Este poema de Rubén Darío critica el estado de América Latina después de la llegada de Colón. Describe cómo la unidad de las tribus indígenas se ha perdido y ahora hay guerras entre las razas. Lamenta que los indígenas nobles y leales como Atahualpa y Moctezuma no gobernaran en lugar de los soldados corruptos que ahora gobiernan. El poeta pide a Colón que rece por el mundo que descubrió, el cual ahora sufre dolores, horrores, guerras y fiebre constante.
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Este poema de Rubén Darío critica el estado de América Latina después de la llegada de Colón. Describe cómo la unidad de las tribus indígenas se ha perdido y ahora hay guerras entre las razas. Lamenta que los indígenas nobles y leales como Atahualpa y Moctezuma no gobernaran en lugar de los soldados corruptos que ahora gobiernan. El poeta pide a Colón que rece por el mundo que descubrió, el cual ahora sufre dolores, horrores, guerras y fiebre constante.
Este poema de Rubén Darío critica el estado de América Latina después de la llegada de Colón. Describe cómo la unidad de las tribus indígenas se ha perdido y ahora hay guerras entre las razas. Lamenta que los indígenas nobles y leales como Atahualpa y Moctezuma no gobernaran en lugar de los soldados corruptos que ahora gobiernan. El poeta pide a Colón que rece por el mundo que descubrió, el cual ahora sufre dolores, horrores, guerras y fiebre constante.
Este poema de Rubén Darío critica el estado de América Latina después de la llegada de Colón. Describe cómo la unidad de las tribus indígenas se ha perdido y ahora hay guerras entre las razas. Lamenta que los indígenas nobles y leales como Atahualpa y Moctezuma no gobernaran en lugar de los soldados corruptos que ahora gobiernan. El poeta pide a Colón que rece por el mundo que descubrió, el cual ahora sufre dolores, horrores, guerras y fiebre constante.
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El modernismo - 1
Literatura 2 UARM
Rubn Daro (Nicaragua, 1867-1916)
El canto errante
Ama tu ritmo
El cantor va por todo el mundo
sonriente o meditabundo.
Ama tu ritmo y ritma tus acciones
bajo su ley, as como tus versos; eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones.
El cantor va sobre la tierra
en blanca paz o en roja guerra.
La celeste unidad que presupones
har brotar en ti mundos diversos, y al resonar tus nmeros dispersos pitagoriza en tus constelaciones. Escucha la retrica divina del pjaro del aire y la nocturna irradiacin geomtrica adivina; mata la indiferencia taciturna y engarza perla y perla cristalina en donde la verdad vuelca su urna. Ma Ma: as te llamas. Qu ms harmona? Ma: luz del da; ma: rosas, llamas. Qu aroma derramas en el alma ma si s que me amas! Oh Ma! Oh Ma! Tu sexo fundiste con mi sexo fuerte, fundiendo dos bronces. Yo triste, t triste No has de ser entonces ma hasta la muerte?
Sobre el lomo del elefante
por la enorme India alucinante. En palanqun y en seda fina por el corazn de la China; en automvil en Lutecia; en negra gndola en Venecia; sobre las pampas y los llanos en los potros americanos; por el ro va en la canoa, o se le ve sobre la proa de un steamer sobre el vasto mar, o en un vagn de sleeping-car. El dromedario del desierto, barco vivo, le lleva a un puerto. Sobre el raudo trineo trepa en la blancura de la estepa. O en el silencio de cristal que ama la aurora boreal. El cantor va a pie por los prados, entre las siembras y ganados. Y entra en su Londres en el tren, y en asno a su Jerusaln. Con estafetas y con malas, va el cantor por la humanidad. En canto vuela, con sus alas: Armona y Eternidad.
A Coln
Cuando en vientres de Amrica cay semilla
Desgraciado Almirante! Tu pobre Amrica,
tu india virgen y hermosa de sangre clida, la perla de tus sueos, es una histrica de convulsivos nervios y frente plida.
de la raza de hierro que fue de Espaa,
mezcl su fuerza heroica la gran Castilla con la fuerza del indio de la montaa.
Un desastroso espritu posee tu tierra:
donde la tribu unida blandi sus mazas, hoy se enciende entre hermanos perpetua guerra, se hieren y destrozan las mismas razas. Al dolo de piedra reemplaza ahora el dolo de carne que se entroniza, y cada da alumbra la blanca aurora en los campos fraternos sangre y ceniza. Desdeando a los reyes nos dimos leyes al son de los caones y los clarines, y hoy al favor siniestro de negros reyes fraternizan los Judas con los Canes. Bebiendo la esparcida savia francesa con nuestra boca indgena semiespaola, da a da cantamos la Marsellesa para acabar danzando la Carmaola.
Pluguiera a Dios las aguas antes intactas
no reflejaran nunca las blancas velas; ni vieran las estrellas estupefactas arribar a la orilla tus carabelas! Libre como las guilas, vieran los montes pasar los aborgenes por los boscajes, persiguiendo los pumas y los bisontes con el dardo certero de sus carcajes. Que ms valiera el jefe rudo y bizarro que el soldado que en fango sus glorias finca, que ha hecho gemir al zipa bajo su carro o temblar las heladas momias del Inca. La cruz que nos llevaste padece mengua; y tras encanalladas revoluciones, la canalla escritora mancha la lengua que escribieron Cervantes y Calderones.
Las ambiciones prfidas no tienen diques,
soadas libertades yacen deshechas. Eso no hicieron nunca nuestros caciques, a quienes las montaas daban las flechas! .
Cristo va por las calles flaco y enclenque,
Barrabs tiene esclavos y charreteras, y en las tierras de Chibcha, Cuzco y Palenque han visto engalonadas a las panteras.
Ellos eran soberbios, leales y francos,
ceidas las cabezas de raras plumas; ojal hubieran sido los hombres blancos como los Atahualpas y Moctezumas!
Duelos, espantos, guerras, fiebre constante
en nuestra senda ha puesto la suerte triste: Cristforo Colombo, pobre Almirante, ruega a Dios por el mundo que descubriste!