Diccionario de Filosofia Sovietico
Diccionario de Filosofia Sovietico
Diccionario de Filosofia Sovietico
Absoluto
(del latín «absolutus»: incondicionado). Concepto con que la filosofía idealista designa un sujeto eterno,
infinito, incondicionado, perfecto e invariable, el cual es «suficiente en sí mismo», no depende de
ninguna otra cosa, contiene de por sí todo lo existente y lo crea. Para la religión, lo absoluto es Dios; en
Fichte, es el «Yo»; en la filosofía de Hegel, aparece como lo absoluto la razón universal (el espíritu
absoluto); en Schopenhauer, es la voluntad; en Bergson, la intuición. El materialismo dialéctico rechaza
la concepción no científica de lo absoluto.
Absoluto y relativo
Categorías filosóficas. Lo absoluto es lo incondicionado, independiente, desligado, lo que es en sí, lo
que no está mediatizado por nada, lo inmutable. Lo relativo caracteriza al fenómeno en sus relaciones y
nexos con otros fenómenos, en dependencia de otros fenómenos. La materia en movimiento, tomada
en su conjunto, no se halla condicionada ni limitada por nada, es eterna e inagotable, o sea, absoluta.
Las innumerables variedades de la materia, las formas concretas de su movimiento, que se suceden
sin fin unas a otras, son temporales, finitas, transitorias, relativas. Cada cosa es relativa, pero forma
parte de un sentido, contiene en sí lo absoluto; lo que en una conexión es relativo, en otra es absoluto,
&c. De ello se sigue que la diferencia misma entre lo relativo y lo absoluto también es relativa.
Abstracción
(del latín «abstractio»: aislamiento, término que introdujo Boecio como traducción de la expresión
griega utilizada por Aristóteles). Una de las facetas o formas del conocimiento consistente en la
separación mental de varias propiedades de los objetos y de sus relaciones con delimitación o
desmembración de una propiedad o relación determinada. La abstracción designa tanto el proceso de
separación como su resultado. En el proceso de la abstracción a veces resulta necesario hacer caso
omiso, también, de ciertas posibilidades subjetivas del ser humano. Por ejemplo, es imposible «contar»
toda la serie natural de números, lo cual no es óbice para que, con independencia de semejante
posibilidad, se cree la abstracción de infinitud actual (o sea, «contada», «cumplida»). En calidad de
resultados del proceso de la abstracción aparecen distintos conceptos y categorías, como por ejemplo:
materia, movimiento, valor. Todo conocimiento se halla necesariamente unido a procesos de
abstracción. Sin ellos no sería posible descubrir la esencia del objeto, penetrar en su «profundidad». La
división del objeto en partes y la delimitación de las que son esenciales en él, el análisis multilateral de
las mismas en su aspecto «puro», son resultado de la actividad abstractiva del pensar. Acerca de la
importancia de la abstracción para el conocimiento, Lenin escribió: «el pensamiento, al ascender de lo
concreto [2] a lo abstracto no se aleja -si es correcto...- de la verdad, sino que se le acerca. La
abstracción de materia, de ley de la naturaleza; la abstracción de valor, &c., en una palabra, todas las
abstracciones científicas (correctas, serias, no absurdas) reflejan la naturaleza con mayor profundidad
o, mejor dicho, de manera más completa» (tomo XXXVIII, pág. 161). El carácter de la abstracción así
como lo que concretamente se delimita en cada caso concreto y también las partes del objeto de que
procede la separación mental, están determinados por los objetivos a que responda la actividad
práctica y cognoscitiva del hombre y por la naturaleza del objeto que se investigue. La práctica nos
proporciona, asimismo, el criterio para juzgar si las abstracciones introducidas en la ciencia son
auténticamente científicas. La interpretación científica del proceso de abstracción y de sus resultados
nos la proporciona el materialismo dialéctico. El idealismo ha especulado frecuentemente con las
dificultades que ofrece la función abstractiva del pencar. Lenin advirtió que la posibilidad de una
interpretación idealista se da ya en la abstracción más elemental. Es propio de la filosofía idealista
transformar los productos de la abstracción -conceptos, ideas- en la esencia y primer fundamento del
mundo. Al mismo tiempo, el idealismo ve las abstracciones como resultado de una actividad arbitraria
del intelecto, sin nexo alguno con el mundo objetivo ni con el hacer práctico del hombre. Esta manera
de entender la abstracción es propia del positivismo moderno y de otras tendencias idealistas. En la
lógica dialéctica, el concepto de la abstracción se emplea también en el sentido de lo unilateral, lo que
está sin desarrollar, a diferencia de lo concreto (Abstracto y concreto).
Abstraccionismo
(del latín «abstractio»: aislamiento). Una de las direcciones fundamentales del arte burgués moderno,
las que pone de manifiesto con mayor nitidez la degradación a que ha llegado la cultura del
capitalismo. También se denomina arte no figurativo. Los teóricos del abstraccionismo, por ejemplo,
Seuphor, denominan abstracta la obra que «no contiene ninguna evocación, ningún reflejo de la
realidad que se observa». El abstraccionismo constituye la culminación lógica del cubismo, del
futurismo y de otras tendencias formalistas. Uno de los primeros cuadros abstractos se debió al pintor
ruso Vasili Kandinski (1866-1944), en 1910. Otro abstraccionista ruso, Kasimir Malevich (1878-1935)
dio a su pintura el nombre de suprematismo (del francés «suprême», lo que no tiene superior en su
línea). Pronto el abstraccionismo surgió en Francia (Delaunay) y en Holanda (grupo «De Styl», 1917):
Piet Mondrian, Theo Van Doesburg y otros). Después de la segunda guerra mundial, el
abstraccionismo florece en muchos países burgueses, sobre todo en los EE. UU. (Jackson Pollock,
Rotkho y otros). Sus fundamentos gnoseológicos son el subjetivismo y el idealismo, con lo que se
separan arte y vida, se contraponen los aspectos racionales y los emocionales (intuitivos) del proceso
creador, la forma artística y el contenido ideológico. El abstraccionismo renuncia a reproducir en el arte
imágenes típicas de personas y acontecimientos reales, el medio que circunda al hombre; hace
imposible expresar a través de la obra artística el sentido y los fines de la vida del hombre. Sustituye la
plasmación de la belleza y del dramatismo de la realidad, inherentes al auténtico arte, por la expresión
de cierta «realidad espiritual» mística, de una «energía intuitiva», de alguna «vibración» del
subconsciente humano. Lo característico del abstraccionismo es la total destrucción de la imagen
artística por medio de la distorsión extrema de las formas reales, la mudanza de las imágenes en un
caos de manchas, líneas, puntos, planos y volúmenes sin significación alguna
Lo abstracto y lo concreto
Lo abstracto (del latín «abstractio»; aislamiento) es una faceta, una parte de un todo, lo unilateral, lo no
desarrollado; lo concreto (del latín «concrescere» crecer por aglomeración) es lo compuesto, lo
complejo, lo multifacético. En la historia de la filosofía, hasta Hegel, lo concreto se entendía sobre todo
como multiplicidad sensorialmente dada de cosas y fenómenos singulares; lo abstracto, como
característica de los productos exclusivos del pensar (Abstracción). Hegel fue el primero en introducir
en la filosofía las categorías de abstracto y concreto en el sentido específico en que ha sido empleado,
desarrollándolo, en la filosofía marxista: lo concreto es sinónimo de interconexión dialéctica, de
integridad que se descompone en partes; lo abstracto no es un contrario de lo concreto, sino una etapa
en el movimiento de lo concreto [3] mismo, es lo concreto sin revelarse, sin desplegarse, sin
desarrollarse (Hegel compara la relación entre lo abstracto y lo concreto, por ejemplo, con la relación
entre la yema y el fruto, entre la bellota y la encina). No obstante, lo concreto, según Hegel, es
característico únicamente del «espíritu», del pensamiento, de la «idea absoluta». En cambio, la
naturaleza y las relaciones sociales de las personas han aparecido como su «ser-otro» no verdadero,
como manifestación abstracta, de facetas singulares, de momentos de la vida del espíritu universal.
Desde el punto de vista de la filosofía marxista, el portador de lo concreto, su sujeto, es la realidad
material, el mundo de las cosas y de los fenómenos finitos, sensorialmente dados. Lo concreto de un
objeto es la interconexión objetiva de sus partes, determinable por la relación esencial, sujeta a ley, que
figura en su base; en cambio, lo concreto del conocimiento es el reflejo de dicha interconexión real en
el sistema de conceptos que reproducen estructural y genéticamente el contenido objetivo del objeto.
Lo abstracto en la realidad misma es expresión de insuficiencia, de falta de desenvolvimiento, de
carencia de desarrollo, de limitación de cualquiera de sus fragmentos al tomarse tal fragmento por sí
mismo, al margen de sus nexos o de su historia ulterior. Así, pues, el conocimiento abstracto se
contrapone al concreto como conocimiento unilateral que fija tal o cual faceta del objeto al margen de
todo nexo con las otras facetas, al margen de su estar condicionado por el carácter específico del todo.
Tenemos, por consiguiente, que si la mera reproducción de la multiplicidad sensorial no puede ni debe
ser el objetivo del conocimiento teórico, en no menor medida queda excluido que pueda servir de tal
objetivo la disociación de ciertos nexos «absolutos». Pues, no bien tales nexos se aislan, pierden lo
que tienen de concreto y de verdadero. El conocimiento teórico realmente científico consiste en un
movimiento del pensar que parte de la multiplicidad sensorial de lo concreto y llega a la reproducción
del objeto en toda su esencialidad y complejidad. El procedimiento que permite reproducir teóricamente
en la conciencia la integridad del objeto estriba en la ascensión de lo abstracto a lo concreto, lo cual
constituye la forma universal en que se desenvuelve el conocimiento científico, el reflejo sistemático del
objeto en conceptos. La ascensión de lo abstracto a lo concreto, como procedimiento para trabar los
conceptos en un sistema íntegro que refleje la disociación objetiva del objeto investigado y la unidad de
sus partes, presupone el movimiento inicial de lo concreto (de lo dado en la contemplación) a lo
abstracto. En este último camino se forman los conceptos que reflejan los aspectos y propiedades
singulares del objeto, aspectos y propiedades que sólo pueden ser comprendidos en tanto son
considerados como momentos de un todo, determinables por el contenido específico del mismo. De ahí
que sea necesario distinguir lo concreto como objeto que se estudia, como punto de partida de la
investigación (lo concreto sensible) y lo concreto como culminación, como resultado de la investigación,
como concepto científico del objeto (lo concreto conceptual).
Academia platónica
Escuela filosófica idealista de la antigua Grecia. Fue fundada por Platón (387 a. n. e.) en el parque
próximo a Atenas, llamado «Academia» en honor del héroe mítico Academo. En la denominada
Academia Antigua (Espeusipo y otros, siglos IV y III a. n. e.), se acentuó el influjo del pitagorismo. Las
ideas de Platón se sistematizaron partiendo de la teoría mísfica de los números. La Academia
contribuyó en gran medida al progreso de la matemática y de la astronomía. La Academia Media
(Arcesilao y otros, siglo III a. n. e.) experimentó la influencia del escepticismo. La Academia Nueva
(Carnéades y otros, siglos II y I a. n. e.) ahondó el escepticismo de la Academia Media, se manifestó
contra la doctrina de los estoicos sobre el criterio de la verdad. En los períodos subsiguientes, la
Academia une eclécticamente el platonismo, el estoicismo, el aristotelismo y otras escuelas. En los
siglos IV y V pasa definitivamente al neoplatonismo (Plutarco de Atenas). En el año 529 fue cerrada por
el emperador Justiniano. Durante el Renacimiento, se fundó en Florencia una escuela denominada
Academia platónica (1459-1521), que luchaba desde las posiciones del platonismo contra el Aristóteles
escolastizado, traducía y comentaba las obras de Platón (Marsilio Ficino).
Accidente
(del latín «accidens»: casualidad). Propiedad transitoria, pasajera, no esencial de una cosa, a
diferencia de lo esencial, substancial (Substancia). El término se encuentra por primera vez en
Aristóteles; se difundió en [4] la escolástica y en la filosofía de los siglos XVII-XVIII. En la filosofía
marxista, no se aplica.
Acontecimiento
Concepto fundamental de la teoría de las probabilidades y de la estadística; designa la realización de
cierta posibilidad al darse un determinado complejo de condiciones. Si el acontecimiento se produce de
manera inevitable en presencia del complejo dado de condiciones, se denomina fidedigno. Si ante esas
mismas condiciones, es notorio que el acontecimiento no puede ocurrir, se denomina imposible. El
acontecimiento que puede ocurrir o no, se llama casual. Los acontecimientos casuales únicos sólo
pueden caracterizarse cualitativamente. De los acontecimientos casuales que se producen en masa,
cabe dar no solo una caracterización cualitativa, sino también una caracterización cuantitativa
valiéndose del cálculo de la probabilidad de que aparezca el acontecimiento en cuestión en presencia
de un determinado complejo de condiciones. Así, la probabilidad (p) de un acontecimiento A es igual a
la relación entre el número de pruebas favorables al acontecimiento A(m) y el número general de todas
las pruebas (n): P(A) = m / n.
Actividad (psíquica)
Concepto que caracteriza la función del sujeto en el proceso de interacción con el objeto. La
actividad es un nexo específico del organismo vivo con lo que le rodea; establece, regula y controla
la relación mediata entre el organismo y el medio, en primer lugar el metabolismo. La actividad es
estimulada por la necesidad, se orienta hacia el objeto que da satisfacción a esta última y se lleva a
cabo por medio de un sistema de acciones; presupone la existencia de la psique en el organismo y,
al mismo tiempo, constituye la condición básica de que aquélla surja: es la fuerza motriz que
impulsa el desarrollo de la psique misma. Hay que distinguir las formas elemental y superior de
actividad. La primera es propia de los animales; estriba en la adaptación instintiva (Instinto) del
organismo a lo que le rodea. La segunda, que surge de la primera modificándola, constituye una
característica exclusiva del hombre. La peculiaridad específica de la forma superior de actividad
consiste en la transformación consciente del medio. La actividad del hombre posee un carácter
social y está determinada por las condiciones sociales de la vida. La forma básica e históricamente
primaria de la actividad del hombre es el trabajo; en el trabajo, el hombre, al cambiar la forma de lo
que le es dado por la naturaleza, «persigue, al mismo tiempo, su propio fin consciente el cual
determina, como una ley, el procedimiento y el carácter de sus acciones» (Marx). Al desarrollarse,
la actividad del hombre se diferencia en externa e interna. La primera se compone de actos
específicos que el hombre realiza con los objetos reales valiéndose de los movimientos de brazos,
piernas y dedos. La segunda se produce «en la mente» por medio de las «acciones intelectivas»;
en este caso, el hombre no opera con los objetos reales ni efectúa movimientos auténticos, sino que
se vale de las imágenes de unos y otros. La actividad interna planea la externa, surge sobre la base
de esta última y a través de ella cobra expresión concreta. El desarrollo del trabajo hace que se
separen entre sí las formas práctica y teórica de la actividad del hombre. La actividad práctica se
caracteriza por hallarse directamente encaminada hacia la transformación de tal o cual situación. En
cambio, la teórica tiende a poner de manifiesto los procedimientos de dicha transformación, a
descubrir las leyes a que la transformación obedece. La actividad teórica surge y se desarrolla
influida por los objetivos de la actividad práctica y contribuye a que tales objetivos se alcancen de la
manera más efectiva. La diversidad de tipos concretos de actividad humana se va formando en
dependencia de la multiplicidad de necesidades del hombre y de la sociedad. Cada uno de esos
tipos de actividad suele incluir elementos de actividad externa e interna, práctica y teórica.
Actualización
Concepto que designa un cambio del ser. En dicho concepto se revela sólo una parte del movimiento:
el paso del ser del estado de posibilidad al estado de realidad. En Aristóteles y en la escolástica,
cuando se explica la actualización se cae inevitablemente en la aceptación antidialéctica de una fuente
inmóvil del movimiento, exterior respecto al ser, o sea en la admisión de un primer motor del mundo, de
Dios como acto puro. La idea de transición de la posibilidad a la realidad alcanza su expresión más
plena en las categorías de la dialéctica materialista (Posibilidad y realidad). En la filosofía marxista, el
concepto de actualización no se aplica.
Adecuación a fines
Parte y manifestación del complejo nexo de causalidad y del desarrollo, sujeto a ley, del mundo
orgánico, de los sistemas sociales, de las acciones del hombre, &c. La adecuación a fines se expresa
de manera distinta en los diferentes terrenos: en la naturaleza orgánica, toma la forma de adaptación
de los organismos al medio circundante; en la vida social, se expresa en la desaparición de los
sistemas ya decadentes y en el surgimiento de otros nuevos, que facilitan el ulterior desarrollo de la
sociedad, en la actividad de los hombres, orientada hacia el logro de determinados fines, &c. Los
fenómenos de adecuación orgánica, utilizados por la teleología para demostrar la existencia de Dios,
hallaron su explicación científica en la teoría de la selección natural de Darwin; los fenómenos de
adecuación a fines de la vida social, han sido explicados en la teoría económica y en el materialismo
histórico de Marx. [6] La cibernética entiende por adecuación, en su sentido general, las acciones de la
retroconexión negativa, con la cual la información acerca de la diferencia entre el estado requerido y el
estado de hecho se convierte en causa de la aproximación cada vez mayor del sistema al primero de
dichos estados. La forma superior de la adecuación a fines es la de la actividad humana; en ella y sólo
en ella, en el nexo de causa y efecto se incluye, como eslabón capitalísimo, el fin consciente. Todas las
acciones del hombre que se hallan en consonancia con cierto fin son «adecuadas» en el amplio sentido
de la palabra. En un sentido más profundo, únicamente es «adecuada a un fin» la actividad que
responde no sólo a las condiciones del momento dado, sino, además, a la orientación general del
desarrollo, la actividad que se basa en el conocimiento de las leyes y necesidades objetivas del
desarrollo.
Adecuado
(del latín «adaequatus»: igualado). Que corresponde por completo, igual, equivalente. En la teoría del
conocimiento, se consideran adecuados la imagen y el saber que corresponden su original, al objeto,
gracias a lo cual son fidedignos, verdaderos. El problema relativo al grado de adecuación –o sea, a la
exactitud, profundidad y plenitud del reflejo–, al proceso gracias al cual se obtiene un conocimiento
cada vez más adecuado, está unido al problema de la correlación entre la verdad absoluta y la relativa
así como al problema referente al criterio de la verdad del conocimiento (véase también Verdad).
Afección
(del latín «afficere»: causar). Término de Kant que designa la propiedad (del objeto) de influir sobre los
órganos de los sentidos. En el concepto de «afección» se expresó el elemento materialista del
kantismo: Kant reconocía que las claras representaciones sensoriales se obtienen como resultado de la
acción que las «cosas en sí» ejercen sobre los órganos de los sentidos. Este concepto se contrapone,
en el sistema kantiano, al concepto de apercepción trascendental. Según Kant, a pesar de la
«afección» las cosas siguen siendo incognoscibles. El concepto de «afección» ha sido objeto de crítica
por parte de los neokantianos y de todos aquellos que han transformado el kantismo en un idealismo
consecuente.
Afecto
(del latín «affectus»: alteración del alma). Fuerte vivencia emocional del hombre como la furia, el terror,
&c.; a diferencia del estado de ánimo y de la pasión (Sentimientos), transcurre impetuosamente y dura
poco tiempo. El afecto va acompañado de bruscos movimientos expresivos (mímica y gesticulación
específicas) y de reacciones vocales (llanto, grito). A veces, por el contrario, la actitud que provoca es
la de pasmo. Las formas de expresión externa así como la profundidad del afecto dependen mucho de
las peculiaridades individuales, en particular de la educación de la voluntad y de las particularidades
tipológicas de la actividad nerviosa superior. En el estado de afecto, el hombre queda prendido de lo
que ha provocado la vivencia («estrechamiento de la conciencia») y ello altera el curso de los procesos
intelectuales; de ahí que se debilita el control del individuo sobre su conducta. La superación del afecto
exige importantes esfuerzos de voluntad y se hace más fácil en su estadio inicial.
Agnosticismo
(del griego a, no, gnwsiç, conocimiento). Doctrina que niega total o parcialmente la posibilidad de
conocer el mundo. El término fue introducido por el naturalista inglés Thomas Huxley. Poniendo al
descubierto las raíces gnoseológicas del agnosticismo, Lenin indica que el agnóstico desintegra
esencia y fenómeno, no va más allá de las sensaciones, se detiene más acá de los fenómenos al
negarse a ver nada fidedigno fuera de las sensaciones. En el agnosticismo, su posición de
compromiso lleva al idealismo. Surgido bajo la forma de escepticismo en la antigua filosofía griega
(Pirrón), el agnosticismo alcanzó su exposición clásica en la filosofía de Hume y la de Kant.
Constituye una variedad de agnosticismo la teoría de los jeroglíficos. El agnosticismo ha alcanzado
amplia difusión en la filosofía burguesa contemporánea. Eliminando del kantismo la «cosa en sí»,
los representantes del pragmatismo y del positivismo intentan demostrar la imposibilidad de llegar a
conocer el mundo tal como existe de por sí. El agnosticismo de la filosofía burguesa nace de la
tendencia a limitar la ciencia, a renunciar al pensamiento lógico, a apartar la atención de lo que
signifique conocimiento de las leyes objetivas de la naturaleza y, ante todo, de la sociedad. La
refutación más contundente del agnosticismo se halla en la práctica, en el [7] experimento científico
y en la producción material. Si las personas al entrar en conocimiento de tales o cuales fenómenos
los reproducen deliberadamente, no queda lugar para la «cosa en sí incognoscible».
Agripa
Filósofo romano (siglo I-II), representante del escepticismo. Nada se sabe acerca de su vida.
Se atribuyen a Agripa cinco argumentos (tropos) sobre la incognoscibilidad del mundo. Los
tropos de Agripa hacen referencia a los problemas del conocimiento racional y contienen
elementos de dialéctica, como observó Lenin (t. XXXVIII, pág. 296).
Ajivika
Una de las antiguas doctrinas indias no ortodoxas en la que se niega la existencia del alma. Al
principio, se hallaba relacionada con el budismo, del que quizás fuera incluso una variedad, pues la
primera referencia conocida de la ajívika se encuentra en los textos canónicos budistas primitivos.
Según la tradición, el fundador de la ajívika fue el sabio Markalideva, que vivió en los siglos VI-V a.
de n.e. En la base de la ajívika se encuentra la idea atomística, que determina las otras ideas y
representaciones de dicha doctrina. Se explica en ella que existen cuatro variedades de átomos,
con los que se forman los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, agua, fuego y aire; todos
poseen la capacidad de combinarse. La «vida» no es algo compuesto de átomos, sino lo que
percibe, lo que entra en conocimiento de las combinaciones de los mismos. Las variedades de
átomos y la vida constituyen las cinco esencias a que queda reducido todo lo existente. Los átomos
son eternos, indivisibles, indestructibles y no han sido creados por nadie. Las variedades de átomos
no pueden convertirse unas en otras. Los átomos son capaces de moverse en cualquier dirección.
Las propiedades de los cuerpos dependen de los átomos que los componen, de la cantidad de
átomos por unidad de volumen y de la manera en que los átomos están combinados. La ajívika
apareció como doctrina realista y, en lo fundamental, materialista, opuesta a las antiguas religiones
indias y a la filosofía budista.
Escuela de Alejandría
Escuela de Alejandría, de filosofía antigua (nombre tomado de la ciudad egipcia homónima, fundada
por Alejandro de Macedonia) (s. I a.n.e. – s. VI d.n.e.). En las publicaciones científicas la
denominación de escuela de Alejandría se emplea en dos sentidos. Por una parte se da este
nombre a la filosofía judaica de Filón de Alejandría, quien vivió en dicha ciudad en el siglo I antes de
nuestra era e interpretaba la Biblia aplicando los métodos del platonismo estoico. Esta tendencia
estoica situaba en la base del ser las ideas platónicas, mas las concebía como fuego creador que
se vertía por el mundo creando en él todo lo vivo y lo inerte. Revela, también, una poderosa
influencia de este platonismo estoico, toda la teología del cristianismo primitivo, que no sabía aún
aplicar métodos puramente monoteístas. Eran representantes capitales de esta manera de pensar
Orígenes y Clemente, vinculados también a Alejandría. Por otra parte, en las publicaciones
científicas siempre se ha empleado el nombre de escuela de Alejandría en un sentido más amplio,
incluyendo bajo esta denominación tanto el neopitagorismo pagano y las escuelas eclécticas de los
primeros siglos, como todo el neoplatonismo, aunque se daba éste en Roma, en Siria y en Pérgamo
además de cultivarse en la propia Alejandría, tanto en su forma pagana como en la cristiana. Es
más acertado entender por escuela de Alejandría la escuela filosófica de Filón y de los pensadores
cristianos alejandrinos de los siglos II-III.
Álgebra de la lógica
Parte de la lógica matemática basada en la aplicación de los métodos algebraicos al estudio de los
objetos lógicos: clases y proposiciones. [9] Por una parte, la proposición expresa un sentido (juicio);
por otra, designa una verdad (V) o una mentira (M). Así, las proposiciones «El Volga desemboca en
el mar Caspio» y «2 x 2= 4» expresan un sentido diferente, pero ambas designan una verdad
(tienen el significado de V). El álgebra de la lógica examina las proposiciones sólo desde el punto
de vista de su significado, con la particularidad de que se consideran equivalentes las que poseen
un mismo significado de veracidad. El álgebra de la lógica utiliza la notación simbólica (Simbolismo
lógico). Además de los símbolos de las proposiciones, se emplean símbolos para las operaciones:
conjunción, disyunción, implicación, negación, con los cuales el álgebra de la lógica forma unas
expresiones partiendo de otras. Una expresión será compuesta si ha sido formada por otras
mediante operaciones algebraicas lógicas; en el caso contrario, será simple. Dos expresiones se
llaman equivalentes si en cada combinación posible de significados de las expresiones simples en
ellas contenidas presentan significados iguales. Así A → B es equivalente a Aœ Ë B, dado que en
las cuatro posibles combinaciones de significados de V y M para A y B: VV, VM, MV, MM, A → B
presenta el mismo significado que Aœ Ë B. En relación con los conceptos introducidos, se plantean
en el álgebra de la lógica una serie de problemas a cuya resolución se aplica esta disciplina.
Históricamente, el álgebra de la lógica surgió como álgebra de las clases (Boole) y sólo después
fue interpretada como álgebra de las proposiciones. Con los trabajos de V. I. Shestakov y de Claude
Shannon, el álgebra de la lógica encuentra amplia aplicación en la teoría de los esquemas
eléctricos y de los esquemas con relés de contacto.
Algoritmo
Es uno de los conceptos fundamenales de la matemática y de la lógica. El término algoritmo procede
de la transliteración latina del nombre del matemático jarismita Aljuarezmi (s. IX). Se entiende por
algoritmo la regla exacta sobre la ejecución de cierto sistema de operaciones, en un determinado
orden, de modo que se resuelvan todos los problemas de un tipo dado. Los ejemplos más simples de
algoritmos nos los ofrecen las reglas aritméticas de sumar, restar, multiplicar y dividir, las reglas sobre
la extracción de la raíz cuadrada, los procedimientos para hallar el máximo común divisor de dos
números naturales, cualesquiera que sean y otras. En realidad, utilizamos algoritmos siempre que
dominamos los procedimientos para resolver un problema en su aspecto general, es decir, para una
clase entera de sus términos variables. Dado que el algoritmo, como sistema de reglas, posee un
carácter formal, sobre su base cabe siempre elaborar un programa de operaciones para una máquina
de calcular y resolver con ella el problema. Hallar el algoritmo para resolver un amplio círculo de
problemas y elaborar la teoría del algoritmo son tareas que se presentan con carácter singularmente
perentorio ante el progreso de la técnica del cálculo y de la cibernética.
Alienación
Concepto que caracteriza tanto el proceso como los resultados de transformar, en determinadas
condiciones históricas, los productos de la actividad humana y de la sociedad (productos del
trabajo, dinero, relaciones sociales, &c.), así como las propiedades y aptitudes del hombre, en algo
independiente de ellos mismos y que domina sobre ellos; también caracteriza la transformación de
fenómenos y relaciones, cualesquiera que sean, en algo distinto de lo que en realidad son, la
alteración y deformación, en la conciencia de los individuos, de sus auténticas relaciones de vida.
Las fuentes de la idea de alienación pueden encontrarse en los representantes de la Ilustración
francesa (Rousseau) y alemana (Goethe, Schiller). Objetivamente, esa idea expresaba la protesta
contra el carácter antihumanista de las relaciones de propiedad privada. Ese aspecto del problema
encontró eco en la filosofía clásica alemana, pese a que en ella se hacía hincapié en otras
cuestiones. Ya en Fichte, la alienación del sujeto es la creación del mundo por un «Yo» abstracto.
Quien desarrolló con mayor plenitud la interpretación idealista de la alienación fue Hegel, en cuya
filosofía todo el mundo objetivo aparece como «espíritu alienado». El objetivo del desarrollo, según
Hegel, estriba en superar dicha alienación en el proceso del conocer. Por otra parte, en la
concepción que tiene Hegel de la alienación figuran conjeturas racionales sobre algunas
particularidades del trabajo en una sociedad de clases antagónicas. Feuerbach consideraba la
religión como alienación de la esencia humana, y el idealismo como alienación del entendimiento.
Sin embargo, al reducir la [10] alienación exclusivamente a los fenómenos de la conciencia,
Feuerbach no encontró los caminos reales para acabar con dicha alienación, pues los veía sólo en
la crítica teórica. Marx, que en distintas obras, sobre todo en sus «Manuscritos económico-
filosóficos» (1844), analizó con suma profundidad el problema de la alienación, parte de que ésta
caracteriza las contradicciones de un determinado nivel de desarrollo de la sociedad. Relaciona la
alienación con la existencia de la propiedad privada y de la división antagónica del trabajo.
Entendida de este modo, la alienación abarca toda la actividad humana, pues cada tipo de dicha
actividad se convierte en monopolio de un grupo aislado de personas, cuyo hacer es extraño a
todos los demás miembros de la sociedad. Marx investiga, sobre todo, la alienación del trabajo; con
ella, no sólo caracteriza el sistema de las relaciones capitalistas y la situación del proletariado
(relación del obrero con el que no lo es, relación de uno y otro con el trabajo y con los productos del
mismo, carácter real de las relaciones sociales, imperio de las «fuerzas inhumanas» en la sociedad,
degradación moral y física del obrero, &c.), sino que, además, pone de manifiesto cuáles son los
caminos reales para eliminarla (liquidar la propiedad capitalista). El reconocimiento de la alienación
del trabajo como fundamento de todas las demás formas de alienación, incluidas las ideológicas,
hacía posible comprender la conciencia deformada y falsa como resultado de las contradicciones de
la vida colectiva real. De este modo se establecía la dependencia de la teoría respecto a la práctica
y sobre esta base se reestructuraba la filosofía. En sus obras clásicas de las décadas de 1850 y
1860, Marx sustituye la categoría de alienación, que figuraba en sus primeros trabajos, por todo un
sistema de conceptos, entre los cuales la alienación también aparece como característica concreta
de las relaciones de producción del capitalismo (Fetichismo de la mercancía).
Alienación
Concepto que caracteriza tanto el proceso como los resultados de transformar, en determinadas
condiciones históricas, los productos de la actividad humana y de la sociedad (productos del
trabajo, dinero, relaciones sociales, &c.), así como las propiedades y aptitudes del hombre, en algo
independiente de ellos mismos y que domina sobre ellos; también caracteriza la transformación de
fenómenos y relaciones, cualesquiera que sean, en algo distinto de lo que en realidad son, la
alteración y deformación, en la conciencia de los individuos, de sus auténticas relaciones de vida.
Las fuentes de la idea de alienación pueden encontrarse en los representantes de la Ilustración
francesa (Rousseau) y alemana (Goethe, Schiller). Objetivamente, esa idea expresaba la protesta
contra el carácter antihumanista de las relaciones de propiedad privada. Ese aspecto del problema
encontró eco en la filosofía clásica alemana, pese a que en ella se hacía hincapié en otras
cuestiones. Ya en Fichte, la alienación del sujeto es la creación del mundo por un «Yo» abstracto.
Quien desarrolló con mayor plenitud la interpretación idealista de la alienación fue Hegel, en cuya
filosofía todo el mundo objetivo aparece como «espíritu alienado». El objetivo del desarrollo, según
Hegel, estriba en superar dicha alienación en el proceso del conocer. Por otra parte, en la
concepción que tiene Hegel de la alienación figuran conjeturas racionales sobre algunas
particularidades del trabajo en una sociedad de clases antagónicas. Feuerbach consideraba la
religión como alienación de la esencia humana, y el idealismo como alienación del entendimiento.
Sin embargo, al reducir la [10] alienación exclusivamente a los fenómenos de la conciencia,
Feuerbach no encontró los caminos reales para acabar con dicha alienación, pues los veía sólo en
la crítica teórica. Marx, que en distintas obras, sobre todo en sus «Manuscritos económico-
filosóficos» (1844), analizó con suma profundidad el problema de la alienación, parte de que ésta
caracteriza las contradicciones de un determinado nivel de desarrollo de la sociedad. Relaciona la
alienación con la existencia de la propiedad privada y de la división antagónica del trabajo.
Entendida de este modo, la alienación abarca toda la actividad humana, pues cada tipo de dicha
actividad se convierte en monopolio de un grupo aislado de personas, cuyo hacer es extraño a
todos los demás miembros de la sociedad. Marx investiga, sobre todo, la alienación del trabajo; con
ella, no sólo caracteriza el sistema de las relaciones capitalistas y la situación del proletariado
(relación del obrero con el que no lo es, relación de uno y otro con el trabajo y con los productos del
mismo, carácter real de las relaciones sociales, imperio de las «fuerzas inhumanas» en la sociedad,
degradación moral y física del obrero, &c.), sino que, además, pone de manifiesto cuáles son los
caminos reales para eliminarla (liquidar la propiedad capitalista). El reconocimiento de la alienación
del trabajo como fundamento de todas las demás formas de alienación, incluidas las ideológicas,
hacía posible comprender la conciencia deformada y falsa como resultado de las contradicciones de
la vida colectiva real. De este modo se establecía la dependencia de la teoría respecto a la práctica
y sobre esta base se reestructuraba la filosofía. En sus obras clásicas de las décadas de 1850 y
1860, Marx sustituye la categoría de alienación, que figuraba en sus primeros trabajos, por todo un
sistema de conceptos, entre los cuales la alienación también aparece como característica concreta
de las relaciones de producción del capitalismo (Fetichismo de la mercancía).
Alma
Término empleado a veces como sinónimo de psique. En las representaciones del hombre primitivo,
el alma era considerada como algo material (sombra, sangre, aliento, &c.). En religión, se entiende
por alma cierta fuerza inmaterial, incorpórea e inmortal, que posee existencia propia, independiente
del cuerpo, en el mundo del «más allá». En la filosofía idealista, el alma se identifica con tal o cual
elemento de la conciencia. En Platón, es la idea eterna; en Hegel, la manifestación sensorial inferior
del espíritu en su nexo con la materia (sensible y activa). En las doctrinas dualistas, el alma se
entiende como algo independiente que existe a la par del cuerpo (Descartes, Spencer, Wundt,
James). En el materialismo premarxista (Demócrito, materialismo metafísico), el alma se entendía
como algo secundario, dependiente del cuerpo, pero, vista así, el alma, la actividad psíquica, se
reducía a elementales procesos mecánicos o físico-químicos. No era raro que algunos filósofos
materialistas llegaran incluso a admitir que todas las cosas poseen alma (Hilozoismo). Se dio una
explicación auténticamente científica de la psique humana en la filosofía del materialismo dialéctico.
La impugnación definitiva de las representaciones no científicas del alma sólo fue posible cuando se
procedió al estudio experimental de los fenómenos psíquicos, cuando se descubrió el método
objetivo de su investigación (Séchenov, Pávlov).
Alogismo
(del griego a2logismóç, no-lógico). Negación del pensamiento lógico como procedimiento para
alcanzar la verdad; frente a la lógica, se hace hincapié en la intuición, en la fe y en la revelación.
Los filósofos reaccionarios utilizan el alogismo para justificar el irracionalismo, el misticismo y el
fideísmo. Es refutado por toda la práctica social de la humanidad y la historia entera de la ciencia.
Alquimia
Nombre de la química en el período precientífico de su desarrollo. La alquimia surgió en el antiguo
[11] Egipto. La partícula «al» es un testimonio de la difusión que la alquimia alcanzó entre los
árabes. Los alquimistas intentaban transmutar los metales corrientes en plata y oro mediante la
fantástica «piedra filosofal». Aspiraban, asimismo, a descubrir el «elixir de la vida» que diera a los
hombres juventud eterna. Los alquimistas de más renombre fueron Roger Bacon (s. XIII), Paracelso
(s. XVI), Johann Baptist van Helmont y Johanes Fridericus Helvetius (s. XVII). La labor de los
alquimistas contribuyó a que se acumularan datos experimentales, lo cual fue una condición
necesaria para que la química pudiera separarse como ciencia independiente.
Alternativa
(del latín «alter»: uno de dos). Necesidad de elegir entre dos o varias posibilidades que se excluyen
mutuamente.
Altruismo
(del latín «alter»: otro). Servicio desinteresado a las otras personas, voluntad de sacrificar al bien
ajeno los intereses personales, propios. El término fue introducido en la filosofía por Comte. El
altruismo se contrapone al egoísmo. En la ética burguesa, el concepto de «altruismo» se funde con
las doctrinas morales religiosas acerca del amor al prójimo, del perdón universal, &c., que sirven
para encubrir la esencia explotadora y egoísta del capitalismo. Tan sólo la moral comunista, que
rechaza la violencia y la explotación, descubre la auténtica naturaleza del altruismo como la unidad
y armonía entre los intereses personales y los sociales.
Amor al trabajo
Hábito de trabajar, cualidad moral del trabajador; es uno de los principios del código moral de
quienes forjan el comunismo. Comunismo y trabajo son inseparables. El amor al trabajo significa
preocupación constante del hombre por el crecimiento y el perfeccionamiento de su maestría
profesional, asimilación de los métodos avanzados de trabajo, iniciativa para aprovechar los
recursos técnicos, para organizar la producción, &c. El amor al trabajo, a la propia profesión, es
inseparable del afán de poseer conocimientos científicos y técnicos; sin ello, no puede haber trabajo
creador, no puede superarse la diferencia esencial entre trabajo intelectual y trabajo físico. Educar
en el sentido de fomentar el amor al trabajo contribuye a convertir este último en la primera
necesidad vital del hombre.
Amoralismo
(del griego a, partícula negativa; latín «moralis»: moral) o inmoralismo: negación de toda moral,
renuncia consciente a las leyes de la moralidad, pretensión de situarse «más allá del bien y del
mal» (Nietzsche), «fundamentación filosófica» del egoísmo, de la inhumanidad, del desprecio a la
conciencia y al honor, predicado por los apologistas más cínicos de la burguesía.
Análisis y síntesis
(del griego a1nálusiç, descomposición, y su1nqesiç, unión, composición). En el sentido más general,
procesos del pensar o de la descomposición real de un todo en sus partes y de la reunificación de
un todo a base de sus partes. El análisis y la síntesis desempeñan un importante papel en el
proceso de la cognición y se dan en todos los estadios de la misma. [12] El centro de la actividad
analítica-sintetizadora radica en la corteza de los grandes hemisferios cerebrales. Dicha actividad,
sin embargo, únicamente surge y se realiza en el proceso del hacer práctico, de carácter social, y
sobre la base de tal hacer. En las operaciones mentales, análisis y síntesis aparecen como
procedimientos lógicos del intelecto que se realizan con ayuda de conceptos abstractos y se hallan
estrechamente vinculados a otras operaciones del pensar: la abstracción, la generalización, &c. El
análisis lógico consiste en la descomposición mental del objeto investigado en sus partes
componentes y es un método para obtener nuevos conocimientos. Según sea el carácter del objeto
investigado, el análisis adquiere formas distintas. Para llegar al conocimiento multilateral del objeto
que se investiga, es condición necesaria que el análisis sea multifacético. La desmembración de un
todo en sus partes componentes, permite descubrir la estructura del objeto investigado; la
descomposición de un fenómeno complejo en elementos más simples, permite delimitar lo esencial
de aquello que no lo es, reducir a lo simple lo complejo; tenemos una de las formas del análisis en
la clasificación de los objetos y de los fenómenos. El análisis de un proceso en su decurso nos
permite distinguir en él etapas distintas y tendencias contradictorias, &c. En el curso del análisis, el
pensamiento se mueve de lo complejo a lo simple, de lo casual a lo necesario, de la multiplicidad a
la identidad y a la unidad. El fin del análisis estriba en llegar al conocimiento de las partes como
elementos de un todo complejo, en ver qué nexos se dan entre ellos y las leyes a que está sujeto el
todo en su desarrollo. No obstante, el análisis lleva al desglose de una esencia no ligada aún a las
formas concretas de su manifestación; la unidad, que sigue siendo abstracta, no ha sido
descubierta todavía como unidad en la diversidad. La síntesis –es decir, la unión, formando un todo
integro, de las partes, propiedades y relaciones delimitadas por medio del análisis–, yendo de lo
idéntico, de lo esencial, a la diferenciación y multiplicidad, une lo general y lo singular, la unidad y la
multiplicidad en un todo concreto, vivo. La síntesis completa al análisis y forma con él una unidad
indisoluble. A la concepción materialista dialéctica del análisis y la síntesis se contrapone su
interpretación idealista como meros recursos intelectivos no relacionados con el mundo objetivo ni
con el hacer práctico del hombre; también se le contrapone la separación metafísica del análisis y la
síntesis, el atribuir a uno de estos dos procesos, indisolublemsnte ligados entre sí, un carácter
absoluto, opuesto al otro. En la historia de la filosofía, la contraposición de análisis y síntesis está
unida al nacimiento del método analítico en las ciencias naturales y en la economía política
burguesa clásica de los siglos XVII-XVIII. En aquella época, dicho método, que sustituyó por el
estudio de la actividad empírica las construcciones especulativas, tuvo un carácter netamente
progresivo. Pero elevado a la categoría de método filosófico absoluto, llevó al examen de las cosas
al margen de su conexión y desarrollo y así fue cómo el método analítico de investigación se
convirtió en método metafísico del pensar. El avance de la ciencia ha puesto de relieve que el
método analítico ha constituido la premisa histórica del método sintético, estrechamente relacionado
con él. Desde el punto de vista de su significado teorético y cognoscitivo, ambos métodos, libres de
toda unilateralidad, aparecen como procesos lógicos que se condicionan recíprocamente y se hallan
subordinados a las exigencias generales del método dialéctico.
Analogía
(del griego analogía, proporción, correspondencia). Semejanza de ciertas facetas, cualidades y
relaciones entre objetos no idénticos; son razonamientos por analogía las deducciones que se
hacen sobre la base de dicha semejanza. Esquema corriente del razonamiento por analogía: el
objeto B posee las notas a, b, c, d, e; el objeto C posee las notas b, c, d, e; por tanto el objeto C
tiene probablemente, la nota a. La analogía es de gran valor para la investigación. En las etapas
iniciales del desarrollo de la sociedad, la analogía sustituye a la observación sistemática y al
experimento, sus conclusiones se fundamentan en el parecido de caracteres externos y
secundarios. Así surgen la mayor parte de las concepciones de la filosofía de la naturaleza en la
Antigüedad. Más adelante, la analogía pierde su significado como medio de explicación, pero
conserva el papel de brújula que señala los problemas. Así, Huygens, después de descubrir la
analogía entre el comportamiento de la luz y el del sonido, llegó a la idea de la naturaleza
ondulatoria de la luz: Maxwell hizo extensiva esta conclusión a la naturaleza del [13] campo
electromagnético. Considerada aisladamente, la analogía carece de fuerza probatoria concluyente,
pues la deducción por ella inferida posee sólo un carácter de probabilidad. De ahí que sea
necesario aplicarla junto con otras formas de cognición. Con el fin de elevar el grado de
probabilidad de la deducción por analogía, se recaba el cumplimiento de los requisitos siguientes: 1.
La analogía ha de basarse en notas esenciales y en un gran número -en la medida de lo posible- de
propiedades comunes a los objetos que se comparan. 2. El nexo entre el carácter respecto al que
se infiere la deducción y los caracteres comunes descubiertos en los objetos, ha de ser lo más
estrecho posible. 3. La analogía se propone establecer una correspondencia entre objetos sólo en
un determinado nexo, pero no en todas las relaciones. 4. Como quiera que la analogía tiene como
fin inmediato establecer la semejanza de los objetos, no hace más que señalar sus diferencias y ha
de completarse con la investigación de los mismos. En la ciencia moderna, constituye una amplia
esfera para la aplicación de la analogía, la denominada teoría de la semejanza, utilizada en la
modelización.
Análogo
(del griego a1nálogoç, correspondiente) . Término de la teoría del conocimiento que designa un
objeto ideal (concepto, teoría, método de investigación, &c.), que refleja de manera adecuada algún
objeto material, algún proceso, alguna regularidad. En la «Dialéctica de la Naturaleza», Engels dice
que para las ciencias naturales (las palabras de Engels conservan toda su validez para las ciencias
históricas), la dialéctica constituye la más importante de las formas de pensar, «ya que es la única
que nos brinda el análogo y, por tanto, el método para explicar los procesos de desarrollo en la
naturaleza...» (t. XX, pág. 367 - «Anti-Dühring», Ed. Pueblos Unidos, 3ª ed., 1961, pág. 402). En las
publicaciones filosóficas modernas, el término de «análogo» designa asimismo un objeto material
(incluyendo distintas clases del hacer práctico, material, del hombre) que sea fundamento real de
alguna teoría, de alguna ley teórica de la cognición o de una regla lógica. Por ejemplo, las
relaciones más generales y corrientes de las cosas constituyen la base objetiva del juicio, del
razonamiento y de otras formas del pensar. Hallando el análogo, se establece el hecho
determinante del cual se genera tal o cual fenómeno ideal, lo que es de suma importancia en la
lucha contra las distintas formas del idealismo. En cambio, la elucidación de lo que tiene de
específico una ley metódica, una regla lógica, &c., implica el análisis multilateral de sus funciones
en un determinado sistema de conocimientos. (Modelización).
Anarquismo
(del griego a1narcía, sin autoridad, sin poder). Corriente político-social pequeño burguesa, hostil a
todo poder, incluido el de la dictadura del proletariado; contrapone los intereses de la pequeña
propiedad privada y la pequeña economía campesina al progreso de la sociedad apoyado en la
gran producción. La base filosófica del anarquismo es el individualismo, el subjetivismo, el
voluntarismo. La aparición del anarquismo está unida a los nombres de Schmidt (Stirner), Proudhon
y Bakunin, cuyas teorías utópicas fueron sometidas a crítica en los trabajos de Marx y Engels. En el
siglo XIX, el anarquismo se extendió por Francia, Italia y España. El anarquismo no va más allá de
las frases generales contra [14] la explotación, no comprende cuáles son las causas de esta última,
ni la lucha de clases como fuerza creadora para la realización del socialismo. La negación
anarquista de la lucha política contribuye objetivamente a que la dase obrera se subordine a la
política burguesa. Lo más esencial en la lucha contra el anarquismo radica en el problema de cómo
debe proceder la revolución frente al Estado y en el problema del Estado en general. Los
anarquistas propugnan el aniquilamiento inmediato del Estado, no reconocen que sea posible
aprovechar el Estado burgués para preparar al proletariado con vistas a la revolución. Después de
1917, el anarquismo en Rusia se convirtió en una tendencia contrarrevolucionaria. Actualmente,
goza de cierta influencia en España, Italia y América Latina.
Anaxágoras de Clazomene (aprox. 500-428 a.n.e.)
Anaxágoras de Clazomene (Asia Menor) (aprox. 500-428 a.n.e.). Filósofo griego, materialista
inconsecuente, ideólogo de la democracia esclavista. Acusado de ateísmo, fue condenado a
muerte, pero se salvó abandonando Atenas. Reconocía la infinita diversidad cualitativa de los
elementos primarios de la materia («semillas de las cosas»), más tarde denominadas homeomerías,
de cuyas distintas combinaciones se forman todas las cosas existentes. Consideraba que la fuerza
motriz, condicionante de la combinación y separación de las partículas elementales, es el nou<ç
(inteligencia), entendido como la sustancia más ligera y fina. La cosmogonía de Anaxágoras explica
el origen del sistema de los cuerpos celestes a partir de la mezcla primitivamente desordenada de
sustancias, como resultado de su rotación en forma de torbellino.
Anfibología
(del griego a1mfíboloç, doble sentido). Error lógico que se produce por la falta de claridad o la
multiplicidad de sentidos de una construcción gramatical, en particular por recurrir en un mismo
razonamiento y con distintos significados a una misma proposición gramatical o a un mismo giro del
lenguaje. La anfibología se diferencia de la homonimia, error derivado del doble sentido de ciertas
palabras. Para descubrir en el pensamiento la anfibología y la homonimia y eliminarlas, es
necesario precisar el significado de las palabras, de las construcciones y proposiciones
gramaticales utilizadas en los razonamientos.
Animismo
(del latín «anima»: espíritu alma). Creencia en que almas y espíritus influyen sobre la vida de las
personas y los animales, sobre los objetos y fenómenos del mundo circundante. Las
representaciones animistas surgieron en la sociedad primitiva. El hombre primitivo se imaginaba
que las cosas, plantas y animales tenían su propia alma. La causa fundamental de que surgiera el
animismo radicaba en el nivel extraordinariamente bajo de las fuerzas de producción y, en
consecuencia, en la insignificancia de los conocimientos acumulados, en la incapacidad del hombre
para hacer frente a los elementos de la naturaleza, que parecían extraños y llenos de misterio. En
determinado nivel del desarrollo de la sociedad, la personificación de tales fuerzas sirvió para
asimilarlas. Las representaciones animistas figuraron en la base de las creencias religiosas
posteriores; en principio, el animismo es inherente a toda religión.
Aniquilación
(del latín «nihil»: nada). Literalmente: transformación en nada, aniquilamiento; en física, proceso de
transformación de una partícula y una antipartícula en otras partículas. Está bien estudiada la
aniquilación del electrón y del positrón –observada por primera vez en 1930– cuyo choque produce
emisión de fotones. Existe también el proceso inverso. Se conoce, asimismo, la aniquilación del
nucleón (protón, neutrón) y del antinucleón (antiprotón, antineutrón), del hiperón y del antihiperón. El
término de «aniquilación» no es exacto, dado que al chocar una partícula y una antipartícula no
ocurre su transformación «en nada», sino tan sólo el cambio de una forma de materia en otra;
además, se conserva la masa general, energía, impulso, carga y cantidad de movimiento angular
del sistema de las partículas. El descubrimiento de la aniquilación es de gran significado filosófico:
confirma la variedad infinita de las formas de la materia y del movimiento, refuta las lucubraciones
idealistas acerca de la «desaparición de la materia» y la «materialización» de la energía así como la
idea metafísica de que existen elementos primarios de materia eternos e invariables.
Anticomunismo
Principal arma ideológica de la reacción imperialista moderna. El contenido básico del
anticomunismo está formado por calumnias contra el régimen socialista, por la falsificación de la
política y de los objetivos de los partidos comunistas, de la doctrina marxista-leninista. En el terreno
de la economía, el anticomunismo se manifiesta ante todo en la negación del carácter socialista del
sistema económico de la U.R.S.S. y de los países de democracia popular, en el intento de
presentar la economía de los países del socialismo como economía capitalista de Estado; en la
esfera de la política, se manifiesta en las invenciones calumniosas sobre el «totalitarismo»
soviético, sobre el carácter agresivo del comunismo mundial; en la esfera de la ideología, se da en
la machacona reiteración de la estúpida cantilena sobre la «standardización» del pensamiento bajo
el socialismo. Tales deformaciones encuentran su remate en la falacia sobre la «deshumanización»
de las relaciones sociales en el régimen socialista, sobre la transformación del hombre en un
simple instrumento para [16] cumplir tales o cuales objetivos de la «dirección», sobre lo «utópico»
de las líneas programáticas del comunismo científico, «El anticomunismo es un reflejo del grado
extremo de degradación a que ha llegado la ideología burguesa» («Materiales del XXII Congreso
del P.C.U.S», pág. 358). Los ideólogos de la burguesía no están en condiciones de presentar
ningún programa positivo que responda a los intereses de las masas. De ahí que el anticomunismo
cale en todas las facetas del pensamiento burgués. El odio hacia el comunismo se debe al miedo
de las clases privilegiadas ante él, se debe al miedo por el progreso social. La propaganda masiva
del anticomunismo tiene por objeto paralizar el movimiento revolucionario de los trabajadores,
sembrar la desconfianza hacia las consignas e ideales del comunismo, desacreditar y ahogar todo
el movimiento auténticamente democrático de la actualidad. El anticomunismo no es sólo un
conjunto de ideas. Es, también, el elemento determinante de la línea política real de los círculos
más reaccionarios de los estados imperialistas, que aspiran a rematar, mediante la guerra atómica
contra los países socialistas, su lucha contra el comunismo. Los éxitos cada día mayores del
sistema mundial del socialismo, la lucha por la paz, la lucha contra el anticomunismo en los mismos
países capitalistas son una prueba de la infructuosidad de éste y demuestran que está condenado
al fracaso.
«Anti-Dühring»
Nombre con que ha pasado a la historia el libro de Federico Engels «La subversión de la ciencia por
el señor Eugen Dühring»; en él se realiza una exposición acabada de las tres partes componentes
del marxismo: 1) el materialismo dialéctico e histórico, 2) la economía política y 3) la teoría del
comunismo científico. En el «Anti-Dühring» Engels analiza los problemas más importantes de la
filosofía, de las ciencia naturales y de la sociología... Es un libro admirablemente instructivo y de
rico contenido» (V. I. Lenin, t. II, pág. 11 - «Obras escogidas en tres tomos», Ed. en Lenguas Extr.,
Moscú, págs. 60-61). El libro fue escrito por Engels en defensa de la teoría marxista contra los
ataques del ideólogo pequeñoburgués Dühring, cuyas concepciones apoyaban algunos miembros
del joven partido socialdemócrata alemán (por ejemplo Johann Most. A ruegos de Wilhelm
Liebknecht desde mayo de 1876 Engels empezó a trabajar en una serie de artículos dirigidos contra
la nueva corriente; los mismos se publicaron en 1877-78 en el órgano del partido socialdemócrata,
el «Vorwärts» («Adelante») pese a que los partidarios de Dühring intentaron evitarlo. Marx leyó el
manuscrito del «Anti-Dühring» y escribió el capítulo relativo a la historia de la economía política
(cap. X, de la Parte Segunda). En 1878 el libro se publicó en edición aparte, y el mismo año fue
prohibido. El «Anti-Dühring» consta de tres partes fundamentales: Filosofía, Economía política y
Socialismo. En la introducción, Engels hace una breve exposición del desarrollo de la filosofía y
muestra la inevitabilidad de que surja el comunismo científico. En la primera parte, expone las
bases del materialismo dialéctico e histórico; da una respuesta materialista al problema básico de la
filosofía, fundamenta las tesis relativas a la materialidad del mundo, a las leyes básicas del
conocimiento del mismo, al tiempo y el espacio como formas de todo ser, a la unidad de materia y
movimiento. En el «Anti-Dühring» se hace una exposición del problema concerniente a las formas
de movimiento de la materia y a la clasificación de las ciencias. Engels dedica gran atención a la
caracterización de la dialéctica y de sus leyes fundamentales, al problema de la correlación entre
lógica dialéctica y lógica formal. Desde las posiciones del materialismo dialéctico, en el «Anti-
Dühring» se examinan los problemas capitales de la ciencia natural: la teoría de Darwin, el papel de
la célula orgánica y la esencia de la vida, la hipótesis cosmogónica de Kant. Desde las posiciones
de la dialéctica materialista, Engels investiga asimismo los problemas que tratan de la moral, de la
igualdad, de la libertad y necesidad, &c. En la segunda parte, Engels, criticando las ideas de
Dühring sobre economía política, define el objeto y el método de esta disciplina, expone la doctrina
de Marx, acerca de la mercancía y del valor, acerca de la plusvalía y del capital, sobre la renta de la
tierra, &c. Después de criticar la teoría idealista de la violencia, Engels pone de manifiesto el
significado decisivo de la economía en el desarrollo de la sociedad, explica el origen de la propiedad
privada y de las clases, subraya el papel progresivo de la violencia en las épocas revolucionarias.
En la tercera parte, Engels presenta un brillante ensayo sobre la teoría y la historia del comunismo
científico, [17] aclara la relación de este último con el socialismo utópico, explica con profunda visión
cuáles son las tareas y vías de la transformación comunista de la sociedad y expone la doctrina
marxista acerca de varias cuestiones capitales del socialismo y del comunismo: sobre la producción
y distribución bajo el socialismo y bajo el comunismo, sobre el Estado, la familia y la escuela, sobre
el aniquilamiento de la contradicción entre la ciudad y el campo, entre el trabajo intelectual y el
físico, &c. Las ideas fundamentales del «Anti-Dühring» han encontrado un ulterior desarrollo, se han
concretado y precisado más, en los trabajos de Lenin y en el Programa del Partido Comunista de la
Unión Soviética adoptado en el XXII Congreso del mismo. En el «Anti-Dühring», Engels nos ha
legado un ejemplo de cómo se defiende de manera consecuente la concepción científica del mundo
y los intereses del proletariado revolucionario, un ejemplo de intransigencia marxista frente a las
tergiversaciones de la ciencia y al oportunismo en política. El libro de Engels todavía hoy sirve de
estudio para dominar las ideas del materialismo dialéctico e histórico, de arma ideológica de los
trabajadores en la lucha contra la concepción burguesa del mundo y contra todas las desviaciones
del marxismo.
Antilogismo
Fórmula de la lógica con que se expresa la incompatibilidad de las premisas del silogismo
categórico respecto a la negación de su conclusión. La teoría del antilogismo constituye una de las
variantes de la silogística.
Antinomia
(del griego a1ntinomía, contradicción en la ley). Aparición de dos juicios contradictorios, pero
igualmente fundamentados, en el curso de un razonamiento. El concepto de «antinomia» surgió en
la antigua Grecia (Platón, Aristóteles); en la filosofía griega antigua, con el sentido de antinomia se
empleaba más frecuentemente el término de «aporía» (por ejemplo, en Zenón de Elea, las aporías
expresan el carácter contradictorio de los juicios sobre el movimiento y la multiplicidad); ya entonces
se formularon varias antinomias referibles hoy a las semánticas («El Mentiroso»). Dedicaron mucha
atención a formular y analizar las antinomias los lógicos escolásticos. Kant utilizó el concepto de
«antinomia» en sus intentos de fundamentar la tesis básica de su filosofía, según la cual la razón no
puede ir más allá de los límites de la experiencia sensorial ni conocer la «cosa en sí». Entiende
Kant que las tentativas de este género llevan la razón a contradicciones, pues hacen posible dar un
fundamento tanto a la afirmación (tesis) como a la negación (antítesis) de cada una de las
siguientes «antinomias de la razón pura»: 1. El mundo es finito — el mundo es infinito. 2. Toda
sustancia compuesta consta de partes simples — no existe nada simple. 3. En el mundo existe la
libertad — en el mundo no existe la libertad, impera sólo la causalidad. 4. Existe una causa primera
del mundo (Dios) — no existe una causa primera del mundo. Las antinomias de Kant no son tales
en el sentido de la lógica formal moderna, dado que en ellas la fundamentación de la tesis y de la
antítesis no es susceptible de presentarse en forma de razonamientos lógicamente correctos. A
partir de fines del siglo XIX y en relación con las investigaciones sobre los fundamentos lógicos de
la matemática, se han descubierto varias antinomias auténticas (entre ellas algunas ya conocidas
anteriormente). Actualmente, las antinomias suelen dividirse en a) de la lógica y de la teoría de los
conjuntos y b) semánticas [Antinomias semánticas. Paradojas (de la lógica y de la teoría de los
conjuntos)]. La aparición de una antinomia no es resultado de un error subjetivo del hombre; se
halla relacionada con el carácter dialéctico del proceso de la cognición, en particular con la
contradicción entre forma y contenido. Toda antinomia surge siempre en el marco de cierta
formalización (quizá no fijada con evidencia, pero siempre presumible de hecho) del proceso del
razonamiento; es un testimonio del carácter limitado de dicha formalización y plantea la tarea de
reestructurarla. Resolver la antinomia significa introducir una formalización nueva, más completa,
que corresponda mejor al contenido reflejado. Es imposible excluir del conocimiento las antinomias
de una vez para siempre; por otra parte, respecto a cada antinomia es posible su exclusión
modificando correspondientemente el procedimiento de formalización en cuyo marco aquélla haya
aparecido. Los diversos procedimientos actualmente elaborados para excluir la antinomia permiten
caracterizar con mayor hondura la dialéctica del conocimiento y el [18] papel que en él desempeña
la formalización lógica.
Antinomias semánticas
Antinomias que surgen en las enunciaciones que tienen por objeto expresiones de determinado
lenguaje. Sirve como ejemplo de uno de los tipos fundamentales de las antinomias semánticas, la
de «El Mentiroso», que se remonta a Eubúlides de Mileto (siglo IV a. n. e.) y que puede formularse
como sigue: [La proposición puesta en esta página entre corchetes, es falsa]. Si esta posición es
verdadera, de su contenido se sigue que es falsa. En cambio, si es falsa, de su contenido se sigue a
su vez que es verdadera. Tenemos pues que en cualquier caso la proposición citada infringe la ley
lógica de la contradicción, resulta verdadera y falsa. Otro ejemplo de antinomia semántica es la de
Grelling, basada en el concepto de «predicado heterológico». El predicado –es decir, la palabra que
expresa cierta propiedad– se llama heterológico si él mismo carece de dicha propiedad (por
ejemplo, la palabra «trisílaba» no es ella misma trisílaba). La antinomia surge al aplicar esta
definición al predicado «heterológico»: si es heterológico, por definición no posee la propiedad por
él expresada, es decir, no es heterológico; en cambio si no es heterológico, de nuevo por definición,
debe poseer la propiedad por él expresada, es decir, es heterológico. Las antinomias del tipo
descrito surgen cuando el lenguaje en que se formula la antinomia contiene nombres para sus
propias expresiones y también loa predicados «verdadero», «falso», «heterológico», &c. Para
excluir las antinomias semánticas existen distintos procedimientos; uno de ellos estriba en
diferenciar el metalenguaje y el objeto-lenguaje (Metalenguaje y objeto-lenguaje) y en establecer
una rigurosa definición de los predicados correspondientes en el metalenguaje (Verdad y lenguajes
formalizados).
Antipartículas
Partículas materiales pronosticadas por la teoría cuántica (Dirac, 1928) y descubiertas en los rayos
cósmicos (antielectrón, o sea, positrón, 1932); después han sido obtenidas en los aceleradores
(antiprotón y antineutrón, 1955). Se ha establecido que cada partícula «elemental» corriente, con
muy pocas excepciones, tiene contrapuesta una antipartícula que se distingue por poseer una carga
de signo contrario u otras propiedades. En ello se pone de manifiesto la naturaleza dialécticamente
contradictoria de la estructura de la materia. Lo específico del par partícula-antipartícula se expresa
en su capacidad para aniquilarse entre sí, es decir, para convertirse en otras formas de materia
cualitativamente distintas. El hecho de que en la parte del universo que nos rodea predominen las
partículas corrientes, no ha sido aún aclarado satisfactoriamente.
Antropocentrismo
(del griego a5nqrwpoç, hombre, y el latín «centrum»: centro). Concepción idealista-religiosa según la
cual el hombre es el centro y el fin último del universo; el antropocentrismo se halla estrechamente
relacionado con la teleología. Han contribuido de manera especial a superar el antropocentrismo la
teoría de Copérnico (Sistemas heliocéntrico y geocéntrico del mundo), la de Darwin y otros
descubrimientos de la ciencia.
Antropogenia
(del griego a5nqrwpoç, hombre y génoç, origen). Proceso de aparición y desarrollo del hombre.
Darwin, Huxley y Haeckel demostraron que el hombre procede de monos superiores fósiles. La
fuerza motriz de la antropogenia, como puso de relieve Engels, fue el trabajo en sociedad de los
seres humanos primitivos. Esto refuta las lucubraciones idealistas y religiosas acerca de la creación
divina del hombre. La ciencia contemporánea confirma la teoría antropogénica del trabajo social. El
proceso que da origen a la aparición y desarrollo del hombre se divide en varias etapas. Primera
etapa: australopitecos, marcha bípeda, caza, aprovechamiento sistemático de los instrumentos
naturales y, posteriormente, adaptación y elaboración de los mismos. Segunda etapa: rebaño
humano primitivo, pitecántropo, (sinántropo, neandertalense, elaboración sistemática de
instrumentos. Se trabaja en común y ello hace que surja la conciencia y el lenguaje; este trabajo,
influye en la conformación del cuerpo humano. La formación del hombre duró centenares de
milenios (Sudeste y Sur de Asia, Cercano Oriente y África). Tercera etapa: transformación de la
horda humana primitiva en sociedad primitiva, y del hombre de Neandertal en hombre de tipo
moderno.
Antropologismo
(del griego a5nqrwpoç, hombre, y logía, ciencia). Rasgo característico del materialismo premarxista,
concepción del hombre como producto supremo de la naturaleza, explicación de todas las
peculiaridades y propiedades del hombre sólo por su origen natural. Se subrayaba la unidad de
hombre y naturaleza frente a la concepción idealista del primero y a la división dualista de alma y
cuerpo. El antropologismo de los materialistas de los siglos XVII-XVIII sirvió de fundamento a la
revolución burguesa al proclamar la incompatibilidad del régimen feudal y de la religión con la
auténtica naturaleza del hombre. No obstante, en su conjunto el antropologismo no pasa de ser una
descripción imprecisa del materialismo. Presenta todos los defectos propios del materialismo
premarxista. El más importante de ellos es la incomprensión de la esencia social del hombre y de su
conciencia. El antropologismo considera todos los rasgos y propiedades verdaderamente humanos
como algo «abstracto, inherente... al individuo» (Marx), es decir, separado de la sociedad, de la
práctica social. Al situar en el primer plano de la investigación filosófica a ese «hombre en general»,
abstracto y no el conjunto de las relaciones sociales ni las leyes objetivas del desarrollo de la
sociedad, que son en realidad las que crean la [20] persona humana, el antropologismo en el fondo
biologiza al nombre. Esto lleva inevitablemente al idealismo en la concepción de la historia, dado
que todos los fenómenos sociales resultan sólo dependientes de las cualidades naturales del
individuo. Esta posición encuentra su exposición más completa en Feuerbach y Chernishevski. En
el último, algunos de los rasgos del antropologismo fueron superados gracias a una posición activa
y revolucionaria ante la vida. En la filosofía burguesa moderna, el antropologismo se presenta como
fundamentación de distintas formas de idealismo que considera el mundo objetivo como algo
derivado de la esencia humana. Es propio de muchas corrientes filosóficas (existencialismo,
pragmatismo, filosofía de la vida, &c.), sociológicas (antroposociología, darvinismo social),
psicológicas (freudismo) y otras.
Antropomorfismo
(del griego a5nqrwpoç,: y morfh1, forma). Atribución de propiedades y rasgos específicamente
humanos a las fuerzas exteriores de la naturaleza y también a seres míticos imaginarios (dioses,
espíritus, &c.). Ya Jenófanes había visto, en el antropomorfismo una particularidad de la religión;
quien reveló de manera más honda y completa el significado de aquél en la religión fue Feuerbach.
El antropomorfismo se halla enlazado con el animismo, con el totemismo y es propio de la mayor
parte de las religiones modernas; en el islamismo y el judaísmo se presenta en forma velada. En la
actualidad, se hacen tentativas para limpiar la religión de representaciones ingenuamente
antropomorfas (deísmo, teísmo, &c.). El carácter antropomórfico es inherente, asimismo, a algunos
conceptos científicos (por ejemplo, fuerza, energía, dirección, &c.). Esto no excluye, sin embargo, el
contenido objetivo de estos últimos.
Antroposociología
Teoría reaccionaria racista. Falsifica los datos de la ciencia antropológica, establece una relación
directa entre la situación social de individuos o grupos humanos y los caracteres anatomo-
fisiológicos del hombre (medida y forma del cráneo, talla, color del cabello, &c.); examina los
fenómenos sociales a través de este prisma. Su fundador, Georges Vacher de Lapouge (1854-
1936), hizo suya y desarrolló la teoría seudocientífica de Joseph Arthur de Gobineau (1816-82)
sobre los arios como raza aristocrática superior; Lapouge incluyó en ésta a nobles y burgueses.
Presentó la lucha de clases como lucha de razas y el ascenso del movimiento liberador de los
trabajadores como regresión debida, según él, a un decrecimiento del «elemento ario»; sostuvo la
necesidad de establecer medidas eugenésicas (eugenesia) capaces de calmar las «inquietud de
masas». La antroposociología forma parte del arsenal ideológico de los racistas germano-fascistas
y anglo-americanos.
Antroposofía
(del griego a5nqrwpoç, hombre, y sofía, sabiduría). Teoría decadente, variedad de la teosofía. En la
base de la antroposofía figura un conglomerado de ideas religiosas y filosóficas tomadas del
misticismo pitagórico y neoplatónico, del gnosticismo, de la cábala, de la masonería, así como
también de la filosofía alemana de la naturaleza. En el centro del sistema antroposófico se halla la
esencia humana divinizada, accesible, según se pretende, sólo a los iniciados. La antroposofía fue
fundada por el ocultista austríaco Rudolf Steiner (1861-1925) en vísperas de la primera guerra
mundial. («La ciencia oculta», 1910; «Antroposofía», 1925). En la Rusia Soviética, hubo círculos
antroposóficos a principios de la década de 1920, mas pronto desaparecieron por carecer de base
social. La antroposofía se cultiva actualmente en la República Federal Alemana, así como también
en Inglaterra y en los Estados Unidos.
Apariencia
Manifestación externa, dada directamente a los sentidos, de la esencia de las cosas o, con más
exactitud, de alguna parte de la esencia. En este sentido, la apariencia es equivalente al fenómeno.
En ella se encuentra un momento subjetivo: el fenómeno expresa de manera no adecuada,
desfigurada, la esencia del sujeto (un objeto parcialmente sumergido en el agua parece quebrado,
el Sol parece que gira en torno a la Tierra, &c.). No obstante, sería erróneo reducir la apariencia
únicamente a tal momento subjetivo, pues de uno u otro modo va unida a la esencia objetiva, de la
que es una manifestación. Ese propio elemento subjetivo que da origen a una representación
equivocada de la esencia del fenómeno está condicionado a menudo por factores objetivos. Al
conocimiento corresponde [21] reducir la apariencia a su esencia y explicar cómo ésta se manifiesta
en la primera (Esencia y fenómeno).
Apatía
(del griego a1páqeia, sin pasión). Estado de indiferencia, sensible disminución de la actividad,
carencia de estímulos para la acción (a menudo por alteración de la actividad nerviosa superior). En
las teorías éticas de los estoicos, se entiende por apatía la impasibilidad, la imperturbabilidad
anímica, un estado en que los sentimientos no son obstáculo a la actividad de la razón. Según los
estoicos, la apatía constituye la condición ideal para meditar. Es evidente que sobre aquéllos
influyeron concepciones religioso-filosóficas orientales, en particular la doctrina del budismo y del
jainismo sobre el nirvana como reposo absoluto y estado superior del alma humana.
Apatía
(del griego a1páqeia, sin pasión). Estado de indiferencia, sensible disminución de la actividad,
carencia de estímulos para la acción (a menudo por alteración de la actividad nerviosa superior). En
las teorías éticas de los estoicos, se entiende por apatía la impasibilidad, la imperturbabilidad
anímica, un estado en que los sentimientos no son obstáculo a la actividad de la razón. Según los
estoicos, la apatía constituye la condición ideal para meditar. Es evidente que sobre aquéllos
influyeron concepciones religioso-filosóficas orientales, en particular la doctrina del budismo y del
jainismo sobre el nirvana como reposo absoluto y estado superior del alma humana.
Apercepción
(del latín: «ad»: hacia; «perceptio»: percepción). Dependencia en que toda nueva percepción se
encuentra respecto a la anterior experiencia de la vida del individuo y del estado psíquico del
mismo en el momento en que se produce la percepción. El término fue introducido por Leibniz,
quien entendía la apercepción como vinculada a la autoconciencia (a diferencia de la percepción).
(Véase también Apercepción trascendental).
Apercepción trascendental
Término de Kant; significa conciencia apriorística, es decir, existente con anterioridad a toda
experiencia, inicial, pura e invariable, condición –según Kant– de la unidad del mundo de los
fenómenos, que recibe de ella sus formas y leyes. Al entender de Kant, la unidad de la apercepción
trascendental es condición del lazo que existe entre las representaciones del hombre, y de la
conservación y reproducción de las mismas. Kant consideraba que la base de tal unión radicaba en
la identidad del «Yo», es decir, en el hecho de que en toda representación se incluye la tesis «Yo
pienso». Basándose en este aspecto idealista del kantismo, Fichte fundó su sistema de idealismo
subjetivo.
Apodíctico
(del griego ápodeiktikóç, convincente). Lo demostrable de manera incontrovertible, concepto para
designar el conocimiento absolutamente verdadero. Con este término, Aristóteles se refiere a la
demostración rigurosamente necesaria, inferida deductivamente de premisas que sin duda alguna
son verdaderas. Así, ve el silogismo como instrumento del saber apodíctico. El término «apodíctico»
se emplea para designar los juicios de necesidad a diferencia de los de posibilidad (problemáticos)
y de los juicios de realidad (asertóricos).
Apófansis
(del griego a>pófansiç: declaración, proposición; no confundirla con la «apófasis», que significa
«negación»). Juicio del que Aristóteles da la siguiente definición: «Toda proposición designa alguna
cosa, pero no toda proposición es un juicio, sino que lo es tan sólo aquella que contiene una
enunciación verdadera o falsa». En la lógica clásica, la apófansis se reduce a la afirmación o a la
negación de algo sobre alguna cosa. Para la apófansis que se toma en relación con otras
enunciaciones, con el objeto de formular un razonamiento, Aristóteles empleaba el término de
«prótasis» («premisa»).
Apologética
(del griego a1pologhtikóç: que defiende). Rama de la teología. Su objetivo consiste en
defender y justificar los principios fundamentales de la religión mediante argumentos
dirigidos al entendimiento. La apologética se incluye en el sistema de la teología católica y
ortodoxa; el protestantismo la rechaza, basándose en el primado de la fe sobre la razón.
Entran en la apologética: las pruebas de la existencia de Dios y de la inmortalidad del alma,
la doctrina concerniente a [22] las señales de la revelación divina (entre ellos los milagros y
las profecías), el estudio de las objeciones dirigidas contra la religión y sus dogmas, así
como el análisis teológico de las demás confesiones religiosas. La tara interna de la
apologética estriba en que al dirigirse a la razón afirma que resultan inaccesibles para ella
los dogmas religiosos fundamentales, es decir, en que la apologética, racionalista por su
forma, es irracionalista por su contenido. Son características de la apologética una sofística
refinada, el extremado prejuicio y el dogmatismo, el oscurantismo y una postura
anticientífica. La apologética religiosa moderna se halla estrechamente unida a la
apologética social burguesa.
