Las tradiciones y el modernismo

Por Ren Guenn Mientras los otros hombres buscan para encontrar y para saber, el occidental de nuestros das busca por buscar, como un fin en s mismo. Las aspiraciones del occidental estn por lo general estrictamente limitadas al mundo sensible y a sus dependencias, entre las cuales comprendemos la totalidad del orden sentimental y una buena parte del orden racional hay seguramente loables e!cepciones, pero a"u no podemos tomar en cuenta ms "ue la mentalidad general y com#n, "ue es la $erdaderamente caracterstica del lugar y la poca... Mientras los otros hombres buscan para encontrar y para saber, el occidental de nuestros das busca por buscar. %l gusto enfermi&o por la b#s"ueda, $erdadera 'in"uietud mental' sin trmino y sin salida, se manifiesta muy particularmente en la filosofa moderna, cuya mayor parte no representa ms "ue una serie de problemas absolutamente artificiales, "ue no e!isten sino por"ue estn mal planteados, "ue no nacen y no subsisten sino en $irtud de e"u$ocos cuidadosamente mantenidos problemas insolubles en $erdad, dada la manera en "ue se los formula, pero "ue nadie tiende a resol$er, y cuya #nica ra&n de ser consiste en alimentar indefinidamente contro$ersias y discusiones "ue no conducen a nada y "ue no deben conducir a nada. (s, sustituir el conocimiento por la b#s"ueda es simplemente renunciar al ob)eto propio de la inteligencia y es fcil comprender "ue, en estas condiciones, algunos hayan llegado finalmente a suprimir la nocin misma de la $erdad, pues la $erdad no puede ser concebida ms "ue como el trmino "ue se debe alcan&ar, y ellos no "uieren un trmino para su b#s"ueda...

*entimentalismo y racionalismo no representan ms "ue abusos.

+o protestamos, desde luego, contra la e!istencia misma de la sentimentalidad, "ue es un hecho natural, sino solamente contra su e!tensin anormal e ilegtima hay "ue saber poner cada cosa en su lugar y de)arla en l pero, para ello, hace falta una comprensin del orden uni$ersal "ue escapa al mundo occidental, donde el desorden es ley. ,enunciar el sentimentalismo no significa negar la sentimentalidad, as como denunciar el racionalismo no conduce necesariamente a negar la ra&n sentimentalismo y racionalismo no representan ms "ue abusos, aun"ue se manifiesten en el -ccidente moderno como los dos trminos de una alternati$a de la cual es incapa& de salir. %l -ccidente moderno, sal$o en casos e!cepcionales, toma al mundo sensible como #nico ob)eto de conocimiento y ya sea "ue se ligue preferentemente a una u otra de las condiciones de este mundo, o "ue lo estudie desde tal o cual punto de $ista, recorrindolo en cual"uier sentido, el dominio en el "ue se e)erce su acti$idad mental no de)a por eso de ser siempre el mismo si dicho dominio parece e!tenderse en mayor o menor medida nunca llega muy le)os, y eso cuando no es puramente ilusorio. %l progreso material y la decadencia intelectual, en el estado actual de -ccidente, se sustentan y acompa.an mutuamente. +o pretendemos decidir cul de los dos es causa o efecto del otro, y tanto ms cuanto "ue se trata en definiti$a de un con)unto comple)o en el cual las relaciones de los di$ersos elementos son en algunas ocasiones recprocas y alternati$as. *in intentar remontarnos a los orgenes del mundo moderno ya la manera en "ue ha podido constituirse su mentalidad propia, cosa "ue sera necesaria para resol$er enteramente la cuestin, podemos decir esto/ fue necesaria una depreciacin y una disminucin de la intelectualidad para "ue el progreso material llegara a tomar una importancia lo suficientemente grande como para fran"uear ciertos lmites pero una $e& "ue comen&ara este mo$imiento y "ue la preocupacin por el progreso material fue absorbiendo poco a poco las facultades del hombre, la intelectualidad ha seguido debilitndose gradualmente.

