Maravillas de Tu Mente-Joseph Murphy
Maravillas de Tu Mente-Joseph Murphy
Maravillas de Tu Mente-Joseph Murphy
MARAVILLAS DE TU
MENTE
Índice
Capítulo uno: Cómo funciona la mente ........................................................................ 81
Capítulo dos: La mente subconsciente y la salud .........................................................84
Capítulo tres: La mente subconsciente y el alcoholismo .............................................. 94
Capítulo cuatro: La mente subconsciente y la riqueza ................................................. 99
Capítulo cinco: Cómo utilizar la mente subconsciente en los problemas conyugales .. 105
Capítulo seis: La mente subconsciente y la guía......................................................... 110
Acerca del autor ..................................................................................................... 115
Capítulo uno: Cómo funciona la mente
El ser humano tiene una mente única que está constituida por dos fases o funciones
distintas. Cada fase se caracteriza por fenómenos propios, inherentes a ella. Además,
cada una es capaz de actuar en forma independiente y sincronizada. Una de estas fases
es la que denominamos mente objetiva, porque maneja lo externo; la otra es la mente
subjetiva, la cual es dócil y es controlada por la sugestión de la mente objetiva o
consciente. La mente objetiva se relaciona con el mundo objetivo. Sus canales de
observación son los cinco sentidos físicos. La mente objetiva te guía en tu contacto con
el entorno. Aprendemos a través de los cinco sentidos. La mente objetiva aprende a
partir de la observación, las experiencias y la educación. Su principal función es el
razonamiento.
Si observamos la ciudad de Los Ángeles, llegamos a la conclusión de que es una ciudad
hermosa a partir de la observación de sus parques, de sus edificios, de su bella
estructura y de sus adorables jardines de flores, entre otras cosas. Es así como trabaja la
mente consciente u objetiva. La palabra objetiva denota que esa parte de la mente está
relacionada con las cosas objetivas. La mente subjetiva se relaciona con su entorno
independientemente de los cinco sentidos físicos. La mente subjetiva o subconsciente
-pueden emplearse ambos términos- percibe a través de la intuición. En ella residen
nuestras emociones. Sabemos, sin duda, que trabaja al máximo cuando los sentidos
objetivos están inactivos.
Es la inteligencia la que se manifiesta cuando la mente consciente está suspendida o en
estado de somnolencia o adormecimiento. El subconsciente ve sin utilizar los ojos, tiene
la capacidad de clarividencia y clariaudición. Además, puede abandonar el cuerpo, viajar
a lugares distantes y regresar, a menudo, con una comprensión de carácter más exacto y
verdadero. Por medio de la mente subconsciente pueden leerse los pensamientos de los
demás, incluso los detalles más diminutos y el contenido de sobres sellados y cajas
fuertes.
El subconsciente tiene la habilidad de captar los pensamientos de los demás sin emplear
los medios objetivos que, comúnmente, se utilizan para la comunicación. Por ello, es de
suma importancia que comprendamos la interacción de la mente consciente y la
subconsciente con el fin de aprender el verdadero arte de la oración.
Existen muchos términos para describir la mente consciente y la subconsciente. Se las
denomina mente consciente y subconsciente, mente despierta y dormida, yo interior y yo
exterior, mente voluntaria e involuntaria, masculina y femenina y de muchas otras
formas. Recuerda que existe una mente única con dos fases o funciones.
La mente subjetiva es siempre susceptible de ser sugestionada; es controlada por la
sugestión. Debemos reconocer que la mente subconsciente acepta todas las sugerencias
y no discute contigo, sino que hace realidad tus deseos. Todas las cosas que te han
sucedido se basan en los pensamientos que grabaste en la mente subconsciente por
medio de tus creencias. El subconsciente acepta nuestras creencias y convicciones.
Es como la tierra, que acepta cualquier semilla que deposites en ella, sea buena o mala.
Recuerda: todo lo que aceptes y creas como verdadero será aceptado por el
subconsciente, que lo atraerá a tu vida como una condición, experiencia o hecho. Las
ideas son transmitidas al subconsciente a través del sentimiento.
Veamos un ejemplo: la mente consciente es como un navegante o un hombre en el
puente de un barco, al cual dirige. Es quien da órdenes a los hombres de la sala de
máquinas, en donde se encuentran todas las calderas, instrumentos, calibres y demás.
Los hombres de la sala de máquinas no saben hacia dónde van, sólo obedecen órdenes.
Así pues, estarían en graves problemas si el hombre sobre el puente les diera
instrucciones negligentes o erróneas, basado en los cálculos que realiza con el compás,
el sextante y los demás instrumentos. Los hombres lo obedecen porque él es el director.
No discuten con el capitán, simplemente ejecutan sus órdenes.
El capitán es el amo del barco y sus órdenes son obedecidas. De la misma manera, la
mente consciente es el capitán, el amo de tu barco. Tu cuerpo y todas tus circunstancias
representan ese barco. La mente subconsciente acepta las órdenes que tú mismo le das,
basándote en tus creencias y en las ideas que aceptas como verdaderas.
Otro ejemplo simple es el siguiente: si repites «no me gustan los champiñones», llegado
el momento en que te sirvan champiñones, te indigestarás porque tu mente
subconsciente dirá: «Al jefe no le gustan los champiñones». Tal vez este ejemplo te
resulte gracioso. Sin embargo, ejemplifica la relación que existe entre la mente
consciente y la subconsciente.