Aporía
(del griego a1poría: situación sin salida). Concepto con que, en la antigua filosofía griega, se
designaba al problema de difícil solución. La aporía surge porque en el objeto mismo o en
el concepto que de él se tenga figura una contradicción. Suelen denominarse aporías los
razonamientos de Zenón de Elea (él no emplea dicho término) sobre la imposibilidad del
movimiento. En la aporía de la «Dicotomía» se afirma que antes de recorrer una distancia,
cualquiera que sea, es necesario recorrer su mitad; para recorrer esta mitad, es necesario
recorrer la mitad de dicha mitad y así sucesivamente hasta el infinito. De ahí se infiere la
conclusión de que el movimiento no puede iniciarse. En la aporía de «Aquiles y la tortuga»
se dice que Aquiles el de los pies ligeros nunca alcanzará a una tortuga, dado que cuando
el corredor llegue al lugar en que la tortuga se hallaba en el momento inicial, el animal
habrá tenido tiempo de moverse y avanzar cierta distancia, &c. Habiendo observado
certeramente el carácter contradictorio del movimiento, aunque sin comprender la unidad
de los elementos contrarios del mismo, Zenón saca la conclusión de que el movimiento en
general es inconcebible y, con ello, imposible. El término de «aporía» adquiere por primera
vez sentido filosófico en Platón y Aristóteles. Éste lo define como «igualdad de
conclusiones contrarias». Próxima a la aporía se halla la antinomia, kantiana.
A posteriori
(en latín: por lo que viene después). Término que, a diferencia de a priori, designa el saber
obtenido de la experiencia.
A priori
(en latín: por lo que precede). Término de la filosofía idealista que designa un saber obtenido antes
e independientemente de la experiencia, inherente desde un principio a la conciencia, a diferencia
de a posteriori, o saber obtenido de la experiencia y como resultado de la misma. Semejante
contraposición es característica, ante todo, de la filosofía de Kant, quien consideraba que el
conocimiento obtenido mediante las percepciones sensoriales no es verdadero; contraponía, en
calidad de condiciones del conocimiento verdadero, las formas apriorísticas de lo sensorial (espacio
y tiempo) y de la razón (causa, necesidad, &c.). El materialismo dialéctico niega todo conocimiento
apriorístico.
Arcesilao (315-241 a.n.e.)
Uno de los fundadores de la denominada Academia platónica «media» (Academia
platónica). Esta segunda Academia se caracteriza, en su orientación, por debilitar las
afirmaciones positivas de Platón y entrar en la vía del escepticismo. De Platón quedó sólo
una gran tendencia a ocuparse de concepciones lógicas de diversos géneros, las cuales,
en este caso, se reducían a destruir la filosofía dogmática y a afirmar únicamente los
conceptos de probabilidad. En ética, Arcesilao también se distingue por debilitar la doctrina
platónica del «entusiasmo», y reducirla a la de la imperturbabilidad del ánimo.
Areopagíticos
Colección de cuatro tratados: «De los nombres divinos», «Jerarquía celeste», «Jerarquía
eclesiástica» y «Teología mística», y de diez cartas, atribuidos durante mucho tiempo al
primer obispo de Atenas –siglo I d.n.e.– Dionisio el Areopagita (de donde deriva el nombre
de toda la compilación); más tarde se demostró científicamente que la obra es apócrifa. En
los «Areopagíticos» se percibe un gran influjo del neoplatonismo, que no existía aún en el
siglo I. Se expone en ellos una desarrollada doctrina eclesiástica como tampoco pudo
darse en el siglo citado. Hasta mediados del siglo V, en los escritos del cristianismo
primitivo falta toda referencia a dicha obra. Los argumentos de este tipo y muchos otros
han inducido a los investigadores a fijar la aparición de la obra en el siglo V y a considerar
que se había atribuido a Dionisio el areopagita merced a la gran autoridad de que en su
tiempo gozó esa figura de la historia inicial de la Iglesia. [23] Algunos científicos consideran
que los «Areopagíticos» se deben al obispo georgiano Pedro de Iberia, (Georgia), que
ejerció su cargo en Oriente. Por su contenido, los «Areopagíticos» presentan la doctrina
cristiana medieval sistemáticamente expuesta: el centro del ser es la divinidad
incognoscible; de él se desprenden en todos sentidos emanaciones luminosas, que
decrecen gradualmente, a través del mundo de los ángeles y de la zona de la Iglesia hasta
las personas y cosas corrientes. En esta doctrina se dan rasgos panteístas muy señalados,
progresivos en comparación con el dogma eclesiástico. Durante todo un milenio, hasta el
Renacimiento, los «Areopagíticos» fueron la obra más popular del pensamiento religioso-
filosófico y sirvieron como una de las fuentes ideológicas de toda la filosofía medieval.
Argumento
1. En lógica, juicio (o sistema de juicios) aducido para confirmar la veracidad de cualquier
otro juicio (o sistema de juicios); premisa de la demostración, llamada también fundamento
o razón de la demostración; a veces se da el nombre de argumento a la demostración
entera.
En la filosofía, Aristóteles distinguía: 1) una parte teórica, relativa al ser, sus elementos,
causas y principios, 2) una parte práctica: sobre la actividad del hombre, y 3) una parte
poética: acerca de la creación. El objeto de la ciencia es lo general, a lo que se llega por la
razón. Pero lo general existe sólo en lo singular, sensorialmente perceptible, y puede
conocerse sólo a través de lo singular: es condición de todo conocimiento general, la
generalización inductiva, que no puede realizarse sin la percepción por los sentidos.
La lógica formal aristotélica se halla estrechamente ligada a la teoría del ser, a la del
conocimiento y a la de la verdad, dado que en las formas lógicas Aristóteles veía, al mismo
tiempo, las formas del ser. En la teoría del conocimiento, distinguía el conocimiento
fidedigno (Apodíctico) y el probable, comprendido en la esfera de la «opinión» (Dialéctica).
En Aristóteles, sin [24] embargo, estas dos clases de conocimiento se hallan relacionadas
entre sí a través del lenguaje. Según él, la experiencia no constituye la última instancia
para comprobar una «opinión», y las premisas superiores de la ciencia se ven directamente
en calidad de verdaderas por el intelecto y no a través de los sentidos. Ahora bien, los altos
axiomas del saber intelectivamente aprehensibles no son innatos a nuestra mente y
presuponen una actividad: acumulación de datos, orientación del pensamiento hacia los
hechos reunidos, &c. El último fin de la ciencia, según Aristóteles, radica en la definición del
objeto, y ésta se halla condicionada por el hecho de unir la deducción con la inducción.
Como quiera que, en su opinión, no existe un concepto que pueda ser predicado de todos
los otros conceptos, y, por ende, los distintos conceptos no pueden ser generalizados en
un género único, Aristóteles señala la existencia de categorías, o sea, de géneros
superiores a los que se reducen los demás géneros de lo que realmente existe. En
cosmología, Aristóteles rechazó la doctrina de los pitagóricos y elaboró un sistema
geocéntrico, admitido sin reservas hasta los tiempos de Copérnico, creador del sistema
heliocéntrico.
Armonía preestablecida
Según esta teoría existen cambios armónicos, establecidos por Dios, del alma y del cuerpo;
falta el nexo de causa y efecto entre el alma y el cuerpo, pero cada deseo del alma y el
correspondiente movimiento del cuerpo están preestablecidos y predeterminados paralela
e independientemente. La teoría de la armonía preestablecida constituye una tentativa para
superar el dualismo de las substancias espiritual y material. Se encuentran en Descartes
alusiones a la armonía preestablecida. La teoría aparece claramente formulada en los
ocasionalistas (ocasionalismo) (Gueulincx, Malebranche). El concepto de «armonía
preestablecida» fue algo reelaborado por Leibniz, quien hablaba de la armonía
preestablecida de todas las mónadas en el universo. Según Leibniz, el mundo y cada uno
de los seres que lo pueblan, se desarrollan según sus propias fuerzas, mas tales fuerzas
han sido creadas y elaboradas por Dios de modo que se pudiera establecer el mejor orden
del mundo.
Arte
Forma específica de la conciencia social y de la actividad humana, consistente en un reflejo
de la realidad a través de imágenes artísticas; constituye uno de los procedimientos más
importantes de la aprehensión estética del mundo. El marxismo rechaza la interpretación
idealista del arte según la cual éste es producto y expresión del «espíritu absoluto», de la
«voluntad universal», de la «revelación divina» o bien de ideas y vivencias subconscientes
del artista. La fuente que dio origen a la actividad artística así como al proceso precedente
gracias al que se formaron los sentimientos y necesidades estéticos del hombre, fue el
trabajo. Las primeras huellas del arte primitivo corresponden a la época del paleolítico
tardío, aproximadamente entre 40 y 20.000 años a.n.e. En los pueblos primitivos, el nexo
entre el arte y el trabajo es directo; luego va haciéndose cada vez más complejo y mediato.
En la base del subsiguiente desarrollo histórico del arte se [25] encuentran los cambios de
la estructura económico-social de la sociedad. En el desarrollo del arte siempre ha
desempeñado un papel inmenso el pueblo. Las diversas conexiones del arte con el pueblo
se han consolidado bajo el aspecto de una de las particularidades del primero: su carácter
nacional. Como forma en que se refleja el ser social, el arte tiene mucho de común con los
demás fenómenos de la vida espiritual de la sociedad: con la ciencia, con la técnica
(Estética y técnica), con la ideología política (Espíritu de partido en el arte), con la moral
(Estético y Lo ético). Por otra parte, el arte posee varias particularidades determinantes que
lo distinguen de todas las otras formas de la conciencia social. El objeto específico del arte
está constituido por las actitudes estéticas del hombre frente a la realidad; su objetivo
estriba en la aprehensión artística del mundo. Ello explica por qué en el centro de toda obra
artística siempre figura el hombre como portador de las relaciones estéticas. El artista
asimila y reelabora el objeto del arte (la vida en toda su diversidad) en una forma especifica
de reflejo: en imágenes artísticas que forman una unidad -en recíproca penetración- de lo
sensorial y lo lógico, de lo concreto y lo abstracto, de lo individual y lo general, del
fenómeno y la esencia, &c. Las imágenes artísticas se elaboran en el proceso de la
actividad creadora del artista sobre la base del conocimiento de la vida y de la maestría
consumada. El objeto del arte y la forma como en éste se refleja la realidad condicionan la
función específica del arte, que consiste en satisfacer las necesidades estéticas de las
personas creando obras espléndidas, susceptibles de proporcionar al hombre alegría y
placer, capaces de enriquecerle espiritualmente y, al mismo tiempo, de desarrollar, de
despertar en él al artista que en la esfera concreta de su actividad puede crear teniendo en
cuenta las leyes de la belleza y aportar hermosura a la vida. A través de esta función
estética unívoca del arte, se revela su valor cognoscitivo y se ejerce su poderosa acción
ideológica y educativa sobre el hombre. El marxismo-leninismo ha mostrado el carácter
objetivo del desarrollo artístico que ha dado origen a las principales artes: literatura, pintura,
escultura, música, teatro, cine, &c. La historia del arte es la historia de cómo se ha ido
profundizando el reflejo artístico de la realidad, de cómo se ha ampliado y enriquecido el
conocimiento estético del hombre, de cómo éste ha ido transformando cada vez más el
mundo. El progreso del arte se halla indisolublemente ligado al desarrollo de la sociedad, a
los cambios de la estructura de clase de la misma. Aunque la línea general de la evolución
del arte es la que señala de qué modo se hacen más profundos los medios del reflejo
artístico de la realidad, tal evolución no es regular. Así, ya en el mundo grecorromano, el
arte alcanza un alto nivel y adquiere en cierto sentido el valor de norma. Por otra parte, el
modo capitalista de producción, incomparablemente más elevado que el esclavista, es
hostil, según expresión de Marx, al arte y a la poesía, dado que se desinteresa de los altos
ideales sociales y espirituales. En este caso, el arte avanzado está unido o bien al período
de formación del capitalismo, cuando la burguesía todavía era una clase progresiva, o bien
a la actividad de los artistas que adoptan una actitud crítica frente a dicho régimen
(Realismo crítico). Lo característico del arte contemporáneo propiamente burgués estriba
en un espíritu decadente ideológico y artístico (formalismo, abstraccionismo). El ideal
estético más elevado se halla encarnado en la concepción del mundo y en el hacer práctico
de la clase obrera, en la lucha por la reconstrucción comunista de la sociedad. Este ideal
se encuentra en la base del arte del realismo socialista. El arte soviético cumple su misión,
proclamada por el XXII Congreso del P.C.U.S.: contribuir a formar la personalidad armónica
y espléndida del hombre de la sociedad comunista, al constructor y creador del nuevo
mundo.
Las Artes
Formas estables de la existencia del arte históricamente constituidas: arquitectura, arte aplicado y
decorativo, pintura, escultura, grabado, música, danza, literatura, teatro y cine. Las causas que en
última instancia, han determinado la aparición y el desarrollo de las artes en el transcurso de la vida
humana han sido la diversidad de procesos y fenómenos del mundo real y las diferencias de
procedimientos y objetivos vinculados al reflejo estético de la realidad y a la transformación de la
misma. Las particularidades de esas artes están determinadas por lo que tienen de específico loa
objetos cuyo reflejo es el arte, por los procedimientos que se emplean para la reproducción de la
realidad, por los objetivos artísticos que se establecen y por los recursos materiales de que se echa
mano para crear la imagen artística. En literatura, por ejemplo, la reproducción estética del mundo
se lleva a cabo por medio de la palabra; en pintura, mediante las imágenes visualmente
perceptibles de la riqueza cromática del mundo; en música, a través de los tonos musicales; en
teatro y cine, por medio de la plasmación de los actos de los personajes y de los conflictos
dramáticos que figuran en su base, y ello merced a la actuación de personas vivas, los actores. La
particularidad fundamental de la arquitectura y del arte aplicado y decorativo radica en la unidad que
forman en sus obras los principios utilitarios y los estéticos. En la teoría y en la práctica, se conocen
clasificaciones diferentes de las artes. Sin embargo, todas ellas son convencionales. En el hacer
artístico, posee gran importancia la interconexión de las distintas artes, su enriquecimiento mutuo y
su síntesis.
Ascetismo
(del griego áskhtikóç: que se adiestra). Género de vida caracterizado por una sobriedad
extrema en la satisfacción de las necesidades, por una renuncia máxima, dentro de lo
posible, a todos los bienes con el fin de alcanzar un ideal moral o religioso. En la Grecia
antigua, se llamaba en un principio ascetismo al ejercicio de la virtud. El ascetismo es un
elemento importante del budismo y el brahmanismo. En los primeros siglos del
cristianismo, se daba el nombre de ascetas a quienes hacían vida solitaria, dedicados a
flagelarse, ayunar y rezar. Durante el período de la Reforma, cambió el ideal ascético de
los primeros tiempos del cristianismo y de la Edad Media. El protestantismo propugnó un
«ascetismo mundano». Los primeros movimientos campesinos y proletarios exhortaban al
ascetismo, lo cual constituía una manera de protestar contra el lujo y la ociosidad de las
clases dominantes. La ética marxista ve el ascetismo como una posición extremista,
irrazonable e innecesaria, fruto de representaciones equivocadas sobre las vías que
conducen al ideal moral. El Programa del P.C.U.S. se inspira en el principio: «Todo por el
hombre, todo para el bien del hombre». Sin embargo, el marxismo condena otra posición
extrema: la intemperancia en la satisfacción de las necesidades, el lujo superfluo, el reducir
la vida a la consecución del placer (hedonismo).
Asociación
(del latín «ad»: a; y «socio», uno, enlazo). Conexión de los elementos de la psique entre sí,
gracias a la cual la aparición de uno de ellos, en determinadas condiciones, da lugar a que
aflore otro elemento con él relacionado. Consecuencia de una asociación simplísima, por
ejemplo es la ordenada reproducción del alfabeto en la mente humana. La asociación
surge como uno de los productos elementales de la interacción que se establece entre el
sujeto y el objeto, en el proceso de dicha interacción, y refleja los nexos reales que se dan
en los objetos y fenómenos. Es una condición necesaria de la actividad psíquica. La base
fisiológica de la asociación está constituida por el mecanismo de la formación del nexo
nervioso temporal, es decir, por la apertura de una vía nerviosa entre las distintas zonas de
la corteza cerebral (en el hombre y en los animales superiores), por [27] el contacto en que
entran las excitaciones de dichas zonas (mecanismo descubierto por Pávlov). La
asociación es la base de todas las formaciones, más complejas, de la psique humana.
Astronomía
(del griego a1stro: astro, y nómoç: ley). Ciencia que trata de la situación, movimiento,
estructura y desarrollo de los cuerpos celestes, de sus sistemas y de otras formas de la
materia cósmica. Se divide en varias disciplinas, cada una de las cuales, a su vez, se
subdivide en otras de menor amplitud. Así, la astrometría, que incluye la astronomía
esférica, las secciones geodésica, náutica y otras de la astronomía práctica, estudia las
cuestiones relativas a la posición y medida de los cuerpos celestes. La astronomía estelar
investiga las leyes de la distribución espacial y movimiento de las estrellas y sus sistemas;
la radioastronomía, desarrollada después de la segunda guerra mundial, analiza los
diversos objetos cósmicos mediante la observación de las ondas de radio por ellos
emitidas; la astrofísica tiene como uno de sus objetivos la investigación de las propiedades
físicas de la sustancia (cuerpos, polvo, gas) y campos cósmicos; la cosmogonía estudia los
problemas relativos al origen y evolución de tales cuerpos; la cosmología, las leyes
generales de la estructura del universo considerado como un todo conexo, como sistema
general de sistemas cósmicos. La astronomía amplía en proporción inmensa, en el espacio
y en el tiempo, la base de experimentación de las ciencias naturales y del conocimiento
humano en general. Gracias a ella, el saber del hombre penetra hasta distancias de miles,
de millones de años de luz en el espacio cósmico, y se extiende hasta centenares de
millones y miles de millones de años en el tiempo, hacia el pasado y hacia el futuro. Los
objetos de la astronomía son laboratorios físicos naturales grandiosos en los que ocurren
múltiples procesos que, por de pronto, no pueden ser reproducidos, en general, en las
condiciones de la Tierra, o se reproducen a escala infinitamente menor. Así, las reacciones
termonucleares se descubrieron por primera vez en las estrellas y sólo más tarde fueron
reproducidas en la Tierra (de momento, como reacciones explosivas, no dirigidas); en los
rayos cósmicos, las partículas tienen energías hoy en día totalmente inalcanzables incluso
para los aceleradores más modernos; en el cosmos, observamos también sustancia en
estado ultradenso y en extremo enrarecida, campos de gravitación y electromagnéticos de
atracción y fuerza colosales, explosiones y ondas de choque de dimensiones grandiosas,
&c. La astronomía, a la vez que ensancha ilimitadamente la base experimental de la física,
se apoya en primer lugar en los métodos y recursos de las ciencias físicas. Y a pesar de
todo, hasta los últimos tiempos, había sido una ciencia de observación, que no podía
realizar experimentos. Ahora, a partir del año 1957 cuando en la Unión Soviética se lanzó
el primer satélite artificial de la Tierra y, con ello, se iniciaron los vuelos cósmicos, la
situación ha cambiado radicalmente. Resultan posibles las observaciones más allá de los
límites de la Tierra (mediciones en el espacio interplanetario, fotografía del reverso de la
Luna, &c.) y hasta el trasladarse a otros cuerpos celestes y la realización, en ellos, de los
experimentos necesarios. La astronomía es una de las ciencias más antiguas y ha
contribuido más que otras ramas de la ciencia natural a elaborar y difundir concepciones
acertadas, materialistas, acerca de la naturaleza. Al ocuparse de cuestiones «celestiales»,
con frecuencia ha chocado no ya con el recelo de la Iglesia sino, incluso, con su más
encarnizada oposición, hasta con tentativas de detener, mediante torturas y autos de fe, el
proceso de conocimiento del Universo. En nuestros días, obligados a tomar en
consideración la gran autoridad de la ciencia natural, los eclesiásticos y sus correligionarios
idealistas, intentan tergiversar los datos astronómicos con el fin de aprovecharlos en favor
de la religión.
Ataraxía
(del griego a1tarazía: imperturbabilidad). Estado de sosiego anímico e imperturbabilidad a
que llega el sabio, según opinión de algunos filósofos de la Grecia antigua. El camino que
conduce a la ataraxía, al entender de Demócrito, Epicuro y Lucrecio, está en el
conocimiento del mundo, en la superación del miedo, en la liberación de las inquietudes.
Los escépticos, en cambio (Pirrón y otros) enseñaban que la ataraxía se alcanza
absteniéndose de enjuiciar las cosas, manteniéndose indiferente a lo que acontece, a las
alegrías y a las penas (apatía). La ética marxista rechaza la actitud contemplativa frente a
la vida y, por ende, el ideal de ataraxía, en particular tal como era concebido por los
escépticos.
Ateísmo
(del griego a7qeoç: sin Dios, que niega a Dios). Sistema de ideas que niega la fe en lo
sobrenatural (espíritus, dioses, vida de ultratumba, &c.). El objeto del ateísmo es explicar
las fuentes y causas del origen y existencia de la religión, criticar las creencias religiosas
desde el punto de vista de la visión científica del mundo, aclarar el papel social de la
religión, señalar de qué manera pueden superarse los prejuicios religiosos. La aparición y
progreso del ateísmo están unidos al avance de los conocimientos científicos. En cada
época histórica, el ateísmo ha reflejado el nivel de conocimientos alcanzados y los
intereses de las clases que lo utilizan como arma ideológica. Su base filosófica es el
materialismo. El contenido positivo y las insuficiencias de tal o cual forma de ateísmo se
hallan condicionados por las circunstancias económico-sociales concretas de cada período
determinado, por el grado de desarrollo de la ciencia y de la filosofía materialista. La lucha
del ateísmo contra la religión está estrechamente unida a la lucha de clases. Aquél, como
sistema de ideas, surgió en la sociedad esclavista. Se encuentran importantes elementos
ateístas en Tales, Anaxímenes, Heráclito, Demócrito, Epicuro y Jenófanes. Era
característico del ateísmo de estos pensadores el explicar todos los fenómenos por causas
naturales, el tener un carácter ingenuo y especulativo, el combinar contradictoriamente la
negación de la fe religiosa con el reconocimiento de los dioses. En la Edad Media, dada la
preponderancia de la Iglesia y de la religión, el ateísmo no alcanzó importante desarrollo.
Contribuyó en gran manera a quebrar el predominio de la religión, el ateísmo burgués:
Spinoza los materialistas franceses, Feuerbach y otros. La obra de los ateístas burgueses,
al poner al descubierto el carácter reaccionario de la Iglesia, tuvo su importancia histórica
en la lucha contra el feudalismo y contribuyó a derrocarlo. Por otra parte, el ateísmo
burgués era limitado y poco consecuente, hacía hincapié en la ilustración e iba dirigido a un
pequeño círculo de personas, no al pueblo. Los demócratas revolucionarios rusos fueron
ateos combativos y consecuentes. El ateísmo alcanza su forma más rigurosa en el
marxismo-leninismo. Los intereses del proletariado, su posición y su papel en la sociedad,
coinciden con las tendencias objetivas del desarrollo de la misma, lo cual hace que el
ateísmo marxista se vea libre de la limitación clasista típica de sus formas no marxistas. La
base filosófica del ateísmo marxista consiste en el materialismo dialéctico e histórico. El
ateísmo marxista posee un carácter militante. Por primera vez en la historia, se hace una
crítica multilateral de la religión, se señala cuáles son los caminos y los medios que
conducen a su plena superación. El ateísmo marxista ha establecido que esta superación
sólo podrá ser completa cuando se hayan aniquilado las raíces sociales de la religión en el
proceso de formación de la sociedad comunista. La experiencia de la U.R.S.S., donde el
ateísmo ha adquirido un carácter de masas, constituye una confirmación práctica de que
estos principios son justos. Al construirse el comunismo, se va formando un nuevo hombre,
libre de supervivencias religiosas y de otro tipo, un hombre armado con una concepción
atea y científica del mundo.
Atención
Estado psíquico que permite orientar y concentrar la actividad cognoscitiva y práctica del
hombre en un determinado objeto o en una determinada acción. La atención involuntaria
(inintencional) a un objeto (fisiológicamente constituye un reflejo de orientación) se da
gracias a las particularidades del objeto mismo: novedad, cambios que en él se produzcan,
contraste con otros objetos, fuerza de su acción (luz brillante, sonido fuerte). La atención
voluntaria (intencional) está determinada por un objetivo del que se tiene conciencia. Este
tipo de atención, exclusivo del hombre, se ha desarrollado junto con el trabajo. Según
palabras de Marx, durante el trabajo, además de la tensión de los órganos con que éste se
efectúa, es necesaria la voluntad adecuada, expresada en la atención.
Atomismo lógico
Concepción formulada por Russell en sus trabajos «Nuestro conocimiento del mundo
externo» (1914), «Filosofía del atomismo lógico» (1918) y otros, y por Wittgenstein en su
«Tratado lógico-filosófico». Según el atomismo lógico, el mundo entero forma un conjunto
de hechos atómicos no relacionados entre sí. La filosofía del atomismo lógico, según
reconoce el propio Russell, constituye un pluralismo extremo, pues afirma la existencia de
una multiplicidad de cosas singulares y niega que tales cosas formen una unidad, una
totalidad. En cierta medida, el atomismo lógico surgió como reacción al idealismo absoluto
de [29] Francis Bradley, según el cual sólo son reales lo absoluto, la totalidad; las cosas
singulares no pasan de ser una apariencia. En el «Tratado lógico-filosófico» de
Wittgenstein, el atomismo lógico aparece como una fundamentación ontológica sui generis
de una determinada concepción lógico-gnoseológica, según la cual todo saber se interpreta
como conjunto de proposiciones «atómicas» relacionadas por medio de operaciones
lógicas, y la estructura del mundo se infiere, por analogía, de la estructura lógica del saber.
En el atomismo lógico, se da carácter absoluto a los momentos de discreción y
singularidad. Su inconsistencia ha sido reconocida, en último término, hasta por sus
mismos partidarios.
Atomística
Teoría sobre la estructura discreta (discontinua) de la materia (de los átomos y de otras
micropartículas). La formulación primera de la atomística se encuentra en las antiguas
doctrinas filosóficas indias niaia y vaisheshika, pero es más completa y consecuente en la
filosofía de Leucipo, Demócrito, Epicuro y Lucrecio. Los átomos se consideraban como las
partículas últimas, indivisibles, las mínimas posibles, en realidad infinitamente pequeñas.
Se creía que se diferenciaban por el peso, por la velocidad de su movimiento y por su
recíproca disposición en los cuerpos, gracias a lo cual surgen las diferentes cualidades. En
el período que abarca los siglos XVII-XIX, la atomística se elabora en los trabajos de
Galileo, Boyle, Newton, Lomonósov, Dalton, Avogadro, Bútlerov, Mendeléiev y otros y pasa
a ser la teoría físico-química de la estructura de la materia. La atomística casi siempre se
ha presentado como fundamento de la concepción materialista del mundo. No obstante, la
vieja atomística era considerablemente metafísica, pues consideraba como absoluta la idea
de discontinuidad y admitía la existencia de una esencia última e invariable de la materia,
de los «primeros ladrillos» del universo. La atomística moderna reconoce la variedad de
moléculas, átomos, partículas «elementales» y otros microobjetos en la estructura, de la
materia, su complejidad inagotable, su facultad de pasar de unas formas a otras. Ve en la
existencia de distintos microobjetos discontinuos una manifestación de la ley relativa al
paso de los cambios cuantitativos a los cualitativos: la disminución de las proporciones
espaciales está vinculada al paso a formaciones de la materia cualitativamente nuevas.
Pero la atomística moderna considera que la materia no es sólo discreta, sino que es,
además, continua. Las fuerzas de la interacción entre las micropartículas se trasladan a
través de campos continuos: electromagnético, nuclear, &c., indisolublemente unidos a las
partículas «elementales». La interacción en los campos se propaga en forma de acción de
corto alcance (Acción de corto alcance y acción de largo alcance). La atomística
moderna niega la existencia de una esencia última e invariable de la materia y parte del
reconocimiento de la infinitud cuantitativa y cualitativa de la misma.
Atributo
(del latín «attribuo»: asigno, confiero). Propiedad inherente al sujeto sin la cual éste no
puede existir ni ser concebido. Aristóteles distinguía entre atributo y accidente. Descartes
consideraba los atributos como propiedades fundamentales de la substancia. Por esto
aparece en él la extensión como atributo de la substancia material y el pensamiento como
atributo de la substancia espiritual. Spinoza entendía que la extensión y el pensamiento
son atributos de la substancia única. Según los materialistas franceses del siglo XVIII, son
atributos de la materia la extensión y el movimiento; algunos (Diderot, Robinet) incluían,
además, el pensamiento. El término sigue usándose en la filosofía contemporánea.
Autoconciencia
Separación que hace el hombre de sí mismo respecto al mundo objetivo, toma de
conciencia de su relación con el mundo, de su propio ser como persona, de su conducta,
de sus actos, pensamientos y sentimientos, de sus deseos e intereses. El animal es
idéntico a su actividad vital; sólo en virtud de su presencia modifica la naturaleza, es decir
se relaciona con ella de manera inmediata. En cambio, el hombre se relaciona con la
naturaleza de manera mediata, a través de su quehacer social y ante todo mediante el
empleo de instrumentos de trabajo. Gracias al trabajo se separa de la conexión natural: en
el proceso del trabajo relaciona sus fines y objetivos con el material de la naturaleza y tiene
en cuenta sus propias posibilidades. Al modificar la naturaleza, se modifica a sí mismo. El
hombre, al crear productos en el proceso del trabajo, en cierto modo se desdobla y en el
objeto de su actividad contempla la obra de sus manos. Se diferencia a sí mismo como
agente respecto a los objetos de su hacer. Pero, como quiera que el trabajo siempre posee
un carácter social, el hombre empieza a adquirir conciencia de sí mismo como hombre,
como partícula, como célula del sistema histórico dado, únicamente al relacionarse con otro
hombre como con su semejante, al ver en otro al hombre. En la formación de la
autoconciencia, desempeña un importante papel el lenguaje, ya que éste constituye la
realidad inmediata del pensamiento y aparece [31] en esta función para cada individuo sólo
porque existe para otros. La autoconciencia (como afianzamiento, garantía), surge al
mismo tiempo que la conciencia como derivada de ella, pero se manifiesta en un estadio
sensiblemente más elevado del desarrollo de la humanidad. En un principio, el hombre se
diferencia del objeto, adquiere conciencia del objeto de su actividad y de sí mismo como
sujeto, únicamente de manera directa, en el proceso del hacer práctico con las cosas.
Luego, la autoconciencia aparece como gentilicia, como colectiva: el hombre aún se halla
plenamente absorbido por la gens, que se presenta como portadora y centro de la esencia
humana. Al hundirse el régimen gentilicio, al aparecer la civilización y al separarse el
individuo como tal, surge propiamente la autoconciencia de la persona. En la historia de la
filosofía, la autoconciencia ha sido concebida como principio agente, y con esto a menudo
se agotaba la comprensión de la actividad práctica del hombre (Fichte, Hegel, jóvenes
hegelianos). No pocas veces se entendía la autoconciencia como principio creador
respecto al mundo objetivo. En realidad, la autoconciencia, que es un principio activo, sólo
puede comprenderse como resultado y como faceta de la actividad práctica del hombre en
la esfera de la producción social, depende del reflejo del mundo objetivo y está
condicionada por este último.
Autogénesis
(del griego au1to-génesiç: surgimiento por sí mismo). Corriente idealista en biología y
medicina; concibe la filogenia, y la ontogenia como resultado de la acción de factores
exclusivamente internos, autónomos. Separando del medio exterior el organismo, los
representantes de la autogénesis consideran como fuerza motriz que impulsa el desarrollo
de los organismos un «principio de perfeccionamiento» místico y otras causas inmateriales.
Los partidarios de las concepciones autogenéticas (el botánico suizo-alemán Nägeli, el
zoólogo suizo Agassiz, el biólogo norteamericano Cohn y otros) entendían la evolución de
los seres vivos como un proceso teleológico (teleología), predeterminado. La autogénesis
se halla próxima al vitalismo.
Autómata
Mecanismo técnico que realiza procesos, funciones u operaciones. (por ejemplo
operaciones tecnológicas, procesos de mando en la industria, &c.) sin participación directa
del hombre. Los autómatas más simples fueron construidos ya en la Antigüedad. En los
siglos XIX y XX se han difundido las máquinas herramientas automáticas. En los últimos
decenios, se han construido muchos autómatas en los que se utilizan retroconexiones y
que tienen la capacidad de mantener el curso necesario del proceso en condiciones
variables. El desarrollo de la cibernética y de la técnica electrónica de cálculo ha permitido
construir autómatas que conducen el proceso en un régimen óptimo. El perfeccionamiento
de los autómatas modernos muestra que tales mecanismos son idóneos no sólo para
sustituir la fuerza muscular del hombre, sino, además, para realizar funciones propias del
cerebro humano: elegir el orden y la orientación de operaciones, llevar a cabo complicados
cálculos e inferir conclusiones lógicas, «recordar» cierta información, acumular experiencia,
«instruirse», &c. Ello abre amplias posibilidades para automatizar algunos aspectos y
procesos del trabajo intelectual. El estudio teórico de los autómatas se realiza en la
cibernética y en la lógica moderna. En dichas ciencias, se entiende por autómata todo
mecanismo destinado a elaborar información. En la teoría de los denominados autómatas
abstractos, se examinan mecanismos idealizados con determinada cantidad de entradas
para la introducción de información exterior y cierta cantidad de salidas para facilitar la
información elaborada por el autómata; cada última depende de la que se introduzca y del
estado en que el autómata se encuentre en el momento en que le llega la información
exterior. En los estados del autómata se plasman las influencias que sobre él se han
ejercido con anterioridad y ello constituye su «memoria». Un autómata real, no obstante,
sólo puede permanecer en el último de dichos estados, o sea, sólo puede tener «memoria»
final. (Autómata final). La abstracción de la «memoria» final del autómata, da origen al
concepto de autómata con un volumen infinito de «memoria», de lo cual puede servir de
ejemplo la abstracción de la máquina de Turing, de gran importancia en la lógica moderna.
Automatización
Cumplimiento de procesos de producción, de dirección y de otras funciones socialmente
necesarias sin que en ellos intervenga directamente el hombre. La automatización
constituye la etapa superior en el desarrollo de la técnica; está ligada a la aparición de las
líneas automáticas de máquinas herramientas (década del 20 de nuestro siglo), a la de los
talleres y fábricas automáticos, al aprovechamiento (desde la década del 50) de los
aparatos de cálculo y de control modernos. La automatización no excluye al hombre, a
cuyo cargo corre el control y la dirección general del trabajo de las máquinas (ajuste,
preparación del programa de trabajo, abastecimiento de materia prima, reparaciones), si
bien a medida que vaya progresando la automatización, las máquinas también se
encargarán de tales funciones. La automatización vuelve posible aumentar bruscamente la
productividad del trabajo, elevar la producción, reducir su costo y mejorar su calidad. La
dirección de ciertos procesos (en la energética atómica, en la conquista del cosmos, &c.)
sólo es posible gracias a la automatización. Ésta, aplicada en gran escala en la producción,
origina importantes consecuencias de carácter económico, político y cultural. Tales
consecuencias se diferencian radicalmente si se dan en el régimen capitalista o en el
socialista. Bajo el capitalismo, la automatización provoca el desempleo en masa, hace que
los trabajadores pasen a labores menos calificadas y peor remuneradas; acentúa las
depresiones económicas y las crisis, agudiza señaladamente las contradicciones de la
sociedad burguesa. Mediante la automatización, el capitalismo busca la obtención de
superbeneficios y el proceso de automatización se efectúa de modo en extremo irregular.
Bajo el socialismo y el comunismo, aquélla sirve para hacer menos penoso el trabajo del
hombre y crear abundancia de productos, conduce a un aumento incesante del nivel de
vida material y cultural de los trabajadores, a la transformación del trabajo en la primera
necesidad vital del hombre. El programa del P.C.U.S. considera que la automatización
cada vez más completa de los procesos productivos constituye una de las medidas
necesarias para crear la base material y técnica del comunismo. La automatización permite
mejorar las condiciones de trabajo, contribuye a que se borren las diferencias entre el
trabajo intelectual y el manual, a que se eleve el nivel cultural y técnico de los trabajadores.
Al hacer posible que se reduzca de manera sustancial la jornada de trabajo, abre ante el
hombre de la sociedad comunista amplios horizontes en todo cuanto concierne al cultivo de
la ciencia y del arte, a la práctica del deporte, &c. La automatización es una condición
necesaria para la edificación de la sociedad comunista.
Automovimiento
Movimiento que tiene su fuente, su causa, en la propia cosa que se mueve. La concepción
de automovimiento se ha contrapuesto desde un principio a la de «impulso exterior» como
presunta causa única de las transformaciones que se operan en la naturaleza. En la
historia de la filosofía, la categoría de automovimiento ha surgido y se ha formado debido,
en primer lugar, al planteamiento del problema relativo al «comienzo» del universo, a la
causa primera de los procesos universales; en segundo lugar, a las dificultades que se
presentan para explicar los procesos reales del desarrollo. Los materialistas intentaban
explicar el movimiento por fuerzas y propiedades inherentes a la propia naturaleza: unión y
separación de primeros principios (filosofía jónica), «amor» y «odio» (Empédocles), átomos
y vacío (Leucipo, Demócrito). Los sistemas idealistas (Platón) hacían depender las
transformaciones de un principio ideal que situaban más allá de las cosas. El problema
relativo a la manera de concebir la causa del movimiento se hizo singularmente agudo al
aparecer el dogma cristiano de la creación del mundo. Para demostrar el automovimiento
del mundo es necesario descubrir en este mismo la fuente y el mecanismo de su
movimiento, mientras que la teología traslada dicha fuente fuera de él («actividad» de
Dios). La inconsistencia teórica (metodológica) de la concepción mecanicista de la
causalidad (y de las transformaciones) estriba en que tal concepción no puede oponerse a
la idea del «primer impulso» (mecánica newtoniana) y no es capaz de aclarar los procesos
reales de desarrollo. Para la elucidación científica del automovimiento, se requería una
transformación radical del método del pensar: en ayuda del materialismo tenía que acudir
la dialéctica. La idea spinoziana de «causa sui» (causa de sí mismo), el principio
leibniziano de mónada como substancia actuante por sí misma, que se determina a sí
misma, las ideas kantianas sobre el desarrollo del cielo, de la tierra y del hombre, la idea de
evolución en la filosofía de Schelling y finalmente, la dialéctica idealista hegeliana, son hitos
en el camino de la formación de la idea de automovimiento, la cual no consiste en otra cosa
que en «cierta representación de las contradicciones» (Hegel). La filosofía marxista, que
defiende la visión materialista del automovimiento, subraya el contenido dialéctico de esta
categoría, su incompatibilidad con la concepción mecanicista del desarrollo (simple
disminución, aumento, repetición) y su nexo indisoluble con la idea dialéctica del desarrollo
como unidad de contrarios.
Autoridad
(del latín «auctoritas»: prestigio, fuerza, poder). Importancia e influencia de que goza en el
reconocimiento general de las personas un individuo, un sistema de opiniones o una
organización, en virtud de determinadas cualidades y méritos. Según sea la esfera de
influencia, se distingue una autoridad política, moral, científica, &c. Un sistema de autoridad
es condición necesaria para el desarrollo histórico-social del hacer práctico. La autoridad
desempeña un importante papel en la edificación socialista, cuando las amplias masas de
trabajadores se incorporan activamente a la obra común. El abuso de autoridad puede
llevar, en último término, a que desaparezca la fe en ella o a la ciega subordinación que se
convierte en culto a la personalidad. El XXII Congreso del P.C.U.S. hizo hincapié en la
diferencia que existe entre la autoridad de los dirigentes y el culto a la personalidad, e
indicó que la autoridad ha de conquistarse a través de un desinteresado servicio al pueblo,
al Partido, a través de un trabajo tenaz y de un conocimiento profundo de la obra que se
realice. Para conservar la autoridad, es necesario tener en cuenta la opinión pública, no
alejarse de las masas, basarse en la experiencia de éstas. La crítica y la autocrítica son la
condición que evita la transformación de la autoridad en culto a la personalidad.
Averroes (1126-1198)
(nombre latinizado de Mohammed Ibn-Rochd o Ibn Ruchd). Filósofo y científico árabe de la
Edad Media; vivió en España en el período del Califato de Córdoba. Sin romper con la
religión musulmana, cultivó los elementos materialistas de la filosofía de Aristóteles.
Demostraba que la materia y el movimiento eran eternos e increados, negaba la
inmortalidad del alma individual y la vida de ultratumba. Fundamentó la teoría de la doble
verdad. Sometió a dura crítica el misticismo del teólogo musulmán Algazel. Los
comentarios de Averroes a las obras de Aristóteles fueron de extraordinaria importancia
para que los filósofos europeos entraran en conocimiento de la filosofía de la Antigüedad
clásica. La doctrina de Averroes (averroísmo) fue cruelmente perseguida por los
musulmanes ortodoxos.
Averroísmo
Doctrina de Averroes y de sus seguidores, que constituyó una de las corrientes de la
filosofía medieval. Los averroístas defendían las ideas de que el mundo es eterno y el alma
es mortal, sostenían la teoría de la doble verdad. El averroísmo fue cruelmente perseguido
por la Iglesia. En el siglo XIII alcanzó considerable influencia en Francia (Siger de
Brabante) como tendencia filosófica progresiva dirigida contra el dogmatismo eclesiástico
imperante; influencia análoga ejerció durante los siglos XIV a XVI en Italia (escuela de
Padua).
Avicena (980-1037)
(nombre latinizado de Abú Alí Ibn-Sina). Filósofo, médico y enciclopedista tadzhiko, de la
Edad Media. Vivió en Bujará y en Irán. Aún conservando fidelidad al Islam, contribuyó en
gran medida a difundir entre los árabes –y, a través de ellos, en los países de Europa–, la
herencia filosófica y científica del mundo helénico, ante todo la doctrina de Aristóteles.
Avicena hizo mucho para consolidar el pensamiento racional y propagar los conocimientos
de las ciencias naturales y de la matemática. En su doctrina filosófica, conserva las
tendencias materialistas e idealistas de Aristóteles, retrocediendo, en algunas cuestiones,
del aristotelismo hacia el neoplatonismo. Avicena desarrolló por sí mismo la lógica, la física
y la metafísica de Aristóteles. Reconocía el carácter eterno de la materia, a la que veía
como causa de la diversidad de las cosas singulares, se manifestó contra las
supersticiones astrológicas y de otro tipo. Su obra principal, «Dónish-Nameh» («Libro del
saber»), contiene una exposición sucinta de sus concepciones lógicas y físicas.
Axiología
(del griego a1xía: valor, dignidad y lógoç: tratado). Parte de la filosofía consagrada a la
doctrina de los valores. La teoría marxista de los valores se halla radicalmente
contrapuesta a la axiología burguesa, formada en los comienzos del siglo XX (Rickert, Max
Scheller y otros). En esta última, por regla general, se ignora la naturaleza social de los
valores. Ello explica que, en axiología, los teóricos no marxistas lleguen a conclusiones
subjetivistas o idealistas objetivas. Los neopositivistas, por ejemplo, niegan en general la
existencia real de propiedades de valor en el objeto, afirmando que lo bueno y lo bello son
simplemente expresión de nuestra actitud subjetiva frente al objeto estimado. Los idealistas
objetivos consideran el valor como una esencia sobrenatural perteneciente al mundo fuera
del espacio y de la experimentación. El marxismo enfoca la teoría de los valores
reconociendo, en primer lugar, el carácter objetivo de los valores sociales, científicos,
morales, estéticos, &c; en segundo lugar, negando el carácter extrahistórico de los mismos,
viéndolos en dependencia de las condiciones históricas, de las relaciones de clase, &c.; en
tercer lugar, teniendo en cuenta la correlación dialéctica de los aspectos relativo y absoluto
en el desarrollo de los valores. Desde el punto de vista del marxismo, el valor supremo es
el hombre, la felicidad humana y la libertad alcanzables en la lucha contra todas las formas
de opresión y mediante la edificación de la sociedad comunista. Actualmente, en la serie de
importantes problemas de la filosofía materialista científica, figura el de investigar la teoría
de los valores y someter a crítica la axiologia burguesa.
Axioma
(griego a1xíwma: proposición admitida). Tesis (proposición) que en la estructuración de una
teoría científica se toma como inicial e indemostrable en la teoría dada; de ella (o de un
conjunto de proposiciones del mismo carácter) se infieren todas las demás proposiciones
de la teoría aplicando reglas de deducción fijadas de antemano. Desde la Antigüedad
clásica hasta mediados del siglo XIX, los axiomas eran considerados como proposiciones
que resultaban evidentes por intuición o que eran apriorísticamente verdaderas, con la
particularidad de que no se tomaba en consideración el hecho de estar condicionadas por
la actividad práctica y cognoscitiva multisecular del hombre. Lenin escribió que la actividad
práctica del hombre tuvo que conducir miles y miles de veces la conciencia del individuo a
repetir distintas figuras lógicas para que tales figuras pudieran alcanzar el significado de
axiomas. La concepción moderna de método axiomático no postula la evidencia apriorística
del axioma. Los axiomas han de cumplir sólo un requisito: de ellos, y sólo de ellos, han de
deducirse todas las demás proposiciones de la teoría dada. El problema relativo al carácter
verdadero de los axiomas elegidos de este modo se resuelve hallando las interpretaciones
(Interpretación y modelo) del sistema de que se trate: si tales interpretaciones se dan o, por
lo menos, son admisibles en principio, hay que considerar los axiomas como verdaderos
(compárese Postulado).
Axioma del silogismo
Principio básico del silogismo; Aristóteles lo formuló como sigue: «Cuando a una cosa, en calidad
de sujeto, se le atribuye algo, todo lo que se dice del predicado se dirá también del sujeto». En vez
de las palabras «se atribuye», Aristóteles empleaba a menudo el término «inherente», y
consideraba equivalentes las expresiones: «A se atribuye a B» y «B está contenido en A». De este
modo, el axioma del silogismo es susceptible de interpretación tanto por su contenido (intensiva)
como por su extensión (extensiva). En la lógica formal tradicional, el significado del axioma del
silogismo se revela al reducir todos los silogismos a los de la primera figura (Silogística). En la
lógica formal moderna, el problema relativo al axioma del silogismo se resuelve en el contexto de un
problema más amplio, el de la axiomatización de la silogística.
Babuvismo
Movimiento revolucionario de Francia en el siglo XVIII en pro de la «República de los
Iguales», comuna nacional, unida, dirigida desde un solo centro. Debe su nombre al de su
fundador y teórico más consecuente Gracchus Babeuf (1760-97). En 1796, Babeuf y sus
compañeros (Buonarroti, Maréchal, Antonelle, Darthé, Germain, Debon, Lepelletier y otros)
organizaron la «Conspiración de los Iguales», que constituyó el punto culminante del
movimiento. El provocador Grisel hizo que la conspiración fuera descubierta. Muchos de
sus participantes fueron detenidos y condenados. A Babeuf y Darthé los guillotinaron
(1797). Babeuf significaba la ruptura de la unión entre los explotador –los plebeyos– y la
burguesía, unión que se había formado al prepararse y llevarse a cabo la revolución de
fines del siglo XVIII. En todo momento, se dejó sentir la fragilidad de tal alianza, dado que
en el aspecto social la revolución burguesa nada esencial podía dar a la parte más
indigente y explotada de la sociedad, hecho que se hizo patente en el período de la
reacción termidoriana. El babuvismo constituyó el reflejo político e ideológico del proceso
que entonces se iniciaba tendiente a separar de la masa general plebeya que había
participado en la revolución francesa, el preproletariado. Los babuvistas eran herederos
ideológicos del materialismo francés del siglo XVIII, de las ideas de Meslier sobre la
revolución popular y del comunismo «racionalista» de Morelly, de la experiencia
organizadora e ideológica de las corrientes más izquierdistas de la Revolución Francesa. El
babuvismo representó un paso adelante en el desarrollo de las ideas socialistas, dado que
surgió en una nueva etapa de la evolución político-social de Francia, etapa relacionada con
la consolidación del sistema capitalista. Los babuvistas intentaron, por vez primera,
convertir la teoría del socialismo en práctica del movimiento revolucionario. Junto al
principio general de la futura «República de los Iguales», elaboraron un plan de medidas
encaminadas a asegurar el mejoramiento en la situación de las capas pobres y a permitir el
aplastamiento de la resistencia de las fuerzas contrarrevolucionarias. Formularon la idea de
que era indispensable conservar la dictadura de los trabajadores después de la revolución
triunfante; intentaron caracterizar las etapas principales de la transformación revolucionaria
de la sociedad; enunciaron la tesis de que la historia es la lucha entre ricos y pobres,
patricios y plebeyos, amos y siervos, ahitos y hambrientos. Pese a sus elementos de
realismo histórico, el babuvismo no descubrió el papel del proletariado como parte rectora,
de la revolución socialista, no fue más allá de la táctica conspirativa. Esto lo caracteriza
como socialismo utópico, aunque la labor ideológica y organizadora de Babeuf y sus
compañeros constituyó un importante jalón en la transformación del socialismo de utopía
en ciencia.
Escuela de Baden
Una de las direcciones predominantes del neokantismo alemán a principios del siglo XX. Debe su
nombre a que las teorías de dicha escuela fueron expuestas por Wilhelm Windelband y Heinrich
Rickert, profesores en las Universidades del estado de Baden: Seidelberg y Friburgo. La idea básica
de la escuela de Baden consiste en contraponer el método de la historia al método de la ciencia
natural: la historia, según su concepción, es la ciencia de los hechos individuales de desarrollo que
poseen valor cultural; la ciencia natural, es la que trata de los fenómenos de la naturaleza que se
repiten y de sus leyes. Ni en las ciencias históricas ni en las naturales, los conceptos reflejan la
realidad, sino la transformación de la realidad en pensamientos, transformación subordinada a
principios apriorísticos: en las ciencias naturales, dirigidos al conocimiento de lo general; en las
históricas, al conocimiento de lo individual. La escuela de Baden, apoyándose en Kant, parte de la
contraposición del ser al deber ser. Es característica de dicha escuela la negación de las leyes
históricas, que se enlaza con la denominada teoría de los valores. Dichas teorías fueron
desarrolladas por Hugo Münsterberg (1863-1916), y Emil Lask (1875,1915); las aplicaron a la
estética Jonas Cohn (1869-1947) y B. Christiansen, y a la sociología Max Weber. En la sociología
alemana moderna, las ideas de la escuela de Baden se exponen en un sentido de franco
subjetivismo y voluntarismo, opuesto al marxismo. Los representantes de esta sociología en la
Alemania Occidental son W. Theimer y Gerhard Ritter.
Base y superestructura
La teoría de la base y de la superestructura pone de manifiesto el nexo que existe entre las
relaciones económicas de una sociedad y todas las demás relaciones de la misma. Se da el
nombre de base al conjunto de las relaciones de producción que constituyen la estructura
económica de la sociedad. Los conceptos de «base» y de «relaciones de producción» son
equivalentes, pero no idénticos. El concepto de «relaciones de producción» está ligado al de
«fuerzas productivas». El concepto de «base», en cambio, está ligado al de «superestructura».
Forman parte de ésta las ideas, organizaciones e instituciones. Entran en las ideas de la
superestructura las concepciones políticas, jurídicas, morales, estéticas, religiosas y filosóficas,
también denominadas formas de la conciencia social. Todas las formas de la conciencia social
reflejan de uno u otro modo las relaciones económicas, la estructura económica de la sociedad:
unas, de manera inmediata, como por ejemplo las formas de la conciencia política y jurídica; otras,
de manera mediata, como por ejemplo el arte y la filosofía. Estas últimas se hallan vinculadas a la
base económica a través de eslabones como la política, &c. Las relaciones de superestructura
incluyen en sí mismas las relaciones ideológicas (Ideología). A diferencia de las relaciones de
producción, que se forman independientemente de la conciencia de las personas, las relaciones
ideológicas pasan por la conciencia antes de constituirse como tales. Los fenómenos de la
superestructura determinados por la base, poseen una relativa independencia en su desarrollo.
Cada forma de conciencia social lleva consigo determinadas organizaciones e instituciones: con las
ideas políticas se hallan relacionados los partidos políticos; con las ideas políticas y jurídicas, las
instituciones estatales; con las ideas religiosas, la Iglesia y las organizaciones eclesiásticas, &c.
Cada formación económico-social tiene una base determinada y su correspondiente
superestructura. Históricamente, se diferencian las bases y superestructuras de las sociedades
esclavista, feudal, capitalista y comunista. Los cambios de base y superestructura se producen
como resultado del cambio de una formación político-social por otra. La superestructura
experimenta también cierta evolución dentro de la formación dada. Por ejemplo, al pasar al
imperialismo, el cambio de la superestructura se caracteriza por un robustecimiento de la reacción.
En el régimen socialista, la superestructura política desarrolla formas cada vez más democráticas
de organización. De ello puede servir de ejemplo la transformación del Estado de la dictadura del
proletariado en Estado de todo el pueblo durante el periodo de la amplia edificación del comunismo.
La superestructura, que es fruto y reflejo de la base económica, no se reduce a constituir algo
pasivo e inoperante, sino que desempeña un activo papel en el proceso histórico e influye en todos
los aspectos del mismo, incluso sobre la economía que la engendra. En la sociedad basada en la
propiedad privada, la base y la superestructura poseen una estructura antagónica. En la sociedad
capitalista, por ejemplo, se sostiene una encarnizada lucha ideológica entre la burguesía y el
proletariado, entre las concepciones políticas, morales, filosóficas &c., de estas dos clases
enemigas entre sí. La naturaleza antagónica de la superestructura en la sociedad dividida en
clases, condiciona asimismo el papel contradictorio que desempeñan las ideologías de las distintas
clases en su relación con la base económica. Mientras que, en la sociedad capitalista, la
superestructura. política burguesa con ideas burguesas sobre la libertad, la igualdad, &c., se halla
orientada al servicio activo de la base económica del capitalismo, la ideología y organizaciones
proletarias se hallan dirigidas hacia el derrocamiento revolucionario del capitalismo y hacia la
liquidación de sus bases económicas. Únicamente en la sociedad socialista, donde las relaciones
de producción están libres de antagonismos, la superestructura se va haciendo cada vez más
homogénea en el sentido social y se encuentra al servicio de un fin común: el perfeccionamiento
progresivo y el desarrollo de la base económica del socialismo.
Behaviorismo
(del inglés: «behavior»; conducta). Una de las direcciones más difundidas en la psicología burguesa
contemporánea. La base filosófica del behaviorismo es el pragmatismo. El primero fue fundado en
1913 por John Watson (1878-1958) (Universidad de Chicago). «Watson tomó como fundamento
experimental de su teoría las investigaciones de Edward Thorndike (1874-1949) sobre la conducta
de los animales. Compartían los puntos de vista de Watson. Karl Lashley (1890-1958), A. Weiss
(1879-1931) y otros. El behaviorismo continúa la dirección mecanicista en psicología, reduce los
fenómenos psíquicos a reacciones del organismo; identifica conciencia y conducta y considera que
la unidad fundamental de esta última es el nexo (la correlación) entre estímulo y reacción. Para el
behaviorismo, el conocimiento no es más que la formación de reacciones condicionadas en los
organismos (incluido el hombre). En la década de 1930, la teoría de Watson fue sustituida por
varias teorías neobehavioristas conocidas con el nombre de teorías «de la condicionabilidad». Sus
principales representantes son Clark Hull (1884-1952), Edward Tolman (1886-1959) y Edwin
Guthrie (1886-1959). Esas teorías surgieron bajo el influjo de la doctrina de Pávlov. Tomaron de
éste la terminología y la clasificación de las formas de conducta, pero sustituyeron las bases
materialistas pavlovianas por el operacionalismo y el positivismo lógico. Aplican la metodología de
los reflejos condicionados, pero hacen caso omiso del papel del cerebro en la conducta. El
behaviorismo moderno ha modificado la fórmula «estímulo-reacción» incluyendo entre estos dos
miembros las denominadas «variables intermedias» (hábito, potencial de excitación y de inhibición,
necesidad, &c.). Ello no cambia, sin embargo, la esencia mecanicista e idealista del behaviorismo.
Lo Bello
Categoría estética; en ella encuentran su reflejo y valoración, los fenómenos de la realidad y las
obras de arte que proporcionan al hombre un sentimiento de placer estético, que traducen en forma
objetivo-sensorial la libertad y la plenitud de las fuerzas creadoras y cognoscitivas del hombre, sus
aptitudes, en todas las esferas de la vida pública: trabajo, actividad político-social y vida espiritual.
El idealismo (Platón, Kant, Hegel) concebía lo bello como una propiedad del espíritu, de la
conciencia (objetiva o subjetiva). El materialismo premarxista defendía el carácter objetivo de lo
bello, mas no era raro que, en virtud de su naturaleza contemplativa, redujera lo bello a una
cualidad puramente natural (simetría, armonía de las partes y del todo, el hombre como ser natural,
&c.). Chernishevski formuló una definición original y revolucionaria de lo bello como vida, como
plenitud de la manifestación de la vida. El concepto de «lo bello» posee carácter histórico y tiene
distinto contenido en las diferentes clases. La estética materialista dialéctica parte de que lo bello es
un producto del hacer práctico, histórico-social. Lo bello nace y se desarrolla cuando el hombre
social (en consonancia con el grado de conocimiento de las leyes sociales) desarrolla de la manera
más plena y libre, en las condiciones históricas dadas, sus dotes y capacidades creadoras, cuando
impera sobre los objetos del mundo sensorial, cuando disfruta con el trabajo como si se tratara de
un juego de las fuerzas físicas e intelectuales. Lo bello encuentra su expresión generalizada y
completa en las obras de arte, en las imágenes artísticas. Lo bello de la vida y del arte, fuente de
placer y alegría espiritual, adquiere una inmensa función cognoscitiva y educativa en la sociedad.
Es bella la obra de arte en que a tenor del ideal estético de vanguardia, se reproduce verazmente la
realidad. El capitalismo, en su esencia, es hostil al arte y al desarrollo estético del hombre. En las
condiciones actuales, lo verdaderamente bello se da únicamente en los caminos de la lucha por la
transformación revolucionaria de la sociedad. Únicamente el comunismo crea condiciones sociales
y económicas favorables para que todos los trabajadores participen en una obra de creación según
las leyes de lo bello.
Bien
Objeto o fenómeno que satisface determinada necesidad humana, responde a los intereses o
anhelos de las personas, posee, en general, un sentido positivo para la sociedad, para una clase,
para el individuo. Si un objeto dado es un bien, posee un valor positivo para el hombre. Lo
contrapuesto al bien es el mal, o sea, todo cuanto posee un sentido social negativo. Se distinguen
bienes materiales y espirituales. El bien material satisface necesidades materiales del ser humano –
de alimentación, vestido, vivienda, &c.–. También quedan circunscritos en la esfera de los bienes
materiales los medios de producción: máquinas, edificios, materiales, &c. Pertenecen a los bienes
espirituales los conocimientos, los resultados de la cultura espiritual de la humanidad, la bondad
moral comprendida en los actos de las personas, &c. El bien supremo es el hombre mismo, creador
de todos los valores materiales y espirituales. Muchos bienes tienen un carácter de clase. Lo que es
un bien para los explotadores puede ser un mal para los explotados. En este hecho se revela con
claridad la contradicción de los interesen de clase.
Bien y Mal
Categorías de la ética en las que se expresa la estimación moral de los fenómenos sociales y de la
conducta de las personas. El bien es aquello que la sociedad (o una clase social dada progresiva)
considera moral, digno de imitación. El mal tiene un significado opuesto. Los explotadores
presentan su idea del bien y del mal como «eterna» y válida para todos los hombres, remitiéndose,
para ello, a prescripciones divinas o a principios «metafísicos». Uno de los sistemas morales
idealistas más influyentes es la teoría de Kant. Según ella, es un bien todo cuanto está en
consonancia con el imperativo de la ley moral, dado en cada ser racional independientemente de
las condiciones en que el hombre vive (Imperativo categórico). Ya en la filosofía antigua, se abrió
paso la dirección materialista en la concepción del bien y del [46] mal, de la conducta moral. El
hedonismo (Arístipo, Epicuro) consideraba un bien sólo lo que causa placer. Dicha teoría ética fue
desarrollada por los materialistas franceses del siglo XVIII, ante todo por Helvecio. El materialismo
premarxista veía la fuente de la conducta moral en la naturaleza humana, en las condiciones de
vida y de educación del hombre, pero declaraba eternas las representaciones del bien y del mal.
Por lo que respecta a la ética burguesa contemporánea, lo más característico consiste en que, por
una parte, intenta fundamentar y justificar el derecho a la explotación de los trabajadores y de los
pueblos de los países coloniales; por otra, niega el significado de todos los juicios morales
(positivismo lógico en ética). La ética marxista-leninista rechaza la interpretación metafísica del bien
y del mal. «Las ideas de bien y de mal han cambiado tanto de pueblo a pueblo, de siglo a siglo, que
no pocas veces hasta se contradicen abiertamente» (F. Engels, «Anti-Dühring», pág. 87. E.P.U.
1961, pág. 114). Por otra parte, los conceptos de «bien» y de «mal» tienen su fuente objetiva en el
desarrollo de la sociedad. Las acciones de las personas pueden ser estimadas como buenas o
malas, según faciliten o dificulten la satisfacción de las necesidades históricas de la sociedad. El
código moral del constructor del comunismo tal como se halla formulado en el programa del
P.C.U.S. sirve de pauta para valorar la conducta moral (buena o mala) de los hombres soviéticos.
Biología
(del griego bíoV: vida, y logoV: ciencia). Ciencia de la vida. El objeto de la biología está constituido
por la vida como forma especial del movimiento de la materia, por las leyes del desarrollo de la
naturaleza viva, y también por las múltiples formas de los organismos vivos, su estructura, sus
funciones, su evolución, su desenvolvimiento individual y su correlación con el medio circundante.
La biología comprende todo un complejo de ciencias particulares (zoología, botánica, fisiología,
embriología, paleontología, microbiología, genética, &c.). Como sistema ordenado de
conocimientos, la biología surgió ya entre los antiguos griegos. Sin embargo, las bases de la
biología científica se establecieron tan sólo en los tiempos modernos. Los primeros en establecer
una sistematización relativamente completa de los organismos vivos actuales, y ya desaparecidos
fueron John Ray (siglo XVII) y Linneo. En los siglos XVII, XVIII y la primera mitad del XIX, la biología
poseía un carácter eminentemente descriptivo. Engels calificó de metafísico este período. La base
teórica de la ciencia biológica estaba dada, entonces, por la idea de la invariabilidad de las
especies, por la admisión de causas sobrenaturales de la adecuación de los organismos, &c. El
desconocer las causas materiales de los fenómenos biológicos, el hacer caso omiso de lo que
tienen de específico estos fenómenos, originaba concepciones idealistas y metafísicas (vitalismo,
preformismo, mecanicismo, &c.). Resultó de gran trascendencia para la formación de la biología
científica, el descubrimiento de la estructura celular de los seres animados. En la biología se
produjo un cambio radical gracias a la teoría de la evolución de Darwin, con la que se descubrieron
los factores básicos y fuerzas motrices de la evolución y se dio una sólida explicación materialista a
la relativa adecuación de los organismos vivos, quebrantando el anterior dominio de la teleología en
las teorías biológicas. Las ciencias biológicas alcanzaron importantes éxitos a fines del siglo XIX y
comienzos del XX. Pero el avance de la biología se hizo singularmente impetuoso al surgir
secciones suyas como la fisiología, genética, citología, bioquímica y biofísica, que estudian las leyes
de los procesos fundamentales de la vida –nutrición, reproducción, metabolismo, transmisión de los
caracteres hereditarios, &c.–. Ha sido precisamente en los puntos de contacto de la biología con
otras ciencias (física, química, matemática, &c.) donde ha resultado posible resolver varios
problemas biológicos importantes. Pasó a ser capital en la biología la elucidación de la esencia de
los fenómenos vitales, la investigación de las leyes biológicas a que está subordinado el
desenvolvimiento del mundo orgánico, el estudio de la física y la química de lo vivo, la elaboración
de diversos procedimientos para dirigir los procesos vitales, en particular el metabolismo, la
herencia y la variabilidad de los organismos. Actualmente, en biología se aplican en gran escala y
con éxito los métodos físicos, químicos y matemáticos de investigación. Gracias a ello se han
realizado descubrimientos que poseen una importancia de principio en diferentes esferas de la
biología, en primer lugar en genética, donde se han encontrado los portadores materiales de la
herencia, se han descifrado su estructura y sus funciones y se ha aclarado en [47] líneas generales
cuál es el mecanismo de la transmisión de los caracteres hereditarios. En el transcurso de los dos
últimos decenios, se ha logrado elaborar métodos polifacéticos para la investigación de la estructura
de las albúminas y algunas de ellas (las más simples) han sido sintetizadas. Finalmente, durante los
últimos años, los biólogos, en colaboración con físicos y químicos, han avanzado no poco para
penetrar en el mecanismo de la biosíntesis de las albúminas. Varias leyes biológicas y, en primer
lugar varias leyes de la herencia han encontrado su explicación en los procesos químicos de la
célula viva, lo cual ha dado origen a la denominada biología molecular, que sirve de estimulo para el
desarrollo de varios sectores de las ciencias biológicas. Los éxitos de estas ciencias han aportado,
además, gran claridad en la teoría darvinista de la evolución. La concepción darviniana de las
causas de la variabilidad de las especies ha sido precisada con la idea de las mutaciones, cuya
esencia se ha aclarado en el nivel molecular. Desde el punto de vista de la biología contemporánea,
las mutaciones debidas al influjo del medio exterior desempeñan el papel de factor fundamental en
la evolución orgánica; la principal fuerza motriz es la selección natural. Por su trascendencia, los
resultados obtenidos por la biología son comparables a los alcanzados en el dominio de la energía
atómica e influyen asimismo de manera decisiva sobre el estado en que se encuentran los
problemas capitales de la economía nacional. Los biólogos de la corriente materialista científica,
con sus relevantes éxitos en el terreno de la fisiología vegetal (Timiriázev), y la animal (Pávlov), en
el de la selección artificial y la obtención de semillas (Michurin), han contribuido en gran medida al
progreso de la teoría y práctica de la agricultura.
Biosfera
(del griego bíoV: vida, y sfai<ra: esfera). Envoltura terrestre en que se manifiesta la vida y que
posee, consiguientemente, una estructura geológica y físico-química peculiar. El concepto fue
introducido en la ciencia por Eduard Suess y desarrollado por Vernadski. Éste no concebía el
surgimiento de la vida en la Tierra, –y, por ende, la formación de la biosfera– como la aparición de
determinados gérmenes en ciertos puntos aislados, sino como un gran proceso único gracias al que
se formó el «monolito» de la vida en toda la zona del planeta en que se daban las condiciones
apropiadas. Con la aparición de la sociedad humana, con el desarrollo de la ciencia y la técnica, la
biosfera se va convirtiendo, con todo el rigor de un proceso sujeto a ley, en noosfera.
Bjutavada (elementalismo)
Una de las direcciones del viejo materialismo indio. Probablemente surgió a comienzos de nuestra
era. En ciertas fuentes aparece como variedad del lokaiata. Según la doctrina del bjutavada, todas
las diferencias de los objetos por sus propiedades se derivan de las diferenciáis de combinación de
los elementos materiales que componen los objetos dados. La conciencia es el resultado de una
combinación especial de los elementos materiales, combinación que, una vez surgida, puede
reproducir combinaciones análogas, a sí misma; ahora bien, las combinaciones de otro tipo jamás
podrán hacer que surja la conciencia. Como los seguidores del lokaiata, los partidarios del
bjutavada eran sensualistas en gnoseología y hedonistas en ética.
Boecio (480-524)
o, con más exactitud, Anicio Manlio Severino. Filósofo del último periodo romano, ejecutado por
Teodorico. Formalmente, es un representante del neoplatonismo; en realidad, su filosofía se
caracteriza por un gran eclecticismo, por una inclinación hacia las ciencias exactas y, en moral, por
pertenecer al estoicismo. Boecio tradujo y comentó las obras de Aristóteles sobre lógica, así como
la «Introducción a las categorías de Aristóteles», de Porfirio. Tradujo a Euclides y trató de los
«Fundamentos de la aritmética» de Nicómaco. También compuso un tratado de música con una
teoría detalladamente elaborada de la música griega. Se considera como su principal obra filosófica
la «Consolación por la filosofía», matizada de estoicismo. Entre sus traducciones de Aristóteles,
algunas son tenidas por apócrifas.
Bogdánov (1873-1928)
(seudónimo de Alexandr Alexándrovich Malinovski.) Filósofo y economista ruso, publicista,
socialdemócrata. Estudió medicina. En 1903 se adhirió al bolchevismo. En 1905 fue elegido
miembro del C. C. Durante los años de la reacción, fue uno de los líderes de los «otzovistas».
Participó en la organización de la escuela antipartido de Capri. Excluido del Partido Bolchevique en
1909. Fue uno de los organizadores y dirigentes del «Proletkult» («Cultura Proletaria») creado en
1917. Desde 1926, director del Instituto para Transfusión de Sangre. Murió al realizar un
experimento en sí mismo. Lenin, en 1908, señaló cuatro estadios en las «exploraciones filosóficas»
de Bogdánov. Al principio éste era materialista «naturalista» («Elementos fundamentales de la
concepción histórica de la naturaleza», 1899). A fines de la década de 1890 se inclinó por el
energetismo (véase, por ejemplo, «El conocimiento desde el punto de vista histórico», 1901). Luego
se hizo partidario de la filosofía de Mach. Finalmente, la tentativa de eliminar las contradicciones del
machismo y crear una «especie de idealismo objetivo» le llevó al empiriomonismo
(«Empiriomonismo», 1904-1906). Más tarde, Bogdánov intentó crear la denominada «tectología» (o
ciencia de la organización universal) cuyo objetivo estribaba en unir todas las ciencias y dar una
representación de las formas y tipos de todas las organizaciones, cualesquiera que sean, pues el
mundo entero, según Bogdánov, constituye una organización de la experiencia. Los fundamentos
idealistas, el carácter abstracto y el antihistoricismo, hicieron totalmente inservible la «tectología»
para el análisis de la realidad. A la dialéctica de Marx, contraponía Bogdánov la teoría del equilibrio.
Lenin en «Materialismo y empiriocriticismo» y Plejánov en algunos de sus trabajos criticaron las
concepciones de Bogdánov. Obras: «Breve curso de economía» (1897), «Filosofía de la experiencia
viva» (1913), «La ciencia de la organización universal (tectología)» (1913-17), «Sobre la cultura
proletaria. 1904-1924» (1924) y otras.
Budismo Zen
Una de las direcciones del budismo. Surgió en China, en el siglo VI; su base estriba en la
representación de una esencia única de Buda y todos los seres, en la representación del camino
natural, tao, que es superior a todos los métodos teóricos. A diferencia de otras escuelas, el
budismo zen pregona la «lucidez instantánea» (satori). El irracionalismo y el intuicionismo del
budismo zen han despertado gran interés entre los filósofos de Europa occidental y americanos,
sobre todo durante los últimos veinte años.
Búsqueda de Dios
Corriente filosófico-religiosa burguesa rusa tendiente a reavivar y a «fortalecer de una manera
nueva la religión en el pueblo» (Lenin). Surgió a comienzos del siglo XX y trascendió en la
organización de reuniones religiosas (1901-03, Petersburgo), en la publicación de las revistas.
«Nuevo camino», «Problemas de la vida», &c. Las ideas de la «búsqueda de Dios» alcanzaron
singular aceptación en los medios intelectuales burgueses después de la derrota de la revolución de
1905-07. Se discutieron ampliamente en escritos y en la Sociedad Filosófico-religiosa, renacida en
1907. Los representantes de dicha corriente –filósofos y escritores decadentes como Berdiáiev,
Dmitri Merezhkovski («No la paz, sino la espada», 1908, &c.), N. Minski («Sobre la libertad de la
conciencia religiosa», 1902; «La religión del futuro», 1905), Serguéi Bulgákov– exhortaban a
adoptar una «nueva actitud» respecto a los [53] preceptos de Cristo, propugnaban cierta «reforma
religiosa». Decían que el fin de la vida estriba en la búsqueda de Dios, que el sentido de la historia
consiste en dar realidad a Dios en la humanidad, en crear la humanidad divinizada, es decir, una
organización social asentada sobre fundamentos religiosos. Únicamente la resignación, el amor y la
paciencia pueden conducir a las personas al fin: al reino de Dios. Los buscadores de Dios
defendían el irracionalismo, el conocimiento místico; entendían que la revelación era el
procedimiento más seguro para alcanzar la verdad. La teoría de la búsqueda de Dios estaba
dirigida, ante todo, contra la visión marxista de la sociedad y se basaba en las concepciones
filosófico-teológicas de Soloviov. Lenin, Plejánov y otros marxistas pusieron de manifiesto el
carácter reaccionario de toda filosofía místico-religiosa, incluyendo la de la búsqueda de Dios.
Después de la Revolución de Octubre de 1917, la mayoría de los buscadores de Dios se fueron de
Rusia y se manifestaron contra el poder soviético.
Cálculo
Sistema de reglas para operar con signos y ampliar las posibilidades del pensamiento, no separado
del contenido, en la resolución de problemas y en la demostración de juicios expresables mediante
los recursos (en el «lenguaje») del cálculo dado. La peculiaridad característica del cálculo estriba en
que los objetos con los cuales se opera son objetos materiales (cifras, letras y otros signos) que
prácticamente no cambian durante el proceso en que se les aplica las reglas del cálculo. El
significado de todo cálculo se basa en poner en relación con los elementos del contenido que se
estudia, los objetos con los que en el cálculo se puede operar sólo mediante reglas exactas
establecidas de antemano. En este sentido, los cálculos sirven de envoltura material para el
contenido que se refleja en los razonamientos. Históricamente, los cálculos han surgido y se han
desarrollado en el marco de la matemática (por ejemplo, el cálculo diferencial y el integral, &c.); más
tarde, el método de cálculo se extendió a la lógica, aparecieron cálculos lógicos y lógico-
matemáticos, lo cual dio origen a que la lógica se estructurase como ciencia matemática o
simbólica. La representación de determinadas esferas del saber, sobre todo en las ciencias
deductivas, bajo el aspecto de cálculos estructurados sobre la base de métodos elaborados en la
lógica moderna, constituye la manera más consecuente de formalizar esta esfera del saber; la
eficacia de semejante formalización queda confirmada por la aplicación práctica de la moderna
técnica de cálculo y por todo el desarrollo de la cibernética. (Método logístico). [55]
Cálculo de predicados
Es una ampliación del cálculo proposicional mediante la formalización de las inferencias que se
basan en la estructura interna de las proposiciones. Sobre este particular, uno de los conceptos
fundamentales del cálculo de predicados es el de predicado de una o varias objeto-variables: P (X1
... Xn), donde P es predicativa y X1 ... Xn, son objeto-variables. En el cálculo de predicados simples
(de primer grado), los predicados de objeto-variables se conectan con los cuantificadores (de
generalidad: ¶ y o de existencia: Ñ). La axiomática del cálculo de predicados se obtiene de los
axiomas y reglas de inferencia del cálculo preposicional añadiendo dos axiomas: ¶x P(x) § P(y), P(y)
§ Ñx P(x) y las siguientes reglas de inferencia: si se ha inferido la fórmula C § D(x), entonces se
infiere C § ¶x D(x); si se ha inferido la fórmula D(x) § C, entonces se infiere Ñx D(x) § C. El calculo
de predicados es no-contradictorio y completo en el sentido de que en él puede inferirse toda
fórmula de identidad-veracidad. El problema de la decidibilidad es insoluble (como lo ha demostrado
Alonzo Church). La conexión mediante cuantificadores no sólo de objeto-variables, sino, además,
de predicados variables, da un cálculo de predicados ampliado (de segundo grado).
