Oración - La Clave Del Avivamiento - Cho
Oración - La Clave Del Avivamiento - Cho
Oración - La Clave Del Avivamiento - Cho
INTRODUCCION
En el momento de escribir este libro, mi iglesia est creciendo al ritmo de 12.000 nuevos convertidos cada mes -almas salvadas del budismo, secularismo y cristianismo nominal-; y nadie puede discutir que dicha tasa, sin precedentes, de crecimiento eclesial es debida a los fuegos de avivamiento que recorren actualmente Corea del Sur. El nmero de miembros de nuestra iglesia se aproxima a los 503.590, y segn la tasa de crecimiento actual para finales de ao tendremos ms de 600.000 miembros activos. Cmo ha podido una iglesia crecer tanto? Es posible que otros pases tengan un tipo de avivamiento semejante? Estoy convencido de que el avivamiento es posible all donde la gente se dedica a la oracin; y la razn de que haya escrito este libro es que creo en el avivamiento y la renovacin. La historia ha demostrado que la clave de todo avivamiento cristiano ha sido siempre la oracin. Lucas escribe que antes de que surgiera la iglesia en el da de Pentecosts, los discpulos "estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios" (Lucas 24:53); y ampla lo que hacan dichos discpulos; "Todos stos perseveraban unnimes en oracin y ruego..." (Hechos 1:14). Es decir, que la iglesia vio la luz cuando el Espritu Santo descendi durante un perodo de oracin concentrada. Antes de que comenzase la era misionera de la iglesia, el Espritu Santo revel a los lderes reunidos en Antioqua que deban enviar a Bernab y a Saulo. No obstante, el Espritu slo habl despus de que ayunaran y oraran. Martn Lutero no estaba satisfecho con el mundo religioso en que haba nacido, y su profunda necesidad de una piedad personal lo llev a pasar mucho tiempo en oracin mientras era profesor de Teologa en la universidad de Wittenberg. Durante el invierno de 1512. Lutero se encerr en una habitacin de la torre del Monasterio Negro, en Wittenberg, y or acerca de lo que estaba descubriendo en las Escrituras. Despus de aquel perodo de oracin y estudio, surgi la Reforma, que nos proporcion la verdad bblica de la justificacin por la fe: el hombre ya no poda seguir trabajando por su salvacin, sino que sta era don de Dios mediante la fe. Una vez que comenzaron a disminuir los fuegos de avivamiento que se haban extendido por toda Europa, surgi la Ilustracin, y a medida que este nuevo movimiento alcanzaba a todos los sectores de la sociedad 2
europea empezando por las artes, hubo un avivamiento del concepto pagano de la dignidad suprema del hombre. La razn se convirti en el medio para juzgar la verdad y la realidad, y la fe se consideraba insignificante. Era necesario un nuevo movimiento del Espritu Santo. Juan Wesley, hijo de un clrigo anglicano de Epworth, Inglaterra, se senta insatisfecho con el estado de la iglesia oficial de su pas y profundamente conmovido por la gran necesidad de los pobres que haban afluido a las ciudades, donde vivan en condiciones deplorables. La noche del 24 de mayo de 1738, a las nueve menos cuarto, mientras escuchaba la lectura del prefacio de Lutero a la Epstola a los Romanos, Wesley experiment una conversin autntica: naci de nuevo. Eso los llev a l, a su hermano Charles, y a George Whitefield a orar y ayunar con mucha intensidad. Cuando la Iglesia de Inglaterra cerr sus puertas al ministerio de los tres hombres, stos comenzaron a predicar a grandes multitudes, no slo en Gran Bretaa sino tambin en Estados Unidos. Miles de personas se reunan para or la predicacin nuevamente ungida de la Palabra de Dios. Haba nacido el avivamiento mundial metodista. En el siglo XIX, la iglesia protestante volvi a desviarse del rumbo marcado por los reformadores primitivos y cay en lo que se llam la "alta crtica"; como resultado de ello, la gente empez a abandonar las iglesias tradicionales, no para irse a otros grupos, sino simplemente para quedarse en casa. Hacia fines del siglo, Dios levant a evangelistas como Charles Finney, Dwight L. Moody y R. A. Torrey, los cuales predicaron bajo la uncin del Espritu Santo, motivados por una continua oracin y ayuno. Nuevamente, en los albores del siglo XX el clima espiritual estaba mejorando. En 1905, en Los Angeles, California, volvi a descender el Espritu. Algunos metodistas y cristianos del movimiento de santidad haban estado ayunando y orando pidiendo un avivamiento cuando el Espritu Santo descendi como en el segundo captulo del libro de los Hechos, y confiri el don de lenguas a los que estaban congregados. Este avivamiento, al que ms tarde se llam pentecostalismo, se ha extendido por todo el mundo. Nos encontramos en la ltima parte del siglo XX, y muchos pentecostales y carismticos (miembros o antiguos miembros de iglesias tradicionales que practican el don de lenguas) estn sintiendo el mismo secularismo que se ha infiltrado en gran parte de la iglesia. Lo que el cristianismo necesita hoy da es un nuevo derramamiento del Espritu Santo. Qu puede producir un avivamiento capaz de sacar al mundo del borde mismo de la destruccin y el aniquilamiento? La respuesta es un nuevo llamamiento a la oracin! 3
En ningn momento de la historia del mundo moderno ha habido una efusin tan grande de influencia satnica como hoy. El fondo mismo del infierno est vomitando su inmundicia en forma de asesinatos, violaciones, pornografa, y todo acto de ilegalidad. Al igual que en el siglo XVIII, la predicacin de los Wesley impidi que Gran Bretaa siguiera a Francia en la revolucin, y as tambin en este siglo una nueva ola de avivamiento puede producir los cambios sociales y polticos necesarios para guardarnos de la destruccin y calamidad internacionales. Por tanto, este libro tiene importancia para usted y para aquellos en quienes influir usted. Puesto que ha comenzado a leerlo, doy por sentado que le interesa la oracin. Estoy convencido de que la razn por la cual el Espritu Santo le ha guiado a este libro, es la siguiente: usted ya sabe que necesita orar. Mi deseo es compartir con usted cosas de mi vida personal y mi ministerio a fin de animarle a orar. Tambin quiero que sepa por qu, cmo y cundo debe orar; y para ello necesita comprender la gran variedad de oraciones que hay. Qu relacin existe entre la oracin y el ayuno? Cul es la causa de que este ltimo aumente la eficacia de la oracin? Resulta importante orar en una lengua desconocida? Este libro trata estas y muchas otras cuestiones. Creo sinceramente que despus de leer este volumen usted jams volver a ser el mismo. Sus oraciones tendrn ms poder! Habr un cambio notable en su vida! Tendr un ministerio ms eficaz! Para ello, me baso en una simple premisa: Dios no tiene hijos favoritos. Lo que ha funcionado en mi caso, resultar tambin en el suyo.. . lo que revisti de poder la vida de hombres como Lutero, Wesley, Finney y Moody, puede tambin revestir la suya. No importa si es usted ministro ordenado o ama de casa; tampoco tiene trascendencia alguna su posicin social, ni su nivel de educacin: si Dios ha utilizado a hombres y mujeres en el pasado, puede utilizarle a usted. Una de las mayores mentiras de Satans es que no tenemos bastante tiempo para orar; sin embargo, todos contamos con el tiempo suficiente para dormir, comer y respirar. En cuanto comprendamos que la oracin es tan importante como estas cosas, nos quedaremos asombrados de cunto ms tiempo disponemos para dedicarle. Mientras lee usted este libro, le ruego que dedique tiempo para orar sobre cada captulo. Lo que contienen las siguientes pginas es algo ms que informacin. He tratado de darle ms que simples frmulas: cosas basadas en veintisiete aos de experiencia en cuanto a la oracin eficaz, durante los cuales he visto a la oracin producir resultados claros y precisos. Tengo una confianza absoluta en el Espritu Santo, que ha hecho que usted escogiera este libro; por lo tanto, le pido que lo lea con oracin.
Prefacio:
LA VIDA DE ORACION
El cristianismo lleg a Corea al principio de una forma muy significativa. Dios, en su providencia, no quiso que lo hiciera como una fuerza imperialista, sino a travs de dos piadosos misioneros americanos. Muy a menudo, los comienzos de algo parecen afectar su desarrollo futuro, y as sucedi con la presentacin del evangelio a los coreanos. La firma en 1882 de un tratado entre Corea y los Estados Unidos proporcion una nueva "puerta abierta" para la labor misionera, por la cual las iglesias americanas estaban deseando entrar. En 1884, la Junta Presbiteriana del Norte transfiri al doctor H. N. Allen de la China a Corea; y en 1885, los reverendos Horace G. Underwood (presbiteriano) y H. G. Appenzeller (metodista) se convirtieron en los dos primeros misioneros enviados a Corea desde los Estados Unidos. Aquellos dos hombres habran de producir un impacto muy significativo en el futuro desarrollo del cristianismo coreano. Desde el comienzo mismo, las iglesias coreanas fueron iglesias nacionales, en el sentido de que las dirigan, sostenan y desarrollaban coreanos. Describiendo el xito de esta aventura, el doctor Underwood escribi: "Desde muy temprano en la historia de la obra, casi al principio, Dios nos gui en su providencia a adoptar mtodos de los cuales algunos han dicho que eran extraordinarios, pero en realidad se trata sencillamente de los mismos que numerosos misioneros han utilizado en diversas partes del mundo. El nico rasgo distintivo ha sido la casi completa unanimidad con que todas las misiones los han seguido en este pas."' Una de las caractersticas ms importantes de nuestra iglesia primitiva fue que cada maana los miembros se reunan para orar. Luego, en 1906, estall el avivamiento. Mientras los creyentes congregados en la iglesia presbiteriana de Pyong-gyang, ahora capital de Corea del Norte, oraban, el Espritu Santo vino sobre ellos y empezaron a confesar sus pecados; como resultado de aquello, por todo el pas hubo coreanos convertidos al prevalecer el espritu de oracin. Cuando en 1958 comenc mi ministerio pastoral, fui a Dae Jo Dong, un sector pobre fuera de Sel; all mont una tienda de campaa vieja del ejrcito americano y empec a predicar. Recuerdo muy bien que en realidad viva en mi tienda y pasaba las noches en oracin. Durante nuestros fros inviernos coreanos sola cubrirme con mantas y dedicar muchas horas a la comunin con Dios, acostado cerca de mi plpito. Muy pronto, otros miembros de mi pequea congregacin comenzaron a unirse a m para orar; y en un corto plazo, ms de cincuenta personas nos reunamos a fin de pasar noches enteras en oracin. As empec mi ministerio. 5
Aprend a interceder durante el perodo formativo de mi pastorado; y aunque tratar acerca de este ministerio en particular ms adelante, es importante que comprendamos que mi intercesin era en primer lugar por la congregacin que pastoreaba, luego por mi nacin, y lo ltimo de todo por m mismo. Hemos aprendido no slo a orar sino a vivir nuestra vida en oracin. Jess nos orden que orsemos sin cesar. Para los que no estn interesados en el avivamiento, esto es imposible; pero si su corazn anhela que las almas se salven y su nacin se vuelva a Dios, entonces la vida de oracin es un requisito imprescindible. El tiempo de oracin, no slo en nuestra iglesia sino en la mayora de las iglesias de Corea, comienza a las cinco de la madrugada. Normalmente oramos durante una o dos horas; y despus de ese perodo en comunin con Dios empezamos las tareas normales del da. Ya que lo ms importante en nuestra vida es la oracin, hemos aprendido a retirarnos pronto a descansar. Sin embargo, los viernes pasamos la noche entera orando; y muchos visitantes se asombran al ver nuestra iglesia atestada de gente para una vigilia de oracin. Los domingos, antes de cada uno de nuestros siete cultos, dedicamos algn tiempo a orar. Me quedo extraado cuando visito iglesias que tienen reuniones sociales antes de los cultos del domingo. Los resultados pueden ser mayores si cada persona va a la iglesia en una actitud de oracin y ora en silencio antes del culto. Esa es la razn por la cual la santa y poderosa presencia de Dios est en nuestros encuentros. El Espritu Santo convence de sus faltas a los pecadores, incluso antes de que yo me levante a predicar el evangelio; y el corazn de los cristianos se abre para recibir la verdad de la Palabra de Dios gracias al espritu de oracin que hay entre nosotros. Durante nuestros cultos del domingo los creyentes oran juntos; y el sonido de miles de coreanos hacindolo a la vez me recuerda el estruendo de una poderosa cascada: "Y o una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno..." (Apocalipsis 14:2). Los ministros que nos visitan quedan impresionados por el poder del Espritu Santo que se siente en nuestros cultos. Cierto pastor americano me dijo: "Doctor Cho, Dios est en este lugar; puedo notar su presencia". Las lgrimas le corrieron por las mejillas al decirme que jams haba sentido la presencia del Espritu Santo en ese grado. En un principio, la Montaa de Oracin fue un terreno que compramos para utilizarlo como cementerio de la iglesia; sin embargo, durante la construccin de nuestro presente templo en la isla de Yoido, cuando pasbamos por grandes pruebas, la gente comenz a ir all para orar y ayunar. Hoy da es una "ciudad de oracin", que cuenta con un gran auditorio de ms de diez mil asientos, as como con varias capillas de oracin. En la ladera de la montaa hay lo que llamamos "grutas de 6
oracin", excavadas en el flanco del cerro y que se utilizan para orar en completa soledad. Yo tengo mi propia gruta de oracin, que uso a menudo. Muchos de los problemas con los que me he enfrentado en nuestra iglesia se han resuelto en mi celda de la Montaa de Oracin. Hemos llegado a tener hasta veinte mil personas ayunando y orando en la montaa; no obstante, lo normal son tres mil durante la semana y diez mil los sbados y domingos. Por qu va tanta gente a ayunar y orar a la Montaa de Oracin? Es que no tienen nuestros creyentes cosas mejores en que ocupar su tiempo? Mis respuestas a tales preguntas son simples y directas: Si usted, o algunos miembros de su familia estuvieran muriendo de cncer, y usted mismo supiera que haba cura, no hara todo lo necesario para procurar la sanidad? Mucha gente sufre de cncer, tanto fsico como espiritual. La prosperidad material no nos ha trado esa felicidad y ese sentimiento de realizacin que en otro tiempo pensamos que producira. La solucin a los problemas corporales y espirituales es la sanidad. Hemos descubierto que en una ciudad totalmente dedicada a la oracin y el ayuno se suplen las necesidades de la gente. Por eso van all. Las races de los cristianos coreanos estn en Amrica; y nosotros somos gente leal. Los Estados Unidos nos liberaron de la gran opresin de los japoneses, y nos salvaron de una invasin de nuestro vecino comunista del norte; por lo tanto, miles de cristianos coreanos van a la Montaa de Oracin para orar por los millares de temas que nos llegan de nuestra oficina de Nueva York. La gente que ve nuestros programas de televisin en Estados Unidos, o en cualquier otro sitio, escribe a Post Office Box 3434, New York, New York 10163, EE.UU.., y la oficina de all nos manda inmediatamente las peticiones de oracin. Yo, personalmente, oro por todas las que puedo, y desde luego por las ms serias. Ms tarde, una vez que dichas peticiones han dejado mi escritorio, se llevan a nuestra plataforma y se ponen en un lugar especial cerca de mi plpito. El domingo, ms de trescientas mil personas oran por ellas; y a continuacin las peticiones se traducen al coreano y se envan a la Montaa de Oracin. All se asigna a cada una cierto nmero de expertos "guerreros intercesores" que ayunan y oran hasta recibir el testimonio del Espritu Santo de que su oracin ha sido contestada. Una seora de Houston, Texas, me escribi en cierta ocasin: "No se imagina la ayuda que proporciona. Resulta maravilloso poder apoyarse en la fe que Dios le ha dado a usted. Siempre escribo mis peticiones de oracin con lgrimas en los ojos debido a la carga que Dios ha colocado sobre su corazn por Amrica. Por favor, siga orando por nosotros." Y otra persona me escriba acerca de su conocimiento del momento exacto en que estbamos orando por ella, diciendo: "La sanidad ocurri cuando mi compaero de oracin coreano toc el trono de Dios con mi necesidad." Hay demasiados testimonios para mencionarlos en esta
seccin, pero los resultados de la oracin intercesora en la Montaa de Oracin slo se conocern en la eternidad. No me resulta fcil compartir mi propia vida devocional. Normalmente mantengo estos hechos entre mi Seor y yo; pero a fin de animarle en la oracin, le hablar de ellos. Por lo general me despierto entre las 4:30 y las 5:00 de la madrugada. Naturalmente, cuando diriga nuestras reuniones de oracin matutinas en la iglesia sola levantarme antes. Sin embargo, muchos de mis pastores adjuntos esperan con ansiedad su turno para guiar este perodo de oracin, de modo que normalmente puedo quedarme en casa en las primeras horas de la maana. Comienzo mi tiempo de oracin personal alabando y dando gracias al Seor por la gran bendicin que El es para m. Tambin lo alabo por todo cuanto ha hecho en bien de mi familia. Hay tanto por lo que ensalzarle que nicamente el darle gracias y alabarle lleva bastante tiempo. Luego, empiezo a interceder. Oro por nuestro presidente y por los altos cargos del gobierno. Oro por nuestra nacin, para que el ngel del Seor nos proteja de las fuerzas satnicas que desean destruirnos. Recuerdo a mis asociados en la obra de Dios. Oro por los programas misioneros en los que estamos comprometidos; principalmente por aquellos en Japn y los Estados Unidos. Y a continuacin presento ante Dios a mi esposa y mis tres hijos. Cuando vengo a darme cuenta, ha transcurrido gran parte de mi tiempo de oracin. No conociendo siempre las necesidades de cada una de las personas por las que oro, debo confiar en la gua del Espritu Santo al respecto. Por esa razn paso bastante de mi tiempo orando en mi lengua espiritual de oracin. El Espritu Santo conoce la mente de Dios y puede discernir su voluntad para cada individuo y situacin. Si oro en el Espritu, s que pedir exactamente segn la voluntad de Dios. Antes de que me d cuenta, mi hora ha volado. Despus de la oracin puedo enfrentarme a los desafos y las oportunidades que me presente el da. Siendo pastor de una iglesia de ms de 370.000 miembros, y teniendo un amplio ministerio internacional, me resulta imposible hacer todo aquello para lo que he sido llamado sin pasar por lo menos una hora en oracin cada maana. Si yo tuviera que levantarme simplemente y comenzar el da sin dedicar las horas que dedico a la oracin, slo podra depender de mis recursos naturales; pero, habiendo pasado un rato orando, me es posible confiar en los recursos ilimitados que Dios tiene a su disposicin. Durante el da, me enfrento por lo general con muchos problemas; y antes de hacer o decir nada, oro. En esto consiste la diferencia entre actuar y reaccionar. Cuando estudio la vida de Jess, me doy cuenta de que El siempre actuaba, jams reaccionaba. Reaccionar significa permitir que dominen la gente, las situaciones o las circunstancias. Por el contrario, actuar es dominar las circunstancias que le rodean a uno.
Cristo tena dominio de las circunstancias aun cuando estaba siendo juzgado ante Pilato, el gobernador romano. Y la forma de no reaccionar es descubriendo el pensamiento de Dios acerca de cada situacin que se me presenta. Al vivir mi vida en oracin, s que tengo la mente de Cristo. Entonces, cuando tomo una decisin, s que es la voluntad de Dios y puedo mantenerla con la seguridad de que acto en su nombre. Por la tarde, me quedo a solas con mi precioso Seor y Salvador Jesucristo, y dedico un perodo a la comunin con El. Actualmente parece que El me est apartando ms de la actividad y quiere pasar ms tiempo conmigo. S que si satisfago su deseo me permitir tener las horas suficientes para cumplir con las responsabilidades que recaen sobre m como pastor de la iglesia ms grande del mundo. Algunas veces oigo su llamada en medio del da, y he de responderle. Nunca s cundo va a apartarme del ministerio a su pueblo para atenderlo a El; sin embargo, tengo establecidas prioridades en mi tiempo: el ministerio para el Seor es antes que el ministerio a su pueblo. Antes de subir al plpito a predicar, debo pasar por lo menos otras dos horas en comunin con Dios en oracin y si estoy en Japn, a donde voy cada mes, han de ser como mnimo de tres a cinco horas. Desde que predico en lengua japonesa estoy muy consciente de la gran oposicin espiritual que ha impedido que el avivamiento llegara a ese pas. Muchos no lo entienden, pero Japn nunca ha tenido un avivamiento. De los 120 millones de japoneses, slo son cristianos algunos centenares de miles. A fin de atar las fuerzas demonacas y disponer mi corazn para predicar la Palabra, debo dedicar todo ese tiempo a la oracin. Con este tipo de vida piadosa no puedo pasar las horas de comunin con otros cristianos que ciertamente me gustara. Sin embargo, he de cumplir con mi llamamiento como siervo de Cristo, y para hacerlo de un modo efectivo debo pasar mi vida en oracin. Cuando ministro en Amrica no encuentro la misma oposicin que en el Japn; de manera que puedo permitirme pasar slo dos horas orando antes de predicar. Y en Europa dedico nicamente dos a tres horas a la oracin concentrada. Algunos pastores y evangelistas me han preguntado cmo pueden experimentar en sus iglesias el mismo crecimiento al que estamos acostumbrados en Corea; sin embargo, despus de las reuniones se van a comer fuera y son capaces de pasar muchas horas disfrutando del compaerismo. Luego, por la maana estn demasiado cansados para orar. Habiendo sido testigo de lo mismo por todo el mundo durante muchos aos, decid escribir este libro. Espero que los hombres y las mujeres de Dios lleguen a tomar en serio el avivamiento de tal manera que esto les lleve a tomar en serio su vida de oracin. En la Iglesia Yoido del Evangelio Completo de Sel, enseamos a nuestros recin convertidos acerca de la oracin; pero si yo no orara, ellos tampoco lo haran. Ya que la mayora de los nuevos creyentes 9
vienen a Cristo por medio de nuestros veinte mil grupos de clulas, pueden recibir una enseanza personal referente a la tremenda importancia que tiene la oracin. Hace aos decid que no debamos dar por sentado el avivamiento que ahora estamos experimentando en Corea. Habiendo estudiado la historia de la iglesia, entiendo que no slo hay que orar para que comiencen los avivamientos, sino tambin para mantenerlos. En todos los avivamientos que el mundo occidental ha experimentado, despus de varios aos, la gente empieza a darlos por sentado -lo cual sucede porque se olvidan precisamente de lo que lo inici: la oracin-; y al descuidar la comunin continua y ferviente con Dios, se pierde el mpetu del avivamiento y lo nico que queda es el impulso del pasado. Qu quiero decir con mpetu e impulso de un avivamiento? Un ejemplo perfecto de cmo operan estos dos principios lo tenemos en la manera de funcionar de los automviles. El mpetu es la fuerza que se genera en un auto cuando uno pisa el acelerador. Si se contina aplicando dicha fuerza, el automvil seguir en movimiento; no obstante, si uno retira el pie del pedal, el mpetu -o fuerza- dejar de actuar; y, sin embargo, el auto seguir movindose. Qu es lo que produce el movimiento del auto sin que haya fuerza? El impulso. El movimiento de un auto debido al impulso es muy diferente de aquel que produce el mpetu. El impulso no mantiene el movimiento, de modo que el automvil acabar parndose. Cuando el Espritu Santo trae el avivamiento como respuesta a la oracin, debe mantenerse el mpetu de dicho avivamiento para que haya una continuacin del mismo. Si llegamos a olvidar la oracin, el avivamiento pasar del mpetu al impulso; y a la larga, esa visitacin especial de Dios terminar siendo un monumento del pasado. Nuestra iglesia se ha entregado de lleno al avivamiento y crecimiento en nmero hasta la Segunda Venida de Jesucristo! En 1982 guiamos al Seor a 110.000 personas; y de aquellos nuevos convertidos slo fuimos capaces de absorber sesenta mil miembros; por, lo tanto, dimos a otras iglesias evanglicas un total de cincuenta mil miembros. En 1983, tuvimos un total de 120.000 nuevos convertidos. Por qu estn siendo salvas tantas personas dentro de una sola iglesia? Hemos comprendido la importancia que tiene el formarse y mantener una vida de oracin. Si dejamos de orar, el avivamiento decaer; si seguimos orando, creo que toda Corea puede salvarse. Pienso que es posible para su iglesia experimentar ese mismo grado de avivamiento. No hay tierra demasiado dura para el Espritu Santo, ni iglesia demasiado muerta, ni pas demasiado cerrado al evangelio. La solucin es orar!
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Primera parte
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Elas fue el profeta de Dios durante uno de los peores tiempos de la historia de Israel. Por aquel entonces, el pueblo haba empezado a adorar a Baal, y Elas or poderosamente desafiando a sus profetas. Al recordar su historia, pensamos en el poder que tena; pero debemos considerar el origen de tal poder. Elas era un hombre de oracin, que pasaba horas e incluso das orando. Esta fue la razn por la que, cuando el profeta fue arrebatado en el torbellino por el carro de fuego, los hijos de los profetas lo buscaron en los montes de Israel. Sin embargo, nadie ha manifestado jams el poder de Dios como su Hijo: Jesucristo. Antes de comenzar su ministerio pblico, Jess dedic tiempo a estar con el Padre en oracin, y se sabe de El que pas perodos orando a solas. Ese fue el origen de su poder. El Seor no poda hacer nada a menos que el Padre se lo revelara. Est usted cansado de las ineficaces oraciones que oye salir de su boca? Est dispuesto a que su iglesia tenga un poderoso ministerio de oracin para que su vecindario, ciudad o estado conozca el poder que reside en ella? Si tal es su deseo, y est listo para hacer cualquier cosa y pagar cualquier precio a fin de conseguirlo, entonces preprese porque Dios va a cambiar de un modo dramtico su vida y ministerio, introducindole a una nueva dimensin de poder. No hay razn para que en su iglesia no ocurran milagros de manera regular, ni tampoco para que los pecadores no sean atrados al Espritu Santo en su congregacin. Me han contado que en cierta ocasin Charles Finney estaba de paso por una pequea comunidad del norte de Nueva York. Houghton, en el estado de Nueva York, era un pueblo normal; sin embargo, un da, cuando el tren de Finney pasaba cerca de all, el Espritu Santo descendi sobre los pecadores de la comunidad. Los hombres que haba en los bares cayeron de rodillas convencidos de pecado y pidieron a Jesucristo que los salvara. Si el Espritu Santo confiri tal poder a Charles Finney, acaso no nos dar a nosotros esa misma clase de ministerio poderoso? Finney pocas veces comparta la clave de su poder; no obstante, un reportero decidi espiarle, y lleg a la conclusin de que el origen de dicho poder eran las horas que pasaba orando. Estoy convencido de que en Corea hemos visto slo el comienzo del avivamiento que Dios nos ha prometido. Aunque se sabe por toda la nacin que el Seor est obrando en nuestra iglesia, todava no hemos sido testigos del poder de Dios como hemos de serlo en el futuro si permanecemos fieles. Ese poder de Dios no consiste nicamente en sanidades, liberaciones de los malos espritus y conversiones en masa al cristianismo; sino tambin en el cielo abierto que hay sobre nuestro pas. Qu quiero decir con esto? Cuando un pas tiene cielo abierto, existe libertad, tanto fsica como espiritual, para predicar el evangelio. Y el nivel de fe es alto y no se encuentra demasiada oposicin espiritual. En algunas naciones resulta difcil predicar por tanta resistencia que hay; las fuerzas 12
satnicas que se oponen al evangelio son poderosas y no existe mucha fe. Esto hace difcil las cosas para aquellos de nosotros que predicamos la Palabra de Dios. En Corea me resulta ms fcil predicar que en casi cualquier otro sitio; y cuando lo hago, los pecadores responden inmediatamente para salvacin. Cul es la razn de que tengamos este ambiente espiritual? La respuesta es que oramos. El orar no slo produce poder corporativo; sino tambin individual. En mi propio ministerio he aprendido que debo depender del poder del Espritu Santo. Las grandes cosas para Dios se llevan a cabo, no con fuerza, ni con el poder natural, sino con el Espritu Santo. Al aprender a caminar en el Espritu, he visto el poder de Dios. Cmo me sera posible de otro modo pastorear una iglesia de mas de 370.000 miembros y an tener tiempo para viajar por todo el mundo, casi cada mes, a fin de asistir a conferencias nacionales sobre el crecimiento de la iglesia, y contar con tiempo suficiente para un ministerio televisado en tres continentes? La respuesta es el poder que emana del Espritu Santo al haber dedicado mi vida a la oracin. A mi despacho viene con regularidad gente pidiendo oracin. He visto al cojo andar, al ciego ver, y al paraltico saltar de su silla de ruedas por el poder de Dios. Soy yo alguien especial? En mi introduccin dije que Dios no tiene hijos favoritos. El poder en la oracin se halla al alcance de todo el que est dispuesto a pagar el precio. Para adquirir este tipo de poder, debemos cambiar de actitud. En el evangelio segn Mateo, Jess hace una declaracin revolucionaria en cuanto a la actitud que se necesita para producir poder espiritual. Algunos lo abordaron con relacin a Juan el Bautista, despus que fue encarcelado; y Jess testific de la posicin nica de Juan, al afirmar: "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el ms pequeo en el reino de los cielos, mayor es que l" (Mateo 11:11). Cmo podra un hijo de Dios que se encuentra en el reino de los cielos llegar a ser incluso mayor que Juan el Bautista? En el siguiente versculo, Jess revelada actitud necesaria para adquirir poder espiritual: "Desde los das de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" (Mateo 11:12).2 Se requerir una dedicacin "violenta" a la oracin para que el poder de Dios venga a nuestra vida; y esa agresiva seriedad podr verse, sobre todo, en la disciplina. La razn de ello es que el adquirir poder en la oracin lleva mucho tiempo; por esta causa necesitamos establecer prioridades en nuestra vida. Muchas cosas se agolparn alrededor de nosotros para impedirnos que dediquemos el tiempo necesario a la adquisicin de dicho poder; pero, por la gracia de Dios, somos capaces de alcanzar el premio de una oracin poderosa en extremo si tenemos la actitud debida.
