Guia para El Manejo de Vih Sida Basado en Evidencia
Guia para El Manejo de Vih Sida Basado en Evidencia
Guia para El Manejo de Vih Sida Basado en Evidencia
Presentacin
on el fin de enfrentar la problemtica del manejo de las patologas de alto costo, como el VIH/sida y la Enfermedad Renal Crnica (ERC), el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud (Cnsss) mediante el acuerdo 245 de 2003, determin la necesidad de desarrollar guas de atencin en salud, que aplicadas en el marco de un modelo de atencin, permitan alcanzar el mayor impacto positivo en la salud de los pacientes y lograr mayor eficiencia en el manejo de los recursos, al definir los contenidos ms costos efectivos para la atencin de dichas patologas. Todo lo anterior teniendo en cuenta las particularidades del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Sgsss) y de la poblacin colombiana. El Programa de Apoyo a la Reforma de Salud (Pars) en su lnea de proyectos: Ajuste a los planes de beneficios y la UPC entre sus objetivos tiene: Evaluar los contenidos actuales de los planes de beneficios bsicos en cuanto a pertinencia, perfil epidemiolgico, costo/efectividad y equidad y Disear procesos sistemticos de evaluacin y actualizacin peridica de los contenidos de los planes de beneficios. Para el cumplimiento de estos objetivos, el Pars consider prioritario el desarrollo de guas y modelos de atencin para VIH/sida y ERC teniendo en cuenta que son las dos patologas de alto costo ms importantes en el Sgsss, por generar un fuerte impacto econmico sobre las finanzas del Sgsss, y por causar un dramtico efecto sobre la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Los modelos de atencin en ERC y de gestin programtica en VIH/sida, son mapas de navegacin de las intervenciones en salud pblica, gestin y atencin clnica frente a problemas de salud relevantes para una poblacin, los cuales pretenden alcanzar el equilibrio
entre el costo de los procedimientos, la proteccin de los pacientes y la viabilidad financiera, jurdica y cultural. Los modelos de atencin determinan los esquemas de relacin entre las instituciones de salud, sus recursos humanos y los pacientes; permiten la adecuacin tecnolgica apropiada para el pas de las actividades de prevencin y la atencin de la enfermedad contenidas en las guas de prctica clnica y permiten la organizacin planificada del trnsito de las personas por los niveles de complejidad del sistema de salud. Las guas de prctica clnica son un conjunto de recomendaciones desarrolladas sistemticamente para asistir a los profesionales de la salud en la toma de decisiones apropiadas sobre el cuidado de la salud, en circunstancias clnicas especficas (Field M.J., Lohr K.N., Washington, 1990). Las guas se disean para ayudar a asimilar, evaluar y aplicar la mejor evidencia y opinin en la prctica, para la toma de decisiones no slo por parte del profesional sino por el paciente. Las guas tienen el potencial de mejorar la calidad de la atencin y la utilizacin racional de recursos en el cuidado clnico; contribuyen en la disminucin de la variabilidad de la prctica clnica, fomentan la toma de decisiones clnicas bien informadas con base en la evidencia cientfica y permiten mejorar los resultados en salud de los pacientes. Con las guas y los modelos de atencin es posible, adems, determinar una lnea de base para evaluacin de los planes de beneficios y su pertinencia; generar indicadores de desempeo; establecer necesidades de recursos (fsicos, humanos, monetarios, de tecnologa) y estandarizar y mejorar la gestin clnica permitiendo contencin de costos. Asimismo se espera que estas guas contribuyan al logro de los objetivos establecidos por el comit para el Seguimiento Administrativo y Tcnico del Programa de Apoyo a la Reforma del Ministerio, los cuales son: Evaluar los contenidos actuales de los planes de beneficios bsicos en cuanto a pertinencia, perfil epidemiolgico, costo/efectividad y equidad.
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Disear procesos sistemticos de evaluacin y actualizacin peridica de los contenidos de los planes de beneficios. Evaluar el costo de las intervenciones incluidas en los planes de beneficios. Disear una base de datos y una metodologa para la actualizacin de los costos de las intervenciones que pueda ser utilizada en forma permanente por el MPS. Determinar el equilibrio financiero en trminos de la disponibilidad y flujo de recursos del Sgsss. Estimar el valor de la UPC/UPC-S dados los patrones actuales de uso de servicios de la poblacin asegurada. Disear e implementar un proceso para la evaluacin y ajuste peridico de la UPC.
Introduccin
a infeccin por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Sndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida) han sido consideradas en el Sistema General de Seguridad Social en Salud como una patologa de alto costo, por generar un fuerte impacto econmico sobre las finanzas del Sistema General de Seguridad Social en Salud y por causar un dramtico efecto sobre la calidad de vida del paciente y su familia, incluidas las repercusiones laborales. Se estima que el manejo del VIH / sida ha comprometido en los ltimos aos el 0,5% del gasto en salud del pas y cerca del 1% del gasto en seguridad social en salud (Rossi, Senz y Vargas, 2002). Frente a esta situacin, y no slo sobre la base de las implicaciones econmicas, sino frente a la calidad de vida y de la atencin en los servicios de salud, en diferentes mbitos se ha venido planteando la necesidad de implementar programas de prevencin primaria y secundaria, fortalecer el diagnstico temprano, definir y aplicar protocolos de tratamiento, frenar la transicin del VIH al sida y disminuir los costos de hospitalizacin y complicaciones, la incapacidad y la mortalidad. Es muy importante resaltar que con un tratamiento adecuado, la gran mayora de los pacientes VIH positivos, diagnosticados oportunamente pueden desarrollar su vida sin limitaciones. Por ello, debe estandarizarse la prctica clnica bajo los parmetros ms estrictos de calidad en el manejo de los pacientes, mediante pautas validadas y considerando las recomendaciones basadas en la evidencia cientfica. Con base en lo anterior, se ha llevado a cabo el proceso para el desarrollo de las Guas de Prctica Clnica (GPC) cuyo objetivo
ltimo no es la elaboracin en s, sino lograr su aplicacin generalizada en el sistema. Por lo tanto, dentro del mismo proceso de elaboracin de la GPC se han previsto los mtodos de difusin que faciliten dicha aplicacin. Algunos estudios (The Appraisal of Guidelines, 2000), han mostrado cmo a pesar de que la mayora de profesionales consideran tiles las GPC, no siempre hacen uso de ellas. As lo sealan por ejemplo Garfield y otros (Garfield F.B. and Garfield J.M., 2000), o Larizgoitia y otros(Larizgoitia I., Rodrguez J.R., Granados A. y Comit Asesor Cientfico, 1998). En este sentido, es necesario considerar los siguientes aspectos, sealados por Grimshaw y otros (Grimshaw J., Freemantle N., Wallace S., Russell I., Hurwitz, Watt I., et al.,1.995): El hecho de que las GPC hayan sido elaboradas por los profesionales que las utilizarn favorece su aplicacin. Sin embargo, hay pocos estudios que lo apoyen. De hecho, parece que las GPC elaboradas por lderes de opinin son ms crebles. La difusin pasiva (revistas, distribuciones por correo) conlleva el conocimiento de las GPC, pero no su aplicacin. La difusin activa (las visitas personales o la formacin con participacin de los profesionales) es ms probable que facilite su aplicacin. Por esto, hoy se invita a todos los profesionales de la salud, las Instituciones Prestadoras de Servicios, los funcionarios de las entidades responsables del aseguramiento y de las entidades territoriales, as como a las universidades, asociaciones de pacientes y dems organizaciones relacionadas con la atencin del VIH/ sida a apoyar e incentiv a r l a a plic a cin d e e s t as Gu as d e Prctic a Clnic a que proporcionarn los beneficios esperados no slo a los pacientes, principales favorecidos, sino a todos y cada uno de los actores del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
dologa Sign (Scottish Intercollegiate Guidelines Network), (www.sign.ac.uk) concebida por expertos en elaboracin de guas de prctica clnica, metodologa ampliamente reconocida en el mbito internacional, que permiti una adecuada secuencia en el desarrollo y un proceso estandarizado apropiado a los objetivos del proyecto. Para la revisin de las recomendaciones, construidas de forma sistemtica para facilitar a los profesionales y a los pacientes la toma de decisiones informadas sobre la atencin sanitaria ms apropiada, por haber seleccionando las opciones diagnsticas y/o teraputicas ms adecuadas en el abordaje de un problema de salud o una condicin clnica especfica, se ha llevado a cabo el siguiente proceso de acuerdo con la propuesta presentada y aprobada por el Ministerio de la Proteccin Social:
1.
Inicialmente, se conformaron tres equipos para la revisin d e l as gu as corre s pon d iente s a c ada un a d e l as enferme dad e s objeto, integr ad o s por un experto clnico y un epi d emilogo/salubrista.
Posteriormente, y con base en la metodologa propuesta, se realiz la bsqueda y seleccin de Guas de Prctica Clnica considerando los siguientes criterios:
Criterios de inclusin
Guas con enfoque integral sobre la patologa, publicadas y difundidas a nivel nacional o internacional, con enfoque general para el manejo en las reas de prevencin, diagnstico y tratamiento Guas desarrolladas por grupos de profesionales, asociaciones de especialidades mdicas, sociedades cientficas, agencias gubernamentales a nivel nacional, instituciones que ofrezcan planes de atencin en salud u otras organizaciones de reconocida trayectoria internacional relacionadas con cada uno de los temas, que son consideradas como referencia a nivel mundial, y en las cuales se han basado especialistas de varios pases o regiones para adaptarlas a su entorno nacional o regional de conformidad con un rigor metodolgico.
Criterios de exclusin
Guas no integrales y cuya referencia sea nicamente a una particularidad en el manejo de la patologa Documentos referidos a modelos de atencin, aspectos teraputicos, de diagnstico o promocin que no han sido formulados como Guas de Prctica Clnica y, por ende, no cumplen con el rigor metodolgico para ser evaluadas con la metodologa de evaluacin propuesta. Adicionalmente, se tuvo en cuenta que las guas seleccionadas hubiesen sido desarrolladas o revisadas a partir del ao 2000, o cuenten con una versin actualizada despus de este ao. Se exceptan las guas nacionales del Proyecto ISS Ascofame, cuyo ao de publicacin corresponde a 1997.
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El desarrollo o publicacin dentro de los ltimos cinco aos fue un criterio tenido en cuenta para incluir las guas en la mayor parte de las bases de datos, como en el National Guidelines Clearinghouse (NGC) . Para la evaluacin de la calidad de las Guas d e Prctic a Clnic a , s e utiliz AGREE El desarrollo o publicacin dentro de los ltimos cinco (www.agreecollaboration.org) , un proyecto inaos fue un criterio tenido ternacional multicntrico financiado por la en cuenta para incluir las Unin Europea cuyo instrumento de evaluaguas en la mayor parte de cin contempla aspectos relacionados con el nilas bases de datos, como en vel de evidencia cientfica que fundamenta la el National Guidelines GPC, su validez, fiabilidad, reproductibilidad, Clearinghouse. aplicabilidad y flexibilidad clnica, claridad, multidisciplinariedad, planificacin de revisiones y documentacin; razn por la cual Fedesalud opt por utilizar este instrumento de evaluacin, considerando tambin que segn el Instituto de Medicina de Estados Unidos y diversos grupos de expertos de Europa, Agree es uno de los centros ms importantes que disponen de instrumentos para evaluar la calidad de las GPC. De toda la informacin recopilada utilizando diferentes fuentes de informacin, adicionales a las bases de datos mencionadas, se tuvieron en cuenta las guas referenciadas, parcialmente implementadas en el mbito nacional y en pases con sistemas similares al nuestro; que con mayor firmeza describen procedimientos aplicables al manejo del VIH/sida. Las guas finalmente seleccionadas para revisin fueron las siguientes: Guidelines for the use of antiretroviral agents in HIV-1 infected adults and adolescents convened by the Department of Health and Human Services (USA). Octubre de 2004 Treatment for adult HIV infection. 2004 recommendations of the International Aids Society - USA panel. JAMA 2004;292(2):251-265
Guas de atencin VIH sida. Clnica de Chile. Ministerio de Salud de Chile - Conasida. Octubre de 2001 Sida - Gua de prctica clnica basada en la evidencia - Proyecto ISS - Ascofame 1997 Gua de atencin del VIH/sida, Ministerio de Salud de Colombia, adoptada mediante Resolucin 412 de 2000 Guas clnicas en atencin primaria VIH sida. Luis Fransi Galiana. Espaa. (Propuesta desde la visin de la Atencin Primaria en Salud, en la base de datos Guas de Prctica Clnica en espaol a travs del buscador Fisterra.com) HIV prevention case management, U.S. Department of Health and Human Services CDC. National Center for HIV, STD and TB prevention. Atlanta, Georgia, Septiembre 1997 Gua sobre atencin integral de personas que viven con la coinfeccin de TBC-VIH en Amrica Latina y el Caribe OPS 2004. Finalizada la revisin de las guas existentes, se inici el proceso de participacin de expertos, pacientes y otros usuarios institucionales, con la reunin para formular las preguntas clave sobre diagnstico y tratamiento del VIH/sida que deberan ser tenidas en cuenta para la elaboracin de la nueva gua.
2.
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Primera reunin de consenso: Se llev a cabo la primera reunin de consenso para la formulacin de las preguntas clave (PCE) (Andrew D. Oxman, David L. Sackett, Gordon H. Guyatt,1.993), con base en el formato PICO (Barchini GE, Budn PD, Palliotto D. Universidad Nacional de Santiago del Estero) (paCabe mencionar que la ciente, intervencin, comparacin y reseleccin de preguntas sultado output), cuyo objetivo fue consider aquellas que Generar consenso en torno a los diestaban relacionadas con los versos aspectos crticos a considerar en temas objeto de la gua y se la Gua en el diagnstico y tratamiento separaron aquellas que del VIH/sida, a travs de las iniciativas hacan referencia a aspectos aportadas por todos y cada uno de los del modelo de atencin, que participantes. se trabaj en el mismo Como resultado de esta reunin y despus de llevar a cabo la consolidacin y consulta con todos los participantes, se seleccionaron 20 de 27 preguntas prioritarias, que sirvieron como base para la identificacin de las palabras clave que hicieron parte del protocolo de bsqueda bibliogrfica. Cabe mencionar que la seleccin de preguntas consider aquellas que estaban relacionadas con los temas objeto de la gua y se separaron aquellas que hacan referencia a aspectos del modelo de atencin, que se trabaj en el mismo proyecto.
3.
proyecto.
Con base en el mtodo de Medicina Basada en Evidencia (MBE) (Satya-Murti, 2000) y despus de elaborar el protocolo de bsqueda de evidencia a partir de la base de preguntas clnicas estructuradas (PCE), resultado de la formulacin durante la reunin de consenso, se llev a cabo sta para identificar artculos cientficos capaces de responder cada pregunta. Para esta bsqueda se utilizaron trminos mltiples que describen la condicin o tem de inters y se combinaron con el operador
booleano OR. Se identificaron los artculos indexados que incluyen por lo menos uno de los trminos utilizados. Algunos resultados fue necesario reducirlos utilizando posteriormente el operador booleano AND, para obtener artculos ms especficos. Se utilizaron los trminos en ingls por ser el idioma oficial de publicacin en la mayora de las bibliotecas. Paralelamente, se llev a cabo el diseo preliminar de la estructura / ndice de la gua, la cul fue sometida a consideracin y revisin para sugerencias y comentarios por parte de todos los participantes en la reunin de consenso para la formulacin de preguntas clave. Una vez consensuada y aprobada la estructura se inici la elaboracin de las recomendaciones para cada tem a partir de la evidencia recopilada y que fue clasificada de acuerdo con las siguientes tablas, derivadas de las tablas usadas por la Red Escocesa Intercolegiada de Guas Sign, la Asociacin Americana de Enfermedades Infecciosas y el Servicio de Salud Pblica de los Estados Unidos IDSA-USPHS, y la adaptacin espaola de Jovell.
Tabla No. 1 Clasificacin de la evidencia cientficaa
I. 1. 2. 3. II. 1. Evidencia obtenida a partir de al menos un ensayo aleatorizado y controlado diseado, de forma apropiada. Meta anlisis de alta calidad. Meta anlisis bien conducido (resultados de una coleccin de estudios con riesgo de sesgos). Evidencia obtenida a partir de estudios de cohorte o caso control bien diseados, realizados preferentemente en ms de un centro o por un grupo de investigacin Evidencia obtenida a partir de mltiples series comparadas en el tiempo con o sin intervencin.
2. III.
Opiniones basadas en experiencias clnicas, estudios descriptivos, poblacionales o informes de comits de expertos, incluidos los consultados en el proceso de desarrollo de esta gua. Series clnicas sin grupo control. Conferencias de consenso. Ancdotas o casos clnicos Opinin.
De mayor (I) a menor (III) calidad. Este tipo de evidencia tambin incluye resultados muy llamativos en experimentos sin grupo control.
IV.
a. b.
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Nivel de evidencia sobre la que se basa Existe evidencia satisfactoria, por lo general de nivel 1 (meta-anlisis o ensayos clnicos randomizados y controlados) que sustenta la recomendacin. Evidencias de nivel 2 (ensayos clnicos bien diseados y controlados aunque no randomizados).
Grado A
Grado B
Grado C
Existe pobre evidencia. Hallazgos in- Despus de analizar las evidencias consistentes. Deben ser sometidas a disponibles en relacin con posibles la aprobacin del grupo de consenso. sesgos, el grupo de consenso las admite y recomienda la intervencin. Existe muy pobre evidencia. Evidencia Los estudios disponibles no pueden ser utilizados como evidencia, emprica pobre o no sistemtica. pero el grupo de consenso considera por experiencia que la intervencin es favorable y la recomienda.
Grado D
Igualmente, se llev a cabo la discusin sobre los resultados de las evaluaciones de las guas existentes para seleccionar parmetros relevantes, que se tuvieron en cuenta en la elaboracin de la GPC. Se procedi a la redaccin de la versin preliminar de la GPC y, una vez revisada por expertos clnicos, miembros de la Asociacin Colombiana de Infectologa (ACIN), y presentada al Ministerio de la Proteccin Social, fue sometida a consideracin de los participantes convocados a la segunda reunin de consenso para validar la factibilidad de la GPC en un mbito de aplicacin concreto, estimando los posibles beneficios de su aplicacin y logrando la aprobacin definitiva de la GPC. Participantes panel de expertos. Asociacin Colombiana de Infectologa
Carlos Alquichire Ellen Mendivelson Jaime Saravia Ernesto Martnez Otto Sussmann Roberto Tmara Carlos Saavedra Henry Mendoza lvaro Villanueva Jorge Corts Carlos Prez
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b.
Alcance y objetivos
La gua se refiere especfica y nicamente al VIH/sida en el adulto, la gestante infectada y el recin nacido, sin profundizar en las patologas concomitantes. Su objetivo es proporcionar las recomendaciones pertinentes acerca del manejo eficaz, efectivo, eficiente del VIH/sida, abordado de una forma integral para su prevencin, diagnstico y tratamiento, que contempla la atencin por niveles de complejidad en el SGSSS. El desarrollo incluy el proceso de revisin y rediseo de las guas de atencin, basado en evidencia, para las fases de prevencin, diagnstico y tratamiento de la enfermedad, as como la propuesta de difusin, junto con la evaluacin de eficacia, efectividad, eficiencia, pertinencia local e impacto sobre equidad del modelo y su aplicacin en el marco del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
c.
Justificacin de la Gua
Para la evaluacin de los contenidos de los planes de beneficios en cuanto a su pertinencia y costo-efectividad, el Ministerio de la Proteccin Social dio prioridad al anlisis de las intervenciones relacionadas con patologas que generan un gran gasto de recursos dentro del mismo plan, denominadas patologas de alto costo o catastrficas, dentro de ellas, el tratamiento del VIH/sida, que representa cada vez ms un porcentaje mayor del gasto en salud. Para enfrentar esta problemtica el CNSSS expidi en el ao 2003 varios acuerdos; en uno de ellos (Acuerdo 245 de 2003 - Artculo 5) precis la necesidad de desarrollar guas de atencin en salud para estas patologas que aplicadas en el marco de un modelo de atencin permitan lograr la eficiencia en el manejo de los recursos alcanzando el mayor impacto positivo en la salud de los pacientes y definiendo los contenidos ms costos efectivos para la atencin de dichas patologas con pertinencia local.
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Siendo explictos, el desarrollo e implementacin de estas guas se justifica para: Prevenir la transmisin del VIH. Mejorar la calidad de vida de las Pvvs (Jovell A.J., Navarro Rubio MD). Frenar la progresin del VIH hacia el sida. Reducir la proporcin de complicaciones y hospitalizaciones de los pacientes con sida, especialmente con el buen manejo de los antirretrovirales. Lograr de esta forma contener los costos del tratamiento y la mortalidad por la enfermedad.
d.
Usuarios diana: Infectlogos, mdicos generales, especialistas, enfermeras, bacterilogas, nutricionistas y, en general, todo el personal de la salud encargado de la atencin de personas viviendo con VIH/sida. Tipo de pacientes: Poblacin en general afiliada o no afiliada al SGSSS y, en particular, personas viviendo con VIH/sida, especficamente jvenes, adultos y mujeres embarazadas.
e.
Especficamente, para cada captulo de la gua se utiliz la metodologa de extraccin de informacin que se registra a continuacin:
1.
Prevencin
Para la evaluacin de evidencia existente para prevenir el VIH, en general, se utiliz la estrategia descrita por King Holmes durante una de las sesiones plenarias de la 42 Reunin de la Asociacin Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) en Boston, MA, en octubre de 2004. Esta estrategia fue: base de datos Medline, el registro Cochrane de Ensayos Clnicos Controlados, y las memorias de congresos internacionales de 2002 a 2004. Se incluyeron ensayos clnicos aleatorizados que tuvieran que ver con prevencin de VIH, que usaran medidas objetivas sistemticas. Se emplearon las palabras Prevention AND (STD OR STI OR HIV) y se obtuvieron 27.647 ttulos. Limitando a ensayos clnicos aleatorizados y que cumplieran con los criterios mencionados, se seleccionaron 43 estudios. Una segunda bsqueda se realiz para indagar evidencia adicional (diferente a la derivada de ensayos clnicos) acerca de la efectividad del uso del condn para prevenir la transmisin sexual del VIH. Se emple la base de datos Medline desde 1966 hasta Junio 15 de 2005, utilizando la siguiente estrategia: (exp Condoms OR *Sexual behavior OR *Contraceptive devices) AND (*HIV seropositivity/ transmission OR *HIV infections/transmission OR *Acquired Immunodeficiency Syndrome/transmission OR *HIV infections/ prevention and control) AND (exp Incidence OR exp Risk Factors), LIMIT TO: (Humans, abstract available). Se obtuvieron 392 ttulos que se revisaron para seleccionar estudios que hicieran referencia a la efectividad del condn para prevenir la transmisin del VIH. Adicionalmente, se emple la base de datos Cochrane Database of Systematic Reviews, utilizando la siguiente estrategia: (Sexual behavior OR Contraceptive devices OR Condoms) AND (HIV seropositivity OR HIV transmission OR HIV infections OR Acquired immunodeficiency sndrome OR HIV prevention). Se obtuvieron 19 ttulos que se revisaron para seleccionar los que hicieran referencia a la efectividad del condn para prevenir la transmisin del VIH.
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2.
Diagnstico Deteccin
La informacin presentada aqu se deriv de las guas de asesora, diagnstico y referencia del VIH y las recomendaciones para tamizaje de VIH en mujeres embarazadas, publicadas por el CDC en 2001 y revisadas en 2003. Estas guas son basadas en la evidencia y aunque no tienen grados de recomendacin son el producto de una revisin de ms de 5000 abstracts, de ms de 600 publicaciones, revisin de 20 guas previas del CDC y consenso de expertos del CDC. Se obtuvo informacin acerca de las pruebas rpidas usando la pgina de la OMS referente a las caractersticas operativas de los ensayos de diagnstico de VIH, especficamente el reporte 14 de las pruebas rpidas (www.who.int/eht/) y, adicionalmente se hizo una bsqueda de la literatura empleando la base de datos Medline desde 1996 hasta julio 2005 y la siguiente estrategia: (exp HIV) AND (rapid test.mp). Se obtuvieron 29 ttulos que se revisaron para extraccin de la informacin. Para obtener informacin reciente en tamizaje en gineco-obstetricia se utiliz la siguiente estrategia de bsqueda usando la base de datos Medline y con limitacin a publicaciones en humanos en los ltimos cinco aos con las siguientes palabras MESH: pregnancy AND hiv detection (301 referencias), Prenatal HIV testing (191 referencias) y HIV Screening of Pregnant Women (274 referencias). De esta bsqueda se seleccionaron 35 artculos. Para obtener informacin reciente acerca del tamizaje en nios se utiliz la informacin de las guas publicadas por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos y el grupo de trabajo en cuidado mdico y manejo de la terapia antirretroviral en nios en el 2005. Adicionalmente, se consult al organismo regulador local (Invima) acerca de las pruebas de deteccin de VIH aprobadas para su comercializacin en Colombia.
3.
Atencin
Para extraer informacin pertinente al mdico se utiliz la base de datos Medline y las siguientes estrategias: (HIV OR AIDS) AND (quality of care, accessibility, coordination, comprehensiveness) AND (primary care).
(HIV OR AIDS) AND (quality of healthcare OR primary health care, OR health services accessibility, OR continuity of patient care, OR comprehensive health care) AND (outcome assessment). Se revisaron los ttulos considerados relevantes. Para obtener evidencia referente al programa se emple la base de datos Medline, y las siguientes estrategias: Nutritional evaluation AND prognosis AND HIV. Social work AND HIV AND prognosis. Social support AND AIDS AND adherence. Se revisaron los ttulos considerados relevantes.
4.
Valoracin Inicial
Se busc informacin referente a la prevalencia de ciertas condiciones utilizando las siguientes fuentes y estrategias: Base de datos Medline, estrategia: anemia AND HIV AND prevalence. Se obtuvieron 274 ttulos. Base de datos Medline, estrategia: HIV AND prevalence AND nephropathy. Se obtuvieron 157 referencias. Se revisaron boletines nacionales de prevalencia de las posibles enfermedades oportunistas y aquellas asociadas a coinfeccin.
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Se revisaron las recomendaciones de las guas para el uso de agentes antirretrovirales en pacientes infectados con VIH del Departamento de Salud los Estados Unidos (actualizadas en abril 07 de 2005) y las guas de cuidado primario para el manejo de personas infectadas con virus de la inmunodeficiencia humana de la Asociacin Medicina de VIH y la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas. Se tuvo en cuenta la informacin mencionada en la seccin de atencin del paciente VIH, donde se incluye la evidencia en favor de ciertos componentes del programa de manejo integral. La informacin acerca de las pruebas para objetivar el estado de la infeccin, el riesgo de infecciones oportunistas, y la necesidad de antirretrovirales se obtuvo como se describe en las secciones de iniciacin y modificacin de la terapia antirretroviral.
5.