Cálculo proposicional
(cálculo de proposiciones). Sistema lógico (Cálculo) que formaliza los razonamientos basados en
relaciones de verdad entre proposiciones que se examinan haciendo abstracción de su estructura
interna de sujeto-predicado. Son posibles distintas formulaciones de cálculo proposicional. Por
ejemplo, se da la definición inductiva de la fórmula: 1) las variables proposicionales p, q, r... son
fórmulas; 2) si A es una fórmula, entonces (Aœ) es una fórmula; 3) si A y B son fórmulas, entonces
(A) § (B), (A) Ë (B), (A) · (B) son fórmulas; 4) algo distinto no es una fórmula. Se denomina axioma la
fórmula que tiene uno de los siguientes aspectos: 1) A § (B § A); 2) (A · B) § A; 3) (A § B) § ((A § (B §
C)) § (A § C)); 4) (A · B) § B; 5) A § (B § (A · B)); 6) A § (A Ë B); 7) B § (A Ë B); 8) (A § C) § ((B § C) §
((A Ë B) § C)); 9) (A § B) § ((A § Bœ) § A); 10) A § A (donde el trazo sobre los símbolos es signo de
negación, · es signo de conjunción, § es signo de implicación y Ë es signo de disyunción). En
calidad de regla de la inferencia se admite: si A y A § B, se sigue directamente B. Partiendo de esta
base, se da la definición de fórmula inferible en el cálculo proposicional de inferencia y de
demostración. El cálculo proposicional posee un carácter no contradictorio (No-contradicción),
completitud (Completitud de la teoría axiomática). El problema de la decidibilidad es soluble. Acerca
de los cálculos proposicionales no clásicos, véase Lógica constructiva, Lógica polivalente.
Calidad y Cantidad
Categorías de la filosofía que reflejan importantes aspectos de la realidad objetiva. El mundo no
consta de cosas preparadas y acabadas, sino que constituye un conjunto de procesos en los
cuales las cosas se modifican constantemente, surgen y se destruyen. Pero de esto no se sigue
que las cosas carezcan de determinada forma de existencia, que sean absolutamente inestables e
indiferenciables entre sí (véase relativismo). Por más que cambie un objeto, hasta cierto tiempo
sigue siendo precisamente este objeto, cualitativamente determinado, y no otro. La determinación
cualitativa de los objetos y fenómenos es lo que los hace estables, lo que los delimita y lo que crea
la diversidad infinita del mundo. La calidad es la determinación esencial del objeto, gracias a la cual
el objeto es el objeto dado y no otro, se distingue de otros objetos. La calidad del objeto no se
reduce a sus propiedades singulares. Se halla vinculada al objeto como un todo, lo abarca
plenamente y es inseparable de él. Esta es la razón de que el concepto de calidad se enlace con el
ser del objeto. El objeto, sin dejar de ser lo que es, no puede perder su calidad. Mas, cada objeto
se halla unido por miles de hilos a otros objetos, se encuentra con ellos en polifacéticas relaciones,
constituye la unidad de lo singular, de lo particular y de lo universal. Aparte de determinación
cualitativa, todos los objetos poseen también determinación cuantitativa: magnitud, número,
extensión, ritmo en que los procesos transcurren, grado de desarrollo de las propiedades, &c. La
cantidad es una determinación de la cosa gracias a la cual ésta puede dividirse (real o
mentalmente) en partes homogéneas, y [56] las partes se pueden reunir en una unidad. La
homogeneidad (semejanza, parecido) de las partes u objetos constituye un rasgo distintivo de la
cantidad. Las diferencias entre objetos no semejantes unos a otros tienen un carácter cualitativo;
las diferencias entre objetos análogos, poseen un carácter cuantitativo. A diferencia de la calidad, la
cantidad no se halla tan estrechamente ligada al ser del objeto. Las transformaciones cuantitativas
no llevan de golpe al aniquilamiento o a la modificación esencial del objeto. Únicamente después
de haber alcanzado un límite específico para cada objeto, los cambios cuantitativos dan origen a
cambios cualitativos. En este sentido, las relaciones cuantitativas, a diferencia de las cualitativas,
se caracterizan por la relación externa respecto a la naturaleza de los objetos. De ahí que en el
proceso de la cognición (por ejemplo, en matemáticas) tales relaciones puedan ser separadas de
su contenido como de algo indiferente para el caso. El que las teorías matemáticas puedan
aplicarse en tan amplia medida en distintas esferas –por su contenido– de la ciencia natural y de la
técnica, se explica por el hecho de que la matemática estudia las relaciones cuantitativas. La
calidad no puede ser reducida a la cantidad, como intentan hacer los metafísicos. No existe un solo
objeto que sólo posea un aspecto o cualitativo o cuantitativo. Cada objeto representa una unidad de
determinada calidad y cantidad (Medida). El quebrantamiento de la medida provoca el cambio del
objeto o del fenómeno dado, lo transforma en otro objeto o fenómeno (Transformación de los
cambios cuantitativos en cualitativos).
Cambio
Es la forma más general del ser de todos los objetos y fenómenos. El cambio abarca todo
movimiento y toda interacción, el paso de un estado a otro. En filosofía, siempre se ha contrapuesto
al cambio la relativa estabilidad de las propiedades, de la estructura o de las leyes de la existencia
de los cuerpos. Sin embargo, la estructura, las propiedades y las propias leyes son un resultado de
interacciones, se hallan condicionadas por las diversas conexiones de los cuerpos, de suerte que
son engendradas por el cambio de la materia.
Escuela de Cambridge
1. Corriente de la filosofía inglesa del siglo XVII: se basaba en la filosofía de Platón. Al materialismo
empírico de Francis Bacon y de Hobbes, contraponía la teoría idealista de las ideas innatas
interpretada en el sentido de la concepción platónica del conocimiento y del «realismo» medieval.
Así, Ralph Cudworth (1617-88) consideraba como criterio de los juicios enunciados por el hombre y
de las acciones del mismo, las ideas eternas de la verdad y del bien de la razón divina. Los objetos
exteriores únicamente son un motivo de cognición, no la fuente del conocimiento. La naturaleza
constituye un sistema armónico en el que se realizan los fines de la divinidad. El ala extrema mística
de la escuela de Cambridge estaba representada por Henry More (1614-87), quien pasó de la
metafísica cartesiana al misticismo (con la influencia de Böhme y de la cábala). Los representantes
de la escuela de Cambridge lucharon contra el ateísmo y el materialismo, defendían la religión. En
las [57] publicaciones burguesas, la escuela de Cambridge se estima, injustificadamente, como
formando parte del Renacimiento.
2. Escuela de análisis filosófico, variedad del neopositivismo inglés; ve la filosofía como el análisis
lógico (a diferencia del positivismo lógico en su conjunto) del lenguaje vivo, coloquial, y no de los
«lenguajes» artificiales. Según la escuela analítica de Cambridge, el «análisis» ha de consistir en la
expresión del concepto analizado a través de otro concepto que tenga el mismo contenido, pero
expuesto en forma distinta y sin que presuponga el primer concepto. El fundador de dicha escuela
es George Edward Moore y entre sus principales representantes figuran Gilbert Ryle, J. Wisdom, y
Max Black. En filosofía, no rebasan el marco del neopositivismo.
Capitalismo
Formación económico-social que sucede al feudalismo. En la base del capitalismo, se encuentra la
propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado. La ley
fundamental de la producción capitalista consiste en obtener plusvalía. Son rasgos característicos
del capitalismo la anarquía de la producción, las crisis periódicas, el paro forzoso crónico, la miseria
de las masas, la competencia, las guerras. La contradicción básica del capitalismo –entre el
carácter social del trabajo y la forma capitalista privada de la apropiación– se expresa en el
antagonismo entre las clases básicas de la sociedad capitalista, el proletariado y la burguesía. La
lucha de clases del proletariado, que palpita en toda la historia del capitalismo, toca a su fin con la
revolución socialista. Los elementos fundamentales de la superestructura correspondiente a la base
capitalista son las instituciones políticas y jurídicas y el sistema de la ideología burguesa. La
igualdad eolítica formal proclamada por los ideólogos del capitalismo queda reducida a la nada en
virtud de la desigualdad económica: todo el aparato estatal, a la vez es idóneo para excluir de la
vida política a las masas trabajadoras. Surgido en el siglo [58] XVI, el capitalismo desempeñó una
función progresiva en el desarrollo de la sociedad alcanzando una productividad del trabajo
sensiblemente más elevada que la del feudalismo. Al acercarse al siglo XX, entra en su estadio
superior y ultimo, el del imperialismo, que se caracteriza por el dominio de los monopolios y de la
oligarquía financiera. En ese estadio, alcanza amplia difusión el capitalismo monopolista de Estado,
que acentúa de manera inaudita el militarismo y aúna el poder de los monopolios con la fuerza del
Estado. La Primera Guerra Mundial y la Gran Revolución Socialista de Octubre señalan el comienzo
de la crisis general del capitalismo. La Segunda Guerra Mundial y las revoluciones socialistas en
varios países de Europa y Asia han señalado la segunda etapa de dicha crisis. Actualmente, en el
desarrollo de la crisis general del capitalismo, se ha iniciado una nueva etapa, cuya particularidad
estriba en que dicha crisis deja de estar vinculada a la guerra mundial. La descomposición del
capitalismo se revela más fuerte que en ninguna otra parte en los Estados Unidos, principal país del
imperialismo moderno, país que se ha convertido en el de la economía militarizada más monstruosa
y del paro forzoso crónico. «El capitalismo moderno es hostil a los intereses vitales, a las tendencias
progresivas de toda la humanidad» («Documentos del XXII Congreso del P.C.U.S., pág. 343). Con
el capitalismo llega a su término la prehistoria de la humanidad.
Capitalismo de Estado y
capitalismo monopolista de Estado
Formas de la economía capitalista que se caracterizan por la transformación de las empresas
capitalistas privadas en empresas estatales y por el control del Estado sobre la vida económica del
país. En el estadio premonopolista, el capitalismo de Estado servía para acelerar el proceso de
reproducción capitalista. El capitalismo monopolista de Estado se forma en la época del
imperialismo y se caracteriza por unir los monopolios más grandes con el aparato del Estado
burgués, por subordinar dicho aparato a los monopolios con el fin de despojar en grado máximo a
los trabajadores y obtener altos beneficios monopolistas. El capitalismo monopolista de Estado
constituye el mayor nivel a que puede llegar la socialización de la producción bajo el capitalismo,
por lo que constituye, según palabras de Lenin, «la plena preparación material del socialismo». Pero
no forma un estadio de desarrollo distinto del imperialismo ni significa que el capitalismo se integre
pacíficamente al socialismo. No modifica la naturaleza del capitalismo elimina la contradicción entre
el trabajo y el capital, no acaba con la anarquía de la producción ni con las crisis económicas. El
capitalismo monopolista de Estado no consolida el sistema capitalista, sino que lo quebranta,
ahonda sus contradicciones fundamentales y, de este modo, hace más próximo el hundimiento
definitivo del capitalismo. Es necesario diferenciar del capitalismo monopolista de Estado –que
intensifica la explotación de los trabajadores, aplasta los movimientos obrero y nacional– el
capitalismo de Estado de los países económicamente poco desarrollados (India, R.A.U., Indonesia,
&c.), en los cuales desempeña un papel progresivo, estimula la el avance de la economía y
contribuye a consolidar la independencia nacional. Al enjuiciar el capitalismo de Estado en tal o cual
país, es indispensable tener en cuenta si se utiliza en interés de los monopolios o del pueblo. Bajo
el régimen de dictadura del proletariado, el capitalismo de Estado, sin ser el régimen económico
preponderante, adquiere un contenido diferente por principio dado que se encuentra bajo el control
de la clase obrera y se utiliza para el desarrollo de la gran producción. Según palabras de Lenin,
«...el paso al comunismo puede realizarse también a través del capitalismo de Estado si el poder
del Estado se halla en manos de la clase obrera» (t. XXXIII pág. 366).
Carácter
Conjunto de peculiaridades psíquicas estables del hombre; depende de la actividad del individuo y
de sus condiciones de vida, y se manifiesta en la manera de obrar. Conociendo el carácter de un
hombre, es posible prever de qué modo éste se va a comportar en determinadas circunstancias y,
por ende, orientar la conducta formando, en el individuo cualidades valiosas para la sociedad. El
carácter se pone de relieve en la manera como el hombre, procede consigo mismo y con los
demmás, en la manera de cumplir lo que se le encarga y en la manera de tratar las cosas. Donde
se revela con mayor plenitud, es en la práctica social y de trabajo, en el sistema de los actos del
individuo, imprimiendo su sello en toda la conducta del mismo. El carácter es de naturaleza
psicológico-social, es decir depende de la concepción que la persona [59] tiene del mundo, del
saber y de la experiencia acumulados, de los principios morales aprehendidos, de la dirección que
otros individuos ejerzan y de la activa interinfluencia que con ellos la persona dada establezca. El
carácter no es innato, se forma en el ambiente que crea la actividad del hombre, y depende de la
educación.
Carácter concreto de la verdad
Propiedad de la verdad; tiene su base en la estimación y generalización de las condiciones
concretas de existencia de tal o cual fenómeno, de la dependencia en que la verdad se halla
respecto a determinadas condiciones de lugar y tiempo, a sistemas de referencia y unidades de
medida, &c. Así, no se puede establecer la veracidad o la falsedad de tales o cuales proposiciones
si no se comunica qué condiciones se han tenido en cuenta al formularlas. La proposición «En
algunos países existe una auténtica democracia» carece de sentido fuera de su contexto. Ahora
bien, si se enuncia refiriéndola, por ejemplo, a un país socialista, será verdadera. En cambio, si se
enuncia aplicándola a los Estados Unidos o a la Alemania Occidental, será falsa. De manera
análoga, la proposición «La suma de los ángulos internos de un triángulo es igual a dos rectos» es
verdadera sólo en la geometría euclidiana, pero es falsa, por ejemplo, en la de Lobachevski.
Resulta, pues, que no existe la verdad abstracta, la verdad siempre es concreta. El enfoque
histórico-concreto, la estimación de las condiciones de lugar y tiempo adquieren especial
importancia al analizar el desarrollo social, en el que constantemente surgen nuevos fenómenos, el
proceso de desarrollo se efectúa de manera desigual y posee, además, sus rasgos específicos en
cada país.
Carácter, en Arte
Encarnación artística de las particularidades sociales, psíquicas y de otra clase del héroe de la obra,
particularidades que expresan el tipo humano y se ponen de manifiesto en la imagen individual de
los actos. Para el arte realista, adquiere singular importancia la fiel reproducción de los «caracteres
típicos en las circunstancias típicas» que rodean a las personas y las obligan a actuar de una
manera determinada. Los caracteres típicos, en el arte, son hombres concretos en su desarrollo
peculiar, complejo y contradictorio. El arte también exige del artista la determinación estética de
cada uno de los caracteres por él creados.
Carácter no contradictorio
Es uno de los requisitos fundamentales que se presentan al saber; consiste en que, en el marco de
una teoría, no pueden ser inferibles al mismo tiempo cierta proposición P y su negación –P. La
infracción de tal exigencia conduce a la destrucción de la teoría, pues en ésta resulta posible
demostrar cualquier proposición. La ley dialéctica sobre la unidad y lucha de contrarios –ley que
impone se descubran las contradicciones objetivas de todo desarrollo– y el requisito de que el saber
no sea contradictorio no se excluyen recíprocamente. La tesis acerca del carácter lógico no
contradictorio concierne a la manera de representar el saber y significa que nuestros pensamientos
y raciocinios han de ser consecuentes y hallarse exentos de contradicciones (Ley de contradicción.
Carácter no contradictorio de la teoría axiomática).
Cartesianismo
(de Cartesius, transcripción latina del nombre de Descartes). Filosofía de Descartes y, sobre todo,
de sus seguidores. La escuela cartesiana, que alcanzó su mayor difusión entre los filósofos
franceses y de los Países Bajos en los siglos XVII-XVIII, se escindió en dos direcciones: una
progresiva, adherida a la concepción sostenida por Descartes, materialista y mecanicista, acerca
de la naturaleza (Leroy, La Mettrie, Cabanis), y otra reaccionaria, afín a la metafísica idealista de
Descartes (Louis de la Forge, ocasionalismo, Malebranche).
Catarsis
(del griego káqarsiV: purificación). Concepto de la antigua estética griega con el que se caracteriza
la acción estética del arte sobre el hombre. Según Aristóteles («Poética») la tragedia, a través de la
compasión y del temor, provoca una purificación de los afectos. En la «Política», Aristóteles dice
que también la música, al influir en el hombre, proporciona «cierto género de purificación, es decir,
de alivio relacionado con el placer». Los griegos emplearon la palabra «catarsis» dándole varios
sentidos: religioso, ético, fisiológico y médico. En los abundantes escritos consagrados a dicho
concepto, no se da una opinión única acerca de su esencia. Por lo visto, la catarsis incluye tanto un
aspecto fisiológico (alivio de los sentidos, después de una gran tensión), como un aspecto estético
(ennoblecimiento de los sentimientos del hombre), aspectos sintetizados en la vivencia estética.
Categorías
(del griego kathgoría: declaración, testimonio). En filosofía, conceptos fundamentales que reflejan las
propiedades, facetas y relaciones más generales y esenciales de los fenómenos de la realidad y de
la cognición. Las categorías se han formado en el proceso de desarrollo histórico del conocimiento
sobre la base de la práctica social. Permiten al hombre llegar a conocer profundamente el mundo
que le rodea. El proceso de la cognición de un objeto no es un simple acto mecánico mediante el
cual la realidad se refleja en la conciencia del hombre, sino un proceso complejo en virtud del cual
se pasa de los datos sensoriales a la abstracción, de lo singular a lo general, &c. Uno de los rasgos
más esenciales del pensamiento abstracto consiste en la formación de conceptos, de categorías.
Las fuentes de la doctrina de las categorías se remontan a tiempos lejanos. En la doctrina del
vaisheshika, por ejemplo, se hablaba de las categorías de substancia, de calidad, de acción, &c. En
la elaboración de las categorías filosóficas, corresponde un gran mérito a Aristóteles, quien
enumeró [62] diez, entre ellas las de substancia y calidad. Aristóteles concebía las categorías como
géneros fundamentales del ser y estimaba en alto grado su valor cognoscitivo. En la Epoca
Moderna, Kant desarrolló la teoría idealista de las categorías. Las categorías, según aquél, son
formas apriorísticas de la contemplación y del entendimiento. Hegel examinaba las categorías en su
desarrollo dialéctico, pero en su sistema éstas son esencias ideales, peldaños en el desarrollo de la
idea absoluta, creadora del mundo real. En la filosofía idealista moderna, ante todo en la
neopositivista, las categorías o bien se dejan aparte y no se habla de ellas, o son interpretadas
como manera puramente subjetiva y «cómoda» de ordenar la experiencia humana. Otros idealistas
(Nicolai Hartmann, neotomismo, existencialismo, &c.) refieren las categorías a las esencias
trascendentes puramente espirituales. El materialismo dialéctico concede gran importancia a las
categorías como formas en que se refleja el ser y como puntos de apoyo del conocimiento. Las
categorías fundamentales del materialismo dialéctico son: materia, movimiento, tiempo y espacio,
calidad y cantidad, contradicción, causalidad, necesidad y casualidad, forma y contenido,
posibilidad y realidad, &c. Estas categorías se encuentran en determinada conexión entre sí y
forman un sistema en el que no se hallan simplemente dispuestas de manera arbitraria una tras
otra, sino que una se infiere de otra en consonancia con las leyes objetivas de la realidad y del
deaarrollo del conocimiento (Coordinación y subordinación de categorías). El principio básico a
partir del cual se estructura el sistema de categorías es el de la unidad entre lo histórico y lo lógico,
el proceso de la cognición, que va del fenómeno a la esencia, de lo exterior a lo interior, de lo
abstracto a lo concreto, de lo simple a lo complejo. Las categorías de la filosofía marxista, como las
de otra ciencia cualquiera, no forman un sistema cerrado e invariable. A la vez que la realidad
objetiva evoluciona y el conocimiento objetivo progresa, el número y contenido de las categorías
científicas se enriquecen, su sistema se aproxima cada vez más al reflejo pleno y multifacético del
mundo objetivo. Como expresión de los nexos esenciales de la realidad en su desarrollo, las
categorías han de ser tan móviles y flexibles como los fenómenos de que son reflejo.
Catolicismo
(del griego kaqolikóV: universal). Variedad del cristianismo, difundida sobre todo en los países de
Europa occidental y de América Latina; existe desde 1054. Particularidades dogmáticas del
catolicismo: reconocimiento de la procedencia del Espírítu Santo no sólo del Dios Padre, sino,
además de Dios Hijo; reconocimiento de los dogmas sobre el purgatorio, sobre la dirección del
Papa de Roma como vicario de Cristo, sobre la infalibilidad del Papa, &c. Diferencias de culto y
canónicas del catolicismo respecto a la Iglesia Ortodoxa: celibato del clero, singular desarrollo del
marianismo (culto a la Virgen), &c. El centro mundial único del catolicismo, el Vaticano, se halla
ligado ideológica, política y económicamente a la burguesía monopolista. El catolicismo extiende su
poder sobre partidos y sindicatos católicos, organizaciones juveniles y femeninas, prensa,
editoriales, &c. Distinguen al catolicismo contemporáneo las tentativas de confirmar su doctrina
religiosa falsificando los datos de la ciencia natural, influyendo sobre la vida política a través de la
«doctrina social» católica, que posee un carácter apologético burgués y demagógico. El catolicismo
ha sido y sigue siendo una ideología anticientífica, reaccionaria, con una orientación anticomunista
netamente expresada. El neotomismo, ha sido proclamado filosofía oficial del catolicisino (encíclica
del Papa León XIII en 1891).
Causalidad
(del latín «causa»: causa). Categoría filosófica que denota la conexión necesaria de los fenómenos,
uno de los cuales (denominado causa) condiciona a otro (denominado efecto). Se distingue la
causa absoluta y la causa específica. La causa absoluta es el conjunto de todas las circunstancias
cuya presencia determina necesariamente el efecto. La causa específica es el conjunto de
circunstancias cuya aparición (ante muchas otras circunstancias que existen ya en la situación dada
antes de que se produzca el efecto y que forman las condiciones para que la causa actúe) lleva a la
aparición del efecto. Establecer la causa absoluta sólo resulta posible en casos relativamente
sencillos; por lo común, la investigación científica se orienta hacia el descubrimiento de las causas
específicas de un fenomeno dado. Esto también ocurre, además, porque en la causa específica se
unen las componentes de la causa [63] absoluta más esenciales en la situación dada, y los
componentes que quedan aparecen sólo como condiciones de la acción de dicha causa específica.
El problema de la causalidad es campo de una enconada lucha entre materialismo e idealismo. El
materialismo defiende la tesis de que la causalidad posee un carácter objetivo y universal,
considera los nexos causales como nexos de las mismas cosas, los cuales existen fuera de la
conciencia e independientemente de ella. El idealismo subjetivo o bien niega en general la
causalidad reduciendola a una mera sucesión de sensaciones habitual para el hombre (Hume), o
bien, reconociendo que la causalidad constituye un nexo necesario, estima que el sujeto
cognoscente la aporta al mundo de los fenómenos (carácter apriorístico de la causalidad, Kant). El
idealismo objetivo puede reconocer la existencia de la causalidad independiente del sujeto
cognoscente, pero ve sus raíces en el espíritu, en la idea, en el concepto, a los que considera
independientes del sujeto. El materialismo dialéctico no sólo reconoce el carácter objetivo y
universal de la causalidad, sino que además rechaza la visión simplista de la misma, en particular la
contraposición –característica de la metafísica– de causa a efecto y viceversa, a los que considera
como momentos de una interacción en la cual el efecto, determinado por la causa, desempeña a su
vez un papel activo, ejerciendo una acción inversa sobre la causa. Las conexiones causales poseen
un carácter multiforme y no es posible reducirlas a un solo tipo, como hacía el materialismo
metafísico (por ejemplo, el determinismo de Laplace, que asignaba un valor absoluto a la
causalidad mecánica). El progreso de la ciencia moderna, que no admite se atribuya valor absoluto
a las formas de conexión de causa y efecto antes conocidas, descubre el carácter polifacético de
tales relaciones, confirma, ahonda y enriquece la concepción materialista dialéctica de la
causalidad. La categoría de causalidad constituye una de las categorías de la investigación
científica que, en última instancia, siempre se orienta hacia el descubrimiento de las principales
dependencias causales. Ahí donde el conocimiento alcanza un estadio en el cual resulta posible el
riguroso análisis cuantitativo de los fenómenos estudiados, los nexos causales reciben expresión en
forma de dependencias funcionales, lo cual, sin embargo, no hace superflua la categoría de
causalidad (Determinismo e indeterminismo).
Célula
Elemento estructural de los seres vivos, cuyos órganos y tejidos forma. Las células existen
asimismo como organismos independientes (algunos animales y plantas pequeñísimos). El
descubrimiento, que se debe a Schwann y Schleiden, de la estructura celular de los organismos,
junto con la teoría de la evolución de Darwin, señaló la victoria del materialismo en la biología y
confirmó la unidad material de la naturaleza viva.
Cerebro
Parte superior del sistema nervioso central. Las secciones superiores del encéfalo están
directamente vinculadas a la vida psíquica de los animales y del hombre. En éste, los grandes
hemisferios son los órganos del lenguaje y del pensamiento abstracto verbal. El encéfalo surgió
cuando la vida de los animales llegó a un nivel en que resultaron esenciales las reacciones
complementarias de adaptabilidad en busca de las condiciones de existencia necesarias en un
medio complejo y variable. El sistema nervioso central y su sección superior, el cerebro, constituyen
un órgano de dirección, es decir, un sistema que coordina la actividad de los distintos órganos entre
sí y que regula, con ayuda del reflejo psíquico, la relación recíproca del organismo con el medio
exterior. En el transcurso de toda la historia de la filosofía y de las ciencias del hombre, se ha
sostenido una lucha entre las corrientes materialista e idealista en torno al problema de la
naturaleza de la psique, de la conciencia humana. Sin embargo, los éxitos de la ciencia natural en el
estudio de la estructura y de la actividad del sistema nervioso central, en particular del cerebro, han
contribuido a que el criterio materialista haya alcanzado la victoria en esta cuestión. Ha sido
especialmente valioso el papel de las ideas y trabajos de Séchenov y Pávlov, quienes pusieron de
relieve la naturaleza refleja de la actividad psíquica de los animales y del hombre, es decir, el
carácter determinado de dicha actividad. En el hombre, además del primer sistema señalizador de
la realidad, común a los animales, se ha formado un segundo sistema de señales, verbal (Sistemas
de señales), ligado al pensamiento verbal abstracto. En el cerebro, existen centros especiales para
la percepción (auditiva y visual) y la emisión de la palabra. La naturaleza profundamente social del
hombre se ha traducido no sólo en la formación de nuevas estructuras morfológicas –en
comparación con [64] los animales– que hacen posible la comunicación por medio del lenguaje y el
pensamiento verbal. La forma específica en que existe y se asimila la experiencia pasada de la
humanidad se halla asimismo relacionada con la formación de nuevos mecanismos cerebrales.
Mientras que la experiencia de la especie en los animales se transmite hereditariamente en forma
de instintos, en los hombres la asimilación de las formas de actividad históricamente elaboradas
acontece en el decurso del desarrollo del individuo. De ahí que facultades específicamente
humanas como el oído para el lenguaje y el oído musical, la facultad para el pensamiento abstracto
y otras, no sean funciones de estructuras cerebrales morfológicas, sino neurodinámicas que poseen
una relativa estabilidad. El progreso de la actividad psíquica de los hombres no se ha producido a
cuenta de la evolución morfológica del cerebro –como se ha dado en la historia del reino animal–,
sino gracias al perfeccionamiento de sus posibilidades funcionales. Dicho perfeccionamiento está
ligado al desarrollo de las formas de la experiencia humana, a su conservación, transmisión y
reelaboración, e incluso a la creación de dispositivos automáticos que facilitan el trabajo mental y
elevan las posibilidades creadoras del ser humano. Gracias a la amplia aplicación de los principios
cibernéticos, el estudio de la actividad del cerebro se ha completado añadiendo a los métodos
clásicos de la fisiología de la actividad nerviosa superior y de la electrofisiología, el método de los
modelos (Cibernética, Modelación). La modelación de la actividad cerebral se lleva a cabo
siguiendo dos direcciones principales: 1) la modelación de partes especiales de la actividad del
cerebro y 2) la modelación de la estructura formal de los productos finales de la actividad psíquica.
Cibernética
(del griego kubernhtikh1: arte del timonel). Ciencia que trata de los rasgos generales de los procesos
y sistemas de dirección en los dispositivos técnicos, en los organismos vivos y en las
organizaciones humanas. Los principios de la cibernética fueron expuestos por primera vez en los
trabajos de Wiener. El nacimiento de esta ciencia fue preparado por una serie de resultados
técnicos y científicos obtenidos en la esfera de la teoría de la regulación automática, en la
radioelectrónica –que ha permitido construir dispositivos de cálculo de acción rápida, de vigilancia y
de dirección programada–, en la teoría de las probabilidades por su aplicación a los problemas de
transmitir y reelaborar la información, en la lógica matemática y en la teoría de los algoritmos, en la
fisiología de la actividad nerviosa y en los trabajos sobre homeóstasis. A diferencia de los
dispositivos que transforman la energía o la substancia, los procesos característicos de los sistemas
cibernéticos son los que conciernen a la reelaboración de información. En el estudio de los sistemas
de dirección, la cibernética combina el macro y el micro-método. El macro-método se aplica cuando
la estructura interna del sistema no es conocida y se observa sólo el movimiento de la información
en su «entrada» y su «salida» (información que llega al sistema y reacción de este último). De esta
manera se revelan las corrientes principales de información y las funciones últimas del sistema de
dirección. Este tipo de problemas ha recibido el nombre de problemas «de la caja negra». El micro-
método presupone un determinado conocimiento de la estructura interna del sistema de dirección y
se halla relacionado con el descubrimiento de los elementos principales del sistema, de su conexión
recíproca, de los algoritmos de su trabajo, y con la posibilidad de sintetizar sobre la base de dichos
elementos un sistema de dirección. Uno de los problemas centrales de la cibernética es el de la
estructura de los sistemas que se autoorganizan (autorregulan). Así se denominan los complejos
sistemas de dirección –que suelen constar de una jerarquía de subsistemas que se influyen
recíprocamente, y que poseen la facultad de conservar de manera estable o alcanzar ciertos
estados (o características de sus estados) bajo la acción de factores exteriores que alteran esos
estados o impiden que se alcancen. Entre los sistemas que se autoorganizan, los más perfectos
son los formados por el proceso evolutivo de la naturaleza viva. De ahí que la cibernética utilice la
analogía entre las funciones de dirección en los organismos vivos y en los dispositivos técnicos.
Actualmente, el significado de la cibernética se descubre, ante todo, a la luz de las posibilidades
que esta ciencia abre para automatizar la producción y todos los tipos de trabajo mental
formalizable del hombre, para investigar con el método de la modelación los sistemas biológicos de
dirección y regulación (hormonales, nerviosos, del [65] mecanismo de la herencia), para crear un
nuevo tipo de aparatos de medicina. Se ve asimismo la posibilidad de aplicar los métodos de la
cibernética a la investigación de la economía y de otros sectores de la actividad humana
organizada. Esta extraordinaria amplitud con que pueden aplicarse los métodos de la cibernética a
objetos de la más distinta naturaleza no es resultado de una arbitrariedad subjetivista, sino que se
apoya sobre una base objetiva, a saber: la existencia de cierta comunidad de funciones y
estructuras entre los organismos vivos y los dispositivos artificiales, funciones y estructuras que se
prestan a la descripción y a la investigaciónes matemáticas. Siendo, a este respecto, una disciplina
sintética, la cibernética ofrece un magnífico ejemplo de un nuevo tipo de influencia recíproca entre
las ciencias y proporciona un material inmenso para la doctrina filosófica sobre las formas del
movimiento de la materia y la clasificación de las ciencias. El desarrollo de la cibernética ha dado
origen al estudio de varios problemas metodológicos generales: sobre la correlación entre el pensar
del hombre y las funciones de las máquinas cibernéticas, acerca de la naturaleza de la información
y su vínculo con el concepto físico de entropía, sobre la esencia de lo que se denomina organizado,
adecuado a fines, vivo, &c., problemas todos ellos que poseen un indudable carácter filosófico. En
torno a semejantes cuestiones, se ha entablado una lucha entre el materialismo dialéctico y el
idealismo. Así, la filosofía idealista, que niega la posibilidad de que existan métodos objetivos para
investigar la actividad psíquica, se manifiesta contra los resultados de la cibernética que facilitan el
descubrimiento de rasgos y mecanismos esenciales de dicha actividad. El materialismo dialéctico, a
la vez que hace hincapié en la fundamentación objetiva de las analogías cibernéticas, insiste en que
es erróneo identificar plenamente al hombre y la máquina, la conciencia humana y las funciones de
los sistemas cibernéticos.
Ciencia
Forma de la conciencia social; constituye un sistema, históricamente formado, de conocimientos
ordenados cuya veracidad se comprueba y se puntualiza constantemente en el curso de la práctica
social. La fuerza del conocimiento científico radica en el carácter general, universal, necesario y
objetivo de su veracidad. A diferencia del arte, que refleja el mundo valiéndose de imágenes
artísticas, la ciencia lo aprehende en conceptos mediante los recursos del pensamiento lógico.
Frente a la religión, que ofrece una representación tergiversada y fantastica de la realidad, la ciencia
formula sus conclusiones basándose en hechos. La fuerza de la ciencia está en sus
generalizaciones, en el hecho de que tras lo casual y caótico, halla e investiga leyes objetivas sin
cuyo conocimiento no es posible desplegar una actividad práctica consciente y orientada hacía un
determinado objetivo. La fuerza motriz de la ciencia estriba en las necesidades del desarrollo de la
producción material, en las necesidades del avance de la sociedad. El progreso de la ciencia
consiste en pasar del descubrimiento de nexos de causa-efecto y de conexiones esenciales
relativamente simples, a la formulación de leyes del ser y del pensar más profundas y básicas. La
dialéctica del conocimiento científico, los nuevos descubrimientos y teorías no anulan los resultados
anteriores, no niegan su veracidad objetiva que se limitan a puntualizar los límites de su aplicación y
concretan su lugar en el sistema general del saber científico. La ciencia se halla íntimamente
vinculada a la concepción filosófica del mundo, concepción que la pertrecha con el conocimiento de
las leyes más generales del desenvolvimiento del mundo objetivo, con la teoría del conocimiento,
con el método de investigación. El idealismo conduce a la ciencia al callejón sin salida del
agnosticismo, la subordina a la religión. En las condiciones actuales, únicamente la filosofía del
materialismo dialéctico puede servir de instrumento para el acertado estudio de la realidad, puede
ser una fuente de amplias y fecundas generalizaciones. La ciencia, surgida de las necesidades de
la actividad práctica relacionada con la producción y la vida social, a la vez que experimenta sin
cesar el influjo estimulante de tal actividad, influye poderosamente sobre el transcurso del desarrollo
de la sociedad. Hoy, no es posible concebir la producción sin la ciencia, cuya importancia crece
constantemente. La ciencia, al aproximarse a la producción en el proceso que conduce al
establecimiento de la base material y técnica del comunismo, se convierte en una fuerza productiva
directa de la sociedad.
Ciencia natural
Ciencia de la naturaleza; conjunto de disciplinas que estudian la naturaleza tomada como [66] un
todo; es una de las tres esferas básicas del saber humano (las otras dos son las ciencias de la
sociedad y las del pensar). La ciencia natural constituye la base teórica de la técnica industrial y
agrícola, así como de la medicina; es el fundamento científico del materialismo filosófico y de la
interpretación dialéctica de la naturaleza. El objeto de la ciencia natural radica en las distintas
especies de materia y en las formas de movimiento de las mismas, en su manera de actuar y de
manifestarse en la naturaleza, en sus nexos y leyes, en las formas básicas del ser. Por su
contenido, por el método con que se estudian los fenómenos de la naturaleza, por el modo de
concebir tales fenómenos, la ciencia natural puede dividirse en empírica y teórica; por el carácter de
su objeto, en inorgánica y orgánica; la inorgánica tiene por objeto las formas del movimiento que
actúan en la naturaleza inanimada (mecánicas, físicas, químicas, &c.); la orgánica, los fenómenos
de la vida (formas biológicas del movimiento). Con esto queda determinada la estructura interna de
la ciencia natural, la clasificación de las ciencias. La ciencia natural está estrechamente vinculada a
la filosofía, pues participa en la elaboración de una imagen científiconatural o «física» del mundo.
Realiza esto, ante todo, gracias a su parte teórica (conceptos, categorías, leyes, teorías, hipótesis),
así como mediante la elaboración de procedimientos y métodos de investigación científica; influye
de manera directa en la evolución de la filosofía, condiciona con arreglo a leyes, los cambios de
forma del materialismo en dependencia de los descubrimientos científicos que crean época. Por
otra parte, la ciencia natural se halla íntimamente unida a la técnica, al proceso de la producción. La
ciencia natural que constituye la «potencia espiritual de la producción» (Marx), se presenta como
una fuerza directa sui géneris de la producción, con la particularidad de que en el proceso de
construcción de la sociedad comunista, dicha función social de la ciencia natural se revela
plenamente, como se indica en el Programa del P.C.U.S. En líneas generales, el desarrollo de la
ciencia natural va de la contemplación directa de la naturaleza (en la Antigüedad grecorromana) a
través de su desmembración analítica (siglos XV-XVIII) consolidada y absolutizada, transformada
por tanto en concepción metafísica de la naturaleza, a la reconstrucción sintética del cuadro de la
naturaleza en todo lo que tiene ésta de polifacética, íntegra y concreta (siglos XIX-XX). La
penetración espontánea de la dialéctica en la ciencia natural, hecho que se produjo en el siglo XIX,
se complicó en el nuestro a causa de la crisis de las ciencias naturales, crisis cuyas causas puso al
descubierto Lenin en «Materialismo y empiriocriticismo». En esa misma obra Lenin señaló los
caminos que debían seguirse para superar la crisis en la física. En el centro de la ciencia natural
contemporánea, se halla la física, que encuentra procedimientos para utilizar la energía atómica y
penetrar en la esfera del microcosmo y hoy, ya, en las profundidades de las partículas
«elementales»; la física estimula el desarrollo de otras ramas de la ciencia natural: astronomía
(cosmonáutica), cibernética, química, biología, &c. La física, junto con la química, la matemática y la
cibernética, ayuda a la biología molecular a resolver teórica y experimentalmente el problema de la
biosíntesis (de la preparación artificial de la albúmina viva), facilita el descubrimiento de la esencia
material de la herencia y la resolución de otros importantísimos problemas. Sin un profundo estudio
de las cuestiones filosóficas que plantea el avance de la ciencia natural moderna, es imposible
elaborar eficientemente la dialéctica materialista y luchar con éxito contra las teorías religiosas e
idealistas que también hoy, com en la linde entre los siglos XIX y XX viven parasitarias de la
revolución –aún en curso– de la ciencia natural.
Ciencia
Forma de la conciencia social; constituye un sistema, históricamente formado, de conocimientos
ordenados cuya veracidad se comprueba y se puntualiza constantemente en el curso de la práctica
social. La fuerza del conocimiento científico radica en el carácter general, universal, necesario y
objetivo de su veracidad. A diferencia del arte, que refleja el mundo valiéndose de imágenes
artísticas, la ciencia lo aprehende en conceptos mediante los recursos del pensamiento lógico.
Frente a la religión, que ofrece una representación tergiversada y fantastica de la realidad, la ciencia
formula sus conclusiones basándose en hechos. La fuerza de la ciencia está en sus
generalizaciones, en el hecho de que tras lo casual y caótico, halla e investiga leyes objetivas sin
cuyo conocimiento no es posible desplegar una actividad práctica consciente y orientada hacía un
determinado objetivo. La fuerza motriz de la ciencia estriba en las necesidades del desarrollo de la
producción material, en las necesidades del avance de la sociedad. El progreso de la ciencia
consiste en pasar del descubrimiento de nexos de causa-efecto y de conexiones esenciales
relativamente simples, a la formulación de leyes del ser y del pensar más profundas y básicas. La
dialéctica del conocimiento científico, los nuevos descubrimientos y teorías no anulan los resultados
anteriores, no niegan su veracidad objetiva que se limitan a puntualizar los límites de su aplicación y
concretan su lugar en el sistema general del saber científico. La ciencia se halla íntimamente
vinculada a la concepción filosófica del mundo, concepción que la pertrecha con el conocimiento de
las leyes más generales del desenvolvimiento del mundo objetivo, con la teoría del conocimiento,
con el método de investigación. El idealismo conduce a la ciencia al callejón sin salida del
agnosticismo, la subordina a la religión. En las condiciones actuales, únicamente la filosofía del
materialismo dialéctico puede servir de instrumento para el acertado estudio de la realidad, puede
ser una fuente de amplias y fecundas generalizaciones. La ciencia, surgida de las necesidades de
la actividad práctica relacionada con la producción y la vida social, a la vez que experimenta sin
cesar el influjo estimulante de tal actividad, influye poderosamente sobre el transcurso del desarrollo
de la sociedad. Hoy, no es posible concebir la producción sin la ciencia, cuya importancia crece
constantemente. La ciencia, al aproximarse a la producción en el proceso que conduce al
establecimiento de la base material y técnica del comunismo, se convierte en una fuerza productiva
directa de la sociedad.
Ciencia natural
Ciencia de la naturaleza; conjunto de disciplinas que estudian la naturaleza tomada como [66] un
todo; es una de las tres esferas básicas del saber humano (las otras dos son las ciencias de la
sociedad y las del pensar). La ciencia natural constituye la base teórica de la técnica industrial y
agrícola, así como de la medicina; es el fundamento científico del materialismo filosófico y de la
interpretación dialéctica de la naturaleza. El objeto de la ciencia natural radica en las distintas
especies de materia y en las formas de movimiento de las mismas, en su manera de actuar y de
manifestarse en la naturaleza, en sus nexos y leyes, en las formas básicas del ser. Por su
contenido, por el método con que se estudian los fenómenos de la naturaleza, por el modo de
concebir tales fenómenos, la ciencia natural puede dividirse en empírica y teórica; por el carácter de
su objeto, en inorgánica y orgánica; la inorgánica tiene por objeto las formas del movimiento que
actúan en la naturaleza inanimada (mecánicas, físicas, químicas, &c.); la orgánica, los fenómenos
de la vida (formas biológicas del movimiento). Con esto queda determinada la estructura interna de
la ciencia natural, la clasificación de las ciencias. La ciencia natural está estrechamente vinculada a
la filosofía, pues participa en la elaboración de una imagen científiconatural o «física» del mundo.
Realiza esto, ante todo, gracias a su parte teórica (conceptos, categorías, leyes, teorías, hipótesis),
así como mediante la elaboración de procedimientos y métodos de investigación científica; influye
de manera directa en la evolución de la filosofía, condiciona con arreglo a leyes, los cambios de
forma del materialismo en dependencia de los descubrimientos científicos que crean época. Por
otra parte, la ciencia natural se halla íntimamente unida a la técnica, al proceso de la producción. La
ciencia natural que constituye la «potencia espiritual de la producción» (Marx), se presenta como
una fuerza directa sui géneris de la producción, con la particularidad de que en el proceso de
construcción de la sociedad comunista, dicha función social de la ciencia natural se revela
plenamente, como se indica en el Programa del P.C.U.S. En líneas generales, el desarrollo de la
ciencia natural va de la contemplación directa de la naturaleza (en la Antigüedad grecorromana) a
través de su desmembración analítica (siglos XV-XVIII) consolidada y absolutizada, transformada
por tanto en concepción metafísica de la naturaleza, a la reconstrucción sintética del cuadro de la
naturaleza en todo lo que tiene ésta de polifacética, íntegra y concreta (siglos XIX-XX). La
penetración espontánea de la dialéctica en la ciencia natural, hecho que se produjo en el siglo XIX,
se complicó en el nuestro a causa de la crisis de las ciencias naturales, crisis cuyas causas puso al
descubierto Lenin en «Materialismo y empiriocriticismo». En esa misma obra Lenin señaló los
caminos que debían seguirse para superar la crisis en la física. En el centro de la ciencia natural
contemporánea, se halla la física, que encuentra procedimientos para utilizar la energía atómica y
penetrar en la esfera del microcosmo y hoy, ya, en las profundidades de las partículas
«elementales»; la física estimula el desarrollo de otras ramas de la ciencia natural: astronomía
(cosmonáutica), cibernética, química, biología, &c. La física, junto con la química, la matemática y la
cibernética, ayuda a la biología molecular a resolver teórica y experimentalmente el problema de la
biosíntesis (de la preparación artificial de la albúmina viva), facilita el descubrimiento de la esencia
material de la herencia y la resolución de otros importantísimos problemas. Sin un profundo estudio
de las cuestiones filosóficas que plantea el avance de la ciencia natural moderna, es imposible
elaborar eficientemente la dialéctica materialista y luchar con éxito contra las teorías religiosas e
idealistas que también hoy, com en la linde entre los siglos XIX y XX viven parasitarias de la
revolución –aún en curso– de la ciencia natural.
Cínicos
(del griego kunikóV: relativo o semejante al perro; Cinosargo, mausoleo del perro, donde enseñaba
Antístenes). Representantes de una escuela filosófica de la antigua Grecia (siglo IV a.n.e.),
seguidores de Antístenes. Su representante más conocido es Diógenes de Sínope. Los cínicos
expresaban la mentalidad de las capas democráticas de la sociedad esclavista. Entendían que la
base de la felicidad y de la virtud se encontraba en el desdén por las normas sociales, en la
renuncia a la riqueza a la gloria, a todas las satisfaccionis de los sentidos.
Cinismo
Condición del hombre que se caracteriza por el franco desprecio de las normas de moral. En la
Grecia antigua (siglo IV a.n.e.), existía la escuela de los «kínikos» (o cínicos), que desdeñaban las
costumbres y la cultura. [67] Llevaban su desprecio por las normas de conducta hasta la infracción
del decoro. Más tarde empezó a dar el nombre de cínicos personas que de manera desvergonzada
hacían caso omiso de las normas de la moral y de la decencia, vulgarizaban y trivializaban lo
íntimo. El cinismo es un vicio debido a insuficiente cultura, al individualismo burgués y a otras
peculiaridades negativas.
Círculo en la demostración
(latín: «circulus in demonstrando») o círculo vicioso (latín: «circulus vitiosus»). Error lógico
consistente en utilizar como argumento de la demostración una tesis demostrada con ayuda de la
misma tesis que se ha de demostrar. Semejante error también se encuentra, a veces, en los
trabajos científicos. Así, por ejemplo, muchos matemáticos, en el transcurso de más de dos mil
años, al intentar demostrar el quinto postulado de Euclides sobre las rectas paralelas, han tomado
como base de sus demostraciones, de manera velada, el mismo postulado sujeto a demostración.
Marx puso de manifiesto que en los razonamientos de Adam Smith y otros economistas burgueses
se da un «círculo vicioso»: el valor de la mercancía surge de la suma del valor del salario, del
beneficio y de la renta, mientras que el valor del salario, del beneficio y de la renta, a su vez, se
determina por el de la mercancía, &c.
Cirenaicos
Partidarios de una escuela filosófica de la antigua Grecia (Norte de África, siglo V a.n.e.); la fundó
Arístipo de Cirene. Los cirenaicos expresaban la ideología de la aristocracia esclavista.
Clases (sociales)
«Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en
un sistema de producción social, históricamente determinado, por las relaciones en que se
encuentran respecto a los medios de producción (relaciones que en gran parte quedan establecidas
y formalizadas en las leyes), por el papel que desempeñan en la organizacion social del trabajo y,
consiguienternente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que
disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro,
por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social» (Lenin, t. XXIX, pág.
388. Obras escogidas en dos tomos, Ed. en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1948, t. II, pág. 612 y
613). La existencia de las clases se halla vinculada tan sólo a determinados períodos en el
desarrollo de la producción social. El origen de las clases está condicionado por el desarrollo de la
división social del trabajo (división del trabajo) y el surgimiento de la propiedad privada sobre los
medios de producción. En cada sociedad de clases, junto a las fundamentales –amos y esclavos en
la sociedad esclavista, señores y siervos bajo el feudalismo, capitalistas y proletariado en la
sociedad burguesa existen también otras, secundarias; estas últimas, están ligadas o bien a la
conservación de los restos del viejo modo de producción (en la sociedad burguesa, el campesinado)
o bien al nacimiento del modo de producción nuevo (la clase burguesa que se forma en las entrañas
del feudalismo. Únicamente se hace posible acabar con la división de la sociedad en clases
mediante la revolución socialista liquidando el dominio de las clases explotadoras, su propiedad
privada sobre los medios de producción, sustituyendo este tipo de propiedad por la propiedad
social. La victoria del socialismo cambia de manera radical el carácter de las clases trabajadoras,
aproxima entre sí a obreros y campesinos. La clase obrera, bajo el socialismo, ya no puede ser
denominada proletariado: se halla libre de explotación, posee junto con todo el pueblo los medios
de producción y no vende su fuerza de trabajo. El campesinado, bajo el socialismo, ha terminado
para siempre con la agricultura [68] basada en la propiedad privada, con la fragmentación heredada
del capitalismo y con los procedimientos y medios de trabajo primitivos, atrasados. Estructura su
economía sobre la base de la propiedad colectiva socialista. Ha cambiado asimismo de modo
radical la intelectualidad. Al pasar al comunismo, se borran los límites entre los obreros, los
campesinos y los intelectuales. Este proceso tiene su base en la gradual superación de las
diferencias esenciales que existen entre la ciudad y el campo, el trabajo intelectual y el trabajo
físico. Además, la unidad político-social e ideológica del pueblo alcanzada en la sociedad socialista,
se consolida cada vez más y se intensifica la homogeneidad social. El fortalecimiento ulterior de la
alianza indestructible entre la clase obrera y el campesinado koljosiano, manteniendo la clase
obrera su función rectora, tiene una significación política y económicosocial decisiva para la
edificación del comunismo en la U.R.S.S. La división de la sociedad en clases y capas sociales
desaparecerá definitivamente con la victoria del comunismo.
Clasificación
Caso especial de la división de los conceptos, constituye un conjunto de divisiones (división de los
conceptos en especies, división de estas especies, &c.). La clasificación está destinada a uso
constante en alguna ciencia o esfera de la actividad práctica (por ejemplo, clasificación de los
animales y plantas, de las formaciones economico-sociales, de libros en una biblioteca, &c.).
Generalmente, en la clasificación se toman como base de la división caracteres esenciales de los
objetos dados. En este caso, la clasificación (denominada natural) pone de relieve analogías y
diferencias esenciales entre los objetos y tiene un valor cognoscitivo. En otros casos, cuando el fin
de la clasificación estriba sólo en la sistematización de los objetos, en calidad de base se eligen
caracteres que resulten convenientes para alcanzar el fin propuesto, aunque no sean esenciales
para los objetos como tales (por ejemplo, los catálogos alfabéticos). Tales clasificaciones se
denominan artificiales. Las clásificaciones más valiosas se basan en el conocimiento de las leyes
relativas al nexo de las clases entre sí, al paso de una clase a otra en el proceso del desarrollo (tal
es, por ejemplo, la clasificación de los elementos químicos debida a Mendeléiev). Toda clasificación
es el resultado de hacer más groseros hasta cierto punto los límites reales entre las clases, pues
dichos límites siempre son condicionados y relativos. Con el avance del saber, las clasificaciones se
modifican y se hacen más precisas.
Clericalismo
(del latín «clericalis»: clerical). Orientación político-social que se da en los países capitalistas; tiende
a reforzar las posiciones de la religión y de la Iglesia en las diversas esferas de la vida de la
sociedad. Por su papel de clase objetivo, el clericalismo sirve para dar más consistencia al dominio
de la burguesía, para apartar a los trabajadores de la concepción comunista, científica, del mundo.
Su mayor influencia se extiende por Francia, Italia, Alemania Occidental, Austria, España y varios
países de América Latina. El incremento del clericalismo en las condiciones actuales se debe a que
se hace más aguda la crisis general del capitalismo; es un exponente de la degradación a que ha
llegado la ideología político-social burguesa y de la crisis de la misma Iglesia. La mayor actividad
del clericalismo se expresa en el hecho de que las altas jerarquías eclesiásticas, con el apoyo total
de los monopolios, propagan a través de su ramificada organización una sutil demagogia social,
difunden ilusiones sobre la posibilidad de la «cristianización» y mejoramiento del capitalismo. En
estas ilusiones creen todavía capas atrasadas de los trabajadores, quienes, no pocas veces, ven en
las organizaciones religiosas a los defensores de sus intereses, falsamente comprendidos. Para
reforzar la influencia de la Iglesia sobre las masas y, con esto, ahogar las acciones revolucionarias
de la clase obrera, para dividir y desmoralizar a los trabajadores y evitar su unión en las
organizaciones de clase, el clericalismo moderno funda sus partidos, sus sindicatos, sus
asociaciones de masas campesinas, juveniles, femeninas y otras. A través de estas organizaciones,
los líderes eclesiásticos procuran justificar ideológicamente la explotación capitalista, hacen
propaganda de las ideas reaccionarias sobre el «mundo social». La lucha por la paz, por la
democracia, por el progreso social, por la concenpción científica del mundo. Presupone
desenmascarar por todos los medios el papel reaccionario de la teoría y de la práctica clericales.
Coexistencia pacífica
Principio de política exterior aplicado por la U.R.S.S y otros países del socialismo con el fin de evitar
una nueva guerra mundial. El primero en formular la idea de la coexistencia de estados con distintos
sistemas sociales fue Lenin, quien se basó para ello, en la ley del desarrollo desigual, económico y
político, del capitalismo. En virtud de dicha ley, el paso al socialismo no se efectúa simultáneamente
en todos los países, sino que constituye toda una época histórica, la cual se inicia con la victoria del
socialismo en uno o en varios países y acaba con el triunfo del socialismo y del comunismo en todo
el mundo. De ahí se desprende la necesidad objetiva de una prolongada coexistencia entre los
estados socialistas y capitalistas. La coexistencia pacífica presupone la renuncia a la guerra como
medio de resolver las disputas internacionales, la comprensión recíproca y la confianza entre los
estados, la no intervención en los asuntos internos de los pueblos, el fomento de la colaboración
económica y cultural entre los países. La idea leninista de la coexistencia pacífica se ha hecho
realidad viva y se ha desarrollado en la actividad del P.C.U.S. y de los partidos comunistas
hermanos. La coexistencia de estados capitalistas y socialistas no significa, como afirman los
revisionistas, amortiguar la lucha de clases o conciliar con la ideología burguesa. La coexistencia
pacífica es una forma peculiar de la lucha de clases, que se lleva a cabo por medios pacíficos, con
la particularidad de que el principal campo de batalla entre socialismo y capitalismo radica en la
emulación económica, en la cual el socialismo, gracias a las ventajas que le son inherentes,
alcanzará la victoria. Lo que contribuirá a que las ideas del comunismo conquisten las mentes y los
corazones de las masas populares no es la guerra con otros países, sino el ejemplo de una
organización más perfecta de la sociedad, el florecimiento de las fuerzas productivas, la creación de
todas las condiciones para que el hombre alcance la felicidad y el bienestar.
Colectivismo
(del latín «collectivus», derivado de «colligere», reunir, juntar). Principio de la vida social y de la
actividad conjunta de los hombres; es contrario al individualismo. Surgió en el período de la
formación de la sociedad humana. El colectivismo posee varias formas históricas. En la sociedad
primitiva, se manifestaba en la lucha conjunta por la existencia. Su base era la propiedad comunal.
En las sociedades esclavista y feudal, el colectivismo es desplazado por el individualismo a
consecuencia del dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción y sólo se
conserva en calidad de formas residuales (por ejemplo, aprovechamiento conjunto de las tierras del
común). En el régimen capitalista, vence por completo el individualismo burgués. Al mismo tiempo,
se engendra una nueva forma de colectivismo, del que el proletariado se convierte en portador. El
carácter social de la producción, el trabajo en empresas sobre la base de numerosos grupos,
origina la formación de colectividades proletarias y la difusión entre sus miembros de ideas
colectivistas. En la sociedad socialista, el colectivismo se convierte en un principio inherente a todas
las capas de la población, entra en el código moral del constructor del comunismo. Bajo el
socialismo, el colectivismo es expresión de relaciones de producción socialistas; tiene como base
social la propiedad colectiva de los medios de producción, la ausencia de toda explotación del
hombre por el hombre y, como base política, la igualdad de derechos de todos los ciudadanos. El
colectivismo se cimienta en las relaciones armónicas entre la sociedad y el individuo, en los
derechos y obligaciones recíprocas entre éste y la colectividad. Las exigencias fundamentales que
se derivan de los principios del colectivismo por lo que respecta al individuo son: ayuda mutua con
espíritu de camaradería, comprensión y cumplimiento del deber ante la sociedad, subordinación
consciente y voluntaria de los intereses personales a los sociales, igualdad en el grupo de que se
forme parte, respeto al grupo y a las resoluciones que en él se tomen, sentido de responsabilidad
ante el grupo por los actos propios y por la conducta de los camaradas. El grupo se preocupa por el
individuo, vela para que éste pueda satisfacer sus necesidades, para que puedan desarrollarse
plenamente las fuerzas y aptitudes de cada persona. El principio del colectivismo no significa que se
anule la individualidad del ser humano. Al contrario, sólo en la colectividad, el hombre puede
desenvolver sus facultades y dotes. El comunismo representa la forma superior del colectivismo.
Lo cómico
(del griego kw<mix: alegre representación, festín, cántico). Categoría de la estética que expresa la
disconformidad (total o parcial), históricamente condicionada, de un fenómeno social dado, de la
actividad y conducta de las personas, de su mentalidad y costumbres, respecto al curso objetivo de
las cosas y al ideal estético de las fuerzas sociales progresivas. La comicidad puede manifestarse
de distintas maneras: en la falta de correspondencia entre lo nuevo y lo viejo, entre el contenido y la
forma, entre el fin y los medios, entre la acción y las circunstancias, entre la esencia real de una
persona [72] y la opinión que ella tenga de sí misma. Los sucesos y figuras cómicos provocan risa,
sentimiento de reprobación, &c. (por ejemplo, las figuras de Don Quijote, de Chíchikov y otras. La
comicidad, por su origen, por su esencia y por su función estética, posse carácter social. Sus
fuentes dimanan de las contradicciones objetivas de la vida social. La comicidad se revela en muy
variadas formas. Constituye una de sus manifestaciones, por ejemplo, el hipócrita intento de
presentar, como hermoso, avanzado y humano la fealdad, lo que se halla históricamente
condenado, lo inhumano. En este caso, la comicidad provoca la risa colérica, la actitud satírica,
negativa. Resulta cómico el afán insensato de acumular por acumular, pues se halla en
contradicción con el ideal del hombre integralmente desarrollado. Marx consideraba la risa un arma
poderosa de la crítica revolucionaria en la lucha contra lo caducado. La edificación de la sociedad
comunista en nuestro país encarna de manera cada vez más completa el ideal de la personalidad
humana hermosa, que se desarrolla libremente. Pero también en el proceso de la formación del
hombre del futuro se dan no pocos elementos de comicidad en forma de supervivencias del pasado
(parasitismo, arribismo, burocratismo, adulación, respeto servil a los superiores, &c.), objeto de
airada crítica satírica, y además, en forma de situaciones que surgen incluso en las manifestaciones
positivas de la vida social y privada y que han de ser ridiculizadas humorísticamente. La comicidad
presenta diversas formas: sátira, humor, &c.
Comparación
Confrontación de objetos con el fin de poner de manifiesto los rasgos de semejanza o de diferencia
entre ellos (o unos y otros a la vez). Es una premisa importantísima de la generalización.
Desempeña un gran papel en los razonamientos por analogía. Los juicios que expresan el
resultado de la comparación sirven para descubrir el contenido de los conceptos acerca de los
objetos que se comparan; en este sentido, la comparación constituye un recurso que complementa
a la definición y a veces la sustituye.
Completitud de la teoría axiomática
Requisito que se presenta a las teorías axiomáticamente estructuradas; consiste en que, en un
sistema dado, han de ser demostradas (es decir, inferidas de axiomas) todas las proposiciones
verdaderas de la teoría. Teniendo en cuenta la diferencia que existe entre teorías axiomáticas
sintácticas y semánticas (Método axiomático), se establecen diferencias entre los requisitos de
completitud; así, se distinguen requisitos de completitud sintácticos de sentido fuerte (todas las
proposiciones de cierto sistema son inferibles o refutables en él) y de sentido débil (una proposición
que se añada a los axiomas de un sistema y no sea inferible en el sistema dado, se vuelve
contradictoria), requisitos de completitud semántica respecto a un modelo determinado (cada
proposición correspondiente a un enunciado verdadero en un modelo determinado es inferible en
dicho sistema), &c. En el curso de las investigaciones de teorías axiomáticas suficientemente ricas
(por ejemplo, de la aritmética) se demostró (Kurt Gödel, 1931, y subsiguientes resultados) que
dichas teorías, en principio, carecen de completitud, es decir, se dan proposiciones que, en los
límites de las teorías indicadas, son indemostrables e irrefutables. En consecuencia, el requisito de
completitud no constituye una condición totalmente inevitable de una axiomatización lograda:
teorías que carecen –en mayor o menor grado– de completitud tienen un valor práctico.
Comunicación
(del latín «communicare», compartir, tener comunicaciones con alguien). Categoría de la
filosofía idealista que designa una correspondencia gracias a la cual el «Yo» se descubre
en otro. Su representación más plena se da en el existencialismo de Jaspers así como en
el personalismo francés contemporáneo. Históricamente, la teoría de la comunicación se
ha formado como contrapeso a la teoría del contrato social, la cual se remonta a la
Ilustración. Los partidarios de la teoría de la comunicación (Jaspers, Otto Bollnow,
Enimanuel Mounier) subrayan que el contrato social, en el fondo, es una transacción, un
acuerdo por el cual los participantes quedan limitados por obligaciones mutuas, se perciben
recíprocamente y se comprenden unos a otros sólo a la luz de tales obligaciones, es decir,
de manera abstracta, impersonal. El contrato es un nexo que se apoya en una separación
de hecho entre las personas. En cambio, la comunicación se concibe como una
interdependencia conscientemente establecida, opuesta al contrato. «Contacto en vez de
contrato» (Felix Kaufmann). Se declara que el medio para establecer la comunicación es la
controversia, durante la cual las personas se convencen de que lo que las separa son las
normas comúnmente admitidas del pensar, y los aproxima aquello en que son distintos e
individualmente únicos. Lo «individualmente único» está formado por los miedos subjetivos,
las inquietudes y preocupaciones, cuidadosamente enmascarados, que las personas
experimentan (cada una a su modo) y que les hacen sentir, en último término, su real
pertenencia a un determinado grupo de la sociedad burguesa. Bajo esta luz, la controversia
–la discusión– no resulta ser sino un medio para aclarar dicha potenencia, y la doctrina de
la comunicación, en su conjunto, una refinada forma para defender los lazos de casta y
corporativos. Objetivamente, la teoría de la comunicación se enfrenta a la concepción
marxista de la colectividad.
Comunismo filosófico
Término con que Engels designó una tendencia surgida para fundamentar el comunismo,
entre los representantes de la intelectualidad burguesa revolucionaria de Alemania, en
1842-43. Su particularidad consistía en el empeño de amalgamar las concepciones teóricas
de los jóvenes hegelianos y, sobre todo, de Feuerbach, con elementos de las teorías de los
socialistas utópicos y con los objetivos de las transformaciones sociales, en primer lugar
antifeudales. A ello se sumaba el desconocimiento total del papel del proletariado y la
incomprensión del carácter de clase del comunismo, lo cual, junto con el insuficiente nivel
de las investigaciones históricas y ante todo económicas concretas, explica el carácter
especulativo de dicha tendencia. Su sentido racional consistía en subrayar el lazo del
comunismo Con la filosofía clásica alemana. A esta tendencia imprecisamente formada y
en alto grado indefinida pertenecían Herwegh, Hess, Lüning, Bernays, Grün y otros. Más
adelante, el [75] comunismo filosófico degeneró en socialismo verdadero.
Concepto
(del latín «concipere»: concebir, aprehender). Una de las formas del reflejo del mundo en el pensar,
[76] mediante la cual se entra en conocimiento de la esencia de los fenómenos y procesos, se
generalizan los aspectos y los caracteres fundamentales de los mismos. El concepto es producto
del conocimiento –que se desarrolla históricamente– el cual, elevándose de un grado inferior a otro
superior, resume en conceptos más profundos, sobre la base de la práctica los resultados
obtenidos, perfecciona y puntualiza los conceptos viejos, formula otros nuevos. De ahí que los
conceptos no sean estáticos, definitivos, absolutos, sino que se hallen en estado de desarrollo, de
cambio y progreso en el sentido de proporcionar un reflejo más adecuado de la realidad. Los
conceptos constituyen el sentido (Significado y sentido) de las palabras del lenguaje. La función
lógica básica del concepto estriba en la separación mental, según determinados caracteres de
objetos que nos interesan en la práctica y en el conocer. Gracias a esta función, los conceptos
enlazan las palabras con determinados objetos, lo cual hace posible establecer el significado exacto
de las palabras y operar con ellas en el proceso del pensar. Separar clases de objetos y
generalizarlos en conceptos es condición necesaria para el conocimiento de las leyes de la
naturaleza. Cada ciencia opera con determinados conceptos en los que se concentran los
conocimientos que ha acumulado. Los propios conceptos, según caracterización de Lenin,
constituyen el producto superior del cerebro, a su vez producto superior de la materia (véase t.
XXXVIII, pág. 157). La formación de conceptos, el paso a un concepto partiendo de las formas
sensoriales del reflejo, constituye un proceso complejo en el que se aplican métodos de
conocimiento como la comparación, el análisis y la síntesis, la abstracción, la idealización, la
generalización y formas más o menos complejas del silogismo. A menudo, los conceptos de la
ciencia se elaboran primero partiendo de conjeturas hipotéticas acerca de la existencia de
determinados objetos y su naturaleza (así surgió, por ejemplo, el concepto de átomo). Gracias al
conocimiento de las leyes y de las tendencias de desarrollo es posible formar el concepto de ciertos
objetos antes de que estos mismos surjan (concepto de comunismo). Resulta, pues, que en la
formación de los concentos se manifiestan la actividad y el carácter creador del pensamiento, pese
a que el éxito en la utilización de los conceptos creados depende por entero de la exactitud con que
en ellos se refleje la realidad objetiva. Todo concepto forma una abstracción, con lo cual
aparentemente se aparta de la realidad. Sin embargo, gracias a los conceptos se obtiene un
conocimiento más profundo de la realidad poniendo de relieve e investigando partes esenciales de
la misma. Además lo concreto no reflejado plenamente en conceptos aislados puede ser
reproducido con un grado mayor o menor de plenitud por medio de un conjunto de conceptos que
reflejen las distintas partes de la cosa concreta dada. Todos los conceptos científicos, en tanto que
reflejo de la realidad, son tan móviles y flexibles como los objetos y los procesos a los que
generalizan. Según expresión de Lenin, los conceptos han de ser «tallados, trabajados, flexibles,
móviles, relativos, ligados entre sí, unidos en las oposiciones, a fin de abarcar el mundo» (t.
XXXVIII, pág. 136). La tesis relativa a la flexibilidad, movilidad, interconexión y transiciones de los
conceptos constituye una de las partes más esenciales de la teoría concerniente a la lógica
dialéctica del concepto. Aunque en el concepto se destaca sólo lo general, ello no significa que éste
se contraponga a lo singular y a lo particular. Es más, los conceptos científicos contienen gran
riqueza de lo particular, de lo individual, de lo singular. Únicamente sobre la base de lo general,
resulta posible separar y conocer grupos especiales (especies) de objetos y también objetos
particulares de una clase. El enfoque materialista dialéctico del concepto es confirmado por el
desarrollo de toda la ciencia moderna y sirve de método del conocimiento cientifico.
Conceptualismo
(del latín: «Conceptus», concepto). Orientación –representada por Abelardo y Occam– de la
filosofía escolástica. En la discusión en torno a los universales, los conceptualistas, como los
nominalistas (Nominalismo), negaban la existencia real de lo general independientemente de las
cosas singulares, pero, a diferencia de los segundos, admitían la existencia de conceptos generales
en la mente anteriores a la experiencia, conceptos, que constituían una forma especial del
conocimiento de la realidad. En la Época Moderna, Locke mantuvo una posición afín al
conceptualismo.
Conciencia
1. Forma superior, propia tan sólo del hombre, del reflejo de la realidad objetiva. La conciencia
constituye un conjunto de procesos psíquicos [77] que participan activamente en el que conduce al
hombre a comprenaer el mundo objetivo y su ser personal. Surge en relación con el trabajo del
hombre, con su actividad en la esfera de la producción social, y se halla indisolublemente vinculada
a la aparición del lenguaje, que es tan antiguo como la conciencia. El lenguaje ha ejercido una
influencia enorme sobre el desarrollo de la conciencia, sobre la formación del pensar lógico y
abstracto. Únicamente en el proceso del trabajo, en las relaciones sociales que los hombres
establecen entre sí, llegan éstos a hacerse cargo de las propiedades de los objetos, a descubrirlas,
a darse cuenta de su propia relación con el medio circundante, a destacarse de este último, a
organizar una acción orientada sobre la naturaleza con el fin de subordinarla a las propias
necesidades. De ahí que la conciencia sea un producto del desarrollo social y no exista al margen
de la sociedad. El pensamiento abstracto y lógico, vinculado al lenguaje, no sólo permite reflejar el
perfil externo, sensorial, de los objetos y fenómenos, sino, además, comprender su alcance, sus
funciones y su esencia. Sin la comprensión y sin el saber que están unidos a la actividad histórico-
social y al lenguaje humano, no hay conciencia. Cualquier imagen sensorial del objeto, cualquier
sensación o representación forman parte de la conciencia en la medida en que poseen un
determinado sentido en el sistema de conocimientos adquiridos a través de la actividad social. Los
conocimientos, las significaciones y los sentidos conservados en el lenguaje, orientan y diferencian
los sentimientos del hombre, la voluntad, la atención y otros actos Psíquicos, uniéndolos en una
conciencia única. Los conocimientos acumulados por la historia, las ideas políticas y jurídicas, las
realizaciones del arte, la moral, la religión y la psicología social constituyen la conciencia de la
sociedad en su conjunto (Ser social y conciencia social). Sin embargo, no cabe identificar la
conciencia tan sólo con el pensamiento abstracto y lógico. El pensamiento no existe en lo más
mínimo al margen de la actividad viva sensorial y volitiva de la esfera toda de lo psíquico. Si el
hombre produjera sólo operaciones lógicas, una tras otra, sin percibir, sin sentir y sin experimentar
en la práctica la correlación constante que existe entre el significado de sus conceptos las acciones
activas y las percepciones de la realidad, no comprendería o no aprehendería la realidad ni se
comprendería a sí mismo, es decir, no poseería conciencia de las cosas ni de sí mismo. Por otra
parte, no es posible identificar los conceptos de «psique» y de «conciencia», o sea, no debe
considerarse que todos los procesos psíquicos en cada momento dado se incluyen en la
conciencia. Hay vivencias psíquicas que, durante cierto tiempo, pueden encontrarse como «más
allá del umbral» de la conciencia (Subconsciente). La conciencia, incorporándose la experiencia
histórica, los conocimientos y los métodos del pensar elaborados por la historia anterior, se asimila
la realidad idealmente, a la vez que establece nuevos fines y objetivos, crea proyectos de
instrumentos futuros, orientando toda la actividad práctica del hombre. La conciencia se forma en el
hacer para influir, a su vez, sobre ese hacer determinándolo y regulándolo. Llevando a la práctica
sus ideas creadoras, el hombre transforma la naturaleza, la sociedad, y con ello se transforma a si
mismo. En este sentido, Lenin demostró que «la conciencia del hombre no sólo refleja el mundo
objetivo, sino que, además, lo crea» (t. XXXVIII, pág. 204). En todo el transcurso de la lucha
ideológica sostenida en torno a la concepción del mundo la cuestión más aguda y fundamental ha
sido y sigue siendo la de la conciencia y su relación con la materia (Cuestión fundamental de la
fílosofía). Gracias a la concepción materialista de la historia, Marx logró resolver científicamente, por
primera vez, el problema indicado y crear con ello una filosofía realmente científica.
Conclusión lógica
Proposición B, inferida (Inferencia), según ciertas reglas lógicas, de las proposiciones A1, A2 ... An
(denominadas premisas respecto a B). La conclusión lógica es necesariamente verdadera si son
verdaderas las premisas. La relación entre las premisas y la conclusión de ellas inferida se expresa
mediante la notación simbólica A1, A2 ... An Õ B, donde Õ constituye el símbolo de que B es inferible
de las premisas dadas.
Condición
Categoría filosófica que expresa la relación del objeto con los fenómenos que le rodean, sin los
cuales no puede existir. El objeto mismo aparece como algo condicionado, mientras que la
condición aparece como la multiplicidad del mundo objetivo, externa al objeto. A diferencia de la
causa, que engendra directamente tal o cual fenómeno o proceso, la condición constituye el medio,
la situación en que éstos surgen, existen y se desarrollan. El hombre cuando conoce las leyes de la
naturaleza puede crear condiciones favorables para su actividad y eliminar las desfavorables. Las
condiciones influyen sobre los fenómenos y procesos, pero ellas mismas sufren la acción de unos y
otros. Así, la revolución socialista, surgida en determinadas condiciones, transforma luego
radicalmente las condiciones de la vida material y espiritual del hombre.
Condicionalismo
(del latín «conditio»: condición). Teoría filosófica que sustituye el concepto de causa por el de
complejo de condiciones. El fundador del condicionalismo fue el fisiólogo alemán Max Verworn
(1863-1921; en filosofía, mantenía posiciones idealistas). Las ideas del condicionalismo alcanzaron
cierta difusión entre diversos teóricos de la medicina fuera de Rusia.
Conflicto dramático
Forma específicamente estética en la expresión de las contradicciones de la vida, forma en que se
reproduce, en el arte, el grave choque de acciones humanas, de ideas, anhelos y pasiones
opuestos. El conflicto surge y se resuelve sobre la base de la lucha entre determinadas fuerzas y
tendencias sociales que se dan en el desarrollo de la sociedad. El arte realista reproduce las
contradicciones vitales en la peculiar forma de choque de caracteres típicos en circunstancias
típicas, en forma de conflicto y colisiones dramáticos. El contenido específico del conflicto dramático
es la lucha entre lo bello y lo feo, conflicto que se resuelve y valora a la luz de un determinado ideal
estético. En el conflicto que inspira la obra de arte del realismo socialista, quienes encarnan lo
nuevo, lo hermoso, en última instancia alcanzan la victoria aunque en su camino padezcan, a
veces, serios fracasos y derrotas temporales, aunque pasen por situaciones trágicas. El papel y la
forma del conflicto dependen en mucho de las particularidades y recursos de que disponen las artes
y los géneros artísticos para crear la imagen típica. Por ejemplo, la representación de la lucha
directa entre caracteres opuestos se da en el drama o en la novela; el choque entre ideas y
sentimientos, en la pintura, en la lírica o en la música. En el arte auténtico, el conflicto dramático se
distingue por la profundidad y la importancia del contenido ideológico y social, por la agudeza y la
tensión, por la maestría de la forma artística, con lo cual se logra que la obra ejerza fuerte influencia
estética en el hombre.
Confucianismo
Una de las corrientes ideológicas más importantes de la antigua China. Su fundador fue Confucio
(551-479 a.n.e.), cuyas ideas expusieron sus discípulos en el libro «LunYü» («Charlas y
reflexiones»). Según Confucio, el destino del hombre está determinado por el «cielo» y no es
posible modificar el hecho de que las personas se dividan en «nobles» e inferiores». El joven debe
subordinarse sin [80] la menor protesta al de mayor edad, el que ocupa una posición inferior, al que
ocupa otra superior. Mencio (Men-tsé), eminente seguidor de Confucio, hacía depender de la
«voluntad del cielo» la desigualdad social. Otro partidario de Confucio, Siun-tsé (298-238 a.n.e.)
estableció una teoría materialista según la cual el cielo constituye una parte de la naturaleza y
carece de conciencia. El hombre, cuando conoce las leyes (tao) de las cosas –decía Siun-tsé–, ha
de aprovecharlas en su propio interés. Sin embargo, la orientación principal del confucianismo
justificaba el dominio de las clases privilegiadas y exaltaba la «voluntad celestial» lo que sirvió de
base a Tun Chun-Shu (siglo II a.n.e.) para elaborar la doctrina contucianista ortodoxa. En los siglos
XI-XII, Chu Si y otros dan al confucianismo una fundamentación filosófica propia del denominado
neoconfucianismo; según ella, en las cosas existen dos principios: el li, que es la fuerza racional
creadora, y el tsi, que es la materia pasiva. El primero forma en el hombre una cualidad positiva, la
tendencia al bien; el segundo, una cualidad negativa, la subordinación a las tentaciones de los
sentidos. Van Yan Min (1472-1528) dio al confucianisino una interpretación idealista subjetiva. En el
transcurso de muchos siglos, el confucianismo, a la par del budismo y del taoísmo, ha constituido la
ideología dominante de la China feudal.