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La oracin trae quebrantamiento En el transcurso de estos ltimos veinticinco aos, he aprendido que Dios no puede usar a una persona que no est quebrantada y totalmente rendida a El. Cuando Jess se encontr con Pedro en su barca de pescador, ste tuvo una reaccin: se sinti redargido de pecado; como si fuera demasiado pecador para que Cristo estuviese en su embarcacin. Y habiendo negado a Jess tres veces, fue quebrantado por su gracia y su perdn; al permitirle predicar el primer sermn de la historia de la Iglesia. Como resultado del ministerio de Pedro, tres mil personas vinieron a Cristo en el da de Pentecosts; y el Seor lo utiliz tambin para abrir la puerta espiritual al mundo gentil. A Dios le fue posible usar a Pedro una vez que ste fue quebrantado. He conocido a muchos que no estn sirviendo a Dios en la actualidad debido a pecados pasados. Tal vez culpen al pastor o a algn otro cristiano por ello; pero en su corazn saben que se han quedado cortos y no han aprendido. Cuando un creyente comete una equivocacin, siempre trato de ayudarle a restaurar su vida; y le explico que ese error puede ser un medio para aprender a estar quebrantado y humilde delante de Dios. La falta de quebrantamiento hace que una persona usada por Dios se vuelva orgullosa y altiva; sin embargo, cuando un hombre ha sido quebrantado, su corazn resiste al orgullo y puede ser utilizado en mayor medida. Cmo sucede esto en la oracin? Cuando en su tiempo de oracin entra usted en contacto con Dios, la primera cosa que siente es su propio pecado. Nadie puede experimentar orgullo ante un Dios santo; y una vez que se da cuenta de su falta de requisitos naturales para estar en la presencia divina, comienza a confesar su pecado y a humillarse delante de Dios. Eso no quiere decir que su sitio no sea ante el trono de la gracia -de hecho la entrada franca de cada creyente a dicho trono ha sido pagada por la sangre de Jesucristo-; sin embargo, usted comprende que no cuenta con ninguna aptitud natural para estar all, y su reaccin inmediata es de quebrantamiento. El quebrantamiento y el orgullo no pueden coexistir! Es asombroso que al entrar en la presencia de Dios, tomar usted conciencia de reacciones, actitudes y acciones que tal vez haba olvidado. Al igual que Pedro no poda soportar el tener a Cristo en su barca debido al reconocimiento de que era pecador, uno comprende la gran necesidad que tiene ante su santa presencia. La siguiente y muy natural reaccin delante de El, es querer ser perdonado. Esto sucede en mi propia experiencia. Quizs he hecho alguna cosa pequea sin darme cuenta; no obstante, en el momento que comienzo mi tiempo de oracin, el Espritu Santo me seala precisamente aquella cosa, por la cual necesito ser perdonado y liberado. Tal vez con14
sidere usted esto demasiado difcil; pero debe recordar que ahora tiene un nuevo deseo de orar y tambin una nueva actitud de violencia contra su propia carne y su orgullo. Est aprendiendo a caminar suave y delicadamente en el Espritu Santo. Aprenderemos mucho ms acerca del asunto un poco despus en este mismo libro. Sin embargo, debo ahora subrayar la importancia que tiene el caminar delicadamente con el Espritu Santo. Porque el Espritu Santo es un caballero! Al vivir su vida delante del Espritu con delicadeza, se acostumbrar a la presencia constante del Seor, la cual producir en usted dos importantsimos cambios: el quebrantamiento y la entrega. Antes de mirar en las Escrituras algunos ejemplos bblicos de quebrantamiento y entrega, debo hacerle partcipe de mi experiencia personal con relacin a estas dos importantes actitudes. Dios nunca ha escogido a personas perfectas para llevar a cabo su perfecta voluntad; eso resulta evidente en su eleccin de Jacob y del rey David, y tambin de m. Mi tendencia natural es querer salirme con la ma. Sin embargo, los caminos del Seor a menudo no son mis caminos, as que alguien tiene que ceder; por lo tanto, mi parte consiste en ceder siempre al Espritu Santo, que me ha sido dado para dirigirme y guiarme en los caminos de Dios. El Espritu Santo es el Consolador; no obstante, ese Consolador puede hacer que usted se sienta incmodo si no est dispuesto a andar en la voluntad divina. Y cmo se asegura el Espritu la obediencia de usted a nuestro Padre Celestial? Mantenindole quebrantado! Alguien quebrantado ha de haber estado primeramente entero. Cuando el Seor escogi a David, ste se encontraba entero en su alma; podra haber sido un excelente pastor de las ovejas de su padre. Pero el Seor tena ms para l: David habra de ser el siguiente rey de Israel; y no slo rey, sino tambin profeta. Sus profecas supondran la seal ms clara de la futura obra del Mesas. Pero no slo profeta, sino asimismo sacerdote. Nadie haba podido entrar jams en la santa presencia de Dios dentro del tabernculo, salvo el sumo sacerdote y, sin embargo, David lo hizo sin morir por ello. Siendo profeta, sacerdote y rey, constitua el ejemplo perfecto de Cristo. No obstante, al considerar la vida de David, vemos que fue capaz de cometer el ms repulsivo e infame de los pecados, cayendo en el adulterio e incluso en el asesinato. Aunque David pag por su pecado, y todava lo hace a causa de la manera en que la gente seala dicho pecado, se le detuvo para que no siguiese en su propio camino. Esto no quiere decir que cada uno de nosotros debamos pecar para ser quebrantados -no podemos tentar a Dios en su gracia-; sin embargo, el Espritu Santo, cuando caminamos delicadamente delante de El, mantiene un registro actualizado de nuestro comportamiento. Si queremos continuar andando en la presencia de Dios, tendremos que permanecer quebrantados y humildes. 15
Vivir as significa caminar en sinceridad delante de Dios y de su pueblo. Segn nuestra costumbre oriental, un lder jams debera ser avergonzado delante de su pueblo. La gente no quiere que esto suceda, y el dirigente lgicamente lo evita tambin. Esto es lo que llamamos "perder el prestigio". Sin embargo, el Espritu Santo ha triunfado sobre nuestras costumbres naturales y me ha obligado a ser abierto y sincero con mi gente. Recuerdo la agona por la que pas antes de compartir con mi congregacin algo que haba hecho y que haba desagradado a Dios. Pero esto cre una confianza entre ellos y yo que ya ha durado ms de veinticinco aos. En la Epstola de Santiago vemos claramente este principio: "Pero l da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (Santiago 4:6); y Pedro tambin lo enuncia del mismo modo: "Igualmente, jvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que l os exalte cuando fuere tiempo" (1 Pedro 5:5, 6). Si andamos con espritu orgulloso, Dios nos resiste al acercarnos a El en oracin; por el contrario, cuando nos presentamos ante El quebrantados y contritos, nos da mayor gracia. El xito depende de la gracia de Dios. No podemos hacer nada que d resultado por nosotros mismos, pero por su divina gracia lo podemos todo. Lo que necesitamos para tener xito es ms gracia. Y cmo la conseguimos? Estando quebrantados en humildad delante de Dios. La leccin del quebrantamiento no es muy popular hoy da; la gente slo quiere saber cmo obtener el xito. Sin embargo, he aprendido que el xito no se consigue por el conocimiento de frmulas o principios fciles; sino aprendiendo el secreto del quebrantamiento que nos da ms gracia. Es esa gracia lo que nos otorga un xito definitivo. Job aprendi esta leccin: "Prspero estaba, y me desmenuz" (Job 16:12). David, confesando su estado, despus de haber pedido la ayuda de Dios y de haber visto su liberacin, expresa: "He venido a ser como un vaso quebrado" (Salmo 31:12). No obstante, el propsito de Dios es quebrantarnos, pero no desmenuzarnos. Si nos quebrantamos delante de El en una actitud de humildad, no seremos hechos pedazos. En Mateo, Jess dej clara la diferencia que hay entre ser quebrantado y desmenuzado: "Jess les dijo: Nunca lesteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ngulo. El Seor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Por tanto os digo, que el reino de Dios ser quitado de vosotros, y ser dado a gente que produzca los frutos de l. Y el que cayere sobre esta piedra ser quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzar" (Mateo 21:42-44). 16
Para comprender lo que es el quebrantamiento delante de Dios hemos de entender la naturaleza de este smil. Aqu se presenta a Cristo como la piedra angular del templo espiritual: la Iglesia. En este contexto, la Iglesia supone algo ms que el cuerpo de creyentes que vio la luz en el da de Pentecosts; representa a todo el pueblo de Dios desde el principio. En el momento en que hablaba Jess, como se cita en Mateo 21, la nacin juda constitua la totalidad de ese pueblo de Dios. Se menciona a Jesucristo como la parte ms importante del edificio, y a cada miembro como una piedra. Jesucristo es la piedra angular, o sea aquella que mantiene en pie al resto del edificio. El deseo de Dios era poseer un templo espiritual capaz de albergar adecuadamente su gloria. Al rechazar al Mesas, Israel perdi el derecho a ser ese templo; y por lo tanto el Seor est levantando un nuevo edificio, que es la Iglesia. Cada uno de nosotros constituye una piedra viva del nuevo templo espiritual. Al ser tomados del mundo en salvacin, somos semejantes a piedras que necesitan que se les d forma con objeto de poder cumplir su funcin de acuerdo con la voluntad de Dios. En la construccin de un edificio de piedra, el maestro arquitecto pasa mucho tiempo labrando cada bloque para que encaje en el lugar que le corresponde. Si una piedra es demasiado difcil de ajustar y se niega a ser debidamente labrada, entonces tiene poco valor y simplemente se reduce a polvo. Jess, por lo tanto, poda ordenar: "Caigan sobre la roca y sean quebrantados!" El quebrantamiento de Dios no es para aniquilarnos; sino que tiene como objetivo conferirnos una forma que pueda ser usada adecuadamente para aquellos propsitos para los cuales El nos escogi al principio. Si resistimos al plan de Dios, el resultado es el desmenuzamiento, o lo que es lo mismo, el no valer para nada en el propsito eterno del Seor. Por lo tanto, resulta de gran importancia que caminemos en quebrantamiento delante de Dios; pero debo reiterar que esto no significa fracasar continuamente o tener un concepto deficiente de uno mismo. Recuerde que Dios nos ha escogido: somos importantes. Sin embargo, cuando aprendemos a entrar en la presencia del Espritu Santo en oracin, el resultado natural es una actitud quebrantada que permite a Jesucristo, el maestro arquitecto, completar su obra divina en nuestra vida. Qu gozo es para nosotros saber que Dios est dando forma a nuestra vida con objeto de usarla para su propsito eterno! Cunta paz tenemos al comprender que todas las cosas contribuyen a ese fin! Nada sucede por accidente; todo obra para nuestro bienestar perpetuo. Gloria al Dios viviente! Despus del quebrantamiento viene la entrega ; y a la entrega incondicional acompaa una total entrega a la voluntad de Dios. Aqu debo subrayar que esto no nos hace pasivos. La rendicin significa
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renunciar a nuestro derecho natural de hacer lo que queremos en favor de nuestro nuevo dueo; el Rey de reyes y Seor de seores. Asimismo debemos comprender que ni el quebrantamiento ni la entrega son fines en s mismos; sino simplemente medios para hacernos instrumentos eficaces en las manos de Dios, al objeto de ser usados en el avivamiento y el crecimiento de la Iglesia. En el pasado, ha constituido un problema el hecho de que la gente se conformara con el quebrantamiento y la entrega como fines en vez de medios; lo cual llev a muchos a los monasterios para vivir vidas piadosas que no cambiaban lo que les rodeaba. La piedad no debera alejarnos del mundo, sino fortalecernos para que furamos testigos eficaces en l. Lo ms fcil hoy da es retirarse de los desafos que el mundo presenta a la iglesia; sin embargo, el propsito de Dios al quebrantarnos y hacer que nos rindamos consiste en equiparnos para afrontar esos desafos. Mi iglesia est slo a pocos metros de la Cmara del Congreso; y nuestro gobierno me pide con frecuencia que ore por muchos asuntos que afectan a la nacin entera. No me he retirado de los desafos sociales y econmicos que el Seor ha puesto delante de m; sin embargo, he tratado de estar lo suficientemente quebrantado y entregado para poder conocer con claridad la opinin de Dios en cada situacin y reto. De este modo, mi pas, en su mayora no cristiano, puede saber lo que El piensa. La oracin y la victoria sobre Satans Vivimos en una era de maldad. Satans, apoyado por los ngeles cados y los demonios, ha salido para robar y destruir. Sin contar con el poder de la oracin no nos es posible romper el dominio del diablo. Al diablo nunca le han preocupado demasiado los rituales de la iglesia; pero tiene un miedo mortal a la oracin verdadera. Cuando usted comience su vida de comunin con el Seor, descubrir formas de oposicin nuevas y variadas de Satans. Cierto hombre de mi iglesia era en otro tiempo alcohlico; y aunque tena xito en los negocios, su problema de la bebida le haca maltratar a su esposa y a sus hijos. Una noche llev a casa a algunos de sus compaeros de juerga y organizaron una fiesta. A pesar de que su esposa amaba a su familia y haba soportado mucho de su marido, no pudo resistir que ste trajera tal deshonra al hogar; y llamndolo aparte, le dijo: "Querido, te amo, pero no puedo soportar que bebas; y ahora traes a esos borrachos a casa contigo. No pienso consentirlo; de modo que voy a hacer las maletas y a marcharme. Maana, cuando despiertes, no estar aqu. Adis!" De repente, el miedo a perder a su familia hizo que al hombre se le pasara la borrachera; y sabiendo que su esposa era una cristiana ferviente, se arrodill ante ella y comenz a clamar: "Seor, por favor, librame de este terrible espritu del alcohol!" 18
La mujer crey que su marido no slo estaba borracho, sino que ahora se burlaba de su religin; o cual le produjo una indignacin todava mayor. El haba tratado con frecuencia de librarse de su hbito, pero sin conseguir resultado alguno; y ahora que su esposa lo amenazaba con dejarlo, se senta an ms desesperado. Pero mientras lloraba, oy una voz procedente de su corazn que deca: "Por la maana quedars libre." "Tengo la certeza de que maana estar completamente liberado", explic a su mujer entre sollozos. Ella no pudo ocultar un gesto de incredulidad en su rostro. Ya haba odo anteriormente promesas semejantes. Sin embargo, a la maana siguiente se qued sorprendida al ver a su esposo tirar a la basura sus costosos licores y cigarrillos. Podra estar ocurriendo realmente un milagro de liberacin? Ms tarde, el hombre subi en su auto y se fue al trabajo. Una vez all, cont a todos los empleados de su fbrica que Dios le haba liberado y que jams volvera a beber o fumar. Los otros no se atrevieron a rerse abiertamente, pero imaginaron que se trataba de un cuento ms, pues ya haba hecho cosas as antes. No obstante, despus de algn tiempo, todo el mundo qued convencido de que algo le haba pasado al verlo cambiar por completo de estilo de vida. Ahora toda su familia sirve a Jesucristo, y l se ha convertido en un dicono de nuestra iglesia. Satans se haba propuesto destruir otra familia ms; sin embargo, por medio de la perseverancia y la oracin, aquella esposa pudo ver una victoria total y absoluta. El diablo es un mentiroso, y el padre de las mentiras. A l le encanta robar y destruir; pero Cristo nos ha dado autoridad sobre sus obras si aprendemos a orar. Para entender de qu modo la oracin vence el poder de Satans, que acta en nuestros amigos y seres queridos, debemos comprender lo que la Biblia dice de l. Satans tena acceso a Dios como dirigente de la adoracin celestial. Isaas afirma: "Cmo caste del cielo, oh Lucero, hijo de la maana! Cortado fuiste por tierra, t que debilitabas a las naciones. T que decas en tu corazn: Subir al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantar mi trono, y en el monte del testimonio me sentar, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subir, y ser semejante al Altsimo. Mas t derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo" (Isaas 14:12-15). Y Ezequiel aade: "En Edn, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crislito, berilo y nice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el da de tu creacin. T, querubn grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, all estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el da que fuiste creado, hasta que se hall en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones 19
fuiste lleno de iniquidad y pecaste; por lo que yo te ech del monte de Dios, y te arroj de entre las piedras del fuego, oh querubn protector. Se enalteci tu corazn a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabidura a causa de tu esplendor; yo te arrojar por tierra; delante de los reyes te pondr para que miren en ti... Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarn sobre ti; espanto sers, y para siempre dejars de ser" (Ezequiel 28:13-19). La antigua importancia de Satans en la gloriosa esfera celestial de Dios queda clara por la escritura precedente; entonces por qu habra de querer destruirnos? Dios cre al hombre a su misma imagen, y le dio dominio. Pero Satans tena celos del lugar que ste ocupaba, y desde el principio ha tratado de destruir la creacin especial de Dios. Despus de que Adn y Eva murieran espiritualmente a causa de su pecado, Dios hizo una promesa: "Y pondr enemistad entre ti (Satans) y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; sta te herir en la cabeza, y t le herirs en el calcaar" (Gnesis 3:15). De modo que Satans ha sabido siempre que sufrir su ltima y final derrota por medio de la humanidad. A lo largo de toda la historia del hombre, el diablo ha intentado que esa promesa no se cumpliera. En primer lugar trat de contaminar al gnero humano: "Aconteci que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para s mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehov: No contender mi espritu con el hombre para siempre, porque ciertamente l es carne; mas sern sus das ciento veinte aos. Haba gigantes en la tierra en aquellos das, y tambin despus que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigedad fueron varones de renombre. Y vio Jehov que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazn de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepinti Jehov de haber hecho hombre en la tierra, y le doli en su corazn... Pero No hall gracia ante los ojos de Jehov" (Gnesis 6:18). La treta de Satans consisti en contaminar la especie humana para que la simiente de la mujer (Jesucristo) no fuese pura, y as no pudiera traer la destruccin de su reino. Pero Dios tena un hombre que no haba sido contaminado; una familia hall gracia ante sus ojos, de modo que No habra de ser el medio por el cual el gnero humano fuera salvo de una total y absoluta destruccin. El diablo continu con su oposicin tratando de destruir a Israel; y luego al nio Jess; por ltimo clav al Hijo de Dios en la cruz. Pero, con todo y con eso, la cruz no fue el final; sino que a travs de su muerte, nuestro precioso Seor Jesucristo derrot a Satans. Y tambin nosotros, mediante la muerte y la resurreccin de Jess, hemos recibido autoridad
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sobre el diablo y sus obras; por lo tanto, somos ms que vencedores por medio de aquel que nos am. Cmo se ejerce esa autoridad en la oracin? Como antes afirm, Satans se opone a las oraciones del pueblo de Dios ms que a ninguna otra cosa. Eso puede verse claramente en el libro de Daniel. Daniel era todava un joven cuando fue llevado cautivo por los babilonios, en el ao 605 A.C. Dios permiti que aquella cautividad fuera el medio por el cual l llegara a una posicin clave en el ms grandioso imperio de su tiempo. Al igual que Jos hall gracia en Egipto, experimentando algunos contratiempos pasajeros, tambin Daniel fue usado por Dios gracias a su don de interpretar sueos; don que ms tarde sera utilizado para revelar una visin tan precisa del futuro que hace dudar a muchos eruditos de la autenticidad del libro. En el primer ao de Daro el medo, futuro gobernante absoluto del Oriente Medio, Daniel recibi una comprensin especial de Jeremas 25:12; y al darse cuenta de las implicaciones que dicha comprensin tena para Jerusaln, comenz su famosa oracin intercesora por su pueblo. Lo hizo confesando en primer lugar su propio pecado, aunque su inflexible fidelidad a Dios era reconocida por todos los judos de la cautividad; y luego empez a pedir perdn para el pueblo entero, como puede verse en el noveno captulo. Continu rogando a Dios por su nacin: "Oh Seor, conforme a todos tus actos de justicia, aprtese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusaln, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusaln y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. Ahora, pues, Dios nuestro, oye la oracin de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Seor" (Daniel 9:16, 17). A medida que segua orando, sus splicas se hacan cada vez ms apasionadas: "Oye, Seor; oh Seor, perdona; presta odo, Seor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mo; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo" (v. 19). Y al continuar Daniel en oracin, Dios envi al ngel Gabriel a visitarlo. Gabriel entonces le revela la forma en que Satans se opone a la plegaria del pueblo de Dios: "Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer da que dispusiste tu corazn a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron odas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el prncipe del reino de Persia se me opuso durante veintin das; pero he aqu Miguel, uno de los principales prncipes vino para ayudarme, y qued all con los reyes de Persia" (Daniel 10:12, 13). Ms tarde, en ese captulo, Gabriel revela la batalla a la cual se enfrentar cuando deje a Daniel: "El me dijo: Sabes por qu he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el prncipe de Persia; 21
y al terminar con l, el prncipe de Grecia vendr. Pero yo te declarar lo que est escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro prncipe" (w. 20, 21). En el Commentary on the Old Testament (Comentario del Antiguo Testamento) de Keil y Delitzsch, uno de los ms respetados acerca de la Escritura sagrada, se afirma que el prncipe de Persia era la fuerza espiritual que guiaba el avance del siguiente gobierno mundial. Dios haba enviado a Gabriel, pero los prncipes satnicos, o ngeles cados, le hicieron la guerra -ya que Satans no quera que la oracin de Daniel fuera contestada-, por lo que se llam al arcngel Miguel para asistir a Gabriel en la batalla. Daniel haba estado ayunando y orando durante veintin das; el perodo necesario para que los ejrcitos espirituales de Dios vencieran a los ngeles cados.' En Zacaras 3, vemos al ngel del Seor diciendo a Satans: "Jehov te reprenda, oh Satans; Jehov que ha escogido a Jerusaln te reprenda. No es ste un tizn arrebatado del incendio? (v. 2). Pablo comprenda la guerra espiritual a la que hemos sido llamados, cuando dijo: "Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12). Para poner todo esto en una perspectiva clara, debemos comprender la realidad espiritual, o lo que yo he llamado "la cuarta dimensin". Satans fue arrojado de los lugares celestiales donde ostentaba una posicin exaltada. Nosotros fuimos creados con una estatura mayor que la de los ngeles, ya que somos capaces de comprender la realidad espiritual. Satans sabe, desde el huerto de Edn, que su reino ser destruido por medio de la humanidad. Dios le dio el ttulo de "prncipe de la potestad del aire" (Efesios 2:2). Puesto que ha podido ejercer una autoridad real sobre la atmsfera de la tierra, le ha sido posible influir en las naciones. Sin embargo, Dios otorg al hombre autoridad, que ste perdi en la cada a causa del pecado de Adn. No obstante, el Seor no se ha quedado sin testimonio en el mundo: su pueblo ha sido capaz de ejercer autoridad mediante la oracin y la intercesin. Cuando Cristo vino, permiti que el mundo lo juzgara y crucificara; pero por medio de su vida sin pecado, su muerte expiatoria en la cruz, y su gloriosa resurreccin, Jess tom las llaves de la muerte y del sepulcro, y recibi "toda potestad" (Mateo 28:18). Partiendo de la base de que Cristo ha conseguido toda autoridad en los cielos y en la tierra, se nos ordena que vayamos a todo el mundo y hagamos discpulos a las naciones para el reino de Dios. Cuando aprendemos a orar en el Espritu Santo, comprendiendo que se nos ha dado autoridad, podemos atar a las fuerzas de Satans en la gente, en las comunidades e incluso en las naciones. Sin embargo, debido a que el diablo es un mentiroso y padre de toda mentira, trata de convencernos de su dominio; pero l y los ejrcitos que capitanea tienen 22
que rendirse a la voluntad de Dios si sabemos ayunar, orar y ejercer la autoridad espiritual que nos corresponde legtimamente. Cun importante es para nosotros conocer y comprender el valor de la oracin! Si no aprendemos a orar, no veremos la voluntad de Dios cumplida en nuestra vida y ministerio. Sin embargo, como dije anteriormente, primero debemos desear hacerlo. Nuestro problema consiste en que hemos pensado, ledo, e incluso recibido enseanza acerca de la oracin, pero no hemos orado. Ha llegado la hora de que comprendamos que la oracin es la fuente del poder y de permitir que el Espritu Santo nos proporcione un nuevo quebrantamiento y una nueva entrega. Este es el momento de aprender a utilizar nuestra autoridad espiritual a fin de impedir la obra del diablo. Ha llegado el momento de orar!
