividad y hasta se sentirn intiles al no tener ya la responsabilidad de velar por los hijos. Es por esto que en las madres esta transicin es ms notoria, pues el rol fundamental de la madre es la relacin con los hijos y esta constituye una parte muy importante de su identidad femenina; por el contrario, para los hombres su rol masculino est constituido por otros pilares, por ejemplo el labo- ral; en algunos casos esta transicin coincide con la jubilacin y se podra plantear que ah podra existir un riesgo para que los padres sientan ms esta transicin (Sotillo, 2000). Sin embargo, algunos padres tambin sienten tristeza frente a la partida de sus hijos y otra par- te toman esta independencia con alegra ya que se sienten liberados de responsabilidades ma- teriales y psicolgicas; de igual manera sienten satisfaccin al verlos realizados. Silvestre (1996) afrma que existe un reforzamiento de la pareja en la edad adulta, producto de la libertad que concede el alejamiento de los hijos, la renovacin de su sexualidad, el aumento en la intimidad y una valoracin diferente de la relacin; aunque esto parece ser ms satisfactorio en los hombres que en las mujeres. Hoffman (1996) afrma que en la mayora de los casos la transicin del nido vaco resulta bien acogida por la pareja, porque es vista como un perodo de independencia en el cual pueden retomar actividades que fueron suspendidas por la llegada de sus hijos. De igual manera, en esta edad las parejas comienzan a convertirse en abuelos, motivo por el que cam- bian de rol infuyendo sobres sus nietos como cuidadores, consejeros, guas, e intermediarios entre nietos e hijos. Por otra parte, Cornachione (2006) plantea que esta transicin del nido vaco genera en la pareja un desequilibro, debido a la ausencia del hijo y la satisfaccin que se supone que genera su presencia. Cuando los hijos ya no se encuentran en el hogar, los padres debern plantear nuevos ajustes a su relacin con el fn de evitar un vaco emocional. Scher (1992) retoma a Freud y dice que toda la vida es una preparacin para la muerte (p. 2). Al respecto Scher manifesta que ello se con- vierte en algo dolorosamente obvio para el padre que atraviesa el nido vaco, dado que l debe in- corporar esta realidad y seguir adelante tratando de llevar una vida plena. La partida gradual, que se encuentra involucrada con el envejecimiento, tambin faculta al ser humano para admitir su mortalidad. La presencia de los hijos puede in- formar al individuo sobre la propia mortalidad, su partida la hace an ms obvia, cuando se contem- pla cunto tiempo ha pasado y cmo una nueva generacin est enfrentndose a las tareas a las que los adultos ya se han enfrentado. Todas estas emociones son recibidas continuamente con una mezcla de satisfaccin y ansiedad, as como de tristeza y resignacin (Cornachione, 2006). Teniendo en cuenta las posturas de los dife- rentes autores, es importante aclarar que en esta investigacin el nido vaco ser visto como una transicin del ciclo vital de la familia y no como un sndrome. De igual forma se le dar importan- cia a las experiencias familiares, a las costumbres individuales, a la relacin en pareja, a los dife- rentes contextos a los que pertenece la mues- tra utilizada, para poder analizar y comprender la forma de actuar frente a este cambio que vive la pareja, el cual se ve refejado en la pelcula de Burman (2008) El nido vaco. 9 MTODO Esta es una investigacin de enfoque cuali- tativo e interpretativo con una orientacin fe- nomenolgica; siguiendo el modelo contextual dialctico, busca establecer un contacto directo con el sujeto estudiado y sus vivencias, enten- didas estas ltimas como la forma en que l percibe y comprende sus experiencias atribu- yndoles signifcados que, con mayor o me- nor intensidad, siempre son acompaados de algn sentimiento, posibilitando ir ms all de los fenmenos observables y controlables, pro- curando tener un contacto directo con el fen- meno que est siendo vivido y articulando una comprensin de este a partir de categoras te- mticas que posibiliten una descripcin consis- tente de la estructura del fenmeno estudiado (Moreira, 2002). A la luz del desarrollo de esta investigacin se pretendi interpretar la transi- cin del nido vaco desde la vivencia y perspec- tiva de los individuos, teniendo en cuenta sus apreciaciones y percepciones. Obedeciendo al sustento terico y a la ten- dencia de la investigacin que se concentra en una temtica especfca, se establecieron pre- viamente las categoras; por lo tanto, se tra- baj con un tipo de diseo proyectado pero sin desatender las categoras que emergieron a lo largo del desarrollo de la investigacin. Participantes Parejas con matrimonio legalmente constituido cuyo ltimo