Ediciones Recortes Compañero Alberto Mechoso

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Alberto Pocho Mechoso

Un referente de Lucha

Pocho Mechoso, un referente de lucha. Un recuerdo para siempre.


Los cuarteles: la bestialidad, el horror y la muerte. El poder de la resistencia y la libertad.

Se fug Pocho noms, tenemos que encontrarlo. Mauricio Gatti haba llegado a la reunin de la Comisin de Organizacin con la muy buena nueva. Tena cara de sorpresa y alegra. Y ah a travs de un tremendo golpe afectivo se instalaba la presencia de Pocho, vinieron de inmediato uno y otro recuerdo. Pero lo urgente se impuso: dnde estar, tenemos que encontrarlo rpido. Repasamos poco a poco los diferentes lugares donde poda estar esperando el encuentro con los compaeros, satisfecho de haberle ganado al verdugo. Lo imaginbamos: un poco maltrecho y sonriente. Su hermano Carlos y Gerardo Gatti repasaban y repasaban lugares posibles. La gama no era chica, Pocho se haba movido en diferentes barrios y conocido variada gente. No exista nerviosismo extremo sino algo as como exaltacin placentera. No haba duda el fugado estaba en algn lugar seguro. Lo decan su forma de moverse, el conocimiento de medios y gente. El anclaje extendido que te-

na en varios barrios, la relacin que estableca con la gente, el pedazo de pueblo que era. Horas despus una simpatizante de FAU, del medio popular, golpea la casa de un viejo compaero del frigorfico Swift. Despus de los saludos de rigor le dice sin prembulos: Pocho Mechoso se fug del cuartel y est en casa. Le parece mejor venir para aqu para facilitar el encuentro con los compaeros. S, es la respuesta. Cuando apenas anochezca que venga. Su casa era segura, su identificacin con el ideal libertario lo llevaba en el alma, apenas pudo se puso en contacto con nosotros. Hombre de barrio, con boliche y cargado de pueblo supo como hacerlo y sugiri lo ms conveniente para ir a buscar al querido compaero. Todo se haba movido entre la familia libertaria. Es este un momento que hoy emerge algo aislado pero que nunca muri. Todo lo finalmente relacionado con este hecho haba comenzado un 1936 en Trinidad, la ciudad de un pueblo del interior: Departamento de Flores. Pocho transit ampliamente, desde nio, el mundo de la pobreza y tena un saber sobre las injusticias de-

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rivado de su propia experiencia. Vi y sinti en carne propia a este sistema. Lo que significa l para los de abajo. Lo que haba vivido su sensibilidad lo fue transformando en rebelda. Ya a la edad de 5 aos su casa fue allanada prepotentemente por la polica. Un movimiento antifascista haba manifestado su repudio la noche antes. Hubo comercios quemados y cierto enfrentamiento con la represin. Su padre formaba parte de ese movimiento. Lo que pudo quedar en aquella cabeza algo asustada y sorprendida ser siempre un misterio. Quizs que la mayor prepotencia vesta uniforme. En Trinidad hizo sus dos primeros aos de escuela, la que continuara despus en Montevideo: la de Gaboto y Gonzalo Ramrez primero y finalmente la de La Teja. No alcanz a terminar la primaria. De familia de trabajadores que ya en Flores se la vean fea para poder cubrir los gastos bsicos de la subsistencia, finalmente se haban tirado un da hacia Montevideo con la esperanza de poder pelear mejor la vida. Era el ao 1942 y en el interior del pas corra la leyenda de que en Montevideo haba mucho trabajo y buen salario. Las creencias son fuertes y muchas veces arrastran. La calle Ansina, barrio Palermo, fue donde hizo sus primeras amistades montevideanas, enseguida form barra, aquella cuadra con gran

y agradable ruido de tamboril le dio tambin los primero amigos ciudadanos. El alero de la Escuela de la calle Gaboto fue testigo de algunos plantones que sufriera por responder a los maestros. Era rpido y agudo para la protesta sobre cosas que consideraba estaban mal. Era un rebelde como se acostumbra decir. La disciplina compulsiva no le sentaba. La familia se mud de lugar. La Teja (Jos Mrmol y Humbolt) y el Cerro fueron los barrios que lo vieron crecer. Tres hermanos se hicieron anarquistas y en su casa lo libertario pas a ser tema de todos los das. Preguntaba, senta simpata, su espritu rebelde lo acerca a esa ideologa que reclamaba justicia para los pobres y que no la peda de rodillas. Un sentimiento de que con los de abajo s era necesario estar y que los de arriba eran de palo. Todos los de arriba. Ms adelante trabaj en la Industria de la carne, durante una larga huelga qued despedido. En un momento de esta huelga se ocuparon los lugares de trabajo. Se escuchaba radio bastante tiempo. Una noche irrumpe una payada de contrapunto, un payador defenda al trabajador libre (carnero) y otro le cantaba a los obreros de los frigorficos, saludaba, apoyaba su lucha e incitaba a no aflojar. Era el Gaucho Molina. Esta huelga, se levant con despedidos, quedaron varios de su casa

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sin trabajo, l tambin. As que por un tiempo fue feriante junto con algunos de sus hermanos. Costaba mucho sostener la olla. De cualquier manera l mantena su buen humor y hasta haca bromas por la situacin que atravesbamos en ese momento. Por ese entonces no exista la FAU an, haba s una Agrupacin Anarquista Cerro-La Teja y el Ateneo Libre tambin denominado Cerro-La Teja que se haba fundado haca poco, en 1952. Comenz a militar en la Juventud del Ateneo que eran varias las actividades que abarcaba. Dentro de las actividades del Ateneo particip en la formacin e integr un elenco de Teatro que dur un tiempo y que diriga Julio Mattos. La mayora de los integrantes de ese grupo de teatro venan de La Teja y eran de la barra de Pocho. Representaron, entre otras, obras de Florencio Snchez. Esta barra se haba ido formando en torno a la concurrencia regular a los bailes: Coln, y Sud Amrica, especialmente. La barra era bastante unida, ms de una pelea a la salida de los bailes con otros grupos, haban ido generando esa relacin. Pocho era de pelear mano a mano fuera del baile con quien tuviera algn enfrentamiento del momento, cosa que ocurri ms de una vez, pero a veces sala un grupo entero y entonces se daba el enfrentamiento de grupo contra grupo. Eran los normales y sin consecuencia.

En ese tiempo el Ateneo, dentro de sus actividades organizaba cine, teatro y bailes en la calle. La parte de baile y cine callejero, en la cuadra del local, corra por parte de los jvenes del Ateneo y ah Pocho y el grupo de La Teja eran los organizadores y dinamizadores. Es de acotar que los bailes llenaban la cuadra. Por estos lugares no haba televisin en ese entonces. Era una linda relacin con el barrio, la mayora obreros de los frigorficos. Esta juventud participaba igualmente en actividades de propaganda cuando la cosa estaba movida por efectos de conflictos obreros, especialmente de la industria de la carne. En La Teja, la cantina de su Club del barrio y algunos cafs se aglutinaba bastante gente, lugares de buen ambiente se deca. En esos centros y por vecindad Pocho fue ampliando sus relaciones. As que adems de la barra del baile y del teatro, fue teniendo amistad regular con gente de su edad y algo mayor que tenan otras preocupaciones centrales. La mayora gente joven con inquietudes sociales generales: a favor de las huelgas, contra los carneros y los milicos a quienes se vean reprimiendo una y otra huelga de la zona. Ideas comunes los acercaban. De esta forma hizo amistad, entre otros, con Enrique Constela, el Pelado Larraaga con quienes participara en la expropiacin del Banco La Caja Obrera del Paso Molino.

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En algunos de estos cafs paraban algunos jvenes que andaban choreando en chico, tanto Pocho como los antes mencionados no compartan ese criterio. De chorear algo sera para montar un trabajo y adems donar para actividades sociales, lo que implicaba algo grande, un lugar donde hubiera dinero suficiente. Al frente de una casilla de lata, a una cuadra de la Cachimba del Piojo, y en la casa del Pelado, iniciaron las conversaciones para hacer una expropiacin grande, casi desde el pique la idea era hacer un Banco. Nunca se haba hecho uno en el pas de dnde sala esta idea que rompa horizontes casi fijos?. En el caf del Gallego y en el Ateneo del Cerro eran habituales las conversaciones sobre anarquistas expropiadores, tanto de Espaa, como Argentina e incluso sobre los episodios ocurridos en Uruguay a ese respecto. Estas ideas, entonces, no eran extraas, ms bien que resultaban algo ms o menos familiar. En tal contexto de representaciones ideolgicas no era una locura plantearse hacer un Banco. Result s, una fantasa para Juan, uno de sus amigos, que era ajeno a todo este crculo. Cuatro de ellos entonces, en grados distintos, tenan simpatas libertarias, el quinto que finalmente particip en la accin era indiferente a todo lo que fuera poltica. Con toda modestia y sencillez comenzaron a desarrollar su idea

con miras a planificar el acto. Hay que conseguir un auto y algunas pistolas y revlveres se dijeron en uno de esos encuentros de barra que realizaban entre ellos regularmente. Nadie dej de hacer lo que estaba haciendo mientras procesaban esta iniciativa, la solemnidad estaba ausente. Auto se levantaba sin problema mayor, haba un galpn para bancarlo, chofer tambin haba. Se contaba ya con un revolver y estaban comprometidas dos pistolas que el Gallego prestara. Lo que se precisaba estaba. Ahora haba que poner manos a la obra. S, con cinco nos arreglamos bien, se cubre todo. De los cinco, cuatro ya venan conversando desde el principio del asunto, con quien sera el quinto slo se haba conversado un par de veces. El quinto en cuestin dio su S definitivo y ya estuvo el quinteto expropiador conformado. Este ltimo dijo s, creyendo que slo eran conversaciones que no pasaran de ah. As lo manifest posteriormente. A esta altura corra ya ms de la mitad de la dcada del 50, en ese momento escaseaba bastante el trabajo. La crisis econmica ya empezaba a golpear fuerte a los hogares obreros. Las huelgas se tornaron moneda corriente. La represin contra los trabajadores estaba al orden del da. Pocho haba participado activamente en los enfrentamientos de la poblacin del Cerro y La Teja contra

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los atropellos policiales y militares durante huelgas de la carne. En una oportunidad que estaba el Cerro patrullado por la polica y el ejrcito, los milicos a caballos recorran de arriba a abajo la calle Grecia, pues no permitan que circularan mas de 2 personas juntas, se dio un hecho que habla de las caractersticas de Pocho. Una familia haba salido de su casa, 5 6 personas, algn nio entre ellas, caminaban tranquilamente cuando un milico a caballo enderez derecho a ellos para disolverlos y entr del pique a dar sablazos, Pocho, que estaba recorriendo la calle Grecia con volantes que se tiraban por debajo de la puerta, cruz a la carrera y se le prendi al milico con todo para tirarlo del caballo. Lo tir. Tena esta reaccin tambin en cosas ms chicas, cualquier abuso que vea, en la calle o en un mnibus, se meta de inmediato. Particularmente sensible a las injusticias. Notoriamente no era partidario de la filosofa de no te mets. Finalmente, comenzaron a hacer informacin sobre el Banco del Paso Molino, l y el Pelado entraron ms de una vez, con pretextos, para ver la distribucin interna del banco y donde estaba cada cual. Ellos dos eran los que mejor se revolvan para esta tarea. Alguna vez esperaban que estuviera cerrada la barrera del tren que estaba frente mismo al Banco, demoraba en levantarla hasta 15 minutos a veces, y

de ah observaban los movimientos. Haban decidido ver bien los detalles, especialmente porque eran concientes de que no tenan experiencia alguna y que deban previamente estar las cosas bien claras. Cuando todo estaba bien estudiado levantaron el auto y lo guardaron en el galpn, lo sacaran directamente para el trabajo. Mientras esto ocurra tanto Pocho como los dems siguieron en sus tareas de ganarse el pan como se pudiera y la mayora de ellos al mismo tiempo haciendo actividades en el Ateneo Cerro-La Teja. Quieto ah, todos los hroes estn muertos!. Pocho haba saltado encima del mostrador e intimidaba a un bancario que pareca dispuesto a enfrentar la situacin. Eran tiempos en que esto de entrar al banco a llevarse la plata sin ningn cheque que lo acreditara resultaba extrao y hasta muy enojoso para algunos bancarios. Result as un trabajo prolijo, estudiado en sus detalles. Con una retirada bien estudiada y adems transitando por una zona ms que conocida por quien manejaba. Encontraron una cantidad de dinero mayor a la esperada. En el primer momento de la planificacin haban llegado a la conclusin que la mejor hora de entrada era apenas abierto el Banco. Coincidi que en el momento que entraban qued cerrada la barrera. Esto ocu-