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La oracin abre la puerta al Espritu Santo El Espritu Santo puede bendecirle cuando lee las Escrituras; dirigirle al testificar de Cristo; ungirle al predicar y ensear la Palabra de Dios; pero si desea tener una comunin ntima con El, necesita usted orar. Comprend por primera vez esta verdad al principio de mi ministerio; cuando trataba con ahnco de llevar gente a Cristo, pero sin muchos resultados. Un da, cuando estaba orando, el Seor me habl al corazn, y me dijo: "Cuntas codornices hubiera cazado Israel de haber salido a cazarlas en el desierto?" "No muchas, Seor", respond. "Cmo fueron cazadas?", sigui preguntndome. Entonces comprend que Dios haba enviado el viento que trajo las codornices. El Seor estaba tratando de hacerme ver la diferencia entre ir tras de las almas sin la estrategia del Espritu, y el cooperar con ste. Luego me dijo algo que cambi completamente mi vida: "Debes llegar a conocer al Espritu Santo y trabajar con El!" Yo saba que haba nacido de nuevo, y que estaba lleno del Espritu; sin embargo, siempre haba pensado en el Espritu Santo como en una experiencia ms que como en una personalidad. No obstante, el llegar a conocerlo requerira que pasara tiempo hablando con El y dejndole hablar conmigo. Esta comunin con el Espritu ha sido la causa de cada uno de los cambios principales de mi ministerio. La idea del sistema de grupos de clula surgi de dicha comunin con el Espritu Santo en oracin; as como la fundacin del movimiento Church Growth International (Movimiento Internacional para el Crecimiento de la Iglesia). En realidad ninguno de los principios ms importantes que enseo en Corea y alrededor del mundo ha salido de un libro de teologa, sino de una comunin ntima y autntica con el Espritu Santo en oracin. Por otro lado, en mi vida personal, la comunin con el Espritu Santo es lo ms importante. Yo no podra vivir sin ese dulce compaerismo que ha llegado a ser tan familiar en mi vida. Por la maana siento su vigor sobre mi corazn y tengo la fuerza necesaria para enfrentarme a los desafos del da sabiendo que saldr plenamente victorioso en cada situacin. Tambin he descubierto que no soy lo bastante listo para resolver los miles de problemas que se me presentan de forma constante; sin embargo, puedo decir simplemente al Espritu Santo: "Dulce Espritu, djame contarte la dificultad en que me encuentro. S que conoces los pensamientos de Dios y que ya tienes la respuesta." Luego espero con seguridad la contestacin del Espritu Santo. Al descubrir a lo largo de todos estos aos que el Espritu Santo me renueva espiritual, mental y fsicamente, he comprendido que la comunin diaria con El es algo necesario. De la hora que paso cada maana
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en oracin, gran parte del tiempo lo dedico a la comunin con el Espritu. Cada vez que Dios me da algo nuevo y fresco de la Palabra, s que procede del Espritu de verdad que mora en m. Del mismo modo que el Espritu Santo hizo concebir a Mara, puede asimismo fecundarnos con la Palabra de vida. "La letra mata, mas el Espritu vivifica". Esta es la razn por la cual millares de personas hacen cola delante de nuestra iglesia los domingos para asistir a cada uno de los siete cultos que tememos; y por la que nuestro culto televisado es uno de los programas de mayor audiencia. La gente no est simplemente interesada en que se le ensee la Palabra; sino que desea la Verdad ungida por el Espritu Santo. Pablo experimentaba este tipo de enseanza; y as testifica a la iglesia de Corinto: "Y nosotros no hemos recibido el espritu del mundo, sino el Espritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual tambin hablamos, no con palabras enseadas por sabidura humana, sino con las que ensea el Espritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual" (1 Corintios 2:12, 13). El Espritu Santo no slo nos unge para que ministremos la Palabra (le Dios con poder y autoridad, sino que tambin nos protege de los ataques del diablo. El hecho de pastorear la mayor iglesia del mundo no me exime de las embestidas de otros. Lo que me molesta no son los ataques del mundo, sino los que proceden de algunos creyentes que tienen la capacidad de ofender. Pero una comunin diaria en el Espritu Santo puede protegernos, no de semejantes ataques, sino de sus efectos. Observamos este principio claramente revelado en la vida de Esteban, el primer mrtir de la Iglesia. Como vemos en Hechos 7, Esteban proclamaba la Palabra de Dios con gran poder; sin embargo, la respuesta de Israel fue que se sintieron tan culpables que desearon matarlo por causa de sus palabras: "Oyendo estas cosas, se enfurecan en sus corazones, y crujan los dientes contra l. Pero Esteban, lleno del Espritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jess que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aqu, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que est a la diestra de Dios" (versculos 54-56). Pablo termina su segunda epstola a la iglesia de Corinto, dicindoles: "La gracia del Seor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunin del Espritu Santo sean con todos vosotros"; y se refiere nuevamente a esta comunin con el Espritu Santo en Filipenses 2:1. Si sus oraciones son algo vaco y no suponen un estmulo para usted, tal vez sea que no est obedeciendo la amonestacin de Pablo de tener comunin con el Espritu Santo. El Espritu le introducir al gozo, la paz y el sentimiento de justificacin que usted desea. Recuerde que el reino de Dios no consiste en comida ni en bebida, sino en justicia, paz y gozo en el Espritu Santo. La oracin da lugar a las manifestaciones del Espritu 25
En su primera epstola a la iglesia de Corinto, Pablo escribi: "No quiero, hermanos, que ignoris acerca de los dones espirituales" (1 Corintios 12:1). Este versculo igual podra haberse escrito hoy da; ya que muchos en la iglesia desconocen los dones y las manifestaciones del Espritu Santo. Por otro lado, muchos que saben acerca de estas cosas no conocen cmo y cundo han de utilizarlas. El Espritu Santo viene por primera vez a una persona cuando sta nace de nuevo; despus de lo cual, se nos amonesta a tener una relacin ms ntima con El. Yo llamo a esto "recibir la plenitud del Espritu Santo." Esta plenitud la conseguimos mediante la oracin; y tambin aprendemos a ejercer nuestros dones espirituales por medio de la oracin. Los dones de ministerio Pablo hace una divisin de los dones de ministerio en varias citas. Estos dones Dios los da a quien El quiere: "Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como l quiso" (1 Corintios 12:18). Una vez que conocemos nuestro don de ministerio, debemos desarrollarlo: "No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profeca con la imposicin de las manos del presbiterio. Ocpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos" (1 Timoteo 4:14, 15). En esta ltima cita, Pablo ensea a Timoteo que el ocuparse (o meditar en oracin) en esas cosas, lo ayudar a desarrollar el don de ministerio que le ha sido concedido. En 1 Corintios 12, Pablo hace una lista, no exhaustiva sino esencial, de los dones del ministerio: apstoles, profetas, maestros...; luego otros de menor categora, pero no menos valiosos como: milagros, dones de sanidad, ayuda, administracin y lenguas. El primer nivel en los dones de ministerio se indica de un modo ms exhaustivo en la carta a la iglesia de los Efesios: "Y l mismo constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros pastores y maestros" (Efesios 4:11). En el siguiente versculo se nos dice cul es la funcin de este primer nivel de dones de ministerio: "A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo" (versculo 12). Cul es el propsito del liderazgo en el ministerio cristiano? Preparar a personas laicas para que ministren, de modo que el cuerpo de Cristo pueda ser edificado y fortalecido. Cmo crece y desarrolla su ministerio un determinado individuo? Meditando acerca de dicho ministerio en oracin. Por lo tanto, ya sea usted pastor, administrador de iglesia, lder de clula o dicono, su don slo crecer y se desarrollar por medio de la oracin y la meditacin. Las manifestaciones del Espritu
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Los dones de ministerio espiritual los reparte el Espritu Santo segn la eleccin del Padre. Sin embargo, todos los cristianos pueden manifestar al Espritu Santo. El propsito de las manifestaciones es que cada persona de la asamblea sea edificada. Pablo dice: "Pero a cada uno le es dada manifestacin del Espritu para provecho. Porque a ste es dada por el Espritu palabra de sabidura; a otro, palabra de ciencia segn el mismo Espritu; a otro, fe por el mismo Espritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profeca; a otro, discernimiento de espritus; a otro, diversos gneros de lenguas; y a otro, interpretacin de lenguas, Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espritu, repartiendo cada uno en particular como l quiere" (1 Corintios 12:7-11). El captulo 14 de 1 Corintios est dedicado al uso apropiado de la manifestacin del Espritu Santo; especialmente en lo relacionado con la asamblea pblica. El propsito principal de esas manifestaciones es edificar a todo el grupo, y no slo demostrar lo dotado y espiritual que es uno. El captulo 13 ms conocido como el "captulo del amor"- no dice que el amor sea mejor que los dones espirituales, sino que nos indica la motivacin adecuada para el ejercicio de dichos dones: "Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun ms excelente" (1 Corintios 12:31). Fjese que Pablo no dice: "Les muestro algo ms excelente." No, en el captulo 13 el apstol se concentra en "el camino aun ms excelente". Ya que el Seor es un Dios de orden, todas las cosas que se hacen en una iglesia deben ser hechas tambin con orden: "Pues Dios no es Dios de confusin, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos..." (1 Corintios 14:33). Cuando enseamos a los cristianos de Corea a orar para que la iglesia sea edificada sobre una slida base bblica, no pasamos por alto los dones tratados en 1 Corintios. Para desarrollar los dones y las manifestaciones espirituales hay que dedicarse a la oracin. La oracin har que los diferentes dones del ministerio cooperen unos con otros y no compitan entre s. La oracin producir la motivacin del amor, que mantendr todos esos dones y manifestaciones espirituales en el debido orden. La solucin es orar! La oracin produce sensibilidad espiritual La Escritura es algo ms que tinta negra sobre papel blanco. Las palabras impresas en la Biblia representan ms que meras expresiones: son la Palabra de Dios. "Dios es Espritu; y los que le adoran, en espritu y verdad es necesario que adoren" (Juan 4:24). Jess dijo en cierta ocasin: "El espritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espritu y son vida" (Juan 6:63). Por lo tanto, el Espritu Santo puede proporcionarnos una sensibilidad espiritual tal que seamos 27
capaces de comprender la Palabra de Dios en una dimensin nueva y ms amplia. Tambin Pablo enfatiza este punto: "Mas hablamos sabidura de Dios en misterio, la sabidura oculta, la cual Dios predestin antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los prncipes de este siglo conoci; porque si la hubieran conocido, nunca habran crucificado al Seor de gloria. Antes bien, como est escrito: Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han subido en corazn de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las revel a nosotros por el Espritu; porque el Espritu todo lo escudria, aun lo profundo de Dios" (1 Corintios 2:7-10). Pablo tambin hace hincapi en la importancia de comprender la Palabra de Dios bajo la uncin del Espritu Santo que tiene lugar por medio de la oracin, cuando afirma: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para l son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (1 Corintios 2:14). La razn por la cual el mundo, a pesar de toda su sabidura natural, no puede entender la Palabra de Dios, es que sta pertenece a una dimensin ms elevada que la simple sabidura y la percepcin humanas: contiene una dimensin espiritual imposible de comprender sin el Espritu Santo. Uno de mis himnos favoritos es "Break Thou the Bread of Life" (Prtenos el pan de vida), de William F. Sherwin, que en su cuarta estrofa escribi: Enva, oh Seor, tu Espritu a m, Que toque mis ojos para verte a ti De tu Palabra, Seor, la verdad Revlame y haz que te pueda mirar. Cuando tomo en mis manos la ms preciosa posesin material que tengo, mi Biblia, le pido al Espritu Santo: "Oh, Santo Espritu, abre mis ojos para que contemple la verdad de Dios en tu Palabra sagrada." Qu delicia supone estudiar la Palabra de Dios despus de haber orado! En Romanos, Pablo escribi que la fe viene por el or, y el or por la Palabra de Dios. Dios aumenta nuestra fe cuando desarrollamos el sentido del odo o sensibilidad espiritual. Dicha sensibilidad espiritual es el resultado de un estudio con oracin de la Palabra de Dios. La dependencia del Seor acrecienta la sensibilidad espiritual de la persona. He aprendido que cuando dependo completamente de Dios, El siempre me gua y me proporciona comprensin de su Palabra. A veces ello requiere atrevimiento; pero, despus de haber orado y haberme lanzado en fe, recibo aun ms de esa sensibilidad; y al desarrollarse mis sentidos espirituales, puedo comprender el "alimento slido" de la Palabra de Dios: "Pero el alimento slido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (Hebreos 5:14). El escritor de Hebreos est sencillamente indicando los requisitos necesarios para poder comer el alimento slido de la Escritura. Los que 28
han desarrollado su sensibilidad espiritual son capaces de ingerir alimento slido utilizando el discernimiento que ya tienen. Por el contrario, los que no la han desarrollado, slo pueden participar de la leche de la Palabra de Dios. Cierta noche, durante nuestro tiempo devocional como familia, mi hijo mayor manifest algo que movi a expresar con claridad la importancia de mi total dependencia del Espritu Santo. Fue lo siguiente: - Madre, yo no voy a pasar tanto tiempo en oracin como mi padre. Soy joven y tengo confianza en m mismo; no necesito orar de esa manera. Por qu tengo que pedirle a Dios que me ayude en todo? Hay muchas cosas que puedo hacer por m mismo." Al escuchar sus palabras mi corazn se llen de compasin por mi hijo adolescente; de modo que fui muy sincero con l. -Oye le dije-, t y tus hermanos miren a su padre y escuchen con atencin. Todo el mundo en Corea me conoce, no es as? -As es -respondieron. -Yo soy el pastor de la iglesia ms grande del mundo, s o no? -S, pap -replicaron al unsono. -Pues mrenme bien! En otro tiempo me estaba muriendo de tuberculosis, y ningn mdico pudo socorrerme ni curarme. Adems, era tan pobre que no tena para pagarme el tratamiento en un hospital. Mi educacin formal termin despus del primer ao de Bachillerato. No cuento con una posicin social elevada, ni con genealoga famosa, ni, como persona corriente que soy, con nada de que jactarme. Ustedes no pueden alardear de m ya que no tengo dinero, posicin ni educacin. Sin embargo, he confiado en el Seor y miren lo que ha hecho conmigo. Pero saben el secreto de mi xito? Derramaba el corazn delante de Dios; dependa de El. . .; con su ayuda me instru a m mismo; le cada libro que caa en mi poder; estudi diligentemente, orando todo el tiempo. Ahora, por la gracia de Dios, soy lo que soy. Hijos, si nicamente dependen de sus propias fuerzas, sus estudios y su sabidura natural, se hundirn en el pantano de este mundo. No sean arrogantes! Aprendan a depender del Seor, como yo! Despus de hablar a mis hijos de esta manera, tuve la certeza de que no slo me haban odo, sino que entendan las implicaciones de lo que haba dicho. Su actitud cambi tanto como sus semblantes una vez que comprendieron la importancia que tena la total y absoluta dependencia del Seor. Pero cuando oro, mi sensibilidad no se ejercita nicamente en la Escritura; sino tambin en el discernimiento de la presencia de Dios. A veces, dicha presencia es tan clara durante mis ratos de oracin y comunin que le podra tocar. Si uno no tiene este tipo de comunin orando, la vida cristiana, sobre todo cuando se ejerce un ministerio pastoral, puede convertirse en algo aburrido y rutinario. En caso de que no est usted acostumbrado a esta clase de comunin, ha llegado la hora de comenzar a practicarla. Deje ahora mismo este 29
libro y empiece a pedir al Espritu Santo que haga real para usted la presencia de Cristo! Solicite de El una nueva comprensin de su Palabra. Pdale que le haga andar en un camino diferente de comunin en el Espritu!
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Apreciamos la belleza de los salmos que escribi David mientras reflexionaba sobre su relacin con Dios. Pero qu me dice de tantos pensamientos que jams fueron escritos? En el Nuevo Testamento leemos acerca del "libro de la vida". Pablo en Filipenses, y Juan en el Apocalipsis hablan de la importancia que tiene el ser mencionados en el "libro de la vida del Cordero". Cristo, el Cordero de Dios, lleva un registro exacto de los redimidos. Lo ms fundamental acerca de la literatura que Dios est escribiendo es que revela el hecho de que el Seor mantiene registros espirituales. Nada se pierde o se malgasta. Ninguna cosa que se realiza para El resulta jams vana. Con mucha frecuencia nos olvidamos de lo que la gente hace por nosotros. He dicho a menudo que las cosas que otras personas llevan a cabo a nuestro favor se escriben en agua, y pronto desaparecen; sin embargo, las que hacen contra nosotros, esas las anotamos en tablas de piedra y no dejamos de recordarlas. Es sumamente importante que nos acordemos de que hay Uno que nunca olvida; excepto en el caso de los pecados perdonados y cubiertos con la sangre de Jesucristo. Por lo tanto, se recuerdan nuestras oraciones. Cuando pensamos en trminos de tener en cuenta, la perseverancia en la oracin es muy importante. No sabemos cunto tiempo tendremos que estar orando hasta que Dios conteste nuestras peticiones. Daniel descubri que su oracin haba ayudado a Gabriel a vencer la oposicin espiritual a la cual se haba enfrentado durante veintin das. Dios contest sus oraciones y stas fueron tenidas en cuenta. En Lucas 11 podemos leer la respuesta de Cristo a sus discpulos cuando stos le pidieron: "Ensanos a orar." Contestando a aquella peticin, Jess les cont una historia. Alguien ruega a un amigo suyo que le preste tres panes en un momento muy inoportuno, puesto que el otro ya se ha ido a dormir. No obstante, la urgencia del asunto hace que el suplicante persevere en su peticin. Entonces Jess dice: "Sin embargo por su importunidad se levantar y le dar todo lo que necesite" (Lucas 11:8). Algunas oraciones requieren mucha insistencia para ser contestadas. Ya sea a causa de la oposicin espiritual o por alguna otra razn, se nos dice que sigamos orando. Nunca renuncie a orar por una necesidad! Qu habra sucedido si Daniel hubiese dejado de orar despus de cinco o diez das solamente? Recuerde que Dios es fiel! El oir sus oraciones, y le contestar si ora siempre y no desmaya! Permita que el balance de la oracin salga claramente a su favor. Cierta seora de nuestra iglesia tena una hija que no estaba viviendo la vida cristiana. Pareca que cuanto ms oraba la mujer, tanto ms la joven iba tras sus amigos mundanos. Luego, aquella madre me oy hablar acerca de este tema, y comenz a orar fielmente por su hija, sin dejarse desanimar por el empeoramiento de las circunstancias. Un da, 31
mientras rogaba a Dios, supo en su corazn que el saldo que tena era lo suficientemente grande para hacerse cargo de la necesidad espiritual que haba delante de ella. Sinti en su alma el testimonio de que Dios haba realizado la obra. Pocos das despus la joven fue a la iglesia y entreg su corazn al Seor. Ahora, tanto la madre como la hija estn sirviendo fielmente a Cristo. La oracin produce salud A pesar de todos los avances de la ciencia moderna, la gente todava padece enfermedades y dolencias. Los mdicos saben ahora que las enfermedades del corazn y el cncer son las afecciones que producen ms muertes, y tambin estn de acuerdo en que la mayora de nuestros problemas fsicos son causados por la tensin nerviosa. La gente tiene miedo de la destruccin y el aniquilamiento nuclear. Las presiones de la vida moderna han afectado al mundo entero, incluso a las regiones ms remotas. Cmo puede el hombre del siglo XX vencer la tensin nerviosa y la ansiedad que lo acosan? La solucin no es nueva, pero s est siendo sumamente descuidada en la sociedad actual: se trata de la oracin! Pablo escriba a la iglesia de Filipos: "Por nada estis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oracin y ruego, con accin de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardar vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jess" (Filipenses 4:6, 7). Los cristianos tenemos dos opciones: estar ansiosos o confiar en Dios; podemos llenar nuestro corazn y nuestra mente de los cuidados de esta vida, u orar. Qu beneficio nos reporta esto ltimo? La oracin se ocupa de la causa, no slo de los efectos; y la causa de la mayora de nuestras enfermedades es la ansiedad. Por lo tanto, la manera de hacer frente a los sntomas resultantes de dicha ansiedad, es yendo a la raz: liberndonos de la ansiedad misma. Pablo explica a los filipenses el secreto de una vida libre de ansiedad; y ese secreto es la oracin. Al orar, uno coloca en las manos de Dios el problema que le haca estar ansioso; y luego, mediante la accin de gracias, lo deja all y no vuelve a tomarlo. Si tratamos la ansiedad, es posible que la mayora de los sntomas desaparezcan simplemente con el tiempo. El resultado de esta clase de vida ser una paz que supera, o sobrepasa, todo entendimiento natural. Puesto que ahora depende usted de sus recursos eternos -su Padre celestial-, no necesita estar temeroso; puede tener paz. La gente del mundo no comprende esto, porque para ellos es locura. Hoy da, los hombres creen que deben hacerlo todo por s solos. Nos hemos convertido en la generacin del "lo har yo mismo". La ltima cosa que el mundo quiere es confiar en otro; especialmente en Dios. Y a causa de esto, padece ms lceras estomacales, ataques de corazn y 32
cnceres que nunca. Sin embargo, podemos vivir vidas llenas de una gran paz. Entreguemos nuestros problemas al Seor en oracin, y as viviremos vidas saludables. El propsito de esta primera parte ha sido motivarle para que comience a orar como nunca lo hizo. Usted siempre ha sabido que necesitaba orar, pero sencillamente no poda conseguir el tiempo suficiente para hacerlo porque siempre estaba demasiado ocupado. Para qu iba yo a escribir este libro acerca de la oracin si no fuera a interesarle en el tema? No necesitaba pasar todos esos meses escribiendo con objeto de que usted lo leyera simplemente y volviera a su forma antigua de vida; de manera que el Seor me gui a compartir varias cosas que le motivarn a orar. Ha visto usted que la oracin produce poder en nuestra vida; y se ha dado cuenta de que necesitamos ms poder para hacer frente a los nuevos y ms complejos ataques que Satans est lanzando hoy da. La oracin produce comprensin espiritual. Al orar, su vida entera se har ms consciente que nunca jams de la realidad eterna. Asimismo, la oracin es la puerta a una comunin ms ntima con el Espritu Santo. Slo cuando aprendemos a orar sabemos cmo actuar con relacin a nuestro don. Cada uno de nosotros ha recibido un don espiritual que tiene que aprender a usar. La forma de aprender es orando. Tambin hemos considerado el saldo que podemos llegar a tener por medio de la oracin. Nuestras peticiones sern contestadas si perseveramos en dicha oracin. La oracin es la clave para mantener la salud fsica! Qu bendicin es no necesitar la sanidad porque est uno sano! Todos hemos sido diseados para desear lo que consideramos ms beneficioso. A fin de motivarle a orar, le he mostrado los beneficios que puede obtener para su espritu, su alma y su cuerpo gracias a la oracin. Ahora est listo para entrar en la siguiente parte de este libro. Los tres tipos de oracin. En ella ver las clases de oracin que existen y cmo emplearlas con xito. Si no entiende cmo se divide la oracin, posiblemente tampoco comprender todos los pasajes de la Escritura que tratan de ella. Por qu algunas oraciones reciben contestacin inmediata y otras tardan tanto en recibir respuesta? Cul es la razn de que debamos pedir a Dios cosas que El ya sabe que necesitamos? En la siguiente parte de este libro responderemos estas y otras preguntas importantes.
Segunda parte
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que ora; y, desde luego, no me encontrara en medio del avivamiento. Los discpulos de Cristo slo estuvieron preparados para recibir enseanza en cuanto a la oracin despus de haber expresado el deseo de aprender como consecuencia del ejemplo de su Maestro. En su enseanza, nuestro Seor no les dio sencillamente una frmula de oracin, sino los principios elementales de la oracin. Les explic que la oracin deba comenzar con alabanza: "Santificado sea tu nombre!"; y que tena que incluir expectacin: "Venga tu reino! Hgase tu voluntad!" Tambin haba de contener peticin: "El pan nuestro de cada da, dnoslo hoy"; y confesin: "Perdnanos nuestros pecados." Asimismo les habl de confiar en la capacidad protectora de Dios: "No permitas que entremos en el lugar de la tentacin, mas lbranos del mal" (parfrasis ma del texto original). En el versculo 9 se enumeran los tres tipos de oracin, y se representan como tres promesas: Pidan y recibirn! Busquen y hallarn! Llamen y se les abrir! Al hacer divisiones de la Palabra de verdad, las Escrituras, se puede errar fcilmente tratando de ser demasiado especficos. Claro que hay superposiciones de las oraciones de peticin, devocin e intercesin; sin embargo, las distinciones entre ellas resultan evidentes en Lucas 11.
4 ORAR ES PEDIR
Hemos de aprender a pedir cuando oramos! Aunque es verdad que Dios lo sabe todo, no podemos adoptar la actitud de que no hay necesidad de pedirle nada. Algunos han llegado a la conclusin de que no deberamos solicitar ninguna cosa de Dios debido a ese versculo de Mateo que dice: "No os hagis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qu cosas tenis necesidad, antes que vosotros le pidis" (Mateo 6:8). Sin embargo, el contexto del versculo que acabamos de citar es muy importante para comprender este versculo. Jess haba expresado en primer lugar: "Y orando, no usis vanas repeticiones, como los gentiles que piensan que por su palabrera sern odos" (Mateo 6:7). Por lo tanto, a lo que Jess se estaba refiriendo era a la repeticin de las mismas oraciones de un modo ritualista. Como veremos ms adelante no pretenda que no pidisemos, sino todo lo contrario: quera que lo hiciramos dirigiendo a nuestro Padre oraciones que brotan del corazn.
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El pedir es algo fundamental en la oracin! Dios es nuestro Padre; y como padre le gusta dar cosas a sus hijos. En una familia los hijos tienen derechos. El Hijo de Dios, Jesucristo, nos orden de un modo enftico: "De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre os lo dar. Hasta ahora nada habis pedido en mi nombre; pedid, y recibiris, para que vuestro gozo sea cumplido" (Juan 16:23, 24). En el versculo 27, Cristo nos explica por qu sucede as: "Pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habis amado, y habis credo que yo sal de Dios." El Padre nos ama debido a que creemos en Jesucristo; y como consecuencia de ello somos participes de la herencia del unignito Hijo de Dios. Dios es un Dios bueno! El desea darnos todo tipo de cosas buenas slo con que se lo pidamos: "Pues si vosotros, siendo malos, sabis dar buenas ddivas a vuestros hijos, cunto ms vuestro Padre que est en los cielos dar buenas cosas a los que le pidan?" (Mateo 7:11). Cristo vino a este mundo para traer redencin y restauracin al hombre cado; y cuando lo clavaron en la cruz, el Padre hizo posibles las condiciones a travs de las cuales la humanidad poda ser restaurada a una completa comunin con su Dios. As, Pablo afirma: "Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomndoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encarg a nosotros la palabra de la reconciliacin" (2 Corintios 5:19). En virtud de la obra reconciliadora del Padre, todos tenemos la posibilidad de salvarnos. Sin embargo, esa salvacin ha de ser predicada hasta lo ltimo de la tierra, a fin de dar la oportunidad a todos los hombres de aceptar o rechazar el evangelio -las Buenas Nuevas de que el precio ha sido pagado y que hay un acceso directo a Dios disponible para todo ser humano-. No obstante, la humanidad tiene que pedir y recibir esta gran bendicin de la salvacin. Un hombre debe solicitar de Cristo que perdone sus pecados por medio del arrepentimiento, as como que entre en su corazn. Aunque el don de la salvacin est ah para todos, la persona nicamente puede apropiarse de l pidindolo. No slo nuestra regeneracin sucede como resultado de pedir lo que ha sido comprado para nosotros, sino que tambin la plenitud del Espritu est disponible simplemente con pedirla: "Cunto ms vuestro Padre celestial dar el Espritu Santo a los que se lo pidan?" (Lucas 11:13). Por lo tanto, el don de la salvacin, la plenitud del Espritu Santo y todos los otros dones, estn a nuestra disposicin si pedimos. Santiago afirma que Dios no rechazar a nadie que le pida sabidura, sino que se la dar en abundancia, siempre que pida con fe (vase Santiago 1:5). Los dones del Espritu Santo pueden ser solicitados; y hay que pedir la sanidad, la liberacin, la prosperidad y la bendicin. Tambin tenemos derecho a pedir un avivamiento: "Pedid a Jehov lluvia en la estacin tarda. Jehov har relmpagos, y os dar lluvia abundante..." (Zacaras 10:1). La bendicin de Dios es algo que obtendremos con slo 36
pedirla. Dicha bendicin, simbolizada en Zacaras por la lluvia, est a nuestro alcance ya que El nos ha mandado que la solicitemos. De modo que es evidente que Dios quiere dar a sus hijos; sin embargo, debemos participar de una manera activa en la contestacin a nuestras oraciones pidiendo. De qu sirve pedir? De qu forma podemos conseguir que nuestras oraciones de peticin sean contestadas? Cuatro son las condiciones que deben cumplirse para estar seguros de que nuestras oraciones recibirn una contestacin afirmativa: 1. Hemos de pedir con fe! Simplemente el pedir no le asegurar a usted una respuesta positiva: "Y todo lo que pidiereis en oracin, creyendo, lo recibiris" (Mateo 21:22). 2. Tenemos que permanecer en Cristo! "Si permanecis en m, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queris y os ser hecho" (Juan 15:7). Cuando permanecemos en oracin, nos desarrollamos espiritualmente, de modo que sus deseos llegan a ser tambin los nuestros; as puede confirsenos ese cheque espiritual en blanco. 3. Debemos tener la motivacin adecuada! "Peds, y no recibs, por que peds mal, para gastar en vuestros deleites" (Santiago 4:3). Sabemos que Dios quiere darnos toda cosa buena; sin embargo, muchas de nuestras peticiones son el resultado del puro egosmo. El deseo del Seor es que aquello que pedimos tenga como finalidad que El sea glorificado. 4. Hemos de pedir conforme a la voluntad de Dios! Significa esto que deberamos preguntarnos si El quiere curarnos antes de orar por nuestra sanidad? No! Esa es la razn por la cual resulta tan importante conocer las Escrituras. La Biblia nos dice cul es la voluntad de Dios; de manera que cuando pedimos algo que El nos ha prometido, sabemos con certeza que estamos orando conforme a su voluntad: "Y esta es la confianza que tenemos en l, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, l nos oye. Y si sabemos que l nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho" (1 Juan 5:14, 15). Cmo contesta Dios nuestras peticiones? Dios responde a las oraciones que hacemos dentro del marco de su personalidad, es decir, no slo nos da exactamente lo que le pedimos, sino que nos da en abundancia: "Mi Dios, pues, suplir todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jess" (Filipenses 4:19). Los recursos de Dios son ilimitados; y de esta manera suple todas nuestras necesidades. Por lo tanto, El no est falto de ninguna cosa buena, sino que tiene un almacn lleno para nosotros slo con que aprendamos a abrir dicho almacn mediante la peticin.
