Lectio Divina 04 - Tiempo de Pascua PDF
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lectio divina
para cada da del ao
1 :^
Lectio divina
para cada da del ao
GIORGIO ZEVINI
y PIER
GIORDANO CABRA
(eds.)
LECTIO DIVINA
PARA CADA DA DEL AO
*1.
*2.
*3.
*4.
Adviento
Navidad
Cuaresma y Triduo pascual
Pascua
Ferial
Ferial
Ferial
Ferial
- Tiempo
- Tiempo
- Tiempo
- Tiempo
Ordinario
Ordinario
Ordinario
Ordinario
- ao
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par
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(sem.
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(sem.
Ferial
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- Tiempo
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impar
impar
impar
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1-8)
9-17)
18-25)
26-34)
(sem.
(sem.
(sem.
(sem.
1-8)
9-17)
18-25)
26-34)
volumen 4
Tiempo de pascua
La liturgia de la Palabra
en el Tiempo de pascua
Traduccin:
1. El misterio de La pascua
e n el corazn del hombre actual
MIGUEL MONTES
morir-para-resurgir
La vida est marcada por el movimiento, es un continuo pasar. Desde el estado embrionario pasamos al
de feto: morimos como embrin y resurgimos como
feto. Si no sucediera esto, estaramos ante la muerte
verdadera. Del mismo modo, llegamos a nios slo
cuando dejamos el seno materno muriendo a la condicin de feto. Y lo mismo cumple decir de todos los
sucesivos pasos.
Todo -el hombre, la naturaleza, la historia, el progreso...- est marcado por el signo del pasar desde una
situacin de partida a la siguiente. Es preciso abandonar u n a posicin (morir a ella) si queremos conquistar otra (resurgir, asumir la nueva posicin): es una
condicin de vida, una ley a la que nada se sustrae. Lo
que se define como hilemorfismo pascual, pretendiendo dar a entender que la pascua, concebida como
paso, como un morir-para-resurgir, est inscrito en
todo, y nada se sustrae a su influjo.
Tiempo de pascua
La liturgia de la Palabra
2. El misterio de la pascua,
proclamado e n la liturgia
E L LECCIONARIO DOMINICAL Y FESTIVO
Tiempo de pascua
En el quinto domingo se manifiesta Jess como Camino, Verdad y Vida (A), como Vid verdadera (B) que
da el mandamiento del amor (C). La Iglesia vive de este
mandamiento (as en los tres ciclos: A-B-C).
En el sexto domingo, Jess resucitado da a la comunidad el mandamiento del a m o r (A-B-C) y promete el
don del Espritu (A) a todos (B), como gua de la Iglesia (C). El a m o r y el Espritu hacen de la Iglesia la nueva Jerusaln, templo del Seor (C).
El da de la ascensin, antes de subir al cielo, enva
Jess sus apstoles al m u n d o como sus testigos. En
este misterio revela el destino del hombre y de la historia. Como es sabido, esta solemnidad se celebra en
Espaa el sptimo domingo de pascua. En el Leccionario para la Iglesia universal, sin embargo, en el sptimo domingo, Cristo, glorificado por el Padre (A), no
abandona a los suyos; les hace partcipes de sus dones;
ora al Padre para que los guarde en la verdad (B) y en
la unidad (C) mediante la fuerza del a m o r y del Espritu.
En Pentecosts, por ltimo, el Espritu Santo lleva a
cabo la plenitud de la pascua de Cristo por medio de la
Iglesia. Los apstoles, empujados por el poder de Jess
resucitado y por la fe en l, parten para su misin en el
mundo.
Las primeras lecturas: el misterio de la comunidad
pascual
La liturgia de la Palabra
Si quisiramos reducirlo todo a u n esquema, podramos presentar de este modo las diferentes etapas cine
hemos perfilado:
- la comunidad de los que creen en Cristo, muerto y
resucitado, surge con unas caractersticas bien precisas, presentadas a travs de los compendios de
los captulos 2 y 4 de los Hechos de los Apstoles
(segundo domingo);
- la predicacin de los apstoles se centra en Cristo muerto y ahora resucitado (tercer y cuarto domingo);
- la comunidad se recoge y se organiza: tiene lugar
la eleccin de los diconos y comienza el ministerio
apostlico de Pablo y Bernab (quinto domingo);
- el anuncio de salvacin se extiende a los paganos gracias a la accin del Espritu Santo (sexto domingo).
Las segundas
lecturas
mistagogia
El conjunto de las lecturas, y en particular los evangelios y las segundas lecturas, constituye el esqueleto de
Tiempo de pascua
10
la mistagogia pascual: el sentido del domingo; la eucarista como presencia del Resucitado que explica las Escrituras y rompe el pan; Jess, buen pastor, puerta del
redil y gua para quien cree en l; las exigencias que deben seguir quienes se han adherido a Cristo, el Seor, a
travs de la fe; escuchar-practicar su palabra: en particular, vivir el mandamiento del amor; la perspectiva final de la glorificacin en Cristo.
E L LECCIONARIO FERIAL
La liturgia de la Palabra
I I
3. El misterio de la pascua,
celebrado e n la liturgia
En apariencia, el Tiempo pascual se presenta como
un conjunto de fiestas. Sin embargo, en realidad es
como una nica gran fiesta, el sacramento de los cincuenta das, esto es, un acontecimiento que comienza
el da de pascua, resurreccin de Jess, pasa a travs de
su ascensin-glorificacin y culmina con la efusin del
Espritu Santo en Pentecosts. Este da lo viven todos
los cristianos, y en particular los nefitos y los penitentes, como una fiesta prolongada, anticipo de la fiesta sin
fin, al son del canto del aleluya. A su luz, y partiendo de
esta experiencia, los cristianos interpretan toda la historia como lugar donde tiene lugar el gran duelo entre
la vida y la muerte, pero donde acaece tambin el triunfo de la vida.
Por eso se convierte esta fiesta en afirmacin de la
vida, renovada por la resurreccin de Cristo. El cristiano vive con la seguridad de que ahora es radicalmente
libre, sin tener que temer ya nada por su vida. Esta fiesta se vive en una alegra prolongada junto a los otros
hermanos en la fe y se explcita en muchos otros motivos de fiesta: fiesta de la comunidad parroquial, de las
primeras comuniones, de la confirmacin, de las ordenaciones, del final del ao catequtico, del mes de Mara, del da de la madre...
4. El misterio de la pascua,
vivido en la vida de cada da
Vivir la resurreccin, hoy, significa proclamar con fe
que Jess, muerto por nuestros pecados (1 Cor 15,20)
ha resucitado de entre los muertos (1 Cor 15,20) y que
El que vive... vive por los siglos de los siglos (Ap 1,17s).
sa era la conviccin de los primeros testigos: Pues
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Tiempo de pascua
La liturgia de la Palabra
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Domingo de pascua
LECTIO
* Pedro, lleno del Espritu Santo, resume en un denso y escultural discurso todo el itinerario de Jess de
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Tiempo de pascua
Domingo de pascua
VI
Tiempo de pascua
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** El encuentro con Cristo resucitado y vivo determina la conducta moral del cristiano, libre ahora de
u n sistema de normas ms o menos severas o detalladas. Por eso, Pablo, sin forzar las cosas en modo alguno, puede remitirse al misterio pascual cuando considera que debe intervenir con autoridad firme en
ciertas situaciones lamentables que se dan en la comunidad de Corinto.
Pablo, refirindose al rito de la pascua juda, que Jess llev a cabo como memorial de su propia muerte
salvfica, recuerda la costumbre de quemar antes de la
fiesta toda la levadura vieja, en cuanto signo de corrupcin que no debe contaminar la vida nueva (v. 7).
Vosotros mismos -dice a los corintios- debis ser pan
puro, nuevo, que Cristo consagra con la ofrenda de s
mismo. l es la verdadera pascua, el cordero inmolado,
cuya sangre nos protege del exterminador (Ex 12,12s).
El cristiano, consciente del alcance de ese sacrificio, est
llamado a vivir en la novedad, eliminando de su corazn
el fermento de las viejas costumbres, de los pequeos y
de los grandes vicios con los que muestra connivencia,
Domingo de pascua
I"
** Los discpulos, antes de encontrar al Seor resucitado, pasan por la dolorosa experiencia de la tumba vaca:
constatan la ausencia del cuerpo de Jess. El cuarto
evangelista subraya sobremanera este elemento, introduciendo una dialctica de visin-fe-visin espiritual
que recorre de manera creciente los captulos 20-21,
interpelando tambin al lector y a todos aquellos que
creen sin haber visto (20,29). En esta percopa se expresa esto mismo mediante el uso de tres verbos diferentes,
traducidos en nuestro texto por ver y comprobar, y
que indican matices diferentes (w. 1.5; v. 7; v. 8).
Los relatos de la resurreccin se abren con dos precisiones cronolgicas: El domingo por la maana y
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Tiempo de pascua
Domingo de pascua
.'I
MEDITATIO
Mi alegra, Cristo, ha resucitado. Con estas palabras sola saludar san Serafn de Sarov a quienes le visitaban. Con ello se converta en mensajero de la alegra
pascual en todo tiempo. En el da de pascua, y a travs
del relato evanglico, el anuncio de la resurreccin se
dirige a todos los hombres por los mismos ngeles y,
despus de ellos, por las piadosas mujeres a la vuelta del
sepulcro, por los apstoles y por los cristianos de las generaciones pasadas, ahora vivas para siempre en El que
vive. Sus palabras son una invitacin, casi una provocacin. Esas palabras hacen resurgir en el corazn de
cada uno de nosotros la pregunta fundamental de la
vida: quin es Jess para ti? Ahora bien, esta pregunta
se quedara para siempre como una herida olorosamente abierta si no indicara al mismo tiempo el camino para encontrar la respuesta. No hemos de buscar entre los muertos al Autor de la vida. No encontraremos a
Jess en las pginas de los libros de historia o en las
palabras de quienes lo describen como uno de tantos
maestros de sabidura de la humanidad. l mismo, libre
ya de las cadenas de la muerte, viene a nuestro encuentro; a lo largo del camino de la vida se nos concede encontrarnos con l, que no desdea hacerse peregrino
Tiempo de pascua
22
con el hombre peregrino, o mendigo, o simple hortelano. l, el Inaprensible, el totalmente Otro, se deja encontrar en su Iglesia, enviada a llevar la buena noticia
de la resurreccin hasta los confines de la tierra.
En consecuencia, slo hay una cuestin importante de
verdad: ponernos en camino al alba, no demorarnos ms,
encadenados como estamos por los prejuicios y los
temores, sino vencer las tinieblas de la duda con la esperanza. Por qu no habra de suceder todava hoy
que encontrramos al Seor vivo? Ms an, es cierto
que puede suceder. El modo y el lugar sern diferentes,
personalsimos para cada uno de nosotros. El resultado de este acontecimiento, en cambio, ser nico: la
transformacin radical de la persona. Encuentras a
un h e r m a n o que no siente vergenza de saludarte diciendo: Mi alegra, Cristo ha resucitado? Pues bien,
puedes estar seguro de que ha encontrado a Cristo. Encuentras a alguien entregado por completo a los hermanos y absolutamente dedicado a las cosas del cielo? Pues
bien, puedes estar seguro de que ha encontrado a Cristo... Sigue sus pasos, espa su secreto y llegar tambin
para ti esa hora tan deseada.
ORATIO
Haz, Seor, que tambin nosotros nos sintamos llamados, vistos, conocidos por ti, que eres el Presente, y
podamos descubrir as el valor nico de nuestra vida en
medio de la inmensa multitud de las otras criaturas.
Danos un corazn humilde, abierto y disponible, para
poder encontrarte y permitir que nos marques con tu
sello divino, que es como u n a herida profunda, como
u n dolor y u n a alegra sin nombre: la certeza de estar
hechos para ti, de pertenecerte y de no poder desear
otra cosa que la comunin de vida contigo, nuestro
nico Seor.
Domingo de pascua
24
Tiempo de pascua
P A R A LA L E C T U R A E S P I R I T U A L
En el fluir confuso de los acontecimientos hemos descubierto un
centro, hemos descubierto un punto de apoyo: Cristo ha resucitado! Existe una sola verdad: Cristo ha resucitado! Existe una sola
verdad dirigida a todos: Cristo ha resucitado!
Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, entonces todo el mundo se habra vuelto completamente absurdo y Pilato hubiera tenido
razn cuando pregunt con desdn: Qu es la verdad?. Si el
Dios-Hombre no hubiera resucitado, todas las cosas ms preciosas
se habran vuelto indefectiblemente cenizas, la belleza se habra
marchitado de manera irrevocable. Si el Dios-Hombre no hubiera
resucitado, el puente entre la tierra y el cielo se habra hundido
para siempre. Y nosotros habramos perdido la una y el otro, porue no habramos conocido el cielo, ni habramos podido defenernos de la aniquilacin de la tierra. Pero ha resucitado aquel ante
el que somos eternamente culpables, y Pilato y Caifas se han visto
cubiertos de infamia.
Un estremecimiento de jbilo desconcierta a la criatura, que
exulta de pura alegra porque Cristo ha resucitado y llama junto a
l a su Esposa: Levntate, amiga ma, hermosa ma, y ven!.
Llega a su cumplimiento el gran misterio de la salvacin. Crece la
semilla de la vida y renueva de manera misteriosa el corazn de
la criatura. La Esposa y el Espritu dicen al Cordero: Ven!. La
Esposa, gloriosa y esplendente de su belleza primordial, encontrar
al Cordero (P. Florenskij, // cuore cherubico, Csale Monferrato 1999,
pp. 172-174, passim).
Lunes
de la octava de pascua
LECTIO
Octava de pascua
26
29
Hermanos, del patriarca David se os puede decir francamente que muri y fue sepultado, y su sepulcro an se conserva entre nosotros. ,0 Pero, como era profeta y saba que
Dios le haba jurado solemnemente sentar en su trono a un
descendiente de sus entraas, " vio anticipadamente la resurreccin de Cristo y dijo que no sera entregado al abismo, ni
su carne vera la corrupcin. " A este Jess Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos todos nosotros.
Lunes
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Octava de pascua
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Lunes
ORATTO
Al comienzo de este tiempo pascual, un tiempo apostlico, quiero rogarte, Seor, que, por la intercesin de
Mara, hagas crecer en m un corazn de apstol. Har
mas aquellas hermosas palabras del padre Lelotte: Seora nuestra, reina de los apstoles, t diste a Cristo al
mundo. Fuiste apstol de tu Hijo por primera vez llevndolo a Isabel y a Juan el Bautista, presentndolo a
los pastores, a los magos, a Simen. T reuniste a los
apstoles en el retiro del cenculo, antes de su dispersin por el mundo, y les comunicaste tu ardor. Concdeme un alma vibrante y generosa, combativa y acogedora. Un alma que me lleve a dar testimonio, en cada
ocasin, de que Cristo, tu Hijo, es la luz del mundo, que
slo l tiene palabras de vida y que los hombres encontrarn la paz en la realizacin de su Reino.
CONTEMPLATIO
Nuestro Redentor acept morir para liberarnos del
miedo a la muerte. Manifest la resurreccin para suscitar en nosotros la firme esperanza de que tambin
nosotros resurgiremos. Quiso que su muerte no durara
ms de tres das porque, si su resurreccin se hubiera
demorado, habramos podido perder toda esperanza en
Octava de pascua
30
lo que corresponde a la nuestra. De l dice bien el profeta: Mientras va de camino, bebe del torrente, por eso
levantar la cabeza (Sal 110,7). En efecto, l se dign
beber del torrente de nuestro sufrimiento, pero no parndose, sino yendo de camino, pues conoci la muerte
de paso, durante tres das, y no se qued en esta muerte que conoci, como s lo haremos, en cambio, nosotros hasta el fin del mundo. Resucitando al tercer da
manifest, pues, lo que est reservado a su Cuerpo, esto
es, a la Iglesia. Con su ejemplo mostr, ciertamente, lo
que nos tiene prometido como premio, a fin de que los
fieles, al reconocer que l ha resucitado, cultiven en
ellos mismos la esperan/.a de que al final del mundo
sern premiados con la resurreccin (Gregorio Magno,
Comentario moral a Job, XIV, 68s).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
M alma exulta en el Seor (cf. 1 Sm 2,16).
Lunes
ti
hay muros de crceles que resistan. Aunque encerrado en una clda, encadenado, flanqueado por cuatro guardias, el ngel dol Sor vendr y lo despertar del sueo de \a muerte, le har atravesar la crcel y nada lo detendr. stos son los milagros que Dio$
hace en el cielo y en la tierra. Nosotros somos personas maravillosas, llenas de gracia, y estamos llamados a descubrir y a realizar
nuestro ser (E. Drewermann, Vita che nasce dalla morte, Brescia
1998, 458s).
Martes
Martes
de la octava de pascua
LECTIO
** Pedro concluye su discurso con cierto nfasis: todos los israelitas deben tener la certeza de que Jess es
33
Seor y Mesas. La fe cristiana se fundamenta on el testimonio apostlico sobre la resurreccin, que eleva a .less a la condicin gloriosa de Seor y Mesas. Lucas usa
aqu precisamente los dos ttulos del anuncio de la
buena noticia que llevaron los ngeles a los pastores
(Le 2,11), ttulos plenamente realizados ahora. El testimonio de Pedro toca los corazones y se inicia la larga
cadena de las conversiones. El apstol pide el cambio de
mentalidad y de comportamiento (se es el sentido de
metnoia), y el bautismo en el nombre de Jess, llamado simplemente Cristo (sin artculo): ahora ya es l
el Enviado, el Mesas, el Salvador. El bautismo es signo
de la conversin y apertura a la nueva vida, hecha de la
destruccin del pasado de muerte y de la plenitud de
vida que procede del Espritu Santo. De este modo se
cumplen las promesas tanto para los que estn presentes como para los de lejos, es decir, para los que estn
fuera del judaismo.
Aparece, por ltimo, la invitacin a ponerse a salvo
de esta generacin perversa, esto es, de aquellos que con
su religiosidad legalista no han sido capaces de acoger
la novedad revolucionaria del mensaje y de la realidad
de Jess, y lo hicieron condenar recurriendo a la mentira. La primera pesca del pescador de hombres fue verdaderamente milagrosa: tres mil personas recibieron
sus palabras y entraron en sus redes, unas redes que
llevan a las aguas de la salvacin.
34
Octava de pascua
Ella contest:
- Porque se han llevado a mi Seor y no s dnde lo han
puesto.
14
Dicho esto, se volvi hacia atrs y entonces vio a Jess,
que estaba all, pero no lo reconoci. '5 Jess le pregunt:
- Mujer, por qu lloras? A quin ests buscando?
Ella, creyendo que era el jardinero, le contest:
- Seor, si te lo has llevado t, dime dnde lo has puesto y
yo misma ir a recogerlo.
16
Entonces Jess la llam por su nombre:
- Mara!
Ella se acerc a l y exclam en a rameo:
- Rabboni! (que quiere decir maestro).
17
Jess le dijo:
- No me retengas ms, porque todava no he subido a mi
Padre; anda, vete y diles a mis hermanos que voy a mi Padre,
que es vuestro Padre; a mi Dios, que es vuestro Dios.
18
Mara Magdalena se fue corriendo adonde estaban los
discpulos y les anunci:
- He visto al Seor.
Y les cont lo que Jess le haba dicho.
35
Martes
MEDITATIO
La conversin de una gran muchedumbre es, en verdad, sorprendente y milagrosa. A decir verdad, el discurso de Pedro no tiene nada de extraordinario o, al menos, no parece irresistible. Pero estamos en Pentecosts,
y el Espritu no obra slo en Pedro, sino tambin en los
oyentes, cuyos corazones se sienten traspasados hasta
el fondo de una manera irresistible. Se impone una conclusin clara: quien convierte es el Espritu, que da fuerza a la Palabra y la convierte en una espada de doble filo
capaz de penetrar incluso en los corazones ms endurecidos. Todo el libro de los Hechos de los Apstoles, en
especial los primeros captulos, constituye la demostracin de esta verdad elemental: el protagonista de la
evangelizacin es el Espritu Santo, que toca los cora-
Octava de pascua
36
ORATIO
Oh Espritu Santo, qu poco te invoco y qu poco me
confo a ti y a tu accin misteriosa. Por momentos lo
arrollas todo, en otras ocasiones pareces ausente. Pero
eres necesario para la evangelizacin, porque sin ti las
palabras suenan vacas, mis esfuerzos son conatos estriles, mis compromisos se quedan vacos. Cmo puedo
llevar la salvacin si t ests ausente? Hazme comprender interiormente tu absoluta necesidad, y la necesidad que tengo de ti, en mi accin de testigo y de evangelizados H a z m e c o m p r e n d e r que siempre ests
presente, incluso cuando el Evangelio tiene dificultades
para ser acogido, dndome paz y no quitndome el valor de sembrar sin tregua. Hazme ver claro que a m me
pides la siembra y te reservas para ti los frutos. Dame,
sobre todo, la seguridad de que siempre ests conmigo
en cada momento de mi trabajo apostlico, porque as
estar seguro de que nunca ser intil ninguna siembra,
aun cuando la mayora de las veces sern otros los que
recojan. Y la seguridad de que, en el cielo, vern mis
17
Martes
ojos ciertamente esos frutos tan esperados de mi trn bajo y del tuyo.
CONTEMPLATIO
Debemos considerar la resurreccin [de Cristo], que
es modelo de nuestra resurreccin, o sea, de nuestra
suerte. Cristo, cabeza y modelo de nuestra resurreccin,
ha resucitado con este objeto, para asegurarnos a nosotros, sus miembros, nuestra propia resurreccin; de otro
modo sera una cosa monstruosa: resucitar la cabeza
sin los miembros. Por esa razn argumentaba tan bien
y con tanta eficacia el Apstol contra aquellos que negaban la resurreccin, diciendo: Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. Ahora bien, si es
necesario que Cristo haya resucitado, porque lo que
sucede ahora es imposible que no haya sucedido, es necesario, en consecuencia, que los muertos resuciten:
En efecto, es necesario que este cuerpo corruptible se vista de incorruptibilidad, y este cuerpo mortal, de inmortalidad. Por consiguiente, para sembrar en los corazones
de los fieles la fe en la resurreccin y remover la ambigedad de la desconfianza y de la desesperacin, dice:
Si creemos, en efecto, que Jess ha muerto y ha resucitado, tambin del mismo modo a aquellos que han muerto
los reunir Dios con l por medio de Jess. Teniendo,
pues, esta firme confianza, con el beato Job, no debemos
entristecernos de la muerte de ningn buen cristiano,
como aquellos que no tienen esperanza (Buenaventura,
Sermones, 21,6).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Estas palabras les llegaron hasta el fondo del corazn
(Hch 2,37).
38
Octava de pascua
Mircoles
de la octava de pascua
LECTIO
Octava de pascua
40
Mircoles
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19
l les pregunt:
- Qu ha pasado?
Ellos contestaron:
- Lo de Jess el Nazareno, que fue un profeta poderoso en
obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo. 20 No s a b e
que los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo en
tregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaron:'
21
Nosotros esperbamos que l fuera el libertador de Israel. Y
sin embargo, ya hace tres das que ocurri esto. 22 Bien es verdad que algunas de nuestras mujeres nos han sobresaltado,
porque fueron temprano al sepulcro " y no encontraron su
cuerpo. Hablaban incluso de que se les haban aparecido unos
ngeles que decan que est vivo. 24 Algunos de los nuestros
fueron al sepulcro y lo hallaron todo como las mujeres decan,
pero a l no lo vieron.
25
Entonces Jess les dijo:
- Qu torpes sois para comprender y qu cerrados estis
para creer lo que dijeron los profetas! 26 No era preciso que
el Mesas sufriera todo esto para entrar en su gloria?
27
Y empezando por Moiss y siguiendo por todos los profetas, les explic lo que decan de l las Escrituras. 28 Al llegar
a la aldea adonde iban, Jess hizo ademn de seguir adelante.
29
Pero ellos le insistieron diciendo:
- Qudate con nosotros, porque es tarde y est anocheciendo.
Y entr para quedarse con ellos. ,0 Cuando estaba sentado
a la mesa con ellos, tom el pan, lo bendijo, lo parti y se lo
dio. " Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero
Jess desapareci de su lado. 32 Y se dijeron uno a otro:
- No arda nuestro corazn mientras nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?
33
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusaln, donde encontraron reunidos a los Once y a
todos los dems, 34 que les dijeron:
- Es verdad, el Seor ha resucitado y se ha aparecido a
Simn.
35
Y ellos contaban lo que les haba ocurrido cuando iban
de camino y cmo lo haban reconocido al partir el pan.
Octava de pascua
42
Seor aparece descrita a lo largo de dos momentos decisivos: a) el alejamiento de los discpulos de Jerusaln,
es decir, de la comunidad, de la fe en Jess, para volver
a su viejo m u n d o (w. 13-29); b) la vuelta a Jerusaln
con la recuperacin de la alegra y la fe por parte de la
comunidad de los discpulos (w. 30-35). En el primer
momento de desconcierto, Jess, con el aspecto de un
viajante, se acerca a los discpulos desalentados y tristes, y conversando con ellos les ayuda, por medio del
recurso a la Escritura, a leer el plan de Dios y a recuperar la esperanza perdida: Y empezando por Moiss y
siguiendo por todos los profetas, les explic lo que decan
de l las Escrituras (v. 27). Ahora que el corazn se les
ha calentado de nuevo, quieren llevarse con ellos al
peregrino a la mesa y, mientras parte el pan, reconocen
al Seor: Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron (y. 31).
La catequesis de Lucas es muy clara: cuando una
comunidad se muestra disponible a la escucha de la
Palabra de Dios, que est presente en las Escrituras, y
pone la eucarista en el centro de su propia vida, llega
gradualmente a la fe y hace la experiencia del Seor resucitado. La Palabra y la eucarista constituyen la nica
gran mesa de la que se alimenta la Iglesia en su peregrinacin hacia la casa del Padre. Los discpulos de
Emas, a travs de la experiencia que tuvieron con
Jess, comprendieron que el Resucitado est all donde
se encuentran reunidos los hermanos en torno a Simn
Pedro.
MEDITATIO
En nuestros das hay hambre y sed de milagros. La
len te no sonre ya con suficiencia, como hace algunos
a los, con respecto a los presuntos prodigios, sino que
los busca y acude a los lugares donde tienen lugar. Los
Mircoles
I 4
ORATIO
Concdeme, Seor, la actitud justa respecto a tu accin en el mundo. Suprime en m el papanatismo y la
bsqueda de signos y prodigios, como si t tuvieras
que demostrar que existes. Extirpa en m el corazn cerrado a admitir que t puedes intervenir, incluso de forma extraordinaria, cuando y como quieras. Concdeme
el espritu de discernimiento para que sepa reconocer In
Octava de pascua
44
presencia y la distinga del papanatismo y la supersticin. Concdeme, sobre todo, la fe sencilla de quien no
se confa a los prodigios, aunque tambin la fe ardiente
de quienes se atreven a pedrtelos, sin enojarse cuando
no los concedes.
Hazme comprender asimismo que no debo poner mi
confianza exclusivamente en los medios humanos para
la implantacin del Reino de Dios, sino que ser eficaz
en la medida en que me mantenga alejado del oro y de
la plata. Porque el milagro ms grande que nos brindas
os la existencia de personas que confan en ti de tal
modo que viven pobres y humildes. Es a ellas a quienes
concedes, normalmente, la obtencin de milagros para
el alivio y la alegra de tu pueblo.
CONTEMPLATIO
A travs del desprendimiento y la pobreza es como
podremos volver a encontrar nuestro lugar en el corazn de los pueblos. Cuanto ms pobres y desinteresados
seamos, menos exigentes seremos, ms amigos seremos
del pueblo y ms fcil nos resultar hacer el bien. La pobreza es hoy ms necesaria que nunca para luchar contra el mundo, contra el lujo y contra el bienestar que
crece por doquier. Si el cristiano hace como el mundo,
cmo podr guiarlo e instruirlo? Cuanto ms grande es
el desprendimiento interior y exterior en un alma, ms
abunda la gracia en ella, m s abundan la luz y el Espritu de Dios en ella.
La conformidad exterior con nuestro Seor es un medio para llegar a la conformidad interior. A travs de la
pobreza, de la humildad y de la muerte es como Jesucristo engendr a su Iglesia, y de ese mismo modo es
como la engendraremos nosotros. Toda obra de Dios
debe llevar, por encima de todo, el sello de la pobreza y
del sufrimiento (A. Chevrier).
Mircoles
45
ACTIO
Jueves
Jueves
de la octava de pascua
LECTIO
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Octava de pascua
48
Jueves
MEDITATIO
Habla Pedro de la segunda venida de Jess como Mesas, y la presenta como la que nos trae los los tiempos
de la consolacin, los tiempos de la restauracin de
todas las cosas. Propone una visin amplia y solemne
de la historia de Israel, una historia que es un camino
hacia los das de Jess, el consolador de Israel y el res
Octava de pascua
50
ORATIO
Qu estrecha es, Seor, mi perspectiva! Mi problema
de hoy me atosiga, me preocupa, parece que es todo.
Sin embargo, me hace falta situar las cosas de cada da
en el vasto horizonte de la historia de la salvacin, especialmente entre el ya de la resurreccin y el todava
no de la reconstruccin final. Qu alivio tendran con
ello mis pequeas acciones y mis pequeas o grandes
preocupaciones!
Aydame, Seor, a hacer cada da el encuadre de la
situacin, no tanto para relativizar mis cosas como para
insertarlas en el plano general de la historia de la salvacin. Ilumname y aydame no a disminuir el valor de
lo cotidiano, sino a comprender su seriedad y su alcance dentro de esta historia. Ya no vivo en los tiempos de
la ignorancia, sino en los de la conversin, en los de la
Jueves
SI
espera laboriosa, en los de la confianza, en los del optimismo, en los de la aceleracin de la venida de la consolacin de Dios.
Oh Seor, hazme caminar hacia estos tiempos definitivos con paso gil, con el corazn ardiente, con manos
laboriosas, con optimismo, porque ests preparando la
reconstruccin de todo lo que nosotros hemos deformado a lo largo de los milenios de nuestra historia.
CONTEMPLATIO
La santa Iglesia soporta la adversidad de esta vida
con el fin de que la gracia divina la lleve a los premios
eternos. Desprecia la muerte de la carne porque tiene fijada la mirada en la gloria de la resurreccin. Los males
que sufre son pasajeros; los bienes que espera, eternos.
No alberga la menor duda sobre estos bienes porque posee ya, como fiel testimonio, la gloria de su Redentor.
Ve en espritu su resurreccin y refuerza vigorosamente su esperanza. Alimenta la segura esperanza de
que lo que ve ya realizado en su cabeza se realizar tambin en su cuerpo. No debe dudar de su propia resurreccin, porque posee ya en el cielo, como testigo fiel, a
aquel que resucit de entre los muertos. Por eso, cuando
el pueblo creyente padece la adversidad, cuando pasa por
la dura prueba de las tribulaciones, debe elevar el espritu a la esperanza de la gloria futura y, confiando en la
resurreccin de su Redentor, debe decir: Tengo en el cielo mi testigo, mi defensor habita en lo alto (Jb 16,19)
(Gregorio Magno, Comentario moral a Job, XIII, 27).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Vosotros sois testigos de estas cosas (Le 24,48).
52
Octava de pascua
Viernes
de la octava de pascua
LECTIO
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Octava de pascua
Viernes
55
56
Octava de pascua
Viernes
17
MEDITATIO
La seguridad de Pedro procede de la certeza intei ioi
de que Jess es ahora el nico Salvador. Toda la Iglesia
de los orgenes vive de esta certeza, una certeza que la
hace fuerte, intrpida, gozosa, misionera, irresistible.
Las grandes epopeyas misioneras se han nutrido siempre de esta conciencia. La Iglesia ser siempre misionera mientras se interese por la salvacin del prjimo, a la
luz de Cristo salvador.
Nuestros tiempos no resultan demasiado fciles a
este respecto: es preciso justamente respetar las conciencias, est el dilogo interreligioso, es preciso promover la paz, existe la propagacin de u n cierto relativismo, est la desconfianza con respecto a todo tipo de
integrismo. A pesar de todo ello, Cristo, ayer como hoy
y como maana, sigue siendo el nico Salvador. De lo
que se trata es de convertir esta certeza no en un arma
contra nadie, sino en una propuesta paciente y firme, serena y motivada, testimoniada y hablada, orada y alegre,
suave y valiente, dialogadora y confesante. En todo ambiente, en todo momento de la vida, aun cuando parezca
tiempo perdido, incluso cuando parezca fuera de moda.
De esta certeza nace una fuerza nueva: se liberan
energas. Dejamos de tener miedo a los juicios de los
hombres y nos convertimos en hombres y mujeres interior y exteriormente libres.
ORATIO
A menudo me siento, Seor, entre dos fuegos: el respeto a las opiniones de los otros y la necesidad de comunicar tu nombre y tu verdad. No quisiera ofender la
sensibilidad de quien est a mi lado, pero al mismo
tiempo siento la necesidad de comunicar tu nombre. N< >
quisiera parecer un atrasado, pero siento que sin li se
Octava de pascua
58
Viemes
S<)
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Seor, a quin vamos a ir? T tienes palabras de vida
eterna (Jn 6,68).
La vida es imprevisible. Podemos ser felices un da y estar tristes al siguiente, estar sanos un da y enfermos un da despus,
ser ricos un da y pobres al siguiente. A quin podremos, entonces, aferramos? En quin podremos confiar para siempre?
Slo en Jess, el Cristo. El es nuestro Seor, nuestro pastor,
nuestra fortaleza, nuestro refugio, nuestro hermano, nuestro
gua, nuestro amigo. Vino de Dios para estar con nosotros. M u ri por nosotros y resucit de entre los muertos para abrirnos el
camino hacia Dios, y se ha sentado a la derecha de Dios y nos
acoger en su casa. Con Pablo, debemos estar seguros de que
ni la muerte ni la vida, ni los ngeles ni los principados, ni lo
presente ni lo futuro, ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podr separarnos del amor de
Dios manifestado en Cristo Jess, Seor nuestro (Rm 8,38s)
(H. J. M . Nouwen, Pane per I viaggio, Brescia 1997, p. 383
[trad. esp.: Pan para el viaje, PPC, Madrid 1999]).
Sbado
Sbado
de la octava de pascua
LECTIO
(.1
Octava de pascua
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14
Sbado
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MEDITATIO
ORATIO
Ilumina, Seor, mi mente y mi corazn, para que me
d cuenta de con cunta frecuencia obedezco en realidad ms a los hombres que a ti, de lo contaminado que
estoy por la mentalidad de este mundo, de la gran cantidad de seducciones de que soy vctima, de la gran cantidad de sirenas que me fascinan. A veces me doy cuenta, casi de improviso, de que, de hecho, estoy pensando
Octava de pascua
64
CONTEMPLATIO
Podemos preguntarnos: pienso acaso, en conciencia, como cristiano? Se inspira mi estado de nimo en
la verdad que Cristo nos ha enseado? No estamos inclinados ms bien a tomar como gua de nuestros pensamientos, de nuestros juicios, de nuestras acciones,
nuestro estado de nimo personal, con una autonoma
que con mucha frecuencia no admite consejos ni comparaciones? Podemos afirmar de verdad, siendo celosos como somos de nuestra independencia, de nuestra
libertad, que tenemos el nimo libre? No deberamos
admitir ms bien que hay una gran cantidad de otros
elementos que se sobreponen a nuestro juicio consciente para forjar nuestra mentalidad? Ciertamente, no podemos escapar de su influencia, pero debemos permanecer con una actitud crtica frente a todo esto y
preguntarnos con una vigorosa libertad interior: es
cristiano todo esto? Pienso verdaderamente como cristiano? El cristiano es un ser nuevo, original, feliz, como
afirma tambin Pascal: Nadie es feliz como un verda-
(vS
Sbado
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Mejor es refugiarse en el Seor que fiarse de los hombres (Sal 118,8).
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Nosotros, hombres de hoy, aunque nos consideremos en comunin con la religin cristiana - u n a comunin que muy a menudo se calla, se minimiza o se seculariza-, poseemos rara vez
o de forma incompleta el sentido de la novedad de nuestro estilo de vida. A menudo nos mostramos conformistas.
El miedo al qu dirn nos impide presentarnos por lo que
somos, esto es, como cristianos, como personas que libremente
han optado por un determinado estilo de vida, austero ciertamente, aunque superior y lgico. La Iglesia nos dice entonces:
Cristiano, s consciente, coherente, fiel, fuerte. En una palabra:
s cristiano. Renovad el espritu de vuestra mente (Ef 4,23).
La palabra espiritual se refiere a la gracia, esto es, al Espritu
Santo. Por eso diremos con san Ignacio de Antioqua: Aprendamos a vivir segn el cristianismo [Ad Magnesios, 10). En esto
consiste la renovacin del Concilio. Quien tenga odos para
or, que oiga (Pablo VI, Audiencia general del 8 de enero de
1975, passim).
LECTIO
67
68
Octava de pascua
cristo de entre los muertos, nos ha hecho renacer para una esperanza viva, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable. Una herencia reservada en los cielos para
vosotros, 5 a quienes el poder de Dios guarda mediante la fe
para una salvacin que ha de manifestarse en el momento final. " Por ello vivs alegres, aunque un poco afligidos ahora, es
cierto, a causa de tantas pruebas. 7 Pero as la autenticidad de
vuestra fe -ms valiosa que el oro, que es caduco aunque sea
acrisolado por el luego- ser motivo de alabanza, gloria y honor el da en que se manifieste Jesucristo. s Todava no lo habis visto, pero lo amis; sin verlo creis en l, y os alegris
con un gozo inelable y radiante; '' as alcanzaris vuestra salvacin, que es el objetivo ele la fe.
(,'t
70
Octava de pascua
71
MEDITATIO
Jess quiere que expresemos nuestra unin con l y
que correspondamos a su amor viviendo en comunin
entre nosotros, dejndonos plasmar de verdad como
criaturas nuevas que no viven aisladas, sino unidas, por
haber sido incorporadas todas a l. se es el linio de l.i
Octava de pascua
72
pascua del Seor. Los que han nacido del mismo seno
de la Iglesia forman una sola familia. La novedad consiste precisamente en poder vivir con un solo corazn y
una sola alma en el amor.
En el evangelio se aparece Jess a los discpulos
cuando estn reunidos. Los abraza con su mirada, les
da la paz, les entrega el Espritu Santo y les muestra sus
llagas, signos de la cmcilixin. Jess les hace constatar a travs de las dudas de Toms que el que est delante de ellos es de verdad el Seor resucitado. Tambin
nosotros estamos reunidos hoy para tocar las llagas de
Jess, unas llagas gloriosas ahora, aunque siguen visibles en su cuerpo glorificado, como signo de su amor.
Aparecen justamente como la declaracin escrita, en
su cuerpo, del amor que le llev a morir por nosotros en
la cruz.
Bienaventurados nosotros si, aunque no lo veamos
con los ojos del cuerpo, creemos en el Seor, creemos
en su amor y besamos sus llagas. Cmo? Besaremos a
Jess cuando tambin nosotros seamos traspasados
por clavos, por esas espinas que son las pruebas de la
vida. Porque es siempre l quien sufre en nosotros, es
siempre l quien es crucificado en nuestra humanidad,
una humanidad que debe pasar tambin por el crisol
del dolor. Es siempre l: es l quien ya ha sido glorificado en nosotros y, por consiguiente, est lleno de alegra;
es l quien sigue sufriendo y, por consiguiente, gime.