Cuando una mujer dice: «Me despierto a las tres de la mañana en punto, si bebo café por
la noche», cada vez que beba café el subconsciente la codeará, como si le dijera:
«Nuestra jefa quiere permanecer despierta toda la noche».
En antiguas alegorías se denominaba al corazón mente subconsciente. Los egipcios
sabían que el corazón era el subconsciente, pero no le dieron ese nombre. Por su parte,
los caldeos y babilonios le dieron diferentes denominaciones. Tú puedes grabar algo en
el subconsciente, y éste, a su vez, expresará aquello que le grabaste. Cualquier idea que
esté acompañada de emociones o que se tome como verdadera será aceptada por el
subconsciente.
Si deseas sanarte, por ejemplo, permanece en silencio, relájate, respira despacio, detén
tu atención, piensa en el poder sanador que hay en tu subconsciente y afirma que los
órganos de tu cuerpo se están sanando ahora mismo. Cuando lo haces, no debe haber
resentimiento ni amargura en tu corazón, debes perdonar a todos. Puedes repetir este
proceso de sanación tres o cuatro veces por día. Recuerda que tu subconsciente creó el
cuerpo y que también puede sanarlo. Las personas afirman constantemente la sanación
de un órgano o de una parte del cuerpo y, tras diez o quince minutos, dicen: «Estoy
empeorando. No sanaré jamás. No tengo cura». Esta actitud mental o estas
manifestaciones negativas neutralizan la afirmación positiva anterior.
Si un cirujano te opera y te extirpa el apéndice y a los pocos minutos regresa y te abre
nuevamente para ver cómo estás, y media hora después regresa y te abre de nuevo,
probablemente terminará matándote por la infección que así te provoca. Si empleas
manifestaciones negativas, aniquilas o impides la sanación.
Existe una mente subconsciente en nuestro interior: debemos aprender a usarla de la
misma manera que el hombre aprende a usar la electricidad. El hombre controla la
electricidad por medio de los cables, los tubos y los focos de luz, además de su
conocimiento de las leyes de la conductividad y el aislamiento, entre otras cosas.
Debemos aprender acerca del tremendo poder y la inteligencia que existen en nuestro
interior y utilizarlos lo más sabiamente posible.
Muchas personas están empezando a darse cuenta de la importancia de la mente
subconsciente. En los negocios, muchos la están utilizando para alcanzar el éxito y
poder progresar. Edison, Ford, Marconi, Einstein y muchos otros han utilizado la mente
subconsciente, y ésta los ha iluminado con los conocimientos de sus grandiosos
descubrimientos en las áreas de la ciencia, la industria y el arte. Las investigaciones han
probado que la habilidad de poner en marcha el poder del subconsciente ha sido
determinante en el éxito de todos los grandes científicos e investigadores.
Existe una tremenda energía en tu interior y puedes usarla. También puedes estar
completamente libre de tensión y frustración. Puedes descubrir la abundante energía
que hay dentro de ti, permitiendo que energice y vitalice todas las partes de tu cuerpo.
Sabemos, por ejemplo, que el autor Elbert Hubbard declaró que sus ideas más
importantes siempre surgen cuando está relajado, trabajando en el jardín o paseando.
Esto es así porque cuando el subconsciente está relajado, su sabiduría subjetiva emerge.
A menudo, la inspiración surge cuando la mente consciente está completamente
relajada.
¿Cuántas veces te has preguntado por las noches cuál es la respuesta a un problema en
especial y cuando transferiste la pregunta al subconsciente te dio la respuesta a la
mañana siguiente? De allí el viejo refrán: «Consúltalo con la almohada».
Si deseas levantarte a las siete de la mañana y sugieres al subconsciente ese horario, el
subconsciente te despertará a las siete en punto.
Una madre puede estar cuidando a un niño enfermo y quedarse dormida, pero antes de
dormirse le sugiere al subconsciente que se despertará si sube la temperatura del niño,
si necesita medicamentos o llora. Puede desatarse una tormenta mientras la madre
duerme que no se despertará. Sin embargo, si el niño llora, la madre se despertará de
inmediato. Es ésta una sencilla función de la mente subconsciente.
Capítulo dos: La mente subconsciente y la salud
1 (N. del T.) Los términos osteopatía y naturopatía son neologismos. Osteopatía se refiere a una práctica
basada en la teoría de que muchas enfermedades son debidas a una pérdida de la integridad estructural.
Es una práctica de tipo holístico. La naturopatía se trataría de una ciencia que estudia las propiedades y
las aplicaciones de los agentes naturales (alimentos vegetales, plantas medicinales, agua, sol, tierra y aire)
creemos que todas esas sanaciones son provocadas por la mente subconsciente, el único
sanador que existe.
Fíjate cómo la mente subconsciente sana un corte que te hiciste al afeitarte, pues sabe
perfectamente cómo sanarlo. El doctor cubre la herida y dice: «La sanará la naturaleza».
Al decir naturaleza se refiere a la ley natural, la ley de la mente subconsciente o de la
preservación, que es la función de la mente subconsciente. El instinto de preservación
es la primera ley de la naturaleza. Ese fuerte instinto es la sugestión más poderosa de
todas.
