Derecho Positivo y Consuetudinario
Derecho Positivo y Consuetudinario
Derecho Positivo y Consuetudinario
Así, se entiende el derecho positivo como un derecho puesto o dado desde el Estado.
El positivismo jurídico se divide en formalista y sociológico. El primero estudia las
formas jurídicas y surge en el siglo XIX con dos escuelas como precursoras de esta
corriente: en Francia la Escuela Exégesis, y en Alemania la Escuela Dogmática
alemana. En cuanto al positivismo jurídico de carácter sociológico, estudia el impacto
del derecho positivo en la sociedad. Sus escuelas precursoras son en Francia la
Escuela Social francesa, y en Alemania el Movimiento del Derecho Libre alemán,
ambas del siglo XIX-XX.
Los derechos positivos, en plural, son por tanto conceptualmente diferentes de los
derechos naturales.
Derecho natural
Introducción
Las teorías sobre el derecho natural o la ley natural tienen dos vertientes analíticas
principales relacionadas. Por una parte, una vertiente ética y, por otra, una vertiente
sobre la legitimidad de las leyes.
La teoría ética del derecho natural o de la ley natural, que no son lo mismo, parte de las
premisas de que (1) El hombre es un fin en sí mismo (2) Los humanos son racionales y
(3) los humanos desean vivir, de seguir viviendo, y hacerlo de una manera adecuada.
De ahí, el teórico del derecho natural llega a la conclusión de que hay que vivir de
acuerdo con cómo somos, de acuerdo con nuestra naturaleza humana. Si no lo
hiciésemos así nos autodestruiríamos.
Eso supone que los seres humanos compartimos unas características comunes, una
naturaleza o esencia: unas características físicas y químicas, biológicas, psicológicas,
sociales y culturales, etc. Eso hace que las formas de vida que podemos vivir
satisfactoriamente no sean ilimitadas debido a nuestras necesidades.
Pese a ello, eso no quiere decir que toda teoría del derecho natural conduzca,
necesariamente, a que hay una sola forma de vida correcta para los seres humanos. Y,
en consecuencia, el derecho natural no sería un conjunto único de normas que no
tolera la diversidad en el significado de "vivir lo mejor posible".
Sin embargo, esa visión monolítica del derecho natural es muy corriente y depende de
un argumento falaz que John Finnis ha denominado el argumento de la facultad
pervertida.
Según dicha visión monolítica hay acciones malas simplemente porque no son
naturales, entendiéndose por no natural lo que viola los principios del funcionamiento
biológico humano. Por ejemplo, sin vida biológica no hay ser humano, por tanto
cualquier interferencia al curso libre de la vida biológica humana -matar a alguien con
electroencefalograma plano, abortar- sería malo se mire como se mire. Otro ejemplo
parecido es sobre la conducta sexual. Aunque la conducta sexual pueda dar placer no
sería para el placer, sino una forma de llevar a la procreación humana que, según esta
posición, sería el objetivo de la conducta sexual. Por tanto, el sexo solo podría
ejercerse para la procreación. La iglesia católica es uno de los principales sostenedores
de la teoría. Pero esta forma de entender el derecho natural hace depender la conducta
ética del aspecto biológico cuando, en sus orígenes, la teoría del derecho natural
subrayaba la racionalidad humana por encima de la biología.
Este aspecto de la racionalidad será retomado por el Estoicismo desde otro punto de
vista. La naturaleza humana forma parte del orden natural. La razón humana es una
chispa del fuego creador, del logos, que ordena y unifica el cosmos. La ley natural es
así, ley de la naturaleza y ley de la naturaleza humana y esta ley es la razón. Y esa
razón ha sido implantada por la divinidad (o los dioses). Como la razón puede
pervertirse al servicio de intereses fuera de la propia razón se decía que la ley natural
es la ley de la recta o sana razón.
De este modo, Cicerón (s. I a.C.) afirmará que para el hombre culto la ley es la
inteligencia, cuya función natural es prescribir la conducta correcta y prohibir la mala
conducta -es la mente y la razón del hombre inteligente, la norma por la que se miden
la justicia y la injusticia (Leyes, 1.VI). Cicerón escribe en el contexto de la formación del
Derecho romano, el cual es fundamental para la idea de Estado de derecho, y tiene
como fuente intelectual el Estoicismo.
Una definición más articulada de ley natural fue formulada por Ulpiano en el siglo III
d.C., en el Digesto (I,1,1,3).
A los cristianos no les costó mucho adaptar las ideas estoicas dada la vena teísta del
Estoicismo en general y de Cicerón en particular. En la Edad Media se dieron diversas
definiciones. Una de ellas fue ofrecida por Rufino (en el siglo XII) que buscó corregir la
definición de Ulpiano por otra: "el derecho natural es una fuerza de la creatura humana,
tomada de la naturaleza, que empuja a hacer el bien y a evitar su contrario" ( Summa
decretorum, d. I).
Por su parte, Tomás de Aquino partirá de la idea de Cicerón pero reformulará la idea de
ley divina: Dios ha establecido una legislación eterna para el mundo natural y el mundo
humano. Pero la plena comprensión de de esa ley divina está, con Aristóteles, en
marcha, es un proceso en movimiento y eso es lo que conocemos como ley natural.