Por eso, si tenemos fe, tambin nosotros podremos sufrir juntos y alegrarnos, porque siempre estaremos unidos a l, en su misterio.
ORATIO
Seor Dios nuestro, en la plenitud de tu amor nos has
dado a tu Hijo unignito y, aadiendo don sobre don,
73
CONTEMPLATIO
Santo Toms, despus de la resurreccin de Cristo,
fue el nico que dese y el nico que obtuvo tocar los
miembros de Cristo con manos ciertamente curiosas,
aunque a buen seguro dignas. Proceda, en efecto, de un
ardiente deseo, no de la incredulidad, el hecho de que
dijera a sus condiscpulos, que haban visto al Seor estando l ausente: Si no veo las seales dejadas en sus
manos por los clavos y meto mi dedo en ellas, si no meto
mi mano en la herida abierta en su costado, no lo creer.
Tena, efectivamente, mucho miedo de no gozar tambin con los ojos a aquel en quien crea con el corazn;
tena miedo de verse privado de la visin de aquella luz
con la que los otros apstoles se gloriaban de haber sido
iluminados.
Se apareci por segunda vez a los apstoles, para satisfacer el deseo de Toms, y su deseo les fue til tambin a los otros; ahora, tras ver a Cristo, Toms no tiene
menos que los otros. Compensa, en efecto, la prdida
que le supuso no haber visto antes mediante la visin
combinada con el tacto. Si hubiera sido de verdad incrdulo, como piensan algunos, Cristo no se habra dignado aparecrsele despus de su propia resurreccin.
Octava de pascua
74
Que estuviera ausente, que hubiera pedido con cierta insistencia ver y tocar al Seor..., todo eso estaba dispuesto
para nuestra salvacin. As conoceramos con mayor
evidencia la verdad de la resurreccin del Seor, una
verdad que Toms, tras haber sido reprochado por su
necesaria curiosidad, confirm dicindole: Seor mo
y Dios mo! (Gaudencio de Brescia, Sermn XVII, 6-9).
ACTIO
Repite con livciiciicia y vive hoy la Palabra:
V no seas iucirdiilo, sino creyente (Jn 20,27).
75
77
letra) del primer verdadero tesoro de la Iglesia: el Icslimonio de la resurreccin de Jess. Los creyentes oslan
unidos en la ayuda a las necesidades de los hermanos, y
manifiestan tambin la plena comunin en el modo ele
llevar a cabo la beneficencia. En efecto, sin dividir los
nimos, depositan a los pies de los apstoles todo lo que
deciden dar espontneamente. Se cumple as la promesa de Dt 15,4: No habr ningn necesitado entre vosotros, porque los creyentes obedecen el nuevo mandamiento de Jess. Y crece la benevolencia de todos hacia
la comunidad cristiana (v. 33b).
LECTIO
Segunda lectura: 1 Juan 5,1-6
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 4,32-35
El grupo de los creyentes pensaba y senta lo mismo, y nadie consideraba como propio nada de lo que posea, sino que
tenan en comn todas las cosas. 33 Por su parte, los apstoles
daban testimonio con gran energa de la resurreccin de Jess, el Seor, y todos gozaban de gran estima. 34 No haba entre ellos necesitados, porque todos los que tenan hacienda o
casas las vendan, llevaban el precio de lo vendido, 35 lo ponan
a los pies de los apstoles y se reparta a cada uno segn su
necesidad.
Queridos mos: el que cree que Jess es el Mesas, ha nacido de Dios. Y todo el que ama al que da el se, debe amar tambin a quien lo recibe de l. 2 Por tanto, si amamos a los hijos
de Dios, es seal de que amamos a Dios y de que cumplimos
sus mandamientos. 3 Porque el amor consiste en guardar sus
mandamientos, y sus mandamientos no son pesados. 4 Todo el
que ha nacido de Dios vence al mundo, y sta es la fuerza victoriosa que ha vencido al mundo: nuestra fe. 5 Quin es el
que vence al mundo, sino el que cree que Jess es el Hijo de
Dios?
6
ste es el que vino por agua y sangre, Jesucristo; no por
agua nicamente, sino por agua y sangre; y el Espritu es el
que da testimonio, porque el Espritu es la verdad.
** Fe y caridad, amor a Dios y al prjimo son los elementos esenciales que caracterizan la vida del cristiano
(cf. 3,23; 4,11-20). Juan no se cansa de repetir esta sencilla verdad, ahondando en ella de un modo siempre
nuevo. En la conclusin de su primera carta recuerda
el renacimiento bautismal y sus implicaciones (v. I):
Todo el que cree que Jess es el Cristo ha nacido de
Dios. La misma fe que nos hace hijos de Dios nos hace
tambin hermanos entre nosotros: todos somos hijos
del mismo Padre, y estamos unidos por el vnculo del
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Octava de pascua
ORATIO
Concede, Seor, a tus hijos la gracia de ser capaces de
detenerse un momento para escuchar el sonido de tu
voz. Apenas un instante para pensar y gustar qu sucedera si en cada familia, en cada comunidad, latieran
siempre todos los corazones al unsono del ritmo de tu
corazn.
Oh alegra, plenitud de la alegra! La humanidad,
afligida y agotada, no desea, Seor, otra cosa ms que
esta paz, fruto del amor, fruto de tu Espritu. brenos
para acogerla, Seor; porque moriste y resucitaste para
que nosotros la experimentramos ya desde ahora y
furamos testigos de ella en medio de los hermanos.
CONTEMPLATIO
El Seor considera por encima de los que ven y creen
a los que creen sin ver. En efecto, en aquel tiempo la fe.
de los discpulos de Cristo era tan vacilante que, aun
vindolo ya resucitado, tuvieron que tocarlo tambin
para creer en su resurreccin. No les bastaba verlo con
los ojos: tenan que acercar tambin las manos a sus
miembros, tenan que tocar tambin las cicatrices de las
heridas recientes; de este modo, el discpulo que dudaba, despus de haber tocado y reconocido las cicatrices,
exclam de inmediato: Seor mo y Dios mo!. Las
cicatrices hacan manifiesto al que haba curado las heridas de todos los otros.
Es posible que el Seor no pudiera resucitar sin
cicatrices? S, pero conoca las heridas del corazn de
los discpulos y, a fin de curarlas, conservo las cicatrices
en su cuerpo.
Y qu le responde el Seor al discpulo que ahora
declaraba y deca: Seor mo y Dios mo!? Has credo
- le dijo- porque has visto; bienaventurados aquellos que
Kl
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LECTIO
Octava de pascua
84
(el prtico de Salomn), se rene en torno a los apstoles y muestra poseer u n a identidad bien definida frente
a los otros.
En el centro de la narracin aparece la presencia y la
accin de los apstoles, en particular la de Pedro. stos
realizan signos y prodigios que atestiguan el poder del
Resucitado. El pueblo los exalta; aumenta el nmero de
los creyentes; aumenta tambin la fe suscitada por el
poder de curacin de los apstoles, incluso por la sombra de Pedro. Se perfilan aqu los rasgos de la Iglesia,
que, mientras se va formando, agrega siempre, por el
poder del Espritu, nuevos miembros, sobre todo mediante la actividad de los apstoles.
la.12-13.17-19
Yo, Juan, hermano vuestro, que por amor a Jess comparto con vosotros la tribulacin y la espera en la isla de
Patmos por haber anunciado la Palabra de Dios y haber dado
testimonio de Jess. 10 Ca en xtasis un domingo y o detrs
de m una voz potente, como de trompeta, " que deca:
- Escribe en un libro lo que veas y mndalo a estas siete
Iglesias: a Efeso, Esmirna, Prgamo, Tiatira, Sardes, Filadela y Laodicea.
12
Me volv para mirar de quin era la voz que me hablaba,
y al volverme vi siete candelabros de oro, " y en medio de los
candelabros una especie de figura humana que vesta larga
tnica y tena el pecho ceido con una banda de oro.
17
Cuando lo vi, me desplom a sus pies como muerto, pero
l puso su mano derecha sobre m diciendo:
- No temas; yo soy el primero y el ltimo; 18 yo soy el que
vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en
mi poder las llaves de la muerte y del abismo. 19 Escribe, pues,
lo que has visto, lo que est sucediendo y lo que va a suceder
despus de todo esto.
** El Apocalipsis es, por excelencia, el libro de la revelacin de Jess, aunque requiere por parte del lector
8S
Octava de pascua
86
H7
MEDITATIO
Estaba muerto, pero ahora vivo para siempre. Jess
vino a compartir en todo nuestra condicin h u m a n a , y
ahora tambin nosotros tenemos en l la certeza de
que la muerte n o es la ltima palabra pronunciada sobre nuestro destino. Esta certeza cambia de manera
radical la orientacin de nuestro corazn. En l, vivo,
tambin nosotros vivimos una vida nueva. As pues, es
importante que todos nuestros pensamientos, todas
nuestras acciones, todos nuestros encuentros, estn
imbuidos de la alegra y de la novedad de la vida resucitada que Jess ha venido a traernos. La comunidad
cristiana es el lugar en el que podemos llevar a cabo y
alimentar de m a n e r a estable la experiencia de la vida
nueva, repleta por fin de sentido y liberada de la angustia y del miedo.
Sin embargo, con excesiva frecuencia nos mostramos
tardos e incrdulos, y nos reconocemos fcilmente en la
figura de Toms, el apstol que quera tocar para creer.
Como l, tambin nosotros perseguimos, con frecuencia, certezas que sean conformes a nuestras mezquinas
medids. Y el Seor nos deja hacer. Nos da las pruebas
que queremos y espera a que, ante la evidencia, lleguemos a proclamar, con un mpetu de fe y de amor, que l
es nuestro Seor, nuestro Dios.
ORATIO
Ven, qudate con nosotros, Seor, y aunque rin lien
tres cerrada la puerta de nuestro corazn por le mor o
por cobarda, entra igualmente. Tu saludo de paz es bal
samo que hace desaparecer nuestros miedos; es don que
abre el camino a nuevos horizontes. Dilata los angostos
espacios de nuestro corazn. Refuerza nuestra frgil esperanza y danos unos ojos penetrantes para vislumbrar
en tus heridas de amor los signos de tu gloriosa resurreccin. Con frecuencia tambin nosotros nos mostramos incrdulos, necesitados de tocar y de ver para poder creer y ser capaces de confiar. Haz que, iluminados
por el Espritu Santo, podamos ser contados entre los
bienaventurados que, aunque no han visto, han credo.
CONTEMPLATIO
Cristo se apareci a los apstoles escondidos en una
casa y entr con las puertas cerradas. Pero Toms, que
no estaba presente durante esta aparicin, permaneci
incrdulo. Desea ver, no acepta ni le basta con or hablar de ella. Cierra los odos y quiere abrir el corazn.
Le quema la impaciencia.
Toms, hombre de carcter exigente y desconfiado,
pone por delante su incredulidad, esperando gozar as
de una visin. Si l se me aparece -dice-, eliminar mi
incredulidad. Pondr mi dedo en las cicatrices de los
clavos y abrazar al Seor a quien tanto amo. Me reprochar tambin mi incredulidad, pero me colmar
con su visin. El Seor se aparece de nuevo, aplaca el
tormento y elimina la duda de su discpulo. Pero, ms
que la duda, satisface su deseo.
Entra con las puertas cerradas. Esta increble apai i
cin confirma su increble resurreccin. Entonces le
toca Toms, desaparece su desconfianza y, colmado de
Octava de pascua
MH
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Seor mo y Dios mo! (Jn 20,28).
89
Lunes
Lunes
de la segunda semana
de pascua
LECTIO
En esta ciudad, en efecto, se han reunido Herodes y Poncio Pilato, junto con extranjeros y gentes de Israel, contra tu
santo siervo Jess, al que ungiste 28 para hacer lo que tu poder
y tu voluntad haban decidido de antemano que sucediera.
" Y ahora, Seor, mira sus amenazas y concede a tus siervos
anunciar tu palabra con toda libertad. 30 Manifiesta tu poder
para que se realicen curaciones, seales y prodigios en el
nombre de tu santo siervo Jess.
" Al terminar su oracin, el lugar en el que estaban reunidos tembl; todos quedaron llenos del Espritu Santo y se pusieron a anunciar la Palabra de Dios con toda valenta.
')|
92
Lunes \
y^
j
4
Nicodemo repuso:
- Cmo es posible que un hombre vuelva a nacer siendo
viejo? Acaso puede entrar de nuevo en el seno materno para
nacer?
5
Jess le contest:
- Yo te aseguro que nadie puede entrar en el Reino de Dios,
si no nace del agua y del Espritu. " Lo que nace del hombre
es humano; lo engendrado por el Espritu es espiritual. 7 Que
no te cause, pues, tanta sorpresa lo que te he dicho: Tenis
que nacer de lo alto. 8 El viento sopla donde quiere; oyes su
rumor, pero no sabes ni de dnde viene ni adonde va. Lo mismo sucede con el que nace del Espritu.
MEDITATIO
* El encuentro de Jess con Nicodemo contiene el
primer discurso del ministerio pblico del Seor y tiene
una gran importancia en Juan. El tema fundamental es el
camino de la fe. El evangelista lo presenta a travs de un
personaje, representante del judaismo, que, en realidad,
por ser un verdadero israelita, cree slo en los signosmilagros y, en virtud de esta dbil fe, le resulta difcil elevarse para acoger la revelacin del amor que propone Jess (v. 11). Estamos frente a la doctrina de Jess sobre
el misterio del nuevo nacimiento, sobre la fe en el Hijo
unignito de Dios y sobre la salvacin o la condena del
hombre que recibe o rechaza la Palabra de Jess.
La composicin del fragmento se fija primero en la
ambientacin del coloquio (w. ls) y, a continuacin,
presenta el dilogo sobre el misterio del nuevo nacimiento (w. 3-8). El itinerario de fe de Nicodemo empieza en su disponibilidad, que llega incluso a captar algunas consecuencias a partir de los signos realizados
por Jess. Con todo, anda todava muy lejos de captar
su significado interior y el misterio de la persona de
Cristo. Jess, con una primera y una segunda revelaciones, desbarata la lgica h u m a n a del fariseo y lo introduce en el misterio del Reino de Dios, que est prsenle y obra en su persona: El que no nazca de lo alto... Si
no nace del agua y del Espritu... (w. 3.5). Se trata de un
94
ORATIO
Debo reconocer, Seor, que mi oracin es poca, y ese
poco ms bien narcisista. Te hablo de mis cosas, de mis
preocupaciones, de mi prjimo, de lo que me angustia o
de lo que tiene relacin conmigo. Pero te hablo poco del
Reino, de la Palabra - q u e debera ser anunciada de
modo menos endeble-, de m y de los cristianos que estn a la defensiva, de la evangelizacin de los pueblos y
del pueblo en el que vivo.
No ser porque me he resignado al ocaso de la fe?
No ser acaso que me impresiona ms la pobreza econmica que la pobreza espiritual? No ser que tambin
yo me he adecuado a ese modo de pensar, tan difundido en nuestros das, de que lo importante es hacer el
bien? Seor, s que eso es verdad, pero dame la profunda conviccin de que tambin es insuficiente. En
efecto, si no te anuncio, quin te amar? Y si no te
amamos, qu vale la vida? Convnceme, Seor, del primado de la Palabra, de la necesaria prioridad que he de
otorgarle a su anuncio, del hecho de que debo participar en la evangelizacin a partir de mi oracin. Oh Seor, que amas a todos los hombres y toda la creacin,
dirige a ti y a tu Palabra mi pobre oracin.
CONTEMPLATIO
I .a oracin, sea personal o eclesial, est preordenada
a la accin: no debe ser considerada, en primera instan-
Lunes
)S
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Venga tu Reino, Seor.
Martes
Martes
de la segunda semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 4,32-37
12
** ste es el segundo compendio, o cuadro recopilador, donde Lucas presenta el nuevo estilo de vida de la
Iglesia, fruto del Espritu. Se subraya aqu la comunin
de bienes, descrita de un modo ms bien detallado.
Aparecen dos prcticas de comunin: la primera consiste en poner en comn los propios bienes o comunin
de uso. Cada uno es propietario de sus bienes, pero se
considera slo administrador de los mismos, poniendo
>7
el fruto de los mismos a disposicin de todos. I.a segunda prctica consiste en la venta de los bienes, seguida de la distribucin de lo recaudado. Esta distribucin
la hacen los apstoles despus de que se deposita a sus
pies el importe de la venta. Estas dos prcticas de comunin no son las nicas: los Hechos de los Apstoles
presentan otras. Pablo habla del trabajo de sus propias
manos para proveer a las necesidades de los suyos y de
los dbiles (20,34s).
Lo que le importa a Lucas sobre todo es mostrar que
las distintas prcticas de comunin de bienes estn
arraigadas en una profunda comunin de espritus y de
corazones. Del conjunto se desprende que estamos en
presencia de la comunidad mesinica, heredera de las
promesas hechas a los padres: No habr ningn pobre
entre los tuyos, porque Yahv te bendecir abundantemente en la tierra que Yahv tu Dios te da en herencia
para que la poseas, pero slo si escuchas de verdad la voz
de Yahv tu Dios (Dt 15,4s).
98
Martes
99
MEDITATIO
ORATIO
Seor, mustrate bondadoso conmigo, que, de hecho,
considero poco importante la fraternidad. Estoy preocupado de que las cosas funcionen y, as, encuentro el
pretexto para olvidarme de que los otros son mis hermanos, cuando no los convierto en meros instrumentos.
Estoy preocupado por mi salud y, as, me olvido de que
100
CONTEMPLATIO
Nuestro Creador y Seor dispone todas las cosas de
tal modo que si alguien quisiera ensoberbecerse por el
don que ha recibido, debe humillarse por las virtudes de
que carece. El Seor dispone todas las cosas de tal
modo que cuando eleva a uno mediante una gracia que
ha recibido, mediante una gracia diferente lo somete a
otro. Dios dispone todas las cosas de tal modo que
mientras todas las cosas son de todos, en virtud de cierta exigencia de la caridad, todo se vuelve de cada uno, y
cada uno posee en el otro lo que no ha recibido, de tal
modo que cada uno ofrece como don al otro lo que ha
recibido.
Es lo que dice Pedro: Que cada cual ponga al servicio
de los dems la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios (1 Pe 4,10)
((i t'i'orio Magno, Comentario moral a Job, XXVIII, 22).
Mulles
101
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Reina, Seor, glorioso en medio de nosotros.
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
El fin de una comunidad no puede ser slo ofrecer a
sus componentes un sentimiento de bienestar. Su objetivo y su significado son ms bien hacer que todos los
miembros puedan incitarse unos a otros, da a da, a recorrer juntos el camino de la confianza, con madurez,
con lealtad y en medio de la afectividad; que p u e d a n
aclarar los malentendidos que se producen; que p u e d a n
resolver los conflictos y, sobre todo, que puedan arraigarse en Dios. Y es que, en una comunidad, slo podremos vivir bien a la larga si dirigimos de continuo nuestra mirada a Dios como nuestra verdadera meta y causa
ltima de nuestra vida (A. Grn, A onore del cielo, come
segno per la tetra, Brescia 1999, p. 151).
Mircoles
Hit
Mircoles
de la segunda semana
de pascua
LECTIO
Dios protege a los anunciadores del Evangelio. Cuando Dios quiere una cosa, toda oposicin h u m a n a resulta intil y ridicula. En efecto, el resto del relato est repleto de humor: Dios se re de sus adversarios, segn el
Sal 2, citado en la plegaria comunitaria de los creyentes.
El gran despliegue de autoridad, dado que el Sanedrn
est presente esta vez al completo, slo sirve para verificar la mofa divina: los apstoles no estn en la crcel,
aunque en la crcel todo se encuentra en orden. Sin
embargo, llega alguien a decir que estn de nuevo enseando al pueblo. La mofa es completa, y el engorro crece
de manera desmesurada. En efecto, quin puede resistir a Dios?
104
** La revelacin puesta en marcha antes contina subiendo en este fragmento y llega hasta la fuente de la
vida: es el amor del Padre el que entrega al Hijo para
destruir el pecado y la muerte. Entrevemos aqu concadenadas dos categoras joaneas clsicas: el amor y el juicio. Los w. 16s expresan una idea muy entraable para
Juan: el carcter universal de la obra salvfica de Cristo,
que tiene su origen en la iniciativa misteriosa del amor de
Dios por los hombres. El envo y la misin del Hijo, fruto del amor del Padre por el mundo, son la manifestacin
ms elevada de un Dios que es amor (cf. 1 Jn 4,8-10).
sta es la eleccin fundamental del hombre: aceptar o
rechazar el amor de un Padre que se ha revelado en
Cristo. Sin embargo, este amor no juzga al mundo; es
ms, lo ilumina (v. 17).
Con todo, el amor que se revela entre los hombres,
los juzga. Los hombres, situados frente a la propuesta
de salvacin, deben tomar posicin manifestando sus libres opciones. Quien cree en la persona de Jess no es
condenado, pero quien lo rechaza y no cree en el nombre del Hijo de Dios hecho hombre ya est condenado
(v. 18). Y la causa de la condena es u n a sola, a saber:
la incredulidad, mantener el corazn cerrado y sordo
a la Palabra de Jess. Al final de esta revelacin, a la
que Jess ha llevado a Nicodemo -y, con l, a todos los
hombres-, al discpulo no le queda otra cosa que hacer
suya la invitacin a la conversin y al cambio radical
de vida. La luz de Jess es tan penetrante que derriba
toda seguridad h u m a n a y todo orgullo, hasta el ms
rscondido. Quien acepta a la persona de Jess y deja silin a un amor que lo trasciende encuentra lo que nadie
I Mu-tU- conseguir por s mismo: poseer la verdadera vida.
105
Mircoles
MEDITATIO
Quin puede detener la Palabra? Dios est dispuesto a hacer prodigios en favor de los anunciadores de su
Palabra porque es palabra de vida. Pero pensamos a
veces: Por qu no los hace tambin hoy? No son necesarias tambin hoy las intervenciones milagrosas
para hacer salir la Palabra del pequeo grupo, del gueto a veces, de los ya no tan numerosos fieles?. Sin embargo, ser bueno sealar que el Seor no preserva de
la crcel a los anunciadores, sino que los libera, con
mayor o menor rapidez, de ella. La impotencia de la
Palabra dura u n a noche, en ocasiones aos, a veces
pocas, pero la Palabra avanza irresistible hasta los
confines de la tierra.
A los que geman bajo la bola del comunismo les
pareca que haba terminado la poca de la fe. En aquellas regiones slo quedaban unos pocos viejos, los jvenes parecan irremisiblemente perdidos para la fe y el
futuro se presentaba oscuro. Despus, de improviso,
vino el hundimiento del rgimen comunista. Ya ha sucedido innumerables veces a lo largo de la historia.
Constantino lleg despus de la ms violenta de todas
las persecuciones. Una persecucin que pareca poner
en duda la misma existencia del cristianismo. Hay tantas formas de prisin como de liberacin. El Seor va
a c o m p a a n d o el camino de su palabra y, de diferentes
modos, se hace presente a sus anunciadores, acampando junto a ellos y liberndolos de las presiones
externas e internas.
ORATIO
Debo convencerme, Seor, de que, cuando t quieres
algo, eres irresistible. Pero no debo inquietarme ni tener
miedo, ni deprimirme, ni rendirme. Cuando tu Palabra
100
CONTEMPLATIO
Las almas sencillas no necesitan medios complicados: dado que yo me encuentro entre ellas, una maana, durante mi accin de gracias, el Seor Jess me dio
un medio sencillo para llevar a cabo mi misin. Me
hizo comprender este pasaje del Cantar de los Canlares: Atrenos, nosotros correremos al olor de tus perfumes.
Oh Jess, no es preciso decir por tanto: Atrayndome, atrae a las almas que yo amo. Esta sencilla palabra,
atrente, basta. Seor, ahora lo comprendo: cuando
un alma se deja cautivar por el olor embriagador de
I UN pe fumes, no puede correr sola, sino que todas las
Mircoles
107
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
El ngel del Seor acampa en torno a los que le temen
y los salva (Sal 34,8).
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
La Buena Noticia se convierte en mala noticia cuando es
anunciada sin paz ni alegra. Todo el que proclama el amor de
Jess, que perdona y cura, con un corazn amargado es un
falso testigo.
Jess es el salvador del mundo. Nosotros, no. Nosotros estamos llamados a dar testimonio, siempre con nuestra vida y, en
ocasiones, con nuestras palabras, de las grandes cosas que Dios
ha hecho en favor de nosotros. Ahora bien, ese testimonio debe
proceder de un corazn dispuesto a dar sin recibir nada a cambio. Cuanto ms confiemos en el amor incondicionado de Dios
por nosotros, ms capaces seremos de anunciar el amor de Jess sin condiciones internas ni externas (H. J. M. Nouwen, Pane
per I viaggio, Brescia 1997, p. 239 [trad. esp.: Pan para el viaje, PPC, Madrid 1999]).
Jueves
Jueves
de la segunda semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 5,27-33
27
En aquellos das, los guardias hicieron entrar a los
apstoles para que comparecieran ante el Sanedrn, y el sumo
sacerdote les pregunt:
28
- No os prohibimos terminantemente ensear en nombre de se? Y, sin embargo, habis llenado Jerusaln con vuestras enseanzas y queris hacernos responsables de la muerte de ese hombre.
29
Pedro y los apstoles respondieron:
- Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. 30 El
Dios de nuestros antepasados ha resucitado a Jess, a quien
vosotros matasteis colgndolo de un madero. 31 Dios lo ha
exaltado a su derecha como Prncipe y Salvador para dar a
Israel la ocasin de arrepentirse y de alcanzar el perdn de
los pecados. " Nosotros y el Espritu Santo que Dios ha dado
a los que le obedecen somos testigos de todo esto.
33
Ellos, enfurecidos por tales palabras, queran matarlos.
l(l')
I M)
I II
Jueves
ORATIO
MEDITATIO
Todos los discursos de Pedro concluyen con la proini'sa de la remisin de los pecados para aquellos que se
CONTEMPLATIO
El vigor de la conversin es el ardor de la caridad derramada en nuestros corazones con la visita del Espritu Santo. Est escrito de este mismo Espritu que es el
perdn de los pecados. En efecto, cuando se digna visitar el corazn de los justos, los purifica con gran poder
de toda la impureza de sus pecados, porque, apenas se
derrama en el alma, suscita en ella de manera inefable
el odio a los pecados y el amor a las virtudes. Hace que
el alma odie de inmediato lo que amaba, ame ardientemente aquello por lo que senta horror y gima intensamente por lo uno y lo otro, porque se acuerda de haber
ainado -para su condena- el mal y odiado el bien que
ama. En electo, quin se atrever a decir que un hombre,
aunque est cargado con el peso de todo tipo de pecados, pueda perecer si es visitado por la gracia del Esp-
Jueves
I I\
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Bienaventurado el hombre que se refugia en el Seor
(cf. Sal 2,12c).
Viernes -
Viernes
de la segunda semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 5,34-42
En aquellos das, 34 un fariseo llamado Gamaliel, doctor de
la Ley y respetado por todo el pueblo, se levant en el Sanedrn,
mand que sacaran fuera a los acusados unos momentos 35 y
dijo:
- Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con estos hombres. 3 Porque hace algn tiempo apareci un tal Teudas con la
pretensin de ser alguien importante, y le siguieron unos cuatrocientos hombres, pero fue ejecutado y todos lo que lo seguan se dispersaron. 37 Despus de ste, surgi Judas el Galileo
en los das del empadronamiento, y arrastr detrs de s al pueblo, pero tambin l pereci y todos sus secuaces se dispersaron. 38 En este caso mi consejo es que no os preocupis de estos
hombres y los dejis en paz, porque, si su empresa y su obra
son humanas, se desvanecern, w pero si proceden de Dios no
podris destruirlas. No corris el riesgo de luchar contra Dios.
40
Hicieron llamar a los apstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en el nombre de Jess y los soltaron. 41 Ellos salieron de la presencia del Sanedrn gozosos de haber merecido tal
ultraje por causa de aquel nombre.
I l
Algn tiempo despus, Jess pas al otro lado del lu('<> <lc
Tiberades. 2 Lo segua mucha gente, porque vean los si(.'iioM
I lo
que haca con los enfermos. 3 Jess subi a un monte y se senl all con sus discpulos. " Estaba prxima la esta juda de
la pascua. ' Al ver aquella muchedumbre, Jess dijo a Felipe:
- Dnde podramos comprar pan para dar de comer a
todos stos?
6
Dijo esto para ver su reaccin, pues l ya saba lo que iba
a hacer. 7 Felipe le contest:
- Con doscientos denarios no compraramos bastante para
que a cada uno de ellos le alcanzase un poco.
8
Entonces intervino otro de sus discpulos, Andrs, el hermano de Simn Pedro, diciendo:
9
- Aqu hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada
y dos peces, pero qu es esto para tanta gente?
10
Jess mand que se sentaran todos, pues haba mucha
hierba en aquel lugar. Eran unos cinco mil hombres. " Luego
tom los panes y, despus de haber dado gracias a Dios, los
distribuy entre todos. Hizo lo mismo con los peces y les dio
todo lo que quisieron. 12 Cuando quedaron satisfechos, Jess
dijo a sus discpulos:
- Recoged lo que ha sobrado, para que no se pierda nada.
13
Lo hicieron as, y con lo que sobr de los cinco panes
llenaron doce cestos.
14
Cuando la gente vio aquel signo, exclam:
- Este hombre tiene que ser el profeta que deba venir al
mundo.
15
Jess se dio cuenta de que pretendan proclamarlo rey.
Entonces se retir de nuevo al monte l solo.
** El milagro de la multiplicacin de los panes introduce, de manera simblica, en el magno discurso del
pan de vida y est situado en el centro de la actividad
pblica de Jess. Se trata de u n signo querido por el
Maestro para revelarse a s mismo. Sin embargo, Juan
presenta el signo como el nuevo milagro del m a n
(cf. Ex 16), hecho por Jess, nuevo Moiss, en un nuevo
xodo, y como smbolo de la eucarista, cuya institucin
durante la ltima cena, a diferencia de los sinpticos, no
cuenta el cuarto evangelio.
El fragmento manifiesta un significado cristolgico y
sacramental preciso. Este sentido no es tanto saciar el
Viernes
I 17
MEDITATIO
La intervencin de Gamaliel resulta al final favorable
a los apstoles. Su principio de no intervencin -si la
novedad no es de Dios, no durar; y si es de Dios, es intil oponerse a ella- se cita con frecuencia como ejemplo
de consejo sabio y prudente. Aunque no siempre est
dictado por la sabidura, porque puede meterse por medio la pereza, cierto deseo de vivir tranquilo, de dejar
I IK
ORATIO
Qu presuntuoso y ciego soy, Seor, con mis programas, mis planes, mis organigramas, mis proyectos, mis
proyecciones, mi organizacin! Me ocurre a menudo,
Seor, que intento administrar tu empresa de salvacin como si me perteneciera y debiera obtener de ella
la mayor utilidad posible. Cautivado del todo por mi
afn de eficiencia, me olvido de preguntarme sobre lo
que esls haciendo, me olvido de preguntar lo que ests
llevando a cabo.
Y as, sin darme cuenta, quisiera que t entraras en
mis planes. Y, as, tus sorpresas -que son muchas!- me
i liquidan y me turban. Concdeme el espritu de sabidura y de discernimiento para que sea capaz de enconliai el juslo camino entre lo que debo dejarte hacer a ti
119
Viernes
CONTEMPLATIO
Os suplico que os establezcis totalmente en Dios
para todos vuestros asuntos, sin fiaros de vuestro poder
o saber, ni tampoco de la opinin humana. Con esta condicin, os considero armados contra todas las grandes
adversidades espirituales y corporales que os puedan
sobrevenir.
En efecto, Dios sostiene y fortifica a los humildes,
especialmente a aquellos que, en las cosas pequeas y
bajas, han visto sus debilidades como en un claro espejo y se han vencido. Cuando esos hombres se sienten
presa de tribulaciones superiores a todas las que han
conocido, nada puede derrumbarlos, porque tienen la
seguridad, en virtud de la grandeza de su confianza en
Dios, de que nada puede acontecerles sin su permiso y
sin su consentimiento (Francisco Javier).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Espera en el Seor y s fuerte (Sal 26,14a).
120
Sbado
de la segunda semana
de pascua
LECTIO
122
Evangelio: J u a n 6,16-21
16
A la cada de la tarde, los discpulos bajaron al lago, " subieron a una barca y emprendieron la travesa hacia Cafarnan. Era ya de noche y Jess no haba llegado. ,s De pronto
se levant un viento fuerte que alborot el lago. " Haban
avanzado unos cinco kilmetros cuando vieron a Jess, que se
acercaba a la barca caminando sobre el lago, y les entr mucho
miedo. 20 Jess les dijo:
- Soy yo. No tengis miedo.
21
Entonces quisieron subirlo a bordo y, al instante, la barca
toc tierra en el lugar al que se dirigan.
Sbado
MEDITATIO
El cuadro idlico de la comunidad con un solo co<t.
zn y una sola alma, dibujado en las primeras pginas
de los Hechos de los Apstoles, parece oscurecerse ele
improviso. Surgen las primeras tensiones. Pero el rea,
lismo de Lucas sale airoso del reto: los problemas exi.s,
ten; hasta en las comunidades ms perfectas hay pro,
blemas. Las tensiones y los problemas han de st>|.
afrontados de una manera creativa y comunitaria. Peto,
124
sobre todo, no deben bloquear la comunidad con disputas perennes, no deben impedir la difusin del Evangelio. Todo ha de ser considerado con una mirada positiva; hasta el descontento, que ha de ser tomado en serio
porque oculta problemas serios.
Los apstoles no consideran el descontento y la crtica como un gesto de rebelin, sino como el sntoma de
un problema al que hay que hacer frente y resolverlo. Es
u n signo de sabidura y de prudencia que no siempre se
ha repetido en la historia de la Iglesia, con notables consecuencias. Hace falta una gran libertad y un gran desprendimiento, adems de clarividencia, por parte de
quien posee la autoridad, para hacer frente a las dificultades con espritu creativo. Es preciso tener el sentido de la fraternidad cristiana, capaz de escuchar, de dialogar, de buscar juntos soluciones ms avanzadas, que
correspondan mejor a las nuevas situaciones. Los apstoles nos dan aqu u n ejemplo de flexibilidad y de gua
sabia de la comunidad.
ORATIO
Cuntos problemas surgen, Seor, cada da! Cuntas tensiones! Y qu difcil resulta solucionarlas! A menudo, cuando me siento vctima, tengo la tentacin de
agredir y de atacar a quien posee la autoridad, mientras
que cuando soy yo quien cargo con ella siento la tentacin de considerar a los que critican como eternos insatisfechos, como gente imposible de contentar, como gente sedienta de dinero y poder.
Concdeme, Seor, la sabidura prudente de los
Doce, que escuchan, implican a toda la comunidad y
disponen. Haz que en nuestras comunidades circule la
misma sabidura, la misma capacidad de escucha y de
participacin. No dejes que nos falte la misma creatividad, capaz de hacer frente con serenidad y de resolver
Sbado
12*
CONTEMPLATIO
El justo, que antes slo prestaba atencin a sus cosas y no estaba disponible para cargar con los pesos de
los otros y, como tena poca compasin de los otros, no
estaba en condiciones de hacer frente a las adversidades, va progresando de grado en grado y se dispone a
tolerar la debilidad del prjimo, llega a ser capaz de
hacer frente a la adversidad. Y, as, acepta con tanto
ms valor las tribulaciones de esta vida por a m o r a
la verdad, mientras que antes hua de las debilidades
ajenas.
Bajndose se levanta, inclinndose se distiende y le
fortalece la compasin. Dilatndose en el a m o r al
prjimo, concentra las fuerzas para levantarse hacia
su Creador. La caridad, que nos hace humildes y compasivos, nos levanta despus a un grado ms alto de
contemplacin. Y el alma, engrandecida, arde en deseos cada vez ms grandes y anhela llegar ahora a la
vida del Espritu tambin a travs de los sufrimienlos
corporales (Gregorio Magno, Comentario moral a ./oh,
VII, 18).
120
ACTIO
Ciclo A
LECTIO
128
Tiempo de pascua
'" Hermanos, del patriarca David se os puede decir francamente que muri y fue sepultado, y su sepulcro an se conserva entre nosotros. 30 Pero, como era profeta y saba que
Dios le haba jurado solemnemente sentar en su trono a un
descendiente de sus entraas, 3 1 vio anticipadamente la resurreccin de Cristo y dijo que no sera entregado al abismo, ni
su carne vera la corrupcin. 32 A este Jess Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos todos nosotros. " El poder
de Dios lo ha exaltado, y l, habiendo recibido del Padre el
Espritu Santo prometido, lo ha derramado, como estis
viendo y oyendo.
** La bajada del Espritu Santo en Pentecosts transforma a los apstoles en hombres nuevos, en testigos
ardientes y animosos del Resucitado, conscientes de
que ahora se realiza la promesa escatolgica de Dios
(cf. Hch 2,16-21), mediante la cual hemos entrado en
los ltimos tiempos. El cambio acontecido en el grupo
de los discpulos est bien atestiguado en el primer discurso de Pedro referido en los Hechos de los Apstoles.
Si bien el autor del texto sagrado ha retocado la forma
y la estructura, el contenido originario emerge de manera inconfundible.
Los w. 22-24, prototipo del kerigma apostlico, contienen expresiones propias de la cristologa ms antigua: se habla en ella de Jess como del hombre a quien
Dios acredit; se muestra que la cruz - q u e escandaliz
a todos los apstoles- formaba parte de un sabio designio de Dios, el cual entreg a su Hijo nico a los hombres por amor. Todos son responsables de lo sucedido:
Vosotros lo matasteis. Dios, sin embargo, lo resucit...
(vv. 23s).
Al kerigma le sigue el testimonio de las Escrituras,
que slo a la luz del misterio pascual son plenamente
comprensibles. Por eso explica Pedro el Sal 15 (w. 25-31),
que ha encontrado en Cristo su plena realizacin: l es
el Mesas, y su alma no ha sido abandonada en el abismo
ni ha conocido la corrupcin, sino que ha sido colmado
!.">
Tiempo de pascua
I U)
le dignidad llena a los cristianos de santo temor, trmino que no significa en la Biblia miedo, sino ms
hion amor lleno de veneracin y empapado del sentido
to la propia pequenez e indignidad. En efecto, la gracia
recibida le ha costado u n precio muy elevado al mismo
Cristo, el verdadero Cordero, cuya sangre ha librado a
la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerto eterna (cf. Ex 12,23). La nueva relacin de parentesco con el Seor hace ciertamente que la vida sobre la
I ierra sea tomada como peregrinacin, mientras que la
verdadera patria es el cielo (v. 17). En este vuelco se ha
llevado a cabo, en plenitud, el designio de Dios. Jess,
con su resurreccin, ha inaugurado los ltimos tiempos, caracterizados por la tensin hacia lo alto. Esta
tensin debe ser sostenida constantemente por una vida
de fe y de esperanza (v. 21) y por la memoria viva de todo
lo que ha realizado el Seor para nuestra salvacin.
I \\
sin embargo, ya hace tres das que ocurri esto. " MU-II es Vt . r
dad que algunas de nuestras mujeres nos han sobivsallmlo,
porque fueron temprano al sepulcro 23 y no enconlmmn MI
cuerpo. Hablaban incluso de que se les haban aparecido unos
ngeles que decan que est vivo. 24 Algunos de los nuestros
fueron al sepulcro y lo hallaron todo como las mujeres decan,
pero a l no lo vieron.
