Para Comprender El at
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UNIVERSIDAD BIBLICA LATINOAMERICANA Apartado 901-1000 Tels: (506) 2283-8848, 2283-4498 Fax: (506) 2283-6826 E-mail: [email protected] www.ubila.net EDITORIAL SEBILA DEPT. DE PUBLICACIONES Edicin: Jos E. Ramrez-Kidd Diagramacin/Portada: Damaris Alvarez ISBN 978-9977-958-33-0 San Jos, Costa Rica Julio de 2009 Copyright 2009 Universidad Bblica Latinoamericana Se permite la reproduccin solamente con la autorizacin de la Universidad Bblica Latinoamericana
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Jos E. Ramrez-Kidd
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Al profesor
Hermann Spieckermann
con profunda gratitud.
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Un reconocimiento particular a mis colegas, Elisabeth M. Cook y Fernando Cascante G., cuya ayuda para la obtencin de los materiales requeridos en la redaccin de esta obra ha sido, como en casos anteriores, inestimable; a Damaris lvarez, la extraordinaria diagramadora de nuestra universidad, cuya competencia profesional, dedicacin y paciencia han permitido este resultado.
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Contenido
1: Primeros pasos por la Biblia 2: Pentateuco: Gnesis 1-11 1. Texto generador: Gnesis 4 2. Crimen y castigo: la accin que crea un destino 3. La rivalidad entre hermanos 4. Motivos literarios en el AT Biblia de Oriente 1: Oracin de Kantuzilis DOSSIER 1: Gen 12 3: Pentateuco: Gnesis 12-50 5. Texto generador: Gnesis 16 6. ngeles: la cercana de Dios 7. El xodo: motivo fundante 8. Espritus y demonios Biblia de Oriente 2: Carta al dios personal 4: Pentateuco: Legislacin 9. Texto generador: Levtico 24 10. Evolucin del pensamiento en el AT 11. Extranjeros en el AT 12. Composicin de un texto bblico Biblia de Oriente 3: Cilindro de Ciro DOSSIER 2: David, el pster y la historia 5: Historia 13. Texto generador: 2 Reyes 3 14. Conflictos entre grupos 15. Poltica y Religin 16. "Enemigos": alteridad en el AT Biblia de Oriente 4: La estela de Mesha 6: Poesa 17. Texto generador: Salmo 107 18. El alimento: providencia y gratitud 19. La inversin en el AT 20. Las fiestas: ruptura con lo cotidiano Biblia de Oriente 5: Himno a Atn DOSSIER 3: Biblia y Arte 11 32 32 46 51 54 58 64 69 69 74 80 85 89 93 93 97 102 107 112 122 130 130 134 138 143 147 159 159 166 169 174 178 185
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7: Profetas preexlicos 21. Texto generador: Isaas 1 22. Yahv: defensor del dbil 23. Imgenes legales en el AT 24. Cambio social en el AT Biblia de Oriente 6: Carta de un nio a su madre 8: Profetas postexlicos 25. Texto generador: Isaas 66 26. Formas de revelacin en el AT 27. Religin oficial, religin popular 28. El culto: encuentro con lo numinoso Biblia de Oriente 7: Cantos de amor DOSSIER 4: El libro de Ruth 9: Apocalptica 29. Texto generador: Daniel 7 30. El folklore en el AT 31. David y Goliat: historia de un motivo 32. Imgenes de Dios: inmanencia y trascendencia Biblia de Oriente 8: La visin de Neferty 10: Deuterocannicos 33. Texto generador: 1 Macabeos 1 34. Tobas: los retos del colonialismo 35. Judith: la sublevacin poltica 36. Sabidura: la identidad cultural Biblia de Oriente 9: Himno a Shamash Tareas Glosario Bibliografa ndices
189 189 194 199 204 212 217 217 223 230 236 240 247 251 251 260 267 271 279 285 285 293 301 308 314 321 332 336 344
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n la dcada de los /60 la Editorial Catlica de Madrid publica Biblia Comentada y Sagrada Escritura, los primeros comentarios a la Biblia completa escritos en lengua hispana. Poco haba entonces para el estudio de la Biblia en nuestra lengua. Vinieron luego los aportes de editoriales como Sgueme y Cristiandad que, aparte de la produccin directamente en castellano entre la que descolla la obra del prof. Luis Alonso Schkel, tradujeron importantes clsicos del ingls, francs y alemn. Quien haya vivido esta poca y tome hoy, cuarenta aos despus, un catlogo de una editorial como Verbo Divino, se sorprender al ver la cantidad y calidad de la produccin que se ha logrado alcanzar en slo cuatro dcadas: Biblioteca Midrsica, Instrumentos para el Estudio de la Biblia, Documentos en torno a la Biblia, etc. Recientemente se ha editado una Introduccin al Estudio de la Biblia en once volmenes1, que se suma a las traducciones de obras extranjeras como la de Eifeldt del alemn2 o la de Cazelles del francs.3 Se cuenta hoy adems, con Biblias de estudio que son una verdadera mina de informacin sobre aspectos introductorios.4 La experiencia didctica con crculos bblicos nos muestra sin embargo que, el acceso a la informacin bsica de trasfondo no genera espontneamente nuevas lecturas de la Biblia. En este proceso intervienen, evidentemente, mltiples factores. No basta dar a conocer un ostracn cananeo, es necesario mostrar de qu modo ste nos ayuda a comprender la concepcin que se tena de la autoridad en una pequea aldea de Palestina. No basta dar ejemplos de la forma en la que el AT condena las religiones de su entorno, es necesario entender qu razones motivan a sus autores a distinguirse de religiones con las cuales tenan, de hecho, tanto en comn. Lo importante no es, pues, el dato desnudo, sino su significado en la vida de una comunidad que busca sobrevivir en un ambiente adverso. Esta obra que presentamos, no aspira a proveer al lector/a con una informacin bsica que hoy en da encuentra fcilmente en otras obras (autor, fecha, estructura, lugar de composicin, etc.), sino a mostrar: de qu modo tal informacin puede posibilitar una nueva comprensin del texto.
1 Introduccin al Estudio de la Biblia. Jos Manuel Snchez Caro (Coordinador). Editorial Verbo Divino. Estella. 2
Introduccin al Antiguo Testamento. Otto Eissfeldt. (Traduccin de J.L. Sicre). Ediciones Cristiandad. Madrid. 2000. Introduccin crtica al Antiguo Testamento. Henry Cazelles y otros. Editorial Herder. Barcelona. 1983.
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Biblia de Jerusaln. Nueva edicin revisada y aumentada. Jos A. Ubieta (Direccin). Descle de Brouwer. Bilbao. 1998; Biblia de Amrica. Santiago Guijarro O. y Manuel Salvador G. (Direccin). La Casa de la Biblia. Madrid. 1994; Sagrada Biblia. Francisco Cantera B. y Manuel Iglesias G. Editorial Catlica. Madrid. 1979.
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Descripcin de la obra Divisin: El captulo 1 toca temas introductorios. Los captulos 2-10 cubren el AT tal como aparece en la mayora de las Biblias. Se incluyen las divisiones y subdivisiones ms importantes: en el Pentateuco, narrativa y legislacin (cap. 2-4); los libros histricos (cap. 5); los libros poticos (cap. 6); los profetas pre-exlicos y post-exlicos (cap. 7-8); la apocalptica (cap. 9) y los libros deuterocannicos (cap. 10). Estructura: Cada captulo consta de un texto generador y tres temas relacionados. Los textos generadores son unidades representativas de su seccin correspondiente: Gn 4, por ejemplo, como representativo de la seccin Gen 1-11. Los temas que acompaan estos textos generadores son aspectos de dicho texto que se amplan por separado: en el caso de Gn 4, por ejemplo, el tema de la rivalidad entre hermanos. Cada uno de ellos est basado, a su vez, en textos bblicos. La obra est concebida en funcin del estudio directo de textos. Se estudian en total 67 textos bblicos, organizados a partir de 9 textos generadores y 27 temas relacionados. "Documentos": Cada uno de los 36 temas va acompaado por uno o ms Documentos, que conforman una especie de antologa de lecturas breves. Cerca de la mitad de ellas han sido redactadas por el autor mismo, la otra mitad es obra de autores clsicos tales como G. von Rad, A. Heschel, J. Frazer, A. Neher y otros. Estos autores representan diferentes confesiones, los hay judos (N. Sarna, B. Sommer), catlicos (R. de Andrs, J.L. Ska) y protestantes (H. Gunkel, N. Porteous). Hay autores europeos (F. Castel, A. Grabner-Haider), estadounidenses (J.
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Descripcin de la obra
Muilenburg, W. Brueggemann), espaoles (L.A. Schkel, A. Gonzlez-Lamadrid) y latinoamericanos (S. Croatto, G. Gutirrez). Hay autores (J. Llopis, C. Gerbron) y autoras (Mara Dolores Aleixandre; Ruth Finer Mintz); representantes del siglo XIX (S. Kierkegaard, E. Renan) y de la primera y la segunda mitad del siglo XX (A. Lods, L. Coenen). Estos documentos buscan dar una visin propia de los respectivos autores sobre el tema en cuestin. En algunos casos se busca incluir una reflexin de tipo teolgico o una actualizacin del tema. Se incluye al final un ndice con los ttulos de los 44 Documentos. "Biblia de Oriente": Israel y las sociedades que conforman la cultura de SiriaPalestina pueden ser vistos como variantes especficas de una misma cultura, no como culturas antagnicas. Es necesario comprender la estrecha continuidad que existe entre las instituciones y el lenguaje religioso de estas sociedades vecinas. Con este fin, se incluyen nueve textos del antiguo Cercano Oriente que se acompaan de un estudio correspondiente. En los estudios se explicitan las conexiones de estos textos con el AT en trminos de lenguaje, smbolos y motivos. Tomando en cuenta las relaciones de Israel con las culturas de su entorno, se han escogido tres textos egipcios, tres mesopotmicos, uno persa, uno hitita y uno cananeo. Aparte de estos estudios especficos, se citan a lo largo de la obra 33 textos del antiguo cercano Oriente: 18 textos egipcios, 12 mesopotmicos y 3 cananeos; adems de 6 textos del mundo greco-romano. Al final de la obra se incluye un ndice de todos ellos.
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"Dossiers": La obra incluye cuatro Dossiers que profundizan temas de especial relevancia para el estudio del AT: - DOSSIER 1: dimensin literaria de la Biblia Los motivos literarios en Gen 12,10-20. - DOSSIER 2: dimensin poltica David, el pster y la historia. - DOSSIER 3: dimensin artstica Biblia y arte. - DOSSIER 4: dimensin teolgica El descubrimiento de la cotidianeidad: Dios en el libro de Ruth. Iconografa: La obra se acompaa de 78 ilustraciones. La mayora de ellas son tomadas del entorno cultural del AT (21 de Egipto; 9 de Mesopotamia, 9 del mundo grecorromano, 7 de Canaan, una hitita y una persa), y buscan explicar aspectos de la formacin del texto en funcin de su entorno cultural, cf. por ejemplo pgs. 145. 162. 203. 257. 264. 276. Otras 22 son obras de arte moderno (pinturas y esculturas), que muestran distintos aspectos de la recepcin del texto en la cultura occidental, cf. por ejemplo pg. 78s. 185-188. 304; el resto son fotografas o ilustraciones contemporneas. Las explicaciones al pie de las ilustraciones buscan mostrar estas conexiones de modo explcito.
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Caractersticas de la obra
Caractersticas de la obra Acercamiento histrico: Las explicaciones dadas en esta obra buscan mostrar la evolucin de las ideas religiosas como adaptaciones de la fe a las nuevas circunstancias vividas por la comunidad, sealando la forma externa que adquiere en ese momento un rasgo esencial de la fe de Israel. Es as como se analiza el proceso mediante el cual un trmino como extranjero, empleado inicialmente con un sentido sociolgico para referirse a el extranjero en Israel adquiere, posteriormente, un sentido religioso para referirse a Israel como extranjero, e.d. a la comunidad como peregrina en el mundo. Ejemplos concretos de este acercamiento pueden verse en las Secciones # 10 Evolucin del pensamiento en el AT; # 5 Gnesis 16; # 9 Levtico 24,10-16 y # 28 El culto: encuentro con lo numinoso; en los Documentos # 10 Adaptacin y transformacin de una idea religiosa; # 32 Evolucin de las imgenes de Dios en el AT, # 20/1 La fiesta: historizacin progresiva de una herencia cananea y # 11 la progresiva teologizacin del trmino extranjero. Sensibilidad literaria: El texto bblico antes de ser un texto teolgico es eso, precisamente, un texto. Y necesita y debe ser explicado como texto, con toda su complejidad literaria y su riqueza psicolgica, con su carga social, sus implicaciones polticas y su profundo sentido simblico (pg. 34). Por esta razn, adems de prestar atencin a puntos especficos del anlisis literario (alusin, metforas, inversin, smbolos), la obra como conjunto est basada: (1) en una descripcin y ejemplificacin de los motivos literarios ms importantes empleados en el AT; cf. por ejemplo las Secciones # 4 Motivos literarios en el AT y # 31 David y Goliat: historia de un motivo; los Documentos # 4 Motivos literarios del AT: un catlogo y # 19 El motivo del mundo vuelto al
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revs, as como el Dossier 1 Gen 12: un texto compuesto por diversos motivos; (2) en el anlisis de el revestimiento literario, que nos ayuda a comprender los juegos de planos presentes en un texto (accin concreta y subtexto); cf. por ejemplo las Secciones # 14 Conflicto entre grupos y # 15 Poltica y religin; el Documento # 14 El revestimiento literario de un hecho poltico; el apartado Revestimiento literario pgs. 28-29 y la pg. 300; (3) en la ejemplificacin concreta del papel fundamental de la literatura en la interpretacin de textos bblicos; cf. la Seccin # 1 Gnesis 4 y el Dossier 3 Biblia y arte. Se incluyen en lugares claves de la obra poesas de autores europeos (Hilde Domin) y latinoamericanos (J. L. Borges). Preocupacin sociolgica: La fe del AT crece en relacin con los cambios sociales y econmicos del entorno en el cual vive la comunidad, al ritmo de las realidades polticas ms decisivas de su poca. Por ello, se presta atencin especial a: (1) los procesos sociales, cf. Secciones # 24 Cambio social en el AT; # 34 Tobas: los retos del colonialismo; # 19 La inversin en el AT y # 35 Judith: la sublevacin poltica; los Documentos # 19 El motivo del mundo vuelto al revs y el # 24 Historia social de Israel. Para el tema de la resistencia y la reivindicacin social, cf. los Documentos # 29/3 La apocalptica: construccin simblica de una resistencia; # 34/1 El valor simblico de un gesto: la marcha de Satyagraha y # 34/2 La desobediencia civil en Tobas; (2) los grupos sociales: sobre las tensiones entre diferentes grupos de poder en el AT, cf. Secciones 14 Conflicto entre grupos; 15 Poltica y religin; 16 Enemigos: la alteridad en el AT y el Documento 33/1 Judos en un mundo griego: dilema de lealtades. Sobre el tema de los inmigrantes, pobres y desvalidos, cf. las Secciones 22 Yahv defensor del dbil; 11 Extranjeros en el AT. Para el tema del estatus social de la mujer, cf. Biblia de Oriente 6 Carta de un nio a su madre; el Documento 35/1 Imagen de la mujer en la
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Caractersticas de la obra
literatura del AT y el 35/2 Judith: una feminidad ocupada androcntricamente; as como la pg. 246 entre otras; (3) los temas de inters social, cf. Seccin # 21 La justicia social en los profetas y, sobre el tema de las relaciones polticas como relaciones familiares, cf. el Documento # 14 El revestimiento literario de un hecho poltico. El Dossier 2 David: el pster y la historia, est dedicado enteramente al anlisis de la conexin entre poltica y religin en la Biblia. Perspectiva Intercultural: Israel no emerge como una entidad aislada de las otras culturas de su entorno, sino todo lo contrario, como parte integral de un escenario comn: la cultura de Siria-Palestina. Con los reinos de esta regin comparte Israel todo: geografa, historia y cultura. Los aspectos fundamentales de la religin de Israel (espacios/tiempos/lugares y personas sagradas) forman parte, esencialmente, de una herencia comn con sus vecinos. Bien puede afirmarse que, en el perodo preexlico al menos, no se puede distinguir claramente entre la religin de los israelitas y la de los pueblos vecinos. Por esta razn, la correlacin del AT con las literaturas del antiguo Cercano Oriente es decisiva para nuestra comprensin de los textos bblicos. La seccin Biblia de Oriente, busca analizar el largo proceso que llev a Israel, finalmente, a conformar una fe con un perfil religioso propio y, en algunos aspectos, distintivo. Proceso arduo que pasa por una etapa de (1) diferenciacin de un fondo religioso comn. Poco a poco empieza a emerger una forma religiosa cada vez ms diferenciada y autnoma, cf. pgs. 317-318; (2) historizacin: los elementos comunes compartidos con la religin mesopotmica, egipcia y cananea se historizan, es decir, instituciones ligadas esencialmente a fenmenos naturales (como las fiestas agrcolas, en su mayora de origen preisraelita), se ligan posteriormente a intervenciones decisivas de Yahv en la historia del pueblo, cf. por ejemplo las
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Secciones 5 Gnesis 16 y # 28 El culto: encuentro con lo numinoso; el Documento # 5 Yahv en tierras de Baal; (3) degradacin de las divinidades cananeas: al no poder integrar las divinidades extranjeras a una fe que termin siendo exclusivista, el yavismo degrada muchas de estas divinidades extranjeras a elohim, ngeles u otras manifestaciones de Yahv, cf. por ejemplo: la Seccin # 30 El folklore en el AT y las pgs. 201. 265. 277. La religin del AT es vista as, en relacin directa con la cultura religiosa de su entorno. Concepcin pedaggica: La obra ha sido concebida por dimensiones: anlisis, correlacin, sntesis, aprehensin visual. Las distintas secciones de la misma (Texto generador, Temas relacionados, Documentos, Biblia de Oriente, Dossiers e ilustraciones), responden a estas dimensiones. Los captulos estn redactados de modo que cada uno de ellos forma una unidad didctica autnoma. Las pginas estn diseadas por pares (izquierda/derecha), y redactadas a partir de prrafos breves, de modo que en cualquiera pgina el lector/a encuentre una unidad didctica que, siendo parte de un entramado global, es al mismo tiempo completa en s misma. Esto permite que la lectura pueda iniciarse en cualquier pgina y terminarse en cualquier pgina. El lector/a ser conducido del punto de inicio a otros por medio de referencias cruzadas a otros temas inters, cf. Secciones relacionadas. La obra incluye un Glosario, el lector/a encontrar all las palabras del texto sealadas con un asterisco, por ejemplo: *antropomorfismo. Las ilustraciones, as como el formato editorial general, han sido pensados para crear una obra balanceada visualmente, en la que se combina la iconografa antigua (contexto de redaccin), con el arte moderno (contexto de recepcin). La resonancia que los temas de esta obra tienen con nuestra realidad, se sugiere mediante los numerosos ejemplos de actualizacin de temas bblicos, cf. por ejemplo pgs. 87s. 168. 177. 202s. 250. 265s.
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i slo tuviramos los libros del Nuevo Testamento, podramos pensar que toda la vida cristiana se reduce a amar a Dios, a una vida de oracin y a participar en el culto de la comunidad cristiana. El Antiguo Testamento restablece las perspectivas cuando nos presenta a personajes que supieron adquirir una estatura adulta .. capaces de vivir plenamente su vocacin de hombres y mujeres. Si llegare a faltar esta dimensin humana, hasta la misma vida religiosa perdera su fuerza y dejara de ser un testimonio para el mundo (Hurault, Biblia 393).
