Censo de 1876

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POBLACIN Y ETNICIDAD EN EL PER REPUBLICANO (siglo XIX) Algunas revisiones*

Paul Gootenberg**
Documento de Trabajo N 71

*Agradezco al American Council of Learned Societies y al Social Science Research Council, por el apoyo brindado a la investigacin, y a Brooke Larson, Rory Miller, Noble David Cook y los tres lectores annimos del LARR, por sus muy constructivas crticas. **State University of New York, Stony Brook.

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Documento de Trabajo N 71 Serie: Historia N 14

IEP Ediciones Horacio Urteaga 694, Lima 11 Telf. 432-3070 / 424-4856 Fax [511] 432-4981 Impreso en el Per Octubre 1995 ISSN 1022-0356 ISSN 1022-0402

GOOTENBERG, Paul Poblacin y etnicidad en el Per republicano (siglo XIX): algunas revisiones. -Lima: IEP, 1995.-- (Documento de Trabajo, 71. Serie Historia, 14) POBLACIN/ETNICIDAD/CENSOS DE POBLACIN/CAMBIO SOCIAL/SIGLO XVIII/SIGLO XIX/DEMOGRAFA/CENSOS DE POBLACIN 1790-1876/ESTADSTICAS DEMOGRFICAS/HISTORIA/PER/ WD/01.04.03/H/14

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NDICE

CENSOS PERUANOS, 1790-1876 EL CENSO PERDIDO DE 1827 LA POBLACION PERUANA EN 1827 EL PERU INDIO PERIODIZACION Y CAMBIO SOCIAL CONCLUSIONES BIBLIOGRAFIA

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TODAS LAS CIFRAS sobre la composicin demogrfica del Per republicano hasta 1876 estn equivocadas; tal es el nico punto en el cual todos los historiadores pueden coincidir. Los gobiernos peruanos no tuvieron ni la capacidad, ni la voluntad de montar censos detallados de sus dispersos y elusivos sbditos andinos. Entre el tardo censo virreinal de 1790 (que dio una poblacin de 1,076,000) y el primer esfuerzo moderno de 1876 (que arroj la cifra de 2,699,000) se encuentra un siglo de tierra de nadie demogrfica, a pesar de los censos parciales de 1812, 1836, 1850 y 1862. Desafortunadamente, los historiadores no pueden retroceder en el tiempo y rehacer los conteos perdidos o mal administrados por sucesivos gobiernos, aunque es cierto que este milagro aparentemente ha sido realizado para los ms antiguos perodos incaico y de la conquista.1 Actualmente, lo ms que los investigadores pueden hacer es desembrollar las confusiones presentes en los documentos censales existentes, y presentar nuevas evidencias acerca de sus virtudes y defectos. Este artculo tratar dos puntos: uno de ellos cuantitativo; el otro, repleto de implicancias sociales mayores. En primer lugar, mis investigaciones descubrieron un censo an no usado que data de 1827 (el primero en la repblica), que puede llenar el gran vaco entre la poblacin colonial tarda y la de la era del guano. Estos nuevos datos arrojan una poblacin posterior a la independencia de alrededor de milln y medio, una cifra mayor de la que antes se pensaba, y que puede reemplazar el espurio censo republicano de 1836. Esta nueva estadstica es preliminar, pero an as revela unas tasas de crecimiento demogrfico realistas y robustas durante estos aos de transformaciones.

1. Vase Noble David Cook, Demographic Collapse: Indian Peru, 1520-1620 (Cambridge: Cambridge University Press, 1981). Este trabajo es una combinacin ejemplar de la historia demogrfica y la historia social. Para dos trabajos que intentan desentraar este problema puede consultarse David Browning y David Robinson, The Origin and Comparability of Peruvian Population Data, 1776-1815, en Bulletin of the Society for Latin American Studies 25 (nov. 1976): 19-37, y Rory Miller, The Population Problem in Nineteenth-Century Lima, manuscrito, Amsterdam 1988.

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En segundo lugar, esta informacin ser asimismo empleada para reestimar la composicin india de la poblacin peruana, y analizar los paradjicos desarrollos tnicos del siglo diecinueve. Esta investigacin especficamente revisa el decisivo trabajo de George Kubler acerca del fenmeno de la persistencia indgena en el Per republicano, y la tesis segn la cual las mayoras nativas en realidad crecieron con posterioridad al colonialismo. Queda ya claro que el Per exhibi mayores continuidades y estabilidades sociales de lo hasta ahora supuesto. Estos hallazgos, y el examen de las investigaciones recientes sobre las comunidades indgenas, sugieren una nueva periodizacin e interpretacin del largo camino seguido por el Per hacia el mestizaje moderno. Esta parte de la historia no solamente es preliminar, sino tambin especulativa.

CENSOS PERUANOS, 1790-1876

Segn criterios modernos, el Per no logr realizar un genuino censo nacional sino hasta medio siglo despus de la independencia, en 1876. Incluso los estadsticos y funcionarios de ese entonces recelaban de los estimados demogrficos contemporneos. Personas como Manuel Anastasio Fuentes y Mateo Paz Soldn, encargadas de realizar censos, armaron una industria casera de crtica a todas las cifras existentes, las suyas inclusive. Sin embargo, sus dudas debern ser ponderadas en otro lugar.2 El axioma sugiere que todas las cifras de poblacin eran bajas, resultando difcil saber con qu margen de consistencia. La mayora de los censos eran en realidad registros fiscales reactivados que registraban los tributos indgenas y de castas, con todos los encubrimientos y fugas que mtodos tales naturalmente producan en las fludas clases subalternas peruanas (los menos confiables de todos eran las cuentas emprendidas antes de las campaas de reclutamiento). An hoy, la difcil geografa social peruana desafa a los encuestadores, no siendo por ello difcil imaginar los obstculos para los tempranos regmenes republicanos, enfrentados como estaban a la guerra civil, la vacilante burocracia y las primitivas comunicaciones. Los mtodos muestrales y estadsticos eran aleatorios, por decir lo menos. En lugar de informacin nueva, los fun-

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2. El mejor compendio de la informacin censal y sus crticas contemporneas es el que Francisco Pini Rodolfi hiciese para el Centro de Estudios de Poblacin y Desarrollo, La poblacin del Per a lo largo de un siglo, 1785-1884, en Informe demogrfico del Per, 1970 (Lima: CEPD, 1972), 19-25; vase tambin la introduccin, Aspectos histricos, un esfuerzo colectivo ayudado por Jorge Basadre, 3-18. Para ejemplos de las crticas vanse Mateo F. Paz Soldn, Diccionario geogrfico-estadstico del Per (Lima: Imp. del Estado, 1878), xx-xxv, 522-27, 716-40; Mateo Paz Soldn, Geografa del Per (Pars: Ermin Didot, 1862), 154-56, 438; Manuel Atanasio Fuentes, Estadstica general de Lima (Lima: Tip. Nacional, 1858), 40-43; y M.A. Fuentes, Resumen del censo general de habitantes del Per hecho en 1876 (Lima: Imp. del Estado, 1878), 1, prlogo.

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cionarios por lo general proyectaban las cifras de censos pasados a fechas mucho ms tardas. As, no es raro encontrar poblados o provincias que exhiben una notable estabilidad demogrfica (un cambio nulo entre, digamos, 1790 y 1850), o el renacimiento de famosas tcnicas matemticas incaicas (nmeros increblemente redondos como 100,000, por ejemplo). Resulta ms fcil indicar cules son los estimados demogrficos menos confiables del Per republicano, que confirmar cules son los ms exactos. El Cuadro 1 compara los resultados de los cinco principales censos nacionales realizados entre 1791 y 1876, ordenados en lo posible segn las primeras unidades polticas republicanas. El censo de 1791, llevado a cabo por el virrey Gil de Taboada, fue un examen eclesistico actualizado y vuelto a publicar en sucesivas gacetas en la dcada de 1790. Los estimados iniciales por parroquia arrojaron un total de 1,076,997 peruanos, contando unos 609,000 indios, 244,000 mestizos, 136,000 blancos, 41,000 pardos y 40,000 esclavos negros (quienes fueron enumerados deben haber sospechado que nuevos impuestos borbnicos estaban en camino). Debido al principal defecto de su lenta compilacin en dos partes, un reciente estudio se refiri a l como los censos de aproximadamente 1785-91 y 1791-96.3 La cifra ms alta de la serie, publicada en la Gua del Per de 1797, fue de 1,208,723. Una gran laguna, adems de la previsible subnumeracin de los nativos de la amazona, fue la omisin de la densamente poblada zona indgena de Puno, anexada en el momento del censo a la audiencia del Alto Per. Para 1797 apareci la placentera cifra de 156,000 para Puno, que al ser aadida al censo de 1791 (conjuntamente con 6,200 habitantes para el norte de Jan) produjo la poblacin de 1,239,197 citada en el cuadro 1.

3. H. Unnue, Gua poltica, eclesistica y militar del Virreynato del Per para el ao de 1793 (Lima: Sociedad Acadmica de Amantes del Pas, 1793), 115, y las ediciones hasta 1797; la informacin asimismo publicada en varios nmeros del Mercurio Peruano de Historia, Literatura y Noticias Pblicas (1791-1795), y Poblacin del Per a lo largo de un siglo, 20-27. Vase tambin Alberto Arca Parr, Sinopsis histrica de los censos en el Per, en Per, Direccin Nacional de Estadstica y Censos, Censo nacional de poblacin y ocupacin, 1940 (Lima: DINEC, 1944), 1, prlogo. Para Puno, varias fuentes citan una poblacin de 100,000 personas en la dcada de 1790 (e.g. la Gua de 1797). Prefiero la figura ms realista de 156,000 citada por J.G. Paredes en el Calendario y gua de forasteros de Lima para el ao de 1828 (Lima: J.M. Concha, 1828), 5. En algunos trabajos se cita una poblacin mnimamente distinta de 1,249,723 (incluyendo a Puno), pero no queda claro en dnde se origin. Se pueden encontrar los datos sobre las castas en George Kubler, The Indian Caste of Peru, 1795-1940: A Population Study Based upon Tax Records and Census Reports (Washington, D.C.: Smithsonian Institution, 1952), Institute of Social Anthropology Publication no. 14, 30-33, t. 9.

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Cuadro 1 (continuacin) 1876 (Slo departam.)

Provincia Andahuaylas Subtotales Ayacucho Huancavelica Angaraes Castrovirreyna Tayacaja Subtotales Huancavelica Totales departamentales Arequipa (Moquegua)b Arequipa Caman Condesuyos Caylloma Otros Moquegua Arica/Tacna Tarapac

1791 12,020 111,559 3,245 5,146 9,365 13,161 30,917 142,476

1836

1850 19,184 130,070

1862 51,701 236,577 22,835 26,240 18,761 40,802 108,638

159,608

17,301 17,318 14,348 27,151 76,118

103,069 (Huancavelica)

206,188 345,215a

245,284a

37,721 10,052 20,145 13,905 28,279 18,776


a

63,816 53,334 11,270 21,170 23,446 15,659a 12,063 12,448a 18,887 37,944a

157,046 (Arequipa)

32,380 18,642 7,923 10,418 Totales departamentales 136,801 136,812 196,801 Total nacional

28,785 29,209 (Moquegua) 36,009 (Tacna) 33,815a 38,225 17,239 (Tarapac) 260,065 214,939 2,699,106

1,239,197 1,373,736 2,001,123 2,461,936

Fuentes: Ver texto y sus notas para discusin. Una fuente secundaria comprehensiva es CEPD, Poblacin del Per a lo largo de un siglo, 19-125. Ver CEPD para conteos diferentes (bajo el mismo censo) de poblacin agregada. Para 1791, el autor rectific con agregados de Puno y Jan. Para 1836, ver la cuenta del almanaque de 1847. Para 1850, ver el censo oficial rectificado. Para 1862, se us la cuenta del almanaque de 1863.
a Reclculos del autor de acuerdo a los cambios en los lmites provinciales. Debido a lo incierto de algunos lmites, no todas las columnas pueden ser sumadas. Los subtotales y totales departamentales son datos ms certeros y han sido usados para estimar el total nacional. b Tarma de fines de la colonia incluye departamentos subsecuentes de Junn, Ancash, Hunuco. Ayacucho de fines de la colonia (Huamanga) incluye departamentos subsecuentes de Ayacucho y Huancavelica. Arequipa de fines de la colonia incluye departamentos subsecuentes de Arequipa y Moquegua. Trujillo de fines de la colonia incluye La Libertad y Piura. c Incluye otras demarcaciones [shifting] y menores d Los estimados de fines de la colonia varan de 100,000 a 156,000; hasta 1796 Puno fue parte del virreinato del Alto Per; el total de 1797 es 156,000. e El total del censo de 1832 fue 232,774.

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El virrey Gil critic el censo en su Memoria de 1797, calculando una poblacin ms cercana a 1,300,000; Tadeo Haenke pensaba que 1,200,000 era el clculo ms realista.4 Un muy reciente estudio crtico de Browning y Robinson examin la base de datos de los censos imperiales. Aunque es indudable que s hubo un conteo, todos sus agregados (en especial el as llamado censo imperial de 1812) eran compilaciones y extrapolaciones ficticias, no aptas para un anlisis serio.5 Aun as, el esfuerzo realizado en 1791 por la mayor autoridad virreinal fue claramente superior a los que le siguieron (la cual es tal vez la razn por la cual sus cifras aparecen bien entrado el perodo republicano). Y hasta que los historiadores produzcan el nuevo agregado archivstico necesario, este censo deber servir como la indispensable base colonial para el estudio del siglo diecinueve. El siguiente censo supuestamente tuvo lugar en 1836, dando como resultado un total republicano de 1,373,736 durante la depresin y las luchas armadas de la era del caudillismo peruano. Esta vez los funcionarios no registraron distinciones tnicas, debido (es de suponer) a sus nuevos ideales de una sociedad libre de castas. Segn este censo, la poblacin apenas si haba crecido en 10.9 por ciento en cuarenticinco aos. Destinado a ser repetido durante la siguiente dcada y media, este censo apareci por vez primera en la Gua de forasteros de 1837, sin dar razn alguna de su metodologa o incluso de los recuentos mismos. La Gua crpticamente lo etiquet como la [Poblacin de los departamentos y provincias litorales segn las matrculas activadas hasta 1836, y otros datos] 6. En esencia, este supuesto censo no fue otra cosa que una lectura de los registros fiscales del Norte Peruano, en algn momento entre 1826 y 1836. Para los departamentos de Lima, La Libertad, Junn, Huaylas y la Amazona, la poblacin total enumerada es de 669,658, un incremento del 15 por ciento con respecto a las cifras correspondientes a esta regin en la dcada de 1790. Pero incluso para el norte, la cifra correspondiente a Trujillo fue tomada directamente de los informes de 1791, mientras que los habitantes de la tropical Maynas haban desaparecido

4. Vase Memorias de los virreyes que han gobernado el Per, compiladas por Manuel A. Fuentes (Lima: F. Bailly, 1859), 4: 76, y Tadeo Haenke, Descripcin del Per (Lima: El Lucero, 1901), 90. Esta ltima cifra ha sido atribuida al Inspector General Escobedo. 5. Browning y Robinson, Origins and comparability of Peruvian Data. Esta crtica detallada del censo de 1791 pide un agregado mejorado en base a investigaciones de archivo, aunque la mayora de las dificultades (adems de que algunas de las encuestas daten de la dcada de 1780) se encuentran en actualizaciones posteriores, como el as llamado censo de 1812. Una crtica archivstica mucho ms detallada (pero poco concluyente) es la disertacin (de 1965) de Gunter Vollmer, analizada en Nicols Snchez Albornoz, The Population of Latin America: A History (Berkeley y Los Angeles: University of California Press, 1974), 109-10. 6. Vase J.G. Paredes, Calendario y gua de forasteros de Lima, para el ao de 1837 (Lima: J. Masas, 1836), 14-15, 5, y Eduardo Carrasco, Calendario y gua de forasteros de la repblica peruana para el ao de 1847 (Lima: Imp. Instruccin Primaria, 1846), 5 y encuestas provinciales. Estas cifras siguieron siendo publicadas hasta el almanaque de 1851.

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por completo. Para el sur los departamentos de Cuzco, Puno, Ayacucho y Arequipa, este informe no fue un censo en absoluto: a partir de las guas subsiguientes, la cifra de 668,802 fue reconocidamente tomada en prstamo directamente del censo de 1795. Los escpticos tal vez perciban una oportuna poltica en estos estimados iguales para las dos celosas partes de la Confederacin Per-Boliviana (1836-1838). Los funcionarios incluso ignoraron un censo cuzqueo publicado en 1832, que elevaba la poblacin de la regin desde la dcada de 1790, a 232,774. Kubler sugiere que Llamarlo un censo es dignificarlo otorgndole un ttulo inmerecido. Sin embargo, l y otros continan citando las cifras de 1836 cono si fuesen un hecho.7 El censo mejor documentado de 1850, que arroj una poblacin de 2,001,123, fue realizado al iniciarse el auge guanero peruano, y consolidarse el estado limeo. Con un incremento de 627,387 habitantes, de tomarse seriamente a 1836 como ao base, la poblacin habra subido un 45.7 por ciento en slo catorce aos. Ms verosmil es que la expansin de sesenta por ciento fuese desde la tarda colonia. Realizado por el Consejo Supremo de Estadstica bajo Buenaventura Seoane (1848), este censo apareci en dos versiones. El primero, que no tuvo en cuenta a extranjeros, esclavos y las matrculas nuevas, lleg a 1,887,840. Sin embargo, este total fue apresuradamente rectificado en mayo de 1850 hasta alcanzar la marca de los dos millones por el Ministerio de Guerra, ansioso por incrementar el reclutamiento militar.8 Uno se pregunta si este celo pudo compensar el tpico sesgo hacia abajo de las cuentas peruanas. Algunos historiadores datan los registros fiscales utilizados, en fecha tan temprana como 1826; es ms probable que los funcionarios tabulasen una nueva cifra a partir de las matrculas de 1845-1850. Sin embargo, ninguna de las juntas estadsticas provinciales decretadas lleg a reunirse, y no se proporcionaron datos desagregados por grupo tnico. A pesar de sus obvios defectos, el estimado de 1850 sigue ofreciendo el mejor vistazo posible de la demografa antes del impacto social de la era del guano.

