La Palabra Que Sana

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LA PALABRA QUE SANA

P. Carlos Triana CJM

CONTENIDO INTRODUCCION

I - QUE ES LA PALABRA DE DIOS? 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. La Palabra del Seor es verdadera, es verdad La Palabra del Seor es digna de confianza La Palabra del Seor es justa La Palabra del Seor es eterna La Palabra del Seor es infinita, no est encadenada La Palabra del Seor es maravillosa La Palabra del Seor es la Ley de Dios

II - QUE HACE LA PALABRA DE DIOS? A. LA PALABRA DE DIOS ACTUA B. LA PALABRA DE DIOS CREA Y SOSTIENE LO CREADO C. LA PALABRA DE DIOS PRODUCE DIVERSOS BENEFICIOS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. La Palabra de Dios es fuego: purifica La Palabra de Dios es como la miel: da sabidura La Palabra de Dios es lmpara: ilumina La Palabra de Dios es pan y leche: alimenta La Palabra de Dios es espada: defiende del enemigo La Palabra de Dios es semilla: fecunda y da vida La Palabra de Dios es como la lluvia: empapa a las personas y las hace producir frutos

D. LA PALABRA DE DIOS DA EL ESPIRITU E. LA PALABRA DE DIOS SANA III - QUIEN ES LA PALABRA QUE SANA? IV - COMO BENEFICIARSE DE LA PALABRA QUE SANA? 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Creer en ella. Tener contacto fsico con ella Tener contacto intelectual con ella Tener contacto espiritual con ella Tener compromiso de vida con la Palabra Tener compromiso apostlico con la Palabra Tener gran devocin a la Palabra

V - CONCLUSION

INTRODUCCION Juan Pablo II nos dej un programa de vida espiritual para el tercer milenio. En Novo Millenio Ineunte 34 nos dice que este programa tiene como meta la santidad: Este ideal de perfeccin no ha de ser malentendido, como si implicase una especie de vida

extraordinaria, practicable slo por algunos genios de la santidad. Los caminos de la santidad son mltiples y adecuados a la vocacin de cada uno Y ms adelante recalca el Papa: Es el momento de proponer de nuevo a todo con conviccin este alto grado de la vida cristiana ordinaria, que es la santidad Entonces, segn Juan Pablo II, los cristianos del tercer milenio tenemos que ser santos. Y para lograr la anhelada santidad nos propone entre otras cosas, en primersimo lugar, la oracin: para esta pedagoga de la santidad es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oracin. Es necesario aprender a orar. Nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser autnticas escuelas de oracin (35) Pero para que la santidad y la oracin se den como una realidad prioritaria en la vida de la Iglesia, Juan Pablo II dice que esta primaca de la santidad y de la oracin slo se puede concebir a partir de una renovada escucha de la palabra de Dios. Desde que el Concilio ha subrayado el papel preeminente de la palabra de Dios en la vida de la Iglesia, ciertamente se ha avanzado mucho en la asidua escucha y en la lectura atenta de la Sagrada Escritura. Tanto las personas individualmente como las comunidades recurren ya en gran nmero a la Escritura, y entre los laicos mismos son muchos quienes se dedican a ella con la valiosa ayuda de estudios teolgicos y revitalizando principalmente la tarea de la evangelizacin y la catequesis. Hace falta, queridos hermanos y hermanas, consolidar y profundizar esta orientacin, incluso a travs de la difusin de la Biblia en las familias. Es necesario, en particular, que la escucha de la Palabra se convierta en un encuentro vital (39) La clave est en la Palabra. Dios nos comunica su Palabra en diversas pginas: la pgina de la Creacin, la pgina de los acontecimientos, la pgina de las personas, la pgina de su Iglesia, pero de manera primordial en las pginas de la Sagrada Escritura. Ella es la gran fuente de la oracin y por tanto de la santidad en la Iglesia. Por eso seala el Papa que hace falta alimentarnos de la Palabra para ser servidores de la Palabra en el compromiso de la evangelizacin. El Papa reitera que en el tercer milenio se debe hacer la nueva evangelizacin que se trata de reavivar en nosotros el impulso de los orgenes, dejndonos impregnar por el ardor de la predicacin apostlica despus de Pentecosts. Hemos de revivir en nosotros el sentimiento de Pablo, que exclamaba: Ay de m si no predicara el Evangelio! (1 Cor 9, 16) En Sntesis, Juan Pablo II quiere que seamos santos, la base para serlo es la oracin, y una y otra deben estar alimentadas por la Palabra escuchada y anunciada, por la palabra hecha vida, por la Palabra que sana. El llamado es entonces a que tengamos un contacto consciente, entusiasta y real con la Palabra de Dios, acogindola, meditndola, vivindola, comunicndola, y hacindola eje de nuestra vida. Deseo a todos los que estudien esta enseanza que la Palabra de Cristo est siempre en sus corazones (Col 3, 16) y los sane de todas sus dolencias. I - QUE ES LA PALABRA DE DIOS? Esta pregunta se la dirigimos al mismo Seor Dios. El nos responde:

1. La Palabra del Seor es verdadera (Sal 33, 4; Sal 119, 151), es verdad (Jn 17, 17) Decir que la Palabra de Dios es verdadera es decir que ella contiene la verdad: la verdad de Dios, la verdad del mundo y la verdad del hombre. Muchos hombres y mujeres estamos enfermos de verdad, por eso vivimos en la oscuridad del error y de la mentira. Acercarnos a esta Palabra que ilumina nuestra vida con la verdad, es ser sanados de las tinieblas de la ignorancia. En este sentido la Palabra de Dios es Palabra que sana. 2. La Palabra del Seor es digna de confianza (Sal 18, 30), Los seres humanos necesitamos vivir en la confianza. Necesitamos tener a alguien en quien confiar, necesitamos que nos hable con palabras dignas de confianza. Precisamente muchos vivimos enfermos de desconfianza, y mucho ms en el mundo de hoy, ya no confiamos en lo que nos dicen, en lo que nos prometen. Pues cuando acudimos a la Palabra de Dios podemos experimentar que ella es digna de confianza, porque Dios es fiel a su Palabra, porque l no se engaa ni nos engaa, porque todo lo que dice lo cumple. Es pues la Palabra de Dios la que nos afirma y da confianza y nos sana de nuestras dudas y sospechas. En este sentido es la Palabra que sana. 3. La Palabra del Seor es justa (Sal 119, 75. 172) Estamos enfermos de injusticia. El mundo de la poltica, de la economa, de las cosas de mundo est plagado de discursos injustos, de leyes injustas, de enseanzas injustas, de doctrina daina, en cambio la Palabra de Dios es justa, no produce mal, ni daa ni estropea. Cuando nos acercamos a ella somos sanados de la injusticia de los discursos humanos y en ese sentido se convierte en Palabra que sana. 4. La Palabra del Seor es eterna (Sal 119, 89) La Palabra de Dios es eterna porque Dios es eterno. La Palabra de Dios existe desde que existe Dios: En el principio era la PalabraJn 1, 1) y dejar de existir cuando Dios deje de existir. Esto es lo que quiere decir que la Palabra de Dios es eterna. Como deca Donoso Corts, palabras ms palabras menos: cuando las estrellas exploten y se apague el sol y se acabe el universo, y venga la gran oscuridad sobre el mundo, permanecer la Palabra de Dios brillante, pues ella no pasar. Ella es eterna. Nosotros los seres humanos estamos enfermos de finitud. Nos sentimos pequeos, frgiles y pasajeros. Pero unidos a la Palabra de Dios podemos ser eternos como ella, inmortales y vivir para siempre. La Palabra de Dios da vida eterna: Quien presta atencin a mis Palabras tiene vida eterna (Jn 5, 24); El que hace la voluntad de Dios vive para siempre (1 Jn 2, 17); Quien hace caso de mi Palabra no morir (Jn 8, 51) Esta Palabra nos sana de la finitud, de lo efmero y de la muerte, y por eso es la Palabra que sana 5. La Palabra del Seor es infinita (Sal 119, 96), no est encadenada (2 Tim 2, 9)

