Bisel

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JULIN HERBERT

Bisel
La luz es el primer animal visible de lo invisible. Jos Lezama Lima

1 Olor a hielo en el relmpago de vodka de tu respiracin. Un vaivn de salitre y palabras obscenas en muelles que duraron un minuto. La voz un alfiler con punta de ngeles. Bailar heridos a coro. Un rumor de alfabeto bajo frondas de asfixia. Yacer amordazado en el Edn. Te desnudaste con un saldo de luz negra, un latido de octubre dentro de nforas turbias. Las cicatrices de tus muecas destellaban como navajas esparcidas en el csped.

2 Ungidos de distancia, mis ojos tocan pliegues. Debajo est tu cuerpo en la porosa luz. Para tomar tu mano yo nado en mis pupilas: soy el nio que busca una moneda dentro de la laguna. El recuerdo es pura superficie: apenas la textura del vestido, el aliento de una boca a la otra cristalino, ptreo por momentos, y luego desgajado como un ro en su doble corriente luminosa.

3 El otro lado de tu nombre. Pronunciar un cascabel entre tu carne hasta pulirlo: taerlo: restaarlo: cristal sin nombre. Hasta que el trueno sea una cpula sorda.

4 Rosas cristalizadas en la velocidad. Cmaras custicas de resplandor dentado. Olores correosos y salaces como tripas (sientes cmo se estira esta cancin, cmo le nacen aposentos de hoz, un pjaro magenta,

torniquetes?)

El diablo es un jardn. Hay moscas en su miel. Los setos asfixian esmeraldas.

Mi desnuda un cirio en un incendio pasea por l recolectando flamas.

5 Una vocal engarzada en el tacto. Un espejismo de seda que murmura. Una estrella de aliento. Una muda abeja destilada. La frescura de alfanjes decorados en Crdoba. Venturas que duran entre t y yo mientras bebemos

boca a boca limonada.

6 Despiertas preguntando qu son mis cicatrices.

Can y Abel con una pala ayudando al abuelo a cocer unos ladrillos. En el codo y la espalda un par de navajazos.

T tambin me quieres atizar. Derribar una puerta ms duea del destierro que del mundo. Colonizar este saln de aliento desde donde te llamo sin escuchar tu nombre.

O me equivoco, y cicatrices para ti [me doy al ti como cayendo de un caballo] son

pruebas de que se abri el azar, mas pudo luego reparar su avidez; dejar de ser infeccin para volverse tejido prpura ideando como hielo.

O exagero porque la cicatriz se llama desengao de una herida. Y no hay herida (pero tampoco xtasis o texto) que no vista de signo su corazn de caos.

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