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7. Kubler tabul todos los datos de los almanaques en Indian Caste of Peru. Para otras crticas vase La poblacin del Per a lo largo de un siglo, 30-33, pero tambin los cuadros provincianos (62-81) y la errnea pretensin de superioridad con respecto a 1828, 53. Vase P.C. Flores, Gua de forasteros del Departamento del Cuzco para el ao de 1833 (Cuzco: Imp. Pblica, 1834), 3-4, 26- 45. Para un ejemplo de uso contnuo del censo de 1836, vase Javier Tantalen A., Poltica econmico-financiera y la formacin del estado: siglo xix (Lima: Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participacin, 1983), 66, 285. 8. Censo rectificado de 1850, El Peruano (Lima), 25 de abril, 4 de mayo de 1850; E Carrasco, Calendario y gua de forasteros de la Repblica Peruana para el ao de 1852 (Lima: Imp. Instruccin Primaria, 1851), 29. Vase tambin Kubler, Indian Caste of Peru, 34, c. 7. Para el mejor desagregado (con fechas verosmiles para las matrculas) vase La poblacin del Per a lo largo de un siglo, 52; para crticas vase Paz Soldn, Diccionario geogrfico, xxi-xxii.

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El censo de 1862, programado para un padrn electoral revisado, encontr una poblacin de 2,461,936 habitantes.9 El incremento represent un alza del 23 por ciento con respecto a 1850, una tasa galopante considerando los informes de epidemias devastadoras de tifoidea, clera y difteria en la sierra a fines de la dcada de 1850. Para ese entonces, en pleno clmax de la prosperidad exportadora, la poblacin peruana haba duplicado el total colonial. Se trat de un censo real, aunque apresurado, como lo evidencian las detalladas cifras desagregadas a nivel provincial por sexo y edad (pero con mujeres y nios, significativamente agrupados juntos). Hubo muchas crticas contemporneas, como la de Paz Soldn, que ridiculizaba su pobre organizacin y obvios errores (utilizando tasas de error supuestas, l ofreca una alternativa de 4,000,000 de almas, sin duda una estimacin alta).10 Ello no obstante, este censo marc un nuevo punto de partida para las estadsticas peruanas. Uno expuesto a crticas, por ser el primero que reemplazaba los registros fiscales tradicionales y parroquiales con tcnicas de encuesta directa. Las conclusiones del censo de 1862 encajan bien con las tendencias del siglo diecinueve. El primer censo peruano moderno, que detallaba sus preparativos y procedimientos, fue realizado en 1876, momento en el cual el boom guanero estaba colapsando y el Per se encaminaba a su aplastante derrota con Chile. Dirigido por el estadstico francs Georges Marchand, y compilado y publicado por el experimentado M.A. Fuentes, el censo moviliz un pequeo ejrcito de funcionarios que por vez primera recogi minuciosos datos laborales, sociales y regionales. Esta informacin revela, por ejemplo, la profunda diversidad de las estructuras sociales regionales peruanas: que 1,554,678 de 2,699,106 peruanos eran considerados indios; que slo el 15 por ciento de la poblacin vivia en pueblos (incluyendo la mayora de los 498 israelitas peruanos confesos); y que las cuatro mil cuatrocientas haciendas del pas eran el hogar de un cuarto de la poblacin rural. Aunque entonces y ahora el total arrojado por el censo de 2.7 millones de peruanos quedaba expuesto a cuestionamientos, sigue siendo considerado un esfuerzo riguroso por la extensa literatura crtica moderna. Los datos ms dbiles son los referidos a ciertas estadsticas provinciales, y a tems sociales como la ocupa-

9. Para diversos cuadros, totales y crticas vase La poblacin del Per a lo largo de un siglo, 42-50. Para las epidemias serranas de los aos de la dcada de 1850 vase Pablo Macera, Las plantaciones azucareras andinas (1821-1875), en Trabajos de Historia, editados por Macera (Lima: Instituto Nacional de Cultura, 1977), 4: 195-96, e informacin censal, 4: 277-294. 10. Mateo Paz Soldn, Compendio de geografa, matemtica, fsica y poltica (Pars: E. Didot, 1863), 2: 454-55; Manuel Atanasio Fuentes, Estadstica general de Lima, 2a. ed. (Pars: Laine et Harvard, 1866), 41-43, e Hildebrando Fuentes, Curso de estadistica (Lima: Imp. La Revista, 1907), 311.

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cin y el alfabetismo.11 Ms alarmante que las imperfecciones de este censo fue el hecho que el siguiente censo nacional no fuese realizado sino hasta 1940, tres cuartos de siglo ms tarde. Este hiato ha dejado un enorme vaco para el estudio de la aparicin del Per moderno. Hasta ahora, solamente un estudio ha intentado revisar la historia demogrfica del siglo diecinueve, el pionero The Indian Caste of Peru, 17951940, del antroplogo George Kubler*. En base a una cuidadosa reconstruccin archivstica de 164 matrculas tributarias, Kubler y su equipo trabajaron durante aos desembrollando los patrones regionales tnicos del diecinueve. Concentrndose en la poblacin nativa, este estudio de 1952 no buscaba nuevos estimados poblacionales agregados. Mas al combinar registros y datos censales inditos (los de 1836 y 1850 inclusive), ste cubra una poblacin nacional de 1,110,150 durante el amplio lapso 1826-1854", para usarla en el anlisis del cambio tnico.12 Kubler asimismo public su base de datos de registros fiscales originales, una evidencia crtica para todo historiador. El hallazgo central de Kubler fue que las mayoras indgenas peruanas en realidad llegaron a su punto ms alto en el perodo posterior a la independencia. Un 59.3 por ciento (651,993) de la sociedad republicana era india; una cifra por encima del 57.6 por ciento de 1795, y su cada a 54.8 por ciento en 1876, cuando se hizo evidente la senda moderna hacia el mestizaje. Pero dada la vaga periodizacin de 1826-1854, la importante tesis de la indianizacin permanece abierta. Cundo y cmo se inici esta tendencia, y hasta dnde lleg antes de ser revertida? Estos puntos sern tocados a continuacin, al reevaluar las cifras de Kubler. En suma, aunque ningn historiador puede garantizar la veracidad de censo peruano alguno, hay algunos que parecen ser mejores que otros. En

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11. Vase Per, Direccin de Estadstica, Censo general de la Repblica del Per formado en 1876 (Lima: Imp. del Estado, 1878), 7 vols.; para una autocrtica vase el prlogo de M.A. fuentes al Resumen del censo. Para una evaluacin profesional vase Arca Parr, Sinopsis histrica de censos, xxxi-xxxiii, o Alida Daz, El censo general de 1876 en el Per (Lima: Seminario de Historia Rural Andina, 1974). Para algunos usos bastante recientes vanse Clifford T. Smith, Patterns of Urban and Regional Development in Peru on the Eve of the Pacific War, en Region and Class in Modern Peruvian History, editado por Rory Miller (Liverpool: Institute of Latin American Studies, Universidad de Liverpool, 1987), monografa no. 14, 77-102, u H. Pinto y A. Goicochea, Ocupaciones en el Per, 1876 (Lima: Universidad de San Marcos, 1977), 4 vols. 12. Kubler, Indian Caste of Peru, c. 9 y passsim; para mis modificaciones vase la discusin sobre el Per indio. *En 1989, cuando escrib este trabajo, ya haba sido publicado el fino ensayo de correccin de datos de Bruno Lesevic, La recuperacin demogrfica en el Per durante el siglo XIX (Lima: INANDEP, 1986), el que misteriosamente extravi en mi primera revisin bibliogrfica. Su anlisis habra reforzado muchas de las conclusiones encontradas aqu.

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general, el de 1791 sigue siendo una base indispensable, y el de 1876 el ms confiable de todos. Para bien y para mal, ambos son totales hechos a ojo de buen cubero. Los accidentados censos de 1850 y 1862 pueden por lo menos servir para sugerir una tasa de cambio mnima. Aunque sigue siendo empleado por los historiadores, el censo de 1836 no tiene valor alguno. Sus distorsiones quedan dramatizadas por el simple clculo de las tasas anuales de crecimiento demogrfico compuesto (vase el cuadro 2).13 De 1791 a 1836 el crecimiento parece haber sido en verdad modesto, de 0.23 por ciento, una tasa de 23 por 1000 o nula, de tomarse para 1795 el estimado alto del virrey. Luego, en el breve lapso entre 1836 y 1850, la tasa de crecimiento supuestamente salt a 2.73 por ciento anual: una aceleracin de diez veces slo comparable con las peores explosiones demogrficas de mediados del siglo veinte en el Tercer Mundo. No existe razn alguna para creer que el crecimiento peruano se detuvo durante la colonia tarda y la repblica temprana; no se encuentra, por ejemplo, informe alguno de epidemias devastadoras. Tampoco existe explicacin alguna que encaje con un fenomenal estallido de fecundidad entre 1836 y 1850, en el pico ms alto de la era del caudillismo peruano. Para contrastes a largo plazo debe tenerse en cuenta que el avance demogrfico anual peruano entre 1791 y 1850 fue de 0.82 por ciento, y de 0.92 por ciento para las nueve dcadas completas (1791-1876). Estas tasas son razonables y consistentes para sociedades agrarias boyantes como el Per, despus de la recuperacin demogrfica de
Cuadro 2 Tasas demogrficas no revisadas, 1791-1876 Aos Crecimiento (%) 10.9 45.7 61.5 98.7 34.9 117.8 Lapso de tiempo (aos) 45 14 59 71 26 85 Tasa anual (%) 0.23 2.73 0.82 0.97 1.03 0.92

1791-1836 1836-1850 1791-1850 1791-1862 1850-1876 1791-1876

Fuentes: Clculos del autor del cuadro 1; tasa anual determinada por la frmula de inters compuesto. Comparar con las revisiones mostradas en el cuadro 5.

13. La frmula es r igual al nmero raz cuadrada de los aos de pop1/pop0 menos 1. Estas tasas difieren ligeramente de aquellas en Aspectos histricos, Informe Demogrfico del Per, 1970, 12, debido a que 1791, mi ao base (que incluye a Puno), es ms elevado. La tasa es de 1.31 por ciento incluso para el perodo 1876-1940. Es poco probable que la histrica tasa estable de 1 por ciento sea una distorsin estadstica (incluso representando incrementos anuales de 1 por ciento en la eficacia de los censos). La metodologa seguida en el censo de 1850 obviamente no super en un 60 por ciento a la de 1791. La base biolgica, cultural y de recursos del consistente registro peruano ser explorada a su debido tiempo.

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mediados del siglo dieciocho. As, la cifra de 1836 no slo es esprea sino excesivamente baja. El gran misterio, entonces, es la laguna entre 1790 y 1850, seis dcadas parejamente divididas entre colonia y nacin, y una era de importantes cambios en el comportamiento demogrfico de buena parte de Amrica Latina. En el siglo diecinueve el crecimiento demogrfico o con mayor frecuencia la despoblacin o falta de brazos incluso tena tonos polticos especficos. Como observ un republicano en 1826, Si la poblacin hubiese permanecido estacionaria o incluso disminuido, sera sta la prueba ms flagrante del carcter homicida del gobierno que nos rigi hasta la independencia.14 Qu rgimen caus el lento crecimiento observado hasta 1836? Las nuevas evidencias no culpan a ninguno de ellos.

EL CENSO PERDIDO DE 1827

Los historiadores tal vez sospecharon que el Per s intent realizar un censo nacional en 1827. Las pistas abundan en informes censales posteriores, o en referencias contemporneas, aunque cripticas, a un censo de La Mar.15 An ms sorprendentes son la accesibilidad, la gama y riqueza de los datos sobrevivientes. Publicados provincia por provincia en la gazeta oficial La Prensa Peruana y otros diarios, entre 1827 y 1829, contamos con no menos de treinta y cuatro exmenes detallados para las cincuentisiete provincias peruanas de 1827. Fragmentos de estos datos han sido ya publicados incluso en obras mayores de historia demogrfica, pero sin que se tomase consciencia de todo su potencial.16 Jams sumados despus de recogidos, estas cuen-

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14. Paredes, Gua de Lima en 1828, 5-6. La obsesiva preocupacin demogrfica con la falta de brazos qued epitomizada por Juan de Arona en La inmigracin en el Per, de P.P. Soldn y Unnue (Lima: Imp. Universo, 1891). Dado el robusto crecimiento natural de la poblacin peruana, las quejas que la lite del diecinueve haca por la despoblacin parecen haber sido altamente ideolgicas. El problema subyacente era la disponibilidad de mano de obra (no india) explotable, como lo sostienen Macera en Plantaciones azucareras, 6891, entre otros. 15. Vase Paredes, Gua de Lima en 1828, 5 (y la edicin de 1837); Jos de Larrea y Loredo, Bases para la estadstica del Per (1826), en Tierra y poblacin en el Per (ss. xviiixix), compilado por Pablo Macera (Lima: Seminario de Historia Rural Andina, 1972), 3: 525-55 (originalmente publicada en La Prensa Peruana, Lima, 1826). Vase tambin Prensa Peruana, 3 mar. de 1828, y otras fuentes (Memoria de Hacienda). Aspectos histricos" describe los esfuerzos de Larrea sin citar fuentes, pero simplemente considera al censo como fracasado e indito (p. 11). Sin embargo, sus datos de algn modo llegaron a la famosa coleccin censal francesa de Coquebert de Montbert. Ocasionalmente incluso se citan agregados de un censo de La Mar, como en la Sinopsis histrica de Arca Parr. Pero la cifra de 1,249,728 en realidad representa un comn estimado de 1791 que inclua a Puno. 16. Es de destacar que Macera publicase veintinueve de los documentos en su Tierra poblacin de 1972 (3: 557-623), junto con matrculas posteriores procedentes de los archi-

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tas cubren a 914,176 peruanos, aproximadamente tres cuartas partes de la poblacin reconocida en el perodo colonial tardo. Las treintaicuatro estandarizadas y detalladas Estadsticas enumeran las categoras tnicas (indgenas, castas y esclavos) y brindan ingresos estimados por grupos por provincia una proeza no intentada en 1876.17 As, estos datos pueden formar la base para estudios de distribucin regional y tnica, si es que no un estimado del producto nacional total en 1827. Por ejemplo, con el clculo ms tosco, el ingreso peruano per cpita en 1827 era un verosmil 30.4 pesos corrientes (con un promedio de 22.8 pesos par los indgenas y uno de 45.5 para los no indgenas).18 Aun ms importante para el presente estudio es que la serie definitivamente prueba la falsedad del censo de 1836. Todas las estadsticas departamentales norteas existan ya una dcada antes (el censo de 1836 simplemente copi las cifras de 1827), y la

vos. Snchez Albornoz reprodujo veinte de stas en The Population of Latin America, p. 111, c. 4.3. Ninguno de los dos investigadores intent compilar o analizar el material como un censo viable. 17. Esta base de datos proporciona el 59 por ciento de la poblacin de 1827 abajo presentada. Dado que la amplitud de las colecciones de diarios peruanos es variable (la mejor est en la Sterling Library, de Yale), las fuentes de Estadstica aqu enumeradas estn dispuestas por orden de aparicin en la gazeta oficial peruana La Prensa Peruana (PP), o copias en El Telgrafo de Lima (TL). Para el departamento de Lima: Canta (PP, 1 Ag. 1827); Lima (PP, 13 Ag. 1828); Chancay (PP, 4 Sept. 1828); Caete (TL, 25 Ag. 1828); Huarochir (TL, 16 Oct. 1828); Yauyos (PP, 29 Abril 1828) y Santa (TL, 1 Ag. 1828). Para Junn: Pasco (PP, 26 Ag. 1829); Hunuco (PP, 26 Ag. 1829); Jauja (PP, 29 Ag. 1829); Huaylas (PP, 5 Sept. 1829); Huamales (PP, 5 Sept. 1829); Cajatambo (PP, 25 Abril 1829); Conchucos/Alto Huari (PP, 12 Mayo 1829) y Conchucos Bajo (PP, 12 Mayo 1829). Para La Libertad: Cajamarca (PP, 11 Ag. 1829); Chachapoyas (PP, Julio 1829) y Piura (PP, 24 Feb. 1829). Para el Cuzco: Abancay (PP, 23 Mayo 1829); Calca y Lares (TL, 26 Julio 1828); Quispicanchi (PP, 13 Mayo 1828); Urubamba (PP, 14 Marzo 1829); Paucartambo (PP, 17 Marzo 1829) y Paruro (PP, 1 Abril 1829). Para Ayacucho: Huamanga (incompleto, PP, 14 Feb. 1827); Angaraes Huancavelica (PP, 5 Marzo 1829); Parinacochas (PP, 21 Abril 1829) y Lucanas (TL, 25 Oct. 1828). Para Puno: Azngaro (PP, 16 Feb. 1829); Carabaya (TL, 3 Enero 1829); Lampa (PP, 27 Dic. 1828); Chucuito (TL, 27 Dic. 1828) y Puno Huancan (TL, 17 Dic. 1828). Para Arequipa: Arica/Tacna (PP, 5 Mayo 1829). La mayora de las descripciones faltantes de otras provincias aparecieron a fines de 1829 en ambos diarios. El total de trentaicuatro es todo el conjunto de datos publicados (o prestamente entregados) sobre las provincias pues, salvo por una excepcin, ste cuadra con las noticias publicadas por el ministerio de hacienda en el Estado de dbito en que se hallan las subprefecturas de departamentos... por contribuciones (Telgrafo, 13 Dic. 1828), y en Razn del nmero de contribuyentes comprendidos en los departamentos de la Repblica (Prensa Peruana, 5 Marzo 1829). Pero unas cuantas matrculas tambin fueron publicadas a fines de la dcada de 1830, y esta lista no limita el nmero de censos realmente realizados en los 1820s. Kubler, por ejemplo, cita un documento de 1834 que alude a 118 matrculas tempranas. 18. Estos estimados pueden ser elaborados an ms para ayudar a medir el crecimiento y la distribucin durante todo el siglo; un clculo alternativo basado en los impuestos dio un comparable 28.4 pesos de ingreso per cpita. Ambas son cifras hechas a ojo de buen cubero que siguen de cerca a los estimados preparados para Mxico, como era de esperar. Para Mxico vase John H. Coatsworth, Obstacles to Economic Growth in Nineteenth-Century Mexico, American Historical Review 83, no. 1 (Feb. 1978): 81-85.

