Qué Es La Poesía de Jacques Derrida

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Para responder a semejante cuestin -en dos palabras, no es cierto?- se te pide saber renunciar al saber.

Y saber hacerlo bien, sin olvidarlo jams: desmoviliza la cultura pero no olvides nunca en tu docta ignorancia eso que sacrificas en la ruta, al atravesar la ruta. Quin se atreve a pedirme eso? Aun si no lo parece, pues su ley es desaparecer, lo respondido se ve dictado. Yo soy un dictado, pronuncia la poesa, aprndeme par coeur*, vuelve a copiar, vela y viglame, mrame, dictado, ante los ojos: banda de sonido, wake, estela de luz, fotografa de la fiesta de luto. Se ve dictado, lo respondido, por ser potico. Y por eso tiene que dirigirse a alguien, singularmente a ti pero como al ser perdido en el anonimato, entre ciudad y naturaleza, un secreto compartido, a la vez pblico y privado, absolutamente lo uno y lo otro, absuelto desde adentro y desde afuera, ni lo uno ni lo otro. el animal arrojado a la ruta, absoluto, solitario, enrollado en una bola prximo a s. Por esto mismo, justamente, puede hacerse pisar, el erizo, istrice. Y si respondes de otro modo segn los casos, habida cuenta del espacio y del tiempo que te son dados con esta demanda (todava hablas en italiano), por ella misma, segn esta economa pero tambin en la inminencia de alguna travesa fuera de uno, arriesgada hacia el idioma del otro con vistas a una traduccin imposible o rechazada, necesaria pero deseada como una muerte, qu tendr todo esto, esto mismo donde acabas ya de delirarte, que ver, entonces, con la poesa? Con lo potico, mejor, porque intentas hablar de una experiencia, otra palabra por viaje, aqu el recorrido aleatorio de un trayecto, la estrofa que se vuelve pero nunca reconduce al discurso, ni as misma, al menos nunca se reduce a la poesa -escrita, hablada, ni siquiera cantada. He aqu entonces, ya mismo, en dos palabras, para no olvidar: 1. La economa de la memoria: un poema debe ser breve, por vocacin elptica, cualquiera sea la extensin objetiva o aparente. Docto inconsciente de la Verdichtung y de la retirada. 2 El corazn. No el corazn en media de las frases que circulan sin riesgo por las distribuidoras de rutas y que se dejan traducir en todos los idiomas. No simplemente el corazn de los archivos cardiogrficos, el objeto de los saberes o las tcnicas, de las filosofas y de los discursos bio-tico-jurdicos. Quiz tampoco el corazn de las Escrituras o de Pascal, ni incluso, lo que no es tan seguro, el que Heidegger prefiere antes que aquellos. No, una historia de corazn poticamente envuelta en la expresin apprendre par coeur [aprender de memoria], la de mi idioma o la de otro la inglesa (to learn by heart) ,o aun la de otro, la rabe (hafiza an zahri kalb) -un solo trayecto de mltiples vas. Dos en uno: el segundo axioma se enrolla en el primero . Lo potico, digmoslo, sera eso que deseas aprender, pero de lo otro, gracias a lo otro y bajo su dictado, con el corazn: imparare a memoria. No es eso ya, el poema, cuando se da una prenda, la llegada de un acontecimiento, en el instante en que la travesa del camino llamada traduccin permanece tan improbable corno un accidente, a pesar de ello intensamente soada, requerida all donde eso que ella promete siempre deja algo que desear? Un reconocimiento va hacia eso mismo y previene aqu el conocimiento tu bendicin antes del saber.