Acabas de aprender que puedes inducir una enfermedad a tu propio cuerpo o al de otra
persona por medio de sugestión, desafiando así tus instintos naturales. Es
absolutamente natural y obvio que aquellas sugestiones que se encuentran en armonía
con la sugestión instintiva tendrán un poder mayor.
Es más fácil mantener y restablecer la salud que atraer la enfermedad. La fe sanadora es
una determinada actitud mental, una manera de pensar, una certeza interior, una
expectativa de lo mejor.
En la sanación del cuerpo, claro está, es deseable asegurar la fe concurrente tanto de la
mente consciente como de la subconsciente. Sin embargo, no es esencial, siempre y
cuando la persona alcance un estado de pasividad y receptividad, relajando la mente y el
cuerpo, y logre entrar en un estado de somnolencia. He conocido a personas que han
negado por completo la existencia de la materia y del cuerpo y que, sin embargo,
recibieron sanaciones maravillosas. También he conocido a otras que decían que el
mundo era real, la materia era real y sus cuerpos eran reales Y no obstante, también
tuvieron sanaciones maravillosas.
Lo importante es que cualquier método, técnica o proceso que produzca un cambio en la
mente o una nueva atmósfera mental es legítimo y producirá los resultados esperados.
La sanación se debe a una modificación en la actitud mental o a una transformación de
la mente.
Paracelso dijo: «Ya sea verdadero o falso el objeto de tu fe, de todas maneras, los efectos
serán los mismos». Por lo tanto, si crees que los huesos de los santos sanan o si crees en
el poder curativo de ciertas aguas, de las dos formas obtendrás resultados por la
poderosa sugestión que has ejercido en tu mente subconsciente. Es esta última la que
produce la sanación. El médico brujo con sus encantamientos también sana gracias a la
fe.
Todo método que te lleve de sentir miedo y preocupación a tener fe y expectativa, te
sanará. La verdadera sanación mental y científica es producida por el funcionamiento en
conjunto de la mente consciente y subconsciente, científicamente dirigidas.
La persona que niega la úlcera que tiene en la mano (a pesar de que efectivamente la
tiene allí) y que incluso niega su cuerpo diciendo que todo lo visible y tangible no tiene
El alcohólico es una persona que está mentalmente enferma y necesita una reparación
mental. El bebedor problemático o compulsivo o el ebrio no bebe de un modo normal,
como lo hacen sus amigos. El bebedor problemático es el alcohólico crónico, que bebe
durante días, semanas y hasta meses consecutivos. El alcohólico aduce que,
periódicamente, lo atrapa una pasión por beber. Es víctima de un hábito, porque las
acciones que lo conducen a la intoxicación se han repetido tan seguido que él mismo ha
creado un modelo subjetivo en la mente subconsciente. Como el alcohólico se ha
rendido ante sus deseos, teme ceder nuevamente; y esto contribuye a sus repetidas
caídas, debido a las sugerencias que le hace a la mente subconsciente. Es la imaginación
la que hace que el alcohólico vuelva a beber intermitentemente. Las imágenes que han
sido grabadas en su mente subconsciente comienzan a dar sus frutos. Se imagina una
orgía alcohólica en la que los vasos se llenan y vacían sin cesar, luego se imagina el
posterior sentimiento de tranquilidad y placer, un sentimiento de relajación. Si da
rienda suelta a su imaginación, irá al bar o comprará una botella.
El bebedor se vale de esfuerzo y voluntad para superar el hábito o la desgracia, como
suele llamarla. Cuanto mayor es el esfuerzo o la voluntad que emplea, más se hunde en
arenas movedizas.
Invariablemente, el esfuerzo es derrotado, y se produce siempre lo opuesto a lo que
desea. La razón es obvia: la sugestión de impotencia para superar el hábito domina su
mente. La mente subconsciente siempre es controlada por la idea predominante y
aceptará la más fuerte de las dos propuestas contradictorias. Lo mejor es no esforzarse.
Este método será desarrollado detalladamente en este capítulo.
El alcohólico se inicia con la primera copa. La expresión popular dice: «Un vasillo de
vino al segundo le abre camino». Es muy probable que continúe bebiendo hasta caer en
un estado inconsciente. Lo que sucede comúnmente con el alcohólico es que hace todo
tipo de promesas, como: «¡Nunca más!». Esas declaraciones no significan nada. Está
dominado por la culpa y por un terrible sentimiento de remordimiento y vergüenza;
además, físicamente está hecho un desastre. Al menos temporalmente, se obliga a no
beber alcohol.
El alcohólico en verdad sufre física y mentalmente. El temblor de las manos y la
contracción de los músculos revelan la confusión de la mente. Puede estar noches
enteras sin dormir. Por lo general, pierde a todos sus amigos y los miembros de su
familia lo abandonan. Una persona así pierde su prestigio, respeto y posición. Con
frecuencia, el alcohólico se vuelve un mentiroso crónico. A menudo, un mendigo. Te
preguntas: «¿Cuál es la causa?», «¿Por qué actúa así?», «¿Qué conduce a un ciudadano
prominente y distinguido a beber y a rebajarse hasta llegar al nivel de un animal
salvaje?».