Conjunción
(del latín «coniungere»: unir). Operación lógica para formar una proposición compuesta que consta
de dos enunciaciones unidas por el nexo lógico «y». Notación simbólica: A • B (se lee A y B). La
proposición compuesta así formada es verdadera cuando, y sólo cuando, son verdaderas todas las
enunciaciones que la componen; es falsa en todos los demás casos.
Conocimiento
Proceso en virtud del cual la realidad se refleja y reproduce en el pensamiento humano; dicho
proceso está condicionado por las leyes del devenir social y se halla indisolublemente unido a la
actividad práctica. El fin del conocimiento estriba en alcanzar la verdad objetiva. En el proceso del
conocimiento, el hombre adquiere saber, se asimila conceptos acerca de los fenómenos reales, va
comprendiendo el mundo circundante. Dicho saber se utiliza en la actividad práctica para
transformar el mundo, para subordinar la naturaleza a las necesidades del ser humano. El
conocimiento y la transformación práctica de la naturaleza y de la sociedad son dos facetas de un
mismo proceso histórico, que se condicionan y se penetran recíprocamente. El conocer mismo
constituye un momento necesario de la actividad práctica de la sociedad, pues dicha actividad es
propia de los hombres y éstos la realizan basándose en el conocimiento de las propiedades y de las
funciones de cosas y objetos. Por otra parte, la actividad productiva social, la práctica de la
sociedad, aparece como momento necesario del proceso mismo del conocer. Sólo la inclusión de la
práctica en la teoría del conocimiento ha convertido a esta última en una ciencia real, que descubre
las leyes objetivas del origen y formación del saber relativo al mundo material. En las fuentes del
conocimiento, se encuentra la acción práctica, activa, sobre la naturaleza, la reelaboración práctica
de su sustancia, el aprovechamiento de determinadas propiedades de las cosas con vistas a la
producción. Lo que en la práctica se asimila y con ello pasa a enriquecer el saber humano, su
acervo de conceptos y teorías, no es la apariencia del objeto, sino sus funciones –descubiertas
gracias al hacer práctico– y, con ellas, la esencia objetiva de la cosa dada. El conocimiento
constituye un complejo proceso dialéctico que se efectúa en distintas formas, posee sus estadios y
grados, y en él participan distintas fuerzas y aptitudes del hombre. El conocimiento –que se apoya
en la experiencia, en la práctica– se inicia con las percepciones sensoriales de las cosas que
rodean al ser humano. De ahí que en el proceso de la cognición desempeñe un gran papel la
«contemplación viva» la conexión sensorial directa del hombre con el mundo objetivo. Fuera de las
sensaciones, el hombre no puede saber nada acerca de la realidad. La «contemplación viva» se
realiza en formas como la sensación, la percepción, la representación, el estudio de los hechos, la
observación de los fenómenos, &c. Las sensaciones proporcionan al hombre un conocimiento de
las cualidades externas de las cosas. Diferenciando lo caliente, lo frío, los colores, los olores, la
dureza, la blandura, &c., el hombre se orienta con acierto en el mundo de las cosas, distingue unas
de las otras, adquiere diversa información respecto a los cambios que se producen en el medio que
le rodea. La percepción de las imágenes de los objetos y el hecho de conservarlas en la
representación permiten operar libremente con los objetos, captar el nexo entre el aspecto [81]
externo del objeto y sus funciones. Mas, por importante que sea la forma sensorial del
conocimiento, ésta, de por sí, no hace posible penetrar en la ciencia de las cosas, descubrir las
leyes de la realidad. Ahora bien, es precisamente en esto en lo que estriba el objetivo principal del
conocer. Los datos de la «contemplación viva», de la experiencia, son elaborados y generalizados
por la facultad cognoscitiva superior del hombre, por el pensamiento verbal, abstracto y lógico, que
se realiza en forma de conceptos, juicios y razonamientos. Los conceptos también aparecen en el
hombre como producto de su actividad productiva social. Las propiedades, las funciones de las
cosas, su valor objetivo para la práctica, fijándose en la actividad señalizadora verbal de las
personas, se convierten en significado y sentido de palabras con ayuda de las cuales el
pensamiento humano crea determinados conceptos sobre las cosas, sus propiedades y
manifestaciones. La actividad lógica del pensar se realiza en distintas formas: inducción y
deducción, análisis y síntesis, formulación de hipótesis y teorías, &c. Desempeñan asimismo un
gran papel en el conocimiento, la imaginación, la fantasía creadora y la intuición, que permiten
componer amplias representaciones generalizadoras sobre la naturaleza de las cosas partiendo de
algunos datos de la experiencia. Sin embargo, el pensamiento sólo crea ideas subjetivas; queda
abierto el problema de si dichas ideas corresponden a la realidad misma. Este problema no se
resuelve solamente con meros razonamientos y demostraciones teóricos, sino, ante todo, en la
práctica históricosocial. Una idea subjetiva se convierte en verdad objetiva, –con la cual culmina un
cielo determinado del pensamiento– tan sólo en el caso de que las acciones prácticas de la
sociedad, apoyadas directa o indirectamente en dicha idea, permitan al hombre dominar fuerzas de
la naturaleza o sociales. (Criterio de la verdad). Y sólo cuando la práctica social de la producción
confirma la coincidencia de ideas, conocimientos y teorías con la realidad, sólo entonces, es posible
hablar de la veracidad de dichas ideas, conocimientos y teorías. Lenin escribió: «De la
contemplación viva al pensamiento abstracto y de éste a la práctica –tal es la vía dialéctica del
conocimiento de la verdad, del conocimiento de la realidad objetiva» (t. XXXVIII, pág. 161). Las
verdades de la ciencia no se comprueban prácticamente de manera definitiva mediante un
experimento aislado, efectuado adrede. Toda la actividad material de la producción, la existencia de
la sociedad en el transcurso de su historia toda, precisan, ahondan y comprueban el saber. La
verdad es un proceso. La práctica suficientemente determinada para diferenciar del error la verdad
objetiva, para confirmar la veracidad de nuestros conocimientos, es al mismo tiempo un proceso en
desarrollo, limitado en cada una de sus etapas por las posibilidades de la producción, su nivel
técnico, &c. Esto significa que también la práctica es relativa, en virtud de lo cual su desarrollo no
permite a la verdad convertirse en un dogma en algo absoluto e invariable (Verdad absoluta y
verdad relativa). La transformación revolucionaria de la sociedad y el establecimiento práctico del
comunismo únicamente son posibles si se tiene un conocimiento verdadero de las leyes objetivas
sociales y naturales.
Conocimiento directo
o intuición. Saber obtenido sin ayuda de la demostración, contemplación inmediata de la verdad, a
diferencia del saber discursivo o demostrativo, siempre mediatizado no sólo por los datos de la
experiencia, sino, además, por los razonamientos lógicos. En el desarrollo de la teoría del
conocimiento se ha establecido la diferenciación entre dos tipos de conocimiento directo: el
sensorial y el intelectual (intuición sensorial e intuición intelectual) que en las teorias metafisicas se
contraponen de manera tajante uno a otro. Hasta Kant, el conocimiento directo sensorial se
consideraba siempre como un saber experimental por su fuente. Kant afirmó que aparte del
conocimiento directo de procedencia experimental, existen formas de conocimiento directo sensorial
(espacio y tiempo) anteriores a toda experiencia (apriorísticas). Rechazó la posibilidad de la
intuición intelectual para la mente humana, si bien la consideraba posible para una mente superior a
la del hombre. Para Jacobi el conocimiento directo era la forma suprema del saber; a su juicio, el
órgano de dicho saber radica en el «sentimiento»; en sus trabajos tardíos sostuvo que radica en la
«razón». En la Antigüedad, admitieron el conocimiento directo intelectual Platón y Plotino; en el
siglo XVII, los racionalistas Descartes, Spinoza y Leibniz; a fines del siglo XVIII y principios del XIX,
los idealistas alemanes y los filósofos del romanticismo, Fichte, Schelling, Friedrich Schlegel; en el
siglo XX, [82] lo ha admitido Husserl. Por intuición intelectual entendían la facultad de «ver» la
verdad «con los ojos de la mente» y de verla, además de manera directa, sin que mediase la
demostración; se consideraban verdades de ese tipo, por ejemplo, los axiomas geométricos. En el
siglo XX, de la corriente formalista de la geometría ha surgido una opinión consistente en identificar
los axiomas con las definiciones, desposeyéndolos del carácter de evidencia inmediata, Hegel
sometió a crítica las teorías del conocimiento directo por no ser dialécticas. En el conocimiento
directo veía la unidad del saber inmediato y el mediato. Sin embargo, consideraba erróneamente
que la base de dicha unidad consistía en el pensamiento mismo en desarrollo. El materialismo
dialéctico ve la base de la unidad del saber inmediato y el mediato en el desarrollo de la práctica
material: las verdades, aprehendidas de manera mediata por la práctica y el pensamiento por ésta
condicionado, se convierten –en virtud de una múltiple reproducción– en inmediatas y fidedignas.
Constructivismo
(del latín «constructio»: construcción, estructura). Dirección artística cuyos representantes atribuyen
especial significado a que se pongan de manifiesto los aspectos constructivos de la forma, artística
y de los recursos materiales para crearla. Alcanzó su mayor difusión en arquitectura; surgió
después de la Primera Guerra Mundial gracias al avance de la técnica industrial y a la introducción
de nuevos materiales para construir (cemento armado, cristal). Ha incluido en sí varias tendencias:
funcionalismo, racionalismo, «arquitectura moderna», &c. El constructivismo ha encontrado su
manifestación en la obra de Le Corbusier (Francia), Walter Gropius, Erich Mendelsohn, Bruno Taut
(Alemania), Frank Lloyd Wright (Estados Unidos) y otros. Son rasgos positivos del constructivismo
la exigencia de que las formas arquitectónicas tengan una justificación funcional y el que la
construcción resulte cómoda y económica. Sus serios defectos son: el esquematismo, la
negligencia de las tradiciones nacionales, la tendencia a estetizar excesivamente los materiales
modernos y ciertos recursos arquitectónicos. En la U.R.S.S., en la década de 1920, el
constructivismo influyó sobre la obra de los hermanos Viesnin y otros. En la literatura rusa, el
constructivismo surgió en 1922; agrupaba poetas y críticos, entre ellos I. Selvinski y K. Zelinski. Se
distinguían por concebir la obra literaria como una construcción, por exagerar el papel de los
recursos formales en el arte. El grupo se desintegró en 1930. Sus miembros, después de vencer las
desviaciones formalistas, pasaron a integrar la literatura del realismo socialista.
Contemplación
El defecto principal del materialismo premarxista, en la esfera de la teoría del conocimiento
consistía en tener un carácter contemplativo. Partiendo de la objetividad del mundo exterior, los
viejos materialistas caracterizaban el conocimiento como un proceso pasivo de percepción, de
contemplación; el mundo exterior actúa sobre los órganos de los sentidos del hombre y éste es
concebido sólo como sujeto percipiente. Además, se contraponía unilateralmente el mundo objetivo
y la actividad humana. La realidad se concebía sólo como objeto y no subjetivamente, es decir, en
dependencia de la actividad del sujeto, bajo un aspecto transformado y cambiado por la práctica
social de la humanidad. La propia actividad social en la esfera de la producción, el hacer práctico,
eran entendidos por los viejos materialistas tan sólo como actividad individual de las personas
tendiente a satisfacer sus necesidades estrechamente personales y egoístas, veían la práctica sólo
en la «sucia forma judía de manifestarse», (Marx). Para el viejo materialismo no resultaba accesible
concebir la práctica como actividad creadora tanto del hombre mismo como del mundo en que éste
vive. Se debla ello a que se concebía la historia en un sentido idealista y a que se desconocía el
papel de la producción en la vida de la sociedad. En consecuencia, sólo se consideraba
auténticamente humana la actividad teórica, y el conocimiento se separaba de la práctica, se le
contraponía. Lo cierto es que en el proceso de la cognición, el hombre se encuentra no tanto con la
naturaleza como tal, como con el mundo «humanizado», es decir, incluido de uno u otro modo en el
proceso de la producción; es precisamente la transformación práctica del mundo lo que descubre al
hombre las leyes y la esencia del mismo. También es característico de la contemplación, el
comprender el sujeto del conocimiento como individuo abstracto, aislado de la sociedad y visto
frecuentemente tan sólo como ser natural. La contemplación es inherente tanto al empirismo como
al racionalismo, dado que fuera de la práctica no es posible ni siquiera plantear correctamente el
problema de su correlación. En la teoría del conocimiento, la contemplación conduce
inevitablemente a la metafísica, ya que hace imposible refutar por completo al idealismo. El
marxismo ha superado la contemplación y con ello ha provocado un cambio radical en la esfera de
la gnoseología.
Continuidad y discontinuidad
Características esenciales que reflejan propiedades opuestas, aunque relacionadas entre sí, de los
objetos materiales. La discontinuidad es propia de los estados discretos de la materia (planetas,
cuerpos, cristales, moléculas, átomos, núcleos, &c.), de su grado de diferenciación bajo el aspecto
de elementos estables singulares de diferentes sistemas, de estructuras cualitativamente
determinadas. También se expresa en el carácter del proceso de desarrollo, de cambio, que se
efectúa a saltos. La continuidad, por el contrario, se revela en la integridad de los sistemas que
constan de elementos discretos singulares, en la infinitud de sus conexiones, en la gradación del
cambio de los estados, en el paso sin brusquedades de un estado a otro. El materialismo metafísico
examinaba aisladamente la discontinuidad y la continuidad. Se basaba ante todo en las
representaciones de la mecánica clásica, la cual consideraba que la discontinuidad era propia tan
sólo de determinados tipos de elementos materiales (desde los planetas hasta los átomos), y la
continuidad lo era sólo de procesos íntegros, ondulatorios. El materialismo dialéctico no sólo
subraya la oposición de dichos caracteres, sino, además, su conexión, hecho confirmado por la
física moderna, la cual ha revelado, por ejemplo, que la luz posee al mismo tiempo propiedades
ondulatorias y corpusculares. Por otra parte, en la mecánica cuántica se ha establecido
experimentalmente que las partículas «elementales» además de propiedades corpusculares, tienen
propiedades de onda. La dialéctica de discontinuidad y continuidad permite comprender
científicamente lo específico de los objetos materiales, sus propiedades y relaciones (espacio y
tiempo, movimiento, interconexión de campo y substancia, &c.).
Contradicción
Categoría que expresa en dialéctica la fuente interna de todo movimiento, la raíz de la vitalidad, el
principio del desarrollo. Es precisamente el reconocimiento de la contradicción en las cosas y en los
fenómenos del mundo objetivo lo que distingue la dialéctica de la metafísica. «...La dialéctica es el
estudio de la contradicción en la esencia misma de los objetos...» (V. I. Lenin, t. XXXVIII, pág. 249).
Las contradicciones dialécticas que se reflejan en el pensar, en los conceptos y en las teorías, han
de distinguirse de las denominadas contradicciones «lógicas» que expresan la confusión del
pensamiento y su falta de consecuencia.
Contradicciones antagónicas
y contradicciones no antagónicas
(del griego a1ntagwnisth1V: adversario). Clases, tipos fundamentales de contradicciones,
características del desarrollo de la sociedad en distintas condiciones históricas. En la base de las
contradicciones antagónicas, específicas de todas las relaciones sociales en la sociedad basada en
la explotación, se encuentran intereses inconciliables de clases, grupos y fuerzas [86] sociales
enemigos entre sí. Las contradicciones de este género se resuelven por medio de la lucha de
clases revolucionaria y de la revolucion social que transforma el régimen social dado. El rasgo
característico de las contradicciones antagónicas estriba en que en el proceso de su desarrollo, se
agudizan, se hacen más hondas y la lucha entre ellas llega hasta el conflicto agudo. No obstante,
las formas en que el conflicto se resuelve son determinadas por las condiciones históricas concretas
de la lucha. Son un ejemplo claro de estas contradicciones las que existen entre la burguesía y el
proletariado en la sociedad capitalista, así como aquellas que se dan entre estados imperialistas;
las últimas arrancan de la lucha existente entre los países capitalistas por los mercados y esferas
de influencia, o sea de la competencia. Y aunque las contradicciones mencionadas en último
término no son de clase y resultan, por ende, menos fuertes y agudas que el antagonismo entre
proletariado y burguesía, llevan a la lucha violenta entre los imperialistas de países diferentes. En
tales contradicciones se encuentran las causas de las guerras imperialistas por un nuevo reparto
del mundo, por los mercados de venta, &c. Las contradicciones no antagónicas expresan las que se
dan no entre clases enemigas, sino entre clases y grupos sociales que poseen, además de
contradicciones entre sí, una comunidad de intereses esenciales. El rasgo característico de tales
contradicciones estriba en que, en su desarrollo, no se transforman forzosamente en una oposición
hostil y la lucha entre ellas no llega hasta el conflicto. Pueden servir como ejemplo de tales
contradicciones las que existían en la U.R.S.S., antes de la construcción del socialismo, entre la
clase obrera, portadora del socialismo, y el campesinado como clase de pequeños propietarios. Las
contradicciones no antagónicas no se superan mediante una encarnizada lucha de clases, sino a
través de la transformación gradual y planificada de las condiciones económicas y de otra índole
que las originan. Estas contradicciones, como las demás, cualesquiera que sean, también se
superan por medio de la lucha de lo nuevo contra lo viejo, de lo progresivo contra lo atrasado, de lo
revolucionario contra lo conservador. Con el cambio del carácter, del contenido de las
contradicciones, cambian sólo las formas de su superación. Pero la contradicción como ley del
desarrollo no desaparece bajo el socialismo. «Antagonismo y contradicción no son de ningún modo
una misma cosa. El primero desaparece bajo el socialismo; la contradicción persiste» (Recopilación
leninista, XI, 1929, pág. 357).
Contraposición
Operación lógica en virtud de la cual las proposiciones que constituyen el antecedente y el
consecuente de una implicación se sustituyen por sus negaciones (inversión) y cambian
recíprocamente de lugar (conversión). Tenemos, por ejemplo, la enunciación: «Si x es divisible por
4, entonces x es divisible por 2»; su contraposición será: «Si x no es divisible por 2, entonces x no
es divisible por 4». La contraposición conserva la veracidad o la falsedad de la proposición inicial.
Contrario
Categoría que denota una de las partes de la contradicción. La unidad de los contrarios, de partes
y tendencias contrarias, forma la contradicción, que es la fuerza motriz y la fuente del desarrollo de
las cosas. El concepto de «contrario» también se utiliza para caracterizar el grado de desarrollo, de
incremento y de madurez de la contradicción. De manera distinta a lo que ocurre con las
diferencias, en las cuales la contradicción todavía no se ha desarrollado y aún existe «en sí» el
contrario denota que la contradicción ha llegado a su más alto grado de desarrollo, cuando la lucha
de partes y tendencias opuestas entra en el estadio decisivo de su desarrollo y resolución.
Convencionalismo
(del latín «conventio»: contrato, acuerdo). Concepción filosófica según la cual las teorías y
conceptos científicos no son reflejo del mundo objetivo, sino producto de un acuerdo convencional
entre los hombres de ciencia; el acuerdo está determinado por consideraciones de comodidad y
sencillez. El convencionalismo constituye un punto de vista típico del idealismo subjetivo, dado que
niega el contenido objetivo de los conocimientos del sujeto. El fundador del convencionalismo fue
Poincaré. Se encuentran elementos de esa concepción en el positivismo, sobre todo en el
pragmatismo y en el operacionalismo. La base gnoseológica del convencionalismo radica en la
posibilidad real de dar interpretaciones distintas a nuestras formaciones teóricas (ante todo en la
esfera de la matemática), lo que lleva a la tentación de considerar la teoría científica como cierta
estructura lógica pura, respecto a la cual carecen de sentido los conceptos de verdad o no-verdad.
Dicho punto de vista queda refutado por el análisis histórico del proceso del conocimiento. Nuestros
conceptos y teorías se forman en el transcurso de la actividad práctica de la humanidad, reflejan
determinados aspectos del mundo. No obstante, una vez formulados, pueden ser tomados haciendo
abstracción de su base real y convertirse en instrumento, en aparato para describir fenómenos
completamente heterogéneos. Así, las representaciones geométricas pueden aplicarse para
resolver problemas técnicos, trazar gráficas, &c. Ahora bien, el «carácter artificial» de semejante
aplicación, basado en lo que tienen de análogo objetos no idénticos, no es, de ningún modo, una
prueba de que las construcciones teóricas en sí mismas posean un carácter arbitrario.
Coordinación de principio
Teoría idealista subjetiva desarrollada por Richard Avenarius y sus discípulos (Willy, Joseph
Petzoldt y otros). Según esta teoría, entre nuestro «Yo» (sistema C o miembro central) y el medio
(sistema R o contramiembro) se establece una coordinación de principio (nexo indisoluble). El
mundo objetivo no puede existir sin cierto «Yo» que lo perciba. El hombre, en su «experiencia»,
trata sólo con significaciones dadas en los juicios (significaciones E) –sensaciones de verde, frio,
&c. («elementos»)– y con «relaciones afeccionales» de agradable, verdadero, conocido, &c.
(«caracteres»). Esta teoría resulta incompatible con la ciencia, que considera al hombre como
producto de una prolongada evolución de la materia, y la naturaleza, como existente antes que el
hombre y con independencia del mismo. Repitiendo a Berkeley y a Fichte, la teoría de la
coordinación de principio conduce al solipsismo. La crítica a fondo de dicha teoría se encuentra en
el libro de Lenin Materialismo y empiriocriticismo.
Escuela de Copenhague
Nombre que se da a un grupo de físicos (Bohr, Heisenberg, Weizsäcker, Jordan y otros)
que se atienen a una interpretación positivista de los problemas filosóficos de la mecánica
cuántica. El grupo se formó a fines de la década de 1920 en Copenhague, en el Instituto de
Física Teórica, dirigido por Bohr. A varios físicos de dicha escuela, ante todo a Bohr y a
Heisenberg, les corresponden grandes méritos en la formación y desarrollo de la mecánica
cuántica, en la interpretación de sus elementos matemáticos y de los datos experimentales.
Sin embargo, en la posición filosófica de esta escuela, en sus formulaciones subjetivistas,
ante todo de su primera época se percibe una gran influencia del [88] neopositivismo.
Algunos representantes de la escuela, concibiendo erróneamente el papel del instrumento
en el microcosmo como «perturbación incontrolable» hablaban de la «quiebra de la
causalidad», del «libre albedrío» del electrón, &c. Tales concepciones han sido sometidas a
crítica por parte de físicos soviéticos (Serguéi Vavílov, Vladímir Fok, Dmitri Blojintsev, &c.)
y de otros países (Einstein, Langevin, &c.). Actualmente, la escuela de Copenhague no
constituye un todo íntegro. Si Jordan y Weizsäcker mantienen sus viejas concepciones
positivistas, Heisenberg se inclina hacia el idealismo objetivo y Bohr se aproximó a la
concepción materialista en varios problemas filosóficos de la mecánica cuántica.
Corrección y veracidad
Categorías de la lógica y de la teoría del conocimiento: la corrección (lógica) es una
característica de las operaciones lógicas y denota que dichas operaciones están en
consonancia con las leyes y reglas de la lógica. Como quiera que las formas de las
operaciones lógicas son comunes a los procesos y pensamientos con distinto contenido
concreto, la corrección o incorrección lógicas de determinadas operaciones no guarda
relación con las particularidades del contenido concreto del pensamiento, sino que está
determinada por las formas del mismo. La veracidad es una característica de los
pensamientos concretos y denota su correspondencia con la realidad objetiva (Verdad).
Los conceptos de «corrección» y de «veracidad» caracterizan en última instancia la
relación del pensamiento con el mundo objetivo, pues también la correción lógica
constituye una correspondencia de operaciones del pensar con ciertos nexos generales de
la realidad, cuyo reflejo son las leyes lógicas. Estos conceptos se hallan estrechamente
concatenados en el proceso de la cognición. La corrección lógica es condición necesaria
(aunque insuficiente) de la veracidad. Los lógicos y filósofos de orientación idealista (en
particular los kantianos, los positivistas lógicos actuales y otros) niegan el origen objetivo
de las leyes lógicas e interpretan también erróneamente la corrección lógica del pensar
considerando que su base se da apriorísticamente en el entendimiento mismo, en las
convenciones entre las personas, &c.
Cosa
Cualquier parte del mundo material con existencia hasta cierto punto independiente y
estable. La cosa se caracteriza por la totalidad de propiedades a través de las cuales está
ligada a las otras cosas y entra en interacción con ellas.
«Cosa en sí» y
«cosa para nosotros»
Términos filosóficos que designan, respectivamente: las cosas tal como existen por sí
mismas con independencia de nosotros y de nuestra conciencia, y las cosas como se
revelan al hombre en el proceso de la cognición. Dichas términos adquirieron especial
significado en el siglo XVIII al ser negada la posibilidad de conocer las «cosas en sí. Esta
tesis, formulada ya por Locke, fue circunstanciadamente fundamentada por Kant, quien
afirmaba que el hombre sólo se relaciona con fenómenos por completo desvinculados de la
«cosa en sí». En Kant, la «cosa en sí» designa también las esencias sobrenaturales,
incognoscibles, inaccesibles a la experiencia: Dios, la libertad, &c. El materialismo
dialéctico, que parte de la posibilidad de llegar al conocimiento completo de [89] las cosas,
ve el conocimiento como un proceso en virtud del cual la «cosa en sí» se transforma en
«cosa para nosotros» sobre la base de la práctica (Conocimiento, Teoría y práctica).
Cosmogonía
(del griego kósmoV: universo, y gígnomai: ser, producirse). Parte de la astronomía; ciencia
sobre el origen y el desarrollo de los cuerpos celestes y sus sistemas. Convencionalmente,
se puede dividir en cosmogonía planetaria y cosmogonía estelar, aunque la solución de los
problemas de cada una de ellas se halla relacionada con la que se dé en la otra. Las
conclusiones de la cosmogonía se basan en los datos de otras partes de la astronomia, de
la física, así como también de la geología y otras ciencias que tratan de la Tierra. La
cosmogonía, como la cosmología, se encuentra íntimamente unida a la filosofía, ha sido y
sigue siendo campo de enconada lucha entre materialismo e idealismo, entre ciencia y
religión. La dificultad que ofrecen los problemas cosmogónicos se debe a que los procesos
en que se produce el desarrollo de los objetos cósmicos duran muchos millones y miles de
millones de años; en comparación con esto, las observaciones astronómicas e incluso toda
la historia de la astronomía abarcan espacios de tiempo insignificantemente pequeños. Las
dificultades de la cosmogonía planetaria están, además, condicionadas por el hecho de
que por ahora sólo podemos observar de manera directa un sistema planetario. La
cosmogonía científica nació hace unos doscientos años, cuando Kant formuló la hipótesis
de que los planetas habían surgido de una nebulosa de polvo que, según él, había rodeado
al Sol en otro tiempo. Las hipótesís de Kant (1755) y de Laplace (1796) (Hipótesis de la
nebulosa) no pudieron explicar algunas particularidades esenciales de la estructura del
sistema solar y fueron abandonadas. Se presentaron otras varias hipótesis de las cuales la
más popular fue la de Jeans (1916). Sin embargo, también ésta chocó con obstáculos
insuperables y desde el punto de vista de los principios constituía incluso un paso atrás en
comparación con las hipótesis cosmogónicas clásicas. Actualmente, prosigue la tenaz
acumulación de datos y se generalizan, pero el problema aún no se ha resuelto. Es muy
sustancial la aportación de los científicos soviéticos a la cosmogonía planetaria (trabajos de
Otto Iúlievich Schmidt, Vasili Grígorievich Fesenkov y otros). Sólo en el siglo XX se ha
aclarado la naturaleza y la estructura interna de las estrellas. En la actualidad, se sabe en
líneas generales cuál es el carácter de la evolución de las estrellas, mas por lo que
respecta a su origen sólo cabe formular, por ahora, conjeturas. Durante mucho tiempo
imperó la idea de que las estrellas habían nacido simultáneamente hacía varios miles de
millones de años. Ahora no hay duda, sobre todo gracias a los trabajos de los hombres de
ciencia soviéticos (Viktor Amazaspovich Ambartsumián), de que también en la época actual
se da el proceso de la formación de estrellas en las galaxias, en la nuestra y en las otras.
Se han efectuado también varios trabajos que arrojan nueva luz sobre el desarrollo de los
cúmulos estelares y de las galaxias. Los éxitos de la cosmogonía soviética se deben en
gran parte a que sus científicos orientan las investigaciones inspirándose en la filosofía del
materialismo dialéctico. La filosofía idealista, en cambio, contribuye a menudo a que surjan
ideas cosmogónicas arbitrarias, como la de que los átomos, las estrellas y hasta la
Metagalaxia proceden de la nada, lo cual significa el renacimiento de concepciones
fideístas impugnadas ya por la ciencia natural.
Cosmología
(del griego kósmoV: universo, y también estructura, orden, y logoV: palabra, doctrina). Parte
de la astronomía; ciencia que trata del universo como unidad de las conexiones un todo, y
de toda la porción del universo abarcada por las [90] observaciones astronómicas como
parte de dicho todo. La cosmología moderna se ha convertido, de hecho, en una zona
limítrofe en la línea de contacto entre la astronomía, la física y la filosofía. Las primeras e
ingenuas representaciones cosmológicas surgieron en la remota Antigüedad como
resultado del deseo del hombre de comprender su lugar en el universo. Los datos
acumulados por la observación y la seguridad –sugerida por la filosofía grecorromana– de
que tras el confuso movimiento aparente de los planetas debían ocultarse los movimientos
verdaderos y sujetos a ley, llevaron a crear el sistema geocéntrico del mundo, sistema que,
fue sustituido por el sistema heliocéntrico después de una encarnizada lucha con la Iglesia
y la escolástica. Cuando Newton hubo descubierto la ley de la gravitación universal, fue
posible plantear el problema cosmológico como una cuestión física sobre la conducta de un
sistema infinito de las masas de gravitación. Resultó, no obstante, que al hacerlo surgían
serias dificultades, las paradojas cosmológicas. La moderna cosmología relativista,
constituida por las teorías cosmológicas basadas en la teoría de la relatividad, elimina
dichas dificultades. Sin embargo, han surgido otras de las que hacen uso en gran escala
idealistas y fideístas para «fundamentar» sus conclusiones sobre la «expansión» del
universo e incluso sobre la «creación» del mismo, &c. El significado real de los modelos
cosmológicos modernos estriba en que dan idea de las leyes generales de la estructura y
desarrollo de la Metagalaxia y constituyen, por tanto, un peldaño esencial en el infinito
proceso de la cognición del universo, infinito en el espacio y en el tiempo.
Cosmopolitismo
Teoría burguesa que exhorta a renunciar a los sentimientos patrióticos, a la cultura y a las
tradiciones nacionales en nombre de la «unidad del género hurnano». El cosmopolitismo,
tal como lo propugnan ideólogos burgueses contemporáneos, expresa la tendencia del
imperialismo al dominio mundial. La propaganda del cosmopolitismo (de la idea de crear un
gobierno para todo el mundo, &c.) debilita la lucha de los pueblos por su independencia
nacional, por su soberanía como Estado. El cosmopolitismo es incompatible con el
internacionalismo proletario que armoniza orgánicamente la comunidad de intereses
fundamentales de los trabajadores de todo el mundo con su amor por la patria, con el
espíritu del patriotismo popular.
Cosmos
Cosmos (del griego kósmoV: universo). Universo, mundo en su totalidad y como un todo,
conjunto íntegro de la materia infinita que se mueve en el espacio y en el tiempo, con la
Tierra, el sistema solar y las galaxias incluida la nuestra. Prácticamente, sin embargo, no
es raro que por cosmos se entienda sólo la parte del universo vecina a la Tierra con
exclusión, además, de esta última (en tal sentido, «cósmico» significa «extraterreno»); en
este caso suele quedar indeterminado el límite entre la Tierra y Cosmos, así como entre
éste como parte del Universo y la parte restante del mismo (Cosmología).
Costumbre
Normas estables de conducta establecidas en el transcurso de un largo período y
reguladoras del «género de vida» del hombre en determinados aspectos (por ejemplo, al
recibir a un huésped, al contraer matrimonio, al celebrar las fiestas, &c.). En la costumbre
se ponen de manifiesto los hábitos, pero no sólo ellos. Sobre el origen y carácter de las
costumbres influyen las particularidades de la historia del pueblo y de su vida económica,
las condiciones naturales y climáticas, la condición social de las personas, las
concepciones religiosas, &c. Bajo el socialismo se forman costumbres nuevas y se
conservan algunas de las viejas. No todas las costumbres surgidas en el pasado son
progresivas. La sociedad socialista, por ejemplo, se ve obligada a combatir costumbres
humillantes para la mujer (existentes ya en el período feudal). Las costumbres poseen la
fuerza de los usos sociales e influyen sobre la conducta de las personas. Como quiera que
las costumbres son de naturaleza social, están sujetas a estimación moral.
Costumbres
Peculiaridades de la conducta de las personas en sus relaciones mutuas y con la sociedad;
son determinadas por las condiciones históricas de la vida del hombre (Moral).
Creación
Actividad humana que produce valores materiales y espirituales cualitativamente nuevos.
La creación constituye una facultad del hombre surgida gracias al trabajo, la cual le permite
formar una nueva realidad con el material que tiene a su alcance (basándose en el
conocimiento de las leyes del mundo objetivo) para dar satisfacción a sus múltiples
necesidades sociales. Cualquier trabajo puede ser obra creadora. Los tipos de creación
están determinados por el carácter de la actividad creadora: del inventor, del organizador,
creación científica y artística, &c. El idealismo ve la creación artística como obsesión divina
(Platón), como movimiento de lo consciente a lo inconsciente (Schelling), como «hálito
vivificante de lo inconsciente» (Eduard von Hartmann), como intuición mística (Bergson),
como manifestación de los instintos (Freud). Según la teoría marxistaleninista, la creación
constituye un proceso en el que participan todas las fuerzas espirituales del hombre, entre
ellas la imaginación, así como también la maestría –adquirida en el aprendizaje y en la
práctica– necesaria para convertir en realidad la idea creadora. Las posibilidades de la
actividad creadora dependen de las relaciones sociales. Mientras que, bajo el capitalismo,
los hombres se ven obligados a comerciar con sus dotes, en el régimen socialista se abren
ante el hombre amplios horizontes de actividad creadora en bien de la humanidad.
Creacionismo
(del latín «creatio»: creación). Doctrina religiosa acerca de la creación del mundo, de la
materia viva y la inanimada en virtud de un solo acto creador. Es creacionista la idea bíblica
acerca de la creación de todo lo existente por parte de Dios en el transcurso de seis días.
La concepción de Carlos de Linneo, Georges Cuvier y Jean Louis Agassiz (1807-73) sobre
el origen sobrenatural de todas las especies de animales y plantas constituye una variedad
de creacionismo en biología. Los datos de la ciencia moderna demuestran la total
inconsistencia del creacionismo (Ley de la conservación de la energía, Darwin, Vida).
Crisipo (281/78-208/05)
Natural de Tarso o de Soli (Cilicia), figura máxima de la escuela estoica. Ya en la
Antigüedad, le llamaban segundo fundador de la Stoa y hasta decían: «De no haber
existido Crisipo, no existiría tampoco la Stoa». Diógenes Laercio escribió: «Si los dioses se
ocuparan de dialéctica, utilizarían la dialéctica de Crisipo». Los estoicos dividían la lógica
en retórica y dialéctica. Crisipo dio para la lógica una definición exacta de la proposición y
de las reglas concernientes a la división sistemática de todas las proposiciones en simples
y compuestas (Estoicos).
Cristianismo
Es una de las religiones mundiales, junto al islamismo y al budismo. Surgió en la segunda
mitad del siglo I en las provincias orientales del Imperio romano, como religión de los
esclavos y de los trabajadores oprimidos. Con el tiempo, el cristianismo sufrió muchos
cambios, se convirtió en la religión de las clase, dirigentes y fue aceptado en calidad de
religión del Estado. El cristianismo venció porque: 1) daba a las clases desheredadas una
esperanza de felicidad y justicia en la vida de ultratumba; 2) el imperio romano necesitaba
una religión única que se dirigiera a todos los hombres, independientemente de sus
diferencias de clase y de nacignalidad; 3) las clases dominantes estaban interesadas en el
cristianismo, dado que éste no tocaba las bases clasistas de la sociedad y congraba en
nombre de Dios la opresión existente. Para el desarrollo ulterior del cristianismo, para el
establecimiento de la organización eclesiástica y del culto, resultó de gran importancia el
concilio de Nicea (325), en el cual se elaboró el «Símbolo de la fe», breve exposición de los
dogmas cristianos fundamentales. En la actualidad, no existe un solo cristianismo, con
unos mismos dogmas, un mismo culto y un mismo ritual. En el cristianismo existen tres
corrientes: el catolicismo, la iglesia ortodoxa y el protestantismo, y un gran número de
sectas distintas (bautistas, adventistas, testigos de Jeltová, &c.). Sirvieron de fundamento
al cristianismo ideas de las religiones orientales (Monoteísmo y politeísmo) acerca del
sacrificio expiatorio y de los salvadores divinos; influyeron en él las teorías de los estoicos
(en particular las de Séneca) y de Filón. Lo más importante, en el cristianismo, es la
doctrina sobre el mítico hombre-dios Jesucristo (del hebreo «Jehosuá»: salvador, o
«ieshua»: Dios ayuda; «Cristo», del griego kristóV: ungido, salvador), hijo de Dios, del que
se dice que descendió de los cielos a la Tierra, aceptó padecimientos y muerte y luege
resucitó para redimir del pecado original a los hombres. La vida terrena, enseña el
cristianismo, es un refugio temporal para el ser humano, una preparación para la vida
eterna más allá de la tumba. Liquidado el régimen de explotacion, se socavan las raíces
sociales del cristianismo y éste se conserva tan sólo como supervivencia del pasado, que
desaparece en el proceso de edificacion de la sociedad comunista.
Criterio de la verdad
(del griego krith1rion: medida para valorar alguna cosa). Recurso para comprobar la
veracidad o la falsedad de tal o cual aseveración, hipótesis, sistematización teórica, &c. El
criterio de la verdad radica en la práctica social (Teoría y práctica). Las teorías científicas
reciben su comprobación definitiva en la práctica: en la producción industrial y agrícola en
la actividad revolucionaria de las masas para la reestructuracion de la sociedad. Si la teoría
se aplica con éxito en la práctica, ello significa que es válida. Los procedimientos para
comprobar en la práctica tal o cual pensamiento pueden ser diferente. Por ejemplo, ciertas
proposiciones de las ciencias naturales reciben su confirmación en el experimento,
relacionado con la observación, con la medición, con la elaboración matemática de los
resultados obtenidos. A menudo, la comprobación práctica se realiza por procedimientos
mediatos. Así, cuando establecemos la veracidad de una determinada proposición
recurriendo a la demostración lógica, nos basamos, en última instancia, en la
comprobación práctica de algunas tesis iniciales de tal o cual teoría, tesis que, en el marco
de la teoría dada, no están sujetas a comprobación especial. Ahora bien, comprobar las
teorías [93] científicas en la práctica no significa convertirlas en algo absoluto; las teorías
científicas se desarrollan, se enriquecen, se puntualizan, algunas de sus tesis se sustituyen
por otras. (Verdad absoluta y verdad relativa). Ello se debe a que la propia práctica social y,
por ende, los procedimientos para confrontar a través de ella las teorías científicas con la
realidad, se desarrollan sin cesar, se perfeccionan. De ahí que sólo la práctica social en
desarrollo puede confirmar plenamente o refutar las representaciones del hombre. En la
teoría del conocimiento, el marxismo ha sido el primero en incluir la práctica como criterio
de la verdad. La filosofía burguesa contemporánea no reconoce la práctica como criterio de
la verdad o le da una interpretación tergiversada (por ejemplo el pragmatismo).
Crítica y autocrítica
Procedimiento para descubrir y superar los errores e insuficiencias en la actividad de los
partidos marxistas y otras organizaciones de los trabajadores. Ya Marx indicaba que la
revolución proletaria, con vistas a su desarrollo, se somete a autocrítica, y que ello
constituye una de sus particularidades. Sobre la autocrítica como principio importantísimo
del trabajo del Partido Comunista habló Lenin. Con la victoria de la revolución socialista, la
crítica y la autocrítica se convierten en una de las principales fuerzas motrices del
desarrollo de la sociedad. Aparecen como forma especial en que se manifiestan y se
resuelven las contradicciones –no antagónicas– del socialismo. El papel creador de la
crítica y de la autocrítica se revela con toda claridad en la emulación socialista, forma de la
participación activa de los trabajadores en la edificación del comunismo. Cuando se ha
entrado en la amplia fase de la construcción del comunismo, la crítica y la autocrítica
desarrollan la iniciativa y la fuerza del pueblo con vistas al establecimiento de la base
material y técnica del comunismo, incorporan a las masas a la dirección de la sociedad,
sirven para educar al hombre de la sociedad comunista.
Criticismo
Nombre que Kant dio a su filosofía idealista por entender que el objeto principal de la
misma estribaba en la crítica de la facultad cognoscitiva del hombre. Como resultado de su
crítica, Kant llegó a la negación de la posibilidad de que la razón humana pudiera conocer
la esencia de las cosas. También se da el nombre de criticismo a otras teorías idealistas
subjetivas que limitan la cognición humana y reconocen como fuente de la misma la
experiencia, entendida solamente con un criterio idealista. Objetivamente considerado, el
criticismo ha constituido un intento de superar, desde posiciones idealistas, las limitaciones
del empirismo y del racionalismo. [94]
«Cuadernos filosóficos»
Notas de Vladímir Ilich Lenin sobre filosofía, publicadas por primera vez en edición especial
en 1933. Los «Cuadernos filosóficos» son amplios extractos que hizo Lenin (ante todo en
1914-16) de diversos trabajos filosóficos. Al lado de los resúmenes de las obras leídas,
escribe Lenin importantes observaciones críticas, conclusiones y generalizaciones. En los
«Cuadernos filosóficos» hay resúmenes de los libros siguientes: Marx y Engels, «La
Sagrada Familia» Ludwig Feuerbach, «Lecciones sobre la esencia de la religión»; Hegel,
«La ciencia de la lógica» «Lecciones sobre la filosofía de la historia» y «Lecciones sobre la
historia de la filosofía; Lassalle, «La filosofía de Heráclito, «el Oscuro», de Éfeso», y
Aristóteles, «Metafísica». Ofrece un interés enorme el fragmento «A propósito de la
dialéctica», en el cual Lenin expone concisa y profundamente la esencia de la dialéctica
materialista. En los «Cuadernos filosóficos» hay también notas acerca de varios libros de
ciencias naturales. La obra contiene una cantidad enorme de pensamientos y
observaciones valiosísimos sobre los problemas más diversos de la filosofía. El tema
central de los «Cuadernos filosóficos» es la dialéctica. Lenin dio una profunda definición de
la dialéctica poniendo de manifiesto de manera cabal su esencia y sus elementos; formulé
las bases de la concepción marxista de la lógica y de las categorías de la misma;
caracterizó el proceso dialéctico del conocimiento, la teoría acerca de las contradicciones
como núcleo de la dialéctica. Para el desarrollo de la filosofía, son de gran importancia la
tesis de Lenin acerca de la unidad de la dialéctica, de la lógica y de la teoría del
conocimiento, y sus indicaciones sobre la elaboración de la lógica dialéctica. En este
sentido, resultan singularmente valiosas las ideas de Lenin relativas a que en la lógica
coinciden la historia del pensamiento y las leyes del pensar, a que para constituir una
acertada teoría del conocimiento, es necesario generalizar filosóficamente la historia de la
técnica, de la ciencia natural, del desarrollo mental del niño, de los animales &c. Lenin
presta gran atención a la historia de la filosofía, explica que esta historia es la de la lucha
entre materialismo e idealismo; señala la importancia del estudio de la historia de la
dialéctica, trata de varias cuestiones metodológicas sobre la historia de la filosofía como
ciencia, enjuicia las concepciones de muchos filósofos dedicando especial atención a
Hegel. En sus notas a los libros de ciencia natural, subraya Lenin el significado del
materialismo dialéctico como única metodología científica. Los «Cuadernos filosóficos
constituyen un modelo de desarrollo creador de la dialéctica materialista y ofrecen un
programa de trabajo ulterior en el campo de la filosofía marxista. Por otra parte, al leer los
«Cuadernos filosóficos» no se ha de olvidar que la obra se compone de anotaciones
hechas por Lenin para su uso personal, no preparadas para su publicación.
Cuadro lógico
(cuadro de oposición). Fue ideado por el traductor y comentador de Aristóteles Julius
Pacius (siglo XVI). Durante mucho tiempo ha servido de recurso mnemotécnico para
recordar las relaciones entre las clases de juicios de la lógica aristotélica. Ofrece el aspecto
de un diagrama en el que dichas relaciones se presentan gráficamente. Las letras A, E, I, O
simbolizan, respectivamente, los juicios universal afirmativo, universal negativo, particular
afirmativo y particular negativo.
Cualidades morales
Peculiaridades del hombre que constituyen virtudes o vicios. En la época de la construcción
del comunismo, son cualidades morales positivas, entre otras, la honradez, la modestia, la
laboriosidad, la fidelidad al deber social, el colectivismo, el humanismo y el patriotismo e
internacionalismo.
Cuantificadores
Operaciones de la lógica matemática que relacionan en distintas funciones lógicas
variables de objeto, proposiciones variables o predicados variables, formando de este
modo expresiones que caracterizan de manera completamente determinada el significado
de veracidad o de falsedad. Se distinguen el cuantificador universal (símbolo ¶) y el
cuantificador existencial (símbolo Ñ). Por ejemplo, si tenemos la función proposicional «X
posee la propiedad N», entonces el cuantificador universal ¶x forma la enunciación «todo X
posee la propiedad N», mientras que el cuantificador existencial Ñx forma la enunciación
«existe X, que posee la propiedad N».
Cubismo
(del francés «cube»: cubo). Corriente del arte burgués, surgida en Francia en vísperas de
la primera guerra mundial. Sus fundadores son Georges Braque (1882-1963) y Pablo
Picasso (n. en 1881), que convirtieron, en absoluto el principio formalista expuesto por Paul
Cézanne (1839-1906) a fines del siglo XIX: «Todo en la naturaleza se modela como una
esfera, un cono, un cilindro». Les sirvió de eslabón de enlace André Derain (1880-1954),
quien desarrolló en el arte la idea de Cézanne sobre el primado de la estructura interna y
de la construcción de los objetos. Los cubistas intentan expresar en una forma
aparentemente científica el «conocimiento» estrictamente subjetivo de los objetos o del
cuerpo humano, tratado asimismo como un objeto. Durante el primer período,
«estereométrico» (1908-12), se adscribieron al cubismo los pintores Jean Metzinger (autor
del primer retrato cubista), Albert Gleises, Robert Delaunay, Le Fauconnier, Fernand Léger,
Jacques Lipehitz y otros. Tanto de este período como del que le siguió (el denominado
«científico»), son características del cubismo la deformacion de la naturaleza, la
descomposición de los objetos en volúmenes geométricos elementales, la esquematización
de los objetos. Los cubistas han excluido de sus obras las ideas sociales y han renunciado
a representar la belleza del mundo real, lo cual les ha llevado a negar totalmente la
figuración.
Cuestión nacional
Es la que concierne a la liberación de las naciones y a las condiciones de su libre
desarrollo. La cuestión nacional ha de examinarse con una perspectiva histórica, pues su
contenido y significado difieren de una época a otra. Al surgir las naciones, la cuestión
nacional estaba ligada al derrocamiento del feudalismo y a la liberación del país del yugo
extranjero. En la época del imperialismo, la cuestión nacional se ha convertido en un
problema planteado entre estados, se ha fundido con la cuestión general relativa a la
liberación de los pueblos coloniales, ha pasado a ser un problema nacional y colonial a la
vez. Ha resultado hallarse estrechamente unida a la cuestión campesina, pues la masa
principal de quienes participan en el movimiento nacional está formada por campesinos.
Con la Revolución de Octubre, se inicia la época de las revoluciones socialistas y de
liberación nacional, la época en que se liquida el sistema colonial. Actualmente, la cuestión
nacional vuelve a plantearse a los pueblos de varios países capitalistas desarrollados,
debido al afán de dominar el mundo por parte de los estados imperialistas (la Alemania y el
Japón fascistas durante la segunda guerra mundial, los Estados Unidos en el último
período). El proletariado y los partidos comunistas de varios países se encuentran ante una
tarea histórica: oponerse a los planes usurpadores de los imperialistas, tomar en sus
manos la causa de la independencia y de la soberanía nacionales, agrupar a su alrededor
a todas las fuerzas democráticas y patrióticas del pueblo. Mientras que los ideólogos del
mundo burgués consideran que el único medio de resolver la cuestión nacional es el
aislamiento de las naciones –lo cual, en realidad, hace que entre ellas se acentúe la
hostilidad y unas sean subordinadas a otras–, la Revolución Socialista de Octubre ha
mostrado la posibilidad y la conveniencia de que se siga otro camino, revolucionario. Es el
camino del aniquilamiento del capitalismo y de la liquidación absoluta del yugo nacional, el
de instaurar la amistad de los pueblos. El régimen soviético no se ha limitado a proclamar
la igualdad de derechos de las naciones, sino que ha hecho todo lo necesario para acabar
lo más rápidamente posible con la desigualdad económica, y cultural que de hecho existía
entre los pueblos, herencia del viejo régimen. Basándose en la ayuda mutua fraternal y,
ante todo, en la del gran pueblo ruso, todas las repúblicas nacionales soviéticas han
fundado en sus territorios una industria moderna, han preparado especialistas nacionales,
obreros e intelectuales, han desarrollado una cultura, nacional por su forma y socialista por
su contenido. Como se indica en el programa del P.C.U.S., la edificación del comunismo
lleva a una unión todavía más estrecha de los pueblos soviéticos, mientras que la
desaparición de los límites entre las clases y el desarrollo de las relaciones sociales
comunistas intensifican la homogeneidad social de las naciones, facilitan el incremento de
los rasgos comunistas generales de la cultura, de la moral y del género de vida, la ulterior
consolidación de la confianza mutua y de la amistad entre los pueblos.
Culto a la personalidad
Ciega inclinación ante la autoridad de algún personaje, ponderación excesiva de sus
méritos reales, conversión del nombre de una personalidad histórica en un fetiche. La base
teórica del culto [98] a la personalidad radica en la concepción idealista de la historia,
según la cual el curso de esta última no es determinado por la acción de las masas del
pueblo, sino por los deseos y la voluntad de los grandes hombres (caudillos militares,
héroes, ideólogos destacados, &c.). Es propio de diversas escuelas idealistas atribuir un
valor absoluto al papel de las personalidades eminentes de la historia (Voluntarismo,
Carlyle, Jóvenes hegelianos, Populismo). El marxismo examina el papel de la
personalidad, del dirigente, en estrecho vinculo con el curso objetivo de la lucha de clases,
con la actividad histórica de las masas del pueblo. Ni siquiera la experiencia del más genial
de los dirigentes puede sustituir la experiencia colectiva de millones de personas. El culto a
la personalidad es profundamente adverso al marxismo-leninismo, que por su propia
naturaleza, es la ideología de las inmensas masas trabajadoras, con cuyas manos se
transforma la sociedad capitalista en comunista. De ahí que el P.C.U.S. desenmascare con
tanta intransigencia el culto a la personalidad imperante en vida de Stalin, que ocasionó
graves daños a la teoría y la práctica del socialismo. Aunque el culto a la personalidad de
Stalin no pudo cambiar la naturaleza del socialismo, constituyó un lastre serio para el
desenvolvimiento de la sociedad soviética. La lucha del P.C.U.S. y su Comité Central
contra el culto a la personalidad de Stalin y sus consecuencias ha establecido las
condiciones para dar nueva vigencia a las normas de la vida del Partido y del Estado
soviético y desarrollarlas, para el ulterior avance de la democracia socialista. El Partido
Comunista se guía por la idea de que la teoría y la práctica del culto a la personalidad
obstaculizan la justa educación de las masas, frenan el crecimiento de su iniciativa,
debilitan en cada individuo el sentido de responsabilidad por la causa común (la revolución
socialista, la construcción del comunismo), influye negativamente en el desarrollo de la
ideología comunista. En la práctica, el culto a la personalidad socava los principios
democráticos de los partidos comunistas y de la sociedad socialista. Sólo podrá asegurarse
el éxito de la lucha contra el culto a la personalidad, tanto en la sociedad socialista como en
los Partidos comunistas, si se desarrollan por todos los medios la democracia, los
Principios leninistas de la construcción del Estado y del Partido.
Cultura
(del latín «cultura»: cultivo, elaboración). Conjunto de valores materiales y espirituales, así
como de los procedimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos, obtenidos por el
hombre en el proceso de la práctica histórico-social. En un sentido más estricto de la
palabra, suele hablarse de cultura material (técnica, experiencia de producción y otros
valores materiales) y de cultura espiritual (resultados en el campo de la ciencia, del arte y la
literatura, de la filosofía, de la moral, de la instrucción, etc.). La cultura es un fenómeno
histórico que se desarrolla en dependencia del cambio de las formaciones económico-
sociales. Frente a las teorías idealistas de la cultura, que la separan de su base material y
la explican como un producto espiritual de la «élite», el marxismo-leninismo ve el proceso
de producción de bienes materiales como la base y la fuente del progreso de la cultura
espiritual; ello explica, precisamente, que la cultura sea fruto de la actividad de las amplias
masas de trabajadores. Dependiente, en lo decisivo, de las condiciones materiales, la
cultura espiritual no cambia automáticamente tras el cambio de la cultura material, sino que
se caracteriza por poseer una independencia y sucesividad relativas en su desarrollo, por
una recíproca influencia con las culturas de los distintos pueblos, &c. En la sociedad
capitalista, de clases, la cultura adquiere un sentido de clase tanto por su contenido
ideológico como por su orientación práctica, lo cual se traduce en la presencia de dos
culturas dentro de cada cultura nacional: la burguesa, dominante, y la de las masas
oprimidas, existente bajó el aspecto de elementos más o menos desarrollados de cultura
democrática y socialista. Resulta necesario, por tanto, delimitar los conceptos de «cultura
de la sociedad burguesa» y «cultura burguesa» (o sea, cultura de la clase dominante). La
cultura socialista, que hereda todos los resultados progresivos del pasado, se diferencia de
manera radical de la cultura burguesa de nuestro tiempo, tanto por su esencia ideológica
como por su función social, hecho que refleja la superioridad general del modo socialista de
produccion sobre el capitalista. No es posible crear y afirmar la cultura socialista sin realizar
la revolución socialista, de la que forma una parte componente e inseparable la revolución
cultural. Los rasgos distintivos de la cultura socialista son: carácter popular, ideales
comunistas, concepcipón científica del mundo, humanismo [99] socialista, colectivismo,
patriotismo e internacionalismo socialistas. El papel rector en la creación y en el desarrollo
de la cultura socialista lo desempeña el Partido Comunista, cuya acción influye sobre toda
la actividad cultural y educativa del Estado socialista. Gracias a esta actividad, la Unión
Soviética se ha convertido en un país de una elevada cultura de masas. Bajo el socialismo
florecen las culturas nacionales por su forma, socialistas por su contenido; cada día se
hace más intensivo el intercambio de valores materiales y espirituales entre las naciones, el
tesoro, cultural de cada una de ellas se enriquece cada vez más con creaciones que
adquieren carácter internacional; se desarrollan los rasgos comunistas generales de la
cultura, lo cual facilitará la formación de la cultura del mañana, única para toda la
humanidad, la cultura de la sociedad comunista. «La cultura del comunismo –se dice en el
programa del P.C.U.S.– al incorporar y desarrollar lo mejor que ha creado la cultura
mundial, constituirá un peldaño nuevo, más alto, en el desarrollo cultural de la humanidad.
Será la encarnación de toda la variedad y riqueza de la vida espiritual de la sociedad, de
los elevados ideales y el humanismo del mundo nuevo. Será la cultura de la sociedad sin
clases, de todo el pueblo, de toda la humanidad».
Cumplimentabilidad
(en lógica semántica). Relación entre funciones proposicionales y objetos situados en lugar
de variables. El concepto de cumplimentabilidad se halla estrechamente ligado al de
veracidad. Tomando este último como concepto indefinible (primario) cabe definir por
medio de él la cumplimentabilidad del modo siguiente: el objeto cumple una función
proposicional en el caso y sólo en el caso en que colocado en lugar de la variable en la
función proposicional dada constituya una proposición verdadera. Por ejemplo, el objeto
«azúcar» cumple la función proposicional «x es dulce»; el objeto «sal» no la cumple. Por
otra parte, es posible tomar la cumplimentabilidad por un concepto indefinible y definir por
medio de él (el primero en hacerlo fue Tarski) el concepto de verdad en los lenguajes
formalizados. En este caso, han de darse funciones proposicionales iniciales (es decir, las
más simples e indefinibles) y han de ser indicados los objetos que las cumplen. En cambio,
la cumplimentabilidad de cualquier función proposicional compuesta de proposiciones
iniciales por medio de operaciones lógicas proposicionales y de cuantificadores, se define
por medio de la cumplimentabilídad de las iniciales. Por ejemplo, la función proposicional
compleja «(x blanco) y (x dulce)» se cumple mediante el objeto «azúcar», dado que dicho
objeto cumple cada una de las funciones proposicionales componentes.
Chu Si (1130-1200)
Filósofo chino, representante ilustre de la escuela neoconfuciana de la época de Sun (960-
1279). Influido por el budismo y el taoísmo, el neoconfucianismo sunita se convirtió en una
elaboración de problemas metafísicos. La doctrina de Chu Si posee un carácter idealista
netamente expresado. En ella se sistematizaron las ideas del confucianismo. La substancia
ideal li carece de forma y de cualidades, es inaccesible a la percepción sensorial El «gran
límite» engendra la fuerza del movimiento yan y la fuerza del reposo yin. Se produce un
cambio constante de movimiento y de reposo. En este proceso, se forman los cinco
elementos materiales primarios del mundo: agua, fuego, madera, metal y tierra. Chu Si
consideraba que lo inicial es el principio ideal li; lo secundario, el elemento material tsi.
Defendía enérgicamente la doctrina ético-política del confucianismo. Infería del principio
ideal li la naturaleza innata del hombre. Consideraba que la base de la vida social consiste
en el rigurosísimo cumplimiento de las normas éticas y políticas del confucianismo. Más
tarde, la teoría de Chu Si, transformada en canon, llegó a ser la base del sistema
tradicional de la instrucción.
Dadaísmo
Dirección del arte y de la literatura burgueses surgida en los años de 1915-16 entre
artistas, de diversos países, que habían emigrado a Suiza huyendo de los horrores de la
Primera Guerra Mundial (los poetas Tristan Tzara, Richard Hülsenbeck, Jean Cocteau; los
pintores Hans Arp, Marcel Duchamp, Joan Miró, Paul Klee, Max Ernst, Francis Picabia,
&c.). En la protesta anárquica de los dadaístas contra la inhumanidad de la guerra, se
ponía de manifiesto la impotencia social de la intelectualidad pequeñoburguesa que
intentaba explicar los choques de clase y los padecimientos de las personas por un
principio bestial inherente al hombre. Entre los principios estéticos que servían de norma
práctica al dadaísmo se contaban: el pathos (más exactamente, la psicosis) de la
destrucción; la casualidad de imágenes y temas llevada hasta el absurdo; el cinismo. De
ahí que los dadaístas utilizaran recursos tan antiartísticos como caracteres tipográficos
puestos al revés, combinaciones de sonidos carentes de sentido o trozos de papeles y de
vidrios pegados en la tela del cuadro. La mayor parte de los dadaístas se adhirieron al
abstraccionismo y también al surrealismo, del que fueron los predecesores inmediatos.
Darvinismo social
Teoría sociológica que considera como motor principal del desarrollo de la sociedad la
lucha por la existencia y la selección natural. Esta teoría, que se difundió en la sociología
burguesa a fines del siglo XIX, se basa en la transposición de la teoría de Darwin de la
biología a la sociología (Ernst Lange, Ammon, Benjamín Kidd). Algunos darvinistas sociales
contemporáneos (Pendell, Montagu y otros) afirman que la selección natural y la lucha por
la existencia siguen actuando en la sociedad humana de nuestros días; en cambio, otros
creen que la selección natural actuaba con todo su rigor en la sociedad un siglo atrás, pero
que desde entonces, como resultado de los éxitos alcanzados por la ciencia y la técnica, la
lucha por la existencia se ha debilitado y se ha creado una situación en la cual han
empezado a sobrevivir no sólo los más adaptados, si no también, aquellos que en las
condiciones anteriores se habrían visto condenados a la extinción. Los propagandistas de
semejantes teorías ven en el incremento de la reproducción de tales «deficientes» la raíz
de casi todos los males sociales. La teoría darvinista social se emplea muy frecuentemente
para fundamentar la «perpetuidad» y la «inmutabilidad» del régimen capitalista, para
justificar la ofensiva contra los derechos democráticos de los trabajadores, para exaltar la
«ley de la jungla» vigente en la sociedad capitalista, para presentar a los millonarios en
calidad de personalidades fuertes, heroicas e incluso como, «superhombres», mientras que
a los obreros y en general a los trabajadores los darvinistas sociales los incluyen en la
categoría de personas de «calidad inferior».
Deber
Necesidad moral de cumplir las obligaciones. A diferencia del idealismo que busca la
fuente del deber en la «idea absoluta» (Hegel), en la «razón práctica» autónoma (Kant),
&c., el marxismo considera que las obligaciones tienen un carácter objetivo. Se hallan
determinadas por el lugar del hombre en el sistema de las relaciones sociales, se derivan
del curso de la historia, de las necesidades del progreso social. Esto condiciona las
distintas clases de deber: humano, civil, de partido, militar, [106] trabajador o empleado,
familiar, &c. Por el hecho de entrar en determinadas relaciones, el hombre toma sobre sí
obligaciones. La conciencia que de ellas tenga aparece como comprensión y vivencia
(sentimiento) del deber. En la sociedad dividida en clases antagónicas, el deber se
encuentra estrechamente vinculado a los intereses de clases. En la sociedad socialista, la
base del deber civil está constituida por los intereses de la lucha en pro del comunismo. Es
deber de todos los ciudadanos de la U.R.S.S. participar activamente en la edificación del
comunismo. El código moral del constructor del comunismo incluye en sí el principio de la
elevada conciencia del deber social, la intolerancia frente a toda infracción del mismo. El
cumplimiento del deber llena de sentido la vida y el trabajo del individuo, proporciona la
más alta satisfacción a la conciencia. Las tendencias individualistas y pequeñoburguesas
conducen a un empobrecimiento de la personalidad. La riqueza espiritual del ser humano
depende de la riqueza de sus relaciones reales, es decir, depende también de sus
obligaciones. El cumplimiento del deber real (y no ficticio) es el bien. Es característico de
muchos sistemas éticos burgueses de nuestro tiempo el desvincular el deber, de las
necesidades del desarrollo social, de los intereses sociales, del bien.
Louis de Broglie (n. 1892)
Físico francés, profesor de la Universidad de París, miembro extranjero de la Academia de Ciencias
de la U.R.S.S. Es uno de los creadores de la moderna teoría del movimiento de los microobjetos: la
mecánica cuántica. Formuló la importantísima ley de la naturaleza según la cual todos los objetos
materiales microscópicos poseen propiedades tanto corpusculares como ondulatorias; sus
investigaciones teóricas constituyen el fundamento de la mecánica cuántica moderna. La ley citada
se expresa matemáticamente bajo el aspecto de la conocida «ecuación de de Broglie», que
relaciona las características corpusculares (energía E, impulso p) y ondulatorias (partícula n, longitud
de onda l) de los microobjetos: E = h n . p= h / l, donde h = cuanto de acción. Con cada
micropartícula, según de Broglie, se halla relacionada cierta onda cuyas características se
determinan mediante la ecuación indicada. Las «ondas de de Broglie» son precisamente las
funciones Y cuya determinación constituye la tarea fundamental de la mecánica cuántica. De Broglie
ha realizado una seria aportación en varias ramas de la física moderna; sus investigaciones han
versado acerca de la mecánica cuántica relativista, la teoría de los electrones, problemas relativos a
la estructura del átomo, teorías relativas a la propagación de las ondas electromagnéticas en las
guías de ondas, &c. De Broglie se manifiesta contra el positivismo, defiende la posición materialista
en la interpretación de los fenómenos del micromundo.
Decembristas
Revolucionarios rusos, surgidos de la nobleza, organizadores de la sublevación que estalló en
diciembre de 1825 contra la autocracia y el régimen de servidumbre. Al referirse a la etapa nobiliaria
del movimiento de liberación en Rusia, Lenin señaló a los decembristas y a Herzen como a los
representantes más notables de la misma. Los decembristas fundaron organizaciones secretas
(«Sociedad del Norte», 1821; «Sociedad del Sur», 1821; «Sociedad de los eslavos unidos», 1823);
sin embargo, su influencia rebasaba el marco de tales organizaciones, llegaba a las capas
avanzadas de la sociedad rusa. El levantamiento armado de los decembristas fue aplastado. Los
organizadores e ideólogos más destacados del movimiento (Pável Pestel, Konstantín Riléiev,
Serguéi Muraviov-Apóstol, Piotr Kajovski y Mijaíl Bestúzhev-Riumin) fueron ejecutados; se condenó
a más de cien hombres a trabajos forzados. El movimiento decembrista era un reflejo del
descontento de las masas populares que luchaban contra el régimen feudal. Los decembristas se
proponían aniquilar la autocracia, poner fin a la arbitrariedad, al feudalismo, establecer las libertades
democráticas. La limitación que el hecho de pertenecer a la nobleza imponía a los decembristas se
manifestaba en el miedo a la revolución popular, en la vacilante táctica que se siguió durante el
levantamiento armado. Indicaba Lenin que estos revolucionarios se hallaban terriblemente alejados
del pueblo. Los planes de los decembristas sobre la organización futura del estado ruso están
expuestos, sobre todo, en «La verdad rusa», de Pestel, en el «Proyecto de Constitución», escrito
por Nikita Muraviov, en las «Reglas de los Eslavos Unidos» y en otros documentos. Muchos
decembristas (Pestel, Riléiev y otros) procuraban demostrar que era necesario implantar la
república. Entre ellos [107] había asimismo partidarios e una monarquía constitucional (Nikolái
Turguév, G. Bátenkov, &c.), lo que se reflejó en la Constitución de Muraviov. Lenin llamaba la
atención sobre la tradición republicana establecida por los decembristas en la ideología rusa
avanzada. Los proyectos e ideas de los mismos ponían de manifiesto su orientación burguesa.
Consideraban que la misión de la filosofía radica en la «búsqueda de la verdad en la ilustración del
entendimiento, que ha de dejarse limpio de prejuicios, en la formación del amor por la patria y en el
humanismo. Las concepciones de los decembristas se inspiraban sobre todo, en el materialismo de
Lomonósov y de Radíshchev, así como en las ideas de la filosofía materialista francesa. Los
decembristas se manifestaron contra la ideología del régimen de servidurnbre, contra la religión, el
misticismo y el idealismo. Entre los mismos, fueron materialistas Iván Iakushkin, Nikolái Kriúkov, P.
Borísov, I. Gorbachevski, Vladímir Raievski y otros. Su materialismo se apoyaba en las ciencias
naturales. Iakushkin por ejemplo, en su trabajo «¿Qué es la vida? escribía que los objetos de la
naturaleza existen objetivamente; la materia se compone de átomos («unidades»), que se
encuentran en eterno movimiento y llenan el espacio infinito. La concatenación de los átomos llevó
a la formaciónde los cuerpos del universo. El mundo material, a juicio de los decembristas, está
subordinado a leyes «inmutables», entre las cuales la fundamental es la de causalidad. Según
Iakushkin, la materia engendra a los seres vivos, en cuyo desarrollo el hombre ocupa el lugar más
elevado. Pero el hombre se distingue en principio de los animales porque posee la facultad de
pensar. El pensamiento constituye una propiedad peculiar de una sustancia material: el cerebro.
Los decembristas no reducían el pensamiento a la materia, subrayaban lo que tiene éste de
específico, pero no comprendían su naturaleza social. Creían que el mundo es cognoscible y
señalaban dos vías de conocimiento: la experiencia (o los sentidos) y la razón. Bajo la acción de los
objetos, los sentidos proporcionan representaciones, sensaciones. En cambio la razón descubre lo
que, es general, el nexo entre los fenómenos y las leyes del mundo. La veracidad de los
conocimientos se comprueba poniendo en concordancia los nuevos conceptos con los viejos, y
eliminando las contradicciones que entre unos y otros se produzcan . Los decembristas
materialistas criticaban el dualismo de Descartes y la filosofía alemana idealista, se manifestaban
contra los partidarios del idealismo entre los adheridos al movimiento (Ievgueni Obolienski, Wilhelm
Küchelbecker, Mijaíl Lunin y otros). La filosofía materialista y el conocimiento de las ciencias
naturales ayudaron a algunos decembristas a llegar al ateísmo. Los decembristas veían las raíces
de la religión en el anhelo de los oprimidos de embellecer su dura situación con la esperanza de
alcanzar una vida mejor en un mundo de ultratumba. Aunque en su tiempo resultaba avanzada, la
filosofía de los decembristas poseía un carácter metafísico y contemplativo. En la explicación de los
fenómenos sociales, los decembristas eran idealistas y atribuían a la instrucción un valor decisivo
en la vida de la sociedad. Muchos de ellos hacían suya la teoría del derecho natural y del contrato
social. El movimiento decembrista influyó poderosamente sobre la segunda generación de
revolucionarios rusos: los demócratas revolucionarios.
Deducción
(del latín «deductio»: acción de conducir [«ducere»] a partir de [«de»]). Demostración o inferencia
de una aseveración (consecuencia) partiendo de una o de otras varias aseveraciones (premisas) y
aplicando leyes de la lógica que poseen un carácter fidedigno. La inferencia deductiva constituye
una cadena de enunciados cada uno de los cuales es una premisa o conclusión que se sigue
directamente, según las leyes de la lógica, de enunciados dados ya en dicha cadena. En el caso de
la inferencia deductiva, las conclusiones se hallan contenidas ya en las premisas en forma oculta y
han de ser extraídas de las últimas aplicando los métodos del análisis lógico. El estudio de los
problemas de la lógica matemática en los siglos XIX-XX ha permitido precisar los conceptos
vinculados a la deducción y demostrado cuán unilateral resulta entenderla como una inferencia de
lo general a lo particular. El concepto actual de deducción constituye una generalización que
rebasa en mucho la idea aristotélica de inferencia silogística (de lo general a lo particular). En el
amplio sentido de la palabra, se entiende por deducción toda inferencia en general.
Definición
(del latín «definitio», derivado de «definire», marcar los límites [«fines»], delimitar, determinar,
precisar).
1. Exacta determinación [108] lógica con que se registran los caracteres esenciales y diferenciales
de un objeto o el significado de un concepto –su contenido y límites.
2. Recurso lógico que permite diferenciar, buscar, estructurar un objeto cualquiera, formular el
significado de un término de nuevo uso en la ciencia o precisar el de un término ya existente. La
diversidad de los tipos de definición está condicionada por aquello que se define, por los objetivos
de la definición, por su estructura lógica, &c. Mediante las definiciones reales, los objetos se
delimitan por sus características específicas (propiedades y relaciones). A menudo toman forma de
definición a través del género y de la diferencia específica (por ejemplo, «El oxígeno es un elemento
[género], cuyo peso atómico es 16 [diferencia especifica]»). Por medio de las definiciones
nominales, en la ciencia se introducen nuevos términos como abreviatura para expresiones más
complejas, se aclara el significado de un término de nueva introducción, &c. En las definiciones
semánticas, lo determinable es cierta expresión del lenguaje; lo determinante, cierto objeto (por
ejemplo «La palabra «pentágono» significa polígono de cinco lados»). En las definiciones
sintácticas, el objeto definible se diferencia de los otros objetos mediante las reglas que sirven para
operar con ellos, los procedimientos y fines de su empleo (así, las piezas del juego de ajedrez se
definen indicando sus posiciones iniciales en el tablero y las reglas que indican cómo operar con
tales piezas durante el juego). En las definiciones genéticas, el objeto definible se delimita indicando
los procedimientos de su formación, origen y estructura (por ejemplo, «La circunferencia es una
curva cerrada, formada por la rotacion, en un plano, de un segmento de recta AB, alrededor de un
punto inmóvil A»). Las definiciones desempeñan un importante papel en la ciencia, constituyen una
parte esencial de cualquier teoría científica. Mediante las definiciones, se introducen en la ciencia
nuevos conceptos, se fijan los resultados de una prolongada investigación científica, se simplifican
las complejas descripciones que se encuentran en la ciencia, &c. Por otra parte, las definiciones
tomadas de por sí son limitadas, dado que no pueden abarcar las conexiones omnilaterales de los
fenómenos en su pleno desarrollo (Definiciones operacionales, Definición inductiva).
Definición inductiva
Uno de de los procedimientos para definir los objetos de los sistemas matemáticos y lógicos.
Consiste en indicar: a) los objetos iniciales o elementales del sistema; b) las reglas u operaciones,
que permiten formar con los objetos de que se dispone, nuevos objetos del sistema. De este modo
se determina el número natural (en aritmética), la fórmula correctamente estructurada y también la
correctamente demostrada (en los cálculos lógicos) y otros. La definición inductiva ha de ser
completa, es decir, con sus recursos han de quedar definidos todos los objetos del sistema dado y
sólo ellos.
Definiciones operacionales
Son definiciones que se hacen indicando la operación, que se puede reproducir experimentalmente,
cuyo resultado objetivo es directamente accesible a la observación empírica o a la medición. Lo
más corriente es que sirvan de medio para la interpretación empírica parcial de los conceptos
científicos. He aquí un ejemplo muy simple: «Si en un líquido se sumerge el papel de tornasol, el
líquido será un álcali en el caso y sólo en el caso de que el papel de tornasol se tiña de azul». Un
mismo concepto científico puede recibir distintas definiciones operacionales, indicadoras de
diferentes situaciones empíricas que se dan al aplicar el concepto en cuestión (Teoría hipotético-
deductiva). Exagerar el papel de las definiciones operacionales y atribuirles un valor absoluto son
rasgos característicos del operacionalismo.
Deísmo
(del latín: «deus»: dios). Doctrina que admite la existencia de Dios en calidad de causa primera e
impersonal del mundo; desde el punto de vista del deísmo, el mundo, una vez creado, queda sujeto
a la acción de sus propias leyes. El deísmo surgió en Inglaterra. Su fundador fue Herbert of
Cherbury (1583-1648). Cuando imperaba la concepción feudal y eclesiástica del mundo, a menudo
el deísmo constituía una forma encubierta de ateísmo, un recurso cómodo y fácil de los
materialistas para desentenderse de la religión. Fueron deístas, en Francia, Voltaire y Rousseau; en
Inglaterra, Locke, Newton, Toland y el filósofo y moralista Shaftesbury; en Rusia, Radíshehev, I. P.
Pnin, I. K Ertov, &c. Izaron asimismo la bandera del deísmo, idealistas (Leibniz, Hume) y dualistas.
En la actualidad, tras el deísmo se encubre la tendencia a justificar la religión. [109]
Demiurgo
(del griego dhmiourgóV: literalmente: maestro, artesano; en sentido figurado: creador, hacedor.) En
la filosofía idealista de Platón y en la mística de los neoplatónicos, creador del mundo, hacedor del
universo; es uno de los atributos de la divinidad. En Hegel, se convierte en demiurgo el proceso del
pensar, al que transforma en fuerza independiente y diviniza.