Tratamiento antirretroviral
Para extraer la informacin referente al momento de iniciacin de la terapia se emple la base de datos Medline, utilizando las siguientes palabras claves y estrategia: (*acquired immunodeficiency syndrome OR *HIV-1 OR *HIV infections) AND (exp CD4 lymphocyte count) AND (exp disease progression OR exp time factors) AND (exp cohort studies OR comparative study). Se obtuvieron 685 ttulos (mayo 17, 2005), que se revisaron para la seleccin de los estudios considerados pertinentes. Se revisaron los resmenes de esos estudios y cuando se consider necesario se obtuvo el artculo original. Adems, se emple la base de datos Cochrane Database of Systematic Reviews utilizando las palabras (CD4 lymphocyte count), obteniendo 3 ttulos (Junio 25, 2005) ninguno de los cuales se consider relevante. Para obtener la informacin pertinente a la escogencia del rgimen inicial se emple la base de datos Medline, utilizando las siguientes palabras claves y estrategia: (*anti-HIV agents/tu OR* antiretroviral therapy, highly active), LIMIT TO: Study type (clini-
cal trial, phase iii; clinical trial, phase iv; controlled clinical trail;metaanalysis;randomized controlled trial), Age (all adults), humans. Se obtuvieron 508 ttulos (mayo 17, 2005), que se evaluaron para la seleccin de los estudios considerados pertinentes. Tambin se realiz una bsqueda independiente en la misma fecha, para lo referente a resistencia viral, utilizando la misma base de datos y las siguientes palabras claves: (genotype.exp OR mutation.exp) AND (Drug resistance.exp) AND (nevirapine, generando 75 ttulos (Mayo 10, 2005); efavirenz.mp, generando 61 ttulos; indinavir AND ritonavir, generando 24 ttulos; abacavir.mp generando 72 ttulos; lopinavir.mp, generando 35 ttulos, saquinavir.exp, generando 69 ttulos; atazanavir.mp, generando 6 ttulos. Se revisaron los resmenes de esos estudios y cuando se consider necesario se obtuvo el artculo original. Adems se tuvieron en cuenta referencias de artculos encontrados, y se revisaron los resmenes de conferencias internacionales recientes (11th Conference on Retrovirus and Opportunistic Infections (CROI), 2004; XV Internacional AIDS Conference (IAC), Bangkok, Thailand, 2004; 44th Interscience Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy (ICAAC), Washington, DC, 2004; 42th Meeting of the Infectious Diseases Society of America (IDSA), Boston, MA, 2004; 12th Conference on Retrovirus and Opportunistic Infections (CROI), Boston, MA, 2005). Finalmente, se realiz una bsqueda utilizando la base de datos Cochrane Database of Systematic Reviews, utilizando las siguientes estrategias: (acquired immunodeficiency syndrome OR HIV) AND (antiretroviral therapy), LIMIT to: (Systematic Reviews) que gener 17 ttulos; y (acquired immunodeficiency syndrome OR HIV) AND (drug resistance), LIMIT to: (Systematic Reviews) que gener 14 ttulos. Para obtener la informacin pertinente a la modificacin de la terapia antirretroviral se utilizaron los resultados de la estrategia de bsqueda mencionada para la seccin de iniciacin de la terapia y la que se menciona en la seccin de pruebas de genotipificacin. La informacin acerca de la utilidad de las pruebas de genotipificacin se obtuvo utilizando los ttulos obtenidos con la estrategia de
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bsqueda referente a resistencia mencionada en la seccin de iniciacin de la terapia. Adicionalmente, se emple la base de datos Medline y la siguiente estrategia: (treatment failure.exp OR treatment outcome.exp OR drug resistance.exp) AND (genotype.exp) AND (*anti-HIV agents OR *antiretroviral therapy, highly active OR *hiv infections/drug therapy). La bsqueda gener 384 ttulos (mayo 10, 2005). Finalmente, se emple la base de datos Cochrane Database of Systematic Reviews, y la siguiente estrategia: (acquired immunodeficiency sndrome OR HIV) AND (genotype), que gener 10 ttulos (junio 25, 2005). Se revisaron los ttulos y se seleccionaron los considerados pertinentes para revisin de resumen y/o texto completo. La evidencia referente a la optimizacin del cumplimiento con la terapia antirretroviral se extrajo usando la base de datos Medline y la siguiente estrategia: *patient compliance AND (*anti-HIV agents OR *antiretroviral therapy, highly active OR *HIV infections, drug therapy), LIMIT TO: Study type (clinical trial, controlled trial randomized controlled trial) AND Abstract available. La estrategia gener 59 ttulos (mayo 10, 2005). Una segunda estrategia emple la base de datos Cochrane Database of Systematic Reviews, y la siguiente estrategia: Adherence AND HIV, LIMIT to Systematic Reviews. Esta estrategia gener 82 ttulos (junio 25, 2005). Los ttulos se revisaron para seleccionar los estudios considerados relevantes. Adems, se revisaron las memorias de congresos recientes: 12th CROI, Boston, MA, 2005; 42nd Meeting of the IDSA, Boston, MA, 2004; XV IAC, Bangkok, Thailand, 2004.
6.
La informacin referente al seguimiento clnico se extrajo durante la revisin de la seccin de valoracin inicial del paciente infectado y componentes del programa. La evidencia pertinente al seguimiento para-clnico de condiciones prevalentes y efectos txicos emple las estrategias de bsqueda
que se mencionan en la seccin de la evaluacin inicial del paciente infectado, en la seccin de iniciacin de la terapia antirretroviral y en la seccin de modificacin de la terapia. La evidencia referente al seguimiento teraputico del paciente que recibe antirretrovirales se busc utilizando la base de datos Medline y las siguientes estrategias: 1) Estrategia 1: treatment outcome.exp AND (*viral load OR *RNA, viral OR *CD4 lymphocyte count) AND HIV-1.exp. 2). Estrategia 2: (frequency.mp or frequent.mp) AND (*CD4 lymphocyte count OR *viral load OR *RNA, viral) AND HIV.exp. La primera estrategia arroj 108 ttulos (mayo 5, 2005), y la segunda 71 ttulos (mayo 5, 2005). Los ttulos fueron revisados para seleccionar estudios pertinentes.
7.
VIH y embarazo
La evidencia referente a VIH y embarazo se bas en las guas del Task Force de Salud Pblica de los Estados Unidos (febrero 2005) sobre el uso de medicamentos antirretrovirales en mujeres embrazadas VIH positivas para salud materna e intervenciones para disminuir la transmisin perinatal del VIH. Adems, se presentan algunos estudios derivados de conferencias mdicas recientes (IAC 2004, CROI 2005).
8.
La informacin acerca de la profilaxis y prevencin de infecciones oportunistas se adapt de las Guas de prevencin de las infecciones oportunistas en Personas Infectadas con VIH del Servicio de Salud Pblica de los Estados Unidos y la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (USPHS/IDSA Guidelines for the Prevention of Opportunistic Infections in Persons Infected with Human Immunodeficiency Virus. MMWR 2002; 51(No. RR-8)).
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9.
Exposicin de riesgo
La informacin expuesta en la seccin de exposicin ocupacional de riesgo se adapt de las guas validadas de los Centros de Control y Prevencin de Enfermedades de Atlanta (CDC) y el Servicio de Salud Pblica de los Estados Unidos (US Public Health Service) del 2001. La informacin expuesta en la seccin de exposicin no-ocupacional de riesgo se adapt de las guas validadas del CDC y el Servicio de Salud Pblica de los Estados Unidos del 2005.
Referencias
1 Field M.J., Lohr K.N. (editors). Institute of Medicine Committee to Advise the Public Health Service on Clinical Practice Guidelines. Clinical practice guidelines: directions for a new program. Washington DC: National Academy Press; 1990. 2 Rossi, Senz y Vargas. Cuentas Nacionales VIH/sida. Fundacin Mexicana para la Salud Funsalud, Iniciativa Regional sobre sida para Amrica Latina y el Caribe Sidalac. Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, Oonusida. Ministerio de Salud de Colombia. Bogot, 2002. 3 The Appraisal of Guidelines, Research, and Evaluation in Europe (Agree) Collaborative Group. Guideline Development in Europe: An International Comparison. Int J Technol Assess Health Care 2000;16:1039-1049. 4 Garfield F.B. and Garfield J.M. Clinical Judgment and Clinical practice guidelines. Int J. Technol Assess Health Care 2000;16(*), 1050-60.
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DISEO DEL PROYECTO Y DEL ESTUDIO Programa de Apoyo a la Reforma de Salud Ajuste a los Planes de Beneficio y la Unidad de Pago por Capitacin. MPS DESARROLLO DEL PROYECTO Carlos A. DazGranados. Lder elaboracin Carlos lvarez. Acin Guillermo Prada. Acin. Fedesalud Flix Len Martnez. Fedesalud Carlos Arturo Sarmiento. Fedesalud
COLABORADORES INSTITUCIONALES Ricardo Luque. MPS Carlos Hernndez. MPS Luis ngel Moreno. MPS Adriana Pulido. PARS Leonardo Cubillos. PARS Guillermo Crdoba. MPS Sandra Tovar. MPS Asociacin Colombiana de Infectologa. Acin Bertha Gmez. OPS
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Captulo 1
Aspectos clnicos
os aspectos cubiertos por la gua son: prevencin de la transmisin, exposicin ocupacional y no ocupacional de riesgo, diagnstico en adultos, mujeres embarazadas y recin nacidos, atencin integral en adultos, tratamiento antirretroviral en adultos, seguimiento del paciente infectado, y VIH y embarazo.
A.
1.
Prevencin
Transmisin madre-hijo
Las consideraciones, evidencia y recomendaciones referentes a la prevencin de la transmisin de madre a hijo se presentan ms adelante en la seccin VIH y Embarazo.
2.
2.1
Transmisin sexual
Marco general y justificacin de la informacin necesaria
La transmisin sexual es el principal mecanismo de transmisin del VIH en el mundo y en Colombia. La transmisin sexual del VIH ocurre cuando un individuo sin la infeccin tiene un contacto sexual no protegido con un individuo infectado. La mayora de veces quien adquiere la infeccin desconoce que la fuente de transmisin est infectada, ya que la historia natural de la infeccin por VIH se caracteriza por un perodo largo de infeccin asintomtica durante el cual el individuo es potencialmente infectante y puede transmitir el virus. Por lo tanto, contactos sexuales con individuos que parecen sanos no
son garanta para evitar la transmisin del VIH y cada contacto sexual puede representar una exposicin de riesgo. Tambin es claro que a mayor exposicin mayor riesgo de infeccin, es decir, que a mayor nmero de contactos sexuales no protegidos, y a mayor nmero de parejas sexuales (con sexo no protegido), mayor riesgo de transmisin del VIH. Por todo lo anterior se acepta, intuitivamente y sin controversia, que el retraso en el inicio de la actividad sexual, la reduccin del nmero de parejas sexuales y la proteccin de las relaciones sexuales con preservativo, usado en forma consistente, disminuyen el riesgo de exposicin a VIH. Ha sido motivo de controversia la utilidad del condn. Es, por lo tanto, relevante presentar la evidencia disponible que tiene que ver con la prevencin de VIH como resultado del uso de condn. Adicionalmente, se presenta aqu evidencia derivada de ensayos clnicos referentes a otras intervenciones de tipo preventivo, como el manejo de las infecciones de transmisin sexual y las intervenciones psicoeducativas.
2.2
Presentacin de la evidencia
De la primera bsqueda (1), 43 estudios cumplan con los criterios y solamente uno (2) evalu y mostr eficacia especfica para VIH (Nivel de evidencia I). Este estudio aleatoriz seis comunidades, en donde se tamizaron alrededor de 1000 adultos por comunidad entre 15 y 54 aos y se siguieron por dos aos. Las comunidades fueron seleccionadas de forma aleatoria en manejo estndar o en intervencin de manejo de enfermedades de transmisin sexual que inclua la creacin de una consulta ambulatoria de referencia de infecciones de transmisin sexual (ITS), entrenamiento de profesionales, suministro consistente de medicamentos para el manejo sindromtico de las ITS, visitas regulares de supervisin y educacin en ITS. Para este estudio se reclutaron 12.537 individuos. La frecuencia de seroconversin fue de 1.2% en las comunidades que se intervinieron, frente a un 1.9% en las comunidades no intervenidas y que sirvieron como control (RR 0.58, p=0.007),
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demostrando un efecto estadsticamente significativo en la prevencin de transmisin de VIH. Es importante comentar que varios estudios evaluaron el impacto de intervenciones psico-educativas de tipo cognitivo-conductual, con diferentes metodologas y poblaciones, de los cuales el ms llamativo es el estudio Explore (3), que evalu una intervencin conductual intensiva (10 mdulos centrales de consejera que se desarrollaban en un perodo de 4-6 meses, con sesiones de mantenimiento cada tres meses) en 42.96 hombres VIH negativos, quienes tenan relaciones sexuales con otros hombres, con seguimiento cada seis meses (entrevista y serologa VIH) por cuatro aos. A pesar del enorme tamao de muestra, este estudio nicamente mostr una tendencia a la significancia estadstica. El reto de las intervenciones conductuales parece ser el mantenimiento del comportamiento por perodos prolongados de tiempo. La segunda estrategia de bsqueda gener ttulos referentes a estudios observacionales (Nivel de Evidencia II). A continuacin se resumen los hallazgos de los estudios principales.
Tabla 1.1 Estudios seleccionados referentes a la eficacia del condn.
Ref. = referencia. n = nmero de individuos. Incid gen.: incidencia general. Incid C. = incidencia en el grupo que us condn. Incid NC.= incidencia en el grupo que no us condn. NM= no menciona. * Tasa de incidencia por 100 personas/ao. Signif. = significancia estadstica.
Luego de una bsqueda exhaustiva de la literatura utilizando mltiples estrategias, Weller y Davis (9) agregaron los resultados de 14 estudios observacionales en un meta-anlisis. Encontraron que la tasa de incidencia agregada en los grupos que siempre usaban condn fue de 1.14 por 100 personas ao, comparado con 5.75 por 100 personas ao en los grupos que nunca usaban condn. Utilizando los valores agregados calcularon una efectividad del condn del 80.2% para prevenir la transmisin del VIH. Un segundo meta-anlisis (10) realizado por un grupo independiente encontr que la efectividad del condn cuando se usaba consistentemente era de 90-95% para prevenir la transmisin del VIH por cada contacto. Si bien la evidencia de la efectividad del condn en relaciones sexuales anales es controversial, es posible inferir a partir de estudios epidemiolgicos existentes que el condn s tiene un papel protector (12). Se han descrito fallas del condn con cierta frecuencia en parejas que practican sexo anal, y la falla del condn se asoci significativamente con la transmisin de VIH en una cohorte prospectiva en la que participaron 2.189 hombres homosexuales y bisexuales VIH negativos en el momento del inicio del estudio, que fueron seguidos por 2.633 personas ao (13). En el anlisis se incluyeron solamente individuos que no usaron drogas intravenosas y que tuvieron relaciones sexuales anales. El riesgo de seroconversin fue 4.5 veces mayor cuando se report falla del condn. Adicionalmente, revisando algunos estudios descritos, se encontr evidencia de que el tratamiento antirretroviral disminuye significativamente la transmisin del VIH (4). En un estudio de cohorte en el que participaron 436 mujeres seronegativas compaeras de pacientes infectados, cuando el compaero recibi zidovudina el riesgo de transmisin se redujo a la mitad. Sin embargo, an en presencia de terapia antirretroviral existe riesgo de transmisin y, por ello, las personas viviendo con VIH/sida deben evitar exponer por va sexual o parenteral a otras personas mediante las prcticas mencionadas.
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189
2.3.
Recomendaciones
El retraso en el inicio de la actividad sexual y la minimizacin del nmero de parejas sexuales son recomendables para evitar la transmisin sexual del VIH (IIIA). La deteccin precoz y manejo sindrmico de las infecciones de transmisin sexual deben promoverse para prevenir la transmisin del VIH (IA). Algunas intervenciones psico-educativas de tipo conductual pueden ser eficaces para prevenir la infeccin por VIH, pero su utilizacin sistemtica es dispendiosa y el efecto mnimo (IC). El uso correcto del condn es una herramienta til y recomendable para prevenir la infeccin por VIH (IIA). La terapia antirretroviral es til para prevenir la transmisin del VIH (IIA). Aunque el riesgo es menor, los pacientes que reciben terapia antirretroviral pueden transmitir el virus y, por lo tanto, debe estimularse en ellos la minimizacin de la exposicin sexual y no sexual al VIH de otras personas (IIIA).
3.
3.1
Transmisin parenteral
Exposicin ocupacional y no ocupacional de riesgo
Las consideraciones, evidencia y recomendaciones referentes a la prevencin de la transmisin del VIH como resultado de exposiciones laborales y no laborales de riesgo se presentan ms adelante en las secciones Exposicin ocupacional y Exposicin no-ocupacional.
3.2
Transfusional
Nos limitamos en esta gua a remitir las recomendaciones de tamizaje y manejo de productos sanguneos y derivados a las leyes y
reglamentos vigentes para Bancos de Sangre. Si bien hace una dcada las transfusiones sanguneas eran vehculos de transmisin del VIH en nuestro pas, las medidas tomadas por el gobierno lograron que los productos sanguneos y derivados fueran seguros y confiables a partir del ao 1996-1997 en adelante (13)
3.3
Esta forma de transmisin se presenta por compartir jeringas infectadas con sangre de una persona viviendo con VIH y es usual en usuarios de drogas intravenosas. Asimismo cabe resaltar el papel que juegan las drogas psicotrpicas y el uso del alcohol en la prctica de relaciones sexuales desprotegias que aumenta la vulnerabilidad frente a la infeccin por VIH. En todos los casos se recomienda el uso nico e intransferible de las jeringas desechables y acogerse a un programa de reduccin de dao en el caso de drogodependencias, as como limitar el consumo de alcohol asociado con las prcticas sexuales.
Referencias
1. Holmes, KK. 2004. RandomizedTrials of HIV/STI Prevention: What has work, what hasnt and why. Maxwell Findland Lecture. 42nd Meeting of the IDSA, Boston, MA. Abstract 97. 2. Holmes, KK. 2004. Preventing Sexual Transmission of Infections: What works? Maxwell Findland Lecture. 42nd Meeting of the IDSA, Boston, MA. (disponible en lnea). 3. Grosskurth, H; Mosha, F; Todd, J; 1995. Impact of improved treatment of sexually transmitted diseases on HIV infection in rural Tanzania: randomised controlled trial. Lancet. 346 (8974): 530-6. 4. Koblin, B; Chesney, M; Coates, T. 2004. Explore Study Team. Effects of a behavioral intervention to reduce acquisition of
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191
HIV infection among men who have sex with men: the Explore randomised controlled study. Lancet. 364(9428): 4150. 5. Musicco, M; Lazzarin, A; Nicolosi, A; et al. Antiretroviral treatment of men infected with human immunodeficiency virus type 1 reduces the incidence of heterosexual transmission. Arch Intern Med 1994;154(17):1971-6. 6. Saracco A., Musicco M., Nicolosi A., et al. 1994. Man-towoman sexual transmission of HIV: longitudinal study of 343 steady partners of infected men. J. Acquir Immune Defic Syndr. 6(5): 497-502. 7. De Vincenzi, I. 1994. A longitudinal study of human immunodeficiency virus transmission by heterosexual parners. European Study Group on Heterosexual Transmission of HIV. N. Engl J. Med. 331 (6): 341-6. 8. Deschamps, MM; Pape, J. W; Hafner, A; Johnson, WD. 1996. Heterosexual transmission of HIV in Haiti. Ann Intern Med. 125 (4): 324-30. 9. Hira, S.K; Feldblum, PJ; Kamanga, J; et al. 1997. Condom and nonoxydol-9 use and the incidence of HIV infection in serodiscordant couples in Zambia. Int J STD AIDS 8 (4): 243-50. 10. Weller, S; Davis, K. 2005. Condom Effectiveness in Reducing Heterosexual HIV Transmision. Cochrane Database of Systematic Reviews; 2. (ltima actualizacin Mayo 20-2004). 11. Pinkerton, SD; Abramson, PR. 1997, Effectiveness of Condoms in Preventing HIV transmission. Soc Sci Med. 44 (9): 1303-12. 12. Silverman, B; Gross, T. 1997. Use and Effectiveness of Condoms During Anal Intercourse: A Review. Sexually Transmitted Diseases; 24 (1): 11-17.
13. Vittinghoff, E; Douglas, J; Judson, F; et al. 1999. Per-Contact Risk of Human ImmunodeficiencyVirusTransmission between Male Sexual Partners. Am J Epidemiol; 150 (3): 306-311. 14. Schmunis, G.A; Zicker, F; Cruz, JR; Cuchi, P. 2001. Safety of blood supply for infectious diseases in Latin American countries, 1994-1997. Am J. Trop Med Hyg; 65 (6): 924-930.
B.
Diagnstico deteccin
La deteccin precoz de la infeccin del VIH es crucial para el individuo y para la comunidad. Para el individuo, porque permite el seguimiento cercano y el inicio de terapias que tienen impacto favorable en la calidad y cantidad de vida. Para la comunidad, porque permite adelantar actividades de prevencin secundaria de la transmisin. Adicionalmente, las actividades inherentes al proceso diagnstico (asesora) pueden tener un impacto favorable en la prevencin primaria de la transmisin del VIH y otras infecciones de transmisin sexual (ITS).
1. Generalidades de asesora,
deteccin y remisin
1.1
Las consideraciones de asesora, deteccin y remisin deben tener en cuenta lo estipulado por los reglamentos y leyes nacionales (IIIA).
1.2
Los principios generales que deben respetarse para la asesora y actividades dirigidas a la deteccin del VIH son (1,2,3): la confidencialidad y el consentimiento informado por escrito (debe ser voluntario, libre de coercin, debe usar lenguaje sencillo y fcil de entender).
192
193
La asesora debe ser realizada por un trabajador del sector salud con adecuada capacitacin, entrenamiento y certificacin, y debe incluir asesora acorde con el sexo, edad, orintacin sexual y cultural del individuo. Se recomienda que el asesor tenga las siguientes caractersticas y destrezas: Entrenamiento en asesora para prevencin del VIH Creer que la asesora puede hacer la diferencia Inters genuino en el proceso de asesora Saber escuchar Habilidad para usar preguntas abiertas-cerradas ms que cerradas-cerradas Habilidad y comodidad para manejar un estilo de negociacin interactiva ms que persuasiva Habilidad para construir una atmsfera de ayuda y de confianza con el entrevistado Estar informado de los riesgos de transmisin especfica del VIH Habilidad para permanecer centrado en las metas de reduccin de riesgo Comodidad para discutir comportamientos de riesgo especficos del VIH Neutralidad, de forma que permita al propio consultante la toma de decisiones Conocer la importancia y saber obtener el consentimiento informado. La asesora permite realizar actividades educativas encaminadas a la prevencin primaria del VIH y otras ITS, ya que toda persona a quien se asesore independientemente de si acepta o no la prueba debe recibir la siguiente informacin:
Evaluacin personal de los beneficios y consecuencias negativas (pros y contras) de la prueba del VIH Riesgo de transmisin y cmo puede ser prevenida la infeccin por VIH La importancia de obtener los resultados de la prueba y los procedimientos necesarios para hacerla El significado de los resultados de la prueba en lenguaje entendible Informacin concreta acerca de dnde obtener mayor informacin o asesora de prevencin Informacin sobre la historia natural del VIH y como se puede modificar favorablemente como resultado de la deteccin precoz de la infeccin Informacin general acerca de la existencia de terapias efectivas para la infeccin por VIH Informacin que permita anticipar y mitigar los posibles efectos e impactos psicosociales Informacin sobre derechos, deberes, y acceso a servicios. Esta informacin debe darse en forma de entrevista y, de ser posible, con la ayuda de material audiovisual o escrito (4-8), lo cual ha demostrado disminucin de otras ITS y del mismo VIH. La metodologa de las entrevistas de asesora vara, pero el modelo ms recomendado incluye dos sesiones interactivas de 30-45 minutos, entre el asesor y el paciente, individualizando cada caso (antes de la prueba (asesora pre-test) y en el momento de la entrega del resultado (asesora post-test). En las sesiones se exploran los comportamientos de riesgo del individuo y la manera de disminuirlos. En un estudio controlado, aleatorizado (9), esta estrategia demostr ser costo-efectiva para reducir comportamientos de alto riesgo y evitar nuevas ITS, factible de aplicar y de alta aceptacin por todas las
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195
partes involucradas, especialmente cuando los individuos sometidos a la asesora son adolescentes o con diagnstico reciente de ITS. Para una revisin en detalle acerca de los componentes de cada una de las sesiones de la asesora se recomienda revisar la referencia 1. Para optimizar la sesin de asesora se recomienda: 1) Procurar que el individuo asesorado regrese al mismo asesor. 2) Usar protocolos escritos que ayuden al asesor a conducir sesiones efectivas. 3) Asegurar la supervisin de los asesores. 4) Evitar el uso de la asesora para recolectar informacin. 5) Evitar dar informacin innecesaria. Una vez se ha diagnosticado la infeccin por VIH, el paciente debe ser remitido/referido. Se define como referencia el proceso por el cual se cumplen las necesidades inmediatas de apoyo y atencin para el individuo infectado. La referencia tambin debe incluir los esfuerzos necesarios para facilitar el contacto inicial con el equipo de salud que va a encargarse del manejo. Los tipos de referencia deben ser acordes con las necesidades de cada individuo y los sitios o el personal encargado de las consejera debe comprometerse con la orientacin adecuada de las personas infectadas con el fin de evitar la prdida de los individuos recin diagnosticados, adems de garantizar una rpida y buena atencin.
2.
Actualmente existen en el mercado pruebas para diagnstico en diferentes fluidos (sangre, plasma, suero, saliva, orina), mejorando la aceptacin al ser menos invasivas, disminuyendo el tiempo del resultado e incrementando la conveniencia. Sin embargo, la decisin de su uso depender de la precisin de la prueba, la aceptacin, probabilidad de regreso del individuo tamizado, el costo, la facilidad de recoleccin, complejidad del laboratorio para su realizacin, disponibilidad de personal entrenado y la autorizacin de su uso por el Invima.
2.1
Pruebas de tamizaje
Son pruebas que muestran una sensibilidad de ms del 99%. Adicionalmente, tienen una altsima especificidad (tambin mayor al 99%) pero a pesar de ello la frecuencia de resultados falsos positivos puede ser relevante si se realiza en poblaciones de baja prevalencia. En general, la prevalencia del VIH en Colombia es menor al 1%. Por lo tanto las pruebas de tamizaje requieren ser repetidas y confirmadas. Las pruebas de tamizaje incluyen las pruebas serolgicas de ELISA y las pruebas rpidas de deteccin. Las pruebas de ELISA y rpidas aprobadas por la FDA (http://www.fda.gov/cber/products/testkits.htm) tienen una sensibilidad y especificidad altas (cercanas o superiores al 99%) (1015) y se resumen en las tablas 5 y 6. Las pruebas de ELISA requieren una complejidad de laboratorio alta, mientras las pruebas rpidas solamente requieren una complejidad de laboratorio intermedia. Adicionalmente, dos de las cinco pruebas rpidas aprobadas por la FDA no requieren refrigeracin de sus reactivos. Lo anterior sustenta el uso de las pruebas rpidas no slo en condiciones en las que el resultado sea requerido con premura sino tambin en condiciones en las que la infraestructura de laboratorio sea limitada. La tabla 5 muestra tambin las caractersticas inherentes de las pruebas rpidas (sensibilidad y especificidad). La tabla 7 lista las pruebas de tamizaje de VIH aprobadas por el Invima. La tabla 8 muestra las pruebas rpidas aprobadas por el Invima para comercializacin en Colombia. Ninguna ha sido aprobada por la FDA para comercializacin en los Estados Unidos, pero muchas se han sometido a evaluaciones rigurosas externas. La bsqueda de la literatura de pruebas rpidas permite describir las caractersticas inherentes de diferentes pruebas rpidas, y los resultados se resumen en la tabla 9. Adicionalmente, muchas pruebas rpidas han sido evaluadas por la OMS (tablas 10 y 11), lo cual permite considerar diferentes opciones de pruebas rpidas con adecuada sensibilidad y especificidad (www.who.int/eht/). En general, si las pruebas rpidas se van a usar como alternativa a la prueba de ELISA, entonces la caracterstica operativa principal debe ser una alta sensibilidad (mayor al 99%). Sin embargo, para evitar una tasa alta de falsos positivos y la realizacin
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excesiva de pruebas confirmatorias costosas, la especificidad debe ser tambin alta (idealmente superior al 98%).