La degeneracin de la idea religiosa y el 'moralismo'.

0no de los sntomas ms notorios de la preponderancia ad"uirida por el sentimentalismo es lo "ue denominamos 'moralismo', es decir la tendencia claramente marcada a relacionar todo con preocupaciones de orden moral y a subordinarles todo lo dems, y particularmente lo "ue se considera como propio del dominio de la inteligencia. La moral, por s misma, es un elemento esencialmente sentimental representa un punto de $ista tan relati$o y contingente como sea posible concebir y "ue, por otra parte, ha sido siempre propio de -ccidente pero el 'moralismo' propiamente dicho es una e!ageracin de este punto de $ista, "ue no se produ)o sino hasta una

poca bastante reciente. 1abe se.alar la obsesin, hasta en los materialistas ms probados, de lo "ue se denomina 'moral cientfica' o la 'moral laica' "ue se sit#an en oposicin con la moral religiosa.

23u hay "ue entender por tradicin4

Para nosotros la tradicin, puede ser escrita lo mismo "ue oral, aun"ue habitualmente, si no siempre, haya debido ser antes "ue todo oral en su origen. Pero, en el estado actual de las cosas, la parte escrita y la parte oral forman por do"uiera dos ramas complementarias de una misma tradicin, ya sea religiosa o de otra especie, y no $acilamos en hablar de 'escrituras tradicionales'. %timolgicamente, la tradicin es simplemente 'lo "ue se transmite' de una manera u otra. (dems, es necesario comprender en la tradicin a ttulo de elementos secundarios y deri$ados, pero sin embargo importantes para tener de ella una nocin completa, todo el con)unto de las instituciones de diferentes rdenes "ue tienen su principio en la misma doctrina tradicional. 1onsiderada as, la tradicin puede parecer "ue se confunde con la misma ci$ili&acin "ue es, seg#n ciertos socilogos, 'el con)unto de las tcnicas, de las instituciones y de las creencias comunes a un grupo de hombres durante un cierto tiempo'. Pero esta definicin no tiene en cuenta lo "ue hay de esencialmente intelectual en toda ci$ili&acin, por"ue esto es algo "ue no se podra hacer entrar en lo "ue se llama las 'tcnicas', ... por otra parte, cuando se habla de 'creencias'... hay ah algo "ue supone manifiestamente la presencia del elemento religioso. +osotros decimos simplemente "ue una ci$ili&acin es el producto y la e!presin de cierta mentalidad com#n a un grupo de hombres ms o menos e!tenso. ,e todos modos, no es menos cierto "ue, en lo "ue se refiere al -riente, la identificacin de la tradicin y de la ci$ili&acin toda entera est )ustificada en el fondo/ cual"uier ci$ili&acin oriental, tomada en su con)unto, se nos presenta como esencialmente tradicional. %n cuanto a la ci$ili&acin occidental, est por el contrario despro$ista de todo carcter tradicional, con e!cepcin de su elemento religioso, "ue es el #nico "ue ha conser$ado este carcter. Las instituciones sociales, para "ue se las pueda llamar tradicionales, deben estar efecti$amente unidas, como a su principio, a una doctrina de carcter tradicional tambin, ya sea esta doctrina metafsica, ya religiosa, o de cual"uier otra clase concebible. 0na doctrina cuya naturale&a fundamental es, en todos los casos, de orden intelectual pero la intelectualidad puede hallarse en ella en estado puro, entonces se trata de una doctrina propiamente metafsica, o bien encontrarse me&clada a di$ersos elementos heterogneos, lo "ue da nacimiento al modo religioso y a otros modos de "ue puede ser susceptible una doctrina tradicional. %n el 5slam, la tradicin presenta dos aspectos distintos, de los cuales uno es religioso, y es al "ue se adhiere directamente el con)unto de las instituciones sociales, mientras "ue el otro, el "ue es puramente oriental, es $erdaderamente metafsico.

1onfundir tradicin con costumbre o supersticin.