Democracia
(del griego dh<moV: pueblo, y krátoV: fuerza, poder). Una de las formas de poder; se caracteriza por
proclamar oficialmente el principio de la subordinación de la minoría a la mayoría y el
reconocimiento de la libertad y de la igualdad de derechos de los ciudadanos. En la ciencia
burguesa, al caracterizarse la democracia por lo común no se va más allá de aducir esos rasgos
formales al margen de las condiciones económico-sociales de la vida de la sociedad y del estado
real de las cosas. Surge, como resultado, la idea de la denominada democracia «pura», compartida
por oportunistas y reformistas. La realidad es, no obstante, que toda democracia, como forma de
organización política de la sociedad «sirve, en última instancia, a la producción y está determinada,
en último término, por las relaciones de producción de la sociedad dada» (Lenin, t. XXXII, pág. 60).
Ello hace que sea necesario tener en cuenta el desarrollo histórico de la democracia, su
dependencia directa del cambio de las formaciones económico-sociales, del carácter y dureza de la
lucha de clases. En las formaciones clasistas, la democracia aparece como forma de la dictadura de
la clase dominante; posee, en consecuencia, un carácter de clase y de hecho existe sólo para los
miembros de aquella clase. Así, en la sociedad burguesa, la democracia constituye la forma del
dominio de clase de la burguesía. Durante cierto tiempo, la burguesía está interesada en la
democracia como instrumento de su dominio político. Elabora una constitución, establece un
parlamento y otras instituciones representativas, introduce (bajo la presión de las masas) el derecho
general al voto y las libertades políticas formales. No obstante, las posibilidades de utilizar todos
estos derechos democráticos e instituciones, se reducen por todos los medios para las amplias
masas de trabajadores; todo el aparato democrático de la república burguesa está estructurado de
modo que pueda paralizar la actividad política de las masas y desplazar a los trabajadores de toda
intervención en la vida política. Por otra parte, nada hay que garantice la vigencia de los derechos
políticos formalmente proclamados, y las instituciones representativas sirven sobre todo para
encubrir los objetivos reales de la política que la clase dominante lleva a cabo. Es un rasgo
característico de la democracia burguesa la existencia del parlamentarismo, o sea, la [110] división
del poder legislativo y del poder ejecutivo, con una manifiesta tendencia a aumentar el papel de este
último. En la época imperialista, se produce en los estados burgueses un giro de la democracia a la
reacción política. La democracia socialista constituye la forma más elevada de democracia, es la
auténtica democracia para la mayoría del pueblo, para las amplias masas trabajadoras. Su base
económica radica en la propiedad colectiva de los medios de producción. En la U.R.S.S., por
primera vez en la historia de la humanidad, se ha establecido el sufragio efectivamente universal,
directo e igual (con votación secreta), sin las limitaciones de toda clase que existen en las
constituciones incluso, de los estados burgueses más «democráticos». Todos los ciudadanos de la
U.R.S.S., independientemente del sexo, de la nacionalidad y de la raza, gozan de los mismos
derechos en la vida política, económica y cultural del país del socialismo, participan en condiciones
de igualdad en la dirección del Estado. La democracia socialista asegura con garantías materiales
los derechos de los ciudadanos en el orden legislativo. Así, en la sociedad socialista, el derecho al
trabajo no sólo se proclama, sino que, además, se consolida mediante la ley y se asegura
realmente gracias a que se ha liquidado la explotación, se ha acabado con el paro forzoso, se han
abolido las crisis de producción, &c. En eso estriba la diferencia radical entre el democratismo de la
democracia socialista y el de la burguesa. El ulterior desarrollo del democratismo socialista se halla
vinculado al surgimiento en la U.R.S.S. del Estado de todo el pueblo. El programa del P.C.U.S.
establece que en el período en que la sociedad socialista se va convirtiendo en comunista, seguirá
desarrollándose en todos sentidos la democracia socialista, la cual, con el tiempo, conducirá a la
sustitución del Estado por la autogestión social comunista.
Democracia militar
Forma primitiva de la organización política de la sociedad en el período en que el régimen gentilicio
se desmorona y se forma el Estado. El término fue introducido por Morgan. Existió la democracia
militar en la antigua Grecia de la época homérica (siglos XII-IX a. n. e.) y en la Roma del período
denominado de la monarquía (siglos VIII-VI a. n e.), existió en los pueblos escitas, celtas, entre los
antiguos germanos y normandos. La democracia militar se caracteriza por una concentración cada
vez mayor del poder en manos de los cabecillas –jefes militares y sacerdotes– por una
transformación gradual de aquel en institución hereditaria. Las guerras se convierten en ocupación
permanente que tiene como objetivo el saqueo; se organiza la mesnada, que posee varios
privilegios. De este modo, los órganos del régimen gentilicio «se convierten en órganos
independientes de dominio y opresión dirigidos contra el propio pueblo» (Marx y Engels, t. XXI, pág.
165).
Democracia popular
Es una de las formas de la dictadura del proletariado; en ella se refleja «...la peculiaridad del
desarrollo de la revolución socialista en circunstancias en que el imperialismo se debilita y la
correlación de fuerzas se modifica en favor del socialismo. En ella han encontrado asimismo su
reflejo las particularidades históricas y nacionales de diversos países» («Documentos del XXII
Congreso del P.C.U.S.», pág. 333). La democracia popular ha surgido en el curso de la revolución
democrática popular en varios países de Europa Oriental y de Asia. Ésas revoluciones han resuelto
las contradicciones existentes entre los imperialistas extranjeros, la gran burguesía interior y los
terratenientes, por una parte, y una amplia coalición de las clases restantes por otra parte; se han
llevado a cabo bajo la dirección del proletariado y de su vanguardia –el partido comunista. El éxito
en el desarrollo de las revoluciones democráticas y populares ha llevado a la creación de la
democracia popular en los países de Europa oriental y en algunos de Asia. A medida que la
revolución se hacía más profunda, invadía cada vez en mayor escala a la economía capitalista
(nacionalización) a la vez que se reducía la influencia política de la burguesía. Para el avance de las
revoluciones democráticas y populares han sido de gran importancia las reformas agrarias, con que
se ha puesto fin a las supervivencias de tipo feudal y se ha consolidado la alianza entre el
proletariado y los campesinos trabajadores. La realización de hondas transformaciones
democráticas ha hecho posible que tales revoluciones se convirtieran en socialistas. En
consecuencia, la democracia popular, que aparece en un principio como dictadura democrática del
pueblo, ha empezado a cumplir las funciones de dictadura del proletariado. Este decurso general de
la revolución ha presentado sus particularidades concretas en los diversos países. [111] La forma
de democracia popular está condicionada por el amplio sostén de clase de la revolución
democrática popular no sólo la apoyan el proletariado y los campesinos, sino, además,
determinadas capas de la burguesía), por el carácter pacífico con que dicha revolucion se
transforma en socialista, lo cual ha permitido utilizar algunas viejas formas de representación
(parlamento). Son rasgos característicos de la democracia popular la existencia de un sistema de
varios partidos (excepto en algunos países de Europa); aparte de los partidos comunistas, hay otros
partidos democráticos que mantienen posiciones socialistas y reconocen el papel dirigente de la
clase obrera; la existencia de un tipo de frente popular que une a los partidos políticos y a las
organizaciones de masas. Las otras particularidades del período en que se forma la democracia
popular estriban en la ausencia de limitaciones a los derechos políticos, en la mayor duración del
plazo para acabar con el viejo aparato estatal, &c. La experiencia histórica ha demostrado que la
democracia popular constituye un instrumento poderoso para la edificación del socialismo.
Actualmente, «en los países de democracia popular predominan las relaciones socialistas de
producción, se han liquidado las posibilidades sociales y económicas de restauración del
capitalismo» (Documentos del XXII Congreso del P.C.U.S.», pág. 333).
Demografía
(del griego dh<moV: pueblo, gráfw: describir). Ciencia de la población. La demografía estudia los
cambios de la población tanto en su conjunto como en algunos de sus grupos, partiendo de
características cuantitativas y cualitativas. Investiga el número de habitantes, la distribución
geográfica de la población y su composición según clases y grupos sociales, ocupaciones, sexo y
edad, nacionalidad, lengua, estado familiar, nivel cultural, &c.
Demostración
Demostración. Razonamiento con que se fundamenta la veracidad (o falsedad) de un pensamiento.
El pensamiento que se ha de demostrar se llama tesis de la demostración. Los juicios en que se
apoya la demostración y de los que se sigue lógicamente la tesis, se denominan argumentos
(bases) de la misma. Los argumentos se toman como verdaderos, con la particularidad de que su
demostración no debe sostenerse en la tesis, pues de lo contrario se comete el error denominado
círculo en la demostración o petición de principio. La demostración que establece la veracidad de
una tesis se llama simplemente demostración; la que establece su falsedad, se denomina
refutación. La demostración puede ser directa, es decir, puede formar una cadena de
razonamientos cuyas premisas sean los argumentos o proposiciones de ellas inferidos, o puede
efectuarse con ayuda de conjeturas complementarias. En este último caso, la demostración se
estructura de la manera siguiente: con ayuda de las conjeturas se demuestran algunas
proposiciones; luego, la demostración de estas proposiciones se transforma en demostración de la
tesis inicial (sin suposiciones) aplicando determinadas reglas. Al número de las demostraciones
que se realizan con ayuda de las suposicines pertenecen: 1) La demostracion mediante conjeturas
elimínables recurriendo al teorema deductivo; 2) la demostración por análisis de los casos –tiene la
siguiente forma: si se sabe que se dan o A1, o A2..., o An, se demuestra al principio la tesis B
suponiendo que se da A1; luego, suponiendo que se da A2 y así sucesivamente hasta An. Con esto
se demuestra la tesis B sin suposiciones; 3) la demostración apagógica. En la demostración son
posibles los errores debidos a la suplantación de la tesis, a la aceptación de argumentos sin
fundamentar o erróneos, o a errores en el procedimiento de demostración. Si ésta contiene un.
error es inconsistente. Sin embargo, el descubrimiento de la inconsistencia de una demostración
todavía no es una demostración de que la tesis es falsa. Son posibles demostraciones que no
establezcan la veracidad de la tesis de manera fidedigna, sino probable (Lógica probabilitaria).
Demostración apagógica
(o demostración del contrario). Variedad de demostración indirecta. La demostracíón apagógica
presenta como estructura característica la siguiente: Sea B la tesis que se ha de demostrar; sean
A1, A2, ...An los fundamentos verdaderos con que dicha tesis se demuestra. Se supone verdadera la
tesis no-B, lógicamente contradictoria a la B, y se incluye en los fundamentos de la demostración.
De los fundamentos así completados (A1, A2 ... An, no-B) se van sacando conclusiones hasta que
se obtiene una proposición que contradiga lógicamente a uno de ellos. Siendo correcta la
inferencia, tal contradicción sólo es posible si es falso alguno de los fundamentos. Ahora bien, A1,
A2... An son fundamentos indudablemenle verdaderos; por consiguiente, era falsa la presunción de
veracidad de no-B. Por tanto, B es verdadera.
Demostración indirecta
Tipo de demostración lógica; se distingue por el procedimiento de fundamentar la tesis. A diferencia
de la demostración directa, en la indirecta la veracidad de la tesis que se ha de demostrar se funda
estableciendo la falsedad de ciertas proposiciones. Éstas se hallan ligadas de tal modo a la tesis
indicada que de la falsedad de las proposiciones se sigue necesariamente la veracidad de la tesis.
Existen diferentes tipos de demostración indirecta. Las demostraciones indirectas disyuntivas
poseen la siguiente estructura: se examina cierto número de suposiciones que agotan en conjunto
todas las posibles aseveraciones en el caso dado; se aclara la falsedad de todas las suposiciones
menos una, cuya veracidad queda así establecida. Constituye otro tipo de demostración indirecta la
demostración apagógica.
Demostración apagógica
(o demostración del contrario). Variedad de demostración indirecta. La demostracíón apagógica
presenta como estructura característica la siguiente: Sea B la tesis que se ha de demostrar; sean
A1, A2, ...An los fundamentos verdaderos con que dicha tesis se demuestra. Se supone verdadera la
tesis no-B, lógicamente contradictoria a la B, y se incluye en los fundamentos de la demostración.
De los fundamentos así completados (A1, A2 ... An, no-B) se van sacando conclusiones hasta que
se obtiene una proposición que contradiga lógicamente a uno de ellos. Siendo correcta la
inferencia, tal contradicción sólo es posible si es falso alguno de los fundamentos. Ahora bien, A1,
A2... An son fundamentos indudablemenle verdaderos; por consiguiente, era falsa la presunción de
veracidad de no-B. Por tanto, B es verdadera.
Demostración indirecta
Tipo de demostración lógica; se distingue por el procedimiento de fundamentar la tesis. A diferencia
de la demostración directa, en la indirecta la veracidad de la tesis que se ha de demostrar se funda
estableciendo la falsedad de ciertas proposiciones. Éstas se hallan ligadas de tal modo a la tesis
indicada que de la falsedad de las proposiciones se sigue necesariamente la veracidad de la tesis.
Existen diferentes tipos de demostración indirecta. Las demostraciones indirectas disyuntivas
poseen la siguiente estructura: se examina cierto número de suposiciones que agotan en conjunto
todas las posibles aseveraciones en el caso dado; se aclara la falsedad de todas las suposiciones
menos una, cuya veracidad queda así establecida. Constituye otro tipo de demostración indirecta la
demostración apagógica.
Dependencia funcional
Forma de la conexión estable entre fenómenos o magnitudes de modo que el cambio de algunos de
ellos da origen a un cambio por completo determinado de los otros. Objetivamente, la dependencia
funcional se manifiesta bajo el aspecto de una ley que posee una determinación cualitativamente
exacta y puede expresarse, en principio, bajo la forma de ecuación que une los datos, de la
magnitud o del fenómeno como función y argumento. La dependencia funcional puede caracterizar
la conexión: 1) entre magnitudes [113] o funciones matemáticas abstractas, independientemente de
lo que signifiquen; 2) entre propiedades o estados de los objetos materiales y de los fenómenos; 3)
entre los propios objetos, fenómenos o bien sistemas materiales en el marco de un sistema entero
de orden superior. Toda dependencia funcional presupone que los fenómenos a ella subordinados
caracterizan a determinadas constantes, parámetros, condiciones concretas y a una ley
cualitativamente definida. La dependencia funcional no es idéntica a la conexión causal. Al lado de
los fenómenos en que la conexión se subordina a una ley funcional exacta, existe una multiplicidad
de conexiones causales casuales, singulares, no funcionales, del mismo modo que existe también
una dependencia funcional entre las magnitudes o propiedades matemáticas de los cuerpos sin ser
nexos causales.
Derecho
Voluntad, elevada a la categoría de ley, de la clase dominante; su contenido está determinado por
las condiciones materiales de vida de esa clase, por los intereses de la misma. El derecho se
estructura como un sistema de normas, de reglas de conducta establecidas o sancionadas por el
poder estatal. La peculiaridad de las normas jurídicas estriba en que su cumplimiento garantizado
por la fuerza coercitiva del Estado. Como parte de la superestructura, el derecho se halla
determinado por las relaciones de producción imperantes en la sociedad, da forma y tales
relaciones así como las demás relaciones sociales basadas en las de producción. El tipo histórico
de derecho corresponde a la formación económico-social. El derecho eselavista, el feudal y el
burgués tienen de común el consolidar relaciones de dominio y subordinación basadas en la
propiedad privada, relaciones de explotación. En el derecho esclavista y el feudal, se afirmaba
abiertamente el poder de la minoría sobre la mayoría y la situación privilegiada de las clases
dominantes. El derecho burgués resulta hipócrita, pues expresa y consolida derechos reales de los
capitalistas, mientras que a los trabajadores les otorga derechos puramente formales. En la época
del imperialismo, la burguesía renuncia en sensible grado a la legalidad establecida por ella misma
y aplica métodos extrajurídicos de gobierno. En una sociedad antagónica, el derecho experimenta
en sí mismo la influencia de la lucha de clases y hasta cierto punto puede servir como exponente de
la correlación de las fuerzas de clase; de todos modos, las concesiones que la clase dominante
puede verse obligada a hacer bajo la presión de los trabajadores, no cambian el contenido de clase
del derecho. El derecho socialista constituye un tipo de derecho cualitativamente nuevo, consolida
las relaciones de producción, de amistad y de ayuda mutua basadas en la propiedad socialista, y
aparece en calidad de instrumento para la edificación del comunismo. El derecho socialista
representa la voluntad del pueblo elevada a la categoría de ley; por primera vez en la historia,
establece y garantiza de manera real libertades auténticamente democráticas. A diferencia del
derecho burgués, otorga a los trabajadores derechos efectivos, garantizados por todos los recursos
de que dispone el Estado.
Derecho natural
Doctrina sobre el derecho ideal, independiente del Estado, derecho que se deriva, según la teoría
indicada, de la razón y de la «naturaleza» del hombre. Las ideas del derecho natural ya fueron
expuestas, en la Antigüedad clásica (Sócrates, Platón, &c.); en la Edad Media, se consideraba al
derecho natural como una variedad de la ley, divina (Tomás de Aquino). Fue en el período de las
revoluciones burguesas en el Occidente. (siglos XVII-XVIII) cuando las ideas del derecho natural
alcanzaron mayor difusión. Los partidarios de esta doctrina –Grocio, Spinoza, Locke, Rousseau,
Montesquieu, Holbach, Kant, Radishchev, &c.– la utilizaron para criticar el feudalismo, para explicar
el carácter «natural» y «racional» de la sociedad burguesa. En el período imperialista, las ideas del
derecho natural, muy tergiversadas, se utilizan para defender el capitalismo –ante todo en la
demagogia social de la Iglesia Católica.
Desarrollo
Proceso de automovimiento desde lo inferior (desde lo simple) a lo superior (a lo complejo), que
pone de manifiesto y realiza las tendencias internas y la esencia de los fenómenos, las cuales
conducen a la aparición de lo nuevo (Lo nuevo y lo viejo). El desarrollo de los sistemas inorgánicos,
del reino animal, de la sociedad humana y del conocimiento, se subordina a las leyes generales de
la dialéctica. La forma característica del desarrollo presenta un aspecto de espiral. Todo proceso
síngular de desarrollo tiene principio y fin, con la particularidad de que ya en el comienzo, en la
tendencia, se halla contenido el fin del desarrollo, y la [114] culminación de determinado cielo
establece el principio de uno nuevo en el que pueden repetirse algunas particularidades del primero.
El desarrollo es un proceso inmanente: el paso de lo inferior a lo superior se produce porque en lo
inferior se hallan contenidas, en estado latente, las tendencias que conducen a lo superior, y lo
superior es lo inferior desarrollado. Además, sólo en un grado suficientemente alto de desarrollo
afloran plenamente, y por primera vez resultan comprensibles, los atisbos de lo superior contenidos
en lo inferior. Por ejemplo, la conciencia es resultado del desarrollo de todo el mundo objetivo, y
sólo desde este punto de vista cabe descubrir la propiedad del reflejo, la que se encuentra en el
fundamento de la materia. La reproducción del desarrollo en forma teórica sólo es posible aplicando
los métodos y recursos de la lógica dialéctica (véase, por ejemplo, Histórico (lo) y lo lógico).
Desarrollo en espiral
Gráfica descripción del resultado del desarrollo aplicado por Engels y Lenin al caracterizar la ley de
la negación de la negación. El desarrollo se produce de modo que en el proceso de la
transformación de un determinado fenómeno se registra una vuelta «a lo aparentemente viejo»
(Lenin), es decir, se repiten en un estadio más elevado algunos rasgos y particularidades de los
estadios inferiores. Esta particularidad del desarrollo puede representarse como la imagen gráfica
de una espiral que se desenrolla verticalmente, de modo que cada nueva espira parece repetir la
anterior pero a un nivel más alto y en su conjunto se obtiene la imagen de un desarrollo ascendente,
progresivo. El desarrolló en espiral se contrapone, al mismo tiempo, a la concepción –característica
de los metafísicos– del desarrollo como movimiento por un círculo cerrado en el que no nace nada
nuevo.
Descripción
Etapa de la investigación científica; consiste en fijar los datos del experimento o de la observación
mediante determinados sistemas de designación aceptados por la ciencia. La descripción se
efectúa tanto recurriendo al lenguaje corriente y a las cifras como haciendo uso de recursos
especiales que constituyen el lenguaje de la ciencia (símbolos, matrices, gráficas, &c.). La
descripción prepara el paso a la investigación teórica del objeto (Explicación) de la ciencia. La
descripción y la explicación se hallan estrechamente concatenadas, se transforman dialécticamente
una en otra. Sin describir los hechos es imposible explicarlos; por otra parte, la descripción sin la
explicación aún no llega a ser ciencia. Los positivistas (Comte, Mach, Pearson y otros),
interpretando la naturaleza de la investigación científica desde las posiciones de un fenomenalismo
extremo, declararon que el objeto de la ciencia se circunscribe a la «pura descripción de los
hechos». En el positivismo moderno, [116] esta teoría ha tomado un aspecto sumamente velado.
Destino
Concepto que expresa la noción religiosa e idealista de una fuerza sobrenatural que predetermina
todos los acontecimientos en la vida de las personas. Según la mitología de la antigua Grecia, la
suerte de las personas e incluso de los dioses depende de las deidades del destino, moiras (para
los romanos, parcas). Con el tiempo, se empezó a representar el destino como justicia suprema,
rectora del mundo (Diké, Némesis, entre los griegos). En el cristianismo, el destino aparece como
providencia divina, del ser supremo. La idea del destino como predeterminación divina es inherente
a todas las religiones contemporáneas. En el protestantismo, presenta un carácter fatalista
claramente expresado (Fatalismo). Algunas corrientes religiosas (por ejemplo, el catolicismo, la
religión ortodoxa) intentan aminorar el fatalismo de las representaciones sobre el destino
combinando eclécticamente la idea de la predeterminación divina con la del libre albedrío del
individuo. En un sentido no filosófico, el concepto de destino también se usa para expresar la
conjunción de circunstancias en la vida de un individuo o de un pueblo entero.
Determinismo e Indeterminismo
(del latín «determinare» determinar). Concepciones filosóficas contradictorias relativas al lugar que
ocupa y al papel que desempeña la causalidad. Se da el nombre de determinismo a la teoría en que
se afirma la condicionabilidad causal y universal de todos los fenómenos. El determinismo
consecuente sostiene que la causalidad posee un carácter objetivo, y esto lo distingue de [117] las
concepciones seudodeterministas, que reconocen de palabra el carácter universal de la causalidad,
pero que en realidad la limitan negando su carácter objetivo (Kant). El indeterminismo, en cambio,
niega el carácter universal de la causalidad (en su forma extrema, niega la causalidad en general).
Las ideas deterministas aparecen ya en la filosofía clásica griega, alcanzando su expresión más
brillante en el atomismo. El determinismo alcanza un ulterior desarrollo y una fundamentación más
amplia en la ciencia natural y en la filosofía materialista de la Epoca Moderna. (Bacon, Galileo,
Descartes, Newton, Lomonósov, Laplace, Spinoza y materialistas franceses del siglo XVIII). En
consonancia con el nivel en que se encontraba la ciencia natural, el determinismo de dicho período
posee un carácter mecanicista y abstracto. De ahí que se asigne un valor absoluto a la forma de la
causalidad; ésta se describe según las leyes rigurosamente dinámicas de la mecánica, lo cual
conduce a identificar la causalidad con la necesidad y a negar el carácter objetivo de la casualidad.
Quien formula con mayor relieve este punto de vista es Pierre Simon de Laplace (de ahí que el
determinismo mecánico se conozca también con el nombre de determinismo de Laplace). Según él,
los valores de las coordenadas y de los impulsos de todas las partículas del universo, en un
momento dado del tiempo, determinan su estado de manera absolutamente igual al de cualquier
otro momento pasado o futuro. El determinismo así concebido lleva al fatalismo, adquiere un
carácter místico y, en realidad, coincide con la fe en la predeterminación divina. El avance de la
ciencia ha refutado el determinismo de Laplace no sólo en lo que respecta a la naturaleza orgánica
y a la vida social, sino, además, en la esfera de la física. El establecimiento del principio de
indeterminación en la mecánica cuántica puso de manifiesto la inconsistencia de tal determinismo,
mas por otra parte dio pie a que la filosofía idealista lo interpretara en un sentido indeterminista
(conclusiones acerca del «libre albedrío» del electrón, ausencia de causalidad en los
microprocesos, &c.). El materialismo dialéctico supera la limitación del determinismo mecanicista y,
reconociendo el carácter objetivo y universal de la causalidad, no la identifica con la necesidad, no
reduce su manifestación al tipo exclusivamente dinámico de las leyes (Regularidades estadística y
dinámica). La lucha entre el determinismo y el indeterminismo, siempre viva, se ha agudizado
sensiblemente en la actualidad tanto en la ciencia natural como ante todo en lo tocante al estudio de
los fenómenos sociales. La filosofía burguesa contemporánea hace amplia propaganda del
indeterminismo en sociología presentándolo bajo la forma de voluntarismo y también
contraponiendo las ciencias sociales como si fueran sólo aptas para describir los fenómenos
individuales (ciencias idiográficas), a las ciencias naturales que establecen leyes (ciencias
nomotéticas), a la sociología empírica en la cual el empirismo se presenta como tendencia a «no
hacer el menor caso de toda generalización» &c. Por el contrario, en los casos en que los
sociólogos burgueses no rechazan el determinismo como tal, lo conciben según formas toscamente
vulgares (teorías biológicas del desarrollo social, tecnicismo vulgar, &c.). Tan sólo el materialismo
histórico ha establecido, por primera vez, el auténtico determinismo en las investigaciones sociales.
Nos ofrece un brillante ejemplo de cómo se enfocan con sentido determinista los procesos sociales
de nuestros días, el programa del P.C.U.S., en el cual se muestra con sólidos razonamientos el
carácter del desarrollo social, sujeto rigurosamente a ley, la inevitabilidad del paso al socialismo y al
comunismo.
Devenir
Categoría filosófica que expresa la variabilidad sustancial de las cosas y de los fenómenos, su
ininterrumpida transformación en otra cosa. El representante clásico de la concepción del devenir
fue Heráclito, quien formuló su concepción de la realidad mediante la expresión «todo fluye». La
categoría de devenir está orgánicamente relacionada con la concepción dialéctica del mundo: en su
base se encuentra la idea de que cualquier cosa, cualquier fenómeno, constituye una unidad de
contrarios, del ser y el no ser; es incompatible con la concepción metafísica del origen y del
desarrollo como un simple aumento o una simple disminución cuantitativos. Hegel desarrolló
circunstanciadamente el contenido dialéctico de la categoría de devenir; en su filosofía, dicha
categoría se presenta en calidad de «verdad primera», que constituye el «elemento» de todo el
ulterior desarrollo de las determinaciones lógicas de la idea, (de las categorías). El devenir como
unidad del ser y de la nada expresa la forma abstracta universal de la aparición, de la generación y
de la existencia de todas las cosas y fenómenos: no [118] existe nada «que no constituya una
situación intermedia entre el ser y la nada» (Hegel). Lenin, en «Cuadernos filosóficos» subrayó el
importante significado de la tesis aducida por Hegel.
Dialéctica
Ciencia que trata de las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del
pensamiento humano. Una larga historia ha precedido a la concepción científica: de la dialéctica, y
el concepto mismo de dialéctica ha surgido durante la reelaboración y hasta la superación del
sentido inicial del término. Ya la filosofía grecorromana subrayó con gran fuerza el carácter variable
de todo lo existente, concibió la vida del mundo como un proceso, elucidó el papel que en este
proceso desempeña la transformación de toda propiedad en su contraria (Heráclito, en parte los
materialistas de Mileto, los pitagóricos). A tales investigaciones no se aplicaba todavía el término
«dialéctica». Al principio, con este término (dialektikh1 técnh –«arte de la dialéctica») se designaba el
arte del diálogo y de la discusión: 1) la capacidad de sostener una discusión por medio de
preguntas y respuestas; 2) el arte de clasificar los conceptos, de dividir las cosas en géneros y
especies. Aristóteles, que no comprendió la dialéctica de Heráclito, consideraba que el inventor de
la dialéctica fue Zenón de Elea, quien sometió a análisis las contradicciones que surgen cuando se
intenta comprender el concepto de movimiento y de multiplicidad. El propio Aristóteles distingue la
«dialéctica» como ciencia de los argumentos probables, de la «analítica», ciencia de la
demostración. Platón, siguiendo a los eleatas (Escuela eleática) define el ser verdadero como
idéntico e invariable, mas en los diálogos «El Sofista» y «Parménides» fundamenta las conclusiones
dialécticas en el sentido de que los géneros superiores de lo que es sólo pueden concebirse de
modo que cada uno de ellos sea y no sea, resulte igual a sí mismo y no igual, sea idéntico a sí y se
transforme en su «otro». Por esto el ser incluye en sí contradicciones: es uno y múltiple, eterno y
transitorio, invariable y variable, reposa y se mueve. La contradicción es la condición necesaria para
incitar el alma a la cogitación. El arte de hacerlo es, según Platón, el arte de la dialéctica. Siguieron
desarrollando la dialéctica los neoplatónicos (Plotino, Proclo). En la escolástica, la filosofía de la
sociedad feudal, se empezó a dar el nombre de dialéctica a la lógica formal que fue contrapuesta a
la retórica. En los estadios iniciales del desarrollo de la sociedad capitalista, formulan ideas
dialécticas acerca de la «coincidencia de contrarios», Nicolás de Cusa y Bruno. En [119] la Época
Moderna, a pesar del predominio de la metafísica, Descartes y Spinoza ofrecen ejemplos de
pensamiento dialéctico; el primero, en su cosmogonía; el segundo, en la teoría sobre la substancia
como causa de sí misma. En el siglo XVIII, descuellan en Francia, por la riqueza de sus ideas
dialécticas, Rousseau y Diderot. El primero investiga las contradicciones como condición del
desarrollo histórico; el segundo, además, estudia las contradicciones en la conciencia social de su
tiempo («El sobrino de Rameau»). Constituye una etapa importantísima en el desarrollo de la
dialéctica antes de Marx, el idealismo clásico alemán, el cual, a diferencia del materialismo
metafísico, veía en la realidad no sólo el objeto del conocimiento, sino que además la consideraba
como objeto de actividad. Por otra parte, el desconocimiento de la base verdadera, material, de la
cognición y de la actividad del sujeto, llevó a los idealistas a tener una concepción limitada y de la
dialéctica. El primero en una brecha en la metafísica fue Kant, quien señaló el valor de las fuerzas
contrarias en los procesos físicos y cosmogónica, introdujo –por primera vez después de
Descartes– la idea desarrollo en el conocimiento de la naturaleza. En epistemología, Kant desarrolla
las ideas dialécticas en la teoría de las «antinomias». No obstante, la diléctica de la razón, según
Kant, es ilusoria y se elimina tan pronto como el pensamiento vuelve a sus límites circunscriptos al
conocimiento de los fenórnenos y nada más. Más tarde, en epistemología (en «Teoría de la
ciencia»), Fichte expuso el método «antitético» para la investigación de las categorías, método que
contiene importantes ideas dialécticas. Siguiendo a Kant, Schelling amplía la concepción dialéctica
de los procesos de la naturaleza. En la cima de la dialéctica anterior a Marx, se encuentra la de
Hegel. Independientemente de su falsa concepción, en Hegel «por vez primera se concibe todo el
mundo de la naturaleza, de la historia y del espíritu como un proceso, es decir, en constante
movimiento, cambio, transforación y desarrollo, intentando además poner de relieve la conexión
interná de este movimiento y desarrollo». (F. Engels, Anti-Dühring, pág. 23 - Ibíd., E.P.U., 1961,
págs. 33-34). A diferencia e las determinaciones abstractas del entendimiento, la dialéctica, según
Hegel es el paso de una determinación a otra en el cual se pone de manifiesto que tales
determinaciones son unilaterales y limitadas, es decir, contienen la negación de sí mismas. Por este
motivo la dialéctica, según Hegel, es «el alma motriz de todo despliegue científico del pensar y
constituye el único principio que introduce en el contenido de la ciencia una conexión inmanente y la
necesidad». El resultado de la dialéctica de Hegel rebasó en mucho el significado que él mismo le
había asignado. En la doctrina hegeliana sobre la necesidad con que todo se transforma en su
negación, se hallaba contenido el principio que revoluciona la vida y el pensamiento, por lo que los
pensadores avanzados veían en la dialéctica de Hegel «el álgebra de la revolución» (Herzen). La
concepción verdaderamente científica de la dialéctica fue creada sólo por Marx y Engels. Después
de desechar el contenido idealista de la filosofía de Hegel, Marx y Engels estructuraron la dialéctica
sobre la base de la concepción materialista del proceso histórico y del desarrollo del conocimiento,
generalizando los procesos reales que ocurren en la naturaleza, en la sociedad y en el pensar. En
la dialéctica científica, se combinan orgánicamente las leyes del desarrollo tanto, del ser como del
conocer, dado que tales leyes, por su contenido, son idénticas, y sólo se diferencian por la forma.
De ahí que la dialéctica materialista sea no sóló una doctrina «ontológica», sino, además,
gnoseológica, una lógica que examina el pensamiento y la cognición tanto en su devenir como en
su desarrollo, pues las cosas y fenómenos son lo que devienen en el proceso de su desarrollo, y en
ellos está contenido, como tendencia, su futuro, es, decir, aquello que devendrán. En este sentido,
la dialéctica materialista ve también la teoría del conocimiento como generalización de la historia del
conocimiento, y, cada concepto, cada categoría, a pesar de su carácter de máxima géneralidad,
llevan la impronta de la historicidad. La categoría principal de la dialéctica materialista es la
contradicción. En la teoría de las contradicciones, la diáléctica materialista descubre la fuerza motriz
y la fuente de todo desarrollo; en ésta categoría se encuentra la clave de todos los demás principios
y categorías del desarrollo dialéctico: el desarrollo por medio de la transformación de los cambios
cuantitativos en cualitativos, la interrupcion de la gradualidad, los saltos, la negación del momento
inicial del desarrollo y la negación de esta misma negación; la repetición, sobre [120] una base
superior, de ciertas facetas y rasgos del estado inicial. Precisamente, es esta manera de concebir el
desarrollo lo que distingue la dialéctica de todo género de concepciones evolucionistas vulgares, tan
características de las teorías contemporáneas burguesas y reformistas. La dialéctica materialista
constituye un método filosófico para investigar la naturaleza y la sociedad. Sólo con un criterio
dialéctico es posible comprender el camino complejo y lleno de contradicciones por el que se va
formando la verdad objetiva, la conexión de los elementos de lo absoluto y de lo relativo en cada
escalón del avance de la ciencia, los pasos de unas formas de generalización a otras formas, más
profundas. La esencia revolucionaria de la dialéctica materialista, inconciliable con todo
estancamiento e inmovilidad, hace de la propia dialéctica un instrumento de la transformación
práctica de la sociedad, una ayuda para tomar objetivamente en consideración las necesidades
históricas del desenvolvimiento social, la falta de conformidad de las viejas formas respecto al
nuevo contenido, la necesidad de pasar a formas superiores que faciliten el progreso de la
humanidad. La estrategia y táctica de la lucha por el comunismo se elaboran en plena
correspondencia con la concepción materialista dialéctica del mundo (Lógica dialéctica).
«Dialéctica de la Naturaleza»
Obra de Engels, publicacla por primera vez en la U.R.S.S. (1925). Se compone de una serie de
escritos (1873-86) sobre los problemas más importantes, de la dialéctica de la naturaleza. Engels
consideraba que la filosofía del materialismo dialéctico debía basarse en el conocimiento de las
ciencias naturales en todos sus aspectos, y que estas ciencias, a su vez, sólo pueden desarrollarse
fecundamente sobre la base del materialismo dialéctico. En la «Dialéctica de la naturaleza» se halla
una profunda investigación filosófica de la historia y de los problemas capitales de la ciencia natural.
Una crítica del materialismo mecanicista, del método metafísico, así como de las concepciones
idealistas en la ciencia natural. Muy versado en la ciencia de su época. Engels mostró cómo la
concepción metafísica de la naturaleza se quiebra interiormente debido al propio avance de la
ciencia y ha de ceder su puesto al método dialéctico: señaló, asimismo, cómo los naturalistas se
ven obligados cada día más a pasar del pensamiento metafísico al dialéctico, lo cual se refleja muy
fecundamente en la misma ciencia natural. Engels expuso, dándole un amplio y sólido fundamento,
la teoría materialista dialéctica sobre las formas del movimiento de la materia; en consonancia con
esta teoría, investigó los principios relativos a la clasificación de las ciencias naturales, estableció su
clasificación concreta, a la que se atuvo al estructurar su trabajo. Engels sometió a una
circunstanciada investigación filosófica las leyes fundamentales de la ciencia natural y puso de
manifiesto el carácter dialéctico de dichas leyes. Así mostró el auténtico sentido de la ley de la
conservación y transformación de la energía, a la que denominó ley absoluta de la naturaleza.
Examinó también el llamado segundo principio de la termodinámica e hizó ver la falsedad de la
conclusión según la cual el universo se encamina hacia su muerte térmica («Muerte térmica» del
universo). Luego, analizó Engels con gran profundidad la teoría de Darwin sobr el el origen de las
especies y demostró que el contenido principal de la misma –la teoría del desarrollo- concuerda por
completo con la dialéctica materialista. Al mismo tiempo, descubrió en la teoría darviniana ciertas
lagunas e insuficiencias. Dedicó mucha atención al estudio del papel del trabajo en la formación y
desarrollo del hombre. Demostró, asimismo, que los conceptos y operaciones matemáticos son un
reflejo de las relaciones que se dan entre cosas y procesos en la naturaleza misma, donde aquellos
tienen sus prototipos reales; señalo que la introducción de la magnitud variable en la matemática
superior significa que entra en ésta la dialéctica. Engels investigó la relación entre casualidad y
necesidad. Con admirable maestría dialéctica puso de relieve el error tanto de la posición
mecanicista como de la idealista en el enfoque de este complejo problema y le dio una solución,
marxista; puso de manifiesto, tomando como ejemplo la teoría darviniana, que la propia ciencia
natural confirma y concreta las tesis de la dialéctica. Claro está que algunas cuestiones particulares
que se relacionan con problemas especiales de la ciencia natural y que fueron tratados por Engels
en su «Dialéctica de la naturaleza» han envejecido, y no podían dejar de envejecer, dado el enorme
progreso de la ciencia; pero la manera materialista dialéctica de proceder análisis de las cuestiones
científicas y generalizarlas filosóficamente, e por entero su actualidad en ni días. Muchas de las
tesis de la obra [121] se han anticipado en decenios al desarrollo de la ciencia natural. El libro
constituye un modelo de cómo han de enfocarse díalécticamente los complicados problemas de
dicha ciencia. Engels no había preparado para la imprenta su «Dialéctica de la naturaleza», que
consta de artículos independientes, notas y fragmentos, hecho que se ha de tener en cuenta al
proceder al estudio de la obra.
Diferencia
Momento necesario de toda unidad, peculiaridad de cualquier cosa, fenómeno y proceso;
caracteriza la naturaleza interiormente contradictoria de las cosas, el desarrollo de las mismas. La
diferencia se desprende necesariamente del automovimiento de la materia, del desdoblamiento
dialéctico de lo singular, de la aparición de contradieciones. El origen inmanente de las diferencias y
su correlación caracterizan la lógica objetiva interna de la evolución. Hay que distinguir entre las
diferencias internas y las externas, no relacionadas directamente con el desarrollo de la cosa
concreta determinada. La diferencia externa designa tan sólo que la cosa en cuestión es distinta de
todas las demás cosas y se presenta como algo independiente y de relativa estabilidad. Las
diferencias internas denotan que en el proceso de su desarrollo, una cosa parece convertirse en
otra sin dejar de ser, al mismo tiempo, lo que ella es: en esto se manifiesta de manera patente la
unidad entre identidad y diferencia. La diferencia caracteriza la etapa inicial de la contradicción, es
«la contradicción en sí», una contradicción sin desplegar sin desarrollar. Por otra parte, es imposible
separar una de otra la diferencia interna y la externa. Las diferencias internas, durante el desarrollo
del proceso y la separación de tales o cuales facetas del fenómeno en evolución, pueden
convertirse en externas. A su vez, las diferencias externas sirven de complemento necesario a las
internas, pueden constituir un impulso peculiar para que aparezcan las diferencias internas. Todo el
avance de la ciencia moderna pone de manifiesto la inconsistencia de la separación y de la
contraposición metafísicas entre las diferencias internas y las externas, entre la diferencia y la
identidad.
Diógenes Laercio
Escritor griego del siglo III d.n.e. Su voluminosa obra «Diez libros sobre la vida, opiniones y
sentencias de los filósofos más ilustres» tiene valor como compilación única de la época clásica
sobre historia de la [124] filosofía; comprende datos biográficos y teorías de los representantes de la
filosofía griega hasta Sexto el Empírico. Diógenes Laercio es digno de atención tan sólo como
compilador –el más antiguo– de sentencias y datos diversos, a menudo incluso anecdóticos. La
parte de mayor interés es la dedicada a los estoicos (libro VII) y a Epicuro (libro X). El último libro
contiene las únicas obras de Epicuro que han llegado hasta nosotros: tres cartas y sus «principales
pensamientos». Respecto a los estoicos, Diógenes Laercio mantiene una actitud crítica; en cambio,
manifiesta simpatía por los escépticos y por Epicuro.
Dios
Imagen fantástica de un ser sobrenatural todopoderoso al que se atribuye la creación y la dirección
del mundo; en el judaísmo, se le da el nombre de Jehová; en el islamismo, el de Alá; en el
cristianismo, el de Santísima Trinidad (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo), &c. Las
representaciones de Dios constituyen la base de las formas modernas de la religión. En las etapas
primitivas de la misma, el concepto de Dios aún no existía (Totemismo, Fetichismo, Animismo). Al
descomponerse el régimen de comunidad primitiva, al desarrollarse las uniones tribales, al aparecer
las clases sociales y el Estado, surgen las imágenes de los dioses tribales y estatales. La idea de
un dios único y todopoderoso, rey de los cielos, se formó como «copia del déspota oriental único»
(Engels). La teología recurre al idealismo en su intento de demostrar filosóficamente la existencia de
Dios, en su tentativa de embellecer y velar el contenido de la idea de Dios y presentar a éste en
forma de idea absoluta, de voluntad universal, de cierto principio racional impersonal. El marxismo
ha descubierto hasta el fin el carácter reaccionario y la inconsistencia de la idea de Dios, y de las
tentativas llevadas a cabo para defenderla, puestas en evidencia por el curso todo de las ciencias
naturales y sociales en su progreso. «Dios –indicó Lenin– es ante todo (históricamente y en la vida
de todos los días) un complejo de ideas engendradas por el romo aplastamiento del hombre a
causa de la naturaleza exterior y de la opresión de clase, ideas que refuerzan ese aplastamiento y
adormecen la lucha de clases» (t. XXXV, pág. 93).
Discursivo
(del latín «discurre»: derramarse). Propiedad del pensar –del conocimiento– razonador, mediato y
lógico, a diferencia del sensorial, inmediato e intuitivo. La división de las verdades en inmediatas
(intuitivas) y mediatas (aceptadas mediante la demostración) se encuentra ya en Platón y en
Aristóteles; el término «discursivo», figura en Tomás de Aquino. La filosofía marxista reconoce que
el aspecto discursivo de la cognición desempeña un importante papel: el análisis de sus formas y
métodos, realizado ante todo por la lógica, adquiere gran valor en relación con el desarrollo de la
matemática, de la técnica y de la ciencia natural.
Dispares
(del latín «disparatus» dividido, separado). No comparable. En la lógica de los siglos XIX-XX, el
término «dispares» se aplica relativamente poco y sólo a los conceptos. Se llaman no comparables
los conceptos cuyos objetos carecen de propiedades comunes, lo cual impide la ulterior
generalización de las mismas (no son comparables, por ejemplo, el metal y el brillo, el cuadrado y
la ideología). A veces se da el nombre de dispares a los juicios diferenciales (por ejemplo, en
Leibniz: «el calor no es lo mismo que la luz» «el hombre y el animal no son una misma cosa,
aunque todo hombre es un animal»). Algunos psicólogos (por ejemplo, Herbart) llaman dispares a
las sensaciones de distintos órganos de los sentidos: por ejemplo, verde y sonoro, dulce y tibio.
Distinción
(del latín «distinctio»: diferenciación). Acto de la conciencia que refleja una diferencia objetiva entre
objetos o entre elementos de la conciencia misma (sensaciones, conceptos, &c.). En lógica, se
entiende por distinción un procedimiento que sustituye a la definición del concepto (por ejemplo,
el hidrógeno se diferencia del oxígeno en que él mismo arde, pero no mantiene la combustión). El
término «distinción» se introdujo en el lenguaje filosófico durante la Edad Media. Los escolásticos
designaban con él tanto la diferencia objetiva (distinción real, esencial, causal, &c.) como la
intelectiva, &c.). El término «distinción» se emplea también en nuestro tiempo.
Disyunción
(del latín «disjunctio»: acción de separar, desunir). Operación lógica que forma una proposición
compleja por la unión de dos proposiciones mediante la conjunción lógica «o». Notación simbólica:
A Ë B (se lee A o B). En la lógica matemática clásica, se diferencian dos clases de disyunción: la no
rigurosa (inclusiva) y la rigurosa (exclusiva). La disyunción no rigurosa constituye una proposición
compleja que es verdadera cuando lo es aunque sólo sea una de las proposiciones que de ella
forman parte, y es falsa cuando lo son todas las proposiciones que la componen. En el lenguaje
natural, corresponde aproximadamente al significado no excluyente de la conjunción «o». La
disyunción rigurosa constituye una proposición compleja verdadera sólo en el caso de que sea
verdadero únicamente uno de sus miembros. En el lenguaje natural, corresponde aproximadamente
al significado excluyente de la conjunción «o» (en el sentido de «o..., o...», «ya..., ya...»).
1) División por modificaciones de un rasgo; en este caso, se enumeran todas las variedades de
objetos que se diferencian según el carácter del rasgo que se toma como base de la división (véase
el ejemplo aducido).
2) División dicotómica –la extensión del concepto se divide en dos partes: la de los objetos que
poseen el rasgo dado (elegido como base) y la de los objetos que no lo poseen (por ejemplo,
relaciones legales y no legales). Este procedimiento de división se aplica en los casos en que en la
extensión del objeto importa delimitar los objetos que poseen cierto rasgo, mientras que los demás
objetos carecen de interés. Requisitos fundamentales que se presentan a la división de las
extensiones de los conceptos: que la enumeración de las clases sea exhaustiva y que la
delimitación de los objetos en el proceso de la división, partiendo de una base, sea necesaria (este
segundo requisito impide que se produzcan intersecciones entre las clases delimitadas). La
clasificación constituye un caso especial de la división de las extensiones de los conceptos.
División de poderes
Teoría sobre la división del poder en legislativo, ejecutivo y judicial. El primero en formular la idea de
la división de poderes fue Locke; más tarde la desarrolló Montesquieu. Esta teoría sirvió de
fundamento ideológico para la alianza entre la burguesía y la nobleza, para la limitación del
absolutismo mediante la concentración del poder legislativo en las instituciones representativas
burguesas. En el Estado burgués, la división de poderes presenta un carácter puramente formal y
en múltiples ocasiones se utiliza para justificar el establecimiento de un «fuerte» poder presidencial,
ejecutivo.
Doble verdad
Término con que se designa la teoría según la cual las verdades de la filosofía y las de la teología
son independientes entre sí. Surgió esta teoría en la Edad Media, tendía a liberar la ciencia de las
trabas de la religión. Encontró su formulación más precisa en la filosofía árabe. Así, Averroes
consideraba que en filosofía existen verdades inaplicables en teología y viceversa. Desarrollaron tal
doctrina los representantes del averroísmo y del nominalismo (Duns Escoto, Guillermo de Occam);
en el Renacimiento, Pietro Pomponazzi y otros. En la actualidad, la teoría de la doble verdad es
utilizada por la teología y por la filosofía burguesa reaccionaria para defender la religión y luchar
contra la concepción científica, materialista, del mundo.
Dogmatismo
Término que posee diferentes significados. En filosofía y ciencia, designa un procedimiento del
pensar que opera con conceptos y fórmulas invariables, sin tomar en consideración las condiciones
concretas de lugar y tiempo, o sea, haciendo caso omiso del principio que afirma el carácter
concreto de la verdad. La aparición del dogmatismo está unida al desarrollo de las representaciones
religiosas, a la exigencia de que se acepten por la fe los dogmas de la Iglesia, establecidos en
calidad de verdad indiscutible, no sujetos a crítica y obligatorios para todos los creyentes. Los
partidarios del escepticismo grecorromano, incluían en el dogmatismo toda doctrina positiva acerca
del mundo. En la Época Moderna, Kant llamó «dogmática» la filosofía racionalista desde Descartes
hasta Christian Wolff y le contrapuso su criticismo. En la filosofía moderna, el dogmatismo está
unido a las concepciones antidialécticas que niegan la idea de la variabilidad y del desarrollo del
mundo, y también a la sociología burguesa que se manifiesta contra la teoría marxista relativa al
desarrollo de la sociedad y la transformación revolucionaria de la realidad. En la vida política, el
dogmatismo conduce al sectarismo, al abandono del marxismo creador, al subjetivismo, a no tomar
en consideración la práctica. En las condiciones de nuestros días, el dogmatismo, junto con el
revisionismo, constituye un gran peligro para el movimiento obrero internacional. Los partidarios del
dogmatismo se manifiestancontra la política de la coexistencia pacífica, no reconocen las vías
pacíficas (en ciertas condiciones), del paso, al socialismo, la necesidad de restablecer las normas
leninistas en la vida interna del partido, &c.
Dramatismo
(del griego dra<ma: acción). Categoría estética que refleja y generaliza las contradicciones y
conflictos de la vida humana, de la relación entre el hombre y el medio social y natural que le rodea.
Los sujetos del dramatismo son las personas cuyos intereses y objetivos entran en colisión y se
resuelven en la lucha. Del dramatismo de la vida extrae el arte el contenido y la forma de sus obras.
El arte burgués contemporáneo busca diversos caminos para apartarse de la verdad de la vida, del
humanismo auténtico y, por tanto, del dramatismo. El arte realista, mediante la reproducción veraz
de la realidad con cuánto tiene ésta de complejo y contradictorio, penetra muy hondo en el
dramatismo de la vida, en los destinos y vivencias de los seres humanos. La manifestación más
plena y concentrada del dramatismo es el conflicto dramático.
Dualismo
Doctrina filosófica que, en contraposición al monismo, considera las substancias material y espiritual
como principios que se encuentran en un plano de igualdad. Con frecuencia, lo que lleva
inicialmente al dualismo es el intento de conciliar el materialismo y el idealismo. En última instancia,
la separación dualista de conciencia y materia conduce al idealismo. El dualismo en su
manifestación más extrema es característico de la filosofía de Descartes y de Kant. El dualismo
sirve de base filosófica a la teoría del paralelismo psicofísico.
Dualismo corpuscular-ondulatorio
Propiedad específica de los microobjetos descrita por la mecánica cuántica; se expresa en el hecho
de que, en dichos objetos, se dan propiedades de los corpúsculos y de las ondas. La formulación
física exacta del dualismo corpuscular-ondulatorio se encuentra en las ecuaciones de de Broglie. En
este dualismo se manifiestan la conexión interna del macro y microcosmo, las particularidades de
su unidad. La interpretación positivista del dualismo corpuscular-ondulatorio niega la unidad interna
de las propiedades corpusculares y ondulatorias de los mieroobjetos, declara que dichas
propiedades sólo se excluyen y se complementan recíprocamente (principio de
complementariedad). Por el contrario, la interpretación consecuentemente materialista del dualismo
corpuscular-ondulatorio tal como la han formulado Langevin, Vavílov otros hombres de ciencia,
considera que la micropartícula no es un corpúsculo ni una onda, sino una tercera cosa, su síntesis,
para la cual carecemos aún de representaciones evidentes si bien ya empiezan a proporcionarlas
las nuevas teorías sobre las partículas «elementales».
Eclecticismo
(del griego éklégw: elijo). Mezcla, que no obedece a principios determinados, de puntos de vista,
concepciones filosóficas, premisas teóricas, valoraciones políticas, &c., distintos, a menudo
contrapuestos. Así, son eclécticas numerosas tentativas de unir el materialismo con el idealismo o
las tendencias de los revisionistas, que quieren combinar el marxismo con el empiriocriticismo, el
materialismo dialéctico, con el kantismo, &c. El eclecticismo es propio también del revisionismo
moderno. El principal defecto metodológico del eclecticismo estriba en su incapacidad para
delimitar, en la suma de nexos y relaciones del mundo objetivo, los lazos fundamentales del objeto,
del fenómeno, respecto al medio que lo circunda en un momento dado; estriba en unir
mecánicamente las diversas partes y propiedades de los objetos o fenómenos. En la esfera de la
actividad práctica y de la política, el eclecticismo conduce a fallas y errores, ya que impide hallar el
eslabón principal en la cadena de acontecimientos, señalar las medidas que permitan resolver las
tareas de mayor actualidad en un período concreto de la historia.
Economía y política
(su interacción). La política es una importantísima parte de la superestructura, es un reflejo del
régimen económico dominante en una sociedad dada. En la política encuentran su expresión
concentrada los intereses de tal o cual clase. La política, reflejo de la economía, ejerce a su vez una
influencia enorme sobre la economía. Como quiera que sin poder político una clase dada no afirma
o no mantiene su dominio económico, la política tiene primacía sobre la economía. La acertada
política del partido marxista-leninista constituye una condición necesaria del éxito en la construcción
del socialismo. Dada esta condición, es decir, cuando se ha elaborado y se aplica una política
acertada, el centro de gravedad en la edificación de una sociedad nueva se desplaza a la
organización de la econonomía; se sitúan en el primer plano las cuestiones de cálculo y control, las
que conciernen a gobierno de la producción. En los bosquejos de su artículo «Las tareas inmediatas
del Poder Soviético», Lenin escribió: «La tarea de dirigir el Estado, situada ahora en un primer plano
ante el Estado Soviético, ofrece además la particularidad de que ahora –y, sin duda, por primera
vez en la historia de los pueblos civilizados– se trata de tal dirección en que no es la política la que
adquiere un significado predominante, sino la economía». En la sociedad socialista, el desarrollo de
la economía no ocurre de manera espontánea, como bajo el capitalismo, sino de manenera
planificada, y se basa en la utilizacion consciente de las leyes económicas. De ahí las nuevas
funciones de organización en el terreno de la economía, las nuevas tareas culturales y educativas
del Estado socialista. La importancia de tales funciones crece sin cesar en el transcurso de la
edificación de una sociedad nueva, comunista.
«Economismo»
Corriente oportunista que surgió en la socialdemocracia rusa a finales del siglo XIX y comienzos del
XX. Los «economistas» procuraban circunscribir los objetivos del movimiento obrero a la mera lucha
económica (mejora de las condiciones de trabajo, elevación de salarios, &c.) entendiendo que de la
lucha política debía ocuparse la burguesía liberal . Negaban el papel del partido, de la clase obrera
y su teoría revolucionaria, exaltaban la espontaneidad del movimiento obrero. Como variedad del
revisionismo, el «economismo» servía de medio conductor de la influencia burguesa sobr el
proletariado. La difusión del «economismo» obstaculizaba la creación de un partido proletario
centralizado. El periódico [131] leninista «Iskra» («La chispa») llevó a cabo una labor ingente para
poner al desnudo la inconsistencia del «economismo». La derrota ideológica de dicha corriente se
consiguió mediante la obra de Lenin «¿Qué hacer?» (1902).
Educación comunista
Formación del hombre de la sociedad socialista y comunista, un hombre consciente, libre de las
supervivencias del pasado, íntegramente desarrollado. La educación comunista constituye uno de
los aspectos más importantes de la transformación de la sociedad al pasar del capitalismo al
comunismo. No es posible construir el comunismo sin un cambio profundo de la conciencia de las
personas, de sus ideas y de su mentalidad. El factor decisivo de la educación comunista es el
cambio del género de vida social de los individuos, su participación en la edificación socialista y
comunista. El trabajo práctico de la edificación comunista es la mejor escuela para educar al
hombre en el sentido indicado; a su vez, la formación del nuevo hombre influye en alto grado sobre
la transformación práctica de la sociedad. El proceso de la educación comunista no se produce de
manera espontánea, por la influencia exclusiva de factores objetivos; tal educación exige una labor
formativa sistemática, orientada hacia un fin concreto, y su éxito depende de su nexo con la vida,
con el trabajo en pro de la sociedad. Su aspecto decisivo estriba en educar al hombre para que
adopte una actitud comunista ante el trabajo, lo cual implica que el individuo comprenda el alto
significado social del trabajo y que tenga conciencia de su deber ante el pueblo. El hombre educado
en un espíritu comunista es unhombre para quien el trabajo se ha convertido en la primera
necesidad vital y las elevadas cualidades morales han pasado a ser rasgos permanentes de su
carácter y de su conducta. Uno de los objetivos importantes de la educación comunista consiste en
formar una concepción científica del mundo, concepción que sólo puede alcanzarse aprovechando
todas las conquistas de la cultura progresiva anterior, toda la riqueza de conocimientos acumulada
por la humanidad. El estudio de la teoría marxista-leninista ayuda a los trabajadores a comprender
las leyes del desenvolvimiento social, el significado histórico de su propia actividad. La educación
comunista presupone la lucha sistemática contra las supervivencias del capitalismo en la conciencia
de los individuos, entre ellas los prejuicios religiosos, contra la influencia de la ideología burguesa.
Otra de las importantes facetas de la educación comunista es la de cultivar un gusto estético sano y
vivo, ajeno a las representaciones morbosas y decadentes de la belleza, propias de la sociedad
burguesa moderna. El programa del P.C.U.S. señala como eje de toda la labor de educación
comunista durante el período de la amplia construcción de la nueva sociedad, el código moral del
constructor del comunismo (Moral comunista, Desarrollo universal de la personalidad).
Efectivismo
(o semi-intuicionismo). Una de las corrientes de la filosofía matemática; tiende a limitar la
matemática moderna a lo que en ella ha recibido una fundamentación efectiva. Los efectivistas
refieren a la matemática todo cuanto puede ser comprendido sin equívocos por los matemáticos.
Todo lo demás, según ellos se encuentra temporalmente fuera de la matemática (a diferencia del
intuicionismo, cuyos representantes arrojan por completo dicho material de la matemática). Los
efectivistas se atienen a concepciones idealistas subjetivas en lo tocante al objeto de la matemática
y a los criterios de la verdad de sus conceptos, juicios y teorías. Al efectivismo se adscribieron,
entre otros, los grandes matemáticos franceses Emile Borel y Henri Lebesgue.
Egoísmo
(del latín «ego»: yo). Principio de conducta; estriba en seguir únicamente los propios intereses
personales sin tomar en consideración los intereses de los demás ni los de la sociedad. El egoísmo
se halla estrechamente ligado al individualismo. Procuraba justificar el egoísmo, por ejemplo, el
filósofo alemán Stirner. En la sociedad socialista, el egoísmo constituye un defecto y una
supervivencia del capitalismo.
«El Capital»
Principal trabajo de Marx; con él, Marx descubre las leyes del modo capitalista de producción y
coloca el socialismo sobre una base científica. Marx llamaba a «El Capital» la obra de su vida.
Empezó a trabajar en ella a mediados de la década de 1840 y continuó hasta la muerte. El primer
tomo apareció en 1867; los siguientes, que vieron la luz después de fallecido Marx, fueron
preparados para la imprenta por Engels: el segundo tomo, apareció en 1885 y el tercero, en
1894.La primera traducción de «El Capital» fue la rusa (1872). El primer tomo está dedicado al
análisis del proceso de la producción del capital; el segundo, al proceso de la circulación; el tercero,
al análisis de la producción capitalista tomada en su conjunto. El cuarto tomo («Teorías de la
plusvalía») está consagrado a la historia y a la crítica de lasteorías económicas. Marx hizo un
análisis exhaustivo del capitalismo como formación económico-social, descubrió las leyes del
origen, desarrollo y desaparición de la formación indicada. «El Capital», grandiosa investigación
económica, posee al mismo tiempo una enorme significación filosófica. Es un «modelo de análisis
científico, según el método materialista, de una sola –y la más complicada– formación social; un
modelo reconocido por todos y que nadie ha superado» (Lenin, t. I, pág. 125 «Obras escogidas en
dos tomos». Ed. Lenguas Extranjeras, Moscú, 1948, t. I. p. 97). En esta obra, la dialéctica
materialista no sólo encontró una aplicación brillantísima, sino que, además, está elaborada en
todas las direcciones fundamentales como método de investigación de la realidad objetiva, como
lógica y como teoría del conocimiento. Marx puso de manifiesto que el capitalismo es un fenómeno
en desarrollo, un modo de producción históricamente transitorio, cuyos cambios cuantitativos
preparan las premisas de su transformación radical, cualitativa, para saltar al nuevo modo de
producción, el socialista. El análisis que del capitalismo hace Marx se efectúa por entero bajo el
signo del descubrimiento de las contradicciones que se dan en el movimiento y desarrollo de dicha
formación social, desde las primeras manifestaciones de la producción de mercancias hasta su
punto culminante, cuando, con todo el rigor de un hecho sujeto a ley, llega el momento en que se
produce la «expropiación de los expropiadores». Marx examina con todo detalle y profundidad los
estadios por los que pasan estas contradicciones en su incremento, los cambios de su contenido y
de los procedimientos de solución, y formula una de las leyes más importantes y generales del
desarrollo de las formaciones económico-sociales: «El desarrollo de las contradicciones de una
forma histórica de producción constituye el único camino histórico que conduce a su disolución y
reestructuración (t. XXXIII, pág. 499). «El Capital» también es una realización concreta del análisis
materialista dialéctico de los conceptos y de otras formas del pensamiento con las cuales se
reproduce la realidad objetiva en toda su complejidad y multilateralidad. Los conceptos económicos
con que opera Marx son flexibles, movibles, dialécticamente contradictorios, reflejan la variabilidad y
el carácter contradictorio de las verdaderas relaciones sociales. El método de ascensión de lo
abstracto a lo concreto (Abstracto y concreto), elaborado y aplicado por Marx en «El Capital», es
de singular importancia. El movimiento de los conceptos, la lógica de su desarrollo y de sus
transformaciones refleja la historia de la producción de mercancías, el desarrollo histórico del
proceso de la producción. Marx mostró, sin embargo, que el nexo entre lo histórico y lo lógico no es
simple, no es rectilíneo. Como quiera que el modo capitalista de producción subordina y modifica
las formas económicas existentes en el pasado (como, por ejemplo, los capitales comercial y
monetario, la renta, &c.), la lógica del análisis exige que se parta de la forma básica y decisiva, que
es el capital industrial. Esto, según expresión de Marx, constituye la luz que alumbra todo lo demás
y sólo gracias a ella es posible comprender las relaciones existentes. De ahí que Marx en varios
casos tome con plena conciencia, en calidad de iniciales, categorías que históricamente han surgido
más tarde respecto a otras categorías que Marx examina en segundo lugar (por ejemplo, el capital
comercial, el bancario y la renta se investigan después que el capital industrial). Gracias a una
rigurosa metodología científica, Marx supo mostrar cómo la Plusvalía –la teoría de la plusvalía
constituye la piedra sillar de la economía política marxista– encuentra su expresión concreta en
todos los fenómenos y procesos de la producción capitalista. «El Capital» es un modelo clásico de
estudio materialista e histórico de la sociedad y del devenir social. Lenin indicaba que gracias a «El
Capital» el materialismo histórico había dejado de ser una hipótesis para convertise en una teoría
científicamente demostrada. En «El Capital» se encuentran formulados todos los principios y
conceptos fundamentales del materialismo histórico. Marx investiga el desarrollo del capitalismo
como un proceso histórico-natural sobre la base del desarrollo de las fuerzas productivas, fuente
decisiva, en última instancia, de todas las transformaciones sociales. Muestra la dialéctica de las
fuerzas productivas y de las relaciones de producción, su unidad y sus contradicciones, la
conversión gradual, pero inevitable, de las relaciones de producción de la sociedad burguesa en
factor que encadena el libre desarrollo de la producción y exige que las relaciones burguesas de
producción sean sustituidas por las socialistas. Los modernos ideólogos del capitalismo intentan
demostrar que «El Capital» ya ha envejecido y que sus ideas fundamentales no son aplicables a la
sociedad burguesa del siglo XX. En realidad, esta obra de Marx, que ha encontrado su desarrollo en
la teoría de Lenin sobre el imperialismo sigue siendo hoy una poderosa arma de la clase obrera en
la lucha por su liberación del yugo del capitalismo, un monumento inmortal de la ciencia
inmarcesible y de la fuerza revolucionaria del marxismo.
Eleatas o eleáticos
Escuela filosófica de la antigua Grecia (s. VI-V a. n. e.). surgida en la ciudad de Elea (Italia
Meridional); la tendencia idealista, propia de la filosofía de los eleatas, se acentuó a medida que se
desarrolló la escuela. Sus principales representantes son Jenófanes, Parménides, Zenón (de Elea)
y Melisos de la isla de Samos (s. V a. n. e.). Frente a la concepción espontáneamente dialéctica de
la escuela de Mileto y de Heráclito sobre la primera base variable de las cosas, la escuela eleática
presentó la teoría acerca de la esencia invariable del ser verdadero y acerca del carácter ilusorio de
todas las transformaciones y diferencias visibles. Esta tesis hizo que se estimara menos la
experiencia sensorial como base del conocimiento y, constituyó, más tarde, una de las fuentes del
idealismo de Platón. Los argumentos de los eleatas contra la dialéctica (sobre todo las aporías de
Zenón), a despechó de sus conclusiones metafísicas, desempeñaron un papel positivo en el
desarrollo subsiguiente de la dialéctica: plantearon de manera tajante el problema de cómo
expresar, en conceptos lógicos, el carácter contradictorio del movimiento.
Elemento
(del latín «elementum»: substancia primaria). Concepto que designa las partículas primarias de la
materia, de cuyas combinaciones se forma toda la diversidad de objetos del mundo material. El
concepto de elemento surge con carácter necesario en el proceso del conocimiento histórico de la
naturaleza y refleja el nivel del saber humano acerca de la estructura de la materia. Con el
desarrollo de la ciencia, este concepto modifica su contenido y se enriquece. Los materialistas de la
antigua Grecia tomaban como elemento único del mundo ya fuera el agua (Tales), ya el aire
(Anaxímenes), ya el fuego (Heráclito). Los filósofos de la época clásica: Demócrito y, más tarde,
Epicuro, formularon la teoría de los átomos como partículas pequeñísimas e indivisibles de la
materia. En el desarrollo de la teoría de la materia, siempre ha existido una contradicción entre la
tendencia de los científicos a buscar los elementos más simples de la materia y la ausencia de tales
elementos en la naturaleza, dado que la materia es infinita e inagotable en profundidad. Los
grandes descubrimientos científicos de fines del siglo XIX socavaron las representaciones
imperantes acerca de la existencia de partículas materiales primarias y sin estructura. La física
actual ha demostrado la complejidad que ofrece la estructura de los electrones, de los neutrones y
de otras partículas «elementales» con lo cual ha confirmado la concepción materialista dialéctica en
el sentido de que la naturaleza (la materia) no tiene elementos simplísimos, indivisibles. «El electrón
es tan inagotable como el átomo, la naturaleza es infinita...» (V. I. Lenin, t. XIV, pág. 249.
«Materialismo y empiriocriticismo», E.P.U., 1959, pág. 290).
Lo elevado
Categoría que expresa el sentido estético y el valor de los actos heroicos, de los acontecimientos y
fenómenos importantes de la realidad en su reproducción en el arte. Los acontecimientos y los
fenómenos estimados como elevados estéticamente son percibidos por el hombre como
contrapuestos a todo lo bajo y vulgar. Lo elevado despierta en el hombre sentimientos y vivencias
especiales que le levantan por encima de todo lo insignificante y mediocre, le conduce a la lucha
por altos ideales. Lo elevado se halla estrechamente unido a lo hermoso y, como lo hermoso, es la
encarnación positiva del ideal estético de vanguardia. Son elevados y hermosos, por ejemplo, las
hazañas de los héroes de la Gran Guerra Patria del pueblo soviético y sus imágenes en el arte, el
trágico amor de Romeo y Julieta (en el arte del pasado). Una de las diferencias de lo elevado
respecto a lo hermoso estriba en que en lo primero es de suma importancia el aspecto cuantitativo.
En contraposición a lo elevado, todo lo ruin e insignificante es siempre feo, aunque a veces se
engalane con ropajes hermosos. Mientras que las teorías idealistas buscan la fuente de lo elevado
en el sujeto o en las ideas de infinitud y eternidad divinas, &c., la estética marxista ve la fuente de lo
elevado en la realidad objetiva y al mismo tiempo asigna gran valor a la formación consciente de
elevados sentimientos e ideas estéticos. Ello resulta de singular importancia en el curso del
grandioso proceso que presupone la construcción de la sociedad comunista.
Emocionalismo
Teoría burguesa subjetivista de la moral; en ella se ha revelado, con máxima claridad, el influjo del
positivismo lógico sobre la ética. Principales representantes: Ayer, Carnap, Reichenbach y Charles
Stevenson. Al investigar los juicios morales que contienen valoraciones y exigencias de moralidad,
los emocionalistas llegan a la conclusión de que tales juicios no «describen» nada en realidad, sino
que sirven tan sólo de expresión a las emociones morales del hablante, a su sentimiento de
aprobación o reprobación ante un determinado proceder. Los emocionalistas consideran que es
imposible fundamentar o demostrar los juicios morales, que éstos son «arbitrarios», que cada
individuo es libre de mantener en moral cualquier punto de vista. Más aun, afirman que
estimaciones morales opuestas no se contradicen lógicamente unas a otras, pues no cabe refutar
las que nos parecen erróneas. El emocionalismo es una teoría en extremo nihilista y escéptica de la
moral; legitimiza en el fondo la arbitrariedad en la conducta y en las convicciones morales.
Empiriocriticismo
(del griego empeiría: experiencia, y critkh1: juzgar). Crítica de la experiencia o «machismo».
Corriente idealista subjetiva fundada por Avenarius y Mach. Considerando que la ley fundamental
del conocimiento es la «economía del pensar», empiriocritícismo «limpia» la concepción de la
experiencia de los conceptos de materia (substancia), necesidad, causalidad, &c.; los concibe como
«apercepciones apriorístícas» (conceptos intelectivos) legítimamente asignados a la experiencia. En
última instancia, mantiene una representación del mundo como conjunto de «elementos neutrales»
o sensaciones. Introduciendo la doctrina de la «coordinación de principio», es decir, de la conexión
indisoluble entre sujeto y objeto, el empiriocriticismo se convierte en un sistema de idealismo
subjetivo. El empiriocriticismo es un renacimiento del berkeleyanismo y del humismo, encubierto
bajo la exigencia de neutralidad en filosofía. También se hallaba ligado a la crisis de la física, a la
escuela delidealismo «físico». Lenin, en su trabajo «Materialismo y empiriocriticismo», puso de
manifiesto el papel social reaccionario de dicha corriente filosófica, su conexión con el fideísmo. El
empiriocriticismo apareció como variedad del positivismo («segundo positivismo»). Junto a
Avenarius y a Mach, pertenecieron a dicha corriente Joseph Petzoldt, F.Carstanjen, R. Willy, Victor
Adler, Bogdánov, V. Bazárov y otros. El neopositivismo ha pasado a ser la continuación de la
doctrina «antimetafísica» del empiriocriticismo.
Empiriomonismo
(del griego empeiría: experiencia, y mónoV: único). Así denominó Bogdánov su filosofía, –variedad
del empiriocriticismo, de la teoría de Mach. El empiriomonismo se basa en el concepto idealista
subjetivo de este último filósofo acerca de la neutralidad de los elementos de la experiencia (es
decir, de las sensaciones) respecto a lo físico y a lo psíquico. A juicio de Bogdánov, la filosofía de
Avenarius y de Mach es dualista (dualismo) porque toma como autónomas las series psíquica y
física de los elementos de la experiencia, a la que es necesario dar [137] una interpretación
monista; de ahí la denominación «empiriomonismo» de su teoría. Desde el punto de vista del
empiriomonismo, todo es, de uno u otro modo, experiencia organizada (concebida como datos
sensoriales «neutrales», es decir, en un sentido idealista). Además, el mundo físico se ve como
experiencia organizada colectiva y socialmente; lo psíquico, como experiencia organizada
individualmente. La solución de los problemas restantes, se desprende de estas definiciones: la
objetividad, según el empiriomonismo, es idéntica a la universalidad de significado; la causalidad, el
espacio y el tiempo expresan la organización social de la experiencia; la verdad (en la manera de
concebirla, Bogdánov se inclinaba hacia el relativismo) es «la viva forma organizadora de la
experiencia»; el hombre, un complejo de vivencias inmediatas, &c. En el análisis de la psique,
estimada desde el punto de vista del energetismo, el empiriomonismo confiere gran importancia a la
elección psíquica (adaptación biológica del organismo al medio) y al método de la sustitución. Éste
significa que en lugar de un hecho físico o fisiológico desconocido, siempre puede situarse un
hecho psíquico, y viceversa, es decir, puede reducirse lo material a lo ideal. El empiriomonismo
identifica la existencia social con la mentalidad colectiva, defiende el idealismo en la historia. En el
libro de Lenin «Materialismo y empiriocriticismo», y también en los trabajos de Plejánov, se somete
a crítica al ermpiriomonismo.
Empiriosimbolismo
(del griego empeiría: experiencia, súmbolon: símbolo). Término con que el idealista Iushkiévich
designó su variedad de empiriocriticismo. La idea básica del empiriosimbolismo, según la cual los
conceptos (verdad, existencia, esencia, &c.) son únicamente símbolos y no reflejan nada real, era
tomada de Poincaré y Mach (quien consideraba, por ejemplo, la materia nada más que como un
símbolo lógico). En el artículo «La energética moderna» –aparecido en la colección machista
«Ensayos sobre filosofía del marxismo» (1908)– y en el libro «Materialismo y realismo crítico»
(1908), Iushkiévich intentaba demostrar que el mundo era un conjunto de empiriosímbolos (es decir,
de símbolos de la experiencia), llamados a sistematizar los datos de la conciencia humana
colectiva. Lenin, en «Materialismo y empiriocriticismo» mostró que el empiriosimbolismo es un
idealismo subjetivo para el cual el mundo exterior y sus leyes constituyen únicamente símbolos de
la facultad cognoscitiva del hombre.
Empirismo
(del griego empeiría: experiencia). Teoría epistemológica que considera la experiencia sensorial
como única fuente del saber; afirma que todo conocimiento se fundamenta en la experiencia y se
adquiere a través de la experiencia. El empírismo idealista (Berkeley, Hume, Mach, Avenarius,
Bogdánov, el empirismo lógico actual, &c.), limita la experiencia a un conjunto de sensaciones o
de representaciones y niega que en la base de aquélla figure el mundo objetivo. El empirismo
materialista (Francis Bacon, Hobbes, Locke y los materialistas franceses del siglo XVIII) estima
que la fuente de la experiencia sensorial radica en el mundo exterior, que existe objetivamente. No
obstante, la contradicción fundamental entre empirismo y racionalismo no radica en la cuestión
concerniente al origen o fuente del saber: algunos racionalistas están de acuerdo en que nada hay
en la mente que no se haya dado antes en las sensaciones. El punto principal de la divergencia
está en que el empirismo infiere de la experiencia, y no de la mente misma, el carácter universal y
necesario de los conocimientos. Algunos empiristas (por ejemplo, Hobbes y Hume), influidos por el
racionalismo, llegaron a la conclusión de que la experiencia no es capaz de proporcionar al saber
un valor de universalidad y necesidad. La limitación del empirismo consiste en sobrevalorar
metafísicamente el papel de la experiencia, a la vez que subestima el de las abstracciones y teorías
científicas en la cognición; consiste en negar el papel activo y la independencia relativa del pensar.
