Método de Autosugestión Consciente de Emile Coué
Método de Autosugestión Consciente de Emile Coué
Método de Autosugestión Consciente de Emile Coué
Parte I
Voy a explicarle en pocas palabras los dos principios sobre los cuales he basado mi mtodo de autosugestin consciente.
El primero es el siguiente:
Toda la idea que tenemos en el espritu deviene una realidad en el dominio de la posibilidad.
Por ejemplo, si tenemos una pierna rota e imaginamos que la pierna vuelve a crecer, naturalmente no lo har, porque eso es
imposible. Pero si sentimos un dolor en cualquier parte, si tenemos rganos que no funcionan normalmente, si tenemos ideas tristes,
e imaginamos que el dolor va a desaparecer, que nuestros rganos enfermos van a funcionar cada vez mejor y mejor, que nuestras
ideas tristes van a desaparecer para dar paso a ideas alegres, todo eso suceder, porque es posible.
Cosa ms sorprendente es que hay personas ciegas, sordas o paralizadas, simplemente porque ellas mismas piensan que lo son.
La conclusin que podemos extraer de este primero principio es la siguiente:
Si toda idea que tenemos en el espritu deviene realidad en el dominio de la posibilidad, estando enfermo, imaginamos que
la cura va acontecer, sta ocurrir si es posible; si no lo es, lograremos la mayor mejora que se pueda obtener.
Cuanto ms se esfuerza en dormir una persona que no duerme por la noche, ms se sobre activa.
Cuanto ms queremos recordar del nombre de doa quin sea, ms se nos escapa.
En algunos casos, cuanto ms queremos evitar rer, ms nos remos.
Cuanto ms quiere evitar tartamudear el tartamudo, ms tartamudea,
Etc.
Vanlo, es siempre yo no puedo, la imaginacin, que predomina sobre yo quiero, la voluntad. As pues, es ella la primera
facultad del hombre, y no la segunda.
El conocimiento de este hecho es extremadamente importante, y si sabemos aprovecharlo, podemos, gracias a ella, convertirnos en
maestros de nosotros mismos. Tambin es gracias a ella que mi mtodo da mejores resultados all donde los otros han fallado.
Parte II
Tiene que saber que dentro de nosotros existen dos seres bien distintos:
El ser consciente y voluntario que conocemos, y que creemos que es el que nos gua.
Detrs de ste, hay un segundo: el ser inconsciente, o subconsciente, o imaginativo.
No le prestamos atencin y nos equivocamos, pues es, precisamente, este segundo yo quien nos gua tan acertadamente, moral y
fsicamente. Todos tenemos un corazn, estmago, riones, hgado, etc. Nadie puede actuar sobre esos rganos a travs de su
voluntad. No obstante funcionan, incluso durante la noche cuando nuestro consciente duerme. Y si funcionan, es que lo hacen bajo
la influencia de una fuerza, la del inconsciente. No slo ste preside las funciones de esos rganos, sino tambin las de todas de
nuestro cuerpo y de nuestro ser moral.
Si es el inconsciente el que nos gua, y nosotros aprendemos a guiarlo, entonces, aprendemos a guiarnos a nosotros mismos.
Mostrar cmo, es mi papel:
Ahora le ruego que cierre los ojos y escuche lo que voy decirle, y que los abra cuando se lo diga.
Cierre los ojos y dgase que todas mis palabras van fijarse, gravarse en su espritu y que siempre se quedaran fijadas,
gravadas, incrustadas all, y que usted mismo y su organismo tienen que obedecerlas.
Le digo que a partir de ahora todas las funciones de su cuerpo se desarrollaran cada vez mejor, principalmente las del tubo
digestivo.
Tres veces al da, por la maana, al medio da y por la noche, tendr hambre, y, por ello, comer con placer, aunque sin
comer demasiado. Pero tendr cuidado de masticar bien los alimentos.
Con esas condiciones la digestin se har fcilmente, la sensacin de pesadez, de molestia e incluso de dolor que pudiera
sentir, desaparecern poco a poco, y, si tiene enteritis, constatar que ir disminuyendo gradualmente. Naturalmente, al
hacerse bien la asimilacin, la digestin se har cada vez mejor, y, por eso, se tornar cada da ms y ms fuerte, y ms y
ms vigoroso. Adems, la sensacin de cansancio y de fragilidad que pudiera sentir, desaparecer, dando paso a una
sensacin de fuerza y de vigor que aumentara da tras da. Por lo tanto, si est un poco anmico, su anemia tambin
desaparecer, arrastrando con ella todas las molestias que suelen siempre acompaarla.
Parte III
Esta noche, maana por noche y cada noche tan pronto quiera dormir, dormir hasta la maana siguiente, hasta la hora que
haya fijado para despertarse.
Disfrutar de un sueo profundo, calmo, tranquilo, sin pesadillas; y, cuando se despierte, se sentir totalmente fresco y en
buena disposicin.
Mientras la digestin, la asimilacin y el sueo se desarrollan normalmente, en el caso de que sienta un poco de
nerviosismo, ir desapareciendo, dando paso a una sensacin de calma, de intensa calma, que le permitir progresivamente
ser maestro de s mismo, tanto desde el punto de vista fsico, como moral.
Por fin, y sobre todo, si hasta hoy ha sentido una cierta desconfianza hacia s mismo, le digo que, a partir de ahora, esta
desconfianza va gradualmente a disminuir, dando paso a una sensacin de confianza en s mismo que le dar capacidad
para hacer, no slo bien, sino incluso muy bien, todas las cosas que desea hacer, en la medida no obstante, que sean
razonables.
As pues, cada vez que desee hacer algo razonable, una cosa que est dentro de sus obligaciones, parta siempre del
principio que esa cosa es fcil, desde el momento que es posible, y en esas condiciones, esa cosa deviene fcil cuando sera
imposible para otros, si la hubiese considerado como tal. Consecuentemente las palabras: difcil, imposible, no puedo, es
ms fuerte que yo, no puedo evitar desaparecen completamente de su vocabulario. Esas palabras no son francesas, me
entiende? Esas palabras no son francesas, se lo repito! Lo que es francs, es: eso es fcil, yo puedo. Con esas palabras
se logran prodigios!
Los que sientan un dolor en cualquier parte del cuerpo, en el pie, en las rodillas, en la espalda, en el costado, no importa
dnde, yo les digo que a partir de ahora, la causa de este dolor, se llame artritis o con otro nombre, va a disminuir y
desaparecer poco a poco dentro de lo que es posible. Naturalmente, desapareciendo la causa, los efectos que ella determina
desaparecern en la misma proporcin, y cada vez que este dolor reaparezca, usted lo har desaparecer inmediatamente,
utilizando el procedimiento siguiente:
Aslese todo lo posible. Sintese, cierre los ojos, y, mientras pasa ligeramente la mano por su frente, si se trata de cualquier asunto
moral, o en la parte dolorosa, si se trata de cualquier asunto fsico, repita rpidamente moviendo los labios, las palabras se pasa,
eso se pasa, etc. lo ms rpidamente posible, incluso farfullando, no importa. Lo que importa es pronunciar esas palabras bastante
rpido para impedir que la idea contraria penetre en su espritu. Al cabo de algunos segundos el dolor habr desaparecido.
Hgalo de nuevo cada vez que el dolor reaparezca. En todos los casos su inconsciente har lo necesario para lograr todo lo que es
posible alcanzar.
Parte IV
Le he dado buenos consejos. Ya he hecho mi parte. As pues, ahora le toca hacer la suya. Es lo ms importante. Durante toda su
vida, entindame bien, tanto tiempo como usted viva, cada maana antes de levantarse, cada noche, en cuanto est en la cama,
cierre los ojos, y repita veinte veces seguidas, moviendo los labios lo bastante alto como para or sus propias palabras, sin intentar
pensar en lo que est diciendo (si lo piensa, est bien, y, si no, sigue estando bien!), y contando mecnicamente con un cordoncito,
con veinte nudos, la frase: todos los das, en todos los aspectos, voy de mejor en mejor.
Hay dentro de esta frase cinco palabras importantes, son las palabras en todos los aspectos. Valen para todo, tanto para los
aspectos fsicos, como morales; por eso es innecesario darse autosugestiones particulares, ya que cada una est incluida en las
palabras: en todos los aspectos.
