La Filosofia Animal
La Filosofia Animal
La Filosofia Animal
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la tradicin occidental que considera a la racionalidad y la
sociabilidad del ser humano como marcas que lo diferen-
cian de las otras formas de vida. Para Nietzsche, el futuro de
la humanidad depende, de manera crucial, de la habilidad
del ser humano para reconectarse con la vida onrica del
animal, porque slo esta ltima puede devolverle la liber-
tad y la creatividad de interpretacin que ha perdido en el
proceso de su civilizacin y socializacib.. En este sentido,
el abordaje de Nietzsche es comparable al de Freud, no slo
porque ambos cuestionan el argumento de la racionalidad
como centro de la vida psquica, sino tambin porque am-
bos hallan en el sueo la disolucin de la civilizacin y de
la conciencia y, adems, consideran que esta disolucin es
clave para el futuro potenciamiento de la vida humana y de
la cultura. zo El ser humano ser capaz de seguir viviendo L
nicamente si recupera la libertad y la creatividad de los
sueos, esto es, la capacidad de seguir soando, imaginan-
do e inventando formas nuevas de vida por venir.
En contraposicin a la comprensin tradicional del sobre-
humano en Nietzsche como representacin mtica del indi-
viduo autosuficiente (y de la autonoma de la cultura huma-
na), aqu se sostiene que el sobrehumano no slo no es una
expresin de la independencia del ser humano con respecto
al resto de la vida, sino que tampoco lo es con respecto a su
propia especie. zr Ms precisamente, devenir sobrehumano
depende de la propia apertura hacia la animalidad del ser
humano. La animalidad no se supera ni se sublima: resiste
en los humanos al igual que en el sobrehumano. Ms aun,
lo que Nietzsche denomina sobrehumano slo puede ser J
entendido en funcin de esta forma de resistencia animal.
22
Este libro indaga sobre el significado cultural y poltico de la
21
resistencia del animal en el humano. Propone .que la resis-
tencia del animal se empea en superar la dominacin en
pos de formas de vida social y poltica ms libres.
En el captulo 2, "Poltica y promesa", se discute la po-
sibilidad, articulada la promesa del individuo soberano,
de superar la dominacin (GM II: 2). La promesa del indi-
viduo soberano ha sido entendida tradicionalmente como
antipoltica, con Nietzsche como precursor de las ideologas
totalitarias y autoritarias, o no poltica, con Nietzsche como
precursor del perfeccionismo individual. En contraste con
estas teoras, se sostiene que a travs de la figura del indivi-
duo soberano Nietzsche propone una idea de libertad como
responsabilidad, que es inherente a la vida poltica de los
animales humanos. Esta interpretacin de Nietzsche como
pensador poltico se centra en la idea de que el antagonismo
entre las fuerzas de vida humanas y animales es la primera
caracterstica del desarrollo humano: cuando la humanidad
se define a s misma sin considerar su animalidad o ne-
gndole un rol productivo, emergen formas de vida poltica
basadas en la dominacin y la explotacin de los humanos
. por los humanos. Por el contrario, cuando la humanidad
'se compromete con su animalidad da origen a formas de
vida poltica enraizadas en el instinto de responsabilidad
del individuo soberano. Este captulo busca mostrar que la
responsabilidad, tal y como la concibe Nietzsche, es decir,
como instinto (GM II: 2), ofrece una manera de entender la
relacin entre poltica y vida animal que va ms all de la do-
. minacin poltica de la vida, porque otorga a la animalidad
del ser humano un rol positivo y creativo en la constitucin
J_9-e formas de vida sociales y polticas. De este modo, la pro-
mesa del individuo so be rano constituye un poder poltico
22
que logra superar las prcticas que, a partir de Foucault, han
sido denominadas biopolticas.
2
3
En el captulo 3, "Cultura y economa", se ampla la discu-
sin sobre la posibilidad de superar la dominacin, estable-
ciendo una distincin entre dos abordajes econmicos dife-
rentes de la animalidad del ser humano, que corresponden
a las formas dismiles de politizar la vida caractersticas de la
cultura y la civilizacin. Mientras la de la civiliza-
cin representa un abordaje explotador de la animalidad cuyo
objetivo es la autopreservacin del grupo al costo de la norma-
lizacin del individuo, la economa de la cultura representa
un abordaje no explotador de la animalidad, orientado hacia la
pluralizacin de formas de vida intrnsecamente singulares.
Un anlisis de estas economas muestra que la "cultura su-
perior", tal y como la imagina Nietzsche, es incompatible con 1
una poltica de dominacin y explotacin. ..J
Nietzsche sostiene que la vida humana es la forma de\
vida animal ms dbil y frgil. La vulnerabilidad del animal/
humano tiene que ver con su relativa inferioridad y con su (
carcter indeterminado con respecto a los dems animales. J
superar el dilema de su debilidad relativa, los humanos
tienen que "robar" las virtudes de otros animales (Z: 22 "De
tablas viejas y nuevas"). El humano debe seguir el camino de
los dems animales y, a su manera, devenir ms animal, ms
y A la luz de esta idea, en este
trabaJo se sugiere que la relaoon entre vida humana y cultura
debe ser entendida en trminos de un del 1
ser humano.
24
El devenir-animal del ser humano no es un j
proceso de mejoramiento moral o de autoperfeccionamien-
to humano. Por el contrario, su objetivo es la "potenciacin /
[Vergroflerung]" y el "fortalecimiento [Verstiirkung]" del ser hu- f
\mano (KSA 12:5[5o]; 12:7[ro]) obtenida a travs de la cultura y
l su recuperacin de la animalidad.
En el captulo 4, "Don y perdn", se sostiene que el re-
chazo en Nietzsche del cristianismo est motivado por una
idea de justicia que surge de la prctica de la donacin.
Nietzsche opone la donacin a la prctica cristiana del per-
dn: esta ltima no puede quebrar el ciclo de la vengan-
za; asimismo, la forma de dar propia del perdn cristiano
envenena a la vida humana en lugar de potenciarla (OSV
224, MBM r68). El doble fracaso que detecta Nietzsche en
la prctica del perdn resulta de negar a la animalidad del
ser humano un rol productivo en la constitucin de formas
de sociabilidad. En particular, esta prctica ignora el valor y
el significado del olvido animal. En este captulo se afirma
que el olvido animal es indispensable no slo para quebrar
el ciclo de la venganza, sino tambin para establecer una
relacin con otros que no est basada en funda_mentos uti-
litarios, y que respete tanto la libertad como las diferencias
del otro. Puesto que el olvido del animal es un componente
esencial del anlisis de la donacin en Nietzsche, aqu se su-
giere que no debe ser entendido como una virtud humana,
sino como una virtud animal. El captulo concluye con una
discusin de la concepcin de la justicia como donacin en
Nietzsche, y del modo en que sta ofrece una explicacin
alternativa de la amistad poltica opuesta a la demanda cris-
tiana de amar al prjimo como a ti mismo. En este cap-
tulo tambin se discuten las semejanzas y diferencias que
existen entre Nietzsche, Derrida y Arendt sobre el don, el
perdn y la amistad.
2
s
Para Nietzsche, la vida humana no es algo dado como sus-
tancia o naturaleza. En los trminos de Ansell-Pearson, la vida J
humana es algo que est "implicado, desde el principio de)
su formacin y deformacin, en el devenir sobrehumano".
26
j
Por lo tanto, el ser humano no es un fin en s mismo sino l
un movimiento de devenir y de autosuperacin en curso. j
Ante todo, la narracin del devenir humano es una narra-
cin sobre la autosuperacin del humano: "La grandeza del
humano est en ser un puente y no una meta: lo que en el -*
humano se puede amar es que es un trnsito [ bergang] y un
ocaso [ Untergang]" (Z: 4 "Prlogo"). La relacin ntima entre
animal, humano y sobrehumano resulta peculiar, porque la
continuidad que afirma trae aparejada, al mismo tiempo, su
discontinuidad. Nietzsche cuestiona la creencia habitual de
que la vida crece a partir de su pasado animal segn una
concepcin del tiempo lineal, como algo de lo que proviene
o de lo que se ha emancipado con xito.