Tales insuficiencias han sido superadas por la filosofía marxista, que examina todos los problemas
de la teoría de conocimiento desde las posiciones de la dialéctica de la práctica (Conocimiento,
Teoría y práctica, Contemplación).
Empirismo lógico
Corriente de la filosofía burguesa contemporánea; es la continuación directa del positivismo lógico
de fines de los años veinte y comienzos de los años treinta de nuestro siglo y aparece como una de
las [138] variantes de la filosofía analítica. Los representantes principales del empirismo lógico son
Carnap, Reichenbach, Feigl, Hempel, Bergmann y Frank. El empirismo lógico conserva invariables
las ideas básicas del positivismo lógico, a saber: la tesis sobre la reducción de la filosofía al análisis
lógico del lenguaje (ahora no sólo sintáctico, como ocurría a comienzos de los años treinta, sino,
ademas, semántico –semántica lógica) y la tesis sobre la imposibilidad de justificar teóricamente la
existencia de la realidad objetiva, &c.; pero se ha modificado algo en comparación con el
positivismo lógico inicial; en particular los empiristas lógicos han rectificado el subjetivismo extremo
del Círculo de Viena. Así, en calidad de «lenguaje empírico de la ciencia», el empirismo lógico
presenta el denominado lenguaje real, que expresa fenómenos físicos sensorialmente perceptibles,
y no el lenguaje de las vivencias personales del sujeto. Esto no significa, sin embargo, adscribirse a
las posiciones del materialismo, dado que la aceptación del lenguaje real no implica, para el
empirismo lógico, aceptar la afirmación teórica de que el mundo de las cosas tiene existencia
objetiva. El empirismo lógico desecha asimismo el principio mantenido en el período del Círculo de
Viena de que el conocimiento científico puede reducirse a lo empíricamente dado. No obstante, el
empirismo lógico ve en los conceptos científicos tan sólo formas «cómodas» y «adecuadas» de la
organización de lo sensorialmente dado, y no un reflejo de la realidad objetiva. Reconocer que el
saber científico, además de lo empíricamente dado, posee un contenido suprasensorial específico,
en esencia no concuerda con las ideas gnoseológicas iniciales del Círculo de Viena, con el principio
de la verificabilidad y otros, cuya vigencia intenta conservar el empirismo lógico. Ello conduce al
carácter interiormente contradictorio y ecléctico de su doctrina gnoseológica. El empirismo lógico,
como corriente filosófica, padece una profunda crisis interna, que se refleja en la renuncia a los
programas grandilocuentes característicos del positivismo lógico de los primeros tiempos, en la
aceptación de variantes de compromiso, más débiles, en el desplazamiento del centro de gravedad
de las investigaciones desde los amplios problemas filosóficos al estudio de cuestiones lógicas y
metodológicas concretas, donde los representantes del empirismo lógico han realizado meritorios
trabajos.
Emulación socialista
Fenómeno social que es expresión de la energía creadora de las masas trabajadoras y tiende a
acrecentar en todo lo posible la producción socialista. La base de la emulación socialista está
constituida por las relaciones socialistas de producción. Diferenciándose de manera radical de la
competencia capitalista, instrumento de explotación de los trabajadores, la emulación socialista se
presenta como forma en que se desarrolla el espíritu creador, consciente y libre, de las amplias
masas del pueblo, como forma en que éstas manifiestan sus aptitudes y su talento. El socialismo, al
aniquilar la explotación y al hacer que el poder político pase a manos del proletariado, abre por
primera vez amplias posibilidades para la emulación de masas. La fuente para el desarrollo de la
emulación socialista estriba en el cambio radical de la actitud que se adopta frente al trabajo en el
régimen socialista, cuando por primera vez en la historia de la sociedad el trabajo forzado es
sustituido por el trabajo para uno mismo, para la sociedad socialista. Lenin escribió que el
comunismo comienza donde aparece la preocupación de los simples obreros por los bienes de la
sociedad, por los bienes destinados al conjunto de toda la sociedad. Como forma de la organización
socialista del trabajo, la emulación socialista se basa en la amistad, en la ayuda mutua y en el
colectivismo. Los rasgos característicos y las condiciones necesarias de la emulación socialista son:
publicidad de los éxitos obtenidos por las empresas y los trabajadores en la producción; ayuda
mutua entre los trabajadores; apoyo a los rezagados para que alcancen el nivel de los que van en
primera fila; amplia difusión de la experiencia de vanguardia, &c. La emulación socialista es de
importancia trascendental para elevar el rendimiento del trabajo, la maestría de los obreros y el
desarrollo, de la nueva técnica. El principio socialista de retribución según el trabajo sirve para
combinar en la emulación socialista los intereses colectivos y los particulares. La emulación
socialista facilita el desarrollo de la crítica y de la autocrítica, el perfeccionamiento de la
organización del trabajo, la difusión de la experiencia de vanguardia, la incorporación de los
trabajadores a las funciones rectoras de la producción. Tiende a formar una actitud comunista ante
el trabajo. Perfeccionando [139] las relaciones económicas del socialismo y desarrollando la
democracia socialista, la emulación socialista contribuye a establecer relaciones sociales
comunistas. Lenin, en sus trabajos «¿Cómo organizar la emulación?», «Las tareas inmediatas del
poder soviético», «Una gran iniciativa» y otros, indicó que organizar la emulación constituía una
importante tarea estatal. La emulación socialista ha presentado diversas formas: sábados
comunistas, movimiento stajanovista, &c. Actualmente, la forma básica de la emulación socialista
consiste en el movimiento en pro del trabajo comunista, bajo la consigna de «Aprender a vivir y a
trabajar al estilo comunista».
Enciclopedistas
Autores y colaboradores de la «Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, artes y oficios»
(1751-1780). La «Enciclopedia» desempeñó un gran papel en la preparación ideológica de la
revolución burguesa que hubo en Francia a fines del siglo XVIII, y ofreció una compilación
sistemática de los resultados científicos de su tiempo. Hasta 1772, al frente de la «Enciclopedia»
estuvo Diderot, a quien ayudaba D’Alembert. Entre los enciclopedistas figuraban Montesquieu,
Rousseau, Voltaire, Helvecio, Holbach y otros pensadores. Quienes, en la «Enciclopedia»
mantuvieron una lucha más consecuente contra la ideología feudal, fueron los materialistas. Sin
embargo, hasta los enciclopedistas más moderados abogaban por la no intervención de la Iglesia
en las cuestiones de la ciencia, se declaraban partidarios del progreso social, criticaban el
despotismo, se manifestaban en pro de la liberación del hombre de todo yugo de casta.
Energetismo
Concepción filosófica surgida a fines del siglo XIX entre algunos naturalistas. Sus partidarios
reducen todos los fenómenos de la naturaleza a modificaciones de la energía, carente de base
material. Ostwald, Mach y otros adeptos del energetismo, al desarrollar la interpretación energética
de la ciencia natural, negaban el valor científico de la teoría atomística. Mas, posteriormente, ante
los éxitos de la atomística del siglo XX, se vieron obligados a reconocer la existencia de los átomos.
Las ideas del atomismo penetraron también en la misma teoría física de la energía: se descubrió
que ésta puede cambiar en porciones discretas, en cuantos. No obstante, las ideas del energetismo
renacieron, si bien de manera menos sistemática, en relación con los nuevos datos de la física
nuclear y de la física de las partículas «elementales». En particular, el descubrimiento del defecto
de masa, y de que es posible transformar el par de partículas en campo y viceversa fueron
interpretados como posibilidad de convertir la materia en energía y viceversa. Tales afirmaciones
«energéticas» se fortalecían con referencias a la ley de la interconexión de la masa y de la energía (
E = mc² ), vista como fundamentación teórica de la posibilidad indicada. Las raíces gnoseológicas
del energetismo se encuentran, por una parte, en los éxitos del método energético en ciencia
natural; por otra parte, en las dificultades con que choca la teoría moderna de la estructura de la
materia. El energetismo como dirección filosófica renace cuando la ciencia se encuentra ante el
problema de penetrar en un nivel estructural más hondo de la materia. El energetismo de Ostwald
reflejaba las vacilaciones del pensamiento científico en el período en que se buscaban los caminos,
entonces desconocidos, para llegar al conocimiento de la estructura atómica de la materia. El
energetismo actual se debe a las dificultades que han surgido ante la física para llegar al
conocimiento de la estructura de las partículas «elementales».
Energía
(del griego e1nérgeia: actividad). Medida común a las diversas formas del movimiento de la materia.
Las formas físicas del movimiento de la materia cualitativamente distintas son susceptibles de
transformarse unas en otras y semejante proceso de transformación está controlado por
equivalentes cuantitativos rigurosamente determinados. Esto permite obtener la medida común del
movimiento: la energía como tal. En el sistema de la teoría física, la energía se expresa de distintas
maneras: mecánica, térmica, electromagnética, nuclear, gravitatoria, &c. Cada uno de los tipos de
energía caracteriza de modo esencial la correspondiente forma física del movimiento en el aspecto
de su posible transformación en cualquier otra forma del movimiento, conservándose éste
cuantitativamente igual.
Enesidemo (siglo I a.n.e.)
Filósofo escéptico griego, uno de los discípulos de Pirrón y de los partidarios de la Academia
platónica que defendían al escepticismo. Segun Enesidemo, no es posible alcanzar ningún
conocimiento auténtico de las cosas, pues a cada una de nuestras afirmaciones se puede oponer
otra afirmación de sentido contrario. Lo mejor es renunciar por completo a toda aseveración, y sólo
de este modo cabe llegar a la satisfacción interior. Hay que proceder tal como suele proceder todo
el mundo o como sugiere tal o cual necesidad ineludible. La filosofía de Enesidemo fue un producto
de la descomposición que soportó la filosofía clásica griega.
Entelequia
(del griego e1ntele1ceia: que tiene el fin en sí mismo). En Aristóteles y en la escolástica, la
entelequia es un fin realizado (teleología) y también un principio activo que convierte la posibilidad
en realidad. Al concepto de entelequia está ligada la interpretación idealista de los fenómenos
biológicos (Driesch, Vitalismo).
Entendimiento y razón
Grados o procedimientos del pensar distinguidos en algunos sistemas de la filosofía premarxista.
Por entendimiento se suele entender la facultad de razonar con acierto, de argumentar, de exponer
sistemáticamente los propios pensamientos. Por razón suele entenderse la facultad de encontrar las
causas y la esencia de los fenómenos, la facultad de examinarlos en todos sentidos, de descubrir la
unidad de los contrarios. Los gérmenes de semejante división se encuentran ya en Platón,
Aristóteles y Nicolás de Cusa. Ocupan un lugar especial en la filosofía de Kant y de Hegel. Según
Kant, las sensaciones, que surgen gracias a la acción de la «cosa en sí», incognoscible, sobre los
órganos de los sentidos, se ordenan con ayuda de las formas apriorísticas de la sensibilidad (el
espacio y el tiempo) y del entendimiento (las categorías de unidad, multiplicidad, causalidad,
posibilidad, necesidad y otras). El entendimiento da forma al contenido sensorial y por esto entra en
conocimiento de las cosas no como son, sino como aparecen. El ulterior movimiento del conocer es
posible gracias a la razón, formas de cuya síntesis son las ideas de alma, de mundo y de Dios. La
mente del hombre, al intentar conocer los objetos de dichas ideas, se encuentra con
contradicciones insolubles (antinomias). El camino hacia el mundo de las «cosas en sí» también
está cerrado para la razón teórica. No queda más remedio que recurrir a la «razón práctica» y
ampliar la concepción del mundo a expensas de la fe. Según Hegel, el entendimiento no va más allá
de la determinación inmóvil, de la identidad y de la universalidad abstractas, de los contrarios
estancados, separados entre sí (esencia y fenómeno, necesidad y casualidad, vida y muerte, &c.).
El pensamiento intelectivo, sin embargo, no basta; constituye sólo un grado necesario que permite
elevarse más alto, hacia las formas racionales del conocimiento. El aspecto dialéctico negativo
racional del pensamiento consiste en que las determinaciones unilaterales y limitadas se superan a
sí mismas, y en el tránsito a su contrario. El aspecto especulativo positivo-racional del pensamiento
contiene en sí, superados, aquellos contrarios más allá de los cuales no va el entendimiento, y
precisamente con esto se revela como lo concreto y la totalidad. El marxismo, a la vez que rechaza
el idealismo de Hegel, valora en mucho su crítica de la metafísica, y la dialéctica contenida en la
doctrina hegeliana del entendimiento y la razón.
Entimema
En la lógica formal clásica, razonamiento deductivo (silogismos, razonamientos condicionales y
disyuntivos) en el cual no se halla expresada de manera manifiesta alguna de sus partes: una de
sus premisas o la conclusión. Así, en el entimema «Todos los marxistas son materialistas, por
consiguiente, también este hombre es materialista» se halla omitida la premisa menor del silogismo:
«Este hombre es marxista».
Entropía
Es uno de los conceptos fundamentales de la física clásica, introducido en la ciencia por Rudolf
Clausius. Desde el punto de vista macroscópico, la entropía expresa la capacidad de
transformación de la energía: cuanto mayor es la entropía de un sistema, tanto menor es la energía
en él contenida capaz de sufrir transformaciones. Mediante el concepto de entropía, se formula una
de las leyes físicas capitales, la ley del aumento de la entropía o segundo principio de la
termodinámica, principio que determina el sentido de los cambios energéticos: en un sistema
cerrado, la entropía no puede disminuir. La consecución del máximo de entropía caracteriza la
llegada a un estado de equilibrio en el cual no son ya posibles ulteriores transformaciones
energéticas: toda la energía se ha con vertido en calor y se ha producido un estado de equilibrio
térmico. Ya los autores del segundo principio –Clausius y William Thomson y Lord Kelvin– lo
aplicaron al mundo en su conjunto y llegaron a la errónea conclusión de que es inevitable la
denominada muerte térmica del universo. El desarrollo ulterior de la física ahondó el contenido del
concepto de entropía descubriendo su naturaleza estadística. Desde el punto de vista de la física
estadística, la entropía expresa la probabilidad del estado de un sistema, y el incremento de la
entropía señala el paso de un sistema de estados menos probables a estados más probables. El
aumento de entropía no posee un carácter absoluto, sino que expresa tan sólo la tendencia más
probable de los procesos. Para los sistemas macroscópicos, que constan de gran número de
partículas, el aumento de la entropía es necesario, mas para los procesos microscópicos (por
ejemplo, para el movimiento browniano), el segundo principio ya carece de vigencia. La
interpretación estadística de la entropía limita la esfera de acción del segundo principio a los
procesos macroscópicos muestra que es inaplicable no sólo a los sistemas con un pequeño número
de partículas (microsistemas), sino, además, a los sistemas que comprenden un número
infinitamente grande de partículas (universo, totalidad del mundo). Para tales sistemas, pierde su
sentido el concepto de estado más probable (todos los estados en un sistema infinitamente grande
resultan equiprobables), y por consiguiente, pierde su sentido la ley que trata del paso de un
sistema de estados menos probables a estados más probables. La ciencia moderna pone de
relieve, por tanto, la inconsistencia absoluta de las conclusiones acerca del advenimiento, que se
presenta como inevitable, del equilibrio y muerte térmicos del mundo.
Epigénesis
(del griego e1pí: sobre, después, y génesiV: surgimiento). Teoría del desarrollo embrionario de los
organismos. En contraposición al preformismo, la epigénesis concibe el desarrollo del organismo
sólo como una nueva formación, como una agregación, y excluye por completo toda preformación,
es decir, la posibilidad de que ya en el embrión esté predeterminado el desarrollo del organismo
adulto.
Epiquerema
(del griego epikei-rhma: empresa, argumentación). Conclusión silogística cuyas premisas son
entimemas. El epiquerema es un tipo de silogismo compuesto abreviado. Sirve de ejemplo de
epiquerema el siguiente esquema de razonamiento.
P es inherente a todos los M, pues N es inherente a todos los M (se sobreentiende que P es
inherente a todos los N).
Epistemología
(del griego e1pis-th2mh: conocimiento, y lógoV: tratado; doctrina acerca del saber. Teoría del
conocimiento, gnoseología. El término de «epistemología» se emplea en la filosofía burguesa
británica y norteamericana; es menos frecuente en la francesa y alemana. La introducción de dicho
término se atribuye al filósofo escocés James Frederick Ferrier («Fundamentos de la metafísica»,
1854), que dividió la filosofía en ontología y epistemología.
Equivalencia
En lógica, nexo de dos enunciados que denota que ambos son verdaderos o que ambos son falsos.
En la notación simbólica se representa mediante los signos ù | Por ejemplo, los enunciados «un
número es divisible por 6» (A), y «un número es divisible por 2 y por 3» (B) son equivalentes (A | B),
lo cual puede expresarse también en la forma: «un numero es divisible por 6 si y sólo si es divisible
por 2 y por 3». La negación de la equivalencia tiene la misma fuerza que la disyunción exclusiva.
Errores lógicos
Errores debidos a un equivocado curso del pensar en el razonamiento. Suelen cometerse distintas
clases de errores lógicos. Los errores pueden derivar de una interpretación incorrecta o de un uso
desacertado, –como premisas de determinado razonamiento–, de determinadas aseveraciones (por
ejemplo, una afirmación, verdadera en ciertas condiciones, se considera como incondicionalmente
verdadera); pueden cometerse por infracción de las leyes de la lógica en el curso del razonamiento
(por ejemplo, cierta «cuadruplicación de los términos» en los silogismos, cuando las premisas se
enlazan gracias a la presencia de términos que se toman por comunes, si bien, en realidad, tras
ellos se ocultan conceptos diferentes); por tomar equivocadamente como inferencia de la
aseveración una que, en realidad, no es la conclusión del razonamiento dado (por ejemplo, en las
demostraciones, la suplantación de la tesis), &c. Los errores lógicos se dividen en inintencionados
(paralogismo) y conscientes (sofismas).
Escatología
(del griego e5skatoV: último y lógoV: palabra, saber). Doctrina religiosa acerca de los destinos
últimos del mundo y de la humanidad, acerca del fin del mundo y del juicio final. En la base de la
escatología se encuentran antiguas representaciones sobre la existencia, en la naturaleza, de
activas fuerzas ocultas, acerca de la lucha entre el principio del bien y el principio del mal, sobre el
castigo de los pecadores y la recompensa a los justos en un mundo de ultratumba. En forma
desarrollada, las ideas escatológicas se encuentran en el cristianismo (Apocalipsis) y en el
judaísmo. Las inclinaciones escatológicas se nutrían de los conflictos de clase, alcanzaban singular
difusión en los tiempos de crisis sociales y políticas (Judea, siglo I d. n. e.; Alemania, siglos XV-XVI;
Inglaterra, siglos XVI-XVII; Rusia, fines del siglo XVII y comienzos del XVIII, &c.). También en
nuestros días, los clérigos y sectarios religiosos utilizan intensamente la escatología. Para
robustecerla, los teólogos actuales recurren a los datos de la ciencia natural, interpretados en un
sentido idealista.
Escepticismo
Concepción filosófica que pone en duda la posibilidad del conocimiento de la realidad objetiva. El
escepticismo consecuente se conjuga con el agnosticismo. Alcanza su mayor difusión en los
períodos del desarrollo de la sociedad en que los viejos ideales sociales ya se tambalean y los
nuevos todavía no se han consolidado. El escepticismo como doctrina filosófica surgió en el período
de crisis de la antigua sociedad griega (siglo IV a. n. e.) como reacción a los anteriores sistemas
filosóficos que mediante razonamientos especulativos intentaban explicar el mundo sensible, a
menudo contradiciéndose entre sí. Llegó a su punto culminante en las doctrinas de Pirrón,
Arcesilao, Carnéades, Enesidemo, Sexto el Empírico y otros. Prosiguiendo las tradiciones de los
sofistas, los primeros escépticos señalaron el carácter relativo del conocimiento humano, la
indemostrabilidad formal del mismo y su dependencia de diversas condiciones (circunstancias de la
vida, estado de los órganos de los sentidos, influencia de las tradiciones y de los hábitos, &c.). En la
base de la concepción ética del escepticismo grecorromano, figuraba la duda en la posibilidad de un
saber demostrado y admitido por todo el mundo. Los escépticos de la Antigüedad clásica,
preconizaban la abstención de todo juicio para alcanzar la imperturbabilidad del alma (ataraxía) y
con ello, la felicidad, que es el fin de la filosofía. Sin embargo, los propios escépticos no se
abstenían, ni mucho menos, de enjuiciar las cosas y escribían obras en las que criticaban los
dogmas filosóficos especulativos y presentaban argumentos (los denominados tropos) en favor del
escepticismo. En la filosofía de los siglos XVII-XVIII, existieron diversas corrientes del escepticismo.
En conjunto, el escepticismo contribuyó en importante medida a refutar el dogmatismo de la
ideología medieval. En los trabajos de Montaigne, Charron, Bayle, &c., se ponía en duda los
argumentos de los teólogos, se preparaba el terreno para poder asimilar el materialismo. Por otra
parte, el escepticismo de Pascal, Hume, Kant y otros limitaba las posibilidades de la razón en
general y desbrozaba el camino a la fe religiosa. En la filosofía contemporánea, ha asimilado a su
modo los argumentos tradicionales del escepticismo el positivismo, que considera absurdos todos
los juicios, generalizaciones e hipótesis, cualesquiera que sean, inaccesibles a la comprobación
experimental.
Escolástica
(del griego skolh1: escuela). Así se denomina la «filosofía escolar» medieval, cuyos representantes
–escolastas– procuraban fundamentar teóricamente la concepción religiosa del mundo. Servían de
base filosófica a la escolástica las ideas de la filosofía clásica (de Platón y sobre todo, de
Aristóteles, cuyas concepciones la escolástica adaptaba a sus fines). En la escolástica medieval,
ocupó un importante lugar la discusión en torno a los universales. Históricamente, esta filosofía se
divide en varios períodos: lo característico de la etapa temprana (siglos IX-XIII) es la influencia del
neoplatonismo (Juan Escoto Erigena, Anselmo de Canterbury, Avicena, Averroes,
Maimónides). En la época de la escolástica «clásica» (siglos XIV-XV) dominó el «aristotelismo
cristiano» (Alberto Magno, Tomás de Aquino). Las controversias sostenidas en el período de la
escolástica tardía (siglos XV-XVI) entre los teólogos católicos (Francisco Suárez, Tomás Cayetano)
y los protestantes (Philipp Melanchthon) reflejaban, en último término, la lucha de la Iglesia Católica
contra la Reforma. En el siglo XIX se inicia el período de la neoescolástica, que agrupa las
diferentes escuelas de la filosofía católica (Tomismo, escuela platónico-agustiniana, escuela
franciscana y otras).
Escuela eliaco-eretríaca
Una de las escuelas socráticas que existió en los siglos IV-III a. n. e. La fundó Fedón de Elis,
discípulo predilecto de Sócrates (según Platón). Posteriormente, fue trasladada a Eretria por
Menedemo (discípulo de Estilpón). No se han conservado obras originales de dicha escuela. De ella
se tiene noticia, sobre todo, gracias a las obras de Cicerón y de Diógenes Laercio. Por su
orientación, la escuela elíaco-eretríaca es muy afín a la escuela de Megara. Los partidarios de la
escuela elíaco-eretríaca se ocupaban, fundamentalmente, de cuestiones éticas. Menedemo
afirmaba que las distintas virtudes son una en su base y por este motivo se reducen a un solo bien,
que consiste en el conocimiento de la verdad por la razón. También se atribuye a Menedemo la idea
de que las propiedades generales de las cosas no poseen una existencia independiente sino que se
manifiestan tan sólo en cosas concretas singulares. Otros representantes de la escuela: Angipilo y
Asclepíades.
Escuela romántica
Primera manifestación madura del romanticismo. Existió en Alemania a fines del siglo XVIII y
comienzos del XIX. Su florecimiento corresponde a los años, de 1798-1800, cuando en Jena se
estableció la estrecha colaboración de los críticos literarios Friedrich y August Schlegel, Karolina
Schlegel, de los poetas Tieck y Novalis, de los filósofos Schelling y Sehleiermacher. En este período
se editó la revista «Atenea» (1798). La escuela romántica combatió el racionalismo, de la
Ilustración, contraponiendo a la «reflexión» sin alma el culto al sentimiento y al éxtasis creador, el
cual, según los partidarios de esta escuela, descubre los secretos de la naturaleza con mayor
profundidad que el paciente trabajo del sabio. Los románticos consideraban que la fuerza motriz del
conocimiento radicaba en la vivencia de las contradicciones entre lo finito y lo infinito, en la
tendencia hacia el infinito, la angustia debida a lo que éste tiene de inaccesible, la actitud irónica
hacia uno mismo y hacia la propia obra creadora. Según los representantes de la escuela romántica
el medio para poder adentrarse en lo infinito radica en el amor, en el culto místico a la naturaleza,
en la creación artística, en la vivencia creadora. Idealizaban el pasado feudal y católico; algunos de
ellos adoptaron el catolicismo, se convirtieron en ideólogos de la Restauración. Posteriormente
surgieron escuelas románticas en Francia, Polonia, Italia, España, Dinamarca y Estados Unidos.
Esencia
Sentido de la cosa dada, aquello que la cosa es en sí misma, a diferencia de todas las demás y de
los estados variables de la cosa al experimentar el influjo de tales o cuales circunstancias. El
concepto de «esencia» es muy importante para todo sistema filosófico, para distinguir los sistemas
filosóficos desde el punto de vista de la solución que se da al problema de cómo la esencia se
relaciona con el ser y de cómo la esencia de las cosas está relacionada con la conciencia, con el
pensar. Para el idealismo objetivo, el ser, la realidad y la existencia se encuentran en dependencia
de la esencia de las cosas, entendida como algo independiente, inmutable y absoluto. En este caso,
las esencias de las cosas forman una realidad ideal peculiar, que engendra todas las cosas y las
rige (Platón, Hegel). Para las tendencias idealistas subjetivas, la esencia es una creación del sujeto,
que proyecta fuera de sí la esencia y la representa bajo el aspecto de cosas. El único punto de vista
acertado consiste en reconocer la realidad de la esencia objetiva de las cosas y de su reflejo en la
conciencia. La esencia no existe fuera de las cosas, sino en ellas y a través de ellas, como su
principal propiedad general, como su ley. El conocimiento humano va asimilando gradualmente la
esencia del mundo objetivo, cada vez ahonda más en él. Este conocimiento se utiliza para influir
retroactivamente sobre el mundo objetivo con vistas a su transformación práctica (cfr. Realidad, lo
Real, Esencia y fenómeno). [148]
Esencia y Fenómeno
Categorías filosóficas que reflejan facetas necesariamente inherentes a cada objeto de la realidad.
La esencia constituye el conjunto de las propiedades y relaciones del objeto más profundas y
estables, determinante de su origen, carácter y dirección del desarrollo. El fenómeno constituye un
conjunto de propiedades y relaciones del objeto diversas, externas, móviles, inmediatamente
accesibles a los sentidos y representa el modo como la esencia se manifiesta, se revela. Los
idealistas interpretan torcidamente dichas categorías, suponiendo o bien que la esencia es ideal
(«ideas», de Platón; «idea absoluta» de Hegel) o bien que el fenómeno es subjetivo y la esencia
objetiva e incognoscible (Kant, Agnosticismo); o declaran subjetiva la diferenciación misma de
esencia y fenómeno en el objeto (Dewey, Lewis), o bien, finalmente, niegan por completo la esencia
e identifican el fenómeno con la sensación (Mach, Fenomenalismo). Esencia y fenómeno
constituyen una unidad: así como no puede haber esencias «puras», que no aparezcan, tampoco
hay fenómenos carentes de esencia; «La esencia aparece. El fenómeno es esencial» (V. I. Lenin, t.
XXXVIII, pág. 249). La unidad de esencia y fenómeno se revela, asimismo, en el hecho de que se
transforman una en otro y recíprocamente. Lo que en cierto tiempo (o relación) es esencia, en otro
tiempo (o relación) puede convertirse en fenómeno, y viceversa. Sin embargo, la unidad de esencia
y fenómeno es internamente contradictoria, ellos mismos son aspectos de una contradicción. La
esencia aparece como lo determinante; el fenómeno, como lo determinado; el fenómeno se da de
manera inmediata; en cambio, la esencia se halla oculta; en cuanto a los rasgos, el fenómeno es
más rico que la esencia, pero ésta es más profunda que el fenómeno; la esencia en un objeto es
siempre una, aunque se manifiesta en una multiplicidad de fenómenos; el fenómeno es más móvil
que la esencia; un mismo fenómeno puede ser manifestación de esencias variadas e incluso
contrarias; el fenómeno puede expresar la esencia tergiversadamente, de manera inadecuada
(Apariencia). Sin embargo, la contradicción existe no sólo entre esencia y fenómeno, sino, además,
dentro de la esencia misma, y estas contradicciones son las fundamentales del objeto, cuyo
desarrollo global determinan. En oposición a la metafísica, el materialismo dialéctico reconoce la
mutabilidad de la esencia. La contradicción entre esencia y fenómeno condiciona el carácter
complejo y contradictorio del proceso del conocimiento, « ... si la forma de manifestarse y la esencia
de las cosas coincidieran directamente, toda ciencia sería superflua» (C. Marx y F. Engels, t. XXV,
parte II, pág. 384). Profundizar sin límites desde el fenómeno hacia la esencia, descubrir la esencia
de las cosas tras los fenómenos externos, hallar el fundamento de por qué la esencia se manifiesta
de una manera y no de otra, tal es el fin del conocimiento. Por medio de la contemplación
inmediata, el hombre entra en conocimiento de las cosas que figuran en la superficie, entra en
conocimiento de los fenómenos. El conocimiento de la esencia se logra gracias al pensamiento
abstracto. En la ciencia, el tránsito del conocimiento del fenómeno al conocimiento de la esencia
adquiere el aspecto específico de paso del experimento (la observación) a la explicación a través de
la descripción.
Esotérico y Exotérico
(del griego e1swterikóV: orientado hacia el interior y e1xwterikóV: orientado hacia el exterior). Con el
término «esotérico» se designa una idea, una teoría, destinada exclusivamente a los iniciados,
comprendida sólo por los especialistas. El término de «exotérico», en cambio, se aplica en el
sentido de «popular» «accesible también al no especialista». Dichos términos se emplean,
asimismo, para designar nexos internos esenciales (esotéricos) y externos (exotéricos) de los
fenómenos.
Espacio multidimensional
Abstracción del espacio con más de tres dimensiones, a diferencia del espacio habitual (estudiado
en la geometría elemental) donde por un punto sólo pueden pasar tres rectas perpendiculares entre
sí por lo cual la posición de un punto cualquiera puede determinarse, en dicho espacio, mediante
tres números. En el espacio multidimensional de n dimensiones, la posición de un punto se
caracteriza mediante n números (con la particularidad de que el espacio puede tener un número
finito e infinito de dimensiones). El concepto de espacio multidimensional apareció en matemáticas
como resultado del desarrollo y de la generalización sistemática del concepto de espacio.
Constituye el resultado de un complejo proceso de abstracción e idealización, y sirve de poderoso
medio para investigar la realidad. La abstracción del espacio n-dimensional ha encontrado
importante aplicación, por ejemplo, en física. Se examinan a la vez los tres números que
caracterizan la situación de un punto en el espacio y el número que caracteriza su posición en el
tiempo, obteniéndose así el espacio tetradimensional (continuo tetradimensional espaciotemporal)
de la teoría de la relatividad. En la mecánica cuántica encuentran aplicación los espacios
funcionales infinito-dimensionales. Pese a lo fecundo que el concepto de espacio multidimensional
resulta para la ciencia, no ha de llegarse a la conclusión de que el espacio como forma de
existencia de la materia es multidimensional; dicho espacio es tridimensional y sus propiedades se
descubren en los diversos sistemas de geometría.
Espíritu
(del latín «spiritus», literalmente: soplo, aire finísimo, hálito, aliento, olor). Concepto que, en el
amplio sentido de la palabra, es idéntico a los conceptos de lo ideal, de la conciencia como forma
suprema de la actividad psíquíca; en el sentido estricto del término, es equivalente al concepto de
pensamiento. En la historia de la filosofía se diferencian el espíritu subjetivo (sujeto, personalidad,
individuo) –cuya absolutización lleva al idealismo, subjetivo– y el espíritu objetivo (conciencia social,
objetivación de las facultades humanas) que conduce –si se sostiene su carácter primario– al
idealismo objetivo. La filosofía grecorromana de la Antigüedad concebía el espíritu como activídad
teórica (para Aristóteles, por ejemplo, la forma superior de la actividad del espíritu es el pensar
sobre el pensamiento, el placer de teorizar). Sin embargo, también se entiende el espíritu como
principio suprarracional cognoscible inmediata e intuitivamente (Plotino). Este punto de vista
entronca con la religión, según la cual el espíritu es Dios, una esencia sobrenatural, susceptible de
ser únicamente objeto de la fe. La filosofía clásica alemana subrayaba el carácter activo del espíritu,
lo veía como actividad de la autoconciencia. Así, Hegel concebía el espíritu como unidad de la
autoconciencia y de la conciencia, unidad que se realizaba en la razón; [150] como unidad entre la
actividad práctica y la teórica del espíritu sobre la base de la práctica: el ser del espíritu es su hacer
aunque este hacer es interpretado sólo como conocimiento. El espíritu, según Hegel, supera lo
natural y se eleva hasta sí mismo en el proceso del autoconocimiento. La filosofía materialista
considera al espíritu como lo secundario respecto a la naturaleza. Para los materialistas de la
antigüedad, el espíritu es la parte más racional del alma, derramada por todo el cuerpo. Los
materialistas de los siglos XVII-XVIII (Hobbes, Locke, La Mettrie) concebían el espíritu sólo como
una variedad del conocimiento sensorial. El materialismo dialéctico no reduce lo espiritual a la
simple suma de sensaciones y rechaza la representación del espíritu como de algo que existe con
independencia de la materia. Lo espiritual es función de la materia altamente organizada, es
resultado de la actividad práctica material, histórico-social de los hombres. La vida espiritual de la
sociedad –conciencia social– aparece como reflejo del ser social. Al mismo tiempo, influye de
manera activa sobre éste, sobre la actividad práctica de la humanidad. El concepto de espíritu
también se emplea en sentido metafórico como sinónimo de esencia: espíritu de la época, espíritu
del tiempo (cfr. alma, pensamiento, conciencia, psique).
Espiritualismo
(del latín «spiritus»: espíritu). 1. Teoría idealista que considera al espíritu como primera base del
mundo. Para algunos espiritualistas, el mundo material es la manera en que se manifiestan Dios y
sus atributos; para otros, es una ilusión de la conciencia humana. Los espiritualistas consideran que
el alma existe independientemente del cuerpo. Los espiritualistas consecuentes, falsificando los
resultados del saber actual, proponen que se sustituya la ciencia por la fe ciega en los espíritus y en
la providencia divina. 2. En la filosofía burguesa, el término «espiritualismo» se emplea a menudo
para designar el idealismo.
Espontaneidad
Característica de los procesos provocados no por influjos exteriores, sino por causas interiores;
también, iniciativa personal, facultad de actuar bajo el influjo de móviles interiores. Los primeros en
analizar la concepción filosófica de espontaneidad fueron los atomistas de la Antigüedad clásica, al
tratar de los problemas concernientes a la necesidad y casualidad, a la posibilidad, a la realidad y a
la probabilidad, al libre albedrío. Epicuro, por ejemplo, examinando la desviación espontánea del
átomo, al caer, respecto a la línea recta relacionaba esa desviación con los argumentos para
fundamentar la casualidad y el libre albedrío, con la renuncia al determinismo mecanicista. El
materialismo dialéctico concibe la espontaneidad como propiedad específica de la materia como
manifestación de su automovimiento, en su desarrollo espontáneo, en su vida, está en conocerlos
como unidad de contrarios» (t. XXXVIII, pág. 358). Reconocer la espontaneidad del movimiento y
del desarrollo no excluye la necesidad de tener en cuenta los influjos exteriores sobre el objeto en
desarrollo, su conexión recíproca con todos los objetos del mundo. La concepción idealista de la
espontaneidad como independiente del mundo objetivo, como «libre albedrío» indeterminado del
hombre, es inconsistente y no concuerda con los datos de la ciencia (Voluntad).
Espontaneidad y conciencia
Categorías del materialismo histórico que caracterizan la relación entre la ley histórica objetiva y la
actividad del hombre dirigida hacia un determinado fin. Por espontaneidad se entiende el decurso
del desarrollo social cuando el hombre no tiene conciencia de las leyes objetivas de ese desarrollo,
no se encuentran bajo su control, cuando actúan a menudo, con la fuerza destructiva de los
elementos de la naturaleza y la actuación consciente de las personas no conduce al logro de los
fines propuestos, sino a resultados, incluso, totalmente inesperados. Se habla de conciencia en la
actividad histórica cuando las personas actúan apoyándose en leyes del desarrollo social conocidas
y lo orientan de manera sistemática hacia la consecución de fines determinados. Todas las
formaciones sociales presocialistas se han desarrollado, en lo fundamental, espontáneamente. El
paso del poder a la clase obrera encabezada por el Partido Comunista, el cambio de la propiedad
privada sobre los medios de producción por la propiedad social, abren en la historia un nuevo
período, el período de la creación histórica consciente. Sin embargo, la diferencia entre la actividad
histórica de las personas bajo el socialismo y en las anteriores formaciones, no es absoluta.
También antes, el hombre, en una u otra medida, actuaba apoyándose en las leyes objetivas de la
historia, entrando poco a poco en conocimiento de algunas manifestaciones de la necesidad
histórica. Por otra parte, también en el régimen socialista subsisten elementos de espontaneidad
por no haberse investigado aún ciertas cuestiones de la ciencia social, por no saber aplicar
plenamente las leyes objetivas, y también en virtud de cierto retraso de la conciencia social respecto
al ser social. En el materialismo histórico, el problema concerniente a la espontaneidad y a la
conciencia se examina en íntima conexión con la táctica del movimiento obrero y comunista. Es de
importante trascendencia política como cuestión que afecta a la dirección de las [152] masas por el
partido y es objeto de enconada lucha con el reformismo y el revisionismo.
Estado
Organización política de la clase económicamente dominante; tiene por fin mantener el orden de
cosas existente, y aplastar la resistencia de las otras clases. Surgió a consecuencia de haberse
escindido la sociedad en clases, como instrumento de la clase explotadora para mantener sometido
al pueblo explotado. El proceso de la formación del Estado consistió en destacar un poder público
especial con su ejército, su policía, sus cárceles e instituciones coercitivas de distinto género. En las
sociedades que se fundan en la propiedad privada de los medios de producción, el Estado es
siempre instrumento de la clase dominante, de su dictadura, una fuerza especial para sojuzgar a las
masas explotadoras con independencia de que se establezcan tales o cuales formas de gobierno.
Los estados imperialistas modernos persiguen toda manifestación del movimiento liberador, la lucha
de las masas por la paz, &c. La política exterior de tales Estados tiende a esclavizar a los pueblos
libres e independientes, a subordinarlos a los imperialistas. Tiene por principio un carácter distinto el
Estado proletario. También es instrumento de una dictadura de clase, precisamente de la dictadura
del proletariado, pero en interés de todos los trabajadores, es decir, de la inmensa mayoría de la
población, y se emplea para la represión de los explotadores. El Estado socialista puede presentar
formas distintas, pero en todas ellas su esencia es la misma: la dictadura del proletariado. Después
de la Segunda Guerra Mundial, en varios países de Europa y Asia surgieron estados de democracia
popular, los cuales, junto con los Soviets de la U.R.S.S., son formas del Estado socialista. Engels
escribió que el Estado proletario no es ya un Estado en el sentido propio de la palabra. El Estado en
su sentido propio es una fuerza cada vez más ajena al pueblo, contrapuesta al pueblo, llamada a
mantener al pueblo sometido a la clase explotadora. El Estado proletario, en cambio, por su esencia
expresa los intereses del pueblo. De ahí se desprende otra particularidad suya que fue destacada
por Lenin al denominarlo, «Estado en extinción». El Estado no existirá siempre. En el futuro cederá
su lugar a la autogestión social comunista. El Estado de todo el pueblo que surge del de la dictadura
de la clase obrera cuando se llega a un determinado nivel en la edificación de la sociedad
comunista, constituye un escalón próximo ya a la futura sociedad sin Estado.
Estado corporativo
Forma fascista de la dictadura burguesa, la más reaccionaria, surgida después de la Primera
Guerra Mundial, ya en el período de la crisis general del capitalismo. Particularidades
fundamentales del Estado corporativo: se liquidan las organizaciones de la clase obrera y la
población se distribuye, obligatoriamente, por corporaciones (por ejemplo, las de capitalistas,
obreros y empleados); se liquida el órgano electivo, el parlamento, y se sustituye por una
«representación de corporaciones»; el resultado es que se priva a los trabajadores de todo derecho
y se les condena a la cruel explotación de los monopolios con el concurso de las corporaciones.
Italia y Portugal fascistas fueron declarados Estados corporativos. El objetivo principal del Estado
corporativo estriba en encubrir la dictadura del capital monopolista y conferir al Estado fascista la
apariencia de una «colaboración de clases», de una «armonía de intereses» en el marco de las
corporaciones.
Estado socialista
Estado de la sociedad socialista, parte política de la superestructura sobre la base económica del
socialismo. El Estado socialista es un nuevo tipo de Estado que adviene en sustitución del Estado
burgués y como resultado de la revolución socialista. El proceso de formación de la superestructura
socialista ocurre en el transcurso de todo el período de transición del capitalismo al socialismo. El
Estado del período de transición es la dictadura del proletariado. Es socialista por sus fines y
objetivos, pues sirve de medio para la construcción del socialismo. A medida que la sociedad
socialista se desarrolla, cambian las funciones del Estado socialista; liquidadas las clases
explotadoras, desaparece la función de aplastar su resistencia y se desarrollan en todos los
aspectos las funciones principales del Estado socialista: las concernientes a la organización
económica y a la educación y cultura. Al constituirse el sistema socialista mundial, el Estado
socialista, junto a las funciones de luchar por la paz y defender el país, asume una nueva función
exterior, la de desarrollar la colaboración fraternal con los países socialistas. Con la victoria
completa y definitiva del socialismo, al entrar la sociedad en el período de la construcción del
comunismo, en todo el frente, el Estado de la [154] dictadura del proletariado, se transforma en
Estado de todo el pueblo, órgano de expresión de la voluntad del pueblo entero. El Estado socialista
es un instrumento para consolidar el socialismo y transformar gradualmente la sociedad socialista
en comunista. La extinción del Estado significa que todas las instituciones del Estado socialista y
toda la organización política de la sociedad socialista se van convirtiendo gradualmente en
autogestión social comunista. Para que el Estado se extinga por completo, es necesario establecer
una sociedad comunista desarrollada en el interior del país y llegar, también, a la victoria y a la
consolidación del socialismo en el plano internacional.
Estatismo
Concepto de la ciencia política burguesa; designa la activa intervención del Estado en la vida
económica y política del país.
Estamentos
Constituyen una de las formas de las diferencias de clase, característica de los regímenes
esclavista y feudal. Los estamentos eran grupos sociales distintos no sólo por su situación de hecho
en la sociedad, sino, además, por el lugar jurídico que ocupaban en el Estado; la pertenencia a tal o
cual estamento se consideraba hereditaria. En la Rusia de la época de la servidumbre, el estamento
más distinguido era el de la nobleza. Los nobles estaban libres de impuestos, no eran pasibles de
ser condenados a castigos corporales y sólo podían ser juzgados por un tribunal especial, de
nobles. Eran los únicos que tenían derecho a poseer fincas y siervos. También el clero formaba un
estamento privilegiado. Eran estamentos inferiores, que pagaban impuestos, los pequeñoburgueses
(sobre todo los artesanos y pequeños comerciantes de la ciudad) y los campesinos. Las
supervivencias de la división en estamentos se conservan todavía hoy en muchos países
capitalistas, sobre todo en aquellos en que no se ha llevado a cabo una enérgica destrucción de las
caducas relaciones feudales. La burguesía moderna, para mantener su dominio de clase, está
dispuesta a apoyar prejuicios estamentales de cualquier clase (en este sentido son características
las teorías fascistas sobre el «régimen corporativo», en las que se propugno restablecer la división
de la sociedad en estamentos, y también las teorías reaccionarias acerca de la «élite», en las que
se propone entregar el poder a capas selectas de la sociedad. En Rusia, las diferencias
estamentales fueron abolidas en noviembre de 1917, por decreto del Comité Ejecutivo Central de
toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo.
Estereotipo dinámico
(del griego stereóV: sólido; túpoV: modelo, y dunamikóV: fuerte, poderoso). Concepto de la doctrina
de Iván Pávlov sobre la actividad nerviosa superior; designa un sistema complejo, móvil e iterativo
de reflejos condicionados elaborado en el proceso de la vida del organismo. El estereotipo dinámico
se forma bajo el influjo de condiciones estables de vida que se suceden en un orden determinado
(alternancia de sueño y vigilia, de determinadas acciones, &c.). Como resultado, se crea un sistema
equilibrado de reflejos condicionados relacionados entre sí. La corriente estereotípica de los reflejos
condicionados sistematiza el trabajo de la corteza cerebral y así lo facilita. Ello contribuye a que se
economice el gasto de energía nerviosa y a que resulte más fácil formar nuevos reflejos
condicionados sobre la base de un estereotipo dinámico establecido. El cambio brusco de género
de vida y de una actividad habitual, rompe el estereotipo dinámico en desarrollo y redunda
negativamente en la actividad nerviosa superior: no pocas veces provoca la aparición de neurosis.
La corriente equilibrada del estereotipo dinámico está acompañada de emociones positivas
(satisfacción, alegría, brío, &c.); en cambio, su alteración origina sentimientos penosos (amargura,
abatimiento, desesperación, &c.). Desde este punto de vista, el éxito en cualquier trabajo depende
en alto grado de la organización, metodización y ritmo con que se realice.
Estética
Ciencia que trata de las leyes a que está sujeta la aprehensión estética del mundo por parte del
hombre, de la esencia del arte, de las leyes de su desarrollo, del papel socialmente transformador
del arte como forma especial de dicha aprehensión. La estética surgió hace unos dos milenios y
medio, durante la época de la sociedad esclavista, en Egipto, Babilonia. India y China. Alcanzó gran
desarrollo en la Grecia antigua –trabajos de Heráclito, Demócrito, Sócrates, Platón, Aristóteles y
otros– y en la antigua Roma –obras de Lucrecio Caro, Horacio y otros–. En lucha con las doctrinas
místicas del medioevo occidental sobre la «belleza [155] divina» (Agustín, Tomás de Aquino), se
desarrollaron las tendencias realistas y humanistas de los pensadores del Renacimiento (Petrarca,
León Battista Alberti, Leonardo da Vinci, Durero, Giordano Bruno, Montaigne y otros). Superando
las ideas reaccionarias de la estética aristocrática, los teóricos de la ilustración afirman el nexo del
arte con la vida real (Edmund Burke, William Hogarth, Diderot, Rousseau, Winckelmann, Lessing,
Herder y otros) así como quienes prosiguieron sus tradiciones, Schiller y Goethe. A pesar de que
los clásicos de la filosofía alemana de fines del siglo XVIII y principios del XX, Kant, Schelling y
Hegel, lograron obtener ciertos éxitos en sus tentativas de dar una interpretación dialéctica a varios
importantes problemas de estética, sus teorías idealistas poseen un carácter profundamente
contradictorio. Dicho carácter contradictorio se supera, respecto a diversas cuestiones, en los
trabajos de Belinski, Herzen, Chernishevski y Dobroliúbov. La elaboración que la estética
democrática revolucionaria hizo de las leyes del arte realista, de los principios concernientes al
contenido ideológico y al carácter popular del arte, así como la lucha de tal estética contra la teoría
del «arte puro» sirvieron de base teórica al método artístico del realismo crítico. Resulta, pues, que
el decurso todo de la historia de la estética constituye una lucha entre materialismo e idealismo,
lucha que refleja la sostenida entre las clases y fuerzas progresivas y reaccionarias en cada etapa
histórica del desarrollo de la sociedad. Los idealistas consideraban los fenómenos estéticos como
frutos del espíritu; los materialistas, en cambio, buscaban los fundamentos objetivos de lo estético
en la naturaleza y en la vida del hombre; ahora bien, ni siquiera el materialismo premarxista, dado
su carácter contemplativo, pudo crear una estética científica. Con la aparición del marxismo, en la
estética se produjo un cambio revolucionario, se hicieron extensivas a la esfera de las
investigaciones estéticas la concepción materialista de las leyes del desenvolvimiento histórico y la
gnoseología materialista dialéctica. Ello constituyó la base teórica para la elaboración, desde todos
los puntos de vista, de los problemas estéticos cardinales, para la lucha contra las tergiversaciones
burguesas y revisionistas en el campo de la estética. La problemática y los objetivos de la estética
marxista-leninista están determinados, sobre todo, por el hecho de que su objeto específico –la
aprehensión estética del mundo por parte del hombre– consta de tres partes indisolublemente,
ligadas entre sí: 1) lo estético en la realidad objetiva; 2) lo subjetivamente estético (la conciencia
estética); 3) el arte. La estética estudia la esencia, las leyes y las manifestaciones concretas de
todas estas partes en su unidad dialéctica. En contraposición a las teorías idealistas y del
materialismo vulgar, la estética marxista-leninista define la base objetiva de la aprehensión estética
del mundo como actividad creadora del ser humano orientada prácticamente hacia un determinado
fin; actividad en que se ponen de manifiesto de manera libre, multilateral y armónica la esencia
social y las fuerzas creadoras del hombre orientadas hacia la transformación de la naturaleza y de
la sociedad. Las categorías estéticas capitales –lo bello y lo feo, lo elevado y lo bajo, lo trágico y lo
cómico, lo heroico y lo trivial– aparecen como peculiar manifestación de la aprehensión estética del
mundo en cada una de las esferas de la existencia social, de la vida humana, en el trabajo y en la
actividad político-social, en la actitud ante la naturaleza, en la cultura y en la vida cotidiana, &c. La
parte subjetiva de la aprehensión estética –sentimientos estéticos, valoraciones, vivencias, ideas,
ideales– es considerado por la estética marxista-leninista como forma específica del reflejo y de la
encarnación de los procesos y relaciones estéticos objetivos. La estética investiga de qué modo
surgen en el ser humano las múltiples vivencias estéticas: el goce estético debido a los magníficos
frutos del hacer humano creador, la alegría de la lucha por los elevados fines de libertad y felicidad
del pueblo, la repulsión provocada por los aspectos deformes y vulgares de las condiciones que lo
esclavizan, &c. La estética marxistaleninista sirve de fundamento teórico a la actividad práctica del
P.C.U.S. para la educación estética del pueblo soviético, tanto en lo que concierne a la formación
de desarrollados sentimientos y gustos estéticos de vanguardia como en lo tocante a la lucha contra
todo influjo de las supervivencias burguesas en la esfera de la sensibilidad estética. El arte, la
creación artística, entran en el objeto de la estética como su parte más esencial. Considerando el
arte como una unidad de creación según las leyes de lo bello, de la conciencia y del reflejo
artísticos, la estética marxista-leninista lo caracteriza como forma especial de la aprehensión del
mundo. Por investigar [156] la esencia del arte y de sus sujeciones a ley, la estética se halla
estrechamente vinculada a todas las ciencias especiales, teóricas e históricas, que tratan del arte.
Pero la estética es una ciencia filosófica. Estudia las leyes generales de las relaciones estéticas del
hombre con la realidad (incluido el arte), mientras que las demás ciencias aludidas se interesan
precisamente por el arte y sólo por el arte. Siendo como la filosofía una ciencia ideológica, la
estética sitúa en el centro de su problemática el problema de la relación de la conciencia estética y
del arte con el ser social, con la vida humana. Guiándose por la solución materialista de dicho
problema, la estética marxista-leninista descubre científicamente las distintas facetas de la
naturaleza del arte y del proceso de la creación artística: el origen del arte, su esencia y sus
vínculos con otras formas de la conciencia social, el espíritu de partido y el carácter popular del arte,
sus leyes históricas, las peculiaridades de la imagen artística, la interconexión entre contenido y
forma en arte, el método artístico y el estilo, los principios fundamentales del realismo socialista, su
significado socialmente transformador en la edificación del comunismo, &c. La tarea principal de la
estética marxista-leninista radica en el profundo análisis científico y en la generalización de los
procesos estéticos de la época actual, en la participación activa en la empresa de resolver la tarea,
formulada por el XXII Congreso del P.C.U.S., de formar la personalidad armónica, desarrollada en
todos sentidos, de la sociedad comunista.
Estética y técnica
Conceptos que reflejan zonas, estrechamente concatenadas, de la actividad humana. Los
sentimientos estéticos del hombre se formaron en el proceso del trabajo, cuyos aspectos estéticos
han sido percibidos por el hombre desde tiempos remotos. En la producción, desempeñan un
importante papel las cualidades estéticas de los medios de trabajo y de la instalación (forma y color
de las máquinas-herramientas y de los instrumentos, interior de los locales, &c.). El principio
artístico ha de inspirar el trabajo, ha de educar para que se adopte ante este último una actitud
comunista. Son muchos los productos de creación técnica que poseen propiedades estéticas, pues
en ellos puede expresarse un (contenido ideológico-emocional y pueden plasmarse rasgos de un
ideal estético. Las exigencias tecnológicas y de explotación que se presentan a los artículos
industriales han de combinarse con exigencias estéticas, la utilidad ha de compaginarse con la
belleza. El arte, a su vez, no puede prescindir de la técnica. El progreso de la técnica hace posible
que aparezcan nuevos tipos de arte (cine) e influye sobre los más antiguos (técnica de la
construcción en arquitectura, nuevos materiales y nuevos procedimientos para elaborar a éstos en
escultura, nuevos instrumentos musicales, técnica teatral, &c.). La trascendencia de la técnica es
enorme para la difusión del arte (radio, televisión, imprenta). Si la sociedad capitalista se ha
encontrado con la perspectiva de empobrecimiento estético de la humanidad, si la ciencia burguesa
ha engendrado la teoría pesimista del «fin del arte», su incompatibilidad con el progreso científico y
técnico, en la sociedad que avanza hacia el comunismo resulta palmaria la penetración, cada vez
más honda, de lo estético en la esfera de la técnica, así como de lo técnico en la esfera del arte.
Lo estético y lo ético
Facetas peculiares de las relaciones del hombre con la realidad. Lo ético expresa mediante
estimaciones morales de bueno y malo, de justicia e injusticia, de deber, honor, &c., cómo son los
actos del individuo o de grupos de hombres, cómo es su proceder. Lo estético constituye la
encarnación objetivamente sensible de aquellos aspectos de las relaciones sociales objetivas
(incluyendo el dominio de las fuerzas y fenómenos de la naturaleza) que facilitan o no facilitan el
desenvolvimiento armónico del individuo, su libre actividad creadora dirigida a la producción de lo
bello, a la realización de lo elevado y de lo heroico, a la lucha contra lo feo y lo bajo. Lo estético
incluye, asimismo, un aspecto subjetivo: el goce del hombre por la manifestación libre de sus
aptitudes y fuerzas creadoras, así como por la belleza de los productos obtenidos en virtud de la
actividad creadora de los seres humanos en todas las esferas de la vida social y personal (en el
trabajo, en las relaciones sociales, en la vida cotidiana, en la cultura). La expresión más plena y
generalizada de lo estético se da en el arte, que, en el proceso de la división social del trabajo, se
separa de la esfera de la práctica utilitaria para constituir una zona específica, hasta cierto punto
independiente, la zona de la creación artística. La unidad de lo estético [157] y lo ético constituye
una ley objetiva, que se manifiesta tanto en la vida como en el arte. Según palabras de Belinski, la
belleza es hermana carnal de la moralidad; si una obra es artística, ello hace que sea también
moral. En contraposición al arte burgués, que se propone estetizar lo deforme y aboga por el
amoralismo, la unidad de lo estético y lo ético constituye un principio importantísimo del realismo
socialista. Las imágenes artísticas positivas que reflejan la vida de los soviéticos, su nobleza y su
belleza, despiertan en el hombre un sentimiento de respeto, amor y sincera admiración. Los tipos de
auténticos héroes de la vida, proporcionan a los lectores y a los espectadores placer estético y
alegría. Las imágenes negativas, al revelar la esencial amoral del proceder de los enemigos
manifiestos y encubiertos del socialismo, de los individuos falsos en que anidan las supervivencias
del capitalismo, engendran sentimientos de reprobación ética, de desdén moral, estrechamente
vinculados a los sentimientos estéticos de desprecio y repugnancia por lo feo y bajo. Resulta, pues,
que la unidad de lo estético y lo ético forma la base del papel educativo, ideológicamente
transformador, que desempeña el arte en la vida de la sociedad.
Estilo en Arte
Comunidad estable, históricamente formada, del sistema de imágenes, de los medios y
procedimientos de expresión artística, comunidad condicionada por una unidad de contenido
estético-ideológico e históricosocial. Semejante unidad se alcanza sobre la base de un determinado
método de creación. En el estilo se reflejan tanto las condiciones económico-sociales de la vida de
la sociedad como las peculiaridades y las tradiciones de tal o cual pueblo. Así tenemos, por
ejemplo, el estilo arcaico, el helenístico, el románico y el gótico, el estilo Renacimiento, el barroco, el
rococó, el estilo Imperio, el moderno, &c. Cada estilo se manifiesta con plenitud máxima en
determinadas artes. Surge un nuevo estilo, expresión de profundos cambios sociales, cuando se
establece una relación, por principio nueva, entre forma artística y contenido ideológico. La estética
formalista burguesa o bien concibe demasiado ampliamente la idea de estilo, identificándolo con el
método artístico (lo cual lleva a reducir el realismo a uno de los estilos) o bien lo circunscribe a los
límites de la manera creadora de tal o cual artista. Tampoco son acertadas las afirmaciones
relativas a cierto «estilo de la época», independientemente tanto de la concepción del mundo como
del método artístico. En cada época existen distintos métodos artísticos, y dentro de los límites de
dichos métodos se desarrollan diferentes estilos, los cuales, a su vez, son cultivados por artistas
que poseen maneras creadoras y trazo distintos. La diversidad de estilos y maneras constituye un
rasgo característico del realismo socialista.
Estoicos
Representantes de una escuela filosófica surgida a fines del siglo IV a. n. e. sobre la base de la
cultura helenística, al difundirse ideas cosmopolitas e individualistas y al desarrollarse la técnica
sustentada en los conocimientos matemáticos. Los pensadores más notables de la escuela estoica
de los siglos IV y III fueron Zenón y Crisipo. Los estoicos definían con la siguiente comparación el
lugar y el papel de las ciencias por ellos cultivadas: la lógica es la cerca; la física, la tierra fértil; la
ética, los frutos que esta tierra da. La tarea principal de la filosofía radica en la ética; el conocimiento
no es más que un medio para adquirir la sabiduría, el arte de saber vivir. Es necesario vivir
conforme a la naturaleza. Tal es el ideal del auténtico sabio. La felicidad radica en librarse de las
pasiones, en el sosiego del alma, en la indiferencia. En la vida, todo se halla predeterminado por el
destino. A quien así lo quiere, le lleva el destino tras sí; a quienes se resisten, los arrastra a la
fuerza. Los estoicos eran materialistas en lo tocante a la concepción de la naturaleza. En el mundo
no hay más que cuerpos de densidad diferente. Es necesario distinguir lo verdadero y la verdad. En
verdad existen sólo cuerpos. Lo verdadero, en cambio, es incorpóreo y no existe. Lo verdadero es
sólo enunciación. En el estoicismo, el materialismo se combina con el nominalismo. Los sentidos
perciben la realidad como algo singular. La ciencia tiende a conocer lo general, pero en el mundo lo
general como tal no existe. Los estoicos admitían cuatro categorías 1) substrato (lo que existe); 2)
cualidad; 3) estado (por ejemplo, «encontrarse»); 4) estado relativo («encontrarse a la derecha de
alguna cosa»). En contraposición a la lógica de los predicados (Aristóteles), los estoicos crearon la
lógica de las proposiciones, que tiene en su base los juicios condicionales y no los categóricos; los
estoicos establecieron los tipos del nexo de juicios que la lógica moderna denomina implicación
material. Los estoicos más relevantes de las épocas subsiguientes fueron los discípulos de Crisipo,
Zenón de Tarso y Diógenes de Seleucia; Boezo de Sidón (murió en 119) y Panecio de Rodas (siglo
II a. n. e.). En los primeros siglos de nuestra era, empezó a desarrollarse el estoicismo en territorio
romano, con la particularidad de que se elaboraban en lo fundamental las ideas morales y religiosas
de la doctrina estoica; entre los estoicos de esta época hay que incluir a Lucio Anneo Séneca,
Musonio Rufo, Epicteto y el emperador Marco Aurelio.
Estratificación social
Teoría sociológica burguesa referente a la estructura de la sociedad. Según esa teoría, la sociedad
se divide en capas sociales o «estratos». Como base de la división, se toman distintos caracteres:
económicos, políticos, biológicos, raciales, religiosos y otros, sin que entre los propios sociólogos
burgueses haya coincidencia en la elección de los criterios de la estratificación. El concepto de
«estratificación social» incluye también la división de la sociedad en clases, mas esta división se
establece partiendo de criterios arbitrarios, no esenciales (por ejemplo, género de ocupaciones, tipo
de vivienda, distrito en que se vive, volumen de los ingresos, &c.). Según la teoría de los sociólogos
burgueses, la estratificación social se caracteriza por su movilidad, por su variabilidad, pues
depende de la movilidad social, o sea, del desplazamiento de las personas de un estrato o clase a
otros. La teoría de la «estratificación social» es viciosa y anticientífica. Falsea la estructura de clase
de la sociedad burguesa actual, con lo que justifica y perpetúa la desigualdad de clases, la
explotación en la sociedad capitalista, procura eliminar la idea de lucha de clases. El contenido
objetivo de la teoría de la «estratificación social» consiste en el afán de hacer que quede
inadvertido, de enmascarar el criterio decisivo de la división en clases, fuente principal de
explotación. Tan sólo el marxismo-leninismo, que ha establecido el auténtico criterio de la división
de clases –la relación de las personas con los medios de producción–, proporciona la única teoría
acertada, científica, de la estructura de clases de la sociedad.
Estructura
(del latín «structura»: estructura). Conexión y relación recíproca, estables, sujetas a ley, entre las
partes y elementos de un todo, de un sistema. En matemática y en lógica matemática, la definición
exacta del concepto de estructura se formula recurriendo al concepto de isomorfismo. La categoría
de estructura se halla estrechamente vinculada a las categorías –que le son afines– de ley, forma,
necesidad, &c. Permanece invariable a pesar del cambio constante [159] de las partes y del todo
mismo, sólo se transforma cuando en el todo se produce un salto cualitativo. Por otra parte, los
elementos del todo, sin excepción, dependen de manera esencial de su estructura, desempeñan un
papel cualitativamente distinto en dependencia del modo y del sistema de sus nexos y de su
organización. Así, el grafito y el diamante se distinguen precisamente por la diferente disposición y
por el distinto orden de los átomos del carbono. En la actualidad, ha aumentado en gran medida la
importancia del concepto de «estructura» en la ciencia, dado que tanto la matemática como la física
y la biología se han encontrado con el hecho de la totalidad orgánica de sus objetos. En particular,
se emplea el procedimiento de investigar la estructura del objeto antes de estudiar los elementos y
partes que lo componen. Se ha aclarado que en cualquier todo orgánico es posible distinguir tres
tipos de estructura dialécticamente concatenados y dialécticamente cognoscibles. El primer paso de
la cognición consiste en delimitar la estructura mecánica del todo, dividir el todo en «partes». El
descubrimiento de que «la parte es igual al todo» (Hegel) y constituye la fuente del todo, señala el
hecho mismo de la totalidad orgánica. El conocimiento cabal de un todo significa conocer la
estructura orgánica como realización de toda la riqueza de relaciones entre las partes del todo. Ello
ha hecho que haya crecido sensiblemente el significado de la investigación de los aspectos
gnoseológicos del concepto de «estructura», el cual ocupa un lugar específico en lingüística (el
denominado estructuralismo, investigación del lenguaje como sistema de signos) y en psicología
(idea de totalidad o carácter estructural de la psique, idea característica, ante todo, de la
Gestaltpsychologie).
Éter
Hipotético medio material que llena el espacio. El concepto de éter fue admitido ya por los filósofos
de la Antigüedad clásica, quienes consideraban el éter como cierta «materia primaria» ylo
identificaban con el espacio. En la física clásica, se entendía por éter un medio homogéneo,
mecánico y elástico quellenaba el espacio newtoniano absoluto.Esta concepción, metafísica, no
resistióla prueba experimental y fue desechada en la teoría de la relatividad. En la física actual, la
noción de éter ha sido sustituida por la representación de campo material, irreductible a un medio
mecánico. La doctrina del campo ha conservado el núcleo racional de la hipótesis concerniente al
éter, la idea de que es imposible que exista el espacio absolutamente vacío, la idea de que el
espacio es inseparable de la materia.
Eternidad
Duración sin fin de la existencia del mundo en el tiempo, condicionada por la propiedad que posee
la materia de no ser creable ni destructible. La eternidad sólo es inherente a toda la naturaleza en
su conjunto, cada una de sus formas concretas es transitoria. La eternidad no se reduce a la
existencia ilimitada y monótona de la materia en unos mismos estados, sino que presupone sus
infinitas transformaciones cualitativas.
Ética
(del griego h2qikh1: relativo a las costumbres). Ciencia de la moral. Se divide en ética normativa y
teoría de la moral. La primera investiga el problema del bien y del mal, establece el código moral de
la conducta, señala qué aspiraciones son dignas, qué conducta es buena y cuál es el sentido de la
vida. La teoría de la moral investiga la esencia de esta última, su origen y desarrollo, las leyes a que
obedecen sus normas, su carácter histórico. La ética normativa y la teoría de la moral son
inseparables entre sí. Últimamente se ha desarrollado la metaética, que investiga las enunciaciones
éticas, su relación con la verdad, la estructura y constitución de la teoría ética. La metaética es un
fruto de la época actual, en que las ciencias han recurrido al análisis lógico de sus medios. No hay
que identificar la ética con la moral vigente, «práctica», con la moralidad; la ética es la ciencia, la
teoría de la moral y de la moralidad. La moral surgió antes que la ética, existía ya en el régimen de
la comunidad primitiva, mientras que la ética apareció al formarse la sociedad esclavista. La ética
ha sido un elemento de las doctrinas filosóficas, de la teoría filosófica. Desde que apareció, en ella
ha habido lucha entre la concepción materialista de la moral y la idealista. Los materialistas
premarxistas no podían comprender las leyes objetivas reales del desenvolvimiento de la moral.
Mas lucharon contra las concepciones teológicas en la ética, sometieron a crítica la idea que
teólogos e idealistas mantenían del sentido de la vida, defendieron el criterio de que el origen y las
fuentes de las normas morales son «terrenales». En la Antigüedad, contribuyeron a que se [160]
llegara a una concepción ética de la realidad los charvak (India), Yan Chu y Lao-tse (China),
Demócrito, Epicuro, Aristóteles (Grecia) y otros. Se realizó una gran aportación al desarrollo de las
ideas éticas durante el período en que se formó y consolidó el régimen burgués. Los ideólogos de la
burguesía, en aquel tiempo revolucionaria, como Spinoza, Rousseau, Helvecio, Holbach, Diderot y
Feuerbach, asignaban gran importancia a la resolución de los problemas de la ética. Aunque
filósofos como Kant y Hegel defendían la concepción idealista de la moral, expusieron varias
concepciones éticas valiosas. Los demócratas revolucionarios de Rusia, especialmente Belinski,
Herzen, Dobroliúbov y Chernishevski, realizaron una seria aportación a la ética. Como los
socialistas utópicos de Occidente (Fourier, Saint-Simon, Owen y otros), los demócratas
revolucionarios rusos, soñando con una sociedad justa, intentaban predecir y esbozar las nuevas
relaciones morales entre las personas. La ética marxista hizo suyo todo cuanto de valioso había en
las teorías éticas del pasado. Su aparición constituyó un punto de viraje en el desarrollo de la ética.
Las teorías éticas precedentes eran idealistas. Los filósofos del pasado suponían que bastaba
modificar el nivel de la conciencia de las personas, instruirlas, o cambiar la forma de dirección
estatal para difundir la moral que preconizaban. Marx y Engels pusieron de manifiesto que la moral
estaba determinada por el régimen económico y social, y que poseía un carácter histórico. Con su
teoría del comunismo, señalaron cuáles son los verdaderos caminos de la felicidad, de la justicia y
de la libertad. La nueva etapa en el progreso de la ética está unida al nombre de Lenin.
Contribuyeron asimismo a enriquecer la ética marxista Plejánov, Lafargue, Bebel, Nadiezhda
Krúpskaia, Antón Makárenko y otros. Se ha dedicado suma atención a los problemas éticos
correspondientes al período del socialismo y de la formación del comunismo, en los Congresos XX
y XXII del P.C.U.S. La construcción del comunismo ha planteado nuevos problemas ante la ética,
que se va transformando cada vez más en una ciencia independiente. El código moral de los
constructores del comunismo, formulado en el programa del P.C.U.S., es de gran trascendencia
para el ulterior desarrollo de la ética marxista (Moral comunista). La ética burguesa contemporánea
está en crisis. Los principios de la ética burguesa se basan en teorías metafísicas e idealistas.
Neotomistas y existencialistas escriben mucho sobre cuestiones éticas. En cambio, los
neopositivistas abandonan su misma problemática ética y cultivan la lógico-semántica. La tendencia
dominante en la ética burguesa es la que sitúa en un plano abstracto y metafísico las cuestiones
relativas al humanismo, a la justicia y al bien, sin tener en cuenta la vida; busca valores éticos
«absolutos» cuya finalidad única sigue siendo, como antes, la defensa y la conservación del
régimen capitalista. Son particularidades de la ética burguesa, la propaganda del individualismo, la
lucha contra el principio de colectivismo. Paralelamente a la difusión del dogmatismo moral
neotomista, se intensifica el relativismo moral, que intenta demostrar la imposibilidad de la ética
científica.
Ética aprobativa
(del latín «approbatio» aprobación). Teoría idealista de la moral; según ella, el bien es algo
aprobado por alguien. Respecto a quién o qué da la aprobación, (Dios, el sentido moral del hombre,
o la sociedad entendida como conjunto de individuos), las corrientes de la ética aprobativa se
clasifican en teológicas, psicológicas y social-aprobativas. Son ejemplo de las primeras, las teorías
de los teólogos Karl Barth, Emil Brunner (Suiza), Paul Tillich, Reinhold Niebuhr y Helmut Richard
Niebuhr (EE.UU.). La teoría del sentido moral fue desarrollada ya en los siglos XVII-XVIII en
Inglaterra (Anthony Shaftesbury, Adam Smith, Hume) y ha sido recogida en el siglo XX por Edward
Westermarck (Finlandia), Arthur Rogers (EE.UU.) y otros. El tercer tipo de teorías fue presentado
por Emile Durkheim y por Lucien Lévy-Bruhl (Francia). Todas estas teorías son no científicas, pues,
dada su naturaleza subjetivista y voluntarista, niegan los criterios objetivos de las acciones morales.
Ética evolutiva
Corriente vulgar y mecanicista, fundada por Spencer, de la ética burguesa. En el siglo XX,
defienden las ideas de la ética evolutiva Julian Huxley, Waddington (Inglaterra), Edwin Holt, Ralph
Gerard (Estados Unidos), Teilhard de Chardin (Francia) y otros. Las tesis básicas de la ética
evolutiva estriban en lo siguiente: la conducta moral del hombre ha de ser función del medio natural
circundante y estar adaptada al mismo. El criterio de la moralidad radica en el proceso biológico
(evolución); lo que facilita dicho proceso es bueno, lo que lo dificulta es malo. El hombre elabora las
representaciones y los conceptos morales para orientarse en los hechos de la naturaleza. La
sociedad misma no es más que la forma natural superior de la asociación de organismos de una
especie. En la teoría de Holt, se encuentra incluso una exhortación a liberar lo animal y biológico, en
el hombre, de las limitaciones que la sociedad le impone. Otros evolucionistas (Huxley, Chardin) no
preconizan semejantes ideas tan abiertamente antisociales y amorales, son más circunspectos en
la interpretación biológica de la sociedad. En su conjunto, la ética evolutiva, al reducir la sociedad y
la moral a la biología, posee una orientación antisocial, por lo que es reaccionaria y anticientífica.
Ética teológica
Ética basada en algún sistema teológico. Sus tendencias más influyentes fueron, y siguen siendo,
las doctrinas éticas de las tres religiones fundamentales: el cristianismo, el islamismo y el budismo.
En la ética teológica, la fuente de la moral es Dios. Éste aparece como encarnación del bien moral y
de la virtud, mientras que el mal y la amoralidad de la sociedad se explican por la «caída en el
pecado» del hombre. Dios es, además, el criterio único de lo moral. Tal o cual acción es un bien o
es un mal por el hecho de corresponder o contraponerse a la «esencia» o voluntad de Dios.
Finalmente, Dios aparece en calidad de sanción moral, es decir, constituye la autoridad única para
estimar la moralidad de un acto. Resulta, por tanto, que la ética teológica es antisocial por su
orientación, pues niega la competencia de la sociedad para establecer valoraciones morales. En
dicha ética se asigna un importantísimo lugar a la doctrina que trata de la recompensa a los justos y
del castigo a los pecadores, doctrina que los teólogos relacionan con el fin del mundo (Escatología).
El pleno triunfo del bien y de la justicia se vincula ya con la vida de ultratumba, ya con la llegada del
«reino de Dios». De ahí que se eleven al rango de virtudes la sumisión, la resignación, la no
resistencia y el perdón universal. La ética teológica aparece en calidad de apología moral de la
sociedad explotadora.
Eudemonismo
(del griego eu1daimonía: felicidad, dicha). Es una de las corrientes de la ética; surgió en el mundo de
la Antigüedad clásica y en él alcanzó ya su más plena manifestación (Demócrito, Sócrates,
Aristóteles). Considera el eudemonismo que el principal motivo de la conducta del hombre es el
anhelo de felicidad: personal, según el eudemonismo individualista; colectiva, según el
eudemonismo social. También eran partidarios del eudemonismo los materialistas franceses del
siglo XVIII (Helvecio, Diderot) y los representantes del utilitarismo. La ética eudemónica, por su
sentido activo y por su humanismo, es incomparablemente superior a la cristiana, pues llama a
alcanzar la felicidad en la tierra y no en el mundo de ultratumba. Sin embargo, el eudemonismo
preconiza sus normas en calidad de reglas comunes a todos los hombres, suprahistóricas, en la
sociedad constituida por clases antagónicas, donde no hay una moral única ni puede haberla.
Eugenesia
(del griego eu1genh1V: de buena raza, bien nacido). Seudociencia sobre el mejoramiento de la raza
humana. El primero en introducir el término fue el racista inglés Francis Galton (1869). La eugenesia
parte de la idea de que la desigualdad psíquica y fisiológica de las personas condiciona la
desigualdad social. Así, C. Darlington, en «Hechos de la vida» (1953) sostenía que las clases
sociales se diferencian entre sí genética y no económicamente. Tergiversando la doctrina de
Darwin, los eugenistas afirman que el progreso del hombre se ha interrumpido al desaparecer la
selección natural. Abogan por el establecimiento de la selección artificial –limitación o prohibición de
matrimonios para las personas psíquica y físicamente defectuosas, esterilización, &c.–. No
obstante, lo que para ellos sirve de criterio para determinar la «defectuosidad» del hombre es la
situación social, el grado de bienestar material, &c. La eugenesia está emparentada con el racismo
y el malthusianismo. Ampliamente difundida en la Alemania fascista, lo está ahora en los Estados
Unidos. Por lo común, se incluye en la categoría de «genéticamente defectuosos» a los enemigos
políticos de la burguesía.