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rra regularmente en este horario, no siempre. La barrera cerrada les di mayor facilidad para moverse y tambin ms seguridad. Esto fue casi pura coincidencia, en esos tiempos los horarios de los trenes eran una lotera. Preferan la entrada con barrera pero no supeditaban el inicio a que esto ocurriera. Pero como se dio esta coincidencia y no haba antecedentes de expropiacin bancaria en el pas, los diarios y radios al otro da hablaban de una tarea de profesionales y que deban ser necesariamente argentinos. Todo haba quedado bien calzado. Hicieron una buena donacin para el Ateneo y otra para FAU y dejaron el resto para el objetivo acordado: montar un trabajo en forma colectiva que les diera para vivir. La vida de ellos continu al da siguiente como siempre. Es que haban acordado que el dinero no se distribuira hasta un tiempo despus, cuando todo se hubiera enfriado. Slo se sacara a diario un mnimo para los gastos bsicos. As se hizo hasta que se di el reparto, una parte igual para cada uno. Se haba expropiado el primer Banco en el pas, sin alharaca, natural y modestamente. Eso s con alegra de haber expropiado a los verdaderos ladrones. Es posible que en la cabeza de los cuatro compaeros que activaban en el Ateneo circulara, en ese

momento, algo de aquellas ancdotas expropiadoras que tanto haban escuchado: expropiar a los grandes burgueses y matar al verdugo y al tirano.
La Fuga.

Ya est Pocho en el mbito de la FAU, en casa de una compaera. Llegan su hermano y Gerardo Gatti y lo encuentran sentado en una cama chica, se para y les da un apretado abrazo fraternal. Muy delgado, demacrado, un poco vendadas las manos y una sonrisa algo burlona en sus labios. Cmo te sents? Como siempre y en la de siempre, pero ahora soy rubio. Asil, que as se llamaba la compaera, le haba teido el pelo de rubio y curado las manos. Se trataba de sacarlo por unos das del pas para que se repusiera, por su lado los botones estaban como rabiosos en su bsqueda. Las manos las tena un poco cortadas consecuencia de afirmarse en el muro vidrioso del cuartel para saltar a la calle. Fue la primera conversacin larga desde la fuga. Pregunt por la situacin general, por como estaba la Organizacin, por compaeros y un sinfn de cosas ms. Por su parte Gerardo y su hermano le preguntaban por lo pasado, la situacin actual dentro del cuartel, otros compaeros detenidos, detalles de la fuga. Se le aclar que el Loco Duarte a su salida de inmediato nos comunic lo que

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l mand decir: que estaba preparando la fuga y que en cualquier momento estaba entre nosotros. Quera mandar un saludo y un abrazo a los compaeros. Mejor lo grabamos dijo Gerardo. De ah sali la carta que hoy es conocida y que vale la pena repetirla. Irn a continuacin algunos fragmentos de ella: Desde el 6 de agosto hasta ahora, me parece que he aprendido ms, mucho ms de lo que me ensearon los 6 aos que pas en Punta Carretas, me parece que he aprendido mucho ms que en los 35 aos que llevo de vida. Por un lado est la experiencia de adentro del Cuartel, el enfrentamiento a los verdugos, la mano solidaria de los compaeros Y todo esto que uno vive tan intensamente, lo estn viviendo de un modo u otro, centenares de miles de orientales. Son muchos los chiquilines separados de sus padres, porque estn presos o porque tienen que irse a otros lados a buscar el trabajo que aqu no encuentran. Son muchas las madres que no ven a sus hijos, porque estn perseguidas o porque trabajan de sol a sol para ayudar a parar la olla. Son muchas las mujeres que al final de una vida de trabajo no tienen un techo donde guarecerse, porque no pueden pagar con jubilaciones miserables, o porque la mente podrida de los verdugos venga en ellos la rebelda de

los hijos que con inmenso cario ellas supieron criar. Y ante todo esto, qu otro camino nos queda? Ante todo esto, de qu manera vale la pena vivir la vida?. Hay un solo camino, hay una sola manera de vivir, sin vergenza: peleando. Ayudando a que la rebelda se extienda por todos lados, ayudando a que se junten el perseguido y el hombre sin trabajo, ayudando a que el sedicioso y el obrero explotado se reconozcan como compaeros, aprendan luchando, que tienen por delante un mismo enemigo.
El enemigo. La necesidad de forjar otra forma de vivir.

Cuando hablaba de enemigos no se refera slo a esa deplorable institucin de horror y muerte, no se refera slo a los milicos y su razn de ser, se refera al sistema capitalista a lo que ste es. Un sistema que desde su nacimiento, desde su estructuracin, declar la guerra a los de abajo, a los trabajadores y al pueblo. Ello est implcito en la estructura de dominacin creada, producida y reproducida. Una estructura que puede ser por momentos aparentemente pacfica y de repente ostensiblemente violenta. Situacin enmascarada regularmente y otras veces no, pero siempre es violenta. Todos sus organismos y

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dispositivos contienen la violencia y de manera especfica producen el efecto deseado: la reproduccin que se pretende. El mantenimiento del privilegio para unos pocos, la opresin, el disciplinamiento general y la explotacin. Decan los viejos socialistas verdades de a puo. Eso de la violencia viene de arriba, el sistema se asienta en la violencia y reprime ferozmente cualquier intento de cambio. Lneas generales acertadas y claras. Bakunin y Malatesta lo repetan dentro de la corriente del socialismo libertario. Hoy las nuevas investigaciones histricas desmenuzan con ese mayor rigor que dan nuevas herramientas tericas y experiencias sociales ocurridas acerca del alma del sistema y llegan a idnticas conclusiones. Es un sistema de dominacin feroz y asesino, de valores deplorables, ausente de sensibilidad en relacin al ser humano, capaz de realizar aquellas atrocidades que en periodos anteriores se vendan como anormalidades de un momento social dado. No, resulta ahora, que no son excepciones pasajeras y no se trata de cosas que no pueden volver. Al contrario constituyen el ncleo duro de esta estructura de dominacin capitalista. La violencia es uno de los principales componentes que la constituyen. Semejantes a las conclusiones y afirmaciones de los viejos socialis-

tas son hoy las consideraciones, por ejemplo, de un Michel Focault. Por supuesto no es el nico. Este estudioso desmenuza de cmo esta compuesta la estructura del poder dominante, cules son sus componentes medulares, su ncleo bsico y nos dice finalmente que slo puede ser analizada desde la violencia que es su fundamento. Establece que hay poder y su violencia correspondiente en todas las esferas sociales: econmicas, polticas, jurdicas, militares, ideolgicas y culturales. El poder dominante forma una cadena que circula y aprisiona todo el campo social. Cada esfera tiene su especificidad y no es reductible a la otra pero todas son funcionales a la estructura de dominacin. El poder dominante nos dice, es una relacin de fuerza. Tiene la capacidad de mostrarse con mscara y sin mscara, dependiendo de situaciones. El poder dominante realiza en todas sus instituciones un despliegue de fuerza violenta. Nos agrega que el tal poder slo puede ser analizado bajo la figura de enfrentamiento, combate, choque o guerra. Que de esta manera la poltica es la continuacin de la guerra por otros medios. Los momentos de paz del sistema son de guerra silenciosa, donde estn circulando todos los mecanismos y dispositivos de opresin, enmascarados en estas situaciones y sin mscara cuando la situacin de su seguridad

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o estrategia lo requiera. La violencia est incrustada en el tejido de las instituciones, incluso los discursos ideolgicos de verdad contienen tal violencia. Hablan de paz cuando invaden, bombardean y asesinan poblaciones, lo podemos ver en lo que hace el imperialismo hoy, dice estar llevando la paz a Afganistn, a Irak, por ejemplo. El estado es una estructura que coagula todos esos poderes de dominacin que circulan para asegurar el orden existente, el orden del sistema capitalista. Toda esa estructura macro y micro de poderes, nos dice Foucault, para desestructurarla tiene que liquidarse el Estado que es el coagulante. As lo dice: habra necesariamente que hacer desaparecer el Estado. La violencia est contenida en los elementos componentes fundamentales del sistema as que, reiteramos aquel viejo dicho de los anarquistas, que tiene plena vigencia: la violencia siempre viene de arriba y a los obreros y pueblos slo les queda la alternativa de la resistencia o sea de responder como pueda a esa violencia para sobrevivir, para soar y luchar por un mundo distinto, donde tanto horror y crueldad no tengan cabida. En este mismo sentido, Deleuze y Guatari nos dirn, referido al deseo, que el sistema capitalista es una mquina, donde todos sus engranajes, son productores de un modo de

vida fascista. Algo as como que esa mquina trata que tenga lugar, que se exprese, que se canalice lo peor del ser humano en una labor que es al mismo tiempo de produccin del sujeto. Todo ello para ser canalizado, orientado por el sistema y como forma de existencia y mantenimiento. Giorgio Agambem nos agregar con gran lucidez que el estado de excepcin no aparece como por arte de magia en los campos de concentracin nazi y otros lugares similares. Que no es algo externo al sistema que es algo interno de l, es elemento constituyente que se despliega en determinados momentos. Y podramos decir que puede adquirir grados distintos e insercin social diferente de acuerdo al acontecimiento en cuestin. El capitalismo de Estado, por ejemplo, que en esa estructura funcion el llamado socialismo real y quien no recuerda a Stalin, los campos de concentracin y los miles y miles de asesinados. Dentro del sistema capitalista ocurri el nazismo, el fascismo, Hiroshima, Nagasaki, las llamadas cruzadas, masacres de indgenas, genocidios de pueblos, bombardeos destrozando poblaciones, dictaduras brutales y sanguinarias, invasiones sangrientas, colonias e imperios destruyendo culturas y seres humanos. Hoy mismo cadenas de campos de destruccin y tortura del Imperio alrededor del mundo, campos tipo Guantnamo.

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Agreguemos a este presente, la invasin y masacre de poblacin en Irak, Afganistn y los bombardeos de la OTAN, los campos de refugiados de millones que sufren todo tipo de violencia. Poco antes las dictaduras sangrientas en nuestra rea y el Plan Cndor. En tal contexto los miles y miles de hombres y mujeres de nuestros pueblos que fueron vejados, torturados y asesinados. Todo esto no ocurre por accidente, no son cosas que pasan ante hechos singulares que no se repetirn. Esto es as porque est impreso en los elementos constitutivos del sistema, en su ADN. As que tendramos que dejar de decir en serio eso de: Para que no ocurra nunca ms. Cosa que puede ser dicha por tctica poltica; intencin demaggica y cnica; para blanquear el horror y abrir nuevo crdito al asesino; tambin, claro est, por ingenuidad poltica o el deseo de no ver nuevamente la mscara de la total crueldad frente a nosotros. Harn una y otra vez lo que hicieron, acaso no lo estn haciendo hoy en diferentes lugares del mundo?. Lo harn hasta que tengamos fuerza para pararlos y revertir el funcionamiento de este inmundo mundo capitalista. De parar al enemigo, como dice Pocho en su carta, en la que convoca al mismo tiempo a la Resistencia.

El reportaje despus de la fuga.