Tabla 1.2 Sensibilidad y especificidad de pruebas diagnsticas rpidas de tamizaje aprobadas por FDA.
* **
Tabla 1.4 Pruebas de tamizaje convencionales (no rpidas) aprobadas por el Invima
Tabla 1.5 Pruebas rpidas para deteccin de infeccin por VIH aprobadas por el Invima para comercializacin en Colombia
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200
201
Tabla 1.8 Pruebas evaluadas por la OMS antes del reporte de 2004
2.2
Pruebas confirmatorias
Las pruebas confirmatorias tienen altsima especificidad, conservando una muy alta sensibilidad. La frecuencia de falsos positivos con las pruebas confirmatorias es extremadamente rara, del orden de 0.0004% a 0.0007% (34,35) e incluyen autoanticuerpos, vacunas para VIH o resultados ficticios. Estas pruebas deben realizarse cuando las pruebas de tamizaje hayan resultado repetidamente positivas nicamente. Las pruebas confirmatorias ms usadas utilizan los mtodos de Western Blot o la inmuno fluorescencia indirecta. La tabla 12 lista las pruebas confirmatorias aprobadas por el Invima.
Tabla 1.9 Pruebas confirmatorias aprobadas por el Invima
2.3
Tienen una sensibilidad entre 90 y 99% dependiendo de la tcnica. Hasta 9% de los resultados positivos con carga viral, usualmente con ttulos virales bajos, pueden corresponder a falsos positivos (36,37). Son pruebas costosas. nicamente se indican para diagnstico en condiciones especiales (ver indicaciones).
2.4
Si el resultado de la prueba de tamizaje para VIH es no reactivo (negativo) se considera que el individuo no est infectado, salvo en los casos en que se sospeche una infeccin reciente por posible exposicin de riesgo en los seis meses previos a la prueba. Dada la altsima sensibilidad, no necesita repetirse las pruebas en individuos sin posible exposicin reciente.
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En individuos con una historia reciente de exposicin a VIH o exposicin de riesgo, no se puede excluir la infeccin sin hacer seguimiento hasta seis meses despus de ocurrida dicha exposicin (38). Si el resultado es reactivo (positivo) se repite la prueba de tamizaje, con nueva muestra. Si las dos pruebas de tamizaje son reactivas se debe confirmar el resultado mediante la realizacin de una prueba confirmatoria. Si la prueba de tamizaje repetida es no reactiva (negativa), se debe repetir nuevamente la prueba de tamizaje. Si la tercera prueba de tamizaje es reactiva (es decir, dos de tres pruebas reactivas/positivas) se debe confirmar el resultado mediante una prueba confirmatoria. Si la tercera prueba resulta no reactiva (negativa), el paciente se puede manejar como presuntivo negativo y no requiere prueba confirmatoria. Si la prueba confirmatoria es positiva se considera al individuo como infectado por VIH. Algunas veces, individuos doblemente reactivos/positivos por pruebas de tamizaje tienen pruebas confirmatorias indeterminadas debido a una respuesta incompleta ante la infeccin por VIH o reacciones inespecficas en personas no infectadas (38). La mayora de personas con Western Blot indeterminado e infectadas con VIH desarrollan anticuerpos detectables al mes (3840). En estos casos se debe recolectar una segunda muestra despus de uno tres meses para repetir la prueba de Westen Blot. Si la prueba contina indeterminada despus de uno a tres meses es muy poco probable que el individuo tenga infeccin por VIH y se debe considerar como no infectado a menos que haya tenido exposiciones recientes de riesgo. Para evitar diagnsticos equivocados como resultado de errores en el manejo de la muestra, se recomienda que se hayan tomado al
menos dos muestras de sangre diferente del mismo paciente a lo largo del proceso diagnstico (v.g. una muestra para prueba de tamizaje inicial, una segunda muestra para prueba de tamizaje repetida y prueba confirmatoria; o una muestra para prueba de tamizaje inicial y repetida y una segunda muestra para prueba confirmatoria). Solamente en circunstancias excepcionales (neonato-lactante, sndrome retroviral agudo o agamaglobulinemia, excepcionalmente en la gestante) se debe utilizar como alternativa un mtodo de deteccin de cido nuclico (ARN viral mtodo de amplificacin de ADN proviral), teniendo en cuenta la fecuencia alta de falsos positivos y el costo (ver indicaciones). No se recomienda realizar Western Blot sin haber hecho antes las pruebas de tamizaje. La OMS y Onusida han propuesto algoritmos alternativos de diagnstico para localidades con recursos limitados (31, 41-43) que se basan en la utilizacin de dos o tres pruebas rpidas que han mostrado una utilidad diagnstica equivalente a la del algoritmo usual que emplea pruebas de ELISA como tamizaje y Western Blot o IFI como confirmatorias. Esta es una opcin llamativa para Colombia, como pas con recursos limitados. Sin embargo, en los lugares con recursos intermedios donde se han adoptado estos algoritmos (19, 22-25, 28), su instauracin rutinaria ha ocurrido despus de que estudios de campo confirmaron su utilidad y costo-efectividad.
2.5
La solicitud en forma peridica de las pruebas diagnsticas es recomendada para personas que presentan exposiciones de riesgo recientes o repetidas y, aunque la frecuencia es arbitraria, se recomienda anualmente, teniendo en cuenta que las tasas de seroconversin anual varan desde 0.001% en la poblacin general hasta 6% en individuos con exposiciones repetidas de riesgo (44-47). Otros factores que se deben tener en cuenta en el momento de repetir las pruebas son el tiempo de la ltima exposicin potencial, probabilidad de infeccin
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dado el tipo de exposicin, presencia o probabilidad de continuar con comportamientos de riesgo, probabilidad para regresar a asesora o seguimiento de las pruebas de VIH, ansiedad del individuo y los recursos econmicos del sistema. Tambin se recomienda la repeticin de la prueba diagnstica a los tres y los seis meses en individuos que han tenido exposicin ocupacional y no ocupacional de riesgo.
2.6
Los laboratorios que hacen pruebas de deteccin de VIH deben asegurar una alta calidad no slo durante el desarrollo de la prueba sino tambin en el perodo preanaltico (recoleccin de la muestra, almacenamiento, rotulado, transporte) y postanaltico (validacin del resultado e informe); la mayora de errores ocurren en estos dos ltimos perodos (48-50). Se recomienda que los laboratorios que realizan pruebas de VIH se integren a un programa de control de calidad para asegurar una mejor calidad en sus resultados.
3.
3.1
Si la prevalencia es superior al 1%, se recomienda asesora y oferta generalizada de la prueba (la prevalencia estimada en Colombia, en general, est por debajo del 1% (45), pero pueden existir diferencias regionales y en ciertos grupos poblacionales con mayor prevalencia o mayor vulnerabilidad como hombres que tienen sexo con hombres, pacientes renales crnicos que inician hemodilisis, trabajadores sexuales, usuarios de drogas intravenosas y, posiblemente, personas institucionalizadas y privadas de la libertad). Individuo que tiene o ha tenido relaciones sexuales no protegidas con preservativo
Personas con antecedentes de infecciones de transmisin sexual o a quienes se les diagnostica infeccin sexual asintomtica Persona que usa drogas intravenosas Persona con antecedentes de tatuajes o piercing cuando se han usado instrumentos compartidos sin adecuada desinfeccin o esterilizacin Sujeto fuente e individuo expuesto al riesgo (ver seccin de exposicin de riesgo) A la pareja en la consulta preconcepcional o de planificacin familiar Solicitud voluntaria de la prueba por parte del individuo/ paciente.
3.2
Utilice ELISA. Haga uso de pruebas rpidas en exposicin de riesgo y en circunstancias en las que la complejidad requerida para las pruebas de ELISA es inexistente (de acuerdo con el algoritmo) En exposicin de riesgo se recomienda el uso de una prueba rpida, previa asesora, para la fuente, si la fuente est disponible y no se conoce su estado serolgico. Al expuesto se le puede realizar la prueba rutinaria de ELISA o la prueba rpida (III B) Las pruebas rpidas de tamizaje se utilizarn como remplazo de la prueba de ELISA cuando no se cuenta con el nivel de complejidad requerido en el laboratorio para las pruebas normales de ELISA (v.g. laboratorios perifricos, etc.) (IIIB) Las pruebas rpidas utilizadas para diagnstico deben tener una sensibilidad igual o superior al 99% y una especificidad superior o cercana al 98% (IIIB), idealmente corroborada por estudios externos a las compaas fabricantes.
206
207
3.3
Se recomienda Western Blot o IFI como pruebas confirmatorias en todos los casos en los que pruebas de tamizaje repetidas hayan resultado positivas (reactivas) (IIIB) Se recomienda adelantar estudios locales de campo que permitan la validacin de algoritmos diagnsticos alternativos basados en el uso de dos o tres pruebas rpidas antes de su adopcin rutinaria (IIIB).
4.
4.1
Paciente con sntomas sugestivos de inmunodeficiencia, que incluyen las condiciones clnicas clasificadas como B o C del CDC (Anexo) Presencia de infecciones de transmisin sexual Paciente con cuadro clnico compatible con el sndrome retroviral agudo (sndrome mononuclesico) Sujeto fuente e individuo expuesto al riesgo (Seccin de exposicin de riesgo).
4.2
Utilice ELISA o pruebas rpidas, excepto en paciente con cuadro clnico compatible con sndrome retroviral agudo o paciente con diagnstico de agamaglobulinemia (IIIB). Utilice pruebas rpidas en circunstancias en las que la complejidad requerida para las pruebas de ELISA es inexistente (IIIB)
En exposicin de riesgo se recomienda el uso de una prueba rpida para la Fuente, si la fuente est disponible. Al expuesto se le puede realizar la prueba rutinaria de ELISA o la prueba rpida (III B) Las pruebas rpidas de tamizaje deben utilizarse como remplazo a la prueba de ELISA en circunstancias donde la complejidad de laboratorio requerida para las pruebas de ELISA es inexistente (v.g. laboratorios perifricos, etc) (IIIB) En el individuo con sndrome retroviral agudo y en pacientes con agamaglobulinemia, utilice pruebas de deteccin de VIH basadas en cidos nuclicos (IIIB) Las pruebas rpidas utilizadas para diagnstico deben tener una sensibilidad igual o superior al 99% y una especificidad superior o cercana al 98% (IIIB), idealmente corroborada por estudios externos a las compaas fabricantes.
4.3
Se recomienda Western Blot o IFI como pruebas confirmatorias en todos los casos en los que pruebas de tamizaje repetidas hayan resultado positivas (reactivas) (IIIB) Se recomienda adelantar estudios locales de campo que permitan la validacin de algoritmos diagnsticos alternativos basados en el uso de dos o tres pruebas rpidas antes de su adopcin rutinaria (IIIB).
5.
Deteccin en la gestante
La deteccin del VIH en la embarazada se debe considerar una prioridad ya que adems de poder ofrecer un manejo adecuado a la mujer, puede evitarse la transmisin vertical de forma significativa si se hacen intervenciones durante el embarazo, trabajo de parto o en el puerperio (28% sin intervencin vs 1-2% con intervencin) (51). En
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nuestro medio la oferta slo alcanza al 39.7% (52). En Brasil, un estudio centinela para evaluar el programa de deteccin de VIH durante el embarazo, report una cobertura del 51 %, con diferencias importantes de acuerdo con el tamao del municipio, la regin del pas y el grado de educacin de la madre, siendo menor la cobertura en las regiones ms pobres, en municipios pequeos y para las mujeres analfabetas (53). De la misma forma, el grado de aceptacin es diferente de acuerdo con el tipo de estrategia usada para ofrecer la prueba. Al ofrecer la estrategia convencional en la cual se solicita el consentimiento informado por escrito antes de solicitar la prueba como es descrito arriba (opt-in), las tasas de cobertura oscilan entre 25y 83 % (2). La estrategia opt-out, consiste en hacer tamizaje universal a todas las mujeres embarazadas notificndosele que es parte de la rutina del cuidado prenatal sin hacer consentimiento informado y slo anotando en la historia clnica si la paciente rechaza la prueba; con esta estrategia se obtuvieron tasas de cobertura entre 85 y 98% (2). Adicionalmente, un estudio de costo-efectividad local, mostr un amplio margen de beneficio al ofrecer la prueba de manera universal. En Colombia, la normatividad no permite realizar las pruebas sin consentimiento informado. Una adaptacin de la estrategia opt-out puede ser el ofrecer asesora y la prueba de manera universal, requiriendo el consentimiento informado escrito en todos los casos de realizacin de la prueba, pero tambin requiriendo el documento por escrito de no aceptacin firmado por la embarazada en todos los casos en los que la prueba no se realice por esta causa. Otro dato importante a tener en cuenta es que es recomendable repetir la prueba durante el tercer trimestre, preferiblemente antes de la semana 36 del embarazo, en reas donde la prevalencia sea superior al 0.5% (8). En Colombia, de acuerdo con las cifras del programa de prevencin de la transmisin madre-hijo (45) la prevalencia general en mujeres embarazadas es de 0.19% (377 seropositivas en 200.853 mujeres embarazadas tamizadas), por lo cual la prueba solo debe repetirse en circunstancias especiales mencionadas abajo.
Las pruebas rpidas tienen una indicacin clara en la mujer embarazada a quien no se le ha realizado prueba de tamizaje durante el embarazo y se presenta en trabajo de parto. En un estudio multicntrico patrocinado por el CDC (Miriad) con 5744 mujeres embarazadas en trabajo de parto, a quienes se les ofreci la prueba rpida se encontr una sensibilidad del 100% y una especificad del 99.9% (33). En este estudio, adems, se observ una alta aceptacin especialmente en mujeres jvenes, negras e hispanas. Los resultados son mucho ms rpidos, lo cual facilita cambios oportunos de la conducta mdica y la mayor aceptacin por parte de la paciente. En un estudio controlado con 1.282 mujeres a quienes se les ofreci la prueba convencional versus la prueba rpida, el tiempo promedio de resultado fue de 11 versus 0 das (54). La prueba rpida ha resultado costoefectiva en un modelo realizado en Estados Unidos (55), que tuvo en cuenta el porcentaje de mujeres que llegan en trabajo de parto sin control prenatal, la prevalencia esperada en este grupo poblacional, la tasa de transmisin al feto y la efectividad de las med idas de intervencin. Las pruebas rpidas tienen
una indicacin clara en la mujer embarazada a quien no se le ha realizado prueba de tamizaje durante el embarazo y se presenta en trabajo de parto.
Para el desarrollo de todas las actividades mencionadas, es fundamental tener en cuenta la legislacin vigente, en particular el Decreto 1543 de 1997 del Ministerio de la Proteccin Social, especialmente en lo referente a la asesora, al consentimiento informado y a la confidencialidad (56).
Recomendaciones:
1. El prestador debe realizar sin excepcin la asesora y ofrecer la prueba de tamizaje (ELISA o prueba rpida), en el primer trimestre de embarazo o durante el primer control prenatal a todas las mujeres (IA). 2. La estrategia de ofrecimiento y realizacin de la prueba recomendada es la siguiente: el profesional de la salud efecta la asesora
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211
pre-prueba, mencionando que se recomienda realizar la prueba a toda gestante y que ella tiene la opcin de aceptar o rehusar, firmando un documento. Aquellas que acepten realizarse la prueba deben firmar el consentimiento informado. Aquellas que no acepten deben firmar el documento de no aceptacin (ver anexo). Lo anterior implica que el 100% de las mujeres embarazadas deben tener documentacin escrita en la historia clnica del proceso de asesora y el ofrecimiento de la prueba, as como del desenlace de dicho proceso (aceptacin o rechazo) (IIIB). 3. La prueba debe repetirse en el tercer trimestre en las siguientes circunstancias: historia de ITS, presencia de signos y sntomas sugestivos de infeccin aguda porVIH, uso de de drogas intravenosas o sustancias psicoactivas, trabajo sexual, varios compaeros sexuales durante el embarazo, compaero sexual VIH positivo. Adicionalmente, la prueba debe ofrecerse en el tercer trimestre a mujeres que no hayan aceptado en el primer trimestre o durante controles prenatales previos (IIB). 4. En mujeres que se presentan en trabajo de parto y no tienen prueba de tamizaje previa durante el embarazo, se debe realizar asesora y ofrecer una prueba rpida de tamizaje (IIA). 5. Las pruebas rpidas utilizadas para diagnstico deben tener una sensibilidad superior al 99% y una especificidad superior o cercana al 98% (IIIB), idealmente corroborada por estudios con iniciativa externa a las compaas fabricantes 6. Excepto cuando el parto sea inminente, confirme el diagnstico (con Western Blot o IFI) antes de decidir iniciacin del tratamiento (ver indicaciones de tratamiento en la seccin de terapia antirretroviral y embarazo).
6.
Dado que en los nios menores de 18 meses nacidos de madres seropositivas para VIH hay transferencia de anticuerpos maternos (3),
no se recomienda utilizar las pruebas serolgicas convencionales para la deteccin delVIH. En estos casos es necesaria la deteccin del VIH por mtodos basados en la deteccin del ARN o ADN viral. La deteccin de virus por esta tcnica indica una posible infeccin y debe ser confirmada con una segunda prueba virolgica tan pronto como sea posible. Un meta-anlisis mostr que la tcnica de reaccin en cadena de polimerasa (PCR) del ADN viral tuvo una sensibilidad de 38% para el diagnstico en la primera semana (IC 90%, 29-46%) con un incremento a 93% durante la segunda semana (IC 90%, 76%-97%). Las pruebas basadas en la deteccin de ARN mostraron resultados similares: 25-40% en la primera semana e incrementndose a 90-100% a los dos o tres meses de edad. La especificidad es similar con ambas pruebas; sin embargo, cuando los niveles son inferiores a 10.000 copias/ mL pueden no ser reproducibles y deben ser interpretados con precaucin. La deteccin precoz de la infeccin en el neonato es recomendable, dado que permitira descontinuar las profilaxis y la terapia antirretroviral o intensificarlas en caso de ser necesario.
Recomendaciones:
1. En hijos nacidos de mujeres infectadas realice una prueba de deteccin de cido nucleico viral (ARN o ADN) antes del cumplir el primer mes y entre cuatro y seis meses de nacido (IIA) 2. Si alguna de las pruebas es positiva, confirme el diagnstico utilizando otra tcnica diferente, pero que tambin se base en la deteccin de cidos nucleicos (IIA) 3. Si las pruebas de deteccin seriadas son negativas, clasifique al nio como no infectado (IIB) 4. No realice ELISA ni pruebas rpidas en recin nacidos o lactantes (IIA).
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C.
1.
1.1
Atencin
Mdico encargado
Marco general
Las caractersticas, entrenamiento y cualidades del profesional de la salud encargado de manejar los pacientes infectados con VIH son motivo de controversia. En nuestro medio existe un dficit de especialistas en enfermedades infecciosas y, tradicionalmente, los pacientes con VIH han sido manejados por mdicos generales o mdicos internistas con inters particular en el cuidado de estos pacientes. Se discute en esta seccin la evidencia disponible referente a las caractersticas del prestador de salud encargado del cuidado del paciente con VIH.
1.2
Presentacin de la evidencia
Varios estudios observacionales (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7) muestran que el pronstico de los pacientes con VIH es mejor entre ms experiencia tengan sus cuidadores. Si bien parece suficientemente consistente la evidencia de que la experiencia tiene correlacin con desenlaces exitosos en VIH, no est definido cunta experiencia es necesaria o mnima para atender adecuadamente pacientes con VIH (8).
1.3
Recomendaciones
1. El mdico encargado puede ser experto o no experto. Mdico experto se considera aquel con educacin formal en infectologa clnica, avalado por una universidad colombiana, por el ICFES o por el Ministerio de Educacin. En caso de no poseer el ttulo debe demostrar experiencia mnima de cinco aos en la atencin de pacientes infectados con VIH (IIIB) . 2. En caso de no ser experto, el mdico encargado debe cumplir con los siguientes dos requisitos: 1) Haber recibido instruccin y supervisin prctica (en el cuidado directo de pacientes) y directa de un experto de acuerdo con lo definido arriba,
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por un perodo de tiempo de por lo menos 48 horas, y con una intensidad no inferior a 2 horas semanales (IIIB). 2) Haber recibido Educacin Mdica Continua en atencin de pacientes con infeccin con VIH, demostrada con un mnimo de 120 horas crdito, avalado por una sociedad cientfica afn o una universidad (IIIB). 3. El mdico encargado, idealmente, debe pertenecer a un programa de atencin que siga 20 o ms pacientes al mes (IIB).
2.
2.1
Tradicionalmente, se dice que el manejo del paciente con VIH debe ser integral. El paciente con VIH puede tener una complejidad que hace necesaria la intervencin de otros trabajadores de la salud diferentes al mdico encargado. Dichas intervenciones, sin embargo, son exigentes en trminos de costo, espacio, tiempo y equipos. Se trata de presentar a continuacin, la evidencia a favor de ciertos componentes de los programas de atencin de VIH que se han asociado con desenlaces favorables en pacientes infectados con VIH.
2.2
Presentacin de la evidencia
Existe evidencia derivada de ensayos clnicos que sugiere que los equipos multidisciplinarios se asocian con mejor cumplimiento del tratamiento (9). Sin embargo, en ese estudio no se encontr un impacto de la intervencin en desenlaces virolgicos. Las intervenciones que con mayor frecuencia se asocian con adecuado cumplimiento con los antirretrovirales son aquellas basadas en actividades educativas psico-conductuales (ver seccin de cumplimiento). Existe tambin evidencia de que los problemas nutricionales son frecuentes en los pacientes con VIH y que el estado nutricional y la prdida de peso son factores pronsticos en los pacientes infectados (10, 11, 12). Existe tambin evidencia que sugiere que la calidad de vida de
los pacientes con VIH que tienen apoyo social importante (posibilidad de contar con personas para comunicarse y demostraciones de cario y simpata) es superior a la de aquellos que tienen un apoyo social pobre (13).
2.3
Recomendaciones
1. Todo paciente con infeccin por VIH debe manejarse como parte de un programa de atencin integral (IIIB). 2. El programa de atencin integral a pacientes con VIH debe incluir un mdico encargado, con experiencia y entrenamiento adecuados (IIIA). De preferencia un mdico experto, en todo lugar donde el manejo por un experto no represente una barrera de acceso. 3. El programa de atencin integral no debe manejar ms de dos pacientes hora por hora-mdico contratada (IIIB). 4. El programa de atencin a pacientes con VIH debe incluir personal, espacio y equipos necesarios para labores profesionales de nutricin (IIIA). 5. El programa de atencin a pacientes con VIH debe incluir personal, espacio y equipos necesarios para labores profesionales de psicologa (IIIA). 6. El programa de atencin a pacientes con VIH debe incluir personal, espacio y equipos necesarios para labores profesionales de trabajo social (IIIA). 7. El programa de atencin a pacientes con VIH debe incluir personal, espacio y equipos necesarios para labores profesionales de un trabajador de la salud encargado de asesorar el cumplimiento (TEC) (IIIA).
222
223
2.4
1. Cada vez que el mdico encargado (no-experto) del programa lo considere necesario. 2. Coinfeccin con hepatitis B. 3. Coinfeccin con hepatitis C. 4. Coinfeccin con tuberculosis. 5. Segundo fracaso teraputico en adelante. 6. Intolerancia severa a ms de dos regmenes. 7. Paciente con comorbilidades que requieran la administracin de mltiples medicamentos con potenciales interacciones medicamentosas significativas. 8. Sndrome de hiperlactatemia. 9. Interpretacin de pruebas de genotipificacin. 10. Exposicin de riesgo ocupacional y no-ocupacional (la evaluacin del experto nunca debe retrasar el inicio de la profilaxis post-exposicin de estar indicada).
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D.
1.
Valoracin inicial
Marco general
El paciente con diagnstico de VIH generalmente tiene mltiples preocupaciones y, frecuentemente, mltiples problemas fsicos y emocionales. La complejidad del paciente VIH positivo requiere de parte de los trabajadores de la salud esperanza, confidencialidad, educacin, experiencia, dedicacin, buena comunicacin, y manejo integral. Ya se mencionaron los componentes del programa de atencin de VIH en la seccin anterior. En esta seccin se menciona la evidencia que soporta los componentes de la evaluacin inicial, incluyendo los componentes mdico, de atencin integral, y paraclnico. Es necesario incluir en la valoracin inicial del paciente con infeccin por VIH, la evaluacin de condiciones asociadas a comportamientos de riesgo, la bsqueda de otras patologas relacionadas con la transmisin sexual y aquellas que permiten una objetivacin del estado de la enfermedad, la necesidad de tratamiento para prevenir infecciones oportunistas, y la necesidad de terapia antirretroviral propiamente dicha.
2.
Presentacin de la evidencia
Ya mencionamos que los problemas nutricionales, psicolgicos, y sociales tienen una alta frecuencia en los pacientes VIH y tienen repercusin en desenlaces clnicos importantes. La frecuencia de patologas orales es comn en pacientes con VIH en estado avanzado.
En una cohorte mexicana de 1.000 pacientes con VIH se encontr una prevalencia de lesiones orales en el 47% (3). En estos pacientes es recomendable la valoracin temprana por odontologa. La frecuencia de anemia, leucopenia y trombocitopenia son comunes (4,5,6) en pacientes con VIH o/y sida. Adems, un estudio observacional europeo (7) mostr que la tasa de supervivencia a 12 meses fue de 96.9% comparado con 84.1% y 59.2% en pacientes sin anemia, anemia moderada, y anemia severa respectivamente al momento del diagnstico. Analizando 32.867 pacientes con VIH, Sullivan (8) encontr una mayor mortalidad en pacientes con anemia independiente del recuento de CD4. En pacientes con CD4 mayor de 200/mm3 el riesgo de muerte fue 148% mayor en los anmicos. Adicionalmente, tratamientos preventivos para las infecciones oportunistas y algunos medicamentos antirretrovirales se asocian con toxicidad medular y citopenias. Todo lo anterior demuestra la necesidad de realizar un cuadro hemtico de inicio a los pacientes con VIH. La medicin de las protenas totales y albmina es un componente de la evaluacin nutricional, sobretodo en pacientes que tienen alteraciones clnicas de su estado nutricional (bajo peso o ndice de masa corporal). La enfermedad renal asociada con VIH se asocia a proteinuria y con progresin rpida a falla renal terminal, incrementando la mortalidad en tres veces (9,10). Gupta encontr una prevalencia de 2% de enfermedad renal en pacientes con VIH y que la presencia de proteinuria es un marcador de enfermedad renal en pacientes VIH (11). Adems, conocer la funcin renal de base permite seleccionar y ajustar los medicamentos antirretrovirales (10). Las anormalidades hepticas son frecuentes en pacientes con VIH debido en parte a la frecuencia de coinfeccin con microorganismos hepatotrpicos. Hasta un 75% de pacientes con VIH pueden tener alteraciones en transaminasas de base con un 20% realteraciones severas (4). Adicionalmente, la mayora de antirretrovirales pueden causar toxicidad heptica (ver seccin de seguimiento del paciente) y
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los niveles basales de aminotransfersas pueden predecir el riesgo de hepatotoxicidad a la terapia antirretroviral independiente de la presencia de coinfecciones virales (12). Las alteraciones de los lpidos y la glucosa son frecuentes en pacientes expuestos a antirretrovirales (ver seccin de terapia antirretroviral y seguimiento). Adems, como en todo paciente adulto, se debe considerar la evaluacin del perfil lipdico de acuerdo con la presencia de factores de riesgo cardiovasculares. La prevalencia de toxoplasmosis en Colombia es altsima, alcanzando un 47.5% segn un reporte (13). El tamizaje debe realizarse nicamente con anticuerpos tipo IgG; no se recomienda hacer tamizaje basal con anticuerpos tipo IgM. El tamizaje debe considerarse indicado en pacientes con recuento de CD4 menor a 100 y que no toleren profilaxis con trimetropin-sulfa. La frecuencia de coinfeccin con sfilis es alta (14). Dada la alta tasa de falsos positivos (6%) en pacientes con VIH, en caso de ser positiva la prueba no treponmica, se recomienda la confirmacin con una prueba treponmica. La prevalencia en Colombia para hepatitis B oscila entre 25% con una tasa anual de incidencia de 1.9 por 100.000 habitantes (15,16). Adems, la prevalencia de esta patologa en hombres que tienen sexo con hombres alcanza hasta un 50% en los Estados Unidos. Aunque se desconoce la frecuencia de coinfeccin hepatitis C y VIH en Colombia, anecdticamente se estima inferior a la reportada en Estados Unidos, posiblemente por la diferencia de frecuencias en utilizacin de drogas intravenosas. Sin embargo, las implicaciones pronsticas y teraputicas de la coinfeccin son relevantes y, por consiguiente, se podra considerar su tamizaje universal en pacientes con VIH. Se recomienda realizar un estudio para determinar la prevalencia de coinfeccin VIH-hepatitis C, para evaluar si en la poblacin colombiana se justifica la realizacin de serologa para hepatitis C.