Evolución emergente
(del latín «emergere»: aparecer, salir al exterior). Teoría idealista del desarrollo. Se ha difundido en
la filosofía burguesa angloamericana, sobre todo entre los representantes del neorrealismo. Las
figuras más destacadas que mantienen dicha teoría son Samuel Alexander, Conwy Lloyd Morgan y
Charlie Dunbar Broad. La teoría de la evolución emergente surgió en la década de 1920 en
contraposición a la dialéctica materialista. Su objetivo era «explicar» el hecho de que el desarrollo
se produjera en forma de cambios bruscos, la aparición de lo nuevo, &c. Los teóricos de la
evolución emergente interpretan los procesos de transformación como actos irracionales,
incomprensibles desde un punto de vista lógico, y en última instancia llegan al reconocimiento de la
divinidad. Esa teoría conduce a la negación de la sujeción natural e histórica a ley. Para Lloyd
Morgan, toda la naturaleza tiene espíritu: no existe lo físico sin lo psíquico. Alexander declara que el
«espacio-tiempo» inmaterial constituye la base primitiva de la naturaleza y que la materia es
derivada respecto a dicha base. Para él, sirven como elementos primeros de la naturaleza
«impulsos-elementos» inmateriales. Broad defiende sin rodeos el vitalismo y la transmigración de
las almas.
Evolución y revolución
Partes del desarrollo indisolublemente concatenadas entre sí; corresponden al incremento de las
transformaciones cuantitativas en el desarrollo del fenómeno (evolución) y al cambio cualitativo más
o menos rápido (revolución). La concepción materialista dialéctica de la evolución y de la revolución
ha superado las unilateralidades metafísicas del evolucionismo simplista (Spencer), que
circunscribía el desarrollo a cambios cuantitativos graduales y no proporcionaba [163] la clave para
la comprensión del automovimiento, y del «catastrofismo» negaba el proceso de las
transformaciones cuantitativas, preparadoras de la revolución, y confiaba en la voluntad de las
grandes personalidades (voluntarismo), en la casualidad o en el creador de la naturaleza (Cuvier).
El movimiento incluye en sí tanto el cambio cuantitativo gradual (evolución) como su interrupción
(revolución). Ésta no es fruto de la arbitrariedad, sino que constituye un proceso objetivo en el que
se superan las viejas contradicciones, que alcanzan «un grado máximo de tensión» y el fenómeno a
que ello da origen se desarrolla en virtud de nuevas contradicciones. De ahí que carezca de
fundamento la teoría de la evolución emergente, que reconoce de palabra la aparición de lo
cualitativamente nuevo en el proceso de desarrollo, pero en última instancia niega el autodesarrollo
dialéctico y no ve las premisas de la revolución en la evolución precedente. Tergiversan, asimismo,
la esencia de la evolución y de la revolución, otros ideólogos de la burguesía y los revisionistas, a
quienes atemoriza la inevitabilidad de la revolución social. El concepto de evolución también se
emplea para designar al desarrollo en el amplio sentido de la palabra (verbigracia, evolución del
mundo orgánico) y, en este caso, se entiende por evolución el movimiento que incluye en sí
cambios cuantitativos y cualitativos.
Evolucionismo vulgar
Teoría según la cual el desarrollo se concibe como un simple aumento o disminución de las
propiedades iniciales de un fenómeno cualquiera, se niega que el desarrollo se efectúe a saltos,
que los cambios cuantitativos se transformen en cualitativos, que se pase de una cualidad a otra; es
antípoda de la dialéctica. El evolucionismo vulgar constituye la base filosófica del reformismo y del
oportunismo; actualmente se ha convertido en en fundamento metodológico de las teorías
burguesas sobre la «transformación» del capitalismo en socialismo. Una de sus manifestaciones es,
en biología, el denominado preformismo.
Existencia
(del latín «existentia», existencia). 1. Es toda la diversidad de las cosas variables en su conexión e
interacción. No es posible reducir la existencia de las cosas ni a su esencia interna ni
exclusivamente a su manera de existir. Son erróneas las teorías filosóficas que han situado la
esencia de las cosas, su fundamento, por encima de su existencia concibiendo esta última como
algo bajo, casual y de corta duración. Pero también es errónea la teoría que estima la existencia de
las cosas como superior a su esencia, considerando que esta última no existe en absoluto o como
algo inaccesible, fuera del alcance de la cognición y de la práctica del hombre. El criterio acertado,
en esta cuestión, estriba en que ni la esencia es posible sin la existencia (en este caso se obtiene la
idea del imperio de la inmovilidad absoluta, que nada tiene de común con la vida real de la
naturaleza y de la sociedad) ni la existencia es posible sin la esencia (en este caso, se fija sólo lo
externo, lo inquieto, lo casual). Únicamente la unidad de existencia y esencia, de ser y de devenir,
permite comprender todo lo existente. 2. Categoría fundamental del existencialismo, introducida en
«la terminología filosófica por Kierkegaard. Se entiende por existencia el «ser» interno aprehendido
por la conciencia, del hombre; «ser» distinto de la existencia empírica, que no es la real. La
existencia como posibilidad del ser está determinada por el hombre mismo, por su deseo, pero tiene
sus raíces (por ejemplo, según Jaspers) en cierta «trascendencia» misteriosa, es decir en Dios. La
existencia no llega a conocerse, sino que se «ilumina» o se «revela» en «momentos críticos»
(ataraxía, acto heroico, muerte, &c). En los existencialistas, esta categoría sirve para fundamentar el
irracionalismo y el relativismo moral.
Existencialismo
(del latín «existentia»: existencia). Filosofía de la existencia, corriente irracionalista de la filosofía
burguesa contemporánea; surgió (después de la primera guerra mundial en Alemania, y luego en
Francia; después de la segunda guerra mundial en otros países, entre ellos los Estados Unidos)
como intento de crear una nueva concepción del mundo en consonancia con los estados de ánimo
de la intelectualidad burguesa. El término «existencialismo» fue introducido por el neokantiano Fritz
Heinemann (1929). Las fuentes ideológicas del existencialismo son: la filosofía de la vida, la
fenomenología de Husserl, la doctrina místico-religiosa de Kierkegaard. Se distingue el
existencialismo religioso (Marcel, Jaspers, Berdiáiev, Buber) y el ateo (Heidegger, Sartre, Camus).
En la filosofía de la [164] existencia ha hallado su reflejo la crisis del liberalismo burgués, incapaz de
dar respuestas científicas a las cuestiones planteadas por el hacer práctico social e histórico de
nuestros días, liberalismo impotente para explicar la inestabilidad y la desorganización de la vida
humana en la sociedad burguesa, los sentimientos de angustia, desesperación y desolación
inherentes al hombre de dicha sociedad. El existencialismo constituye una reacción irracionalista al
racionalismo de la Ilustración y a la filosofía clásica alemana. Afirman los filósofos existencialistas
que el principal vicio del pensamiento racional estriba en tomar como punto de partida el principio
de la contraposición entre sujeto y objeto, o sea, el dividir el mundo en dos esferas: la objetiva y la
subjetiva. El pensamiento racional veía toda la realidad, incluido el hombre, tan sólo como objeto,
como «esencia», como algo ajeno al hombre. La filosofía auténtica, desde el punto de vista del
existencialismo, ha de partir de la unidad entre sujeto y objeto. Dicha unidad se halla encarnada en
la «existencia», es decir, en cierta realidad irracional. Según la doctrina existencialista, para adquirir
conciencia de sí mismo como «existencia» el hombre ha de encontrarse en una «situación límite»,
por ejemplo, ante la faz de la muerte. Ello hace que el mundo se convierta para el hombre en
«íntimamente próximo». Se declara que el procedimiento verdadero de cognición o, según el
existencialismo, de penetración en el mundo de la «existencia», es la intuición («experiencia
existencial» en Marcel, «comprensión» en Heidegger, «iluminación existencial» en Jaspers), que es
el método fenomenológico de Husserl irracionalmente interpretado. En el existencialismo, ocupa un
importante lugar el planteamiento y la solución del problema de la libertad, definida como «elección»
que hace el hombre de una posibilidad entre innumerables posibilidades. El carácter voluntarista de
la explicación que el existencialismo da de la libertad estriba en separar la «elección» de las
circunstancias, es decir, estriba en aislar de la necesidad objetiva, de las leyes, al hombre. En
última instancia, los existencialistas convierten el problema de la libertad en un problema puramente
ético y entienden la libertad, según el espíritu del individualismo extremo, como libertad del individuo
respecto a la sociedad. El existencialismo ha ejercido sensible influencia sobre el arte y la literatura
burgueses de nuestros días y, por este conducto, sobre la mentalidad de una sensible parte de la
intelectualidad burguesa. La actitud política reaccionaria de la mayoría de los filósofos
existencialistas se halla íntimamente vinculada a sus concepciones filosóficas («Man»).
Existencialismo en estética
Teoría idealista subjetiva del arte y de la creación artística. Está representada por las concepciones
de los existencialistas alemanes, franceses y de otros países (Karl Jaspers: «Strindberg y van
Gogh», 1922; Gabriel Marcel: «Existencia y libertad humana en Jean Paul Sartre» 1946; Albert
Camus: «Discurso en Suiza», 1957). Las ideas existencialistas aparecieron por primera vez en los
sonetos y en las elegías del poeta austríaco Rilke (1875-1926); más tarde, penetraron en el arte y
en la literatura de muchos países burgueses. Tales ideas encuentran su más nítida plasmación en
las obras de Camus («La peste» «El extranjero»), de Simone de Beauvoir («Todos los hombres son
mortales» «La sangre de otros») y de Sartre («Los caminos de la libertad», «El diablo y el buen
Dios», «La náusea» y otras). Según la estética existencialista, han de ser objeto de la
representación artística la «iluminación de la existencia» (es decir, la vivencia irracional del
individuo) y los fenómenos que dan origen a tal «iluminación». Exhortando a los artistas a reproducir
los bajos impulsos y las «facetas sombrías» de la existencia humana, la estética de los
existencialistas «ateos» enlaza con el naturalismo. A juicio de los existencialistas «religiosos», el
arte es una «cifra», un signo de las fuerzas del más allá, un «reino intermedio» entre el mundo y la
«unidad divina», una coincidencia entre la experiencia religiosa y la estética». Los existencialistas
valoran el talento del artista por el modo cómo éste trata, con cifras, de la existencia, de la
originalidad del individuo y de sus situaciones límite». Ven la misión principal del arte en despertar
las vivencias subconscientes del ser humano. La estética del existencialismo es un reflejo de la
degeneración espiritual de la burguesía moderna.
Experiencia
1. En filosofía y en el sentido tradicional, reflejo sensorial y empírico del mundo exterior. Alcanzó
gran difusión el punto de vista según el cual la experiencia es la única fuente de todo saber
(Empirismo, Sensualismo). Con esto, el materialismo reconocía la fuente de la experiencia como
exterior, objetiva, independiente de la [165] conciencia. El carácter contemplativo del materialismo
anterior a Marx se traducía en el hecho de concebir la experiencia tan sólo como resultado de la
percepción pasiva del mundo exterior. Pero la experiencia sensorial de por sí no proporciona un
saber universal y necesario, capta sólo la faceta externa, superficial, de los fenómenos del mundo
objetivo. Como reacción contra las insuficiencias del materialismo contemplativo en la interpretación
del concepto de experiencia, surgieron, por una parte, el racionalismo, y por otra, la concepción
idealista-subjetiva y agnóstica de la experiencia. Esta última concepción reducía la experiencia a
distintos estados de la conciencia del sujeto (vivencias, sensaciones, percepciones, enunciados
verbales, formaciones teóricas del pensar), y en lo tocante a la fuente de la experiencia, o la
ignoraba o la declaraba incognoscible en principio. Kant adoptó en este problema una posición
especial. Creía que las acciones caóticas del objeto («cosa en sí») sobre la conciencia se
transforman en experiencia tan sólo como resultado de la actividad ordenadora de las formas
apriorísticas (preexperimentales) del entendimiento. Sin embargo, en el planteamiento que hace
Kant del problema, a pesar del idealismo, se encuentra un sentido racional, precisamente la idea de
que, en la cognición, el pensar del sujeto es activo. El positivismo moderno, reduciendo la
experiencia a las sensaciones, a las vivencias sensoriales del hombre, &c., niega, en esencia, la
posibilidad y la necesidad de plantear y resolver el problema que trata de qué existe tras esa
experiencia, es decir, el problema relativo a la existencia del mundo real, independiente de la
conciencia, por considerarlo un «seudo problema». Utilizando los resultados de la filosofía
precedente y prosiguiendo las tradiciones del materialismo, el marxismo superó el carácter
contemplativo de la interpretación de la experiencia: reconoce que la experiencia es secundaria,
derivada frente a la realidad objetiva, y no la define como contenido pasivo de la conciencia, sino
como influencia práctica del hombre sobre el mundo exterior. En el proceso de esta acción, se
descubren las conexiones necesarias, las propiedades y leyes de los fenómenos, se buscan y
ensayan los métodos y recursos adecuados de actividad, &c. De este modo, la experiencia se
entiende como interacción del sujeto social con el mundo exterior y como resultado de tal
interacción. Así concebida, 1a experiencia se funde con todo el conjunto del hacer práctico social.
La experiencia sirve de recurso importantísimo para el enriquecimiento de la ciencia, para el
desarrollo de la teoría y de la práctica.
Experimento
Investigación de los fenómenos, cualesquiera que sean, actuando sobre ellos; se recurre, con este
fin, a la creación de nuevas condiciones en consonancia con los fines que el investigador se
propone alcanzar, o bien se modifica el curso del proceso en la dirección necesaria. El experimento
constituye una faceta de la práctica histórico-social de la humanidad, y es, por ende, una fuente de
conocimiento y criterio de la verdad para hipótesis y teorías. Hay que distinguir del experimento
verdadero la simple observación –que no presupone una intervención activa sobre el objeto– y el
denominado «experimento mental», razonamiento lógico acerca de cómo transcurrirían
determinados fenómenos si se lograra crear ciertas condiciones, imposibles de establecer en el
momento dado por motivos técnicos o de otra índole. El experimento comprende: la creación de las
condiciones necesarias, la eliminación de todos los influjos y factores que constituyan un obstáculo,
la fijación del objeto por medio de distintos recursos o bien la producción artificial del fenómeno, el
acto de la observación y de la medición aplicando los correspondientes dispositivos técnicos. Todo
experimento se basa en la modelación de los fenómenos que se han de estudiar. Con el avance de
la ciencia y de la técnica, la esfera del experimento se amplía, abarca fenómenos cada vez más
complejos del mundo material. En contraposición al apriorismo, el materialismo dialéctico ve en el
experimento y en la observación la fuente de las representaciones teóricas. El lazo entre estas
últimas y el experimento puede ser directo, si las representaciones se infieren directamente de la
experiencia, e indirecto, si se infieren partiendo del análisis de las consecuencias obtenidas de
leyes y tesis establecidas con anterioridad por experimentación directa. Sin embargo, la teoría no se
reduce a la suma de los datos de la experimentación, sino que constituye un grado, cualitativamente
nuevo, del conocer, un movimiento desde los fenómenos [166] reflejados en el experimento, hacia
la esencia, hacia el conocimiento de leyes cada vez más profundas.
Explicación
(del latín «explicatio»: en sentido estricto, acción de desplegar, desenvolver, desarrollar; en sentido
figurado, aclaración, desarrollo). 1. Etapa, forma de la investigación científica; consiste en poner de
manifiesto la esencia del objeto estudiado. Por su significado gnoseológico, la explicación puede ser
de varios tipos: explicación por medio de lo general (analogía, modelo), explicación causal,
explicación por medio de la ley, &c. La explicación está directamente relacionada con la descripción,
se basa en ella. Únicamente partiendo de la explicación, es posible la previsión científica de los
acontecimientos. Así, la previsión del comunismo y el proceso de su implantación práctica se
apoyan en la profunda explicación científica de las leyes del desarrollo social dada por el marxismo-
leninismo. 2. Desarrollo: proceso en virtud del cual se pone de manifiesto el contenido de alguna
unidad cuyas partes adquieren independencia y pueden diferenciarse entre sí. En este sentido, el
término «explicación» se utiliza ampliamente en la filosofía idealista. Así, en el neoplatonismo, el
mundo y las cosas singulares se interpretan como explicaciones, como «autodesarrollo» de Dios,
en quien existen inicialmente como una unidad. Hegel ve la realidad como autodesarrollo del
concepto en la multiplicidad de sus determinaciones. 3. Recurso lógico-metodológico en virtud del
cual un concepto o una representación conocidos, aunque imprecisos, se sustituyen por un
concepto científico preciso. Por lo común, la explicación se presenta como desarrollo de conceptos
iniciales en la elaboración de una teoría científica, a diferencia del conocimiento precientífico o
todavía científicamente indeterminado acerca del objeto. Se halla ampliamente difundido en la
semántica lógica, donde el término de «explicación» ha recibido el sentido indicado.
Expresionismo
(del francés «expression»: expresión). Corriente artística y literaria. Surgió a comienzos del siglo XX
(grupo de pintores alemanes que se unieron en 1905 en torno a la revista «El puente»), pero
alcanzó difusión después de la primera guerra mundial. Representantes: Max Pechstein, Franz
Mare, Ernest Kirchner, Paul Klee (Alemania), Oskar Kokoschka (Austria), Marc Chagall (Rusia) y
otros. Influyeron en la formación del expresionismo Cézanne, Van-Gogh, Edvard Munch, Ferdinand
Hodler y James Ensor. El fondo social del expresionismo radica en la protesta anárquica de la
intelectualidad burguesa y pequeñoburguesa contra las lacras del capitalismo; su concepción
estética es el subjetivismo extremo. «Hemos de olvidar todas las leyes, únicamente nuestra alma es
un auténtico reflejo del universo» (Kokoschka); «el expresionista cree sólo en la realidad creada por
él mismo pese a toda otra realidad de la vida» (Kasimir Edschmid). El primado de la forma sobre el
contenido, de lo individual sobre lo social, de lo irracional sobre lo lógico, ha hecho del
expresionismo una tendencia decadente, formalista. En sus obras, los expresionistas tergiversan
por completo el mundo real, viéndolo tan sólo como pretexto para plasmar sus sentimientos
desequilibrados y darles forma objetiva. De ahí su inclinación a lo extraordinariamente grotesco, a
mezclar los planos de la representación, a desfigurar los objetos, &c. El expresionismo se ha
manifestado también en literatura (Walter Hasenclever, Edschmid, en parte Leonid Andréiev, August
Strindberg y otros), en escultura (Alexander Archipenko, Wilhelm Lehmbruck), en el teatro (K. J.
Martin, Leopold Jessner y otros), en el cine (Robert Wiene, Paul Leni), en música (Arnold
Schönberg). El expresionismo no ha sido homogéneo. Sus representantes de izquierda (Georg
Kaiser, Georges Grosz; más tarde, F. Evergut, y otros) han criticado el capitalismo, se han
manifestado contra la guerra. Al expresionismo se adscribieron, al principio de su obra creadora,
Johannes Becher, Bertolt Brecht, O. Nagel. No obstante, en su conjunto, el expresionismo poseía
un carácter burgués, antihumanista. En la actualidad, con el término de «expresionismo abstracto»
se designa el abstraccionismo.
Extensión
Es una de las características fundamentales del espacio, cuyas dimensiones expresa. En el
concepto de «extensión», se refleja el momento de la estabilidad relativa y persistencia de un
determinado tipo de conexión en las cosas y en los fenómenos. Dicha estabilidad es precisamente
lo que hace posible comparar las dimensiones de los cuerpos. El materialismo metafísico, al separar
de la materia en movimiento el [167] espacio, lo concebía como extensión pura. Así los atomistas de
la Antigüedad admitían la existencia del vacío como condición necesaria del movimiento de los
átomos y asignaban al espacio únicamente la propiedad de extensión. En la filosofía de la Época
Moderna, fue Descartes quien concibió con mayor claridad la idea de espacio como pura extensión.
Leibniz criticó esta concepción cartesiana e indicó acertadamente que, partiendo de la extensión,
sólo pueden inferirse conclusiones acerca de las propiedades geométricas del espacio; para poder
aclarar la extensión se requiere un cuerpo, sin lo cual ésta queda reducida a una abstracción vacía.
En la crítica de la identificación metafísica del espacio con la extensión, dio un nuevo paso Toland,
quien subrayó que la representación del espacio como extensión vacía y pura se debe a haber
definido la materia tan sólo por la extensión, a haberla representado erróneamente como privada de
actividad interior. El materialismo dialéctico determina el espacio como forma de existencia de la
materia y con ello afirma que las propiedades espaciales de los cuerpos, y en particular su
extensión, dependen de las propiedades de la materia en movimiento.
Lo externo y lo interno
1. Aspectos de un objeto o de un proceso que se distinguen por su lugar y por su papel en la
estructura de un todo. La categoría de lo externo refleja el aspecto superficial del objeto,
directamente accesible a los sentidos, a la realidad que existe fuera del objeto. La categoría de lo
interno refleja el aspecto esencial del objeto. Lo interno no se halla dado de manera inmediata y
llega a conocerse a través de lo externo, a través de la manifestación. Los aspectos externos de un
objeto están determinados por los internos, por la ley, por la esencia, y a través de éstos últimos
llegan a ser revelados y conocidos. El examen de la naturaleza interna del objeto lleva a la
comprensión de las contradicciones del mismo, a la comprensión de la fuente de su desarrollo y de
las formas externas en que aparece.
2. Aspectos de la realidad, diferenciados por el hombre como mundo exterior y mundo interior. Lo
interior es el mundo espiritual; lo exterior es el mundo de la naturaleza. La elucidación del nexo real
existente entre lo exterior y lo interior, entre lo objetivo y lo subjetivo, se ha efectuado en la historia
de las ciencias y de la filosofía en la lucha del materialismo contra el idealismo y el agnosticismo.
Facultad
En el amplio sentido de la palabra, propiedades psíquicas del individuo, cuya conducta regulan y a
quien sirven como condición de su actividad vital. En potencia, las facultades se hallan
representadas por un sistema de nexos no condicionados y condicionados, adaptado al
cumplimiento de una actividad determinada. Al mismo tiempo, la formación misma de la actividad en
que se descubren las facultades constituye una formación del correspondiente sistema de
conexiones nerviosas. Las facultades constituidas se convierten en condiciones del desarrollo de
facultades de un nivel más elevado. La facultad más general del individuo es la sensibilidad, que va
perfeccionándose en el transcurso de todo el desarrollo, filo y ontogénico. Por facultades en un
sentido especial, se entiende un complejo de propiedades psíquicas que hacen apto al hombre para
cumplir un determinado tipo de actividad profesional, históricamente formado. En contraposición a
los animales, cuyas facultades representan una síntesis de la experiencia de la especie y de la del
individuo transmitida por los mecanismos de la herencia biológica, las facultades del hombre son un
producto del desarrollo social. Su formación presupone que el individuo se asimila las formas de
actividad elaboradas por el género humano en el proceso del desarrollo histórico-social. Tenemos,
pues, que las facultades del hombre no sólo dependen de la actividad del cerebro, sino, ante todo,
del grado de desarrollo histórico alcanzado por la humanidad. En este sentido, las facultades del
hombre están indisolublemente ligadas con la organización social del trabajo y con el sistema de
formación a ella adaptado. En la sociedad basada en la explotación, se frena por todos los medios
el cultivo de las facultades de los trabajadores. Al mismo tiempo, se «justifica» la situación de las
clases explotadoras por la carencia de facultades altamente desarrolladas en aquéllos. El
desenvolvimiento multilateral de las facultades que abra a cada individuo el acceso a las diversas
profesiones y formas de actividad, constituye una de las importantes tareas de la edificación del
comunismo.
Fa-kia (legistas)
Una de las corrientes ideológicas dominantes en la antigua China. Entre sus representantes más
notables figuraron Shan Yan (s. IV a. n. e.) y Han Fei (murió aproximadamente en el año 233 a. n.
e.). Los [169] partidarios de la fa-kia, que expresaban los intereses de la nueva nobleza enriquecida
por el desarrollo de las relaciones de cambio, lucharon enérgicamente contra las supervivencias del
régimen gentilicio y de las tradiciones comunales y patriarcalistas, por la unión del país y del
progreso histórico. Así, Shan Yan, después de llevar a cabo varias reformas durante el reinado Tsin,
contribuyó a la formación del primer imperio chino a fines del s. III a. n. e. Fue Jan Fei quien dio una
base filosófica a las concepciones económicas y políticas de la fa-kia. Consideraba que las leyes
naturales (tao) determinaban el desarrollo de las cosas. La sociedad humana también ha de poseer
sus propias leyes (fa) que sirvan al hombre de criterio para regir sus actos. Dichas leyes son el
arma fundamental del Estado en lucha contra las fuerzas políticas y sociales conservadoras, por el
fortalecimiento de la potencia y por su progreso del país. Han Fei y otros representantes de la fa-kia
eran enemigos de la mística religiosa y de las supersticiones.
Falsedad
Enunciación que tergiversa la situación real de las cosas. Gnoseológicamente, ya Aristóteles,
definió la falsedad; consideraba falso lo que entra en contradicción con la realidad: si el juicio une lo
que en la realidad está desunido o desune lo que está unido realmente, es falso. De la falsedad ha
de distinguirse lo que carece de sentido, es decir, lo absurdo. Desde el punto de vista psicológico y
ético, hay que diferenciar la falsedad consciente y la no intencionada.
Familia
Célula de la sociedad; se basa en el parentesco conyugal y consanguíneo, es decir, en las
relaciones entre marido y mujer, padres e hijos, hermanos y hermanas, &c. La vida de la familia se
caracteriza tanto por procesos materiales como por procesos espirituales. Pertenecen a los
primeros, las relaciones biológicas naturales, relaciones económicas y de consumo; a las segundas,
las relaciones morales y psicológicas. La familia es una categoría histórica. Su vida y sus formas
están condicionadas por el régimen económicosocial imperante y por el carácter de las relaciones
sociales en su conjunto. En la remota antigüedad, las relaciones sexuales ofrecían un carácter
desordenado, la familia no existía. Surge, ésta, en el período del régimen gentilicio sobre la base de
la división del trabajo según el sexo y la edad y de la forma sedentaria de vida, cuando a la relación
natural entre las personas de distinto sexo, se añadieron las relaciones y los intereses económicos.
En el período del matriarcado, existía la gran familia matriarcal, la comunidad y el matrimonio por
grupos, convertido luego en matrimonio por parejas. En el período del patriarcado, surge la gran
familia patriarcal, la comunidad que, con el establecimiento de la democracia militar, se transforma
en una pequeña familia patriarcal basada en el matrimonio monógamo, (monogamia). Al mismo
tiempo, la mujer se convierte en propiedad de su marido, en su esclava. El fin principal de la familia
pasa a ser el de la acumulación de riqueza y su transmisión a los herederos legítimos. Imprime una
huella singularmente profunda en la familia, la propiedad privada de la sociedad burguesa. El tosco
cálculo material, el beneficio comercial del matrimonio desempeñan en ésta un papel inmenso.
Como complemento del matrimonio, se establece la prostitución legalizada. Tan sólo en el ambiente
proletario surgen y se desarrollan relaciones conyugales y familiares libres de las deformaciones
aludidas con el amor, la amistad y la confianza mutua como base. Ello se debe al incremento de la
industria mecanizada, a la amplia incorporación de la mujer a la producción y a la vida social. La
victoria del socialismo ha abierto amplios horizontes a la igualdad del hombre y de la mujer en todas
las esferas de la vida social, en la producción, en la vida cotidiana, en la familia. El amor, el respeto
mutuo, el cuidado por la educación de los hijos constituyen los principios morales mas importantes
de la familia soviética. El Partido Comunista siempre ha concedido gran atención a las cuestiones
relacionadas con el fortalecimiento de la familia, ha luchado y lucha contra las supervivencias del
capitalismo en las relaciones familiares. En el período de la edificación comunista, a medida que se
eleve el bienestar material de los trabajadores y arraiguen en la vida de la sociedad las normas de
la moral comunista, se perfeccionarán las relaciones familiares. «...Bajo el comunismo, la familia se
consolidará, las relaciones familiares quedarán definitivamente exentas de todo cálculo material, se
alcanzará un alto nivel de pureza y estabilidad». («Documentos del XXII Congreso del P.C.U.S.»,
pág. 196).
Fantasía
(del griego fantasía: imagen psíquica, fruto de la imaginación). Imaginación que se caracteriza por
una especial fuerza, por la brillantez y lo extraordinario de las representaciones e imágenes
creadas.
Fascismo
«...Es la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, chovinistas e imperialistas
del capital financiero» («Documentos del XXII Congreso del P.C.U.S.»). El establecimiento del
fascismo es un reflejo de la incapacidad de la burguesía dominante para mantener su poder
recurriendo a los habituales medios «democráticos». El fascismo actúa al frente de las fuerzas
anticomunistas, su golpe principal va dirigido, contra los partidos comunistas y obreros, contra las
demás organizaciones progresivas. El régimen fascista se implantó por primera vez en Italia (1922),
luego en Alemania (1933) y en otros varios países. En Alemania, el fascismo se presentó bajo la
máscara del nacional-socialismo. El fascismo ha constituido la fuerza de choque de la reacción
internacional; los estados fascistas, en primer lugar la Alemania hitleriana, desencadenaron la
segunda guerra mundial. Es un mérito histórico del pueblo soviético ante toda la humanidad
progresiva, el haber desempeñado el papel decisivo en el aplastamiento del fascismo germano. A
pesar de la derrota total sufrida por los estados fascistas en la segunda guerra mundial, los
elementos reaccionarios de algunos países imperialistas procuran resucitarlo en nuestros días. En
el aspecto ideológico, el fascismo significa irracionalismo, chovinismo y racismo extremos,
oscurantismo y antihumanismo.
Fatalismo
(del latín «fatális»: funesto). Concepción filosófica según la cual en el mundo y en la vida humana
todo se halla sujeto a la predeterminación del hado, del destino. Ya en la mitología antigua se
encontraba difundida la idea de que los hados imperan sobre los hombres e incluso sobre los
dioses. En la historia de la filosofía, la concepción del fatalismo recibió distintas interpretaciones en
dependencia de cómo se resolvía el problema del libre albedrío. En la teoría de la predeterminación
(ocasionalismo, armonía preestablecida, &c.), el hombre era concebido como un abúlico juguete de
Dios o de la naturaleza, creado en cierta ocasión e incapaz de modificar el curso preestablecido de
los acontecimientos. A esta variedad de fatalismo, que niega por completo el libre albedrío, se
contrapone otra posición extrema: el voluntarismo. El fatalismo religioso (Islamismo, Agustín,
Lutero, Calvino y otros) admitía con ciertas salvedades el libre albedrío del hombre, mas nunca
pudo reconciliar la «buena» voluntad de Dios con la «mala» voluntad humana. El fatalismo alcanza
su expresión acabada en las teorías filosóficas que preconizan la repetición absoluta de todos los
acontecimientos en cada ciclo del devenir del cosmos («eterno retorno» de los pitagóricos,
Nietzsche y otros). Esta concepción concibe la casualidad y la libertad del hombre como
instrumento y premisa del destino, con lo cual reconoce que el hombre es el creador de su vida. Por
ejemplo, en la filosofía de Nietzsche, fatalista hasta la médula y, al mismo tiempo, voluntarista, del
«amor al destino» se desprendía la «voluntad de poder». Históricamente, el fatalismo ha
desempeñado un papel reaccionario. Por una parte, el considerar el destino como un «plan» de la
vida del hombre establecido desde arriba incitaba a la pasividad, a subordinarse servilmente a las
circunstancias. Por otra parte, la seguridad en la omnipotencia de la voluntad suprema que
conducía a los «elegidos del destino» a la victoria inevitable y al dominio favorecía el fanatismo
religioso.
Fauvismo
(del francés «fauves»: fieras). Corriente del arte burgués; recibió la denominación de «fauves»
después de una exposición que se celebró en 1904 y cuyos participantes, entre los que figuraban
Henri Matisse, Raoul Dufy, André Derain, Albert Marquet, Georges Rouault, Maurice Vlaminck,
Georges Braque y Van Dongen, se encontraban unidos por su actitud negativa no sólo frente al arte
académico y naturalista, sino además frente a las tradiciones y leyes artísticas en general. Los
fauvistas procuraban manifestar su descontento por la realidad capitalista afirmando el derecho del
artista a deformar y presentar de manera primitiva los objetos y fenómenos representables,
desorbitando en extremo los elementos, de la composición, la perspectiva, &c. Veían la misión del
arte en apartar al hombre de las contradicciones de la vida, en infundir tranquilidad, en proporcionar
al hombre satisfacciones a pesar de la encarnizada lucha que se sostiene en el mundo. A
comienzos de 1920, el fauvismo se vio reemplazado por otras nuevas tendencias (expresionismo,
surrealismo, &c.).
Fe
Aceptación gratuita de la veracidad de tal o cual fenómeno. La fe ciega en lo sobrenatural (Dios,
ángeles, demonios, etc.) constituye una parte componente de toda religión. En este sentido, la fe no
se diferencia de la superstición. La fe religiosa se halla contrapuesta al saber. No obstante, muchos
filósofos idealistas intentan conciliar fe y saber o colocan la primera en el lugar del segundo
(fideísmo). En el sentido corriente de la palabra, fe es la seguridad que se tiene en conclusiones
científicas e hipótesis que en el momento dado aún no pueden ser demostradas experimentalmente.
Semejante fe se apoya en el saber ya logrado y comprobado en la práctica.
Fideísmo
(del latín «fides»: fe). Doctrina que suplanta el saber por la fe o que, en general, asigna cierto valor
a la fe. En una u otra medida, el fideísmo es propio de todas las teorías idealistas y expresa que la
ciencia se subordina a la religión.
Fenomenalismo
(del griego fainómenon: javoy: representación, fenómeno) Teoría del conocimiento basada en la tesis
de que únicamente las sensaciones son objeto inmediato del conocer. El fenomenalismo extremo
conduce al idealismo subjetivo: el mundo, es un «conjunto de «ideas»» de «complejos de
sensaciones» (Berkeley, Empiriocriticismo), o al agnosticismo: no podemos saber lo que se esconde
tras las sensaciones (Hume). El fenomenalismo moderado, al admitir la existencia de los objetos
que se manifiestan en las sensaciones, conduce o a un materialismo inconsecuente que considera
los objetos como cosas materiales (Locke), o al agnosticismo kantiano si los objetos son tenidos por
«cosas en sí» incognoscibles (Kant, Mill, Spencer). En el positivismo moderno, el fenomenalismo
adquiere forma lingüística, dado que su tesis capital se reduce a la posibilidad de expresar la
experiencia mediante un lenguaje «objetivo» o «fenomenalista». En los últimos tiempos, algunos
neopositivistas que en un principio aceptaban la posibilidad absoluta de reducir las enunciaciones
acerca de las cosas a enunciaciones sobre el contenido de la conciencia, han empezado a
comprender la inutilidad de semejantes tentativas. Desde el punto de vista del materialismo
dialéctico, la tesis básica del fenomenalismo es inconsistente, ya que en éste el conocimiento se
separa de la realidad.
Fenómeno
(del griego fainómenon: representación, fenómeno). Concepto que designa lo que se nos da en la
experiencia y conocemos a través de los sentidos. En la filosofía de Kant, el fenómeno en principio
se diferencia del nóumeno, que queda más allá de los límites de la experiencia y no es accesible a
la contemplación del hombre. Kant, mediante el concepto de fenómeno, intentaba separar
radicalmente la esencia y la apariencia, considerando incognoscible la primera (Agnosticismo).
Desde el punto de vista del materialismo dialéctico, no existe un límite tajante entre fenómeno y
esencia; la esencia llega a conocerse a través del fenómeno. (Fenomenalismo, Fenomenología).
Fenomenología
(del griego fainómenon: fenómeno, y lógoV: doctrina, tratado). Corriente idealista subjetiva fundada
por Husserl; ha ejercido una gran influencia sobre la filosofía burguesa contemporánea. El concepto
central de la fenomenología –la «intencionalidad» de la conciencia (su orientación hacia el objeto)–
está destinado a sustentar el principio idealista subjetivo de que «no hay objeto sin sujeto». Los
requisitos básicos del método fenomenológico son: 1) la reducción fenomenológica, es decir,
abstenerse de formular juicios de cualquier clase que conciernan a la realidad objetiva y que
rebasen los límites de la experiencia «pura» (o sea, subjetiva); 2) la reducción trascendental, es
decir, el ver al propio sujeto del conocimiento no como un ser real, empírico, social y
psicofisiológico, sino como conciencia pura trascendental. Las ideas de la fenomenología han
servido de base filosófica al existencialismo (Max Scheler, Heidegger). Algunos filósofos burgueses
(Sartre, Merleau-Ponty) oponen la fenomenología al materialismo dialéctico. Hay filósofos católicos
(Edith Stein, Van Breda) que sintetizan fenomenología y neotomismo. Las conclusiones
abiertamente idealistas e irracionalistas de la fenomenología han provocado una oposición en el
seno mismo de la escuela fenomenológica, cuya ala izquierda procura mantener separada del
existencialismo a la fenomenología, conservando sólo el imaginario «elemento racional» de la
misma (Farber, en parte Roman Ingarden). El centro teórico de la corriente fenomenológica se
encuentra en el archivo de Husserl, adjunto a la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Lo feo
Categoría estética en que se reflejan los fenómenos de la realidad adversos a lo bello y en que halla
su expresión la actitud negativa del hombre respecto a tales fenómenos. En contraposición a lo
bello, lo feo en la sociedad se caracteriza por presentar obstáculos [172] a la libre manifestación y al
florecimiento de las fuerzas vitales del hombre, por el desenvolvimiento limitado, monstruosamente
unilateral, de dichas fuerzas, por la descomposición del ideal estético. En lo feo, la esencia humana
se contradice a sí misma, se manifiesta bajo un aspecto deformado e inhumano, lo cual resulta
patente en el arte a través de figuras como las de Golovliov, Pliushkin, Yago y otras. En el mundo
burgués, lo feo predomina sobre lo bello, lo cual se refleja en la preponderancia de los tipos
negativos sobre los positivos en el arte del realismo crítico, arte que utiliza las imágenes de los
personajes y caracteres negativos para criticar y poner al desnudo los aspectos inhumanos de la
vida que destruyen la belleza del hombre. En el arte auténtico, la representación estética de lo feo
constituye una forma peculiar de la afirmación del ideal de belleza. Decía Belinski que toda
negación, para ser viva y poética, ha de hacerse en nombre del ideal. La obra de educar al hombre
de la sociedad comunista se encuentra indisolublemente vinculada a la lucha contra las
supervivencias feas y repugnantes del pasado en nuestra existencia, que dificultan la creación, de
una nueva sociedad.
Fetichismo
(del portugués «feitiço»: artificial, fabricado). Veneración de objetos y fenómenos de la naturaleza;
es una de las formas tempranas de la religión de la sociedad primitiva. El término «fetichismo» fue
propuesto por el historiador y lingüista francés Charles de Brosses (1760). Al no conocer la esencia
de los objetos materiales, el hombre les atribuía propiedades sobrenaturales, creía que dichos
objetos (fetiches) daban satisfacción a sus necesidades. El fetichismo se halla relacionado con el
totemismo y con la magia. Forma parte de muchas religiones modernas (adoración de iconos, de la
cruz) (Fetichismo de la mercancía).
Fetichismo de la mercancía
Representación tergiversada, falsa e ilusoria del hombre acerca de las cosas, mercancías y
relaciones de producción; surge cuando impera el régimen de la producción de mercancías basado
en la propiedad privada, sobre todo bajo el capitalismo. La aparición del fetichismo de la mercancía
se explica por el hecho de que los vínculos de producción entre los individuos, en la sociedad
basada en la propiedad privada, no se establecen de manera directa, sino a través del intercambio
de cosas en el mercado, a través de la compra y venta de mercancías, adoptan la envoltura de una
mercancía (se materializan), y, como consecuencia, adquieren el carácter de relaciones entre
cosas, se convierten aparentemente en propiedades de las cosas, de las mercancías. Las cosas,
las mercancías creadas por los hombres empiezan, en apariencia, a dominar sobre los propios
hombres. Esta materialización de las relaciones de producción entre los hombres, de la
dependencia en que el hombre se encuentra respecto al movimiento espontáneo de las cosas, de
las mercancías, constituye la base objetiva del fetichismo de la mercancía. En los hombres surge la
idea ilusoria de que las cosas mismas, las mercancías, por su propia naturaleza, poseen ciertas
propiedades misteriosas, que en realidad no poseen. El fetichismo de la mercancía oculta la
verdadera situación: la subordinación del trabajo al capital, la explotación de la clase obrera. En la
superficie de los fenómenos, los relaciones entre los capitalistas y los obreros aparecen como
relaciones entre poseedores iguales de mercancías. Todas las ideas ilusorias sobre la igualdad y la
libertad engendradas por el capitalismo se apoyan en dicha forma tergiversada, inevitable en la
sociedad capitalista, en que se manifiestan las categorías económicas. La economía política
burguesa, vulgar, utiliza el fetichismo de la mercancía con el propósito de encubrir la auténtica
naturaleza del capital y ocultar la causa verdadera de la explotación de la clase obrera. El primero
en develar el secreto del fetichismo de la mercancía, sus raíces, su base objetiva, fue Marx. El
fetichismo de la mercancía tiene un carácter histórico; desaparecerá cuando se aniquile el modo
capitalista de producción.
Feudalismo
Formación económico social establecida como resultado de la descomposición y hundimiento del
régimen esclavista o del régimen de la comunidad primitiva; ha existido en casi todos los países.
Las clases principales de la sociedad feudal son las constituidas por los señores feudales y por los
campesinos. La clase dominante y explotadora de los señores abarcaba a la nobleza y al alto clero.
Dentro de la clase dominante, existía una división jerárquica en estamentos, una subordinación de
los pequeños señores feudales alos de mayor poderío. La Iglesia era una gran potencia feudal. Los
campesinos explotados carecían de derechos políticos y jurídicos. En las ciudades, la [173] masa
principal de la población se hallaba constituida por maestros, oficiales, aprendices y trabajadores no
calificados. La base de las relaciones de producción dominantes bajo el feudalismo era la propiedad
del señor feudal sobre los medios de producción, en primer lugar sobre la tierra, y la propiedad
incompleta sobre el trabajador, la cual se expresaba en diversos tipos de dependencia personal del
campesino respecto a su señor. Bajo el feudalismo, las fuerzas productivas sólo podían
desarrollarse sobre la base del trabajo de los campesinos dependientes, quienes poseían su
hacienda, instrumentos de trabajo insignificantes y se sentían algo interesados materialmente en el
trabajo. El modo feudal de producción se caracterizó por la sucesión de tres tipos de renta de la
tierra: trabajo gratuito en la tierra del señor (corvea), renta en especie y renta en dinero. La renta de
la tierra constituía la forma específica de explotación en la sociedad feudal y con mucha frecuencia
la renta no era sólo el producto del trabajo suplementario de los campesinos siervos, sino, además,
una parte del producto de su trabajo necesario. El régimen del feudalismo se caracteriza por la
economía natural y por el nivel bajo y rutinario de la técnica. La superestructura de la sociedad
feudal se distingue por varios rasgos: el Estado feudal, por lo común aparecía bajo el aspecto de
monarquía estamental o absoluta; en la vida espiritual de la sociedad, imperaba la ideología
religiosa. El pensamiento social, en sus líneas fundamentales, se desarrollaba bajo una forma
religiosa. Toda la historia de la sociedad feudal se halla saturada de la lucha de clases. Las
sublevaciones campesinas, aunque en la mayor parte de los casos se llevaban a cabo bajo una
bandera religiosa, conmovieron al régimen feudal, aceleraron su hundimiento. Al feudalismo le
sucedió el capitalismo, tercera y última forma de la sociedad basada en la explotación.
Filogenia y ontogenia
Filogenia (del griego fu<lon: especie, raza, y génesiV: origen, generación) y Ontogenia (del griegoón,
óntoV: ser, y génesiV: origen, generación). Términos introducidos por Haeckel (1866) para designar
el desarrollo histórico, genérico (filogenia) e individual (ontogenia) de los organismos. En el proceso
evolutivo de la naturaleza viva, la filogenia y la ontogenia se hallan indisolublemente ligadas, se
condicionan recíprocamente (Ley biogenética): la ontogenia es el resultado del desarrollo histórico,
es decir, es un resultado de la filogenia; por otra parte, la filogenia se forma sobre la base de los
cambios individuales, es decir, sobre la base de la ontogenia. En esta interacción se refleja la
unidad de la parte (el individuo) con el todo (el género), de lo singular con lo general, la dialéctica
del proceso, en forma de espiral, de desarrollo, en cada una de cuyas etapas se reproducen, en
forma superada, los saltos cualitativos realizados en las etapas precedentes. Darwin expuso la idea
de la unidad entre filogenia y ontogenia, idea que fue desarrollada, entre otros, por Haeckel y
Michurin.
Filosofía
(griego: filosofía: amor a la sabiduría). Ciencia sobre las leyes universales a que se hallan
subordinados tanto el ser (es decir, la naturaleza y la sociedad) como el pensamiento del hombre, el
proceso del conocimiento. La filosofía es una de las formas de la conciencia social y está
determinada, en última instancia, por las relaciones económicas de la sociedad. La cuestión
fundamental de la filosofía como ciencia especial estriba en el problema de la relación entre el
pensar y el ser, entre la conciencia y la materia. Todo sistema filosófico constituye una solución
concreta y desarrollada de dicho problema, incluso si la «cuestión fundamental» no se formula
claramente en el sistema. El término «filosofía» se encuentra por primera vez en Pitágoras; en
calidad de ciencia especial, lo introdujo por primera vez Platón. La filosofía surgió en la sociedad
esclavista como ciencia que unía todos los conocimientos que el hombre poseía acerca del mundo
objetivo y acerca de sí mismo, cosa perfectamente natural dado el bajo nivel de desarrollo del saber
en las etapas [176] primeras de la historia humana. En el curso del desarrollo de la práctica en el
ámbito de la producción social, y a medida que se acumularon conocimientos científicos, ocurrió un
proceso de «desprendimiento por gemación» de algunas ciencias respecto a la filosofía, a la vez
que ésta se formaba como ciencia independiente. La filosofía como ciencia surge de la necesidad
de estructurar una concepción general del mundo, de investigar los principios y leyes generales del
mismo; surge de la exigencia de un método de pensamiento acerca de la realidad fundado en lo
racional, en la lógica. Tal necesidad hace que el problema de la relación entre el pensar y el ser se
sitúe en el primer plano de la filosofía, pues toda filosofía se apoya en una u otra solución de dicho
problema, lo mismo que el método y la lógica del conocimiento. A ello se debe, también, la
polarización de la filosofía en dos corrientes opuestas: materialismo e idealismo; entre ellos ocupa
una posición intermedia el dualismo. La lucha entre el materialismo y el idealismo atraviesa, como
un hilo rojo, toda la historia de la filosofía, es una de sus fuerzas motrices fundamentales. Esta
lucha se encuentra estrechamente vinculada al desarrollo de la sociedad, a los intereses
económicos, políticos e ideológicos de las clases. Al precisar la problemática específica de la
ciencia filosófica, se fueron diferenciando en la propia filosofía distintas facetas en calidad de partes
más o menos independientes, a veces con diferencias señaladísimas. Estas partes son: la
ontología, la gnoseología, la lógica, la ética, la estética, la psicología, la sociología y la historia de la
filosofía. Al mismo tiempo, ante la insuficiencia de conocimientos concretos, la filosofía intentaba
sustituir las conexiones y leyes del mundo que faltaban por otras imaginarias, con lo cual se
convertía en una «ciencia de las ciencias» especial, por encima de todas las demás ciencias.
Respecto a la naturaleza, tal filosofía se presentaba como filosofía natural; ante la historia como
filosofía de la historia. El último sistema de este género fue el de la filosofía de Hegel. Sin embargo,
a medida que los conocimientos aumentaron y se diferenciaron, desaparecieron los motivos para
que existiera la filosofía como «ciencia de las ciencias». La clara concepción de la necesidad social
que da origen a la filosofía como ciencia especial, la clara idea del lugar que ésta ocupa y del papel
que desempeña en el conjunto de la cultura espiritual así como, por ende, de cuál es el círculo de
sus problemas (su objeto) se alcanzaron por primera vez en el marxismo-leninismo (Materialismo
dialéctico, Materialismo histórico). El conocimiento teórico de los fenómenos del mundo circundante
no puede darse sin el pensar desarrollado en el sentido lógico. Pero, en virtud de la división del
trabajo entre las ciencias, que se formó históricamente, fue precisamente la filosofía la que elaboró
las categorías y leyes lógicas. La filosofía marxista-leninista ha desarrollado y sostenido
consecuentemente el principio materialista en la concepción del mundo objetivo y del pensar,
principio que ha fecundado con la concepción dialéctica no como «ciencia de las formas externas
del pensamiento, sino de las leyes que rigen el desarrollo de «todas las cosas materiales, naturales
y espirituales», es decir, el desarrollo de todo el contenido concreto del mundo y del conocimiento
del mismo, o sea, resultado, suma, conclusión de la historia del conocimiento del mundo» (V. I.
Lenin, t. XXXVIII, págs. 80-81). La filosofía marxista, al considerar las formas y leyes lógicas como
formas y leyes aprehendidas y comprobadas por toda la práctica humana del desarrollo de los
procesos naturales, históricos y sociales, eliminó la diferenciación entre ontología, lógica y teoría del
conocimiento. La coincidencia de la dialéctica, de la lógica y de la teoría del conocimiento constituye
el principio cardinal de la filosofía del materialismo dialéctico. Con esto, la teoría filosófica del
marxismo constituye la solución materialista dialéctica del problema fundamental de la filosofía,
solución desarrollada de manera concreta, acabada en todos sus detalles. Las formas y leyes
lógicas se presentan, en esta teoría, como formas y leyes universales reflejadas en la conciencia
del hombre del decurso de todo proceso natural o histórico social, como grados de la reproducción
teórica de los objetos en concordancia con el desarrollo real de los mismos. La filosofía, elaborada
partiendo de la concepción indicada de su papel, de su objeto y de sus tareas verdaderas en el
desenvolvimiento de la cultura humana, aparece como poderoso instrumento del conocer y obrar de
las personas, como factor activo en el desarrollo ulterior del conocimiento y de la práctica. Así
concebida la filosofía, sus partes la psicología, la sociología, la ética y la estética se convierten cada
vez más en ciencias independientes, que se consideran ciencias filosóficas sólo por el peso de la
tradición. Cierto es que dicha tradición tiene su fundamento, ya que las ciencias indicadas están
relacionadas en alto grado con la problemática específicamente filosófica, en particular con el
problema de la relación entre el sujeto y el objeto. La filosofía facilita el desarrollo de la
autoconciencia del hombre, la comprensión del lugar y del papel de los descubrimientos científicos
en el sistema del progreso general de la cultura humana; con esto, proporciona una medida para
valorar dichos descubrimientos y enlazar los eslabones sueltos del conocimiento en la unidad de la
concepción del mundo. A las teorías burguesas contemporáneas les son inherentes tendencias
antifilosóficas. Dichas tendencias caracterizan, sobre todo, al neopositivismo, el cual declara que los
problemas de la filosofía son seudoproblemas, pretende substituir el análisis filosófico del desarrollo
de los conocimientos y de la práctica actuales por el análisis del «lenguaje de la ciencia», es decir,
por el análisis lingüístico-semántico «de las formas externas del pensar», del idioma, de los
sistemas de signos con que se expresa el pensamiento, &c. De este modo, la filosofía, en el fondo,
se liquida como ciencia. De ahí que el único camino que queda para que la filosofía se desarrolle
como ciencia es el del materialismo dialéctico continuador de las mejores tradiciones de la filosofía
universal.
Filosofía analítica
Amplía corriente, bastante heterogénea, de la filosofía burguesa moderna; une distintos grupos,
direcciones y filósofos que ven en el análisis del lenguaje el objetivo de la filosofía. Actualmente, la
filosofía analítica se cultiva sobre todo en los Estados Unidos e Inglaterra; cuenta, asimismo ciertos
partidarios y grupos en los países escandinavos, Finlandia, Australia, &c. En los Estados Unidos,
esta corriente se halla representada por los filósofos del empirismo lógico y el neopragmatismo
(Williard van Quine, N. Goodman, M. White). Existen, asimismo, varios analíticos americanos
independientes, que no pertenecen a ninguna dirección determinada (Rog Wood Sellars y otros). En
Inglaterra, la forma dominante de la filosofía analítica es la filosofía lingüística. Mantienen una
posición próxima al empirismo lógico Ayer y Karl Popper. Todas esas tendencias de la filosofía
analítica aparecen como variedades del neopositivismo. Caracteriza a la mayor parte de quienes la
cultivan el trasladar el centro de gravedad, en la investigación, de los problemas gnoseológicos
generales a las formas y a los recursos concretos del análisis del lenguaje. En este terreno pueden
señalarse dos maneras fundamentales de enfocar las cuestiones: 1) se construyen lenguas
artificiales «modélicas» de estructura lógica fijada con precisión (empirismo lógico, neopragmatistas,
varios analíticos «independientes»). Tales investigaciones se basan en la lógica y en la semántica
lógica; 2) Se investigan las lenguas naturales históricamente dadas (filosofía lingüística). En gran
medida, los trabajos de los representantes modernos de la filosofía analítica dedicados al análisis
del lenguaje pierden el carácter de investigaciones filosóficas o gnoseológicas en el sentido estricto
de la palabra y se convierten en investigaciones concretas sobre lógica, acerca de problemas
específicamente metodológicos o de lingüística, las cuales poseen, sin duda alguna, contenido
científico. En cuanto a los problemas filosóficos generales, la filosofía analítica en realidad se aparta
de ellos o bien les da una solución idealista equivocada.
Filosofía antigua
Nombre dado al conjunto de doctrinas filosóficas desarrolladas en la antigua sociedad griega
esclavista desde fines del siglo VII a. n. e. y en la antigua sociedad esclavista romana a partir del
siglo II a. n. e. hasta principios del siglo VI d. n. e. La filosofía antigua constituye un fenómeno
peculiar, pero no aislado en el desarrollo de la conciencia filosófica de la humanidad. Se formó
sobre la base de los rudimentos de astronomía, matemática, física, &c., que llegaron a las ciudades
griegas desde el Oriente; como resultado de la elaboración de la mitología antigua en arte y poesía,
y también a consecuencia de la liberación del pensamiento filosófico en lo que respecta a las
representaciones mitológicas sobre el mundo y el hombre, representaciones que habían mantenido
prisionero a dicho pensamiento. Ya en el siglo V a. n. e. surgieron sistemas filosóficos y
cosmológicos en los cuales el mito se presenta no tanto como idea fundamental cuanto como
recurso expresivo para formular el pensamiento. En el siglo VI a. n. e., e incluso en el V, la filosofía
y el conocimiento de la naturaleza aún no había delimitado sus esferas. Como faltaban recursos de
comprobación [178] experimental: el número de hipótesis ideadas era grande. Para la filosofía, tal
multiplicidad de hipótesis significaba diversidad de tipos de explicación filosófica del mundo. Esta
diversidad y el nivel de la elaboración, convirtieron la filosofía antigua en escuela del pensamiento
filosófico para los tiempos posteriores. «...En las múltiples formas de la filosofía griega –escribió
Engels– se contienen ya en germen, en génesis, casi todas las concepciones posteriores» (t. XX,
pág. 369 - «Anti-Dühring» E.P.U., 1961, pág. 405). El punto de partida de la filosofía antigua fue el
materialismo filosófico. Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, pese a todas las diferencias
existentes entre ellos, suponían que todas las cosas proceden de un principio único y, además
material. No obstante, sobre esta base ingenuamente materialista, se perfilaron pronto ciertas
concepciones que condujeron más tarde al nacimiento del idealismo. Los brotes de escisión entre
las corrientes materialistas y las idealistas se dieron ya en los pensadores griegos más antiguos. En
la segunda mitad del siglo V y en la primera del IV a. n. e., se convirtieron en la oposición entre
materialismo e idealismo. Con no menor claridad se presenta en la filosofía antigua la oposición
entre el método dialéctico y el método metafísico del pensar. En esencia, muchos de los primeros
filósofos griegos eran dialécticos, concebían la naturaleza como un todo y, por consiguiente, la
veían en la interacción y concatenación de sus fenómenos. Durante el desarrollo de la filosofía
antigua, que pasó de los mil años, el materialismo y el idealismo, la dialéctica y la metafísica
constituidos en la antigua filosofía griega, experimentaron una compleja evolución que reflejaba, en
última instancia, la dialéctica del desarrollo de la sociedad antigua. Fueron materialistas, en la
filosofía antigua, Empédocles, Anaxágoras, Leucipo, y Demócrito. En las enseñanzas de Sócrates
y, sobre todo, de Platón se formó la doctrina del idealismo filosófico, que se contrapuso en primer
lugar al materialismo de los atomistas. Desde entonces, en la filosofía antigua se dibujan netamente
dos líneas principales de desarrollo, en pugna: el materialismo y el idealismo (o bien, por decirlo con
palabras de Lenin, la «línea de Demócrito» y la «línea de Platón»). Oscilando entre el materialismo
y el idealismo, Aristóteles expuso también sus ideas en polémica con las doctrinas anteriores y
contemporáneas a su tiempo. Resulta singularmente enérgica e ingeniosa la crítica aristotélica de la
teoría de las «ideas» capital en el idealismo de Platón. En la época del helenismo, como reflejo de
la crisis inicial de la polis en el sistema de esclavitud, la lucha de escuelas de la filosofía antigua
vuelve a acentuarse. En aquel entonces se hizo particularmente intensa la pugna entre la escuela
materialista epicúrea y la escuela estoica, en cuyas doctrinas, materialistas en el fondo, habían
penetrado ampliamente elementos de idealismo. Se sitúan en primer lugar, entre los problemas
filosóficos, los que conciernen a la ética, aunque basados en la concepción de la naturaleza y en la
doctrina concerniente al saber y al pensar. Las escuelas filosóficas se convierten en comunidades
cerradas de personas unidas por su indiferencia respecto a los acontecimientos exteriores y por un
acentuado interés por las cuestiones éticas y la educación. Al mismo tiempo, cambia la relación
entre la filosofía y las ciencias especiales, aparece un nuevo tipo de hombre culto y un nuevo tipo
de literatura docta, especializada, al alcance sólo de los iniciados. En la época del Imperio Romano,
período en que se agudiza la crisis de la sociedad esclavista, cobra mayores vuelos la búsqueda
religiosa de la abnegación y de la resignación. De este a oeste penetra y se difunde una ola de
cultos, doctrinas y misterios religiosos. La propia filosofía se vuelve religiosa y, en algunas escuelas,
incluso mística. Tal ocurre con el neoplatonismo y el neopitagorismo. El primero influyó sobre el
desarrollo de las doctrinas filosóficas del cristianismo. En el año 529, el emperador Justiniano
decretó el cierre de las escuelas filosóficas de Atenas. Pero antes ya de este decreto e
independientemente de él, el ciclo fundamental de las ideas de la filosofía antigua había llegado ya
al término de su desarrollo.
Filosofía china
Posee una larga tradición histórica. Sus fuentes se remontan a los comienzos del primer milenio a.
n. e. Ya en los siglos VIII-V a. n. e., había alcanzado amplia difusión la doctrina sobre las cinco
«fuerzas ciegas o primeros elementos, de la naturaleza. Los pensadores de la antigua China
enseñaban que las conexiones de los cinco «primeros fundamentos»: agua, fuego, metal, madera y
tierra crean toda la diversidad de los fenómenos y cosas. Existía también otro sistema de
clasificación de los «primeros fundamentos» del mundo real. En el «Libro de las transmutaciones»
«Itszin») ya se citan [179] ocho «primeros fundamentos» de esa clase, cuya interacción da origen a
las distintas situaciones de la realidad. No obstante, dicho libro no deja de ser, en el fondo, un texto
de vaticinios. Sólo algo más tarde recibió interpretación filosófica. Las imágenes y el simbolismo del
«Libro de las transmutaciones» ejercieron una extraordinaria influencia sobre el desarrollo ulterior
de la filosofía china. Al mismo tiempo, se iban elaborando los principios capitales de la doctrina
acerca de las fuerzas opuestas y recíprocamente ligadas, el yan y el yin, cuya acción era
considerada como la causa del movimiento y de la variabilidad en la naturaleza. Eran los símbolos
de la luz y de las tinieblas, los principios de lo positivo y de lo negativo, de lo masculino y de lo
femenino en la naturaleza. La antigua filosofía china sigue desarrollándose en el período que
abarca los s. V-III a. n. e. Precisamente durante ese período surgieron las principales escuelas
filosóficas. Testimoniaron un profundísimo interés por las cuestiones filosóficas los partidarios del
taoísmo, ante todo Lao-tse y Chuang-tse; de las investigaciones gnoseológicas se ocuparon sobre
todo Mo Ti (Mo-tsé) y sus discípulos. Muchos pensadores de la antigua China se interesaron por la
solución del problema lógico acerca de la relación entre el concepto («el nombre») y la realidad. Mo
Ti, Siun-tsé y otros consideraban que los conceptos son un reflejo de los fenómenos y cosas
objetivos. Da una explicación idealista del problema, Hunsun Lun, quien alcanzó notoriedad por sus
exposiciones que recuerdan las aporías de Zenón, así como por entender con un criterio en
extremo absoluto el concepto y separarlo de la realidad. Su doctrina sobre los «nombres» tiene
mucho de común con la doctrina de las «ideas» de Platón. En el período indicado, Tsou Yan
investigó las representaciones sobre las fuerzas yan y yin y los cinco «elementos» de la naturaleza.
Alcanzaron amplia resonancia las doctrinas ético-políticas de Confucio y de Mencio (Men-tsé), las
ideas de Han Fei-tsé y de otros representantes de la escuela de los «legistas» (fa kia) sobre el
Estado y el derecho. Aquel fue el «siglo de oro» de la antigua filosofía china. En las cuestiones de
filosofía natural, la lucha giró sobre todo alrededor de las representaciones sobre el «tian» –«cielo»–
, que unos pensadores determinan como naturaleza (Siun-tsé) y para otros es una designación de
una fuerza superior, rectora (Confucio, Mencio); sobre el «tao», «camino» (ley natural y absoluta), el
«de», manifestaciones, cualidades; sobre el tsi, materia primera, «elementos» de la naturaleza, &c.
En el campo de la ética y de la moral, se centró la atención en la teoría sobre la esencia del
hombre. Las ideas de Confucio llevaron a las concepciones de Mencio sobre la bondad innata de la
naturaleza humana y a las de Siun-tsé sobre la maldad innata de la misma. Gozaron de gran
predicamento las teorías del individualismo, de Yan Chu, y del altruismo, de Mo-tse. Las
concepciones de la filosofía de la naturaleza formuladas por los antiguos pensadores chinos se
distinguen por la insuficiencia del material empírico aprovechado. Entre el siglo III a. n. e. y el III d.
n. e., las numerosas teorías sobre la filosofía de la naturaleza y cosmológicas siguen basándose en
la doctrina de las cinco «fuerzas ciegas» o elementos primarios y las fuerzas polares yan y yin. Las
concepciones del tsi recibieron una interpretación materialista en el sistema, seriamente
argumentado, de Van Chun. Al mismo tiempo se desarrollan distintas teorías místicas, se van
perfilando corrientes religiosas en el taoísmo y en el confucianismo. En los primeros siglos d. n. e.,
el problema central de la lucha entre materialismo e idealismo pasa a ser el de la correlación entre
el «ser» y el «no ser». En dicho período, como resultado de las influencias recíprocas, –y de la
síntesis–, de las concepciones taoístas y confucianistas, se desarrollan las representaciones acerca
de lo «inicial» (yuan), de la primera materia (tsi), del «tao» y otros fundamentos del ser. En el siglo I,
en China empieza a penetrar y a difundirse el budismo, el cual, junto al confucianismo, y al taoísmo,
se convierte en una de las tendencias dominantes del pensamiento chino. Los siglos V-VI
transcurren bajo el signo del predominio del misticismo budista. En ese período, se sostuvo una
lucha en torno a la doctrina budista sobre la irrealidad del mundo. Muchos pensadores manifestaron
hondo interés por los problemas relativos a la correlación entre esencia y fenómeno, ser y no ser,
cuerpo y alma. Los materialistas Je Chen-tian y Fan Chen sometieron a una crítica demoledora la
creencia en la inmortalidad del alma. El budismo queda como la doctrina más difundida en los siglos
VII-X. Los ataques al idealismo budista partían fundamentalmente del confucianismo y del taoísmo.
Como resultado de hondos progresos económicos y sociales, en el período de los siglos X-XIII se
produce un florecimiento de la filosofía china. El ulterior desarrollo de la doctrina confucianista,
denominada neoconfucianismo, constituyó una reacción contra el budismo y el taoísmo. El
neoconfucianismo no se limitaba ya a exponer ideas ético-políticas. En él figuran con mucha mayor
amplitud y riqueza las cuestiones de ontología, de filosofía natural y de cosmogonía. El problema
central era el de la relación entre el principio ideal li (ley, principio) y el principio material tsi (materia
primera). Los primeros representantes del neoconfucianismo examinaban algunas cuestiones con
un criterio materialista (Chou Tun-I, Chan Tsai). En el desarrollo y generalización de las ideas
neoconfucianistas, corresponde un preeminente lugar a Chu Si. Respondiendo a la pregunta de qué
conexiones se dan entre el li y el tsi, Chu Si sostenía, en última instancia, que el li es el elemento
primario, y el tsi, el secundario. Cultivaron el idealismo subjetivo en el neoconfucianismo Lu Tsiu-
yuan (Lu Sianshan) y, ante todo, Van Shou-zhen (Van Yan-min). Al primero de ellos pertenece la
frase: «El mundo es mi intelecto (corazón), mi intelecto es el mundo. Al idealismo neoconfucianista
se contraponían las doctrinas materialistas de Chen Lian, E. Shi, Lo Tsin-shun, Van Tinsian. En la
lucha contra la escuela ortodoxa del neoconfucianismo desempeñó un gran papel la doctrina del
pensador progresivo Li Chi. En los siglos XVII-XVIII sigue estudiándose el problema de la
correlación entre el li y el tsi; lo resuelven en un sentido materialista Van Fu-Shi (Van Chuan-Shan)
y Tai Zhen. La guerra del opio, en 1840, señaló el comienzo de la penetración extranjera en China.
Al yugo feudal y a la agresión extranjera, el pueblo chino respondió con una poderosa sublevación
campesina el movimiento «Tai-ping» en cuyo transcurso desempeñaron cierto papel ideas utópicas
sobre la reestructuración de la sociedad. Posteriormente, cuando China quedó convertida en un
país semicolonial, los pensadores progresivos (Tan Si-tun, Sun Yat-sen y otros) recogieron y
continuaron las mejores tradiciones y las ideas materialistas de la filosofía china. Desde que, bajo la
influencia de la Gran Revolución Socialista de Octubre, se produce el movimiento del 4 de mayo de
1919, se inicia una nueva etapa en el desarrollo, del pensamiento político social y filosófico de
China. El marxismo-leninismo se convierte en el arma ideológica principal en la lucha por la
independencia nacional y las transformaciones revolucionarias del país, y la clase obrera,
encabezada por el Partido Comunista de China pasa a ser la fuerza social dirigente.
Filosofía de la historia
Así se denominaba, en la filosofía anterior a Marx, la esfera del saber que se ocupaba de los
problemas relativos al sentido de la historia, a sus leyes, a la dirección fundamental del desarrollo
de la humanidad. Desde el punto de vista histórico, la filosofía de la historia arranca de la
Antigüedad grecorromana. En la Época Moderna, la cultivaron los pensadores de la Ilustración del
siglo XVIII (Voltaire, Herder, Condorcet, Montesquieu). Los hombres de la Ilustración al combatir la
teologización de la historia, teologización iniciada por San Agustín, introdujeron en la filosofía de la
historia la idea de causalidad, elaboraron la teoría del progreso, expusieron la idea de que el
proceso histórico constituía una unidad, explicaron que el medio geográfico y social influía sobre el
hombre. En el desarrollo de la filosofía burguesa de la historia alcanzó una etapa superior la
filosofía de Hegel quien concebía la historia como un proceso único, sujeto a ley, internamente
necesario de autodesarrollo del espíritu, de la idea. Marx y Engels superaron la limitación de la
filosofía de la historia, que se manifestaba en el carácter especulativo, apriorístico e idealista, de
dicha filosofía. El descubrimiento del materialismo histórico, sirvió de base para crear una historia
auténticamente científica. En la actual filosofía burguesa de la historia, las concepciones que gozan
de mayor influencia son las de Toynbee y de Spengler. La mayor parte de los sociólogos e
historiógrafos burgueses renuncian a la generalización filosófica de la historia, hecho que refleja el
miedo de la burguesía ante las leyes históricas objetivas, que conducen al capitalismo a su fin. Ven
la historia como una sucesión caótica de casualidades y rechazan los conceptos de causalidad, de
sujeción a ley de progreso.
Filosofía de la identidad
Concepción filosófica que resuelve el problema de la correlación entre el pensar y el ser, entre el
espíritu y la naturaleza, partiendo del reconocimiento de su identidad absoluta. Su principio básico
se halla diametralmente opuesto al de los sistemas dualistas (Dualismo). La filosofa de la identidad,
como concepción filosófica determinada está unida [181] al nombre de Schelling, quien, intentando
superar el dualismo de los sistemas de Kant y de Fichte, presentó un nuevo principio inicial de la
filosofía monista: el de la identidad absoluta entre lo subjetivo y lo objetivo, entre lo ideal y lo real. El
principio de la identidad del pensar y del ser figura, asimismo, en la base del sistema hegeliano,
mas Hegel desarrolla este principio de otra manera, pues concebía la identidad misma
dialécticamente: no como algo absoluto e inmóvil, como una unidad indeterminada que se opone
indiferentemente a la multiplicidad del ser, sino como la idea lógica que se desarrolla por sí misma y
cuya determinación y diferenciación se encuentran en ella misma como su forma inmanente infinita.
La particularidad específica de la filosofía de la identidad y la que la diferencia de otras
concepciones idealistas objetivas no estriba en el reconocimiento de la identidad entre el pensar y el
ser, sino en la concepción metafísica de dicha identidad. La filosofía de la identidad, que representa
uno de los intentos de resolver el problema básico de la filosofía, suprime el problema disolviendo
las diferencias entre espíritu y naturaleza, entre el pensar y el ser, en el seno de la substancia
absoluta e inmóvil. En la historia de la filosofía, Parménides y Spinoza expusieron concepciones
próximas a la filosofía schellingiana de la identidad. En nuestros días, algunas escuelas del
neotomismo propagan las ideas de la identidad metafísica entre el pensar y el ser. La filosofía
monista auténticamente científica es la filosofía marxista, que funda su monismo partiendo de las
ideas de unidad material y desarrollo del mundo.
Filosofía de la vida
Corriente idealista subjetiva de la filosofía burguesa; surgió en Alemania y Francia en la linde del
siglo pasado y del actual. Su principal antecesor ideológico fue Schopenhauer. El nacimiento de
dicha filosofía se debió, en cierto modo, al rápido avance de la biología, de la psicología y de otras
ciencias que descubrían la inconsistencia de la imagen mecanicista del mundo. La filosofía de la
vida representó un intento de superar, desde posiciones idealistas, el carácter limitado del
materialismo mecanicista. Su aparición señaló la crisis de la filosofía burguesa, su renuncia a la
ciencia, el paso al irracionalismo y al nihilismo. Por su contenido objetivo, la filosofía de la vida
constituyó una interpretación errónea, idealista, de la peculiaridad del proceso histórico-social. Se
apoyaba en el concepto de la vida como principio absoluto e infinito del mundo, principio que, a
diferencia de la materia y de la conciencia, se mueve de manera activa, diversa y eterna. No es
posible comprender la vida gracias a los sentidos o al pensar lógico, sólo se llega a conocer
intuitivamente, sólo es accesible a la vivencia (sobre todo a la religiosa). Dentro de la filosofía de la
vida, cabe distinguir dos grupos principales: uno de ellos (Bergson) concebía la vida en un sentido
biológico y hacía extensivas las propiedades biológicas a toda la realidad; el otro grupo (Nietzsche,
Dilthey, Simmel) concebía la vida como voluntad, como vivencia interna, como juego irracional de
las fuerzas espirituales. Las ideas centrales de la filosofía de la vida han servido de fuente
ideológica al existencialismo.
Filosofía especulativa
1. Sistema de principios filosóficos estructurado sin recurrir a la experiencia. El filósofo especulativo,
partiendo de la «fuerza pura de la inteligencia», establece determinados principios con los cuales
intenta abarcar toda la realidad objetiva. No obstante, ni un solo sistema especulativo ha resistido la
prueba del tiempo, ya que la realidad, en última instancia, ha resultado ser inconmensurablemente
más rica que cualquier variedad de la filosofía especulativa. Si ésta contiene algunas conclusiones
acertadas, se debe tan sólo a que presenta como definiciones especulativas suyas, propiedades de
la realidad misma. El primer filósofo especulativo consecuente fue Descartes. En la actualidad,
emplean en gran escala el método especulativo los escolásticos (Neotomismo).
Filosofía india
En la India, la filosofía surgió sobre la base de una de las civilizaciones humanas más antiguas; sus
tradiciones milenarias, que se remontan a los siglos X-XV a. n. e., se han conservado hasta
nuestros días. En la historia de la filosofía india suelen distinguirse cuatro períodos: 1) el período
védico; 2) el período clásico o brahmano-budista, desde el siglo VI a. n. e. hasta el X d. n. e.; 3) el
período postclásico o hinduista, siglos X-XVIII; 4) la filosofía india moderna, contemporánea. Ya en
los primeros momentos del pensamiento indio, en los Vedas, junto a los himnos en honor de
numerosos dioses, se encuentra el concepto de un orden mundial único, el concepto de «Rita». Los
comentarios religioso-fílosóficos a los Vedas, los Upanishadas, contienen ideas en gran medida
determinantes de todo el ulterior desarrollo de la filosofía india (sobre la unidad del alma universal,
el brahmán, y del alma individual, el atmán; sobre la inmortalidad del alma, que pasa de una
reencarnación a otra según la ley del karma o recompensa). Junto a las doctrinas místicas,
idealistas religiosas, en los [183] Upanishadas encontraron asimismo un reflejo las concepciones de
los antiguos materialistas y ateos, quienes rechazaban la autoridad de los Vedas, la existencia del
alma después de la muerte del hombre, y consideraban como base primera del mundo uno de los
principios materiales: fuego, agua, aire, espacio o tiempo. Durante el período clásico, la filosofía
india se desarrolla bajo una fuerte influencia de los Vedas y de los Upanishadas. En los tiempos del
filósofo indio medieval Madjavachara (siglo XVI) se estableció la tradición de dividir todas las
escuelas filosóficas en ortodoxas, que reconocen la autoridad de los Vedas, y no ortodoxas, que
rechazan la infalibilidad de los mismos. Entre las escuelas ortodoxas, seis se consideran
principales, a saber: mimansa, sankjia, yoga, niaia, vaisheshika y vedanta. A las escuelas no
ortodoxas pertenecen las budistas, las jainistas y numerosas escuelas ateas, de las que alcanzó
mayor difusión la escuela charvaka (Lokaiata). Pese a que semejante división tiene bases
históricas, vela el resorte capital del desarrollo de la filosofía: la lucha entre materialismo e
idealismo. Tanto en las fuentes budistas como en las brahmánicas, ante todo se condenan las
escuelas materialistas. Shankara, el filósofo más destacado de los vedantas, ataca furiosamente las
ideas materialistas de los pensadores de la escuela sankjia, el empirismo de la niaia y de la
vaisheshika. Se manifiesta disconforme con el sentido común de la escuela niaia y se aproxima a
las escuelas idealistas y místicas del budismo. En el seno del budismo, las escuelas idealistas de
los madjiamikas y de los yogacharos lucharon contra las doctrinas materialistas de los tjeravdinos y
de los sarvastivadinos. Las enconadas discusiones entre las distintas escuelas filosóficas dieron
origen a la ciencia sobre el arte de la discusión, sobre las fuentes del saber y el carácter fidedigno
del conocimiento: la lógica. Las primeras referencias a la lógica india pueden hallarse ya en las
lejanas fuentes búdicas (siglo III a. n. e.); después, la lógica se desarrolla en la escuela niaia y, más
tarde, en los tratados de los lógicos budistas Dignagui, Djarmikirti y otros. A fines del período
clásico, el jainismo pierde su importancia y el budismo es desplazado de la India. Durante el período
hinduista, se desarrollan los sistemas vishnuita y shivaita del hinduismo, en los cuales se enseñaba
que el brahmán Upanishad es el dios Shiva o Vishnú. A partir de los siglos V-VII, se fortalecen el
tantrismo y el shaktismo. En el siglo X, bajo el influjo del Islam, penetran doctrinas monoteístas
(kabir-panji, sikji). En la época contemporánea, el desarrollo de la filosofía se efectuó bajo la
bandera de la lucha por la liberación nacional del pueblo indio contra el dominio inglés. El carácter
de la nueva filosofía india ha sido determinado por el hecho de que al frente del movimiento de
liberación nacional se ha encontrado la burguesía india, cuyos ideólogos se orientan hacia el
renacimiento de las tradiciones religiosas y filosóficas nacionales. Ello ha conducido a la aparición
del teísmo modernizado de Brahma-samai y de Aria-samai, del panteísmo y del idealismo, de la
doctrina de Tagore, de Gandhi, de Aurobindo Gjosh. Los filósofos indios de nuestros días (Sarvepali
Radjakrishnan y otros) propugnan la unión de la ciencia y de la técnica occidentales con los
«valones espirituales» del Oriente. En la actualidad, la ideología dominante en la India es la doctrina
de Gandhi sobre la «no violencia» y el denominado «socialismo democrático» de Nehru. Después
de la Gran Revolución Socialista de Octubre, en la India se difunden las ideas de la filosofía
marxista-leninista.
