Katz - La Restauración de La República y El Porfiriato
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Katz - La Restauración de La República y El Porfiriato
MXICO
Captulo 1
MXICO: LA RESTAURACIN
DE LA REPBLICA Y EL PORFIRIATO, 1867-1910
LA RESTAURACIN DE LA REPBLICA, 1867-1876
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la fuerza econmica y la cohesin poltica de la clase dominante de ricos hacendados ya existente. El nuevo ejrcito liberal no aport mayor garanta de estabilidad que el anterior conservador, ya que estaba formado por un grupo de soldados poco uniforme en tropas regulares y guerrillas a la cabeza de los cuales
haba jefes locales cuyo grado de adhesin al gobierno central era muy diverso
y, adems, era demasiado numeroso para las necesidades de un perodo de paz.
Pero, si se mandaba a casa a los veteranos de dos guerras, sin dar recompensa
adecuada a sus largos servicios, surgira la amenaza de nuevas revueltas. A pesar
del nuevo sentimiento de nacionalismo despertado por la victoria contra los franceses y a pesar del surgimiento de Jurez como encarnacin del genuino lder
popular y nacional, el pas estaba an ms lejos que antes de poder conseguir
la integracin. Durante los aos de la guerra, varias provincias haban llegado
a lograr una existencia casi autnoma, realmente aislada social, econmica y polticamente del resto de Mxico. La parcelacin de las tierras comunales haba
contribuido slo ligeramente a aumentar las filas de la clase media puesto que
algunas de las mejores tierras haban ido a parar a manos de los ricos hacendados. Los pocos campesinos que llegaron a adquirir una parcela de tierra propia
fueron calificados como los riquitos por los menos afortunados; stos estaban
creando grupos muy similares a los kulaks rusos o a los coqs du village franceses.
Estos problemas estructurales derivaban de los surgidos a raz de la guerra
civil y la guerra contra los franceses. Los diez aos de lucha haban sumergido
a la economa mexicana en el caos, puesto que la riqueza de la Iglesia con la
que contaban los liberales para pagar algunos de sus proyectos ms ambiciosos
se haba gastado en costear la guerra. Muchas minas y parte del campo estaban
abandonados. La base del impuesto federal haba descendido hasta el punto de
desaparecer. Durante la mayor parte de la presidencia de Jurez, su ltimo ministro de Hacienda, Francisco Meja, anot en sus memorias que prcticamente no
haba un peso en el Tesoro. No contribuyeron a mejorar la situacin las fras
relaciones que mantena Mxico con Europa desde la ejecucin de Maximiliano
y la negativa de Jurez a pagar las deudas de Maximiliano. Los Estados Unidos,
con los que Mxico estaba contrayendo cada vez ms relaciones de dependencia
como consecuencia, no podan resarcir al pas de la prdida de los mercados europeos y las inversiones de capital.
La nacin mexicana estaba compuesta, por una parte, por un ejrcito enorme
controlado slo vagamente por la administracin central, y, por otra parte, por
los aparatos del gobierno, que estaban tremendamente debilitados. Despus de
la derrota inicial de los liberales en 1863, la mayor parte del aparato burocrtico
haba abandonado al gobierno de Jurez y se haba unido a la administracin
de Maximiliano. Aun en el caso de que los burcratas hubieran permanecido leales a Jurez, habran podido hacer muy poco durante muchos aos, ya que la
administracin liberal controlaba slo una pequea parte del pas. La debilidad
del Estado y la falta de control gubernamental sobre el ejrcito podran haberse
enmendado con una base social y poltica unida y coherente. sta la constitua
el movimiento liberal, que oslaba resquebrajado. El partido liberal mexicano se
pareca a los partidos liberales europeos en el nombre, en el programa y en la
terminologa que empicaba, pero no en su composicin social, ya que slo en
m e n o r medida iceilna a p o y o de la b u r g u e s a , q u e para e m p e z a r era p o c o m i m e -
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rante la guerra contra los franceses, Jurez haba dejado a un lado esa preocupacin y haba hecho una llamada general para luchar contra las fuerzas extranjeras invasoras. De nuevo, una vez organizadas, las fuerzas populares no dieron
seales de querer disolverse rpidamente.
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miento de la educacin pblica, especialmente en las ciudades. Consiguientemente, segn mostraba el censo del gobierno, el nmero de escuelas pblicas de primera y segunda enseanza en Mxico pas de 2.424 en 1857 a 8.103 en 1874,
dos aos despus de la muerte de Jurez. Quiz an ms importante para la clase
media fue el hecho de que Jurez mantuviera, posiblemente porque no le quedaba ms remedio, algunas instituciones democrticas. Mientras el gobierno medi
en las elecciones, stas fueron ms honestas de lo que lo haban sido anteriormente; el Parlamento ya no era un cuerpo legislativo sin posibilidad de accin,
sino que tena voz para oponerse, la libertad de prensa casi era absoluta, y algunos de los ms conocidos intelectuales Manuel de Zamacona, Ignacio Altamirano, Francisco Zarco fueron cada vez ms directos en sus ataques contra los
errores cometidos por el gobierno de Jurez.
Una parte de la clase media liberal, cuya influencia contribuy a mantener
a Jurez en la presidencia en los ltimos aos, estaba compuesta por aquellos
oficiales del ejrcito que continuaban en el servicio activo, lo cual no deja de
parecer una contradiccin, ya que Jurez y los principales idelogos del partido
liberal consideraban que el estamento militar era una de las principales causas
del atraso de Mxico. En la Constitucin de 1857 se haban suprimido los privilegios judiciales de los militares, y despus de la derrota de Maximiliano se haba
desmovilizado a un gran nmero de soldados. Sin embargo, al incrementarse las
contradicciones en la sociedad mexicana y aumentar las revueltas, la relacin de
dependencia del gobierno con respecto al ejrcito creca cada vez ms, y los oficiales pudieron ejercer su influencia poltica, social y econmica en el campo mexicano.
Jurez trat de llegar a un acuerdo con sus antiguos enemigos con el fin de
conseguir mayor apoyo para su causa. Los evidentes perdedores de los diez aos
de guerra que atormentaron a Mxico entre 1857 y 1867 acabaron por salir mejor
parados de lo que ellos o muchos de sus contemporneos esperaban. Esto fue
especialmente evidente en el caso de los polticos conservadores, los terratenientes y los funcionarios. En 1870, tres aos despus de su victoria, Jurez concedi
una amplia amnista dirigida a aquellos que colaboraron con Maximiliano. Como
resultado, los terratenientes recuperaron sus posesiones y los funcionarios conservadores pudieron solicitar otra vez puestos en el gobierno. La Iglesia tuvo menos suerte que sus aliados, ya que nunca recuper las tierras y propiedades que
haba perdido ni la supremaca econmica que haba hecho de ella la ms importante fuente de crditos. Tampoco le fue posible, para la Iglesia, legalmente, solicitar impuestos de la poblacin. Los privilegios legales del clero, la supremaca
del catolicismo como religin oficial y la influencia de la Iglesia en materia educativa nunca recobraron el nivel que tenan antes de 1857. Las leyes de reforma
se continuaron aplicando, pero de todas maneras, en la prctica, la Iglesia empez a recuperarse rpidamente de sus prdidas. Las contribuciones de sus ricos
miembros enriquecieron sus arcas y se invirtieron de manera subrepticia en propiedades urbanas una vez ms. Jurez no hizo ningn esfuerzo por detener esta
acumulacin de riqueza del clero, y, como contrapartida, la Iglesia dulcific ms
adelante su intransigencia hacia los liberales. Esta actitud pudo deberse a la abrumadora victoria de los liberales despus de muchos aos de guerra civil, pero
lambin a que algunos lderes eclesisticos comprendieron que la prdida de las
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a hacendados mexicanos, mientras otras se reservaron para la gran ola de campesinos inmigrantes extranjeros que nunca lleg.
Tampoco supo Jurez enfrentarse a otra de las principales fuentes de inquietud para el campesinado: la desigual carga impositiva. La alcabala aduana
interna y la contribucin personal el equivalente al salario diario de seis a
doce das de un pen medio de hacienda supusieron un impuesto altamente
desproporcionado en perjuicio del pobre: un hacendado que posea una tierra
valorada en 20.000 pesos pagaba al gobierno el mismo impuesto que su empleado
que no tena posesiones. Los liberales originariamente haban abogado por la
eliminacin de la alcabala, no tanto debido al desigual efecto que supona para
el pobre, sino porque representaba una interferencia para el libre comercio, pero
las arcas vacas del Tesoro fueron suficientes para hacerlos desistir en sus intentos. Los hacendados, por supuesto, no queran ni or hablar de un reajuste de
la carga fiscal. Finalmente, la nica medida que se adopt para aliviar a los contribuyentes ms castigados fue la exencin del impuesto personal a los que ganaran menos de 26 centavos al da.
Jurez no hizo ms que un dbil esfuerzo por aliviar los terribles excesos cometidos en nombre de las deudas de peonaje y, estrechamente ligado a ellos, el
poder arbitrario del hacendado sobre el pen. En 1868 un diputado liberal, Julio
Zarate, pidi que se prohibiera a los terratenientes la creacin de crceles propias, el empleo de castigos corporales o hacer hereditarias las deudas de padres
a hijos. El Congreso rechaz su proposicin aduciendo que no tenan jurisdiccin
sobre la materia y que este era un asunto de exclusiva competencia de los jueces
locales. Jurez apoy la proposicin de Zarate e intent intervenir, pero las limitadas medidas que decret para restringir las deudas del peonaje nunca se pusieron en prctica.
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la capital. La prensa de Ciudad de Mxico calific a sus protagonistas de socialistas rabiosos, y as parecan considerarse ellos. Estaban fuertemente influidos por el socialista Plotino Rhodakanati que vio en Jesucristo al divino socialista de la humanidad y al salvador de la libertad del mundo, y en Chalco
abri una escuela donde dos de sus discpulos propagaron sus teoras. A su vez,
sus enseanzas estimularon a un discpulo, un campesino llamado Julio Lpez,
a hacer un llamamiento a los campesinos de Chalco, Texcoco y otras poblaciones
vecinas para levantarse contra los terratenientes locales. Queremos socialismo
escribi, queremos destruir el presente y vicioso estado de explotacin ... queremos nuestra propia tierra para cultivarla en paz.2 Los hombres de Lpez, de
hecho, llegaron a apoderarse de algunas tierras alrededor de las ciudades de Chalco
y Texcoco e inmediatamente se las dividieron entre ellos. Cinco meses despus,
las tropas federales derrotaron a los rebeldes; y Lpez fue arrestado y fusilado.
La influencia socialista tambin se dej sentir en estados ms alejados de la
capital, como Hidalgo. Dos campesinos, Francisco Islas y Manuel Domnguez,
al frente de varios miles de hombres, lograron ocupar la ciudad de Tezontepec
y el centro minero de Mineral del Monte. Su principal objetivo era recuperar
las tierras que, segn ellos, los hacendados locales se haban apropiado indebidamente. La violencia es nuestra manera de remediar los males cometidos contra
nosotros, escribi Francisco Islas en una carta al peridico La Libertad. El
gobierno respalda a los hacendados, la "sociedad" tambin, y lo mismo los periodistas que no se avergenzan de venderse al mejor postor. Qu otra cosa podemos hacer sino luchar?3 Los rebeldes resistieron dos meses, diciembre de 1869
y enero de 1870, y cuando las tropas federales reconquistaron finalmente las ciudades, muchos de ellos, incluidos Islas y Domnguez, se retiraron a las montaas
de Hidalgo desde donde encabezaron otra rebelin contra el gobierno varios aos
despus.
Los movimientos campesinos en el sur de Mxico conservaron las caractersticas del perodo colonial; es decir, fueron profundamente mesinicos, mezclando
ideas sociales y religiosas en una nica visin de origen milenario. El ejemplo
ms notable es la historia de una campesina, Augustina Gmez Chechep, que
viva en el pueblo de Tzarjalheme entre los indios chamulas, y se convirti en
la cabecilla de un nuevo culto religioso, que se transform pronto en vehculo
de protesta social contra la dominacin blanca. El levantamiento chamula (12
de junio de 1869 a 20 de octubre de 1870) fue sofocado finalmente por las tropas
federales con el menor derramamiento de sangre posible.
Los mayas tuvieron ms xito en su oposicin al gobierno. Despus de la guerra de castas, que se extendi de 1847 a 1855, consiguieron establecer un estado
independiente en el sur de Yucatn y hasta 1901 resistieron los numerosos ataques emprendidos por las tropas federales para restablecer la soberana de Mxico. Es ms, provistos de armas que compraban a la vecina Honduras britnica,
a menudo llevaban a cabo con relativa impunidad incursiones en los territorios
mexicanos limtrofes.
La frontera norte de Mxico continu eludiendo el control federal, al igual
2.
3.
Citado por Gastn Garca Cant, El socialismo en Mxico, Mxico, 1969, p. 173.
Jbid., pp. 60, 76.
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que durante la poca colonial. Las guerras apaches, que se haban desarrollado
sin cesar desde 1831, alcanzaron un nuevo climax, pues al verse desplazados cada
vez ms hacia el oeste por el violento empuje de los pobladores norteamericanos,
los indios hacan incursiones cada vez ms frecuentes a travs de la frontera mexicana que era ms vulnerable. Bajo el liderazgo de su legendario jefe Cochise
y de sus sucesores Victorio y Ju, la vida fronteriza qued casi paralizada durante
algn tiempo. No hay trabajo en los campos porque sera asesinado el trabajador miserablemente por el apache; no hay qu hacer en las poblaciones, porque
habiendo escasez y yendo todo en creciente decadencia, nadie emprende ... La
ente del pueblo no dice otra cosa sino que espera'los carros de don Fulano o
de don Zutano para irse a Arizona, afirmaba en 1879 el editorial de un peridico en Sonora.4 En poco tiempo, las bandas de Cochise causaron la muerte de
15.000 personas, ya que los soldados que se enviaban a la frontera norte, dbiles
v mal pagados, no podan competir con los apaches.
Slo de manera gradual, hacia el final de la presidencia de Jurez, reuni
Mxico la fuerza suficiente para controlar las incursiones. Los hacendados comenzaron a armar y organizar a sus peones en milicias privadas; el gobierno
empez a ofrecer generosas concesiones sobre las tierras para cualquiera que
estuviera dispuesto a defenderlas con su vida. Como resultado, se reforzaron
las colonias militares existentes y se crearon otras nuevas. De esta forma, el campesinado independiente, que estaba siendo eliminado en el centro y en el sur
del pas, se fortaleca en el norte. Al mismo tiempo, se estaba desarrollando
una nueva alianza entre los hacendados norteos y los campesinos para luchar
contra los apaches, lo que hizo que los hacendados cobraran legitimidad a los
ojos de los campesinos debido a su capacidad de organizar la guerra contra los
invasores. En Chihuahua, el jefe militar que luch contra los apaches fue Joaqun Terrazas, primo del gobernador Luis Terrazas, quien ayud a organizar
v financiar las luchas contra los indios. A pesar de la existencia de estas milicias
campesinas, los gobiernos de la Repblica restaurada se mostraron tan incapaces
de controlar la situacin en la frontera norte como lo fueron para frenar otro
lipo de rebeliones.
