Saga El Precio de La Sangre 1 Huff Tanya
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EL PRECIO DE LA
SANGRE
Saga de la Sangre, Libro 1
NDICE
Metal contra madera...
Captulo 1
Captulo 2
Captulo 3
Captulo 4
Captulo 5
Captulo 6
Captulo 7
Captulo 8
Captulo 9
Captulo 10
Captulo 11
Captulo 12
Captulo 13
Captulo 14
Captulo 15
RESEA BIBLIOGRFICA
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Captulo 1
Ian se introdujo las manos en los bolsillos y
recorri con mirada ceuda el vaco andn del
metro. Tena las manos heladas, se encontraba de
un humor de perros y no saba por qu haba
accedido a encontrarse con Coreen en su
apartamento. Considerndolo todo, hubiera sido
mejor idea elegir un lugar neutral. Su mirada se fue
a posar sobre el reloj luminoso que penda del
techo. Las 12:17. Trece minutos para ir desde
Eglinton Oeste hasta la estacin Wilson, seis
manzanas en autobs y luego una caminata de tres
manzanas hasta casa de Coreen. Imposible.
Voy a llegar tarde. Va a estar mosqueada. Adis
a la posibilidad de reconciliacin. Suspir. Le
haba costado dos horas de splicas y
argumentaciones telefnicas conseguir que ella
accediera a encontrarse con l. Mantener una
relacin con Coreen poda requerir mucho tiempo,
***
Embozada en su abrigo hasta la barbilla puede
que ya fuera abril, pero en todo caso era un abril
hmedo y helado y la primavera no daba todava
seales de vida, Vicki baj del autobs de
Eglinton y se encamin a la entrada del metro.
Menudo desastre murmur. El anciano que
haba bajado del autobs detrs de ella la mir,
interrogante. Ella le devolvi la mirada durante un
instante y luego sigui su camino. As que no solo
soy una compaa horrible capaz de crisparle
los nervios a cualquiera sino que tambin hablo
sola. Lawrence era guapo, pero no era su tipo. De
hecho no haba encontrado a nadie que fuera su
tipo desde que dejara la Polica, ocho meses atrs.
Deba haber sabido que esto iba a ocurrir desde
que acceda salir con un hombre mucho ms
Destruyendo pruebas?
Celluci, pens. Tenan que enviar a Celluci. Ese
bastardo siempre fue muy silencioso. Mike
Celluci y ella no se haban separado en trminos
demasiado amistosos, pero a pesar de ello, al
volverse pudo controlar la expresin de su rostro.
Solo trataba de hacerte la vida un poco ms
difcil tanto la voz como la sonrisa que la
acompaaba resultaban falsas de forma patente.
l sonri, mientras un largo mechn de pelo
castao le caa sobre el rostro.
Es buena idea hacer aquello que a uno se le da
bien entonces sus ojos la abandonaron para
posarse sobre el cuerpo. Haz tu declaracin con
Dave detrs de l, su compaero agit dos
dedos a modo de saludo. Luego hablar contigo.
Es este tu abrigo?
S, es mo Vicki lo observ mientras
balbuci.
Lanzando un gruido ininteligible por toda
respuesta, Celluci se apoy contra la pared.
Mientras la camilla pasaba junto a ellos y el
contenido de la bolsa naranja fluorescente se
bamboleaba ligeramente de un lado a otro, Vicki
cerr los puos y consider la posibilidad de
lanzar un derechazo directo a la hermosa nariz de
corte clsico de Mike. Por qu permita que le
afectara de aquella manera? Tena ciertamente una
inslita habilidad para burlar escudos que ella
haba erigido cuidadosamente y conmocionar
emociones que crea tener bajo control. Que se
vaya a la mierda de todas formas. Daba igual que,
esta vez, l tuviera razn. Un tic nervioso hizo
temblar el borde de sus labios. Al menos haban
vuelto a hablar...
Cuando la camilla hubo pasado, ella abri el puo,
pos las manos sobre el brazo de l y dijo:
***
***
La maana del martes, la portada de un diario
sensacionalista rezaba: El acuchillador ataca de
nuevo. Bajo este titular, la fotografa del
entrenador de los Maple Leafs de Toronto miraba
desafiante a los lectores y en el pie de foto se
planteaba no por primera vez en lo que iba de
temporada si deba ser destituido, puesto que
los Leafs volvan a encontrarse en las posiciones
de cola de la peor divisin de la Liga. Esta clase
de asociacin extraa era una de las
especialidades del peridico en cuestin.
Despedid al dueo murmur Vicki,
colocndose las gafas sobre la nariz mientras lea
la letra pequea que acompaaba al titular:
historia en pgina dos. En efecto en la pgina
***
Algo se mova en el pozo. DeVerne Jones se
apoy contra la cerca de alambre y exhal efluvios
de cerveza a la oscuridad, mientras se preguntaba
qu deba hacer. Era su pozo. El primero desde
que le haban nombrado capataz. Deberan
comenzar con los armazones a la maana siguiente,
de manera que para cuando llegase la primavera
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Captulo 2
Levant el brazo de la mujer y desliz su lengua a
lo largo de la suave piel del interior de su mueca.
Ella gimi y ech la cabeza hacia atrs. Respiraba
entrecortadamente.
Casi.
La observaba con toda su atencin, y cuando su
xtasis comenz a levantar el vuelo, cuando su
cuerpo se arque dulcemente debajo del suyo,
tom entre sus afilados dientes la diminuta vena
pulsante que haba en la base de su pulgar y
mordi. El leve dolor no era ms que otra
sensacin para un cuerpo ya emborrachado de
ellas; y mientras ella se sacuda entre las olas de
su orgasmo, l bebi.
Acabaron al mismo tiempo.
Henry?
An estoy aqu, Caroline.
Ahora s. Pero te marchas.
Tengo trabajo que hacer.
Se puso un suter y reapareci en la habitacin,
parpadeando por causa de la repentina luz
proveniente de la lmpara de la mesita de noche.
Largos aos de prctica le haban enseado a no
retroceder en circunstancias como esta, pero de
todos modos tuvo que apartar el rostro para darle
a sus sensibles ojos el tiempo de recuperarse.
Por qu no puedes trabajar durante el da,
como una persona normal? protest Caroline,
recogiendo el edredn de los pies de la cama y
arrebujndose debajo de l. Entonces podras
concederme todas las noches a m.
l sonri y contest con absoluta sinceridad:
edificio.
En su momento haba habitado toda clase de
castillos imaginables, un buen nmero de casas de
campo muy apartadas e incluso una cripta o dos
durante los malos tiempos, pero haban pasado
siglos desde la ltima vez que poseyera un refugio
que se adaptara tan bien a sus necesidades como el
apartamento que haba adquirido en el corazn de
Toronto.
Buenas noches, seor Fitzroy.
Buenas noches, Greg. Alguna novedad?
El guardia de seguridad sonri y alarg la mano
hacia el sistema de apertura de la puerta.
Esto est tranquilo como una tumba, seor.
Henry Fitzroy levant una ceja de color rubio
rojizo pero esper a que el guardia hubiese abierto
la puerta y el timbre cesase en su cacofona
***
Buenos das, seora Kopolous.
Hola cario. Esta maana llegas temprano.
No poda dormir le cont Vicki mientras se
aproximaba a la parte trasera de la tienda, donde
se encontraban los refrigeradores. Y me haba
quedado sin leche.
Coge los cartones. Estn de oferta.
No me gustan los cartones con el rabillo del
ojo pudo ver a la seora Kopolous expresando
silenciosamente la no demasiado favorable
opinin que le mereca alguien que se negaba a
ahorrarse cuarenta y nueve centavos. Tom una
botella y volvi a la caja. No han llegado los
peridicos?
clida.
Victoria, lo siento. Sabes que no soy un hombre
de tacto. Nunca he tenido demasiadas
oportunidades de desarrollar mis buenos
modales... era un viejo chiste, uno que ambos
recordaban desde su primer encuentro, en plena
autopsia de un conocido traficante de drogas.
Pero, cambiando de tema se detuvo para dar un
sorbo, a cierta distancia del aparato, a juzgar por
el volumen del sonido, qu puedo hacer por ti?
Vicki era una de las pocas personas a quienes no
desconcertaba el hbito de Brandon de ir al grano
en los asuntos sin mediar apenas un mnimo de
conversacin intrascendente y apreciaba el hecho
de que l, que no mostraba tacto frente a los
dems, tampoco lo reclamara a su vez. Una de sus
frases favoritas para establecer el tono de una
conversacin era: No malgastes mi tiempo, soy un
hombre muy ocupado.
Celluci.
Buenos das. Soy Vicki.
Ya. Y bien? definitivamente no poda
decirse que pareciera encantado de escucharla.
La cosa va de complicar mi vida con otro
cadver o se trata de una llamada amistosa a las...
Vicki consult su reloj mientras l lo haca con el
suyo.
... nueve y dos...
Ocho cincuenta y ocho.
l la ignor.
... un jueves por la maana?
No hay ningn cuerpo, Celluci. Solo quera
saber cmo marchaba la investigacin hasta el
momento.
informacin.
Estupendo. Por qu no te leo entonces mi
informe por telfono? O, mejor an, podra
enviarte a alguien con una copia de la informacin
sobre el caso y sin duda t lo habrs resuelto,
utilizando tu juego de detective Nancy Drew, para
la hora de comer.
Por qu no discutimos el asunto como seres
inteligentes mientras cenamos? Mientras
cenamos? Dios, Dios. Ha sido esa mi boca?
Cenar?
Oh, bien, de perdidos al ro, como sola decir la
abuela.
S, cenar. Ya sabes. Cuando te sientas por la
noche y te metes comida en la boca.
Oh, cenar. Por qu no has empezado por ah?
Vicki pudo notar alegra en su voz y su propia
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Captulo 3
Escorndose hacia la derecha para evitar ser
completamente aniquilado por una mochila llena
hasta los topes, Norman Birdwell choc contra un
fornido joven ataviado con una chaqueta de cuero
de la universidad de York y se encontr de vuelta
en el corredor que haba a la salida del aula.
Aferrando an con ms fuerza el asa de plstico de
su maletn, cuadr sus estrechos hombros y volvi
a intentarlo. Siempre haba pensado que se deba
obligar a los estudiantes a salir de las clases
formando filas ordenadas que discurriesen por el
lado izquierdo de la puerta de entrada, de manera
que los que llegasen tarde a la siguiente clase
pudiesen entrar por la derecha sin ser estorbados.
Escurrindose al lado de dos chicas que,
ignorando su presencia, continuaron discutiendo
sobre las injusticias sexistas del control de la
natalidad y los secadores de pelo, consigui entrar
***
El gong anunci otro encargo de pato Pekn, y
mientras el sonido reverberaba a travs del
restaurante se produjo una ligera disminucin en
las conversaciones que, al menos en tres idiomas
diferentes, estaban teniendo lugar. Vicki se llev a
los labios una cucharada de sopa, agria y caliente,
y mir intrigada a Mike Celluci. Durante la
primera media hora de la velada haba resultado
casi encantador. Ya haba tenido casi toda la
racin de encanto que poda soportar.
