Discurso Gabriel García Márquez
Discurso Gabriel García Márquez
Discurso Gabriel García Márquez
TÉSIS
De manera abierta en este discurso, el Nobel de Literatura explica a grandes rasgos la magnitud de la soledad de
América Latina, y lo hace con ejemplos claros. Habla de cómo y por qué, esta parte del continente ha sido
considerada fabulosa desde los tiempos del descubrimiento, cuando los cronistas relataban de manera fascinante y
en apariencia, fantasiosa, sobre lo qué se podía ver aquí. De igual forma lo hace hablando de la peculiaridad y la
alucinación de muchos presidentes y gobernantes de estas tierras y por supuesto no deja de lado el hecho de que la
violencia sigue latente. Tal remarcación en estos hechos lo lleva a adentrarse en el tema de la identidad
latinoamericana y de su choque con el mundo europeo, pues ha sido difícil que Latinoamérica con su historia, su
presente, sus matices, sus características y hasta su literatura, sea comprendida por Europa, pues de algún modo tal
realidad es tildada de “descomunal” y tal calificativo la hace increíble, inverosímil y se piensa que es una realidad que
no sale del papel, pero es la realidad que determina la vida de los latinoamericanos. Esto desemboca en la poca
solidaridad con la sociedad latinoamericana y en la pretensión de medir nuestra realidad con la misma vara a otras
realidades, y en este sentido, el escritor aclara que “los estragos de la vida no son iguales para todos”.
Finalmente después de entrar en la magnitud de la soledad de Latinoamérica y hacer su reflexión histórica y literaria
al respecto, el autor aprehende el premio como una recompensa para este lado del continente y un premio a la
poesía, que es, como lo dijo Luis Cardoza y Aragón, “la única prueba concreta de la existencia del hombre”.
OBJETIVO GENERAL
Dar a entender y conocer la realidad y la identidad latinoamericana más allá del papel y la literatura.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
En la ceremonia del Premio Nobel, su discurso adquiere relevancia por cuanto trata el tema de la soledad. Titulado
"La Soledad en América Latina", representa la forma que tiene García Márquez de ver el mundo; entre otras cosas
dijo:
"Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido
la atención de la Academia Sueca de la Letras. Todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que
pedirle (...) a la imaginaciónporque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos
convencionales para hacer creíbles nuestra vida. Éste es el nudo de nuestra soledad".
Así también concluyó formulando un deseo: el de "una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda
decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las
estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra".
Con esta última frase lo que hace es refutar el fin de su novela, que dice: "... porque las estirpes condenadas a cien
años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra". Entonces, ¿está representada en Cien Años de
Soledad la historia de a humanidad? Diría que sí, ya que todos los países han pasado por las mismas cuestiones a lo
largo de su historia. No es de extrañar que represente también a Colombia, su país natal, pues también ha sido
gobernada por distintos grupos políticos entre los que se incluyen los conservadores y liberales, hecho que provocó
diferentesconflictos, como por ejemplo, guerras civiles, levantamientos y crisis sociales.
El texto “La soledad de América Latina” consiste en unas 2450 palabras distribuidas en 15 párrafos. El texto es breve
pero toca muchos temas. En resumen, el autor dice que América Latina ha sido considerada fabulosa desde el
tiempo del descubrimiento; ha tenido presidentes y gobernadores alucinados; la violencia sigue ubicua; los europeos
no entienden la literatura latinoamericana y tampoco se solidarizan con la innovación social latinoamericana como
deberían hacerlo; el autor entiende el premio Nobel como una recompensa para todo el continente a la vez que cree
que es un premio a la poesía.
Título. Hay alusiones al título “La soledad de América Latina” dentro del texto. Obviamente, el autor
considera argumentativo su texto porque dice “Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad” (X; una
frase similar en VI). Sin embargo, como veremos, el autor no observa las reglas de un texto
argumentativo sino que busca más bien un efecto emocional.
Manera de entender la situación de entrega del premio y teoría de la novela del autor. El autor dice que
entiende que el premio se da a toda América Latina y que se da como consuelo por los infortunios del
continente. Es curioso decir esto ante una academia que le ha otorgado un premio literario a él
personalmente. También es curioso hablar de un premio no a la literatura latinoamericana sino al
continente. Esta interpretación del autor explica por qué éste dedica tanto espacio a unas informaciones
generales sobre el continente, informaciones cosechadas de diferentes fuentes, de diferentes países y de
diferentes siglos. Sin embargo, el autor también cree que el premio se otorga a la poesía, otra afirmación
curiosa por dos motivos: el autor ha recibido el premio como novelista y la afirmación contradice la
afirmación anterior del autor.
