RMPróstata
RMPróstata
RMPróstata
Los conductos deferentes se observan como uno más de los túbulos que conforman las vesículas
seminales, pero en localización central y de paredes más gruesas. Puede ser difícil diferenciar
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entre una infiltración neoplásica por vecindad y un conducto deferente normal. Las estructuras
venosas adyacentes a las vesículas se pueden identificar por la presencia de niveles dados por
«efecto de hematocrito»; los flebolitos también pueden simular lesiones infiltrantes. De origen
congénito también se forman quistes en su interior, asociados con riñones poliquísticos. Son más
frecuentes los quistes adquiridos en las vesículas seminales, usualmente asociados a hipertrofia
prostática benigna. Cuando existe prostatitis, es común el compromiso inflamatorio de las vesículas
seminales. Se manifiestan con aumento de tamaño simétrico. La obstrucción de los conductos
eyaculadores en los procesos crónicos puede llevar a la formación de quistes.
Consideraciones Técnicas
Las imágenes con información T1 muestran los contornos de la próstata y permiten identificar las
regiones de los paquetes neurovasculares. No se encuentran diferencias entre las zonas
prostáticas con estas secuencias. Las vesículas seminales son de señal intermedia, similar al tejido
prostático. La mayor utilidad de estas secuencias es la identificación de focos hemorrágicos,
usualmente debidos a biopsias. La sangre puede servir de «marcador» de las lesiones tumorales,
pues rodea a los nódulos tumorales, de naturaleza firme. La señal alta de los componentes
hemáticos (metahemoglobina) se correlaciona con los cortes con información T2, pues en éstos se
observan como focos de baja señal, igual que las neoplasias.
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La mucina hidratada, de alto contenido en las glándulas de la zona periférica, explica su alta señal
en T2. Es posible ver en su interior bandas de colágeno, como imágenes curvas que forman septos
en la zona periférica. El estroma fibroglandular anterior es de baja señal en T2. La cápsula se
puede identificar como una delgada banda hipointensa que rodea la glándula, se pierde en los
lados con la fascia endopélvica. La fascia de Denonvillier se observa también como una línea de
baja señal, que separa al recto de la próstata. En T2, la próstata se diferencia en sus zonas central
y periférica, siendo esta última de alta señal. Los focos neoplásicos son de baja señal, al igual que
los hemorrágicos, por lo que es preciso contar con ambos tipos de imágenes para diferenciarlos.
Las vesículas seminales se visualizan en T2 como estructuras serpentiformes que contienen
líquido de alta señal, son tortuosas y parecen septadas. Los conductos deferentes tienen paredes
musculares, más gruesas que estos «septos», lo cual no debe confundirse con invasión por
neoplasia.
Se han descrito varias técnicas para estudiar la próstata con RM. En la mayoría de protocolos
clínicos se utilizan imágenes axiales con información T1 y T2. Estos cortes se complementan con
los planos coronal y sagital, usualmente con información T2. Algunos autores han descrito el uso
de pulsos de saturación grasa, tanto de tipo espectral o químicamente selectivo, como de manera
no selectiva o con pulso de inversión (STIR). En la estadificación de carcinoma prostático, se suele
recomendar una secuencia axial T1, que se extienda desde la región perineal hasta los hilios
renales. También se ha descrito el uso de medio de contraste paramagnético para la evaluación de
sospecha de compromiso de las vesículas seminales, o medios de contraste basados en partículas
de hierro, para la evaluación de infiltración ganglionar tumoral.
