Programa para El Tratamiento de La Dislexia. (Neva Milicic)
Programa para El Tratamiento de La Dislexia. (Neva Milicic)
Programa para El Tratamiento de La Dislexia. (Neva Milicic)
Programas para el
tratamiento de la Dislexia.
Mayo, 2008.
ÍNDICE
Introducción (2)
Contextualización: Dislexia como un trastorno específico del aprendizaje (3)
Etiología de la dislexia (5)
Los procesos implicados en el aprendizaje de la lectura y sus fallas en la dislexia (8)
Diagnóstico de la dislexia (15)
Características principales de las dislexias (16)
Aspectos a abordar en el diagnóstico de la dislexia (18)
Intervención desde la psicología cognitiva (20)
Programas de intervención (21)
Descripción de algunos programas remediales (24)
I. Programa de Entrenamiento Clásico (24)
II. Programa Verbal- Auditivo- Musical (V.A.M.) (25)
III. Tratamiento de Bakker (27)
IV. Programa para desarrollar el conocimiento metafonológico en los cursos
de preescolar (28)
Conclusión (30)
Referencias (31)
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INTRODUCCIÓN
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Contextualización: Dislexia como un trastorno específico del aprendizaje
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A. El nivel de lectura, medido individualmente por tests estandarizados de capacidad
lectora o comprensión, está substancialmente por debajo de lo esperado con relación
a la edad cronológica, a la inteligencia medida y a la educación apropiada para la
edad.
C. Si existe un déficit sensorial, las dificultades para la lectura son superiores a las que
habitualmente van asociadas con dicho déficit.
Por otro lado, el Comité de Dislexia del Consejo de Salud de los Países Bajos
define la dislexia del siguiente modo: “La dislexia está presente cuando la
automatización de la identificación de palabras (lectura) y/o la escritura de palabras no
se desarrolla o se desarrolla de forma muy incompleta o con gran dificultad” (Artigas,
2003).
Por un lado, las investigaciones no han encontrado una relación directa entre el
CI y las dislexias, demostrando que la dislexia se puede producir en niños con distintos
niveles intelectuales. Así mismo, algunos estudios han evidenciado que los déficit a
nivel fonológico y ortográfico no difieren entre niños normales y aquellos con retardo
mental (Bravo, 2000).
Por otro lado, si bien muchos estudiosos y tratantes de la dislexia reconocen las
evidencias anteriormente nombradas, han preferido establecer como requisito en el
diagnóstico de este trastorno, la ausencia de retardo mental. Este requisito implica
descartar el retardo intelectual como causa del atraso en lectura.
Para efectos de este seminario, nos guiaremos según la definición planteada por
Bravo, quien dice que la dislexia es un “desorden específico en la recepción, en la
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comprensión y/o en la expresión de la comunicación escrita, que se manifiesta en
dificultades reiteradas y persistentes para aprender a leer. Se caracteriza por un
rendimiento lector inferior al esperado para la edad mental, el nivel socioeconómico y el
grado escolar, sea en los procesos de decodificación, de comprensión lectora y en su
expresión escrita” (Bravo, 2005, pp.41-42).
Autores Clasificación
Border (1973) Dislexia disfonética
Dislexia diseidética
Dislexia mixta
Bakker (1979) Dislexia L (lingüística)
Dislexia P (perceptual)
Dislexia M (mixta)
Mattis (1975) Dislexia con alteración primaria del lenguaje
Dislexia con trastorno articulatorio-grafomotor
Dislexia con trastorno visuoperceptivo
Baddeley (1982) Dislexia superficial
Coltheart (1983) Dislexia fonológica
Temple (1983) Dislexia profunda
Marshall (1984)
Etiología de la dislexia
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Bravo (2005) plantea que el retraso en el aprendizaje de la lectura puede deberse
a múltiples factores, desde el nivel socioeconómico hasta características de interacción
en los procesos de enseñanza. Sin embargo, investigaciones han mostrado que existen
características que son constantes entre los niños con deficiencias en la lecto-escritura.