Pero es en los pueblos anglosa)ones donde el 'moralismo' se encarna con ms intensidad, y es tambin all donde el gusto por la accin se afirma en las formas ms e!tremas y brutales estos dos elementos, estn en consecuencia fuertemente relacionados entre s. 6ay una singular irona en la concepcin corriente "ue representa a los ingleses como un pueblo esencialmente apegado a la tradicin, y "uienes as piensan confunden simplemente tradicin con costumbre. La facilidad con "ue se abusa de ciertas palabras es $erdaderamente e!traordinaria hay "uienes han llegado a llamar tradiciones a usos populares o inclusi$e a hbitos de un origen totalmente reciente, sin alcance ni significado en cuanto a nosotros, nos rehusamos a dar ese nombre a lo "ue no es sino un respeto ms o menos ma"uinal de ciertas formas e!teriores, "ue en ocasiones no son ms "ue 'supersticiones' en el sentido etimolgico de la palabra.

%l moralismo no es ms "ue una regla de accin en un perodo de decadencia intelectual'.

La $erdadera tradicin est en el espritu de un pueblo, de una ra&a o de una ci$ili&acin, y tiene ra&ones de ser de una profundidad absolutamente diferente. %l trmino supersticin designa una cosa "ue se sobre$i$e a s misma en tanto ha perdido su $erdadera ra&n de ser. %n efecto, atribuir un $alor a las palabras por s mismas independientemente de las ideas, no introducir idea alguna ba)o estas palabras y de)arse influenciar solamente por su sonoridad, constituye una supersticin.... es la tendencia a referir a la e!periencia sensible, el origen y el trmino de todo conocimiento/ negacin de todo lo "ue es intelectual, eso es lo "ue siempre

encontramos como elemento com#n en el fondo de todas estas tendencias y de todas estas opiniones, por"ue es, efecti$amente, la ra& de toda deformacin mental y por"ue dicha negacin est implicada, como presuposicin necesaria, en todo lo "ue contribuye a falsear las concepciones del -ccidente moderno.

%l sentimiento debe estar guiado por la idea.

+o puede haber ning#n cambio importante ni durable si no descansa desde un principio sobre la mentalidad general. Los "ue sostienen lo contrario son toda$a $ctimas de una ilusin muy moderna al no $er ms "ue las manifestaciones e!teriores, toman los efectos por las causas y creen de buen grado "ue lo "ue no $en no e!iste lo "ue se llama 'materialismo histrico', o la tendencia a referir todo a los hechos econmicos, es un notable e)emplo de dicha ilusin. Los 'dirigentes', conocidos o desconocidos, saben bien "ue para actuar con eficacia deben ante todo crear y sostener corrientes de ideas o de pseudoideas y no se pri$an de hacerlo aun cuando estas corrientes son puramente negati$as, no por ello de)an de ser de naturale&a mental, y es en el espritu de los hombres donde debe germinar en primer lugar lo "ue inmediatamente despus ha de reali&arse en el e!terior a#n para abolir la intelectualidad hace falta en primer lugar persuadir a los espritus de su ine!istencia y orientar su acti$idad en otra direccin. %l sentimiento, si no est guiado y controlado por la idea, no engendra ms "ue error, desorden y oscuridad no se trata de abolir el sentimiento, sino de mantenerlo en sus lmites legtimos, y del mismo modo con respecto a todas las dems contingencias. %n -ccidente el desorden en todos los dominios se ha $uelto tan e$idente "ue se comien&a a poner en duda el $alor de la ci$ili&acin moderna y de su antitradicionalismo. La restauracin de una $erdadera intelectualidad, se nos manifiesta como el #nico medio de poner fin a la confusin mental "ue reina en -ccidente no es sino a tra$s de ello "ue pueden ser disipadas tantas $anas ilusiones "ue estorban el espritu de nuestros contemporneos, tantas supersticiones con un grado distinto de ridicule& y de falta de fundamento como el "ue e$idencian todas a"ullas de las "ue se burlan e"ui$ocadamente las personas "ue "uieren pasar por 'esclarecidas' y no es sino a tra$s de ello "ue se podr encontrar adems un terreno de unin con los pueblos orientales. *i -riente puede soportar pacientemente la dominacin material de -ccidente, es por"ue conoce la relati$idad de las cosas transitorias y por"ue lle$a, en lo ms profundo de su ser, la conciencia de la eternidad. La tradicin admite todos los aspectos de la $erdad no se opone a ninguna adaptacin legtima permite a "uienes la comprenden, concepciones mucho ms $astas "ue todos los sue.os de los filsofos "ue pasan por ser los ms atre$idos, pero tambin mucho ms slidas y $aliosas en fin, abre a la inteligencia posibilidades tan ilimitadas como la 7erdad misma.