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speraba mi turno en un consultorio mdico, cuando le en una revista que si calculamos el precio de los componentes qumicos del cuerpo humano, stos costaran solamente unos pocos dlares. Tomando en cuenta que la vida humana es de un valor inestimable, este dato me sorprendi. Pens que, si esto era as, lo mismo podra decirse de una pintura famosa. Considerando su valor por el costo de la tela y la pintura empleada para realizarla, una obra de Rembrandt podra costar unos pocos dlares. Con la Biblia sucede algo similar: incomparable como lo es por su significado es, al mismo tiempo, comparable. Comparable, por ejemplo, a otras obras de su poca por los temas tratados y por las tcnicas literarias empleadas. Durante mi primer ao de estudios en la universidad, asist a una conferencia sobre la filosofa helenstica. El conferencista, un filsofo espaol de fuertes convicciones catlicas, hizo alusin a la contribucin de algunos filsofos de este perodo al Nuevo Testamento. El or aquello, en aquellos aos llenos de entusiasmo adolescente, me produjo una gran
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J.E. Ramrez Kidd / Para comprender el A.T. Cap. 1 / Primeros pasos por la Biblia
indignacin. Senta como si Dios me mirara desde el cielo esperando ver que iba a hacer yo para defender la Biblia. Quise ponerme de pie y confrontar lo que haba escuchado y que hera, sinceramente, mi bien intencionada pero ingenua devocin religiosa. La verdad es que saba poco acerca de la literatura juda de aquel perodo, acerca de la filosofa griega, de los poetas latinos o de las religiones orientales de aquel momento y, menos an, de la forma en la que estas corrientes podan haber influido el Nuevo Testamento. Slo crea, apasionadamente, que la Biblia era superior a todo lo que exista y que no tena influencia alguna de nadie que no fuese Dios mismo. Diez aos despus de aquella conferencia, el estudio me llev al convencimiento de que, efectivamente, la Biblia no haba cado del cielo. Quien lea esta obra tiene tras de s, probablemente, toda una historia de relacin con la Biblia. Por esta razn, no hablamos aqu de Primeros pasos en la Biblia .. como gua de vida sino de Primeros pasos en la Biblia .. como documento histrico, literario y cultural. No se trata, entonces, de informar al lector/a acerca de cuntos libros tiene la Biblia, ni de discutir temas como: Si los das que dur la creacin eran de 24 horas o no, De qu color eran los seis caballos mencionados en el libro de Zacaras? o De qu modo pudieron convivir en el arca de No los leones con las cabras?. Estos temas de estudio y otros similares, que llenan cientos de pginas en obras del pasado (y del presente!), no ocupan aqu ningn lugar. Interesa aqu, ms bien, prestar atencin a la estrecha relacin del antiguo testamento con la literatura religiosa del antiguo Cercano Oriente, a la evolucin histrica de las ideas religiosas en el A.T., - 12 -
a la forma en la que los escritos surgen como respuesta a situaciones concretas de la vida de la comunidad, y a la forma en la que las metforas religiosas expresan la necesidad fundamental de seguridad de todo ser humano. Antes de ello, es necesario decir algo respecto a algunas preguntas que surgen a menudo en torno al estudio de la Biblia, por ejemplo: La Biblia es el escrito ms antiguo de la humanidad? La cultura de Israel y la de sus vecinos son distintas o variantes de una misma cultura?
El sentimiento religioso es una novedad de la Biblia? Los otros pueblos cmo los ve el antiguo testamento?
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Babilonia: cuando el libro de la ley es encontrado en el templo de Jerusaln (2 Re 23), durante el reinado de Josas (639-609 a.C.), el cdigo de Hamurabi, rey de Babilonia (1792-1750 a.C.), tena ya ms de mil aos de existencia. Esto quiere decir que estamos nosotros hoy ms cerca de la poca de san Francisco de Ass (= baja Edad Media), que lo que estuvo el cdigo de Hamurabi de la ley deuteronmica (!).
Creta: cuando el rey Salomn construy el templo de Jerusaln, el templo de Knossos en Creta tena cerca de 700 aos de antigedad. Un templo con ms de 1500 habitaciones y un rea 17 veces mayor a la del templo de Salomn, algunos de cuyos frescos pueden ser admirados an hoy. Palestina: la ciudad de Ebla en Siria, constituye uno de los centros culturales ms importantes del mundo inmediato de la Biblia. Entre los aos 3000 y 2275 a.C., Ebla estableci relaciones comerciales con varios estados del mundo de la Biblia: Ur, Biblos, Jazor, Meguido, Jaffa. Los archivos de la biblioteca de su palacio real (2400 -2250 a.C.), son ms de 1500 aos ms antiguos que muchos salmos de la Biblia. Esto quiere decir que estamos nosotros hoy ms cerca de la poca en que surgi el Islam en la pennsula de Arabia, de lo que est mucha literatura de Ebla del salmo 119, por ejemplo.
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La conciencia de esta distancia cultural, no slo ya respecto de las grandes civilizaciones de Egipto y Mesopotamia, sino respecto de la misma cultura cananea, ha dejado sus huellas en el AT. Segn el mismo testimonio bblico, al entrar en la tierra de Canaan en condicin de esclavos escapados, algunos de los antepasados de Israel encuentran ciudades grandes y hermosas, casas llenas de toda clase de bienes, cisternas excavadas, viedos y olivares (Deut 6,10s). En Canaan todo les pareca superior, extraordinario. La impresin general de los espas enviados por Moiss a inspeccionar la tierra, define claramente este sentimiento de inferioridad frente a los cananeos: Nosotros a su lado parecamos saltamontes, y as le parecamos a ellos Num 13,33.
Piedra conmemorativa egipcia con dos orejas labradas. Sobre ellas, el nombre del dios que ha escuchado: Amon-Ra, seor del cielo; abajo, el nombre de la persona escuchada: 'Neb-Mehit la erigi'. El salmista dir: Amo al Seor porque l inclin a mi su odo el da que le invoqu Sal 116,1-2.
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J.E. Ramrez Kidd / Para comprender el A.T. Cap. 1 / Primeros pasos por la Biblia
Finalmente, no debemos olvidar que el templo fue construido en una ciudad pre-israelita de origen jebusita, es decir cananeo (2 Sam 5,6-10). El emplazamiento de la nueva construccin se da en el espacio previamente considerado como sagrado por la religin originaria. De este modo, se asimilan los smbolos de la religin anterior a la fe del grupo recin llegado. Esta prctica es conocida en Amrica Latina, en donde muchos templos cristianos de la poca colonial se construyeron en el espacio de antiguos santuarios indgenas, cf. pg. 73. Mucho de lo que tenemos en el AT es pues, la adaptacin local -en Israel- de una herencia cultural comn. Vistas las cosas en perspectiva histrica, puede decirse que los aspectos fundamentales de la religin de Israel como: Los lugares sagrados: por ejemplo Siquem, Betel, Mambre, Bersabe .. Los tiempos sagrados: el culto, las fiestas, al sbado .. Los personajes sagrados: el sacerdote, el profeta, el cantor .. Los espacios sagrados: el altar, el santuario, el templo .. Los objetos sagrados: los candelabros, los altares, los incensarios.. Las prcticas sagradas: la oracin, el ayuno, los ritos de purificacin y consagracin .. Los textos sagrados: los salmos, los proverbios, las profecas .. .. eran, todos ellos, parte de una herencia comn que organizaba la vida cotidiana de egipcios, sumerios, acadios, babilonios y cananeos muchos siglos antes de que existiese Israel.
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Dicho en otras palabras, los problemas que enfrenta un campesino hondureo difcilmente sern distintos a los que enfrente uno costarricense, dado que comparten el mismo clima tropical, trabajan con el mismo tipo de animales y cultivos, y con herramientas y tcnicas de cultivo similares. Es esto mismo, precisamente, lo que suceda en el mundo de la Biblia: siendo similares las condiciones de vida en el antiguo Cercano Oriente, eran parecidas las leyes y costumbres que organizaban la vida. Las similitudes que hay entre las leyes del AT y las de las culturas vecinas no son producto del plagio, sino de temas y tradiciones comunes, por ejemplo: Ex 21,18-19 dice: Si dos hombres rien y uno hiere a otro .. sin causarle la muerte, pero obligndolo a guardar cama .. entonces el que lo hiri ser absuelto, pero deber indemnizar el tiempo de paro y los gastos de la curacin. Una situacin normal de trabajo que, por ello mismo, contempla tambin el cdigo babilnico de Hamurabi (17921950 a.C.) en el apartado 206: Si en una ria un hombre golpea a otro y le causa un dao, aquel que caus el dao deber pagar los gastos de la cura del hombre herido. La tenencia y manejo de animales peligrosos, como en las ciudades de hoy con perros de razas agresivas, era un tema comn de las legislaciones antiguas. As, el cdigo del reino de Esnunna (anterior al de Hamurabi), estipula en su apartado 54: Si un buey tiene la costumbre de acornear y las autoridades han dado aviso de ello a su propietario, pero ste no cuida de su buey, si este buey acornea a alguien y lo mata, el propietario deber de pagar 2/3 de mina de plata. Ex 21,28 tiene una ley similar en el caso de que un buey mate a una persona, el v 29 agrega: Sin embargo, si el toro embesta ya desde tiempo atrs y su dueo, despus de haber sido informado no lo encerr, si el toro mata a un hombre o una mujer, lo matarn a pedradas y su dueo ser condenado a muerte.
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J.E. Ramrez Kidd / Para comprender el A.T. Cap. 1 / Primeros pasos por la Biblia
Estas mismas coincidencias se daban, evidentemente, en otros mbitos de la vida como el de las relaciones cotidianas. Todos nos hemos encontrado en algn momento con personas violentas. Prov 22,24 recomienda: No te acompaes del colrico, ni andes con el violento. Esta es una recomendacin muy similar a la dada por el sabio egipcio Amen-em-opet mucho antes: No te juntes con el hombre impetuoso ni le visites para conversar.
que habas nacido para ser Seor (Gilula, Parallel 114). Este texto es casi idntico al texto posterior de Jer 1,45: Entonces me dirigi Yahv la palabra en estos trminos: antes de haberte formado yo en el vientre, te conoca, y antes que nacieses, te tena consagrado. En el texto egipcio se presenta el vnculo ntimo del dios con la persona, como algo que se da antes de su nacimiento. La eleccin divina anticipa el nacimiento. Por ello, la vocacin de la persona consumir su existencia. El faran, como el profeta, se encuentra frente al reto de ser fiel o no a dicha vocacin. El himno al dios egipcio Atn dice: Cuando el pollito est an en el huevo, pa ya dentro del cascarn para que tu le des el alimento en su interior y pueda vivir. Y cuando ya est formado en el huevo, le das el poder para romperlo. Sale del huevo para piar a su tiempo; y cuando sale, anda ya sobre sus patas (Garca, Biblia 303). El sentido de providencia que se refleja aqu, recuerda las palabras del Salmo 104,27-30: los animales dependen de Yahv para su sustento. Atn no slo da la vida sino que la preserva, es un dios que est presente no slo en el instante de la creacin, sino en el proceso de la vida.
Estela de piedra de un santuario cananeo, siglo XIV a.C. aprox. Una persona extiende sus brazos hacia una divinidad en el cielo. El salmista dir: A ti clamo, Seor. Oye la voz de mis plegarias cuando elevo mis manos, oh Seor, al santuario de tu santidad Sal 28,1-2.
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La similitud entre estas oraciones y textos de la Biblia no se explica porque la Biblia, siendo una obra ms reciente, haya copiado tales textos, sino porque ambas oraciones reflejan la naturaleza humana y pertenecen a una tradicin religiosa comn. La persona que ora en el caso anterior, se encuentra frente a su dios en una relacin personal con l. La consciencia de pecado, la confianza en la misericordia del dios, y la posibilidad del perdn expresados aqu, no dependen de que el dios al que se dirijan sea el dios verdadero o no. Estos sentimientos reflejan, simplemente, necesidades profundas del corazn humano, de todo corazn humano. Por eso, algunos autores hablan de La teologa comn del antiguo cercano Oriente cf. Smith, Theology 135-147.
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Un bello ejemplo del sentimiento religioso en el mundo anterior a la Biblia, lo encontramos en el siguiente himno al dios mesopotmico de la luna (Sin):
Oh Seor, hroe de los dioses, No hay nadie como t Padre misericordioso y lleno de gracia T sostienes la vida de la tierra entera en tus manos. Seor, que fijas los destinos de los cielos y la tierra, cuyas decisiones nadie se atreve a alterar; que sostiene en su mano el fuego y el agua, que gua a todas las criaturas vivientes Qu dios ha sido igual a ti? En los cielos quin es exaltado? T, slo t eres exaltado. En la tierra quin es exaltado? T, slo t eres exaltado. Cuando tu palabra se levanta en lo alto como el viento, reverdecen los prados y brotan los manantiales. Cuando tu palabra penetra la tierra, el pasto verde salta y se multiplica. Tu palabra trae consigo y promueve la verdad y la justicia, de modo que las personas hablen la verdad. Tu palabra est en el cielo distante, est escondida en la tierra que nos rodea, es algo que nadie puede ver. Quin puede comprenderla? Quin puede igualarla?. (Pritchard, ANET 385)
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Curiosamente, aunque estos textos citados expresan una gran profundidad y belleza, la imagen que tenemos de Egipto y Babilonia en el AT es sumamente negativa. Se los presenta como pueblos llenos de abominaciones y prcticas detestables. De los egipcios se dice que eran: los ms insensatos de todos y ms ingenuos que el alma de un nio .. superan en estupidez a todos los dems .. pues tuvieron por dioses a todos los dolos de los gentiles .. y adoran adems a los bichos ms repugnantes Sab 15,14ss. La burla y la irona respecto a los dioses babilonios, adquieren su expresin clsica en Isaas: Hacen un dios, al que se adora, un dolo para inclinarse ante l. Quema uno la mitad de la madera y sobre las brasas asa carne y come el asado hasta hartarse. Tambin se calienta y dice: Ah! me caliento mientras contemplo el resplandor! Y con el resto hace un dios, su dolo, ante el que se inclina, le adora y le suplica, diciendo: Slvame, pues t eres mi dios! Is 44,15ss.
Esta actitud de los autores bblicos respecto a egipcios y babilonios, requiere una explicacin ..
Estatua sumeria del tercer milenio a.C. El tamao de sus ojos y la postura de sus manos expresan la intensidad de sus sentimientos. Oh Dios, te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria Sal 63,1-2.
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Oh Dios, los gentiles han invadido tu heredad, han profanado tu santo Templo, han dejado en ruinas Jerusaln. Han dado los cadveres de tus siervos como pasto a los pjaros del cielo, los cuerpos de tus amigos a las bestias de la tierra. Han derramado su sangre como agua en torno a Jerusaln, y nadie sepultaba! Hemos sido irrisin de los vecinos, burla y escarnio de los de alrededor. Derrama tu furor sobre los pueblos que no te reconocen, sobre los reinos que no invocan tu nombre. Porque han devorado a Jacob y han devastado sus dominios Sal 79,1-7.
Esto nos conduce a una constatacin bsica acerca de la naturaleza del AT como literatura nacional: lo que tenemos en las pginas del AT no es una descripcin de estas culturas vecinas a Israel, sino una valoracin. Una valoracin marcada por el recuerdo y el dolor (cf. Sal 137,8-9). Esto explica la necesidad que tienen los autores de afirmar, no slo la independencia absoluta del AT respecto a las tradiciones religiosas de estos pueblos, sino su oposicin frontal a ellas. La ruptura planteada por el AT respecto de las culturas de su entorno refleja entonces, no una
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realidad histrica, sino la necesidad comprensible de la comunidad pequea de afirmarse frente a aquellas que amenazan con eliminarle. Este sentimiento de angustia del pequeo frente al grande, latente a lo largo del AT, encuentra bajo la dominacin helenstica su expresin ms directa: Los gentiles que nos rodean se han unido para exterminarnos (1 Mac 5,10), impulsados por el odio, todos los gentiles se han unido para aniquilarnos (1 Mac 13,6). Como signo de esperanza surge en este medio, la imagen del enemigo como la de un coloso con pies de barro (Dan 2). Cuando entendemos las circunstancias en las que ha surgido el AT, y la finalidad reivindicativa que cumple, entendemos por qu la fe yavista se presenta a s misma, como enteramente distinta de las culturas de su entorno. Pero, vistas las cosas desde un punto de vista histrico, lo cierto es que Israel y sus vecinos compartan una herencia cultural que tena muchos elementos en comn.
Todo retrato pintado con sentimiento es un retrato del artista, no de su modelo. El modelo es meramente la ocasin. No es l quien es revelado por el artista, es el artista quien se revela a s mismo sobre la tela coloreada (Wilde, Picture 14).
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Revestimiento literario
La Biblia es, antes que nada, literatura. Esto significa que lidiamos a cada momento con el tema del revestimiento literario. Al intentar comprender el relato del arca de No (Gn 6,13-22), por ejemplo, no basta con precisar exactamente las dimensiones de la misma, ni con discutir si era posible construir en esa poca una nave de tales dimensiones, ni especificar los tipos de madera empleados en su construccin. Para explicar el sentido del relato requerimos de otro acercamiento. Un buen ejemplo de ello lo provee la obra La Bible et ses images, que comenta el relato del diluvio en los siguientes trminos: Como es frecuente en todos los relatos de construccin de la Biblia, Dios da prcticamente todos los detalles tcnicos necesarios para la construccin del arca. l acta de hecho como un verdadero arquitecto, y desarrolla su plan incluyendo incluso la altura de la misma. Uno puede preguntarse por qu ese inters en la precisin, que encontraremos ms detallada an para otros objetos descritos en los libros de xodo, Levtico y Nmeros. Es algo as como si Dios desconfiara de la imaginacin creativa de los seres humanos. No se trata de eso exactamente, pero s de algo cercano. Dios conoce la propensin humana al orgullo, a la desproporcin y a la ebriedad con respecto a sus logros tcnicos. No debemos olvidar que, la construccin de la torre de Babel sigue al relato del diluvio. Dios sabe cuan rpidamente los seres
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humanos se enamoran y se convierten en adoradores de sus propias obras. Por ello, actuando como el verdadero arquitecto del mundo hasta en el ms pequeo detalle, l provee a los seres humanos, en este caso a No, todos los detalles necesarios y las precisiones, para que ellos no sean otra cosa que los artesanos de la obra; los ejecutores y no los creadores, dando as curso libre a sus inclinaciones. (La Bible, Arche).
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Las narraciones de la Biblia tienen su propia verdad. Lo decisivo no son los hechos de la narracin (en el sentido de su historicidad), sino la forma de resolver el problema de fondo que se ha planteado. Las narraciones no son simples descripciones periodsticas, de las que pueda decirse fcilmente que son falsas o verdaderas. El criterio de verdad que se sigue a menudo, y que consiste en pensar que verdadero es lo que realmente sucedi, es algo que en lugar de ayudar, obstaculiza la tarea de estudio de la Biblia, porque no permite verificar ni dialogar con la verdad de una narracin. Decisivos para determinar la verdad de una narracin son los puntos de vista, los sentimientos, las acciones y reacciones de los personajes en la narracin. Mediante la correspondencia que se da entre el mundo de vivencias de los personajes de la narracin y los del lector/a, se establecen en la narracin experiencias humanas fundamentales, como la esperanza o la necesidad primaria de amor. Estas experiencias humanas se profundizan al convertirse la narracin en un medio para animar o promover la esperanza. El hecho de que la conducta afectuosa de un personaje le traiga xito, permite al relato ganar cierto reconocimiento. Esto a su vez, anima al lector/a a actuar de modo semejante, con la esperanza de que pueda, finalmente, experimentar algo semejante. Por medio de sus acciones y reacciones, sus conductas, sensaciones y sentimientos, los - 30 -
personajes de la narracin se convierten en figuras de identificacin para nosotros, ensendonos algo y hacindonos crecer como personas. Es en esto ltimo, precisamente, en lo que radica la verdad de un texto: en la vida que propone, en su proyecto de mundo, en su fecundidad para promover la vida, y en su capacidad para inspirar y promover una realidad nueva. Esta verdad es totalmente independiente de los elementos de su revestimiento literario, o del hecho de que tal o cual personaje de la narracin hayan existido realmente alguna vez o no (Koenen, Gattungen 1.1.4). Como lo sabe bien cualquier persona familiarizada con la literatura especializada sobre este tema, del Abraham histrico es muy poco lo que podemos decir o saber. Pero el objeto de la narracin bblica no radica en el Abraham histrico, sino en Abraham como receptor de la bendicin, como portador de la esperanza, como ejemplo de la fe. Decisivo e importante es lo que la figura de Abraham encarna desde el punto de vista de la fe, y es a ello a lo que apunta el abordaje que aqu se propone.
"El problema no es nunca el de si Raquel, Jacob o Esa vivieron hace 2800 aos, sino donde viven hoy Raquel, Jacob o Esa en nosotros y a nuestro alrededor. Esos personajes viven siempre"
(Drewermann, Palabra 61).
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en la que la *Septuaginta ha entendido el verso 4.7 ('Si has ofrendado correctamente pero dividido la ofrenda incorrectamente no has pecado?'), as como la extensa explicacin introducida por el *Targum en v 8 y en donde Can, entre otras cosas, pregunta: 'por qu ha sido recibida tu ofrenda con agrado y mi propia ofrenda no?' 'por cuanto mis obras han sido mejores que las tuyas' responde Abel. Can concluye: 'no hay juicio ni hay juez ni existe otro mundo; no hay donacin de buena recompensa para los justos ni hay castigo para los malos' (Martnez, Targumim 63). (3) un estudio de las influencias formativas, es decir aquellas obras de la literatura extra-bblica que han influido de una forma u otra en la conformacin del relato o bien, el desarrollo de un motivo de este relato en otras literaturas. Interesara aqu, por ejemplo, la forma en la que el folklore del antiguo cercano Oriente ha entendido motivos como el de la rivalidad entre los hermanos, la pugna entre agricultores y pastores o el fratricidio. (4) finalmente, sera necesaria una consideracin de la historia de la interpretacin del texto, tanto en la tradicin juda como en la cristiana. Interesara aqu, por ejemplo: (a) la(s) lectura(s) del *Midrash a este texto; (b) la comprensin de Filn de Alejandra sobre el papel de Can en el relato; (c) las interpretaciones patrsticas (particularmente las razones del rechazo de Can en los escritos de Orgenes y Crisstomo), la falta de arrepentimiento en Efrn el Sirio, el papel de la sangre derramada en Mximo de Turn y Orgenes o el tema de la marca de Can en Ambrosio de Miln), y de modo particular (d) los comentarios de san Agustn a este relato.
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"Un texto bblico es una ventana. No miramos la ventana, sino a travs de ella. Ese horizonte hacia el que ella orienta nuestra mirada no es la teologa, sino la vida misma".