Trag y le obsequi su mejor sonrisa del tipo no
me vaciles, chaval, s de qu vas.
***
El capitn Raymond
Roxborough contempl la forma
gil y encogida de su grumete y se
pregunt cmo poda haber estado
tan ciego. Cierto, haba pensado
que el joven Smith era muy
hermoso, con aquellos rizos
despeinados de un negro azulado y
aquellos ojos como zafiros, pero
nunca, ni por un solo momento,
haba llegado a sospechar que el
muchacho no era en realidad un
muchacho. Aunque, tambin tena
que admitirlo, resultaba una
cmoda solucin para los
sentimientos algo perturbadores
que haba comenzado a abrigar
ltimamente.
Supongo que tiene una buena
explicacin para esto dijo lenta y
***
Vicki, por favor!
Vicki frunci el ceo. Una visita al oftalmlogo no
era algo que la pusiera de buen humor, y todo ese
enfocar el ojo derecho y el ojo izquierdo le estaba
provocando un dolor de cabeza de primera
magnitud.
Qu? gru a travs de los dientes
apretados, solo en parte a causa del soporte sobre
el que descansaba su mandbula.
Ests mirando directamente al objetivo del
examen.
Y?
El doctor Anderson, armado con la paciencia que
la educacin de dos hijos le haba proporcionado,
refren un suspiro y explic, no por vez primera,
en un tono desapasionado y vagamente
tranquilizador:
El mirar directamente a los objetivos del
examen invalida los resultados del examen, y si
eso ocurre tendremos que comenzar de nuevo.
Y lo haran, sin duda. Una y otra vez si era
necesario. Reprimiendo un comentario que
amenazaba con emerger entre la fina lnea de sus
labios, Vicki hizo un esfuerzo por cooperar.
Bien? pregunt al fin, mientras el doctor
Anderson apagaba la luz de permetro y le
indicaba con un gesto que poda levantar la
cabeza.
No ha empeorado...
Vicki se ech hacia atrs, observando el rostro del
doctor.
Y ha mejorado? pregunt sin rodeos.
***
Qu te ocurre cario? No eres feliz?
No ha sido un buen da para m, seora
Kopoulos.
La anciana chasque la lengua y sacudi la cabeza
mientras observaba la bolsa tamao familiar de
bolitas de queso que Vicki acababa de depositar
sobre el mostrador.
Ya veo, ya veo. Deberas comer comida de
verdad, cario, si lo que quieres es sentirte mejor.
Estas cosas no son buenas para ti. Y hacen que los
dedos se te pongan naranjas.
***
Vaya. Si es el viejo Norman. Cmo te va,
Norman? Te importa si nos sentamos?
Sin esperar respuesta, el joven apart una silla de
la mesa y tom asiento. Los otros cuatro miembros
del grupo siguieron rpida y estrepitosamente su
ejemplo.
Cuando la pelea por el espacio hubo terminado,
Norman se encontr, arrinconado entre dos tipos a
los que solo conoca como Roger y Bill, mirando a
las tres jvenes muchachas que se encontraban al
otro lado de la mesa redonda. Reconoci a la
rubia. Sola verla colgada del brazo del Roger. La
chica que se sentaba al lado de Bill se mostraba
tan amigable con l que supuso que era su
***
Henry tendi un billete de veinte al hombre que se
sentaba justo al otro lado de la puerta.
Qu tenemos esta noche? no tuvo que gritar
demasiado para que se le escuchara por encima de
la msica, pero es que la noche era joven todava.
Lo habitual el hombre extrajo tres rollos de
tiques del abultado bolsillo izquierdo de una
chaqueta demasiado grande para su tamao
mientras deslizaba el dinero en el interior del
derecho. Cada vez eran ms los locales que
adoptaban el sistema de los tiques para que en el
caso de que, o mejor dicho, cuando se produjera
una redada de la Polica, pudiesen argumentar que
no estaban vendiendo bebidas. Solo tiques.
Supongo que entonces tendr que tomar lo
habitual.
Exacto. Dos aguas de moda un par de tiques
en la mano?
Henry dedic una mirada a su vendaje. Incluso en
medio de la dbil luz del local pareca brillar en
agudo contraste con el cuero negro del puo.
Me quem.
Las quemaduras son jodidas. Cocinando?
Podras decirlo as sus labios se agitaron
pese a que se dijo severamente que no resultaba
divertido.
Cul es el chiste?
Me llevara mucho tiempo explicarlo. Qu tal
si t me explicas algo a m?
Pregunta, macho.
A qu viene el falso acento jamaicano?
la funcin?
En marzo. En Sadbury se encogi de
hombros, volviendo al presente con l, ya que eso
era lo que pareca querer. No hay mucho ms
que decir.
Si no puedes compartir la verdad, hay cosas
peores que tener a alguien con quien compartir
las mscaras. Su mirada se pos sobre una tenue
lnea azul que desapareca bajo el borde de su
suter y el pensamiento de la sangre fluyendo tan
cerca de la superficie le agit la respiracin. Era
hambre, no lujuria, pero supona que al final
acabaran por ser ms o menos la misma cosa.
Cunto tiempo te quedas en la ciudad?
Solo esta noche y maana.
Entonces no deberamos desperdiciar el poco
tiempo del que disponemos.
***
Noche del sbado, a las 11:15. Norman advirti
que se haba quedado sin carbn para el hibachi y
que la nica tienda en la que poda comprarlo
haba cerrado a las nueve. Consider la
posibilidad de utilizar un sustituto y finalmente
decidi que no tena sentido modificar un sistema
que hasta entonces haba funcionado.
La noche del sbado transcurri tranquila.
La noche del domingo...
***
Maldita sea. Maldita sea! Maldita sea!!
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Captulo 4
Santo Dios, mira a Norman ahora mismo.
Por? Roger sac la cabeza de su taquilla y
se volvi. Literalmente, la boca se le abri por la
sorpresa.
Santo Dios es decir poco, to. Ojal Bill
estuviese aqu para ver esto.
Dnde est?
Roger se encogi de hombros, sin apartar la
mirada de la esplendorosa indumentaria de
Norman Birdwell.
No tengo ni idea. Pero se suicidar si se pierde
esto.
Norman, consciente de las miradas posadas sobre
Roger sonri.
No te arrepientes de no haber llegado un poco
ms temprano? pregunt, propinndole a Bill un
amistoso codazo en las costillas. Este es el tipo
de cosas que te quitan el aliento, o no?
Si te refieres a que me dan ganas de vomitar, no
andas muy lejos Bill se dej caer sobre su
taquilla y sacudi la cabeza. Dnde consigue el
dinero para pagar todo eso?
Ve y pregntaselo.
Por qu no...? Bill se enderez y se alej de
la taquilla mientras Norman pasaba a su lado.
Norman lo vio, cruz un instante su mirada con la
de l y luego se apart, rindose entre dientes.
Ja! Idiota. Que se vea cmo te gusta.
Bill se qued inmvil, mirndolo fijamente. La
***
Victoria Nelson?
S? Vicki mir de arriba abajo a la joven
nia, en realidad. Si ha salido de la
adolescencia debe haber sido hace pocas horas
que se encontraba frente a la entrada de su
apartamento. Si viene a vender algo...
Victoria Nelson, la investigadora privada?
Vicki reflexion un momento antes de contestar y
entonces dijo lentamente:
S.
evidente de desaprobacin.
Quiz es que no habla ingls sugiri.
Esta vez, Vicki no se molest en esconder su
sonrisa.
El seor Chin ha hablado ingls desde bastante
antes de que usted o yo naciramos. Sus padres se
instalaron en Vancouver a finales de la dcada de
1880. Era profesor de instituto. De hecho, todava
ensea la asignatura de ingls en el Centro de la
Comunidad China.
Sus verdes ojos se afilaron de forma acusadora y
la chica le devolvi una mirada feroz.
No me gusta que me traten con condescendencia
dijo.
Vicki asinti mientras cerraba la puerta.
Tampoco a m.
amante.
Ian Reddick repiti Vicki. Volvi a sentarse.
Ian Reddick, la primera vctima. El cuerpo que
ella haba encontrado en la estacin de metro de
Eglinton West.
Quiero que encuentre a la cosa que lo mat.
Mire, Coreen su voz adopt el profesional
tono de consuelo que los agentes de polica de
todo el mundo tenan que aprender a utilizar.
Entiendo lo alterada que debe estar, pero, no ha
pensado que este es un trabajo para las
autoridades?
No.
Haba algo sencillamente incontestable en aquel
no. Vicki se subi las gafas y busc una
respuesta mientras Coreen continuaba.
Ellos insisten en buscar a un hombre, sin tener
***
El metro abandon rugiendo la estacin de
***
Como el ms importante productor y mayorista de
prendas de polister que era, Sigman Incorporated
Bajo el hormign?
S.
Tierra, seora.
Ella sonri y se alej rodeando la caseta.
Gracias. Me ha sido de gran ayuda. No se
preocupe, sabr encontrar la salida.
La puerta de la valla metlica protest ligeramente
y se comb hacia delante bajo el peso de Vicki
mientras ella examinaba el interior de la obra. En
el momento actual no era ms que un gran agujero
en la tierra salpicado de otros agujeros ms
pequeos llenos con agua fangosa. Toda la
maquinaria pareca haber sido retirada y el trabajo
se haba detenido. Vicki ignoraba si ello se deba
al asesinato o a las inclemencias del tiempo.
Bueno meti las manos en los bolsillos del
abrigo. No hay ms que tierra.
***
No hay problema, Vicki Rajeet Mohadevan
guard las tres bolsas de bocadillos en los
bolsillos de su bata. Puedo analizarlas antes de
irme a casa esta noche sin que nadie se entere.
Vas a estar por aqu?
No Vicki descubri un destello de compasin
en el rostro del investigador, pero decidi
ignorarlo. Despus de todo, Rajeet estaba
hacindole un favor. Si no estoy en casa, te
importa dejarme un mensaje en el contestador?
En el mismo nmero?
El mismo nmero.
Rajeet sonri.
El mismo mensaje?
Vicki no pudo evitar devolverle la sonrisa. La
ltima vez que el laboratorio de la polica la haba
llamado a casa haba sido en medio de la peor
pelea que haban tenido Celluci y ella.
No. Esta vez un mensaje diferente.
Lstima Rajeet dej escapar un exagerado
suspiro de decepcin mientras ella se encaminaba
hacia la puerta. Ya he olvidado algunos de los
lugares en los que le dijiste que poda meterse su
cuaderno de incidencias esboz un saludo,
recuerdo de los viejos tiempos, cuando Vicki
haba sido una joven e intensa mujer de uniforme y
devolvi su atencin al informe que haba estado
cumplimentando antes de la interrupcin.
Mientras atravesaba el pasillo, rodeada por las
familiares baldosas blancas que parecan
abrazarla como un viejo amigo, Vicki consider la
posibilidad de dirigirse a la central para ver si
***
Detrs de la barricada policial, algo se agazapaba
***
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Captulo 5
...pese a que el Departamento
de Polica rehsa hacer
declaraciones en el momento
actual, la Oficina del Juez ha
confirmado que la sangre del
cuerpo de Mark Thompson, la
quinta vctima, haba sido tambin
drenada por completo. Un vecino
del rea de Don Mills Road y St.