Estas características apuntan a procesos del lenguaje y a la conciencia fonológica.
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simetría atípica – igualdad en ambos lados – o una asimetría revertida. En aquellos con
simetría, se encontró menor comprensión lectora, mientras que en aquellos con
asimetría revertida se encontró una dificultad para decodificar las palabras. (Hynd y
Cohen, 1991 citado en Bravo, 2000).
8
actividad cgnitiva –desde el HD al HI – se produce entre los seis y ocho años de edad y
coincide con el aprendizaje de la lectura. En los disléxicos, esta secuencia sufre
alteraciones que originan el desarrollo de estrategias hemisféricas equivocadas para leer
en un caso, con la persistencia del procesamiento espacial en la decodificación (dislexia
perceptiva, P), y en el otro, con una aplicación prematura d estrategias verbales (dislexia
ligüística, L)” (Bakker, 1992 citado en Bravo, 2000).
Al ser la dislexia un trastorno del aprendizaje específico del la lectura, sus fallas
pueden encontrarse en los distintos niveles del desarrollo de la lecto-escritura. Para
describir estos niveles, nos basamos en el modelo propuesto por Firth (1985, citado en
Artigas, 2003).
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b) Estadio fonológico/alfabético o proceso de decodificación fonográfica: A medida
que el niño tiene que aumentar su repertorio de palabras, estas ya no pueden ser
leídas por el mismo mecanismo, pues las variaciones entre unas palabras y otras ya
no son tan aparentes. Es así como debe desarrollar una conciencia fonémica
(Artigas, 2003). Ésta consiste en la toma de concienca de las diferencias auditivas
entre las palabras para la determinación de su significado, y es un requisito previo a
la enseñanza de la lectura. De ella depende la posibilidad de efectuar una
pronunciación correcta y poder así entender su significado. No basta con reconocer
visualmente los signos gráficos, ya que también hay que asociarlos con la memoria
auditiva de su pronunciación. En este caso, la decodificación de las secuencias
gráficas no conduce al léxico o “diccionario interior” del lector (Bravo, 2000).
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donde existe una correspondencia entre grafema y fonema siempre regular, este
fenómeno es menos aparente (Artigas). Como ya se ha dicho previamente, ésta es la
causa de una diferencia en la determinación de la prevalencia de la dislexia en los
distintos países.
Las formas de fallo mixtas hacen referencia a los casos en los que no existe
un patrón "fonológico" u "ortográfico" claramente definido (Artigas, 2003).
Además de los fallos descritos en los distintos niveles del proceso de aprendizaje
de la lectura, existen otros déficit cognitivos más específicos de la dislexia que
requieren mencionarse por separado:
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normales y disléxicos reside en la destreza del niño para codificar la información
fonológica en la memoria de largo plazo y en la velocidad con la que puede ser evocada.
La velocidad y exactitud para efectuar el procesamiento fonológico tiene un efecto
directo en el éxito para el aprendizaje de la lectura. Algunos niños disléxicos utilizan
como alternativa la memoria visual para compensar sus déficit en memoria fonológica,
pero se ha visto que necesitan más tiempo para hacer la asociación correspondiente, lo
cual produce menor comprensión y una lectura lenta. Este es un dato que sirve para
evitar recargar a los niños con estímulos visuales durante el proceso de rehabilitación
(Bravo).
Por ejemplo, un estudio de Geiger & Lettvin (Everatt, 1999) muestra que niños y
adultos con dislexia fueron capaces de aprender una nueva estrategia visual que
mejoraba fuertemente su habilidad para leer. Este aprendizaje fue resultado de practicar
un régimen propuesto, el cual consistió en un entrenamiento de habilidades motoras y la
formación de una nueva estrategia de operación.