El reportaje de Eduardo Galeano a Pocho Mechoso comienza diciendo: El Pastor Georges Casalis, profesor de la Facultad de Teologa Protestante de Pars, acaba de denunciar la evolucin fascista de los pases del Ro de la PlataRefirindose al Uruguay es el horror austral. Parece que se ha alcanzado el fondo del abismo. Nos dice despus Galeano: Hemos entrevistado a un hombre que emergi del fondo del abismo y relata lo que sufri y vio Huy del cuartel el 21 de noviembre, en una accin espectacular An orina sangre, no ha recuperado la sensibilidad de la mano derecha y dos de sus costillas han quedado hundidas por los puntapis que le propinaron los oficiales. Tiene prisa sin embargo por retornar al Uruguay. Vuelvo para incorporarme a la lucha, nos dice. La pelea se da tanto dentro del cuartel, en la tortura, como fuera, en la calle. Pregunta Galeano: Fuiste torturado desde el principio?. S queran que les dijera donde estaba la Bandera de los 33, que la OPR se llev del Museo Histrico Nacional. Tambin queran que les hablara del secuestro de Molaguero. Fueron muchos das y noches de diferentes torturas. Lo pasearon por varios cuarteles, nada le sacaban. Le

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dijeron entonces. Vas a recorrer todos los cuarteles hasta que cantes. Pregunta Galeano: Pero si no habas hablado, era preciso que te fugaras?. P. No me iban a dejar salir en libertad. Yo lo saba. Ponerme en libertad era como dejar clara su impotencia, el fracaso de sus mtodos. G. Que viste?. Bueno, ms que ver escuch. Porque estuve encapuchado todo el tiempo. Pero no hay peor tortura que sentir como torturan a los dems. En el Quinto de Artillera tenan a un nio de seis aos encerrado junto a su padre y a su madre. El nio escuchaba los alaridos de la madre cuando la estaban torturando. A una mujer embarazada de siete meses, le torturaban a su marido delante de ella en el 2 y 3 de Infantera varios casos de violaciones... G. Y ahora qu?. P. Cuando uno ve bien claro cmo son los enemigos, Qu otra cosa puede hacer que volver y ocupar su puesto?. Si algo se siente bien adentro en el submundo de los cuarteles de mi pas, en medio de la picana, del caballete, del submarino, es de qu lado de la trinchera siempre hay que estar. Yo voy a estar de nuevo metido entre la gente

de mi clase. Peleando. All me voy a reencontrar con mis hijos, junto con mi hermano. Ahora perseguidos los dos. G. Pero despus de la fuga, te andarn buscando por todos lados, te ser muy difcil estar en Uruguay?. P. Eso est claro. El momento es muy difcil para todos los que luchan. S que para m es cosa de Libertad o Muerte como dice la Bandera de los 33. Pocho ya antes de caer y de esta fuga era uno de los responsables de la parte de FAU: OPR 33. Tuvo plena responsabilidad operativa sobre los hechos que le preguntaban. Por su lugar en el organismo armado OPR 33 saba donde se encontraba la Bandera. Ningn efecto negativo tuvo su cada. Positivo s, se gan el respeto y cario de todos.

Pocho junto a sus hermanos.

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Asesinato vil. Para una historia de la infamia.

Tirado a las aguas dentro de un tanque con cemento.


Tenemos en este momento un naria 33 Orientales y en Argentiparte oficial que dice: na, del Partido por la Victoria del Pueblo. Fue asimismo militante La Secretara para los De- gremial en la Federacin de Obrerechos Humanos de la Presiden- ros de la Industria de la Carne y cia de la Repblica inform que de la Convencin Nacional de los a partir de las muestras genticas Trabajadores. proporcionadas por esta Secretara al Equipo Argentino de Antropo- Una historia terrible. loga Forense (EAAF), ste comuAlberto Mechoso y Adalberto nic en el da de la fecha la iden- Soba. Posteriormente secuestran tificacin -mediante exmenes de a los integrantes de sus familias. ADN- de restos seos hallados Efectivos miitares uruguayos y oportunamente en la ciudad de argentinos allanaron su domicilio Buenos Aires, como pertenecien- donde se encontraba el resto del tes al ciudadano uruguayo Alber- ncleo familiar. Con picos y maceto Cecilio Mechoso Mndez, de- tas, destrozaron todo, reunieron el tenido en la Repblica Argentina dinero que haba y se lo llevaron. el 26 de setiembre de 1976 y que La familia de Mechoso espermaneciera desaparecido desde taba integrada por Beatriz Ins entonces. Castellonese Techera, y sus dos Alberto Mechoso Mndez era hijos Alberto Jos Mechoso Casnacido en el Departamento de tellonese y Beatriz Elizabeth MeFlores el 1 de noviembre de 1936 choso Castellonese, de 6 y 8 aos y era militante de la Federacin respectivamente. Anarquista Uruguaya y luego de la Concluido el operativo dejaron Organizacin Popular Revolucio- dos guardias en la casa y llevaron a

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la esposa de Alberto Mechoso y a sus dos hijos, a una casa. Luego de hacer un viaje de aproximadamente 40 minutos, llegamos a un lugar, era una casa particular. Mi esposo reconoci el lugar donde nos mantenan a mis hijos y a m, como el domicilio de Mauricio Gatti y Sara Mndez, donde haba estado l ms de una vez. Mi esposo me dijo que el oficial que lo acompaaba, que estaba en la habitacin con nosotros, era el Mayor Gavazzo del ejrcito uruguayo. El da 27 de setiembre por la maana Beatriz Castellonese recibe la informacin de que ella y sus hijos iban a ser llevado para Uruguay. El da lunes 27, de maana, me dijeron que me iban a llevar para Uruguay; (cerca de las cuatro de la tarde nos dicen que vamos a tener una visita, y aparece mi marido. Me dice que la persona que lo detuvo fue el mayor Gavazzo, que fue el que realiz el procedimiento en mi casa. Una hora ms tarde se llevaron a Alberto Mechoso y poco despus son sacados el resto de los secuestrados de la casa y llevados hasta Aeroparque, para abordar

un avin de pasajeros de lnea comercial con destino a Montevideo. Gavazzo, simul ser el esposo de Beatriz Castellonese y padre de los dos menores. A la llegada al Aeropuerto de Carrasco, en Montevideo, las familias Soba y Mechoso y sus custodias eran esperados por cuatro o cinco coches con hombres de particular armados. Las dos mujeres y los cinco menores son conducidos a un local clandestino de detencin, conocido como Crcel de Punta Gorda, donde se les informa que estaran all hasta que terminaran los procedimientos que continuaban realizando en Buenos Aires. El 5 de octubre Beatriz Castellonese es puesta en libertad, siendo conducida en un vehculo policial, hasta la casa de sus familiares en Montevideo. El 14 de octubre en Argentina, Marcelo Gelman, hijo de Juan y padre de Macarena, es asesinado y su cuerpo, metido en un tanque con cemento, es arrojado a las aguas del canal de San Fernando, junto a otras siete personas, entre ellos Alberto Mechoso.

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Palabras del hijo de Pocho, Alberto Jos Mechoso en el acto de los 50 aos de la Federacin Anarquista Uruguaya.

Saludo a esta Organizacin Anarquista en donde milit mi padre. Mi padre que luch por estos ideales hasta el ltimo momento. Saba por lo que luchaba y el enemigo que tena enfrente, era consciente respecto a lo que significaba el combate contra el enemigo de los de abajo. Tena experiencia al respecto, ya haba visto la bestia por dentro, haba sido brutalmente torturado y se haba escapado de uno de esos cuarteles donde las bestias masacraban impunemente a los luchadores. Esas bestias que contaban con todo el apoyo de una estructura de poder compuesta por polticos y empresarios y hasta fuerzas imperialistas. A nosotros nos trajeron secuestrados desde Bs. As. Estaba el Plan Cndor operando, el terrorismo de Estado, todo el aparato de poder y las bestias que instrumentaban la tortura y el asesinato. Muchos fueron los que cayeron en ese combate por un mundo mejor y a todos ellos los saludamos desde el corazn A todos los militantes libertarios que all cayeron y que tuvieron una trayectoria dentro del anarquismo, en donde nacieron y se desarrollaron

social y polticamente y que junto con mi padre lo dieron todo: Duarte, Gatti, Soba y tantos otros. Nos importa que se sepa toda la verdad, que la gente sepa lo ocurrido y haga conciencia de lo que tiene este sistema en sus entraas Para que se sepa todo es necesario luchar contra esa ley de impunidad que cubre con manto cmplice a tantos que estuvieron involucrados en la barbarie. Para el pueblo esto no lo terminarn de pagar nunca. No habr olvido ni perdn. Y la mejor manera de recordar a nuestros compaeros es seguir la lucha, los ideales por los que cayeron. Tengo suerte de ser hijo de un luchador y estoy orgulloso de ello. Tengo dolor pero no tengo lgrimas, es ms fuerte el odio a este mundo de injusticias y privilegios. S que socialmente no es con lgrimas sino con lucha que cambiaremos lo que hay que cambiar. La lgrima puede ser s una cosa privada. En mi viejo quiero simbolizar a todos los que quisieron y quieren un mundo mejor. Hay cosas que no se pueden perdonar y menos olvidar. Con los de abajo siempre. Arriba los que luchan!!.

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Pocho vivir para siempre, no se puede matar una esperanza.

Quienes quisieron matar a todos los luchadores?.

Ya son ms que conocidos. Ocultaron todo lo que les fue posible lo ocurrido. Trataron de que no se supiera casi nada. Por ello decretaron hasta leyes de impunidad. No hay lugar para investigar deca el Presidente Sanguinetti desde su silln a los reclamos de conocer lo pasado. Nada de ojos en la nuca agregaba. Hicieron punta los Partidos Colorado y Nacional. Sus gobiernos taparon todo y atacaron sistemticamente, con prensa cmplice, a las fuerzas sociales que reclamaban saber. Finalmente ante el tenaz reclamo, especialmente, proveniente del medio popular apareci la lavada Comisin para la Paz. Se trataba de calmar algo los nimos y conformar a los que protestaban por clculo poltico. No conformaran a los que verdaderamente sentan lo ocurrido. Queran que se fuera desvaneciendo aquel ayer, blanquear el horror. Que la paz violenta propia del sistema fuera de nuevo, por el tiempo que durara, la que cubriera la escena, la que apareciera trayendo sensibles soluciones. La que creara

la sensacin ideolgica de regreso a la normalidad. Oscurecer, borronear, tratar de que no quedara claro que reprimieron como sistema, que apalearon, torturaron, asesinaron, violaron, desaparecieron militantes, secuestraron nios. Haba habido excesos pero se trataba de ponerle punto final al asunto. Imposible prolongar en el tiempo la macabra mentira. Pronto qued claro a nivel de gran parte de la poblacin, no estaban solos esos que ms aparecan. Un conjunto de dictaduras del Continente, un Plan Cndor, una mano de servicios imperiales, con la coordinacin de Kissinger, ms el apoyo de grupos econmicos y polticos fueron impulsores activos. Son casi todos esos grupos de poder, esas fracciones de clase, que an hoy, desaparecida la coyuntura del trabajo sucio, siguen apoyando de costado a sus monstruos directos, tratando de que la cosa quede por ah, de que no se avance sobre lo real sucedido, tratando de que no quede al descubierto la multitud de implicados directos. Borronear, mentir, ocultar y volver a borronear. Que se sepa lo menos posible sobre la monstruosa poltica desarrollada.

