Catacumbas
Catacumbas
Catacumbas
Las catacumbas son unas galeras subterrneas que algunas civilizaciones mediterrneas
antiguas construyeron y utilizaron como lugar de enterramiento. Las ms conocidas y las
mejor estudiadas son las catacumbas de la ciudad de Roma. Tambin son conocidas
lascatacumbas de Pars, aunque su origen es muy distinto (siglo XVIII).
Desde un punto de vista etimolgico, el origen de la palabra catacumba es incierto. Algunas
fuentes creen que viene del griego (hacia abajo), y o (tmulo); o tambin
de (hacia abajo) y (penetracin). Otras dicen que viene del latn cumbo, de un
verbo que combinado con las partculas ad, cum y de, significa yacer, o estar acostado, de ah
que catacumba signifique "lugar donde se est acostado". Su traduccin literal es "agujero",
nombre de un distrito perifrico de Roma, en cuyas proximidades haba un cementerio
subterrneo, donde en el siglo III, se trasladaron provisionalmente los cuerpos de San
Pedro y San Pablo. En castellano es un trmino que empez a utilizarse en el siglo XVIII.
ndice
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1 Introduccin
2 Su origen
3 Su estructura
4 Decoracin e iconografa
5 Los nombres
6 Usos
o
6.1 Enterramientos
6.3 Refugio
7 Los peregrinos
8 Los eruditos
10 Vase tambin
11 Referencias
12 Enlaces externos
Introduccin[editar]
Las catacumbas son subterrneos excavados en el suelo para organizar cementerios y salas
de bailes para dar culto a los dioses de los muertos de los paganos, judos y primeros
cristianos en la Roma del siglo II. Se empez a llamar con este nombre a la cripta del
cementerio de San Calixto; se llam ad catacumbas, y en la Edad Media, por extensin,
aplicaron el nombre al conjunto de enterramientos hechos en el subsuelo del campo romano
que formaba alrededor de la ciudad una inmensa necrpolis. Tambin se llam a las
catacumbas Roma subterrnea. Estos subterrneos fueron lugar de culto, adems de
enterramiento y en poca de persecuciones, lugar de proteccin y escondite, ya que estaban
protegidos por una ley que prohiba la entrada a los perseguidores. Era como un derecho de
asilo, pues el derecho romano tena por sagrada e inviolable cualquier sepultura, con
independencia del credo religioso del fallecido. Se supone que las catacumbas como
enterramiento fueron construidas antes de la muerte de San Pedro.
Su origen[editar]
Segn teoras del siglo XVIII el origen de las catacumbas eran excavaciones que haban
creado los romanos en el subsuelo de la ciudad para extraer arenas y materiales de
construccin. Cuando se agotaban o se abandonaban estas canteras, los cristianos las
aprovechaban como cementerios aadindoles nuevos tneles. Sin embargo esta teora ha
ido siendo abandonada al realizarse nuevas investigaciones.
En el siglo XIX los cientficos lo pusieron en duda y comenzaron a desarrollarse grandes y
serios estudios al respecto. La iniciativa de estos estudios se debi al padre jesuita Marchi; al
cabo del tiempo la hiptesis de los arenales se fue abandonando y se tuvo definitivamente la
certeza de que las catacumbas son obra de cristianos con la finalidad de enterramiento. Dos
argumentos importantes dieron fin a la controversia:
La naturaleza del terreno, en su mayora roca, era poco apta para la construccin.
Las formas arquitectnicas de la obra no pueden ser concebidas para otra cosa que
no sea enterramientos. El conocimiento que se tena de antiguos areneros nada tena que
ver con estas excavaciones, no son nunca rectilneos o verticales, adems de que
necesitan mucho espacio, pasajes amplios para maniobrar con las carretas y las bestias.
Las catacumbas por el contrario tienen corredores estrechos, rectilneos, con excepciones
como las catacumbas de San Sebastin, en Roma. Excavadas en toba calcrea, su
trazado evitaba las zonas de mayor dureza en la roca y paredes verticales especialmente
diseadas para los nichos.
Su estructura[editar]
Por lo general el espacio consta de diversos ncleos, dispuestos en pisos, casi siempre
excavados en distintas pocas. Cada piso tena su entrada propia hasta que con el tiempo se
fueron comunicando hasta quedar reunidos.
En las catacumbas podemos distinguir varias partes: un trazado laberntico de galeras
denominado criptas, las cuales a veces se ensanchan formando una especie de cmaras
poligonales llamadas cubculos, donde se enterraban los muertos por martirio. Es frecuente
que estos cubculos estn decorados con pintura mural al fresco.
Las fosas de enterramiento excavadas en las paredes de las catacumbas podan ser de dos
tipos: rectangulares, denominadas loculi o semicirculares, llamadas arcosolio.
