Tema 7
Tema 7
Tema 7
La observación
1. Introducción
2. 1. Continuo de conducta
Se puede observar la conducta de un sujeto tal como se manifiesta, sin
especificar ni acotar ninguna conducta concreta. Se trata de observar y describir
todo lo que hace el sujeto, interesándonos en principio todas sus conductas en
tiempo real. La limitación que presenta la observación de un continuo de
conducta es la falta de fiabilidad en la recogida de información, pues no se ha
diseñado y establecido previamente ningún protocolo de observación, por lo
que la subjetividad del observador puede contaminar los resultados.
2. 2. Conductas específicas
En este caso, previamente a poner en marcha la observación, se especifica
la conducta o conductas que se van a observar; éstas pueden diferir en su grado
de molecularidad-molaridad. Además de especificar la conducta a observar se
establece el intervalo de observación. Todo ello hace que los resultados
obtenidos de este modo tengan mayor fiabilidad, pues las inferencias por parte
del observador son mínimas.
2. 3. Interacciones conductuales
Al observador le interesan las interacciones o relaciones funcionales entre
dos personas o entre una persona y el ambiente. Así, por ejemplo, nos puede
interesar la conducta agresiva de un miembro de la pareja hacia el otro y, a su
vez, la reacción de éste o el contexto en el que se produce esa agresividad. En
esta ocasión, tal como ocurría con las conductas específicas, se debe establecer
previamente la interacción a observar y el intervalo temporal en el que va a
tener lugar la observación.
3. 4. Productos de conducta
Los productos de conducta son el resultado de la actividad interna o
externa que realiza el sujeto, por tanto, la variable a observar no es la conducta
en sí sino su resultado o producto final. Por ejemplo, en lugar de observar la
conducta de fumar, observamos y registramos el número de colillas que ha
dejado un fumador. Esta variable también se denomina medida no reactiva
porque en este caso su observación no produce reactividad, pues la conducta ya
está emitida, por tanto el hecho de observar no puede influirla. Dentro de los
productos de conducta se habla de variables de erosión, de huella y de archivo.
Las medidas de erosión hacen referencia a los daños que la conducta de un
sujeto provoca sobre su ambiente; por ejemplo, los rasguños que un alumno
hace sobre su pupitre. Las medidas de huella son los objetos que quedan
después de la emisión de una conducta; por ejemplo, las colillas que deja un
fumador o las botellas vacías que ha consumido un paciente alcohólico. Por
último, las medidas de archivo son documentos o informes en los que se
resume en cierta forma la conducta de un sujeto; por ejemplo, el expediente
académico de un alumno.
3. Unidades de medida
3. 1. Ocurrencia
Cuando la conducta a observar es una conducta no discreta, es decir, es
imposible conocer con claridad su inicio y su fin no podemos precisar las veces
que se presenta esa conducta; lo máximo que podemos llegar a determinar es si
la conducta se presenta o no, si ocurre o no; por ello, a esta unidad de medida
también se la denomina metodología 0/1 (no ocurre/ocurre).
3. 2. Frecuencia
Cuando la conducta es discreta, conocemos con exactitud su inicio y su
fin, podemos determinar con claridad, sin miedo a equivocarnos, las veces que
se presenta, podemos conocer su frecuencia. Si a esta frecuencia la ponemos en
relación con el tiempo total de observación tendremos la tasa.
3. 3. Duración
En algunas conductas el hecho de conocer su frecuencia no tiene tanta
significación en la comprensión del comportamiento habitual del sujeto como lo
puede tener su duración. Así, por ejemplo, es más interesante conocer la
duración diaria de la conducta de estudio en un niño que su frecuencia. Aparte
de la duración de la conducta, puede interesarnos la duración o tiempo
transcurrido entre dos conductas o la latencia de aparición de una conducta
ante un estímulo o ambiente determinado. En todos estos casos el observador
necesita, además de un protocolo de observación, un cronómetro.
4. Sistemas de registro
4. 1. Registros narrativos
Durante el registro narrativo el observador va registrando todo lo que va
ocurriendo en tiempo real, por lo cual se utiliza cuando el objeto de observación
es un continuo de conducta. El hecho de no existir una estructuración previa de
lo que se va a observar va a afectar a la fiabilidad de los datos, dado que los
observadores pueden dar distintas definiciones a una misma conducta o
distintos significados al mismo hecho. Por ello, la única utilidad que tiene este
sistema de registro es su uso en las fases previas del proceso de evaluación de
cara a diseñar sistemas de observación más estructurados. Podrían también ser
útiles cuando las conductas objeto de observación son muy poco frecuentes; en
este caso se pediría a observadores participantes que realizasen los registros
(Fernández-Ballesteros, 1992).
4. 2. Escalas de apreciación
Tal como su nombre indica las escalas de apreciación son sistemas de
registro con formato de escala que proporcionan información sobre la
TABLA 1. Parte del Inventario de Eyberg de Conducta en Niños para Padres como
ejemplo de escala de apreciación.