2
7 En el pensamiento
de Nietzsche, en cambio, la animalidad aparece como otre-
dad, como un reservorio de fuerzas creativas y regenerativas
de vida que permiten al ser humano lanzarse hacia el futu-
ro.28 El futuro emerge de la capacidad humana para superar-)
se. Pero, para superarse a s mismo, el ser humano necesita \
volver a su animalidad (y al olvido animal). Por esta razn, 1
el (olvido) animal siempre est al comienzo y al recomien- /
zo de la cultura. Los seres humanos son conducidos a su \
humanidad a travs del retomo de y hacia su animalidad, ~
porque es el animal el que retiene el secreto de cmo gene- 1
rar una relacin con el pasado que logre la disrupcin y el
vuelco del presente en pos de una vida por venir. Segn esta
perspectiva, el devenir sobrehumano depende de un retomo
1
1
de y hacia la animalidad, como la fuerza que irrumpe en su
humanidad, la excede y la desgarra, abriendo espacio para su \
devenir (sobrehumano) en el futuro. j
A travs de una lectura de Sobre la utilidad y el perjuicio de
la historia para la vida, abordo la idea de que la animalidad
(olvido) hace posible el devenir humano (memoria) del ser
humano. El captulo 5, "Animalidad, creatividad e historici-
dad", reevala la importancia de la animalidad y del olvido
animal en la concepCin de la historia y la historiografa de
\Nietzsche. All se propone que lo novedoso de su ensayo
J
l sobre la historia reside en la tesis de que el olvido animal no
slo es anterior a la memoria humana sino que es ms pri-
mordial que sta: la vida es radicalmente histrica porque
es olvido radical. En este captulo se sugiere que la perspec-
1
tiva del olvido animal revela a la memoria como una fuer-
za artstica (Kunsttrieb) y que por ende la historiografa no
debe ser entendida como abocada a la representacin fctica
/l del pasado, sino como una obra de arte (Kunstwerk) que se
ocupa de interpretaciones. Segn la nueva concepcin de
la historiografa en Nietzsche, una historia verdaderamente
efectiva se halla en los trabajos del artista ms que en los del
historiador, incluso si este ltimo es artstico y no cientfico.
Entre 1886 y 1888, Nietzsche reedit todos sus libros, agre-
gando prefacios nuevos a sus ediciones originales. Estos
prefacios representan la relectura que Nietzsche hace de su
(propio pasado. El captulo 5 culmina con una discusin de
i los prefacios de Nietzsche como ejemplos de una escritura
L artstica de la historia.
Puesto que, en su comprensin del proyecto de la filoso-
fa, Nietzsche privilegia la perspectiva del artista sobre la del
cientfico, los estudiosos han considerado que su posicin es
la de un relativista o un negador de la verdad. En desacuer-l
do con estas posturas, el captulo 6, "Animalidad, lenguaje
y verdad", sostiene que la crtica a la metafsica de Nietzsche
aspira a una renovacin del significado de la filosofa como l
bsqueda de la verdad. En este captulo se propone que, a
lo largo de su produccin, Nietzsche se aferra al argumento
controvertido, planteado en su ensayo temprano Sobre ver-
dad y mentira en sentido extramoral, de que la verdad es una
metfora y que, por lo tanto, una evaluadn de la verdad es
inseparable de una evaluacin del lenguaje. Nietzsche sos-
tiene que debido a que la verdad es una metfora no est ca-
pacitada para capturar la vida y, asimismo, que las metforas
son racionalizaciones y abstracciones que destruyen la vida.
Desde esta perspectiva, la filosofa, entendida como la bs-
queda conceptual de la verdad, parece condenada al fracaso \
incluso antes de empezar. Nietzsche encuentra una forma J
de escapar a este dilema distinguiendo entre metforas (Me-
tapher) y metforas intuitivas (Anschauungsmetapher) ( VM).
Si las primeras confeccionan un mundo abstracto de leyes
(lingsticas) reguladoras e imperativas mediante el uso del
pensamiento abstracto, las segundas construyen un mundo
intuitivo de primeras impresiones a travs del pensamiento
pictrico. Mientras el pensamiento abstracto constituye una
amenaza para la vida, el pensamiento pictrico engendra
imgenes que emergen de la inmediatez de un encuentro
con la vida. Estas imgenes tienen el poder de ofrecer laj
verdad de una experiencia de vida, sin destruirla. El cap-
tulo 6 presenta el argumento de que la bsqueda filosfica
de la verdad slo puede ser redimida cuando la filosofa se
abstiene de desvincular a las formas conceptuales y abstrac-
tas de pensamiento de sus cimientos, es decir, del pensa-
miento pictrico e imaginario, tal y como aparecen en las
metforas intuitivas. El pensamiento pictrico es una for-J
ma de pensamiento que Nietzsche asocia con los animales.
. r
1
(
Por lo tanto, una renovacin del significado de la filosofa
como bsqueda de la verdad depende de un retorno de la
forma de pensar pictrica del animal. En consecuencia, los
animales de la filosofa de Nietzsche no son simplemente
metforas o proyecciones antropomrficas que refuerzan la
creencia tradicional de que los animales son seres faltos de
lenguaje. Por el contrario, el silencio animal es la fuente del
carcter metafrico del lenguaje del animal humano. Ms
aun, el lenguaje del animal humano se halla dirigido es-
pecialmente al silencio que hace posible la comunicacin
entre humanos.
Nietzsche redescubre la centralidad de la vida animal
j para la autocomprensin del ser humano, para su cultura y
)
su poltica. Este trabajo concluye con algunos comentarios
sobre la manera en que esta recuperacin de la animalidad
en la filosofa de Nietzsche contribuye a comprender lo que
Foucault denomina el "umbral de modernidad biolgica". z9
1
Se sugiere que Nietzsche ofrece una forma novedosa y pro-
ductiva de entender la relacin entre animalidad y huma-
nidad, desarrollando a la biopoltica en un sentido positivo
l
. o afirmativo.3 Propongo que la biopoltica afirmativa halla
en la continuidad entre vida humana y animal una fuente
de resistencia al proyecto de dominacin y control de los
l procesos vitales. Mientras este proyecto parcela la vida en
especies, en formas de vida opuestas entre s, la biopoltica
afirmativa que aqu se propone subvierte esta divisin para
cultivar formas de vida animal intrnsecamente singulares.
NOTAS
1
Para una discusin del tema del animal en Nietzsche, vase Christa
D. Acampara y Ralph Acampara, eds., A Nietzschean Bestiary:
Becoming Animal Beyond Docile and Brutal (New York: Rowman
and Littlefield, 2004); Adrian Del Caro, Grouf!-ding the Nietzsche
Rhetoric of Earth (Berlin: De G:ruyter, 2004), 401-416; Peter Atterton
y Matthew Calarco, eds., Animal Philosophy (London and New York:
Continuum Press, 2004), 1-14; Cary Wolfe, ed., Zoontologies: The
Question ofthe Animal (Minneapolis: University ofMinnesota Press,
2003), 93-96; Akira Mizuta Lippit, Electric Animal (Minneapolis:
University ofMinnesota Press, 2ooo), 55-73; Jennifer Ham, "Taming
the Beast: Animality in Wedekind and Nietzsche", en Animal
Acts, eds. Jennifer Ham y Matthew Senior (London y New York:
Routledge, 1997), 145-163; Michel Haar, "Du symbolisme animal en
gnral, et notamment du serpent", Alter. Revue de Phnomnologie
3 (1995): 319-345; Margot Norris, Beasts ofModem Imagination.
Darwin, Nietzsche, Kajka, Emst, and Lawrence (Baltimore: The Johns
Hopkins University Press, 1985), 1-25, 53-100; T. J. Reed, "Nietzsche's
Animals: Idea, Image and Influence", en Nietzsche: Imaginary and
Thought, ed. Malcolm Pasley (Berkeley: University of California
Press, 1978), 159-219.
2 Para la postura que sostiene que el animal es un tema
circunstancial en la filosofa de Nietzsche, vase Martin Heidegger,
Nietzsche (Barcelona: Destino, 2005). Para la perspectiva que afirma
que el animal es un recurso metafrico en la filosofa de Nietzsche,
vase Monika Langer, "The Role and the Status of the Animals in
Nietzsche's Philosophy", en Animal Others: On Ethics, Ontology and
Animal Life, ed. Peter Steeves (New York: Suny Press, 1999), 75-91.
3 Segn Norris, "[e]ste movimiento tiene dos consecuencias
importantes y relacionadas entre s: un cuestionamiento
subversivo de las premisas antropocntricas de la filosofa y el arte
occidentales, y la invencin de las estrategias artsticas y filosficas
que permitirn que el animal, el inconsciente, los instintos, el
cuerpo, tomen la palabra nuevamente en sus obras" (Norris, Beasts
ofModem Imagination, 5).
4 Para un ejemplo de esta posicin, vase Alexander Nehamas,
Nietzsche: la vida como literatura (Madrid: FCE, 2002).
