Obligaciones de Dar, Hacer y No Hacer

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Obligaciones Civiles

Al estudiar los derechos subjetivos de carácter patrimonial, los dividimos en dos


especies: reales y personales o de crédito. El derecho real lo definimos como una
relación entre el titular, que ejerce un poder directo sobre una cosa, y todo el
mundo, distinto del titular, que está obligado a abstenerse de perturbar a éste en el
goce de su facultad que tiene una persona llamada acreedor de exigir de otra,
llamada deudor, una prestación o una abstención. La relación que une a estas dos
personas: deudor y acreedor, se llama obligación; sólo que si dicha relación se
considera únicamente del lado pasivo toma el nombre de deuda u obligación y si
del lado activo, se denomina derecho o de crédito.

La obligación es el vínculo jurídico en virtud del cual una persona deudor está
constreñida a dar a otra, llamada acreedor, una cosa, o a realizar un hecho
positivo o negativo. Según esta definición, el sujeto activo de la relación puede
exigir al obligado deudor el cumplimiento de lo pactado.

Elementos de la obligación.-

Tres son los elementos de una obligación: los sujetos o personas que intervienen
en ella; el objeto, o sea la cosa o hecho materia de la misma, y el vínculo, es decir,
la liga jurídica que establece entre deudor y acreedor.

• Sujetos. En toda obligación al acreedor es el sujeto activo, titular del derecho,


en virtud del cual puede exigir el cumplimiento de la obligación. El deudor es el
sujeto pasivo, o sea la persona que debe cumplir con la carga; se llama
también obligado.

• Objeto. El objeto es la materia misma de la obligación. Este, según dijimos,


pude ser una cosa o un hecho. Ejemplo: si Antonio debe a pedro cien pesos, el
objeto de la obligación serán los cien pesos, que en éste puede ser, a la vez,
positivo o negativo. Ejemplo: Antonio se compromete a decorar la casa de
Pedro; la serie de actos positivos que Antonio debe realizar para decorar la
casa de Pedro; la serie de actos positivos que Antonio debe realizar para
decorar la casa de Pedro son la materia de la obligación. Si por el contrario,
Antonio se obliga a no levantar una barda frente a la casa de Pedro, en este
supuesto, el objeto de la obligación es el hecho negativo a que se comprometió
Antonio.

En derecho moderno se discute si el objeto de las obligaciones debe ser


puramente patrimonial o si, por el contrario, éstas puede tener como objeto una
prestación no pecuniaria.

• Vínculo. Finalmente, el vínculo es obligación misma, es la liga o relación


que se crea entre los sujetos en el momento en que pactan y que se
prolonga o no en el tiempo, según la obligación la ley establece que éstos,
para obligarse, necesitan ser capaces. Puede obligarse una persona a
nombre de otra siempre que tenga autorización de la primera, conferida de
acuerdo con la ley. Para que se considere contraída una obligación debe
constar el consentimiento de las partes que intervienen; este
consentimiento debe manifestarse en forma expresa o tácita. Si el
consentimiento está vaciado la obligación es nula.

Para que la obligación sea válida no se necesita formalidades especiales, pues


cada una de las personas que intervienen se obligan en la manera y términos que
aparezcan que quisieron obligarse; pero hay casos, que expresamente señala la
ley, en los que sí son necesarias ciertas formalidades. Ejemplo: cuando se trata de
obligaciones cuyo valor exceda de cinco mil pesos, que deben celebrarse ante
notario público.

Especies de obligaciones.-

Las obligaciones pueden dividirse, de acuerdo con su diversa naturaleza, en los


siguientes grupos: naturales y civiles; de dar, hacer y no hacer; condicionales y a
plazo; simples y complejas; divisibles e indivisibles. Señalaremos, asimismo, las
civiles y mercantiles.

Obligaciones naturales y civiles. Son obligaciones naturales aquellas a cuyo


cumplimiento no obliga la ley, es decir, ésta no sanciona a quien deja de
cumplirlas. Por ejemplo: la obligación que contrajera una persona, en el sentido de
pagar un crédito prescrito, las deudas de juego, etc. Son obligaciones civiles las
que pueden exigirse con apoyo en la ley; ésta obliga a cumplirla. Ejemplo: las
nacidas de los contratos.
Obligación de dar, hacer y no hacer. Son obligaciones de dar, aquellas cuyo
contenido es la entrega de una cosa. Ejemplo: el mes de junio te pagaré los veinte
pesos que te debo. Son obligaciones de hacer, las que obligan a realizar un
hecho. Son obligaciones de no hacer, las que implican una abstención.