25
Entonces Jess les dijo:
- Qu torpes sois para comprender y qu cerrados estis
para creer lo que dijeron los profetas! 26 No era preciso que
el Mesas sufriera todo esto para entrar en su gloria?
27
Y empezando por Moiss y siguiendo por todos los profetas, les explic lo que decan de l las Escrituras. 28 Al llegar
a la aldea adonde iban, Jess hizo ademn de seguir adelante.
29
Pero ellos le insistieron diciendo:
- Qudate con nosotros, porque es tarde y est anocheciendo.
Y entr para quedarse con ellos. ,0 Cuando estaba sentado
a la mesa con ellos, tom el pan, lo bendijo, lo parti y se lo
dio. 31 Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero
Jess desapareci de su lado. n Y se dijeron uno a otro:
- No arda nuestro corazn mientras nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?
33
En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusaln, donde encontraron reunidos a los Once y a
todos los dems, 34 que les dijeron:
- Es verdad, el Seor ha resucitado y se ha aparecido a
Simn.
35
Y ellos contaban lo que les haba ocurrido cuando iban
de camino y cmo lo haban reconocido al partir el pan.
** En esta aparicin del Resucitado pone Lucas de relieve un rasgo fundamental: la importancia que tiene la
Sagrada Escritura para encontrar de verdad a Cristo resucitado. Para intuir su misterio es necesario recordar y
creer la Palabra (w. 25-27.32; cf. asimismo los w. 6b.44s),
puesto que en ella se ha revelado el designio divino que
Cristo deba cumplir, a travs del sufrimiento y do la
muerte, para entrar en la gloria (v. 26). De este modo
realiza, ms all de toda mesura, la esperanza de reden
cin alimentada por toda la h u m a n i d a d (v. 21). JOSIIS
Tiempo de pascua
I <.'
MEDITATIO
El reconocimiento de Jess resucitado tiene lugar en
un instante, mediante una intuicin resplandeciente; a
continuacin, todo vuelve a la normalidad. As fue tambin con los discpulos de Emas. Despus de aquel instante intuitivo, tras aquella mirada que penetra ms all
del velo de la carne, desaparece Jess y todo vuelve a ser,
aparentemente, como antes: la posada, la mesa, el pan,
los compaeros. Todo igual, pero, sin embargo, todo es
ahora distinto. Se trata de una experiencia inexpresable.
Tambin hoy todas las personas y todas las cosas nos
reservan sorpresas, porque en todas ellas podemos en-
IU
ORATIO
Qudate con nosotros, Seor, porque sin ti nuestro
camino quedara sumergido en la noche. Qudate con
nosotros, Seor Jess, para llevarnos por los caminos
de la esperanza que no muere, para alimentarnos con el
pan de los fuertes que es tu Palabra.
Qudate con nosotros hasta la ltima noche, cuando,
cerrados nuestros ojos, volvamos a abrirlos ante tu rostro transfigurado por la gloria y nos encontremos entre
los brazos del Padre en el Reino del divino esplendor.
CONTEMPLATIO
Dos discpulos de Jess se dirigen caminando hacia
el pueblo de Emas. Oh alma pecadora, detente un momento a considerar con atencin los distintos aspectos
de la bondad y de la benevolencia de tu Seor. En primer lugar, el hecho de que su ardiente amor no le permita dejar a sus discpulos vagar en medio de la desorientacin y la tristeza. El Seor es, en verdad, un amigo lid
y un amoroso compaero de camino [...]
Tiempo de pascua
134
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Qudate con nosotros, Seor (Le 24,29).
H!S
LECTIO
* Pedro y Juan acaban de curar a un mendigo tullido de nacimiento -y, por eso, excluido del templo- con
el poder del nombre de Jess. El episodio suscita u n
(ian estupor entre la gente. En esas circunstancias, el
primero de los apstoles toma la palabra y explica con
;n Mondad el significado del acontecimiento.
1.11 la curacin del tullido el Dios de nuestros antel>(is<ul(is ha manifestado la gloria de su siervo Jess. El
I '/
I.V.
Tiempo de pascua
138
Tiempo de pascua
lio
MEDITATIO
La alegra pascual crece y tendr su plenitud en la
vida eterna, en la resurreccin futura. Por eso, nuestra
alegra est motivada por la esperanza de llegar a ser
herederos del Reino de los Cielos, por la esperanza de resurgir con Cristo tambin en cuerpo. Una alegra vivida,
experimentada, pregustada en la tierra como peregrinos, aunque destinada a crecer hasta la meta de la eternidad bienaventurada.
Esta alegra de peregrinos - q u e va unida siempre a la
fatiga y al sufrimiento del c a m i n o - requiere de nosotros
ascesis, conversin del corazn y empeo en su custodia, porque puede verse, fcilmente, turbada y abrumada por el espanto, por el cansancio, por la angustia... En
una palabra, por todos los peligros que nos acechan
mientras vamos de viaje. De ah que tengamos necesidad de una fuerza interior, divina: eso que nosotros no
seramos capaces de guardar por nosotros mismos es
confiado al Espritu, al Espritu consolador.
141
Cmo es posible obtener un don tan precioso, gracias al cual podremos vivir como verdaderos testigos del
Resucitado y alegrarnos siempre, vayan como vayan las
cosas? Debemos desearlo con pureza de corazn y con
humildad, pues as lo recibiremos, con gratitud, como
don. Si existe esta disposicin en nuestro interior, reside en nosotros verdaderamente la vida nueva: podemos
ejecutar el testamento que el Seor Jess nos ha dejado,
venga el canto nuevo, la alegra verdadera!
ORATIO
Por este camino por el que andamos siempre peregrinos -con el peso de la soledad en el corazn- vienes t,
el Viviente entre los muertos, a nuestro encuentro y partes el pan del amor. En este largo camino, donde, a la
puesta del sol, se extienden nuestras sombras, enciende,
oh Viajero envuelto de misterio, el vivido vivaque de tu
Palabra y sabremos, por su fuego ardiente, que nuestra
esperanza ha resucitado ms viva, ms fuerte.
S, abre nuestra mente para comprender la Palabra,
porque slo ella puede disipar las dudas que an surgen
en nuestro corazn. Cuntas veces, incapaces de reconocerte, hemos renegado de ti tambin nosotros! Pero
t, el Justo, con manso padecer te has hecho vctima de
expiacin por nuestros pecados. No nos dejes ahora vacilantes y turbados: que tu presencia infunda en nosotros la paz, que tu espritu despeje nuestra mirada y nos
haga alegres testigos de tu amor.
CONTEMPLATIO
Cuando vino con las puertas cerradas y se plant en
medio de ellos, aterrados y llenos de miedo, crean ver mi
fantasma (cf. Jn 20,26; Le 24,36s), pero l sopl sobre
Tiempo de pascua
142
ellos y dijo: Recibid el Espritu Santo (Jn 20,22s). Despus les envi desde el cielo al mismo Espritu, aunque
como nuevo don. Estos dones fueron para ellos los testimonios y los argumentos de prueba de la resurreccin
y de la vida. En efecto, el Espritu es la prueba que atesligua que Cristo es la verdad (1 Jn 5,6), la verdadera
resurreccin y la vida. Por eso los apstoles, que haban
permanecido tambin dudosos al principio, tras haber
visto su cuerpo redivivo, daban testimonio con gran
energa de la resurreccin de Jess (Hch 4,33), despus
de haber gustado al Espritu vivificador. De ah que sea
ms provechoso concebir a Jess en nuestro propio corazn que verlo con los ojos del cuerpo u orle hablar;
y de ah tambin que la obra del Espritu Santo sea mucho ms poderosa sobre los sentidos del hombre interior que la impresin de los objetos corpreos sobre los
del hombre exterior.
Ahora bien, por eso mismo, hermanos mos [...],
vuestro corazn se alegra dentro de vosotros y dice:
He recibido este anuncio: Jess, mi Dios, est vivo! Y,
al recibir esta noticia, mi espritu, ya sumido en la tristeza, languideciendo por la tibieza o dispuesto a sucumbir
al desnimo, se reanima (Guerrico d'Igny, Sermo in
Pascha, I, 4).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Dios ha resucitado a Jess de entre los muertos
(c. Hch 3,15).
143
LECTIO
14*
entre el pueblo el favor de que goza la priiiu-r; comunidad cristiana (w. 14-16), pero aumenta lambicu el
odio de las autoridades judas, que llegan incluso a la
persecucin. Mientras se suceden los arrestos, IIUM rogatorios y amenazas, resplandece cada vez ms la ol>i a
del Espritu Santo en los apstoles.
Llevados por segunda vez ante al Sanedrn, dan
pruebas de libertad y de valenta (parresta). El criterio
de sus acciones es nico: obedecer a Dios, no anteponer nada a l ni a su testimonio (cf. w . 28s). Esta falta
de miedo hace an ms incisiva y eficaz su confesin
y su predicacin. Pedro proclama u n a vez ms el kerygma (w. 30-39) y atribuye de nuevo a los jefes del
pueblo la responsabilidad de la muerte de Jess
(una responsabilidad que aquellos querran declinar:
v. 28b).
Con todo, no se trata de una acusacin estril; es casi
un proyectar sobre otros la propia culpa. En efecto, la
parte fundamental del discurso hemos de buscarla en la
afirmacin que explica la finalidad del obrar de Dios:
Para dar a Israel la ocasin de arrepentirse y de alcanzar
el perdn de los pecados. Otras veces acusa Pedro al
auditorio de la crucifixin de Cristo, pero el texto sagrado aade siempre que, al arrepentirse y acoger sus
palabras, muchos creyeron.
Cuando el corazn queda traspasado por el arrepentimiento (2,37), el don de Dios se vuelve superabundante. Slo cuando se rechaza la Palabra de manera obstinada, se endurece el corazn hasta llegar a
la violencia (5,33.40). Es tarea de los apstoles continuar con la predicacin aun en medio de las persecuciones, fortalecidos por el Espritu, que los confirma
(v. 32) y los colma de alegra (v. 41). Desde ahora viven
ya la bienaventuranza proclamada por el Seor Jess
y encuentran su recompensa en el amor a su nomine
(Mt 5,10-12).
Tiempo de pascua
* Ante nuestra contemplacin se nos brinda una escena majestuosa y terrible: Dios omnipotente est sentado en el trono, tiene en su mano el libro sellado de sus
inescrutables designios, pero nadie puede abrirlo. Momentos de silencio cargados de expectacin y de temor.
La situacin parece desesperada. Pero, de repente, aparece victorioso un Cordero como inmolado (5,1-7: en
arameo, talja designa tanto siervo como cordero).
Con este smbolo expresa, por tanto, Juan la realidad de Cristo, verdadero Cordero pascual y Siervo de
YHWH, que ha cargado con nuestras iniquidades,
t o m a n d o sobre s el castigo que nos da la salvacin
(Is 53, sobre todo el v. 7). El Cristo-Cordero inmolado
est de pie en medio del trono (v. 6). En su presencia
se entona el canto de la solemne liturgia csmica: u n a
escuadra innumerable de ngeles recuerda triunfalmente el motivo (w. l i s ) , repetido por el coro de
todas las criaturas (v. 13), que alaban por los siglos de
los siglos al Dios omnipotente y a Cristo, nuestra
pascua.
147
Tiempo de pascua
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11
149
Tiempo de pascua
ISO
MEDITATIO
La liturgia de la Palabra traza hoy ante nosotros u n
largo y apasionante camino que, partiendo del tiempo,
desemboca en la eternidad: vamos a indicar, brevemente, las etapas del mismo y le vamos a pedir al Seor la
gracia de recorrerlo.
Al comienzo se encuentra la experiencia de u n encuentro que se intercala en nuestros das ms ordinarios,
en medio de nuestras actividades habituales: se trata del
encuentro con el Resucitado, un encuentro para el que,
con frecuencia, no estamos preparados, sino ms bien
ciegos, como los apstoles en el lago. Los discpulos
no lo reconocieron; sin embargo, aceptaron el consejo,
ms tarde dan crdito a la intuicin que se comunican de
uno a otro y, por ltimo, lo reconocen por medio de una
certeza interior (no a travs de una evidencia sensible).
Del mismo modo que hizo Simn Pedro, tambin nosotros debemos dejarnos interpelar por la Palabra del Resucitado, que pone al descubierto nuestro pecado, nuestra fragilidad pasada y presente, aunque nos pide un
consentimiento de amor. Slo despus de haberle reconocido a l y habernos reconocido a nosotros mismos
bajo su luz, podremos ofrecrselo, ahora que ya no es
obra de una autoilusin y slo nos queda -aunque lo es
todo!- el deseo ardiente de amarlo, como pobres. Ahora
es cuando l nos confa su tesoro: nuestros hermanos;
nos hace responsables de dar testimonio ante ellos, un
testimonio que nos llevar muy lejos en su seguimiento,
quizs a un lugar que -hoy al m e n o s - no querramos.
A la luz de este encuentro con Cristo, siguiendo el eco
de aquella pregunta interior -Me amas?- y de nuestra
humilde respuesta, es preciso proseguir el camino con
alegre valenta y abrir a muchos el camino de la fe con
nuestra confesin transparente del nombre de Jess, crucificado por nuestros pecados y resucitado por el Padre
para la salvacin del mundo. No han de faltarnos los su-
ORATIO
Manifistate de nuevo, Seor. Tambin nosotros,
como tus discpulos, deseamos ir contigo y desafiar la
noche oscura. Sin ti no podemos hacer nada; nuestra
red sigue estando vaca y no sirve de nada el esfuerzo de
echarla al mar. Pero a tu palabra queremos repetir una
vez m s este gesto, pues t nos quieres llevar ms all de
nuestra lgica mezquina, que se detiene a calcular los
riesgos de las prdidas y las posibilidades de ganancia.
Cuando tocamos el fondo de nuestra miseria, t nos
haces experimentar el poder de tu fuerza de Resucitado.
Nosotros creemos que eres el Seor. Sin embargo, en
medio de nuestra pobreza, que t conoces tan bien, haz
que al alba de cada nuevo da renovemos el deseo de
seguirte, repitiendo humildemente: Seor, t lo sabes
todo. T sabes que te amo.
CONTEMPLATIO
No hay mejor medio para estar unido a Jess que
cumplir su voluntad, y sta no consiste en ninguna ola
cosa que en hacer el bien al prjimo... Pedro -pregunta
el Seo-, me amas? Apacienta mis corderos (Jn 21,15).
y, con la triple pregunta que le dirige, Cristo manifiesla de
manera clara que apacentar los corderos es la prueba del
amor. Y eso es algo que no se dice slo a los sacerdotes,
sino a cada uno de nosotros, por pequeo que sea el
Tiempo de pascua
152
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Seor, t lo sabes todo. T sabes que te amo (Jn 21,17).
153
en otro hombre; no, conserv intacta su amistad, y precisamente eso fue lo que le ayud a Pedro a convertirse en otro hombre.
Crees que, sin esa fiel amistad de Cristo, se habra recuperado
Pedro? A quin le toca ayudar al que se equivoca, sino a quien
se considera su amigo, aun cuando la ofensa vaya dirigida
contra l?
El amor de Cristo era ilimitado, como debe ser el nuestro
cuando debemos cumplir el precepto de amar amando al hombre aue tenemos delante. El amor puramente humano est siempre dispuesto a regular su conducta segn el amado tenga o no
perfecciones; el amor cristiano, sin embargo, se concilio con todas
las imperfecciones y debilidades del amado y permanece con l
en todos sus cambios, amando al hombre que tiene delante. Si
no fuera de este modo, Cristo no habra conseguido amar nunca:
en efecto, dnde habra encontrado al hombre perfecto? (S. Kierkegaard, Gli atti dell'amore, Miln 1983, pp. 341-344, passim
[trad. esp.: Las obras del amor, Guadarrama, Barcelona, s. f.]).
Lunes
Lunes
de la tercera semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 6,8-15
En aquellos das, 8 Esteban, lleno de gracia y de poder, haca grandes signos y prodigios en medio del pueblo. 9 Algunos
de la sinagoga llamada de los libertos, a la que pertenecan
cirenenses y alejandrinos, y algunos de Cilicia y de la provincia de Asia se pusieron a discutir con l, 10 pero al no poder
resistir la sabidura y el espritu con que hablaba, " sobornaron
a unos hombres para que dijeran:
- Hemos odo a ste blasfemar contra Moiss y contra
Dios.
12
De este modo, amotinaron al pueblo, a los ancianos y a
los maestros de la Ley. Luego salieron a su encuentro, lo
apresaron y lo llevaron al Sanedrn 13 y presentaron testigos
falsos, que decan:
- Este hombre no cesa de hablar contra el templo y contra la Ley. 14 Le hemos odo decir que ese Jess Nazareno
destruir este lugar santo y cambiar las costumbres que
nos transmiti Moiss.
15
Todos los que estaban en el Sanedrn fijaron sus ojos en
l, y les pareci que su rostro era como el de un ngel.
155
Lunes
156
157
** Tras la multiplicacin de los panes, alude el evangelista a la bsqueda de Jess por parte de la muchedumbre. Lo encuentran en Cafarnan y le dirigen al
Maestro u n a pregunta slo para satisfacer su propia
curiosidad: Maestro, cundo has llegado aqu? (v. 25).
Jess no responde la pregunta, sino que revela ms bien
a la muchedumbre las verdaderas intenciones que la
h a n impulsado a buscarlo, y con ello desenmascara la
mentalidad demasiado material de las personas (v. 26).
E n realidad, toda esa gente sigue a Jess por el pan material, sin comprender el signo realizado por el Profeta.
Buscan ms las ventajas materiales y pasajeras que las
ocasiones de responder y de amar.
Ante esta ceguera espiritual, Jess proclama la diferencia entre el pan material y corruptible y el permanente, el que da la vida eterna (v. 27). Jess invita a la
gente a superar el estrecho horizonte en que vive y a pasar al de la fe y al del Espritu, al que slo su persona (la
de Jess) les puede introducir. l posee el sello de Dios,
que es el Espritu y el dinamismo divino del amor.
Los interlocutores de Jess le preguntan ahora: Qu
debemos hacer para actuar como Dios quiere? (v. 28).
Una nueva equivocacin. La muchedumbre piensa que
MEDITATIO
Esteban es el primer apstol de los helenistas. Suyo
fue el primer intento de inculturacin, constituido por
un decidido distanciamiento respecto al judaismo tradicional. Pero no consigui su objetivo en algunos de los
suyos. Tambin hay conservadores entre los procedentes de la dispora, quizs incluso ms que entre los
propios judos palestinenses. Probablemente se debiera a la necesidad de defender su propia identidad. La
primera aproximacin al m u n d o judo de lengua y
cultura griega es rechazada tambin por los notables.
Esteban sigue as el destino de Jess: es rechazado. Al
parecer, el precio que hay que pagar para abrir nuevos
caminos es ser incomprendido, malentendido, rechazado, calumniado y condenado. Sin embargo, tambin es
verdad que del martirio de Esteban proceden frutos
muy copiosos precisamente a partir de los griegos: y no
slo de los judos de lengua griega, sino de toda la cultura griega.
Esteban es un provocador, y, por eso, se mete l mismo en el camino del martirio, como sucede en toda sociedad intolerante. Ahora bien, su provocacin procede
de una sabidura superior, es fruto de una peculiar comprensin del plan de Dios. Este plan prevea que el
Evangelio fuera anunciado no slo en Jerusaln, siim
hasta los confines de la tierra. El Espritu se sirve ilcl
158
CONTEMPLATIO
La Iglesia tiene a gala, y es mandamiento del Salvador, que no pensemos slo en nosotros mismos, sino
tambin en el prjimo. Considera la dignidad a la que se
eleva el que se toma seriamente a pecho la salvacin de
su hermano. Este hombre, en la medida en que ello es
posible al hombre, imita al mismo Dios. En efecto, escucha lo que nos dice por boca de su profeta: Quien
liana de un injusto un justo, ser como mi boca. A saber: quien se aplica a salvar a su hermano cado en la
Lunes
I Vi
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
.Tus mandatos son mi delicia (cf. Sal 118,14).
Martes
Martes
de la tercera semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 7 , 5 1 - 8 , l a
En aquellos das, Esteban deca al pueblo, a los ancianos y
a los escribas: 5I Vosotros, hombres testarudos, obstinados y
sordos, siempre os habis resistido al Espritu Santo. Eso hicieron vuestros antepasados, y lo mismo hacis vosotros. 52 A
qu profeta no persiguieron vuestros antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del Justo, a quien vosotros acabis de traicionar y asesinar. 53 Vosotros recibisteis la
Ley por mediacin de ngeles, pero no la habis cumplido.
54
Al or esto, se recoman de rabia en su corazn y rechinaban los dientes contra l. 55 Pero Esteban, lleno del Espritu
Santo, mirando fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a
Jess de pie a la derecha de Dios 56 y exclam:
- Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la
derecha de Dios.
57
Ellos, dando grandes gritos, se taparon los odos y se
arrojaron a una sobre l. 5S Lo echaron fuera de la ciudad y se
pusieron a apedrearlo. Los testigos haban dejado sus vestidos
a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba as:
- Seor Jess, recibe mi espritu.
60
Luego cay de rodillas y grit con voz fuerte:
- Seor, no les tomes en cuenta este pecado.
Y dicho esto, expir.
81
Saulo estaba all y aprobaba este asesinato.
lol
** Primer cuadro: recoge la parte conclusiva del discurso de Esteban, un discurso dursimo. En l lee la historia de Israel como la historia de un pueblo de dura
cerviz, de corazn y de odos incircuncisos, siempre
opuestos al Espritu Santo. Mientras Pedro intenta excusar de algn modo en sus discursos a sus interlocutores, casi maravillndose del error fatal de la condena a
muerte de Jess, Esteban afirma, en sustancia, que no
podan dejar de condenar a Jess, dado que siempre
han perseguido a los profetas enviados por Dios. Se trata de una lectura extremadamente negativa de toda la
historia de Israel. Una lectura que no poda dejar de
suscitar una reaccin violenta.
Segundo cuadro: el martirio de Esteban. ste, frente
al furor de la asamblea, que est fuera de s, aparece ahora situado mucho ms all y muy por encima de todo y
de todos, en un lugar donde contempla la gloria de Dios
y a Jess, resucitado, de pie a la derecha del Padre. El primer mrtir se dirige sereno al encuentro con la muerte,
gozando del fruto de la muerte solitaria de Jess. ste,
ahora Seor glorioso, anima a sus testigos mostrando
los cielos abiertos, que se ofrecen como la meta gloriosa, ahora prxima.
Muere sereno y tranquilo, confiando su espritu al Seor Jess, del mismo modo que ste lo haba confiado al
Padre. La lapidacin, que tena lugar fuera de la ciudad,
era la suerte reservada a los blasfemos: Esteban no tiene
miedo de proclamar la divinidad de Jess y, en este clima
enardecido, debe morir. Saulo, el que habra de proseguir
la obra innovadora de Esteban, extendindola a los paganos, resulta que est de acuerdo con este asesinato.
Evangelio: Juan 6,30-35
En aquel tiempo, 10 replic a Jess la muchedumbre:
- Qu seal puedes ofrecernos para que, al verla, le ctvn
mos? Cul es tu obra? 31 Nuestros antepasudos emitieron el
Ir.'
Martes
163
MEDITATIO
E s t e b a n tiene el encanto del testimonio valiente e intrpido, un testimonio que desafa a los adversarios,
q u e n o les halaga, .que no intenta defenderse, sino que
p r o c l a m a con una lucidez impresionante su propia fe.
T a m p o c o usa -y lo hace a d r e d e - ni pizca de diplomacia.
E s posible que quiera despertar y agitar a la misma com u n i d a d cristiana, que, atemorizada por las primeras
persecuciones, corra el riesgo de convertirse en una
s e c t a juda por a m o r a la vida tranquila o, al menos, por
la necesidad de sobrevivir. Esteban ve tambin el pelig r o que supone para la joven comunidad cristiana mir a r m s al pasado que al futuro, el peligro que supone
u n a Iglesia ms preocupada por la continuidad con la
t r a d i c i n que por la novedad cristiana.
E l dicono aparece presentado como alguien que ha
c o m p r e n d i d o a fondo el alcance de la novedad cristiana,
la r u p t u r a que implicaba la fe en Cristo con respecto a
c i e r t a tradicin fosilizada, la necesidad de no dejarse
a p r e s a r por compromisos de ningn tipo. Por algo ser
S a u l o su continuador en la afirmacin de la diversidad
164
ORATIO
Seor mo, cunto m e turba hoy Esteban. Cmo es
que hoy me parece excesivo, exagerado, desmesurado?
No ser que soy yo demasiado moderado, mesurado,
equilibrado? Debo confesrtelo: ya no estoy tan acostumbrado a ver t a m a a seguridad y capacidad de desafo. Por eso debo pedirte hoy que me concedas u n suplemento de tu Espritu, para que comprenda la figura
de Esteban, para que tambin yo pueda tener al menos
un poco de su valenta para proclamarte como mi Seor, para no tener miedo de decir, en voz alta, que mis
opciones estn apoyadas por los cielos abiertos y por
el hecho de que te contemplo como el Resucitado, glorioso a la diestra del Padre. Para tener el atrevimiento
de desafiar a los que querran borrar las huellas de tu
presencia, para tener la luz que necesita una lectura de
la historia y de los acontecimientos humanos de u n
modo no convencional.
Seor, qu tmida es mi fe cuando la comparo con la
de Esteban. Qu frgil es mi caminar. Cuntas veces
siento la tentacin de acusar de intransigencia cualquier actitud de firmeza. Aydame a no quedarme prisionero di' mi vivir tranquilo. Aydame a discernir. Aydame a no desertar de la tarea de ser tu testigo.
Martes
CONTEMPLATIO
Son los cielos abiertos los que iluminan mi tamiln>
Mirando estos cielos luminosos es como tengo vaha
para atravesar las tinieblas, para no dejarme atena i
zar por el vocero, para no dejarme intimidar por el altsimo gritero del mundo; para no dejar caer los brazos
frente a quien se tapa los odos para no escucharme;
para no desistir cuando todos se precipitan en contra
de m. Esos cielos abiertos son mi meta y mi gozo. S
que debo atravesar la aspereza y la oscuridad para llegar a ellos. Debo mantenerlos de m a n e r a constante
ante mis ojos: cielos abiertos, cielos acogedores, cielos
habitados, cielos patria del Resucitado y de los resucitados, mis cielos.
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Veo los cielos abiertos (Hch 7,56).
1(1(1
Mircoles
de la tercera semana
de pascua
LECTIO
168
Mircoles
169
MEDITATIO
El fragmento de los Hechos de los Apstoles pone
claramente de manifiesto que una de las causas de la
difusin del Evangelio a travs del m u n d o es la persecucin. Son objeto de la misma los irreductibles, los
extremistas compaeros de Esteban, los que no aceptaban componendas con el judaismo. Los apstoles se
libran por ahora, posiblemente porque todava confan
en encontrar una solucin a los delicados problemas
170
ORATIO
Esta Palabra, Seor, me turba una vez ms, porque
me parece que t prefieres ms bien los medios rpidos
para alcanzar tus fines. Queras hacer salir el alegre
mensaje de Jerusaln, y surge una violenta persecucin.
Me siento turbado, lo confieso. Y es que me gusta evitar
las desgracias y vivir en paz. En mi paz, que no es exactamente la tuya. Con mi paz no crece la alegra en el
mundo; con tu dinamismo, producido de una manera
frecuentemente desagradable para m, crece, en cambio, la alegra en los que estn fuera de mis intereses.
Mircoles
171
CONTEMPLATIO
Jess invitaba [con sus palabras] a los judos a que
tuvieran fe, mientras ellos buscaban signos para creer.
Saban que haban sido saciados con cinco panes, pero
preferan el m a n del cielo a aquel otro alimento. Sin
embargo, el Seor deca que era muy superior a Moiss:
ste no se haba atrevido nunca a prometer el alimento
permanente, el que da la vida eterna (cf. Jn 6,27). En
consecuencia, Jess prometa algo ms que Moiss. ste
prometa llenar el estmago aqu en la tierra, aunque de
un alimento que perece; Jess prometa el alimento
permanente.
El verdadero pan es el que da la vida al mundo. El
man era smbolo de este alimento, y todas esas cosas
-dice el Seor a los judos- eran signos que hacan referencia a m. Os habis apegado a los signos que se referan a m, y me rechazis a m, que soy aquel a quien se
referan los signos. No fue, por tanto, Moiss el que dio
el pan del cielo: es Dios quien lo da (cf. Jn 6,32). Ahora
bien, qu pan? Acaso el man? No, no el man, sino
el pan del que era signo el man, o sea, el mismo Seor
Jess. Porque el pan de Dios viene del cielo y da la vida
al mundo (Jn 6,33) (Agustn, Comentario al evangelio de
Juan, 25,12s, passim).
172
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Grandes son la obras del Seor (Sal 110,2).
Jueves
de la tercera semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 8,26-40
En aquel tiempo, 26 el ngel del Seor dijo a Felipe:
- Ponte en marcha hacia el sur por el camino que va desde
Jerusaln a Gaza por el desierto.
27
l se puso en marcha y se encontr con un etope, hombre de confianza y ministro de Candace, reina de los etopes,
y encargado de todos sus tesoros. Haba ido a Jerusaln a
cumplir sus deberes religiosos 28 y regresaba sentado en su
carro, leyendo al profeta Isaas. 2" El Espritu dijo a Felipe:
- Adelntate y ponle junto a ese carro.
30
Felipe fue corriendo y, al orle leer al profeta Isaas, le
dijo:
- Entiendes lo que ests leyendo?
31
l respondi:
- Cmo voy a entenderlo si nadie me lo explica?
Y rog a Felipe que subiera y se sentara con l. 32 El pasaje
que lea era ste:
Como oveja fue llevado al matadero;
como cordero, mudo ante el esquador,
tampoco l abri su boca.
" Por ser humilde no se le hizo justicia.
Nadie hablar de su descendencia,
porque ha sido arrancado de la tierra.
El etope pregunt a Felipe:
I 74
175
Jueves
\
El eunuco plantea con claridad la gran pregunla de
siempre desde los orgenes: Te ruego que me climas de
quin dice esto el profeta, de s mismo o de al^n olio?.
Con la mediacin eclesial y con la gracia de Dios es posible disipar la duda de quien, pensativa aunque sinceramente, va buscando la verdad. Al don de la le le sigue
el bautismo, y de ambos brota la salvacin.
* Lucas prosigue su esmerada presentacin de la difusin del Evangelio a grupos cada vez ms alejados del
judaismo oficial. Tras los samaritanos nos encontramos
con un representante de la dispora, probablemente alguien que no era judo desde el punto de vista tnico y
que, sin embargo, formaba parte de la comunidad juda
en calidad de proslito. Se trata de un etope; por consiguiente, viene de lejos y llevar lejos el Evangelio. Es
un eunuco, alguien que, para el Deuteronomio, no puede ser admitido en la comunidad del Seor, aunque
para Isaas ya no ser excluido. Es un personaje influyente y rico, puesto que dispone de medios para realizar
un largo viaje con todo su equipamiento y cuenta con la
posibilidad de disponer de un costoso rollo manuscrito
tic la Biblia.
A este personaje le enva Dios a Felipe a travs de su
ngel, y por medio del Espritu le gua hacia la obra que
debe llevar a cabo. La ocasin se la brinda la Sagrada
l'.sciilura, mientras que la mediacin es apostlica. A
par ir de la profeca de Isaas sobre el Siervo de YHWH
lleva a cabo Felipe su misin salvfica de predicador del
Evangelio, abriendo los ojos a la inteligencia plena de la
Hscrilnia.
** Las anteriores revelaciones de Jess sobre su origen divino -Yo soy el pan de vida (v. 35) y Yo he bajado del cielo (v. 38)- haban provocado el disentimiento
y la protesta entre la muchedumbre, que m u r m u r a y se
vuelve hostil. Resulta demasiado duro superar el obstculo del origen h u m a n o de Cristo y reconocerlo como
Dios (v. 42). Jess evita entonces una intil discusin
con los judos y les ayuda a reflexionar sobre la dure/.a
de su corazn, enunciando las condiciones necesarias
para creer en l.
ha. primera es ser atrados por el Padre (v. 44), don v
manifestacin del amor de Dios por la humanidad. Na
i
I7(i
177
Jueves
capacidad para interpretar la Escritura. Con otras palabras: su convencida entrega a la causa del Evangelio y
su preparacin. El resto lo ha hecho el Espritu, que*
hizo posible el encuentro y favoreci el acercamiento
misionero.
Quizs nos preguntamos hoy, con excesiva frecuen
cia, por el futuro de la misin, cuando, en realidad, deberamos preguntarnos por nuestra calidad de evangelizadores, por nuestra disponibilidad para ir a alguno de
los muchos desiertos de la ciudad secular, precisamente a los sitios donde parece intil ir, porque son ridos, lugares posiblemente desesperados. Sin embargo,
es posible que sea en alguno de estos lugares desiertos
donde puedan tener lugar encuentros decisivos. Depende del corazn ardiente del evangelizador, depende de
su capacidad para intuir la pregunta religiosa, una pregunta que asume, a veces, una forma extraa. En cualquier lugar, incluso en el ms improbable, es posible encontrar una pregunta y u n a inquietud a las que dar u n a
respuesta, a veces rechazada, y en alguna ocasin acogida como liberadora.
MEDITATIO
La evangelizacin es, por encima de todo, obra divina, misteriosa, prodigiosa, por sus inicios y por sus xitos imprevisibles. En el fragmento de Hechos de los
Apstoles que hemos ledo, por ejemplo, nos encontramos muy lejos de una accin humana planificada. Es
Dios quien tiene su plan, un plan que nosotros hemos
de secundar. Felipe recibe la orden de ir por un camino
que cruza por el desierto, a pleno sol, precisamente hacia el sur. A decir verdad, no parece una buena premisa
para la evangelizacin. Pero es aqu donde Dios ha predispuesto un encuentro importante. De l ha hecho partir la tradicin la evangelizacin de frica. Lo que parece
decisivo aqu es la disponibilidad de Felipe, su impulso
evaiifH-li/adoi', que no deja perder ninguna ocasin; su
ORATIO
Te pido, Seor, tener ms confianza en tu Evangelio.
Recuerdo haber sido abucheado o ridiculizado o hecho
callar demasiadas veces cuando hablaba de ti como respuesta a los problemas de nuestro tiempo: quizs por
eso me he vuelto demasiado cauto, casi me he retirado
y ya no me atrevo a hablar de un modo tan abierto de ti,
a no ser en los lugares donde pienso que ser escuchado. Ciertamente, me he procurado ptimos motivos
para obrar as: es necesario respetar los tiempos de
maduracin y las opciones de los otros, no debemos ser
fanticos, no debemos forzar las cosas y los tiempos; pero el hecho cierto es que cada vez hablo menos
178
Jueves
179
CONTEMPLATIO
La vida de los predicadores resuena y arde. Resuena
con la Palabra y arde con el deseo. Del bronce incandescente se desprenden chispas, porque de sus exhortaciones salen palabras encendidas que llegan a los odos
de quienes las escuchan. Las palabras de los predicadores reciben justamente el nombre de chispas porque
encienden el corazn de aquellos con quienes tropiezan.
Hemos de sealar que las chispas son muy sutiles y delicadas. En efecto, cuando los predicadores hablan de la
patria celestial, ms que abrir los corazones con las palabras, los hacen arder de deseo. De sus lenguas llegan
a nosotros algo as como chispas, puesto que a partir de
su voz apenas se puede conocer levemente algo de la
patria celestial, aunque ellos no la aman precisamente
de una manera leve.
Sin embargo, la divina voluntad hace, ciertamente,
que estas menudsimas chispas enciendan una llama
cu el corazn de quien escucha. Y es que hay algunos
<|iu' con slo escuchar unas pocas palabras se llenan
ilc un gran deseo y les basta con las chispas muy te-
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Seor, dame un corazn de evangelizador.
Viernes
Vientes
de la tercera semana
de pascua
LECTIO
IHI
I H2
Viernes
im
MEDITATIO
*+ Este fragmento, que sirve de conclusin al Discurso del pan de vida, va unido a lo que el evangelista nos lia dicho antes. Sin embargo, el mensaje se vuelve .u|ui ms profundo y se hace ms sacrificial y
n ans ico. Se trata de hacer sitio a la persona de Je-
IK4
ORATIO
Seor, mi pecado ms cotidiano es la poca esperanza.
Mis ojos ven sobre todo el mal que invade el mundo: el
odio, las luchas fratricidas, la vulgaridad, la pornografa, la droga, las separaciones... y no sigo porque t conoces bien mi lamento cotidiano. Y si bien ests contento de que te recuerde en la oracin estas miserias, no
185
Viernes
CONTEMPLATIO
El Arqumedes de Siracusa dijo: Dame u n a palanca, u n punto de apoyo, y levantar el mundo. Lo que
aquel sabio de la antigedad no pudo obtener, porque
su peticin no se diriga a Dios y porque slo estaba
hecha desde el punto de vista material, lo h a n obtenido los santos en plenitud. El Omnipotente les ha concedido un punto de apoyo: l mismo y slo l. La palanca
es la oracin, que enciende todo con un fuego de amor.
Y as fue como ellos levantaron el mundo. As es como
los santos militantes lo levantan todava y lo seguirn
levantando hasta el fin del m u n d o (Teresa del Nio
Jess).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Mustranos, Seor, tu poder y suscita grandes evangelizadores.
I No
Sbado
de la tercera semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 9,31-42
11
Entre tanto, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samara; se consolidaba viviendo en el temor al Seor.
Y se extenda impulsada por el Espritu Santo.
32
Pedro, en su recorrido por toda aquella regin, visit
tambin a los creyentes que residan en Lida. " All encontr
a un hombre llamado Eneas, que llevaba ocho aos postrado
en cama porque era paraltico. 34 Y le dijo:
- Eneas, Jess, el Mesas, te cura; levntate y arregla tu
lecho.
Y al instante se levant. 35 Todos los habitantes de Lida y
de la regin de Sarn lo vieron sano y se convirtieron al
Seor.
36
Haba en Jafa una discpula llamada Tabita, que significa Gacela, la cual haca muchas obras buenas y reparta muchas limosnas. " Por aquellos das se puso enferma y muri.
Lavaron su cadver y lo pusieron en la sala del piso superior.
38
Como Lida est cerca de Jafa, los discpulos, al or que Pedro
estaba all, le enviaron dos hombres para pedirle que viniera
inmediatamente a su ciudad. 39 Pedro se levant y se fue con
ellos. Al llegar, le llevaron a la sala del piso superior, donde lo
rodearon todas las viudas llorando y mostrando las tnicas y
mantos que les haca Gacela cuando an viva. 40 Pedro ech a
todos fuera, se arrodill y or. Vuelto despus hacia el cadver,
dijo:
188
- Tabita, levntate.
Ella abri los ojos, vio a Pedro y se incorpor. 41 l la
tom de la mano y la levant Luego llam a los discpulos y
a las viudas y se la present viva. " Todos los habitantes
de Jafa se enteraron de lo sucedido, y muchos creyeron en el
Seor.
** El fragmento empieza con una consideracin sinttica de la situacin interna de la Iglesia. La comunidad cristiana gozaba de paz, se mantena en el santo
temor de Dios y se extenda con el impulso del Espritu
Santo. Saulo ha sido llevado a Tarso, probablemente
porque su presencia -discutida- creaba problemas a
causa de su temperamento combativo, semejante al de
Esteban.