5 Para un ejemplo de esta postura, vase Gregory Moore, Nietzsche,
Biology and Metaphor (Cambridge: Harvard University Press,
2002). Stiegler argumenta que la nocin de vida en Nietzsche no
debe ser reducida a una mera metfor, sino que debe ser tomada
en serio como un intento de ofrecer una concepcin de la vida en
trminos biolgicos propiamente dichos. Sin embargo, la autora
subraya que la concepcin de la vida como voluntad de poder en
Nietzsche a una idea de vida biolgica, darwiniana, puesto
que no puede ser reducida a una lucha por la supervivencia.
Barbara Stiegler, Nietzsche et la biologie (Pars: PUF, 2001), 7-8.
6 "Presupongo que hay memoria y espritu en todo lo orgnico: el
mecanismo es tan sutil que nos parece que no existe. Qu tontera
por parte de Haeckel, equiparar a dos embriones entre s! La
pequeez no debera engaarnos" (KSA n:25[403]).
7 Sobre la nocin de fisiologa en Nietzsche, vase Volker Gerhardt,
"Von der asthetischen Metaphysik zur Physiologie der Kunst",
Nietzsche-Studien 13 (1984): 374-393; y Helmut Pfotenhauer,
"Physiologie der Kunst als Kunst der Physiologie?", Nietzsche-
Studien 13 (1984): 399-4II. Scarlett Marton argumenta que la
fisiologa es inseparable de la historia y ve en esta vinculacin
un rasgo compartido entre Nietzsche y Freud. Scarlett Marton,
"Nietzsche: consciencia e inconsciente", en Extravagancias: ensaios
sobre a .filoso.fia de Nietzsche (Sao Paulo: Discurso Editorial y Editora
Barcarolla, 2009), 167-82.
8 "Toda vida orgnica es coordinada como un movimiento visible
[sichtbare Bewegung] en una historia espiritual [geistigen Geschehen].
Un ser orgnico es la expresin visible de un espritu [eines Geistes]"
(KSA II:26[35D
9 Para un ejemplo reciente de la identificacin entre voluntad de
poder y memoria, vase Stiegler, Nietzsche et la biologie, so-66.
10 Con la excepcin de algunas enmiendas ocasionales, a lo largo
de este libro se ocuparon las siguientes traducciones: Friedrich
Nietzsche, As habl Zaratustra, trad. Andrs Snchez Pascual
(Madrid: Friedrich Nietzsche, Humano demasiado
. . "1 .
humano, vol. 1., trad. Alfredo Brotons (Madrid: Akal, 1996);
Friedrich Nietzsche, Humano demasiado humano, vol. 11 (Opiniones
y sentencias variasjEl caminante y su sombra), trad. Alfredo Brotons
(Madrid: Akal, 1996); Friedrich Nietzsche, La ciencia jovial,
trad. Jos Jara (Caracas: Monte vila Editores, 1999); Friedrich
Nietzsche, El nacimiento de la tragedia, trad. Andrs Snchez
Pascual (Madrid: Alianza, 2004); Friedrich Nietzsche, La genealoga
de la moral, trad. Andrs Snchez Pascual (Madrid: Alianza, 2oo8);
Friedrich Nietzsche, Consideraciones intempest'ivas l. David Strauss, el
conftsor y el escritor, trad. Andrs Snchez Pascual (Madrid: Alianza,
1988); Friedrich Nietzsche, Aurora. Pensamientos sobre los prejuicios
morales, trad. Germn Cano (Madrid: Biblioteca Nueva, 2ooo);
Friedrich Nietzsche, Crepsculo de los dolos, trad. Andrs Snchez
Pascual (Madrid: Alianza, 1998); Friedrich Nietzsche, Crepsculo
de los dolos, trad. Daniel Gamper (Madrid: Biblioteca Nueva,
2002); Friedrich Nietzsche, El anticristo, trad. Andrs Snchez
Pascual (Madrid: Alianza, 2007); Friedrich Nietzsche, Ecce horno,
trad. Andrs Snchez Pascual (Madrid: Alianza, 2006); Friedrich
Nietzsche, Ms all del bien y el mal, trad. Andrs Snchez Pascual
(Madrid: Alianza, 2005); Friedrich Nietzsche, Schopenhauer como
educador, trad. Jacobo Muoz (Madrid: Biblioteca Nueva, 2ooo);
Friedrich Nietzsche, Sobre la utilidad y el peljuicio de la historia
para la vida, trad. Germn Cano (Madrid: Biblioteca Nueva, 2003);
Friedrich Nietzsche, La filosofa en la poca trgica de los griegos, trad.
Luis Fernando Moreno Claros (Madrid: Valdemar, 2003); Friedrich
Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, trad. Luis
M. Valds y Teresa Ordua (Madrid: Tecnos, 2003); Friedrich
Nietzsche, Fragmentos pstumos (1869-1874), vol. I, trad. Luis De
Santiago Guervs (Madrid: Tecnos, 2007); Friedrich Nietzsche,
Fragmentos pstumos (1885-1889), vol. IV, trad. Juan Luis Vermal y
Juan B. Uinares (Madrid: Tecnos, 2oo6); Cinco prlogos para cinco
libros no escritos, trad. Alejandro del Ro Herrmann (Madrid: Arena
Libros, 1999); Friedrich Nietzsche, El nihilismo europeo. Fragmentos
pstumos. Otoo 1887, trad. Elena Njera (Madrid: Biblioteca Nueva,
2oo6); Friedrich Nietzsche, Fragmentos pstumos sobre poltica,
trad. Jos Emilio Esteban Enguita (Madrid: Trotta, 2004); Friedrich
Nietzsche, Escritos sobre Wagner, trad. Joan Uenares (Madrid:
Biblioteca Nueva, 2003); Friedrich Nietzsche, Sobre el porvenir
de nuestras escuelas, trad. Carlos Manzano (Barcelona: Tusquets,
2ooo); Friedrich Nietzsche, Philosophy and Truth: Selectionsfrom
Nietzsche's Notebooks ofthe Early 187o's. trad. y ed. Daniel Breazeale
(London: Humanities Press International, 1979); Friedrich
Nietzsche, The Pre-Platonic Philosophers, trad. Greg Whitlock
(Chicago: University ofillinois Press, 2001). Las traducciones de
los fragment<;>s pstumos pertenecen a Diego Rossello; se han
utilizado las siguientes ediciones: Friedrich Nietzsche, Samtliche
Schriften. Kritische Studienausgabe in 15 Banden, eds. Giorgio Colli
y Mazzino Montinari (Berlin: De Gruyter Verlag, 1988); Friedrich
Nietzsche, Samtliche Briefe, Kritische Studienausgabe in 8 Banden
(Berlin: De Gruyter Verlag, 1986).
rr Vase adems KSA rr:34[167]. All Nietzsche afirma que la historia
de la vida orgnica en su conjunto est activa en cada juicio de los
sentidos.
12 Stiegler sostiene que la vida se orienta hacia la apertura, hacia
aquello que adviene, porque el aumento de su poder interior
depende de manera intrnseca de su encuentro con otro poder,
incluso a pesar de que este encuentro traiga consigo un riesgo de
muerte y de sufrimiento. Vase Stiegler, Nietzsche et la biologie, 73
13 Para una discusin de las similitudes y diferencias entre Nietzsche
y Darwin, vase Werner Stegmaier, "Darwin, Darwinismus,
Nietzsche. Zum Problem der Evolution", Nietzsche-Studien 16
(1987): 264-287; Norris, Beasts ofModern Imagination, 1-53, y
recientemente Stiegler, Nietzsche et la biologie, 45ss.
14 "El continuo devenir no nos permite hablar de individuos, etctera;
el 'nmero' de los seres cambia constantemente" (KSA rr:36[23]);
vase adems la nocin de "continuo de almas" en KSA rr:4o[34].
Puesto que todas las fnnas de vidas se encuentran relacionadas
entre s, Nietzsche tambin rechaza, por ser un prejuicio, la divisin
entre el mundo orgnico y el inorgnico: "La voluntad de poder
tambin gobierna en el mundo inorgnico o, mejor dicho, el mundo
inorgnico no existe. El 'efecto de distancia' no puede ser abolido:
algo atrae [heranziehen] a otra cosa, otra cosa se siente atrada [gezogen]"
32
'
. ... .,!'?'
C
;-:
(KSA rr:34[247]). Comprese con KSA rr:36[2r], GS 109 y KSA
!2:9[144197
1
5 Lo que distingue a lo orgnico de lo inorgnico es su capacidad
"para recolectar experiencias [ Eifahrungen aufsammelt]" y para no
ser "nunca idntico a s mismo [niemals sich selber gleich] en sus
procesos" (KSA 10:12[31]).
1
6 "Lo nico que est demostrado es que el mundo no tiende hacia
un estado duradero. Por ende debemos imaginar su condicin
climtica como si no fuera un estado de equilibrio" ( KSA
12:10[138]).