Dos desarrollos de comienzos de la década de los años 90 tuvieron gran impacto en la RM de
próstata: las técnicas de adquisición rápida con realce de la relajación (RARE), conocidas en
forma genérica como eco de espín rápido, y la antena endorrectal promovida por el Dr. Mitchell
Schnall y su grupo en la Universidad de Pensilvania. (Como dato anecdótico, el físico nuclear y
radiólogo Mitch Schnall, ex Director del Centro de Resonancia Magnética del Hospital de la
Universidad de Pensilvania, era residente de último año de radiología en esa misma universidad
cuando inventó la antena endorrectal). Aunque existe controversia acerca del verdadero papel de
la antena endocavitaria, y especialmente sobre su costo-efectividad, se considera que el estudio
estándar debe hacerse con este tipo de antena. Los protocolos utilizados son similares a los
descritos arriba, con variaciones entre instituciones, que hasta ahora no han sido validadas
suficientemente. A pesar de las controversias en cuanto a la verdadera utilidad de la antena
endocavitaria, es claro que ésta ofrece mayor resolución espacial, lo cual se ilustra al revisar las
imágenes obtenidas con información T1 y T2, en varios planos. El diseño original de la antena
endocavitaria se basa en una disposición flexible , que se ajusta mediante inflamiento de un balón,
con obvias implicaciones en la duración del material. La distorsión a que es sometida la antena en
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cada estudio hace que tenga una vida limitada a unos 50 estudios. Algunos modelos son
desechables, lo cual incrementa los costos del estudio. La posición final de la antena y la
calibración de la misma pueden requerir de ajustes que toman tiempo; esto ha hecho que grupos
como el de Nandita de Souza en el Centro de Resonancia Robert Steiner en Londres, hayan
presentado un diseño sólido, similar a un transductor para US, que en algunas series ha
demostrado mejores resultados en cuanto a comodidad para el paciente, resolución y vida media
útil, con una mejor eliminación de artificios de susceptibilidad debido a la ausencia de partes
flexibles que distorsionen la geometría de la antena.
El protocolo que utilizo con la antena endocavitaria incluye un estudio en el plano transversal, con
información T1, seguido de cortes en el mismo plano y en los mismos niveles, pero con información
T2. Con el mismo tipo de secuencia (eco de espín rápido) se obtienen cortes con antena
endorrectal con información T2 en los planos coronal y sagital.
El estudio se complementa con una secuencia transversal con la antena corporal, que cubra desde
la región perineal hasta los hilios renales, con información T1. Aún está discutido el uso de STIR
para esta secuencia de estadificación ganglionar, o el verdadero papel de estudios «corporales» en
estos casos. La secuencia final puede hacerse con la entena endorrectal en su lugar o luego de
retirarla. Esta última precaución puede ser necesaria en equipos que no permitan la conexión
simultánea de más de una antena, diseño que debe incluir circuitos que evitan el paso de
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corrientes potencialmente nocivas por las antenas conectadas que no estén en uso. Si el equipo no
tiene esa clase de diseño, es indispensable retirar la antena endorrectal antes de proceder al uso
de la abdominal. Algunos autores, Schnall entre otros, han propuesto el uso de una antena de
superficie anterior, acoplada en disposición fásica con la endorrectal, con una notoria mejoría en la
resolución de contraste y espacial en los aspectos más anteriores, alejados del perfil de
sensibilidad de la antena endorrectal. Las imágenes obtenidas con antena endocavitaria muestran
una muy alta resolución anatómica en diferentes planos, comparable a la de los cortes
cadavéricos o la de algunos esquemas anatómicos. También hay estudios que muestran adecuada
información con una antena múltiple externa, pero cada vez es mayor la tendencia (y los trabajos)
que sugieren que la manera de hacer el estudio es con antena endorrectal, siempre que se tenga
disponible. En cuanto a la preparación, parece práctico hacer una preparación colónica mediante
enemas u otros métodos, ya que la colocación de la antena endocavitaria puede ser menos
incómoda si la ampolla rectal se encuentra vacía. Algunos autores usan medicamentos
antiespasmódicos para disminuir los efectos de incomodidad, especialmente en las antenas cuyo
diseño implica el inflado de un balón en la ampolla rectal.
Lesiones Benignas
La principal lesión benigna es la hipertrofia prostática. Otras de las lesiones benignas incluyen los
quistes, que pueden ser del parénquima prostático, utriculares, de los conductos mullerianos y
eyaculadores o de las vesículas seminales. En el diagnóstico diferencial de las lesiones quísticas
se encuentran algunas lesiones tumorales y procesos inflamatorios. Otra lesión benigna, no muy
frecuente, es la amiloidosis.