hijo haya dejado su hogar durante el ltimo ao. Muestra Estrategia metodolgica Se escogi como tipo de muestreo el terico, en el cual la recoleccin de datos estuvo guiada por los conceptos derivados de la teora que se est construyendo, permitiendo maximizar las oportunidades de comparar acontecimientos, in- cidentes o sucesos para determinar cmo vara una categora en trminos de sus propiedades y dimensiones (Strauss, 2002). Este tipo de mues- treo se da sugiriendo unas caractersticas perso- nales que son relevantes conceptualmente: tres parejas con matrimonio legalmente constituido, ya que estas parejas presentan mayor tiempo de convivencia y, por ende, han vivenciado y superado las diversas crisis presentadas en las transiciones propias del ciclo vital familiar (ma- trimonio, nacimiento de los hijos y relaciones intergeneracionales), generndose mayor com- promiso y solidaridad entre ellos (Raup & Myers, 1989). Las parejas seleccionadas viven en la ciu- dad de Bogot, por ser el sitio de permanencia de los investigadores, lo que facilita el desarrollo de las entrevistas a profundidad que debieron realizarse a las parejas en distintas oportunida- des, de edades que oscilan entre 50 y 70 aos, con aproximadamente ms de 10 o 15 aos de casados, preferiblemente que hayan obtenido el ttulo de bachiller y que efectivamente en el lti- mo ao ya no quede ningn hijo en el hogar. Se realizaron entrevistas a profundidad de corte fenomenolgico para obtener informa- cin y explorar las vivencias y percepciones que las parejas tienen de la experiencia del nido vaco, de tal suerte que se pueda descu- brir qu piensa el sujeto sobre la transicin del nido vaco y por qu exhibe ciertas conductas; obtener comentarios libres y detallados que incluyan sentimientos, ideas u opiniones que ayuden a comprender mejor elementos dife- rentes de los pensamientos del sujeto y las ra- zones de estos. 10 Procedimiento A cada integrante de las tres parejas se le in- form el objetivo que se persegua con la entre- vista a profundidad; as mismo, se les explic la confdencialidad de la informacin obtenida. Cada uno de los miembros de la pareja fue en- trevistado de manera individual; se cont con la presencia de un observador quien tom los re- gistros pertinentes y se utilizaron recursos como apuntes y grabaciones. La trascripcin de los re- gistros se llev a cabo una vez terminada cada entrevista, con el fn de realizar el proceso de categorizacin y conformacin del libro de cdi- gos. Las entrevistas a profundidad se realizaron en tres momentos diferentes con el fn de inda- gar y abarcar en su totalidad las 7 categoras tericas planteadas, las cuales permitieron dar respuesta a los objetivos de la investigacin, a saber: Modelos internos de trabajo: representaciones del s mismo, en relacin con una fgura de apego en un contexto o entorno con carga emocional. Representan una realidad poblada de personas y objetos signifcativos para el individuo, los cuales persisten, se complementan, se remodelan y se reestructuran en el mundo representacional del adulto (Pinedo & Santelices, 2006). Historia de la relacin de pareja: interrelacin entre un hombre y una mujer, que crea conoci- miento, orden social y se apoya en la sexualidad (Manrique, 1962, p. 32); as como el gusto que manifestan los esposos con su relacin, la comu- nicacin de pareja y las expectativas con respecto a la unin marital, al afecto recibido y la empata (Barrera, 2002). Afrontamiento dirigido al problema: forma de afrontamiento en la que el individuo se interesa en buscar informacin sobre qu hacer para manejar o alterar el problema que est causando el males- tar (Lazarus & Folkman, 1986). Afrontamiento dirigido a la emocin: como la forma de afrontamiento en la que el individuo bus- ca disminuir el malestar emocional y modular los estados emocionales negativos (Lazarus & Folk- man, 1986). Sentimientos ante el nido vaco: forma de reac- cionar de cada uno de los miembros de la pareja, los cuales pueden ser sensibles a los efectos del cambio que se da en este perodo y que dependen de cada estilo vincular; pueden presentar respues- tas mal adaptativas, estimuladas por el sentimien- to de prdida (Baltes, 1974). Cambios de rutina ante el nido vaco: nuevos de- safos a los que se enfrentar la pareja, al produ- cirse el reencuentro entre ellos, dada la salida de los hijos del hogar, que lleva a contar con una ma- yor cantidad de tiempo disponible; es tomado por algunos como el inicio de una nueva etapa, donde tendrn la oportunidad de realizar cosas que han postergado a partir de la crianza de los hijos, dis- frutar de los nietos y seguir generando proyectos y nuevas actividades (Cornachione, 2006). Estilo de apego seguro: capacidad