La protesta social organizada fue slo una faceta del descontento que caractei iz los arlos finales del mandato de Jurez, pues tambin el bandolerismo estaba
muy extendido. Peones fugitivos, campesinos descontentos y soldados desmovilizados recorran los campos asaltando diligencias y haciendas, y atacando los cargamentos de las minas de oro y plata. A finales del ao 1868 se pensaba que
el nmero de bandidos que actuaba en los alrededores de una sola ciudad, Guadalajara, en el estado de Jalisco, era de cerca de un millar. Los progresos logrados por la nueva polica organizada por Jurez, los Rurales, en la lucha contra
el bandidismo fueron mnimos frente a lo que era la plaga ms extendida en los
campos mexicanos.
4. Citado por Luis Gonzlez y Gonzlez en Los campesinos, en Daniel Coso Villegas,
cd., Historia moderna de Mxico: la repblica restaurada. Vida social, Mxico, 1956, p. 186.
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pitadamente. Mientras tanto, entre las tropas de Flix Daz en Oaxaca reinaba
el desconcierto tras la muerte de su jefe a manos de un asesino desconocido, y
poco despus fueron derrotadas por las tropas federales. Las fuerzas de Trevio
no aguantaron mucho ms. Jurez haba sorteado la revuelta ms grave a que
haba hecho frente desde la derrota de Maximiliano, pero no vivi lo suficiente
para saborearla.
La sucesin de Jurez
El 17 de julio de 1872, Jurez sufri un ataque al corazn, muriendo al da
siguiente. Segn la Constitucin, su sucesor deba ser el presidente del Tribunal
Supremo, que era en aquel momento Sebastin Lerdo de Tejada. A diferencia
de Jurez, Lerdo no era de ascendencia india sino criolla, ya que su padre era
un comerciante espaol; sin embargo, al igual que Jurez, Lerdo estudi en un
seminario y lleg hasta el punto de tomar votos menores en su formacin hacia
el sacerdocio. Llegado a ese punto abandon sus estudios eclesisticos y se dedic
a estudiar leyes. Mientras era todava estudiante de derecho, se interes en la
poltica liberal y llam la atencin de uno de los lderes del movimiento liberal,
Ignacio Comonfort. Bajo la tutela de ste fue designado para el Tribunal Supremo, cuando contaba slo 27 aos. Cuando Comonfort fue destituido, Lerdo renunci a su puesto en el tribunal y se convirti en rector de su alma mater, el
colegio de San Ildefonso en la capital de Mxico. El sucesor de Comonfort, Jurez, llam a Lerdo para formar parte de su gabinete ministerial, primero como
ministro de Justicia y despus como secretario de Estado. Lerdo fue una de las
voces ms poderosas en favor de la independencia de Mxico durante la invasin
francesa, y despus de la guerra volvi al Tribunal Supremo como presidente.
En 1871 compiti con Jurez por la presidencia, pero perdi. A diferencia de
Daz, l no se rebel sino que volvi a ocupar su cargo en el Tribunal Supremo.
Tras la muerte de Jurez, y a pesar de que su cargo le garantizaba el derecho
a asumir la presidencia, decidi convocar elecciones inmediatamente. stas se
celebraron en octubre de 1872, y esta vez gan Lerdo.
El punto de apoyo del gobierno de Jurez durante sus aos de declive fue
la coalicin entre los intelectuales liberales, cuyo liberalismo social iba siendo
reemplazado cada vez ms por un liberalismo econmico, y los propietarios liberales, cuya nica razn para apoyar al liberalismo poltico o social era la oposicin al poder econmico y poltico de la Iglesia, que haba desaparecido una vez
sta perdi su supremaca; y a ambos, intelectuales y propietarios, se uni el ejrcito, cuya influencia creca de manera sostenida. Cuando lleg el momento, todos ellos dieron su apoyo a Lerdo, pues a sus ojos tena las virtudes de Jurez
pero no sus defectos. Como Jurez en su ltima poca, Lerdo era conservador
en materia social; a diferencia de Jurez provena, en cambio, de la clase alta
criolla y careca de los ocasionales brotes de simpata que su predecesor haba
mostrado hacia los sufrimientos de los estamentos ms pobres de la sociedad.
En muchos aspectos, a pesar de seguir una poltica similar a la llevada a cabo
por Jurez durante sus ltimos aos de mandato, Lerdo obtuvo ms xito que
l. Pudo fortalecer considerablemente el papel del Estado y, ya en los primeros
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das de su mandato, la Cmara de Diputados se mostr ms receptiva a sus deseos de lo que nunca lo fuera con Jurez. Adems, se le permiti crear el Senado,
lo cual dilua considerablemente el poder de la Cmara y a la vez aumentaba
el papel bipolar del Ejecutivo.
Tambin tuvo Lerdo, en un principio, ms xito que su predecesor en cuanto
a la pacificacin del pas. Las bases para sta se haban establecido con Jurez,
y Lerdo cosech los beneficios de la reciente victoria militar de su predecesor
sobre Porfirio Daz. Una vez derrotado ste, Lerdo pudo mostrarse magnnimo
y ofrecerle una amnista tanto a l como a sus hombres, amnista que no estaba
en condiciones de rechazar y, aunque humillndose, acept. Se le destituy de
su cargo militar y permaneci exiliado en su hacienda de La Noria. La derrota
de Daz sirvi para desalentar por un tiempo a otros posibles rebeldes y los primeros tres aos y medio de gobierno de Lerdo fueron considerablemente ms
tranquilos que los aos de la presidencia de Jurez.
Lerdo consigui extender el poder del gobierno federal hasta regiones que se
haban resistido al control de Jurez. Fue capaz de acabar con un caudillo regional que haba establecido una especie de repblica campesina en Mxico: Manuel
Lozada en el territorio de Tepic. Lozada, a quien la prensa mexicana se refera
como el Tigre de Arica (Arica es la cordillera donde normalmente tena su
cuartel general), era, en algunos sentidos, ejemplo caracterstico de muchos caudillos que implantaron su dominio de hierro en el siglo xix mexicano. El trmino
tigre haca referencia a su ferocidad al aplastar a sus enemigos. Estaba deseoso
de establecer alianzas con cualquiera que reconociera su poder y haba ofrecido
su apoyo tanto a Maximiliano como a Jurez, y durante un tiempo haba mantenido estrechas relaciones con la casa comercial Barron and Forbes, que a cambio
del apoyo quera obtener concesiones a gran escala en Tepic. En otros aspectos,
en cambio, Lozada era un modelo atpico en comparacin con la mayora de
los caudillos, ya que en la base de su poder estaban las comunidades indgenas
a las que haba devuelto las tierras que los hacendados les haban quitado. Los
representantes de las tribus consiguieron de esta manera cada vez ms poder dentro de su movimiento, lo cual aumentaba el temor de los hacendados de Tepic
y de los estados limtrofes. A cambio de la subordinacin nominal a su gobierno,
Jurez haba permitido a Lozada extender el dominio sobre la regin. Lerdo,
en cambio, envi a las tropas federales para acabar con l. En 1873, capturaron
a Lozada y lo fusilaron, derrotaron a las comunidades indgenas y cedieron muchas de sus tierras a los hacendados.
La economa de Mxico se desarroll mucho ms rpidamente que en aos
precedentes, aumentando el prestigio de Lerdo. El desarrollo de la economa responda en parte a la mayor pacificacin del pas y en parte al hecho de que Lerdo
estaba recogiendo los frutos de las distintas iniciativas econmicas emprendidas
por su predecesor. Concretamente, en 1873 se pudo inaugurar la primera lnea
importante de ferrocarril que una Ciudad de Mxico y el puerto de Veracruz,
lo cual estimul el desarrollo econmico.
A la vista de estos logros, parece en un principio sorprendente que Lerdo no
pudiera mantenerse en su cargo ms de una legislatura como haba hecho su predecesor. En 1876 el intento de Daz de derrocar a Lerdo tuvo ms xito que cuando lo intent con Jurez. En parte fue debido a que Lerdo careca del prestigio
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que haba gozado Jurez como lder durante la guerra contra los franceses y,
adems, no tuvo xito su intento de mantener el consenso con la clase alta que
disfrut cuando lleg a la presidencia. El apoy a Lerdo de estas fuerzas se haba
interrumpido por la poltica que llev a cabo contra la Iglesia, mucho ms enrgica que la de Jurez en los aos de la Repblica restaurada. Jurez, despus de
su victoria sobre las fuerzas encabezadas por la Iglesia, de la expropiacin de
sus propiedades y despus de haber llevado a cabo las leyes de reforma, intent
evitar cualquier tipo de confrontacin con la Iglesia y pas por alto que el clero
violara algunas de las leyes de reforma, como, por ejemplo, la nueva acumulacin de riqueza. En cambio, Lerdo expropi las propiedades de la Iglesia, expuls del pas a los jesutas no nacidos en Mxico, y, como gesto simblico, incorpor nuevamente a la Constitucin las leyes de reforma.
El apoyo que la clase alta mexicana poda haber dado a Lerdo estuvo tambin
sujeto a su poltica contradictoria con respecto a la construccin de los ferrocarriles. Aunque el presidente haba apoyado con entusiasmo la construccin de
la lnea Ciudad de Mxico-Veracruz, y era igualmente partidario de la construccin de una lnea de este a oeste que uniera ambas costas de Mxico, era mucho
ms reticente a la idea de construir una lnea de ferrocarril que uniera Mxico,,
con los Estados Unidos. Entre la debilidad y la fuerza, el desierto, se comentaba que dijo. Cuando hubo de ceder a la presin que se ejerca sobre l en cuanto
a la construccin de la lnea ferroviaria norte-sur, trat de que fuera una compa- ;
na mexicana la encargada de llevar a cabo la construccin, pero dado que esta
compaa no pudo obtener el capital necesario, Lerdo dio finalmente la concesin para tender la mayor parte de la lnea a un promotor norteamericano, Edward Lee Plumb. El resultado de este acuerdo dej descontentos tanto a los que
apoyaban como a los que se oponan a la construccin de la lnea de ferrocarril
cutre Mxico y Estados Unidos. Los que la apoyaban sentan que haban esperado demasiado para que les otorgaran una concesin provechosa en la construccin de esta lnea, mientras que los que se oponan teman que la comunicacin
con Estados Unidos, que acercaba sus economas, permitira luego el control y
absorcin de Mxico por el pas vecino. Estos oponentes se unieron a los tradicionales cesantes que crean que la cada de la administracin Lerdo les dara
acceso al poder y a las posiciones gubernativas, y en 1876 se unieron al ms poderoso oponente de Lerdo, Porfirio Daz.
El alzamiento de Tuxtepec
Despus de su retiro forzoso en La Noria, Daz era aparentemente un hombre
acabado, sus actividades diarias estaban reducidas a las labores agrcolas y a manufacturar sillas. Pero, en realidad, se mantena activo, buscando apoyo en viejas glorias militares para emprender otro ataque contra la presidencia. En enero
de 1876, cuando la suerte poltica de Lerdo estaba deteriorada, Daz dio el golpe.
A peticin suya^, el comandante militar de Oaxaca lanz una proclama, el plan
de Tuxtepec, llamando a la revuelta armada contra Lerdo y a favor de la eleccin
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regin peligrosa y sumida en la pobreza, haba establecido una zona libre de impuestos a lo largo de diez millas en la frontera norteamericana. Los bienes adquiridos en esta zona eran ms baratos que en territorio mexicano o norteamericano, lo cual contribuy a que se extendieran las actividades de contrabando y caus
enorme descontento entre los comerciantes norteamericanos. Finalmente, estaba
la enrgica oposicin de Daz a las generosas concesiones sobre el ferrocarril que
Lerdo al fin haba hecho a los promotores norteamericanos. Daz haba expresado pblicamente los temores de los nacionalistas mexicanos, que probablemente
l mismo no comparta, en cuanto a que la penetracin de los ferrocarriles norteamericanos en Mxico podra significar el principio de la total anexin del pas.
En general, durante el siglo xix, los Estados Unidos y los pases europeos
reconocieron a los gobiernos revolucionarios de Latinoamrica una vez que
comprobaban que podan mantener el control p"or s mismos y cumplir sus obligaciones internacionales. En el caso de Mxico, los Estados Unidos abandonaron
esta norma y, as, la administracin Grant, en el poder cuando Daz triunf,
se neg a reconocerlo a no ser que resolviera a su favor algunos de los puntos
conflictivos entre los dos pases. Daz se mostr muy dcil. Una de sus primeras
medidas administrativas al entrar en Ciudad de Mxico fue reunir un grupo
de banqueros y empresarios en la capital para conseguir el dinero destinado a
la primera entrega de los pagos que la administracin Lerdo haba prometido
a los Estados Unidos como compensacin por los daos sufridos por los norteamericanos en Mxico. La administracin Hayes, que sucedi a la de Grant, acept
el pago de 300.000 dlares, gesto que Daz interpret como muestra de reconocimiento. Estaba equivocado, porque Hayes no tena intencin de reconocerlo, ya
que ambicionaba mucho ms que esa simple concesin a plazos, quera un trozo
de Mxico.
Una de las primeras medidas tomadas por Hayes durante su mandato fue
dar permiso al comandante de los distritos militares a lo largo de la frontera
mexicana, el general C. Ord, para capturar, sin necesidad de contar primero con
el consentimiento del gobierno mexicano, a los bandidos, tribus indias, ladrones
de ganado o cualquiera que encontrara violando las leyes de Estados Unidos en
la frontera mexicana. Daz no poda permitir tal medida sin arriesgar seriamente
la soberana de Mxico y sin verse expuesto abiertamente a las crticas de haberse
vendido a los norteamericanos. Tan pronto como se le inform de las instrucciones de Ord, dispuso un contingente militar a lo largo de la frontera, a la cabeza del cual iba Gernimo Trevio, y orden hacer frente a cualquier avance norteamericano en Mxico haciendo uso de todos los medios al alcance. Cuando
la guerra entre los dos pases pareca casi inevitable, sbitamente ambos comenzaron a mostrarse muy comedidos. Las tropas norteamericanas slo cruzaban
la frontera cuando estaban suficientemente seguras de que las mexicanas no andaban por los alrededores y, a su vez, los soldados mexicanos trataban de evitar
el encuentro con las unidades norteamericanas, que les habra obligado a entrar
en batalla. En vez de estar en guerra se encontraban en un perodo de espera.