La Palabra de Dios no tiene lmites, nada la limita: ni la crcel, ni el demonio, ni la guerra, ni las leyes humanas Esta Palabra tiene el poder para impregnar todas las culturas y transformar las estructuras sociales, de tocar profundamente a todos los hombres y a cualquier hombre, est en la condicin que sea. Se trata de la Palabra infinita de Dios capaz de permearlo todo. Ella es entonces la Palabra que sana. 6. La Palabra del Seor es maravillosa (Sal 119, 129) La Palabra del Seor no slo es maravillosa sino que adems hace maravillas. Como lo vamos a ver ms adelante, la Palabra de Dios crea, conserva, transforma, purifica, sana, libera, consuela, conforta, corrige, estimula, da vida. Ella es la Palabra que sana. 7. La Palabra del Seor es la Ley de Dios (Deut 5,1-6,5) Dios ha expresado su Voluntad a travs de su Palabra. El Pueblo de Israel centr su vida en la Ley de Dios, porque ella era la manifestacin de su querer divino. El mundo est enfermo de orgullo, de soberbia, de querer hacer siempre su propia voluntad. Aceptar la Palabra de Dios en nuestra vida es abrirnos a hacer la Voluntad de Dios, a cumplir su Ley santa y a abandonar nuestra voluntad pecaminosa. En este sentido podemos afirmar que la Palabra de Dios sana. En una sola palabra habra que decir que la Palabra de Dios es santa. Y entrar en contacto con lo santo, vivir en la atmsfera de lo santo, debe llevar a la salud, a la vida, a la santidad. La muerte, la enfermedad y el mal tienen que ver con el pecado y no con la santidad. Abrmonos pues a esta Palabra santa de Dios y dejemos que haga su obra de salvacin en nosotros, pues ella es la Palabra que sana. Oremos: (Tomamos la Biblia abierta entre las manos, la contemplamos en silencio recordando lo que ella es. Despus de un momento de silencio, oramos al Seor diciendo) Seor y Dios nuestro, Te bendecimos por esta tu Palabra poderosa y santa. Ella es una expresin ms del amor que nos tienes. Todo el que ama se comunica, Y t nos amas tanto que nos has dado tu Palabra llena de amor y de ternura Bendito y alabado seas por tu Palabra que nos salva. Amn (Cada uno besa la Biblia con respeto)

II - QUE HACE LA PALABRA DE DIOS?

No basta con saber qu es la Palabra de Dios. Es necesario entender qu hace esta Palabra, cul es su misin, cul su accionar en medio de los creyentes. A. LA PALABRA DE DIOS ACTA En primer lugar hay que decir que la Palabra de Dios no es una Palabra ni muerta ni muda. Es una Palabra viva y como todo ser viviente se caracteriza por su movimiento, por su dinamismo. En efecto, Ella ha sido enviada a la tierra y corre veloz (Sal 147, 15). Como lluvia empapa la tierra, la fecunda Ella contiene en s una serie de promesas que se cumplirn cabalmente: El cielo y la tierra dejarn de existir, pero mis Palabras no dejarn de cumplirse (Lc 21, 33) Ni una sola Palabra qued sin cumplirse de todas las buenas promesas que el Seor haba hecho a los israelitas (Jos 21, 45) Has cumplido tu Palabra porque t siempre cumples (Neh 9, 8) El siempre mantiene su Palabra (Sal 146, 6) Se seca la hierba, se marchita la flor, pero permanece para siempre la Palabra de nuestro Dios (Is 40, 8) Recibamos la Palabra de Dios y aceptmosla con todas sus promesas. Todas esas promesas estn dirigidas a nosotros para nuestro bien y salvacin. Tarde o temprano todas estas promesas se cumplirn en quienes dejen actuar la Palabra de Dios en sus vidas. Todo el que acepta en fe las promesas de la Palabra encuentra salud en su cuerpo y en su alma. Oremos: (Cada uno, con la Palabra abierta sobre sus manos, recuerda una promesa de la Biblia: sobre el Mesas, el Perdn, la Vida eterna, el Espritu Santo, la recompensa por los sacrificios, por la oracin, por la limosnaetc y ora as:) Gracias, Seor, Dios Nuestro, Porque tu Palabra de salvacin siempre se cumple en nosotros Gracias porque con tu Palabra realizas en nosotros El misterio de tu amor Gracias porque esta Palabra tiene el poder de obrar maravillas en nuestra vida. Amn (Luego besa con respeto la Sagrada a Escritura) B. LA PALABRA DE DIOS CREA Y SOSTIENE LO CREADO

La Palabra de Dios es creadora y conservadora. Dios habla poco, no tiene sino una palabra en la boca, pero con esta sola palabra le ha dado el ser a todo y conserva todo; con esta sola palabra gobierna y cumple fiel y verdaderamente todas las promesas y ms de lo que promete: En el principio exista la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios (Jn. 1,1-2). Alaben el nombre del Seor pues l dio una orden y todo fue creado (Sal. 148, 5). Por medio de l Dios hizo todas las cosas, nada de lo que existe fue hecho sin l (Jn. 1, 3). El es el resplandor de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa (Heb. 1, 3). por tu Palabra has hecho todas las cosas (Sab 9, 1) A su Palabra el agua se detuvo amontonada, a su voz se cerraron los depsitos de agua. Con su Palabra hace lo que quiere y no hay quien detenga su obra salvadora (Dios creador con su palabra) (Eclo 39, 17) No son las cosechas de la tierra las que alimentan al hombre, sino que es tu Palabra la que mantiene a los que en ti confan (Sab 16, 26) Como dice el Prefacio Comn VI de la misa: Por El, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas y t nos lo enviaste, para que, hecho hombre por obra del Espritu Santo y nacido de Mara, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor En efecto, nos dice San Pablo que todo fue creado por El y para El (Col 1, 16) por medio de l Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin l De quin se expresa as la Escritura? Obviamente de la Palabra por quien fueron creadas todas las cosas, de Cristo el Verbo encarnado, la Palabra hecha carne. Todo fue creado por l y para l y todo se mantiene en l. Oremos (Con la misma tcnica de antes, se ora as:) Seor, Dios Nuestro: Te alabamos y bendecimos porque t hiciste el universo entero con el poder de tu Palabra. Gracias a tu Palabra creadora y al soplo del Espritu Santo existen todas las cosas. Bendito seas por hacernos a tu imagen y semejanza, en virtud de tu Palabra. Ella nos sac de la nada y nos dio el ser y la vida. Tu Palabra sana y da vida. Bendito seas, Seor. Amn