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poblacin de los departamentos sureos inevitablemente superaba a las cifras coloniales que seguan siendo citadas en 1836. Esta distorsin es la central en las tasas demogrficas republicanas tempranas y no la falta de datos. Es ms, con estos nuevos datos los historiadores pueden ahora elaborar un nuevo estimado para la poblacin total de 1827, uno confiable que pueda resolver varios de los misterios enumerados antes. Las primeras rdenes para realizar una matrcula censal republicana, con fines fiscales y electorales, fueron emitidas en 1826. La cuenta fue manejada por el eficiente Ministro de Hacienda, Jos de Larrea y Loredo. Su tratado introductorio, escrito para los encuestadores de las Juntas Departamentales, desarrolla aspectos tericos y prcticos de la estadstica, e incluso aventura un clculo preliminar de la poblacin.19 Si las tasas de natalidad hubiesen sido normales entre 1795 y 1826, la poblacion peruana habra bordeado 1,700,000 para 1826, incluyendo a esclavos e inmigrantes blancos. Sin embargo, la expansin efectiva habra sido menor durante la crisis de independencia. Para agosto de 1827 las primeras estadsticas provinciales comenzaron a aparecer en la prensa limea; a mediados de 1829 haban sido publicadas treintaicuatro (vase el cuadro 3). Algunos encuestadores locales fueron muy rigurosos. Un ejemplo sobreviviente es el famoso Ensayo de estadstica completa de Azngaro de Jos Domingo Choquehuanca, para dicha provincia punea, luego publicado como un libro de setenta pginas en el cual se enumeraban detalladamente la poblacin, propiedades, actividades y comercio de cada pueblo del distrito. Para Lima tambin sobrevive un detallado censo laboral y de extranjeros elaborado siguiendo el mismo modelo, que antecede a la similar Estadstica histrica, geogrfica y comercial de los pueblos de Lima, de Jos Mara Crdova y Urrutia, de 1837.20 Pero otros prefectos, en especial los de los lejanos norte (La Libertad) y sur (Arequipa), fueron menos acuciosos, como podra esperarse en zonas ubicadas en los lmites del estado limeo.

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19. Larrea, Bases para la estadstica, 3: 543-49. El estimado que l hizo asuma un incremento de 14,103 al ao desde 1790, 1500 esclavos importados (una elevada tasa de la colonia tarda a la cual los historiadores no se refieren) y 300 en inmigracin europea. Pero su incremento de 472,859 por encima de la poblacin de la dcada de 1790 ha sido ajustado hacia abajo, pues en su base l en realidad us los primeros estimados republicanos para Puno de 205,000 personas. 20. J.D. Choquehuanca, Ensayo de estadstica completa de los ramos econmicos-polticos de la Provincia de Azngaro en el Departamento de Puno de la Repblica Peruana en el quinquenio desde 1825 hasta 1829 inclusive (Lima: M. Corral, 1833); J.M. Crdova yUrrutia, Estadstica histrica, geogrfica, industrial y comercial de los pueblos que componen las provincias del Departamento de Lima (Lima: Imp. Instruccin Primaria, 1839), cap. 7. Estas cifras probablemente provengan de matrculas anteriores, como puede verse en las actualizaciones publicadas en el Telgrafo (Huarochir y Chancay, 8 Marzo 1837, 12 Ag. 1837) y en

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Un resumen fiscal de marzo de 1829 (que cubra a 237,783 tributarios indios y castas) se lamentaba del hecho que trece provincias continuasen sin reportar: Cangallo, Huamanga y Castrovirreyna (departamento de Ayacucho); Aymaraes (Cuzco); Huamachuco, Chota y Jan (La Libertad); y todo Arequipa (en realidad, Tacna-Arica ya haban entregado su censo).21 Pero varios departamentos estaban ntegramente completos: la vasta y central zona mestiza de Junn-Ancash, con sus ocho provincias (263,111, la mitad de ellas castas); y por vez primera, todas las cinco provincias del denso territorio del altiplano puneo (200,250, el 94.3 por ciento del cual era indgena). Al departamento de Lima solamente le faltaba la provincia de Ica, y el censo de la capital misma (con 58,326) es nuevo para los historiadores. An cuando quedaron sin especificar para Lima urbana, Ica y Trujillo, las poblaciones esclavas costeas son tambin hallazgos cruciales que datan justo despus de las perturbaciones de la era independentista. Todas las matrculas muestran cambios documentados desde la dcada de 1790 (era obligacin oficial comparar las alzas y bajas sucedidas desde 1793). Conjuntamente con la evidencias procedentes de archivo, su variacin subraya el acaecimiento real de nuevos conteos. Cada informe incluye descripciones actualizadas de la economa y geografa de cada provincia (indicando, por ejemplo, cules contaban con industrias domsticas sobrevivientes), incluso para las zonas de alta delincuencia.22 En suma, en el primer empadronamiento republicano peruano de 1827, los funcionarios lucieron un rigor raro para el siglo diecinueve. Resulta as ser la nica matrcula censal digna de ese nombre, dado que el sistema fiscal peruano pronto inici una inexorable secular decadencia: primero, con la descomposicin poltica del perodo caudillista y, despus de 1850, con la

La Mislnea (Lima) (Chancay y Santa, 25 enero 1831, y Puno, 26 Enero 1831). Sigue el mismo modelo un detallado censo econmico de Huaraz (Huaylas), posteriormente publicado en El Comercio (Lima), Dic. 1839-Enero 1840. Crdova y urrutia posiblemente utiliz el no estudiado censo de Lima de 1831, que cubre ocupaciones, nacionalidad y composicin del vecindario; una versin de archivo de los distritos 1 y 4 se encuentra en la Biblioteca Municipal de Lima. Todas las evidencias apuntan hacia una rfaga de actividad censal en la republica temprana hasta ahora no descubierta. 21. Razn de nmero de contribuyentes comprendidos en los departamentos de la Repblica, Prensa Peruana, 5 Marzo 1829; Estado de dbito en que se hallan las subprefecturas de departamentos... por contribuciones, Telgrafo, 13 Dic. 1829. 22. El censo de Lima (Provincia del Cercado, con los pueblos y haciendas de los alrededores) se encuentra en Prensa Peruana, 13 Sept. 1828, poblacin 58,326 e ingreso (riqueza) de $5,008,177. Jos Serra pensaba que este total era un tercio demasiado bajo. Est basado, sin embargo, en un nmero bsico de 50,000 dentro de las murallas de la ciudad, y no distingue entre indios y esclavos urbanos (Rory Miller seala unos peliagudos problemas demarcatorios de los censos de Lima). En general, se reportaron estos totales para los esclavos: Caete, 2,132; Chancay, 3,799; Lima (haciendas), 4,602 y Santa, 374. Las provincias que reportaron manufacturas imponibles fueron Yauyos, Quispicanchi, Chachapoyas, Cajamarca, Hunuco, Condesuyos, Pasco, Jauja, Huaylas, Huamales, Lambayeque, Cangallo,

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afluencia y laxitud fiscal de la era del guano. Este hecho explica por qu la mayora de los registros de archivo de Kubler datan de entre 1826 y 1829, y por qu sus cifras coinciden bastante con las publicadas entre 1827 y 1829. Muchas ms matrculas (cincuentiocho) fueron establecidos a fines de la dcada de 1820 que en 1836 (diez), e incluso durante la paz social de fines de la dcada de 1840 (veintinueve). Y estos totales slo consideran los registros ubicados, pues para 1830 los documentos fiscales peruanos exhiben una base censal nacional completamente actualizada. En resumen, la informacin censal de 1827 no slo supera a la de 1836, sino que parece ser mejor que la de 1850.23 Es ms, estos datos pueden llevarse an ms lejos.

LA POBLACIN PERUANA EN 1827

A partir de sta y de fuentes adicionales, los investigadores pueden reconstruir un estimado verificable de la poblacin peruana despus de la independencia. De los tres tipos de datos utilizados, el bloque principal lo brindan las treinticuatro provincias que reportaron nuevos datos directos para 1827. La poblacin conjunta de estas trenticuatro zonas distintas fue de 914,176, siendo un 66 por ciento (693,057) considerado indio. Sin embargo, debido a cambios en las demarcaciones, slo treinta provincias (con

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Piura, Paruro, Parinacochas, Cajatambo, Abancay, Huari, Santa, Lampa, Chucuito y Puno. Estos informes incluyen descripciones. El patrn productivo era de lanas en el sur y algodones hacia el norte. En 1826 Larrea estimaba que 25,000 familias se encontraban sin trabajo (con una prdida de dos millones de recaudacin) por la competencia de las importaciones. Vase Larrea, Bases para la estadstica, 542. Esta es tal vez la razn por la cual este estadstico se convirti en uno de los adalides del temprano movimiento proteccionsta peruano. Vase Jos de Larrea y Loredo, Principios que sigui el ciudadano J. de Larrea y Loredo en el Ministerio de Hacienda y Seccin de Negocios Eclesisticos de que estuve encargado (Lima: J.M. Concha, 1827). 23. Kubler, Indian Caste of Peru, c. 1. Idealmente, a intervalos de cinco aos, el total de matrculas a lo largo del perodo 1826- 1854 sera de 348; se saba que para 1834 existan 118. Vase J.M. Pando, Memoria sobre el estado de la hacienda de la Republica Peruana, en fin del ao de 1830, presentada al Congreso por J.M. Pando (Lima: J. Masas, 1831), app. 4, Estado que manifiesta lo debido cobrar en las contribuciones directas por un ao, trmino medio, de julio de 1826 a dic. de 1829. Para la base fiscal en general, consltese Jos Serra, Memoria sobre el curso y progreso de las contribuciones, 1831", en Tierra y sociedad en el per (ss. xviii-xix) de Macera (1977), 2: 441-51.Desde el estudio que Kubler hizo hace ms de treinta aos, deben haber aparecido ya nuevas matriculas en el Archivo General de la Nacin (sobre todo en AGN, seccin H-4, en donde cont 56 para fines de la dcada de 1820, algunas de las cuales no us Kubler). Otras estn apareciendo en archivos regionales. Para un reciente estudio basado en matrculas fiscales de archivo (las patentes, impuesto sobre los negocios), vase Paul Gootenberg, Artisans and Merchants: The Making of an Open Economy in Lima, Peru, 1820 to 1860, tesis de M.Phil., Universidad de Oxford, 1981.

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Cuadro 3 Censos provinciales peruanos publicados en 1827 Incremento sobre Poblacin las cifras de 1793 58,326 18,712 13,932 13,892 16,549 12,276 2,594 136,281 5,416 4,766 1,799 1,276 2,525 2,702 740 Ingreso total (pesos) 3,869,362 b 661,717 347,992 416,661 381,526 256,277 83,634

Provincia Lima Lima (Cercado) Chancay Canta Caete Huarochir Yauyos Santa Total Junn Pasco Jauja Hunuco Huamales Cajatambo Huaylas Conchucos Alto (Huari) Conchucos Bajo Total

Indios 2,549 10,791 12,368 10,243 16,140 10,981 617

Castas n.d. a 4,122 c 1,564 1,517 d 409 1,295 1,603

37,050 61,023 14,534 13,172 18,464 49,667 25,091 44,110 263,111

2,139 8,737 2,292 1,062 1,592 8,845 43,893 i 61,852

19,380 g 37,854 9,048 7,121 11,321 25,409 6,387 15,069 131,58 j 9

17,660 23,169 5,486 6,051 7,143 24,250 18,754 29,041 131,55 4

1,035,521 1,653,314 597,485 373,993 491,548 1,134,258 716,485 857,687 6,820,291 j

La Libertad/Amazonas Cajamarca Piura Chachapoyas Total Puno Azngaro Huancan (Puno) Carabaya Chucuito Lampa Total

41,993 53,818 14,508 110,319 l

9,327 10,398 ?k

21,787 30,943 10,275

20,206 22,872 4,233

1,009,904 1,097,350 349,299

43,416 36,569 18,936 52,451 48,878 200,250

n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 44,250 m

41,072 35,381 17,588 49,296 45,513 188,85 n 0

2,344 1,182 1,348 3,155 3,365 11,394

861,988 624,749 468,960 1,147,502 1,131,764 4,234,963 o

Cuzco Quispicanchi Urubamba Paucartambo Paruro Abancay Calca y Lares Total

26,865 14,918 12,929 12,126 35,738 13,097 115,673 p

2,528 5,668 j 7,307 j 8,110 10,179 6,899

23,033 9,530 12,278 9,760 30,654 11,812

3,832 5,388 651 2,366 4,884 1,285

949,733 695,101 310,271 406,977 798,139 456,489

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Cuadro 3 (continuacin) Incremento sobre Poblacin las cifras de 1793 6,498 20,272 31,354 10,233 68,357 r n.d. 11,881 k 15,343 5,492 16,819 23,942 7,551 Ingreso total (pesos)

Provincia Ayacucho Huamangaq Angaraes (Huancavelica) Parinacochas Lucanas Total Arequipa Arica (Tacna) Total Totales nacionales

Indios

Castas n.d. 3,453 7,412 2,682

874,498 494,634 492,677

20,185 20,185 s 914,716

1,409

10,545

9,640

668,017

603,05 u 7

311,11 v 9

27,651,000 w

Fuentes: La Prensa Peruana, 1827-1829; El Telgrafo de Lima, 1827-1829; ver tambin la nota 17 de este artculo.
a

No precisa el dato por separado, pero s ofrece el de 4,602 esclavos en haciendas suburbanas. $5,157,859; el estimado grueso alternativo para el ingreso de Lima es 1/4 ms alto. c Y 3,799 esclavos. d Y 2,132 esclavos. e Y 374 esclavos. f Falta Ica y Callao; para indios y esclavos de Lima, slo suburbios. g Excluyendo Cerro de Pasco. h Excluyendo minas. i Parece que incluye los dos Conchucos; lmites inciertos. j Los indios son el 50 k La variacin de lmites probablemente explica la inusitada cifra negativa o positiva. l Falta Lambayeque, Chota, Huamachuco, Jan, Maynas y Pataz. m De acuerdo al censo de 1797. n 94.3 por ciento de la poblacin. o 21.2 pesos per cpita. p Falta Cercado, Aymaraes, Cotabambas, Chumbivilcas y Tinta. q Distrito de Castrovirreyna, incompleto. r Falta una parte de Huamanga y Cangallo, Huanta, Andahuaylas y Tayacaja. s Falta Cercado, Caylloma, Caman, Condesuyos, Moquegua y Tarapac. t 34 provincias de 57. u 66 por ciento de la poblacin. v Incluye 10,907 esclavos y poblaciones no diferenciadas de casta de Lima y Huamanga. w 30.4 pesos per cpita (los ingresos incluyen impuestos).
b

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839,735 habitantes) pueden ser comparadas directamente con aquellas de 1791-1793. Su crecimiento combinado lleg a 162,112 por encima de 1791, dando cuenta del 54.8 por ciento del crecimiento total nacional. As, su tasa de expansin de 23.9 por ciento a lo largo de treintiseis aos representa ya un ritmo bastante ms razonable que las tasas anteriores, basadas en el lapso mayor hasta 1836, superando conservadoramente a los estimados basados en datos ms endebles. En suma, estos datos ditos dan cuenta del 59 por ciento del estimado demogrfico para 1827 (vase el cuadro 4). El siguiente paso consiste en ubicar y encajar datos para las veintitres provincias faltantes en el trabajo de Kubler y en otras fuentes. El meticuloso estudio de Kubler proporciona 164 matrculas de poblacin, y virtualmente sus 58 cuentas ms tempranas (1827-1830) encajan bien con las cifras ditas de 1827, o varan tan solo por actualizaciones mnimas. Registros tempranos adicionales de Kubler, el censo de 1836 (la parte que claramente data de fines de la dcada de 1820) y los apartados confiables de la cuenta cuzquea de 1836 sirven, todos ellos, como datos utilizables para dieciseis de las provincias faltantes.24 Este segundo bloque demogrfico asciende a 395,228, con un incremento de 88,037 desde 1791, o 31.8 por ciento del crecimiento total. Las provincias as tratadas incluyen a Ica, Huamachuco, Jan, Pataz, Cuzco (la ciudad, o Cercado), Aymaraes, Cotabambas, Chumbivilcas, Tinta, Huamanga, Lucanas y Andahuaylas. No existe informacin nueva para Trujillo, pero segn todas las versiones disponibles su poblacin apenas si haba avanzado. La cifra correspondiente a Maynas de 26,101 proviene de una cuenta parroquial individual ms rigurosa que la mayora de la Amazona, asimismo inherentemente conservadora.25 Aqu tambin se han enmendado los cambios en las demarcaciones producidos hasta 1827. En conjuncin con el bloque dito arriba considerado, el clculo ahora comprende a cuarentiocho provincias, con 1,292,963 habitantes. De este modo, la informacin directa forma el 85.2 por ciento del total estimado para 1827, y ms de nueve dcimas partes del nuevo crecimiento demogrfico peruano. Solamente nueve provincias continan verdaderamente borrosas: la nueva provincia nortea de Chota y, en el sur, Cangallo, Huanta, Castrovi-

24. Vase Kubler, Indian Caste of Peru, cs. extendidos 2-3. Otra descomposicin detallada de estadsticas provincianas (ditas) se encuentra en Poblacin del Per a lo largo de un siglo, 62-81, y en su censo cuzqueo de 1832, 30 (para la versin original vase Flores, Gua del Cuzco). 25. Para una discusin de las poblaciones amaznicas vase Poblacin del Per a lo largo de un siglo, 27-29, 62. En esta regin del Per, las enfermedades europeas seguan cobrando vctimas en el siglo diecinueve, y la indianizacin, mediante reconquistas literales hechas por grupos de colonos, continu hasta mediados de siglo.