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S, son consecuentes con lo suyo. Entienden que las prcticas asesinas (de excepcin) son formas de asegurar y proyectar el sistema de privilegio en determinadas circunstancias tantas veces en la historia han utilizado la tal excepcin? Dicho sea de paso, es la misma que hoy noms, con ropaje diverso, recorre el mundo. A esta altura est ms que claro, quizs hasta para el menos informado, cmo fueron las cosas. Una estrategia antipueblo, antirebelda y por supuesto anticambios. Al mismo tiempo un modelo del sistema estaba en marcha: el llamado neoliberalismo. Como en otros lugares, esto ocurri aqu. Son muchos los grupos de poder, sus polticos, que an hoy, desaparecida la coyuntura de asesinar pueblo y rebeldas de manera descarada tratan de que se repriman recuerdos, memoria, repudio, verdades. Los de arriba, siguen pensando lo de siempre, que en cualquier momento pueden volver a necesitar esas siniestras prcticas ante un avance popular, hay que hacer entonces aunque sea un leve discurso de legitimacin. Para esto han contado con adherentes de ltimo momento. Esos discursos pueden ser: los dos demonios; basta de lucha de hermanos contra hermanos; nada de odios y rencores; punto final de alguna manera. El sistema capitalista en su ncleo constituyente, tiene distintos elemen-

tos para asegurar su reproduccin. Los adeca, los reformula, los modifica, crea otros dispositivos que refuercen a los anteriores. Dentro de estos elementos articulados est all una mquina de muerte, formada y educada para matar, con desprecio por los mejores valores que la lucha de los pueblos logr cristalizar e imponer; donde se potencia lo peor del ser humano. Es el cuerpo militar. Compuesto por cuerpos trabajados en sus reflejos, en su ejercitacin regular, en su cultura de mando y obediencia, en no dudar de destrozar a otros cuerpos humanos sealados como enemigos. Todo el otro es despreciable, es el pichi en Uruguay. Los dueos del sistema, largaron para bien de sus intereses, a la bestia que tienen amartillada y que es de suponer tiene deseos de expresar lo que todos los das le ensean. All estn los enemigos les sealaron. Vinieron los tiros en la nuca, la tirada de gente viva desde aviones a la mar, los barriles con seres humanos y cemento fondeados en ros, las violaciones, el secuestro y venta de nios, el robo de los lugares allanados, la tortura hasta la muerte, el atropello y vapuleo al pueblo entero. No, no era algo aislado, era toda una estructura conectada en red para ultrajar y exterminar militantes y pueblos. Un conjunto de dictaduras del Continente, un Plan Cndor, una mano de servicios imperiales, el apo-

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yo de grupos econmicos y polticos. Muchos son esos grupos de poder que an hoy, desaparecida la coyuntura del trabajo sucio, siguen apoyando la monstruosa poltica desarrollada. As tuvimos aqu las noches de horror. Los aos de indescriptible crueldad. El sistema haba largado su bestia a la arena. Lo humano, el respeto a la vida, eran valores despreciables. La prepotencia, el manoseo, el ultraje, la humillacin eran las prcticas cotidianas sobre la gente. El pensamiento independiente, la reflexin, la dignidad, merecan el garrote o la bala. Extendan sobre el tejido social el terror perverso y patolgico. Lo ms monstruoso y maligno tena patente oficial. Quisieron construir una sociedad en silencio, gris, regida por cuatro normas, sumida en el miedo. Quisieron la sociedad de los muertos en vida, de los obedientes a lo que fuera. Quisieron borrar de un plumazo valores que fueron producto de tantas luchas de la humanidad y que tanto dignificaron la condicin humana. Rpidamente se pusieron con ahnco en la tarea de la inventada Suiza de Amrica. Demostraban, en tanto cuerpo, la eficacia de su ser, iguales aqu, en lo fundamental, que en cualquier lugar del mundo. En donde sea pueden actuar con odio brutal, de forma asesina, con saa cobarde, siempre ser, como regla, contra los de abajo y rebeldes.

Esta Institucin, este cuerpo, esta forma de ser, su subjetividad, no son iguales a otras. Estn para estas cosas especficas y as son educados y conformados. Su micro mundo es deplorable y altamente eficiente para mantener privilegios de pocos contra la miseria de muchos. Es de aquellos elementos constituyentes del sistema de lo primero a destruir, a sustituir en cualquier otro orden social que quiera basarse en otros valores. Es cierto en este periodo nos legaron esos dolores y desgarros que ni siquiera pueden producir una lgrima. Enfermaron la sociedad, la verdadera, e hicieron la felicidad de los de arriba. De ah las impunidades de ayer y las complicidades de los conversos de ltima hora. De ltima hora?. Pero el pueblo, los pueblos, esos que las historias hechas desde la elite y cpulas desprecian, han conservado en su imaginario, en el profundo de su corazn, el sentimiento de repugnancia a las atrocidades as como el recuerdo tierno, respetuoso por todos aquellos que fueron vctimas de la barbarie. En ese pueblo se ha conservado e ido creciendo el repudio a ese mundo del atropello y de la muerte. En el pueblo verdadero, las instituciones sociales, los familiares est el legtimo interlocutor; l est exento de clculos, l constituye la nica va para lograr una verdadera justicia. Es en un pueblo fuerte donde est la esperanza y por l debe lucharse.

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La Unidad de los asesinos.

Imperio, capitalismo del rea, Plan Cndor.

Parece mentira, pero es as. Muchas son las veces que, an hoy, se habla del Plan Cndor como de paso y hasta por momentos queda implcito que es algo de segundo orden y hasta de dudosa existencia. Hasta se repite que slo fueron errores de los militares en cada lugar o excesos. Cosa que habilita un perdn recproco segn el Sr. Ministro actual de Defensa. Que adems putea a quienes no estn dispuestos a perdonar a estos pobres viejitos que cortaban de a pedacito y hacan los mandados con gran placer al Imperio y clases poderosas nacionales. De un tiempo a esta parte se han descriptado varios documentos de la CIA que por supuesto llevaba adelante una poltica trazada por Washington. Un documento de la CIA nos dice que desde 1974 ya estaba Uruguay coordinando acciones para perseguir y asesinar lo que ellos llamaban subversivos. Esta coordinacin, operacin, se inscriba en un contexto global. El engendro Cndor funcion ar-

ticulado a las estructuras del sistema militar interamericano. Sistema presidido por Washington y que tena como objetivo el combate de los enemigos internos. Fueron los escuadrones de la Operacin Cndor los que por primera vez funcionaron con impunidad total en otros pases, cruzando fronteras, secuestrando y matando personas en otros territorios bajo acuerdo secreto entre los regmenes militares. Cientos de militantes de izquierda de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay fueron detenidos, torturados, y muertos en el marco de Cndor. Contaron con el respaldo y la ayuda tcnica, poltica y logstica de Washington, que quera bloquear el avance de los movimientos progresistas y revolucionarios en Amrica Latina. Las caractersticas esenciales de Cndor eran: operativos transfronterizos e internacionales. Multinacionales fueron los escuadrones de Cndor; estructuras paraestatales, es decir, de paramilitares y fuerzas parapoliciales

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utilizando infraestructura secreta; tecnologa avanzada (mucha prestada por los Estados Unidos); y utilizacin de sindicatos del crimen, organizaciones y redes derechistas. Como es sabido, los EEUU tenan sus intereses en Amrica Latina, tanto polticos y econmicos como militares, y propag a los militares y policas nuevas formas de combatir los movimientos populares y revolucionarios, en la Escuela de las Amricas, en Panam, al igual que en otros lugares. Cabe sealar que la doctrina de contrainsurgencia fue aplicada en pases en los cuales el poder poltico poda pasar a otra fuerza que no estuviera totalmente alineada a su poltica. Especialmente se conjugaron los intereses en comn de Washington y los sectores de poder latinoamericanos para detener el avance de las fuerzas populares. Ms que contrainsurgencia fue un ataque a cualquier intento de cambio en contra de su orden. Hay evidencias de que la Operacin Cndor se empez a gestar a finales de 1973 y principios de 1974. Varias desapariciones forzadas de exiliados se dieron en 1973, en Chile y Argentina. Una reunin importante del prototipo de la Operacin Cndor (todava

sin nombre) tuvo lugar en febrero de 1974, en Buenos Aires, mucho antes de su establecimiento formal en noviembre de 1975. Documentos de los Estados Unidos lo confirman, incluidos uno de Henry Kissinger, secretario de Estado de los EEUU, y varios otros de la CIA. En esta reunin, los jefes de la polica de cinco pases acordaron entre ellos que operaran en conjunto contra sus enemigos polticos en cualquier pas asociado. El encuentro incluy militares, policas y personal de inteligencia, prctica caracterstica de Cndor, trabajando juntos para extender el sistema represivo a travs de las fronteras. El rgimen del Uruguay estuvo presente. En 1975, en Santiago, se realiz la conferencia oficial que institucionaliz la Operacin Cndor. En los Archivos del Terror en Paraguay, el educador Martn Almada descubri valiosos documentos sobre esta reunin. El encargado de la misma fue Manuel Contreras, jefe de la temible DINA, la polica secreta de Chile, (tambin integrante de la CIA). Al terminar esta reunin el delegado de Uruguay, Coronel Jos A. Fons, propuso Cndor como nombre del sistema de represin, en honor de sus colegas chilenos, para quienes era el smbolo nacional.

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La produccin de un sujeto militante especifico en FAU.


El sujeto tambin es una produccin histrica, nos avisan los estudiosos ya en sntesis de anlisis de mucho rigor. Consecuentes con tal criterio por lo tanto hay que poner en funcionamiento prcticas de liberacin que lo vayan produciendo y organizando. O fortalecer aquellas que ya estn funcionando. El conjunto de prcticas del sistema, ms las heredadas de otros brutales sistemas anteriores, se han orientado a crear un sujeto individual-colectivo que encaje lo ms profundo posible en el orden existente, en los valores que lo sustentan. No cabe duda que es mucho lo que han logrado internalizar en ellos-nosotros. Siendo as, otro sujeto histrico no vendr de la nada, no aparecer como por arte de magia, deber ser el fruto de prcticas que internalicen otras cuestiones que chocan con lo dominante. La participacin efectiva, la autogestin, la accin directa, la forma federal de funcionamiento realmente democrtico, la solidaridad y apoyo mutuo, necesitan de mecanismos, organizaciones, prcticas regulares para su desarrollo. Y slo si se produce en el pueblo podr hacer realidad el cambio. Parece claro que necesita constantemente organizacin en el seno de su activa creacin. La continuidad que necesita, para un despliegue que permita el cambio, requiere de una sostenida estrategia. Una estrategia coherente, para que no se desteja lo que en un momento dado se teje. Una estrategia que tenga en su interior un mundo distinto que va desplegando desde el seno de otro que le es antagnico. Pocho, como tantos otros compaeros fueron construyendo y reconstruyendo su subjetividad en una organizacin que proporcionaba un imaginario y practicas especficas. Con toda una rica historia detrs que mucho empujaba. No era una organizacin poltica animada por el famoso usar todos los medios. Ese discurso-prctica que puede ser una manera efectiva de asegurar que no se pueda desplegar ninguna estrategia antagnica portadora de los elementos de desestructuracin del sistema vigente. Obviamente tampoco en lo ideolgico. Para este proceso, como para otros de orden social, es de principal importancia la estrategia establecida y las tcticas que guardan correspondencia con ella. Tanto en lo social como en lo poltico esta estrategia debe circular por el interior de todas sus prcticas. Debe tender a formar

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la fuerza social correspondiente. Ir haciendo realidad un proceso de ruptura. Ir creando el espacio para que en la correspondiente interaccin se forje el militante, los militantes, que encarnarn las distintas prcticas de los distintos momentos. En la FAU se produjo una cultura militante, un estilo se le termin llamando, que implicaba entrega y responsabilidad. Esto se produjo en el tiempo, con las experiencias de lucha que nos legaron, y con las teorasprcticas que se desplegaban constantemente y da a da. Nada perfecto ni cuadrado. Mucho empeo, bsqueda, meter el hombro, analizar situaciones, actualizar elementos diversos para la accin, corrigiendo errores. Pero hubo factores que jugaron bastante fuerte en esa produccin militante. Pues la FAU se desarroll teniendo bastante influencia, en muchos aspectos, especialmente, de la historia obrero-popular del Ro de la Plata y Espaa. Ya lo hemos sealado otras veces: Las luchas obreras de influencia anarcosindicalista definidamente anticapitalista de fines y principios de siglo XX, el anarquismo expropiador y vindicador; la Revolucin Espaola, figuras mticas como Buenaventura Durruti. Por momentos, junto al quehacer social poltico cotidiano, todo lo mencionado fueron convidados permanentes en diversas tertulias y muy sugerentes, al mismo tiempo, para la elaboracin

de distintas posturas vinculadas al accionar del momento histrico que nos tocaba vivir. Ni qu hablar de aquella rica y generosa transferencia directa que nos proporcionaban militantes provenientes de diversas actividades de distintos momentos histricos. Militantes de 1905 del 1910, de 1920, de 1930, de 1940. Compaeros de gran experiencia y ductilidad, dispuestos al refresco ideolgico y las prcticas consiguientes. Por eso justamente estos viejos compaeros estaban en FAU o arrimados a ella. Gente que haba actuando en aos duros: en las luchas de los trabajadores; los vinculados con la corriente de la propaganda por el hecho; los que con consecuencia haban estado desde el 1926 en pos de formar una Federacin Anarquista para hacer una efectiva labor poltica. Tambin aquellos que haban estado en aquel furor de esperanza que fue la Revolucin Espaola y que traan en se mente y sensibilidad un caudal social inestimable. Todo ello contribuy a constituir un imaginario, un modo de encarar las cosas, convicciones profundas, hacer propias tantas heridas de lucha y lo que no es menor a conocer mejor al enemigo. Con todo este hermoso material humano lleno de experiencia, modestia y decisin por la lucha a fondo se fue construyendo eso que por muchos aos se llam un estilo. Tambin a veces se us como sinnimo una forma de vivir. Sin bs-