C. LA PALABRA DE DIOS PRODUCE DIVERSOS BENEFICIOS: 7

Son muchas las obras que realiza la Palabra poderosa de Dios. Podemos decir que son infinitas, como infinitas son las obras de Dios. Nos dice el Espritu Santo: Acaso la Palabra de Dios no beneficia al que se porta rectamente? (Miq 2, 7). Y si nos preguntamos Cules son esos beneficios?, tendramos que decir que son infinitos, incontables como las estrellas del cielo y como las arenas del mar. Uno de esos beneficios que a m me impacta y que a menudo experimento es la alegra. La Palabra de Dios alegra. La Palabra de Dios tiene el poder de consolar el corazn humano, de alegrarlo y hacerlo gustar la felicidad de Dios: Tu Palabra alegra mi corazn (Sal 119, 111) Cuando encontraba Palabras tuyas las devoraba, tus Palabras eran mi delicia y la alegra de mi corazn (Jer 15, 16) Escucha y cumple mi Palabra para que tanto t como los hijos que te sucedan sean eternamente felices (Deut 12, 28) Una ancdota extraa de mi vida espiritual. Ocurri cuando era seminarista. Cada noche antes de dormirme leo y oro la Palabra. Una noche sin saber por qu ni cmo, leyendo un texto de San Juan, me invadi un sentimiento extrao de una gran alegra y de un gran consuelo y gozo, que comenc a llorar. Esto se ha venido repitiendo muy a menudo en mi vida ahora de sacerdote. Pero en aquella ocasin, que era la primera vez, el impacto fue tan grande que dej consignado por escrito, lo que experiment: que la Palabra de Dios consuela y llena de gozo espiritual el alma. He aqu lo que escrib aquella noche invadido por la Palabra: Somos hombres de palabras, hombres que hablamos, leemos y escuchamos. Las palabras nos persiguen, estn dentro de nosotros, duermen y trabajan con cada uno. Todos hemos llorado por una palabra. Porque fue muy hiriente y fuertemente ofensiva o muy complaciente, plena de alegra. Dos veces haba llorado yo a causa de una palabra: cuando mi madre me dio su palabra de despedida en el momento que de nio parta para el seminario, y cuando le la descripcin de la miseria de mi pueblo, en los libros de Soto Aparicio. Como a m, a ustedes se les han humedecido los ojos cuando han recibido una palabra de humillacin, de elogio o de recriminacin: ustedes han tenido ansias de llorar como chiquillos cuando han escuchado una palabra dura de parte de las personas que aman; por sus rostros han rodado lagrimas cuando una palabra suya los derroca o los compromete en demasa; no nieguen que alguna vez han sentido un nudo de llanto en su garganta cuando intempestivamente les lleg una noticia salvadora, una palabra consoladora, un Si sorpresivo... Quin no ha expresado con el llanto el dolor de la palabra que una vez lo traicion, o que le trajo un espectacular xito o que lo lleno de una indescriptible emocin! Hoy puedo escribir estas palabras porque ca por tercera vez. Nuevamente llor. Pero esta vez por una Palabra Nueva, por una noticia buena que o, por una Voz que

traspas mi vida, porque es una palabra que hiere como espada, que arde en los odos y quema en el corazn. Palabra que escudria el interior, que impregna todos los sentidos, que cachetea y abraza, recrimina y estimula; palabra grande bella, ntida, suave, dulce... Quin ha llorado ante la Palabra de Dios? Yo s que lo he hecho. Ha sido tanto la conmocin que determin consignar por escrito esta fabulosa experiencia. Qu fue lo que pas? Mucho entusiasmo? Demasiada emocin? Esa palabra toc un aspecto concreto y dbil de mi vida? Por qu al leerla antes no haba llorado? En esta ocasin la le, la capt, y la acept como ella es, como Palabra viva del Dios vivo. No pretende mi artculo invitarlos a llorar ante la Palabra Qu frecuentes e inaguantables lloriqueos tendramos que soportar! Ni desea que se entonen los himnos bblicos al son del canto de las lgrimas. Seria algo ridculo!, sino que se lea y se capte como ella es, como palabra de Dios, como Verbo salido del Padre. Sin lugar a dudas que la consecuente sensacin tendr que ser una profunda paz y un profundo gozo que muchos no resistirn y exteriorizarn a travs del llanto infantil o de un gran silencio, a travs de continuas sonrisas o de una sana algaraba. Entre los miles de diversos beneficios que produce la Palabra de Dios, podemos subrayar los siguientes. Nos basamos en varias imgenes de la Palabra que presenta la misma Sagrada Escritura:

1. La Palabra de Dios es fuego: purifica y transforma Una significativa imagen que habla de purificacin y pasin es el fuego. A los profetas que hablaban en nombre del Seor se les podra llamar hombres de fuego, porque hablaban la Palabra de Dios: Hasta que vino un profeta como fuego, su Palabra era una hoguera ardiente (Sir 48, 1). (Cfr. 1 Re 17, 1; 18, 1-38; 2 Re 1, 10-16) La Palabra de Dios, como fuego, expresada por el profeta tiene poder de purificar, corregir, transformar: Har que mis Palabras sean fuego en tu boca (Jn 5, 14) No es mi Palabra fuego y martillo que tritura la roca (Jer 23, 29) Tu Palabra en mi interior se convierte en un fuego que devora, que me cala hasta los huesos. Trato de contenerla pero no puedo (Jer 20, 9) Uno de los seres de fuego vol hacia m, trayendo carbn encendido toc con l mi boca aqu estoy, envame (Is 6, 5-9) La misma Escritura dice que Las Palabras del Seor son puras (limpias). Son como la plata ms pura, refinada en el horno siete veces (Sal 12, 6). Se hace referencia al fuego del horno que moldea pero tambin purifica.