La hipertrofia prostática benigna se observa como áreas nodulares
de señal heterogénea, de predominio central. Las porciones de
hiperplasia glandular pueden tener alta señal, los componentes
fibromusculares son de baja señal. Es factible demostrar además el
engrosamiento de las paredes vesicales relacionado con el proceso
obstructivo asociado a la hipertrofia prostática.
Uno de los parámetros que ayuda en el diagnóstico diferencial de
las lesiones quísticas es su localización, tanto en relación con la
próstata como con la línea media. Los quistes utriculares pueden asociarse a cálculos en su
interior. La amiloidosis prostática es un foco difícil de diferenciar de una neoplasia en la zona
periférica en los estudios de RM.
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Los criterios importantes para la estadificación incluyen el tamaño del tumor con relación a la
glándula prostática y la extensión periprostática. En cuanto al tamaño, las lesiones de menos de 4
cc tienen alta probabilidad de estar confinados a la próstata. Mayor tamaño implica mayor riesgo de
extensión periprostática. La apariencia ecográfica es de áreas de baja ecogenicidad, usualmente
de contornos mal definidos, dentro de la zona periférica, más ecogénica. La apariencia es similar
para infartos, prostatitis, atrofia, fibrosis y otras. Se han hecho estudios con Doppler color que
sugieren aumento en vasos de baja resistencia.
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estudio retrospectivo reciente del grupo de la Dra. Hedvig Hricak del Centro de Cáncer Memorial
Sloan- Kettering de Nueva York, se demostró que la RM con antena endorrectal es de utilidad para
la detección, localización y estadificación de las lesiones apicales.
Los paquetes NV son de gran importancia para la planeación quirúrgica, pues su compromiso
puede llevar a disfunción eréctil. En la población más joven (entre los prostáticos), la preservación
de uno de los dos PNV puede preservar la función sexual. Si el compromiso es difuso o bilateral,
esto puede no ser posible.
De acuerdo al tamaño de los ganglios, la sensibilidad para detectar su infiltración neoplásica puede
llegar al 100%. Aunque se han hecho varios estudios con el uso de partículas de óxido de hierro
(AMI 227) pequeñas (SPIO) o ultra pequeñas (USPIO), para darle características de
superparamagnetismo, los resultados no han sido muy alentadores, ni han generado un adecuado
desarrollo de este tipo de medios de contraste, los cuales aún son de uso experimental y de
ocasional reporte en la literatura especializada. En nuestro medio, su precio resulta inalcanzable,
por lo cual probablemente no tendrán aplicación en el futuro cercano.
Actualmente, aunque la antena endorrectal no ha sido universalmente aceptada como superior en
estadificación, se ha logrado mejorar la certeza diagnóstica de la estadificación desde un 70% a
88% hasta un 82% a 85%, con las nuevas técnicas y el desarrollo de mejores antenas y de
protocolos de reconstrucción y de eliminación de artificios. Así mismo, aún no se ha llegado a
determinar cúal debe ser el protocolo estándar o recomendado para la estadificación, y cuáles las
secuencias más apropiadas para esta labor. Una de las grandes limitaciones de la RM prostática
está en su variabilidad interobservador. La sutileza de algunos de los signos de extensión y el poco
acuerdo entre la importancia de cada uno hace que la experiencia sea un factor determinante en el
desempeño del examen. Algunos grupos han demostrado la existencia de una curva de
aprendizaje, que se ve afectada por el volumen de estudios realizados, y por la posibilidad de
revisar en conjunto los especimenes de prostatectomías con los patólogos para establecer una
adecuada correlación con las imágenes por RM. La estadificación prequirúrgica del cáncer de
próstata se basa en variables clínicas, como los niveles de antígeno prostático específico, el grado
de Gleason en la biopsia, el estado clínico y la toma sistemática de biopsias con aguja, en un
protocolo conocido como el nomograma de Kattan, que se considera como un instrumento
predictivo validado y ampliamente utilizado para ayudar a las decisiones relacionadas con la
terapia adyuvante, especialmente en casos de sospecha de invasión hacia las vesículas
seminales. En el prestigioso centro de cáncer Memorial Sloan-Kettering, se ha realizado un estudio
reciente (enero 2007), en el cual se llama la atención acerca del hecho de que el nomograma de
Kattan no puede predecir la localización de la vesículas seminales. Los parámetros descritos para
la invasión de las vesículas seminales incluyen la presencia de masa, baja señal en las secuencias
T2, distorsión de la arquitectura de las vesículas seminales, la extensión directa y el engrosamiento
de los conductos eyaculadores con baja señal en su interior. La evaluación clínica se complementa
en forma muy efectiva con el uso de RM con antena endorrectal, específicamente para determinar
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la presencia de invasión a las vesículas seminales, predictor de mal pronóstico asociado a una
mayor probabilidad de metástasis ganglionares.