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queda de privilegios ni prestigios, sin aburguesamiento, sin conformismo, viviendo las dificultades de una lucha a fondo y sus consecuencias como lo ms natural de la vida. De la vida elegida. Pocho se fue inscribiendo, penetrando en las profundidades de este universo, con toda naturalidad. La puesta al da, el refresco de nuestra Organizacin no borr aquellas huellas que gritaban por un mundo nuevo, por otra civilizacin, por el poder efectivo en las manos de los pobres del mundo. Trat de poner al da las herramientas para instrumentar esas verdades de a puo. Los cambios haban sido muchos pero el capitalismo mantena intacta su alma. La historia lo ha demostrado, es lo que dice Pocho en su carta: Hay un solo camino, hay una sola manera de vivir, sin vergenza: peleando. Las actividades en el movimiento obrero-popular, el conjunto de la actividad concreta, las prcticas cotidianas siempre se correspondieron con una estrategia. Una estrategia de ruptura. La Revista Rojo y Negro y las Cartas de FAU expresan esa preocupacin de hacer expresa la estrategia que se llevaba adelante. Pocho, como toda la militancia, era lector de esas cartas semanales. De aquellas que decan con claridad: La Estrategia es una sola. Solo la tctica vara en los perodos de reflujo. O aquella otra que con precisin y rigor planteaba un problema de fondo: Las institu-

ciones burguesas slo a la burguesa pueden servir. Y ese ao que vivi en la Argentina en el PVP lo milit en clave de estrategia de ruptura, de revolucin. Pens, con muchos compaeros que esa coyuntura poltica poda permitir una adecuada tctica para fortalecer la estrategia que mereca darlo todo por ella. La accin directa sigui siendo su gua y poco antes de caer l y otros queridos compaeros realizaron el operativo en Punta del Este. Fue un operativo simblico ms que nada, para decirle a la atroz dictadura instalada por el sistema, tambin para comunicarle al pueblo: Aqu estamos, resistiremos y estaremos tratando de fortalecer la resistencia popular hasta el final. Como dice en su carta: Ayudando a que la rebelda se extienda por todos lados. S, dice bien el Chacho Andrs en una de sus buenas crnicas: Un pibe de barrio. Primero fue La Teja y luego el Cerro que lo vieron crecer. Obrero de la Carne, se fogue en todas las luchas y en la prctica de la accin directa a todos los niveles. Tuvo siempre ese lindo rasgo de pibe de barrio como dice el Chacho. Era tambin de reflejos rpidos, de buen visteo para ubicar a la gente, jovial, rebelde y de mucha decisin. Le gustaban las bromas, desolemnizaba cuestiones que para muchos son serias. Haca chistes hasta sobre s mismo. Pah! la frase que me mand y se rea. Se refera

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a la emitida durante la expropiacin del Banco de la Teja. Tena rechazo abierto por las jerarquas, las poses. Senta alergia por los arribistas, por los que terminan acomodados, por los que hacen carreras a costa del pueblo. Haca relaciones con facilidad, no slo con gente de su generacin ni tampoco slo con militantes. En relacin con la Organizacin su relacin fue fluida, mantuvo una gran amistad con el Santa Romero que era de su generacin aproximadamente pero tambin excelente relacin con compaeros ms jvenes, por ejemplo, el petiso Ruben a quien mucho estimaba, a Lola e Ivan Morales que es gente de buena madera, deca.
Por qu quera que desaparezca el capitalismo?.

Por lo que significa el capitalismo Por qu queremos un proceso revolucionario?. No es una eleccin romntica, ni nostlgica, ni rencorosa. Tampoco sesentista como dicen algunos ahora. Es una eleccin casi descarnadamente racional. Se asienta en una lgica que este siglo de funcionamiento capitalista nos indica, con un hoy ms que elocuente en sus horrores. Pocho lo dice desde el fondo de sus sentimientos: Cuando uno ve bien claro cmo son los enemigos, Qu otra cosa puede hacer de que lado de la trinchera siempre hay que estar. Qu cosas son tan horribles que nos exigen cambios desde el pie y

bien a fondo? Algunos datos pueden ser ilustrativos en relacin con nuestro planteo. Las 225 personas ms ricas del mundo acaparan la misma riqueza que la mitad de la humanidad. Las tres personas ms ricas tienen activos que superan el Producto Interno Bruto de los 48 pases ms pobres. La riqueza de 32 de los ms ricos supera el PBI de China, el pas ms poblado del mundo. 1600 millones de personas se hallan en peores condiciones que hace 15 aos. 1442 millones de personas (el 25%) de la poblacin total viven por debajo del umbral de la pobreza. 3 mil millones de personas (poco menos que la mitad de la poblacin mundial) sobreviven con menos de dos dlares al da. De ellas 1300 millones tienen menos de un dlar por da para vivir. 11 millones de nios mueren al ao por desnutricin. Son cifras dadas por organismos oficiales. Se estima que esta situacin estar peor en los prximos 10 aos. Los ricos son cada vez ms ricos y los pobres son cada vez ms pobres. Que la riqueza de los ricos aumenta, no precisamos ir muy lejos para constatarla, aqu mismo en Uruguay tenemos la evidencia. Es el 1% de que nos hablan Noam Chomsky y otros estudiosos los que

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han logrado concentrar riqueza y poder en sus manos. A nivel general es un infame puadito el que posee lo que fue el fruto de todo un proceso realizado por la humanidad, especialmente producido con el sudor de los de abajo. Se han apropiado de la riqueza histrica y quieren ms con innusitado impunidad. La poltica de la actual estructura imperialista con EE.UU. a la cabeza, ha sido en estas ltimas tres dcadas cada vez ms expoliadora y brutal, aument la exclusin de importantes volmenes de poblacin, conden a la miseria a miles de millones de personas, invadi y asesin poblaciones. El Sur fue casi desbastado, exprimieron al mximo sus riquezas naturales, se apropiaron de todo lo que les fue posible, sembraron la desocupacin y el hambre en escala gigantesca. La poltica de EE.UU. y sus socios en relacin con el Sur no parece detenerse pese al destrozo causado. Es de acotar que tampoco dejar de golpear a los habitantes pobres de sus propios pases. La estrategia geopoltica del imperialismo pretende seguir profundizando su saqueo, fueron y siguen yendo por zonas neurlgicas en torno al petrleo, ya tienen en su vista el agua, minerales, todo ello en el marco de un diseo de poder mundial. Las trasnacionales han recorrido el mundo haciendo tierra quemada. Veamos algo sobre ellas, cuales son las 500 trasnacionales ms importantes.

EE.UU. entre las 500 EMN ms importantes cuenta con 227 (45% algunos afirman que ya llega al 48%), seguido por Europa Occidental con 141 (28%) y Asia, 92 (18%). Estos tres bloques regionales controlan el 91% de las principales trasnacionales del mundo. Los citados tres bloques de poder pueden movilizar capital, y controlar el comercio, el crdito, la financiacin y el espectculo. Casi tres cuartas partes (73%) de las grandes instituciones corporativas se hallan en la esfera de poder que configuran Europa y EE.UU. Esto puede haber tenido alguna pequea variacin en estos dos aos ltimos, pero no de importancia. Tambin hay una globalizacin de la pobreza: los pases industrializados del Norte del mundo albergan menos de un cuarto de la poblacin mundial y consumen un 70% de la energa del mundo, un 75% de los metales, un 85% de la madera y un 60% de los alimentos. Esto nos informa la ONU. EE.UU. tiene las mayores trasnacionales en los siguientes sectores: produccin industrial (General Electric), petrleo y gas (Exxon-Mobil), programas y servicios informticos (Microsoft), productos farmacuticos (Pfizer), banca (Citicorp), comercio al por menor (Wal-Mart), seguros (American International Group) y componentes de tecnologa de la informacin (Intel). La capitalizacin

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total de estas trasnacionales gigantes alcanza la suma de casi dos billones de dlares. Agreguemos aqu el disparate de que una ltima noticia nos comunica que los 1.226 ms ricos del mundo tienen cerca de 3 billones y medio de dlares. Las actividades del capital financiero, su burbuja, el desfalco, el gran robo histrico as como el salvataje de miles de millones de dlares para esos bancos y financieras es hecho reciente y ms que conocido. En general all estn operando como siempre y depredando cuanto pueden. Hay un detalle ms que agregar que poco se menciona pero que es bien conocido. La relacin de estos grandes bancos y financieras tienen estrecha relacin con la mafia de la droga. Despus de todo son hermanos que estn en distintos rubros. Algunos estudios afirman que: Todos los principales bancos de EE.UU. han estado involucrados decisivamente en el blanqueo de cientos de miles de millones de dlares en ganancias de la droga durante la mayor parte de la ltima dcada, Las ganancias de la droga se realizan a travs de la capacidad de blanqueo de fondos y realizacin de transacciones del sistema bancario de EE.UU. La escala y el alcance de esta alianza entre el crtel de la droga y el citado sistema bancario supera con creces cualquier otra actividad econmica del sistema ban-

cario privado estadounidense. Aparecen mencionados algunos de ellos a tren de ejemplo: Bank of America, Citibank, JP Morgan, as como otros bancos extranjeros que operan en Nueva York, Miami y Los ngeles. A lo que hay que agregar que las principales figuras del Tesoro de EE.UU. fueron directores de los bancos que ms estropicio hicieron. Eso no es todo algunos volvieron a ser responsables del Tesoro despus de lo ocurrido. Este enroque se hace con cierta frecuencia. Al mismo tiempo los principales funcionarios econmicos de los gobiernos de Bush y Obama Summers, Geithner, Greenspan, Bernancke, etc. son todos veteranos socios, asesores y miembros de las principales firmas financieras y bancos implicados en el blanqueo de miles de millones de ganancias de la droga. Qu gente trajo el barco! Como bien dice Pocho en el reportaje que le hace Eduardo Galeano: La entraa misma del rgimen capitalista se muestra en la mugre de las salas de tortura. S, esa es su tica para todo. Los dispositivos, los mecanismos, las instituciones, los hbitos, los comportamientos, las ideas con que inundan la vida social, la misma forma de encarar la produccin de bienes y servicios, su relacin con la naturaleza, exige ponerlos cabeza abajo para posibilitar otra forma de vida social. De este universo social y orgnico, no

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cabe duda de que no saldr ningn producto bueno para los de abajo. No saldr nada para ellos-nosotros. Como han afirmado algunos investigadores el capitalismo es hoy un sistema genocida y ecocida. Destruye al ser humano y a la naturaleza. l es as. No lo queremos y su desaparicin sera una gran cosa. Contribuiremos con nuestro granito de arena para que ocurra. Es nuestra obligacin social y tica.
Expropiar todo a los capitalistas. Socializar la economa y la poltica.