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Continuando con los trastornos perceptuales, puede decirse que el niño no puede
simbolizar con letras lo que no puede discriminar, producir y recordar. Un estudio
realizado por Breznitz, Gordon & Shaul (2003) demostró que los disléxicos de todas las
edades procesan la información visual más lentamente que los lectores normales. Esta
lentitud ocurre en las etapas tempranas de la atención, discriminación del estímulo y
detección de la forma, tanto en las modalidades visuales como auditivas, al igual como
ocurre en las etapas posteriores de evaluación del estímulo, categorización y
recuperación de la información en la memoria de trabajo, y en el procesamiento
semántico. A continuación se detallan cinco alteraciones de la percepción que pueden
encontrarse en los disléxicos.
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la información ortográfica, pues depende de la exactitud en la percepción y en la
memoria visual, junto con el reconocimiento lingüístico que tienen los signos
ortográficos (Bravo, 2005). Por ejemplo, la información visual ortográfica que
distingue la v de la b, ayuda a determinar el significado de la palabra “bienes”
versus “vienes”. Otro ejemplo es el desconocimiento de los acentos, que en este
caso no es un déficit en la percepción visual, sino en el uso del significado que
tienen, como percibir la diferencia entre “tu” y “tú”.
• Agnosia temporal: “La gnosis temporal reúne dos condiciones: por un lado, la
capacidad innata del cálculo del tiempo que ha transcurrido y, por el otro lado, la
influencia de lo aprendido con relación a las nociones de hoy, ayer, mañana, los
días de la semana, etc. Si falla la noción temporal, el niño cometerá errores en la
secuencia de las letras que forman las palabras, así como omisiones, inserciones,
inversiones y cambios en el orden de las letras en las palabras” (Etchepareborda,
2002, p.14).
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Por último, otro conjunto de trastornos encontrados en la dislexia son los
trastornos motores. Los disléxicos suelen ser torpes y se caen con facilidad porque
tropiezan y tienen poco equilibrio. Presentan dificultad para actividades cotidianas
como vestirse, abotonarse, anudar, coger el lápiz o dibujar. (Etchepareborda, 2002).
Dentro de los trastornos motores se encuentran:
A partir de todo lo visto en este apartado, se puede concluir que los déficit
cognitivos de la dislexia pueden encontrarse en las distintas etapas del desarrollo del
aprendizaje lector, con especial énfasis en el procesamiento fonológico. Y que además
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existen otros déficit que pueden clasificarse dentro de tres grupos: los fallos en la
memoria verbal de corto plazo, los trastornos perceptuales, y los trastornos motores.
Diagnóstico de la dislexia
Sin embargo, y pese a que las primeras manifestaciones sean en las etapas pre-
lectoras, “en ningún caso es adecuado hacer el diagnóstico de dislexia antes de la edad
en que los compañeros con aprendizaje normal logran aprender, lo que establece un
umbral en la edad de 7 a 8 años – según sea el nivel sociocultural de la familia y de la
escuela – para efectuar este diagnóstico. Hacerlo antes de esa edad conlleva el riesgo de
confundir la dislexia con un retardo lector por causas maduracionales o ambientales”
(Bravo, 2000, p.798). Pero la catalogación de un niño como disléxico es distinto a el
despliegue de acciones preventivas ante detección de aquellas características que son
indicativas de una futura dislexia. Según Nieto-Herrera (1995, citado en
Etchepareborda, 2002, p.14), “el tratamiento ideal consiste en la detección de los niños
afectados cuando se encuentran en el jardín infantil, aunque a esa edad los signos de
identificación de su problema se hallan en fallos preceptúales o de praxis y, quizá, el
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término más apropiado sea el de predislexia, al no presentarse todavía el aprendizaje de
la lectura”.