Al emprender estos pasos habramos hecho una lectura teolgica del texto. La vida humana, sin embargo, es algo ms que teologa. La religin es una dimensin de la vida, no la vida misma. Quiere decir esto que, una lectura en sentido amplio de la palabra, no debera circunscribirse a una explicacin de los aspectos internos del texto y de su transmisin. Una lectura actual tiene, necesariamente, que levantar los ojos y ver ms all. El texto bblico antes de ser un texto teolgico es 'eso', precisamente, un texto. Y necesita y debe ser explicado como texto , con toda su complejidad literaria y su riqueza psicolgica, con su carga social, sus implicaciones polticas y su profundo sentido simblico. Surge entonces la pregunta: Puede un texto bblico ser interpretado a partir de fuentes no teolgicas? S! Por supuesto! Ms an, debe hacerse para recuperar otros puntos de vista indispensables para su actualizacin, que es la finalidad ltima de toda labor teolgica. Los textos bblicos, dado su enorme significado social, han sido mencionados y comentados por artistas, filsofos, escritores y polticos de todas las pocas. En algunos casos, como referencias de paso en sus escritos, en otros como comentarios de fondo o bien, como obras completas que giran sobre temas o personajes bblicos. La Biblia ocupa un lugar fundamental en la cultura de Occidente, un lugar que va ms all del campo especfico de la teologa. Los personajes, imgenes e ideas de la Biblia forman parte de la reserva simblica de nuestra cultura. La Biblia
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trasciende, con mucho, los lmites a veces estrechos del mbito religioso. Es as como encontramos referencias a la Biblia en la antigedad, el medioevo, la modernidad y la sociedad contempornea. Todas estas lecturas sueltas de pasajes bblicos a lo largo de siglos, han ido conformando una especie de comentario no teolgico a la Sagrada Escritura, y cuya lectura enriquece profundamente nuestra comprensin del texto bblico. La figura de Can ha representado tradicionalmente la encarnacin del mal, la rebelin frente al poder divino. Orgenes de Alejandra (185-254), uno de los exgetas y telogos ms influyentes del cristianismo antiguo, afirma acerca de l: La maldad de Can no comienza cuando mata a su hermano. Ya desde antes, Dios, que conoce los corazones, haba ignorado a Can y a su sacrificio; pero la maldad y bajeza de ste se hicieron evidentes cuando l mat a su hermano (Louth, Genesis 104). Con el surgimiento de la Revolucin Francesa se produce un cambio fundamental en la comprensin de este personaje. En Europa, que vive la poca de la monarqua absoluta, la aceptacin de la voluntad divina y la aceptacin de la voluntad real, son vistas como caras de una misma moneda. El ciudadano debe aceptar las decisiones polticas, cualesquiera fueran stas, como parte de la voluntad divina. Con el triunfo de la Revolucin Francesa emerge un sentido de rebelin social que reivindica la figura de Can. ste no ser ya la encarnacin del pecador, sino por el contrario, la figura del hroe que se revela contra una tirana injusta.
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Este giro en la comprensin del personaje ilustra bien, hasta qu punto la realidad social influye en la conformacin de las ideas religiosas. Al cambiar el entorno poltico y los valores de la sociedad cambian, correspondientemente, las posibilidades de lectura de un texto, de sus personajes y de sus temas. La Revolucin Francesa crea una nueva atmsfera intelectual. Can se convierte entonces, en el smbolo de la rebelin frente a una autoridad percibida como injusta. El Romanticismo es un movimiento cultural que se inicia en Alemania tras la Revolucin Francesa, y que se difunde por toda Europa durante las primeras tres dcadas del siglo XIX. Uno de los temas ms caractersticos de este movimiento va a ser el prometesmo: actitud de desafo y rebelin contra la autoridad. Se asume la defensa de causas ideales consideradas desmesuradas e irrealizables, an a sabiendas de una inevitable derrota. Dos conceptos fundamentales del pensamiento de este perodo son: (1) el de tensin o inquietud (Streben), que expresa la concepcin de la vida como un esfuerzo incesante, un intento continuo por superar todos los obstculos (tanto materiales como espirituales), y que se manifiesta en el rechazo a cualquier forma de atadura, y en la superacin de todos los lmites; (2) y el concepto de nostalgia (Sensucht), que expresa la nostalgia de aquello que no se tendr nunca, la aspiracin de aquello que se encuentra ms all. Es el sentimiento doloroso de la conciencia de que el - 36 -
infinito es inalcanzable, el deseo intenso, pero doloroso, hacia un objeto que queda fuera del alcance real de la persona (Ubaldo, Atlas 368-370). En la obra Cain de George G. Byron (1788-1824), la historia es narrada desde el punto de vista de Can, quien evoca al titn griego Prometeo, hroe cultural que se rebel contra la injusticia y la tirana de Zeus, dios del Olimpo, que negaba al ser humano el don del fuego, base del progreso y la civilizacin. Prometeo, por amor a la humanidad, rob el fuego del cielo para llevrselo a los humanos. En la obra de Byron, Can aparece como el primer ser humano contra quien se manifiesta una injusticia csmica ante la cual l, heroicamente, aprende a afirmar su voluntad. En el trasfondo de esta obra se lee claramente, la lucha contra las tiranas polticas en la Europa del siglo XIX. El hijo mayor de Adn y Eva hace uso de su razn, regalo precioso pero fatal adquirido por el pecado de sus padres, y se convierte as en un perseguidor intransigente de la verdad absoluta. La razn le dice a Can que ste no es el mejor de los mundos posibles. Ms an, no es ni siquiera un mundo bueno. l se niega, por tanto, a someterse a un Creador omnipotente que demanda de todas las criaturas, incluyendo el ser humano, obediencia incuestionable y sumisin ciega al orden establecido (Liptzin, Themes 17-18).
George G. Byron
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C. Baudelaire
Este sentido de arbitrariedad de la figura de autoridad se percibe claramente en el poema de C. Baudelaire (1821-1867), del que citamos algunos fragmentos:
Abel y Can Raza de Abel, come y duerme Dios te sonre complaciente. Raza de Can, en el fango cae y muere mseramente. Raza de Abel, tu sacrificio es aroma de serafn! Raza de Can, tu suplicio podr algn da tener fin? Raza de Abel, mira tus siembras y tus rebaos prosperar. Raza de Can, oigo que el hambre igual que a un perro te hace aullar. Raza de Abel, patriarcalmente conforta el vientre junto al lar. Raza de Can, en tu negro antro tiembla de fro, pobre chacal!
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Vctor Hugo
El tema de la culpabilidad es explorado en el poema La consciencia de Vctor Hugo (1802-1885), quien haba definido la conciencia como la presencia de Dios en el ser humano:
Furiosa tempestad se desataba cuando, de pieles rsticas vestido, Can con su familia caminaba huyendo a la justicia de Jehovh. La noche iba a caer. Lenta la marcha al pie de una colina detuvieron, y a aquel hombre fatdico dijeron sus tristes hijos: -descansemos ya. Duermen todos excepto el fratricida que, alzando su mirada sobre el monte, vio en el fondo del fnebre horizonte un ojo fijo en l. Se estremeci Can, y despertando a su familia del dormir reacio, cual siniestros fantasmas del espacio retornaron a huir. Suerte cruel! Corrieron treinta noches y sus das, y plido, callado, sin reposo, y mirando sin ver, y pavoroso, tierra de Assur pis. -Reposemos aqu. Dnos asilo esta regin esplndida del sueloY, al sentarse, la frente elev al cielo... y all el ojo encontr. Entonces a Jubal, padre de aquellos que en el desierto habitan -haz, le dijo, que se arme aqu una tienda- y el buen hijo arm tienda comn.
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N. F. Chifflard (1825-1901).
-Todava lo veis? -pregunto Tsila, la nia de la rubia cabellera, la de faz como el alba placentera, y Can respondi: -lo veo an! Jubal entonces dijo: -una barrera de bronce construir: tras de su muro, padre, estars de la visin seguro; ten confianza en mi. Una muralla se elev altanera... y el ojo estaba all. Tubalcan a edificar se puso una ciudad asombro de la tierra, en tanto sus hermanos daban guerra a la tribu de Seth y a la de Ens. De tinieblas poblando la campia la sombra de los muros se extenda, y en ellos la blasfemia se lea: PROHIBO ENTRAR A DIOS.
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Un castillo de piedra, formidable, que a la altitud de una montaa asciende, de la ciudad en medio se desprende, y all Can entr. Tsila llega hasta l, y cariosa -Padre, le dice, an no ha desaparecido?Y el anciano, aterrado y conmovido, la responde: -No! No! Desde hoy quiero habitar bajo la tierra como en su tumba el muerto. -Y presurosa la familia le cav una ancha fosa, y a ella descendi al fin. Mas debajo de esa bveda sombra, debajo de esa tumba inhabitable, el ojo estaba fiero, inexorable... Y miraba a Can !!
Miguel de Unamuno
En el siglo XX, bajo la influencia del existencialismo, el tema da un giro: el conflicto se percibe como dndose en la persona. Can y Abel no son ya dos personajes ajenos, sino dos dimensiones al interior de la persona. Al describir la condicin humana en el prlogo a sus Novelas Ejemplares, Miguel de Unamuno (1864-1936) seala: Todo hombre lleva dentro de s las siete virtudes y sus siete opuestos vicios capitales: es orgulloso y humilde, glotn y soberbio, rijoso y casto, envidioso y caritativo, avaro y liberal, perezoso y diligente, iracundo y sufrido. Y saca de s mismo lo mismo al tirano que al esclavo, al criminal que al santo, a Can que a Abel. Otra dimensin de Gnesis 4, la de la envidia humana, la plantea Unamuno en su novela Abel Snchez. A continuacin, algunas lneas:
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No recordaban Abel Snchez y Joaqun Monegro desde cuando se conocan. Eran conocidos desde antes de la niez, desde su primera infancia, pues sus dos sendas nodrizas se juntaban y los juntaban cuando an ellos no saban hablar. Aprendi cada uno de ellos a conocerse conociendo al otro. Y as vivieron y se hicieron juntos amigos desde el nacimiento, casi ms bien hermanos de crianza (cap. 1). En sus paseos, en sus juegos, en sus otras amistades comunes pareca dominar e iniciarlo todo Joaqun, el ms voluntarioso; pero era Abel quien, pareciendo ceder, haca la suya siempre. Y es que le importaba ms no obedecer que mandar. Casi nunca rean. 'Por mi lado como tu quieras!' le deca Abel a Joaqun, y ste se exasperaba a las veces porque con aquel 'como tu quieras! ..' esquivaba las disputas. Un da, al jugar con otros nios del barrio, en medio de una disputa Joaqun le grit: 'Eso no vale. O con l o conmigo!' Y todos se fueron con Abel dejando a Joaqun solo. Al comentar ste en su Confesin tal suceso de la infancia, escriba: Ya desde entonces era l el simptico, no saba por qu, y antiptico yo, sin saber por qu, y me dejaban solo. Desde nio me aislaron mis amigos .. Abel era el que haca rer con sus gracias .. Joaqun es mucho ms aplicado, pero Abel es ms listo .. Y este juicio comn de los compaeros, sabido por Joaqun, no haca sino envenenarle el corazn (cap. 1).
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empec a odiar a Abel con toda mi alma y a proponerme a la vez ocultar ese odio, abonarlo, criarlo, cuidarlo en lo recndito de las entraas de mi alma. Odio? An no quera darle su nombre, ni quera reconocer que nac, predestinado, con su masa y su semilla. Aquella noche nac al infierno de mi vida (cap. 3). Mi vida .. ha sido un arder continuo, pero no la habra cambiado por la de otro. He odiado como nadie, como ningn otro he sabido odiar, pero es que he sentido ms que los otros la suprema injusticia de los carios del mundo y de los favores de la fortuna. No, no, aquello que hicieron conmigo .. no fue humano ni noble; fue infame; pero fue peor, mucho peor, lo que me hicieron todos, todos los que encontr desde que, nio an y lleno de confianza, busqu el apoyo y el amor de mis semejantes. Por qu me rechazaban? Por qu me acogan framente y como obligados a ello? Por qu preferan al ligero, al inconstante, al egosta? Todos, todos me amargaron la vida. Y comprend que el mundo es naturalmente injusto, y que yo no haba nacido entre los mos. Esta fue mi desgracia, no haber nacido entre los mos (cap. 31). Los conflictos blicos, un tema permanente en el siglo XX, crean las condiciones para otra plataforma de lectura posible: el absurdo de la guerra. El relato de J. L. Borges (1899-1986) 'Juan Lpez y John Ward', replantea la temtica de Gen 4 desde esta perspectiva. Aqu la maldicin divina se ha convertido en maldicin social:
J. L. Borges
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Juan Lpez y John Ward Les toc en suerte una poca extraa. El planeta haba sido parcelado en distintos pases, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitologa peculiar, de prceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de smbolos. Esa divisin, cara a los cartgrafos, auspiciaba las guerras. Lpez haba nacido en la ciudad junto al ro inmvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que camin Father Brown. Haba estudiado castellano para leer el Quijote. El otro profesaba el amor de Conrad, que le haba sido revelado en una aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Can, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupcin los conocen. El hecho que refiero pas en un tiempo que no podemos entender.
Juan Lpez y John Ward no llegaron a ser amigos a pesar de estar estrechamente ligados por Cervantes y Conrad, por el castellano y el ingls, por una misma patria universal, slo pudieron verse cara a cara en una fra, amarga y desolada ocasin. No hubo tiempo para ms. Las balas hablaron por s solas. Can y Abel, Abel y Can, Lpez y Ward, Ward y Lpez. Los dos se mataron mutuamente y ambos fueron vctimas del otro. [Cf. Borges, Leccin].
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Hilde Domin
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El *cdigo de la alianza destaca en esta seccin (Ex 22,20-26), cuatro grupos de personas vulnerables socialmente: el extranjero, la viuda, el hurfano y el pobre. La importancia de estas leyes se evidencia en: (1) el uso del infinitivo absoluto (enftico) delante de cada uno de los tres verbos, creando una especie de simetra sintctica y exegtica: Si los oprimes y ellos claman escuchar
(hn[t
(2) la frecuencia de este tipo de normas en distintas secciones del AT: (a) la Ley: Deut 24,17ss; (b) los Profetas: Is 1,17; Mal 3,5 y (c) los Escritos: Sal 82,3s. El hecho de que viudas y hurfanos carezcan de una figura protectora en el plano social, no debe llamar a engao, Dios mismo asumir su causa, cf. Prov 23,10-11. El patrn: necesidad - grito - escucha - salvacin, que se desprende de la ley anterior, es un esquema fundamental que encontramos tambin en el xodo (Ex 3,7s) y en los Salmos: 'En mi angustia grit a Yahv, ped socorro a mi Dios; desde su templo escuch mi voz, reson mi socorro en sus odos' 18,7. - 46 -
La crisis del siglo VIII a.C. en Israel provoca un deterioro de la solidaridad familiar, esto deja a viudas y hurfanos carentes de proteccin, cf. pg. 209s. El valor de estas personas dbiles se trivializa, y la defensa legal de sus casos es subestimada repetidamente por las personas responsables de ello. Isaas dice de las autoridades en Jerusaln: Tus jefes son bandidos, socios de ladrones. No defienden al hurfano, no atienden la causa de la viuda Is 1,23. En este estado de cosas, surgen varias medidas compensatorias en favor de las personas dbiles: (1) la defensa llevada a cabo por los profetas, cf. pgs. 192-193. (2) el apelo a la sociedad: Levanta la voz por los que no tienen voz! Defiende los derechos de los desposedos! Levanta la voz y hazles justicia! Defiende a los pobres y necesitados! Prov 31,8-9. (3) Y finalmente, las medidas extremas, como las dos que se mencionan en este texto: (a) El clamor/reclamo de justicia q[c. Este 'quejido' no es solamente expresin de un sentimiento de desesperacin, sino apelo a una instancia jurdica superior para una intervencin eficaz y definitiva. Tcnicamente, es un gemido parecido a la maldicin, es decir, un medio efectivo para defenderse en casos extremos ms all de la esfera de lo legal, cuando sta ha fallado. En el cuento egipcio 'Las quejas de un campesino elocuente', un campesino presenta su denuncia ante el oficial Rensi en nueve ocasiones consecutivas. En cada una de estas apelaciones, el campesino enumera las
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injusticias que los oficiales han cometido contra l. En sus palabras se percibe una crtica entre lneas a un estado de cosas en donde los legisladores se han convertido en transgresores. El campesino apela al oficial Rensi (a quien acusa de que "V, pero no v. Escucha, pero no escucha y hace caso omiso de lo que se le dice), y a quienes tienen autoridad, para que asuman su responsabilidad y le hagan justicia, pero esto no sucede. En un estallido final de frustracin, el campesino decide que su nica esperanza est en el ms all, donde Anubis es el juez divino, cf. Job 19, 25-27 y para el cuento egipcio, Matthews, Paralelos Segn el AT, el mal realizado por 215ss.
una persona tiene consecuencias no slo para la vctima, sino para la persona misma. El infortunio y la desgracia no son vistas como un castigo arbitrario de parte de Dios, sino como la consecuencia inevitable de las acciones propias. El proceder correcto o incorrecto de una persona, crea a su alrededor un ambiente de bienestar o desgracia, que ir conformando su propio destino y entorno: Quien cava una zanja caer en ella, quien tiende una trampa quedar preso en ella .. El mal que hace la persona se volver contra ella, an sin saber de dnde le viene Eclo 27,26s. Dios mismo vela, cuidadosamente, de que las consecuencias de una accin retornen sobre la persona que la ha realizado (Zenger, Stuttgarter 1929).
(b) La intervencin personal de Dios como defensor del dbil. La conexin de los verbos hn[ - q[c - [mv (maltratar - clamar - escuchar) en Ex 22, define uno de los tringulos fundamentales de la dinmica social en el AT: opresor / oprimido y vengador. Dios, que no ignora el sufrimiento humano, es una instancia superior que vela por esa esfera extra-jurdica, y da efectividad a las palabras pronunciadas por la persona dbil en esa situacin de desesperacin. El AT nace en una cultura que se basa en el poder de la palabra.
Secciones relacionadas: # 21. 22.
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a condena moral del narrador bblico puede ser explcita ("pero aquella accin que David haba hecho, desagrad a Yahv" 2 Sam 11,27b), o implcita como en el caso de Jacob. La imagen dada de Jacob en su juventud no es positiva. Primero, adquiere el derecho de primogenitura mediante la explotacin calculada de la miseria de su hermano; luego roba la bendicin mediante un engao organizado contra su padre, viejo y anciano. En ambos casos, la accin es legalmente vlida, a pesar del sinsabor que dejan estas acciones. Es claro que el empleo del oportunismo inteligente era algo aceptado en el antiguo Oriente, como lo es hoy. Estos dos incidentes parecen responder a una concepcin enteramente formal de la ley en la que el apego a ciertas formalidades es decisivo, aunque con ello se burle el espritu de la ley o se dejen de lado consideraciones morales. Es interesante por ello, que la narrativa bblica enmarque estos relatos dentro de un contexto mayor, en el cual se percibe una condena inequvoca de las acciones de Jacob. La Biblia dice de Abraham que: muri en buena ancianidad, viejo y lleno de das Gen 25,8 y de Isaac que: muri anciano y lleno de das Gen 35,29. En el caso de Jacob, por el contrario, la referencia es muy distinta. El mismo Jacob dice de su vida: pocos y malos han sido los aos de mi vida, y no han llegado
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a igualar los aos de vida de mis padres Gen 47,9. Se refera con ello a las constantes pruebas y sinsabores que lo persiguieron desde el da que enga a su padre hasta su muerte. Jacob, el hombre callado, quieto, amante del hogar e hijo preferido de su madre, se vio obligado a huir repentinamente y vivir en el exilio por 20 aos, nunca volvi a ver a su madre con vida. Fue engaado por su to Labn, del mismo modo que l haba engaado a su hermano Esa. Se aprovech de la oscuridad permanente en la que viva su padre para hacerse pasar por su hermano, del mismo modo que Labn se aprovech de la oscuridad para hacer pasar a su hija mayor por la menor. Cuando Jacob reclama a Labn y le dice: Por qu me has engaado (yntymr II. pi)? Gen 29,25, usa la misma raz empleada por su padre Isaac para referirse a l cuando dice a Esa: Tu hermano vino con engao (hmrm) y se llev tu bendicin Gen 27,35. El autor del engao es ahora la vctima, alcanzado por su propio dardo. Cuando Jacob escapa de Harn tras 20 aos de servicio, su empleador le persigue con furia y hostilidad (Gen 31). Apenas pasada esta situacin, siente su vida en peligro por el encuentro con su hermano Esa (Gen 32-33). En Canan su hermana Dina es violada (Gen 34), su esposa muere al dar a luz (Gen 35), y su hijo es raptado y vendido como esclavo por sus propios hermanos. Para lograr llevar a cabo este acto, sus hermanos emplean una prenda de ropa para engaar a su padre (Gen 37,26-33), exactamente del mismo modo como Jacob haba empleado ropa de Esa, aos antes, para engaar a su padre Isaac. La narrativa bblica ilustra aqu el ttulo de la obra del gran maestro ruso Fedor Dostoievsky: Crimen y castigo. (Sarna, Genesis 374-375).