Las razones más comunes con las que el alcohólico explica su condición son muchas y
variadas. Las más frecuentes son: complejo de inferioridad, sentimiento de no ser
amado, sentimiento de temor, inseguridad, inaptitud para su trabajo o profesión,
miedos desconocidos, temor a la vida, negativa a aceptar responsabilidades y un
montón de otras razones.
Encontrarás un gran número de las supuestas causas y muchas más que habrás hallado
a lo largo de los años. Medita acerca de esto: si eres un alcohólico, ¿cuántos meses y
cuánto dinero has derrochado convirtiéndote en eso? Quizá te llevó un año o una suma
importante de dinero, además de un gran esfuerzo de tu parte para ser un alcohólico
empedernido. Cuando encuentras lo que crees que es la causa y le das un nombre de
fantasía, como, por ejemplo, «complejo de rechazo», ¿qué vas a hacer al respecto?
Si te digo la causa por la cual eres alcohólico, no te convertirás en alguien sobrio; sin
embargo, existe un camino hacia la sobriedad, la paz mental y la vida normal. Lo que voy
a decirte puede contradecir tus más preciadas teorías: ¡La razón por la cual bebes eres
tú mismo! Es tu actitud mental hacia la vida.
Tus pensamientos, sentimientos y creencias, además de aquello que consientes en la
vida, determinan tu mundo. Cuando digo tu mundo, quiero decir tu cuerpo, tus
circunstancias, tu reacción ante la vida, tu salud, tus finanzas y todos los aspectos de tu
vida. Tus pensamientos habituales conforman tu actitud mental. Tus pensamientos se
encajan, se condensan y causan tu reacción mental hacia la vida, las personas y las
cosas. Los pensamientos que constantemente ocupan tu mente generan emociones. Tu
pensamiento habitual atrae miseria o felicidad, salud o dolor, realización o profunda
frustración, una mente equilibrada o tensión y ansiedad. Tus pensamientos te vuelven
un borracho o hacen que tu sobriedad reine soberanamente en tu mente.
Es mi misión y propósito que, por medio de este libro, te familiarices con el
funcionamiento de tu mente subconsciente, que es la fuente de sabiduría y poder. Es la
energía psicológica más poderosa que puedes utilizar. La mente subconsciente expresa
lo que grabas en ella mediante tus pensamientos. Eres en todos los aspectos de tu vida
de la misma forma en que piensas y sientes. Los pensamientos que depositas en la
mente subconsciente son los motivos por los cuales bebes. Por lo tanto, no tienes que
seguir buscando razones.
De ahora en adelante, deja de culpar a otros diciendo que son ellos la causa. Conozco las
excusas habituales: «No puedo congeniar con mi marido o mi esposa», «Nunca tuve una
oportunidad, mis padres no me amaban», «Soy huérfano», «Tengo complejo de
inferioridad», «Perdí todo mi dinero», «Toda mi familia falleció cuando era pequeño».
Voy a insistir en este punto una vez más: la razón por la cual bebes eres tú mismo,
debido a tus pensamientos y creencias acerca de la vida, las personas y el mundo en
general.
Todo lo que pensaste durante un período determinado fue absorbido por tu mente
subconsciente y, luego, esos mismos pensamientos fueron creados y expresados a
imagen y semejanza de la forma de pensar que los creó.
Ahora, familiarízate con la infinita reserva de fuerza y poder de sanación que hay dentro
de ti: la mente subconsciente. Si eres alcohólico, admítelo. No esquives el tema. Muchas
personas siguen siendo alcohólicas porque se niegan a admitirlo.
Tu enfermedad es un desequilibrio, un miedo interior. Te estás negando a enfrentar la
vida, por ello, a través de la botella, intentas escapar de las responsabilidades. Lo
interesante acerca del alcohólico es que carece de libre voluntad, pero cree que la tiene,
se jacta de su poder de voluntad. El ebrio dice valientemente: «No la volveré a tocar»,
pero no tiene poder para sostenerlo, porque no sabe dónde encontrarlo.
El alcohólico vive en la prisión psicológica que él mismo creó y está sometido a sus
propias creencias, opiniones, rutinas y las influencias que lo rodean. Es como la mayoría
de las personas, es decir, es una criatura de costumbres. Está condicionado a reaccionar
en la forma en que lo hace.
El alcohólico debe construir la idea de libertad y paz mental para que ésta llegue a su
mente subconsciente. Como esa mente es todopoderosa, lo librará del deseo por el
alcohol, entonces el alcohólico que tiene una nueva comprensión acerca de cómo
funciona su mente, verdaderamente puede sostener sus declaraciones y así llegar a
demostrárselo a sí mismo.
Tu mente subconsciente está condicionada por tus pensamientos y costumbres. Si el
alcohólico tiene un fuerte deseo de librarse de un hábito, ya está sanado en un 51 por
100. Cuando tiene un mayor deseo de abandonar el hábito que de mantenerlo, no
hallará mayores dificultades para lograr su completa liberación.
El alcohólico debe reacondicionar su mente. Hay formas y medios para lograrlo. Cuando
piensas cosas buenas, suceden cosas buenas; cuando piensas cosas malas, suceden cosas
malas. Éstos son ejemplos sencillos de las leyes de la mente. Si alguien piensa todo el
tiempo en la angustia, encuentra angustia y penumbra en su experiencia exterior. Si
piensa en la paz y la buena fortuna en sus asuntos, prosperará. Conocer las
posibilidades de esas leyes de la mente es dejarse atrapar por una fe y una inspiración
nuevas.