La tutela teológica del derecho natural llegará a su fin en el siglo XVII cuando el
racionalismo se ocupe del derecho natural con autores como Hugo Grocio. En medio
de las guerras de religión europeas, estos autores intentan proporcionar un marco
moral para las naciones que garantice la paz:
“Ciertamente, lo que hemos dicho tendría lugar, aunque admitiésemos algo que no se
puede hacer sin cometer el mayor delito, como es el aceptar que Dios no existe o que
éste no se preocupa de lo humano.” De Iure Belli ac Pacis Libri Tres (Prolegomena, nº
11), 1625
De todos modos, esta posición no era radicalmente nueva, pues los jesuitas como
Francisco Suárez (1548-1617) ya habían afirmado la autonomía de la ley natural.
Fundamentos Antropológicos
Ley Eterna: Es la ordenación racional divina que dirige todo ser hacia su bien
propio mediante a inscripción de su fin en su naturaleza. Promulgada en la
Creación del universo.
Ley Positiva: Es la ley que ha sido promulgada por los hombres. Ordenación
racional destinada al bien común, promulgada por quien tiene a su cuidado a la
comunidad.
Ley Divina: Es la ley que ha sido revelada a los hombres por dios.
Dado que el hombre es el único ser en la naturaleza dotado de voluntad (facultad del
alma intelectiva, propia del hombre), el Derecho Natural le reconoce ciertos derechos.
El Derecho Natural busca permitir que todo hombre pueda desarrollar sus potencias o
facultades naturales. Contra la acusación de que el Derecho Natural confunde el ser
con el debe-ser, ha de entenderse que la finalidad del derecho natural (el debe-ser) es
permitir que los hombres desarrollen lo que tienen en potencia (aquello que aún no es y
puede llegar a ser).
Derechos Naturales
1. Derechos Reales: Otorgan un derecho (de dominio, uso, usufructo, etc.) sobre
toda cosa material que una persona haya excluído para sí a causa de un hecho
(como la ocupación de un bien no apropiado por otra persona o la transferencia
de un título de dominio)
2. Derechos Personales: Otorgan un derecho sobre toda acción debida por otra
persona a causa de una convención o contrato.
Derecho consuetudinario
Requisitos
Solo con la confluencia de estos dos elementos es que podemos considerar que nos
encontramos frente a una costumbre como fuente de derecho, es decir, fuente de
derechos y deberes.
Hasta el siglo XX, la costumbre internacional fue la fuente más importante del Derecho
Internacional, pues el Derecho Internacional Clásico era un derecho relacional entre los
Estados.
A partir del siglo XIX, con el paso de la coexistencia hacia la cooperación entre los
Estados, se ha acudido al Tratado Internacional para regular estas relaciones de
interdependencia creciente entre los Estados.
Concepto
Podemos, por lo tanto, diferenciar dos elementos en esta fuente del Derecho: por un
lado, el elemento material, que consiste en la práctica uniforme y continuada; por otro,
el elemento espiritual o psicológico, también conocido como opinio juris, que es la
convicción de que la misma resulta obligatoria jurídicamente.
Son muchas las Teorías que explican el origen y formación del Derecho Positivo, pero
a los fines de este trabajo de investigación, sólo nos limitaremos a la Teoría de los Tres
Círculos de Eduardo García Máynez, cuya teoría contiene una visión muy particular con
respecto al derecho positivo, al derecho natural y a la vigencia del derecho.
El citado autor sostiene que el orden vigente está compuesto por las normas legales y
las reglas consuetudinarias que el poder público reconoce y aplica, como también por
"los preceptos de carácter genérico que integran la jurisprudencia obligatoria y las
normas individualizadas (entre ellas resoluciones judiciales y administrativas, contratos,
testamentos, entre otras)".
El derecho natural nos dice García Máynez es un "orden intrínsecamente justo, que
existe al lado o por encima del derecho positivo..." La diferencia entre los dos "se hace
consistir en el fundamento de su validez. El natural vale por sí mismo en cuanto
intrínsecamente justo. El positivo es caracterizado atendiendo a su valor formal, sin
tomar en consideración la justicia o la injusticia de su contenido. La validez del segundo
se encuentra condicionada por la concurrencia de ciertos requisitos, determinantes de
su vigencia. Todo precepto vigente es formalmente válido.
Del texto citado podemos inferir que mientras el derecho positivo es de carácter formal,
se rige por principios preconcebidos, en su elaboración no se toma en consideración si
es bueno o malo, justo e injusto. Su aplicación determinará su carácter y validez. Al
añadir el concepto de validez, Máynez nos sugiere que la norma emanada del derecho
positivo para que surta efecto debe estar vigente, si no lo es carece de legalidad o
legitimidad. Por tanto es nula.
Asimismo, nos remite a la caducidad de las leyes que en el espacio y el tiempo deben
modificarse, actualizarse, para adecuarse a las circunstancias sociales que rigen.