Al principio las paredes no tenan ningn tipo de ornamentacin, slo tomaron como prctica
el fijar en los muros monedas y camafeos y de este modo sealar la fecha. Esta costumbre ha
facilitado mucho el estudio y la datacin a los arquelogos. Algunas monedas llevan la efigie
de Domiciano (51-96), incluso de emperadores ms antiguos (comoVespasiano o Nern). Slo
ms tarde y durante los periodos de calma en que no haba persecuciones, se fueron llenando
las paredes de pinturas.
Decoracin e iconografa[editar]
Los nombres[editar]
Entre la gran cantidad de cementerios subterrneos de Roma, unos 60 son conocidos por su
nombre. De entre ellos, unos toman los nombres de un santo o de varios que fueron all
sepultados; tal es caso de Santa Ins o San Pancracio. Otros cementerios conservan el
nombre primitivo de las localidades donde se haban establecido, como Ad Ursum
Pileatum, Ad Sextum Philippi. Otros tomaron el nombre de los propietarios del terreno
debajo del cual se hicieron los enterramientos, o bien el nombre de sus fundadores o de algn
personaje que lo ampli. A partir de la poca de Constantino muchos de esos cementerios
fueron perdiendo poco a poco sus primitivos nombres y se convirtieron en santuarios o lugares
consagrados a algn santo importante. De esta manera, la catacumba de Domitila (que sera
una propietaria), se convirti en cementerio de los santos Nereo, Aquiles y Petronila. El
de Balbina se llam de San Marcos y el de Calixto fue San Sixto y Santa Cecilia. Siguiendo
el estudio de estas denominaciones, los arquelogos han podido muy bien averiguar las dos
fechas cumbres: la de las persecuciones y la del triunfo.
Los enterramientos de las catacumbas pudieron ser excavados de manera legal porque o bien
las tierras eran compradas o bien sus propietarios se convirtieron al cristianismo o al menos
simpatizaron con los nuevos cristianos. Las matronas romanas, mujeres muy piadosas, dieron
buen ejemplo de generosidad ofreciendo parte de sus tierras. Testimonio de este hecho son
los numerosos nombres dados a los cementerios: Priscila, que era la madre del senador
Pudens dio lugar a la catacumba de santa Priscila, un vasto cementerio sobre la va Salaria.
Ella misma fue enterrada en este sitio. Luciana, Justa y muchas otras, cuyas propiedades
estn muy bien documentadas.
Usos[editar]
Enterramientos[editar]
Las catacumbas son por encima de todo, cementerios. Las mltiples galeras o corredores
que se multiplican en todas ellas no son slo para acceder de un lugar a otro sino que estn
destinados a ser ellos mismos un cementerio. Sus paredes estn repletas de nichos donde se
disponen los cuerpos en horizontal por niveles. En algunas hay hasta 12 niveles y en otras tan
slo 3. Todo depende de la altura de la galera construida adems de la solidez de la roca. Los
corredores son largos y estrechos, tan estrechos que malamente pueden caber dos personas
que se crucen. Se cortan los unos a los otros de mil maneras y el resultado es un verdadero
laberinto que puede llegar a ser peligroso si no hay un gua conductor.
Catacumbas de Pars.
Refugio[editar]
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La tercera utilizacin de las catacumbas era como refugio en tiempos difciles. A comienzos
del siglo II, se sabe que San Alejandro busc asilo en una de ellas y ms tarde, en elsiglo
III San Calixto vivi largo tiempo en la que hoy lleva su nombre. No slo sirvieron de amparo
para los cristianos perseguidos por los romanos, sino para otro tipo de persecuciones que
hubo incluso entre los cristianos. Durante los siglos posteriores las catacumbas siguieron
ofreciendo esta posibilidad de asilo.
Los peregrinos[editar]
La piedad de los fieles, contenida durante aos, estall despus de los edictos
de Constantino. Los cementerios se convirtieron en centros de devocin para
aquellos peregrinosvidos de venerar y visitar los restos mortales de los mrtires de los que
tanto haban odo hablar. All asistan al sacrificio de la misa; la mesa o altar que se utilizaba
para los actos litrgicos era la misma piedra que tapaba la sepultura de aquellos cristianos
que haban sido perseguidos y muertos en martirio. Pronto se establecieron itinerarios bien
organizados para guiar a los peregrinos y a otras personas piadosas o simplemente curiosas.
Estos cementerios convertidos en lugares de devocin son abandonados en la poca en que
los lombardos conquistaron el norte y centro de Italia (aos 568 y 572), y ms tarde con el
gobierno de los musulmanes. En estos momentos de crisis, los papas deciden sacar de all las
reliquias y las depositan en las baslicas urbanas donde pueden cuidarlas mejor. Desde ese
momento hasta entrado el siglo XIII ya no se vuelve a hablar de las catacumbas; quedan
completamente olvidadas. Despus vuelve a renacer su memoria, pero con el cisma
de Avin en el siglo XIV y el Renacimiento del XV y XVI, el olvido es total.