Pero, lo que le recomiendo especialmente es que se d esa autosugestin, de modo sencillo, infantil, mecnicamente y, sobre todo,
sin esfuerzo; tal cual como lo que sigue:todos los das, en todos los aspectos, voy de mejor en mejor, todos los das, en todos los
aspectos, voy de mejor en mejor, todos los das, en todos los aspectos, voy de mejor en mejor, etc., como si recitara una letana.
La repeticin, a travs del odo, hace penetrar mecnicamente en su inconsciente la frase que es una idea: todos los das, en todos
los aspectos, voy de mejor en mejor.
Usted ha visto con los ejemplos que le he dado que, en, cuanto tenemos una idea en el espritu, esa idea se hace realidad en el
dominio de la posibilidad. As pues, si pone bien en su mente: todos los das, en todos los aspectos, voy de mejor en mejor, cada
da, en todos los aspectos, usted ir de mejor en mejor. Adems, como ya le he dicho, cada vez que durante el da o la noche siente
una mal fsico o moral, dgase a s mismo que lo har desaparecer. En ese momento, aslese tanto como le sea posible, cierre los
ojos, y pasando la mano por su frente para un mal moral, o en la parte dolorosa, para un dolor fsico, repita de forma
extremadamente rpida, moviendo sus labios, las palabras eso se pasa, eso se pasa, etc., durante todo el tiempo que sea necesario.
Con un poco de hbito, el dolor fsico o moral desaparecer al cabo de algunos segundos. Hgalo cada vez que lo necesite.
REQUISITOS DE LA AUTOSUGESTIN. La autosugestin puede producir con toda certeza este condicionamiento positivo y
profundo de la personalidad, pero slo a condicin de que est bien hecha. Que nadie se haga falsas ilusiones creyendo que
mediante la sugestin podr transformarse en un abrir y cerrar de ojos. La autosugestin como toda tcnica de accin profunda, es
laboriosa. Exige un largo aprendizaje de la tcnica y una decisin perseverante a toda prueba. Al igual que las dems tcnicas
mayores, requiere que, literalmente, uno ponga en ella toda el alma, esto es, que invierta en ella todo su talento, todo su deseo,
inters, entusiasmo, energa y perseverancia. Porque solamente con la concurrencia de todos estos factores podr atravesar la barrera
de las resistencias interiores y conseguir que las ideassemilla lleguen a depositarse en lo ms profundo del inconsciente, condicin
sta indispensable para su accin neutralizadora.
Los requisitos esenciales que ha de reunir la prctica correcta de la autosugestin o del autocondicionamiento podemos resumirlos
en los puntos siguientes:
a) Ha de basarse estrictamente en la verdad positiva. Eso significa que la idea que utilizamos para implantarla en el subconsciente ha
de reflejar un aspecto positivo de nuestra realidad: energa, afecto, tranquilidad, iniciativa, etc. Hay que evitar la forma negativa
puesto que el inconsciente responde ms al sustantivo que al adverbio. Si por ejemplo utilizara la frase no quiero tener miedo, en
el inconsciente se evocara ms fcilmente la emocin del miedo que precisamente se trata de superar que la idea de negacin
significada en las palabras no quiero....
Pero adems hay que procurar que en la formulacin de la idea no haya ninguna contradiccin con la experiencia real. Por ejemplo,
si yo digo soy valeroso y decidido pero mi experiencia me dice que en la actualidad yo no soy nada de eso, aunque las palabras
utilizadas tendran utilidad para el inconsciente, la mente consciente en cambio protestara por la mentira implicada en la frase y esto
podra actuar como contrasugestin. En cambio, si digo me gustara ser valeroso y decididoo quiero llegar a ser valeroso y
decidido, el inconsciente recibe el mismo mensaje y la mente lgica no puede protestar ya que esto est de acuerdo con la realidad.
b) La idea ha de referirse a una cualidad bsica. Aunque la auto sugestin puede hacerse con cualquier clase de cualidades, es
preferible trabajar con una cualidad fundamental, por dos razones: porque al conseguir la cualidad bsica obtenemos al mismo
tiempo las que de ella se derivan, y porque las cualidades bsicas despiertan una resonancia ms profunda y ms estable, pudindose
trabajar con mayor efectividad.
c) La idea ha de formularse de un modo simple y claro. Si puede resumirse en dos palabras, no hay que utilizar tres o cuatro.
Cuanto ms concisin y precisin en la idea utilizada, mayor poder incisivo tendr. Es necesario que la idea se complemente con la
representacin mental o imaginacin, lo ms clara posible, de la forma concreta con que el sujeto se comportara si tuviera ya
incorporada tal calidad.
d) Se ha de trabajar con la misma idea durante un tiempo mnimo de tres meses. El efecto del condicionamiento se refuerza con la
repeticin. Si se trabajara con dos o ms ideas, la eficacia quedara evidentemente repartida entre todas ellas. El machacar sobre el
mismo clavo acelera su penetracin. Y esto se ha de respetar de tal modo, que incluso las palabras que se utilizan para expresar la
idea a sugerir han de conservarse las mismas durante este tiempo mnimo de tres meses, resistiendo toda tendencia al cambio.
e) La idea sugerida ha de ir acompaada de la resonancia afectiva que aqulla evoca. Este es uno de los requisitos ms importantes.
La mente consciente, en su actividad normal y por mucho que se esfuerce, no puede penetrar hasta el inconsciente por impedido la
barrera de las resistencias del sistema de control y censura. Pero una de las formas relativamente fciles de conseguir esta
penetracin de una idea hasta el fondo consiste en asociada a una sensacin, a un sentimiento o a un impulso que, como sabemos,
siempre surgen de nuestros estratos profundos.
Cuando queremos actualizar en nosotros una cualidad bsica, por ejemplo la energa del carcter, la simple idea de esta cualidad
despierta en nuestro interior una especial sensacin y un sentimiento eufrico de energa. Pues bien, es preciso abrirse a tales
resonancias afectivas y aprender a sentidas ms y ms. Y al mismo tiempo que se formula la idea quiero tener ms energa de
carcter una y otra vez, sentir esta resonancia del modo ms profundo posible.
f) La representacin mental junto con la resonancia afectiva, han de mantenerse vivas durante el mximo tiempo posible. Porque el
poder de penetracin de la idea aumenta proporcionalmente al tiempo que se consigue mantener la mente en la misma direccin. Y
este aumento de penetracin no es del orden de una progresin aritmtica, sino que ms bien parece ser el de una progresin
geomtrica.
Otros requisitos menos importantes son: la frecuente repeticin de las sesiones de autocondicionamiento: por lo menos dos sesiones
de 10 minutos al da, y la conveniencia, sobre todo al principio, de repetir la idea en voz alta, aunque no necesariamente fuerte, y
con lentitud, para facilitar la claridad de la representacin y la evocacin del sentimiento.
Las condiciones materiales de esta prctica consisten tan slo en sentarse cmodamente, pero procurando que la espalda y la cabeza
se mantengan en lnea recta, y cerrar los ojos. Es conveniente un estado de tranquilidad mental, emotiva y fsica, aunque evitando el
caer en un amodorramiento. Por el contrario, la mente ha de conservarse en todo momento perfectamente lcida. Quien haya
practicado las primeras fases de la relajacin general consciente conseguir el estado ideal sin ningn esfuerzo. Una vez en esta
disposicin el ejercicio consiste simplemente en ir repitiendo la frase elegida, de acuerdo con todos los requisitos indicados.
Cada cual ha de buscar personalmente cul es la cualidad ms importante que le conviene actualizar en su caso particular. Y una vez
encontrada esta cualidad, buscar las palabras concretas que mejor expresan esta cualidad tal como l la concibe. Pero recurdese que
una vez escogida la frase no la ha de modificar, ni an en el caso de que despus crea que le ira mejor otra.
Slo a ttulo de sugerencia, damos a continuacin algunos ejemplos de frases que pueden servir como ideassemilla para la prctica
de autocondicionamiento.
Quiero tener ms alegra y optimismo.
Deseo sentirme ms slido y seguro.
Cada vez quiero sentirme ms decidido. Quiero ser ms amable y comprensivo.
Deseo sentir autntico inters por los dems.
Quiero ser ms sincero.
Conseguir abrirme ms al amor.
Deseo estar siempre tranquilo y atento.
Quiero que mi mente trabaje bien y ms de prisa.
Yo soy energa.