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Cuadro 4 Poblacin peruana en 1827 Provincia Lima Cercado Callao Chancay Canta Caete Huarochir Yauyos Santa Ica Total Junn Pasco Jauja Hunuco Huamales Cajatambo Huaylas Huari Conchucos Bajo Total La Libertad Cajamarca Piura Chota Lambayeque Huamachuco Jan Trujillo Total Puno Azngaro Huancan Carabaya Chucuito Lampa Total Fuente 1827 CU 1827 1827 1827 1827 1827 1827 K1836 Poblacin 58,326 6,516 18,712 13,932 13,892 16,549 12,276 2,594 18,031 160,828 Provincia Cuzco Cercado Quispicanchi Urubamba Paucartambo Paruro Abancay Calca y Lares Aymaraes Cotabambas Chumbivilcas Tinta Total Ayacucho Huamanga Huancavelica Parinacochas Cangallo Lucanas Huanta Andahuaylas Castrovirreyna Tayacaja Total Arequipa Arica/Tacna Cercado Caylloma Caman Condesuyos Moquegua Tarapac Total Amazonas Chachapoyas Maynas Pataz Total Total nacional Fuente 1832 1827 1827 1827 1827 1827 1827 1832 K 1832 1832, K Poblacin 40,000 26,865 14,918 12,929 12,126 34,738 13,097 18,638 21,979 19,048 36,109 250,447

1827 1827 1827 1827 1827 1827 1827 1827

37,050 61,023 14,534 13,172 18,464 49,667 25,091 44,110 263,111

1827 1827 I K1836 K1836 K1836 K1836a

K 1827 1827 I K I K I I, K

41,993 53,818 44,953 43,202 43,058 6,706 12,032 245,762

18,167 20,272 31,354 16,325 13,843 22,847 22,850 11,857 20,156 177,671

1827 1827 1827 1827 1827 1827

1827 I I I I I I,K

43,416 36,569 18,936 52,451 48,878 200,250

20,185 50,769 18,676 10,661 20,658 30,330 9,171 160,450

1827 1814 K1836

14,508 26,101 17,565 58,174 1,516,69 3

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Fuentes: Ver el texto para una explicacin. Para el censo de 1827, ver cuadro 2; K indica los registros de Kubler para el perodo de 1826-1830, citados por Kubler usando el censo de 1836; 1832 es el censo del Cuzco; I significa el uso de interpolaciones sobre la base de los datos de 1791 y 1850; 1814 se refiere al recuento de Maynas de dicho ao; y CU es el dato ofrecido por Crdova y Urrutia.

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rreyna, Condesuyos, Caylloma, Arequipa (Cercado), Caman y Moquegua. El mtodo usado para esta categora fue el de sumarles la mitad de su crecimiento durante el lapso 1791-1850, un alza modesta en la mayora de los casos, y que es consistente con los registros sobrevivientes de Kubler.26 Este tercer e interpolado bloque contribuye con 223,730 (o 14.8 por ciento) habitantes a la poblacin total de 1827. Su menor tasa de crecimiento de 15.8 por ciento desde 1791 subraya el enfoque conservador usado para los datos ms dbiles. La cifra final de 1,516,693 o un milln y medio es el nuevo estimado de la poblacin peruana en 1827. De estos peruanos, el 61.6 por ciento era indgena, siguiendo una tabulacin paralela. Salvo por Arequipa, partes de La Libertad y la eternamente misteriosa Amazona, resulta improbable que estas cifras cambien demasiado, incluso si apareciesen nuevos datos. El estimado global no llega a la proyeccin que Larrea hiciera de 1.7 millones, como debera, pues se trata de un clculo conservador hecho tras los turbulentos aos coloniales tardos. Al igual que en toda cuenta, la cifra final es probablemente baja. Pero su desviacin de otra serie la poblacin real del Per probablemente no es mayor que en el mejor censo disponible. Qu nos revela una poblacin de 1.5 millones en 1827, acerca del crecimiento demogrfico peruano? Antes de este estimado, las tasas demogrficas peruanas eran bizarras. Entre 1791 y 1836, con una tasa anual de 0.23 por ciento el crecimiento pareca esencialmente nulo, antes de repentinamente acelerarse hasta una igualmente aberrante tasa de 2.73 por ciento entre 1836 y 1850. Al eliminar el apcrifo censo de 1836 y reemplazarlo con la cuenta ms grande y emprica de 1827, se eliminan estas obvias distorsiones (vase el cuadro 5). El resultado muestra ahora que entre 1791 y 1827 la poblacin peruana creci alrededor de un 22.4 por ciento, y 31.9 por ciento entre 1827 y 1850. Las tasas de crecimiento compuesto anual fueron entonces de 0.56 y 1.21 por ciento respectivamente, registrndose una tendencia de 0.82 para todo el lapso de seis dcadas. En comparacin, la tasa de 1827-1876 es de 1.18 por ciento, y de 0.92 por ciento para 1791-1876. Incluso la tendencia demogrfica moderna de 1876-1940 (1.31 por ciento) se encuentra ya prxima.

26. Es probable que aparezcan nuevas encuestas para el sur, a medida que los historiadores regionales intensifiquen su trabajo (en Buenos Aires, o examinando los expedientes de la confederacin boliviana). Alternativamente, este estimado podra usar razones anuales geomtricas, provinciales o de castas, pero la diferencia es mnima. Vase mi discusin y el cuadro 7 de este artculo. Para una reciente demografa parroquial surea vase Noble David Cook, The People of the Colca Valley: A Population Study (Boulder, Colo.: WestviewDellplain, 1982), o Luis Miguel Glave, Demografa y conflicto social: historia de las comunidades campesinas en los Andes del sur, IEP, documento de trabajo 23 (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1988). Ambas fuentes incluyen algo de material posterior a la independencia.

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Cuadro 5 Tasas demogrficas revisadas del crecimiento poblacional peruano, 1791-1940 Aos cubiertos Revisados 1791-1827 1827-1850 1827-1862 1827-1869 Contexto 1791-1850 1850-1876 1791-1876 1876-1940 Crecimiento (%) 22.4 31.9 62.3 77.9 61.5 34.9 117.8 130.0 Lapso de tiempo (aos) 36 23 35 49 59 26 85 64 Tasa anual (%) 0.56 1.21 1.39 1.18 0.82 1.03 0.92 1.31

Fuentes: Clculos del autor de cuadros 1, 2 y 4; tasa anual computada por frmula de inters compuesto.

Estas tasas demogrficas de 0.6 a 1.3 por ciento son tpicas de sociedades preindustriales boyantes. Por ejemplo, el ritmo comparable de Inglaterra y Gales justo antes de la revolucin industrial fue de 0.71 por ciento; el Mxico del diecinueve tambin creci con un 0.83 por ciento anual.27 Las nuevas tasas asimismo encajan con la trayectoria demogrfica de larga duracin que el Per sigui tras la tarda recuperacin, a mediados del siglo dieciocho, del holocausto biolgico indgena de la conquista. Las tendencias del crecimiento peruano permanecieron notablemente estables hasta la (nuevamente tarda) explosin demogrfica que sigui a la Segunda Guerra Mundial, a pesar de una aceleracin anterior de la migracin, la urbanizacin y el mestizaje. Grandes factores sociales, econmicos y culturales deben haber dado cuenta de estos cambios, o mejor dicho, de la falta de cambio. Hacen falta estudios confirmatorios de patrones de fertilidad y mortalidad a nivel parroquial, a pesar de ser probable que stos no revelen una uniformidad en todas las altamente fragmentadas sociedades regionales y tnicas peruanas.28 Una

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27. Vase Population in History, editada por D. Glass y D.E.C. Eversley (Londres: E. Arnold, 1965); para el nuevo estimado britnico vase R.D. Lee y R.S. Schofield, British Population in the Eighteenth Century, en The Economic History of Britain since 1700, editada por R. Floud y D. McCloskey (Cambridge: Cambridge University Press, 1981), 1: 1735. Vale la pena notar que la estabilidad evidente en las comparaciones de provincias en la dcada de 1790 y en 1827 apoyan a ambos censos, pues el primero estuvo basado en registros parroquiales, el otro en cuentas fiscales. 28. En general, lo ms probable es que el agregado tenga mayor confiabilidad que cualquiera de los bloques provinciales usados para construirlo. En este punto resulta sumamente

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generalizacin si se puede hacer, sin embargo. El Per exhibi la extensa forma de crecimiento demogrfico de tipo ancien rgime, identificada por Nicols Snchez Albornoz para toda Amrica Latina a partir de 1700 con un caracterstico retraso de medio siglo. En el Per, la alta fertilidad rural y baja expectativa de vida basadas en restricciones y posibilidades maltusianas naturales persistieron hasta bien entrado el siglo diecinueve. Aunque sigue resultando difcil de evaluar, las inmunidades biolgicas parecen haber quedado fijadas para la era tardo-colonial, a pesar de que la incidencia de enfermedades epidmicas no cay fuertemente en el siglo diecinueve. De otro lado, a partir de las campaas de vacunacin de 1805-1806 se reportaron victorias modestas sobre las enfermedades tradicionales, mas nuevos flagelos aparecieron en los Andes con fuerza, principalmente la tifoidea y la fiebre amarilla en el campo, y el clera en los pueblos, culminando con las pandemias serranas de fines de la dcada de 1850.29 De otro lado, la consistentemente elevada fertilidad peruana fue estimulada por una relativa abundancia de recursos econmicos, sobre todo el acceso a tierras. El hecho notable es que el nivel de poblacin de alrededor de nueve millones para el Per incaico, y su densidad hombre-tierra, no volvieron a ser alcanzados hasta bien entrado el siglo veinte. En este siglo y medio de economa rural relativamente estancada, las provisiones elsticas de alimentos se derivaron de estas condiciones, y no de unos mercados o una productividad en expansin. El crecimiento demogrfico peruano parece haber sido as ms consistente que el de otras partes de Amrica Latina, en donde un desplazamiento moderno hacia arriba (en base a una mayor dependencia del mercado, tasas de mortalidad decrecientes y mayor movilidad) haba comenzado ya para la dcada de 1850.

difcil generalizar el apoyo de un puado de estudios parroquiales, tributarios o distritales con datos sobre el siglo diecinueve, como el People of the Colca Valley, de Cook, Demografa y conflicto social, de Glave, y los trabajos de Jean Piel, Carlos Contreras, Nils Jacobsen y Mario Crdenas Ayaipoma, que luego citar. Estas fuentes muestran claramente que a fines de la era colonial, la poblacin creci en casi todos los lugares, como puede verse en las revisitas de tributarios de 1770s-1820s publicadas por Snchez Albornoz en Population of Latin America, c. 4.4 Entre 1720 y 1769 las tasas de natalidad usualmente crecieron en todos lados, pero exhibiendo patrones variables (o inestables) en el temprano siglo diecinueve. An no haban signos de una mortalidad decreciente. 29. Desafortunadamente, para el siglo diecinueve carecemos de todo estudio epidemiolgico. Dos breves recuentos son Macera, Plantaciones azucareras, 195-96 (mayormente basado en las descripciones que hiciese Archibald Smith), y uno ms completo de Nils Jacobsen, Landtenure and Society in the Peruvian Altiplano: Azngaro Province, 1770-1920, tesis de Ph.D., Universidad de California, Berkeley, 1982, 31-37, uno de los pocos estudios que integra la demografa y el cambio social. Vase asimismo la discusin que Snchez Albornoz hace en Population of Latin America, 120-21, as como los caps. 4-5 para sus etapas demogrficas regionales. N.D. Cook tambin encuentra gruesos patrones maltusianos; vase Cook, Eighteenth-Century Population Change in Andean Peru: Parish of Yanque, en Studies in Spanish American Population History, editado por David Robinson (Boulder, Colorado: Westview, 1981), 243-70.

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El punto de quiebre demogrfico especficamente peruano entre la colonia tarda y la repblica temprana contina siendo distinguible, pero de modo bastante menos pronunciado. La colonia tarda experiment una continua recuperacin del 56 por 1000 anual, revelando la tendencia de la inmunidad biolgica andina a las enfermedades euroasiticas tradicionales (los espaoles incluso ayudaron con su rpida difusin de la vacuna contra la viruela). Aunque es posible que sequas y epidemias espordicas (como en 1801-1805) hayan moderado el crecimiento despus de 1800, durante los conflictos causados por la independencia se dieron mltiples calamidades: dislocaciones econmicas despus de 1810, bajas humanas directas, reclutamiento militar y migracin poltica. Si la corazonada que Larrea tuvo acerca de la poblacin era correcta, entonces el Per haba perdido unas 200,000 almas por la crisis. Y as, sin ella, la expansin hasta 1827 habra seguido la tasa tpicamente peruana de 90 por 1000. Sea cual fuere el caso, la conclusin ms saltante es que durante la tarda colonia la poblacin peruana se recuperaba a un ritmo muy similar al de Inglaterra durante su gran despegue agrario. Tras la independencia, la recuperacin demogrfica indujo una tasa acelerada de 121 por 1000 durante el siguiente cuarto de siglo, antes de bajar el siglo siguiente a tasas que iban de 100 a 130 por 1000. Que la divisoria de la independencia constituye una prueba incontrovertible de la opresin de un colonialismo retrgrado, en oposicin a las polticas ilustradas de una repblica independiente, es algo que mejor queda a juicio del lector. Resulta difcil de tragar la idea de una tarda leyenda negra imperial. Adems de las verificaciones ya anotadas, varios clculos verifican y amplan el significado del total poblacional de 1827. Uno de estos clculos es el cambio regional en el Per, que al igual que el crecimiento demogrfico mismo, parece haber permanecido estable hasta por lo menos la dcada de 1860. En el cuadro 6 el Per aparece dividido en departamentos del norte, centro y sur. En 1791 el sur indio predominaba con 52.6 por ciento; el centro mestizo, comercial y minero segua con 28.3 por ciento, y el norte agrario albergaba al 19.1 por ciento de la poblacin. Al igual que el censo de 1850, la nueva estadistica para 1827 revela una persistente distribucin colonial. La nica anomala aparece cuando se incluye el censo no vlido de 1836, que naturalmente subestimaba al sur. La inercia regional peruana incluso contrasta con otros pases latinoamericanos tradicionales como Mxico, donde las profundas transformaciones demogrficas regionales habn comenzado ya un siglo antes.30

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30. La relacin de la demografa con el regionalismo es directa, por ejemplo, al consolidar los patrones regionales, culturales o familiares, que se encuentran detrs de un extenso y estable crecimiento, una observacin frecuentemente hecha incluso para la historia demogr-

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Este patrn comenz a cambiar slo en 1862, a medida que la era del guano vigorizaba regiones vinculadas a la costa central peruana. La poblacin de Lima misma, reforzada por esta nueva migracin interna, se duplic hasta casi llegar a 120,000 a fines de la era del guano.31 Para 1876 su arrastre era claramente visible, en tanto que el centro y el sur peruano estaban prcticamente igualados en un 38 por ciento algo bastante distinto del patrn tradicional, en el cual ms de la mitad de todos los peruanos vivan en o alrededor de la mancha india del sur. Pero incluso este desarrollo no debe ser exagerado como un claro resultado del cambio social. En buena parte no haca otra cosa que reflejar las devastadoras epidemias de tifoidea que haban arrasado el sur peruano entre 1856 y 1859. Aunque algunos informes parecen exagerados, la mortalidad (concentrada entre los indios de las punas) fue tan alta como 300,000 en Cuzco, Puno y Arequipa.32 De ser correcta, esta prdida bastara para explicar todo el desplazamiento regional revelado por el censo de 1862. Pocos datos censales existen con los cuales ubicar el decisivo punto de quiebre regional entre la costa y la sierra. Dos estimados contemporneos para las dcadas de 1790 y 1870 revelan otra notable continuidad: en ambos perodos, alrededor de un cuarto de la nacin viva en la costa, y los restantes tres cuartos en las sierras y la montaa. En otros puntos, el Per exhibi un cambio sociodemogrfico mnimo durante el siglo diecinueve. Para 1900,

fica europea. Para una comparacin con Mxico vase el anlisis que John Tutino hace en From Insurrection to Revolution in Mexico (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1986), app. C. A diferencia del Per, las periferias (norteas) no indias de Mxico crecieron rpidamente en el siglo diecinueve, y para la dcada de 1870 haban embarcado ya al pas en un curso tnico y social radicalmente distinto. La relativa estabilidad regional peruana tambin sugiere la ms amplia hiptesis posible acerca de la historia demogrfica del Per: a partir de 1700, el retraso de medio siglo o ms, evidente en la recuperacin inicial de la poblacin, el cambio social y el mestizaje, mayormente reflejaba la marginalizacin de larga duracin de la economa andina, con respecto a las sociedades latinoamericanas ms nuevas y econmicamente dinmicas. Vase la discusin subsiguiente del cambio social. 31. Miller, The Population Problem of Lima; vanse tambin las detalladas cifras de migracin en Fuentes, Estadstica de Lima, 625-26. Los 37,000 nuevos migrantes internos (ms de 55,000 para 1865) dicen bastante acerca de la supuesta inmovilidad de los pueblos del diecinueve. La migracin interna tambin fue marcada en la sierra central, la otra zona de expansin vigorosa durante la era del guano. Vase Carlos Contreras, Mineros y campesinos en los Andes: mercado laboral y economa campesina en la sierra central, siglo xix (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1987), tercera parte. 32. Jacobsen, Landtenure and Society in Azngaro, 31-39 (citando a Tschudi). entre los censos de 1850 y 1862, la poblacin de Azngaro cay en 20 por ciento, permaneciendo stancada hasta 1876. An guardo dudas acerca de estos catastrficos estimados globales citados para estas epidemias, como el un cuarto de los campesions del Cuzco de Archibald Smith. Los indios usualmente estaban protegidos por los patrones de dispersin de la sierra. Los datos agregados del censo (vase el cuadro 1 de este articulo) muestran cadas de 10 por ciento para el Cuzco entre 1850 y 1862 (donde supuestamente murieron 150,000 personas), y de 28 por ciento en Puno, pero grandes incrementos en Ayacucho y Huancavelica.

