Dallera

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DOCUMENTO BIBLIOGRAFICO N 13 DALLERA, Osvaldo Alfredo: "Los signos en la sociedad", Colombia, 1996, PROA-PAULINAS, 1ra.

Edicin

Tanto los signos como los discursos estn compuestos por caractersticas que le son propias y que el trabajo del semilogo las hace reconocibles. Por un lado nos encontramos con un conjunto de caractersticas en el plano del contenido. El conjunto de rasgos que configuran el contenido del signo, los de caractersticas las llamamos marcas semnticas. Todos nosotros alguna vez hemos intentado hacer un crucigrama. Una de las caractersticas de este entretenimiento s que se dan como pistas una serie de caractersticas de la palabra que expresa el contenido que debemos encontrar. Por ejemplo: "recipiente, con asa, que sirve para beber" ; o "dos tomos de hidrgeno ms uno de oxgeno". El conjunto de caractersticas que definen o diferencian al contenido del signo son propiedades del significado. En el primer ejemplo, el conjunto de esas caractersticas conforman el contenido del signo /taza/. A ese conjunto de caractersticas las llamamos marcas semnticas. En el segundo ejemplo, el contenido es /agua/ y sus marcas semnticas son dos tomos de hidrgeno ms uno de oxgeno. Las marcas semnticas son rasgos distintivos del contenido y las marcas sintcticas son rasgos distintivos de la expresin. Supongamos que nos encontramos frente a la siguiente frase: "El salario est deprimida". Inmediatamente advertimos que aunque no nos suena bien, somos capaces de entender el significado. Reconocemos qu significa la expresin por las marcas del contenido y por cierta coherencia sintctica (que en este caso no es completa). Una expresin, para poder ser captada en su significado debe estar elaborada respetando las reglas que esa cultura utiliza habitualmente para construir sus textos Desde la construccin de una palabra (por ejemplo para escribir la palabra "casa" debemos poner las

letras en el orden y la secuencia con que podemos reconocer el significado de esa palabra). Si escribimos "ac as", los rasgos utilizados son los mismos pero la alteracin del orden (es decir, el desvo de la regla), no nos permite reconocer ni construir el sentido. Esto mismo vale para textos ms complejos y para el uso de cualquier tipo de lenguaje. En resumen, captamos el significado de los signos y el sentido de los discursos porque reconocemos las marcas del contenido y por cierta coherencia sintctica que advertimos en el plano de la expresin Sealamos que adems de demostrar conocer las marcas semnticas que nos permiten comprender y tener acceso al contenido de un signo, tambin es necesario que exista cierta coherencia interna, un reconocimiento de las marcas que participan en la composicin de la expresin. Vale decir que para entender bien un mensaje, es necesario que se exprese de manera que podamos reLicicnar las partes que lo componen (supuestamente el usuario posee y maneja las reglas de las dimensiones que vimos en el pargrafo anterior), y adems que podamos rescatar las caractersticas de los signos que lo expresan. Para que yo detenga el automvil ante la luz roja del semforo es necesario que la luz roja tenga un contenido, signifique algo, "peligro", que yo pueda establecer la relacin entre las dos cosas (expresin y contenido) y que ambas estn articuladas dentro de un sistema de significacin (el conjunto de luces que componen la idea de semforo), mediante algunas reglas que gobiernan su funcionamiento (secuencia del encendido y el apagado de cada luz).

Hemos determinado la diferencia entre el contenido del signo y el referente. As, mientras al referente o denotado le asignamos el carcter de un ente real concreto, una cosa, un hecho, un estado de cosas, de los signos decimos que son "cuasi-ideas", conceptos, conjunto de propiedades (semnticas y sintcticas) que son agrupadas en un tiempo y espacio determinado, por los miembros de la comunidad en la que ese conjunto de propiedades, sirve para reconocer en la expresin significante a la cosa, objeto o situacin aludida. En otros trminos, cada vez que hablamos de signos no tenemos dos elementos (signo y objeto), sino tres: el signo, el objeto, y esa "cuasi-idea" que nunca se identifica ni es equivalente al referente. A ese tercer elemento, Peirce le dio el nombre de interpretante. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o, tal vez, un signo aun ms desarrollado. "Este signo creado es lo que yo llamo el interpretante del primer signo. El signo est en lugar de algo, su objeto. Est en lugar de ese objeto, no en todos los aspectos, sino slo con referencia a una suerte de idea..." (*) Como se ve, mientras el signo cumple con su funcin de estar en lugar de otra cosa solo "en algn aspecto o carcter", genera en el sujeto intrprete del signo "otro signo" que es el interpretante El interpretante, entonces no es el intrprete, no es un sujeto que interpreta sino que es un producto, es una funcin, resultado del vnculo, de la relacin que el sujetointrprete establece entre el signo y los objetos.

(*) Peirce, Charles.:La Ciencia de la Semitica, lid. Nueva Visin. Bs. As , 1986.

