3.2. Las Leyes de Burgos y Valladolid
3.2. Las Leyes de Burgos y Valladolid
3.2. Las Leyes de Burgos y Valladolid
Textos y documentos de
la aventura americana, Madrid, Castalia, 2012, pp. 253-288.
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LAS LEYES DE BURGOS Y VALLADOLID
Conocidas bajo el ttulo de Leyes de Burgos, Las ordenanzas reales
para el buen regimiento y tratamiento de los indios se promulgaron tras la
junta que convoc el rey Fernando el Catlico, en Burgos, con el fin de discutir
la situacin de los indios y el trato que reciban por parte de los encomenderos.
Elaboradas en 1512, fueron aprobadas en la ciudad castellana, el 27 de
diciembre de dicho ao, y sancionadas por el rey Fernando el Catlico, a la
sazn rey de Aragn y regente de Castilla.
Las Leyes de Burgos, como seala Rogelio Prez-Bustamante, son el
primer cuerpo general legislativo que se dio para las Indias (Prez-Bustamante,
1991: 89) y anticiparon el nacimiento del Derecho Internacional. Son el primer
documento de la legislacin americana y un ejemplo de justicia y humanidad.
Los repartimientos y la encomienda, como hemos sealado, se haban
instituido mediante cdula de la reina Isabel, dictada en Medina del Campo, el
20 de diciembre de 1503. Con la encomienda se aceptaba el trabajo forzoso de
los indgenas, aunque se mantena el pago de un salario. Pero la encomienda
se convirti en un medio de explotacin de los indios, que fueron
desapareciendo por las epidemias, los trabajos forzados, los suicidios, la
esclavitud o las guerras. Por una parte, los colonos necesitaban mano de obra
para trabajar en las minas; por la otra, la Corona tena unos gastos
descomunales y reclamaba, por tanto, riqueza. El problema, an se complic
ms, como explica Mara Luisa Martnez, porque los indios haban sido
declarados libres, estatus difcil de conciliar con el sistema de la encomienda.
De esta manera,
tem, ordenamos e mandamos que dentro de dos aos los hombres y las mujeres
anden vestidos, y por cuanto podra acaecer que andando el tiempo con la doctrina
y con la conversacin de los cristianos se hagan los indios tan capaces y tan
aparejados a ser cristianos y sean tan polticos y entendidos que por s sepan
regirse y tomen la manera de la vida que all viven los cristianos, declaramos y
mandamos y decimos que es nuestra voluntad que los que as se hicieren hbiles
para poder vivir por s y regirse a vista y arbitrio de nuestros jueces que ahora en la
dicha isla estn o estovieren de aqu adelante, que les den facultad que vivan por s,
y les manden servir en aquellas cosas que nuestros vasallos ac suelen servir o las
que all concurrieren semejantes a la calidad de las de ac, para que sirvan e
paguen el servicio que los vasallos suelen dar e pagar a sus prncipes.
Leyes de Burgos
Las ordenanzas para el tratamiento de los indios
Don Fernando, etc., por cuanto yo e la serensima reina doa Isabel mi muy
cara e muy amada mujer que santa gloria haya siempre tovimos mucha
voluntad que los caciques e indios de la isla de San Juan veniesen en
conocimiento de nuestra santa fe catlica, y para ello mandamos hacer e se
hicieron algunas ordenanzas 2 as por Nos como por nuestro mandado el
Comendador Bobadilla y el Comendador Mayor de Alcntara, gobernadores
que fueron de la isla de San Juan, e despus Don Diego Coln nuestro
Almirante, Visorrey e Gobernador de la isla Espaola e de las otras islas que
fueron descubiertas por el Almirante su padre e por su industria, e nuestros
oficiales que residen en la dicha isla, e segn se ha visto por luenga expiriencia
dyz que todo no basta para que los dichos caciques e indios tengan el
conocimiento de nuestra fe que sera necesaria para su salvacin, porque de
su natural son inclinados a ociosidad y malos vicios de que Nuestro Seor es
deservido e no a ninguna manera de virtud ni dotrina y el principal dao que
La mayor preocupacin que tena la Junta, tal como aqu se evidencia, era la
evangelizacin de los indios, compromiso adoptado por los Reyes en las Bulas. Muchas leyes
tienen que ver, por tanto, con la evangelizacin como fundamento y norma. La dificultad de
evangelizar resida, en gran medida, en la falta de convivencia entre los indios y los colonos,
por vivir en lugares separados. Es por ello que en las ordenanzas se establece que convivan
cerca unos de otros para una mejor evangelizacin y, sobre todo, para poder erradicar algunas
costumbres de los nativos, contrarias al cristianismo. Son leyes que tratan de la forma de
proceder en la evangelizacin del indio.
