La Tetralogía

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Eduardo Lpez Chavarri LA IDEA FUNDAMENTAL DE EL ANILLO DEL NIBELUNGO La Tragedia y la Msica (Schiller, Hoffman, Carlyle, Schopenhauer).-Nietzsche.

-La idea de la Fatalidad.- La accin interior en El oro del Rhin, La Walkyria, Siegfried, y El Crepsculo de los dioses. Antes de analizar los poemas que constituyen El anillo del Nibelungo, y de proceder al estudio de las partituras, es conveniente apreciar la obra en su conjunto, para poner de manifiesto la idea general que le anima dndole unidad y fuerza incontestables. El argumento de la Tetraloga puede resumirse en pocas palabras: es la lucha entre el Egosmo y el Amor. Nos encontramos ante una concepcin de la vida que, tanto por su fondo como por su forma, nos presenta el carcter de una tragedia; pero no una imitacin de las tragedias clsicas, sino la tragedia de nuestros tiempos, la que nace de nuestra manera de considerar el destino del hombre en el mundo. Es la tragedia la expresin ms intensa del dolor, de la fatalidad que parece pesar siempre sobre lo humano, del mal, jams vencido y siempre en acecho de nuestra existencia. Ya en el antiguo teatro griego representaba la tragedia la manera de concebir la vida en su totalidad; los personajes de aquel teatro son imagen de la humanidad que sigue irresistiblemente su destino sin poder desviarse ni detenerse. Los hroes trgicos son entidades en accin, fuerzas que obran, pasiones que marchan, se encuentran y luchan. La tragedia tiene as un fondo infinito, puesto que su espritu se remonta lo universal, lo inevitable; la tragedia se funda en lo ms hondo de la conciencia humana. Ahora se comprender mejor por qu Wagner, como los poetas griegos, necesitaba el mito para su obra; el mito mantiene puros los sentimientos humanos generales, sin que las contingencias de su encarnacin en personajes determinados le quite la grandeza primitiva. La expresin ms completa, ms ntima y ms profunda de la vida nos la da la leyenda, el mito, que al hacernos ver la existencia del dolor en el mundo nos produce aquella resignada tristeza, fuente de lo que llamamos sentimiento trgico. Pero este sentimiento no poda expresarse completamente por la palabra; la palabra, por su demasiada precisin, no puede traducir con toda amplitud el sentimiento universal, ntimo, de la leyenda. De aqu la necesidad de la msica, que tiene el poder de hablar directamente al sentimiento, identificndose, por tanto, con los sentimientos eternos universales que son el fondo de la leyenda. Esto nos trae al terreno en que plante Nietzsche la cuestin con verdadera originalidad, diciendo que la tragedia es musical en su esencia (1). De este modo explica el renacimiento de la tragedia en nuestra poca realizado por Wagner con su Tondrama, su drama musical. Efectivamente, para Nietzsche, como para Schopenhauer y la mayor parte de los filsofos que han reconocido el poder expresivo del arte, la msica expresa directamente la esencia de las cosas, el espritu de las mismas, sin detenerse describir cosa alguna determinada (no as las artes 1

plsticas, por ejemplo, que slo pueden expresarse representando cosas individuales, formas concretas) (2). Ahora bien, lo trgico es musical precisamente porque la msica nos ensea lo permanente de las cosas, y las desgracias de la tragedia nos hacen ver la eternidad de la vida. La muerte de un hroe no sera trgica si se presentara como un hecho aislado, creemos en la vida eterna -nos dice la tragedia-, y la msica es la idea misma de esta vida sin fin. He ah por qu Nietzsche nos habla de la esencia musical de la tragedia. Antes de Wagner (sigue diciendo el filsofo) la msica slo expresaba estados morales (permanentes) del hombre y slo con Beethoven empieza querer expresar estados pasionales, es decir, los cambios, las crisis de la pasin, los movimientos dramticos del alma; pero la obra de Beethoven parece algo indecisa por expresarse en formas destinadas lo antiguo; Wagner, procurando la claridad de expresin, se desprende de las frmulas antiguas y hace que la msica exprese el sentimiento con todas sus gradaciones infinitas; ha realizado en la historia de la msica, el mismo progreso que en la historia de las artes plsticas realizara el primer escultor que se atrevi renunciar al relieve para crear el grupo libre (3). El anillo del Nibelungo se presenta, pues, como la realizacin del espritu de la tragedia en nuestro tiempo. Wagner es el poeta trgico de nuestra poca, y su Tetraloga viene constituirse de modo anlogo como se form la tragedia griega: esta fu una evolucin del canto (esto es, de la inspiracin lrica) hacia la representacin plstica; la obra wagneriana es la evolucin del lirismo moderno en idntico sentido. Comprobmosbo. *** La accin de El anillo del Nibelungo se inspira en los mitos escandinavos, que son representacin de las fuerzas visibles de la Naturaleza. La mitologa escandinava es, segn Carlyle, el reconocimienio de las fuerzas del mundo fsico, como agentes personales, estupendos, divinos, como dioses y demonios para nosotros no concebibles. Es el pensamiento infante del hombre abrindose con religioso respeto y asombro sobre este Universo... Los obscuros y hostiles poderes de la Naturaleza..., el hielo, el fuego, las tempestades del mar, son Jaetuns, Gigantes, seres monstruosos hirsutos y de carcter demoniaco, los poderes benignos y amigos, como el calor estival, el sol -y el trueno, smbolo de la tormenta purificadora y fecunda del esto-, son dioses. El imperio del Universo est dividido entre estos dos bandos: moran separados en perenne y mortal antagonismo. En los distintos cantos de los Eddas y en los Sagas norsos, as como en su adaptacin alemana (4), encontr Wagner el principio, legendario de su obra. Las peripecias principales estn todas contenidas en aquellas tradiciones, como son: Wotan (Dios de los dioses, encarnacin de la Voluntad) y los dioses; la construccin de su palacio (Walhalla); las luchas entre stos, los gigantes y los enanos (Nibelungos), smbolo de las fuerzas del mundo; el mito de las walkyrias; el castigo de una de ellas, Brunhilda, por desobedecer su padre (Wotan), y su sueo sobre la roca rodeada de 2

llamas hasta que la despierte el hroe que la posea; las desgracias de los hijos de Wotan; la espada prodigiosa de ste; el tesoro de los Nibelungos, cuya posesin origina tantas catstrofes; la heroica figura de Siegfried, vencedor del dragn y despertador de Brunhilda; las profecas de Erda (la madre Tierra) relativas al fin de los dioses; el smbolo de la Existencia en el rbol de la Vida (rbol Idragsil) y en las tres Nornas (Parcas) que hilan el pasado, el presente y el porvenir, y por ltimo, la tradicin del crepsculo de los dioses, el viejo universo desapareciendo; pero no con muerte final, sino que han de venir otro nuevo cielo y otra nueva tierra: un Dios ms alto y supremo, y otra justicia ms divina tienen que volver reinar entre los hombres. Todos estos episodios estn confusamente esparcidos en los difrentes cantos y tradiciones mitolgicas. La ltima parte de la Tetraloga la inspir Wagner en las tradiciones del rey Sigurd y de Gunther (cuadro de verdadera epopeya que refleja visiblemente el recuerdo de las incursiones de Atila) y que pas al poema alemn Los Nibelungos. Wagner junt tan disgregados elementos con admirable claridad, desentraando la representacin de la vida que encierran y dndoles una interpretacin segn las propias ideas filosficas del poeta; as resulta esa unidad que comunica al conjunto una alta significacin simblica, haciendo intervenir en la accin del poema, como instrumentos del destino, los dioses, los elementos y los hombres, de modo que el trgico aspecto del mundo nos sea revelado por todos ellos. *** Cul ser, pues, esa esencia del mundo, esa idea sobre la vida, que es el alma de la Tetraloga y al propio tiempo tambin, expresin de la conciencia de Wagner? Vamos verlo. No era muy optimista el concepto que el maestro formara de la existencia; todo lo contrario. Ya hemos visto que no le faltaron motivos para ello, pues tambin se sinti perseguido por el dolor, tambin implacable se ensa el mal con l. Esta fatalidad inexorable de lo malo, hace del poema wagneriano una imagen de la existencia, inclinada por natural impulso la libre expansin, al amor, y contrariada incesantemente por el egosta inters de los dems. Con razn pudo decir Wagner que haba condensado en El anillo del Nibelungo toda su filosofa, toda su comprensin moral del mundo. Para el poeta de la Tetraloga, la vida es un cambio constante, una serie de manifestaciones de una substancia eterna; todo cuanto vive ha de someterse esa ley, eterna tambin, de la transformacin. El mal nace en el mundo por querernos sustraer la ley referida, es decir, por no querer que llegue el fin natural: la muerte. El egosmo es el que desea permanecer, rebelndose contra la inmutable marcha del tiempo, y el miedo morir no es ms que la consecuencia del egosmo (tomando la palabra en el ms amplio sentido): tal es el pensamiento interno que late en el fondo de la Tetraloga. Teniendo esto presente, todo el desencadenamiento de tan vasta concepcin aparece con una claridad y una lgica sorprendentes. 3

Para comprender mejor el drama en su totalidad, debemos fijarnos en el desenvolvimiento de los motivos internos de la accin, en las causas de los hechos que ante el espectador aparecen, constituyendo lo que antes hemos llamado ACCIN INTERIOR. En tan compleja concepcin resume justamente el notable crtico portugus A. Arroyo (5).-Toda la serie de acciones componentes de la Tetraloga estriba en la lucha entre el Egosmo (ansia de riquezas y dominio del mundo) y el Amor; esta lucha se complica con el Temor de la muerte y termina por el reinado del Amor entre los hombres, cuando Wotan, el elemento generador por excelencia de toda actividad, renuncia y muere. Una observacin muy justa de Nietzsche viene completar la exposicin de la idea de Wagner. Segn Nietzsche, El anillo del Nibelungo es un vasto sistema de pensamientos que no ostenta la forma abstracta y racional del juicio, es decir, de una teora filosfica. Un filsofo podra hacer una obra correspondiente la de Wagner con tal de que el asunto en vez de sernos ofrecido bajo la forma de imgenes y acontecimientos, se nos mostrara como una serie de nociones (ideas). Podramos tener as dos versiones de la misma cosa: una para el pueblo (la potica, la de Wagner), y otra para lo contrario de ste, para el pensador que teoriza. Por esta razn, no es al hombre de teoras quien Wagner se dirige, pues semejante hombre es tan capaz de comprender el elemento potico, el mito, como un sordo la msica. Finalmente, el mismo autor de la Tetraloga ha explicado su significacin en esta forma: Debemos aprender morir, morir en el ms amplio sentido de la palabra. El miedo del fin es la fuente de toda insensibilidad (Lieblosigkeit); el egosmo aparece en el mismo instante en que el amor empieza a palidecer... El querer prolongar ms all de la necesaria renovacin de todas las cosas el lazo sagrado que une los dos esposos (Wotan y Fricka, los dioses principales de la tetraloga), en virtud del espejismo del amor, su resistencia al eterno cambio y variabilidad del mundo de las apariencias, he ah lo que conduce los dos cnyuges al tormento de una mutua ausencia de amor. El desenvolvimiento de todo l poema muestra la necesidad de ceder y someterse al cambio, la variabilidad., la multiplicidad, la novedad eterna de la naturaleza y de la vida. Wotan se eleva hasta la altura trgica de querer su propio aniquilamiento... La obra creadora de esta suprema voluntad de aniquilarse s mismo, es la conquista del hombre que no conozca el temor y que ame siempre: Siegfried. Eso es todo; La ausencia de amor! La Lieblosigkeit que, como la terrible Anank de los griegos, presta todo su trgico poder la par que ntima unidad todas las partes de El anillo del Nibelungo... *** El desenvolvimiento de esta accin es sumamente sobrio: Wagner ha condensado lo esencial de la leyenda, reduciendo las peripecias las indispensables par realizar el plan propuesto. El personaje principal de El anillo del Nibelungo es Wotan, la encarnacin de la voluntad creadora, dios de los dioses y origen de las catstrofes que han de sucederse causa del conflicto entre su razn y su deseo. Wotan, como los dems dioses, no es eterno. Todos ellos stn animados de nuestras pasiones, son los orgenes de nuestra raza; sus faltas se perpetan en los hombres travs de las generaciones; hasta que una suprema expiacin restablece el orden del mundo (6). Wotan, como los dioses tambin, est sometido los destinos inmutables de la existencia, y su 4

poder no puede pasar de los limites que l mismo escribi en el mango de su lanza; esta lanza que l se hizo con una rama del rbol Idragsil (el rbol de la vida), tiene escritos los pactos divinos y las leyes que han de regir aun los mismos dioses; Wotan debe mantenerlos siempre, y as desde un principio, le vemos ya como esclavo de dichas leyes. EL ORO DEL RHIN, prlogo de la Tetraloga, es la exposicin de la idea total del drama; en l se nos presentan en oposicin los elementos primarios del mundo, juntamente con la existencia del mal que turba la tranquila marcha de la vida, para perpetuarse travs de generaciones y generaciones hasta el fin de toda aquella creacin. Wotan y los dioses, seres superiores que viven en la regin de la luz, han construido un palacio. (Walhalla) donde albergar su majestad. En su orgullo, han pretendido hacerse fuertes y sustraerse los destinos del mundo, perpetuando, eternizando su dominacin: esta es la falta original que causar no pocos males. Los dioses han hecho construir el palacio los gigantes, emblema de las fuerzas brutales, y en cambio les ceden la diosa Freia, la eternajuventud, el eterno amor. El smbolo aparece ya completo : la terrible ausencia de amor ha manchado la inocencia de la tierra y sus consecuencias han de ser funestas. As es. El Nibelungo Alberich (7), de la raza de los enanos (representacin de las fuerzas telricas, los nibelungos son los gnomos que en el corazn de la tierra forjan los metales que sta contiene), ha visto el oro pursimo que brilla bajo las tranquilas y transparentes ondas del Rhin. El oro puede dar el poder del mundo, pero hay que renunciar al amor para conseguirlo; el ansia de poder vence al Nibelungo, y renunciando al amor se apodera del Oro, forjando con l un anillo que le dar el dominio sobre lo existente. Este crimen es el que mueve la accin, y permanecer travs de las cuatro jornadas de la tragedia. El anillo es el smbolo del crculo del mal, siempre engendrndose s mismo; los dioses, en su deseo de dominar, no sabrn corregir este hecho del nibelungo, que ha enturbiado la inocencia de las aguas (smbolo de la corriente de la vida) y la falta de ellos perpetuar el crimen del segundo. Desde ahora las catstrofes se suceden con fatal encadenamiento. Al ver los dioses que han de entregar Freia los gigantes, comprenden que se han de quedar sin juventud ni amor, y, por lo tanto, que es intil su mansin para permanecer dominando, por lo cual trata Wotan de eludir el pago; he aqu otra nueva falta, que va ms lejos cuando la astucia de Loge (dios del fuego) le induce robar el anillo del Nibelungo, para apoderarse de los tesoros de ste y entregarlos los gigantes cambio de Freia. Entonces lanza Alberich su terrible maldicin sobre el anillo y quien lo posea, y esta maldicin pesar en adelante sobre todos aquellos cuyo poder pase la terrible joya. Wotan, que se crea dueo del anillo, se ve obligado cederlo los gigantes para rescatar Freia, y en cuanto stos, renunciando al amor (Freia), lo poseen, empieza la maldicin producir sus efectos: la posesin de la malhadada sortija origina la disputa entre los dos gigantes, disputa que termina con la muerte del uno manos de su hermano. Pero Wotan, en su orgullo, pesar de entrever el alcance de sus propias faltas, decide crear un hroe, un hombre libre que rescate el anillo para los dioses y les asegure su entronizamiento en el 5