OBLIGACIONES DE DAR.

DEFINICIÓN.- Bajo el ángulo de la naturaleza de la prestación debida, las


obligaciones se clasifican en obligaciones de dar, de hacer y de no hacer.

En las obligaciones de dar su objeto consiste en la entrega de una cosa o de un


bien: el deber de conducta que pesa sobre el deudor le impone desprenderse o
desasirse del bien o cosa, para entregarlo al acreedor.

En las obligaciones de hacer -o de no hacer- lo debido consiste en una actividad


del deudor que está precisado a ajustar su conducta personal a los términos de la
obligación. Esta diversa naturaleza de lo "debido" explica por qué en las
obligaciones de dar se puede llegar al desapoderamiento forzado del deudor,
mientras que en las obligaciones de hacer la prerrogativa del acreedor no llega
hasta ejercer la violencia sobre la persona del deudor.

A veces hay motivo para dudar si la obligación es de dar o de hacer, pues su


objeto implica conjuntamente hechos de conducta y entrega de cosas.

En tales supuestos la índole de la obligación se define por el contenido principal


de su objeto. Si es una cosa, la obligación es de dar, aunque la entrega de ella
suponga la ejecución de ciertos actos subordinados, encaminados a la concreción
de esa entrega, tales como trámites administrativos de inscripción en registros, o
de transferencia del permiso de explotar un vehículo de alquiler, etcétera. Si la
sustancia del objeto debido es el trabajo humano, la obligación es de hacer,
aunque suponga la provisión de alguna cosa, como la hechura de un traje que el
sastre se compromete a practicar suministrando él, los forros, botones, etcétera.

CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES DE DAR-

Las obligaciones de dar se clasifican, según el orden decreciente de particularidad


de su objeto, en obligaciones de dar cosas ciertas, de dar cosas inciertas,
fungibles o no fungibles, y de dar sumas de dinero.
OBLIGACIONES DE DAR COSA CIERTA

CONCEPTO - La obligación es de dar una cosa cierta, cuando su objeto está


identificado en su individualidad al tiempo de constituirse la obligación; por
ejemplo, si se promete la entrega de la casa de la calle tal, número cual. En
cambio, en las demás obligaciones de dar, la prestación queda relativamente
indeterminada en cuanto no se sabe con cuál objeto, en particular, se hará el
pago, lo que dependerá de la elección o determinación que ulteriormente se
practique.

FINALIDAD Y RÉGIMEN DE LA OBLIGACIÓN DE DAR COSA CIERTA-

Este tipo de obligación puede tener por finalidad constituir sobre la cosa derechos
reales, transferir solamente el uso o la tenencia, o restituirla a su dueño. Cada una
de estas finalidades imprime a la obligación un régimen propio

EXTENSIÓN DEL OBJETO

En la cosa debida quedan involucrados sus accesorios, pues éstos no tienen


individualidad jurídica propia.

Por ello sólo rompiendo, antes de constituirse la obligación, la relación de


accesoriedad entre las cosas, podrá el deudor negarse a entregar la accesoria; o
bien cuando el acuerdo de las partes excluya la cosa accesoria.

DEBERES DEL DEUDOR-

En la obligación de dar cosa cierta, el deudor tiene dos deberes esenciales:

a) El deber de conservar la cosa debida, que responsabiliza al deudor por la "falta


de las diligencias necesarias para la entrega de la cosa". Por lo demás, el contrato
de compraventa, que es la causa más frecuente de esta clase de obligaciones,
impone al vendedor o deudor el deber de conservar la cosa "tal como se hallaba el
día del contrato". Esta norma puede ser generalizada por analogía a toda hipótesis
de obligación de dar cosa cierta.

b) El segundo deber esencial del deudor se refiere a la entrega de la cosa debida


en el lugar y tiempo propio.
EFECTOS DIFERENCIALES DE LA OBLIGACIÓN-

Los deberes que acabamos de apuntar son comunes a toda obligación de dar
cosa cierta. Pero como hay variantes importantes en el régimen de la obligación,
en función de la finalidad de ella, se impone el estudio separado de los efectos de
la obligación, según sea su finalidad.