4
Aqu aparecen una serie de medidas concretas para que los indios tengan contacto
y comunicacin con los cristianos. Se legislan ciertas obligaciones de culto.
indio adoleciere ser brevemente socorrido y curado y se dar vida con ayuda
de Nuestro Seor a muchos que por no saber de ellos y por no curarlos
mueren y a todos se les excusar el trabajo de las idas y venidas, que como
son lejos sus estancias de los pueblos de los espaoles5 les ser harto alivio y
no morirn los que mueren en los caminos, as por enfermedades como por
falta de mantenimientos, y los tales no pueden recibir los sacramentos que
como cristianos son obligados y segn se les dara adoleciendo en los dichos
pueblos, y los nios que nacieren sern luego bautizados y todos servirn con
menos trabajo y a ms provecho de los espaoles por estar ms contino en
sus casas, y los visitadores que tovieren cargo de ellos visitarlos han mejor y
ms a menudo y les harn proveer de todo lo que les falta e no darn lugar que
les tomen sus mujeres e hijos como lo hacen estando en los dichos sus
asientos apartados, y cesarn otros muchos males e daos que a los dichos
indios se les hacen por estar tan apartados, que porque all son notorios aqu
no se dicen y se les seguir otros muchos provechos para la salvacin de sus
nimas como para el provecho e utilidad de sus personas y conservacin de
sus vidas. Por las cuales cosas e por otras muchas que a este propsito se
podran decir, fue acordado que para el bien y remedio de todo lo susodicho
sean luego trados los dichos caciques cerca de los pueblos de los dichos
espaoles que hay en la dicha isla, y para que all sean tratados e industriados
e mirados como es razn y siempre lo deseamos, mando que de aqu adelante
se guarde e cumpla lo que adelante ser contenido.
Primeramente ordenamos e mandamos que por cuanto es nuestra
determinacin de mudar los dichos indios y hacerles estancias junto con las de
los espaoles, que ante todas cosas las personas a quien estn
encomendados o se encomendaren los dichos indios, para cada cincuenta
indios hagan luego cuatro bohos6 cada uno de a XXX pies de largo e quince
de ancho e V mil montones, los tres mil de yuca y los dos mil de ajes e
doscientos e cincuenta pies de aj e cincuenta pies de algodn, y as por este
respeto creciendo y menguando segn la cantidad de los indios que tovieren
5
Una vez trasladados los indios de su lugar, y dndoseles una pequea hacienda
propia (una docena de gallinas y un gallo, as como el fruto de ello), se quemarn las chozas
de origen para que no intenten regresar a ellas.
para
ello,
los
cuales
encargamos
mandamos
cuan
tem, porque se sepa cmo aprovecha cada uno en las cosas de la fe,
mandamos que de quince en quince das les tome cuenta la tal persona que
tiene cargo de lo que supiere cada uno por si particularmente, e les muestre lo
que no supieren, e que asimismo les ensee los diez mandamientos e siete
pecados mortales y los artculos de la fe a los que a la tal persona pareciere
que tengan capacidad e habilidad para los aprender, pero esto sea con mucho
amor e dulzura, e la tal persona que as no lo cumpliere incurra en seis pesos
de oro de pena, los dos para la nuestra Cmara e los otros dos para el que lo
acusare, e los otros dos para el juez que lo sentenciare y ejecutare, la cual
dicha pena mando que ejecuten luego en las personas que en ella incurrieren.