La crisis se disip finalmente gracias a la insistente cordialidad de Daz para
con los inversores norteamericanos. ste envi a los Estados Unidos a uno de
sus hombres ms preparados y de ms confianza, Manuel de Zamacona, con instrucciones para atraer las inversiones de los hombres de negocios norteamerica-
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nos. Zamacona, a su vez, solicit la ayuda de Matas Romero, que haba sido
durante muchos aos embajador en Estados Unidos con Jurez, y ste escribi
una serie de libros y folletos describiendo las supuestamente ilimitadas oportunidades que Mxico ofreca al inversor norteamericano. Al mismo tiempo, Daz
dio la bienvenida en Mxico a grupos influyentes de promotores norteamericanos, como Ulysses S. Grant, el anterior presidente, y les otorg valiosas concesiones sobre el ferrocarril y les prometi ayudas posteriores. Como resultado de
estas medidas, los inversores norteamericanos, que poco antes clamaban a gritos
por la intervencin, se convirtieron en entusiastas defensores del rgimen de Daz
y comenzaron a presionar a la administracin Hayes para que reconociera su
gobierno. Adems, cuando la perspectiva de otra guerra, apenas a diez aos de
la ltima, se contempl como una posibilidad real, se organiz una oposicin
interna a la poltica de Hayes. Finalmente, en 1878 ste cedi y reconoci a Daz,
y en 1880 retir las rdenes dadas a Ord.
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regin peligrosa y sumida en la pobreza, haba establecido una zona libre de impuestos a lo largo de diez millas en la frontera norteamericana. Los bienes adquiridos en esta zona eran ms baratos que en territorio mexicano o norteamericano, lo cual contribuy a que se extendieran las actividades de contrabando y caus
enorme descontento entre los comerciantes norteamericanos. Finalmente, estaba
la enrgica oposicin de Daz a las generosas concesiones sobre el ferrocarril que
Lerdo al fin haba hecho a los promotores norteamericanos. Daz haba expresado pblicamente los temores de los nacionalistas mexicanos, que probablemente
l mismo no comparta, en cuanto a que la penetracin de los ferrocarriles norteamericanos en Mxico podra significar el principio de la total anexin del pas.
En general, durante el siglo xix, los Estados Unidos y los pases europeos
reconocieron a los gobiernos revolucionarios de Latinoamrica una vez que
comprobaban que podan mantener el control por s mismos y cumplir sus obligaciones internacionales. En el caso de Mxico, los Estados Unidos abandonaron
esta norma y, as, la administracin Grant, en el poder cuando Daz triunf,
se neg a reconocerlo a no ser que resolviera a su favor algunos de los puntos
conflictivos entre los dos pases. Daz se mostr muy dcil. Una de sus primeras
medidas administrativas al entrar en Ciudad de Mxico fue reunir un grupo
de banqueros y empresarios en la capital para conseguir el dinero destinado a
la primera entrega de los pagos que la administracin Lerdo haba prometido
a los Estados Unidos como compensacin por los daos sufridos por los norteamericanos en Mxico. La administracin Hayes, que sucedi a la de Grant, acept
el pago de 300.000 dlares, gesto que Daz interpret como muestra de reconocimiento. Estaba equivocado, porque Hayes no tena intencin de reconocerlo, ya
que ambicionaba mucho ms que esa simple concesin a plazos, quera un trozo
de Mxico.
Una de las primeras medidas tomadas por Hayes durante su mandato fue
dar permiso al comandante de los distritos militares a lo largo de la frontera
mexicana, el general C. Ord, para capturar, sin necesidad de contar primero con
el consentimiento del gobierno mexicano, a los bandidos, tribus indias, ladrones
de ganado o cualquiera que encontrara violando las leyes de Estados Unidos en
la frontera mexicana. Daz no poda permitir tal medida sin arriesgar seriamente
la soberana de Mxico y sin verse expuesto abiertamente a las crticas de haberse
vendido a los norteamericanos. Tan pronto como se le inform de las instrucciones de Ord, dispuso un contingente militar a lo largo de la frontera, a la cabeza del cual iba Gernimo Trevio, y orden hacer frente a cualquier avance norteamericano en Mxico haciendo uso de todos los medios al alcance. Cuando
la guerra entre los dos pases pareca casi inevitable, sbitamente ambos comenzaron a mostrarse muy comedidos. Las tropas norteamericanas slo cruzaban
la frontera cuando estaban suficientemente seguras de que las mexicanas no andaban por los alrededores y, a su vez, los soldados mexicanos trataban de evitar
el encuentro con las unidades norteamericanas, que les habra obligado a entrar
en batalla. En vez de estar en guerra se encontraban en un perodo de espera.
La crisis se disip finalmente gracias a la insistente cordialidad de Daz para
con los inversores norteamericanos. ste envi a los Estados Unidos a uno de
sus hombres ms preparados y de ms confianza, Manuel de Zamacona, con instrucciones para atraer las inversiones de los hombres de negocios norteamerica-
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nos. Zamacona, a su vez, solicit la ayuda de Matas Romero, que haba sido
durante muchos aos embajador en Estados Unidos con Jurez, y ste escribi
una serie de libros y folletos describiendo las supuestamente ilimitadas oportunidades que Mxico ofreca al inversor norteamericano. Al mismo tiempo, Daz
dio la bienvenida en Mxico a grupos influyentes de promotores norteamericanos, como Ulysses S. Grant, el anterior presidente, y les otorg valiosas concesiones sobre el ferrocarril y les prometi ayudas posteriores. Como resultado de
estas medidas, los inversores norteamericanos, que poco antes clamaban a gritos
por la intervencin, se convirtieron en entusiastas defensores del rgimen de Daz
y comenzaron a presionar a la administracin Hayes para que reconociera su
gobierno. Adems, cuando la perspectiva de otra guerra, apenas a diez aos de
la ltima, se contempl como una posibilidad real, se organiz una oposicin
interna a la poltica de Hayes. Finalmente, en 1878 ste cedi y reconoci a Daz,
y en 1880 retir las rdenes dadas a Ord.
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recproco especial, por el cual aumentaran las tarifas de importacin sobre ciertas mercancas de cada uno de los pases. Estados Unidos insinu que seguir adelante con la construccin del ferrocarril en Mxico no sera beneficioso y parara
los trabajos a no ser que se firmara este tratado. Gonzlez no se mostr entusiasmado, pues este acuerdo no slo afectara al restablecimiento tanto tiempo buscado de las relaciones con Europa, sino que privara al ya necesitado Tesoro de
unos impuestos que le eran muy necesarios, pero cediendo a la presin estadounidense, el Congreso mexicano aprob el tratado en 1883. Sin embargo, varios meses despus el tema volvi a plantearse y se aprob un nuevo tratado que otorgaba a Alemania el estatus de nacin ms favorecida, concedindole, de hecho,
las mismas reducciones en las tarifas y anulando muchas de las ventajas unilaterales que los Estados Unidos haban obtenido a travs del tratado. El embajador
estadounidense protest enrgicamente, mientras que el ministro alemn advirti
directamente a Gonzlez que de no mantener su acuerdo con Alemania podra
arriesgar las relaciones de Mxico con toda Europa. Gonzlez se salv a duras
penas gracias a un acontecimiento inesperado: los agricultores norteamericanos,
temiendo la competencia mexicana en los productos agrcolas, presionaron al Senado estadounidense para que rechazara el tratado.
En otras ocasiones, el deseo de mejorar las relaciones con Europa supuso un
obstculo para la estabilidad interna. Despus de largas y complicadas negociaciones, Gonzlez pudo convencer a Gran Bretaa para que restableciera las relaciones con Mxico. A cambio, Gonzlez reconoci la deuda de 15.400 millones
de libras esterlinas que los anteriores gobiernos conservadores haban contrado
con los obligacionistas britnicos. El acuerdo se hizo pblico en 1884, en medio
de una aguda crisis financiera, y se denunci en el Congreso. Los alborotadores
se lanzaron a la calle y slo se restableci la paz despus de que son el entrechocar de sables y se hizo fuego contra la densa multitud.
La administracin Gonzlez ha pasado a la historia como uno de los gobiernos ms corruptos de Mxico. Su fama es probablemente merecida, aunque la
imagen negativa que la opinin pblica tena de Gonzlez se deba en parte a
la crisis econmica que oprima a Mxico en 1884 y al esfuerzo consciente por
parte de Porfirio Daz para desacreditar a su sucesor. Como resultado de esta
situacin, se haba desviado la atencin de la profunda transformacin que experiment Mxico entre 1880 y 1884. Los cambios legales que se han mencionado
antes constituyen slo una parte de la situacin. La primera lnea ferroviaria entre Mxico y los Estados Unidos se inaugur en 1884; las inversiones norteamericanas crecan a ritmo sobrecogedor; por primera vez desde la derrota de Maximiliano, Mxico tena relaciones diplomticas con todos los pases europeos relevantes;
la construccin del ferrocarril y la victoria final sobre los apaches, que tuvo lugar
entre 1880 y 1884, abri nuevos caminos a travs de la frontera norte de Mxico
hacia lugares hasta entonces inaccesibles. A partir de entonces, bajo el mandato
de Porfirio Daz que fue elegido presidente de nuevo en 1884 y continu en el
cargo hasta 1911, Mxico conoci su ms profunda transformacin econmica,
poltica y social desde su independencia en 1821.
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diante muas era demasiado caro para dedicarlo a otros minerales. El sistema
ferroviario, que prcticamente era inexistente cuando Daz lleg al poder por primera vez, comprenda 14.000 kilmetros de va frrea al acabar el siglo y, como
resultado, la extraccin de cobre, zinc y plomo se hizo tan rentable como la de
plata. La produccin de plata se elev de 607.037 kilogramos en 1877-1878 a
1.816.605 kilogramos en 1900-1901 (y 2.305.094 en 1910-1911). La produccin
de plomo empez con 38.860 toneladas en 1891-1892 y creci hasta 79.011 toneladas en 1900-1901 (y 120.525 toneladas en 1910-1911). La produccin de cobre
aument de 6.483 toneladas en 1891-1892 a 28.208 toneladas en 1900-1901 (y
52.116 toneladas en 1910-1911). En agricultura, los cultivos comerciales aumentaron a pasos agigantados. El ejemplo ms espectacular fue el henequn (sisal),
cuya produccin creci de 11.383 toneladas en 1877 a 78.787 en 1900 (y a 128.849
en 1910). El rendimiento del caucho, el guayule (un sustituto del caucho), el caf
y la cochinilla tambin fue extraordinariamente elevado. Algunas industrias de
exportacin empezaron a ganar terreno en Mxico. En 1891 los Estados Unidos
aprobaron la tarifa McKinley que impona altas tasas aduaneras sobre los minerales importados no procesados. Las tarifas por metales procesados eran mucho
ms bajas y como resultado las mayores empresas de los Estados Unidos, entre
ellas la American Smelting and Refining Company de Guggenheim, establecieron
fundiciones en Mxico.
El desarrollo econmico fue rpido hasta el final del siglo para la industria
ligera orientada al consumo interno y prosperaron las industrias textiles. Cuando
el valor de la plata, en que se basaba la moneda mexicana, empez a caer en
la dcada de los ochenta, las importaciones textiles se hicieron caras, y los comerciantes franceses que trataban con esta mercanca se empezaron a dedicar a la
manufacturacin textil dentro de Mxico, plantas enormes, como la de Ro Blanco, se extendieron por las regiones de Puebla y Orizaba. Se construyeron plantas
de industria ligera para la produccin de papel, cristal, zapatos, cerveza y procesamiento de alimentos. La industria pesada qued rezagada y slo despus de
empezar el nuevo siglo se recuper. En 1902, la Compaa Fundidora de Fierro
y Acero construy una planta de acero en Monterrey que hacia 1910 estaba produciendo 72.000 toneladas anualmente.
Despus de 1900 el desarrollo industrial decay notablemente. Esto se debi
en parte a la cada del nivel de vida que se produjo en los primeros aos del
nuevo siglo, que fren el aumento de la demanda de productos industriales. Adems, el crecimiento industrial se vio limitado por la poltica gubernamental de
la administracin de Daz, que no cambi de actitud para ayudar a los productores nacionales que estaban luchando por prosperar. Aunque la ley de Nuevas Industrias de 1881 concedi importantes exenciones fiscales a industrias locales que
empezaban y acord algunas tarifas de proteccin para algunas de stas, como
las textiles, nunca proporcion a la industria pesada la proteccin especial que
le concedan los pases europeos. Por ejemplo, no se forz a los empresarios norteamericanos del ferrocarril a comprar a los productores mexicanos el material
que utilizaban, ni se dieron facilidades a la industria pesada para acceder a la
concesin de crditos.
La.industria, a diferencia del ferrocarril, nunca recibi ayudas. El gobierno
de Daz no tena planes para fomentar el desarrollo de ninguna induslna en par i
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Estos conflictos, que se prolongaron hasta finales del siglo xix, no fueron
cruciales para el gobierno mexicano; sin embargo, la confrontacin surgida a comienzos del siglo xx entre las dos mayores potencias interesadas en Mxico, los
Estados Unidos y Gran Bretaa, a diferencia de la rivalidad entre franceses y
alemanes, tendr importantes y largas consecuencias para el pas.
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Durante su segundo mandato, Daz impidi que ninguno de sus opositores fuera
elegido para el Congreso. En 1888 el Congreso se haba transformado a todos
los efectos en una institucin intil, ya que cada candidato tena que recibir la
aprobacin previa del presidente para poder ser elegido o reelegido. El Congreso,
ahora servil, aprob enmiendas a la Constitucin para que Daz pudiera satisfacer los deseos de la poblacin y ser reelegido en 1888, en 1892 (ao en que se
cambi la Constitucin para extender el perodo presidencial a seis aos), en 1898,
en 1904 y en 1910. La prensa mexicana de la oposicin, antes combativa, que
en muchas ocasiones una la crtica al gobierno con la brillantez literaria, fue
amordazada y controlada, aunque cierta oposicin brill de vez en cuando en
peridicos de corta tirada.
La consolidacin de la dictadura estuvo fuertemente ligada a dos hechos: el
logro de la estabilidad interna (la Pax Porfiriana) y el surgimiento de un Estado
mexicano fuerte y eficaz. Estos hechos, a su vez, estaban estrechamente relacionados con el desarrollo econmico del pas.
