El documento describe la situación de las minas de diamantes en Séguéla, Costa de Marfil. Jóvenes trabajan en condiciones miserables y peligrosas extrayendo diamantes, que luego son vendidos de contrabando a través de países vecinos como Malí y Ghana para financiar la guerra. A pesar de que Ghana forma parte de un sistema de certificación para diamantes "limpios", los diamantes de Costa de Marfil siguen cruzando la frontera y financiando conflictos armados.
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El documento describe la situación de las minas de diamantes en Séguéla, Costa de Marfil. Jóvenes trabajan en condiciones miserables y peligrosas extrayendo diamantes, que luego son vendidos de contrabando a través de países vecinos como Malí y Ghana para financiar la guerra. A pesar de que Ghana forma parte de un sistema de certificación para diamantes "limpios", los diamantes de Costa de Marfil siguen cruzando la frontera y financiando conflictos armados.
El documento describe la situación de las minas de diamantes en Séguéla, Costa de Marfil. Jóvenes trabajan en condiciones miserables y peligrosas extrayendo diamantes, que luego son vendidos de contrabando a través de países vecinos como Malí y Ghana para financiar la guerra. A pesar de que Ghana forma parte de un sistema de certificación para diamantes "limpios", los diamantes de Costa de Marfil siguen cruzando la frontera y financiando conflictos armados.
El documento describe la situación de las minas de diamantes en Séguéla, Costa de Marfil. Jóvenes trabajan en condiciones miserables y peligrosas extrayendo diamantes, que luego son vendidos de contrabando a través de países vecinos como Malí y Ghana para financiar la guerra. A pesar de que Ghana forma parte de un sistema de certificación para diamantes "limpios", los diamantes de Costa de Marfil siguen cruzando la frontera y financiando conflictos armados.
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EL BRILLO DE LA MISERIA
Sgula es una ciudad pequea y polvorienta tumbada en el corazn del
norte rebelde de Costa de Marfil. Est rodeada por gargantas excavadas en la tierra de donde docenas de jvenes sacan tierra a paletadas en busca de los codiciados diamantes, vigilados desde los taludes por otros jvenes con fusil en ristre. Cada diamante que encuentran, una vez cortado y tallado, valdr miles de dlares en el mercado mundial: ellos ganan cinco dlares a la semana. Es sobrecogedor el contraste que hay entre la imagen elegante, perfecta, inmaculada de los diamantes en Europa y la realidad de estas minas miserables donde se afanan al sol muchachos mugrientos empuando palas y picos, sin otra mquina que una primitiva bomba de agua. Aqu no hay nada que se parezca al derecho laboral, nicamente el cansancio de una gente que trabaja para sobrevivir bajo los ojos insomnes de las armas. Los comerciantes locales afirman que siguen explotando las minas como han hecho toda la vida, pero no es cierto: ahora, los diamantes financian la guerra. En Abiyn se dice que son malienses los que se encargan de pasar las piedras preciosas de contrabando por los pases vecinos: Mal y, sobre todo, Ghana. Ghana es el destino soado porque forma parte del Proceso de Kimberley, un sistema de certificacin que garantiza que los diamantes exportados por las naciones signatarias no son `diamantes ensangrentados, no estn nutriendo una guerra y espurreando muerte. Desde hace cuatro aos, Ghana exporta diamantes `limpios, vendidos con el visto bueno de la comunidad internacional en los barrios ricos de las capitales ricas, con una etiqueta que asegura su procedencia pacfica: diamantes que han sido sacados de la tierra en el norte de la Costa de Marfil para comprar nuevos fusiles, lanzagranadas y morteros. Cuando, finalmente, un informe de Naciones Unidas desvel hace unos meses lo que todos sabamos, los grandes magnates mundiales del diamante expresaron su preocupacin y decidieron enviar una misin a Ghana para mejorar su capacidad de control de fronteras, pero este pas no fue expulsado del Proceso de Kimberley: las autoridades ghanesas tambin mostraron su sorpresa. Los diamantes siguen cruzando la frontera, todos siguen haciendo caja.