Otros, porque a M es hecha relacin que en las estancias los
espaoles e indios que en ellas residen estn mucho tiempo sin or misa y es
razn que la oigan, a lo menos las pascoas e domingos y fiestas y en cada
estancia no podr haber clrigos para decir misa, ordenamos y mandamos que
donde hobiere cuatro o cinco estancias o ms o menos en trmino de una
legoa, que en la estancia que ms en comarca estoviere de todas las otras se
haga una iglesia, en la cual iglesia pongan imgenes de Nuestra Seora y
cruces y un esquiln para que all vengan todos los domingos, pascoas e
fiestas de guardar a rezar e or misa, e asimismo a recibir algunas buenas
amonestaciones que los clrigos que les dijeren misa les dirn, y el clrigo que
les dijere la misa les ensee los mandamientos y artculos de fe y las otras
cosas de la dotrina cristiana para que sean industriados y enseados en las
cosas de la fe e tomen uso de rezar e or misa, e para que as lo hagan
mandamos que los espaoles que estovieren en las estancias con los dichos
indios e tovieren cargo de ellos, sean obligados de los llevar todos juntos luego
por la maana a la iglesia los das susodichos y estar con ellos hasta ser dicha
la misa, y despus de oda la dicha misa los tornen a las estancias e les hagan
tener sus ollas de carne guisada, por manera que aquel da coman mejor que
otro ninguno de la semana, e aunque algn da falte que no haya clrigo que
les diga misa, que no embargante esto todava los lleven a la iglesia para que
recen e hagan oracin e tomen buena costumbre, pero si las otras estancias
estovieren en comarca donde buenamente se pueda ir a or la dicha misa que
en ellas hobiere, que los tales vecinos sean obligados de los llevar all so pena
que cualquier persona que toviere cargo de los dichos indios e los dejare de
llevar caiga en pena de diez pesos de oro, los seis pesos como se contiene en
el captulo antes de este y los cuatro sean los dos para la obra de la dicha
iglesia y los dos para el clrigo que los enseare.10
tem, porque nuestra voluntad es que a los dichos indios se les
busquen todos los mejores medios que se puedan para inclinarlos a las cosas
de nuestra santa fe catlica, e si hobiesen de ir ms lejos de una legoa a misa
los domingos e fiestas sentirlo han por grave, ordenamos e mandamos que si
fuera de la susodicha legoa a donde mandamos hacer la dicha iglesia hobiere
otras estancias, aunque sean en un mismo ro donde las otras estovieren, que
se haga una iglesia de la manera susodicha.
Otros, ordenamos, encargamos e mandamos a los perlados e clrigos
que de aqu adelante llevaren los diezmos de las tales estancias donde
estovieren los dichos indios, que den contino clrigos para que en las dichas
iglesias de las tales estancias digan misas los domingos e pascoas e fiestas de
goardar, e que asimismo los tales clrigos tengan cargo de confesar a algunos
que habr que se sepan confesar e amuestren a los que no lo supieren hacer,
e as Nuestro Seor ser muy servido y de lo contrario ha sido y ser
deservido.
Otros, ordenamos y mandamos que en las minas donde hobiere copia
de gente 11 se haga una iglesia en logar conveniente, cual a vos el dicho
Almirante e jueces e oficiales o a la persona que por vosotros fuere sealada
pareciere, de manera que todos los indios que andovieren en las dichas minas
puedan alcanzar a or misa las dichas fiestas, e mandamos que todos los
pobladores e vecinos que trajeren los dichos indios a sacar oro sean obligados
a tener con ellos la misma orden que mandamos que se tenga con los que
andovieren en las estancias, como arriba se contiene, so las mismas penas de
suso contenidas, las cuales aplicamos como arriba se contiene.
10
11
Los indios han de ser instruidos en la fe, como mandan las Bulas pontificias.