La pacificacin del pas fue un proceso multifactico y complejo que hasta
1900 logr notables victorias, aunque no el triunfo definitivo, y que constituy
el mayor motivo de orgullo para los idelogos porfiristas. Los conflictos que constantemente surgan en Mxico antes del perodo porfirista tenan muy diversos
orgenes: golpes militares, levantamientos de caudillos, bandolerismo en el campo, ataques de los indios nmadas y revueltas campesinas y de las tribus indias
de la frontera. Al terminar el siglo xix slo haba dos formas de violencia todava endmicas en Mxico: las revueltas de los grupos indios en la frontera y las
de las comunidades campesinas que estaban dispersas, principalmente en el norte. Los otros tipos de violencia haban desaparecido por completo o se haban
apaciguado en gran medida.
''& Esta disminucin de los niveles de violencia estaba estrechamente ligada a
la formacin del Estado mexicano, y la condicin previa para el desarrollo del
Estado porfiriano era el constante incremento de la renta pblica. Daz no
quiso servirse de los mismos medios mediante los cuales los anteriores gobiernos
haban procurado aumentar sus ingresos (crditos forzados o impuestos ms
altos), puesto que tales mtodos ahuyentaban a los inversores extranjeros y enfrentaban a la oligarqua nacional. Las rentas pblicas en el perodo de Daz
procedan principalmente de los impuestos limitados pagados por las empresas
extranjeras, del impuesto aduanero cobrado a las mercancas que entraban en
el pas y al impuesto sobre los metales preciosos. Todas estas contribuciones
dependan del crecimiento de las inversiones extranjeras y de la mejora del tipo
de inters sobre el crdito internacional, que permitira a Mxico conseguir ms
prstamos en mejores condiciones. Daz, aparte de atraer inversores extranjeros,
con el fin de aumentar la renta pblica trat de delinear y modernizar la administracin financiera del pas. Este intento de modernizacin, que ya haba sido
iniciado en la poca de Jurez, tuvo como verdadero artfice de su actualizacin
a uno de los mejores financieros del pas, Jos Yves Limantour, a quien Porfirio Daz nombr ministro de Hacienda en mayo de 1893. En 1896, por primera
vez en la historia de Mxico, Limantour haba logrado equilibrar el presupuesto, lo cual a su vez aument extraordinariamente la solvencia de Mxico y los
crditos internacionales no slo fueron ms fciles de conseguir, sino que ahora
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el rgimen de Daz los poda lograr con tipos de inters mucho ms ventajosos
que antes.
Con un apoyo financiero tan slido, Daz estaba en buenas condiciones para
poder dedicarse a apretar las riendas a los grupos ms rebeldes y de pensamiento
ms independentista del pas. Uno de estos grupos era el de los caciques regionales que gobernaban sus provincias como si fueran reinos feudales. El primer paso
que dio Daz fue reemplazar a muchos de los hombres todopoderosos que quedaban de otra poca, como Luis Terrazas en Chihuahua e Ignacio Pesqueira en
Sonora, por hombres leales a l. No haba nada de nuevo en su estrategia, ya
que prcticamente todos sus predecesores haban hecho lo mismo cuando pudieron. Desafortunadamente para el gobierno, en el pasado ya se haba comprobado
con bastante frecuencia que el remedio era temporal, puesto que una vez instalados firmemente en el poder, los nuevos caciques tendan a reproducir el mismo tipo de autonoma de que disfrutaron sus antecesores. Y es ms, usualmente
estos antecesores desposedos permanecan agazapados en las sombras, a la espera, buscando una oportunidad para derrocar al rgimen que los haba desbancado. Como resultado, la estabilidad poltica se mantena de forma precaria y eran
frecuentes las luchas entre los caciques rivales e incluso los conflictos entre los
recin nombrados caciques y el gobierno federal. Con Daz, el sistema funcion
mucho mejor, porque el ferrocarril recin construido permiti que el ejrcito llegara rpidamente hasta las provincias y ayudara a dominar a los posibles rebeldes.
Quiz ms importante an fue el hecho de que Daz estimul, o al menos
permiti, tanto a los caciques en el poder como a los que haban sido destituidos,
enriquecerse actuando como intermediarios de los inversores extranjeros que quisieran instalarse o adquirir propiedades en aquellas regiones. De esta manera,
Daz dio a los miembros de la oligarqua local, tanto a los entrantes como a los
salientes, un poderoso papel en el mantenimiento de la estabilidad en su regin,
ya que cualquier levantamiento, cualquier revuelta local poda ahuyentar fcilmente a los posibles inversores, cortando de esta manera una importante fuente
de ingresos de la oligarqua local.
Hubo otros dos mtodos por medio de los cuales Daz trat de contrarrestar
los posibles alzamientos de los hombres fuertes locales: uno-fue nombrar como
vigilantes de los funcionarios civiles locales a comandantes militares que no fueran originarios de las regiones que controlaban; el otro mtodo fue elevar de
categora el cargo de jefe poltico correspondiente a los administradores de
distrito, que antes de Daz haban sido oficiales con poder limitado, y ahora iban
a controlar la polica y las fuerzas armadas auxiliares en sus distritos, iban a
nombrar a los oficiales de distrito y municipales, y a abrir el camino a los inversores extranjeros, y que en un buen nmero de casos deban obediencia en primer
lugar al gobierno central y no a los gobernadores de los que eran directamente
subordinados.
Daz aplic una tctica similar, de favorecimiento combinado con represin,
a un segundo grupo que durante mucho tiempo se haba opuesto a la existencia
de un gobierno central fuerte. Este grupo era la clase media que actuaba principalmente en Ciudad de Mxico. Tradicionalmente, este grupo desempeaba un
papel importante en el Congreso mexicano y editaba los ms importantes peridicos de la oposicin. Daz impidi que los miembros de la oposicin fueran
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elegidos para formar parte del Congreso y continu la poltica iniciada durante
la administracin de Gonzlez de considerar fuera de la ley a todos los peridicos
de la oposicin. La clase media no se opuso a estas medidas represivas ya que,
al mismo tiempo, a cientos de sus miembros se les estaban concediendo nuevas
oportunidades de progreso social y econmico. Un ejemplo de esto fue el aumento del nmero de puestos burocrticos estatales que creci considerablemente entre 1884 y 1900, as como el hecho de que en aquellos estados en los que Daz
haba destituido a los caciques locales se ofrecieran nuevos cargos a la clase media. Por otra parte, la destitucin de los hombres fuertes locales o caciques rara
vez supuso su total eliminacin de la esfera poltica; por ejemplo, Luis Terrazas,
el hombre fuerte de Chihuahua, continu desempeando un papel importante
en la poltica local y organiz un poderoso grupo poltico que Daz se vio obligado a tolerar y que se opona a la existencia de la estructura poltica en el estado.
Como resultado, surgi una especie de sistema bipartidista en Chihuahua al igual
que en otros estados, mientras que en Ciudad de Mxico los restos de la democracia estaban siendo destruidos poco a poco. Este sistema, a su vez, dio a las clases
medias regionales mayor influencia poltica ya que ambos partidos se disputaban
su apoyo.
Estos partidos eran slo de mbito regional y se parecan ms a los grupos
formados por relaciones de parentesco o clientelismo que a los partidos polticos
que se estaban desarrollando durante este mismo perodo en Europa. Daz no
slo nunca permiti la creacin de verdaderos partidos de oposicin, sino que
se opuso igualmente a la creacin de un partido poltico gubernamental. En 1891
algunos intelectuales y miembros de la clase alta adictos al rgimen intentaron
consolidar el sistema porfirista a travs de la creacin de un partido liberal basado en los principios cientficos del positivismo (por lo cual se conoci a estos
hombres como los cientficos). Su objetivo era ensanchar la base del rgimen para
fortalecerlo, al tiempo que imponer cierto control sobre el propio Daz. Por otra
parte, la creacin del partido podra asegurar algn tipo de sistema de sucesin
y prevenir lo que ms tema la mayora de la lite mexicana: la reanudacin en
el pas de las rebeliones y las luchas una vez que Daz muriera o fuera incapaz
de terminar su mandato.
De cualquier manera, el presidente se neg a la formacin de un partido poltico y prefiri continuar con la tctica que haba empezado a aplicar con xito
a partir de su llegada al poder en 1876, que era la de enfrentar entre s a las
diferentes camarillas existentes dentro de la lite mexicana. Una de estas camarillas estaba liderada por Manuel Romero Rubio, que haba sido ministro en el
gobierno de Lerdo y que posteriormente se uni a Daz, y lleg a ser ministro
de Gobernacin en su gobierno en 1884. Romero Rubio fue, en muchos aspectos,
el arquitecto del Estado porfirista. l fue quien transform la institucin de jefe
poltico y quien control y manipul a los gobernadores. El grupo que l lideraba estaba formado principalmente por civiles: financieros, terratenientes, tecncratas, burcratas y similares. Despus de su muerte en 1895, el ms sobresaliente e inteligente de sus discpulos, Jos Yves Limantour, ministro de Hacienda
desde 1893, fue reconocido como cabecilla del grupo, al que se opona una camarilla dirigida por militares. Su principal portavoz era el anterior presidente Manuel Gonzlez durante los aos que siguieron a la toma del poder por Daz, y
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posteriormente pas a ser el lder Bernardo Reyes, uno de los ms cercanos confidentes de Daz. El grupo estaba formado por militares camaradas del presidente,
por hombres tradicionalmente fuertes en las regiones y por algunos burcratas,
y era extremadamente crtico frente al progresivo aumento de poder e influencia
de los cientficos.
Daz utiliz ante el ejrcito, que durante todo el siglo XIX haba sido una amenaza constante para cualquier gobierno central, el mismo mtodo empleado para
pacificar a los hombres fuertes locales; es decir, la combinacin de represin e
incentivos. Por una parte, aument el presupuesto militar (en trminos absolutos, no relativos), compr armamento moderno en Europa, y dio importantes
puestos polticos a muchos jefes militares permitindoles entrar en la nmina.
Adems, cre una academia militar moderna donde se propuso formar un cuerpo
de oficiales de lite. Por otra parte, Daz debilit la influencia del ejrcito a travs de la creacin de otras fuerzas paramilitares que frecuentemente eran ms
eficaces que el ejrcito. Gran parte de la represin interna, por ejemplo, corra
a cargo de tropas auxiliares que no estaban subordinadas directamente al ejrcito. Entre estas fuerzas, una de las ms importantes eran los Rurales nacionales,
un cuerpo de polica profesional que ya exista antes de Daz pero al que ste
dio el impulso necesario para acrecentar su fuerza e influencia. Los soldados regulares llegaban forzados al ejrcito y estaban mal pagados, por lo cual mantenan slo un relativo sentimiento de lealtad a la institucin. Los Rurales, al contrario, estaban mucho mejor pagados y reciban mejor trato. Aunque en menor
grado que los Rurales nacionales, los Rurales estatales tambin estaban mejor
pagados y reciban mejor trato que los soldados regulares del ejrcito. Los Rurales estatales eran unidades armadas que dependan directamente de la administracin estatal, pero cuya mxima autoridad provena del gobierno federal. Al mismo tiempo, Daz incorpor a algunos de los ms destacados bandoleros a ciertas
unidades policiales con el fin de encauzar sus energas y utilizar su experiencia
en su provecho. Pero no fueron Daz ni el Estado central por s solos los que
pusieron fin al bandolerismo. Los hombres fuertes locales, que frecuentemente
haban estado asociados con estos hombres fuera de la ley o que al menos haban
hecho la yista gorda ante sus crmenes siempre y cuando sus propiedades no se
vieran afectadas, ahora descubran que estos mismos bandoleros podan suponer
un freno a la corriente de inversiones extranjeras que llegaba a sus distritos, lo
que sera matar a la gallina de los huevos de oro. Por ello, frecuentemente fue
de importancia decisiva su activa colaboracin con el gobierno para reprimirlos.
La poltica de represin, conciliacin y cooperacin llevada a cabo por Daz
frente a las clases media y alta que haban sido las fuerzas originarias de los levantamientos y la.inestabilidad en los primeros aos del siglo xix fue aplicada tambin para controlar a otra fuerza que durante algn tiempo haba sido una de
las principales amenazas para todo gobierno liberal: la Iglesia catlica. Daz no
sigui adelante con las medidas anticlericales de Lerdo, y aunque el gobierno,
de Daz nunca aboli las restricciones legales que las leyes de reforma haban
impuesto a la Iglesia ni le devolvi sus antiguas propiedades, en la prctica se
estaba produciendo un cambio de poltica. De muchas maneras subrepticias, que
por otra parte no eran difciles de detectar, la Iglesia estaba acumulando nuevamente riquezas procedentes tanto de inversiones como de donaciones de sus fie-
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ban frecuentemente contra la expropiacin de las tierras de las comunidades indgenas. La nueva poltica de la Iglesia frente al campesinado estaba, sin duda,
inuida por el hecho de que haba perdido sus tierras y ya no estaba, como a
principios del siglo xix, comprometida en el sistema de peonaje y otras formas
de servidumbre campesina.
Aunque la Iglesia finalmente fracas en su intento de estabilizar la situacin
en el campo, tuvo xito en otros aspectos. Con el apoyo de Daz consigui cierta
recuperacin poltica y econmica, al tiempo que logr un mayor apoyo entre
el campesinado, lo cual qued reflejado durante la Revolucin cuando los agraristas ms radicales, sobre todo los zapatistas en Morelos, no pusieron en marcha
medidas anticlericales.
En general, el fortalecimiento del Estado porfirista cost a amplios sectores
de la clase alta y media tradicional la prdida de gran parte del poder poltico
que antes posean, pero, en compensacin, participaron de los frutos del rpido
desarrollo econmico de Mxico. No se puede decir lo mismo del campesinado,
que durante el porfiriato perdi sus derechos polticos tradicionales, al tiempo
que sufri agudas prdidas econmicas. Con frecuencia se ha afirmado que la
abolicin por parte de Daz de las estructuras democrticas existentes en Mxico
fue una medida que apenas afect a los campesinos. La mayora de ellos era
analfabeta y no poda leer los peridicos de la oposicin, aun en el caso de que
llegaran a los pueblos ms lejanos, cosa que rara vez ocurra. Por otra parte,
tampoco estaban interesados ni participaban en las elecciones nacionales.
Esto probablemente era cierto, pero haba otro aspecto de la democracia en
Mxico que era de importancia decisiva para gran parte del campesinado: la autonoma local. Tradicionalmente, la mayora de los pueblos elega a sus consejos
y alcaldes, que tenan poder no slo poltico sino tambin econmico. Eran los
que distribuan el acceso a las tierras comunitarias, el agua y los pastos, adems
muchas veces resolvan conflictos dentro del pueblo y, a veces, decidan quin
deba alistarse en el ejrcito y quin poda quedar exento del servicio militar.