Dios es amor desde el fondo de mi corazn.
Dios es poder desde el fondo de mi ser.
Otras aplicaciones del autocondicionamiento. Ya que estamos estudiando este tema, podemos sealar, incidentalmente, que tambin
puede aplicarse el autocondicionamiento a cualquier situacin concreta que uno quiera afrontar con una actitud predeterminada. Por
ejemplo, si usted ha de tener una entrevista realmente muy difcil o muy importante, en la que teme no poder actuar con al aplomo y
la tranquilidad que tanto le convendran, entonces puede usted condicionarse previamente para que llegado el momento acte de
modo automtico en la forma deseada.
Para ello, cuatro o cinco das antes de la entrevista empiece a practicar el ejercicio siguiente:
Por la noche, cuando ya est en la cama, visualice o imagine del modo ms preciso que pueda, a la persona con quien se ha de
entrevistar. Imagnesela con toda claridad gesticulando y hablando tal como si la tuviera delante. Ahora evoque usted en su interior
la actitud y el estado de nimo que ms le gustara tener en el momento de la entrevista. Procure sentir ese estado de seguridad,
aplomo y optimismo del modo ms vvido posible. Y manteniendo ese mismo estado, vase a s mismo hablando con su
interlocutor. Asocie el estado eufrico con su sensacin de estar hablando cara a cara con l. Es preciso que la vivencia sea intensa y
sostenida, y tambin que la imagen de la situacin sea clara y real.
Si no puede evocar fcilmente el estado positivo, olvide por completo de momento el personaje en cuestin y busque en sus
recuerdos alguna ocasin en que haya tenido tal estado de nimo de modo particularmente intenso. Dedquese el tiempo que sea
necesario para centrarse en este recuerdo y en la vivencia correspondiente. Una vez lo haya conseguido, procurando mantener la
misma vivencia de satisfaccin imagnese hablando con la persona de referencia.
Como se ve, se trata de asociar por el simple hecho de mantenerlos juntos el sentimiento y la actitud positiva con la imagen
concreta de la situacin. Esto hay que repetirlo a diario durante cuatro o cinco das. Cuando se encuentre despus en la situacin
real, comprobar que sin el menor esfuerzo y sin necesidad de proponrselo, se encontrar actuando y reaccionando con la actitud
eufrica para la que se ha condicionado.
De forma parecida podr condicionarse para producir en usted en el momento que lo desee cualquier actitud y estado de nimo que
usted mismo haya previamente elegido. Desde el simple hecho de despertarse a voluntad a una hora prefijada, hasta el estado
permanente de la ms alta elevacin interior que uno sea capaz de desear, puede conseguirse con absoluta seguridad, si se trabaja
suficientemente en ello. El autocondicionamiento es, pues, la tcnica que nos permite llegar a ser los dueos absolutos de nuestros
estados internos.
No pienses en palabras, piensa en imgenes. En tu mente, disfruta de las vacaciones que tanto deseas, del carro con el cual has
soado, del puesto en la Organizacin en que has querido trabajar , de ver tu billetera abundante de dinero, de ver que ya no tienes
deudas! Esto, tarde o temprano, ser tu realidad!
Todo lo anterior equivale a combinar la autosugestin y la autovisualizacin, es decir, verse, ser y actuar como si ya lo fueras y
disfrutar de las cosas como si ya las tuvieras.
Aplica esta tcnica de superacin y autoayuda y vers que en poco tiempo empezars a lograr cosas que antes no habas podido
lograr! Ser inevitable que alcances una mejor calidad de vida y que tengas prosperidad en todo sentido. Forja este hbito de xito
en tu mente! que sea parte de ti!
Cualquiera de nosotros tiene la experiencia de tener su Yo localizado en la cabeza y en ocasiones parece que se traslada al plexo
solar, es decir la zona del corazn.
Esta sensacin corresponde a nuestras dos maneras principales de actuar: La Razn y la Emocin.
Pero aparte de estas sensaciones tambin tenemos otras que vienen de distintas partes del cuerpo y que reclaman nuestra atencin.
Una de ellas son los dolores. Un dolor hace que nuestra atencin se focalice en la parte dolorosa y reclama atenciones para eliminar
la molestia.
El dolor tiene esa misin principal, la de manifestar una queja de forma contundente.
Para las personas que estudian el psiquismo humano y que han avanzado ms en estas observaciones, dicen que detrs de un dolor
hay siempre mucho ms. Y que segn donde y como aparezca el dolor, nos est manifestando distintos estilos de carencias. De ah
que detrs de cada enfermedad exista un origen psicosomtico.
Pero hay otras llamadas de atencin cotidianas. Por ejemplo, nuestro estmago nos reclama comida y se encarga de transmitir una
sensacin de apetito, acompaada muchas veces del caracterstico ruido de tripas que nos seala que la hora de comer est llegando.
Eugene T. Gendlin profesor de psicologa en la Universidad de Chicago, y fundador de la revista Psychotherapy: Theory, Research
and Practice, cre el sistema de FOCUSING para poder dialogar con nuestra Inteligencia Interna repartida.
Bsicamente el Entrenamiento consiste en sensibilizarnos los suficiente para captar seales que nos enva el cuerpo y que antes del
entrenamiento nos pasaban desapercibidas. En definitiva or las demandas internas de nuestro ser
METODOS INDIRECTOS
Podramos decir que el Focusing es un mtodo directo de comunicacin con la inteligencia distribuida. Sin embargo a lo largo de la
historia han existido muchos otros: la utilizacin de un pndulo como punto a focalizar la respuesta o bien la escritura automtica
etc.
En sta misma Web puede encontrar otros artculos referentes a estas tcnicas.
METODOS BIOFEEDBACK DE COHERENCIA CARDIACA.,
Un mtodo autnticamente revolucionario es la utilizacin del llamado Espectro de Frecuencia en el Equipo Stress Pilot. (Modelo
Profesional PLUS)
El equipo utiliza la formula matemtica denominada Derivada de Fourier . Este descubrimiento matemtico permite clasificar la
secuencia de distintas frecuencias de la Variabilidad Cardiaca (VFC) en distintas grados. Por ejemplo: 0,1 Hz, Ms de O,2 Hz o
menos de O,1 Hz.
El resultado es una curva en forma de campana que nos indica que tipo de frecuencia est siendo ms repetida.
La grfica est cambiando constantemente, pues el aparato proporciona el clculo en tiempo real. Eso hace que tengamos una
grfica que baila constantemente motivada por los distintos cambios del corazn.
Literalmente estamos ante una manera de expresarse el corazn. Si estamos contentos y activos creativamente enseguida la curva
crece y crece gravitando principalmente sobre la frecuencia de 0,1 Hz. Si nos surge una preocupacin, la curva decrece y se
desparrama por otras frecuencias, dando un dibujo distinto.
Un motivo son los conflicto internos. Una lucha entre el debo de y los acontecimientos reales en los que actu
contrariamente a mi pensamiento. Esto origina contradicciones que pueden llegar al subconsciente y quedar grabado como
mensajes contradictorios.
Aceptacin literal del mensaje. El subconsciente acepta las palabras literalmente. En una poca infantil los mensajes se
graban mejor, as que si alguien oa en su casa frases como: Aquella mala decisin, me produjo un mal sabor de boca
no es de extraar que esa persona tenga problemas de estmago, cada vez que es consciente de tomar una mala decisin.
Hechos vivenciados. Las vivencias negativas que no superan la racionalizacin, pueden quedar marcadas. Son las malas
vivencias infantiles especialmente las que representan ste captulo.
La sugestin. La publicidad actan sugestionando una y otra vez, e incluso asocia ideas con imgenes. Alguna de estas
asociaciones puede que sea tan fuertes que se queden grabadas en el interior. El efecto sugerente de la palabra es muy
potente, y puede lograr hacer que alguien se encuentre mal, si varias personas se lo dicen de forma convincente.
El auto-castigo es otra de las motivos de problemas. La culpa es un sentimiento muy arraigado. Si el subconsciente capta
la idea de que es necesario un castigo, aunque racionalmente lo neguemos, va a manejar las fuerzas oportunas para que as
ocurra.
EL LENGUAJE DE DIOS
La ciencia perdida de la oracin y de la profeca
Las antiguas tradiciones sugieren que el efecto de la oracin procede de algo que no son las palabras en s mismas.