que tiene un individuo de confar en los dems y tener un nivel alto de compromiso (Bowlby, 1958). En el dominio interpersonal, las personas seguras tienden a ser ms clidas, estables y con relaciones ntimas sa- tisfactorias, y en el dominio intrapersonal, tienden a ser ms positivas, integradas y con perspectivas coherentes de s mismas (Mikulincer, 1998a). Estilo de apego ansioso ambivalente: respuestas de angustia intensa y comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia que presenta el individuo ante la separacin. De- bido a la inconsistencia en las habilidades emocio- nales de sus cuidadores, no tienen expectativas de confanza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores (Feeney & Kirkpatrick, 1996). Estas personas estn defnidas por un fuerte deseo de intimidad, junto con una inseguridad respecto a los otros (Mikulincer, 1998b). Por otra parte, se contemplaron 2 categoras emergentes de gran importancia en la transicin del nido vaco: Proyecto de vida: estructura que expresa la apertura hacia el cambio, articulando la identidad personal y social, los valores morales, sociales, la programacin de tareas, metas, planes, accin social y los mecanismos de accin que implican formas de autoexpresin (DAngelo, 1998). Vejez: etapa que comienza en un momento del ser humano antes de la muerte, la cual no nece- sariamente est asociada con la edad, pero s al contexto histrico, social y econmico al que per- tenezca el adulto mayor, es decir, se asocia a la asignacin de roles y puede ser equiparada con la jubilacin (Fernndez, Moya, Iiguez & Dolores, 1999). 11 RESULTADOS Enmarcados en la teora del apego de Bowlby (1967), los resultados evidencian dos tipos de estilo vincular: el estilo seguro y el estilo ansioso- ambivalente; se observa una clara diferencia de gnero sustentada en los distintos roles, activi- dades y comportamientos que ha desempeado cada uno de los miembros de la pareja, producto de su historia particular (Oakley, 1977); en las mujeres predomina el estilo ansioso-ambivalen- te, al observarse conductas de preocupacin, miedo y ansiedad, con las cuales se pretende tener cerca a la fgura de apego:
E184: Yo le he dicho varias veces a mi esposo que no deseo nunca estar lejos de l y menos aho- ra que estamos solitos sin los hijos, yo no s qu hara sin l. En los hombres se evidenci un estilo de apego seguro caracterizado por una alta acep- tacin del cambio, bajos niveles de ansiedad y reacciones positivas que incluyen sentimientos de seguridad y confanza en s mismos, poca difcultad para confar en otros y aceptacin de las diferencias de los dems. Sus relaciones se muestran buenas, satisfactorias y desligadas de la ansiedad. Respecto al objetivo de cono- cer el tipo de afrontamiento de cada miembro de la pareja ante la transicin del nido vaco, se encontr que las mujeres con estilo de ape- go ansioso ambivalente utilizan estrategias de afrontamiento de tipo adaptativo dirigidas a la estabilizacin emocional (Lazarus & Folkman, 1984); tal es el caso de la religin, que opera como compensacin ante un estrs emocional o ante una relacin insatisfactoria, por lo cual la creencia en la existencia y la presencia de Dios parece disipar el miedo y la ansiedad, as mismo fomenta sentimientos de confanza y se- guridad emocional; es importante para los cre- yentes por ser una fuente de consuelo, apoyo y fuerza (Kirkpatrick, 1992, 1994, citado por Feeney & Noller, 2001): D47: No, pues, despus de que ya estoy que me muero, que estoy que ya veo, que no puedo aguantarme, como que algo, como que yo le pido como a Dios que por favor me ayude a contro- larme, que yo entienda, que yo pueda obrar para poder ayudar en ese problema.... Mientras que los hombres con estilo de apego seguro encaminan sus estrategias a la solucin del problema, predominando la reformulacin positiva, la aceptacin y la autocrtica (Lazarus & Folkman, 1984), en sus estrategias se tienen en cuenta los procesos cognoscitivos y conduc- tuales relacionados con el evento estresante, los cuales les permiten realizar una confrontacin directa con la problemtica buscando apoyo so- cial en un amigo, un familiar, con el objetivo de nivelar la ansiedad, creando planes de accin: CE67: Pues cuando hay un problema, yo lo estudio ligero, trato de resolverlo de la mejor ma- nera, no me precipito. Soy muy prudente, acto con el mejor tacto que se pueda, con tino, buscan- do el mejor medio. Pero, la verdad, no me deses- pera, no, sobre todo trato de hacerlo con mucha prudencia. En cuanto a los signifcados que cada miem- bro de la pareja le atribuye a la transicin del nido vaco, se podra encontrar que se hallan de- terminados por el estilo vincular de cada miem- bro de la pareja; las