poder en el Walhalla; que la majestad parece no abdicar fcilmente su podero, aun cuando sea en detrimento de lo existente. As queda planteado el asunto de la Tetraloga: acaecern sobre el mundo grandes males, cuyo origen acabamos de presenciar. *** LA WALKYRIA (segundo drama primera jornada de la Tetraloga) nos presenta el nudo de la accin con los hechos ms esenciales de la misma. Wotan (la Voluntad), inquieto por el porvenir de los dioses, cre las walkyrias y cre tambin Siegmund y Siglinda, para que de ellos naciera una raza de hroes que le ayudasen conquistar el anillo y afianzar su poder; las walkyrias eran las encargadas de llevar la mansin de los dioses los hroes muertos en el campo de batalla (8). Pero la ardiente aspiracin de Wotan no se ha de realizar, porque no puede crear seres libres;y Fricka, la diosa de la razn, esposa de Wotan, le hace ver que Siegmund no es sino una imagen del mismo Wotan; el mismo dios en definitiva. Toda La Walkyria nos muestra esta crisis suprema de Wotan: para realizar sus fines toler el rapto de Sieglinda por Siegmund; toler el ultraje de Hunding (marido, aunque por la fuerza, de aqulla), y luego ve claramente que no ha hecho ms que intiles crmenes; que es en vano oponerse que el destino se cumpla, lo mismo en los dioses que en los hombres, y que debe abandonar la raza desdichada que cre, para que estos hijos del dolor sigan su trgica suerte. Wotan llega en este instante aquel renunciamiento de que habla Wagner; comprende que todo lo que existe tiene su trmino, que no puede seguir su dominador orgullo ejerciendo eternamente el poder (severa leccin para las potestades humanas!), y en horrenda desesperacin abdica de su voluntad para ansiar tan slo una cosa: el fin. Ya el crepsculo de los dioses parece entreverse desde este instante. Una nueva importantsima peripecia ofrece en este punto la accin; la walkyria Brunhilda, la hija predilecta de Wotan (encarnacin de sus ntimos deseos), encargada por el dios de proteger Siegmund en los combates, ve angustiada que su padre la ordena desesperado que abandone al hroe excelso, y comprendiendo cul era el deseo del dios, desobedece su mandato y va protegerle en su combate contra Hunding. A partir de aqu, el alma de la accin es Brunhilda, pues habiendo abdicado Wotan su voluntad, su continuadora, en este sentido, es la walkyria. En efecto, la desobediencia de Brunhilda merecer el ms severo castigo, y Wotan la condena ser privada de la divinidad y abandonada su suerte. Pero el orgullo de la hija del dios y el sentimiento paternal vencen; Brunhilda quedar sobre una roca rodeada de inmenso crculo de llamas, nicamente franqueable para aquel hroe que no conozca el miedo (es decir, que sea libre de espritu, que no est dominado por el egosmo, por la ausencia de amor); slo obtendr Brunhilda -exclama Wotan antes de abandonarla para siempre- quien sea ms libre que yo, que soy un dios. 6

*** SIEGFRIED, el drama que sigue es el desenvolvimiento de los hechos tal como nacen de la anterior peripecia dramtica. Las concupiscencias que el oro maldito despierta, son cada vez mayores; los que renunciaron al amor se disputan la supremaca del mundo; los Nibelungos Alberich y su hermano Mime no cejan en el ansia de apoderarse del anillo que guarda el gigante Fafner, metamorfoseado en dragn para mejor custodiar su tesoro. El oro lleva consigo la terrible maldicin del Nibelungo. Siegfried es el hroe libre, sincero, el hombre sin disfraces ni trabas que deja ver cada pulsacin de su sangre, cada movimiento de sus msculos vigorosos; en una palabra, el hombre verdadero. Encarna el espritu juvenil no contaminado por la mana de la educacin artificial. Hroe ingenuo, impetuoso, entregado la sana alegra, obrando tan slo por el amor que le ensea la naturaleza, la cual se siente unido con ntima y jovial confraternidad, es Siegfried la fuerza libre que se simboliza en su espada Nothung (nombre que significa urgencia, grave peligro, resolucin que salva en apurado momento). Esta espada tiene mucha importancia en el, drama (y tambin en las leyendas). Wotan la hizo llegar poder de Siegmund para que con ella fuera invencible. Despus, cuando abandon al hroe su fatal destino en su lucha con Hunding (Brunhilda quiso proteger Siegmund y en esto consisti su desobediencia, como ya se ha explicado), Wotan interpuso su lanza y contra ella se rompi la espada. Siegmund, indefenso, cae atravesado por el feroz esposo de Sieglinda. La espada rota es la nica herencia de Siegfried. El joven fu educado en los bosques por el nibelungo Mime, quien encontr Sieglinda fugitiva, la cual muri al dar luz el fruto de sus amores. El gnomo sabe que quien logre recomponer la espada ser invencible, y trata intilmente de unir los pedazos de Nothung, pues aun que es sumamente medroso, confa en el valor do Siegfried para que ste mate al dragn y entregue el anillo al enano. Siegfried, el adolescente, no conoce el miedo, y adems ignora lo que significa el anillo. Su ardor juvenil, excitado por el gnomo, le lleva forjar de nuevo la espada y matar con ella al dragn Fafner. La extirpe de los gigantes tambin ha sucumbido la maldicin que sobre el anillo pesa. Despreciando el tesoro, Siegfried guarda tan slo, como pruebas de haber vencido al dragn, el anillo poderoso y un casco mgico cuya virtud (ignorada del hroe) consiste en hacer invisible quien se lo pone. Y ansioso el joven del amor que todo respira en naturaleza, deseando salir de la soledad de alma en que vivi, conoce la existencia de Brunhilda y corre animoso atravesar el fuego que protege la virgen. Entonces acaece la ltima aparicin de Wotan, su destello ltimo de dios; por un impulso de involuntario orgullo (no en balde es quien es), extiende su lanza para impedir Siegfried que siga su camino. Es este un momento de una psicologa admirablemente potica: Wotan teme por la suerte de su hija; quiere, adems, probarse s mismo que Siegfried es libre para no ceder ante los 7

dioses; quiere cerciorarse del valor del joven vencedor del dragn; quiere, por ltimo, sucumbir con la grandiosa entereza de una majestad que se rinde. Pero la espada rompe la lanza, la fuerza nueva aniquila la antigua, y aquel hroe que soaron crear los dioses para permanecer, acelera el fin de los mismos. El crepsculo est cercano. Siegfried llega hasta Brunhilda, la despierta, y por vez primera, al ver los ojos de aquel ser celestial para l desconocido, siente la impresin del sobresalto. Y el amor surge triunfante entre las dos hermosas criaturas. *** EL CREPSCULO DE LOS DIOSES es el fin lgico de tan vasta concepcin. El destino ha de cumplirse y los dioses, los semidioses, los hroes y los hombres han de pasar como todo pasa en este mundo. As nos lo hace ver un corto prlogo de este drama, en donde las tres Nornas estn hilando hilo de la existencia y de pronto ste se rompe. En tanto, Siegfried, en la montaa de fuego entrega el anillo maldito Brunhilda como prenda de amor, y marcha en busca de empresas heroicas que ofrecer en homenaje su amada. La walkyria ha dejado de serlo; ya no es diosa, sino mujer, y toda su sabidura se ha transformado en el amor hacia el hroe. As, cuando ms tarde viene una de sus antiguas hermanas pedirle el anillo para evitar la destruccin de los dioses, en vano pretender obtener lo que para Brunhilda es el divino emblema de su amor: Ya no soy walkyria -dice-, no entiendo tus palabras; no dar mi amor los dioses aunque perezca el Walhalla. Y guarda el anillo inconsciente de la maldicin que consigo lleva. Siegfried, mientras, ha llegado los dominios del rey Gunther. All le acechan las astucias del Nibelungo. En efecto, Alberich tuvo un hijo, el guerrero Hagen, que hereda su odio por los poseedores del talismn. Hagen logra que, merced un filtro de olvido, Siegfried ame la hermana de Gunther, olvidando Brunhilda, y que en su alucinacin prometa conquistar, para drsela al rey, la joven que duerme en una montaa rodeada de llamas. As sucede; y Siegfried, desfigurado con el casco que cogi del tesoro (cuya magia le advierte el maldito hijo del gnomo), llega Brunhilda y le arrebata el anillo, conducindola poder de Gunther. Cuando la joven sabe luego su engao, su confusin es de lo ms trgico que puede imaginarse: entonces comprende lo horrible de su castigo, que la ha convertido en mujer para herirla en lo ms ntimo de su femenino sentimiento. La obra malfica del Nibelungo sigue entre tanto su camino. Incitando Gunther y Brunhilda para que venguen el engao de Siegfried, logra que la ausencia de amor penetre con las pasiones humanas en aquellas almas, decretando la muerte del hroe. La infidelidad de Siegfried nace de un engao de los sentidos; el brebaje del olvido es el smbolo de su infidelidad aparente. Ms tarde, en el momento supremo de su muerte, cuando la amarga bebida del recuerdo (semejante al despertar del remordimiento) le hace pensar en Brunhilda cesa la ilusin que obscureca su mente y su ltimo adis es para la walkyria su esposa. 8

En una cacera, Hagen da esta bebida Siegfried, hacindole contar su historia; y al referir el episodio de Brunhilda, so pretexto de vengar un perjurio, le mata traidoramente. El mal se ha cumplido. Y las desgracias se suceden. Gunther sucumbe al Nibelungo en disputa por el anillo, y cuando luego entrega Brunhilda el oro fatal las ondinas del Rhin, Hagen se precipita ellas y es arrastrado al fondo de las aguas; Brunhilda hace colocar en una hoguera el cadver de su esposo, y se arroja en ella al propio tiempo que el incendio del cielo indica que los dioses tambin perecen. La falta primera de ellos ha originado una serie de catstrofes que termina con la abdicacin voluntaria de Brunhilda, con su sacrificio, devolviendo las hijas del Rhin el oro que les fu robado, el anillo smbolo de tanto crimen. Las profecas se realizaron; todo cuanto es tiene su fin. Cumplida la obra de justicia -dice el Edda-, un nuevo mundo surgir del seno de las aguas... Y nacer una nueva, raza de hombres, entre los cuales reinarn para siempre la concordia y el amor... *** Y he aqu cmo travs de cuatro dramas se presenta la misma grandiosa idea que da unidad la obra y se resuelve en escenas imponentes, dndonos la imagen de un mundo que vive, con luchas y pasiones sobrehumanas, pero no por ell distintas de las que sufrimos; porque aquellos conflictos de los dioses, aquellas desgracias inexorables son ciertamente las nuestras, y nos ensean en toda su grandeza la vida humana en su ms alta significacin. El carcter de tragedia y de generalidad que hemos observado en El anillo del Nibelungo, no desvirta en lo ms mnimo el que sea una obra profundamente alemana. Wagner, en este respecto, deca bien cuando afirmaba que l cerrara el ciclo, puesto que como poeta y como msico viene ser la confluencia de dos direcciones del arte alemn. La poesa dramtica, con Goethe y Schiller, tiende hacia la msica; la msica, desde Bach Beethoven, se desenvuelve con inclinacin cada vez mayor la expresin dramtica. En Wagner se juntan estas dos poderosas corrientes de sentimiento, y nace as la forma grandiosa de arte que hoy admiramos.

NOTAS (1) Die Wiedergeburt der Tragoedie aus dem Geiste der Musik.-Esta obra, escrita por el famoso escritor cuando era profesor ds Filologa en Basilea, es como un conplemento al libro Opera y Drama, de Wagner. Nietzsche era entonces (1872) amigo y gran admirador del autor de Lohengrin, y raz de las fiestas de Bayreuth (1876), rompi con Wagner causa de la sobrexcitacin del amor propio del filsofo, signo precursor de la enfermedad mental que ms tarde apag su inteligencia; as vivi hasta su reciente fallecimiento. Triste irona de la suerte! Nietzsche, despus de llamar Wagner (en un folleto publicado con ocasin de las referidas

fiestas) el Esquilo del siglo XIX, deca de l en un libelo (Le cas Wagner) que era un caso patolgico de degeneracin: un vesnico (!). El libro de Nietzsche ha sido traducido recientemente al castellano por D. Luis Garca de Luna (Madrid.-Serra, editor), con el ttulo El origen de la tragedia. En realidad, Nietzsche habla del Renacimiento de la tragedia, aludiendo la creacin de Wagner, que lo realiza, y cuyo anlisis filosfico nos da aqul en este estudio. (2) Filsofos y poetas han manifestado en nuestra poca estas tendencias. La msica ya no es (como se crey hasta el siglo XVIII, siguiendo las teoras pitagricas) una simple combinacin de sonidos arquitectura sonora ejercicio matemtico del alma realizado por instinto, como dijo Leibnitz; por el contrario, es la expresin directa de los sentimientos humanos ms complejos y misteriosos, segn afirma Spencer; para Schiller, la msica tenda hacia el drama; para Hoffmann, hace presentir al hombre el principio supremo; Carlyle dice que es una especie de lengua articulada que no se le halla fondo, que nos conduce la presencia de lo infinito y nos permite contemplarle cara cara... la esencia misma de nuestra alma parece canto... ved y penetrad profundamente el interior de tas cosas, y veris y penetraris musicalmente; Schopenhauer nos ha dado la ms amplia interpretacin del sentido musical; para el filsofo de Francfort, la msica es la expresin inmediata de la Naturaleza, las dems artes expresan hechos cosas concretas, manifestaciones de un todo cuya alma la traduce la msica; as, pues, opuestamente a la idea de Leibnitz, la msica es para Schopenhauer un ejercicio metafsico del alma, la cual filosofa instintivamente. Por lo tanto, la msica no expresa tal sentimiento; por ejemplo, la clera de un individuo determinado, si no los movimientos generales del alma, sin las limitaciones de la realidad; expresa el ritmo terno del mundo. Para detalles completos sobre el particular, vase en lo referente las teoras sobre la msica hasta el siglo XVIII, la Historia de las ideas estticas en Espaa, de Menndez y Pelayo; y para la filosofa de la msica en los siglos XVIII y XIX, los notables trabajos de Mr. Kufferath, Le thtre de R. Wagner, Tristan et Iseult, Bruselles, Schott frres, 1894, y Les philosophes et la musique, Pars, Alcan, 1900. (3) Para Nietzsche, slo se realiza la verdadera obra de arte cuando en ella se ven unidos ntimamente los dos instintos creadores que los griegos personificaron en los dioses Apolo y Dionisos. El principio aplico se refiere la contemplacin, la armona, las ideas del orden y de lgica; el principio dionisaco, por el contrario, es la exaltacin, el ritmo, la vida. Wagner, como poeta msico, reuna es los dos elementos y su produccin era completarnente artstica. En el pueblo se produce naturalmente esta fusin de los instintos creadores, y da origen la cancin popular. La idea es por dems ingeniosa. (4) Vase la nota n1 del captulo anterior. La mitologa escandinava fu escrita en Islanda, donde hubieron de llevarla los refugiados escandinavos que huyeron del conquistador Haraldo el de la hermosa cabellera. Estas tradiciones parecen tener un origen remoto oriental, lo que se ajusta la opinin que hace aquellos primitivos habitantes del Norte de Alemania, provinientes del Asia Central y extendidos despus por la pennsula escandinvica. En efecto, el mito escandinavo germano ofrece grandes analogas con los mitos persas y griegos; los dioses se 10