Quizs esta sea la razn por la que haya tanta gente que parezca haber perdido la fe en la oracin. Tras las
revisiones de la Biblia en el siglo IV, los detalles subyacentes al lenguaje de la oracin se fueron perdiendo
gradualmente en las tradiciones occidentales, dejando slo las palabras. En esta era, muchos empezaron a creer que
el poder de la oracin resida slo en la palabra hablada.
Las revelaciones de los textos anteriores al siglo IV, sin embargo, nos recuerdan que no hay cdigos mgicos en las
vocales y las consonantes que nos abran las puertas a reinos olvidados. El secreto de la oracin trasciende las
palabras de alabanza, los encantamientos y los cantos rtmicos de los poderes que son. * Mediante textos como los
manuscritos del mar Muerto, se nos invita a vivir la intencin de nuestra oracin en nuestras vidas, pues si las
palabras slo se repiten con los labios, son como una colmena muerta... que no da ms miel.1
* En el lenguaje esenio se hace referencia a los ngeles de muchas formas, una de ellas es como fuerzas o poderes. (Nota de la T )
EXPRESAR LO INEFABLE
El poder de la oracin reside en una fuerza que no se puede describir ni transmitir como la palabra escrita; son los
sentimientos que sus palabras evocan en nuestro interior. Es el 'sentimiento que ponemos en nuestras oraciones el
que nos abre la puerta e ilumina nuestro camino hacia las fuerzas visibles e invisibles. Aunque, con frecuencia, otras
referencias antiguas hacen alusin a este aspecto de nuestra comunin con la creacin, el abad del Tbet nos
confirm el elemento del sentimiento en la oracin durante nuestra audiencia privada.
Respecto a mi pregunta sobre lo que les estaba ocurriendo interiormente a los monjes y a las monjas cuando
contemplbamos la expresin exterior de sus oraciones, el abad respondi con una sola palabra: sentimiento. Las
expresiones externas de la oracin qu presenciamos en los monasterios del Tbet eran una manifestacin de los
movimientos y sonidos que utilizaban los monjes y las monjas para crear los sentimientos en su interior. El abad llev
su reo puesta todava un poco ms lejos cuando nos dijo que el sentir miento era algo ms que un factor en la
oracin. Hizo hincapi en que el sentimiento es la oracin!
A travs de la comunin con los elementos de este mundo, se nos abren las puertas a los grandes misterios de la
vida, a la oportunidad de ver lo invisible, escuchar lo inaudible y expresar lo inefable. La oracin en su forma ms
pura no tiene expresin externa. Aunque podamos pronunciar una secuencia de palabras prescrita que nos ha sido
transmitida de generacin en generacin, esta ha de originar un sentimiento dentro de nosotros, para que llegue al
mundo que nos rodea. En el mejor de los casos, cualesquiera que sean las palabras que escojamos para recitar
nuestras oraciones en voz alta, slo sern una aproximacin al sentimiento interior que intentan describir. Cmo
pudieron los grandes maestros hace dos mil aos ensear estos sentimientos? Cmo podemos compartirlos hoy en
da?
Muchas veces, cuando me piden que hable a grupos sobre la oracin, surge una pregunta que me recuerda una
conversacin que tuve hace aos con mi madre. Una tarde, mientras hablbamos por telfono entre breves visitas y a
travs de varias zonas horarias, yo estaba compartiendo mis impresiones acerca de un nuevo taller que haba
preparado sobre la compasin. Cuando le di mi definicin de oracin que comprenda sentimiento y emocin, mi
madre me hizo una pregunta que me han hecho muchas personas desde aquel da en muchas y diversas situaciones.
Abierta e inocentemente, me dijo sin ms:
Cul es la diferencia entre emocin y sentimiento? Siempre haba pensado que eran lo mismo.
Senta curiosidad por escuchar la visin de mi madre sobre estas, a veces, confusas experiencias que desempean
un papel tan importante en nuestras vidas. Como caba esperar, su explicacin se asemejaba a las definiciones
comnmente aceptadas en la actualidad en Occidente. Por ejemplo, algunos diccionarios consideran ambas palabras
casi sinnimas y usan cada una de ellas para definir a la otra. En The American Heritage Dictionary of the English
Language, la palabra sentimiento es definida como un estado emocional o disposicin; una emocin tierna. (En el
mismo texto, emocin la definen en un sitio como sentimiento fuerte, y en otro como sinnimo de sentimiento.)
Aunque estas definiciones puedan servir a los propsitos de nuestro mundo actual, los antepasados hacan una
distincin. Adems, aunque ntimamente relacionados, pensamiento y sentimiento se consideran elementos sin
conexin, claves, que se pueden utilizar para realizar un cambio en las condiciones externas, en nuestro cuerpo,
nuestro mundo y ms all de ste.
COMO ARRIBA...
En un relato de hace veinte siglos, las gentes de Tierra Santa hicieron una pregunta a sus guas que contina
resonando en nuestras mentes. Salvo por condiciones especficas, la pregunta sigue siendo inquietantemente similar.
Respecto a la paz en el mundo, nuestros antepasados preguntaron:
Cmo, entonces, podemos traer paz nuestros hermanos... pues queremos que todos los Hijos de
los Hombres compartan las bendiciones del ngel de la paz?.'
Los maestros esenios respondieron ilustrando el papel del pensamiento, del sentimiento y de la poderosa naturaleza
de la oracin. Sus palabras, desafiando nuestra lgica actual, nos recuerdan que la paz es algo ms que la simple
ausencia de agresin o de guerra. La paz trasciende el trmino de un conflicto o una declaracin poltica.
Aunque puede que forcemos el aspecto externo de la paz sobre un pueblo o una nacin, es el pensamiento
subyacente el que se has, de cambiar para crear una paz autntica y duradera. Los maestros esenios, en palabras
que, sorprendentemente, suenan muy similares a las budistas y cristianas, respondieron que,
tres son las moradas del Hijo del Hombre... Su cuerpo, sus pensamientos y sus sentimientos...
Primero el Hijo del Hombre deber hallar la paz en su propio cuerpo. Luego el Hijo del Hombre
deber buscarla en sus pensamientos... Por ultimo buscar en sus sentimientos.3
Los antepasados nos ofrecieron una elocuente visin de uniforma de pensar que nos permite redefinir lo que hemos
experimentado fuera recurriendo a aquello en lo que nos hemos convertido interiormente. Una escuela de medicina,
similar en algunos aspectos al sistema de la prctica sanitaria occidental, aporta un cambio al atacar la enfermedad
misma. Segn este sistema se eliminan los cuera pos extraos mediante medicamentos, o se extirpan quirrgica*
mente los rganos y tejidos que parecen enfermos.
Otra escuela de pensamiento trasciende la expresin externa del aspecto de nuestro cuerpo y va en busca de los
factores subyacentes que pueden ser la causa de ese estado, donde las fuerzas invisibles del pensamiento, el
sentimiento y la emocin se convierten en el plano que nos ayudar a comprender y cambiar las situaciones de
nuestra vida que ya no nos sirven.
Para cambiar las condiciones del mundo exterior, se nos invita que primero las transmutemos desde dentro. Cuando
lo hacemos, las nuevas condiciones de salud o de paz se proyectan en el mundo que nos rodea. Esto es esencial en
el pasaje esenio que he citado'
Para aportar paz a nuestros seres queridos, primero hemos de convertirnos en esa paz. En el lenguaje de su tiempo,
los autores de los manuscritos del mar Muerto incluso nos ofrecen revelaciones de la tecnologa que facilita esta
En este ejemplo, mientras nos preparamos y defendemos contra todas las posibilidades y situaciones en las que
podramos perder nuestras vidas, el modelo sugiere que en realidad estamos llevando la atencin a esa misma
experiencia que estamos intentando evitar. Al no querer, creamos la condicin que permite que suceda. En lugar de
centrar nuestra atencin en lo que no queremos, es mucho mejor identificamos con lo que queremos traer a nuestras
vidas y vivir con esa perspectiva. Justamente las afirmaciones proporcionan un maravilloso ejemplo de este principio.
ltimamente, las afirmaciones se han hecho muy populares entre los seguidores de algunas enseanzas esotricas
y espirituales. En estas tradiciones se sugiere que al afirmar, muchas veces al da, las cosas que elegimos
experimentar en nuestra vida, estas llegan a suceder. En general, cuanto menos complicada sea la afirmacin, ms
claro ser el efecto. las palabras de nuestras afirmaciones con frecuencia reflejan un deseo de cambio en la vida,
como por ejemplo:
Mi pareja perfecta se est manifestando para m en este momento o Estoy desbordante ahora y
en todas las manifestaciones futuras.