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Cuadro 6 Poblaciones regionales peruanas, 1791-1876 Ao 1791 1827 1836a 1850 1862 1876 Sur (%) 651,659 (52.6) 788,817 (52.0) 668,802 1,035,348 (51.7) 1,076,134 (43.7) 1,023,286 (37.9) Centro (%) 350,371 (28.3) 423,937 (28.0) 417,423 590,776 (29.5) 809,287 (32.9) 997,196 (37.0) Norte (%) 237,167 (19.1) 303,939 (20.0) 287,511 374,999 (18.8) 576,515 (23.4) 678,624 (25.1)

Total 1,239,197 1,516,693 1,373,736 2,001,123 2,461,936 2,699,106

Fuentes: Cuadro 1 y cuadro 3. El sur es definido como los departamentos de Arequipa, Puno, Cuzco, Ayacucho y nuevas subdivisiones; la categora central incluye Lima, Junn-Ancash e Ica; el norte es La Libertad, Piura, Amazonas y nuevas subdivisiones. Las cifras de 1791 representan el censo rectificado.
a

La tendencia es aberrante. El censo de 1836 ya no es vlido.

el Per se ubicaba en el ltimo lugar de urbanizacin entre todos los pases latinoamericanos que proporcionaban informacin (7.4 por ciento). Solamente cinco pueblos peruanos superaban los 10,000 habitantes.33 En conjunto, estas condiciones globales estables subyacan al consistente crecimiento peruano que se dio siguiendo el patrn del antiguo rgimen. En otros documentos fiscales contemporneos puede encontrarse una prueba final de la nueva cifra de poblacin de 1827: la razn estimada de tributarios por departamento. La primera fuente es un inventario oficial, hecho en 1829, de la cantidad de tributarios indgenas y castas de seis departamentos. La segunda, publicada con la Memoria de Hacienda de 1830, enumera todos los impuestos directos promedios esperados a fines de los aos 1820 en cada departamento: 1,033,402 pesos en total por tributo indgena, 431,784 de la contribucin de castas, y menos de 137,000 en diversos impuestos sobre propiedades y negocios. Este recuento tambin muestra cun rpido cay el cobro real, en especial entre los inquietos mestizos.34

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33. Calculado a partir de los datos de Poblacin del Per a lo largo de un siglo. Para desagregados costa-sierra vase el estimado de Larrea para 1790, Bases para la estadstica, 540-541, y Smith, Patterns of Regional Development, 78. Para 1940 la costa tena al 30 por ciento de la poblacin, un giro hacia patrones precolombinos. Para la urbanizacin vase Snchez-Albornoz, Population of Latin America, c. 5.13. 34. Los dos documentos son Ministerio de Hacienda, Razn del nmero de contribuyentes comprendidos en los departamentos de la Repblica", Prensa Peruana, 5 marzo 1829;

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Aqu lo primero a hacer es calcular los promedios de las razones de tributarios y del tamao de las familias. A lo largo de los aos las tasas por cabeza y su cobro variaron considerablemente, al igual que la unidad familiar asociada a cada contribuyente. Tan solo Junn y Puno gozan de informacin completa para poblacin, contribuyentes e ingresos, pero Junn era tambin el departamento mestizo ms grande del pas, y Puno el ms indgena. Como ejemplo, en Puno los contribuyentes indgenas pagaban en promedio 4.7 pesos de tributo, y cada tributario representaba una familia de 4.17 personas; mientras que cada casta entregaba un impuesto de 4.4 pesos por 3.73 dependientes. Al combinarse con las cifras ligeramente distintas de Junn, ambas provincias dan razones nacionales de 5.05 pesos por indio y 4.84 miembros de la familia; las castas promediaban 4 pesos y una familia de 4.15. Para estimar el total de las poblaciones tnicas peruanas se puede entonces dividir estas razones, y multiplicar cada una de ellas por las recaudaciones asignadas por grupo tnico en cada uno de los siete departamentos del Per (vase el cuadro 7).35 Los resultados resumidos en el cuadro 7 son consistentes con el estimado directo de la poblacin nacional en 1827, sus totales departamentales y su composicin tnica. Lima y Cuzco resultan encajando estrechamente mientras que todos los dems (salvo Cuzco) demuestran un margen de variacin de slo 5 a 10 por ciento. Arequipa era una prueba decisiva del nuevo total, pues el registro censal directo era ms dbil en el extremo sur. La temprana informacin fiscal y demogrfica peruana por lo menos muestra compatibilidad. En general, la cuota fiscal rinde una poblacin de 1,438,405, contra la cuenta directa de 1827 de 1,516,693. Al aadirse la Amazona (no includa en los documentos fiscales), la diferencia entre ambos estimados es de apenas 1.3 por ciento, una brecha explicable por las pequeas minoras peruanas de

para las recaudaciones provinciales promedio, Estado que manifiesta lo debido cobrar y cobrado en las contribuciones directas por un ao, trmino medio...de julio de 1826 a dic. 1829, en Pando, Memoria de Hacienda en 1830, ap. 4. Puede encontrarse un desagregado an ms detallado en Estado de dbito en que se hallan las subprefecturas de departamentos... por contribuciones, Telgrafo, 13 dic. 1828. Versiones similares aparecieron a fines de los 1840s: Anales de la hacienda publica del Per, editados por P. Emilio Dancuart (Lima: Imp. Stolte, 1903), 4: 49, 5: 215. Dada la decadencia fiscal peruana sucedida en el nterin, resulta dudoso que poblaciones tnicas comparables puedan ser derivadas de estas fuentes ms tardas. 35. Estas razones no son unas razones tributarias nacionales ideales, en la medida que no sabemos cuan bien Junn y Puno representan las distribuciones nacionales. Un mtodo ms preciso seria usar datos provinciales detallados, los que no tenemos. En esta prueba, Puno y Junn difieren de los totales de 1827 tan solo debido al mtodo de redondeo. Para el uso de razones de tributarios en estimados poblacionales vase Cook, Demographic Collapse, cap. 6. En su estudio de la sierra central, Contreras hall que el tamao de la familia india promedio era de 4.8 personas, y 3.0 la de castas. Tambin encontr tasas tributarias altamente variables. Vase Carlos Contreras, Estado republicano y tributo indgena en la sierra central en la postindependencia, Histrica, 13, no. 1 (julio 1989): 9-44.

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Cuadro 7 Indice estimado de tributarios para la poblacin peruana, 1826-1830


Promedio de recaudaciones esperadas, 1826-1829 (en pesos) Tributarios, nmerosb Comparaciones de los Porcentajes totales del censo de 1827 (% de diferencia) indios comparadosd

Departamento

Estimado de poblacin

Lima Indios Casta Impuestos totales Junn Indios Casta Impuestos totales La Libertad Indios Casta Impuestos totales Puno Indios Casta Impuestos totales Cuzco Indios Casta Impuestos totales Ayacucho Indios Casta Impuestos totales Arequipa Indios Casta Impuestos totales Todo el Per Indios Casta Impuestos totales

73,945 86,101 261,343

14,643 21,525

70,870 89,330 160,200

44.2/47.0 160,828(0.3)

130,270 104,383 246,905

25,796 26,069

124,853 108,297 233,150

53.6/50.0 263,111(11.3)d,e

129,796 84,638 217,953

25,702 21,160

124,399 87,812 212,211 f

58.6/50.1 245,762(13.6)

212,885 13,404 225,289

42,155 3,351

204,032 13,907 217,939

96.6/94.3 200,250(8.8)e

264,805 47,032 317,591

52,437 11,758

253,793 48,796 302,589

83.9/79.5 250,447(20.8)

128,276 41,860 176,747

25,401 10,465

122,942 43,430 166,372

73.9/73.0 177,671(6.3)

94,420 54,364 157,164

18,697 13,591

90,494 56,403 146,897

61.6/45.0 160,450(8.4)

1,033,402 431,784 1,604,001

204,634 107,946

990,429 447,976 1,438,405 g

68.9/61.6 1,516,693h(5.1)

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Fuentes: Para una explicacin del mtodo, ver el texto. Sobre las recaudaciones de casta, Pando, Memoria de Hacienda en 1830, ap. 4, Estado que manifiesta lo debido cobrar en contribuciones; sobre las razones de tributarios: Razn de contribuyentes de los departamentos, Prensa Peruana, 5 mar. 1829; cuadros 4 y 8 de este artculo.
Las cifras totales en esta columna son recaudaciones de impuestos esperadas, no slo tributos de indios y de castas. Los nmeros de tributarios fueron calculados dividiendo las recaudaciones esperadas, para los indios, entre 5.05, y para las castas, entre 4.00 (promedio de las razones de tributos). c Estos estimados fueron calculados multiplicando el nmero de indios por 4.84 y el nmero de castas por 4.15 (promedio de las razones de tamao de la familia). d El primer porcentaje departamental indio proviene de este estimado, el segundo de 1827 (ver cuadro 8). e Las diferencias de Junn y Puno se deben slo al mtodo de redondeo de la razn de tributario. f Las cifras de recaudacin excluyen Amazonas; con Amazonas, la poblacin departamental es 270,285. g Incluyendo la cifra de Amazonas de 58,174, el total es 1,496,579. h Todas las cifras de poblacin en el cuadro 4. Con las cifras de Amazonas en estimado, la diferencia del total (nacional) se reduce al 1.3 por ciento.
b a

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terratenientes blancos, artesanos urbanos y esclavos negros. En conclusin, la poblacin peruana de 1827 si era aproximadamente de 1.5 millones.

EL PER INDIO

Combinando la nueva informacin con una reutilizacin de datos ms viejos se puede tambin arrojar nuevas luces sobre la poblacin indgena peruana en 1827, y ms all. El punto de partida es The Indian Caste of Peru, de Kubler. Este estudio, que data de 1952, sigue brindando el mejor mapa de los oscuros paisajes del cambio social y tnico en el Per republicano. Adoptando la definicin social (algo discutible) que los cobradores de impuestos hacan de indio y casta, Kubler descubri que durante buena parte del siglo diecinueve las mayoras indgenas en realidad crecieron, siendo este el nico momento de la historia andina que detuvo, si es que no reverti, el mestizaje cultural y demogrfico. Este fenmeno es la causa principal de la extraordinaria presencia indigena en el Per contemporneo. Bastantes evidencias cualitativas confirman ahora esta opinin, pues el temprano siglo diecinueve representa un perodo en el cual la dominante sociedad blanca estuvo debilitada por las tensiones generadas por la decadencia econmica, el caos poltico y la incertidumbre institucional de la transicin postcolonial. Segn Kubler, en 1795 los indios comprendan el 57.6 por ciento de la poblacin colonial, subiendo luego al 59.3 por ciento de la nueva nacin en el amplio lapso que va de 1826 a 1854. Su nmero comenz a bajar a 54.8 por ciento en 1876, y a un 40 por ciento para mediados del siglo veinte.36 Su anlisis y evidencias regionales desagregadas ofrecen an mayores sugerencias. Sin embargo, la consistencia y veracidad con que los censadores definieron y contaron a los indios sigue siendo una cuestin abierta. El presente estudio confirma los hallazgos de Kubler, con algunas grandes y pequeas correcciones. El cuadro 8 contiene las poblaciones indgenas de 1827 revisadas por provincia, en base a nuevos datos censales para treintitrs de ellas, conjuntamente con algunas de las ms tempranas matrculas republicanas que Kubler encontr en los archivos. De la poblacin total peruana de 1.5 millones, el 61.6 por ciento (934,816) fue considerado indio.

36. Para el anlisis de provincias vase Kubler, Indian Caste of Peru, cs. 2-3, 9 y todos los mapas. Un gran problema de estos anlisis es cmo fueron definidos los indios. Segn las pocas indicaciones disponibles, los censos tempranos usaban criterios adscriptivos coloniales (manejados inconsistentemente por alcaldes, caciques, sacerdotes y recaudadores de impuestos). En la encuesta de 1876 se practic la autoidentificacin, pero se instruy a los encuestadores que tomasen delicadas decisiones ad hoc segn el aspecto o los lazos de parentesco. Vase Daz, Censo general de 1876, 25. Desafortunadamente, en ningn lugar se recogi informacin alguna sobre el lenguaje, uno de los principales indicadores del estilo de vida indio.

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Esta proporcin supera ligeramente el estimado que Kubler hiciese de 59.3 por ciento, para el largo intervalo que va de 1826 a 1854 (tambin mostrado por provincias), y ha sido calculado sobre una base demogrfica significativamente ms amplia (todas las cincuentisiete provincias, y no solo cuarentitrs). Provincia por provincia, catorce zonas muestran una composicin india que difiere en 5 por ciento o ms del grupo de Kubler, mientras que otras tres revelan nuevos datos donde antes no haba ninguno (todos han sido sealados para los etnohistoriadores que se interesen por ello).37 Sin embargo, la mitad de estas provincias revisadas estn limitadas a la regin central del Per. Slo Chancay, Abancay, Arica y Parinacochas difieren en grado significativo, y tan solo la ltima muestra un cambio real de una mayora indgena a otra mestiza. El perfil bsico, entonces, es muy parecido al de Kubler: poblaciones indgenas creciendo ligeramente cerca de Lima y en la sierra sur, y modestos avances mestizos en partes de Junn, La Libertad y el hinterland de Arequipa. Desagregadamente, entonces, la nueva informacin bsicamente subraya sus conclusiones a nivel regional, que es donde aparecen sus ms reveladoras comparaciones tnicas. La coincidencia no sorprende, dado que ambos estimados se basan en el mismo tipo de documentacin fiscal temprana. Otra notable revisin es la fecha precisa del nuevo clculo de 1827. Antes de que la independencia se produjese, la indianizacin del Per ya estaba ms pronunciada o se haba vuelto ms intensa. Este dato deber reemplazar el vago uso que Kubler haca del perodo combinado de 1826-1854, que sugiere que la recuperacin indgena es un fenmeno de la temprana repblica y no de la colonia tarda. Esta tendencia en parte debe reflejar el mayor sentido y cumplimiento de la jerarqua de castas durante el tardo rgimen colonial, principalmente tras la rebelin de Tpac Amaru. Pero otras evidencias apuntan hacia una verdadera animacin demogrfica indgena, como por ejemplo la presencia de una familia indgena tpica ms grande en los aos 1820.38 Nuevamente resulta difcil atribuir una leyenda negra demogrfica al crepsculo del colonialismo. Y lo que es ms importante, se profundiza la pregunta analtica decisiva de cundo es que la tendencia realmente gir ha-

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37. Hacer comparaciones precisas con los datos de mi cuadro 8 resulta difcil. Contra lo que afirma Kubler, en varios casos (especialmente Cuzco y Ayacucho) los cambios en las demarcaciones republicanas s parecen ser un factor. Dos provincias muestran inusuales mayoras indias debido a unas interpolaciones conservadoras de la poblacin total. 38. Kubler hizo un intento por refinar las zonas en donde el cambio pareci ocurrir entre 1826 y 1854 (vanse los mapas 11-12). Para las condiciones coloniales tardas que afectaban a los indios vase John Fisher, Govenment and Society in Colonial Peru (Londres: Athlone Press, 1970), esp. los caps. 4 y 6. Para una imagen revisada (y menos drstica) del impacto demogrfico de la guerra tupamarista vase a Magnus Mrner, Perfil de la sociedad rural del Cuzco a fines de la colonia (Lima: Universidad del Pacfico, 1977), 123-29.

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Cuadro 8 Poblaciones indgenas peruanas, revisadas con las cifras de 1827 Porcentaje por Kubler Porcentaje (1826/54) en 1793-95

Provincia Lima Cercado Chancay Canta Caete Huarochir Yauyos Santa Ica

Fuente

Indios en 1827

Porcentaje en 1827

K1827 1827 1827 1827 1827 1827 1827 K1830

9,690 10,791 12,368 10,243 16,140 10,981 617 4,754 75,584

16.6 57.7 88.8 73.7 97.5 89.5 38.5 26.4 47.0

14.9 70.2 a 74.4 a n.d. b 93.9 91.3 19.2 a 67.6 c

15.5 53.8 85.2 55.7 93.3 83.6 26.2 32.1 42.4

Totales departamentales Junn Pasco Jauja Hunuco Huamales Cajatambo Huaylas C.A./Huari Conchucos Bajo

1827 1827 1827 1827 1827 1827 1827 1827

19,380 e 37,854 9,048 7,121 11,321 25,409 6,387 15,069 131,589

52.3 62.6 62.3 54.1 61.3 51.2 25.5 34.0 50.0

n.d. b 57.1 a 62.3 49.1 a 62.7 50.1 21.9 45.7 c

53.9 54.5 45.2 62.9 62.2 51.3 39.1 52.3

Totales departamentales La Libertad/Amazonas Cajamarca (Chota) Piura Lambayeque Huamachuco Jan Trujillo Chachapoyas Maynas Pataz

1827 1827 1795 K1826 K1837 K1850 1827 e K1835

21,787 30,943 22,333 18,762 1,986 4,164 10,275 20,000 7,476 137,726

51.9 57.5 51.7 ? 43.6 29.6 34.6 70.8 76.6 42.6 45.3

47.3/36.9 e 57.5 n.d. d 43.6 29.6 57.8 d 54.3 c n.d. d 43.1

47.7 55.7 63.5 44.9 49.2 38.0 49.2 n.d. 34.3 50.1

Totales departamentales Puno Azngaro Huancan/Puno Carabaya Chucuito Lampa

1827 1827 1827 1827 1827

41,072 35,381 17,588 49,296 45,513 188,850

94.6 96.8 92.9 94.0 93.1 94.3

95.7 96.7 93.5 87.6 a n.d. b

n.d. n.d.

