Dossier

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 5

LRICA ARCAICA ARQULOCO DE PAROS (SIGLO VII a. C.

) Tiene el hombre mortal, Glauco, hijo de Lptines,/ el nimo como el da que Zeus manda,/ y piensa como aquello en que trabaja. (Frag. 68) Para los dioses todo es fcil. A veces, levanta / del infortunio al hombre que est en el suelo/ oscuro. Otras derriba. Al que va a paso firme / lo hace caer de espaldas. Muchos males le acechan: / rota la mente, el hambre, el extravo. (Frag. 58) Azar (tche) y Destino, Pericles, todo le dan al hombre. (Frag. 8) Mi lanza cuece mi pan y despacha / vino de Ismaro; en la lanza me apoyo cuando bebo. (Frag. 2) Soy ambos: seguidor del dios Enialio (Ares) / y experto en el arte que las musas dan. (Frag. 1) El escudo que arroj de mal grado en un arbusto, / soberbia pieza, ahora lo blande un tracio;/ pero salv la vida. Qu importa el escudo? / Otro tan bueno puedo comprarme. (Frag. 6) No quiero a un jefe erguido y pavoneante, / adornado con rizos y afeitado / Prefiero uno pequeo y patizambo / pero que pise firme y sea valiente. (Frag. 60) Nadie, despus de muerto, es honrado / por sus paisanos. Preferimos, vivos, la alabanza / de los vivos. La muerte es la peor de las suertes. (Frag. 64) Mi corazn lo estrangulan los amigos. (Frag. 67 b) Corazn, corazn perplejo y aturdido por penas / sin salida. Levanta! Haz frente a los contrarios / y al enemigo que te empuja, aguanta. / Si vences, no te enorgullezcas ante el pueblo, / y si eres derrotado no te tumbes ni gimas / en casa. Con la fortuna, algrate, y en la desgracia / no te aflijas demasiado. Comprende que el rimo de la vida es alterno. (Frag. 67) El cabello con mirra y un pecho / que hubieran, a un viejo, enamorado. (Frag. 26) Tal deseo de amor represado en mi pecho / verti sobre mis ojos nieblaoscura, / robando a mi nimo el discernimiento. (Frag. 112) Infeliz!, por deseo de amor / yaca inerte, y con dolores agudos los dioses perforaban mis huesos. (Frag. 104) S cantar el ditirambo, hermosa cancin / de Dionisos, cuando el rayo del vino llega al alma. (Frag. 77) 1

LA ELEGA ARCAICA TIRTEO (Esparta, S VII a. C.) Es hermosa la muerte si se cae en la primera fila / como hombre valiente luchando por su patria. / Pero dejar la propia tierra y sus campos fecundos / para mendigar, es un dolor que agobia: / por los caminos, con la madre querida, el padre / anciano, los pequeos hijos y la legtima mujer./ Pues no ser recibido a donde acuda, / bajo el peso del hambre y la ley de la pobreza, / y avergonzar su estirpe y el brillo / de su apariencia. El deshonor lo sigue. / puyes, si el hombre sin patria no tiene respeto / ni tiene acogida su estirpe futura, / luchemos animosos por la tierra y muramos / por los hijos, sin retener angustiados la vida. (Frag. 6) Luchad , jvenes, permaneced codo con codo, / sin consentir el miedo ni la ominosa huida, / agrandad el valor y el nimo aguerrido, / sin apego a la vida si os meds con los hombres! / No retrocedis dejando en la lucha a los viejos, / de cabeza cana y rodillas no flexibles, / pues es feo ver a un viejo cado ante los jvenes, / con el cabello blanco y la barba de plata, / que muere, vacilante, en la primera fila, / exhalando en el polvo el alma valiente, / sujetas con las manos sus vergenzas sangrantes /_un feo cuadro que repugna a la vista_/ y la piel desnuda. Mas todo encaja en el joven si est adornado de la florida juventud: / admiran los hombres su figura, y las mujeres / lo aman, si vive, y tambin cado es bello. / Por eso avanzad y pisad con los pies firmes / en la tierra, mordiendo el labio con los dientes. (Frag. 7) LRICA CORAL Alcmn (Esparta, S VII a. C.) Tantas muchachas como somos, ensalzamos al que toca la lira. (Frag. 20) La balanza equilibra el acero con la hermosa lira. (Frag. 100) Muchachas de dulce canto y voces tiernas, las piernas / ya no me llevan, a mi edad. Ah, si fuese un alcin / volando en las alas de la mada, libre de miedos sobre la corona de las olas, santo pjaro purpreo! (Frag. 94) Y te dar un caldero de tres patas en el que puedas juntar; nunca ha estado antes en el fuego, / pero pronto estar lleno de un guiso / como el que gusta al tragn Alcmn / comer al atardecer. Pues no quiere exquisiteces / sino, como el pueblo, lo comn. (Frag. 49) Ven, Musa Calope, hija de Zeus,/ comienza un bello poema, da brillo al canto y gacia a la danza! (Frag. 59) LRICA MONDICA SAFO (LESBOS, S VI a. C.)