La teoría de la novela de García Márquez es que Latinoamérica es tan fabulosa que el escritor
latinoamericano solo necesita contar lo que ve. Para el autor, lo literario es dar una estructura y un tono a
este material que proporciona la realidad.
Análisis del contenido. El texto es fragmentario: de las crónicas de las Indias el autor salta a unos datos
pintorescos de la historia del siglo XIX, a las dictaduras del siglo XX, a la entrega del premio para
terminar hablando de la poesía. Además, llama la atención la vaguedad de las referencias y que hable
tan poco de la literatura. Hay muchos datos “originales” en este texto. Para empezar, es que es poco
frecuente en la entrega de un premio atacar a los que han otorgado la distinción en cuestión. El autor
empieza hablando de una esencia latinoamericana:
Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil
entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de
sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos (VII).
El autor parece tener una teoría sobre el hombre, una antropología, basada en que tenemos una
esencia que difiere según nuestro origen. Ésta no es una actitud compartida por los antropólogos de
nuestro tiempo que no hablan de esencia sino de costumbres culturales cambiables. No hay pruebas de
lo que el autor llama una contemplación “extasiada” europea de la cultura europea. Al revés, el premio
que ha recibido es prueba de que los europeos leen y admiran a no europeos.
Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos,
sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la
identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La
interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez
más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable
sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado (VII).
Son afirmaciones no probadas y, además, contradictorias. Por un lado, el autor afirma que los
europeos usan medidas universales, lo cual no le gusta pero, por otro lado, reclama que midan a los
latinoamericanos con las mismas medidas que se utilizaban en épocas pasadas europeas. No está
demostrado que haya diferentes esquemas, de los cuales algunos serían “ajenos”, para evaluar a
América Latina. Tampoco se ha demostrado que esa posible interpretación contribuya a hacer más
desconocidos a los latinoamericanos ni menos libres ni más solitarios. Llama la atención que el autor
adjudique la responsabilidad por América Latina a los europeos. Tampoco se ha demostrado que Europa
no sea comprensiva. Al revés, el autor acaba de recibir un premio, según él, para compensar a América
Latina por sus infortunios. Finalmente, el autor usa el adjetivo “venerable” de manera condescendiente
como antes “racionales”.
Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300
para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos
antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos
suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos,
ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna (VII).
El autor enumera datos históricos elegidos de manera ecléctica. Los oyentes no tienen ninguna
posibilidad de saber si son ciertos o no pero, más importante: ¿qué importancia tiene cuándo Londres
construyó su primera muralla o nombró al primer obispo? Parece curioso afirmar que Roma se haya
debatido “en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos”. ¿A qué se refiere el autor? Además, las
ciudades no se “implantan” en la historia. ¿Y qué tiene que ver el origen étnico del rey en cuestión? Al
final, intercalada, hay una mención de dos productos suizos de exportación que no tienen nada que ver
con los soldados del siglo XVI. El texto es incoherente.
No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte
casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que
los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más
humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos (VIII).
Aquí se habla de una unión entre el norte y el sur, cuando el resto del discurso subraya las diferencias
entre Europa y América Latina. La mención de “casto” y “apasionado” no tiene nada que ver en el
contexto. El autor habla de “europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria
grande más humana y justa”, una frase muy ambigua. Luchar por una patria más grande puede ser
bueno o malo según el contexto y no siempre se crean así países más humanos y justos.
Las palabras vagas pueden leerse también como referencias a la opción política preferida por el autor,
el castrismo:
La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete
con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en
el reparto del mundo (VIII).
La expresión “los sueños” podría leerse como los sueños de tener más Cubas en América Latina y el
“respaldo legítimo”, expresión curiosa, quizá se podría interpretar como respaldo diplomático
internacional. Tanto para muchos europeos, que han tenido al comunismo real muy cerca, como para
muchos latinoamericanos, tener más Cubas podría ser una pesadilla. Los demócratas no suelen hablar
de la “ilusión” de un pueblo sino de diferentes partidos que aspiran a ganar las elecciones y tampoco
suelen hablar del “reparto del mundo” sino de los resultados de las elecciones.