A continuacin, se presenta a Pedro no tanto como
evangelizador, sino como jefe religioso que - d u r a n t e sus
visitas pastorales- sostiene, ayuda y anima a los discpulos: visita algunas comunidades ya evangelizadas
(probablemente por Felipe) y, a su paso, se reproduce el
clima primaveral, sorprendente, milagroso, del paso de
Jess. Pedro contribuye con dos prodigios a la difusin
del Evangelio. El apstol se ha convertido ahora en el
pastor taumaturgo que representa en la joven Iglesia no
slo la Palabra, sino el poder de curacin de Jess. Lucas no pierde la ocasin de recordar que Jess vive y
contina obrando en la Iglesia apostlica como cuando
estaba vivo en medio de los suyos.
Sbado
189
190
MEDITATIO
La percopa de los Hechos de los Apstoles leda hoy
presenta otro pequeo cuadro de la jovencsima Iglesia. La c o m u n i d a d cristiana, extendida ahora en diversas comunidades, se enfrenta con los problemas de
cada da: la enfermedad prolongada, la muerte inesperada de personas comprometidas, etc. La vida cotidiana se caracteriza por el santo temor de Dios y por la
asistencia reconfortante del Espritu Santo. Los discpulos viven bajo la mirada de Dios, con el sentido de
su grandeza y de su soberana. Miden su vida a partir
de l y de su santa voluntad. Se interesan por los pobres y se preocupan por los enfermos. De este m o d o se
va construyendo la Iglesia interiormente y se vuelve
dcil a la accin del Espritu Santo, que la extiende
tambin exteriormente.
La construccin interna y la difusin externa van estrechamente unidas. El anuncio ms discreto y eficaz
Sbado
191
ORATIO
Te confieso, Seor, que m e gustara ver, al menos alguna vez, u n buen milagro. Tampoco te oculto que, en
algunos momentos de debilidad, me gustara incluso
hacer alguno, aunque no fuera ms que para mostrar
que no estoy diciendo tonteras cuando hablo de tus
cosas. Pero t, aunque no m e dejas privado de signos
del cielo, prefieres el milagro de la vida serena, trabajadora, de u n a vida que confa en ti, que te deja t o m a r
las grandes decisiones, que recibe todo de tus manos,
que se preocupa de complacerte ms a ti que a los
hombres y a las mujeres, que expresa la alegra de poder servirles y de sentirse a m a d o por ti.
Perdona mi debilidad que suea con algn milagro,
aunque sea muy pequeo, y refuerza mi conviccin de
que lo que t quieres es la transformacin de mi vida,
el paso del temor al amor, del apego al desprendimiento, de la angustia a la confianza, del pesar a la alegra, del escrpulo a la confianza ilimitada en ti, de la
inclinacin sobre mis cosas a la apertura al dolor del
otro. Dame tu Espritu para que m e sea posible y apitecible, amable y tranquilizador, un programa l.m
comprometido como ste.
J 92
CONTEMPLATIO
Se ha dicho con acierto de Job: Era un hombre temeroso de Dios y apartado del mal (Jb 1,1). La santa
Iglesia de los elegidos inicia ahora su camino por la va
de la sencillez y de la rectitud con temor, pero lo lleva a
su consumacin slo con el amor. Se aleja verdaderamente del mal aquel que empieza a partir de ahora a no
querer pecar nunca ms por amor a Dios.
Si alguien realiza todava el bien por temor, da a entender que no se ha alejado por completo del mal: si
est dispuesto a pecar, en caso de que pueda hacerlo
con impunidad, con eso mismo peca. Tras haber dicho
que Job tema a Dios, aade el texto sagrado que tambin estaba apartado del mal: cuando el temor es reemplazado por el amor, entonces la culpa que haba quedado en el alma queda eliminada por el firme propsito de
la voluntad. As como el temor mantiene a raya el vicio,
el amor hace germinar las virtudes (Gregorio Magno,
Comentario moral a Job, i, 37).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Seor, yo soy tu siervo (Sal 115,16a).
Sbado
193
LECTIO
IMS
196
Tiempo de pascua
l>7
198
Tiempo de pascua
|<)'l
MEDITATIO
Todas las lecturas de hoy tienen como fondo la presencia de Cristo, buen pastor, enviado por el Padre a
reunir la grey. El Evangelio define tambin al pastor
como la puerta que introduce en el redil. l es quien
hace entrar en la intimidad y en la comunin de vida
con el Padre. sta es la orientacin de toda la vida de los
hombres: volver a casa, al seno del Padre, de donde ha
venido Cristo y a donde ha vuelto tras haber realizado
su misin de salvarnos.
En consecuencia, el tiempo presente es un tiempo de
camino, de retorno, de bsqueda, de nostalgia, y lodo lo
que nos sucede tiene un sentido referido a la me I a que
debemos alcanzar. Pues bien, el designio de Dios se presenta, justamente, como un ir a buscar a los hombres
dispersos para llevarlos a la salvacin, a la vida. Y lesN
es la puerta por la que es preciso que entremos: la piier-
Tiempo de pascua
200
ORATIO
Jess, pastor y sustento de tus fieles, gua seguro y
sendero de vida, t que conoces a todos por su n o m b r e
y nos llamas todos los das uno a uno, haznos c a p a c e s
de reconocer tu voz, de sentir el calor de tu p r e s e n c i a
que nos envuelve, incluso cuando el camino sea estrecho, impracticable, y la noche, profunda e interminable.
Siguindote sin resistencias y sin miedos, llegaremos
a los prados que verdean, a las fuentes frescas de t u m o rada, donde nos hars beber y reposar,
CONTEMPLATIO
Nuestro Seor nos ha dicho que es la puerta del redil.
Cul es ahora el redil cuya puerta es Cristo? Es el c o razn del Padre. Cristo es precisamente la amable p u e r ta que nos ha abierto de par en par este amable c o r a z n ,
aules cerrado a todos los hombres. En este redil se h a n
reunido todos los santos. El pastor es el Verbo e t e r n o ; l a
purria es la humanidad de Cristo. Por las ovejas de e s t e
irtlil rnlendemos ahora las almas humanas, a u n q u e
l.uuliiru las naturalezas anglicas pertenecen a l. E l
Yrilm cierno ha abierto el camino en este amable r e d i l
.1 iml.is las criaturas razonables, y es el v e r d a d e r o y
201
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
El Seor es mi pastor, nada me falta (Sal 23,1).
202
203
Tiempo de pascua
nombre. Como nosotros somos de su rebao, resulta fcil la posibilidad de corresponder que antecede a la misma peticin que le
presentamos. l nos conoce y nos llama por nuestro nombre; se
acerca a cada uno de nosotros y desea hacernos llegar a una relacin afectuosa, filial, con l. La bondad del Seor se manifiesta
aqu de una manera sublime, inefable [...].
El Cristo que llevamos a la humanidad es el Hijo del nombre,
como l mismo se llam. Es el primognito, el prototipo de la nueva humanidad, es el Hermano, el Compaero, el Amigo por excelencia. Slo de l puede decirse, con toda verdad, que conoca
todo o que hay en el hombre (Jn 2,25). Es el enviado por Dios no
para condenar al mundo, sino para salvarlo. Es el buen pastor de
la humanidad. No hay valor humano que no haya respetado,
ensalzado y rescatado. No hay sufrimiento humano que no haya
comprendido, compartido y valorado. No hay necesidad humana
-con excepcin de las imperfecciones humanas- que no asumiera
y probara en s mismo y propusiera a la inventiva y a la generosidad de los otros hombres como ob[eto de su solicitud y de su amor,
por as decirlo, como condicin de su salvacin (Pablo VI, Discurso
del 28 de abril de 1968).
LECTIO
2oi
Tiempo de pascua
205
206
Tiempo de pascua
** En el Discurso del buen pastor prosigue y profundiza Jess en la autorrevelacin mesinica: mientras,
en la primera parte (w. 1-10), se define como el pastor
contrapuesto a los ladrones y salteadores, en el fragmento de la liturgia de hoy se pone la atencin en el adjetivo
buen (lit., bello), que califica a Jess como el pastor
ideal, modelo de los pastores, es decir, de los guas espirituales y polticos del rebao de Israel (cf. Sal 23 y 79).
En este caso, la figura que se le contrapone es la del
asalariado (v. 12).
El diferente modo de proceder de cada uno permite
distinguir entre el verdadero pastor y el asalariado. El
primero no huye cuando llega el peligro, no abandona
el rebao, mientras que el segundo -que acta por su inlers personal- slo tiene en cuenta salvar su propia
vida y sus intereses. Sin embargo, hemos de subrayar
lambicn otro aspecto: el buen pastor que es Jess llega
incluso a ofrecer su vida no slo a travs del trabajo diario, sino a travs de la muerte aceptada por sus ovejas,
en su lugar, demostrando as ponerlas por delante de s
mismo i\t^ manera absoluta. Eso no lo hace ningn pasloi to ganado. Esta semejanza ilumina sobre todo el
imor tic Dios, cuya realidad, no obstante, sigue siendo
nicxpiVNiMc.
207
MEDITATIO
El Seor se presenta a nosotros como el buen pastor,
como aquel que defiende del peligro a sus ovejas y las
lleva a los pastos de la vida, invitndolas a seguirle con
confiada seguridad por el camino sobre el que las precede y las acompaa. Es sta u n a imagen demasiado
obsoleta para hablar a los hombres de nuestro tiempo?
En realidad, las dos caractersticas que connotan a Jess como el verdadero, como el buen pastor, nos ayudan
a practicar un discernimiento entre las mltiples propuestas que la sociedad de hoy nos avanza, encontrndonos desprevenidos con frecuencia.
Jess afirma, en primer lugar, que el buen pastor da
la vida por las ovejas no slo de palabra, sino con los
hechos. Cuntas doctrinas, cuntos maestros de sabidura o de ciencia se asoman al escenario y prometen
llevarnos lejos, hacia una realizacin plena... Ahora
bien, quin puede liberar al hombre de la ms pesada
y desconocida esclavitud, de la que derivan todas las dems, y que es la esclavitud del pecado? Jess ofrece su
vida para despertarnos a una vida de horizontes infinitos, llena de esperanza y de belleza. Ms an, conoce a
Tiempo de pascua
208
ORATIO
Jess, husped divino y mendigo de amor a la puerta
del corazn humano, haz que nada nos resulte ms dulce, nada ms deseable, que caminar contigo y morar en
ti. Ahora, en las estaciones de la trashumancia, en las
inclementes estaciones de los acontecimientos humanos; despus, durante los siglos eternos, en los soleados
pastos del cielo. Haz todo esto por amor a tu nombre,
para manifestar tu gloria en la alegra de nuestra salvacin. La felicidad y la gracia nos acompaarn a lo largo del viaje de la vida presente no para que ya nada penoso nos suceda, sino porque contigo todo ser gracia,
si lo vivimos con serenidad y paz.
209
tabas en un lugar desierto y rido, te alimentabas de espinas y de maleza; estabas confiado a un asalariado, que,
al llegar el lobo, no te protega. Ahora, en cambio, has
sido buscado por el verdadero pastor, que, por su amor,
te ha cargado sobre sus hombros, te ha llevado al redil
que es la casa del Seor, la Iglesia: aqu es Cristo tu pastor y aqu han sido reunidas las ovejas para morar juntas.
Este pastor no es como el asalariado bajo el que estabas cuando te afliga tu miseria y debas temer al lobo.
La medida del cuidado que tiene de ti el buen pastor te
la proporciona el hecho de que ha dado su vida por ti.
Se ofreci l mismo al lobo que te amenazaba, dejndose matar por ti. Ahora, por consiguiente, el rebao est
seguro en el redil, sin necesidad de otros que cierren y
abran la puerta del recinto. Cristo es el pastor y es la
puerta, y es tambin el alimento y el que lo suministra.
Los pastos que el buen pastor ha preparado para ti y
donde te ha puesto para apacentarte no son los prados
de hierbas mezcladas, dulces y amargas, que ahora existen y maana no, segn las estaciones. Tu pasto es la
Palabra de Dios, y sus mandamientos son los dulces
campos donde te apacienta (Agustn, Sermn 366, 3).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
No he de temer ningn mal, porque t ests conmigo
(Sal 23,4).
Cuando dice Jess: Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas, es preciso atribuir al trmino conocer tocio cuanto hay de ms
profundo, de ms amoroso en los labios del Seor Jess. Y mis
ovejas me conocen, porque as debemos conocerle nosotros, por
210
Tiempo de pascua
nuestra parte, con ese conocimiento vital que supera todo conocimiento.
Un da comprend de modo existencial lo que es el conocimiento del buen pastor. Estaba sentado a la mesa, a medioda.
Habamos trabajado durante toda la maana, un trabajo sucio, con
sacos de azcar que nos dejaban a todos embadurnados. Me encontraba en el lugar de presidencia de la mesa, y por eso, dada la
disposicin de los sitios, vea de frente a todos mis compaeros de
trabajo. Me sorprenda el hecho de que sus rostros parecan cubiertos por una especie de mscara annima, compuesta de polvo,
suciedad, cansancio... Todos se parecan. Despus de la comida,
como nos quedaba un poco de tiempo libre, una media hora, antes de reemprender el trabajo, me fui con cinco o seis de ellos a un
pequeo caf, el bar Gaby, como se llamaba la duea. Era una
autntica marsellesa, prspera, vivaz, alegre; y cada vez que iba al
bar Gaby, pensaba yo en la frase de Jess: Yo conozco a mis
ovejas y mis ovejas me conocen. En efecto, la duea del bar Gaby
conoca a las ovejas que iban a su abrevadero; conoca el nombre,
el apellido y el apodo de cada uno. Y hasta los nombres que podan resultar injuriosos en boca de otros, dichos por ella asuman un
tono amistoso. Ella me conoca. Para ella, yo era unas veces Jackie;
otras, el Gafotas. Cada uno era cada uno. Entonces, en contacto
con aquella mujer que conoca a sus ovejas y que sus ovejas la conocan, vi caer la mscara que tanto me haba sorprendido hace un
momento en el comedor: ante aquella mujer se haban vuelto hombres de nuevo, con su propio nombre y apellido. Y - d e improvisosurga algo limpio y sencillo en sus miradas, que volvan a ser como
la mirada de un nio (J. Loew, Ges chiamato I Cristo, Brescia
1971, pp. 182s, passim [trad. esp.: Ese Jess al que se llama Cristo,
Euramrica, Madrid 1973]).
LECTIO
Los paganos, al or esto, se alegraban y reciban con alabanzas el mensaje del Seor. Y todos los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
212
Tiempo de pascua
49
La Palabra del Seor se difundi por toda aquella regin.
Los judos, sin embargo, sublevaron a las mujeres distinguidas que adoraban al verdadero Dios, y a los principales de la
ciudad, promovieron una persecucin contra Pablo y Bernab y los expulsaron de su territorio. 51 Ellos, en seal de protesta, se sacudieron el polvo de los pies y se fueron a Iconio.
52
Los discpulos, por su parte, estaban llenos de gozo y del
Espritu Santo.
50
** El Espritu del Seor se ha querido reservar a Pablo y Bernab (13,2) para una obra particular. As pues,
stos se ponen en camino y emprenden el primer viaje
misionero. En cada ciudad que visitan, entran en la sinagoga y se dirigen a los judos de la dispora anuncindoles la buena nueva de que la promesa hecha a los padres
se ha cumplido con la resurreccin de Jess (w. 32s). Por
doquier se abre la gente a la fe. Especialmente en Antioqua de Pisidia, una gran multitud acogi con entusiasmo el kerygma.
Sin embargo, el favor que encontraron los apstoles
desencaden los celos y la persecucin por parte de los
judos, con la consiguiente crisis en las relaciones que
marcar u n a clara y dolorosa separacin entre la Sinagoga y la Iglesia. Por otra parte, de este contraste
saldr libre la Palabra para llevar a cabo su propio recorrido en el m u n d o (v. 49). sta, rechazada por los judos, a quienes iba destinada en primer lugar (v. 46),
no conoce ya lmites nacionales y raciales y puede comunicar la vida eterna hasta los confines de la tierra:
Cristo, luz destinada a iluminar todas las naciones, tiene que ser llevado a todas partes por los predicadores
del Evangelio (v. 47). Quien rechaza el kerygma se encierra en unos estrechos horizontes, mientras que
quien lo acoge en la fe conoce, ya desde ahora, la alegra de la vida eterna (w. 48.52) y la exultacin del Espritu, que consuela a los que son perseguidos por amor
a Jess.
214
Tiempo de pascua
delante de l, le miran a la cara. Los redimidos, partcipes de su resurreccin de manera definitiva {vestan
de blanco), comparten con l la victoria sobre el mal y
la vida inmortal {llevaban palmas en las manos). Han
pasado por la gran tribulacin que es la pasin de Cristo, en la que se resume todo el sufrimiento de la humanidad.
Mediante el bautismo sacramental o bien mediante el
bautismo de la afliccin vivida en comunin con Jess
se han convertido en partcipes del misterio pascual que
regenera y santifica (v. 14); por eso rinden a Dios un culto perenne y gozan de su proteccin y de su presencia
{habitar con ellos). La plena realizacin de todos
los deseos, el consuelo divino y la seguridad que el Segundo Isaas haba profetizado, vaticinando u n nuevo
xodo en el que Dios mismo sera el gua de su pueblo
(Is 49,10; cf. Sal 23), se h a n realizado en Cristo. l, venido en la carne, es el pastor de los redimidos para
siempre, el que los conduce a la fuente de la vida, esto
es, a la intimidad con el Padre, alegra infinita (w. 16s).
215
de Jess. Se trata de u n rechazo total que les autoexcluye del rebao de Jess (w. 25s). Mas, a pesar de tanta hostilidad, Jess se presenta una vez ms a s mismo
c o m o buen pastor (lo que supone, implcitamente,
presentarse como Mesas), que conoce-ama a sus ovejas y, por consiguiente, como alguien que espera encontrar en las ovejas escucha, obediencia y seguimiento
confiado.
El buen pastor les da la vida eterna: sa es la obra
esencial para la que ha venido Jess (6,39s; 17,2), y la
vida eterna es precisamente el conocimiento-comunin
de amor con Dios y con su Enviado (17,3). Los w. 28b-30
m a r c a n un ritmo creciente en la intensidad de la pertenencia: las ovejas -los creyentes, los discpulos- que
reciben la vida de Jess estn siempre en sus manos
(17,12; 18,9), y por eso gozan de una seguridad perenne
(v. 28b). El mismo Padre se las ha confiado, y como
nadie es mayor que Dios, nadie se las puede arrebatar
(v. 29). Se trata de afirmaciones que alientan a la comunidad cristiana, que sigue estando sometida a prueba
por la persecucin (16,4) y sigue estando asediada por
las herejas.
Pertenecer a Jess significa pertenecer a Dios mismo,
para siempre. Del mismo modo que el Hijo pertenece al
Padre y el Padre pertenece al Hijo, en la unidad del
a m o r que es el Espritu Santo.
MEDITATIO
Jess se define como buen pastor que conoce y llam a a sus ovejas, y como puerta del redil, que es la
puerta de la esperanza, porque es capaz de dar al hombre el bien absoluto: la salvacin. En esto vuelve a revelar de nuevo todo su amor, respondiendo as, personalmente, a nuestra necesidad fundamental de or una voz
que sea verdadera y tranquilizadora, y de caminar en
Tiempo de pascua
216
217
venes, para estar junto a ti en la soledad de los ancianos. Que todo h e r m a n o nuestro sea pura transparencia de tu rostro, hasta que, despus de haberte a m a d o
y servido en cada uno de ellos, gustemos la alegra de
contemplarte eternamente en la luz sin ocaso de los
pastos eternos.
CONTEMPLATIO
ORATIO
Slo el Espritu de Jess puede hacer percibir la cuerda locura de las bienaventuranza evanglicas, continuamente objeto de burlas por la cultura dominante. Slo
l puede abrir de par en par ante nosotros los horizontes inslitos del amor verdadero, el que sabe perder la
propia vida a causa de Jess, para recuperarla en plenitud. Es puro don suyo que, entre los eslganes de lo efmero, podamos reconocer su voz como la nica que
sabe dar palabras de vida eterna.
Tiempo de pascua
218
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Me conduce junto a aguas tranquilas (Sal 22,2).
Lunes
de la cuarta semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 11,1-18
En aquellos das, ' los apstoles y los hermanos de Judea se
enteraron de que tambin los paganos haban recibido la
Palabra de Dios. 2 Y, cuando Pedro subi a Jerusaln, los partidarios de la circuncisin le echaban en cara 3 que hubiese
entrado en casa de incircuncisos y hubiese comido con ellos.
Entonces Pedro comenz a darles una explicacin, punto
por punto:
5
- Estaba yo en Jafa orando, cuando ca en xtasis y tuve
una visin. Una especie de lienzo grande, colgado por las cuatro puntas, descenda desde el cielo y lleg hasta m. 6 Yo lo
miraba fijamente y vi que estaba lleno de cuadrpedos, bestias, reptiles y aves. 7 Entonces o una voz que me deca: Pedro, levntate, mata y come. 8 De ninguna manera, Seor
-respond- jams ha entrado en mi boca cosa profana o impura. 9 Pero la voz me habl por segunda vez desde el cielo y
me dijo: Lo que Dios ha hecho puro no lo consideres t impuro. I0 Esto se repiti tres veces, y despus todo fue subido
de nuevo al cielo. " En ese mismo momento, se presentaron
en la casa donde estbamos tres hombres que me haban t'ii
viado desde Cesrea. 12 Y el Espritu me dijo que lucia ion
ellos sin dudar. Vinieron conmigo tambin estos seis IUTIIWI
nos y entramos en la casa de aquel hombre. " El nos ionio
cmo haba visto un ngel que se present en su casa v le ll|o:
Manda que vayan a Jafa en busca de Simn, llamado l'riluij
220
14
** El pasaje presenta las dificultades que encontraban los ambientes judeocristianos respecto a la apertura a los paganos. Incluso Pedro, el gua autorizado, se ve
obligado a dar cuentas, de manera detallada y paciente,
para explicar cmo lleg a dar un paso tan atrevido. El
descontento nace por un motivo de tipo ritualista y alimenticio: nos vienen a la mente los reproches que dirigan los fariseos a Jess porque se sentaba a la mesa con
publcanos y pecadores (Le 5,30). Aunque tambin puede ser un pretexto destinado a esconder el verdadero reproche: cmo ha podido atreverse Pedro a bautizar sin
hacer aceptar primero toda la iniciacin juda?
ste es el verdadero objeto del contencioso: se puede
ser cristiano sin pasar por el judaismo? Pedro comprende
que los argumentos no habran bastado para convencer,
y por eso pasa a la narracin de los hechos. De stos se
desprende que ha sido claramente Dios quien, a travs
de una cadena de acontecimientos, le ha obligado a
tomar esta decisin.
El clima general del ambiente de la Iglesia de Jerusaln es de gran franqueza, pero tambin y sobre todo de
verdadera fraternidad y apertura a la accin del Espritu. Los obstculos todava no han cado del todo, ya que
sus convicciones estn arraigadas y sus costumbres son
inveteradas. Pero la conclusin muestra una satisfaccin
admirada: Asque tambin a los paganos les ha conce-
Lunes
221
dido Dios la conversin que lleva a la vida!. La sucesin de los acontecimientos, guiados como es evidente
por la m a n o de Dios, ha abierto ahora el camino de la
predicacin a los paganos. La autoridad de Pedro es la
garanta ms segura.
MEDITATIO
Jess se presenta como el buen pastor, pero hoy son
pocos los que desean asumir el papel de oveja, y menos an el de oveja dcil. Menos todava pertenecer a un
rebao. Existe en nuestros das u n a alergia innata a form a r parte de un rebao conducido por otros. Se deber al sentido de la dignidad personal? Ser la conciencia de los derechos de la persona? Ser la cultura
democrtica la que nos impide aceptar de buen grado
esta imagen -pastoral, es cierto, aunque tambin paternalista-? Una imagen contaminada adems por recuerdos o por relatos de abusos por parte de pastores que
h a n esquilado al rebao, en vez de apacentarlo con
benevolencia y discrecin, por el recuerdo de no lejanos guas polticos que engaaron a las masas con tlis
cursos fascinantes y trgicos.
Jess, sin embargo, se presenta como el pastor de
los pastos eternos que conoce senderos que ningn
otro conoce, que muestra de un modo bstanle eficaz
222
ORATIO
Tambin yo me encuentro, Seor, no pocas veces,
entre los que no desean ser guiados demasiado por ti. Sin
embargo, es entonces cuando me dejo guiar por este
mundo. Queriendo huir de tu rebao, me agrego al rebao que camina sin meta y sin esperanza. O bien, sin preocuparme por lo que pasar maana, prefiriendo vivir mi
jornada con mis opiniones, que son despus las de la mayora que vagan por senderos que no llevan a ninguna
parte. Veo que estoy terriblemente condicionado por el
pensamiento de mi ambiente, que me resulta difcil salir
del rebao de quien vive su propia vida tranquilamente.
Te pido, Seor, que m e ilumines para que pueda comprender que t eres la luz, el gua, el camino. E ilumname tambin para que comprenda que entrar en tu rebao no supone conducir mi cerebro al montn, sino
ponerlo en los senderos de la vida, unos senderos q u e
slo t conoces, porque has bajado del cielo para indicarnos el camino que lleva al cielo. Especialmente en los
das serenos, cuando las luces de este m u n d o brillan y
nos atraen, ilumina mi corazn para que no m e pierda,
223
Lunes
CONTEMPLATIO
El buen pastor se hace hierba del pasto para quien se
convierte en oveja suya. Por eso, lo primero que te ensea la Iglesia es que debes hacerte oveja del buen pastor
y dejarte guiar por la catequesis hacia los pastos y las
fuentes de la enseanza, para ser sepultado con l mediante el bautismo en su muerte, y sin tener miedo de
una muerte semejante. Y es que no se trata de muerte,
sino de sombra de la muerte, de una imagen [...].
Despus, te apoya con el cayado del Espritu Santo
porque el Espritu Santo es el consolador. Prepara con
todo lujo para ti la mesa de la Palabra de Dios, frente a la
mesa de tus adversarios, los demonios. Te perfuma la cabeza con el aceite del Espritu. Te limpia el cliz del vino
que alegra el corazn y suscita en tu espritu esa sobria
embriaguez que te disuade de las cosas pasajeras, sumergindote en las eternas. Quien ha gustado esta ebriedad pasa de esta vida fugaz a la eterna y habita en la
casa del Seor a lo largo de los das (Gregorio de Nisa).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
El Seor es mi pastor, nada me falta (Sal 23,1).
224
Martes
de la cuarta semana
de pascua
LECTIO
P r i m e r a l e c t u r a : H e c h o s d e los A p s t o l e s 11,19-26
En aquellos das, " los discpulos que se haban dispersado
a causa de la persecucin provocada por el caso de Esteban
llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioqua, pero sin predicar
la Palabra a nadie ms que a los judos. 20 Haba, sin embargo, entre ellos algunos chipriotas y cirenenses, los cuales, al
llegar a Antioqua, predicaban tambin a los no judos, anuncindoles la Buena Noticia de Jess, el Seor. 21 El poder del
Seor estaba con ellos, y fue grande el nmero de los que creyeron y se convirtieron al Seor.22 La noticia lleg a odos de la
iglesia de Jerusaln, y enviaron a Bernab a Antioqua. 2' Cuando ste lleg y vio lo que haba realizado la gracia de Dios, se alegr y se puso a exhortar a todos para que se mantuvieran fieles
al Seor, 24 pues era un hombre bueno y lleno del Espritu Santo y de fe. Y una considerable multitud se adhiri al Seor.
25
Despus fue a Tarso a buscar a Saulo. -'" Cuando lo encontr,
lo llev a Antioqua, y estuvieron juntos un ao entero en
aquella iglesia, instruyendo a muchos. En Antioqua fue donde se empez a llamar a los discpulos cristianos.
* Lo que Pedro realiz con Cornelio lo llevan a cabo
tambin los discpulos perseguidos y dispersados y,
adems, a gran escala. Los helenistas, expulsados de Je-
226
Martes
227
25
228
MEDITATIO
Nosotros pertenecemos a Jess porque Jess pertenece al Padre. Somos u n a sola cosa con Jess porque
Jess es u n a sola cosa con el Padre. Creemos en las
obras de Jess porque Jess realiza las obras del Padre. Jess quiere establecer conmigo la misma relacin que l tiene con el Padre. Por eso escucho su voz,
que es eco de la voluntad del Padre. Por eso le sigo,
porque l me conduce al Padre. Por eso me aferr a l,
para no perecer nunca, porque s que m e conduce al
Padre.
Las afirmaciones de Jess son imponentes, en especial para u n judo: dice que es uno con el Padre, con
Dios, con el Altsimo, con el creador del cielo y de la
tierra, con el ser que est por encima de todos los otros
seres. stas y otras afirmaciones, particularmente numerosas en el evangelio de Juan, sorprenden, aturden,
dejan sin aliento, y as debi de ocurrirles a sus interlocutores.
Tambin hoy le ocurre lo m i s m o a quien se queda
perplejo frente a t a m a a pretensin o presuncin o
luz deslumbrante. Pero Juan no atena nada, no hace
descuentos; procede sobre la cresta de afirmaciones que dan vrtigo, que requieren valor, pero que tambin permiten no perecer para siempre. Precisamente porque toman su luminosidad de la luz misma de
Dios.
Martes
2."
ORATIO
Ilumina, Seor, mi corazn, tardo para comprcndei;
abre mi mente a la comprensin de tu Palabra, tan
grande que en ocasiones me desconcierta. Tambin a m
me viene en algunos momentos la tentacin de decirle:
Te escuchar en otra ocasin. En medio de la complejidad de nuestra sociedad, en medio de la presentacin de tantas opiniones, incluso religiosas, frente al pulular de tantas divinidades, viejas o nuevas, desde la
incertidumbre que en ocasiones hace presa en m, puedo comprender el desconcierto e incluso el escepticismo
de muchos de mis hermanos. stos son ovejas errantes
sin pastor, porque es posible que tu voz haya resonado
alguna vez en sus odos, pero ha sido arrollada por demasiadas voces, por demasiadas opiniones, por demasiados maestros de vida o de muerte.
Te suplico, Seor, por m, que me acerco a tu Palabra:
confrmala en mi corazn con la evidencia que slo lu
Espritu puede darle. Te suplico tambin, Seor, por mis
hermanos, inseguros, perdidos, confusos: habales al corazn, hazte or no como un maestro entre tantos, sino
como el Maestro, porque t eres uno con el Padre.
CONTEMPLATIO
He aqu, hermanos, un gran misterio que hace pensar. El sonido de nuestras palabras i m pacta en nuestros
odos, pero el verdadero Maestro est dentro de vosotros. Que nadie piense que puede aprender alfo de un
hombre. La enseanza exterior es slo una ayuda, un
reclamo. El que ensea a los corazones tiene su cledia
en el cielo. Que sea, pues, l quien hable dentro de voso
tros, all donde ningn hombre puede penetrar, puesto
que, aunque alguien pueda estar a tu laclo, nadie puede
estar en tu corazn.
230
Mircoles
de la cuarta semana
de pascua
ACTIO
LECTIO
corazn.
232
denado a muerte, Pedro ha sido encarcelado y liberado; muere el perseguidor Herodes Agripa, rodo por
los gusanos.
Entre tanto, la Palabra de Dios creca y se multiplicaba: los acontecimientos h u m a n o s sirven de fondo
al acontecimiento divino de la carrera de la Palabra
por el m u n d o . La comunidad de Antioqua, como ya
sabemos, se muestra vivaz y est dotada de profetas y
doctores, es decir, de personas que saben sealar la novedad de Dios y saben explicar su Palabra. Pablo y
Bernab, vueltos a Antioqua con Juan Marcos, tienen
ante ellos la evangelizacin de la gran ciudad, de cerca
de medio milln de habitantes, pero el Espritu (a travs de un orculo de alguno de los profetas?) les destina
a la misin del vasto m u n d o .
Ser sta la verdadera voluntad de Dios? La respuesta procede del ayuno y de la oracin: s, es voluntad de Dios. No queda ms que imponerles las manos,
signo con el que se confa al Espritu y se c o m p a r t e n
las responsabilidades: la misin aparece, ya desde sus
comienzos, como obra del Espritu y del envo y colaboracin de la Iglesia. La misin que construye la Iglesia no se realiza, por consiguiente, sin el discernimiento de la Iglesia, que ayuna y ora para q u e su obra
sea lo ms conforme posible al obrar del Espritu.
Mircoles
233
* La percopa constituye el eplogo de la vida pblica: es el ltimo fragmento del libro de los signos
de Juan. El propio Jess dirige u n a clara y definitiva
llamada a todos los discpulos para que orienten su
propia vida en lo esencial con u n a adhesin convencida y vital a su divina Palabra. Estas palabras son vlidas y actuales para cualquier tiempo de la Iglesia.
Antes que nada, recuerda Cristo que el objeto de la fe
reposa en el Padre, que ha enviado a su propio Hijo al
mundo. Entre el Padre y el Hijo hay una vida de comunin y de unidad, por lo que el que crea en el Hijo cree
en el Padre, y el que ve al Hijo ve al Padre. Existe una
plena identidad entre el creer en Jess y el ver a
Jess, entre el creer en el Padre y el ver al Padre.
Para el evangelista, nos encontramos frente a u n ver sobrenatural que experimenta el que acoge la Palabra del
Hijo de Dios y la vive. Cristo, es decir, la plena revelacin
de Dios, es el rostro de Dios hecho visible. Quien se
adhiere a l reconoce y acepta el amor del Padre.
Desde el Padre y el Hijo, pasa Juan, a continuacin,
a considerar el mundo en el que viven los hombres.
Quien tiene fe en Jess entra en la vida y en la luz.
Ahora bien, la necesidad de creer en el Hijo y en su misin est motivada por el hecho de que l es la luz del
mundo (Jn 8,12; 9,5; 12,35s). Quien acoge la luz de la
vida escapa de las tinieblas de la muerte, de la incomprensin y del pecado, y se salva a s mismo de la situacin de ceguera en la que con frecuencia se encuentra el h o m b r e . En efecto, el verdadero discpulo es
el que cree, guarda en su corazn y pone en prctica las
palabras de Jess. Por el contrario, el que no cree ni vive
234
las exigencias del Evangelio incurre en el juicio de condena y, el ltimo da, ser cribado por la misma Palabra
de vida que no ha acogido.
MEDITATIO
En el evangelio de hoy encontramos palabras de confianza y palabras de temor. Palabras de vida y de muerte.
Palabras de salvacin y de condena. Es cierto que Jess
no ha venido para juzgar el mundo. Sin embargo, su Palabra y su misin realizan automticamente u n juicio y
se convierten en el criterio ltimo de verdad y de praxis.
Mi actitud con Jess y con su Palabra lleva a cabo
hoy el juicio, el presente y el futuro. En la persona de
Cristo est la realidad definitiva. Y he de hacer frente,
aqu y ahora a esta realidad, porque es lo definitivo lo
que sopesa lo que pasa, es lo eterno lo que criba lo transitorio. Es hoy cuando decido mi destino eterno. Es hoy
cuando debo compararme con Cristo, es hoy cuando
debo configurarme con la Palabra. Es hoy cuando mi
vida est suspendida entre la vida y la muerte, entre la
luz y las tinieblas, entre el todo y la nada.
Importancia del momento presente. Importancia decisiva del instante que estoy viviendo. Valor eterno de este
fugacsimo momento. Valor del hoy para mi destino
eterno. Recuperacin del sentido de la dramtica ambivalencia del momento presente, tan vivo en muchos
santos. Hacia dnde estoy orientado hoy, en este momento, en lo hondo de mi corazn?
ORATIO
Concdeme, Padre, que me deje empapar por estas
palabras tuyas de salvador y de juez. Haz que, a pesar
Mircoles
235
CONTEMPLATIO
Las divinas Lecturas, si bien, por un lado, levantan
nuestro nimo para que no nos aplaste la desesperacin, por otro nos infunden miedo para que no nos
agite el viento de la soberbia. Seguir el camino de en
medio, verdadero, recto, que - c o m o decimos t a m b i n corre entre la izquierda de la desesperacin y la diestra
de la presuncin, nos resultara muy difcil si Cristo no
nos hubiera dicho: Yo soy el camino, la verdad y la vida
(Jn 14,6). Como si hubiera dicho: Por dnde quieres ir?
Yo soy el camino. Adonde quieres ir? Yo soy la verdad.
Dnde quieres permanecer? Yo soy la vida. Caminemos,
pues, con seguridad por este camino, pero temamos tambin las insidias que nos amenazan (Agustn, Sermn
142, 1, passim).
236
Jueves
de la cuarta semana
de pascua
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Brille sobre nosotros la luz de tu rostro (Sal 4,7b).
LECTIO
238
Jueves
239
240
MEDITATIO
El Padre enva al Hijo, el Hijo enva a sus discpulos;
y as como el Hijo repite el comportamiento del Padre,
tambin los fieles de Jess deben repetir el comportamiento del Hijo. Ahora bien, los discpulos saben que
Jess se ha comportado como u n siervo que, reconociendo en cada hombre a su propio seor, se dedica a l,
incluso en el ms humilde de los servicios, segn el significado simblico del lavatorio de los pies. Pero como
la ley del servicio es dura, pronto es removida y sustituida o suavizada o manipulada. Se habla as de servicio, se teoriza sobre l, pero nos mantenemos alejados
del humilde servicio activo.
Por eso proclama Jess bienaventurados no a los que
hablan de servicio, sino a quienes lo practican. Acaso
241
Jueves
ORATIO
S, Seor mo, tambin yo pertenezco a la categora
de los siervos de nombre y de los servidos de hecho. Me
gustara ser considerado siervo tuyo, y algo menos ser
considerado siervo de los otros. Porque si bien, teniendo todo en cuenta, ser considerado siervo tuyo es algo
que gratifica, convertirse en siervo de los hombres no
parece ni agradable ni honorable. Y por eso no he gustado an la bienaventuranza del servicio: demasiadas
palabras y pocos hechos; mucha teora y poca prctica;
mucha exaltacin de los santos que han servido y poco
compromiso con el servicio; muchas palabras hermosas
para aquellos que me sirven y muy pocas ganas de pasar a su bando.
Seor misericordioso, abre mis ojos a las muchas ilusiones que cultivo sobre mi servicio; refuerza mis rodillas, que se niegan a plegarse para lavar los pies; da firmeza a mis manos, que se cansan de coger el barreo
con el agua sucia por el polvo pegado a los pies de los
viajeros que llaman a mi puerta. He de confesarte, Seor, que soy muy, muy dbil, que ando muy lejos de tu
ejemplo de vida. Concdeme tu Espritu para ahuyentar
mis miedos y para vencer mis timideces.
242
CONTEMPLATIO
Lo que tiene de nico el lavatorio de los pies es hacernos ver que estamos perdonados por anticipado y somos dignos de ser honrados. El ejemplo que debern
imitar siempre los apstoles es esta actitud de respeto
con cualquiera cuyo verdadero nombre est escrito en
los cielos; una actitud de disponibilidad respecto a los
hermanos. En conclusin, una actitud de misericordia:
Seris dichosos si lo ponis en prctica (Jn 13,17).