llaman Ases (asiticos), y la raza primitiva conquistadora llevaba el nombre de Gotb (godos), semejante Gott (Dios); era la raza de los genios buenos venidos del Asia. Snorr Sturlesson, el recopilador del segundo Edda, dice que Odin (el Wotan germnico) fu un prncipe heroico de la regiones del Mar Negro, que hubo de emigrar con sus gentes, sacando estos Assen de Asia; establecido en los pases del Norte de Europa, invent la poesa y la escritura, y despus de muerto, los escandinavos le veneraron como su Dios principal. El monje Saemund Sigffuson recogi en Islandia, sin alterarlas, las tradiciones paganas, escribindolas en la antigua lengua del pas: es el Edda potico. Saemund muri en 1133. En cuanto al caballero Snorr Sturlesson, que hizo el segundo Eddaen prosa, con explicaciones interpretaciones, muri en 1241. Estas tradiciones, al pasar hacia el Sur y extenderse por Alemania, fueron desfigurndose con el tiempo y las influencias de los hechos histricos; el poema pico alemn Nibelungen-Nt (la desgracia de los Nibelungos), recopilacin de varios cantos del siglo XIII, es ya la ltima evolucin de estas tradiciones, con la influencia del cristianismo; la Walkyria y Siegfried se casan ante la Iglesia, y la muerte del hroe cantaron ms de cien misas diarias (5) Soares dos Reis Teixeira Lopes.-Pginas de crtica dArte.-Porto, 1899. (6) Este pensamiento tiene grandes analogas con el de Ibsen en sus Aparecidos. (7) Se ha preferido dejar aqu, en lo posible, la forma original de los nombres de los personajes (teniendo adems en cuenta su adaptacin al texto musical; vase ms adelante el anlisis de la partitura), alterarlos lo menos que sea dado, excepto algunos los cuales el uso ms corriente entre nosotros les ha dado forma distinta de la de Wagner. Es cuestin esta muy difcil de resolver satisfactoriamente, pues los nombres que da Wagner sus hroes tienen sugestiva significacin: as, por ejemplo, Siegfried, significa en alemn la paz de la victoria; Brunhilda (Brnnhilde) virgen con coraza virgen guerrera. Los traductores franceses escriben los nombres atendiendo al efecto fontico (Hunding alemn, en francs Hounding); segn este sistema, en castellano debiera decirse Sigfrid, Albrij, etc. Entre nosotros hay no poca confusin en este respecto; mientras unos dicen Sigfrido, otros dicen Sifredo. Como se ve, la cuestin no es tan fcil de resolver, sobre todo si se tiene en cuenta el valor de significacin de las palabras y su empleo en la partitura. (8) He aqu otra semejanza del mito escandinavo con los orientales; recuerda las luchas del Ramayana entre dioses y demonios, as como el combate entre Siegmund y Hunding nos hace pensar en la lucha de Vichn con Ravana. PRIMERA JORNADA LA WALKYRIA (Die Walkre.)

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Elementos legendarios del drama.-Acto I. Los hijos de Wotan. La primavera. La espada victoriosa.Acto II. Wotan vencido. Desobediencia de Brunhilda.-Acto III. El castigo. El fuego encantado.

En La Walkyria comienzan verse las desdichas que sobre la Tierra desencadena el maldito anillo del Nibelungo. El anillo simboliza la idea moral de todo el drama: hasta que no sea devuelto las ondinas (es decir, mientras no se renuncie poseerlo, mientras no se renuncie al egosmo) sus efectos sern terribles. De este modo, lo que el Prlogo fij sobre slidas bases, lo vemos ahora realizarse plenamente. La falta engendra la falta; el crimen arrastra al crimen; cada accin que ejecutemos lleva en s misma su castigo y su recompensa: as, la falta de los dioses caer sobre ellos y sobre todo cuanto intenten para permanecer en su ciego error, y la raza de hroes que piensan crear fin de que les rescate el anillo, ser vctima de la trgica fatalidad originada por aquella falta que, su vez, di motivo la maldicin del Nibelungo. En La Walkyria, ha resumido Wagner la mayor parte de las tradiciones referentes la raza de los Wlsungen, unindolas la accin dramtica con sorprendente habilidad. Las leyendas y tradiciones escandinavas (tanto el Edda como los sagas) encierran la mayor parte de los episodios que forman La Walkyria. En la Wlsungasaga muy especialmente, se habla del origen divino de la raza de los Wlsas, que fueron creados por Wotan, quien haca excursiones por la tierra para crear hroes. En ocasin en que una descendiente de Wotan fu casada la fuerza, y mientras se celebraba el banquete de bodas, se present un desconocido que hundi con robusta mano en el fresno gigantesco de la casa una espada, y desapareci despus de decir que aquel acero ser de quien lo arranque de all; todos los presentes lo intentan y slo consigue obtener la espada Siegmund, el Wlsa, el cual es objeto de la venganza del esposo, en cuya casa se realizan los acontecimientos citados. La mujer de ste y Siegmund, despus de muchas peripecias, llegan amarse sin conocerse. El hroe muere ms tarde en un combate, porque la lanza de Wotan se interpone entre Siegmund y su adversario: se rompe la espada maravillosa y el hijo de los dioses cae atravesado por su enemigo. En las mismas tradiciones, se hallan repetidas alusiones la metamorfosis de los dioses, especialmente las de Wotan en sus correras por el mundo; el dios vesta pieles de lobo para disfrazarse adoptaba la forma de esta fiera cuando iba por los bosques. De aqu el nombre de los Wlsas, derivado de Wolf, lobo (1): Hijos de Lobo. Asimismo en los Eddas se habla de la desobediencia y castigo de una walkyria que protegi un guerrero destinado la muerte, y por esta falta fu condenada dormir sobre una roca rodeada de llamas, hasta ser del primer hroe que tuviese valor para atravesarlas. Finalmente, en las tradiciones populares antiguas se habla de la espada de Wotan; y travs de los tiempos se encuentran menciones de este poder de los aceros que, en cierto modo, llegan ser considerados como milagrosos, como personificaciones de cualidades heroicas; por ejemplo: la espada Durandal, de Orlando, la Tizona, del Cid, etc. De tan diversos episodios, Wagner ha sabido entresacar la parte verdaderamente dramtica y hacer de ella un todo ntimamente unido con el espritu general de la Tetraloga. Veamos cmo ha realizado tan admirable labor. 12

*** Entre El Oro del Rhin y La Walkyria, la accin sigue desenvolvindose lgicamente. Wotan trata de realizar su pensamiento, de apoderarse del anillo. Pero como ste lo tiene el gigante Fafner por virtud de un pacto, y Wotan no puede romper sus propios convenios, ha imaginado crear hroes que, siendo distintos de los dioses, puedan conquistar para ellos el preciado talismn, smbolo del poder. Para lograrlo, someti Wotan con la energa de su voluntad Erda, la que todo lo sabe, y de ella nacieron las Walkyrias. La ms hermosa y la preferida de estas vrgenes guerreras es Brunhilda, que hered la sabidura de Erda y la voluntad de Wotan. Las walkyrias son las encargadas de llevar al Walhalla los hroes muertos en el combate, hroes que Wotan cre de los mortales, cuando bajaba la Tierra, de modo semejante Jpiter en la mitologa griega (2). La raza privilegiada de donde Wotan quiso que nacieran los hroes preferidos, fu la de los Wlsas, nacida de los gemelos Siegmund y Sieglinda, para que fuera absolutamente de origen divino. Sobre estos dos seres recaer principalmente la fatalidad que pesa sobre los dioses y la que hace ms terrible la doble maldicin del anillo. Un nuevo elemento penetra, pues, en la accin de la obra: el elemento humano, el espritu del hombre que ha de sufrir con dramtico dolor, el Destino que sobre l pesa. Estos antecedentes que aqu se dan al lector, los expone Wagner por boca de Wotan en el acto segundo de este poema, segn lo exige lgicamente el desarrollo de la accin dramtica. ACTO I La Walkyria comienza con un corto preludio vigoroso y agitado, que coloca inmediatamente el nimo en la sombra situacin del drama. El sobresalto de una huida desesperada, el fragor de la tempestad, los gritos de los que persiguen un fugitivo, parecen escucharse en la orquesta. Mientras los instrumentos de cuerda (violas y segundos violines) mantienen una nota (re) que da siniestra impresin en su estremecimiento, se escuchan en los contrabajos y violoncellos un diseo rudo y anhelante

que expresa la angustia del que corre en precipitada fuga. yese el retumbar del trueno y el toque vibrante de Donner [29] unido acordes estridentes y entrecortados; finalmente, se apacigua la tormenta y se corre el teln. La escena representa una habitacin de los primitivos germanos habitantes de los bosques, rstica y grosera vivienda construida alrededor de un fresno gigantesco que la sostiene, y cuyas robustas ramas salen travs de la techumbre. Las paredes, de madera toscamente trabajada, estn cubiertas de esteras y pieles de fieras cazadas en el bosque. A la derecha se ve un hogar y, junto l, un pequeo departamento. A la izquierda, se ve la puerta de otra habitacin, a la que se sube por dos tres escalones de madera. En el fondo est la puerta de entrada con grosero cerrojo tambin de madera, y alrededor del tronco que sostiene la habitacin se hallan una mesa y varios 13

asientos de primitiva construccin. En las paredes, y colgados, hay arreos de caza, armas y crneos de venados. El ambiente de las edades heroicas aparece as desde el comienzo con todo su tpico carcter. Durante cortos instantes permanece desierta la escena escuchndose fuera las ltimas rfagas de la tormenta, que va calmando. De pronto se abre la puerta del fondo y aparece un hombre que se para en el umbral, dirigiendo al interior una mirada inquieta. El desconocido se presenta con las seales de quien est punto de morir de cansancio; sus vestidos y su aspecto indican que ha sostenido una lucha furiosa y ha hecho una huida desesperada; est ensangrentado y sin fuerzas. En este instante se escucha en la orquesta una especie de doloroso gemido, derivado del tema [32] anterior, como expresando el decaimiento del fugitivo.

Este hombre (luego nos lo dir) es Siegmund, el Wlsa; cuando ha visto que la habitacin est desierta, entra, cierra tras s y se arrastra hasta el hogar, junto al cual se deja caer extenuado, exclamando: Sea de quien fuere esta vivienda, aqu me quedo. La impresin de esta corta escena es profunda; se adivina que estamos ante la desgracia y el abandono ms grande en que pueda verse un ser humano, representado por aquel joven de aspecto varonil, vestido de pieles y perseguido por los hombres y por los elementos. Siegmund permanece exnime mientras que en la msica se va extinguiendo gradualmente un ltimo recuerdo del tema de la huda desesperada [32]. Por la puerta de la izquierda sale una mujer joven y hermosa, vistiendo el traje tambin de las primitivas germanas; es Sieglinde (3), que sorprendida al ver all un extrao, se acerca interrogarle, contemplando compasivamente al inanimado intruso. La orquesta vuelve recordar la frase desfallecida de Siegmund, la que se une una tierna meloda:

La msica nos revela con su poder expresivo sin necesidad de palabras en los personajes, la simpata de la mujer, toda dulzura y sensibilidad ante la desgracia. La escena se desarrolla en esas hermosas situaciones de Wagner, en donde la accin muda de los actores encuentra elocuentsimo traductor en la orquesta. Cmo hacer sensible, si no, la crisis que sufre el alma de los dos desconocidos? Cmo hacer sensible este nacer de un mundo de sentimientos, este despertar triste de dos almas? Todo el arte incomparable de Wagner aparece en estas escenas, y la frase que hace de la msica el lenguaje del alma deja de ser aqu un giro retrico para convertirse en hermosa realidad. 14

Siegmund levanta la cabeza y pide agua. Sale la mujer en busca de ella, y vuelve poco, ofrecindola al extrao. La orquesta en este instante tiene toda la efusin de un consuelo y la dulzura de una sonrisa. Siegmund bebe ansiosamente, y dando las gracias con una inclinacin de cabeza, se queda mirando fijamente Sieglinda. Entonces aparece una nueva meloda [35], de una ternura

conmovedora, que se deriva de los dos temas precedentes [33] y [34] y que expresa el amor naciente entre los dos Wlsas. De este modo vemos claramente cmo la msica se transforma con los sentimientos que expresa; la compasin de la mujer ante el dolor se transforma en simpata y luego en amor: hermoso y potico cambio! (4). As fija Wagner, potica y musicalmente, con lneas sobrias pero decisivas, la fisonoma de los personajes en cuanto aparecen en la escena, y su situacin respectiva. Siegmund interroga su hospitalaria interlocutora, que contesta: Ests en casa de Hunding; el techo y la mujer que ves, le pertenecen. El hroe cuenta entonces en breves palabras cmo rotas sus armas y herido, hubo de huir ante numerosos adversarios y la tempestad; pero las heridas son leves, las sombras del desfallecimiento pasaron, y ahora sonre el da en las miradas la mujer compasiva. Este episodio aparece comentado por la orquesta en la que se combinan los temas anteriores y se nota una modificacin del tema de la voluntad de Wotan [10], como y indicando que del dios nacen tales desgracias. Sieglinda ofrece al fugitivo la bebida de la hospitalidad, el hidromel. Bebe t primero para que me sepa mejor, dice aqul, y bebe su vez y devuelve lentamente el vaso Sieglinda sin dejar de mirarla, como atrado por fuerza misteriosa, manifestando en su rostro profunda emocin. Luego suspira inclina los ojos tierra; por fin exclama: Diste consuelo un infortunado; el cielo aleje de ti la desgracia (5). Siegmund va marcharse; su presencia lleva la desgracia. Pero se detiene ante la triste confesin de la joven: No has de traer el dolor donde ya vive. Entonces nace en la orquesta una magnfica frase que adquiere cada vez mayor intensidad. Siegmund vuelve atrs, y exclama decidido: Esperar Hunding. Se apoya en el hogar, y los dos jvenes se miran en silencio con inters creciente inexplicable emocin. La hermosa frase musical que acaba de oirse expresa la ternura dolorosa de Sieglinda y tambin la desgracia que pesa sobre los dos descendientes de Wotan, la pena en que los Wlsas han de ver envuelto su triste amor. Combinada con los temas precedentes, parece elevarse como una ardiente y dolorosa confesin, en un intermedio musical que traduce de modo admirable la situacin de ambos hroes. De pronto cesa el encanto, y la msica toma caracteres de selvtica y spera energa. Sieglinda escucha y corre abrir la puerta en donde aparece la figura de Hunding, mientras que un ritmo

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fuerte y vigoroso, determina con extraordinaria fijeza la fisonoma moral del guerrero brutal y primitivo:

Las palabras de Hunding son breves imperativas; conoce las leyes de la hospitalidad y su husped es sagrado. Pero siempre receloso, no puede menos de notar la semejanza del desconocido con su esposa; es su misma mirada, dice para s, y estos pensamientos los traduce la msica recordando los momentos en que se cruzaron las miradas de simpata [35] entre los jvenes, y el tema de Wotan [10] que nos recuerda el comn origen de ambos. La asociacin de ideas es curiosa; Wagner, de un solo trazo y con sorprendente facilidad nos hace ver todo el enlace de sentimientos que sugiere el drama. Hunding entrega las armas Sieglinda y la ordena disponga la comida de la noche. Los tres personajes se sientan alrededor de la rstica mesa y el guerrero pide al extrao su nombre. Siegmund empieza su narracin: No puedo llamarme Friedmund (hijo de la Paz); quisiera ser Frohwalt (portador de la Alegra); pero he de llamarme Dolor (wehwalt) (6). Luego dice que es hijo del valiente Lobo, quien lo educ en los bosques. Sin llegar apenas conocerlas, perdi su madre y una hermana gemela; regresando un da de la caza con el viejo Lobo hallaron la posada en llamas, muerta la madre y desaparecida la hija. El Lobo y su cachorro vivieron en la selva perseguidos por los enemigos, hasta que en cierta ocasin perdironse las huellas del padre, y el hijo tan slo pudo encontrar su piel de lobo entre las malezas. Huy el joven en busca de las gentes, pero slo hall la desgracia; ni le amaron nunca ni le sonri nadie. -No podr saludarte con alegra el que te albergue-dice Hunding, lo que interrumpe Sieglinda (detalle significativo) sin poderse contener: Slo los cobardes temen al que est indefenso; cuenta, extranjero, cmo perdiste tus armas. Siegmund dice que vi una joven quien casaban por la fuerza y la cual invoc su ayuda; sali en su defensa y mat muchos enemigos, pero fu vencido por el nmero, la doncella muerta, y l, herido y sin armas. Ahora ya sabes, mujer -dice volvindose Sieglinda-por qu no puedo llamarme hijo de la paz. Hunding, sombro y amenazador, se levanta; el Wlsa es su enemigo; la mujer de que habl y los muertos del relato, son sus parientes. Las leyes de la hospitalidad dan asilo por esta noche al husped, que es sagrado; pero maana, en el combate, pagar su deuda de sangre. Todo el anterior relato ofrece un inters dramtico extraordinario. La msica sigue la accin y la comenta; al hablar el joven de sus correras por los bosques, escchase un aire de caracterstico sabor; cuando se refiere los enemigos de su padre y la ltima lucha que acaba de sostener, la orquesta deja oir en admirables combinaciones el motivo siniestro de Hunding, como advirtindonos quin es el enemigo del hijo de Lobo. Es imposible ir citando los detalles de esta msica animada y brillante, por ejemplo: al relatar la desaparicin del padre de Siegmund, el 16

temor [9] del Walhalla indica bien claramente quin era aqul. Cuando se termina la narracin nace un tema nuevo, la vez heroico y sentimental:

Estas notas producen honda melancola, pareciendo que son justamente el alma misma del hroe agobiado ante inmensa fatalidad, y la de la mujer, cuyo corazn lleva una rfaga de consuelo y de esperanza al infortunio tan grande que presencia, y que le hace olvidar por un momento sus propios dolores (7). Despus del desafo que Hunding lanza su enemigo, ordena su mujer que prepare la bebida de la noche, y se dirige recoger sus armas. Sieglinda, pensativa, se decide, y se la ve cmo prepara un brebaje; luego se vuelve Siegmund y le mira fijamente. La orquesta repite aqu los temas ya conocidos. Viendo que Hunding la observa, se dirige la estancia donde duerme; pero al llegar la puerta se detiene, vuelve mirar Siegmund, y con ojos, con la expresin casi de la palabra, le indica un punto en el tronco del fresno. En este instante, tenuemente, pero muy destacado se oye el tema de la espada [31] con significativa insistencia. Estos detalles deben ser ejecutados por los artistas con entera precisin, para que produzcan el efecto apetecido. Hunding, con gesto imperativo, hace entrar su mujer en la habitacin, y luego exclama dirigindose al Wlsa: maana nos encontraremos, ya me has odo: gurdate!; y desaparece por donde se fu Sieglinda. *** La escena queda en la obscuridad, la que apenas puede desvanecer un dbil resplandor expirante del hogar; junto ste se deja caer Siegmund silencioso y profundamente conmovido. El momento es dramtico por dems. El Wlsa se ve solo en el mundo y abandonado de todos, exnime, herido y sin armas, rodeado de enemigos, ha ido refugiarse en la morada de su ms implacable adversario; la situacin del hroe presenta el mayor grado de horrible fatalidad y acerba desgracia que pueden pesar sobre un ser humano. La figura del descendiente de Wotan aparece engrandecida por su desdichada suerte. La orquesta nos indica con sus misteriosas notas primero, y luego con un persistente y siniestro ritmo (recuerdo del tema de Hunding), el estupor de la situacin y la idea fija del Wlsa, indefenso ante el peligro mayor que nadie puede imaginar. Recuerda Siegmund que su padre le dijo que en su mayor peligro encontrara una espada salvadora, y en su desesperacin clama el

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hroe con doliente grito: Wlsa! Wlsa! Dnde est esa espada que esgrimiste en las batallas? Dnde est el acero prometido? Entonces, un ltimo fulgor de la llama expirante refleja un punto luminoso en el tronco del fresno y en el mismo sitio adonde se dirigan las miradas de Sieglinda. En la orquesta se escucha dulcemente el tema de la espada [31], mientras que Siegmund fija sus ojos en esa misteriosa claridad que le recuerda aquel mudo gesto de Sieglinda. Ese brillo le produce inefable consuelo. Sern-dice - los ojos de aquella mujer divina, ser su mirada que ha quedado ah prendida? Todo este lenguaje exaltado del hroe es de una hermosa poesa; sus pintorescas imgenes son las de quien slo ha vivido entre la naturaleza, y se abandona libremente su expansin; el reuerdo de la mujer cariosa, nico ser en quien Siegmund hall simpata y bondad, penetra cada vez ms profundamente en su corazn: Cuando la obscuridad de la noche cubri mis ojosexclama recordando su desfallecimiento-, los de esa mujer me dieron calor y luz. Aquel sol ba mi frente con su deliciosa aureola hasta que desapareci detrs de las montaas. En su adis me volvi iluminar, y tambin al tronco del viejo fresno di su fulgor... Vuelven las sombras y apaga la noche el brillo de aquella mirada; pero en mi corazn arde un fuego que no se extingue. La obscuridad se ha hecho completa, y en las graves notas de la orquesta se pierde, desvanecindose, el ritmo de Hunding. Este breve monlogo est todo l desarrollado sobre el tema de la espada, el ritmo de Hunding y una frase llena de ardor juvenil cantada por el Wlsa, cuando recuerda la consoladora mirada que brill para l como el sol; es un tema impregnado de frescura y amor que nos indica cmo el hroe recobra su nimo, fortalecido por la simpata de la mujer:

Sumamente meldico todo este fragmento, es de los que se imponen la primera audicin. En este momento reaparece Sieglinda. Ha preparado un narctico para Hunding, que yace en profundo sueo, y el hroe puede huir y salvarla ella, pues para l ser la espada libertadora. El ansia de libertad desborda en una msca febril y animada:

Sieglinda cuenta la historia de la espada en una narracin que la orquesta sigue fielmente; explica sus bodas, hechas por fuerza, y la llegada de un vigoroso anciano cubierto con sombrero que slo dejaba ver un ojo, cuya mirada infundi todos temor y Sieglinda dulce consuelo. El viejo desapareci dejando clavada hasta el puo una espada en el fresno, para el que pudiese arrancarla. El tema del Walhalla [9], que se oye combinado con el de la espada, nos advierte que el desconocido era Wotan. Nadie pudo sacar de all la espada, y Sieglinda comprendi que el 18

augusto anciano era Wlsa, su ascendiente; slo l pudo ser ms fuerte que los guerreros; y slo un hroe tan esforzado como Wlsa ser dueo del acero y salvar Sieglinda. Siegmund, arrebatado por irresistible impulso, estrecha la joven en sus brazos. l es el libertador!, l pertenece la raza heroica, y esgrimir la vengadora espada! De pronto Sieglinda retrocede con sobresalto: Quin entr, quin ha salido? La puerta de la casa se ha abierto, y se ve el paisaje sonriente y tranquilo en una hermossima noche de primavera; alumbra el bosque la luna con esplndida claridad, y baa en su luz la pareja de enamorados; la msica adquiere acentos suavsimos, como si todas las delicadezas y frescuras de la noche se tradujeran en un murmullo de ideal caricia. Una calma bienhechora se desprende de esta msica admirable, y los dolores y tristezas anteriores sucede la poesa del amor en los seres humanos y en la naturaleza que sonre. Pocos momentos teatrales pueden darse tan sorprendentes y tan llenos de emocin. Es imposible sustraerse al encanto de esta llegada de la primavera, que simboliza el fin de las negruras de la noche; el olvido de las penas, la efusin del alma que despierta. Deliciosas armonas mecen las frases de amor de los jvenes; el rumor de las hojas y los perfumes de las flores parecen covertirse en vibraciones de una dulzura indescriptible. El Wlsa exclama: nadie sali, pero entr la primavera. Y los dos hroes, penetrados del mgico encanto de la naturaleza, exaltan el nuevo amor; la primavera, vencedora de las tempestades y de los das sombros, que sonre en las flores y canta con la voz de las aves (8). Comienza el momento que analizamos con el canto de Siegmund, verdadero lied, cancin libre expresiva [41 a], de meloda fcil y exaltada.

Luego los dos jvenes recuerdan, en palabras llenas de amor, su origen, sus tristezas, sus presentimientos, y celebran su reconocimiento en tierno abrazo, cantando el xtasis de su pasin [41 b],

mientras que en la orquesta se escucha piansimno una reminiscencia del tema que en El Oro del Rhin representaba el amor de la Naturaleza [18]. Adems, la msica hace aparecer incesantemente los temas anteriores del amor de los Wlsas, de la compasin de Sieglinda, de la simpata del Walhalla, etc., en admirables combinaciones. De veras te llamas Dolor?-pregunta ella- No podras llamarte Dicha?; no llamabas lobo tu padre? S-contesta el joven-; era lobo para los cobardes, pero se llamaba Wlsa. Y Sieglinda, en un irresistible movimiento de expansin, como fuera de s, exclama: Eres un wlsa; para ti estaba destinado el acero!... Siegmund, la Victoria; as te llamo yo. Y

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surge el motivo heroico de los Wlsas, unido al de la espada prometida por el padre (lo cual nos hace presente el acompaamiento, que no es sino el tema de la voluntad de Wotan [11]). *** Siegmund se dirige con mpetu al tronco del rbol y coge el puo de la espada llamando al amor que lo impele luchar muerte, el amor de Sieglinda, por el que ha de combatir con Hunding. Hermoso rasgo de genio!: este valiente apstrofe lo dice el hroe con las mismas notas de la maldicin del amor (escena del Nibelungo en el Rhin -vase el Prlogo); produce trgica impresin el verla surgir en medio de las vehementes frases, implacable y terrible, advirtindonos que esta pasin que Wotan hace nacer en sus descendientes, lleva en s una falta cuya fatalidad pesar siempre sobre ella, desde que los dioses cometieron su pecado, el cual sigue extendindose sobre cuanto ellos intentan crear. Nothung (9) - exclama Siegmund-. Nothung! As te llamo, arma deseada! Ensame el filo escondido de tu hoja!... y con un esfuerzo poderossimo, arranca del fresno la espada y la muestra triunfante Sieglinda. Una explosin de la orquesta presenta con grandiosas proporciones el vigoroso tema [31], que aparece ahora en todo su esplendor, semejante al sol cuando rompe las nubes que cubran su poder. El momento es arrebatador en su conjunto potico y musical. Siegmund arrastra Sieglinda surja de nosotros la sangre de los Wlsas!; y marchan en busca del espacio libre, de la natutaleza que proteja sus amores, mientras que en vertiginoso movimiento aparece por ltima vez el tema apasionado de los hijos de Wotan [35], terminando el acto con un acorde estridente y doloroso, como si fuera la idea de la implacable desgracia que perseguir la raza de los hroes. ACTO II En este acto presenciamos las catstrofes ms decisivas de la Tetraloga. El mundo de los dioses aparece aqu junto con el de los hombres, simbolizando los principios que rigen las criaturas. Un preludio de acentos patticos describe la fuga de los dos Wlsas, en los cuales el amor es dolor, inquietud y sobresalto. Las palabras apasionadas [35 y 41 b]se convierten en desolador lamento; el tema de la espada [31] se une los anteriores en formidable crescendo, oyndose adems los toques siniestros de Hunding [37] (fuertemente acentuados por los instrumentos de metal y un imponente ritmo de timbales) que indican la persecucin por el ultrajado esposo; por ltimo, y como dominando la fuerza brutal de esa persecucin, se destaca con extraordinario vigor (tres trombones y tromba baja, fortsimo el tema noble y vibrante de las walkyrias, protectoras de los hroes [42].)

Crrese el teln y aparece un lugar de montaas y rocas escarpadsimas. Un abrupto desfiladero sube desde el fondo. Por todas partes se ven amontonamientos de grandes peascos y precipicos enormes. 20

En la escena estn Wotan, apoyado en su lanza, y Bunhilda, la walkyria, la preferida entre sus hermanas; sta viste traje de guerra, con su coraza de plata, su casco alado, y embraza el escudo. Wotan ordena Brunhilda que se prepare para proteger al wlsa en el combate con Hunding. La virgen guerrera, alegre y animosa, lanza su selvtico grito: Hoio- toh! [43], estridente y spero, que caracteriza maravilla la naturaleza de la walkyria.

Rpidos grupos de notas y escalas ascendentes, acompaan este canto como si fueran las evoluciones de corceles alados que cortan vertiginosamente el aire en su carrera. La walkyria desaparece entre las rocas, no sin advertir irnicame su padre, que se aperciba tambin pelear con Fricka. Pronto cambia el aspecto de la msica. Una introduccin de pintoresco carcter anuncia la llegada del nuevo personaje; en efecto, por el desfiladero aparece la esposa de Wotan en un carro tirado por blancos carneros con cuernos de oro. Llega altiva y terrible en su fra clera para recordar al dios el cumplimiento de las leyes que viol, favoreciendo los amores de los wlsas. *** En esta escena y la siguiente, se verifica la catstrofe ms importante de la Tetraloga (recurdese lo dicho en el captulo II); justo es que dediquemos ellas alguna atencin, tanto ms, cunto que no faltan espectadores superficiales que las tienen por intiles (10). Wotan, encarnacin de la fuerza creadora (voluntad), so crear un mundo nuevo, sueo divino que le movi formar seres y luchar contra quien pudiera oponerse sus designios (de aqu la lucha por el anillo, fin de que ningn poderoso contrariase sus deseos). Al consentir la unin de Siegmund y Sieglinda, tan slo se fij en que obedecan stos la ley fundamental de la vida, al amor, siquier rompieran las leyesconvencionales. Fricka, la Conciencia, la Razn (es el freno que todos llevamos para dominar nuestros impulsos inmediatos), hace ver su esposo que Siegmund no es libre, sino que obra por la voluntad de Wotan, quien le dirige y pone en sus manos el arma vencedora. Ni puede luchar el wlsa por el anillo (porque es lo mismo que si luchara Wotan faltando su propio pacto) ni por otra parte, sus amores dejan de ser criminales. Wotan comprende que su ensueo no puede realizarse, y en horrenda crisis de espritu, reconoce que no ha creado ms que esclavos, que debe renunciar su ilusin, y destruir su nefasta obra. Hasta entonces, en vano habr invocado Fricka las conveniencias morales que condenan aquella misin; tan slo cuando en su lgica implacable hace ver su esposo la alucinacin que ste sufri, es cuando le persuade de lo intil de su empresa. Wotan llega entonces convencerse de lo imposible que es luchar contra el Destino, comprende que cuanto existe tiene su fin, incluso los dioses, y al decidirse destruir su propia creacin, no puede menos de sentir lo injusto del castigo de Siegmund y Sieglinda, seres impelidos fatalmente la desgracia y al dolor (11).

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De esta lucha consigo mismo, de estas sublevaciones de la conciencia, nace el trgico Renunciamiento de Wotan quien, en la escena siguiente, dir, dando suelta su desesperacin: Hndase en la tierra cuanto cre! Ya sio quiero una cosa: el fin, el fin!. Entendidas as estas escenas, se elevan una alta moralidad y alcanzan las grandiosas proporciones de la tragedia griega. Wagner, claro est, no emplea el seco lenguaje que se necesita para analizar tales situaciones; antes al contrario, sus personajes hablan en trminos breves, concisos y sugestivos. La msica va subrayandoconstantemente la accin, y el equilibrio entre el poeta y el compositor, es admirable. Es preciso en estos momentos (y fcilmente se comprender as), que los actores sean verdaderos artistas dramticos, para declamar lricamente tan importantes escenas; de lo contrario resulta una situacin teatral en extremo fatigosa inintelible. Por lo dems, la estructura de esta escena es sumamente sencilla. Impetuosa y violenta cada vez que Fricka expone sus quejas; contrasta este aspecto con la calma tranquila de Wotan. Se anima al final, y vuelve decaer, como desfallecida, al pintar el desaliento del dios. Al aparecer Fricka, se oye una frase de triste acento, la que sigue otro tema ms caractersco, expresivo de su divina clera [44].