Totales departamentales Cuzco Cercado Quispicanchi Urubamba

K1840 1827 1827

18,720 23,033 9,530

46.8 87.7 63.8

46.8 86.1 63.4

44.6 82.0 55.8

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Cuadro 8 (continuacin) Porcentaje por Kubler Porcentaje (1826/54) en 1793-95 93.3 80.7 63.2 c 88.0 72.2 c 71.0 89.0 94.0 86.6 74.3 72.9 89.0 70.6 92.0 71.8 83.1 75.3

Provincia Paucartambo Paruro Abancay Calca y Lares Aymaraes Cotabambas Chumbivilcas Tinta (Canas)

Fuente 1827 1827 1827 1827 1832 K1830 K1830 1832

Indios en 1827 12,278 9,760 30,654 11,812 17,776 15,614 16,952 33,101 199,230

Porcentaje en 1827 94.0 80.5 85.3 90.2 95.4 71.0 89.0 91.7 79.5

Totales departamentales Ayacucho Huamanga Huancavelica Parinacochas Cangallo Lucanas Huanta Andahuaylas Castrovirreyna Tayacaja

K1830 1827 1827 1795 1827 1795 K1836 1795 K1830

10,758 16,819 23,942 10,011 7,551 16,981 14,899 8,385 20,345 126,691

59.2 83.0 76.4 61.3 73.7 74.3 65.2 70.7 (99) 73.0

92.3 c 79.4 44.8 a n.d. b,c 79.4 a n.d. b,c 65.2 95.9 c,d 76.8 c,d

78.9 74-83 e 52.9 80.3 80.8 62.1 41.6 89.5 60.5 69.6

Totales departamentales Arequipa Arica (Tacna) Cercado Caylloma Caman Condesuyos Moquegua Tarapac

1827 1895 K1843 1795 1795 1795 K1840

10,545 5,929 19,343 1,249 12,011 17,272 5,797 72,146 934,816

52.2 11.7 (99) 11.7 58.1 56.9 63.2 45.0 61.6

62.0 a n.d. d 89.9 d n.d. d n.d. d n.d. d 60.2

68.5 15.7 85.4 12.4 59.6 61.1 68.2 48.7

Totales departamentales Totales para Per

59.3

61.3

Fuentes: Ver la discusin en el texto. K/ao denota los estimados de Kubler basados en el registro o censo del ao indicado; slo ao indica otro censo. Todas las estadsticas de indios de 1827 fueron calculadas como porcentaje de las poblaciones de 1827 (por provincia, por departamento y para todo el Per) del cuadro 4.
a

Divergencia de 5 por ciento o ms de los estimados de Kubler. El censo de 1827 proporciona datos nuevos. c Posible divergencia o distorsin de datos no confiables. d Comparacin difcil debido a los cambios en los lmites o al hecho de ser datos interpolados. e Datos inciertos, incompletos o interporlados.
b

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cia un mayor mestizaje republicano. El hiato en la informacin corresponde ahora al medio siglo entre 1827 y 1876 o ms all. Pero una discrepancia bastante ms seria se refiere a la presentacin e interpretacin que Kubler hace de las tendencias nacionales de aculturacin. El cuadro 9 presenta revisiones de la proporcin global de los indios en la poblacin peruana desde 1795 hasta 1940. El estudio de Kubler en realidad omite catorce provincias aquellas para las cuales faltaban datos de archivo de la repblica temprana con que realizar comparaciones de largo plazo, con lo cual sorprendentemente cubre slo una fraccin de la poblacin peruana. Aunque not este hecho, Kubler no advirti a los investigadores de su posible efecto distorsionador. La omisin ms seria es la de todo el departamento de Puno, la zona ms indgena de todo el Per (en 1827 ms del 94 por ciento de sus 200,500 habitantes sostenan tener dicho estatus). En verdad, para 1795 el estudio de Kubler solamente considera al 68 por ciento de la poblacin total del Per; para la repblica inicial menos del 73 por ciento; para 1876 el 65 por ciento, y 67 por ciento en el moderno censo de 1940. Trabajando directamente con registros parroquiales coloniales tardos, otros crticos verificaron los subestimados regionales que Kubler hizo de la poblacin indgena.39 La nueva informacin para 1827 permite una comparacin completa de este siglo y medio decisivo. Usando una proporcin india de 94 por ciento para Puno en 1795 (150,155 indios), las nuevas cifras de 1827 ms los desagregados tnicos publicados en los censos de 1795, 1876 y 1940 dan como resultado nuevas tendencias globales que difieren notablemente de las parciales dadas por Kubler. En 1795 el Per era indio en un 61.3 por ciento, 57.9 por ciento en 1879 y 46.0 por ciento en 1940.40 Este clculo simult-

39. Kubler debi haber aclarado este defecto mostrando tabulaciones totales de los tres censos usados (cs. 4, 8 y 9). Sigui este mtodo slo para el censo de 1795, el ms cercano a su propio estimado. La subnumeracin de los aos 1790 tambin subraya la defectuosa informacin tnica, y fue sugerida en el estudio parroquial de Vollmer citado en Snchez Albornoz, Population of Latin America, 110, y Browning y Robinson, Origin and Comparability of Peruvian Data, 28-30. Para una discusin de larga duracin de algunas estadsticas indias (con repeticin de algunos errores) vase Thomas M. Davies, Indian Integration in Peru (Lincoln: University of Nebraska Press, 1970), 3. El sugiere un lento pero genuino mestizaje para 1876. Vase asimismo a Magnus Mrner, The Andean Past: Land, Societies and Conflicts (Nueva York: Columbia University Press, 1985), 207-209. 40. Las estadisticas de Puno en Prensa Peruana, 27 dic. 1828, 16 feb. 1829 y Telgrafo, 17, 27 dic. 1823, 3 enero 1829. Las proporciones han sido multiplicadas por 156,000, el total para 1790. Al haber perdido su antigua funcin fiscal o adscriptiva, para el censo de 1940 el concepto de indio (que jams ha sido racial) se haba vuelto nebuloso. Para una critica de este punto vase John Rowe, The Distribution of Indians and Indian Languages in Peru, Geographical Review 37, no. 2 (1947): 202-215.

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Cuadro 9 Poblacin indgena del Per, revisin de totales, 1795-1940 Cobertura nacional (%) 79.1 a 68.7 b 72.5 c 65.8 d 67.6 e 86.9 100.0 100.0 100.0 100.0

Ao, fuente 1795, Kubler 1826-54, Kubler 1876, Kubler 1940, Kubler 1795, Oficial 1795, revisado 1827, cuadros 4, 8 Censo de 1876 Censo de 1940

Poblacin cubierta 850,980 1,100,150 1,776,708 4,194,278 1,076,122 1,238,322 1,516,693 2,699,106 6,207,967

Nmero de indios 490,515 651,933 972,919 1,758,541 608,902 759,057 934,816 1,562,910 2,856,000

Porcentaje de indios 57.6 59.3 54.9 41.9 56.6 61.3 61.6 57.9 46.0

Fuentes: Kubler, Indian Caste of Peru, cuadros 9, 8, 4; cuadro 8 de este artculo; Per, Censo nacional de 1940; total del revisado de 1795 del agregado de Puno y Jan (poblacin 162,200; 150,155 indios).
a

79.1 por ciento del censo oficial de 1795. 68.7 por ciento del censo revisado de 1795. c 72.5 por ciento de las cifras de 1827 (ver cuadro 4). d 65.8 por ciento del censo de 1876. e 67.6 por ciento del censo de 1940. f 86.9 por ciento del censo revisado de 1795.
b

neamente cuestiona la nocin de un incremento indio en la colonia tarda, y de un comienzo definitivo del mestizaje moderno en 1876. Dejando a un lado cuestiones ms complicadas referidas a desplazamientos en y entre provincias, estas proporciones agregadas sugieren dos tendencias. En primer lugar, resulta saltante la gran estabilidad tnicas del siglo diecinueve, en particular la gran continuidad entre las dcadas de 1790 y 1830, cuando los grupos indgenas continuaron siendo un 62 por ciento de la poblacin peruana. Resulta ahora inapropiado hablar de un gran avance de la poblacin indgena, aunque en ciertas localidades el incremento se produjo. Ese efecto fue mal interpretado por haberse subestimado la poblacin nativa de la colonia tarda en 4 por ciento. Es igualmente difcil hablar de un significativo avance en el mestizaje para 1876, dado que la proporcin de la poblacin indgena en todo el pas haba disminudo slo en un 3.7 por ciento. Los datos incompletos exageraron esa tendencia. A decir verdad, la baja probablemente cae dentro del margen de error del censo. Ella se reduce en un punto porcentual ms si se tiene en cuenta el impacto que tuvieron los 90,000 cules chinos trados al Per para 1876. Y hablando hipotticamente, si midisemos el efecto de las supuestas 300,000 victimas indigenas de las epidemias de 1850, la poblacin indgena peruana se habra mantenido firmemente precisamente

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en un 62 por ciento. En otras palabras, antes de la Guerra del Pacfico los historiadores no pueden atribuir incremento alguno del mestizaje a cambios estrictamente sociales y culturales. Sin embargo, ninguna de estas acotaciones niega la intuicin central de Kubler: que en trminos macrohistricos, el siglo diecinueve sigue siendo la gran excepcin a medio milenio de usurpacin y asimilacin europea de las comunidades indgenas. De hecho, el presente estudio refuerza grandemente dicha conclusin, as como sus poderosas implicaciones histricas y antropolgicas.41

PERIODIZACIN Y CAMBIO SOCIAL

Debemos tocar algunas de estas implicaciones, conjuntamente con su relacin a la periodizacin histrica. El punto ms obvio es la definicin esencialmente social, incluso poltica, del indio. Ningn esquema biolgico (y mucho menos racial) puede dar cuenta de estos patrones envolventes de resurgimiento, persistencia y decadencia indgena en la sociedad andina. Es claro que sigue siendo vital explorar los cambios especficos en la epidemiologa, la fertilidad, mortalidad y sexualidad de la sierra durante el siglo diecinueve, as como cualquier subyacente influencia cultural o ecolgica. En tanto que tales investigaciones no hayan sido realizadas, todo anlisis de las tendencias demogrficas ste inclusive seguir siendo tentativo.42 En segundo lugar, los historiadores deben esclarecer la multiplicidad de factores sociales, econmicos y polticos que fortalecieron o debilitaron la integridad de la identidad e instituciones indias. En este sentido puede trazarse una distincin amplia entre los modos coloniales de la indianidad y el mestizaje. y lo que a falta de mejor trmino podramos llamar el mestizaje moderno. En forma simple, durante la colonia el estado espaol jug un papel importante en el mantenimiento de una sociedad de castas dual a travs

41. Kubler mismo subray la definicin social del estatus de indio ms que su definicin biolgica, y (menos convincentemente) una ms rgida jerarqua informal de castas despus de la independencia. Parte de esta paradoja que los indios se estabilizasen en ausencia de una definicin estricta de las castas por parte del estado queda explicada por los elementos de eleccin que exploraremos luego. 42. Para fragmentos de datos locales demogrficos y familiares vase Poblacin del Per a lo largo de un siglo, tercera parte; Estadsticas vitales, 95-118 y, para 1876-1940, Factores determinantes del crecimiento de la poblacin, Informe demogrfico del Per. Los nicos estudios detallados de las tasas de natalidad, mortalidad y familias se refieren a Lima, y aparecen en el manuscrito de Christine Hnefeldt, Esclavitud urbana y vida familiar en un contexto multitnico: Lima, primera mitad del siglo 19 (1984); para la dcada de 1830 vase Mario Crdenas Ayaipoma, Demografa del pueblo de Santiago del Cercado, Revista del Archivo General de la Nacin 8 (1985): 79-111.

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de sus mandatos judiciales, sociales y fiscales, a pesar de que la realidad fue bastante ms desordenada. El estado republicano se retir del asunto de regular las categoras de castas, y una serie de fuerzas impersonales el mercado, las presiones sobre los recursos, la ideologa liberal y las clases lentamente comenzaron a afectar las actitudes, estilos de vida y estructuras sociales indgenas.43 De este modo, el siglo diecinueve es notable no slo como una ruptura en la erosin secular de la sociedad indgena, sino tambin como un interregno que esconde el poco estudiado paso hacia nuevas formas de asimilacin tnica. En tercer lugar, los historiadores han comenzado a distinguir, en distintos contextos sociales, las relaciones de poder que contribuyeron a la marcada fluidez del estatus indio. Por ejemplo, los campesinos lo adoptaban voluntariamente cuando se podan obtener ventajas especficas de serlo (digamos, por ejemplo, proteccin de terratenientes rapaces, o consolidacin de derechos a tierra y trabajo). Esta indianidad sui generis es un rasgo saltante de la poltica campesina. Alternativamente, la adopcin de rasgos mestizos ha sido tan ubicua en los Andes que todo un vocabulario el del cholo ha cubierto el tipo social transicional. A nivel local estas dinmicas se muestran a s mismas incluso en las identificaciones tnicas adoptadas dentro de la fuerza laboral de una gran propiedad particular, o dentro de la estructura de clases de una comunidad aldeana. A un nivel ms amplio, la sociedad tradicional indgena tiende a florecer cuando los grupos europeizados se encuentran debilitados econmica y socialmente, y a retroceder durante los perodos de expansin de la sociedad blanca y sus aliados.44 Tpicamente, estas

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43. La realidad social de la delineacin de las castas siempre fue ms compleja que las normas legales hispanas. Para una evaluacin vase a Herbert S. Klein, The State and the Labour Market in Rural Bolivia in the Colonial and Early Republican Periods, en Essays in the Political, Economic, and Social History of Colonial Latin America, editado por Karen Spalding (Newark: Universidad de Delaware, 1982), 95-106; para las realidades sociales vase a Oscar Cornblit, Society and Rebellion in Eighteenth-Century Peru and Bolivia, en St. Antonys Papers, editado por R. Carr, vol. 22 (1970): 9-44. Al igual que en la demografa histrica andina, el trabajo ms agudo sobre la definicin histrica del estatus indgena analiza el perodo de la conquista. Vase a Steve J. Stern, Perus Indian Peoples and the Challenge of Spanish Conquest: Huamanga to 1640 (Madison: University of Wisconsin Press, 1982). 44. Vase en particular a Juan Martnez Allier, Los huacchilleros del Per (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1973); Geoffrey Bertram, New Thinking on the Peruvian Highland Peasantry, Pacific Viewpoint 15, no. 2 (sept. 1974): 89-111; Carlos Samaniego, Peasant Movements at the Turn of the Century and the Rise of the Independent Farmer, en Peasant Cooperation and Capitalist Expansion in Central Peru, editado por Norman Long y Bryan R. Roberts (Austin: University of Texas Press, 1978): 45-71; vanse tambin aspectos de Pablo Macera, Feudalismo colonial americano: el caso de las haciendas peruanas, en Trabajos de Historia 3: 139- 228. Revsese la revisin general de los factores sociales en Erwin Grieshaber, Hacienda-Indian Community Relations and Indian Acculturation: An Historiographical Essay, LARR 14, no. 3 (1979): 107-28. La ms fina investigacin emprica demuestra estas dinmicas tnicas-de clase en regiones predominantemente mestizas: vase a Florencia E. Mallon, The Defence of Community in Perus Central Highland: Peasant

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pretensiones de la sociedad dominante crecan durante las fases de dinamismo comercial o capitalista, en oposicin a las pretensiones de un campesinado mayormente precapitalista. En los Andes, la etnicidad est relacionada con si no regida por los modos de produccin. Estas generalizaciones ni siquiera consideran a los enfoques innovadores de la enraizada ideologa andina del campesinado serrano, que aaden otra activa dimensin ms a una comprensin compleja del estatus indio.45 Si bien las nuevas cuantificaciones son una ayuda, todava es poco lo que podemos decir acerca del momento y las causas del mestizaje en el Per. Estos puntos son difciles de sostener debido a la carencia de informacin censal entre 1827 y 1876, y entre 1876 y 1940, y al magro estado de las investigaciones acerca de las comunidades indigenas en el siglo diecinueve. En general, sin embargo, el anlisis antecedente sugiere dos puntos. En primer lugar, antes de 1876 la criollizacin del Per recin empezaba y con retraso, reflejando condiciones ecolgicas (globales) tanto como locales. En otras palabras, la notable estabilidad demogrfica regional, evidente ms all de la dcada de 1850, reforz las normas coloniales de identidad tnica al fomentar las sociedades regionales en las cuales tenan que darse los cambios. Segundo, en ausencia de un cambio en el comportamiento demogrfico de tipo ancien rgime, los historiadores deberan centrar su atencin en los elementos sociales y polticos del estatus indio-mestizo.46 Sin embargo, ningn cuadro de estasis global debe ocultar las a menudo profundamente arraigadas y sutiles transformaciones republicanas en los modos de vida de los indios.

Struggle and Capitalist Transition, 1860-1940 (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1983), y Brooke Larson, Colonialism and Agrarian Transformation in Bolivia: Cochabamba, 1550-1900 (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1988). 45. Vase a Alberto Flores Galindo, Buscando un inca: identidad y utopa en los Andes (Lima: Instituto de Apoyo Agrario, 1987), o su sinptico Europa y el pas de los incas (Lima: IAA, 1986). Tambin a Steve J. Stern, The Struggle for Solidarity: Class, Culture and Community in Highland Indian America, Radical History Review 27 (1983): 21-45, o los ensayos en la coleccin editada por Stern, Resistance, Rebellion and Consciousness in the Andean Peasant World: 18th to 20th Centuries (Madison: University of Wisconsin Press, 1987), en especial el captulo inicial del mismo Stern. Vase tambin La participacin indgena en los mercados surandinos: estrategias y reproduccin social, siglos xvi a xx, editado por Olivia harris et al. (La Paz: CERES, 1987). 46. Una tercera inferencia simple (pero no substanciada) es que la estasis global fue mantenida por tasas de natalidad indgenas ms altas, que compensaron las prdidas histricamente consistentes causadas por la migracin y el mestizaje. El enfoque social pionero es el de Nicols Snchez Albornoz, Indios y tributos en el Alto Per (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1978).