Para el estudio de las recurrencias, luego de prostatectomía, se encuentra alta sensibilidad y
especificidad. Es importante en estos casos determinar si la recurrencia es local o sistémica. En el
seguimiento de algunas terapias también muestra un papel prometedor: si se utiliza crioablación,
la lesión térmica puede diferenciarse de la crionecrosis, pues esta última no realza con el medio de
contraste. Esta es una ventaja sobre el US, en el que se pierde la diferenciación entre las zonas
prostáticas y las lesiones residuales o recidivantes. Sin embargo, tanto la recurrencia como las
zonas de lesión térmica no necrótica realzan con el medio de contraste; el papel de la RM en estos
casos es identificar las áreas a biopsiar. Se han descrito tres tipos de cambios relacionados con la
radioterapia. El primer tipo es el que conserva el patrón zonal en imágenes con información T2, es
decir, la zona central es de señal baja, mientras que la periférica es alta. El tipo 2 corresponde a los
casos en que, luego de radioterapia, se produce pérdida del patrón zonal, siendo las zonas central
y periférica de igual señal (isointensas entre sí). Esta es la reacción más común a la radioterapia.
Hay tres subtipos: a, cuando la señal de ambas zonas es mayor que la de los planos grasos
adyacentes; b si la señal de la próstata es igual a la del tejido graso; c, ambas zonas son de señal
menor que la de la grasa. El tercer tipo de respuesta a la radioterapia es la inversión del patrón
zonal, en el que la zona central es más intensa que la periférica.
El papel del medio de contraste no ha sido claramente establecido, pero, como se mencionó,
puede ayudar a diferenciar zonas de recurrencia de áreas fibróticas o necróticas. El papel de la RM
corporal total en oncología todavía no ha sido claramente definido, pero es claro que los pacientes
con carcinoma de próstata pueden ser candidatos a ser examinados con esta modalidad, gracias a
su gran cobertura y a la alta capacidad del método para la detección de alteraciones patológicas
óseas, viscerales y de tejidos blandos.
Los pacientes sometidos a braquiterapia son excelentes candidatos a RM, pues no sólo se puede
identificar la localización de los implantes, sino que se pueden hacer cálculos del volumen
prostático y de dosimetría. En cuanto a los cambios esperados por la terapia intersticial, aún no hay
estudios que muestren la utilidad dela RM en la identificación de lesiones residuales o recidivantes
o que describan los posibles cambios en la apariencia de las zonas tratadas.
La espectroscopia por RM es una modalidad avanzada, con un gran potencial como elemento
diagnóstico, pues permite el análisis bioquímico de las lesiones nodulares sospechosas. Este tipo
de análisis permite identificar cambios en las concentraciones de metabolitos que son
característicos de las lesiones neoplásicas, como la inversión en la proporción de colina y creatina,
con una elevación del citrato y la aparición de un pico alto en la concentración de ácido aspártico.
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Cho
Cho NAA
Cr Cit
Cr Cit
El tejido prostático normal muestra altos niveles de citrato, mayores en la zona periférica que en la
central. Esta elevación de citrato parece estar dada por la supresión de la enzima aconitasa, la cual
cataliza la oxidación del citrato en el ciclo de Krebs. Los nódulos hiperplásicos centrales pueden
demostrar también altos niveles de citrato.
El tejido canceroso tiene un metabolismo en el cual no se produce citrato sino que se oxida, lo cual
hace que los picos de citrato estén marcadamente disminuidos. La pérdida en la diferenciación de
las células epiteliales lleva a una disminución en la capacidad de producir y concentrar citrato. El
aumento en el metabolismo fosfolipídico de la membrana celular aumenta los niveles de colina.