Sobre estos temas se desarrolla el apstrofe de Fricka, cuyas alusiones los hechos pasados traen en la msica interesantsimos recuerdos, as como tambien los traen las respuestas de Wotan al hablar de los amores de los wlsas (por la orquesta como un suave aroma de Primavera con el recuerdo del canto de amor [41 a]) y de que cre los hroes para que cumplieran lo que l no le era dado realizar; es decir, conquistar el nillo que un pacto arrebat los dioses como lo advierten los motivos que se oyen entonces [7 y 11]. Un tema nuevo aparece luego, sombro y lgubre: es la turbacin y el desfallecimiento de Wotan, vencido en la lucha [45];

deja oir, significativamente, cuando Fickca le dice que no ha formado en Siegmund ms que un esclavo, una imagen de s mismo. Por ltimo, al terminar el dilogo, promete el dios castigar el crimen de Siegmund, y se oye de nuevo el tema del pacto [11]. La diosa se marcha altiva acompaada de una melanclica 22

se

meloda, que parece el sentimiento de Wotan al ver alejarse satisfecha la implacable Razn, costa de sus ms caras esperanzas. El final de esta escena es la lgubre maldicin del anillo [26] (la voz grave de los trombones), indicndonos la causa fundamental de tanta desdicha. *** Este conflicto tiene su complemento en la escena siguiente, que merece tambin nuestra atencin. Vuelve salir Brunhilda, quien nunca vi su padre tan sombro. El momento es decisivo, porque aqu termina la voluntad de Wotan; estamos, pues, en el perodo culminante de la accin. La walkyria arroja sus armas y se acerca consolar la pena acerba de su padre, sentndose entristecida sus pies y mirndole con ojos angustiados. Aqu es donde comienza el relato de Wotan. En l se une la accin de El Oro del Rhin con la de La Walkyria, explicando el dios por qu interrog y someti Erda, creando las walkyrias y los hroes fin de perpetuar el reinado de los dioses; labor estril, como acaba de hacerle ver Fricka. El poderoso creador renuncia todo, siente que le alcanz la maldicin horrible del Nibelungo, y ya slo espera el fin, llegando aquella trgica altura de querer su propio aniquilamiento, segn explica Wagner. Pero cunta amargura y desolacin no ha de verter el espritu destrozado de Wotan! Erda le predijo que el fin del reinado de los dioses estara cercano el da en que el Nibelungo engendrase un hijo; y en efecto, Alberich lo engendr de una mujer que se entreg al gnomo por sed de riquezas. Y ha de vivir ese fruto del odio, mientras que Siegmund, hijo de la Voluntad de amor, debe morir! La clera impotente del dios llega al limite del arrebato: Recibe, pues, mi bendicin, hijo del Nibelungo! -grita-. Lo que yo ms aborrezco: la pompa vana de la divinidad, te la doy en herencia; que tu envidia la roa con ansia devoradora! Fuerza es confesar -dice Catulle Mends- que esta concepcin de un dios que se encarna en sus hijos para lavar su propio crimen, y que, esclavo de la fatalidad, se ve obligado ordenar por s mismo la muerte de aqullos, perdiendo con ello toda esperanza de salvacin, es verdaderamente una de las ms grandes y conmovedoras que debemos la poesa humana. La consternada walkyria pregunta qu debe hacer, lo que replica su padre que combata en favor de los esclavos de Fricka, del protegido de esta; de Hunding, en suma. El alma noble de Brunhilda se rebela contra estas contrarias rdenes, despertndose en lo ntimo de su corazn un sentimiento de desobediencia. Ve que su padre ordena lo contrario de lo que antes quiso, y su cario siente este dolor al propio tiempo que comprende lo injusto del castigo de Siegmund, quien en realidad obr fatalmente, impulsado por Wotan. Pero el dios inflexible en su desesperacin, ha de mantener el juramento. Su clera es terrible: ay de quien le provoque! Y ordenando por ltima vez Brunhilda que luche contra Siegmund, desaparece, dejando la walkyria triste y anonadada. 23

Como se ve, la importancia de esta es capital. Wotan deja de ser el protagonista, el creador de aquel mundo que ante nosotros se levant, mientras que Brunhilda, al rebelarse contra el nuevo mandato de su padre, es, en realidad, la continuadora de su Voluntad. La accin pasa de ste la walkyria, que desde ahora se convertir en la herona de la Tetraloga. Sin esta escena no tendra explicacin la desobediencia de Brunhilda, y, por tanto, no podran realizarse las consecuencias de ella; Brunhilda ve el conflicto de su padre, y por realizar el ntimo y ardiente deseo de ste (cuya renuncia tanto dolor le cuesta), es por lo que el amor filial de Brunhilda la impele desobedecer. Todo esto es de una fuerza trgica incomparable: la desobediencia por amor, es uno de los rasgos de genio ms hermosos que puede haber hallado Wagner en su Tetraloga. De esta escena diremos lo mismo que de la anterior. Si no hay actores que al ejecutarla sepan decir y elevarse la inmensa altura que el dramaturgo exige, resultarn tan sublimes momentos, absolutamente obscuros y desprovistos de inters. En realidad, estas dos peripecias son el escollo de la La Walkyria; y cuando las escribi Wagner, tuvo dudas respecto de su efecto teatral. En 1855 escriba Listz: No deja de inquietarme el acto segundo, que me parece muy recargado. Contiene dos catstrofes tan grandes y tan importantes, que de este acto hubieran podido hacerse muy bien dos; pero estn unidas tan ntimamente ambas peripecias, y exige con tal imperio la primera la segunda, que una solucin de continuidad aqu habra resultado inadmisible. Si algn da se llegara representar este acto, tal como yo deseara, si todas las intenciones aparecen bien ejecutadas, aseguro que producir (debe necesariamente producirla) una conmocin que no podr compararse con nada de lo que hasta ahora se ha visto. En mis horas de desaliento he temido muchas veces por la gran escena de Wotan, sobre todo, cuando revela Brunhilda el Destino que le domina; en Londres estuve una vez punto de suprimirla... He tenido buen cuidado de anotar las indicacines de expresin en distintos puntos de esta escena, por ms que esto sea insuficiente; en su da, ser una obra capital la de hacer comprender verbalmente y fondo mis intenciones, un cantante de talento. Para la marcha de la gran accin que se extiende sobre los cuatro dramas, esta es la escena ms importante, y espero que as se comprenda. Esta carta muestra bien claramente la intencin de Wagner, y lo que se necesita para representar adecuadamente los momentos dramticos del gran poeta. Si tales escenas parecen de proporciones excesivas, se debe, en primer lugar, a nuestra falta de tensin de espritu; no podemos ir mucho tiempo remontados por las alturas del genio, y solemos culpar ste de lo que suele ser poco esfuerzo poca voluntad en nosotros. Despus, debemos achacar aquel efecto la interpretacin inadecuada por parte de los actores y los directores de orquesta. Finalmente, en el caso concreto de La Walkyria, es preciso reconocer que estas escenas (sobre todo cuando las palabras del poema no llegan claramente al espectador), aunque se completan entre s, tienen igual estructura, y en esto consiste su punto vulnerable. No se trata aqu de 24

largos recitativos. que no existen, ni de predominio de la orquesta (ocurre todo lo contrario), ni mucho menos de falta de inters en la accin (!) como ha dicho muy inoportunamente algn crtico (12). Se necesita muy poco deseo de arte, para ver en tales momentos pobreza de la accin dramtica simplemente una escena de celos, una vulgar disputa conyugal. Efectivamente: pero qu disputa!- dira Carlyle. Lo que hay aqu es similitud en la marcha de la accin de ambas escenas. Muy singularmente, la escena de Brunhilda y Wotan, en sus gradaciones, en las explicaciones entre el padre y la hija, en el sentimiento pattico que en ella domina, sigue un desenvolvimiento paralelo la anterior, y slo difiere en la situacin de Wotan. En la escena con Fricka, la lucha del dios consigo mismo, es interior; en el dilogo con Brunhilda, viene la explosin; la clera divina se exterioriza en la admirable imprecacin que hemos notado. En resumen; nada hay intil en estas escenas y el problema est en saber (como dice un notable crtico belga ya citado), si todo ello hubiera podido decirse de otro modo ms rpido (13). Acaso estas explicaciones resulten un tanto prolijas; pero bueno ser dejarlas hechas, para que se vea el modo cmo han de ser comprendidas las escenas dramticas de Wagner; esto evitar nuevas detenciones en el curso del presente anlisis. El relato de Wotan es un curioso resumen que hace pasar en rpida visin ante nosotros los principales acontecimientos de El Oro del Rhin. Su desesperacin al ver que intilmente trat de impedir el fin de los dioses y crear un mundo segn su pensamiento, da origen una frase de angustiado tono:

parece, en su creciente sobresalto, expresar inquietud de Wotan y el peligro de los dioses al no tener quien les ampare contra el destino. La creciente exaltacin del seor del Walhalla lleva consigo un continuo desenvolvimiento orquestal, hasta que sus palabras, cuando renuncia ser el creador, son gritos terribles entre vertiginosas sonoridades de la orquesta y extridentes acordes que dan la sensacin de un mundo se que derrumba. El deseo del fin, un desolador acorde apagado y largamente sostenido, ofrece extrao contraste y causa profunda impresin. A l sigue la terrible explosin de ira que estalla luego, y cuando el dios ofrece al Nibelungo su vano poder, suena lgubremente alterado el tema del Walhalla, como la majestad intil de que se desprende Wotan. En su estructura musical y potica, la anterior situacin ofrece cuatro momentos bien marcados: el episodio del consuelo de Brunhilda; la narracin de Wotan; su desesperada renuncia, con la imprecacin al Nibelungo, y la sublevacin de la walkyria, seguida de las rdenes terminantes del dios en su terrible clera.

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Estos cuatro momentos se encuentran admirablemente caracterizados por la msica. En toda escena abundan extensos espacios declamados lricamente (no recitados), en que la voz se levanta libremente, apenas apoyada por simples acorde tenidos. Luego crece el inters musical, medida que la pasin se exalta. Empieza el dilogo con la obsesin de la altivez irritada de Fricka [44] y la desolacin de Wotan [45]. Luego, cuando Brunhilda y el dios se contemplan con honda tristeza, la msica parece exhalar dulce llanto, recordando el amor de Siegmund [35], como hacindonos ver la causa de la pena de ambos personajes. El ltimo momento de esta escena, se desenvuelve cada vez ms imponente: Wotan ordena lo que tanto dolor le cuesta mandar, lo que su desolacin [45] le hace reconocer como preciso: la muerte de Siegmund, quien arm con su espada [45] intilmente; tal es la suprema voluntad del dios [11] quien desaparece entre espantosa explosin de la orquesta, la que parece adquirir todas las energas de la clera divina, haciendo surgir como sobrehumano adis al mundo que aqul pretendi crear, el tema de la renuncia al amor [8-b] expuesto con la ms formidable sonoridad, y terminando en disminucin hasta expirar con la desolada frase del desaliento del dios. De este modo concluye tan grandiosa escena. Brunhilda ha quedado sola y recoge tristemente sus armas; por primera vez va combatir disgusto. Cmo pesan aquellas armas que tan animosa manej siempre! Dulcemente y con honda melancola suena ahora el blico toque de la walkyria, la cual permanece en honda meditacin, como si escuchara el dolor de los wlsas que deja oir la msica en su motivo sentimental *36+. Y suspirando conmovida, se aleja silenciosa, acompaada por la impresin del anonadamiento de su padre [45]. *** Comienza la escena tercera. A las luchas sobrehumanas de los seres divinos suceden los patticos acentos del dolor entre los hombres. Vulvense oir los desgarradores acentos del preludio, hacindonos presentir la marcha angustiosa de los wlsas y, efectivamente, por el hondo desfiladero suben los dos amantes; Sieglinda viene corriendo, tratando en vano Siegmund de detenerla. Por fin, la hace descansar sobre una roca dicindola frases consoladoras, y un dulce silencio de los dos jvenes, la msica recuerda todo el tierno encanto de sus primeros amores. Pero Sieglinda no puede descansar; terrible se nos presenta la fatalidad de aquel amor, cuyos eternos compaeros han de ser la inquietud y el remordimiento!. Primero siente la joven su vergonzosa condicin, al haber pertenecido antes un brutal guerrero tan distinto del hroe; luego torturada por sus temores, cree siempre oir la jaura de Hunding que viene persiguindoles; su alucinacin espantosa la traduce admirablemente la orquesta, oyndose el toque de Hunding entre rpidos diseos en los instrumentos agudos. 26

Sieglinda, en su terror, ve llegar aquella fantstica legin; dientes devoradores desgarran las carnes de su amado sin que su espada baste defenderle... Y lanzando un grito, cae desvanecida en los brazos de ste. Siegmund escucha la respiracin de Sieglinda, y advirtiendo que vive, la deja deslizar dulcemente y al sentarse, queda ella con la cabeza reposando en sus rodillas. Durante una larga pausa contempla inmvil la joven, y luego da en su frente un largo beso. Las conmovedoras frases de amor del primer acto [35] vuelven escucharse aqu con poticos y delicados acentos. Los dos amantes permanecen inmviles durante la escena que va seguir. La walkyria se presenta armada de todas armas y conduciendo su negro corcel de la brida. Es la aparicion que vean los hroes destinados morir. Brunhilda permanece inmvil, rodeada de misteriosa claridad, como fantasma hermoso que anuncia el viaje al Walhalla. Encontrar all mi padre, me acompaar Sieglinda?-pregunta Siegmund, que no teme la muerte si ha de hallar tal recompensa. Pero Sieglinda debe respirar todava el aire de la tierra. En vano la walkyria dice al hroe que le esperan las delicias de los dioses, que el mismo wlsa que le entreg la espada vencedora ha decretado su muerte, y que velar por Sieglinda: Saluda Wotan-exclama Siegmund- al wlsa y los hroes, pero no me hables de ir all. Y antes que su Sieglinda quede merced de Hunding, prefiere matarla con su espada. Ante este amor tan profundo, la piedad vuelve penetrar en el corazn de la walkyria quien se decide trocar la suerte del combate protegiendo Siegmund. La anterior situacin produce gran efecto en el teatro. La aparicin de Brunhilda Siegmund nos hace ver el esforzado nimo y el profundo amor del hroe que recibe tan tremendas revelaciones sin moverse, para no despertar la infeliz que descansa en sus rodillas. La salida de Brunhilda tiene en la msica muy importantes manifestaciones. Comienza por una extraa sucesin de acordes, frase que parece, por su original aspecto, una interrogacin al porvenir [47].