Los eruditos[editar]
Durante los periodos en que la hegemona estuvo de parte de los godos, vndalos y
musulmanes, hubo una total devastacin en Roma. Y mucho ms tarde, ya en el siglo XVIII,
se impuso la traslacin de reliquias desde las catacumbas a las iglesias. Por todo ello no ha
sido fcil para los eruditos y arquelogos reconocer con exactitud la Romasubterrnea y sus
denominaciones. Sin embargo el entusiasmo de algunos hombres amantes de la Antigedad,
su trabajo y sus investigaciones, hicieron que en la actualidad se tenga bastante informacin
de lo que fueron y de lo que son las catacumbas. He aqu los precursores.
El primer estudioso del tema surgi a mediados del siglo XVI. Se llamaba Paninio. Tom como
gua para sus investigaciones el martirologio titulado Actos sinceros de los mrtires. A este
libro aadi la lectura de Vidas de los papas, cuyo autor deca ser Anastasio el Bibliotecario,
y Mirabilia urbis Romae. Se sumergi de lleno en las aportaciones de estos textos y fue
anotando concienzudamente notas importantes hasta formar un catlogo con los nombres de
los papas y mrtires sepultados en cada uno de los cementerios. Este trabajo fue muy
importante y de mucha ayuda para los futuros investigadores.
Otro estudioso de la Antigedad fue el dominico Alfonso Ciacconio. La casualidad vino a
ayudarle. En 1578 hubo un derrumbe de terreno en la va Salaria a consecuencia del cual
sali a la luz uno de estos cementerios subterrneos, la llamada catacumba de Priscila.
Acudi al lugar y baj y visit las partes accesibles. Su entusiasmo le llev a hacer un examen
exhaustivo del sitio y al final confeccion un interesante lbum en el que haba copiado in situ
todas las pinturas encontradas y en el que haba dibujado los sarcfagos y otras esculturas.
Por aquellos aos apareci otro enamorado de la Antigedad: Philippe Wingh, natural
de Lovaina, que se puso en contacto con Ciacconio para intercambiar conocimientos. Les
lleg a unir una gran amistad. Hizo la misma visita que l a la catacumba, corrigiendo errores
y aumentando informacin; copi las pinturas con los colores naturales y originales,
organizando su trabajo con verdadera pericia. Sus escritos y sus dibujos se han perdido.
El siguiente gran personaje del estudio e investigacin de las catacumbas es Antonio
Bosio (de mediados del siglo XVI), natural de la isla de Malta, que fue agente de la orden de
Malta en Roma donde resida, y que fue conocido como el Cristbal Coln de las catacumbas.
Fue otro entusiasta de la Antigedad y consagr al estudio de las catacumbas 35 aos de su
vida as como sumas considerables de dinero. Con la ayuda de mltiples documentos, con su
sagacidad y con el acompaamiento del azar (excavacin de un pozo, de una bodega,
derrumbes de terreno) pudo registrar y estudiar las catacumbas en todos los sentidos. No
haba obstculos para l. Redact la historia y la topografa de las catacumbas dedicndose a
estos temas con ms intensidad que lo hecho hasta el momento, dejando un poco de lado la
crtica de los monumentos desde el punto de vista artstico. Su valioso manuscrito fue impreso
30 aos despus de su muerte. Los estudios de Bosio dieron lugar a nuevos y fructferos
estudios. Un rico complemento fue la obra escrita en italiano, aparecida en 1720 del cannigo
de Santa Mara en Trastvere, Observaciones sobre los cementerios de los santos mrtires y
de los antiguos cristianos de Roma.
A partir de ese momento y durante todo el siglo XVIII se hizo el silencio y la oscuridad. Cuando
entr el siglo XIX apareci otro erudito que se entreg, igual que sus antiguos compaeros, en
cuerpo y alma al estudio de las catacumbas. Fue el padre Marchi. Tuvo la gran fortuna de
descubrir el cementerio (catacumba) de santa Ins. Tuvo adems la gran suerte de contar con
un alumno aventajado e inteligente, M. De Rossi, que lleg a completar el estudio con un
trabajo sistemtico, llegando a la conclusin de que cada cementerio tena su propia
existencia aparte, porque cada uno se deba a una causa determinada y parta de un centro
propio. Su mejor conquista, su mayor xito fue el descubrimiento de la catacumba de Calixto.
Escribi y dise la geografa y la topografa de las catacumbas y lleg incluso a hacer unos
perfectos planos de nivel. Su labor fue un tesoro para los siguientes investigadores.
En la actualidad, el tema de las catacumbas est bastante bien estudiado, con la ayuda de
todos estos personajes y con la asistencia de todos los medios modernos puestos a
disposicin de los arquelogos y dems eruditos.
San Calixto
Priscila/Prisca
Lucila
Domitila
Pretextato
Vase tambin[editar]
Arquitectura paleocristiana
Simbolismo cristiano
Arqueologa bblica
Catacumbas de Odessa
Catacumbas de Pars
Arquitectura subterrnea