Fbula que podras volver a contar como el don del poema, es una historia emblemtica: alguien te escribe, a ti, de ti, sobre ti . No, una marca a ti dirigida, dejada, confiada, es acompaada de una conminacin, en verdad se instituye en ese orden mismo que a su vez te constituye, asignando tu origen o dndote lugar destryeme o antes vuelve mi soporte invisible al afuera, en el mundo (ya ste es el rasgo de todas las disociaciones, la historia de las trascendencias), en todo caso haz de modo que la procedencia de la marca permanezca en adelante inencontrable o irreconocible. Promtelo: que se desfigure, transfigure o indetermine en su puerto, y escuchars bajo esta palabra tanto la orilla de la partida tanto como el referente hacia el cual se porta una traduccin . Come, bebe, devora mi letra, prtala, transprtala en ti, como la ley de una escritura que devino tu cuerpo: la escritura en si. La astucia de la conminacin puede antes que nada dejarse inspirar por la simple posibilidad de la muerte, por el peligro que un vehculo le hace correr a todo ser finito . Oyes venir la catstrofe. Desde entonces impreso en el mismo rasgo, venido del corazn, el deseo de lo mortal despierta en ti el movimiento (contradictorio, me sigues bien, doble obligacin, coaccin aportica de proteger del olvido eso que al mismo tiempo se expone a la muerte y se protege -en una palabra, la habilidad, la retirada del erizo, como un animal hecho un ovillo en la autopista . Uno querra tomarlo entre las manos, aprenderlo y comprenderlo, guardarlo para s, prximo a s. Te gusta -conservar esto en su forma singular, se dira en la irremplazable literalidad del vocablo si hablramos de la poesa y no solamente de lo potico en general. Pero nuestro poema no se queda quieto en los nombres, ni siquiera en las palabras. Est antes que nada arrojado a las rutas y a los campos, cosa ms all de las lenguas, aun si le ocurre recobrar el sentido cuando se reagrupa, hecho un ovillo prximo a s, ms amenazado que nunca en su refugio: cree defenderse entonces, y se pierde. Literalmente: querras retener par coeur una forma absolutamente nica, un acontecimiento cuya intangible singularidad no separe ms la idealidad, el sentido ideal, como se dice, del cuerpo de la letra . En el deseo de esta inseparacin absoluta, en el no-absoluto, respiras el origen de lo potico. De ah la resistencia infinita a transferir la letra que el animal, en su nombre, a pesar de ello, reclama. Ese es el desamparo del erizo. Qu quiere el desamparo [dtresse], el stress mismo? Stricto sensu poner en guardia . De ah la profeca: tradceme, vigila, consrvame un poco ms, slvate, salgamos de la autopista. As surge en ti el sueo de aprender par coeur. De dejarte atravesar el corazn por el dictado . De un plumazo, y esto es lo imposible, y sta es la experiencia poemtica. No conocas todava el corazn, as lo aprendes. Con esta experiencia y con esta expresin. Llamo poema a eso mismo que aprende el corazn, eso que inventa el corazn, en fin eso que la palabra del corazn parece querer decir y que en mi lengua discierno mal de la palabra corazn. Corazn en el poema apprendre par coeur (que hay que aprender par coeur) ya no nombra solamente la pura interioridad, la espontaneidad independiente, la libertad de conmoverse activamente al reproducir la huella amada . La memoria del par coeur es confiada como un rezo, es ms que seguro, a una cierta exterioridad del autmata, a las leyes de la mnemotcnica, a esta liturgia que imita superficialmente la mecnica, al automvil que sorprende tu pasin y viene sobre ti coma de afuera: auswendig, par coeur en alemn. As, pues: el corazn te late, nacimiento del ritmo, ms all de las oposiciones, del adentro y del afuera, de la representacin consciente y del archivo abandonado. Un corazn all, entre los senderos o las autopistas, fuera de tu

presencia, humilde, cerca de la tierra, bien abajo. Reitera murmurando: no repitas nunca.... En una sola clave, el poema (el aprender par coeur) sella conjuntamente el sentido y la letra, como un ritmo espaciando el tiempo.