mujeres con estilo ansio- so-ambivalente fueron quienes mostraron altos niveles de estrs, angustia y ansiedad ante la separacin: E99: Mi compaa solo es l (esposo), en el da es duro porque me la paso en la casa sola y ah es cuando me pongo a pensar en mi hijo y me siento muy triste.... Los sentimientos de los hombres, que se en- marcaron dentro del estilo seguro, mostraron mayor aceptacin, mayor capacidad de recupe- racin ante la separacin, bajos niveles de an- siedad y altos niveles de confanza. En relacin con los cambios de rutinas que se generan du- rante esta transicin, se encuentra que la pareja invierte su tiempo en otras actividades que los llevan a asumir distintos roles, a disfrutar de la vida en pareja y a reactivar los proyectos que se suspendieron cuando comenz la paternidad (Raup & Myers, 1989): F144: Ahora los dos nos levantamos al mis- mo tiempo y los nes de semana me levanto yo primero a llevarle el jugo a la cama y consentirla un rato ms, y eso no lo haca cuando estaba mi hijo. En lo referente a los modelos internos de tra- bajo, creencias y expectativas sobre el s mismo que infuyen en la interaccin con otros (Bowlby, 1980), se encuentra que los individuos ansio- sos-ambivalentes se perciben a s mismos como amorosos, protectores, impulsivos, pero a la vez exigentes y dependientes. Mientras que los in- dividuos seguros se autoperciben como fuertes, competentes, autnomos, disponibles y accesi- bles. 12 Respecto a la pareja, en los diferentes mo- mentos de la relacin las mujeres con estilo de apego ansioso-ambivalente demuestran la prefe- rencia por la cercana, el compromiso y el afecto sin restricciones en sus relaciones, tendiendo a idealizar a sus parejas y a circunscribir todas las actividades a ellas, disminuyendo de esta mane- ra su ansiedad y sus niveles de estrs (Feeney & Noller, 1990). Los hombres que se identifcaron en el estilo de apego seguro demuestran gran tranquilidad, comprensin, aceptacin y respon- sividad a las demandas de su pareja, preocu- pndose ms por la cercana de la relacin, por el equilibrio en la dependencia y por el apoyo mutuo: CE103: Siempre hablamos, yo siempre digo las cosas que requiero con cordialidad, respeto. Me ayuda mi temperamento. Yo soy muy tranqui- lo y trato de resolver las cosas con calma, por eso tengo buena salud, no me duele nada!. Adicionalmente a las categoras tericas plan- teadas, durante el anlisis de las entrevistas emergieron dos subcategoras que no haban sido tenidas en cuenta y que fueron de gran re- levancia en el progreso de este estudio: vejez y proyecto de vida. La vejez, etapa del ciclo vital en que se evi- dencian preocupaciones como la jubilacin, las alteraciones fsicas y cambios en los recursos fnancieros (Fernndez- Ballesteros, 1988); sin embargo, estas son vivenciadas de forma distin- ta por cada uno de los miembros de la pareja. Las mujeres que evidenciaron estilo ansioso- ambivalente muestran una tendencia a manifes- tar ms el declive de su salud as como el de su emocionalidad y su intelectualidad (Feeney & Noller, 2001): E171: Lo que pasa es que yo ya no tengo 20 aos para tener la misma capacidad para apren- der las cosas, por mi edad ya me empieza a fallar la vista, las rodillas, que el dolor de cabeza y los calores por lo de la menopausia, entonces por eso no estaba segura de empezar a estudiar. En cambio los hombres con estilo seguro mostraron mayor aceptacin y una emociona- lidad positiva con relacin a los cambios en su vida y en su salud. En lo relacionado con el proyecto de vida, se observa que existe una gran coincidencia en que se quedaron aplazadas diferentes activida- des, donde los individuos ansiosos-ambivalentes otorgaron mayor valor a este aplazamiento y queran culminarlo: E15: Lo veo como una oportunidad para rea- lizar algo que yo siempre quise pero no pude hacerlo por estar pendiente de mis hijos, que es estudiar belleza por ejemplo; yo ahora quiero por- que el pensado de nosotros tambin es irnos para all a vivir cerca de mi hija o mi hijo, entonces yo quiero ponerme a estudiar belleza, para irme a trabajar all. De otro lado, los hombres con estilo de apego seguro mostraron mayor comprensin y acepta- cin con relacin al aplazamiento de estas acti- vidades, abriendo la posibilidad de culminarlas sin ninguna premura. Teniendo en cuenta lo anterior, se evidencia que el estilo de apego de cada individuo se re- laciona con la forma de ajustarse a la transicin del nido vaco, percibindola como un perodo de adaptacin, reajuste y elaboracin de nue- vos roles y patrones de interaccin, en el cual la pareja se reencuentra y trabaja en la ejecucin de proyectos que quedaron aplazados con el ini- cio del rol parental. Paralelamente, tambin se