Esto es el reflejo de los anabolitos (colina y fosfocolina) y catabolitos (glicerofosfocolina) de la
fosfatidilcolina, uno de los principales fosfolípidos de la membrana celular. La proliferación celular
hace que la relación colina/citrato se aumente en los nódulos cancerosos. La posibilidad de
determinar una lesión como neoplásica, incluso antes de que su extensión sea un problema, es
definitivamente un desarrollo tecnológico que debemos aspirar a implementar en nuestros equipos,
y que seguramente tendrá gran impacto en la sobrevida de los pacientes con carcinoma de
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próstata. Existen limitaciones técnicas para la realización de espectroscopía, que han sido
superadas con los avances en resolución y en la capacidad de controlar los artefactos de registro.
Comúnmente se evalúan múltiples regiones. En el protocolo de Kurhanewicz,los vóxeles
examinados son declarados no diagnósticos, normales, sospechosos, o muy sospechosos para
cáncer. Sospechosos cuando la relación Cho/Cit está dos desviaciones estándar por encima de lo
esperado, muy sospechosos si son 3 desviaciones estándar. No diagnóstico significa que en el
vóxel no se detectan metabolitos. Recientemente, se ha reportado el uso de la información
localizadora obtenida mediante espectroscopía para producir modelos computarizados
tridimensionales que son utilizados para dirigir biopsias de próstata con ultrasonido a las regiones
sospechosas detectadas por RM.
La espectroscopía por RM ha demostrado ser una técnica de gran utilidad en la detección de
lesiones tumorales, con información que se ha comparado con estudios histológicos en diferentes
tejidos, incluyendo la próstata. Su utilidad ha sido demostrada en estudios in vivo y ex vivo.
Un estudio publicado en enero de 2007 por la Universidad de Keio en Tokyo, ha demostrado
adelantos interesantes en la técnica de imágenes por difusión de la próstata, además de estudios
dinámicos con medio de contraste. La combinación de la información obtenida con secuencias
convencionales con información T2, el patrón de realce con el medio de contraste en estudios
dinámicos y los mapas de coeficientes de difusión aparente (ADC) mejora la detección de lesiones
cancerosas. Aunque faltan estudios que determinen el tiempo óptimo para la adquisición de
imágenes, en los estudios dinámicos, el tejido canceroso muestra un realce más temprano que los
tejidos adyacentes, con un lavado del medio de contraste también más rápido. En noviembre de
2006, Fütterer y colaboradores publicaron desde Holanda un estudio que mostró que los exámenes
dinámicos y los de espectroscopía son de gran utilidad. Los mapas de ADC reportados por
Tanimoto en 2007 demuestran restricción de la difusión para el tejido canceroso, aunque para
estas secuencias tampoco se han definido los parámetros que serán de mayor utilidad, pues hay
reportes que usan valores de gradientes de difusión bajos, intermedios y altos (B entre 300 y
1000). El desarrollo y aplicación de estas metodologías puede determinar en el futuro ajustes en
los protocolos de examen.
¿Porqué RM de próstata? Hay varias buenas razones: el estudio tiene una buena resolución
temporal, con una duración de unos 40 minutos. La tolerancia al estudio, incluso con la antena
endorrectal, es adecuada. La resolución de contraste es excelente, y se ha demostrado que es
superior a la de otros métodos. Con la antena endocavitaria es posible obtener una muy alta
resolución espacial (sub mm). La información obtenida puede ser crucial para la toma de
decisiones quirúrgicas. Por último, parece existir evidencia de que la técnica es costo-efectiva. Los
nuevos desarrollos tecnológicos, como el uso de nuevos medios de contraste órgano-específicos,
las secuencias dinámicas y de estudios corporales totales, la espectroscopia y las técnicas de
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difusión, seguramente harán que la implementación de la RM como método primario de diagnóstico
por imagen tenga una mayor aceptación y un papel cada vez más importante en la toma de
decisiones acerca del cáncer prostático.
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