Denis Drive, que desea permanecer
en el anonimato, jura que vio pasar
a un gigantesco murcilago gigante
junto a su balcn poco antes de que
el cadver fuera encontrado.
Jess Vicki arrug el peridico hasta
convertirlo en una apretada masa y lo arroj a la
pared del otro extremo. Murcilagos gigantes!
S, Coreen, s, pero...
Bien. Eso lo prueba, no?
Que prueba el qu? colocando el telfono
bajo su barbilla, Vicki se acerc a coger su caf.
Comenzaba a pensar que iba a necesitarlo.
Lo del vampiro. Haba un testigo. Alguien lo
vio! la voz de Coreen haba adoptado un tono
triunfante.
Vicki respir profundamente.
Un murcilago gigante podra ser cualquier
cosa, Coreen. Una bolsa de basura que hubiese
salido volando, la sombra de un avin, la colada
cayndose desde un balcn....
Y tambin podra ser un murcilago gigante. Va
a hablar con esa persona, ese testigo, verdad?
En realidad no era una pregunta, y a pesar de que
***
Celluci colg el telfono y cogi el peridico. No
saba si la disculpa haba resultado ms fcil
porque la haba ofrecido por telfono o ms dura
porque haba tenido que hablar con el condenado
contestador. No importaba. Lo haba hecho y el
siguiente movimiento le corresponda a ella.
Un segundo ms tarde, Dave Graham apenas tuvo
tiempo de apartar su caf de la lnea de fuego antes
de que su compaero arrojase el peridico contra
la mesa.
Pero t has visto este montn de mierda?
pregunt airado.
Lo del, eh... murcilago gigante?
Que se joda el murcilago! Estos cabrones
encuentran un testigo y no se les ocurre
comunicrnoslo.
***
Dios, odio estas malditas mquinas el
exagerado suspiro que sigui a sus palabras qued
grabado en su enfadada totalidad. Est bien. Yo
hubiera reaccionado de la misma manera.
Probablemente hubiera sido tambin un imbcil.
As que yo tengo razn, t tienes razn, todos
tenemos razn... qu tal si volvemos a intentarlo?
la cinta zumb por unos momentos mientras se
escuchaban solamente los sonidos de fondo: el
rumor de dos voces graves discutiendo, el ritmo
acompasado de una vieja mquina de escribir
manual y el sonido constante de las llamadas
telefnicas. Entonces la voz de Celluci regres,
mostrando solo la dureza suficiente como para que
***
Eh, Victoria, cunto tiempo sin verte.
S. Por lo menos han pasado un par de meses.
Cmo te va, Tony?
Tony encogi sus delgados hombros bajo la
chaqueta vaquera.
No va mal.
Ests limpio?
l la mir de soslayo. Sus ojos eran de un color
azul plido.
O que ya no eras una poli. No tengo por qu
decirte nada.
***
Vicki, no me importa lo que tu yonqui gur
pueda decirte y mucho menos lo que dice la
calle; no existen los vampiros y t ests
perdiendo la cabeza.
Vicki apart el telfono de su oreja antes de que
Celluci colgara con violencia. Sacudiendo la
cabeza, colg con bastante ms tranquilidad. De
acuerdo, le haba avisado. Lo haba hecho a pesar
de lo que le deca el sentido comn y a pesar de
saber perfectamente cul sera su reaccin.
Independientemente de lo que ocurriese aquella
noche, su conciencia estara tranquila.
***
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Captulo 6
Henry desperdig el contenido del enorme bolso
negro sobre la mesita de caf. Se arrodill y
comenz a registrar aquel caos. Buscaba algo que
se asemejase a una tarjeta de identificacin; una
cartera, un tarjetero, cualquier cosa. Nada.
Nada? Era imposible. En estos tiempos nadie
sala sin identificacin, ni siquiera los que solo lo
hacan de noche. Finalmente, encontr tanto el
tarjetero como la cartera dentro de un bolsillo
lateral, accesible sin necesidad de abrir siquiera
el principal.
Victoria Nelson, investigadora privada. Sin
darse cuenta, haba estado conteniendo la
respiracin mientras registraba el resto de los
papeles. Una investigadora privada, gracias a
Dios. Tema haber secuestrado a algn agente de
polica de paisano, lo que habra desencadenado
hacerle dao.
Para su sorpresa, ella le crea. Puede que fuera su
tono, o el timbre de su voz, o la bolsa de hielo que
sostena contra su mandbula. O puede que su
cerebro se hubiera lesionado, lo que pareca ms
probable.
Nunca quise hacerle ningn dao. Siento ella
not que la bolsa de hielo se mova ligeramente
lo ocurrido, pero no cre que tuviera tiempo para
explicarme.
Con mucho cuidado, Vicki abri un ojo y luego el
otro.
Explicar el qu? el valo plido que era el
rostro del hombre pareca flotar en la tenue luz.
Dese poder verlo con ms claridad.
Yo no mat a ese hombre. Encontr el cadver
poco despus de que usted apareciera.
Un demonio.
Los demonios no... La oscuridad se
arremolinaba en torno a la oscuridad y de pronto
ya no estuvo all. Oh.
Mientras se incorporaba, Henry estuvo a punto de
sonrer. Prcticamente poda ver cmo ella
registraba los hechos, aceptaba la evidencia y
cambiaba su visin del mundo para ajustarse a
ello. No pareca que la hiciera feliz, pero lo haca
a pesar de todo.
Qu estaba usted haciendo all? le agrad el
que su voz sonase casi normal.
Qu debera decirle? Pese a que no se mostraba
exactamente receptiva y no se la poda culpar
por ello, tampoco era abiertamente hostil. La
verdad, entonces, o toda la verdad posible sin
comprometer su seguridad.
Estaba cazando al demonio. Pero llegu un poco
***
Henry, Duque de Richmond, haba sentido aquella
mirada especulativa sobre l durante toda la
comida. Cada vez que miraba en su direccin, ella
le estaba mirando a su vez, pero cada vez que
intentaba encontrar sus ojos, ella lo esquivaba y
observaba recatadamente su plato. La larga curva
de sus pestaas tan negras que forzosamente
tenan que ser teidas se apoyaba entonces
contra la delicada curva de unas mejillas de
alabastro. En una ocasin crey haberla visto
sonrer, pero enseguida pens que la luz le haba
jugado una mala pasada.
Mientras Sir Thomas, sentado a su izquierda,
peroraba sobre las ovejas, hizo girar una uva entre
sus dedos. Se preguntaba quin podra ser aquella
dama. Tena que pertenecer a la nobleza local,
invitada a Sheriffhutton para la ocasin, porque sin
duda la recordara si hubiese pertenecido a la
comitiva que lo haba acompaado en su viaje
resfriados nocturnos?
No. Amo la noche.
Su voz le record al mar y de pronto tuvo la
impresin de que podra arrastrarlo a las
profundidades con la misma facilidad. En el saln,
bajo la luz de las antorchas, haba credo que no
era mucho mayor que l mismo, pero aqu fuera, a
la luz de las estrellas, pareca no tener edad. Sus
labios se le haban secado repentinamente. Busc
algo ms que decir.
No estuvisteis en la cacera de hoy.
No.
No os gusta la caza, entonces.
A pesar de la oscuridad reinante, sus ojos
atraparon los de l.
Oh, s que me gusta.
***
Una vampiresa? Henry mir asombrado a
Christina. Pretenda hacer un chiste.
De veras? ella se apart de la ventana, con
los brazos cruzados debajo del pecho. As es
como me llama Norfolk.
habitual naciste?
En mil trescientos veintisiete. El ao en que
Eduardo III ascendi al trono. El abuelo de tu
abuelo no haba sido concebido todava.
No era difcil pensar en ella como en una belleza
sin edad, inclume a travs de los siglos. A partir
de eso, no resultaba imposible creer el resto.
Vampiresa.
Ella ley la aceptacin en su rostro y abri los
brazos. La tnica suelta que vesta cay al suelo y
liber su presa, dejando que apartara la mirada
ahora que estaba segura de que no lo hara.
Me destruirs? pregunt con dulzura
mientras tenda la red de su belleza sobre l.
Me enviars a la pira? O tendrs la fuerza para
amarme y recibir la recompensa de mi amor?
La luz del fuego proyect su sombra contra los
***
Fue idea tuya, verdad?
El Duque de Norfolk inclin la cabeza. Sus ojos
parecan sepultados en sombras y las profundas
arrugas que enmarcaban su boca no haban estado
all un mes atrs.
S admiti pesadamente pero ha sido por tu
propio bien, Henry.
Mi propio bien? en la boca de Henry estall
una amarga sombra de risa. Ms bien por el
tuyo. Eso te acerca mucho al trono vio que el
***
Christina! corri hacia ella, se arroj a sus
pies y escondi la cabeza en su falda. Por un
instante, su nico mundo fue el contacto de sus
manos y el sonido de su voz. Cuando al fin
consigui reunir la fuerza suficiente para
apartarse, todava no bastaba para mirarla a la
cara. Qu ests haciendo aqu? Padre y
Norfolk, al menos, sospechan, y si te encuentran...
Ella desliz sus fros dedos sobre su frente.
No me encontrarn. Poseo un refugio seguro
Christina.
Tampoco puedes vivir conmigo, exactamente
le record.
Vivir, morir, no-vivir, no-morir... se arroj a
sus pies y abri los brazos. Nada me importa si
estoy contigo.
Eres muy joven.
Sus palabras carecan de conviccin y l pudo ver
la indecisin en su rostro. Ella lo quera! Oh,
bendito Jess y todos los santos, ella lo quera!
Qu edad tenas cuando moriste? pregunt
con decisin.
Ella se mordi el labio.
Diecisiete.
Yo los tendr dentro de dos meses volvi a
soportar.
Norfolk situ guardias en su puerta. Henry, digno
hijo de su padre por primera vez en su vida, los
despidi.
Dos meses despus de aquello, mientras afamados
doctores se rascaban la cabeza, asombrados por su
fracaso, mientras Norfolk haca registrar el
vecindario en una bsqueda infructuosa, ella
volvi a llevarlo hasta su pecho y l bebi la
sangre de la vida eterna.
***
Djame ver si lo he entendido bien; eres el hijo
bastardo de Enrique VIII.
As es Henry Fitzroy, una vez Duque de
Richmond y Somerset, Seor de Nottingham y
Caballero de la Liga, apoy la frente contra el fro
cristal de la ventana y dej que su mirada vagara
Victoria.
Vicki nunca haba credo que los nombres
contuvieran poder, ni que el pronunciarlos
otorgara ese poder a otros, pero no pudo evitar
volverse lentamente.
Gracias por no sugerir que le contara todo esto
a la Polica.
Ella buf.
La Polica? Acaso parezco idiota?
No. No lo pareces.
Ha tenido muchsimo tiempo para perfeccionar
esa sonrisa, se record ella, mientras trataba de
calmar el repentino y errtico tumulto de su
corazn. Se volvi hacia la puerta, tropez, logr
abrirla y sali lo ms dignamente que pudo de la
habitacin. Se detuvo un instante para recobrar el
aliento a pesar de su cercana. Vampiros.