La tasa de incidencia de tuberculosis pulmonar en nuestro medio es cercana a los 20 casos por 100.000 habitantes (17). La prueba ms simple que permite evaluar la presencia de infeccin latente por tuberculosis es la prueba de tuberculina, que en pacientes con VIH se considera positiva cuando la induracin mide ms de 5 mm. La deteccin de infeccin latente permite considerar la administracin de terapia para evitar el desarrollo de tuberculosis activa. La prueba de tuberculina se afecta por el estado inmunolgico del paciente, por lo cual, si un paciente tiene tuberculina negativa pero tiene un recuento bajo de CD4, debe considerar repeticin de la prueba cuando alcance un recuento de CD4 por encima de 200. La frecuencia de anormalidades en la radiografa de trax parece ser baja. Una cohorte de 1.065 pacientes en diferentes estadios de infeccin por VIH a quienes se les realiz control radiolgico a los 0, 3, 6 y 12 meses detect anormalidades en slo el 2% de los pacientes (18). La frecuencia de lesiones intraepiteliales escamosas es alta en pacientes VIH (33-45% versus 7-14% en mujeres VIH positivas versus VIH negativas). Adems, las mujeres con VIH tienen un riesgo 1.7 veces mayor de cncer cervical (19), y la coinfeccin por HPV se asocia con un aumento en la inmunosupresin (20, 21). Lo anterior justifica la realizacin de una citologa vaginal a toda mujer embarazada con VIH. Los dos exmenes ms tiles para estadificar la infeccin, evaluar la necesidad de iniciacin de profilaxis para infecciones oportunistas y de terapia antirretroviral, son el recuento de CD4 y la carga viral. Por ser altamente improbable la progresin de la enfermedad a corto plazo en pacientes con recuento de CD4 por encima de 350, la utilidad de la carga viral en estas circunstancias es dudosa.
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3.
Recomendaciones
Se destacan los aspectos ms importantes a tener en cuenta en la valoracin de los pacientes con diagnstico de VIH
b. Anamnesis
1. Fecha de diagnstico de VIH. 2. Complicaciones asociadas con el VIH, incluyendo infecciones oportunistas, neoplasias y sntomas relacionados. 3. Comorbilidades: neuropata, enfermedad gastrointestinal, hepatitis viral, dislipidemia, diabetes, enfermedad renal. 4. Antecedentes de enfermedades infecciosas como varicela, tuberculosis o exposicin a tuberculosis, enfermedades de transmisin sexual, parasitismo intestinal y de posible exposicin a otras infecciones potencialmente oportunistas como tripanosomiasis, leishmaniosis, toxoplasmosis, paracoccidioidomicosis, histoplasmosis, criptococosis. 5. Esquemas de vacunacin previos. 6. Uso y alergias a medicamentos 7. Historia familiar sobre enfermedad cardiovascular y diabetes. 8. Comportamientos y hbitos como el uso de cigarrillo, alcohol, sustancias psicoactivas, prcticas sexuales incluyendo uso de condn y anticonceptivos. 9. Situacin familiar, empleo y grado de apoyo. 10. Informacin sobre si las parejas sexuales conocen el diagnstico. En caso de que an no les hayan informado, se recomienda asesorar al paciente sobre la importancia del
diagnstico de sus parejas sexuales actuales y brindar el apoyo necesario para lograr este objetivo. Al considerar dar informacin a contactos y/o familiares debe tenerse en cuenta la normatividad vigente.
c. Revisin por sistemas
1. Fiebre. 2. Sudoracin nocturna. 3. Cefalea. 4. Alteraciones visuales. 5. Odinofagia y disfagia. 6. Sntomas respiratorios. 7. Sntomas gastrointestinales. 8. Alteraciones drmicas. 9. Estado de nimo, concentracin, memoria, lbido, patrones de sueo y apetito.
d. Exmen fsico
1. Signos vitales: pulso, presin arterial, temperatura. 2. Peso y talla: Calcule el ndice de masa corporal. 3. Piel: presencia de dermatitis seborrica, sarcoma de Kaposi, foliculitis, infecciones micticas, psoriasis y prrigo. 4. Orofaringe: presencia de candidiasis, leucoplasia oral, sarcoma de Kaposi, aftas orales, enfermedad periodontal. 5. Fundoscopia: especialmente en pacientes con estadio sida, y determinar la necesidad de evaluacin por oftalmologa.
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6. Presencia de linfadenopatas, esplenomegalia, hepatomegalia. 7. Cardiovascular y pulmonar: signos anormales. 8. Perin: presencia de lesiones de condiloma, lceras, herpes. 9. Neurolgico: evaluar funcin cognitiva, motora y sensorial. 10. En la mujer: examen ginecolgico.
e. Intervenciones iniciales
1. Educacin sobre la enfermedad, modos de transmisin, riesgos reales para seres queridos, recomendaciones generales alimentarias, autocuidado, precauciones relevantes para la prevencin de infecciones oportunistas, eficacia de la terapia antirretroviral, requisitos para tener xito con la terapia. 2. Asesora acerca de estilo de vida (comportamiento sexual, uso de alcohol o drogas, tabaquismo). 3. Vacuna hepatitis B (en aquellos con serologa negativa). 4. Vacuna contra influenza (para todos los pacientes). 5. Vacuna contra Streptococcus pneumoniae (en aquellos con CD4 superior a 200).
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Referencias
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E.
1.
1.1
Existe evidencia suficiente para iniciar terapia antirretroviral en pacientes sintomticos (1). Se considera sintomtico aquel paciente con categora B (candidiasis oral, candidiasis vulvovaginal persistente, herpes zoster que compromete ms de un dermatoma por lo menos en dos ocasiones, trombocitopenia idioptica, prdida de peso de ms del 10%, diarrea de ms de un mes de duracin o fiebre no explicada de ms de un mes de duracin) o C (infeccin o tumor oportunista) de la estadificacin del CDC (ver anexo). El factor clave para tomar la decisin de cando iniciar la terapia es el riesgo de progresin a sida o muerte que tenga un paciente dependiendo de lo avanzado de su infeccin. Ya que el paciente con VIH debe ser evaluado peridicamente, la evidencia til para tomar esta decisin debe indicar el riesgo de progresin a sida o muerte en un perodo corto de seguimiento (seis meses). Adems, debe tenerse en cuenta en la toma de esta decisin el costo de la terapia, la toxicidad derivada de la misma, la probabilidad de lograr recuperacin adecuada del sistema inmune y la disponibilidad de regmenes futuros. El costo de la terapia debe tenerse en cuenta, ya que debe balancearse el riesgo de la progresin con el costo derivado de prevenir dicha progresin. La toxicidad tambin es determinante, ya que el posible beneficio derivado de la terapia en lo referente a evitar el riesgo de progresin debe balancearse con el riesgo de desarrollar efectos adversos, algunos de los cuales pueden poner en riesgo la vida del paciente. La probabilidad de recuperar el sistema inmune es otro factor importante a tener en cuenta, ya que el objetivo principal de la tera-
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pia es la reconstitucin del sistema de defensa para evitar que el paciente sufra de infecciones o tumores oportunistas. La limitacin en el nmero de regmenes teraputicos es otro factor decisorio, ya que en general se asume que a mayor duracin de la exposicin a antirretrovirales, menor es la disponibilidad de regmenes futuros. Por eso, la iniciacin de la terapia debe hacerse cuando el paciente presente cierto riesgo de progresin que pueda ser contrarrestado con los medicamentos, y no cuando el riesgo de progresin sea mnimo. En este ltimo escenario se estaran utilizando recursos econmicos limitados, se estara exponiendo al paciente a toxicidad medicamentosa, y se estaran comprometiendo posibles regmenes futuros. El costo de la terapia antirretroviral administrada para prevenir un evento, debe balancearse con el costo de la hospitalizacin de un paciente por infeccin oportunista. En esta seccin se discute la evidencia referente al riesgo de progresin a sida o muerte en pacientes infectados en diferentes etapas de evolucin, y la probabilidad de recuperar el sistema inmune. Algunos estudios comparan desenlaces clnicos, virolgicos o inmunolgicos (postratamiento) en pacientes que inician terapia en diferentes etapas de evolucin. Se utiliza esa informacin para estimar diferentes momentos de inicio de la terapia y se balancean los costos de la iniciacin de la terapia en diferentes momentos con el costo de la hospitalizacin por infecciones oportunistas. Los costos, toxicidad y alternativas futuras de los antirretrovirales se discuten en detalle en otras secciones.
1.2
Presentacin de la evidencia
La referencia 2 es importante para documentar la importancia de la velocidad de cada de los CD4 como determinante de progresin. Sin embargo, los riesgos de progresin anuales son bajos para el grupo de pacientes con CD4 mayor de 300, aun cuando la velocidad de cada de los CD4 es alta.
En la referencia 3, la carga viral de base no fue determinante de la progresin, analizada hasta ms de 55.000 copias. Este estudio mostr que la terapia antirretroviral fue til para evitar progresin a sida o muerte slo en el grupo de pacientes con CD4 menor de 200. Los riesgos a 200 das son aproximados de acuerdo con las curvas de Kaplan-Meier del artculo original. La referencia 4 no se incluye en la tabla ya que los autores no proveen estimativos del riesgo de progresin segn parmetros de riesgo, pero realizan un anlisis multivariado de riesgos proporcionales de Cox en el que muestran que el recuento de CD4 y la velocidad de cada de CD4 son los principales determinantes de progresin. Este estudio fue hecho en 44 pacientes hemoflicos nicamente. La referencia 5 muestra que el riesgo de progresin es bajo en pacientes con CV menor de 30.000 copias (4.5 log) y CD4 mayor de 200. Ambos valores fueron determinantes de progresin en esta cohorte de pacientes con promedio de CD4 de inicio de 249. Adems muestran que el tiempo hasta progresin era dos veces mayor en quienes tenan un incremento en la carga viral mayor a un logaritmo comparado con quienes tenan incremento menor a un logaritmo en el ltimo ao, y 1.9 veces en quienes la cada de CD4 era mayor de 150 clulas comparado con quienes tenan una cada menor a 150 clulas en el ltimo ao. Es de utilidad para concluir que en pacientes con CD4 similares a los de este grupo, la carga viral es un determinante importante de progresin, independiente de los CD4, y para reafirmar que la velocidad de cada de los CD4 y tambin la velocidad de incremento de carga viral son determinantes de progresin. La referencia 6 evala el riesgo de progresin por 100 personas ao seguidas segn recuento de CD4 mayor o menor de 250. Los que tienen un recuento mayor a 250 tienen un riesgo muy bajo de progresin (0.3 por 100 personas ao seguidas), mientras que el riesgo es importante en aquellos con CD4 menor de 250 (17 por 100 personas ao seguidas). Los pacientes fueron seguidos en promedio por un perodo de 3.5 aos.
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La referencia 7 tiene utilidad en la medida en que nos dice cul es la velocidad promedio de cada de linfocitos CD4 en seis meses. En este estudio el promedio de cada de CD4 fue alrededor de 20 clulas en seis meses. Adems, confirma que la velocidad de cada de los CD4 se asocia con progresin de la enfermedad. La referencia 8 (Estudio Incona) no est en la tabla ya que no se dan estimativos de riesgo de progresin sino que evalan desenlaces inmunolgicos y virolgicos. Este estudio de cohorte, que incluy 1.421 pacientes, no encontr diferencias significativas entre pacientes que empiezan ARV con CD4 > de 350 y aquellos que empiezan con CD4 entre 200 y 350. Tambin muestra que pacientes con CD4 bajos tienen una respuesta inmunolgica a ARV similar a aquellos con CD4 ms altos pero el estudio mostr una tendencia a peor respuesta virolgica. La referencia 9 es tambin un estudio de cohorte con 162 pacientes europeos donde se evalan desenlaces clnicos en pacientes que empiezan terapia en diferentes instantes. Muestran que los pacientes que inician terapia con CD4 menor de 100 tienen significativamente ms eventos clnicos (incluidos eventos clnicos a corto plazo) que los pacientes que inician con CD4 ms altos. 20% de aquellos iniciados con CD4 menor de 100 presentaron algn evento clnico, comparado con 3% para aquellos que iniciaron con CD4 mayores. La referencia 10 (Estudio WHIS) es un estudio de cohorte con 1.054 mujeres infectadas con VIH seguidas en promedio 3.4 aos, que iniciaron tratamiento en diferentes estadios de la enfermedad. El estudio reporta una diferencia significativa en cuanto a desenlaces clnicos en pacientes que inician terapia con CD4 < de 200 y > de 200 y en aquellos con carga viral > de 50.000 y < de 50.000. No encuentran diferencia de progresin estadsticamente significativa en eventos clnicos en pacientes que inician terapia con CD4 entre 200 y 350 y aquellas que iniciaron con CD4 mayor de 350. La referencia 11 (ART Collaboration) muestra los desenlaces clnicos de inters (sida o muerte) en 12.574 pacientes seguidos en
13 cohortes. El riesgo de tener desenlaces clnicos desfavorables fue significativamente mayor en aquellos que empezaron terapia con CD4 menores de 200. No hubo diferencia importante en los desenlaces clnicos de pacientes iniciados con CD4 entre 200 y 350 y aquellos con CD4 mayor de 350. La referencia 12 (Colaboracin Cascade) muestra que solamente un 8% de los pacientes con CD4 > 350 tienen cargas virales por encima de 100 mil copias. Los intervalos de confianza del riesgo de progresin a seis meses para los estratos de CD4 entre 200 y 350 y mayor de 350 se superponen para todas las categoras de carga viral excepto para los que tienen entre 30 mil y 100 mil copias, lo cual cuestiona si las diferencias de progresin a seis meses entre estos dos estratos de CD4 son realmente diferentes. La referencia 13 es un estudio de cohorte que incluy 54 pacientes con VIH que iniciaron terapia y fueron seguidos por 48 semanas. Este estudio es til para comparar la probabilidad de reconstitucin inmune en pacientes con CD4 entre 250 y 500 y aquellos con CD4 mayores de 500. La probabilidad de reconstitucin inmune es similar en ambos grupos. Un estudio de cohorte que incluy 679 pacientes infectados seguidos por un perodo de 3.5 aos despus de la iniciacin de la terapia antirretroviral, mostr que la mortalidad de los pacientes que iniciaban terapia antirretroviral con CD4 menor a 200 era mayor de aquellos que iniciaban con CD4 superior a 200 (14).
240
241
La informacin presentada indica que el riesgo de progresin a sida o muerte en un perodo de 6 meses es muy bajo para pacientes que tienen un recuento de CD4 mayor a 350 y que aquellos que inician tratamiento con CD4 por encima de 350 no tienen beneficio comparado con los que inician con CD4 entre 200 y 350. El riesgo agregado de progresin es alto cuando el recuento de CD4 est por debajo de 200. An ms importante es la evidencia de que la mortalidad de los pacientes que inician terapia con CD4 menor a 200 es mayor que aquellos que inician la terapia con ms de 200 CD4. Por lo tanto, todo indica que la terapia se debe iniciar cuando el paciente tiene un recuento de CD4 superior a 200 e inferior a 350. La cohorte italiana sugiere que el riesgo con CD4 entre 200 y 250 puede ser tambin alto. Por lo tanto, parece razonable iniciar tratamiento en todos los pacientes que tienen CD4 por debajo de 250. Para los pacientes con CD4 mayor de 200 y menor de 350 pero con una carga viral mayor de 100000, el riesgo de progresin en 6 meses parece estar cerca al 5%. Por lo tanto, en pacientes con recuento de CD4 entre 250 y 300, se debe considerar iniciar la terapia solamente si la carga viral est consistentemente por encima de 100000 copias.
1.3
Se estima que la estancia de los pacientes hospitalizados por infeccin oportunista es de aproximadamente 15 das, y el costoda de los pacientes de alto costo en el sistema se estima en $ 200 mil. Segn esta ltima apreciacin, una hospitalizacin cuesta en promedio 3 millones de pesos. A estos costos debe sumrsele otros costos derivados de la incapacidad laboral, que usualmente es por lo menos de 30 das.
242
243
1.4
Recomendacin
Tabla No. 1.12 Recomendaciones de iniciacin de la terapia.
2.
2.1
Hace unos aos no poda hablarse de regmenes antirretrovirales preferenciales, pues la evidencia acerca de eficacia y toxicidad comparativa de los medicamentos y el nmero mismo de medicamentos eran limitados. No discutiremos aqu los regmenes basados en monoterapia o terapia doble, ya que debido a su poca eficacia han cado en desuso. Actualmente el nmero de ensayos clnicos con resultados disponibles y aplicables a pacientes infectados con VIH es impresionante. A la luz de la evidencia disponible, entonces, no es lo mismo empezar cualquier rgimen combinado, ya que algunos regmenes son ms eficaces que otros y la tolerancia, toxicidad, conveniencia y posibilidad de afectar regmenes posteriores tambin es diferencial. Para decidir cules son los regmenes preferenciales, es importante tener en cuenta las siguientes variables: eficacia, toxicidad y tolerancia, perfil de resistencia, conveniencia, y costo.
Los antirretrovirales se clasifican en tres grupos principales : Inhibidores Anlogos No-Nucleosidos de la Transcriptasa Inversa (ITRNN) Inhibidores Anlogos Nucleosidos de la Transcriptasa Inversa (ITRN) Inhibidores de la proteasa. En el primer grupo ITRNN encontramos: Zidovudina (AZT), Lamivudina (3TC), Estavudina (D4T), Didanosina (DDI), Tenofovir. En el segundo grupo ITRN encontramos: Efavirenz, Nevirapina En el tercer grupo encontramos: Nelfinavir, Lopinavir + Ritonavir, Saquinavir + Ritonavir, Atazanavir +/- Ritonavir, Fosamprenavir +/- Ritonavir Existen otros grupos de medicamentos antirretrovirales como los inhibidores de fusin y de integrasas que estn por fuera del alcance de la presente gua.
2.2
Presentacin de la evidencia
La informacin obtenida de las mencionadas fuentes de informacin se tabul en hojas de clculo de Microsoft Excel. Se incluyeron 249 brazos de tratamientos derivados principalmente de ensayos clnicos y pocos de estudios de cohorte. Para cada brazo de tratamiento se registr su eficacia, medida como la proporcin de pacientes en dicho rgimen que alcanzaron supresin virolgica (carga viral menor de 400, cuando el dato estaba disponible, o carga viral menor de 20, 50, 200, 500 en su defecto) con un perodo de seguimiento de por lo menos 48 semanas (pocos estudios mencionaron seguimiento superior a las 48 semanas) segn anlisis de tipo intencin de tratar. Se tom como paPrograma de Apoyo a la Reforma de Salud - Pars
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rmetro de preseleccin, regmenes que reportaran una eficacia igual o superior al 65% para carga viral menor de 500, 400 200, o superior al 60% para carga viral menor de 50 copias. Como parmetro de evaluacin de tolerancia y toxicidad se registr para cada brazo de tratamiento, la proporcin de pacientes que suspendieron el tratamiento como consecuencia de efectos adversos. Se seleccionaron regmenes que reportaran un porcentaje de suspensin por efectos adversos igual o inferior al 20%. De los estudios que cumplieron con los criterios de eficacia y tolerabilidad, se incluyeron regmenes que tuvieran informacin derivada de por lo menos un ensayo clnico aleatorizado. Adems de la evidencia que se presenta a continuacin, existe un meta-anlisis reciente que combin 64 ensayos clnicos, en el que concluye que la eficacia es significativamente superior cuando se utilizan regmenes que se basan en Itrnn o en IP-reforzado (carga viral menor de 50 copias en 63 y 64% de los casos, respectivamente) en comparacin con IP o nuclesidos (15). Adicionalmente, una medida indirecta de eficacia y tolerancia de un rgimen es su durabilidad. El promedio de duracin de regmenes iniciales basados en ITRNN (2.1 aos) es significativamente mayor que para regmenes basados en IP, (1.6 aos) segn un estudio de cohorte que sigui 440 pacientes por un perodo de tiempo prolongado (16). La siguiente tabla muestra los regmenes que cumplieron con los parmetros de eficacia y tolerancia mencionados, con el grado de evidencia y la referencia biliogrfica. Se incluyeron regmenes de estudios realizados en pacientes experimentados siempre y cuando cumplieran con los mismos parmetros. Se han excluido regmenes no disponibles en nuestro medio en el momento de la redaccin de esta gua (Tenofovir, Fosamprenavir, Emtricitabina) y aquellos en los que didanosina y estavudina fueran co-administrados. Esto ltimo por evidencia que indica una toxicidad mitocondrial potenciada, que aunque muy infrecuentemente, puede generar sndrome de hiperlactatemia (17). En el caso de que un mismo rgimen mostrara resultados de eficacia no consistentes (proporcin de respuesta reportada por encima y por debajo
del punto de corte mencionado), se combinaron todos los estudios de dicho rgimen para encontrar el agregado de la respuesta. Lo anterior ocurri con regmenes de AZT-3TC-Indinavir y de D4T-3TC-Indinavir. En el primer caso, dos estudios (18, 19) mostraron respuesta favorable (por encima de los puntos de corte) y dos estudios (20, 21, 22, 23, 24, 25, 26) mostraban respuesta desfavorable (por debajo de los puntos de corte). Se combinaron estos ocho estudios, sumando 965 pacientes, con un porcentaje de respuesta ptima de 55%. Se consider, entonces, que en el agregado, la combinacin AZT-3TC-Indinavir no cumpla con los requisitos establecidos de eficacia. Similarmente, un estudio mostr respuesta favorable para D4T-3TC-Indinavir (18) y otro mostr respuesta desfavorable (26). Se combinaron ambos estudios, sumando 186 pacientes, con un porcentaje de respuesta ptima de 61%. Se consider que en el agregado la combinacin D4T-3TCIndinavir no cumpla con los requisitos de eficacia.
Tabla No. 1.13 Regmenes que cumplen criterios de seleccin.
* **
n = nmero agregado de pacientes en estudios que cumplieron criterios de seleccin mencionados para cada rgimen. Para saquinavir ritonavir se agregaron los estudios por no consistencia en uso de nuclesidos. Algunos de los estudios eran en pacientes expuestos.
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Es importante considerar los hallazgos de superioridad, inferioridad y equivalencia de ciertos regmenes frente a otros. El efavirenz ha mostrado superioridad a abacavir, nelfinavir, indinavir, amprenavir-ritonavir, y saquinavir-ritonavir en ensayos clnicos controlados (47, 48, 49, 50, 51), y a nevirapina en estudios de cohorte (52, 53). El lopinavir-ritonavir ha mostrado superioridad a nelfinavir (43). Abacavir administrado una vez al da ha mostrado equivalencia a abacavir administrado dos veces al da (31). Lamivudina una vez al da ha mostrado equivalencia a lamivudina administrada dos veces al da (29). Atazanavir mostr equivalencia a efavirenz en un ensayo clnico controlado (44). Adems, hay estudios que permiten considerar el uso de combinaciones alternativas para saquinavir, pudiendo usarse como 1.000 mg cada 12 horas en combinacin con ritonavir 100 mg (38), o como 1.600 mg con 100 mg de ritonavir en una sola toma. Sin embargo, esta ltima combinacin result inferior a efavirenz en un ensayo clnico, posiblemente como consecuencia de intolerancia mayor (49). Hay que aclarar que algunos regmenes tienen consideraciones especiales, por contraindicaciones absolutas o relativas para su uso. El efavirenz no debe ser usado en el embarazo por su potencialidad mutagnica o en mujeres en edad reproductiva que no estn usando mtodos efectivos de anticoncepcin (54). La nevirapina debe evitarse en mujeres con recuento de CD4 superiores a 250 o en hombres con recuentos de CD4 superiores a 400 por la posibilidad de reacciones adversas severas (55). Adems debe tenerse en cuenta la posibilidad de comprometer regmenes posteriores, ya que la duracin promedio de un rgimen antirretroviral de primera vez es cercana a los dos aos (16). Eso quiere decir que luego de aproximadamente dos aos, cerca de la mitad de los pacientes van a modificar su tratamiento por razones de intolerancia o fracaso. Es claro que la posibilidad de xito teraputico es inferior en regmenes subsiguientes (ver seccin sobre modificacin de tratamiento), en parte por el surgimiento de resistencia viral que puede afectar de manera cruzada medicamentos que an no
han sido empleados en el paciente. Por eso debe tenerse en cuenta la frecuencia de seleccin de mutantes virales resistentes. En la siguiente tabla se resume la frecuencia de seleccin de mutantes resistentes para los principales regmenes.
Tabla No.1.14 Frecuencia de fracaso virolgico y resistencias a regmenes de inicio.
La frecuencia de resistencia es sobre el total de los que fracasan. Finalmente, es importante considerar la conveniencia de cada rgimen, expresada como nmero de tomas al da, nmero de unidades a ingerir por toma, y posibilidad de interferir con medicamentos o comida. Todo lo anterior se resume en la siguiente tabla.
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Rgimen
Tomas /da
Unidades /da
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Rgimen Antirretroviral
Medicamento
Dosificacin
Frecuencia
Rgimen Antirretroviral
Medicamento
Dosificacin
Frecuencia
* ** ***
Presentacin de cpsulas de liberacin prolongada. La nevirapina debe ser iniciada con una dosis de 200 mg al da por 15 das, para despus aumentar la dosis a 200 mg cada 12 horas si el paciente ha tolerado. El saquinavir se puede administrar alternativamente 400 mg combinado con 400 mg de ritonavir dos veces al da, y en pacientres con dificultades de cumplimiento 1.600 mg con 100 mg de ritonavir una vez al da.
**** La dosis de D4T debe ser de 30 mg cada doce horas en pacientes que pesen menos de 60 kilogramos. (1) y (2): fosamprenavir combinado en pacientes no expuestos a inhibidores de proteasa puede ser dosificado slo como 1.400 mg dos veces al da, o con ritonavir ya sea como 1.400 mg (con 200 mg de ritonavir) una vez al da, o como 700 mg (con 100 mg de ritonavir) dos veces al da.
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2.3
Recomendaciones1
a. Rgimen preferido
AZT 3TC Efavirenz* (IA) Regmenes alternativos para usar segn indicacin 1. En pacientes con anemia moderada o severa de base (hemoglobina menor de 10 mg/dL), se pueden utilizar los siguientes regmenes alternativos: D4T + 3TC + efavirenz (IA): o DDI* + 3TC + efavirenz (IB) o Abacavir + 3TC + efavirenz (IA): Esta ltima combinacin tambin se puede utilizar en remplazo de AZT 3TC cuando el mdico y el trabajador encargado del cumplimiento (TEC) determinen que el paciente, por su estilo de vida, requiere de un rgimen de administracin en slo dos dosis al da. El Efavirenz no se debe utilizar en mujer en edad reproductiva sin anticoncepcin efectiva o si el paciente tiene enfermedad psiquitrica. En estos casos los regmenes preferidos son: 2. AZT + 3TC + nevirapina (IA): Usar en remplazo de efavirenz si la paciente es una mujer en edad reproductiva, no utiliza anticoncepcin efectiva, y tiene recuento de CD4 menor de 250.