Si tomas contacto con lo puro te vuelves puro, como tambin si tomas contacto con lo impuro te vuelves impuro. Es una aplicacin de la sabidura popular: dime con quin andas y te dir quin eres. As que anda con la Palabra que es fuego que limpia, corrige, transforma, purifica y moldea a las personas. Con razn el salmista se pregunta: Cmo podr un joven llevar una vida limpia? Y responde l mismo, inspirado por el Espritu Santo: Viviendo de acuerdo con tu Palabra (Sal 119, 9) Porque todo el que escucha la Palabra y la pone por obra queda limpio: Al obedecer el mensaje de la verdad, se han purificado (1 Pe 1, 22) Y todos sabemos que Cristo es la Palabra que Dios envi al mundo para purificarnos: Dios habl de muchas maneras antiguamente a nuestros padres, ahora por medio de su Hijo, y con su Palabra nos ha limpiado (Cfr. Heb 1,1-3) Precisamente l fue quien nos dijo: Ustedes estn limpios por las Palabras que les he dicho (Jn 15, 3) Oremos: Seor, Dios nuestro, Lmpianos con tu Palabra de salvacin Y quedaremos ms blanco que la nieve Que esta Palabra santa penetre lo ms hondo de nuestra vida Y purifique todo nuestro ser. Amn

2. La Palabra de Dios es como la miel: da sabidura Tener sabidura es tener sabor a Dios, es saber a Dios. El sabio no es el que sabe muchas cosas sino el que en su vida destella la sabidura divina. Todo el que se impregne de la Palabra de Dios se llena de sabor divino: Tu Palabra da sabidura (Sal 119, 98-100) Hijo mo, si aceptas mis Palabras y guardas como un tesoro mis mandatos, prestando atencin a la sabidura hallars el conocimiento de Dios (Prov 2, 15) Yo les dar Palabras llenas de sabidura (para su defensa) (Lc 21, 15) El Espritu Santo les pondr en ese instante mis Palabras en su boca (Lc 12, 12) El sabio entiende la Palabra del Seor y mira la ley como enseanza divina (Sir 33, 3)

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Si se mantienen fieles a mi Palabra sern de veras discpulos mos, conocern la verdad y la verdad los har libres (Jn 8, 31) Una bella imagen para hablar de la Palabra con principio de sabidura es la imagen de la miel. La miel es un sabor muy agradable al Paladar, y en la Biblia se dice en varias ocasiones que la Palabra es dulce como la miel: Tu Palabra es ms dulce a mi paladar que la miel en mi boca (Sal 119, 103) Abre la boca y come lo que te doy. Entonces vi una mano extendida hacia m con un libro enrollado. Lo desenroll ante m; estaba escrito por ambos lados, y contena lamentaciones, gemidos y amenazas. Y me dijo: hijo de hombre, como este libro y ve luego a hablar al pueblo de Israel. Yo abr la boca, y l me hizo comer el libro, dicindome: Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entraas con este libro que yo te doy. Yo lo com y su sabor era dulce como la miel. Entonces me dijo: Hijo de hombre, ve al pueblo de Israel y comuncale mis palabras (Ez 2, 8-3,4) vete y toma el libro que tiene abierto en su mano el ngel que est de pie sobre el mar y sobre la tierra. Me acerqu al ngel y le ped que me diera el libro. Y me respondi: Toma, cmetelo; te amargar las entraas, pero en tu boca ser dulce como la miel. (Ap 10, 8-11) Oremos: Seor, Dios Nuestro: Ven con tu Palabra santa, Impregna todo nuestro ser, Y haznos gustar las dulzuras de tu amor Y la belleza de tu santidad. Amn 3. La Palabra de Dios es lmpara: ilumina Otra bella imagen para hablar de la Palabra es la imagen de la lmpara. Y una lmpara es un instrumento maravilloso con el que el ser humano ilumina sus senderos. Esta imagen quiere recordarnos que la Palabra de Dios est llena de luz y de virtud. Tu Palabra es una lmpara a mis pies y una luz en mi camino (Sal 119, 105) Este mensaje es como una lmpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que el da amenaza y la estrella de la maana salga para alumbrarles el corazn (2 Pe 1, 19) La Ley es una luz inagotable (Sab 18, 4) Los he herido por medio de los profetas, los he aniquilado con las palabras de mi boca, y mi juicio resplandece como la luz (Os 6, 5-6) La Palabra es la luz verdadera capaz de iluminar a todo hombre (Jn 1, 9) 11

Tenemos confirmada la Palabra proftica, a la que hacen bien en prestar atencin, como la lmpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el da y salga el lucero de la maana en su corazn (1 Pe 1, 19) Pablo llama al Evangelio: Luz del glorioso Evangelio de Cristo (2 Cor 4,4) El mandamiento del Seor es claro, da luz a los ojos (Sal 19, 9)

Oremos: Seor, Dios Nuestro: Con tu Palabra alumbras nuestras tinieblas, Pues en ti est la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz (Sal 36, 10) Enva tu luz y tu verdad, que ellas nos guen y nos lleven a tu santo monte, Hasta tu morada (Sal 43, 3). Amn

4. La Palabra de Dios es pan y leche: alimenta En la Escritura se usa la imagen del pan y de la leche para aludir a la Palabra de Dios como alimento: No slo de pan vive el hombre sino tambin de toda Palabra que salga de los labios de Dios (Mt 4,4) La Palabra es leche espiritual pura. Bsquenla con ansia para que crezcan y tengan salvacin (1 Pe 2,2) Yo abr la boca, y l me hizo comer el libro, dicindome. Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entraas con este libro que yo te doy. Yo lo com y su sabor era dulce como la miel. Entonces me dijo: Hijo de hombre, ve al pueblo de Israel y comuncale mis palabras (Ez 2, 8-3,4; Cfr. Ap 10, 8-11) La Palabra es para ser comida y bebida, asimilada, como deca Jeremas, la Palabra es para devorarla: Cuando encontraba Palabras tuyas las devoraba, tus Palabras eran mi delicia y la alegra de mi corazn (Jer 15, 16) Es necesario entonces que comamos esta Palabra, que la rumiemos, que la hagamos vida en nuestra vida. El cristiano no puede vivir sin alimentarse del Pan de la Palabra. Pues bien dice la Escritura: no slo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4; Deut 8, 3) La Palabra de Dios es alimento para la vida, inspiracin para la existencia. As como los alimentos nos van nutriendo y transformando, Ella nos nutre y transforma en hombres y mujeres nuevos, libres, evanglicos Ella tiene el poder de fortalecer, como los alimentos, de salvar, de dar vida, pues es la Palabra que sana. 12

Oremos: Seor, Dios Nuestro: Alimntanos siempre con el manjar celestial de tu Palabra. Que ella sacie nuestra sed y hambre de ti. Que se convierta cada da en pan que nutre nuestra vida espiritual, Que nos capacita para enfrentar con fortaleza las adversidades, Y que nos comunique tu vida y amor. Amn