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Para la repblica temprana son actualmente dos las periodizaciones y puntos de vista especficos que dominan el pensamiento sobre el cambio social y la comunidad indgena. La posicin ahora tradicional sugiere que con el republicanismo, los indios sufrieron una serie de amenazas inmediatas: desde la abolicin de la paternalista distincin de castas en la dcada de 1820, pasando por los liberales decretos bolivarianos sobre la tierra expedidos a mediados de esa misma dcada (para privatizar el uso comunal de las tierras), hasta la supresin de las tradicionales jefaturas indgenas. Todos estos cambios legales fueron supuestamente seguidos por una ola de expropiaciones a manos de terratenientes mestizos emergentes y blancos ambiciosos, beneficiarios de los caudillos dispensadores de tierras. Por lo menos un historiador intent peligrosamente correlacionar este neocolonialismo con el mapa social de la etnicidad decimonnica. En la nueva formulacin neomarxista, la repblica inicial vio la rpida consolidacin de clases dominantes locales (feudales o de otro tipo), armadas por primera vez de una autonoma poltica con la cual implementar sus propias soluciones al problema indgena.47 Esta posicin est netamente equivocada, como lo muestra la persistencia indgena hasta bien entrada la repblica. Los historiadores tal vez sospechaban ya esta realidad debido a lo rpido que el Per rescindi sus inciales proclamas liberales, y restaur las categoras fiscales coloniales de castas hasta mediados de la dcada de 1850, por lo menos. Tampoco existen evidencias genuinas de movimientos agresivos contra la tierra y el trabajo indgena en la sierra en particular, de parte de las econmica y polticamente asediadas oligarquas dominantes peruanas. Los ideales integracionistas liberales fracasaron, incluso en sus propios trminos. Para seducir u obligar a los indios a seguir nuevas vidas se necesitaba algo ms que papeles decretando la piruanizacion. Como alternativa, otros historiadores sugieren ahora fuertes continuidades con la sociedad colonial de castas. Principalmente debido a razones fiscales (una continua dependencia del tributo indigena), los dbiles estados nacionales andinos continuaron defendiendo los derechos corporativos indios, en particular el acceso a las protegidas tierras de comunidad. Los tributos, rebautizados como contribuciones, proporcionaron ms de un tercio de los fondos fiscales. Este pacto recproco fue reforzado a nivel regional por gamonales, caudillos y curas con intereses creados, o incluso afinidad cultu-

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47. Para ejemplos vase a Jean Piel, The Place of the Peasantry in the National Life of Peru in the Nineteenth Century, Past and Present 46 (feb. 1970): 108-33; Davies, Indian Integration, cap. 2; Ernesto Yepes del Castillo, Per, 1820-1920: un siglo de desarrollo capitalista (Lima: IEP, 1973), caps. 1-2, y Henri Favre, El mundo andino en tiempos de Bolvar: los Asto entre 1780 y 1830, Revista del Museo Nacional 47 (1983-1985): 259-71. Para el anlisis forzado de los mapas de Kubler vase Jean Piel, Capitalisme agraire au Prou (Pars: Anthropos, 1975), 1: 290-316, y 312-13.

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ral con la poblacin serrana. En el Per, el cambio decisivo en la balanza lleg con la abolicin oficial del tributo en 1855, que segn algunos, rpidamente dio lugar a renovados asaltos liberales y de terratenientes sobre las prerrogativas indgenas.48 Una virtud de esta explicacin, altamente desarrollada para el caso boliviano, es el vibrante papel que asigna a las comunidades, las cuales aprovecharon la oportunidad para afirmar sus intereses y cultura. Es asimismo ms consistente con las tendencias demogrficas, con impresiones dispersas de formas de vivir indgenas no perturbadas hasta bien avanzada la repblica, y otras evidencias sociales como el sorprendente medio siglo de tranquilidad campesina en los Andes. Ni una sola rebelin grande remeci al Per entre 1815 y fines de la dcada de 1860.49 Con todo, para el caso peruano sigue siendo dbil este modelo estatal-tributario, y su explicacin de la estabilidad tnica. Sobre todo, comparte con la escuela de la rapia liberal el supuesto de que los estados liberales (o sus sucedneos a nivel local) fueron lo suficientemente coherentes o fuertes como para afectar el cambio social. Mas para todo fin prctico, ste desapareci del campo peruano por lo menos hasta la dcada de 1860. El modelo estatal-tributario reduce complejos problemas tnicos y de poder a relaciones fiscales, y generaliza a partir de circunstancias bolivianas algo especiales.50 Para 1821, en la mayor parte del Bajo Per la tenencia de tierra colectiva y las autoridades indias (caciques, curacas, alcaldes y varayocs) estaban demasiado alteradas como para apoyar este tipo de gobierno indirecto. Ni tampoco el pago forzado de tributos trajo consigo beneficios tangibles, como lo atestigua el curso irregular de la poltica indgena peruana. Estu-

48. Para un modelo boliviano vase a Tristan Platt, Estado boliviano y ayllu andino: tierra y tributo en el norte de Potos (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1982), y a Snchez Albornoz, Indios y tributos,cap. 5. Para el Ecuador consltese a Andrs Guerrero, Curacas y tenientes polticos: la ley de la costumbre y la ley del estado (Otavalo, 1830-1875), Revista Andina 7, no. 2 (dic. 1989): 321-63, o Martha Moscoso C., Comunidad, autoridad y poder republicano, 481-501. Para el Per, dos estudios recientes son el de Mara Isabel Remy, La sociedad local al inicio de la repblica: Cuzco, 1824-1850, Revista Andina 6, no. 2 (dic. 1988): 451-84, y Glave, Demografa y conflicto social, 24-31. Para la posicin dominante acerca de la abolicin del tributo vase Macera, Plantaciones azucareras, 191-197. 49. Para un balance que incluye al patrn andino, vase a John H. Coatsworth, Patterns of Rural Rebellion in Latin America: Mexico in Comparative Perspective, Riot, Rebellion and Revolution: Rural Social Conflict in Mexico, editado por Friedrich Katz (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1988), 21-64, y Piel, Place of the Peasantry. 50. Como lo demuestra el trabajo de Platt, el estado tributario boliviano inclua una bastante coherente economa mercantilista de la pobreza, que comprenda el comercio de granos local, el proteccionismo y las polticas monetaria y agraria. Ningn patrn de este tipo es evidente para el Per, en donde el proteccionismo agrario gir siempre en torno de las lites costeas. Vase a Paul Gootenberg, Between Silver and Guano: Commercial Policy and the State in Postindependence Peru (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1989), cap. 3. Incluso en Bolivia, estas circunstancias sociopolticas quedaron circunscritas a la zona de Potos. Para unas interesantes comparaciones regionales vase Larson, Colonialism and Agrarian Transformation, cap. 9.

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dios recientes sugieren en cambio unos ajustes idiosincrticos a nivel comunal (como en Cuzco o Puno) o, para la dcada de 1840, un activo desplazamiento campesino hacia el ms barato estatus de casta, tipificado por las emergentes asociaciones comunales del valle del Mantaro.51 Para fines de la dcada de 1840, la repentina abundancia del tesoro peruano, debida al guano, casi eclips estos vestigios tributarios. Pero an as, la resultante abolicin nacional de la contribucin indgena no represent una divisoria visible en las relaciones entre indios y blancos. Una tercera interpretacin, basada en la reciente historia social del perodo, tal vez logre integrar las tendencias tnicas con unas ms amplias corrientes regionales del cambio social. Especficamente, esta periodizacin tal vez logre vincular el demorado mestizaje con los tambaleantes patrones peruanos criollos del capitalismo y la construccin del estado. En sentido comparativo y a largo plazo, el patrn peruano refleja la gran marginalizacin poltica y econmica de los Andes durante la era borbnica, temperada por dinmicas respuestas indgenas. Aqu es posible distinguir tres etapas: un prolongado estancamiento despus de la independencia, un cambio limitado entre 1860 y 1880, y una rpida transformacin rural luego de la Guerra del Pacfico. Un esquema tal solamente puede ser sugerente. La periodizacin debe abstraer a partir de una gama perplejizante de obscuros detalles locales; aqu se subrayan los desarrollos iniciales ocurridos entre 1820 y 1860. Durante el primer medio siglo de gobierno republicano en el Per, ni los decretos liberales, ni la condicin de tributario, afectaron significativamente a las comunidades indgenas. Aisladas naturalmente y protegidas por el colapso de la poltica, las comunicaciones y los mercados nacionales durante la era del caudillismo, las comunidades indgenas quedaron mayormente libradas a s mismas. Ningn ejrcito de funcionarios locales entr a sus pueblos, y el hacendado local qued reducido a una posicin de primero entre iguales. Los indios quedaron as liberados de las opresiones tradicionales (o cada vez ms intrusivas) del rgimen colonial, y gozaron, aunque slo fuese por omisin, de un pequeo respiro de las presiones ejercidas por el mercado del emergente capitalismo. En este lapso varios resistieron calladamente la intrusin y los llamados de la sociedad hispana, y pocos dejaron, o se preocuparon por dejar, de ser indios. Son abundantes las ancdotas de mistis (blancos provincianos) que adoptaron la forma de vida quechua, o de asentamientos de puna que se reconstruyeron a s mismos. Esta tendencia

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51. Vase especialmente a Contreras, Estado republicano y tributo indgena, y Christine Hnefeldt, Poder y contribuciones: Puno, 1825-1845, Revista Andina 7, no. 2 (dic. 1989): 367-409. Vanse tambin los importantes trabajos ya citados de Remy y Glave sobre el Cuzco. No es mi intencin restarle importancia a las nuevas percepciones del poder local y los arreglos tnicos debidas a estas nuevas investigaciones.

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era, sobre todo, un movimiento voluntarista: recientes estudios descubren pocos obstculos sociales a la movilidad campesina. Esta concertada retirada qued reflejada en los intiles esfuerzos desplegados por las lites terratenientes, serrana y costea, para reclutar mano de obra nativa a la fuerza o mediante incentivos monetarios. En realidad, dado que las poblaciones indgenas se reproducan activamente, el irritante problema criollo de la falta de brazos fue a lo largo del siglo ms social que cuantitativo.52 Las condiciones materiales mayores favorecieron asimismo la estabilizacin indgena. Una de ellas fue una difundida pobreza. Casi por definicin, las personas indias eran ms pobres que otras (por lo menos en trminos monetarios); en realidad, para la dcada de 1820 eran en promedio dos veces ms pobres.53 Sus filas pronto se engrosaron, a medida que los mercados se contrajeron y fragmentaron en los cuarenta aos siguientes. Adems de anticiparse a la expansin de las haciendas, el recurso a estrategias de subsistencia debe tambin haber temperado la diferenciacin interna de los grupos indgenas. Pero lo que permiti la retirada autosuficiente de las comunidades, fue la abundancia de recursos fsicos resultante de razones hombre-tierra persistentemente bajas en buena parte del Ande. Esta ventaja ha sido mostrada, por ejemplo, incluso para la relativamente poblada sierra central, donde las tierras vacas excedentes amortiguaron el conflicto entre la gran propiedad y los aldeanos durante gran parte del siglo diecinueve. Una verdadera vlvula de escape apareci en las tierras de pastoreo de las punas, y en las fronteras tropicales.54 En general, los estimados de la tierra en manos de indios son elevados. Por ejemplo, un observador supona que a mediados de la

52. Este perodo ha sido menos estudiado. La nica investigacin regional es el muy detallado estudio que Jacobsen hizo de Azngaro, pero ahora se encuentran en curso importantes investigaciones sobre las comunidades, a cargo de Mara Isabel Remy, Marcela Calisto, Christine Hnefeldt y Cecilia Mndez. Para el ms conocido caso boliviano vase a Erwin Grieshaber, Survival of Indian Communities in Nineteenth-Century Bolivia, tesis de Ph.D, Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, 1977. Para un anlisis social de la escasez de mano de obra que la lite enfrentaba, vase Macera, Plantaciones azucareras, 150-98, y Mallon, Defence of Community, cap. 2, para una contrastante visin de resistencia. 53. Recurdese que segn clculos realizados en base a las estadsticas de 1827, a nivel nacional los indios ganaban un ingreso imponible de 22.8 pesos anuales, contra 45.5 para las castas. Magnus Mrner simplemente interpreta los datos de Kubler como algo concomitante a la pobreza y la marginalizacin rural. Vase Mrner, Race Mixture in the History of Latin America (Boston, Mass.: Little, Brown, 1967), 108. 54. Vase a Nelson Manrique, Mercado interno y regin: la sierra central, 1820-1930 (Lima: DESCO, 1987), cap. 3; Jean Piel, Pastoreo andino y espejismos de eternidad telrica: la prueba en contrario de la historia demogrfica de Espinar (Cuzco) de 1689 a 1940", Revista del Museo Nacional 47 (1983-1985): 280-84; Jacobsen, Landtenure and Society in Azngaro, 255, y el estimado que Juan Bustamante hiciese de la tenencia de la tierra, citado en macera, Plantaciones azucareras, 277. La ms dramtica frontera india era el valle tropical de Chanchamayo, donde los indios campas constantemente rechazaron a los colonos espaoles hasta la dcada de 1860. Vase a S. Varese, La sal de los cerros (Lima: Retablo de Papel, 1973).

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dcada de 1849, aproximadamente el 40 por ciento de los indios posean tierras. En el altiplano de Puno, los campesinos nativos controlaban la mayora de los pastizales y ganados bastante despus de la dcada de 1850. En suma, en el Per fueron stas las grandes condiciones que subyacieron al crecimiento demogrfico de antiguo tipo, que por diversas razones produjo un eficiente renacimiento de los modos andinos. Un examen regional revela que varios desarrollos econmicos tempranos afectaron positivamente los circuitos y culturas indgenas, en relacin inversa a la decadencia de las centrales actividades hispanas urbanas, mineras y mercantiles. En algunos casos extremos, como el del sureo valle del Colca, la sociedad colonial misti de lite, compuesta por hacendados y mineros, prcticamente desapareci con la independencia. Los indios se dedicaron a vender su fibra de alpaca directamente a los comerciantes arequipeos. Ayacucho sufri el colapso de larga duracin de las actividades comerciales criollas; salvo por la produccin de coca, con obvia dependencia de la economa campesina. Esta tendencia desat un dramtico resurgimiento de una antigua autonoma y poltica tnicas, como la manifestada en la rebelis iquichana de la dcada de 1820.55 Ms hacia el sur, los historiadores ahora enfatizan cmo las etapas iniciales del nuevo comercio de exportacin de lana de alpaca, que vio precios particularmente altos para las alpacas nativas, eran favorables a las comunidades nativas de pastores, las cuales hicieron a un lado a los intermediarios hispanos en las renacidas ferias regionales. Recientes estudios del Cuzco tras la independencia (o de la Mancha India en general) dan el mentis a las nociones de un desplazamiento hacia el latifundismo regional. En lugar de eso, la imagen de provincias como las de Quispicanchis a mediados de siglo es la de pueblos que comparten el espacio con diversos grupos de pequeos agricultores, con pocas ventajas tecnolgicas o de recursos. Un estudio particularmente rico de Espinar (Canas), una zona de pastoreo abrumadoramente indgena, revela cmo fue que los nativos reconquistaron las punas, explotando inteligentemente los mercados de lana en su poltica autonomista. Esta rea fue una de dramtico crecimiento demogrfico indgena de larga duracin, y un imn para las fugas de las haciendas cercanas.56 La ciudad del Cuzco, un antiguo bastin de con-

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55. Vase a Nelson Manrique, Colonialismo y pobreza campesina: Caylloma y el valle del Colca, siglos xvi-xx (Lima: DESCO, 1986), cap. 9; Los campesinos, la independencia y la iniciacin de la repblica en el Per, el intrigante estudio poltico de Cecilia Mndez (FLACSO, Quito, 1990), y Jaime Urrutia, De las rutas, ferias y circuitos en Huamanga, Allpanchis 21 (1983): 47-64. 56. Vase a Karen Spalding, Class Structures in the Southern Peruvian Highlands, 1750-1920, en Land and Power in Latin America, editado por Benjamin Orlove y Glynn Custred (Nueva York: Holmes y Meier, 1980), 79-98; Nils Jacobsen, Desarrollo econmico y relaciones de clase en el sur andino, 1720-1920: una rplica a Karen Spalding, Anlisis 4 (mayo-ag. 1979); 67-81; Mara Isabel Remy, Gamonalismo: tierra y poder local en el siglo xix cuzqueo, tesis de bachiller, Pontificia Universidad Catlica del Per, (1985); Magnus

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trol hispano, sigui disminuyendo en tamao e influencia a lo largo del siglo diecinueve. De esta manera, la indianidad del Cuzco no fue el resultado de un forzado aislamiento provocado por gamonales monopolistas. En la sierra central, donde la actividad eminentemente hispana de la minera de plata renaci en los aos posteriores a la independencia, las minas de Cerro de Pasco rpidamente dependieron de migrantes indios voluntarios y temporales. Significativamente, la industria minera tuvo que ajustar los cronogramas productivos a las necesidades de los ritmos agrarios. En palabras de un historiador, este arreglo fue una articulacin, no una subordinacin o proletarizacin.57 Adems de la demanda de tributo, los trabajadores indgenas usaban sus ganancias para fortalecer sus redes de intercambio y complejos sistemas de fiestas. La renaciente indianidad fue pronunciada en esta zona de linajes culturales e institucinales extremadamente mixtos; el floreciente centro de intercambio indgena de Huancayo contrastaba marcadamente con el decadente pueblo hispano de Jauja. La poblacin creci ms rpido fuera de las haciendas, que albergaban menos de un dcimo de los habitantes del valle. Incluso en zonas donde un reducido grupo de haciendas tradicionales dominaba la tenencia de la tierra (como en la nortea Cajamarca, de pocos pueblos comunales), estudios recientes han subrayado el impacto que tuvieron las alternativas campesinas. El mercado laboral del siglo diecinueve fue cualquier cosa menos un feudo regional. Los campesinos competan en diversos mercados las plantaciones costeas, el trpico amaznico y las minas o invertan en sus propias ocupaciones artesanales o agrarias.58 Aqu se desarroll una asimilacin ms libre al estatus mestizo.