S, porque todas las bienaventuranzas estn incluidas
en la misericordia, que se realiza en las mil formas inspiradas por el amor: tambin vosotros debis lavaros los
pies los unos a los otros. Un siervo no puede ser mayor
que su seor (Jn 13,16) (P. M. de la Croix, L'vangile de
Jean et son tmoignage spirituel, Pars 19592, p. 397).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Ayudaos mutuamente
a llevar vuestras
(Gal 6,2).
cargas
Jueves
243
Si ama a alguien y tiene algo para dejarle, debe dictar su testamento. Nosotros nos nacemos traer papel y pluma. Cristo fue a coger
un barreo, una toalla, y derram agua en un recipiente.
Aqu empieza el testamento; aqu, tras secar el ltimo pie, podra terminar tambin...
Os he dado ejemplo... Si tuviera que escoger una reliquia de
la pasin, escogera entre los flagelos y las lanzas aquel barreo
redondo de agua sucia. Dar la vuelta al mundo con ese recipiente
bajo el brazo, mirar slo los talones de la gente; y ante cada pie
ceirme la toalla, agacharme, no levantar los ojos ms all de la
pantorrilla, para no distinguir a los amigos de los enemigos. Lavar
los pies al ateo, al adicto a la cocana, al traficante de armas, al
asesino del muchacho en el caaveral, al explotador de la prostituta
en el callejn, al suicida, en silencio: hasta que hayan comprendido.
A m no se me ha dado ya levantarme para transformarme a m
mismo en pan y en vino, para sudar sangre, para desafiar las espinas y los clavos. Mi pasin, mi imitacin de Jess a punto de morir, puede quedarse en esto (L. Santucci, Una vita di Cristo. Volete
andavene anche voi? Cinisello B. 1 995 2 , pp. 205-207, passim).
Viernes
Viernes
de la cuarta semana
de pascua
LECTIO
hoy.
* ln este discurso -su primer discurso programtiM i , Pablo desarrolla los mismos argumentos de fondo
di'l primer discurso de Pedro en Pentecosts. Deba ser
245
246
Toms replic:
- Pero, Seor, no sabemos adonde vas, cmo vamos a
saber el camino?
6
Jess le respondi:
- Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar
hasta el Padre sino por m.
** Los apstoles, reunidos en torno a Jess en el cenculo, despus del anuncio de la traicin de Judas, de
las negaciones de Pedro y de la inminente partida del
Maestro, han quedado profundamente afectados. El
desconcierto y el miedo han inundado la comunidad.
Jess lee en el rostro de sus discpulos u n a fuerte turbacin, u n peligro para la fe, y por eso les anima a que
tengan fe en el Padre y en l (v. 1).
Si el Maestro exhorta a sus discpulos a la confianza es porque l est a punto de irse a la casa del Padre
a prepararles un lugar. No deben entristecerse por su
partida, porque no los abandona; ms an, volver
para llevarlos con l (w. 3s).
Los apstoles no comprenden las palabras de Jess.
Toms manifiesta su absoluta incomprensin: no sabe
la meta hacia la que se dirige Jess ni el camino p a r a
llegar a ella; y es que entiende las cosas en un sentido
material. Jess, en cambio, va al Padre y precisa el
medio para entrar en contacto personal con Dios: Yo
soy el camino, la verdad y la vida (v. 6).
Esta frmula de revelacin es una de las cumbres
ms elevadas del misterio de Cristo y de la vida trinitaria: el hombre-Jess es el camino porque es la verdad y la vida. En consecuencia, la meta no es Jessverdad, sino el Padre, y Jess es el mediador hacia el
Padre. La funcin mediadora del hombre-Jess hacia
el Padre est explicitada por la verdad y por la vida. El
Seor se vuelve as, para todos los discpulos, el camino al Padre, por ser la verdad y la vida. l es el revela-
Viernes
247
MEDITATIO
Jess tambin me dice a m hoy: No te inquietes.
T sabas, Seor, que tambin haba de llegar para m
el m o m e n t o de la inquietud y la turbacin. Para m y
para tantos otros como yo. Cmo es posible que haya
tantos odios y venganzas? Tanta corrupcin e indiferencia? Tanta h a m b r e de dinero y de poder? Tanta
violencia y tanta prepotencia? Fjate cmo nuestras
ciudades se han vuelto semejantes a Sodoma y Gomorra: cmo es posible no sentirse inquieto?
Jess responde a mi inquietud asegurndome que
tambin hay un lugar para m all donde est l, u n
lugar preparado para quien, a pesar de la inquietud,
persevera con l en las pruebas y en la tormenta. Y es
que, en definitiva, tambin en el siglo XXI, sigue siendo l el camino, la verdad y la vida: con l es como podemos y debemos atravesar los ciclones de la avidez y
de la sensualidad sin lmites y los vientos glidos de la
injusticia y del cinismo.
Todas las fuerzas que nos desvan, todas las tendencias arrolladuras que nos exigen estar firmemente aferrados a l.
Quieren llevarte por otros caminos? Acurdate de
que l es el camino. Quieren indicarte soluciones ms
adelantadas, ms dignas del nuevo milenio? Acurdate de que l es la verdad. Quieren ensearte cmo vivir de u n modo ms intenso y libre? Acurdate de que
l es la vida. Acurdate de que con l puedes iniciar
u n a reconstruccin no ilusoria, aunque no fcil.
248
ORATIO
CONTEMPLATIO
Mediante la continua invocacin y el continuo recuerdo de nuestro Seor Jesucristo, se implanta en nuestra
iiiriile una especie de divina tranquilidad, siempre que
no olvidemos la oracin continua dirigida a l, la sol)i icdad sin tregua y la obra de la vigilancia. En verdad,
nilciiLiiiios realizar siempre del mismo modo y de u n a
ni.iiu'iii propia la invocacin a Jesucristo nuestro Seor,
Viernes
249
gritando con un corazn ferviente, de modo que podamos tener parte y gustar el santo nombre de Jess. La
continuidad, en efecto, tanto para la virtud como para
el vicio, es la madre de la costumbre, y la costumbre
tiene, despus, la misma fuerza que la naturaleza. La
mente que llega a semejante tranquilidad persigue, a
continuacin, a los enemigos como el perro que caza las
liebres en el bosquecillo. El perro, para devorarlas; la
mente, para aniquilarlos (Hesiquio, Discurso sobre la sobriedad y las virtudes unidas a la salvacin del alma, 98).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6).
Sbado
Sbado
de la cuarta semana
de pascua
LECTIO
251
25,2
En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos: Si me conocierais a m, conocerais tambin a mi Padre. Desde ahora lo
conocis, pues ya lo habis visto.
8
Entonces Felipe le dijo:
- Seor, mustranos al Padre; eso nos basta.
q
Jess le contest:
- Llevo tanto tiempo con vosotros, y an no me conoces,
Felipe? El que me ve a m, ve al Padre. Cmo me pides que
os muestre al Padre? 10 No crees que yo estoy en el Padre y
el Padre en m? Lo que os digo no son palabras mas. Es el
Padre, que vive en m, el que est realizando su obra. " Debis creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el
Padre est en m; si no creis en mis palabras, creed al menos en las obras que hago. n Os aseguro que el que cree en
m har tambin las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque yo me voy al Padre. " En efecto, cualquier
cosa que pidis en mi nombre os la conceder, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo. '" Os conceder todo lo que
pidis en mi nombre.
Sbado
25. <
MEDITATIO
* El tema fundamental del pasaje es la relacin entre Jess y el Padre. El evangelista, a la pregunta de
por qu Jess es el nico mediador para llegar al Padre, responde que slo Cristo puede conducir a los
hombres a la comunin con Dios. Jess es el camino al
Padre porque conduce a l a travs de su persona: l
est en el Padre y el Padre en l. A partir de esta mutua inmanencia entre Jess y el Padre se hace comprensible que el conocimiento de Jess lleve al conocimiento del Padre (v. 7).
El lenguaje del Maestro resulta oscuro para los discpulos, y, por eso, Felipe pide ver la gloria del Padre. No
ha comprendido que se trata de ir al Padre a travs de
la persona de Jess. Los discpulos no han sabido reconocer en la presencia visible de su rab las palabras y las
obras del Padre (v. 9). Para ver al Padre en el Hijo es preciso creer en la unin recproca entre el Padre y el Hijo.
254
ORATIO
Me doy cuenta, Seor, de que soy un buen compaero de Felipe, es decir, que soy un poco miope para ver tu
accin en el mundo. Ayer me lamentaba de la debilidad
de tu Iglesia, y quizs no consiga vislumbrar tu posible
mensaje. Me lamentaba asimismo, con acentos de nostalgia, del hundimiento de esta cristiandad, sin lograr
ver lo nuevo que ests haciendo brotar. Me lamento de
verte ausente de la historia y no consigo verte all donde antes no estabas presente y ahora, en cambio, lo ests. Veo que no s leer los signos de los tiempos, dejndome ir unas veces hacia el pesimismo y otras hacia
el optimismo, es decir, leyendo los acontecimientos humanos o bien mirando exclusivamente las debilidades
de los hombres, o bien abandonndome a un providencialismo milagrero.
Ensame t el arte del discernimiento, concdeme
el don de verte all donde actas y el modo en que lo
haces. Purifica mi corazn para no sean mis estados de
nimo, sino tu luz la que me gue para descubrirte y
255
Sbado
CONTEMPLATIO
E n medio de las tinieblas de la vida presente, la Escritura se ha vuelto la luz para nuestro camino. Por eso
dice Pedro: Hacis bien en prestarfle] atencin, como a
lmpara que luce en lugar oscuro (2 Pe 1,19). Y, a su
vez, dice el salmista: Lmpara es tu palabra para mis
pasos, luz en mi sendero (Sal 118,105).
Sabemos, sin embargo, que esta misma lmpara
es oscura para nosotros si la Verdad no la hace brillar
en nuestras almas. Por eso dice an el salmista: T, Seor, eres mi lmpara, mi Dios que alumbra mis tinieblas
(Sal 18,29). De qu sirve una luz que arde y no da luz?
Pero la luz creada no brilla para nosotros si no es iluminada por la luz increada. Ahora bien, el Dios omnipotente, que ha creado las palabras de ambos Testamentos para nuestra salvacin, l mismo es el intrprete
(Gregorio Magno, Homilas sobre Ezequiel, 1,7,17).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Mustrame, Seor, tus caminos (Sal 24,4a).
256
Ciclo A
LECTIO
258
Tiempo de pascua
chos de los Apstoles, da la impresin de que est estropeado por las tintas ms oscuras introducidas con el
episodio de Ananas y Safra (5,1-11) y el relacionado
con el descontento de los helenistas a causa de cierto
descuido en la distribucin de los bienes a los pobres.
Sin embargo, estos hechos nos ayudan a comprender la
verdadera naturaleza de la Iglesia, que ni est a salvo de
las penas ni se compone de santos. La comunin que se
busca en ella de manera constante, el bien al que tiende, son resultado de un camino no exento de problemas
y dificultades, afrontados y superados mediante una colaboracin cotidiana y paciente, dejndose guiar por el
Espritu, que conduce a todos hacia la unidad perfecta
a travs de la multiplicidad de los carismas y de los ministerios (cf. Ef 4,11-13).
En el fragmento que nos presenta la liturgia de hoy se
puede percibir el resultado de la atencin otorgada por
los Doce a las cuestiones planteadas por un grupo de
discpulos. El hecho tiene una importancia fundamental: no slo la dificultad no se vuelve motivo de desencuentro y de divisin, sino que lleva a los cristianos a tomar una mayor conciencia de su propio papel en la
sociedad y a encontrar soluciones nuevas para poder
hacerse todo con todos. Ponindose a la humilde escucha del Espritu reciben luz para establecer una primera diferenciacin en los servicios eclesiales. Los Doce
examinan el problema, convocan a todos los discpulos
y proponen una solucin (w. 2-4), que es aprobada y
entra en vigor. Con todo ello manifiestan que la Iglesia
es una realidad viva, en continuo crecimiento.
En esta nueva situacin, los apstoles saben discernir
cul ha de ser su tarea insustituible: presidir la oracin,
transmitir con fidelidad las enseanzas de Jess, orientar a la comunidad para que elija de manera responsable en su seno a los hombres adecuados (de buena reputacin, llenos del Espritu Santo y de sabidura) para
ejercer un servicio caritativo que no excluya a nadie y
259
El honor es para vosotros, los creyentes. Para los incrdulos, sin embargo:
La piedra que desecharon
los constructores
se ha convertido en piedra angular.
8
Y tambin:
En piedra de tropiezo
y roca donde se estrellan.
Tropiezan, efectivamente, los que se niegan a acoger la Palabra, pues tal es su destino. * Vosotros, en cambio, sois linaje
escogido, sacerdocio regio y nacin santa, pueblo adquirido en
posesin para anunciar las grandezas del que os llam de las
tinieblas a su luz admirable.
260
Tiempo de pascua
261
conmigo, para que podis estar donde voy a estar yo. " Vosotros ya sabis el camino para ir adonde yo voy.
Toms replic:
- Pero, Seor, no sabemos adonde vas, cmo vamos a
saber el camino?
6
Jess le respondi:
- Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar
hasta el Padre sino por m.
7
Si me conocierais a m, conocerais tambin a mi Padre.
Desde ahora lo conocis, pues ya lo habis visto.
8
Entonces Felipe le dijo:
- Seor, mustranos al Padre; eso nos basta.
9
Jess le contest:
- Llevo tanto tiempo con vosotros, y an no me conoces,
Felipe? El que me ve a m ve al Padre. Cmo me pides que os
muestre al Padre? l No crees que yo estoy en el Padre y el
Padre en m? Lo que os digo no son palabras mas. Es el Padre, que vive en m, el que est realizando su obra. " Debis
creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el Padre
est en m; si no creis en mis palabras, creed al menos en las
obras que hago. I2 Os aseguro que el que cree en m har tambin las obras que yo hago, e incluso otras mayores, porque
yo me voy al Padre.
Tiempo de pascua
262
MEDITATIO
Jess se manifiesta como camino, verdad y vida, y se
entrega a nosotros a fin de que podamos alcanzar la verdadera y plena libertad ofrecida a los hijos de Dios para
entrar en la heredad eterna. Se dirige a nosotros interrogndonos sobre la profundidad de nuestra relacin con
l. Es posible, en efecto, ser cristiano, comulgar, participar en todas las peregrinaciones y en todas las iniciativas y, sin embargo, no llegar nunca a conocer a Jess,
permaneciendo siempre en la superficie. Conocer a Jess significa, ms bien, experimentarlo interiormente,
reconocer que l es el Hijo enviado por el Padre para
salvarnos, la expresin del amor infinito de Dios por nosotros. Todo eso es posible slo mediante la fe.
Creer es confiarse. No es comprender racionalmente;
es acoger, dar crdito, encontrarse con el Seor y consi-
263
ORATIO
Seor Jess, Maestro bueno, nuestro corazn se muestra a menudo inquieto por todo el mal que hay en el
m u n d o y por nuestras mismas debilidades, por las traiciones y negaciones de las que nos consideramos capaces. Aumenta nuestra fe en ti y en el Padre que nos has
revelado.
T eres el camino: haz que te sigamos. T eres la
verdad: haz que te conozcamos. T eres la vida: haz que
vivamos en ti para ver al Padre y glorificar tu santo
nombre ante todos los hombres.
CONTEMPLATIO
Nosotros te seguimos, Seor Jess, pero t llmanos
para que podamos seguirte. Nadie puede subir sin ti. T
eres el camino, la verdad, la vida, la posibilidad, la fe, el
premio. Acoge a los tuyos: t eres el camino. Confrmalos: t eres la verdad. Reavvalos: t eres la vida.
Admtenos a aquel bien que deseaba ver David, habitando en la casa del Padre, cuando se preguntaba:
Quin nos mostrar el bien?, y deca: Creo que ver los
Tiempo de pascua
264
bienes del Seor en el pas de la vida. Los bienes se encuentran all donde est la vida eterna, la vida sin culpa.
brenos el corazn al verdadero bien, a tu bien divino, en el que existimos, vivimos y nos movemos. Nos
movemos si andamos por el camino; existimos si permanecemos en la verdad; vivimos si estamos en la vida.
Mustranos el bien inalterable, nico, inmutable, en el
que podamos ser eternos y conocer todo bien: en ese
bien se encuentra la paz serena, la luz inmortal, la gracia perenne, la santa herencia de las almas, la tranquilidad sin inquietud, no destinada a perecer, sino que ha
sido sustrada a la muerte: all donde no hay lgrimas ni
mora el llanto -puede haber llanto donde no hay pecado?-, all donde son liberados tus santos de los errores
y de las inquietudes, del temor y del ansia, de las codicias, de todas las mezquindades y de todo afn corporal,
all donde se extiende la tierra de los vivos (Ambrosio,
De bono mortis, xn,55).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
No se inquiete vuestro corazn (Jn 14,1).
265
LECTIO
267
268
Tiempo de pascua
** El apstol Juan, que ha visto y tocado al Verbo de la vida, parece que slo tiene una palabra para comunicar a los hombres: el amor. La repite sin cansarse
con mil matices diferentes, con acentos cada vez ms
fuertes, con una pasin que le viene de la experiencia del
misterio pascual. En consecuencia, su exhortacin es,
antes que nada, una invitacin a vivir en comunin con
Cristo para pasar con l de la muerte a la vida (v. 16).
Frente a la pascua del Seor - s u muerte y resurreccin- no podemos contentarnos con discursos sobre el
amor: es preciso emprender acciones concretas inspiradas en la verdad manifestada por Cristo (v. 18). Cada
rbol se conoce por sus frutos, haba enseado Jess
(Le 6,44): de este modo, todo el m u n d o puede evaluarse
exactamente sobre la base de sus propias obras, ponindose bajo la mirada de Dios con una conciencia
lmpida, con la confianza de los hijos (1 Jn 3,19-21) en
los que mora un germen divino (v. 9).
Juan no ignora que el mandamiento del amor es verdaderamente divino, o sea, imposible para el hombre,
slo posible con la ayuda del Espritu. De ah procede el
reconocimiento de la absoluta impotencia del hombre:
Sin m, no podis hacer nada. De ah tambin -y en
consecuencia- la total desesperacin o la autntica humildad sin lmites: Dios es ms grande que nuestra conciencia (v. 20). Y l, el Omnipotente, obedece a los que
le obedecen y guardan sus mandamientos
(v. 22).
Quien ama as tiene u n a sola voluntad con Dios, y ama
de verdad conforme a Cristo: ha restaurado plenamente
en l la imagen divina a cuyo modelo fue creado.
En el v. 23 los mandamientos se resumen en uno
solo: el de la fe en Jesucristo y el del amor recproco. De
es le modo, la conclusin del fragmento nos devuelve al
inicio: se cierra un crculo que tiene como centro la vida
en plenitud: el que, amando, guarda sus mandamientos, conoce ya desde ahora la alegra inefable de la inliil)il;ni(')ii divina.
/
269
Tiempo de pascua
270
escrito que como vid ha producido brotes, flores y frutos (Eclo 24,17).
Con esa imagen quiere explicar, por consiguiente,
cmo es la extraordinaria realidad de la comunin vital
con l que ofrece a los creyentes, qu compromiso incluye sta y cules son las expectativas de Dios. Jess es
el primognito de una humanidad nueva en virtud del
sacrificio redentor en la cruz. l es la cepa santa de la que
corre a los sarmientos su misma linfa vital. Quien permanece unido a l puede dar al Padre el fruto del amor y
dar gloria a su nombre (w. 5.8). A continuacin, para que
este fruto sea copioso, el Padre-viador realiza todos los
cuidados, corta los sarmientos no fecundos y poda los
fecundos. Esta obra de purificacin se va realizando
cuando la Palabra de Jess es acogida en un corazn
bueno (v. 3)'. entonces esta Palabra gua las acciones del
hombre y lo hace amigo de Dios, cooperador en su designio de salvacin, colaborador de su gloria (v. 7).
MEDITATIO
Para estar unidos a Cristo y dar frutos de santidad y
de paz es preciso morir y resucitar con l, llegar a ser
una criatura nueva, liberada del pecado. Para ser sarmientos puros, autnticos, que producen fruto, debemos aceptar la ley de la necesaria purificacin; el sufrimiento y la poda realizada por el Padre. Jess dice
que el mismo Padre, con sus manos, poda la vid; corta lo
superfluo de los sarmientos no para mortificar y disminuir su vitalidad, sino para aumentarla, para que den
ms fruto. Se trata siempre de la ley de la semilla que
muere: por eso es importante que aprendamos a leer
nuestra vida en clave de fe: nos hace falta creer que el
sufrimiento, si se acepta de este modo - n o porque en s
mismo sea un bien, sino porque lo vivimos por amor,
con amor-, da fruto de vida, de salvacin y de alegra.
271
Como es obvio, se trata de ese sufrimiento que es participacin en la pasin de Cristo, de ese que es querido y permitido segn el designio divino de amor.
Por desgracia, podemos ser tambin sarmientos que
producen infeccin en la vid. De ah que debamos desear
cada vez ms ser purificados, limpiados. La poda consiste en dejar cortar de nosotros el pecado y todo lo que
no es segn Dios: se es el sufrimiento que da fruto.
ORATIO
Oh Padre, celeste viador que has plantado en nuestra tierra tu vid preferida -el santo retoo de la estirpe
de David- y llevas a cabo tu trabajo en todas las estaciones. Haz que aceptemos las podas de primavera,
aunque, como tiernos sarmientos, gimamos con lgrimas bajo los golpes decididos de tus tijeras. Ven tambin a podarnos en la cumbre de la estacin estival,
para que los zarcillos superfluos no sustraigan linfa vital
a los racimos que deben madurar.
Que el fruto de nuestra vida sea el amor, ese amor
ms grande que, desde tu corazn, y a travs del corazn de Cristo, se derrama sobre nosotros en un flujo
inagotable. Y que todos los hombres, hermanos nuestros
en tu nombre, queden colmados de l, con espritu de
mansedumbre, de alegra y de paz.
CONTEMPLATIO
Tambin la vid, cuando ha sido cavado el terreno que
la rodea, es atada y mantenida derecha para que no se incline hacia la tierra. Algunos sarmientos son cortados, a
otros se les hace ramifican se cortan los que ostentan una
intil exuberancia, se hacen ramificar los que el experto
Tiempo de pascua
272
agricultor considera productivos. Para qu voy a describir la ordenada disposicin de los palos de apoyo y la belleza de los emparrados, que nos ensean con verdad y
claridad cmo se debe conservar en la Iglesia la igualdad,
de modo que ninguno, por ser rico y notable, se sienta superior, ni nadie, por ser pobre y de oscuro nacimiento, se
abata o se desespere? En la Iglesia existe para todo el
mundo una nica e igual libertad, y con todos se ha de
usar una misma justicia e idntica cortesa.
Para no vernos doblegados por las borrascas del siglo y arrollados por la tempestad, que cada uno de nosotros se estreche con todos los que tiene cerca como
en u n abrazo de caridad, como hace la vid con sus zarcillos y sus volutas, y unido a ellos se sienta tranquilo.
Es la caridad lo que nos une a lo que est por encima
de nosotros y nos introduce en el cielo. 0 que permanece en el amor permanece en Dios (1 Jn 4,16). Por eso
dice tambin el Seor: Permaneced unidos a m, como
yo lo estoy a vosotros. Ningn sarmiento puede producir fruto por s mismo sin estar unido a la vid, y lo mismo os ocurrir a vosotros si no estis unidos a m. Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos (Jn 15,4s) (Ambrosio,
Exaemeron III, 5,12, passirn).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Permaneced en mi amor (Jn 15,9).
273
La ltima vez que fui a Roma, quise dar algunas pequeas enseanzas a mis novicias y pens que este captulo era el modo ms
bello de comprender lo que somos nosotros para Jess y lo que es
Jess para nosotros. Pero no me haba dado cuenta de algo de lo
que s se dieron cuenta las jvenes hermanas cuando consideraron
lo robusto que es el punto de conexin de los sarmientos con la vid:
es como si la vid tuviera miedo de que algo o alguien les arrancara el sarmiento. Otra cosa sobre la que las hermanas llamaron mi
atencin fue que, si se mira la vid, no se ven frutos. Todos los frutos
estn en los sarmientos. Entonces me dijeron que la humildad de Jess es tan grande que tiene necesidad de sarmientos para producir
frutos. Ese es el motivo por el que ha prestado tanta atencin al
punto de conexin: para poder producir esos frutos ha hecho la conexin de tal modo que haga falta fuerza para romperla. El Padre,
el viador, poda los sarmientos para producir ms fruto, y el sarmiento silencioso, lleno de amor, se deja podar sin condiciones.
Nosotros sabemos lo que es la poda, puesto que en nuestra vida
debe estar la cruz, y cuanto ms cerca estemos de l y tanto ms
nos toque la cruz, ms ntima y delicada ser la poda. Cada uno
de nosotros es un colaborador de Cristo, el sarmiento de esa vid,
pero qu significa para vosotras y para m ser una colaboradora
de Cristo? Significa morar en su amor, tener su alegra, difundir su
compasin, dar testimonio de su presencia en el mundo (Madre
Teresa de Calcuta, Missione d'amore, Miln 1985, pp. 79s).
LECTIO
275
276
Tiempo de pascua
277
est eternamente con-ellos (v. 3). Las citas de los profetas se suceden para describir esta esplndida realidad
(Ez 37,27; Is 25,8; 35,10; 65,19) de comunin, de consuelo, de vida, de fiesta: algo que el hombre an no ha
conocido -porque Dios hace nuevas todas las cosas-, pero
que, no obstante, puede ya pregustar en cierto modo desde ahora, porque el que est en Cristo es una nueva creacin; pas lo viejo, todo es nuevo (2 Cor 5,17; Is 43,19).
Evangelio: Juan 13,31-33a.34-35
31
Nada ms salir Judas [del cenculo], dijo Jess:
- Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y
Dios ser glorificado en l. 32 Y si Dios va a ser glorificado en
el Hijo del hombre, tambin Dios lo glorificar a l. Y lo va a
hacer muy pronto. " Hijos mos, ya no estar con vosotros por
mucho tiempo.
14
Os doy un mandamiento nuevo: Amaos los unos a los
otros. Como yo os he amado, as tambin amaos los unos a los
otros. ,5 Por el amor que os tengis los unos a los otros reconocern todos^que sois discpulos mos.
* Con este pasaje comienza el discurso de despedida de Jess. Se abre la puerta del cenculo, sale Judas
para consumar la traicin al Maestro. El evangelio seala con brevedad: Era de noche. La noche del pecado, la noche del prncipe de este mundo. Jess sabe que,
al cabo de pocas horas, estar all, solo, en el huerto de
Getseman, envuelto por esas mismas tinieblas que intentarn engullirlo y contra las que deber luchar hasta
la sangre. Sabe todo esto y, sin embargo, habla a los discpulos de glorificacin del Hijo del hombre. La gloria de Dios, en efecto, no es el fcil xito mundano,
sino ms bien el triunfo del bien, que, para nacer, debe
pasar a travs de la gran tribulacin. La cruz es as el
seno materno de la vida verdadera.
Jess no puede explicar ahora a los suyos el significado de su muerte. La afronta solo y la ofrece. En sus
Tiempo de pascua
278
279
ORATIO
MEDITATIO
El pueblo cristiano es siempre un pequeo resto en
medio de los miles de millones de hombres que viven
sobre la faz de la tierra, pero es un fermento de masa
nueva que debe hacer fermentar desde el interior toda
la masa. Y aunque la evidencia de la situacin parece
desmentir su eficacia, la Palabra de Dios nos autoriza a
no dudar y a dejar de sentir miedo. El fruto del rbol
slo se ve despus de un laborioso tiempo de germinacin y de crecimiento a lo largo de la sucesin de las estaciones. No es ste el mismo camino de Jess, el Hijo
del hombre glorificado a travs de la muerte en la cruz?
Todo se ha vuelto nuevo: se dan cuenta de ello los que
tienen los ojos lmpidos y penetrantes de la fe, aquellos
que, resucitados con Cristo, caminan sobre la tierra
pero a quienes su corazn les empuja ya hacia arriba.
La transformacin acaece ya da tras da a travs de
nuestro morir a toda clase de orgullo y de egosmo para
pasar de la decadencia del pecado a la plenitud de la
vida nueva.
Dios, Padre nuestro, en el exceso de tu amor expusiste a tu Hijo amadsimo al rechazo y al odio del mundo:
concdenos la fuerza de tu Espritu a nosotros, que queremos seguir las huellas de nuestro Maestro y dar un valiente testimonio de su muerte y su resurreccin frente
al m u n d o que no te conoce. Haz que, configurndonos
con l, seamos capaces de oponer el amor al odio, la
mansedumbre a la violencia, el perdn a la venganza, la
paz a la enemistad, la bendicin a la maldicin. No permitas que, en la hora de la prueba, seamos vencidos por
el miedo y caigamos en el pecado de la incredulidad y
del desamor. Haz, ms bien, que te pertenezcamos cada
vez ms y acudamos a ti, unidos a tu Hijo, llevando en
los brazos todo este m u n d o que amas y quieres salvar.
CONTEMPLATIO
Os doy un mandamiento nuevo. Como era de esperar
que los discpulos, al or esas palabras y considerarse
abandonados, fueran presa de la desesperacin, Jess
280
Tiempo de pascua
les consuela proveyndoles, para su defensa y proteccin, de la virtud que est en la raz de todo bien, es
decir, la caridad. Es como si dijera: Os entristecis
porque yo me voy? Pues si os amis los unos a los otros,
seris ms fuertes. Y por qu no lo dijo precisamente as? Porque les imparti una enseanza mucho ms
til: Por el amor que os tengis los unos a los otros reconocern todos que sois discpulos mos. Con estas
palabras da a entender que su grupo elegido no hubiera debido disolverse nunca, tras haber recibido de l
este signo distintivo. l lo hizo nuevo del mismo modo
que lo formul. De hecho, precis: Como yo os he
amado [...].
Y dejando de lado cualquier alusin a los milagros
que hubieran de realizar, dice que se les reconocer
por su caridad. Sabis por qu? Porque la caridad es
el mayor signo que distingue a los santos: es la prueba
segura e infalible de toda santidad. Es sobre todo con
la caridad como todos conseguimos la salvacin. Y en
esto consiste principalmente ser discpulo suyo.
Precisamente gracias a la caridad os alabarn todos, al ver que imitis mi amor. Los paganos, es verdad, no se conmueven tanto frente a los milagros
como frente a la vida virtuosa. Y nada educa la virtud
como la caridad. En efecto, los paganos llamarn con
frecuencia impostores a los que obran milagros,
pero nunca podrn encontrar nada criticable en una
vida ntegra (Juan Crisstomo, Homilas sobre el evangelio de Juan, 57,3s).
ACTIO
Repilc con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Su ternura se extiende a todas las criaturas (Sal 144,9).
281
Lunes
Lunes
de la quinta semana
de pascua
LECTIO
2H\
15
284
** El centro de inters del fragmento es la autorrevelacin de Jess, solicitada por una pregunta ulterior del
apstol Judas de Santiago. El Maestro haba anunciado
precedentemente a los discpulos que ya se haba manifestado a ellos, aunque de un modo espiritual. Sin embargo, esas palabras no haban sido comprendidas por
los suyos, que pensaban en una manifestacin gloriosa y
Lunes
285
mesinica delante de todos. Jess se sirve de la pregunta del apstol (v. 22) para plantear de nuevo el tema de
la presencia de Dios en la vida del creyente (v. 23). Slo
quien ama est en condiciones de observar la Palabra de
Jess y de acoger su manifestacin espiritual e interior.
Y quien observa esta Palabra (= los mandamientos) ser
amado por l y por el Padre. Ms an, quien muestre
amor a Jess recibir en su propia intimidad la presencia del mismo: Jess habitar en su corazn junto con el
Padre y el Espritu. Esta manifestacin del Seor es
espiritual. Se identifica con la presencia de Cristo en el
alma de quien vive de manera conforme a su Palabra.
Esta presencia interior de Jess constituye la escatologa realizada entre Dios y los hombres. La inhabitacin
de la Trinidad en el creyente est, pues, condicionada no
tanto por Dios como por nosotros mismos: a m a r a
Jess y observar su Palabra. En cambio, quien no ama
ni practica los mandamientos no puede formar parte
de esta vida de Dios (v. 24).
En este punto del coloquio, Jess, lanzando una mirada retrospectiva a toda su misin de revelador, establece u n a distincin entre su enseanza y la del Espritu (w. 25s): el tiempo de Cristo lleva en s la verdad,
porque Jess es la verdad (14,6); el tiempo del Espritu la ilumina y la hace penetrar en el corazn de los
creyentes, porque el Espritu es a verdad (1 Jn 5,6).
MEDITATIO
En tiempos no remotos, la inhabitacin de la Trinidad era un tema bastante entraable a los cristianos
ms atentos a las realidades de la fe. Hoy, al menos as
lo parece, lo es un poco menos. Sin embargo, una vida
habitada por Dios es muy distinta a una vida desierta, abandonada a s misma, condenada a agotarse en los
lmites de la criatura.
286
Mi vida ha sido visitada por Dios. l habita en mi interior ms profundo. l es el dulce husped de mi alma:
Vendremos a l y viviremos en l. Cmo es posible vivir una vida trivial teniendo como husped a la Trinidad? Cmo es posible no asombrarse por esta verdad,
por esta extraordinaria realidad que nos arrebata de la
soledad, ensalza la dignidad de la existencia, llena de estupor, da luz a la tonalidad griscea de nuestra vida cotidiana, sumerge en el mundo divino, hace familiar la
existencia con Dios, no cesa de asombrar y de maravillar, desplaza el centro de inters de toda la aventura terrena, colorea de sentido toda accin? Cmo no quedar sobresaltado de alegra frente a este ser mo mortal
hecho templo de la Trinidad inmortal, frente a este
cuerpo mo corruptible hecho santo e incorruptible por
la intimidad con su Creador?
ORATIO
Te bendigo y te doy gracias, Seor mo, porque hoy
has abierto mis ojos a todo lo que quieres obrar en m y
conmigo. Cmo es posible que, por lo general, viva yo
como si estuvieras lejos? Cmo es posible que te busque fuera de m? Cmo es posible que me olvide de que
ests conmigo, dentro de m?
Seor, perdona mi ceguera y mi distraccin. Perdona
mi poco amor, que me impide buscarte all donde t
quieres ser encontrado. Perdname, porque lleno en
ocasiones mi corazn de personas o cosas que no te dejan sitio a ti. Perdona todas las veces que me lamento
por mi soledad, como si t me hubieras dejado solo
liara recorrer los caminos del mundo.
Seor, hazte sentir t tambin. Hazme volver, como
I ti sabes hacerlo, a la interioridad, a tu presencia dentro
de m. Aydame a alejar lo que ocupa el sitio que t te
Lunes
287
has reservado en lo ms ntimo de m. Purifica mi corazn para que pueda verte presente en mi vida, operante,
tranquilizador, indispensable. Refuerza, Seor, mi corazn, para que pueda verte y sentirte, para que pueda entablar contigo un dilogo de amor y vivir contigo una
historia de amor destinada a no acabar nunca.
CONTEMPLATIO
Oh Dios mo, Trinidad a la que adoro, aydame a olvidarme de m por completo para establecerme en ti,
inmvil y apacible como si ya mi alma estuviera en la
eternidad; que nada pueda turbar mi paz ni hacerme
salir de ti, oh mi Inmutable, sino que cada minuto me
lleve ms lejos en la profundidad de tu misterio.
Pacifica mi alma, haz en ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo; que yo no te deje en ella nunca solo; que est en ti enteramente, despierta del todo
en mi fe, toda adoracin, entregada por completo a tu
accin creadora (Isabel de la Trinidad, cit. en A. Hamman, Compendio de la oracin cristiana, Edicep, Valencia
1990, p. 204).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Vendremos a l y viviremos en l (Jn 14,23).
288
Martes
de la quinta semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 14,19-28
En aquellos das l9 llegaron de Antioqua de Pisidia y de
Iconio algunos judos que se ganaron a la gente. Apedrearon
a Pablo y, pensando que estaba muerto, lo arrastraron fuera
de la ciudad. 20 Pero cuando sus discpulos lo rodearon, l se
levant y entr en la ciudad. Al da siguiente sali hacia Derbe con Bernab.
21
Despus de anunciar el Evangelio en Derbe y hacer bastantes discpulos, volvieron a Listra, Iconio y Antioqua, " confortando a su paso los nimos de los discpulos y exhortndoles a permanecer firmes en la fe. Les decan:
- Tenemos que pasar muchas tribulaciones para poder entrar en el Reino de Dios.
23
Designaron responsables en cada iglesia y, despus de
orar y ayunar, los encomendaron al Seor, en quien haban
credo. 24 Despus atravesaron Pisidia, llegaron a Panfilia 2 y,
despus de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atala.
26
De all regresaron por mar a Antioqua de Siria, donde
haban sido encomendados a la proteccin de Dios para la misin que acababan de realizar. 27 Al llegar, reunieron a la comunidad y contaron todo lo que Dios haba hecho por medio
de ellos y cmo haba abierto a los paganos la puerta de la fe.
28
Pablo y Bernab permanecieron all bastante tiempo con
los discpulos.
290
Martes
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Martes
293
como momento ms elevado del amor de Dios y del testimonio de tu amor por l.
ORATIO
MEDITATIO
El Seor ha derramado la paz en tu corazn: l est
presente dentro de ti, con el Padre y el Espritu Santo.
Eso no puede ms que darte un sentido de seguridad y
de fuerza: si Dios est contigo, quin estar en contra
de ti?
Sin embargo, a menudo ests inquieto y atemorizado: el m u n d o se presenta amenazante, los pasiones no
dan tregua, todo parece desarrolarse como si Dios no
existiera, y Dios calla dentro de ti, juega a esconderse,
no responde. Entonces tu corazn se espanta, te asalta
la duda y tu paz queda asediada, cuando no se volatiliza. Ahora es cuando debes recordar que Dios est presente en la luz oscura de la fe, que has de ejercitar la fe
en estos momentos para or aquello que no oyes, para
ver aquello que no ves, para arerrarte a un agarradero
que has de buscar en la niebla. Es, en efecto, la fe lo que
est en la base de la paz, que, de hecho, procede de la
comunin con Dios. Fe en el Dios ya presente, pero no
posedo an en plenitud; fe que se madura en el tiempo
de la ausencia del Esposo; fe que se perfecciona en la
bsqueda del Esposo; fe que se purifica a travs de los
acontecimientos ms duros y atroces.
La paz procede de una mirada de fe sobre la realidad
de un Dios presente, aunque buscado con todo el ardor
de un corazn herido por el sentimiento de su ausencia.
La paz viene cuando se comprende y se acepta el misterio de la ausencia de Dios tambin en su presencia, en
su silencio, en el sufrimiento y el misterio de la cruz
CONTEMPLATIO
Cuando el Seor precisa: Os doy mi paz, no como la
da el mundo, qu debemos entender, sino que l no
nos da la paz del mismo modo como la dan los que
294
Mircoles
de la quinta semana
de pascua
LECTIO
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra - .
Os dejo mi paz. Que no se inquiete vuestro corazn
(cf. Jn 14,27).
296
Mircoles
297
MEDITATIO
ORATIO
Oh Jess, cuan grande y decisivo eres! Contigo estoy
vivo, sin ti estoy muerto. Contigo me arrolla el ro in-
298
mortal de la vida divina y me lleva hacia el ocano divino, ilimitado y sin ocaso. Contigo lo soy todo, sin ti no
soy nada.