identifca que las parejas participantes en este estudio son de tipo mixto, en el cual los hom- bres presentan caractersticas propias del estilo de apego seguro y las mujeres presentan ca- ractersticas propias del estilo ansioso- ambiva- lente, lo cual es considerado por Kirkpatrick & Davis (1993) como una relacin relativamente estable. DISCUSIN Para el desarrollo de este proyecto se tom como punto de partida el conocimiento que cada participante tena de s mismo, as como el de su pareja y la interaccin entre ellos durante las etapas de su relacin, de tal forma que se dilu- cidaron los signifcados existentes alrededor de su experiencia particular, hacindose evidente el nfasis en la transicin del nido vaco. El nido vaco aparece como una fase normal del desarrollo de la vida en pareja, en la que se refeja la forma de reaccionar de cada uno de sus miembros, frente a los cambios que se presen- tan en dicho perodo dependiendo del estilo vin- cular de cada uno; tambin pueden presentarse respuestas mal adaptativas estimuladas por el sentimiento de prdida durante esta nueva fase 13 (Bates, 2005). Se evidenciaron elementos co- munes en las parejas, por ejemplo llevar largo tiempo juntos, haber vivido momentos de mucho dolor a travs de los cuales se pudieron entrever las estrategias de afrontamiento empleadas (La- zarus & Falkman, 1984) y la bsqueda de la pa- reja como sostn y apoyo ante las crisis (Hazan & Shaver, 1987). Hay otros elementos asociados al gnero, como el caso de las mujeres que re- portan haberse dedicado casi exclusivamente al rol de madre, salvo una de ellas que altern este rol con el de trabajadora (Oakley, 1977). Pero uno de los elementos que ms llaman la atencin, por su coincidencia, es que los hom- bres de las tres parejas de participantes evi- denciaron caractersticas especfcas del estilo de apego seguro, como los bajos niveles de an- siedad, la confanza en s mismos, sentimientos de seguridad y aceptacin por las diferencias; las tres mujeres de la muestra, por su parte, mostraron caractersticas particulares del estilo de apego ansioso-ambivalente, por ejemplo la preocupacin excesiva, altos niveles de ansie- dad y la necesidad de tener a la fgura de apego siempre cerca y disponible; qued ausente de clasifcacin el estilo de apego evitativo. Sin em- bargo, aunque se deduce de lo anterior que el estilo de apego de las tres parejas se enmarca dentro de lo planteado por Feeney (1995) como un tipo de apego de pareja mixto, el hallazgo de parejas mixtas pone de manifesto que la calidad de la relacin estara mediada por las dinmicas relacionales y los modelos internos de trabajo, con una tendencia a que los hombres con estilo de apego seguro asuman conductas y compor- tamientos propios del estilo de apego evitativo (Hazan & Shaver, 1987). En esta misma lnea, se evidencia el afronta- miento del nido vaco en funcin de estos dos estilos de apego, por lo cual los hombres con su estilo de apego seguro mostraron reacciones positivas ante el cambio, presentando una alta aceptacin de este, asumindolo como un pro- ceso normal de la vida que a su vez les brin- da la oportunidad de reencontrarse en pareja y realizar las diversas actividades que quedaron postergadas con el inicio del rol parental. Por el contrario, las mujeres con estilo de apego ansio- so-ambivalente mostraron una baja aceptacin del cambio debido a sus altos niveles de ansie- dad y a su temor a la separacin. A pesar que los hallazgos arrojan informacin muy valiosa en tanto dan cuenta de la realidad de lo que sucede durante la transicin del nido vaco en tres parejas colombianas y responden a la fnalidad de este estudio, no se puede tomar como un comn denominador para la gran ma- yora de parejas que vivencian esta transicin en Colombia, toda vez que intervienen diversos aspectos en las realidades particulares de las di- ferentes parejas que pudiesen estar atravesan- do por dicha transicin, como el nivel socioeco- nmico, las creencias y las costumbres propias de su regin, esto, de acuerdo con lo postulado por Baltes (2000), quien considera que el desa- rrollo del ser humano est mediado por mlti- ples factores (el ambiente, la historia, la edad, el contexto, la sociedad y la cultura), los cuales se hallan inmersos a lo largo del ciclo vital, as como las interacciones que se presentan en los diferentes sistemas a los que pertenece (micro- sistema, mesosistema, exosistema, cronosiste- ma o macrosistema) (Bronfenbrenner, 1986). Por lo tanto, se hace necesaria la realizacin de ms estudios que puedan identifcar no solo los tres estilos de apego de las personas sino otra serie de elementos que no se tuvieron en cuenta en esta investigacin y que quedaran a discre- cin de los futuros investigadores. 