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Captulo 7
Vicki decidi volver a casa paseando. Las calles
del centro no eran oscuras y en Woodbine se haba
desenvuelto bien con mucha menos luz. Levant el
cuello de su abrigo, enterr profundamente las
enguantadas manos en los bolsillos, por costumbre
ms que por fro y comenz a recorrer la calle
Bloor en direccin oeste. No estaba muy lejos y
necesitaba pensar.
El fro del viento contra su rostro le hizo bien, y
pareci calmar el golpeteo que azotaba su cabeza.
Pese a que tena que caminar con cuidado,
resultaba infinitamente mejor que el traqueteo que
hubiera sufrido de haber tomado un taxi.
Y necesitaba pensar.
Vampiros y Demonios. O, por lo menos, un
vampiro y un demonio. En los ocho aos que haba
exterior de la iglesia.
Has tenido una siesta agradable? pregunt en
el mismo momento en que las pesadas puertas de
madera se cerraban detrs de ellos.
Siesta? repiti Vicki, mientras se pasaba una
mano por los cabellos. Supongo que s.
Henry examin su rostro con expresin
preocupada y el ceo fruncido.
Ests bien? El golpe de antes fue bastante
malo.
No. Estoy bien obviamente, haba sido un
sueo. No tienes acento seal; en el sueo s
que lo tena.
Lo perd hace varios aos. Vine a Canad al
poco de acabar la Primera Guerra Mundial. Ests
segura de que ests bien?
No es de tu incumbencia.
Dnde te llev?
Tampoco es de tu incumbencia volvi a
incorporarse y aproxim su cara a la de l.
Ests celoso, Celluci?
Celoso? Maldita sea, Vicki! levant las
manos como si pretendiera sacudirla de nuevo,
pero las dej caer mientras ella entornaba sus ojos
y levantaba las suyas a su vez. Tengo seis
cadveres ah fuera. No quiero que el tuyo sea el
sptimo.
Ella adopt un tono de voz peligrosamente bajo.
Pero t s que puedes ponerte en la lnea de
fuego.
Qu tiene eso que ver? Tena conmigo a la
mitad del jodido Cuerpo de Polica. T estabas
sola!
***
No mam, no estoy enferma. Es que anoche me
acost muy tarde. Estaba trabajando en un caso
Vicki sostena el auricular del telfono entre el
hombro y la oreja mientras se serva una taza de
caf.
Al otro lado de la lnea escuch cmo su madre
suspiraba profundamente.
l frunci el ceo.
Porque te pido que tengas cuidado?
Porque pareces asumir que no lo tendr. Porque
pareces asumir que voy a hacer algo estpido.
Est bien extendi los brazos en un gesto de
rendicin. Qu te parece no hagas nada que yo
no hara?
Ella consider la posibilidad de decir, esta noche
voy a hacer una visita a un vampiro. Qu te
parece eso? Pero decidi que no era buena idea y
contest:
Pens que no queras que hiciera nada estpido.
l sonri.
Te llamar dijo. Y se march.
Todava ests ah, mam?
***
Henry, soy Caroline. Tengo entradas para el
Fantasma el da cuatro de mayo. Dijiste que
queras verla y esta es tu oportunidad. Llmame a
lo largo de los prximos dos das si ests libre.
Era el nico mensaje del contestador. Henry
sacudi la cabeza con un vago sentimiento de
decepcin. No haba razn alguna para que Vicki
Nelson hubiese llamado. Ni tampoco para que l
lo desease.
poda.
Haban pasado casi un ao de noches juntos.
Un convento? Henry levant el codo,
desenredando una larga trenza de cabello color
bano de la parte trasera de su cuello.
Perdname si te digo esto, bella, pero no creo que
disfrutes de la vida conventual.
No estoy bromeando, Enrico. Me marcho con
las Hermanas Benedictinas maana mismo,
despus de la primera misa.
Henry no pudo hablar durante un momento. El
mero pensamiento de su Ginevra encerrada,
apartada del mundo, le golpe con tanta fuerza
como si se tratara de un golpe fsico.
Por qu?logr decir al fin.
Ella se sent, cruzando los brazos alrededor de sus
rodillas.
***
La muchacha corri a ocultarse
detrs de la pesada mesa. Sus ojos
color zafiro brillaban.
Pens que erais un
caballero, seor!
una secta?
El deseo concentrado es una parte importante de
lo que trae al demonio a este mundo, y la mayora
de los grupos no pueden alcanzar el necesario
estado de unicidad mental se encogi de
hombros. Dada la tasa de xitos, lo ms
probable es que se trate de una sola persona.
Ella imit su encogimiento de hombros.
Entonces contemos con lo que dictan las
posibilidades. Existe alguna caracterstica o
rasgo distintivo que deba buscar?
Henry alarg un brazo y comenz a tamborilear
con los dedos sobre la tapicera.
Si lo que preguntas es si existe una clase
especfica de persona que convoca a demonios, la
respuesta es no. Bueno arrug el entrecejo
mientras reconsideraba la cuestin, de alguna
manera s. Sin excepcin, son personas que buscan
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Captulo 8
Norman recorri con la mirada el interior de El
Gallo y el Toro y frunci el ceo. Las noches del
jueves, el viernes y el sbado, las noches que
haba dedicado a su propsito de conocer chicas,
llegaba pronto lo que normalmente significaba a
las 9:30 10:00 de la noche para asegurarse de
encontrar una mesa libre. De este modo, alguien
tendra que compartirla con l. Esta noche, la del
jueves antes del largo fin de semana de Pascua, el
pub estudiantil estaba tan vaco que pareca que no
tendra compaa.
Irse a casa por Pascua. Menuda chorrada, pens
con suficiencia, mientras con su dedo acariciaba
arriba y abajo la condensacin que se haba
formado en su vaso de ginger ale bajo en caloras.
Sus padres haban parecido decepcionados, pero
l se haba mostrado inflexible. Los chicos
realmente guay pasaban el fin de semana en la
a su apartamento.
Y bien? demand. Dijiste que tenas algo
que ensearme, algo que demostrara la existencia
del vampiro al resto del mundo si no era el
Renfield de esta historia, no alcanzaba a
imaginarse qu papel poda jugar.
Norman frunci el ceo. Haba l dicho eso? No
crea haberlo hecho.
Yo... eh... tengo algo que mostrarte, s, pero no
se trata exactamente de un vampiro.
Coreen buf y se levant. Camin hacia la puerta.
S, ya me lo imagino algo que mostrarle. Si
se atreva a hacerlo, ella se lo cortara.
No, de verdad Norman se levant a su vez, un
poco tambaleante sobre las suelas de sus botas de
vaquero. Lo que puedo ensearte demostrar
que hay fuerzas sobrenaturales actuando en la
***
Mientras el dolor retroceda, la furia creca ms y
ms.
Se ha redo de m. Comparto el secreto del siglo
con una chica estpida que cree en los vampiros
y ella se re de m. Cuidadosamente, pues todava
no estaba seguro de si sus piernas podran
sostenerlo, Norman se puso en pie. Todo el mundo
se re siempre de m. Siempre me eligen el ltimo
para jugar al baloncesto. Nunca llevo la ropa
adecuada para el resto de los tos. Incluso se
ren de m cuando consigo calificaciones
perfectas en los exmenes. Eventualmente, haba
renunciado a hablarles de todo ello; de las
matrculas de honor, de sus proyectos utilizados
como ayudas para el estudio por los profesores,
abertura y lo encendi.
Entonces fue al armario vestidor y recogi el
hibachi y la caja de leche de plstico.
Coloc la diminuta barbacoa tan cerca como le fue
posible del ventilador. Apil tres piedras de
carbn vegetal formando una pequea pirmide,
las roci con lquido inflamable y arroj sobre
ellas una cerilla. La corriente del ventilador y los
fuertes vientos que soplaban en torno al edificio
disiparon la mayor parte del humo. Desconect el
detector de humos de su habitacin, as como los
otros cuatro que haba en el pasillo del noveno
piso. No quera tener que preocuparse por el poco
humo que pudiera permanecer en la habitacin.
Dej que el fuego ardiera y creciera mientras
sacaba las pinturas de colores con las que trazara
el pentagrama.
El suelo de baldosas sin encerar no absorba bien
la tiza, as que l utilizaba pinturas pastel. No
***
Todava enfurecida, Coreen detuvo el coche en el
aparcamiento del McDonalds. Norman Birdwell.
No poda creer que hubiese llegado a hablar con
Norman Birdwell, y mucho menos que hubiese
subido a su apartamento. Sus palabras haban
***
Lleg atravesando la tierra. Prefera viajar de
aquella manera porque as no tena que
desperdiciar su energa en permanecer invisible. Y
hasta que se hubiese asesinado, no tena demasiada
energa para desperdiciar. Enseguida pudo sentir a
su presa sobre su cabeza, pero esper. La sigui
hasta que no sinti ninguna otra presencia cercana.
Entonces emergi.
El deseo de alimentarse era intenso, casi
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Captulo 9
Ampliando nuestra noticia de
cabecera, continan las extraas
muertes en el rea de Toronto. El
sptimo cuerpo fue encontrado por
la Polica a primeras horas de esta
maana en la avenida Foxrun, al
sur del Club de Campo y Golf de
Oaksdale. Los investigadores de
Homicidios presentes en el lugar
del crimen han confirmado que la
muerte se produjo despus de un
fuerte golpe en la garganta, pero
no confirman por el momento si el
cuerpo tambin haba sido vaciado
su sangre. La Polica no revelar el
nombre de la vctima hasta que se
haya notificado a los parientes ms
cercanos. En otro orden de cosas,
***
***
ste, ste o ste la mirada de Henry alternaba
entre el mapa y la pgina con los smbolos.
Puedes descubrir cul es el prximo punto del
patrn? Vicki se inclin sobre la mesa, tan lejos
como le era posible del grimorio. Vacilaba en
decir que del antiqusimo libro emanaba un aura
de maldad pues le sonaba a clich de novela de
terror, pero no se le haba pasado por alto que
incluso Henry evitaba tocarlo en la medida de lo
posible.
Henry, ocupado con el transportador y la regla, ri
con poca alegra.
Los tres siguientes puntos en tres posibles
patrones seal el mapa.
***
Henry se apoy contra la valla del cementerio y
contempl la pequea coleccin de tranquilas
tumbas. La mayora contaba con lpidas de piedra,
de tamao y edad uniformes. Los pocos
monumentos de mrmol resultaban pretenciosos y
parecan encontrarse fuera de lugar.
Hacia el oeste, el cementerio se interrumpa en la
canalizacin del ro Humberd. El rumor sordo de
las aguas subterrneas llenaba la noche de sonido.
la matanza.