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Aprend estos principios en el comienzo de mi ministerio. Estudiando la Biblia, descubr que Dios es un Dios bueno. Empec mi pastorado en la zona ms pobre durante la depresin econmica tan difcil que hubo despus de la guerra de Corea, y aprend a ayunar -no porque fuera muy espiritual, sino porque no tena nada que comer!-; y, sin embargo, por medio de la oracin y del estudio bblico, descubr que Dios no lo es solamente de Amrica y de Europa; sino de cualquiera que aprende a confiar en El. He contado esta historia muchas veces, pero siempre me quedo sorprendido de cuntos no la han odo nunca. Dicha historia ilustra perfectamente la manera de conseguir que nuestro Padre conteste las oraciones que le hacemos. En el comienzo de mi ministerio estaba todava soltero y por lo tanto viva en una pequea habitacin. Durante el invierno sola envolverme con mantas, ya que no tena nada para calentarme. Me vea en un apuro al predicar las cosas que estaba descubriendo en la Escritura referentes a la abundancia de Dios. Si Dios era tan bueno, y tena unos recursos tan grandiosos y abundantes, por qu era yo tan pobre? Esta es una pregunta que muchos an se hacen; sobre todo en los pases subdesarrollados. Entonces decid que necesitaba tres cosas. Puesto que no tena posibilidad de visitar a los miembros de mi congregacin, me era precisa una bicicleta; y ya que no contaba con nada sobre lo que apoyar la Biblia, necesitaba de veras un escritorio. Para acompaar a dicho escritorio me propuse adems orar pidiendo una silla. Hoy da estas tres cosas nos parecen muy pequeas; pero hace veinticinco aos eran difciles de encontrar en nuestra regin. No obstante, con plena confianza ped a mi Padre celestial aquellos tres objetos: una silla, un escritorio y una bicicleta. Mes tras mes repet mis peticiones a Dios, sintiendo que si solicitaba de manera continua la misma cosa, acabara por orme y contestara; pero despus de seis meses estaba desanimado. "Seor -or con abatimiento-, s que el tiempo no significa nada para ti; pero necesito realmente esas cosas ahora. Tal vez ests planeando esperar mucho ms para contestar mi peticin; no obstante, si tardas demasiado estar muerto y ya no las necesitar." Entonces escuch decir a una voz tenue dentro de m: "Hijo, te o el primer da que oraste hace seis meses." "Bueno, y por qu no me diste lo que te peda?", inquir. "Me pediste una bicicleta, no es as? -sigui diciendo Dios-. Sin embargo, las hay de muchas marcas, de qu clase la quieres? Tambin hay diversos tipos de escritorios hechos de diferentes maderas; cul deseas? Y lo mismo pasa con las sillas; existen de numerosas marcas y estilos." Las palabras que o aquella noche revolucionaron por completo mi vida; y decid pedir a Dios tres artculos concretos: una bicicleta de fabricacin estadounidense -en aquel entonces tena tres opciones en 38
cuanto a bicicletas, pero la americana era la ms fuerte-; un escritorio de caoba filipina; y por ltimo la silla, pero no una silla cualquiera: aquella tena ruedecitas, para que pudiera trasladarme de un lugar a otro de la habitacin como si fuera un personaje importante. En un plazo de dos semanas me dieron una bicicleta americana, ligeramente usada por el hijo de un misionero estadounidense, y tuve mi escritorio de caoba filipina y una silla para acompaar a dicho escritorio, naturalmente con ruedecitas! La parte divertida de la historia ocurri antes de que llegara la provisin de Dios. Un domingo prediqu sobre Romanos 4:17: "(Como est escrito: Te he puesto [Abraham] por padre de muchas gentes) delante de Dios a quien crey, el cual da vida a los muertos y llama las cosas que no son, como si fuesen." Y durante mi sermn me encontr diciendo con gran seguridad: -Me han dado una bicicleta, una silla y un escritorio -y luego pas a describir cada artculo. Despus del culto, tres jvenes que ahora estn en el ministerio me preguntaron: -Pastor, podemos ver esos tres grandes regalos que Dios le ha hecho? Era comprensible que tuvieran curiosidad, ya que cualquiera de aquellas cosas se consideraban posesiones extraordinarias en aquella regin. De camino a casa me sent preocupado por lo que iba a decirles a aquellos jvenes cuando se encontraran con una habitacin vaca. Al abrir la puerta, les vi mirar por mi pequeo y desnudo cuarto buscando la bicicleta, la silla y el escritorio. Por ltimo, uno de ellos, con aspecto muy perplejo, pregunt: -Pastor... dnde estn? -Aqu! exclam sealando a mi estmago. -Dnde? -replicaron todos. -Aqu, aqu! Djenme que se lo explique hacindoles una pregunta -continu con calma, asombrado de mi propia contestacin-: Dnde estaban ustedes antes de nacer? -En el vientre de mi madre -respondi por fin uno de ellos. -Exacto! Ahora dganme: existan antes de que les dieran a luz? Sus rostros empezaron a iluminarse poco a poco. -Naturalmente, existamos dentro de nuestras madres. -Sin embargo, nadie poda verles. . . -dije, explicndoles con una sonrisa lo que por ltimo comprendieron que era mi condicin-. S, yo tambin estoy embarazado! Lo estoy de una silla, un escritorio y una bicicleta fabricada en Amrica! Despus de exclamar esto con orgullo vi que el gesto de sorpresa de sus rostros se converta en diversin. -De modo, pastor, que est usted embarazado! -dijeron rindose a carcajadas. Intent advertirles que no hablaran a nadie acerca de ello; pero un hombre embarazado no poda mantenerse en secreto. Por todo el vecin39
dario corri la noticia de que el pastor de la iglesia local estaba embarazado. Las mujeres me miraban y sonrean cuando pasaba por su lado; y los nios me ponan las manos en el estmago para palpar la bicicleta. Sin embargo, cuando Dios provey milagrosamente cada uno de aquellos objetos, el que sonre fui yo. As me ense Dios a ser especfico en mis peticiones. Esta es la manera de orar con fe. No pida generalidades! Sepa lo que necesita y apntelo. Explique a Dios en detalle qu es lo que pide; y luego empiece a confesar que ya lo ha recibido! Tal vez no quiera hacerlo en pblico; pero comience a dar gracias a Dios y a declarar que lo tiene. Recuerde que el Seor proveer aquello que pedimos con fe. Es algo significativo que Dios enseara esto a un pastor de un pequeo pas; ya que por lo general slo los predicadores occidentales hablan acerca de la abundancia de Dios en cuanto a proveer para sus necesidades. Pero yo puedo testificar que Dios es capaz de hacer lo mismo por cualquier hombre o mujer que le pida conforme a su santa Palabra. Con demasiada frecuencia son nuestras condiciones sociolgicas o econmicas las que dictan nuestro nivel de fe; por eso resulta tan importante que pidamos a Dios un aumento de nuestros sueos y visiones, que constituyen el lenguaje del Espritu Santo. Teniendo una visin ms amplia podemos ver la mayor provisin de Dios. En cierta ocasin, Winston Churchill dijo que los grandes hombres procedan de grandes pases, vivan en grandes momentos, y realizaban grandes tareas. Esto es as por lo general. Pero Jesucristo, el Hijo de Dios, era de una nacin pequea y dbil: Israel. En el tiempo de la venida de nuestro Seor, el pas se hallaba bajo la opresin del Imperio Romano; y aunque Jess llev a cabo la ms extraordinaria de las tareas, desde luego no vivi en un gran momento para su tierra. Sin embargo, Cristo es el punto central de la historia humana. Sin importar quin sea usted, puede tener influencia. Su vida es capaz de cambiar la nacin donde vive y el mundo si conoce el secreto de cmo pedir en oracin. Salomn dijo: "La ddiva del hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes" (Proverbios 18:16). Dios desea darle a usted mucho ms de lo que usted puede soar o imaginar. Pida al Seor el don que le haga tener el mximo efecto en su situacin! No se contente con el statu quo! Yo procedo de una familia, un pas y unas circunstancias naturales pobres. Sin embargo, nunca he tenido que abrirme paso a la fuerza hasta la presencia de los grandes hombres (a los ojos del mundo). El don de gracia que Dios me ha concedido me ha llevado delante de reyes, reinas, presidentes y muchos lderes mundiales notables. Si Dios puede hacer esto por m, tambin es capaz de realizarlo por usted. Aunque est leyendo este libro en un pas pobre de la Amrica Latina, su vida puede dejar huella en dicho pas y en el mundo entero. 40
Sea cual fuere el lugar en que se encuentre, el Seor tal vez quiera usarle en grandes fuegos de avivamiento que recorran Africa, Asia o Europa. Pida, y recibir!
5 ORAR ES FERVOR
Dios dijo a Moiss: "Mas si desde all buscares a Jehov tu Dios, lo hallars, si lo buscares de todo tu corazn y de toda tu alma" (Deuteronomio 4:29). El hombre ha sido creado para desear la comunin con Dios. Existe un vaco en l que no puede llenar otra cosa que no sea una autntica relacin ntima con su Hacedor. Sea lo que fuera lo que adquiera el ser humano, no puede sustituir esa comunin que satisface la esencia misma del hombre, dando propsito a su vida y alimentando la mdula de su alma. Dios cre a Adn y le dio aliento de vida. El hombre fue antes un ser fsico que un ser espiritual. La dimensin espiritual de Adn lo haca capaz de gozar de comunin y compaerismo con Dios en medio del huerto "al aire del da". Sin embargo, el hombre perdi esa capacidad a causa del pecado; pero el Seor todava deseaba tener comunin con l y tom la iniciativa revelndose a Abram. Abram lleg a ser el padre (Abraham) de los creyentes que tendran la oportunidad de relacionarse ntimamente con Dios. Luego, Dios manifest su presencia fsica sobre la tierra en el Tabernculo de Moiss; no obstante, salvo pocas excepciones, slo el Sumo Sacerdote poda entrar en la tercera parte de dicho Tabernculo: el Lugar Santsimo. Cuando por fin los israelitas reconocieron a David como rey, lo primero que ste hizo fue devolver el arca del pacto, smbolo de la presencia divina, el centro de la adoracin de Israel. Sin embargo, en vez de colocarla en la tienda de Moiss, Dios pidi que se erigiese en Sion, el lugar donde estaba la casa personal de David: "Porque Jehov ha elegido a Sion; la quiso por habitacin para s" (Salmo 132:13). En Sion Dios tendra acceso directo al pueblo y comunin con l. Pero de nuevo, la adoracin de Israel se convirti en algo ritual; y Dios tom otra vez la iniciativa para restaurar su comunin con el hombre al venir en la persona de Jesucristo. En la era de la Iglesia, hemos recibido el Espritu Santo que nos gua al compaerismo y la comunin con el Padre y el Hijo. Jess dijo en cierta ocasin: "El me glorificar; porque tomar de lo mo, y os lo har saber. Todo lo que tiene el Padre es mo; por eso dije que tomar de lo mo, y os lo har saber" (Juan 16:14, 15); y ampli: "Y el que me ama, ser
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amado por mi Padre, y yo le amar, y me manifestar a l" (Juan 14:21). Luego, en el versculo 23, dijo: "El que ama, mi palabra guardar; y mi Padre le amar, y vendremos a l, y haremos morada con l." La oracin de peticin es importante para conseguir lo que necesitamos de Dios; no obstante, orar consiste en mucho ms que en pedir. Jess dijo: "Buscad y hallaris!" Dios no es nicamente un centro de ayuda del que podemos obtener todo cuanto necesitamos, por nobles que sean nuestros motivos; se trata de un ser vivo que busca nuestra comunin: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca que le adoren" (Juan 4:23). Por lo tanto, el siguiente nivel de oracin, por encima del "pedir", es el "buscar". Esto no descarta en modo alguno el pedir: lo mayor nunca excluye lo menor; pero lo menor siempre est incluido en lo ms mayor! El apstol Pablo viva una vida de comunin con Cristo en la oracin. As testifica a la iglesia de Filipos: "Pero cuantas cosas eran para m ganancia, las he estimado como prdida por amor de Cristo. Y ciertamente, an estimo todas las cosas como prdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jess, mi Seor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" (Filipenses 3:7, 8). Cmo poda Pablo ganar a Cristo? Recuerde que la salvacin es el don de Dios por gracia mediante la fe. En Filipenses 3 Pablo se refiere a algo ms que a recibir a Cristo y ser salvos; est hablando de tener una comunin y un compaerismo ms profundos con el Seor. Este tipo de oracin no se otorga gratuitamente, sino que debe buscarse; y por lo tanto requiere esfuerzo. Qu reciba el apstol de esa clase de comunin? El mismo nos da la respuesta en el versculo 10: "A fin de conocerle, y el poder de su resurreccin, y la participacin de sus padecimientos, llegando a ser semejante a l en su muerte." Y otra vez: "Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess" (versculo 14). En el versculo 15, Pablo nos desafa a cada uno de nosotros diciendo: "As que todos los que somos perfectos (maduros), esto mismo sintamos..."; revelando as que la seal de la madurez espiritual es querer alcanzar ese nivel en el que participamos en una comunin y un compaerismo ntimos con Cristo. Dios es amor; y el amor requiere ser satisfecho por medio de tales cosas. De modo que la misma naturaleza de Dios precisa aquello que nos ha dado el privilegio de poder ofrecerle: la comunin. No necesito un despertador que me sacuda todas las maanas antes de la cinco; simplemente oigo que llaman a la puerta de mi corazn, y eso me despierta. Luego, escucho al Seor decir: "Cho, ha llegado el momento de nuestra reunin! Quiero tener comunin contigo." Sin embargo, esta constante relacin con Cristo no la obtuve slo con pedir.
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Y qu buscamos? Debemos buscar al Seor, porque en El se halla encerrada toda cosa preciosa: "En quien estn escondidos todos los tesoros de la sabidura y del conocimiento" (Colosenses 2:3). En Colosenses, Pablo concibe la iglesia como un campo en el que hay un tesoro escondido; aunque dicho tesoro no es material, sino espiritual: se compone de sabidura y conocimiento. Cuando los cristianos jvenes oran, se acercan al trono de la gracia, por lo general, en momentos de necesidad: van a Dios porque quieren algo. Esto es al mismo tiempo bueno e importante. El Seor quiere que pidamos. Sin embargo, muchas personas consideran a Cristo simplemente como una tienda a la que pueden ir con su lista de compra y obtener todos los artculos apuntados en ella. No obstante, cada uno de los grandes misterios, las riquezas del conocimiento, el origen del gozo total y absoluto, la esencia del amor, estn esperando como un tesoro escondido en Jess. Los que son sabios vendern todo cuanto poseen y comprarn ese campo a fin de poder obtener dicho tesoro. Moiss dijo: "Las cosas secretas pertenecen a Jehov nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre" (Deuteronomio 29:29). En la Escritura est lo que todo el mundo puede ver; pero Dios quiere llevarnos a una comunin tan ntima consigo mismo que le sea posible compartir con nosotros sus tesoros ms recnditos de sabidura y conocimiento. Un tesoro no sera digno de ese nombre si se pudiera echar mano del mismo con facilidad; por lo tanto, el tesoro espiritual de Dios ha de buscarse en oracin. Hace muchos aos aprend que el obtener los tesoros que Dios quiere darme requiere un esfuerzo: "Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan. Las riquezas y la honra estn conmigo; riquezas duraderas, y justicia. Mejor es mi fruto que el oro, y que oro refinado; y mi rdito mejor que la plata escogida" (Proverbios 8:17-19). El cristiano perezoso no est dispuesto a buscar; y por lo tanto nunca goza de la plenitud de la bendicin que Dios desea para El. Se requiere esfuerzo y disciplina para vivir a la puerta de la casa del Seor. Recuerde que ahora soy pastor de la iglesia ms grande del mundo, con ms de 370.000 miembros. Estoy sumamente ocupado. Por qu viene tanta gente a mi iglesia? Es slo debido al sistema de grupos de clula? Aunque dicho sistema de grupos de clula ha sido el medio ms eficaz mediante el cual la mayora de nuestros miembros han conocido a Cristo, no es esa la razn principal por la que miles de personas esperan todos los domingos a fin de poder conseguir asiento para cada uno de nuestros siete cultos. Vienen para ser alimentadas con la Palabra de Dios. Y dnde recibo mis mensajes? Los obtengo de mi Seor, en oracin y comunin y compaerismo ntimos. Esto es algo indispensable para todos los cristianos sabios: "Atended el consejo, y sed sabios, y no lo menospreciis.
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Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada da, aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallar la vida, y alcanzar el favor de Jehov" (Proverbios 8:3335). Si no tiene usted una vida cristiana emocionante, es que no ha aprendido a buscar al Seor. Si su estudio de la Palabra de Dios no le trae una comprensin renovada de la realidad espiritual, quizs no haya entrado usted nunca en esa segunda fase de la oracin: busque y hallar!
6 ORAR ES INTERCEDER
Aunque orar significa pedir a Dios, y asimismo buscarle en comunin y compaerismo profundo, tambin es interceder delante de El en el Espritu Santo. De manera que la oracin de intercesin es el tercer nivel en el cual compartimos la carga de Cristo por una persona, circunstancia o necesidad de cualquier parte del mundo. La intercesin representa ese tercer nivel de oracin en el que podemos llegar a ser participantes de los sufrimientos de Cristo. Cuando oro en el Espritu Santo, s que algunas de mis oraciones son por personas y circunstancias de otras partes del mundo. Tal vez yo no conozca la necesidad precisa, pero el Espritu s la conoce; y El me utiliza para orar hasta que estoy convencido de que Dios ha satisfecho dicha necesidad. Cierto amigo misionero me cont una historia milagrosa que muestra la importancia de la intercesin. Un equipo evangelstico se encontraba en cierta ocasin en un desierto de Africa, y una tormenta de viento les haba obligado a salirse de su ruta, obstaculizando as su viaje. Dos das despus haban agotado su reserva de agua, y vagaban desvalidos por el desierto sufriendo de deshidratacin. De repente, apareci una charca y se salvaron. Ms tarde, al volver al lugar de su liberacin, vieron que no haba all ninguna charca. En el momento de su mayor necesidad, alguien haba estado intercediendo por ellos y Dios haba realizado un milagro. En 1964, conoc a una seora que comparti conmigo su experiencia de intercesin por nuestra iglesia. Tras fundar mi primera congregacin fuera de Sel, empec una iglesia en el centro de la capital de nuestro pas. Veinte aos antes de que yo comenzara dicha iglesia en Sel, aquella mujer haba tenido tres visiones de la misma e intercedido por nosotros en el Espritu despus de cada una de ellas. Cuando la mujer oraba en 1944, estbamos todava bajo la ocupacin japonesa, y no exista siquiera el pensamiento de nuestra iglesia. Sin embargo, el Espritu Santo saba ya que la Iglesia Sudaemoon -as se llamaba a causa
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de su situacin habra de convertirse en la Iglesia Central del Evangelio Completo. Dios utiliz a aquella fiel mujer intercesora para que el Espritu Santo descendiera sobre la zona aos antes de cumplirse la visin. Al igual que la simiente produce vida en el plano humano de la existencia, tambin el Espritu Santo lleva en s toda la dinmica de la vida cuando se posa sobre un lugar determinado. Este punto es tan importante que debo explicarlo con ms detalle. En la concepcin de un nio, el vulo de la mujer y el esperma del hombre poseen un cdigo (gentico) muy complejo, que es en realidad el programa a desarrollar en el futuro; y cuando el Espritu Santo engendra, tambin gran parte de la dinmica de la vida la determina la voluntad de Dios que El tiene el encargo de cumplir. En 1944, nadie en el centro de Sel se imaginaba que con el tiempo Dios establecera all un instrumento mediante el cual toda la nacin de Corea se vera afectada por el evangelio. Sin embargo, el Espritu Santo, que conoce la mente de Dios, lo saba; y por lo tanto levant a un "guerrero intercesor" para orar en el Espritu veinte aos antes de que la realidad de esa intercesin se hiciera evidente. La mujer vio realmente que se tratara de la iglesia ms grande del mundo. Era como Simen y Ana (lea Lucas 2:25-39): que saban que el nio de tan slo ocho das que tenan delante habra de ser el Mesas de Israel. Cules son las cualidades de un intercesor? Simen es un ejemplo perfecto de las cualidades que debe reunir un intercesor: 1. Era piadoso! El que se dedica al ministerio de intercesin debe ser una persona entregada a la oracin. 2. Tena paciencia! La Escritura dice que Simen esperaba la consolacin de Israel. Mientras la mayora de la gente buscaba una solucin poltica, Simen saba que la solucin para el pueblo judo haba de ser espiritual; por lo tanto, pudo esperar muchos aos antes de ver el resultado de sus oraciones. 3. Estaba lleno del Espritu Santo! Slo un hombre sobre el cual re posa el Espritu de Dios puede llevar el peso de la intercesin. 4. Confiaba! A Simon le haba sido revelado que vera la respuesta a sus oraciones antes de morir; por lo tanto, estuvo yendo fielmente al templo a diario durante muchos aos, hasta que lleg el da en que llevaron all a Cristo. 5. Era un hombre de visin! La profeca que dio acerca del nio Jess maravill a Jos y a Mara. De modo que comprenda ms acerca de Cristo que su madre natural y su padrastro. As que antes del nacimiento de Cristo el Espritu Santo haba levantado a dos fieles intercesores, que pasaron muchos aos ayunando y 45
orando por la venida del Mesas, y a quienes Dios hizo vivir lo suficiente para ver el resultado de sus oraciones; por lo que su ministerio de intercesin ha quedado registrado para siempre en las Escrituras. La intercesin es necesaria para el cumplimiento de la voluntad divina. Eso no quiere decir que Dios sea incapaz de realizar su voluntad sino que El ha decidido incluirnos en la realizacin de esa voluntad lo tanto, los que participan en un ministerio de intercesin se convierten en realidad, en parte integrante del cumplimiento de los planes y propsitos de Dios. Por qu es necesaria la intercesin? Antes de poder comprender la necesidad de la intercesin, deb dicta de entender qu somos en esta tierra los seguidores de Cristo. Somos la sal de la tierra! (Vase Mateo 5:13.) La sal da sabor a aquellas cosas con las cuales entra en contacto, Job dice: "Se comer lo desabrido sin sal?" (Job 6:6). La iglesia debe actuar como sal en este mundo. Es nuestra presencia sobre la tierra pecaminosa en que vivimos lo que impide que Dios la destruya, como hizo con So doma y Gomorra. El Seor pone sobre nosotros la responsabilidad da detener el Juicio Final dando tiempo al hombre para que acepte o rechace a Jesucristo como Salvador. Igualmente, somos embajadores de Cristo (2 Corintios 5:20); y por lo tanto hemos sido enviados en calidad oficial por nuestro gobierno (el reino de Dios) para representar sus intereses en suelo extranjero. La prctica normal de dos gobiernos en guerra es primeramente retirar sus embajadores; de modo que el hecho de que an nos encontremos en esta tierra indica que Dios todava est teniendo paciencia con el pecado del mundo y que an hay tiempo para predicar el evangelio. La sal refrena asimismo el proceso de descomposicin. Antes de que existieran aparatos frigorficos, los viajeros tenan que cubrir su provisin de carne con sal para asegurarse de que no se echara a perder. El espritu del anticristo ha estado activo desde el siglo I. Juan escriba: "Y todo espritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espritu del anticristo, el cual vosotros habis odo que viene, y que ahora ya est en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habis vencido; porque mayor es el que est en vosotros que el que est en el mundo" (1 Juan 4:3, 4). Ese espritu del anticristo, que es el espritu de la iniquidad, ha estado operando en el mundo cada vez con mayor influencia; y por ltimo producir al anticristo mismo. El Espritu Santo, por medio de la Iglesia, detiene esas fuerzas contrarias a Dios, hasta que la fuerza positiva que representan los creyentes sea quitada de en medio. A medida que vamos madurando, comprendemos que el ser cristiano no slo implica privilegios, sino tambin responsabilidades. Puesto que constituimos la barrera principal contra la influencia de Satans en este
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mundo, hemos de darnos cuenta de la importancia que tiene la intercesin por medio de la oracin. Si no captamos la visin de nuestro papel como sal de esta tierra, y permitimos perezosamente que el mal consiga controlar las circunstancias naturales que prevalecen en nuestros respectivos pases, esa sal habr perdido su sabor. Si ello sucede, Jess dijo que "no sirve ms para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres" (Mateo 5:13). Dios tambin nos ha llamado a ser un reino de sacerdotes, y como sacerdocio real hemos recibido autoridad. La labor del sacerdote en el Antiguo Testamento era interceder por su pueblo delante del propiciatorio. As tambin nosotros, con nuestra intercesin, representamos el papel de sacerdotes neotestamentarios que se ponen en la brecha por las necesidades del pueblo de Dios. Dios ha determinado que sus hijos compartan el gobierno con Jesucristo. El no rige sobre nosotros sin darnos ninguna responsabilidad; sino que ha delegado su autoridad para que le asistamos en el dominio de la tierra: "Y someti todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo" (Efesios 1:22, 23). Luego, en Efesios 2, Pablo ampla nuestro papel de gobernantes: "Y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess" (v. 6). En el ejercicio de la autoridad espiritual, recibimos nuestro conocimiento y nuestra sabidura naturales avivados por el Espritu Santo, as como el conocimiento espiritual que sobrepasa con mucho el nuestro propio. Este conocimiento nos lo da el Espritu (vase 1 Corintios 2:7-10). El pasaje del Antiguo Testamento que ms se cita en el Nuevo, es el Salmo 110. Para comprender mejor como podemos usar nuestra autoridad en la intercesin, resulta muy importante que estudiemos este Salmo cuidadosamente: Jehov dijo a mi Seor: Sintate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jehov enviar desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos. Tu pueblo se te ofrecer voluntariamente en el da de tu poder, En la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora Tienes t el roco de tu juventud. Jur Jehov, y no se arrepentir: T eres sacerdote para siempre Segn el orden de Melquisedec. El Seor est a tu diestra; Quebrantar a los reyes en el da de su ira. Juzgar entre las naciones, Las llenar de cadveres; 47
Quebrantar las cabezas en muchas tierras. Del arroyo beber en el camino, Por lo cual levantar la cabeza. En este importante salmo, se representa a Cristo como supremo gobernante de la tierra y sumo sacerdote segn el orden espiritual de Mequisedec. Hebreos ampla el papel que se representa de Jess como sacerdote espiritual, cuando dice: "Viviendo siempre [Cristo] para interceder por ellos" (Hebreos 7:25). El dominio de Cristo es nico, porque lo ejerce en medio de sus enemigos. David tena un trono fsico entre sus adversarios. As Jesucristo, sin contar con la clara posesin de los tronos materiales de la tierra, lo domina todo por completo. La vara, que en la Biblia es smbolo de autoridad, sale de Sion: el nombre que se da al pueblo de Dios. Por lo tanto, la forma en que el inundo experimenta el dominio de Cristo en este tiempo presente es a travs del ejercicio por parte de la Iglesia de la autoridad que posee; particularmente en la intercesin. Ahora que tenemos conocimiento de nuestro lugar espiritual en esta tierra como sal, sacerdotes reales y copartcipes con Cristo en su trono, podemos comprender cmo obra y por qu es necesaria la intercesin. Como vimos en la oracin de Daniel, Satans se opone a la voluntad ce Dios, no slo en lo referente a la iglesia, sino al mundo entero. Habiendo recibido autoridad sobre esta era (al diablo se le llama "el dios (le este siglo"), todo su poder se dirige contra el pueblo de Dios, que, como hemos observado, est llamado a ejercer la autoridad de Cristo. Sabiendo que la Iglesia es el principal obstculo para la realizacin (le sus propsitos en la tierra, Satans ha salido para devorar como un len rugiente; a pesar de lo cual el evangelio de Cristo debe ser predicado y las naciones tradas al conocimiento de Dios. Se trata de dos intereses en pugna; y como hemos aprendido de la historia, las guerras surgen a causa de los intereses contrarios entre las naciones. Al interceder, el cristiano desempea la funcin sacerdotal de proporcionar una base terrenal para los intereses celestiales de Dios. Esta era se ha convertido en el campo de batalla para las dos fuerzas opuestas; pero el Seor cuenta con un grupo en el suelo extranjero capaz de ejercer en este siglo la influencia de la era por venir. Por lo tanto, el presente mundo natural puede colocarse bajo el control evidente del reino de Dios. Mientras Israel haca la guerra con o contra sus enemigos, Moiss levantaba las manos; pero cuando dejaba que stas decayeran, el pueblo de Dios sufra por ello. He aqu un smbolo claro de cmo opera la intercesin. El precio de la intercesin Para comprender cul es el precio de la intercesin, hemos de entender primero el sufrimiento presente de Cristo. En el camino de Damasco, 48
Pablo vio de repente una luz cegadora; y mientras sus compaeros oan truenos, l escuch aquella clara voz del cielo que deca: "Saulo, Saulo, por qu me persigues?" La respuesta de Pablo fue: "Quin eres, Seor?" Y Cristo contest: "Yo soy Jess, a quien t persigues." Saulo, que despus sera conocido como el apstol Pablo, jams pens que estuviera persiguiendo al Seor Jesucristo; slo hostigaba a la Iglesia. Sin embargo, el Seor no le pregunt por qu persegua a su pueblo; sino por qu lo acosaba a El. Somos el cuerpo de Cristo; y lo que sentimos como miembros suyos, El tambin lo siente como nuestra cabeza. El dao y el sufrimiento nunca se han experimentado en la superficie de una herida; el verdadero dolor se siente en el cerebro, que est situado en la cabeza. El cerebro puede proyectar ese dolor a la parte del cuerpo que sufre el dao, a fin de que sta haga los ajustes oportunos. Eso mismo sucede con el cuerpo de Cristo: lo que nosotros sentimos, lo siente El igualmente; y si sufrimos, El tambin sufre, aunque, como cabeza, su sufrimiento es ms intenso. Es cierto que los ms prximos a nosotros son los que ms nos pueden herir; y, lamentablemente, algunos cristianos vuelven al mundo despus de rechazar a nuestro precioso Salvador que muri por ellos. El libro de Hebreos dice: "Crucificando de nuevo para s mismos al Hijo de Dios y exponindole a vituperio" (Hebreos 6:6). Por lo tanto, Cristo vuelve a sufrir el dolor que experiment en la cruz cada vez que un creyente se vuelve al mundo. En la oracin de intercesin, los cristianos comparten el sufrimiento de Cristo por una necesidad particular de su cuerpo. Una vez, en Africa, cierto ministro estaba predicando en una gran campaa evangelstica, y durante la noche se despert llorando. Al ponerse a orar, oy que repeta una y otra vez un nombre extrao, y al continuar en oracin experiment un dolor intenso. Despus de varias horas desapareci la carga y ces la intercesin. Al da siguiente los peridicos publicaban una extraa noticia: durante la noche, una aldea cristiana haba sido asesinada en masa. El nombre del pueblo era el mismo por el cual el ministro haba estado llorando la noche anterior. Cristo sufra el dolor de los suyos; pero pudo encontrar a alguien dispuesto a compartir su sufrimiento e interceder en el espritu. Pablo dijo: "A fin de conocerle, y el poder de la resurreccin, y la participacin de sus padecimientos" (Filipenses 3:10). En este pasaje, el apstol indicaba que no slo estaba dispuesto a disfrutar del poder de la resurreccin de Jess, sino a tener comunin con El en sus sufrimientos. En nuestra iglesia nos hemos comprometido a llevar a cabo un ministerio de intercesin. Hemos aprendido a pedir; de modo que vemos suplidas nuestras necesidades. Tambin estamos entregados a la oracin devocional; as que disfrutamos de comunin con nuestro precioso Seor.