Alrededor de 1882 Kropotkin escribe un folleto que se llama: Expropiacin. Este autor, sus artculos y folletos, fueron muy ledos en el medio obrero. Plantea que hay que expropiar todo al sistema capitalista para socializar la economa y establecer otras relaciones sociales. As que el trmino tiene una acepcin de tipo general y por extensin se usar despus para aquellas operaciones donde se quita dinero a los grandes burgueses para financiar actividades sociales diversas. Vale decir, a los apropiadores de lo que es colectivo se les expropia para que regrese a donde debe estar todo aquello que puede traer la humana felicidad. El contenido, digmosle, tiene ese profundo sentido de justicia. De verdadera justicia. Pocho particip en variadas ta-

reas de la Organizacin, tirar un manifiesto, pegar murales, repartir el peridico, participar en manifestaciones callejeras, jornadas de formacin. Lo tena claro, en esta pelea todas las actividades son necesarias. Un da se le convoc para que integrara la parte armada de la Organizacin a la que se le estaba dando un carcter de tarea sistemtica. Lo tiempos que corran exigan cierta dedicacin y especializacin en algo que era delicado por sus implicancias. Por su experiencia y caractersticas fue pieza fundamental en todo el trabajo organizativo, igualmente en insuflar confianza a los compaeros que empezaban en esta singular tarea. En esta actividad ahora encarada como especfica y en perspectiva de desplegarla hasta donde la evaluacin de la coyuntura recomendara. Despus de atender aspectos organizativos se encar la expropiacin de bancos para obtener las finanzas que un plan de desarrollo de la Organizacin requera. Esto fue resuelto por la Organizacin y comunicado a los compaeros de esta comisin armada. Desde el comienzo hizo buena relacin con el Santa Romero. El Santa fue pronto ubicando los yeitos de la actividad. Finalmente, fueron juntos los dinamizadores. En esta primer etapa, con otros obreros que se arrimaban tambin con ganas y responsabilidad en su nueva actividad realizaron la

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expropiacin del Banco UBUR de La Teja. Es el Banco que dio origen a la consigna de Arriba los que luchan!. La tarea de organizacin de otros grupos prosigui y pronto se pudo contar con un potencial que permita encarar con prolijidad variados operativos. Aquellos que la Organizacin resolviera como necesarios en ese momento. En una primera etapa Pocho particip en todas las expropiaciones bancarias: Banco de La Paz; el Banco de la Caja Obrera de Av. Italia casi Irlanda; el Banco de Comercio casi Av. Italia; el Banco de la Curva de Maroas. La expropiacin era una tarea ms de la Organizacin, pero tena su gusto, se le estaba obligando a devolver algo al sistema a travs de este organismo que constitua todo un smbolo de l. Era un poco pegarle un golpe al pirata Morgan. Por supuesto no fueron estos operativos en los nicos que particip, lo hizo en varios ms. En algunas retenciones de industriales especialmente explotadores y con mecanismos de prepotencia tales como Fernndez Llad o Sergio Molaguero el gran mentiroso. Pero quizs de particular importancia poltica fue su labor en el organismo responsable de la tarea armada: Aguilar. Su experiencia, su serenidad para analizar los problemas, su firmeza, su modestia fue un invalorable aporte.

La justicia, los perdones, los victimismos, los culpables.

Nunca Ms se escucha frecuentemente en relacin a las atrocidades cometidas por el terrorismo de Estado en Uruguay. El sentimiento profundo de que estas atrocidades no ocurran nunca ms debe estar en el interior de cualquier bien nacido. No hay duda. Pero hay quienes estn usando esto en un discurso poltico que al tiempo que es cnicamente demaggico es totalmente falso. El Nunca Ms es un deseo de la mejor gente y por otra parte una falacia hipcrita del discurso poltico de quienes intentan blanquear en lo ideolgico lo ocurrido. Estos, a veces sutilmente, sealan o insinan que fue un hecho aislado, horroroso l, pero que no volver a ocurrir. No podemos menos que recalcar aqu que eso que quieren contrabandear de la manera que sea est ocurriendo hoy mismo en distintos lugares del mundo y aqu mismo en Latinoamrica. En Honduras y Colombia, por solo poner un ejemplo, se tortura, se desaparecen, se asesina a militantes sociales y polticos que manifiestan alguna rebelda con la poltica oficial. Podamos ampliar la lista pero ese no es el tema que aqu queremos dejar sentado. S, lo decimos de nuevo porque tiene implicancias a varias puntas. La represin bestial, instrumentada fundamentalmente a travs de los milita-

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res, es algo estructural. Es algo propio del sistema de dominacin y apenas crece el descontento y la rebelda popular o se desarrollan organizaciones de combate estar nuevamente all. Hoy por mucho menos, apenas aparecen discrepancias y algunas manifestaciones de descontento se judicializa o criminaliza la protesta al toque. Esto ocurre en cantidad de pases, pero no precisamos ir muy lejos para verificarlo, en el Uruguay de hoy hay varios procesos a militantes que han enjuiciado la poltica oficial y tenemos el reciente encarcelamiento de un integrante del sindicato del Taxi, el compaero David Lamarthee acusado de pinchar una rueda a un taxi que estaba carnereando el 1 de Mayo. Un Nunca Ms en serio implicara la inexistencia de los militares y de este sistema de privilegios que con violencia sostiene su orden. Toda la actitud, sus discursos y pactos de silencio de militares son claros en ese sentido. No se arrepienten de nada, cumplieron con lo programado en instancias superiores e hicieron la tarea para la que estn y con placer. En coyuntura semejante volveran a hacerlo. No son casualidad todas las complicidades, respaldos silenciosos, la produccin de diversos discursos. Por algo pasaron 27 aos para que reconozcan algo. Eso despus de larga y tenaz lucha de familiares, organizacin de DD.HH., organizaciones sociales. Ms de dos dcadas para

que empezaran investigaciones que fueron concedidas, desde instancias gubernamentales, ms por clculos polticos electorales que por sentir el problema. Mantenimiento a ultranza de la ley de impunidad, incluso sabotaje de sectores designados como progresistas para que no fuera levantada en el plebiscito. Se ha estado denunciando lo ocurrido durante aos. Una parte en la calle y en organizaciones con independencia social y otra parte a nivel judicial. Como mecanismos para que la denuncia siguiera, para obligar a que algo se investigara todo lo usado tcticamente es correcto. Pero aqu queremos evitar confusiones, la justicia que se reclama no se lograr a travs del aparato jurdico del sistema. Como dijo en una charla el jurista Zaffaroni: ya que tienen ese mecanismo jurdico para cubrir y tratar de engaar usemslo hasta el extremo posible cuando resulta positivo para nuestro propsito. Se refiere sin duda, en aquella charla en el local del sindicato de Bancarios, a una actitud tctica. Qu es el aparato jurdico sino una parte articulada del sistema que cumple funciones especficas para su reproduccin? Es como se ha dicho tantas veces, eso es la justicia burguesa o si se quiere la estructura jurdica del sistema capitalista. Est para normalizar jurdicamente todo aquello que duele al sistema, cuidar la propiedad privada en primer trmi-

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no. Para castigar fuerte a los pobres que roben alguna gallina o se rebelen algo o mucho contra el orden establecido y cubrir hasta el lmite posible a los de arriba. Lo dir con mas elegancia y rigor Foucault: Los ilegalismos se han reestructurado con el desarrollo de la sociedad capitalista. Se ha separado el ilegalismo de los bienes del de los derechos. Separacin que cubre una oposicin de clases, ya que, de una parte, el ilegalismo ms accesible a las clases populares habr de ser el de los bienes: transferencia violenta de propiedades; y de otra, la burguesa se reserva el ilegalismo de los derechos: la posibilidad de eludir sus propios reglamentos y sus propias leyes; de asegurar todo un inmenso sector de la circulacin econmica por un juego que se despliega en los mrgenes de la legislacin, mrgenes previstos por sus silencios, o liberados por una tolerancia de hecho para los ilegalismos de bienes -para el robo-, los tribunales ordinarios y los castigos; para los ilegalismos de derechos -fraudes, evasiones fiscales, operaciones comerciales irregulares-; unas jurisdicciones especiales, con transacciones, componendas, multas atenuadas. Otras consideraciones similares hace con respecto a lo jurdico y el sistema carcelario. Por ms datos consultar a los banqueros de EE.UU. y Europa que se llevaron todo o por aqu a los Peirano y los Rhon y en el otro plano a todos los polticos,

industriales, terratenientes, y todos los cndores que siguen sueltos o la crcel de lujo que montaron para unos pocos de los monstruos. La inocencia burguesa. Los familiares de expresos y otras organizaciones sociales lo han dicho con claridad: los compaeros cados en la lucha o presos por luchar no son inocentes son culpables de haber soado y peleado por un mundo mejor. Cierta ideologa victimista, que a veces aparece, no hace honor a los compaeros que dieron todo lo que estaba a su alcance para procesar un cambio a fondo. El victimismo-inocencia se vuelve pariente del arrepentimiento o an peor de reconocimiento de que no se deban haber hecho aquellas vigorosas actividades que tenan un sublime rumbo: el cambio de relaciones sociales. Esto esta dicho para lo que se ha ido transformando en ideologa, por supuesto no para aquello que es tctico: el no aceptar cargo de la justicia burguesa, eludir que lo culpabilicen. No es cuestin de regalarse sino el problema es no hacer ideologa de aquello que es slo puntual y circunstancial. Por otra parte habr casos en que la situacin indique cosas como: S lo hice y qu.
La violencia y muerte silenciosa del sistema.

El sistema tiene que ir haciendo sus recambios ideolgicos para

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hacer viable su funcionamiento. La lnea bestia, la excepcin -dictaduras y afines- son para determinadas circunstancias. Para la vida regular el sistema tiene sus mecanismos y dispositivos de violencia silenciosa. Por ejemplo, te puede matar a travs de la miseria pero no de un tiro. Pasado el momento bestia debe desplegar todo un conjunto de discursos, toda una ideologa general, que tienda a la servidumbre voluntaria, que se avenga al disciplinamiento, a las normas regulares para bien de sus intereses. Eso es lo que ello quieren o como se entrelazan en la coyuntura de vuelta a la normalidad las cosas. El perdn a la masacre, al bao de sangre, la barbarie, es requisito de importancia para este conjunto de discursos parciales, tambin para la ideologa general que quieren que funcionen para asegurar que todo siga como siempre. Por lo menos hasta que rebeldas varias le toquen el corazn y vuelvan a esa excepcin que tienen en suspenso y que tanto cuidan. El Perdn, si se acepta, nos inserta de nuevo y nos hace cambiar la mirada y el sentimiento. Ya somos hermanos otra vez con el sistema y sus verdugos. Ya todo pas. Quin no comente un error? Pretenden que la lgica comience a darse vuelta. Ya no son malas las bestias, es malo el rencoroso, el que odia el horror tenebroso del reciente pasado. Apretados por la lucha tenaz y larga y hasta presiones internacio-

nales tienen que finalmente reconocer que hubo terrorismo de Estado. Casi tres dcadas despus, ante toneladas de evidencia, no quedaba otra. Y pretenden pagar toda aquella dantesca crueldad, ni siquiera con veinte monedas como Judas, no, con un papelito que pide una especie de disculpa. Muy fuerte. Sabemos que este encare fue realizado por muchos con la intencin de que se conociera la verdad de lo ocurrido. Fue un recurso tctico de un determinado momento. A la vez el hecho de que se reconozca, a regaadientes, de que hubo terrorismo de Estado tiene su efecto sobre la poblacin en general. Desenmascara. Pero desde otro ngulo, el de fondo creemos firmemente, ese reconocimiento es cnicamente pueril. Ah es donde decimos: metete el papelito en el bolsillo de atrs. Adems el papelito asqueroso viene con un regalo, un consejo de oro.
El Terrorismo de Estado y el papelito y discurso de Blanca Nieves.