Deba detener al demonio durante los pocos
segundos que transcurriran entre su aparicin y el
golpe mortal, porque una vez que la sangre de la
vctima tocase la tierra, se las tendra que ver con
el Seor Demonaco. Desgraciadamente, el patrn
haca posible que la muerte se produjese en un
rea ms amplia de la que l poda vigilar de una
vez, as que haba hecho la nica cosa que poda
hacer: trazar un pentagrama extendido ms all de
los lmites del rea, dejando sin cerrar los ltimos
quince centmetros. Cuando el demonio penetrase
en su interior, para tomar una vida que se
encontrase all o asesinar una que hubiese llevado
consigo, lo cerrara. Una prisin esotrica como
aquella no durara ms que unos pocos segundos,
pero le proporcionara el control durante el tiempo
suficiente como para llegar hasta el demonio y...
... y detenerlo Henry suspir y se levant el
cuello de su gabardina. Temporalmente el
Pas la medianoche.
Henry sinti que el corazn de la oscuridad se
extenda y que la corriente de maldad se haca ms
fuerte por momentos. Se puso tenso. Tendra que
moverse entre un latido de su corazn y el
siguiente.
Entonces la corriente comenz a desvanecerse.
Cuando se hubo disipado hasta no ser ms que una
mera posibilidad, Henry volvi a consultar el
reloj. 1:20. Esa noche, por alguna razn, el peligro
haba pasado.
El alivio hizo que se dejara caer sobre la valla,
sonriendo de manera estpida. No haba deseado
la lucha. Estaba agradecido porque se hubiese
demorado. Volvera al centro de la ciudad. Tal vez
se pasase por el apartamento de Caroline, comiese
algo y pasase el resto de las horas que quedaban
hasta el amanecer sin preocuparse por la
posibilidad de ser hecho pedazos por las hordas
del Infierno.
Apacible, no cree?
El anciano de cabellos blancos nunca supo lo
cerca que haba estado de morir. Solo la
renovacin del latido del patrn, como si hubiese
podido sentir la inminencia de la muerte, haba
detenido el golpe de Henry. Ocult los colmillos
bajo los labios y enterr sus temblorosas manos en
los bolsillos.
Le he asustado?
No la noche se encargaba de ocultar al
cazador mientras Henry pugnaba por volver a
levantar su mscara de civilizacin. Me he
sobresaltado. Eso es todo.
La brisa que corra desde el ro le haba impedido
captar el aroma de la sangre y el sonido del agua
haba camuflado el de los zapatos de suela de
crespn al aproximarse. Poda excusrsele por
***
***
No puedo creerlo! Norman dio una patada al
expendedor de peridicos. El tacn de sus botas
golpe el metal, provocando un estrpito sordo,
muy satisfactorio para l. No haba terminado de
leer la noticia de portada sobre la sptima vctima
y ya haba descubierto que el demonio haba
matado a la chica equivocada. Y lo que era peor,
haba asesinado a la chica equivocada el jueves
por la noche y l haba tenido que esperar al
sbado para enterarse.
Coreen haba vivido dos das ms!
retrocedi precipitadamente.
Probablemente sabe kung fu o algo semejante.
Volvi a colocar el peridico bajo su brazo y se
dirigi hacia su apartamento. Durante el trayecto,
volvi a dar una patada al expendedor de
peridicos. El cajero automtico ms cercano
cerraba a las seis. Era imposible llegar a tiempo.
Tendra que dirigirse al centro comercial al da
siguiente para encontrar uno abierto.
Y todo aquello por culpa de la anciana seora.
Cuando hubiese administrado un castigo apropiado
al demonio y se hubiese asegurado de que Coreen
reciba lo que se mereca, puede que tuviese
tiempo para hacer algo en lo referente al problema
de la inmigracin.
El latido de su cabeza se hizo an ms intenso.
***
Mira esto!
Restregndose el rostro con las manos, Vicki
respondi sin levantar la mirada.
Ya lo he ledo. Yo lo traje, recuerdas?
Es que la ciudad entera ha perdido la cabeza?
La ciudad entera est aterrorizada, Henry
volvi a ponerse las gafas y suspir. Pese a que no
tena la menor intencin de contrselo, lo cierto
era que ella misma haba dormido la noche
anterior con la luz encendida y todava tena muy
presente la sensacin de un despertar brusco, con
el corazn en la garganta, empapada de sudor,
segura de que algo estaba trepando por la escalera
de incendios en direccin a su ventana. T has
tenido muchos aos desde 1536 para
acostumbrarte a la muerte violenta. El resto de
nosotros no somos tan afortunados.
Los tres peridicos del sbado mostraban la
***
Anicka Hendle acababa de terminar un turno
Hermanos Dalton.
Puedo hacer algo por ustedes caballeros?
normalmente eran demasiado torpes o estaban
demasiado bebidos para que el sarcasmo tuviera
algn efecto sobre ellos, pero no haba perdido la
esperanza.
Bien... la sonrisa de Roger era un tajo
iluminado en medio del valo gris de su cara.
Puedes contarnos por qu nunca te vemos de da.
Anicka suspir; estaba demasiado agotaba para
tratar con cualquier idea estpida que se les
acabase de ocurrir.
Soy enfermera; estoy en el turno de noche
dijo. Habl lentamente, pronunciando las palabras
con claridad. Por consiguiente, trabajo durante
las noches.
No basta Roger tom otro largo trago de la
botella que sostena en la mano izquierda. La mano
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Captulo 10
Levantaos todos para escuchar la palabra del
Seor. Leeremos hoy el Evangelio segn san
Mateo, captulo veintiocho, versculos uno al siete.
Alabada sea la palabra del Seor.
Al terminar el Sabbat, mientras comenzaba a
amanecer el primer da de la semana, vinieron
Mara Magdalena y la otra Mara para ver el
sepulcro. Y, contemplad el portento, hubo un
gran terremoto; porque el ngel del Seor
descenda a la Tierra, y vino e hizo rodar la
piedra que obstrua la entrada, y se sent sobre
ella. Su semblante era como el relmpago y su
tnica, blanca como la nieve: y por miedo de l,
los guardianes temblaron y se quedaron como
muertos. Y el ngel alz la voz y dijo a las
mujeres: no temis, porque s que buscis a
Jess, el que fue crucificado. No se encuentra
***
Atrs, por favor. Hganse a un lado.
Con las manos atadas a la espalda, los dos
***
estpida.
No quiero que esto vuelva a ocurrir, Vicki. Los
peridicos empezaron esto. Ellos pueden ponerle
fin.
Vicki repas los detalles de la vida y la muerte de
Anicka Hendle, garabateados entre hojas de papel
de su propia mano, y no le cost comprender la
rabia y la frustracin de Celluci. De hecho, un eco
de aquella misma rabia y aquella misma
frustracin recorra su espina dorsal como un dedo
helado.
Har lo que pueda.
Esperemos que sea suficiente.
Reconoci al instante la finalidad de esta ltima
frase y supo que l estaba colgando. Grit su
nombre. Los segundos que tuvo que esperar antes
de saber que l la haba odo fueron los ms largos
que haba pasado en mucho tiempo.
Qu? gru l.
Estar en casa esta noche.
Ella poda escuchar su respiracin as que supo
que segua al aparato.
Gracias dijo Celluci al fin. Colg de forma
casi cuidadosa.
Desde donde se sentaba, junto a la pared trasera
de Druxy, Vicki poda ver la puerta, as como la
mayor parte de las calles Bloor y Yonge a travs
de las enormes ventanas. Haba decidido que la
historia era demasiado importante como para
arriesgarse a una conversacin telefnica que
pudiese provocar algn malentendido, y haba
logrado convencer a Anne para que se encontraran
en aquel lugar a la hora de la comida. Saba que,
hablando cara a cara, contaba con ms
posibilidades de convencer a la columnista de que
la prensa tena parte de la responsabilidad en que
no se produjera un segundo caso como el de
Anicka Hendle.
Mordi descuidadamente el extremo de cartn
plegado de su vaso de caf. Henry deseaba que la
prensa dejase de cubrir el asunto del vampiro
para protegerse y Vicki se haba mostrado de
acuerdo en ayudarlo en todo lo que pudiera.
Debiera haberse dado cuenta de que Henry no era
el nico que se encontraba en peligro. El vaso se
rompi y ella solt un improperio cuando el caf
caliente se verti sobre su mano.
Valiente detective. Podra haberte golpeado en
la cabeza con una barra de hierro y ni siquiera te
habras dado cuenta de que me encontraba aqu.
Cmo...?
He entrado por la pequea puerta de la esquina
este, oh gran investigadora Anne Fellows tom
asiento frente a Vicki y se sirvi cuatro sobres de
azcar en el caf. Y ahora, qu es eso tan
importante como para que tengas que arrastrarme
***
Henry Fitzroy no puede ponerse en este
momento, pero si deja su nombre y su nmero de
telfono despus de la seal, se pondr en contacto
con usted tan pronto como le sea posible. Si eres
t, Brenda, deja de preocuparte. Lo tendr
acabado antes de la fecha lmite.
Mientras sonaba el tono, Vicki se pregunt quin
sera Brenda y que sera aquello que Henry tena
que acabar. Entonces record al Capitn Macho y
a la joven damisela de los senos turgentes. La idea
de un vampiro con un contestador automtico
continuaba divirtindola, aunque tena que admitir
que resultaba muy til. Criaturas de la noche,
bienvenidas al siglo veinte.
Henry, soy Vicki. Mira, no tiene mucho sentido
que vaya a verte esta noche. No tenemos nada
***
... as como todos los cables, el generador y un
supresor de corriente. En suma, un sistema
completo Vicki tamborile con el extremo de su
***
Celluci se present poco despus de las nueve.
Vicki examin su expresin durante largo rato.
Dijo:
Te han tratado con guantes de seda.
Como si estuviesen caminando sobre cscaras
de huevo reconoci l con expresin enfadada.
Tienen buena intencin.
No me hables de sus intenciones arroj el
abrigo sobre una silla. Las conozco
perfectamente!
La pelea que sigui los dej a ambos exhaustos.
***
El viento doblaba los rboles que rodeaban el
cementerio. Sus siluetas eran desiguales y
salvajes. Henry se estremeci. Tres noches de
espera haban afilado su susceptibilidad. Deseaba
una lucha de cualquier clase.
Hasta perder sera mucho mejor que esto.
Sus conocimientos sobre los demonios estaban
llenos de lagunas que la imaginacin deba llenar y
su imaginacin lo haca servicialmente.
La senda de poder, esperando todava un ancla,
trepidaba malhumorada. El domingo de Pascua
haba llegado y la simblica resurreccin de
Cristo la debilitaba.
Entonces cambi.
El latido se aceler y la oscuridad se espes.
Haba all algo ms que la noche.
En algn lugar, Henry lo supo inmediatamente, el
pentagrama haba sido dibujado. El fuego ya
estaba encendido. La llamada haba comenzado.
Su cuerpo se tens y extendi sus sentidos,
preparado para cerrar su propio pentagrama a la
menor seal. Era l. El demonio menor. Si no
lograba detenerlo, lo seguira el maestro. Y con l,
el fin del mundo. Su mano derecha se alz y traz
en el aire el signo de la cruz.
Seor, prstame tu fuerza.
Lo siguiente que supo fue que se encontraba de
rodillas sobre la tierra hmeda. De sus ojos,
sensibles a la luz, brotaban lgrimas mientras una
detrs de otra, innumerables imgenes de gloria
danzaban en el interior de sus prpados.