América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico
que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental
(IX).
El autor parece polemizar contra un enemigo al que no quiere nombrar. ¿Quién ha dicho que América
Latina tiene que ser “un alfil sin albedrío” y no “independiente” y “original”? O bien esas palabras no
tienen ninguna referencia clara o bien en realidad con ser “independiente” y “original” para el autor quiere
decir castrista. Si es así, el autor no demuestra una actitud democrática porque podría haber
latinoamericanos que quieran elegir otras opciones políticas. Además, si la interpretación es ésta, ¿por
qué una América Latina castrista sería una “aspiración occidental”?
¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus
países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones
diferentes? (X)
¿En qué métodos estará pensando el autor? Ya que las elecciones constituyen un método muy usado,
¿los métodos “distintos” serían un Estado de partido único sin elecciones?
¿Qué quiere decir aquí el autor? ¿Quién ha dicho que las injusticias sean una “confabulación” urdida a
tres mil leguas de América Latina? El autor llama “infantiles” a “muchos dirigentes y pensadores
europeos” sin decir cuáles serían ni qué habrán dicho y, por eso, la afirmación no se puede evaluar.
Parece incluir una comparación con otros líderes, ¿pero cuáles? El autor se pronuncia como si solo los
latinoamericanos hubieran concebido la idea de no vivir “a la merced de” las superpotencias. Al final, el
autor se dirige al público con el vocativo “amigos” y pretende haber explicado en qué consiste la soledad
latinoamericana pero ¿qué ha explicado?
Vamos a dejar aquí la recolección de ejemplos con la constatación de que el texto es incoherente. Lo
único claro es que el autor siente antipatía por Europa y que, atacando a Europa, se presenta como el
defensor de América Latina. Todo lo mencionado en conexión con lo no latinoamericano es negativo.
Palabras vagas o ambiguas. Para que un texto sea comprensible, primero hay que asegurarse de la
significación de los términos utilizados. García Márquez utiliza palabras como “soledad”, “sueños”,
“independiente”, “original” y “respaldo” en una manera que difiere de la normal y que por eso exigiría una
explicación.
Afirmaciones sin probar. Son muchas, y si hay afirmaciones sin probar en un texto, esto hunde un
razonamiento.
Comparaciones. Si se utilizan comparaciones, el lector tiene que estar convencido de que son
legítimas. Ya que García Márquez salta entre países, épocas y temas no convence a sus lectores.
Exageración. Una argumentación válida no debe basarse en exageraciones. En este texto, las
exageraciones son muchas, por ejemplo la contemplación “extasiada” de la cultura europea.
Non sequitur. El término se utiliza cuando la conclusión no se deduce de las premisas. Los datos que
enumera García Márquez no demuestran a qué se debe lo que él llama la “soledad” de América Latina.
Pista falsa. La pista falsa es introducir datos que no tienen que ver con la argumentación. Aquí los
datos mencionados por el autor no contribuyen a probar la “soledad” de los latinoamericanos.
Ad misericordiam. Es un error de argumentación que consiste en apelar a la compasión del lector más
que a su entendimiento. García Márquez dice que cree que el premio se otorga a su continente para
desgravarlo por sus infortunios.
El uso de autoridades. El autor menciona a Neruda, Mann, Faulkner y, en las últimas palabras del
discurso, a un escritor latinoamericano poco conocido. García Márquez no apoya su argumentación en
las declaraciones de los autores en cuestión sino que el autor parece pensar que su propio nombre es
garantía suficiente.
Explicaciones alternativas. Para que una argumentación sea convincente, es necesario mencionar
todos los argumentos a favor y en contra de la tesis en cuestión. En este caso, García Márquez pretende
haber explicado la “soledad” de América Latina sin mencionar la responsabilidad de los propios
latinoamericanos.
Hombre de paja. Es un método que consiste en adscribirle a alguien ciertas características y después
enjuiciar a la persona por tener esas características. En el discurso, García Márquez adscribe una serie
de características a los europeos y después los critica.
Ad ignorantiam. Consiste en presentar una argumentación tan parcial que solo podría convencer a los
ignorantes. ¿No es lo que hace García Márquez?