El alcohólico aprende que cualquiera de los pensamientos que deposite en su mente
será magnificado por ésta. Si el alcohólico hace que su mente se ocupe del concepto de
la libertad (librarse del hábito) y de la paz mental y permanece concentrado en la nueva
dirección que ha captado su atención, genera sentimientos y emociones que, poco a
poco, dan vida al concepto de libertad y paz. Toda idea a la que se le da vida es aceptada
y llevada a cabo por la mente subconsciente.
El alcohólico debe darse cuenta de que puede sacar algo bueno de su sufrimiento, no ha
sufrido en vano. Sin embargo, ¿qué beneficio puede haber en seguir sufriendo?
Continuar siendo alcohólico solamente conduce al deterioro y al decaimiento físico y
mental. Comienza a decirle «¡No!» a la urgencia que sientes ahora. Date cuenta de que el
poder de tu mente subconsciente te respalda. Aún cuando te veas atrapado por la
melancolía y los temblores, comienza a imaginar el gozo y la libertad que están
aguardándote. Ésta es la ley de la sustitución. Tu imaginación te condujo a la botella,
ahora permítele que te lleve hacia la libertad y la paz mental. Sufrirás un poquito más,
pero será en pos de un propósito constructivo. Lo soportarás como una madre soporta
los dolores del parto y, de la misma forma, darás a luz a un niño en tu mente. Tu mente
subconsciente dará nacimiento a tu sobriedad.
Tus pensamientos te controlan, lo sepas o no. Ahora estás completamente consciente de
que tu mente subconsciente acepta sin cuestionamientos los pensamientos que grabas
en ella. Ahora mismo puedes comenzar a controlar tu vida. Disciplinar tu mente significa
pensar de manera constructiva y armoniosa.
Tu enfermedad, llamada alcoholismo, es mental y se debe a una confusión mental y a un
caótico modo de pensar. Mediante la repetición y la confianza en el poder del alcohol, el
alcohólico construye un modelo en la mente subconsciente y provoca una tendencia
subconsciente a beber de forma descontrolada. Después del primer trago no se trata de
un deseo o urgencia físicos, sino puramente de una urgencia subconsciente o mental,
dado el hecho de que has instalado en tu mente subconsciente un barman mental que
después de que has ingerido el primer trago te dice: «¡Bebe otro, bebe otro! ». Ello se
debe, por supuesto, al viejo hábito y a una antigua sugestión («bebe otro») que se graba
a fuego en tu mente subconsciente. No se trata de una condición que te obliga a beber,
sino que es una condición que te obliga a seguir bebiendo después de que has tomado el
primer trago. Cuando el alcohólico toma un trago, le da luz verde a la mente
subconsciente que, debido a arraigados hábitos, pone a un barman subconsciente que
gobierna sus actos. El alcohólico no ha podido concretar sus deseos en la vida y siempre
está frustrado. No sabe que existe un poder que le permitiría alcanzar sus metas y vivir
una vida plena y feliz. Ha trabajado demasiado tiempo creyendo en la incapacidad para
expresarse en su anhelada área de interés. El fruto de su frustración es beber de un
modo anormal. Todas las semillas (pensamientos) dan frutos de su propia especie. La
mente subconsciente que ahora está conduciendo al alcohólico hacia la bebida también
puede sanarlo y liberarlo.
Ésta es una técnica específica que puedes emplear para liberarte, una ley psicológica
que, si la aplicas, te dará paz mental:
Primer paso: siéntate en un sillón o recuéstate en un sofá. Relájate por algunos minutos.
Ahora ingresa en un estado de adormecimiento y duermevela. En ese estado relajado,
tranquilo y receptivo, sabes que estás a punto de usar una fórmula sugestiva que
ingresará a tu mente subconsciente y te hará libre.
Segundo paso: en ese estado de duermevela, dile a tu mente subconsciente: «Me he
librado de este hábito. Tengo paz mental». Penetra en el sentimiento y el goce de ser
libre. Hazlo durante cinco minutos o más.
Tercer paso: imagina que uno de tus seres queridos está parado frente a ti ahora mismo.
Tus ojos están cerrados. Tal vez es tu doctor, tu esposa o tu marido. Escúchalo
decirte: «¡Felicidades!». La palabra felicidades te trae una completa sobriedad y paz
mental; en otras palabras, te has librado completamente del hábito. Oye esa palabra
una y otra vez hasta que sientas una reacción placentera. Experimenta la reacción
satisfactoria.
Si, durante el día, te duermes cuando lo estás haciendo, ten la seguridad de que tu
esfuerzo no fue en vano. Te sugiero que lo hagas dos o tres veces al día. Por la noche,
puedes arrullarte con la palabra felicidades, que para ti significa una sanación completa.
Este pensamiento penetrará en tu mente subconsciente a medida que sigas haciéndolo y
luego todo deseo de beber desaparecerá.