1 Las consideraciones de costos y los anlisis costo beneficio estn contenidos en anexo independiente. * La administracin de una cpsula de 600 mg de efavirenz es preferible a tres cpsulas de 200 mg por conveniencia. * Se recomienda nicamente el uso de la didanosina en cpsulas entricas de 400 mg para administrar una vez al da por conveniencia, superior tolerancia y ventajas farmacocinticas. No se recomienda el uso de didanosina de 100 mg. * En pacientes con alergia a las sulfas el fosamprenavir debe ser utilizado con precaucin por la posibilidad de alergia cruzada severa.
Usar en reemplazo de Efavirenz en mujer embarazada si CD4 menor de 250. Usar en remplazo de efavirenz en pacientes con enfermedad psiquitrica, si es mujer y CD4 menor de 250, u hombre y CD4 menor de 400.
En los casos en los que no se pueda utilizar EFV y la NVP no se considere como el tratamiento alternativo de eleccin, se puede recomendar como esquema de primera lnea el AZT + 3TC (con las mismas consideraciones anteriores) junto con un Inhibidor de proteasa, balanceando la posibilidad de cumplimiento y el costo para decidir individualmente, as (IB): Lopinavir-ritonavir Saquinavir-ritonavir Atazanavir +/- ritonavir Fosamprenavir* +/- ritonavir 3. Nelfinavir (IB): Usar en remplazo de efavirenz en la mujer embarazada si el recuento de CD4 es mayor a 250. Se asocia a zidovudina + lamivudina con las mismas observaciones que en el tem del efavirenz
2.4
Antes que el paciente inicie la toma de los medicamentos, debe evaluarse si est fsica y mentalmente listo para iniciar la terapia. El paciente debe tener un proceso educativo y de sensibilizacin sobre la importancia del cumplimiento de la terapia, los riesgos derivados del incumplimiento y la posibilidad de efectos adversos del tratamiento. Un requisito fundamental para el xito de la terapia antirretroviral es el cumplimiento por parte del paciente de las citas de consulta
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externa. Por eso, se recomienda iniciar la terapia en la consulta externa y, nicamente de manera excepcional, en el paciente hospitalizado (III B).
3.
3.1
La mayora de pacientes que inician terapia antirretroviral desarrollan efectos adversos. Muchos de estos efectos adversos son leves y el paciente es capaz de tolerarlos y adaptarse a ellos sin que afecte significativamente su estilo de vida. La minora producen incapacidad funcional requiriendo intervencin farmacolgica o suspensin de la terapia. Tambin, la minora de los casos, la severidad de la reaccin al tratamiento indica la suspensin del mismo. Es importante proveer al paciente de la informacin pertinente y de las ayudas farmacolgicas necesarias en el momento en el que se le prescribe el tratamiento. En general, existen efectos adversos comunes a todos los medicamentos como son astenia, cefalea, dolores, malestar general, y disfuncin gastrointestinal. Otros efectos adversos son ms especficos para uno o pocos medicamentos. Algunos son efectos comunes a la clase farmacolgica. La decisin de cundo suspender un medicamento por efectos adversos depende ms del criterio clnico que de la evidencia disponible. La evidencia cientfica permite hacerse una idea de cuando la severidad de un efecto adverso pone en peligro al paciente indicando la suspensin del mismo.
3.2
Presentacin de la evidencia
Para cada rgimen antirretroviral se tabul informacin sobre toxicidad en una hoja de Microsoft Excel, donde se incluyeron los efectos adversos, su frecuencia y su nivel de severidad. Esa informa-
cin no se presenta detallada en esta gua por lo dispendioso y extenso que representara su presentacin. Es importante mencionar de manera referenciada, sin embargo, los siguientes puntos: La mayora de pacientes que suspenden algn medicamento antirretroviral por intolerancia lo hacen durante las primeras semanas de tratamiento (25, 56) La estavudina es el principal antirretroviral asociado con lipoatrofia (32, 59) La estavudina se asocia con aumento importante de triglicridos (32, 54) La estavudina se ha asociado repetidamente con sndrome de hiperlactatemia (60, 61, 62) Cuando un paciente ha presentado presuntivamente una reaccin de hipersensibilidad a abacavir, no debe ser expuesto nuevamente al medicamento, ya que la reexposicin se ha asociado con reacciones severas potencialmente fatales (63) La toxicidad heptica por nevirapina es especialmente peligrosa, con casos reportados de falla heptica y muerte (33, 64) Aunque el brote cutneo es frecuente en pacientes expuestos a ITRNN, en muchos casos no requiere descontinuacin del medicamento (25, 65) Los antihistamnicos y corticoides no parecen ser efectivos como profilaxis para evitar reacciones cutneas a efavirenz y nevirapina (66, 67) Los antihistamnicos y/o corticoides han resultado anecdticamente tiles para tratar las reacciones cutneas a efavirenz y nevirapina (36) La elevacin severa de las transaminasas asintomtica no indica descontinuacin de los antirretrovirales (sobre todo cuanPrograma de Apoyo a la Reforma de Salud - Pars
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do se cree asociada a inhibidores de proteasa), ya que la mayora de pacientes presentan mejora o resolucin de dicha anormalidad con la continuacin del tratamiento (42, 68) El efecto del atazanavir sobre el perfil lipdico es claramente favorable comparado con otros inhibidores de proteasa y con efavirenz (44, 69) La lipodistrofia asociada con inhibidores de proteasa puede mejorar subjetivamente hasta en el 50% de pacientes que los remplazan con nevirapina (70) La urolitiasis asociada a indinavir se presenta usualmente despus de las 24 semanas de iniciado el tratamiento y con una frecuencia alta si el perodo de exposicin es largo, con cifras de hasta 36% con seguimiento a 3 aos. La urolitiasis no es una indicacin absoluta de suspesin de indinavir, pero la frecuencia de repeticin de litiasis en quienes ya han tenido un primer episodio es de hasta 60% (71) Pacientes que se encuentran controlados con regmenes basados en inhibidores de proteasa que sustituyen el inhibidor de proteasa por abacavir, tienen un riesgo aumentado de fracaso virolgico. Cuando se sustituye el inhibidor de proteasa por un ITRNN (efavirenz o nevirapina), no parece incrementarse el riesgo de fracaso virolgico (72) Personas con alergia a las sulfas pueden presentar alergia cruzada al fosamprenavir. Se recomiendo en estos casos el uso de fosamprenavir con precaucin*. A continuacin se presentan definiciones de las principales condiciones txicas a tener en cuenta. Algunas de las definiciones se basaron en la revisin de efectos adversos de la divisin de sida del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (DAIDS) (www.rcc.techresinntl.com), de diciembre de 2004:
* En pacientes con alergia a las sulfas el fosamprenavir debe ser utilizado con precaucin por la posibilidad dde alergia cruzada severa.
Sndrome de hiperlactatemia: debilidad, dolor abdominal, prdida de peso, nuseas y/o vmito, con o sin disnea, y niveles elevados de lactato (> 2 veces lmite normal superior), y acidosis con brecha aninica aumentada. (Es frecuente encontrar elevacin de las transaminasas, por lo cual en un paciente que recibe ITRN con sntomas compatibles con sndrome de hiperlactatemia, el sndrome debe investigarse cuando las transaminasas se encuentran elevadas.) Anemia moderada o severa: hemoglobina menor de 10 g/dL o cada de la hemoglobina de ms de 3.5 g/dL. Neutropenia severa: conteo absoluto de neutrfilos menor de 500/mm3. Sndrome de hipersensibilidad al abacavir: iniciacin durante las primeras ocho semanas de tratamiento con abacavir de brote cutneo asociado con dos de los siguientes sntomas: fiebre, sntomas gastrointestinales, sntomas respiratorios, mialgias, y malestar general; o tres de los sntomas mencionados sin brote cutneo. Neuropata perifrica (y parestesias) severa y refractaria: alteracin de la sensibilidad que afecta el funcionamiento social y laboral del paciente y que no mejora con tratamiento mdico. Pancreatitis clnica: elevacin consistente (repetida) de amilasa y/o lipasa acompaada de sntomas concordantes (dolor abdomial, nusea, vmito, con o sin fiebre). Lipoatrofia moderada: prdida de grasa subcutnea de la cara, las extremidades y las nalgas, detectable al examen fsico por el trabajador de la salud. Brote cutneo severo: brote con componente vesicular, ampolloso o descamativo o que se acompaa de fiebre y/o compromiso de mucosas (en pacientes que reciben nevirapina y desarrollan brote cutneo severo debe investigarse la coexistencia de toxicidad heptica). Hiperlipidemia de riesgo y refractaria: cumple con la definicin de hipertrigliceridemia moderada o severa y refractaria y/o de hipercolesterolemia de riesgo y refractaria.
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Hipertrigliceridemia moderada o severa y refractaria: triglicridos repetido superior a 750 mg/dL, a pesar del manejo nutricional y farmacolgico durante por lo menos 6 meses. Hipercolesterolemia de riesgo y refractaria: hipercolesterolemia que est por encima de valores especificados a pesar del manejo ptimo con terapia hipolipemiante (dosis mximas toleradas de estatinas permitidas por lo menos durante tres meses). Valores especificados: Colesterol total: Superior a 240 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular bajo (0-1 factor de riesgo cardiovascular adicional). Superior a 200 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular intermedio (dos o ms factores de riesgo cardiovasculares adicionales) o en pacientes con enfermedad coronaria o su equivalente (diabetes, enfermedad arterial carotdea, enfermedad vascular arterial perifrica). Colesterol LDL: Superior a 190 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular bajo. 160 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular moderado. 130 mg/dL en pacientes con enfermedad coronaria o su equivalente. Intolerancia gastrointestinal refractaria: nusea severa o vmito severo (impide considerablemente ingesta de alimentos y dura por lo menos 48 horas o causa deplecin de volumen detectable con signos vitales/ortostatismo), diarrea severa (ms de siete deposiciones al da o interferencia con funcionamiento social o laboral, o signo s d e d eplecin d e volumen) que no mejor a con ter a pi a farmacolgica y dietaria. Hepatitis clnica: nuseas, vmito y dolor abdominal, sin otra explicacin alternativa con elevacin de transaminasas y bilirrubinas de cualquier nivel.
Hepatitis paraclnica severa y persistente: elevacin de transaminasas por encima de cinco veces el lmite normal superior, y que no mejora a pesar de continuar el tratamiento antirretroviral en un perodo de cuatro a ocho semanas. Sntomas neuropsiquitricos severos y refractarios: sntomas neuropsiquitricos que interfieren con el funcionamiento social y laboral, y que no mejoran en un perodo de cuatro a seis semanas a pesar del manejo mdico. Hiperglicemia moderada y refractaria: glucosa en ayunas por encima de 126 mg/dL que no mejora con al menos tres meses de dieta y ejercicio. Lipodistrofia moderada: acumulacin anormal de grasa en el cuello, pecho o abdomen, detectable al examen fsico por el trabajador de la salud. Nefritis por indinavir: parcial de orina anormal con sedimento y creatinina repetida por encima de dos, sin evidencia de urolitiasis ni otra explicacin. Urolitiasis: dolor lumbar y/o abdominal con evidencia de hematuria en el parcial de orina o/y documentacin radiolgica de obstruccin de la va urinaria, y/o eliminacin en la orina de clculos macroscpicos. Hiperbilirrubinemia intolerable: hiperbilirrubinemia indirecta por encima de 2.5 veces el lmite normal superior y que el paciente no puede aceptar desde el punto de vista esttico. La siguiente tabla procura resumir los efectos adversos ms importantes, su manejo farmacolgico y no farmacolgico, y el grado de severidad que indica su descontinuacin.
260
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262
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Antirretroviral
Efectos adversos
Manejo
Idicacin suspensin
3.3
Recomendaciones
Cuando la reaccin no pone en peligro inmediato al paciente, el mdico debe optimizar la ayuda farmacolgica y no farmacolgica para controlar el sntoma o signo, continuando la misma terapia antirretroviral (IIIA). Si el paciente contina con intolerancia a pesar de la optimizacin del manejo del efecto adverso, el medicamento considerado txico debe ser rpidamente remplazado (IIIA). Cuando la severidad de la reaccin pone en peligro inmediato la salud del paciente, la medicacin considerada txica debe ser remplazada (IIIA).
Cuando considere remplazar el inhibidor de proteasa en un rgimen, utilice preferencialmente un ITRNN y no utilice abacavir, con la excepcin de que el paciente no tolere o no cumpla otra terapia (IA). Cuando un paciente presente reaccin cutnea a la nevirapina, siempre verifique si existe compromiso heptico concomitante. De existir evidencia de compromiso heptico, NO remplace la nevirapina con efavirenz (IIIB). Cuando est manejando hiperlipidemias en pacientes con inhibidores de proteasa, NO utilice lovastatina ni simvastatina (IIE). Cualquier modificacin debe hacerse con precaucin, y siempre debe tenerse en cuenta la historia previa de exposicin a antirretrovirales (IIIA). La siguiente tabla muestra las recomendaciones especficas de modificacin de la terapia y sus indicaciones.
Tabla No. 1.20 Recomendaciones de modificacin de la terapia.
264
265
4.
4.1
Fracaso teraputico
Marco general y justificacin de la informacin necesaria
Es intuitivo concluir que cuando un rgimen no funciona debe ser cambiado. Para efectos de la recomendacin de modificar la terapia, se definir el fracaso teraputico desde el punto de vista virolgico nicamente. No se considerar dentro de la definicin el fracaso inmunolgico, ya que si un paciente tiene carga viral no detectable, aun con respuesta inmunolgica inadecuada, es altamente improbable que modificando la terapia ocurra reconstitucin inmune (con la excepcin de cuando se usa la combinacin de DDI y tenofovir (74), que a ciertas dosis produce una respuesta inmunolgica retardada o paradjica). Tampoco se considerar dentro de la definicin el fracaso clnico, ya que pacientes con severa inmunosupresin de base puePrograma de Apoyo a la Reforma de Salud - Pars
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den permanecer en riesgo de infecciones y tumores oportunistas a pesar de tener una buena respuesta a los medicamentos. Se define como fracaso teraputico cuando a pesar de un adecuado cumplimiento (> 95%), una adecuada tolerancia y a pesar de no tener razones clnicas (sndrome de mala absorcin) o farmacolgicas (consideraciones relativas a los alimentos, toma de productos naturales y/o farmacuticos que interacten con uno o ms de los antirretrovirales) que puedan alterar la eficacia de los medicamentos, un paciente tiene: Dos cargas virales consecutivas por encima de 400 copias (29, 43, 56), despus de seis meses de tratamiento Dos cargas virales consecutivas despus de dos meses de iniciacin del tratamiento, que no muestran una reduccin de al menos dos logaritmos con respecto al nivel de base. Es imperativo entonces, descartar respuesta subptima secundaria a incumplimiento, intolerancia e interacciones farmacocinticas, antes de decidir la modificacin de un rgimen antirretroviral por fracaso. La informacin necesaria para decidir cmo modificar la terapia es aquella que nos indique las probabilidades de xito de un nuevo rgimen cuando otro ha fallado, y su toxicidad. Adicionalmente, es crucial la informacin acerca de cundo se debe modificar la terapia.
4.2
Presentacin de la evidencia
Se incluyeron en una base de datos de Microsoft Excel los estudios que describan porcentajes de xito a regmenes usados en pacientes experimentados. La seleccin de regmenes se realiz considerando como favorables los que mostraran una respuesta ptima al tratamiento de por lo menos 55% usando carga viral indetectable menor de 500, 400 200, o de por lo menos 45% usando carga viral de 50 copias o menos. Tambin se tuvo en cuenta la toxicidad y tolerancia, medida como porcentaje de suspensin por efectos adversos. Se utiliz como
punto de corte regmenes que reportaran una frecuencia de suspensin menor al 25%. Se excluyeron regmenes que evaluaran respuesta en pacientes que iniciaban con carga viral indetectable, aquellos que se usaban de segunda lnea en pacientes tratados con monoterapia y aquellos con menos de 25 pacientes evaluados. La siguiente tabla muestra los resultados del proceso de seleccin.
Tabla No. 1.21 Regmenes tiles en pacientes con fracaso teraputico.
N = inhibidor transcriptasa reversa nuclesido; NN = inhibidor de trascriptasa reversa nonuclesido; IP = inhibidor de proteasa; Ten = tenofovir. * La dosis de Saquinavir-ritonavir fue de 400-400 dos veces al da, excepto en el ltimo rgimen que menciona la combinacin, donde se dio 400-600. Dosis de indinavir-ritonavir de 800-200mg cada doce horas. ** La dosis de fosamprenavir-ritonavir en este estudio fue de 700 mg de fosamprenavir con 100 mg de ritonavir dos veces al da. *** Tenofovir no disponible en el mercado colombiano.
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Es importante considerar tambin la probabilidad de que un segundo rgimen tenga xito segn los perfiles de resistencia y la seleccin de mutantes del rgimen que fracasa. Se recomienda revisar, entonces, las consideraciones de resistencia incluidas en la seccin de iniciacin de la terapia. Tambin se tuvieron en cuenta los resultados de estudios que evaluaron las tecnologas de deteccin de resistencia viral mediante ensayos clnicos aleatorizados en pacientes con fracaso virolgico en los que realizaron anlisis multivariados buscando determinantes de respuesta favorable al tratamiento y estudios con probabilidad de xito menor a los puntos de corte arriba mencionados pero que evaluaran adecuadamente el efecto de un antirretroviral comparado con placebo. Similarmente, se tuvieron en cuenta parmetros que en otros ensayos clnicos o estudios de cohorte hubieran mostrado consistentemente asociacin con xito en regmenes antirretrovirales en pacientes experimentados. Esta informacin se presenta en la siguiente tabla.
Tabla No. 1.22 Variables asociadas a xito de rgimen de rescate.
* **
No disponible en el mercado colombiano. Excepto cuando abacavir hace parte del nuevo rgimen (Nivel evidencia ref).
Si el principal determinante de las complicaciones clnicas de la infeccin es el compromiso inmunolgico, qu tan importante es modificar el tratamiento cuando un paciente tiene carga viral detectable pero buena respuesta inmunolgica? Las razones para buscar una supresin virolgica como meta primaria se esgrimen en la seccin de seguimiento del tratamiento. El principal inconveniente terico de continuar un rgimen que ha fracasado virolgicamente pero no inmunolgicamente, es la acumulacin de resistencias que de manera predecible comprometen la posibilidad de xito de regmenes posteriores (105). Es recomendable entonces cambiar el tratamiento tempranamente, guindose por los resultados de la carga viral. Si el paciente ha fracasado virolgicamente y no puede iniciar un nuevo esquema de manera inmediata, debe continuarse el tratamiento que ha fracasado o es mejor suspenderlo? Por los beneficios inmunolgicos que se ven an en pacientes con cargas virales hasta de 10.000 copias (103, 105, 106), es recomendable que el paciente contine el tratamiento que ha fracasado (si lo tolera), hasta tener disponible el nuevo esquema.
4.3
Recomendaciones
Del segundo fracaso teraputico en adelante, la modificacin de la terapia debe realizarse con asesora directa de un experto en enfermedades infecciosas o en VIH (IA). La siguiente tabla resume las recomendaciones de modificacin de la terapia antirretroviral aplicables nicamente al paciente con primer fracaso teraputico.
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Tabla No. 1-23 Recomendaciones de modificacin de terapia antirretroviral a pacientes con primer fracaso teraputico
* **
Uso preferencial de AZT sobre D4T. Evite usar al mismo tiempo DDI que atazanavir (DDI debe administrarse en estmago vaco y atazanavir con comida). Similarmente, aunque menos preocupante, DDI y lopinavir.
Nunca cambie un solo antirretroviral en un rgimen que est fracasando (IA). No aada un antirretroviral a un rgimen que ha tenido respuesta subptima (IA). La nica excepcin es aadir ritonavir a un rgimen basado en inhibidor de proteasa, en un paciente que tiene carga viral cercana a indetectable (IIIB) Cuando un rgimen est fallando, cambie el rgimen en su totalidad de ser posible o, de lo contrario, procure aadir 2 o ms medicamentos a los que el paciente no haya tenido exposicin (IA).
Procure iniciar el nuevo rgimen antes de que la carga viral del paciente alcance ms de 10.000 copias (IB). Si el paciente no puede iniciar el nuevo rgimen inmediatamente se diagnostica el fracaso teraputico, contine el rgimen que est fracasando si el paciente lo tolera en lugar de suspender los medicamentos (IIB). La siguiente tabla muestra la dosificacin de los regmenes de segunda lnea.
Tabla No. 1-24 Dosificacin de los regmenes de segunda lnea
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* **
La nevirapina debe ser iniciada a una dosis de 200 mg al da por 15 das para despus aumentar la dosis a 200 mg cada doce horas si el paciente ha tolerado. El saquinavir se puede administrar alternativamente 400 mg combinado con 400 mg de ritonavir dos veces al da, y en pacientes con dificultades de cumplimiento 1.600 mg con 100 mg de ritonavir una vez al da. La dosis de D4T debe ser de 30 mg cada doce horas en pacientes que pesen menos de 60 kilogramos.
***
**** Aunque el atazanavir y DDI se administran ambos una vez al da no deben ser administrados al mismo tiempo.
5.
5.1
Las pruebas de genotipificacin han tenido gran auge para guiar la modificacin de la terapia posterior a fracaso teraputico. Sin embargo estas pruebas requieren de tecnologa avanzada, no fcilmente disponible, y son extremadamente costosas. En nuestro medio existen pocos laboratorios que ofrezcan de manera confiable las pruebas de genotipificacin. En pases con recursos limitados, el beneficio teraputico de las pruebas de genotipificacin debe balancearse contra su costo. Revisaremos a continuacin la evidencia referente al beneficio teraputico de las pruebas de genotipificacin y su costo-efectividad. Se menciona tambin el costo aproximado de estas pruebas en nuestro medio.
5.2
Presentacin de la evidencia
La siguiente tabla resume evidencia derivada de ensayos clnicos y meta-anlisis que evaluaron la utilidad de las pruebas de genotipificacin.
Tabla No. 1.25 Evidencia acerca de la repercusin de las pruebas de genotipificacin en la respuesta virolgica de pacientes en esquemas de rescate
En el estudio CPCRA (111) un experto asisti en la seleccin de los antirretrovirales y la interpretacin del genotipo. El estudio HAVANA (85) encontr evidencia a favor del uso de consejera de un experto para la toma de la decisin del tratamiento, evidente a partir del segundo fracaso teraputico. La utilidad de la prueba de resistencia viral de genotipificacin en pacientes con primer fracaso teraputico es desconocida. Los ensayos clnicos que han comparado la prueba de genotipificacin con el estndar de tratamiento han incluido pacientes con historia de uno o ms fracasos virolgicos. Si bien se estima que la frecuencia de respuesta ptima a los 3-6 meses mejora entre 12 y 18% al usar la prueba de genotipificacin, no es claro si ese beneficio estimado es ms real para pacientes con cierta historia de exposicin a antirretrovirales. Es intuitivo pensar que los pacientes que ms se benefician de una prueba de genotipificacin son aquellos con una historia de exposicin a antirretrovirales intermedia. Los pacientes con historia limitada de exposicin tericamente pueden tener una respuesta adecuada al tratamiento independientemente de que se use o no la prueba de genotipificacin. Lo anterior se soporta con los hallazgos del estudio CERT (112), que
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encontr que el uso de las pruebas de genotipificacin podra ser til en pacientes con exposicin a 4 o ms antirretrovirales pero no en aquellos con historia de exposicin a menos de cuatro antirretrovirales. Usualmente, los pacientes con el primer fracaso teraputico han recibido tres antirretrovirales nicamente y, por lo tanto, en ellos la utilidad de la prueba de genotipificacin es dudosa. Tambin es intuitivo pensar que pacientes con historia extensa de exposicin antirretrovirales pueden no beneficiarse de la prueba de genotipificacin, ya que con o sin dicha ayuda diagnstica la respuesta virolgica ser limitada. Lo anterior encuentra sustento en varios estudios. En el estudio Argenta (110) se encontr mayor evidencia de beneficio con la prueba de genotipificacin en los pacientes que haban fallado a uno o dos regmenes que en aquellos que haban fallado tres o ms regmenes. En el estudio Havana (85), aunque el anlisis multivariado encontr una mejor respuesta a las pruebas de genotipificacin independiente de otras variables (nmero de fracasos previos y asesora de experto), tambin se encontr que pacientes que fracasaban tres o ms regmenes tenan una peor respuesta, independientemente de otras variables.Teniendo en cuenta todo lo anterior, es probable que el beneficio de la prueba de genotipificacin se pueda focalizar en pacientes con cierta experiencia antirretroviral, pero idealmente no con experiencia excesiva. Ese grupo de pacientes parece ser el de aquellos pacientes con segundo fracaso virolgico. En pacientes que tienen tres o ms fracasos virolgicos, la prueba de genotipificacin puede aumentar en algo la baja probabilidad de alcanzar una respuesta virolgica adecuada. La siguiente tabla resume estudios de costo-efectividad de las pruebas de genotipificacin y la regin geogrfica donde fueron realizados.
Tabla No. 1.26 Estudios de costo-efectividad de las pruebas de genotipificacin
5.3
Recomendaciones
No ordene pruebas de genotipificacin en pacientes con problemas activos de incumplimiento, intolerancia o inconsistencia en la toma de medicamentos (III A). Siempre confirme el fracaso virolgico y la carga viral mayor a 1.000 copias antes de ordenar una prueba de genotipificacin (II A). La prueba de genotipificacin debe realizarse en pacientes que se presentan con un segundo o tercer fracaso teraputico previa autorizacin del experto en enfermedades infecciosas o VIH-sida (I B). La prueba de genotipificacin debe interpretarse con la participacin de un experto en enfermedades infecciosas o en VIH-sida (I B). La conducta que se derive de la informacin de las pruebas de genotipificacion debe ser siempre supervisada por un experto en enfermedades infecciosas o en VIH-sida (IIIA). El paciente debe estar consumiendo el rgimen que fracasa en el momento en que se le toma la muestra para la prueba de genotipificacin o encontrarse an dentro de las dos a cuatro semanas posteriores a su suspensin (II B).
6.
6.1
El cumplimiento est claramente asociado con el xito de la terapia. Existe evidencia derivada de ensayos clnicos y estudios de cohorte (nivel de evidencia I) que muestra una asociacin directa entre cumplimiento y respuesta virolgica ptima (43, 47, 115, 116, 117, 118). La siguiente tabla tomada de la referencia 115 ilustra lo mencionado:
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La importancia del cumplimiento NO se limita al nmero de dosis. Existe evidencia (Nivel II) para decir que el cumplimiento con el horario es tambin determinante de la respuesta (117). Adicionalmente, hay evidencia (Nivel II) que muestra una asociacin entre incumplimiento y seleccin de viriones resistentes (119), lo cual permite afirmar que el cumplimiento es fundamental para el xito del rgimen que el paciente est usando pero tambin para la respuesta adecuada a regmenes posteriores. Mltiples factores se consideran determinantes de cumplimiento: depresin (120, 121), uso de alcohol y drogas psicoactivas (120, 122, 123), edad joven (118, 122), tener un hogar con muchos miembros (124), sexo femenino (123), conocimientos y nivel educativo limitado (122, 124, 125), hogar inestable e indigencia (126). Adems, hay marcadores que permiten predecir el cumplimiento del paciente: el cumplimiento con las visitas a la consulta ambulatoria (127), la capacidad del paciente de nombrar sus medicinas (125), y el cumplimiento con pastillas placebos antes de la iniciacin del tratamiento (128). Las causas directas ms frecuentemente reportadas de incumplimiento son: olvido (129, 130, 131), intolerancia a las medicinas por efectos adversos (116, 123, 130, 131, 132, 133), interferencia de los alimentos con las medicinas (131), no tener rutina ni horario en la toma del medicamento (131), ocupacin extrema (130), viajes (133), y dejar acabar las medicinas sin solicitarlas nuevamente a tiempo (133).