Se manda, asimismo, edificar iglesias en las minas donde trabajen muchos indios.
y el otro al juez que lo sentenciare y el otro para el clrigo que tiene cargo de la
estancia o logar donde se enterraren.12
Otros, ordenamos y mandamos que ninguna persona que tenga indios
en encomienda ni otra persona alguna eche carga a cuestas a los indios,13
pero a los indios que andovieren en las minas e cuando se mudaren de un
lugar a otro, que estos tales puedan llevar e lleven su hato e mantenimientos a
cuestas, porque hemos sido informados que all no se pueden tener bestias en
que se lleven, lo cual se guarde e cumpla as so pena que la persona que
echare carga al tal indio contra el tenor e forma de este mi captulo pague por
cada vez dos pesos de oro, lo cual sea para el hospital del lugar donde fuere
vecino el tal morador, e si la carga que as echare al tal indio fuere de
mantenimientos tambin la haya perdido y sea para el dicho hospital.
Otros, ordenamos e mandamos que todos los vecinos e pobladores
que tienen indios en encomienda sean obligados de hacer bautizar todos los
nios que nacieran dentro de ocho das despus que as hobieren nacido o
antes si la tal criatura toviere necesidad de ser bautizado, e si no hobiere
clrigo que lo haga sea obligado el que tiene cargo de la tal estancia de los
bautizar conforme a lo que en semejantes necesidades se suelen hacer, so
pena que el que as no lo compliere incurra por cada vez en tres pesos de oro,
los cuales mandamos que sean para la iglesia donde la tal criatura se
bautizare.
Otros, ordenamos e mandamos que todas las fundiciones que de aqu
adelante se hicieren en la dicha isla despus que los dichos indios se hayan
trado a las dichas estancias, sean de la manera que de yuso ser declarado, y
es que cojan oro con los indios que las tales personas tovieren encomendados
cinco meses del ao e que complidos estos cinco meses huelguen los dichos
indios cuarenta das, y que el da que hobieren de dejar la labor de coger el oro
al cabo de los cinco meses se les asigne en la cdula que se diere a los
mineros para ir a las minas, e que en el mismo da que as llevare sealado se
12
suelten de la labor todos los indios del partido donde aquella fundicin se
hobiere de hacer, de manera que todos los indios de cada partido se vayan en
un mismo da a holgar a sus casas los dichos cuarenta das,14 e que en todos
los dichos cuarenta das ninguno pueda volver a coger oro con ningn indio si
no fuere esclavo, so pena que por cada indio que no fuere esclavo que
cualquier persona trujere en las minas dentro del dicho trmino de los dichos
cuarenta das en la dicha cdula contenidos pague medio peso de oro aplicado
en la forma susodicha, y mandamos que en estos dichos cuarenta das vos los
dichos nuestros oficiales seis obligados de tener hechas las fundiciones, e
mandamos que a los tales indios que as salieren de las minas no se les pueda
mandar ni mande durante los dichos cuarenta das cosa alguna salvo levantar
los montones que tovieren en este tiempo, e que las tales personas que
tovieren en encomienda los dichos indios sean obligados en estos cuarenta
das que as huelgan de los dotrinar en las cosas de nuestra fe ms que en los
otros das, pues ternn lugar para ello.
Otros, porque hemos sido informados que si se quitasen a los dichos
indios sus aretos15 e se les impidiese que no lo hiciesen como suelen, se les
hara muy de mal, ordenamos y mandamos que no se les ponga ni consienta
poner ningn impedimento en el hacer los dichos aretos los domingos e fiestas
como lo tienen por costumbre, e asimismo los das de labor no dejando por ello
de trabajar lo acostumbrado.
Otros, porque en el mantener de los indios est la mayor parte de su
buen tratamiento e aumentacin, ordenamos e mandamos que todas las
personas que tovieren indios sean obligadas de los dar a los que estovieren en
las estancias e de les tener contino en ellas pan e ajes e aj abasto, e que a lo
menos los domingos, pascoas16 e fiestas les den sus ollas de carne guisadas
como est mandado en el captulo que habla que los das de fiestas que fueren
a misa coman mejor que los otros das, e que los das que hobieren de dar
14
Por cada cinco meses trabajados en las minas, los indios descansarn cuarenta
das. Se trata de la regulacin de la organizacin de los poblamientos.