1
7 Para una extensiva discusin de la nocin de vida en Nietzsche
entendida como lucha hacia la pluralizacin y singularizacin
de la vida, vase Wolfgang Mller-Lauter, "Der Organismus als
innerer Kampf", en ber Werden und Wille zur Macht, Nietzsche-
Interpretationen I (Berlin: De Gruyter, 1999), 97-140.
~ 8 Nietzsche cuestiona la posibilidad de que exista algo as como
el desarrollo de la especie humana. Por el contrario, su inters
reside en cultivar una pluralidad al interior del ser humano ( KSA
II:34[179D
19 Norris describe a este desafio del siguiente modo: "Pero la
bio-centralidad de esta tradicin -su valoracin del cuerpo, su
celebracin de la experiencia inmediata- hace que sus escritos se
hallen en guerra consigo mismos, hostiles al arte, insensibles a la
representacin, inimitables" (Norris, Beasts ofModern Imagination,
3). Poco despus agrega: "Por supuesto, la paradoja implcita en esta
advertencia, la de producir un arte al interior de la cultura, es decir,
no de la cultura, slo puede resolverse perfectamente en la prctica"
(ibd., 15). Vase adems Shapiro, quien identifica como un tema
explcito en las Consideraciones intempestivas la cuestin de cmo
generar formas de cultura plenas de vida: "De qu manera pueden
contarse historias que tengan sentido evitando las intrusiones de la
'mquina cultural universitaria' y presentando una alternativa vlida
frente a las formas extenuantes de la conciencia histrica que esa
misma mquina cultural celebraba como las manifestaciones ms
altas de la tradicin occidental?" (Gary Shapiro, Nietzschean Narratives
[Bloomington, Indiana: Indiana University Press, 1989], 21).
33
20 Sigmund Freud, El malestar en la cultura (Madrid: Alianza,
2009). Para una discusin abarcadora de la relacin entre
Nietzsche y Freud, vase Johann Figl, ed., Von Nietzsche zu Freud.
bereinstimmungen und Di.fferenzen von Denkmotiven (Wien: WUV-
Universitatsverlag, 1996), y Gnter Godde, "Wandelungen des
Menschenbildes durch Nietzsche und Freud. Eine vergleichende
Interpretation aus philosophiegeschichtlicher Perspektive",
]ahrbuch der (1993): n9-166 y, del mismo autor,
"Eine neue Interpretation von Freuds Verhaltnis zu Nietzsche",
Nietzsche-Studien 27 (1998): 463-480.
21 Para la postura que sostiene que el sobrehumano encama la idea
del yo autnomo y autosuficiente, vase Giuliano Campioni, Les
lecturesfranf-ases de Nietzsche (Paris: PUF, 2001), 51-107.
22 Norris tambin interpreta al sobrehumano como un animal
recuperado, "un animal 'recuperado' en ambos sentidos de la
palabra: como una criatura humana curada de su cultura patgena
y revitalizada por su naturaleza instintiva" (Norris, Beasts of Modern
Imagination, 79).
2 3 Michel Foucault, Historia de la sexualidad, vol. 1 (Buenos Aires:
Siglo XXI, 2003), 161-194-
24 Tomo prestado el trmino "devenir-animal" de Gilles Deleuze y
Felix Guattari, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia (Valencia:
Pre-textos, 2004), 239-307.
25 Para un ejemplo de la discusin contempornea acerca de nuevas
formas de comunidad inspiradas por Nietzsche, vase Mnica
B. Cragnolini, comp., Modos de lo extrao: alteridad y subjetividad
en el pensamiento posnietzscheano (Buenos Aires: Santiago Arcos
Instrumentos, 2005) y tambin Mnica B. Cragnolini, comp.,
Extraas comunidades: la impronta nietzscheana en el debate
contemporneo (Buenos Aires: Ediciones La Cebra, 2009). Sobre
la relacin entre comunidad y vida animal, ver especialmente
la tercera parte del mismo libro, titulada "La comunidad de los
vivientes: del animal, de la immunizacin y del don", 155-255.
26 Keith Ansell-Pearson, "On the Miscarriage ofLife and the
Future of the Human: Thinking Beyond the Human Condition
with Nietzsche", Nietzsche-Studien 29 (2ooo): 153-177. Desde la
34
l
.
.
.
.
1
perspectiva del devenir, la expresin castellana "ser humano" es
una contradiccin de trminos porque los humanos nunca son
sino que siempre devienen. En lo posible he procurado evitar esta
expresin para ser fiel a la concepcin nietzscheana de la vida como
devenir.
27 Para un ejemplo de esta creencia habitual, v!-se Jos Jara, Nietzsche
un pensador pstumo: el cuerpo como centro de gravedad (Barcelona:
Anthropos Editorial, 1998). En el captulo "La antigua y juvenil
animalidad del hombre" (ibd., 70-76), Jara, siguiendo a Konrad
Lorenz, encuentra en la filosofa de Nietzsche una separacin entre
lo animal y lo humano segn la cual lo animal designa lo innato,
automtico y genrico. Jara sostiene que todos los procesos han
"llevado al hombre a alejarse de los mecanismos ms invariables
de comportamiento animal para acceder a lo que hoy podamos
reconocer como especficamente humano" (ibd., 74). .
28 De acuerdo a Nietzsche, la vida humana no slo incorpora a la
totalidad de la cadena de vida que le precedi (KSA 10:12[31]), sino
que adems, y lo que es ms importante, prefigura su futuro:
"Nosotros somos ms que el individuo, somos tambin toda la
cadena, con los deberes de todo su porvenir" (KSA 12:9[7]).
29 Foucault, La historia de la sexualidad, 173.
30 Sobre la nocin de una "biopoltica afirmativa", vase Roberto
Esposito, Bos: biopoltica y filosofia (Buenos Aires: Amorrotu,
2006), 235-312.
35
Captulo 1
Cultura y civilizacin
En este captulo se abordan las formaciones y transforma-l
ciones de la vida y la cultura humanas a partir de una ree- ,
1
valuacin del discurso de Nietzsche sobre la cultura y la ci- f
vilizacin. La clave de este discurso es que concibe a ambas 1
como antagonistas: tt Civilizacin y cultura: un antagonismo" J
(KSA 13:I6[73]). Desde mi perspectiva, los debates sobre la
filosofa de la cultura en Nietzsche no han hecho hincapi
en el antagonismo entre cultura y civilizacin. U na razn
para ello es que los intrpretes circunscribieron el significa-
do de este dualismo al contexto de su uso nacionalista en los
debates acadmicos y polticos alemanes de los siglos XIX y
principios del XX, que abordaban la nocin de Kulturnation
en la autocomprensin de Alemania. Como consecuencia
de este debate, hacia fines del siglo XX la nocin de Kultur l
haba perdido prestigio luego de su apropiacin por parte de j
los pensadores conservadores y reaccionarios.
1
La otra razn J
es que los conceptos nietzscheanos de cultura y civilizacin
han sido confundidos entre s con frecuencia.
2
Un anlisis
del antagonismo entre ambos conceptos resulta crucial, sin.
embargo, porque a travs de l Nietzsche plantea una crtica
37
(de la civilizacin que no propone retorno a la naturaleza
l sino que predice un eventual dominio de la cultura sobre la
l civilizacin.
El argumento de este captulo comienza postulando
que el antagonismo entre cultura y civilizacin repre-
senta un enfrentamiento entre fuerzas vitales humanas
y animales. En este antagonismo se define a la cultura
como cultivo.y se la distingue de la civilizacin, entendi-
da como domesticacin y cra. Si la civilizacin se perfila
como el olvido, tanto del animal como del olvido animal,
lo que caracteriza a la cultura es el recuerdo del animal
y del olvido animal. El proceso de civilizacin aspira al
mejoramiento del ser humano. La misin de lacultura,
por el contrario, es esencialmente crtica: su funcin es
mostrar que la racionalizacin y la moralizacin son tc-
nicas de dominacin dirigidas contra la animalidad del
ser humano. En su funcin crtica, la cultura revela que
las umejoras" de la civilizacin son ufalsas superaciones".
(La segunda funcin de la cultura es la liberacin: su rol
es el de imponerse frente al dominio de la civilizacin. El
desafo de la cultura es el de suscitar formas de vida que
no se conviertan en formas de poder sobre la vida, sino
que estn ellas mismas plenas y rebosantes de vida. Su-
giero que la cultura recupera esta plenitud de vida en los
sueos, ilusiones y pasiones del animal.3 El captulo con-
-cluye con una discusin de un personaje propuesto por
Nietzsche, el Umgekehrte (el subversivo y que subvierte),
como ejemplo de esta plenitud de vida. Otras figuras dis-
cutidas en este captulo que reflejan esta plenitud de vida
en la obra de Nietzsche son el sobrehumano y el genio de
la cultura.
r
"
l
. .