Los orgenes de la autonoma local se pueden remontar al perodo precolombino,
cuando los poblados del sur y del centro de Mxico eran en gran medida autosuficientes y tenan derechos polticos. La situacin no termin con la conquista
espaola, sino que Espaa permiti a muchas comunidades indgenas conservar
sus tierras y sus instituciones comunales dndoles cierto grado de autonoma,
aunque bajo la supervisin severa del Estado y los funcionarios eclesisticos. Muchas comunidades de los estados de la frontera norte recibieron por parte del
Estado central mayor libertad como un incentivo para asentarse en una regin
peligrosa y luchar contra los ataques de los indios. En general, el poder y la autonoma de estas comunidades tendi a aumentar despus de la independencia. El
gobierno federal era demasiado dbil para imponer su autoridad sobre estos derechos tradicionales de los pueblos. Adems, a diferencia del Estado colonial,
el dbil Estado nacional del siglo xix no pudo ejercer el control efectivo sobre
los caciques. As pues, muchos de los caciques locales y regionales, que eran la
nica autoridad suficientemente poderosa como para imponerse a los consejos
comunitarios y a los alcaldes, utilizaron su nuevo poder para gobernar por la
fuerza a los pueblos. Otros muchos, en cambio, dudaron en atacar los derechos
adquiridos de los campesinos. Los caciques regionales estuvieron a menudo invo-
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manera, el nico grupo social que rechaz por completo prcticamente todas las
caractersticas de la sociedad industrial moderna estaba formado por algunos de
los aproximadamente 50.000 indios tarahumaras que vivan concentrados fundamentalmente en el estado de Chihuahua, muchos de ellos en lo ms intrincado
de la Sierra Madre, y que slo de manera marginal se mezclaron en los conflictos
sociales que ocuparon la atencin del norte de Mxico durante el Porfiriato y
la Revolucin de 1910 a 1920.
Los indios yaquis y los antiguos colonos militares de Chihuahua, que fueron
los que ms se resistieron a la modernizacin porfirista y que repetidamente se
levantaron en armas contra las autoridades, constituan un sector tradicional en
el sentido de que se aferraban a sus derechos adquiridos y a sus tierras. Sin embargo, no eran tradicionales si consideramos el trmino como sinnimo de oposicin a la tecnologa moderna, a la industria o a la produccin para el mercado.
Bajo el cuidado de los misioneros jesutas durante el perodo colonial, los yaquis
haban aprendido tcnicas de agricultura intensiva complejas que haban aplicado con xito a la tierra frtil del valle del ro Yaqui. Muchos de sus productos
se vendan en los mercados de las regiones mineras y, al mismo tiempo, muchos
indios yaquis se fueron a trabajar lejos de su tierra natal a las minas y las haciendas y sus patrones los consideraban entre los trabajadores ms dignos de confianza y con ms experiencia.
Por otra parte, los antiguos colonos militares asentados principalmente en
Chihuahua constituyeron durante el perodo colonial y el siglo xix uno de los
principales pilares de lo que se podra considerar una clase media agraria. No
slo posean ms tierras que la media de los campesinos en el centro y el sur
del pas, sino que adems eran econmicamente independientes. La razn de su
independencia resida no slo en que tenan suficientes tierras y ganado para subsistir, sino adems en el hecho de que aun en el caso de que hubieran querido
trabajar para las haciendas vecinas, la peligrosidad de las comunicaciones durante el perodo de guerra con los apaches habra hecho de sta una opcin muy
poco atractiva. A diferencia de lo que ocurra en los pueblos del sur y del centro
del pas donde los campesinos haban posedo la tierra comunalmente hasta la
ley de reforma de 1856 y no podan venderla, para los campesinos de los pueblos
del norte la tierra era un bien que podan comprar y vender libremente.
La causa que llev a los indios yaquis y a muchos de los antiguos colonos
militares del norte a protagonizar una serie de levantamientos contra el rgimen
de Daz no fue la oposicin a la economa capitalista moderna, sino la negativa a aceptar que esta economa se desarrollara a sus expensas. Los yaquis protagonizaron varias revueltas sangrientas contra las autoridades mexicanas cuando
stas intentaron confiscar gran parte de sus tierras frtiles en beneficio de la empresa norteamericana American Richardson Company. Para los colonos militares de Chihuahua, que en 1891-1893 se alzaron en armas contra el gobierno estatal y el rgimen de Daz, el problema de la tierra estaba intrnsecamente ligado
a la tradicin de la autonoma municipal. Las autoridades municipales, que ellos
haban elegido libremente, haban sido sus principales instrumentos de defensa
frente a todo tipo de ataque externo, contra sus tierras o contra su estatus social
y econmico. En 1891 el gobierno estatal redact una nueva ley que permita
a los jefes polticos nombrar a los alcaldes de las ciudades ms grandes. Mu-
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chos pueblos en Chihuahua se levantaron en armas para impedir que las autoridades aplicaran esta ley. Estos pueblos tenan en comn con los indios yaquis
su extraordinaria capacidad de lucha, alimentada a lo largo de ms de un siglo
y medio por los enfrentamientos contra los apaches, y respaldada por la posesin
de armas. Pero haba tambin una diferencia sustancial entre los dos grupos:
los yaquis estaban aislados por diferencias tnicas y sociales del resto de la poblacin de Sonora. Los colonos militares, en cambio, tenan poderosas aunque secretas alianzas: algunos de los ms pudientes propietarios en el estado, anteriores
caudillos como Luis Terrazas, pretendieron servirse de los campesinos para ejercer presin sobre el gobierno.
Estas diferencias llevaron al gobierno de Daz a aplicar tcticas muy diferentes en los dos casos. Despus de tratar intilmente durante aos de convencer
a los yaquis de que aceptaran la prdida de la mayora de su territorio y del fracaso de los intentos llevados a cabo para dominarlos mediante la realizacin de
campaas militares cada vez ms duras, el gobierno recurri a la puesta en prctica de nuevas medidas de represin desconocidas hasta entonces. Entre 1903 y
1907 lanz una campaa a gran escala contra los indios y deport a un gran
nmero de ellos, se resistieran al gobierno o no, a las plantaciones de henequn
de Yucatn. Esta tctica no slo diezm la poblacin yaqui, sino que adems
fue beneficiosa econmicamente. El coronel Francisco B. Cruz que en el curso
de tres aos deport a 15.700 yaquis a Yucatn, recibi 65 pesos por cabeza (hombre, mujer o nio) de manos de los hacendados; 10 pesos eran para l y 55 para
el Ministerio de la Guerra.
Sin embargo, con los colonos militares rebeldes de Chihuahua, el gobierno
se mostr ms inclinado a llevar a cabo una poltica de compromisos, aunque
stos se negociaran con una lite de manipuladores ms que con los propios campesinos. Como resultado de una serie de levantamientos en Chihuahua respaldados por Terrazas de 1891 a 1893, su rival, Lauro Carrillo, fue destituido del puesto de gobernador del estado y se coloc en su lugar a un hombre que a Terrazas
le era ms afn. A los campesinos, exceptuando la amnista que se les concedi,
se les hicieron concesiones mucho menores: cierta disminucin en las expropiaciones de la tierra y el mantenimiento de algunos elementos de autonoma municipal.
Aunque en la mayora de los casos esta tctica tuvo xito, no fue as en el caso
ms conocido, el del pequeo pueblo de Tomochi perdido en las montaas del
oeste de Chihuahua. La rebelin que tuvo lugar all, en noviembre de 1891, en
un principio no se diferenci de otras muchas que se haban producido en otros
pueblos del norte. Empez siendo una revuelta en contra del nuevo alcalde impuesto, un sobrino del jefe poltico del distrito, que apacentaba sus ovejas en
los pastos del pueblo y forzaba a sus habitantes a trabajar con bajos salarios en
su propia tierra o en las fincas del ministro de Hacienda, Jos Yves Limantour,
que estaban cerca del pueblo. Cuando algunos habitantes de Tomochi protestaron
contra estos hechos, el alcalde les castig con la leva, el temidsimo reclutamiento
para el ejrcito. Su to, el jefe del distrito, tom represalias adicionales contra
el pueblo trazando otro itinerario para el transporte anualde plata desde una mina
prxima, que pasaba regularmente a travs del pueblo hasta la ceca. Los exasperados aldeanos se rebelaron, expulsaron al alcalde y derrotaron a un destacamento
de tropas gubernamentales enviado para sofocar a los sublevados.
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nos, tanto en el exterior como en el interior del pas, llev a los hacendados a
esforzarse por aumentar sus territorios para elevar el rendimiento. Algunos de
los ejemplos ms notables en los que el crecimiento masivo en la produccin para
el mercado fue paralelo a la destruccin econmica de las comunidades rurales
se dieron en las plantaciones de azcar de Morelos y en las haciendas de henequn de Yucatn.
La formacin de nuevos mercados no fue, de todos modos, el nico incentivo
para la expropiacin de las tierras, ya que la especulacin fue un motivo igual
de poderoso. Mientras se llevaba a cabo la construccin del ferrocarril, o incluso
en su etapa de planificacin, el valor de las tierras a lo largo de su trazado se
dispar y los especuladores de todas las calaas se lanzaron sobre ellas. Adquirir
nuevas propiedades sin tener que pagar por ellas fue tambin un modo de aumentar la produccin sin hacer inversiones a gran escala. Para muchos hacendados,
ste podra haber sido el mtodo ms fcil de elevar la produccin sin incurrir
en gastos sustanciales.
Una hiptesis ms discutible es la de que los hacendados destruyeran los pueblos para acabar con su independencia econmica y de este modo obligar a sus
habitantes a trabajar en las tierras de la hacienda. Aunque esta fue la finalidad
que motiv de hecho algunas expropiaciones, su importancia se ha exagerado:
slo tres familias de los indios tarascos en el pueblo de Naranja, cuyas tierras
haban sido expropiadas por la hacienda de Cantabria, trabajaban en la finca;
todos los dems estaban empleados en otras haciendas que no haban participado
en la expropiacin. Adems, hay datos suficientes para afirmar que la mayora
de las fincas podan encontrar los trabajadores que necesitaban sin tener que recurrir a la destruccin de la base econmica de las comunidades vecinas. Una
de las razones que explica la creciente disponibilidad de trabajadores es el aumento demogrfico acaecido en los pueblos libres que haba obligado a un nmero
creciente de campesinos a buscar trabajo suplementario en las haciendas. Por
otra parte, hay tambin evidencias que indican que cuando una hacienda expropiaba los terrenos de un pueblo vecino, la amargura y el resentimiento que la
expropiacin provocaba entre los campesinos eran tan profundos que la mayora
prefera trabajar en otras fincas antes que en la que haba destruido su comunidad.
$ Durante la poca de Daz no slo eran mayores que antes los incentivos para
expropiar tierras, sino que adems encontraron un nuevo soporte legal. A la Ley
Lerdo (vase supra) que haba constituido la base legal para estas acciones durante la Repblica restaurada, se haban sumado nuevas leyes durante la legislatura
de Manuel Gonzlez, que permitieron a las compaas deslindadoras inspeccionar las tierras pblicas y quedarse con un tercio de lo que encontrasen. Ms importante an que estas nuevas normativas legales fue el hecho de que durante
el perodo de Daz el gobierno mexicano era lo suficientemente fuerte como para
encabezar un ataque masivo contra las comunidades rurales. Los ferrocarriles
acabados de construir dieron al ejrcito y a los Rurales, recientemente reforzados, mayores posibilidades que antes de aplastar cualquier tipo de resistencia por
parte del campesinado.
Las estadsticas existentes no son lo suficientemente fiables como para poder
establecer con cierto grado de certeza cundo se llev a cabo el proceso de expropiacin de la tierra y cundo alcanz su punto lgido, ni hay tampoco explica-
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cin posible para aclarar la diversidad, a veces extrema, existente entre los distintos procesos regionales. Por qu se expropiaron tantos pueblos indios en Yucatn mientras que en Oaxaca, zona en la que el porcentaje de indios era probablemente el ms alto de todo Mxico, las comunidades consiguieron conservar la
mayor parte de sus tierras y muchos de sus derechos tradicionales? Se debi
al hecho de que la produccin para la exportacin era mucho ms importante
en Yucatn que en Oaxaca? Qu funcin tuvieron otros factores, tales como
la mayor cohesin de las comunidades indgenas en Oaxaca, la tradicional debilidad de la hacienda en este estado, la existencia de una clase media india, los
lazos de tipo personal que unan a Daz con el estado de Oaxaca? Son preguntas
para las que todava no hay una respuesta definida.
Un problema an ms complejo es el de tratar de establecer quines fueron
los beneficiarios de estas expropiaciones. Durante mucho tiempo se ha venido
dando una imagen demasiado simplista de lo que fue el resultado de las expropiaciones. Se presuma que, como resultado de los cambios acaecidos durante el petriodo porfirista, la sociedad mexicana haba quedado dividida en dos nicas clases: el grupo de los hacendados que eran cada vez ms pudientes y el grupo de
los peones sin tierras progresivamente empobrecidos.
Pero, en realidad, haba una clase media agraria en proceso de desarrollo,
cuya existencia no siempre es fcil de documentar, pero que parece que desempe un papel de progresiva relevancia en la evolucin social que se estaba produciendo en el campo. En muchos pueblos, los campesinos ricos, los usureros y
los hombres fuertes locales que no eran hacendados se beneficiaron tanto o ms
que stos de la expropiacin de las tierras de los campesinos. Muchos de estos
personajes surgieron mucho antes del perodo porfirista. El aumento de la poblacin en Mxico haba provocado profundas diferencias en el seno de las comunidades campesinas, y los habitantes ms ricos se haban convertido en aliados de
los grandes propietarios y de las autoridades porfiristas a la hora de expropiar
terrenos. Algunos de ellos adquirieron propiedades de mediana extensin (ranchos) y as aparecen incluidos en los censos de 1895 y 1900, en los que se contabilizan 32.000 ranchos (aunque no todos eran unidades independientes puesto que
algunos formaban parte de haciendas). Otros, en cambio, invirtieron su riqueza
de manera ms difcil de documentar estadsticamente. Algunos se transformaron en arrendatarios ricos, otros alquilaron ganado a los aparceros y a los arrendatarios ms pobres. El censo de 1900 recoge 400.000 agricultores, y puesto
que no se especifica claramente cules son las caractersticas que definen esta
categora, probablemente se inclua en ella a la mayor parte de la clase media
agrcola que constitua un sector fundamental dentro de la poblacin rural mexicana. Sus relaciones con los habitantes del pueblo eran muy diversas; algunos
se hicieron usureros, agentes de Estado o de los hacendados, mientras que otros
se convirtieron en lderes populares. Algunos fueron pasando con el tiempo de
una a otra categora.