Para responder en dos palabras, elipsis, por ejemplo, o eleccin, corazn o erizo, te habr hecha falta desmantelar la memoria, desarmar la cultura, saber olvidar el saber, incendiar la biblioteca de las poticas. La unicidad del poema depende de esta condicin. Tienes que celebrar, debes conmemorar la amnesia, el salvajismo, ver la estupidez del par coeur: el erizo. El se ciega. Hecho un ovillo, erizado de espinas, vulnerable y peligroso, calculador e inadaptado (porque se hace un ovillo, al sentir el peligro, en la autopista, se expone al accidente). No hay poema sin accidente, no hay poema que no se abra como una herida, pero tambin que no sea hiriente. Llamars poema a un encantamiento silencioso, la herida fona que de ti deseo aprender par coeur. As tiene lugar, esencialmente, sin que uno lo tenga que hacer: se deja hacer, sin actividad, sin trabajo, en el ms sobrio pathos, extranjero a toda produccin, sobre todo a la creacin. El poema cae en suerte, bendicin, venida de lo otro. Ritmo, pero disimetra . No hay nunca ms que poema, antes que cualquier poiesis. Cuando, en lugar de poesa, dijimos potico, deberamos haber precisado: poemtica. Sobre todo no dejes que el erizo se reconduzca en el circo o en el adiestramiento de la poiesis: nada por hacer (poiein), ni poesa pura, ni retrica pura, ni reine Sprache, ni puesta-en-obra-de-la-verdad. Solamente una contaminacin, sa, y esa encrucijada, este accidente. Esta vuelta, la inversin de esta catstrofe. El don del poema no cita nada, no tiene ttulo alguno, no histrioniza ms, sobreviene de improviso, corta el aliento, corta con la poesa discursiva, y sobre todo literaria. En las cenizas mismas de esta genealoga. No el fnix, no el guila, el erizo, muy abajo, bien abajo, cerca de la tierra . Ni sublime, ni incorporal, anglico quizs, y por un tiempo.

Llamars desde ahora poema a una cierta pasin de la marca singular, la firma que repite su dispersin, cada vez ms all del logos, ahumana, domstica apenas, no reapropiable en la familia del sujeto: un animal convertido, hecho un ovillo, vuelto hacia el otro y hacia s, una cosa en suma, y modesta, discreta, cerca de la tierra , la humildad que t apodas, transportndote as en el nombre ms all del nombre, un erizo catacrtico, todo flechas afuera, cuando este ciego sin edad oye pero no ve venir la muerte.

El poema puede hacerse un ovillo pero es para volver otra vez sus signos agudos hacia afuera . Puede por cierto reflejar la lengua o decir la poesa pero no se refiere nunca a s, no se mueve nunca por si mismo como esas mquinas portadoras de muerte. Su acontecimiento siempre interrumpe o desva el saber absoluto, el ser prximo a s en la autotelia. Este demonio del corazn nunca se reagrupa, se extravia un tanto (delirio o mana), se expone a la suerte, preferira dejarse despedazar por eso que viene sobre l.

Sin sujeto. quizs hay poema y que se deja, pero yo no lo escribo nunca. A un poema yo no lo firmo nunca. El otro firma . El yo est solamente a la llegada de ese deseo aprender par coeur. Tenso para compendiarse en su propio apoyo, de este modo sin apoyo exterior, sin substancia, sin sujeto, absoluto de la escritura en s, el par coeur se deja elegir ms all del cuerpo, del sexo, de la boca y de los ojos, borra los bordes, se escapa de las manos, apenas lo puedes or, pero nos ensea el corazn. Filiacin, prenda de eleccin confiada en herencia, puede adherirse a cualquier palabra, a la cosa, viviente o no, al nombre de erizo por ejemplo, entre vida y muerte, a la cada de la noche o al romper del da, apocalipsis distrado, propio y comn, pblico y secreto. - Pero el poema del que hablas, te equivocas, nunca fue nombrado as, ni tan arbitrariamente. - Acabas de decirlo. Eso que se est a punto de demostrar. Recuerda la pregunta : Qu es...? (ti esti, was ist..., istoria, episteme, philosopbia). Qu es...? llora la desaparicin del poema otra catstrofe. Al anunciar eso que es tal como es, una pregunta saluda el nacimiento de la prosa .

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