Conozco personas que llevan sus afirmaciones hasta el grado de convertirlas en una disciplina formal. Empiezan a
prepararse en el aseo con notas pegadas alrededor del espejo, recordndose las afirmaciones. Cuando cogen el
coche para ir al trabajo por la maana, pegan las notas en el salpicadero y se las cuelgan en los retrovisores. En el
trabajo en su despacho las pegan en la mesa, en el tabln de notas y en la pantalla del ordenador; cada nota es como
un recordatorio de esas cosas que han elegido cambiar o traer a sus vidas.
Es evidente que a algunas personas las afirmaciones les han abierto poderosas puertas. Por primera vez, las
personas han empezado a sentirse dueas y responsables de las cosas que les pasan en la vida. A algunas personas
las afirmaciones les han funcionado; sin embargo, a otras muchas no. Tras meses de innumerables repeticiones de
recordatorios creativos sin resultado alguno, sencillamente han dejado de repetir las afirmaciones. Nuestro antiguo
modelo de pensamiento, emocin y sentimiento podra ayudar a esas personas a comprender lo que ha sucedido o lo
que no ha sucedido.
necesidad en el segundo. Cuando decimos que necesitamos ms o que se nos est acabando, generalmente la
emocin que est detrs de estas afirmaciones es el miedo. Aun reconociendo que puede haber excepciones, he
colocado la palabra miedo a la cabeza de la categora emocin en nuestra tabla. Con estos elementos de la
oracin aparentemente simples, adquirimos una claridad tremenda acerca del mecanismo de cmo y por qu
nuestras oraciones funcionan en el modo en que lo hacen.
Con los resultados de esta tabla delante, planteo la siguiente pregunta: cuando unimos la emocin del miedo con el
pensamiento de no tengo suficiente, qu sentimiento obtenemos?
La respuesta suele ser el silencio. No me sorprende, porque el sentimiento es distinto para todos. La palabra que
utilizamos para describir el sentimiento no es importante. Lo que importa es el sentimiento.
-Venga! -les vuelvo a preguntar-. Cmo os sents cuando pensis que no tenis dinero y
experimentis la emocin del miedo?
-Uf! -oigo exclamar desde algunas partes de la sala. -Fatal! -dice alguien.
-Justamente -respondo yo-. Ah es precisamente adonde quiero llegar.
-A travs de nuestros sentimientos, de la unin invisible de pensamiento y emocin, escogemos las
situaciones que condicionan nuestra vida. Cuando imaginamos un resultado con el ojo de nuestra
mente y somos conscientes de la emocin que lo est alimentando, forjamos el sentimiento. Para
comprender lo que hemos creado, basta con mirar el mundo que nos rodea. Cmo vamos a crear
dinero, relaciones y salud si los sentimientos que alimentan a nuestra creacin son fatal y uf?
Los sentimientos de desvalorizacin alimentan precisamente la creacin de esa experiencia contraria
a la que deseamos tener en nuestra vida, el sentimiento de falta de autoestima. Casi todas las
personas presentes ya han escuchado los principios del ejercicio. Quiz lo que les resulte nuevo sea
la oportunidad de poder comprender qu es lo que les haba sucedido en el pasado cuando rezaban.
Ah es donde empieza nuestra sanacin.
Al repasar juntos estos ejercicios, en menos de diez minutos, con la ayuda de un sencillo tabln para colgar hojas, es
posible ilustrar el mecanismo de lo que puede que sea el poder ms grande de la creacin. Es la dicha que surge de
recordar nuestro poder para traer bienestar, abundancia, salud, seguridad y felicidad a nuestras vidas, que se haba
perdido en Occidente hace mil quinientos aos! Adems de identificar cmo funciona nuestra tecnologa interna de la
oracin, tambin tenemos que cambiar los elementos de nuestra oracin para que nos sirvan mejor en el futuro.
Tras decir esto, inmediatamente se establece esta comprensin entre los participantes. Oigo un suspiro, luego otro y
otro. Cada uno acentuado con brotes de risitas nerviosas, quizs en un esfuerzo para disipar la intensidad del
momento. Al mirar los rostros de los asistentes, tengo el privilegio de contemplar el inicio del milagro.
EL CALDO DE LA CREACIN
Con los aos, he aprendido muchas cosas de las personas que he conocido en distintos lugares. Aunque cada grupo
de participantes es nico, hay aspectos universales que conectan a cada grupo de cada ciudad con la experiencia
comn de formar una sola familia. Hacer una pregunta es uno de esos aspectos. Hay personas que se arman de valor
para hacer una pregunta, mientras que otras, que se encuentran en el mismo lugar y se estn preguntando lo mismo,
no lo expresen.
Algunas personas puede que sean conscientes de su pregunta, pero se sienten cohibidas para exponerla delante de
un grupo. Otras, hasta que no la oyen en boca de otro no dicen: S, yo me estaba preguntando lo mismo. Yo
disfruto con esos momentos. Nuestros grandes momentos de comunicacin se producen cuando hay la oportunidad
de interactuar y aclarar cosas entre todos.
En una de las primeras oportunidades que tuve de presentar los conceptos de la oracin en un taller, un seor que
estaba sentado en las primeras filas, lanz un suspiro que todo el mundo pudo or. Sin duda consigui acaparar mi
atencin! Al mirarle, vi una expresin de inseguridad en su rostro. Busqu un modo de reconocer la frustracin del
hombre sin mirarle directamente, y quiz con ello hacerlo sentirse molesto; me dirig entonces al pblico y dije: Hay
alguna pregunta?.
El hombre del suspiro aprovech inmediatamente la oportunidad.
Era un hombre de unos treinta y cinco aos, y tena un codo apoyado sobre la mesa que comparta con los dems de
su fila. Apoyaba informalmente la barbilla en su mano abierta situada debajo de la mandbula. Mientras me diriga
hacia l para escuchar su pregunta, coloc su lpiz sobre la mesa cerca de su cuaderno de notas. Mir rpidamente
la pgina que tena delante. Estaba llena de notas, diagramas y garabatos. Pude ver que este hombre haba estado
ocupado. Comenz a hablar con otro gran suspiro.
-Ya he odo esto antes -dijo, manteniendo la barbilla apoyada en su mano-. Llevo muchos aos en el
camino y he estado con muchos maestros. De un modo u otro, todos han dicho lo mismo. Lo que
est diciendo no es nada nuevo. Sin embargo, ha habido algo en lo que nunca haba cado en la
cuenta hasta ahora. De qu modo nuestros sentimientos internos pueden tener algn efecto sobre lo
que sucede en el mundo exterior?
Record la conversacin que haba tenido meses antes con mi madre. La idea de que el componente sutil del
pensamiento, sentimiento y emocin pudiera tener algn efecto sobre el mundo fsico de molculas, tomos y clulas
era un misterio para mi madre, al igual que para ese seor. Empec con una explicacin que he usado como una
analoga en muchas ocasiones con el paso de los aos. Procede de un experimento que recuerdo haber realizado en
una fase temprana de mi vida para probarme los principios de los que estbamos hablando.
-El caldo de la creacin existe como un estado de posibilidades -empec-. Todos los componentes
para cualquier cosa que podamos llegar a concebir, incluyendo la propia vida, existen en ese estado
de posibilidad. Aunque all estn los componentes para formarlas, no hay ningn desencadenante
que las empuje a moverse. Esta idea es muy similar a hacer una barra de caramelo de colores con
una jarra de agua a la que le hemos aadido mucho azcar. Podemos aadir muchas cucharadas de
azcar en el agua y ver cmo se disuelve y desaparece. Aunque ya no vemos el azcar, sabemos
que hay varias cucharadas en esa agua.
El azcar permanece en el mismo estado, invisible, hasta que llega algo que cambia las condiciones
del agua. A eso lo llamamos catalizador, algo que desencadena una nueva oportunidad para que el
agua y el azcar interacten. El desencadenante puede ser algo tan simple como colocar una cuerda
de fibra en el agua. Cuando el agua impregnada de azcar se absorbe en la cuerda, se evapora y se
separa del azcar. Al no haber agua, el azcar se cristaliza en una nueva expresin de s mismo, en
los diminutos cristales que siguen las leyes del aire ms que las del agua. Diferentes temperaturas y
presiones representan distintas leyes y producen cristales diferentes.