La manera apropiada de cuantificar el cumplimiento es motivo de controversia. La ms simple es basarse en el auto-reporte del paciente cuestionando el nmero de dosis que ha dejado de tomar en los ltimos 3, 4, 7, 30 das (129). Los ACTG (AIDS Clinical Trials Groups) utilizan en los ensayos clnicos un cuestionario de auto-reporte que ha sido modificado en la escala AMS (130). Otros investigadores utilizan escalas y puntajes validados como el puntaje de Morisky (129), el puntaje PMAQ (134), y el puntaje SMAQ (135). La forma ms sofisticada de cuantificar el cumplimiento es un sistema electrnico denominado MEMS (Medication Event Monitoring System) que se activa cada vez que el contenedor de medicinas es abierto y registra el evento (136, 137, 138, 143, 144). Por la importancia que el cumplimiento tiene para el xito de la terapia antirretroviral presente y futura, es altamente relevante incorporar al cuidado de los pacientes con VIH intervenciones que tengan un efecto positivo en su optimizacin. A continuacin se presenta la evidencia disponible acerca de intervenciones dirigidas a mejorar el cumplimiento con el tratamiento.
6.2
Presentacin de la evidencia
La siguiente tabla resume la evidencia disponible referente a intervenciones y acciones encaminadas a repercutir favorablemente en el cumplimiento con la terapia antirretroviral.
Tabla No. 1.28 Evaluacin de intervenciones para mejorar el cumplimiento
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Como muestra la tabla, la intervencin con mayor consistencia en la respuesta del cumplimiento con correlato virolgico fue las que us educacin cognitiva-conductual basada en la teora de la autoeficacia. Adems parece haber ms consistencia en la respuesta cuando la intervencin se inicia antes de empezar un nuevo rgimen teraputico. Otra intervencin educativa efectiva fue la de un farmacista, en la que se educaba al paciente sobre el tratamiento, se diseaba un plan de toma de medicinas adaptado al estilo de vida del paciente y permaneca accesible para resolver dudas. Los componentes comunes a las intervenciones que han mostrado xito parecen ser: 1) Establecer el grado de preparacin y disposicin psicolgica y fsica del paciente para iniciar la terapia. 2) Educacin sobre el VIH, y la posibilidad de mejorar la calidad y cantidad de vida cumpliendo con la toma de las medicinas. 3) Educacin sobre los medicamentos propiamente dichos, incluyendo interacciones con drogas y comidas, y efectos adversos. 4) Diseo de un horario que se ajuste al estilo de vida del paciente. 5) Personal de la salud disponible para resolver dudas. 6) Evaluacin de barreras de cumplimiento en visitas de seguimiento y retroalimentacin (si es posible usando algn tipo de incentivo) al paciente acerca de su desempeo en el cumplimiento. 7) Sesiones de refuerzo de dos a tres veces al ao. El uso de recordadores (alarmas o buscapersonas) produjo efectos positivos en dos estudios pequeos y negativos en un estudio grande. Su eficacia no se puede soportar con evidencia, aunque intuitivamente sea posible que ayuden al paciente durante los primeros das del tratamiento.
6.3
Recomendaciones
El programa debe incluir un profesional de la salud con entrenamiento en educacin cognitivo-conductual basada en la
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teora de autoeficacia para asesorar las actividades de optimizacin de cumplimiento (IB) El mdico y el trabajador encargado de asesorar el cumplimiento (TEC) deben establecer el grado de preparacin y disposicin psicolgica y fsica del paciente para iniciar la terapia antes de que se suministre la medicacin (IIA) El mdico y TEC deben dar educacin al paciente sobre el VIH y la posibilidad de mejorar la calidad y cantidad de vida cumpliendo con la toma de las medicinas (IIB) El mdico y el TEC deben educar al paciente sobre los medicamentos propiamente dichos, incluyendo interacciones con drogas y comidas, y efectos adversos (IIB) El mdico debe anticipar los efectos adversos ms frecuentes y prescribir medicamentos para manejarlos (en caso de presentarse) por un perodo de 3 a 7 das (IIIC) El TEC y el mdico deben disear con el paciente un horario que se ajuste a su estilo de vida (IIA) El TEC o su relevo debe estar disponible y accesible para resolver dudas que el paciente tenga acerca del tratamiento (IIB) El mdico y el TEC deben evaluar rutinariamente barreras de cumplimiento en visitas de seguimiento y deben proveer al paciente retroalimentacin acerca de su desempeo (IIB) El trabajador encargado de asesorar el cumplimiento (TEC) debe evaluar al paciente antes de iniciar el tratamiento (IIB) Si el TEC considera que el paciente no est listo para iniciar la terapia o que la prescripcin del mdico no se ajusta al estilo de vida del paciente, el TEC est en capacidad de posponer la iniciacin de la terapia, pero debe comunicarse con el mdico en un plazo no mayor a una semana (IIIB)
El TEC debe evaluar al paciente presencialmente entre los 10 y 15 das posteriores a la iniciacin del tratamiento (IIIB) Durante las primeras cuatro semanas del tratamiento, el TEC debe comunicarse con el paciente, de manera presencial o no presencial, al menos una vez por semana para evaluar el cumplimiento y las barreras (IIIB) Las barreras detectadas deben discutirse con el mdico tempranamente (durante el primer mes) para realizar las modificaciones a la terapia antirretroviral si es necesario (IIIB) Se recomiendan por lo menos dos sesiones presenciales de refuerzo del cumplimiento al ao, en el paciente que parece no tener barreras de cumplimiento. Las visitas deben hacerse con mayor frecuencia si se identifican barreras de cumplimiento (IIB) El uso de dispositivos de recordacin es opcional (IIIC).
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F.
1.
1.1
El clnico que evala al paciente con VIH debe estar siempre alerta a signos o sntomas que sugieran progresin de la enfermedad. Los pacientes pueden presentarse con sntomas o signos de inmunodeficiencia moderada (candidiasis, diarrea crnica, infecciones herptic as frecuente s , d e s g as te, ad enop a t as ine s pecfic as ) o inmunodeficiencia severa (infecciones o tumores oportunistas). Adems de la evaluacin clnica sistemtica, el clnico y su equipo deben realizar un seguimiento integral en lo que tiene que ver con prevencin secundaria, cumplimiento con el tratamiento, estado nutricional, estado de nimo, uso de drogas y alcohol, y entorno social. Existe evidencia ya discutida que muestra una asociacin estrecha entre el cumplimiento con la terapia y desenlaces de inters, y entre uso de drogas y alcohol o transtornos psico-emocionales con el cumplimiento. Igualmente, existe evidencia de que los problemas nutricionales son frecuentes en los pacientes con VIH y que el estado nutricional y la prdida de peso son factores pronsticos en los pacientes infectados (1, 2, 3). Existe tambin evidencia que sugiere que la calidad de vida de los pacientes con VIH que tienen apoyo social importante (posibilidad de contar con personas para comunicarse y demostraciones de cario y simpata) es superior a la de aquellos que tienen un apoyo social pobre (4). La frecuencia de utilizacin de estos recursos depender del estadio clnico del paciente, de las condiciones presentes en evaluaciones previas y de si se encuentra o no recibiendo tratamiento antirretroviral.
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1.2.
La visita mdica rutinaria de seguimiento debe hacerse en los pacientes en tratamiento y en los que no estn recibiendo tratamiento y debe registrar: 1. Los sntomas referidos por el paciente. 2. Los medicamentos que toma,. 3. La historia de alergias. 4. Los signos vitales, el peso, una revisin mnima de sistemas (cavidad oral, adenopatas, auscultacin pulmonar, abdomen, piel y faneras, sistema nervioso). 5. Peridicamente (cada seis meses) debe examinarse al paciente en busca de manifestaciones de enfermedades de transmisin sexual, ya que su deteccin y manejo oportunos son relevantes para la prevencin de la transmisin del VIH. 6. Laboratorios recientes (incluidos fecha y resultado de la ltima carga viral si se ha hecho y recuento de CD4). 7. Un anlisis o impresin diagnstica. 8. Un plan claramente establecido. 9. La impresin del mdico en lo referente a estado de nimo, uso de alcohol y drogas, estado nutricional, comportamientos de riesgo y entorno social (familiar, laboral y otros). En el paciente que se encuentra en tratamiento la visita de seguimiento debe adems incluir: 1. Un registro cuantitativo del cumplimiento del tratamiento, ya sea el porcentaje basado en autorreporte o el puntaje o categora derivado de las escalas internacionalmente validadas. 2. Un registro de tolerancia a las medicinas, con especificacin de los efectos adversos en la historia clnica.
Mientras que el paciente asintomtico que no est en tratamiento puede realizar estas visitas mdicas cada seis meses, el paciente sintomtico y/o en tratamiento debe realizarlas con mayor frecuencia. El paciente que inicia tratamiento antirretroviral debe asistir a la consulta mdica mensualmente por lo menos durante los primeros tres meses iniciales: 1. En el primer mes, el equipo de salud liderado por el mdico, junto con el paciente, debe concentrarse en el cumplimiento del tratamiento y en el manejo y monitoreo de los eventos adversos. 2. Al final del segundo mes, el paciente debe asistir para tomarse el examen de carga viral (ver seccin de seguimiento paraclnico) y para optimizar el cumplimiento y la tolerancia. 3. Una vez el resultado de la carga viral se encuentre disponible (cerca del final del tercer mes), debe asistir a la consulta para que el mdico evale la respuesta al tratamiento. Al revisar los exmenes, el mdico determina si la respuesta es adecuada o no. Si la respuesta es adecuada, el paciente puede volver tres meses despus a realizarse la carga viral y el recuento de CD4 de control de seis meses y en las semanas siguientes debe visitar a su mdico para la discusin de los resultados. El paciente que se encuentra en tratamiento por ms de seis meses y ha tenido una respuesta adecuada, puede visitar al mdico cada tres meses por lo menos (puede ser ms frecuente de acuerdo con el concepto del mdico). En la primera visita del semestre, el equipo mdico-paciente debe concentrarse en: 1. El cumplimiento con la terapia. 2. La tolerancia a las medicinas. 3. Los comportamientos de riesgo.
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4. El estado nutricional. 5. La funcionalidad social. 6. Opcional: revisin de algunos exmenes de laboratorio que sean necesarios. En la segunda visita del semestre, el paciente debe traer los laboratorios de control teraputico, es decir, la carga viral y el recuento de CD4. Segn los resultados, la prxima visita se planea al mes siguiente, a los dos meses siguientes, o a los tres meses siguientes (ver seccin de seguimiento paraclnico). El TEC debe asesorar el cumplimiento de los controles con los servicios de nutricin, sicologa, odontologa y trabajo social. Las visitas de cumplimiento pueden ser realizadas por cualquier trabajador de la salud con experiencia en educacin de pacientes (enfermera, sicologa, pedagoga, trabajo social), y deben seguir las recomendaciones estipuladas en la seccin de cumplimiento. Las visitas a nutricin, odontologa, sicologa y trabajo social deben programarse segn la necesidad. Si despus de la valoracin inicial por nutricin y sicologa se detectan alteraciones nutricionales y/o sicolgicas de base, los profesionales de nutricin, sicologa y trabajo social deben programar el seguimiento del paciente. Si no existen alteraciones de base, entonces el paciente puede regresar segn decisin del mdico de acuerdo con elal monitoreo que siempre se debe hacer de condiciones nutricionales (mediante el registro del peso e idealmente el ndice de masa corporal), condiciones sicolgicas (segn monitoreo del estado de nimo y de uso de alcohol y drogas) o sociales (persistencia de comportamientos de riesgo, inestabilidad familiar o laboral, dificultades de funcionamiento con el entorno en general). Adicionalmente, el seguimiento clnico debe incluir la valoracin por los mdicos especialistas, segn la necesidad determinada por el mdico del programa.
2.
2.1
Seguimiento de laboratorio
Marco general y justificacin de la informacin necesaria
El paciente con VIH necesita ser seguido peridicamente con exmenes de laboratorio. La cantidad y frecuencia de los exmenes depende del estadio clnico del paciente, de sus comportamientos de riesgo y de si se encuentra o no recibiendo terapia antirretroviral. Desde el punto de vista prctico, el seguimiento de laboratorio se puede clasificar en aquel necesario para el paciente que no tiene sida y no requiere terapia antirretroviral, y aquel necesario para el paciente que requiere tratamiento antirretroviral. La evidencia existente debe ayudar a decidir cules son los exmenes relevantes y con qu frecuencia deben practicarse. De particular inters en esta seccin es el describir la importancia de exmenes que requieren cierta complejidad tecnolgica y econmica como la carga viral y el recuento de linfocitos CD4. Si bien en los pases desarrollados la carga viral es un examen rutinario y altamente recomendado en las guas de manejo, la Organizacin Mundial de la Salud no incluye la carga viral dentro de sus guas (http://www.who.int/hiv/pub/prev care/en/arvrevisionsp). Los comportamientos de riesgo y las condiciones con alta prevalencia en pacientes con VIH indican la realizacin de pruebas para detectar dichas condiciones. En el paciente en tratamiento, adems del seguimiento teraputico, es necesario monitorizar algunos de los posibles efectos txicos de los antirretrovirales, especialmente aquellos que diagnosticndose tempranamente permiten tratamiento oportuno. Al finalizar esta seccin se recomiendan los exmenes que se requieren para el seguimiento de laboratorio del paciente sin tratamiento, y aquellos que se requieren para el seguimiento de pacientes en tratamiento antirretroviral.
2.2
Presentacin de la evidencia
La evidencia referente a condiciones prevalentes asociadas con comportamientos de riesgo se presenta en la seccin de evaluacin
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inicial del paciente infectado. En general, las condiciones que segn prevalencias son comunes en pacientes infectados con VIH requieren seguimiento peridicamente, sobre todo si el paciente contina participando en actividades de riesgo. La informacin referente al monitoreo de efectos txicos de los antirretrovirales se presenta de manera parcial en la seccin de modificacin de la terapia antirretroviral. La siguiente tabla resume el monitoreo paraclnico de efectos adversos.
Tabla No.1.29 Efectos adversos ITRN y monitoreo
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Los dos parmetros paraclnicos ms importantes para el seguimiento del paciente que recibe antirretrovirales son la carga viral y el recuento de CD4. El recuento de CD4 es igualmente importante en pacientes que no reciben terapia antirretroviral, ya que es el principal factor determinante de la iniciacin del tratamiento y del riesgo de progresin a sida o muerte. El monitoreo de linfocitos CD4 se recomienda, entonces, tanto en pacientes que no han iniciado tratamiento como en pacientes que estn recibiendo tratamiento. En pacientes que no han iniciado antirretrovirales, la carga viral es til para decidir la iniciacin de antirretrovirales si el recuento de CD4 est entre 250 y 300, ya que una carga viral alta es determinante de progresin a sida o muerte y favorece la iniciacin de la terapia. En pacientes con CD4 en este rango, es de utilidad realizar la carga viral cada seis meses, al mismo que tiempo que se hace el recuento de linfocitos CD4. En pacientes con recuento de CD4 superior a 350 no hay clara indicacin de realizar carga viral, ya que el riesgo de progresin a sida o muerte en el corto plazo es cercano a cero. En este grupo de pacientes la realizacin peridica del recuento de linfocitos CD4 est indicada para monitorizar el riesgo de infecciones oportunistas y para determinar el momento apropiado para iniciar terapia antirretroviral (ver seccin de iniciacin de la terapia para la presentacin detallada de la evidencia).
La nica diferencia real en el seguimiento paraclnico de pacientes en tratamiento y sin tratamiento es la necesidad de realizar peridicamente los exmenes de monitoreo de los efectos adversos de lo antirretrovirales (mencionado arriba) y la carga viral. Evidencia amplia derivada de ensayos clnicos, meta-anlisis, y estudios de cohortes (5-14) demuestra que la carga viral y el recuento de CD4 son buenas medidas sustitutas de progresin a sida y muerte en pacientes en tratamiento antirretroviral. Pacientes con mejor respuesta virolgica y/o inmunolgica tienen menor riesgo de progresin a sida. La carga viral y el CD4 tambin han mostrado asociacin con calidad de vida: los pacientes con adecuada respuesta virolgica y/o inmunolgica tienen mejor calidad de vida (15). Diferentes medidas virolgicas se correlacionan con progresin a sida o muerte: la magnitud de la cada de la carga viral en las primeras 24 semanas, el nadir despus de la cada, y el tiempo de duracin de la respuesta virolgica (16). Por eso, el alcanzar una carga viral baja y que esa carga viral permanezca baja son metas comnmente usadas en la prctica cotidiana y en ensayos clnicos con medicamentos. El control virolgico tiene una asociacin presuntivamente causal con la reconstitucin inmunolgica, segn en estudio de cohorte que mostr una relacin dosis-respuesta entre la cada de la carga viral y la recuperacin de linfocitos CD4 (17). La respuesta inmunolgica se observa aun en pacientes sin supresin virolgica completa, cuando los niveles de supresin estn por lo menos 0.5 1 log por debajo del valor de carga viral de inicio (18, 19). Si la carga viral es importante por su correlato clnico, Cul es el nivel de supresin virolgica que debe alcanzarse? Un subanlisis del ensayo clnico ACTG 175 mostr que pacientes con CD4 mayores de 200 y carga viral menor a 10.000 copias tenan un riesgo muy bajo de progresin a clnica (20). Una primera meta, entonces, es conseguir una carga viral menor de 10000 copias. Existe un beneficio por debajo de 10.000 copias? Un subanlisis de 591 pacientes participantes en el ensayo clnico Delta muestra que
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los eventos sida y muerte son menos frecuentes en pacientes que alcanzan cargas virales menores de 1000 copias (log3) que en aquellos con carga viral mayor (21). Estos datos son altamente sugestivos de que la carga viral debe disminuir por debajo de 1.000 copias, pero, cunto ms por debajo? Un estudio observacional que evalu 226 pacientes con viremia intermitente por encima de 400 con pacientes con viremia persistentemente por debajo de 400 y encontr que el riesgo de alcanzar cargas virales mayores de 1.000 era mayor en el grupo con viremia por encima de 400 (22). Extrapolando, entonces, parece recomendable alcanzar una viremia menor de 400. Qu tanto por debajo de 400? Varios estudios han comparado la significancia de viremia entre 50 y 400 copias y tienden a coincidir en que la probabilidad de tener viremias persistentes por encima de 400 es menor en aquellos que suprimen la viremia por debajo de 50 que aquellos que suprimen la viremia con niveles entre 50 y 400 (23, 24). Adicionalmente, un estudio espaol sugiere que la frecuencia de seleccin de mutantes M184V es mayor en pacientes con viremia entre 50 y 400 que en aquellos con viremia por debajo de 50 (23). Todo lo anterior sugiere que la mxima supresin virolgica se correlaciona con el mejor pronstico. Sin embargo, debe tenerse en cuenta tambin, la utilidad clnica ms all de la utilidad pronstica. Debe un clnico modificar el tratamiento de pacientes con viremias entre 50 y 400? Dos estudios de cohorte independientes, uno con 376 individuos y otro con 154, muestran que muchos de los pacientes con cargas virales entre 50 y 400 500 tienen cargas virales subsecuentes por debajo de 50 (25, 26). En la primera cohorte, la probabilidad de tener la siguiente carga viral menor de 50 era de 42%, 12% y 4% cuando se evaluaban umbrales de 50, 200 y 500 copias. En la segunda cohorte, la probabilidad de tener la siguiente carga viral menor de 50 copias eran de 54% y la probabilidad de tener la siguiente carga viral por encima de 400 fue de solamente 8%. En comparacin, de aquellos que tenan la carga viral mayor de 400, el 51% tuvo valores subsiguientes mayores a 400. Estos dos estudios sugieren que el punto de corte de 400 copias tiene mejor utilidad clnica para toma de decisiones. De hecho, en mltiples ensayos clni-
cos recientes se define fracaso virolgico como dos cargas virales consecutivas por encima de 400 copias. Si la meta es alcanzar cargas virales por debajo del lmite de deteccin, qu tan rpido debe esperarse el alcance de esa meta? Un estudio de cohorte prospectiva evalu la velocidad de cada de la carga viral de 118 pacientes que alcanzaban cargas virales menores de 50 (27). Concluyeron que la velocidad de cada de la carga viral cuando la respuesta virolgica era adecuada era de 1 log al mes. Por lo tanto, es de esperar que la gran mayora de pacientes que estn respondiendo adecuadamente al tratamiento, alcancen una carga viral indetectable en un perodo de seis meses. Es recomendable monitorizar la carga viral antes de los 6 meses de iniciado el tratamiento? Varios estudios indican que es altamente recomendable realizar una carga viral entre las semanas ocho y doce (segundo y tercer mes) despus de iniciado el tratamiento (28, 29), ya que estos resultados son altamente predictivos de la respuesta a 24 y 48 semanas y permiten corregir tempranamente los problemas asociados con respuesta inadecuada como son la falta de cumplimiento o las interrupciones del tratamiento, interacciones medicamentosas y resistencia viral (22, 28). Una vez el paciente ha alcanzado una meta virolgica adecuada, qu tan frecuentemente se debe monitorizar la carga viral? Un ensayo clnico evalu la repercusin de la frecuencia de la realizacin de la carga viral (30). En 206 pacientes en terapia antirretroviral (por lo menos por cuatro semanas, menos del 10% eran naive), un grupo fue asignado a monitoreo frecuente (cada dos meses) y otro a monitoreo infrecuente (cada 6 meses). Los mdicos tratantes tomaban decisiones de modificaciones de la terapia a libertad. La respuesta virolgica fue significativamente mejor en el grupo aleatorizado a carga viral frecuente, pero nicamente en los primeros ocho meses. No hubo diferencia significativa en el cambio de CD4, el cumplimiento con el tratamiento, ni en la frecuencia de eventos sida o muerte. La proporcin de pacientes que alcanz una carga viral indetectable fue significativamente mayor en el grupo monitorizado frecuentePrograma de Apoyo a la Reforma de Salud - Pars
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mente cuando se analiz la respuesta en los meses cuatro y ocho pero no en los meses dos, seis, diez y doce. El estudio sugiere que el monitoreo frecuente tiene una repercusin en la respuesta a la terapia. Sin embargo, deja muchos cuestionamientos. Primero, hubo una diferencia en la respuesta virolgica entre los grupos desde el inicio, lo cual sugiere que algn factor diferente a la frecuencia de monitoreo influy en esa respuesta inicial, y su efecto pudo permanecer de all en adelante; de hecho, el tiempo promedio de iniciacin de rgimen nuevo fue de cero das en el grupo frecuente y de doce das en el grupo infrecuente, sin una explicacin clara. Segundo, a pesar de ser pacientes a quienes se les modific la terapia frecuentemente, no se realiz carga viral dos meses despus de la iniciacin de la misma; el impacto que esta medida podra haber tenido en el grupo infrecuente es desconocido. Tercero, el estudio se hizo en una poblacin de pacientes altamente experimentados que iniciaron con carga viral mayor de 5.000 copias y que durante el perodo de seguimiento (12 meses) tuvieron modificaciones del tratamiento entre tres y cuatro veces. Por lo tanto, estos resultados no son extrapolables a pacientes con carga viral controlada y nicamente sugieren que en pacientes con cambios recientes en la terapia antirretroviral, el monitoreo debe hacerse de manera frecuente en los primeros meses del tratamiento. Cules son los inconvenientes de que un paciente fracase virolgicamente y que su ocurrencia no se detecte sino seis meses despus? Es intuitivo temer que si un paciente tiene fracaso virolgico que se detecta despus del curso de seis meses, el virus puede acumular mutaciones de resistencia que comprometeran el xito de regmenes posteriores. Dicho temor a la resistencia viral se soporta en estudios que muestran que la presencia de resistencia viral se asocia con progresin a sida y muerte (31). El riesgo de comprometer regmenes de rescate por no realizar la deteccin de la falla virolgica durante un perodo de seis meses se puede evaluar teniendo en cuenta los estudios que evalan los factores determinantes del xito de los regmenes de rescate. Varios estudios indican de manera consistente que el riesgo de falla del rgimen siguiente es mayor si la carga viral al iniciar dicho rgimen est por encima de 10.000 copias (32, 33, 34). Adi-
cionalmente, por lo menos tres estudios independientes (33, 35, 36) sugieren que el xito del rgimen de rescate es superior cuando se inicia con una carga viral menor a 1.000 copias. En el estudio Narval (32, 33), la proporcin de pacientes con carga viral indetectable en la terapia de salvamento fue alta y similar a la de pacientes no expuestos (61%) cuando se realiz el cambio de terapia cuando el paciente tena carga viral menor de 1.000. Existe evidencia para decir, entonces, que para evitar comprometer regmenes de rescate, debe evitarse que el paciente inicie tratamiento con ms de 1.000 copias idealmente y, definitivamente, con ms de 10.000 copias. Cul es el tiempo requerido para que un paciente que tiene falla virolgica tenga ms de 1.000 copias o 10.000 copias a los seis meses? Segn un estudio de cohorte hecho con 488 pacientes, la probabilidad es baja (37). En este estudio de cohorte europeo, pacientes con fracaso virolgico que permanecieron con el mismo tratamiento a pesar de tener cargas virales entre 1.000 y 10.000 (log3 y log4), fueron evaluados para determinar la tasa de cambio mensual de carga viral y recuento de CD4, de acuerdo con mediciones que se hicieron en los 12 meses siguientes al fracaso. La tasa estimada de aument de carga viral por mes fue de 0.024 log10 copias/ml. En un tercio de los individuos la carga viral aumento hasta 0.04 log10 copias/ml, y en otro tercio aument ms de 0.04log copias/ml. En cambio, los CD4 permanecieron estables. Segn lo anterior, podemos calcular que si un paciente empieza a fracasar con un rgimen con el que haba tenido buena respuesta virolgica (carga viral menor de 400 copias), permanecer con una carga viral baja (inferior a 1000) por un perodo promedio de 16 meses. Si escogemos el tercio intermedio con una progresin de 0.04 log10 al mes, estos individuos permanecern nueves meses con carga viral inferior a 1.000. Finalmente, si escogemos el tercio que present una tasa superior a 0.04, y suponemos es de 0.06 log10 copias al mes, estos individuos permanecern con una carga viral inferior a 1.000 por 6 meses. Es improbable que un paciente que contina tratamiento antirretroviral en presencia de falla virolgica (carga viral > 400 copias) tenga una carga viral mayor a 1.000 copias y muy improbable que tenga carga viral supe316
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rior a 10.000 copias antes de los seis meses. Lo anterior justifica la realizacin de cargas virales cada 6 meses en pacientes con respuesta ptima al tratamiento, definida como carga viral indetectable menor de 400 copias. Evidencia limitada pero ms directa acerca de la posibilidad de resistencia en pacientes con cierto nivel de supresin pero que estn fallando se deriva de un estudio pequeo que evalu los cambios en la carga viral en solamente diez pacientes altamente experimentados con fracaso virolgico a los cuales se les cambi el tratamiento basados en genotipo (38). cinco de los diez pacientes tuvieron una respuesta virolgica importante con cada de la carga viral en promedio de 1.35log. Aunque ninguno de los pacientes logr supresin virolgica completa (cargas virales 1.500 copias, 420 copias, 600 copias, 15.000 copias, y 30.000 copias) no se evidenci desarrollo de nuevas resistencias en un perodo de ocho meses. En pacientes no altamente experimentados existe evidencia de que bajos niveles de viremia se pueden asociar con resistencia a las 48 semanas. En un estudio (23), la mutacin 184 se seleccion con cierta frecuencia en pacientes con niveles bajos de viremia. Estos hallazgos parecen coincidir con los del estudio Triledge que en un subanlisis virolgico encontr que la nica mutacin que se seleccionaba en presencia de viremia baja fue la 184 (39). Sin embargo, la mutacin 184 aislada no compromete regmenes posteriores basados en AZT, D4T, abacavir o DDI (40). Otro estudio que evalu la resistencia viral en 21 pacientes con viremia de bajo nivel por un perodo medio de once meses encontr que nueve tenan mutantes resistentes, pero ocho de ellos haban sido tratados con regmenes anteriores, y en slo tres casos los autores atribuyeron posible resistencia seleccionada por el rgimen actual (41). Es til tener en cuenta que, aunque es controversial (42), varios estudios indican que la carga viral se puede afectar por infecciones intercurrentes y vacunas (43-46). Por lo tanto, debe evitarse la realizacin de la carga viral en las dos a cuatro semanas durante y posteriores a infecciones agudas y vacunas, y si se realiza y se obtiene un valor por encima del nivel de supresin, ese valor debe ser confirmado mediante repeticin. Tambin es recomendable confirmar cargas
virales detectables con una nueva carga viral, ya que variaciones del resultado alrededor del lmite de deteccin son relativamente frecuentes (25, 26). Para efectos prcticos y para la presentacin de las recomendaciones, se define carga viral ptima como: Paciente con inicio o modificacin reciente de la terapia que presenta una cada de dos o ms log en un perodo de dos meses. Paciente con duracin de terapia de seis meses o ms con carga viral menor de 400 copias. Paciente con barreras de cumplimiento, tolerancia o farmacocintica corregidas en quien despus de dos meses de la correccin la carga viral cae 1 log con respecto al valor previo.