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Las relaciones familiares se dan en el marco de una sociedad que tiene reglas y costumbres. En el AT una de estas reglas era el derecho de primogenitura: el hijo mayor tiene derecho a heredar dos tercios de los bienes de su padre; el hijo menor a un tercio, las hijas no heredan. Pero estas formas de desigualdad engendran, inevitablemente, resentimientos y luchas: Esa odi a Jacob por la bendicin que su padre le haba dado y pens en su interior .. matar a mi hermano Jacob (Gen 27,41s). Bajo la superficie de estas rivalidades entre hermanos subyacen conflictos de poder explcitos, como la lucha entre Salomn y Adonas por la sucesin al trono de David su padre (1 Re 1-2), o implcitos, como el conflicto entre Moiss y Aarn por la conduccin del pueblo (Ex 32; Num 12). A pesar de que la ley de primogenitura se encuentra en el cdigo deuteronmico (Deut 21,15-17), las historias de hermanos que encontramos en la Biblia a menudo ignoran esta ley para favorecer al hijo menor. As, Abel es preferido a Can, Isaac a Ismael, Jacob a Esa, Jos a sus hermanos mayores, David a los suyos. Tras esta preferencia por el hermano menor subyace una intencin: Dios muestra compasin por
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la persona menos favorecida por la ley, compensando de este modo una disparidad social. 'Dos naciones hay en tu vientre .. una oprimir a la otra'. Las relaciones histricas se presentan en la narrativa del Gnesis bajo el ropaje de relaciones familiares, cf. seccin 14. Hablando de la rivalidad entre Israel y Edom dice el profeta Malaquas: 'No era Esa hermano de Jacob? .. sin embargo, yo am a Jacob y odi a Esa Israel' 2,2s. As Israel, 'la ms pequea entre las naciones', estar llamada a dominar a sus antiguos opresores, cf. Is 66,5-17 .. 'el mayor servir al pequeo'. En una narracin aparentemente tradicional como la citada de Gen 25 (un patriarca, su esposa y dos hermanos), acontece lo inesperado: la mujer estril da a luz, el hermano mayor servir al menor. Los personajes estigmatizados como impotentes revierten sus destinos, y con ello abren un camino de esperanza para todas 'las mujeres estriles' y 'los hijos menores' a lo largo de la historia. Esto explica la predileccin y complicidad de la madre por su hijo menor: 'Rebeca prefera a Isaac' v 28b (cf. Gen 27). Es sta, precisamente, la tesis central del Antiguo Testamento: .. en la victoria del dbil se revela la soberana del Seor.
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Debilidad frente a Poder La experiencia de debilidad es para nosotros algo negativo. La fuerza, el vigor, la conciencia de poder, nos hacen sentirnos satisfechos y sentimos lstima de aquellos a quienes vemos privados de eso que para nosotros significa plenitud y vitalidad. Nos parece natural extender y proyectar en Dios esa misma valoracin: Creo en Dios Padre Todopoderoso, decimos en el credo como primer artculo de nuestra fe y, sin embargo, la definicin de Dios que encontramos en el Nuevo Testamento no es la de que Dios es poder, sino que Dios es amor .. La Biblia, sin embargo, intenta convencernos de lo contrario ya desde el Antiguo Testamento, y emplea para ello mil recursos. En un pueblo donde los hermanos mayores tenan todos los privilegios y derechos, se encarga de subrayar que Dios escoge a los pequeos: Abel frente a Can, Jacob frente a Esa, Jos frente a sus hermanos, David frente a los suyos. En una cultura en la que la fecundidad era el valor mximo para una mujer, son precisamente las estriles, las incapaces de concebir, Sara, Raquel, Ana, Isabel, las que cobran importancia y sus hijos sern un testimonio de que la accin de Dios se vuelca en esta debilidad y la transforma (Aleixandre, La fe 59).
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4. Motivos literarios en el AT
A orillas de los ros de Babilonia, estbamos sentados llorando, acordndonos de Sin. En los lamos de la orilla colgbamos nuestras ctaras. Cmo podramos cantar un canto de Yahv en un pas extranjero? Si me olvido de ti, Jerusaln, que se me seque la diestra! Se pegue mi lengua al paladar si no me acuerdo de ti Sal 137,1-4.
Esta lamentacin comunitaria ilustra el tema del exilio como motivo en el AT: ms que un simple distanciamiento fsico de la tierra de origen, el exilio evoca el doloroso proceso que sigue, y que sume a la persona y la comunidad exiliada en la confusin, la desesperanza y la culpa. Es la nostalgia por aquello que sindonos vital, no logra alcanzarse. La comunidad se esfuerza por entender lo sucedido y volver, en lo posible, a la normalidad perdida. Se lucha por reafirmar y reivindicar la identidad propia como minora, en medio de un ambiente cultural extrao y muchas veces hostil. La centralidad de este tema en el AT lo explica el hecho de que la Biblia fue un libro escrito por extranjeros para extranjeros: Abraham, Moiss, Jos, David, Daniel, Ester, Tobas. Todos ellos fueron extranjeros que vivieron en carne propia el dolor del exilio. Una realidad demasiado comn en Amrica Latina, un continente de inmigrantes.
Yahv dijo a Abrn: Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostrar. De ti har una nacin grande y te bendecir. March, pues, Abrn, como se lo haba dicho Yahv con toda la hacienda que haban logrado. Llegaron a Canan Gen 12,1-4.
El llamado de Abram, en apariencia un simple viaje, es en realidad una bsqueda, una aventura que se inicia por la aspiracin a algo que rompe con lo cotidiano, y - 54 -
abre posibilidades nuevas. En ocasiones este viaje puede ser, efectivamente, una marcha fsica, como en el caso del xodo. En otros momentos es bsqueda, viaje interior, como lo ilustra la peregrinacin espiritual de Job, cf. 42,1ss. El motivo del viaje dio un interesante giro en la tradicin juda de Alejandra. La expresin Abram el hebreo ( yrb[h : Gen 14,13), fue traducida en la *Septuaginta por Abram el viajero/pera,th| (derivando la palabra hebreo del verbo rb[ /atravesar, y entendiendo ste en sentido figurado el que va ms all). La vida de Abraham se convierte as en un ir ms all, en un peregrinaje, y l mismo, en modelo para sus descendientes, peregrinos en el mundo (Sal 119,19.54), como l mismo. Una discusin en profundidad del tema puede verse en la obra de Filn de Alejandra La migracin de Abraham. Ejemplos clsicos de este motivo lo constituyen el viaje de Israel hacia la tierra prometida, as como el regreso del pueblo del cautiverio babilnico a su tierra (Is 40,3ss).
El arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se cien de fuerza. Los hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo. La estril da a luz siete veces, la de muchos hijos se marchita. Yahv enriquece y despoja, abate y ensalza. Levanta del polvo al humilde, alza del muladar al indigente para sentarlo junto a los nobles 1 Sam 2,4-8
La oracin de Ana describe el jbilo que experimenta la persona humillada cuando recupera la dignidad perdida. Se produce la inversin de una situacin dolorosa vivida como algo injusto y agobiante. Este motivo, profundamente arraigado en la Biblia, muestra que en la victoria del dbil se revela la soberana del Seor. La justicia de Dios recupera el valor de la persona dbil frente al poderoso.
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l motivo literario es un esquema de accin recurrente que contribuye a estructurar un texto. Implica un conflicto o tensin fundamental que apunta en una cierta direccin. Esa direccin tiene una carga simblica particular dentro del texto. Algunos motivos clsicos que encontramos en el AT son: El de la reunin-reconciliacin: el caso de Jacob y Esa, Gen 33; de Jos y sus hermanos, Gen 46-47; el de Tobas y sus padres y es tambin el tema de muchos salmos 14,7; 53,6; 60,1. el del exilio-retorno: el caso de Jacob que regresa de casa de Labn, Gen 31-35; de Noem que regresa a Beln, Ruth 1; el retorno del pueblo del exilio babilnico, Esd 1; la gloria de Dios que regresa al templo, Ez 43, despus de haber partido, Ez 10; la idea la expresa bien la frase tu salida y tu entrada Sal 121,8; Is 37,28. el de la inversin: narraciones que incluyen un elemento de sorpresa ya que finalizan con resultados distintos a los esperados. Adn y Eva creen alcanzar la sabidura y su accin por el contrario- los conduce fuera del Edn Gen 3; Jeft cree hacer algo piadoso y su voto acaba con la muerte de su hija Jue 11; Hamn intenta eliminar a los judos, pero la historia se invierte y l termina eliminado por ellos Est 6-7; Jacob roba la bendicin de su hermano pero esto lo conduce a un exilio de 20 aos Gen 28-32. el del viaje: se produce como una etapa de transicin en la vida, as Abram cuando es llamado por Dios y empieza una larga peregrinacin Gen 12; Jos es condu-
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cido a Egipto e inicia una nueva vida all Gen 37, lo mismo su familia ms tarde, quienes permanecen all 400 aos Gen 46; Moiss huye por su vida y encuentra a Dios en el desierto Ex 2-3; Elimelec y su familia viajan a Moab a raz de una hambruna Ruth 1; Jons intenta huir de su vocacin Jon 1; Tobas emprende un largo viaje lleno de peligros y aventuras. el de las historias de cada: narraciones en las que los personajes pierden algo vital en medio de una situacin trgica: Adn y Eva, Gen 3; Can y Abel envueltos en una historia de fratricidio, Gen 4; la humanidad descrita en el relato de la torre de Babel, Gen 11; numerosos personajes experimentan trgicas cadas: Sansn (Jue 16), Sal (1 Sam 15), David (2 Sam 11), Salomn (1 Re 11); Antoco Epfanes (2 Mac 9); Nabucodonosor (Dan 4); Haman (Est 7), Baltasar (Dan 5). el del triunfo del dbil: historias que narran el triunfo final de la persona menos esperada o calificada segn los estndares de la comunidad: el caso tpico es el del pequeo David que vence a Goliat, 1 Sam 17; el insignificante pueblo de Israel que termina imponindose a pueblos ms fuertes y poderosos, Deut 7,7; 9,1-2; Moiss quien termina imponindose al faran, Ex 5-11; mujeres que siendo estriles o ancianas terminan contra toda expectativa- engendrando hijos cuyas historias cambiarn la vida de Israel: Sara, Agar, Noem, Ana; Judith quien vence al general Holofernes y a su ejrcito. para el motivo de la rivalidad entre hermanos ver seccin 1.
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apaciguarse y que la paz regrese a su corazn! Quizs entonces l me levantara de donde estoy postrado en afliccin. Dime Qu mal he hecho? Imploro por misericordia en la presencia de mi dios. Escchame! T, mi dios, eres para m padre y madre. No tengo padre ni madre fuera de ti. (ANET 400s).
La cultura hitita florece en el Asia Menor entre el ao 1650 y el 1200 a.C. aproximadamente. En los archivos cuneiformes de la ciudad de Hattusa, capital del reino, encontramos esta oracin. Kantuzilis era un prncipe, sacerdote y escriba. Oh dios Sol, cuando bajes al mundo inferior, por favor, no olvides informarle a mi dios patrono acerca de la peticin de Kantuzilis!. En esta frase inicial se mencionan los tres actores fundamentales del drama: el dios mediador (Sol), a quien se dirige esta oracin; el dios patrono (dios ofendido ) y Kantuzilis, el suplicante. Esta relacin triangular reproduce en el mbito religioso, el sistema de vasallaje poltico. Un esquema similar encontramos en el AT: (1) la figura de autoridad/poder, (2) la persona o comunidad dbil/ oprimida y (3) la instancia del mediador/vengador (humano o divino). La dinmica social en el AT responde de modo general a este esquema, por ejemplo: faran/ pueblo/Yahv; rey Ajab/Nabot/Elas; general Holofernes/pueblo de Betulia/Judit (cf. tambin pg. 198). Cuando el oprimido no recibe justicia, un profeta o Yahv mismo en calidad de vengador o rescatador (lag cf. Prov 23,10s), actan en defensa de la vctima: "No explotes al pobre porque es pobre; ni oprimas en los tribunales a los necesitados; porque
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el Seor defender su causa, y despojar a quienes los despojen" Prov 22,22-23; cf. Sal 35,10; 68,5. La ltima lnea de esta oracin dice: Imploro por misericordia en la presencia de mi dios. Escchame!. Para describir la relacin de la persona con su dios, las oraciones en el antiguo Oriente emplean usualmente, metforas tomadas del mundo de la poltica (rey/vasallo) o de la economa (amo/ siervo). Esta oracin de Kantuzilis introduce un nuevo gnero de oracin personal, el dios es descrito como alguien de la familia: T, mi dios, eres para m padre y madre. No tengo padre ni madre fuera de ti. Esta conmovedora declaracin se repite en otra versin de esta oracin: Oh dios Sol, del oprimido y del lisiado, el padre y la madre eres t. Esta oracin ilustra bien, por otra parte, dos preocupaciones centrales de la experiencia religiosa en la antigedad: (1) La cuestin acerca del misterio que representa para el ser humano conocer los designios de su dios. En las Observaciones acadias acerca de la vida y el orden del mundo se pregunta: Quin podr entender el designio de los dioses en medio de los cielos? Los designios divinos son aguas profundas Quin podr comprenderlos? Cmo van a conocer los seres humanos la conducta de un dios? (Garca, Biblia 621). Esta es la misma inquietud que encontramos en el AT, el autor de Sabidura se preguntaba: Qu hombre puede
Amuleto de la diosa hitita del sol: No tengo padre ni madre fuera de ti (siglo XV-XIII a.C., 5 cms).
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conocer los proyectos de Dios? Quin puede hacerse idea de lo que quiere el Seor? 9,13. (2) La pregunta por la razn concreta que causa este dolor propio, hoy, aqu. Kantuzilis pide conocer la voluntad del dios, y menciona dos procedimientos: o bien el dios se comunica explcitamente (Dime Qu mal he hecho?), o bien l averigua por medio de tcnicas de adivinacin (quiera mi dios hablarme por medio de un sueo, una profetisa o un vidente). De modo similar, en 1 Sam 28,6 Sal consult al Seor, y (l) no le respondi ni por medio de sueos, ni de orculos, ni de profetas. El problema era que muchas veces la causa del mal sufrido no era conocida, ya que se poda violar sin saberlo un mandato divino. Job, por ejemplo, pregunta confundido: Si he pecado qu te he hecho?; Centinela del hombre por qu me has tomado como blanco y me he convertido en carga para ti? (7,29). Ms adelante pide a Dios: No me condenes, hazme saber qu tienes contra m (10,2). Por ello mismo, Kantuzilis ora y pregunta con toda candidez: Sera posible que mi dios me dijese cul es la falta que he cometido para que yo pueda enterarme?. No slo la causa del enojo, sino incluso la identidad del dios enojado eran a menudo ignoradas por las personas que sufran el castigo. Es as como nace un nuevo gnero literario: las oraciones para hacer que el dios personal, que se encontraba enojado con su protegido, se contentara (cf. Carta al dios personal pgs. 89ss). Un ejemplo conmovedor de esta preocupacin lo encontramos en la siguiente oracin penitencial acadia:
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Que el dios, sea quien sea, se aplaque Que la diosa, sea quien sea, se aplaque He infringido sin saberlo la prohibicin de mi dios La falta que he cometido, no la conozco El delito que he cometido, no lo conozco Un dios, sin que sepa cul, me aprieta Busco sin cesar y nadie me da la mano Oh dios, sea quien fueres Vulvete hacia m, te lo suplico Cundo tu corazn encolerizado se calmar? Oh diosa, sea quien fueres Perdona mis faltas, que canto tu alabanza Que tu corazn, como el de una madre carnal Se aplaque (Cahiers, Oraciones 18-21).
Uno de los trminos empleados en la lengua hitita para hablar de la oracin es arkuwar, trmino jurdico para referirse a la presentacin de un alegato o una defensa contra una acusacin. La misma palabra es empleada cuando un esclavo se justifica frente a su amo, un rey vasallo frente a su seor, o cuando dos grandes reyes llevan su caso ante la corte divina. El acercamiento hitita, de ver todas las relaciones entre dos partes en trminos jurdicos, permite sugerir que la estructura de la oracin hitita puede ser comprendida como la presentacin de un caso ante una corte divina. Esto se puede ver bien en el caso de esta oracin de Kantuzilis: - el acusado: es la persona que sufre el castigo. Las oraciones hititas estn restringidas al rey o a miembros de la familia real (Kantuzilis era un prncipe).
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- el fiscal/acusador: es el dios ofendido. La identidad del dios enojado es a menudo desconocida por el suplicante. El dios Sol, que lo sabe todo, es invocado para encontrarlo y para interceder ante l en defensa del suplicante. - el abogado/defensor: es el dios a quien se dirige la oracin. Los dioses ms comnmente apelados son el dios del Sol y el dios de las Tormentas, quienes presiden tambin la asamblea divina, diluyndose as un poco la distincin entre el intercesor y la divinidad suprema (cf. Singer, Prayers 5-8). Varios elementos en esta oracin son de inspiracin babilnica, la funcin del dios personal aqu, es uno de ellos. El trasfondo cultural que explica el abandono del dios lo describe bien T. Jacobsen:
A principios del segundo milenio a.C. se produce un cambio sutil en la concepcin del dios personal. A medida que el Estado se fue desarrollando, adquiri una organizacin cada vez ms centralizada y medios de defensa ms efectivos. Los asaltantes y los ladrones dejaron de ser una amenaza dentro de la vida cotidiana. Esta disminucin de salteadores y bandidos humanos, influy en la concepcin de los asaltantes y los ladrones csmicos (los demonios): su importancia disminuy dentro del estado csmico. Hasta entonces se haba considerado al dios personal incapaz de defender a su protegido contra los demonios. Si quera vencerlos, tena que recurrir al auxilio de algn gran dios. En cambio, al iniciarse el segundo milenio los demonios haban perdido poder, hasta el punto de que los dioses personales eran enteramente capaces de proteger, por si solos a sus devotos. En estas nuevas circunstancias, cuando un demonio lograba su propsito, la nica razn posible era que el dios personal se encontraba enojado y haba abandonado a su protegido a su propia suerte (Frankfort, Pensamiento 277-278).
El dios personal
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Dossier 1: Gen 12
Gen 12,10-20
Un texto compuesto por diversos motivos.
Hubo hambre en el pas, y Abrn baj a Egipto a pasar all una temporada, pues el hambre abrumaba al pas. Estando ya prximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Saray: Mira, yo s que eres mujer hermosa. En cuanto te vean los egipcios, dirn: 'Es su mujer', y me matarn a m, y a ti te dejarn viva. Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y viva yo gracias a ti.. Efectivamente, cuando Abrn entr en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa. La vieron los oficiales del faran, que se la ponderaron, y la mujer fue llevada al palacio del faran. ste trat bien por causa de ella a Abrn, que tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. Pero Yahv hiri al faran y a su casa con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abrn. Entonces el faran llam a Abrn y le dijo: Qu has hecho conmigo? Por qu no me avisaste de que era tu mujer? Por qu dijiste: 'Es mi hermana', de manera que yo la tom por mujer? Ahora, pues, aqu tienes a tu mujer: tmala y vete. Y el faran orden a unos cuantos hombres que le despidieran con su mujer y todo lo suyo.
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Dossier 1: Gen 12
En los extremos, armados, los hombres. Al centro viajan rebaos, mujeres y nios.
El encuentro de dos mundos: como lo indica la diferencia en sus vestimentas, esta pintura nos muestra inmigrantes de Palestina a su llegada a Egipto. Figuras marginales movidas por la necesidad de un lugar a otro, obligadas siempre a tener que regatear su sobrevivencia. Una vida entera de sacrificios reducida a lo que pueden acarrear ellos mismos, o a lo que cabe sobre el lomo de un burro. Frente a ellos, como en un juicio, una autoridad con poder para decidir sobre su vida y el destino de los suyos. Del Registro de Entradas de un oficial egipcio en un puesto de frontera, leemos: El escriba Inena comunica a su seor, el escriba del Tesoro: acabamos dejar de pasar a unos beduinos de las tribus de Edom por la fortaleza (..) hacia los pozos de Per-Atum, para que logren conservar su vida as como la de sus ganados, gracias al ka (= espritu divino protector) del faran (Papiro Anastasi VI lneas 51-61). La amenaza externa: los egipcios conciben su territorio como ese microcosmos de orden y seguridad amenazado desde el exterior por fuerzas hostiles y amenazas. Los pueblos de los alrededores representan esa amenaza catica que hay que contener en las fronteras. La Instruccin del rey Akhtoi para su hijo Meri-Kare expresa bien este sentimiento, encarnado en la figura demonizada del beduino: el maligno asitico que no reside en un solo lugar. Hace la guerra desde los tiempos de Horus. No anuncia el da de la batalla sino que es como un ladrn .. Puede despojar a una persona aislada, pero no ataca a una ciudad bien poblada (93-94).
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El motivo de la belleza se encuentra al inicio de varias narraciones y funciona como un indicador que anticipa el peligro: Betsab, poseda por David, era una mujer muy bella (2 Sam 11,2); Tamar, violada por su hermano Amnn, era una mujer bella (2 Sam 13,1). Susana, avasallada por dos jueces, era una mujer muy bella (Dan 13,2). Estos casos tratan de historias de violencia sexual en donde media el poder poltico en la ejecucin. Algo que se presenta incluso en el caso del apuesto Jos (Gen 39,6).