14 CONCLUSIONES La poca existencia en Colombia de investiga- ciones alrededor del tema de la transicin del nido vaco hace que este estudio constituya un aporte importante para la comprensin de dicha transicin dentro del contexto y cultura nacional, toda vez que las reacciones de la poblacin, as como sus ideas, cogniciones, representaciones y discursos, intervienen en la confguracin de una realidad que es exclusiva para cada pas. Aunque esta investigacin se realiz sobre la base de la teora del apego y desde la perspectiva del ciclo vital, se hace necesario seguir con los estudios sobre la transicin del nido vaco en Colombia, sugirindose para investigaciones futuras que la muestra sea ampliada, con el fn de obtener re- sultados que representen de forma signifcativa a la poblacin colombiana y den cuenta de su rea- lidad particular. Del mismo modo es conveniente incluir en estos estudios los diferentes tipos de uniones matrimoniales y no solamente las legal- mente constituidas, as como tambin los dife- rentes estratos socioeconmicos y contemplar la extensin del estudio a otras poblaciones del pas. Quedan muchos interrogantes an por resol- ver; por ejemplo: El hijo puede constituirse en la gura de apego en la transicin del nido vaco? Los hallazgos de esta investigacin ponen en evidencia caractersticas propias de las conductas de apego, como la base segura, la bsqueda de proximidad, el refugio seguro y la ansiedad ante la separacin, frente a la relacin de las madres con sus hijos cuando estos abandonan el hogar; sin embargo, en la literatura no se encuentran explicaciones que den cuenta de este ngulo en particular. Adems de la teora vincular, podra la teora transgeneracional inuir en el estilo vincular de cada individuo? Los principales postulados de Freud (1900) describen que el vnculo temprano con la madre se interioriza y se activa posteriormente cuando se revive en otras relaciones signifcativas como en la relacin de pareja y lazo emocional que la madre teje con los hijos, as como lo expuesto por Shtzenberger (1993) quien plantea que lo que un individuo piensa, siente o hace se trans- mite transgeneracionalmente como verdades ab- solutas, debido a que con el nacimiento se trae un capital gentico e histrico familiar. Qu inuencia podra tener la vejez en el afron- tamiento de la transicin del nido vaco? Los sucesos crticos del envejecimiento supo- nen un desgaste del funcionamiento del organis- mo; es as como el proceso degenerativo de las funciones psicolgicas y el declive de las activi- dades podran infuir en el afrontamiento de esta etapa del ciclo vital. El estilo de afrontamiento est en funcin del estilo de apego? Aunque los resultados arrojados por esta in- vestigacin evidencian que el afrontamiento en las parejas de la muestra est dado en funcin del estilo de apego de cada uno de los miembros de la pareja, no se puede generalizar a todas las parejas o individuos que estn atravesando por dicho proceso. Se requiere aumentar la muestra para que realmente los datos sean signifcativos y representativos de la realidad colombiana con relacin a este tema. Hay similitudes en la vivencia de la transicin del nido vaco en las parejas de otras regiones del pas? Para dar cuenta de un resultado ms repre- sentativo del pas se requiere ampliar la muestra y contar con la participacin de parejas que estn atravesando por la transicin del nido vaco en distintas zonas y poder compararlas entre s. El estrato y el nivel socioeconmico inuyen en la forma de afrontamiento de la transicin del nido vaco? Es importante incluir en los estudios los dis- tintos niveles socioeconmicos para evidenciar posibles diferencias o similitudes entre un estrato y otro. A partir de estas preguntas, cada investigacin que se derive de ellas constituir un aporte teri- co importante para la psicologa, en especial para la efectuada en Colombia, ya que permitir hacer visibles las caractersticas propias del pas y se mostrar como una nacin que se preocupa por la produccin de conocimiento cientfco y la ex- ploracin de reas que han sido poco abordadas. 