15
Se refiere a los bailes tradicionales de los indios, denominados aretos. Por las
Ordenanzas, se obliga a los colonos a que permitan que los indios continen con sus
tradiciones, por el dao que les causara su prohibicin.
16
Se regula tambin la alimentacin de los indios y, especficamente, de los que
trabajaban en las minas como proteccin jurdica y civil de los indios.
carne a los de las estancias se lo den al respecto que se manda dar a los que
andan en las minas, e que a los indios que andovieren en las minas les den
pan e aj e todo lo que hobieren menester e les den una libra de carne cada
da, e que el da que no fuere de carne les den pescado o sardinas o otras
cosas con que sean mantenidos, e los que estovieren en las estancias los
dejen venir a los bohos a comer, so pena que la tal persona que toviere los
dichos indios e no cumpliere todo lo susodicho en este captulo contenido caiga
e incurra por cada vez que no lo cumpliere en pena de dos pesos de oro, lo
cual se reparta [para] nuestra Cmara e para el acusador e juez que lo
sentenciare, como de suso est declarado.
Asimismo, ordenamos y mandamos que entre las otras cosas que se
han de mostrar de nuestra fe a los indios les hagan entender cmo no deben
tener ms de una mujer ni dejar aqulla,17 e que las tales personas que los
tovieren en encomienda e vieren que alguno de ellos no entienden esto como
se debe entender o vieren que tienen discrecin e habilidad para ser casados e
gobernar su casa procuren que se casen a ley e a bendicin como lo manda la
santa madre iglesia con la mujer que mejor les estoviese, especialmente a los
caciques que les declaren que las mujeres que tomaren no han de ser sus
parientes, y que los visitadores tengan cargo de procurar como esto se les d
bien a entender e se lo digan muy a menudo, e que lo mismo lo diga a todos
los que le entendieren y que le diga y le haga decir todas las razones que hay
para que as lo hagan, e que hacindolo as salvarn sus nimas.18
Otros, ordenamos y mandamos que todos los hijos de los caciques
que hay en la dicha isla e hobiere de aqu adelante de edad de trece aos
abajo se den a los frailes de la orden de San Francisco como por una mi cdula
lo tengo mandado, para que los dichos frailes les amuestren en leer y escrebir
y todas las otras cosas de nuestra santa fe, los cuales los tengan cuatro aos
mostrando e despus los vuelvan a las personas que se los dieron e los tenan
encomendados, para que los tales hijos de caciques muestren a los dichos
indios, porque muy mejor lo tomarn de ellos, e si el tal cacique toviere dos
17
18
Se condena la bigamia.
Se condena el incesto o el matrimonio entre parientes.
hijos d el uno a los dichos frailes e el otro sea el que mandamos que haga
mostrar a los que tovieren indios.
Otros, ordenamos y mandamos que ninguna mujer preada despus
que pasare de cuatro meses no la inven a las minas ni hacer montones,19 sino
que las tales personas que las tienen en encomienda las tengan en las
estancias e se sirvan de ellas en las cosas de por casa que son de poco
trabajo, as como hacer pan e guiar de comer e desherbar, e despus que
parieren cren su hijo hasta que sea de tres aos, sin que en todo este tiempo
le manden ir a las minas, ni hacer montones ni otra cosa en que la criatura
reciba perjuicio, so pena que las personas que tovieren indios de repartimiento
e as no lo cumpliere por la primera vez incurra en seis pesos de oro de pena,
los cuales se repartan como de suso se contiene, e por la segunda vez le sea
quitada la mujer e a su marido e pague los dichos seis pesos de oro, e por la
tercera le sean quitados mujer y marido e seis indios, de los cuales Nos
podamos hacer merced como de cosa vaca a quien nuestra merced e voluntad
fuere.