La superioridad simblica del vencido: la humillacin causada por la condicin de refugiados busca una compensacin simblica. Por ello, subyace en Gen 12 el sentimiento de que aunque lleguen en condicin de inmigrantes, sus mujeres son ms hermosas. En contextos de guerra, la belleza de las mujeres del pueblo vencido era considerada un indicio de su superioridad final sobre sus vencedores. A pesar de la fuerza de los ejrcitos de Holofernes que aterrorizan a los pueblos enemigos, sus soldados quedan paralizados frente a la belleza de Judit: y por ella admiraban a los israelitas dicindose unos a otros: Quin puede menospreciar a un pueblo que tiene mujeres como sta? Jdt 10,19. Segn el narrador de Gen 12 sus antepasados eran ms astutos que faran, a quien no slo engaaron sino de quien lograron obtener al final valiosos regalos (v 16). Su Dios es ms poderoso. El Dios del patriarca no slo logra actuar fuera de Canan, sino que logra herir al faran egipcio en su mismo territorio. En el relato paralelo de Gen 20, Abimelek rey de Gerar y los suyos, slo se recuperan cuando Abraham intercede por ellos ante su Dios (v 17), cf. Dan 4.
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Dossier 1: Gen 12
El regateo de la humanidad propia: En la estela funeraria del general egipcio Hor-emeb se dice acerca de los pueblos vecinos: Faran los ha puesto en tus manos para que vigiles sus fronteras (..) Al igual que sus antepasados hicieron, ellos han venido aqu cuando no saban como sobrevivir. Sus pases mueren de hambre y ellos viven como bestias del desierto .. (Pritchard, ANET 251). Este texto refleja un estereotipo tradicional. En Gnesis 46,34 encontramos un ejemplo similar: Los egipcios detestan a todos los pastores de ovejas. Josu 9 brinda un interesante ejemplo de la astucia como arma de la persona/ comunidad dbil. Los gabaonitas engaan a los israelitas, figura fuerte en este caso, para poder sobrevivir.
El motivo del xodo: Tanto Abraham como sus descendientes: Nmadas de la regin de Palestina ruegan al Faran sufren inicialmente una severa hambruna Tutankhamen que les permita asilarse en Egipto. (Gen 12,10; 43,1). por este motivo bajan a Egipto (Gen 12,10; 42,3). la idea era asilarse all por un tiempo (Gen 12,10; 47,4). se enfrentan ante la disyuntiva de vivir o morir (Gen 12,12; Ex 1,16). Dios interviene y castiga a los egipcios con plagas (Gen 12,17; Ex 11,1). faran llama a Abraham/Moiss y les habla (Gen 12,18; Ex 12,31). la orden de faran es doble: toma y mrchate .. (Gen 12,19; Ex 12,32). ambos salen, finalmente, con numerosas posesiones: Gen 12,16; Ex 12,35s. Al emplear vocabulario e imgenes del xodo en la composicin de su texto, Gen 12,10-20 establece una conexin profunda entre estos dos eventos. Los paralelismos sealados no son casuales. No se trata de una curiosidad lingstica sino de una intencin de fondo: en la experiencia de los ancestros se anticipaba la vida de sus descendientes. Sus vidas no estaban a la deriva. El Dios que intervino en tiempos de Abraham podra hacerlo en tiempos de Moiss. En el momento oportuno Dios sabra liberarlos como lo haba hecho antes, cf. pg. 111.
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De acuerdo con H. Gunkel, lo que encontramos en el libro del Gnesis es la forma final escrita de un largo proceso de tradicin oral. Esto lo ilustra bien la historia de las tradiciones que se encuentran tras un texto como Gen 16. En un primer momento tenemos una narracin que habla acerca de un pozo de agua entre dos estaciones en medio del desierto (Kadesh y Bared). Piedras, rboles y pozos eran considerados espacios privilegiados para las revelaciones divinas (Gen 18,1; 28,10-19). En este pozo, el dios El (la), principal divinidad de las culturas semticas, se haba manifestado en tiempos inmemoriales. Esta manifestacin local del dios fue llamada El - Roi.
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El evento dio origen a una breve leyenda oral en la cual esta divinidad El, se manifest a una esclava embarazada. El nombre del nio por nacer, Ishmael , confirma la identidad del dios que se haba revelado. Es el mismo dios que se encuentra en nombres como el de Joel, Daniel, Ezequiel, etc. Segundo momento : antes de que los patriarcas entraran en Canan, exista ya una antiqusima geografa religiosa de la que formaban parte no slo santuarios locales, sino tambin infinidad de relatos de milagros, teofanas y leyendas de personas sagradas. Con la llegada de los patriarcas, se inicia un proceso gradual de adaptacin de los recin llegados a la cultura autctona de Canan; como parte de ese proceso se adapta el ncleo de esta historia religiosa local. Lo que era originalmente una leyenda local sobre El-Roi, se transforma ahora en una experiencia ligada al ciclo de Abraham. El dios local El se convierte en Yahv en el v 13, algo que se evidencia fcilmente: si el dios involucrado originalmente hubiese sido Yahv, el nombre del nio habra sido Ishma-Yah [siendo Yah un diminutivo de Yahv y dando el nombre de Ismaas en forma latinizada, como en el caso de Isaas, Jeremas], y no Ishma-el. Tercer momento: en un estadio ms avanzado en la historia del relato (*J), se consideraron inapropiadas las manifestaciones antropomrficas de Dios (aceptadas en estratos anteriores, Gen 2, cf. pg. 100s). La divinidad que se aparece, habla y acta no ser
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ms Yahv mismo, sino su mensajero (el ngel de Yahv v 7. 9-11), cf. Gunkel, Genesis 183-192. Finalmente, en el estadio en que esta leyenda local es adaptada literariamente, los nombres de El - Roi (divinidad cananea) y Yahv coexisten lado a lado. Algo as como si el nombre de Yahv, en este lugar en particular, fuese el de El - Roi (algo semejante a los nombres locales que asume la Virgen Mara en los lugares donde se manifiesta: la Virgen de Lourdes, la Virgen de Ftima, etc.). Estos nombres compuestos a partir de la partcula El (la) son nombres preisraelitas ( El -Shaddai Gen 49,25; El -Elyon Num 24,16; El-Olam Gen 21,33; El-Bethel Gen 35,7; ElBerith Jue 9,46) y, con excepcin de El-Shaddai, son todos nombres que aparecen en conexin con santuarios locales de la antigua religin cananea. Cuando algunos de los antepasados de los israelitas llegaron a Canan se apropiaron de estos santuarios, as como de las tradiciones religiosas asociadas a ellos, los adaptaron y dedicaron su culto a Yahv. Como ha dicho A. Lods: Yahv sustituy a las divinidades locales absorbindolas (Lods, Israel 334).
Secciones relacionadas: # 12 y 28.
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La religin de Baal es la de la fertilidad, del sexo, de la muerte-resurreccin. Tiene sus sacerdotes y sus profetas, sus santuarios y sus mitos. Baal, el fertilizador, el dador de las lluvias, reside sobre las nubes, en las montaas, all donde se forman las tempestades. Cmo no iba a ser venerado en Israel, zona de montaas, tierra de cereales, olivares y viedos? (Croatto, Historia 150).
a historia comparada de las religiones muestra que una religin no aparece de pronto en medio de la nada. Le resulta imposible ignorar todo cuanto le preceda como si jams hubiese existido. Es por ello que personajes religiosos, instituciones, relatos y creencias de diverso tipo de la religin cananea son poco a poco integrados, adaptados y canonizados por la nueva religin yavista. Tomar consciencia de este fenmeno nos permitir percibir como, sobre la base de antiguas instituciones, emergen nuevas formas religiosas. Canan, la tierra que flua leche y miel, era la posesin personal de Baal. Y fue a la tierra de Baal a la que lleg Israel. Era Baal quien aseguraba la fertilidad de la tierra y la preservacin de la vida. Era Baal quien era el nativo de aquella tierra. Y las personas autctonas de ella, los cananeos, eran sus adoradores. Entre los dioses y la tierra exista una relacin profunda, clida, psicolgica y podra decirse incluso queapasionada. No era posible asegurar la fertilidad de la tierra olvidndose de Baal. l, naturalmente, negaba los frutos a quienes se negaban a reconocer su dominio sobre la tierra, y sus correspondientes privilegios. Cmo se relacionara Is-
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rael con esta nueva tierra y con su culto de la fertilidad? Lo que se habra considerado como lo ms natural y correcto en todo el antiguo Oriente, habra sido dar el tributo debido a los correspondientes dioses de la fertilidad. En Canaan, uno respeta y honra a las divinidades locales de la tierra. Israel dejaba atrs el desierto y entraba a un oasis en donde la agricultura era posible, con viedos cuidadosamente cultivados, higueras y olivares abundantes y saludables. Estos no eran los terrenos de Yahv, el dios semi-nmada de Israel. Es probable que muchos israelitas siguieron el camino ms razonable, a saber: reconocer a Baal por lo que tena que dar, y reconocer a Yahv por lo que tena que ofrecer en tiempos de guerra y de crisis nacional. Qu de errado poda haber en reconocer divinidades agrcolas en un medio agrcola? La tolerancia era la caracterstica ms tpica de las religiones Ilustracin antiguas. Slo una minora de Iglesia de los hombres como Samuel y Elas, Remedios, Cholula, creyeron que la naturaleza de Puebla. Dios era la de un dios celoso. De este modo, el culto a Yahv y a Baal coexisti sin necesidad de confrontacin mutua (Muilenburg, History 307).
En Cholula (Mxico), se levanta la Gran Pirmide de Tlachihuatpetl dedicada al dios de las siete lluvias. En la cima de esta pirmide los espaoles construyeron el templo a la Virgen de los Remedios. Superposicin arquitectnica ... y superposicin religiosa.
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Con este encuentro en el desierto se introduce la escena central de este captulo (v 7-14), enmarcado por el dilogo entre Sara y Abram (v 1-6) y la conclusin (v 15-16). La escena evoca, intencionalmente, el motivo del xodo, es decir: al verse maltratado, un esclavo huye al desierto, el ngel de Yahv sale a su encuentro, le hace saber que ha visto su afliccin y odo su clamor, abriendo con ello la posibilidad de un nuevo futuro. El ngel de Yahv, figura distinta a otros mensajeros en el AT, es un modo de presencia de Dios; habla y acta como si fuese Dios mismo (Gen 22,15-17; Ex 3,2-6). El encuentro en medio del desierto, no es casual: el ngel la encontr, saba de antemano su nombre. Las preguntas que ste hace a Agar son retricas Ignora realmente Dios de dnde viene y a dnde va ella? Y si no lo ignora por qu entonces lo pregunta? La razn es sencilla: es una forma clida de iniciar un dilogo con un ser amado. La pregunta no busca informacin sino acercamiento, expresa inters y preocupacin.
Le dijo el ngel: Partir con l y no abrigues temor; sanos partimos y sanos regresaremos a ti, porque la ruta es segura. Le respondi Tobit: Bendito seas, hermano. Y, llamando a su hijo, le anunci: Hijo,
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prepara las cosas para el camino y emprende la marcha con tu hermano; que el Dios que est en los cielos os proteja all y os devuelva a m sanos; y su ngel os acompae con su proteccin, hijo Tob 5,17.
Tobas es una obra tarda (250-175 a.C.). En este momento la comunidad juda se enfrasca en una lucha por contrarrestar la influencia cultural del helenismo, percibido por muchos judos de este perodo como una amenaza. Esta lucha desigual se refleja en las novelas de este perodo: Dios salva a los suyos por medio de personajes insignificantes (Ruth), dbiles (Judith), perseguidos (Ester) o como en el caso de Tobas, a travs de un mediador no humano (ngel). Al final de su vida y obligado por presiones econmicas, un padre enfermo enva a su hijo a un largo viaje en busca de una herencia. Los motivos del relato son clsicos: peligros y aventuras implicados en un viaje, separacin de un ser amado, reencuentro (cf. pg. 56). En medio de la incertidumbre aparece una *frmula de confianza: 'No abrigues temor' Tob 4,8.21; 5,22; 6,18. El viejo Tobit, como patriarca, 'est a cargo de la situacin' y sin embargo, ignora realmente lo que sucede (!). Fina irona del narrador que permite al lector ver dos niveles en la narracin: lo que el personaje desde dentro del relato- cree que est sucediendo, y lo que el lector -desde fuera del relato- sabe que est sucediendo. Tobit define los detalles del viaje con 'el gua', y pide a Dios que su ngel los acompae, ignorando que el gua mismo es un ngel, hecho que se dar a conocer slo al final del relato (12,11-21). Este ltimo dato da unidad a toda la narracin: Dios estuvo presente siempre. Estas dos tcnicas crean un arco dentro del cual se desarrolla la accin.
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os seres humanos tenemos una necesidad fundamental de cercana, de proteccin, de intimidad, pero es posible expresar la intimidad de Dios salvaguardando al mismo tiempo su trascendencia divina? Es all, precisamente, donde surge la figura hbrida de los ngeles, que ha debido abrirse paso entre el ideal de un monotesmo estricto (no te hars imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos) y la piedad popular, sedienta de figuras de apoyo cercanas que, siendo divinas, tengan al mismo tiempo rostro humano. La imaginacin popular ha dado lugar a lo largo de los siglos a todo tipo de especulaciones sobre los ngeles: su apariencia, sus vestidos, sus instrumentos. La historia del arte ejemplifica bien este esfuerzo por imaginar estos instrumentos de la Providencia. Pasamos as de las representaciones de caras sin cuerpo, rodeadas solamente por alas y tpicas de la iglesia antigua, a las figuras antropomrficas del Renacimiento, en donde el ngel se ha convertido, simplemente, en un ser humano dotado de alas. Metamorfosis gradual de un ser poderoso en el libro de Tobas, a una figura frgil y vulnerable en la obra del pintor finlands Hugo Simberg. Tanto algunas figuras clave en la imaginacin popular de antao (como el Genio de la lmpara y el Hada Madrina), como algunas tecnologas de la sociedad actual (como el Internet y los telfonos celulares), muestran hasta qu punto la necesidad de acompaamiento y proteccin es una necesidad humana fundamental. As, elementos folklricos de la experiencia pasada, se preservan hoy bajo una nueva forma tecnolgica. Los cupidos tocando arpa del arte Barroco, muestran que cada edad arropa sus propios temores y esperanzas segn los gustos de su propio tiempo. Las mismas necesidades humanas de fondo van adquiriendo nuevas formas externas. An en la literatura no religiosa, el folklore est lleno de figuras mediadoras, bondadosas, salvadoras, comprensivas (padrinos, hadas madrinas, duendes, genios, gnomos, animales maravillosos), que intervienen en momentos decisivos y dan forma a la esperanza humana.
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Has visto tu el ngel de la luz ? Camina apaciblemente a travs de las noches del mundo. Acerca su mano aqu al que gime Mira all, lleno de compasin, el miedo en los ojos ajenos Y pronuncia una palabra iluminadora En medio de gritos de desesperacin. Has visto tu el ngel de la luz ? Estuvo aqu y all En cada lugar estuvo l Camina apaciblemente a travs de las noches del mundo. Y siembra en lo ms profundo de la oscuridad Las semillas de un eterno amanecer (..) Has visto tu el ngel de la luz ? El lleva tu noche en sus manos T le encuentras siempre en ti.
A. Soete.
No tienen que ser hombres con alas, los ngeles Caminan silenciosamente No necesariamente deben gritar A menudo son viejos, feos y pequeos, los ngeles No tienen espada, ni visten ropas blancas, los ngeles Tal vez sea alguien que te da la mano Tu vecino, pared de por medio A los hambrientos les ha trado pan, el ngel Al enfermo le ha hecho su cama l oye cuando lo llamas en medio de la noche, el ngel Se para firme en medio del camino y dice: No! Alto como un poste, duro como una piedra, el ngel No, no tienen que ser hombres con alas, los ngeles
R.O. Wiemer (Gesangbuch 525. 857).
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Tradicin bizantina: figura suspendida en el aire. Lo que hay de humano es lo estrictamente necesario para atender una oracin: ojos, odos, manos para auxiliar y pies para acercarse a la persona en necesidad. Reflejo de una poca en la que las concepciones religiosas eran pensadas como realidades celestiales.
Siglo XVIII, Alemania: el ngel se ha convertido en una figura enteramente antropomrfica (mujer). Las alas son aqu un elemento secundario. El cuerpo del ngel protege la nia y la envuelve tiernamente. La pierna derecha separa la figura del mal, encarnado en una serpiente, de la figura de la nia.
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Siglo XVII, Italia: los elementos antropomrficos se acentan an ms en esta obra: la ternura maternal del cuadro anterior, ha sido sustituida por la fuerza (msculos, cadenas, espada); la figura del mal no es ya una serpiente sino un ser humano. El ngel-soldado muestra un dominio total sobre el enemigo.
Siglo XX, Finlandia: inversin absoluta de las concepciones anteriores: ala rota, rostro cado, pose derrotada. El rostro del nio vestido de negro parece expresar el sentimiento de quien carga con sus sueos rotos. La mirada penetrante del segundo nio parece interrogarnos Somos responsables de la derrota de sus sueos?
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A menudo encontramos en el AT textos que como ste, recapitulan los acontecimientos principales de la historia salvfica, por ejemplo Deut 26,5b-9 y Jos 24,2b-13. Estos textos siguen el modelo de una confesin y se recitaban solemnemente como parte del culto israelita primitivo. El recuento de los hechos se hace siguiendo un esquema: mencin de los padres, opresin en Egipto, liberacin realizada por Yahv y conduccin a la tierra prometida. En este esquema, salta a la vista la sorprendente omisin de los eventos del Sina, que constituyen el centro del Pentateuco (Ex 19 Num 10). Confesiones similares pero ms amplias, excluyen tambin la mencin del Sina: la letana del Sal 136 comienza con la creacin, Ex 15 menciona detalles de la travesa por el desierto, el Sal 105 alude a la promesa hecha por Dios a Abraham, pero nada sobre el Sina se menciona en ellas. Esta observacin llev a Gerhard von Rad a escribir un artculo fundamental en el estudio del AT: El problema morfogentico del hexateuco (1938). Von Rad planteaba que los acontecimientos del Sina constituan una tradicin aparte de la del xodo (en - 80 -
donde el elemento constitutivo era la venida de Dios, y no el peregrinaje del pueblo), que existi independientemente de ste y que no se uni con l hasta fecha muy tarda (Von Rad, Estudios 11-28). Diez aos ms tarde, Martin Noth publicaba su Historia de la tradicin del Pentateuco, ampliando las conclusiones parciales del estudio citado. Von Rad haba mostrado como ciertas afirmaciones de fe, nacidas del culto y formuladas al estilo de confesiones, constituan las races de las cuales, con el correr del tiempo, se desarrollara el Pentateuco como un rbol frondoso. El contenido de estas confesiones eran ciertos temas bsicos derivados de la historia de Israel, conducida por Dios de un modo especial. El estudio de Noth precis entre otros aspectos- estos cinco temas bsicos: (i) guianza fuera de Egipto (ii) guianza a la tierra prometida (iii) promesa a los patriarcas (iv) guianza por el desierto (v) revelacin en el Sina La funcin de este esquema era la de unificar los distintos orgenes histricos de las tribus (distintas realidades sociolgicas de su presente), a partir de un pasado comn . En un punto dado, este esquema ensambla las distintas tradiciones y las hace una historia. La figura de Moiss ocupa una posicin central en la unificacin de ambas tradiciones (Noth, History 4662). El esquema no responde tanto a hechos histricos como a propsitos religiosos; es decir: los cinco temas bsicos son una construccin en la que se resumen los aspectos esenciales de la historia en un todo organizado que, al final, todas las tribus acordaron hacer suyo, an cuando no todas hubiesen participado realmente (histricamente) en los hechos narrados.
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El relato del xodo, ms que la narracin de lo sucedido durante una liberacin concreta, es el relato de una experiencia de encuentro con un Dios que no ignora el dolor humano, y que se revela en medio de la vida, la libertad y la dignidad humanas. Es esto lo que evoca y conmemora la confesin histrica de Deut 6,20.
Secciones relacionadas: # 19.
"Fabrcanos un dios que nos guie ... y fabric Aarn un becerro. Ellos exclamaron: Israel, ste es tu dios, el que te sac de Egipto" Ex 32,1ss.
Los impulsos ms nobles del ser humano, los ms ardientes, pronto se vienen abajo ante la instintiva necesidad de seguridad. Cmo fiarnos totalmente de un Dios libre sobre quien no tenemos poder alguno y nos lanza a una aventura sin fin? Queremos tenerle en nuestras manos, disponer de l. Pretendemos hacer de la riqueza que producimos una imagen del poder de Dios y esperamos que esta riqueza ocupe el lugar de Dios (Bagot, Biblia 115).
