Brioso. El Vocativo y La Interjección W, Habis, 2, 1971
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plosin emotiva (v. 1060 ss.), cada vocativo por l empleado lleva
ya (7.). En palabras del autor : the shift from vocative without the
interjection to vocative with interjection exactly corresponds to the
change in his self-control (ibid.). Pero los hechos, vistos desde ms
cerca, son un tanto diferentes. Entre los vv. 902 y 1059, Hiplito
dice Tc-rEp siete veces. De estos siete vocativos, tres se dan con cierto distanciamiento entre s (vv. 923, 983 y 1041), en momentos en
que puede hablarse de un real self-control. Los restantes se acumulan en un corto prrafo (vv. 902-915), en un instante, en cambio,
particularmente dramtico. La situacin, pues, es distinta. Por lo
dems, no son raros los pasajes trgicos en que este mismo vocativo es intencionadamente reiterado. En la memoria de todos est
la sobrecogedora plegaria de Esquilo, Choeph. 479-509, con 7C&TEP
seis veces sin interjeccin y con posiciones no casuales. Creemos
que un hecho como ste precisara ser examinado desde puntos de
vista ms objetivos. Por otra parte, la segunda serie de vocativos
(con (7.) ) responde a tipos diversos, precisamente de los que con la
mayor frecuencia llevan en tragedia la interjeccin, " y explicables
en su mayora segn los modelos por el propio Scott estudiados. Las
mnimas exigencias metodolgicas nos inducen a pensar que los dos
grupos de vocativos pertenecen a planos no paralelos, y que este
dato debi ser tenido en cuenta previamente.
En el mismo lugar, Scott expone un segundo caso semejante. En
Ifigenia en Alide (v. 864 ss.), Clitemestra muestra su emocin al
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Esquilo, como puede comprobarse, mantiene un porcentaje mayor para la ausencia de la interjeccin en ambos casos. Sfocles y
Eurpides aparecen con cantidades casi paralelas. A la vista de stas,
cabe preguntarse si verdaderamente la falta de cl en ambos vocativos puede ser un signo relevante en determinada escena, y tambin si los indicios de perfect calmness y de complete control
no han de descubrirse a partir de otros criterios. Los porcentajes de
las formas sin interjeccin, frente a las que la poseen, son superiores a los que (segn Scott : III, p. 34 s.) Sfocles y Eurpides tienen
para el vocativo con (.15 de modo global. 15 Estas anomalas requieren una explicacin que dudamos pueda dar el simple punto de
vista sicolgico. De acuerdo con ste, el trmino semnticamente
caracterizado se esperara fuese el menos frecuente. Qu otro sentido tiene, si no es as, escribir que el abuso de la interjeccin en
tico trajo consigo su invalidacin expresiva y otras frases que reiteradamente hemos ledo?
Es claro que, si exceptuamos unas pocas categoras definidas
por el propio Scott, el vocativo en tragedia mantiene una gran
libertad. O dicho de otro modo, cuando est sujeto a normas, stas
evidentemente no estn cimentadas de un modo necesario y nico
en el plano emocional, al menos tal como hasta hoy ha venido interpretndose. En la misma Ifigenia en Alide, a slo dos lneas de distancia, y sin que el tono emotivo hyase alterado, la protagonista
(vv. 640 y 642) puede decir r) necup y neerep. Un poco ms adelante,
en un dilogo que por el lado de la joven es carioso e inocente, emplear varias veces J.) neerep, y de nuevo, en una simple pregunta
(v. 662), ncrep, al igual que las dos veces que siguen, para retornar
en la lnea 676 a I neerep. En Edipo en Colono, en los varios dilogos
entre el ciego protagonista y sus hijas, podemos hallar situaciones
anlogas. Por ejemplo, los pasajes 324-336 y 1099-1118, en que se
producen dos encuentros de caractersticas similares. En el primero alternan las formas con y sin interjeccin, y en el segundo hay
un gran rigor en la presencia de r.), excepto en el necup final (v. 1117)
pronunciado por Antgona. En la misma obra, Polinices se dirige a
Para Sfocles el Lexicon Sophocleurn de Ellendt, as como para Eurpides A Concordance ro
Euripides de Allen e Italie.
15. Sfocles 60 %, Eurpides 54 %.
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su padre (vv. 1268-1345) con una serie oscilante de Tcdc-rEp y .r) nekup,
sin que el tono de su discurso cambie notablemente desde el principio al final.