Te doy gracias, Seor, lleno de admiracin, por
haber venido a unirme con la eternidad; ms an, con
el Padre, fuente de la vida perenne. tame a ti, para
que no sea yo u n sarmiento cortado, un sarmiento sin
fruto. Manten viva en m la conciencia de la necesidad
de mi comunin contigo. Por eso te presento toda la
necesidad que tengo de la Palabra que me une a ti, de
la eucarista que me alimenta de ti, del mandamiento
nuevo que me une con mis hermanos y produce el
fruto precioso de la fraternidad, del testimonio de
tu nombre, que llena de racimos maduros mi sarmiento.
Pdame, Seor, con tu Palabra y sostn mi compromiso de dar frutos duraderos en los campos de la fraternidad, de la veneracin y del amor a tu santo nombre, nombre de vid, nombre de vida, nombre de frutos
que maduran para la eternidad.
CONTEMPLATIO
Que nadie piense que el sarmiento por s solo puede
producir algn fruto. El Seor ha dicho que quien
est en l produce mucho fruto. No ha dicho: Sin
m podis hacer poco, sino: Sin m no podis hacer
nada.
De todos modos, sea poco o mucho, no podemos hacerlo sin l, puesto que sin l no podemos hacer nada.
Porque cuando el sarmiento produce poco fruto, el agricultor lo poda para que produzca ms; sin embargo, si
no est unido a la vid y no toma alimento de la raz, no
podr dar por s mismo ningn fruto (Agustn, Comentario al evangelio de Juan, 80,2).
Mircoles
299
ACTIO
Jueves
Jueves
de la quinta semana
de pascua
LECTIO
301
302
Jueves
303
MEDITATIO
Os he dicho todo esto para que participis en mi
gozo y vuestro gozo sea completo (v. 11): todos y cada
uno de los discpulos estn invitados a dejarse poseer
por la alegra de Jess, tras haberse dejado poseer por
el a m o r de Dios. Mi existencia como discpulo consiste en dejar sitio a este a m o r divino, que es un a m o r
descendente, u n a m o r que mueve al Padre a entregar a su Hijo nico (Jn 3,16), un a m o r que mueve al
Hijo a entregarse a s mismo, u n a m o r que mueve a los
M)4
M)5
Jueves
ORATIO
Seor Jess, aydame a mirar hacia lo alto para
tener el valor de mirar hacia abajo. Aydame a mirarte a ti, en el esplendor de los santos; a ti, completamente vuelto al Padre, que eres u n a sola cosa con l
desde la eternidad. Fija mi mirada en ti para que tambin yo sea capaz de descender y hacer lo que t has
hecho. Y es que servir u n poco puede resultar fcil,
pero convertir toda la vida en u n servicio es bastante
difcil. Servir a los que no lo merecen, a los que no son
agradecidos, a los que te rechazan, es todava ms
arduo.
Te ruego que infundas en mi corazn ese a m o r tuyo
arrollador, ese a m o r tuyo concreto, humilde, que has
recibido del Padre y que ha plasmado tu vida, para que
lambin yo p u e d a hacer lo que t m e dices que es preciso para ser discpulo tuyo. Mi servicio no ser as un
;ifrustrarse de m a n e r a penosa; mi perseverancia en u n
servicio exento de gratificaciones ser fuente de felici-
CONTEMPLATIO
No habra aprendido yo a amar al Seor
si l no me hubiera amado.
Quin puede comprender el amor,
sino quien es amado?
Yo amo al Amado,
a l ama mi alma:
all donde est su reposo,
all estoy yo tambin.
Y no ser un extrao,
porque no hay envidia junto al Seor altsimo,
porque quien se une al Inmortal
tambin ser inmortal,
y quien se complace en la vida
viviente ser.
Que permanezca tu paz conmigo, Seor,
en los frutos de tu amor.
Ensame el canto de tu verdad,
de suerte que venga a m como fruto la alabanza,
abre en m la ctara de tu Espritu Santo
para que te alabe, Seor, con toda meloda.
Prorrumpo en un himno al Seor porque soy suyo
y cantar la cancin consagrada a l
porque mi corazn est lleno de l
(de las Odas de Salomn).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive h o y la Palabra:
Permaneced en mi amor (Jn 15,9b).
M)b
Viernes
de la quinta semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 15,22-31
En aquellos das, 21 los apstoles y dems responsables, de
acuerdo con el resto de la comunidad, decidieron escoger de
entre ellos algunos hombres y enviarlos a Antioqua con Pablo
y Bernab. Eligieron a Judas, el llamado Barsabs, y a Silas,
personajes eminentes entre los hermanos.
23
A travs de ellos les enviaron la siguiente carta:
Los apstoles y dems hermanos responsables, a los hermanos no judos de Antioqua, Siria y Cilicia. Saludos. 24 Hemos odo que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro,
os han inquietado y desconcertado con sus palabras. Por tal
motivo, 25 hemos decidido de comn acuerdo escoger algunos
hombres y enviroslos con nuestros amados Bernab y Pablo,
26
hombres que han consagrado su vida al servicio de nuestro
Seor Jesucristo. 27 Enviamos, pues, a Judas y a Silas, que os
referirn lo mismo de palabra. 28 Porque hemos decidido el
Espritu Santo y nosotros no imponeros otras cargas ms
que las indispensables: " que os abstengis de lo sacrificado a
dolos, de sangre, de carne de animales estrangulados y de
matrimonios ilegales. Haris bien en guardaros de todo esto.
Que os vaya bien.
30
Los enviados se pusieron en camino y llegaron a Antioqua, donde convocaron una asamblea comunitaria y entregaron la carta; 31 su lectura les llen de alegra y les proporcion un gran consuelo.
308
Viernes
309
* Las relaciones entre Jess y los discpulos asumen u n a intensidad particular en esta breve percopa,
donde se afronta el tema del m a n d a m i e n t o del amor
fraterno: Amaos los unos a los otros como yo os he
amado (v. 12).
Los mandamientos que debe observar la comunidad
mesinica estn compendiados en el a m o r fraterno.
Este precepto del Seor glorifica al Padre. Supone
vivir como verdaderos discpulos y dar como fruto el
testimonio. Ahora bien, la calidad y la n o r m a del a m o r
al h e r m a n o son u n a sola: el a m o r que Jess tiene por
los suyos, u n a m o r que ha llegado a su cima en la cruz
(v. 13).
La cruz es el ejemplo de la entrega de Jess hasta el
extremo por sus discpulos: ha entregado su propia
vida p o r aquellos a los que a m a . Lo que desea, a cambio, de los suyos es la fidelidad al mismo
310
MEDITATIO
Mi mandamiento, el que resume todos los otros, el
que distingue a u n discpulo de Jess de todos los dems, el que Juan llamar tambin mandamiento
nuevo, el tpico e inconfundible de Jess, es sencillo y
exigente: Amaos los unos a los otros como yo os he
amado. Seguir a Jess consiste en a m a r al h e r m a n o
hasta dar la vida por l, precisamente como hizo Jess,
el I lijo que baj para dar la vida por m.
311
Viernes
Dar la vida no significa slo morir por los hermanos. Puede ser incluso hermoso y deseado, en ciertos
m o m e n t o s en que sentimos en nosotros u n particular
impulso de generosidad. Dar la vida significa gastar
nuestra propia vida para que sean felices los que viven
junto a m. Significa que cada maana debo pregunt a r m e cmo puedo hacer para no ser una carga para
los que viven conmigo. Significa soportar sus silencios
y sus malas caras, aceptar los lmites de su carcter,
no extraarse de sus contradicciones ni de sus pecados. Significa aceptar a mi prjimo tal como es, y no
tal como debera ser.
ORATIO
Hoy me siento obligado, Seor, a preguntarme hasta qu punto me tomo en serio tu mandamiento, ese
que me distingue como discpulo tuyo, ese que te tomas tan a pecho. Si me examino bien, debo confesar
que no es, de hecho, el primer mandamiento, el que
me tomo ms a pecho. Y es que he puesto por delante
muchos otros valores que el entorno considera ms
importantes o que me gratifican ms y con mayor facilidad.
Ilumname, Seor, para que, en mi vida, est por encima de todo la preocupacin por construir la fraternidad, por aceptar con benevolencia a mis hermanos y
h e r m a n a s , por olvidar sus errores, por recordar constantemente tu mandamiento. Concdeme la ntima
conviccin de que es la prctica de este m a n d a m i e n t o
lo que hace nuevo el mundo, de que mi verdadera contribucin como creyente la brinda mi actitud fraterna.
Aydame a poner en lo ms alto de mi escala de valores este mandamiento, que es el ms antiguo y el ms
nuevo, que cada da deber aplicar a nuevas situacio-
312
CONTEMPLATIO
Oh santo Amor, quien no te conoce no ha podido gustar la suavidad de tus beneficios, que slo la experiencia
vivida nos revela. Pero quien te haya conocido o haya
sido conocido por ti no puede concebir ya ninguna
duda. Porque t eres el cumplimiento de la ley; t, que
me colmas y me calientas; t, que me inflamas y enciendes mi corazn con una caridad inmensa. T eres el
Maestro de los profetas, el compaero de los apstoles,
la fuerza de los mrtires, la inspiracin de los padres y
de los doctores, la perfeccin de todos los santos. Y me
preparas tambin a m, Amor, para el verdadero servicio
de Dios (Simen el nuevo Telogo).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Os he destinado para que vayis y deis
(Jn 15,16).
fruto
Viernes
313
Seor, s que no nos mandas nada imposible. T conoces mejor que yo mi debilidad, mi imperfeccin, sabes que no podr
nunca amar a mis hermanas como t las amas, si no eres an t,
Jess mo, quien las ama en m. Para concederme esta nueva
gracia has dado un mandamiento nuevo. Oh! Cunto lo amo,
pues me da la garanta de que tu voluntad es amar en m a todos
aquellos a quienes me mandas amar. S, estoy convencida de
ello; cuando practico la caridad, es slo Jess quien obra en m.
Cuanto ms unida estoy a l, tanto ms amo a mis hermanas
(Teresa de Lisieux, Manuscritos autobiogrficos C, Monte Carmelo, Burgos 1997).
Sbado
Sbado
de la quinta semana
de pascua
LECTIO
315
* Lucas pasa ahora a narrar los acontecimientos misioneros de Pablo: l ser el protagonista de la tercera
parte de los Hechos de los Apstoles. El fragmento de
hoy presenta el segundo viaje misionero, ya avanzado.
Entre tanto ha tenido lugar la separacin de Bernab, a
causa -segn Lucas- de una diferente valoracin de la
persona de Juan Marcos. Pablo elige como nuevo compaero a un discpulo suyo al que siempre le unir un
gran cario: Timoteo. Haciendo gala de una gran elasticidad pastoral, especialmente en vistas a la accin entre
los judos, Pablo lo hizo circuncidar, aunque no viera
para ello ninguna necesidad doctrinal. Pablo se hace en
verdad todo para todos por el Evangelio.
Es significativo el hecho de que el Espritu hace prcticamente las veces de gua, corrigiendo la ruta de los misioneros. Lucas quiere subrayar que el protagonista y el
director de la evangelizacin es el Espritu Santo, que tiene sus planes, a menudo diferentes a los de los hombres.
Es el Espritu quien impulsa a Pablo a pasar a Europa, en
vez de adentrarse en las regiones de Asia menor.
Hay un misterio en la llamada a los pueblos y las
naciones que escapa por completo a la mirada humana.
Baste con una sencilla reflexin: el programador de la
evangelizacin es con toda claridad el Espritu Santo; no
se trata de una accin organizada por los hombres, aunque estn llenos de fe y de celo. En la accin de Pablo no
haba demasiada organizacin, sino una gran disponibilidad a la accin del Espritu. No hace esto hoy actual y
digno de atencin este dicho, que podra parecer slo u n
eslogan: Menos organizacin y ms Espritu?
316
Sbado
317
seguido, tambin lo sern sus discpulos; si ste fue escuchado, tambin lo sern los suyos (w. 20s).
MEDITATIO
Si pretendes vivir segn tus convicciones de fe, no
debe sorprenderte encontrar a tu alrededor la indiferencia o la hostilidad. No debe deprimirte que los medios de comunicacin social se ran a menudo de manera sutil del estilo de vida cristiano, o que cuando
expreses tus convicciones te vean como un anticuado,
o que la gente te considere como alguien que pertenece
a u n a era pasada, a u n a poca de la que ya nos hemos
despedido. Que no te abata el desaliento: eso es seal
de que eres fiel a Cristo perseguido y a su Palabra de
cruz. No debes entrar en crisis porque muchos no piensen en esa cruz como los seguidores de Jess.
Una de las caractersticas de la fe es su perenne carcter inactual. Esa caracterstica hemos de buscarla en su
dimensin oblativa, que consiste en la llamada a la
cruz, al sacrificio, al saber amar, a la justicia pagada
con la propia piel. No debes, por tanto, aguar tu testimonio, ni bajar el grado de las exigencias de la Palabra, ni envolver con el silencio lo que es ms comprom e t e d o r e impopular. Hay silencios que parecen
excesivamente prudentes, que son expresin de temor
ante los contragolpes de la opinin pblica, que expresan preocupacin por la hostilidad de quienes pueden
hacernos dao.
ORATIO
Aydame, Seor, a vivir como t quieres en medio
de las dificultades originadas por la hostilidad del mundo. Aydame a no tener miedo de ser tu testigo, pero
<I8
Sbado
319
ACTIO
LECTIO
* La persecucin desencadenada contra los discpulos tras el martirio de Esteban provoca su dispersin fuera de Jerusaln, con excepcin de los apstoles (w. 1-4).
Es una nueva siembra de la Palabra (Me 4,3), mediante la cual se va cumpliendo el programa trazado por
Jess antes de la ascensin, cuando afirmaba que es
preciso dar testimonio de l, ms all de Jerusaln, en
321
322
Tiempo de pascua
** Si queremos ser autnticos cristianos -afirma Ped r o - no podemos evitar la persecucin, sea cual sea la
condicin social a la que pertenezcamos. Para glorificar
con nuestra vida el nombre de Cristo, es preciso no tener miedo de sufrir. El apstol, citando Is 8,12b-13, exhorta a permanecer unidos al Seor. De ah brota la
fuerza limpia cuando se da razn de la propia fe. Si en
el mundo domina la violencia, el cristiano debe resplandecer por la virtud de la fortaleza, que le hace manso y dulce en las palabras, siempre dispuesto a obrar
conforme al Evangelio, y por eso incontestable (v. 16).
En esas condiciones, cualquier sufrimiento padecido
ser un sacrificio santo y agradable a Dios (Rom 12,1),
unido al de Cristo (v. 17).
l, con su muerte expiatoria, ha liberado de la esclavitud del pecado a los hombres de todos los tiempos, tal
como haba profetizado Isaas (53,11b) del Siervo de
YHWH. De este modo, toda la humanidad es reconducida a Dios, en calidad de ofrenda consagrada a l. El final de la percopa (v. 18b) expresa de modo recargado y
lapidario el significado de la pascua del Seor: En
cuanto hombre sufri la muerte - p o r haber asumido la
carne de la humanidad para poder cargar sobre s y expiar el pecado del hombre-, pero fue devuelto a la vida
por el Espritu, porque el amor que le impuls a la
entrega total de s mismo es ms fuerte que la muerte.
En este paso - p a s c u a - se revela la gloria de Dios. Slo
adorando en su propio corazn este misterio, tendr el
cristiano la fuerza necesaria para hacer frente a la per-
323
secucin como su Seor, y dar testimonio con la palabra y con la vida de la esperanza que lo sostiene.
324
Tiempo de pascua
lio se designa al Espritu con un trmino tomado del vocabulario forense: Parclito, abogado defensor o, mejor an -puesto que esta funcin era desconocida para
el derecho judo-, el testigo a favor. De ah la
traduccin: Consolador. Jess es el primer parclito
enviado por el Padre: tras su partida interceder ante
Dios para que enve otro parclito, que permanecer
para siempre con los suyos. El mundo ignora su presencia, porque no es perceptible a los sentidos, aunque
quienes estn atentos a las cosas de Dios la conocen.
En la vida de la Iglesia todo se mueve al son del Espritu: l es quien ora en los que oran; l es quien gua
a la verdad completa; es tambin l quien mueve al
arrepentimiento a los que han cado en pecado y abre
los corazones a la conversin; l es quien hace comprender la inefable unidad entre el Padre y Jess, y
quien introducir en ella a los discpulos (v. 20). Su
presencia es para cada hombre la prenda de la misma
vida eterna (v. 19), de la manifestacin plena del rostro
de Dios y de la comunin total con l: El que acepta
mis preceptos y los pone en prctica, se me ama... y me
manifestar a l (v. 21).
MEDITATIO
En el orden cotidiano de nuestra vida no tenemos
siempre presente el motivo de nuestra alegra y de
nuestra esperanza. Para que eso ocurra es preciso vivir
con la mirada del corazn dirigida a Cristo, que repite
ms veces: Si me amis.... Todo depende de este si.
Sin embargo, amar es lo que ms difcil nos resulta,
porque prevalece en nosotros la yesca del egosmo y
del orgullo, del repliegue en nosotros mismos, por encima del impulso a ofrecernos a los otros. A menudo,
vctimas de nuestro mismo egosmo, pecamos contra
Dios y contra los hermanos. El amor est herido por
325
ORATIO
Seor Jess, nosotros creemos que t nos amas y
deseamos amarte: danos el Espritu de la verdad para
que nos haga comprender y poner en prctica todas
tus palabras de vida, esas que has trado para nosotros
del corazn del Padre eterno. T ests siempre con
nosotros y no nos dejas hurfanos: tambin nosotros
queremos permanecer contigo. Sostn y aumenta en
Tiempo de pascua
326
CONTEMPLATIO
El alma que ha sido considerada digna de participar
de la luz del Espritu, y que ha sido iluminada por el esplendor de su glora inefable, cuando el Espritu mora
en ella se vuelve toda luz, toda rostro, toda ojo, y no
queda parte alguna de ella que no est llena de ojos espirituales y de luz. Eso equivale a decir que ya no queda en ella nada de tenebroso, sino que es toda luz y Espritu, est totalmente llena de ojos y no tiene ya
reverso, sino que es anverso por todos lados, porque ha
venido a ella y reside en ella la belleza indescriptible de
la gloria y de la luz de Cristo.
Del mismo modo que el sol es totalmente semejante
a s mismo y no tiene ningn reverso, ningn lugar inferior, sino que brilla por todas partes con su luz [...], as
tambin el alma que ha sido iluminada por la inefable
belleza, gloria y luz del rostro de Cristo, y que, colmada
de Espritu Santo, ha sido hecha digna de convertirse en
morada y templo de Dios, se vuelve toda ojo, toda luz,
toda rostro, toda gloria y toda Espritu, ya que de este
modo Cristo la adorna, la transporta, la dirige, la sostiene y la conduce, y de este modo tambin la ilumina y
la decora de belleza espiritual (Seudo-Macario, Primera
lomila, 2; en PG 34, 451).
327
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra;
Grandes son las obras del Seor; las contemplan
que las aman (Sal 110,2).
los
LECTIO
329
tulo 10 de los Hechos de los Apstoles. El acontecimiento narrado es determinante no slo para la Iglesia
de los orgenes, sino tambin para la Iglesia de todos los
tiempos. En cierto sentido, es u n modelo de lo que debe
ser la apertura de los cristianos al designio de Dios. El
episodio es conocido, por lo general, con el ttulo de
conversin de Cornelio, aunque tambin lo podramos llamar conversin de Pedro. En efecto, es el
mismo Espritu de Dios el que, con una triple visin
(cf. 10,9-16.28), impulsa a Pedro a salir de su concepcin restringida para abrirse a la universalidad de la salvacin que el sacrificio redentor de Cristo ha adquirido
para toda la humanidad, no slo para Israel.
Tras cierta resistencia inicial, Pedro se dirige con sinceridad a Cornelio, que no es judo, y le dice: Verdaderamente ahora comprendo que Dios no hace distincin de
personas (v. 34), sino que le es grato todo hombre que,
como Cornelio, le teme y practica la justicia. El temor
de Dios se refiere a la rectitud de conciencia por la que
el hombre se reconoce criatura dependiente de Alguien,
aunque todava no lo conoce rectamente; mientras
que la justicia se refiere a un comportamiento social
honesto.
En consecuencia, podemos ver en Cornelio el tipo
de hombre que pone en prctica, aunque sea de una
manera inconsciente, el doble mandamiento del amor
- a Dios y al prjimo-, que es el distintivo de los discpulos de Cristo. Esta actitud es la que le dispone a acoger
la salvacin de Dios. A rengln seguido, hemos de sealar que tambin Cornelio recibe una misin de Dios; a
raz de ella, manda llamar al apstol y lo recibe en su
casa. Ambos -el judo y el p a g a n o - salen de su particularismo y, bajo la gua del Espritu, se encuentran para
dar vida a una realidad nueva. Esta novedad consistir,
en el caso de Pedro, en anunciar a todos la Palabra que
Dios ha confiado a los hijos de Israel.
Tiempo de pascua
no
Segunda lectura: 1 Juan 4,7-10
7
331
enviado por l para introducirnos en la inefable circulacin de caridad que une, en la Santsima Trinidad, al
Padre, al Hijo y al Espritu. Si con la encarnacin, el
Verbo, que estaba en el seno del Padre, ha venido al
mundo a revelar a Dios, con la resurreccin, el hombre,
que estaba alejado de Dios, es llevado de nuevo a su
seno, hecho hijo en el Hijo.
Tiempo de pascua
312
333
MEDITATIO
La liturgia de hoy - c o m o siempre- nos habla slo de
amor. Dios es amor, y, por consiguiente, qu otra
cosa podra decirnos su Palabra o darnos su accin?
Sin embargo, si la escuchamos con atencin, hoy -y
cualquier otro da-, este motivo nico resuena con to-
Pero para eso precisamente se nos ha dado el Espritu. Se nos propone una nueva atencin de amor: intentar intuir en cada circunstancia los caminos que el Espritu nos va abriendo delante, para que pueda
desplegarse el amor y llegar a todo hombre. Tambin
Pedro se despoj a fondo de inveteradas convicciones
para abrazar el designio de Dios: atento al Espritu y a
los hermanos, indic a la Iglesia naciente el nuevo iti-
Tiempo de pascua
ORATIO
Jess, Hijo amadsimo del Padre, t viniste al mundo para ensearnos el lenguaje inefable de la caridad.
Y como nios an pequeos quieres que lo aprendamos con los hechos, con los gestos de cada da. Maestro divino y humansimo, t quieres que conozcamos
el amor del Padre que te ha sacrificado a ti, su corazn, por nosotros, por nuestra salvacin. Aydanos a
no olvidar esta leccin, que se vuelva para nosotros tarea comprometida de vida. Danos la fuerza del a m o r
humilde, perseverante, abierto a todos, ya que cada
hombre es hermano nuestro. T fuiste el primero en
observar el mandamiento del Padre y nos diste t mismo el ejemplo del amor ms grande. Aydanos a
descubrir los distintos modos en que se nos presenta
tambin a nosotros cada da la ocasin de dar la vida
por los otros, y danos la fuerza para darla de manera
concreta.
CONTEMPLATIO
Nosotros slo amamos si hemos sido amados primero. Busca cmo puede el hombre amar a Dios, y no encontrars ms que esto: Dios nos ha amado primero.
Aquel a quien nosotros hemos amado se ha entregado
antes l mismo. Se ha entregado a fin de que nosotros
le amemos. Qu es lo que ha entregado? El apstol san
Pablo lo dice con ms claridad: El amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones. Por medio de
quin? Quiz por medio de nosotros? No. Por medio
do quin entonces? Por medio del Espritu que nos ha
335
sido dado (Rom 5,5). Llenos de ese testimonio, amamos a Dios por medio de Dios [...].
La conclusin se impone, y Juan nos la dice an con
mayor claridad: Dios es amor, y quien permanece en el
amor permanece en Dios, y Dios en l (Jn 4,8). Es poco
decir: el amor viene de Dios. Pero quin de nosotros se
atrevera a repetir estas palabras: Dios es amor? Las
ha dicho alguien que tena experiencia. T no ves a
Dios: malo y lo poseers. Porque Dios se ofrece a nosotros en el mismo instante. Amadme - n o s g r i t a - y me
poseeris. No podis amarme sin poseerme. El amor, la libertad interior y la adopcin filial no se distinguen ms
que por el nombre, como la luz, el fuego y la llama. Si
el rostro de un ser amado nos hace felices, qu har la
fuerza del Seor cuando venga a habitar en secreto en
el alma purificada! El amor es un abismo de luz, una
fuente de fuego. Cuanto ms brota, ms quema al sediento. Por eso el amor es un progreso eterno (Agustn,
Sermn 34,2-6, passim).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Nadie tiene amor ms grande que quien da la vida por
sus amigos (Jn 15,13).
.U
Tiempo de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 15,1-2.22-29
En aquellos das, ' algunos que haban bajado de Judea
enseaban a los hermanos:
- Si no os circuncidis segn la tradicin de Moiss, no
podis salvaros.
2
Este hecho provoc un altercado y una fuerte discusin
de Pablo y Bernab con ellos. Debido a ello, determinaron que
Pablo, Bernab y algunos otros subieran a Jerusaln para tratar
esta cuestin con los apstoles y dems responsables.
22
Entonces, los apstoles y dems responsables, de acuerdo con el resto de la comunidad, decidieron escoger de entre
ellos algunos hombres y enviarlos a Antioqua con Pablo y
Bernab. Eligieron a Judas, el llamado Barsabs, y a Silas,
personajes eminentes entre los hermanos.
23
A travs de ellos les enviaron la siguiente carta:
Los apstoles y dems hermanos responsables, a los hermanos no judos de Antioqua, Siria y Cilicia. Saludos. 24 Hemos
odo que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, os
han inquietado y desconcertado con sus palabras. Por tal motivo, 25 hemos decidido de comn acuerdo escoger algunos
hombres y enviroslos con nuestros amados Bernab y Pablo,
26
hombres que han consagrado su vida al servicio de nuestro
Seor Jesucristo. 27 Enviamos, pues, a Judas y a Silas, que os
referirn lo mismo de palabra. 28 Porque hemos decidido el
Espritu Santo y nosotros no imponeros otras cargas ms que
33K
Tiempo de pascua
339
Me llev en espritu a un monte grande y alto y me mostr la ciudad santa, Jerusaln, que bajaba del cielo enviada
por Dios, " resplandeciente de gloria. Su esplendor era como
el de una piedra preciosa deslumbrante, como una piedra de
jaspe cristalino. " Tena una muralla grande y elevada y doce
puertas con doce ngeles custodiando las puertas, en las que
estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel.
13
Tres puertas daban al oriente y tres al septentrin, tres al
medioda y tres al poniente. 14 La muralla de la ciudad tena
doce pilares en los que estaban grabados los doce nombres de
los doce apstoles del Cordero.
22
No vi templo alguno en la ciudad, pues el Seor Dios
todopoderoso y el Cordero son su templo. " Tampoco necesita
sol ni luna que la alumbren; la ilumina la gloria de Dios y su
antorcha es el Cordero.
140
Tiempo de pascua
341
Tiempo de pascua
342
MEDITATIO
A nosotros -siempre inquietos e inseguros, incluso
cuando levantamos la voz para hacernos valer- nos da
hoy Jess su paz, diferente a la que da el mundo, quizs
diferente a la que queremos. A buen seguro, ms preciosa para el tiempo y para la eternidad. Del mismo
modo que en la ltima cenaentreg su corazn y todos
los tesoros encerrados en l a sus discpulos, as hace
con nosotros hoy, ofrecindonos la clave de su paz y dejndonos entrever su desenlace. La clave de la paz es el
amor, adhesin concreta a su Palabra, que hace de nosotros morada de Dios. Y el desenlace es, ya desde ahora, la alegra. Sencillo y arduo programa! Sin embargo,
est a nuestro alcance, porque nos ha entregado al Espritu Santo, memoria viviente de Jess, lmpara para
los pasos de nuestro camino y vigor en la fatiga del compromiso cristiano.
Si abrimos la puerta del corazn a la paz del Seor,
la mayora de las veces se produce, al principio, u n alboroto en nuestro m u n d o interior: creamos que los
otros ya no nos fastidiaran o molestaran ms; pens-
343
ORATIO
En ti, y slo en ti, Seor, encuentra reposo nuestro
corazn inquieto y turbado. T eres la verdadera paz
que el mundo y sus vanidades no pueden ofrecer. T
eres la piedra preciosa, prenda de la herencia futura,
que nadie podr quitarnos jams. Concdenos el deseo
ardiente de estar a la escucha de toda palabra tuya, para
estar siempre dispuestos a realizar lo que t nos confes,
sin contar con nuestras fuerzas, sino con el poder de tu
Espritu, que habita en nosotros. Sus gemidos inefables
nos abren a una incesante oracin por cada hombre que
sufre lejos de tu rostro. Que su caridad nos conceda una
verdadera solicitud, para que no pase ningn pobre a
nuestro lado sin encontrar consuelo y descanso.
Tiempo de pascua
344
345
CONTEMPLATIO
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Os dejo la paz, os doy mi propia paz (Jn 14,27).
Lunes
Lunes
de la sexta semana
de pascua
LECTIO
* Estamos en Europa, en Macedonia, la patria de Filipo el Macedonio, padre de Alejandro Magno. Sin embargo, para Pablo, probablemente se tratara de una de
las tantas ciudades de lengua y cultura griegas del inmenso Imperio romano. La comunidad juda deba de ser
aqu ms bien exigua, si es verdad que no haba sinagoga
347
US
I ende ahora tranquilizarles dicindoles que su fiel testimonio, en las duras pruebas que sufrirn por parte de
los tribunales del mundo, ser apoyado por el testimonio del Espritu de la verdad, que l mismo les enviar
desde el Padre. Ms an, las contradicciones sern el
lugar donde se manifieste con poder la accin del Espritu Santo, que hablar por ellos.
Cul es el contexto del testimonio del Espritu? El
odio del mundo. En este clima de oposicin es en el que
tendrn que dar testimonio de Cristo los discpulos. l,
sin embargo, una vez glorificado, enviar al Parclito en
unidad con el Padre. El Espritu dar testimonio en
favor suyo (15,26). A este testimonio interior del Parclito se aade el exterior de los discpulos (v. 27), banco
de prueba para la fe cristiana: Os expulsarn de la sinagoga. Ms an, llegar un momento en el que os quiten
la vida pensando que dan culto a Dios (16,2). Estas predicciones del Maestro a los suyos, realizadas con acentos de contenido sufrimiento, revelan la verdad de los
acontecimientos que vivirn en breve los discpulos. Lo
subraya para que stos, a continuacin, durante las
pruebas, puedan acordarse de cuanto les dijo el Maestro y no tengan que sucumbir as al escndalo, y continen confiando en l (v. 4). Los enemigos de la Iglesia
pueden pensar que estn de parte del justo y tener tambin a Dios de su parte; pero, como no han visto la
verdad de la luz del Padre, reflejada en la persona de Jess, no han conocido el verdadero rostro del Padre.
MEDITATIO
La vida del cristiano es, a la vez, tiempo de tentacin
y tiempo de testimonio, tiempo de lucha y tiempo de colaboracin en la obra del Espritu destinada a dar testimonio del Resucitado. As como el Resucitado fue al Padre en medio de la incomprensin humana, as tambin
Lunes
349
ORATIO
Se anuncian, Seor, tiempos duros. El rechazo de tu
memoria se est afirmando en algunas parles de nuestro m u n d o occidental como si In nombre hubiera sido
la cobertura, si no la causa, de un momenlo oscuro de
la historia de la humanidad. I laz, Seor, que no nos escandalicemos, sino que sepamos resistir, todos unidos,
con la fuerza y el consuelo de tu Espritu. Haz, sobre
todo, que no tengamos que juzgar a quienes nos margi-
350
CONTEMPLATIO
El arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se cien de fuerza (1 Sm 2,4). Con justicia, la gracia del Espritu Santo recibe el nombre de vigor, ya que
los elegidos, al recibirla, se vuelven fuertes contra todas
las adversidades de este mundo. Quines, sino los apstoles, han de considerarse dbiles? En efecto, est escrito que, en el momento en que fue arrestado el Seor, todos, abandonndole, huyeron. Pero apenas los revisti
el vigor, es una maravilla ver cmo los hizo fuertes. El
Espritu, con un estruendo imprevisto, descendi sobre
ellos y transform su debilidad en la potencia de u n a
maravillosa caridad.
El vigor del Espritu venci el temor, super los terrores, las amenazas y las torturas, y a los que revisti
bajando sobre ellos los adorn con las insignias de una
audacia maravillosa para el combate espiritual; hasta tal
punto que, en medio de los azotes, torturas y otros ultrajes, no slo no temieron, sino que exultaron (Gregorio
Magno, Comentario al Libro primero de los Reyes, 1,97).
Lunes
3S1
ACTIO
Martes
Martes
de la sexta semana
de pascua
35
** Pablo y Silas estn en la crcel por haber expulsado el espritu de adivinacin de una esclava: El espritu sali de ella en aquel mismo instante, pero sus amos,
al ver que haban desaparecido sus expectativas de lucro,
echaron mano a Pablo y a Silas y los llevaron a la plaza
pblica ante las autoridades (w. 18b-19) acusndoles
de turbar el orden pblico.
LECTIO
354
** El tema fundamental que nos propone el evangelista es el Espritu Santo, testigo de Jess y acusador del
mundo. Los versculos introductorios recogen el tema
de la tristeza de los discpulos. Jess ha hablado de las
persecuciones que debern padecer los suyos, y stos
se sienten turbados frente a esos acontecimientos. Las
palabras dirigidas por Jess a los discpulos, recogidas
en los vv. 5-7, sacan a la luz su cierre. Los discpulos,
atemorizados por el inminente futuro de sufrimiento
que les espera, son incapaces de confiarse al que es el
nico que puede hacerles superar toda tristeza y
angustia.
Por eso les reprocha Jess el hecho de que ninguno le
pregunte qu significa su partida al Padre y su prxima
pasin y muerte, de las que ya les ha hablado otras
veces (cf. 7,33; 13,33; 14,2-5.12). Si hubieran comprendido el sentido de su misin de sufrimiento redentor, se
habran tranquilizado con el pensamiento de que su
ascenso al Padre tendra como consecuencia la venida del Espritu, quien reforzar su conviccin en torno
a la victoria de su fe y les dar la comprensin plena de
la verdad del Evangelio.
Cul ser, entonces, la tarea del Espritu? Dar testimonio contra el mundo, que est en pecado por haber
355
Martes
MEDITATIO
Mientras el m u n d o condena a los discpulos porque
siguen a Cristo, el Espritu dar la vuelta a la situacin, revelando el verdadero ser del m u n d o , su error,
su nulidad. Es una luz que procede del criterio del juicio divino, diferente e incluso opuesto al del m u n d o .
Los discpulos, perseguidos y condenados por los tribunales del mundo, pueden juzgar y condenar en lo
ntimo de su conciencia al mundo, en espera del juicio
final, que pondr de manifiesto los trminos exactos de
la eterna lid.
De este Espritu que refuerza los corazones, que hace
evidentes las razones del creer, que da el valor necesario
para oponerse a la mentalidad de este mundo, de este
Espritu -deca tenemos hoy u n a extrema necesidad. Y
tenemos tanta necesidad porque se trata de un mundo
cada vez ms seguro de s mismo, ms persuasivo, ms
seductor. Tenemos necesidad, sobre todo, de este Espritu que muestra al corazn y a la mente de cuantos
creen que sectores completos del mundo mundano
tienen en s mismos componentes diablicos, que la batalla entre Cristo y el Prncipe de este mundo contina,
que nosotros participamos en esta lucha decisiva, dentro de nosotros, entre nosotros y en el ambiente que nos
rodea.
350
ORATIO
Enva tu Espritu, Seor, para que podamos resistir al
poder del mundo. Ests viendo lo dbiles que somos,
cmo disminuyen nuestras fuerzas, cmo disminuyen
nuestras filas, cmo se vuelven cada vez ms tmidos
tus discpulos y cmo las razones del m u n d o estn conquistando el corazn de no pocos de nuestros jvenes y
de los que ya no lo son. Qu podremos oponer al poder
del m u n d o si tu Espritu no est con nosotros? Nuestros
argumentos no interesan demasiado, y apenas araan
las seguridades de pocos. Sin tu Espritu corremos el
riesgo de ser homologados con el sentir comn.
Tenemos una extrema necesidad de una dosis masiva
de tu Espritu para no sentirnos los ltimos defensores
de una causa que, a los ojos de muchos, no tiene futuro. Enva a tu Parclito, a tu Abogado, a tu Argumentador, a tu Defensor, a tu Consolador, para que no huyamos de la lucha, para que no nos quedemos sin armas,
para que no nos veamos sumergidos en la envolvente
mentalidad que proclama un tranquilo paganismo.
Enva tu Espritu para convertirnos en profetas crticos
de este mundo, profetas entusiastas de tu mundo, de tu
verdad.
CONTEMPLATIO
Se acerca el prncipe de este mundo (Jn 14,30).
Quin es ese prncipe de este mundo, sino aquel de
quien ya haba hablado antes, diciendo: Se acerca el
prncipe de este mundo. Aunque no tiene ningn poder
sobre m, es decir, no encuentra nada que le d derecho
alguno, nada que le pertenezca, o sea, ningn pecado en
absoluto? Gracias al pecado se ha convertido el diablo
en el prncipe de este mundo.
Martes
357
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Cuando venga el Parclito, pondr de manifiesto el
error del mundo en relacin con el pecado (Jn 16,8).
VS8
no ver. Esta visin gua sus vidas y la obedecen. Por medio de ella
saben cmo distinguir entre lo que es importante y lo que no lo es.
Muchas cosas, que parecen de una apremiante inmediatez, no les
agitan, y atribuyen una gran importancia a algunas cosas a las que
los otros no prestan atencin. No viven para mantener el status quo,
sino que fabrican un mundo nuevo, cuyos rasgos ven. Ese mundo
tiene para ellos tal aliciente que ni siquiera ef miedo a la muerte
ejercen sobre ellos un poder decisivo (H. J. M. Nouwen, A mani
aperte, Brescia 1997 3 , pp. 57ss).
Mircoles
de la sexta semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 17,15.22-18,1
En aquel tiempo, l5 los que acompaaban a Pablo le llevaron hasta Atenas, y desde all se volvieron con el encargo de
avisar a Silas y Timoteo, para que se reunieran con Pablo lo
ms pronto posible.
22
Pablo, de pie, en medio del Arepago, dijo:
- Atenienses, he observado que sois extremadamente religiosos. 23 En efecto, al recorrer vuestra ciudad y contemplar
vuestros monumentos sagrados, he encontrado un aliar en el
que est escrito: Al dios desconocido. Pues bien, eso que
veneris sin conocerlo es lo que yo os anuncio. 24 El Dios que
hizo el mundo y todo lo que hay en l, y que es el Seor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por mano de
hombre; 25 tampoco tiene necesidad de que los hombres le
sirvan, pues l da a todos la vida, el aliento y todas las cosas.
