Construcción de Conocimiento y Desarrollo de Competencias
Construcción de Conocimiento y Desarrollo de Competencias
Construcción de Conocimiento y Desarrollo de Competencias
Desde hace ya varios años, hemos venido investigando sistemáticamente las formas
concretas mediante las cuales el ser humano construye el conocimiento que funda sus
acciones en el corazón mismo de la realidad que habita. Pequeños pero significativos
hallazgos se nos habían venido acumulando a través de estos años, proporcionándonos
así, la oportunidad de ir construyendo poco a poco un solo esquema de este apasionante
fenómeno, sin embargo, no fue sino hasta concluir nuestra larga, dificultosa y compleja
investigación sobre la forma como los alumnos universitarios construyen conocimiento en
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los llamados “viajes de estudio”
, que logramos articular de forma precisa y completa todas
las piezas de este proceso de forma tal que el esquema resultante nos permite ahora poner
en una secuencia explicativa: 1) la realidad como punto de partida epistemológico; 2) las
emociones como puerta de entrada al proceso; 3) las operaciones cognitivas como un
procesador por excelencia; 4) el optar humano como espacio sagrado de libertad; y 5) las
hoy día tan populares competencias como producto final. El valor de este artículo, creemos
nosotros, no estriba tanto en las precisiones del funcionamiento de cada parte -cosa que
otros muchos autores ya han hecho mucho mejor por separado- sino, sobre todo, el
haberlas podido articular en una sola estructura epistemológico-existencial-educativa de
forma consistente y –creemos- completa. Vayamos a ello.
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En el verano del 2007, 69 alumnos universitarios viajaron junto con 5 maestros a la India realizando cada
uno de ellos, antes, durante y después del trayecto, un proyecto académico personal aprobando con ello una
materia de 20 créditos: “Entorno urbano y cultura”. El proceso a través del cual los alumnos construyeron
conocimiento y desarrollaron competencias, fue motivo de una investigación cuyo análisis y síntesis nos llevó
tres años. Las conclusiones respondían a la pregunta de investigación planteada en el protocolo de la misma:
¿cómo construyen conocimiento y desarrollan competencias los alumnos universitarios durante estos viajes
de estudio?.
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Secuenciadel proceso:
A partir de una realidad que se deja sentir emocionalmente y desde la organización de
esquemas de entendimiento
y acción que se han desestabilizado, se desarrollan unas
operaciones cognitivas que a su vez movilizan información, valores, habilidades y actitudes,
para optar, por re-producir una vieja competencia, mejorarla o producir una nueva, siempre
como respuesta de adaptación al mundo.
Esta secuencia, conviene ahora desglosarla en partes para poderlas referir al esquema que
hemos mencionado y así articularlas en él, en los términos de una estructura
epistemológico-existencial-educativa integral.
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Todo proceso de aprendizaje, por ser, precisamente
aprendizaje
de , moviliza información,
valores constituidos, habilidades y actitudes; y lo hace siempre a partir de una primera
impresión de realidad, es decir, a partir de una demanda de ésta hacia el sujeto, misma que
lo obliga a construir una respuesta adaptativa propia y por tanto conocimientos nuevos: son
estos conocimientos construidos los que fundan la acción del sujeto pero los mismos que
desaparecen de inmediato quedando sólo una nueva organización de esquemas y un
sujeto readaptado. Ahora bien, independientemente de este debate a propósito de qué
tanto dura el conocimiento como tal, es la realidad misma –siempre- la que se nos devela
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Lo que comúnmente llamamos conocimientos adquiridos, en realidad son datos, información, esquemas, etc,
puesto que, si somos consecuentes con el marco constructivista, el conocimiento no existe ni dentro ni fuera
del sujeto. La clarificación de este punto ameritaría un debate muy amplio cuestión que no es objetivo de este
artículo. Sin embargo, referimos aquí como fundamento las tres páginas en que Piaget aborda la cuestión en
detalle. (Piaget, Jean (1970), La epistemología genética, A. Redondo Editor, Barcelona, España,
pp. 8, 14,
116 y 122-130)
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Durante los años que venimos investigando la forma como el ser humano construye
conocimiento, hemos observado, de muy diversas maneras, que es la organización de
esquemas de entendimiento de la realidad y acción sobre ella, como quiera que ésta sea
concebida, la que, al encontrarse con las necesidades preexistentes del sujeto, puede
entrar en un conflicto afectivo-cognitivo produciendo una nueva forma de adaptación. Esta
confrontación de la propia organización de esquemas con la realidad cuando demanda una
organización distinta, produce una desestabilización en la misma que obliga al sujeto a la
re-organización, y por tanto, a tener que movilizar la información, los valores, las
habilidades y las actitudes necesarias a fin de actualizar los esquemas ya mencionados
consiguiendo con ello restablecer el equilibrio perdido.