Filosofía japonesa
Las primeras doctrinas filosóficas del Japón se constituyeron en la época del feudalismo. La filosofía
japonesa se desarrolló bajo la influencia de la antigua filosofía china de la naturaleza, de la doctrina
ético-política del confucianismo, del budismo y, luego, del neoconfucianismo. Los fundadores del
idealismo neoconfuciano japonés fueron Fudziwara Seika (1561-1619) y Hayasi Radzan (1583-
1657). Su escuela («Siusi gakuja») propagaba la doctrina del filósofo chino Chu Si. Los
neoconfucianos japoneses enseñaban que sobre el universo impera el «taikioku» o «mukioku» –el
«gran límite» o «lo ilimitado»–, fuerza universal y sobrenatural, privada de cualidades y de formas,
inaccesible a la percepción humana; el absoluto místico «taikioku» constituye la base del principio
ideal «ri» (li), enlazado con el principio material «ki» (tsi) y capaz de crear la naturaleza física de las
cosas y del hombre. Los neoconfucianos procuraban fundamentar los dogmas del confucianismo
clásico acerca de las eternas relaciones de subordinación (del hijo al padre, del súbdito al
emperador, de la esposa al marido, &c.). En ese período, actuaban también escuelas del
confucianismo clásico con Yamaga Soko (1622-85) y Butsu (Oguiyu) Sorai (1666-1728) al [184]
frente, así como de los partidarios del idealismo subjetivo del filósofo chino Wan Chou-Jen (Wan
Yan-Min), la escuela «Oiomeigakuja» dirigida por Nakae Todzio, (1608-48). Frente a las corrientes
idealistas dominantes en la filosofía japonesa, se formaron concepciones materialistas. Para el
desenvolvimiento de la filosofía materialista en el Japón y para socavar el dominio del idealismo
confuciano y neoconfuciano, así como de la mística budista, fue de extraordinaria importancia el
que los filósofos japoneses entraran en conocimiento de las teorías expuestas por los pensadores
de Europa occidental (Francis Bacon, Gassendi, Hobbes, Copérnico, Galileo, y otros).
Contribuyeron en gran manera a desarrollar la ideología social contra el feudalismo de las ideas
materialistas y ateas las obras de Kaibara (Ekiken) Ekken (1630-1714), de Muro Kiusa (1658-1734),
de Ito Dzinsai (1627-1705), de Yamagata Siunan (1687-1752). A la época feudal (fines del s. XVII-
comienzos del XVIII) corresponde la actividad del filósofo materialista y ateo Ando Sioeki.
Rechazando la idea neoconfuciana de un principio ideal «ilimitado» Ando Sioeki defendía la tesis de
que la verdadera ley de la naturaleza estriba en «un proceso incesante de formación». En sus ideas
acerca de la naturaleza y sus leyes, hay elementos de dialéctica. El universo, según afirmación de
Ando Sioeki, se compone de cinco elementos materiales infinitos, que actúan espontáneamente.
Ando Sioeki era un decidido enemigo del régimen feudal, un propagandista de concepciones
ilustradas de vanguardia. Negaba la idea de la desigualdad innata de los seres humanos y
consideraba que la fuente del mal social se encontraba en la propiedad privada, pero las
reivindicaciones sociales del pensador eran utópicas. Para establecer la igualdad, los hombres han
de pasar al laboreo colectivo de la tierra, cosa que conducirá a la igualdad social, al florecimiento de
los oficios y de las artes. Atestiguaron una firme renuncia al escolasticismo confuciano los brillantes
elementos materialistas contenidos en las obras del filósofo de la naturaleza Miura Baien (1723-89).
Actuaron como paladines del pensamiento materialista y ateo en la filosofía japonesa, Minagava
Vakien (1716 - 1804), Jiraga Guensai (1726-79), Yamagata Banto, (1761-1801) y Kamada Riukiu
(1754-1821). En la segunda mitad del siglo XIX, un elemento esencial influyó sobre el
desenvolvimiento de la filosofía japonesa, a saber: la inacabada revolución burguesa de 1867-68.
Las ideas filosóficas, en dicho período, se fueron desarrollando en el proceso de la lucha entre los
filósofos «kanrió gakusia» («doctos de la burocracia») y «minkan gakusia» («doctos, del pueblo»).
Fueron representantes de los «kanrió gakusia» (se consideraban llamados a «desarrollar la cultura
según los planes, gustos y esfuerzos de las alturas») Nisi Amane (1826-94) y Kato Jiroiuki (1836-
1916). Los mismos procuraban coordinar elementos del confucianismo con las ideas de la filosofía
idealista de Europa occidental (de Mill, Bentham, Comte y Spencer, entre otros). Nisi fue el primero
en introducir el término «tetsugaku», «filosofía». Fue un ilustre representante de los «minkan
gakusia». Fukudzawa Yukiti (1834-1901). Rechazaba las ideas darvinistas sociales de Kato Jiroiuki
y abogaba en favor de la igualdad social. El ideólogo del régimen monárquico japonés fue el
idealista y ecléctico Inoue Tetudziro (1855-1944). Se manifestaba contra el empirismo inglés,
intentaba sintetizar las ideas del confucianismo, del neoconfucianismo, del sintoísmo, y del budismo
con las ideas de la filosofía clásica alemana (especialmente de Hegel y de Eduard Hartmann) y del
empiriocriticismo. Su doctrina ecléctica se convirtió en la base filosófica de la ideología del
«Japonismo». La filosofía de Inoue tuvo un enemigo –que lo era, en principio, de todo idealismo– en
el filósofo materialista y ateo Nakae Tiomin (1847-1901), quien ejerció una gran influencia sobre el
avance de la ideología progresiva, científica y social, del Japón. Al entrar este país en la fase
imperialista, las escuelas filosóficas idealistas recibieron un apoyo cada vez más activo. Se crearon
en las universidades cátedras especiales para difundir las ideas de la filosofía clásica alemana y del
idealismo más reciente (fenomenología, filosofía de la vida, pragmatismo y existencialismo). La
filosofía que alcanza mayor difusión es la de Nisida Kitaro (1870-1945), quien intentaba expresar las
ideas del budismo-zen con los conceptos y principios de la filosofía idealista de Europa occidental.
En la doctrina de Nisida, se combinaban eclécticamente las ideas de la filosofía clásica alemana,
del neokantismo, del intuitivismo, del pragmatismo y del existencialismo. La Gran Revolución
Socialista de Octubre, la crisis general del capitalismo, los éxitos del movimiento obrero japonés han
contribuido a que en el Japón penetrara y se difundiera la filosofía marxista. Las ideas [185]
marxistas-leninistas, a despecho de la persecución a que las someten los reaccionarios japoneses,
han hallado cada vez más partidarios entre los filósofos profesionales. En el Japón, han sido activos
propagandistas de una concepción del mundo, científica, marxista, Tosaka Dziun (1900-45);
Kavakami Jadzime (1879-1946), traductor de «El Capital», de Marx; Kagata Jirosi (1904-47), autor
de una nueva traducción, mejorada, del libro de Lenin «Materialismo y empiriocriticismo». Ha hecho
suyas, después de madurada reflexión, las ideas del marxismo, Yanaguida Kendziuro (nacido en
1893), hombre público progresivo, enemigo del militarismo y de la reacción.
Filosofía marxista soviética
Surgió después de la Revolución Socialista de Octubre. En los primeros años de su existencia, la
filosofía marxista soviética se desarrolló en lucha contra los vestigios de la vieja filosofía burguesa y
también contra las teorías filosóficas del menchevismo, del machismo ruso (Bogdánov y otros), &c.
En 1922 se fundó la primera revista filosófica marxista «Bajo la Bandera del Marxismo» («Pod
známienem marxisma») en cuyo tercer número se publicó el artículo de Lenin «Sobre el significado
del materialismo militante» dedicado a los objetivos de la revista y del desarrollo de la filosofía
marxista soviética. Este artículo de Lenin, lo mismo que sus otros trabajos teóricos, ejerció una
influencia decisiva sobre toda la actividad ulterior de los filósofos soviéticos. La tarea fundamental
de los primeros años estribaba en formar nuevos filósofos estrechamente unidos al Partido
Comunista y a la lucha por la reestructuración socialista del país. La lucha de clases del primer
período de la existencia del Estado soviético halló su expresión en todos los sectores de la
ideología, incluido el de la filosofía. A fines de la década de 1920 y comienzos de la siguiente, se
desplegó la crítica contra las recaídas en el materialismo mecanicista (Nikolái Ivanovich Bujarin, A.
I. Variash, V. N. Sarabianov y otros) y también contra las manifestaciones del idealismo
menchevizante (grupo de Abram Moiséievich Deborin), cuya esencia consistía en identificar la
dialéctica marxista con la hegeliana, en separar la teoría de la práctica, subestimar la etapa leninista
en el desarrollo de la filosofía, &c. Aparecieron los primeros manuales en que se explicaba el
contenido del materialismo dialéctico e histórico. En la revista «Bajo la Bandera del Marxismo» (dejó
de publicarse en 1944) y en otras publicaciones, se estudiaban los problemas fílosóficos que
planteaba la edificación de la sociedad socialista, la revolución cultural; partiendo de la filosofía
marxista, se daba la correspondiente interpretación de la historia de la filosofía del pasado, se
luchaba por establecer una alianza con los naturalistas, para lograr que éstos adoptaran los
principios del materialismo dialéctico. Las obras «Dialéctica de la naturaleza» de Engels, y
«Cuadernos filosóficos», de Lenin, publicadas por primera vez en 1925 y 1929 respectivamente,
impulsaron la investigación de nuevas cuestiones. No obstante, el progreso de la filosofía soviética,
lo mismo que el de otras ciencias sociales, se vio seriamente obstaculizado durante los años del
culto a la personalidad de Stalin, cuyo trabajo «Sobre el materialismo dialéctico y el materialismo
histórico» fue declarado, sin motivo alguno, punto culminante de la filosofía marxista. La crítica del
culto a la personalidad llevada a cabo por el Partido y las resoluciones del XX Congreso del P.C.US.
iniciaron una nueva etapa en el desarrollo de la filosofía soviética. Dicha etapa se caracteriza por la
sensible ampliación de los temas objeto de investigación filosófica y por el examen mucho más
profundo, de los problemas actuales de la ciencia filosófica moderna. Ha empezado a ocupar un
lugar importante el estudio de la herencia filosófica de Lenin. Se han redactado nuevos textos y
manuales superando los rasgos de dogmatismo vinculados al culto a la personalidad de Stalin. La
dirección básica que sigue la filosofía soviética en su desarrollo, está condicionada por los objetivos
de la edificación comunista tal como han sido definidos en las resoluciones de los Congresos XX y
XXII del P.C.U.S. y en su nuevo programa. Las resoluciones del Partido, que generalizan la práctica
de la edificación comunista en la U.R.S.S. y de todo el desarrollo mundial, se hallan colmadas de
profundo contenido filosófico, ponen de manifiesto, científicamente, las leyes del desarrollo de la
sociedad en las actuales condiciones. Muchos filósofos soviéticos, especialmente sociólogos,
trabajan en torno a las leyes de la edificación comunista, a la dialéctica del paso del socialismo al
comunismo, al desarrollo del Estado soviético, a la fusión de las dos formas de propiedad socialista
en la forma comunista, a la superación de las [186] diferencias esenciales entre la ciudad y el
campo, entre el trabajo físico y el intelectual, al progreso de la cultura socialista y otros. (G. M. Gak,
G. I. Glezerman, L. F. Ilichov, F. V. Konstantinov, T A. Stepanián, V. P. Tugarinov, P. N. Fedoséiev,
V. A. Fominá, G. P. Frántsev, D. I. Chesnokov y otros). Aunque las investigaciones sociales
concretas ocupan todavía un lugar insuficiente en las publicaciones filosóficas, durante los últimos
años han aparecido trabajos consagrados a la elevación del nivel cultural y técnico de la clase
obrera, a la desaparición de las diferencias entre la ciudad y el campo, a la superación de las
supervivencias religiosas, &c. Ocupan un importante lugar en las investigaciones de los filósofos
soviéticos las cuestiones del materialismo dialéctico. Las más importantes de todas ellas son las
que están relacionadas con la generalización de los resultados obtenidos por la moderna ciencia
natural, con la ulterior elaboración de la dialéctica materialista, de las nuevas formas en que sus
leyes aparecen en la sociedad socialista, con el estudio de los problemas de la lógica dialéctica y de
la teoría del conocimiento. Guiándose por las indicaciones de Lenin, los filósofos soviéticos
investigan la lógica de «El Capital», utilizándola para el estudio de los problemas de la lógica
dialéctica y de la teoría del conocimiento; analizan las categorías del materialismo dialéctico,
trabajan en el problema del sistema materialista de categorías, en las cuestiones filosóficas de la
ciencia natural (I. V. Ilenkov, B. M. Kédrov, P. V. Kopnin, I. Kolman, I. V. Kuznétsov, V. I.
Omelianovski, M. N. Rutkiévich, V. I. Svicliersk, E. P. Sitkovski, A. G. Spirkin, B. S. Ukraintsev, V. P.
Chertkov y otros). Es muy importante el trabajo que llevan a cabo los filósofos soviéticos en lo
tocante a la investigación marxista de la historia universal de la filosofía. En el transcurso de los
últimos años, se ha realizado una seria labor en el estudio de la filosofía materialista rusa; un grupo
de filósofos se dedica a la investigación crítica de la filosofía burguesa actual (V. F. Asmus, M. P.
Baskin. B. E. Bijovski, A. M. Deborin, M. A. Dinnik, M. T. Iovchuk, I. S. Kon, G. A. Kursánov, M. O.
Makovielski, I. K. Melvil, M. B. Mitin, J. N. Momdzhian, I. S. Narski, T. I. Oizerman, O. V. Traitenberg,
B. A. Chaguin, I. I. Shchipánov y otros). La edificación comunista ha planteado como una de las
tareas más importantes en el campo de la filosofía, la de elaborar los problemas de la moral
comunista, de la ética marxista, de la lucha contra las supervivencias del capitalismo en la
conciencia y en la conducta de los hombres, contra la influencia de la concepción religiosa del
mundo, &c. A estos problemas están dedicados los trabajos de varios filósofos (I. A. Levada, A. F.
Shishkin y otros). Durante los últimos años, los filósofos soviéticos dedican gran atención al examen
de los problemas de la estética: historia de las ideas estéticas, de las categorías de la estética, de la
teoría del realismo socialista, crítica de las concepciones estéticas burguesas, &c. (I. B. Bórev, A. G.
Iegórov, M. A. Lifshits, M. F. Ovsiánnikov, Z. V. Smirnova, G. M. Friedländer y otros). Mientras que
antes los filósofos soviéticos que trabajaban en la esfera de la lógica formal se ocupaban sobre todo
de estudiar las cuestiones de la lógica tradicional, últimamente han empezado a ocuparse con
preferencia de las cuestiones actuales de la ciencia lógica que requieren se generalice con un
criterio materialista dialéctico los resultados de la lógica matemática, de la semántica y otros (K. S.
Bakradze, I. K. Voishvilo , D. P. Gorski, A. A. Zinóviev, P. S. Popov, P. V. Tavanets, S. A. Ianóvskaia
y otros). Han aparecido trabajos consagrados al análisis filosófico de la cibernética, a su esencia, a
su relación con otras ciencias, al estudio de las cuestiones psicológicas en general y de la
psicología social en particular (B. G. Ánaniev, A. N. Leontiev, S. L. Rubinstein, B. M. Tieplov y
otros). Los filósofos soviéticos se encuentran ante grandes tareas, la más importante de las cuales
consiste en generalizar más profundamente los procesos reales de la edificación comunista, del
desarrollo de la nueva cultura, de la formación del hombre de la sociedad comunista, de la gran
moral humana del comunismo.
Filosofía natural
(del latín «natura»: naturaleza). Filosofía acerca de la naturaleza, a la que interpreta en un plano
eminentemente especulativo considerándola en su totalidad. Los límites entre la ciencia y la filosofía
naturales, así como el lugar de la filosofía natural en el sistema de las otras disciplinas filosóficas,
han cambiado en la historia de la filosofía. En la Antigüedad, la filosofía natural se fundía, de hecho,
con la ciencia de la naturaleza, y en la época clásica a menudo se denominaba física. Era propio de
la antigua filosofía natural dar una interpretación dialéctica espontánea e ingenua de la naturaleza
como un todo concatenado y vivo, considerar idénticos el microcosmo (el hombre) y el macrocosmo
(la naturaleza) (Hilozoísmo). También formaban parte orgánica de la filosofía natural la cosmología
y la cosmogonía. Hasta en la escolástica medieval se encuentran elementos de dicha filosofía, que
estribaban, ante todo, en la adaptación de ciertos principios de la filosofía natural y de la cosmología
aristotélicas a la imagen geocéntrica del mundo. Durante el Renacimiento, la filosofía natural
alcanza gran difusión (conserva en lo fundamental los conceptos y principios de la filosofía natural
de la época grecorromana, pero se basa en un nivel más elevado de los conocimiento científico-
naturales) y en su lucha contra la visión escolástica de la naturaleza desarrolla diversas y profundas
ideas materialistas y dialécticas, por ejemplo la de infinitud de la naturaleza y la de innumerabilidad
de los mundos que la componen (Bruno), la de coincidencia de contrarios en lo infinitamente grande
y en lo infinitamente pequeño (Nicolás de Cusa, Bruno). En el siglo XVII, aunque de la filosofía de la
naturaleza se separan varias ramas de las ciencias naturales, ante todo la matemática y la
mecánica, aquélla se sigue concibiendo como formando una estrecha unidad con dichas ciencias.
No es una casualidad que la obra principal de Newton, en la que se formulan los principios de la
mecánica y de la astronomía, se denomine «Principios matemáticos de la filosofía natural». En el
siglo XVIII, en la filosofía de la Ilustración francesa y europea y en la del materialismo, la filosofía
natural formula la idea de la conexión enciclopédica de todas las ciencias, que se amplían y
ahondan en comparación con el siglo precedente. A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX,
alcanzó importante relieve la filosofía natural de Schelling, en la cual, aunque sobre una base
idealista, se formulaba la idea de la unidad de las fuerzas de la naturaleza, se generalizaban varios
importantes descubrimientos científicos de la época. Uno de los discípulos de Schelling, Oken,
expuso la idea de que el mundo orgánico estaba sujeto a desarrollo. Caracterizando la filosofía de
la naturaleza, escribió Engels que ésta « ... no tenía más remedio que suplantar las
concatenaciones reales, que aún no se habían descubierto, por otras ideas, imaginarias,
sustituyendo los hechos ignorados por figuraciones, llenando las verdaderas lagunas por medio de
la imaginación. Con este método llegó a ciertas ideas geniales y presintió algunos de los
descubrimientos posteriores. Pero también cometió, como no podía por menos, absurdos de mucha
monta. Hoy, cuando los resultados de las investigaciones naturales sólo necesitan enfocarse
dialécticamente, es decir, en su propia concatenación, para llegar a un «sistema de la naturaleza»
suficiente para nuestro tiempo, cuando el carácter dialéctico de esta concatenación se impone,
incluso contra su voluntad, a las cabezas metafísicamente educadas de los naturalistas; hoy, la
filosofía de la naturaleza ha quedado definitivamente liquidada. Cualquier intento de resucitarla no
sería solamente superfluo: significaría un retroceso (Marx y Engels, t. XXI, págs. 304-305 - Marx y
Engels, «Obras escogidas», Ed. esp., Moscú, 1952, t. II, pág. [189] 363). Posteriormente (fines del
siglo XIX y comienzos del XX) dieron un paso atrás semejante Ostwald, Avenarius, Lipps, Driesch y
otros filósofos idealistas que intentaron superar, con ayuda de la filosofía de la naturaleza, la crisis
de la novísima ciencia natural.
Filosofía práctica
1. Parte ética de los sistemas clásicos de filosofía, teoría sobre los principios y leyes de la acción
(por ejemplo, la «Ética» de Spinoza, la «Crítica de la razón práctica» de Kant, &c.).
Fin
Anticipación ideal, en la conciencia, de un resultado hacia el que se orienta la actividad. El fin
expresa la sujeción a ley de la actividad cognoscitiva del hombre, la dependencia en que éste se
encuentra respecto al mundo circundante, a las leyes objetivas con que ha de concordarse el hacer
consciente de los hombres. Todo fin que esté en contradicción con tales leyes, en última instancia
fracasa. En la actividad de los hombres dirigida a un fin, se revela la interacción dialéctica entre la
necesidad y la libertad. El fin es, asimismo, el motivo consciente inmediato que orienta y regula la
acción. Impregna la práctica en calidad de ley interna de las acciones, ley que determina la
modalidad y el carácter de tales acciones y a la que el hambre subordina su voluntad. Se distinguen
fines remotos, próximos e inmediatos, generales y particulares, intermedios y últimos. El gran fin
último del pueblo soviético –el comunismo– se ha convertido ahora en un fin muy próximo,
inmediato. El concepto de «fin» en la ciencia (biología, cibernética) también sirve para designar un
estado estable de un sistema, estado alcanzable por medio de la retroconexión (Adecuación a
fines).
Finitismo
(del latín «finite»: final). 1. Concepción filosófica que niega el contenido objetivo y real de la
categoría de infinito (Infinito y finito); parte de que la infinitud no existe ni en el universo ni en el
microcosmo ni en nuestro pensar. Lo que le induce a considerarlo así es que el hombre, en su
experiencia, trata siempre con cosas finitas y con propiedades de las mismas. Contraponiendo
metafísicamente lo finito a lo infinito, dicha concepción hace caso omiso de la dialéctica de estas
categorías y de su interconexión en el conocimiento. 2. En una de las corrientes de la
fundamentación de la matemática (Formalismo), el finitismo designa la exigencia de no admitir que
en la metamatemática se recurra a la infinitud.
Física
(del griego fu1siV: naturaleza). Ciencia relativa a las transformaciones y movimientos de las
partículas elementales, a la estructura de los átomos de la materia a los campos gravitatorios,
eléctricos, magnéticos, &c., y a los procesos moleculares. En la Antigüedad, la palabra «física»
designaba todo el conjunto de datos sobre la naturaleza, Posteriormente, empezó a comprenderse
por física la ciencia que trata de las leyes del movimiento de los cuerpos (mecánica), de las causas
de los fenómenos sonoros (acústica), térmicos, eléctricos, magnéticos y ópticos. La física clásica
procuraba reducir las causas de estos fenómenos a las leyes de la mecánica de Newton. En el siglo
XIX, se vio que la física se ocupa de leyes específicas. La termodinámica estudia la conducta de los
grandes conjuntos de moléculas caracterizadas por el paso irreversible de los estados menos
probables a los más probables, mientras que los procesos propiamente mecánicos no poseen
semejante irreversibilidad. Por otra parte, en la electrodinámica clásica cada vez se fue haciendo
mayor la convicción de que las leyes relativas a la emisión y propagación del campo
electromagnético no pueden reducirse a las leyes de la mecánica. De este modo, en el siglo XIX la
física se emancipó de la mecánica. A su vez, la teoría mecánica del calor mostró que los procesos
mecánicos se [190] transforman en térmicos y viceversa, lateoría de la electricidad comprobó las
transformaciones de los procesos mecánicos en eléctricos y viceversa. En el siglo XIX se estableció
que los procesos mecánicos, térmicos y electromagnéticos se hallan ligados por transformaciones
recíprocas y conservan la medida cuantitativa de todos esos tipos de movimiento, de energía. El
principio de la conservación de la energía (Ley de la conservación de la energía) se convirtió en el
principio fundamental de la física. A fines del siglo XIX y comienzos del XX, se descubrieron muchos
fenómenos físicos nuevos, anteriormente desconocidos: emisión y propagación de las señales de
radio, de los rayos X, radiactividad. Al mismo tiempo, en el centro de las cuestiones físicas se
encontró la periodicidad de las propiedades químicas de los elementos, descubierta por
Mendeléiev. Al investigar las causas de estos fenómenos, la física incluyó en su campo de estudio
nuevas partes: la física atómica y nuclear; luego, la física de las partículas elementales. Durante la
primera mitad del siglo XX, la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica hacen que la física se
aparte de los conceptos e ideas clásicos fundamentales. La física experimental, que registra éxitos
colosales, ejerce una influencia incomparablemente mayor que en el pasado sobre la técnica y las
condiciones de vida del hombre. En el transcurso de todo su desarrollo, la física ha estado
estrechamente ligada a la filosofía. En la Antigüedad, los datos e hipótesis de la física formaban
parte de los sistemas filosóficos materialistas. La generalización de los conocimientosfísicos, fruto
del progreso de la mecánica clásica, sirvieron de base a las ideas materialistas de los tiempos
nuevos. En el siglo XIX, Marx y Engels desarrollaron la teoría del materialismo dialéctico partiendo
del análisis y de la generalización de los descubrimientos realizados en el terreno de la física. En el
siglo XX, como en los períodos precedentes, las corrientes idealistas se esforzaron por utilizar el
cambio de representaciones físicas para establecer conclusiones idealistas, positivistas (Idealismo
físico), pero el análisis del verdadero sentido de las nuevas representaciones físicas efectuadas por
Lenin en su trabajo «Materialismo y empiriocriticismo» y el ulterior desarrollo de la ciencia han
puesto de relieve que la física proporciona argumentos irrefutables en favor del materialismo
dialéctico y que la aplicación de las ideas filosóficas del marxismo en las investigaciones físicas
infunde a estas últimas nuevos impulsos y energías para la investigación de la naturaleza.
Física estadística
Parte de la física que estudia las propiedades de las colectividades de partículas (desde las
partículas «elementales» hasta las galaxias). Ya en la física estadística clásica, que se ocupa de
partículas subordinadas a las leyes de la mecánica clásica, se descubre la imposibilidad de reducir
las propiedades de un todo (colectividad de partículas) a las propiedades de sus partes (Parte y
todo). Las conclusiones de la física estadística han puesto de relieve la limitación de la elucidación
metafísica de la causalidad, del denominado determinismo laplaciano (Determinismo e
indeterminismo). La física estadística actual se halla indisolublemente ligada a la teoría cuántica,
se ocupa de partículas que se subordinan a las leyes cuánticas. Sin embargo, en determinadas
condiciones, la física estadística moderna se transforma en clásica (Principio de correspondencia).
Fisicalismo
Es una de las concepciones del positivismo lógico, elaborada por Carnap, Neurath y otros. Los
partidarios del fisicalismo sitúan el valor de toda proposición de cualquier ciencia en dependencia de
la posibilidad de traducir dicha proposición al lenguaje de la física, de las «fisicalias». Las
proposiciones que no son susceptibles de ser sometidas a semejante operación se consideran
carentes de sentido científico. Por este camino, el problema de la unidad del conocimiento científico
y de su veracidad objetiva se sustituye por la búsqueda de un lenguaje unívoco –o más
exactamente, único– de la ciencia. En vez de analizar la conexión objetiva de las distintas ciencias y
su unidad, los fisicalistas intentan traducir al lenguaje de la física los tipos específicos del saber
existente y lograr de este modo su unificación. En este sentido, se ha producido un original
renacimiento, debido al neopositivismo, del principio mecanicista de la reducción. No obstante, en
este empeño los neopositivistas han fracasado, y últimamente muchos de ellos se han apartado del
«fisicalismo ortodoxo».
Forma y contenido
Categorías filosóficas que sirven para poner de manifiesto las fuentes internas de la unidad, de la
integridad y del desarrollo de los objetos materiales. [191] El contenido es el conjunto de los
elementos y procesos que constituyen la base de los objetos y condicionan la existencia, el
desarrollo y la sustitución de sus formas. La categoría de forma expresa el nexo interno y el modo
de organización, de interacción de los elementos y procesos del fenómeno tanto entre sí como con
las condiciones externas. El desarrollo de la forma y del contenido es el de dos aspectos del mismo
fenómeno, es el desdoblamiento de lo uno, desdoblamiento que da origen a contradicciones y
conflictos que llevan a desechar la forma y a modificar el contenido. La unidad de forma y contenido
es relativa, transitoria y se altera a raíz de los cambios, de los conflictos y de la lucha entre una y
otro. La fuente de las contradicciones entre forma y contenido radica en la diferencia de sus
funciones en el desarrollo: el contenido es la base del desarrollo, la forma es el modo de existencia
de la cosa; el contenido posee movimiento propio, la forma depende de él; el contenido encierra en
sí posibilidades de desarrollo sin fin, la forma lo limita; el contenido es el elemento rector del
desarrello, la forma posee una independencia relativa, puede facilitar u obstaculizar el desarrollo,
&c. El cambio de forma tiene lugar como resultado de un cambio en el contenido mismo, lo cual
condiciona su función rectora en el desarrollo. La forma nunca permanece invariable. Pero, el
cambio de la forma, su eliminación, no siempre se produce de golpe; lo frecuente es que tenga
lugar como resultado de una acentuación gradual de las contradicciones entre forma y contenido.
Además, sobre los cambios de forma ejercen también determinada influencia condiciones
exteriores, factores y nexos que no conciernen directamente al contenido. La forma posee una
independencia relativa que se intensifica tanto más cuanto mayor es la historia de la forma dada. La
estabilidad de la forma es un factor que garantiza el desarrollo progresivo del contenido. Pero esa
misma estabilidad que en las primeras etapas estimula el desarrollo, se transforma con el tiempo en
fuente de conservadurismo. Las contradicciones entre forma y contenido no lo son de una parte
pasiva y otra activa. El proceso real acontece como resultado de su acción recíproca en cuanto
contrarios que influyen acitivamente en el desarrollo. La falta de correspondencia entre la forma y el
contenido, debida al retraso de la primera respecto al segundo, aunque es de gran importancia para
el desarrollo, caracteriza tan sólo una de las contradicciones de este último. La solución de las
contradicciones entre forma y contenido depende del carácter que aquéllas tengan, de su grado de
desarrollo y de las condiciones en que se produzcan. La solución puede ocurrir mediante el cambio
de la forma en consonancia con los cambios del contenido, mediante el cambio del contenido en
consonancia con la nueva forma, mediante el rechazo de la forma, la subordinación de la vieja
forma al nuevo contenido, &c. Al pasar de un estado cualitativo a otro, o bien se liquida la vieja
forma o bien se transforma, con la particularidad de que la vieja forma no puede liquidarse antes de
que en ella misma se hayan preparado las premisas y los elementos para pasar a una forma más
perfecta. Éste es el proceso dialéctico de la «superación», en la cual la vieja forma raras veces se
desecha por completo y de manera absoluta; la nueva forma no siempre se convierte, de golpe, en
dominante, sino que empieza a prevalecer gradualmente; las viejas formas aseguran el desarrollo
en menor medida que las nuevas y por este motivo la nueva forma, con el tiempo, ocupa un lugar
cada vez más importante. Semejante carácter de la «superación» de la vieja forma hace también
posible un desarrollo regresivo, la restauración de las viejas formas. La dialéctica del contenido y de
la forma se manifiesta brillantemente en el proceso de constante renovación y progreso de la
sociedad.
Formación económico-social
Tipo histórico de sociedad basado en determinado modo de producción y aparecido como un
eslabón en el desarrollo progresivo de la humanidad, que pasa del régimen de comunidad primitiva,
a través del régimen esclavista, del feudalismo y del capitalismo a la formación comunista. El
concepto de «formacion económico-social» se debe al marxismo y constituye la piedra angular de
la concepción materialista de la historia. Hace posible, en primer lugar, distinguir los períodos de la
historia entre sí e investigar los acontecimientos históricos en el marco de determinadas
formaciones, en vez de enfrascarse en lucubraciones acerca de la «sociedad en general»; en
segundo lugar, permite agrupar los regímenes de los diferentes países que se encuentran en un
mismo grado del desarrollo de la producción (por ejemplo, de Inglaterra, Francia, Estados Unidos,
Alemania, Occidental, que son todos capitalistas, &c.) y descubrir lo que hay de común en dichos
países, lo cual significa utilizar en la investigación el criterio científico general de la reiteración, cuya
aplicación a las ciencias sociales han negado los subjetivistas; en tercer lugar, y frente a las teorías
eclécticas que conciben la sociedad como un conjunto mecánico de fenómenos sociales (la familia,
el Estado, la Iglesia, &c.) y el proceso histórico como resultado de la influencia de diversos factores
(condiciones naturales e instrucción, desarrollo del comercio, nacimiento de un genio, &c.), el
concepto de «formación económicosocial» permite considerar la sociedad humana, en cada
período de su evolución, como un «organismo social» único, que incluye en sí todos los fenómenos
sociales en su unidad orgánica y en su acción recíproca sobre la base del modo de producción. Las
fuerzas productivas constituyen la base material y técnica de la sociedad; las relaciones de
producción, su estructura económica o base. Las ideas, las relaciones ideológicas, así como las
instituciones y organizaciones de distinto género surgidas sobre la base, forman la superestructura
de la sociedad; finalmente, el idioma, la familia, las comunidades históricas concretas de los
hombres (tribu, pueblo, nación) &c., constituyen fenómenos sociales de carácter especial que no
pertenecen a la base ni a la superestructura, pero que son de importancia esencial para
comprender el desarrollo concreto de tal o cual formación. Cada formación económicosocial posee
sus propias leyes de nacimiento y evolución. Al mismo tiempo, en cada formación actúan las leyes
generales que concatenan las formaciones en el proceso único de la historia mundial. La sociedad
capitalista es la última de las formaciones que se apoyan en el antagonismo de clases. Con ella
toca a su fin la prehistoria de la humanidad. La formación comunista, que afirma en la Tierra la paz,
el trabajo la libertad, la igualdad y la felicidad de todos los hombres, por primera vez en la historia
crea las condiciones de un desarrollo ilimitado de la sociedad sobre la base de un incremento
acelerado de las fuerzas productivas. Inicia la auténtica historia de la humanidad.
Formalismo
(del latín «forma»). 1. Denominación generalizada del método antirrealista; abarca numerosas
corrientes y escuelas en el arte y la estética de la sociedad burguesa de la época imperialista
(abstraccionismo, cubismo, surrealismo, dadaísmo, purismo, primitivismo, fauvismo, tachismo, &c.).
Todas estas corrientes, pese a que presentan ciertas diferencias entre sí, poseen rasgos
característicos comunes: contraposición entre arte y realidad, escisión entre forma artística y
contenido ideológico, proclamación de la autonomía y del primado de la forma en las obras de arte.
El formalismo parte de la concepción idealista del goce estético, que se presenta como al margen
de las ideas sociales, de los esenciales intereses vitales, del ideal estético y social, y, por ende,
como dependiente por entero del «juego de las formas puras». Por lo común, sin embargo, el
formalismo revela, en la práctica, que el contenido de sus obras se halla en completa dependencia
de la ideología burguesa. Al mismo tiempo, el separar del contenido la forma lleva inevitablemente a
la destrucción del arte, aunque ello se presente bajo el rótulo de «creación formal». El P.C.U.S.
siempre ha luchado contra el formalismo como fenómeno hostil al arte socialista. 2. En matemática,
es una corriente que aspira a resolver los problemas de la fundamentación de esta ciencia
recurriendo a construcciones formalmente axiomáticas. El formalismo surgió a comienzos del siglo
XX [193] (matemático alemán David Hilbert y sus colaboradores W. Ackermann, P. Bernays,
Johannson Neumann). En contraposición al intuicionismo, Hilbert busca la salida de la crisis de los
fundamentos de la matemática, en el método axiomático formalizado de rigurosa elaboración.
Interpreta la veracidad de la teoría obtenida por dicho método como lo no contradictorio a la misma.
Así reduce la veracidad de la matemática a su nocontradicción y procura demostrar esta última en
la propia matemática. No obstante, dicha tentativa está en contradicción con los resultados de la
matemática moderna (segundo teorema de Gödel). También desde el punto de vista filosófico, el
formalismo es inconsistente, dado que, en última instancia, la teoría matemática, como cualquier
otra teoría, encuentra su fundamentación en la práctica, en la concordancia con el objeto. Ahora
bien, intentar inferir –como hace Hilbert respecto a la matemática– la veracidad de una teoría
partiendo de la conformidad interna de los pensamientos, significa defender de uno u otro modo las
posiciones del idealismo. Esto no excluye que los representantes del formalismo hayan alcanzado
resultados positivos en la teoría de las demostraciones matemáticas.
Formalización
Especificación del contenido del conocimiento realizada mediante la confrontación con los objetos,
fenómenos y procesos que se estudian de una esfera determinada de la realidad, algunas
construcciones materiales que poseen un carácter relativamente estable, gracias a lo cual es
posible descubrir y fijar las partes esenciales, sujetas a ley, de los objetos examinados. La
particularidad de la formalización como recurso gnoseológico estriba en que con ella, el contenido
se descubre y precisa al revelar y establecer sus formas. De ahí que en toda formalización se dé
siempre cierto endurecimiento de la realidad viva, en desarrollo. Sin embargo, tal «endurecimiento»
constituye una parte necesaria del proceso del conocer. Históricamente, la formalización surgió a la
vez que surgían el pensamiento y el lenguaje. Resultó de suma importancia para la formalización, el
desarrollo de la escritura. Después, a medida que progresaba la ciencia, sobre todo la matemática,
empezaron a añadirse a los idiomas naturales signos de carácter especial. La lógica formal dio
origen a la formalizacíón lógica, que consiste en poner de manifiesto las formas lógicas de las
conclusiones y demostraciones. En el desarrollo de los recursos de formalización, constituyó una
gran etapa aquella en que se crearon –en la matemática de la Época Moderna– los cálculos
literales y surgió la idea del cálculo lógico (Leibniz). La estructuración de los cálculos lógicos llevada
a cabo en la lógica matemática desde mediados del siglo XIX ha permitido aplicar los recursos de
esta última a la formalización de zonas enteras de la ciencia. Las esferas del saber formalizadas
con los recursos de la lógica matemática toman el aspecto de sistemas formales. La formalización
de los conocimientos no supera la relación dialécticamente contradictoria entre contenido y forma,
contradicción característica de todo el conocimiento en su conjunto. Los resultados de la lógica
moderna atestiguan que si se formaliza una teoría de contenido suficientemente rico, no puede ésta
reflejarse por entero en dicho sistema formal: en la teoría, siempre queda un resto no revelado, no
formalizado. Esta falta de correspondencia entre la formalización y el contenido formalizable se
presenta en calidad de fuente interna del desarrollo de los recursos lógico-formales de la ciencia y
suele expresarse en el descubrimiento de proposiciones insolubles (en el sistema formal dado)
(Problema de la decidibilidad). (Otra de las formas en que dicha contradicción se manifiesta estriba
en la aparición de antinomias). Tal estado de cosas se supera estableciendo nuevos sistemas
formales en los que se formaliza parte de lo que no ha sido tenido en cuenta en las formalizaciones
precedentes. De este modo se lleva a cabo una formalización cada vez más profunda: del
contenido, aunque sin llegar nunca a la plenitud absoluta.
Formas lógicas
Modos de construcción, expresión y enlace de pensamientos (y partes del pensamiento) de
contenido concreto distinto; se aplican en el proceso del conocimiento. Las formas lógicas se han
ido elaborando en el decurso de la práctica históricosocial; son propias a todos los hombres
constituyen formas del reflejo de la realidad en el pensamiento, y reflejan de ésta los rasgos más
generales (por ejemplo, que todo objeto posee unas cualidades, se encuentra en una relación u otra
con los demás objetos, el que los objetos constituyen clases, unos fenómenos dan origen a otros
fenómenos, &c.). Existen formas lógicas que se estudian en la lógica formal (conceptos y juicios,
inferencias y demostraciones, definiciones, &c.). En la cognición, el empleo de tal o cual forma
lógica está determinado por el carácter del contenido reflejado en el pensamiento. En el lenguaje,
las formas lógicas se expresan mediante la estructura gramatical de las expresiones
correspondientes, así como mediante el uso de palabras especiales («todo», «no», «algunos», «o»,
«si... entonces», «sólo» y otras), señalizadoras de tal o cual estructura lógica del pensamiento. En
la lógica matemática, las formas lógicas se expresan mediante la estructura de cálculos lógicos en
los cuales sus fórmulas tienen su correspondencia en las expresiones de los lenguajes naturales; la
estructura de las fórmulas y las reglas para utilizarlas en el cálculo, sirven para reproducir las
fórmulas lógicas, gracias a lo cual dichos cálculos aparecen en calidad de lenguajes lógicos o
formalizados especiales (Formalización, Sintaxis lógica). En la lógica dialéctica, las formas lógicas
se estudian desde el punto de vista de cómo se reflejan en el pensar la realidad, variable y en
desarrollo, y el desarrollo de la cognición misma.
Fórmula
Representación convencional mediante un sistema de símbolos de relaciones, procesos o
estructuras cualesquiera que sean, organizado de una manera determinada. Son ejemplo de
fórmulas: X v -X (ley lógica denominada ley del tercero excluido); Ax + By + C = 0 (ecuación
–
algebraica de la línea recta); F= m dv/dt (segunda ley de Newton); n → p + e + n (proceso de la
desintegración beta); H2 C = C H2 (fórmula estructural del etileno). Gracias a las fórmulas, las
relaciones, los procesos y estructuras complejos se expresan de manera compacta y generalizada.
Hallar un formalismo productivo que permita expresar por medio del lenguaje de las fórmulas los
objetos que se investigan y sus relaciones cuantitativas y cualitativas influye en gran manera sobre
los éxitos del conocimiento científico.
Materia
Categoría filosófica para designar la realidad objetiva, que existe con independencia de la
conciencia y en ésta se refleja (véase, Lenin, tomo XIV, pág. 117. «Materialismo y
empiriocriticismo», E.P.U., Montevideo 1959, pág. 135). Materia es la multiplicidad infinita de todos
los fenómenos, objetos y sistemas existentes, es el substrato de todas las diversas propiedades,
relaciones, interacciones y formas del movimiento. La materia no existe más que en la infinita
multiplicidad de formas concretas de organización estructural, cada una de las cuales posee
diferentes propiedades e interacciones, una éstructura compleja, y constituye un elemento de un
sistema más general. Sería, por tanto, erróneo buscar «la materia como tal», una substancia
primaria invariable, fuera de sus formas concretas. La esencia interna de la materia se revela a
través de sus diversas propiedades e interacciones, cuyo conocimiento significa, precisamente, el
conocimiento de la materia misma. Cuanto más compleja es la materia, tanto más distintas y
diferenciadas son sus interconexiones y propiedades. En el nivel más alto de la complejidad -al que
corresponde la aparición de los seres racionales- algunas de las propiedades de la materia, como
por ejemplo la conciencia, parecen tan insólitas, tan distintas de la materia, que a primera vista se
nos ofrecen como algo totalmente desligado de ella. El elevar esta idea a la condición de algo
absoluto, la incapacidad de descubrir el nexo entre la conciencia y la materia siempre ha dado lugar
a que surgieran diversas teorías idealistas y dualistas. Desde el punto de vista del materialismo
dialéctico, la oposición entre materia y conciencia es relativa y condicional. Sólo tiene sentido en lo
que respecta al planteamiento y a la resolución de la cuestión fundamental de la filosofía; más allá
de esta esfera, pierde su sentido absoluto, pues la conciencia, las ideas sociales, &c. pueden
presentarse respecto a los objetos materiales, cualesquiera que sean, como determinantes, y en
este sentido son lo primario. La acción transformadora de la sociedad hace que en el mundo que
nos circunda, determinado grupo de objetos materiales -instrumentos y medios de producción,
edificios, productos de la [298] síntesis química, objetos de consumo, &c.- por su origen y por la
organización de la materia que los compone en cierta medida dependen de la conciencia del
hombre, pues en ellos se encarna la idea humana. A medida que la ciencia y la técnica avancen, irá
aumentando el número de objetos materiales cuyas propiedades, forma de organización e incluso
origen dependerán de la actividad transformadora consciente del ser humano, que utilizará, al
hacerlo, los materiales de la naturaleza. En este sentido señaló Lenin que «la conciencia del
hombre no sólo refleja el mundo objetivo, sino que también lo crea» (tomo XXXVIII, pág. 204). La
concepción filosófica de la materia como realidad objetiva se concreta y completa mediante las
ideas científicas sobre la estructura y propiedades de la materia misma. Mas sería erróneo
identificar la materia como categoría filosófica con tales o cuales concepciones sobre su estructura,
dado que éstas cambian en dependencia de los nuevos descubrimientos de la ciencia, mientras que
la definición filosófica de la materia permanece invariable. También sería erróneo identificar la
materia como categoría filosófica con alguno de sus aspectos concretos, por ejemplo con la
substancia, con el campo o con alguna de sus propiedades, verbigracia la masa, la energía, &c. La
concepción materialista dialéctica de la materia se diferencia de la metafísica por el hecho de ver la
materia no sólo como existiendo objetivamente, con independencia del espíritu del hombre, sino,
además, como ligada de manera indisoluble al movimiento, al espacio y al tiempo, capaz de
autodesarrollo, infinita en las relaciones cualitativa y cuantitativa en todas las dimensiones de su
existencia (Unidad y diversidad del mundo, Formas de movimiento de la materia).
Materialismo
(del latín «materialis»: sustancial). Única corriente filosófica científica, opuesta al idealismo. El
materialismo como certidumbre espontánea de todas las personas en la existencia objetivo del
mundo exterior, se distingue del materialismo como concepción filosófica del mundo, concepción
que representa la profundización y el desarrollo científicos del punto de vista del materialismo
espontáneo. El materialismo filosófico afirma el carácter primario de lo material y el carácter
secundario de lo espiritual, de lo ideal, lo cual significa que el mundo es eterno, que no ha sido
creado, que es infinito en el tiempo y en el espacio. El materialismo entiende que la conciencia es
un producto de la materia y la concibe como un reflejo del mundo exterior, con lo cual afirma que la
naturaleza es cognoscible. En la historia de la filosofía, el materialismo, por regla general, ha sido la
concepción del mundo de las clases y capas avanzadas de la sociedad, interesadas en que el
mundo se reflejara acertadamente, en que se intensificara el dominio del hombre sobre la
naturaleza. Generalizando los resultados de las ciencias, el materialismo facilitaba el progreso del
saber, el perfeccionamiento de los métodos científicos, lo cual a su vez ejercía beneficiosa
influencia sobre los resultados de la actividad práctica del hombre, sobre el desarrollo de las fuerzas
productivas. En el proceso de la interacción que se establecía entre el materialismo y las ciencias
especiales, se modificaba el aspecto del propio materialimo. Sus primeras doctrinas aparecen
cuando nace la filosofía en las sociedades esclavistas de la India, China y Grecia antiguas, varios
siglos antes de nuestra era, debido al progreso de los conocimientos científicos en astronomía,
matemáticas y otras ciencias. El rasgo común del materialismo antiguo, en muchos aspectos
todavía ingenuo (Lao-tse, Ian-chu, Van Chun, escuela charvaka, Heráclito, Anaxágoras,
Empédocles, Demócrito, Epicuro y otros), estriba en reconocer la materialidad del mundo, su
existencia independiente del espíritu humano. Sus representantes se esforzaban por encontrar en la
diversidad de la naturaleza un primer principio común a todo lo existente y a todo lo que ocurre
(Elemento). Fue un mérito del materialismo antiguo el haber ideado la hipótesis de la estructura
atómica de la materia (Leucipo, Demócrito). Muchos materialistas de la Antigüedad eran dialécticos
espontáneos. No obstante, algunos de ellos no establecían aún una delimitación precisa entre lo
físico y lo psíquico, atribuían propiedades psíquicas a toda la naturaleza (Hilozoísmo). En el
materialismo antiguo, el desarrollo de las tesis materialistas y dialécticas se combinaba aún con la
influencia de la ideologia mitológica. En la Edad Media y en el Renacimiento, las tendencias
materialistas se presentaban en forma de nominalismo, de teorías panteístas (Panteísmo) y de
otras que sostenían la «coeternidad de naturaleza y Dios». El ulterior desarrollo del materialismo
aconteció durante los siglos XVII-XVIII en Europa (Bacon, Galileo. Hobbes, [299] Gassendi,
Spinoza, Locke). Este materialismo surgió sobre la base del capitalismo en gestación y del avance
consiguiente de las fuerzas productivas, de la nueva técnica, de la ciencia. Los materialistas, como
ideólogos de la burguesía, progresiva en aquellos tiempos, combatieron a la escolástica medieval y
a las autoridades eclesiásticas, tomaron la experiencia como maestro y la naturaleza como objeto
de la filosofía. El materialismo de los siglos XVII-XVIII se halla vinculado a la mecánica y a la
matemática, entonces en impetuoso crecimiento, y a ello se debe su carácter mecanicista. Otra de
sus particularidades estriba en su tendencia al análisis, a la división de la naturaleza en esferas y
objetos de investigación aislados, desligados entre sí, y en examinarlos sin tener en cuenta su
desarrollo. Entre los representantes de la filosofía materialista del período indicado, ocupan un lugar
especial los meterialistas franceses del siglo XVIII (La Mettrie, Diderot, Helvecio y Holbach). Sin
salir, en líneas generales, de la concepción mecanicista del movimiento, lo consideraban -siguiendo
a Toland- como propiedad universal e inseparable de la naturaleza. Se liberaron por completo de la
inconsecuencia deísta inherente a la mayor parte de los materialistas del siglo XVII. La conexión
orgánica que existe entre todo materialismo y el ateísmo se manifestó con singular relieve en los
materialistas franceses del siglo XVIII. En el desarrollo de esta forma de materialismo el punto
culminante -en Occidente-, corresponde al materialismo «antropológico» de Feuerbach. Al mismo
tiempo, en Feuerbach se hace más patente el carácter contemplativo propio de todo el materialismo
premarxista. En Rusia y en otros países de la Europa Oriental, dan un nuevo paso en el desarrollo
del materialismo los demócratas revolucionarios de la segunda mitad del siglo XIX con su filosofía
(Belinski, Herzen, Chernishevski, Dobroliúbov, Márkovich, Botev, y otros); se basaban en la
tradición de Lomonósov, Radíshchev y otros, y en varios aspectos se elevaron sobre el estrecho
horizonte del antropologismo y del método metafísico. La forma superior y más conseuente del
materialismo es el materialismo dialéctico creado por Marx y Engels a mediados del siglo XIX. Con
él no sólo se superan las insuficiencias del viejo materialismo recién indicadas, sino además, la
coneepción idealista de la historia, propia de todos ellos. En la ulterior historia del materialismo, ya
se distinguen nítidamente dos tendencias por principio diferentes: el desarrollo del materialismo
dialéctico e histórico por una parte y distintas variedades simplistas y vulgarizadoras del
materialismo por otra. Entre estas últimas la más típica ha sido el materialismo vulgar próximo al
positivismo; hacia el positivismo se inclinaban también las variedades del materialismo vulgar que
surgieron en la linde de los siglos XIX y XX como tergiversación del materialismo dialéctico (revisión
mecanicista del marxismo y otras). En la segunda mitad del siglo XIX el materialismo en sus formas
maduras resultó incompatible con los estrechos intereses de clase de la burguesía. Los filósofos
burgueses acusan al materialismo de amoral, de no comprender la naturaleza de la conciencia y lo
identifican con las variedades primitivas del primero. Algunos de ellos, sin embargo, aunque
rechazan el ateísmo militante y el optimismo cognoscitivo, se han visto obligados a admitir, con
vistas al desarrollo de la producción y de la ciencia natural, ciertos elementos de la concepción
materialista del mundo. Por otra parte no han sido pocos los científicos que, declarándose
idealistas, desentendiéndose al modo positivista «de toda filosofía», en las investigaciones
científicas especiales han mantenido de hecho posiciones materialistas (por ejemplo, el
materialismo histórico-natural de Ernst Haeckel y de Ludwig Boltzmann). En cuanto a los hombres
de ciencia avanzados de nuestro tiempo, es característica la evolución en el sentido de pasar del
materialismo científico-natural al materialismo consciente y, en última instancia, al materialismo
dialéctico (Langevin, Joliot-Curle, Kotarbinski, lanaguida, Lamont y otros). Una de las
particularidades que ofrece el desarrollo del materialismo dialéctico estriba en enriquecerse con
nuevas ideas gracias a la crítica tanto de las formas actuales dél idealismo como de los puntos
débiles de las teorías formuladas por los naturalistas materialistas. El actual desarrollo de la ciencia
requiere que los naturalistas se conviertan en partidarios conscientes del materialismo dialéctico.
Por otra parte, el desarrollo de la práctica histórico-social y de la ciencia condiciona el ulterior
progreso de la filosofia del materialismo.
Materialismo dialéctico
Concepción filosófica científica del mundo, una de las partes componentes del marxismo, su base
filosófica. Fue creado por Marx y Engels y ha sido objeto de ulterior estudio por parte de Lenin y
otros marxistas. El materialismo dialéctico surgió en la década de 1840 y se ha desarrollado en
indisoluble conexión con los resultados de la ciencia y la práctica del movimiento obrero
revolucionario. Su nacimiento representó una auténtica revolución en la historia del pensamiento
humano y en la historia de la filosofía. Pero esta revolución implicaba la sucesión, la reelaboración
crítica de todo cuanto de avanzado y progresivo había sido alcanzado ya por la historia del
pensamiento humano. Dos corrientes fundamentales de la filosofia precedente se fundieron en el
materialismo dialéctico y fueron fecundadas por el nuevo enfoque, por la nueva y profundamente
científica concepción del mundo. Por una parte, se trataba de la línea de la filosofía materialista,
cuyas fuentes se remontaban a un pasado lejano; por otra parte, era la línea del desarrollo de la
concepción dialéctica del mundo, que poseía también profundas tradiciones en la historia de la
filosofía. El desarrollo del pensamiento filosófico en íntima relación con la ciencia y con toda la
práctica histórica de la humanidad, conducía con sujeción a leyes a la victoria de la concepción
materialista del mundo. Pero las teorías de los viejos materialistas adolecían de un defecto esencial,
el de ser metafísicas, mecanicistas, a pesar de contener algunos destellos de la dialéctica,
combinaban el materialismo en la concepción de la naturaleza, con el idealismo en la elucidación de
los fenómenos sociales. Los filósofos que en la Época Moderna hicieron progresar la conrepción
dialéctica del mundo eran en lo fundamental idealistas, cosa que con particular claridad se
manifestó en el sistema de Hegel. Marx y Engels no se limitaron a hacer suyas las teorías de los
viejos materialistas y la dialéctica de los idealistas, sintetizándolas en una unidad. Basándose en los
resultados más recientes de la ciencia natural, en toda la experiencia histórica de la humanidad,
demostraron que el materialismo sólo puede ser científico y consecuente hasta el fin, si se hace
dialéctico, a la vez que la dialéctica sólo puede ser auténticamente científica si se hace materialista.
En la formación del materialismo dialéctico influyó también de manera esencial el hecho de que se
estructurara la concepción científica del desarrollo social y de las leyes del mismo (Materialismo
histórico). Sin la concepción materialista dialéctica del mundo habría sido imposible vencer al
idealismo en su último refugio: la explicación de la esencia de la sociedad humana. Por otra parte,
sin un enfoque materialista de la sociedad, sin un análisis de la práctica histórico-social y, ante todo,
de la producción social como base del ser humano, habría sido igualmente imposible crear una
concepción filosófica consecuente del mundo, explicar las leyes del conocimiento humano. Los
fundadores del marxismo resolvieron este problema. Por esto, el materialismo dialéctico surgió
como grandiosa síntesis filosófica que abarcaba en una concepción única toda la compleja red de
fenómenos de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensar, síntesis que unía orgánicamente
en sí misma el método filosófico apto para explicar y analizar la realidad con las ideas de
transformación [301] práctico-revolucionario del mundo. Esto último constituye uno de los rasgos
más característicos del materialismo dialéctico, a diferencia de la vieja filosofía, la cual, en lo
fundamental, se limitaba a explicar el mundo. En este hecho hallaron su manifestación las raíces de
clase de la filosofía marxista como concepción del mundo de la clase más revolucionaria, la clase
obrera, llamada a aniquilar el régimen social basado en la explotación del hombre por el hombre y a
construir una sociedad sin clases, la sociedad comunista. Con el nacimiento del materialismo
dialéctico culmina en lo fundamental el proceso histórico que lleva a la filosofía a separarse y a
formar una ciencia aparte, con su objeto específico de investigación. Tal objeto está constituido por
las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, aquellos
principios generales y fundamentos del mundo objetivo y de su reflejo en la conciencia humana que
proporcionan un acertádo enfoque científico de los fenómenos y procesos, un método de
elucidación, cognición y transformación práctica de la realidad. La piedra angular del materialismo
dialéctico es la teoría relativa a la naturaleza material del mundo, al hecho de que en el mundo no
existe nada al margen de la materia y las leyes de su movimiento y cambio. El materialismo
dialéctico es enemigo resuelto e inconciliable de todas las representaciones acerca de esencias
sobrenaturales, cualesquiera que sean los ropajes de que las revistan las religiones y la filosofía
idealista. La naturaleza se desarrolla y alcanza sus formas superiores, incluyendo la vida y la
materia pensante, no gracias a una fuerza del más allá, sino merced a causas dadas en ella misma,
en sus leyes. La teoría dialéctica del desarrollo (Dialéctica) elaborada por el materialismo dialéctico,
señala cuáles son las leyes generales gracias a las cuales acontecen los procesos del movimiento y
cambio de la materia, el paso de sus formas inferiores a las superiores. Las teorías físicas actuales
sobre la materia, el espacio y tiempo, al reconocer la mutabilidad de la materia cualquiera que sea
su especie y la inagotable facultad de las partículas materiales de experimentar transformaciones
cualitativas, no sólo se encuentran en perfecta concordancia con el materialismo dialéctico, sino que
únicamente en él pueden hallar las ideas filosóficas y principios metodológicos necesarios. Lo
mismo puede decirse de las ciencias que investigan otros fenómenos de la naturaleza. Sirve de
análoga confirmación de los principios del materialismo dialéctico la práctica histórica actual de la
humanidad que, dando un viraje radical, deja de lado viejas formas de vida social, ya periclitadas,
para adoptar formas de vida nuevas, socialistas. Articulando en una unidad la teoría del ser, del
mundo objetivo, y la teoría relativa al reflejo de éste último en la conciencia del hombre, el
materialismo dialéctico es teoría del conocimiento y lógica. El paso fundamentalmente nuevo dado
por el materialismo dialéctico en este terreno y que coloca la teoría del conocimiento sobre un sólido
fundamento científico, estriba en haber incluido la práctica en dicha teoría. «Todos los misterios que
descarrían la teoría hacia el misticismo encuentran su solución racional en la práctica humana y en
la comprensión de esta práctica» (Marx). Después de aplicar la teoría dialéctica del desarrollo al
conocimiento, el materialismo dialéctico estableció el carácter histórico de los conceptos humanos,
reveló la interconexión de lo relativo y lo absoluto en las verdades científicas, elaboró el problema
concerniente a la lógica objetiva del movimiento del conocimiento (Lógica dialéctica, Conocimiento).
El materialismo dialéctico es una ciencia en desarrollo. Con cada gran descubrimiento científico,
con el cambio de las formas de la vida social, los principios y tesis del materialismo dialéctico se
concretan, se desarrollan, asimilan los nuevos datos de la ciencia y de la experiencia histórica de la
humanidad. El materialismo dialéctico constituye la base filosófica del programa, de la estrategia y
de la táctica, de toda la actividad de los partidos comunistas.
Materialismo económico
Concepción unilateral de la historia en el sentido de que la economía constituye la única fuerza del
desarrollo social. Se recusa, además, la importancia de la política y de las instituciones, ideas y
teorías políticas en el desarrollo histórico. Surgió como interpretación vulgar de la concepción
materialista de la historia. Eran partidarios del materialismo económico Eduard Bernstein en el
Occidente, los «marxistas legales» y los «economistas», en Rusia. En realidad, el materialismo
histórico difiere radicalmente del materialismo económico. Ve en la producción material la principal
[302] fuerza motriz del desarrollo de la sociedad, explica el origen de las instituciones políticas, de
las ideas y teorías por la estructura económica de la sociedad, por las condiciones de la vida
material de la misma, pero, a la vez, hace hincapié en la enorme importancia de las instituciones,
ideas y teorías políticas en el desarrollo social (Economía y política).
Materialismo histórico
Parte componente de la filosofía marxista-leninista; ciencia que investiga las leyes generales del
desarrollo de la sociedad humana y las formas de su realización en la actividad histórica de los
hombres. El materialismo histórico es la sociología científica, proporciona la base teórica y
metodológica de las investigaciones sociológicas concretas y de todas las ciencias sociales. Los
filósofos premarxistas, sin excepción, incluidos los materialistas, eran idealistas en la concepción de
la vida social, pues no pasaban de observar el hecho de que, a diferencia de lo que sucede en la
naturaleza, donde [303] actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúa el hombre, ser consciente que
se rige en su hacer por estímulos ideales. Acerca de este particular indicaba Lenin que la idea
misma del materialismo en sociología había sido una idea genial (véase t. I, pág. 121). La creación
del materialismo histórico significó un cambio radical en el desarrollo del pensamiento social.
Permitió, por una parte, aplicar consecuentemente la concepción materialista al mundo en su
conjunto, no sólo a la naturaleza, sino, también, a la sociedad. Por otra parte permitió descubrir la
base de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo lo mismo que, por consiguiente, el
desarrollo de todas las demás facetas de la vida social, determinadas por la base material indicada.
Subrayaba Lenin (t. 1, pág. 120) que Marx había elaborado su idea fundamental sobre el proceso
histórico-natural del desarrollo de la sociedad destacando de las distintas esferas de la vida social la
económica; de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción como fundamentales y
determinantes de todas las demás relaciones. Después de tomar como punto de partida el hecho
fundamental de toda sociedad humana: el modo de obtener los medios de vida, el marxismo puso
en conexión con él aquellas relaciones en las que los hombres entran en el proceso de producción
de su vida, y en el sistema de estas relaciones de producción vio el fundamento -la base real de
cada sociedad determinada- el que se reviste de superestructuras político-jurídicas y de diversas
corrientes del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de producción, surgido en un
determinado estadio del desarrollo de las fuerzas productivas, está subordinado a las leyes que
rigen la aparición, el funcionamiento y el paso a la forma superior, tanto a leyes que son generales
para todas las formaciones, como a las que son especiales, propias sólo de una formación dada.
Las acciones humanas en los límites de cada formación económico-social -infinitamente diversas,
individualizadas, no susceptibles, al parecer, de cálculo ni sistematización alguna- fueron
generalizadas y reducidas a las acciones de las grandes masas, a las acciones de las clases
sociales en la sociedad dividida en clases; masas y clases que, con sus actos, realizan las
necesidades que han madurado del desarrollo social. El descubrimiento del materialismo histórico
acabó con dos insuficiencias capitales de todas las teorías sociológicas premarxistas, las cuales, en
primer lugar, eran idealistas, dado que se limitaban al estudio de los motivos ideológicos de la
actividad humana sin investigar a qué se debían tales motivos, qué causas materiales los
engendraban; en segundo lugar, tomaban en consideración únicamente el papel de las
personalidades históricas descollantes sin abarcar la acción de las masas populares, auténticas
creadoras de la historia. El materialismo histórico ha descubierto el carácter materialmente
condicionado del proceso histórico-social, y en contraposición a las teorías del materialismo vulgar -
que niegan el papel de las ideas, de las instituciones y organizaciones políticas y de otras clases-,
subraya su activa influencia inversa sobre la base material que las ha engendrado. El materialismo
histórico constituye el fundamento histórico-científico del marxismo, que arma a los partidos
marxistas-leninistas, a la clase obrera y a los trabajadores todos con el conocimiento de las leyes
objetivas del desarrollo de la sociedad, les permite comprender la importancia del factor subjetivo -la
conciencia y organización de las masas, sin lo cual es imposible la realización de las leyes de la
historia. Los rasgos fundamentales del materialismo histórico fueron expuestos por primera vez por
Marx y Engels en su trabajo «La ideología alemana». Se da una formulación genial de la esencia de
esa parte del marxismo en el prefacio de la «Contribución a la crítica de la economía política»
(1859). Pero el materialismo histórico se convirtió en «sinónimo de ciencia social» sólo cuando «El
Capital» vio la luz (véase Lenin, t. 1. pág. 125). A medida que la historia avanza y se va acumulando
nueva experiencia del desarrollo histórico, también se desarrolla y enriquece, necesariamente, el
materialismo histórico, así como el marxismo en su conjunto. Lenin dio un magnífico ejemplo de
este desarrollo en la época del imperialismo, de las revoluciones proletarias. En la época actual,
época del tránsito del capitalismo al socialismo, cuando en la U.R.S.S. se ha planteado ya
prácticamente el problema de la edificación de la sociedad comunista en todo el frente, la
generalización de la nueva experiencia del movimiento comunista mundial y, en particular, de la
experiencia de la lucha por el comunismo en la U.R.S.S., se da en el nuevo Programa del Partido,
adoptado en el [304] XXII Congreso del P.C.U.S. En el programa se encuentra desarrollada la teoría
de la formación económico-social, después de haber formulado la caracterización concreta de la
formación comunista, las leyes a que obedecen su formación y desarrollo; también se profundiza la
teoría sobre el Estado, sobre el Partido y muchas otras cuestiones. El Programa del P.C.U.S.
proporciona al pueblo soviético el plan claramente delineado de la edificación de la sociedad
comunista, plan que comprende una triple tarea: crear la base material y técnica del comunismo,
formar relaciones sociales comunistas y educar al hombre de la sociedad comunista.
Materialismo vulgar
(del latín «vulgaris», sencillo, habitual). Corriente filosófica de mediados del siglo XIX, que
simplificaba y hacía más toscos los principios fundamentales del materialismo. Cuando la ciencia
natural avanzaba con gran ímpetu y cada uno de sus nuevos descubrimientos contribuía a destruir
las representaciones idealistas y religiosas, el materialismo vulgar constituía un exponente de la
reacción positivista del materialismo espontáneo de la ciencia natural ante la filosofía idealista (en
primer lugar, la filosofía clásica alemana). Los representantes de dicha tendencia (Vogt, Büchner,
Moleschott) popularizaron activamente las teorías científico-naturales, las contraponían, según
expresión suya, el «charlatanismo» filosófico. Pero junto con el idealismo y la religión, rechazaban
la filosofía en general; pensaban resolver todos los problemas filosóficos en las investigaciones
concretas de la ciencia natural. Incurriendo en los errores del materialismo metafísico, consideraban
que la conciencia y los demás fenómenos sociales constituían un efecto sólo de procesos
fisiológicos, y que dependían de la composición del alimento, del clima, &c. Tomaban los procesos
fisiológicos como causa de la conciencia e identificaban conciencia y materia, consideraban el
pensamiento como una secreción material del cerebro. Tendencias del materialismo vulgar
aparecieron posteriormente en formas diversas, sobre todo en algunas generalizaciones de los
datos proporcionados por la ciencia natural, en particular por la fisiología. Así, por ejemplo, el no
comprender que la conciencia del hombre es un producto social y que el contenido de todos los
procesos psíquicos se halla causalmente condicionado por el ser social, hace que todavía hoy
algunos filósofos y naturalistas pugnen por hallar los procesos fisiológicos concretos que
determinan el contenido de nuestros pensamientos, sentimientos y representaciones.
Materialismo y Empiriocriticismo
«Materialismo y Empiriocriticismo. Notas críticas sobre una filosofía reaccionaria.» Principal obra
filosófica de Vladímir Ilich Lenin; escrita en 1908, vio la luz en mayo de 1909. El libro fue redactado
en un período de reacción provocado por la derrota de la primera revolución rusa de 1905-07. En
aquel entonces, la defensa del materialismo dialéctico e histórico frente a los ataques del
revisionismo, el aplastamiento de la filosofía reaccionaria empiriocriticista que los revisionistas
defendían por todos los medios, constituía una tarea actual, política y teórica de los marxistas. En el
libro «Materialismo y empiriocriticismo» se hace una crítica exhaustiva de la filosofía idealista
subjetiva del empiriocriticismo, se pone de manifiesto su total oposición, en todas las cuestiones
filosóficas, con el materialismo dialéctico e histórico. Lenin muestra cómo los machistas rusos,
deseosos de «completar y desarrollar» el marxismo con el machismo, en realidad no hacían más
que repetir las tesis del idealismo subjetivo y del agnosticismo. La experiencia de la humanidad
entera, los datos de la ciencia natural refutan por completo todas las teorías de los «novísimos»
idealistas. Lenin critica detalladamente las teorías idealistas de Mach, Avenarius (Coordinación de
principio), Pearson, Petzoldt y otros, así como también de los machistas rusos: Bazárov, Bogdánov
(Empiriomonismo), lushkiévich (Empiriosimbolismo) y otros. En el libro se indican cuáles son las
fuentes ideológicas y el lugar del empiriocriticismo en la evolución de la ideología burguesa:
empezando con Kant, los machistas llegaron a Hume y a Berkeley, sin ir más allá de las
concepciones de estos dos filósofos. Respecto a la posición ideológica del machismo, es
sumamente característica la afinidad que éste presenta con las corrientes más reaccionarias del
pensamiento burgués del tipo de la escuela de la inmanencia en filosofía. Lenin reveló además, por
primera vez en la filosofía marxista, las relaciones verdaderas existentes entre el empiriocriticismo y
la ciencia natural. El empiriocriticismo, que se presentaba como filosofía de la ciencia natural
moderna, en realidad influía negativamente sobre el desarrollo de esta última utilizando y
acentuando las vacilaciones idealistas de varios físicos, nacidas de [305] la crisis que sufrió la física
a fines del siglo XIX y a principios del XX. Es de extraordinaria importancia el profundo
descubrimiento que hizo Lenin de las raíces sociales y el papel de clase de la filosofía machista.
Aplicando de manera decidida y tenaz la línea del espíritu de partido de la filosofía, puso de relieve
la inconsistencia de la «obtusa pretensión» de los machistas -como, en general, de toda la corriente
positivista- de elevarse por encima del materialismo y del idealismo, e hizo ver que el
empiriocriticismo está al servicio de las fuerzas reaccionarias, de la religión, que es hostil a la
ciencia y al progreso. La crítica multilateral y exhaustiva del machismo, de sus partidarios y
correligionarios rusos, no agota el contenido del libro de Lenin. En «Materialismo y
empiriocriticismo», Lenin fundamentó y siguió desarrollando importantisimas tesis del materialismo
dialéctico e histórico. Analizó circunstanciadamente la cuestión fundamental de la filosofía,
categorías muy importantes de la filosofía marxista (materia, experiencia, tiempo y espacio,
causalidad, libertad y necesidad, &c.), desarrolló con espíritu creador la teoría marxista del
conocimiento (sobre todo las cuestiones referentes a la teoría del reflejo, al papel de la práctica en
la cognición, al lugar y al papel de las sensaciones en el conocimiento, a la verdad objetiva, a la
relación entre verdad absoluta y verdad relativa) y las cuestiones fundamentales del materialismo
histórico. Es de singular valor la generalización que hace Lenin de los nuevos datos de la ciencia
natural. Los relevantes descubrimientos hechos en física a fines del siglo XIX y comienzos del XX,
señalaron el principio de una revolución en la ciencia natural, pero al mismo tiempo dieron origen,
en ésta, a una profunda crisis estrechamente ligada al idealismo «físico». Después de poner al
descubierto las raíces de clase y gnoseológicas del idealismo «físico», mostró Lenin que los últimos
descubrimientos de la física no sólo no refutaban el materialismo, sino que por el contrario
proporcionaban una nueva confirmación del materialismo dialéctico. La generalización materialista
dialéctica que hace Lenin de las grandes conquistas de la ciencia señaló el camino para salir de la
crisis en que se hallaba la ciencia natural, demostró convincentemente que el único método de esta
ciencia es el de la dialéctica materialista. El significado del libro de Lenin estriba en que, en él, se da
al materialismo una nueva forma, en consonancia con el nuevo nivel del desarrollo de la ciencia. La
obra de Lenin «Materialismo y empiriocriticismo» sigue siendo, hoy en día, un arma ideológica en la
lucha contra la filosofía burguesa y el revisionismo, facilita la generalización filosófica del desarrollo
actual de las ciencias naturales. El libro de Lenin es un modelo de desarrollo creador de la filosofía
marxista, es un ejemplo de espíritu comunista de principio en las cuestiones teóricas.
Sistema
Conjunto de elementos, relacionados entre sí, que constituyen una determinada formación íntegra.
El análisis de un sistema (de los objetos de un sistema) forma una de las particularidades
características de las disciplinas científicas modernas. El objeto de un sistema no puede
descomponerse en elementos diversos ni en relaciones entre ellos; no es posible entrar en
conocimiento de él si sólo se delimita una determinada conexión de las que en él se dan: lo
específico de tal objeto estriba en la presencia de una interdependencia de conexiones; la
investigación de esta interdependencia constituye un importante objetivo tanto del análisis científico
especial como del análisis teórico-cognoscitivo (lógico y metodológico). Hace relativamente
bastante tiempo que se comprendió cuál es el objetivo del análisis de los objetos de un sistema: en
filosofía, desde la Antigüedad grecorromana se intentó establecer las leyes a que obedece la
formación de un sistema de conocimientos; en algunas disciplinas científicas (por ejemplo, en la
mecánica de los siglos XVII-XVIII) se llevó a cabo la investigación de varios objetos concretos de
unos sistemas. Sin embargo, hasta mediados del siglo XIX, la tendencia característica siguió siendo
la de procurar descomponer el objeto complejo que se investigaba en sus elementos componentes,
y el resultado fue que desapareció lo específico del carácter sistemático. El progreso del saber
científico puso de relieve la insuficiencia de semejante método de investigación y la necesidad de
hallar procedimientos de cognición adecuados para los objetos pertenecientes a sistemas. El mérito
de haber formulado rigurosamente cuáles son los objetivos de la investigación en el marco de un
sistema, pertenece a la filosofía del materialismo dialéctico. Marx y Engels realizaron un profundo
análisis de un complicadísimo objeto en desarrollo -el sistema de las relaciones económicas de la
sociedad capitalista- y expusieron los principios fundamentales de la metodología propia de las
investigaciones de tal género. La ulterior elaboración de los principios metodológicos de la
investigación de un sistema constituye una de las tareas capitales de la metodología de la ciencia;
la feliz solución de esta tarea proporcionará una ayuda inestimable a numerosas disciplinas
científicas modernas que se ocupan del análisis de sistemas (física, química, biología, lingüística,
psicología, sociología y otras).