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El xodo: acontecimiento y constelacin simblica l dios de los esclavos mostr al faran su superioridad, pero una vez en el desierto las cosas parecen dar un giro imprevisto: la marcha se torna entonces en una prueba para el mismo Israel. A las diez plagas sufridas por los egipcios, siguen diez pruebas en el desierto para Israel. A las aguas convertidas en sangre (primera plaga), corresponde el milagro de las aguas de Mara (primera prueba) .. y as sucesivamente. Sern capaces los esclavos mismos de reconocer ahora al Dios que los libr de los egipcios? La pugna entre el temor y la confianza hace que Dios y pueblo se descubran recprocamente en el camino. Pronto descubrir Israel que la desesperacin y la necesidad instintiva de seguridad lo lleva a preferir la estabilidad provista por un rgimen tirnico, que la incertidumbre que acompaa la aventura de seguir a un dios que no se deja atrapar. Seguir un ideal y aprender a confiar en la providencia divina parece perder pronto el encanto inicial. Vencer sus propios instintos termina siendo ms difcil que vencer al faran de Egipto. La mayor dificultad no parece ser el reto fsico de concluir la marcha, sino el frgil sentido de confianza que los lleva a traicionar, cotidianamente, sus propios ideales. El xodo es, pues, acontecimiento y narracin, pero es tambin constelacin simblica con una funcin transformante. Es el llamado a una libertad que es preciso conquistar, fuera y dentro de s, como proyecto histrico, como reto existencial, como evento concreto, como tarea permanente. Camino a la tierra prometida, descubre Israel que la autonoma y la libertad son tareas permanentes que conllevan tensiones, retrocesos, ambigedades. Han salido de Egipto pero es eso todo? El xodo como acontecimiento. Al relato antiguo de la huda del grupo de Lea (tribus de Jos y Benjamn), se adjunta posteriormente la tradicin independiente del ciclo de las plagas (Ex 7-12: plagas 4.5.7.8/J; 3.6/P), en donde
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la salida es interpretada como una expulsin ordenada por faran a raz de la dcima plaga (P). Numerosos documentos egipcios como el Papiro Anastasi VI.51-61 (ANET 258s), dan testimonio de movimientos regulares de beduinos en la frontera oriental del imperio egipcio, cf. Dossier 1. Estos inmigrantes buscan mejores pastos para sus ganados durante los perodos de sequa. El xodo como mediacin narrativa. Numerosos relatos del AT, en principio sin conexin alguna con el evento xodo, responden a su matriz simblica: la dialctica servidumbre - liberacin. Esto es algo que encontramos: (1) en la ley (experiencia de Jacob con Labn, Gen 30-31); (2) en los profetas (As dice el Seor Yahv: Yo el Seor te llam para abrir los ojos a los ciegos, para sacar prisioneros de la crcel, y del calabozo a los que viven en tinieblas Is 42,6s), y (3) en los escritos (habitantes de tiniebla y de sombras, cautivos de la miseria y de los hierros .. Yahv lo sac de la tiniebla y la sombra, rompi sus cadenas 107,10ss) . El esquema fundamental del xodo funciona pues, como una estructura subyacente a muchos relatos del AT: Gen 16; Rut 1-4; Esd 1; Is 40. El xodo como constelacin simblica. Ms que un smbolo, el xodo es toda una constelacin de smbolos que incluye temas como el de la nutricin, el camino y la proteccin. En cuanto smbolo, el xodo tiene una funcin transformante, a saber: el llamado a una libertad que es preciso conquistar, fuera y dentro de nosotros mismos y que es, al mismo tiempo, proyecto histrico y reto existencial. El xodo es la lucha contra la incertidumbre, contra la comodidad de lo conocido, contra el miedo a la libertad y por ello, una tarea permanente que conlleva tensiones y ambigedades a cada paso. El xodo es parte de nuestra geografa espiritual, es el llamado a una existencia en transicin, a un peregrinaje vital.
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8. Espritus y demonios
"El espritu de Yahv se haba apartado de Sal y un espritu malo que vena de Yahv le infunda espanto. Le dijeron pues los servidores de Sal: Mira, un espritu malo de Dios te infunde espanto; permtenos, seor, que tus siervos que estn en tu presencia te busquen un hombre que sepa tocar la ctara, y cuando te asalte el espritu malo de Dios tocar y te har bien .. Cuando el espritu de Dios asaltaba (twyhb) a Sal, tomaba David la ctara, la tocaba, Sal encontraba calma (xwrw) y bienestar y el espritu malo se apartaba de l" 1 Sam 16,14-16.23.
Esta es la primera de las dos tradiciones que narran la entrada de David en la corte de Sal. Esta venida del espritu malo sobre Sal es una especie de puente narrativo para posibilitar el primer encuentro de David con Sal, cf. Schkel, Biblia 1: 555. La idea que el AT tiene acerca de los sentimientos y las emociones, difiere mucho de la que existe en la cultura occidental moderna. En nuestro medio, se utiliza una metfora en donde el cuerpo es visto como una especie de recipiente que contiene los sentimientos: una persona puede estar llena de odio o de amor, se habla de sentimientos que estn en lo profundo de nosotros, y que es necesario sacar para des-ahogarnos. Esto explica la idea que tenemos de auto-control, a saber: estar en la capacidad de contener nuestros sentimientos. Debemos impedir que nuestro inters por algo/alguien se nos salga y se haga demasiado evidente. Nada de esto existe en el AT en donde los sentimientos y las emociones no
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son algo que viene de dentro, sino por el contrario algo que viene de fuera, como lo ilustra bien el texto en discusin. Una curiosa ley sobre los celos dice sobre el marido: Si un espritu de celos pasa sobre l y l se torna celoso .. Num 5,14. Aqu se habla de la sospecha como algo que viene del exterior, se posa sobre el marido, se apodera de l y lo atormenta, cf. Wagner, Mensch 3.c. Aunque la narrativa bblica se concentra ms en el anlisis de la accin que en los motivos psicolgicos de los personajes, en algunos casos da muestras de gran sensibilidad, como al hablar de David, de Jos y de Ruth; si bien, la explicacin de las causas psicolgicas que se da en el texto, es ms bien de tipo folklrico. Distintos estados de nimo en el AT son provocados por la accin de un agente externo: Al da siguiente se apoder de Sal un espritu malo de Dios y deliraba en medio de la casa 1 Sam 18,10. As, actuar con impaciencia es estar corto de xwr (ruah = espritu) Ex 6,9 Miq 2,7. Al ignorar la idea de causas en la conducta humana (aspecto analizado por primera vez por Aristteles De Anima ii.1, 412), el estado de nimo personal, bueno o malo, se remite directamente a Dios. Es l quien enva un espritu bueno o malo y quien es -en ltima instancia, la causa de dicho estado anmico. No existen causas segundas, Dios es el autor de todo estado psicolgico. As, si una persona est triste se dice que est atribulada de xwr 1 Sam 1,15. El contraste entre el ascenso de David y la cada de Sal ilustra esto claramente. A partir de aquel da el espritu del Seor entr en David .. el espritu del Seor se retir de Sal 16,13s.
Cilindro acadio (2200 a.C.). Se crea que la enfermedad y la curacin eran causadas por fuerzas distintas. Al lado izquierdo, un demonio alado ataca a dos figuras humanas. A la derecha, un asistente divino trae frente al dios Shamash un hombre para ser curado.
a poca moderna ha eliminado la creencia en los demonios en la medida en que la ha considerado ridcula y la ha incluido en la esfera de la supersticin. Pero no ha logrado desterrar el temor subterrneo ante determinados fenmenos y sucesos incomprensibles que antao, eran considerados como obra de los demonios, ni, por otra parte, ha podido eliminar del lenguaje los modismos que aluden a todo aquello que amenaza la vida humana en trminos personificados: as se habla, por ejemplo, del poder del alcohol, de la lucha contra el cncer, del triunfo de una idea, como si se tratase de un ser personal. El concepto de demonio es, evidentemente, una clave, un smbolo de aquellos poderes ante los cuales el ser humano, an conociendo la amenaza que para l suponen, se muestra impotente, de tal manera que
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no puede ponerlos ni bajo el control de su conocimiento ni bajo el de su voluntad, y que incluso le hacen realizar actos completamente contrarios a lo que piensa y quiere: el estar obsesionado por una idea, el tener una idea fija, es un fenmeno del que puede ser perfectamente conciente aquel a quien le afecta, e incluso puede condenarlo en vista de las consecuencias nefastas que puede tener para l y para quienes le rodean; puede incluso llegar a conocer, tanto los factores desencadenantes del proceso como el mecanismo opresor puesto en marcha por aquel fenmeno; sin embargo, contina permaneciendo indefenso ante l. As pues, lo demonaco no puede dominarse simplemente a partir de una toma de conciencia y de una explicacin racional o, en todo caso, ello no basta. Las causas y manifestaciones fsicas y psquicas de la enfermedad han sido ampliamente desmitizadas hace mucho tiempo, y ya no hay necesidad de explicarlas a partir de fuerzas demonacas, pero queda aclarado sin ms con ello el fenmeno de las influencias sobrehumanas, irreductibles y no manipulables, sobre la vida humana? No nos encontramos ms bien de nuevo con factores cambiantes, incontrolables, a los que damos nombres que en realidad son como un lenguaje cifrado que, ms que aclarar la cuestin, la oscurecen? Y no ocurre algo semejante en la esfera de las relaciones humanas, de la poltica, de la historia? Y el ser humano, que ya se crea libre y autnomo, y pensaba poder pasar por alto los motivos y las consecuencias de su obrar no se encuentra de nuevo como un esclavo, como un juguete a merced de ciertas fuerzas? (Coenen, Diccionario I: 406).
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Del mismo modo que un siervo muy raramente se relacionaba a nivel personal con el dueo de las tierras en donde viva, la persona individual en Babilonia vea a los grandes dioses como fuerzas remotas, a quienes ella slo poda apelar en momentos de crisis con la ayuda de intermediarios. Relaciones de tipo cercano y personal, del tipo que la persona tena con su padre, madre o hermanos, las tena el individuo solamente con un dios que era su dios personal. El dios personal aunque era una divinidad menor en la sociedad de los dioses babilonios, mostraba inters particular en una persona dada y en su familia. Se crea que el hecho de que las cosas resultasen bien en la vida, no dependa siempre de la persona, sino que influan en ello muchos factores. No es la habilidad de una persona la que le va a garantizar el xito. Los seres humanos son dbiles y difcilmente pueden
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influir el curso de los acontecimientos en el universo, slo un dios puede hacer eso. Por eso, para que las cosas salgan del modo deseado, se necesita que un dios logre tomar inters en el caso de uno, y haciendo a su vez uso de sus influencias con otros dioses superiores, haga prosperar nuestro proyecto. La fraseologa de esta carta pertenece al lenguaje de la oracin en el antiguo Oriente: empleo de la pregunta retrica Por qu me has abandonado?, igual que el Sal 22,2: Dios mo! Por qu me has abandonado?. insinuacin del orante de que si l muere Quin va a ocupar su lugar alabando al dios?; como en el Sal 6,6: Yahv, restablece mi vida, que despus de morir nadie te recuerda, y en el Seol quin te alabar?; cf. Bar 2,17. peticin de salvacin basada en el amor y la compasin del dios, como en el Sal 6,5: Vulvete, Yahv, restablece mi vida, ponme a salvo por tu misericordia y Sal 27,7-10: Escucha, Yahv, el clamor de mi voz, ten piedad de m, respndeme!; cf. Sal 90,13. Por qu escribir una carta al dios? Durante el enfrentamiento de Elas con los profetas de Baal, ellos claman a su dios pero ste no parece or. Elas les dice: Griten ms fuerte! Baal es dios, pero quizs est ocupado con negocios o tal vez ande de viaje, tal vez est dormido y se despertar (1 Re 18,27). Aunque Elas dice estas palabras en tono burlesco, lo cierto es que (de modo particular en los textos fenicios de Ugarit), se conceba a los dioses como teniendo
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este tipo de ocupaciones. Uno no poda estar del todo seguro de encontrar al dios personal siempre en su casa, por ello, era mejor escribirle una carta. Lo que s era seguro era que l revisara su correo. En otros casos, la razn para estas cartas consista en que la persona estaba tan enferma, que no poda ir en persona al templo y deba por lo tanto, enviarle una carta a su dios personal. Como es comn en las oraciones del antiguo Oriente, la persona enferma se siente herida debido al desinters del dios en su enfermedad, y sugiere que es poco prudente de parte del dios actuar as ya que siervos fieles son difciles de encontrar y sustituir (Cf. Sal 30,9-10; 6,6). Una oracin babilonia dice: Marduk presta atencin, piensa en ello, no destruyas a tu siervo, criatura de tus manos. El que se ha vuelto polvo Qu ganancia hay en l? Un siervo vivo respeta a su amo; el polvo muerto Qu proporciona de ms a un dios? (Cahiers, Oraciones 22). Pero si el dios accede a su peticin, l estar inmediatamente all de nuevo para servirle y adorarle como antes. Quien ora hace un recordatorio: el dios debe considerar que la persona enferma no est sola. El tiene familia y hay nios pequeos que estn sufriendo tambin por causa de su enfermedad. La enfermedad, como era comn en el antiguo Oriente, era vista como un demonio que lo haba atrapado y lo mantena cautivo, cf. 1 Sam 16,14-16 y seccin 8. La enfermedad del que ora se ha complicado y va ms all de los poderes del dios personal que se ve impotente frente a la accin de este poderoso demonio. El dios personal no tiene poder para librarlo
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en este caso. El consuelo radica en que l tiene amigos influyentes, se mueve en el crculo de los grandes dioses y los conoce bien. Si l quisiera, podra emplear sus influencias en este caso, escribir al dios Marduk y mover las influencias necesarias para lograr que se haga justicia en este caso, de all la peticin Escrbele al dios Marduk, que es tu amigo, para que l me libere de este cautiverio. El vnculo de la persona comn con los dioses del nivel superior era distante, como suceda tambin en la vida cotidiana con las figuras de poder. Es cierto que la persona comn serva a estos dioses, pero no en tanto que individuo sino como miembro de una colectividad. l junto a sus vecinos y otros compatriotas formaban parte de una comunidad de devotos. Estos dioses daban leyes que la persona obedeca. Ella participaba junto a otros en las festividades y celebraciones, pero slo como espectador. El dios personal es por lo tanto, el vnculo de la persona con las fuerzas del universo, l es el motor que puede moverlo todo. No es una figura imponente y remota como los grandes dioses, sino alguien cercano y familiar que se preocupa realmente por uno. Cualquier persona poda recibir favores a cambio de los servicios y la obediencia rendida al dios personal. Pero cuando un demonio logra su propsito (la persona enferma, una cosecha se pierde, el granero se incendia, el ganado no pare, se produce una sequa), esto significa que el dios personal est enojado (cf. pg. 61) y ha abandonado a su protegido a su propia suerte. (Frankfort, Philosophy 217-221).
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4. Pentateuco: Legislacin
9. Levtico 24,10-16
Haba entre los israelitas uno que era hijo de una mujer israelita, pero su padre era egipcio. El hijo de la israelita y un hombre de Israel rieron en el campo, y el hijo de la israelita blasfem y maldijo el Nombre. Y fue llevado ante Moiss. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibr, de la tribu de Dan. Lo tuvieron detenido hasta que se decidiera el caso por sentencia de Yahv Lev 24,10ss.
Durante el perodo post-exlico, se tomaron diferentes medidas para completar y adaptar las leyes del Sina en aquellos aspectos en los cuales estas leyes resultaban insuficientes para las nuevas necesidades de la comunidad. El nmero de inmigrantes viviendo en Israel en esta poca aument significativamente, y la comunidad juda enfrent nuevos problemas para los cuales no tena solucin. Uno de estos nuevos problemas era, por ejemplo, el de la blasfemia. Una antigua ley prescriba No maldecirs contra Dios Ex 22,27; en hebreo tres palabras llqt al ~yhla. Esta antigua ley no indicaba exactamente a quines se inclua, ni tampoco especificaba el castigo respectivo. Esto explica el origen de la ley adicional de Lev 24,10-23, en donde se incluye a los inmigrantes/~yrg (v 16. 22). La principal preocupacin de esta ley es el castigo a la blasfemia en la nueva situacin; es decir, en el caso particular de que
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la falta fuese cometida por un inmigrante. La condicin mixta del matrimonio (madre israelita, padre egipcio), levanta la pregunta de si en dichos casos, la ley de Ex 22,27 era aplicable. La legislacin complementaria de Lev 24,10-23 viene a dejar en claro que en las nuevas circunstancias: (a) la blasfemia sera castigada con la pena de muerte, (b) la comunidad entera participara en la ejecucin del trasgresor, y (c) esta ley tendra validez tanto para el israelita como para el inmigrante. En este perodo, la expresin en Israel (larvyb) no tena ya un sentido espacial o territorial, sino un sentido religioso: se es parte de Israel, en cualquier lugar. Adaptaciones similares a esta ley sobre la blasfemia se hicieron en el caso de homicidio (Ex 21,12: *cdigo de la Alianza), y en el de sacrificio de animales (Deut 12,15-16. 20-28: *cdigo deuteronmico). El *cdigo de Santidad (Lev 17-26), posterior a stos citados, reconsider estas leyes y las adapt a las nuevas circunstancias del perodo persa. As, incorporando en sus leyes la *frmula de inclusin rg - xrza (inmigrante o nativo), estas leyes antiguas fueron ampliadas para incluir a los inmigrantes, quienes venan a estar ahora sujetos a las mismas normas que los nativos (Lev 17,1-16; 24,21b-22). El sustantivo rg evolucion posteriormente convirtindose en el trmino tcnico para proslito. Encontramos casos similares a esta ley de Lev 24 en Num 9,6-14; 15,32-36; 27,1-11; 36,112. Todos estos textos siguen un mismo patrn bsico:
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(1) una situacin concreta presenta un problema para el cual no haba precedente legal. (2) El caso se dirige a Moiss y queda suspendido de momento. (3) Moiss hace la consulta a Dios en el santuario. (4) Dios le habla y comunica la nueva norma que se convierte en la referencia para futuros casos (Ex 25,22). El carcter tardo de estas leyes se evidencia por estar introducidas, todas ellas, por una narracin histrica que enmarca la nueva legislacin.
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Nmeros 9,6-14
Una situacin concreta plantea un problema Problema Pero sucedi que algunos hombres estaban impuros por contacto con cadver humano y no podan celebrar la Pascua aquel da. Se presentaron a Moiss y a Aarn y dijeron dijeron:
Nmeros 27,1-11
Entonces se acercaron las hijas de Selofjad se presentaron a Moiss y al sacerdote Eleazar Eleazar, y a toda la comunidad, a la entrada de la Tienda del Encuentro, y dijeron dijeron:
Levtico 24,10-16
Haba entre los israelitas uno que era hijo de una mujer israelita, pero su padre era egipcio. El hijo de la israelita y un hombre de Israel rieron en el campo, y
Estamos impuros por contacto 3 Nuestro padre muri sin el hijo de la israelita blasfem tener hijos varones. y maldijo el Nombre. con cadver. Por qu hemos de quedar excluidos de presentar la ofrenda a Yahv a su tiempo con los dems israelitas? 4 Por qu ha de ser borrado de su clan el nombre de nuestro padre, slo por no haber tenido hijos varones?
8 Moiss les respondi: voy a 5 Moiss expuso su caso ante Y fue llevado ante Moiss hasta que se decidiera el caso por consultar a Yahv Yahv. sentencia de Yahv. Yahv habl a Moiss y dijo 6 Respondi Yahv a Moiss: Entonces Yahv dijo a Moiss: 14 Saca al blasfemo fuera del campamento; todos los que lo oyeron pondrn las manos sobre su cabeza, y toda la comunidad lo apedrear.
Principio general
Di israelitas: si uno de Di a los israelitas vosotros o de vuestros descendientes se encuentra impuro por un cadver, o est de viaje en tierra lejana, tambin celebrar la Pascua en honor de Yahv. Pero el que, encontrndose puro y no estando de viaje, deje de celebrar la Pascua, ese tal ser extirpado de su pueblo, cargar con su pecado, por no haber presentado su ofrenda a Yahv.
8 Y dirs a los israelitas israelitas: Si un hombre muere y no tiene ningn hijo varn, traspasar su herencia a su hija . 9 Si tampoco tiene hija, daris la herencia a sus hermanos. 10 Si tampoco tiene hermanos, daris la herencia a los hermanos de su padre. 11 Y si su padre no tena hermanos, daris la herencia al pariente ms prximo de su clan, el cual tomar posesin de ella.
15 Y dirs a los israelitas israelitas: Cualquier hombre que maldiga a su Dios, cargar con su pecado.16 Quien blasfeme el Nombre de Yahv, ser muerto; toda la comunidad lo apedrear.