***
La tercera gota de sangre cay sobre las brasas y
el aire que haba sobre el pentagrama se
estremeci y cambi. Norman se sent sobre sus
talones y esper. Aquella misma tarde haba
averiguado dnde viva Coreen. Piratear los
archivos de la universidad sobre los estudiantes
haba resultado insultantemente fcil. Aquella
noche no habra errores. Ella pagara por lo que le
haba hecho.
El latido de su cabeza creci y creci hasta que
pareci que todo el mundo pareci estar
trepidando con l.
Arrug la frente mientras el trmulo brillo se haca
ms pronunciado y la vaga silueta de la criatura
comenzaba a aparecer a la vista. Pareca estar
luchando contra algo, debatindose contra algn
oponente invisible. Su boca se abri en un
silencioso aullido y abruptamente, el pentagrama
qued vaco.
En el mismo instante, las brasas que haba sobre el
hibachi ardieron con tal fuerza que Norman tuvo
que apartarse hacia atrs para evitar que las
llamas lo alcanzaran. El latido se convirti en un
agudsimo zumbido. Desesperado, Norman se tap
los odos con las manos, pero aquello sigui y
sigui y sigui.
Durante tres o cuatro segundos, unas llamas de
casi dos metros danzaron frente a sus ojos.
Entonces, el acero templado del hibachi se fundi
y se convirti en escoria, las llamaradas
desaparecieron y un golpe de viento proveniente
del centro del pentagrama apag la velas y las
arroj contra la pared, donde quedaron aplastadas.
Esto no es p-posible balbuci en medio del
repentino silencio.
El eco todava repicaba en sus odos, pero incluso
el latido haba desaparecido, dejando tras de s tan
***
Cuando recobr la vista, Henry logr ponerse de
nuevo en pie a duras penas. Nada le haba
golpeado con tanta fuerza desde haca siglos. Sin
embargo, en ningn momento, ni siquiera durante
el primer instante de pnico que haba seguido a la
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Captulo 11
Coreen atraves las puertas momentos antes de
que la clase diera comienzo y se dirigi hacia el
grupo de sus amigos. La mirada frgil y traslcida
de sus ojos revelaba que haba dormido poco y
haba llorado mucho. Incluso el brillo rojizo de
sus cabellos pareca haberse apagado.
El grupo se abri para hacerle sitio. En la
seguridad de aquel crculo, se le ofrecieron
numerosas sonrisas de simpata y conmocin. Pese
a que Janet haba sido amiga de todas ellas,
Coreen era la ltima que la haba visto con vida, y
eso le otorgaba a su dolor una inmediatez de la que
careca el resto.
Ninguno de ellos, y Coreen menos que nadie, haba
advertido la expresin de odio que atravesaba el
rostro de Norman Birdwell cada vez que miraba
en su direccin.
***
Vicki se dej llevar por la corriente de estudiantes
y, conducida por ella, sali en el autobs. Las
conversaciones escuchadas a escondidas durante
***
Norman tom el primer asiento disponible. Su
mano herida debiera haberle hecho merecedor de
uno, pero ninguno de sus egostas y egocntricos
compaeros se dign a ofrecrselo. Y eso a pesar
de que los mir a todos y cada uno de ellos.
Malhumorado, extrajo la calculadora del bolsillo
delantero de su camisa y comenz a calcular el
tiempo que le iban a llevar sus gestiones en el
centro de la ciudad. En aquel mismo instante se
estaba perdiendo una clase de geometra analtica.
Sera la primera clase a la que faltaba en su vida.
A sus padres les dara un ataque si se enteraban.
No le importaba. Al igual que en el pasado se
haba dedicado a conseguir todos los
sobresalientes y matrculas de honor posibles
llevaba un minucioso registro de todas las notas
que haba obtenido en su vida, se haba
apercibido durante los ltimos das de que en la
vida haba cosas ms importantes.
***
Algo nuevo para hoy? pregunt Greg mientas
tomaba asiento en la silla que el otro acababa de
dejar vaca. Debera haber esperado un poco ms.
La silla estaba todava caliente. Odiaba sentarse
en una silla que el culo de otro hubiera calentado.
El coche de la seora Post, del 1620, volvi a
calarse en la rampa del aparcamiento Tim ri
entre dientes y se rasc la barba. Cada vez que
lo intentaba arrancar, el coche se le iba para
abajo, le entraba el pnico y se le volva a calar.
Finalmente tuvo que dejarlo rodar hasta que qued
apoyado contra la puerta del fondo del garaje y
volvi a empezar desde all. Casi se me salen las
tripas de la risa.
Algunas personas observ Greg no
nacieron para conducir coches normales se
inclin y recogi un paquete que haba sobre el
suelo, junto a la mesa. Qu es esto?
***
Mientras la luz del sol abandonaba la ciudad,
Henry comenz a despertar. Poco a poco, cobr
consciencia de las sbanas que cubran su cuerpo
desnudo, de cada una de las hebras que dibujaban
una lnea diferente contra su piel, de la tenue
corriente de aire que acariciaba sus mejillas como
***
Investigaciones Privadas Nelson puesto que
Vicki buf.
Intuicin vamprica?
Si quieres llamarlo as.
As que has decidido quedarte en casa esta
noche porque tienes una sensacin extraa?
Esencialmente, s.
Vas a dejar que los demonios anden sueltos por
toda la ciudad solo a causa de un presentimiento?
No creo que vaya a haber ningn demonio suelto
por la ciudad esta noche.
Qu? Por qu no?
Por lo que ocurri anoche. Cuando el poder de
Dios se extendi y dijo no.
Qu has dicho?
ltimamente?
l haba sonredo con cansancio.
Seorita Nelson. Esta gente no hace otra cosa
ms que actuar de manera extraa.
Vicki consult su reloj. 9:27. Cmo demonios se
le haba hecho tan tarde? Haba estado desde las
cuatro de la tarde tratando de dar con Celluci, sin
ningn xito. Aunque saba que las probabilidades
de encontrarlo a esta hora en el trabajo eran
mnimas, decidi volver a intentarlo. No estaba
all. Ni tampoco en su casa.
Despus de dejarle un nuevo mensaje, colg.
Bien, no podr decir que no he intentado
transmitirle toda la informacin relevante.
Clav la lista en el pequeo tablero de notas que
haba sobre la mesa. De hecho, no tena la menor
idea de lo relevantes que podan ser aquellos
marcharme inmediatamente.
Muy bien, muy bien. Es solo que, como no
pudiste venir para Pascua, pens que podra
dedicarme un poco de tiempo ahora. He tenido
unas vacaciones muy tranquilas. Ya sabes, un poco
de televisin, cenar sola, irme a la cama
temprano...
No importaba que Vicki fuera consciente de que su
madre la estaba manipulando. Nunca haba servido
de nada.
Muy bien, mam. Puedo dedicarte algo de
tiempo.
No quiero molestarte, cario.
Madre...
Casi una hora ms tarde, Vicki pudo por fin colgar
el auricular. Consult su reloj y gru. Jams se
haba encontrado con alguien tan capacitado como
***
Henry descolg el auricular y entonces apret los
dientes cuando el que haba llamado colg sin
dejar siquiera que el mensaje finalizara. Haba
pocas cosas que odiara ms, y ya era la tercera vez
que le ocurra aquella noche. Haba conectado el
contestador al sentarse a escribir, ms por hbito
que por cualquier otra razn. Su intencin era
contestar si era Vicki la que llamaba. Pero, claro,
***
Eh, Victoria!
Vicki se encontraba dentro de una cabina
telefnica entreabierta. Se volvi, mientras su
corazn realizaba una interpretacin personal pero
bastante fiel del funcionamiento de un martillo
neumtico.
Tony sonri.
Oye, mira que ests tensa. Crea que habas
dicho que no ibas a volver a trabajar de turno de
noche.
En el turno de noche le corrigi ella de forma
ausente, mientras su corazn comenzaba a recobrar
un ritmo normal. Acaso parece que estoy
trabajando?
Siempre parece que ests trabajando.
Vicki suspir y lo mir de arriba abajo.
Fsicamente no tena buen aspecto. La ptina de
mugre que lo cubra revelaba que haba estado
durmiendo en la calle, y su rostro demacrado que
las comidas no haban sido demasiado abundantes
en los ltimos tiempos.
No tienes buen aspecto.
***
Los tres carbones ardan en el fondo de una sartn
de hierro que su madre le haba comprado. Era la
primera vez que la utilizaba. El oro, el incienso y
la mirra ya haban sido aadidos. Las tres gotas de
sangre crepitaban en el fuego. Norman se apart
rpidamente. Por si acaso.
La noche anterior, algo haba impedido que el
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Captulo 12
Sabes lo que es un grimorio?
S, maestro se alzaba, encorvado, en el centro
mismo del pentagrama. Todava temeroso despus
del ardiente dolor que lo haba enviado de vuelta a
su mundo la ltima vez que fuera convocado.
Bien. Irs aqu.
El amo le mostr un edificio sealado sobre el
mapa. Tradujo la informacin a su propia imagen
de la ciudad, una visin ms compleja y mucho
menos limitada.
Te dirigirs a este edificio por la ruta ms
directa. Robars el grimorio del apartamento 1407
y volvers de inmediato al pentagrama utilizando
la misma ruta. No permitas que nadie te vea.
los suyos.
Sinti tambin una vida junto al libro, pero no
reconoci su naturaleza; demasiado rpido para
ser un mortal y demasiado lento para ser un
demonio. No lo comprenda pero, qu poda
importar eso? La comprensin no le era necesaria.
Husme el metal que rodeaba el cristal y no le
impresion. Un metal blando, un metal mortal.
No dejes que te vean.
Si no poda ver la calle, entonces las vidas de la
calle no podran verlo a l. Hinc las garras en el
marco y arranc la puerta de sus goznes.
***
El capitn Roxborough se
acerc, con las manos a ambos
lados del cuerpo y los ojos verde
***
Abajo, Owen! Tranquilo! la seora Hughes
se inclin sobre la correa y logr cogerla y atar
con ella al perro justo antes de que el animal,
ladrando de forma histrica, se precipitase hacia
delante y la arrastrase por todo el pasillo.
Owen, cllate! apenas poda escuchar sus
propios pensamientos. El perro era tan ruidoso...
sus ladridos, al rebotar contra las paredes,
resultaban an ms molestos de lo que haban sido
dentro del apartamento. Aunque el edificio estaba
insonorizado, aquel estrpito deba de estarse
oyendo en todos los apartamentos. Tena que sacar
a Owen a la calle antes de que el comit de
vecinos se decidiera a sacarla a ella.
Una puerta se abri al otro extremo del corredor y
apareci un vecino al que apenas conoca. Se
trataba de un militar retirado, dueo a su vez de
otros dos pequeos perros, cuyos ladridos podan
escucharse provenientes del interior de su
***
Un fluido viscoso y amarillento manaba de sus
numerosas heridas. Recogi el grimorio y coje
hasta el balcn. Los nombres y encantamientos que
contena aquel volumen de conocimientos
demonacos suponan un peso terrible. Con mucho,
era la cosa ms pesada que jams hubiera tenido
que transportar. Y adems estaba herido. Aquel
no-mortal con el que haba luchado haba logrado
herirlo. La mayor parte de su superficie se agitaba
con lentitud, cambiando de un negro moteado de
gris a un gris moteado de negro y la membrana de
su ala derecha haba sido desgarrada.