Por otro lado, continua Máynez señalando a manera de aclaratoria que "las locuciones
derecho vigente y derecho positivo suelen emplearse como sinónimos", pero a su juicio
es indebida. La positividad es un hecho que estriba, nos dice, en la observación vigente
o no vigente. "La circunstancia de que una Ley no sea obedecida, no quita a esta su
vigencia...", puntualiza.
El Derecho Positivo visto así, sería el que se cumple o es eficaz, así no sea
privativamente válido (al referirse a lo justo) o explícitamente válido (al denotar
vigencia).
Máynez asume en su Teoría de los tres círculos que cada círculo lo constituye el
Derecho intrínsecamente válido, el Derecho formalmente válido y el positivo o eficaz.
Nosotros preferimos optar por que los términos Derecho Positivo y Derecho vigente son
sinónimos y que no existe un derecho o unas normas que siendo vigentes no sean
positivos. De esa manera preferimos vincular la positivad con la obligatoriedad y
carácter vinculante del derecho y no con su cumplimiento efectivo o eficacia.
Derecho positivo es pues aquel que puede aplicarse, bien sea por el Juez, por la
Administración o por los mismos ciudadanos. Es decir que en este punto hay una
coincidencia con el concepto de fuentes y queda excluido de este concepto aquel del
derecho que algún día se aplicó pero que ya no está, precisamente vigente y no se
aplica hoy, como por ejemplo el derecho romano.
Para resumir, podemos señalar que el Derecho positivo es la expresión del derecho
sancionado por el legislador y modificable según la sociedad y las épocas, es decir que
varía en el tiempo y en el espacio, hasta llegar a extremos insospechables y
racionalmente ilógicos. Como ejemplo de esta coyuntura, podemos mencionar el
proceso legislativo que se lleva a cabo en la República Bolivariana de Venezuela.
La Constitución de 1961, obsoleta, ajena al desarrollo social, fue derogada por el nuevo
texto constitucional de 1999. El cual contiene un perfecto equilibrio entre el Derecho
natural, consuetudinario y el Derecho positivo a que ha dado lugar.
El Derecho Consuetudinario tiene sus orígenes en los mismos inicios de lo que hoy
llamamos sociedad. Sin embargo, la doctrina actual ha logrado identificar dos
elementos imprescindibles para que una conducta califique como costumbre y tenga
efectos jurídicos.
En ese sentido, es claro que existen conductas cuyo uso es generalizado y muy
repetitivo pero que no constituyen costumbre en tanto no tienen nivelado el concepto
de obligatoriedad. Eso diferencia al derecho de la moral y la religión.
Solo con la confluencia de estos dos elementos es que podemos considerar que nos
encontramos frente a una costumbre como fuente de derecho, es decir, fuente de
derechos y deberes.
Estados Unidos que tiene un sistema jurídico sólido y que su sistema judicial es
debidamente respetado, también implementa con éxito su derecho consuetudinario,
conocido allá como el Sistema Common Law, donde los usos y costumbres tiene
debida primacía.
Queremos subrayar en este apartado que las normas tradicionales que inspiran,
adecuan y norman la vida de los pueblos, no son motivaciones solitarias e
intrascendentes; al contrario, constituyen el depósito cultural que ha de inspirar en
cualquier momento una forma de tratamiento especial para quienes viven conformando
una colectividad cuyos problemas son comunes.
Autores como Norberto Bobbio afirman que lo que debe interesarle exclusivamente al
jurista es el derecho real frente al derecho ideal, el derecho como hecho en
contraposición al derecho como valor, el derecho que es por sobre el derecho que debe
ser.
En este sentido consideramos que sin el aporte valiosísimo que nos brinda la reflexión
filosófica, "el Derecho Positivo queda reducido a coerción o sanción como lo señala
Hans Kelsen, y además el mundo jurídico queda privado de sentido, y su creación,
interpretación y aplicación resultan fruto de una decisión sin argumentos oponibles".
"Si lo dice la ley, deberás cumplirlo", ese mensaje es el que nos transmiten Kelsen y
tantos otros exponentes del positivismo jurídico. Aunque para ser honestos
intelectualmente, hay que hacer una salvedad: no todos los teóricos del positivismo
jurídico comparten el positivismo ideológico, dado que hay una diferencia radical entre
describir y verificar un hecho, a calificarlo como positivo.
Ejemplo de esto son la nueva Constitución de 1999, las leyes orgánicas, los códigos,
entre otras normas escritas que se fundamentan en el derecho consuetudinario.
Conclusión
Es decir, que la ley no es el derecho mismo, y de ese modo se deduce que la ley
injusta, si bien es ley jurídica en su forma, no es derecho propiamente ya que goza de
juridicidad extrínseca pero carece de juridicidad extrínseca, constituyendo por lo tanto
una "ley inicua".
Por último, la activa presencia de la filosofía del derecho como disciplina clarificadora y
guía del pensar jurídico, frente al dogmatismo de la ciencia jurídica moderna, el
aburguesamiento espiritual y el utilitarismo profesional (el gran problema de los
abogados en nuestro tiempo), es fundamento de una nueva visión del Derecho que
antepone los usos y costumbres en el momento de la formulación de las leyes.