El da 4 de junio y organizado por el Ministerio de Educacin y Cultura (MEC) la Comisin de Derechos Humanos de la Cmara de Representantes y la Comisin Especial de la Ley 18596 fue entregado un certificado que acredita haber sido vctima del terrorismo de Estado. Ese discurso ideolgico que tantas veces hemos

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escuchado, del Presidente para abajo esta vez estuvo a cargo del diputado Esteban Prez. Se cumpla la formalidad sin entusiasmo alguno. En la casa del Terrorista (del Estado) se realiz el evento macabro. Es algo as como si Jack el destripador invita a su casa a la madre que sufre el tremendo dolor por el descuartizamiento de su hija y don Jack le entrega un papelito a la madre donde dice lo siento pero no guarde rencor, no sea mala. Todo esto parece un chiste de humor negro. Lo peor es que no lo es. He aqu el consejo de oro del mencionado diputado: en este da hay que apartar del corazn todo sentimiento de odio porque el odio y el rencor son paralizantes y se necesita seguir construyendo el camino trazado para mejorar, porque muchas de las causas por las que hemos sido vctimas an perduran Te parece? Ni olvido ni perdn y odio eterno a los verdugos. El que siga reclamando justicia de verdad, no la jurdica sino la tica, repudio a la impunidad, que se siga en la ruta de la bsqueda de la verdad, que no haya ni olvido ni perdn para quienes ejecutaron una siniestra y cruel poltica contra el pueblo y militancia diversa, el que siga marcando a los verdugos ejecutores sus cmplices y sus idelogos activos es un resentido, un rencoroso, una persona llena de odio. Tenemos que abrazarnos, confrater-

nizar, hasta hacer cosas juntos con aquellos que con satisfaccin hicieron el trabajo sucio al sistema. Con los que violaron mujeres, secuestraron nios, torturaron salvajemente, dieron tiros en la nuca a compaeros que estaban atados. Tiraron barriles cementados con seres humanos, queridos compaeros, al agua. Nos dirn algunos estudiosos del sentimiento, Lacan por ejemplo, que el amor y el odio son sentimientos que van muy juntos y que son inherentes a la estructura sentimental del ser humano. Ms cuando ese ser humano no vive en una sociedad armoniosa, justa y llena de respeto y solidaridad, donde nadie atropella a nadie ni lo explota u oprime. Nos agregarn que si amamos mucho algo como por ejemplo la solidaridad, la igualdad, el respeto, la libertad, seguramente se siente odio por el individualismo atroz, por el genocidio, por la tortura, por el atropello feroz de los poderosos, por los que condenan a la miseria y al hambre a ms de media humanidad. Se encontraron barriles con cemento con restos humanos. Si no sintiramos un poco de odio por eso es que nuestro amor no es tan fuerte o hemos perdido la sensibilidad, tenemos rganos atrofiados. Para fundar una sociedad sobre el amor hay que estar dispuesto desde ya a no hacer lugar a todas aquellas vilezas repugnantes que son odiables. Odiemos lo que es odiable. Ta.

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Los pueblos no estn quietos. Nunca estarn quietos.


Hay un solo camino ayudando a que la rebelda se extienda por todos lados, ayudando a que se junten el perseguido y el hombre sin trabajo, ayudando a que el sedicioso y el obrero explotado se reconozcan como compaeros, aprendan luchando. S, querido compaero Pocho, Martn en la OPR, frente a tanto atropello los pueblos no se han quedado quietos, han estado en la pelea. Pensamos que seguirn en la pelea por rato. En estos aos hemos visto pueblos en revuelta, luchas variadas de los de abajo donde gritan su presencia, su indignacin, su ira, su disposicin a ganar las calles. La cosa social tiene su confusin pero no est quieta ni resignada. La lucha no ha cesado ni cesar jams. Son muchos y variados los acontecimientos Sociales, polticos estratgicos, que estn transcurriendo. Recientemente los de mayor volumen fueron los procesos que irrumpieron hace ya ms de un ao y pico, caso la llamada Primavera rabe y que hoy se siguen desplegando. Todas estas luchas, igualmente las que siguen realizando nuestros movimientos sociales en Amrica Latina, tienen el signo de esta poca, de esta etapa del capitalismo. Por supuesto tendrn alguna semejanza y relacin con otras de otros momentos, pero en lo sustancial son de esta coyuntura especfica. Ocurren dentro de la actual situacin global de la poltica imperialista que tantas veces se disfraza con el trmino globalizacin o tantos otros. Sabemos que para el Imperio, para el sistema capitalista todo, no se trata de otra cosa que reacomodar sus fichas para seguir oprimiendo, explotando, avasallando y asesinando con la miseria y la metralla a los de abajo. Pero hay pueblos en revuelta, luchas parciales que ganan las calles, que hacen saber de su indignacin, su rebelda a la situacin existente. Creemos saberlo, la cosa social tiene su confusin pero no est quieta ni resignada. La lucha no ha cesado ni cesar jams. Son muchos y variados los acontecimientos sociales, polticos estratgicos, que estn transcurriendo. Vamos a tomar algunos acontecimientos como referencia. Los pueblos rabes han seguido manifestando su disconformidad, las expre-

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siones callejeras no han cesado. No tendrn la intensidad del ao anterior pero siguen all y aparecen una y otra vez en diferentes zonas. Cultivan fermentos de esperanza, constituyen toda una bsqueda a su drama social. Ya ha pasado ms de un ao de aquello que fue designado como la Primavera rabe. Por supuesto admite su balance inicial, de algo que no est acabado ni mucho menos, aquello que comenz en el Norte de frica y Oriente prximo. Como recordaremos los primeros enfrentamientos fueron en el Sahara Occidental en el mes de noviembre y seguidamente lleg el levantamiento popular en Tnez. Ya en enero de 2011 comenzaron las intensas protestas en Egipto el gobierno respondi con represin sangrienta pero esto no impidi que las multitudes siguieran saliendo a la calle. Con el correr de los das este movimiento se hizo incontenible y reclam con vigor la ida de Mubarak. Cosa que finalmente logr. Esto no desarm la estructura de poder existente: polticos, militares y fuerzas conservadoras lo rehicieron rpidamente. Lo mismo ocurri con la fuerza imperial. Sustituy a su antiguo aliado Mubarak con los que ahora ordenaban el poder y que se inscribieron en la esfera de su influencia y estrategia de inmediato. Lleg la represin feroz para las fuerzas ms luchadoras. No obstante el pueblo ha seguido su pelea y ganando ms de una vez las calles. Lo que sigue ocurriendo en este proceso, con

tantos componentes sociales distintos en su interior, merece seguimiento. El imperio y fuerzas conservadoras a su servicio estratgico han tomado el poder, o gran parte de l, pero no parece que aqu est todo dicho. Tampoco estn muertos, pese a las brutales represiones sufridas, aquellos movimientos ocurridos en Argelia, Jordania, Oman, Barin, Marruecos, Yemen, Arabia Saud y otras de menor intensidad y duracin. Se movieron, tomaron las calles, salieron de aos de postracin y de sufrir despotismo atroz. Hicieron cierta experiencia, incorporaron en su imaginario y en sensibilidad elementos nuevos que la historia dir el efecto que finalmente tendrn en lo socialpoltico. Rompieron bastante con ese disciplinamiento para la vida sumisa, para la resignacin, para bancar el despotismo cruel... Y eso no es poca cosa. Aquel proceso que tuvo otro carcter, el de Libia, fue finalmente una atroz y sangrienta invasin dirigida fundamentalmente por la OTAN. No olvidamos que el Rgimen de Gadaffi era desptico, que realiz represiones sangrientas, que en sus ltimos tiempos estaba embanderado en la lucha contra el terrorismo siguiendo la lnea de su actual amigo el imperialismo yanqui. La mayora de los titulares del momento daban esta intervencin imperial con el aval de las Naciones Unidas teniendo como eje el petrleo. Haca rato que Gadaffi haba hecho

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contratos bilaterales y las petroleras estaban como en su casa llevndose todo lo que queran. Es ms haba acuerdos militares de Libia con Europa y Estados Unidos les estaban entrenando soldados y policas a Gadafi. Pasando a lo general. Es cierto que los levantamientos apuntaron, en los hechos, bsicamente al derrocamiento de tteres de Washington y pusieron en cuestin la influencia americana, israelita y otros socios en todo Medio Oriente. Pero tambin, es cierto, al mismo tiempo las causas de estos levantamientos populares fueron mltiples y las motivaciones principales varan de lugar a lugar. Algunas motivaciones son comunes: brutales dictaduras, corrupcin desenfrenada, miseria a nivel de amplia poblacin, una juventud muy activa, persecucin despiadada a opositores, riqueza y poder en manos de unos pocos. Pero, obviamente no se puede ver este fenmeno como algo homogneo y requiere l un anlisis caso por caso. Distintos estudios sealan que nunca hubo movimientos de estas caractersticas y menos en tantos lugares casi simultneos en esta rea. Tambin ha sido notorio que fuerzas imperialistas: EE.UU., Europa, ms la constante presencia de Israel, han estado tratando de incidir de las ms diversas maneras. Claro est, cuidando sus intereses econmicos, sus alianzas geo-estratgicas, su influencia poltica en la mayora de estos procesos.

Balas, intereses imperiales, gobierno dspota, riegan hoy las calles con la sangre noble de varios pueblos.

En los procesos que han emergido en el mundo rabe hay muchas cosas en juego y nuevos factores que aparecen. Sera equivocado afirmar, ni siquiera insinuar, que toda esta compleja trama que comprende diversos intereses y que se pasea por esferas polticas, econmicas, estratgicas, ideolgicas, es una creacin planificada de antemano por EE.UU. y sus aliados imperiales. Fundamentalmente han sido los pueblos los que han movido el tablero. De paso digamos que el papel de Internet, de la informtica, ha sido sobredimensionado sin dejar de tener presente que ha jugado su papel. Finalmente, que ante los acontecimientos populares hayan comenzado el Imperio y sus socios a actuar planificadamente en funcin de sus intereses, ya es otra cosa. Y sobre esto ltimo no hay duda. Pero no subestimemos en nada la pelea popular en base a esquemas. Protestas, rebeldas, revueltas y enfrentamientos armados en otras partes. Libertad o muerte, deca Pocho y no le gustaban las frases grandilocuentes. Modestamente pensaba que no haba otra. Pueden no ser los mismos conceptos pero vemos en la lucha de muchos pueblos que hay algo de esto.

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Pero sabemos que para l donde hay lucha hay esperanza. Por eso podemos decir que en un marco casi semejante surgieron en otros lugares luchas populares, protestas, una de ellas se difundi con el nombre de Los indignados tal el caso del M15 en Espaa. Tambin tenemos las manifestaciones en Wall Stret y otras. Las consignas y planteos de estas distintas movilizaciones cubren un amplio, y por momentos confuso, espectro. Hace poco en Roma los enfrentamientos con la polica dejaron 70 heridos, entre ellos tres graves. Doce personas fueron detenidas. Madrid y Lisboa fueron los escenarios de las mayores marchas. Miles de personas manifestaron en Washington y Nueva York, donde fueron detenidas 88 personas. En Londres, varios centenares pasaron la noche del sbado al domingo en tiendas de campaa en la plaza ante la catedral Saint-Paul, en el corazn de la City, tras la manifestacin de la vspera, marcada tambin por algunos enfrentamientos y detenciones. En Amsterdam se colocaron unas 50 tiendas de campaa, colocadas en la plaza de la Bolsa, donde pasaron la noche del sbado al domingo. Ginebra, Miami, Pars, Sarajevo, Zurich, Mjico, Lima, Santiago, Hong-Kong, Tokio, Sidney.... La indignacin contra la situacin y gran parte del orden existente se expres ese sbado prcticamente en todos los continentes.

Nuestra Amrica Latina tampoco est quieta.

Hay movilizaciones sociales diversas. Movimientos indgenas con determinadas reclamaciones parciales y generales; lucha armada como por ejemplo en Colombia y algo en Mjico y ltimamente en Per. Coexistiendo con movimientos sociales; levantamientos populares contra gobiernos y reclamando nacionalizaciones de riquezas naturales contra el saqueo imperial; plebiscitos populares contra decisiones gubernamentales o a favor de determinadas situaciones sociales y polticas; fuertes peleas sociales reiteradas como en Bolivia; resistencias que atraviesan fronteras y que se transforman en una sola voz como contra el ALCA; movimientos ecologistas en defensa de esa naturaleza tan maltratada y despedazada por el sistema; descontentos que se expresan en elecciones tradicionales que pronto defrauda la expectativa chica o grande existente. Justamente esto ltimo vinculado con los procesos instituciones, electorales, que no construyen poder popular directamente igual conviene tenerlo presente como dato de una realidad diferente a la de otros momentos histricos. En estos das, en medio de la campaa electoral y ante dichos del candidato del PRI se dieron manifestaciones multitudinarias de estudiantes repudindolo. Como ocurri con los estudiantes hace unos meses en Chile.