El antagonismo entre cultura y civilizacin
En la obra de Nietzsche, las formaciones y transformaciones j
de la cultura y de la vida humana animal son caracterizadas
en trminos del antagonismo fundamental entre cultura
y civilizacin (KSA 13:I6[73]). Una anotacin escrita en la
primavera-verano de r888 ilustra esta
Las cspides de la cultura y la civilizacin se encuentran
alejadas entre s: no hay que dejarse engaar por el anta-
gonismo abismal entre cultura y civilizacin. Los grandes
momentos de la cultura fueron siempre, en trminos mo-
rales, tiempos de corrupcin; por el contrario, las pocas
de domesticacin animal impuesta y forzada del ser hu-
mano ("civilizacin") fueron siempre tiempos de intole-
rancia frente a las naturalezas ms audaces y espirituales.
La civilizacin quiere algo diferente de lo que quiere la
cultura: tal vez sea lo opuesto [etwas Umgekehrtes] (KSA
13:r6[ro]).4
Nietzsche subraya que la diferencia entre cultura y civiliza-
cin no slo se circunscribe a sus objetivos contrapuestos,
sino que tambin alcanza a sus respectivas cspides. Las ci-
mas de la cultura y la civilizacin se alternan entre s. En esta
competencia incesante slo una de ellas puede imponerse:
cuando la cultura llega a su punto culminante logra dominar
a la civilizacin; cuando, por el contrario, es la civilizacin
la que llega a su punto mximo, sta domina a la cultura .
Nietzsche concibe a la civilizacin como un proyecto de ndo-
le moral y, por lo tanto, impuesto mediante la fuerza y lavo-
luntad. En su punto culminante, la civilizacin se manifiesta
a s misma en la violencia dirigida contra la animalidad del
ser humano y en su intolerancia hacia "las naturalezas ms
39
audaces y espirituales". Que la civilizacin encuentre en la
naturaleza animal y en las naturalezas espirituales y libres a
su enemigo revela la afinidad ntima que Nietzsche observa
entre la libertad del animal y la libertad del espritu. Al con-
de la civilizacin, la cultura es explcitamente inmoral
y corrupta. Lo que define a la cultura es su libertad frente a
la moralizacin, a la domesticacin animal impuesta y for-
zada" de la civilizacin y a su intolerancia hacia los u espritus
libres". Cuando la cultura se impone a la civilizacin prevale-
ce la libertad del animal y del espritu.
El antagonismo entre cultura y civilizacin tambin se
refleja en la afirmacin de que uel error ha hecho de ani-
males humanos" y en la pregunta que plantea Nietzsche de
hasta qu punto u sera la verdad capaz de volver a hacer del
ser humano un animal" (HH 519). En este antagonismo, la
civilizacin representa la perspectiva de un error que con-
vierte a los animales en humanos, al tiempo que la cultura
refleja el punto de vista de la verdad que hace que los huma-
nos vuelvan a ser animales. Si la civilizacin sostiene que
a verdad del ser humano consiste en su naturaleza moral y
racional, la cultura muestra que esta verdad forma parte de
un conjunto de errores que l;la convertido a los animales en
humanos. Desde el punto de vista de la civilizacin, lo que
genera el error y la ilusin es el olvido del animal. La civili-
zacin se comprende a s misma como el proceso de perfec-
cionamiento del ser humano a travs de la imposicin de su
.
.
f
1
1
rales, y olvida lo dems (GM II: r).S Mientras la civilizacin\
!
representa la dominacin del animal humano gracias a la(
imposicin de otra naturaleza, que se supone moralmente f
superior, la cultura refleja la resistencia y la liberacin fren- J
te a la opresin de la civilizacin.
6
Desde el punto de vista de la cultura, la imposicin de la \1
verdad (memoria) de la civilizacin sobre animal humano
se basa en un error y una ilusin ( GC rzr). Al contrario de
la memoria de la civilizacin, la cultura genera una ucon-j
tra-memoria" que revela el carcter ilusorio de la verdad de
aqulla.? Esta contra-memoria deshace no slo el recuerdo
sino tambin el olvido generado por la civilizacin. Bajo el
dominio de la cultura, el animal humano olvida las normas
morales y racionales de la civilizacin y, gracias al olvido
animal, recupera a su vez para el ser humano la libertad ol-
vidada del animal y del espritu. Nietzsche llama cultivo a la
liberacin del animal humano a travs de la cultura y opone
esta nocin a la domesticacin y cra tpica de las prcticas
civilizatorias. Las prcticas de domesticacin y cra se
terizan principalmente por el deseo de dar forma a la vida
humana animal mediante la imposicin. Por el contrario,
la prctica cultural de cultivo refleja un deseo de honrar la
vida en todas sus formas: uDadme primero vida, y os crear 1\
a partir de ella una cultura!" (HV ro). En este sentido, la J
prctica del cultivo es una prctica de hospitalidad, de re-
cibir y dar vida. En lugar de imponer una forma universal
sobre la vida, la cultura como cultivo est orientada hacia la
pluralizacin de formas de vida intrnsecamente singulares
que no pueden ser reducidas las unas a las otras.
8
La imposicin de la memoria en el animal pre-civilizado
funciona como correctivo de su olvido e irracionalidad. Pero
eri ltima instancia este proceso de umejoramiento" resul-
ta exitoso slo gracias al olvido, es decir, gracias al olvido
de la animalidad del ser humano. A pesar de su esfuerzo
por apartarse del olvido del animal pre-civilizado, la civili-
zacin revela en s misma los rasgos de aqul: olvido, mal
razonamiento, error e ilusin. La memoria de la civilizacin
no puede ocultar la ubestialidad" de su olvido del animal.
Nietzsche reorienta los prejuicios de la civilizacin contra
s misma y demuestra que la presunta distancia entre civili-
zacin y animalidad es pura simulacin. Desde la perspec-
tiva de los animales, la fantasa que alberga el ser humano
de ser un ente moral y racional no hace a este animal ms
moral, ni ms racional ni ms humano, slo lo vuelve ms
prejuicios o:
"Humanidad".- No consideramos a los animales como
seres morales. Pero, creis que los animales nos tienen
a nosotros por seres morales?- Un animal que saba ha-
blar dijo: "La humanidad es un prejuicio que, afortunada-
mente, nosotros los animales no padecemos" (A 333).
La tarea de la cultura es la de liberar al animal humano de
los prejuicios de la civilizacin, es decir, la de conducirlo
ms all de una concepcin moral y racional de su deve-
nir hacia una afirmacin de la vida como intrnsecamente
amoral, no racional e inocente. La inocencia de la vida es
una expresin de su plenitud: la vida, indiferente a la racio-
nalidad y la moralidad de sus formas, emerge y se des borda;
poderosa en su generosidad y creatividad (KSA I2:9[154]).
La concepcin de Nietzsche sobre el devenir humano y su
autosuperacin es incompatible con el optimismo del proyecto
de la civilizacin. Ms precisamente, esta concepcin entra en
42
conflicto con la creencia de que el ser humano alcanzar una
mayor libertad y autonoma al emanciparse progresivamente
de los animales. Nietzsche define su propia posicin como pe-
simista y sostiene que la verdadera liberacin no puede alcan-
zarse mediante la superacin de la animalidad, sino a travs de
la superacin de formas demasiado humanas de moralidad y
racionalidad concebidas como vehculos de civilizacin. Nietz-
sche uconfirma [foststellen]" la animalidad del ser humano y, en
un intento por restaurar su u sentido comn animal" ,9 ubica a
los humanos nuevamente entrelos animales.
Nosotros hemos trastocado lo aprendido [umgelernt]. Nos
hemos vuelto ms modestos en todo. Al humano ya no lo
derivamos del "espritu", de la "divinidad", hemos vuelto a
colocarlo [zurckgestellt] entre los animales. l es para no-
sotros el animal ms fuerte, porque es el ms astuto: una
consecuencia de esto es su espiritualidad. Nos defende-
mos, por otro lado, contra una vanidad que tambin aqu
quisiera volver a dejar or su voz: segn ella el ser humano
habra sido la gran intencin oculta de la evolucin ani-
mal [tierischen Entwicklung]. El humano no es, en modol
alguno, la corona de la creacin, todo ser est, junto a l a
idntico nivel de perfeccin[ ... ]. Y al aseverar esto, todava
aseveramos demasiado: considerado de modo relativo, el
humano es el menos logrado de los animales, el ms en-
fermizo, el ms peligrosamente desviado de sus instintos
-desde luego, con todo esto, tambin el ms interesante!