En el pueblo de Anenecuilco, en el estado de Morelos, sus habitantes eligieron
a finales del verano de 1909 a un campesino relativamente pudiente, Emiliano
Zapata, para que los representara en sus intentos por recuperar las tierras que
la vecina hacienda del Hospital les haba arrebatado. A cientos de kilmetros
al norte en el pueblo fronterizo de Cuchillo Parado, sus habitantes tambin eli-
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gieron a un lder, Ezequiel Montes, para que los ayudara a hacer frente al intento
de uno de los ms ricos hacendados de Chihuahua, Muoz, de arrebatarles la
tierra. Los dos, Zapata y Montes, disfrutaban de un estatus social ms alto que
la mayora de los habitantes de estos pueblos. Zapata descenda de una familia
conocida y estaba relativamente bien situado ya que posea tierras, caballos y
muas; Ezequiel Montes no tena los mismos antecedentes familiares. En la dcada de 1880 lleg a Cuchillo Parado como trabajador sin tierras, no llevando ms
que su guitarra, segn escribi irrespetuosamente un cronista local. Pero Montes,
evidentemente, tena otras habilidades adems de la de cantar: poda hablar muy
bien, saba leer y escribir, conoca bien el mundo que le rodeaba y pronto se
gan la confianza de los lugareos, que en 1903 le eligieron jefe de la Junta de
Vecinos de Cuchillo Parado, que se haba creado para combatir a Muoz. En
un principio Montes tuvo ms xito que Zapata. Mientras la hacienda del Hospital se qued con las tierras que se haban apropiado, Muoz abandon su ataque
en Cuchillo Parado.
Los dos lderes aprovecharon el poder y el prestigio que haban adquirido
al mando de los intentos campesinos por lograr que se reconocieran sus derechos
de formas muy diferentes: Zapata gui a los hombres de Anenecuilco y, finalmente, a todos los de Morelos, hacia la Revolucin mexicana; Montes fue primero nombrado alcalde de Cuchillo Parado por las autoridades del estado, ms tarde se convirti en usurero y finalmente fue expulsado del pueblo el da en que
estall la Revolucin.
Es posible que el surgimiento de esta clase media agraria proporcione una
de las mejores explicaciones, aunque no la nica, al hecho que durante mucho
tiempo ha dejado perplejos a los historiadores: la relativa falta de resistencia por
parte de los campesinos en el centro y sur de Mxico contra la proliferacin de
tierras expropiadas. Aunque no hay duda de que el debilitamiento de la oposicin campesina que se produjo en las dcadas de 1880 y 1890, cuando se la compara con la del perodo entre 1876 y 1880, estaba ligado al creciente poder estatal, al reforzamiento del ejrcito y la movilidad que le permita el ferrocarril y
a la creacin de nuevas unidades policiales, la represin por s sola no proporciona una explicacin satisfactoria/Junto al apoyo cada vez mayor que el gobierno
consigui por parte de la incipiente clase media, se dieron otros fenmenos que
probablemente contribuyeron a debilitar la resistencia del campesinado. Uno fue
el desmantelamiento de sus principales rganos de resistencia, la administracin
comunitaria del pueblo. Una vez destruida su autonoma, los campesinos ya no
podan contar con la organizacin tradicional que les haba guiado anteriormente
en sus movimientos de oposicin contra los terratenientes o contra el Estado.
El otro fenmeno, quiz ms importante an, fue la transformacin de la relacin patrono-cliente que durante mucho tiempo haba regido la vida en el campo
mexicano. Durante la poca colonial, el patrono era el Estado espaol que con
frecuencia intent proteger a los campesinos de los abusos de los terratenientes
para impedir que stos se hicieran demasiado poderosos. A principios del siglo xix, los caudillos regionales, que dependan del apoyo de los campesinos en
sus frecuentes luchas con los rivales de otras regiones, haban asumido la funcin
del patrono. Cuando algunos hacendados en el estado de Guerrero intentaron
expropiar tierras que pertenecan a pueblos libres, los campesinos llamaron en
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se exponen a continuacin, surgirn nuevos patronos que llamarn a los campesinos a la revuelta, obteniendo el apoyo de stos y constituyendo por fin una fuerza decisiva en la tormenta revolucionaria que estallar en Mxico despus de 1910.
La evolucin del peonaje hacia la esclavitud o hacia la libertad
En muchas haciendas del centro y sur de Mxico, el estatus de los trabajadores, generalmente llamados peones, estuvo sujeto a cambios no menos drsticos
que los que padecieron en las comunidades libres en las que se llevaron a cabo
las expropiaciones. Como la produccin de cosechas de gran demanda se haca
cada vez ms rentable, muchos hacendados empezaron a restringir los contratos
de arrendamiento, ya que preferan emplear a trabajadores para que cultivaran
las tierras de sus fincas. De ninguna manera se acab con el sistema de arrendamiento, pero se arrincon cada vez ms a los arrendamientos en las tierras marginales donde estaban ms sujetos que nunca a las fluctuaciones del tiempo. En
otros casos, los contratos de aparcera, que eran, si cabe, an ms desfavorables
para los campesinos, sustituyeron a los arrendamientos. La manera en que las
haciendas llevaban a cabo esto est claramente ejemplificada en la evolucin de
los sistemas de aparcera en una hacienda cerca de Celaya en el estado de Guanajuato. Hasta finales del xix haba habido dos tipos de aparcera en la hacienda:
los medieros al rajar y los medieros al quinto. Los primeros tenan sus propios animales y aperos de labranza, y reciban el 50 por 100 de la cosecha; los
medieros al quinto utilizaban los aperos y los animales de la hacienda y a cambio
deban abonar el 50 por 100 de sus cosechas ms una quinta parte del resto de
la cosecha como pago por el uso de los instrumentos y los animales, de modo
que se quedaban como mucho con el 40 por 100 de lo producido. A finales del
siglo xix esta hacienda empez a limitar el nmero de medieros al rajar, adoptando la medida de no permitirles utilizar los pastos de la hacienda para alimentar a su ganado. A principios del siglo xx, slo unos pocos privilegiados trabajaban todava en esas tierras segn el acuerdo del 50 por 100. Todos los dems
se haban convertido en medieros al quinto.
Otra diferenciacin se daba en el tipo de trabajador que los hacendados empleaban. En las zonas perifricas del norte y el sur del pas, cuya poblacin estaba ms dispersa que en el centro, con frecuencia los hacendados se encontraron
con verdadera escasez de mano de obra, y reaccionaron ante el hecho de muy
diversas maneras. Mientras que en el norte el peonaje tenda a desaparecer, en
las zonas del sur, especialmente en las plantaciones de henequn de Yucatn, el
Valle Nacional, productor de tabaco, en Oaxaca, y las plantaciones de caf de
Chiapas, los trabajadores comenzaron a ligarse a las haciendas en condiciones
de peonaje parecidas a la esclavitud. Los campesinos no podan abandonar las
fincas hasta haber pagado todas sus deudas, y el hacendado se aseguraba de que
estas deudas no pudieran ser satisfechas, sirvindose del fraude, el aumento de
los precios en la tienda de raya, y obligando a los campesinos a aceptar prstamos que no necesitaban. En Yucatn, en mayor medida que en otras partes de
Mxico, este tipo de peonaje se convirti en institucin. En 1901 un observador
informaba de que
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la manera legal de atar criados a la hacienda consiste en hacer un pago por adelantado, lo que significa en este estado que el trabajador que se va puede ser obligado a volver a la hacienda por la polica. Estos pagos por adelantado generalmente
se hacen cuando un joven nacido en la hacienda llega a los 18 o 20 aos y se casa.
Entonces su dueo le da cien o ciento cincuenta, a veces doscientos pesos, para
establecer su casa y las dos partes tcitamente establecen el acuerdo de que esta
suma, as como otras que se le puedan adelantar despus en caso de accidente o
de enfermedad, nunca va a ser satisfecha. Este es el precio por el cual el joven
yucateco vende su libertad.6
En los casos en los que el sistema no estaba tan bien establecido, se aplicaba
la fuerza bruta.
En 1914 se invit al representante particular de Woodrow Wilson en Mxico,
John Lind, y al comandante de la flota norteamericana en Veracruz, el almirante
Fletcher, a que visitaran una plantacin de azcar en Veracruz, propiedad del
norteamericano Sloane Emery, en la que todos los trabajadores eran contratados. John Lind coment ms tarde:
Los trabajadores que el gobierno haba enviado ah eran prcticamente prisioneros. El almirante Fletcher y yo vimos el espectculo inusitado en el siglo xx de
grupos de ocho o diez hombres diseminados entre el maizal, acompaados por un
arreador, un cacique, un indio de la costa, alto y fornido, con un par de pistolas
a la cintura, y un ltigo negro de ocho o diez pies, siguiendo de cerca al grupo
que excavaba, mientras al otro lado del campo, un hombre con una escopeta, con
el can aserrado, los vigilaba. Estos hombres salan a trabajar en la maana vigilados por estos capataces y por las noches eran encerrados en un gran tejaban. Tanto el almirante Fletcher como yo estbamos asombrados de que pudiera existir esa
situacin, pero exista.7
El aislamiento en el que se viva en muchas zonas del sur, la falta de una industria que pudiera competir con los propietarios de las fincas por la escasa mano
de obra existente, el fortalecimiento de las fuerzas policiales en las haciendas y
de los rganos estatales hacan que fuera extremadamente difcil para los peones
burlar a sus dueos. Estas medidas represivas se vieron reforzadas por la puesta
en prctica del precepto divide y vencers: se reuni en el sur a rebeldes yaquis
de Sonora, vagabundos de la zona centro, culies chinos y coreanos y all los hacendados se aprovecharon de los antagonismos existentes entre unos y otros, y
de todos en contra de la comunidad nativa maya, para evitar que surgiera la
revuelta. Y, en general, los terratenientes triunfaron tanto en el aspecto econmico como en el social y poltico: la produccin se elev, la resistencia fue mnima
y la estabilidad resultante atrajo nuevos capitales e inversiones.
Las tendencias contradictorias existentes en el campo mayor libertad e incentivos econmicos junto con un aumento de la represin y la semiesclavitud
6. Karl Kaerger, Landwirtschaft und Kolonisation im Spanisches Sdamerika, 2 vols., Leipzig,
1W1-1902, II, p. 637.
7. United States Senate Documents, Foreign Relations Committee, Investigation of Mexir:m Affairs, Informes y Audiencias del 66. Congreso, 2.a sesin, Documento del Senado n.
.'KS, 2 vols., Washington, 1920, II, p. 2.326.
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que se manifestaban en las zonas perifricas del norte y el sur del pas, tambin
aparecieron en el centro. La razn fue que los factores que produjeron escasez
de trabajadores y que desembocaron en un supervit de mano de obra afectaron
a Mxico central al mismo tiempo, aunque obviamente no siempre en las mismas
regiones. Las expropiaciones de tierras de los pueblos y el aumento demogrfico
dieron origen a grandes masas de trabajadores desempleados que en muchas regiones fueron ms que suficientes para cubrir las necesidades de las haciendas.
En estos casos algunos hacendados descubrieron las ventajas de tener en sus haciendas a trabajadores libres y no a siervos.
En 1906, Manuel Brassetti, el administrador de la hacienda de Tochatlaco,
inform de que
En esta finca haba el sistema de peones de ao, todos ellos adeudadsimos, flojos, borrachos, malos trabajadores y muy remilgosos; despus de estudiar bien, determin perder la suma de tres mil pesos que deban y desde hace dos aos, la gente
es semanera acasillada; cuando eran de ao dejaban de trabajar el sbado antes
de Semana Santa, toda la Semana Santa se embriagaban y con trabajo se lograba
que salieran a trabajar el Martes de Pascua. Desde que son semaneros, trabajan
el Lunes y Martes Santos y el Lunes de Pascua ya estn en el trabajo. As como
los lunes antes no sala ms que la mitad de la cuadrilla, en la actualidad muy raros
son los que se quedan. En consecuencia, mi opinin es que dicho mtodo o costumbre es defectuoso y se presta al continuo abuso de la gente, dndose lugar a que
lo insulten a uno con sus suposiciones de la famosa cargadilla. En la actualidad
estn ms contentos, no estn tutoreados, saben que si trabajan, tienen raya y si
no, no. Y ellos mismos han llegado a convencerse de la bondad de este sistema,
habindose llegado a dar el caso de que digan a los peones de otras haciendas: vendidos, nosotros somos libres.8
En otras partes del centro de Mxico, en cambio, la aparicin de nuevas industrias, la construccin del ferrocarril y la necesidad que tenan los hacendados
de contratar un mayor nmero de trabajadores para el cultivo de las cosechas
de gran demanda, desencadenaron el efecto contrario y produjeron escasez de
mano de obra. Esta escasez real o, a veces, imaginaria, llev a muchos hacendados a mantener el sistema de peones por endeudamiento incluso cuando a veces
era contraproducente econmicamente y, probablemente, innecesario.
El surgimiento
gobernante
Durante el rgimen de Daz se produjo tambin una transformacin significativa en el otro extremo de la escala social: la creacin de lo que podra llamarse
una clase nacional gobernante. Con excepcin de la Iglesia, que siempre tuvo
carcter nacional, la lite econmica mexicana de principios del siglo xix tena
un carcter fundamentalmente local o regional. Algunos de sus componentes eran
terratenientes cuya riqueza se concentraba generalmente en uno o dos estados,
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mientras que los miembros de la lite que vivan en Ciudad de Mxico eran esencialmente comerciantes o agiotistas, es decir, especuladores que obtenan sus
principales ingresos de conceder crditos al gobierno y de especular con las finanzas gubernamentales. Haba tambin pocos industriales, y ninguno de ellos controlaba industrias de gran envergadura. La mayora de los mineros y comerciantes eran extranjeros.
Algunos miembros de la clase nacional gobernante que emergi durante el
Porfiriato eran terratenientes regionales, pero haban empezado a extender sus
actividades hacia otros sectores de la economa y hacia otras regiones del pas.