Otros, ordenamos y mandamos que todos los que tienen o tovieren de
aqu adelante en la dicha isla indios de repartimiento sean obligados a darles a
cada uno de los que as tovieren una hamaca en que duerman continuamente
e que no los consientan dormir en el suelo como hasta aqu se ha hecho, la
cual dicha hamaca sean obligados a les dar dentro de doce meses primeros y
siguientes despus que tengan los dichos indios sealados por repartimiento, e
mandamos que los nuestros visitadores tengan mucho cuidado de mirar cmo
se dan e tiene cada indio la dicha hamaca e apremien a la tal persona que los
toviere en cargo que si no se la hobiere dado se la d dentro de los dichos
doce meses primeros y siguientes, lo cual mandamos a vos el dicho Almirante
e jueces que ejecutis en quien en ella cayere; y porque en dando alguna cosa
a algn indio luego procura de trocalla por otra, mandamos que los tales indios
sean amonestados por los visitadores a que no truequen las dichas hamacas
por otras cosas, e si las trocaren mandamos a los dichos visitadores que
19
Se prohbe que las mujeres embarazadas, a partir del cuarto mes, trabajen en las
minas. Se ordena, asimismo, que tales mujeres puedan criar a sus hijos hasta los tres aos de
edad.
20
El patrn espaol deba construir cuatro chozas y dar a cada indio una hamaca
para dormir.
21
Se respeta, en cierto modo, la autoridad de los caciques, a los que se les exime de
los trabajos ordinarios y se les da varios indios de servicio.
indios que hobieren crecido o menguado entre una fundicin y otra, y nos lo
hagan saber cuando nos enviaren el oro que en la tal fundicin nos cupiere.23
Otros, ordenamos que persona ni personas algunas no sean osados
de dar palo ni azote ni llamar perro ni otro nombre a ningn indio sino el suyo
propio que toviere, y que si el indio mereciere ser castigado, la tal persona que
a cargo los toviere los lleve a los visitadores que los castigue (sic), so pena que
la persona que contra lo susodicho pasare pague cinco pesos de oro, la cual
dicha pena se reparta en la manera susodicha.24
Otros, porque Nos habemos sido informados que muchas personas
de las que tienen indios en encomienda los ocupan en haciendas e granjeras
de que Nos somos deservidos, ordenamos y mandamos que cada uno que
toviere indios en encomienda sea obligado de traer la tercia parte de ellos en
las minas cogiendo oro, o ms de la tercia parte si quisiere, so pena que si no
lo cumpliere incurra en tres pesos de oro por cada indio que faltare de la dicha
tercia parte, pero permitimos que los vecinos de la Sabana e Villa Nueva de
Yquimo no sean obligados de traer indios en las minas porque estn muy
lejos de ellas, pero mandamos que con los dichos indios hagan hamacas e
camisas de algodn e cren puercos e entiendan en otras granjeras que sean
provechosas para la comunidad, porque algunos de los indios he sabido que
mudndose a las estancias de los pobladores ser menester ocupallos luego
en hacer los bohos e otras cosas que en sus estancias que les han de sealar
habrn menester, por lo cual no podrn dende luego empezar a traer la tercia
parte de ellos en las dichas minas, mando a vos el dicho Almirante, jueces e
oficiales que sealis para lo susodicho el trmino que os pareciere que se
debe dar, el cual sealado e declarado desde luego, e sea el ms breve que
ser pueda.
Otros, ordenamos e mandamos que los que tovieren indios e tovieren
sus haciendas lejos de las minas e no pudieren proveer de los mantenimientos
necesarios a los dichos indios, que estos tales puedan hacer compaa a las
muertes.
23
24
obligados a guardar, de lo cual les mandamos que tengan mucho cuidado e les
encargamos las conciencias sobre ello.
Otros, ordenamos y mandamos que los visitadores susodichos sean
elegidos e nombrados por vos el dicho nuestro Almirante e jueces e oficiales
por la forma e manera que mejor os pareciere, con tanto que los tales elegidos
sean de los vecinos ms antiguos de los pueblos donde han de ser visitadores,
a los cuales mandamos que les sean dados e sealados algunos indios de
repartimiento dems de los que les han de ser dados por el cargo e trabajo que
han de tener en el uso e ejercicio de los dichos oficios, los cuales indios sean
los que a vos el dicho Almirante e jueces e oficiales pareciere, pero es nuestra
voluntad que si los visitadores fueren negligentes en hacer guardar las dichas
ordenanzas o conocieren que alguno no cumple lo susodicho, especialmente
en el mantenimiento e hamacas, que por ello les sean quitados sus propios
indios que toviere (sic) encomendados.