14 Uno mismo ser el ritual para sta ser norma de derecho vosotros, tanto para el forastero para los israelitas, segn lo como para el nativo del pas. pas. orden Yahv a Moiss
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Las relatos ms antiguos del Gnesis hablan despreocupadamente sobre apariciones de Dios: Yahv aparece en persona, uno oye sus pasos, ve su figura, oye su voz. En un perodo posterior sin embargo, se consider una profanacin hablar de Dios en trminos tan humanos, y se hicieron las correcciones del caso: no fue Yahv mismo quien se apareci , sino la figura de un personaje celestial subordinado a l, su mensajero. De acuerdo a un punto de vista antiguo, fue Yahv mismo quien actu la noche de las plagas en Egipto (Ex 11-12); pero segn una perspectiva posterior, fue su mensajero quien actu (2 Re 19,35). Originalmente se consideraba que Yahv inspiraba a los profetas; los profetas posteriores sin embargo, son inspirados por su ngel. En los tiempos antiguos se sola decir que Yahv liberaba (Ex 6,6: lag), posteriormente se deca que quien liberaba era su ngel (Gen 48,16). Originalmente Jacob pele con un dios en Betel; en una perspectiva posterior se dir que ste haba peleado con un ngel (Os 12,5). Este cambio es particularmente claro en Ex 4,24 (Y sucedi que en el camino le sali al encuentro Yahv en el lugar donde pasaba la noche); mientras que el texto hebreo
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conserva an el trmino hwhy (Yahv), la *Septuaginta traduce a;ggeloj kuri,ou (= el ngel del Seor) (Gunkel, Genesis 186). Esto ilustra como, en una poca en la que exista un mayor pudor religioso, se retocan los textos para salvaguardar la dignidad y trascendencia de un Dios considerado ahora ms espiritual y por lo tanto, indigno de tales hechos. Este es un proceso similar al que sufrieron algunas pinturas del Renacimiento sobre temas bblicos con desnudos, y que posteriormente, por pudor, se enviaron a retocar, pintndoles hojas y mantos que cubrieran su desnudez; vase por ejemplo La expulsin de Adn y Eva de Tommaso Masaccio (1401-1428).
Se encendi otra vez la ira de Yahv contra los israelitas e incit a David contra ellos diciendo: Anda, haz el censo de Israel y de Jud. El rey dijo a Joab, jefe del ejrcito, que estaba con l: Recorre todas las tribus de Israel desde Dan hasta Berseba y haz el censo para que yo sepa la cifra de la poblacin. 2 Sam 24,1-2. Se alz Satn contra Israel, e incit a David a hacer el censo del pueblo. Dijo, pues, David a Joab y a los jefes del ejrcito: Id, contad los israelitas desde Berseba hasta Dan, y volved despus para que yo sepa su nmero. 1 Cron 21,1-2.
La actitud de las culturas antiguas frente a un hecho siniestro era siempre la misma: se busca una causa que lo explique. En tiempo de David hubo hambre por tres aos consecutivos. David consult a Yahv, que respondi as: Hay sangre sobre Sal y sobre su casa, porque mat a los gabaonitas 2 Sam 21,1. El procedimiento es claro: (a) hay un mal, (b) se consulta - 98 -
a Yahv la razn del mismo, (c) se determina la causa; en nuestro ejemplo, la accin previa de Sal (asesinato de los Gabaonitas). Siempre hay una accin previa de la cual el mal es el resultado, la accin puede haber sido desencadenada por un ser humano o por Dios mismo. En 2 Sam 24,1 el mal es un censo incitado por Yahv; en 1 Cron 21,1 el mismo censo es incitado por Satn (!). En 2 Sam la ira de Yahv es responsable del hecho. En un momento posterior, la responsabilidad de causar el mal es considerada impropia de Yahv, an cuando esto haya sido ejecutado por mediacin de su ira. Surge as una entidad distinta de Dios a quien se responsabiliza de la accin, en este caso: Satn. Este no es an, el enemigo de Dios que encontraremos ms tarde en la literatura apocalptica sino, simplemente, un intermediario a quien se traslada la responsabilidad de lo sucedido. Yahv queda as libre de toda responsabilidad o culpa. El Cronista se resiste a atribuir a Dios al mismo tiempo, la incitacin al mal y el castigo que le sigue. No debe olvidarse que en el judasmo postexlico, el nombre mismo de Yahv (hwhy), va retrocediendo cada vez ms hasta llegar a desaparecer del todo en el judasmo tardo, cuando es sustituido por expresiones como el nombre, la gloria, la sabidura, o bien por expresiones sustitutas como Adonai (ynda).
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l antiguo Israel representaba a Yahv ingenuamente, interviniendo en los asuntos del mundo a la manera de un ser humano, descendiendo a la Tierra, comiendo con Abraham. A partir de la poca del exilio, estas viejas concepciones empiezan a parecer chocantes e irrespetuosas. Ezequiel, al referirse a su visin inaugural dice haber visto sobre un trono, solamente algo como una figura de hombre puesta encima (Ez 1,26). El autor de la historia sacerdotal no describe jams el modo de las apariciones divinas. En esta poca no se pensaba de ningn modo que Dios, siendo espritu, pudiese tener ninguna relacin con el mundo de la materia o con el universo visible. Yahv es mirado entonces como dotado de un poder, de una sabidura y de una santidad infinita, aplastante, sin proporcin alguna con las del ser humano. El relato sacerdotal de la creacin expresa, en trminos convertidos justamente en clsicos, la idea de la soberana de Dios sobre el universo: Dios dijo: Hgase la luz y la luz fue hecha.
En esta pintura del siglo XVI, Giorgione representa tres momentos en la vida de la misma persona. Tres expresiones externas de una misma realidad personal, subyacente a lo largo del tiempo. De igual modo en el A.T., una misma idea religiosa puede adquirir diversas expresiones a travs del tiempo.
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La nocin de Dios adquiere as en la conciencia juda, una dimensin de majestad. Yahv aparece desde este momento mucho ms lejos del fiel: Dios est en el cielo y t ests en la Tierra. (Qoh 5,1). La ley y el culto, tal como se les comprenda entonces, recordaban incesantemente al judo la distancia que lo separaba de su Dios. En el antiguo Israel, para conocer la voluntad de Yahv, se le consultaba a l mismo; pero ahora, segn la concepcin juda, la voluntad de Yahv se haca representar por un libro, la Ley. El culto, que tiende a preservar al santuario de las profanaciones que lo amenazan sin cesar, es ahora de una santidad temible, inabordable. De aqu los escrpulos crecientes que se experimentan para designar a Yahv con su propio nombre, costumbre que pareca suponer una familiaridad, juzgada ahora excesiva, del ser humano con Dios. En su lugar se empleaban con preferencia trminos como elohim, el Dios del cielo, el Dios Altsimo (!wyl[ la), el Seor, el Cielo, el Nombre. Los judos llegaron a prohibir hasta la enunciacin del nombre de Yahv, prohibicin que fue introducida en el mismo texto de la Ley. Un pasaje del Levtico prohiba bajo pena de muerte maldecir el nombre (Lev 24,11). No solamente los masoretas sino tambin los traductores griegos, han interpretado o corregido las formas del verbo bbq maldecir, transformndolas en derivados de la raz bqn pronunciar distintamente (Lods, Profetas 273ss).
Como sucede corrientemente cuando Dios parece lejano, el sentimiento religioso intenta compensar esta lejana recurriendo a seres intermediarios que sean ms accesibles al ser humano. Esto explica el puesto creciente que se concedi en esta poca y ms an en los perodos siguientes, a los ngeles y a otras personificaciones de atributos divinos (hipstasis) tales como la Sabidura, el Espritu o la Palabra de Dios.
(Lods, Profetas 275ss).
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11. Extranjeros en el AT
La idea del extranjero en el antiguo testamento es polmica, ya que presupone una diferenciacin clara entre Israel y los otros. Las reconstrucciones histricas hechas hoy da sobre los orgenes de Israel sugieren, sin embargo, que en un principio no haba una distincin clara entre los israelitas y sus vecinos en trminos de tecnologa, cultura y religin, cf. pgs. 17-20. La idea de una cultura o historia "israelita", separada y distinta de la de sus vecinos es ms bien una idea artificial y tarda. Algo que surgi a raz del exilio babilnico, como una necesidad de afirmacin cultural por oposicin frente a un entorno percibido como amenazante. Dado que los textos del AT fueron editados precisamente durante esta poca, la idea de separacin que vemos en los libros de Esdras y Nehemas, se proyect hacia el pasado, y se incluy en textos antiguos como si esa distincin hubiese estado presente desde un inicio.
As dice el Seor Yahv a la tierra de Israel: Llega el fin sobre los cuatro extremos de esta tierra .. Lo entregar como botn a los extranjeros (~yrz), como presa a los malvados de la tierra, para que lo profanen .. los invasores penetrarn en l y lo profanarn Ez 7,1.21-22.
El trmino zar/rz (extrao, extranjero), es usado en el AT para designar una persona de otra nacin distinta a Israel. En los profetas, designa a los pueblos extranjeros con los que Israel est relacionado, especialmente a sus enemigos polticos: los asirios o - 102 -
egipcios (Os 7,9; 8,7; Is 1,7). El trmino se usa en amenazas profticas, (Ez 11,9), o en descripciones de sufrimientos relacionados con situaciones de guerra (Lam 5,2; Jer 51,51). Ntese el uso paralelo de los trminos extranjero / malvado en Ez 7,21. La forma femenina de este sustantivo es zara/hrz.
No comeris ninguna bestia muerta. Se la dars al forastero (rg) que vive en tus ciudades para que l la coma, o bien vndesela a un extranjero (yrkn) Deut 14,21.
El trmino nokri /yrkn designa a una persona no israelita, un extranjero de paso a quien se vea con cierta reserva. Diversos textos lo describen como viniendo de un pas lejano: Deut 29,21; 1 Re 8,41. Sus actividades en Israel son fundamentalmente de tipo econmico. Es un comerciante e intermediario de productos entre Palestina y los pases vecinos (algo similar al caso descrito en Gn 37,25-28). No se trata entonces del pobre indefenso en busca de ayuda, sino ms bien de alguien capaz de emprender actividades econmicas, por ello al hermano israelita se le perdonan las deudas en el ao sabtico, al extranjero/yrkn no; al hermano se le presta sin inters, al extranjero/yrkn slo con inters, cf. Deut 14,21; 15,3. En la oracin puesta en labios de Salomn que encontramos en 1 Re 8, 41-43, el rey pide como deseo que Yahv escuche tambin la oracin del extranjero que no es de tu pueblo Israel.
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Amaris al forastero (rg), porque forasteros fuisteis vosotros en el pas de Egipto Deut 10,19.
El trmino ger/rg (inmigrante, forastero, extranjero) designa el status legal concedido a aquellas personas forneas que viviendo dentro de una comunidad israelita, eran regidos por las reglas de dicha comunidad. El rg era entonces, el forastero inmigrante o refugiado, fuera ste un Israelita de un pueblo ajeno o un extranjero. En beneficio de l, los diferentes cdigos legislativos de Israel haban previsto: (1) leyes que lo protegan de diversas formas de abuso legal (Ex 22,20), o de explotacin econmica de patrones inescrupulosos (Deut 24,14,17). (2) leyes que provean para ellos ayuda material, ya fuera el dinero correspondiente de ciertos diezmos (Deut 14,28-29), o bien ayuda en especie: las uvas, los olivos y las espigas que quedaban en los rboles y sobre el suelo despus de la cosecha (Lev 19,10). (3) leyes que lo integraban en la comunidad (Lev 19,33-34; Deut 10,19). El sustantivo rg es entonces un trmino que designa el status de un varn inmigrante. Es interesante notar que no existe forma femenina de este trmino tcnico del derecho israelita como s existe de los sustantivos anteriores. Es decir: al hablar de normas que dan estatus jurdico de igualdad y que giran sobre el tema de la integracin social, la mujer no es tomada en cuenta. Ruth, por ejemplo, es designada como 'extranjera' (hyrkn) 2,10. El trmino tcnico inmigrante (rg), no aparece en el libro de Ruth.
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La progresiva teologizacin del trmino extranjero En la antigedad el extranjero era a menudo un forajido a quien se exterminaba o se neutralizaba con prcticas mgicas. En Israel, curiosamente, el extranjero no fue visto siempre con hostilidad. El inmigrante/rg, por ejemplo, no era considerado un enemigo sino que se instaba a amarlo (Deut 10,19). La razn de esta apertura se encuentra en su propia historia: antes del exilio babilnico existan en Israel textos a favor de las viudas y los hurfanos (Is 1,17.23; Sal 68,5-7), pero stos no incluan al inmigrante. La mayor parte de las leyes que incluyen al inmigrante fueron escritas o editadas a partir del exilio en Babilonia, momento en que Israel tom consciencia propia de lo que significaba vivir como inmigrante; el Sal 137 es un buen ejemplo de ello. La experiencia en Babilonia es vivida como una nueva versin de la esclavitud en Egipto: No oprimis al forastero, sabis lo que es Inscripcin del templo de Herodes, siglo I a.C. ser forastero, porque forasteros fuisteis en la tierra de Egipto (Ex 23,9). Esta conciencia hizo posible una nueva "Ningn extranjero penetre sensibilidad hacia 'el otro', hacia el en el interior de las columnas inmigrante que viva en medio de ni del recinto que rodean el santuario. ellos. Esto explica por qu las leyes El que sea sorprendido, a nadie en favor de los inmigrantes se deber acusar ms que a s mismo fundamentan en la historia misma de la muerte que ser su castigo". de Israel. Ya no se trata solamente de 'el extranjero en Israel' sino de 'Israel mismo como extranjero'.
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Se va produciendo as una progresiva teologizacin del trmino: inicialmente es empleado con un sentido sociolgico para referirse a otras personas como los inmigrantes que vivan en medio de ellos. posteriormente es empleado para referirse a s mismos: Israel como extranjero en medio de las naciones. se utiliza luego en frmulas litrgicas en las que el orante se confiesa extranjero frente a Yahv: "Porque forasteros y huspedes somos delante de ti (^ynpl), como todos nuestros padres 1 Cron 29,15. aparece tambin en lamentos individuales: "Escucha mi splica, Yahv, presta atencin a mis gritos, no te hagas sordo a mi llanto. Pues soy un forastero junto a ti (^m[), un husped como todos mis padres" Sal 39,13. finalmente el trmino adquiere en los Salmos un nuevo significado: el creyente como peregrino en el mundo: 'Soy un forastero en la tierra (#rab), no me ocultes tus mandamientos' Sal 119,19; cf. v 54. Se pasa as de un sentido sociolgico del trmino (el extranjero en la sociedad israelita), a un sentido teolgico del mismo (Israel en el mundo). La vida misma es entendida entonces como un peregrinaje. En 78 ocasiones la Septuaginta traduce el trmino hebreo rg por medio del sustantivo prosh, l utoj (proslito), que fue el sentido que el trmino adquiri en tiempos del NT.
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Lev 19 es un captulo central en el AT. La tradicin rabnica lo ha considerado un resumen de toda la Torah. En el *Midrash de Levtico (XXIV.5), Rabbi Hiyya afirma: Esta seccin fue pronunciada en presencia de toda la Asamblea porque ella contiene la mayora de todos los preceptos esenciales de la Torah. A continuacin, Rabbi Levi muestra como los diez mandamientos, por ejemplo, estn presentes en esta seccin de la Torah (llamada en hebreo Kedoshim y que incluye Lev 19-20):
(1) Yo, Yahv, vuestro Dios = v 3. (2) No os volvis hacia los dolos = v 4. (3) No profanaras el nombre de tu Dios = v 12. (4) Guardad mis sbados = v 3. (5) Respete cada uno a su madre y a su padre = v 3. (6) No demandes contra la vida de tu prjimo = v 16. (7) cf. Lev 20,10. (8) No hurtaris = v 11. (9) No andes difamando entre los tuyos = v 16. (10) Amars a tu prjimo como a ti mismo = v 18. (Israelstam, Midrash 307s).
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En esta seccin pondremos en relacin Lev 19,33-34 con otros dos textos legislativos de la Torah: Ex 22,20 y Deut 10,19. Analizaremos as, ejemplos de los principales cdigos legislativos del AT. (a) Ex 22,20 pertenece al *cdigo de la alianza; (b) Deut 10,19 proviene de la tradicin deuteronmica y (c) Lev 19,33-34 pertenece al *cdigo de Santidad. Es necesario decir que la historia de la composicin de estos textos sigue, cronolgicamente, este mismo orden: Ex 22,20 Deut 10,19 Lev 19,33. Los versos 33-34 son un apndice aadido tardamente a Lev 19 y tienen la finalidad de ampliar el mandato de amor al prjimo (Amars a tu prjimo como a ti mismo v 18, en donde se asume que el prjimo/[r no es ms que otro compatriota judo igual que l), para incluir al inmigrante viviendo en su medio. Aunque algunos autores/as modernos tienden a ver *estructuras concntricas en muchos textos, stas son ms bien algo ocasional. Lev 19,33-34 es un ejemplo real de ellas:
A - Cuando un extranjero resida junto a ti en la tierra, B - no lo molestis C - el ser para vosotros como uno mas de vuestro pueblo B - lo amars como a ti mismo, A - pues extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
Analizando este texto podemos ver que: La frase A, al inicio del versculo, nos habla de un extranjero en Israel, tal como lo encontramos en Deut 24, 19-22, una ley anterior a sta de Lev 19. - 108 -
La frase A, al final del versculo, nos habla de Israel como extranjero. Aqu la situacin se ha invertido totalmente. Israel no aparece ya como el hospedador (es decir quien acoge a un extranjero), sino como quien es acogido. Ahora es Israel como nacin, quien se ha convertido en extranjero en medio de otros pueblos. Esta es la situacin que encontramos en un texto como el Salmo 137. Note como las frases A y A se corresponden mutuamente: A: cuando un extranjero viva junto a ti en la tierra A: cuando vosotros vivisteis como extranjeros en tierra de otros . La frase B nos remonta a otra ley anterior dada con el fin de proteger a los extranjeros. No se trata de un mandato sino de una prohibicin: no explotars ni maltratars al extranjero (Ex 22,20). La frase B nos remite a una ley distinta a la anterior, an cuando ambas tienen que ver con extranjeros. La ley dada aqu no es una prohibicin (es decir, una orden negativa no hars ..), sino un mandato (hars ..), con el fin de integrar a los extranjeros: Amad al extranjero Deut 10,19. Resumiendo: las afirmaciones B y B incluyen leyes que ya existan en Israel en favor de los extranjeros. Entre estas dos leyes se nota una
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interesante progresin : la primera ley es, simplemente, una prohibicin (no explotars ni maltratars al extranjero). Lo que pretende es evitar un abuso. La segunda ley hace avanzar los derechos del extranjero un paso ms y plantea un mandato positivo: amarlo, es decir, integrarlo. La estructura de v 33-34 muestra un desarrollo histrico de las leyes en favor del extranjero. La ley ms reciente, la ms avanzada desde el punto de vista social, ser la que ocupa la parte central, es decir, el punto C. La frase C es la afirmacin central de esta ley, a saber: dar un trato igualitario para el extranjero. Esta ley representa el punto culminante de la tica del AT respecto al extranjero: se lo debe tratar como si no fuese extranjero. Se lo debe ver como alguien del mismo pueblo. Aqu se diluye la categora de extranjero. Lev 19,33-34 combina legislacin anterior (Ex 22,20 y Deut 10,19), y le aade un elemento nuevo. Con el fin de destacar esta novedad, su autor la coloca en el centro de la estructura: l ser para vosotros como uno ms de vuestro pueblo. Esta posicin destaca tambin su importancia. La frase constituye el elemento novedoso y central: ver al extranjero como a un semejante, con los mismos ojos que esperaramos que nos vieran a nosotros si estuviramos en esa situacin (Ramrez, Extranjero 44-52).
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La alusin literaria en el AT
a alusin es una semejanza entre dos textos en donde uno de ellos evoca conscientemente su modelo, por medio de la similitud ms o menos explcita en el vocabulario, las frases o las imgenes empleadas. Un ejemplo de ello lo tenemos en Jos 2. Cuando los israelitas llegan a Jeric, Rahab los deja entrar a su casa y explica la razn de su accin:
Rahab les dijo: Ya s que Yahv os ha dado esta tierra, que nos habis aterrorizado y que todos los habitantes de esta regin han temblado ante vosotros .. Jos 2,9. Estos mismos elementos (1) terror infundido a (2) las gentes (3) que temblaron frente a ellos, los encontramos presentes en una frase del cntico de victoria de Ex 15, que celebra el cruce del mar Rojo en su huda de Egipto: Los prncipes de Edom se estremecieron, se angustiaron los jefes de Moab y todas las gentes de Canan temblaron. Pavor y espanto cayeron sobre ellos .. Ex 15,15s. El texto de Josu fue redactado despus del texto de xodo y funciona a varios niveles:
(1) establece una conexin entre los primeros captulos de Josu y la experiencia del xodo de Egipto; vnculo fortalecido por otras similitudes como el paso del ro Jordn con Josu (Jos 3-4) y el paso del mar Rojo con Moiss (Ex 14-15). (2) Esta alusin le permite al autor destacar un punto central: el acto de salvacin que Dios realiz para los esclavos israelitas en el pasado no fue el ltimo. En cada generacin los israelitas deben verse a s mismos como participando del mismo milagro. (3) Al repetir el vocabulario de Ex 15, el autor de Josu establece un paralelo entre dos momentos en el tiempo: la historia se repite. Las experiencias de generaciones anteriores son un signo de lo que suceder con sus descendientes. (Sommer, Interpretation 1834). Cf. pg. 67.