(EA 14).
Nietzsche niega la creencia moderna en el progreso, p e r o ~
no aboga por nada que se asemeje a un retorno a la natura-
leza y descarta la aoranza romntica de un retorno hacia
un origen ms u elevado" y ''humano", como en el caso de
43
Rousseau (CJ "Incursiones" 48). Oponindose a la visin
optimista de que en el origen puede hallarse una "natura-
leza buena" (A 17), belleza, inocencia y armona, Nietzsche}
sostiene la visin pesimista de que toda vuelta al principio
es un retorno hacia lo cruel y lo primitivo (FTG 1). Estas
posturas excesivamnte optimistas e ingenuas, tanto la
que retorna al pasado como la que progresa hacia el futu-
ro, representan sntomas de debilidad y una negacin de
la vida. Ambas rechazan la vida para favorecer otro tipo de
existencia, supuestamente .mejor, que es proyectada hacia
el pasado o hacia el futuro. En oposicin a esta postura, el
pesimismo revela fortaleza, salud y una vida ms noble, que
resulta de abrazar a la vida aqu y ahora, afirmndola en
todas sus formas: humana, animal y otras (NT "Ensayo de
autocrtica" 2).
10
.
\ El antagonismo entre cultura y civilizacin se manifiesta
en el "cruce" agonstico entre Dionisio y Apolo en El naci-
miento de la tragedia.n En este cruce, lo apolneo refleja la
perspectiva de la civilizacin, con sus fantasas de un orden
mundial racional y moral (tambin poltico) y lo dionisaco
refleja la perspectiva de la cultura, que concibe al mundo
como un abismo sin una estructura predeterminada, sin
un fundamento ltimo. La visin dionisaca de un mundo
catico, irracional y sin propsito produce vrtigo en aque-
llos que lo contemplan. Esta visin resulta desconcertante,
inquietante y terrorfica. Sin embargo, la fuerza destructiva
que el dionisaco dirige contra el orden apolneo no es mera-
1mente destructiva, puesto que tambin suscita la creatividad
\y la libertad que trae aparejada la cultura. Segn predomine
1,_
una visin de la vida apolnea o dionisaca, el ser huma-
no se comprender a s mismo como artstico y creativo o
44
como racional y moral, y concebir a la cultura como trgica
y dionisaca (el significado que otorgo al trmino "cultura")
0
como cientfica y apolnea (el significado que adscribo al
trmino "civilizacin").
Para que exista dominio de una perspectiva sobre otra es
necesaria una forma de olvido. Bajo el dom .. inio
y la ilusin apolneos, el ser humano se olvida a SI mismo
como animal y como creador. Bajo el dominio del frene-
s (Rausch) dionisaco, el animal humano olvida el marco
moral y racional de la ilusin apolnea: "El individuo, con
todos sus lmites y medidas, se sumergi aqu en el olvido
de s propio de la condicin dionisaca y olvid los preceptos
apolneos" (NT 4). Nietzsche privilegia al olvido dionisa-
co porque es ms fundamental que el olvido apolneo, del
mismo modo que prioriza el olvido animal sobre el olvido
civilizatorio del ser humano. Aunque Nietzsche elogia la
fuerza sanadora del sueo apolneo, porque transforma la
visin intolerable del mundo en tanto que abismo, en l-
tima instancia lo que reconcilia al animal humano con la
vida, con la naturaleza y con sus congneres, es la "magia
de lo dionisaco":
Bajo la magia de lo dionisaco no slo se renueva la alianza
entre los seres humanos: tambin la naturaleza enajena-
da, hostil o subyugada celebra su fiesta de reconciliacin
con su hijo perdido, el ser humano (NT 1).
12
'
Bajo la influencia de la magia dionisaca, el animal humano]
afirma y celebra su animalidad como una fuente de vida y
de cultura. El sueo apolneo puede orientarse y preservar-
se a s mismo nicamente si se halla contenido por el mito
dionisaco (NT 23).
1
3 Lo dionisaco (cultura) gua a lo apol-
45
neo (civilizacin) del mismo modo que el animal orienta al
\ser humano, dndole un propsito: el de producir al genio
1 de la cultura o aquello que eventualmente Nietzsche deno-
lmina el sobrehumano.
La afinidad entre la figura del genio de la cultura en la obra
del joven Nietzsche y la figura del sobrehumano en sus escri-
tos tardos se hace evidente, en primer lugar, porque ambos
constituyen eJ objetivo de la cultura y, en segundo, porque
ambos logran este objetivo a travs de una superacin de lo
humano: "El objetivo es el sobrehumano, no la 'humani-
dad'!" (KSA u:z6[232]). Ejemplos de la obra temprana y tar-
da de Nietzsche confirman que l sostiene, a lo largo de su
produccin, que aquello que promete el mayor refinamiento
cultural es el animal en el ser humano. En As habl Zaratus-
tra Nietzsche recurre a la figura del propio Zaratustra, quien
es llevado por animales hacia el sobrehumano, es decir, hacia
la superacin del humano (Z: ro "Prlogo"). Segn esta
?en, cita de la obra de sugiere
Idea similar: que la cultura significa, en pnmer lugar, seguir
al animal y, a posteriori, una superacin del humano:
r
1 Cuando se habla de humanidad se piensa en lo que sepa-
ra [ abscheidet] y distingue [ auszeichnet] al ser humano de
la naturaleza. Pero tal separacin no existe en realidad:
las propiedades. "naturales" y las propiedades "humanas"
son inseparables [untrennbar verwachsen]. El ser humano,
aun en sus ms nobles y elevadas funciones [ Kraften], es
siempre entero naturaleza [ganz Natur] y ostenta el
carcter siniestro de aqulla. Sus capacidades [ Bifahigun-
gen] terribles, consideradas generalmente como inhuma-
nas, son quizs el ms fecundo terreno en el que crecen
todos aquellos impulsos [ Regungen], hechos y obras que
componen lo que llamamos humanidad (CH).
/
',.
r.
Considerando al humano en relacin con lo inhumano,
Nietzsche se pregunta si la animalidad no debera tener prio-
ridad sobre la humanidad, ya que es la dimensin del ser hu-
mano que ofrece el fundamento ms propicio para la promo-
cin de virtud y grandeza. r4 Nietzsche retorna a los griegos,
"modelos para cualquier nacin culta eri el futuro" y heraldos
de la competencia agonstica, para comprender mejor la rela-
cin entre animalidad y cultura (HVrof El genio de la cultu-J.
ra griega reside en su conocimiento sobre la forma de preser-
var y de concebir una relacin fructfera con la animalidad.rs
Los griegos no perciben una falta de justicia o de moralidad
en la "crueldad" del animal; por el contrario, hallan en ella
un estmulo para la competencia agonstica y para el refina-
miento de la cultura: "As vemos que los griegos, el pueblo)
ms humano de la antigedad, presentan ciertos rasgos de ..
crueldad, de fiereza destructiva [tegerartger Vernchtungslust]"
(CH). Lo que lleva a Nietzsche a concluir que "sin envidia,
sin rivalidad, sin ambicin combatiente, el Estado helnico,
'como el hombre helnico, se degenera" (CH).
Para Nietzsche no slo resulta digno de destacar que la
humanidad y la animalidad se encuentran a un mismo ni-
vel en los griegos, sino adems, y lo que es ms importante,
que ellos identifican en la animalidad una fuente de cultura.
Los griegos celebran sus instintos animales como fuerzas
intrnsecamente culturales, como portadores de vida y de
inspiracin artstica. La cultura griega "ensea", en primer
trmino, que slo aquellos que siguen al animal podrn al-
canzar un nivel de cultura ms elevado y, luego, que slo
aquellos que afirman la vida plenamente en todas sus for-
mas -humana, animal, y otras- podrn generar formas pro-
misaras y novedosas de vida y de pensamiento.
47
De todos modos, para Nietzsche no es posible "apren-
der" o ser "guiado [ducere]" por los animales en sentido es-
tricto, al igual que no puede "aprenderse" nada de los grie-
gos. Ambos resultan demasiado ftiles, demasiado fluidos
y extraos, demasiado otro:
A los griegos no les debo [verdanke] en modo alguno
impresiones fuertes similares; y, para decirlo sin ms
no pueden ser para nosotros lo que son los
romanos. No se aprende de los griegos- sus maneras
nos son extraas, adems son demasiado fluidas para
efecto imperativo, para parecer "clsicas". Aca-
so ha aprendido alguien a escribir de un griego! Quin
habra aprendido a escribir sin los romanos! ( CI "Anti-
guos" 2).