OBLIGACIONES DE HACER Y DE NO HACER

NOCIÓN.-

El objeto de las obligaciones de hacer o de no hacer consiste en una actividad (o


inactividad) del deudor que debe ajustar su conducta a los términos de la
obligación. Es decir que estas obligaciones se caracterizan por el compromiso de
una energía de trabajo, sea física o moral, del deudor a favor del acreedor, y que
se concreta en un hecho o servicio.

DIFERENCIAS CON LAS OBLIGACIONES DE DAR.-

Son las siguientes:

a) Es más intensa la prerrogativa del acreedor de la obligación de dar para lograr


el cumplimiento en natura del objeto debido: basta para ello que la cosa exista,
que esté en el patrimonio del deudor y en su posesión. En cambio, tratándose de
obligaciones de hacer, como lo debido es un hecho de conducta, no es posible
lograr su forzada realización, si para ello es menester practicar violencia en la
persona del deudor.

b) En las obligaciones de dar es casi indiferente la persona del deudor, la que por
el contrario suele tener especial importancia en las obligaciones de hacer.

c) En materia de responsabilidad pueden diferir las normas aplicables.

Así, las obligaciones de hacer provenientes de la locación de obra dan lugar a una
garantía especial que es más intensa y prolongada que la garantía por vicios
ocultos que juega en las obligaciones de dar constituidas por un título oneroso. En
cuanto a los vicios aparentes, no comprometen al deudor de una obligación de
dar.
d) También difieren los términos de prescripción de la acción que tiende a hacer
valer la responsabilidad mencionada.

CUMPLIMIENTO ESPECÍFICO DE LAS OBLIGACIONES DE HACER.-

TIEMPO Y MODO DE EJECUCIÓN.-

El acto debido que pesa sobre el obligado. No ha de pensarse que se debilita el


deber de prestar, por razón de estar en juego un hecho relativo a la conducta del
deudor. Este se ve urgido, por el imperio de la ley a comportarse según la
exigencia contenida en la obligación, sin poder eludir ese comportamiento
pretendiendo substituirlo por el resarcimiento del perjuicio que la inejecución
provoque al acreedor.

Realizacion del hecho debido:

a) En primer término, debe practicarse/en tiempo propio, es decir, dentro del plazo
expreso o tácito previsto para satisfacer el pago, o aun después si no media
constitución en mora del deudor.

Cuando falta la determinación del tiempo de cumplimiento, corresponde

la designación por el juez La ejecución tardía de la obligación compromete la


responsabilidad del deudor por los daños y perjuicios moratorios que la tardanza
haya provocado al acreedor.

b) En cuanto al modo de ejecución debe ser tal como "fue la intención de las
partes que el hecho se ejecutara", con lo cual el criterio del Código apunta a la
voluntad real de los contratantes, en su intimidad psíquica. Por otra parte, la
brújula para orientar la comprensión de esa voluntad es la actuación de buena fe,
que queda corroborada por la observancia de las reglas del arte del oficio
respectivo, para cuya determinación reviste singular valor la prueba pericial.

SANCIÓN POR MAL CUMPLIMIENTO.-

Hay mal cumplimiento de la obligación de hacer cuando el hecho ejecutado por el


deudor difiere del hecho debido por él, con mengua del interés del acreedor. Este
cumplimiento defectuoso, por aplicación de los principios generales, queda
asimilado al incumplimiento total.

Si el obligado se apartase del modo de ejecución adecuado, el acreedor puede


prescindir de la mala ejecución y exigir un nuevo cumplimiento haciendo
abstracción de lo realizado: cuando esto no fuese ya posible podrá recabar la
destrucción de lo mal hecho, cuya destrucción se acumulará al contenido inicial de
la prestación.

Sin embargo, lo mal hecho sólo es pasible de destrucción, seguido de una nueva
ejecución en forma, cuando no medie consentimiento del acreedor acerca de la
mala realización practicada por el deudor, y siempre que la deficiencia en la
realización del hecho tenga especial importancia.

Queda excluida esta vía cuando ella configura un abuso de derecho del acreedor
por la ausencia de proporción entre su daño y el que sufriría el deudor en caso de
destrucción de la obra.