Ahora nos podemos preguntar a partir de qu mecanismos las personas avanzan en el conocimiento y la interpretacin de los signos dando lugar al desarrollo del proceso semitico. Podemos intentar responder a esta pregunta, acudiendo a dos tipos de operaciones fundamentales para acceder a la lectura de los signos: la abduccin y la connotacin. La abduccin es una forma de razonamiento que nos permite construir hiptesis sobre la base de premisas inciertas que obtenemos cuando hacemos nuestro trabajo de denotacin. Esa presuncin la obtengo mediante una abduccin del tipo: "aqu no hay nadie. Sin embargo, en ese cenicero hay un cigarrillo que fue apagado hace poco tiempo. Por lo tanto, alguien pas por aqu hace un instante". Luego, la induccin y la deduccin pertenecen a la lgica del descubrimiento, mientras que la induccin y la deduccin permitirn probar o desmentir las hiptesis. Por eso la abduccin pertenece a la lgica de la prueba, porque necesita partir de premisas ciertas, comprobadas y explicadas. El conocimiento obtenido a partir de interpretaciones hechas por abduccin es siempre aproximado y errneo. Eso significa que puede corregirse y reformularse. De manera que debe tenerse en cuenta que la abduccin no conduce a verdades absolutas, sino slo a

aproximaciones de la verdad. Pero ese es justamente su objeto: hacemos ir ms all de lo que sabemos, a partir de sucesivos descubrimientos. La connotacin es otro mecanismo de lectura que hace posible el proceso de desarrollo semitico. Esta contribuye a la expansin del sentido del signo a partir de la competencia del sujeto para desprender otros sentidos una vez producido el acercamiento denotativo. Para decirlo de una manera esquemtica, todo sig*o o todo discurso, tiene o admite dos niveles de lectura: un nivel de superficie, y un nivel latente u oculto. Veo la fotografa de una casa, lo primero que hago es denotar el significado inmediato del signo, reconociendo el objeto que representa y digo "esa fotografa es la fotografa de una casa" Sin embargo ste acercamiento resulta demasiado general. Puedo, a partir de otros detalles de la fotografa, ir un poco ms lejos en mi lectura y connotar por ejemplo, otras propiedades u otros atributos ligados a ese objeto denotado, que depender del conjunto de conocimientos previos que yo disponga para elegir ese recorrido de lectura y no otro: asi por ejemplo, puedo ir ms lejos diciendo: "esa casa es una casa lujosa, y si es una casa lujosa, el dueo debe ser una persona muy rica. Y si es una persona muy rica, es porque esa persona ha trabajado mucho" (otro, haciendo otra lectura, podra decir "es una persona muy rica porque es un explotador", etc.). Mencionaremos algunas caractersticas que forman parte de este mecanismo de lectura

En primer lugar y tal vez sta sea su caracterstica ms importante, los rasgos que se derivan de una lectura connotativa de un signo son independientes de las propiedades del objeto denotado. Es decir, en general la connotacin puede ir tan lejos como le sea posible al sujeto que la practica, en este sentido l podr derivar en su lectura rasgos que aparezcan "muy atrs" en la cadena asociativa, o que estn muy lejos de los rasgos ms " inmediatos" del sistema denotado. Unos y otros son independientes del objeto, pero cuanto ms alejados estn los rasgos que la connotacin rescata, de los que la cultura le admite como propios al signo, ms difcil ser la tarea de justificar la operacin, excepto en el caso del texto esttico. Desde luego, esto nos introduce en un terreno bastante complejo como es el de indagar sobre la presunta objetividad de las propiedades que se imputan a los referentes. Otra caracterstica si se quiere independiente del anterior, es que el nmero de rasgos connotados que componen la cadena de interpretantes puede variar de uno a otro nmero, si no es infinito, por lo menos es indefinido. Por ejemplo, si escucho que en la terraza de mi casa algo se cayo, produjo un ruido muy definido, puedo connotar, /objeto de vidrio/, en funcin del ruido que normalmente hacen al caer, las botellas de ese material. Salvo alguna distorsin auditiva, si el indicio es ntido ser difcil connotar /madera/. Pero por otro lado, a partir de ese mismo ruido, por va de una connotacin asociativa, puedo connotar "alguien camina en la terraza", "un ladrn pretende entrar en mi casa", etc. Al vincular este ejemplo con la caracterstica que sealamos en primer trmino, de ningn modo podr connotar que acaba de producirse una invasin de ballenas en la terraza de mi casa, so pena de ser calificado de loco. En tercer lugar, "en la connotacin", el sentido es sugerido y su decodificacin es ms aleatoria, esto significa que toso aquello que se desprende "explcitamente" del signo, pertenece al orden de la denotacin: lo connotado resultar siempre difuso, suibyacente, e implcito. Queda por agregar que la riqueza del trabajo de connotacin se desprende de las mltiples funciones que sta ejecuta al abordar cualquier texto, entre las cuales se deslaca la que consiste en enriquecer el material denotado. En efecto, cuando el sujeto connota ms all

de lo que el texto sugiere en su inmediatez, de alguna manera construye el objeto con el conjunto de matices que introduce en su configuracin, aprovechando aquella independencia de los rasgos connotados respecto del objeto denotado. La lectura connotativa desencadena en el perceptor un proceso complejo a partir del cual l identifica y actualiza alguno o algunos de los mltiples sentidos del mensaje, en el cual, necesariamente, el emisor slo concret aqul o aqullos que respondan a su intencionalidad o a su inters.*

* Lo destacado en letra itlica pertenece a anotaciones agregadas por la ctedra.

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