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Pero, ms que nunca, nos dedicamos a interceder; por lo cual estamos viendo un avivamiento en nuestro pas y lo veremos en todo el mundo. No hay ningn otro lugar de la tierra que cuente con tres mil a diez ni] personas ayunando y orando ininterrumpidamente. Hemos tomado en serio la batalla que Dios ha mandado que peleemos, as como las; armas espirituales que nos asegurarn la victoria; y somos conscientes (le que el campo de batalla es el corazn de los hombres en todo el inundo. Tenemos asimismo la certeza de la victoria final que podemos compartir con el Rey de Gloria. Por qu puerta entramos con la intercesin mediante las oraciones? Adems de su sentido corriente de entrada a una casa o edificio, la palabra "puerta" tiene otro metafrico que expresa el acceso a cualquier experiencia espiritual u oportunidad. Por lo tanto, Jess dijo: "Yo soy la puerta." Cristo es el medio para llegar al Padre. Pablo emple la palabra para describir una oportunidad: "Cuando llegu a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abri puerta en el Seor, no tuve reposo en mi espritu. ... (2 Corintios 2:12, 13). Juan, escribiendo a la iglesia en Filadelfia, comparte la revelacin recibida de Cristo: "Yo conozco tus obras; he aqu, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar..." (Apocalipsis 3:8). Las puertas no representan nicamente oportunidades de predicar el evangelio de Jesucristo a comunidades enteras; sino que tambin son oportunidades a nivel personal. Como el Seor confirma: "He aqu, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar a l, y cenar con l, y l conmigo" (Apocalipsis 3:20). Hay puertas que dan a naciones y grupos tnicos, las cuales es posible abrir. Cuando una de esas puertas se abre, dichas naciones o grupos tnicos pueden recibir la fe y creer: "Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cun grandes cosas haba hecho Dios con ellos, y cmo haba abierto la puerta de la fe a los gentiles" (Hechos 14:27). Entrar por una puerta de oportunidad significa enfrentarse a la oposicin espiritual de los principados y potestades que impiden que las naciones escuchen el evangelio y respondan a l: "Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios" (1 Corintios 16:9). Slo el Seor Jesucristo puede abrir una puerta que ha estado cerrada al evangelio: "Cuando llegu a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abri puerta en el Seor..." (2 Corintios 2:12). Cmo podemos abrir las puertas de la fe y de la oportunidad? Ya hemos visto que es el Seor quien debe hacerlo. Sin embargo, Dios nos ha hecho miembros de su cuerpo; lo que significa que la Cabeza ha optado por funcionar mediante los miembros que tiene en la tierra. De modo que necesitamos la intercesin para oponernos a las fuerzas es50
pirituales que mantienen cerradas las puertas. Una vez que las oraciones despejan el camino, Cristo puede abrir la puerta y salvar a toda una ciudad, nacin o raza. Pablo confirma esto: "Orando tambin al mismo tiempo por nosotros, para que el Seor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual tambin estoy, preso, para que la manifieste como debo hablar" (Colosenses 4:3). Cristo no slo quiere abrir a su pueblo puertas de la oportunidad para predicar el evangelio, sino tambin de revelacin y conocimiento. Estas tambin son necesarias. Jess repite continuamente: "El que tiene odo, oiga." Esta expresin, dirigida a las iglesias de Apocalipsis captulos 2 y 3, indica que muchas veces no comprendemos lo que omos. Hay que abrir las puertas del entendimiento para que nuestra mente pueda captar lo que Dios desea revelarnos: "Despus de esto mir, y he aqu una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que o, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube ac, y yo te mostrar las cosas que sucedern despus de stas. Y al instante yo estaba en el Espritu..." (Apocalipsis 4:1, 2). En Hechos vemos cmo Dios es capaz de abrir una puerta de oportunidad y de mantenerla abierta para que podamos predicar el evangelio sin impedimento espiritual. Pablo haba sido acusado y trasladado a Roma, que en aquel tiempo era el centro del pecado, y el apstol oraba y peda a otros que intercedieran por l en oracin hasta que por ltimo la puerta de Roma se abri: "Y Pablo permaneci dos aos enteros en una casa alquilada, y reciba a todos los que a l venan, predicando el reino de Dios y enseando acerca del Seor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento" (Hechos 28:30, 31). As termina el libro de Hechos. Es significativo que el Espritu Santo "cierre" dicho libro con una puerta abierta. Naturalmente, la mayora de nosotros sabemos que Hechos acaba sin el final adecuado en cuanto a gramtica; de lo que podemos deducir que (puesto que Lucas era mdico y tena un dominio excelente del griego) el libro se est escribiendo todava, mientras la iglesia sigue realizando los "hechos" del Espritu Santo. Aunque sabemos que al final Pablo fue ejecutado, la historia oficial de la Iglesia primitiva termina con una nota positiva. Nadie puede impedir la predicacin del evangelio cuando Dios ha abierto la puerta de la oportunidad espiritual! A Dios le es posible incluso detener la oposicin procedente de nuestros mismos hermanos en Cristo. Es lamentable que gran parte de nuestra energa se malgaste debido a la falta de unidad en la iglesia. En vez de luchar contra nuestro verdadero enemigo, el diablo, muchos creyentes pelean entre s. No obstante, una puerta espiritual abierta puede asimismo bloquear la oposicin que surge de dentro. Pablo tambin experiment esto en Hechos 28: "Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea (el centro de la oposicin a Pablo)
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cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algn mal de ti" (versculo 21). Lo que resulta evidente es que por todo el mundo los cristianos necesitan comprender y llegar al tercer nivel de la oracin: la intercesin. Llamad y se os abrir la puerta! Como ya dije antes, no podemos ser demasiado especficos al dividir los tres tipos de oracin: es posible pedir, tener comunin e interceder en la misma oracin. Resulta difcil interceder sin estar en comunin con Cristo. Nuestras peticiones tendrn ms eficacia acompaadas de la comunin. Nuestra intercesin incluye peticiones, compaerismo y comunin; sin embargo, si comprendemos esos tres tipos de oracin podemos orar con mayor eficacia. Cuando somos recin convertidos, tenemos el concepto de la oracin como un medio para obtener cosas de Dios; luego, con el tiempo, comenzamos a madurar y deseamos algo ms. El sentimiento que produce la novedad de nuestra experiencia ya no es tan fuerte, de modo que podemos pensar que estamos decayendo, cuando lo que sucede en realidad es que se nos est destetando espiritualmente, a fin de prepararnos para la comida de adultos. Entonces debemos tener comunin y compaerismo con Cristo a travs de la obra del Espritu Santo. Despus que hemos comenzado nuestra relacin personal con el Seor, empezamos a sentir lo que El siente. No podemos seguir permitiendo que las cosas continen como estn, y nos alistamos de voluntarios en el ejrcito de la oracin. David profetiz: "Tu pueblo se te ofrecer voluntariamente en el da de tu poder." Por qu estamos experimentando un avivamiento continuo en Corea? Nos hemos alistado como voluntarios para orar hasta que el evangelio sea predicado en todo el mundo. Las puertas se abrirn al ser atadas las fuerzas espirituales en el nombre de Jess!
Tercera parte
Formas de orar
La oracin adopta diferentes formas en nuestra vida cristiana. Mi deseo es compartir con usted las que practicamos en la Iglesia Yoido del Evangelio Completo de Sel, Corea. No es que nosotros hayamos agotado todas las formas que existen; tal vez usted conozca alguna que no he incluido en esta seccin. Sin embargo, lo que me dispongo a compartir se basa en nuestra experiencia y en muchos sentidos explica la causa de nuestro extraordinario crecimiento.
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7 SU VIDA DEVOCIONAL
Para garantizar nuestro continuo crecimiento como cristiano, debemos tener una vida devocional constante. Si dejamos de orar, empezaremos a perder velocidad al tiempo que pasamos del mpetu al impulso, como ya expliqu anteriormente. En muchas partes del mundo el cristianismo se ha convertido en una religin tradicional: llena de ritualismo y con poca vida palpitante. En esta era acelerada en que vivimos, a la gente le resulta difcil iniciar y mantener una vida devocional como individuos. La televisin desempea un papel cada vez ms dominante en nuestro diario vivir, lo cual supone n despilfarro mayor de tiempo que podra ser dedicado a la oracin. Lo que sucede es que cuanto ms avanzada se hace la civilizacin, tantas ms distracciones existen para impedir que hombres y mujeres oren a diario; y lo nico que puede evitar que caigamos en esta trampa, es comprender la importancia de nuestro devocional diario. Hay muchas razones por las que deberamos orar todos los das; he aqu slo dos de ellas: I. Nuestro da debe comenzar con oracin, porque entonces Dios responde. Al Seor le gusta tomar posesin de nuestro corazn desde el amanecer: "Del ro sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altsimo. Dios est en medio de ella; no ser conmovida. Dios la ayudar al clarear la maana" (Salmo 46:4, 5). "Despierta, alma ma; despierta, salterio y arpa; me levantar de maana" (Salmo 57:8). David repite esta afirmacin en el Salmo 108, versculo 2. Ambos versculos indican la prctica que tena el rey David de levantarse temprano cada maana para alabar y adorar al Seor. No es de extraar que Dios testificara de l que era un hombre segn su corazn. Sin embargo, David no slo adoraba y alababa a Dios por la maana temprano, sino que tambin lo buscaba durante esa preciada hora matutina: "Dios, Dios mo eres t; de madrugada te buscar; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y rida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, as como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarn. As te bendecir en mi vida; en tu nombre alzar mis manos" (Salmo 63:14). Dios ha prometido a los que practican el levantarse temprano para buscar al Seor, que le encontrarn: "Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" (Proverbios 8:17). 2. Cuando comenzamos nuestro da en oracin tenemos la fuerza espiritual y fsica necesaria para cumplir con nuestras responsabilidades: "Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espritu dentro de m, madrugar a buscarte; porque luego que hay
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juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia" (Isaas 26:9). Isaas aprendi los juicios de Dios en su espritu buscando al Seor de madrugada; y yo he comprendido que la sabidura divina que viene a m en mis devociones por la maana temprano, me permiten ser ms eficiente: en pocos minutos s lo que Dios quiere en cada situacin. No tengo que pasar das juzgando un asunto, porque tengo la mente de Cristo. Nuestro tiempo devocional no slo debe incluir oracin, sino tambin una lectura de la Biblia. Con mucha frecuencia, los que somos pastores vamos a las Escrituras nicamente para buscar mensajes que predicar. Sin embargo, debemos leer la Biblia a fin de recibir alimento espiritual para nuestro propio corazn: "En mi corazn he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Salmo 119:11); "La exposicin de tus palabras alumbra; hace entender J a los simples" (Salmo 119:130). Si le damos la oportunidad, Dios puede hablarnos mediante la Escritura. Las horas matutinas encuentran nuestra mente libre de todos los conflictos del da; y de este modo podemos recibir la direccin e instruccin del Seor procedentes de su santa Palabra. Como ministro del evangelio, debo recordar que mi enseanza y predicacin han de ser una extensin de mi propio estudio personal; y los creyentes que me oyen sern bendecidos del mismo modo que yo lo soy por la Palabra de Dios. Slo puedo motivar si yo mismo estoy motivado, e inspirar si recibo inspiracin del Espritu Santo; de modo que necesito leer la Biblia como parte de mi vida devocional diaria.
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El tiempo devocional familiar debe incluir canto, lectura de la Biblia y oracin. Durante ese tiempo tenemos que permitir la sinceridad; especialmente por parte de los nios. Ya he compartido con usted lo que mi hijo mayor dijo en uno de nuestros devocionales familiares; y de ese mismo modo dejo que todos los dems manifiesten sus sentimientos, temores y frustraciones. As podemos mantener abierta la corriente de comunicacin entre nosotros y tener una relacin ms ntima y sincera. Las estadsticas alarmantes que se estn publicando ltimamente muestran que muchos suicidios tienen lugar en el grupo demogrfico de los adolescentes. Los jvenes sienten la presin cada vez mayor del alejamiento de sus padres, al tiempo que se enfrentan con aquella otra tremenda ejercida por los amigos. Esa es la causa de que gran parte de nuestra juventud se haya ido tras las drogas, las relaciones sexuales ilcitas y el alcohol. Sin embargo, una vez que dichos estimulantes artificiales dejan de dar resultado, los jvenes se hunden en la desesperacin y se quitan la vida. Los psiclogos dicen que la familia es el nico bastin de esperanza que les queda a los jvenes de hoy da. Si mantenemos una comunicacin sincera con nuestros hijos, stos sern lo suficientemente fuertes para resistir a los ataques del diablo. Contra la juventud, Satans usa asimismo el arma de las religiones falsas. Todos conocemos esas sectas que ofrecen a chicos y chicas el ambiente de un seudo hogar falso y una familia falsa. La defensa ms fuerte que tenemos contra esto es una vida devocional familiar consistente. As como Dios ha elegido compartir su carga con nosotros, nosotros debemos tambin compartir nuestras cargas de oracin con nuestros hijos. Por qu habran de ver stos los resultados de nuestra preocupacin y quedar al margen en lo referente a sus causas? Cmo aprendern a resolver los problemas que tienen entregndoselos al Seor si no nos ven hacerlo a nosotros? En nuestra familia nos congregamos a diario en un crculo de oracin. Nos tomamos de la mano y oramos. Tal vez uno de mis hijos tiene algn problema con una de sus asignaturas en el colegio; inmediatamente ese problema lo comparte toda la familia y ha de ser trado en oracin ante el trono de la gracia. Mi peticin bien podra ser: "Amado Seor, por favor, ayuda a mi hijo con el examen que tiene que pasar. Aydale a aprender tan bien el tema que pueda conseguir una buena nota para tu gloria. Amn!" Tambin mi esposa Grace, tiene preocupaciones importantes. Ella constituye una parte esencial de mi ministerio; sin embargo, dichas preocupaciones pueden tener que ver con la empresa de publicaciones que dirige, o con el programa musical en el que participa; o incluso con el nuevo vestido que necesita para una ocasin especial. Sus preocupaciones son compartidas por todos nosotros; lo cual trae a nuestra familia a una unanimidad que no se rompe fcilmente.
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9 LA ORACION EN EL CULTO
Uno de los ministerios ms importantes de la Iglesia Central del Evangelio Completo es la oracin al unsono que tenemos durante cada culto. Siempre comenzamos nuestros cultos orando todos los presentes al mismo tiempo; tal vez por la salvacin y proteccin de nuestro pas. Ya que hemos sufrido la opresin de los japoneses durante muchos aos, y hemos sido invadidos por los norcoreanos comunistas, nos damos cuenta de que la libertad -y especialmente la libertad religiosaes algo tan precioso que debe protegerse. Por esa causa pedimos intensamente por nuestra nacin. Tambin oramos juntos por nuestros lderes. Dios nos ha ordenado, que lo hagamos, y si no lo llevamos a cabo tendremos el gobierno que merezcamos. De modo que pedimos por el presidente del pas, as como por las dems autoridades. Esta es la razn por la cual gozo de completa libertad para predicar el evangelio en mi iglesia, por medio de la televisin, y a travs de la radio. Muchos creyentes, principalmente en Europa, no pueden proclamar el mensaje por los canales de transmisin pblicos. En Corea agradecemos esta libertad y la salvaguardamos mediante la oracin. Asimismo oramos al unsono por los miles de peticiones que nos llegan de Amrica, Japn y el resto del mundo. Al comienzo de cada culto yo me pongo al lado del "podio de las peticiones", coloco mis manos sobre los temas de oracin que all se encuentran, y todos oramos juntos. Antes de que esas peticiones sean enviadas a la Montaa de Oracin, cientos de miles de personas oran intensamente por ellas durante cada uno de nuestros siete cultos. Pedimos de un modo especial por un avivamiento que abarque al mundo entero y permita a cada nacin escuchar el evangelio. As cumplimos nuestra misin hasta que Cristo venga. Siendo la congregacin ms grande del mundo, reconocemos que se nos ha dado una responsabilidad especial de orar por la iglesia de Jesucristo en todos los pases. Despus de mi mensaje, volvemos a orar juntos; esta vez pidiendo que el Espritu Santo tome la Palabra y la aplique a nuestro corazn para que podamos ser hacedores de ella, y no solamente oidores. Cuando oramos juntos, lo hacemos con determinacin y seguridad; y las oraciones de mi gente me parecen el impresionante rugido de una poderosa catarata. Sabemos que Dios tiene que or nuestra oracin sincera, porque pedimos al unsono y en unidad! Y cuando oramos, el poder de Dios se manifiesta en nuestro medio: muchos han sido sanados, liberados y llenos del Espritu cuando lo ha-
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camos. Si uno es capaz de poner en fuga a mil, y dos a diez mil, se imagina usted el poder de cientos de miles unidos en oracin? Va ms all de toda comprensin! "Engrandeced a Jehov conmigo, y exaltemos a una su nombre" (Salmo 34:3).
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El problema que hemos visto en este captulo hizo que los hombres de Dios revisaran la situacin y recibiesen la sabidura del Espritu Santo, y esa sabidura les llevara a delegar su autoridad en otros, permitiendo as un crecimiento ilimitado. Me di cuenta de que en diferentes lugares del libro de los Hechos, los discpulos se reunan en grupos grandes y pequeos. He aqu, a continuacin, algunas citas de Hechos y Romanos que abrieron mis ojos a la validez del sistema de grupos de clula: "Y perseverando unnimes cada da en el templo, y partiendo el pan en las casas, coman juntos con alegra y sencillez de corazn, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Seor aada cada da a la iglesia los que haban de ser salvos" (Hechos 2:46, 47). "Y todos los das, en el templo y por las casas, no cesaban de ensear y predicar a Jesucristo" (Hechos 5:42). "Y cmo nada que fuese til he rehuido de anunciaros y ensearos, pblicamente y por las casas" (Hechos 20:20). "Saludad tambin a la iglesia de su casa" (Romanos 16:5). Estos y otros pasajes me proporcionaron la direccin que necesitaba. Desde entonces, nuestro sistema de grupos de clula ha crecido hasta el punto de que en la actualidad tenemos ms de 20.000 de dichos grupos en la iglesia. Slo con que cada uno de ellos gue a Cristo a dos familias por ao, eso nos da 40.000 nuevos hogares; y puesto que una familia normal consta de cuatro miembros, nuestra tasa de crecimiento anual es de 160.000 nuevos creyentes, sin contar, naturalmente, a los que vienen al Seor por medio de la televisin, la radio o nuestros cultos dominicales. Por lo tanto, el continuo crecimiento de nuestra iglesia depende principalmente del sistema de grupos de clula. Nuestros grupos de clula estn compuestos por cinco a diez familias; y pueden reunirse en hogares (ms cmodo tal vez para encuentros vespertinos o reuniones de mujeres durante el da), escuelas (que es lo mejor para nuestros grupos de estudiantes), fbricas (para las reuniones de trabajadores), o en algn saln de restaurante (bueno para los encuentros de hombres de negocios). Renanse donde se renan, ellos son la iglesia en accin. El gran templo que poseemos constituye el sitio de encuentro de la gente para compartir la Palabra y disfrutar de la adoracin de nuestra congregacin combinada; pero la iglesia se rene en realidad en miles de lugares de todo el sector. En las reuniones de clula, los miembros oran por sus necesidades mutuas. Cuando alguno cae enfermo, el lder de su grupo le visita y pide por su sanidad. Hemos enseado a nuestra gente el papel central de la oracin; de modo que oran por todo. Piden fervorosamente por la iglesia, la nacin y porque contine el avivamiento en Corea y a nivel mundial. Tambin oran por posibles nuevos convertidos para que la iglesia pueda seguir creciendo. En nuestras conferencias para lderes de clulas subrayo que cada grupo debe tener una meta clara para sus oraciones; y por lo tanto, 58
todas las clulas se hacen un cuadro claro de sus objetivos cuando oran en fe. Ya que resulta mucho ms fcil guiar a Jesucristo a una persona conocida, el miembro del grupo de clula testifica a su vecino, amigo o pariente; y cuando Dios abre la puerta para que ese convertido potencial sea salvo, lo comparte con el resto del grupo y no se deja de orar hasta que la persona viene a Cristo. Hemos aprendido que en esta tierra estamos en lucha con Satans. Nuestra oposicin la constituyen el diablo y sus espritus demonacos, y el campo de batalla es el corazn de todos los hombres y mujeres. Tenemos como meta que todos lleguen a conocer la gracia salvadora de nuestro Seor y Salvador, Jesucristo. Por lo tanto, planeamos cuidadosamente nuestra estrategia: tenemos un plan, y lo llevamos a cabo como n ejrcito bien adiestrado. No obstante, algo todava ms fundamental: empapamos nuestros planes en oracin, para que Dios pueda soplar su aliento de vida en nuestros esfuerzos y stos sean fructferos. En el extraordinario crecimiento numrico que estamos experimentando, no he seguido una frmula secreta; lo que he hecho es tomar sencillamente en serio la Palabra de Dios. No tengo ninguna duda en mi mente de que lo que se ha realizado en Corea puede reproducirse en cualquier otra parte del mundo. La clave es la oracin!
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principalmente por su afligido pastor. Aunque yo vea la necesidad de esto en nuestra iglesia, lo que me preocupaba eran los gastos adicionales que seguan amontonndose sobre mi escritorio. Luego, comprendiendo que slo una milagrosa intervencin de Dios nos librara de la catstrofe, me un a los intercesores en la Montaa de Oracin. Cierta tarde, cuando varios cientos de personas nos encontrbamos orando en la planta baja de nuestra inacabada iglesia, una anciana vino caminando lentamente hacia m; y al acercarse a la plataforma vi que sus ojos estaban inundados de lgrimas. A continuacin, la mujer se inclin y dijo: -Pastor, quiero darle estas cosas para que las venda por algunos peniques y contribuir as al fondo de edificacin. Baj la vista, y en sus manos descubr un viejo cuenco de arroz y un par de palillos. -Pero, hermana... no puedo aceptar de usted esas cosas indispensables! -le contest. -Pastor, soy una anciana, y no tengo nada de valor que darle a mi .Seor; y, sin embargo, Jess me ha salvado en su benevolencia -exclam mientras las lgrimas corran abundantemente por sus arrugadas mejillas-. Esto es todo lo que poseo en el mundo; tiene usted que dejar que se las entregue a Jesucristo! Puedo poner el arroz encima de peridicos viejos y utilizar las manos en vez de palillos. S que pronto morir; as que no quiero encontrarme con Jess sin haberle dado nada en esta tierra. Cuando la mujer termin de hablar, todo el mundo comenz a llorar abiertamente; luego, la presencia del Espritu Santo llen el lugar y cada uno se puso a orar en el Espritu. A continuacin, un hombre de negocios en la parte de atrs del grupo se sinti profundamente conmovido y dijo: -Pastor Cho, quiero comprar ese cuenco de arroz y esos palillos por mil dlares! Y entonces todo el mundo comenz a ofrecer sus posesiones. Mi esposa y yo vendimos nuestra casita y dimos el dinero a la iglesia. Aquel espritu generoso nos salv de la ruina econmica. Con el paso de los aos, la Montaa de Oracin ha llegado a ser un lugar al que miles de personas van a diario para que sus necesidades sean satisfechas, as como para ayunar y orar. Hemos aadido al sitio un moderno auditorio con 10.000 asientos, que ahora resulta demasiado pequeo para dar cabida a las multitudes que acuden all. La asistencia vara; pero normalmente hay por lo menos 3.000 personas todos los das orando, ayunando, adorando y alabando a nuestro santo y precioso Seor en la Montaa de Oracin. En ese ambiente de comunin concentrada con Dios las sanidades y los milagros son cosas frecuentes. El ao pasado ms de 300.000 personas se inscribieron en la Montaa; lo cual convierte a ese "refugio de oracin" en a primera lnea de nuestro ataque contra las fuerzas del diablo en esta tierra. En ningn 60
lugar del mundo hay ms personas orando y ayunando. Dios oye nuestras oraciones, y las respuestas son demasiado numerosas para mencionarlas. En un captulo posterior acerca del ayuno y la oracin, hablar ms en detalle del mtodo que usamos en la prctica de este medio bblico para que se suplan las necesidades. Sin embargo, no es posible subrayar suficientemente la importancia del ayuno y la oracin en el comienzo y la continuacin del avivamiento. En la Montaa, no slo tenemos gente que ora en grupo; sino tambin otra que lo hace individualmente en nuestras "grutas de oracin". Esos pequeos cubculos estn en realidad excavados en la ladera de un cerro, y en ellos las personas pueden disfrutar de gran calma y silencio delante de Dios. En mi propio "gabinete de oracin", puedo cerrar la puerta y tener comunin intensa y prolongada con mi Padre celestial. David escribi: "Entonces las naciones temern el nombre de Jehov, y todos los reyes de la tierra tu gloria; por cuanto Jehov habr edificado a Sion, y en su gloria ser visto; habr considerado la oracin de los desvalidos, y no habr desechado el ruego de ellos. Se escribir esto para la generacin venidera; y el pueblo que est por nacer alabar a JAH" (Salmo 102:15-18).
12 VIGILIAS DE ORACION
Cmo pueden miles de personas pasar la noche de cada viernes en oracin? Mucha gente me ha hecho esta pregunta por todo el mundo. Por qu no seran capaces los cristianos de dedicar la noche entera a orar y alabar al Seor cuando tantos individuos la pasan en un saln de baile? Todo depende de cules sean nuestras prioridades y dnde estn puestas. O bien queremos tomarnos en serio la cuestin del avivamiento, o bien no! Cada viernes, nuestra gente empieza a congregarse y a orar en silencio a las 10:30 de la noche. Luego, doy una enseanza slida de la Palabra de Dios. Ya que no me encuentro bajo la presin del tiempo como los domingos, puedo tomar el necesario y ensear durante dos horas. Debe resultar obvio que seguimos un programa fijado de antemano; la gente no acudira con tanta fidelidad si tuviera que sentarse simplemente y orar toda la noche. Despus de nuestro estudio bblico, empezamos a orar. Lo hacemos por las necesidades y los problemas especficos de nuestra iglesia, al igual que por nuestras propias circunstancias. Luego, cantamos coros; y a continuacin del culto de alabanza, predica uno de mis pastores adjuntos. Seguidamente, volvemos a cantar y nos preparamos para
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escuchar testimonios personales acerca de lo que Dios ha hecho en la vida de los miembros de la congregacin. Estn sucediendo tantos milagros de la gracia de Dios cada semana que resulta totalmente imposible dar una oportunidad a todos los que desean testificar. Esos relatos poderosos hacen que queramos cantar otra vez; y antes de que nos demos cuenta, son las 4:30 de la madrugada, hora de prepararnos para la reunin de oracin matutina del sbado. Despus de dicha reunin, se nos despide y vamos a casa regocijndonos. David estaba acostumbrado a pasar toda la noche orando; y en el Salmo 63, llama a esas reuniones de oracin "las vigilias de la noche" (vase Salmo 63:6; 119:148). Isaas profetiz: "Vosotros tendris cntico como de noche en que se celebra pascua, y alegra de corazn, como el que va con flauta para venir al monte de Jehov, al Fuerte de Israel" (30:29). Cuando los discpulos se encontraban en la crcel, no se pasaron la noche quejndose, sino cantando y orando; por lo tanto, Dios los oy y mand liberacin para ellos por medio de un ngel. La presencia del Seor es muy importante. Jess nos prometi que cuando nos reuniramos en su nombre, El estara all. Resulta fcil pasar la noche en oracin cuando el dulce aroma de nuestro Seor llena el lugar donde estamos congregados. En muchas partes del mundo, el sbado es un da libre para los obreros; pero en Corea se trata de una jornada de trabajo normal. De manera que, para muchos, el pasar toda la noche del viernes orando significa llegar a casa y prepararse para ir al trabajo. Sin embargo, David afirm en cierta ocasin que no poda darle a Dios algo que no le costase nada. Aunque no resulta fcil dedicar la noche a la oracin, ha sido el instrumento por el cual hemos podido mantener el avivamiento.