Las ventajas que tiene este sistema de registro es que puede ser utilizado
por observadores participantes en diferido. Así, por ejemplo, el Inventario de
Eyberg puede ser aplicado por una madre al final del día. Se suelen usar para
realizar una primera aproximación cuantitativa.
Otro ejemplo de escala de apreciación lo constituye el Inventario de
Conductas Clave del Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y
Adolescentes BASC (Reynolds y Kamphaus, 2004) (véase la Figura 1). Este
inventario que se utiliza en el contexto escolar incluye una lista de 65 conductas
agrupadas en 13 categorías (cuatro de conductas positivas y 9 de conductas
problema) ordenadas de mayor a menor frecuencia de aparición. El observador
después de un periodo de observación de 15 minutos señala con que frecuencia
(no observada, algunas veces y frecuentemente) se dan cada una de las
conductas señaladas; además, se registra si la conducta es perturbadora para el
funcionamiento de la clase.
4. 3. Catálogos de conducta
Los catálogos de conducta constituyen un listado específico de conductas
en los que se pueden incluir los antecedentes y/o consecuentes, por lo que nos
permiten establecer relaciones funcionales. Según Fernández-Ballesteros (1992),
De compras
Con visitas
Levantarse
Arreglarse
Al colegio
Desayuno
Acostarse
Deberes
Comida
Arreglo
Dormir
Juego
Otras
Cena
Aseo
TV
No presta
atención
Discute
No obedece
Llora
Pega
Rompe algo
Roba
Miente
Se queja
Parece triste
Crítica MA
Comentario
neutro MA
TOTAL
4. 4. Códigos de categorías
El sistema de registro más complejo y sofisticado son los códigos de
categorías, que nos permiten, aparte de conocer la frecuencia de diversas
conductas, establecer relaciones funcionales entre conductas y determinados
5. Estrategia de muestreo
10 (TA – TB)
3+
TA
TABLA 5. Protocolo de observación con muestreo aleatorio con una duración de 5 días
y 2 sesiones por día.
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6. Lugares de observación
7. 2. Fiabilidad y validez
A la hora de utilizar la observación debemos tener muy claro los
conceptos de fiabilidad interobservadores, exactitud, fiabilidad test-retest y
validez ecológica. Como se ha dicho al principio del tema un requisito
indispensable para la aplicación de la observación es la utilización de dos
observadores. Por tanto, el acuerdo interobservadores es un dato que debe
aparecer siempre junto a la información recogida en una observación. La forma
de calcular este índice depende de la unidad de medida empleada durante la
observación. Así, si lo que hemos registrado es un producto de conducta, la
frecuencia o la duración la fórmula es la siguiente:
Número de acuerdos
Para ello hay que diseñar una tabla de doble entrada tal como se recoge
en la Tabla 7.
Observador 2 – SI Observador 2 - NO
Observador 1 - SI 3 (A) 4 (C)
Observador 1 - NO 2 (B) 11 (D)
po – pc
1 – pc
Referencias
Fernández-Ballesteros, R. (1980). Psicodiagnóstico. Concepto y metodología. Madrid:
Cincel-Kapelusz.
Fernández-Ballesteros, R. (1992). Introducción a la evaluación psicológica I. Madrid:
Pirámide.
Haynes, S. N. (1978). Principles of behavioral assessment. Nueva York: Gardner Press.
Martorell, M. C. (1989). Técnicas de evaluación psicológica (vol. II). Valencia: Promolibro.
Pietrowski, C. y Keller, J. W. (1984). Attitudes toward assessment by members of the AABT.
Paper presentado en Meeting of the Southeastern Psychological Association.
Nueva Orleans, USA.
Quera, V. y Behar, J. (1997). La observación. En G. Buela-Casal y J. C. Sierra (dirs.)
Manual de evaluación psicológica. Madrid: Siglo XXI.
Reynolds, C.R. y Kamphaus, R.W. (2004). BASC. Sistema de evaluación de la conducta de
niños y adolescentes. Madrid: TEA.
La autoobservación
1. Introducción
2. Tipos de autorregistro
DIA: ________________
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Su tarea consiste en anotar la hora del día, el grado de apetencia del cigarro, si fumó o no el
cigarro, el lugar donde estaba y las personas que estaban presentes, así como su estado de
ánimo.
Recuerde que el grado de apetencia debe indicarlo en una escala de 1 a 5, siendo 1= sin apetencia perceptible; 2 = ligera apetencia; 3
= apetencia moderada; 4 = bastante apetencia; 5 = apetencia muy intensa.
Mañana TTTTTTCP 8
Tarde C C E E E E E SS SS SS SS SS 12
Noche TV TV TV TV 4
24
Total
4. Garantías científicas
Referencias