5. La Palabra de Dios es espada: defiende del enemigo El creyente encuentra refugio y proteccin en la Palabra de Dios: Todas las Palabras de Dios se cumplen. Son una defensa para quienes se refugian en l. No aadas nada a sus Palabras (Prov 30, 5-6) Pero la Palabra es tambin un arma contra el enemigo. Es maravillosa la comparacin de la Palabra con una espada. La espada es un arma para defenderse y atacar: Estn siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz: que su fe sea el escudo, que la salvacin sea el casco y que la Palabra de Dios sea la espada que les da el Espritu Santo (Ef 6, 16-17) La Palabra de Dios tiene vida y poder, es ms aguda que espada de dos filos y penetra hasta lo ms profundo del alma y del espritu, hasta lo ms ntimo de la persona (Heb 4, 12) Vi el cielo abierto y apareci un caballo blanco y el que lo montaba se llamaba fiel y verdadero su Nombre era la Palabra de Dios. Le sala de la boca una espada afilada (Ap 19, 15) Cuando Juan describe a Cristo resucitado dice que vesta larga tnica y llevaba una faja de oro a la altura del pecho. Los cabellos de su cabeza eran blancos como la lana y como la nieve, sus ojos eran como llamas de fuego; sus pies como bronce en honro de fundicin, y su voz como estruendo de aguas caudalosas: Tena en su mano derecha siete estrellas; de su boca sala una espada cortante de doble filo y su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza. Cuando lo vi, me desplom a sus pies como muerto, pero l puso su mano derecha sobre m, diciendo: no temas; yo soy el primero y el ltimo; yo soy el que vive: Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo (Ap 1, 13-18) La Palabra de Dios es pues un arma cortante, con ella hay que destruir el mal, denuncindolo; con ella hay que defenderse de las tentaciones como lo hizo Jess en el desierto (Lc 4, 1ss). El con la espada de la Palabra se defendi del tentador y venci al demonio a punta de Palabra de Dios. Con justa razn el 13

profeta Isaas dice que el Seor Convirti mi lengua en espada afilada (Is 49, 2) Oremos: Seor, Dios Nuestro: Ensanos a refugiarnos en tu Palabra. Pero sobre todo pon tu Palabra en nuestro corazn y en nuestra boca, Y llenos de tu Palabra, Convierte nuestra lengua en espada afilada Para que con tu Palabra en el corazn y en los labios, Podamos atacar el error, la mentira, el pecado Y anunciar la salvacin, la justicia y la paz. Amn.

6. La Palabra de Dios es semilla: fecunda y da vida Entre las imgenes ms grficas a travs de las cuales el Seor nos ha mostrado el poder fecundador de la Palabra est la imagen de la semilla: La semilla es la Palabra (Mt 13, 1-9. 18-23) Ustedes han vuelto a nacer, no de padres humanos, sino de la Palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre. Y esa Palabra es el mensaje de salvacin que se les ha anunciado (1 Pe 1, 23-25) Pero una semilla contiene en sus entraas vida. Por eso la Palabra de Dios comunica vida. Esa es la conviccin del Antiguo Testamento: Hijo mo, atiende a mis Palabras, haz caso a mis razones; que no se aparten de tu vista, consrvalas en tu corazn. Pues son vida para quienes las encuentran y salud para todo su cuerpo (Prov 4, 20-22) Grbate en tu mente mis Palabras. Haz lo que te ordeno y vivirs No eches mi Palabra al olvido. Ama la sabidura, no la abandones y ella te dar su proteccin (Prov 4, 4-6) Piensen bien en todo lo que les he dicho y ordenen a sus hijos que pongan en prctica esta Palabra porque no es algo que ustedes pueden tomar a la ligera. Esta Palabra es vida para ustedes, y por ella vivirn ms tiempo en la tierra que van a tomar en posesin (Deut 32, 46-47) Atiende a mis Palabras, hijo mo, hazlas tuyas y aumentars los aos de tu vida (Prov 4, 10) Afrrate a la Palabra y no la descuides, pues es vida para ti (Prov 4, 13)

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Pero Jess, Palabra viva de Dios, Verbo hecho carne, es quien nos recalca esta verdad de fe: la Palabra da vida: Viene la hora en que cuando los muertos oigan la Palabra del Hijo de Dios vivirn oirn su voz y saldrn de las tumbas (Jn 5, 25-29) Quien presta atencin a mis Palabras tiene vida eterna (Jn 5, 24) Mis Palabras son espritu y vida (Jn 6, 63) Quien hace caso de mi Palabra no morir (Jn 8, 51) Yo no hablo por mi cuenta. El Padre que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y ensear. Yo s que la Palabra de mi Padre es para vida eterna (Jn 12, 49-50) El nos dio vida mediante el mensaje de la verdad (Sant 1, 18) El que hace la voluntad de Dios vive para siempre (1 Jn 2, 17) Entre las imgenes ms sobresalientes del Antiguo Testamento para mostrar que la Palabra de Dios comunica vida est el texto de los huesos secos: Habla en mi nombre a esos huesos y diles (Ez 37, 4) y todos conocemos el resultado: por la Palabra los huesos tuvieron espritu y por tanto vida. Con justa razn toda la Iglesia canta unida al salmista del Antiguo Testamento: Tu Palabra me da vida (Sal 119, 50), y ante la pregunta dura: tambin ustedes quieren abandonarme? Pedro contesta a Jess: Seor a quin iremos, T tienes Palabras de vida eterna (Jn 6, 68) Oremos: Tu Palabra me da vida, Confo en ti, Seor; Tu Palabra es eterna, En ella esperar. Ven, Seor, Dios nuestro, Y cumple la Palabra de Jeremas: Pondr mi ley en su interior Y la escribir en su corazn (Jer 31, 33) Pues tu Palabra es vida Y de ella queremos vivir. Amn. 7. La Palabra de Dios es como la lluvia: empapa a las personas y las hace producir frutos Esta comparacin de la lluvia y la nieve tiene una gran fuerza. La lluvia y la nieve caen a la tierra provenientes del cielo. As vino Jess, el Verbo de Dios. Baj del 15

seno de su Padre al seno de Mara, se encarn y se hizo Palabra visible para nosotros. Como la lluvia y la nieve caen del cielo, y slo regresan all despus de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar para que d semilla al que siembra y pan al que come, as ser la Palabra que sale de mi boca: no regresar a m vaca, sino que cumplir mi voluntad y llevar a cabo mi encargo (Is 55, 10-11) Y Jess ascendi al cielo, regres al Padre de donde haba salido. Y no regres con las manos vacas, sino con las manos llenas despus de haber hecho la Voluntad de Dios. Jess haba dicho que El no haba venido a derogar la Palabra de Dios, sino a darle cabal cumplimiento (Mt 5, 17) La Iglesia quiere que esta Palabra como la lluvia, empape a todos los hombres: Jams cesaremos de exhortar a todos los fieles cristianos para que lean diariamente sobre todo los evangelios de Nuestro Seor Jesucristo y los Hechos y las Epstolas de los apstoles, tratando de convertirlos en sangre de su espritu y sangre de sus venas (Encclica Spiritus Paraclitus de Benedicto XV) Que por la lectura y estudio de los libros sagrados se difunta y brille la Palabra de Dios; que el tesoro de la revelacin, encomendado a la Iglesia, vaya llenando el corazn de los hombres (Concilio Vaticano II) Oremos: Seor, Dios Nuestro: Rocanos con tu Palabra, Que ella empape nuestra vida entera, La impregne totalmente de tu amor, Y nos haga dar frutos de vida eterna. Amn

D. LA PALABRA DE DIOS DA EL ESPRITU Hay una gran comunin entre la Palabra y el Espritu. A la Palabra y al Espritu se les llama las dos manos del Padre:

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Dios todo lo hizo con su Palabra y con su Soplo Fue el Espritu el que inspir la Palabra. Esa gran comunin entre Espritu y Palabra la encontramos en Cristo. El es la Palabra de Dios, el Verbo, en quien reposa plenamente el Espritu. Y San Juan nos dice el Seor es el Espritu (2 Cor 3, 17) y el que no tenga el Espritu de Cristo no es de Cristo (Ro 8,9) De manera que Jesucristo da el Espritu, l es la Palabra que nos regala su Espritu. Pero a la vez, el Espritu lleva donde Cristo: Yo no los dejar solos. Les mandar otro consolador. El les mostrar la verdad completa (Jn 16, 13) Por eso podemos afirmar que la Palabra de Dios comunica Espritu Santo. En efecto, un da que Pedro predicaba la Palabra en la casa de Cornelio: El Espritu Santo vino sobre los que escuchaban la Palabra (Hch 10, 44) Y cuando los samaritanos escucharon y aceptaron la Palabra en su vida, recibieron tambin el Espritu Santo: Los de Samaria haban aceptado la Palabra y Pedro y Juan les impusieron las manos y recibieron el Espritu Santo (Hch 8, 14-17) Oremos: Seor, Dios Nuestro: Tu Palabra es espritu y vida: Vistanos con el poder de tu Palabra Y danos el Espritu que ella contiene. Que tu Palabra nos unja con la fuerza de tu Espritu Y nos conceda caminar en su presencia e impulsado por su gracia. Amn

E. LA PALABRA DE DIOS SANA La Palabra de Dios tiene poder para sanar. Esa es la Voluntad de nuestro Dios: Si ponen atencin a lo que les digo y hacen lo que me agrada, no les enviar plagas pues yo soy el Seor que los sana a ustedes (Ex 15, 26) Anuncien a todos la Palabra de Salvacin, el que crea ser salvado (Mc 16, 16) La Palabra de Dios tiene poder para sanar. Esa es la enseanza de los sabios:

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Atiende a mis Palabras, hijo mo, prstales atencin, grbatelas en la mente, ellas dan vida y salud a todo el que las halla (Prov 4, 20-22) Este mensaje (Palabra) tiene poder para salvarlos (Sant 1, 21) La sabidura hace florecer la paz y la salud (Ecco 1, 18) La Palabra de Dios tiene poder para sanar. Ese es el testimonio de los creyentes: Enfermos y afligidos por sus propias maldades y pecado, no soportaban ningn alimento; ya estaban a las puertas de la muerte! Pero en su angustia clamaron al Seor, y l los salv de la afliccin; envi su Palabra y los san; los libr del sepulcro! (Sal 107, 17-20) Una Palabra tuya bastar para sanarme (Mt 8 ,8), dijo el Centurin, y fue cierto, Jess le dijo: Vete y que suceda segn tu fe. Y en aquel momento el criado qued sano (Mt 8, 13) Jess mand a la primera comunidad a anunciar la Palabra que sana. Ellos fueron y lo hicieron La Palabra de Dios iba difundindose y era anunciada en todas partes (Hch 12, 24) y muchos de los que creyeron en la Palabra llegaban confesando pblicamente todo lo malo que antes haban hecho, muchos que practicaban la brujera quemaban sus libros as la Palabra del Seor iba extendindose y demostrando su poder (Hch 19, 18-19) Esa es la palabra que sana. Recordemos que al concluir la lectura del evangelio, el sacerdote dice: Que por las palabras del Santo Evangelio se perdonen nuestros pecados La Palabra de Dios es usada carismticamente para sanar enfermos. San Francisco Javier enviaba a su joven monaguillo a leer un Evangelio a los enfermos y estos se curaban; mand lerselo a un muerto y ste resucit. Cristo es la verdadera Palabra de Dios que nos sana. Los Obispos latinoamericanos en Santo Domingo dicen que la Palabra de Dios es liberadora: En el gesto de comunicacin del Padre, a travs del Verbo hecho carne, la Palabra se hace liberadora y redentora para toda la humanidad en la predicacin y en la accin de Jess (SD 279) Oremos: Seor, Dios mo: Yo no soy digno de que entres en mi casa, Pero una Palabra tuya bastar para sanarme III - QUIEN ES LA PALABRA QUE SANA? Jess es la Palabra que sana. Ya haba sido anunciado por los profetas que De Sin saldr la enseanza, de Jerusaln vendr su Palabra (Mi 4, 2) Por eso Jess dice a la

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samaritana que la salvacin viene de los judos. De Sin saldr la ley, y de Jerusaln la Palabra del Seor (Is 2, 3) Cristo es la Palabra que sana, que perdona, que redime, que da nueva luz, que consuela, que da vida. Basta con meditar cada milagro obrado por Jess, cada sanacin, cada perdn ofrecido a los pecadores, para llegar a la conclusin de que Jess es la Palabra que sana y que perdona. Ya en el Antiguo Testamento se proclamaba la fe en un Dios que sanaba: Yo doy la vida y la quito, yo causo la herida y la curo (Deut 32, 39) Sname, T, seor y ser sanado, slvame, T, y ser salvado (Jer 17, 14) El es quien sana todas mis enfermedades (Sal 103, 1-5) El sana a quienes tienen roto el corazn y les venda las heridas (Sal 147, 3) El Seor da consuelo al alma, luz a los ojos, salud, vida y bendicin ((Ecco 34, 17) Cuando ests enfermo no seas impaciente, pdele a Dios y l te dar la salud (Ecco 38, 9) Mustrame, Seor, tu amor y salvacin, tal como lo has prometido (en tu Palabra) (Sal 119, 41) Volvamos al Seor (convirtmonos). El nos sanar, nos curar. En un momento nos devolver la salud, nos levantar para vivir delante de l (Os 6, 1-2) Pero en el Nuevo Testamento esa Palabra sanadora de Dios se encarn y se hizo hombre y pas por este mundo sanando a los enfermos y a los posedos por el demonio porque Dios estaba con El (Cfr. Hch 10, 38) A travs de todas las palabras de la Sagrada Escritura, Dios dice slo una Palabra, su Verbo nico, en quien l se dice en plenitud (Cfr. Heb 1, 1-3) CEC 102 De manera que con el Verbo encarnado, entre nosotros, podemos entender la Palabra que nos dice: La Palabra est cerca de ustedes, en sus labios y en su corazn para que puedan cumplirla (Deut 30, 14) La Palabra est cerca, en tu boca y en tu corazn. Esta Palabra es el mensaje de fe que predicamos (Rom 10, 8) En efecto Jess pas sanando con su Palabra. Con una sola Palabra expuls a los espritus malos y tambin san a todos los enfermos que le presentaban (Mc 7, 29-30), y esto para que se cumpliera lo que dijo el profeta Isaas: tom nuestras debilidades y carg con nuestras enfermedades (Mt 8, 16-17)