Otros, ordenamos e mandamos que los dichos visitadores sean
obligados a visitar cualesquier logares donde hobiere indios de su cargo dos
veces al ao, la una vez al principio del ao y la otra vez al medio, y mandamos
que no pueda uno solo visitar ambas veces sino que cada uno visite la suya
porque sepa el uno lo que hace el otro y el otro lo que hace el otro, porque todo
se haga con el recaudo e diligencia que conviene.
Otros, ordenamos y mandamos que los dichos visitadores no puedan
llevar ni lleven a sus casas ni haciendas ningn indio de los que hallaren
huidos o perdidos en las estancias o en otras partes, sino que luego en
hallndolos los depositen en poder de una buena persona cual a ellos les
pareciere, pero primero procuren de saber su dueo cuyo es, e hallando (sic)
se le d luego, o si no le deposite como dicho es hasta que su dueo parezca,
so pena que el visitador que parezca que se hallare indio en su poder por el
mismo caso pierda e haya perdido otro indio de los suyos que toviere, el cual
sea para el que lo acusare e ms sea vuelto el tal indio que as el dicho
visitador acogiere al dueo cuyo era.
27
las minas.
Prohibicin de que las mujeres casadas y las embarazadas sean obligadas a trabajar en
Prohibicin de que trabajen los nios menores de 14 aos y regulacin del trabajo
de las indias no casadas.
29
voluntad que se traten, y dems de esto protestamos que a los que excediereis
de lo que aqu va ordenado deis cuenta a Dios y sea a cargo de vuestras
conciencias, y decimos que no os damos facultad ni autoridad para ello, e
dems de esto perdis los indios que toviereis encomendados e queden vacos
para que Nos los encomendemos a quien nuestra merced a voluntad fuere, e
contra el tenor e forma de ellas non vayades ni pasedes, ni consintades ir ni
pasar en tiempo alguno ni por alguna manera, e si para lo as hacer e complir e
ejecutar menester hobieres favor e ayuda, por esta mi carta mando a todos los
concejos, justicia, regidores, alcaldes, alguacil mayores (sic) e a los nuestros
oficiales de ella e a cualesquier justicias e oficiales, as a los que agora son
como a los que sern de aqu adelante en la dicha isla e villas e lugares e
pueblos de ella, que vos lo den e hagan dar cuanto favor e ayuda hobieres
menester para complir e ejecutar todo lo en esta mi carta contenido y cada
cosa e parte de ello, e, porque venga a noticia de todos, mando que esta mi
carta e ordenanzas en ella contenidas sean pregonadas pblicamente por las
placas e mercados e otros lugares acostumbrados de la dicha isla por
pregonero e ante escribano pblico e testigos, e los unos ni los otros non
hagades ni hagan ende al por alguna manera, so pena de la mi merced e de
diez mil maravedes para la mi Cmara, e dems mando que al hombre que les
esta mi carta mostrare, que los emplace que parezcan ante m en la mi corte
do quier que yo sea desde el da que voz emplazare hasta seis meses
primeros siguientes so la dicha penja (sic), so la cual mando a cualquier
escribano pblico que para esto fuere llamado que d ende al que se la
mostrare testimonio signado con su sino porque yo sepa en cmo se comple mi
mandado. Dada en la villa de Valladolid a veinte e ocho das del mes de julio
de mil e quinientos e trece aos.
Yo el Rey (firma autgrafa)
Yo, Lope Conchillos secretario de la Reina nuestra seora la hice
escrebir por mandado del Rey su padre.
Registrada, Licenciatus Jimnez.
Acordada, el Obispo de Palencia-Conde.
Castaeda Canciller
La declaracin de las ordenanzas de los indios para la isla de San
Juan.