Mrner, La distribucin de ingresos en un distrito andino en los aos 1830, Estudios Andinos 13 (1977); Michael Gonzales, Neo-colonialism and Indian Unrest in Southern Peru, 1867-1898, Bulletin of Latin American Research 6, no. 1 (1987): 5-6, y Jacobsen, Landtenure and Society in Azngaro, caps. 4-5. El estudio ms explcito y convincente de la autonoma econmica india es el de Piel, Pastoreo andino e historia demogrfica de Espinar; para un relato de una similar retirada migratoria vase Henri Favre, The Dynamics of Indian Peasant Society and Migration to Coastal Plantations in Central Peru, en Land and labour in Latin America, editado por K. Duncan e I. Rutledge (Cambridge: Cambridge University Press, 1977), 257-61. Favre ahora est investigando explicitamente los procesos de indianizacin en Huancavelica; el informe de su investigacin en Estados y naciones en los Andes, editado por J.P. Deler e Y. Saint-Geours (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1986), 169. 57. Vase a Contreras, Mineros y campesions en los Andes, tercera parte; Contreras, Estado republicano y tributo indgena, 19-26, y Manrique, Mercado interno y regin, cap. 3 (basado en gran parte en la clsica obra antropolgica de Arguedas, Evolucin de las comunidades campesinas). Mallon hace unas valiosas comparaciones de las estructuras aldeanas mestizas y de estilo indio en Defence of Communities, caps. 2-3. 58. Lewis Taylor, Earning a Living in Hualgayoc, 1870-1900, en Rory Miller, Region and Class in Peruvian History, 103-24. La sierra norte sigue siendo una de las zonas menos estudiadas del Per.

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Esta periodizacin y examen sugieren un arsenal de preguntas etnogrficas acerca de la composicin interna y la evolucin de la comunidad indgena en la repblica, de la cual tan poco se sabe. El nico estudio de comunidades dispersas en el crepsculo del colonialismo (1800-1830) que sirve de punto de partida las presenta como amalgamas radicalmente abigarradas de tipos sociales: indios tradicionales, caciques hispanizados, yanaconas y mestizos mezclados en un desordenado caldero de tensiones internas tnicas, de clase y respecto a relaciones con la tierra. Una historiadora las ha retratado como indias solo de nombre pues en contra de la legislacin colonial hispana, los blancos haban incursionado dentro de ellas, ejerciendo un creciente control.59 Acaso la subsiguiente relajacin de las presiones externas hizo posible unas relaciones comunales ms cohesivas, junto con una resistencia a, o la expulsin de, los extraos? Acaso la pobreza y el relajamiento de la coaccin legal condujo a una gradual erosin de las categoras sociales coloniales? Aqu resultan especialmente interesantes las escasas referencias hechas en el Peru decimonnico a la antigua dicotoma colonial del originario versus el forastero, que todava marcaba varias comunidades bolivianas. Un siglo antes, en algunas zonas como Cuzco o Trujillo, los forasteros sin tierras comprendan ms de una tercera parte de los nativos. Su continua fuga subyaca a la tarda estabilizacin virreinal de las poblaciones indias. Los historiadores saben que el estado republicano asumi, al menos, una visin ms homognea de la indianidad. Acaso los forasteros crearon informalmente, o se integraron voluntariamente a, comunidades fijas? De ser as, fue esta tendencia una de las causas principales del avance de la indianidad? Este proceso pareciera haber estado en marcha en los alrededores de Canas, con o sin liderazgo oficial. la proporcin de indios forasteros creci rpidamente despus de la independencia, por lo menos hasta 1845, cuando las distinciones dejaron de registrarse.60 En el otro lado del espectro, los casi blancos aprovecharon la independencia para dejar tras de s sus races mestizas, profundizando as la ms dicotmica estructura tnica congelada en los censos deminonnicos? Las obscuras evidencias sugieren en general la consolidacin de ms aldeas pseudo-indias, ejemplificadas en la regin del Mantaro, donde todo tipo de campesinos remedaba varias de las normas indgenas concernientes

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59. Vase a Christine Hnefeldt, Lucha por la tierra y protesta indgena: las comunidades indgenas del Per entre colonia y repblica (Bonn: Bonner Amerikanische Studien, 1982), y Favre, El mundo andino entre 1780 y 1830. 60. Vase particularmente a Glave, Demografa y conflicto social, cuadros y 22-24. Consltese a Snchez Albornoz, Indios y tributos, 51-53, 60-64 y cap. 2, y Contreras, Estado republicano y tributo indgena, 26, 33. En la Memoria de Hacienda de 1830 todava se hacan distinciones entre forasteros; luego estas se fueron haciendo raras.

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al trabajo cooperativo y a los recursos, ya sea por necesidad o ventaja. Esta conducta es consistente con la microeconoma andina, en la cual dadas las tecnologas tradicionales, la explotacin racional o eficiente de extensos recursos es sostenida por el trabajo recproco (minka). Pero esto no es lo mismo que el comunalismo de la propiedad, aquella errnea concepcin de la indianidad de que se vanagloriaban los primeros indigenistas. Debe subrayarse que a diferencia de las dehesas pastoriles, para mediados del siglo diecinueve tan slo un pequeo ncleo de tierra agrcola estaba realmente posedo o era trabajado comunalmente, incluso en las zonas ms indgenas, como Puno. En muchos casos uno se pregunta si el comunalismo alguna vez fue dominante.61 Este individualismo por lo menos sugiere los posibles efectos que los tempranos decretos liberales y los decadentes puntales burocrticos tuvieron sobre los derechos de propiedad colectivos, alguna vez encarnados en el rgimen colonial. Al mismo tiempo, los historiadores han detectado una difusin informal de los lazos horizontales de comunalidad, incluso entre los residentes integrados a haciendas, que para el tardo siglo diecinueve se convirtieron en una forma penetrante de resistencia cultural. Significativamente, todos estos desarrollos tuvieron lugar durante el ocaso o la completa ausencia del tradicional liderazgo curacal. Sea cual fuere el caso, lo cierto es que las conductas e instituciones andinas estaban siendo adaptadas en un contexto jurdico radicalmente confuso e inestable, que no era ni el comunitarismo de la repblica de indios sancionado por las leyes coloniales, ni la libre tenencia individual anunciada sobre el papel de los cdigos comerciales republicanos. En cierto sentido, y a pesar de su evidente resonancia, la comunidad indgena estaba entrando a ese vulnerable mundo indefinido reservado para los mestizos durante la colonia. En resumen, el estudio de las comunidades en el siglo diecinueve, durante este largo intervalo entre las versiones impuestas de la comunidad y la erosin capitalista de la cultura serrana en el siglo veinte, debera ser del

61. Para una descripcin de los rasgos vase Manrique, Mercado interno y regin, cap. 3, 152-55; como modelo social vase a Florencia mallon, Microeconoma y campesinado: hacienda, comunidad y coyunturas econmicas en el valle de Yanamarca, Anlisis 4 (1978); para un anlisis detallado de los tipos de tenencia comunal de la tierra vase Jacobsen, Landtenure and Society in Azngaro, 675-92. Para el anlisis de los vnculos horizontales, Nelson Manrique, Yawar Mayu: sociedades terratenientes serranas, 1879-1910 (Lima: DESCO, 1988), esp. el cap. 4; y Carlos Contreras, Mercado de tierras y sociedad campesina: el valle del Mantaro en el siglo xix, ponencia preparada para las reuniones de la Latin American Studies Association en Miami, 4-6 dic. 1989, 20-23. Para estos temas el modelo econmico ms til es el de Daniel Cotlear, Desarrollo campesino en los Andes: cambio tecnolgico y transformacin social en las comunidades de la sierra del Per (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1989), cap. 2. Este trabajo muestra una inusual especificidad en el uso andino de las tierras, y en las relaciones histricas entre el cambio demogrfico, tecnolgico e institucional.

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mayor inters para aquellos etnohistoriadores interesados por buscar los patrones de una consciencia andina autnoma.62 Dada esta elasticidad, la segunda gran fase comenzando con la consolidacin de un estado nacional criollo estable en la dcada de 1850 apenas si afect la estasis rural peruana. Otros dos grandes factores estructurales tambin inhibieron el cambio. En primer lugar, durante la era del guano el estado permaneci altamente localizado alrededor de Lima, anclado como estaba en la expansiva economa guanera de la costa. Dadas la peculiar abundancia y autonoma fiscales que gener, no hubo ninguna apremiante necesidad poltica para integrar al campesinado, o las lites provinciales, a intentos de mayor envergadura de construir el estado.63 Por ejemplo, las lites regionales parecen haber sido mayormente ignoradas en sus luchas locales contra campesinos recalcitrantes. Es por estas razones que el Per no sufri una renovada ofensiva liberal en contra de la indianidad, como la que experiment Bolivia en la dcada de 1870. A la abolicin del tributo a mediados de siglo no le sigui ningn desarrollo institucional o integracionista positivo y, si algn cambio hubo, fue en el sentido de aflojar an ms los lazos entre las sociedades blanca e india. Segundo, el centro del desarrollo capitalista que s apareci estuvo principalmente confinado a las nuevas plantaciones comerciales productoras de azcar, algodn y vino en la costa, un mundo aparte del hinterland indgena peruano. El masivo recurso por parte de los hacendados a una variedad importada de proletarios (cules o trabajadores desarraigados) aminor an ms los esfuerzos por involucrar o inducir flujos de mano de obra nacional. An as, los primeros signos tangibles de un cambio post-colonial se registraron en las dcadas de 1860 y 1870. El ritmo de las migraciones rurales hacia Lima y a una serie de dispersas empresas en las tierras bajas se aceler. Aqu y all, los moribundos detentadores provincianos del poder comenzaron a tomar un inters ms concertado en mercados y tierras, como sucedi en el sur. En este sentido los blancos, o quienes podan pasar como tales,

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62. Alberto Flores-Galindo encapsula al siglo diecinueve como uno de decreciente consciencia nacional en el campesinado andino, una razn ms para examinar tales polticas autnomas rurales, un elemento importante de lo andino. Vase Flores Galindo, In Search of an Inca, en Stern, Resistance, Rebellion, and Consciousness, 207. Vase tambin Efran Kristal, The Andes Viewed from the City: Literary and Political Discourse on the Indian in Peru, 1848-1930 (Nueva York: Peter Lang, 1987). Este estudio retrocede los orgenes del indigenismo a este perodo, pero es conscientemente parco en realidades sociales. 63. Para el anlisis fiscal de este limitado mbito nacional vase Gootenberg, Between Silver and Guano, 132-37. Para el nico estudio de la interaccin lite-estado fuera de Lima vase Mallon, Defence of Community, cap. 2. Para los hacendados de la costa y el reclutamiento de mano de obra vase a Juan Rolf Engelsen, Social Aspects of Agricultural Expansion in Coastal Peru, 1825-1878, tesis de Ph. D., Universidad de California, Los Angeles, 1977.

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se desasimilaban del pueblo, y con este despertar vinieron intentos localizados y especficos de exigir labores menudas y raciales, como el enganche.64 Las tensiones en los equilibrios tradicionales sugieren la emergencia de una indianidad ms defensiva, cuyo caso extremo qued expresado en la explosin de castas de Huancan, en 1867. Para 1876, una parte modestamente ms pequea de peruanos se declaraba a s misma como india, y el peso demogrfico regional estaba dejando de ser el sur indio. Lentamente, los efectos sociales de la era del guano las primeras estaciones ferroviarias, la recuperaci de las haciendas comerciales, los mercados formales, una alta cultura europeizada y el gotear de nuevos funcionarios locales fueron penetrando en el Per ms profundo. Por vez primera las tendencias econmicas fortalecan el liberalismo anti-indgena proclamado en 1824, aunque todava no se dara un porfiriato peruano. Segn todas las versiones recientes, el clmax de las presiones sobre las comunidades indgenas y rurales tuvo que esperar hasta despus de las disrupciones desencajantes de la Guerra del Pacfico. Los historiadores tal vez ponderen por qu los impactos sociales y tnicos de este segundo militarismo (1879-1895) fueron mucho ms profundos que los del primero (18151845). Sea cual fuere la explicacin (y hay varias), para los primeros aos del siglo veinte se haban combinado nuevas formas de desarrollo regional, inversin extranjera, lites provincianas vigorosamente reconstituidas y un estado nacional operativo, para promover una rpida expansin en las comunicaciones, el gobierno, los mercados y las escuelas. Finalmente haban quedado sentados los cimientos para un Per capitalista, y para la exitosa construccin criolla del estado.65 La usurpacin masiva de tierras golpe los Andes por primera vez desde la conquista, y de modo ms dramatico en el sur. Por doquier, el control directo de la tierra se volvi un sinnimo de la riqueza e influencia de la lite. Las rebeliones (y las ubicuas seales cotidianas del conflicto rural) estallaron a una escala comparable solamente con las de la dcada de 1780, inclusive las reacciones de tipo incasta y milenarista. A estos desarrollos no les falt la opresin, ni tampoco una violencia sancio-

64. Para el regreso de las lites a las haciendas vase Jacobsen, Landtenure and Society in Azngaro, cap. 6. Para las migraciones locales vase a Isabelle Lausent, Acos: pequea propiedad, poder y economa de mercado (valle de Chancay) (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1983), cap. 3. Para las migraciones a Lima consltese a Alfredo Leubel, El Per en 1860, o sea anuario nacional (Lima: Imp. de Comercio, 1860), 266. Sera interesante saber si antes de 1879 estos cambios sociales siguieron el curso de los ferrocarriles peruanos, como est dramticamente claro para Mxico. 65. Esta periodizacin sigue a Mallon, Defence of Community, segunda parte, apoyada por virtualmente todas las docenas de recientes estudios regionales. Para la expansin terrateniente vase Jacobsen, Landtenure and Society in Azngaro, cap. 6. Para las lites del interior vase Manrique, Yawar Mayu. Para las reacciones sociales, Manuel Burga y Alberto Flores Galindo, Apogeo y crisis de la repblica aristocrtica (Lima: Rikchay Per, 1979), segunda parte.

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nada por el estado mismo. En el pas se haba cruzado un histrico umbral demogrfico: la tierra, y no ya la mano de obra, se haba convertido en el recurso escaso, valioso y cargado de conflictos. El siglo y medio de ininterrumpida recuperacin demogrfica peruana eclipsaba definitivamente las extensas costumbres institucionales y tecnolgicas integrales de una agricultura andina escasa de mano de obra.66 Enfrentados a unos recursos que disminuan y se diferenciaban desde dentro,un nmero cada vez mayor de campesinos tuvo que tomar difciles opciones individuales y comunales. El capitalismo estaba transformando a los indios en mestizos y proletarios rurales. En distintos lugares y de distintas formas, los desincentivos para mantener estilos de vida indgenas se hicieron abrumadores.67 Y si bien para la dcada de 1920 el estado peruano se vio forzado a reingresar al oficio de apuntalar los pueblos indgenas (de forma muy parecida a como lo haca el rgimen colonial), esta vez poco poda hacerse para apagar el crecimiento del mestizaje moderno.

CONCLUSIONES

La sociodemografa peruana permanece en la infancia, excepcin hecha del siglo dieciseis y el notable trabajo de N.D. Cook. Los historiadores siguen siendo trabados por la falta de censos de mediados de la colonia, republicanos y de comienzos del siglo veinte, o por sus defectos ms grandes. Es posible que estos problemas nunca puedan ser rectificados del todo. Este ejercicio se ha ocupado de la brecha entre 1790 y 1850, entre colonialismo y repblica. Como ya se mostr, el censo de 1836 jams tuvo lugar; sin embargo, los an no utilizados exmenes fiscales de 1827 s forman un censo poblacional comprehensivo. Estos datos permiten formular un nuevo estimado de la poblacin posterior a la independencia de un milln y medio de peruanos, 62 por ciento de los cuales eran indgenas. Estos agregados verificables rinden tasas demogrficas estables y plausibles para la poca, y abren el camino para un mayor refinamiento de cifras defectuosas. La nueva informacin sobre los grupos tnicos tambin subraya las continuidades en las estructuras sociales y regionales fundamentales del Per. En

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66. Cotlear es el ms explcito acerca del momento de este movimiento demogrficotnico y disolucin de las viejas normas comunales. Vase Cotlear, Desarrollo campesino, 46-49. Para una aguda visin de una experiencia de estas desde dentro, vase Enrique Mayer, Land Tenure and Communal Control of Land in Laraos, Yauyos, Peru, ms. 1987. 67. Despus de 1920 una masiva literatura antropolgica (e indigenista) sobre el mestizaje comenz a acumularse, pero sorprendentemente contiene muy poco anlisis histrico. Vase Charles Walker, El estudio del campesinado en las ciencias sociales peruanas: avances, limitaciones y nuevas perspectivas, Allpanchis 33 (1989): 165-205.

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particular, la mayora indgena del pas logr mantener una mayor estabilidad y autonoma de lo que antes se haba pensado durante todo el siglo. Este hallazgo enfatiza la necesidad que tenemos de comprender la persistencia de la indianidad durante la primera media centuria republicana, as como el momento y las causas del lento viraje peruano hacia el mestizaje moderno al comenzar el siglo veinte. Una sntesis de investigaciones recientes muestra que unas grandes fuerzas sociales los pasos tambaleantes y desiguales en la construccin de un estado y el capitalismo criollo durante el siglo diecinueve obraron sobre las extensivas condiciones demogrficas para producir estas continuidades tnicas. Mas al mismo tiempo, esta posicin apunta a sutiles y activos cambios en los modos de vida indgena. Pero estas observaciones son simples adivinanzas acerca de lo que ciertamente es el ms grande y menos hollado tema de la historia andina moderna.

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