2.3
Recomendaciones
Posponga la realizacin de la carga viral dos semanas, si el paciente tiene una infeccin aguda o ha sido vacunado recientemente (IIB).
Tabla No. 1.32 Indicacin de exmenes de laboratorio y su grado de recomendacin
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Referencias
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G.
1.
VIH y embarazo
Marco general
Mltiples investigaciones indican que no existe un efecto deletreo del embarazo sobre la progresin de la infeccin por VIH. Los ms grandes estudios reportan un riesgo relativo de progresin de 0.7 (IC 95%, p=0.4-1.2) (1). Por el contrario, el efecto de la infeccin por VIH sobre el embarazo y especficamente sobre el resultado perinatal no es consistentemente favorable ya que la literatura provee resultados de estudios realizados en pases en desarrollo que reportan mayor frecuencia de parto pretrmino, bajo peso para la edad gestacional, restriccin de crecimiento intrauterino e, incluso, mortalidad perinatal. Todo lo anterior puede estar asociado con la infeccin por VIH propiamente dicha, con el uso de algunos esquemas antiretrovirales, con la severidad de la enfermedad y el estado de control de la misma, aunque pueden deberse tambin a factores no directamente relacionados con el VIH como la condicin socio-econmica de las pacientes, la existencia de enfermedades concomitantes (hipertensin gestacional, vaginosis bacteriana), el hbito de fumar, el consumo de alcohol, etc. (2).
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No hay datos publicados estadsticamente contundentes que relacionen la infeccin por el virus con la presencia de defectos o malformaciones congnitas. La infeccin por VIH en la paciente embarazada tiene varias particularidades que la hacen una entidad en s misma. La principal es la posibilidad de afectar al producto de la gestacin con el virus propiamente dicho o con efectos txicos y/o teratognicos derivadas de los medicamentos antirretrovirales. Los objetivos del manejo de la mujer embarazada con infeccin por VIH son, entonces, el control de la infeccin para prevenir progresin en la madre y transmisin al producto, minimizando el riesgo de toxicidad en la madre y en el producto y el riesgo de malformaciones en el producto.
2.
Presentacin de la informacin
La probabilidad de transmisin perinatal sin tratamiento es del 20-28% y se reduce a 1-2% en la paciente con terapia antirretroviral. Se resalta que hay una correlacin entre la carga viral materna y la posibilidad de transmisin perinatal cambiando de 41% con una carga viral mayor a 100.000 copias/mL a 0% con una carga viral menor a 1.000 copias/mL (3,4,5). Sin embargo, no se considera que una carga viral indetectable sea garanta segura de no transmisin, ya que otros estudios han reportado 44 neonatos infectados en 1.202 mujeres con cargas virales menores a 1.000 c/mL (6). La administracin de medicamentos antirretrovirales en el embarazo tiene dos objetivos: controlar la infeccin en la madre y disminuir la transmisin perinatal. Para el cumplimiento del primer objetivo no hay diferencia con lo expuesto previamente en el manejo del adulto infectado. A continuacin se describen las caractersticas del cumplimiento del segundo objetivo. En varios estudios desde 1994 con la publicacin de los resultados del estudio PACTG 076 hasta la publicacin ms reciente del grupo WITS se demuestra claramente el impacto de la terapia antirretroviral altamente efectiva, que consiste en el uso de dos anlogos
nuclesidos y un inhibidor de la trascriptasa reversa no nuclesido o un inhibidor de proteasa. La frecuencia de trasmisin perinatal es de un 20% sin antirretrovirales, 10.4% con monoterapia, 3.8% con terapia dual y 1.2% con terapia altamente efectiva (5,7). Por lo anterior, se recomienda la terapia antirretroviral altamente activa en el manejo de la mujer embarazada. En pacientes con supresin subptima del ARN viral cerca del parto (> 1.000 copias/ml) y que venan recibiendo profilaxis con AZT o terapia combinada, no se sabe si la administracin de otros antirretrovirales adicionales protegen contra la transmisin perinatal, por lo cual su recomendacin es an controvertida. Sin embargo, deben considerarse los siguientes puntos al seleccionar la terapia antirretroviral a administrar: modificaciones en las dosis requeridas, posibles efectos de los antirretrovirales sobre la paciente en embarazo y posibles efectos de ciertos medicamentos sobre el feto y el recin nacido a corto y largo plazo. Los cambios fisiolgicos ocurridos durante la gestacin pueden afectar la absorcin, distribucin, biotransformacin y eliminacin de los medicamentos, lo que explica las dos primeras consideraciones. De otro lado, el grado de riesgo de los antirretrovirales sobre el feto no slo depende de la sustancia en s, sino de otros factores como la dosis utilizada, la edad gestacional en la que se administra el medicamento y la duracin de la exposicin. La informacin sobre la seguridad de ciertos medicamentos en el embarazo se deriva de datos de toxicidad obtenidos en animales, lo cual es particularmente cierto para los antirretrovirales. Aunque los datos clnicos sobre antirretrovirales en el embarazo son muy limitados, hay suficiente informacin disponible sobre algunos agentes que permiten clasificarlos como recomendados, agentes alternativos y contraindicados o no recomendados (7). La siguiente tabla muestra las consideraciones principales de los antirretrovirales en el embarazo:
328
329
El uso de nevirapina en gestantes con conteos de CD4 mayor de 250/mm3 se asocia con rash y hepatotoxicidad que puede desencadenar la muerte.
El objetivo primordial de la quimioprofilaxis durante la gestacin es reducir los niveles de ARN viral para disminuir el riesgo de transmisin vertical. El esquema de profilaxis ms aceptado incluye la utilizacin de zidovudina (AZT) ante, intra y postparto (tabla 37), que debe iniciarse luego de terminar el primer trimestre en todas las pacientes gestantes independientemente del recuento de CD4, del nivel de carga viral y de la presencia o ausencia de sntomas.
Tabla 1.34 Quimioprofilaxis con AZT
La quimioprofilaxis con AZT sin otras drogas es una opcin nicamente para pacientes que tienen cargas virales inferiores a 1.000 copias. La evidencia disponible contradice el temor intuitivo de favorecer la resistencia viral al administrar monoterapia en estas circunstancias. La resistencia generada por el uso de monoterapia es de 10%, se requiere la administracin por cuatro a seis meses y las cepas resistentes rara vez son transmitidas al feto (8,9). Aunque la medicacin antirretroviral intraparto y neonatal no previenen de la transmisin perinatal antes del trabajo de parto, existen altos ndices de transmisin en el trabajo de parto y el parto propiamente, lo cual justifica el uso de la terapia tarda en la mujer que no ha sido tratada previamente y profilaxis postexposicin en el recin nacido. Las opciones teraputicas en pacientes que no han recibido terapia antirretroviral y se encuentran en trabajo de parto incluyen: AZT intravenosa intraparto: 2 mg/kg en bolo seguidos de 1 mg/kg/hora mantenimiento, y AZT al recin nacido por seis semanas. Es el esquema ms utilizado. AZT + lamivudina va oral a la madre durante el trabajo de parto y la misma combinacin al recin nacido va oral por una semana. Para la madre se recomienda el siguiente esquema: AZT 600 mg via oral al inicio del trabajo de parto, seguido por 300 mg via oral cada 3 horas hasta el parto y lamivudina 150 mg oral al inicio del trabajo de parto seguidos por 150mg via oral cada 12 horas hasta el parto. Para el recin nacido: AZT 4 mg/kg via oral cada doce horas y lamivudina 2 mg/kg via oral cada doce horas por siete das. (7) Nevirapina dosis nica al inicio del trabajo de parto, y tambin una dosis nica al neonato a las 48 horas de nacido. Su uso es discutido por la probabilidad de aparicin de resistencia en 15-40% (10,11), con una sola mutacin K103N y puede mantenerse indefinidamente con un aumento en la tasa
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de fracaso virolgico en mujeres a quienes posteriormente se les administra un esquema con no nuclesidos (12). Nevirapina dos dosis, una al inicio del trabajo de parto, a la madre y otra a las 48 horas postparto al neonato, con AZT intravenosa a la madre en el trabajo de parto, y AZT por seis semanas al recin nacido. Un ensayo clnico reciente, sin embargo (13), mostr que la dosis materna de nevirapina puede no ser necesaria en los casos en los que tanto el neonato como la madre reciben AZT y el neonato recibe, adems, nevirapina. La cesrea electiva, realizada antes del inicio del trabajo de parto o de una ruptura de membranas reduce significativamente la transmisin perinatal en comparacin con la cesrea de urgencia o el parto vaginal, particularmente en pacientes con carga viral > 1.000 copias/ml cerca al tiempo del parto. Los resultados no son tan contundentes en pacientes con carga viral menor de 1.000 copias/mL (7). La ACOG recomienda realizar la cesrea electiva a las 38 semanas confirmadas de gestacin y abstenerse de confirmar madurez pulmonar fetal a travs de amniocentesis: si existe duda, debe esperarse hasta la semana 39 (7,14). Para cesrea electiva, debe iniciarse AZT intravenosa a las dosis ya mencionadas tres horas antes del inicio de la ciruga. Si la paciente est tomando medicacin antirretroviral durante el embarazo, sta no debe interrumpirse en el momento del parto, independientemente de la va. El antibitico profilctico para ciruga debe utilizarse sin modificacin alguna. De elegirse parto por va vaginal, est contraindicada la amniotoma y cualquier procedimiento invasivo que aumente el riesgo de exposicin fetal a sangre materna, como monitoreo fetal invasivo, instrumentacin, etc. La ruptura de membranas a partir de la semana 36 debe orientarse hacia el desembarazo de la paciente (en las primeras cuatro horas luego de la ruptura), y la va de parto deber elegirse teniendo en cuenta el estado de la enfermedad materna, su control con medicamentos antirretrovirales, el tiempo de evolucin de la ruptura y el grado de progre-
so del trabajo de parto: muchos estudios han demostrado que el riesgo de transmisin vertical con cesrea luego del trabajo de parto y ruptura de membranas es similar al obtenido luego de parto vaginal (2,7). La ruptura de membranas antes de la semana 36 es an motivo de gran controversia y cada caso deber analizarse individualmente. En el perodo postparto, las guas referentes al uso de terapia antirretroviral son las mismas que para el adulto en general, con una excepcin. Informacin reciente (15,16) muestra que la resistencia a la nevirapina se puede prevenir parcialmente mediante la administracin de un ciclo corto de AZT y 3TC en el postparto (3-7 das).
3.
3.1.
Recomendaciones
Deteccin
Las recomendaciones de deteccin de VIH en el embarazo se mencionan en la seccin general de deteccin y diagnstico.
3.2.
332
333
En la mujer embarazada el resultado del Western Blot es una prioridad para la toma de decisiones y por lo tanto su reporte debe agilizarse al mximo.
La dosis materna de nevirapina parece no ser necesaria cuando la madre y el neonato reciben AZT y el neonato recibe adems nevirapina.
334
335
4.
Todo lo mencionado en las secciones de evaluacin inicial y seguimiento del paciente con VIH aplica a la mujer embarazada. Recomendaciones adicionales:
Tabla 1.39 Recomendacin de carga viral en la gestante infectada
En neonatos menores de 35 semanas de edad gestacional la dosis de AZT debe ser ajustada a 1.5 mg/Kg IV cada doce horas o 2 mg/Kg VO cada doce horas, y aumentar frecuencia a cada ocho horas luego de cuatro semanas si el neonato naci antes de las 30 semanas de gestacin o luego de dos semanas si el neonato naci de la semana 30 en adelante. No hay evidencia que sustente el uso de nevirapina en estas circunstancias. Sin embargo, algunos expertos la recomiendan.
**
NOTA: En mujeres con diagnstico no aclarado por pruebas de tamizaje positivas con confirmatorias pendientes o con pruebas de tamizaje dudosas, administre profilaxis al neonato hasta que se descarte de manera definitiva que la madre est infectada.
5.
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H.
El tratamiento antirretroviral constituye la manera ms efectiva de prevenir las infecciones oportunistas del paciente con VIH/sida. Sin embargo, deber tenerse en cuenta que algunos pacientes pudieran no estar preparados para aceptar el tratamiento antirretroviral y otros lo han recibido pero el virus se ha vuelto resistente. Adems, la profilaxis contra infecciones oportunistas especficas, provee beneficios aun en las personas que reciben el tratamiento (1-3). El perodo de susceptibilidad a los procesos oportunistas est marcado de manera precisa por los recuentos de clulas CD4. Por lo tanto, se pueden suspender las profilaxis primaria y secundaria en ciertos pacientes cuya inmunidad ha mejorado como consecuencia de la medicacin. Esto reduce la toxicidad, la interaccin medicamentosa y el costo del tratamiento. Facilita, adems, el cumplimiento con los regmenes teraputicos (4). A continuacin se presentan y discuten las recomendaciones referentes a profilaxis de infecciones oportunistas. La tabla resume la informacin del texto y las dosis que deben emplearse.
1.
1.1.
Las personas con VIH, en riesgo de adquirir neumona por P. jiroveci pueden compartir habitacin con los que ya la tienen (IIIC).
1.2.
Prevencin de enfermedad
Deben recibir profilaxis los adultos y adolescentes con infeccin por VIH (incluyendo mujeres embarazadas y los que reciben tratamiento antirretroviral), que tienen una cuenta de clulas CD4 menor que 200/mm3 o una historia de candidosis orofarngea (IIA) (5-7). Las personas que tienen un porcentaje de linfocitos CD4 menor que 14% o una historia de enfermedad que defina sida, deben tenerse en cuenta para recibir profilaxis (IIB) (6). El agente profilctico de eleccin es trimetoprim-sulfametoxazol (IA) (8-11). El rgimen preferido es una tableta de 160/800 mg por da (IA) (11). Sin embargo, una tableta de 80/400 mg por da es igualmente efectiva (IA). Una tableta de 160/800 mg tres veces por semana tambin funciona (IB) (12). La dosis de 160/800 mg diarios confiere proteccin adicional contra toxoplasmosis (12) y algunas infecciones respiratorias (9,13). Las dosis ms bajas tambin pueden conferir proteccin. Los pacientes que tengan una reaccin adversa al trimetoprim/sulfa que no ponga en peligro la vida, deben continuar el tratamiento si la clnica lo permite; los que han suspendido el tratamiento despus de una reaccin adversa, debieran continuarlo luego de la resolucin del efecto adverso (IIA). Los pacientes que han tenido efectos adversos, particularmente fiebre y brote, toleran mejor el reuso de la droga mediante un aumento gradual de la dosis (desensibilizacin) (IB) (14,15) o volviendo a iniciar con una dosis y una frecuencia reducidas (IIIC); cerca del 70% de los pacientes toleran esta forma Todas las personas d e reuso (13). Si el trimetoprim/sulfametoxainfectadas con VIH deben recibir consejera sobre las zol no puede tolerarse, las alternativas incluyen fuentes de infeccin. dapsona (IIB) (9,16,17). En los pacientes que son positivos para Toxoplasma gondii, que no tolePrograma de Apoyo a la Reforma de Salud - Pars
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ran trimetoprim/sulfametoxazol, y requieren tambin profilaxis para toxoplasmosis cerebral, deber usarse dapsona ms pirimetamina ms cido folnico (IB) (17-19).
1.3.
Suspensin de la profilaxis
Debera suspenderse cuando el adulto o adolescente ha respondido al tratamiento antirretroviral con un aumento en la cuenta de clulas CD4 mayor que 200/mm3 por lo menos durante tres meses (IA) (4).
1.4.
Reinstauracin de la profilaxis
Cuando la cuenta de clulas CD4 disminuya por debajo de 200/ mm3 (IIIA).
1.5.
Mujeres embarazadas
La profilaxis es igual que en los dems adultos (IIIA). En el primer trimestre puede discutirse con la paciente la posibilidad de suspender la profilaxis, de acuerdo con un balance del riesgo de la infeccin oportunista y el riesgo de toxicidad al embrin (4).
2.
2.1.
Todas las personas infectadas con VIH deben recibir consejera sobre las fuentes de infeccin. Deber advertrseles para que no ingieran carne cruda o poco cocida, especialmente de cordero, res, cerdo o venado (IIIB). La carne de cordero, res y cerdo debe cocinarse a una temperatura interior de 75 a 77C (20); en trminos prcticos, la carne que no est rosada en el centro satisface estos requerimientos. Las verduras y las frutas debern lavarse muy bien antes de comerlas crudas. Las manos y utensilios se lavarn luego de manipular carne cruda o luego de trabajar el jardn o entrar en contacto con el
suelo (IIIB). No se recomienda manipular los excrementos de los gatos y estos debern alimentarse exclusivamente con productos enlatados o carne bien cocida (IIIB). Adems, debern mantenerse dentro de la casa. No debern adoptarse animales callejeros (IIIB). Las personas infectadas por el VIH deben realizarse una prueba para inmunoglobulina G (IgG) del Toxoplasma cuando el recuento de CD4 est por debajo de 100 clulas/mm3 y no estn recibiendo profilaxis para Pneumocystis que a la vez sea efectiva para toxoplasmosis.
2.2.
Prevencin de la enfermedad
Los pacientes seropositivos (IgG positiva) para Toxoplasma s.p. que tienen un recuento de clulas CD4 menores que 100/mm3 deben recibir profilaxis contra la encefalitis por Toxoplasma s.p. (IIA) (21). La profilaxis debe hacerse con 160/800 mg (IIA) 80/400 mg (IIIB) de trimetoprim/sulfametoxazol diarios, de la misma forma que se hace con la profilaxis de P. jiroveci (20). Si el paciente no lo tolera, la alternativa es dapsona-pirimetamina-cido folnico, que tambin es efectiva contra P. jiroveci (22,23). Las personas seronegativas para Toxoplasma s.p. que no toman un rgimen profilctico contra P. jiroveci, conocido por su actividad contra encefalitis por toxoplasma, debern repetir la serologa IgG contra Toxoplasma s.p. cuando las clulas CD4 caen por debajo de 100/microL para determinar si han seroconvertido (IIIC). En ese caso, recibirn profilaxis (IIA).
2.3.
Suspensin de la profilaxis
Se suspender cuando un paciente adulto o adolescente que ha respondido al tratamiento antirretroviral tenga una cuenta de ms de 200 clulas/ mm3 durante al menos tres meses (IA) (24-28).
2.4.
Reinstauracin de la profilaxis
Cuando las clulas CD4 disminuyan de nuevo a menos que 100200/ mm3 (IIIA).
342
343
3.
3.1.
Tuberculosis
Prevencin de exposicin
Las personas que viven con el VIH debieran evitar ocupaciones y actividades que pudieran aumentar el riesgo de exposicin a la tuberculosis, como instituciones de salud, correccionales y otros sitios considerados como de alto riesgo (IIIB).
3.2.
Prevencin de la enfermedad
Cuando se diagnostica la infeccin por VIH, el paciente deber someterse a una prueba de tuberculina (5TU de PPD) mediante el mtodo de Mantoux (IA). No se recomienda la evaluacin rutinaria de anergia. Sin embargo, habr situaciones en las cuales la evaluacin de la anergia podra ayudar a tomar decisiones sobre terapia preventiva (22,29). A todas las personas infectadas con el VIH, que tengan una prueba de tuberculina positiva (considerada como positiva para pacientes VIH positivos cuando es > 5 mm de induracin), deber tomrseles una radiografa del trax y practicarselas una evaluacin clnica para descartar tuberculosis. A los que tengan sntomas se les har una radiografa del trax, sin importar los resultados de la tuberculina (IIA). Todas las personas infectadas con el VIH, sin importar la edad, con una tuberculina positiva, que no hayan sido tratadas para tuberculosis activa o latente debern recibir tratamiento para infeccin latente por tuberculosis. Las opciones incluyen: isoniazida diaria (IIA) o dos veces a la semana (IIB) por nueve meses; cuatro meses de terapia diaria con rifampicina (IIIB) o rifabutina (IIIC). Los que reciban isoniazida debern tomar tambin piridoxina (IIIB). Deber analizarse cuidadosamente la decisin sobre el uso de rifampicina o rifabutina, habida cuenta de las interacciones medicamentosas en los pacientes que tambin reciben inhibidores de proteasas e inhibidores no nuclesidos de la transcriptasa reversa (30-32). Las personas VIH-positivas que sean contactos cercanos de personas con tuberculosis infectante (que hayan vivido, trabajado o dormido bajo el mismo techo que una persona con tuberculosis larngea o pulmo-
nar activa) deben tratarse para tuberculosis latente, sin importar los resultados de la prueba de tuberculina, edad o tratamientos previos, luego de haber descartado infeccin activa (IIA) (30-32). Adems de contactos en la misma casa, debern incluirse contactos en la institucin de salud, compaeros de trabajo y cualquier otro contacto infectante que pueda demostrarse. En personas expuestas a cepas resistentes a isoniazida y/o rifampicina la decisin para usar otros agentes diferentes de isoniazida sola, rifampicina o rifabutina solas, rifampicina ms pirazinamida o rifabutina ms pirazinamida debe basarse en el riesgo relativo a organismos resistentes y debera hacerse con base en los patrones de resistencia locales (IIA). No se ha demostrado la utilidad de tratar personas VIH positivas con tuberculina negativas, que proceden de reas geogrficas con alta prevalencia de tuberculosis. Se recomienda repetir la prueba de tuberculina en personas que deterioran las clulas CD4 (a pesar de la disminucin en la confiabilidad de la prueba), que fueron inicialmente negativas y pertenecen a poblaciones en las que existe un riesgo sustancial de exposicin a M. tuberculosis (IIIB). Tambin se recomienda repetirla en las que han mejorado las clulas CD4 por encima de 200/mm3 luego del tratamiento antirretroviral (IIIB), si la prueba era inicialmente negativa (30).
3.3.
Mujeres embarazadas
La profilaxis se recomienda en las que tienen una tuberculina positiva o una historia de exposicin a tuberculosis activa, luego de haber excluido tuberculosis activa (IIIA). El rgimen de eleccin en las personas que no se han expuesto a TB resistente consiste en isoniazida diaria o bisemanal. Deber acompaarse de piridoxina. La posibilidad de teratogenicidad indica iniciar la profilaxis despus del primer trimestre.
344
345
4.
4.1
Dado que S. pneumoniae y H. influenzae son comunes en la comunidad, no existen medios para reducir la exposicin.
4.2
Prevencin de enfermedad
Adultos y adolescentes con ms de 200 clulas CD4/microL deben recibir la vacuna para el neumococo 23-valente, si no la han recibido en los cinco aos previos (IIB) (33-37). Igual recomendacin puede hacerse para aquellos que inicialmente tenan menos que 200 clulas CD4 y que han aumentado a ms de 200 clulas/mm3 en virtud del tratamiento antirretroviral (IIIC). A pesar de que no hay evidencia de beneficio clnico con la revacunacin, se considera apropiado un intervalo de cinco aos para el efecto (IIIC) (36). No se requiere vacuna contra H. influenzae tipo B por su baja incidencia en adultos (IIID). La administracin de trimetoprim/sulfa para la profilaxis de P. jiroveci reduce la frecuencia de las infecciones respiratorias bacterianas (IIA). Sin embargo, el medicamento no debiera usarse slo para la prevencin de infecciones respiratorias, ya que puede promocionar el desarrollo de microorganismos resistentes al trimetoprim/sulfa (IIID).
4.3
Mujeres embarazadas
La vacunacin contra el neumococo se recomienda en embarazadas infectadas con el VIH que no han recibido la vacuna en los cinco aos previos (IIIB). Cuando sea posible, la vacunacin de la embarazada debiera diferirse hasta despus de iniciado el tratamiento antirretroviral, para evitar el aumento transitorio de la viremia asociado con la vacuna y prevenir as un posible aumento de la transmisin perinatal (IIIC).
5.
5.1
Candidosis
Prevencin de exposicin
Prevencin de la enfermedad
No se recomienda la prevencin rutinaria debido a la efectividad del tratamiento para la enfermedad aguda, la baja mortalidad asociada con la candidosis mucosa, el potencial de seleccionar cepas de Candida resistentes, la posibilidad de interaccin de medicamentos y el costo que se causa (IIID).
5.3
Mujeres embarazadas
Los azoles son teratognicos (38-40). Por lo tanto, la mujeres embarazadas que los reciban para la profilaxis de candidosis, debern recibir medidas anticonceptivas apropiadas (IIIA).
6.
6.1
Criptococosis
Prevencin de exposicin
No existen medidas efectivas para evitarla. Prevenir la exposicin a excrementos de palomas no disminuye el riesgo de adquirir Cryptococcus neoformans.
6.2
Prevencin de la enfermedad
No se recomienda la profilaxis rutinaria por la frecuencia relativamente baja de la enfermedad, la falta de beneficios en la supervivencia asociados con la profilaxis, la posibilidad de interacciones entre medicamentos, el riesgo potencial de seleccin de cepas resistentes y el costo (IIID).
346
347
7.
7.1
Citomegalovirus
Prevencin de exposicin
El Citomegalovirus (CMV) se excreta en semen, secreciones cervicales y saliva. El uso del preservativo tambin reduce la exposicin a CMV (IIA). Los adultos y adolescentes que trabajan en instituciones escolares estn en riesgo de adquirir el virus (IB). Buenas prcticas higinicas como el lavado de las manos, reducen la exposicin (IIA).
7.2
Prevencin de la enfermedad
El mtodo ms importante para prevenir la enfermedad severa por CMV es la deteccin temprana de la enfermedad. El reconocimiento temprano es ms efectivo en un paciente educado al respecto. La aparicin de manchas que obstruyan la visin o autoevaluaciones de la agudeza visual al leer el peridico son tiles indicadores para consultar inmediatamente (IIIB). La evaluacin del fondo del ojo por parte de un oftalmlogo es una buena prctica cuando las clulas CD4 son menores que 50 clulas/mm3 (IIIC).