13 EL AYUNO Y LA ORACIN
Ayunar es abstenerse voluntaria y deliberadamente de comida con el propsito de concentrarse en la oracin. Por lo general, uno se priva slo de alimentos, aunque en ocasiones especiales y por cortos perodos de tiempo pueda abstenerse tambin de agua. En el Sermn del Monte, Cristo ense a sus discpulos acerca del ayuno; y la enseanza que dio trataba asimismo de los motivos por los que se ayuna: Nunca debemos hacerlo para impresionar a otros; sin embargo se espera que los discpulos ayunen. Jess dijo: "Cuando ayunis ...", no "Si ayunis. .." Jess mismo es el ejemplo en cuanto a ayunar: "Jess, lleno del Espritu Santo, volvi del Jordn, y fue llevado por el Espritu al desierto por
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cuarenta das, y era tentado por el diablo. Y no comi nada en aquellos das, pasados los cuales, tuvo hambre" (Lucas 4:1, 2). Despus del ayuno de Cristo, Lucas hace constar: "Y Jess volvi en el poder del Espritu..." (versculo 14). Del pasaje citado, podemos deducir que el ser lleno del Espritu no hace que uno ande necesariamente en el poder del Espritu Santo. Personalmente creo que para obtener poder, principalmente en la oracin, hay que ayunar y orar. Tambin el ministerio de Pablo comenz con ayuno y oracin (vase Hechos 9:9); y el apstol testific a la iglesia de Corinto que l demostraba dicho ministerio por su disciplina espiritual: "En desvelos, en ayunos. .." (2 Corintios 6:5). Por lo tanto, Pablo estaba acostumbrado a ayunar y orar. "Desvelos" significa pasar la noche en oracin. Los cristianos primitivos ayunaban y oraban en encuentros pblicos a fin de conocer la voluntad de Dios; y en Hechos 13, el Espritu Santo pudo dirigir claramente a la iglesia: "Haba entonces en la iglesia que estaba en Antioqua, profetas y maestros: Bernab, Simn el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manan el que se haba criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando stos al Seor y ayunando, dijo el Espritu Santo: Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado. . . los despidieron" (Hechos 13:1-3). Luego, cuando los dos apstoles, Bernab y Pablo, fundaron nuevas iglesias, ensearon a los creyentes la misma prctica del ayuno y la oracin que haban experimentado en Antioqua: "Y despus de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discpulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioqua, confirmando los nimos de los discpulos, exhortndoles a que permaneciesen en la fe, y dicindoles: Es necesario que a travs de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Seor en quien haban credo" (Hechos 14:21-23). El versculo anterior muestra que el ayuno y la oracin formaban parte vital de cmo conseguir la direccin del Espritu Santo antes de ordenar lderes para la iglesia. El ayunar, combinado con la oracin hacan que la iglesia primitiva tuviera una mente y un espritu claros a la hora de establecer sus fundamentos. El ayuno, junto con la oracin, no slo produce claridad de mente y de espritu, liberando la voz del Espritu Santo para que nos dirija; sino que es tambin importante para conseguir victorias espirituales y materiales. Vemos un perfecto ejemplo de ello en el Antiguo Testamento. Josafat, el rey de Jud, haba recibido cierto informe de que un gran ejrcito se estaba concentrando para atacar. Dicho ejrcito llegaba a las fronteras de Jud procedente de Moab y Amn. (Los surcoreanos conocemos lo que se siente al tener un ejrcito hostil concentrado en los lmites de nuestro territorio.) Pero antes que intentar pelear con arma63
mentos que no posean, el rey utiliz sus recursos espirituales, proclamando un ayuno nacional. Se reuni todo el mundo; hombres y mujeres, jvenes y nios. . . todos ayunaron buscando la intervencin del Seor. El resultado de dicho ayuno y dicha oracin de los judos fue que Dios gan una gloriosa victoria, dando instrucciones al rey acerca de cmo luchar contra el enemigo. Estoy seguro de que jams se ha peleado otra batalla como aquella. Josafat design cantores para que alabaran al Seor delante del ejrcito; y cuando los adversarios vieron eso, la confusin se apoder de su campamento y empezaron a luchar unos contra otros. Jud necesit tres das para recoger el botn de aquella batalla, despus de que Dios les hubiera dado la victoria sin tener que recurrir a las armas fsicas (vase 2 Crnicas 20:1-30). Cuando comenzamos a orar, debemos adoptar la actitud mental correcta: no ha de considerarse el ayuno como castigo, aunque tal vez nuestro cuerpo se rebele contra l en un principio, sino como una oportunidad maravillosa de acercarnos ms a nuestro Seor, sin la distraccin diaria del comer. Tambin debemos verlo como un medio de que nuestras oraciones puedan concentrarse de modo ms perfecto; que har que Dios escuche y acte a nuestro favor. Si tenemos este concepto del ayuno, el practicarlo nos resultar mucho ms fcil. Por lo general enseo a mi gente que comience ayunando durante tres das. Luego, una vez que se han acostumbrado a ello, podrn hacerlo por un perodo de siete; y a continuacin pasar a los ayunos de diez das. Algunos han ayunado incluso durante cuarenta das seguidos; pero normalmente no les animamos a hacerlo. Hemos observado que el ayuno y la oracin hacen que la persona llegue a ser mucho ms sensible al Seor, y producen mayor poder en su vida para combatir a las fuerzas de Satans. Cmo funciona esto? El deseo de comida es algo fundamental para todas las criaturas vivientes. Es una de las fuerzas motivadoras ms poderosas que operan en el cuerpo aun antes de nacer. Los bebs vienen al mundo con el instinto natural de buscar el pecho de su madre. Si podemos combinar ese intenso deseo congnito con el anhelo natural que tenemos de comunin con nuestra fuente espiritual, el resultado es una mayor intensidad: he aqu el propsito de la oracin y el ayuno. Combinando nuestros deseos natural y espiritual, podemos hacer que la urgencia de nuestra peticin venga delante del trono de Dios con tal intensidad que El oiga y conteste. El deseo es algo fundamental en la oracin: "Delitate asimismo en Jehov, y l te conceder las peticiones de tu corazn" (Salmo 37:4). Por lo tanto, cuanto ms fuerte sea dicho deseo, tanto ms eficaz ser la oracin. Segn mi experiencia personal, el primer da de ayuno no tiene ningn efecto importante sobre el cuerpo. Al segundo, el hambre aumenta de un modo ms dramtico. El tercero y el cuarto da, el organismo empieza a exigir comida y uno siente todas las consecuencias fsicas de 64
la abstinencia. Por ltimo, despus del quinto y el sexto, el cuerpo se ajusta al nuevo estado y la persona se siente mejor; la razn de ello es que el organismo descompone entonces de manera ms eficiente las grasas que han permanecido almacenadas. A partir del sptimo da, los dolores del hambre desaparecen, aunque el cuerpo se debilita mucho ms. Sin embargo, con ello llega una claridad de pensamiento y una libertad en la oracin extraordinarias. Dios responde a la sinceridad Cuando ayunamos, Dios responde a nuestra disposicin sincera de humillarnos ante El. Su misericordia y gracia son liberadas por esa humillacin y esa afliccin voluntarias del alma del individuo, la comunidad y la nacin. Como observamos en muchos ejemplos del Antiguo Testamento, cuando Israel se humillaba delante de Dios, el peleaba por su pueblo. Satans siempre est tratando de echarnos mano cuando sucumbimos a nuestros apetitos carnales. A l no le es posible traspasar la sangre de Cristo, pero podemos abrirle la puerta mediante el pecado. Pablo llama a Satans el "prncipe de la potestad del aire", o de la atmsfera que rodea la tierra. La Epstola de Judas dice: "No obstante, de la misma manera tambin estos soadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcngel Miguel contenda con el diablo, disputando con l por el cuerpo de Moiss, no se atrevi a proferir juicio de maldicin contra l, sino que dijo: El Seor te reprenda. Pero stos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales" (Judas 8-10). Los dos versculos que acabo de citar revelan algo muy significativo acerca de nuestro adversario, el diablo: es un prncipe con considerable poder. Judas afirma asimismo que no se puede tratar ligeramente a Satans, como suelen hacer algunos cristianos. Aunque su poder sobre la propiedad de Dios ha sido destruido, el diablo es an un formidable oponente. Jess declar: "Viene el prncipe de este mundo, y l nada tiene en m" (Juan 14:30). En otras palabras: que Satans no cuenta con campo de aterrizaje en Cristo desde el cual atacarle. Nosotros tambin debemos vivir nuestra vida de tal manera que el prncipe de este mundo no tenga ningn terreno en ellas que admita su ataque. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Alemania form una red de agentes leales en muchos pases. Hitler saba que para que su plan de conquista mundial tuviera xito, necesitara fieles aliados, y llam a ese grupo de hombres y mujeres la "quinta columna". Hemos de asegurarnos de que no haya en nosotros una quinta columna leal a Satans. Y cmo lo hacemos? Con oracin y ayuno!
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Por medio del ayuno, uno puede orar con poder y todas las concupiscencias nuestras: los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, sern quitadas del camino que le resultar posible vivir una vida santa y pura en la presencia de Dios. La oracin y el ayuno son capaces de destruir ese frente de ataque de Satans al que me he referido como "quinta columna"; de modo que cuando el prncipe de este mundo venga, no encuentre ningn lugar en usted. Los resultados prcticos del ayuno y la oracin sern un cristianismo puro y sin mcula que se manifestar en su vida: "No es ms bien el ayuno que yo escog, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresin, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompis todo yugo? No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu hermano?" (Isaas 58:6, 7). El ayuno puede romper las ligaduras de impiedad, dejar libres a los oprimidos, y producir una liberacin total y absoluta. Se nos ordena que "desatemos las cargas de opresin"; de modo que cuando vemos en nosotros mismos o en otros, dichas cargas, podemos desatarlas por medio del ayuno y la oracin. Se trate de cargas de salud, de negocios o de relaciones familiares, pueden ser quitadas.
El ayuno y la oracin por otros Como ya he dicho, la Montaa de Oracin est dedicada a la oracin y al ayuno; sin embargo, tal oracin no es slo por las necesidades de los que estn presentes, sino que asimismo se ora de manera intensa por los que escriben a nuestra oficina de Nueva York. Una vez que las peticiones de oracin, que llegan a diario, dejan mi escritorio y se presentan al Seor por nuestra congregacin, se envan a la Montaa. All, un intercesor orar y ayunar por cada una de ella, habiendo sido previamente traducida al coreano, hasta que sienta en su corazn el testimonio de que Dios ha escuchado y la respuesta est en camino. Por medio del ayuno, nuestros intercesores han aguzado su sensibilidad para percibir la urgencia de las peticiones; por lo tanto, pueden imaginarse mentalmente la necesidad y visualizar la respuesta. Los testimonios de oraciones contestadas son demasiados para incluirlos aqu, pero hemos descubierto que Dios oye y contesta la oracin y el ayuno combinados. Gente de todo el mundo viene a orar y ayunar en la Montaa de Oracin. Hace algunos aos visit sta una vctima de la poliomielitis. Haba odo acerca de los milagros que ocurran en la Montaa, y se propuso venir, sin importarle todas las dificultades que implicaba el viaje. Despus de cinco das de navegacin, la recibi en el muelle uno de los miembros de nuestra iglesia que luego la puso en el tren.
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La joven, de slo veintitrs aos de edad, lleg con la esperanza de que andara de nuevo. Segn el curso natural de los acontecimientos, esto pareca imposible, ya que haba quedado gravemente tullida a la edad de tres aos. Pero con Dios todo es posible! Despus de inscribirse, comenz inmediatamente a edificar su fe leyendo la Palabra de Dios y buscando todas las promesas del Seor. Como la muchacha planeaba quedarse tres meses, decidi apartar dos das cada semana para ayunar. Durante su estancia, se sinti impresionada sobre todo por los testimonios que oa: cada vez que escuchaba a alguien testificar del poder milagroso de Dios, aumentaba su fe. Despus del primer mes no haba ningn signo visible de sanidad; y sus piernas estaban an deformadas por la parlisis a la que haba llegado a acostumbrarse. Durante el segundo mes, se sinti renovada en su espritu y su alma; pero todava no apareci ningn cambio en su cuerpo. Sin embargo, al tercer mes, algo comenz a suceder! Por primera vez en muchos aos pudo notar una sensacin en sus piernas; y esperando un milagro, exclam: "Aydenme a levantarme! Por favor, que alguien me ayude a ponerme en pie! S que estoy curada! "Al ver sus lgrimas y observar su emocin, un par de miembros de nuestra iglesia la agarraron con jbilo por los brazos y la pusieron en pie. Sin embargo, aunque senta la sangre correr por las arterias y venas de sus piernas, an no tena la fuerza necesaria para sostenerse. Sin mostrar ningn signo de desengao, se sent lentamente y sigui orando. Saba que para restaurar miembros atrofiados era necesario un milagro creador; de modo que esper con paciencia y continu en oracin y ayuno. Despus de pasados los tres meses, la joven parti an en su silla de ruedas; pero algo haba sucedido en su interior: saba que estaba sanada! Transcurrieron varios meses ms antes de que yo recibiera una maravillosa carta suya. En dicha carta, me deca que a pesar de haber necesitado perseverancia, el milagro haba por fin ocurrido. "S, doctor Cho, ahora puedo andar!" -escriba-. Todava cojeo un poco; pero camino. Y s que incluso esa cojera desaparecer pronto!" Este es slo uno de tantos milagros que han tenido lugar en la Montaa de Oracin. Sern todos sanados en la Montaa de Oracin si ayunan y oran? Evidentemente, algunas personas son sanadas inmediatamente mientras que otras tardan ms en recibir la sanidad y otras no son sanadas. Nuestra entrega total es a Dios y a El elevamos nuestras oraciones reconocindole como Soberano para obrar milagros de sanidad en las personas. Sin embargo, he descubierto que cuando la gente tiene gran dificultad para ser sanada puede albergar rencor en su corazn. El perdn y la sanidad "Porque si perdonis a los hombres sus ofensas, os perdonar tambin a vosotros vuestro padre celestial; mas si no perdonis a los hombres 67
sus ofensas, tampoco vuestro padre os perdonar vuestras ofensas" (Mateo 6:14-15). Muchos han sido agraviados por sus familias, socios y amigos; de modo que buscan justicia segn el concepto que tienen de ella. Si no se les hace dicha justicia en sus circunstancias, se vuelven rencorosos y amargados. Muchas de esas personas llegan a manifestar sntomas fsicos atribuibles directamente a su actitud enconada, y llevan una raz de amargura que vierte veneno en sus organismos y les producen angustia mental y fsica. -Pero tengo razn! -me dijo una vez cierta seora despus de explicarle lo que acabo de compartir con usted-. Mi marido es culpable, lo odio! -S, hermana -repliqu-, pero es usted quien se est quedando invlida con la artritis. Completar esta historia ms tarde. Si se nos ha agraviado debemos perdonar! Aunque no tengamos deseos, hemos de hacerlo! Y eso incluso cuando la parte culpable no nos haya pedido perdn! Jess es nuestro ejemplo perfecto. Cuando se hallaba clavado en la cruz, nadie le estaba pidiendo perdn; es ms, se burlaban de El y lo atormentaban. Sin embargo, Cristo dijo: "Padre, perdnales." De modo que el perdonar no es algo opcional, sino obligatorio! Tampoco se trata de una accin espordica, sino que es una forma de vida. El hecho de perdonar a la persona que le ha agraviado, libera al Espritu Santo para que traiga conviccin al que le est causando el problema. Nada escapa a la vista de nuestro Padre celestial. El conoce las intenciones o los motivos del corazn. El Espritu Santo es capaz de convencer de pecado, de justicia y de juicio. Pero volvamos a nuestra historia! La seora que se encontraba en mi despacho llevaba casada muchos aos; sin embargo, su marido la haba dejado y ahora estaba viviendo con otra. Al tener que hacerse cargo de s misma y de su familia, se encontraba en circunstancias econmicas difciles... Y ahora se hallaba en mi oficina pidiendo sanidad para su parlisis. El Espritu Santo me movi a preguntarle: Ha perdonado a su esposo? -No, no puedo... lo odio! -solloz incapaz de controlar las lgrimas. -Debe hacerlo! -continu-. Eso limpiar su espritu de la amargura que tal vez impide que sea sanada; y tambin liberar al Espritu Santo para que obre en la vida de su marido. Despus de un rato, la mujer accedi a perdonar a su esposo y a volver a orar y ayunar en la Montaa de Oracin. El domingo siguiente, despus de uno de nuestros cultos, llamaron a la puerta de mi despacho. Invit a entrar a quien fuese, y pas un hombre de aspecto muy sombro seguido de una mujer.
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-Pastor -dijo ella-, este es mi esposo, por quien hemos estado orando -y apenas capaz de contener las lgrimas de gozo, se volvi hacia su marido y le dijo: -Por favor, cuntale al pastor lo que ha sucedido. Pastor Cho -dijo l entonces-, cree que Dios puede perdonarme? Soy un gran pecador. Hace una semana, cuando me encontraba en casa con la otra mujer, empec a sentirme muy culpable. No poda soportar el dolor que experimentaba dentro de m. De repente, comenc a pensar en mi esposa y en mis hijos a quienes haba abandonado; e incapaz de hallar alivio de mi culpa, pens en suicidarme. No obstante, como se acercaba el domingo, decid venir a la iglesia, esperando ser perdonado y sentirme mejor. Luego vi a mi esposa sentada al otro lado del auditorio; y fue entonces cuando decid pedirle perdn a ella y a Dios. Puede El perdonarme? -Claro que puede -contest. A continuacin lo gui en la oracin del pecador, y acept a Jesucristo como Salvador personal. Qu gozo sent al ver a los dos reunidos en Cristo Jess! Ms tarde, al seguir ayunando y orando, la mujer pudo levantarse de su silla de ruedas y ser sanada. No obstante, ya haba sido curada interiormente por medio del perdn antes de que la sanidad divina se manifestara en lo externo. No quiero decir que todo el que est tullido o invlido es a causa de la falta de perdn; pero muchos recibiran la sanidad si aprendieran a perdonar. Si usted, querido lector, tiene dificultad en perdonar a alguien, no deje que el orgullo prevalezca y le impida obedecer a la Palabra de Dios. Tome la decisin de andar la segunda milla, abandonando su actitud farisaica y perdonando a esa persona; entonces experimentar un alivio de sus hostilidades y se sentir mucho mejor. Dios resiste al soberbio, y da mayor gracia al humilde; por lo tanto, si su problema consiste en que no cuenta con suficiente gracia en su vida, bien podra ser que estuviera usted afirmndose en su propio orgullo en vez de apoyarse en la gracia de Dios. Qu puede perder, aparte de la amargura, el resentimiento, y posiblemente la mala salud? "Y la oracin de fe salvar al enfermo, y el Seor lo levantar; y si hubiere cometido pecados, le sern perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seis sanados. .." (Santiago 5:15, 16). Los psiclogos, los mdicos y los psiquiatras admiten en la actualidad que las actitudes mentales de sus pacientes controlan en alto grado el xito con relacin a la sanidad de stos. Ha llegado la hora de que el cuerpo de Cristo, la iglesia, sea sanada! La actitud de Dios al respecto puede verse en a tercera epstola de Juan: "Amado, yo deseo que t seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, as como prospera tu alma" (3 Juan 2). La clave para
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conseguir prosperidad espiritual y material est ligada al prosperar de nuestra alma (mente) por medio del perdn. Por lo tanto, la oracin y el ayuno, combinados con el perdn, producirn un mayor grado de sanidad en la iglesia; lo cual convertir al medio que Dios ha escogido para traer el avivamiento en un instrumento til y saludable en las manos del Espritu Santo. En la ltima parte del siglo XX se nos presenta un gran desafo, que es al mismo tiempo una gran oportunidad: hay necesidad de gente ms noble, que sepa perdonar, sacrificarse, obedecer y entregarse. Yo me he puesto a la disposicin del Espritu Santo para hacer cualquier cosa que est en mi poder a fin de ser un instrumento de avivamiento y crecimiento de la iglesia. No quiere usted unirse a m?
14 LA ESPERA EN EL SEOR
Meditacin y oracin La meditacin es el acto de contemplar o de reflexionar sobre algo o alguien. Esto requiere disciplina, ya que la mente tiende a vagar por muchas cosas distintas. Se trata de una forma de oracin integral e importante. Puesto que nuestras acciones se ven afectadas por nuestra voluntad, y en esta ltima influye mucho nuestro pensamiento (contemplacin), podemos controlar dichas acciones. David oraba: "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditacin de mi corazn delante de ti, oh Jehov, roca ma, y redentor mo" (Salmo 19:14). Dios le ense a Josu el secreto del xito y la prosperidad: "Nunca se apartar de tu boca este libro de la ley, sino que de da y de noche meditars en l, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en l est escrito; porque entonces hars prosperar tu camino, y todo te saldr bien" (Josu 1:8). Este versculo deja claro que Dios quera que Josu meditara en algo concreto: la Palabra de Dios. No se le dijo simplemente que meditara en cualquier cosa, sino que la energa de su mente deba dirigirse a algo preciso. Cuando uno medita, debe enfocar su pensamiento claramente sobre el asunto acerca del cual desea reflexionar. Con mucha frecuencia, los cristianos empiezan meditando en el Seor, pero luego permiten que sus mentes divaguen de forma incontrolable, terminando dormidos o aburridos. La razn de esto es que Dios espera de nosotros que meditemos en algo especfico, y no simplemente en generalidades. Para concentrar nuestras facultades mentales en un tema concreto durante un perodo dilatado de tiempo, tenemos que hallar deleite en dicho tema: "Sino que en la ley de Jehov est su delicia, y en su ley 70
medita de da y de noche" (Salmo 1:2). Por lo tanto, a fin de meditar provechosamente en algo, uno tiene que sentirse motivado: ver el beneficio que obtendr de reflexionar sobre la cosa en cuestin. Si usted se deleita en la Palabra de Dios, meditar gustosamente en ella y recibir mayor conocimiento y comprensin cuando lo haga: "Mi boca hablar sabidura, y el pensamiento de mi corazn inteligencia" (Salmo 49:3). En los salmos David se senta motivado a alabar al Seor continuamente porque permita que su mente meditara en la bondad de Dios para con l: "Como de meollo y de grosura ser saciada mi alma, y con labios de jbilo te alabar mi boca, cuando me acuerdo de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro, y as en la sombra de tus alas me regocijar" (Salmo 63:5-7). Y dice en otro salmo: "Dulce ser mi meditacin en l; yo me regocijar en Jehov" (Salmo 104:34). El apstol Pablo tambin comprendi la importancia de la meditacin; y escribiendo a su discpulo Timoteo, le dice: "No descuides el don que hay en ti ... Ocpate (o medita) en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos" (1 Timoteo 4:14, 15). Se instrua, por lo tanto, a Timoteo a que se entregara plenamente al llamamiento ministerial que haba recibido del Espritu Santo; y la forma en que poda conseguir esta completa dedicacin era meditando. Pero adems se le ordenaba que lo hiciera en algo especfico, y no simplemente en cualquier cosa. Isaas profetiz que la manera de mantener una paz perfecta era a travs de la meditacin continua en el Seor: "T guardars en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado" (26:3). Cuando preparo mis sermones, le pido a Dios que ilumine mi mente para conocer la opinin del Espritu Santo, autor de su Palabra; y una vez terminado el bosquejo de la predicacin, medito acerca del mensaje que voy a referir al pueblo de Dios. Desde su introduccin hasta su conclusin, pasando por cada uno de sus puntos intermedios, el Espritu Santo me da una nueva comprensin de lo que la Palabra quiere decir y de cmo aplicarla a las necesidades de los millares que escucharn dicho mensaje. Aunque los domingos vienen a la iglesia cientos de miles de personas, y mi sermn es transmitido luego en varios pases por medio de la televisin, creo que el Espritu Santo conoce la necesidad de cada individuo y la suplir a travs del mensaje que El mismo ha ungido. Al meditar, sabr qu decir y cundo decirlo; luego siempre oigo acerca de algo que satisfizo la necesidad especfica de alguna persona que escuchaba el mensaje. Cmo supe exactamente lo que deba decir? El Espritu conoca lo que se precisaba, y me lo comunic al pensamiento al meditar acerca de mi sermn. No slo medito en mi mensaje, sino tambin en cualquier nueva gua u oportunidad que se me presenta. Una nueva posibilidad de ministerio puede parecer muy atractiva para mi mente racional; pero tal vez haya 71
en la misma trampas u hoyos que yo ignoraba. Sin embargo, confo en la paz de Dios que mantengo en mi corazn. Al meditar en una decisin importante, el Espritu Santo me dirige. Cuando me estoy moviendo en la voluntad de Dios, recibo esa paz que sobrepasa todo entendimiento, ya que va ms all del entendimiento, y que tambin se resiste a una explicacin demasiado detallada. Cuando hay algo que me puede daar o perjudicar a la obra del Seor, lo s; porque el Espritu Santo me lo indica retirndome esa paz. Para tener una meditacin provechosa, uno debe en primer lugar guardar silencio ante el Seor. Cuando se permanece callado, la confusin que rodea a toda la gente atareada desaparece y el individuo puede meditar. En mi caso, descubro que me toma por lo menos treinta minutos el conseguir guardar silencio delante de Dios. Esa es la razn por la cual la disciplina resulta tan importante si uno quiere llegar a ser un eficaz guerrero intercesor. La persona no puede permitir que los conflictos internos le turben el espritu; ni que problemas externos afecten a su paz interior. Para tener una meditacin autntica, debe mantenerse el corazn tranquilo delante de Dios. Despus del captulo 39, el libro de Isaas tiene una pausa muy natural, consecuencia de un cambio de direccin en la meditacin que el profeta hace de la Palabra de Dios. Al terminar el Seor con sus juicios en el captulo trigsimo noveno, en el cuadragsimo empieza a consolar a Israel. Este captulo 40 finaliza con algunos principios divinos: "El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehov tendrn nuevas fuerzas; levantarn alas como las guilas; corrern, y no se cansarn; caminarn, y no se fatigarn" (Isaas 40:29-31). El principio que se destaca en el versculo recin citado es que la fuerza natural no es suficiente para llevar adelante el trabajo con el pueblo de Dios. Se necesita una energa que va ms all de la juventud y la habilidad natural. Sin embargo, cualquiera que est dispuesto a esperar en el Seor recibir la capacidad para realizar esa gran tarea con los creyentes; porque el origen de su fortaleza no ser natural, sino espiritual. Hoy da, mucha gente est tan ocupada que tiene poco tiempo para la oracin, y menos aun para esperar delante del Seor en meditacin; por lo tanto, no pueden escuchar la voz interior del Espritu Santo, ya que El no habla con una voz fuerte. Elas aprendi esto: "Y all [Elas] se meti en una cueva, donde pas la noche. Y vino a l palabra de Jehov, el cual le dijo: Qu haces aqu, Elas? El respondi: He sentido un vivo celo por Jehov Dios de los ejrcitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y slo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehov. Y he aqu Jehov que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompa los 72
montes, y quebraba las peas delante de Jehov; pero Jehov no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehov no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehov no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oy Elas, cubri su rostro con su manto, y sali, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aqu vino a l una voz, diciendo: Qu haces aqu, Elas?" (1 Reyes 19:913). Elas comprendi que la direccin para l no se encontraba en las fuertes manifestaciones del terremoto, el fuego o el viento; sino que Dios lo guiaba por medio de "un silbo apacible". La manera de or la voz de Dios es guardando silencio y meditando. Si estamos demasiado ocupados para hacer esto ltimo, tambin lo estamos para escuchar su voz! Sin embargo, no debemos ser ligeros en lo referente a or la voz del Seor. Siempre hemos de recordar que Dios ha dicho en la Biblia todo lo que tena que decir en cuanto a doctrina. Jams escucharemos algo de El que contradiga a la Escritura revelada e inspirada. El canon de la Escritura se cerr con el ltimo captulo del libro de Apocalipsis, que incluye asimismo la advertencia: "Si alguno aadiere a estas cosas, Dios traer sobre l las plagas que estn escritas en este libro" (Apocalipsis 22:18). Disfrutando de la presencia de Dios Uno de los aspectos de la meditacin que me gustan especialmente es lo que yo llamo "dar un paseo espiritual". Del mismo modo que disfruto de esas raras ocasiones en las que puedo salir a pasear tranquilo, sin rumbo fijo, tambin me deleito meditando o esperando en el Seor sin ningn propsito concreto; sencillamente, me siento en su presencia y gozo de El. No deseo nada en particular, slo a su Persona; as que me aparto, busco una silla cmoda, cierro los ojos, y espero en Dios. Tal vez no oiga nada, ni experimente cosa alguna; pero siempre me noto renovado despus de dar un paseo espiritual con mi precioso Seor. Es un tipo de refrigerio espiritual que puede durar horas enteras. C. Austin Miles escribi un himno cuyo coro refleja lo que experimento habitualmente. Dice as: El conmigo est, puedo or su voz, Y que suyo, dice, ser; Y el encanto que hallo en l all, Con nadie tener podr. (Traduccin de Vicente Mendoza) En Judas se habla de Enoc como sigue: "De stos tambin profetiz Enoc, sptimo desde Adn, diciendo: He aqu, vino el Seor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impos de todas sus obras impas que han hecho impamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impos han dicho contra l" (Judas 14, 15). Sin embargo, Gnesis slo dice de ese personaje: "Y camin Enoc con Dios, despus que engendr a Matusaln, trescientos aos, y engendr hijos e hijas. Y fueron todos los 73
das de Enoc tras cientos sesenta y cinco aos. Camin, pues, Enoc con Dios, y desapareci, porque le llev Dios" (Gnesis 5:22-24). Qu pas con Enoc? Enoc fue un profeta de los primeros tiempos del hombre sobre la tierra. Por aquel entonces, an se conocan los relatos acerca del huerto, es decir, la experiencia de Adn con el Seor "al aire del da" en el jardn del Edn. Enoc profetiz acerca de un da que todava est por venir: la Segunda Venida de Cristo para ejecutar el juicio sobre la tierra. Sin embargo, en medio de su ministerio aprendi a caminar con Dios. Al Seor le gustaba tanto su compaa que dice la Biblia que "desapareci"; Dios se lo llev al cielo para poder disfrutar de l todo el tiempo. El tambin est esperando la Segunda Venida de Jess; cuando ser uno de las "decenas de millares" (o del nmero incontable) de los santos que volvern con Cristo, el Juez justo. He adquirido una ntima comunin con el Seor que ha aguzado mi espritu y me ha hecho vencer los ataques de Satans. Nada es ms importante para m que el rato, sin restricciones, de comunin con Dios del que tanto disfruto. En el caso de muchos de los miembros de mi iglesia, les gusta ir a la Montaa de Oracin para este tipo de comunin con El y meditacin; otros cuentan con un lugar tranquilo en sus casas. Dnde medite usted no es tan importante como que medite!