Scarborough (1991 citado en Bravo, 2000) encontró que los niños que llegaron a
ser disléxicos se caracterizaban, a los 4 años de edad, por una “debilidad en el
lenguaje”, que se manifestó en menor desarrollo en el ordenamiento de las oraciones
(sintaxis oral), menor velocidad para nominar y retardo en la conciencia fonológica. Un
estudio retrospectivo de los mismos grupos señaló que muchos niños disléxicos
presentaron una insuficiencia persistente en la comprensión de oraciones. También
estaban casi 6 meses más atrasados que los lectores normales en la complejidad y
longitud de su lenguaje oral. Sin embargo, esta demora en el desarrollo del lenguaje
también estuvo relacionada con diferencias en los ambientes familiares entre los
grupos disléxicos y de lectores normales, especialmente la experiencia que tenían con
los libros y en la costumbre de escuchar cuentos. Estos antecedentes familiares indican
que, a pesar de los factores genéticos involucrados en las dislexias, también hay un
factor ambiental que incide en el desarrollo verbal de los niños en edad preescolar
(Bravo).
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dificultad para nombrar rápidamente algunos objetos o para recordar su nombre era
suficiente para predecir una dislexia de larga duración.
1. Retraso en el habla.
2. Inmadurez fonológica.
3. Incapacidad de rimar a los 4 años de edad.
4. Pronunciadas alergias y graves reacciones a las enfermedades infantiles, en
grado más intenso que la mayoría de los niños.
5. Imposibilidad de atarse los cordones.
6. Confundir palabras y conceptos direccionales.
7. Falta de dominio manual (invertir tareas que se realizan con la mano derecha y
la izquierda, entre una tarea y otra, o bien dentro de la misma).
8. Dificultad para realizar juegos sencillos que apunten a la conciencia fonológica.
9. Dificultad para aprender nombres de letras o sonidos del alfabeto.
10. Antecedentes familiares de dislexia o de trastorno por déficit de atención (TDA).
• Lectura:
- Lectura lenta.
- Falta de fluidez y vacilaciones con palabras polisilábicas o de uso poco
frecuente.
- Errores de equivalencia fonológica.
- Dificultades en el reconocimiento espacial de direccionalidad.
- Omisiones de palabras.
- Adiciones de palabras.
- Sustituciones no corregidas de palabras de diferente tipo: visuales y
derivacionales.
- Sustituciones de letras que llevan a una palabra inexistente.
- Identificación de la primera letra o segmento con cambio de la palabra.
- Dificultad en la comprensión de textos.
- La lectura silenciosa es superior.
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• Escritura:
- Dificultades para expresarse por escrito.
- Omisiones de letras o segmentos al interior de una palabra.
- Sustituciones de letras.
- Frecuencia elevada de errores ortográficos: Homófonos y no homófonos.
- Manejo inadecuado de la separación entre palabras.
• Rimas y síntesis: Se le pide al niño que repita rimas y frases, que haga síntesis de
palabras cortadas en sílabas y de palabras deletreadas letra por letra. La incapacidad
de realizar síntesis es un síntoma predictivo.
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• El reconocimiento del esquema corporal: Es muy importante. A los 4 años, el niño
debe ser capaz de reconocer diferentes partes de su cuerpo. A los 7, ya debe
reconocer detalles del esquema corporal como ser: párpados, mejillas, muñecas, etc.,
y también, reconocer las partes de un muñeco, imitar movimientos y, finalmente, el
dibujo de la figura humana.
• Las gnosias temporales: se refieren al conocimiento del hoy, del ayer y del mañana.
A los 6 años, el niño debería ser capaz de distinguir los días de la semana y, a los 8,
los meses del año; también, el reconocimiento del sentido rítmico del movimiento,
de la palabra y de la frase, con el acompañamiento, por ejemplo, de cada sílaba con
una palmada.
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Para determinar el subtipo de trastorno fonológico, proponen un conjunto de
cuatro pruebas clásicas en la evaluación del habla:
1. La repetición de sílabas;
2. El análisis fonológico de producción de palabras;
3. Las pruebas de percepción de fonemas, y
4. La prueba de consistencia de errores de pronunciación:
– Repertorio fonético.