Cuando creamos sentimientos sobre las cosas que queremos experimentar en el mundo, estos son
como la cuerda en la solucin de azcar. Entre las posibilidades de la creacin colocamos una
imagen de sentimientos, con la energa suficiente para hacer realidad una nueva posibilidad. Sin
embargo, la clave de este sistema es que la creacin devuelve precisamente lo que nos ha mostrado
nuestra Imagen. La imagen le dice al caldo creativo dnde hemos puesto nuestra atencin. La
emocin que asociamos a nuestra imagen atrae la posibilidad de la misma. Cuando no queremos
algo -Una emocin que se basa en el miedo-, nuestro miedo est aumentando eso que no queremos.
Estas leyes nos invitan a robustecer nuestras elecciones centrndonos en las experiencias positivas
que hemos elegido ms que preparndonos para las cosas negativas que no deseamos. La creacin
simplemente produce la consecuencia de nuestro sentimiento, perpetuando aquello que hemos
imaginado. Este es el antiguo secreto de un modo olvidado de oracin, algo que se perdi en el siglo
IV.
Vi el cambio de expresin en la cara del hombre. En cuestin de segundos, este sencillo experimento,
que hoy en da se realiza en potes de mayonesa expuestos a la luz solar en innumerables alfizares
de ventanas de incontables aulas alrededor del mundo, explicaba una posibilidad que le haba
desconcertado durante aos.
CMO ORAMOS?
Tras l ejercicio de afirmaciones y oracin, pregunt a los participantes si sentan que sus oraciones en el pasado
haban tenido respuesta. Al principio hubo silencio, dudaban en responder. Poco a poco la gente empez a levantar la
mano para decir no o slo a veces.
Estas personas me estaban diciendo que para las categoras de la oracin concernientes al dinero, trabajo, relaciones
y maestros, muchos sentan que sus ruegos no haban sido escuchados.
Mi siguiente pregunta fue: Por qu?. Adnde recurrimos para comprender la sofisticada tecnologa de la oracin
y cmo la aplicamos a nuestras vidas? Los investigadores de la oracin, por razones de estudio, dividen las mltiples
aplicaciones y mtodos de oracin utilizados en Occidente en grandes categoras. Por ejemplo, Margaret Paloma,
profesora de sociologa en la Universidad de Akron (Ohio), identifica cuatro clases o modos, que describo a
continuacin.
Oracin coloquial
Nos comunicamos con Dios con nuestras propias palabras, describiendo informalmente nuestros
problemas o dando las gracias por las bendiciones que recibimos en nuestras vidas: Amado Dios,
por favor, permite por esta vez que mi coche llegue a la gasolinera que est en la prxima salida de la
autopista, te prometo que nunca volver a dejar que se me acabe la gasolina.
Oracin de peticin
En este tipo de oracin pedimos nuestro bien a las fuerzas creativas de nuestro mundo para obtener
cosas o resultados especficos. La oracin de peticin puede ser formal o con nuestras propias
palabras: Poderosa presencia "Yo soy", reclamo mi derecho a sanar.
Oracin ritualista
Aqu repetimos una secuencia determinada de palabras, quizs en ocasiones especiales o en
momentos concretos. Las oraciones antes de irse a dormir como el Con Dios me acuesto..., o el
Seor, bendice los alimentos que vamos a tomar... antes de las comidas, son ejemplos por todos
conocidos.
Oracin meditativa
Una oracin meditativa es la que trasciende las palabras. En meditacin estamos en silencio, quietos,
abiertos y conscientes de la presencia de las fuerzas creativas dentro de nuestros mundos y nuestros
cuerpos. En nuestra quietud, dejamos que la creacin se exprese a travs de nosotros en ese
momento.
Para muchas personas, la prctica de la meditacin va ms all de la oracin. En el sentido ms
estricto de la palabra, si la meditacin implica un pensamiento, un sentimiento y una emocin, puede
ser definida como meditacin y oracin.
Los cuatro modos descritos, utilizados individualmente o combinados, constituyen el grueso de las modalidades de
oracin que se emplean en Occidente.
En mi experiencia de las tradiciones indgenas o esotricas, siempre ha habido referencias a un modo de oracin que
nunca ha parecido encajar en ninguna de estas categoras. Los viajes a algunos de los lugares ms sagrados de la
Tierra me han revelado un modo de oracin que est reservado para los iniciados y los estudiantes serios de temas
espirituales. Las paredes de los templos de Egipto, las costumbres de los amerindios del Norte y los curanderos de
las montaas de Per me han enseado una forma de oracin que no parece ser conocida en las tradiciones
occidentales.
Es posible que exista un quinto modo que nos permita fusiona nuestros pensamientos, sentimientos y emociones en
una nica y potente fuerza de creacin? Adems, es esta la fuerza que abre directamente la puerta a los procesos
de sanacin en nuestro cuerpo y en el mundo? Tanto los textos antiguos como los estudios modernos nos dan a
entender que as es.
Los ejemplos del cncer curado, de la desaparicin de la herida del cuello, la compresin del tiempo en el desierto del
Sina y la misteriosa contraorden del bombardeo de Iraq nos ofrecen pistas sobre el secreto que envuelve a nuestro
olvidado mtodo de oracin. Gracias a nuestra nueva comprensin del tiempo y de los puntos de eleccin, la fsica
cuntica considera la posibilidad de cada uno de estos aparentes milagros como productos que ya existen.
El secreto de nuestro olvidado mtodo de oracin es cambiar nuestra visin de la vida sintiendo que el milagro ya
se ha producido y que nuestras oraciones ya han sido escuchadas. Los pueblos indgenas del mundo comparten el
recuerdo de esta oracin en sus textos ms sagrados y en sus tradiciones ms antiguas. Ahora tenemos la
oportunidad de atraer esta sabidura a nuestras vidas en forma de oraciones de gratitud por lo que ya tenemos, en
lugar de pedir para que nuestras oraciones sean escuchadas.
LA ORACIN DE DAVID
Estir la mano por encima del hombro para alcanzar una botella de agua fresca de mi mochila. Eran slo las once de
la maana y el alto sol del desierto ya haba penetrado el grueso nailon, eliminando cualquier resquicio de frescor de
la botella. Durante semanas nos haban estado avisando de que estaban prohibidas las fogatas y quemar basuras.
Incluso lanzar un cigarrillo desde la ventana de un vehculo en marcha poda suponer una cuantiosa multa. Este era el
tercer ao de sequa en el desierto del sudoeste de Estados Unidos. Aunque era una poca de climas extremos en
todas partes, pareca que las montaas del norte de Nuevo Mxico estaban especialmente afectadas. las pistas de
esqu no haban abierto ese ao, y el ro Grande se haba reducido a un hilo antes de fusionarse con el ro Rojo cerca
de Questa.
Al coger la reblandecida botella de plstico para abrirla, se me derram un poco de agua alrededor del tapn.
Observ fascinado cmo el agua salpicaba el suelo. La superficie estaba tan reseca que las gotas se fusionaban
formando un charquito antes de rodar al interior de una pequea depresin cercana. Incluso dentro de ese hoyo
superficial, no se difuminaron y absorbieron en la tierra. Para mi sorpresa, todo el charquito se evapor en cuestin de
segundos.
-La tierra tiene demasiada sed para beber -me dijo David suavemente desde detrs.
-Has visto antes una sequa como sta? -le pregunt.
-Los ancianos dicen que hace ms de cien aos que las lluvias no nos dejaban durante tanto tiempo respondi David-. Esta es la razn por la que hemos venido a este lugar, para invocar a la lluvia.
Haca aos que conoca a David; de hecho, desde antes de trasladarme al elevado desierto del norte de Santa Fe.
Los dos habamos emprendido un viaje sagrado alejndonos de nuestros hogares, familias y seres queridos. Su gente
llamaba a estos viajes la bsqueda de la visin. Para m supona la oportunidad de escaparme de mis compromisos
corporativos y estar en contacto con la tierra durante mi etapa peridica de reflexin sobre mi propsito y rumbo en la
vida. A los cinco meses de habernos conocido, me fui a vivir a las montaas que haba visitado para estar en soledad.