Cuarta parte
Mtodos
En esta seccin, mi objetivo es darle a usted, querido lector, mtodos bblicamente sanos y prcticos que le ayuden en su vida de oracin. Habiendo viajado por todo el mundo a lo largo de muchos aos, estoy muy consciente de ciertas preguntas que se me han hecho acerca de la oracin por todas partes donde he estado. Cada regin del globo tiene su propia lengua, cultura y prcticas; sin embargo, todos somos miembros de un solo cuerpo: el de Cristo. Entendiendo que la metodologa puede variar de una parte del mundo a otra, an es cierto que hay prin cipios universales que pueden aplicarse en cualquier sector geogrfico. Por ejemplo: Algunas culturas, debido a sus condiciones climatolgicas particulares, tienen tendencia a ser ms contemplativas que otras; no obstante, a todos se nos ha dado gracia para vencer nuestras inclinaciones naturales a fin de poder ser fieles a la Palabra de Dios. Asimismo encuentro entre los cristianos un deseo universal de avivamiento; y ya que creo que la clave para dicho avivamiento es la oracin, quiero compartir algunos mtodos que puedan ayudarnos a conseguir dicho fin.
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embargo, pastoreo una iglesia de 503.590 miembros, soy presidente del Movimiento Internacional para el Crecimiento de la Iglesia, debo hablar frecuentemente por la televisin y la radio en dos continentes, pero a pesar de ello tengo que orar! Los mtodos que empleo, los empleo reali mente a diario. No estoy escribiendo sobre teoras que creo que surtirn efecto. Las cosas de las que hago mencin en este libro me sirven cada da en mi vida y me hacen dedicar ms tiempo a la oracin. Como ya he dicho, el levantarme temprano por las maanas me ayuda a tener el tiempo necesario para orar. Por lo general estoy en pie a las cinco de la madrugada. Realmente salto de la cama. Si orase acostado, tal vez me dormira de nuevo; de modo que es importante cambiar de posicin fsica. As que me traslado a mi estudio, me siento ante el Seor, y comienzo a adorarle y agradecerle su bondad. David practicaba el entrar por las puertas de Dios de esa manera: "Entrad por sus puertas con accin de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre" (Salmo 100:4). Despus de dar gracias, alabar y adorar a Dios, puedo solicitar su bendicin sobre cada cita, sesin de consejo y reunin que tenga ese da. Pido a Dios en detalle por mis asociados (cuento con ms de trescientos pastores adjuntos), los misioneros de nuestra iglesia (en cuarenta pases), y sus ancianos y diconos. Luego inquiero la direccin del Seor para cada decisin: "Te har entender, y te ensear el camino en que debes andar; sobre ti fijar mis ojos" (Salmo 32:8). Despus de haber conseguido una relacin personal e ntima con nuestro Seor, El puede guiarnos sosegada y sencillamente. Sin embargo, esto no sucede de la noche a la maana; se necesita tiempo. Segn el deseo que tengamos de ser guiados, as invertiremos de tiempo en la oracin. Despus de haber orado por cada departamento de mi iglesia, cada autoridad del pas, y por nuestra defensa nacional, lo hago por mi familia, mencionando en forma clara y especfica sus necesidades a nuestro Seor. Seguidamente, utilizo mi imaginacin y viajo al Japn, pas en el que tenemos un amplio ministerio. Pido por nuestros programas de televisin all que estn guiando cada vez a ms japoneses a Cristo. Al ser yo tambin oriental, se acepta mucho mejor mi ministerio que los programas americanos. Por lo tanto, nuestros programas estn teniendo un impacto en dicha nacin; aunque los recursos para continuar emitindolos son limitados. De modo que pido igualmente a Dios que supla cada necesidad econmica de nuestra oficina en Japn. El me ha prometido diez millones de almas japonesas para fines de siglo; y sigo recordndole su promesa y pidindole las fuerzas y la direccin necesarias para ver esa meta alcanzada. Estoy tan plenamente convencido de que diez millones de japoneses van a doblar sus rodillas ante Jesucristo que puedo contemplarlos con los ojos de mi mente.
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Luego, dejando las costas de Japn, cruzo el inmenso Ocano Pacfico hasta Amrica del Norte. En Nueva York tenemos otra oficina, y tambin ellos necesitan oracin. Oro por el presidente, el congreso y las dems instituciones de los Estados Unidos. Pido igualmente por los cristianos de esa nacin, para que puedan experimentar un avivamiento en sus iglesias; y por nuestros programas de televisin en aquel pas, creyendo que Dios los utilizar para traer dicho avivamiento. A continuacin, oro por los millares que enviarn sus peticiones de oracin a nuestra oficina de Nueva York, y que me sern remitidas a Corea. Tanto los Estados Unidos como Canad constituyen pases claves para el gran avivamiento que viene sobre el mundo entero; de modo que Dios me ha puesto la carga de orar porque esas dos naciones sean avivadas. Sigo mi jornada hacia el sur, y pido por la Amrica Latina. Al viajar a travs de una parte de dicho continente, me he sentido profundamente conmovido y bendecido por la maravillosa gente que lo habita. Dios est actuando en algunos de aquellos pases; pero al mismo tiempo, esa regin del mundo ha sido elegida como blanco por los comunistas para tomar el poder. Por lo tanto, se deben elevar oraciones por la paz all, con objeto de que pueda predicarse el evangelio y los pecadores sean salvos antes del fin. A continuacin, atravieso el Atlntico y oro por Europa. Llevo enseando en ese continente ms de quince aos; y amo cada nacin en la que he predicado. Europa es el semillero del evangelio en Occidente; y sin embargo, en su mayor parte no hay seales de avivamiento. Aunque s que Dios quiere moverse en el continente europeo, e intercedo por ste en el Espritu Santo. La Europa Oriental representa una preocupacin particular para m, debido a la opresin y oposicin que all existe. Dios tiene un inters tremendo en cada cristiano que se rene secretamente en esos pases, y yo debo pedir por la seguridad y el xito de ellos. El Seor tambin desea moverse en frica, Australia y Nueva Zelanda; y me siento especialmente unido a esas zonas del mundo porque estn en mi espritu en oracin. Despus llego a mi propio continente: Asia. De todas las regiones de la tierra, Asia es la ms necesitada en lo referente al evangelio. Incluye el 80 por ciento de los sitios que jams han recibido las buenas nuevas de salvacin. Por lo tanto, tengo una carga especial por mi continente. Contamos con un ministerio en China acerca del cual no puedo escribir por razones evidentes; mi oracin se vuelve entonces hacia ellos. Como puede ver usted, slo el orar a diario por todas las grandes necesidades del cuerpo de Cristo en todo el mundo, me lleva por lo menos la mitad de mi perodo de oracin de madrugada. Por ltimo, dedico tiempo a orar por m mismo. Cuando vengo a darme cuenta, son las siete de la maana y he de prepararme para ir a mi despacho. Durante las horas matinales, siento el vigor que me ha infundido la comunin con Dios en la madrugada. Puedo predicar experimentando su 77
uncin divina, aconsejar notando su sabidura, ensear con su conocimiento; por lo tanto, no soy yo, sino Dios a travs de m llevando a cabo su propsito. Por la tarde, despus de comer, vuelvo a guardar silencio ante el Seor. Por qu? Porque siendo su embajador necesito instrucciones de ltimo minuto de mi cuartel general. David dijo: "Tarde y maana y a medioda orar y clamar, y l oir mi voz" (Salmo 55:17). Uno de los problemas que tienen los creyentes en cuanto a prolongar su vida de oracin es que no estn dispuestos a repetir sus peticiones por la misma cosa a diario: piensan que orar por algo una sola vez basta. Sin embargo, Dios daba el man a Israel todos los das. La provisin del da anterior no duraba ms de veinticuatro horas. As nosotros necesitamos la comunicacin diaria con nuestro Salvador. Comemos, dormimos y respiramos tambin cada da. Lo que comimos ayer no satisface nuestras necesidades de hoy; y la aspiracin de aire que hemos realizado hace un segundo tendr que ser repetida una y otra vez o de lo contrario moriremos. Jess nos ense que pidiramos: "El pan nuestro de cada da, dnoslo hoy". No dijo que recibiramos pan y no tendramos que pedirlo de nuevo. Por la noche, termino el da con oracin. Tengo mucho que agradecer a Dios, ya que a diario demuestra su fidelidad hacia m. Maana traer nuevos desafos para triunfar en los que contar con la gracia del Seor. Si he fracasado de alguna manera, le pedir ms gracia y sabidura; si he tenido xito, lo alabar. La vida no sera lo mismo sin esas horas de comunin diaria con Dios. Nadie sabe a los problemas que me enfrentara si no orase cotidianamente. S que siendo el pastor de la iglesia ms grande del mundo, Satans trata de acabar conmigo a diario; y si el pudiera hacerme tomar un atajo en mi vida de oracin, yo quedara expuesto a sus ataques. Por lo tanto, no puedo permitirme el pasar por alto ni una hora de mi tiempo de comunin con el Seor en oracin, ya que s que de ah procede mi fortaleza interna. No quiere usted pedir conmigo que se le conceda un deseo, una fortaleza y una disciplina mayores a fin de orar ms tiempo? Piense en cunta ms eficacia tendr en el ministerio, los negocios o el estudio, si se dedica a prolongar su perodo de oracin.
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Pablo testificaba: "Doy gracias a Dios que hablo en lenguas ms que todos vosotros" (1 Corintios 14:18). Eso se lo deca a una iglesia a la que, estaba corrigiendo por el uso excesivo de las manifestaciones espiritan les. De modo que el apstol practicaba el orar en su lengua de oracin ms que nadie de la iglesia de Corinto; sin embargo, era motivado pon el amor de Dios. Por qu debemos orar en el Espritu Santo? Pablo enseaba: "El que habla en lengua extraa, a s mismo se edifica..." (1 Corintios 14:4); y tambin Judas reafirma este principio: "Pero vosotros, amados, edificndoos sobre vuestra santsima fe, orando en el Espritu Santo..." (Judas 20). Por lo tanto, la forma de edificarse a s mismo espiritualmente es orando en su lengua de oracin. Me doy cuenta de que mi idioma de oracin supone una gran bendicin espiritual para m. Si no nos fuera de provecho orar en el Espritu Santo, Dios no nos hubiera dado ese precioso don. Antes de ascender al cielo, Jesucristo dijo: "Y estas seales seguirn a los que creen: En mi nombre echarn fuera demonios; hablarn nuevas lenguas. ... (Marcos 16:17). Cuando era joven en la fe, no poda comprender la importancia de las lenguas en mi vida cristiana; sin embargo, a medida que pasa ms y ms tiempo desde que conozco a Jesucristo, tanto ms siento dicha importancia. Ahora dedico bastante parte de mi vida de oracin a dirigirme a Dios en mi lenguaje espiritual. Al igual que Pablo, oro en el Espritu, y tambin con el entendimiento. Estando en pblico, prefiero orar en un idioma que todos puedan comprender; sin embargo, en mi tiempo devocional privado, utilizo mucho mi lengua de oracin. La Escritura afirma: "Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espritu habla misterios" (1 Corintios 14:2). Ya que Pablo dice que ningn hombre, sino slo Dios, puede entender la lengua espiritual de uno, tal oracin no puede ser obstaculizada por fuerzas espirituales contrarias como en el caso de Daniel. El espritu de usted puede comunicarse sin impedimento y directamente con el Padre por medio del Espritu Santo. En algunas ocasiones siento una carga de oracin; pero tal vez no sepa exactamente por lo que debo orar, o no cuente con las palabras precisas para expresar mis sentimientos. Entonces oro en mi idioma espiritual, y puedo as abrirme paso a travs de mi propia incapacidad natural para decirle a Dios lo que estoy sintiendo. En el Espritu Santo me es posible entrar directamente a la presencia de mi Padre. La palabra en el original griego que se traduce por "edificar", es oikodomeu, que significa colocar una piedra sobre otra. Al igual que cuando se levanta un edificio, uno puede sentir cmo su fe se edifica mientras ora en el Espritu Santo. Sabiendo que es importante que mis mensajes estimulen fe y esperanza en el corazn de millares de personas, dedico gran parte de mi tiempo a orar en el Espritu. 79
Tengo entendido que muchos de mis amigos evanglicos no han utilizado este importante don espiritual; sin embargo, eso no les convierte en cristianos de segunda categora. Es ms, creo que hoy da el Espritu Santo est haciendo que todos los cristianos se aproximen unos a otros espiritualmente. Quizs no estemos de acuerdo siempre, o no todos veamos la importancia de utilizar esta lengua espiritual de oracin; pero no podemos desestimar su uso en el Nuevo Testamento. Yo sera incapaz de escribir un libro acerca de la oracin sin compartir honradamente con usted lo que para m resulta de gran ayuda cuando oro. En la vida de cada cristiano hay una lucha interna; el espritu combate sin cesar contra la carne; y al edificarse usted espiritualmente, encontrar fuerzas para vencer la carne que intenta arrastrarle hacia abajo. Hoy he recibido una carta de cierto tcnico de construccin coreano que vive en Singapur, y que se lamentaba de su debilidad y de cmo haba decidido muchas veces no fumar, dejar de hablar mal y no cometer ninguna mala accin. Desde que se convirti, lo haba intentado con mucha frecuencia, pero segua fracasando. Qu poda hacer -me preguntaba- para fortalecerse espiritualmente? Qu sera de ayuda para ese tipo de cristiano dbil? La respuesta que le di fue que desarrollara una lengua espiritual de oracin. Cuando aprenda a orar en el Espritu Santo, ste har que se edifique espiritualmente en el grado necesario para vencer todas las tentaciones de la carne. "Y de igual manera el Espritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qu hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Romanos 8:26). Como acabo de citar, Pablo afirma que el Espritu Santo mismo intercede por nosotros! Y ya que orar en el Espritu Santo significa utilizar nuestra lengua de oracin, la manera de fortalecernos, de ayudarnos en nuestra debilidad, es orar en dicha lengua. El Espritu conoce nuestra necesidad espiritual mejor que nosotros; sin embargo, emplear nuestra propia lengua para orar por ella. Gloria al Seor por el Espritu Santo! Una de mis lderes de clula tuvo una experiencia poco comn en la oracin que subraya lo que estoy compartiendo con usted. Despus de cerrar con llave a la puerta de su apartamento, la mujer parti a pie hacia la casa en que se celebraba la reunin. Sin embargo, a un par de cuadras (le su hogar sinti algo desacostumbrado en el corazn y una gran carga vino sobre ella. De modo que cayendo de rodillas se puso a orar, y pronto pas de su lenguaje normal a su idioma de oracin. Despus de un rato, la carga empez a dejarla, y supo que haba sido oda y que la respuesta estaba en camino. En la reunin, la hermana predic su mensaje bajo una fuerte uncin del Espritu Santo, y al terminar el encuentro, volvi a su casa y se encontr con que la haban asaltado. El ladrn, buscando cosas de valor haba esparcido ropas por todo el suelo; pero, curiosamente, las joyas y el dinero en metlico, que no estaban escondidos, se encontraban intac80
tos. De algn modo, el asaltante haba sido cegado a los objetos obviamente de valor del apartamento. Creemos que cuando la mujer iba de camino a la reunin, el Espritu Santo vio la necesidad y le hizo orar; y mientras el Espritu interceda por ella, el ladrn fue estorbado y no pudo robar ninguna cosa de mucho precio. Dios vio y Dios contest! Durante la guerra de Vietnam, muchos de los jvenes de nuestra iglesia fueron a combatir junto con nuestros aliados americanos en las junglas de aquel pas; y muchos padres venan a decirme: "Pastor, no sabemos cmo ni por qu orar. Por favor, aydenos, porque no conocemos el estado de nuestros hijos!" Y la respuesta que les daba era: "Por qu no pedimos a Dios que utilice nuestra lengua de oracin, puesto que no sabemos qu pedir?" Luego orbamos: "Amado Padre celestial, utiliza nuestro idioma de oracin y ora a travs de nosotros por nuestros hijos. Suple, por favor, las necesidades que ellos tienen hoy. T sabes cules son esas necesidades; t conoces sus condiciones." Pronto estbamos todos orando en nuestra lengua de oracin, y continubamos hacindolo hasta que la carga nos dejaba. En ocasiones, algunos de los padres seguan pidiendo en el Espritu durante das enteros, hasta que se sentan libres. Doy testimonio, para alabanza y gloria de Dios, de que durante la guerra de Vietnam no muri ninguno de los chicos de nuestra iglesia. Tal vez las balas les pasaran cerca, pero nuestros hijos fueron protegidos por el Espritu Santo. Esta es la razn por la cual no descuido lo que Dios en su gracia me ha dado. Le pido a usted que ore acerca de esta importante forma de oracin. Pregunte al Seor cmo puede ser protegido, edificado y fortalecido de una manera nueva por el Espritu Santo. Y para aquellos de ustedes que oran en el Espritu Santo, por favor, no apaguen el Espritu en su vida! "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jess. No apaguis al Espritu. No menospreciis las profecas. Examinadlo todo, retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:1821). Para ser intercesores espirituales, debemos tener un deseo de colocarnos en la brecha. La palabra "intercesor" significa, literalmente, uno que se pone en medio: hemos de estar dispuestos a colocarnos entre la necesidad y Dios, el nico capaz de satisfacerla. Tambin debemos estar dispuestos a ser usados por el Espritu Santo en la oracin en momentos y sitios inesperados; y por necesidades de las que no somos conscientes en lo natural. Puede tratarse de algo que se necesita en otra parte del mundo, y sin embargo el Espritu querer usarnos para suplirlo en oracin. Dios est buscando gente que se deje utilizar por El. Y para ser un intercesor eficiente, debe usted estar tambin dispuesto a orar en el Espritu Santo.
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17 LA ORACION DE FE
La fe es el ingrediente especial que llena de poder la oracin y la hace producir resultados. Si oramos sin fe, estamos simplemente emitiendo sonidos en el aire que nunca pasan del techo. La Escritura dice al respecto: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11:6). En otras palabras: cuando nos acercamos a Dios en oracin debemos hacerlo con una actitud de fe. El Seor no hace de la fe algo opcional; necesitamos tenerla a fin de que nuestras oraciones sean odas. Por lo tanto, Dios no escuchar una peticin en la que se duda: slo contesta las que se hacen con fe! Cmo podemos tener ms fe en la oracin? Con objeto de ayudarle a adquirir fe en sus oraciones, deseo compartir con usted tres pasos elementales: 1. Tenemos que dirigir claramente nuestra fe hacia un objetivo! Como ya he declarado anteriormente respecto a la oracin, nuestra fe debe fijarse en un blanco definido y seguro. Al igual que el cohete que se dispara desde una rampa de lanzamiento va dirigido a un blanco preciso, y la computadora est fija en las coordenadas debidas, tambin nuestras oraciones de fe deben contar con un objetivo. Cierto hombre me pidi en una ocasin: -Pastor Cho, por favor, ore para que el Seor me bendiga. Yo le respond: -Qu tipo de bendicin desea? -Qu tipo de bendicin desea usted? Hay miles de ellas en la Biblia. Para recibir respuesta tiene usted que ser especfico; de otro modo no sabr si Dios le ha contestado. Si tiene usted necesidades econmicas, no se contente con pedir a Dios: "Seor, necesito algo de dinero; as que aydame por favor!" Debemos orar diciendo: "Seor, necesito diez mil pesos para pagar las facturas que tengo pendientes, y te pido que, por favor, me los mandes a fin de que pueda hacerlo. Qu no tenga tu siervo que pasar vergenza!" De modo que si necesita diez mil, pida esa cantidad especficamente! Y si son 589.50 no solicite aproximadamente seiscientos; ore por la suma exacta que necesita! Dios siempre ha contestado a las oraciones directas y concretas. Todo lo que El hace tiene un plan y un propsito. En Gnesis 1 y 2 se nos dice que Dios cre dentro de unos marcos de tiempo especficos llamados das. Cuando mand a Moiss que construyera el tabernculo, le dio instrucciones claras; no dej que l decidiera si habra de confeccionar la tienda de aproximadamente veinte codos (la longitud que hay entre el 82
codo y la punta del dedo); no, se le dijo exactamente cmo deba ser de larga y de ancha. Por lo tanto, Dios es un Dios preciso, y El espera de nosotros que oremos con precisin. La fe es la certeza de lo que se espera; no de las generalidades, sino de las cosas especficas que se aguardan. Es asimismo la conviccin de lo que no se ve; muy especfico otra vez (vase Hebreos 11:1). 2. La oracin de fe debe llevarnos a visiones y sueos! El profeta Joel dijo: "Y despus de esto derramar mi Espritu sobre toda carne, y profetizarn vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soarn sueos, y vuestros jvenes vern visiones" (2:28). Y cmo ven los jvenes visiones y suean los viejos sueos? Pueden hacerlo porque las visiones y los sueos son el lenguaje del Espritu Santo. Refirindose a la fe de Abraham, Pablo dijo: "... Delante de Dios, a quien crey, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son como si fuesen" (Romanos 4:17). En Romanos se nos ampla la fe de Abraham, no slo describiendo su naturaleza, sino asimismo la naturaleza del Dios sobre el que descansaba. Abraham fue capaz de creer en un Dios que poda crear e impartir una visin y un sueo referentes a su promesa hasta el punto de que lo que no era obvio para el ojo era an real por la fe. Por lo tanto, Abraham "no dud" de la promesa de Dios. Puesto que Dios lo haba dicho, l lo crea, no fijndose en su propia incapacidad biolgica para procrear a la edad de cien aos. Abraham tena la realidad en sus visiones y sueos. Dios llama las cosas que no son como si fuesen. As como Abraham y Sara fueron capaces de ver a sus hijos por la fe, pasando por alto el hecho de que ambos haban superado haca mucho la etapa de fertilidad de la vida, usted tambin puede ver la realidad de su oracin de fe. A Abraham se le dijo que mirase a las estrellas y las contara por la noche... as habra de ser su descendencia. Su imaginacin se vio abrumada por el cumplimiento de su fe. Durante el da, habra de subir a la cima de una montaa y mirar hacia el este, el norte, el sur y el oeste... todo lo que alcanzaba a ver sera suyo; de modo que su imaginacin volvi a quedar impregnada de la promesa divina, y Dios us aquella visin para edificar su fe. El hombre sabe todava poco acerca del funcionamiento de su cuerpo y de su mente. Ha viajado al espacio sideral, pero tiene un conocimiento muy limitado de su espacio interior. Pero si tan poco conoce sobre su cuerpo y su mente, todava sabe menos acerca de cmo funciona su espritu. El Seor ha prometido darle a usted los deseos de su corazn. Naturalmente, como ya indiqu en la segunda seccin de este libro -"Orar es pedir"-, esos deseos deben estar de acuerdo con la Palabra de Dios: la Biblia. Por ejemplo: Si una chica cristiana ora para que Dios le d un esposo, y conoce a un hombre que no es creyente, ese hombre no constituye la respuesta a su oracin. Por qu? Porque la Palabra de Dios ya dice: "No 83
os unis en yugo desigual con los incrdulos; porque qu compaerismo tiene la justicia con la injusticia? Y qu comunin la luz con las tinieblas? (2 Corintios 6:14). Por lo tanto, sin importar cunto ore para que el joven sea su marido, la Palabra de Dios ha prescrito que el Seor no oir esa oracin. Ya puede la chica orar especficamente, reclamar todas las promesas... que Dios slo contestar a las oraciones que estn de acuerdo con su Palabra revelada: la Biblia. Dios es el Dios del eterno presente. El ve el fin desde el comienzo. La fe a la que Dios responde es la fe "actual", que se menciona en el primer versculo de Hebreos 11. Cuando oramos con fe, pasamos al terreno de la cuarta dimensin: contemplamos los resultados de la promesa que Dios nos ha hecho como si ya los tuviramos. No desfallecemos a causa de las circunstancias -que pueden parecer imposibles-, sino que gozamos del reposo de Dios, es decir, permanecemos firmes, sin flucturar, sabiendo que Dios es fiel para hacer las cosas mucho ms abundantemente de lo que pedimos o entendemos. No relegue la respuesta de Dios al futuro, pensando: "Algn da Dios me contestar." Debemos llamar esas cosas que no son como si fuesen. El Seor le cambi a Abram el nombre por el de Abraham (padre de multitudes) antes de que su mujer, Sara, le diera su primer hijo. Puede usted imaginarse la reaccin de todos los que conocan a aquel hombre poderoso? Debieron sacudir la cabeza y preguntarse por qu Abram cambiaba su nombre antes de contar con los resultados de la promesa. Sin embargo, Abraham no titube: ya haba aprendido a entrar en el presente de Dios por la fe, y a llamar a lo que todava no era como si fuese. A Abraham se le llama el padre de los creyentes porque experiment una fe tan dinmica que lleg a ser ejemplo para todos nosotros: "Y no solamente con respecto a l [Abraham] se escribi que le fue contada [la fe], sino tambin con respecto a nosotros..." (Romanos 4:23, 24). Debemos seguir el ejemplo de Abraham aprendiendo la oracin de fe. 3. Para orar con fe hemos de quitar todos los obstculos que puedan hacer nula la contestacin de Dios. La oracin de fe exige que sigamos orando hasta tener la certeza en nuestro corazn de que Dios nos ha odo y que la respuesta est en camino. "As que la fe es por el or, y el or, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). En el manuscrito original en griego, el artculo determinado "la" no acompaa a "palabra"; de modo que este versculo podra traducirse: "La fe viene por el or, (akuo: comprender) y el oir por una palabra de Dios." La fe se libera cuando oramos, cuando se nos da comprensin en nuestro corazn que Dios ha odo y recibimos su garanta (una palabra) de que la respuesta est en camino. Si dejamos de orar antes de recibir esa seguridad, entonces tal vez no hayamos producido la fe suficiente para que nuestra oracin sea contestada. Tambin debemos vigilar nuestra confesin! En el versculo 9 de Romanos 10, la confesin se relaciona con la fe. Con frecuencia, los cris84
tianos anulan la respuesta a sus oraciones porque comienzan a hacer declaraciones negativas: "He orado, pero no creo que Dios lo haga." Jams trate de influir en la compasin de Dios por medio de confesiones negativas. Dios nunca responde a la conmiseracin, pero s a la fe. El no puede ser manipulado mediante la autocompasin: "No parece que le importo a nadie!" o "S que estar perdido!" Deshgase de toda esa compasin propia y comience a actuar en fe! Tal vez su actitud determine el grado de fe con que ora. Si su confesin es negativa, eso demuestra que su corazn tambin lo es! Porque de lo que hay en el corazn habla la boca. Una confesin positiva le har alabar a Dios por la respuesta, aun antes de verla! Se despertar usted por la maana sabiendo que El le ha escuchado, y confesar con su boca alabanza y accin de gracias. Esto edificar su fe y har que la mano de Dios acte a su favor. Para movernos en la oracin de fe debemos asimismo echar de nuestra vida todo pecado. "Amados, si nuestro corazn no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquier cosa que pidiremos la recibiremos de l, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de l" (1 Juan 3:21, 22). Si en su vida hay pecado, confiselo enseguida a Dios. No espere hasta la maana siguiente! Hgalo ahora mismo! Limpie su corazn delante de Dios para que pueda haber un conducto claro de oracin entre usted y su Padre celestial: "Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Dios puede impedir que cualquier obstculo de pecado, amargura, odio o temor estorbe la medida de fe que hemos recibido. Dicha medida tiene la capacidad de aumentar y desarrollarse para que nos sea posible orar con fe. Ahora es el momento de empezar a hacerlo! Los resultados de este tipo de oracin sern milagrosos: "Y la oracin de fe salvar al enfermo, y el Seor lo levantar; y si hubiere cometido pecados, le sern perdonados" (Santiago 5:15).