Esta técnica no es una fantasía o un ensueño, solamente se torna un ensueño si no crees
que tu imagen mental es real. Luego de hacerle estas sugerencias a tu mente
subconsciente, si la duda, el miedo o la melancolía llaman a tu puerta, simplemente
recuerda el ejercicio mental que hiciste unas pocas horas antes o esa misma mañana
-cuando plantaste una semilla en tu mente subconsciente que ahora se está gestando en
la oscuridad de tu mente más profunda— y dará sus frutos. Sabes que aplicaste una ley
psicológica y que la semilla efectivamente se transformará en lo que has concebido
mentalmente. Asegúrate de no perturbar a la semilla con pensamientos negativos de
miedo y desesperación. Activa esta película interna varias veces al día. No expongas la
sensible cinta de tu mente subconsciente a las nubes de los pensamientos negativos.
Cuando la duda, el miedo, la angustia y la desesperación te atrapen, con tranquilidad
recuerda que has tomado una fotografía que se está revelando en tu mente
subconsciente. Todos esos obstáculos y tentaciones que se cruzan en tu camino pueden
superarse manteniendo la mente concentrada en el objetivo planteado. Con
perseverancia y fe en la ley mental que has empleado, experimentarás la dicha de tu
nueva libertad, el entusiasmo de la sobriedad y la paz mental.
Uno de los peores casos de alcoholismo que he visto en treinta y cinco años fue sanado
de esta sencilla manera: le indiqué al sujeto en cuestión que repitiera la palabra libertad
cada noche antes de dormir. La primera noche la repitió durante media hora, antes de
conciliar el sueño. Despertó completamente sanado y ahora enseña a otros las leyes de
la mente.
Cree en tu película mental; ¡verás los resultados!
Capítulo cuatro: La mente subconsciente y la riqueza
El mejor momento para evitar un divorcio es antes del casamiento. La ignorancia de los
poderes que posees es la causa de todos tus problemas conyugales. Aprende cómo
atraer a la esposa o al marido correctos. Por ejemplo, si eres una mujer que está
buscando marido, no empieces a enumerar todos los motivos por los cuales no puedes
casarte, sino que mejor repítete todas las razones por las cuales puedes estar felizmente
casada. Erradica la expresión no puedo de tu vocabulario. ¡Puedes todo lo que crees que
puedes!
Ahora conoces la forma en que funciona la mente subconsciente. Sabes que aquello que
grabes en ella lo vivirás en tu mundo. Comienza ahora mismo a grabar en tu mente
subconsciente las cualidades y características que admiras en un hombre.
Una técnica es la siguiente: siéntate por la noche en un sillón, cierra los ojos, suéltate,
relaja tu cuerpo y permanece muy tranquila, pasiva y receptiva. Háblale a tu mente
subconsciente y dile: «Ahora estoy atrayendo a mi vida a un hombre que es honesto,
sincero, leal, amable, fiel y próspero. Está en paz y es alegre. Estas cualidades están
penetrando en mi mente subconsciente en este momento. Mientras pienso en estas
cualidades, se vuelven parte de mí. Sé que existe una irresistible ley de atracción y que
atraigo a un hombre conforme a mis creencias subconscientes. Atraigo lo que creo que
es verdadero en mi mente subconsciente. En otras palabras, sé que de acuerdo con la ley
atraeré a un hombre conforme a mis sentimientos, creencias y a aquello que grabé en mi
mente subconsciente acerca del tipo de hombre que busco».
Practica este procedimiento de grabación en tu mente subconsciente y luego tendrás la
dicha de atraer al hombre que tenga las cualidades y características que atesoras
mentalmente. La inteligencia subconsciente abrirá un sendero en el que ambos se
encontrarán conforme a la irresistible e invariable ley de la mente subconsciente. Debes
tener un fuerte deseo por dar lo mejor de ti en cuanto al amor, la devoción y la
cooperación. Debes ser receptiva frente a este regalo de amor que le has dado a tu
mente subconsciente.
El matrimonio entre un hombre y una mujer debería ser un acto de amor. La
honestidad, la sinceridad, la amabilidad y la integridad son formas de amor. Cada uno
debería ser perfectamente honesto y sincero con el otro. No existe matrimonio
verdadero cuando un hombre se casa con una mujer por su dinero, su estatus social o
para alimentar su ego, pues entonces no hay sinceridad ni honestidad. Su matrimonio
no es de corazón. Cuando una mujer dice: «Estoy cansada de trabajar. Quiero casarme
porque quiero tener seguridad», su premisa es falsa. No emplea las leyes de la mente de
manera correcta. Su seguridad depende del conocimiento que tenga acerca de la
interacción entre la mente consciente y la subconsciente, y del uso que le dé.
Por ejemplo, a una mujer jamás le faltará riqueza o salud si emplea la técnica expuesta
en los capítulos pertinentes de este libro. Puede obtener riquezas independientemente
de su marido, padre o cualquier otra persona. La mujer no depende de su marido para la
salud, paz, alegría, inspiración, guía, amor, riqueza, seguridad, felicidad o cualquier otra
cosa del mundo. Su seguridad y paz mentales emanan del conocimiento que tiene de los
poderes que posee en su interior y del uso constante de las leyes de su propia mente en
forma constructiva. Casarse por dinero o para igualar a alguien es, por supuesto, una
farsa y una mascarada.