La fabricacin del mundo moderno ,e la ruptura con la 8radicin ha nacido el mundo moderno en -ccidente.
'6ay una palabra "ue fue honrada durante el Renacimiento y "ue resuma por adelantado todo el programa de la ci$ili&acin moderna/ esta palabra es '6umanismo'. %n efecto, se trataba de reducirlo todo a proporciones puramente humanas, de hacer caso omiso de todo principio de orden superior y se podra decir simblicamente de dar la espalda al cielo con el prete!to de con"uistar la tierra' 9La crisis del mundo moderno:. '*i todo en la ci$ili&acin moderna aparece como cada $e& ms artificial, desnaturali&ado y falsificado... nos parece "ue bastara con un poco de lgica para decirse "ue si todo se ha $uelto artificial, la mentalidad misma "ue corresponde a este estado de cosas no debe serlo menos "ue el resto, "ue tambin ella debe ser ;fabricada; y no espontnea' 9%l reino de la cantidad...: y "ue es el producto de una 'gigantesca alucinacin colecti$a' 9-riente y -ccidente:. '21mo una atrofia tan completa y general de ciertas facultades ha podido producirse efecti$amente4 Para ello ha sido necesario "ue, de entrada, el hombre haya sido inducido a poner toda su atencin e!clusi$amente en las cosas sensibles y es por all por donde, necesariamente, se ha debido empe&ar esta obra de des$iacin "ue se podra denominar la 'fabricacin del mundo moderno' 9%l reino de la cantidad...:.

*atn en hebreo es 'el ad$ersario', es decir, a"uel "ue in$ierte todas las cosas, es el espritu de la negacin y de sub$ersin, "ue se identifica con la tendencia descendiente o 'inferiori&ante', 'infernal' en el sentido etimolgico, la misma "ue siguen los seres en este proceso de materiali&acin progresi$a seg#n la "ue se efect#a todo el desarrollo de la ci$ili&acin moderna' 9La crisis del mundo moderno:. '1uando calificamos de ;satnica; la accin antitradicional... debe ser bien comprendido "ue esto es totalmente independiente de la idea ms particular "ue cada uno podr hacerse de lo "ue es denominado ;*atn; en conformidad con ciertas pticas teolgicas o de otro tipo, pues es e$idente "ue las ;personificaciones; no tienen importancia desde nuestro punto de $ista. Lo "ue hay "ue considerar es, por un lado, el espritu de negacin en el "ue ;*atn; se con$ierte metafsicamente hablando, sean cuales fueren las formas especiales de las "ue pueda re$estirse para manifestarse en uno u otro terreno y, por otro, lo "ue propiamente lo representa y ;lo encarna;, por as decirlo, en el mundo terrestre donde consideramos su accin y "ue no es ms "ue lo "ue hemos llamado la contrainiciacin'. 'La contrainiciacin 9en lo "ue se refiere a su origen mismo, procede de la fuente #nica a la "ue est $inculada toda iniciacin...: pero procede de ella por una degeneracin "ue llega hasta su grado ms e!tremo, o sea, esa ;in$ersin; "ue constituye el ;satanismo; propiamente dicho'.