La diferencia entre la cultura griega y la romana refleja
aquello que he denominado el antagonismo entre cultura
y civilizacin. Mientras los griegos constituyen el ejemplo
ms significativo de la cultura, la civilizacin encuentra el
suyo en los romanos. A Nietzsche le interesa el carcter ini-
mitable de los griegos (y de los animales).
16
Seguir su ejem-
plo significa convertirse en un modelo de virtud y de vida
imposible de ser imitado.
El olvido de la civilizacin
r Al tiempo que la cultura se perfila como la memoria de la
animalidad, como la afirmacin de, y el apego por, la conti-
nuidad entre la vida humana y animal, la civilizacin coinci-
de con el olvido de la animalidad; con el silencio del animal
en el humano:
1
Los olvidadizos.- En los arrebatos de pasin y en el fan-
tasear propio de los sueos y la locura, el ser humano
redescubre su pre-historia y la de la humanidad: recono-
ce la animalidad con sus gestos salvajes; su memoria se
remonta de golpe lo suficiente hacia atrs, mientras que
su condicin civilizada se desarrolla a partir del olvido de
estas experiencias primarias, es decir, de una relajacin
de su memoria. Quien, siendo un olvidadizo de un tipo j
superior, se ha mantenido al margen de estas cosas, no
comprende a los humanos - pero es una ventaja para to-
dos si de vez en cuando aparecen estos olvidadizos como
aquellos que "no entienden a los humanos" como si fue-
ran engendrados por germen divino y nacidos de la razn
(A 312).
El olvido de la civilizacin desplaza a la memoria de la con-
tinuidad entre humanos y animales. Bajo el dominio de la
civilizacin, el animal hum.ano olvida lo que era y lo que
es: un animal, para convertirse en lo que an no es: un
ser racional y m6ral. En este sentido, el devenir racional
y moral del animal humano depende de incrementar gra-"
dualmente el olvido de la animalidad del ser humano o, en
los trminos de Nietzsche, de una "relajacin de su me-
moria" (ibd.). La civilizacin y el olvido convergen porque
es nicamente gracias al olvido del comienzo animal del
humano que stos pueden entenderse a s mismos como
seres racionales y morales, "engendrados por germen divi-
no y nacidos de la razn" (ibd.). Asimismo, civilizacin y
olvido se requieren mutuamente, porque para preservar el
dominio de la razn es necesario un permanente ejercicio
del olvido. r7
Nietzsche valora los logros del olvido civilizatorio. ste
separa a animales y humanos y los enfrenta entre s. De
49
este modo logra producir un quiebre radical con las for-
mas de vida precedentes del animal humano, permitiendo
que ste se transforme a s mismo en algo especficamen-
te humano y distinto del animal. Sin embargo, Nietzsche
tambin reconoce que la civilizacin no implica el olvido
"apacible" de la animalidad, sino que sta es negada de
manera violenta. Por lo tanto, la negacin del valor de la
animalidad y del olvido animal significa destruir el "suelo
frtil" a partir del cual la humanidad puede surgir y desa-
rrollarse:
Aquello que en la competencia contra los animales trajo
aparejada la victoria humana produjo al mismo tiempo el
desarrollo arduo y peligroso, como el de una enfermedad,
del ser humano: el ser humano es el animal que an no ha
sido confirmado (KSA n:25[428]).
18
Nietzsche advierte que la negacin de la animalidad propia
de la civilizacin trae aparejada la degeneracin de la vida
humana y de la cultura. Esta negacin de la animalidad lle-
va inevitablemente al ocaso ( Untergang) del dominio de la
l civilizacin.
La tarea de la cultura es la de reconfirmar la animalidad
del ser humano. La cultura se comprende a s misma como
un retorno a la naturaleza que cura la enfermedad de la ci-
vilizacin al restaurar un antagonismo fructfero entre fuer-
zas vitales humanas y animales. Para Nietzsche lo impor-
tante no es la preservacin de la civilizacin (enfermedad) o
de la cultura (salud) como tales, sino la preservacin del an-
tagonismo entre civilizacin (enfermedad) y cultura (salud).
Nietzsche reconoce que lo que convierte al animal humano
en un animal interesante y promisorio es la enfermedad de
so
la civilizacin (EA 14). Sin embargo, este reconocimiento
slo tiene lugar porque Nietzsche cree que la enfermedad
producida por la civilizacin llevar eventualmente al logro
de una mayor salud.
En el relato que ofrece Nietzsche sobre la relacin anta-
gnica entre cultura y civilizacin, el ocaso ( Untergang) de
esta ltima coincide con una transicin ( bergang) hacia
la cultura.
1
9 Cuando Nietzsche elogia los logros (del olvido)
de la civilizacin (A 312) no valora aquello que la civiliza-
cin trae aparejado por s misma (si tal cosa fuera posible)
sino aquello que genera contra la cultura (naturaleza). En
trminos estrictos, el peligro del olvido civilizatorio (nega-
cin) no reside en que destruya aquello a partir de lo cual
se desarrolla, sino, por el contrario, que destruya aquello
contra lo cual se desarrolla. Nietzsche aspira a preservar el
antagonismo entre las fuerzas animales y humanas por-
que cree que cultura y civilizacin, al igual que las fuerzas
vitales humanas y animales, no pueden ser consideradas
unas independientemente de las otras. No son autnomas
y autosuficientes, sino que se necesitan entre s. Otra ra-
zn por la que Nietzsche quiere preservar este antagonis-
mo es porque percibe en l un estmulo para el cultivo de
una pluralidad de formas de vida intrnsecamente singula-
res. En El certamen homrico, Nietzsche afirma ~ e una vez
que los griegos hubieron destruido la independencia de su
enemigo, una vez que hicieron "sentir su superioridad",
destruyeron el antagonismo fructfero responsable de la
grandeza de su cultura. De este modo, Nietzsche aprueba]
cierta dosis de agresin en contra de la animalidad (natu-
raleza) pero rechaza una sobredosis de agresin civiliza-
tona.
Moralidad como falsa superacin
Cuando la civilizacin desvincula al ser humano de su ini-
cio animal se produce un vaco que la civilizacin inten-
ta colmar con una narracin acerca de la creacin del ser
humano. En esta narracin, el origen del ser humano se
halla construido como un principio (como una naturaleza
sustancial) que determina causalmente el futuro entendi-
do como aquello hacia lo que la historia tiende (teleologa).
Segn la narracin sobre la creacin propuesta por la civili-
/ zacin, el mundo constituye un orden moral y racional cuya
) arquitectura es transparente para los humanos nicamente
\\cuando se los concibe como seres intrnsecamente racio-
nales y morales, lo cual constituye a su vez un reflejo de su
\origen. En la tradicin occidental, esta narrativa se imbrica
Jcon un discurso religioso y moral, en particular con la doc-
judeo-cristiana:
El presupuesto de que, en ltima instancia, las cosas estn
ordenadas moralmente de modo tal que la razn humana
debe tener su justificacin- es[ ... ] el efecto secundario de
creer la verdad de Dios [gottliche Wahrhaftigkeit] - Dios
entendido como el creador de las cosas (KSA 12:2[132]).
Los discursos de la civilizacin y el cristianismo se
zan por el inters que manifiestan en el mejoramiento moral
del ser humano (CJ "Mejoradores"). De este modo, ambos
discursos revelan cierta hostilidad hacia la vida, "pues ante
la moral (especialmente ante la moral cristiana, es decir, in-
condicional) la vida tiene que carecer de razn de manera
constante e inevitable, ya que la vida es algo esencialmente
amoral" (NT "Ensayo de autocrtica" 5). Esta hostilidad ha-
cia la vida se Rlasma en la creencia de que esta vida debe}
ser rechazada en favor de otra superior y mejor (CJ "Mo- j
ral" 1).20 Asimismo, ambos discursos son narraciones de
dominacin ya que articulan un proyecto de mejoramiento
moral. El deseo de adquirir control sobre la vida predomina
tanto en las creencias como en las prcticas de la Iglesia ca-
tlica ( CI "Moral" I, 2). Esta ltima no slo no ha mejorado
la vida sino que la ha debilitado, enfermando y agravando la
condicin del animal humano:
Uamar a la domesticacin del animal su "mejoramiento"
suena a nuestros odos casi como una broma. Cualquiera
que sepa lo que sucede en las casas de fieras dudar que
en ellas la bestia "mejore". Es debilitada, es hecha me-
nos daina, es convertida, mediante el efecto depresivo
del miedo, mediante las heridas, mediante el hambre, en
una bestia enfermiza. - Lo mismo ocurre con el humano
domesticado que el sacerdote ha "mejorado" ( CI "Mejora-
dores" 2).