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11. Cuando entr en Babilonia como amigo [] en medio de jbilo y regocijo, Marduk, el gran seor, [indujo] a los magnnimos habitantes de Babilonia [a amarme], y procur a diario reverenciarle. 12. Mis numerosas tropas anduvieron por Babilonia en paz. No permit que nadie aterrorizara (lugar alguno) del [pas de Sumer] y Akkad. Me esforc por lograr la paz en Babilonia y en todas sus ciudades sagradas. 13. A los habitantes de Babilonia [ ... ] que contra la voluntad de los dioses haban arrastrado una cuerda que no les corresponda, (les) procur alivio a su cansancio, afloj sus ataduras y les ayud a reconstruir sus casas que estaban arruinadas. 14. Marduk, el gran seor, se alegr por mis [buenas] acciones y a m, Ciro, rey que le venera y a Cambises, mi propio hijo, y al conjunto de mis tropas bendijo con benevolencia, y caminamos venturosamente ante l en bienestar. 15. Todos los reyes desde el mar superior hasta el inferior, los reyes que habitan en palacios a oriente y los reyes que viven en tiendas a occidente, acudieron a Babilonia para entregarme el tributo y besar mis pies. 16. Devolv las estatuas de los dioses de todos los pases [] a sus santuarios. Cuando encontraba sus santuarios en ruinas, los reconstrua. Tambin repatri a los habitantes de esos pases y reconstru sus casas. 17. Por ltimo, con el permiso de Marduk, permit que las estatuas de los dioses de Sumer y Acad, que Nabonido haba trasladado a Babilonia, fueran devueltas a sus santuarios [] que yo reconstru. (Pritchard, Sabidura 243ss).
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Las semejanzas entre el dios nacional Marduk y su rey escogido, y el dios nacional Yahv y su rey escogido son varias: oye los lamentos de su pueblo. su enojo inicial se convierte en misericordia al ver los sufrimientos de los suyos. busca entre todos los pueblos un rey justo. cuando lo ha encontrado, lo llama, lo comisiona, lo enva. marcha lado a lado junto al rey escogido en el campo de batalla, dndole la victoria. le permite vencer a sus enemigos, que son los enemigos de Marduk y del rey al mismo tiempo, cf. Ex 23,22b: tus enemigos sern mis enemigos, tus adversarios mis adversarios. se complace en las obras de justicia del rey y en su fidelidad y devocin. su ungido trae la paz y el bienestar a los pueblos y libera a los cautivos. hace que las naciones y los reyes le respeten y le traigan tributos desde lejos. Comentario 1-2: El dios nacional Marduk toma medidas contra la figura responsable del rey Nabonido, que es su representante. Los cargos son de tipo religioso, especficamente haber introducido cambios en el culto. Esta idea corresponde a la *frmula empleada por la literatura deuteronomista del AT para censurar a los reyes de Israel: Hizo lo malo a los ojos de Yahv;
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1 Re 16,26, no hizo lo que agradaba a Yahv 2 Re 16,2. sta es igualmente la crtica hecha a Salomn: Yahv se enoj contra Salomn por haber desviado su corazn de Yahv, Dios de Israel y le haba dado instrucciones sobre esta cuestin: que no marchara en pos de otros dioses 1 Re 11,9s. La crtica al rey por razones sociales es comn en el AT: 1 Sam 8 es un buen ejemplo de ello. 1 Re 12,4 recuerda incluso el lenguaje del cilindro de Ciro Tu padre hizo pesado nuestro yugo; aligera t ahora la dura servidumbre de tu padre y el pesado yugo que carg sobre nosotros, y te serviremos. 3: La idea de que el dios nacional preside una asamblea de dioses est presente en el libro de Salmos: Dios se alza en la asamblea divina, para juzgar en medio de los dioses (..) Sal 82,1. (1) Ex 3,7 dice: Yahv le dijo (a Moiss): He visto la afliccin de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. (2) Marduk, al igual que Yahv, escucha el clamor de su pueblo oprimido. (3) El cilindro afirma que Marduk: escuch los gritos de los habitantes de Babilonia y se enfureci. Una antigua oracin babilonia al dios Marduk emplea expresiones similares a las que utiliza el AT para hablar de Yahv: Marduk, el gran Seor, dios misericordioso, que tomas de la mano al cado, que desatas al que est atado, que haces revivir al muerto (..) que tu atencin afectuosa, tu gran perdn, tu indulgencia ponderada sean posesin ma (..) (Cahiers, Oraciones 27. 22).
La asamblea divina.
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4: La idea de que el dios nacional abandona su santuario tambin est presente en el AT. Es conocida la descripcin que hace Ezequiel del momento en el que la gloria de Yahv abandona el Templo de Jerusaln: La gloria del Seor sali levantndose del umbral del templo (..) los querubines levantaron sus alas y las ruedas se pusieron en movimiento con ellos (..) La gloria del Seor se elev en medio de la ciudad (..) cf. Ez 10,18-22; 11,22-25. Al igual que en el caso de Marduk, son las faltas cometidas contra la gloria del dios nacional lo que lo obligan a dejar su santuario. En Ez 8 se describen en detalle estas faltas. Yahv dice al profeta: Me dijo: Hijo de hombre, ves lo que hacen stos? La casa de Israel comete aqu grandes abominaciones para alejarme de mi santuario 8,6. 5: La bsqueda de un rey justo, conforme al corazn del dios es un tema conocido en el AT: es por ejemplo el caso de Sal (1 Sam 9,14-26a) y de David (1 Sam 16,1-13). Marduk, el dios nacional de Babilonia, unge a un monarca extranjero (Ciro de Persia), como soberano de toda la tierra. Este hecho, que desde el punto de vista religioso es una paradoja, lo encontramos igualmente en Israel. Yahv, dios de Israel, elige a Nabucodonosor rey de Babilonia: As dice Yahv Sebaot, el Dios de Israel: Yo he puesto todos estos pases en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y tambin los animales del campo le he dado para servirle (..) As que las naciones y reinos que no sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia los visitar hasta acabar con ellos por medio de l Jer 25,4-8.
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La procesin de la que habla la lnea 5 recuerda la liturgia de entrada al templo que encontramos en algunos salmos reales, donde se presenta el regreso de Yahv como rey victorioso a su morada: Puertas, alzad los dinteles, levantaos, antiguos portones, y que entre el rey de la gloria! Quin es el rey de la gloria? Yahv, el fuerte, el valiente, Yahv, valiente en la lucha. El es el rey de la gloria!" Sal 24,7-8. 6: Marduk escoge al rey Ciro de Persia para llevar adelante sus propsitos, exactamente lo que encontramos en el AT: As dice Yahv a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante l a las naciones (..) Escchame, Jacob, Israel, a quien llam (..) Mi amigo (Ciro) cumplir mi deseo contra Babilonia (..) Yo mismo le he hablado, le he llamado, le he hecho que venga y triunfe en sus empresa Is 45,1; 48,12-15. 7-9: La relacin del dios Marduk con el rey Ciro es muy similar a la de Yahv con el rey David: Dios lo elige, es un hombre de recto corazn, lo gua en sus campaas, le da la victoria, camina junto a l: Yahv te ha dicho: T apacentars a mi pueblo Israel, t sers el caudillo de Israel (2 Sam 5,2), Yahv hizo triunfar a David dondequiera que iba (2 Sam 8,14), Tom la palabra uno de los servidores (de Sal) y dijo: He visto a un hijo de Jes el belenita que sabe tocar; es valeroso, buen guerrero, de palabra amena, de agradable presencia y Yahv est con l 1 Sam 16,18. 10: La desaprobacin del dios Marduk pone fin al reinado del rey Nabonido a quien Marduk pone en manos de Ciro. Es la misma medida tomada por Yahv respecto a Salomn Yahv dijo a Salomn:
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"Por haber actuado as y no haber guardado mi alianza y las leyes que te orden, voy a arrancar el reino de tus manos y lo dar a un siervo tuyo. Pero no lo har en vida tuya, en atencin a David tu padre. Lo arrancar de mano de tu hijo" 2 Re 11,11s, cf. 2 Re 13,3. 11-14: El rey Ciro se esfuerza por lograr la paz y librar a sus sbditos de la esclavitud, acciones que son bien vistas por el dios Marduk. Estas palabras recuerdan las medidas benefactoras tomadas por Ciro a favor de los judos (reconstruccin del templo, repatriacin de los cautivos, retorno de propiedades, Esd 1). Recuerdan tambin el entusiasmo con el que el *segundo Isaas hablaba tambin de Ciro: As dice Yahv a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante l a las naciones y desceir las cinturas de los reyes, para abrir ante l los batientes de modo que no queden cerradas las puertas. Yo marchar delante de ti y allanar las pendientes. Quebrar los batientes de bronce y romper los cerrojos de hierro. Te dar los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy Yahv, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre. Is 45,1-3. 15: La imagen de reyes lejanos que vienen a pagar tributo al rey escogido del dios nacional es un motivo comn en todo el antiguo Oriente: Abiertas estarn tus puertas de continuo; ni de da ni de noche se cerrarn, para dejar entrar a ti las riquezas de las naciones, tradas por sus reyes .. Acudirn a ti encorvados los hijos de los que te humillaban .. Te nutrirs con la leche de las naciones, con las riquezas de los reyes sers amamantada, y sabrs que yo soy Yahv tu Salvador, y el que rescata, el Fuerte de Jacob Is 60,11. 16.
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Repatriacin y reconstruccin.
16-18: Estas acciones de Ciro (repatriacin de los exilados, retorno de los objetos religiosos y reconstruccin de los templos), estn atestiguadas igualmente en el libro de Esdras: As habla Ciro, rey de Persia: Yahv, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. l me ha encargado que le edifique un templo en Jerusaln, en Jud. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Dios con l. Suba a Jerusaln, en Jud, a edificar el templo de Yahv, Dios de Israel, el Dios que est en Jerusaln. El rey Ciro mand sacar los utensilios del templo de Yahv, que Nabucodonosor se haba llevado de Jerusaln y haba depositado en el templo de su dios. Todo esto se lo llev Sesbasar, cuando los deportados subieron con l, de Babilonia a Jerusaln Esd 1,23.7.11b. Marduk, el dios nacional, era el mayor de los dioses pero no el nico, algo similar a la concepcin que prevaleci en la mayor parte del AT en relacin con Yahv, quien es el ms grande de los dioses pero no el nico: Porque Yahv es un Dios grande, rey poderoso ms que los otros dioses Sal 95,3; ms temible que todos los dioses Sal 96,4); Qu dios hay tan grande como nuestro Dios Sal 77,13. La imagen que se desprende del cilindro de Ciro, as como de las oraciones babilonias a Marduk, muestran a un dios que, como Yahv, se relaciona con nociones abstractas como la de soberana, omnipotencia, realeza, compasin, justicia y atencin cuidadosa (Cf. Cahiers, Oraciones 16). En resumen: al igual que Yahv, Marduk cuida de los suyos, libera los oprimidos, elige a un rey justo, lo unge, le da la victoria y lo hace instrumento de paz.
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Poltica y religin
No debemos olvidar sin embargo, que el Cilindro de Ciro es una inscripcin real y por lo tanto, un documento de propaganda oficial con una clara finalidad poltica: legitimar a un rey persa como monarca de Babilonia. El rey extranjero es saludado, en un documento ordenado por l mismo, como liberador y benefactor. Se busca suavizar la imagen negativa de esta empresa de conquista poltica y militar, indicando que la iniciativa de la misma no proviene del rey Ciro, sino que ste ha actuado en obediencia a una palabra dada a l por el mismo dios babilonio. Es Marduk quien lo llama y le asigna esta tarea. La religin cumple aqu una funcin legitimadora de una empresa poltica. Algo semejante encontramos en el AT en relacin con la conquista de Canan: Yahv llama a Josu, le asigna la tarea de la conquista, que se justifica dada la maldad de los habitantes originales, cuyo pecado ha provocado su expulsin, cf. Lev 18,26-30. La frase de Yahv a Josu Les doy todos los lugares que pisen sus pies (Jos 1,3), recuerda la frase dicha por el dios moabita Kemosh al rey Mesha: V y toma Nebo (de las manos) de Israel .. Baja y combate contra Hawronen (Estela de Mesha lnea 14 y 32; cf. p. 148ss.). Estas ideas forman parte de la ideologa de guerra santa, comn en todo el antiguo Oriente. Una ideologa que forma parte vital de toda empresa de conquista y colonizacin, en el pasado y en el presente, y que asigna a Dios la responsabilidad e iniciativa del
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dominio poltico sobre otros. El estereotipo de la maldad de los pueblos vecinos, funciona como una armadura que asla de un entorno percibido como amenazante y peligroso. Es la separacin simblica entre lo propio y lo ajeno. Un texto sapiensal egipcio dice de los beduinos que llegan a sus fronteras: No viven en un lugar fijo sino que sus piernas estn hechas para deambular. Son gentes que han estado peleando desde los tiempos de Horus. No conquistan pero tampoco pueden ser conquistados. No anuncian el da de la batalla sino que son como ladrones. Pueden despojar a una persona aislada, pero no atacan a una ciudad bien poblada Instruccin de Merikare 93-98 (Pritchard, ANET 416).. El beduino es pues, esa figura indescifrable que simboliza lo ajeno, lo hostil. Es el otro en quien se encarna todo aquello que es contrario a lo propio, a lo seguro, a lo familiar.
Cilindro de Ciro
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J.E. Ramrez Kidd / Para comprender el A.T. Dossier 2: David, el pster y la historia
Un comentario reciente a 1-2 Samuel incluye un recuadro titulado David: historia personal, en el que se lo presenta en los siguientes trminos: David no slo era inteligente y hbil sino tambin bello, sano y descrito como una persona de buena presencia. La palabra presencia significa literalmente forma o contorno. David era fsicamente capaz y atractivo. El atributo final de David, era el mejor: Yahv estaba con l. Lo que Sal no logr comprender es que era el espritu de Yahv que estaba en David era lo que lo confortaba, y no simplemente la msica (Cartledge, Samuel: 270). Esta valoracin de David, en una prestigiosa obra acadmica publicada en 2001, muestra hasta qu punto la idealizacin de este personaje ha calado, tanto en la cultura popular, como incluso en los crculos acadmicos. Con un acercamiento distinto, encontramos en la Biblia Latinoamericana una nota a 1 Samuel 29 titulada David, el pster y la historia, en la que se incluye lo siguiente: .. las pginas que se acaban de leer son objetivas cuando lo presentan como la esperanza de los israelitas y
como la noble vctima de un Sal envidioso y manaco? Se podra dar a toda esa historia una interpretacin muy diferente: frente a Sal que, torpemente tal vez, trata de realizar la unidad de las tribus, David juega su propia carta como campen de la gente del Sur. Con sus guerrillas realiza la unidad de la tribu de Jud, al mismo tiempo que paraliza los esfuerzos de Sal para unificar a Israel. Quien tendr xito en la tarea ser David, y Jud, el nuevo advenedizo, desplazar a los que hasta entonces preservaban el ideal de Israel en gestacin. David recibir para su dinasta las promesas de Dios, pero habr contribuido a arraigar fuertemente los rencores mutuos del norte y del sur, preparando as el cisma, sesenta aos despus. Esto nos invita a reflexionar sobre la accin de Dios y la de los hombres en la historia del pueblo de Dios, y sobre la parte tambin que les toca a los escritores inspirados en la fabricacin de la historia santa (Hurault, Biblia 494). Ciertas obras recientes sobre David, han llamado la atencin sobre un hecho pasado por alto hasta ahora: el trillo de
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muerte que conduce al joven pastor desde sus inicios hasta su coronacin como rey de Israel. El estudio de esta dimensin de la carrera de David habra sido imposible en el pasado, an cuando los textos bblicos que daban testimonio de ello, estuvieron siempre all. El aura idlica que rodeaba su figura, impeda la distancia psicolgica necesaria para una empresa de este tipo. Esto ilustra hasta qu punto los estudios bblicos son hijos de su tiempo, y en que medida reflejan los valores propios de cada poca. En la actualidad, no se ve inapropiado mirar la trayectoria de David desde una perspectiva poltica; por el contrario, se considera algo necesario e imperativo. Pero al ver las cosas desde este punto de vista, emergen detalles sorprendentes que aunque siempre estuvieron all, el pudor haba impedido ver. Un libro que ilustra bien este nuevo espritu que impera en la investigacin bblica, es la obra de Baruch Halpern, del Departamento de Estudios Judaicos de la Universidad de Pennsilvania. La obra se publica en 2001 con el ttulo de Los demonios secretos de David y en su captulo 4, el libro penetra el velo textual de 2 Samuel, reconstruyendo algunos aspectos poco conocidos de la carrera del rey-salmista:
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J.E. Ramrez Kidd / Para comprender el A.T. Dossier 2: David, el pster y la historia
David, que haba entrado a la corte de Sal como msico, aparece luego como escudero, y termina acaparando las simpatas del pueblo, que deca: Sal mat a mil, David mat a diez mil 1 Sam 29,5. Este incidente produjo una ruptura entre ambos. En 1 Sam 24,7 David, teniendo la oportunidad de matar a Sal quien lo persigue, dice a su acompaante: Yahv me libre de hacer tal cosa a mi seor, al ungido de Yahv, y de alzar mi mano contra l, porque es el ungido de Yahv. Un poco ms adelante, David dice al mismo Sal: Acabas de ver que Yahv te ha puesto en mis manos en la cueva, y han hablado de matarte, pero te he perdonado, pues me he dicho: No alzar mi mano contra mi seor, porque es el ungido de Yahv 24,11. Estas dos afirmaciones a favor de la inocencia de David, se vuelven a repetir en 26,9-11 y 26,22-2. Esta insistencia del narrador en mostrar la inocencia de David, levanta sospechas. Poco despus, Sal muere a manos de los filisteos, aliados de David (1 Sam 31). De nuevo, se nos provee una informacin conveniente: el narrador deja en claro en el captulo anterior (1 Sam 30), que al momento de este hecho, David se encontraba
librando una campaa contra los amalecitas, lejos de donde se produjo esta muerte. Ms an, al saber que estaba con vida el nico hombre que saba lo que realmente haba sucedido, David, aparentemente indignado por el hecho, lo manda a matar, 2 Sam 1,13-16. Con esta persona mora tambin la posibilidad de cualquier incriminacin de David en dicha muerte. Haba muerto Sal, y tambin la nica persona capaz de levantar sospechas sobre la inocencia de David en este hecho. Con esto quedaba libre el camino para que David se convirtiera, finalmente, en rey de Jud. El camino estaba libre, o para decirlo ms correctamente, casi libre, ya que Sal haba dejado un heredero: Ishbaal. Pronto correra, l tambin, la suerte de su padre. Una noche, dos hombres entran a su habitacin, lo sorprenden dormido y le cortan la cabeza. Llevaron la cabeza de Ishbaal a David, en Hebrn, y dijeron al rey: Aqu tienes la cabeza de Ishbaal, hijo de Sal, tu enemigo, el que busc tu muerte. Hoy ha concedido Yahv a mi seor el rey venganza sobre Sal y sobre su descendencia 2 Sam 4,8. David, actuando de igual modo que lo haba
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hecho antes al enterarse de la muerte de Sal, responde aparentementeindignado: Al que me anunci que Sal haba muerto, creyendo que me daba buena noticia, lo agarr y orden matarlo en Sicelag, dndole este pago por su buena noticia, cunto ms ahora que hombres malvados han dado muerte a un hombre justo en su casa y en su lecho, no os voy a pedir cuenta de su sangre, exterminndoos de la tierra? Y David dio una orden a sus muchachos y los mataron 2 Sam 4,10-12. En el camino de David hacia el trono quedaba an alguien ms, Abner. La historia de este militar encargado del ejrcito de Sal, y figura de poder detrs del trono durante el corto reinado de Ishbaal, termina como las anteriores: con un asesinato y con noticias que con un estilo sobrecargado, se esfuerzan por demostrar nuevamente la inocencia de David en el hecho. Tras una ruptura con Ishbaal, Abner hace un pacto con David prometindole el apoyo de las tribus de Israel. El relato termina con la frase: Despidi David a Abner que se fue en paz 2 Sam 3,21b. Al enterarse de esto Joab, jefe militar de David: lo tom aparte en la misma puerta, como para hablarle en
secreto; y le hiri en el vientre all mismo y lo mat .. Lo supo David inmediatamente y dijo: "Limpio estoy yo, y mi reino, ante Yahv para siempre de la sangre de Abner .. El rey alz su voz y llor junto al sepulcro de Abner" 2 Sam 3,27-28.32. El asesinato de Uras no fue diferente. Un militar de elite, miembro del selecto grupo de los treinta hroes de David. Su nombre cierra, precisamente, esta lista de hombres leales a David a costa de todo, 2 Sam 23,39. Es a l, a quien manda a matar David para encubrir la violacin de su esposa, que sucede cuando Uras andaba en una misin ordenada por el rey. Despus de una estratagema fallida en la que David lo hace venir a Jerusaln, lo enva de regreso al campo de batalla, hacindole llevar en su mano (sin que Uras mismo lo supiera!), la orden secreta que ordenaba su ejecucin: En la carta David- haba escrito: Poned a Uras en primera lnea, donde la lucha sea ms reida, y retiraos de detrs de l para que sea herido y muera 2 Sam 11,15. Al anunciarle Joab a David que Uras haba muerto, el rey responde a su general: No te inquietes por este asunto, porque la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros 2 Sam 11,25.
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J.E. Ramrez Kidd / Para comprender el A.T. Dossier 2: David, el pster y la historia