***
La seora Hughes sonri al escuchar a Owen
saltar entre los arbustos. Para su tranquilidad, el
animal se haba calmado en el ascensor y desde
entonces se haba comportado como una oveja.
Como si fuera consciente de sus pensamientos,
reapareci en un claro, se asegur de que ella
segua all, ladr con alegra y volvi a sus juegos
entre los arbustos.
***
Vicki entorn la mirada, tratando
desesperadamente de enfocar las turbias y
distantes luces. Saba que el brillante haz de luz
blanca que se internaba en el barranco tena que
ser el reflector de un coche de polica, pero no
consegua distinguir el coche en cuestin. Poda
or una confusa algaraba de voces, pero no
localizaba a la multitud de la que deba provenir.
Era tarde. Debera estar en el apartamento de
Henry. Pero deba de haber algo all que pudiera
hacer para ayudar... con una mano apoyada en el
muro de hormign que rodeaba la oficina central
de ManuLife, se volvi hacia la plaza de St. Paul y
se dirigi hacia la luz.
Nunca dejaba de asombrarla lo rpidamente que
un accidente de cualquier clase poda atraer a una
misma en el proceso.
Mierda, mierda, mierda! no es que fuera muy
creativo, pero la hizo sentir mejor.
Apoy la espalda contra el sof, puso una mano
sobre el cuerpo de l y sac las llaves de sus
pantalones. Si iba a salvar la vida de Henry no
poda perder ms tiempo forzando cerraduras.
Necesita ms sangre. Tengo que encontrar a
Tony.
Trat de ponerse en pie a toda prisa, lo que no
result ser una buena idea. El mundo se desliz
hacia un lado y corri tambaleante hacia la puerta.
Cmo poda haber tomado tanto en tan poco
tiempo? Respirando pesadamente, logr salir al
pasillo y llam frentica al ascensor.
***
Dios mo, es Owen.
***
Tena que llegar a Yonge y Bloor, pero su cuerpo
no estaba cooperando. Su confusin no se estaba
desvaneciendo. De hecho, empeoraba cada vez
ms y se vea obligada a esquivar un objeto tras
otro. Pero, obstinadamente, se negaba a abandonar.
Para cuando alcanz la calle Church, la rendicin
se haba convertido en una posibilidad plausible.
Eh, Victoria.
***
Greg observaba, con los ojos muy abiertos, por
encima del hombro del fornido agente de polica.
Todo lo que alcanzaba a ver de la seora Hughes
era un zapato con la planta manchada de rojo y un
poco de una pierna cubierta con leotardos. El
investigador bloqueaba la visin del cuerpo.
Pobre seora Hughes. Pobre Owen.
No hay duda el juez se levant e indic con
un gesto a los camilleros de la ambulancia para
que se hicieran cargo del cuerpo. Lo mismo que
los otros.
Un murmullo atemorizado recorri la multitud. Lo
mismo que los otros. El vampiro!
***
Vampiros. Demonios. Tony se dio un golpecito
con la ua del pulgar contra los dientes y estudi
el rostro de Vicki con expresin neutral aunque
cautelosa.
Por qu me cuentas este secreto a mi?
Vicki se dej caer sobre la pared del ascensor y se
frot las sienes. Eso era. Por qu?
Porque estabas cerca. Porque me debes algunos
favores. Porque confo en ti y s que no me
traicionars.
***
Con dificultad a causa del temblor de sus manos,
Greg logr abrir el casillero de la sala de recreo y
sac el poste de crquet de su caja.
***
Tratando de no pensar en la profundidad o la
gravedad del corte, Vicki limpi la herida y,
despus de presionar todo lo que pudo los
desgarrados bordes de la piel y el msculo, la
vend con la gasa. El brazo de Henry se
estremeci, pero no hizo ademn alguno de
apartarlo.
Tony mantena los ojos cuidadosamente apartados.
Con la percepcin del yo vino la confusin. De
quin se estaba alimentando? El olor de Vicki era
inconfundible, pero no conoca al otro joven.
Poda sentir cmo retornaban sus fuerzas, cmo su
cuerpo comenzaba a curarse. Ya tena sangre ms
que suficiente para mantenerse con vida. Ahora,
***
En el ascensor, Greg golpeaba el poste de casi un
metro de longitud contra su pierna. En realidad no
crea que Henry Fitzroy fuera un vampiro. No del
todo. Pero es que tampoco poda creer que la
seora Hughes estuviera muerta y, sin la menor
duda, lo estaba. A lo largo de su prolongada vida
haba llegado a descubrir que la creencia no tiene
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Captulo 13
Henry se puso trabajosamente en pie. Le costaba
mantener el equilibrio. Se balance.
Debo...
Vicki corri a su lado, lo sostuvo y le ayud a
volver al sof.
Qu debes hacer? Ahora mismo no puedes ni
tenerte en pie.
Debo recuperar el grimorio antes de que el
Seor Demonaco sea convocado apart las
manos de ella y volvi a levantarse, ms firme esta
vez. Si comienzo ahora mismo, podra ser capaz
de seguir el rastro del demonio. Si quiere llevarse
el grimorio consigo, tiene que mantener por fuerza
su forma fsica.
***
Ros de sangre recorran las
calles de la ciudad. Y quienes,
implorantes, se arrastraban por
ellas, volvan su rostro hacia Vicki
en busca de salvacin. Levant las
manos para auxiliarlos y vio que la
sangre manaba a borbotones de
grandes heridas melladas en sus
muecas.
Est llegando, Vicki Henry
Fitzroy cay de rodillas delante de
tono.
Seorita Nelson? Hola. Soy Coreen. Mire, si
ha estado tratando de localizarme, lo siento. Es
que no estaba por aqu. Me haba ido un tiempo
con unos amigos.
Vicki ech el cerrojo. Hablara con Coreen ms
tarde. De un modo o de otro, a medianoche el caso
estara cerrado.
Es que me encontraba un poco deprimida
porque la chica que asesinaron, Janet, era una
buena amiga ma. No es que pueda hacer nada,
pero pienso que si no hubiera sido tan idiota con
lo de Norman Birdwell, ella me hubiera esperado
para que la acercara a casa.
Mierda! la cerradura resultaba tan difcil de
volver a abrir como lo haba sido de cerrar.
Norman Birdwell era uno de los nombres de la
lista.
informacin.
Ms lo sentir cuando llegue el fin del mundo
murmur Vicki mientras cortaba la
comunicacin con el pulgar. El que le hubieran
dado la respuesta que era de esperar no lo haca
menos frustrante.
En el nmero que le haban proporcionado no se
oa ms el pitido de un mdem. Vicki colg
rpidamente.
Parece que tendr que confiar en Coreen.
8:17. Bostez. Poda pasar el resto del da
tratando de localizar a N. Birdwell, quien,
adems, poda o no ser Norman Birdwell, pero lo
que de verdad necesitaba eran otras cuatro o cinco
horas de sueo. Siempre le haba gustado
levantarse temprano y acostarse pronto. La prdida
de sangre, combinada con la falta de sueo, la
haba dejado atontada. Probablemente, a pesar de
todo debera ir a la universidad de York y tratar de
Consigue el grimorio.
Deja que la Polica se encargue del resto. Sonri a
su translcido reflejo. Dejar que la Polica se
encargara de ello... desde donde se sentaba,
sonaba agradable.
***
Coreen esperaba en el exterior del Auditorio
Burton, junto a la puerta principal. En medio de
aquella tarde de primavera cubierta y un poco
lluviosa, su pelo rojo pareca un faro iluminado.
He acabado el examen antes de lo que pensaba
dijo mientras Vicki se aproximaba. Menos
mal que usted tambin se ha adelantado. Me
hubiera aburrido de tener que esperar demasiado.
Mi coche est aparcado en la parte de atrs
mientras se diriga hacia l acompaada por Vicki,
se apart un mechn de cabello de la cara. Sus
brillantes ajorcas de plstico tintinearon. Nunca
***
Las cejas de Celluci dibujaron una aguda V al
encontrarse con la gran cantidad de mensajes
telefnicos que lo esperaban. Los desparram
sobre su mesa y comenz a comprobar sus
remitentes. Dos periodistas, una ta, Vicki, los de
la tintorera, uno de los periodistas de nuevo... y
de nuevo. Sin decir una palabra, gruendo, los
estruj y se los guard en el bolsillo. No tena
tiempo para esa clase de basura.
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Captulo 14
Henry sali de la ducha y frunci el ceo al
encontrarse frente a su reflejo en el espejo de
cuerpo entero. Los cortes menores y las abrasiones
que haba sufrido la noche anterior ya se haban
curado. El corte ms grave lo estaba haciendo y no
le causara problemas. Desenroll la tira de
esparadrapo de alrededor del vendaje de su brazo
y con mucho cuidado tir de la gasa. Dola.
Sospechaba que seguira hacindolo durante algn
tiempo, pero por el momento poda utilizar el
brazo si era cuidadoso. Haban pasado tantos aos
desde la ltima vez que sufriera una herida grave
que su mayor problema sera acordarse de ello
para no hacerse ms dao.
Se volvi ligeramente de lado y sacudi la cabeza.
Grandes manchas verdosas debidas a las
contusiones que ya comenzaban a desvanecerse
cubran todava la mayor parte de su cuerpo.
un ordena...
Henry estrell el auricular contra el telfono con
la suficiente fuerza como para agrietar el plstico.
Maldita sea volvi a escuchar el mensaje de
Vicki, por tercera vez desde que se pusiera el sol y
no le dijo nada nuevo. Esta vez colg con ms
cuidado. Nada pareca haber sufrido dao excepto
la carcasa.
9:17. El montn de chatarra metlica que haba
sido su televisin y la estructura de una mesita de
caf yacan apilados junto a la entrada, esperando
a que los bajaran al cuarto de la basura. No estaba
seguro de qu hacer con el sof. Para ser sinceros,
no le importaba un pice el sof. Por qu no
llamaba?
9:29. Todava quedaban manchas sobre la
alfombra y el balcn segua sin tener puerta
aunque haba cubierto la entrada con una plancha
de madera contrachapada, pero esencialmente
***
Haca ya un buen rato que se encontraba
consciente y desde entonces haba permanecido
***
Ya es suficiente! Henry se apart de la
ventana y se precipit hacia la puerta. Tena un
nombre y tena un lugar. Ya era hora de que se
uniera a la caza. No tendra que haber esperado
tanto.
Se fren junto a la puerta, recogi su abrigo y
logr aparecer en el pasillo con una cierta
apariencia de normalidad. Introdujo la llave en la
cerradura y se dirigi hacia las escaleras, odiando
la charada que le obligaba a caminar a la
velocidad de un mortal.
Una vez en el rellano, abandon la mscara y se
movi con tanta velocidad como sus doloridos
msculos le permitan.