A este tema se une el noble y triste acento del anuncio de la muerte [48],

expuesto dulcemente, pero con timbre heroico vibrante por las trompas. Ntese que el final de esta frase es el mismo tema anterior. Toda la escena se desarrolla sobre estos motivos combinados con el del Walhalla [9],al que los acordes de las arpas comunican ecos etreos y sobrenaturales. Un significativo estremecimiento de las violas indica el sobresalto ntimo del hroe al saber que no le acompaar Sieglinda los 27

cielos; cuando la walkyria, severa y altiva, dice con voz firme que el destino pesa inflexible sobre el wolsa, ste la apostrofa: calla, no asustes la que duerme; y su amor se expresa en un gemido doloroso, modificacin de la frase de su tierno afecto [35-a]. El dilogo contina entre las ms sorprendentes y poticas combinaciones musicales, que terminan con el triunfo del amor, representado por los acentos de alegre expansin que adquiere el anuncio de muerte [48], convertido ahora en salvador anuncio de vida. La walkyria salta sobre su caballo y desaparece. Negras nubes de tempestad bajan del fondo ocultando los montes y el desfiladero, y desde diversos puntos se oyen los roncos sones de bocinas, que producen temerosa impresin en el nimo. Siegmund besa tiernamente su amada y la deposita sobre una roca, mientras se escuchan por ltima vez los ecos del canto la prisionera *41+ y del amor de los dos wlsas. El final de este acto tiene un indescriptible vigor dramtico. Suenan cada vez ms cercanos los toques de Hunding; Siegmund corre su encuentro desapareciendo en la cima de las rocas entre obscursimos nubarrones; las gargantas de las montaas repercuten las voces de Siegmund y Hunding que se buscan; las nubes invaden la escena, y un relmpago rasga la obscuridad dejando ver en lo alto de una roca los dos combatientes en terrible lucha. El tema de la espada Nothung adquiere picas proporciones en la orquesta, y en este momento se oye el rpido vuelo de Brunhilda juntamente con su poderosa llamada [42]. La virgen guerrera aparece entre las nubes protegiendo con su escudo Siegmund; pero en el mismo instante, y tambin en los aires se ve Wotan interponer su lanza, contra la cual se rompe la espada del wlsa, que cae atravesado por su adversario. Un horrsono estruendo de la orquesta marca tan supremo momento, escuchndose entonces el pacto de Wotan [11], cuya voluntad ha quedado cumplida. Las nubes luminosas desaparecen y un imponente silencio sucede la catastrofe. Como triste adis al hroe recuerda la msica el fatal destino de la desgraciada raza wlsa [38], en tanto que la obscuridad, siempre creciente, lo cubre todo con sus negruras. Brunhilda sale presurosa, y recogiendo los trozos de Nothung, huye arrastrando consigo Sieglinda. Luego se disipan las nieblas del centro y se ve Hunding arrancando su lanza del pecho de Siegmund. Wotan, sobre una roca y rodeado de nubes, contempla con profundo dolor el cadver del wlsa que tanto am. Ve, esclavo-dice Hunding el Dios de los dioses con el corazn destrozado y lleno de majestuoso despecho-, arrodllate ante Fricka y annciale que la lanza de Wotan ha vengado su ultraje! Vete, vete! Y el terrible desprecio del dios hace caer muerto Hunding. Wotan ha debido l mismo matar Siegmund!! La clera del dios estalla entonces anunciando Brunhilda (que ya est muy lejos) el castigo que por su desobediencia debe sufrir. Y el dios desaparece en las nubes entre relmpagos y el estruendo de la tempestad, mientras que un desencadenamiento de todas las fuerzas de la orquesta, hace sensible su desesperacin [46], y el fin que amaga los dioses. 28

ACTO III Comienza este acto por la escena ms original y pintoresca que se haya podido llevar al teatro. El preludio describe admirablemente la fantstica cabalgada de las walkyrias, las hermanas de Brunhilda, cuando conducen la grupa de sus caballos y, entre las nubes de la tormenta, los cuerpos de los hroes muertos en la batalla entre vertiginosos torbellinos de notas y rpidas escalas de un poderoso efecto imitativo, se escucha el tema de las walkyrias [42], el ritmo del galopar

de los corceles y las feroces risas de las virgenes guerreras. Al correrse el teln aparecen las cumbrs de altsimas montaas, explayndose la vista al fondo por un horizonte sin lmites. A la izquierda se ve una elevada roca, cuyo pie se distingue la entrada de una gruta. Un bosque de enormes pinos cierra la escena por la derecha. Las nubes pasan rozando los picachos ms altos empujadas por el viento. El grito selvtico de las walkyrias se alegre y animoso; en aquel lugar se reunen las hijas de Wotan para contar sus muertos y llevarlos al Walhalla. Entre las nubes que pasan se las ve llegar por el aire, conduciendo los cuerpos de los hroes y descender detrs del pinar entre risas y juegos de sus compaeras. Se esperan unas otras, se increpan, corren poner paz entre los indmitos corceles y van y vuelven en animada confusin. Por una maravillosa creacin del genio esta fantstica visin de las walkyrias aparece realizada con una verdad y un colorido tales, que hacen de esta pgina (como se ha dicho muy justamente) una cosa nica y sin precedentes en la historia del arte musical y del teatro. Jams compositor alguno hall en su inspiracin notas tan caractersticamente animadas, ni obra alguna orquestal nos di esta incomparable riqueza de colorido. Todo el fragmento aparece construdo sobre el ritmo persistente, y el toque de las walkyrias [49 y 42], que sirven de base los arpegios y escalas de la cuerda y al canto estridente de las hijas de Wotan [43]. Las voces, tan pronto aisladas como en grupos, van unindose en sus exclamaciones, interrumpidas por las risas de las vrgenes (que la orquesta subraya con cromticas escalas descendentes), hasta llegar un brioso conjunto en combinacin de ocho partes reales, es decir, independientes, hecho con asombrosa maestra. La ltima walkyria que llega es Brunhilda, sus hermanas la observan al venir; no trae consigo un hroe, sino una mujer (y al ritmo de la cabalgada se une el tema de la desesperacin de Wotan). Brunhilda sale pidiendo sus hermanas que la salven de la clera de su padre y oculten Sieglinda. Horrorizadas las walkyrias oyen la desobediencia de su hermana y rechazan Sieglinda que pide la muerte: Para qu quiere vivir sin su Siegmund? Pero Brunhilda le anuncia que debe vivir para el hijo que lleva en sus entraas: el instinto maternal se despierta en la mujer insensible la muerte, y ahora, potico rasgo!, pide amparo y proteccin las implacables walkyrias. A lo 29

lejos escchase ya el fragor de la tormenta y, entre relmpagos y torbellinos de nubes, se anuncia la proximidad de Wotan, que viene en su negro caballo persiguiendo su desobediente hija. Brunhilda decide sacrificarse hasta el fin: hacia el Oeste hay un bosque en donde Fafner, el gigante, guarda, convertido en dragn, su tesoro; por all nunca va Wotan. Ve, mujer-dice Sieglida-, sufre contenta las penas y dolores ms grandes, pues llevas en tu seno el hroe ms valiente del mundo; guarda para l los pedazos de esta espada; quien de nuevo la forje llevar el nombre que ahora le doy: Siegfried, y la victoria le acompaar (14). La msica en la anterior escena recuerda temas conocidos; por ejemplo: la alusin Fafner y al tesoro trae consigo los temas del Anillo y del Dragn [7 y 24]. Al hablar Brunhilda del hroe que ha de nacer, su canto deja oir una frase heroica y hermossima repetida luego por la orquesta con majestuosa sonoridad: es el tema de Siegfried que aparece ahora por vez primera. [50]:

Sieglinda, transportada de emocin, bendice

la Walkyria con frases conmovidas que forman una inspirada meloda, [51]

la cual se aplica la idea de la liberacin, redencin por el amor. Esta idea que toma singular importancia al fin de la Tetraloga, traer consecuentemente un notable desenvolvimiento de la meloda indicada. Sieglinda recoge los fragmentos de la espada y se marcha de all. En tanto, la tempestad ha llegado; entre acordes furiosos aparece Wotan buscando su hija. En vano tratan de ocultarla sus hermanas y en vano imploran su perdn. Wotan debe hacer cumplir las leyes eternas y castigar quien se revolvi contra l. Su sentencia es terrible: entre las notas implacables de su voluntad [11], y el anuncio de muerte que no cumpli Brunhulda. [48], condnala no ser walkyria; convertirse en mujer; a que sea de quien primero la encuentre. Asustadas las walkyrias por tan tremendo castigo invocan al dios en hermoso conjunto; pero es intil su llanto, y Wotan las manda alejar de all, lo que verifican, oyndose de nuevo los rpidos diseos de su veloz carrera. 30

*** Wotan y Brunhilda han quedado solos. Una calma profunda ha sucedido las anteriores violencias, y las nubes del cielo se van desvaneciendo como los pesares del espritu, dejando lugar un crepsculo que se convierte en una noche tranquila y clara. Brunhilda, que estaba postrada en tierra, busca con sus ojos la mirada de su padre. La dolorosa queja de la joven se exhala en una splica llena de melancola, explayndose en largo canto desprovisto de todo acompaamiento y apoyado tan solo, al final de cada perodo, por dulces acordes de los instrumentos de madera. Wotan reprocha Brunhilda su desobediencia (recuerdo del tema de la Walkyria [42] y del desaliento del dios [45]), sta le explica que desobedeci por seguir el sentimiento ntimo de Wotan (alusin la escena con Fricka), por piedad, por amor hacia su padre y hacia el wlsa. En este momento, al abrir su corazn la joven, se convierte la meloda de la splica en una frase amplsima, llena de efusin y de poesa, [52]:

es la justificacin de la walkyria; la confesion de su falta por amor. Wotan no quiere mostrarse conmovido; en su respuesta aparecen todos los recuerdos anteriores en admirable resumen: la simpata de Brunhilda por los wlsas *tema 35+, el derrumbamiento de las ilusiones de Wotan ante la fatalidad que le persigue [45 y 26], obligndole renunciar lo am [8, b]. No puede proteger la estirpe de los wlsas *38 y 50], y tan slo debe cumplir el castigo sumiendo la walkyria en profundo sueo, del que la despertar el primer mortal que por all pase. Unas misteriosas armonas envuelven las palahras del dios, dando idea del sueo de Brunhilda [53].

Pero el orgullo de la joven se subleva; ya que ha de ser del primer mortal que la logre, sea ste al menos un hroe: Proteja Brunhilda inmensa muralla de fuego para que ningn cobarde llegue hasta la 31

virgen! La altivez del dios reconoce su estirpe en este rasgo de la hija y queda vencido. Despus de oirse el tema crepitante del fuego [16 b] surge triunfante, con pica grandeza, el tema de la walkyria, acompaado de brillantes diseos de la cuerda, entre los que nace esplendorosa frase que luego caracterizar el sueo de la herona [54] (15).

Las bellezas se suceden partir de este momento, hasta llegar las ms altas regiones de lo sublime. Entre sollozos de ternura que la orquesta nos hace sentir en diseos entrecortados, concede Wotan su hija lo que desea: un fuego como nunca ardi para desposada alguna rodear tu lecho de piedra! Slo obtendr la virgen quien ms libre que sea ms libre que yo, que soy un dios! Brunhilda cae en brazos de su padre y ambos se confunden en abrazo estrechsimo, mientras que la msica recuerda la splica de Brunhilda en el mximum de su tensin expresiva: las miradas del padre y la hija se atraen sin poderse separar, y el encanto de la meloda nos hace ver que las dos almas se comprenden: el amor del padre excusa y justifica el amor de la walkyria. Este momento causa en el teatro la emocin ms conmovedora, siendo de los que se imponen desde la primera vez con perdurable recuerdo. El xtasis de cario va cediendo, y Wotan, lleno de dulce tristeza, se ve obligado separarse para siempre de Brunhilda. Con arte incomparable, la ternura de la orquesta se resuelve en el tema del sueo de Brunhilda, sirviendo de acompaamiento al adis de Wotan [55] esos relucientes

ojos que tantas veces vi brillar en la batalla cuando su Deseo peda mundos enteros llenos de delicias (este recuerdo de hroes y mundos que el Dios quiso crear, lo canta con las mismas notas del ardor juvenil de Siegmund [39]; es una reminiscencia interesante). Por ltima vez -dice aqul-se fija en m tu mirada. Brille su fuego en adelante para el ms feliz de los hombres. As se separa de ti un dios, besndote, te despoja de tu divinidad. Con honda tristeza repite la orquesta la frase de despedida y el tema del renunciamiento al amor [8]. Wotan besa en los ojos Brunhilda y stos se cierran cayendo la joven en dulce desvanecimiento. Unas suavsimas armonas [53] nacen misteriosas como el sueo, y luego, los ecos del adis, Wotan deposita en una gran piedra que hay en el centro de la escena, su hija, y ponindola el casco, la cubre con su escudo walkyria. 32

Las armonas pavorosas de la interrogacin al destino [47] se escuchan entonces, como si la msica preguntase cul ser la suerte de la abandonada joven. Wotan se separa al fin, oyndose el imperativo mandato de su voluntad [11], Loge, aqu; sube y rodea esta roca!, dice golpeando tres veces el suelo con su lanza; y brota en el instante una llama que se propaga con prodigiosa celeridad. Al propio tiempo, en la orquesta se desliza, oscila, salta y crece el tema del fuego [16]. Wotan va trazando crculos en tierra con su lanza, y el fuego surge sin cesar, hasta que forma inmenso mar de llamas que oculta Brunhilda y cubre la escena entera. El murmullo de la musica adquiere la brillantez del fuego que ha prendido, y mientras Wotan dice: quien tema mi lanza, no pase nunca travs de estas llamas, desapareciendo despus, la poderosa voz de las trompas, trombones y tubas proclama en notas resplandecientes el noble motivo de Siegfried [50], el hroe libre que ha de venir. Luego se escucha por ltima vez el triste adis de Wotan, y entre las suaves notas del sueo y los arabescos del fuego, los que comunica singular diafanidad el agudo son de un juego de timbres (glockenspiel), crrese el teln en tanto que se oyen por ltima vez la umbra interrogacin al Destino y los dulcsimos acordes del final. El nimo queda en xtasis ante esta conclusin maravillosa. La walkyria abandonada duerme su sueo. Wotan renuncia la lucha, despus de sufrir el terrible castigo de sus faltas; puede ya llegar el fin del Walhalla, pues el dios de los dioses nada har para evitarlo. El hroe ms libre que Wotan, el que no conozca el temor, Siegfried, no ser inquietado ni dirigido por nadie; sus actos, de l slo dependern. *** El vigor dramtico de La Walkyria produce una impresin que no se olvida. Los personajes, tienen mgica realidad y nos arrastran en la accin para que hagamos nuestros sus amores, sus angustias, sus esperanzas y sus abatimientos. El drama musical de Wagner surge aqu con todo su esplendoroso poder de Arte y parece resonar con los valientes heroicos sones de Siegfried. NOTAS (1) Wlfin-lobo y Wlfchen-lobezno. Entre los primitivos trajes de los germanos y norsos, se ve frecuentemente este de piel de lobo, con la cabeza de la fiera viniendo adaptarse la del hombre, dando ste un aspecto original y fantstico. (2) Walkyrias, de Wal (cuerpo sin vida) y kiora (elegir): eran hijas del Deseo de Wotan, realizaban los impulsos de su voluntad. Las walkyrias, vrgenes de la batalla, se aparecan los guerreros cuyo destino les haba marcado la hora de la muerte, y cabalgaban sobre sus corceles entre las nubes de la tempestad. Este detalle es muy significativo porque, efectivamente, las nubes que avanzan ante las tormentas, recuerdan las formas de fantsticos jinetes en extraa cabalgadura. La mitologa escandinava imagin las walkyrias vestidas con plumas y armadas de lanza, casco y escudo.