Aunque David y yo rara vez nos veamos, cuando lo hacamos era como si hubiramos estado hablando el da
anterior. Nunca haba ninguna sensacin de extraeza o necesidad de disculparnos por nuestra falta de contacto. Los
dos sabamos que tenamos que dar prioridad a las cosas de nuestra vida que nos exiga nuestra atencin. En ese
momento estbamos juntos, compartiendo una trrida maana de verano en el desierto.
Tras un largo trago de mi botella caliente, me levant y empec a caminar hacia David. l estaba a unos veinte pasos
por delante. Le segua por un camino invisible que slo l poda ver. Nuestra marcha se haca ms rpida a medida
que nos abramos paso por densos matorrales de salvia y chamico que llegaban a la altura de las rodillas. Mir el
suelo que tena delante. Cada uno de mis pasos levantaba una pequea nube de polvo que desapareca en la trrida
y seca brisa. Detrs no quedaba ni rastro del camino que estbamos creando.
David saba exactamente adnde bamos; era un lugar conocido por su familia y antepasados durante muchas
generaciones. Ao tras ao acudan a ese lugar en busca de la visin, para realizar sus ritos de paso, y en ocasiones
especiales como hoy.
-All -dijo David. Mir hacia donde estaba apuntando. Tena el mismo aspecto que los otros miles de
hectreas de salvia, junpero y pino que nos rodeaban en el valle.
-Dnde? -pregunt.
-All, donde cambia la tierra -respondi David.
Mir detenidamente, estudiando el paisaje. Revis la parte superior de la vegetacin, mis ojos buscaban
irregularidades en el espacio y en el color. De pronto salt a la vista, como una imagen oculta en uno de esos grficos
tridimensionales que disfrazan una imagen entre los puntos. Mir ms de cerca y vi que las puntas de los arbustos de
salvia tenan una distribucin diferente. Al dirigirnos hacia la aparente anomala, pude ver algo en el suelo, algo
grande e inesperado. Me detuve para colocarme a la sombra que creaba mi propio cuerpo, y entonces pude ver una
serie de piedras, hermosas y de todo tipo, organizadas para formar perfectas lneas y crculos geomtricos. Cada
piedra estaba exactamente situada, revelando la precisin con la que las antiguas manos las haban colocado cientos
de aos antes.
Qu es este lugar? -le pregunt a David-. Por qu est aqu, en medio de la nada?
-Esta es la razn por la que hemos venido -dijo riendo- por esto, lo que t llamas nada, es por lo
que estamos aqu. Hoy slo estamos t y yo, la tierra, el cielo y nuestro Creador. Eso es todo. Aqu no
hay nada ms. Hoy nos pondremos en contacto con las fuerzas invisibles de este mundo; hablaremos
con la Madre Tierra, con el Padre Cielo y con los mensajeros que estn entre medio.
Hoy rezaremos lluvia -dijo David.
Siempre me sorprende la rapidez con la que los viejos recuerdos pueden inundar el presente. Al igual que me
sorprende lo pronto que se desvanecen. Al momento, mi mente busc las imgenes de lo que esperaba que iba a
suceder a continuacin. Record las escenas de oracin que me eran familiares. Recordaba haber ido a los pueblos
vecinos y ver a los nativos ataviados con prendas de su tierra. Recuerdo haberlos estudiado mientras se movan
rtmicamente al son de los mazos de madera con los que percutan los tambores de cuero de alce tensado sobre
marcos de pino. Sin embargo, ningn recuerdo de mi mente poda prepararme para lo que iba a presenciar.
-El crculo de piedra es una rueda de medicina -me explic David-. Que nosotros recordemos,
siempre ha estado aqu. La rueda no tiene poder en s misma. Sirve como objeto de concentracin
para invocar la oracin. Puedes verlo como un mapa de carreteras.
Yo deba de haber puesto cara de perplejidad. Por lo que David se adelant a mi pregunta y la respondi antes de
que hubiera acabado de formularla en mi mente.
-Un mapa entre los seres humanos y las fuerzas de este mundo -dijo respondiendo a la pregunta que
todava no haba formulado-. El mapa fue creado aqu, porque en este lugar las pieles de ambos
mundos son muy finas. Cuando yo era un nio me ensearon el lenguaje de este mapa. Hoy
recorrer un antiguo camino que conduce a otros mundos. Desde esos mundos, hablar con las
fuerzas de esta tierra, para hacer lo que hemos venido a hacer. Invitar a la lluvia.
Observ cmo David se sacaba los zapatos. Hasta la forma en que se desataba los lazos de sus viejas botas de
trabajo era una oracin, metdica, intencionada y sagrada. Con sus pies descalzos sobre la tierra, se dio la vuelta y
se apart de m en direccin al crculo. Sin emitir sonido alguno recorra su camino alrededor de la rueda, con sumo
cuidado para respetar la colocacin de cada una de las piedras.
Con veneracin hacia sus antepasados, coloc sus desnudos pies sobre la tierra agrietada. En cada paso, los dedos
de sus pies se acercaban a menos de un centmetro de las piedras exteriores. Ni una sola vez las toc. Cada piedra
se qued justo en el mismo sitio donde otras manos, de una generacin hace mucho tiempo desaparecida, las haban
colocado. Mientras circundaba el contorno ms lejano del crculo, David se gir, permitindome ver su rostro. Para mi
sorpresa, sus ojos estaban cerrados. Haban estado as todo el tiempo. Estaba venerando una a una la posicin de
cada piedra blanca y redonda sintindolas mediante la posicin de sus pies!
David regres al lugar ms cercano a m y coloc sus manos en posicin de oracin delante de su cara. Su
respiracin era casi imperceptible. Pareca no enterarse del calor del sol del medioda. Tras unos breves segundos en
esta posicin, respir profundamente, relaj la postura y se gir hacia m.
-Vmonos, aqu ya hemos terminado -dijo mirndome directamente.
-Ya? -pregunt un poco sorprendido. Pareca como si acabramos de llegar-. Pens que bamos a
rezar para invocar a la lluvia.
David se sent en el suelo para ponerse de nuevo los zapatos. Me mir y sonri.
-No, yo te dije que rezara lluvia -respondi-. Si hubiera rezado para invocar a la lluvia, nunca
podra suceder.
Por la tarde cambi el tiempo. La lluvia empez de repente, con unos pocos sonidos sordos sobre la tierra que estaba
en direccin a las montaas del este. En cuestin de minutos las gotas se fueron haciendo ms grandes y ms
frecuentes, hasta que se declar una tormenta con todas las de la ley. Enormes nubes negras cubran el valle,
oscureciendo las montaas de Colorado por el norte durante el resto de la tarde. El agua se acumulaba con tanta
rapidez que la tierra no la poda absorber, y al cabo de poco tiempo empezaron los temores a las inundaciones. Mir
los 18 kilmetros de salvia que haba entre donde me encontraba yo y la cadena montaosa al este. El valle pareca
un inmenso lago.
A ltima hora de la tarde, mir la previsin meteorolgica de las estaciones locales. Aunque no estaba sorprendido,
recuerdo haber sentido admiracin mientras los mapas del tiempo coloreados parpadeaban en la pantalla. Las flechas
animadas indicaban el tpico patrn de aire fro y hmedo que descenda formando un ngulo desde la regin
Noroeste del Pacfico, atravesaba Utah y entraba en Colorado, como sola hacer en los meses de verano. Luego,
inexplicablemente, la corriente cambi su curso e hizo algo excepcional.
Observaba, sorprendido, cmo la masa de aire se adentraba con precisin en el sur de Colorado y norte de Nuevo
Mxico antes de formar un cerrado bucle para cambiar de direccin y regresar al norte, reanudando su camino a
travs de la regin Central. Con ese descenso se converta en un frente de baja presin y aire fro que se mezclara
con el aire caliente y hmedo que ascenda del Golfo de Mxico, la receta perfecta para la lluvia. Por las previsiones
del tiempo, pareca que iba a llover y bastante. Llam a David a la maana siguiente.
-Qu desastre! -exclam-. Las carreteras han desaparecido. Las casas y los campos estn
inundados. Qu ha sucedido? Cmo explicas toda esta lluvia?
La voz al otro lado de la lnea permaneci en silencio durante unos segundos.