Hctor y sus compaeros traen de la santa Tebas / y de las eternas corrientes de Placia / a la tierna Andrmaca, la de bellos ojos, en barco, / sobre la salada mar, y muchas pulseras de oro, / ceidores de prpura, fragantes, piezas de colores, / y copas incontables de marfil y plata. /As habl y se irgui lozano el padre querido. / La noticia corri por la ciudad de amplias calles, / a los amigos. Y al punto los hijos de Troya engancharon /los mulos a los carros de hermosas ruedas; /subieron el squito de mujeres y las muchachas de finos tobillos. / Y aparte las hijas de Pramo. / Los mozos solteros uncieron corceles a los carros Flautas de dulce tono se mezclaron / con la lira y el ruido de crtalos. / Cantaron las muchachas una limpia cancin / y al cielo claro subi / el sonido lleno/ doquiera en las calles/ jarros de mezcal y copas/ Mira, canela, incienso se fundieron. / Las mujeres gritaban. / Jvenes y viejos, con gracioso canto, / llamando a Pen (Apolo) / que acierta de lejos con la hermosa lira, / cantando a Hctor y Andrmaca, los divinos. (Epitalamio 44LP)

Parece igual a los dioses el hombre / al que veo sentado frente a ti / siguiendo absorto tu dulce sonido, / y la risa encantadora que me / ha turbado el corazn en el pecho. / Slo te miro y ya la voz me falla, / la lengua se me quiebra y un sutil / fuego recorre por la piel adentro; / dejo de ver y zumban mis odos, / corre abajo el sudor y estremecida / estoy toda ; como hierba del prado / me quedo verde, y estoy como muerta. / Mas a todo cabe sobreponerse, pues(Epitalamio 31 LP) Eterna Afrodita de trono multicolor, / hija taimada de Zeus, yo te ruego: / no dejes, seora, que se rompa mi alma de pena / y tormento: ven a m como una vez / viniste, a mi ruego, dejando la dorada / casa de tu padre, con el carro enjaezado; / hermosos gorriones te llevaron, / batiendo sus alas, por la oscura tierra, / desde el alto cielo y, en medio del aire, / rpido hasta aqu. Y, con sonrisa bendita / de tu rostro inmortal, preguntaste: / Qu sucede de nuevo? Por qu me llamas? / Qu es lo que ms deseas tener, / loco corazn? A quin debo de nuevo / atraer a tu amor? Quin te atormenta, Safo? / Si ella te evita, pronto te seguir, / si rehsa tus dones, te los regalar, / y si no te ama, aunque no quiera, te amar. / Ven ahora y librame del pesado dolor, / lo que ardiente deseo, hazlo y lucha a mi lado! (1 LP) Dicen que es un ejrcito de carros / sobre la tierra negra, o una tropa / de infantes, o una flota, lo ms bello:/ es la persona amada. / Es fcil explicarlo a todo el mundo, / cuando de las mujeres la ms bella, / una vez, al mejor de los esposos, / abandon por Troya. / Subise al barco y escap hacia Troya / dejando atrs a sus queridos hijos, / y olvidando a sus padres, seducida / (por Cipria y el amor) / (todo se pliega en manos de los dioses, / el corazn y el pensamiento humanos). / Por eso me recuerda a la muchacha, / a mi Anactoria ausente. / Preferira ver su hermoso paso / y el brillo de la luz en su mirada / que una tropa marcial de carros lidios / o de apuestos guerreros. (16 LP) SEMNIDES DE AMORGOS S VII- VI a. C. Muchacho, el desenlace de las cosas / est en manos de Zeus tonante, / quien dispone de todo como quiere; / los hombres no conocen, mas dominados / por el da (efmeros) vives sin 3