26
El cre de un solo hombre todo el linaje humano para que
habitara en toda la tierra, fijando a cada pueblo las pocas y
los lmites de su territorio, 21 con el fin de que buscaran a Dios,
por s mismos y de que, escudriando a tientas, lo pudieran
encontrar. En realidad, no est lejos de cada uno de nosotros,
28
ya que en l vivimos, nos movemos y existimos. As lo han
dicho algunos de vuestros poetas: Somos de su linaje. 29 Por
tanto, si somos del linaje de Dios, no debemos pensar que la
divinidad se parezca a oro, plata, piedra o escultura hecha por
arte y genio humanos. ,0 Ahora, sin embargo, pasando por alto
360
* Se trata del famoso discurso en el Arepago (probablemente el consejo de la ciudad) de Atenas. Es el primer encuentro no tanto con el paganismo, que ya haba
tenido lugar en otras partes, sino con la cultura pagana,
con los representantes de la lite cultural del tiempo:
estoicos y epicreos. Estamos ante un discurso bien
preparado, hbil; un ejemplo de inculturacin que, sin
embargo, no quita ni un pice a la originalidad del mensaje cristiano. A pesar de que Pablo usa elementos de la
cultura de los oyentes, citando incluso a poetas griegos,
del mismo modo que citaba las Escrituras cuando se
diriga a los judos, no hace un discurso de filsofo, sino
de profeta. Anuncia a un hombre resucitado de entre los
muertos, que permite vencer la ignorancia en la que
cayeron durante siglos naciones enteras, es decir, la idolatra.
Pablo se alinea con los ms grandes filsofos y poetas que haban criticado la idolatra, pero dice lo que no
podan decir ni los filsofos ni los poetas: es posible llegar a la verdad a travs de un hombre, acreditado por
Dios con la resurreccin de los muertos; un hombre que
ser tambin el juez final, esto es, el criterio del bien y
del mal. Frente a un anuncio tan poco racional, el auditorio, como siempre, se divide. Muchos se van con la
sonrisa en los labios, otros se adhieren al anuncio.
Mircoles
361
Se ha discutido mucho si el discurso, es decir, el intento de inculturacin, fue un xito o un fracaso. Del
mismo modo que se ha discutido si, despus de este
intento, cambi Pablo sus modalidades de anuncio.
Sin embargo, parece que la intencin de Lucas ha sido
ofrecer el ejemplo de un modo de presentacin del
kerygma a los paganos cultos. Los resultados son los
esperados, dado que la Palabra de Dios divide los corazones y las mentes. Con todo, hasta en la brillante y,
en conjunto, superficial Atenas nace u n a comunidad
cristiana: eso es lo importante para Lucas. Hay que recurrir a todas las modalidades de anuncio para predicar a Cristo.
362
Mircoles
363
tiano ha meditado largamente sobre la bienaventuranza: Bienaventurados los puros de corazn, porque vern a Dios. La visin de Dios y de sus cosas, la comprensin de las palabras de Jess, su actualizacin a
las distintas situaciones en diferentes m o m e n t o s de la
historia personal o general, estn reservadas a aquellos que dejan hablar al Espritu, en u n corazn purificado, progresivamente liberado de los apegos y condicionamientos m u n d a n o s . Las pocas ms creativas
para la fe han sido las pocas en las que se nos obligaba a la liberacin interior, a la oracin, a la santidad.
Es en los santos donde las palabras del Seor se realizan al mximo. A ellos es a quienes se da la comprensin profunda de las cosas de Dios, as como u n a comprensin particular del m o m e n t o histrico. Conocer la
realidad segn Dios es algo distinto al conocimiento
necesario tpico de la racionalidad: es dejar que el Espritu hable en un corazn desalojado de las cosas demasiado terrenas.
ORATIO
MEDITATIO
El Espritu prometido permitir a los discpulos comprender las cosas de Dios tal como han sido reveladas
por Jess. El Espritu har la exgesis de las palabras
del Seor para que puedan caminar a travs de la historia con la mente de Dios, con su modo de ver y de
juzgar, de sentir y de obrar. Tambin expresa la alteridad del discpulo y de la Iglesia respecto al mundo. El
sentido de las cosas, de la historia, de los acontecimientos, est reservado a los que tienen el Espritu. Ahora
bien, es preciso que el Espritu pueda hablar. La tradicin ha hablado de la necesidad de disponer de un corazn purificado para comprender las cosas de Dios
lal como son sugeridas por el Espritu. El Oriente cris-
Jf>4
co para dejarte hablar a ti; concdeme un corazn humilde para escuchar la voz de tu Iglesia, que me orienta.
Sobre todo, haz que no est condicionado de tal modo
por las indicaciones del mundo, que siga tus indicaciones a su luz. Si quiero ser luz del mundo, debo juzgar
las soluciones del mundo a la luz que viene de ti. Unas
veces mediante el proceso de un delicado discernimiento; otras, con la obligada nitidez. Purifcame e ilumname, Seor.
CONTEMPLATIO
No esperis escuchar de nosotros las verdades que el
Seor no quiso decir a sus discpulos por no estar an
en condiciones de comprenderlas. Aplicaos, ms bien, a
progresar en la caridad, que desciende a vuestros corazones por medio del Espritu Santo que os ha sido dado.
Gracias al fervor de vuestra caridad y al amor que alimentis por las cosas del alma, podris experimentar
interiormente aquella luz, aquella voz espiritual que los
hombres atados a la carne son incapaces de tolerar; y
que no se presentan con signos que los ojos del cuerpo
pueden ver, ni se hacen or con sonidos que los odos
pueden or. No se puede amar, ciertamente, lo que nos
es del todo desconocido. Pero a m a n d o lo que conocemos en parte, por efecto de este mismo a m o r se llega
a conocerlo cada vez mejor, cada vez de u n modo ms
profundo (Agustn, Comentario al evangelio de Juan,
96,4).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Todo lo que os d a conocer lo recibir de m (Jn 16,14).
Mircoles
365
Jueves
Jueves
de la sexta semana
de pascua
LECTIO
* Se trata de un fragmento de crnica que nos ofrece tiles indicaciones para comprender la vida cotidia-
367
i8
17
** Jess consuela a los suyos de la tristeza por su partida. Les asegura que esa tristeza durar poco: Dentro
de poco dejaris de verme, pero dentro de otro poco volveris a verme (v. 16). Qu significan estas enigmticas
afirmaciones de Jess? Se refiere a los dos tiempos a
los que Jess est a punto de dar cumplimiento. El primero se refiere a su vida terrena, que est a punto de
acabar; el segundo se refiere a su vida gloriosa, inaugurada con la resurreccin. Su retorno posterior no se
limita a las apariciones pascuales, sino que se prolonga
en el corazn de los creyentes mediante su presencia en
ellos.
Las palabras del Maestro no son comprendidas por
los discpulos, que se plantean varias preguntas (w. 17s).
Jess, que conoce a los suyos por dentro y los acontecimientos que les esperan, intenta remover, a partir de las
preguntas que le plantean, su tristeza, infundindoles la
confianza en l con una nueva revelacin: Vuestra tristeza se convertir en gozo (v. 20).
La comunidad cristiana tendr que hacer frente a
todo un cmulo de pruebas. Especialmente cuando le
sea arrebatado el Esposo. Con su muerte, experimentar
el llanto, la afliccin y el desconcierto, mientras que el
Jueves
369
MEDITATIO
El tiempo de la Iglesia es el tiempo en el que el discpulo se encuentra cogido entre dos gozos: el del
m u n d o y el de Cristo. El gozo del mundo est ligado a
la consecucin de valores efmeros, como u n saber
puesto al servicio de intereses materiales; de u n a carrera social, cientfica; de la fama; de la rentabilidad
econmica de nuestras opciones. Sin tener en cuenta
la exasperacin de la sensualidad y de las sensaciones
fuertes e impulsadas al extremo. Con estas cosas suele
gozar el mundo.
El gozo que viene de Jess deriva de ser sus discpulos,
de saber que l est cerca en todo momento, que gastar
la vida por l y por los hermanos es una inversin ventajosa y un honor grande; que lo nico necesario es no
perderle a l, sentir su proximidad, estar seguros de
caminar hacia su posesin.
Nuestro corazn se encuentra cogido entre estos dos
gozos: el primero es ms inmediato, aunque fugaz: el
segundo es ms paciente, pero, sin embargo, no decepciona. A veces ambos gozos se enlazan; otras, se oponen. El corazn del discpulo debe estar orientado siempre hacia el todava no, hacia el decisivo dentro de
otro poco volveris a verme, cuando el gozo, frecuente-
VIO
ORATIO
Te doy gracias, Seor, por tus visitas, que me llenan
de alegra. Te doy gracias tambin por tus ausencias,
que me hacen desear tu alegra. Bendito seas, ahora y
siempre, porque sabes cmo gobernar mi corazn y
atraerlo a ti.
Permteme pedirte hoy que no me dejes demasiado
solo a merced de los gozos de este mundo, para que no
quede conquistado por ellos. Que no me dejes tampoco
demasiado solo en las pruebas que el mundo me procura, para que no desespere de tu consuelo.
S que debera estar siempre alegre, en todo tiempo, que siempre debera bendecirte y darte gracias. S
que un discpulo tuyo no debera estar nunca triste.
Pero t socrreme cuando este m u n d o me parezca demasiado dulce, para que no me embriague, y tambin
cuando me parezca demasiado amargo, para que no me
aplaste. Aydame a buscar mi consuelo y mi gozo en ti.
Y no dejes de hacerte sentir por este pobre corazn mo,
tan frgil y titubeante.
CONTEMPLATIO
La promesa del Seor, dentro de otro poco volveris
a verme, se dirige a toda la Iglesia. El Seor no tardar en cumplir su promesa: un poco ms y le veremos,
all arriba, donde ya no tendremos ninguna necesidad
de dirigirle ninguna oracin, de exponerle ninguna peI icin, porque ya no nos quedar nada que desear, nada
escondido que queramos conocer. Este breve intervalo
Jueves
371
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Vuestra tristeza se convertir en gozo (Jn 16,20b).
372
Viernes
de la sexta semana
de pascua
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 18,9-18
Estando Pablo en Corinto, ' una noche, el Seor le dijo en
una visin:
- No temas, sigue hablando, no te calles, 10 porque yo estoy
contigo y nadie intentar hacerte mal. En esta ciudad hay
muchos que llegarn a formar parte de mi pueblo.
" Pablo permaneci en Corinto un ao y seis meses, enseando la Palabra de Dios.
12
Bajo el proconsulado de Galin en Acaya, los judos se
confabularon contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal '' con
esta acusacin:
- ste trata de persuadir a los hombres para que den culto
a Dios en contra de la Ley.
14
Pablo se dispona a hablar, cuando Galin dijo a los
judos:
- Si se tratase de un delito o tic un c i iincn gi ave, yo os escuchara como es debido, ls pero tratndose de cuestiones relerentes a vuestra propia ley, all vosotros. Yo no quiero ser juez
de estas cosas.
16
Y los ech del tribunal. " Entonces lodos ellos agarraron a Sostenes, el jefe de la sinagoga, y se pusieron a golpearle delante del tribunal. Pero Galin no haca caso de lo que
ocurra.
18
Pablo se qued todava bastante tiempo en Corinto. Despus se despidi de los hermanos y se embarc rumbo a Siria,
374
acompaado de Priscila y Aquila. En Cencreas se haba rapado la cabeza para cumplir un voto que haba hecho.
*+ Otras informaciones de utilidad: los hechos se desarrollan hacia el ao 51-52, que es cuando el procnsul
Galin se encontraba en Corinto. ste acta de manera
inteligente como laico: no quiere entrometerse en
cuestiones religiosas. A su modo de ver, las cuestiones
que le someten son discusiones internas al judaismo,
cuestiones que no tienen nada que ver con su funcin.
Lucas lo subraya adrede, y da muestras de apreciar tanto la neutralidad de Roma como el hecho de que las
autoridades romanas en general no se mostraran hostiles, en los comienzos, a los cristianos. Hasta salvaron a
Pablo en ms de una ocasin del fanatismo de sus adversarios.
Los judos no se dan por vencidos y caldean en exceso la atmsfera: Pablo contina llevando una vida difcil. Pero queda confortado y confirmado en su misin:
est haciendo lo que quiere el Seor. Es el Seor quien
quiere que se dedique tambin a los paganos. Estos continuos subrayados expresan - u n a vez m s - la seriedad
del problema del paso a los paganos para las primeras
generaciones cristianas. Es casi una idea fija: cmo explicar el hecho de que el pueblo de la promesa hubiera
rechazado a Jess, mientras que ste era acogido por los
gentiles, esto es, por los tan depreciados paganos? Pero
es el Seor -nos asegura Lucas- quien dice: En esta
ciudad hay muchos que llegarn a formar parte de mi
pueblo, como en otras muchas ciudades, un pueblo
constituido por algunos judos y por muchos paganos.
Y en Corinto, donde se encontraba lo mejor y lo peor de
la cultura griega, la confrontacin con el paganismo no
iba a ser una broma: dieciocho meses en Corinto representan una verdadera iniciacin en la evangelizacin de
los gentiles.
Viernes
375
Finalmente, concluye Pablo, casi a hurtadillas, su viaje misionero, embarcndose con sus patronos de trabajo, Priscila y Aquila, primero con destino a Jerusaln y
despus hacia Antioqua. A un misionero como Pablo,
quedarse durante dieciocho meses en un solo lugar,
aunque fuera con provecho, pudo parecerle excesivo.
wt>
Jess ha hablado del tiempo inaugurado con su resurreccin; en la continuacin, aade: Cuando llegue
ese da, ya no tendris necesidad de preguntarme nada
(v. 23b). La expresin ese da no se refiere slo al da
de la resurreccin, sino a todo el tiempo que comenzar con ese acontecimiento. Desde ese da en adelante, la comunidad cristiana, iluminada plenamente por
el Espritu Santo, tendr una nueva visin de las cosas
y de la vida, y el Espritu Santo iluminar interiormente a sus miembros y les har conocer todo lo que
sea necesario.
MEDITATIO
Seguimos con la alegra. E n las palabras que aqu pronuncia Jess subyace la idea del sufrimiento misionero
como condicin necesaria y lugar privilegiado de la alegra eclesial. De esta alegra fue maestro y protagonista
el apstol Pablo. En medio de las persecuciones que le
vienen a causa de la predicacin del Evangelio, afirma:
Estoy lleno de consuelo y sobreabundo de gozo en todas
nuestras tribulaciones (2 Cor 7,4). Siguiendo su ejemplo,
los convertidos acogen la Palabra con gozo del Espritu
Santo en medio de muchas tribulaciones (1 Tes 1,6). Los
ministros de la Palabra estn como tristes, pero siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos (2 Cor 6,10).
Hoy como ayer, quien se compromete en el inmenso y
minado campo de la difusin de la Palabra, en la tarea
misionera, seguramente encontrar grandes tribulaciones, pero tiene garantizada la alegra. Se trata de la alegra que procede de poner en el mundo un hombre
nuevo, de ver reconstruidas a personas destruidas, de
volver a dar sentido y vitalidad a vidas marchitas y apagadas, de ver aparecer la sonrisa en rostros sin esperan-
Viernes
377
ORATIO
Hoy me doy cuenta, Seor, de que mi escaso compromiso con la misin puede proceder asimismo del temor
al fracaso. Es preciso poner la cara, con el peligro de alcanzar resultados escasos e incluso irrisorios. Me doy
cuenta tambin, Seor, de que no siento compasin por
mi prjimo, que camina en su cmodo, aunque insano,
cenagal. Y me pregunto si he experimentado de verdad
tu amor, si conozco de verdad tu amor por m, tu compasin por m, lo que has hecho por m. Es sa, Seor,
la razn por la que me encuentro a menudo rido y triste? Es sa la razn de que no conozca las alegras que
proporciona ver reflorecer la vida? Se debe a eso que
me sienta cansado y resignado?
Concdeme, Seor, un corazn grande, lleno de compasin, que me mueva a llevar tu vida a mi prjimo.
Mustrame, ms all de tanto bienestar y despreocupacin, la profunda necesidad que hay en tantas personas
de algo ms y mejor: la necesidad de ti. Aydame a superar mi aridez, para llevar un poco de alegra, para que
tambin en m vuelva a florecer tu alegra.
CONTEMPLATIO
Que el que gua a las almas est cerca de cada uno
con la compasin y est ms dedicado que todos los dems a la contemplacin, para asumir en l, con sus visceras de misericordia, la debilidad de los otros y, al mis-
MH
nio tiempo, para ir ms all de s mismo en la aspiracin a las realidades invisibles, con la altura de la contemplacin. Y as, si mira con deseo hacia lo alto, no
despreciar las debilidades del prjimo, o si, viceversa,
se acerca a ellas, no descuidar la aspiracin a lo alto.
Como la caridad se eleva a maravillosas alturas cuando
se arrastra con misericordia hasta las bajezas del prjimo, cuanto con mayor benevolencia se pliegue a las debilidades, con ms potencia subir hacia lo alto (Gregorio Magno, Regla pastoral, n,5).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Nadie os podr quitar vuestra alegra (Jn 16,22).
todos.
En el mismo momento en que te des cuenta de que el Dios que
te ama sin condiciones ama a todos los otros seres humanos con
el mismo amor, se abrir ante ti un nuevo modo de vivir, para que
llegues a ver con unos ojos nuevos a los que viven a tu lado en este
mundo. Te dars cuenta de que tampoco ellos tienen motivos para
sentir miedo, de que tampoco deben esconderse detrs de un seto,
de que tampoco tienen necesidad de armas para ser humanos.
Viernes
379
Sbado
Sbado
de la sexta semana
de pascua
LECTIO
18,23-28
381
382
** El fragmento subraya el tema de la oracin. La nueva era predicha por el Seor a los suyos consistir en la
comprensin de la relacin recproca que existe entre el
Padre y el Hijo y en la manifestacin de Jess con el don
de la oracin eficaz, porque l es el nico camino para la
oracin dirigida a Dios. Los discpulos no estaban acostumbrados a orar en el nombre de Jess (v. 24). Ahora,
sin embargo, por medio del Espritu Santo enviado por el
Padre, se ha inaugurado un tiempo nuevo en el que se
pueden dirigir al Padre en el nombre de Jess, porque su
Seor, en virtud de su paso al Padre, se ha convertido en
el verdadero mediador entre Dios y el hombre.
E n consecuencia, Jess, prosiguiendo el dilogo con
sus discpulos, realiza una constatacin sobre el pasado
y, a continuacin, proyecta una mirada sobre el futuro.
Por lo que se refiere al pasado, que abarca toda su vida
terrena, afirma que se ha servido de palabras y de imgenes que encerraban un significado profundo que ellos
nos comprendan con frecuencia. Por lo que se refiere al
futuro, desde el acontecimiento de la pascua en adelante, sus palabras dejarn de tener velos y llegarn al fondo de sus corazones (v. 25). En efecto, con la venida del
Espritu despus de la pascua se inicia la nueva era en
Sbado
383
la que Jess hablar abiertamente y todos podrn comprender la verdad sobre el Padre y lo que l pretende
hacer conocer a los hombres.
En la oracin es donde los discpulos conocern la ntima relacin que existe entre Jess y el Padre, y la de
stos con ellos. A continuacin sern escuchados, porque existir un entendimiento perfecto en el amor y en
la fe con Cristo, con el que sern casi una sola cosa. Ms
an, sern escuchados porque son amados por el mismo Padre a causa de su fe en el misterio de la encarnacin del Hijo (w. 26s). La Palabra de Jess es una palabra de vida que merece ser custodiada en el corazn.
MEDITATIO
La comunin de los discpulos con Jess y con su misin les garantiza que el Padre escuchar su oracin
como escucha la del Hijo. Del mismo modo que las obras
y las palabras de Jess no son suyas, sino del Padre,
tampoco las obras y las palabras de los discpulos son
suyas, sino de Jess, presente dentro de ellos: la omnipotencia de Jess es la omnipotencia de los discpulos.
El gran mensaje contenido en esta pgina de Juan me
provoca: por qu obtengo tan poco? Por qu soy tan
poco eficaz? Por qu mi alegra es tan raramente plena?
Y an: por qu el misterio de la unin del Hijo con el
Padre me atrae slo de una manera dbil? Por qu siento tan pocas veces la omnipotencia de Dios en mi accin?
Y si estas preguntas estuvieran concadenadas? No
estarn por casualidad mis ojos demasiado vueltos a la
realidad de este mundo y demasiado poco al misterio de
Dios, al amor del Padre al Hijo y del Hijo a los discpulos? La mirada al mundo, aunque necesaria, no me ayuda ciertamente a salvarlo, a no ser que lo mire con los ojos
y con el corazn del Padre, que ha dado al Hijo para la
.K4
salvacin del mundo y quiere implicarme en esta aventura decisiva, porque es una aventura que tiene que ver
con la eternidad. El ojo de Dios me ayudara a ver las
necesidades - c o n frecuencia ocultas- de la gente, a encontrar el remedio divino y no slo h u m a n o que debemos ofrecerles, la alegra plena que hemos de presentar, el amor que lo rescata todo. Y si mi problema
fundamental fuera la dbil contemplacin?
ORATIO
Pedir en tu nombre, oh mi amadsimo Salvador, no
slo pronunciar tu nombre, sino hacer ma tu causa,
perseguirla con tu corazn, ver el mundo con tus ojos,
comprender tu alegra, querer entregarme como te
entregaste t! Qu lejos estoy de todo esto! Por eso me
quedo en ocasiones decepcionado en mi oracin; por
eso pierdo el nimo en mi compromiso con tu servicio;
por eso, ante a la escasez de resultados, me viene la tentacin de abandonar.
Seor, mira con piedad mis veleidades al servirte, ven
al encuentro de mis ilusorias esperanzas de gratificaciones, para sostenerme y purificarme. Forma en m u n
corazn semejante al tuyo. Dame el impulso desinteresado de tu amor. tame continuamente con el amor del
Padre, para que pueda amar a mis hermanos como l
los ama, como t los amas, como yo quisiera amarlos.
Y los amar si vienes en mi ayuda. Ven, Seor, no me
abandones. Envulveme con tu luz y con tu amor.
CONTEMPLATIO
Pedid y recibiris, para que vuestra alegra sea completa (Jn 16,24). Esta alegra plena no es la de los sen-
385
Sbado
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Pedid y recibiris, para que vuestra alegra sea completa (Jn 16,24).
.186
Ciclo A
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 1,1-11
1
3K8
389
** La Carta a los Efesios se abre con la magna bendicin en la que se contempla el maravilloso designio de
390
** El evangelio segn san Mateo concluye con la percopa que narra la aparicin del Resucitado a los Once
c-n Galilea. Mientras el recorrido terreno de Jess llega
391
MEDITATIO
La atmsfera de la liturgia de la ascensin est penetrada siempre por una atormentadora nostalgia, porque
nos pone en una fuerte tensin hacia el Cielo, verdade-
V)2
ra patria del cristiano, y nos hace experimentar con mayor intensidad el deseo de la eternidad que tambin deberamos sentir todos los das. En efecto, deberamos
consumirnos verdaderamente con la esperanza de contemplar sin velos el rostro de Dios. Sin embargo, con
excesiva frecuencia advertimos que el peso de las realidades materiales nos mantiene pegados al suelo, nos
despunta las alas, suscita en nosotros cansancio y duda.
As se plantea un interrogante: cmo llegar a gozar de
realidades que no son terrenas, que escapan a la experiencia sensible? Necesitamos un gusto especial suscitado en nosotros por el Espritu Santo.
La santa alegra que el Espritu suscita en nosotros
es muy diferente de la que se nos pasa de contrabando
como tal. Es la alegra de las bienaventuranzas, fruto del
sufrimiento, porque brota de la muerte y resurreccin
de Cristo. Se trata de una alegra santa, porque, en Cristo ascendido al cielo, nuestra humanidad ha sido ensalzada, elevada, mucho ms all de nuestros estrechos
horizontes. Es preciso que nos dejemos educar para ver
lo invisible. Cmo? Se ve creyendo, se siente esperando, se conoce amando. El misterio de la ascensin, tan
bello y gozoso por el hecho de que nos presenta a Cristo vuelto de nuevo al seno del Padre, nos colma al mismo tiempo el corazn de sentimientos de humildad y
bondad: Jess permanece entre nosotros hasta el fin del
mundo. Slo ha cambiado de aspecto: lo encontramos
en el pobre y en el que sufre. Por ahora no lo vemos glorioso. Lo conseguiremos slo si antes lo reconocemos
con verdadero amor en su humillacin, acogindonos
los unos a los otros.
ORATIO
Jess, quisiramos saber qu ha sido para ti volver al
seno del Padre, volver a l no slo como Dios, sino tam-
393
CONTEMPLATIO
Oh bondad, caridad y admirable magnanimidad!
Donde est el Seor, all estar el siervo: se puede dar
una gloria ms grande? [...] Ha asumido precisamente
la naturaleza humana, glorificndola con el don de la
santa resurreccin y de la inmortalidad; la ha trasladado ms arriba de todos los cielos y la ha colocado a su
derecha. Ah est toda mi esperanza, toda mi confianza:
en l, en el hombre Cristo, hay, en efecto, una parte de
cada uno de nosotros, est nuestra carne y nuestra sangre. Y all donde reina una parte de mi ser, pienso que
tambin reino yo. All donde es glorificada mi carne, all
est mi gloria. Aunque yo sea pecador, mi fe no puede
poner en duda esta comunin.
No, el Seor no puede carecer de ternura hasta el
punto de olvidar al hombre y no acordarse de lo que
lleva en l mismo. Precisamente en l, en Jesucristo,
Dios y Seor nuestro, infinitamente dulce, infinitamente benigno y clemente, en quien ya hemos resucitado, en quien ya vivimos la vida nueva, ya hemos
ascendido al cielo y estamos sentados en las moradas
celestes. Concdenos, Seor, por tu santo Espritu, que
V>4
podamos comprender, venerar y honrar este gran misterio de misericordia (Juan de Fcamp, Confessio theologica 11,6).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
La fidelidad del Seor dura por siempre (Sal 116,2).
395
LECTIO
397
3')S
399
'
MEDITATIO
400
ORATIO
Nosotros, viajeros por los senderos del mundo, suspiramos por revestirnos con esa tnica de luz sin ocaso
que t mismo, Seor, nos has preparado en tu amor.
Haz que no se pierda nada de todo lo que, por gracia,
has derramado como don en nuestras pobres manos.
Que la fuerza de tu Espritu plasme en nosotros el hombre nuevo revestido de mansedumbre y de humildad.
Te rogamos que no permitas que nos mostremos sordos a tus palabras de vida, porque si no te seguimos a ti
y no nos confiamos al poder de tu nombre, nadie ms
podr salvarnos. Que tu Espritu triture todos los dolos
que todava detienen y obstaculizan nuestro camino.
Que nada ni nadie pueda aprisionar nuestro corazn
401
CONTEMPLATIO
Felices vosotros, que tenis por abogado al mismo
juez! Por vosotros ora aquel al que debemos adorar. Es
natural que todo aquello por lo que ora Cristo se realice, porque su palabra es acto, y su voluntad, eficaz.
Qu gran seguridad para los fieles! Cunta confianza
para los creyentes! [...]
Acaso no es fcil llevar el suave yugo de Cristo y
sublime ser coronados en su Reino? Qu puede ser
ms fcil que llevar las alas que llevan a aquel que las
lleva? Qu puede ser ms sublime que volar por encima de los cielos donde ha ascendido Cristo? Algunos
vuelan contemplando; t, al menos, amando. Reprchate haber buscado en alguna ocasin lo que no es de
arriba, sino de la tierra, y di al Seor con el profeta:
A quin tengo yo en el cielo? Estando contigo no hallo
gusto en la tierra (Sal 73,25). Con lo grande que es lo
que me est reservado en el cielo y, sin embargo, lo desprecio [...]
Cristo, tu tesoro, ha ascendido al cielo: que tambin
ascienda tu corazn. En l est tu origen, all est
tu suerte y tu herencia, de all esperas al Salvador (Guerrico de Igny, Sermn sobre la ascensin del Seor, ls;
e n P L 185, 153-155).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Suscita en nosotros el deseo de la patria eterna.
402
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 1,1-11
(Cf. la primera lectura del ciclo A, p. 387).
404
* En los dos fragmentos que componen esta percopa litrgica se presenta a Cristo en su funcin sacerdotal, infinitamente superior a la instituida en la antigua
alianza.
En el primer fragmento (9,24-28), se compara el culto celebrado el da de la Expiacin con el culto ofrecido
por Jess. l no entr en el santuario, como haca una
sola vez al ao el sumo sacerdote para expiar los pecados del pueblo con la sangre de las vctimas sacrificiales, sino que penetr nada menos que en los cielos - e n
la trascendencia de Dios- para interceder eternamente
en favor de los hombres, tras haber ofrecido de una vez
por todas el sacrificio de s mismo: una ofrenda cuyo valor infinito puede rescatar a la humanidad del pecado
(w. 24-26). Desde el cielo, como dice el smbolo de la fe,
vendr a juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendr fin: precisamente por la eficacia de su sacrificio redentor podr juzgar a cada hombre segn la verdad y la
misericordia, y dar la salvacin eterna a cuantos le esperan (w. 27s).
En el segundo fragmento se extraen las consecuencias de estas afirmaciones. En l se considera el misterio de la ascensin en relacin con los creyentes: en virtud de la sangre de Jess, quien crea puede confiar en
que entrar en el santuario del cielo, en la comunin
plena con el Dios santo, puesto que Cristo ha abierto el
camino a travs del velo de su carne (en el culto hebreo
haba una tienda que separaba el santuario del resto del
lemplo). Para acceder al cielo no hacen falta, por consi-
405
4<)(->
recerse a los discpulos, el Resucitado les abri la mente a la inteligencia de las Escrituras, mostrndoles a travs de ellas que toda su obra terrena formaba parte de
un designio de Dios, que ahora se extiende directamente a los discpulos, llamados a dar testimonio de l. En
efecto, a todas las naciones deber llegar la invitacin a
la conversin para el perdn de los pecados, a fin de participar en el misterio pascual de Cristo (w. 47s). Jerusaln, hacia la que tenda toda la misin de Jess en el tercer evangelio, se convierte ahora en punto de partida de
la misin de los apstoles: en ella es donde deben esperar
el don del Espritu, que, segn haba prometido Dios en
las Escrituras (cf. Jl 3,ls; Ez 36,24-27; etc.), les enviar
Jess desde el Padre (v. 40).
Una vez les hubo dado las ltimas consignas, Jess
llev fuera a los discpulos, recorriendo al revs el camino que le haba llevado a la ciudad el da de las Palmas. Sobre el monte de los Olivos, donde se encuentra
Betania, y con un gesto sacerdotal de bendicin, se separa de los suyos. Elevado al cielo, entra para siempre
en el santuario celestial (Heb 9,24). Los discpulos, postrados ante l en actitud de adoracin, reconocen su divinidad; a rengln seguido, cumpliendo el mandamiento de Jess, se vuelven llenos de alegra a Jerusaln,
donde frecuentan asiduamente el templo, alabando a
Dios (w. 52s): el evangelio concluye all donde haba
empezado (1,7-10). El tiempo de Cristo acaba con la espera del Espritu, cuya venida abre el tiempo de la Iglesia, preparado en medio de la oracin y de la alabanza,
repleto de la alegra del Resucitado.
407
MEDITATIO
ORATIO
La solemnidad de la ascensin nos hace vivir uno de
los muchos aspectos paradjicos de la vida cristiana,
que la hacen tan adecuada a las exigencias ms profun-
No permitas, Seor, que las tinieblas del olvido ofusquen la esperanza que hoy se h a encendido en nuestros
408
corazones: que en la oscuridad de la noche su luz resplandezca ms viva. Que las tempestades de la historia
no obstaculicen nuestra carrera hacia ti y que tu mano
nos sostenga. Haz de nosotros u n pueblo de peregrinos,
pobres de todo, pero ricos de tu promesa y fieles custodios de tu secreto de unidad y paz.
Nuestra resurreccin ya se ha iniciado, y tambin ha
comenzado nuestra ascensin. Que nuestro deseo, como
hijos agradecidos, sea dejarnos atraer cada vez ms hacia ti y hacia el Padre con el vnculo del amor.
409
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Cristo, t que por amor descendiste hasta nosotros,
haz que nosotros, por amor, ascendamos hasta ti.
Si Cristo nos ha dado la vida eterna, es para vivirla, anunciarla, manifestarla, celebrarla como la cima de todas las felicidades,
como nuestra bienaventuranza. Hace dos mil aos que Cristo habl
del pan, de la paz y de la libertad. Pero lo que ha trado a la tierra es ms: ha trado la vida eterna. Y es la vida eterna lo que nosotros con l, en la Iglesia, debemos continuar llevando. Si no somos nosotros quienes damos la vida eterna, nadie lo har en
nuestro lugar. Eso equivale a afirmar que sta es la base de nuestra vocacin cristiana; es distinguir de manera infalible nuestra vocacin religiosa de una vocacin poltica, de un sistema de pensamiento; es demostrar que a nosotros no nos interesa en absoluto la
conquista del mundo; lo que nos apremia es que cada hombre pueda encontrar, como nosotros lo hemos encontrado, un Dios al que
amamos y que antes ha amado a cada hombre. Necesitamos
aprender, expresar la vida de un hombre invadido de vida eterna,
y eso, tal vez, hasta nuestra muerte. Ahora bien, esta vida existe
para ser cantada, cantada despus o antes de la muerte; y a lo largo del camino no se canta con un folio de papel: se canta con el
corazn. No debis ninguna fidelidad al pasado en cuanto pasado; slo debis fidelidad a lo que os ha trado de eterno, es decir,
de caridad (M. Delbrl, Indmsib'ile amore. Frammenti di ettere,
Csale Monferrato 1994, pp. 27s).
Lunes
Lunes
de la sptima semana
de pascua
LECTIO
411
412
** El fragmento comienza con algunas palabras entusiastas de los discpulos de Jess: Ahora has hablado
claramente y no en lenguaje figurado (v. 29). Piensan los
discpulos que las palabras del Seor sobre su misin
son ahora comprensibles, pero olvidan que les haba dicho que la nueva era comenzara despus de la resurreccin y que la comprensin de sus palabras tendra
como maestro interior al Espritu Santo. Creen tener
ahora en sus manos el secreto de la persona de Jess y
poseer una fe adulta en Dios. Jess tendr que hacerles
constatar, por el contrario, que su fe tiene que ser reforzada an, porque es demasiado incompleta para
hacer frente a las pruebas que les esperan (w. 31s).
Son palabras que esconden una gran amargura: el Nazareno predice el a b a n d o n o por parte de sus amigos.
stos se escandalizarn por la suerte humillante que
sufrir su Maestro.
Con todo, Jess nunca est solo. Vive siempre en unidad con el Padre. Por eso termina el coloquio con los
suyos pronunciando palabras llenas de esperanza y de
confianza: Os he dicho todo esto para que podis encontrar la paz en vuestra unin conmigo. En el mundo
encontraris dificultades y tendris que sufrir, pero tened
nimo; yo he vencido al mundo (y. 33). Jess ha vencido al mundo desarmndolo con el amor. Ha elegido lo
que cuenta a los ojos de Dios y perdura en la vida, no lo
Lunes
413
MEDITATIO
La solidez de la relacin con Dios emerge en la hora
de la prueba, cuando nos encontramos solos ante Dios
y, de improviso, se diluyen los apoyos humanos y las
grandes ilusiones. Entonces es cuando se manifiesta
dnde est apoyado de verdad tu corazn: en tus propias seguridades o en la Palabra del Seor, en el abandono total en l. La fe se purifica en las pruebas y en la
soledad, y nos introduce en el camino de Jess, que afirma: Yo no estoy solo, porque el Padre est conmigo, y
nos hace considerar seriamente las palabras de Jess:
Tened nimo, yo he vencido al mundo.
La prueba y las tribulaciones pertenecen tambin a
u n proceso de maduracin, porque nos hacen entrar
en nosotros mismos, desear el silencio; nos sumergen
en la soledad, all donde siempre podemos descubrir
nuestra vocacin de estar solos con el Solo, de anclarnos en aquel que nunca nos abandonar, con aquel
a quien, juntos, aclamamos en los Salmos a m e n u d o
como nuestra roca, nuestro refugio, nuestra defensa,
nuestro baluarte, nuestro consuelo. En esos momentos
estas palabras asumen una verdad, una evidencia y una
fuerza particular, y nos sentimos crecer en la comprensin del misterio de la vida y de nuestra ntima relacin
con Dios.
ORATIO
Ilumina, Seor, mis noches con la luz discreta de tu
presencia. No me abandones en mis soledades, cuando
414
Lunes
415
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Yo no estoy solo, porque el Padre est conmigo
(Jn 16,32b).
CONTEMPLATIO
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada
oh dichosa ventura!,
sal sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada;
a escuras y segura
por la secreta escala, disfrazada,
oh dichosa ventura!,
a escuras y encelada,
estando ya mi casa sosegada;
en la noche dichosa,
en secreto, que nadie me vea
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y gua
sino la que en el corazn arda.
Aquesta me guiaba
ms cierto que la luz de medioda
a donde me esperaba
quien yo bien me saba,
41o
Martes
de la sptima semana
de pascua
LECTIO
418
* Tras la sublevacin de los orfebres de feso, reemprende Pablo sus viajes. Pasa a Grecia, se detiene en
Trade (donde devuelve la vida a un muerto durante
u n a largusima vigilia eucarstica) y a continuacin baja
a Mileto, en las cercanas de feso, desde donde manda
llamar a los responsables de esta Iglesia. Con ellos mantiene una amplia conversacin. Se trata del tercer gran
discurso de Pablo referido por Lucas: el primero reflejaba la predicacin dirigida a los judos (captulo 13);
el segundo, la dirigida a los paganos (captulo 17), y el
tercero, la dirigida a los pastores de la Iglesia. Se trata
de un discurso clsico de despedida o de un testamento
espiritual. Est dotado de una gran densidad h u m a n a
y de una notable levadura espiritual. Es natural que
haya sido muy comentado.
En l emerge la estatura de un misionero dedicado en
cuerpo y alma a la causa del servicio del Seor. Un servicio total, exclusivo y continuado, que usa como criterio no la aprobacin de los hombres, sino el designio de
Dios. Entre las muchsimas notas que podramos comentar, hay tres caractersticas de la accin de Pablo
que parecen llamar la atencin de la mirada de manera
evidente. La humildad en el servicio del Seor: se trata
de una virtud desconocida en el m u n d o pagano, engrandecida y hecha apetecible por el ejemplo del Seor
Jess, que vino a servir y no a ser servido; el valor: Pablo
ha anunciado el Evangelio con lgrimas, en rnedio de
las pruebas, sin dejarse condicionar por las oposiciones; el desinters, no slo trabajando con sus propias
manos, sino impulsndose hasta decir: Nada me importa mi vida, ni es para m estimable, con tal de llevar
a buen trmino mi carrera. El valor ms importante es
el Evangelio, no la conservacin de la propia vida; para
Pablo, lo ms importante es lo que recogen las ltimas
palabras de la percopa: Nunca dej de anunciaros todo
el designio de Dios.
Martes
419
Para l personalmente, para Pablo, se perfila un futuro oscuro, un futuro cargado de prisiones y tribulaciones, iluminado por la certeza de ser forzado por
el Espritu. Lo importante es llevar a buen trmino mi
carrera; la evangelizacin es urgente, necesita impulso,
empeo, concentracin, dedicacin exclusiva. Es demasiado importante como para no tomarla en serio. Lo es
tambin para m?
420
lian en la peticin de la gloria por parte del Hijo. Estamos en el momento ms solemne del coloquio entre Jess y los discpulos. Jess es consciente de que su misin est llegando a su trmino, y, con el gesto tpico del
orante -levantar los ojos al cielo, es decir, al lugar simblico de la morada de Dios-, da comienzo a su oracin.
Lo primero que pide es que su misin llegue a su culminacin definitiva con su propia glorificacin. Pero esa
glorificacin la pide slo para glorificar al Padre (v. 2).