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Con una sola Palabra san a varias mujeres: Animo, hija, por tu fe has sido sanada. Y desde aquel momento qued sana (Mt 9, 22) Mujer, qu grande es tu fe, hgase como t quieres y desde ese mismo momento su hija qued sana (Mt 15, 28) Con una sola Palabra san tullidos y paralticos: Extiende la mano. El hombre la extendi y le qued sana (Mt 12, 13) Jess dijo: levntate, toma tu camilla y vete. Y al instante recobr la salud (Jn 5, 8-9) Jess llam la atencin porque tena una Palabra poderosa, llena de autoridad, contra las injusticias, las enfermedades, el demonio. Todo el mundo deca: Jess habla con autoridad (Mt 7, 29). Qu Palabras son stas? Con toda autoridad y poder ordena a los espritus impuros que salgan y ellos salen (Lc 4, 36) La Iglesia fue enviada en nombre de Jess, a sanar con la Palabra del Evangelio. Eso es lo que hace Pedro al comienzo de su ministerio: Pedro dijo: Eneas, Jesucristo te sana. Levntate y arregla tu cama. Eneas se levant al momento (tena ocho aos de paraltico) (Hch 9, 34) Y eso es lo que sigue haciendo la Iglesia hoy en da, a travs de los sacramentos y sacramentales, a travs de la predicacin de la Palabra y de la oracin. Ella invoca la Palabra que sana, y en nombre de Jess expulsa el demonio, perdona los pecados, salva de las enfermedades, concede la paz y abre las puertas del cielo. En verdad Jess es la Palabra que sana: No hay ningn nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvados sino slo el nombre de Jess (Hch 4, 12) Oremos: Seor, Dios Nuestro: T eres la Palabra que sana, Para ti el honor y la gloria por siempre jams. Te rogamos que tomes nuestro corazn Para que en l vivas y reines, por los siglos de los siglos. Amn IV - CMO BENEFICIARSE DE LA PALABRA QUE SANA? Para beneficiarse de esta Palabra que sana, consuela, salva y lleva a la vida eterna, habra que hacer las siguientes cosas prcticas: 20

1. Creer en ella. Es necesario que nos acerquemos a la Palabra con fe, con humildad, con apertura a la verdad que contiene. Haz actos de fe ante la Palabra, mrala con reverencia, con amor, como la Palabra de Dios que sana. Acepta en fe la Buena Nueva que contiene: sus promesas, exigencias, enseanzas 2. Tener contacto fsico con ella. Para ello es recomendable que tengas tu propia Biblia, que la cargues o la tengas expuesta en tu casa o tu trabajo, en lo posible sobre un altarcito con velas, mantel y flores. Igualmente se aconseja para este contacto fsico que la veas, la toques, la leas, la beses es la Palabra de Dios que sana. 3. Tener contacto intelectual con ella : dedicando tiempo al estudio de la Palabra que sana. 4. Tener contacto espiritual con ella. Para ello se recomienda hacer la lectio divina: Orar para disponerse a leer la Palabra, leer pausada y repetidamente un breve texto. Responder a la pregunta qu dice el texto? meditar la Palabra con la ayuda de las notas que traen las Biblias, tratando de descubrir la Buena Nueva que expresa esa Palabra concreta. Responder a la pregunta: Qu me dice el texto? Orar a partir de la Palabra meditada. Responder a la pregunta: Qu me hace decir el texto? Llegar a la contemplacin de los grandes misterios de Dios, donde no hay palabra sino silencio, donde nada que decir, ningn discurso, sino contemplacin gozosa de la revelacin de Dios. Es lo que ensea la Tradicin de la Iglesia: Buscad leyendo, y encontraris meditando, llamad orando, y se os abrir por la contemplacin (Guido el cartujano) 5. Tener compromiso de vida con la Palabra: tratando de ponerla en prctica todos los das de la vida: Mi madre, mi hermana y mi hermano son todos los que escuchan la Palabra y la ponen en prctica (Lc 8, 19-21) Bien ensea la Iglesia: lee las Escrituras para ser sabio, entindelas para ser santo, practcalas para ser salvo 6. Tener compromiso apostlico con la Palabra : predicndola, anuncindola, platicndola en las conversaciones cotidianas. Y sin olvidar que Cristo expuso la Palabra por medio de parbolas, de manera sencilla y profunda (Mc 4, 33). Habra que tener un celo por el anuncio de la Palabra como los primeros apstoles: Nosotros seguiremos anunciando la Palabra (No est bien dejar la Palabra por la administracin) (Hch 6, 4)

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Y aunque no nos sintamos muy capaces para anunciar la Palabra y aunque sintamos temor, no olvidemos lo que nos ensea San Pedro: los profetas nunca hablaron por iniciativa humana, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el Espritu Santo (2 Pe 1, 21). As que no temamos. Jeremas temi pero el Seor lo confirm dicindole no digas soy un nio, irs donde yo te enve y dirs lo que te ordene alarg su mano, toc mi boca y me dijo: mira pongo mis Palabras en tu boca: te doy autoridad (Jer 1, 6-10) A Moiss y a Aarn, limitados y miedosos como se sentan para hablar las Palabras de Dios, el Seor les dijo: Yo estar en tu boca y en la suya (Ex 4, 15), Esa era la conviccin de David: El Espritu del Seor habla por medio de m; su Palabra est en mi lengua (2 Sam 23, 2) 7. Tener gran devocin a la Palabra: celebrndola en el culto litrgico de la Iglesia con amor y alegra: El creyente recibir nuevo impulso en su vida espiritual con la redoblada devocin a la Palabra de Dios (cfr. DV 26) Si quieres que la Palabra de Dios te sane, sigue los siguientes consejos que te da el mismo Seor Dios: 1. Cree en la Palabra En tu Palabra echar las redes (Lc 5,5) Si no creen en lo que escribi Moiss sobre m, Cmo van a creer a mis Palabras? (Jn 5, 47) 2. Escucha la Palabra: Felices los que siguen las enseanzas del Seor, los que atienden a sus mandatos! (Sal 119, 1-2) El que es de Dios escucha la Palabra de Dios (Jn 8, 47) 3. Recibe la Palabra como lo que es: Damos gracias a Dios porque cuando escucharon la Palabra de Dios que les predicamos, la recibieron realmente como Palabra de Dios y no como palabra humana, y en verdad la Palabra de Dios produce sus resultados en ustedes los que creen (1 Tes 2, 13) Yo soy su amigo porque les he dado toda la Palabra de Dios (Jn 15, 15) 4. Acepta la Palabra: Quieren matarme porque no aceptan mi Palabra (Jn 8, 37) 5. Espera en la Palabra: En tu Palabra he puesto mi esperanza (Sal 119, 49.74.81.115.147)