EJECUCIÓN FORZADA.-

En principio, el acreedor puede exigir la ejecución forzada del hecho debido.


Empero, el principio no es absoluto, quedando excluidos los medios de
compulsión consistentes en el empleo de la violencia contra la persona del deudor.

Esto conduce a la siguiente distinción: cuando el objeto de la obligación puede ser


separado de la persona del deudor, el uso de la fuerza pública es legítimo; en
cambio, ello no es posible cuando la persona del deudor está comprometida en la
realización del hecho debido. Por ejemplo: un pintor no puede ser forzado a pintar
un cuadro, pero un fabricante de maquinarias que dirige a sus obreros, sí puede
ser compelido a fabricar una determinada máquina que se ha comprometido a
entregar, mediante una intervención judicial que no hace violencia a la persona del
deudor.

Para el logro del cumplimiento específico de la obligación, sólo se elimina el


empleo de la violencia personal. Por el contrario no están excluidas otras medidas
que indirectamente conducen a aquel resultado, como ser:

a) La aplicación de multas judiciales de crecimiento indefinido.

b) La ejecución por otro, aun el propio acreedor, por cuenta y cargo del
incumpliente.

c) La negativa del acreedor a cumplir sus propias obligaciones, mientras a su vez


el deudor no cumpla.

d) Es bastante frecuente que el acreedor impago pueda replicar a la negativa de


pago del deudor con la resolución del contrato que desvanece la causa de la
obligación y consiguientemente hace desaparecer la existencia misma del vínculo,
por falta de causa.
EJECUCIÓN POR OTRO.-

Otra posibilidad con que cuenta el acreedor es la ejecución por intermedio de una
persona distinta del deudor, pero a expensas de éste, que deberá soportar el
costo de ese modo de ejecución.

Para la actuación de esta posibilidad se requiere la conjunción de dos elementos:

a) la voluntad del acreedor -pues la opción es facultativa para él- de aceptar la


ejecución por otro, previa constitución en mora del deudor;

b) la autorización judicial para recibir ese modo de cumplimiento, pues de lo


contrario se haría justicia por mano propia. No se requiere a más de ello, que el
hecho debido sea fungible, pues el acreedor sabrá cuándo le puede interesar
sustituir ese hecho por otro distinto. Sin embargo, esta libertad del acreedor no ha
de traducirse en una mayor onerosidad para el deudor, quien sólo está precisado
a costear una ejecución similar, en sustancia, a la omitida por él.

PAGO POR TERCERO.-

Relacionado con el punto precedente está la intervención de un tercero en el


pago, no ya por iniciativa del acreedor como en el caso anterior, sino por
imposición del deudor, o bien por la espontánea decisión del tercero. En esta
hipótesis el acreedor no puede rechazar ese pago, siempre que haya identidad
entre el hecho ofrecido y el hecho debido.

Si se trata de prestaciones fungibles, las cuales se refieren a hechos


indiferenciados, que pueden realizarse por cualquiera sin alteración de su
sustancia, por ejemplo, construcción de una pared, el deudor puede imponer al
acreedor la recepción del pago, por intermedio de un tercero.

En cambio, tratándose de prestaciones no fungibles, las cuales comprenden


hechos peculiares del deudor, que no admiten sustitución personal, pues la
obligación ha sido constituida intuitu personae, el acreedor puede negarse a recibir
el pago ofrecido por el tercero, por existir diferencia entre el objeto de la deuda y el
objeto a pagar.
EJECUCIÓN POR EQUIVALENTE: DAÑOS Y PERJUICIOS .-

Cuando fracasa el cumplimiento específico de la obligación, previa la constitución


en mora del deudor, con o sin interpelación del acreedor, procede la satisfacción
de la expectativa de éste por vía de sucedáneo, mediante la reparación de los
daños y perjuicios causados por la inejecución.

IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO SIN CULPA DEL DEUDOR.-

Cuando se produce el incumplimiento del hecho debido, sin culpa del deudor, por
la incidencia de un factor extraño, que ha vuelto imposible la realización de ese
hecho, no sólo aquél no incurre en responsabilidad, sino que queda liberado de la
obligación que se ha extinguido por imposibilidad de pago.