Jess ha recibido todo el poder del Padre, que ha puesto todas las cosas en sus manos, hasta el poder de dar la
vida eterna a los que el Padre le ha confiado. Y la vida
eterna consiste en esto: en conocer al nico Dios verdadero y a aquel que ha sido enviado por l a los hombres,
el Hijo (v. 3). Como es natural, no se trata de la vida eterna entendida como contemplacin de Dios, sino de la
vida que se adquiere a travs de la fe. sta es participacin en la vida ntima del Padre y del Hijo. De este modo,
al trmino de su misin de revelador, profesa Jess que
ha glorificado al Padre en la tierra, cumpliendo en su totalidad la misin que le haba confiado el Padre. Jess no
quiere la gloria como recompensa, sino slo llegar a la
plenitud de la revelacin con su libre aceptacin de la
muerte en la cruz. A continuacin, piensa Jess en sus
discpulos, a quienes ha manifestado el designio del Padre. stos han respondido con la fe y as glorificarn al
Hijo acogiendo la Palabra y practicndola en el amor.
MEDITATIO
La vida eterna consiste en esto: en que te conozcan
a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, tu enviado
(Jn 17,3). Conocer al Dios de Jesucristo, conocer al Hijo
y al Espritu Santo, conocerlos no slo con la mente,
sino tambin con el corazn, conocerlos estando en comunin con ellos, conocerlos de modo que olvidemos
Martes
421
todo lo dems: eso es la vida eterna. Lo dems pertenece a las cosas que pasan, a la infinita vanidad del
todo, a lo que carece de consistencia, a lo que tiene una
vida efmera, a lo que no vale la pena aferrarse.
Mi vida ha de ser un continuo progreso en el conocimiento del Dios vivo y verdadero, un progreso en la sublime ciencia de Cristo, un caminar segn el Espritu,
porque esta vida es ya vida eterna. Una vida, a veces,
poco apetecible, porque la condicin h u m a n a hay que
vivirla en la carne y en la sangre, porque el m u n d o me
envuelve y me condiciona, porque mi fe es todava titubeante e insegura. Pero basta con que me detenga un
poco a reflexionar en las palabras del Seor, basta con
que invoque su Espritu, para que reemprenda el camino hacia el inefable m u n d o de Dios y llegue a comprender la fortuna de haber escuchado, tambin hoy, estas
palabras que me unen al Padre y al Hijo, en el vnculo
del Espritu, para pregustar algunas gotas del dulcsimo
ocano de la vida eterna.
ORATIO
Infunde en mi corazn, Seor, los dones de la ciencia
y de la sabidura, para que pueda conocerte cada vez
mejor, para que pueda gustarte cada vez mejor, para que
pueda amarte cada vez mejor, para que pueda poseerte
cada vez mejor. Si me abandonas a m mismo poco
despus de haber ledo estas palabras luyas, considerar
ms importante algo urgente que tenga que hacer y correr el riesgo de olvidarte.
Concdeme el don del consejo, para que te busque y
te conozca incluso en medio de las ocupaciones que me
esperan dentro de poco. Concdeme el don del discernimiento, para que pueda optar por ti en todas las cosas, segn la enseanza de tu Hijo. Concdeme ver bri-
422
CONTEMPLATIO
Nosotros ya hemos llegado a la fe, ya hemos credo
en las cosas divinas que hemos odo, y amamos a aquel
en quien creemos. Ahora bien, cuando estamos oprimidos por preocupaciones vanas, nos encontramos en la
oscuridad y en la confusin. Y en semejante estado,
cuando el Seor nos sugiere sentimientos justos respecto a l, es como si nos hiciera or su voz desde una nube,
pero a l no le vemos. Son, ciertamente, cosas sublimes
las que aprendemos de l, pero a aquel que nos instruye con sus secretas inspiraciones no le vemos an.
Omos las palabras de Dios dentro de nuestro corazn, sabemos con qu fidelidad y empeo debemos responder a su amor y, sin embargo, lbiles como somos,
volvemos a recaer, desde la cima de nuestra reflexin interior, en las cosas de costumbre y nos sentimos tentados
por la fastidiosa inoportunidad de nuestros pecados. Con
todo, tampoco en esos momentos nos abandona Dios: enseguida vuelve a aparecer en la mente, disipa las nieblas
de las tentaciones, infunde la lluvia de la compuncin y
vuelve a traer el sol de la inteligencia penetrante. Y as
nos demuestra cunto nos ama, porque no nos abandona ni siquiera cuando le rechazamos (Gregorio Magno,
Comentario moral a Job, XXX,4s).
Martes
423
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
La vida eterna consiste en esto: en que te conozcan
a ti, el nico Dios verdadero, y a Jesucristo, tu enviado
(Jn 17,3).
Mircoles
Mircoles
de la sptima semana
de pascua
LECTIO
425
42(1
Evangelio: Juan 1 7 , l l b - 1 9
En aquel tiempo, Jess, levantando los ojos al cielo, or de
este modo: " Padre santo, guarda en tu nombre a los que me
has dado para que sean uno, como t y yo somos uno.
12
Mientras yo estaba con ellos en el mundo, yo mismo guardaba, en tu nombre, a los que me diste. Los he protegido de tal
manera que ninguno de ellos se ha perdido, fuera del que tena que perderse para que se cumpliera lo que dice la Escritura. 13 Ahora, en cambio, yo me voy a ti. Si digo estas cosas
mientras todava estoy en el mundo es para que ellos puedan
participar plenamente en mi alegra.
14
Yo les he comunicado tu mensaje, pero el mundo los odia,
porque no pertenecen al mundo, como tampoco pertenezco
yo. ,5 No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del maligno. 16 Ellos no pertenecen al mundo como
tampoco pertenezco yo. " Haz que ellos sean completamente
tuyos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.
18
Yo los he enviado al mundo, como t me enviaste a m.
19
Por ellos yo me ofrezco enteramente a ti, para que tambin
ellos se ofrezcan enteramente a ti, por medio de la verdad.
** El fragmento incluye la segunda parte de la Oracin sacerdotal de intercesin que Jess, como Hijo, dirige al Padre. Tiene como objeto la custodia de la comunidad de los discpulos, que permanecen en el mundo.
El texto se divide en dos partes: al comienzo se desarrolla el tema del contraste entre los discpulos y el m u n d o
(w. 1 lb-16); a continuacin se habla de la santificacin
de stos en la verdad (w. 17-19). Si, por una parte, emerge la oposicin entre los creyentes y el mundo, por otra
se manifiesta con vigor el amor del Padre en Jess, que
ora para que los suyos sean custodiados en la fe.
En el primer fragmento pasa revista Jess a varios temas de manera sucesiva: la unidad de los suyos (v. 11b),
su custodia a excepcin del que tena que perderse
(v. 12), la preservacin del maligno y del odio del mundo
(vv. 14s). En el segundo fragmento, Jess, despus de haber pedido al Padre que defienda a los suyos del maligno (v. 15) y despus de haber subrayado en negativo su
Mircoles
427
MEDITATIO
Estamos frente a u n fragmento en el que Jess aparece particularmente preocupado por el poder del mundo y por su posible influencia en sus discpulos. En el
m u n d o acta el maligno con su espritu de mentira, belicosamente contrario a la verdad, que es Cristo. La posicin de los discpulos es delicada; deben permanecer
en el mundo, sin quedar contaminados por el mismo.
Estarn apoyados por su oracin, por su palabra y por
su Espritu. En consecuencia, no deben temer. Y aade
Agustn: Qu quiere decir: "Por ellos me santifico yo
mismo", sino que yo los santifico en m mismo en cuanto ellos son yo? E n efecto, habla de aquellos que constituyen los miembros de su cuerpo.
Todo esto nos induce a reflexionar, una vez ms, sobre
el poder del mundo, aunque tambin sobre su debilidad:
poder para quien se deja seducir, debilidad para quien se
deja guiar ntimamente por la Palabra de Jess y conducir por su Espritu. Es posible que en estos aos hayamos infravalorado al mundo, una palabra que se ha
vuelto ambigua, que indica, unas veces, el lugar de la accin del Espritu y de los signos de los tiempos y, otras, el
lugar donde se desarrolla el eterno conflicto entre el maligno y Jess. La Palabra de Jess y su Espritu nos ayu-
42K
clan a discernir los distintos rostros del mundo, a distinguir las llamadas del Espritu de los sutiles engaos del
maligno, los mensajes de Dios de la mentira del enemigo.
Esto es tanto ms seguro en la medida en que la Palabra
y el Espritu no son asumidos y casi gestados individualmente, sino acogidos dentro de la comunidad de los
discpulos, que forman la santa comunin de la Iglesia.
ORATIO
Me impresiona, Seor, tu insistencia en la peligrosidad del mundo. Y me doy cuenta de que hoy tambin tenemos necesidad de esta puesta en guardia. Y yo el primero de todos. El m u n d o de la libertad, de la igualdad
de oportunidades para todos, para todas las religiones,
para todas las opiniones, para todos los modos de vida,
tiene su encanto, porque, a fin de cuentas, es el mundo
de la tolerancia, de la laicidad, de la libertad para todos.
Pero es tambin el m u n d o donde estn admitidas todas
las transgresiones, donde todas las modas, hasta las
ms perversas y detestables, son presentadas como normales, donde toda la prensa tiene derecho a la libre circulacin...
Confame, Seor, a tu Palabra. Recurdame que no
soy de este mundo, que te pertenezco a ti. Santifcame
en tu verdad, asimlame a tu mentalidad, a tu vida. T,
que has orado por m, hazme santo en tu verdad, para
que camine siempre por tus caminos y use de este mundo como lo haras t.
CONTEMPLATIO
No pertenecen al mundo, como tampoco pertenezco
yo (.ln 17,14). Esta separacin de los discpulos respec-
Mircoles
429
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Ellos no pertenecen al mundo, como tampoco pertenezco yo (Jn 17,16).
4M)
Jueves
de la sptima semana
de pascua
amigos, las actividades y los proyectos, las esperanzas y las inspiraciones, no se nos presentan ya como otros tantos aspectos fatigosos de una realidad que difcilmente logramos mantener untos,
sino como modalidad de afirmacin y de revelacin de la nueva
vida del Espritu que est en nosotros. Todo lo dems, que antes
nos ocupaba y nos preocupaba tanto, ahora se convierte en don o
desafo que refuerza o profundiza la nueva vida que hemos descubierto (H. J. M. Nouwen, Invito a la vita spirituale, Brescia
2000 2 , pp. 44ss).
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 22,30; 23,6-11
2230
432
** Es el segundo discurso de Pablo en su nueva condicin de prisionero. Haba subido a Jerusaln para visitar a aquella comunidad y haba seguido, con incauta condescendencia, el consejo de Santiago de subir
al templo. Lo descubren en l y, si no hubiera sido salvado por el tribuno romano, que le permite hablar a la
muchedumbre, casi le cuesta la vida. De este modo tiene ocasin de contar, u n a vez ms, su conversin, relato al que sigui una nueva intervencin del tribuno
romano ordenando a los soldados que lo llevaran al
cuartel. Una vez all, Pablo declara su ciudadana romana. Al da siguiente le llevan ante el Sanedrn, donde
pronuncia este habilidoso discurso.
Pablo juega con las divisiones entre fariseos y saduceos a propsito de la resurreccin de los muertos. Con
ello despierta u n furor teolgico que les hace llegar a las
manos. Los fariseos, superando la prudente posicin
del mismo Gamaliel, se alinean con Pablo y en contra
del adversario comn. Los romanos tienen que salvar
otra vez al apstol. La particular belicosidad de los
judos -belicosidad que se verifica en esta visita de
Pablo- es u n indicador de la tensin nacionalista que
estaba subiendo en el ambiente: todo lo que tena visos de amenazar la identidad nacional era rechazado,
hasta el punto de llegar a la abierta rebelin contra
Roma.
Son pginas que reproducen el clima de exasperacin nacionalista que conducir al d r a m a de la destruccin de la ciudad. Pablo es consolado y tranquilizado de nuevo sobre su alta misin de testigo, no
slo en Jerusaln, sino en el mismo corazn del mundo
conocido. Fue una vida heroica la de Pablo, empleada
exclusivamente al servicio del evangelio.
Jueves
433
** En la tercera parte de su Oracin sacerdotal dilata Jess el horizonte. Antes haba invocado al Padre
por s mismo y por la comunidad de los discpulos.
Ahora su oracin se extiende en favor de todos los futuros creyentes (w. 20-26). Tras u n a invocacin general (v. 20), siguen dos partes bien distintas: la oracin
por la unidad (w. 21-23) y la oracin por la salvacin
(w. 24-26).
Jess, despus de haber presentado a las personas
por las que pretende orar, le pide al Padre el don de la
unidad en la fe y en el amor para todos los creyentes.
Esta unidad tiene su origen y est calificada por lo
mismo que (= kaths), es decir, por la copresencia del
Padre y del Hijo, por la vida de unin profunda entre
ellos, fundamento y modelo de la comunidad de los
creyentes. En este ambiente vital, todos se hacen
uno en la medida en que acogen a Jess y creen en su
H4
Palabra. Este alto ideal, inspirado en la vida de unin enlie las personas divinas, encierra para la comunidad
cristiana una vigorosa llamada a la fe y es signo luminoso de la misma misin de Jess. La unidad entre Jess y
la comunidad cristiana se representa as como una inhabitacin: Yo en ellos y t en m (v. 23a). En Cristo se
realiza, por tanto, el perfeccionamiento hacia la unidad.
A continuacin, Jess manifiesta los ltimos deseos
en los que asocia a los discpulos los creyentes de todas
las pocas de la historia, y para los cuales pide el cumplimiento de la promesa ya hecha a los discpulos (v. 24).
En la peticin final, Jess vuelve al tema de la gloria, recupera el de la misin, es decir, el tema de hacer conocer al Padre (w. 25s), y concluye pidiendo que todos sean
admitidos en la intimidad del misterio, donde existe
desde siempre la comunin de vida en el amor entre el
Padre y el Hijo. La unidad con el Padre, fuente del amor,
tiene lugar, no obstante, en el creyente por medio de la
presencia interior del Espritu de Jess.
MEDITATIO
Que tambin ellos estn unidos a nosotros; de este modo, el mundo podr creer que t me has enviado
(Jn 17,21): la prueba de que Jess no es u n charlatn,
ni uno de tantos profetas, sino el enviado de Dios, est
confiada a la fraternidad entre los discpulos. La fraternidad es el signo por excelencia del origen divino del
cristianismo: eso es lo que dicen las palabras del Seor.
Construir fraternidad es la apologtica ms segura y autorizada.
Las palabras del Seor son claras, y vinculan la credibilidad del cristianismo a su capacidad de promover
la fraternidad. Esa capacidad se manifiesta all donde
los hombres y mujeres ponen su empeo en vivir como
Jueves
435
ORATIO
Qu ciego estoy, Seor! Tus palabras pasan por encima de m como si fueran piedras, sin dejar u n signo permanente. La razn de ello es que me he comprometido
en mil cosas, y he olvidado lo que t consideras prioritario para promover tu reino. He intentado hacer mucho, pero me he olvidado de sumergirme en la fraternidad, que es lo que t, sin embargo, consideras como tu
signo.
He de reconocerlo, Seor: con frecuencia tu mensaje no emerge, y no lo hace porque no brotan comunidades fraternas perfectamente realizadas. Seor, abre
mis ojos para comprender el misterio de la fraternidad,
la fuerza misionera de la comunin, capaz de vencer
los recelos y las resistencias. Aydame a creer en el milagro de la fraternidad como punto de partida para
toda misin. Ayuda a los cristianos a redescubrir el alcance revolucionario de estas palabras tuyas, para que
se comprometan en este proyecto, que es, con toda se-
43<>
CONTEMPLATIO
Revestidos del hbito religioso a los ojos de todos, hemos venido desde situaciones sociales diferentes para
vivir juntos nuestra fe y escuchar la Palabra del Seor
omnipotente, y, pecadores en diferentes grados, nos hemos reunido hasta formar un solo corazn en la santa
Iglesia, de tal modo que se ve realizado con claridad lo
que dice Isaas anunciando la Iglesia: Sern vecinos el
lobo y el cordero (Is 11,6).
S, gracias a las entraas de la santa caridad, el lobo
vivir junto al cordero, porque aquellos que en el mundo eran rapaces conviven en paz con los bondadosos y
mansos. El leopardo se tumba junto al chivo porque u n
hombre, abigarrado por las manchas de sus pecados,
acepta humillarse junto con quien se desprecia y se reconoce pecador (Gregorio Magno, Homilas sobre Ezequiel, II, 4,3).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Que tambin ellos estn unidos a nosotros; de este modo, el mundo podr creer que t me has enviado
(Jn 17,21).
Jueves
437
donos los unos a los otros como l nos ama. Qu supone todo esto
para el matrimonio, para la amistad, para la comunidad? Supone
que la fuente del amor que sostiene las relaciones no son los que las
viven, sino Dios, que los llama al mismo tiempo. Amarse el uno al
otro no significa aferrarse al otro para estar seguros en un mundo
hostil, sino vivir untos de tal modo que cada uno pueda reconocernos como personas que hacen visible el amor de Dios en el mundo.
No slo toda paternidad y maternidad proceden de Dios, sino
que tambin proceden de l toda amistad, toda asociacin en matrimonio y toda comunidad. Cuando vivimos como si las relaciones
humanas fueran slo de naturaleza humana y, por consiguiente, sujetas a las transformaciones y a los cambios de las normas y de las
costumbres, no podemos esperar otra cosa que la inmensa fragmentacin y alienacin que caracterizan a nuestra sociedad. Pero
cuando invoquemos a Dios y lo reclamemos constantemente como
fuente de todo amor, descubriremos el amor como un don de Dios a
su pueblo (H. J. M. Nouwen, Vivere nello Spirito, 1998 4 , pp. 125s).
Viernes
Viernes
de la sptima semana
de pascua
LECTIO
439
ms honesto y solcito que el anterior. La lectura presenta una de las muchas vicisitudes por las que pasa el
prisionero Pablo, que no pierde ocasin para anunciar
lo que, para l, es lo ms importante, incluso ante el rey
y los prncipes, por muy indignos y poco ejemplares que
sean, como la incestuosa pareja formada por Agripa y
Berenice. El procurador Festo haba comprendido bien
el ncleo de la cuestin: lo que separaba a los judos de
Pablo no era una doctrina, sino u n hecho, mejor an: el
testimonio sobre el hecho de la resurreccin de Jess.
Lucas parece un admirador del sistema jurdico romano e incluso saca a la luz algunos de sus principios
rectores. Y pone de manifiesto la prontitud para explotar en favor del Evangelio este admirado ordenamiento
jurdico. Pablo podr ir a Roma gracias a su apelacin
al Csar. Ir como prisionero, es verdad, pero ir a
Roma. Es interesante leer la continuacin del relato,
donde se presenta el encuentro de Pablo con la extraa
pareja y con el representante del Imperio romano: tambin ellos estn interesados en el asunto de Jess y convierten la resurreccin en tema de conversacin. El valor de Pablo, que no teme exponerse, obliga a todo tipo
de personas a ponerse frente al hecho de la resurreccin, que ahora se ha convertido en el motivo fundador
del nuevo camino de salvacin.
440
Pedro respondi:
- S, Seor, t sabes que te amo.
Jess le dijo:
- Cuida de mis ovejas.
17
Por tercera vez insisti Jess:
- Simn, hijo de Juan, me amas?
Pedro se entristeci, porque Jess le haba preguntado por
tercera vez si le amaba, y le respondi:
- Seor, t lo sabes todo. T sabes que te amo.
Entonces Jess le dijo:
- Apacienta mis ovejas. 18 Te aseguro que cuando eras ms
joven, t mismo te ceas el vestido e ibas adonde queras;
mas, cuando seas viejo, extenders los brazos y ser otro
quien te ceir y te conducir adonde no quieras ir.
19
Jess dijo esto para indicar la clase de muerte con la que
Pedro dara gloria a Dios. Despus aadi:
- Sigeme.
Viernes
441
MEDITATIO
El evangelio del discpulo amado recupera, por as
decirlo, el papel de Pedro en clave de amor. Slo quien
ama puede apacentar el rebao recogido por el Amor.
Slo quien responde al amor de Cristo puede estar en
condiciones de ser puesto al frente de su rebao, porque
debe ser testigo del amor.
La pgina que nos ocupa es de una enorme densidad
y est empapada por el tema central de todo el evangelio de Juan: el amor. Por amor ha entregado el Padre al
Hijo, por amor ha entregado el Hijo su vida, por amor
ha reunido Cristo a los suyos; el amor es la ley de los
discpulos, el amor debe mover a Pedro, y para dar testimonio de este amor ha escrito el discpulo amado su
evangelio. Toda la historia divina y h u m a n a est movida por el amor, que nace del corazn de Dios, se revela
en el Hijo, es atestiguado por los discpulos y se pide a
quien preside en el amor. Los acontecimientos humanos se iluminan y resuelven con esta pregunta: Me
amas? y con esta respuesta: S, te amo.
La historia de la Iglesia est basada en la pregunta
que dirige Cristo a todos sus discpulos: Me amas?, y
en la respuesta: S, te amo. Que el Espritu, que es el
442
ORATIO
No s qu decirte, Seor, frente a este dilogo. En l
se encuentra, simplemente, todo. Est toda la vida, todo
su misterio, toda su luz, todo su sabor, todo su significado. Todas las dems cuestiones se convierten en simples ocasiones para expresarte mi s. Y cmo podra
ser de otro modo? T me has creado para decirme que
me amas y para pedirme que te ame. Me lo pides como
un mendigo, envindome a tu Hijo como siervo, para
que no te ame por miedo o estupor frente a tu grandeza, sino para tocar las fibras secretas de mi corazn,
para herirme con tu benevolencia, para conquistarme
con la belleza de tu rostro desfigurado en la cruz.
Aunque como Pedro -pero ms que l- siento a veces
ms de u n titubeo para decirte que te amo (porque soy
un pecador que persevera en su pecado), a pesar de todo,
ahora, en este momento, cmo puedo dejar de decirte
que te amo? Cmo puedo dejar de decirte que quisiera
amarte toda la vida? Cmo puedo no decirte que quiero
amar todas las cosas y a todas las personas en ti? Cmo
no decirte que prefiero perder todas las cosas con tal de
no perderte a ti? Oh, mi amadsimo Seor, haz que lo
que te estoy diciendo no sea fuego de paja, sino una
llama que no se extinga nunca.
CONTEMPLATIO
Qu significan estas palabras: Me amas?, Apacienta mis ovejas? Es como si, con ellas, dijera el Seor:
Si me amas, no pienses en apacentarte a ti mismo. Apa-
Viernes
443
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Me amas? (Jn 21,16).
444
Sbado
de la sptima semana
de pascua
divina: Me amas?. Y en cualquier momento del viaje existe siempre la posibilidad de responder s y de responder no.
A dnde nos lleva todo esto? Al sitio de donde venimos, al
sitio de Dios. Hemos sido enviados a esta tierra para pasar en
ella un breve perodo y para responder, a travs de las alegras y
los dolores durante el tiempo que tenemos a nuestra disposicin,
con un gran s al amor que se nos ha dado y, al hacerlo, volver
al que nos ha enviado con ese s grabado en nuestros corazones
(H. J. M. Nouwen, Sentirsi amati, Brescia 1999' 4 , pp. 108ss).
LECTIO
446
Sbado
447
148
(|iie esa muerte, una vez acaecida, tena la misma importancia para el Seor que el martirio sufrido por el
apstol Pedro.
Por ltimo, los versculos finales (w. 24s) subrayan
una cosa simple, pero verdadera: la revelacin de Jess,
ligada al ministerio de su persona, es algo tan grande y
profundo que escapa al alcance del hombre.
MEDITATIO - CONTEMPLATIO
LECTURA ESPIRITUAL
Podemos concentrar nuestra reflexin uniendo las
tres partes en un esplndido fragmento de Agustn, donde el
obispo de Hipona hace la comparacin entre Pedro y
Juan.
La Iglesia conoce dos vidas, que la predicacin divina le ha enseado y recomendado. Una de ellas es en la
fe, la otra es en la clara visin de Dios; una pertenece al
tiempo de la peregrinacin en este mundo, la otra a la
morada perpetua en la eternidad; una se desarrolla en
la fatiga, la otra en el reposo; una en las obras de la vida
activa, la otra en el premio de la contemplacin; una
intenta mantenerse alejada del mal para hacer el bien,
la otra no tiene que evitar ningn mal, sino slo gozar
de un inmenso bien; una combate con el enemigo, la
otra reina sin ms contrastes; una es fuerte en las desgracias, la otra no conoce la adversidad; una lucha para
mantener frenadas las pasiones carnales, la otra reposa
en las alegras del espritu; una se afana por vencer, la
otra goza tranquila en paz de los frutos de la victoria;
u n a pide ayuda bajo el asalto de las tentaciones, la otra,
libre de toda tentacin, se mantiene en alegra en el
seno mismo de aquel que le ayuda; una corre en ayuda
del indigente, la otra vive donde no hay necesidades;
una perdona las ofensas para ser, a su vez, perdonada,
Sbado
449
450
ORATIO
Solemnidad de Pentecosts
Ciclo A
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
T sigeme (Jn 21,22b).
LECTIO
452
Tiempo de Pascua
hacia las nueve de la maana, la fiesta haba comenzado ya la noche precedente- se cumple tambin la
promesa de Jess (1,1-5) en u n contexto que recuerda
las grandes teofanas del Antiguo Testamento y, en particular, la de Ex 19, preludio del don de la Ley, que el
judaismo celebraba precisamente el da de Pentecosts
(w. ls). Se presenta al Espritu como plenitud. l es el
cumplimiento de la promesa. Como u n viento impetuoso llena toda la casa y a todos los presentes; como
fuego teofnico asume el aspecto de lenguas de fuego
que se posan sobre cada uno, comunicndoles el poder
de u n a palabra encendida que les permite hablar en
mltiples lenguas extraas (w. 3s).
El acontecimiento tiene lugar en u n sitio delimitado
(v. 1) e implica a un n m e r o restringido de personas,
pero a partir de ese momento y de esas personas comienza una obra evangelizadora de ilimitadas dimensiones {.todas las naciones de la tierra: v. 5b). El don de
la Palabra, primer carisma suscitado por el Espritu,
est destinado a la alabanza del Padre y al anuncio para
que todos, mediante el testimonio de los discpulos, puedan abrirse a la fe y dar gloria a Dios (v. 11b).
Dos son las caractersticas que distinguen esta nueva
capacidad de comunicacin ampliada por el Espritu: en
primer lugar, es comprensible a cada uno, consiguiendo
la unidad lingstica destruida en Babel (Gn 11,1-9); en
segundo lugar, parece referirse a la palabra exttica de
los profetas ms antiguos (cf. 1 Sm 10,5-7) y, de todos
modos, es interpretada como proftica por el mismo Pedro, cuando explica lo que les ha pasado a los judos de
todas procedencias (w. 17s).
El Espritu irrumpe y transforma el corazn de los
discpulos volvindolos capaces de intuir, seguir y atestiguar los caminos de Dios, para guiar a todo el mundo a
la plena comunin con l, en la unidad de la fe en Jesucristo, crucificado y resucitado (w. 22s y 38s; cf. Ef 4,13).
Solemnidad de Pentecosts
453
454
Tiempo de Pascua
mas, ministerios y actividades presentes en la comunidad? Pablo lo aclara en el v. 7: A cada cual se le concede la manifestacin del Espritu para el bien de todos, o
sea, para hacer crecer todo el cuerpo eclesial en la unidad, en la medida que conviene a la plena madurez de
Cristo (Ef 4,13): por eso el mayor de todos los carismas,
el indispensable, el nico que durar para siempre, es la
caridad (12,31-13,13).
** La noche de pascua, Jess, a quien el Padre ha resucitado de entre los muertos mediante el poder del Espritu Santo (Rom 1,4), se aparece a los apstoles reunidos en el cenculo y les comunica el don unificador y
santificador de Dios. Es el Pentecosts joaneo, que el
evangelista aproxima al tiempo de la resurreccin para
subrayar su particular perspectiva teolgica: es nica la
hora a la que tenda toda la existencia terrena de Jess, es la hora en la que glorifica al Padre mediante el
sacrificio de la cruz y la entrega del Espritu en la muerte (19,3ab, al pie de la letra), y es tambin, inseparablemente, la hora en la que el Padre glorifica al Hijo en la
resurreccin. En esta hora nica Jess transmite a los
Solemnidad de Pentecosts
455
MEDITATIO
El domingo de Pentecosts recoge toda la alegra pascual como un haz de luz resplandeciente y la difunde
con una impetuosidad incontenible no slo en los corazones, sino en toda la tierra. El Resucitado se ha convertido en el Seor del universo: todas las cosas tocadas
por l quedan como investidas por el fuego, envueltas
en su luz, se vuelven incandescentes y transparentes
ante la mirada de la fe. Ahora bien, es posible decir que
Jess es el Seor slo con la palabra?
Que Jess es el Seor slo puede ser dicho de verdad
con la vida, demostrando de manera concreta que l
ocupa todos los espacios de nuestra existencia. En l,
todas las diferencias se convierten en una expresin de
la belleza divina, todas las diferencias forman la armona
de la unidad en el amor. Hemos sido reunidos conjuntamente para formar un solo cuerpo y, al mismo tiempo, tenemos dones diferentes, diferentes carismas, cada
uno tiene su propio rostro de santidad. El amor, antes
Tiempo de Pascua
456
ORATIO
Ven, Espritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones esplndido;
luz que penetras las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce husped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lgrimas
y reconforta en los duelos.
Ven, Espritu enviado por el Padre,
en nombre de Jess, el Hijo amado:
haz una y santa a la Iglesia
para las nupcias eternas del Cielo.
Solemnidad de Pentecosts
457
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Ven, Espritu Santo, llena los corazones de tus fieles y
enciende en ellos la llama de tu amor (de la liturgia).
CONTEMPLATIO
Mustrate solcito en unirte al Espritu Santo. l viene apenas se le invoca, y slo hemos de invocarlo, porque ya est presente. Cuando se le invoca, viene con la
abundancia de las bendiciones de Dios. l es el ro impetuoso que da alegra a la ciudad de Dios (cf. Sal 45,5)
y, cuando viene, si te encuentra humilde y tranquilo, aunque ests tembloroso ante la Palabra de Dios, reposar
458
Tiempo de Pascua
Solemnidad de Pentecosts
Ciclo B
LECTIO
Primera lectura: Hechos de los Apstoles 2,1-11
(Cf. la primera lectura del ciclo A, p. 451).
4o0
Tiempo de Pascua
Solemnidad de Pentecosts
461
tros mismos seris mis testigos, porque habis estado conmigo desde el principio.
16,2
Tendra que deciros muchas ms cosas, pero no podrais
entenderlas ahora. " Cuando venga el Espritu de la verdad, os
iluminar para que podis entender la verdad completa. l no
hablar por su cuenta, sino que dir nicamente lo que ha
odo y os anunciar las cosas venideras. I4 l me glorificar,
porque todo lo que os d a conocer lo recibir de m. 15 Todo
lo que tiene el Padre es mo tambin; por eso os he dicho que
todo lo que el Espritu os d a conocer lo recibir de m.
Tiempo de Pascua
4h2
MEDITATIO
Con la solemnidad de Pentecosts llega a su fin - o
sea, llega a su plenitud- el tiempo pascual. Con el don
del Espritu se derrama el amor de Dios sobre toda la
creacin y baja a lo ms profundo del corazn de cada
persona, comunicndole vida y belleza. El viento impetuoso y las lenguas como de fuego son imgenes muy
elocuentes para expresar la fuerza irresistible, la universalidad y la profundidad de lo que sucede. Es un
trastorno comparable a una segunda creacin; estamos
frente a una verdadera inundacin de gracia que derriba toda barrera entre el cielo y la tierra e instaura una
comunin total. Nuestra tarea ahora es no hacer vana la
gracia que nos ha sido dada, sino hacer que d frutos
abundantes.
El misterio de pentecosts es misterio de santidad,
esto es, de entrega total a Dios. En qu sentido? La
percopa evanglica nos ofrece un marco iluminador y
muy emblemtico. Es la noche de pascua. Los Once se
han encerrado en casa, desorientados y perdidos. No
nos pasa tambin a nosotros, a veces, que sepultamos
nuestra fe entre las paredes de nuestra casa, probablemente con el pretexto de querer ser respetuosos con la
libertad de los otros? Pero Jess nos conoce, tiene la
llave para abrir nuestros corazones. Silencioso e inesperado, fiel y misericordioso, viene y se da de nuevo a s
mismo: La paz est con vosotros. Recibid el Espritu
Santo. Y todo cambia.
Solemnidad de Pentecosts
463
ORATIO
Ven, Espritu Santo, con tu brisa suave; despierta en
el corazn de la Iglesia el amor del tiempo primaveral,
el amor de la fresca juventud llena de impulso y entusiasmo, el amor capaz de hacer superar todos los obstculos que presentan los miedos humanos, capaz de
romper todas las barreras de la prudencia miope. Dale
aquel amor a Dios y a los hombres capaz de desplegar
las velas cada da y de navegar hacia alta mar para zarpar
hacia todas las playas de la tierra reseca, hacia todos los
lugares donde se espera la lluvia de la nueva estacin.
Desciende, Santo Espritu, sobre la Iglesia y, tocando
con tu suave brisa las cuerdas de su corazn, haz desprender de ellas el canto de la libertad y de la alegra
que d voz a todos los pueblos de la tierra y los conduzca hacia un futuro de verdadera fraternidad y paz.
CONTEMPLATIO
Cuando el fuego divino, viniendo de lo alto, empieza
a inflamar el corazn del hombre, inmediatamente disminuyen las pasiones y pierden su fuerza. El peso, gravoso como era, se hace ms ligero y, en la medida en que
Tiempo de Pascua
464
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Ven, Espritu divino, manda tu luz desde el cielo (de
la secuencia de la liturgia del da).
Solemnidad de Pentecosts
465
Solemnidad de Pentecosts
Solemnidad de Pentecosts
Ciclo C
LECTIO
467
4b8
Tiempo de Pascua
^ En esta percopa evanglica se presenta el discurso que dirigi Jess a los suyos en el cenculo antes de
la pasin. En l se presenta al Espritu Santo como
otro Parclito - o sea, como u n testigo a favor- que,
despus de Jess y gracias a su oracin, enviar el
Padre a los discpulos para que se quede siempre con
ellos (v. 16). El Espritu es, por tanto, una realidad personal - n o es una energa csmica impersonal- y divina
que entra en comunin con el hombre y lo colma de
amor. Tambin aqu es preciso introducir una precisin:
no se trata de un amor genrico, sino del amor a Jess,
que se realiza a travs del cumplimiento concreto de
sus mandamientos, de sus palabras; a travs de la fe
profunda en que l nos ha hablado segn la voluntad
de Dios, su Padre y - e n l- Padre nuestro (w. 15.23s).
Guardar en el corazn y en la vida esta Palabra dilata la intimidad del que se hace discpulo y le vuelve ca-
Solemnidad de Pentecosts
49
MEDITATIO
Como sedientos, acerqumonos a la fuente del agua
viva. Reconociendo nuestras fatigas interiores, pidamos
al Seor que encienda un fuego nuevo en nuestro corazn, cerrado a la alegra por motivos efmeros, por taos entusiasmos. l est dispuesto a verter en nosotros
el agua que apaga la sed profunda, que lava una vida
ofuscada por los errores y los pecados. Quiere drnosla
llama que ilumina, calienta y purifica al hombre.
Si amamos, si queremos aprender a amar nicamente en la escuela de Cristo, guardando sus palabras, se
nos dar una nueva condicin de existencia: el Espritu
de Dios vivir en nosotros como en Jess, hacindonos
en l hijos de Dios, liberados de la esclavitud del peca
do y, por tanto, libres de elegir el seguimiento de Cristo
como camino de vida.
Como maestro interior, ensea al corazn la oracin
filial, el abandono-confiado del nio que se sabe amado y llevado por su padre. Como artista divino, transfigura el rostro interior de cada uno como imagen ine-
Tiempo de Pascua
470
ORATIO
Espritu Santo, esplendor de belleza,
luz que brota del seno de la Luz, ven!
Espritu Santo, candor de inocencia,
infancia divina que renuevas el mundo, ven!
Espritu Santo, fuerza creadora del infinito amor,
dulce husped de las almas, ven!
Espritu Santo, artfice de paz,
vnculo que une y nunca divide, ven!
Espritu Santo, divino consolador,
blsamo que sana toda herida, ven!
Espritu Santo, crisma celestial,
tu que divinizas a la criatura humana, ven!
Espritu Santo, divino Orante,
t que gritas siempre desde el corazn de los hijos
Padre!, ven!
Espritu Santo, canto de alegra en el corazn de la
Iglesia,
Esposa siempre rejuvenecida por la gracia, ven!
Solemnidad de Pentecosts
471
CONTEMPLATIO
El Espritu Santo, aun siendo uno solo, nico e indivisible en el aspecto, confiere, pese a todo, a cada uno la
gracia segn su voluntad (cf. 1 Cor 12,11). Como un leo
seco del que salen brotes si est en agua, as sucede en el
alma pecadora, que se vuelve digna del Espritu Santo
por medio de la penitencia y produce racimos de justicia.
Aun siendo uno solo, a la seal de Dios y en el nombre
de Cristo, el Espritu Santo suscita las distintas virtudes.
De unos se sirve para comunicar la sabidura; ilumina la
mente de otros con la profeca; a otros les confiere el poder de expulsar demonios, y a otros el poder de interpretar las Escrituras. A unos les corrobora la templanza (o la
castidad), a otros les ensea cuanto conviene a la caridad
(o bien a la limosna); a un tercero, el ayuno y los ejercicios de la vida asctica; a u n cuarto, por ltimo, le ensea a prepararse para el martirio. Aunque diferente en
los otros, el Espritu es siempre idntico a s mismo...
Llega con visceras de tutor fraterno: viene a salvar, a
ensear, a amonestar, a corroborar, a consolar, a iluminar
la mente; primero en quienes lo acogen, despus, y por
obra de stos, en los otros. Y del mismo modo que quienes, sumergidos antes en las tinieblas, han visto de improviso el sol que ilumina el ojo de su cuerpo, pueden ver
lo que antes no vean, as quien ha sido hecho digno de
recibir el Espritu Santo queda iluminado en el alma y ve
en el orden sobrenatural todo lo que antes no consegua
ver (Cirilo de Jerusaln, Catequesis, 16,1-24, passim).
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriqucenos (de la secuencia de la liturgia del da).
472
Tiempo de Pascua
ndice
1. El misterio de la pascua
en el corazn del hombre de hoy
2. El misterio de la pascua,
proclamado en la liturgia
El Leccionario dominical y festivo
El Leccionario ferial
3. El misterio de la pascua,
celebrado en la liturgia
4. El misterio de la pascua,
vivido en la vida diaria
5
7
7
10
11
11
TIEMPO PASCUAL
Octava de Pascua
Domingo de pascua
Lunes
Martes
Mircoles
15
25
32
39
474
Jueves
Viernes
Sbado
ndice
46
53
60
ndice
Viernes
Sbado
475
244
250
66
66
76
83
90
96
102
108
114
121
257
257
266
274
282
289
295
300
307
314
127
127
136
144
154
160
167
173
180
187
320
320
328
337
346
352
359
366
373
380
194
194
203
211
219
225
231
237
387
387
396
403
410
417
424
431
476
Viernes
Sbado
Solemnidad de Pentecosts
Ciclo A
Ciclo B
Ciclo C
ndice
438
445
451
451
459
466