15 Acevedo, V., Restrepo, L. & Tovar, J. (2007). Parejas satisfechas de larga duracin en la ciudad de Cali. Pensamiento Psicolgico, 3(8), 85-107. Ainsworth, M. (1963). The development of infant-mother interaction among the Ganda. En: Foss, B. (ed.). Determinants if infant behavior. New York: WileyAinsworth, M., Blehar, M., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the Strange Situation. New Jersey: Erlbaum. Ainsworth, M. (1982). Attachment: Retrospect and prospect. En: Parkes, C., & Stevenson-Hinde (eds.). The place of attachment of human behavior. New York: Basic Books. Arbiol, Plazaola, Sainz & Yarnoz (2001). Apego en adultos y percepcin de los otros. Anales de Psi- cologa. Espaa: Murcia. Baptista, P., Fernndez Collado, C. & Hernndez Sampieri, R. (2006). Metodologa de la investiga- cin. 4. ed. Mxico: McGraw-Hill. Bates, E. (2005). Efectos del sndrome nido vaco sobre la autoevaluacin del bienestar fsico y psicolgico. Recuperado el 26 de marzo de 2008 de http://www.fun-humanismo-ciencia.es/feli- cidad/mujer/mujer1.htm Baltes, P. (1987). Theoretical propositions Bartholomew & Horowitz, 1991 of life-span develop- mental psychology: On the dynamics between growth and decline. Developmental psychology (editorial), 23(5), 611-626. Baltes, P. (2000). Life-span developmental theory. En: Kazdin, A. (ed.). Encyclopedia of psychology. Washington y New York: American Psychological Association and Oxford University Press. Bartholomew, K., & Horowitz, L. (1991). Attachment styles among young adults: A test of a four- category model. Journal of Personality and Social Psychology, 61. Belloch, A. & Sandn, B. (2003). Manual de psicopatologa. Madrid: McGraw-Hill. Berman, W. H. y Sperling, M. B. (1994). The structure and function of adult attachment. Botella, L. (2005). Reconstruccin relacional y narrativa en psicoterapia: bases neurobiolgicas. Monografas de Psiquiatra, 3, 28-34. Bowlby, J. (1976). El vnculo afectivo. Buenos Aires: Paids. Bowlby, J. (1980). La prdida afectiva. Tristeza y depresin. Buenos Aires: Paids. Bowlby, J. (1982). Attachment and loss. Vol. 1. Attachment. New York: Basic Books. Bowlby, J. (1993). La separacin afectiva. El apego y la prdida, 2. Barcelona: Paids. Bowlby, J. (1995). Una base segura. Espaa: Paids. Brammer & Lawrence, M. (1992). Three ways to view life transition: metaphors from classical lite- rature. Bronfenbrenner, U. (1986). Ecology of the family as a context for human development: Research perspectives. Developmental Psychology. Bulbena, A. (1998). Psicopatologa de la afectividad. En: Introduccin a la psicopatologa y la psi- quiatra. Barcelona: Vallejo Ruiloba comp. Masson. Cabrera, Guevara & Barrera. (2006). Relaciones maritales, relaciones paternas y su infuencia en el ajuste psicolgico de los hijos. Acta Colombiana de Psicologa, 9. Universidad Catlica de Co- lombia. Bogot. Carrillo, Castro, Penagos & Rodrguez. (2006). Apego, relaciones romnticas y autoconcepto en adolescentes bogotanos. Bogot: Universidad de los Andes. Cicirelli, V. G. (1991). Sibling relationships in adulthood. Marriage and Family Review, 16(3-4), 291-310. Cornachione, M. (2006). Psicologa del desarrollo. Aspectos biolgicos, psicolgicos y sociales. Ar- gentina: Editorial Brujas. REFERENCIAS 16 Dulcey-Ruiz, E. & Uribe, V. (2002). Psicologa del ciclo vital: hacia una visin comprehensiva de la vida humana. Revista Latinoamericana de Psicologa, 34(1-2), 17-27. De Zubira, M. (2007). La afectividad humana. Colombia: Fundacin Internacional de Pedagoga Con- ceptual. Estrada, L. (2006). El ciclo vital de la familia. Madrid: DeBolsillo. Fonagy, P. (2004). Teora del apego y psicoanlisis. Barcelona: Espaxs. Feeney, J. (1999). Adult romantic attachment and couple relationships. En: Cassidy, J., & Shaner, P. (eds). Handbook of attachment. Theory and research (pp. 356-377). New York: Guilfordpress. Feeney, J. & Noller, P. (2001). Apego adulto. Espaa: Descle de Brower. Feldman, R. (2002). Psicologa. Mxico: McGraw-Hill. Fernndez-Abascal, E. (1997). Estilos y estrategias de afrontamiento. En: Fernndez-Abascal, E. G., Palmero, F., Chliz, M. & Martnez, F. (eds.). Cuaderno de prcticas de motivacin y emocin. Ma- drid: Pirmide. Fernndez, Moya, Iiguez & Dolores. (1999). La psicologa de la vejez. Madrid: Biblioteca Nueva. Fraley, C. & Shaver, P. (2000). Apego adulto romntico: desarrollos tericos, nuevas controversias, y preguntas sin respuesta. Review of General Psychology. Garca, C. (2003). Climaterio y bienestar psicolgico. Revista cubana obstet ginecol, 29. Garrido, R. (2006). Apego, emocin y regulacin emocional. Implicaciones para la salud. Revista Lati- noamrica de Psicologa, 38(3), 501. Glick, I. & Ritvo, E. (2002). Terapia de pareja y familiar. Mxico: Manual Moderno. Havighurst, R. J. (1972). Developmental tasks and education. New York: McKay. Hazan, C., & Zeifman, D. (1999). Pair bonds as attachments. Evaluating the evidence. En: Cassidy, J., & Shaner, P. (eds.). Handbook of attachment. Theory and research. New York: Guilfordpress. Hazan, C., & Shaver, P. (1987). Romantic love conceptualized as an attachment process. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 511-524. Hernndez, A. (2001). Familia, ciclo vital y psicoterapia breve sistmica. Bogot: El Bho. Herrera, P. (1997). La familia funcional y disfuncional, un indicador de salud. Revista Cubana de Me- dicina General Integral, 13(6). Hoffman, L. (1996). Psicologa del desarrollo hoy. Madrid. McGraw-Hill. Lacub, R. (2002). La postgerontologa: hacia un renovado estudio de la gerontologa. Revista Latinoa- mericana de Psicologa, 34, 155-157. Kail, R. (2007). Desarrollo Humano. Una perspectiva del ciclo vital. Krzemien, D. (2007). Estilos de personalidad y afrontamiento situacional frente al envejecimiento en la mujer. Revista Interamericana de Psicologa, 41(2), 139-150. Lazarus, R. & Cohen, J. (1977). Estrs ambiental. Comportamiento humano y el entorno: teora e investigacin. Nueva York: Plenum Press. Lazarus, R., & Folkman, S. (1984). Stress, appraisal and coping. Nueva York: Springer Publishing. Tra- duccin espaola: Estrs y procesos cognitivos. Barcelona: Martnez Roca. Primera edicin (1986). Lee, J. A. (1988). Love-styles. En: Sternberg, R. J., & Barnes, M. (eds.). The psychology of love (pp. 38-67). New Haven, CT: Yale University Press. Levenson, R. W., Carstensen, L. L. & Gottman, J. M. (1993). Long-term marriage: Age, gender and satisfaction. Psychology and aging, 301-313. Levinson, D. J. (1996). The seasons of a womans life. New York: Knopf. Lpez, F. (1998). Evolucin de los vnculos de apego en las relaciones familiares. En Rodrigo, M. & Palacios, J. Familia y desarrollo humano. Madrid: Alianza. 17 Martnez, C. & Santelices, M. (2005). Evaluacin del apego en el adulto. Martnez, G. & Nuez, M. (2007). Entrevista de prototipos de apego adulto (EPAA): propiedades psi- comtricas de su versin en Chile. Meja, O. (2003). Imposible sustraerse al encanto del desarrollo humano. Revista electrnica de Psi- cologa Social, 6. Morales, S. & Santelices, A. (2007). Los modelos operantes internos y sus abordajes en psicoterapia. Minuchin, S. (1998). Familias y terapia familiar. Barcelona: Granica. Mikulincer, M., Shaver, P., & Pereg (2003). Attachment theory and affect regulation: The dynamics, develoment and cognitive consequences of attachment fgures. Journal of personality and social psychology, 83, 881-895. Oakley, A. (1977). La mujer discriminada: biologa y sociedad. Madrid: Debate. Oliva, A. (2004). Estado actual de la teora del apego. Revista de Psiquiatra y Psicologa del nio y del adolescente, 4(1), 65-81. Owen, C. (2004). The empty nest transition: The relationship between attachment style and womens use of this period as a time for growth and change. Institute of Advanced Psychological Studies: Adelphi University. Recuperado el 30 de marzo de 2008 de la base de datos Proquest. Palacios, J. (2006). Cambio y desarrollo durante la adultez y la vejez. En: Palacios, J., Marhesi, A. & Coll, C. Desarrollo psicolgico y educacin. l. Psicologa evolutiva. Madrid: Alianza. Pichon-Rivire, E. & Taragamo, F. (1986). Teora del vnculo. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visin SAIC. Pinedo, J. & Santelices, M. (2006). Apego adulto: los modelos operantes internos y la teora de la mente. Terapia Psicolgica, 24(2), 201-209. Raup, J., & Myers, J. (1989). The empty nest syndrome: Myth or reality? Journal of Counseling and Development, 2, 180-183. Rosenzweig, M. (2000). Ethology. Encyclopedia of psychology. New York: American Psychological As- sociation and Oxford University Press. Ruano, R., & Serra, E. (2000). Estrategias de afrontamiento en familias con hijos adolescentes. Anales de Psicologa, 16(2), 199-206. Sanchis, C. (2008). Apego, acontecimientos vitales y depresin en una muestra de adolescentes. Scher, M. (1992). The empty nest father. Journal of Mens Studies, 1(2), 195. Shaver, P., & Mikulincer, M. (2002). Attachment-related psychodynamics. Attachment and Human De- velopment, 4, 133-161. Shaver, P. R., & Hazan, C. (1988). A biased overview of the study of love. Journal of Social and Perso- nal Relationships, 5(4), 473-501. Silvestre, N. (1996). Psicologa evolutiva: adolescencia, edad adulta y vejez. Barcelona: CEAC. Simpson, J. (1990). Infuence of attachment styles on romantic relationships. Journal of Personality and Social Psychology, 59, 971-980. Sotillo, M. (2008). Cuando los hijos emprenden el vuelo. Recuperado el 10 de agosto de 2008 de www. Capitalemocional.com Sroufe, A. (2000). Desarrollo emocional. La organizacin de la vida emocional en los primeros aos. Mxico: Oxford University Press. Sternberg, R. (2000). La experiencia del amor. Espaa: Paids. Villasante, T. R., Montas, M. & Mart, J. (2000). La investigacin social participativa. El viejo topo. Madrid. Yela, C. (1997). Curso temporal de los componentes bsicos del amor a lo largo de la relacin de pa- reja. Psicothema, 9(1), 1-15. Zacares, J. & Serra, E. (1996). Creencias sobre la madurez psicolgica y desarrollo adulto. Anales de Psicologa, 12(1), 41-60.