Un hombre y una mujer deben estar subjetivamente unidos de modo tal que el amor
verdadero o el sentido de unidad prevalezcan, en otras palabras, dos corazones se unen
por amor, libertad y respeto.
Muchos me han dicho: «Nos amamos, ¿por qué tendríamos que molestarnos siquiera en
casarnos?». La respuesta es extraordinariamente sencilla: lo que sentimos y aceptamos
subconscientemente como verdadero siempre toma forma o se materializa con el
tiempo. Su razonamiento, por lo tanto, es falso y poco sincero. La ley de la mente es:
«Como es adentro, es afuera».
Tomemos el caso de un hombre o una mujer que honestamente ha cometido un error.
Ahora está casada con un adicto a las drogas que se niega a trabajar y tiene que
mantenerlo mientras él es grosero y cruel. Es verdad que, debido a su estado mental,
atrajo a ese hombre, pero no está condenada a vivir en un mundo miserable creado por
su propio estado mental o ignorancia. Si hubiera usado su mente subconsciente de
manera correcta, esto no le habría sucedido (estoy segura de que si te caes en una
cuneta tras resbalar con una cáscara de banana, por ejemplo, es estúpido que te
condenes a permanecer en la cuneta. Es obvio que deberías levantarte, limpiarte y
seguir adelante). La mujer a la que me refiero empaquetó sus pertenencias y abandonó
a ese hombre. Se dio cuenta de que se encontraba en una situación intolerable. Sin duda,
esta mujer no está condenada a vivir con ese hombre cuando sus corazones y mentes se
encuentran a kilómetros de distancia. Puedes atar a dos personas juntas con una soga y,
sin embargo, pueden estar tan distantes en pensamiento, sentimiento y perspectiva
como los mismísimos polos.
Estás mentalmente divorciado cuando tu mente y tu corazón están en cualquier otro
lugar. Permanecer juntos en tales circunstancias es caótico desde todos los ángulos por
donde se lo mire. El matrimonio es la unión de dos corazones. No existe matrimonio
cuando los corazones no están unidos en amor y paz. El adulterio ocurre primero en el
corazón. El corazón es el lugar donde residen todas las emociones. Si estás resentido,
sientes odio y críticas a tu pareja, ya has cometido adulterio en tu corazón.
Dirigir tus comportamientos emocionales y mentales a través de canales negativos y
destructivos es cometer adulterio. Recuerda siempre que el adulterio se da primero en
la mente. Los actos del cuerpo son posteriores a los estados mentales, no los preceden.
Tal vez, mientras lees estas páginas piensas: «Conozco a una joven pareja de recién
casados. Ambos usaron las leyes de la mente y parecían perfectamente felices en todos
los aspectos. Ahora están pensando en la posibilidad de divorciarse». La actitud mental
que los atrajo y los hizo quererse debe mantenerse y reforzarse para preservar el
matrimonio. Si se produce un desacuerdo o surgen algunas pequeñas diferencias y uno
de ellos comienza a generar en su mente ideas negativas como, por ejemplo, el
resentimiento o la hostilidad, se está unificando con el error en su mente y esta actitud
resulta destructiva para la felicidad conyugal.
Las pequeñas diferencias y peleas entre los esposos no son dañinas: es el rencor
prolongado o el sentimiento malintencionado lo que provoca el daño. Cuando las
palabras duras se olvidan y perdonan unos minutos después, no se ha hecho ningún
daño. El peligro existe cuando el sentimiento de haber sido herido se prolonga en el
tiempo.
Si un hombre empieza a obsesionarse de una manera morbosa con su esposa por cosas
que ésta hizo o dijo, comete adulterio dado que está mentalmente amargado. Ese estado
de ánimo pondrá en peligro el matrimonio, salvo que perdone e irradie amor y buena
voluntad hacia su pareja. Si el hombre que está amargado y resentido se traga sus
comentarios hirientes y hace todo lo que está a su alcance para ser considerado amable
y cortés, rápidamente puede evitar las diferencias. Con práctica y esfuerzo mental puede
abandonar el hábito del antagonismo. Entonces, será capaz de llevarse mejor no sólo
con su mujer, sino también con sus socios. Si adoptas un estado armonioso,
eventualmente hallarás paz y armonía.
Hagamos algunos comentarios sobre la esposa gruñona. Muchas veces, la razón por la
cual es gruñona es que no le prestan atención. A menudo, se trata de una necesidad
imperante de amor y cariño. Dáselo. También existe el tipo de mujer gruñona que quiere
hacer que su pareja se acomode a la idea que ella tiene del hombre. Esa es una de las
formas más rápidas de deshacerse de él.
Las esposas y esposos deben dejar de ser carroñeros y de mirar siempre los pequeños
defectos o errores del otro. Que cada uno ponga atención en las maravillosas y positivas
cualidades del otro y las elogie.
Es un gran error hablar sobre las dificultades o los problemas conyugales con vecinos y
parientes. Supón, por ejemplo, que una esposa le dice al vecino: «Juan nunca me da
dinero, trata a mi madre de forma abominable, bebe en exceso y constantemente se
comporta de manera abusiva e insultante». Ahora, la esposa está degradando y
subestimando a su marido ante los ojos de todos los vecinos y parientes, que ya no lo
ven como el marido ideal.