8.
8.1
El microorganismo es comn en fuentes ambientales como comidas o aguas. No hay informacin que permita evitar la exposicin al microorganismo.
8.2
Prevencin de la enfermedad
A pesar de su conocida ubicuidad y de la frecuencia con que produce complicaciones tardas en pacientes con sida en Norteamrica y Europa, algunos informes sealan que las infecciones por el complejo Mycobacterium avium en Latinoamrica son poco comunes. Igual sucede
en Africa (41-47). Por tanto, aunque se recomiendan estudios ms sistemticos, el uso de profilaxis primaria puede cuestionarse en nuestro medio. Las guas del Departamento de Salud de EEUU recomiendan que los adultos y adolescentes infectados con VIH que tengan una cuenta de clulas CD4 menor que 50/microL podran recibir profilaxis con claritromicina o azitromicina (IA). Adems de conferir proteccin contra la enfermedad por CMA, previenen infecciones respiratorias bacterianas (IIB). Si claritromicina o azitromicina no son toleradas, se puede usar rifabutina como alternativa; las interacciones medicamentosas de esta ltima la hacen difcil de usar (IB) (32).
8.3
Mujeres embarazadas
La profilaxis es igual que en otros adultos y adolescentes (IIIA). Azitromicina se sugiere como la droga de eleccin (IIIB) (48).
Tabla 1.41 Resumen profilaxis infecciones oportunistas
348
349
* **
Excluir siempre tuberculosis activa con radiografa de trax +/- BK esputo antes de iniciar profilaxis (mejor llamada terapia para infeccin tuberculosa latente) para tuberculosis. La profilaxis para MAC en nuestro medio ha sido cuestionada. Hasta que nuevos estudios aporten nueva evidencia, la profilaxis para MAC puede considerarse opcional.
Referencias
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I.
1.
Exposicin de riesgo
Exposicin ocupacional
Exposicin ocupacional de riesgo se define como el contacto de membranas mucosas, piel no intacta o exposicin percutnea por herida con objeto cortopunzante por parte de un trabajador de la salud o servicios auxiliares de instituciones de salud con fluidos potencialmente infectantes (sangre, lquido cfalo-raqudeo, lquido sinovial, lquido pleural, lquido peritoneal, lquido pericrdico, lquido amnitico, semen y secreciones vaginales o cualquier secrecion visiblemente contaminada con sangre).
1.1
El riesgo estimado promedio de transmisin de VIH por contacto con sangre infectada con VIH por exposicin percutnea es de 0.3% y por exposicin de membranas mucosas es de 0.09%. Se estima que el riesgo de transmisin por exposicin de piel no intacta es menor que el de mucosas. El riesgo estimado de transmisin de VIH por contacto con fluidos distintos a sangre es desconocido pero se supone menor que el riesgo mencionado para sangre. Un estudio de casos y controles que favoreci el uso de profilaxis postexposicin (PPE), mostr tambin que el riesgo era diferente segn el tipo de exposicin percutnea, siendo mayor en heridas ocurridas con agujas huecas, cuando la sangre es visible y cuando la herida es profunda. El riesgo estimado de la exposicin se determina por las caractersticas de la exposicin misma y por las caractersticas de la fuente. Si la fuente es desconocida, se debe evaluar el riesgo de que el fludo corporal o el elemento cortopunzante est contaminado con VIH de acuerdo con la prevalencia deVIH en el lugar donde ocurri el accidente (nmero de pacientes con VIH en el rea, por ejemplo). En este caso, la profilaxis postexposicin generalmente no est indicada, a no ser que la prevalencia de VIH en el sitio y momento del accidente sea relevante. Si
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la fuente es conocida y se conoce que es seronegativo paraVIH, entonces no hay indicacin de profilaxis farmacolgica. Si se desconoce si la fuente es VIH positivo o no, entonces se debe buscar la realizacin de una prueba rpida o una prueba de ELISA. Si la fuente autoriza la realizacin de la prueba, sta se debe hacer sin retraso. Un resultado negativo de una prueba rpida o una prueba de ELISA permite no iniciar o descontinuar la profilaxis postexposicin. Si la fuente se conoce positiva o si la prueba realizada diagnostica VIH, el estado clnico del paciente permite estratificar an ms el riesgo. Si la fuente tiene sntomas compatibles con VIH avanzado, el riesgo de transmisin es mayor que cuando la fuente no tiene sntomas asociados con el VIH. El riesgo asociado con la exposicin misma se estratifica como se mencion anteriormente. Cuando la exposicin es de mucosas, un factor que permite estratificar el riesgo es la cantidad de sangre o lquido corporal involucrado en el incidente. Si son unas gotas, el riesgo es bajo comparado con salpicaduras masivas.
1.2
Intervenciones no medicamentosas
El sitio corporal donde ocurri la exposicin debe ser lavado con agua y jabn, en el caso de piel, y con agua en irrigacin en el caso de mucosas (IIIA). No existe evidencia que soporte el uso de antispticos pero tampoco estn contraindicados. No se recomienda el uso de corrosivos o custicos. Una vez ocurrida la exposicin, el trabajador debe contactar al personal de epidemiologa hospitalaria, si est disponible, y si no est disponible debe acudir al servicio de urgencias. Se debe llenar un reporte por escrito que incluya fecha, hora, detalles de la exposicin, fuente de la exposicin y conducta adoptada. Todo el proceso de evaluacin y toma de decisiones debe hacerse en las horas inmediatamente siguientes a la exposicin (IIA). La evaluacin debe considerar posible riesgo de transmisin de otros patgenos (sfilis, hepatitis B, hepatitis C) (IIA). Se debe recomendar al expuesto prcticas que permitan evitar la posible trasmisin del VIH a terceros durante el perodo de seguimiento, mediante la utilizacin de condn, entre otros (ver seccin de prevencin) (IIIA).
Igualmente, se debe dar soporte emocional al trabajador expuesto y a su familia. No se debe donar sangre u rganos durante el perodo de seguimiento.
1.3
Intervenciones medicamentosas
De estar indicada, la profilaxis postexposicin (PPE) debe iniciarse tan pronto como sea posible. Estudios en animales sugieren que entre ms rpido se inicie la profilaxis mejor, con un efecto cuestionable despus de 48 a 72 horas de ocurrida la exposicin. La siguiente tabla muestra las recomendaciones de PPE (IIA). La seleccin de los componentes de PPE no es rgida sino que depende de la historia de resistencia y de exposicin de la fuente (IIIB). De estar disponible, debe consultarse un experto en enfermedades infecciosas o VIH/sida, pero en ninguna circunstancia se debe retrasar el inicio de PPE si est indicada (IIIB).
Tabla 1.42 Evaluacin y manejo de las exposiciones laborales de riesgo
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Bajo riesgo = aguja slida (no hueca), herida superficial. PPE de dos medicamentos: AZT-3TC D4T-3TC. Tener en cuenta si est disponible la historia de la fuente. PPE de tres medicamentos: AZT-3TC- Tercer medicamento guiado segn la historia de exposicin y resistencia antirretroviral de la fuente; se puede usar el mismo rgimen que para iniciacin de ARV (efavirenz), si la historia de exposicin es limitada. Si la fuente tiene una historia de exposicin a mltiples regmenes o si la historia de exposicin de la fuente es desconocida, considere utilizar como tercera alternativa lopinavir-ritonavir.
1.4
Monitoreo
Prescribir PPE por cuatro semanas (IIB). Evaluar efectos adversos dos semanas despus de la iniciacin de PPE (IIIB), y la toxicidad al final del tratamiento. Obtenga los mismos exmenes paraclnicos que en pacientes que inician la terapia (ver seccin de seguimiento) (IIIB). Debe realizarse VIH-ELISA de base al trabajador expuesto en las horas siguientes al accidente (IIIB). Realizar VIH-ELISA a los tres y a los seis meses al trabajador expuesto a VIH, expuesto a fuente con estado de VIH desconocido, o fuente desconocida (IIIB).
Exposicin no ocupacional
Se define como exposicin no ocupacional de riesgo aquella exposicin directa de mucosas, percutnea o intravenosa con fluidos corporales potencialmente infecciosos, que ocurre por fuera de circunstancias perinatales y ocupacionales relacionadas con la salud.
2.1
El CDC clasifica la exposicin como de riesgo substancial de exposicin a VIH y de riesgo despreciable de exposicin a VIH. Riesgo substancial se define como exposicin DE vagina, recto, ojo, boca, u otras mucosas, piel no intacta, o contacto percutneo A sangre, semen, secreciones vaginales, secreciones rectales, leche materna, o cualquier otro fluido corporal que est visiblemente contaminado con sangre, CUANDO la fuente se sabe que es VIH positiva. Riesgo despreciable se define como exposicin DE vagina, recto, ojo, boca, u otras mucosas, piel no intacta, o contacto percutneo A orina, secrePrograma de Apoyo a la Reforma de Salud - Pars
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ciones nasales, saliva, sudor, o lgrimas que no estn visiblemente contaminadas con sangre, SIN IMPORTAR si la fuente es positiva o negativa para VIH. El riesgo de transmisin sexual tambin se incrementa si el expuesto tiene infecciones de transmisin sexual. Por eso, el diagnstico de infecciones de transmisin sexual debe procurarse durante la valoracin inicial (IIA). Similarmente, debe considerarse la posibilidad de transmisin de otras infecciones, como hepatitis B y sfilis, que puedan requerir monitoreo o manejo (IIB). En mujeres en edad reproductiva con exposicin sexual existe, adems, el riesgo de embarazo que debe ser tenido en cuenta.
2.2
Intervenciones no medicamentosas
Ninguna especfica.
2.3
Se recomienda PPE cuando la exposicin es de riesgo sustancial, la fuente es VIH positiva y el expuesto se presenta en las 72 horas siguientes al evento (IIIA). Si la fuente est accesible para la evaluacin y obtencin de exmenes, entonces debe obtenerse una prueba rpida de ser posible o un ELISA-VIH. Si el resultado es negativo, la persona expuesta no requiere PPE; si el resultado es positivo, PPE est indicada (IIIA). Cuando el estado de VIH de la fuente es desconocido, se debe considerar PPE cuando de acuerdo con los factores de riesgo o la condicin clnica se sospeche que puede estar infectada (IIIC). Si el trabajador de la salud asesorando al expuesto no tiene la informacin necesaria para valorar el riesgo adecuadamente, es recomendable iniciar PPE y reevaluar despus de reunir ms informacin (IIIB).
Si la exposicin es sustancial, pero el expuesto se presenta despus de 72 horas de ocurrido el evento, en general no se recomienda PPE, pero debe considerarse en casos individualizados balanceando el riesgo de toxicidad con un posible mnimo beneficio de prevencin de infeccin (estudios en animales muestran que la efectividad de PPE despus de 72 horas es prcticamente nula) IIIC. Si la exposicin es de riesgo despreciable no se recomienda PPE (IIIA). Si se decide administrar PPE, se debe escoger un rgimen que tenga en cuenta la historia de experiencia antirretroviral y/o resistencia viral en la fuente. Si se desconocen esas circunstancias, se debe escoger un rgimen potente y bien tolerado. Se puede utilizar la misma recomendacin mencionada en la seccin de iniciacin de la terapi a (AZT-3TC-Ef avirenz) s i l a hi s tori a d e expo s icin a antirretrovirales en la fuente es limitada (IIIB). Si el individuo fuente tiene una historia de exposicin a mltiples regmenes o si se desconoce la historia de exposicin de la fuente, considere utilizar dos ITRN combinados con lopinavir-ritonavir (IIIB). De estar disponible, debe consultarse un experto en Enfermedades Infecciosas o VIH/ sida, pero en ninguna circunstancia se debe retrasar el inicio de PPE si est indicada (IIIB).
2.4
Monitoreo
Referencias
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2. Centers for Disease Control and Prevention. Antiretroviral Postexposure Prophylaxis After Sexual, Injection-Drug Use, or Other Nonoccupational Exposure to HIV in the United States. MMWR 2005; 54 (RR-2): 1-19.
Glosario
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Glosario
Anemia moderada o severa: hemoglobina menor de 10 g/dL o cada de la hemoglobina de ms de 3.5 g/dL. Asesora: conjunto de actividades confidenciales que buscan la adecuada preparacin de una persona con respecto a sus conocimientos, prcticas y conductas de riesgo y de proteccin, antes y despus de la realizacin de pruebas diagnsticas, que le permitan al asesorado la toma de decisiones informadas relacionadas con esas pruebas. APB: administradoras de Planes de Beneficios (EPS, ARS, Regmenes de excepcin y DTS Direcciones Territoriales de Salud para la poblacin no asegurada). Brote cutneo severo: brote con componente vesicular, ampolloso o descamativo o que se acompaa de fiebre y/o compromiso de mucosas (en pacientes que reciben nevirapina y desarrollan brote cutneo severo debe investigarse la coexistencia de toxicidad heptica). Carga viral ptima: todas las siguientes: 1) Paciente con inicio o modificacin reciente de la terapia que presenta una cada de dos o ms log en un perodo de dos meses. 2) Paciente con duracin de terapia de seis meses o ms con carga viral menor de 400 copias. 3) Paciente con barreras de cumplimiento, tolerancia o farmacocintica corregidas en quien despus de dos meses de la correc-
cin la carga viral cae al menos un log con respecto al valor previo. Contacto cercano para tuberculosis: persona que haya vivido, trabajado o dormido bajo el mismo techo que un individuo con tuberculosis larngea o pulmonar activa. Exposicin no ocupacional de riesgo: exposicin directa de mucosas, percutnea o intravenosa con fluidos corporales potencialmente infecciosos que ocurre por fuera de circunstancias perinatales y ocupacionales relacionadas con la salud. Exposicin ocupacional de riesgo: contacto de membranas mucosas, piel no intacta o exposicin percutnea por herida con objeto cortopunzante por parte de un trabajador de la salud o servicios auxiliares de instituciones de salud con fluid o s potenci a lmente infect a nte s ( sa ngre, lqui d o cefalorraqudeo, lquido sinovial, lquido pleural, lquido peritoneal, lquido pericrdico, lquido amnitico, semen y secreciones vaginales). Fracaso teraputico: situacin en la cual, a pesar de un adecuado cumplimiento (>95%), una adecuada tolerancia, de no tener razones clnicas (sndrome de mala absorcin) o farmacolgicas (consideraciones relativas a los alimentos, toma de productos naturales y/o farmacuticos que interacten con uno o ms de los antirretrovirales) que puedan alterar la eficacia de los medicamentos, un paciente tiene: 1) Dos cargas virales consecutivas por encima de 400 copias despus de seis meses de tratamiento; 2) Dos cargas virales consecutivas despus de dos meses de iniciacin de tratamiento que no muestran una reduccin de al menos dos logaritmos con respecto al nivel de base. Hepatitis clnica: nuseas, vmito, y dolor abdominal, sin otra explicacin alternativa con elevacin de transaminasas y bilirrubinas de cualquier nivel.
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Hepatitis paraclnica severa y persistente: elevacin de transaminasas por encima de cinco veces el lmite normal superior, y que no mejora a pesar de continuar el tratamiento antirretroviral en un perodo de cuatro a ocho semanas. Hiperbilirrubinemia intolerable: hiperbilirrubinemia indirecta por encima de 2.5 veces el lmite normal superior y que el paciente no puede aceptar desde el punto de vista esttico. Hiperglicemia moderada y refractaria: glucosa en ayunas por encima de 126 mg/dL que no mejora con al menos tres meses de dieta y ejercicio. Hiperlipidemia de riesgo y refractaria: cumple con la definicin de hipertrigliceridemia moderada o severa y refractaria y/o de hipercolesterolemia de riesgo y refractaria. Hipertrigliceridemia moderada o severa y refractaria: triglicridos repetido superior a 750 mg/dL, a pesar de manejo nutricional y farmacolgico durante por lo menos 6 meses. Hipercolesterolemia de riesgo y refractaria: hipercolesterolemia que est por encima de valores especificados a pesar del manejo ptimo con terapia hipolipemiante (dosis mximas toleradas de estatinas permitidas por lo menos durante tres meses). Valores especificados: Colesterol total: Superior a 240 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular bajo (0-1 factor de riesgo cardiovascular adicional). Superior a 200 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular intermedio (2 ms factores de riesgo cardiovasculares adicionales) o en pacientes con enfermedad coronaria o su equivalente (diabetes, enfermedad arterial carotdea, enfermedad vascular arterial perifrica).
Colesterol LDL: Superior a 190 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular bajo. 160 mg/dL en pacientes con riesgo cardiovascular moderado. 130 mg/dL en pacientes con enfermedad coronaria o su equivalente.
HSH: Hombres que tienen sexo con hombres. ICBF: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Intolerancia gastrointestinal refractaria: nusea severa o vmito severo (impide considerablemente la ingesta de alimentos y dura por lo menos 48 horas o causa deplecin de volumen detectable con signos vitales/ortostatismo), diarrea severa (ms de siete deposiciones al da o interferencia con funcionamiento social o laboral, o signos de deplecin de volumen) que no mejora con terapia farmacolgica y dietaria. Lipoatrofia moderada: prdida de grasa subcutnea de la cara, las extremidades y las nalgas, detectable al examen fsico por el trabajador de la salud. Lipodistrofia moderada: acumulacin anormal de grasa en el cuello, pecho, o abdomen, detectable al examen fsico por el trabajador de la salud. Log: logaritmo (base 10) del nmero entero (de copias del virus). Mdico encargado: mdico con entrenamiento en VIH (experto o con documentacin de por lo menos 48 horas de prctica supervisada y 150 horas crdito de educacin continua en VIH), que coordina un programa de atencin a pacientes conVIH. Mdico experto: especialista en enfermedades infecciosas (avalado por el ICFES o el Ministerio de Educacin) o mdico que
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puede documentar al menos cinco aos de experiencia continua en la atencin de pacientes con VIH. MEN: Ministerio de Educacin Nacional. MPS: Ministerio de la Proteccin Social. Nefritis por indinavir: parcial de orina anormal con sedimento y creatinina repetida por encima de dos, sin evidencia de urolitiasis ni otra explicacin. Neuropata perifrica (y parestesias) severa y refractaria: alteracin de la sensibilidad que afecta el funcionamiento social y laboral del paciente y que no mejora con tratamiento mdico. Neutropenia severa: conteo absoluto de neutrfilos menor de 500/ mm3. OBG: Organizacin de nase comunitaria. ONG: Organizacin no gubernamental. Onusida: Programa conjunto de las Naciones Unidas que rene esfuerzos y recursos de 10 de las organizaciones de las Naciones Unidas para dar una respuesta global al VIH/sida. En Colombia, incluye la representacin de Unicef, Fnuap, Pnud OPS, Unodc, Unifem, Acnur, Oacdh, OIT y OIM. PAB: Plan de atencin bsica. Pancreatitis clnica: elevacin consistente (repetida) de amilasa y/o lipasa acompaada de sntomas concordantes (dolor abdomial, nausea, vmito, con o sin fiebre). PEI: Proyecto educativo institucional. PVVS: personas viviendo con VIH o sida. Sndrome de hiperlactatemia: debilidad, dolor abdominal, prdida de peso, nauseas y/o vmito, con o sin disnea, y niveles
elevados de lactato (> 2 veces lmite normal superior), y acidosis con brecha aninica aumentada (rs frecuente encontrar elevacin de las transaminasas, por lo cual en un paciente que recibe ITRN con sntomas compatibles con sndrome de hiperlactatemia, el sndrome debe investigarse cuando las transaminasas se encuentran elevadas). Sndrome de hipersensibilidad al abacavir: iniciacin durante las primeras ocho semanas de tratamiento con abacavir de brote cutneo asociado con dos de los siguientes sntomas: fiebre, sntomas gastrointestinales, sntomas respiratorios, mialgias y malestar general; o tres de los sntomas mencionados sin brote cutneo. Sntomas neuropsiquitricos severos y refractarios: sntomas neuropsiquitricos que interfieren con el funcionamiento social y laboral, y que no mejoran en un perodo de 4-6 semanas a pesar de manejo mdico. Trabajador de la salud encargado de asesorar el cumplimiento (TEC): profesional de la salud (idealmente con entrenamiento en educacin cognitivo-conductual basada en la teora de autoeficacia) encargado de buscar la optimizacin de cumplimiento del tratamiento por parte del paciente. Tuberculinap en paciente VIH: prueba de Mantoux que resulta en una induracin de = 5 mm. Urolitiasis: dolor lumbar y/o abdominal con evidencia de hematuria en el parcial de orina y/o documentacin radiolgica de obstruccin de la va urinaria, y/o eliminacin en la orina de clculos macroscpicos. Abac: Abacavir.
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Abreviaturas
ADN: cido desoxirribonuclico. AINES: Antiinflamatorios noesteroideos. ALT: Transaminasa glutmico-pirvica (SGPT). Anti - HBc: anticuerpo anticore hepatitis B. ARN: cido ribonuclico. ARV: Antirretroviral. AZT: Zidovudina. BID: Dos veces al da (cada doce horas). BK: Tincin para bacilo de la tuberculosis. CDC: Centros de control y prevencin de enfermedades de Atlanta. CROI: Conference on Retrovirus and Opportunistic Infections (Conferencia de retrovirus e infecciones oportunistas). CV: Carga Viral. D4T: Estavudina. DDI: Didanosina. Ef: Efavirenz. FDA: Food and Drug Administration (Administracin de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos). FTC: Emtricitabina.
HBs Ag: Antgeno de superficie de Hepatitis B. HPV: Virus del papiloma humano. IAC: International AIDS Conference (Conferencia Internacional de sida). ICAAC: Interscience Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy, Conferencia Inter-ciencias de Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia. IDSA: Infectious Diseases Society of America (Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas). IgG: Inmunoglobulina G. IP: Inhibidores de proteasa. ISS: Instituto de Seguros Sociales. ITRN ( N): inhibidores de la transcriptasa reversa nuclesidos. ITRNN: inhibidores de la transcriptasa reversa no-nuclesidos. ITS: Infecciones de transmisin sexual. IV: Intravenoso. LDL: Poprotenas de baja densidad. N ( ITRN): Inhibidores de la transcriptasa reversa nuclesidos. n : Nmero. PCR: Reaccin en cadena de polimerasa. PPD: Derivado protico purificado (tuberculina). PPE: Profilaxis postexposicin. QD: Una vez al da. Ref: Referencia.
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Rit, r: Ritonavir. Rx: Radiografa. sida: Sndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. TEC: Trabajador encargado de asesorar el cumplimiento. TAC: Tomografa axial computarizada. US-PHS: United States Public Health Service (Servicio de Salud Pblica de los Estados Unidos). VIH: Virus de la Inmunodeficiencia Humana. VO: Va oral. 3TC: Lamivudina.
Anexos
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Evaluacin personal de los beneficios y consecuencias negativas (pros y contras) de la prueba del VIH. Riesgo de transmisin y cmo puede ser prevenida la infeccin por VIH. Importancia de obtener los resultados de la prueba y los procedimientos necesarios para hacerla. Significado de los resultados de la prueba (tanto positivo como negativo) en lenguaje entendible. Informacin concreta acerca de dnde obtener mayor informacin o asesora de prevencin. Informacin sobre la historia natural del VIH y cmo se puede modificar favorablemente como resultado de la deteccin precoz de la infeccin. Informacin general acerca de la existencia de terapias efectivas para la infeccin por VIH. Informacin que permita anticipar y mitigar los posibles efectos e impactos psicosociales. Informacin sobre derechos y deberes, y acceso a servicios. E s p a cio p a r a que el as e s or ad o pue da h a cer pregunt as y resolver dudas. Espacio para que el asesorado lea el consentimiento informado. Espacio para que el asesorado resuelva preguntas referentes al consentimiento informado. Firma del consentimiento informado.
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Asesora pos-prueba
Lista mnima de chequeo para entrega de resultados negativos o positivos
Informar el resultado verbalmente. Entregar el reporte fsico del resultado. Explicar la interpretacin del resultado. Hacer entender al paciente que puede persistir en riesgo si el resultado fue negativo, y que puede reinfectarse si el resultado es positivo. Reforzar recomendaciones sobre prcticas dirigidas a disminuir el riesgo de infeccin por VIH. Considerar la remisin del paciente/cliente a servicios ms especializados para optimizar la prevencin de la transmisin (sicologa, rehabilitacin de drogas, etc.). Recomendar la repeticin de la prueba para aquellos con resultado negativo que han tenido conductas de riesgo recientes (seis meses). Espacio para resolver preguntas. Documentar por escrito que se realiz la asesora postprueba.
Repetir la informacin sobre la historia natural de la enfermedad. Repetir la informacin sobre la existencia de terapias efectivas y cmo cambian stas la historia natural. Explicar la importancia de cumplir minuciosamente con el tratamiento cuando est indicado. Educar sobre los riesgos reales para los seres queridos y las precauciones necesarias en la vida diaria. Mencionar la confidencialidad de la informacin.
Recomendar la notificacin a las personas que puedan estar infectadas (parejas sexuales, personas que compartan agujas, etc.). Recomendar la no donacin de sangre, plasma u rganos. Evaluar el impacto sicolgico de la entrega del resultado y remitir a servicios especiales de considerarse necesario (sicologa, siquiatra, urgencias). Recomendar y facilitar la bsqueda de apoyo social y familiar. Delinear las opciones de atencin dentro del sistema. Referir (y programar seguimiento) al personal de salud encargado de la atencin (mdico, sicloga, trabajo social y nutricin) dentro del sistema al que pertenece el paciente. Discutir con el paciente sus planes para los prximos das y sus expectativas a corto, mediano y largo plazo.
Categoras para definir si el paciente es sintomtico
Condiciones clnicas clasificadas como B o C por los centros de control y prevencin de enfermedades de Atlanta (CDC)
Categora B:
Herpes zoster en ms de una ocasin o en una ocasin que compromete ms de un dermatoma. Candidiasis oral. Candidiasis vulvo-vaginal que es persistente, frecuente o que responde pobremente al tratamiento. Displacia cervical moderada o severa, o carcinoma in situ de crvix. Fiebre mayor de 38.5oC por ms de un mes.
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Diarrea por ms de un mes. Prdida de peso de ms del 10%. Angiomatosis bacilar. Prpura trombocitopnica idiomtica. Enfermedad plvica inflamatoria. Neuropata perifrica. Listeriosis. Leucoplaquia vellosa oral.
Categora C:
Sndrome de desgaste asociado con VIH (prdida de peso de ms del 10% con diarrea de ms de un mes de evolucin, o con debilidad crnica, o fiebre de ms de un mes de duracin). Demencia asociada con el VIH (deterioro cognitivo o de otras funciones que interfiere con las actividades laborales y/o rutinarias). Candidiasis esofgica, traqueal, bronquial o pulmonar. Tuberculosis extrapulmonar o pulmonar. Neumona por Pneumocystis carinii (jiroveci). Toxoplasmosis de rgano interno. Infeccin por citomegalovirus (CMV) de cualquier rgano excepto hgado, bazo, o ganglios linfticos. Cncer de crvix invasivo. Neumona bacteriana recurrente (2 ms episodios en un ao). Herpes simple con lceras mucocutneas de ms de un mes de duracin o causando bronquitis, neumonitis o esofagitis.
Criptococosis extrapulmonar. Histoplasmosis extrapulmonar. Sarcoma de Kaposi. Linfoma de Burkitt, inmunoblstico, o primario del sistema nervioso central. Diarrea por Isospora belli o Cryptosporidium de ms de un mes de duracin. Septicemia por Salmonella (no tifoidica). Infeccin diseminada por Mycobacterium avium (MAC) Leucoencefalopata multifocal progresiva. Coccidiodomicosis extrapulmonar.
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GUA PARA EL MANEJO DE VIH/SIDA BASADA EN LA EVIDENCIA - COLOMBIA Participantes reuniones de consenso