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Para escuchar la voz de Dios debemos tener la actitud correcta: "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocer si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Juan 7:17). En este versculo, Jess nos revela la importancia de una actitud dispuesta con relacin a la voluntad de Dios. Por lo tanto, si no estamos dispuestos a hacer su voluntad, no podremos or claramente la voz del Seor. De manera que nuestro deseo de escuchar a Dios debe expresarse mediante una actitud dispuesta. Por qu habra El de hablar a alguien que no quisiese obedecer? Otro principio importante en cuanto a escuchar a Dios es tener "odos para or". En el Evangelio de Lucas, Jess dice a sus discpulos: "Haced que os penetren bien en los odos estas palabras; porque acontecer que el Hijo, del Hombre ser entregado en manos de hombres" (Lucas 9:44). Sin embargo, ellos no comprendieron lo que Jess deca, aunque lo oyeron fsicamente: "Mas ellos no entendan estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y teman preguntarle sobre estas palabras" (Lucas 9:45). Por qu no comprendieron los discpulos lo que se les dijo claramente? No tenan odos para or. Mientras Jess hiciera milagros y manifestase el poder del reino venidero, ellos estaban dispuestos a comprender por lo menos las implicaciones temporales de lo que El enseaba; sin embargo, cuando les anunci que podan perder a su Mesas y Seor, no quisieron escucharlo, de modo que no lo entendieron. Estudiando la cognicin (proceso mental por el que adquirimos el conocimiento), los pedagogos han descubierto que un estudiante comprende y retiene mejor lo que se siente motivado a aprender. Si el alumno est familiarizado con el tema de estudio, entender mejor que si no es as; y si considera lo que se dice de importancia para sus necesidades, prestar ms atencin. Los discpulos no tenan inters en or acerca de la posibilidad de que Jess fuera apresado por sus enemigos; de modo que no escucharon. As que tener odos para or es contar con la capacidad de comprender lo que se dice gracias a la actitud correcta: la obediencia. Si no queremos sinceramente hacer la voluntad de Dios, no podremos escucharle. "El que tiene odo, oiga lo que el Espritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 3:6). Este versculo se repite varias veces en los captulos 2 y 3 de Apocalipsis, e implica que no podemos escuchar lo que el Espritu est hablando si no contamos con un odo que oye. No es que no querramos escuchar; sino que debemos tener la capacidad de hacerlo. Cuando escuchamos la voz de Dios, a menudo El corrige nuestras malas actitudes, nos aconseja y nos da direccin clara. Si hemos pecado, el Espritu Santo est listo para redargirnos y volvernos a llevar al lugar donde cometimos el pecado. Cmo desarrollamos un odo que oye para escuchar lo que el Espritu nos est diciendo? Para ello necesitamos ser obedientes en lo que ya 86
sabemos es la voluntad de Dios. Por qu habra El de dirigirnos si no hemos obedecido en lo que hasta ahora nos ha guiado a hacer? Si en nuestra vida hay pecado que nos impide obedecer a Dios, debemos confesarlo rpidamente y ponerlo bajo la sangre de Cristo. Eso limpia nuestra vida y nos hace volver a una relacin de amor con Jesucristo, al tiempo que nos capacita para or su voz. La voz y el momento de Dios Dios puede hablarnos, pero hemos de aprender a conocer su momento; y eso requiere disciplina y paciencia. "Jehov el Seor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertar maana tras maana, despertar mi odo para que oiga como los sabios" (Isaas 50:4). El contexto de este versculo es muy importante para aprender a escuchar a Dios y a movernos en su momento oportuno. Isaas 50 comienza sealando el triste estado de Israel; y luego, Dios formula la retrica pregunta: Por qu? La respuesta es que cuando El quiso visitar a su pueblo con bendicin, no pudo encontrar a ningn hombre dispuesto a ser usado. Luego leemos el versculo que acabamos de citar y que profticamente tiene que ver con la venida del Mesas. Sin embargo, el principio divino implicado en el mismo sigue siendo vlido para todos los que estn deseosos de escuchar y obedecer a la voz de Dios. Debemos ser disciplinados (sabios), y no slo conocer la palabra adecuada; sino tambin hablar y obedecer en el momento oportuno. El apstol Pablo quera predicar en Asia -tena un deseo muy grande de compartir el inigualable evangelio de Jesucristo en aquella necesitada parte del mundo-; sin embargo, el Espritu Santo no le permiti ir. Luego quiso viajar a Bitinia, y el Espritu tampoco le dej; de modo que Pablo acab en Troas. Pero por la noche, Dios le dirigi hacia Europa: esa era la voluntad divina. Miles de aos despus, el evangelio fue predicado en Asia. Es crucial actuar en el momento escogido por Dios! Hace muchos aos me encontraba con el fundador de la primera emisora de televisin cristiana en Amrica; un hombre de fe que ya tena programa de radio en California. Estando en su casa, me persuadi de la necesidad de contar con una emisora de radio cristiana en Corea del Sur. Hicimos todos los arreglos; comprando el costoso equipo y contratando al personal apropiado. Sin embargo, no logr conseguir con el permiso necesario, y oraba continuamente a Dios, pero sin resultado alguno. No era el momento oportuno. Hoy da, mis ministerios de televisin y radio alcanzan toda Corea del Sur. Ha llegado el momento oportuno! Por lo tanto, est dispuesto a obedecer, mantenga la actitud espiritual correcta, obedezca lo que ya sabe que es la voluntad de Dios, y comience a escuchar atentamente cuando ora. Tal vez el momento perfecto para llevar a cabo sus pensamientos no haya llegado todava, pero Dios le guiar en el camino en que deba andar. Aunque tarde, su 87
direccin es segura: "As ser mi palabra que sale de mi boca; no volver a m vaca, sino que har lo que yo quiero, y ser prosperada en aquello para que la enve" (Isaas 55:11). Dios quiere hombres y mujeres con odos para or lo que el Espritu Santo est diciendo a la iglesia. El problema no consiste en que El haya dejado de hablar, sino en que nosotros no estamos escuchando. Es de importancia capital en cuanto a escuchar a Dios el reconocimiento de que El es un Padre amoroso y nosotros sus hijos por medio de Jesucristo nuestro Seor. Como padre de tres hijos varones, aprecio de manera especial esta importante relacin que tenemos con Dios. Aunque mis hijos se parecen entre s en el aspecto externo, son muy diferentes en cuanto a personalidad. Cada uno de ellos tiene una forma caracterstica de escuchar y comprender; y ya que adems los tres pertenecen a grupos de edades distintos, hay que tratar a cada uno de un modo diferente. Soy responsable de comunicarme con ellos de manera que puedan entender y no hablo al menor de la misma forma que al mayor. Nuestro Padre celestial hace lo mismo. Dios desea comunicarse con nosotros an ms de lo que nosotros queremos hacerlo con El; y puesto que conoce el nivel espiritual de cada uno, nos habla como corresponde. Su Palabra se dirige a nosotros de varias formas. Jeremas profetiz: "No es mi palabra como fuego, dice Jehov, y como martillo que quebranta la piedra?" (Jeremas 23:29). Por lo tanto, la Palabra de Dios puede dirigirse a nosotros poderosamente: como fuego que enciende una respuesta, o como martillo que rompe toda oposicin; y tambin puede tener por objetivo nuestra mente en vez de nuestras emociones. "Venid luego, dice Jehov, y estemos a cuenta..." (Isaas 1:18). Sea cual fuere la forma en que Dios prefiera hablarnos, debemos aprender a escuchar, y acordarnos de juzgar todo lo que oigamos por su Palabra revelada: la Biblia. Al apstol Juan le preocupaba particularmente esto cuando escribi: "Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en l. Y en esto sabemos que l permanece en nosotros, por el Espritu que nos ha dado. Amados, no creis a todo espritu, sino probad los espritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Juan 3:24-4:1). As que el Espritu Santo es capaz de dirigirnos a una sensibilidad espiritual mediante la cual podemos "probar" (juzgar) lo que omos; y distinguir entre la gua de Dios y las voces humana o satnica. Y cmo nos dirige Dios? Al igual que un cajero de banco es capaz de distinguir entre billetes falsos y verdaderos porque maneja estos ltimos, tambin nosotros, si permanecemos en El y guardamos sus mandamientos, podemos discernir la voz de Dios.
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En el evangelio de Mateo, leemos: "Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aqu est el Cristo, o mirad, all est, no lo creis. Porque se levantarn falsos Cristos, y falsos profetas, y harn seales y prodigios, de tal manera que engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos" (24:23-24). A medida que nos vayamos acercando a los ltimos das, la falsa profeca abundar ms y ms; y Satans intentar engaar a la Iglesia utilizando muchas voces. Sin embargo, los que aprendan a escuchar a Dios no sern engaados, porque sabrn la diferencia que existe entre El y las voces falsas. Si saben or la voz del Seor, no podrn ser engaados por otras voces. Cada vez es ms importante aprender a probar los espritus y ser capaces de distinguir entre Dios y el diablo. Jess contina describiendo el estado del mundo al final de esta era, y afirma: "Mas como en los das de No, as ser la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los das antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casndose y dando en casamiento, hasta el da en que No entro en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llev a todos, as ser tambin la venida del Hijo del Hombre" (Mateo 24:3739). El tiempo anterior a la Segunda Venida de Jesucristo se conoce como los ltimos das. Los versculos que acabamos de citar describen esos das, que sern semejantes a aquellos en los que No construy su arca. Cuando se acercaba el da del juicio, la gente segua actuando como si nada sucediera; no estaban conscientes del tiempo en que vivan. Tambin hoy da, la gente se ocupa en sus asuntos normalmente, sin saber que se aproxima el fin del mundo. No estn escuchando a la voz de Dios, ni se encontrarn listos cuando venga el Seor. Qu importancia tiene estar en una comunin ungida con el Espritu Santo al acercarse la Segunda Venida? La respuesta a esta trascendente pregunta la encontramos en el Evangelio de Mateo: "Entonces el reino de los cielos ser semejante a diez vrgenes que tomando sus lmparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lmparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lmparas. Y tardndose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oy un clamor: Aqu viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vrgenes se levantaron, y arreglaron sus lmparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lmparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id ms bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con l a las bodas; y se cerr la puerta" (Mateo 25:110) . Si aprendemos a escuchar a Dios, sabremos lo que El est haciendo: "Porque no har nada Jehov el Seor, sin que revele su secreto a sus 89
siervos los profetas" (Amos 3:7); y la venida del Seor no nos tomar por sorpresa. Aprendiendo a permanecer en Cristo por medio del Espritu Santo, no permitiremos que nuestro aceite escasee; sino que estaremos vigilantes esperando la Segunda Venida de Cristo. Vivimos en una poca en la que la mayor parte de los cristianos, a nivel mundial, no estn conscientes de lo avanzado de la hora; por lo tanto, resulta imperativo que aprendamos a escuchar la voz de Dios a diario.
nuestras plegarias alcanzaron el trono celestial y fuimos liberados. Una vez terminado el edificio comprendimos la importancia de la oracin en grupo. Miles de personas combinaron su fe para hacer realidad el milagro que ahora se conoce como la iglesia ms grande de la historia del cristianismo. Hace poco, el doctor Billy Graham y yo nos reunimos para orar y hablar acerca de cmo alcanzar a Japn con el evangelio. En Amsterdam, Holanda, l haba dicho: "El cristianismo no ha crecido en Japn de una manera significativa en los dos ltimos siglos." Y aparte me haba dicho que durante su gran campaa en Osaka, un lder japons le dijo que en realidad a los japoneses nunca se les haba explicado claramente ni presentado de un modo pertinente el Evangelio. Ahora estoy orando para que diez millones de personas en ese pas doblen sus rodillas ante Jesucristo y sean salvas antes de terminar el siglo XX. Mi iglesia entera pide por eso como un solo hombre. Hemos establecido una pauta, un objetivo y un mtodo claros; y creemos que ha llegado la hora del Japn! De 120 millones de japoneses, slo 400.000 son catlicos, y 300.000 protestantes. La sociedad del Japn es primordialmente secular: la riqueza y el poder constituyen sus metas. Qu es lo que puede romper la resistencia que ha habido en ese pas al evangelio durante siglos? La respuesta es una oracin persistente y unida en grupo por esa nacin. Jess prometi: "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les ser hecho por mi Padre que est en los cielos. Porque donde estn dos o tres congregados en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:19, 20). El da primero de enero del ao pasado, le que 80 millones de japoneses visitaban santuarios paganos para rendir homenaje a los dolos, lo cual indica claramente que una fuerza ha mantenido atada a esa nacin durante tantos aos. Cuando en nuestra iglesia oramos por el Japn, lo estamos haciendo por uno de los bastiones ms poderosos de Satans. Aunque los japoneses son muy corteses y civilizados, todava se hallan atrapados, sin saberlo, en la red del diablo. Sin embargo, creo que Dios es suficiente y tengo plena confianza de que lo que atamos en oracin sobre la tierra queda atado tambin en el mundo espiritual del cielo. Nada nos impedir conseguir la victoria para Cristo en el Japn por medio de la oracin! Por favor, nase a m y ore por un avivamiento en ese pas. Si la progresin geomtrica de la fe no falla, es decir, si uno puede hacer huir a mil y dos a diez mil, se imagina usted la cantidad de demonios que podemos echar del Japn en fe si une usted sus oraciones a las de los 370.000 creyentes coreanos para que Satans sea atado sobre ese pas? Tenemos la victoria en Cristo! Amn! Qu puede obstaculizar la oracin en grupo? 91
Mateo cuenta un importante relato que subraya el nico impedimento a la fe y al poder: "Aconteci que cuando termin Jess estas parbolas, se fue de all. Y venido a su tierra [Nazaret], les enseaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decan: De dnde tiene ste esta sabidura y estos milagros? No es ste el hijo del carpintero? No se llama su madre Mara, y sus hermanos Jacobo, Jos, Simn y Judas? No estn (odas sus hermanas con nosotros? De dnde, pues, tiene ste todas estas cosas? Y se escandalizaban de l. Pero Jess les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. Y no hizo all muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos" (Mateo 13:53-58). La incredulidad impidi que todo un pueblo viera el poder de Dios a travs de su Hijo Jesucristo. La incredulidad es lo contrario a la fe, y obstaculiza la operacin de sta haciendo ineficaz la oracin. Los discpulos experimentaron incredulidad al intentar sin xito echar tuera demonios: "Viniendo entonces los discpulos a Jess, aparte, dijeron: Por qu nosotros no pudimos echarlo fuera? Jess les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diris a este monte: Psate de aqu all, y se pasar; y nada os ser imposible" (Mateo 17:19-20). Por lo tanto, no puede haber incredulidad cuando nos enfrentamos a las fuerzas de Satans. Si permitimos que dicha incredulidad est presente en el transcurso de la oracin, quebrar el poder del grupo. La Escritura nos ensea que Abraham recibi la fuerza necesaria para engendrar a Isaac porque no permiti que hubiera incredulidad en su corazn (vase Romanos 4:20). Pablo afirma asimismo que Israel fue cortado del rbol viviente de la fe debido a su incredulidad (vase Romanos 11:20). La Epstola a los Hebreos, por su parte, hace una seria advertencia respecto a la incredulidad: "Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazn malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada da, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engao del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio" (Hebreos 3:1214). La incredulidad entra furtiva y solapadamente en el hombre, creando en l un corazn malo como lo llama el autor de Hebreos. De igual manera que la fe aumenta el poder en la oracin, la incredulidad lo destruye; es como un cncer que debe extirparse por completo. Pablo advierte a los cristianos de Corinto que no se asocien con los incrdulos (vase 2 Corintios 6:14). Jairo era un principal de la sinagoga que pidi a Jess que fuese a orar por su hija. Mientras el Seor caminaba hacia la casa del hombre, una gran multitud se reuni para ver lo que sucedera, y cierta mujer que haba gastado todo su dinero en mdicos se abalanz sobre Cristo, pero 92
slo pudo tocar el borde de su vestidura. Al hacer esto, qued sanada del flujo de sangre que haba sufrido durante muchos aos. Jess, notando que haba salido poder de su cuerpo, pregunt: "Quin me ha tocado?" La historia prosigue en Marcos 5 cuando el Seor le dice a la mujer: "Hija, tu fe te ha hecho salva" (v. 34). Despus que Jess dijo esto, un hombre vino a decirle al dirigente de la sinagoga que su hija haba muerto; y la respuesta de Cristo fue: "No temas, cree solamente" (versculo 36). La narracin llega a su clmax cuando Jess se acerca a la casa donde se estaba llorando a la nia muerta: "Y no permiti que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo y Juan hermano de Jacobo. Y vino a la casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: Por qu alborotis y lloris? La nia no est muerta, sino duerme. Y se burlaban de l. Mas l, echando fuera a todos, tom al padre y a la madre de la nia, y a los que estaban con l, y entr donde estaba la nia" (Marcos 5:37-40). Hemos de darnos cuenta de que Jess fue muy cuidadoso en cuanto a quin deba acompaarle adentro de la casa. Slo quera que estuviesen con l, cuando resucitara a la nia muerta, los discpulos que no tenan incredulidad. Y si Jess era cauto respecto a quin dejaba que orase con El, no deberamos serlo tambin nosotros? Por lo tanto, resulta sumamente importante que en nuestro grupo de oracin impidamos que se manifieste cualquier tipo de incredulidad. En nuestra iglesia, primero edificamos la fe por medio del estudio bblico y la enseanza, y luego nos unimos en oracin. La verdad echa fuera la incredulidad, y la Palabra de Dios es la verdad. La oracin en grupo puede verse obstaculizada por la incredulidad, pero es posible quitar dicha incredulidad en el nombre del Seor Jesucristo. Aunque Dios escucha nuestras oraciones individuales, la oracin en grupo es importante, sobre todo cuando estamos atando las fuerzas de Satans.
Quinta parte
20 LA ORACION PODEROSA
Para que la oracin combata poderosamente a las fuerzas de Satans, ha de estar basada en el pacto de sangre de Jesucristo! Ese es un cimiento seguro sobre el cual edificar nuestra fe, a fin de orar de un modo eficaz. No existe ningn otro fundamento bblico que pueda 93
darnos el entendimiento necesario y guiarnos durante los momentos de tentacin y duda. La base para nuestra comprensin de lo que es el pacto y de su suprema importancia para los cristianos la constituye la Palabra de Dios: las Escrituras. A fin de entender de qu manera este pacto de gracia es el cimiento de nuestra oracin victoriosa, debemos comprender primero la naturaleza de dicho pacto. Que es un pacto? Un pacto es un contrato entre dos individuos; y en especial entre reyes y gobernantes. Abraham hizo un pacto con Abimelec (Gnesis 21:27); Josu con el pueblo de Dios (Josu 24:25); Jonatn con la casa de David (1 Samuel 20:16); Acab con Ben-adad (1 Reyes 20:34). Por lo tanto, debemos basar nuestra comprensin de lo que es un pacto en el registro bblico de contratos o acuerdos que haba que cumplir. Tambin la relacin de Dios con el hombre se ha basado invariablemente en un pacto. Desde el que estableci con Adn en el huerto de Edn hasta el que tiene con la iglesia en el Nuevo Pacto, Dios siempre ha aclarado cules eran las responsabilidades de cada parte en sus tratos con nosotros. Si nosotros cumplimos los trminos que se refieren a nuestras obligaciones, Dios tambin cumplir los que tienen que ver con las suyas. Si quebrantamos el acuerdo, entonces seguirn los resultados apropiados y justificados de dicho quebrantamiento. Por lo tanto, en los pactos de Dios con el hombre siempre se han especificado las partes o principios, las estipulaciones o promesas mutuas, y las condiciones. Las partes En el pacto hecho mediante la sangre de Cristo, o Nuevo Pacto, las partes son: Dios mismo y la humanidad cada. El hombre, por su pecado original -el pecado de Adn- cay de la gracia y del favor de Dios, de modo que vive apartado de la comunin con su Creador, y perdido en la inmundicia y el lodazal del pecado. El ser humano no es pecador porque peca, sino que peca porque es esencialmente pecador. Motivado por un amor puro, no provocado e inmerecido, Dios mand a su Hijo unignito, Jesucristo, para que asumiera la naturaleza humana. Su propsito era que viviese una vida perfecta y sin pecado en esa naturaleza, demostrando de una vez por todas la habilidad que el hombre recibiera en un principio para mantenerse por encima del pecado. Luego, Jess sufri la paga de dicho pecado del ser humano muriendo en la cruz. Mediante su muerte expiatoria, la ira de Dios ha quedado satisfecha y se ha abierto para el hombre el acceso a la presencia divina. En el pacto de Dios con Israel, Moiss actu de mediador. En otras palabras, se le dio la responsabilidad de explicar al pueblo lo que entraaba el contrato. Ahora, en el nuevo pacto de sangre de Cristo, Jess es el mediador, a travs del acta que dej tras de s para que la siguieran 94
los firmantes de ese nuevo acuerdo. Hebreos considera ambos pactos, y juzga que el nuevo es mejor, debido a las promesas hechas por el mediador: Dios ejecuta la palabra, y el hombre es el beneficiario. Aunque, si lo examinamos detenidamente, en realidad el pacto es entre el Padre y el Hijo; ya que el primero haba prometido al segundo una herencia y un reino, que le dio al resucitarle de los muertos. En el Salmo 40, Hebreos 10, Juan 17:4 y Glatas 4:4, Dios revela el carcter anterior al advenimiento de la obra de Cristo sobre la tierra. Estas y otras muchas citas revelan claramente el plan o acuerdo eterno entre el Padre y el Hijo, que dio como resultado la redencin. Las promesas de Cristo al Padre. La parte del Hijo en el acuerdo era la siguiente: 1. Preparar una morada adecuada y permanente para Dios en la tierra. El Seor jams qued satisfecho con el tabernculo de Moiss, que era imagen de lo que habra de venir; ni con los templos de Salomn o Herodes. Dios deseaba un lugar de morada mutua y continua, para que todo el mundo pudiera contemplar y apreciar la gloria revelada. Por lo tanto, Jesucristo preparara dicha morada: la iglesia; y tambin un cuerpo mediante el cual Dios pudiera llevar a cabo sus propsitos divinos en la tierra -Cristo mismo sera la cabeza de dicho cuerpo-, y que fuera perfecto y sin mcula, como lo fue el cuerpo original de Adn. Sin embargo, ese nuevo cuerpo sera mejor, ya que se compondra de millones de personas de todo el mundo y nunca desobedecera, puesto que la cabeza sera el Hijo de Dios. 2. El Hijo habra de dar el Espritu Santo sin medida a la nueva familia en la tierra: la Iglesia. Anteriormente, el Espritu haba venido de un modo parcial sobre carne humana, haciendo que los hombres profetizaran, realizasen milagros y revelaran la naturaleza y la voluntad de Dios. Sin embargo, la nueva promesa dara el Espritu en su plenitud. Concedindoselo de esta forma a la humanidad redimida, la Iglesia podra tener suficiente gracia para llevar a cabo la voluntad de Dios; no por obligacin, sino por deseo. El Espritu Santo sera capaz asimismo de invertir los efectos del pecado en la naturaleza humana y adornara al cuerpo de Cristo con belleza, fuerza y santidad. 3. El Hijo volvera a su Padre y se sentara con El en el trono, desde donde intercedera por los que hacen su voluntad. De este modo, los efectos de haber herido a Satans en la cabeza culminaran con la destruccin total del reino del diablo y la aniquilacin de todo el mal de la tierra. Las promesas del Padre a Cristo 1. El Padre librara al Hijo del poder de la muerte. Otros haban muerto anteriormente y haban sido resucitados por algn tiempo; pero ms tarde fallecieron tambin. Nadie, desde Adn hasta Cristo, haba muerto y revivido para la eternidad. Al hacerlo, el Padre, no slo resucit al Hijo, 95
sino que quebr el poder mismo de la muerte. Pablo considera el podero de la muerte como el mayor que ser destruido (vase 1 Corintios 15:26). Por lo tanto, al destruirse dicho poder, se le dio a Cristo toda autoridad en el cielo y en la tierra. 2. El Padre concedera a Cristo la facultad de dar el Espritu Santo en plenitud a quien El quisiera. Al tener tal autoridad, ste podra capacitar a los miembros de su cuerpo para que hiciesen la voluntad de Dios. 3. El Padre sellara y protegera, por medio del Espritu Santo, a todo el que viniera a Cristo. 4. El Padre dara al Hijo una herencia compuesta por gente de todas las naciones de la tierra, y un reino o dominio eterno. 5. Como extensin de Cristo, la cabeza de la Iglesia, su cuerpo sera capaz de declarar a todos los principados y potestades la sabidura eterna y multiforme del Padre, justificando para siempre la creacin del amor de Dios: la humanidad. La condicin La condicin bajo la cual se estableci el pacto entre el Padre y el Hijo fue que este ltimo vendra con la forma y la naturaleza humanas, sujeto a todas las tentaciones del hombre y sin apoyarse en su divinidad. Deba superar cada prueba del mismo modo que los hombres pueden hacerlo: por medio del Espritu Santo. Cristo tambin se sometera a la muerte -incluso a la ignominiosa muerte de la cruz-; y derramara su preciosa e inmaculada sangre, con la cual seran sellados para siempre los que creyeran en El. Como segunda parte legal de este eterno y mejor pacto, y habiendo cumplido todas sus promesas, recibido aquellas del Padre, y satisfecho todas las condiciones, Cristo ha establecido ahora claramente la entrada que tenemos a Dios en oracin. Dicho de otro modo: contamos con el derecho legal de acercarnos al Padre. Por qu es esto importante? Satans ya no tiene acceso a Dios para acusar al hombre como hizo en el libro de Job: "Un da vinieron a presentarse delante de Jehov los hijos de Dios, entre los cuales vino tambin Satans. Y dijo Jehov a Satans: De dnde vienes? Respondiendo Satans a Jehov, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. Y Jehov dijo a Satans: No has considerado a mi siervo .lob, que no hay otro como l en la tierra, varn perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satans a Jehov, dijo: Acaso teme Job a Dios de balde? No le has cercado alrededor a l y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendicin; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y vers si no blasfema
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contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehov a Satans: He aqu, todo lo que tiene est en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre l. Y sali Satans de delante de Jehov" (Job 1:6-12). Este relato revela que Satans tena acceso al cielo y poda acusar tanto a Dios como al justo Job. Acusaba a Dios al decirle que la nica razn por la que Job le serva era que le haba bendecido -el Seor no era justo-, y a Job al afirmar que poda maldecir a Dios si le quitaban todas sus posesiones. Satans es, y ha sido siempre, el gran acusador! Cristo, que vio al diablo caer al principio (Lucas 10:18), revela un aspecto de su xito redentor impidiendo la entrada de Satans en el cielo. "Entonces o una gran voz en el cielo, que deca: Ahora ha venido la salvacin, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios da y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte" (Apocalipsis 12:10, 11). Por lo tanto, Satans no tiene ya acceso a Dios, ni puede acusar a los creyentes continuamente como antes; sin embargo, todava lanza sus acusaciones a nuestra mente: nos dice que no somos dignos de orar y que no tenemos derecho a llegarnos al trono de la gracia, donde puede proporcionrsenos fortaleza en tiempos de necesidad. De modo que es sumamente importante, sobre todo cuando estamos batallando con el diablo en oracin, que comprendamos que la eficacia de nuestras peticiones se basa en el pacto de sangre: en la sangre vertida de Jesucristo. Podemos llamar a Satans mentiroso y padre de mentiras; superar cada pensamiento que no sea de Dios; atar toda palabra negativa, acusadora y de autodesprecio que nos venga a la mente con el objeto de destruir nuestra propia imagen. Podemos hacer esto porque el derecho legal a acceder a Dios ha sido comprado para nosotros. Por lo tanto, acrquese al Seor confiadamente! Si no ejerce usted su derecho legal a entrar en la presencia del Padre, est invalidando la obra expiatoria de Cristo en el Calvario. Pertenece usted al grupo ntimo y selecto al que se le ha dado acceso al trono de Dios. Es algo gratuito, pero no barato. Se le concede gratis, pero Jess tuvo que pagar con su vida para que usted recibiera ese privilegio. No va aprovechar lo que es suyo por derecho en el Seor? La nica arma con la que puede atacarnos Satans es hacer que descuidemos lo que nos pertenece legtimamente en Cristo. El slo sabe robar y destruir, pero conocemos a nuestro adversario, el diablo, y no nos engaa con sus ardides. Somos ms que vencedores por medio de Aquel que nos am! Amn!
Conclusiones:
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me fue posible orar con gran confianza, atando a toda fuerza maligna que trataba de destruir a esa hija de Dios. Los mdicos se quedaron asombrados de la rpida recuperacin que experiment la nia como resultado de la oracin de fe. Ahora esa nia est sana por la gracia y la misericordia de Dios. Por qu comparto con usted esta historia? Dios est buscando hombres y mujeres para que sean su fuerza especial de emergencia en el combate contra los ejrcitos del diablo. El Espritu Santo necesita voluntarios que estn en estado de alerta siempre que haya una crisis. He dicho al Espritu que quisiera formar parte de esa fuerza especial de voluntarios espirituales. Nos encontramos en un momento crucial de la historia de la Iglesia. El enemigo sabe que la hora es avanzada y se cierne para atacar a cada familia, iglesia y organizacin cristiana. Dios nos ha asignado el papel de sal de la tierra. Cumpliremos con nuestra responsabilidad o haremos caso omiso a las seales de los tiempos? Mi propsito al compartir con usted estos pocos principios bblicos y experiencias personales, es motivarle para que comience a orar. Todava no es demasiado tarde para empezar una vida de oracin. Si desea usted un avivamiento, sepa que nunca ha habido, ni hay en la actualidad, atajos para conseguirlo. La nica clave es la oracin. No obstante, el avivamiento debe comenzar en usted y en m. Permita que el Espritu Santo encienda su vida con la llama de la fe! Deje que esa chispa se extienda por toda su iglesia, provocando un fuego que con el tiempo abarque la ciudad donde vive, su estado y la nacin entera. Qu comience ahora! Si no comienza ahora, cundo va a comenzar? Con quin comenzar si no es con usted? Y dnde sino en su pas? Por favor, ore conmigo: "Amado Espritu Santo, llname ahora de tu poder. Hazme desear una vida de oracin. Aydame a ver la necesidad que hay, y a alistarme como voluntario en tu ejrcito de oracin. Pido esto en el nombre de Jesucristo el Seor. Amn!
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