***
Vicki se arrastr de vuelta a la conciencia
pensando, esto tiene que terminar. Cada vez que
trataba de moverse, cada vez que intentaba
levantar la cabeza, volva a sumergirse en el pozo.
Ocasionalmente, la oscuridad la reclamaba cuando
no estaba haciendo otra cosa que yacer
completamente inmvil, mientras trataba de
reservar sus fuerzas para otro intento de liberarse.
Voy a tener que pensar en algo ms.
El debatirse una vez tras otra no haba conseguido
ms que empeorar su condicin fsica. Su reloj
***
Pese a que reconoca la importancia de las
cmaras de vigilancia, a Greg nunca le haban
gustado. Siempre le hacan sentirse como un
mirn. Dos o tres guardias en patrulla constante
mientras otro los supervisaba desde una posicin
central en la caseta, esa era la clase de trabajo que
le gustaba. Una cmara no poda sustituir a un
hombre entrenado cuando llegaba el momento.
Pero a los hombres haba que pagarles y a las
cmaras no, as que ellas eran sus nicas
compaeras.
***
Henry haba llegado al sexto piso cuando el
sobreesfuerzo al que haba sometido a su cuerpo,
unido al castigo sufrido la noche pasada, comenz
a pasarle factura y tuvo que ralentizar su marcha
hasta acomodarla a un ritmo ms parecido al de
una carrera humana. Mientras doblaba el recodo
agarrado al pasamanos, gru al descubrir que sus
msculos no le respondan como debieran.
movimiento... lo s.
Tony se qued mirando al coche desaparecer a
toda velocidad, con los labios apretados y las
manos enterradas profundamente en los bolsillos.
Jugueteaba entre los dedos con una moneda de
cuarto de dlar.
***
Este es mi nmero de telfono Vicki le tendi
la tarjeta y le dio la vuelta para que l pudiera ver
el nmero escrito en el reverso. Y este es el
nmero al que puedes llamar si ests en apuros y
no puedes dar conmigo.
Mike Celluci? Tony sacudi la cabeza.
No me cae muy bien, Victoria.
Y qu?
Tampoco yo le caigo bien.
Norman Birdwell.
No s de qu chistera has sacado este nombre,
Nelson gru. Pero si acudo al rescate y no te
encuentro cubierta de mierda hasta el cuello, los
desarreglos oftalmolgicos y la inseguridad sern
los menores de tus problemas.
***
Norman le hablaba al grimorio. Llevaba un buen
rato hacindolo. Sus murmullos apagados haban
acabado por convertirse en un constante ruido de
fondo que acompaaba a Vicki en sus entradas y
salidas de la consciencia. Ocasionalmente lograba
distinguir unas pocas palabras, relacionadas
normalmente con que el mundo comenzara muy
pronto a tratar a Norman de la manera en que se
mereca. Vicki estaba harta.
Hey, Norman!
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Captulo 15
No era tan estpida como para subir a los coches
de los extraos. Se haba criado entre historias de
terror sobre secuestros y violaciones y jovencitas
cuyos cadveres eran encontrados semanas ms
tarde en avanzado estado de descomposicin en
canales de irrigacin. Pero a pesar de ello, todas
las advertencias de su madre se haban
desvanecido de sus pensamientos en el instante
mismo en que se haba encontrado con los ojos del
extrao y haba acudido a su llamada.
Las oficinas de administracin, dnde estn?
Saba dnde se encontraban las oficinas de
administracin, o al menos crea saber dnde se
encontraban... claro que ya no estaba segura de lo
que pensaba. Se humedeci los labios y respondi:
El edificio Ross haba visto una oficina en
vestbulo.
El primer tramo de escaleras que encontr
conduca solo al segundo piso. Encontr un
segundo, subi hasta el tercer piso y comenz a
seguir los nmeros que mostraban las placas de las
puertas. 322, 313, 316... 340? Se volvi y mir a
la salida de incendios que acababa de dejar atrs.
Tena que haber un patrn. Nadie, ni siquiera en el
siglo veinte, numerara las dependencias de un
edificio completamente al azar.
No tengo tiempo para esto gru. 340, 342,
344, 375a... al llegar a un corredor en cruz, los
nmeros se dividan en dos direcciones. Se
detuvo. Haba voces en alguna parte y decan
cosas que no poda ignorar.
Bueno, y qu esperabais? Habis pronunciado
el nombre de un Seor Demonaco en el templo de
su consorte.
Templo? Consorte? Haba ms gente
Norman.
S.
Dejaron de hablar despus de eso. No posean la
experiencia necesaria para comprender en plenitud
las implicaciones del tono de voz de Henry.
Grace le tendi el papel dubitativamente. No
estaba segura del todo de que fuera a conservar los
dedos.
Espere un momento protest el muchacho alto
. A m tampoco me gusta Norman, pero no creo
que debamos darle su... Henry se volvi y lo
mir directamente a los ojos. El muchacho se puso
plido y los cerr.
Mientras pona el coche en marcha y abandonaba
el aparcamiento quemando el caucho de sus
ruedas, Henry consult su reloj. 11:36. Le quedaba
muy poco tiempo.
***
... y una ltima lnea aqu Norman se
enderez y contempl orgullosamente el suelo de
su apartamento. El contorno blanco del pentagrama
quedaba casi oculto por los smbolos rojos y
amarillos que lo rodeaban. Acarici la pgina por
la que haba abierto el grimorio, siguiendo con las
yemas de los dedos el trazo del diagrama que
acababa de reproducir.
Pronto le dijo al libro. Pronto.
El olor de la pintura acrlica, tan cercano a la nariz
de Vicki, aumentaba sus nauseas y provocaba que
le picaran los ojos. Ya no tena fuerzas para
ignorarlo, as que lo soport sin ms. Se le haba
ocurrido la idea de borrar un poco el pentagrama
sin que Norman se diese cuenta, pero la haba
desechado al darse cuenta de que lo nico que
conseguira sera liberar al demonio mucho antes.
Tena que haber algo que ella pudiese hacer. No
***
Con la oreja aplastada contra el suelo por el peso
de su cabeza, todo lo que poda or era un rtmico
siseo, como el sonido del mar dentro de una
caracola. Permaneci escuchando ese sonido,
ignorando el cntico que se alzaba a su alrededor.
Podra haber identificado el edificio concreto
dentro del complejo aunque no hubiera tenido la
direccin. El poder que lo rodeaba, la inminencia
del mal, provocaban que cada pelo del cuerpo de
Henry se erizase. Sali del coche antes siquiera de
que se hubiese detenido por completo, y un
instante despus atraves la puerta cerrada de
cristal e irrumpi en el vestbulo. El cristal
***
Norman escupi la ltima palabra disonante y dej
que su mano izquierda se posara sobre el grimorio
abierto que sostena con la derecha. Le dola la
garganta, le picaban los ojos y temblaba de
excitacin, esperando la vibracin del aire que
sealara la proximidad del demonio.
No se produjo.
Un instante el pentagrama estaba vaco y el
pulsante latido entonaba un ritmo glorioso dentro
de su cabeza. Al siguiente, sin un aviso, algo
ocupaba el interior del pentagrama. Y en su
cabeza, aparte un tenue eco, reinaba el silencio.
Norman lanz un grito y cay de rodillas. Se
demasiado, verdad?
Solo la laxitud de sus msculos le dio el tiempo
suficiente para combatir el impulso de bajar la
mueca sangrante hacia el suelo. Repentinamente,
reconoci algo en la criatura y eso le dio fuerzas.
Yo... te conozco no su cara, no la criatura
especficamente, pero la esencia, oh, la esencia la
conoca bien.
Y yo te conozco a ti, Victoria algo se retorci
en el interior de los ojos del Seor Demonaco.
Y esta vez he ganado. Se ha acabado, Victoria.
Vicki odiaba realmente aquel nombre.
No hasta que... cante la gorda.
Un chiste? En tu posicin? Creo que haras
mejor en utilizar tu fuerza para suplicar clemencia
se alz y se limpi las manos contra los muslos
. Es una pena que no pueda permitrsete vivir.
***
Mientras Henry abandonaba el ascensor en el
noveno piso, el olor de la sangre estuvo a punto de
abrumarlo. Se elevaba por encima del persistente
hedor demonaco y lo atrajo hasta la puerta que
buscaba. Estaba cerrada.
El metal resisti. Pero la madera de la jamba se
astill y cedi.
***
He hablado con Henry Tony se termin la
gelatina y deposit el tazn sobre la bandeja.
Vino y me cont lo que haba ocurrido. Dijo que
tena derecho a saberlo. Es un to la mar de fro.
***
El sueo tardaba en llegar. Juguete con las
pldoras que pretendan que se tomara, escuchando
el creciente silencio del hospital.
Era cerca de la una de la maana cuando la puerta
volvi a abrirse.
***
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RESEA BIBLIOGRFICA
Tanya Huff
Naci en Halifax (Nueva Escocia) y se cri en
Ontario, donde reside en la actualidad. Public sus
primeros textos en The Picton Gazette cuando
tena diez aos y continu escribiendo mientras
trabajaba como cocinera en la reserva naval de de
Canad, mientras estudiaba comunicacin. Poco
tiempo despues se licenci en Ryerson
Polytechnical Institute y comenz a trabajar para
los almacenes Bakka, como dependienta durante
ocho. En el ao 2000 comenzo a escribir una
columna para una revista de Toronto.
La autora ha escrito nmerosas obras y tiene una
recopelacin de historias cortas. Sus obras han
sido nominadas para los premios Aurora. Una de
sus obras mas importantes es La saga de novelas
vampricas que tiene como protagonista a Vicki
Nelson, cuya primera entrega es El precio de la
El precio de la Sangre
La investigadora privada Vicki Nelson presencia
el primer ataque perpetrado por una fuerza de
siniestra magia que pronto sembrar el terror
sobre Toronto. A medida que los asesinatos se
suceden, Vicki se involucra ms y ms en la
investigacin. Renueva su tormentosa relacin con
un antiguo novio, el polica Mike Celluci, mientras
se asocia con el escritor Henry Fitzroy, hijo
ilegtimo de Enrique VIII, que a lo largo de los
siglos ha acumulado conocimientos sobre los
anhelos de vida ms all de la muerte de un
vampiro. A menos que Vicki, Mike y l consigan
encontrar el modo de detener la amenaza, su
verdadera naturaleza podra ser descubierta y su
Saga de la Sangre
1. Blood Price (1991) - El precio de la Sangre
2. Blood Trail (1992) - El Rastro de la Sangre
3. Blood Lines (1992) - El Linaje de la Sangre
4. Blood Pact (1993) - El Pacto de la Sangre
5. Blood Debt (1997) - La Deuda de la Sangre
***
Tanya Huff.
Ttulo original ingls: Blood Price
Editor original: Daw Books, Mayo/1991
Traduccin: Manuel Mata lvarez-Santullano
de esta edicin: La Factora de Ideas, S.L.
Primera edicin: abril de 2007
Diseo de la coleccin: Dami Mathews
ISBN: 978-84-96689-58-9
Depsito legal: B-9941-2007