Jamás compartas tus problemas conyugales con nadie, salvo con un consejero
profesional. ¿Por qué permitir que tanta gente piense negativamente de tu matrimonio?
Además, cuando discutes y piensas los defectos de tu marido, efectivamente estás
creando esos estados en tu interior. ¿Quién lo piensa y lo siente? ¡Eres tú! Como piensas
y sientes, así eres.
Los parientes casi siempre te darán malos consejos. Por lo general, su consejo está
teñido de vicios y prejuicios, porque no es impersonal. Todo consejo que recibas que
infrinja la regla de oro —que es la ley cósmica—, no es bueno ni sensato.
Es bueno recordar que no existen dos seres humanos que hayan vivido bajo el mismo
techo sin choques de temperamento, momentos en los que se hieren y períodos de
tensión. Jamás muestres el lado infeliz de tu matrimonio a tus amigos. Guarda en secreto
las peleas. Evita criticar y condenar a tu pareja.
Si hay chicos en la casa, el padre debe elogiar a la madre, a veces debe hacer notar sus
buenas cualidades y los aspectos alegres del hogar.
Un marido no debe tratar de transformar a su esposa en una segunda versión de sí
mismo. El torpe intento de modificar muchas de sus características resulta tan extraño
para la naturaleza de la mujer que siempre termina siendo ridículo y, muchas veces,
puede llevar a la disolución del matrimonio. Los intentos de cambiarla destruyen su
orgullo y autoestima, y despiertan un espíritu de oposición y resentimiento que resulta
nefasto para el vínculo matrimonial.
Los ajustes son necesarios, por supuesto, pero si miras dentro de tu propia mente y
estudias tu carácter y comportamiento, encontrarás tantos defectos allí que te tendrán
ocupado por el resto de tu vida. Si dices: «Lo voy a transformar en lo que yo quiero»,
estarás buscando problemas y terminarás en un juicio de divorcio. Estarás buscándote
una desgracia. Tendrás que aprender por las malas que nadie, más que tú mismo, debe
cambiar.
Si tienes un problema conyugal, pregúntate qué es lo que quieres y luego toma
conciencia de que puedes alcanzar esa meta. Arreglarás tus problemas conyugales de la
misma forma que cualquier otro problema. Define claramente lo que quieres y luego
advierte que la mente genera aquello que piensas.
Una mujer me dijo una vez que, después de treinta años, su esposo comenzó a beber en
exceso, y descuidó el hogar y a los niños. La mujer comenzó a pedir paz y armonía para
su hogar y su corazón, sin prestar atención a las circunstancias y condiciones reinantes.
Tranquila, enfocó su mente en su objetivo, sabiendo que su mente subconsciente
atraería y magnificaría aquello en lo que ponía atención. La armonía y la paz se
restablecieron tras unos pocos meses de dedicarse a su verdadero objetivo. Este es un
ejemplo de los maravillas de la mente subconsciente.
Ofendiéndose y luchando contra la situación que vivía, esta mujer solamente hubiera
empeorado las cosas. Si hay peleas y discusiones en el hogar, aleja tu atención de la
personalidad de cada uno, entornos y condiciones, y enfócate en tu ideal, que es el amor,
la paz y la armonía. Si alimentas tu mente con estas ideas, la mente subconsciente
responderá y atraerá armonía.
A menudo, me hacen la siguiente pregunta: «Si uno de los esposos tiene un intenso
deseo de poner fin al matrimonio y el otro tiene un deseo igualmente intenso de
permanecer unido en matrimonio, y los dos son sinceros, ¿qué sucederá?». En esos
casos, cada uno mentalmente tira de la soga para su lado, es un hogar dividido y, tarde o
temprano, se disolverá. No obstante, su actitud mental puede prolongar la situación.
La forma adecuada y correcta de solucionar este problema marital es elevar el
pensamiento por encima de las personalidades y las condiciones y comenzar a dirigirlo
hacia el deseo verdadero, con la confianza en la infinita inteligencia que posees para
atraer la solución perfecta. A partir del uso correcto de la ley de la mente subconsciente
puedes llevar armonía donde existe discordia y resucitar la paz donde reina la
confusión. Además, el uso correcto de tu mente subconsciente puede disolver un mal
matrimonio. No permitas que tonterías como el orgullo, el enojo y el deseo de ajustar
cuentas te lleven a un juicio de divorcio, cuando todo el tiempo tu corazón está con el
del esposo que dejaste. Deja que el amor, la buena voluntad y la amabilidad te
conduzcan de regreso a la persona que amas en tu corazón. Puedes solucionar cualquier
problema si diriges y utilizas correctamente a tu mente subconsciente.
Tal vez, escuchar tu intuición o la guía proveniente de la sabiduría subjetiva que existe
en tu interior te hubiese impedido celebrar tu actual matrimonio. No sabías cómo usarla
por aquel entonces, pero ahora sí lo sabes. Si tuviste un mal comienzo, puedes
modificarlo al emplear las técnicas y el procedimiento expuestos en este capítulo. Si
enalteces y elevas a tu pareja en pensamiento y sentimiento y aprecias siempre las
cualidades encantadoras que te unieron a él, puedes hacer que tu matrimonio sea una
experiencia hermosa y una alegría eterna.
Capítulo seis: La mente subconsciente y la guía