Eloy Tizón, Técnicas de Iluminación (2012 - Extracto)
Eloy Tizón, Técnicas de Iluminación (2012 - Extracto)
Eloy Tizón, Técnicas de Iluminación (2012 - Extracto)
otosntesis
Uno camina y camina. Camina a la sombra. Camina al sol. No deja de ca mi nar nunca, despacio o rpido dependiendo de los das. Da vueltas en crculo. Se empapa con la lluvia y se seca con la luz. Por qu ca minar tanto? No hay respuesta. No hay tiempo para analizarlo. Se trata de caminar, sin ms. Y se camina. Adelante, siempre adelante. Por gusto, por hartazgo, por necesidad. A travs de puentes y es pe suras y con cavidades y encrucijadas y lunes. Se atraviesan bosques, con ven tos. Se empujan masas de aire con las piernas. Se desplazan bolas de humo. Se cruzan ros parecidos a locomotoras. Se tarda un mar o dos en llegar. Cuando por fin se alcanza un des tino, nada ms amanecer all, sin tiempo para descansar ni refrescarse la nuca, se em prende el camino de re gre so. No hay necesidad de asentarse. La tarjeta del buzn es la con fir ma cin de un fracaso. Los pro ble mas empiezan siempre con una direc-
TCNICAS DE ILUMINACIN
cin pos tal. El nido es la tumba del pjaro. Todas las llaves, todas, las acua Belceb. Cuando uno nace el mundo est a medio hacer y cuando uno lo abandone seguir poco ms o menos lo mismo. Nada funciona como es de bido, pero es que nada tampoco ha llegado a fas ti diar se de manera con clu yen te. As hasta la extenuacin o el infarto. Hasta la si guiente parada. No hay prisa. Uno pisa barro, pisa escombros, pisa flores mojadas, pisa libros. Sube y baja escale ras. Mastica oxgeno o piones. Se peina con el canto de las manos. Estornuda para dentro. Olfatea carretillas car gadas de re mo la chas, torres de heno, cestas de hue vos. Des cor cha una botella de sidra, a la salud de los presentes. Se zambulle en ciertos cuer pos noc turnos que debajo del cors huelen a re si na y a leche recin or de a da, respira msicas, las acaricia. Una mujer tranquila, con sus orillas hmedas. Nos sirvi una jarra de cerveza, luego una jarra de vino, luego una jarra de nata es pol vo reada con canela. No quiso cobrarnos nada. Era la hija del posadero, aunque su ver da de ro oficio era el de comadrona. Se le trans parentaba un poco el vestido. Las ganas de sonrer no se le acababan nunca. Su aldea estaba en fiestas, su es po so estaba en la guerra, no especific en cul. El cielo esta llaba de cohetes, los m sicos ambulantes tocaban hasta el desmayo cele brando la belleza tr gi ca de la vida, los perros ya ni ladraban. Aquello era vivir. Abrazarla en el co ber tizo era igual que amasar ha ri na. Su piel, por descontado, tambin es ta ba en fiestas, tambin estaba en guerra. Tan hermosa que uno no saba por dn de empezar a quererla. Antes de apagar la vela de un soplo, dio la vuelta al re trato de su esposo, que qued mirando hacia la pared mientras aquello du r. Uno senta que a su lado nada malo poda sucederle. Ella dijo, al tiem po que
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ELOY TIZN
se anudaba el cordn del delantal, que rezara por uno en sus ple ga rias. Los ojos le brillaban. Antes de despedirse ofreci su nombre en voz alta, con alegra: Margarita.
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