Otros hechos requeriran justificaciones que an no han sido
dadas de modo suficientemente satisfactorio. Los nombres propios
de personas, en el caso de aparecer solos, en el siglo V, tanto en
prosa (cf. Herdoto y Tucdides : Scott, III, p. 33; Loewe, pp. 115 y
129) como en tragedia (Scott, III, p. 38), rehuyen sistemticamente
la vecindad de la interjeccin. 16 Scott nos dice que the interjection
must have added here a certain familiar tone too undignifief for
tragedy (ibid.). Tipo de explicacin que, aparte de no ser vlida
para Herdoto, es naturalmente forzada y nos obligara a aadir
un casustico here a cada norma semejante, con lo que tendramos una increble complicacin en los usos. Como Sfocles dice
veinte veces (I ZED" y slo en una ocasin Ze g , la regla debera enunciarse aqu de modo inverso. 17 Como este mismo vocativo se comporta de manera distinta en Esquilo, la justificacin tambin tendra que ser distinta. " Ya que nat es utilizado para los sirvientes
y 1S Tcca para los que no lo son o temporalmente no son sentidos
como tales, deberamos de nuevo invertir la norma.
Cuando se trata de algunos de los casos de rgido empleo expuestos por Scott, concretamente los nombres propios de personas que, solos, son incapaces de recibir en los textos de tragedia la
interjeccin, o los nombres de seres inanimados apoyados siempre
en ella (Scott, II, p. 82, y III, p. 35 s.), o ante la presencia de un
participio (II, p. 81, y III, p. 35) o adjetivo (II, p. 82 s., y III, p. 36 s.),
ambos sin el nombre correspondiente y con (I obligado, toda posibilidad de matizacin emocional por el uso o no uso de la interjeccin quedara excluida. Con lo cual, un nmero enorme de vocativos debera ser calificado (segn este enfoque) de expresivamente
neutro. Es paradjico, al mismo tiempo, que sean estas construc16. Para Scott las nicas excepciones han de ser explicadas por razones particulares: as,
por ejemplo, para la tragedia III p. 38 s. Ms tarde, la situacin cambiar. Para Jenofonte,
vid. Loewe p. 133 s.
17. La aclaracin de Scott es en este punto tambin semejante: here it is an appeal lo the
sympathetic, human personality in the divine (II p. 82. El subrayado es nuestro).
18. En Esquilo (segn el citado Index de Italie) las veces que aparece Ze g con (5 representan slo el 56 % del total.
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vocativo, tanto de su nmero como de su relacin con la interjeccin 1, no puede hacerse sin tener en cuenta razonablemente cada
obra y cada gnero completo. De ah que en vez de la disgregacin
de mltiples momentos emocionales, tengamos como preferible el
anlisis global y sistemtico del vocativo, dentro de un ms amplio
enfoque crtico. Es as como, por ejemplo, dentro de las directrices
de una obra tan compleja como el Banquete, dos firmes orientaciones estilsticas podran ser examinadas ya desde el punto de vista
de la simple conducta del vocativo. 37
Es muy probable que por este camino llegsemos a descubrir
mayor nmero de datos. Pero no es lo que ahora ms nos importa.
Slo hemos tratado, en realidad, de favorecer con unas breves aportaciones la renovacin de un interesante problema.
Nuestra ms profunda conviccin es que los motivos de ndole
social y sicolgica, pertinazmente defendidos stos, sobre todo, en
la abrumadora mayora de los trabajos hasta hoy dedicados al tema, son indudablemente de gran importancia. Pero tambin somos
conscientes de que diversas motivaciones, en parte slo sugeridas
por Scott y otros, poseen mucha mayor fuerza de la que se les ha
concedido. La tarea que se impone es trazar los lmites entre ambos
campos. Estructuras enteras y tipos bien definidos de vocativos,
excluyen la posibilidad del enfrentamiento de las correspondientes
parejas. El hiato y la posicin en el verso se revelan como fundamentales en ciertos momentos y gneros. Los datos que para un
autor como Herdoto son vlidos, no son fielmente aplicables a
otro como Eurpides. La consecuencia es clara : en esta investigacin estamos an iniciando el camino. Aqu hemos querido slo sugerir ejemplos y dudas. Otro da, si nos es posible, volveremos de
un modo ya ms sistemtico al planteamiento de nuevos problemas.
37. Otros muchos casos podran ser examinados. Por citar slo uno ms, mencionaremos el
decisivo papel que el vocativo puede jugar en las parodias. Scott (III, p. 32) seal ya el rasgo
pindrico de Aristfanes Av. 905. Entre la multitud de lugares que mereceran recordarse, citaremos slo Platn, Protag. 337 c 7, en que Hipfas ('Initter.5 6 crap6;) inicia su breve perorata con
el na,p6Nne;.
un altisonante 7)
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