saber, como animales, / el trmino que el dios dar de todo. / La esperanza sustenta a los humanos, mientras se afanan por lo imposible. / Unos esperan a que venga el da, / y otros a que el ao se termine, / y no hay mortal que dude que, en un tiempo, / poseer la riqueza y la alegra. / Sin embargo, a uno la vejez odiosa / se le adelanta antes de la meta, y a otro / hiere de muerte funesta enfermedad; / a otro golpea en la guerra el enemigo / y Hades lo conduce al reino oscuro. / El mercader, zarandeado por la tormenta / y las olas del purpreo mar, / se ahoga: lo que daba su vida se la quita; / otros se atan el lazo de la cruel muerte, / huyendo del sol por el querer propio. / Nada hay libre del mal. Innumerables / calamidades e imprevistos males / caen sobre el hombre. Mas si me escuchas / no iramos tras el mal que da dolor / ni daaramos con el deseo nuestro nimo. (Frag. 1) Pues es tan largo el tiempo, estando muertos, / y vivimos tan malos, pocos, aos(Frag. 3) Dios hizo, desde el principio, diferentes /las razas de las mujeres, a una / la hizo de la cerda, en cuya morada, / llena de porquera, todo est revuelto / y disperso por el sucio suelo. / Ella misma, sin lavar y desastrada, / engorda recostada en el estircol. / A otra, la hizo de la astuta zorra; / todo lo sabe y nada le es extrao, / tanto lo que es bueno como lo malo, / pues lo que dice es, a veces, cierto / y, otras, equivocado. Su humor es cambiante. / A otra hizo de la perra, excitable, materna, que todo lo oye y quiere saber, / mira en todos los rincones, y doquiera / revuelve y ladra aunque no haya nadie. / Su hombre no la tranquiliza con avisos, / ni aunque, furioso, coja una piedra y le rompa un diente, si con suaves palabras, / ni cuando se sienta con extraos; / imperturbable sigue su ladrido intil. / A otra la formaron los olmpicos / y la dieron al hombre hecha de tierra, / tullida; no sabe de lo malo ni lo noble, / y, aparte de comer, no sabe nada. / Ni, aunque est helando, sabe acercarse al fuego. / La otra viene del mar; tiene dos caras. / Un da se re y est contenta, / y el extrao que llega le dice: / Nadie ha visto otra mujer como sta, / ni tan acertada, ni tan hermosa. / Pero no soporta que otro la mire, / inaccesible e intratable como / un perra que est con su camada. / con todos, amigos y enemigos, / se comporta con brusquedad y desagrado. / Y como a veces el mar est tranquilo / y es grato placer al navegante / en tiempo de verano, mas de pronto / ruge con rabia y poderosas olas: / as es esta mujer con su inestable / humor y cambiante naturaleza. Otra es como el asno gris y testarudo/ Otra cual comadreja Otra viene de una yegua opulenta / y rubia, que los trabajos inferiores / deja a los otros; ni toca el molino / ni toma la criba, ni la casa limpia, / ni se sienta al hogar porque se mancha. / Al marido seduce por la fuerza. / Cada da limpia el cuerpo dos veces / y a veces tres, y se unta con mirra. / Siempre el cabello espeso bien peinado / adornado con flores de colores. / es un buen espectculo para otros, / la tal mujer, mas no para el marido, / a no ser para un noble o un tirano, / que con seres lujosos se recrean. / Otra viene del mono / Y otra de la abeja, feliz su dueo. / Es la nica exenta de reproche, / pues que con ella prospera y crece / el hogar, y amando y amada, envejece / junto a su hombre, con hermosos nios. / Entre todas las mujeres, destaca / y la divina gracia la rodea. / No le gusta charlar con la mujeres / que conversan de hombres y de lechos. / esas son, por bondad y por prudencia / las hembras que Dios concede, si le place. / Las otras, por malicia de los dioses, / son una carga duradera para el hombre,/ pues el mayor de los males que Zeus / hizo es la mujer, que aunque parezca / til, del que la tiene es una plaga. / Quien con mujer vive no pasa el da / y la tarde tranquilo y sin fatiga, / ni es capaz de expulsar de casa el hambre, terrible compaero, siniestro dios. / Y cuando el hombre cree tener causa / de alegrarse por razones humanas / o divinas, ella encuentra motivos / para crticas, rias y reproches. / Pues no hay husped que sea 4

bienvenido / ni bien considerado, si hay mujer. / Y la que tiene el aire ms virtuoso / es justamente la que ms dao hace / en cuanto el hombre se descuida y, luego, / los vecinos se ren del engao. / Todos ensalzarn la mujer propia, / criticando la ajena y, sin embargo, / es pareja la suerte para todos. / Pues el mayor de los males que Zeus / hizo es la mujer, una perpetua / cadena. Tantos guerreros recibe / el Hades, de combates por las hembras. / (Cuando el jefe triunfante volvi a casa, / astuta lo mat la esposa infiel.) (Frag. 7)

También podría gustarte