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6. Ama la Palabra: Amo tu Palabra mucho ms que el oro fino (Sal 119, 127) 7. Alaba la Palabra: Cuando tengo miedo, confo en Dios y alabo su Palabra (Sal 56, 3-4.10) 8. Memoriza la Palabra: He guardado tus Palabras en mi corazn para no pecar contra ti (Sal 119, 11) Guarda en tu corazn estas Palabras que hoy te digo (Deut 6, 6-9) 9. Respeta la Palabra: Siento reverencia por tus Palabras (Sal 119, 120) El hombre en quien yo me fijo es el pobre y afligido que respeta mi Palabra (Is 66, 2) 10. Responde a la Palabra: Si el Seor te habla, responde habla, Seor, que tu siervo escucha (1 Sam 3, 9) El que escucha la Palabra y la cumple se parece al hombre sabio y prudente que construye sobre roca (Mt 7, 24-27) 11. Obedece la Palabra: Si obedecen mi mandamiento permanecern en mi amor (Jn 15, 10) 12. Cumple la Palabra: Hay cosas que no sabemos: sas pertenecen al Seor nuestro Dios; pero hay cosas que nos han sido reveladas a nosotros y a nuestros hijos para que las cumplamos siempre: todos los mandamientos de esta ley (Deut 29, 29) Son mis amigos si cumplen mi Palabra (Jn 15, 14) 13. Haz caso a la Palabra: Yo conozco a Dios y hago caso de su Palabra (Jn 8, 55) El que me ama hace caso de mi Palabra y mi Padre lo amar, y mi Padre y yo vendremos a vivir con El (Jn 14, 23-24) El que hace caso de la Palabra, lo ama perfectamente (1 Jn 2, 5)

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14. Apasinate por la Palabra: Me consume el celo que siento por tus Palabras (Sal 119, 139) 15. Carga la Palabra: Graben en su corazn y en su alma estas Palabras, tenlas como signo en sus muecas, pnganlas como seal en su frente (Deut 11, 18-21) 16. Anuncia la Palabra: Dichosos los anunciadores de buenas noticias (Hch 10, 15) Predica la Palabra de Dios a tiempo y a destiempo (2 Tim 4, 2-5) 17. No te avergences de la Palabra: Si alguno se avergenza de m y de mis Palabras, tambin el Hijo del hombre se avergonzar de l cuando venga con la gloria de su Padre y con los santos ngeles (Mc 8, 38) Oremos: Seor, Dios Nuestro: Tenemos el corazn abierto, como un campo, a la semilla de tu Palabra. Ven, sembrador bueno, implanta el grano de tu Palabra en nuestra vida, y haz que seamos tierra frtil, para que tu Palabra germine y crezca y haga de nosotros un campo florido para nuestro Dios. Amn

V - CONCLUSION La Iglesia ha venerado siempre las divinas Escrituras como venera tambin el Cuerpo del Seor. Ella no cesa de presentar a los fieles el Pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo (Cf. DV 21) CEC103 En la Sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza (Cf. DV 24), porque en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios (1 Tes 2 13). En los libros sagrados, el Padre que est en el cielo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos (DV 21) CEC 104 La fe cristiana no es una religin del libro. El cristianismo es la religin de la Palabra de Dios, no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo (San Bernardo) CEC 108

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La fe cristiana confiesa que la Palabra de Dios es la Palabra que sana. Nos sana cuando nos corrige, cuando nos orienta, cuando nos muestra el camino, cuando ilumina nuestras tinieblas, cuando nos saca del pecado, cuando nos conduce al bien, cuando consuela nuestras tristezas, cuando disipa nuestras dudas, cuando calienta nuestras tibiezas, cuando conforta nuestra debilidad, cuando haciendo presente a Dios en nuestra vida, nos quita los males fsicos y espirituales. La Palabra de Dios es la Palabra que sana porque ella nos interpela, orienta y modela la existencia (Cfr NMI 39), porque es muy til ya que toda Escritura (Palabra) est inspirada por Dios y es til para ensear, corregir, educar en una vida de rectitud y para que el hombre est capacitado para hacer toda clase de bien (2 Tim 1, 14-16) En fin, la Palabra de Dios tiene poder para obrar maravillas en los creyentes: Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente lmpida y perenne de vida espiritual (DV 21) La Palabra de Dios, es fuerza de Dios para la salvacin del que cree CEC 124 Esta Palabra que sana debe llegar a las personas deseosas de salvacin. Se necesitan apstoles de la Palabra que hagan llegar la Palabra que sana a todos los ambientes, pues todos los que invoquen el nombre del Seor quedarn a salvo (obtendrn salud), pero cmo van a invocarlo si no han credo en l, y cmo van a creer si no han odo hablar de l y cmo van a or hablar de l si no h ay quien anuncie sus Palabras (Hch 10, 13-14) Si hemos redescubierto que la Palabra de Dios es la Palabra que sana, nuestro compromiso debe ser igual a aquel que el Obispo impone a los cristianos cuando los instituye lectores de la Palabra en la Iglesia. En una celebracin simple ora por ellos as: Dios fuente de toda luz y de toda bondad, que enviaste a tu Hijo, Palabra de vida, para revelar a los hombres el misterio de tu amor, dgnate bendecir a estos hermanos nuestros, elegidos para el ministerio de lectores; concdeles que, meditando asiduamente tu palabra, penetrados y transformados plenamente por ella, la anuncien con fidelidad a sus hermanos. Por Jesucristo nuestro Seor De manera que el programa de vida que marca al lector consiste en: meditar asiduamente la Sagrada Escritura, asimilarla hasta penetrarla en el fondo de su ser, dejarse transformar por ella y anunciarla con fidelidad.

Y cuando les entrega la Biblia les completa el programa, porque le dice a cada uno: Recibe el libro de la sagrada Escritura, y transmite fielmente la palabra de Dios, para que sea ms vivida y eficaz en el corazn de los hombres

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La Palabra hay que recibirla, en el sentido grande de la receptividad, y transmitirla en el sentido amplio de darla no de cualquier modo, sino de tal manera que llegue a ser eficaz en el corazn de los hombres. Todo cristianos puede ser portador de la Palabra poderosa de Dios que sana. Lo que dice Puebla del sacerdote se puede decir de todo cristiano, sacerdote, profeta y rey, por su bautismo: El presbtero, (el cristiano) es un hombre de Dios. Slo puede ser profeta en la medida en que haya hecho la experiencia del Dios vivo. Slo esta experiencia lo har portador de una Palabra poderosa para transformar la vida personal y social de los hombres de acuerdo con el designio del Padre (DP 693) San Agustn tena un amor y respeto tan inmensos por la Palabra que llega a decir: Yo os pregunto, hermanos mos, cul de estas dos cosas os parece de mayor dignidad: la Palabra de Dios o el Cuerpo de Jesucristo? La misma precaucin que ponemos por no dejar caer a tierra el cuerpo de Jesucristo, que se nos presenta, debemos ponerla para no dejar caer de nuestro corazn la Palabra de Jesucristo que se nos anuncia

OREMOS Seor Dios nuestro, no quites de nuestra boca la Palabra de verdad (Sal 119, 43) No dejes que nos apartemos de tus mandamientos (Sal 119, 10) Concede a tus siervos que anuncien tu Palabra con valenta y que por tu poder sanen a los enfermos (Hch 4, 29-30) Creemos firmemente que con tu Palabra y con tu Espritu puedes volvernos a crear de nuevo, Creemos firmemente que con tu Palabra poderosa se pueden expulsar demonios y hacer el bien, Pues como dice Judith: No hay quien resista a tu voz (Jdt 16, 14) Ven pues con tu Palabra y sana nuestros corazones heridos, borra nuestros pecados y lbranos de las tentaciones del Enemigo. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amn.

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