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La religin norsa era la exaltacin del valor. Las walkyrias-dice Carlyle-son las escogedoras de los muertos en el campo de batalla: su destino inexorable, quien no es posible aplacar, tiene sealados quines han de ser los muertos; esto para el creyente norso era ley fundamental, como lo sigue siendo en todo tiempo y lugar para los hombres posedos de ideas entusiastas... Los guerreros escandivanos, persuadidos de esto, tenan por gran mengua el morir, el presentarse Wotan sin ir cubiertos de gloriosas heridas. El mito de las walkyrias ha sido, asimismo, relacionado con la interpretacin de los fenmenos de la naturaleza. As como el sol triunfa de las nubes, as triunfa Siegfried, descendiente del dios de la Luz (Wotan) y frecuentemente asimilado al sol de la Primavera, y conquista la walkyria Brunhilda. Por una frecuente substitucin en las mitologas-dice Mr. Kufferath- se confunde tambin Brunhilda con Freia, diosa de la Primavera. Brunhilda dormida, es la imagen de la tierra en reposo durante el invierno. El joven dios de la Primavera, de la Luz que renace, el dios que desafa el poder del Invierno (el Wotan viejo de Siegfried) y no teme las tinieblas de la estacin sin sol, viene reanimar la walkyria del mismo modo que el sol de Abril hace con la Naturaleza. La Vafrlogi, la coraza de fuego que rodea Brunhilda, es una metfora que expresa los ardientes resplandores que encienden el horizonte en los crepsculos del Otoo que muere y cuando va empezar la nueva estacin. En el momento de los solsticios, se libra como un misterioso combate entre dos fuerzas enemigas. En la regin del Rhin, cerca de Francfort, existe una colina llamada desde tiempos antiqusimos (ya se encuentra mencionada en el ao 812) lecho de Brunhilda (Brunhildis-Bett, Lectulus Brunhildis). Cuando va empezar la Primavera, las nieblas que suben del valle, forman alrededor del peasco una especie de corona, que toma los reflejos del incendio los rayos del sol poniente, produciendo la ilusin de un crculo de llamas y humo. El nombre de Brunhilda, derivado de Brunne (coraza), puede ser referido las nieves que cubren la montaa y que el sol joven de la Primavera deshace con sus rayos. El sueo de la walkyria corresponde al Invierno.-El lector que quiera conocer detalladamente estos pormenores, puede consultar la interesante obra ya citada de M. Kufferath, La Walkyrie, de R. Wagner.-Bruxelles-Schott. (3) Siglinda Sigelinda, nombre formado por las palabras sieg, victoria, y gelinde, dulce; dulzura de la victoria. Como se ve, los nombres de los personajes de Wagner tienen sugestiva significacin, que aumenta el efecto potico y la claridad de las situaciones. Sieglinda es una figura que atrae por su ingenuidad. Es el tipo de la mujer humana, compasiva y sentimental. Triste herona, pasa en la obra cumpliendo la misin de la mujer en mundo: amante y madre, y muere al dar luz el fruto de sus amores. (4) Como curiosa asociacin de ideas puede notarse el parentesco de la frase citada con la de la huda de Freia ante los gigantes (Freia, la primera vctima de la ausencia de amor de los dioses) de cuyo motivo [12] es el presente un aspecto dulce y tierno, al que comunica singular encanto la instrumentacin (solamente cuatro violoncelos divididos y dos contrabajos). (5) El anterior momento produc honda impresin: la msica presenta los temas de la desgracia, de la compasin y del amor naciente en hermoso conjunto, reflejando todos los detalles de la accin, especie de mudo dilogo que con la mirada y el gesto sostienen los dos personajes, est 34

expresado con todo detalle por la msica. Cuando Sieglinda entrega la bebida Siegmund suena dulcememente el motivo de la compasin [34], y cuando bebe ruego de aqul, se escucha lento y con suave sonoridad el tema del amor [35] que se fragmenta cuando bebe Siegmund y la contempla en silencio. La meloda acelera el movimiento, y aumenta la intensidad del sonido al llegar una nueva detencin en el momento en que suspira Siegmund, terminando esta larga frase musical con un tierno y expresivo retorno del tema de la desgracia del hroe [33] cuando ste inclina al suelo los ojos. Si tan detalladamente se explica este momento escnico, es para que se vea cunto relieve, cunta impresin de poesa hay en las escenas de Wagner. Si los actores interpretan esos momentos libremente y sin tener en cuenta la msica, resultan sin el menor inters y carecen de efecto; por el contrario, cuando el juego del actor coincide con el movimiento sinfnico y se hace perceptible la interpretacin que el msico da lo que pasa en la escena, el efecto total resulta no slo de la ms alta significacin, sino tambin (y es lo importante) de una claridad admirable que impresiona al espectador menos apercibido. (6) Todos estos nombres, como se comprender, dan sumo inters al carcter y situacin de los personajes. Friedmund significa literalmente boca de la paz, don de la paz portador de la paz, Wehwalt,portador del dolor, hijo del dolor. Hunding ya hemos dicho que equivale hijo de perro, en oposicin Wlsa, hijo de lobo. (7) El tema referido puede considerarse como formado por cuatro fragmentos de dos compases: el primero, decidido, vigoroso, heroico; el segundo parece una transformacin llena de dulzura, del tema de los dos hroes [36]; el tercero, que es muy importante, se refiere la exclamacin de reconocimiento de Siegmund cuando dice Sieglinda: Ya sabes, mujer, porqu no puedo llamarme Friedmund; el ltimo fragmento de la frase que analizamos no es sino el tema del renunciamiento al amor [8], origen de la fatalidad que pesa sobre la raza descendiente de Wotan. (8) La poesa de Wagner tiene en este momento una expansin y una sinceridad que llaman la atencin; las traducciones del pasaje que nos referimos demuestran lo difcil que es verificar esta clase de trabajos sin penetrar bien la idea del autor. Wilder, en su traduccin francesa, habla del cfiro, del palacio de zafiro que tachonan de oro las estrellas, etc. Por el contrario, la poesa de Wagner carece en absoluto de retricas, expresando la pasin que nace en los corazones sinceros de dos personajes primitivos que slo han vivido ante las bellezas de la esplndida naturaleza; Wagner habla el lenguaje del alma y se expresa como verdadero poeta. Las traducciones francesa de Ernst italiana de Zanardini, siguen mejor la idea del autor. En Espaa se intent una traduccin, que ya hemos aludido, y que ms bien parece una burla de Wagner. Toda la vigorosa y potica escena de referencia est hecha en pareados! de una vulgaridad horrible, y coyuntando brbaramente la configuracin musical. En esta traduccin espaola, aparece la mujer de los bosques, la primitiva germana, diciendo frases rebuscadsimas y cursis; mientras Wagner la hace hablar con Siegmund y decir que al ver al fugitivo reconoci en l su propia imagen cuando se miraba en el arroyo, y que en la voz del Wlsa vi reproducido el mismo eco que de la voz de Sieglinda haca resonar la selva (delicada alusin al comn origen de los dos hroes), el poeta del Teatro Real escribe: 35

y cuando amante y dulce tu voz oa, una alegre FANFARRIA me pareca... as, subrayado y todo, como si la enamorada joven exclamase: Tu voz me pareca afinada orquesta, permteme la expresin. Hoy el Teatro Real representa la pera en italiano, traduccin Zanardini. (9) Nothung, peligro, lo inminente, la urgencia, peligro grande. La palabra que da Wagner al arma de Wotan explica perfectamente el simblico significado de la espada. Nothung viene ser la decisin rpida; la resolucin repentina que nos salva en el momento del gran peligro. (10) Lo mismo ocurre con la primera escena del acto segundo de Lohengrin. El prejuicio que aludimos, se debe tambin en gran parte interpretaciones insuficientes dadas la por artistas que slo son cantantes, y desconocen las intenciones del autor. (11) Aunque resulte pueril hacer ciertas observaciones, no se puede menos de indicar aqu, que lo expuesto fija el alto valor de estas pasiones entre semidioses y sus descendientes, las cuales como en Edipo, Clitemnestra, etc. , dan trgico aspecto los acontecimientos, despojndoles de lo inconveniente que una vulgaridad superficial les puede atribuir. (12) Por extrao que parezcan estas escenas han sido juzgadas sin analizarlas, sin tener en cuenta las exigencias del drama de Wagner, y en ellas han visto unos revisteros latas (sic) formidables; otros un conjunto veces fatigoso por lo eterno del dilogo musical y el predominio casi absoluto de la instrumentacin; hasta no falta quien reduce la terrible escena entre Wotan y Fricka disputas domsticas. Muy espiritual es todo esto, como puede verse! (13) M. Kufferath se pregunta si no hubiera sido posible resumir en una sola escena de tres personajes la doble lucha interior y exterior que Wagner nos hace presenciar alternativa y separadamente. (14) Recurdse el significado de este nombre, expuesto anteriormente. (15) En su primera aparicin, este motivo se presenta en tono de re mayor. Una aproximacin al anillo

Por Traduccin: Pedro Diez Canseco Muoz

John

Deathridge *

El vicio de la pedantera ha sido siempre una forma muy discutible de considerar a Wagner. l mismo despreciaba a los "expertos" (ms interesados en los detalles que en las cuestiones de fondo) y no tena tiempo para los crticos, en especial para aquellos que gustaban de hallar faltas 36

de "lgica" en sus obras escnicas o artificios en la forma en que haba presentado su vida a la posteridad. Los "buitres" nunca cesan de picotear el argumento del Anillo (a duras penas un modelo de consistencia lgica) y las circunstancias de la vida del maestro que presuntamente refleja. Anarquista, adltero, fascista: casi no hay epteto que no haya sido usado para convertir al compositor del Anillo en EL demonio del siglo XIX. En las dos ltimas dcadas de su vida, y Wagner intent borrar pblicamente las improntas de su reputacin. Como poda esperarse, esto atrajo incluso en mayor medida la atencin de aquellos bigrafos que se proponan exponerlas. Su papel en la revolucin de Dresde de 1849, sus aventuras extramaritales y su virulento antisemitismo son slo tres de los muchos frentes en los que la moderna erudicin ha invadido los escritos autobiogrficos de Wagner, para probar ms all de toda duda que son lo que Nietzsche siempre dijo que eran: palabras de un oportunista. A pesar de todo, una mirada clnica a las inconsistencias del Anillo o la indagacin afectada en la vida de Wagner serviran apenas para rebajar su talla humana, errando el punto. Su autobiografa Mein Leben (Mi vida), por ejemplo, fue calculada para brindar a su familia y a sus amigos ms cercanos la "verdad inalterada". Mas, en definitiva, lo que Wagner hizo fue capturar para la posteridad los "hechos" de su vida, no necesariamente mintiendo sobre ellos, pero s difuminando sus contornos y exagerando su dramatismo, al punto que cualquiera que cuestionase su veracidad correra el riesgo de parecer trivial y mezquino. Wagner rescat su biografa de la fra mano de la Historia al transformarla poco menos que en una obra de arte. El historiador que reduce el "ruido" que rodea los hechos, se expone sin embargo el peligro de destruir la ilusin: as de sencillo. Pero mantener la ilusin por el mtodo de convertir a Wagner en una biografa romntica es asimismo cometer un perjuicio. Wagner necesitaba de la Historia para consumarse estticamente, y el historiador puede someterse o rebelarse ante ello. Slo si respetamos las estrategias artsticas de Wagner al tiempo que las desenmaraamos, podremos realmente empezar a comprenderlo mejor. El Anillo fue concebido a finales de la dcada de 1840 como un comentario alegrico sobre el malestar social, aunque pronto se convirti en una parbola de acertijos y conflictos emocionales que disolva la poltica en "poesa filosfica", por llamarla de algn modo, y que se proyectaba mucho ms all de la revolucin de 1848-49 que lo haba inspirado en un comienzo. Por cierto, esto no quiere decir (como muchos afirman) que Wagner cambiase de color poltico. Basta con leer sus cartas para tener constancia de que l raras veces dej de creer en su particular idealismo revolucionario, aun cuando se viera forzado a repudiarlo parcialmente en pblico. Este credo jams tuvo mucho que ver con un anlisis poltico prctico y realista, salvo cuando incumba al arte de Wagner. (A fines de la dcada de 1840, el compositor redact planes detallados para la reforma de las instituciones opersticas.) Hasta la vspera de la revolucin, estas creencias haban formado parte de la bsqueda utpica de un nuevo tipo de teatro, acerca del cual Wagner posea una conviccin inquebrantable: el arte deba reflejar una clase de verdad mucho menos realista sobre la sociedad, y no obstante (obscurecida por paradojas y contradicciones, como ocurre a menudo) ms sugestiva y mucho ms rica. El eterno debate bizantino sobre si Wagner pretenda dar 37

al Anillo un desenlace "optimista" de acuerdo con el espritu de Feuerbach o "pesimista" siguiendo la estela de Schopenhauer, nunca dar cabida a la posibilidad de que podra haber sido de ambas maneras, y aun mucho ms. Tampoco es fcil explicar por qu, tras la muerte de los hroes y la destruccin de la sociedad, la tragedia del Anillo acaba con un triunfo tan obvio. Si bien Wagner parti de una alegora poltica sencilla de entender, concluy con una autntica esfinge que no era tanto un giro en redondo como un calidoscopio de smbolos contradictorios; se trat de una proeza deslumbrante de la imaginacin esttica, relacionada con el arte antes que con ninguna otra cosa. La relacin del propio Wagner con la gnesis del Anillo es engaosamente simplista. Despus de la revolucin de febrero de 1848, recibi el encargo de escribir una obra sobre el emperador Federico I Barbarroja de los Hohenstaufen. Durante sus investigaciones acerca de Barbarroja, vio a Federico como "la reencarnacin histrica del antiguo Sigfrido pagano". Entonces, en Die Wibelungen (Los Vibelungos), un ensayo redactado presumiblemente en el verano de 1848, descubri un vnculo (ilusorio) entre los prncipes germnicos es decir, los gibelinos y los Nibelungos (antao denominados Vibelungos, segn dio en imaginar) que lo hizo considerar a Sigfrido como el posible tema de una nueva pera. pera o teatro? Historia o mito? En octubre de 1848 se decidi por la pera y el mito; el Anillo haba nacido. Pero Wagner haba pensado en una obra sobre Barbarroja unos dos aos antes, y an la estaba esbozando cuando 1848 toc a su fin. De igual forma, ya haba conversado con dos de sus colegas, Eduard Devrient y Robert Schumann, acerca de un proyecto de pera sobre Sigfrido, en abril y junio de 1848 respectivamente, antes de escribir Die Wibelungen. Por otra parte, el borrador ms antiguo de Die Wibelungen que se conserva es sorprendentemente tardo puede ser fechado sin temor a errores en 1849 y utiliza el nombre de "Gibilinen" (sic) en lugar de "Wibelungen". En sus Escritos Recopilados, Wagner insert cuidadosamente Die Wibelungen para que figurase antes que un estudio preliminar del Anillo. Lo que no dijo a sus lectores fue que haba suprimido unos pocos prrafos al final de Die Wibelungen, en los cuales profera, entre otras cosas: "Cundo volveris, Federico, oh glorioso Sigfrido, y exterminaris al acosante Dragn de la humanidad?" Y, como para coronarlo todo, Devrient escribi en su diario el 22 de febrero de 1849: "El Kapellmeister Wagner dio lectura a un ensayo histrico-filosfico en el cual /.../ ha desarrollado un edificante entusiasmo por el dominio del mundo a partir de las ms tempranas fuentes de las leyendas. Federico I emergi como la ms poderosa personificacin de esta idea: una figura de gigantesca y maravillosa belleza! l (Wagner) habr de convertir a Federico en un drama." Esta rida procesin de hechos y citas arroja una severa luz sobre el relato de Wagner. Die Wibelungen luce como salido del escenario de los Nibelungos, y no al revs. Adems, si Wagner conservaba su entusiasmo por Federico en 1849, la decisin de octubre de 1848 de usar la saga de Sigfrido podra no haber sido el final. Esto no equivale a decir que Wagner perdi inters en Sigfrido. El punto crucial uno de los que Wagner distorsion es que esta era slo una de las varias mitologas que evolucionaban en su mente, en igualdad de condiciones. En sus manos, Federico no 38