– Procesos fonológicos.
– Percepción de fonemas.
– Prueba de consistencia.
– Repetición de sílabas.
– Análisis fonológico.
– Prueba de discriminación de fonemas.
– Prueba de reconocimiento de fonemas.
– Prueba de consistencia en la pronunciación.
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El modelo cognitivo de las dislexias puede servir como marco de referencia para
planificar las estrategias de diagnóstico y de rehabilitación, destinadas a mejorar la
decodificación lectora y la organización de la información verbal para la comprensión
del texto. Además, proporciona fundamentos para hacer una intervención
psicopedagógica destinada a desarrollar estrategias de organización del pensamiento
verbal, que puedan compensar, al menos parcialmente, el efecto producido por déficit en
los procesos intermediarios abordando la lectura como una totalidad. Esta intervención
psicopedagógica tiene como objetivo facilitar la transformación de los estímulos
visuales en significado verbal, y se puede efectuar tanto desde el acceso a los estímulos
gráficos como desde la activación de algunos procesos verbales superiores (Bravo,
2000).
Programas de intervención
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necesarios para la lectoescritura. Esta terapia debería iniciarse antes de que el niño
empiece a leer, e incluye el desarrollo de funciones complejas como son las gnosias,
praxis, ritmo, coordinación visuomotora, decodificación fonológica, entre otras”
(Etchepareborda, 2002). En países anglosajones y escandinavos se han propuesto
programas preventivos de intervención precoz, en miras de que el niño adquiera una
buena capacidad para identificar palabras, para lo que se necesita que tenga un dominio
fonológico que permita detectar fonemas, pensar sobre ellos y utilizarlos en la
construcción de palabras. Los programas consisten en dedicar 15 minutos diarios a
juegos en los que se utilizan rimas, capacidad de escuchar, identificación de frases y
palabras y manipulación de sílabas y fonemas. Después de someterse al programa los
niños muestran mejores capacidades que el grupo control en identificación de letras,
análisis fonológico y lectura de palabras sueltas (Artigas, 2005).
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segundo enfoque para el tratamiento pedagógico consiste en inducir a los niños a
que visualicen el análisis de sus propios procesos cognitivos –lo que facilitaría el
logro del descentramiento– y a que reconozcan los déficit y logros que cometen al
decodificar. Para ello, una estrategia inicial es enseñarles a preguntarse sobre el
posible mensaje del texto, después, sobre las palabras claves que debería tener para
su explicación, y terminar con su confirmación en la escritura. Este enfoque
privilegia el planteamiento dedicado a la decodificación y puede recomendarse en el
tratamiento de sujetos con mayor desarrollo del pensamiento verbal, una vez que
hayan adquirido las claves del procesamiento fonológico y no puedan aplicarlas
correctamente” (Etchepareborda, 2002, p.17).
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• Ha de estar orientado al problema. Es decir, la dislexia mejora mediante tareas
relacionadas con la lectura.
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– Ejercicios digitales.
Educación perceptual
Fundamentos filosóficos:
- La felicidad facilita el desarrollo de la persona: Si el niño está feliz va a hacer las
cosas con alegría, independiente de si la tarea es difícil o no.
- El niño no está solo con su dificultad: Los padres deben mostrar interés y apoyo.
Fundamentos psicosociales:
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- El autoconocimiento precoz de la dificultad por parte del niño facilita su
tratamiento: La conciencia temprana de la dificultad hace que el niño se prepare
anímicamente. Debe ser comunicado por personas cercanas como los padres.
- Los pre-requisitos para el aprendizaje de la lectura deben ser estimulados
tempranamente: Lo que compensará las mayores habilidades.
- El problema debe ser aceptado plenamente por el medio familiar y escolar del
niño.
- La dificultad debe ser compensada mediante áreas paralelas: Para evitar
problemas en el autoestima.