Si la imposibilidad del hecho ocurre luego de la constitución en mora del deudor,


ya no se sigue dicho efecto extintivo: la obligación subsiste, aunque convertida en
su objeto, que ahora es una suma de dinero comprensiva del perjuicio que el
incumplimiento representa para el acreedor.

La prueba de la imposibilidad de cumplimiento incumbe al deudor que pretende


patentizar su liberación, y excusar su responsabilidad por el caso fortuito ocurrido.

OBLIGACIÓN DE ESCRITURAR.-

Una de las más importantes obligaciones de hacer es la que asumen los


contratantes de una compraventa de inmuebles, quienes al contratar se obligan a
instrumentar el acto en la pertinente escritura pública.

Es interesante puntualizar el comportamiento de esta obligación de hacer, con


respecto a los tópicos ya estudiados.

a) Es obligación accesoria de las obligaciones principales que el contrato de


compraventa impone a las partes.

b) El tiempo de ejecución suele estar convenido en el contrato. Si así no fuera


tendría que designarlo el juez.

c) El modo de ejecución se refiere al lugar, o sea la oficina del escribano


designado, y a las condiciones de realización del hecho, con arreglo a los términos
de la obligación.
d) La constitución en mora con respecto a la obligación de escriturar presenta
peculiaridades de importancia. Así el interpelante, cuando la mora dependa de
interpelación, debe ser la parte que desea constituir en mora al adversario; la
citación del escribano no constituye en mora. La interpelación debe ser
circunstanciada con indicación de lugar y tiempo de cumplimiento de la obligación.
En fin la interpelación ha de ser de cumplimiento factible: no puede ser sorpresiva
ni dirigida de mala fe.

e) La obligación de escriturar es susceptible de cumplimiento en especie, sin que


para ello sea menester emplear la violencia personal: el juez puede suscribir la
escritura en nombre y por cuenta de la parte inasistente, siempre que dicha
escritura sea de realización jurídicamente posible.

f) Cuando la escrituración es material o jurídicamente imposible, por culpa de una


de las partes, la otra tiene derecho al resarcimiento de los daños y perjuicios que
el fracaso de la, operación le cause.

g) Finalmente si la imposibilidad de escriturar sobreviene sin culpa de las partes


(expropiación por causa de utilidad pública), la obligación se extingue por
imposibilidad de pago.

Ninguno de los contratantes es responsable por el daño que la extinción causa al


otro, pero ellos deben devolver cuanto hubiesen recibido en virtud de un contrato
que desde ya queda disuelto y deja de funcionar como causa de obligaciones.

PROYECCIÓN DE NORMAS.-

Las obligaciones de no hacer se caracterizan por su contenido negativo: su objeto

consiste en la abstención de algo que, normalmente, el deudor habría podido


efectuar si no se lo impidiera la constitución de la obligación, por ejemplo,
obligación de no subalquilar una casa. Estas obligaciones no se diferencian
sustancialmente de las obligaciones de hacer, pues su objeto es siempre un hecho
de conducta del deudor, sólo que tiene signo negativo en las que ahora tratamos.
Es una diversidad accidental que no impide la proyección de normas de unas a
otras obligaciones, en la generalidad de las situaciones.

No obstante ello, con respecto a la constitución en mora las obligaciones de no


hacer están exentas del requisito de la interpelación del acreedor: el deudor
incurre en mora, automáticamente, por la sola realización del hecho del cual debía
abstenerse.
TIEMPO Y MODO DE LA ABSTENCIÓN DEBIDA.-

La omisión del deudor debe mantenerse durante todo el tiempo que lo exija la
obligación y del modo como fue la intención de las partes que se realizara.

ABSTENCIÓN FORZADA: LIMITACIONES.-

El esta facultado acreedor a exigir la destrucción de lo hecho por el deudor en


infracción a la abstención debida, o que "se le autorice para destruirlo a costa del
deudor". Es decir que esta facultad se traduce en la concreción del cumplimiento
en natura de la obligación.

Sin embargo, el principio de la abstención forzada no es absoluto, pues cede en


dos supuestos:

1) Cuando para destruir o remover lo obrado, en contravención, por el deudor, es


menester emplear violencia contra la persona de éste, por ejemplo, el pianista
contratado con exclusividad por un empresario y que viola el pacto, a quien no se
le puede hacer bajar del escenario.