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Pero lo que importa de esto es la bronca que subyace en una poblacin que ha visto empeorar sus condiciones de vida abrumadoramente. Si nos referimos a Mjico vemos que tiene: expresiones de lucha armada, de municipios libres, la propuesta zapatista antielectoral y de poder popular, los enfrentamientos conocidos en Atenco y Oxaca. Combinaciones sociales y descreimiento de una forma de hacer poltica que lleva a que en diferentes lugares surjan voces revolucionarias, algunos ya hablando de que el pueblo debe tomar el poder: porque la va electoral est bloqueada, est corrupta. Es una voz. Sin duda son procesos complejos y confusos. Muy variadas sus prcticas y propuestas. Es mucho lo que aqu hay para ver en materia de construccin. Hay indicaciones, de que todo un mundo simblico muy perverso, parte de una estructura general, sigue jugando con fuerza y es presumible que por tiempo se proyecte impidiendo cambios autnticos. Se sabe la produccin de un sujeto histrico opuesto al fabricado en estos siglos no se modificar de un da para otro, tiene su ritmo de cambio, precisa participacin, lucha y otras prcticas mientras que el otro tiene siglos infames de existencia y ha logrado eficacia internalizadora. Los logros deben ubicarse histricamente y en otro campo. En un ritmo quizs no apto para ansiosos, irn

dando sus frutos: la multiplicacin de expresiones de accin directa, de autogestin en diversos campos, de organizacin de lo popular con formas que no apuntan a institucionalizarse, el descreimiento en ascenso de la clsica democracia burguesa, de la casta poltica y de una forma de hacer poltica. Todo esto de manera no ortodoxa, con fluidez histrica que rompe esquemas. Ms que nada los esquemones. Veamos algunos ejemplos sin pretender un anlisis riguroso. En Bolivia, voltearon a Snchez de Lozada y vino Mesa que sigui una poltica esencialmente semejante, pero el movimiento popular se puso nuevamente en la calle y volte a Mesa, un indicador que su experiencia organizativa y su conciencia de participacin no haban muerto ante la frustracin. Ahora hay enfrentamientos a Morales del movimiento indgena y sindical. Una nueva situacin social y otro enfrentamiento. Por otra parte podemos decir que no han abandonado la lucha el MST porque Lula y su partido traicion promesas. Se sabe que el MST no tiene una sola lnea. Se ha visto que por estas infames regresiones promovidas principalmente por partidos designados como progresistas no mueren las luchas de los abajo. Estas ya parecen tener races de cierta profundidad, los acontecimientos histricos son los que dirn la ltima palabra.

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Veamos esto que esta llegando.

Son tremendas estructuras reaccionarias y propuestas polticas llenas de nuevas promesas que le hacen ir escogiendo, a este universo tambin relativamente nuevo que ha ido emergiendo, caminos que a veces lo llevan a los tumbos. Son caminos provisorios en instancias concretas y tramposas que se presentan y que estos movimientos todava no terminan de ubicar en su justa dimensin. Que abandonarn cuando logren conformar su propia propuesta general de nuevas relaciones sociales, cosa que no vendr de afuera, que se construye del adentro mismo. Y que para plasmarla necesita de una cierta fuerza social- poltica. La producir?. Las luchas por el poder popular, se ha visto en Amrica Latina, empiezan por luchas cotidianas. Los movimientos de masa han tenido por momentos una gran capacidad de acumular fuerzas, en barrios, en comisiones por temas concretos como fue hace aos el del agua en Cochabamba, por reclamos de tierras y respeto a su vida comunitaria de poblaciones indgenas y muchas ms. Hay expresiones variadas de la capacidad de los movimientos sociales para actuar y desafiar a los peores regmenes gubernamentales y las medidas que producen. Han enfrentado a sangre y fuego en la calle a la represin policial y militar.

Se han ido dando formas organizativas singulares. Hoy los movimientos sociales actan sobre problemas sociales y econmicos, luchas por la salud, el agua, el empleo, derechos sindicales, las carreteras, la electricidad, Derechos Humanos, derechos precisos de las poblaciones indgenas. Son movimientos que devienen de sociales en polticos constantemente porque sus reclamos tocan intereses del poder dominante e interviene rpidamente el Estado para reprimirlos y a mediano plazo para tratar de volverlos al carril de la domesticacin institucional burguesa. Especialmente atendiendo a las multinacionales extrativistas. Este enfrentamiento no est fuera de los llamados gobiernos progresistas ya que hemos visto que estos sintonizan con estrategias e inversiones que van en un mismo sentido con la estrategia de las multinacionales. Y sabemos esas multinacionales qu papel cumplen en el plano estratgico.
Nuestra cosa.

En nuestro pas la agitacin social ha tenido su volumen. Huelgas, reivindicacin en materia de vivienda, educacin, salud, DD.HH. Contra represiones a protestas y contra los intentos de criminalizar la rebelda. De todo esto que hemos estado mencionando, bastante de paso, se dice ms de una vez que de estas expresiones queda poco o nada de favo-

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rable. Resulta una medicin que por lo menos se puede decir que est hecha con categoras de viejos discursos que no tienen principio de lectura rigurosa para el presente. Estara implcito en estos discursos que: si no est el viejo partido de vanguardia, con su grupo de profesionales y tcnicos, no puede haber salida. No conciben otra forma de hacer poltica, tiene que estar esa elite esclarecida para guiarlo todo. La escena poltica para ellos es el mecanismo electoral y todo lo referente a l. Casi es una concepcin de la poltica de un museo de antigedades. Que como museo es muy respetable. Vamos a aclararan, la Organizacin poltica sigue siendo de primera importancia para la liberacin y para la ruptura, para desestructuracin del capitalismo e inicio de otro proceso sobre bases distintas. Pero es otra la forma poltica que debe buscarse y no debe encararse, como imitacin del pasado ni como vanguardia sino en un nivel o campo distinto de esa misma lucha y el operar desde adentro mismo de ella, eso es condicin imprescindible. Dos niveles de una misma cosa. Todas estas luchas, reivindicaciones, enfrentamientos, implica un proceso de participacin activa de poblacin, acumulacin de conocimiento a partir de experiencias y enfoques que se fermentan en pos de soluciones legtimas, todas cuestiones que resultan fundamentales en la construccin de poder popular, dentro del cual debe

estar en todo momento, bien adentro y no afuera, la Organizacin poltica, teniendo la doble articulacin que un proceso de esta naturaleza exige.
Cuando una nueva forma de hacer poltica solo es retrica.

Pero una nueva forma de hacer poltica o construir el poder popular no deben ser frases para una linda retrica o para poner un poco de cosmtico de buen color a viejos y reiterados discursos que llevan finalmente al mismo puerto una y otra vez. Despacio porque tengo prisa, podra decir la experiencia histrica que aspira a la real emancipacin. Pues la prisa ha llevado, circularmente, repetidamente, a callejones sin salida o a meter ms profundamente a los de abajo a travs de sus postulantes o que dicen representarlos, en este despiadado sistema. Nuestro proyecto de intencin revolucionaria comprende hoy, como ayer, la eleccin coherente de caminos para transitar. Sin dogmas en cuanto a las herramientas tericas a usar, toda produccin rigurosa que permita mejor lectura debe ser tenida en cuenta. Con aquella frescura y apertura que nos permita vivir nuestro tiempo, teniendo muy presente todos los cambios que trajo y traen. Dotarnos, en fin, de una lectura que ubique sin anteojeras los reales problemas de nuestra poca. Al mismo tiempo con firmeza e intransigencia para enfren-

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tar todo lo que produce y sostiene al sistema actual, con el corazn y tesn puesto en un porvenir que hay que construir todos los das en los diferentes mbitos de militancia. Sin elitismos ni vanguardias, dos formas de jerarquizar las prcticas y deslizar, posiblemente inconcientemente, valores que no pertenecen al campo de los oprimidos ni a un proceso que necesita ser baado por la luz de nuevos valores para que su marcha no sea confusa y hasta negativa. Pues de lo contrario no se estara desestructurando ideolgicamente y polticamente esos valores jerrquicos tan conectados con la dominacin y la obediencia sino remachando producciones ajenas sobre el sujeto histrico. Organizacin poltica, como la entendemos, no es sinnimo de vanguardia ni de elites esclarecidas sin las cuales el pobre pueblo ignorante no sale del laberinto capitalista. S, la organizacin poltica forma parte sustancial en la construccin de esa salida pero desde otros valores, desde otras prcticas ideolgicas y ticas, desde otra sensibilidad social, desde otro nivel. Organizacin eficiente no es sinnimo de jerarqua. Organizacin poltica siempre adentro y formando parte del proceso con el pueblo, conviviendo con su grado de conciencia. Aspirando a contribuir a su elevacin o modificacin positiva con sentimiento de pertenencia a ese pueblo en plano de igualdad no de las alturas del saber.

La ideologa no viene de afuera, se produce en el seno mismo de las prcticas, en las ideas y comportamientos que el pueblo va realizando a travs de sus diversos enfrentamientos. La produccin de una tecnologa social-poltica nueva y discursos de saber correspondientes a la liberacin no pueden producirse sin desplazar a los que hacen a la dominacin. Son discursos que deben entrar en confrontacin y que deben abrevar de todas las instancias de resistencia donde el pueblo protagoniza luchas. En tal sentido, tambin la Organizacin poltica est en constante reeducacin. Dicen que el poder existe en actos, lo mismo puede decirse de la revolucin. No es una entelequia o algo que ante determinado conjuro viene. No es un acto aislado. Exige prcticas modificadoras, de ruptura, de discontinuidad, en campos como el econmico, el ideolgico, el polticojurdico, el cultural general. Todo ello se concreta en un proceso con activa participacin popular. Un pueblo que lo compondramos como un amplio espectro de los oprimidos y explotados que designamos en esta etapa histrica como conjunto de Clases oprimidas. Un nuevo proletariado. Un pueblo que sufre, dentro de los cambios estructurales ocurridos, una fragmentacin de importancia que debe ser superada, tender lazos solidarios que vinculen, que la unidad de sus luchas constituyan un fundamento de primer orden para que

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conformen una fuerza social capaz de dar luchas efectivas y dar pasos en calidad. No estamos hablando de gradualismo, ni linealidad ni de tomar casetas enemigas una a una. Estamos hablando de coherencia en la ruta hacia la construccin de un pueblo fuerte, de un poder popular que concebimos como el empoderamiento del pueblo organizando la vida social con sus instancias polticas propias y especficas.
El territorio de los sueos y las luchas.

Hay un territorio que se habita para siempre. Hay una regin compuesta por un sentimiento que es pensamiento y es memoria, que odia la crueldad asesina y ama un sueo, el mismo por el que tantos lo dieron todo. Ese sentir no cesar. Jams se doblar la hoja de ese libro que marca un horizonte. As como nunca sern olvidados seres queridos ni sus ideales. Esas convicciones y sentimientos perdurarn en el tiempo. Sin duda. En este territorio, en esa otra realidad esta Pocho, lo que implica que estar siempre entre nosotros. Con su pueblo. Pocho mantuvo siempre sus costumbres, su cultura de hombre bien del pueblo y bien de abajo, con calle de la buena, tena enorme anclaje en estos barrios. Caminaba bien, para usar el giro barrial. Lo daba todo por que as lo senta. No esperaba nada a cambio. Qu

otra cosa es la solidaridad de clase, de los de abajo?. Sern imborrables ya sus pasos, se seguirn sintiendo en estos barrios que fueron gran parte de su vida. Pero se seguirn sintiendo tambin donde haya una lucha, donde haya rebeldas contra el sistema, donde haya cabezas con utopas, donde haya entrega por la causa que se pelea, donde se ponga el corazn, el sentimiento todo para arrimar un granito de arena para ir acercndose a una sociedad justa, libre y solidaria, sin pobres, sin privilegios, sin burgueses. Donde haya sueos y esperanzas, donde haya bronca y ganas de sacarse esta inmundicia de sistema de arriba, donde haya pelea de veras por lograr otra forma de vivir. All estar. Tambin donde haya rechazo a lo pomposo, donde est la modestia de su clase. Pocho nunca dudo del sendero a transitar. Saba y lo intua que haba horizontes libertarios. Por eso, en su carta dijo con modestia: libertad o muerte. No era una retrica era sentimiento profundo, del corazn mismo. Sus conceptos, sus bromas, contenan un rechazo a las elites a la fantasiosa cultura del hroe. Quiero que me hagan un lugar. Ya no Pocho. Ya no. Ya ests en un lugar, del reconocimiento eterno al militante de entrega generosa. Ests en el corazn y el recuerdo de todos los que aspiramos a un maana mejor y distinto. Ests entre nosotros y seguirs marchando con nosotros. As que slo hasta luego querido compaero.

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