El clan Terrazas-Creel, que era probablemente el grupo ms rico y poderoso del
Mxico porfirista, es el ejemplo ms notable. Al empezar el Porfiriato, Luis Terrazas era uno de los hacendados ms importantes del estado de Chihuahua y
su yerno, Enrique Creel, era, adems de un propietario pudiente, un financiero
de mediana categora en la zona. Al acabar el siglo, los dos hombres haban combinado sus actividades y haban expandido extraordinariamente el nivel de sus
operaciones. Posean plantas de procesamiento de alimentos por todo Chihuahua, controlaban el mayor banco del estado, y adems un banco en la recin
urbanizada regin de Laguna, en el estado de Coahuila. Creel perteneca al consejo de direccin de dos de los bancos ms importantes de Mxico, el Banco de
Londres y Mxico y el Banco Nacional de Mxico. Terrazas y Creel actuaban
como intermediarios para numerosas compaas extranjeras que deseaban hacer
negocios en Mxico, y Creel era el director de una de las empresas ms importanles dentro de este grupo, la Compaa Mexicana Petrleo el guila, cuyo propielario era sir Weetman Pearson (despus lord Cowdray). Un caso parecido era
el del ministro de Hacienda, Jos Yves Limantour, el hijo de un prspero comerciante francs, que ramific sus empresas por muchos estados, adquiri contraios de tierras en Chihuahua y, al igual que Terrazas y Creel, perteneci a los
consejos de direccin de muchas compaas mexicanas y extranjeras importantes
que hacan negocios en el pas.
La riqueza de la nueva clase gobernante provena no slo de la tierra que
posea, sino sobre todo de su papel como intermediaria de las compaas exiranjeras. Cualquier empresa importante que quisiera hacer negocios en Mxico
se daba cuenta en seguida de que tener a estos hombres como abogados o, mejor
an, en su consejo de direccin, era el mejor medio de saltarse el papeleo y de
.solventar cualquier tipo de obstculo econmico o poltico ante su penetracin
en la economa mexicana. El sector ms poderoso y articulado de esta nueva clase en el poder era el grupo conocido como los cientficos, grupo de financieros,
leencratas e intelectuales coordinado por Manuel Romero Rubio, ministro de
Gobernacin y suegro de Daz, y tras su muerte, en 1895, encabezado por el ministro de Hacienda Limantour (vase supra).
Uno de los rasgos ms caractersticos de la clase gobernante fue su orientacin proeuropea, lo cual coment muy lcidamente el ministro alemn en Mxico
:il escribir:
En opinin de ellos, el futuro poltico del pas depende enteramente del desarrollo de la economa. Sin embargo, para lograrlo, el pas requiere ayuda del extranjero, incluidos los Estados Unidos. Mxico est, pues, destinado a convertirse cada
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vez ms en un campo de actividad para las empresas capitalistas de todos los pases.
Sin embargo, los cosmopolitas, aunque parezca paradjico, ven precisamente en
esta dependencia econmica la garanta de su independencia poltica, ya que dan
por supuesto que los grandes intereses europeos que inviertan aqu constituirn un
contrapeso al apetito anexionista norteamericano, y prepararn el camino para la
completa internacionalizacin y neutralizacin de Mxico. Tras bambalinas, pero
encabezando al grupo de los cosmopolitas, est el seor Limantour, ministro de
Hacienda. Sus aliados son los altos crculos financieros, as como altos funcionarios gubernamentales que tienen participacin o intereses en compaas nacionales
y extranjeras, senadores y diputados y, finalmente, los representantes locales del
capital europeo invertido en Mxico.5
Estas opiniones no se pueden explicar simplemente por el hecho de que los cientficos representaban los intereses europeos, mientras que los otros miembros de
la oligarqua mexicana representaban los norteamericanos. De hecho, los cientficos actuaban como intermediarios tanto de las empresas europeas como de las
norteamericanas. La razn por la que, sin embargo, preferan a los europeos antes que a los norteamericanos era precisamente porque ellos se haban convertido
en una clase gobernante nacional, cuyos puntos de vista trascendan los lmites
regionales y asuman proporciones nacionales. El apoyo europeo, segn crean
ellos, era crucial para mantener la independencia de Mxico. Por otra parte, no
hay duda de que su funcin de intermediarios de los intereses europeos era muy
diferente a la que representaron con respecto a los norteamericanos,'. Debido a
su relativa debilidad en Mxico, los europeos estaban ms dispuestos que los norteamericanos a hacer concesiones efectivas a sus intermediarios mexicanos. Es significativo, por ejemplo, que la mayor compaa petrolera britnica en Mxico, el
guila, aceptara como socios, aunque con estatus inferior, a miembros de la lite
nacional. Las grandes compaas petroleras norteamericanas en Mxico, como
la Doheny's Mexican Petroleum Company y la Waters Pierce.Oil Company, esta
ltima ligada a la compaa Standard Oil, nunca llegaron a tener ese tipo de
asociacin con miembros de la obligarqua mexicana.
Las simpatas que la clase gobernante senta hacia Europa se vieron reforzadas por la alianza con otro grupo de origen europeo que hasta finales del siglo
xix rara vez se haba asociado con los mexicanos: los comerciantes de origen
europeo, principalmente franceses, y en menor nmero alemanes, que haban empezado a establecer sus industrias en Mxico cuando las importaciones desde
Europa se hicieron demasiado costosas debido a la cada del precio de la plata.
Ellos pidieron y obtuvieron inversiones de capital por parte de la lite mexicana,
y sobre todo de los cientficos.
Como resultado de estas mltiples actividades, la actitud de esta nueva clase
en el poder les pareci a muchos observadores esquizofrnica. En algunos aspectos, se mostraba absolutamente subordinada a los intereses extranjeros, mientras
que en otros temas se expresaba con inesperados brotes de nacionalismo. Esta
clase nacional gobernante y el papel predominante de los cientficos dentro de
ella fue origen de profundas divisiones dentro de la lite mexicana. Las lites
9. Documentos del despacho de Asuntos Exteriores alemn, Archivos del Despacho de Asnillos
Exteriores en Bonn, Mxico, vol. 17, Wangenheim a Blow, 7 de enero de 1907.
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organizaciones repartan propaganda a favor de Daz y en contra de las ideologas radicales; editaban dos peridicos que predicaban que el respeto de una
persona hacia la polica es el termmetro que marca el grado de civilizacin.10
En 1891, el Congreso Obrero instigaba a los obreros en contra de la celebracin
del Primero de Mayo.
Al mismo tiempo, estas organizaciones intentaron mediar en algunos conflictos entre trabajadores y empresarios, y ayudaron a crear sociedades mutualistas;
es decir, organizaciones de ayuda al trabajador financiadas exclusivamente por
las contribuciones de los propios trabajadores que les proporcionaban pequeas
ayudas a ellos o a sus familias en caso de accidente, incapacidad o muerte.
A finales de siglo, la actitud de la clase trabajadora hacia el Estado y hacia
sus patronos sufri un cambio paulatino. Uno de los factores que influy y model en gran medida su manera de pensar fue el creciente contacto con los extranjeros. La mayora de las empresas, especialmente las ms grandes, eran de propiedad extranjera, e incluso en las mexicanas contrataban a extranjeros para ocupar
los puestos de administrador. Poco a poco se fue desarrollando entre los obreros
mexicanos un sentimiento de nacionalismo que se agudiz al comprobar que haba dentro de su misma empresa obreros extranjeros que ganaban varias veces
ms que ellos. En concreto, este era el caso del ferrocarril, donde se confera
situacin de privilegio a los trabajadores norteamericanos tanto en lo referente
a la posibilidad de acceso a determinados tipos de trabajos como en lo referente
a los salarios.
Hubo, adems, otro medio a travs del cual los trabajadores mexicanos llegaron a establecer contacto con los trabajadores extranjeros: la emigracin a los Estados Unidos. Miles de trabajadores, especialmente de los estados del norte, empezaron a cruzar la frontera bien para instalarse permanentemente, o bien para trabajar
durante largas temporadas en las minas e industrias norteamericanas o en los ranchos. La discriminacin a la que con frecuencia se vieron sometidos hizo que surgiera en muchos de ellos un fuerte sentimiento nacionalista; en otros, el nacionalismo estuvo ligado a la progresiva adquisicin de una conciencia de clase que se
materializ al ponerse en contacto con los sindicatos norteamericanos, especialmente con la organizacin radical Industrial Workers of the World (IWW).
Una de las grandes diferencias que exista entre la clase trabajadora industrial
mexicana y sus colegas en los pases industrialmente ms desarrollados era la relativa debilidad del sector ms privilegiado: el de los obreros especializados. Esto
se deba, por un lado, al predominio de industrias extractivas y ligeras que requeran menos cantidad de obreros especializados que otro tipo de industrias, pero
tambin al mayor nmero de extranjeros entre los trabajadores cualificados.
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comerciantes al rgimen de Daz. Los comerciantes, generalmente, no constituyen un sector social radical, y, sin embargo, al analizar las causas de la Revolucin mexicana de 1910, Pablo Martnez del Ro, vastago de una de las familias
dirigentes del Porfiriato, atribuye el cataclismo revolucionario, en gran medida,
al descontento de stos. Las races del descontento estaban en el hecho de que
en muchas ciudades los comerciantes deban competir o bien con los extranjeros
o bien con clientes de la oligarqua que conseguan de las compaas extranjeras
concesiones para administrar sus tiendas. Los pequeos empresarios que queran
establecer fbricas o pequeos negocios dependan del crdito que les concedieran los bancos, que, o bien pertenecan a los extranjeros, o bien a los miembros
de la oligarqua. En igualdad de circunstancias, estos bancos daban preferencia
a los deudores con mejores relaciones.
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dad para llevarlo a efecto era muy limitada. Los ingresos globales que el gobierno reciba, federales, estatales y municipales, suponan slo el 8 por 100 del producto nacional bruto." La crisis econmica, aun siendo grave, no fue la nica
causa inmediata de la revuelta social de los aos 1910-1920. Las contradicciones
internas que finalmente provocaron la Revolucin mexicana eran ms profundas
y ms complejas que la simple dislocacin producida por la crisis de 1907, aunque la crisis vino a acentuar los conflictos ya existentes dentro de la sociedad
mexicana.
Un factor importante que contribuy a la desestabilizacin del rgimen durante sus ltimos aos fue el surgimiento de una fuerte oposicin por parte de
la clase obrera. sta se reflej principalmente en la proliferacin de huelgas, que
tuvieron un alcance desconocido hasta el momento y que provocaron una represin oficial sin precedentes, y en la creacin de un partido poltico de oposicin
de mbito nacional con una fuerte inclinacin hacia el anarcosindicalismo. Los
orgenes de esta oposicin obrera eran varios. En primer lugar, se haba formado
una clase obrera que no tena orgenes campesinos, por lo que no comparaba
su mala situacin con la situacin an peor que exista en las haciendas y en
los pueblos. Adems, un mayor nmero de trabajadores haba ido en algn momento a trabajar a los Estados Unidos. All haban podido apreciar que el proletariado norteamericano no slo disfrutaba de un nivel de vida ms elevado sino
que tambin tena derechos de asociacin y adems haba sido influido por la
ideologa anarcosindicalista del IWW. El nacionalismo desempe un papel cada
vez ms importante en la toma de conciencia de los obreros que se enfrentaron
no slo contra los inversores extranjeros y sus administradores sino contra los
trabajadores extranjeros.
La causa inmediata del descontento de los obreros fue el brusco descenso del
nivel de vida experimentado entre 1900 y 1910. Incluso en el perodo de auge,
hasta 1907, los salarios reales estaban erosionados por la inflacin; entre 1907
y 1910 las condiciones empeoraron, sobre todo en el norte de Mxico. En 1909,
en Chihuahua, el cnsul alemn calculaba que los precios de los alimentos y productos bsicos haban aumentado un 80 por 100, mientras que los salarios reales
haban bajado en un 20 por 100. El resultado fue un descenso catastrfico del
salario real de aquellos que todava tenan trabajo, pues, para los miles que haban sido despedidos en el curso de la recesin, las condiciones eran, obviamente,
mucho peores. Es interesante, sin embargo, comprobar que entre 1900 y 1910
los movimientos sociales ms importantes protagonizados por los obreros mexicanos no tuvieron lugar durante la cada econmica sino durante el auge inmediatamente precedente. De los tres mayores conflictos laborales que atrajeron la
atencin nacional en aquellos aos, a saber: la huelga en la fbrica textil de Ro
Blanco, Veracruz, en junio de 1906; la huelga minera en Cananea, Sonora, en
enero de 1907, y el movimiento de obreros ferroviarios en Chihuahua en 1908,
slo en la huelga de Ro Blanco las reivindicaciones econmicas eran las predo11. John Coatsworth, The state and the external sector in Mxico 1800-1900 (ensayo
indito). La estimacin del producto nacional bruto se basa en Leopoldo Sols, La evolucin econmica de Mxico a partir de la Revolucin de 1910, Demografa y Economa, 3/1
(1969), p. 4.
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minantes. Incluso en esta huelga, las reivindicaciones sobre las condiciones laborales eran, cuando menos, igual de importantes. En los otros dos casos, el nacionalismo apareca ntimamente ligado a las demandas de los trabajadores. Los
mineros de Cananea se quejaban de que a los mineros norteamericanos se les
pagaba ms del doble por hacer exactamente el mismo trabajo que hacan ellos.
Reclamaciones similares se podan escuchar en la huelga de ferroviarios en Chihuahua, en la que los huelguistas se quejaban de que los mejores puestos en el
sistema de ferrocarriles de Mxico se reservaban para los trabajadores y empleados norteamericanos. En la huelga ferroviaria se lleg a un compromiso limitado, pero las otras dos fueron sofocadas con una crueldad brutal que sobrepas
todos los lmites conocidos durante los primeros aos del rgimen de Daz. Gracias a Dios que todava puedo matar, se dice que exclam Daz, y orden en
Ro Blanco la ejecucin despiadada de docenas de obreros textiles que haban
pedido al presidente mexicano que actuara de arbitro en su conflicto con la empresa. Al mismo tiempo, se produca otro bao de sangre, aunque de menores
proporciones, en Cananea, donde el resentimiento se reaviv con la llegada, desde el otro lado de la frontera, de cientos de norteamericanos armados para acabar con el movimiento minero.
Este tipo de represin masiva y a las claras haba constituido la excepcin
ms que la regla en los anteriores aos del rgimen. Daz prefera negociar ms
que reprimir y las veces que utiliz mtodos represivos trat de mantenerlo en
secreto. Las caractersticas sin precedentes de estas matanzas, el alcance que tuvieron y la existencia de un partido nacional de oposicin con orientacin laboral
convirtieron a Ro Blanco y Cananea en palabras emblemticas para cientos de
miles de mexicanos, y llevaron a miles de ellos a simpatizar con el primero y
ms radical movimiento de oposicin a escala nacional surgido durante el Porfiriato: el Partido Liberal Mexicano (PLM), fundado por intelectuales de provincia a principios de siglo. Este partido postulaba la vuelta a los principios sostenidos por las facciones radicales del movimiento liberal en la poca de Jurez. La
creciente represin por parte del gobierno contribuy a producir un rpido giro
a la izquierda, y el partido asumi pronto rasgos e ideologa anarcosindicalistas.