era una figura histrica sino mtica, al igual que Sigfrido. Y lo mismo eran Jess, Wieland, Baldur, Aquiles y tantos otros. Las ideas socialistas de Wagner acerca del amor, el poder y la propiedad saltaban de un tema a otro casi sin considerar el contexto. Cristiano o pagano? Griego o alemn? A Wagner la cuestin pareca no importarle. Lejos de ser un despiadado desmoronamiento, este anlisis aade mucho atractivo a los subterfugios autobiogrficos de Wagner. Una vez eliminado el "ruido", descubriremos que Wagner no fluctuaba entre la historia y el mito; en cambio, su genuino aprieto consista en la necesidad de elegir entre diferentes tipos de mitologa que resultaban, para propsitos artsticos, idnticos en esencia. Los procedimientos de Wagner el alegorista, "segn los cuales cada cosa puede significar lo mismo, como tambin cosas distintas" (Adorno), en ninguna otra parte son ms evidentes que en sus trabajos literarios de 1848-49. Los Vibelungos son los Nibelungos, el Grial es el Tesoro, Federico es Sigfrido y Sigfrido es Cristo. Pero Wagner no se detuvo aqu, no solamente dej que sus smbolos se fundieran unos con otros, sino que tambin desdibuj las fronteras entre sus obras. Morse Peckham ha hecho notar que el Anillo comienza realmente donde Lohengrin termina. El cuerno, la espada y el anillo que el protagonista ofrece al nuevo caudillo de Brabante en los momentos conclusivos de Lohengrin, son portados por el hroe de Siegfrieds Tod (La muerte de Sigfrido) casi desde el comienzo. (Esta ltima parte del Anillo fue la primera en ser escrita, y ms tarde se convertira en el Gtterdmmerung -El crepsculo de los dioses-.) En la versin original de 1848, que empieza en el palacio de los Guibichungos, omos primero a Sigfrido y lo vemos a travs del sonido de su cuerno, la espada que porta y sus noticias del lugar donde ha dejado el anillo. Si Lohengrin ha partido cubierto con su brillante armadura en una barca remolcada por un cisne, ahora Sigfrido llega en una barca, vestido con una armadura y guiando su montura hasta la orilla. Al emplear imgenes similares con algunos smbolos comunes, Wagner se ha deslizado discretamente del cristianismo a la mitologa pagana. O, para decirlo de otro modo, Sigfrido es nada menos que el sucesor de Lohengrin bajo una nueva apariencia. Luego de que Wagner leyera el primer borrador de Siegfrieds Tod a Eduard Devrient en octubre de 1848, ste le asegur que haba sobreestimado a su pblico. No conocemos las palabras exactas de Devrient, pero deben de haber sonado ms o menos as: "Si bien todo el mundo est familiarizado con los smbolos cristianos que usted ha utilizado en Lohengrin, no puede esperar que la gente posea un conocimiento tan prolijo de los mitos germnicos y escandinavos. Cuntos leen hoy en da elNibelungenlied (El cantar de los Nibelungos)? Yo s que usted ha recurrido a l para la escena de Ortrud con Elsa en Lohengrin, pero eso no viene al caso. Quines, excepto un pequeo crculo de literatos, se han enfrascado en los Eddas o en laVlsunga Saga, y mucho menos en la Mitologa germnica de Jakob Grimm? Si desea usted escribir un drama sobre la naturaleza del liderazgo y la dominacin del mundo, quiero decir, uno que sea comprensible para el pblico... hara mejor en olvidarse de su cantinela mitolgica!" La crtica de Devrient puede haber sido el verdadero motivo de que Wagner continuara 39

elaborando Friedrich I y de que delinease prolijos escenarios para Jesus von Nazareth y Wieland der Schmied (Wieland, el herrero). (Desarroll adems otro drama, Aquiles, que se ha perdido.) Sin embargo, su inmediata respuesta a Devrient fue aadir dos escenas al principio de Siegfrieds Tod. Antes de la obertura en el palacio de los guibichungos introdujo un esclarecedor dilogo entre Brnnhilde y Sigfrido, lleno de frases sobre el amor y las empresas heroicas. Y antepuso a todo esto una escena mucho ms ritualista y adusta en la cual las tres Nornas no slo resumen la prehistoria del drama, empezando por el hurto del oro perpetrado por Alberich, sino que tambin como el tro de brujas en Macbeth predicen el porvenir: "El hroe se aproxim a Brnnhilde e interrumpi el sueo de la valquiria; ella le mostr las runas. l no las comprendi, a la mujer trajo la desgracia; pero ella escrutar lo escrito y le dar cumplimiento." Es usual decir que Wagner escribi el Anillo "hacia atrs". Esto es inexacto por dos motivos. Primero, el escenario de Die Nibelungensage (octubre de 1848) es ya un boceto del ciclo entero, de principio a fin. Segundo, los bocetos de las obras sobre Federico, Jess y Wieland, que Wagner escribi despus de Siegfrieds Tod, elaboran muchas metforas e ideas filosficas, que luego fueron transferidas al resto del Anillo. (Por ejemplo, la "defensa" que Wotan hace de su adulterio, en la escena con su esposa Fricka en Die Walkre -La valquiria-, tiene sus races en un sermn sobre el matrimonio y los conflictivos intereses entre la propiedad y el amor "natural", incluido en Jesus von Nazareth.) De esta manera, cuando en 1851 Wagner perge el libreto de Der junge Siegfried (El joven Siegfried, posteriormente Siegfried) y concibi Das Rheingold (El oro del Rin) y Die Walkre, en ese orden, simplemente estaba expandiendo, paso a paso, la narracin continua de Die Nibelungensage e insertando en ella ideas que haba utilizado en obras previas. Finalmente, habiendo ignorado la advertencia de Devrient y elegido la vertiente mitolgica que mejor le convena, Wagner hubo de ensanchar el mbito del Anillo con el fin de crear una alegora lo suficientemente rica como para acomodarse a su visin del mundo en su totalidad. Pero eso no fue todo. Si en 1852 Wagner haba escrito el Anillo hacia adelante en un sentido y hacia atrs en otro, se dio cuenta de que haba trabajado en l lateral y diagonalmente tambin. Tal como Devrient confiara a su diario el 12 de octubre de 1848, el problema con el concepto original de Wagner sobre el mito de los Nibelungos era que contena "demasiadas digresiones". En otras palabras, narraba la historia del mito con tal profusin de detalles que distraa la atencin del verdadero meollo: la trgica muerte de Sigfrido. Wagner haba administrado a Siegfrieds Tod una sobredosis de carcter pico, y trat de remediarlo escribiendo tres obras que deban preceder a dicha pera, y que se desenvolvan completamente fuera del mito. Pero esto le caus un nuevo problema: si el contraste dinmico entre lo pico y lo dramtico deba ser un ingrediente crucial del Anillo, podra dicho contraste persistir una vez que el ciclo estuviese completo? En Die Walkre apenas si necesitamos que se nos recuerde lo que ya hemos visto en Das Rheingold. Ni Brnnhilde tiene por qu contarnos la historia de Die Wlkure en Der junge Siegfried, especialmente cuando ella insiste en repetirla en Siegfrieds Tod. Habiendo concluido el libreto entero delAnillo, Wagner tuvo que empezar a revisarlo, y lleg a refundirlo en parte. "En este momento trabajo en Der junge Siegfried y estoy prximo a terminarlo", escribi a un amigo el 18 de noviembre de 1852. "Entonces tendr que empezar con Siegfrieds Tod, tarea que me llevar un 40

buen tiempo; dos escenas han sido ntegramente reescritas (la escena de las Nornas y la escena de Brnnhilde con las valquirias -slo Waltraute en la versin definitiva-), y sobre todo el final." La crnica de la refundicin del libreto del Anillo salida de la pluma de autor es demasiado compleja para ser consignada aqu, pero vale la pena resaltar un punto: Wagner intent ajustar los tramos picos y dramticos del Anillo con el fin de que las narraciones sobre acontecimientos pretritos no fueran simples "circunloquios" que interrumpieran la accin inmediata, sino parte de la accin misma. Los crticos poco comprensivos no lo aceptaron con facilidad, y sin duda continuaron (y continan) quejndose de que an subsisten en el Anillo demasiados pasajes en los que "no pasa nada". Pero este enfoque es muy literal. Lo que Wagner hizo cuando alarg y reescribi el Anillo, fue dar sentido a las situaciones picas por el simple recurso de elaborar un relato que en la versin original no pasaba de ser un simple esquema: la historia de Wotan. El Anillo tena ahora dos hroes. Y se adaptaban a la perfeccin al doble epicentro de la estrategia de Wagner. Mientras que la tragedia del cauteloso y depresivo Wotan poda desarrollarse en un nivel que daba la impresin de retardar la accin, la del instintivo e inconsciente Siegfried podra ser relatada en un plano que precipitara la accin. Wotan es perseguido por su pasado; mientras que Siegfried y sus padres (Siegmund y Sieglinde) restan importancia al suyo, viviendo al da y con una ingenua esperanza en el porvenir. Por consiguiente, cada momento del Anillo "ocurre" de una de dos maneras, y a veces de ambas. La diferencia es simple. Wagner nos cuenta la historia de Wotan para que nos enteremos de las consecuencias por anticipado. El fin de los dioses es ya insinuado por Erda en Das Rheingold y explcitamente anunciado por Loge. La historia de Siegfried y sus progenitores, por otra parte, se parece ms a un cuento de aventuras que nos mantiene en vilo porque no estamos seguros de cmo acabar. Slo hasta el instante previo a la muerte de Siegfried, muy cerca del final del ciclo, advertimos lo que le reserva el destino cuando, luego de provocar a Hagen, nos refiere por nica vez su pasado. Aqu, en el punto culminante de las dos tragedias, la de Wotan y la de Siegfried, Wagner cierra la brecha entre ambas. Siegfried despierta de su estado de insensato aventurerismo y se convierte, como Wotan, en un hroe reflexivo, aunque sea fugazmente, antes de morir. Empero, si el Anillo era ahora una fusin audaz de dos tipos de lgica narrativa la dramtica y la pica, ello causaba ms problemas de los que resolva. En primer lugar estaba el problema musical. La msica puede contar una historia directamente; puede reflexionar, rememorar el pasado e insinuar lo que sobrevendr. Mas, puede hacer todo esto al mismo tiempo? Wagner estaba convencido de que s, y tras experimentar durante un largo perodo (y teorizar infinitamente) hall una solucin. El resultado fue su famoso sistema de motivos conductores (Leitmotiv en alemn) y una forma musical novedosa. Lo que hizo, ciertamente no tena precedentes en la pera. En las escenas "demenciales", verbigracia aquellas del Orlando de Hndel o deLucia di Lammermoor de Donizetti, los motivos y la lnea fronteriza entre las formas estticas y dinmicas se confunden alarmantemente, desde luego con toda deliberacin. Pero nadie antes de Wagner haba aplicado dicha estrategia a una obra entera, mucho menos a un ciclo de obras. Para numerosos crticos, Wagner se haba vuelto literalmente loco: nada de melodas, nada de 41

arias, nada de grupos vocales ni de finales decentes. A pesar de todo, la cosa tena sentido. Al difuminar los lmites entre las formas mediante una sutil tcnica de elisin y superposicin, Wagner logr que sus motivos reverberasen de una parte del ciclo a la siguiente, al tiempo que se anclaban con firmeza en el presente. El constante desplazamiento entre los momentos aparentemente remotos y rituales que salpican la accin y su drama inmediato haba encontrado su perfecta contrapartida musical. El otro problema era la conclusin. Naturalmente, si Wagner pretenda que percibiramos el final por adelantado, y si al mismo tiempo quera mantener el suspenso al respecto, cmo deba tratar el final cuando le tocara ocuparse de l? Este asunto lo sigui preocupando incluso despus de haber terminado la obra. ("[Richard] ech una mirada a la conclusin del Gtterdmmerung", escribi Cosima en su diario, "y exclam que jams se volvera a meter en nada tan complicado.") Su primera tentativa con el final, en 1848, haba ostentado mucha autoconfianza. Brnnhilde declaraba que Wotan era todopoderoso e inmortal. Ataviada con su yelmo y su brillante armadura, surcaba entonces el aire sobre su caballo llevando consigo al resucitado Siegfried. Siegfried se reconciliaba con Wotan y la sociedad se curaba de sus males. Sin embargo, despus de hacer de Siegfrieds Tod una tetraloga, en 1851-52, y de transformar a Wotan de una figura meramente simblica en un protagonista principal del drama, Wagner dej que Brnnhilde proclamase la ruina de los dioses, es decir, lo opuesto a lo que dijera en la primera versin. Con un tono que da la impresin de que hubiera terminado de leer a Feuerbach instantes atrs (y tambin el ms temprano bosquejo de Wagner sobre Jesus von Nazareth), ella anuncia que el "amor"(Liebe) es el antagonista directo de la "ley" (Gesetz). Desde el principio, este ha sido el quid del dilema de Wotan: para vencer la frustracin de su amor por la humanidad, ha debido romper sus propias leyes. Al hacerlo, se ha dado cuenta que el poder basado en la "ley" puede no conllevar ninguna fuerza moral. Pero la sociedad es purificada por su destruccin, y la libertad y el orden sern restaurados. Si Alberich reneg del amor en aras del poder, al inicio del ciclo, Brnnhilde completa el crculo en su final, anunciando que el poder ha sido disuelto para mayor gloria del amor. Mas la simetra de la versin revisada tampoco satisfizo a Wagner. En 1856 rehizo el final nuevamente, esta vez de acuerdo con el espritu de Schopenhauer y Buda. El mundo es ilusin; no puede ser salvado por la "voluntad", la cual, enfrentada a la inmoralidad de la naturaleza, slo es capaz de aniquilar los valores que ella misma ha creado. La esperanza existe slo para aquellos que renuncian al deseo y a la ilusin. La totalidad del universo del Anillo fue concebida para mostrar que slo poda terminar con la renuncia absoluta al amor. Cosima anot en su diario que los dilogos del final segn Schopenhauer/Buda eran "artificiales" y que, como poda esperarse, Wagner los repudiaba (aunque posiblemente no en su espritu). Al final, el compositor se inclin por la simetra de la versin a lo Feuerbach, aunque esta decisin tuvo menos que ver con la filosofa que con la msica. Lo ms evidente del remate sinfnico del Anillo es que se trata de una vasta recapitulacin. Motivos relevantes, cadencias, tonalidades, 42

fragmentos de formas y hasta detalles de orquestacin regresan para resumir esta gran parbola de la existencia humana. Es una conclusin pica en la acepcin neta del trmino. Wagner cierra con msica pura el crculo de la tragedia doble de Wotan y Siegfried. La lgica ceremonial, el sentido de un final que era inevitable desde el principio, triunfa por sobre el movimiento cronolgico. El tiempo se congela en una imagen espacial y se satura de lo que Walter Benjamin llam "la desconsolada crnica de la historia del mundo". Pero, en manos de Wagner, el triunfo del ritual implica tambin un posible triunfo de la humanidad. La semblanza del movimiento circular en la msica se convierte en una alegora de la rueda de la historia, que nunca cesa de girar. Wagner introdujo asimismo un motivo que se haba dejado or slo una vez con anterioridad. l lo llam "La glorificacin de Brnnhilde" (no "La redencin por el amor") y lo desarroll en el ltimo minuto en forma tan inesperada que, cuando aparece, sigue resonando ms all de la conclusin. El motivo es "reanudado por la totalidad (Gesamheit)", por la que Wagner entenda no slo el silencioso coro en escena, sino tambin el pblico y quizs incluso el mundo entero. De cualquier manera, cuando interpretamos esta grandiosa lectura, es difcil negar que la culminacin del Anillo bien pudiera haber sido prevista como un manifiesto musical ad spectatores que subvierte, despus de todo, la sensacin de final fatalista. Es casi como si Wagner nos incitara a romper el crculo de la historia. Si lo hacemos, parecera decirnos, habr todava un tenue rayo de esperanza.

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