Nivel I: Para niños que no tienen acceso a la lectura o que presentan un nivel lector
bajo-medio: Consta de 4 unidades reunidos en un texto llamado “Pancho, el pulgón de
mar” y son historias que el protagonista va teniendo relacionadas con las experiencias
que vive el niño en esta edad. Son historias corta su que el niño lee o le leen ,
dependiendo del caso, apoyadas por la ejecución de pequeñas unidades rítmico
musicales, realizadas por el niño en un metalófono. Las notas musicales están
representadas por círculos de distinto color dependiendo de la nota, produciéndose
canciones mientras el niño interpreta la música.
Ejemplo
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Nivel II: Para niños con un conocimiento medio de la lectura y que pueden manejar
símbolos musicales más complejos. Similar al nivel 1 pero con una estructura musical
más compleja, en un texto llamado “Campeón, el zapato de futbol”. Tiene una temática
de mayor profundidad, acorde al desarrollo psicológico de los niños.
Nivel III: Para niños con un nivel lector alto, pero con secuelas de la dificultad en la
lecto-escritura, como problemas en la autoimagen y la adaptación al medio. Consta de
un juego teatral-musical llamado “Trenzas en el país de junto estar” con temáticas
relacionadas a los problemas que enfrenta un niño con trastornos de aprendizaje como
baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, necesidad de ser aceptado, etc.
Musicalmente tiene una estructura más compleja y y permite participar al niño tocando
algún instrumento y/o cantando. Posee rimas, rondas, ritmos y canciones. Es para niños
entre 6 y 12 años.
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Bakker ha propuesto unos métodos de tratamiento neuropsicológico que se basan en la
estimulación del hemisferio cerebral insuficientemente activo. (Cózar, 2008). Es decir,
en la estimulación del hemisferio izquierdo en los niños con dislexia tipo-P y en la
estimulación del hemisferio derecho en los disléxicos de tipo-L. Esta estimulación
hemisférica la lleva a cabo de dos formas diferentes:
b) Mediante una estimulación alusiva hemisférica. En este caso, el niño con dislexia
tipo-L tiene que leer un texto cuya tipografía se ha transformado de muy diversas
formas ( CasA,.perrO…) para hacer los textos más complejos perceptivamente,
mientras que los disléxicos tipo-P se les presentan textos con alguna palabra borrada
para que la adivinen en base al contexto semántico y fonético.
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grado de abstracción considerable: pensar en el significante de la palabra sin prestar
atención a su significado. Además, es necesario hacer operaciones de síntesis y análisis
del material verbal almacenado en la memoria de trabajo” (Etchepareborda, p.18).
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a) Estructura silábica de la palabra. – Según su naturaleza.
d) Recombinación fonológica.
– Síntesis silábica.
– Análisis silábico. – Omisión de sílaba final.
b) Identificación de sílabas. – Omisión de sílaba inicial.
– Omisión de sílaba central.
– Según su posición.
– Inversión de bisílabos.
– Según su naturaleza.
– Adición de sílaba final.
c) Comparación de sílabas.
– Adición de sílaba inicial.
– Según su posición.
Hemos podido ver que este trastorno tiene sus bases en una alteración a nivel
cerebral, produciéndose diversas anormalidades neuropsicológicas posibles de
evidenciar mediante la experimentación científica. Estas anormalidades tienen a su vez
su correlación en los procesos cognitivos que se llevan a cabo durante el proceso de
aprendizaje de la lecto-escritura, algunas de las cuales pueden situarse en los distintos
niveles del desarrollo de ésta, mientras que otras corresponden a déficit cognitivos que
son transversales a los distintos niveles. En este análisis, hemos podido fundamentar la
importancia del procesamiento fonológico, cuya alteración está a la base de las
dislexias.
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Por otro lado, hemos evidenciado la importancia del diagnóstico precoz de la
dislexia, junto con las características principales que lo permiten.
REFERENCIAS
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