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También he mos observado que, durante los procesos de pensamiento de un sujeto que se
encuentra en construcción de conocimiento, y antes de que las movilizaciones afectivas y
los desequilibrios en la organización de esquemas se convirtieran en acciones concretas,
en el cerebro tienen lugar una muy variada cantidad de operaciones cognitivas que son las
responsables del proceso imaginativo-concreto y abstracto-lógico (es decir ambos
hemisferios cerebrales en funcionamiento sistémico), mismas que preceden la elección
última de la acción. Estas operaciones cognitivas suceden –por decirlo de alguna manera-
en silencio, interiormente, y suelen ser confundidas por maestros, académicos y
capacitadores, con frecuencia, con las competencias. Las operaciones cognoscitivas,
desprovistas todavía de una acción resultante, sólo son aquí procesos puntuales de
pensamiento en los términos que conocemos a propósito del funcionamiento de los
hemisferios cerebrales.
constructivismo y por tanto nos hemos visto obligados a develar su naturaleza migrando
hacia la antropología filosófica y las filosofías de la existencia. Nos referimos al momento
supremo en que, justo antes de reproducir una vieja competencia, mejorarla o producir una
nueva, el ser humano tiene que crear su ámbito de posibilidades a partir de la realidad que
tiene enfrente yoptar por una entre muchas acciones posibles (incluyendo entre ellas no
hacer nada). Es el espacio sagrado de la libertad fundamental donde el ser humano no solo
construye conocimiento para resolver el mundo sino que haciéndolo se construye y se
resuelve a sí mismo como persona. Es el momento de la apropiación de la posibilidad
elegida, y por tanto realizada. Optar, para el ser humano, no es opcional. El ser humano no
puede optar por no hacerlo, porque al optar por no optar –paradójicamente- esta ya
optando. El ser humano no puede elegir no ser libre porque al elegirlo lo hace desde una
libertad fundamentalmente propia. Aquí hay un debate que hemos abordado en otros
escritos, pero que conviene dejar acotado: libertad no es lo mismo que liberación, más bien
es, precisamente, porque el hombre es libre, que éste puede plantearse el problema de su
liberación3.
3
Ver tesis de doctorado en filosofía de la educación: Vargas Beal, Xavier La
(2004),
existencia y la identidad
personal en la relación educativa universitaria
, pp.79-82, enwww.uabhc.iteso.mx/material/htm
o en Biblioteca
de ITESO.
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8.- mejorarla…
Otras veces, las competencias adquiridas antes por los sujetos, no se encuentran
totalmente alineadas ni son suficientes para resolver las exigencias de la realidad y aunque
tales competencias son ya del dominio de los sujetos para resolver con ellas algunas
situaciones problemáticas, tienen que ser mejoradas, perfeccionadas en algún sentido en
tanto competencias y no sólo mediante pequeños ajustes como podría haber sido el caso
en el paso anteriormente explicado. Aquí se trata más bien de cambios estructurales en la
organización de esquemas, aun cuando tales modificaciones no sean demasiado
profundas. Ciertamente se trata del desarrollo de nuevas competencias solo que logradas a
partir de otras que ya habían sido desarrolladas antes. Es el caso –por ejemplo- de la
competencia necesaria para cambiar y reparar una llanta de trailer cuando ya se tenía
antes la competencia de cambiar y reparar las llantas del propio automóvil. Si bien no es lo
mismo y en el segundo caso habrá que alterar significativamente algunas de las
operaciones cognitivas y conductuales, las acciones involucradas no son radicalmente
nuevas ni distintas en esencia.
Con menos frecuencia en la vida cotidiana pero quizá con más en la escolar, la académica
y la profesional, el desarrollo de competencias nuevas es una exigencia constante. De eso
se trata fundamentalmente el aprendizaje significativo, sobre todo cuando éste se
encuentra situado de forma apropiada en la realidad. De modo que, es esta parte del
proceso de construcción de conocimiento y desarrollo de las competencias
, la que más
importancia reviste para las escuelas hoy día, desde la instrucción básica hasta el
posgrado. Es, por decirlo de algún modo, la culminación más alta y de mayor alcance del
proceso que venimos explicando. Académicamente hablando, imprime sentido práctico a la
reflexión en sus etapas de análisis y síntesis pues convierte los nuevos conocimientos
construidos en acciones concretas útiles al individuo y a los demás. Profesionalmente, ni se
diga; sobre todo si la profesión se entiende como aquella actividad que resuelve técnica y
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Por otro lado, debemos agregar que, si bien las exigencias de la realidad, tanto cotidiana
como académica y profesional, son, en muchos casos, totalmente nuevas y por ello
propician el desarrollo de nuevas competencias, también hemos observado que la
producción de una nueva competencia supone en muchos casos –si no es que en todos- la
incorporación de una gran cantidad de sub-competencias subordinadas, algunas ya
adquiridas antes, y en ese sentido, la nueva competencia no es del
nueva
todode forma
absoluta. Desarrollar la competencia –por ejemplo- para lograr escribir un buen ensayo,
supone la incorporación de muchas competencias específicas subordinadas: saber
estructurar un escrito, lograr párrafos bien redactados, imprimir un estilo literario propio,
lograr un buen cierre, etc., etc. En todos los casos, las competencias son en realidad un
entramado sistémico de muchas sub-competencias específicas articuladas unas con otras
de forma dinámica.
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