Sus lderes ms destacados fueron los hermanos Enrique y Ricardo Flores Magn, que dirigieron el partido desde su exilio en St. Louis. El peridico que publicaban, Regeneracin, fue prohibido en Mxico y tena que introducirse ilegalmente desde los Estados Unidos. A pesar de este inconveniente, parece que en
Mxico se vendan ms de 25.000 ejemplares por nmero y que tuvo un importante papel como inspirador de las grandes huelgas que estallaron en el pas.
El PLM no slo ejerci su influencia entre los obreros |dustriales, sino tambin entre ciertos sectores de la clase media. Para stos, el conflicto con la administracin de Daz era, en parte, un conflicto de clase, y en gran medida, adems,
una lucha generacional. A los ojos de muchos jvenes, el rgimen de Daz representaba a una sociedad dictatorial subordinada al capital extranjero, sobre todo
norteamericano, lo cual era interpretado como una amenaza para la integridad
y la independencia de Mxico. Las oportunidades de movilidad social, segn ellos
decan, eran entonces menores que en la generacin de sus padres. La generacin
anterior ocupaba an los puestos en la burocracia federal y Daz no pareca tener
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intencin de hacer ningn tipo de cambio de personal. Un ministro francs, hondamente preocupado, escriba a su gobierno en 1900:
a pesar de la paz que ahora reina en el pas hay un descontento real ... en la base
de ese descontento est un partido de jvenes que, bajo el disfraz de su adhesin
a unos principios, oculta su deseo de poder y ansia participar de los privilegios que
ste proporciona. Abogados, jueces, ingenieros, escritores y periodistas constituyen
la mayora en este partido. Pretende hablar en nombre de toda la sociedad civil
y declara que el actual rgimen militar debe ser sustituido por un sistema de parlamentarismo y libre discusin.12
Las grandes empresas extranjeras que estaban introducindose en Mxico no lograron proporcionar nuevas oportunidades ni vas de escape para los jvenes mexicanos cultivados que no encontraban posibilidad de introducirse en el aparato
burocrtico federal o local. Los extranjeros preferan escoger a sus administradores entre las clases media y alta de su propio pas. Los mexicanos que ocupaban
cargos de alto nivel generalmente eran amigos, familiares o clientes de los socios
mexicanos que adems solan ser miembros de la oligarqua.
Esta frustracin de la juventud culta mexicana de clase media no tena slo
races econmicas. Muchos de estos jvenes estaban resentidos porque consideraban que la lite porfirista haba aceptado a ciegas los valores y la cultura extranjeros. Para muchos, la diplomacia del dlar, el aumento de la inmigracin
y de las inversiones norteamericanas en la zona norte de Mxico reavivaban la
amenaza de una nueva anexin por parte de los Estados Unidos. Estos temores
se vieron adems reforzados por las continuas demandas de anexin de Mxico
aparecidas en la prensa norteamericana.
El PLM tuvo xito en la inspiracin o fortalecimiento de una oposicin a
escala nacional contra el rgimen de Daz; sin embargo, su llamada a la realizacin de una revolucin nacional fue desatendida. Estallaron una serie de revueltas locales, sobre todo en el norte del pas, bajo el liderazgo de exiliados que
haban regresado trayendo consigo armas y propaganda. Pero estos movimientos
fracasaron no slo porque con frecuencia carecan de coordinacin sino adems
porque entre sus filas frecuentemente haba infiltrados agentes del gobierno. La
oposicin que oblig a Porfirio Daz a dejar el poder tuvo un carcter muy diferente e inclua desde hacendados disidentes hasta campesinos militantes. El nacimiento de este movimiento de oposicin estuvo estrechamente ligado a los cambios polticos y sociales que se dieron tanto a nivel nacional como regional en
los estados de Sonora, Coahuila y Chihuahua en la frontera norte, y en el estado
central de Morelos.
A comienzos del nuevo siglo se produjo en Mxico un profundo cambio poltico. Durante los ltimos diez aos de su mandato, Daz haba relajado la aplicacin de su estrategia que tena como lema divide y vencers, y que en los primeros aos haba contribuido considerablemente al fortalecimiento de su rgimen.
Hasta finales de siglo, Daz haba logrado establecer a nivel nacional y regional
12. Archivos del Ministerio de Exteriores francs, Pars, CC, Mexique, vol. 17, Dlondcl
a Delcass, 3 de diciembre de 1900.
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y Coahuila, no tenan tanto miedo. En Coahuila la mayora de ellos estaban concentrados en el rea de la Laguna, que haba sido una tierra despoblada y desolada antes de que los hacendados la reclamaran. Estos hacendados, por tanto, no
tenan que enfrentarse a una masa de campesinos a los que haban quitado sus
tierras. Por otra parte, en esta zona exista un nuevo tipo de relacin paternalista
entre los propietarios y los peones, debido a que los peones en estos estados reciban salarios ms altos y disfrutaban de un grado ms elevado de libertad que
en cualquier otro lugar del campo mexicano. Los hacendados trataron de fortalecer esta relacin estableciendo escuelas y cuidados mdicos para los trabajadores.
Algunos terratenientes ilustrados, como Francisco I. Madero, incluso extendieron
estos servicios a los peones no residentes para ganarse as su lealtad. En Sonora,
Jos Mara Maytorena protegi a sus trabajadores yaquis de ser deportados por
el gobierno federal y los trabajadores le consideraron como su patrn. As, los
tres estados del norte que haban sido el principal objetivo de la ofensiva de los
cientficos constituyeron la base ms firme para los movimientos de oposicin
que surgieron en Mxico entre 1907 y 1910.
En el estado de Morelos, el ataque de los cientficos tuvo tambin hondas repercusiones, pero afect principalmente a una sola clase social: el campesinado.
El gobernador del estado, Manuel Alarcn, un caudillo tradicional que no formaba parte de la oligarqua local y que no slo no era visto con antipata por parte
de los colonos, sino que todava era considerado por una gran parte de la poblacin como el hombre con el que haban podido contar en tiempos de crisis, haba
muerto en 1908. Fue reemplazado por Pablo Escandn, que perteneca a la oligarqua terrateniente y que mantena estrecha relacin con los cientficos. Como
en Chihuahua, el poder quedaba ahora en manos de la oligarqua local, y para
los pueblos libres el gobierno de Escandn fue un absoluto desastre. Al crecer
la demanda de azcar, los propietarios de plantaciones comenzaron a expropiar
las tierras que les quedaban a los cerca de cien pueblos libres que componan
el estado de Morelos. Los campesinos, muchos de los cuales haban considerado
durante mucho tiempo al gobierno central como una especie de poder neutral
al que ellos podan apelar, se sintieron en aquel momento completamente abandonados por el gobierno. Cuando el mito de la existencia en Ciudad de Mxico
de un gobierno benevolente, que actuara en favor de los campesinos slo con
saber lo que realmente estaba pasando, se vino abajo con el nombramiento de
un hacendado como gobernador del estado, los campesinos estuvieron listos para
la revuelta. Junto a los estados norteos de Sonora, Chihuahua y Coahuila, Morelos se iba a convertir en uno de los centros principales de la Revolucin de 1910.
En 1910, cuando se acercaba la fecha de realizar nuevas elecciones presidenciales, la lucha por la sucesin estall de nuevo. Los miembros disidentes de la
clase alta y de la clase media mexicana intentaron otra vez limitar la influencia
de los cientficos y convencer a Daz para que eligiera como candidato a la vicepresidencia a una persona que no perteneciera a ese grupo. Su candidato era Bernardo Reyes y su organizacin poltica se llamaba Partido Democrtico. Su
influencia y su vigor aumentaron en gran medida como consecuencia de un importante error tctico cometido por Daz en 1908. En una entrevista realizada
por el corresponsal de un peridico norteamericano, James Creelman, Daz pareci
invitar a los candidatos a presentarse libremente a las elecciones, y en la entrevis-
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ta el dictador mexicano declar que crea que Mxico estaba ya maduro para
la democracia, que l no se presentara como candidato en las prximas elecciones presidenciales y que daba la bienvenida a los grupos polticos de la oposicin.
No est claro por qu Daz declar intenciones que no estaba dispuesto a llevar
a la prctica, pero las consecuencias de estos comentarios fueron decisivas.
Los opositores al rgimen creyeron que Daz haba dado el visto bueno de
manera oficial a la existencia de un partido de oposicin y que no seran castigados si lo ponan en marcha. Las autoridades quedaron desorientadas y por algn tiempo dejaron que tales grupos funcionaran con mucha ms libertad de
la que haban disfrutado hasta entonces. Pero cuando miles de .personas, principalmente de la clase media, empezaron a manifestarse en apoyo de Reyes, Daz
declar abiertamente que nunca le aceptara como candidato a la vicepresidencia
y le envi en misin militar a Europa. Frente a la disyuntiva de rebelarse o
acatar la decisin presidencial, Reyes opt por doblegarse a la voluntad del
dictador.
Tras el exilio de Reyes, los miembros de la clase alta que le apoyaban se vieron en una situacin de difcil solucin. Haban confiado en poder presionar y,
quizs, incluso quitar el poder a Daz con la ayuda de una coalicin similar a
la que le haba llevado al poder haca ms de 30 aos: una alianza entre los disidentes de la clase alta y media con los rebeldes potenciales dentro del ejrcito.
El eslabn con el ejrcito era Reyes. Una vez que ste se someti a Daz, el eslabn se rompi y la opcin militar desapareci. Cualquier otro intento serio de
amenazar o derrocar a Daz tendra que basarse en una estrategia completamente
diferente; es decir, en una alianza con la clase baja de la sociedad, incluyendo
a los campesinos. Para muchos de los seguidores de Reyes, especialmente del
centro de Mxico, esta era una opcin inaceptable ya que teman que una vez
movilizado el campesinado se volviera contra ellos y se convirtiera en una fuerza
incontrolable. Consecuentemente, muchos se retiraron de toda oposicin activa
al rgimen de Daz.
" Los hacendados disidentes del norte, especialmente en Sonora y Coahuila,
como ya hemos visto, no sentan temor ante los campesinos;all los antiguos
seguidores de Reyes apoyaron a otro partido nacional de oposicin que se estaba
formando: el Partido Antirreeleccionista, encabezado por Francisco I. Madero,
un pudiente hacendado de Coahuila. Madero se convirti en una figura nacional
cuando en 1908 public un libro sobre la reeleccin presidencial. En l sealaba
que el problema fundamental de Mxico era el absolutismo y el poder ilimitado
concentrado en un solo hombre. Slo la introduccin de la democracia parlamentaria, un sistema de elecciones libres y la independencia de la prensa y de los
juzgados podran transformar a Mxico en un Estado moderno y democrtico^
El libro estaba escrito con mucha cautela, ya que por una parte criticaba duramente el sistema de Daz, y por otra alababa las cualidades personales del dictador. De todas maneras se expresaba en contra de las excesivas concesiones hechas
a los extranjeros y reprochaba a Daz el haber sido demasiado blando con respecto a los Estados Unidos. Las cuestiones sociales apenas se mencionaban.
Algunos historiadores posrevolucionarios, y el propio Porfirio Daz, consideraron a Madero como a un idealista ingenuo al tomar en serio la promesa de
Daz de celebrar en Mxico elecciones democrticas. Madero juzgaba su propia
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actitud desde un punto de vista diferente, como se puede comprobar por las afirmaciones que hizo en una entrevista que le hicieron en 1911:
Al principio de la campaa poltica, la mayora de los habitantes de nuestra
nacin crean en la absoluta efectividad del voto como medio para luchar contra
el general Daz. De todas maneras, yo comprenda que slo las fuerzas armadas
podan derribar al general Daz, pero para llevar adelante la revolucin la campaa
democrtica era indispensable porque preparara a la opinin pblica y justificara
una rebelin armada. Nosotros pusimos en marcha la campaa democrtica como
si no tuviramos la intencin de recurrir a una rebelin armada; utilizamos todos
los recursos legales y cuando estuvo claro que el general Daz no iba a respetar
el deseo nacional ... llevamos a cabo la rebelin armada ... [Daz] me respet porque, puesto que yo no era un militar, nunca crey que fuera capaz de empuar
las armas contra l. Yo comprend que sta era mi nica defensa y sin recurrir a
la hipocresa logr fortalecer esta idea en su pensamiento.14
Cuando Madero form su partido, Daz no lo tom en serio. Ms an, Daz
pens que este nuevo partido servira para dividir y debilitar al nico grupo de
oposicin al que l realmente tema, el Partido Democrtico de Reyes. Como
resultado, en 1908 y parte de 1909 Madero tuvo relativa libertad para trabajar
en su campaa presidencial. Este hacendado con inclinaciones filantrpicas consigui hacer lo que el PLM no haba logrado. A pesar de que su programa agrario era muy vago y nunca lleg a proponer el tipo de reforma agraria que los
liberales prometieron, consigui incitar y movilizar a importantes sectores del campesinado mexicano.; Cuando los desilusionados seguidores de Reyes se unieron
al partido, los antirreeleccionistas se convirtieron en el nico grupo poltico en
Mxico que reuna en sus filas a miembros de todas las clases sociales, desde
los ricos hacendados hasta los peones ms humildes de las grandes haciendas *
Esta heterognea e inesperada coalicin encabezada por un hombre sin experiencia militar fue la que consigui derrocar el rgimen de Daz en 1910-1911.
Hay indicios, aunque no pruebas absolutas, de que cuando estall la Revolucin algunas corporaciones norteamericanas (sobre todo las que tenan intereses
petroleros) la apoyaron activamente, al mismo tiempo que la administracin Taft
mostraba un grado de tolerancia hacia las actividades de Madero, lo que preocup seriamente al gobierno de Daz. Aunque las relaciones de los Estados Unidos con los revolucionarios en 1910-1911 son todava tema de gran debate, no
hay duda de que las relaciones de la administracin de Daz con el gobierno y
con algunas empresas norteamericanas se haban hecho cada vez ms tensas entre
1900 y 1910.
Tanto el gobierno mexicano como el grupo de los cientficos estaban hondamente resentidos por las cada vez ms frecuentes intervenciones de los Estados
Unidos en Amrica Central y el Caribe despus de la guerra hispano-norteamericana. Les preocupaba el hecho de que, a finales del siglo, las medianas empresas
que haban predominado entre los inversores en los primeros aos del Porfiriato
14. Estos comentarios son parte de una entrevista que Madero concedi a la Hearst Press
en 1911. Aparecen citados en Jerry W. Knudson, When did Francisco I. Madero decide on
Revolution?, The Americas, 30 (abril de 1974), pp. 532-534.
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15. Haus-, Hof- und Staatsarchiv, Viena, Politisches Archiv, Mxico Reports, 1902, Auersthal a Goluchowsky, 24 de noviembre de 1902.
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