La moralidad cristiana refleja el odio y el hacia
la animalidad del ser humano, caractersticos del proyecto de
la civilizacin. La moralidad cristiana representa la creencia
equivocada y optimista en la superioridad del ser humano so-
bre los animales y las dems formas de vida. Esta moralidad
conduce no slo a la creencia de que la razn, el lenguaje y la
moralidad son los rasgos verdaderos y ''superhumanos" del
ser humano, sino que adems lleva a creer que, en el nombre
de Dios, puede justificarse el uso y el abuso de la vida animal
como medio para el perfeccionamiento de formas de vida hu-
mana "superiores". Nietzsche es especialmente crtico de este
ltimo aspecto del cristianismo y lo compara favorablemente
53
con las religiones orientales, que, a pesar de su obsesin con
el mejoramiento moral, respetan y protegen a los animales
en tanto virtuosos (DCS 57).
Nietzsche entiende a la moralidad cristiana como el pro-
ceso mediante el cual el animal humano es vuelto contra s
mismo, es decir, contra su propia animalidad. Sin embar-
go, debido a su negacin hiper-agresiva de la animalidad
esta moralidad. no genera el antagonismo fructfero entre
las fuerzas vitales humanas y animales que podran llevar
) al ser humano ms all de s mismo. Su lucha contra la ani-
l malidad es la lucha de la vida dbil y en decadencia:
El superanimal. - La bestia en nosotros quiere que se
le mienta; la moral es la mentira necesaria para que no
nos destruya. Sin los errores implcitos en las hiptesis
de la moral, el humano seguira siendo \1.!1 animal. Pero
as se ha tomado por algo superior e impuesto leyes ms
estrictas. Por eso aborrece los estadios ms prximos a la
animalidad: por ah ha de explicarse el menosprecio del
esclavo como un no humano, como una cosa (HH 40).
El argumento moral y civilizado, propuesto por el ser hu-
mano, de haber superado al animal no refleja, en sentido
nietzscheano, una instancia de superacin como resultado
de un encuentro agonista con los animales, sino que, por
el contrario, seala el haber escapado de una competencia
abierta y honesta. El intento de elevarse e ir ms all de los
animales, de devenir "superanimal", revela debilidad y falta
de coraje. El "superanimal" es un animal que no est en
condiciones de "confirmar" su animalidad. Se asemeja al
tipo de hombre sacerdotal que Nietzsche describe en Cre-
psculo de los dolos: es demasiado dbil para enfrentarse a
54
sus pasiones e instintos animales. La debilidad del hombre
sacerdotal hace que odie y guarde un rencor tan grande fren-
te a las pasiones animales que no pueda hacer otra cosa que
exterminarlas. Porque carece de fuerza para asumir esas pa-
siones animales, la castracin y la extirpacin de su animali-
dad son sus nicas alternativas
7
El tipo de actitud sacerdotal
hacia sus instintos animales es reveladora de su hostilidad
general hacia la vida, puesto que " [a ]tacat las pasiones en su
raz significa atacar la vida en su raz" ( CJ "Moral" 1). En l-
tima instancia, la moral cristiana no mejora al ser humano
sino que convierte en bestia al animal que hay en l:
La moral es una casa de fieras; su presupuesto, que los
barrotes de hierro puedan ser ms tiles que la libertad,
incluso para el preso; su otro presupuesto, que hay doma-
dores que no tienen miedo de los medios terribles, que
saben manejar hierro candente. Esta horrible especie que
asume la lucha con el animal salvaje se llama
(KSA 13:15[72]).
21
Mientras la violencia ha sido atribuida tradicionalmente al
animal, Nietzsche la atribuye al ser humano y, en especial,
al proyecto de moralizacin y civilizacin. Esta inversin
restaura la as llamada crueldad animal en su inocencia
amoral.
El prefijo "super" en "superanimal" designa el intento del
establecer un orden jerrquico en el que el humano es supe-
rior al animal. Esta superioridad separa al humano del ani-
mal clausurando la posibilidad de un encuentro agonsticoJ
entre ambos. El "superanimal" es un ejemplo del animal
cuyos sentimientos de "envidia, celos y ambicin competiti-
va" (CH) han sido "exterminados". El prefijo "super [ber]"
55
en "super-animal" tiene, por lo tanto, el significado opuesto
al "sobre [ber]" de "sobrehumano" y al "super [ber]" de
"superacin", porque en ellos "sobre" y "super" denotan la
capacidad del ser humano de superarse a s mismo.
22
Pues-
to que en el primer caso "super-ar [ber-winden]" se refiere
a una relacin vertical que establece una jerarqua del do-
minio humano "sobre [ ber]" el animal, en el segundo caso
"sobre" y "super" indican una relacin horizontal, que favo-
rece un encuentro cara a cara entre humano y animal en el
que ambos se reconocen como iguales. La horizontalidad de
la superacin del humano est expresada en la metfora del
puente y en la imagen del viento soplando ( ber-wind-ung)
sobre el horizonte. En el trmino nietzscheano "sobrehu-
mano", el prefijo "sobre" no es utilizado para separar al hu-
mano del animal, ni para ubicar a uno por encima del otro,
sino para establecer la distancia necesaria, un pathos de las
distancia ( Pathos der Distanz) que permita abrir el espacio
suficiente para un encuentro agonstico.
Al contrario del superanimal, la figura del sobrehuma-
no est imbuida del coraje de buscar la compaa de los
animales, porque slo en los ojos de stos puede detectar-
se si la propia voluntad de poder est elevndose o deca-
yendo: "He de bajar hoy la mirada hacia ellos y atemori-
zarme ante ellos? Y volver otra vez la hora en que ellos
levanten la mirada hacia m, y con temor?" (GC 3r4). Es
importante entender que la perspectiva que tiene el noble
y el poderoso sobre lo alto y lo bajo difiere de la perspecti-
va del esclavo y el dbil. Si la primera es una expresin de
reverencia y respeto por el otro, la segunda constituye una
expresin de jerarqua y dominacin sobre los dems. En
el noble y poderoso, el respeto y la reverencia por el otro
(incluyndose a s mismo) inauguran una perspectiva ho-
rizontal, la perspectiva de la lucha agonstica par excellence j
(MBM 265).
23
La visin que tiene Nietzsche del antagonismo entre las
fuerzas vitales humanas y animales en la autosuperacin
(devenir sobrehumano) del ser humano es, en este sentido,
una continuacin de la visin ampliamepte aceptada de que
todas las formas de vida se constituyen a travs de la lucha.
Para Nietzsche, el organismo representa tanto lucha como
orden (KSA rr:40[55]; rr:37[4]) y un organismo es el "orden
de cientos de fuerzas obedientes" pero de fuerzas obedien-
tes que resisten:
La vida debera definirse como un proceso permanente de
medicin de la propia fuerza [Kraftstellungen], en el cual
los antagonistas se desarrollan de manera desigual. Inclu-
so en la obediencia persiste una resistencia [Widerstreben];
el poder propio [ Eigenmacht] no se resigna. De igual modo,
en el dar rdenes se acepta que no se derrota al poder ab-
soluto del rival, no se lo incorpora ni se lo elimina. "Obe-
decer" y "dar rdenes" son formas de juego competitivo
[Kampfspiel] (KSA n:36[22]}.
La concepcin nietzscheana de orden y elevacin no debe
ser confundida con una forma tradicional de concebir la je-
rarqua. Por el contrario, en la relacin de fuerzas que des-
cribe Nietzsche, la que conduce no oprime a la que obedece
y esta ltima no se rinde ante su gua.
2
4 En la relacin entre
fuerzas que mandan y fuerzas que obedecen, sus respec-
tivas diferencias no son dejadas de lado, sino que persis-
ten y se resisten unas a otras. La relacin entre fuerzas que
mandan y fuerzas que obedecen en el sobrehumano no es
57
una arena de dominacin en la que una fuerza se eleva so-
bre la otra, sino un espacio para la rivalidad entre fuerzas
equivalentes:
2
s
El ser humano ms elevado habr de poseer la pluralidad
de instintos ms grande y la poseer en la mayor medida
que le sea posible. Por cierto: all donde la planta humana
se hace fuerte encontraremos instintos enfrentndose en-
tre s vigorosamente (KSA n:27[59]).
Mientras la as llamada fuerza del "superanimal" se refleja en
su prctica de extirpacin y castracin de las pasiones anima-
les, la fuerza del sobrehumano se expresa en su habilidad para
contener en s mismo un nivel de conflicto creciente entre la
mayor pluralidad de pasiones animales posible:
El ser humano grande es grande por el espacio de libertad
que brinda a sus apetitos: l es lo suficientemente fuerte
para convertir a estos animales [ Unthieren] en animales
domsticos [ Haustiere] (KSA 13:16[7]).