2) Cuando la destrucción implica el sacrificio de un valor muy superior al interés


positivo del acreedor ligado al cumplimiento de la obligación, pues entonces la
pretensión de destruir configura un abuso de derecho.

CUMPLIMIENTO POR EQUIVALENTE: DAÑOS Y PERJUICIOS.-

La satisfacción del interés del acreedor, por vía de sucedáneo, que le compensa el
valor de la pérdida que ha sufrido a causa del hecho obrado por el deudor, en
contravención a lo debido, se presenta en varios supuestos.

a) Cuando no fuere posible destruir el hecho obrado por el deudor, en


contravención a la abstención debida, y que le es imputable en razón de su culpa
o dolo, el acreedor tiene derecho a ser indemnizado de los daños y perjuicios que
la ejecución del hecho le haya ocasionado.

b) Un segundo supuesto de daños y perjuicios se presenta, cuando pudiendo


destruirse lo hecho por el deudor, el acreedor opta por dejar subsistente lo mal
hecho y reclama la indemnización del daño que le ha causado la infracción del
deudor: por ejemplo, si alguien se instala en un lugar y hace competencia al
acreedor pese al compromiso contrario que había asumido.
c) Un último supuesto de reparación de perjuicios tiene lugar, cuando la
destrucción de lo mal hecho, deja un saldo deficitario para el acreedor que no
habría experimentado ese daño suplementario si el deudor en todo momento se
hubiese atenido a la abstención impuesta por la obligación.

IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO SIN CULPA DEL DEUDOR.-

Si la abstención debida se torna imposible sin culpa del deudor, la obligación de


no hacer se extingue por imposibilidad de pago, por ej., venta forzosa, por
expropiación, del inmueble que el propietario estaba obligado a no enajenar
durante cierto lapso, a mérito de una cláusula testamentaria.

OBLIGACIONES DE OBJETO PLURAL O COMPUESTO.-

NOCIÓN.- Son obligaciones de objeto plural o compuesto, las que se refieren a


dos o más prestaciones. Ellas se oponen a las obligaciones simples, cuyo objeto
está constituido por una sola prestación. A su vez, las obligaciones plurales
pueden tener un objeto conjunto o disyunto.

OBLIGACIONES DE OBJETO CONJUNTO: CARACTERES Y RÉGIMEN


LEGAL.-

Las obligaciones de objeto conjunto se caracterizan por la pluralidad de


prestaciones debidas, todas las cuales integran la pretensión del acreedor: por
ejemplo: la compra de un juego de comedor y un juego de living, en cuya
obligación el objeto está integrado por todas las piezas de cada juego. Estas
obligaciones carecen de un régimen propio, y se gobiernan por los principios
comunes a toda obligación, pues no hay entre ellas y las obligaciones simples.

OBLIGACIONES COMPLEJAS O MIXTAS.- Según algunos autores, la oposición


de las obligaciones de dar y de hacer (o de no hacer), no sería irreductible, pues
podría concebirse una tercera categoría comprensiva de obligaciones complejas o
mixtas cuyo objeto estaría constituido por una cosa y un hecho de conducta,
fundidos entre sí.

Busso sostiene, con razón, que en esos supuestos la complejidad no existe en


una obligación que fuese, simultáneamente, de dar y de hacer, sino en la fuente
que origina al propio tiempo distintas obligaciones, algunas de dar, otras de hacer.
Son obligaciones conexas, por cuanto provienen de la misma causa, lo que no
impide que puedan ser todas principales, verbigracia, en la locación de obra, la
obligación del locador o empresario de ejecutar el trabajo y la obligación del
locatario o dueño de la obra de pagar el precio correspondiente; o bien, ser
algunas subordinadas a otras, como en la compraventa de inmueble, en la cual a
las obligaciones ordinarias de vendedor y comprador se agrega la obligación de
escriturar, que es una obligación de hacer -de otorgar la escritura traslativa de
dominio- que pesa sobre ambas partes. En definitiva, no hay obligaciones
complejas o mixtas sino que las que aparentan serlo se desintegran en
obligaciones combinadas de dar o de hacer, de las cuales unas quedan
subordinadas a las otras, sin perder enteramente su individualidad. Esas distintas
obligaciones son regidas por las normas que les son respectivas, precisamente en
razón de su particular índole jurídica.

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