-Ese es el problema -dijo David-. Esta es la parte de la oracin que todava no he comprendido!
A la maana siguiente, la tierra ya estaba lo bastante hmeda para aceptar ms agua. Me mont en el coche y
atraves varios Pueblos en direccin a la ciudad ms cercana. La gente estaba extasiada contemplando la lluvia. Los
nios jugaban en el barro. Los granjeros estaban en las ferreteras y tiendas de ultramarinos, ocupndose de sus
negocios de ganadera y agricultura. Las cosechas haban sufrido un dao mnimo. El ganado tena agua en sus
estanques y pareca como si el norte de Nuevo Mxico hubiera superado la tristeza de la sequa, al menos en lo que
quedaba de verano.
De este modo, con las palabras de su pueblo, David haba compartido conmigo el secreto de entrar en comunin con
las fuerzas de nuestro mundo y nuestros cuerpos. Aunque haba escuchado y comprendido lo que me haba dicho,
sus palabras todava son ms significativas para m hoy en da.
Este fragmento de nuestro mtodo de oracin olvidado nos invita a pedir el beneficio de nuestra oracin, como en
nuestra conocida admonicin pedid y recibiris. La comparacin del texto arameo ampliado con la versin bblica
moderna de la oracin nos ofrece poderosas revelaciones sobre las posibilidades de esta tecnologa perdida.
La versin moderna condensada:
En verdad, en verdad os digo, que todo cuanto pidiereis a mi Padre en mi nombre, os lo dar. Hasta
ahora nada habis pedido en mi nombre; pedid, y recibiris, para que vuestro gozo sea cumplido (Jn,
16,2324).
La versin original, vuelta a traducir del arameo:
Todo aquello que pidas directa y abiertamente... en mi nombre, te ser concedido. Hasta ahora no lo
has hecho. Pide sin un motivo oculto y sers rodeado por la respuesta. Djate envolver por lo que
deseas, que tu jbilo sea completo...'
A travs de las palabras de otros tiempos, se nos invita a acoger nuestro olvidado mtodo de oracin como una
conciencia que nosotros encarnamos, en lugar de una forma prescrita de accin que realizamos para tal efecto. Al
invitarnos a estar rodeados por nuestra respuesta y envueltos por lo que deseamos, este antiguo pasaje hace
hincapi en el poder de nuestros sentimientos. En nuestro lenguaje actual, esta elocuente frase nos recuerda que
para crear nuestro mundo, en primer lugar hemos de tener los sentimientos de que nuestra creacin ya se ha
realizado. Nuestras oraciones se convierten entonces en una accin de gracias por lo que hemos creado, en lugar de
ser peticiones de lo que queremos que suceda.
UNA NUEVA FE
No puedo decir a ciencia cierta que la oracin de David tuviera algo que ver con las tormentas que se produjeron
durante el tiempo que estuvimos juntos. Lo que s puedo decir es que el tiempo en el norte de Nuevo Mxico cambi
ese da. Tras semanas de sequa, de cosechas perdidas y ganado deshidratado, en un da cambi el tiempo y
llegaron lluvias torrenciales que dieron lugar a lluvias diarias que duraron hasta las heladas de otoo. Adems, puedo
decir que hubo una sincronicidad entre el inesperado cambio de tiempo y la experiencia que compart con David. El
tiempo que transcurri entre los acontecimientos fue cuestin de horas. Cmo podemos probar un hecho de tal
magnitud e importancia?
Los habitantes de los pueblos de amerindios en la desierta regin suroeste no necesitan pruebas; sin duda alguna,
ellos saben que dentro de cada uno de nosotros se encuentra el poder para comunicarnos directamente con las
fuerzas creadoras de este mundo y fuera de l. Lo hacen sin expectativas, sin juzgar el resultado de su comunin. Por
ejemplo, si no hubieran venido las lluvias, David habra visto la ausencia de las mismas como una parte de su oracin,
en lugar de como una seal de fracaso. Su oracin no pona condiciones. No puso una fecha al resultado de su
comunin con las fuerzas de la naturaleza.
David haba compartido un momento divino con los poderes de la creacin, haba plantado la semilla sagrada de una
posibilidad a travs de su oracin y haba dado gracias por tener la oportunidad de elegir otro resultado. Su
inquebrantable fe en que su oracin haba logrado algo es la clave para regresar a nuestra oracin perdida.
En nuestro mundo moderno, con frecuencia esperamos una gratificacin y una respuesta rpida. El tiempo de
procesamiento de nuestros ordenadores, por ejemplo, supera en ms de cincuenta veces la rapidez de los primeros
microordenadores de principios de los ochenta. Entonces, pensbamos que eran rpidos. Esperar durante ms de
una fraccin de segundo tras teclear nuestro comando en el teclado a veces nos provoca ansiedad por obtener una
respuesta que hace slo unos aos supona el ltimo avance de la tecnologa.
Los hornos microondas han reducido a la mitad el tiempo que se necesitaba para hervir el agua con la cocina de gas
o elctrica convencional. Ahora, esperamos con impaciencia a que el reloj digital marque los segundos que quedan
para que hierva el agua. Ha habido una tendencia a ver los resultados de la oracin del mismo modo. Si los
resultados no son inmediatos, sentimos que no ha funcionado. Los antepasados eran ms sabios.
Cuando David oraba lluvia, saba a ciencia cierta que con su oracin haba invitado una nueva posibilidad. Tambin
saba que su oracin no era ms que una posibilidad. Quizs el efecto no seria inmediato para nuestros ojos. Mientras
l y yo estbamos de pie en el campo de salvia, en lo alto de los desiertos del norte de Nuevo Mxico, el hecho de
que no viramos inmediatamente la lluvia no le afect a David demasiado. Estaba seguro de su capacidad para elegir
otro resultado y su confianza era algo natural para l.
La certeza de David de haber plantado la semilla de la posibilidad en alguna parte de las profundidades de la
creacin, nos conduce a replanteamos una palabra que puede que en los ltimos tiempos haya perdido su significado.
Esa palabra es fe. Aunque en The American Heritage College Dictionary la fe se define como creencia que no se
basa en pruebas lgicas o evidencias materiales, los antepasados y los pueblos indgenas de nuestros das aceptan
una definicin de la palabra mucho ms amplia.
Su comprensin es tan vlida hoy en da como lo fue en generaciones pasadas, cuando la fe era la clave para
comunicarse con las fuerzas invisibles de nuestro mundo. Gracias a su maravillosamente integrada visin de nuestro
papel en la creacin, la fe se convierte en la aceptacin de nuestro poder como fuerza directriz en la creacin. Esta
visin unificada es la que nos permite avanzar en la vida con la confianza de que a travs de nuestras oraciones
hemos plantado las semillas de nuevas posibilidades.
Nuestra fe nos permite reasegurarnos de que nuestras oraciones han sido escuchadas. Con esta conciencia, nuestros
rezos se transforman en expresiones de gratitud que infunden vida a nuestras elecciones a medida que estas se
manifiestan en el mundo.
Siete son los senderos
que cruzan el Huerto Infinito,
y cada uno deber transitarse
con el cuerpo, el corazn y la mente cual uno
EVANGELIO ESENIO DE LA PAZ
Fernando, para borrar la programacin similar a la de su pap, debe hacer un ejecicio de auto-regresin
repitiendo las mismas palabras que mencionaAltibajos econmicos (1) malos socios (2) negocios
ruinosos (3) una vida llena de sacrificios(4) Hay mucho dolor en mi vida (5), debe hacer sus ejercicio en
cinco sesiones, en una cama o camilla donde no sea molestdo y repetir los modelos mentales por ms de
diez minutos, con los ojos cerrados y el cuerpo relajado, de forma automtica irn saliendo sensaciones
como punzadas, presiones, dolor de cabeza o de otras partes del cuerpo y debe serguir repitiendo hasta
que todas esas sensaciones se borren, haga lo mismo con los otros modelso mentales y esas creencias se
irn borrando desde el nivel neurolgico.
Para cargar su subcosnciente reptita esta plegaria del Dr. Murphy Joseph tres veces al da en estado de
paz interior: El amor divino y la prosperidd divina se instilan en mi mente subconsiente y van
purificando mi alma de todas las creencias negativas por completo.
Persevere por un mes y siga las indicaciones o impulsos de su subconsciente, saludos de Eduardo
Kucharsky desde La Paz Bolivia